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RIDAURA, Concha, Vida cotidiana y confort en la Valencia burguesa (1850-1900), Valencia, Biblioteca Valenciana, 2006, ISBN: 84-482-4328-5. “Estamos acostumbrados a dedicar a nuestro cuer- po todas aquellas amabilidades que somos capa- ces de procurarle. Pero, en realidad, eso mismo, el afecto por el propio cuerpo, es una actitud rela- tivamente nueva en nuestra civilización”, decía Joan Fuster en 1964 en su Diccionari per a ociosos. “Tradicionalmente, la virtud se entendía bajo for- mas inconfortables”, añadía con un neologismo bien expresivo. La vida del hombre se resumía en “la austeridad y la ascesis, la abstención y la mor- tificación. La vida del hombre sobre la tierra era considerada como una exigencia de sacrificio”. “Ahora”, concluye en 1964, “todo el mundo pien- sa de distinta manera. Quizá por eso –estoy segu- ro de ello– comenzamos a disponer de sillas có- modas. Y de más cosas”. Esas otras cosas que forman nuestro entorno mate- rial y que dan confort a nuestra vida no son, efecti- vamente, muy antiguas: son logros de la civiliza- ción moderna. Más aún, muchas son ideaciones técnicas de la época burguesa, de aquel épico siglo XIX en que el progreso y el liberalismo se imponían en los lugares más destacados de Europa para la prosperidad y para el bienestar de quienes con ma- yores riquezas contaban. “El hombre occidental, tan rico en inventiva para ciertas cosas –mitología, metafísica, literatura, arte, guerra, opresión, etc.–, ha mostrado a lo largo de los siglos una singular falta de imaginación para todo aquello que hacía referencia a su confort más inmediato”, se lamen- taba Fuster en otra de sus páginas. El confort es, en sí mismo, un concepto burgués que luego se gene- ralizará conforme las clases medias se ensanchen y abarquen sectores amplios de la sociedad. Y el con- fort es comodidad y desahogo, una forma de hacer más llevadera la existencia corriente cuando los in- dividuos esperan algo más que el bienestar espiri- tual de la vida ultraterrena. A esta experiencia histórica la llamamos civiliza- ción (incluso civilización burguesa-occidental), y es un modo de superar nuestra propia naturaleza o limitaciones, esas restricciones con las que debe- mos enfrentar la vida corriente. Como advirtiera Sigmund Freud, nuestros utensilios y muebles, desde la simple escoba hasta el más sofisticado electrodoméstico, son prótesis culturales que nos prolongan y que desempeñan funciones antes com- pletamente reservadas a la mano humana. Son modos de alejarnos de lo natural, formas de socia- lizarnos, pues: aparejos, adminículos, avances que nos dan comodidad y esmero. Son también herra- mientas materiales que activan la industria y el in- genio: ciertas manufacturas podrán aplicarse para fabricar esos utensilios. Pero son también formas de distinción: quien cuenta con ciertas propieda- des o recursos materiales que le procuran bienes- tar visible se eleva por encima de lo ordinario ha- ciéndose admirar o envidiar. Las grandes metrópolis europeas de ese siglo XIX fueron centros de esplendor, de prosperidad; fue- 239 [núm. 16, 2007] RESEÑAS R ESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS

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RIDAURA, Concha, Vida cotidiana y conforten la Valencia burguesa (1850-1900), Valencia,Biblioteca Valenciana, 2006, ISBN: 84-482-4328-5.

“Estamos acostumbrados a dedicar a nuestro cuer-po todas aquellas amabilidades que somos capa-ces de procurarle. Pero, en realidad, eso mismo, elafecto por el propio cuerpo, es una actitud rela-tivamente nueva en nuestra civilización”, decíaJoan Fuster en 1964 en su Diccionari per a ociosos.“Tradicionalmente, la virtud se entendía bajo for-mas inconfortables”, añadía con un neologismobien expresivo. La vida del hombre se resumía en“la austeridad y la ascesis, la abstención y la mor-tificación. La vida del hombre sobre la tierra eraconsiderada como una exigencia de sacrificio”.“Ahora”, concluye en 1964, “todo el mundo pien-sa de distinta manera. Quizá por eso –estoy segu-ro de ello– comenzamos a disponer de sillas có-modas. Y de más cosas”.

Esas otras cosas que forman nuestro entorno mate-rial y que dan confort a nuestra vida no son, efecti-vamente, muy antiguas: son logros de la civiliza-ción moderna. Más aún, muchas son ideacionestécnicas de la época burguesa, de aquel épico sigloXIX en que el progreso y el liberalismo se imponíanen los lugares más destacados de Europa para laprosperidad y para el bienestar de quienes con ma-yores riquezas contaban. “El hombre occidental,tan rico en inventiva para ciertas cosas –mitología,metafísica, literatura, arte, guerra, opresión, etc.–,ha mostrado a lo largo de los siglos una singularfalta de imaginación para todo aquello que hacíareferencia a su confort más inmediato”, se lamen-taba Fuster en otra de sus páginas. El confort es, ensí mismo, un concepto burgués que luego se gene-ralizará conforme las clases medias se ensanchen yabarquen sectores amplios de la sociedad. Y el con-fort es comodidad y desahogo, una forma de hacermás llevadera la existencia corriente cuando los in-dividuos esperan algo más que el bienestar espiri-tual de la vida ultraterrena.

A esta experiencia histórica la llamamos civiliza-ción (incluso civilización burguesa-occidental), y esun modo de superar nuestra propia naturaleza olimitaciones, esas restricciones con las que debe-mos enfrentar la vida corriente. Como advirtieraSigmund Freud, nuestros utensilios y muebles,desde la simple escoba hasta el más sofisticadoelectrodoméstico, son prótesis culturales que nosprolongan y que desempeñan funciones antes com-pletamente reservadas a la mano humana. Sonmodos de alejarnos de lo natural, formas de socia-lizarnos, pues: aparejos, adminículos, avances quenos dan comodidad y esmero. Son también herra-mientas materiales que activan la industria y el in-genio: ciertas manufacturas podrán aplicarse parafabricar esos utensilios. Pero son también formasde distinción: quien cuenta con ciertas propieda-des o recursos materiales que le procuran bienes-tar visible se eleva por encima de lo ordinario ha-ciéndose admirar o envidiar.

Las grandes metrópolis europeas de ese siglo XIXfueron centros de esplendor, de prosperidad; fue-

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RESEÑAS BIBLIOGRÁFICAS

ron lugares con agua corriente en las casas, con ilu-minación urbana, con carruajes veloces, con paseosconcurridos, con jardines privados, con mansionesen las que tras sus fachadas severas se adivinaba la suntuosidad del capitalismo privado y familiar.Frente a lo que se cree comúnmente, también Va-lencia disfrutó de esos lujos burgueses, hoy tan re-partidos, y que se basaban en la comodidad, en lacontención y en el disfrute material de la vida. Estacapital no era una población atrapada en el tiem-po: algo más que una ciudad levítica o provincial.Era una localidad en auge bien conectada con elespacio burgués europeo, incluso habitada por fa-milias foráneas que aquí se asentaban y prospera-ban con el tráfico comercial y con la fabricación.Era ésta, en fin, una urbe en la que hacían ostenta-ción clases adineradas que esperaban disfrutar delos adelantos del siglo, de las mercaderías y de lasmejoras materiales que traía la industria: atavíos yútiles que servían para la casa y la calle.

Concha Ridaura acaba de publicar un libro sobreesa Valencia del Ochocientos, un volumen editadopor la Biblioteca Valenciana, con ilustraciones sen-satamente escogidas que ayudan a familiarizarsecon un mundo ya desaparecido. Es una obra bienescrita, documentada, entretenida y erudita, encuyas páginas no pesan los academicismos, sino ellujo de la edición. Resume con olfato lo dicho porotros investigadores, pero es algo más que uncompendio: añade numerosas informaciones sobrela vida privada en el siglo XIX; sobre el confort(esa voz tan francesa); sobre los modelos europeosde los que eran sabedores nuestros burgueses lo-cales; sobre la distinción que las familias acaudala-das hacían valer con sus atavíos más refinados. Hayuna metáfora implícita en esta obra, una metáforaque aparece de manera abierta aquí y allá, en al-gunas de sus mejores páginas. Vivir no es repre-sentar un papel en el escenario de la existencia,no: vivir es ejecutar distintos guiones en diferentesespacios públicos y privados de acuerdo con códi-gos y normas que los personajes aprenden confor-me se incorporan al mundo de los sentimientos yde los negocios, de la familia o del juego. El bur-gués valenciano no desentona con sus levitas ocon sus sedas y rasos, ni olvida los papeles que hade representar en el proscenio urbano: es un tipoconocedor de los adelantos materiales (los ensan-ches, las aguas potables, el alumbrado, el alcanta-rillado, etcétera); es un individuo sabedor de lascomodidades privadas que adornan y mejoran lasviviendas, de los servicios que aprovechan para elgobierno de la casa, de los ocios que alivian sus ca-vilaciones mercantiles. El libro de Concha Ridauranos ayuda a sistematizar lo que ya conocíamos demanera dispersa, aunque también nos procura mu-

chas cosas nuevas que ella documenta con varia-das fuentes históricas, humeando incluso en la al-coba de aquellas familias adineradas que con reca-to y contención preservaban su intimidad más pre-ciada: los Campo, Trénor, Dotres, Llano, Lassala,Nolla y tantos otros.

Decía Honoré de Balzac –a quien la autora cita pa-ra otros fines– que la novela es la vida privada delas naciones, ese relato que al reproducir lo queocurre nos permite fisgonear en el secreto, en lareserva que el buen burgués opone a la curiosidadajena. El libro de Concha Ridaura no es una ficción,desde luego, pero su minuciosa reconstrucción, he-cha con mano firme, nos transporta a un mundodistante en el que reconocemos lejanos parentes-cos y hábitos comunes: utensilios y adelantos en-tonces sorprendentes, nuevos, y que ahora ya sonnuestros en esta época democrática y plebeya.

Justo Serna

AGUILAR CIVERA, I. (Coord.), El comercio y elMediterráneo. Valencia y la cultura del mar,Valencia, Conselleria d´Infraestructures iTransport, Generalitat Valenciana, 2006, 454pp., ISBN: 84-482-4532-6.

La Cátedra Demetrio Ribes (UVEG-FGV) en colabo-ración con la Conselleria d´Infraestructures i Trans-port saca a la luz de manera oficial, tras casi un

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año de espera, la que ya ha sido calificada comosu más lograda publicación, un imponente volu-men titulado: El comercio y el Mediterráneo. Va-lencia y la cultura del mar.

La profesora Dª Inmaculada Aguilar Civera es lacoordinadora de este libro en el cual colaboraninvestigadores y especialistas vinculados a nuestraUniversidad de Valencia, así como de otros puntosde nuestra geografía como Albacete, Alicante yZaragoza.

La temática que aborda la presente publicaciónno es completamente nueva. Sin embargo, lo quela hace más novedosa y definitivamente intere-sante es la forma de presentación de los conteni-dos (algunos, eso sí, investigados en profundidadpor vez primera) de una manera mucho más siste-mática y coherente de lo que se ha hecho hastaahora con otras publicaciones de similar temática,haciendo de esta última un verdadero instrumen-to de conocimiento y profundización sobre la his-toria de Valencia como potencia comercial abiertaal mar.

El prólogo de la presente edición corre a cargodel economista y escritor Luis Racionero Grau, endonde vuelve a revelarse como gran conocedor delas buenas fuentes en el estudio etnológico y so-ciológico de nuestro país.

El corpus del libro se divide en cuatro grandes ca-pítulos: I. El Mediterráneo, espacio geográfico, es-pacio económico, espacio cultural; II. Las Rutas yel Mar; III. Infraestructuras y mercancías; IV. Nave-gantes, mercaderes, viajeros y empresarios.

En el capítulo primero figuran dos subcapítulos. Elprimero de ellos corre a cargo de Juan Ferrer Mar-sal y expone un recorrido por el camino de las ci-vilizaciones en su afán de mejorar las instalacio-nes portuarias.

El profesor de Historia del Arte Luis ArciniegaGarcía hace una espléndida sinopsis de lo que hasupuesto el contacto de Valencia con todas las in-fluencias que han llegado por vía marítima, pordonde circulan no sólo mercancías, sino diferentesformas de expresión artística, ideológica, políti-ca..., etc.

Ya en el capítulo II Carmen Aranegui Gascó nospropone una minuciosa y concienzuda mirada ar-queológica hacia el aspecto económico y culturaldel comercio marítimo valenciano, que abre posi-bilidades de contacto multilateral.

David Igual Luis aborda el tema de las rutas marí-timas del gran comercio entre los siglos V al XIII,integrando en su análisis dos períodos históricosdiferenciados: el visigodo y el musulmán.

El Catedrático Paulino Iradiel, que ya ha tratadoanteriormente el tema comercial valenciano conrigor y profundidad, analiza la sorprendente ex-pansión del mercado y la economía de intercam-bio que experimenta el Reino de Valencia duranteel siglo XV.

La profesora Emilia Salvador recalca el progresivodesplazamiento de la posición central del Medite-rráneo en el comercio y economía internacionaleshacia el Atlántico.

Es el profesor valenciano de Historia Moderna Ri-cardo Franch Benavent quien constata el conside-rable crecimiento del comercio valenciano en el si-glo XVIII como consecuencia del dinamismo en suactividad productiva y el estímulo recibido por elmercado atlántico.

El Catedrático alicantino David Bernabé Gil refle-xiona sobre la nueva etapa dieciochesca del co-mercio valenciano, marcada por el declive del Con-solat de Mar, propiciandose la creación de nuevasinstituciones que garanticen el control de la acti-vidad mercantil.

El economista Salvador Calatayud Giner señala lastransformaciones económicas valencianas surgidasen el siglo XIX a raíz de una mayor demanda eu-ropea de productos agrícolas y a la imparable re-volución en el transporte con la aparición del fe-rrocarril y de la navegación a vapor.

Juan Piqueras Haba, en colaboración con CarmenSanchis aborda el tema del tráfico de containerscomo consecuencia del incremento internacionalde intercambios comerciales.

El profesor medievalista Germán Navarro Espi-nach inaugura el capítulo III informándonos de laimportancia que asume Valencia en la produccióny distribución en un período histórico que abarcadesde el siglo XIV al XVI.

Carmen Sanchis, en colaboración con Juan Pique-ras pone de relieve la estrecha relación entre laactividad portuaria y el hinterland valenciano.

Anaclet Pons y Justo Serna, en esta ocasión reali-zan un brillante resumen histórico acerca de lasvicisitudes en el origen, creación, mantenimiento,reformas y mejoras del Grao.

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Inmaculada Aguilar, responsable de la CátedraDemetrio Ribes (UVEG-FGV) y coordinadora del li-bro, realiza un recorrido por las instalaciones e in-fraestructura portuaria de los siglos XIX y XX.

Pasamos al capítulo IV, y con él al artículo de Enri-que Cruselles Gómez, quien recalca la importanciaclave de los marinos, mercaderes y viajeros en eldesarrollo comercial de Valencia y de todo el arcomediterráneo.

Telesforo Hernández presenta en su artículo uninédito planteamiento del protagonismo de losempresarios dedicados al transporte marítimo.

Por su parte, Josep Vicent Boira recalca la históri-ca relación de la ciudad de Valencia con el mar,con las transformaciones portuarias y urbanas quede ello han resultado. Todos los artículos se com-plementan con unos estudios monográficos quevienen a complementar los temas tratados enellos y que han sido estudiados por el brillanteequipo de la Cátedra Demetrio Ribes (UVEG-FGV),integrado por Julia Cerrillo, Virginia García, San-tiago Montoya y Juanjo Sanz, combinándose lostemas inexcusablemente clásicos con otros que setratan por vez primera, con títulos tan sugerentescomo: “La Unión Naval de Levante: astilleros va-lencianos”, “El container del siglo XXI. Tipologíasy usos”, “Gancheros y maderadas por los ríos va-lencianos para la construcción de barcos”, ”Inven-tos y patentes valencianos”..., etc.

A destacar el imponente despliegue gráfico deenorme calidad e interés (integrado por fotogra-fías antiguas y modernas, planos, mapas y pinturas),gran parte del cual procede de museos y coleccio-nes europeas, así como de importantes coleccio-nes privadas que en la presente edición se mues-tran en absoluta primicia.

Estamos, pues, ante una obra que revela nuevosaspectos y enfoques de la historia de Valencia y elMediterráneo, inseparables y configuradores delcarácter meridional, dinámico y abierto. Sin dudauna futura obra de consulta y referencia.

Juanjo Sanz MaseresCátedra Demetrio Ribes UVEG-FGV

Colección Cuadernos del Museo del Transpor-te de la Comunidad Valenciana, Ed. CátedraDemetrio Ribes UVEG-FGV, 2005-2007.

La colección Cuadernos del Museo del Transportede la Comunidad Valenciana tiene como principalobjetivo la difusión y conocimiento de la historia

de nuestros transportes, sus redes, formas y mediosde locomoción, elementos singulares y monumen-tales, la historia de las obras públicas y la historiade las telecomunicaciones, que recoge la imparableevolución tecnológica de nuestra sociedad.

Los eventos más significativos (aniversarios, inau-guraciones, aperturas de líneas, restauraciones,rehabilitaciones, etc.) son un buen motivo para in-vestigar y profundizar en cada uno de estos ele-mentos, que simbolizan el rico mundo del trans-porte, de la ingeniería y de la comunicación.

Son cinco números los que se han publicado des-de el año 2005, publicaciones con las que la Cá-tedra Demetrio Ribes UVEG-FGV, la Conselleriad’Infraestructures i Transport y la Universitat deValència desean contribuir a un mayor conoci-miento de nuestro patrimonio histórico y cultural:

Nº 1. AGUILAR CIVERA, I. y GARCÍA ORTELLS,V. El Faro del Puerto de Valencia. 75 Aniver-sario (1930-2005), Valencia, Cátedra Deme-trio Ribes UVEG-FGV, 2005.

Completo estudio de uno de los elementos másemblemáticos del puerto de Valencia, desde suinauguración, en 1930, al momento actual. El pre-sente trabajo también aporta un interesante ma-terial gráfico (planos, fotografías...) que contribu-ye a entender nuestra memoria histórica y nues-tro patrimonio histórico y cultural.

Nº 2. AGUILAR CIVERA, I. De la Refinería LaBritánica a la Factoría “La Cantera” de Ali-cante, Alicante, Cátedra Demetrio Ribes UVEG-FGV, 2006.

El segundo número de la colección está dedicadoa los restos arqueológicos industriales de las insta-

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laciones de CAMPSA en Alicante, factoría que es-tuvo en funcionamiento hasta 1966. Esta publica-ción, patrocinada por la Conselleria d’Infraestruc-tures i Transport, el GTP (Ente Gestor de la Red deTransporte y de Puertos de la Generalitat) y FGV(Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana), tam-bién informa de los proyectos que están siendoestudiados para la puesta en valor del conjunto.

Nº 3. AGUILAR CIVERA, I. y GARCÍA ORTELLS, V.Las estaciones de Carlet y Campamento de Pa-terna. Puesta en valor de patrimonio de Fer-rocarrils de la Generalitat Valenciana, Valen-cia, Cátedra Demetrio Ribes UVEG-FGV, 2007.

Número publicado con motivo de la propuesta demejora y rehabilitación de las estaciones en superfi-cie de la línea 1 de Ferrocarrils de la Generalitat Va-lenciana. Se da a conocer el valioso patrimonio ar-quitectónico ferroviario, especialmente las estacio-nes de Carlet y Campamento de Paterna, obra delarquitecto valenciano Francisco Mora Berenguer.

Nº 4. GARCÍA ORTELLS, V. Rafael Cort Álvarez.Director de la Escuela Industrial y de la Com-pañía de Tranvías y Ferrocarriles de Valencia,Valencia, Cátedra Demetrio Ribes UVEG-FGV,2007.

El centenario de la Escuela Industrial de Valenciaha sido el motivo para la edición del cuarto núme-ro de esta colección, dedicado a este ingeniero va-lenciano, que fue director de la Escuela más de 30años y también de la Compañía de Tranvías y Fe-rrocarriles de Valencia. La Escuela Técnica Supe-rior de Ingeniería del Diseño le ha rendido así sumerecido homenaje.

Nº 5. AGUILAR CIVERA, I. Arquitecturas delTram. Talleres y Cocheras de El Campello, Ali-cante, Cátedra Demetrio Ribes, 2006.

Las obras del TRAM de Alicante, llevadas a cabopor el GTP (Ente Gestor de la Red de Transporte yde Puertos de la Generalitat) y FGV, están trans-formando la ciudad, formando parte de su paisajeurbano. Este último número está dedicado a lasnuevas obras arquitectónicas que se han realizadopara tal fin, instalaciones en superficie y subterrá-neas que están adecuando el entorno, convirtién-dose en singulares hitos de la ciudad. La autoraexplica estas intervenciones como parte de un“estilo o cultura de empresa”, empleada ya porlas grandes empresas de la segunda mitad del si-glo XIX. Un análisis de la arquitectura industrialdel transporte ferroviario alicantino de vía estre-cha, empezando por las antiguas cocheras del tran-

vía, para terminar con las nuevas estaciones y co-cheras de El Campello para el TRAM.

Virginia García OrtellsCátedra Demetrio Ribes UVEG-FGV

AGUILAR CIVERA, I. (coord.), Benicàssim y laHistoria del Ferrocarril, Valencia, Conselleriad’Infraestructures i Transport, 2006, 219 pp.,ISBN: 84-482-4411-7.

La llegada del ferrocarril es la gran protagonistade esta publicación ya que se convirtió en factorclave en el cambio social y en el desarrollo urbanode la ciudad de Benicàssim. Articulada en nuevecapítulos, nos propone un interesante recorridopor la historia de Benicàssim, vista desde diferen-tes especialidades, profesiones y disciplinas. Desdela visión geográfica a la sociológica, desde la inves-tigación histórica a la tecnológica, desde la refle-xión artística a la literaria; un conjunto de investi-gaciones que nos introducen en las característicassingulares de un entorno, un lugar, una sociedad,una historia, que define la ciudad castellonense deBenicàssim con el ferrocarril como testigo de todoese progreso y evolución de la sociedad.

El primer capítulo del libro, realizado por el inves-tigador Juan Peris Torner, da a conocer el primerdocumento ferroviario de la provincia de Caste-llón de 1856, siendo el punto de partida de la his-toria del Ferrocarril en Benicàssim. Todo ello enun recorrido histórico que abarca desde la implan-

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tación del ferrocarril en la Comunidad Valenciana,la detallada historia en la ciudad de Benicàssim,desde su inauguración, su explotación, hasta laadquisición del Almansa-Valencia-Tarragona porla Compañía del Norte.

La transformación del paisaje urbano a lo largode la historia de Benicàssim, desde la pequeña al-quería musulmana a ciudad turística, es el objeti-vo de los dos siguientes capítulos, realizados porlos profesores José Quereda y Vicent Ortells, queen el entorno de la geografía física y urbana es-tudian la topografía del lugar, la demografía, laestructura de la ciudad, los diferentes modelos devivienda y de urbanización, la importancia de lasvías de comunicación y el impacto que produjo laimplantación del ferrocarril. Punto de partida dela creación de un nuevo núcleo urbano, las “vi-llas”, pioneras en los baños de mar, precursorasdel urbanismo turístico en España.

La investigación de Luis Santos se centra en eltrazado del ferrocarril y su impacto en la estruc-tura social y urbana de la población. Es un análi-sis espacial e histórico a través de la vía férrea deCastellón a Tarragona, de sus conexiones con lacaminería existente, como red de una evoluciónde la estructura urbana de la cual un factor deci-sivo será el ferrocarril, la estación como hito y lasvillas como prolongación de un nuevo modelo ur-bano.

La profesora Inmaculada Aguilar analiza, en su ca-pítulo, el proyecto de la 2ª Sección de Castellónde la Plana al Ebro del Ferrocarril de Valencia aTarragona, presentado por el ingeniero J. Beattyen junio de 1857. La historia de un proyecto, deun trazado que atravesaba el término de Benicàs-sim y que, tras la variante realizada en el año2003, ha dejado aislados elementos tan importan-tes como la estación o los puentes metálicos, queconstituyen un legado histórico y un patrimoniocultural que debemos valorar y preservar.

En torno a la pionera cultura del baño, que carac-terizará el comportamiento de la sociedad aco-modada de finales del siglo XIX y principios delsiglo XX, se desarrollan tres capítulos del libro: eltrabajo de la investigadora Julia Cerrillo nos in-troduce en esa cultura del agua, de los baños deola, de los baños de salud, en la evolución de sus

instalaciones desde las casetas al centro de ter-malismo. Ocio y salud, turismo y talasoterapiason claves en el desarrollo económico, social ycultural de Benicàssim. En el siguiente capítulo,Inmaculada Rodríguez investiga el origen, laconstrucción y el valor arquitectónico, histórico yartístico de las “villas de la Olla”, sus distintasetapas, sus propietarios, sus artífices (maestrosde obras y arquitectos) y su eclecticismo arqui-tectónico. El tercer trabajo es el de María Cerve-ra y Ángel Portolés que nos da las claves de lascostumbres y el comportamiento de una socie-dad acomodada, de una colonia de verano, quellegó a obtener el título de “el Biarritz levanti-no”, lugar de relaciones sociales, de actividadesculturales y festivas, definiendo una arquitecturaque se adaptaba perfectamente a estas relacio-nes interpersonales.

En otro capítulo, Josep Lluís Tárrega nos introdu-ce con su relato literario en la evolución de la po-blación de Benicàssim y de su zona residencial, lasVillas. Un relato plagado de anécdotas, aconteci-mientos, personajes y sentimientos, que se iniciacon la llegada del tren y el descubrimiento del lu-gar, el aumento de población y el crecimiento delcomercio, el origen de las villas frente al mar y suevolución al turismo de masas.

Por último, se recoge el trabajo de los alumnos de1º del Instituto Violant de Casalduch, que implica-dos en el proyecto de construir la historia del fe-rrocarril en Benicàssim y dirigidos por el profesorIgnacio Rico, se aproximan a la sociedad para reco-ger su memoria histórica a través del registro oral.Una actividad participativa y pública que se man-tendrá abierta a nuevas colaboraciones y que enri-quecerá la historia del ferrocarril en Benicasim.

Publicación editada por la Conselleria d’Infraes-tructures i Transport y coordinada por la profeso-ra, y responsable de la Cátedra Demetrio RibesUVEG-FGV, Inmaculada Aguilar Civera. Una vezmás, ambas instituciones cumplen su compromisode dar a conocer, poniendo en valor, el amplío le-gado histórico que nuestra Comunidad posee, através de la investigación y difusión de la Historiadel Transporte y de la Obra Pública Valenciana.

Julia Cerrillo MartínezCátedra Demetrio Ribes UVEG-FGV

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BOIRA MAIQUES, J. V., Las torres del litoralvalenciano. Valencia, Conselleria d’Infraes-tructures i Transport, 2007, 254 pp., II Convo-catoria del Premio de Investigación Deme-trio Ribes, ISBN: 978-84-482-4698-3.

En la II Convocatoria del Premio de InvestigaciónDemetrio Ribes, concedido anualmente por la Cá-tedra Demetrio Ribes UVEG-FGV, resultó premia-do el trabajo titulado Las torres del litoral valen-ciano del profesor de la Universitat de ValènciaJosep Vicent Boira.

El libro galardonado en esta segunda edición, pu-blicado por la Conselleria d’Infraestructures i Trans-port, trata de las numerosas construcciones que ja-lonaban nuestras costas, las torres vigías, formandoel sistema defensivo de mitad del siglo XVI, con elobjetivo de vigilar y defender el litoral valenciano.

El sistema defensivo estaba basado en la construc-ción de numerosas torres vigías, situadas estraté-gicamente frente al mar, con el objetivo de vis-lumbrar las embarcaciones de países enemigos ola presencia de piratas berberiscos. Con estasobras arquitectónicas, construidas por ingenierosmilitares al servicio de la Corona, se trataba de se-llar las fronteras marítimas de ataques foráneos yproteger la población y sus riquezas. Todas estasconstrucciones formaban parte de un verdaderoentramado militar y generaba, a su vez, una vi-sión ordenada del territorio.

A lo largo de la publicación, el profesor Boira nosaproxima a los antecedentes del sistema defensi-

vo de época medieval para, posteriormente, ofre-cernos las primeras visiones generales del territo-rio valenciano realizadas en el siglo XVI por losgrandes ingenieros de la época, Giovanni BattistaAntonelli (1573), Vespasiano Gonzaga (1575) yJuan de Acuña (1585). No menos interesante re-sulta la doble clasificación que aporta, tanto fun-cional como tipológicamente, ya que la función decada una de ellas (fueran torres situadas en calasy acantilados, o en puntos de abastecimientos deagua dulce, o sobre playas bajas y con una fun-ción de comunicación y control) determinaba laforma de cada una de las construcciones (plantacuadrangular, de cuerpo troncocónico y de cuerpocilíndrico). Tampoco olvida plasmar, en la presentepublicación, el trabajo de campo realizado a lolargo de los años de investigación, trabajo refleja-do en la pormenorizada catalogación que nospresenta de las torres vigías que jalonan el litoralvalenciano, de norte a sur, donde nos describe susituación geográfica, datación, apuntes históricos,descripción, planos, estado actual, fotografías…etc. Otro de los apartados que tampoco se descui-da en el trabajo premiado, es el de los artífices deestos hitos litorales defensivos, ingenieros, arqui-tectos y militares, que aplicaron sus conocimientostécnicos y teóricos para proporcionar no sólo unadefensa costera al Reino de Valencia sino ofrecer,de forma novedosa, una visión global del territo-rio valenciano.

En definitiva, Las torres del litoral valenciano esuna invitación a recorrer el legado defensivo denuestra fachada Mediterránea, testigos de nues-tra historia y así poner en valor nuestro patrimo-nio, siendo este uno de los principios que preten-de promover la Cátedra Demetrio Ribes UVEG-FGV, con la convocatoria anual de este premio deinvestigación.

Julia Cerrillo MartínezCátedra Demetrio Ribes UVEG-FGV

AGUILAR CIVERA, I. (Comis.), La Mirada del’Arquitecte. Demetrio Ribes i la seua càme-ra estereoscòpica (Catálogo exposición). Va-lencia, Ed. Universitat de València-EG, 2007,mayo-septiembre 2007. 310 p., ISBN: 978-84-370-6745-2.

Para complementar los trabajos de investigacióniniciados hace algunos años por la profesora In-maculada Aguilar sobre la vida y la obra del ar-quitecto valenciano Demetrio Ribes Marco, la Uni-versidad de Valencia ha organizado esta exposi-

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ción monográfica y se ha ocupado de la edicióndel consiguiente catálogo que ahora reseñamos.El comisariado de la exposición ha corrido a cargode la doctora Aguilar, quien también ha redacta-do los textos del libro y ha llevado a cabo la cata-logación de las piezas expuestas. Ha colaboradocon ella Juan Antonio Fernández Rivero, especia-lista en imagen estereoscópica, quien estudia estatipología fotográfica en la época de Demetrio Ri-bes en un estudio final del que más adelante sehará mención.

La exposición, y publicación que la acompaña, esfruto de la colaboración y unión de esfuerzos en-tre la Universidad de Valencia, a través de su Vice-rrectorado de Cultura, y la Cátedra Demetrio Ri-bes UVEG-FGV, cuyos propósitos de valoración dela obra pública en territorio valenciano se vanconsiguiendo notablemente. La presente investi-gación se incluye, asimismo, dentro de los objeti-vos del Proyecto I+D que tiene concedida la Cáte-dra Demetrio Ribes por parte del Ministerio deCultura en el marco del Plan Nacional de Investi-gación Científica, Desarrollo e Innovación Tecno-lógica 2004-2007 (HUM 2004-04703/ARTE).

Los fondos expuestos y estudiados son una selec-ción de las más de setecientas fotografías pertene-cientes a la colección particular de los familiares yherederos directos del arquitecto, quienes amabley desinteresadamente los pusieron a disposición deInmaculada Aguilar para llevar a cabo el proyecto.El material fotográfico presentado nos da a cono-cer una nueva faceta del arquitecto valenciano, lade fotógrafo abierto a nuevas técnicas para plas-mar y recoger su interés por la arquitectura y la in-geniería y entender mejor en la actualidad su pro-pia obra constructiva. Son todas ellas fotografíasestereoscópicas positivadas sobre placas de vidrioen blanco y negro (gelatinobromuro) realizadas,

quizá, con una cámara del sistema Verascope pa-tentado hacia 1905. Se trata de una colección defotografías inéditas realizadas por el propio arqui-tecto entre los años 1908-1918 en sus recorridospor las distintas ciudades españolas que visitó y delas que tomaba instantáneas de sus arquitecturas,tanto históricas como modernas, ferias, fiestas, cos-tumbres y tipos. De Barcelona le interesó especial-mente la obra de arquitectos modernistas comoPuig i Cadafalch, Sagnier, Rubió, Gaudí y otros, ysin ninguna duda puede afirmarse que la verdade-ra protagonista de la obra fotográfica del arquitec-to Ribes es la arquitectura, aunque no olvide otrosaspectos costumbristas y humanos que le confierenun gran valor como documento histórico. La visiónestereoscópica facilitaba la contemplación de latercera dimensión, se veía como en relieve, y fuepasatiempo de moda en aquella época.

Después de presentar la colección fotográfica Gui-llot-Ribes, de donde provienen los fondos de laexposición en su mayor parte, la comisaria se ocu-pa en los dos capítulos siguientes de poner de re-lieve el gran interés y el profundo respecto del ar-quitecto por los monumentos antiguos y la dialéc-tica con el presente. “El encuentro con la Historia”,según el título del correspondiente capítulo, seabre con una cita textual de Ribes, “Respetemoslos monumentos antiguos, no consintamos que seles robe el menor detalle; este es un criterio con-servador al que me adhiero de todo corazón”,donde quedan manifiestas sus ideas en relacióncon el patrimonio arquitectónico, perfectamenteasumibles en la actualidad, a la vez que sus foto-grafías son equiparables con la actividad de losviajeros fotógrafos, extranjeros en muchas ocasio-nes, que recorrieron la península retratando tipos,paisajes y monumentos. El capítulo siguiente, “LaDialéctica con el Presente”, también se abre conuna cita de Ribes, de la que se deduce su compro-miso con la actualidad y su constante relaciónprofesional con sus compañeros de profesión, cu-yas obras admiraba y valoraba, haciéndolas obje-to de su fotografía.

En el cuarto capítulo se ocupa la autora de pre-sentar a Demetrio Ribes como un hombre de sutiempo, que asiste con denodado interés a losgrandes acontecimientos del momento, ferias,fiestas y exposiciones, un espectador y viajero quelo mismo se extasía ante un bello paisaje que anteun parque de atracciones o ante las novedadestecnológicas del transporte como el funicular o laaviación. Sus fotografías recogen detalles impor-tantes del parque del Tibidabo de Barcelona, dela Exposición Regional Valenciana de 1909, de la

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Exposición Hispano-Americana de Sevilla, o defiestas populares de las fallas y los toros en Valen-cia, dejando un testimonio gráfico de todo ello.

En el siguiente capítulo, titulado “La cotidianeidadde la obra: Arquitectura y Construcción”, se ponede manifiesto el interés de Ribes por el procesoconstructivo de la obra. Su visión de la arquitectu-ra, incardinada en el movimiento modernista ensu vertiente secesionista, aboga por el llamado ar-te total y se apoya en el desarrollo excepcional delas artes decorativas, texturas, color, materiales di-versos, diseño y alta calidad aportada al edificio.Demetrio Ribes no solo es un arquitecto construc-tivo, sino también arquitecto consultor, que tra-baja con otros arquitectos y se ocupa de realizarla obra estructural de edificios como, por ejemplo,el Mercado de Colón de Francisco Mora, y fundacon Joaquín Coloma la empresa ConstruccionesColoma-Ribes especializada en obras de hormigónarmado. Estas facetas de su vida nos ayudan acomprender mejor las series fotográficas dedica-das a la cotidianeidad de la obra.

El apartado siguiente constituye un capítulo bio-gráfico donde la autora resume y actualiza la vidadel arquitecto. Aunque son datos ya conocidos, re-sulta plausible su inclusión en el catálogo por com-plementarlo y por ilustrar a los lectores que se inte-resen por la peripecia vital y profesional de Ribes.

Viene a continuación el catálogo propiamente di-cho de las piezas expuestas, con su correspondien-te ficha, organizadas en los distintos apartados delos que ya se ha hecho mención, es decir, fotogra-fías que tienen que ver con edificios antiguos (“Elencuentro con la Historia”), o que recogen imáge-nes de la arquitectura coetánea (“La Dialéctica conel presente”), o las que recogen imágenes de losgrandes acontecimientos del momento, foros yreuniones que marcaron una época en diversasciudades (“Momentos de actualidad: Ferias, Fiestasy Exposiciones”); siguen las fotografías que se ocu-pan de los procesos constructivos (“La cotidianei-dad de la obra: Arquitectura y Construcción”), ce-rrando el presente catálogo el estudio monográfi-co encargado a Juan Antonio Fernández Riverosobre la estereoscopía en la época de DemetrioRibes; en él traza una reseña histórica sobre estatipología fotográfica, sus antecedentes, su éxitoen el momento y sus cualidades artísticas y comodocumento histórico.

El catálogo cuenta con una cuidadísima presenta-ción, está magníficamente ilustrado y dispone deun desbordante aparato gráfico. Para su visualiza-ción se ha recurrido al empleo de la técnica foto-

gráfica del anaglifo, un antiguo invento del físicoalemán Rollmann de 1853, que necesita de unosfiltros o gafas especiales, con un cristal rojo y otroazul, lo que unido a la superposición de imágenes yleve desplazamiento proporciona una curiosa sen-sación de tridimensionalidad y supone un alicientepedagógico más para la exposición y el catálogo.

Santiago Montoya BeleñaCátedra Demetrio Ribes UVEG-FGV

AGUILAR CIVERA, I. (Coord.), El tranvía deAlicante. Pasado y futuro. Valencia. Conselle-ría de Infraestructuras y Transporte, 2007.240 p., ISBN: 978-84-482-4662-4.

Continuando con la línea de trabajo marcada des-de sus orígenes fundacionales por la Cátedra De-metrio Ribes UVEG-FGV, ha salido a la luz estenuevo estudio coordinado por la profesora Inma-culada Aguilar Civera donde se presta atención alas obras públicas y demás elementos configura-dores del territorio, en este caso de Alicante. Lasobras públicas, los trabajos de ingeniería y las bio-grafías de sus artífices no han gozado de la aten-ción adecuada por parte de los historiadores y es-te vacío está siendo llenado en la Comunidad Va-lenciana por los esforzados y sufridos investigado-res de esta joven cátedra de la Universidad de Va-lencia, cuyos trabajos suponen un avance prepa-

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ratorio del futuro Museo del Transporte y del Ter-ritorio valenciano.

A lo largo de once capítulos, otros tantos especia-listas se ocupan del tranvía de Alicante, desde susorígenes remotos a finales del siglo XIX hasta elpresente año de 2007. Abre los estudios una in-troducción de la Dra. Aguilar, donde señala la pri-mera solicitud y proyecto de F. Lucini en los años1883 y 1884, respectivamente, y la inauguración dela primera línea (Barrio de Benalúa-Plaza Ramiro)por la Sociedad Los Nueves el 12 de julio de 1893.Vincula la historia del tranvía con la propia histo-ria de la ciudad y su desarrollo y modernización alservicio de los ciudadanos, haciendo un resumende las aportaciones más importantes expuestaspor los distintos colaboradores que han participa-do en la obra.

Así, el primero de ellos, Vicente Giménez Chornet,se ocupa del origen del tranvía en Nueva York, elaño 1832, como un servicio urbano que respondíaa las necesidades de una ciudad que había experi-mentado un extraordinario crecimiento. Repasalos distintos sistemas de tracción (animal, de va-por, eléctrico, a gasolina o diésel) y su rápida ex-pansión como sistema de transporte público porotras ciudades americanas y europeas.

En el siguiente capítulo, Javier Vidal Olivares secentra en la ciudad de Alicante durante el sigloXIX, una ciudad en pleno crecimiento demográfi-co, urbanístico, económico y cultural, para la queel ferrocarril fue un verdadero catalizador en elprogreso de la misma, a lo que se añade la nuevared de abastecimiento de aguas potables, el alum-brado público, primero por gas y luego por elec-tricidad, y las mejoras en la industria y en la ges-tión pública de los servicios.

Virginia García Ortells, del equipo de investigado-res de la Cátedra Demetrio Ribes, estudia el ori-gen del tranvía en Alicante y la implantación delas primeras líneas, cuyo diseño y determinacióndel ámbito de crecimiento fue obra de empresa-rios privados y de los propios alicantinos, desta-cando la intervención del ingeniero Quintín Fer-nández Morales, redactor del proyecto definitivode tranvía para Alicante.

Desde sus orígenes, el tranvía no surge como unmedio de transporte público limitado al ámbitourbano, sino con pretensiones de expansión y deunión con otros núcleos poblacionales más o me-nos cercanos y en competencia directa con el fe-rrocarril de vía ancha o de vía estrecha. De esteaspecto se ocupa en su capítulo José Antonio Co-ves Navarro, quien desentraña minuciosamente el

proceso empresarial de los diferentes promotoresy concesionarios de las líneas a vapor de Crevillen-te y Muchamiel, que acabaron en manos de la so-ciedad belga denominada Compañía General deTranvías y Ferrocarriles Vecinales en España.

En el capítulo quinto, Ángel Peña Ligero se ocupadel tranvía que iba a San Vicente del Raspeig, lí-nea concedida en 1898 a Luis Ibáñez Carreres yque se clausuró en 1966. El autor investiga las su-cesivas cesiones a las diversas empresas que re-gentaron los tranvías alicantinos, pasando por losdistintos sistemas de tracción, animal en principiopara esta línea, y a diferencia de los de Crevillentey Muchamiel que eran de tracción a vapor.

En el capítulo siguiente, Alberto Martínez Lópezinvestiga la etapa de los tranvías alicantinos en laque destaca el protagonismo de la empresa ger-mano-belga Tramways Électriques d’Alicante, unholding internacional formado por grupos banca-rios y eléctricos belgas y alemanes cuyos objetivoseran la adquisición, electrificación y explotaciónde los tranvías de Alicante y cercanías para esti-mular la demanda de material metalúrgico y eléc-trico. Las dificultades derivadas de la Primera Gue-rra Mundial y la consiguiente postguerra impidie-ron la electrificación de las líneas y provocaron laliquidación de la compañía en 1923.

La Sociedad Tranvías y Electricidad, S.A. (1923-1956) y el Servicio Municipal de Tranvías de Ali-cante (1956-1969) constituyen el centro de interésy las etapas que estudia José Antonio Gómez Mar-tínez, dos momentos muy importantes del tranvíaalicantino en los que tiene lugar la electrificación,mejora y ampliación de la red, y la municipaliza-ción de los servicios, con graves problemas econó-micos en la explotación que provocan la clausuradel histórico tranvía en noviembre de 1969.

Del material móvil se ocupa en el capítulo octavoManuel González Márquez, analizando sus dife-rentes sistemas de tracción, ancho de vía, tipos decarril, compañías concesionarias, tipos de vehículos,donde se incluyen las últimas incorporaciones, etc.

En los dos capítulos siguientes se estudia al tran-vía en relación con el desarrollo urbanístico de laciudad y con sus propios usuarios. Jesús Alba Ló-pez analiza la incidencia del tranvía en la estruc-turación y desarrollo de la ciudad, de sus barrios yde su importancia como agente urbanizador. JoséMaría Perea Soro, por su parte, presenta el tranvíaen relación con la vida cotidiana de la gente, elentorno político-administrativo, económico y ur-bano a través del vaciado de prensa de los últimosdiez años de vida del tranvía. Las anécdotas que

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recoge, las costumbres, las paradas, los lugares, losrecorridos y personajes, confieren al texto una cali-dez y una calidad humana que lo convierten en al-go entrañable y alejado de fríos aspectos técnicos.

En el último capítulo del libro, de nuevo Inmacu-lada Aguilar toma la palabra y se adentra en el re-nacimiento del tranvía en una ciudad modernadel siglo XXI. A la vista de los excelentes resulta-dos obtenidos por el tranvía en la ciudad de Va-lencia, el gobierno autonómico se propone exten-der sus ventajas a la ciudad de Alicante, inaugu-rándose en 1998 un tranvía experimental para cu-ya planificación y organización se tuvo en cuentala opinión y participación de los ciudadanos en latoma de decisiones, generándose una red de tran-vías moderna, el TRAM, al servicio de la ciudad yde sus habitantes.

El aparato gráfico utilizado en la edición es ver-daderamente abundante y de notable calidad,donde pueden verse tanto antiguas fotografíasen blanco y negro como otras de reciente actuali-dad, que transmiten una información del máximointerés acerca del tranvía y su relación con el pro-ceso evolutivo del espacio urbano y las personasque vivieron en sus distintas etapas de funciona-miento. Algunas de sus ilustraciones pueden te-ner la consideración de obras de arte y como unaparcela más de su historia se ha pretendido consi-derar esta obra pública de la ingeniería configu-radora del territorio alicantino. La activa CátedraDemetrio Ribes UVEG-FGV ha ascendido con estelibro un peldaño más en su línea de investigacio-nes preparatorias y conducentes a la creación delfuturo Museo del Transporte y del Territorio quele tiene encargado el Gobierno Autónomo Valen-ciano.

Santiago Montoya Beleña Cátedra Demetrio Ribes UVEG-FGV

AA.DD. Exposició La Llum de les Imatges. LuxMundi (Xàtiva 2007). Libro de estudios, Ge-neralitat Valenciana-La Llum de les Imatges,Madrid, 2007, 680 ps.

AA.DD. Exposició La Llum de les Imatges. LuxMundi (Xàtiva 2007), Generalitat Valenciana-La Llum de les Imatges, Salamanca, 2007,945 ps.

Xàtiva esdevé una mena de llum del món cristià.Des del 2 d’abril en què oficialment obrí les portesla nova edició de “La Llum de les Imatges” en la

capital de la Costera, molts han estat els esforços iles il·lusions dipositades que s´han vist culminatsdesprés de mesos de preparació en la penombra.

El treball engegat i coordinat pels seus comissaris(els Drs. Ximo Company, de la Universitat de Lleida;Vicent Pons, de la Universitat de València; i JoanAliaga, de la Universitat Politècnica de València) iseguit fil per randa per un planter d´estudiosos tanvariat com competent ha desembocat feliçment enpotser la millor de les exposicions vistes fins el mo-ment (València, Sogorb, Oriola, Sant Mateu-Trai-guera i Alacant). L´adjectiu no obeeix a criteris pu-rament subjectius –que són al capdavall els del queaçò subscriu, és inevitable– sinó a coordenadespragmàtiques si analitzem detingudament les an-teriors mostres i la comparem. Hi ha hagut avançossignificatius.

En aquesta nova seu, Xàtiva (un dels conjuntshistòrics més reeixits del País Valencià sense capmena de dubte), s’ofereix al visitant curiós i desfi-ciós per tot allò que destil·la cultura –seguint el filconductor del pòsit espiritual que ha caracteritzatsecularment les comarques centrals– tot un se-lecte mostrari de les expressions que en formad´incunables, pintures, orfebreria, escultura, tei-xits, miniatures, manuscrits, maquetes, audiovi-suals... troben cabuda en el marc incomparable icertament únic de la Col·legiata (d´excelsa arqui-tectura ara revitalitzada, sobretot interiorment),l´antic Hospital de Pobres (de portentosa façanade filiació entre hispanoflamenca i italiana), la re-cuperada església del convent de Sant Domènec(durant molts anys oblidat en el seu conjunt i araoberta per a l´ocasió) i el senzill encant de l´ermitade Sant Feliu a la costa del castell (fita indispensa-ble per tot aquell que visite la ciutat). Recorregutque degudament es complementa amb la Casa del´Ensenyança (on s´hi troben els tallers didàcticsper als escolars).

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Els responsables científics de l´esdeveniment hanposat negre sobre blanc les perquisicions pròpies ialienes que han dirigit en dos magnífics volums(un de textos històrics i l´altre de tipus catalogrà-fic, d´extraordinari aparat gràfic i encara més reei-xit contingut), els quals serveixen per a encunyartipogràficament un treball ben fet en línies gene-rals i que demostra el nivell d´exigència que els es-mentats coordinadors es proposaren el dia queacceptaren l´encàrrec i que han sabut transmetreals seus qualificats col·laboradors.

Culminen d´alguna manera aquest material bi-bliogràfic i documental cinc audiovisuals que esrecullen en un DVD mitjançant el qual es fan di-versos recorreguts per Xàtiva i els territoris de laseua antiga Sotsgovernació (amb guions a curad´un servidor i de Carmen Aguilar Díaz), els Borja,els convents xativins (amb textos de Josep LluísCebrián i Molina) i el delicat procés de restauracióde l´art moble i immoble que s´exhibeix i es pot vi-sitar (a càrrec de la fundació adés esmentada).

Com a colofó, afegim la decidida voluntat delscaps pensants de retre merescut homenatge a lanissaga local més coneguda internacionalment:els Borgia. Circumstància que féu que, en un pri-mer moment, es plantejara la possibilitat de ferun ampli recorregut per les peripècies vitals d´al-menys els seus membres més destacats. Final-ment, la capacitat del temple dominicà ha estatmés bé limitada per a satisfer aquest legítim de-sig i, com que també calia glossar les biografiesd´altres xativins de soca-rel, el repàs als mèritsborjans han quedat reduïts a alguns dels Borjamajors, principalment Alfons, Roderic i Cèsar en-tre alguns altres. Malgrat el contratemps, s´haaprofitat el moment per a oferir una ajustada vi-sió de l´extraordinari mecenatge que el segondels papes de la família (Alexandre VI) exercí enl´Europa contemporània: a Itàlia i, com no, a Es-panya (des de València) per mitjà –per exemple–de Jacomart, Reixac, il Pinturicchio, Paolo da SanLeocadio i Francesco Pagano, en matèria artísti-ca, tot i aprofitant el recent redescobriment i res-tauració de les pintures de l´absis de la seu valen-ciana.

Cal felicitar iniciatives com aquesta patrocinadesper la Generalitat, així com a la Fundació “La Llumde les Imatges” per posar en valor gran part delpatrimoni historicoartístic valencià que ausadesho necessita, a l´Arquebisbat de València, a l´Ajun-tament de Xàtiva i a les altres institucions i enti-tats que recolzen aquesta singular iniciativa, alsseus comissaris i als seus col·legues pel treball benrealitzat i, finalment, al col·lectiu de restauradors,

tècnics, arquitectes, assistents, guies... que han ves-tit de gala per a l´ocasió fins principis de 2008 unagran ciutat.

Albert Ferrer Orts Departament d’Història de l’Art.

Universitat de València-Estudi General

COMPANY, Ximo, Paolo da San Leocadio i elsinicis de la pintura del Renaixement a Espa-nya, Gandia: CEIC Alfons el Vell, 2006.

Este libro destaca en el panorama de la bibliogra-fía española sobre Historia del Arte del Renaci-miento por derecho propio. De una parte, no escomún entre los historiadores hispánicos acome-ter la tarea de escribir una monografía sobre unartista italiano, aunque en este caso la trayectoriadel pintor de Reggio Emilia, Paolo da San Leoca-dio tenga por escenario documentado las tierrasvalencianas entre 1472 y 1520. El catedrático de laUniversitat de Lleida Ximo Company es un conoci-do especialista en la pintura valenciana del primerRenacimiento, tema al que viene dedicando lamayor parte de sus estudios desde los años 80,con contribuciones importantes sobre Rodrigo deOsona, la pintura hispanoflamenca y el propio Paolo da San Leocadio, protagonista de varios de sus artículos y del libro La pintura paduana-ferra-resa del Quattrocento y sus relaciones con España(Lleida, 1989), que constituye un claro precedentede la obra que ahora comentamos. Con esta expe-riencia previa, el autor ha asumido el desafío decontar y explicar quién fue Paolo da San Leocadioy el papel de su pintura en la historia del arte delRenacimiento en España. De otra parte, la tareaeditorial de publicar una monografía de 675 pági-nas, con abundantes ilustraciones en color, un ex-tenso apéndice documental y texto bilingüe encatalán y castellano, es ambiciosa y admirable ymerece el elogio del CEIC Alfons el Vell por haber-la llevado a término con brillantez.

El resultado es una monografía valiosa, coherentey clásica sobre uno de los protagonistas de la in-troducción del Renacimiento pictórico en claveitálica en la península ibérica. Entre los valores, noes el menor el de la oportunidad, pues el hallazgoprevisible de parte de las pinturas murales de lacapilla mayor de la catedral de Valencia que SanLeocadio y Francesco Pagano realizaron tras sullegada a esta ciudad en 1472 en el séquito delcardenal Rodrigo Borja ha permitido el estudio deuna obra fundamental del artista y una pieza des-de ahora imprescindible en la historia de la pintu-

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ra del Renacimiento hispano. Detalles de estosfrescos no sólo constituyen el motivo principal dela portada y buena parte de las ilustraciones dellibro: las pinturas de la seo valentina ocupan elcentro de la reconstrucción de la personalidad ar-tística de San Leocadio que propone Ximo Com-pany y en torno a ellas gravitan la mayor parte –yla más reveladora– de las noticias documentalesreunidas en el apéndice de más de cien páginasque firman el propio autor y la historiadora LluïsaTolosa de la Universidad Politécnica de Valencia.Cuando se dilucida la historia de la ejecución delos frescos, la participación desigual de los dospintores italianos, Pagano y San Leocadio, y lascircunstancias que lo rodearon, la narración de Xi-mo Company se vuelve minuciosa y precisa, comosi el autor pretendiera reconstruir, paso a paso ysiempre con el apoyo documental, una labor artís-tica compleja en muchos sentidos y cuyos resulta-dos sólo en parte podemos contemplar. En estecontexto de análisis detallado, se presta en nues-tra opinión menor atención al modelo que repre-sentaba para la decoración de la capilla mayor elconjunto de pinturas murales anterior al incendiode 1469, mientras que los antecedentes italianosque se señalan para la obra valenciana lo son sóloen un sentido genérico y las semejanzas a vecesapuntan a empresas artísticas algo más tardías. Lainfluencia decisiva del cardenal Rodrigo Borja enla llegada de los pintores queda, en cambio, bienclara a través de los libros de obra de la catedralde Valencia, sin que ello menoscabe la iniciativa yel interés que el cabildo y los regidores de Valen-cia tenían en renovar la decoración de la capillamayor de la seo desde que el fuego la destruyeray unos y otros apelaran a la mediación del prela-do valenciano en la corte pontificia.

La puesta en claro, en la medida que lo consien-ten las fuentes disponibles, de la biografía de Pao-lo da San Leocadio (1447-1520), sobre todo desdesu llegada a Valencia en 1472, y la depuración crí-tica del catálogo de sus pinturas son logros firmesdel autor, si bien el problema de su formación enItalia y el de un eventual viaje de regreso a aquelpaís entre 1485 y enero de 1490 no quedan defi-nitivamente resueltos, en parte debido a que elanálisis del contexto de la pintura italiana delQuattrocento, de la que surge el Mestre Paulocon sus modelos, está descompensado respectodel que se ofrece de la pintura hispana coetáneaa la actividad de San Leocadio. Probablemente, eleco que este libro tenga en la historiografía de lapintura del primer Renacimiento en Italia propi-ciará una nueva aproximación a estos problemascon un conocimiento más exhaustivo del ambien-

te de Ferrara (acaso no tanto de Padua) y de laRoma papal de los años centrales del siglo XV,siempre con las limitaciones que imponen las obrasconservadas y los lentos avances de la investiga-ción documental en suelo italiano.

Una de las apuestas más rotundas del profesorCompany se identifica con la voluntad de deslin-dar la labor de Pagano y de San Leocadio en losfrescos de la capilla mayor de la catedral de Va-lencia, atribuyendo al segundo la autoría de losángeles de la bóveda, ahora de nuevo visibles des-pués de la intervención más reciente, y de las par-tes altas del conjunto de los murales. La figura delpintor mencionado en la documentación comomestre Riquart, y que se identificó sin suficientefundamento con Riccardo Quartararo, queda des-vinculada de la pareja Pagano-San Leocadio –nosiempre bien avenida– y aminorada con razón ensu fugaz presencia valenciana. La evolución, si ca-be emplear este término, desde los frescos y la es-pléndida Virgen del caballero de Montesa (Ma-drid, Prado) hasta el San Leocadio que firma enGandia un contrato de servicios pictóricos en con-diciones casi exclusivas con la duquesa María Enrí-quez podría definirse como una “hispanización”de su pintura, si a continuación se explicara con-venientemente en qué consistió este proceso y có-mo prevaleció incluso frente a la renovación delcontacto con la pintura emiliana del segundo Quat-trocento (Lorenzo Costa, Francesco Francia, GianFrancesco Mainieri y Amico Aspertini), tan tenueque puede resultar todavía hipotética, aunquetambién verosímil. Pues la versatilidad y la capaci-dad de asimilación de Paolo da San Leocadio, quequedan bien acreditadas en el catálogo de suobra, no bastan por sí solas para trazar la derivaque sigue su pintura hacia la Virgen de Gracia deEnguera o el desaparecido retablo mayor de la co-legiata de Gandia. Ximo Company se plantea éstay otras preguntas e intenta darles una respuestasatisfactoria, prudente y razonable, sin pretenderque sus conclusiones sean definitivas e inapela-bles, como a veces lo han querido otros autores.

Por otro lado, la consideración de la historia de lapintura hispánica del siglo XV desde el gótico in-ternacional hasta el pleno Renacimiento de co-mienzos de la centuria siguiente es extensa, deta-llada y selectiva: ocupa aproximadamente un ter-cio de la versión valenciana del libro y trata dellargo proceso y de las vicisitudes que condujerona los artistas hispanos desde los modelos nórdi-cos a los italianos a partir del estudio de la obrade algunos pintores singulares como Jaume Huguet,Fernando Gallego, Bartolomé Bermejo, Jacomart,

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Pedro Berruguete y Juan de Flandes, entre otros.Con ello se ofrece una cartografía de la pinturahispánica en vísperas de la llegada de San Leoca-dio a Valencia. A propósito no se rehúyen cuestio-nes espinosas como la actividad de Pedro Berru-guete en Urbino o la posibilidad de deslindar laspersonalidades artísticas de Jacomart y Joan Re-xach. Sin embargo, quedan fuera de este libro al-gunas figuras y problemas que de haberse inclui-do hubieran convertido la primera parte de estaobra en una verdadera historia de la pintura his-pánica del siglo XV desde la perspectiva de la in-troducción de las formas renacentistas. Entre lascuestiones marginadas habría que señalar la plu-ralidad y complejidad de las opciones del mece-nazgo hispano en la segunda mitad del siglo XV,la articulación del trabajo en el seno de los talle-res o la función y propiedad de las imágenes reli-giosas tanto en retablos como en formatos másadecuados a la devoción personal. Quizá no hagafalta mencionar que el tratamiento de tales pro-blemas y de una nómina más amplia de artistashabría constituido por sí solo un empeño formida-ble y un volumen autónomo, todavía pendientede escribir desde que en 1989 Fernando Maríassentara las bases de una nueva visión de este pe-ríodo artístico en el excelente libro El largo sigloXVI. Los usos artísticos del Renacimiento español.Con todo, las aportaciones referentes al ámbitovalenciano de Miguel Falomir en sus libros La pin-tura y los pintores en la Valencia del Renacimien-to (1472-1620) (Valencia, 1994) y Arte en Valencia,1472-1522 (Valencia, 1996), que incluye el anteriory es el único de los dos citado en la bibliografía dela obra de Company, marcaban un camino distin-to del seguido en este trabajo y que el propio au-tor ya exploró en su ensayo L’art i els artistes alPaís Valencià modern (1440-1600): comportamentssocials (Barcelona, 1991).

De aquí deriva también la coherencia que es unade las virtudes de esta sólida investigación. Elexamen de la bibliografía, de las fuentes docu-mentales, de las obras conservadas y de los pro-blemas que surgen de confrontar unas con otras

son tratados con detenimiento y una actitud es-crupulosa para redactar una biografía, distinguirlas principales etapas de la pintura de San Leoca-dio y confeccionar un corpus de obras bien defi-nido. Así el libro tiene una voluntad de convertir-se en una monografía clásica sobre el pintor deReggio Emilia y no sólo por su relación con losmodelos reconocidos de este género de la histo-riografía del arte, sino también por la voluntadde permanecer en el tiempo, que resulta paradó-jica si se piensa que la ocasión de esta publicaciónla ha propiciado el “descubrimiento” resonantede las pinturas ocultas durante siglos tras la bóve-da barroca de Juan Pérez Castiel en la catedral deValencia. La fortuna crítica de estos frescos mien-tras estuvieron visibles y aun de la memoria deSan Leocadio es otro aspecto intrigante, al repa-rar en las escasísimas noticias que viajeros –comoel atento Jerónimo Münzer en 1494–, cronistas yentendidos transmitieron de unas y otro hastaque el venerable Roc Chabàs exhumó la docu-mentación referente a la decoración de la capillamayor de la catedral. Pero el intento de construiruna monografía bien trabada a la que puedanacudir los lectores interesados en la pintura deSan Leocadio y todos aquellos que quieran com-partir la visión del profesor Company sobre losorígenes de la pintura del Renacimiento hispanoestá declarada en la conclusión del libro: hemtractat de contribuir amb una oberta invitació aveure una part dels aspectes més significatius dela nostra pintura peninsular. I a veure-ho i expo-sar-ho en clau crítica (p. 358). Se deduce tambiénde la honradez con que se han empleado lasfuentes y se han puesto a disposición del lectorcasi todos los elementos de juicio disponibles, sal-vo error u omisión, para que otros historiadorespuedan formar su propia opinión sobre el tema yreconsiderar éstos y otros problemas de la pintu-ra del Renacimiento en el solar hispano y en par-ticular en el País Valenciano.

Amadeo Serra Desfilis Universitat de València

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