Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

167
3 El idioma es el depositario de un inmenso caudal de conocimientos. Toda la experiencia de siglos se halla codificada en ese conjunto de voces que definen, matizan, acercan y separan los conceptos y los elementos, las herramientas y las obras. Los cambios técnicos que la construc- ción ha experimentado en este siglo han inutilizado gran parte de nuestro vocabulario tradicio- nal, pero esa merma de su potencial no justifica el increíble desprecio que los profesionales de nuestro sector muestran por la precisión en la expresión técnica. Otros sabrán explicar las razo- nes de esta evolución; pero es evidente que sin un vocabulario preciso no existe realmente el conocimiento técnico; que únicamente las voces conocidas y aceptadas por todos permiten la transmisión de algo que debe ser imaginado por unos, dibujado por otros, contratado por unos terceros, ejecutado por unos cuartos y usado por otros de más allá. Alguien que no distinga la driza de la escota nunca podría participar en las labores de una em- barcación; sin embargo, entre nosotros, hasta los autores de la normativa confunden cercha con cuchillo, mamperlán con bocel, o librillo con persiana. Es cierto que en todos los campos el lenguaje está sufriendo un serio deterioro, pero creo que en el nuestro el problema es más grave aún que en muchos otros. Tenemos un vocabulario preciso que distingue el pernio de la bisagra, la fayanca de la peana y el sofito del lacunario. Que es poético cuando llama lucero a la ventana alta, es irónico cuando amplía el sentido de emparrado a un desesperado peinado masculino que oculta la calva bajo los pámpanos de una sien, y es dramático cuando llama verdugada al cardenón rojo sobre la piel gris de un muro de piedra. El amor a nuestro trabajo debería animarnos a utilizar mejor una herramienta tan indispensable y a buscar el apoyo que nos brinda, siempre tan sugerente. Introducción

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Page 1: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

3

El id

ioma es el d

epositario d

e un inmenso caud

al de conocim

ientos. Toda la exp

eriencia de

siglos se halla codificad

a en ese conjunto de voces q

ue definen, m

atizan, acercan y separan los

conceptos y los elem

entos, las herramientas y las ob

ras. Los camb

ios técnicos que la construc-

ción ha experim

entado en este siglo han inutilizad

o gran parte d

e nuestro vocabulario trad

icio-nal, p

ero esa merm

a de su p

otencial no justifica el increíble d

esprecio q

ue los profesionales d

enuestro sector m

uestran por la p

recisión en la expresión técnica. O

tros sabrán exp

licar las razo-nes d

e esta evolución; pero es evid

ente que sin un vocab

ulario preciso no existe realm

ente elconocim

iento técnico; que únicam

ente las voces conocidas y acep

tadas p

or todos p

ermiten la

transmisión d

e algo que d

ebe ser im

aginado p

or unos, dib

ujado p

or otros, contratado p

or unosterceros, ejecutad

o por unos cuartos y usad

o por otros d

e más allá.

Alguien q

ue no distinga la d

riza de la escota nunca p

odría p

articipar en las lab

ores de una em

-b

arcación; sin emb

argo, entre nosotros, hasta los autores de la norm

ativa confunden cercha con

cuchillo, mam

perlán con b

ocel, o librillo con p

ersiana. Es cierto q

ue en todos los cam

pos el

lenguaje está sufriendo un serio d

eterioro, pero creo q

ue en el nuestro el prob

lema es m

ás graveaún q

ue en muchos otros. Tenem

os un vocabulario p

reciso que d

istingue el pernio d

e la bisagra,

la fayanca de la p

eana y el sofito del lacunario. Q

ue es poético cuand

o llama lucero a la ventana

alta, es irónico cuando am

plía el sentid

o de em

parrad

o a un desesp

erado p

einado m

asculinoq

ue oculta la calva bajo los p

ámp

anos de una sien, y es d

ramático cuand

o llama verd

ugada al

cardenón rojo sob

re la piel gris d

e un muro d

e pied

ra.

El am

or a nuestro trabajo d

ebería anim

arnos a utilizar mejor una herram

ienta tan indisp

ensable y

a buscar el ap

oyo que nos b

rinda, siem

pre tan sugerente.

Introducción

Page 2: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

4

Preced

entes y agrad

ecimiento

s

Mi prim

er agradecimiento debe ser para todos los que trabajaron antes que yo redactando los

diccionarios que he utilizado. En realidad este libro es un centón, un patchw

ork diríamos hoy, de

todos esos libros anteriores. Debo destacar ante todo la deuda con M

aría Moliner cuyo inteligente

Diccionario de U

so tiene una estructuración en familias que ha facilitado inm

ensamente m

i trabajo.

Estos textos encuentran su origen en d

os viejas iniciativas: por una p

arte, la serie de artículos

pub

licados p

or Aviva en los años 1996 y 1997 q

ue glosaban algunas voces d

e la construcción,voces q

ue describ

ían elementos q

ue no merecían el olvid

o en que las tenem

os. El lam

breq

uín, elsob

rado o el acroterio sugerían no sólo la im

portancia y p

recisión de un léxico olvid

ado sino

tamb

ién la carga de la trad

ición y los valores que la m

odernid

ad hab

ía rechazado con ap

resurada

comb

inación de ignorancia y d

esprecio. A

unque la m

ayor parte d

e esos elementos se hayan

olvidad

o con su nomb

re, espero evid

enciar la persistencia d

el prob

lema q

ue resolvían y por lo

tanto el interés que tend

ría una recuperación d

e formas constructivas funcionalm

ente similares a

las olvidad

as. Mi agrad

ecimiento a Luis Fernánd

ez Galiano y A

dela G

arcía Herrera, p

romotores y

editores d

e esos artículos.

La otra iniciativa original fue un vocabulario gráfico q

ue intenté construir con la inapreciab

leayud

a de d

os fantásticos dib

ujantes montand

o láminas y d

os entusiastas colaborad

oras gene-rand

o fichas y más fichas. M

ucho de lo q

ue hay aquí tiene su origen en el trab

ajo de José A

ntoniod

e Dios, E

duard

Perm

anyer, Pilar C

árceles y Teresa Garreta.

Estructura d

el libro

Pero el lib

ro que el lector tiene en las m

anos no es ninguna de am

bas cosas, sino una tercera. E

suna am

biciosa com

binación d

e las anteriores que intenta reunir la lectura continua y m

ás om

enos amena d

e los prim

eros artículos con la voluntad p

edagógica d

el vocabulario gráfico, y

todo ello d

entro del corsé d

e un amb

icioso y estricto esquem

a geométrico.

El lector p

uede hojear el lib

ro y encontrará veinticinco capítulos d

edicad

os a otras tantas partes

del ed

ificio. Dentro d

e cada cap

ítulo se citan, definen y glosan unas cuarenta voces q

ue tienenen com

ún su proxim

idad

funcional o simp

lemente su vecind

ad en el ed

ificio. Otro criterio en la

formación d

e estos grupos ha sid

o tamb

ién que p

ara casi todos ellos existiese una tesis, una

argumentación razonad

a sobre la conveniencia d

e atender un d

eterminad

o aspecto olvid

ado,

recordar m

atices de unas voces o sugerir intenciones p

ara el futuro.

Page 3: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

5

Pero tam

bién cada capítulo selecciona las voces más significativas que se identifican con ese tem

ao con esa parte del edificio. A

sí el libro va construyendo un vocabulario de un total de mil voces que

pueden consultarse alfabéticamente en el índice final y desde allí dirigirse al capítulo correspon-

diente, donde el lector encontrará no sólo esa voz, sino cuarenta más que le ayudarán a situarla.

Por últim

o, casi como un juego, se ha seleccionad

o una voz de cad

a grupo p

ara encabezar cad

auno d

e los capítulos, con la d

ifícil condición d

e que el conjunto recorra casi tod

o el abeced

ario.Los cap

ítulos se encabezan sucesivam

ente con Alb

enda, B

eata, Celaje... y así hasta veinticinco

iniciales alfabéticam

ente ordenad

as.

El d

esafío más d

ivertido d

e la redacción d

e este libro ha sid

o, evidentem

ente, la construcción de

ese voluntariamente rígid

o entramad

o. Seleccionar las m

il voces, agruparlas en los veinticinco

grupos unid

os por alguna relación funcional o física, asegurarse d

e que los veinticinco grup

osrecorren con interés relativam

ente homogéneo los p

roblem

as de la cub

ierta, la fachada, el hue-

co, etc., imaginar la tesis q

ue dará cohesión e intención al cap

ítulo, seleccionar la voz que rep

re-sentará a las d

emás en el ab

ecedario q

ue nos sirve de guión ha sid

o endiab

ladam

ente comp

lejoe interesante. ¿T

iene el alero entidad

para form

ar un grupo? ¿D

entro del cap

ítulo del alero, p

re-ferim

os sofito o lamb

requín p

ara encabezarlo? S

i me q

uedo con sofito, no p

odré utilizar sucu-

cho, tan interesante para exp

licar los prob

lemas d

e las concavidad

es del p

erímetro d

e contactocon el suelo en el p

aquete d

e temas d

e la forma exterior d

e la fachada. La F¿la ofrecerem

os aFayanca o a Falleb

a?

En los tem

as de creación las limitaciones son un excitante desafío m

ás que una pérdida de liber-tad, puesto que el cam

po total de posibilidades es infinito. Lo cierto es que no he podido evadirme

de la fuerza de esta red que se ha ido creando alrededor de mi de m

anera casi autónoma.

Confío q

ue el lector trate con indulgencia estas d

iversiones, pero sep

a que, en cualq

uier caso,d

ispone d

e tres lecturas posib

les:

- la lectura po

r capítulo

s. No soy op

timista resp

ecto a las posib

ilidad

es de una lectura continua-

da d

e este texto. La carga de las cuarenta d

efiniciones la hace muy d

ifícil. Sólo asp

iro a unascuriosas ojead

as desd

e las figuras hacia los textos. Quizás alguien p

reocupad

o por encontrar las

voces adecuad

as a una descrip

ción novelada o a un p

liego de cond

iciones se anime a la lectura

de un cap

ítulo. En fin, verem

os a ver, como d

ijo el ciego.

Page 4: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

- la consulta al índ

ice temático

. Esp

ecialmente ind

icada si el lector está interesad

o en conocerel vocab

ulario referente, por ejem

plo, a los herrajes d

e la carpintería. A

llí, en el índice tem

ático,b

ajo el título de esp

añoleta, encontrará cuarenta voces relacionadas con los herrajes y d

oscien-tas q

ue tienen que ver con la carp

intería y el hueco.

- la consulta al índ

ice de vo

ces. Si se está interesad

o en el significado d

e una voz concreta, eneste índ

ice el lector encontrará las mil voces con una inicial y una cifra d

etrás que le llevarán al

capítulo y al p

árrafo dond

e esa voz se encuentra descrita entre otras m

uy próxim

as que p

ueden

tamb

ién ilustrarle.

En el texto las voces que se definen se im

primen en negrita. A

veces llevan un asterisco quesignifica que no están en el diccionario de la R

eal Academ

ia. En algún caso las precede un após-

trofe que explica que el diccionario las recoge pero no incluye el significado que aquí se les da.

Esp

ero que este texto, ad

emás d

e ser de alguna utilid

ad, transm

ita una mínim

a parte d

el interésy la d

iversión que a m

í me ha p

roporcionad

o.

Page 5: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

Albenda

Las protecciones del hueco 9

Beata

La cubierta de teja17

Celaje

Los nombres de la ventana

23

Desván

Del sobrado al ático

29

Españoleta

Los herrajes de la carpintería33

Fayanca

Los mecanism

os de la estanquidad39

Guardapolvo

El agua en la fachada45

Hastial

Las formas de la cubierta inclinada

51

Imbornal

La evacuación de las aguas de lluvia57

JabalcónLos entram

ados estructurales65

LacunarioLa estructura de horm

igón73

LlaveD

el aparejo a la fijación79

Mam

perlánLa banalización de la escalera

85

Nudillo

Los interiores y las instalaciones91

Opa

Algunas voces de la obra

97

Partelu

zLa tectónica de los dinteles

105

Quijera

Del cuchillo a la celosía

111

Regata

Zócalos, regueros y cobertizos119

Sofito

Las cornisas y otros vuelos125

TelarEl perím

etro de los huecos131

Um

bralLos bajos de puertas y ventanas

139

VentosaP

atios, tubos y conductos145

Xaraiz

Muros, piedras y ladrillos

151

YesónD

el reciclaje a la sostenibilidad155

Zarpa

Los planos de la fachada161

Índice temático

165

Índice alfabético176

Bibliografía

180

Índice

Page 6: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

8

RA

E R

eal Academ

ia Española: D

iccionario de la Lengua Española

MM

María M

oliner: Diccionario de uso del español. E

dición en CD

-RO

M.

MT

Mariano M

atallana: Vocabulario de Arquitetura C

ivil

BB

Benito B

ails: Diccionario de A

rquitectura Civil.

P José R

amón P

aniagua: Vocabulario Básico de A

rquitectura

T Instituto E

duardo Torroja de la Construcción y el C

emento: Léxico de la C

onstrucción

SH

Serra H

amilton: T

érminos ilustrados de arquitectura, construcción y otras artes y oficios

Abreviaturas

Page 7: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

176

A hueso X

(6)A

la molinera M

(12)A

torta y lomo B

(6)Á

baco L (16)A

batidor A (4)

Abocardar T

(5)A

bocinar T (5)

Acequia R

(5)A

cera Z (10)

Acitara X

(9)A

codo G (8)

Acopiar O

(2)A

crótera I (13)A

croterio I (13)A

cuerdo Z (5)

Acuesto Z

(7)A

CV

Y (19)

Adarajas LL (4)

Agalerar R

(16)A

guas H (1)

Agüera R

(4)A

guilón B (9)

Aguilón S

(7)A

guja O (16)

Aireación V

(12)A

jarafe I (10)A

jimez C

(9)A

jimez P

(11)A

la Q (16)

Ala S

(2)Á

labe B (9)

Álabe S

(2)A

lacena N (3)

Alam

bor Z (7)

Alam

ud E (4)

Alar S

(2)A

laroz P (11)

Albanecar Q

(10)A

lbanega G (9)

Albañal V

(8)A

lbardilla H (15)

Albarrada X

(12)A

lbedén R (5)

Albenda A

(2)A

lbollón V (8)

Alcachofa I (7)

Alcantarilla V

(8)A

lcatifa Y (9)

Alcorque R

(8)A

ldaba E (4)

Aldabilla E

(5)A

ldavía J (11)A

lero corrido S (3)

Alero de m

esilla S (3)

Alero S

(2)A

lfardas Q (5)

Alfarjía U

(4)A

lféizar U (1)

Alfiz G

(9)A

lgorfa D (5)

Alguaza E

(9)A

licantina B (5)

Aliviadero I (8)

Aljibe V

(6)A

lma M

(12)A

lma Q

(16)A

lmacería D

(5)A

lmáciga T

(17)A

lmarbatar LL (2)

Alm

as O (11)

Alm

izcate V (5)

Alm

ohadón P (9)

Alm

ojaya O (7)

Alm

orzada Y (12)

Alpende D

(4)A

lpende R (15)

Alquitifa Y

(9)A

lzacortinas A (17)

Anaquel N

(3)A

ncla LL (8)A

nclaje LL (11)A

ncón S (6)

Andam

io O (4)

Andam

io tubular O (13)

Andana C

(12)Á

ndito R (2)

Anta Z

(4)A

ntecuerpo U (5)

Antefija I (14)

Antepecho U

(5)A

ntepuerta A (19)

Antosta Y

(5)A

painelado P (8)

Apaisada P

(14)A

parejos LL (3)A

placado Z (11)

Aram

bol M (11)

Araña LL (15)

Arbellón V

(8)A

rco adintelado P (9)

Arco de descarga P

(6)A

rco plano P (9)

Argam

asa L (3)Á

rido L (4)A

rimez Z

(3)A

rjeute B (6)

Arm

adura Q (2)

Arm

aduras L (4)A

rmella E

(16)A

rpón LL (7)A

rquitrabe P (5)

Arrabá G

(9)A

rrimadero N

(4)A

rtesón L (17)A

rticulación LL (14)A

ser J (12)A

sser J (12)

Asta X

(9)A

strágalo M (6)

Atajadizo N

(2)A

tarjea R (5)

Ático D

(11)A

toque M (6)

Azor X

(2)A

zotea I (10)A

zutea I (10)B

abero U (11)

Bahorrina G

(10)B

ajante I (5)B

ajante V (7)

Bajocubierta D

(1)B

alcón C (8 )

Balconera C

(8 )B

alda N (3)

Banco D

(7)B

anqueta Z (6)

Baqueta F

(9)B

aquetilla F (9)

Baquetón F

(9)B

aranda M (11)

Barandal U

(5)B

arandilla M (11)

Barbacoa D

(4)B

arbilla Q (15)

Barda H

(16)B

arro y tomiza L (8)

Basam

ento R (2)

Basculante F

(13)B

astidor F (4)

Bastidor T

(13)B

ateaguas G (10)

Batiente F

(3)B

eata B (8)

Belvedere R

(13)B

erenjeno O (18)

Bífora P

(10)

Bigem

inado P (10)

Bisagra E

(9)B

oarda D (3)

Boardilla D

(3)B

oca de lobo LL (4)B

ocateja B (9)

Bocel M

(6)B

olo M (12)

Bom

bo A (12)

Botonera J (9)

Bovedilla L (8)

Brandal M

(11)B

risoleil A (16)

Brochal L (10)

Buharda D

(3)B

uhardilla C (5)

Buhardilla D

(3)B

uhedera C (14)

Burlete F

(8)B

uzonera I (6)C

aballete H (6)

Cabecero T

(14)C

abezada M (3)

Cabio alto T

(14)C

abio bajo T (14)

Cabio J (12)

Cabios Q

(8)C

acera R (4)

Cachaba E

(16)C

adahalso R (14)

Cadena J (6)

Caja M

(2)C

aja y espiga Q (15)

Cajetín E

(13)C

ajetín N (10)

Calcina L (3)

Calderilla I (9)

Cám

ara ventilada U (10)

Índice alfabético

Page 8: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

177

Cam

aranchel D (8)

Cam

aranchón D (5)

Cam

brón E (16)

Cam

ón C (8 )

Cam

pata J (4)C

an S (6)

Canal B

(4)C

anal maestra I (3)

Canaleja I (3)

Canalera I (3)

Canaleta N

(10)C

analiega B (9)

Canaliza B

(9)C

analón I (3)C

ancel A (22)

Canecillo S

(6)C

anoa I (3)C

antimplora O

(5)C

anto X (7)

Capa de com

presión L (9)C

apialzado A (12)

Capialzado alabeado T

(5)C

apialzado de Marsella T (5)

Capialzado T

(5)C

apirote G (5)

Capuchino LL (6)

Caracol M

(12)C

arena H (7)

Carenado H

(7)C

argadero P (4)

Cargo P

(4)C

arina H (7)

Carpa R

(17 )C

arpanel P (8)

Carrera J (5)

Cartabón Q

(10)C

artela Q (17)

Cartela S

(6)C

artón-yeso N (5)

Cascajo Y

(6)C

ascote Y (3)

Casetón L (17)

Catifa Y

(9)C

avedio V (6)

Caz R

(4)C

azoleta I (9)C

eja N (6)

Celaje C

(16)C

elosía A (8)

Celosía Q

(12)C

enador R (12)

Centonar O

(2)C

epo O (17)

Cercha Q

(3)C

erco T (13)

Cerradero E

(13)C

hambilla G

(8)C

hambrana G

(8)C

haperón S (5)

Charnela E

(9)C

harneta E (9)

Chaveta E

(11)C

hillado B (6)

Chim

enea V (1)

Chiribitil D

(8)C

huleta Y (12)

Cielo raso N

(11)C

ierro C (8 )

Cim

bra Q (3)

Cisterna V

(6)C

itara X (9)

Citarilla sardinel X

(10)C

laraboya C (6)

Clareo LL (12)

Claro P

(1)C

loaca V (8)

Cobertizo R

(14)C

obertor G (6)

Cobija B

(4)C

oche parado C (8 )

Coda Q

(17)C

odal J (15)C

ogote T (11)

Cola S

(5)C

oladera I (6)C

olanilla E (5)

Colector V

(9)C

olgadizo P (12)

Colgadura A

(17)C

oliso LL (13)C

olumna N

(16)C

ompás E

(8)C

ompensada M

(4)C

ompluvio V

(6)C

ompuerta A

(21)C

oncreto L (4)C

onductos V (4)

Condutal I (5)

Condutal V

(7)C

ontraescarpa Z (7)

Contrafuerte X

(4)C

ontrahuella M (3)

Contralecho X

(6)C

ontrapilastra Z (4)

Contraventana A

(4)C

ontraviento J (16)C

ontrazanca M (8)

Cordones Q

(12)C

ornezuelos Q (15)

Cornija S

(4)

Cornijal B

(9)C

ornijamento S

(4)C

ornijón S (4)

Cornisa G

(13)C

ornisa S (4)

Cornisam

ento S (4)

Cornisón S

(4)C

orona S (4)

Corral V

(5)C

orrala V (5)

Correas Q

(8)C

orredera F (13)

Cortina A

(17)C

ostal O (16)

Costero O

(15)C

ostilla O (17)

Coz S

(5)C

remona E

(17)C

resta H (6)

Crestería H

(6)C

restón H (6)

Crujía X

(3)C

ruz de San A

ndrés J (16)C

ruz de tensores Q (13)

Cuadral S

(7)C

uarterón A (7)

Cuarterón F

(5)C

ubreagua G (2)

Cubrejuntas B

(3)C

uchillo Q (2)

Cuello de cisne I (7)

Cuello O

(7)C

uento J (3)C

ulo de mona M

(11)C

umbrera H

(5)C

umbrera Q

(6)C

una O (9)

De borde B

(9)D

e copete B (9)

Deja Q

(15)D

elantal U (11)

Delfín I (9)

Dentellón LL (4)

Derram

e T (5)

Derram

o T (5)

Derretido L (3)

Desagüe I (6)

Desagüe V

(7)D

escafilar Y (11)

Descansillo M

(2)D

esembarco M

(2)D

eslizante F (13)

Desm

embrar Q

(16)D

espideaguas F (2)

Despidiente G

(10)

Despidiente O

(8)D

esplome Z

(7)D

esván D (2)

Desvío O

(8)D

iagonal Q (12)

Diente LL (4)

Dintel P

(2)D

oblado D (6)

Doblez H

(5)D

ovela P (7)

Duella T

(4)D

urmiente J (8)

Durm

iente O (11)

Écfora S

(5)E

co-high-tech Y (15)

Ecología Y

(14)E

jión O (12)

Ejión Q

(8)E

mbarbillado Q

(15)E

mbornal I (1)

Em

parrado R (9)

Em

plecton Y (7)

Em

plectum LL (5)

Em

plenta LL (5)E

ncaballado B (1)

Encachado Y

(9)E

ncadenado L (11)E

ncaje a gancho F (7)

Encascotar Y

(7)E

ncofrado O (14)

Endejas LL (4)

Engalabernar LL (2)

Enjarjes LL (4)

Enjuta G

(9)E

nramada R

(9)E

nrayado Q (8)

Enrejar O

(3)E

nruna Y (9)

Ensam

blaje LL (2)E

nsamble LL (2)

Entarim

ado N (14)

Entera P

(2)E

ntoldado R (16)

Entram

ado J (1)E

ntrega S (5)

Entrepaño F

(5)E

ntrepaño Z (2)

Entrepiso L (6)

Entrevigado L (8)

Enzoquetar Y

(8)E

scalera LL (4)E

scarpa Z (7)

Escarpiador I (5)

Escarzano P

(8)E

sconce T (4)

Escucha C

(13)E

scudete H (12)

Escupidor F

(2)E

scurridor T (19)

Espaldones Q

(15)E

spañoleta E (15)

Espárrago M

(12)E

spárrago R (9)

Espejuelo C

(15)E

spía J (16)E

spiga E (9)

Estilóbato R

(2)E

stor A (18)

Estriberón R

(8)E

stribo X (4)

Esviaje Z

(5)E

xtractor V (13)

Exutorio V

(12)Fachada de dos hojas U

(10)Fachada ventilada U

(10)Fajón G

(8)Faldeta H

(1)Faldón G

(2)Faldones H

(1)Fallanca F

(1)Falleba E

(16)Falsa D

(6)Falso techo N

(12)Fastial H

(2)Fastigio H

(2)Fayado D

(6)Fayanca F

(1)F

elpas F (10)

Fiador E

(14)F

iador I (3)F

ija E (9)

Fijación LL (11)

Forjado L (6)

Forjar L (5)

Fraguado L (5)Frailero A

(13)Fresquera T

(15)Frontal J (8)Frontera O

(15)Frontis H

(3)Frontispicio H

(3)Frontón G

(4)Frontón H

(3)G

afa LL (8)G

alápago I (7)G

alce F (7)

Galera R

(16)G

alería A (17)

Galería C

(11)G

allón Y (13)

Page 9: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

178

Garabato B

(11)G

arbancillo Y (6)

Gargallo F

(7)G

arganta Q (15)

Gargol F

(7)G

árgola I (4)G

arra LL (8)G

arujo L (3)G

asón Y (4)

Gem

inado P (10)

Giralda V

(11)G

iraldillo V (11)

Glacis Z

(7)G

lorieta R (12)

Gobio E

(11)G

obio LL (7)G

olfa D (8)

Golfo E

(11)G

olpe y llave E (13)

Golpete E

(7)G

once E (10)

Gorrón E

(3)G

oterón U (6)

Gozne E

(10)G

rado M (3)

Grapa LL (8)

Grapón E

(6)G

rueso X (7)

Gualdera M

(8)G

ualderas T (14)

Guardaaguas G

(2)G

uardacantón U (17)

Guardacantón Z

(8)G

uardaguas H (11)

Guardalado U

(5)G

uardamalleta A

(15)G

uardamalleta S

(12)G

uardapolvo G (6)

Guardapuerta A

(19)G

uardasilla N (4)

Guardilla C

(5)G

uardilla D (5)

Guarnición F

(8)G

uillotina F (13)

Guinda Y

(8)G

uindola O (10)

Hastial H

(2)H

az Z (2)

Hijuela H

(14)H

ilada X (8)

Hilera Q

(6)H

oja F (3)

Hoja practicable A

(3)H

olgura LL (12)H

orcón J (4)H

orma X

(12)

Horm

igón L (3)H

ostigo X (3)

Hueco U

(2)H

uelgo LL (12)H

uella M (3)

Husillo M

(12)Im

afronte H (3)

Imbornal I (1)

Imbricado B

(1)Im

brice B (3)

Imperial M

(2)Im

pluvio V (6)

Imposta G

(12)Im

posta T (14)

Jabalcón J (13)Jabalón J (13)Jácena J (10)Jácena L (13)Jaire X

(11)Jairo X

(11)Jam

ba T (2)

Jambaje T

(2)Jem

esía C (15)

Jofre X (12)

Junquillo F (9)

Junta F (8)

Kiosco R

(12)Lacunario L (2)Lacunario S

(9)Laja B

(2)Lam

a I (10)Lam

as A (13)

Lambrequín S

(12)Laña LL (8)Larguero de fijas F

(4)Larguero de m

anos F (4)

Larguero F (4)

Lata por canal B (6)

Latiguillo O (17)

Launa I (10)Lecho X

(6)Lesena Z

(3)Librillo A

(11)Lienzo Z

(2)Lim

a H (5)

Limahoya H

(9)Lim

atesa H (8)

Limón M

(9)Lim

ón U (16)

Lindar U (15)

Lindel P (2)

Lindón H (5)

Lintel P (2)

Linterna C (6)

Lira O (8)

Llaga X (8)

Llave LL (6)Lom

barda Z (3)

Lomera B

(10)Lom

era H (5)

Lomo H

(5)Lonjeta R

(12)Losa L (12)Lucarna C

(4)Lucera C

(3)Lucerna C

(3)Lucernario C

(4)Lucero A

(7)Lucero C

(3)Lum

bral U (15)

Lumbre P

(1)Lum

brera C (4)

Luna F (11)

Luneta B (9)

Luneta C (13)

Luz J (4)Luz P

(1)M

acho X (4)

Machón X

(4)M

adero cojo L (10)M

aderos de suelo L (7)M

adrina J (4)M

ainel P (12)

Mallorquina A

(10)M

ambrú V

(10)M

ampara A

(20)M

amparas N

(9)M

amperlán M

(6)M

ampuesto X

(5)M

ancomunado V

(5)M

angueta Q (11)

Mangueta T

(14)M

anigueta E (12)

Manija E

(12)M

anilla E (12)

Manita LL (15)

Mansarda D

(9)M

ansarda H (13)

Marbete Z

(3)M

arco T (13)

Marquesina G

(2)M

arrano J (8)M

arrano O (11)

Marsellesa B

(5)M

asilla T (17)

Mástique T

(17)M

atanza Z (9)

Mazacote L (3)

Mazonera G

(7)M

echinal O (4)

Medianería X

(3)M

edianero X (3)

Medianil X

(3)M

edio punto P (8)

Meseta M

(2)M

esilla M (2)

Mesilla U

(5)M

ezanina C (11)

Migajón Y

(10)M

imbel I (11)

Mirador C

(8 )M

irilla C (9)

Mocheta T

(3)M

odillón S (6)

Mohinete H

(15)M

ojinete H (5)

Molinera Q

(6)M

olinete T (15)

Montante C

(13)M

ontante F (4)

Montante P

(10)M

ontera C (6)

Montera H

(5)M

orcillo H (8)

Mozo J (4)

Mucharabí A

(9)M

uro a sogas X (9)

Muro de arriostram

iento X (4)

Muro X

(1)M

uros cortina P (13)

Muslera B

(10)N

abo M (12)

Nariz E

(6)N

aya D (5)

Nervio L (16)

Nudillo N

(7)N

uégado L (3)O

ccino M (10)

Óculo C

(10)O

jo C (10)

Ojo de buey C

(10)O

jo M (3)

Olam

brilla N (13)

Opa O

(4)O

rejuela B (11

Oscilobatiente F

(13)P

aflón S (8)

Painel Z

(2)P

ala E (9)

Panderete N

(1)P

anel F (5)

Panel Z

(2)P

año Z (2)

Par e hilera Q

(6)P

ar y nudillo Q (7)

Par y picadero Q

(6)P

aral O (7)

Parapeto I (11)

Parasol A

(16)P

arástade Z (4)

Parastas Z

(4)P

ared X (1)

Paredaña M

(8)P

ares Q (5)

Parqué flotante N

(15)P

arqué N (15)

Parquet N

(15)P

arteluz P (10)

Pasador E

(9)P

asamano M

(11)P

asamuros O

(17)P

aso M (3)

Patín V

(3)P

atinejo V (3)

Patinillo V

(3)P

atio V (3)

Peana T

(14)P

echo Q (14)

Peinazo F

(5)P

eldaño M (3)

Penthouse D

(11)P

erconteo J (3)P

érgola R (11)

Pernicho A

(5)P

ernio E (10)

Perpiaño LL (5)

Persiana A

(10)P

ersiana de cuerda A (12)

Persiana enrollable A

(12)P

estillo E (13)

Peto U

(5)P

etral P (4)

Picaporte E

(6)P

ie Derecho J (3)

Pie X

(9)P

ilar J (2)P

ilarejo Q (11)

Pilastra Z

(3)P

isa M (3)

Pivotante F

(13)P

ivote E (3)

Placas de escayola N

(5)P

lafón S (8)

Platabanda P

(4)P

leita A (20)

Podio R

(2)P

olonceau Q (11)

Pórtico L (14)

Portier A

(20)P

ostigo A (4)

Practicable a la francesa F (13)

Practicable a la inglesaF (13)

Prelosa L (15)

Prem

arco T (9)

Page 10: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

179

Previga L (15)

Prois J (16)

Puentes O

(11)P

uerca E (10)

Puerca F

(4)P

uertaventana A (5)

Pulpo LL (15)

Puntal J (3)

Puntal O

(20)P

untido M (2)

Punto Q

(12)Q

uebranto H (13)

Quebranto Z

(6)Q

uicialera E (2)

Quicio E

(2)Q

uicio U (15)

Quijera Q

(15)Q

uiosco R (12)

Quitagoteras H

(11)Q

uitamiedos O

(12)R

afe S (5)

Ram

al M (2)

Rana O

(17)R

angua E (3)

Rastrel N

(14)R

ebajado P (8)

Rebajo T

(4)R

eblar Y (6)

Reble Y

(6)R

ebosadero I (8)R

ecantón Z (8)

Reciclar Y

(18)R

educir Y (18)

Regata N

(6)R

egata R (6)

Reguero R

(5)R

ehenchido L (7)R

ehenchido Y (10)

Rejal O

(3)R

eleje Z (7)

Renvalso F

(7)R

esbalón E (13)

Respaldón X

(12)R

espiración V (12)

Respiradero C

(14)R

etallo Z (11)

Retenida E

(8)R

eticular L (16)R

etomedo M

(9)R

etranqueo Z (5)

Reutilizar Y

(18)R

evoltón L (8)R

igola R (5)

Rinconera Z

(8)R

iostra J (15)R

iostra Q (13)

Ripia Y

(2)R

ipio Y (2)

Ristrel N

(14)R

oblón B (10)

Rocalla Y

(8)R

odrigón J (4)R

omanilla A

(9)R

osa C (10)

Rosetón C

(10)R

ótula LL (14)R

oza N (6)

Saetera C

(14)S

almer P

(9)S

alvabarros S (1)

Sam

ba M (12)

Sardinel P

(4)S

auale R (9)

Sellar T

(18)S

emivigueta L (9)

Senos L (9)

Separador O

(17)S

erliana P (10)

Shunt V

(10)S

ilicona estructural F (12)

Sillar X

(5)S

illarejo X (5)

Sobaco G

(9)S

obradero I (8)S

obradillo G (3)

Sobrado D

(1)S

obreático D (11)

Sobrecejo G

(2)S

obrecielo R (16)

Sobrepuerta A

(19)S

obrepuerta G (2)

Sobrevidriera T

(16)S

ocarrén S (5)

Socarrena L (7)

Sofito S

(8)S

oga X (7)

Solado N

(13)S

olana I (10)S

olanar I (10)S

olape B (1)

Solapo B

(1)S

olera J (7)S

oliva J (12)S

ombrajo R

(9)S

opanda J (13)S

opanda O (21)

Sopar J (13)

Sopar Q

(17)S

oporte J (4)S

ordo N (1)

Sostenibilidad Y

(17)S

otabanco D (7)

Staff N

(12)S

ucucho Z (8)

Suelo técnico N

(16)S

umidero I (6)

Tabanco D (7)

Tabica M (3)

Tabica S (9)

Tabicón N (1)

Tabique colgado N (1)

Tabique de aldavía N (1)

Tabique N (1)

Tabla X (7)

Tacas T (5)

Taco de expansión LL (11)Taco LL (10)Taco quím

ico LL (11)Tajea V

(8)Talanquera E

(4)Talón B

(10)Talón LL (8)Talud Z

(7)Tam

banillo G (4)

Tambarillo G

(4)Tam

bor N (2)

Tao S (7)

Tapajuntas T (15)

Tapia X (1)

Tapiales O (15)

Tarabilla E (5)

Tarima N

(14)T

ástara Y (3)

Taujel O (19)

Techo L (6)Techo registrable N

(12)Teja árabe B

(4)Teja plana B

(5)Teja rom

ana B (3)

Teja vana B (6)

Tejamanil B

(2)Tejaroz G

(3)Tejaroz S

(2)Tejoleta Y

(10)Tejuela Y

(10)Tejuelo E

(3)Telar T

(1)T

émpano Y

(5)Tendal R

(16)Tendel X

(8)Tendido H

(1)Tentem

ozo J (4)Tepe Y

(13)Terrado I (10)Terraza I (10)Terrazo Y

(9)Terrón Y

(5)Testa X

(7)

Testero H (2)

Tím

pano G (4)

Tím

pano H (3)

Tím

pano P (6)

Tinglado R

(14)T

ingle T (16)

Tirador E

(12)T

irantilla O (17)

Tiro M

(2)T

izón X (7)

Tolerancia LL (12)Tornapuntas J (13)Torreta N

(16)Tortuga B

(9)Trabe J (10)Trabuco LL (6)Tractel O

(9)Tragadero I (6)Tragaluz C

(6)Tram

o M (2)

Trampilla C

(13)Tranca E

(4)Tranco U

(16)Tranquero T

(2)Tranquillo U

(16)Traslapo B

(1)Traviesa X

(3)Trenca E

(4)Trinquete E

(5)Tronera C

(14)Trujar N

(2)Tubos V

(4)U

mbela G

(6)U

mbráculo R

(10)U

mbral P

(3)U

mbral U

(14)U

mbralar U

(14)U

ñero E (17

Vaciadero V

(7)V

al V (9)

Vallas N

(9)V

ano P (1)

Vano U

(2)V

asar N (3)

Vasistas C

(9)V

EC

F (12)

Veleta V

(11)V

eneciana A (14)

Ventanal C

(7)V

entanera C (7)

Ventanillo C

(9)V

entano C (7)

VentosaV

(14)V

eranda R (15)

Verdugada X

(6)V

erdugo X (6)

Verduguillo O

(19)V

erga T (16)

Vertiente de cornisa G

(13)V

ertiente H (1)

Viaje Z

(5)V

idriera T (16)

Vidrio com

ún doble F (11)

Vidrio com

ún simple F

(11)V

idrio con cámara. F

(11)V

idrio flotado F (11)

Vidrio inastillable F

(11)V

idrio laminado F

(11)V

idrio templado F

(11)V

iento J (16)V

ierteaguas F (2)

Vierteaguas G

(10)V

iga J (10)V

iga L (13)V

igueta J (12)V

igueta L (7)V

ilorta R (16)

Visera S

(3)V

isillo A (17)

Vivo S

(4)V

uelo Z (6)

Xabalcón J (13)

Xácena J (10)

Xairado X

(11)X

airo X (11)

Xaraiz X

(11)Yesón Y

(3)Z

aborrero Y (4)

Zaborro Y

(4)Z

ahorra Y (4)

Zanca M

(8)Z

anco H (4)

Zancos O

(11)Z

anquín M (11)

Zapata J (9)

Zapatón J (9)

Zaquizam

í D (6)

Zarpa Z

(6)Z

ocalillo R (2)

Zócalo R

(2)Z

ócalo Z (10)

Zocata Y

(8)Z

oquete LL (10)Z

oquete N (7)

Zoquetería Y

(8)Z

ulaque T (17)

Zuncho L (11)

Page 11: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

180

10AG

. Téllez10C

C. R

ichters12A

M. S

piluttini13A

J. Rossell

14CJ. M

onthiers16D

R. Feliu

20AG

. Téllez20C

J.A. de D

ios21D

D. M

alagamba

24AP. M

oreau26C

J. Azurm

endi27A

G. Téllez

27BO

. Hultin

28AJ.M

. Monthiers

28DP. R

ocheleau31A

Arxiu M

as34A

R. M

artínez34B

F. Gordillo

35AE. M

annino35C

S. B

agnoli36A

J.A. de D

ios43C

J.Lipman

46DR

. Bryant

50ALl. C

asals52A

C. C

aldenby53C

P. Vivas

59CLl. C

asals64C

D. M

alagamba

Posiciones en las páginas

AS

uperior al margen

BC

entral al margen

CInferior al m

argenD

En columna de texto

Créditos fotográficos

Diccionarios analizad

osD

iccionarios analizados

Diccionarios analizad

osD

iccionarios analizados

Diccionarios analizad

os

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Diccionarios consultad

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Constructor. B

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70AL. G

ordoa70D

P. Maurer

73AS

. Spafford

75ALl. C

asals78C

I. Rhodn

84AJ. N

ye87D

F. Freixa88A

A. de la S

ota89A

M. Levick

89BL. C

lay95C

G. Fini

101DA

rchivo Hennebique

104DS

. Buzas

106AF. G

ordillo

110DW

. Blaser

114DLl. C

asals115D

de la Sota

116ALl. C

asals117A

K. Zw

erger118D

R. M

orais126A

J.A. D

e Dios

128DD

. Malagam

ba142A

B. A

lbertini147A

J. Azurm

endi153A

A. M

oreno154D

de la Sota

157AP. M

oreau162B

U. S

chwartz

Bibliografía

Page 12: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

9

Las transformaciones de la ventana podrían dibujar la historia de la

arquitectura de este siglo. Han cam

biado sus formas, sus m

aterialesy sus proporciones en la fachada. P

ero la transformación m

ás radicalha sido probablem

ente la que ha supuesto la pérdida de todos suscom

plementos. La ventana se ha desnudado de todas sus proteccio-

nes hasta quedar reducida a un mínim

o y escueto acristalamiento.

Los complem

entos de la ventana burguesa formaban a fines del X

IXun com

pletísimo paquete de recursos con los que podía diseñarse el

filtro más adecuado para cada estación, cada actividad, cada m

o-m

ento del día.

Alb

enda, la voz que encabeza este artículo, nos recuerda uno de los

más m

odestos, pero también uno de los m

ás eficaces recursos para laprotección del hueco: la cortina de lino dispuesta en el interior de laventana para reflejar la radiación solar e im

pedir su paso hasta el inte-rior del edificio gracias a su tram

a y color (recuérdese que el efectoinvernadero sólo afecta a la radiación em

itida por el cuerpo y no a lareflejada). La R

AE

la define como una «colgadura de lienzo blanco usada

en lo antiguo, con adornos a manera de red o con encajes de hilo...». S

uorigen está en la voz árabe de estandarte o bandera. B

ien, puesto quetodos estos tem

as han sido tratados ya en el primer tom

o de esta serie,La protección solar, aquí sólo com

probaremos el paralelism

o entre la re-ducción de esos com

plementos del hueco y la de nuestro vocabulario

para referirnos a ellos. Este capítulo recorrerá todas las protecciones

Albenda

Las protecciones del hueco

2A

lbenda3

Hoja

practicable4

Postigo

Contraventana

Abatidor

5P

ernichoP

uertaventana7

Cuarterón

Lucero8

Celosía

9R

omanilla

Mucharabí

10P

ersianaM

allorquina11

Librillo12

Persiana de

cuerdaP

ersianaenrollableB

ombo

Capialzado

13Lam

asFrailero

14V

eneciana15

Guardam

alleta16

Brisoleil

Parasol

17C

ortinaC

olgaduraG

aleríaA

lzacortinasV

isillo18

Estor

19G

uardapuertaA

ntepuertaS

obrepuerta20

Portier

Mam

paraP

leita21

Com

puerta22

Cancel

12

A

Page 13: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

10

perdidas, o ignoradas, y reivindicará un análisis más serio de las exi-

gencias del hueco en la cultura y en el clima m

editerráneos.

Pero procedam

os ordenadamente y acerquém

onos a esa ventana denuestros abuelos. Im

aginemos una ventana acristalada form

ada por unao

s ho

jas

pra

ctic

ab

les

, es d

ecir, q

ue

pu

ed

en

ab

rirse. E

lacristalam

iento permite la generosa entrada de luz pero el prim

er com-

plemento será el que haga posible el oscurecim

iento de la habitación.La solución son unos tableros de m

adera que se articulan sobre la mis-

ma hoja y que tapan los vidrios. P

ueden disponerse por dentro o porfuera de las hojas. S

i bien la disposición interior es más cóm

oda para lam

anipulación de la hoja, la exterior proporciona más seguridad para el

vidrio. Los diccionarios son confusos a la hora de distinguir entre lasvoces que se utilizan para nom

brar ambas soluciones, pues se alternan

las voces que las localizan en el exterior y las que las sitúan en el inte-rior, o bien se m

uestran ambiguas al respecto.

Po

stigo

es la voz más interesante y la m

ás claramente localizada en el

interior de la ventana, (del latín postícum, form

ado con post, detrás).S

in embargo, para m

uchos es sinónimo de co

ntraventana, que, aun-que para M

atallana debería estar siempre en el exterior, para la R

AE

tanto puede estar dentro como fuera del vidrio. S

e usa menos, pero es

también interesante, la voz *ab

atido

r, que alude al gesto del tableroque cae sobre la luz reduciendo su intensidad. E

l abatidor puede utili-zarse tam

bién como captador de luz si su intradós está forrado de un

material reflectante y si el giro se hace de m

anera que se pueda conse-guir la reflexión adecuada. Las estrechas calles del casco antiguo bar-celonés todavía tienen testim

onios de esos viejos reflectores.

El postigo tenía m

uchas otras funciones además de las ya referidas de

oscurecimiento y protección del vidrio: reducía notablem

ente las pérdi-das térm

icas nocturnas al formar una cám

ara de aire con la hoja y con-tribuía eficazm

ente a la protección acústica y a la seguridad. El Torroja

cita *pernicho

como sinónim

o de postigo y la RA

E considera puertaven-

tana como idéntica a contraventana.

Po

stigo

con cuartero

nes en una ventanacaribeña.

Contraventanas de m

adera en una casa paraancianos en N

euenbürg, A

lemania (M

ahler,G

ünster y Fuchs).

345

A

Page 14: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

11

Cuando hoy hablam

os de una ventana corredera nos referimos siem

prea la hoja que se desplaza en su propio plano, pero originalm

ente lacorredera era «la tabla o postiguillo de celosía que corre de una parte aotra para abrir o cerrar»

(RA

E). M

atallana confirma la antigüedad de esta

acepción: «tabla que se corre para cerrar una puerta o ventana».

En las buenas carpinterías, y para poder controlar m

ejor la iluminación,

se podían abrir algunos elementos m

óviles dentro de la hoja del postigo.S

e les llama a veces cuarterón porque se trataba de uno de los paneles

del mism

o nombre que form

aban el postigo. Antiguam

ente era habitualhacer practicable un cuarterón de los m

ás altos del postigo de manera

que se conseguía una eficaz entrada de luz sin pérdida de la intimidad. A

ese elemento se le llam

aba también lucero

, por razones evidentes: «pos-tigo o cuarterón de las ventanas por donde entra la luz»

(RA

E).

Com

o ha podido adivinarse, el principal inconveniente del postigo ocontraventana es su radicalidad. C

uando está cerrado no entra nada deluz y no se percibe lo que pasa en el exterior. U

n elemento bellísim

o vaa resolver el problem

a permitiendo m

atizar el exceso de luz y ver sin servisto: la celo

sía (de celos) o «enrejado de listoncillos de madera o de

hierro que se pone en las ventanas de los edificios y otros huecosanálogos para que las personas que están en el interior de la casa veansin ser vistas» (R

AE

). La celosía, jemesía dice algún vocabulario, es la

solución por excelencia para un hueco de planta baja que se abre a unespacio público, pues perm

ite una perfecta combinación de intim

idad,visión y ventilación.

Cuando la celosía form

a un paramento horizontal de cierta longitud se

llama ro

manilla, «cancel corrido a m

anera de celosía que se usa en lascasas de Venezuela, principalm

ente en el comedor»

(RA

E), y cuando cie-

rra por completo todos los param

entos de un balcón o mirador se llam

a-ba ajim

ez (del árabe: lo expuesto al sol), pero este nombre se ha trasla-

dado modernam

ente a la ventana geminada

(P), que verem

os en otrolugar. P

ara el Torroja la voz *mucharab

í es sinónima del antiguo ajim

ez:«balcón que sobresale al exterior, cubierto por celosías de m

adera».

Pero la celosía presenta la incom

odidad de impedir una relación directa

con el exterior, pues forma una especie de reja difícil de adm

itir en mu-

Lucero o frailero practicable en un postigo.

Ajim

ez o mucharabí de celosías en una vivienda

de Sitges, B

arcelona.

Celosía o jem

esía de diafragmas graduables en

el Instituto del Mundo Á

rabe, París (J. N

ouvel).

678910

A

Page 15: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

12

chos locales contemporáneos. S

u sustituto es la persiana, la celosía

que puede retirarse del hueco e incluso graduar su opacidad: «especie

de celosía compuesta de un bastidor con varias tablillas m

ovibles dem

odo que entre el aire y no el sol» (MT

). El sistem

a de manipulación da

nombre a los diversos tipos de persianas: la m

ás tradicional es la que seform

a disponiendo tablillas inclinadas dentro de una hoja practicable yque en algunos lugares se llam

a ‘mallo

rquina.

Para ocupar m

enos espacio se utilizó mucho a fines del X

IX el plegado

de varios marcos verticales hacia los lados del hueco; se trata de la

persiana de *librillo

que caracteriza la vivienda de nuestros ensanches:«

se aplica a la hoja de una puerta o ventana que se dobla girando, y enla cual hay otra colgada que gira igualm

ente que ellas superponiéndoseesta parte de la hoja a la otra» (M

T). E

s una pena que la RA

E sólo reco-nozca el librillo del papel de fum

ar.

En construcciones anteriores o en am

bientes rurales, la persiana esta-ba casi siem

pre formada por tablillas sin m

arco, unidas por cadenillas oalam

bres que permitían el enrollado del conjunto en la parte superior

del hueco. Es la tradicional p

ersiana de cuerd

a. A partir de los años

vein

te se

difu

nd

e e

n a

mb

ien

tes u

rba

no

s la p

ersia

na

en

rolla

ble

manipulable desde el interior con una cinta y con recogida oculta en un

*bo

mb

o o cajón situado bajo el dintel. Lo que en M

adrid, por desplaza-m

iento del derramo volteado en el dintel, se denom

ina capialzad

o (el

significado de esta voz se estudia en el capítulo Telar).

Las tablillas a que nos estamos refiriendo eran de m

adera pero hoy seestán construyendo con plásticos (P

VC

) o con aluminio, y se suelen

llamar lam

as. Si las lam

as son fijas, como hem

os supuesto hasta aho-ra, el control de la luz y la visión serán escasos. P

ara poder ver el exte-rior sin abrir por com

pleto la persiana se utilizó una solución que recibeel nom

bre de frailero. E

n realidad es un nombre genérico para todos los

elementos practicables dentro de una hoja que tam

bién lo es. Incluiríapor lo tanto el cuarterón, pero el frailero se ha identificado un poco m

áscon los elem

entos de celosía o de persiana. Pueden verse fraileros en

persianas de cierto tamaño y sobre todo en celosías fijas.

1112

13

Persianas d

e librillo

en unas viviendas d

eB

asilea, Suiza (H

erzog y de Meuron).

Persianas enrollables en la calle de C

órcegade B

arcelona (Valeri Pupurull).

A

Page 16: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

13

Pero para conseguir un control com

pleto de la luz y la visión, tendremos

que recurrir a las persianas de lama m

óvil. Algunas son idénticas a las

descritas como de m

arco practicable o de librillo, pero otras aportansoluciones especiales, com

o la *veneciana. Se trata de una persiana

formada por tablillas m

uy finas colgadas de unos hábiles cordoncillosque perm

iten tanto el apilado de las lamas en la parte superior de la

ventana como su libre orientación en cualquier posición del desplegado.

Esta persiana ha sido m

uy utilizada en el Levante y el sur de España.

Hoy está encontrando un nuevo desarrollo con las m

odernas lamas de

aluminio y los sistem

as mecánicos de plegado.

La veneciana se recogía en el dintel tras una pieza muy ornam

entada:la g

uardam

alleta, una lámina de m

adera calada, chapa perforada o,incluso, de fundición. E

l abandono de la persiana veneciana y el mal

trato recibido por algunas bellísimas guardam

alletas son un contrapun-to penoso en el precioso entorno del valenciano P

aseo de Ruzafa. R

e-sulta incom

prensible que no se haya encontrado en esta ciudad unam

anera de resolver unas protecciones contemporáneas de m

anera quepuedan recogerse en el cajón ya conform

ado por la guardamalleta en

vez de superponerse groseramente al m

ismo, com

o se hace con fre-cuencia.

No podem

os cerrar las protecciones contra el sol sin mencionar el gali-

cismo *b

risoleil. N

o lo citan muchos diccionarios pero se usa con bas-

tante frecuencia por influencia de la arquitectura del Movim

iento Moder-

no, que utilizó elementos constructivos com

o vuelos horizontales o pa-ram

entos verticales para impedir que el sol llegase a las ventanas. A

un-que para ese papel ya tenem

os el castellano paraso

l, éste se ha aso-ciado dem

asiado a quitasol o sombrilla. E

s previsible, pues, que se con-solide el éxito del brisoleil, pero no es deseable que am

plíe su campo a

variantes de la persiana que tienen nombres m

uy específicos en nues-tro idiom

a.

A estos elem

entos constructivos se añadían otros de carácter más

doméstico, com

o las pesadas cortinas que complem

entaban definitiva-m

ente la protección nocturna contra el frío, o como los inefables visillos

que matizaban la transparencia de los vidrios. Los tejidos han tenido

151617

Frailero

s p

racticables

en

un

a p

ersiana

contraventana de lamas fijas.

Veneciana con guardamalleta de m

adera.

14

A

Page 17: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

una misión protectora m

ás importante de lo que hoy creem

os. María

Moliner, cuando los define, hace m

ención a ello (cortina: «pieza de tela

que se cuelga como adorno o para abrigo»; co

lgad

ura: «tela que sepone colgando para adorno o para evitar el paso del aire»). Las eficacescortinas penden de unas guías ocultas tras una caja de m

adera forradade tela, la g

alería, y se recogen lateralmente con el alzaco

rtinas, quecuelga de un gancho fijo a la pared. E

l visillo, por fin, im

pide la visióndesde el exterior y tam

iza la luz.

En la actualidad se ha añadido el esto

r, anglicismo ya reconocido por la

Real A

cademia com

o la «cortina de una sola pieza que se recoge verti-calm

ente». Se utiliza esa voz sobre todo para designar las cortinas de

tejido con una trama tal que perm

ite la observación del exterior y sinem

bargo protegen notablemente de la radiación solar. G

eneralmente

se enrollan en la parte superior del hueco, tal como especifica la R

AE

, ypueden colocarse en el interior o en el exterior del edificio.

Los diccionarios recogen voces como g

uardap

uerta «cortina que sepone delante de una puerta»

(RA

E); *antep

uerta, es sinónima para

María M

oliner pero no para la RA

E, que únicam

ente la entiende como la

segunda puerta de una fortaleza; o sob

repuerta, la «colgadura en for-

ma de volante que se pone sobre las puertas» (M

M). P

ero la voz quem

erece ser recordada por encima de todas ellas es la bellísim

a albenda,que da nom

bre a este capítulo.

Incluso se aceptan voces como la de origen francés p

ortier: «cortinapesada y lujosa, de las que se colocan delante de una puerta o balcón»(M

M). O

una de las acepciones de mam

para: «segunda hoja de puerta

que se pone aplicada a la principal y suple a ésta cuando queda abiertapor algún tiem

po, formada generalm

ente por un bastidor de tela o piel,oscilante», según M

aría Moliner. N

o querría olvidar las viejas persianasde esparto que he visto en tantos pueblos y que están hechas con tirasde p

leita, «faja o tira de esparto que cosida con otra forma esteras» (M

M).

El diseño de las hojas practicables de las puertas y ventanas tam

biénse ha sim

plificado mucho. P

or lo que se refiere a las puertas tradiciona-les las había que se abrían en dos m

itades superpuestas, como la

18

192021

Venecianas de lam

as metalizad

as en unaresid

encia de anciano

s de C

amp

devàno

l,G

irona (J. Ll. Mateo, J. A

vellaneda).

Estores de tejidos de fibras artificiales com

oprotección solar. S

ede de la CN

P en A

ngers,Francia (D

usapin & Leclerq).

A

Page 18: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

com

puerta: «m

edia puerta que cierra solamente la parte inferior de al-

guna entrada, sólo para impedir el paso fácil de personas o anim

ales,sin interceptar el de la luz. E

n una puerta partida horizontalmente en dos

partes que pueden moverse independientem

ente, la parte inferior» (MM

).

La puerta principal exige soluciones más com

plejas. Uno de los elem

en-tos m

ás interesantes es la doble puerta como protección de la intim

idado contra la corriente de aire. H

oy utilizamos soluciones de este tipo, pero

pocos recuerdan qué es el cancel: «dispositivo añadido a una puertapara evitar las corrientes de aire dentro del recinto cuando ésta se abre;por ejem

plo, el formado por un techo y tres paredes, con puertas en las

dos laterales» (MM

).

Pero adem

ás todos esos filtros pueden interponerse a voluntad: en todom

omento puede el curioso asom

arse al exterior; el que limpia puede

ventilar la habitación; o el somnoliento, encerrarse en la m

ás absolutaoscuridad. Todos esos inteligentes filtros son graduables u orientables.La falleba alargada fija la distancia entre las hojas entreabiertas y perm

i-te ventilar sin perder la protección que proporcionan. Las persianas decuerda se proyectan por fuera de la barandilla del balcón para que el airepase por detrás de ellas. U

na hoja de librillo se despliega, la otra quizásno, para form

ar una pantalla frente a un sol que cae lateralmente. Las

lamas de las persianas m

ovibles se orientan abriendo las inferiores paraque entre m

ás luz sobre el plano de trabajo mientras que las m

ás altasquedan sem

icerradas para proteger del sol, permitiendo sin em

bargouna refrescante ventilación. V

isillos y cortinas se pliegan, levantan, pe-llizcan y recogen para conseguir la luz e intim

idad deseadas.

No será fácil que los sorprendentes vidrios que hoy se nos anuncian

consigan esa ductilidad en su papel de filtro y protección; nunca podránofrecer esa sutilidad de m

atices para que clima, sol, luz, vista e intim

idadse conjuguen para la m

ayor satisfacción de un individuo que en un mo-

mento específico del día y del año, en un estado aním

ico particular,realiza una acción concreta. La norm

ativa, que siempre llega del frío

porque siempre se m

ueve por los caminos que se le señalan en el norte

de Europa, difícilm

ente nos llevará a mejorar ese equipam

iento de nues-tras ventanas. E

l uso de contraventanas correderas, de venecianas en-

2223

24

Mam

para oscilante con gozne desplazado enla puerta del cancel de una iglesia m

enorquina.

A

Page 19: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

16

tre carpinterías dobles, de las todavía caras venecianas orientables encám

ara de vidrio y otros muchos recursos convencionales serán fructí-

feros durante muchos años.

En cualquier caso sí se debe tener en cuenta que la elem

ental lámina de

vidrio que estamos usando con tanta liberalidad supone un gravísim

oretroceso respecto a las protecciones convencionales. E

stamos recurrien-

do a vidrios carísimos en situaciones en las que la sencilla albenda nos

ofrecería una solución eficaz por la calidad de la luz que la atraviesa, porsu altísim

a reflexión de la radiación infrarroja (que reduce radicalmente el

efecto invernadero), porque es útil tanto con la ventana abierta como

cerrada, por la facilidad con la que puede abrirse, o entreabrirse, cuandointeresa captar la radiación. R

ecuerden, albenda: cortina de lino...

25

Albenda en una vivienda de M

allorca.

A

Page 20: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

17

El tejado es una obra de construcción m

uy elaborada que protege a losedificios de la lluvia conduciendo las aguas fuera de su planta m

ediantela yuxtaposición de unas piezas solapadas y de elaborado diseño: lastejas. S

olap

e es la palabra clave en esa construcción, en que cada pie-za protege el borde superior de la pieza siguiente m

ontando sobre ella.P

or e

so tie

ne

tan

tos sin

ón

imo

s: sola

po

, trasla

po

, imb

rica

do

yencab

allado

. Las tejas resuelven la tremenda contradicción entre la exi-

gencia de continuidad para evacuar el agua y la exigencia de libre dila-tación para perm

itir la deformación de unas piezas som

etidas a radica-les cam

bios de temperatura. La continuidad de la evacuación la asegu-

ran por solape, pero ese solape plantea problemas m

uy diferentes en elsentido de la pendiente y en el sentido que le es perpendicular.

En el sentido de la pendiente casi siem

pre se recurre al solape simple:

una pieza plana monta sobre la inferior unos centím

etros, más o m

enossegún la inclinación del tejado, el régim

en de lluvias, etc. Pero en el

sentido paralelo a la pendiente la cosa es más com

plicada. El solape

simple no suele bastar porque el agua, al ir bajando, puede m

overselateralm

ente e introducirse bajo la pieza vecina. Por ello las tejas total-

mente planas exigen que la junta entre dos piezas esté protegida por la

pieza de la hilada inferior, que se introduce bajo ellas cerrando ese hue-co com

pletamente. E

so supone grandes espesores, grandes consumos

de piezas y, generalmente, cubiertas m

uy pesadas. Es el caso de las

cubiertas de pizarra o de las lajas de piedra o, incluso, de madera, com

oel tejam

anil centroamericano («tabla delgada cortada en listones que

12 Beata

La cubierta de teja

1 Solape

Solapo

Traslapo Im

bricado E

ncaballado2 Laja Tejam

anil3 Ím

brice Teja rom

ana C

ubrejuntas4 Teja árabe C

anal C

obija5 Teja plana M

arsellesa A

licantina6 Teja vana Lata por canal A

rjeute

Chillado

A torta y lom

o8 B

eata9 A

guilón B

ocateja Luneta C

ornijal D

e borde D

e copete Á

labe C

analiega C

analiza Tortuga10 R

oblón Talón Lom

era M

uslera11 G

arabato O

rejuela

Losas d

e pizarra so

lapad

as en el edificio

Dom

us, La Coruña (A

. Isozaki, C. P

ortela).

B

Page 21: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

18

34

se emplea com

o teja», según lo define María M

oliner), o de cerámica,

como las escam

as vidriadas del modernism

o catalán.

Si los bordes de una teja plana se levantan form

ando una bandeja, lasjuntas entre dos de ellas se podrá proteger con un sencillo tapajuntas.E

sa teja hoy vuelve a ser utilizada, pero pocos recuerdan que tiene unnom

bre específico, según recoge Paniagua: *ím

brice. La R

AE sólo cita

imbricado, del latín im

bricatus, cubierta de tejas. Lo valioso de esa voz,ím

brice, es que lleva en su raíz la idea de solape. La ímbrice es la teja

rom

ana, muy parecida a m

uchas de las empleadas en el R

enacimiento

italiano, donde, en algún caso, esa junta se cierra sencillamente con

mortero. H

abitualmente se tapa con una esbelta pieza en form

a de Uinvertida que calza sobre las dos bandejas: el *cub

rejuntas. (Los nom-

bres históricos de estas tejas, ya completam

ente olvidados, pero queaún constan en algún diccionario, com

o el de Paniagua, son *tégula,

*kalipter y *keramis).

El diseño de la teja árab

e lleva un paso más allá su sofisticado diseño y

soluciona ambas situaciones, bandeja y cubrejuntas, con la m

isma pie-

Lajas de piedra imbricadas en una cubierta

Ímbrices de cubierta en S

anta Maria dei Fiori,

Florencia (Brunelleschi).

Teja cana plana y cobija lomuda en una cubierta

del Renacim

iento.

B

Page 22: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

19

za. Para ello la pieza se abom

ba y adopta una forma troncocónica, de

manera que unas piezas em

bocan dentro de las otras. La canal cumple

el papel de la bandeja romana; se sitúa debajo, con la concavidad hacia

arriba, y se enchufa dentro y sobre la inferior para solapar con ella. Laco

bija se coloca entre las canales, cubriendo la junta y envolviendo la

de la hilada inferior para conseguir su solape.

La que comúnm

ente se llama teja p

lana resuelve la escorrentía entretejas con un conjunto de pliegues y nervaduras que form

an unas cana-les que im

piden la progresión lateral del agua hacia el interior y la con-ducen fuera del área solapada, siem

pre sobre la teja inferior. La he oídollam

ar teja *marsellesa, quizás por influencia francesa. N

o obstante, ypuestos a utilizar gentilicios, serían preferibles los españoles y denom

i-narla *alicantina, com

o ya se hace en muchos lugares. E

n realidad,aunque es m

uy común en el Levante español, esa teja se usa en toda la

Península y no especialm

ente en lugares poco lluviosos (es muy fre-

cuente en Pontevedra, por ejem

plo).

La manera de colocar las tejas da nom

bre a los diversos sistemas de

cubierta. Si se apoyan en listones perpendiculares a la pendiente apo-

yando cada teja en uno arriba y otro abajo, se llama a teja vana. C

uan-do los listones son paralelos a la pendiente y cada teja-canal se disponeentre dos de ellos com

o en una camilla, se dice que está a lata p

or

canal. Cuando se parte de un plano general de cubierta, el *arjeute

(véase La carpintería de armar de E

. Nuere) o chillad

o (chilla: «

tabladelgada, de m

ala calidad», según María M

oliner). Las tejas puedenam

orterarse y se dice que entonces están colocadas a torta y lo

mo

.

En los dos prim

eros casos se da por supuesto que el espacio inferior noes habitable, es decir, que no reúne las condiciones de confort necesa-rias para ser ocupado durante la m

ayor parte del año. Sin em

bargo,colocada la teja a torta y lom

o, y en sus variantes contemporáneas de

colocación sobre forjados inclinados, que son hoy las más frecuentes,

se considera ese espacio como habitable. S

e puede recurrir entonces aaislam

ientos térmicos con m

ateriales muy eficaces, aunque se deben

tener en cuenta dos objetivos que difícilmente se conseguirán: la eva-

567

Disposición del tejado a lata por canal.

La teja beata para ventilación del bajocubierta.

B

Page 23: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

cuación de las humedades que atravesarán la cerám

ica, nunca absolu-tam

ente imperm

eable de forma relativa, y la evacuación de los trem

en-dos calores que puede producir el soleam

iento veraniego.

Por ello es tradicional la sustitución de algunas tejas cobijas por unas

piezas especiales con una amplia boca a m

odo de bocina o toca monjil,

son las *beatas, que dan nom

bre a este apartado. Una voz que llegó a

ser popular pero que ha quedado asociada a las ventilaciones de cinc(T

) y que Serra H

amilton definió com

o «pequeñas piezas que protegenunas aberturas de los tejados o cubiertas para ventilación del espacioentre la cubierta y el últim

o techo o cielo raso».

El vocabulario del tejado es m

uy preciso, como se puede apreciar. La

pérdida de esos términos acarrea tam

bién el olvido de algunas de lasespecifidades de la construcción tradicional: las tejas de corte especialcom

o el aguilón, que se corta por ambos lados para acabar en punta el

vuelo de la limatesa. O

de colocación asimism

o especial, como la bocateja,

que es la primera de las tejas canales, la que vierte aguas al canalón, y

que según el Torroja también recibe el nom

bre de *luneta. O lo que po-

dría llamarse *cornijal o la teja *d

e bord

e, de difícil postura, que remata

lateralmente el vuelo de los aleros, y hace de lam

brequín y goterón. O la

teja *de cop

ete, que se coloca en el punto de intersección de variaslim

atesas no horizontales. O el álab

e, teja dispuesta en voladizo, a vecesen varias capas solapadas, para soportar el vuelo del alero. O

, por últi-m

o, la teja más alargada y estrecha con la que se form

an las canales: lacanaliega, «la teja m

ás combada que las otras» (R

AE

), que se emplea

para formar el canal de desagüe de los tejados. E

l Torroja distingue ade-m

ás una *canaliza, la teja usada en las limahoyas; y existe tam

bién unateja de tres brazos que sirve a la vez de canaliega y bocateja y a la que heoído llam

ar *tortuga (véase el diccionario de Corom

inas).

Pero incluso algunas partes de las tejas disponen de nom

bre, como

el lomo, o ro

bló

n, que es su parte convexa y abom

bada (MM

), o el*taló

n, que es su borde. E

l lomo da nom

bre asimism

o a la teja árabe,que a veces se denom

ina *lomera. E

n Argentina la llam

an *muslera, porque

tomaba su form

a aproximadam

ente troncocónica sobre el muslo del tejero.

8910

Teja aguilón en Cartagena de Indias, C

olombia.

Canalieg

as en una vivienda d

el Maresm

e,B

arcelona.

Álabes form

ando un alero leonés.

B

Page 24: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

La disposición a teja vana suma al peligro del viento el del desplaza-

miento de las tejas sobre las latas o las chillas. P

or ello en este caso lastejas se fijan, com

o lo hacen siempre las pizarras, con un alam

bre quecalza su parte superior, bajo el solape, y desciende por detrás de ellashasta la lata. P

or el dibujo que ese recorrido exige al alambre se le llam

ag

arabato

, voz que los diccionarios sólo recogen como gancho para col-

gar algo. Algunas tejas, sobre todo las m

ás planas, tienen un salienteespecial con una perforación para facilitar su atado a los listones o cabios:es la o

rejuela, que la RA

E sólo cita para ollas y tazas.

Hoy este tipo de cubierta de larga y sabia elaboración no está de m

oda.La elem

entaridad geométrica difundida por el M

ovimiento M

oderno, lasexigencias de transitabilidad provocadas por la escasez de espacio y laim

agen abigarrada y lomuda de la teja árabe están dejando fuera de

concurso una solución segura y duradera, que es aún la más utilizada.

La pervivencia de la teja en la arquitectura culta parece estar condicio-nada a una geom

etría más tersa. A

lgunas formas de cubierta inclinada,

como las chapas m

etálicas, sustituyen a la teja árabe para conformar

superficies más planas. La teja plana, o alicantina, todavía tiene algún

11

12

La teja tortuga o teja de tres ramas.

La cubierta de teja plana del aeropuerto deS

evilla (R. M

oneo).

B

Page 25: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

22

futuro por su sencilla volumetría. Q

uizás algunas formas nuevas de teja

romana o ím

brice puedan competir, con su noble plano de fondo form

a-do por las bandejas y el rayado ordenado de los cubrejuntas, en esteexigente m

undo de la tersura y planeidad.

Tejas planas modernas en busca de la planeidad

general del tejado (publicidad de Redland).

B

Page 26: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

23

Dicen que los esquim

ales tienen decenas de voces para diferenciar lasform

as de la nieve, quizás tantas como nosotros hem

os heredado denuestros cam

pesinos para matizar las form

as de la lluvia. Sustantivos

como llovizna, chaparrón, chirim

iri, aguacero, matacabra, calabobos, chu-

basco... Verbos como chispear, lloviznar, diluviar, jarrear... A

dverbios como

torrencialmente, m

ansamente... E

xpresiones como chuzos de punta, a

cántaros, a mares... Lo que nos es tan próxim

o y tan necesario exige ysugiere m

il matices que m

erecen sus correspondientes nombres.

Pues bien, en este capítulo tratarem

os una parte del edificio tan concre-ta que está reducida a un sólo elem

ento, pero es éste tan rico y contantos m

atices, que él sólo nos permitirá cum

plir con las cuarenta vocesque nos hem

os propuesto tratar en cada uno de estos apartados. Nos

referimos a la ventana, el elem

ento constructivo más im

portante de laarquitectura, la negación del m

uro. Construir es levantar m

uros y cu-biertas que encierran espacios, unos espacios que no son habitableshasta que no perforam

os esas envolventes para buscar toda la luz, laventilación y las vistas que el exterior puede darnos. Y

hoy más que

nunca, la búsqueda de la transparencia y la liviandad hace que se pue-da decir que el hueco es ya la m

ateria mism

a, y casi la única, de laconstrucción y la arquitectura.

Los variados nombres de las ventanas aluden a sus diversas propieda-

des. De ellas, la m

ás importante, sin duda, es la de llevar luz a las habi-

taciones. Imagínese lo que pudo significar una entrada de luz en una

Los nombres de la ventana

Celaje

123

3LuceroLuceraLucerna

4LucernarioLucarnaLum

brera5

Guardilla

Buhardilla

6TragaluzC

laraboyaM

onteraLinterna

7V

entanalV

entanoV

entanera8

Balconera

Balcón

Mirador

Cierro

Cam

ónC

oche parado9

Ajim

ez

Mirilla

Ventanillo

Vasistas

10Ó

culoO

joO

jo de bueyR

osaR

osetón11

Mezanina

Galería

12A

ndana13

Montante

LunetaE

scuchaTram

pilla14

Respiradero

Buhedera

Saetera

Tronera15

Jemesía

Espejuelo

16C

elaje

C

Page 27: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

24

cueva o en un sótano oscuro. Ese lujo increíble de tener luz en un

espacio protegido de las inclemencias del tiem

po justifica que el luce-ro

, «postigo o cuarterón practicable por donde entra la luz» (RA

E), com

-parta el nom

bre con un planeta más rutilante que las estrellas, Venus,

el lucero del alba. Pero la m

isma raíz tienen m

uchos tipos de ventanaque com

portan la idea de introducir la luz por la parte alta del espaciohabitable: lucera, «ventana o claraboya abierta en la parte alta de losedificios»

(RA

E), o lucerna, «abertura alta de una habitación»

(RA

E).

Capítulo aparte m

erecen las ventanas específicas de la cubierta, cuyo nom-

bre más generalizado no está reconocido por la R

AE: el *lucernario, «venta-

na en la cubierta» (M

M). La *lucarna y la lum

brera reciben definiciones impre-

cisas, pero puede deducirse que son voces muy próxim

as; Paniagua las

considera sinónimas, para él son ventanas verticales cubiertas por un plano

de cubierta que tiene una pendiente más baja que el resto del faldón «por

elevación de una parte de [...] la vertiente de un tejado». Quizá por esa

forma de desviación, de salida tangencial, la lucarna es tam

bién un aliviade-ro lateral en una corriente de agua, m

ientras que la lumbrera es la «abertura

por la que sale la viruta en el cepillo de carpintero» (T

).

4

Luceras en la casa Johnson en Wisconsin,

EE

.UU

. (F. Ll. Wright).

C

Page 28: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

25

567

Entre las ventanas abiertas en la cubierta, no podem

os olvidar lam

ansarda, que se sitúa en el faldón inferior de un tejado de este tipo(véase H

astial) y la más tradicional *guard

illa, «abertura hecha en el teja-do, cubierta con una pequeña construcción que tiene form

a de casita,provista de ventana en su parte delantera» (M

M), aparato que el dicciona-

rio de la RA

E sólo acepta como b

uhardilla: «ventana que se levanta por

encima del tejado de una casa, con su caballete cubierto de tejas o piza-

rras, y sirve para dar luz a los desvanes o para salir por ella a los tejados».

En esa posición cenital, que privilegia la luz sobre todas las dem

ás fa-cultades de la ventana, se halla el evidente trag

aluz, voz que exhibe suglotona capacidad para introducir luz en el interior. M

ás importante, la

clarabo

ya, la poética claire voie, camino de luz, techo de cristales, por

ejemplo, sobre una caja de escalera (M

M). C

omo la m

ontera, «cubierta

de cristales sobre un patio, galería, etc.» (RA

E). A

ún más m

onumental, la

linterna: «especie de coronamiento en form

a de domo, con vidrieras,

calado o en belvedere y puesto en lo alto de un edificio», según el Torroja.

Por su tam

año la ventana adopta muchos nom

bres, pero el diccionariorecoge el grande, ventanal, y el pequeño, ventano

. Ventanera no esninguna form

a de abertura, sino la «mujer ociosa m

uy acostumbrada a

asomarse a la ventana para ser vista» (R

AE

). La ventana, efectivamente,

no sólo sirve para ver sino también para ser visto, aunque el diccionario

es evidentemente ofensivo. E

insiste: «hacer ventana una mujer es po-

nerse en ella para ser vista».

Para ver es im

portante que el hueco llegue hasta el suelo de la habita-ción, y entonces se le llam

a balco

nera. El diccionario de la R

AE define

así el balcó

n: «hueco abierto al exterior desde el suelo de la habitación,

con barandilla por lo común saliente». P

ero hoy reservamos esa voz al

plano en voladizo situado por fuera de la balconera y protegido por unabarandilla. La im

portancia de la observación del exterior se evidenciaen nom

bres tan enfáticos como m

irado

r, que es sinónimo de cierro

mirador, balcón encristalado» (R

AE

). Da la im

presión de que los balco-nes se cerraron com

o hoy las terrazas. Se le llam

a también cam

ón,

quizá por la armadura de m

adera que permitía m

ontar en el balcón lacaja vidriada

(MM

). Es asim

ismo curiosa la expresión co

che parad

o, que

Montera de los alm

acenes Printem

ps, París.

Vidriera polícroma bajo la linterna del P

alau de laM

úsica de Barcelona (Ll. D

omenech i M

untaner).

8

C

Page 29: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

26

11

se aplica «a un balcón o m

irador en un sitio muy concurrido», según

María M

oliner.

A veces, por el contrario, lo im

portante es ver sin ser visto. Quizás sea

para proteger la intimidad, com

o se consigue con las celosías. La vozajim

ez describía, hasta el siglo XIX

, una ventana a la que se adosabaun cajón de celosías para poder m

irar incluso hacia los lados. Otras

ventanas, por motivos de seguridad, hacen posible que se pueda ob-

servar al visitante sin permitir a éste ni el m

ínimo atisbo del interior, y

han dado lugar a todas las pequeñas aberturas en las puertas de acce-so que se llam

an mirilla o ventanillo

: «ventana pequeña o aberturaredonda o de otra form

a, hecha en la puerta exterior de las casas yresguardada por lo com

ún con rejilla, para ver la persona que llama, o

hablar con ella sin franquearle la entrada» (RA

E). E

s especialmente cu-

riosa debido a su corrupta etimología la voz vasistas citada por P

aniaguacom

o una distorsión del alemán W

as ist das (¿Q

ué hay?). Peralta ase-

gura que se trata de un término francés usado de form

a abusiva enlugar de m

ontante y ventanillo.

La ventana tiene un papel fundamental en la com

posición de la facha-da, y por ello ha adoptado form

as diversas y ocupado lugares significa-tivos que han dado lugar a otras tantas voces específicas. H

ablaremos

en otro lugar de la espectacular serliana, pero aquí podemos citar todos

los nombres de las ventanas circulares, com

o *óculo

, ojo

u ojo

de b

uey.R

osa o ro

setón son tam

bién ventanas circulares pero sobre todo esteúltim

o tiene nervios y forma calados con adornos.

De entre los elem

entos acristalados destaca la mezanina, según el

Torroja «el hueco apaisado o ventana que hay en los áticos, sotabancos,etc.», y para M

atallana «el vano que sirve de ventana en los áticos osobrados y es m

ás ancho que largo». Pero tam

bién la más próxim

ag

alería, palabra que encierra en la actualidad demasiados significados.

Galería viene de galilaea, de la región pagana de G

alilea, por ser lagalería o pórtico de las iglesias donde perm

anecía el pueblo en vías deconversión

(MM

). Una galería es cualquier espacio alargado bien ilum

i-nado, por eso sirve para habitaciones, pasos entre edificios, aditam

en-

910

Ajim

ez en el convento de San P

aio de Santiago

de Com

postela.

Galería m

adrileña.

C

Page 30: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

27

1213

14

tos de planta baja, cuerpos volados en plantas altas y espacios insertosen el m

acizo edificado.

La indefinición sobre si se trata de un espacio abierto al exterior o cerra-do por una vidriera aún com

plica más las cosas. C

ada región ha utiliza-do esa voz para nom

brar unos elementos constructivos adecuados a su

clima y a su arquitectura popular. A

sí, llamam

os galerías a los amplios

miradores acristalados gallegos y a las solanas abiertas a oeste de las

masías catalanas. P

arece razonable, pues, reservar galería para cie-rres acristalados y recuperar solana, ándito, ‘logia, porche, etc. para losespacios abiertos. La agrupación ordenada de huecos tam

bién recibenom

bres como la and

ana, «la fila de ventanas o balcones que en cadapiso o alto de un edificio sigue una línea horizontal» (M

T).

Sobre las puertas interiores o exteriores es habitual colocar una venta-

na que ilumina el local aunque la puerta esté cerrada. E

s el mo

ntante(M

T), que se llam

a luneta cuando tiene forma sem

icircular (MM

). Una fun-

ción muy particular es la de la ventana abierta para escuchar sin ser

percibido; es la escucha: «la ventana pequeña que había en las salasdonde se reunían los consejos en palacio, por la que el rey podía escu-char lo que se trataba sin ser visto» (M

M). E

ntre los huecos especialesque se abren en el interior no podem

os olvidar a la popular tramp

illa:«ventanillo en el suelo para m

irar al piso inferior» (RA

E).

Algunas voces están específicam

ente relacionadas con la función deventilar los locales. La m

ás explícita es respirad

ero, «abertura o con-

ducto por donde entra y sale el aire» (RA

E), pero tam

bién debemos re-

cordar la buhed

era, «tronera, agujero», según el mism

o diccionario,aunque su raíz procede de bufar (soplar), según C

orominas. P

or último,

quedan algunas voces que recuerdan las aberturas en muros de defen-

sa, pero que hoy se usan para definir ventanas muy estrechas, com

o lasaetera, «ventanilla estrecha de las que se suelen abrir en la escalera yen otras partes» (R

AE

), o muy pequeñas, com

o la tronera: «ventana es-

trecha y pequeña por donde entra escasamente la luz», según la A

ca-dem

ia.

Rosa

Óculo en el edificio del Tribunal del condado de

Lister, en Sölvesborg, S

uecia (G. A

splund).

C

Page 31: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

28

El hueco a veces no se llega a definir com

o una forma nítidam

entecontorneada sino que se trata de un conjunto de perforaciones o cala-dos que llevan, o no, un trasdosado de vidrios. E

s el caso de la jemesía,

que parece ser una celosía que se puede construir con materiales m

ásgruesos: «enrejado de piedra, ladrillos, yeso o m

adera para dar luz yventilación» (M

M), o del esp

ejuelo: «ventana, rosetón o claraboya, por lo

general con calados de cantería, cerrados con láminas de yeso trans-

parente» (RA

E).

Celaje, la voz que encabeza el capítulo, alude tam

bién a alguna forma

de protección. Celar es encubrir, ocultar, y celada, la pieza de la arm

a-dura que protegía la cabeza dejando descubierta la cara. P

ara celaje laR

AE tiene una acepción com

o «claraboya o ventana, o la parte superiorde ella». P

ero si nos acercamos a la prim

era acepción, «aspecto quepresenta el cielo cuando hay nubes tenues o de varios m

atices», pode-m

os imaginar que celaje aún sería útil para nom

brar los cerramientos

de vidrio opalizado que «encubren, ocultan el interior y dan una luzsim

ilar a la de un cielo cuando hay nubes tenues».

16C

elaje de guillotina en unas viviendas parisinas(M

. Mim

ram).

Tron

eras o

saeteras

en

la casa

Bo

gk.

Milw

aukee, EE

.UU

(F. Ll. Wright).

C

Page 32: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

29

Este apartado tratará de las voces con las que se conoce lo que gené-

ricamente llam

amos el espacio *b

ajocub

ierta. Espacios m

ágicos, deluz polvorienta y form

as geométricas extrañas, llenos de trastos; o es-

pacios limpios, de am

plias terrazas y bellas vistas. De la larga lista de

voces que hacen referencia al espacio bajo cubierta, sob

rado

, aunqueno está entre las m

ás utilizadas, es una de las más atractivas, porque

hace referencia a un aspecto que encuentro especialmente significati-

vo: la de ser un espacio de más, un ám

bito que en realidad sobra, queno sería necesario en un estricto planteam

iento funcional del edificio.S

eg

ún

Ma

ría M

olin

er su

etim

olo

gía

pro

ced

e d

e su

pe

rad

ditu

m,

sobreañadido, sobredado. En la apretada ocupación de los espacios

construidos de la arquitectura de hoy, esta cualidad de sobrar me pare-

ce la más valiosa.

El diccionario de la R

AE recoge el sobrado en su quinta acepción com

osinónim

o de desván: «parte m

ás alta de la casa, inmediatam

ente deba-jo del tejado, que suele destinarse a guardar objetos inútiles o en desu-so». La etim

ología de esta voz más com

ún, desván, parece estar en losvocablos vano, vacío. M

aría Moliner lo define com

o «lugar vacío entre eltejado y el últim

o piso». Así que esta voz tam

bién parece insistir en lainutilidad aparente de ese espacio, aunque añade la idea alm

acenaje.U

n almacén poco visitado, ya que todo lo que se m

ete en el desván se"desvanece" en nuestra m

emoria.

De la im

portancia de ese espacio en la construcción tradicional dejaconstancia la interm

inable lista de voces con las que es descrito en

123

1B

ajocubiertaS

obrado2

Desván

3B

uhardillaB

uhardaB

oardaB

oardilla4

Alpende

Barbacoa

5G

uardillaA

lgorfaN

ayaC

amaranchón

Alm

acería

Desván

Del sobrado al ático

6FayadoD

obladoZ

aquizamí

Falsa7

Banco

Sotabanco

Tabanco8

Golfa

Chiribitil

Cam

aranchel9

Mansarda

11Á

ticoS

obreáticoP

enthouse

D

Page 33: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

30

nuestro idioma. C

ada una de ellas va añadiendo un matiz a los concep-

tos, ya destacados, de sobradía y vaciedad. Una idea que suele ser

consustancial a estos espacios es la de ventilación, porque supone laevacuación de las hum

edades que pueda traspuar la teja o de los exce-sos de calor que se acum

ulen en verano. El origen de la com

ún buhar-

dilla es, según C

orominas, el respiradero para el hum

o que se abría enlos tejados. La b

uharda era la ventana abierta en el tejado. Tam

biénM

aría Moliner identifica los tém

inos buhar y bufar. La voz tiene versio-nes variadas com

o bo

arda y b

oard

illa.

Ese m

ismo sentido de espacio ventilado, no com

pletamente cerrado,

justifica la aplicación al sobrado de voces como alp

ende, que tam

biénsignifica porche o cubierta, o com

o barb

acoa, voz que en A

mérica alu-

de al desván pero también a una especie de pérgola de tablones.

Ya hemos hablado de la m

ención al almacenaje que acom

paña a lasvoces de sobrado y desván en el diccionario. E

ste componente justifica-

ría la transposición a guard

illa, «habitación contigua al tejado», de lavoz m

ás común buhardilla. E

n este mism

o sentido se utilizan otros tér-m

inos próximos, com

o algo

rfa (descrito por la RA

E como el «sobrado o

cámara alta para recoger y conservar granos»), *naya (que M

aría Moliner

describe como «alm

acén en la parte alta de un edificio» y también com

o«sitio alto en la plaza de toros»), cam

aranchón (que en el m

ismo dic-

cionario aparece recogido como «desván, debajo del tejado, donde se

suelen guardar cosas desechadas») y almacería (voz antigua con la

que, según la RA

E, se designaba el granero en el desván).

El desván suele surgir del aprovecham

iento de un espacio generadopor un sistem

a constructivo: la cubierta inclinada y semiocupada por

unos elementos estructurales, las arm

aduras de cuchillo. Eso le da un

carácter marginal, un m

archamo de subordinación al carácter del pro-

pio tejado, y quizás por ello en Galicia se le llam

a fayado

, de fayar,techar. E

n realidad es un espacio que aparece cuando se forma un

plano horizontal que une los tirantes de los cuchillos con los extremos

inferiores de los pares, lo que podría explicar el nombre de d

ob

lado

,que se usa en A

ndalucía. En algunos casos la solución constructiva

consiste en colgar el techo de una armadura de cubierta; el suelo es

456

Alpende castellano.

Barbacoa o pérgola en P

ueblo Ribera, La Jolla,

California (R

. Schlinder).

D

Page 34: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

31

entonces muy poco firm

e, un entablonado realizado tal vez simplem

en-te con chillas. A

ello alude la voz zaquizam

í, que acoge dos acepciones,la de «vivienda o habitación m

uy pequeña» y la que se refiere al«enm

aderado del techo», definición esta última m

uy semejante a la que

ofrece María M

oliner: «especie de techo de madera o artesonado» (que

procede de saquef sami, techo de cielo). E

sa especie de “zulo”, de es-pacio disim

ulado bajo los planos de la cubierta, puede merecer asim

is-m

o el nombre de falsa (derivado de falso, según la R

AE), que es el habi-

tual desde Aragón a M

urcia.

Otras voces derivan de la im

agen del desván en la fachada y sugierenform

as de bajocubierta más habitables. E

l banco

era la hilada horizon-tal levantada sobre la cornisa con form

as volteadas o adinteladas, y quedio lugar a denom

inar sotab

anco al «piso habitable colocado por enci-

ma de la cornisa general de la casa» (R

AE

); un piso, pues, que se aso-m

aba al exterior a través de los huecos abiertos bajo el banco. Este

sotabanco ha dado lugar a varias voces, como el tab

anco, popular en

Centroam

érica, o la reducción simplem

ente a banco para expresar ahoraese espacio habitable.

La transposición urbana de este espacio tan útil en la construcción ruraltam

bién puede leerse en el diccionario. En C

ataluña, por ejemplo, la pre-

sión sobre la edificación para conseguir un mayor aprovecham

iento delescaso espacio de la ciudad no hizo desaparecer pero redujo drásticam

entela altura y la solidez constructiva de las originales *golfas. E

sta voz, común

en todo el Mediterráneo, describe, según C

orominas, un pisito general-

mente deshabitado (y destinado a guardar objetos y provisiones) inm

edia-to al techo de una casa. E

n la ciudad, las golfas se redujeron al sostre mort

(techo muerto). U

n espacio vacío bajo la azotea catalana que a lo largo dela segunda m

itad del XIX

pasó, de ser habitable, a apenas disponer dem

edio metro de altura; de estar entre dos techos independientes, a ver

reducido su límite inferior a un cañizo colgado de la estructura de cubierta.

Algo parecido a los castellanos chirib

itil, «desván, rincón o escondrijo bajoy estrecho» (R

AE

), y *camaranchel (M

M).

Para hacer m

ás habitable este espacio, el arquitecto francés J.L. Mansart

diseñó la estructura de cubierta de sección poligonal que ha dado lugar

789

Las golfas de la casa Milá de B

arcelona (A. G

audí).

Mansarda parisina.

D

Page 35: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

32

en nuestro idioma a la voz *m

ansarda. E

sta voz nos introduce en elb

ajo

cub

ierta

mo

de

rno

qu

e exig

e u

na

s me

jore

s con

dicio

ne

s de

habitabilidad para rentabilizar los costes de suelo urbano.

La larga lista de voces nos confirma por una parte la am

plia tradición deeste tipo de espacio en toda la geografía nacional. P

or otra, nos recuerdalos conceptos que se le han asociado tradicionalm

ente: espacio que so-bra, que está ventilado, de construcción ligera, inm

ediata al tejado, porencim

a de la albañilería. Recobrar hoy un espacio con esas característi-

cas es realmente difícil debido a la presión para el aprovecham

iento delvolum

en edificable en las construcciones urbanas. Pero debem

os recor-dar que los m

ateriales que utilizamos en las cubiertas inclinadas, las

tejas cerámicas, alicantinas o árabes, no suelen ser absolutam

ente im-

permeables y que, por lo tanto, un espacio ventilado bajocubierta consti-

tuye la única garantía contra la entrada de agua por capilaridad. Por otra

parte, la cámara ventilada que este tipo de espacios constituía es la

mejor protección contra la radiación solar directa, la m

ejor garantía paraun control eficaz y sencillo de los aportes solares.

Conviene añadir adem

ás que los agradables espacios abuhardilladostan queridos de las revistas de decoración, suelen ser m

uy problemáti-

cos desde los puntos de vista de estanquidad y control térmico, porque

no responden a las condiciones de nuestros materiales y de nuestro

clima. H

oy estos espacios están más valorados que el resto del edificio,

y eso se traduce en la sustitución de las despectivas voces tradiciona-les que aludían a la ventilación o el alm

acenaje de trastos por otrascom

o ático, que en otro tiem

po era el «último piso del edificio, m

ás bajode techo que los inferiores, que se construye para encubrir el arranquede las techum

bres» (RA

E), y que ahora es el piso m

ás deseado de lacasa, generalm

ente retranqueado y del que forma parte a veces una

magnífica terraza. La repetición de ese retranqueo y algunas ordenan-

zas municipales generaron tam

bién el *sob

reático. M

uy modernam

en-te se está difundiendo el cóm

icamente pedante térm

ino anglosajón de*p

enthouse para cualquier espacio bajocubierta.

1011

La sublimación del sobrado en la arquitectura

modernista, en E

l Frare Blanc, B

arcelona (J.R

ubió y Bellver).

Casa R

odríguez en Roda de B

erá, Tarragona(J. B

ach, G. M

ora).

D

Page 36: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

33

23

Las carpinterías que cierran los huecos plantearon un problema difícil a

la construcción: introducir en la obra, sólida y trabada, unos elementos

de otro orden que debían ser fácilmente practicables, tenían que poder

cerrarse para proteger y abrirse para comunicar, y todo ello con la m

a-yor facilidad para poder ser m

il veces repetido. Al parecer el problem

adebió ser m

uy serio y el mecanism

o parece que fracasó con frecuencia,o por lo m

enos así parece sugerirlo la cantidad de expresiones de usocom

ún que se asocian al fallo de la practicabilidad de las carpinterías.V

eremos algunas de esas expresiones m

ás adelante.

Los primeros sistem

as para conseguir que un tablero girara sobre uno desus lados abriendo y cerrando la puerta o ventana consistieron en prolon-gar el larguero correspondiente e introducirlo por arriba y por abajo ensendos agujeros practicados en el um

bral y en el dintel. Esos agujeros se

llamaban

quicios o

quicialeras

. No nos sorprenderá, pues, com

probarlas terribles consecuencias de “sacar de quicio” algo a alguien. Tam

biénes evidente que una persona “desquiciada” no puede funcionar correcta-m

ente. El quicial pasó a ser el larguero que sobresale del tablero, y por el

mom

ento dejaremos aquí su evolución, que tratarem

os con los elemen-

tos móviles de la carpintería

, dentro del capítulo titulado Fayanca.

En este apartado estudiarem

os únicamente los herrajes de esas car-

pinterías. Em

pezaremos por el herraje que sustituyó al quicial: una es-

cuadra metálica que se clava al larguero y al m

ontante inferior de unapuerta y que, cerca de su ángulo, lleva una pequeño cono, el p

ivote o

go

rrón, que entra en un agujero del suelo, el tejuelo

o rangua. E

l Torroja

2Q

uicioQ

uicialera3

Pivote

Gorrón

TejueloR

angua4

TrancaTalanqueraTrencaA

lamud

Aldaba

5A

ldabillaTarabillaC

olanillaTrinquete

6P

icaporteN

arizG

rapón7

Golpete

8R

etenidaC

ompás

9B

isagraF

ijaC

harnelaC

harnetaA

lguazaP

asador

Espiga

Pala

10G

ozneG

onceP

ernioP

uerca11

Golfo

Chaveta

Gobio

12T

iradorM

anijaM

anillaM

anigueta13

Pestillo

Cajetín

Cerradero

Resbalón

Golpe y llave

14F

iador15

Españoleta

16FallebaC

ambrón

Arm

ellaC

achaba17

Crem

onaU

ñero

Españoleta

Los herrajes de la carpintería

1

E

Page 37: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

34

456

explica perfectamente el m

ecanismo cuando define el pivote: «herraje

para el giro de puertas muy pesadas que, en form

a de escuadra oestribo, abraza el m

ontante quizial y con un pezón o saliente que, intro-ducido en la rangua em

potrada en el umbral, perm

ite dicho giro».

Ya tenemos un tablero capaz de girar sobre uno de sus lados; ahora se

trata de conseguir que se quede cerrado aunque se ejerzan violentosesfuerzos desde fuera. P

ara ello la primera solución es la tranca

,*talanq

uera o *trenca: la estaca que asegura puertas y ventanas pasan-do por detrás de la hoja y em

potrándose en las jambas. A

veces es unabarra de hierro, y en ese caso se le llam

aba alamud

o aldab

a, aunqueesta últim

a voz se ha hecho más com

ún para nombrar el llam

ador.

Las versiones más sencillas de esos pasadores de cierre son la ald

a-b

illa, «una pequeña pieza de madera o de hierro que se sujeta por el

centro, de manera que pueda girar, en los m

arcos de las puertas oventanas, para sujetarlas cerradas» (M

M). E

s lo mism

o que la tarabilla,

un zoquetillo de madera que gira sobre un clavo central, m

ientras queen la co

lanilla el movim

iento es de desplazamiento: «pasadorcillo con

que se cierran y aseguran puertas y ventanas» (RA

E). E

n Andalucía se

la llama tam

bién trinquete, según el diccionario.

Todos estos elementos perm

itían manipular la puerta desde dentro,

pero para que pudiese ser accionada también desde fuera tuvieron

que llegar los picap

ortes: «dispositivo que sirve para m

antener cerra-da una puerta; consiste en una pieza alargada de hierro sujeta a lapuerta por uno de sus extrem

os por una varilla que pasa al otro lado dela puerta y en la que se inserta la m

anivela con que se acciona desdeese lado; la pieza principal se m

antiene en la posición debida mediante

una grapa clavada en la puerta, dentro de la cual esa pieza puedem

overse para encajar en otra pieza en forma de nariz clavada en el

marco, o salir de ella». E

sta definición tan completa de M

aría Moliner

incluye otras acepciones de uso frecuente: una, reduccionista, puesllam

a picaporte sólo al herraje con que se acciona el mecanism

o desdeel otro lado de la puerta; la segunda está justificada por la com

posiciónde la voz, pica-porte, y la confunde con la aldaba: «pieza de m

etal quese coloca en las puertas para golpear con ella para llam

ar». El diccio-

Gorrón o pivote en proceso de elaboración en

una herrería castellana.

Picaporte.

Golpetes de S

antiago. El m

ás próximo está en

la posición de retener la hoja. Está alzado y se

ha deslizado por el coliso de apoyo. Para que

caiga hay que elevarlo y girarlo hacia afuera.

E

Page 38: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

35

nario citado define tam

bién la nariz, «hierro en forma de nariz donde

encaja el picaporte o el pestillo», y el *grap

ón, «pieza de hierro de for-

ma de grapa dentro de la cual se m

ueve el picaporte con que se cierranlas puertas».

Otro problem

a es sujetar la ventana o puerta abierta para evitar quegolpee. La tradición nos ofrece una gran variedad de herrajes, pero eldiccionario de la R

AE sólo incluye una voz: el g

olp

ete, «palanca de metal

con un diente, fija en la pared, que sirve para mantener abierta una hoja

de puerta o ventana». Sin em

bargo, los mecanism

os son muy variados.

Unos se fijan a la fachada, y entre ellos los hay m

uy cortos, que única-m

ente sujetan la hoja cuando está completam

ente abierta, mientras

que otros son unos ganchos de cierta longitud que permiten posiciones

intermedias. O

tros mecanism

os, más raros en E

spaña, se fijan a la hojay tienen unas perforaciones o dientes para sujetarse m

omentáneam

en-te al m

arco de modo que hacen posibles diversas aberturas.

Los países anglosajones tienen una rica variedad de diseños de ele-m

entos de este tipo, y todos ellos se pueden englobar también dentro

del nombre genérico de retenid

as, probablemente m

ás apropiado queel académ

ico golpete, que puede confundirse con los actuales meca-

nismos de golpe que verem

os más adelante. E

n nuestros días la vozm

ás utilizada es com

pás, un m

ecanismo form

ado por dos varillas arti-culadas que se abre con la hoja y lim

ita el ángulo de giro de ésta. Laventaja del com

pás es que se aloja en el juego de marco y hoja, y

queda oculto cuando la ventana está cerrada.

Pero volvam

os al giro de la hoja; hoy ya no existe el quicial y apenas seconoce la rangua en la construcción rural castellana. Los m

ecanismos

de giro son ahora siempre las b

isagras, fijas, charnelas, charnetas o,

incluso, alguazas (frecuente en A

ragón). Respecto al térm

ino bisagraM

aría Moliner ofrece la siguiente definición: «pieza form

ada por dosplanchas m

etálicas articuladas entre sí con que se sujetan dos piezas odos partes de una cosa, que, a su vez, deben ir articuladas; por ejem

-plo, una puerta o ventana y su m

arco». Generalm

ente la articulación selogra alrededor de una varilla central que se llam

a pasad

or o esp

iga, y

cada uno de los dos elementos articulados son las p

alas.

Charnela con enorm

e espiga en la cancela dela tienda G

avina, Bolonia (C

. Scarpa).

Retenida de una ventana londinense.

789

E

Page 39: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

36

Go

zne se usa como sinónim

o de bisagra pero creo que sería más exac-

to reservar esta voz para la «combinación de dos anillos enlazados, o

de una espiga y un tejuelo, para formar el eje de giro de una puerta» (T

).E

n efecto, gozne viene de gonce, ya en desuso, y ésta del latín gomphus,

de una voz griega para clavo. Disponiendo de tantas voces para bisa-

gra, debería reservarse el gozne para la articulación que tiene un clavo,vástago o espiga que se introduce en una anilla o tejuelo fijo en la hoja.C

uando el gozne es muy grande se llam

a también p

ernio, pero el Torroja

precisa que en este último la espiga es solidaria con la pala que está fija

a la parte inmóvil, generalm

ente el quicial. En ese caso a la otra pala se

la llama p

uerca, vaya usted a saber por qué. Quizás porque se introdu-

ce en su interior el vástago de la espiga. ¡Señor, qué lenguaje!

Cuando las puertas o ventanas son anchas y pesadas, las palas que

fijan la puerta se alargan para anclarlas con mayor eficacia: son los

go

lfos, que se convierten en verdaderas arm

aduras de la hoja. Aunque

sólo sea para evidenciar las dificultades históricas de estos mecanis-

mos, podem

os recordar dos piececillas más que han pasado al lengua-

je común. U

na es de todos conocida, la chaveta, del italiano chiavetta,dim

inutivo de chiave (llave); para asegurarse de que un pasador, como

la espiga de la bisagra, nunca se saldrá de su sitio se puede usar estachaveta: «clavo o pasador que se pasa por un orificio hecho en el extre-m

o de un eje, una varilla, una espiga, un pernio, etc., para que no sesalgan las cosas m

etidas en ellos o para que no se salgan ellos del sitioen que se m

eten» (T). E

ste clavo o pasador generalmente está dividido

en dos ramas, que se separan después de colocado: ahora entende-

mos las consecuencias de “perder la chaveta”. N

os hemos quedado sin

un elemento clave de la carpintería, algo tan sencillo com

o una peque-ña horquilla y que, sin em

bargo, es el depositario de la seguridad de labisagra y de la hoja. U

nas cuantas bisagras sin chaveta y ya tenemos la

frase popular. Mucho m

enos conocido es el go

bio

: «la aguja o alfiler dehierro forjado que se clava a un m

ontante de puerta y alrededor del cualgira la hoja de un gozne» (T

). La voz gobio se asocia a una raíz italianaque significa jorobado. E

s de suponer que nombra objetos doblados

sobre sí mism

os hasta tomar form

a de gancho. La otra acepción degobio señala una grapa que une sillares (véase Llave).

11 10

Gozne excéntrico para estabilizar la hoja abierta.

Pernio y p

uerca en la puerta d

e la forzalezad

e Ibiza.

E

Page 40: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

37

En el larguero opuesto al de fijas deberá existir algún m

ecanismo de

cierre de esas hojas que giran sobre las bisagras. Prim

ero será necesa-rio poder abrir la hoja; para ello se dispone del tirad

or, «herraje que

permite tirar de una puerta, cajón, etc.». S

i tiene una forma adecuada

para ser asido con toda la mano, se llam

a manija, m

anilla o manig

ueta.A

lgunos diccionarios incluyen manecilla o m

anillar, pero no son ade-cuados ni los reconoce la R

AE.

La manija o tirador suele accionar un p

estillo, «cerrojo pequeño o

pasador plano con que se asegura cerrada una puerta, una tapa, etc.»(M

M). Los pestillos quedan fijados contra el m

arco porque se alojandentro de un cajetín

o cerradero

, que puede ser de chapa o simple-

mente una hendidura abierta en el propio m

arco. El pestillo puede

tener el extremo saliente en form

a de plano inclinado y estar apoyadopor un m

uelle, de manera que al golpear la puerta contra el m

arco elpestillo se desplace prim

ero hacia dentro y luego hacia fuera quedan-do sujeto contra el m

arco. Esto es un m

ecanismo de resb

alón, que se

utiliza sobre todo en las puertas. Los modernos m

ecanismos de g

olp

ey llave son una form

a de evolución de este resbalón y permiten ade-

más asegurar el cierre contra intrusos.

Llega un mom

ento en la evolución de las carpinterías de ventana queadem

ás de poder cerrar y abrir con facilidad girando sobre esa eficazbisagra o pernio, el confort exige un cierre herm

ético: es, pues, necesa-rio poder com

primir la hoja contra el m

arco para impedir la entrada de la

lluvia o el viento. Para conseguir esa presión sólo parece haber dos

recursos: el más sim

ple es el plano inclinado, esto es, algún tipo depasador o fiad

or entra en un agujero de la jam

ba o en una horquilla fijaal m

arco. Si el plano de contacto es inclinado, de m

anera que cuantom

ás se pasa el fiador más se com

prime la hoja contra el m

arco, elproblem

a parece resuelto. A pesar de su aparente sim

plicidad, es unm

ecanismo de difícil control y que puede bloquearse. Q

uizás por eso noinspiró los m

ejores cierres de la cerrajería clásica.

El m

ecanismo m

ás brillante es el que utiliza el segundo de los recursos:la torsión; y tiene un nom

bre curioso: españo

leta. Se trata de una varilla

fija a la hoja capaz de girar sobre sí mism

a dentro de esas fijaciones

1213

14

Españoletas en hojas y postigos.

15

E

Page 41: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

38

perforadas. En sus extrem

os tiene unos ganchos que se pueden intro-ducir en unas horquillas clavadas al m

arco. La forma de esos ganchos

es tal que resulta fácil introducirlos dentro de la horquilla, pero al irgirando el redondo vertical la zona del gancho que toca a la horquilla seacerca cada vez m

ás a ella comprim

iendo fuerte y progresivamente la

hoja contra el marco. A

l final del giro todo el redondo vertical ha queda-do torsionado y la elasticidad del m

aterial hace que la presión entrehoja y m

arco sea duradera y eficaz. Corom

inas considera que es unavoz catalana que pasó a Italia y desde allí consiguió difusión universal.

Lo cierto es que muchos diccionarios de otras lenguas reconocen esta

voz, espagnolette, mie

ntra

s la R

ea

l Aca

de

mia

sólo

reco

ge

com

oespañoleta un antiguo baile. S

egún su diccionario este maravilloso in-

vento se llama tam

bién falleba, voz hoy m

uy poco utilizada y que hatom

ado un sentido más general, que engloba los diversos sistem

as decerram

iento y fijación de la hoja. En el lenguaje del oficio cada parte de

la españoleta tiene un nombre: las fijaciones del redondo a la hoja son

los camb

rones, y los ganchos extrem

os que se introducen en las hor-quillas o arm

ellas fijas al marco son las cachab

as.

A pesar de su claridad funcional la españoleta está en desuso y ha sido

sustituida por un mecanism

o conocido como crem

ona: «cerradura for-

mada por dos pletinas dentadas que se m

ueven en sentido opuesto alhacer girar entre ellas una rueda con dientes, con la que am

bas pletinasentran en sus respectivas arm

ellas» (T

). Su ventaja es que se puede

empotrar en los largueros de la hoja y reducir los elem

entos vistos a lam

anija o el uñero que m

anipula las varillas.

En la actualidad la técnica es m

ucho más com

pleja y permite sofisticadas

manipulaciones; sin em

bargo el lenguaje es cada vez más escaso. E

xis-ten herrajes sofisticados para las ventanas oscilobatientes, o para ele-var las hojas correderas a fin de conseguir una m

ayor estanquidad, yaque caen con todo su peso presionando las guarniciones, pero apenastenem

os nombres ni para los nuevos ni para los viejos m

ecanismos.

161718

Falleba con agujero coliso y bordes dentadospara ser utilizada com

o retenida.

Crem

on

a d

e u

na

mo

dern

a ven

tana

oscilobatiente.

E

Page 42: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

39

La fallanca es «el vierteaguas de una puerta o ventana» (RA

E). E

s unperfil clavado a la parte exterior del peinazo inferior de la hoja que pro-yecta el agua hacia el exterior y protege al m

arco con un pequeño goterón.E

n algunos otros diccionarios, aparece también com

o fayanca, aun-que, curiosam

ente, la Real A

cademia reserva esta segunda grafía para

otro significado: «postura del cuerpo en la cual hay poca firmeza para

mantenerse». La verdad es que la fayanca, com

o moldura añadida al

cuerpo de la carpintería y sometida a la m

ás directa incidencia de lalluvia y el sol, suele tener “poca firm

eza para mantenerse” ya que está

formada por un listón m

oldurado que se deforma con las lluvias y los

cambios de tem

peratura, y se despega de su soporte. Las mejores so-

luciones tradicionales exigen un engargolado en cola de milano o sim

i-lar para asegurar la fijación de la fayanca al resto de la hoja.

La fayanca es siempre una m

oldura en las carpinterías de madera, pero

existen voces casi sinónimas que pueden aplicarse a otros m

ateriales ysituaciones, com

o el desp

ideaguas descrito por M

aría Moliner con todo

detalle: «listón en declive, plancha de zinc o cualquier cosa semejante

que monta sobre la pieza inferior del m

arco, que se pone en las puertas yventanas para apartar el agua de lluvia y que no penetre por las juntu-ras». Todos ellos caben dentro del genérico vierteaguas, y en todos ellosla intención es la de evacuar hacia el exterior el agua que corre por losplanos verticales para de este m

odo proteger las juntas horizontales de lacarpintería. Tam

bién el término ‘escup

idor, sinónim

o vulgar y muy exten-

dido en Cataluña, expresa claram

ente la función de estos elementos.

1FallancaFayanca

2D

espideaguasV

ierteaguasE

scupidor3

Hoja

Batiente

4B

astidorLargueroLarguero dem

anosLarguero de fijasP

uercaM

ontante5

Peinazo

Panel

Cuarterón

Entrepaño

7G

alceG

árgolG

argalloR

envalsoE

ncaje a gancho8

Burlete

JuntasG

uarnición9

Baquetón

Baqueta

Baquetilla

Junquillo10

Felpas

11V

idrio común

simple

Vidrio com

úndobleLunaV

idrio flotadoV

idrio templado

Vidrio lam

inadoV

idrio inastillableV

idrio concám

ara12

Silicona

estructuralV

EC

13P

racticable a lafrancesaP

racticable a lainglesaP

ivotanteB

asculanteG

uillotinaD

eslizanteC

orrederaO

scilobatiente

12 Fayanca

Los mecanism

os de la estanquidad

Fayanca en una carpintería de madera, según

el libro Cóm

o debo construir, de P. Benavent

F

Page 43: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

40

Todas esas voces son una primera m

edida de protección frente al pro-blem

a más grave que plantea una carpintería practicable: la estanquidad

de las juntas entre los elementos practicables y los fijos. P

ero antes deaproxim

arnos a ese problema vam

os a repasar la terminología de esos

componentes m

óviles de la hoja: «en las puertas, ventanas, biom

bos,etc., cada una de las partes que se abren y cierran» (T

). El b

atiente es lom

ismo, pero su definición acepta adem

ás otro significado en la carpin-tería, que según el Torroja hace m

ás confuso su uso: «parte del cercode las puertas y ventanas que detiene la hoja cuando se cierra».

Si analizam

os las piezas que forman ese batiente, la confusión conti-

núa. El b

astido

r es un armazón que sirve para bastir, construir, todo un

conjunto carpintero. Por lo tanto se puede usar tanto para el m

arco, fijoa la obra, com

o para el perímetro de la hoja donde se dispondrán los

elementos de relleno, vidriados o no. E

se bastidor de la hoja está forma-

do por unos elementos verticales y otros horizontales. Los prim

eros sonlos larg

ueros, «palos o barrotes que se ponen a lo largo de una obra de

carpintería» (T). La tradición, no obstante, distingue entre el larg

uero d

em

anos, el que se coge para abrir la hoja, y el larg

uero d

e fijas, aquél alque se atornillan las bisagras o fijas. E

n algunos diccionarios se llama

puerca al «larguero en el que estriba el quicio de una puerta»

(P). S

eráporque en él se fijan las puercas, los anillos m

etálicos en los que seintroduce un pivote o tejuelo para hacer de punto de giro de la hoja.M

odernamente se tiende a llam

ar ‘mo

ntantes a los largueros. Así lo

recomienda A

enor, por ejemplo, pero la R

AE considera que el m

ontantesólo es la «ventana sobre la puerta de una habitación». N

o parece ha-ber razón ninguna para sustituir al tradicional larguero.

Los listones horizontales se suelen llamar travesaños aunque la R

AE

dice que eso es «cualquier pieza de madera o de hierro que atraviesa

de una parte a otra». En realidad deberíam

os llamarlos p

einazos: «pie-

za que cruza de un larguero a otro de las puertas y ventanas, formando

las divisiones de ellas o cuarterones» (MM

). Y, en particular, es el peinazode cerradura el que soporta los m

ecanismos correspondientes. Las hojas

se completaban cerrando los espacios entre el bastidor y los peinazos

con unos paneles o cuartero

nes de madera. La voz entrep

año tiene el

345

Hojas practicables form

adas por dos largueros,seis peinazos y dos cuarterones.

FPerfiles de un prem

arco o peana

Page 44: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

41

mism

o significado, pero también se puede usar para el lienzo de pared

entre dos pilastras.

Ahora ya podem

os volver al problema que nos preocupaba al principio

de este capítulo: la difícil estanquidad de las juntas entre los elementos

móviles y los fijos. C

omo hem

os visto, los vierteaguas y fayancas pue-den alejar gran parte del agua de las juntas horizontales, pero siem

prepodrá llegar a ellas la que se m

ueva horizontalmente im

pulsada por elviento. Tam

bién debemos recordar que para que la hoja sea practicable,

esa protección no puede cubrir toda la junta puesto que cerca del lar-guero de fijas la fayanca debe interrum

pirse. Por últim

o, deberemos te-

ner en cuenta que las juntas verticales también exigen algún tipo de

protección. La solución tradicional para todos estos problemas es la

cámara drenada. S

e trata de un mecanism

o muy eficaz e inteligente

que inutiliza los motores que m

ueven el agua hacia el interior del edifi-cio: la presión del viento y la capilaridad. C

onsiste en conformar una

cámara a lo largo de toda la junta entre perfiles m

óviles, fijos. Para ello

se asegura que ambos se tocan en sus planos exterior e interior, pero

se separan por el centro formando la cám

ara deseada. El agua, im

pul-sada por el viento y arrastrada por la capilaridad, puede atravesar laprim

era línea de contacto entre perfiles, pero, al llegar al amplio espacio

de la cámara, la presión se hace insignificante y adem

ás la capilaridaddesaparece. La gota de agua queda a m

erced de la gravedad y puedeser conducida nuevam

ente hacia el exterior si se disponen las pendien-tes y los drenajes convenientes.

Esa junta, de laberíntico dibujo, ha recibido diversos nom

bres y, aunqueen ninguna de las definiciones se hace m

ención explícita a la cámara

drenada, ésta existe en casi todos los casos y es, de hecho, su principalatributo. G

alce es la voz más genérica: «ranura que se hace en un cer-

co o marco para que sirva de tope a una puerta» (S

H). E

n general, seconsidera sinónim

a de gárg

ol o g

argallo

, pero es preferible reservaresas voces para la ranura que se hace en un perfil con el objeto de queencaje dentro de él el canto afilado de una tabla. U

na de las más ade-

cuadas es renvalso, «el rebajo que se hace en el canto de las hojas de

las puertas y ventanas para que encajen en el marco y unas con otras»

67

Galce de una carpintería tradicional. F

Page 45: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

42

9

(T), una definición que alude explícitam

ente a la formación de una cavi-

dad a lo largo de todo el perfil de la junta. El vocablo m

ás concreto, perom

uy poco utilizado, es el encaje a gancho

, en el que el dibujo de lasección se hace m

ás complejo: «form

a de encaje usada entre los bor-des coincidentes de una puerta y su bastidor, cuando se requiere queésta se cierre sin dejar penetrar el aire ni el polvo; los bordes coinciden-tes de la puerta tienen un saliente que encaja en la correspondientedepresión del bastidor» (T

).

Las carpinterías contemporáneas en alum

inio o PV

C carecen de la elas-ticidad de la m

adera o de la presión de la españoleta para aseguraram

plios contactos entre los perfiles fijos y los móviles, y por esa razón

son cada vez más usados unos com

plementos, unas tiras de diversos

materiales que aseguran el contacto entre perfiles y am

plían las zonascom

primidas. S

u nombre genérico es b

urlete, «tira, generalmente de

materias flexibles, que se pone en los intersticios de las puertas o ven-

tanas para que no pase el aire» (T

). La confianza en las cámaras drenadas

está llevando a la eliminación de la fayanca. Todas las m

odernas carpin-terías de alum

inio y muchas de las de m

adera enrasan hoja y marco, y

dejan sin protección el clareo entre ellas. En el interior una junta m

áselástica lim

ita el fondo de la cámara de drenaje. Junta es una voz de

significado ambiguo pues alude tanto al espacio que separa dos piezas

como al m

aterial que lo llena. Dejarem

os la primera acepción, juntas de

deformación, y nos quedam

os aquí con las tiras de material deform

ableque establecen el contacto entre los perfiles de la hoja y el m

arco. Sería

más adecuado y m

ucho más preciso, llam

ar guarnicio

nes a estos cor-dones deform

ables. Guarnecer es «poner en un sitio accesorios y com

-plem

entos» (MM

), aunque también significa «revocar o revestir las pare-

des». En particular guarnición alude a tiras de adornos, y su uso en los

jaeces de las caballerías la acerca al mundo de la talabartería y los

cueros, cueros con los que se han hecho las mejores guarniciones.

Otro punto que m

erece especial cuidado para asegurar la estanquidades la junta entre los vidrios y los perfiles que los soportan. E

n la cons-trucción tradicional el tam

año de los vidrios obligaba a dividir la hoja envario

s rectá

gu

los: lo

s pe

rfiles q

ue

forma

n e

sta re

tícula

se lla

ma

nb

aqueto

nes, y el fino perfil que sujeta el vidrio contra ellos es la baq

ue-

8

Carp

intería

de

alum

inio

co

n

jun

ta d

eestanquidad tras la cám

ara drenada.

F

Page 46: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

43

ta, baq

uetilla o junquillo

. Pero en la actualidad el tam

año del vidrio yano im

pone ninguna limitación a la hoja y los sistem

as de sellado hancam

biado por completo.

Las guarniciones también tienen su papel para cerrar las juntas de

las fachadas modernas. S

on perfiles de materiales plásticos diver-

sos que, una vez comprim

idos, aseguran la estanquidad. A lo largo

del tiempo, después de ser utilizados en la industria del autom

óvil,pasaron a los vidrios fijos e incluso a los paneles ligeros. La confian-za en estos sistem

as de cierre estanco de unas juntas absolutamen-

te desprotegidas desde el punto de vista geométrico está haciendo

crisis en la tecnología contemporánea. E

n la actualidad hasta losm

uros cortina con mayores prestaciones recurren a protecciones y

cámaras drenadas para asegurar la estanquidad de sus fachadas.

En las carpinterías correderas la estanquidad es m

uy difícil porquela hoja no puede com

primirse contra la guía y la estanquidad se en-

comienda a unas tiras textiles llam

adas felpas.

Las vidrieras tradicionales se organizaban con el vidrio

com

ún simp

le,o si era necesario, con el d

ob

le: los vidrios planos más sencillos (el

doble no se debe confundir con los vidrios con cámara, pues es éste

simplem

ente un vidrio de 3 a 3,5 mm

de espesor que puede llegar aform

ar hojas de hasta 250 x 170 cm). E

l vidrio que hoy en día más se

utiliza es la luna o vidrio

flotad

o, unos vidrios de gran perfección cuyo

nombre proviene de un anterior m

étodo de fabricación mediante un sis-

tema de flotación sobre un estanque de m

ercurio. Sus dim

ensionespueden llegar a algo m

ás de 6 m por 2,6 m

. Su fragilidad, no obstante,

ha dado lugar a que produzcan los vidrio

s temp

lado

s, un vidrio endu-recido térm

icamente, que cuando se rom

pe salta en mil pequeños frag-

mentos que apenas com

portan peligro. Otra técnica com

ún es la de losvid

rios lam

inado

s o inastillables: «tipo de vidrio [...] form

ado por dospiezas de vidrio plano con un m

aterial plástico intermedio» (T

). Por últi-

mo, para aum

entar la protección térmica, es decir, para reducir las pér-

didas a través de las finas láminas de vidrio, se ha difundido el vid

rioco

n cámara, un vidrio form

ado por dos láminas que encierran una cá-

mara de aire seco perfectam

ente aislado del exterior gracias a un cor-dón perim

etral de sellado.

1011

Guarniciones para la fijación de un vidrio con

cámara.

Colocación de guarniciones entre los vidrios de

las oficinas de la Johnson W

ax en Racine,

Wisconsin (F. Ll. W

right).

F

Page 47: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

44

13

Los sistemas de fijación de los vidrios al soporte, con o sin m

arco, sonuno de los paradigm

as de la arquitectura contemporánea. La exigencia

por parte de los arquitectos de soluciones cada vez más tersas, lim

pias,transparentes y livianas está llevando a una verdadera revolución en lafijación del vidrio. U

n camino lo abrieron hace unos quince años un nue-

vo tipo de siliconas, con gran capacidad para soportar las tracciones ycon am

plia durabilidad. Por influencia norteam

ericana hemos dado en

llamarla silico

na estructural. Aún sin ser perfecto es preferible el térm

i-no francés, V

EC, acrónim

o de Vidrio E

xterior Pegado.

Para acabar darem

os un rápido vistazo a los nombres que reciben las

ventanas según la manera en que se abren sus hojas. La m

ás sencilla,la que gira sobre un eje vertical, la ventana p

racticable, que se dice que

es a la francesa si se abre hacia dentro y a la inglesa si se abre hacia

fuera. Si el eje de giro es vertical pero no está en el larguero de fijas, la

ventana se llama p

ivotante. Las que se abren sobre un eje horizontal,

cualquiera que sea éste, se denominan b

asculantes. La ventana deg

uillotina es la que tiene «dos m

arcos, uno superior y otro inferior, delos cuales, por lo m

enos uno, sube y baja a lo largo de las oportunasranuras del cerco» (T

). Las deslizantes o co

rrederas tienen «una o va-

rias hojas contiguas que se abren por traslación horizontal sobre supropio plano» (T

). Por últim

o, tenemos que citar algunas form

as combi-

nadas de practicabilidad, como la ventana o

scilob

atiente, con un com-

plejo mecanism

o oculto que permite su funcionam

iento alternativo como

practicable o como basculante.

12

Ventana de librillo de hojas vidriadas.

Nom

bre de las ventanas según la forma de

abrirse la hoja.

F

Page 48: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

45

La apertura de un hueco en el muro de fachada plantea problem

as deborde ya que el m

uro debe ser modificado en el entorno del hueco para

hacer frente a las dificultades que la discontinuidad introduce. Algunas

de estas modificaciones sólo afectan al grosor del m

uro, que incrementa,

por ejemplo, su capacidad portante al colocar dinteles, etc. Tratarem

oseste tipo de adecuaciones de carácter m

ecánico en el capítulo que en-cabeza la voz U

mbral. A

quí recorreremos únicam

ente lo que modifica el

haz exterior del muro. S

e trata, en general, de elementos que tienen su

origen en la protección del hueco frente a las aguas que descienden porla fachada. C

on los años su diseño se ha ido modificando para contri-

buir a la conducción de la suciedad y para ordenar las manchas que se

producirán en el alzado del edificio.

Algunas voces designan los elem

entos más sencillos, los que sim

ple-m

ente proyectan el agua fuera del plano de fachada: el guard

aguas o

cubreag

ua, esto es, «tabla que protege la unión del marco o m

ontantecon el dintel [...] para evitar la entrada del agua de lluvia»

(T); o el ‘fal-

n, «platabanda de madera que sustituye a la cornisa sobre puertas y

2G

uardaguasC

ubreaguaFaldónS

obrepuertaS

obrecejoM

arquesina3

TejarozS

obradillo4

Tambanillo

Tambarillo

FrontónT

ímpano

5C

apirote6

Guardapolvo

Cobertor

Um

bela7

Mazonera

8FajónA

codoC

hambrana

Cham

billa9

Alfiz

Arrabá

Albanega

Enjuta

Sobaco

10B

ahorrina11

Vierteaguas

Despidiente

Bateaguas

12Im

posta13

Cornisa

Vertiente de la

cornisa

El agua en la fachada

12 Guardapolvo

Guardapolvos de las escuelas de la S

agradaFam

ilia (A. G

audí). G

Page 49: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

46

ventanas» (M

M), y su sinónim

o *sob

repuerta. U

n elemento m

ás impor-

tante parece ser el sob

recejo que, para M

aría Moliner, adem

ás del bor-de saliente de algo, «es el cobertizo que avanza sobre una puerta, es-calinata o andén para resguardarlo de la lluvia». P

or su proximidad te-

nemos que citar aquí la m

arquesina: «especie de alero o protección de

cristal y metal que se coloca a la entrada de edificios públicos, palacios,

etc.» (RA

E). E

s una voz que viene de la marquesa, el dosel que m

arcabala entrada en una tienda de cam

paña de cierto rango.

La manera m

ás natural de proteger no sólo la fachada sino también un

pequeño espacio vecino, un balcón, por ejemplo, es construir un tejadillo

encima. E

so es lo que explican voces como tejaroz o sob

radillo

. La pri-m

era hace referencia directa al tejado como solución constructiva, la se-

gunda alude al nombre general de los espacios bajocubierta, el sobrado.

Si ese tejadillo se organiza a dos vertientes, se evitará que las aguas

caigan por delante del hueco, algo bastante inadecuado en el caso deuna puerta de acceso, por ejem

plo. Ésta idea sugiere la form

ación deun pequeño frontón sobre el hueco que conduzca las aguas hacia fue-ra, pero tam

bién hacia los lados del hueco. Esta es la intención del

tamb

anillo o tam

barillo

(cruce de las palabras tímpano y tam

bor), des-crito por M

aría Moliner com

o el «frontón que corona una puerta o ven-

tana» y asociado a las voces que se refieren a su modelo original de

modo que lo adm

ite como acepción en las entradas correspondientes a

frontó

n y tímp

ano.

34

Vierteaguas o b

ateaguas en unas ventanasgallegas.

Los tambanillos del P

alacio Farnesio, Rom

a.

Marquesina del m

useo de arte de Stuttgart,

Alem

ania (J. Stirling).

G

Page 50: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

47

Vestida de frontón, nuestra protección adquiere una dignidad que le

dará un papel importantísim

o en la composición de la fachada; sin em

-bargo, al m

ismo tiem

po en que se produce su desarrollo de esa funciónestética, se olvida su prim

igenia función constructiva. Los diccionariosson testim

onio de ese olvido, y así nos llega el capiro

te: «la cornisa conque regularm

ente se corona una puerta o ventana para su mayor orna-

to» (BB, M

T y T), voz en desuso y que parece acentuar los aspectos orna-

mentales del elem

ento. Com

o tantos otros, el tambanillo, un elem

entoconstructivo de sum

a difusión en la arquitectura popular, encontró suexpresión culta en la arquitectura del R

enacimiento, que hizo de él uno

de sus elementos com

positivos más significativos.

Entre todas las voces, no obstante, he preferido g

uardap

olvo

porqueen su definición los diccionarios parecen m

overse entre ambos extre-

mos, la protección y el ornato, y porque adem

ás introduce su objetivoen su propia construcción verbal: la protección frente a la suciedad. Losvocabularios tradicionales la acercan a la función decorativa del capiro-te, m

ientras que los más m

odernos le atribuyen una función protectoram

ás próxima al sobradillo. P

or esta ambigüedad y por su propia com

po-sición parece que es la voz m

ás próxima al elem

ento que queremos

describir: la moldura, cornisa o regata que nos ayudará a evitar las ex-

cesivas concentraciones de agua en las zonas de estanquidad más

delicada, los huecos, y que desviará la primera agua de lluvia cargada

de suciedad hacia las zonas escogidas. Recuérdese tam

bién su uso

56

La d

ispo

sición

de d

os cap

irotes u

nid

os

eviden

cia el olvid

o d

e su fu

nció

n en

laconducción de las aguas. E

n el punto de uniónel agua ha b

uscado salid

a destruyend

o elm

oldurado.

Tambanillo popular.

G

Page 51: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

48

9 78

como: «prenda de vestir que se pone sobre los otros vestidos, por ejem

-plo para trabajar o, antiguam

ente, para viajar, para preservarlos de lasuciedad. C

ualquier cosa con que se cubre otra para preservarla delpolvo» (M

M). E

l mism

o tono tienen dos voces que cita Paniagua: co

ber-

tor, «cornisa volada sobre puertas y ventanas»; y um

bela, com

o sinó-nim

o de guardapolvo o como «doselete plano».

Las implicaciones estilísticas del elem

ento han sido tan importantes

que su diseño ha sido objeto de las más diversas intenciones expresi-

vas. Es significativo el caso del guardapolvo inverso de G

uimard, una

ranura bellamente dibujada en la piedra que debe conducir parte de la

escorrentía de la fachada hacia los macizos que enm

arcan la ventana.P

robablemente con la m

isma función protectora que el guardapolvo pero

más cerca de ser un sim

ple subrayado del perímetro del hueco, están

una serie de elementos que enm

arcan la ventana con alguna forma de

resalte, el más sencillo parece ser la m

azonera, descrita com

o regruesoen relieve que enm

arca la obra (MM

), aunque, en general, parece que laobra de m

azonería es cualquier obra de albañilería (masonería) abulta-

da o en relieve (P

).

Muy sim

ilar es el fajón, pero P

aniagua exige –curiosamente- que sea

realizado con yeso: «recuadro ancho de yeso que enmarca los vanos

de puertas y ventanas». La incorporación del término m

oldura a algu-nas de estas definiciones atestigua el increm

ento de la función decora-tiva; así sucede, por ejem

plo, con acod

o, descrita com

o «moldura re-

saltada que forma el cerco de un vano» (T

). También la cham

brana se

muestra ya totalm

ente decantada hacia esa función: «labor decorativadispuesta alrededor de puertas y ventanas», un vocablo que, segúnP

aniagua, proviene del francés chambrande. E

s curioso que esa pala-bra tam

bién defina «cada uno de los travesaños que unen las patas deuna m

esa o silla para darle mayor consistencia»

(P), y en ese sentido

parece introducir la idea de marco rígido. P

or fin, la chamb

illa añadeotra función m

uy precisa, la del «cerco de piedra que recibe y afirma

una reja de hierro» (T).

La arquitectura árabe organizó alrededor de la parte superior del huecouna serie de elem

entos decorativos en los que es difícil deslindar los

Cham

brana.

G

Page 52: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

49

1011

aspectos funcionales de los que tienen como objetivo la ordenación de

la fachada o de los que son simplem

ente decorativos. Se trata de inser-

tar el arco de herradura en un gran rectángulo denominado alfiz, «m

ol-dura o resalte en recuadro que enm

arca el vano en arco» (P). E

sta vozencuentra su origen, según el autor, en al-ifriz (en árabe ornam

entoarquitectónico), y se considera sinónim

a de arrabá, que significa el cua-

dro. Cada triángulo com

prendido entre el alfiz y el arco es la albaneg

a,que puede estar adornada con toda clase de elem

entos decorativos;este térm

ino puede corresponder a las voces de origen latino enjuta oso

baco

(P), descritas com

o «cada uno de los espacios triangulares re-sultante de inscribir un círculo o un arco en un cuadrado» (M

M).

La protección frente al polvo y la suciedad que arrastran las primeras gotas

de lluvia es un aspecto olvidado en el diseño de la fachada moderna. La

tradición ha concebido múltiples elem

entos para esa protección y ha dadodiversos nom

bres a esa mezcla de agua y suciedad, entre ellos b

ahorrina,«suciedad revuelta con agua. C

ualquier clase de suciedad» (MM

).

En la arquitectura histórica aparecen m

uchos otros elementos cuya m

i-sión es reducir la cantidad de agua que corre por las fachadas, adem

ásde los que ya hem

os visto que se dedican específicamente a proteger

los huecos. Su nom

bre genérico, y el que mejor describe su función, es

vierteaguas. Lo hem

os citado también entre los elem

entos de carpinte-ría, pero su definición general lo asocia preferentem

ente a la albañileríay a la fachada: «elem

ento destinado a desviar el agua de lluvia impi-

diendo que ésta se deslice por el paramento de un m

uro. Moldura en

saledizo sobre puerta o ventana destinada a desviar el curso del aguaque se desliza sobre el param

ento» (P). O

también d

espid

iente: «cual-quier elem

ento que protege y evita que el agua de lluvia se deslicesobre otro o se introduzca en alguna parte» (P

). Definición m

uy similar a

la de bateag

uas, aunque, para el mism

o diccionario, ésta introduce unavisión m

ás general, útil para señalar elementos m

enos asociados alclásico resalte lineal de la fachada: «en general lo que sirve para cam

-biar el curso del agua de lluvia, im

pidiendo que ésta penetre o se desli-ce perjudicialm

ente».

Alfiz.

G

Page 53: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

50

Otros dos elem

entos de gran importancia en la com

posición de la fa-chada inciden significativam

ente en la conducción de las aguas: laim

posta y la cornisa. La imp

osta, que originalm

ente era el apoyo de unarco o una bóveda (im

postar, poner sobre), se transforma en una «cor-

nisa o hilada en voladizo que, en la fachada de un edificio, acusa elplano horizontal de intersección entre dos plantas superpuestas» (P

).S

e trata, pues, de un elemento sim

plemente ordenador del alzado, pero

no puede evitar, con su resalte, convertirse en un despidiente, y paraconseguir ese resultado se dibuja su perfil y se ejecuta su labra en lacantería tradicional.

La cornisa, aunque será analizada con todo detalle al tratar el sofito,tiene un papel tan im

portante en la proyección de las aguas más allá de la

fachada que no puede dejar de ser citada aquí. Según P

aniagua, la corni-sa es «la m

oldura, o conjunto de ellas, que remata un elem

ento o uncuerpo. S

u función originaria es la de evitar que el agua de lluvia incidadirectam

ente sobre el muro o se deslice por el m

ismo». M

uchos dicciona-rios incluyen específicam

ente la expresión vertiente de la cornisa por la

importancia que tiene la evacuación del agua sobre la propia cornisa o

imposta. E

n algunos edificios esos planos horizontales entretienen el aguay producen hum

edades y filtraciones en el paramento superior.

La arquitectura moderna ha barrido de la fachada todos los elem

entoscom

positivos de sabor historicista sin mayor consideración hacia su fun-

ción, en este caso al servicio de la estanquidad de los huecos. Sólo la

posmodernidad ofreció algunas recuperaciones, quizá dem

asiado litera-les, del capirote neoclásico; pero lo cierto es que el problem

a de la conduc-ción de las aguas y del control del ensuciam

iento de la fachada sigue ahí.

12

1314

Guardapolvos en una escuela de Lloret de M

ar,G

irona (C. Ferrater, J. G

uibernau).

Cejas o rozas incisivas form

ando guardapovosen una fachada paisina (H

. Guim

ard).

G

Page 54: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

51

Los planos inclinados que expulsan el agua en los tejados dibujan unageom

etría voluminosa y aristada que levanta la planta del edificio y la

explica en los alzados. Los rigores de la técnica y la geometría cualifica-

dos por esa importancia com

positiva han reunido numerosas voces para

explicar cada recoveco y cada perfil. Los propios planos de la cubiertaya se llam

an de maneras diversas. A

lgunas voces como fald

ones o

faldetas (T

) aluden a la de las faldas de la colina a esa forma genérica

de cono o pirámide. O

tras, como tend

ido

s, recuerdan los planos sobrelos que se tiende la teja. P

or último, vertientes o ag

uas nos recuerdansu función de conducción del agua de lluvia. A

sí, hay cubiertas de una,dos, tres o m

ás aguas.

Cuando dos vertientes o faldones que llevan las aguas en direcciones

opuestas se encuentran con una fachada perpendicular, dibujan el per-fil del tejado, con el ángulo de la cum

brera en su remate. E

se muro, en

general, es un ‘testero, pero cuando se rem

ata de esta manera se le

llama hastial o fastial, voces que según M

aría Moliner derivan del latín

fastigium, la cum

bre, el punto más alto. Tam

bién se usaba antiguamen-

te fastigio

, tanto para hastial como para la piedra m

ás alta del testero.

Esa

forma

trian

gu

lar e

s mu

y inte

resa

nte

de

sde

el p

un

to d

e vista

compositivo. E

n los edificios que tienen una cornisa de remate de la

fachada principal, esta cornisa, al llegar al testero, se ve obligada acam

biar su directriz hacia arriba para recorrer el perímetro del hastial,

siempre inm

ediatamente debajo de la cubierta, form

ando lo que ha dadoen llam

arse el frontó

n. Cuando la cornisa se desdobla y una de las

Hastial

Las formas de la cubierta inclinada

123

1FaldonesFaldetaTendidoV

ertienteA

guas2

TesteroH

astialFastialFastigio

3FrontónT

ímpano

FrontisIm

afronteFrontispicio

4Z

anco5

Lima

Cum

breraLindónD

oblezLom

oLom

eraM

ojinete

Montera

6C

restaC

restónC

aballeteC

restería7

Carena

Carenado

Carina

8Lim

atesaM

orcillo9

Limahoya

11G

uardaguasQ

uitagoteras12

Escudete

13Q

uebrantoM

ansarda14

Hijuela

15A

lbardillaM

ohinete16

Barda

H

Page 55: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

52

ramas sigue horizontal, se form

a una superficie triangular, encerradaentre las dos ram

as y generalmente m

uy adornada, denominada tím

-p

ano. E

sta voz tiene un sentido general de mem

brana de taponamien-

to, que es el que justifica este uso. En efecto, el m

uro se ha acabado enla cornisa inferior, y el elem

ento opaco por encima de esa cornisa sólo

es un taponamiento del espacio ocupado por las arm

aduras de cubiertaque la sostienen. E

l tímpano, pues, puede ser una m

embrana poco

tectónica. La singularidad arquitectónica de ese conjunto lo ha converti-do en el rem

ate habitual de la fachada principal de muchos tipos

edificatorios y le ha dado nombres com

o frontis o im

afronte. E

n mu-

chos casos se ha organizado una cubierta especial, a dos aguas, en elcentro de grandes fachadas para dibujar en ese alzado del edificio unfro

ntispicio

monum

ental.

A partir de lo expuesto estam

os imaginando un edificio lineal en el que

la secuencia de los cuchillos, la simplicidad de la cubierta a dos aguas

y la presencia de los frontones han generado una solución arquitectóni-ca m

arcada por la direccionalidad. Es un tipo m

uy útil para las organiza-ciones espaciales unitarias con un recorrido lineal entre los testeros: esel caso de casi todos los tem

plos de la historia de la humanidad. S

inem

bargo, con frecuencia la arquitectura busca la perfección de unavolum

etría más isótropa, prefiere unos testeros sin frontones, una cor-

nisa que recorra horizontalmente todo el edificio y un espacio interior

más centrípeto y m

enos axial. Se debe recurrir entonces a la cubierta a

cuatro aguas, cuyo soporte será más com

plejo, puesto que exige paralos nuevos faldones una estructura bastante heterodoxa. E

sos faldonestriangulares de los testeros tienen un nom

bre específico y poco utiliza-do: los ‘zanco

s. El diccionario de la R

AE reserva faldón para este plano,

pero en el uso común esa voz se aplica a cualquier vertiente.

Entre los diversos faldones de cubierta tenem

os ahora dos tipos deencuentros o lim

as, los dos con forma convexa vistos desde lo alto. U

noes el encuentro entre las dos vertientes principales, una línea general-m

ente horizontal que se llama cum

brera o caballete. O

tras voces, me-

nos usadas, que citan algunos diccionarios son ‘lindó

n, ‘do

blez, ‘lo

mo

,*lo

mera, m

ojinete y ‘m

ontera.

45

Tímpano en un tem

plo clásico.

Zanco

de la casa Im

anolena en M

otrico

,G

uipúzcoa (L. Peña G

anchegui).

Hastial de la escuela C

arl Johan, Gotem

burgo,S

uecia (G. A

splund).

H

Page 56: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

53

No es un punto fácil de solucionar. Las tejas norm

ales lo resuelvencon tosquedad, pues quedan m

uy altas al montar perpendicularm

entesobre las tejas cobijas. E

s habitual diseñar piezas especiales paraeste punto, las ‘crestas, ‘cresto

nes o

caballetes, «nom

bre aplicableen general a cualquier objeto, pieza o elem

ento de construcción for-m

ado por dos vertientes [...], cualquier clase de cubrimiento aplica-

do sobre esa unión» (MM

), e incluso dotarlas de adornos cerámicos

formando cresterías.

Es curiosa la presencia de la voz caren

a, que en el vocabulario náu-

tico es la parte sumergida del casco, pero que en catalán es ya el

perfil de la línea más alta de las m

ontañas y también la cum

brera deltejado. M

aría Moliner cita carena com

o cumbrera, y caren

ado

como

«cubrimiento de la arista de un tejado». C

lairac, a su vez, describe lavo

z *carina com

o «el nombre que daban los rom

anos a los edificioscubiertos con arm

aduras que se asemejaban en su form

a a un cas-co invertido» y de ellos tom

ó nombre un barrio de R

oma.

La otra línea de encuentro se forma en el perím

etro de los zancos,en los testeros. S

e trata de líneas inclinadas que van de los extre-m

os de la cumbrera hasta las esquinas del edificio. S

on las limatesas,

líneas de solución siempre incóm

oda pero que tienen, frente a lacum

brera, la ventaja de la pendiente, que asegura la escorrentía porsolape de las tejas. La abultada form

a de la construcción de esaprotección ha dado lugar a un nom

bre para describirla, aunque pocoutilizado, el m

orcillo

(derivado de murecillo, según M

aría Moliner).

Cuando la planta presenta concavidades en su perím

ero o cuandose form

a un frontón en una fachada que no es el testero, se produ-cen encuentros entre faldones que dibujan un diedro cóncavo haciael exterior. E

se encuentro se llama la lim

aho

ya y es uno de los pun-tos de m

ás difícil solución en cualquier cubierta inclinada. En efecto,

en las limas convexas que hem

os visto hasta ahora las canales arran-caban de ellas y se llevaban el agua hacia abajo. E

n este caso lascanales llegan a la lim

ahoya y hay que tomar el agua bajo ellas para

conducirla hasta el alero o la cornisa.

6789

Cum

brera ventilada moderna.

Morcillo en la casa B

atlló de Barcelona (A

. Gaudí).

Cum

brera en Tuy con protección del murete

sobre la canal.

H

Page 57: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

54

10

11

La solución no es fácil porque las tejas canales se suelen apoyar en unplano de soporte, el chillado, arjeute o forjado de horm

igón. Por lo tanto,

cualquier cosa introducida bajo esas canales supondrá, si tiene un cier-to espesor, una m

odificación de la forma de ese soporte, la excavación

de una canal que será muy difícil de construir. La tradición rechaza las

limahoyas. R

ecuérdese, sobre este particular, la advertencia de FrayLorenzo en las O

rdenanzas de Ardem

ans: «el alarife no debe aconsejarque se haga una lim

a en el propio tejado, poniendo el inconveniente deque la lim

ahoya es un continuo enemigo, que con ella tiene un censo

perpetuo en la casa contra sí».

Cuando no queda otro rem

edio se recurre a los metales para form

aresa canal de poco grosor y gran durabilidad (tradicionalm

ente, el plo-m

o; h

oy, ch

ap

as d

e cin

c u o

tro m

eta

l). So

n la

s ‘gu

ard

ag

ua

s o*q

uitago

teras, trozos de plancha de plomo, cinc u otro m

aterial imper-

meable que se colocan debajo de las tejas. N

o obstante, tanto si bajo lalim

ahoya hay una viga de madera com

o si se trata de un forjado con-tem

poráneo, es muy difícil abrir un espacio para dar a esa protección

las formas que la geom

etría exigiría. Estas quitagoteras se utilizan tam

-bién en cualquier entrega difícil; por ejem

plo, en el encuentro con cual-quier cuerpo de albañilería que sobresalga por encim

a de la cubierta.

Guardaguas de cinc en una casona bilbaina.

H

Page 58: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

55

1213

Son m

uy espectaculares en la construcción inglesa, pero entre noso-tros sólo están bien realizadas en el norte de E

spaña.

Cuando el faldón se ve interrum

pido por alguna forma -una gran chi-

menea, por ejem

plo- que interrumpe el libre discurso de las aguas en

cierta anchura, será necesario introducir unos pequeños faldones quedesvíen el agua y eviten el obstáculo. A

la forma que se genera se la

llama *escud

ete (T).

La cubierta puede cambiar de pendiente en m

edio de un faldón. Eso

ocurre por ejemplo cuando el cuchillo tiene una contrarm

adura; esecam

bio de directriz se denomina ‘q

uebranto

. Un diseño m

uy común de

cubierta quebrantada es la *mansard

a, una solución de cubierta quegana una planta habitable haciendo m

uy vertical el plano más cercano

a la fachada y cambiando la pendiente cuando se ha llegado a la altura

habitual de las viviendas. Debe su nom

bre a su primer diseñador, el

arquitecto francés J.L. Mansard.

Otra voz curiosa y casi olvidada es la ‘hijuela. O

riginalmente significaba

desvío o ramal de un cam

ino o acequia. A la construcción parece haber

llegado por el mundo de la carpintería, donde describe «la pieza que

cubre lo que falta en una ensambladura» (P

). En la cubierta es el ajuste

14

Albardilla de piedra.

H

Page 59: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

56

del solape para adaptarse a una planta trapezoidal. Es decir, que las

cobijas se van cerrando sobre las canales para que el faldón puedatener diferente anchura en la cum

brera y en el alero.

No debem

os olvidar que cualquier elemento horizontal exterior es una

cubierta que debe proteger el elemento constructivo que tenga debajo.

Eso es cierto para m

uchos pavimentos, com

o vermos al hablar de la

regata, pero también para la parte superior de los m

uros exteriores. El

nombre m

ás común de esta pequeña cubierta es alb

ardilla, pero tam

-bién caballete, ‘lom

o o mo

hinete, definido por Benito B

ails hace dos-cientos años con una interesante anotación: «el caballete que se hacede sillería, ladrillo, etc. en una pared de cerca, cuyo destino es dar ver-tiente a la lluvia para que se escurra y caiga lejos del pie de la pared».E

n cualquier caso, las aguas depositadas sobre la albardilla puedenm

anchar la pared, por eso es conveniente que la evacuación no sehaga sobre la vertical del param

ento.

Hay albardillas o caballetes de ladrillo colocado a sardinel o de piezas

cerámicas especiales. E

n muchos lugares con am

plia tradición en eluso de m

etales para conseguir la estanquidad, se utilizan piezas decinc u otros m

etales para cumplir esa función. E

n la actualidad, las más

comunes en edificios de cierta im

portancia son las albardillas de piedraartificial. E

l término b

arda parece m

ás adecuado para la «cubierta desarm

ientos, ramaje, paja o broza, asegurada con piedras o tierra sobre

las tapias» (T), un vocablo que M

aría Moliner pone en relación con algorza,

bardagura y bardal.

15

16

Albardillas de chapa en el A

yuntamiento de

Säynätsalo, Finlandia (A

. Aalto).

H

Page 60: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

57

Imb

ornal o em

bo

rnal, versión castellana de la mism

a voz catalana, esun térm

ino marinero. S

eñala los huecos que se abren en los trancaniles,la protección perim

etral de la cubierta del barco, para que el agua que lainunda al rom

per las olas en la amura vuelva rápidam

ente al mar. D

eahí su uso pasó a la edificación, y llam

amos im

bornal «al agujero de losque se hacen en la paredilla de las terrazas, para el desagüe del aguade lluvia»

(MM

). Según C

lairac, vendría de im-bornellus algo así com

o“por el tubo”.

El im

bornal tiene un valor muy interesante para nosotros: de la m

isma

manera que la am

ura se levanta sobre los imbornales hasta la regala

siguiendo las formas del casco, así tam

bién las fachadas se continúanpor encim

a de las azoteas con un murete de antepecho o una balaustra-

da. En am

bos casos, en la línea de encuentro entre ese plano prolongadoy la cubierta, aparecen unas perforaciones para evacuar las aguas, losre

pe

tido

s imb

orn

ale

s. Co

n e

llos, e

l cará

cter d

el e

dificio

cam

bia

sustancialmente: desaparece el pintoresco alero y la fachada se prolonga

hacia lo alto ocultando las contundentes formas de la cubierta exigidas

por la conducción de las aguas. El pequeño argum

ento de este capítuloserá ese com

bate entre cubiertas y fachadas que se concreta alrededordel im

bornal. Al hilo de su estudio evocarem

os las voces más significati-

vas que recogen nuestros vocabularios para describir los elementos que

resuelven la evacuación de las aguas en una cubierta inclinada.

La evacuación natural de las aguas en la cubierta inclinada tradicionales absolutam

ente libre: las tejas canales conducen el agua hasta más

La evacuación de las aguas de lluvia

Imbornal

1Im

bornalE

mbornal

3C

anal maestra

Canalón

Canaleja

Canalera

Canoa

Fiador

4G

árgola5

Bajante

Condutal

Escarpiador

6D

esagüeS

umidero

TragaderoB

uzoneraC

oladera7

Galápago

Alcachofa

Cuello de cisne

8A

liviaderoR

ebosaderoS

obradero9

Calderilla

Cazoleta

Delfín

10A

zoteaA

zuteaA

jarafeTerradoTerrazaLaunaLam

aS

olanaS

olanar11

Parapeto

Mim

bel13

Acroterio

Acrótera

14A

ntefija

12

Imb

orn

ales mo

nu

men

tales en u

n ed

ifciofortificado italiano.

3

I

Page 61: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

58

7

allá de la fachada del edificio y desde allí caen libremente hasta el suelo.

La versión urbana de esta solución exigió una mayor protección de la

calle, y en el borde de las últimas canales se dispuso la canal m

aestra,canalón, ‘canaleja o canalera, «canal que recoge y vierte las aguas deun tejado» (R

AE

). Hay otras voces aún m

enos utilizadas de las que sólocitaré la curiosa canoa: canal de cinc en C

entroamérica. Las canales se

sujetan con los fiadores, «cada uno de los ganchos que sostienen por

debajo los canalones de cinc de los tejados» según el m

ismo diccionario.

La canal puede evacuar el agua lanzándola libremente desde lo alto o

bien conducirla hasta el suelo. En el prim

er caso se suele utilizar unag

árgo

la, «figurón en forma de dragón, tritón o serpiente que sirve para

arrojar o verter el agua en las fuentes, en las canales de los tejados o enotros puntos» (M

T). E

ste significado ha evolucionado durante casi dos-cientos años hasta la versión genérica actual de «canalón en m

énsulaque sobresale de la parte superior de un edificio y que arroja fuera elagua de lluvia» (T

).

El proceso de dom

esticar el agua, de controlar todo su recorrido, conti-nuó con la aparición a lo largo de la segunda m

itad del XIX

de unasordenanzas m

unicipales que fueron imponiendo el acom

pañar el aguahasta el suelo o incluso hasta el albañal. E

so dio lugar a la imposición

del bajante o co

ndutal. Tanto los bajantes com

o las canales se sujetancon escarp

iado

res, «horquilla de hierro que sirve para afianzar a unapared las cañerías o canalones cerrados» (R

AE

).

El punto m

ás delicado es el que establece el contacto de la canal y elbajante, lo que genéricam

ente llamaríam

os el desag

üe, que puede es-tar situado en la canal o en cualquier otra superficie que reciba aguasde lluvia, com

o la azotea o un patio interior descubierto. Existen otras

muchas voces que señalan este elem

ento tan delicado, alguna de usogeneral com

o sumid

ero o trag

adero

, pero también m

uchas voces loca-les com

o buzo

nera (empleada en Toledo, según la R

AE) o co

ladera (co-

mún en M

éxico, también según el m

ismo diccionario).

En cuanto aparece el bajante es necesario evitar que se obstruya. P

araello se utiliza el *g

alápag

o, «dispositivo especial que se coloca en el

456

Canal de recogida de aguas cerca del borde

de un faldón.

Gárgola de la C

atedral de Burgos.

Gárg

olas co

ntem

po

ráneas en

el Cen

troM

eteorológico de la Villa Olím

pica en Barcelona

(A. S

iza).

I

Page 62: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

59

arranque superior de los bajantes de aguas pluviales con el objeto deevitar la entrada de cualquier m

ateria que pueda producir obstruccio-nes» (T

). Para la voz alternativa de ‘alcacho

fa se da una definición más

precisa: «rejilla de forma abom

bada que protege el sumidero» (T

). Lavoz m

orrión, muy utilizada en C

ataluña, no es citado ni por Paniagua ni

por el Torroja. Si el alero es im

portante y el bajante, como es natural,

está fijo a la fachada por los escarpiadores, aparecerá un tramo de

difícil diseño: el que une el sumidero con el bajante fijo a la fachada. U

nasolución m

uy tradicional es el cuello d

e cisne, formado por una curva y

contracurva que dan lugar a un sinuoso pero elegante dibujo en el aire,bajo el alero.

Estam

os suponiendo hasta ahora una recogida de aguas en el extremo

de un alero, pero si disponemos de una canal eficiente tam

bién pode-m

os colocarlo oculto en una cornisa. El cam

bio es sustancial: la cubier-ta retrocede hacia el interior, la fachada se apropia de la canal y eledificio queda rem

atado por la cornisa de una manera m

ucho más no-

ble. Pero esa disposición es m

uy delicada porque la canal no está en elaire sino sobre elem

entos de albañilería del edificio. Si el bajante se

obtura, el agua que desborde puede seguir recorridos peligrosos haciael interior del edificio, de m

odo que será necesario tomar m

ás precau-ciones, porque las consecuencias pueden ser m

uy graves. Es im

pres-cindible asegurarse de que en ningún caso el agua podrá alcanzar unnivel que le dé acceso a elem

entos no protegidos. Para ello la solución

es prever un punto de salida libre de las aguas situado por debajo deese nivel, un aliviad

ero, reb

osad

ero o ‘so

brad

ero. D

e las tres voces,prácticam

ente sinónimas, la prim

era es la más utilizada y probablem

en-te la que yo preferiría ya que contiene esa sugerencia de relajación deuna tensión gracias al vertido de unas aguas que reduce el peligro deinundación. E

n los diccionarios la definición de sobradero también es

clara: «desagüe cerca del borde en un depósito cualquiera para quedesagüe antes de rebosar» (M

M).

Cuando la canal queda situada sobre el m

uro de fachada o más hacia el

interior del edificio, su construcción debe cuidarse mucho m

ás. En una

situación delicada, la conexión entre canal y bajante exigirá un diseñom

uy previsor. Veam

os el que describe un texto ya clásico, la brillante

89

Cuello de cisne genovés.

Aliviadero o rebosadero del B

anco de España

en Girona.

I

Page 63: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

60

versión española de Lino Álvarez del Tratado práctico de edificación, de

E. B

arberot. La canal desagua en una cubeta de cierta profundidad paraque el vertido desde aquélla a la cubeta se pueda realizar correctam

en-te (la cubeta dispone ya de un aliviadero que protege ese em

palme de

chapas). Si el sum

idero se obtura, el agua saldrá directamente a la calle

y avisará de la existencia de un obstáculo. La cubeta vierte su aguahacia una ‘cald

erilla, pequeña ‘cazoleta que forma la cabeza del bajante.

Por si el bajante se obturase en ese punto, la calderilla tam

bién tiene unaliviadero que dirigirá el agua hacia el exterior para evitar que se m

an-che la fachada. E

s curiosa la asociación que Matallana hace de la cal-

derilla y los vidrieros cuando la define como el «receptáculo que ponen

los vidrieros para recoger las aguas de los canelones», ya que hacerecordar que hasta hace pocas décadas los vidrieros eran tam

bién loshojalateros del pueblo. La calderilla es un elem

ento constructivo muy

utilizado en otros países, habitual en la construccion culta inglesa. En

su extremo inferior el bajante evacua las aguas sobre la acera y éstas

corren por la superficie hasta los imbornales de la acera. E

l codo inferiorestaba m

uchas veces decorado con la forma de un pez por cuya boca

salían las aguas. Eso dio lugar a la voz ‘d

elfín, de origen francés.

Los delicados problemas del desagüe del canalón se hacen aún m

áscom

plejos en las azoteas, puesto que no se trata ya de empalm

ar dosm

ateriales idénticos sino de resolver la unión estanca entre dos mate-

riales a veces incompatibles y de m

ovimientos absolutam

ente diferen-tes. La azo

tea, azutea, ajarafe es la «cubierta llana de un edificio, dis-puesta para poder estar por ella»

(RA

E), m

ientras que el terrado

es el«sitio abierto de una casa», definición que com

parte con terraza, queposee para la A

cademia otra acepción que nos es m

ás próxima: «cu-

bierta plana y practicable de un edificio...». Estas últim

as voces nosrecuerdan su construcción original con tierra, con la launa o ‘lam

a («ar-cilla m

agnesiana de color gris que forma con el agua una pasta hom

o-génea e im

permeable em

pleada en varias partes de sur de España

para cubrir techos y azoteas», según María M

oliner), o bien con mate-

riales sólo relativamente im

permeables que form

an soleras de rasillas opiezas sim

ilares. La solana o so

lanar añade otro aspecto funcional va-lioso: el «sitio donde el sol da de lleno» (R

AE

). Mejor que el m

odernosolarium

, ¿no?

10

Cald

erilla en la iglesia de S

an Francisco elG

rande en Madrid.

Aliviaderos, m

orrión y cazoleta, según Barberot.

I

Page 64: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

61

En nuestros días se contruyen las azoteas con las m

odernas mem

bra-nas de estanquidad, que están pensadas para form

ar cubetas, receptá-culos cerrados por planos verticales perim

etrales de cierta altura. Lasaguas que recogen no se vierten por un lado, com

o sucede con la teja,sino que se evacuan por algún punto de su superficie interior. E

l borde dela tela se levanta unos centím

etros y se suelda al perímetro de planos

verticales o se introduce en ellos. Por lo tanto, en este tipo de cubierta, no

existe ninguna dificultad para levantar muretes o p

arapetos que oculten

terrados y áticos. El borde levantado de la tela está generalm

ente protegi-do por el tradicional *m

imb

el (T), una voz de claro origen catalán, única-

mente recogida por el Torroja: «pieza, generalm

ente de baldosín catalán,que resuelve por sí sola rodapié y escocia en el enlace suelo pared».S

egún Corom

inas, procede del verbo mim

bar, reducir el espesor de algo,y se usa para un elem

ento de sección o colocación esviada. Los diccio-narios catalanes se em

peñan en traducir el minvell por bim

bel, pero no heencontrado esa voz en ningún diccionario castellano.

Estas terrazas m

odernas con telas imperm

eables que forman una cu-

beta hacen necesaria una evacuación de seguridad: unos aliviaderosque perm

itan que el agua rebose directamente al exterior si los sum

ide-

11

Mim

bel.

Solanar d

el Disp

ensario Antitub

erculoso de

Barcelona (S

ert, Torres y Subirana).

Delfín en M

irepoix, Francia.

12

I

Page 65: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

62

16

ros no tragan a la velocidad adecuada. Así se fija el lím

ite hasta el que elagua puede subir, y se evita que afecte a zonas no protegidas. C

uantom

ás escasos y distantes sean los sumideros, m

ás importante será el

papel del aliviadero. La normativa exige desde hace pocos años que exis-

ta esta evacuacion alternativa que proteja, por ejemplo, los um

brales delas puertas de acceso a la cubierta o los excesos de peso, por acum

ula-ción de agua, en los edificios de grandes luces y cubiertas ligeras.

En toda la exposición de este punto se debe haber percibido la lucha

entre la cubierta y el alero por el protagonismo del diseño en su punto

de

en

cue

ntro, u

n co

nflicto

qu

e vie

ne

a re

solve

rse e

n u

n p

acto

elaboradísimo entre la com

posición y la construcción, entre la fachaday la cubierta inclinada. E

s el pacto del acroterio

, «la elevación que suelehacerse sobre un cornisam

ento para disimular la altura del tejado»

(MM

).E

l acroterio toma su nom

bre de la acrótera, «cualquiera de los pedestalesque sirven de rem

ate en los frontones» (RA

E).

El acroterio se difundió en la arquitectura popular com

o un murete que

prolonga el plano de la fachada por encima de la cubierta inclinada.

Para no im

pedir el paso de las aguas, este murete se apoya sólo en las

tejas cobijas de manera que deja pasar librem

ente el agua por las cana-les. E

l murete venía a resolver un conflicto estético: la visión de una

cubierta inclinada, de abigarrada textura y pintoresca geometría, rem

a-tando una com

posicion de fachada ordenada según otras leyes. Su pre-

cedente histórico es la antefija griega: pieza de cerámica que ocultaba

la teja cobija y sus juntas, o incluso todo el frente del tejado.

Los franceses llaman a nuestro acroterio el chantepleure (P

erouse deM

ontclus), el mism

o nombre que dan a las perforaciones de los m

uros decontención para evacuar el agua acum

ulada tras ellos. A estos últim

os,nosotros los llam

amos cantim

ploras, como verem

os en el capítulo titula-do O

pa. El chantepleure (canta y llora) reconoce de alguna m

anera losdos papeles contradictorios del acroterio: por una parte, ser m

urete yocultar el tejado; por otra, ser calado y perm

itir la evacuación de las aguas.

El acroterio es el nom

bre cultísimo de un elem

ento constructivo queconstituye una tradición aún viva en todo el levante español y cuyo fun-

13

1415

Antefijas, según B

annister Fletcher.

I

Page 66: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

63

cionamiento es sim

ilar al de los imbornales que hem

os descrito al ini-ciar este capítulo. E

sta similitud funcional y su distribución geográfica

en la franja costera del Mediterráneo oriental hacen pensar en una trans-

ferencia técnica de la marinería a la construcción, tan frecuente en toda

la historia. Fue probablem

ente en Génova donde em

pezó a utilizarseeste elem

ento constructivo en su versión más culta; allí se encuentran

monum

entales acroterios formados por grandes balaustradas levanta-

das sobre las tejas cobijas de los edificios más nobles y, en efecto, a

mediados del s. X

VI, éste era un recurso habitual en los grandes pala-

cios de esta ciudad, donde Galeazzo A

lessi lo utilizó sistemáticam

enteen sus obras.

En la arquitectura culta española sólo conozco una versión de este ele-

mento constructivo, la de las cubiertas de los cuerpos bajos de E

l Esco-

rial. Quizás fue el m

ismo G

aleazzo Alessi, uno de los arquitectos invita-

dos a colaborar en los proyectos del gran monasterio, el que introdujo

en nuestro país la idea. En E

l Escorial se hace un uso m

uy especial deeste elem

ento: la cubierta es de plomo y sobre este m

aterial se colocanlos pesados cuerpos de piedra que soportan entre ellos las balaustra-das de hierro forjado.

Pero en la arquitectura popular, desde R

osas hasta Cádiz, el acroterio

es un elemento tan tradicional que es difícil im

aginarlo como algo im

-portado. S

obre las tejas cobijas se levanta cualquier obra de albañilería,desde antepechos casi totalm

ente opacos hasta filigranas de celosíacerám

ica totalmente caladas.

¿Q

ué nos queda hoy del histórico acroterio? Un poco en las cubiertas

planas que levantan sus muros perim

etrales libremente, sin m

ás cuida-dos que atraversarlos correctam

ente con los aliviaderos; mucho en el

ejemplo de todos estos edificios que se esfuerzan en evacuar sus aguas

por el exterior de su perímetro incorporando la verticalidad de sus

bajantes a la composición general; y, sobre todo, el ejem

plo de la imagi-

nación que se movilizó hace siglos para hacer com

patibles las exigen-cias de la com

posición y la construcción.

17

1819

Acroterio calado del M

aresme, B

arcelona.

Acroterio en los patios de E

l Escorial, M

adrid.

I

Page 67: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

64

La evacuacion libre, que tan explícita era en la cubierta inclinada conalero, es un sistem

a prácticamente proscrito de la construcción con-

temporánea. La geom

etrización de la imagen arquitectónica ha elim

ina-do, o reducido a una m

ínima expresión, todos los elem

entos salientes,rotundos, que la evacuación externa exige. La búsqueda de im

ágenesabstractas, con m

ás significación pictórica que arquitectónica, ha idoexcluyendo todos los elem

entos explícitos de la vergonzante funciónevacuadora. La gárgola, el galápago, la calderilla, el aliviadero y el del-fín han desaparecido hasta del vocabulario de la construcción.

20

I

Page 68: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

65

Este capítulo recorrerá algunas voces tradicionales que todavía son de

interés para la descripción de los entramados m

etálicos. María M

olinerofrece una definición histórica de entram

ado

: «armazón de m

aderasunidas o entrecruzadas que sirve de soporte a una obra de albañilería»,pero el diccionario del Torroja ofrece un significado m

ás adecuado aluso actual del térm

ino: «conjunto de piezas enlazadas entre sí paraform

ar una estructura resistente. Se aplica especialm

ente al conjuntode vigas, cargaderos, etc. de un edificio, com

o entramado horizontal; y

a los soportes y vigas que los enlazan como entram

ado vertical». El

Torroja ya no asocia la voz a la madera e inscribe su uso dentro del

mundo de la edificación. Los entram

ados tradicionales se rellenabancon m

acizos de albañilería para conseguir su estabilidad y completar el

edificio. Difícilm

ente podrían considerarse como sistem

as separables.H

oy los e

ntra

ma

do

s me

tálico

s siem

pre

son

au

tosu

ficien

tes y lo

scerram

ientos se insertan entre sus barras sin colaborar en la misión

portante. Esa separación de sistem

as constructivos de soporte y decerram

iento, con sus inevitables deformaciones diferenciales, constitu-

ye el mayor problem

a de la construcción moderna.

Pero veam

os qué vocabulario nos ha dejado el entramado de m

adera.E

s interesante constatar que en la construcción tradicional muchos ele-

mentos se definen por su función genérica, no por su situación en el

edificio ni por su forma física; com

probaremos que carrera, solera, ca-

dena se parecen físicamente, que pueden ocupar el m

ismo lugar en el

entramado y, sin em

bargo, tienen nombres diferentes porque se les en-

comienda papeles distintos. P

ero procedamos con orden: em

pecemos

JabalcónLos entram

ados estructurales

1E

ntramado

2P

ilar3

Pie D

erechoP

untalC

uentoP

erconteo4

Madrina

Mozo

Tentemozo

Rodrigón

Horcón

Soporte

Cam

pataLuz

5C

arrera6

Cadena

7S

olera8

Durm

ienteFrontalM

arrano9

Zapata

Zapatón

Botonera

10JácenaX

ácenaTrabeV

iga11

Aldavía

12A

serA

sserC

abioS

olivaV

igueta13

TornapuntasJabalcónX

abalcónJabalónS

opandaS

opar15

Riostras

Codal

16C

ruz de San A

ndrésC

ontravientoV

ientoE

spíaP

rois

12

Entram

ado de madera, según E

. Nuere.

J

Page 69: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

66

por los elementos verticales. A

unque en el entramado de m

adera no seem

plea nunca la voz pilar, puesto que queda reservada para los de

piedra o de ladrillo, se usa en nuestros días la expresión pilar metálico,

que resulta algo extraña cuando se dispone de tantas otras posibilida-des; am

bas estructuras comparten pocos térm

inos; quizás los únicossean pie derecho y puntal.

Em

pecemos por el ‘p

ie derecho

; en principio un pie puede ser, entrem

uchas otras cosas, la «pieza independiente que sirve de sostén aalguna cosa» (M

M) y, según la m

isma autora, el pie derecho es «el m

a-dero puesto verticalm

ente en cualquier construcción o estructura». Ésta

es prácticamente la m

isma definición que B

ails formulaba doscientos

años antes: «madero puesto verticalm

ente para hacer oficios de ma-

chón» (para Bails el m

achón siempre será de albañilería o cantería). E

nalgún caso se utiliza la voz p

untal para este elemento del entram

ado.P

untal añade las ideas de urgencia y profesionalidad, además de la de

su frecuente oblicuidad. Por todo ello no lo tratarem

os aquí sino en elapartado de obra, com

o los términos contrete, espeque o estam

pidor.La definición que M

aría Moliner incluye de cuento

(«pie derecho o pun-tal que se pone para sostener alguna cosa») m

uestra la confusión so-bre la voz puntal (la definición coincide con la del térm

ino perco

nteo,

empleado en A

sturias).

Mad

rina, mo

zo y tentem

ozo

son voces en desuso que añaden la ideade guía, tutor, que sostiene, o colabora con, el soporte. La m

ás simpá-

tica es ‘rod

rigó

n, que se usa para ambas cosas y tam

bién para «elcriado anciano que servía para acom

pañar a las señoras» (MM

). Seguro

que de la función de tutor de una planta el rodrigón pasó a sostener yguiar el paso de las señoras sin m

enoscabo para su honra y dignidad.Todavía nos queda el ho

rcón, que es claram

ente el madero ahorquillado

por arriba para calzar mejor la viga que soporta. H

oy la voz pie derechocom

parte popularidad con pilar y con sop

orte m

etálico, aunque es evi-dentem

ente la primera la que se debe preferir por ser específica y tradi-

cional del entramado estructural. R

elacionada con éstas, encontramos

la voz *camp

ata, «distancia entre dos soportes arquitectónicos» (P), que

hoy se ha sustituido sistemáticam

ente por la de luz estructural.

34

Pies derechos en una m

edianería madrileña.

Entram

ado metálico del M

useo Guggenheim

,B

ilbao (F. Gehry).

J

Page 70: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

67

Veam

os ahora los elementos horizontales. La flexión parece poco im

-portante en los entram

ados. Las estructuras tradicionales de madera

no suelen plantear grandes problemas de cargas concentradas o de

flexión. Las cargas se repartían entre una malla de elem

entos verticalesy horizontales donde el conjunto, el relleno de los param

entos y la tra-bazón general eran los aspectos m

ás importantes. P

or eso hay unacierta discontinuidad entre las voces tradicionales y las que hoy usa-m

os. La carrera, por ejemplo, es la viga horizontal que sirve de apoyo al

forjado o que recibe las cabezas de las viguetas al mism

o tiempo que

ata los muros sobre los que se apoya, aspecto este últim

o absoluta-m

ente específico. La diferencia entre viga y carrera la marca la adscrip-

ción a un entramado vertical. Veam

os la explícita definición, fechada en1784, de P. J. M

árquez (citada por E. N

uere): «la carrera es el madero

grueso que se pone sobre los pies derechos de los entramados de

madera, donde sirve de arquitrabe para recibir las vigas de los suelos.

Las carreras son los maderos m

ás gruesos después de las vigas y seponen a veces en lugar de éstas». E

l hecho de que esté en el plano delm

uro concede prioridad a su papel de atado sobre su posible funcióncom

o elemento flectado.

La voluntad de atar todo el amasijo form

ado por el entramado y los m

urosse evidencia en voces m

uy expresivas, como trabe o cadena. La cad

enaoriginalm

ente era de piedra: «machón de sillería, por lo com

ún de mayor

y menor, que se echa a trechos en una fábrica de m

ampostería para

fortificarla» (BB

), aunque se usa la mism

a voz para la sucesión de made-

ros que cumplen la m

isma función. La cadena suele estar colocada sobre

los pies derechos y los rellenos, y su misión es trabar toda la arm

adura,zuncharla, en fin, encadenarla. P

aniagua añade ya la acepción «estructu-ra de m

aderos ensamblados sobre los que se levanta una obra de fábri-

ca» y María M

oliner es aún más concreta: «arm

azón de maderos fuerte-

mente ensam

blados, que sirve de soporte a una obra». Las trabes y losm

arranos también cum

plían esta función, como ya hem

os visto.

La limitada capacidad a la flexión de la m

adera y la inserción sistemáti-

ca de paramentos de albañilería entre, sobre y bajo las piezas del entra-

mado plantean problem

as de reparto de cargas concentradas que im-

plican la aparición de elementos específicam

ente destinados a asumir-

567

Carrera y cadena bajo y sobre las testas de los

maderos de suelo.

J

Page 71: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

68

las. La solera adopta claramente una m

isión de reparto sobre una basesólida «transición entre fábricas y m

adera», dice E. N

uere. Evidentem

en-te se asocia con suelo, con la idea de elem

ento horizontal de apoyo.S

egún María M

oliner, tanto sirve para la piedra plana sobre la que secolchará un pie derecho com

o para el madero que se coloca sobre un

muro para recibir la carga de los elem

entos verticales superiores. Esta

última versión es la que aceptan la m

ayor parte de los diccionarios.

Más específico es el d

urmiente que «se aplica a cualquier m

adero olistón que se pone apoyado en toda su longitud sobre el suelo u otro sitio,para servir de apoyo a postes o puntales» (M

M). Frontal es un sinónim

om

enos utilizado, y marrano

se asocia a la idea de suelo embarrado: «con-

junto de maderos fuertem

ente ensamblados o trabados, que se asiente

en el suelo del pozo, o de la zanja que brota agua, para afirmar los ci-

mientos» (B

B). H

oy tiene una acepción más am

plia equivalente a durmien-

te, aunque en general colocado en contacto con la tierra.

La zapata es una de las m

uchas voces que se han caído del vocabula-rio de la construcción, porque, en efecto, en la actualidad designa unelem

ento que en el edificio está situado más abajo que el original, m

ien-tras que antiguam

ente la zapata, o zapató

n, se emplazaba encim

a delpie derecho, esto es, de la definición de «pieza de form

a prismática que

se coloca horizontalmente entre un pie derecho o una colum

na y la vigaque se apoya en ellos, para acortar el vano» (M

M), se ha pasado a la

concepción actual de «ensanchamiento de la base del soporte encar-

gado de repartir las cargas sobre el terreno» (T). E

n la madera tam

biéntiene nom

bre: la *bo

tonera, definida por este últim

o diccionario como

«la caja preparada en el zapatón o la basa para introducir la cabeza o labase de un pie derecho».

En esta estructura tradicional tam

bién aparecen piezas que trabajan aflexión porque no se insertan en el m

uro de entramado. La m

ás impor-

tante es la jácena -o xácena, su variante histórica- que se apoya sólopor sus extrem

os y que generalmente recibe la carga de otros elem

en-tos flectados. P. J. M

árquez la define como «la viga m

aestra de los sue-los y arm

aduras que, puesta horizontal de una a otra pared, sostienetoda la arm

azón». Las trabes, todavía usadas en G

alicia, son similares,

8910

Zapata.

J

Page 72: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

69

pero añaden la misión de encadenar, atar los m

uros o elementos que

unen, como sugiere su etim

ología. Por su parte, la vig

a, aunque en laactualidad es la voz m

ás utilizada, originalmente no tenía un sentido tan

específico sino que aludía al elemento de m

adera flectado que podíacum

plir funciones de carrera o de cadena, según como se m

ontase.H

oy es simplem

ente «la pieza o elemento sobre dos o m

ás apoyosdestinada a trabajar principalm

ente a flexión» (T).

Su sinónim

o, muy poco utilizado, es la ald

avía, aunque en su versión histó-rica se debe asociar al soporte de la tabiquería que siem

pre iba enmarcada

en elementos especiales para independizarla de las deform

aciones delentram

ado: «especie de viga de ayre que sirve para hacer los tabiquescolgados. P

ara este fin hay una aldavía arriba y otra abaxo, y en ambas se

ensamblan los pies derechos del entram

ado del tabique, mediante lo cual

viene a estar como en el aire o colgado». E

l tabique funciona como una

viga en celosía de gran canto y total independencia mecánica.

Sobre las vigas, jácenas, carreras o m

uros se sitúan los elementos se-

cundarios flectados que van cerrando la trama del entram

ado para poderconstruir el suelo. Los nom

bres históricos, y que tenemos que dar por

perdidos, son *aser o el más antiguo *asser: «viga pequeña sobre la que

se apoya ya la tablazón». Nos quedan, sin em

bargo, el cabio, «m

aderom

enor que la carrera sobre la que se asientan los maderos de suelo» (T

),y la soliva, descrita por el Torroja com

o «cada una de las vigas de made-

ra en un forjado de piso cubierta» y que probablemente procede de so-

liviar, levantar por debajo (pues, por ejemplo, solivión es el tirón fuerte

que se da para sacar una cosa de debajo de otra). Según M

aría Moliner,

soliviarse es «levantarse un poco el que está echado o acostado», y asíllegam

os a soliviantar que, según la mism

a autora, significa «alborotar,hacer que alguien tom

e una actitud levantisca». Aser, cabio y soliva han

sido sustituidos por la popular *vigueta contemporánea.

La madera ve lim

itada su capacidad de asumir grandes luces o vuelos

debido a su acotada resistencia a la flexión. Por ello aparecen en los

entramados leñosos algunos elem

entos especializados en reducir esosm

omentos flectores. Los m

ás simples apean la punta de los vuelos para

formar unos triángulos estables y sin apenas flexión: son las tornap

untas

1112

13

J

Page 73: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

70

o el jabalcón, xab

alcón o jabalón, que ha dado nom

bre a este capítulo,«pieza inclinada que trabajando a com

presión sirve de soporte a otroelem

ento» (T

). Los jabalcones sirven, pues, tanto para soportar vuelosapeando la punta del voladizo com

o para acortar la luz de algunas vigas.E

n este caso se suelen complem

entar con la sopand

a: «madero de re-

fuerzo de otro horizontal que se apoya en pies derechos y en jabalcones.R

efuerzo clavado en una viga que empieza a ceder» (M

M). S

opanda deri-va probablem

ente de *sopar, la pieza que se pone bajo otra que trabaja a

flexión, so-par, para aumentar su capacidad m

ecánica.

Bails hace m

uchos años ya se preocupaba por ser preciso al respecto ydescribía el xabalcón com

o el «madero ensam

blado a uno vertical paraapear otro horizontal o inclinado de m

odo que los tres formen un trián-

gulo». El xabalcón tiene por objeto dejar un hueco de paso, o suprim

iruno o m

ás pies derechos y las tornapuntas que forman, que son dos,

están ensambladas a cierta altura del pie derecho o m

uro, y no desde elpiso, com

o generalmente sucede con las tornapuntas propiam

ente di-chas, con las que se suelen confundir». C

lairac matiza la posición entre

las tornapuntas y el jabalcón: el primero sostendría un elem

ento verticalapoyándose en uno horizontal, y el segundo funcionaría al revés.

14

Tornapuntas en la nueva sede de Televisa enM

éxico D. F. (E

. Norten, B

. Góm

ez Pim

ienta).

Jabalcones d

e la estructura del aerop

uertod

e Stand

set, Cond

ado E

ssex, Gran B

retaña(N

. Foster).

J

Page 74: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

71

En los entram

ados, será necesario tomar disposiciones para conseguir

la estabilidad general de la estructura. Para ello la solución clásica con-

siste en el relleno con albañilería que rigidiza los marcos en los que se

inserta. Pero aún será m

ejor disponer elementos diagonales, com

o lastornapuntas y jabalcones. E

sos elementos, que asum

en directamente

las acciones horizontales, pueden trabajar a compresión o a tracción, o

a ambas cosas a la vez. A

mbos podrían recogerse bajo el nom

bre ge-neral de rio

stras, que antiguamente eran las piezas «que puestas

oblicuamente aseguran la indeform

abilidad de un armazón» (R

AE

) y queahora designan im

propiamente la viga perpendicular a la jácena para

unir pórticos paralelos. No deberíam

os usar la voz riostra para ningunapieza que no colabore eficazm

ente en el arriostramiento general del

edificio. Las vigas secundarias sólo colaboran en la estabilidad horizon-tal si son de cierto canto y si sus nudos son capaces de transm

itir mo-

mentos, es decir, si están em

potrados. Los cod

ales son siempre piezas

que trabajan comprim

idas. Generalm

ente sirven para evitar que se acer-quen dos piezas paralelas que soportan em

pujes laterales, como los

muros de una entibación, pero se usan tam

bién entre las jambas de un

edificio en ruina o en cualquier lugar donde haya que acodalar cualquiercosa, lo que hace en definitiva el antebrazo cuando apoyam

os el codocontra algo para soportar un em

puje con la palma de la m

ano.

15

Sopanda y jabalcones aliviando una jácena.

Cruces de san A

ndrés en la Villa O

límpica de

Barcelona (G

. Burnshaft).

J

Page 75: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

72

A tra

cción

y com

pre

sión

trab

aja

n la

s cru

ce

s de

Sa

n A

nd

rés o

*contraviento

s: «armazón de m

aderos cruzados diagonalmente entre

cada dos vigas». De los dos elem

entos cruzados, uno de ellos siempre

trabajará a compresión ante una acción horizontal. S

in embargo, los

vientos («tirantes de cuerda o alam

bre con que se sujeta una cosa, porejem

plo un poste, para que se mantenga vertical o en la posición con-

veniente», según María M

oliner) trabajan únicamente a tracción. E

l vo-cabulario náutico, tan rico en problem

as y voces relacionadas con elsoporte de las acciones horizontales, ha entrado desde hace siglos enesta área de la construcción y nos ha dejado el esp

ía: «cada una de lascuerdas o tirantes con que se m

antiene vertical un madero» (M

M), térm

i-no que procede de espiar: «halar de un cabo firm

e en algún sitio, parahacer m

overse a la nave en dirección a éste». Menos utilizado es el

‘pro

is, «viento con el que se ancla una estructura o parte de ella» (laam

arra en la proa de un barco o incluso en el noray), según el Torroja.

16

Vientos de soporte de los pies derechos en la

estructura del centro comercial U

sines Center

en Saint-H

erblain (R. R

ogers).

J

Page 76: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

73

2Lacunario

3H

ormigón

Calcina

Derretido

Garujo

Mazacote

Nuégado

Argam

asa4

Árido

Concreto

Arm

aduras5

FraguadoF

orjar6

Forjado

TechoE

ntrepiso7

Vigueta

Maderos de suelo

Socarrena

Rehenchido

8E

ntrevigadoB

arro y tomiza

Dedicarem

os este capítulo a las voces que describen las estructuras dehorm

igón. Es curioso que en este caso, quizás debido a la im

agen pé-trea de la estructura de horm

igón, sí encontraremos m

uchas voces to-m

adas del vocabulario clásico y adecuadas a las nuevas formas. C

ase-tón, ábaco, nervio, capitel han transform

ado con toda naturalidad susignificado clásico para adecuarse a las técnicas m

odernas. La voz queinicia este capítulo, lacunario, no ha corrido esa suerte pero tiene senti-do reivindicarla para recordarnos algo que se está perdiendo: la jerar-quía tectónica de la estructura de horm

igón. Escondida en los recove-

cos de la tabiquería y oculta sobre los cielos rasos, la estructura haperdido todo su caudal expresivo en m

uchos edificios contemporáneos,

toda su capacidad ordenadora de la arquitectura.

El lacunario

es, según Paniagua, «la cavidad de form

a geométrica con

que se decora un sofito, el intradós de una bóveda o arco, o la carainferior de un dintel, originada a consecuencia del cruce de vigas ym

olduras». Y, por extensión, queda recogido como el «conjunto de cavi-

dades de un artesonado». Esa expresión de “cruce de vigas y m

olduras”es la que confiere valor a ese térm

ino, lacunario, para recordarnos laeficacia com

positiva de la expresión tectónica del hormigón, y por ello

parece merecer la titularidad de este capítulo.

Pero em

pecemos por el principio. Los vericuetos de la term

inologíaem

piezan aquí con la mism

a materia

de esta estructura: el horm

igó

n,que, según explica M

aría Moliner, procede del vocablo horm

igo[s], y porello m

uy probablemente de la voz horm

iga, y que en su diccionario apa-

1B

ovedillaR

evoltón9

Capa de

compresión

Senos

Sem

ivigueta10

Madero cojo

Brochal

11Z

unchoE

ncadenado12

Losa13

JácenaV

iga14

Pórtico

15P

revigaP

relosa16

Reticular

Nervio

Ábaco

17C

asetónA

rtesón

23 LacunarioLa estructura de horm

igón

Lacunario de jácenas y riostras en el Musée

des Travaux Publics, P

arís (A. P

erret).

L

Page 77: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

74

rece recogido como la «m

ezcla de piedras menudas y m

ortero de cal ocem

ento y arena, empleada para la construcción». E

l éxito de esta vozes relativam

ente moderno, pues hace un par de siglos aún com

petíacon calcina, d

erretido

, garujo

, mazaco

te, nuégad

o o arg

amasa. Y

esque, en efecto, las diferencias parecen m

uy cortas: si el mazacote hace

referencia sobre todo a cimentaciones y grandes volúm

enes, el nuéga-do parece proceder de la pastelería, pues tiene en el M

aría Moliner la

acepción de «pasta hecha de harina, miel y nueces...» Todos ellos son

mezclas de cal y piedras, y así la argam

asa es presentada como la

«mezcla hecha con cal, alm

enarilla y rocallas» (BB

), y la calcina como la

«mezcla de cal, piedra m

enuda y otros materiales análogos» (M

T).

A fines del siglo X

VIII, el horm

igón podía ser la «mezcla de alguna m

ásconsistencia de la com

ún que se echa en la cara interior de los tapiales»(B

B). U

nas décadas después, para Matallana, ya es «la m

ezcla com-

puesta de piedras menudas, cal y betún, la cual se hace dura y firm

e, ytan fuerte y sólida com

o la piedra». Con el cem

ento portland, el hormi-

gón consigue las magníficas características que todos conocem

os yconsolida esta voz com

o la única adecuada a la modernidad. E

l hormi-

gón es un aglomerado constituido a partir de un árid

o: «arena piedra o

cascote que con el cemento y el agua form

an el hormigón» (M

M). E

nE

spaña no hay dudas: esta voz parece la idónea para el material que se

difunde durante el fin de siglo, pero en Centroam

érica el nuevo material

debió llegar con la voz concreto

, de raíz tan anglosajona, y así ha que-dado hasta nuestros días y de ese m

odo la ha recogido la Real A

cade-m

ia. Su debilidad frente a las tracciones se resuelve disponiendo unas

armad

uras de acero especialmente conform

ado para que tenga unagran adherencia con la m

asa de hormigón.

El horm

igón es un material que se conform

a en obra sin más lim

itaciónque la dificultad que plantee la elaboración del m

olde. Por eso C

asinellolo calificó de form

aceo. El proceso de conform

ación supone el endureci-m

iento de la pasta, proceso denominado frag

uado

, un proceso en elque el am

asijo de cemento, arena y grava se convierte en un sólido

resistente (fraguar: «hablando de la cal, el yeso y otras masas, trabar y

endurecerse consistentemente en la obra con ellos fabricada», según

la definición de la RA

E). En la m

edida en la que se trata de un proceso de

45

Lacunario del techo d

el Yale University A

rtG

allery, New

Haven, E

E.U

U. (L.I. K

ahn).

L

Page 78: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

75

conformación se utilizó tam

bién para describirlo el verbo forjar, ya que

no sólo es dar forma al hierro caliente sino tam

bién juntar varios mate-

riales para conformar un nuevo elem

ento constructivo. Según M

aríaM

oliner, es sinónimo de construir, tradicionalm

ente descrito como «re-

llenar con bovedillas o de cualquier manera los espacios entre una viga

y otra para formar los suelos o separaciones de los pisos».

Forjar dio nombre al fo

rjado

para describir ese elemento constructivo

que forma el plano horizontal en los edificios de varios pisos. D

esgracia-dam

ente esa voz ha tenido tan amplio éxito que hoy se utiliza para

cualquier tipo de material y solución constructiva, y ha pasado a signifi-

car el elemento horizontal que separa dos plantas en una edificación en

altura, aunque sin referencia alguna al modo en que ha sido construido.

Quizás ha sido la falta de una voz específica para señalar ese elem

entolo que ha hecho posible el éxito del forjado. Las alternativas son la voztecho

, que el diccionario asocia siempre con la cubierta, y la voz entre-

piso

, muy oportunam

ente utilizada en Latinoamérica, pero que en el

diccionario describe únicamente a los altillos: «piso que se construye

quitando parte de altura a uno, entre éste y el superior» (RA

E). E

n cual-quier caso, hubiese preferido esta últim

a voz al inadecuado forjado, tanpróxim

o a una manera m

uy específica de construir y tan inadecuada,por lo tanto, para los actuales entrepisos m

etálicos o prefabricados.

El forjado, puesto que debem

os aceptar lo inevitable, está formado, hasta

el siglo XIX

, por unas viguetas, antes m

adero

s de suelo

, que se colo-can m

uy próximas entre sí para facilitar el relleno de ese espacio inter-

medio: la so

carrena, «hueco entre dos maderos de un suelo o un teja-

do», según recoge la RA

E. Martínez Á

ngel, en 1930, aún distingue elforjado del ‘rehenchid

o, pues en este últim

o el relleno se elabora conrestos de cerám

ica cocida.

El relleno de ese espacio, el entrevig

ado

, se realiza en algunas zonascon sogas de esparto y arcilla; son los techos castellanos de ‘b

arro y

tom

iza. En otras zonas con m

ás tradición de albañilería se salva el hue-co con una b

oved

illa o revoltó

n: «parte del techo, abovedada, que que-da entre cada dos vigas cuando éstas están al descubierto» (M

M). H

oytam

bién llamam

os bovedilla a unas piezas cerámicas o de horm

igón

678

Revoltones en una escuela de Lloret de M

ar,G

irona (C. Ferrater, J. G

uibernau).

Diversos tipos de forjados tradicionales. L

Page 79: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

76

que salvan ese espacio que se debe rellenar, pero que además tienen

un intradós plano para poder enyesar un techo horizontal.

Para que todo el conjunto sea m

ás solidario, es conveniente que sevierta y fragüe en la obra el m

áximo volum

en posible de hormigón. P

ri-m

ero apareció la ‘capa d

e com

presió

n, pequeño grueso de hormigón

armado que se extendía por encim

a de todas las viguetas y bovedillas.La bovedilla poco a poco tom

ó una forma superior, m

ás combada, para

que entrase mayor cantidad de horm

igón en los senos, los espacios

entre ella y la vigueta. Por últim

o, la vigueta redujo su canto prefabrica-do para bañar parte de sus arm

aduras en el hormigón vertido in situ, y

con ello apareció la *semivig

ueta.

En algunos casos el ritm

o de la viguería queda interrumpido por algún

hueco, chimenea o pequeño patio; en esos casos la vigueta corta, m

a-d

ero co

jo se decía antes, debe apoyarse en otro elem

ento perpendicu-lar llam

ado bro

chal, término procedente de em

brochado: «madero que

se coloca en una armadura de tejado entre otros dos para servir a su

vez de apoyo a otros que, a fin de dejar un hueco, por ejemplo para una

chimenea, no han de llegar hasta el m

uro o final del entramado» (M

M).

A partir de los años treinta se em

pieza a usar en las estructuras de hormi-

gón una voz de larga tradición en la construcción de cúpulas: el zuncho.

Su objetivo es abrazar a un elem

ento constructivo para evitar que éste seabra. S

e usa en muchos casos, y por eso la definición de M

aría Moliner

es tan genérica: «abrazadera de hierro o de cualquier otro material resis-

tente con que se refuerza alguna cosa, por ejemplo un cañón, o se sujeta

fuertemente algo, com

o los palos del barco o las duelas de los *toneles».E

n las cúpulas clásicas los problemas eran de una escala tan grande que

se resolvían con cadenas de hierro, y eso nos explica la voz encadenad

oque todavía se usa. H

oy, en la construcción de estructuras de hormigón,

se debe entender como el elem

ento continuo y armado que recorre el

perímetro del forjado para atar sus com

ponentes y mejorar su capacidad

para transmitir esfuerzos horizontales, significado que, sin em

bargo, noaparece en ningún diccionario.

910

11

Brochal o m

adero cojo en un grabado de laobra de B

. Bails.

Encadenado.

L

Page 80: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

77

El lím

ite de la evolución hacia el monolitism

o del forjado lo marca la

losa. La losa es tradicionalm

ente una piedra llana de grandes dimensio-

nes que se usa para pavimentar. S

ólo el Torroja alude a una «viga, dem

ucho ancho respecto al canto, que trabaja por flexión entre dos líneasde apoyos». Lo cierto es que hoy se entiende por losa el elem

ento hori-zontal plano y sin vigas que asum

e el papel de entrepiso.

Todos los elementos que hem

os descrito hasta ahora son capaces desoportar flexiones en un sentido, y deben apoyarse en unas líneas es-tructurales form

adas por muros o por líneas de pilares unidos por otros

elementos flectados de m

ayor porte. Estas últim

as piezas se llaman

jácenas o vigas. La jácena o xácena siem

pre ha sido una pieza dedim

ensiones mayores; M

atallana ya dice que es la «viga atravesadaque sostiene las dem

ás vigas menores».

Este conjunto de unos pilares en línea unidos por unas jácenas es lo

que se conoce como p

órtico

. «La arcada a lo largo de un muro» (M

M) de

los clásicos se ha convertido en «la estructura o parte de ella, constitui-da por un dintel que se apoya o em

potra sobre las cabezas de dos om

ás soportes o montantes» (T

). Lo cierto es que un pórtico hoy es todoel conjunto de pilares y jácenas o partes de forjado que colabora solida-riam

ente en la función estructural y que está situado en un mism

o planovertical.

La voluntad de aumentar la cantidad de horm

igón vertido en obra parain

crem

en

tar e

l mo

no

litismo

y el in

ten

to d

e su

stituir lo

s costo

sos

encofrados continuos por una serie de sopandas de apuntalamiento

nos llevó, hace ya un par de décadas, a la expansión de las *previg

as y*p

relosas. S

e trata de elementos de gran esbeltez, con grosores de

entre 4 y 8 cm únicam

ente, que se utilizan como encofrados perdidos y

activos, es decir, que llevan armaduras a la espera y reciben encim

a elresto de horm

igón que completa el elem

ento estructural.

Las vigas y jácenas introducen un orden espacial que pone a prueba lacapacidad de síntesis del proyectista. E

n muchos casos es im

posiblehacer coherente ese orden con la distribución de locales deseada osim

plemente con la expresión espacial del proyecto. S

i a ello sumam

os

1213

141516

Senos y sem

iviguetas en un forjado aligerado.(D

el "Tabibloc " de Vázquez de C

astro y Aroca)

Casetones d

e aligeramiento d

e un forjado

reticular en el Depósito de las A

guas, Barcelona

(Ll. Clotet, I. P

aricio).

L

Page 81: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

78

el coste de encofrar esos elementos que quedan por debajo del forjado,

comprenderem

os el éxito contemporáneo de las estructuras sin vigas.

La más frecuente es la estructura ‘reticular, en la que los forjados están

constituidos por losas armadas en dos direcciones. La m

alla está for-m

ada por unas viguetas hormigonadas in situ y entrecruzadas denom

i-nadas ‘nervio

s. La retícula entre nervios se aligera para reducir peso.S

ólo al llegar a los pilares el punzonamiento obliga a m

acizar toda lalosa dando lugar a lo que se llam

a un ábaco

. Nom

bre que aún nosrecuerda a la «pieza de form

a de tablero que corona el capitel de lacolum

na», según María M

oliner.

El entrevigado se puede resolver con unas bovedillas especiales cua-

dradas o dejarse vacío. Para ello se usan unos encofrados recupera-

bles de plástico o acero que reciben el nombre de casetones. E

l case-tó

n era «cada uno de los espacios cóncavos en que queda dividido untecho» (M

M), pero la voz se ha trasladado al encofrado que lo form

a. Nos

queda también la voz artesó

n que se ha mantenido totalm

ente asocia-da a los techos artesonados de m

adera.

Com

o ya vimos al principio de este capítulo, el lacunario se puede utilizar

para nombrar ese techo texturado por vigas y nervios que pone en evi-

dencia la capacidad y el orden tectónico del edificio. Las dificultades queplantean los solares de geom

etría intratable, la minuciosa trituración del

espacio de los programas residenciales contem

poráneos, la comodidad

de un cielo raso terso y continuo que además oculta las instalaciones...

todo parece haberse conjurado para justificar el abandono de la capaci-dad ordenadora de un techo estructural. S

in embargo, es una pérdida a la

que no debemos resignarnos. Tenem

os que intentar recuperar el ordenexpresivo de los techos tectónicos,y eso es lo que se llam

a lacunario.

17

18

Artesones de m

adera en el Convento dels Á

ngelsde B

arcelona.

Lacunario de ábacos, nervios y casetones enla B

iblioteca británica, Londres (St. John W

ilson)

L

Page 82: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

79

Bajo este título reunirem

os las voces que describen las soluciones quela construcción ha ido adoptando para unir y sujetar sus piezas, paraconseguir el com

portamiento solidario de los diversos m

ateriales y ele-m

entos que forman un edificio. G

eneralmente, son los diferentes tipos

de movim

ientos, de origen mecánico, térm

ico o higrométrico los que

van separando piezas que deberían estar unidas. Para hacer frente a

ese peligroso desmem

bramiento de los elem

entos constructivos se pue-de recurrir a la geom

etría y conformar el m

aterial de manera que las

piezas queden trabadas unas con otras. El caso m

ás perfecto es el dela m

adera, prácticamente el único de los m

ateriales tradicionales capazde soportar tracciones.

Los nudos o uniones entre elementos de m

adera, llamados ensam

bla-

jes o ensamb

les, tienen que hacer frente a exigencias muy difíciles: esa

capacidad tractora hace que sus uniones, a veces de pequeña sección,deban soportar la m

isma tracción que soporta el perfil que llega hasta

ella. La riqueza y variedad de ensamblajes es la m

ateria de todo unoficio y de un am

plísimo abanico de térm

inos que empiezan por el pro-

pio ensamblar, de la voz francesa para juntar, que con raíz árabe sería

almarb

atar, mientras que en C

entroamérica aún usan eng

alabernar.

Las uniones entre piezas de madera form

an un capítulo aparte en elm

undo de la construcción, capítulo que recorreremos brevem

ente bajoel título de Q

uijera. La capacidad de este material para asum

ir traccio-nes ha dado lugar a una gran riqueza de ensam

blajes. En el caso de las

fábricas de albañilería o sillería, la exigencia es muy diferente porque el

2E

nsamblaje

Ensam

bleA

lmarbatar

Engalabernar

3A

parejos4

Endejas

Adarajas

Diente

Dentellón

Boca de lobo

Escalera

Enjarjes

5E

mplectum

Em

plentaP

erpiaño6

Capuchino

LlaveTrabuco

7A

rpónG

obio8

Gafa

Grapa

123 LlaveD

el aparejo a la fijación

Ancla

Garra

LañaTalón

10TacoZ

oquete11

Anclaje

Fijación

Taco deexpansiónTaco quím

ico12

Holgura

Clareo

Huelgo

Tolerancia13

Coliso

14A

rticulaciónR

ótula15

Pulpo

Manita

Araña

LL

Page 83: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

80

ladrillo posee una baja resistencia a la tracción y se trabaja en grandesm

asas. El único objetivo es la cohesión entre piezas, cohesión que se

favorece con unas uniones laberínticas que dibujan sus aparejo

s. Ladefinición de la R

AE para esta voz no es m

uy explícita: «forma y m

odo decolocar los m

ateriales en la construcción». De todas m

aneras hoy ya notienen ningún sentido para nosotros esos aparejos, con sus sutiles dife-rencias entre las diversas com

binaciones de ladrillos colocados a sogay a tizón por los que tanto interés tuvo la albañilería de los tratados.

Los problemas aparecen cuando hay que unir fábricas de diferente edad,

muros construidos en diferentes m

omentos. E

ntonces se ha recurrido alas end

ejas o adarajas (del árabe, escalón), o com

únmente d

ientes:son las form

as geométricas que intentan trabar am

bas fábricas dandouna form

a dentada a su unión. Existen pocas voces específicas que

describan una unión concreta aunque, según la RA

E, el dentelló

n es laparte de la adaraja que está entre dos vacíos. S

ólo puedo citar la adara-ja en b

oca d

e lob

o, que se hace cuando se disponen varios ladrillos

volando media soga cada uno y luego retrocediendo sim

étricamente, y

la de escalera, que consiste simplem

ente en ir retrocediendo al subircada hilada de m

anera que la obra futura siempre se apoye en el esca-

lonado anterior, sin introducirse nunca bajo obra vieja; únicamente pue-

de usarse cuando en una obra una parte tiene que subir más lenta que

la otra. Se usa tam

bién la voz enjarje pero no sé si su empleo es m

uycorrecto (según la R

AE es el «enlace de varios nervios de una bóveda en

el punto de arranque»).

En ocasiones tam

bién se deben unir dos hojas del mism

o muro: es el

caso del *emp

lectum clásico, form

ado por dos caras de mam

posteríacon un relleno de cascote. M

atallana llama ‘em

plenta a este m

uro om-

nipresente en la historia de la construcción, mientras que la R

AE usa

esta voz para las tapias. El problem

a del emplectum

es que las diferen-cias de com

portamiento entre las dos hojas y el núcleo producen con

frecuencia la desolidarización del conjunto. Para evitarlo se colocan unas

piezas a tizón que unen las dos hojas exteriores, atraviesan el núcleode relleno y que se llam

an perp

iaños. Los canteros gallegos llam

anperpiaño a cualquier pieza prism

ática alargada.

45

Enjarje en el arranque de los nervios de la Lonja

de Valencia.

Ensam

blajes de madera.

LL

Page 84: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

81

La albañilería, que inicialmente no tenía problem

as de trabazón, los haido adquiriendo cuando sus hojas se han ido haciendo m

ás y más esbel-

tas. Dentro de los m

uros tradicionales, uno muy útil ha sido el m

uro capu-

chino, formado por dos hojas, generalm

ente de albañilería, unidas poralgunos ladrillos colocados de form

a dispersa o formando m

uretes per-pendiculares a las hojas. E

n ambos casos se habla de llaves de unión.

Cada uno de los ladrillos que form

a las llaves se llama ‘trab

uco.

Las llaves de ladrillo funcionan muy correctam

ente cuando las dos ho-jas están som

etidas a las mism

as acciones y cambios térm

icos, perono cuando se extrapola este sistem

a a las hojas libremente dilatables

de la fachada ventilada. La estabilidad de la hoja exterior, que quedasuelta para poder deform

arse libremente, no es fácil de garantizar, y

mucho m

enos cuando su espesor es cada vez menor. P

ara ello se utili-zan unas uniones m

etálicas cuyo nombre en castellano no ha acabado

de establecerse, a pesar de que tenemos una larga tradición de unio-

nes metálicas, que se han utilizado con otros fines. P

odríamos recurrir a

la cantería, que siempre ha unido las piedras con herrajes para dar

cierta resistencia a la tracción a las fábricas, con artilugios que intentanunir sólidam

ente dos piezas, pero esos herrajes no aceptan el compor-

tamiento diferencial que la fachada m

oderna exige. Su nom

bre más

genérico es arpó

n («

grapa metálica», según la R

AE) y el m

ás particular*g

ob

io, «

doble gancho de metal usado para unir piedras adyacentes»

(T). ¿

Tendrá este gobio algo que ver con el familiar agobiar, poner trabas

y limitaciones al libre com

portamiento? Lo que es seguro es que viene

del italiano y nos trae una idea de jorobado, doblado, acodado.

Quizás será m

ejor buscar para nuestras nuevas fachadas téminos m

ásgenéricos, que aluden a útiles que fijan cosas, com

o es el caso de gafa,

«gancho, o alambre o varilla doblado en form

a que sirve para agarrar osujetar, agafar» (M

M) o g

rapa (gram

pa), «pieza de alambre con las dos

puntas dobladas en la mism

a dirección, que se emplea para m

antenerjuntas varias cosas o dos partes o piezas de una cosa; por ejem

plo, lasque se usan con la m

aquinilla de coser papeles, las que se emplean

para unir las correas o las que se ponen para unir los pedazos de uncacharro roto» (M

M). Tam

bién ancla o garra, que aluden a grapas m

ás

67

Arpón o grapón en el brocal de un pozo.

Mu

ro

capu

chin

o

en

un

a co

nstru

cción

contemporánea con ladrillos huecos cruzados

como trabucos.

8

LL

Page 85: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

82

10

robustas (T

), pero yo prefiero la laña, «pieza de metal que sirve para unir

o sujetar algunas cosas» (RA

E), «pequeña pieza de alam

bre fino conque se sujetan los trozos de un cacharro de barro o porcelana roto»(M

M), porque su desuso actual le daría m

ayor especificidad. En realidad,

cualquiera de esas voces nos vendría muy bien para nom

brar esos fi-nos alam

bres con los que unimos la hoja exterior a la interior para ase-

gurar su estabilidad. Para m

antener cualquiera de estas fijaciones a lam

asa de albañilería es necesario retorcerlas un poco de manera que

consigan más adherencia. E

se giro final en ángulo recto también tiene

nombre en las grapas tradicionales: taló

n.

La aparición de esos artilugios que permiten ciertos m

ovimientos evi-

dencia que la construcción ha cambiado sus objetivos. H

asta hace unsiglo los bajos m

ódulos de deformación m

ecánica y térmica de unos

pocos materiales tradicionales y los grandes volúm

enes de los elemen-

tos constructivos hacían natural la cohesión como objetivo de la cons-

trucción. En la construcción actual, en cam

bio, con variadísimos m

ate-riales de altos m

ódulos de deformación y esbeltos elem

entos, se impo-

ne un tipo de unión que permita ciertos grados de libre com

portamiento

a cada elemento: es la ‘fijación.

Las primeras fijaciones sujetaron los aplacados pétreos de fachada,

que tantos accidentes han causado en las últimas décadas por haber

sido colocados todavía amorterados sobre soportes cada vez m

ásdeform

ables y con espesores cada vez más finos. A

ctualmente dispo-

nemos de fijaciones de todo tipo: las casas especialistas tienen catálo-

gos con fijaciones adecuadas a cada tipo de soporte y a cada carga; sinem

bargo, el nombre que utilizam

os para nombrarlas es curiosam

entem

uy tradicional porque no ha entrado, aunque parecía lógico que lohiciera, el anglosajón fixing sino que nos hem

os quedado con el castizotaco

. Un taco no es m

ás que un pequeño tarugo o zoq

uete de madera,

al que algunas veces se daba forma troncotrapezoidal para que queda-

se mejor sujeto, que se recibía con yeso en una pared para poder afir-

mar sobre él cualquier otra cosa. La A

cademia nos ofrece una defini-

ción aún más am

plia: «pedazo de madera, m

etal u otra materia, corto y

grueso, que se encaja en algún hueco».

9

Llaves, anclas o lañas de la moderna fachada

ventilada.

Taco de expansión.

LL

Page 86: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

83

Para que un elem

ento quede sujeto a un soporte pero conservandociertos grados de libertad serán necesarios dos m

ecanismos: el ancla-

je, que es el que moviliza la resistencia a la tracción del soporte, y la

‘fijación propiam

ente dicha, «sujeción, por su extremidad, de un ele-

mento m

etálico, generalmente a tracción, a un m

acizo o a otro elemen-

to», según el Torroja. En la actualidad todos los anclajes reciben el nom

-bre genérico de tacos, y tenem

os tacos d

e expansió

n, que se abrenintroduciéndoles un vástago roscado y se fijan así a cualquier soporte;ta

co

s qu

ímic

os, co

n co

las o

resin

as e

poxíd

icas q

ue

ga

ran

tizan

elevadísimas tracciones; etc.

El aspecto m

ás significativo de esas fijaciones no es la forma com

o sesujetan al soporte sino los grados de m

ovilidad que ofrecen a la libredilatación del m

aterial soportado. En ese sentido siem

pre han existidovoces que tenían en cuenta esos problem

as dimensionales; M

atallanaya nos habla de la ho

lgura: «el hueco o anchura que se deja en las

hojas de carpintería, que de otro modo acopladas, cuando se hincha-

sen, padecerían». Los diccionarios técnicos modernos hablan todavía

del clareo y el huelgo; el clareo es «la holgura que se deja en todo

elemento en el que hay que acoplar otro, con objeto de facilitar su colo-

cación y permitir su ajuste» (T

); y, más negativam

ente, el huelgo

, «espa-cio vacío que queda entre dos piezas que deberían ajustar unas conotras», según el m

ismo diccionario. H

oy ambos están siendo sustitui-

dos impropiam

ente por el genérico y más positivo ‘to

lerancia. La tole-rancia se refiere a los m

árgenes de error que deben preverse por lasim

precisiones de fabricación y montaje, pero el clareo y el huelgo si-

guen siendo útiles para prever movim

ientos posteriores, que es lo quesiem

pre han hecho.

En particular hoy es necesario perm

itir algunos grados de movilidad en

alguna dirección del espacio y cohibirlos en otras direcciones. Esto lo

logran los agujeros *coliso

s (del francés coulisse, corredera), perfora-ciones alargadas en el sentido en el que se desea hacer posible el m

o-vim

iento. La conjunción de agujeros colisos en varias direcciones delespacio consigue resolver las uniones de los deform

ables muros corti-

na con las rígidas estructuras de hormigón.

111213

Agujeros colisos para hacer posible la disposición

de los p

recisos vidrios tem

plad

os sobre la

siempre m

ás imprecisa estructura del edificio.

Juego de tres articulaciones en la cubierta dela estación de W

aterloo, Londres (N. G

rimsaw

).

LL

Page 87: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

84

Si se desea perm

itir los giros, la solución serán las ‘articulaciones y las‘rótulas. U

na ‘articulación, según el Torroja, es «el enlace entre dos pie-

zas que permite el giro relativo de ellas en un plano»; la ‘rótula, en cam

-bio, es m

ás tolerante ya que es descrita como un «

dispositivo o de enlaceque perm

ite pequeños giros de las piezas en cualquier dirección» (M

M).

En nuestros días, la fijacion de los grandes vidrios contem

poráneos estáexigiendo algunas soluciones especiales de fijación. P

eter Rice diseñó

para el Museo de la V

illette en París unas fijaciones m

etálicas que podíansostener enorm

es vidrios gracias a una unión en rótula que no cohibíam

ínimos desplazam

ientos o giros. Cuatro de esas fijaciones se unen en

el punto donde convergen las esquinas de cuatro vidrios, lo que da lugara una pieza de soporte m

uy especial que se está difundiendo por todo elm

undo y cuyo apelativo aún no está perfectamente definido. H

e oído lla-m

arla pulp

o y manita, pero creo que araña tiene todas las de ganar por

la difusión universal de su equivalente inglés "spider".

Hoy, en el siglo de la construcción de libre com

portamiento frente a las

deformaciones de todo tipo, se tendrán que aprender a nom

brar todasestas nuevas previsiones o piezas, recurriendo siem

pre que sea posi-ble al vocabulario tradicional o introduciendo voces adecuadas cuandosea necesario.

15

16

Gigantesca articulación de la estructura del

Banco de S

hanghai y Hong-K

ong (N. Foster).

Soporte del vidrio m

ediante una fijación de cuatrorótulas. ¿P

ulpo, manita?... probablem

ente araña.

LL14

Page 88: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

85

La mayor parte de las voces que se han ido desgranando en los capítu-

los precedentes habían sido olvidadas, como los elem

entos constructi-vos que señalaban, debido a la búsqueda de la abstracción geom

étricaque caracteriza la m

ayor parte de la produccion arquitectónica contem-

poránea. Sin em

bargo, el elemento que se glosa en estas líneas está

siendo barrido de nuestros proyectos por un agente externo implacable:

la normativa de seguridad frente al fuego.

La escalera, esa pieza clave de la composición interior del edificio,

está siendo objeto de un verdadero encarnizamiento norm

ativo. Lariqueza espacial, form

al y constructiva de la escalera está sufriendoun proceso de reglam

entación que está reduciendo sus variadas posi-bilidades a unos tipos elem

entales. El país que revolucionó las escale-

ras con la invención, en el Castillo de la C

alahorra (1509-10), de laescalera im

perial, ve reducidos los recursos de sus escaleras actua-

les y futuras en función de argumentos m

uy cuestionables. Por cierto,

que la escalera imperial es la que tiene «planta en E

cuyo tramo cen-

tral único se bifurca en dos laterales» (T), la prim

era escalera que dis-puso librem

ente sus tramos dentro de un único y am

plio ámbito espa-

cial. A este ám

bito se le llama caja de la escalera, y las series de

escalones son los tramo

s, ramales o tiro

s que se organizan entre laszonas de descanso que se llam

an descansillo

s, mesillas, m

esetas,p

untido

s (en la Rioja), o d

esemb

arcos, si en ellos se abren puertas

de acceso a otros locales (MT

).

Mam

perlánLa banalización de la escalera

2Im

perialC

ajaTram

oR

amal

Tiro

Descansillo

Mesilla

Meseta

Puntido

Desem

barco3

Ojo

Cabezada

Grado

Peldaño

Paso

TabicaC

ontrahuellaH

uellaP

isa4

Com

pensada6

Bocel

Mam

perlánA

strágalo

Atoque

8Z

ancaG

ualderaC

ontrazancaP

aredaña9

Limón

Retom

edo10

Occino

11B

arandaB

arandillaB

randalA

rambol

Pasam

anoZ

anquínC

ulo de mona

12C

aracolH

usilloA

lma

Nabo

Bolo

Espárrago

Sam

baA

la molinera

12

M

Page 89: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

86

Una buena escalera tendrá un am

plio ojo

, «el hueco o vacío que sedeja en el centro de algunas escaleras ya para darlas luz ya para pro-porcionarles desahogo» (M

T), y sus tram

os se dibujarán de manera que

nunca molesten, por escasez de altura, la circulación por debajo o enci-

ma de ellos; en caso contrario, se dice que la escalera tiene cab

ezada.

Cada escalón se diseñará cuidadosam

ente para que las proporcionesperm

itan un cómodo recorrido tanto de ascenso com

o de descenso.Q

uizás por ello al escalón, grad

o o p

eldaño

, se le llama tam

bién paso

ya que sus dimensiones se m

iden por el paso de una persona. Se acep-

ta que 64 cm debe ser la sum

a de dos veces la altura del escalón, latab

ica o contrahuella m

ás una vez su anchura, la huella o ‘pisa.

Para ganar altura en las curvas y dar form

as elegantes a su dibujo en elespacio, las m

ejores escaleras eran com

pensad

as, es decir, que laplanta de cada escalón era trapezoidal, pero a una distancia adecuadade la barandilla las proporciones de huella y tabica eran las óptim

as.

4

Escalera com

pensad

a en la casa de John

Soane. Lincoln’s Inn Fields, G

ran Bretaña.

3

M

Page 90: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

87

Hoy las escaleras com

pensadas o las de abanico, en las que la plantade las huellas tenía form

a de abanico, están prohibidas. Este proceso

se inició hace diez años cuando las medidas de protección contra el

fuego exigieron que todos los escalones de un tramo fuesen iguales en

todas las escaleras públicas, una disposión que barría, por lo tanto,toda posibilidad de escaleras com

pensadas.

Sin em

bargo, la impertinente realidad de algunas soluciones aberrantes

a las que se había llegado a principios de siglo no justifica la prohibiciónuniversal de cualquier tipo de com

pensación. La normativa de edificios

hospitalarios y docentes aún fue más específica: “no” a las escaleras

curvas. De resultas de todo ello, las m

ás brillantes escaleras de la histo-ria de la arquitectura acababan de convertirse en reliquias irrepetibles.

Hace pocos años la norm

ativa dio un paso más en C

ataluña. El D

ecreto100/84 endurece aún m

ás las condiciones para las escaleras de planta

56

Escalera sin contrahuellas en la escuela La

Llauna, Barcelona (C

. Pinós, E

. Miralles).

M

Page 91: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

88

curva, ya que las prohíbe en todo tipo de edificios. Pero el detalle m

ásgratuito parece ser la prohibición de lo que la norm

ativa denomina b

o-

cel, y que quizás sería más preciso llam

ar mam

perlán, ‘astrág

alo o

atoq

ue (en Aragón). E

l mam

perlán, que da título a este artículo, es el«listón de m

adera con el que se guarnece el borde de los peldaños enlas escaleras de fábrica», según la R

eal Academ

ia. La definición nohace m

ención explícita a su forma y, en el uso, el tém

ino mam

perlán seha extendido a otros m

ateriales y a su vuelo sobre la tabica o contrahuella.P

or su parte el astrágalo, según Paniagua y otros, designa el «borde

superior de un escalón generalmente a m

edio bocel». He preferido la

voz mam

perlán a la de astrágalo porque ésta encuentra su primera

acepción en la moldura bajo el capitel de la colum

na dórica.

La normativa estatal de prevención del fuego ya prohibía el bocel en las

escaleras de evacuación ascendentes. La norma catalana de supresión

de barreras arquitectónicas exige que en todas las escaleras la huellano sobresalga ni presente discontinuidades en su unión con la tabica.La sofisticada sección del peldaño del P

alacio Farnesio, en Rom

a, aca-ba de quedar fuera de la ley. E

s ya imposible, incluso, la ejecución de

cualquier escalera que busque la transparencia y la ligereza constru-yendo sólo las huellas y elim

inando las tabicas.

La exigencia de que todos los escalones de un tramo sean idénticos

nos ha prohibido un recurso constructivo de amplísim

a tradición: el li-m

ón, otra de las voces que se ha desplazado físicamente por la cons-

trucción, moviéndose desde su sentido original de zanca hasta el ac-

tual, que analizaremos a continuación. P

ero ya que la hemos citado,

empecem

os por zanca, el elemento resistente que sirve de apoyo a los

peldaños de una escalera, «madero que se pone en las escaleras para

sostener los escalones que con él van entramados o ensam

blados ydonde se clavan las barandillas o se colocan los pasam

anos» (M

T). M

a-ría M

oliner adjudica también esta acepción a la m

ás genérica guald

era(de guarda), y el Torroja la ha recogido asim

ismo. La gualdera sirve

también para el larguero lateral de carros, cam

as u otros. Cuando la

zanca se adosa a una pared se la llama *co

ntrazanca o ‘pared

aña.

78

Mam

perlán de la escalera en una vivienda unifamiliar

en la calle del Dr. A

rce, Madrid (A

. de la Sota).

Zanca en la escalera de la fábrica Igus, Colonia

(N. G

rimshaw

).

M

Page 92: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

89

La voz limó

n, que todavía es la zanca entre los franceses, se ha ido

desplazando hacia la parte inferior de la escalera y ha terminado alu-

diendo a la forma especial de los prim

eros peldaños que se abren haciael hueco de escalera. E

l diccionario del Torroja dice que el limón es «la

pieza que sirve de apoyo al arranque de una escalera, del lado del vano»,y añade: «suelen ser los lim

ones de madera o de piedra, de variados

contornos, lisos o bordeados de molduras y generalm

ente arrancan delos prim

eros escalones, los cuales están construidos con los mism

osm

ateriales y toman el nom

bre de gradas de limón». B

assegoda, en susequivalencias catalanas, la asocia com

o sinónima de *reto

med

o, que

no figura en el diccionario.

Ese arranque es un elem

ento difícil. La escalera, al llegar al suelo, for-m

a un ángulo agudo, define un espacio de altura cada vez más peque-

ño con un final prácticamente inaccesible, preocupación de todos los

bue

no

s arq

uite

ctos. E

n a

lgu

no

s caso

s el p

rob

lem

a se

solu

cion

am

acizando el intradós de todo el primer tram

o; en otros se forma un

macizo, una especie de podio de arranque, bajo los prim

eros escalo-nes. Traigo a colación este asunto porque M

atallana cita una voz paraese elem

ento: el *occino

, «en una escalera de madera es la curva que

sostiene a una escalera, por la parte de abajo, a manera de bóveda».

La protección lateral de la escalera la ofrece la barand

a, barand

illa ob

randal, en C

astilla también aram

bo

l. Esa protección se rem

ata con elp

asamano

, que nos acompaña dándonos seguridad al bajar e im

pulsopara subir. E

n la parte inferior puede aparecer una especie de zócaloque acom

paña el peldañeado y que recibe el nombre de *zanq

uín (T

).S

obre la barandilla, en el giro del limón, y a veces en todos los giros de

la escalera, se solía colocar una esfera que ayudaba al cambio de direc-

ción y que se llamaba, y se llam

a, el culo d

e mo

na: «los remates o

extremos que se ponen en los pilarotes de las escaleras»

(MT

).

La entrada en vigor de la normativa m

encionada supone la desapari-ción de m

uchos tipos de escalera, como la de caraco

l, que también se

conoce como *husillo

. Es curiosa la variedad de voces que señalan el

10

1112

Limón en la escalera de la casa dels O

us (J.M.

Jujol).

Culo

de m

ona en una resid

encia en East

Ham

pton, Nueva York (R

. Stern).

9

M

Page 93: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

90

soporte central de la escalera de caracol: alma, nab

o, ‘b

olo

o ‘espárra-

go. O

tros tipos más dom

ésticos de escalera se van olvidando, quizá porla reducción de recursos del oficio de proyectar, com

o la escalera depeldaños alternados, o de ‘sam

ba, y la elegante escalera a la m

olinera,

que se apoya en una única zanca central.

Lo inquietante de estas normas es la contundencia en su parcialidad.

Proyectar es elegir entre las ventajas e inconvenientes de cada solu-

ción, sopesar opciones para seleccionar la más adecuada en cada caso.

En nuestras escaleras, adem

ás de los aspectos que la normativa aduce

(el bocel puede, por ejemplo, producir traspiés en el ascenso), se debe-

rían poder valorar otros componentes, com

o la luz natural que las tabicascegarán, la m

onumentalidad de algunos accesos o la sugerencia de

ciertas relaciones espaciales. La taxativa prohibición deja fuera de lugarcualquier consideración proyectual, cualquier valoración excepcional,de m

odo que todas las escaleras que reproducen las figuras de esteartículo están prohibidas com

o vías de evacuación por la normativa

correspondiente.

Escalera a la m

olinera en los apartamentos

construidos en las golfas d

e la Ped

rera de

Barcelona, hoy ya dem

olidos (B. C

orsini).

13

M

Page 94: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

91

En este capítulo se reúnen algunas voces relacionadas con la organiza-

ción del espacio interior y el acabado de sus superficies. Las relacionaun argum

ento común: la creciente dificultad de esos elem

entos paraadecuarse al im

parable desarrollo de las instalaciones. Em

pecemos por

los tabiq

ues: tradicionalmente eran unos cerram

ientos secundarios, in-dependientes de los m

uros y de la estructura del edificio. Esa indepen-

dencia es fundamental, y exige una separación constructiva en su perí-

metro para que no asum

an, por su rigidez, unas cargas para las que noestán preparados. S

e distinguen dos escuelas históricas en la construc-ción de tabiques: la castellana, que respetaba esa norm

a y construye eltab

ique ‘co

lgad

o o el tab

ique d

e ‘aldavía (véase jabalcón), y la m

ásm

editerránea, que no sólo no buscaba esa independencia sino que mu-

chos casos parece que quería implicar al tabique en la estabilidad del

edificio y levantaba el pand

erete, «el construido con los ladrillos senta-dos de canto» (P

), y el tabicó

n, «tabique más grueso, de unos 9 cm

deespesor, form

ado por ladrillo hueco doble» (T). H

oy todos los tabiquesson independientes de la estructura y cada vez m

ás livianos. Las defi-ciencias acústicas se evidencian en el antiguo diseño del tabique so

r-d

o, «el que se construye con dos superficies de ladrillos verticales de-

jando un hueco en medio» (M

T).

En general, el tabique com

partimentaba un espacio m

ayor delimitado

por los muros; por eso se le llam

aba alguna vez atajadizo

, «tabique,paredilla, etc., con que se separa una parte de un local o espacio delresto» (M

M). La habitación así form

ada recibía el nombre de tam

bo

r:«departam

ento formado con tabiques dentro de otra habitación m

ayor»,

Nudillo

Los interiores y las instalaciones

1TabiqueTabique colgadoTabique dealdavíaP

andereteTabicónS

ordo2

Atajadizo

Tambor

Trujar3

Alacena

Anaquel

Balda

Vasar

4A

rrimadero

Guardasilla

5P

lacas deescayolaC

artón-yeso6

Roza

Regata

Ceja

7Z

oqueteN

udillo9

Vallas

Mam

para10

Canaleta

Cajetín

11C

ielo raso12

Falso techoS

taffTecho registrable

13S

oladoO

lambrilla

14E

ntarimado

Tarima

Rastrel

Ristrel

15P

arquéP

arquetP

arqué flotante16

Suelo técnico

TorretaC

olumna

12

N

Page 95: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

92

según María M

oliner. En A

ragón incluso tenía nombre esa operación de

compartim

entación: trujar, descrita por la RA

E como «dividir por m

ediode tabiques una o varias habitaciones, o distribuirlas de otra m

anera».

Ese tabique tradicional, construido con delgadas piezas cerám

icas, sepodía utilizar para conform

ar muebles, hornacionas, estanterías...que

reciben nombres tan eufónicos com

o alacena, que es el pequeño ar-m

ario con puertas formado por m

uros o tabiques. En su interior se or-

ganizan unos estantes de cerámica o de m

adera, cada uno de los cua-les se denom

ina anaquel o b

alda, m

ientras que el vasar es el «poyovolado que hay en las paredes de cocinas y despensas y sirve paracolocar vasijas y utensilios diversos» (T

).

El tabique se protege de la erosión de la vida cotidiana con arrim

aderos

de madera o de cerám

ica vidriada. Si esa protección se localiza a la altu-

ra del respaldo de las sillas, es conocida como guard

asilla: «m

oldura dem

adera que se coloca en la pared para evitar el roce de las sillas» (MM

).

Durante las últim

as décadas los trabajos de construcción del tabique,ladrillo a ladrillo, y el enyesado por am

bas caras parecen ser inadmisi-

bles debido a las exigencias de productividad de la construcción con-tem

poránea. Aparecieron las ‘p

lacas de escayo

la de medianas (aproxi-

madam

ente 60 x 40 cm) o grandes dim

ensiones (aproximadam

ente 90

34

Guardasilla en una consulta m

édica, Nueva York

(R. S

tern).

5

N

Page 96: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

93

x 280 cm) para construir unos tabiques prácticam

ente acabados. Sin

embargo, la solución que se ha acabado im

poniendo es de origen nor-team

ericano: el tabique formado por una estructurilla de chapa m

etálicaplegada forrada con unas placas de *cartó

n-yeso en las que dos hojas

de cartulina encierran una lámina de yeso de poco m

ás de un centíme-

tro. Esta solución se difundió rápidam

ente por su facilidad de construc-ción, bajo coste y fácil inserción de las instalaciones. V

eamos este pun-

to con mayor detalle.

En los tabiques tradicionales, las instalaciones, m

uy escasas, se empo-

traban practicando una roza, «surco o canal hecho en una pared, porejem

plo para las conducciones de agua o luz» (MM

). En algunas zonas se

llama ‘regata a estos surcos, pero no es correcto. S

í que es correcto, encam

bio, el uso de ‘ceja, según el Torroja, aunque no lo recoge la RA

E. Laapertura y cierre de esas rozas es una labor pesada y destructiva quedesaparece en los tabiques de cartón-yeso porque las instalaciones pa-san entre las dos lám

inas atravesando los montantes de chapa a través

de unas perforaciones dispuestas a ese efecto. El problem

a de esos tabi-ques es que el m

antenimiento o renovación de esas instalaciones es

tanto más com

plicado y costoso que en el tabique tradicional, por esoserá razonable llevarlas por otros cam

inos, como verem

os más adelante.

Otro problem

a del tabique es el soporte de cargas de estanterías, cua-dros, sanitarios, etc. E

n el tradicional tales cargas no suelen ser gravessi no se ha abusado de la esbeltez y de las rozas. E

n el lugar precisodonde se iba a recibir el clavo o cáncam

o de fijación se empotraba en la

obra un zoq

uete, «pedazo de madera corto y grueso»

(MM

). La voz más

precisa está en desuso: nudillo

, «diminutivo frecuente de nudo, em

-pleado especialm

ente en la acepción de bulto. Taco de madera em

po-trado en la pared para clavar o sujetar algo en él», según M

aría Moliner.

Colgar pesos es m

ucho más com

plicado en un tabique de cartón-yeso. S

e hace necesario disponer un perfil de chapa horizontalmente

entre dos montantes a la altura a la que se quiera fijar el peso en

cuestión (aunque para cargas bajas bastará un taco especial). Pues

bien, ese perfil también podría llam

arse nudillo, porque cumple la fun-

ción del nudillo tradicional y además porque tiene una disposición si-

678

Nudillo de chapa galvanizada en una tabiquería

de cartón yeso.

N

Page 97: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

94

milar a la de éste. E

n cualquier caso, la voz nos ha servido para enca-bezar el capítulo y reivindicar la atención hacia estos problem

as en laconstrucción contem

poránea.

En los grandes edificios de oficinas, donde la exigencia de m

ovilidad dela

com

pa

rtime

nta

ción

es m

uy e

stricta, se

está

n u

tilizan

do

un

as

tabiquerías desmontables que posiblem

ente con los años se extrapolena otros tipos de edificios. Inicialm

ente se les dio el horrible nombre de

‘vallas de oficina, que sugería unos empleados ordenados en peque-

ños corrales vallados. La voz más utilizada en la actualidad, m

amp

ara,no tiene com

o podría suponerse un origen náutico sino que ya paraM

atallana una mam

para era «toda división hecha en las habitaciones

por medio de un bastidor cubierto de tela o con otra cosa portátil con

diferentes objetos». Es decir, que el térm

ino mam

para es exacto y suuso está perfectam

ente justificado por la tradición para referirnos a lastabiquerías desm

ontables.

Pero volvam

os a las instalaciones. Los cables, cada vez más num

erosos,tienden a salirse de los tabiques para ser de m

ás fácil acceso. No podría-

mos ya im

aginar una oficina con el cableado eléctrico empotrado. La so-

lución más sencilla es la disposición de los cables adosados a la cara del

tabique, agrupados y carenados por algún tipo de perfil hueco. No sé por

qué diablos hemos dado en llam

ar a ese perfil ‘canaleta si los dicciona-rios recogían, y recogen, una voz con m

ucha más solera, el cajetín: «lis-

tón de madera que se cubre con una m

oldura y lleva dos ranuras en lasque se alojan por separado los conductos eléctricos» (R

AE

y T).

Si a los cables les sum

amos los tubos y conductos, el repertorio de

soluciones se reduce, y se suele recurrir al techo como distribuidor de

las instalaciones. Y en ese punto la prim

era voz que hallamos es cielo

raso: «techo en el que no están las vigas a la vista» (M

M), que aparece

ya en los vocabularios tradicionales con términos específicos según cuál

sea el material em

pleado (chillado, encañizado, enlatado). Benito B

ails,por su parte, distingue el cielo, «la superficie superior de una pieza quela sirve com

o de cubierta, del cielo raso, el que es cuadrado y liso, yenlucido, sin m

adero alguno aparente» (a diferencia del volteado).

91011

Mam

para en una casa gallega.

Cajetín o canaleta.

N

Page 98: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

95

Falso

techo es voz sinónim

a, según el Torroja, pero no se recoge en losdiccionarios generales y creo que sería m

ejor mantener la de cielo raso.

Hoy para construir uno de estos techos lisos y continuos, usam

os unaplancha de yeso que ha dado lugar a un nuevo nom

bre: la plancha*staff, «un galicism

o para significar cualquier pieza ejecutada con yesofino de m

oldear y estopa o arpillera, destinada esta última a form

ar unatram

a en el interior de la pasta y darle consistencia» (T). P

ero ese tipo detecho no nos resuelve el problem

a del acceso a las instalaciones parasu m

antenimiento y am

pliación. Por eso los techos de hoy están form

a-dos por placas independientes que se pueden desm

ontar con relativafacilidad a los que designam

os como ‘techo

s registrab

les. Aunque aquí

es posible que tenga más sentido utilizar la expresión falso techo.

La cantidad de cables que tienen que llegar hasta las mesas y la voluntad

de recobrar la textura de un techo tectónico -recuérdese el discurso dellacunario- están llevando las instalaciones hacia el suelo de los localesde oficina, donde poco a poco se van abriendo físicam

ente un hueco. El

solado

tradicional, voz que viene de solar y por lo tanto de suelo, intenta-ba reproducir en cada piso el confort acústico, la sensación de solidez y elgrosor del suelo original. N

o será necesario recordar las voces clásicasque definían cada capa de este suelo (contignación, ruderación yestatum

inación), ni tienen cabida las infinitas técnicas del solador, laespinapez, la alm

orrefa o la olambrilla. N

o resisto recordar que este últi-m

o nombre, olam

brilla, señala una solución todavía m

uy utilizada que esdescrita com

o «azulejo o pieza de mosaico de pequeño tam

año que seintercala com

binándose con otras piezas más grandes» (M

T).

Sin em

bargo sí que será útil detenerse un mom

ento para recordar lasvoces de los suelos de m

adera, porque su uso es cada vez más am

plioy variado. Tradicionalm

ente la madera se ha colocado com

o un entari-m

ado

, «pavimento [...] hecho con tablas ensam

bladas» (MM

), que a ve-ces se abrevia en tarim

a aunque este término se debería reservar para

las construcciones ligeramente elevadas. E

l entarimado hoy se utiliza

poco, porque su montaje sobre rastreles resulta m

uy laborioso. El rastrel

o ristrel es «cada uno de los listones gruesos de madera que se em

-plean para sujetar a ellos un revestim

iento de madera» (T

).

121314

Cielo raso de planchas m

olduradas.

Techo registrable del Aeropuerto de B

arcelona(R

. Bofill).

Olam

brilla en un p

avimento

de la B

ancaP

opolare de Verona (C. S

carpa). N

Page 99: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

96

El p

arqué, la voz que se debe utilizar según la R

AE en lugar del francés

*parq

uet, tan difundida entre nosotros, supone unas piezas de menor

tamaño y m

ayor dibujo. Su construcción era difícil pues todas las piezas

han de gozar de cierta movilidad, y eso supone un laborioso encaje de

ensambles y engargolados. H

oy el parqué se coloca pegado a un sola-do inferior de m

odo que se evita todo ese trabajo de carpintería y porello es la solución m

ás frecuente, aunque cada vez se utilizan más los

sistemas ‘flo

tantes, en los que unos elementos de ciertas dim

ensionesform

ados por tablas previamente encoladas entre sí y m

ontadas sobrevarios estratos de m

ateriales diferentes se colocan machihem

bradassim

plemente extendiéndose sobre el solado.

En los edificios m

ás modernos las instalaciones pasan por el suelo,

bajo unos pavimentos de nom

bre impreciso, com

o falso suelo, sueloelevado, suelo registrable y, el que en m

i opinión tiene más posibilida-

des de prosperar, ‘suelo técnico

. Para facilitar el acceso a las instala-

ciones que corren por el suelo se levantan unos elementos verticales,

soportes de bases de conexiones de todo tipo, que han dado en llamar-

se ‘torretas, o ‘co

lumnas si llegan hasta el techo.

El proceso de ocupación del espacio arquitectónico por parte de los

tendidos de instalaciones está transformando las soluciones constructi-

vas de interior y es evidente que el vocabulario está siguiendo con gra-ves dificultades esa evolución.

15

17

Torreta como soporte de instalaciones.

Suelo técnico para el paso de instalaciones.

N

16

Page 100: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

97

La obra cambia, y con ella los procesos constructivos. Las nuevas acti-

vidades o los innovadores elementos auxiliares exigen la introducción

de neologismos, pero m

uchas cuestiones generales siguen inmutables

y las viejas palabras pueden servirnos todavía para entender algunosproblem

as. De las innum

erables voces que nombran las operaciones

que se realizan en la obra tradicional hemos rescatado algunas que

tienen cierta continuidad en la situación actual: son las que hacen refe-rencia al m

ovimiento de m

ateriales, a los andamios y a la puesta en

obra del hormigón.

Uno de los aspectos m

ás importantes de la obra es el acopio de m

ateriales.A

lgo que exige orden y cuidado. Que supone toda una estrategia. La obra

clásica exigía grandes acopios en previsión de necesidades futuras o paraque los m

ateriales estuviesen a punto para ser utilizados, o simplem

enteesperando las fechas m

ás adecuadas para la construcción. Era habitual de-

jar pasar las heladas para ejecutar los procesos húmedos, se cubrían las

azoteas si no era primavera u otoño, se dejaban las piedras un par de años

para que adecuasen su humedad al am

biente, etc. Acopiar es «alm

acenar,reunir y guardar cierta cosa de que se tiene o puede tener necesidad»

(MM

).La reprochable costum

bre, hoy tan habitual, de «acopiar las cosas sin or-den»

(T) se calificaba con el verbo centonar. E

s una voz de concomitancias

curiosas, pues un centón es una «manta hecha de gran núm

ero de piececitasde paño o tela de diversos colores» (R

AE

); vamos, lo que los anglosajones nos

han enseñado a llamar patchw

ork. También es «la obra literaria [...] com

-puesta [...] de sentencias o expresiones ajenas» (R

AE

); es decir, amigo lector,

que estás leyendo un centón, quizás sin saberlo.

Opa

Algunas voces de la obra

2A

copiarC

entonar3

Rejal

Enrejar

4A

ndamio

Mechinal

Opa

5C

antimplora

7A

lmojaya

Paral

Cuello

8LiraD

espidienteD

esvío9

TractelC

una10

Guindola

11A

lmas

Zancos

Puentes

Durm

ienteM

arrano

12E

jiónQ

uitamiedos

13A

ndamio tubular

14E

ncofrado15

Costero

TapialesFrontera

16A

gujaC

ostal17

Separador

Pasam

urosT

irantillaLatiguilloR

anaC

ostillaC

epo18

Berenjeno

19V

erduguilloTaujel

20P

untal21

Sopanda

12

O

Page 101: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

98

6

Unos acopios ordenados podían incluso suplir a la valla de obra. E

lrejal, «conjunto de ladrillos puestos de canto y cruzados unos sobreotros» (T

), es la mejor y una de las m

ás bellas maneras de acopiar ladri-

llo. Todavía se ven rejales en algunas fincas barcelonesas. Matallana

dice que enrejar «es poner los ladrillos unos sobre otros en filas decanto y bien ordenados y a disposición de poder hacer uso de ellos».

En el proceso de obra, una de las m

ayores dificultades la plantea eltrabajo a ciertas alturas. E

l recurso más sencillo consiste en apoyar las

plataformas de trabajo y de elevación de m

ateriales, los andam

ios, en

los mism

os muros que se están construyendo. P

ara ello se dejaban enellos unos agujeros, los m

echin

ales, un término que procede del

mozárabe m

echinar y éste a su vez del latino máchina, que significaba

máquina, andam

io. El m

echinal es el «agujero cuadrado que se deja enlas paredes cuando se fabrica un edificio para m

eter en él un palo hori-zontal del andam

io» (RA

E). M

ás genérica es la voz ‘op

a, que deriva di-rectam

ente de la expresión griega para agujero, y que quizás es la quedeberíam

os utilizar para señalar cualquier tipo de pequeña perforaciónen un m

uro.

En la práctica solem

os usar mechinal para señalar el agujero que se

deja en un muro de contención para evacuar las aguas que puedan

quedar retenidas tras él. En realidad ese agujero se debería llam

ar ‘can-tim

plora (palabra catalana, antes cantiplora, contracción de canta i plora;

posiblemente por el sonido que produce). Q

uizás el origen de la voztenga una interpretación un poco m

ás prosaica de lo que sugiere María

Moliner. Las vasijas cerám

icas lloran porque rezuman un agua que, al

evaporarse, roba calorías a la vasija y refresca el resto del líquido. Es la

teoría del botijo y la de las cantimploras de nuestras excursiones juveni-

les, aunque estas últimas exigían que se rem

ojase frecuentemente la

franela que envolvía al receptáculo metálico para conseguir el m

ismo

efecto refrigerante.

Aceptado el origen catalán de la voz cualquier vasija cerám

ica que exudaagua es un cántir que plora, vam

os, una cantimplora. P

ara realizar una opaen un m

uro, deberá formarse una reserva hueca en la m

ampostería que no

es fácil de construir sin algún tipode encofrado perdido y permeable, com

o

345

Opa en un opus tesselatum

pompeyano.

Cantim

plora en las Atarazanas de B

arcelona.

O

Page 102: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

99

una de esas cantimploras cerám

icas. Una vasija con una boca hacia el

exterior evacuará fácilmente el agua drenada. E

n una torre de las Atarazanas

barcelonesas encontré hace años los restos de una disposición que seilustra en la figura y que m

e ha sugerido la interpretación anterior.

En los m

echinales se introducían unos maderos para form

ar sobre elloslos andam

ios. Cada uno de esos m

aderos se llama alm

ojaya o p

aral,«m

adero que sale de un mechinal [...] y sostiene el extrem

o de un ta-blón de andam

io» (RA

E), aunque la voz m

ás utilizada hoy en día es ‘cue-llo

, que es el madero que se coloca en voladizo en una terraza o un piso

con grandes contrapesos encima para poder colgar de su punta, tam

-bién en voladizo, el andam

io o cualquier otra carga, una acepción que,sin em

bargo, no aparece en ningún diccionario de los consultados.

El andam

io de ‘liras está colgado por sus dos extremos de unos cercos

de acero doblados de esa forma. P

ara mantenerlo separado del m

uroson necesarios unos tablones que se llam

an desp

idientes o d

esvíos:

«cada uno de los listones de madera que se sujetan horizontalm

ente enlos tablones de los andam

ios suspendidos y se apoyan en la fábricapara evitar el m

ovimiento de vaivén» (R

AE

).

Hoy se siguen utilizando los andam

ios suspendidos: consisten en unarm

azón metálico -generalm

ente unas plataformas que form

an el puente-que cuelga de unos cables en los que se interpone un m

ecanismo que

hemos dado en llam

ar el *tractel, aunque muy pocos diccionarios lo

reconocen. Sólo el pragm

ático Serra H

amilton nos explica que el tractel

es un «aparato destinado al trabajo de tracción o tensión empleado en

la construcción para elevar, atirantar, sostener, etc.». P

ara nombrar este

andamio suspendido podríam

os utilizar la voz cuna, que, según el Torroja,es el «andam

io móvil, tam

bién llamado jaula o puente volante». E

n rea-lidad esta acepción es derivada de la original reconocida por la A

cade-m

ia: «puente rústico formado por dos m

aromas paralelas y listones de

madera atravesados sobre ella».

Una de las pocas palabras que se han conservado corresponde a uno

de los aparatos más específicos: se trata de la g

uindo

la. Es una voz

que viene de guindar que, según el diccionario, es «subir una cosa que

789

Guindola.

10

O

Page 103: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

100

ha de colocarse en lo alto», como la guinda del pastel, y tam

bién «des-colgarse de alguna parte por m

edio de cuerda, soga u otro artificio». De

ahí la guindola marinera, «un andam

io que rodea un palo», que todavíase utiliza en náutica para nom

brar el asiento de tela con correajes deseguridad sobre el que se sienta un m

arinero para ascender a cualquierpunto del palo. E

l Torroja ofrece su propia definición de la guindola con-tem

poránea en la edificación: «un pequeño andamio volante suspendi-

do por sus extremos, cuya altura puede regularse desde el propio anda-

mio», una definición im

precisa para lo que en la actualidad se entiendepor guindola, una cesta m

etálica, con capacidad para un par de perso-nas, colgada con cables de unos pescantes m

ontados sobre un carritoque corre por unas guías situadas en el borde de la cubierta y cuyosm

ovimientos están m

otorizados y son manipulables desde la m

isma.

Todos los grandes edificios contemporáneos con espectaculares facha-

das vidriadas disponen de una guindola con su correspondiente barqui-lla para la lim

pieza y mantenim

iento de esa fachada.

El andam

io, cuando nace desde el suelo, acostumbra a tener unos

maderos verticales, las alm

as o zancos, y otros, horizontales y cortos,

entre ellos, formando un pórtico. P

or último, otros, tam

bién horizontales,unen esos pórticos y form

an las plataformas de trabajo. E

stos últimos

son los puentes. P

ara el apoyo de los zancos sobre el suelo es lógicodisponer de un tablón que reparta la carga para im

pedir que el asientodiferencial de uno de ellos provoque deform

aciones, o incluso el colap-so de todo el conjunto. E

se madero en el suelo se llam

a durm

iente, om

ás específicamente, m

arrano.

Las uniones entre unos y otros maderos se hacían con sogas. H

abíaverdaderos especialistas en esos m

ontajes, pero después se usaronunas pequeñas piezas de m

adera: el ejión, un «tarugo, generalm

enteen form

a de cuña, que se sujeta a un madero vertical para que sirva de

apoyo a otro horizontal; por ejemplo, en una arm

adura de tejado o en unandam

io» (MM

). Los andamios y los perím

etros peligrosos de la obratienen un q

uitamied

os, voz recientem

ente aceptada por María M

olinercom

o «la cuerda o listón que se coloca en los andamios y sitios sem

e-jantes para dar algo de seguridad a los que trabajan o están en ellos».

1112

Jab

alc

on

es,

pa

rale

s y

pu

en

tes

en

u

nan

dam

iaje tradicio

nal.

O

Page 104: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

101

Casi todo ese vocabulario se ha perdido; sin em

bargo hubiera sido muy

fácil conservarlo pues los elementos m

etálicos con los que hoy cons-truim

os los ‘andam

ios tub

ulares son muy parecidos a los tradiciona-

les. Las armaduras que se superponen introduciendo sus perfiles de

tubo en las cabezas de los inferiores podrían ser los zancos y las plata-form

as que los unen deberían llamarse puentes.

Por últim

o veremos cóm

o se ha traspasado el vocabulario de la puestaen obra, desde el tapial al horm

igón. En este recorrido por las voces

tradicionales de la obra puede ser útil acercarse a un proceso que noha cam

biado demasiado a lo largo del tiem

po: el moldeo de un m

aterialform

áceo. La necesidad de formar un enco

frado

, es decir, un molde en

el que verter y comprim

ir o vibrar la masa pastosa plantea una dificul-

tad prácticamente inalterada en los últim

os veinte siglos.

El encofrado se form

a con unos tableros, hoy constituidos por variastablas unidas por un perfil m

etálico en sus testas: son los costero

s otap

iales. Al llegar al canto, el borde, el lím

ite que siempre ofrece dificul-

tades de giro y de soporte, se usaba una tabla especial de nombre

adecuado: frontera «

tablero reforzado con barrotes con que se sostie-nen los tapiales que sirven para form

ar el molde de una tapia en los

finales y en las esquinas» (MM

).

13

14

En

co

frad

o m

on

um

en

tal e

n lo

s silos d

ela

co

mp

ía d

e m

ina

s de

Le

ns, F

ran

cia

(F. He

nn

eb

iqu

e).

15

O

Page 105: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

102

18

La mayor dificultad la plantea el m

antener estables esas caras de enco-frado y separadas por una distancia exacta, invariable ante las fuertescargas que ha de recibir. Y

todo ello concebido de manera que sea fácil-

mente desm

ontable cuando haya que trasladar el encofrado un poco más

arriba. El m

ecanismo tradicional está form

ado por unas agujas, palosque atraviesan el grueso del m

uro y cuyos extremos sobresalen dejando

vistos unos agujeros, como una gran aguja de coser, por los que se intro-

ducen los costales, que son «cada uno de los barrotes verticales que,atravesados por las agujas, sirven para m

antener en su posición los ta-blones del tapial» (M

M). A

sí, para desmontar un tapial, bastaba con quitar

los costales, montar el tapial en el nivel superior y pasar de nuevo el

costal aprovechando la aguja superior del nivel inferior.

Hoy los sistem

as son muy sim

ilares. Los tableros de encofrado se man-

tienen a la distancia exacta con dos elementos que sustituyen la vieja

aguja con cabeza perforada. Uno es el ‘sep

arado

r o ‘pasam

uros, un

tubo generalmente de plástico rem

atado por dos cabezas troncocónicaspara avellanar la huella. E

l otro es un redondo metálico, la *tirantilla o

‘latiguillo

, que pasa por su interior. El prim

ero trabajará a compresión,

el segundo, a tracción. Los tableros se afirman entre pasam

uros ytirantillas con unos aparatos de fácil desm

ontaje a los que se ha dadoen llam

ar ‘ranas: «dispositivo articulado que se em

plea para sujetar uncable o varilla al som

eterlo a tracción» (T). Los costeros se transform

anen unos poderosos perfiles, generalm

ente de acero, denominados ‘co

s-tillas. C

uando dos costillas se unen por su parte superior, más alla del

encofrado para evitar la deformación de los costeros el conjunto, reci-

ben el nombre de cep

o.

Todavía podríamos citar una voz curiosa, de etim

ología difícil, puestoque se ha conservado viva, el *b

erenjeno: «listón de m

adera de sec-ción en triángulo rectángulo, que se coloca en las esquinas de los gran-des encofrados para achaflanar los ángulos de vigas y pilares» (T

). En

realidad se usa para eso y, en los muros, para evitar pérdidas de lechada

en las juntas de hormigonado o, sim

plemente, para form

ar un dibujosobre la faz del m

uro que disimule diferencias de vertido. S

upongo queel berenjeno es el resultado del corte “berenjenado” o corte esviado.

1617

Berenjeno convencional de sección triangular.

O

Page 106: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

103

Las berenjenas, como los em

butidos, se cortan frecuentemente de m

a-nera esviada, es decir, que el corte no es perpendicular al eje del bulto.A

sí se consiguen secciones o rodajas de mayor superfície. E

l corte “a laberenjena” es el que se hace «serrando un m

adero o tabla por la diago-nal de su escuadría» (M

T). U

n listón de sección cuadrada cortado así dalugar a dos listones de sección triangular, dos berenjenos.

Alguna vez se utiliza el térm

ino verdug

uillo en lugar de berenjeno, y así

lo atestigua, por ejemplo, S

erra Ham

ilton. Verdugo es una voz curiosa

que aparece frecuentemente en la construcción asociada a dos ele-

mentos m

uy alejados: el listoncillo de madera y la hilada form

ada conun m

aterial diferente que subraya una línea horizontal en un muro. E

sde suponer que am

bos tienen un origen común. E

l verdugo, en la penade azotes, utilizaba una vara verde y flexible con la que golpeaba laespalda del penado dibujando en ella unos im

presionantes trazos, losverdugones. E

l dramatism

o de unas imágenes, tem

idas y sádicas, de-bió em

pujar el vocabulario con tal fuerza que los pacíficos listoncillosdel vidriero o el encofrador se llam

aron verduguillos, y las hiladas deladrillo rojo insertas en la m

ampostería pasaron a ser verdugadas. D

eorigen próxim

o es el sinónimo latiguillo. P

ero existen también el junqui-

llo, más citado en carpintería de ventanas, y el taujel, de m

ayor seccióny utilizado sobre todo en las cubiertas de chapa para conform

ar la juntade listón o junta belga.

19

Apeos o puntales.

O

Page 107: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

104

Los encofrados de techos también tienen una term

inología insuficientey dubitativa. N

os llegan de la tradición dos voces clave: el puntal y lasopanda. E

l puntal, genéricam

ente «el pie derecho que sostiene a otroselem

entos trabajando él a compresión» (T

). María M

oliner lo asocia pre-ferentem

ente con el derribo, pues dice que es «el madero hincado, ge-

neralmente en postura oblicua, con que se sostiene provisionalm

entealgo». H

oy el puntal es un tubo metálico con m

ecanismo telescópico

que se usa principalmente para soportar los encofrados horizontales.

Sobre el puntal se colocan unos perfiles horizontales que se llam

anso

pand

as, cosa muy razonable debido a la sim

ilitud con el refuerzo devigas que describim

os en el capítulo Jabalcón. Estas sopandas form

anun conjunto de líneas portantes paralelas entre las que se colocan lostableros de encofrado o los casetones del reticular. U

n mecanism

o es-p

ecia

l pe

rmite

de

smo

nta

r esto

s en

cofra

do

s con

serva

nd

o e

lapuntalam

iento que prestan las sopandas. El conjunto está todavía tan

mal diseñado que, aunque los casetones recuperables son cuadrados,

la aparición de la sopanda desmodula el ritm

o de los casetones, dem

odo que resulta costoso y difícil insertar el conjunto dentro de unatram

a modular bidim

ensional.

La huella de un berenjeno tradicional en el jardínd

e la fundación C

orini Stam

pallia, Venecia

(C.S

carpa).

2021

O

Page 108: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

105

La ventana histórica, abierta en un muro, m

acizo y estructural, suele serm

ás alta que ancha. Así lo exige explícitam

ente Alberti y así lo im

poneel descenso de cargas en los edificios con m

uros de carga. Su anchura

está limitada por la capacidad portante del elem

ento que cubre el hue-co, una lim

itación contra la que la arquitectura ha luchado durante si-glos. E

l hueco abierto en el muro se asocia la idea de vaciado y por eso

se llama vano

, «parte del muro o fábrica en que no hay sustentáculo

para el techo o bóveda» (RA

E). P

ero también es el espacio por donde

llega la claridad exterior, y por eso también tiene el nom

bre de claro,

«cada uno de los huecos por donde entra la claridad en el edificio»,según el diccionario, e incluso de lum

bre, «espacio que una puerta,

ventana, claraboya, tronera [...] deja franco a la luz» (T

), y también luz,

voz que luego pasará a la estructura en general, y por eso hablaremos

de la luz de un pórtico o de un puente.

La parte superior del hueco ha recibido a lo largo de la historia nombres

de orígenes diversos, pero la voz más utilizada y de m

ás amplio signifi-

cado es dintel. T

érmino de laberíntica etim

ología pero que encabezauna fam

ilia de expresiones cuya raíz común se encuentra en la idea de

límite. P

ara María M

oliner dintel procede del lintel, francés antiguo quea su vez tenía origen en lim

italis. Éste, a su vez, es una form

a de liminaris,

de limen-inis, um

bral latino que venía de limes-itis, lím

ite. Esa com

plica-da evolución ha introducido un confuso am

asijo de voces para señalarla parte superior de un hueco: si dintel viene de lím

ite pasando porlintel, en el cam

ino se ha ido dejando un reguero de voces que el diccio-nario reconoce, com

o lindel y lintel. A

ún más curioso es el caso del

Parteluz

La tectónica de los dinteles

1V

anoC

laroLum

breLuz

2D

intelLindelLintelE

ntera3

Um

bral4

Petral

Platabanda

Cargadero

Cargo

Sardinel

5A

rquitrabe6

Arco de descarga

Tím

pano7

Dovela

8M

edio puntoR

ebajado

12

Carpanel

Apainelado

Escarzano

9A

rco planoA

rco adinteladoS

almer

Alm

ohadón10

Parteluz

Montante

Bífora

Gem

inadoB

igeminado

Serliana

11A

jimez

Alaroz

12M

ainelC

olgadizo13

Muros cortina

14 A

paisada

P

Page 109: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

106

sinónimo entera, que todavía se conserva en León, y que según el dic-

cionario viene de lentera y ésta del latín liminaris, que está en el lím

ite(¿

no será simplem

ente que el dintel se forma con la piedra “entera” m

ásgrande de que se disponga?). D

e todo este galimatías etim

ológico, lom

ás interesante es el papel del hueco como lím

ite del espacio al que daacceso. La fecha de construcción, las arm

as nobiliarias y el lujo orna-m

ental convergen en ese dintel del hueco principal, en ese límite que

impresiona traspasar. H

asta en el infierno de Dante era el dintel el que

transmitía el terrible m

ensaje: “Dejad toda esperanza...”

A la confusión etim

ológica se suma la m

ovilidad de las voces en loselem

entos arquitectónicos, movilidad que ya hem

os constatado en otroslugares y que aquí ha perm

itido al umb

ral subirse hasta el dintel, sihacem

os caso de la acepción de la Real A

cademia: «m

adero que seatraviesa en la parte superior de un vano para sostener el m

uro que hayencim

a». ¿S

erá la facultad que tiene el dintel de crear sombra, de um

brar,lo que ha atraído a la voz um

bral hasta ahí arriba? Para evitar confusio-

nes reservaremos esa voz para la parte inferior de la puerta.

Si la noción de lím

ite es la más significativa en la generación de térm

i-nos de am

plio significado, comprobarem

os que el conjunto inmediato

en importancia es el que se preocupa por el m

aterial que va a permitir

salvar ese vano y soportar esas cargas: así, se llamará ‘p

etral o *plata-

band

a si es de piedra. Esta últim

a voz se ha hecho popular hoy parareferirse a las piezas de acero planas pero de cierto grosor. A

lgunasvoces aluden directam

ente a esa exigencia de capacidad portante quela caracteriza, y en ese sentido la m

ás frecuente es cargad

ero, pero

también se le llam

a cargo

en Salam

anca (M

M). E

l sardinel nos vuelve a

plantear un problema de am

bigüedad: puede ser un dintel si se volteasobre un hueco, pero el diccionario sólo reconoce para el sardinel unalocalización específica, la del um

bral. Es curiosa esta voz, cuya razón

sólo es la similitud de la sucesión de tizones con la im

agen de las sardi-nas prensadas en su barrica

(RA

E).

El dintel tam

bién se puede utilizar para cubrir un vano estructural queno sea una puerta o ventana: es el caso de la arquitectura adinteladaclásica, donde se le llam

ó arquitrab

e, «parte inferior del entablamento

345

Entera.

P

Page 110: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

107

que descansa sobre las columnas o el m

uro» (MM

). En la actualidad

seguimos llam

ando dinteles a los cargaderos de cualquier material m

o-derno, com

o el hormigón o el acero.

Todos estos matices dejan bien claro que estam

os frente a un elemento

en cuyo diseño se han puesto grandes esfuerzos por razones de eco-nom

ía o para optimizar su capacidad de salvar luces. U

na solución inte-ligente, y tem

pranamente adoptada, consiste en desviar las cargas que

llegan al cargadero disponiendo sobre éste un arco d

e descarg

a. El

arco se apoya sobre las jambas, de m

anera que si el conjunto se cons-truye en el orden cronológico adecuado, el dintel sólo recibe la cargadel m

aterial que rellena el espacio entre arco y dintel, el tímp

ano.

Si el vano que se ha de cubrir es todavía m

ás ancho, se puede renun-ciar al dintel y form

ar un hueco con la parte superior volteada en arco.La form

a volteada combinada con el despiece radial de las d

ovelas, o

piezas que forman el arco, asegura que la línea de com

presión pasapor el núcleo central de inercia, es decir, que las juntas trabajan siem

-pre a com

presión. Quizás el hueco m

ejor diseñado para no producirgrandes tensiones localizadas en un m

uro sea el rosetón, ventana cir-cular de gran tam

año que se suele localizar en la fachada principal delas catedrales góticas.

Los arcos que se pueden disponer sobre un hueco tienen formas

variadísimas que recibieron nom

bres particulares cuando constituíanuno de los elem

entos más im

portantes de la construcción. Quizás hoy

nos bastará con recordar los arcos de med

io p

unto, o sem

icirculares;los reb

ajado

s, en los que el arco es menor de 180º; y los carp

aneles oap

ainelado

s, formados por tres o m

ás arcos de diferente radio. El

escarzano es un arco rebajado que cum

ple la condición de tener sucentro en el vértice de un triángulo equilátero cuya base es la línea queune los arranques.

En todos ellos la form

a de la carpintería se deberá adecuar a esa curva-tura. Q

uizás sólo para evitarlo existe el habilísimo arco

plano

o arcoad

intelado

, en el que las dovelas tienen su correspondiente junta radialpero sus cortes superior e inferior son horizontales y continuos. La pie-

6789

Arco plano en la casa de las Flores de M

adrid(S

. Zuazo).

P

Page 111: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

108

za de arranque del arco suele tener un tratamiento geom

étrico especialy se llam

a salmer. S

u papel portante lo atestigua su etimología, que

arranca del mulo de carga en latín. La pieza en la que se apoya el

salmer, o un dintel, es el ‘alm

ohad

ón

(T) aunque la A

cademia lo confun-

de con el salmer.

Existe otra solución que ha perm

itido a muchas arquitecturas am

pliar elvano sin recurrir al arco: es el p

arteluz, el elemento portante vertical y

esbelto que da apoyo al dintel en el centro del vano partiendo literal-m

ente su luz en dos. Esta voz ha quedado asociada entre nosotros al

parteluz de las portadas góticas, que sostiene el pesado dintel cargadopor el grupo escultórico del tím

pano. Este parteluz o m

ontante pétreo

ha dado lugar a soluciones muy diversas que van yuxtaponiendo hue-

cos. En la construcción gótica era m

uy utilizada esta solución, y se lla-m

aba ventana bífo

ra al vano gem

inado

o ventana dividida. Incluso apa-rece en los diccionarios la ventana b

igem

inada, «de vano dividido en

cuatro partes por un elemento divisorio central m

ayor y dos lateralesm

ás pequeños» (P). E

n algunos casos se combinan form

as arqueadas yadinteladas sobre los vanos soportados por el parteluz, com

o sucedeen la ventana serliana, de tanto éxito en la historia de la arquitectura.D

el arquitecto y tratadista Sebastiano S

erlio (1475-1554), «dícese delvano en general, y de la ventana en particular, tripartito en sentido ver-tical, cerrado en arco de m

edio punto el central, que apoya sus arran-ques sobre arquitrabes soportados por colum

nas, arquitrabes que a suvez cierran los dos vanos laterales» (M

M).

El ajim

ez, que a veces aparece como sinónim

o de parteluz, es una vozdesplazada a partir del siglo X

IX, pues su significado original era el de

ventana protegida por una caja de celosías, de manera que podía obser-

varse ampliam

ente el exterior. La etimología que cita P

aniagua pasa poral-sim

asa, ventana de yeso. Hoy el ajim

ez es lo mism

o que el parteluz yse ha olvidado com

pletamente su significado original. Tam

bién se usaalaroz: «larguero fijo que divide el hueco de una puerta o ventana. A

rma-

zón de madera con que se reduce el hueco de una puerta para poner una

mam

para» (MM

). Sin em

bargo, como se puede com

probar en esta defini-ción de M

aría Moliner, se trata de una voz que se debería reservar a las

divisiones de madera, sin carácter estructural, utilizadas para reducir el

1011

Alm

ohadón o salmer de la entrada del alm

acénM

orris en Maiden Lane, E

E.U

U. (F. Ll. W

right).

P

Page 112: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

109

tamaño de las carpinterías. É

se es un elemento para el que tam

bién te-nem

os la voz mangueta, aunque ésta se debe usar cuando en ese m

on-tante o alaroz se fijan las bisagras de puertas y ventanas (véase telar).

El parteluz ha m

erecido encabezar un capítulo porque tiene un brillanteporvenir en la arquitectura contem

poránea. Quizá no sea la voz m

ásadecuada debido a esas connotaciones que la acercan a la portadagótica, pero aún nos queda su sinónim

o mainel que, ya sin los com

po-nentes m

onumentales del parteluz, puede servir para un uso contem

-poráneo. ¿

Por qué esta reivindicación del m

ainel o parteluz? Porque es

la respuesta más razonable que la construcción puede dar a una exi-

gencia de la arquitectura moderna: la fenêtre en longeur de Le C

orbusier.E

l entusiasmo por la libertad recién conquistada en la com

posición dela fachada, gracias al traspaso del descenso de cargas a la estructuraporticada, propició una solución de ventana rasgada horizontalm

enteque obviaba las servidum

bres mecánicas de la propia fachada. P

erosiem

pre hay que soportar el pequeño y alargado lienzo de pared quequeda entre la ventana y el forjado superior. E

sa especie de colg

adizo

ha sido resuelto pésimam

ente en estos últimos años, porque ese lienzo

rígido de albañilería soporta mal las flexiones del techo del que cuelga.

El parteluz tom

a su carga, la lleva hasta el antepecho y reconstruye lacontinuidad tectónica del m

uro.

Mainel es sin duda la voz m

ás adecuada para describir los perfiles metá-

licos verticales que se adosan al borde de los forjados para construirsobre ellos los ‘m

uros cortina. Esos perfiles ya no soportan las cargas de

los pesados colgadizos de albañilería pero sí que parten la luz de losgrandes lienzos de las fachadas para que se inserten entre ellos, y sopor-tados por ellos, todos los elem

entos de cerramiento, vidrios, paneles,

tableros o chapas. Este sistem

a constructivo constituye lo que hemos

dado en llamar un m

uro cortina, si el conjunto pasa por delante de losforjados, aunque actualm

ente se está reduciendo el uso de esta nomina-

ción específica en beneficio de la más genérica de fachada ligera.

Los maineles servirán, pues, para construir fachadas ligeras, m

uros cor-tina y ventanas ap

aisadas. P

or cierto que siempre m

e había hecho son-reír la obsesión paisajista del form

ato landscaped inglés, hasta que me

1213

14

Parteluces o m

aineles en el carmen R

odríguezA

costa de Granada.

Co

lgad

izo

de

las vivien

das

de

laW

eissenhofsiedlung, Alem

ania (Le Corbusier).

P

Page 113: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

110

di cuenta de que la formación de nuestro apaisado es absolutam

enteparalela; sólo nos faltaría decir “apaisajado”. Y

ese calificativo vale, como

para los ingleses, aunque hablemos de la posición de una hoja de pa-

pel. La Academ

ia dice «forma rectangular en la que la base es m

ayorque la altura a sem

ejanza de los cuadros donde suelen pintarse paí-ses». Q

ué difícil, ¿no?, pintar un país.

Los elementos m

etálicos verticales que recorren las fachadas ligerastam

bién deberían llamarse m

aineles. Desde los perfiles o los m

uroscortina de M

ies van der Rohe a los m

odernos soportes de fachadas devidrio de la high-tech, todos esos m

al llamados m

ontantes tendrían queser m

aineles.

15

Maineles de los edificios satélites del A

eropuertode H

eathrow, Londres (N

. Grim

saw).

Main

eles en

lo

s m

uro

s co

rtina

de

los

apartamentos de Lake S

hore Drive, C

hicago(M

. van der Rohe).

P

Page 114: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

111

Bajo este epígrafe vam

os a recorrer los términos que describen algu-

nos elementos de la carpintería de arm

ar tradicional, para valorar suproxim

idad con los elementos de la actual construcción de grandes vi-

gas en celosía. El elem

ento más interesante y com

pleto de la carpinte-ría de arm

ar es el cuchillo, como dem

uestra el más de un centenar de

voces que describen todos sus elementos y los de los techos que sobre

ellos se forman. S

in embargo, tendrem

os que dejar de lado casi todasellas ya que conform

an un sistema cerrado y m

uy lejano de las formas

de construcción actuales, aunque lo hacemos con la tranquilidad de

que el lector encontrará en La carpintería de armar, de E

nrique Nuere,

un magnífico vocabulario, m

uchísimo m

ás completo que el que podría-

mos intentar aquí. E

n este breve capítulo sólo veremos aquellas voces

de significado tan abierto o tan próximo a la situación actual que pue-

dan servir de guía para el enriquecimiento de nuestro léxico cotidiano.

Una arm

adura es un conjunto de barras organizadas de m

anera tal queconform

an un elemento de gran capacidad estructural. La A

cademia ha

admitido recientem

ente una acepción en este sentido: «armazón hecha

con maderos ensam

blados y tablas con que se cubre una parte de edi-ficio en condiciones de recibir sobre sí el tejado». E

n el siglo del aceroes una definición un tanto anticuada, pero m

ás vale eso que nada. En

particular, una armadura de cuchillo

es la que tiene un alzado triangu-lar de m

anera que, además de conseguir un m

omento flector m

áximo

en el centro, permite form

ar dos faldones de cubierta, dos planos incli-nados que, ayudados por la gravedad, im

pulsan el agua fuera del perí-m

etro del edificio.

Quijera

Del cuchillo a la celosía

2A

rmadura

Cuchillo

3C

erchaC

imbra

5P

aresA

lfardas6

Molinera

Cum

breraP

ar y picaderoP

ar e hileraH

ilera7

Par y nudillo

8C

orreasE

jiónC

abiosE

nrayado10

Cartabón

Albanecar

11P

ilarejoM

anguetaP

olonceau

12C

elosíaC

ordonesD

iagonalP

unto13

Riostra

Cruz de tensores

14P

echo15

Garganta

Quijera

Cornezuelos

Espaldones

Caja y espiga

Barbilla

Em

barbilladoD

eja16

Alm

aA

laD

esmem

brar17

Cartela

Coda

Sopar

12

Del vocabulario de La carpintería de arm

ar deE

. Nuere.

Q

Page 115: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

112

6

El vocablo cuchillo debe ser decididam

ente defendido frente a la actualinvasión de la cercha. H

asta hace muy pocos años una cercha no era

una armadura de cubierta, y tam

poco hay razón alguna para utilizarlapara nom

brar una armadura de perfiles rectos. La palabra cercha deriva

del francés antiguo cerche y significa listón, palo o tabla curvada. En

castellano se ha asociado siempre a las costillas de las cim

bras curvas

sobre las que se construían los arcos y bóvedas (M

M). S

e ha usado tam-

bién para nombrar las costillas curvas form

adas por una sucesiónpoligonal de piezas de m

adera con que se sostienen algunos cañizosde cielos rasos. E

l diccionario de la RA

E es definitivo: no sólo son curvaslas siete acepciones que nos ofrece sino que adem

ás nos explica quecercha viene de cercho, del latín circulus. D

ejemos, pues, la cercha

pa

ra lo

s grue

sos y to

scos e

lem

en

tos a

uxilia

res d

e form

a cu

rva y

retomem

os cuchillo para los elementos definitivos de form

a triangular ygran esbeltez.

Esta form

a triangular tenía dos aspectos funcionales muy positivos: su

doble idoneidad para la flexión y para la conducción de las aguas, aspec-tos que, sin em

bargo, no fueron evidentes a lo largo de su historia. El

templo griego, por ejem

plo, tenía una estructura portante formada por

pares de madera dispuestos sobre cualquier recurso portante, m

uros odinteles de piedra y vigas de m

adera. Esos pares no form

aban una arma-

dura, un sistema estructural organizado, sino que sim

plemente consti-

tuían los planos inclinados de la cubierta, sobre apoyos de diversa alturay con el auxilio de algunos pies derechos, tam

bién de madera.

La cubierta más elem

ental se forma únicam

ente con los pares, unas

maderas inclinadas apoyadas en dos elem

entos situados a diferentealtura, a las que tam

bién se les llama alfard

as, del árabe al farda, unade las dos partes de un todo, de un lado; quizás porque casi siem

pre seha aprovechado el elem

ento de soporte más alto para apoyar en él dos

familias de pares, una hacia cada lado.

Esos elem

entos de apoyo de los pares pueden ser unos muros parale-

los, de alturas de coronación diferentes. Cuando los pares se apoyan

sobre estos muros se dice que form

an una cubierta a la mo

linera. Si el

elemento central, el m

ás alto, es una viga de madera, la cum

brera, el

345

Cercha.

Cubierta de par e hilera (E

. Nuere).

Q

Page 116: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

113

conjunto se llama arm

adura de par y p

icadero

, o armadura de p

ar ehilera. La diferencia entre am

bas denominaciones de arm

adura no estám

uy clara en los diversos tratados porque las diferencias parece queestán en los apoyos y en la m

anera de estabilizar el par frente a unposible deslizam

iento. En el caso de la arm

adura de par y picaderoparece que los pares se apoyan claram

ente en la cumbrera, el picadero;

mientras que en la de par e hilera los pares se acodalan contra los

estribos, es decir, contra la hilera y se encuentran dos a dos en la cum-

brera, donde se conectan entre sí y con sus vecinos gracias a un ele-m

ento de cumbrera que no es específicam

ente portante.

El em

puje que el par transmite al estribo puede ser excesivo; por eso,

para contenerlo, se dispone un elemento que une dos pares enfrentados.

Si la unión se hace a una altura situada en cualquier punto de la m

itadsuperior del par, y el resultado es una arm

adura de par y nud

illo, pues el

nudillo al fin y al cabo es un tirante elevado. Si se sitúa en el extrem

o delos pares, uniendo los estribos, tendrem

os un cuchillo convencional.

Entre los pares, y perpendicularm

ente a la línea dependiente, se tiendenlas correas: unos m

aderos escuadrados que al apoyarse sobre el bordesuperior inclinado del par quedan siem

pre escorados. Para sostenerlos

se estriban lateralmente con una pieza m

ás o menos triangular que se

clava en el par, es el ejión. Si las piezas de cubierta que se han de soste-

ner son de pequeño tamaño, convendrá form

ar aún un tercer sistema de

barras, ahora paralelas a la pendiente y a los pares: los cabios. S

u dis-tancia debe ser ya la adecuada para soportar las tejas o piezas de cerá-m

ica machihem

brada, entarimado, etc. E

s frecuente todavía colocar so-bre las correas o los cabios un enrayad

o: «m

aderamen horizontal para

asegurar los cuchillos y medios cuchillos de una cubierta»

(RA

E).

Hasta aquí hem

os supuesto una sencilla cubierta a dos aguas. Sin

embargo, si querem

os evitar la aparición de la forma triangular de la

cubierta en la fachada tendremos que form

ar una tercera o incluso unacuarta agua. E

l encuentro entre esos nuevos planos inclinados con elsistem

a direccional de disposición de los cuchillos generará algún con-flicto geom

étrico. La preocupación por dar nombre a elem

entos que notienen la realidad física de una pieza concreta sino que son relaciones

78

Cubierta de par y nudillo (E

. Nuere).

Cuchillo con pares y tirante en G

ranada.

9

Q

Page 117: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

114

geométricas, com

o ángulos entre planos o incluso abatimientos de esos

ángulos, evidencia las dificultades con las que se encontraron y nosm

uestra los caminos seguidos para su solución.

El m

ás sencillo es el cartabó

n, «ángulo que forman en el caballete las

dos vertientes de una armadura de tejado»

(RA

E). S

e trata de un elemen-

to esencial en la definición de la cubierta, que proporciona seguridadcontra la entrada de agua, la altura total del edificio y la relación entre laluz que se debe cubrir y la longitud de los pares. O

tro elemento geom

é-trico con nom

bre propio es el albanecar, «triángulo rectángulo form

adopor el par toral, la lim

a tesa y la solera» (R

AE

), con el que es posibleconstruir en taller la lim

a tesa (hipotenusa) a partir del par (un cateto) dem

edida conocida y la longitud de la solera o distancia entre el pie delpar toral y la esquina del edificio (otro cateto). E

s pues el triángulo quehay que añadir a un plano rectangular de cubierta para que tom

e laform

a trapezoidal que le impone la aparición de la tercera agua con su

faldón perpendicular. Según M

ariátegui, su bonito nombre viene de al-

banica, «la pieza triangular que se pone en las camisas, sobre los hom

-bros, y en general, toda pieza de form

a triangular [...] que se añadepara com

pletar [...] algo».

10

Cuchillo P

olonceau modificado en el C

onventdels À

ngels de Barcelona (Ll. C

lotet, I. Paricio).

Q

Page 118: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

115

Ese control geom

étrico de la armadura de cubierta no se corresponde en

absoluto con un conocimiento del funcionam

iento mecánico de sus ba-

rras. Que el tirante sólo debe trabajar a tracción lo niegan piezas com

o elp

ilarejo, o mangueta, el puntal apoyado en el tirante. La disposición m

e-cánicam

ente ordenada de las barras aparece en el Libro III de Palladio,

donde se recogen sus famosos puentes, pero el diseño ordenado de los

cuchillos no se desarrolla hasta la primera m

itad del XIX

, cuando se cul-m

ina una etapa con la famosa arm

adura de Polonceau, que W

arr cita en1851 (G

. Fiden W

arr: Dynam

ics, construction of machinery, equilibrium

ofstructures and the strength of m

aterials, Londres, 1851).

Desde hace dos o tres décadas la situación ha cam

biado completa-

mente. La difusión de las cubiertas con lám

inas de estanquidad, basa-das en m

ateriales absolutamente im

permeables, com

o la tela asfáltica,ha roto la fructífera asociación de aguas y m

omentos flectores, pues la

mayor parte de las cubiertas de cierto tam

año son prácticamente pla-

nas y están construidas con armaduras de gran canto, con alzado casi

rectangular en el que se dibujan las triangulaciones de las barras. Son

las vigas de ‘celosía. E

n el perímetro superior e inferior de la viga se

alinea una sucesión de barras que se llaman ‘co

rdo

nes. Los elementos

inclinados en vez de tornapuntas se llaman d

iago

nales, y las verticales

1112

Pilarejo o m

angueta.

Las celosías del gimnasio M

aravillas tienen elcordón superior recto y el inferior curvo (A

. dela S

ota).

Q

Page 119: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

116

pueden llamarse m

ontantes. El ordenador perm

ite cortar y ensamblar

las barras con medidas distintas, de m

odo que se le puede dar al cor-dón superior cierta inclinación para form

ar una suavísima pendiente a

dos aguas; es el punto

que se le da a la armadura.

Las vigas perpendiculares son correas, como siem

pre, si son de pe-queño canto. S

i son de un canto similar a la arm

adura principal, seránarm

aduras secundarias o riostras, porque contribuyen a la estabiliza-

ción lateral de la principal. La estabilidad general del conjunto se sueleencom

endar a elementos diagonales situados en el plano de cubierta

que forman, con la cum

brera y la carrera o las correas, unos marcos

rígidos. Es un nom

bre, el de diagonales, muy poco específico, y quizás

se debería usar uno más próxim

o a su función, como cruz d

e tensores,

por similitud con la cruz de S

an Andrés, aunque en este caso los ele-

mentos no puedan trabajar a com

presión.

En los nudos el uso de elem

entos metálicos ha generado un nuevo

vocabulario poco conocido y siempre m

ás impreciso que el tradicional.

Resulta sorprendente que a pesar de la vertiginosa rapidez con que en

la actualidad se difunde la información no se haya conseguido estable-

cer una terminología tan estricta com

o lo hizo hace siglos la carpinteríade arm

ar. Por ejem

plo, cuando en el cuchillo tradicional el par se en-cuentra con la cum

brera, se deberá recortar su cabeza de manera que

calce a la cumbrera adaptándose a su form

a rectangular, que tiene loslados no paralelos al eje del par. E

l plano inferior horizontal sobre el quela cum

brera se apoya se denomina p

echo.

El tipo de uniones entre perfiles de m

adera o de acero tiene algo encom

ún: ambos buscan un am

plio contacto entre las dos piezas que hande ser unidas. E

n la madera se trata de aum

entar la superficie de fric-ción o de encolado; o el brazo, para resistir flexiones. E

n el caso delacero, se am

plía el perímetro de contacto para increm

entar la longitudde soldadura. P

ara conseguir esa relación geométrica los perfiles de

madera se recortan de m

anera que uno abraza al otro en el nudo; elvocabulario tradicional es riquísim

o y distingue matices que hoy nos

sorprenden en las formas de conseguir ese abrazo. P

or ejemplo, es

muy razonable que en un encuentro en T

de piezas de madera se distin-

13

1415

Vigas en celosía con riostras del m

ismo canto

de la fábrica Sim

ón, en Olot, G

irona (Ll. Clotet,

I. Paricio).

Q

Page 120: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

117

ga si el perfil continuo -la barra horizontal de la T- es el que abraza o elque es abrazado. S

upongamos la m

isma sección para am

bos perfiles:si el continuo, y horizontal en la T, es envuelto por el perfil vertical, elprim

ero tendrá que adelgazarse y perderá sección lateral de modo que

formará una ‘g

arganta; m

ientras que el vertical tendrá una hendiduracentral, la q

uijera, que estará rematada lateralm

ente por los ‘cornezueloso esp

aldo

nes: «parte maciza y saliente que queda en un m

adero des-pués de abierta una entalladura»

(RA

E). P

or el contrario, si el perfil conti-nuo y horizontal envuelve al vertical, tendrem

os una unión de caja yesp

iga. S

i el encuentro no es ortogonal, la espiga se llama b

arbilla; y el

encuentro, emb

arbillad

o. Las partes del perfil que no se rebajan para

formar las gargantas o las espigas y barbillas se llam

an dejas, puesto

que el perfil se deja con su sección completa. La quijera nos ha servido

para dar título al capítulo y para recordarnos -una vez más- la precisión

de la terminología tradicional.

En la construcción m

etálica contemporánea los problem

as son muy pa-

recidos. Los cordones superior e inferior suelen estar formados por unos

perfiles continuos que se deben unir sólidamente con las diagonales y

montantes. S

upongamos el caso, frecuente, de que un cordón esté cons-

truido con dos perfiles separados por una distancia suficiente como para

que por la hendidura pueda entrar el plano central, el alma, de las

diagonales. Para que esa alm

a se pueda introducir tendrán que recortarselas alas de esa diagonal en el extrem

o. En fin, que para buscar el m

áxi-m

o contacto los perfiles de acero de hoy también se d

esmem

bran, pero

no tenemos un vocabulario adecuado para describir esos cortes.

Para lograr un m

ayor perímetro de soldadura en los nudos de las celo-

sías metálicas se suelen disponer unas pequeñas chapas que sirven

para dar continuidad a las almas de los perfiles, con independencia de

la sección completa de cada uno de ellos. E

sas chapas de unión suelentener form

a más o m

enos triangular, y quizás por ello se ha dado enlla

ma

rlas cartelas. Ta

mb

ién

se p

od

rían

llam

ar co

das, q

ue

seg

ún

Paniagua era «la pieza de m

adera de forma triangular para reforzar el

enlace o la unión de dos piezas de madera cuando lo hacen en ángulo».

Y, en este sentido es frecuente reforzar –en el centro y con una platabadao con otro perfil- un cordón o un perfil para que pueda asum

ir una ten-

1617

Quijera.

Q

Page 121: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

118

sión o un mom

ento mayor. E

se refuerzo, que en la actualidad carece denom

bre específico, se llamaba so

par en la carpintería de arm

ar: «piezade refuerzo adosada generalm

ente a la cara inferior de un par» (P).

Es significativo reconocer que los recortes de la estructura m

etálicacontem

poránea, fundamentales para el perfecto diseño de los nudos,

no tienen una tipología ni una terminología tan precisa com

o la queaporta la quijera, con su garganta, cornezuelos, barbillas y dejas, a pe-sar de su sim

ilitud de objetivos y geometría. S

in embargo, el desplaza-

miento hacia el diseño y la valoración de la autoría frente al oficio han

generado una larga lista de vigas con nombre propio: G

erber, How

e,N

ielsen, Pratt, W

arren... con diferencias a veces insignificantes que novale la pena describir aquí.

18

Codas y perfiles desm

embrados en el pabellón

del C

anadá d

e la Exp

osición Universal d

eM

ontreal.

Ensamblaje de perfiles lam

inados en la Estaciónde O

riente en La Cartuja, S

evilla (I. Calatrava).

Q

Page 122: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

119

Este capítulo reunirá las voces que definen algunos elem

entos del en-torno del edificio. N

os interesaremos por dos tem

as: las formas de pro-

tección frente al sol y la lluvia, por una parte; y los recursos para laconducción de las aguas, por otra. E

mpecem

os por estos últimos.

Recordem

os que el edificio clásico se levanta sobre el estilób

ato o p

o-

dio

, una especie de plataforma de m

ayor tamaño que el edificio que

cumplía las funciones de b

asamento

. Si ese basam

ento forma un co-

rredor que rodea el edificio en gran parte, se le llama ánd

ito. La palabra

zócalo

que hoy utilizamos frecuentem

ente como rodapié tiene tam

biénsu origen en esta función de gran dado de basam

ento. La pared lateralde ese basam

ento en las partes del edificio, en las que no hay escale-ras, es ya un podio o zócalo, que seguram

ente dio el nombre al zo

calillo,

que es como deberíam

os llamar al rodapié. E

ste zócalo forma una su-

perficie plana y pavimentada, a veces de gran tam

año (Zócalo se llam

ala plaza m

ayor de la capital mexicana), superficie que plantea de inm

e-diato un difícil problem

a de evacuación de las aguas. Cualquier pavi-

mento exterior es una cubierta; quizás no sea im

portante si tiene o nogoteras, pero debe evacuar eficazm

ente el agua que recibe.

El tem

plo griego resuelve con radicalidad el problema: todo el estilóbato

adopta la forma de una superficie esférica de enorm

e radio para eva-cuar hacia el perím

etro exterior las aguas de lluvia. Pero en ningún otro

edificio se vuelve a encontrar esa perfección geométrica y, por lo tanto,

la evacuación debe recurrir a otras soluciones. Me hizo reflexionar so-

bre el tema una visita a la im

presionante Catedral de Jaén, que tiene un

Regata

Zócalos, regueros y cobertizos

2E

stilóbatoP

odioB

asamento

Ándito

Zócalo

Zocalillo

4C

aceraC

azA

güera5

Atarjea

Reguero

Acequia

Albedén

Rigola

6R

egata8

Alcorque

Estriberón

9S

ombrajo

Espárrago

Sauale

Enram

ada

Em

parrado10

Um

bráculo11

Pérgola

12C

enadorLonjetaG

lorietaQ

uioscoK

iosco13

Belvedere

14C

obertizoC

adahalsoT

inglado15

Alpende

Veranda

16TendalS

obrecieloE

ntoldadoG

aleraA

galerarV

ilorta17

Carpa

123

La evacuación de las aguas de un templo griego

(Dibujo Ó

. Tusquets). R

Page 123: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

120

majestuoso podio que se im

pone a la agitada topografía de la ciudad.E

n esa enorme plataform

a, Vandelvira resolvió m

uy inteligentemente la

evacuación de las aguas: la superficie del zócalo es absolutamente pla-

na pero una red de canales recogen el agua de manera que, con pe-

queñas pendientes de poca superficie y una ordenada disposición decanales bastante próxim

os, se consigue una apariencia totalmente pla-

na y una garantía total de fácil evacuación.

Nuestro estudio utilizó este recurso en el pavim

ento exterior de ladrillodel B

anco de España, en G

irona, y en el patio de márm

ol del Convent

dels Àngels, en B

arcelona. La red de canales, en el primer caso, se

forma rehundiendo una hilada del sardinel del pavim

ento y dándole aese fondo la pendiente necesaria para llevar el agua hacia el perím

etro.S

ólo así conseguimos que la fachada del edificio tuviese, en esa zona,

un perfil de arranque completam

ente horizontal. Esos canalillos debe-

rían tomar su nom

bre de las miles de voces de que disponem

os paraello, voces que vienen de las técnicas de riego árabes com

o cacera,caz o ag

üera.

La atarjea es ya una pequeña obra de albañilería que forma ese canalillo

de desagüe; el reguero, por su parte, sólo se debe utilizar cuando elcaudal de agua es m

uy pequeño y la acequia, en cam

bio, cuando es muy

importante. E

l exótico Vocabulario (1926) de R. P

eralta, general de inge-nieros, recoge la voz *alb

edén, y dice: «

no figura en el diccionario estenom

bre de las canales o goteras de los pavimentos de los patios, que no

tiene sinónimo, y por lo tanto es necesario»

. Es cierto que no tiene sinó-

nimo, y nos queda por lo tanto la posibilidad de recoger la invitación del

general, o la de utilizar alguno de los canalillos huertanos que sugería-m

os. Un caso especial es la *rigola, no adm

itida por la RA

E pero definidapor el Torroja com

o «faja de adoquines, losetas, etc., que se coloca en un

firme, junto al encintado, para servir de caz a las aguas llovedizas»

.

De entre todas ellas yo preferiría la voz regata, térm

ino que María M

olinerasocia a surco y el Torroja a reguero pequeño. C

uriosamente, en el

castellano que hablamos en C

ataluña, ese vocablo se está utilizando,creo que m

uy inadecuadamente, para señalar lo que se deberían lla-

mar rozas. La roza es, según el Torroja, el «canal abierto en una pared

456

Regata form

ada vaciando sillares.

R

Page 124: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

121

para empotrar o em

butir una conducción». María M

oliner también da

preferencia a esta idea, pero en su segunda acepción recuerda su ori-gen de canalillo. A

mbas voces, regata y roza, tienen su origen en la

conducción de las aguas exteriores, pero ha sido la segunda la que haencontrado reconocim

iento general para nombrar las canales que alo-

jan instalaciones en las paredes.

Una delicada red de regatas, o rozas, caceras, regueros e incluso

albedenes, puede, pues, evacuar las aguas de un pavimento, que con-

servará así su necesaria planeidad general y, sobre todo, la de las aris-tas en contacto con el edificio. La solución no es tan evidente com

o lalectura de estas líneas podría hacer pensar: ¡cuántos pavim

entos se haresuelto con superficies inclinadas que m

ueven el agua de manera

descontrolada, incapaces de ofrecer una línea de encuentro horizontalcon los edificios que se levantan sobre ellos!

Sólo dos voces m

ás: una relacionada todavía con el agua, y muy co-

mún, alco

rque, «hoyo que se hace al pie de las plantas para detener el

agua en los riegos» (RA

E). La otra, relacionada con el pavim

ento, y pordesgracia com

pletamente olvidada, el estrib

erón

, «resalto colocado atrechos en un paso difícil, por ejem

plo en pendiente muy pronunciada,

para que sirva de apoyo a los pies» (MM

).

Otro problem

a de nuestros exteriores será protegernos del sol. Este

propósito, tan importante en el M

editerráneo, ha generado mil form

asarquitectónicas que el lenguaje ha ido m

atizando y el diccionario reco-giendo. A

lgunas aluden directamente a su función, com

o el humilde, y

expresivo, som

brajo

: «arreglo hecho con medios rudim

entarios paraproporcionar som

bra» (MM

). Lo rudimentario de esos m

edios de soporteha debido de dar lugar a tantos accidentes que al final se ha hechopopular la expresión “caérsele a uno los palos del som

brajo” para des-cribir el desconcierto que debe de producir el cam

bio espacial y el des-orden incontrolable que supone tanto m

aterial medio caído. P

or ciertoque esos palos, de hecho cualquier otro palo derecho que sirva parasostener algo, se denom

ina espárrag

o, y el tejido de cañas que quizás

forme el som

brajo es el sauale. Está m

uy próxima al som

brajo la vozenram

ada, «cobertizo hecho de ram

as de árboles» (RA

E), para adorno o

789

Estriberón en las cubiertas del H

ospital de Sant

Pau de B

arcelona (Ll. Dom

enech i Muntaner).

Som

brajo o enramada.

R

Page 125: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

122

12

para hacer sombra según M

aría Moliner. E

l emp

arrado

es un sombrajo

muy particular porque está form

ado por plantas vivas que se guían paraform

ar una amplia superficie protectora. La ironía popular ha encontra-

do otra acepción para esta voz: «peinado de los hombres hecho para

encubrir con pelo de los lados de la cabeza, la calvicie de la parte supe-rior». ¡Q

ué preciso y qué cruel asociar esa laboriosa peluquería de cadam

añana con la popular parra que va tapando las calvas del sombrajo!

La mism

a inmediatez funcional que el som

brajo tiene la voz umb

ráculo,

aunque evidentemente alude a form

as constructivas más elaboradas.

La Real A

cademia ofrece una definición no m

uy afortunada de umbráculo:

«sitio cubierto de ramaje o de otra cosa que da paso al aire para res-

guardar las plantas de la fuerza del sol». La vegetación de hoja caducaconsigue que el um

bráculo, o el emparrado, se haga opaco cuando es

necesario, en verano, y que sea prácticamente inexistente en invierno.

Sin em

bargo, durante el siglo pasado la moda rom

ántica de introduciren los parques plantas de difícil aclim

atación dio lugar a unos edificiosespecíficos en cuyos interiores la luz cobraba form

as bellísimas: edifi-

cios formados exclusivam

ente por lamas de m

adera que tamizaban el

sol, dentro de los cuales se cultivaban esas plantas de sombra. M

aríaM

oliner, siempre m

ás sugerente, alude en su definición a ambas m

ane-ras de entender el um

bráculo: «dispositivo con que se da sombra a un

lugar; particularmente, arm

azón cubierto de follaje, y tambén sitio cu-

bierto en esta forma, para tener plantas, para estar las personas, etc.»

.

Muy cerca de los anteriores térm

inos, se sitúa el de pérg

ola, «arm

azóncon colum

nas, barras, etc. que sostiene un tejadillo o plantas de som-

bra en un jardín o en un paseo» (MM

). La pérgola se asocia hoy a unaestructura de cubierta form

ada por vigas paralelas que delimita un es-

pacio exterior y lo protege del sol. Las pérgolas las imaginam

os siempre

en jardines y paseos, pero no deberíamos olvidar que tam

bién es unapérgola «el jardín que tienen algunas casas sobre la techum

bre» (RA

E).

Es m

ás, esta última acepción está probablem

ente más cerca de su sig-

nificado original pues pérgola viene del latín pergula, el balcón.

Otras voces añaden com

ponentes funcionales, como el cenad

or, lo

n-jeta o g

lorieta: «espacio en un jardín, cerrado y cubierto de plantas

1011

Um

bráculo de Barcelona (J. Fontseré).

Belved

ere Georgina, A

mp

urdán, G

irona (Ll.C

lotet y Ó. Tusquets).

R

Page 126: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

123

enredaderas sostenidas por una armazón adecuada» (M

M). P

ara estaúltim

a voz existe otra acepción significativa recogida por el diccionariode M

aría Moliner: «plazoleta en un jardín». E

n este mism

o contexto elq

uiosco

o kiosco

es una construcción aislada en un paseo, un parque,etc. A

lgunos están a cierta altura sobre el suelo, con un techo sostenidopor colum

nas, y sirven, por ejemplo, para que se instale una banda de

música para dar conciertos al aire libre (M

M).

Ningún diccionario recoge el *b

elvedere, voz italiana m

uy utilizada en Es-

paña que describe el pequeño quiosco desde el que, como es evidente, se

goza de una bella vista. El estudio P

ER

contribuyó a su difusión entre nues-tros arquitectos con su popular B

elvedere Georgina, vivienda construida

en el Am

purdán, en Cataluña, bajo una espectacular pérgola-m

irador.

Ni intentarem

os referenciar todas las voces que se pueden usar paranom

brar una protección genérica contra la lluvia formada por unos pila-

res y una cubierta: cob

ertizo, cad

ahalso, ting

lado

y mil etcéteras en

sus variantes regionales: en Álava, portegado; en G

alicia, alboyo; enG

uadalajara, taina; en León, vestecha; en Salam

anca, carretera yguango; en S

antander, socarreña; en Andalucía, recova; en G

uatemala:

chinama; en otros lugares de H

ispanoamérica, galera, galerón, galpón,

jacalón; y en Filipinas, tapanco.

Dos espacios cubiertos y abiertos, construidos com

o partes del edificio,tienen nom

bres especiales: el alpend

e es el porche o cualquier forma

de cobertizo adosado a un edificio, y la *veranda, voz no reconocida por

la RA

E, pero que el Torroja define como «galería cubierta o descubierta

añadida al exterior de un edificio. Pórtico abierto con tejadillo soportado

por pilares y una balaustrada o barandilla».

Y si nos referim

os a protecciones exteriores temporales, tenem

os querecordar los populares toldos, tend

ales o sob

recielos andaluces, que

se tienden entre dos fachadas para proporcionar sombra a las propias

fachadas y a la calle. Cuando se trata de proteger espacios m

ás abier-tos, el toldo tendrá un entram

ado de soporte: los entold

ado

s (envelats,en catalán) que cubrían espacios públicos para las fiestas populares ylos protegían del sol y la lluvia, y que alcanzaron técnicas m

uy comple-

13141516

Veranda alrededor de las viviendas de la UVA

del Pilar, M

adrid (F. Higueras).

Toldos en un mercado rom

ano.

R

Page 127: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

124

jas de soporte y montaje. La voz galera, o galerón, sinónim

a de cobertizoo tinglado, com

parte raíz con los entoldados sobre las carretas sujetascon unas varas curvadas. Y

puesto que los problemas siem

pre dan lugara palabras y, en el caso de los toldos, las acum

ulaciones de agua en unbolsón pueden ser un problem

a muy grave, existe el verbo agalerar: «dar

a los toldos por una y otra banda la inclinación conveniente para quedespidan el agua en tiem

po de lluvia» (RA

E). La m

anipulación del toldo esposible gracias a las am

plias anillas que cuelgan las telas de los cables ycorren por ellos. E

sas anillas tienen nombre ya en el M

atallana: vilorta(«el anillo que se form

a del [...] ramo verde de algún árbol, el cual, en

secándose, se mantiene en aquella figura, y sirve para que corran fácil-

mente por él las cuerdas que se tiran para sostener o m

over alguna cosa,com

o los toldos»). El diccionario actual ha m

antenido esa voz tanto con elsignificado de vara para hacer aros com

o con el de abrazadera de hierro,lo que nos autoriza a reivindicar la vilorta para cualquier tipo de aro uollado que perm

ita la manipulación del toldo.

Los circos nos trajeron de Am

érica las carpas, del quechua carppa, un

término que em

pieza a ser aceptado para designar la tienda de campa-

ña o el tenderete de feria. De su aceptación da cuenta el hecho de que

haya sido reconocido por la Academ

ia, sustituyendo injustificadamente

al clásico entoldado.

17

Toldos enérgicamente agalerados junto al río

Delaw

are, EE

.UU

.

R

Page 128: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

125

Este capítulo estará dedicado a un punto especialm

ente conflictivo deledificio: el encuentro entre dos elem

entos constructivos de concepciónhasta hoy absolutam

ente diversa: la fachada y la cubierta. En la cons-

trucción tradicional, y para asegurar la inmediata evacuación de las

aguas, la cubierta volaba sobre la fachada ofreciéndole protección. Es

muy probable que esa protección se haya infravalorado. H

oy sabemos

que sin ella las turbulencias que produce el viento junto a una fachadaconducirán una gran cantidad de agua a su parte m

ás alta. El aspecto

empapado de la zona m

ás alta de nuestros edificios después de la llu-via no se explica por la pequeña aportación de las albardillas. E

s muy

probable que el alero no sólo proteja geométricam

ente sino que tam-

bién cambie la distribución de la presión del viento. E

n cualquier caso, laprim

era voz que citaremos para nom

brar ese vuelo pondrá de nuestraparte el testim

onio de la tradición: ‘salvabarro

s es el nombre que el

Torroja da a esa protección.

A lo largo de la historia ese vuelo se realizaba sim

plemente prolongan-

do la estructura de la cubierta, los cuchillos con la contraarmadura, o

más habitualm

ente los cabios que apoyan sobre las correas. Es el alero

de la arquitectura tradicional. Una voz que procede de ala, por su form

a,y que el diccionario define com

o «la parte inferior del tejado que salefuera de la pared y sirve para desviar de ella las aguas llovedizas» (R

AE

).La im

portancia de su papel ha dado lugar a palabras sinónimas, todas

constituidas a partir de la mism

a raíz: alar, ala y álabe. A

simism

o la raízde teja nos proporciona otra voz, ésta en desuso: el tejaro

z.

Sofito

Las cornisas y otros vuelos

1S

alvabarros2

Alero

Alar

Ala

Álabe

Tejaroz3

Alero de m

esillaA

lero corridoV

isera4

Cornisa

Cornijón

Cornija

Cornijam

entoC

ornisamento

Cornisón

Corona

Vivo

5R

afeC

haperónS

ocarrén

Écfora

Cola

Entrega

Coz

6C

anC

anecilloM

odillónA

ncónC

artela7

Aguilón

Cuadral

Tao8

Sofito

Paflón

Plafón

9TabicaLacunario

12Lam

brequínG

uardamalleta

12

S

Page 129: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

126

Con las azoteas y cubiertas planas su construcción se com

plica, y sesuele resolver con un vuelo de las viguetas del forjado, lo que da lugar aun saledizo plano que se llam

a alero d

e mesilla; y, en general, cuando

el muro no tiene cornisa se habla de alero

corrid

o. E

l vuelo lateral deltejado, es decir, el que form

an las correas sobre el hastial o testerorecibe el nom

bre de ‘visera.

La cornisa, por el contrario, está asociada al m

uro, y ha sido descritacom

o el «conjunto de molduras que form

a el remate superior de un

edificio, debajo del tejado» (MM

). Se trata generalm

ente de un trabajo enpiedra, albañilería, etc., y el resultado está m

ás próximo a una gran

imposta que a un vuelo del faldón de cubierta. E

s una voz con múltiples

variantes, como co

rnijó

n, co

rnija, co

rnijam

ento

, corn

isamen

to o

cornisó

n, todas reconocidas por la Academ

ia pero con alguna vacila-ción en las form

as con J, porque también sirven para nom

brar la esqui-na. La voz co

rona se adm

ite como rem

ate del conjunto del edificio engeneral pero su significado m

ás preciso es el de la moldura plana y

ancha que, según Paniagua, se sitúa bajo el cim

acio y, según el Torroja,está en el sofito, para actuar com

o goterón. Por fin M

atallana, llama

vivo al extrem

o del vuelo de una cornisa, pero según la Academ

ia es engeneral «el borde, canto o extrem

o de alguna cosa».

Cualquiera de am

bos, alero o cornisa, cuando está profusamente deco-

rado se llama rafe. C

uando, simplem

ente, forman un elem

ento que so-porta, y generalm

ente envuelve el canalón, se le llama chap

erón. La

dificultad mecánica que plantean estos vuelos, sobre todo si no están

asociados a la cubierta o al forjado, ha llevado a dar nombre a esa

dimensión; lo hace de una m

anera genérica y popular la voz socarrén,

«parte del alero que sobresale de la pared» (T) y de una m

anera más

culta y precisa la voz *écfora, «vuelo total de un elem

ento arquitectóni-co contado desde el eje del sólido sobre el que descansa», según elTorroja. E

n el mism

o sentido aparecen algunas voces que llaman la

atención especialmente sobre la parte del elem

ento que está anclada,em

potrada, en la obra y que equilibra el voladizo: la cola o entreg

a, «loque se da de entrega a un sillar, sillarejo, voladizo o repisa a fin de queel peso de su vuelo no lo deje caer»

(MT

). Cuando se trata de un elem

en-

345

Visera.

Chaperón.

Cola o entrega.

S

Page 130: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

127

to lineal Matallana lo llam

a coz: «el contravuelo de cualquier pieza de

madera colocada horizontalm

ente».

El vuelo del alero o de la cornisa puede estar soportado por unos ele-

mentos diferenciados sobre los que se apoyan otros perpendiculares o

bien estar construido de manera que cada elem

ento soporte en voladi-zo su propio peso. E

n el primer caso los elem

entos lineales en voladizose llam

an canes o canecillos, sean de piedra o de m

adera. Las cabe-zas de las piezas en voladizo se tallaban para proteger una testa tanexpuesta. E

sa talla evolucionó hacia una forma cercana a la de una

cabeza de perro y dio nombre al elem

ento. En m

uchos casos esos so-portes son sim

ulados y entonces deben llamarse m

od

illones. C

uandoun hueco está justo debajo del alero pueden aparecer a sus lados unossoportes específicos: los anco

nes. En el extrem

o opuesto se halla elgenérico cartela, que tam

bién se usa para cualquier soporte triangularde un voladizo, aunque según la R

AE debe tener m

ás altura que vuelo.

En la cubierta a cuatro aguas la esquina plantea un delicado problem

am

ecánico. Cada cabio o par, vuela por su fachada pero al llegar a la

esquina la distancia entre los dos cabios extremos de cada fachada es

excesiva, y además el vuelo se hace en direcciones perpendiculares.

Para sostener la esquina se form

a una estructura especial, un elemento

diagonal, el aguilón, vuela sobre el muro. P

ara soportar su vuelo otroelem

ento, el cuadral, lo sujeta por el interior disponiéndose perpendicu-

larmente al m

ismo y anclado en los dos m

uros de fachada. Otra solución

posible es formar una estructura de vuelos entrecruzados con canes per-

pendiculares entre sí, a la que se debe llamar tao

, «cruzado de zapatas ycanecillos cuando se colocan en un ángulo y juegan a dos fachadas»

(MT

).

La parte inferior del alero o de la cornisa adquiere una gran importancia

visual, pues desde abajo su vuelo ocupa un ángulo visual importante y

se convierte en el remate de toda la fachada. P

or eso siempre ha sido

un elemento m

uy cuidado en todas sus versiones constructivas. Su nom

-bre genérico es so

fito. E

l contenido de esta voz tiende a reducirse al«plano inferior del saliente de una cornisa o de otro cuerpo voladizo»,com

o dice Casares. C

reo que sería preferible conservar su más am

pliosentido original e incluir, entre los elem

entos que designa, a todo tipo de

678

Cuadral y aguilón (E

. Nuere).

Tao de una construcción porteña (V. Nadal).

Sofito guatem

alteco de azulejos.

S

Page 131: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

128

techos sobre espacios abiertos. Así lo hace A

lberto Serra H

amilton cuan-

do considera que se puede calificar de sofito a cualquier superficie infe-rior de un elem

ento arquitectónico, incluso esos cielos rasos exteriores.S

ofito sería, de acuerdo con este criterio, equivalente a pafló

n o plafó

n,descrito por M

aría Moliner com

o el «plano inferior de una cornisa o –añade la autora- de otro elem

ento». Se trata de un térm

ino que procedede la palabra francesa plafond, com

puesta de plat (plano) y fond (hon-do), que designa tam

bién a veces, el «intradós de un arco, a la carainferior del dintel de una ventana o puerta, a la superficie inferior de unaescalera, etc. arquitectónico en voladizo». O

, en palabras de Bails, «el

plafón es la parte interior de [...] un techo adintelado; y además significa

también lo m

ismo que sofito».

El sofito de la cornisa queda lim

itado por el plano de la fachada y por elextrem

o de su vuelo. En am

bos lugares aparecen unos elementos m

uyespeciales: en el plano de la fachada son necesarias las tab

icas, tablillasque cubren los huecos que quedan entre las vigas o canecillos; y en elextrem

o del vuelo se debe resolver el problema del goterón, es decir, es

preciso formar un plano vertical que im

pida que el agua retorne hacia lafachada. E

ste plano cuelga pues, más que el sofito y éste queda rehundi-

do hacia arriba. Al estar atravesado por los vuelos de las viguetas entre la

corona, las viguetas y las tabicas se forma una especie de casetonado.

Com

o en los tantos otros casos de este breve vocabulario, la reivindica-ción de la voz se acom

paña con la sugerencia de la corrección construc-

9

Sofito con lacunario cerám

ico en el Pabellón

de Deportes de la Vall d’H

ebron (E. M

iralles).

S

Page 132: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

129

tiva del elemento que describe. E

l sofito era un elemento de la arquitectu-

ra clásica que explicaba y exhibía el orden tectónico del techo. Y ese

texturado relieve se llamaba lacunario

, como vim

os en el capítulo queecabeza esta voz. E

l lacunario, con su vaciado de artesones y casetones,aligeraba el peso del elem

ento constructivo y dibujaba la subdivisión delplafón dentro del orden estructural de los arquitrabes o dinteles.

Esta tradición clásica se asom

a a la arquitectura culta de este siglo, como

muestra la cornisa construida por O

tto Wagner para la iglesia de S

t.Leopold. Tam

bién la cornisa popular mantiene ese orden estructural de

llenos y vacíos combinando vigas y entablados. S

in embargo, la cons-

trucción contemporánea, m

ás convencional, ha impuesto, bajo cornisas,

vuelos y balcones, unos sofitos de tablillas de madera o delgas m

etálicasque esconden el desorden estructural pero arriesgan la durabilidad deunos elem

entos exteriores de importancia para la im

agen del edificio.

Pero es en el sentido m

ás amplio del térm

ino donde más penosa es la

evolución. La ordenada expresión estructural de la cantería clásica o de laviguería popular ha desaparecido en cuanto se han llevado a los techossobre plantas bajas abiertas las m

ismas soluciones constructivas que se

utilizan en los cielos rasos de los pisos superiores. Los modernos sofitos

de yeso o lamas de alum

inio ofrecen una imagen de poca durabilidad y

difícil mantenim

iento, indigna frente a la tradición del lacunario artesonado.

Antes de abandonar estos vuelos sobre la fachada debem

os prestaratención a otro elem

ento del alero del que se ha prescindido con exce-siva facilidad: cuando la cubierta y su vuelo son ligeros, el borde delalero debe ser m

uy sencillo, pero tiene que responder a las mism

asexigencias que cualquier cornisa: evitar el retorno del agua form

andoun goterón y solucionar la ocultación de los cantos de las diversas ca-pas que suelen form

ar esa cubierta ligera. Aparece entonces el lam

bre-

quín, una voz de origen flam

enco (en opinión de Paniagua) que es,

según el Torroja, «el adorno recortado, colgante y continuo, general-m

ente de cinc o de chapa, que se coloca debajo de un alero, canalón ofriso». T

iene un sinónimo en la voz g

uardam

alleta, más difundida en

Castilla la V

ieja. Clairac entiende por guardam

alleta «el adorno de ma-

dera calada que se suele poner en el borde inferior de los tejados para

10

1112

Lambrequín riojano.

So

fito co

n lacunario d

e la Iglesia d

e San

Leopoldo, Viena (O

. Wagner).

S

Page 133: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

130

formar un rem

ate a modo de pabellón de tienda». Tam

bién se llama así

la «plancha calada de madera o palastro situada en lo alto de un hueco

o ventana». Su origen está evidentem

ente ligado a la protección prime-

ro de los cortinajes interiores y después de las persianas exteriores.E

ste último elem

ento constructivo fue muy utilizado en casi toda E

spa-ña en la segunda m

itad del XIX

, y de hecho el término no es recogido

por autores anteriores a Clairac, que publicó su cuarto tom

o del Diccio-

nario General de A

rquitectura Civil e Ingeniería en 1888.

El recuerdo de este térm

ino nos va a servir para señalar las carenciasde los bordes de las cubiertas inclinadas en la arquitectura actual y lariqueza de térm

inos -y evidentemente de recursos técnicos- de la cons-

trucción tradicional. Cuando la cubierta inclinada vuela m

ás allá del pe-rím

etro de los muros, sea en el testero o en las fachadas principales, su

borde se muestra difícil de resolver con los propios recursos de la teja,

e incluso de las chapas metálicas. Las diversas capas que form

an lacubierta necesitan un rem

ate lateral que las cierre y proteja; especial-m

ente en el testero, que exige una protección lateral y un goterón infe-rior, debido al agua que el viento conduce hacia el borde de la cubierta,que es paralelo a la pendiente. E

l lambrequín decim

onónico cumplía

todas esas funciones.

El vehículo de difusión m

ás importante fue, sin lugar a dudas, la arquitec-

tura ferroviaria. Edificios de estación, cubiertas de andenes, urinarios,

almacenes, todo se rem

ataba con el afrancesado lambrequín. E

l lambre-

quín se exportó a Norteam

érica, donde fue utilizado tanto en solucionesde gran sobriedad y elegancia hasta en casos, com

o el de la arquitecturavictoriana, en los que se llevaron al lim

ite sus posibilidades ornamentales.

Pero com

o en tantos otros elementos, el papel com

positivo del elemento

se mantuvo m

ás allá de la comprensión de las exigencias constructivas

que satisfacía. Este vetusto lam

brequín o guardamalleta puede todavía

sernos útil. Y no sólo por recordarnos unas voces que pueden contribuir a

la precisión y riqueza del lenguaje profesional, sino porque este elemento

constructivo, que ocultará los entresijos de la cubierta y despegará lasaguas en los vuelos, es necesario para la calidad constructiva y porqueenriquece los recursos de la com

posición arquitectónica.

13

14

Lam

breq

uín

en la arq

uitectu

ra victorian

anorteam

ericana.

Lambrequín de m

adera en Puigcerdà, G

irona.

S

Page 134: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

131

El térm

ino telar tiene su origen en «el conjunto de maderas que circun-

dan un vano», como dice M

atallana. Pero su significado pasó de la m

a-dera a la piedra y sustituyó a alféizar en la definición de aquellos planosque cortan el m

uro para delimitar el hueco. E

n efecto, el mism

o autor, ytam

bién Bails, ofrecen ya com

o acepción primera para esta palabra la

de «parte de un vano de puerta o ventana que está desde el alféizarhasta el param

ento exterior, con el cual suele estar a esquina». En ese

mom

ento de su peregrinaje por el hueco, el alféizar era lo que hoy lla-m

amos m

ocheta. Paniagua, siem

pre tan preciso, aclara la versión con-tem

poránea: el telar es la «superficie (interior) de las jambas de un vano

de puerta o ventana. Cuando el vano tiene m

arco y éste divide en dosverticalm

ente esta superficie, la que forma ángulo con la parte exterior

del muro se llam

a telar exterior y la otra, telar interior».

La historia de los edificios de cantería nos permite constatar cóm

o lafachada, al llegar al hueco, cam

biaba su aparejo: sustituía la mam

pos-tería o el sillarejo por una piedra careada de m

ayor tamaño. E

l conjuntode sillares que form

an unos elementos de m

ayor resistencia a ambos

lados del hueco son las jamb

as: «cada uno de los elementos que, a

manera de pilar, sostienen el arco o dintel en un vano» (P

). A su vez, las

jambas y el dintel, con o sin el um

bral, forman el jam

baje o cham

billa. El

origen tectónico de la voz es claro en su etimología francesa de pier-

nas, pero hoy se usa a veces hablando de los elementos verticales de

carpintería. Los sillares que constituyen el jambaje se llam

an tranqueros.

El tranquero es la «piedra labrada con que se form

an las jambas y din-

teles de puertas y ventanas con su esconce para que batan» (RA

E). E

s

TelarEl perím

etro de los huecos

1Telar

2Jam

baJam

bajeTranquero

3M

ocheta4

Rebajo

Esconce

Duella

5D

errame

Derram

oA

bocardarA

bocinarC

apialzadoC

apialzadoalabeadoC

apialzado deM

arsellaTacas

9P

remarco

11C

ogote13

Bastidor

Marco

Cerco

14G

ualderasC

abeceroP

eanaC

abio altoC

abio bajoIm

postaM

angueta15

TapajuntasFresqueraM

olinete16

Vidriera

Sobrevidriera

Verga

Tingle

17M

asillaM

ástiqueA

lmáciga

Zulaque

18S

ellar19

Escurridor

12

T

Page 135: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

132

probable que el papel que esos sillares tienen en la fijación de los ele-m

entos que atrancan las puertas explique el origen de esta voz.

Entre el telar exterior y el telar interior, la carpintería va buscando una m

ejorprotección contra la entrada de agua. Las piedras que confirguran ese pla-no se tallan, de m

anera que se forme un rebajo paralelo al plano de facha-

da que, como vim

os, se llamó prim

ero alféizar y más tarde, hasta hoy,

mocheta. E

n esta mocheta se alojaba, pues, ya protegida, la carpintería.

No obstante, las definiciones de los diccionarios resultan confusas, porque

intentan mantener la generalidad de la idea de m

ocheta como diedro de

encuentro de elementos diversos. La m

ás precisa, y por ello la que creoque debem

os conservar, es una de las acepciones citadas por Paniagua:

«rebaje en forma de ángulo entrante que se practica en las jam

bas de unvano a fin de encajar en él el m

arco de una puerta o ventana».

La mocheta es un elem

ento clave, pues no sólo fija el plano en el que sedebe colocar la carpintería sino que form

a una junta laberíntica entrepiedra y m

adera, y asegura la estanquidad de esa difícil unión de mate-

riales tan diferentes. Esa im

portancia en la historia de la construcciónes la que le ha otorgado nom

bres diferentes, como el genérico reb

ajo,

el curioso esconce (del francés escoinz, el rincón) o el m

ás preciso, ycreo que el que debe usarse, d

uella: «rebaje hecho en el muro con

ladrillos especiales, para la implantación de los m

arcos de puertas yventanas» (M

M), aunque no lo reconoce la A

cademia. La voz duella su-

pongo que tiene gran tradición porque está relacionada con duela, tablaconform

ada para formar un barril, y con dovela, pieza de un arco voltea-

do. Es posible que la duella sea sólo una dovela y que su significado se

haya concretado primero en la dovela con m

ocheta y luego en la mocheta

mism

a, aunque sea de un tranquero. En efecto, tanto dovela com

o due-la vienen del francés dovelle (M

M), y ésta del latín tardío doga, tonel.

Vim

os cómo el telar o plano perpendicular al m

uro que forma el perím

e-tro del hueco se abre, generalm

ente hacia el interior, para buscar más

luz. Eso es el d

errame o d

erramo

. También es posible que sirva para

abrir más las ventanas, com

o dice María M

oliner. El dar a un hueco

mayor anchura por un lado que por otro se llam

a también ab

ocard

ar oab

ocinar. C

uando esa forma abierta llega al dintel se generan una serie

345

Tranqueros formando el telar exterior y el interior

separados por la mocheta.

Esp

ectacular telar de b

ronce co

n amp

lioderram

o en el edificio central de Correos de

Mejico D

.F.

T

Page 136: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

133

de geometrías diferentes, según el tipo de cargadero, pero, en general,

todas ellas se pueden llamar cap

ialzado

. En particular se denom

inacap

ialzado

alabead

o o d

e Marsella el form

ado por una superficie re-glada con dos líneas que la definen: una respeta la línea horizontal ex-terior del hueco y la otra sigue la curva del arco del intradós del hueco.A

demás el telar puede alojar otros elem

entos, como las pequeñas ala-

cenas vaciadas en su plano, denominadas tacas.

La difusión del muro aparejado de ladrillo y el econom

icismo de finales

del XIX

dieron lugar a grosores en el muro de fachada de sólo un pie de

espesor. Para sim

plificarlo, las carpinterías se situaban enrasadas conla cara interior y los ladrillos que form

aban ese ángulo, denominados

ladrillos de mocheta, tenían un rebajo en ángulo recto. D

e resultas detodo ello, con estas fachadas desapareció el derram

e interior. La casade las F

lores, de Secundino Z

uazo, es un magnífico ejem

plo de usom

oderno de la tradición de diseño del espacio definido por el telar, yaque en ella la carpintería se m

onta a medio pie del haz exterior de la

fachada, y es ese medio pie el que perm

ite voltear un arco plano en laparte superior que oculta la caja de persiana: el nuevo capialzado; porúltim

o, el grueso del muro se recoge bajo el alféizar para form

ar unantepecho de m

enor grosor donde se inserta el radiador de calefacción.

El telar ha ido perdiendo toda su im

portancia como objeto de atención

en el diseño a partir del mom

ento en que la fachada se ha adelgazadogracias al recurso de los m

ateriales especializados y a las técnicas defachadas ligeras. S

in embargo, en la m

edida en que hoy en día reivindi-cam

os la importancia del grosor en las fachadas, vale la pena traer el

telar a este vocabulario crítico porque sigue siendo un factor de granim

portancia en las relaciones entre el interior y el exterior del edificio. El

telar contemporáneo ha quedado reducido a un plano perpendicular a

la fachada dentro del cual, generalmente sin m

ocheta, se aloja la car-pintería. La renuncia al diseño de ese plano de intersección del huecocon el grueso de fachada supone un em

pobrecimiento evidente de las

posibilidades constructivas y expresivas del edificio.

Las fachadas modernas de albañilería ofrecen nuevas e insospecha-

das posibilidades al telar. Desde que se inició la difusión de la fachada

67

En la taca o pequeña alacena de este telar del

Palacio de Topkapi en Estam

bul se ha dispuestohasta un lavam

anos.

El telar d

e la casa de las Flores d

e Mad

rid(S

.Zuazo).

8

T

Page 137: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

134

de dos hojas con cámara ventilada se puso en evidencia la posibilidad

de que ambas hojas, la portante interior y la exterior de cerram

iento,tuviesen diferente planta y no quedasen enrasadas en el telar. E

ste re-curso se puede utilizar para ocultar las carpinterías avanzando la hojaexterior hacia el hueco, de m

odo que se recupera la antigua mocheta.

Tal solución se está utilizando frecuentemente en la arquitectura de hoy,

tanto si la hoja exterior es de ladrillo como si es m

etálica o de piedra. Lanecesaria y previsible difusión de la fachada con cám

ara ventilada abreésta y m

uchas más posibilidades de diseño a los nuevos telares.

Un telar con m

ocheta para alojar la carpintería garantiza la estanquidadporque exige al agua un recorrido laberíntico en su m

ovimiento hacia el

interior del edificio. Toda la construcción tradicional es un ejemplo de

ello. En la actualidad, podem

os utilizar la voz telar como sinónim

a de*p

remarco

, puesto que el premarco se coloca en la obra antes de le-

vantar la albañilería y sirve de límite o galga para su construcción. Los

premarcos de gran anchura form

an un conjunto de planos que delimi-

tan exactamente la geom

etría del primitivo telar y su papel principal

sigue siendo la definición física de los huecos. En el proceso de obra

tradicional los premarcos preceden a toda la albañilería y sirven para

garantizar la perfección del replanteo ya que todos los cerramientos se

construyen entre esos premarcos de m

adera.

En la obra con fachadas ventiladas los prem

arcos se hacen cada vezm

ás complejos y asum

en un papel cada vez más im

portante en el pro-ceso constructivo y en su com

portamiento posterior. E

n efecto, no sóloordenan el proceso constructivo sino que rem

atan el canto de las diver-sas hojas, tom

an el papel de dintel y organizan el montaje, en su inte-

rior, de la compleja urdim

bre de carpinterías, vidrios y protecciones denuestros huecos. P

or todo ello no parece demasiado arriesgado propo-

ner una recuperación de la voz telar para sustituir el convencionalprem

arco. En la fachada de dos hojas el prem

arco se desdobla y seestira para llegar a cubrir el retorno del m

uro desde el haz exterior de lafachada hasta el plano, a veces m

uy lejano de la carpintería. Llamar

premarco a ese conjunto de superficies parece m

enos exacto que recu-perar el original telar.

910

El p

remarco

o telar d

e chap

a de la Illa

Diagonal,B

arcelona (R. M

oneo, M. d

e Solà

Morales).

T

Page 138: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

135

El prem

arco conlleva algunas voces que se usan demasiado poco; por

ejemplo, una que aludía a uno de los m

odos de fijación de los cercos ala obra. Los perfiles del cerco se dejaban sin cortar y form

aban unasprolongaciones m

ás allá del perímetro del m

arco que penetraban en laobra y facilitaban su com

portamiento solidario: los co

go

tes, «pedazode m

adera que sale fuera de [...] los cercos de una puerta o ventana»(T

). Hoy podem

os llamar cogotes a los flejes o perfiles que salen del

premarco para buscar su anclaje en los forjados.

Por otra parte, un telar bien estudiado puede dar lugar a una organización

de la ejecución de la fachada a partir de unos premarcos que localizan los

huecos y ordenan la disposición de la albañilería. Un caso paradigm

áticode este uso es el edificio de la Illa D

iagonal, en Barcelona, de R

. Moneo y

M. S

olá Morales, donde el prem

arco es una chapa de acero inoxidableque tiene una profundidad igual a todo el grosor de la fachada. Losprem

arcos/telares de esta obra se colocaron cuando sólo se había ejecu-tado la estructura, fijándolos con patas a los forjados. E

ntre estosprem

arcos/telares se levantó la albañilería, y sobre ella se dispusieronlos aislam

ientos, cámaras y lienzos exteriores de travertino. E

l haz exte-rior de este travertino enrasa con el canto del prem

arco de acero.

El prem

arco o nuevo telar forma parte de la obra y crea las condiciones

ideales, como la antigua m

ocheta, para recibir la carpintería, y dentrode ese telar se coloca el b

astido

r, marco

o cerco. Q

uizás bastidor es lapalabra m

enos adecuada de las tres, porque sugiere que es origen deuna labor en su interior (bastir, construir), pero M

aría Moliner da una

definición más abierta que deja en buen lugar esa acepción: «arm

adura[...] que deja en su interior un hueco sobre el que se tiende o sujetaalgo». E

l Torroja, por su parte, insiste en que el bastidor es el marco, y

sólo permite su utilización para referirse a la carpintería de la hoja cuan-

do ésta es una vidriera.

Dentro del m

arco cada pieza tiene también uno o varios apelativos. D

eform

a genérica, los elementos verticales se llam

an guald

eras, que estam

bién como se nom

bran «las piezas laterales de algunos armazo-

nes» (RA

E). A

veces se les llama jam

bas, pero conviene recordar que esm

ejor reservar el término para los elem

entos verticales pétreos del

111213

14

Los cogotes del telar d

e chapa p

legada y

galvanizada d

e unas viviendas en S

olsona,Lleida (Ll. C

lotet, I. Paricio).

T

Page 139: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

136

perímetro del m

uro. Así pues, las gualderas pueden ser definidas com

ocada una de las piezas laterales de las que form

an el hueco de unapuerta o ventana. Tanto las gualderas com

o la puerca, (Véase fayan-

ca), son voces antiguas muy poco utilizadas. S

i vale la pena recordar yrecuperar el cab

ecero (T

), elemento horizontal superior del m

arco y,sobre todo, la p

eana (P

), que es el elemento horizontal inferior. E

staúltim

a pieza cumple un papel m

uy importante en la conducción de las

aguas entre la hoja y el alféizar, y por ello tiene una sección muy ela-

borada. Am

bos, cabecero y peana, se pueden llamar tam

bién cabio

salto

y bajo

, respectivamente

(T). E

n algún caso, en ventanas muy altas

con dos hojas de practicabilidad diferente, aparece una imp

osta, «m

ai-nel horizontal que divide en dos el cerco de una ventana com

puesta»según el m

ismo diccionario. P

or último, la m

angueta, «listón de m

ade-ra en que se aseguran con goznes las puertas vidrieras, celosías,etc.» (R

AE

), sugiere algunas construcciones sin marco donde sólo una

madera soluciona la fijación de las bisagras.

En la construcción convencional el cerco se suele dejar enrasado por el

interior con el yeso, lo que da lugar a una junta que es casi imposible

realizar con perfección; por ello se utiliza el tapajuntas: «listón que se

coloca para tapar la unión o juntura del cerco de una puerta o ventanacon la pared» (T

). En el perím

etro de la carpintería o en los antepechosciegos se disponían unos com

plementos que vale la pena recordar. U

noera la fresq

uera, «especie de armario generalm

ente situado debajo dela ventana de la cocina, abierto al exterior y protegido con tela m

etáli-ca»

(MM

). El otro, el m

olinete, «m

olinete con aspas, generalmente de

hoja de lata, que se pone en la vidriera de una habitación para que,girando, renueve el aire de ésta» (T

).

En algunos casos, cada vez con m

ayor frecuencia en la arquitecturacontem

poránea, los cercos reciben directamente a los vidrios, y form

angrandes vid

rieras. En las vidrieras antiguas, las de las catedrales góti-

cas, por ejemplo, era norm

al proteger los delicados vidrios con una malla

metálica que se llam

aba sob

revidriera. E

n este sentido conviene noolvidar que los vidrios sufren deform

aciones térmicas de cierta im

por-tancia, razón por la cual tienen que estar perfectam

ente separados delm

arco, para que estas deformaciones sean libres y para que no les

1516

Perfiles de un prem

arco o peana.

T

Page 140: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

137

afecten las posibles deformaciones del cerco o de la obra. P

or ello siem-

pre han existido productos o sistemas de fijación m

uy especiales; unode ellos era el entram

ado de plomo, m

aterial muy m

aleable que se ave-nía a cualquier deform

ación diferencial. El m

aterial llegaba a la obracom

o verga: «tira de plom

o o cinc con ranuras en los cantos que sirvepara asegurar los vidrios en las ventanas» (M

M). P

or cierto que hasta laherram

ienta que servía para abrir el canal de plomo en el que se aloja el

vidrio tiene un nombre: la ting

le.

Los vidrios comunes se fijaban al cerco con los junquillos citados o con

la masilla de vidriero: producto tam

bién llamado betún de vidriero, cons-

tituido por «un 41% de carbonato de plom

o, 41% de blanco de E

spañay 18%

de aceite de linaza puro [...] sirve para la fijación de los cristales»(R

AE

). Esa voz define pues un producto m

uy concreto, y por ello, paradefinir los productos m

odernos, se están utilizando términos de conte-

nido más genérico. P

rimero fueron los m

ástiques, por influencia del fran-cés m

astic. En el diccionario de la R

AE un m

ástique, es una alm

áciga;pasta de yeso m

ate y agua de cola, para igualar las superficies que sehan de pintar. E

l Torroja, con ánimo de contem

porizar, añade: cualquierproducto bitum

inoso, resinoso o análogo, de consistencia plástica quese utiliza para rellenar juntas. La verdad es que la alm

áciga, resina

natural del tronco del lentisco, queda muy lejos de nuestras posibilida-

des actuales. Curioso m

undo el de las masillas tradicionales; una voz

tan eufónica como zulaq

ue es un «betún o masa com

puesta de cal,aceite, estopa y otros ingredientes que sirve para [...] afirm

ar las pie-dras y ladrillo entre sí en obras que han de estar en agua y aún suelenechar teja m

olida, escorias y pelos de cabra», según varios autores.

Quizás la com

plejidad de todo ese recetario justifica la elección de se-llado para nom

brar en general los productos que solucionan el proble-m

a de las relaciones elásticas entre vidrio y marco. S

on productos decom

posiciones químicas m

uy variadas, pero que tienen en común su

gran elasticidad bajo pequeñas cargas y su capacidad de adherencia am

ateriales variados. Sellar, según el Torroja, es «cerrar, tapar, cubrir [...]

Hablando de una junta, acabar de cerrarla con un m

aterial plástico».Los sellados tienen que com

binar su adherencia a los labios de la juntacon la elasticidad suficiente para asum

ir, sin despegarse ni romperse,

1718

Fijación de hierro en forma de uña que sujeta el

armazón form

ado por la verga de plomo. La

junta ha sido reparada con algún mástique o

almáciga.

T

Page 141: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

138

los movim

ientos que los cambios térm

icos o mecánicos im

pondrán alos m

ateriales que llegan a esas juntas. Los productos que se suelenutilizar, y cuyos nom

bres están sustituyendo al genérico de sellado, man-

tienen su adherencia y elasticidad durante algunos años. Tengo queaceptar, y m

e cuesta hacerlo, que cada vez más años.

En algunos casos no se sella todo el perím

etro del vidrio sino que éstese coloca de m

anera que su perímetro inferior queda separado del cer-

co, un poco más hacia el exterior, dejando una fina ranura de ventila-

ción. Este dispositivo, m

uy utilizado en las claraboyas, que permite eva-

cuar el agua de condensación de manera que se vierta en el exterior, se

denomina ‘escurrid

or (M

T).

19

So

lape o

traslapo

entre los vid

rios d

e laclaraboya del restaurante A

zulete, Barcelona

(Ó. Tusquets, I. P

aricio).

T

Page 142: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

139

Dedicarem

os este capítulo a estudiar las voces que se refieren a la parteinferior de los huecos y a los problem

as de estanquidad que en ella seplantean. E

mpezarem

os por las ventanas y, dentro de ellas, por el alféizar.E

sta voz, hoy de uso común, ha cam

biado totalmente su significado res-

pecto a su uso histórico. Com

o muchas otras voces de la construcción, se

ha movido, se ha desplazado por la zona de los huecos de fachada por lo

menos un par de veces en su historia. E

n su acepción original se trata deuna palabra árabe que alude a vacío. E

n algunos diccionarios todavía sedefine com

o el hueco de fachada, y es probable que ese vaciado originaltenga m

ucho que ver con un proceso de construcción norteafricano queconsiste en levantar las paredes de la casa com

o muros ciegos, para luego

abrir en ellos los huecos, vaciándolos, ahuecándolos.

Obsérvese que vano

y hueco, sinónim

os de ventana, son palabras quetam

bién aluden al vacío, como si lo único im

portante fuese el hecho deque se ha perforado el m

uro y como si las carpinterías ya nunca pudie-

sen llegar a cerrar esa perforación. Hasta tal punto es im

portante elm

uro y secundaría la carpintería en la construcción histórica. Esta eti-

mología justifica la prim

era de las tres localizaciones del alféizar: el con-junto de los cuatro planos que cortan el m

uro para abrir el hueco, unaprim

era versión que hoy aún contemplan algunos diccionarios (com

o elde Julio C

asares), pero que está completam

ente en desuso. Hoy no

tenemos una palabra precisa para expresar esa idea; la voz telar, ana-

lizada en el capítulo anterior, se acerca a su significado pero con mati-

ces difíciles de introducir en la construcción actual.

Um

bralLos bajos de puertas y ventanas

1A

lféizar2

Vano

Hueco

4A

lfarjía5

Antepecho

Mesilla

Guardalado

Peto

Antecuerpo

Barandal

6G

oterón10

Fachada de doshojasC

ámara

ventilada

12

Fachadaventilada

11B

aberoD

elantal14

Um

bralU

mbralar

15Lum

bralLindarQ

uicio16

TrancoTranquilloLim

ón17

Guardacantón

U

Page 143: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

140

6

En su segundo significado histórico, el alféizar se localiza en un pliegue

de esos planos que lo definían hasta ese mom

ento. En los diccionarios

de fines del XV

II el alféizar parece identificarse progresivamente con lo

que hoy llamam

os mocheta. La versión clásica de B

ails es clara: «rebaxoen ángulo recto que form

a el telar de una puerta o ventana con el derra-m

o, donde encaxan las hojas de carpintería con que se cierra».

Muy m

odernamente la voz adquiere su tercera localización dentro de

esos planos de corte, y desciende para aposentarse en la parte inferiordel hueco. A

sí llega a su significado actual de alféizar: «plano que deli-m

ita el hueco de una puerta o ventana y deja al descubierto el gruesodel m

uro. Generalm

ente sólo se dice del horizontal que sirve de corona-ción al antepecho de una ventana»

(T). E

stos desplazamientos alrede-

dor del hueco resultan curiosos, y mucho m

ás los variados caminos que

adoptan en los países de habla castellana. En C

olombia, por ejem

plo,llam

an al alféizar alfarjía, que para nosotros sería el madero de escuadría

adecuado para construir el marco.

En su im

parable descenso por la fachada, el alféizar se está empezan-

do a confundir con todo el cuerpo de fachada que queda por debajo dela ventana. E

s una confusión imperdonable que deja casi anónim

o unelem

ento muy delicado de la arquitectura y lo confunde con otro para el

que ya tenemos una voz m

uy adecuada: antepecho

. El alféizar será

sólo su plano de coronación, o la pieza que lo forma. M

aría Moliner

empieza a aceptar esa confusión cuando adm

ite para antepecho la si-guiente definición: «pretil o barandilla que se pone en el borde de lospuentes, balcones, etc., para evitar la caída desde ellos y para poderapoyarse. C

orte liso en la parte inferior de las ventanas, donde es posi-ble apoyarse». E

ste papel de poyo que ofrece el alféizar ha dado lugar aun sinónim

o: mesilla, funcional pero m

enos sugerente. Pretil se usaba

también antiguam

ente como antepecho, pero hoy ha quedado reducido

a la protección en puentes o carreteras. Otras voces para ese m

uretebajo el hueco son g

uardalad

o, p

eto, antecuerp

o e, incluso, b

arandal.

Nos conviene conservar la especificidad actual del alféizar porque es

un elemento con problem

as de diseño muy particulares y de solución

nada fácil. Debe ser la cubierta del m

uro de antepecho y conducir el

345

U

Page 144: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

141

agua desde el plano de la ventana hasta el haz exterior de fachada. En

sección tiene, pues, un problema claro: recoger el agua que baja por la

ventana calzándose debajo del vierteaguas de la peana, y otro más

complejo: asom

arse a la fachada para verter las aguas sobre ella. El

alféizar histórico es bastante simple: se proyecta hacia el exterior for-

mando un g

oteró

n sobre la fachada. Recuérdese que para que ese

goterón sea eficaz el dibujo de su sección ha de tener en la parte infe-rior algún plano que obligue al agua a subir contra la gravedad en suprogresión desde el extrem

o del vuelo hasta el plano de fachada.

El punto m

ás delicado del alféizar es el encuentro con los planos vertica-les laterales, las jam

bas. La solución clásica consiste en introducir la pie-za de alféizar en el m

uro lateral, bajo los tranqueros. Mejor aún si adem

ássus extrem

os se levantan para proteger completam

ente esa delicadaentrega de su plano inclinado con el plano vertical del telar. A

sí el aguaque se acum

ula en ese rincón no puede progresar hacia el interior por-que la junta entre am

bos elementos está m

ás elevada. Se trata de una

solución clásica en los mejores diseños de la cantería tradicional pero

que se adapta perfectamente a las m

odernas soluciones moldeadas.

En este punto se plantea otro aspecto problem

ático: la suciedad quealm

acena el plano inclinado del alféizar es arrastrada por el agua delluvia y se deposita irregularm

ente sobre la fachada. La formación de

manchas depende de factores m

uy complejos, pues se m

ezclan efec-tos de lavado y depósito que dependen de la porosidad del m

aterial y lafrecuencia e intensidad de las lluvias. E

n un punto determinado de la

fachada, esa zona estará cada vez más lim

pia si el efecto de lavado delagua provocado por el paso del agua de lluvia es m

ás eficaz en sufunción lim

piadora que el efecto de depósito de la suciedad que arras-tra. S

i no es así, estará cada vez más m

anchada. Este problem

a no esdem

asiado importante en las fachadas de m

ateriales muy poco poro-

sos; con vidrio o granito oscuro y pulido el problema es inexistente por-

que la suciedad difícilmente se deposita.

La situación es más grave con piedras, horm

igones o ladrillos muy po-

rosos en los que la absorción detiene el agua de escorrentía y la polu-ción form

a inmediatam

ente una costra. La duda siempre planea sobre

789

U

Page 145: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

142

12

la eficacia de un goterón que vierte el agua sucia de las primeras

gotas tan cerca del propio plano de fachada. La solución más radical

para evitar ese arrastre de agua sucia es recogerla dentro de la plantadel alféizar y evacuarla por un sistem

a independiente. Existen algunos

precedentes históricos de esta idea, pero su planteamiento contem

-poráneo parece que arranca de las ventanas de la B

anca Popolare de

Verona, de C

arlo Scarpa, donde los huecos son perforaciones circula-

res en la piel de la fachada; entre ese plano y la profunda situación dela carpintería se form

a un espacio en el que el agua de lluvia se reco-ge y evacua m

uy por debajo del alféizar con un desagüe a fachada am

odo de pequeña gárgola.

La difusión de la fachada d

e do

s hojas está introduciendo nuevas difi-

cultades en el diseño del alféizar. En esta construcción, las dos hojas de

albañilería que forman la fachada convencional desde hace casi un si-

glo se separan radicalmente: una, la interior, se inserta entre los forja-

dos; y la otra, exterior, debe ser libremente deform

able. Entre am

bas seform

a una cámara ventilad

a, que permite evacuar las hum

edades quepuedan atravesar la hoja exterior. P

or ello a esta nueva solución cons-tructiva se la llam

a también fachad

a ventilada.

La indispensable deformabilidad de esa hoja exterior de la fachada

moderna deja en situación com

prometida a nuestro tradicional alféizar,

puesto que debe asegurar la estanquidad de la parte inferior del huecoy a la vez perm

itir que la hoja exterior se mueva. Las dificultades son

máxim

as si, como es habitual, la carpintería se coloca a haces interio-

res. Es conveniente que el alféizar sea solidario con la hoja interior, la

única que puede ofrecerle un soporte firme, pero debe volar m

ás allá dela hoja exterior para form

ar el goterón. En estos casos es habitual ase-

gurar la estanquidad disponiendo debajo de él un bab

ero o d

elantal, esdecir, una lám

ina imperm

eable, antes de plomo y hoy de tela asfáltica,

que conduce las aguas que puedan llegar a la cámara hasta el plano

exterior de fachada.

El papel del alféizar es tanto m

ás importante cuanto m

ayor distancia hayentre el plano exterior de la fachada y el plano en el que se colocan lascarpinterías. C

uando el régimen de lluvias es im

portante, resulta habitual

1011

Exp

ulsión por gárgola d

el agua recogida en

el alféizar oculto, Banca P

opolare d

e Verona(C

. Scarp

a).

Fachada ventilada fachada de dos hojas.

U

Page 146: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

143

ver cómo se anula esa distancia para evitar la aparición de un elem

entoque, en rigor, lo único que hace es entretener el recorrido de las aguas.A

sí, por ejemplo, la ventana clásica en S

antiago de Com

postela tiene unahoja vidriada situada en el haz exterior de la fachada. E

s evidente que eneste caso los problem

as se trasladan al borde superior de esa hoja, peroallí son m

uy fáciles de resolver con un guardaguas. En este tipo de venta-

nas no se confía en la estanquidad de la relación hoja, marco, obra, pues-

to que el agua puede penetrar por detrás de la hoja exterior vidriada perosin la presión del viento ni la ayuda de la capilaridad, el agua cae al alféi-zar interior, que la recoge y la evacua por un canalillo excavado en lapiedra y un tubito a m

odo de gárgola.

La fachada ligera o aquélla en la que el vidrio avanza hasta situarse ahaces exteriores para ofrecer una im

agen más tersa del edificio hacen

desaparecer el alféizar de la arquitectura moderna. S

in embargo, se

plantean problemas de m

uy difícil solución cuando se intenta que esam

isma fachada, som

etida a las deformaciones m

ecánicas y térmicas

correspondientes, sea la garantía de estanquidad del edificio. La solu-ción gallega es m

ucho más m

oderna en este sentido.

La mayor parte de lo dicho para alféizar vale para el um

bral. E

l término

umbral está asociado con lím

ite. La compleja etim

ología que cita María

Moliner lo acerca al latín lim

inaris del que habría perdido la ele, quepasa al artículo. S

in embargo para B

ails, el autor del más antiguo de los

diccionarios consultados, sólo existe una acepción: «el madero que está

asentado sobre las jambas o largueros de un vano». M

atallana incluyelas dos versiones aunque tom

a como prim

era acepción la localizacióninferior. N

o obstante, umb

ralar es colocar una viga en una pared maes-

tra para luego poder vaciar el macizo inferior.

En cualquier caso es una voz que sugiere una entrada en un lugar deli-

mitado, pero cuya situación es confusa, pues tanto sirve para señalar la

«pieza, empotrada o no, o escalón, que form

a la parte inferior de unapuerta», com

o para nombrar «la viga que atraviesa un vano para soste-

ner un muro». E

l Torroja deshace el equívoco y decide dar una únicaversión: el um

bral está abajo, contrapuesto al dintel, dice. En su larga

evolución etimológica, um

bral ha dejado algunas voces que hoy son de

13

1415

Ventana de S

antiago

de C

om

po

stela con

expulsión inferior del agua de la mesilla.

Babero en una fachada de dos hojas. U

Page 147: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

144

escaso uso: lumb

ral, que es umbral pero m

ás cerca de la raíz latinalim

inaris, y lindar, que asim

ismo es sinónim

a de umbral pero m

ás cercade la llinda catalana, siem

pre con la idea de límite. N

o podemos dejar

de citar otra vez el quicio

pues también se usa com

o «rincón formado

por la puerta y el muro en la parte donde gira la puerta [...] A

currucadoen el quicio de la puerta» (M

M).

Es curiosa la acepción de um

bral que tiene la voz tranco. S

u primera

acepción es «paso o salto que se da abriendo mucho las piernas». P

eroen la segunda ya aparece el «escalón, pieza o parte del suelo que cons-tituye la parte inferior del hueco de una puerta» (M

M). E

n algunas regio-nes de E

spaña (Albacete, A

ndalucía y Aragón), tranq

uillo tam

bién valecom

o umbral. Tranco puede pues asociarse tanto al tranquero o la tran-

ca como a esa zancada. E

l limó

n, adem

ás de su acepción en la escale-ra, tiene aquí tam

bién una muy olvidada, sinónim

a de tranco: es el es-calón de acceso a un interior que lo protege de las aguas.

Por últim

o, recordemos el guard

acantón, que no sólo existe en las esqui-nas del edificio sino que tam

bién es la pieza de piedra, hormigón o m

etá-lica, asegurada en los m

uros, en las puertas de las cocheras o en losportales practicables para carruajes, destinada a im

pedir que las ruedasde los m

ismos tropiecen con las aristas de las puertas y sus cercos

(T).

1617

Guardacantones y lim

ón con mam

perlán.

U

Page 148: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

145

Iniciaremos este capítulo dedicado a las instalaciones com

unes comen-

tando la voz chimenea. S

u significado tradicional es el de «cañón o con-ducto para que salga el hum

o que resulta de la combustión»

(RA

E), pero

modernam

ente se está desplazando hacia su segunda acepción, el ho-gar, y se dice que “tiene un salón con chim

enea”. Todavía tiene otra acep-ción poco significada que sin em

bargo señala un elemento cada vez m

ásnecesario en la arquitectura contem

poránea: la chimenea de instalacio-

nes. En ningún lugar aparece explícitam

ente con ese contenido; en algúncaso se reconoce la form

a de chimenea de ventilación: «patio m

uy estre-cho, que sirve para proporcionar ventilación pero no luz, en un edificio»(M

M). Las restantes acepciones reseñadas por la R

eal Academ

ia sugierenun uso general de chim

enea como conducto que en general pone en

contacto con el exterior. Quizás la versión m

ás interesante para nosotroses la recogida por M

aría Moliner, quien tras dejar constancia del origen

francés del término (chem

inée, derivado del latín caminus), lo define com

oel «conducto destinado a la salida del hum

o del fuego de la cocina o -agrega para nosotros- de cualquier otra cosa».

Lo cierto es que en los edificios contemporáneos la proliferación de

instalaciones ha alcanzado tal nivel que es necesario prever conductosespeciales por los que corran los cables o tubos que conectan cadalocal con el exterior, sea el subsuelo o el terrado. E

sos conductos verti-cales son absolutam

ente necesarios para albergar las instalacionescom

unes a las que se debe poder acceder para el mantenim

iento om

ejora de las instalaciones de cualquier planta sin molestar a los ocu-

VentosaP

atios, tubos y conductos

1C

himenea

3P

atioP

atínP

atinilloP

atinejo4

TubosC

onductos5

Alm

izcateM

ancomunado

Corral

Corrala

6C

avedioC

ompluvio

Impluvio

Cisterna

Aljibe

7B

ajanteD

esagüeC

ondutalV

aciadero

8A

lbañalA

lbollónA

rbellónTajeaA

lcantarillaC

loaca9

Val

Colector

10S

huntM

ambrú

11V

eletaG

iraldaG

iraldillo12

Aireación

Respiración

Exutorio

13E

xtractorV

entosa

12

V

Page 149: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

146

pantes de los demás pisos. Llam

arlas chimeneas de instalaciones m

ues-tra la voluntad de no confundirlas con los viejos patinejos.

La presión de la escasez de superficie en la vivienda urbana ha provo-cado una curiosa cascada de dim

inutivos. El p

atio es «el espacio des-

cubierto o cubierto de cristales que queda en el interior de un edificio, alque dan las ventanas de las habitaciones interiores» (M

M). Y

como el

tamaño de ese patio no ha hecho m

ás que reducirse a causa del incre-m

ento del coste del espacio habitable no es de extrañar la aparición dela voz p

atín, como dim

inutivo. Pero incluso la voz patín debió de quedar

grande para los ridículos conductos que se llegaron a construir en laposguerra, y tal vez por ello se adoptó su dim

inutivo patinillo

. La vozp

atinejo, que la R

eal Academ

ia no distingue de la anterior, tiene en elm

undo de la arquitectura un sentido más próxim

o al de conducto o chi-m

enea de ventilación.

Sin em

bargo, aunque los patinejos de los años sesenta no servían paraventilar, sí cum

plían un importante papel en el edificio: se utilizaban

para disponer los conductos de instalaciones verticales de manera que

una persona podía circular por el patinejo y acceder al mantenim

iento oam

pliación de los mism

os. Su engañoso papel com

o elementos de ven-

tilación les hizo fracasar. Negados por la norm

ativa, y con toda la razón,com

o elementos de ventilación de locales, desaparecieron de nuestros

edificios. Con ellos se elim

inó también esa posibilidad de recorrido ver-

tical, de modo que en la actualidad la reparación de un bajante puede

implicar a los propietarios de varias viviendas superpuestas. La chim

e-nea de instalaciones vendría a recuperar esa posibilidad tan necesariaante la continua innovación y expansión de nuestros tubos, cables yconductos. (D

e una manera un tanto arbitraria, pero m

uy útil, se hadado en llam

ar tubo

s a los conductos de líquidos y cond

uctos a los

que sólo conducen aire.)

Las formas m

ás tristes de esos pequeños patios en los que la viviendapierde toda intim

idad acústica, visual y olfativa son los patios que seorganizan entre dos edificios diferentes, patios que antiguam

ente sellam

aban almizcates: «patio entre fincas urbanas para el uso com

ún depaso, luz y agua» (R

AE

) y hoy patios manco

munad

os. La m

isma voz

345

Patio abierto o utilizado com

o chimenea de

instalaciones en un edificio d

e servicios enS

chlumberguer, P

aris (R. P

iano).

V

Page 150: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

147

patio, tal como la hem

os tomado del M

aría Moliner, es ya una reducción

de acepciones más generosas. La versión de M

atallana tiene un airem

ás rural: «el espacio cercado de tapias o galerías, y descubierto engeneral por arriba, que suele haber en las casas y en otros edificiospara dar luces a las piezas interiores y otros usos». Los “otros usos” alos que alude M

atallana en su definición estaban, como es lógico, rela-

cionados con los animales dom

ésticos. No es extraño que se llam

e tam-

bién corral al «patio de una casa de vecindad» (M

M). E

l acceso a diver-sas viviendas a través de una galería alrededor del corral dibuja la corrala,tan frecuente en el M

adrid histórico, y da nombre al teatro de corral

como lugar de representaciones.

Es curioso que la preocupación haya pasado de la luz a la ventilación.

En realidad el patio original estaba preocupado por otra cosa: la lluvia.

El caved

io, «patio de la casa rom

ana», se organizaba alrededor delco

mp

luvio, «abertura en el centro del tejado de las casas rom

anas,que proporcionaba luz a toda la casa por el interior de ella, y por la cualse recogía la lluvia caída sobre el *tejado» (M

M). Y

también el espacio del

patio alude a la lluvia: el imp

luvio (del latín im

plúvium, del latín vulgar

plóvere, llover), «espacio descubierto en medio del atrio de las casas

6

Impluvio de la biblioteca de Fuencarral, M

adrid(A

. Perea).

Corrala granadina.

V

Page 151: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

148

romanas, por donde entraban las aguas de lluvia, que eran recogidas

en un pequeño depósito situado en el centro del atrio», porque, en efec-to, el agua recogida en esos patios se conducía hasta la cisterna oaljib

e, «depósito, generalmente subterráneo, donde se recoge y guarda

agua procedente de lluvia o de un manantial» (M

M).

Por esos patinejos, ahora chim

eneas de instalaciones, pasa uno de loselem

entos más delicados de la casa, el encargado de la evacuación de

aguas: la voz más com

únmente utilizada en la actualidad es b

ajante,aunque tam

bién se usa la más genérica de d

esagüe, y se suele distin-

guir si es de aguas pluviales o fecales. En el segundo caso la voz bajante

es la más utilizada; para el prim

ero se podría recuperar el olvidadoco

ndutal, «conducto por donde se evacuan las aguas pluviales» (M

M).

Según los diccionarios tam

bién es correcto el término vaciad

ero.

Esa delicada conducción, que lim

ita el recorrido de los residuos colecti-vos o el de los im

previsibles caudales de las aguas pluviales, en la más

estrecha vecindad con la vida cotidiana, ha recibido toda clase de nom-

bres, que aunque no se asocian específicamente a la disposición hori-

zontal se usan sobre todo en esos casos porque han sido los más rele-

vantes en la historia de la construccón. El alb

añal es «el cauce o con-ducto por donde desaguan aguas sucias o residuales» (M

M), pero tam

-bién se puede llam

ar albo

llón, arb

ellón, tajea, alcantarilla o clo

aca.

En algunas voces, com

o val, se alude específicamente a la condición

de canal abierto de esa conducción. En la actualidad el térm

ino más

utilizado para designar la alcantarilla urbana es el de colecto

r. No obs-

tante, estas voces, y como sucede con todas las que aluden a activida-

des consideradas como socialm

ente repugnantes, son reemplazadas

periódicamente por otras m

ás neutras que, sin embargo, no tardan en

teñirse de connotaciones desagradables y por ello son de nuevo susti-tuidas (retrete, váter, inodoro, servicio...).

Por esas chim

eneas de ventilación deben pasar también las ventilacio-

nes de algunos locales, aparatos o tuberías que así lo exigen, como,

por ejemplo, ventilaciones de los pequeños locales de baño que se en-

comiendan frecuentem

ente a conductos especialmente diseñados que

78910

Un m

ambrú con auténtico aire m

ilitar.

V

Page 152: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

149

utilizan el efecto Venturi y la convección térm

ica para mover el aire inte-

rior. Les llamam

os *shunts, del inglés to shunt, conectar, enchufar, por-que el diseño de los conductos consigue que las plantas se vayan co-nectando sucesivam

ente a un único conducto colectivo sin grave peli-gro de intercom

unicación. Para m

ejorar la succión venturiana se dispo-nen rem

ates de cubierta con formas especiales, y entre ellas un diseño

espectacular y de larga tradición que es el mam

brú. A

algún lector estenom

bre le habrá recordado una canción infantil, la del famoso M

ambrú

que se fue a la guerra, “mire usté, m

ire usté que pena”. En efecto, m

ambrú

no es más que la corrupción del nom

bre del general inglés Marlborough,

cuya popularidad llegó hasta darle nombre a un rem

ate de chimenea

cuya aleta, para hacer de veleta, le hace asemejarse a un casco m

ilitar.

En realidad, el m

ambrú es un capuchón que protege del viento la salida

de humos, orientándose siem

pre contra él gracias a esa lámina añadida

que hace de veleta. Dice el diccionario que cuando una veleta tiene figura

humana o de anim

al se llama girald

a. La torre sevillana toma este nom

-bre por el girald

illo que la remata, aunque la espectacular im

agen delarcángel no m

erecía el diminutivo, que tam

bién recoge el diccionario.

En la actualidad se habla a m

enudo de aireación, distinguiéndola de la

ventilación debido a la menor velocidad del aire. S

e podía haber recu-perado la tradicional de resp

iración

(MT

). Por últim

o, debemos recordar

otro neologismo curioso. La prevención de incendios ha im

puesto unosm

ecanismos de apertura, generalm

ente automática, para garantizar la

evacuación de los humos a los que los autores de la norm

ativa bautiza-ron com

o exutorio

s. Les debemos agradecer que echaran m

ano deldiccionario español y no del inglés pero a uno se le dibuja una sonrisa,helada eso sí, cuando lee su definición: «úlcera que se deja abiertapara que supure con un fin curativo». La etim

ología, no obstante, esrazonable, del latín exuere, extraer.

Cuando se exigen caudales m

ayores, se recurre a las ventilaciones for-zadas con aparatos de extracción, los fam

osos extractores de cocina,

cuyos resultados están siempre com

prometidos por la altura de la co-

lumna de aire que deben m

over. En pocos casos se plantea la extrac-

ción colectiva, que exigiría un mantenim

iento comunitario de los ventila-

111213

Giraldillo de la catedral de S

evilla. V

Page 153: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

150

dores. Pero olvidam

os frecuentemente la ventilación de los desagües,

un olvido grave porque los sifones se desceban con la caída de lasdescargas del inodoro. La tradición siem

pre ha exigido la ventilación delos puntos altos de la red de desagües, y tiene para ello una voz que esla que ha dado título al capítulo: la vento

sa, «abertura que se hace enalgunas cosas para dar paso al aire y especialm

ente la que se deja enlos puntos m

ás elevados de una cañería. También se llam

a así el tuboque sirve para la ventilación de las atarjeas»

(MT

). Esta definición, con

más de ciento cincuenta años de edad, evidencia la larga historia de

una protección tan simple y tan olvidada.

Exutorio.

V

Page 154: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

151

La escueta definición que del término m

uro formula el diccionario de la

Real A

cademia rem

ite a otras dos entradas: pared o tapia. Si las consulta-

mos, com

probaremos que la p

ared es la «obra de albañilería vertical que

cierra o limita un espacio»; y que tap

ia, en su tercera acepción, es una«pared form

ada por tapias», siendo estas tapias las descritas en la primera

acepción, esto es, «cada uno de los trozos de pared que de una sola vez sehacen con tierra am

asada y apisonada en una horma». D

ejaremos aquí la

tapia, cuyo proceso de construcción se ha descrito en otro punto (Opa),

para seguir con las voces directamente relacionadas con el m

uro.

En la definición de la A

cademia se echa en falta alguna consideración

sobre su papel portante que, si bien es cierto que no es indispensable,sí es m

uy significativo. María M

oliner define el muro com

o: «obra dealbañilería hecha de piedra, ladrillo, adobes, etc., form

ando una placavertical, que se construye para cerrar un espacio, sostener una techum

-bre, etc.»

. El térm

ino azor es un antiguo sinónim

o de muro que citan

algunos diccionarios, pero que está totalmente en desuso.

Por su situación o papel en el edificio los m

uros reciben nombres diver-

sos como m

edianero

, med

ianil o de med

ianería «cuando separa dosviviendas o edificios contiguos»

(T); m

uro de fachada -de situación ob-via

- y mu

ro traviesa

, «p

are

d m

ae

stra q

ue

no

está

en

fach

ad

a n

im

edianería» (R

AE

). Es digna de ser recordada la voz ho

stigo

, «parte dela pared o m

uralla expuesta al daño de los vientos y lluvias» (RA

E). Y

también la im

presionante evolución etimológica con que M

aría Moliner

ilustra la palabra crujía, procedente de la italiana corsia, creada a partir de

Xaraiz

Muros, piedras y ladrillos

1M

uroP

aredTapia

2A

zorM

edianeroM

edianilM

edianeríaTraviesaH

ostigoC

rujía4

Muro de

arriostramiento

Estribo

Contrafuerte

Macho

Machón

5M

ampuesto

Sillar

Sillarejo

6LechoC

ontralechoV

erdugadaV

erdugoA

hueso

7S

ogaT

izónG

ruesoTablaC

antoTesta

8H

iladaTendelLlaga

9A

staP

ieC

itaraA

citaraM

uro a sogas10

Citarilla sardinel

11X

araizX

airadoX

airoJairoJaire

12R

espaldónJofreH

orma

Albarrada

123

X

Page 155: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

152

corsio, corriente, y derivada a su vez de corso (y aquí la autora remite al

término curso), que recibe el influjo del verbo crujir, «porque en las galeras

se hacía pasar a los soldados castigados por ese pasillo recibiendo losgolpes de los galeotes sentados a uno y otro lado». D

espués de tales expli-caciones, M

aría Moliner ofrece la siguiente definición: «cada una de las

secciones en que queda dividido un edificio de un lado a otro por los muros

de carga o las filas de pilares». La Real A

cademia, por su parte, proporcio-

na una descripción adecuada para nuestros usos, aunque sólo como cuar-

ta acepción: «el espacio comprendido entre dos m

uros de carga», porqueen la prim

era, también arquitectónica, se lee: «tránsito largo de algunos

edificios que da acceso a las piezas que hay a los lados».

No distinguen, sin em

bargo, los diccionarios entre el muro de carga y el

muro

de arrio

stramiento

, el que se construye para estabilizar una es-tructura frente a las acciones horizontales. P

ero si que incluyen vocesreferidas a diversas form

as de arriostramiento, com

o estribo

o contra-

fuerte: «pilar o arco (o macizo) adosado a un m

uro para reforzarlo osostenerlo» (M

M). U

n término antiguam

ente conocido como contrahorte,

o como m

acho o m

achón: «pilar de fábrica que sostiene un techo o [...]

se ingiere del todo o en parte en una pared para fortalecerla» (T

).

Los muros pueden ser de tapia, com

o ya hemos visto, o de piedra o

ladrillo. Los de piedra a su vez pueden ser de mam

puestos, sillarejos osillares. Los m

amp

uestos (vocablo com

puesto con los términos m

anoy puesto) no tienen una labra especial: «piedra sin labrar que se colocacon la m

ano. Se aplica a las piedras o m

aterial empleado en las obras

de mam

postería» (T). E

l sillar, sin embargo, es un paralelepípedo de

cierto tamaño: «en general piedra escuadrada» (P

). El sillarejo

, por fin,es de un tam

año más reducido y puede m

overlo un hombre solo, pero

debe estar bastante escuadrado, por lo menos por la cara vista y las de

contacto: «sillar que no ocupa todo el espesor del muro»

(MM

).

Las piedras se colocan generalmente en hiladas horizontales super-

puestas, sobre todo los sillares y sillarejos. La piedra se debe situar conla m

isma relación con la horizontal que tenía en la cantera, pues así

será mucho m

ás resistente. Por ello en la cantera se m

arcan las piedrasindicando cuál es su lecho

, su cara de apoyo, y su contralecho

, su cara

456

X

Page 156: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

153

superior. El orden de las hiladas garantiza el com

portamiento solidario

en los muros de sillería; pero en los de m

ampostería es habitual dar

más trabazón a la obra disponiendo espaciadam

ente unos ladrillos atizón que unen las caras con el núcleo. Verd

ugad

a o verdug

o: «cual-

quier hilada de ladrillos que se pone horizontalmente una fábrica de

mam

postería o de tierra de trecho en trecho» (MT

). Muy raram

ente laspiedras se colocan sin m

ortero, y en este caso se dice que la pared estáhecha a hueso

, «piedras, baldosas o ladrillos perfectamente unidos y

sin mortero entre sus juntas o lechos», según la

RA

E.

Cuando el m

uro es de ladrillo, los nombres a él referidos describen su

espesor o su aparejo. Recordem

os los que aluden a las dimensiones

del ladrillo: sog

a, la mayor longitud, el largo; tizó

n, la longitud interme-

dia, sensiblemente igual a la m

itad de la soga en los ladrillos normales;

grueso

, la menor de las dim

ensiones. Y los que señalan a sus caras:

tabla, la m

ayor, la que forman soga y tizón; canto

, la intermedia, la que

forman soga y grueso; testa, la m

enor, la que forman tizón y grueso.

La hilada, ya m

encionada, es la «serie horizontal de ladrillos o piedras

en un edificio» (R

AE

). Com

o es obvio, el nombre viene del hilo que se

tiende entre dos reglones para facilitar la colocación perfectamente ho-

rizontal de los ladrillos. Ese hilo se llam

a tendel, una denom

inación quecom

parte con el mortero, que se tiende sobre una hilada para colocar la

siguiente. Porque tam

bién tienen nombre específico las juntas no sólo

este tendel horizontal sino también la llag

a, junta vertical entre ladrillosde la m

isma hilada.

Los nombres de los m

uros en función de su espesor son: asta, muro de

una soga de espesor, también llam

ada muro de un p

ie; citara o acitara,m

uro de un tizón de espesor, asimism

o conocido como de m

edio pie om

uro a so

gas porque esa m

áxima dim

ensión es la que muestra el ladri-

llo en las caras del muro. E

l término citara, llano y por lo tanto sin acen-

to, proviene de la voz árabe para velo, y en general lo que oculta algo alas m

iradas (R

AE

). No obstante, nos cuesta im

aginar que una pared dem

edio pie, de doce o quince centímetros, sea la m

enor de las proteccio-nes, la que únicam

ente protegía de las miradas.

789

Verdugadas y llaves en un muro de ladrillo en

oficinas en Tláhuac, México (M

éndez, Pérez, Ruiz).

X

Page 157: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

154

La citarilla sardinel es un aparejo m

uy raro, totalmente en desuso: «pa-

red hecha con ladrillos puestos alternativamente de plano y de canto u

oblicuos formando ángulo uno con otro, de m

odo que quedan en la obrahuecos que se dejan así o se rellenan con argam

asa» (MM

).

En cuanto a la form

a del muro, la voz m

ás curiosa es la que da título aeste capítulo: *xaraiz, que aparece en los diccionarios de P

aniagua ydel Torroja com

o «pared en obra circular», pero que no figura ni en el dela R

eal Academ

ia ni en el de María M

oliner. La citada definición es, noobstante, recogida en los m

ismos térm

inos en las Voces de origen ára-be de C

eán Berm

údez para la palabra xarahiz. Es, sin em

bargo, Soto

Hidalgo el que concede una m

ayor importancia a esta extraña raíz y

quien cita -además de xaraiz- otras dos voces: xairad

o, «se dice del

rincón redondeado», y xairo, «oblicuo, en esviaje». E

se significado laacerca a la voz jairo

, que aparece en muchos diccionarios com

o esviado.M

atallana, por ejemplo, cita jaire com

o «la línea curva o sobrante quese hace a la pieza de m

adera que se ha de ensamblar con otra».

También existen innum

erables voces para los muros exteriores o de cer-

ca. Algunas se distinguen por su función, com

o el respald

ón, que es unm

uro de contención; y otras por su construcción, como el jofre, la horm

ao la alb

arrada, que son paredes de piedra seca, paredes sin argam

asa.

10

1112

Xaraiz en una vivienda de la calle del Dr. A

rce,M

adrid (A. de la S

ota).

X

Page 158: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

155

El sentido com

ún y la escasez de medios han llevado a planteam

ientosm

uy razonables y han dado mil usos sucesivos a los m

ismos edificios,

utilizando los materiales m

ás próximos y realim

entándose siempre con

los restos de las construcciones anteriores. Este natural reciclaje se ha

hecho muchas veces con m

uy buen sentido pero también ha servido

para introducir en la obra materiales de bajísim

a calidad. Por ello m

u-chas de las voces que verem

os tienen cierto aire despectivo, pero todasellas evidenciarán la im

portancia que el reciclaje ha tenido en la historiade la construcción y la m

anera en que podemos aprender de toda esa

experiencia en la situación actual.

Em

pecemos por rip

io. S

u primera acepción es la de «desperdicio de

algo», aunque los diccionarios técnicos sólo adoptan la segunda acep-ción: «cascajo o fragm

ento de ladrillos, piedras u otros materiales de

obra de albañilería desechados o quebrados. Se utiliza para rellenar

huecos de paredes o pisos». La tercera, la más com

ún, remite a guija-

rro. La cuarta, curiosa: «palabra o frase inútil o superflua que se emplea

viciosamente con el solo objeto de com

pletar el verso». María M

oliner laglosa: «palabras o expresiones de relleno en cualquier escrito o discur-so». C

on ripios se rellenaban los interiores de los muros y grandes pila-

res en los que la hoja exterior era de sillería o de mam

puestos; la ideade relleno y de baja calidad, pues, son com

unes a los ripios literarios ya los constructivos. E

l vocablo ripio adquiere tanta importancia com

om

aterial de deshecho que se llama rip

ia al costero del madero aserrado

que conserva restos de la corteza.

Yesón

Del reciclaje a la sostenibilidad

2R

ipioR

ipia3

Cascote

YesónT

ástara4

Zaborro

Gasón

Zaborrero

Zahorra

5TerrónT

émpano

Antosta

6C

ascajoG

arbancilloR

ebleR

eblar7

Em

plectonE

ncascotar8

Zoquetería

Enzoquetar

Zocata

Rocalla

Guinda

9A

lcatifaC

atifaA

lquitifaE

nrunaE

ncachadoTerrazo

10R

ehenchidoM

igajónTejoletaTejuela

11D

escafilar12

Chuleta

Alm

orzada13

Gallón

Tepe14

Ecológico

15E

co-high-tech16

Sostenibilidad

17R

educirR

eutilizarR

eciclar18

AC

V

12

Y

Page 159: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

156

Los diccionarios establecen una auténtica taxonomía del escom

bro; enefecto, dice R

afael Peralta en su curioso diccionario que los escom

brosdeben ser clasificados, de m

ayor a menor, en cascote, yesón y tástara.

El casco

te «se aplica a los fragmentos de ladrillos, etc. de una obra de

albañilería derribada. Esos fragm

entos son utilizados como m

aterial derelleno o para hacer argam

asa», aunque María M

oliner no parece deacuerdo en que el cascote sea especialm

ente grande. Por lo que se

refiere al yesón

, Matallana lo dota de m

ayor volumen, pues lo describe

como el «pedazo de tapia, pared u otra fábrica de yeso de que se suele

servir en lugar de ladrillo o piedra para una fábrica nueva». ‘Tástara es

una voz sólo reconocida como escom

bro por Peralta pues la R

eal Aca-

demia únicam

ente lo recoge como un polvo de ladrillo para crisoles.

La realidad es que existe un sinnúmero m

ás de voces, cada una con supropia notación generalm

ente relacionada con el material de origen del

escombro. P

or ejemplo, zab

orro

o gasó

n son sinónim

os de yesón. El

primero ha dado un calificativo aragonés y riojano, popular y sim

pático:zab

orrero

, la persona poco limpia y pulida en sus actividades o traba-

jos. También en la m

isma zona zaborra se usa por zaho

rra, que hoyusam

os como revoltijo «de gravas de distintos calibres m

ezcladas conarena», aunque sólo S

erra Ham

ilton ofrece esa definición. Oficialm

entees un lastre de arena, y de ahí parece venir su nom

bre (según María

Moliner, del catalán saorra hoy sorra).

El terrón es «el pedazo de tierra form

ado de partes menudas de los es-

combros y cascotes de una dem

olición», según la autorizada definición deM

atallana, mientras que tém

pano es cada uno «de los trozos o pedazos

sueltos de construcción o tierra unida». Cercano al yesón se halla tam

biénla antosta, «fragm

ento de tabique o de techo desprendido y caído al sue-lo» (R

AE

), aunque para Matallana la antosta era el tabique entero.

Volviendo al vocabulario referido al tamaño, parece que para las piezas

de tamaño pequeño deberíam

os usar cascajo: «fragm

entos menudos

de cualquier cosa dura; por ejemplo, de cáscaras de frutos de vasijas

rotas o de ladrillos» (MM

). Una entrada que incluye una segunda acep-

ción, la de grava o guijo: «conjunto de fragmentos pequeños de piedra,

o piedra menuda, que se em

plea, por ejemplo, en la construcción de

3456

Gigantesco zaborro o tém

pano de una obrade m

anpostería.

Y

Page 160: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

157

pavimentos. E

n lenguaje propio de la construcción se aplica especial-m

ente a la piedra más gruesa que la grava y m

enos que los cantosrodados» (M

M). C

uando es más pequeño, se puede usar g

arbancillo

:«cascajo del tam

año de los garbanzos aproximadam

ente» según elm

ismo diccionario. E

l reble es sinónim

o de ripio, y ha dado lugar alverbo reb

lar, utilizado para designar la acción de rellenar.

Así pues, con todos esos m

ateriales se rellenan muros y grandes pila-

res. La voz *emp

lecton, según V

itrubio, «relleno o núcleo interior de unm

uro, a base de mortero o fragm

entos de piedra, que sirve para trabarlos dos param

entos exteriores fabricados de sillería» (P

) describe la más

común de las construcciones. M

uchos verbos describen la acción deañadir escom

bro a la obra o a la pasta más o m

enos aglomerante; así

sucede con encascotar, que es «rellenar un hueco con cascote, o po-

ner cascote en la argamasa después de extendida para reforzarla» (M

M).

Cada oficio tiene sus desperdicios, y si son utilizables poseen nom

bre.E

n la carpintería es la zoq

uetería, «el montón de zoquetes y pedazos

de tabla que se desperdician en el taller, pero que se pueden aprove-ch

ar p

ara

otra

s cosa

s» (M

T). Z

oq

ue

te d

a lu

ga

r tam

bié

n a

la vo

zenzo

quetar: «poner zoquetes para evitar el pandeo». E

l retal de loscerrajeros se llam

a zocata (M

T). La ro

calla, realmente tam

bién es undesperdicio, el de los canteros: «conjunto de trozos de roca desprendi-dos espontáneam

ente al tallar las piedras» (MM

). Un térm

ino con un ori-gen probablem

ente idéntico al de la guind

a: «cada uno de los bloquesde gran tam

año que se colocan en la masa fresca de horm

igón paraform

ar el hormigón ciclópeo» (S

H).

Los elementos constructivos horizontales tam

bién se rellenaban. Si se

trata de pavimentos, todo vale. La alcatifa, catifa o alq

uitifa es la «bro-za o cascote que se em

plea como relleno para allanar antes de pavi-

mentar o tejar» (M

M). E

n particular, la enruna es el «cascote, escombros

o desperdicios que sirven para solar» (RA

E). U

na voz de uso habitual ennuestros días es encachad

o, que es «la capa de cim

entación en elpavim

ento de las carreteras formado por cascajo apisonado» (M

M). E

scurioso que el Torroja, necesariam

ente más técnico, nos diga que se

trata de un «pavimento form

ado por trozos irregulares de piedra o lo-

789

Guindas en el horm

igón ciclópeo de Taliesin,E

E.U

U. (F. Ll. W

right).

Alcatifa sobre las bóvedas de la C

asa de laC

aritat de Barcelona.

Y

Page 161: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

158

sas, recibidos con mortero de cem

ento», ya que en el uso común el

encachado es una base de pavimentos, una cim

entación, como apunta

María M

oliner; ahora bien, si se trata de un pavimento y adem

ás se hapulido, lo que obtenem

os es un terrazo: «piedra artificial de horm

igón,prefabricada o construida in situ» (T

). En síntesis, un pavim

ento hechocon chinas y restos de m

ármol incrustados en un m

ortero que se puleen obra o fábrica.

Pero si nos acercam

os a los elementos de techo, el problem

a es más

delicado. Es conocido el relleno de los senos de las bóvedas con vasijas

cerá

mica

s, au

nq

ue

du

ran

te sig

los ta

mb

ién

se h

an

relle

na

do

los

entrevigados. La característica de esos rellenos es que tenían que serm

uy ligeros, pues el peso, favorable en general en el relleno de elemen-

tos verticales, es aquí un problema grave. P

ara designarlos se utiliza lavoz rehenchid

o (según el Torroja, «dícese del m

uro que tiene el inte-rior», o m

igajó

n, «de distinto m

aterial que los paramentos»), que no es

otra cosa que el relleno, razón por la cual el término tam

bién es válidotanto para los m

uros en emplecton com

o para los recrecidos de unsuelo. Los elem

entos de relleno cerámicos son descritos por voces que

aluden al desecho de la tejería, como tejo

leta o tejuela, «trozo de teja ode cualquier objeto de barro cocido» (M

M).

También se reutilizan los m

ateriales más elaborados, los que tenían

una forma definida en el edificio anterior. E

so es fácil con los pequeñosm

ateriales, como los ladrillos o las baldosas, y disponem

os de una vozespecífica para los trabajos que exigía esa recuperación: d

escafilar,definida com

o «limpiar los m

ateriales viejos, como cuando las baldosas

levantadas se aprovechan otra vez y se las quita toda la tierra que tie-nen pegadas a ellas por la parte que estuvieron sentadas» (M

T). S

inem

bargo, no he encontrado ninguna voz específica para la reutilizaciónde piezas significativas de cantería, o incluso elem

entos escultóricoscom

o fustes y capiteles, como los que tantas veces encontram

os enedificios m

onumentales.

En otro orden de cosas, he conocido dos palabras que no puedo evitar

recoger aquí. Una es chuleta, una voz citada por casi todos los diccio-

narios como «la pieza delgada de m

adera con que se rellena alguna

10

1112

Restos m

onumentales utilizados en un m

urodel convento de S

an Martín P

inario. Santiago

de Com

postela.

Y

Page 162: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

159

13

1415

Alm

orzada.

grieta» (M

M), pero que se usa en el oficio de albañilería com

o la «piezairregular que se coloca en una obra para rellenar un hueco» (T

). La otraes la encantadora alm

orzad

a, «porción de cualquier cosa, líquida o des-m

enuzada que se coge en el hueco de las dos manos juntas»

(MM

).

Otro recurso histórico en el terreno de la econom

ía de medios consiste

en la utilización de los elementos m

ás cercanos para poder construir sintransportar m

aterial. Se usa la piedra local para los m

uros, la grava, latierra e incluso la hierba, y así lo testim

onian términos com

o galló

n otep

e, con los que se aludía a los muros hechos con trozos de tierra a los

que las raíces del césped daban cierta cohesión (MM

).

El diccionario evidencia la im

portancia que tiene en el lenguaje cons-tructivo la reutilización de m

ateriales y de edificios. Lo que hoy se nospresenta com

o un modelo para el futuro está m

uy próximo a lo que los

diccionarios nos cuentan cuando entramos por el prefijo re-: relabrar,

retejar, revocar, remozar, retundir, rem

endar, rehabilitar, reforzar, refir-m

ar, refaccionar, recuperar, restaurar, recubrir reconstruir, recalzar... sontodas operaciones que suponen la m

ejora o conservación de algo, siem-

pre unidas al sentido común y la econom

ía de medios de la construc-

ción tradicional. Hace unos años se popularizó un concepto proveniente

del mundo de la biología, y una voz -eco

lóg

ico- para señalar todo lo

que suponía respeto al medio am

biente y economía de m

edios, sea porsu bajo im

pacto en el paisaje, por el uso de materiales locales o el bajo

consumo de energía. La m

anipulación de estos conceptos para aprove-char su popularidad ha dado lugar a verdaderas aberraciones.

Una de ellas es la acuñación de térm

inos como eco-high-tech, verdade-

ro monum

ento al oxímoron. R

ecordemos el bachillerato: el oxim

orón es lafigura literaria que explota com

o recurso la contradicción de los términos.

Con todo m

i cariño a los navarros tengo que recordar un ejemplo de

oxímoron atribuído a B

aroja: la cabecera del periódico El pensam

ientonavarro, que, según la anécdota, no puede ser: o es pensam

iento o esnavarro. P

ues bien, la arquitectura, o es ecológica o es high-tech. Si

algo define la alta tecnología es, precisamente esa altura, su distancia

frente a la construcción normal y local; su exigencia de concentración

de recursos técnicos que provienen de áreas muy especializadas, cos-

Y

Page 163: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

160

17

18

tosas y de gran nivel. En ningún caso se debería consentir que el hecho

de añadir al proyecto algún gadget energético permitiese calificar de

ecológicas esas exhibiciones de poder.

En la actualidad los objetivos exigibles a la tecnología se enm

arcandentro de la idea de la so

stenibilid

ad. S

e dice que un modelo, ciudad,

proceso es sostenible cuando cubre las necesidades de las generacio-nes presentes sin hipotecar las de las generaciones futuras; es decir,cuando utiliza los recursos locales y renovables, y cuando sus dese-chos se vuelven a incorporar al proceso y no contam

inan (extraído delInform

e Brundtland

).

Tres verbos que, cómo no, em

piezan por re- señalan, de mayor a m

enoreficacia, el cam

ino de la sostenibilidad. Red

ucir los consumos, confor-

marse con la satisfacción de las necesidades sin despilfarrar los recur-

sos. Reutilizar esos recursos, en nuestro caso, los edificios, algo que no

consume recursos ni genera desechos. R

eciclar, utilizar los desechospara form

ar nuevos materiales. R

eciclar limita la producción de dese-

chos y puede introducir ciertas economías globales. La construcción

tradicional, no la emblem

ática, siempre ha seguido la norm

a de las treserres, com

o hemos podido ver por la cantidad de voces que han aludido

a la reutilización y el reciclaje, y no digamos al uso de los m

aterialesabundantes y locales.

Para term

inar un acrónimo: el A

CV

, el análisis del ciclo de vida. Es un

proceso objetivo para evaluar las cargas ambientales asociadas a un

producto, proceso o actividad. Trata de identificar y cuantificar tanto eluso de la m

ateria y energía como los vertidos de residuos de todo tipo

en el entorno. El estudio del A

CV

incluye el ciclo completo del producto,

proceso o actividad teniendo en cuenta las etapas de extracción y pro-cesam

iento de las materias prim

as; producción, transporte y distribu-ción; uso, reutilización y m

antenimiento; reciclado y disposición final.

16

Y

Page 164: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

161

Los planos de la fachada

Zarpa

2H

azP

añoE

ntrepañoP

anelP

ainelLienzo

3P

ilastraA

rimez

LesenaM

arbeteLom

barda4

Parástade

Parastas

Anta

Contrapilastra

5R

etranqueoA

cuerdoV

iajeE

sviaje6

Banqueta

Zarpa

Vuelo

7D

esplome

Alam

borA

cuestoTaludE

scarpaC

ontraescarpaR

elejeG

lacis8

Sucucho

Guardacantón

Recantón

Rinconera

9M

atanza10

Zócalo

Acera

11A

placadoR

etallo

123

La

fach

ad

a tra

dicio

na

l reso

lvía su

com

po

sición

con

un

os ju

eg

os

geométricos m

uy sutiles. Condicionada por las exigencias del descenso

de cargas, sólo algunos elementos salientes o pequeños cam

bios deplano podían ordenar los grandes param

entos de fachada y encuadrarel dibujo de las ventanas. C

ada uno de esos elementos tenía sus m

ati-ces, y una o m

ás voces para nombrarlos.

Prim

ero los planos. La cara exterior de la fachada, el haz exterior, quecuando form

a un plano entre otros elementos m

ás llamativos recibe el

nombre de p

año o entrep

año, «trozo seguido de m

uro situado entredos huecos, puertas o ventanas» (M

M). Las voces, p

anel y painel, «cada

una de las porciones lisas, limitadas por m

olduras, pilares, etcétera»según M

aría Moliner, son prácticam

ente sinónimas, aunque se usan

preferentemente en elem

entos decorativos o de interior. Por el contra-

rio, el término lienzo

, que viene del espacio de muralla com

prendidoentre dos torreones, suele aludir a toda una fachada com

pleta o com-

prendida entre dos elementos m

uy significativos.

Los elementos que enm

arcan esos paños de pared suelen ser fajas ocam

bios de plano verticales, como las p

ilastras. Éstas pueden ser de

sección rectangular o poligonal, pero deben estar siempre adosadas al

muro, aunque algunos diccionarios actuales no lo especifican y llam

anpilastras a los pilares. S

u función, inicialmente portante, evolucionó ha-

cia formas decorativas, y las pilastras acabaron siendo las depositarias

de los grandes órdenes del Renacim

iento. Prácticam

ente sinónimo de

pilastra, pero con raíz árabe, tenemos al arim

ez (originado en la pala-

Z

Page 165: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

162

6 45

Paneles en un paño entre lesenas de la fachada

del guardamueble de M

obiliario Nacional, P

arís(A

. Perret).

Pilastras o lesenas en la fachada de un edificio

de viviendas en Berlín (K

ollhoff & Tim

merm

ann).

Zarpa.

bra al-imad, el sostén, según P

aniagua). Cuando la pilastra se hace m

ássutil y es m

eramente decorativa se denom

ina *lesena, y si es todavíam

ás elemental, com

o una faja sin capitel ni base, se llama m

arbete (para

la RA

E «orilla perfil, filete»). La ‘lomb

arda, por fin, es la pilastra de algunos

edificios románicos, generalm

ente coronada por los arquillos lombardos.

Las pilastras se suelen asociar con las columnas y se sitúan detrás de

ellas para enfatizar el orden del muro o para colaborar m

ecánicamente

reforzándolo allí donde le llegan las vigas que también cargan sobre la

pilastra. Este elem

ento es designado con la voz parástad

e (derivada dela latina p

arastas, y ésta procedente de la forma griega que significaba

arrimo), que es descrita por la R

AE com

o la pilastra que hay en el muro

justo detrás de una columna. P

aniagua nos recuerda su origen estruc-tural y dice que deberíam

os reservar el término para la pilastra situada

en la esquina del edificio. Nos queda una penúltim

a voz, de raíz latina yde uso m

ás frecuente: el anta, una pilastra que se sitúa en unos puntosm

uy particulares «bien detrás de una columna, bien en los extrem

os delm

uro o bien a los lados de una puerta» (MM

). Por fin, la co

ntrapilastra es

la faja paralela por sus dos lados a la pilastra que le da mayor resalte.

En sentido horizontal, la fachada suele tener fajas de diversos tipos,

pero como su m

isión principal es la evacuación de las aguas ya lasvim

os al tratar la voz guardapolvo.

Abordarem

os ahora los cambios de plano que afectan al grosor del m

uro.La voz m

ás utilizada en la actualidad es el genérico retranqueo

que,com

o el más tradicional retallo, alude al desplazam

iento del haz exteriorde un m

uro hacia el interior, sea en planta o en sección. Según P

aniagua,el segundo afectaría al grosor del m

uro, mientras que el prim

ero no.C

uando la unión entre dos planos de fachada no se hace con retranqueossino disponiendo una superficie que conecta los bordes de los dos pla-nos que deben ser unidos, se acostum

bra a designar como un acuerd

o.

Si una parte del m

uro no es paralela al resto de la fachada, se dice queestá en viaje o esviaje, «oblicuidad de un m

uro o del eje de una bóvedacon respecto a la fachada del edificio» (M

M).

Son m

ás importantes los retranqueos horizontales producidos en general,

en la construcción histórica, por la pérdida de espesor del muro con la

Z

Page 166: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

163

78

Talud o escarpa en el castillo de Ibiza.

Sucucho rom

ano.

altura. Se les puede llam

ar banq

uetas, pero sólo una tiene un nombre

específico: la que forma el cim

iento que siempre es de m

ayor anchura queel m

uro para repartir mejor las cargas sobre el terreno, la zarp

a, y realmen-

te las piedras que transmiten la carga del m

uro al nuevo ancho del cimiento

sobresalen como zarpas sim

étricas a los canecillos. En algún caso, rara-

mente, el m

uro de una planta sobresale respecto al haz del paramento

inferior; y en ese caso a ese movim

iento de la fachada se le llama vuelo.

La pérdida de verticalidad de un muro es el d

esplo

me, aunque es un

término que sólo se suele em

plear cuando todo él se ha inclinado poraccidente. A

lamb

or o acuesto

se pueden utilizar también cuando el

muro ha sido construido así. C

uriosamente el m

ovimiento de fachada

con más nom

bres es uno que se utiliza muy poco en nuestro tiem

po: elplano exterior inclinado hacia el interior de m

anera que se reduce pro-gresivam

ente el espesor del muro. S

e le llama norm

almente talud

, perotam

bién escarpa. E

n realidad, esta es una voz militar que señala el

muro inclinado de un foso. Frente a la escarpa al otro lado del foso se

levantaba otro muro de inclinación opuesta, la contraescarp

a. Para m

edirla im

portancia de esos desplazamientos se usa la voz releje: «lo que la

parte superior de un paramento en talud dista de la vertical que pasa

por su pie» (RA

E). C

uando la escarpa se hace muy horizontal y su ángulo

con la horizontal llega a ser menor de 45º, se le llam

a glacis, aunque

para la Academ

ia la definición es más circunstancial: «en una fortifica-

ción [...] declive desde el camino cubierto hasta el cam

po».

Por últim

o, podemos citar algunas otras voces significativas, com

o su-cucho

que es el rincón, el ángulo entrante que forman dos m

uros oparedes

(T), algo que con tanto cuidado se evitaba en el perím

etro exte-rior de las plantas bajas de los edificios tradicionales y que actualm

entese descuida, con consecuencias, al parecer inevitables, de acum

ula-ción de suciedad y deterioro constructivo. Ya M

aría Moliner al definir

sucucho decía: «rincón, ángulo entrante que forman dos paredes. C

u-chitril». E

l ángulo simétrico, el convexo, tiene el problem

a opuesto: losdaños producidos por los golpes en la esquina, y por ello solía dotarsede un g

uardacantó

n o recantón (T

), de mayor o m

enor prestancia. Laarquitectura tradicional de la vivienda sevillana ha hecho del guarda-cantón un elem

ento representativo y característico del paisaje urbano.

Z

Page 167: Vocabulario de arquitectura y construccion (spa)

164

91011

Incluso el lienzo situado entre el rincón y la primera ventana tiene un

nombre especial, la rinco

nera, «parte de un muro com

prendida entreuna esquina y el prim

er hueco» (M

M).

Al llegar al suelo el m

uro se encuentra con problemas geom

étricos, nosólo en planta sino tam

bién en alzado. Si el soporte, o el plano de arran-

que del muro, no es horizontal, convendrá cuanto antes recuperar la

horizontalidad de las hiladas. Para ello se debe organizar la m

atanza,«conjunto de hiladas de ladrillo de longitudes crecientes que se escafilansobre el plano inclinado de arranque hasta conseguir la continuidad enhorizontal del resto de la fábrica» (T

). Supongo que es lícito utilizar esa

voz para el mism

o escafilado cuando se hace en la coronación de lafachada, puesto que aunque se trata de un caso frecuente, no conozcoque se le dé ningún nom

bre específico.

La parte más baja de la fachada sufre especiales agresiones, ya sean

golpes, humedades ascendentes u otras que es m

ejor no nombrar. P

orello se suele revestir con m

ateriales de la mejor calidad form

ando lo quese ha dado en llam

ar un zócalo

, tal como veíam

os cuando nos refería-m

os a la regata; y entre ellos, el más com

ún ha sido la losa de piedradispuesta com

o un aplacado. Cada una de esas losas se llam

aba ace-ra; y por extensión todo el param

ento del muro. S

ólo más tarde la acera

fue una fila de fachadas sucesivas y luego el borde empedrado yuxta-

puesto a esa fila de casas.

Pues bien, en nuestros días las fachadas se revisten de losas de piedra

que se cuelgan de unas fijaciones especiales dejando detrás una cámara

ventilada: son los aplacad

os, tan frecuentes en la arquitectura contem-

poránea. La hoja exterior de este tipo de fachadas puede ser de muy

diversos materiales; su única condición es encerrar la cám

ara ventilada.Y, sobre este particular, los arquitectos están utilizando frecuentem

enteun recurso que consiste en com

binar materiales de espesores diversos

para explicar la construcción de esa hoja exterior y sugerir nuevos órde-nes a la com

posición. No hay duda de que a esas diferencias de espesor

deberíamos llam

arlas retallos, según recuerda la Real A

cademia en su

definición del término: «resalto que queda en el param

ento de un muro

por el diferente espesor de dos de sus partes sobrepuestas».

Z