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SíGUEME www.parroquiagenoves.org Publicación semanal de la Parroquia Ntra. Sra. de los Dolores de Genovés Curso 2013-2014 Nº 194 Semana del 9 al 15 de diciembre DOMINGO III DE ADVIENTO Lectura del libro de Isaías 35, 1-6a. 10 Dios viene en persona y os salvará Salmo responsorial 145, 7. 8-9a. 9bc-10 Ven, Señor, a salvarnos. Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 7-10 Manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca + Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 2-11 En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos: ¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?» Jesús les respondió: «Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!» Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan: «¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacu- dida por el viento?¿0 qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los pala- cios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta? Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito: "Yo envío mi mensajero delante de ti, para que prepare el camino ante ti." Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.» “¿A QUIÉN ESPERAS”? Cada año se adelanta más el inicio de la parafernalia que rodea las fiestas navideñas: en verano ya podía adqui- rirse la lotería de Navidad, a primeros de diciembre ya se encienden luces en las calles, edificios públicos y comer- cios, se adornan las casas, se anticipan las compras… Ex- ternamente podría pensarse que hay una gran impaciencia por celebrar la Navidad y por eso “no se puede esperar” a mostrar esos signos externos. Pero si reflexiona- mos, llegaremos a la conclusión de que la gran mayoría no siente impaciencia por la Navidad en sí, por lo que realmente significa. Si preguntásemos “A punto de celebrar la Navidad, ¿qué esperas?”, veríamos que la mayoría de las respuestas harían referencia a los festejos, folclore variado, sentimentalismo, regalos, etc. con que se ha rodeado la celebración de la Navidad. Y desde este punto de vista se entendería en cierto mo- do esa anticipación mayor cada año en los signos externos, como un modo de dejar de lado la rutina y los problemas habituales. Pero “la Navidad” en sí, no se espera. Precisamente porque los signos externos pueden distraernos, la pregunta que, como cristianos, debe- mos hacernos no es “A punto de celebrar la Navidad ¿qué esperas?”, sino: “¿A quién esperas?”. Porque los festejos de la Navidad no se hacen “porque sí”, sino porque esperamos a Alguien, y por eso el primer domin- go de Adviento dijimos que dejábamos encendida la luz de la esperanza. En Adviento esperamos a Jesús; y si Él no está en el centro, estamos de vaciando completamente de sentido la Navidad y todos los festejos con que la hemos “adornado”, dejándolos como una cáscara vacía. Y en este punto, nos tendríamos que vol- ver a preguntar: ¿Y cómo es ese Jesús al que esperamos? ¿Cómo le reconoceremos? ¿Es un Ser superior, impersonal? ¿Es un personaje impactante que arrastra multitudes? ¿Se parece a un hombre de aspecto bo- nachón, vestido de rojo, que reparte regalos y buenos sentimientos? Ante tanta confusión acerca de la Navi- dad y de Jesús, también nosotros, como Juan y sus discípulos, aprender a reconocer a Jesús, en este tiem- po de Adviento, preguntándole en nuestra oración: ¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro? Y dejar que Él nos responda, indicándonos los signos por los que reconoceremos que Él ha venido: los ciegos ven.... El Jesús a quien esperamos se caracteriza por la humildad, la sencillez, la cercanía a los que humanamente son excluidos, a los que por cualquier motivo sufren en su cuerpo o en su espíritu. Y el cum- plimiento de esos signos en ellos es lo que nos va a dar a todos la salvación. En este Adviento podemos hacer el esfuerzo de contemplar con paciencia, desde la oración, nuestra vida y nuestra sociedad, para distinguir los signos de Jesús: ¿Cuándo me he sentido “ ciego” o “sordo” y he vuelto a ver o a oír? ¿Qué “lepras” van quedando limpias? ¿Qué situaciones personales, familiares, labora- les, sociales… aparentemente “muertas” han vuelto a la vida? ¿Qué tipo de “buenas noticias” se anuncia hoy a los “pobres” de todo tipo? Ante la deformación de la Navidad y su pérdida de sentido, el Señor espera de nosotros que, como Juan, demos un testimonio creíble de su cercanía. Démosle gracias por contar con no- sotros, y fuertes con fuerza de cumplir lo que nos pide: Id a anunciar lo que estáis viendo y oyendo, siendo profetas que preparen, y enseñen a preparar, el camino ante Él.

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SíGUEME w w w. p a r r o q u i a g e n o v e s . o r g

Publicación semanal de la Parroquia Ntra. Sra. de los Dolores de Genovés

Curso 2013-2014 Nº 194

Semana del 9 al 15 de diciembre

DOMINGO III DE ADVIENTO Lectura del libro de Isaías 35, 1-6a. 10 Dios viene en persona y os salvará

Salmo responsorial 145, 7. 8-9a. 9bc-10 Ven, Señor, a salvarnos.

Lectura de la carta del apóstol Santiago 5, 7-10 Manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca

+ Lectura del santo evangelio según san Mateo 11, 2-11

En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus

discípulos: ¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?» Jesús les respondió: «Id a anunciar a Juan lo

que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen;

los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!» Al

irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan: «¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacu-

dida por el viento?¿0 qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los pala-

cios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta? Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito:

"Yo envío mi mensajero delante de ti, para que prepare el camino ante ti." Os aseguro que no ha nacido de mujer

uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él.»

“¿A QUIÉN ESPERAS”? Cada año se adelanta más el inicio de la parafernalia que rodea las fiestas navideñas: en verano ya podía adqui-rirse la lotería de Navidad, a primeros de diciembre ya se encienden luces en las calles, edificios públicos y comer-cios, se adornan las casas, se anticipan las compras… Ex-ternamente podría pensarse que hay una gran impaciencia

por celebrar la Navidad y por eso “no se puede esperar” a mostrar esos signos externos. Pero si reflexiona-mos, llegaremos a la conclusión de que la gran mayoría no siente impaciencia por la Navidad en sí, por lo que realmente significa. Si preguntásemos “A punto de celebrar la Navidad, ¿qué esperas?”, veríamos que la mayoría de las respuestas harían referencia a los festejos, folclore variado, sentimentalismo, regalos, etc. con que se ha rodeado la celebración de la Navidad. Y desde este punto de vista se entendería en cierto mo-do esa anticipación mayor cada año en los signos externos, como un modo de dejar de lado la rutina y los problemas habituales. Pero “la Navidad” en sí, no se espera. Precisamente porque los signos externos pueden distraernos, la pregunta que, como cristianos, debe-mos hacernos no es “A punto de celebrar la Navidad ¿qué esperas?”, sino: “¿A quién esperas?”. Porque los festejos de la Navidad no se hacen “porque sí”, sino porque esperamos a Alguien, y por eso el primer domin-go de Adviento dijimos que dejábamos encendida la luz de la esperanza. En Adviento esperamos a Jesús; y si Él no está en el centro, estamos de vaciando completamente de sentido la Navidad y todos los festejos con que la hemos “adornado”, dejándolos como una cáscara vacía. Y en este punto, nos tendríamos que vol-ver a preguntar: ¿Y cómo es ese Jesús al que esperamos? ¿Cómo le reconoceremos? ¿Es un Ser superior, impersonal? ¿Es un personaje impactante que arrastra multitudes? ¿Se parece a un hombre de aspecto bo-nachón, vestido de rojo, que reparte regalos y buenos sentimientos? Ante tanta confusión acerca de la Navi-dad y de Jesús, también nosotros, como Juan y sus discípulos, aprender a reconocer a Jesús, en este tiem-po de Adviento, preguntándole en nuestra oración: ¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro? Y dejar que Él nos responda, indicándonos los signos por los que reconoceremos que Él ha venido: los ciegos ven.... El Jesús a quien esperamos se caracteriza por la humildad, la sencillez, la cercanía a los que humanamente son excluidos, a los que por cualquier motivo sufren en su cuerpo o en su espíritu. Y el cum-plimiento de esos signos en ellos es lo que nos va a dar a todos la salvación. En este Adviento podemos hacer el esfuerzo de contemplar con paciencia, desde la oración, nuestra vida y nuestra sociedad, para distinguir los signos de Jesús: ¿Cuándo me he sentido “ciego” o “sordo” y he vuelto a ver o a oír? ¿Qué “lepras” van quedando limpias? ¿Qué situaciones personales, familiares, labora-les, sociales… aparentemente “muertas” han vuelto a la vida? ¿Qué tipo de “buenas noticias” se anuncia hoy a los “pobres” de todo tipo? Ante la deformación de la Navidad y su pérdida de sentido, el Señor espera de nosotros que, como Juan, demos un testimonio creíble de su cercanía. Démosle gracias por contar con no-sotros, y fuertes con fuerza de cumplir lo que nos pide: Id a anunciar lo que estáis viendo y oyendo, siendo profetas que preparen, y enseñen a preparar, el camino ante Él.

Avisos Lunes,18:30 Cáritas Interparroquial

Martes, 20:30 h. IDR Vicent T3

Miércoles, 17 h. Misa Enfermos

Miércoles, 19:30 h. Cat. Infancia

Viernes, 22 h. IDR Ismael T3

Sábado, 16:30 h. Form. Mon. Scouts

Sábado, 21:30 h. IDR Tere T3

Penitenciales de Adviento: Lunes: 20 St.Joanet, 21:30 l’Énova

Martes: 20 Llosa; 21:30 GENOVÉS

Jueves: 20 Bartxeta

Viernes: 20 Rafelguaraf

Campaña para el Economato Domingo día 15:

Leche y café molido

Prepárate para la Navidad El Adviento nos prepara para celebrar la encarnacio n del Hijo de Dios; pero, a la vez, suscita en nosotros la esperanza de la segunda venida de Jesucristo. De esta manera nuestra vida entera se convierte en un gran Adviento, en un tiempo de ser testigos del Sen or. Es, por tanto, un tiempo entrela-zado todo e l de esperanza gozosa y de serena responsabili-dad. Por eso es muy importante la reconciliacio n que Dios nos ofrece por el ministerio de la Iglesia en el sacramento de la Penitencia. Es conveniente que se guarde un tiempo de silencio para examinar la conciencia y suscitar un nuevo rumbo en la vida. · ¿Estoy atento a la presencia del Sen or en mi vida? · ¿Le descubro en el pro jimo? · ¿Escucho la Palabra de Dios con atencio n? ¿Acojo la Pala-bra del Sen or como orientacio n para mi vida? · ¿Estoy despierto para detectar todas las ocasiones de vivir la caridad con los dema s? · ¿Que sobra en mi vida para poder ser mejor discí pulo de Jesu s? · ¿Co mo preparo la venida de Jesu s en Navidad? ¿So lo con compras? · Jesu s viene en cada Eucaristí a. ¿Vivo la Misa con atencio n para encontrarme con Jesu s en la Comunio n? · ¿Que palabras o gestos que he hecho me han alejado del Sen or? · ¿Encuentro a Jesu s en mi vida matrimonial, con mi esposo o esposa? · ¿Soy honrado en mi trabajo? · ¿Busco al Sen or en mi vida cotidiana? · ¿Manifiesto a los dema s mi condicio n de cristiano? · ¿Busco al Sen or en el testimonio ante los dema s? · ¿Vivo mi vida acogiendo a los dema s y sus necesidades o ma s bien me resulta molesto atender a los otros? · ¿Descubro lo que Dios quiere para mi vida? ¿Le pregunto en la oracio n? ¿Tengo deseo de seguir su voluntad? · ¿Soy abierto y caritativo con los otros o me dejo vencer por mi egoí smo? · ¿Alegro la vida a quienes comparten la vida conmigo o soy causa de tristeza? · ¿Acojo la paz de Cristo trabajando por la paz y el perdo n?

El Señor dirija vuestros corazones en la caridad de Dios

y en la espera de Cristo. Para que podáis caminar por la vida y agradar a Dios en todas las cosas.

Domingo, 17:30 h., BOCAIRENTDomingo, 17:30 h., BOCAIRENT

FESTIVAL DE NAVIDADFESTIVAL DE NAVIDAD

COROS PARROQUIALESCOROS PARROQUIALES

Evangelii gaudium El Papa Francisco tiene «un sueño». El de una Iglesia encaminada sin demora por el camino de una conversión pastoral y misionera: una acti-tud personal y comunitaria «capaz de transfor-mar» en lo profundo costumbres, estilos, lengua-jes, estructuras, orientándolos hacia la evangeliza-ción más bien que hacia «la autopreservación». Ese «sueño» está en el centro de la exhor-tación apostólica Evangelii gaudium, presentada el martes 26 de noviembre. Un documento de 224 páginas, en cinco capítulos, que recoge los frutos del Sínodo de los obispos sobre «La nueva evan-gelización para la transmisión de la fe». Pero es evidente que la intención del Pontífice va más allá de la sencilla recepción de las indicaciones de los padres sinodales. Lo que se ofrece a toda la comunidad es un texto denso, que tiene un sentido pro-gramático y consecuencias im-portantes. Todos los cristianos estamos llamados a leer esta Exhortación por su envergadura pastoral. Pue-des adquirirla en las librerías católi-cas y en la Sacristía por 6 euros.