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POESIA DE BAJOS FONDOS | ANONIMOS A LA FAMA | REVIVIENDO LA ELECTRONICA | LOS DANIEL HUMANOS | OTRO ESPIA EN MI LIBRERIA | EXTASIS DE CASI 50'| EL BOOM DE SER SUPERHEROE | MAS KINO EN LA ESQUINA DE LUCHANA

MAG

THE

WAY OUT

http://www.yrubio.com

NÚMERO 18 - JULIO 2014

sumario

Esta revista se reserva todos los derechos sobre la utilización del contenido de creación propia sin autorización previa. Las opiniones vertidas por sus participantes son responsabilidad de cada uno de ellos.

Director: Fernando SantiseRedactores: Alejandra Garcés, Montserrat de la Iglesia, Alberto López, Juan Pablo MerchánColaboradores: Juan Cardenal, Javier Melón, Cyntia Rico, Yolanda Rubio, Antonio Sánchez-Marrón, Daniel Sierra, Miguel Suárez, Daniel TurradoDiseño: Alejandra Garcés, Fernando SantiseCorrección: Alejandra GarcésIlustración de Portada: The Way Out MagazineContacto: contacto@thewayoutmagazine.comDirección: calle del Gobernador nº6, 28014, Madrid

www.thewayoutmagazine.com

OTRO ESPÍA EN MI LIBRERÍA 22

réflex_on | comikaze | lookture

4POETA DE BAJOS FONDOS

ANÓNIMOS DE MODA8

26 CASI 50 MINUTOS DE ÉXTASIS

ISSN 2341-2682

perfil de frente

POR ANTONIO SÁNCHEZ-MARRÓN

El estreno de El sueño de Ellis lleva a recordar la figura de James Gray como cineasta, narrador de historias situadas en los puntos más oscuros de los barrios más recónditos de Nueva York. Su uso lírico de la violencia y la conjugación de espacios con sus luces y sombras le han llevado a ser uno de los cineastas más importantes del Hollywood de los noventa.

JAMES GRAY, POESiA DE BAJOS FONDOS

El sueno de Ellis es volver a

los setenta, al cine clasico, a

una fotografia y a unos

encuadres ya perdidos

6 | THE WAY OUT MAGAZINE

Enclaustrada en la época en que los hermanos Weinstein

comenzaban a concederse a sí mismos un posicionamien-to en la industria impropio de sus tiempos, emergía toda una generación de cineastas que poseía un estilo propio que sabían conjugar con innu-merables referentes cinemato-gráficos. Entre los Aronofsky, Coen, Soderbergh o Anderson aparece el nombre de un di-rector consagrado a sí mismo, venenoso para la cartelera y con sólo cuatro películas en veinte años de trayectoria.

James Gray (Nueva York, 1969) arranca con un porten-toso debut su andadura en el cine. Little Odessa, titulado en España Cuestión de san-gre, se sitúa como una de las óperas primas más certeras de su tiempo. Pese a ser casi la gran desconocida de su di-rector, Little Odessa presentó credenciales en el Festival de Venecia 1994 donde consiguió el premio al Mejor Director. La película sentaría las bases del cine de Gray, una cinta vio-lenta -en ocasiones rozando el peligroso límite que hace apartar la mirada-, ubicada en espacios muy concentra-dos, casi claustrofóbicos. Sin embargo, y pese a lo admi-rable de su primera película, no sería hasta The Yards -La otra cara del crimen en Espa-ña- cuando Gray culmine el perfeccionamiento de su estilo como narrador físico y visual.

Esta segunda película sería el comienzo de una fructífera colaboración con un titán in-terpretativo llamado Joaquin Phoenix. En esta ocasión, James Gray ya demuestra te-ner bajo control una serie de elementos que quedaban algo desdibujados en su debut. La fotografía comienza a cuidar-se, se llevan hasta el extremo los contraluces, se exageran las sombras.

No hay momentos de luz na-tural a lo largo del metraje. Hay algo en La otra cara del crimen que recuerda al cine negro de los años cuarenta y cincuenta, personajes de corte casi shakespeariano, una familia destrozada por los azares irresponsables de la vida. Ellen Burstyn, James Caan o Faye Dunaway de-muestran por qué para James Gray la veteranía es un factor a tener muy en cuenta.

La noche es nuestra vuelve a poner sobre la mesa el interés del cineasta por los paisajes nocturnos, por las relaciones paterno-filiales, la enferme-dad como intento de nexo de unión y los subterfugios de una capital con nombre propio como es Nueva York. Robert Duvall contiene los elementos de veteranía que busca Gray en sus personajes y aprove-cha el consumado talento de Joaquin Phoenix para crear una película que, aunque su-pone un intento por volver a su estilo y perpetuarlo, no

consigue más que un correc-to thriller con una factura casi televisiva. Pese a lo llamativo que pueda ser su arranque, La noche es nuestra parece querer continuar la estela de su predecesora, con los mis-mos aciertos y algún defec-to más, pero se va ahogando poco a poco en sí misma.

Con el paso de los años, y la consecuente madurez (per-sonal y profesional), Gray se introduciría en el laberinto de las pasiones y el amor. Two Lovers, de una manera ma-gistral, se acerca a un pro-tagonista en constante es-tado de letargo e indecisión. Su vida se mueve entre dos mujeres con una forma de ver la vida totalmente dife-rente. Gray destaca de nue-vo los claroscuros, la enfer-medad, la doble visión de la vida y el enaltecimiento del deseo. Todo ello a través de la mirada, por tercera vez, de un Joaquin Phoenix que demuestra un talento casi sobrehumano.

El sueño de Ellis es volver a los setenta, al cine clásico, a una fotografía y a unos en-cuadres ya perdidos. Su nue-va película respira historia del cine por todos sus poros. Es cine que emociona, con per-sonajes perdidos en su propia indiferencia, un destrozo del sueño americano que se va alejando y transformando en pesadilla. Gray es cine. Abso-luto, puro y auténtico.||

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POR CYNTIA RICO Y MIGUEL SUÁREZ

8 | THE WAY OUT MAGAZINE

La fama y la polémica sobre ciertas personalidades o situaciones conviven ahora con una forma cada vez más común de hablar del mundo en los documentales. El protagonista anónimo es una persona con la que poder cruzarse millones de veces por cualquier calle en la que se transita cada día. Esto es lo que muestran muchos de los documentales estrenados en los ultimos años.

SERES ANÓNIMOS EN EL DOCUMENTAL CONTEMPORÁNEO

sala cinco

Se han escuchado mu-chas veces las numerosas trampas del cine docu-

mental para manipular los sen-timientos valiéndose del pacto de realidad que se forma con el espectador. El documenta-lista hace una representación de la realidad mediante ele-mentos como el montaje o la banda sonora, creando sím-bolos e iconos que apelan a ciertas emociones. Pero esto no es algo negativo, todo lo contrario, pues es necesario que el autor ofrezca su visión sobre el mundo. La intención es acercarse a esa realidad de la mano de un creador, pero eso no quiere decir que vaya a imponer su mirada, sino que dará las claves para que el es-pectador pueda conformar la suya. En este sentido, la atrac-ción por los protagonistas será esencial, y los actuales docu-mentalistas demuestran las

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La fama y la polémica sobre ciertas personalidades o situaciones conviven ahora con una forma cada vez más común de hablar del mundo en los documentales. El protagonista anónimo es una persona con la que poder cruzarse millones de veces por cualquier calle en la que se transita cada día. Esto es lo que muestran muchos de los documentales estrenados en los ultimos años.

SERES ANÓNIMOS EN EL DOCUMENTAL CONTEMPORÁNEO

posibilidades que este género puede albergar.

Como ha sucedido en los últi-mos meses con el estreno de Donald Rumsfeld, certezas desconocidas, sobre el polé-mico secretario de defensa de George W. Bush, y del osca-rizado A 20 pasos de la fama, acerca del mundo de las coris-tas detrás de las estrellas, el pasado mes de junio se pre-sentó un nuevo documental para abarcar otro ámbito que, junto a la política y el espectá-culo, provoca numerosas con-troversias en nuestro tiempo: la moda. Se trata de la obra de Fabien Constant Mademoise-lle C, un análisis sobre Carine Roitfeld, directora de la versión francesa de la revista Vogue durante 10 años.

Estos filmes se centran casi por completo en uno o varios

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personajes conocidos. En el caso de Rumsfeld y Roitfeld la relevancia recae en la po-pularidad del protagonista, y en A 20 pasos de la fama se acerca a un mundo anónimo, pero guiados de la mano de estrellas mediáticas. Sin em-bargo, ¿qué sucedería si la persona protagonista fuera el propio director o su familia? ¿Podría interesar la vida de una familia canadiense de cla-se media? La actriz Sarah Po-lley estrenó en 2012 un docu-mental titulado Stories We Tell acerca de un secreto familiar. Al entrevistar a sus hermanos,

uno de ellos se hacía la mis-ma pregunta: ¿por qué el pú-blico va a acudir a las salas a escuchar la vida de personas anónimas? El buen hacer de Polley acaba respondiendo a esta pregunta al ofrecernos personajes reales que se in-terrogan en principio sobre un secreto familiar, pero que acaban regalando algunos dilemas necesarios. La obra combina vídeos caseros rea-les con otros ficcionados para contar un drama contemporá-neo con toques de suspense.

Stories We Tell es sincera en cuanto al fin que persigue,

que, por otra parte, es el de cualquier creador: dar a cono-cer mediante el arte e intentar encontrar respuestas que sin la expresión quedarían ocul-tas y finalmente olvidadas en la mente. Es posible que el hecho de acabar emociona-dos por la vida de una perso-na o varias hasta el momento desconocidas haga pensar en uno de los documentales con mejores datos de taquilla de todos los tiempos: Sear-ching for Sugar Man. La vida de Sixto Rodríguez a través de la mirada del fallecido Ma-lik Bendjelloul se convirtió en

el mismo año que Stories We Tell en un absoluto éxito mun-dial por una razón similar. Am-bos permitían que el espec-tador tuviera la sensación de estar introduciéndose en una historia única, manteniendo una ilusión por llegar a esa respuesta que hace que todas las cuestiones del comienzo cobren sentido.

Hasta aquí, la atención se centró en películas algo más intimistas, pero el documen-tal sigue generando historias de carácter reivindicativo. En la mayor parte de los casos lo hacen también mediante

¿Por qué el Público va a acudir a las salas a escuchar la vida de Personas anónimas?

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relatos personales, pero su objetivo se dirige a denun-ciar las carencias del siste-ma actual. Una obra de estas características es la reciente película que cuenta la histo-ria de un personaje descono-cido, aunque en este caso no es humano. Hablamos de la aplaudida Blackfish (2013), de Gabriela Cowperthwaite. Si bien es cierto que la historia de Tilikum, una orca asesina de la que pocos habían oído hablar, se puede asemejar a la de Rodríguez o Polley, el propósito de la obra es fun-damentalmente crítico. Blac-kfish no solo tiene el objetivo de contar la vida de una balle-na o de la clausura de ciertos parques acuáticos que apa-recen en la película, también desea suscitar cierto debate y una conciencia ecológica en el público. Todo ello desde el punto de vista de dos tipos de víctimas anónimas muy di-ferentes, el del trabajador del parque acuático cuyo acci-dente han intentado tapar las corporaciones y el del animal secuestrado y convertido en mascota para los turistas.

Ampliando el terreno de la denuncia y la crítica, existen documentales que gestan la indignación social del siglo actual y, a su vez, apuestan por la participación social en el camino que debe llevar el mundo. En este sentido, es obligado hablar de Nostalgia

de la luz, de Patricio Guzmán. Una reflexión acerca de la dis-tancia entre las estrellas y los humanos que poco a poco va transformándose en una inteli-gente reivindicación de la me-moria de las víctimas durante la dictadura chilena. Son des-aparecidos, anónimos para la mayoría, pero no para sus familias. Guzmán analiza his-torias enterradas de personas desconocidas, demostrando una vez más que incluso la persona olvidada para la ma-yoría es imprescindible para construir un mundo mejor.

Los dos últimos ejemplos aportan tragedias que han sido deliberadamente encu-biertas. La obra y el autor las acercan y enseguida consi-guen que el espectador con-tacte con ellas, que entienda su sufrimiento y que llegue a compartirlo. La necesidad hu-mana por el descubrimiento hace que esas películas aca-ben regalándo dilemas que en esta sociedad de prisas y rutinas agresivas muchas veces nunca de llegan a res-ponder. Curiosamente, la ma-yor baza del cine narrativo de Hollywood, la idea de una meta y un secreto que debe ser descubierto, está en deca-dencia debido a la incesante repetición de tópicos, mien-tras el documental ha sabido encontrar la misma esencia ofreciendo absolutas obras de arte.||

12 | THE WAY OUT MAGAZINE

lookture

Aunque cuando se abrieron las puertas a las 18.00 horas el público fue entrando tími-damente, la Ciudad del Rock no sabía lo que le esperaba la noche del 26 de junio. Los beats de todos y cada uno de los dj’s que tocaron pla-to fueron inmejorables, pero más aún lo fue su actitud. No pudieron estar quietos. Y los asistentes supieron devolver-lo con creces.

Pese a que ésta era la pri-mera vez que el recinto abría tras un largo coma inducido después de Rock in Río, las instalaciones estaban bien mantenidas pero con lagu-nas. Sin ríos, que no se mal-entienda. Sino que faltaba esa noria con viajes a la luna psicodélica y esa tirolina que te dejaba mirar a Rihanna por encima del hombro por una vez en la vida.

Los dos platos fuertes se sir-vieron de la mano de Marco Carola y Martin Garrix. Uno detrás de otro, supieron dar-le a sus fans lo que necesita-ban: motivos para bailar sin consecuencias. Ganas no les faltaron. Todos sus reventa-ron tímpanos saciando ilusio-nes. Y qué momento, ver un amanecer iluminado por unos magníficos fuegos artificiales al ritmo de un hit garrixiano... Escalofríos.

The Phantom, uno de los tres escenarios más pequeños del recinto, vibró al ritmo de los Cyberpunkers, el gran des-cubrimiento del festival. Su ambigüedad estética y la po-tencia que desprendían pese a tener un público mucho más reducido que otros no tuvieron desperdicio. Y la mú-sica... No hay suelo suficien-te sobre el que saltar. Y así

pasó también con el special closing set de The Zombie KIds. Cómo no.

Otro que destiló ánimos fue Danny Avila: dio todo lo que pudo, que en su caso, nunca es poco. Tonteó con el públi-co soltando esos estribillos clásicos que todos conocen para luego ofrecer temas in-cluso mejores. Ricardo Villa-lobos, otro de los españoles, dejó el listón bien alto.

Pero lo que sin duda quedó por encima de todo -y agra-decidos todos- fue la organi-zación del festival. A pesar de algún imprevisto y de los que podrían haber surgido, hay que alabar la simpatía del personal y su capacidad resolutiva. Su objetivo con-seguido ha sido el de revivir la música electrónica, ¿pero acaso había muerto?||

POR ALEJANDRA GARCÉS

Put your fucking hands up in the air y salta, salta sin parar... porque era imposible no seguir el ritmo. Tampoco cesaron las sonrisas y las miradas cómplices de alegría entre el público asistente y los dj’s. Porque era 4every1 en todos los sentidos.

BOTES DEFELICIDAD

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GABRIEL GARCÍA

GUILLE GS

GUILLE GS

humanskuchiFM

daniel sierra y daniel turrado

fac e b o o k | i n s tag r a m | t w i t t e r | t um b l r

humansdaniel sierra y daniel turrado

fac e b o o k | i n s tag r a m | t w i t t e r | t um b l r

pies en alto

POR JAVIER MELÓN | FOTO POR IÑAKI DE LUIS

El presente y sus errores. Números y argumentos para abrir los ojos en plena crisis cultural.

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Diario de la burbuja

editorial (II)

THE WAY OUT MAGAZINE | 23

Antes de comenzar la segunda parte de esa serie sobre el mundo del libro sería bueno desmitificar y poner en conoci-miento diez puntos que muchos de los lectores y clientes de una librería no suelen saber.

1 EL LIBRERO NO PONE LOS PRECIOS DE LOS LIBROS

2 LOS LIBROS SON DE LOS POCOS ARTÍCU-

LOS QUE TIENEN UN PRE-CIO FIJO E INVARIABLE

3 POR LEY, EL DESCUEN-TO MÁXIMO QUE SE PUE-

DE HACER A UN PARTICU-L AR EN LIBROS ES DE UN 5%

4 EL LIBRO ES DE LOS POCOS ARTÍCULOS QUE TIENEN

DEVOLUCIÓN A PROVEEDORES (EN EL MEJOR DE LOS CASOS)

5 EL IVA DE LOS LIBROS ES EL 4% , EL SÚPER

REDUCIDO QUE LL AMAN

6 EL TIEMPO MEDIO (REAL) DE LLEGADA DE UN ENCAR-

GO VARÍA DESDE L AS 24 HO-RAS, A LOS 14 DÍAS (O MÁS),

DEPENDIENDO DE L A LOCA-LIZACIÓN DEL DISTRIBUIDOR (L A MISMA CIUDAD O LOS AL-MACENES DE AMAZON EN LOS EEUU) Y L AS EXISTEN-CIAS DEL LIBRO EN CUESTIÓN

7 EL BENEFICIO MEDIO DE UN LIBRERO EN L A

VENTA DE SUS PRODUC-TOS ES DE UN 30% (EN EL MEJOR DE LOS CASOS)

8 L AS EDITORIALES AD-QUIEREN EL 30%

DEL PVP DE LOS LIBROS

9 LOS DISTRIBUIDO-RES GANAN EL 20%;

L AS IMPRENTAS EL 10%

10LOS AUTORES GANAN EL 10% RESTANTE (VA-

RIANDO ENTRE UN 5% SI ERES NOVEL O UN 15% SI ERES UN “SÚPER VENTAS”)

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Una vez leído el primer artículo de esta trilogía y conocidos estos pun-

tos, lo ideal es analizar la ac-tual crisis que vive el mundo editorial y por ende el mundo de las librerías.

A la crisis económica y labo-ral actual, que hace que al-gunos artículos de ocio pres-cindibles como el libro hayan disminuido sus ventas entre un 15% y un 30%, se une la que hace unos años irrumpe con fuerza: la digital. Des-de que hace ya seis años comenzaran a hablar de las bondades del libro electróni-co, este se ha ido implantan-do en muchos hogares es-pañoles. Tabletas, móviles, portátiles y sobre todo e-rea-ders, han tenido una conside-rable bajada de precios y esto ha hecho que mucha gente (joven y no tan joven) se haya lanzado a leer en digital.

Gente muy lectora ha pasado a leer en formato digital, con e-readers de un nivel de ca-lidad muy bueno y eso es un hecho, metros, autobuses, aviones, playas, piscinas se llenan cada día con más pan-tallas de tinta digital. Pero na-die en el mundo editorial supo ver (o sí lo hicieron, pero sin importarles) lo que había pa-sado con la música o el cine. Todo lo digital se puede col-gar gratuitamente a disposi-ción del público.

La crisis económica está sacudien-do en un 50% la compra de libros, pero la digital está comiéndose el

otro 50%

Gente muy lectora ha pasado a leer en formato digital, con e-rea-

ders de un nivel de calidad muy bueno

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La música fue la primera en caer, el formato MP3 arrasó en un año con todas las pe-queñas tiendas de discos en España. Pocos años más tar-de y con el aumento de la ve-locidad en las conexiones, le tocó el turno al cine y a los ví-deo clubs. El libro y sus agen-tes pudieron aprender de los errores de sus compañeros culturales, pero no lo hicieron.

Se creían que la conviven-cia entre papel y digital se-ría equilibrada, que un buen sistema anti pirateo como el DMR bastaría, cegados por unas estadísticas japonesas y norteamericanas que habla-ban de equilibrio, de ventas interesantes y de pocas des-cargas gratuitas. Pero se ol-vidaron del factor España. Y no sólo por que España es el país donde más descargas se hacen, si no por que en Espa-ña es el país donde la cultu-ra es más cara: cine, libros, música, teatro tienen unos precios a la altura de vecinos europeos (incluso en ocasio-nes superiores) teniendo uno de los salarios más bajos de toda la zona Euro.

¿Cuál es la conclusión? Que poca gente compra legalmen-te. Y a través de las platafor-mas oficiosas, los libros digi-tales alcanzan un porcentaje ridículo, inversamente propor-cional al dinero que muchas editoriales se gastaron en di-

gitalizar sus catálogos y po-nerlos a la venta.

Es curioso cómo, aún hoy, al-gunos editores siguen defen-diendo que el precio del libro digital y el libro en papel no debe de variar, y que el 20% ó 30% que se ha bajado el digital es excesivo. En paí-ses donde las compras y los salarios pueden ser compati-bles esa bajada es aceptable, pero en países como Espa-ña hay que buscar recursos y equilibrios para incentivar la compra de ebooks. Al con-trario, lo que se intenta siem-pre es meter contenido extra y encarecer el producto. El ejemplo más claro y al que todo el mundo hacía referen-cia es que la edición en digi-tal de El Hobbit (8,50 € en su día) es más cara que la más barata dentro de las muchas que hay en formato papel (6,95 €).

Este es el presente y no pin-ta nada bien. La crisis eco-nómica y laboral está sacu-diendo en un 50% la compra de libros, pero la digital está comiéndose el otro 50% de la bajada total de ventas. Hay que hacer algo rápido y pre-ciso, por que las pequeñas y medianas librerías lo están sufriendo, y ahogadas por el descenso de ventas y la no disminución adecuada de pu-blicaciones están en un mo-mento agónico.||

26 | THE WAY OUT MAGAZINE

cocheras

KASABIAN EN

EXTASIS

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KASABIAN EN

EXTASIS

POR JUAN PABLO MERCHÁN

Kasabian ha vuelto por todo lo alto. En el décimo aniversario de su primer álbum, se anotan su cuarto número uno consecutivo y encabezan Glastonbury con un espectáculo único.

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48:13 es una buena excusa para celebrar los 10 anos desde que

la banda lanzo su primer trabajo

Si la intención de Ser-ge Pizzorno, guitarris-ta y cerebro detrás de

la banda de Leicester, era grabar el trabajo más puro de su carrera, lo ha conse-guido con 48:13, el quinto ál-bum del grupo. Si bien es su obra más directa y honesta, y pese a que rememora más que ninguno a su primer ál-bum homónimo, no está a la altura del nivel que venían manteniendo con West Ryder Pauper Lunatic Asylum y Ve-locirraptor!. No debe importar mucho cuando se está en la cresta de la ola.

Bumblebee es el gran pelo-tazo del disco, otro más para completar un setlist que pue-de reventar las piernas de los más experimentados festiva-leros. Su original coro y sim-ple estribillo enganchan (Tom Meighan grita “¡yeah!” como

si no hubiera un mañana) mientras la guitarra, las per-cusiones y el teclado explotan en un gran big bang. En esa misma línea de hits está Eez-Eh, el primer adelanto. Será otro fijo en los enérgicos con-ciertos de Kasabian, pese a que su letra roce lo estúpido y simple. Más de lo habitual.

Stevie recoge la herencia de los estribillos reivindicatios del ‘yo’, Doomday y Explo-des también ayudan al oyen-te a rememorar sus orígenes, con las texturas electróni-cas, baterías programadas y teclados.

Lo que le falta a este 48:13 -titulado así porque es la ex-tensión en minutos y segun-dos del disco- es el ácido y la psicodelia del disco homóni-mo y de Empire. No hay nin-guna canción que se acerque

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Oasis con los Beastie Boys

mezclados por The Prodigy, todos ellos

puestos de acido

a la altura de L.S.F., Proces-sed Beats o Me Plus One, por citar algunos ejemplos.

Sobrarle, únicamente le so-bra el rap de Suli Breaks en Glass. Una de las caracte-rísticas que más brillaban en Kasabian era la notable in-fluencia del hip-hop, sin raps de por medio. Le falta alguna lenta, que sin ser especiali-dad de la casa, fueron siem-pre de bella factura.

48:13 es una buena excu-sa para celebrar los 10 años desde que la banda lanzó su primer trabajo. Una década en la que Pizzorno ha paten-tado una mezcla sonora que reúne influencias del brit-pop, la electrónica y el hip-hop de los noventa, con un toque de psicodelia sesentera. Oasis con los Beastie Boys mezcla-dos por The Prodigy, todos

ellos puestos de ácido. Un cóctel servido a un frontman de dudosa salud mental.

La actuación para cerrar la última edición del festival de Glastonbury es el punto ál-gido de su carrera. En ella, versiones de Praise You de Fatboy Slim, Crazy de Gnar-ls Barkley y Black Skinhead de Kanye West completaron un recital frenético, en un original escenario diseñado por Aitor Throup, su brillan-te director de arte de origen argentino y con las guitarras como destacadas protago-nistas, alzadas por la nueva incorporación, Tim Carter, habitual colaborador del pro-ductor Dan The Automator. Salvo novedad, el viernes 18 de julio en el festival de Be-nicasim, será la única opor-tunidad de ver a Kasabian en España.||

La invasión de los superhéroes parece no tener fin. A pesar de que los estrenos de personajes de cómic vestidos con mallas ajustadas vienen inundando las carteleras, ni Marvel ni DC aban-donan el mercado. En menos de medio año, tres películas. Pero no acaba aquí la cosa.

POR JUAN CARDENAL

SUPERHÉROES HASTA EL

INFINITO

Un cálculo rápido per-mite saber que desde el estreno de Guar-

dianes de la Galaxia en agos-to de 2014 hasta la última pe-lícula programada de la que hay constancia serán 26 los productos audiovisuales rela-cionados con los superhéroes comiqueros estadouniden-ses que se repartirán durante aproximadamente los siguien-tes seis años. Eso sale a una media de cuatro estrenos de superhéroes al año entre el cine y la televisión -e internet, ya que las series que prepara Marvel se estrenarán en la pla-taforma Netflix-.

Es un número relativo porque no se considera la posibilidad

de que algunas películas que en principio no tienen anuncia-da secuela, como Ant-Man o la ya mencionada Guardianes de la Galaxia, puedan termi-nar con alguna continuación o que de un mes para otro se anuncie otro nuevo filme basa-do en algún oscuro personaje al que llevar a la gran panta-lla. Por eso es bueno recordar que esta fiebre por la adapta-ción nace, más o menos, con la trilogía de Blade, personaje de Marvel que no está precisa-mente entre los más populares para los neófitos.

La gran pregunta es: ¿hay tan-to mercado para estos perso-najes? ¿Reventará alguna vez la burbuja superheróica? Has-

ta no hace tanto las películas y series basadas en estos per-sonajes estaban muy dilatadas en el tiempo, pero cada vez los estudios parecen querer correr más en sacar el nuevo bom-bazo comiquero con el que re-ventar la temporada veraniega: no hay tiempo de asimilar una que ya viene la siguiente.

Por lo pronto Marvel Studios ya tiene en preparación una nueva hornada de cintas que seguirán a los de este 2014. Las continuaciones de las tri-logías de Lobezno y el pasa-do de los X-Men se suman proyectos independientes como Ant-Man, una misterio-sa película para 2018 sin pro-tagonista confirmado, y las

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comikaze

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continuaciones tanto de The Amazing Spider Man 2 -y sus dos spin-off confimados basa-dos en Sinister Six, un grupo de villanos del trepamuros, y Venom, presente en la Spider Man 3 de Sam Raimi- como de los personajes de Los Ven-gadores. A pesar de que Chris Evans anunció su retirada del cine tras Los Vengadores 2: La Era de Ultron, Marvel pare-ce querer seguir adelante con una tercera parte del Capitán América y seguramente tam-bién de Thor, por lo que no hay que descartar Los Ven-gadores 3 en algún momento del futuro. A todo esto ya está enpreparación el reboot de Los Cuatro Fantásticos e incluso se ha anunciado su secuela a

pesar de que la primera entre-ga no se estrena hasta el año que viene. Además, Marvel tiene planeado asaltar el for-mato casero con cuatro series de Netflix protagonizadas por Daredevil, Luke Cage, Jessica Jones e Iron Fist.

Mientras tanto DC Comics co-mienza a buscar su sitio en las carteleras tras el fin de la trilo-gía de Batman. Por un lado la secuela de El Hombre de Ace-ro será la primera piedra para reunir a la Liga de la Justicia, grupo que reúne a los mejo-res superhéroes de la editorial, y quien sabe si plataforma de lanzamiento para las andanzas individuales de cada uno. Ade-más han anunciado una pelí-

cula basada en el héroe Sha-zam, otra sobre Hellblazer y otra sobre los Metal Men. Una película más, todavía descono-cida, se suma al roster de cin-tas basadas en superhéroes. A eso hay que sumarle la serie Arrow que se emite actualmen-te, y las futuras Constantine, Flash y Gotham, que se unen a la ya finalizada Smallville so-bre Superman.

El exceso de productos super-heróicos sigue a un ritmo en-diablado, sin visos de detener-se hasta que el público decida dejar de ir al cine masivamen-te. ¿Sucederá? Al fin y al cabo, son de personajes que siguen vigentes décadas después de su primera aparición.||

POR ALEJANDRA GARCÉS

LA GERMANOFILIA CONTINÚA

Otro año más, disfrutar en-contrando las pequeñas jo-yas del cine independiente germano estuvo garantiza-do. Con la cinta de Caroline Link, Exit Marrakech, como ganadora del Premio del Público, la XVI edición del festival de cine alemán de

Madrid volvió a enamorar a sus más de 5.000 asistentes.

Para todos los amantes del cine alternativo europeo es una cita anual obligada. Siempre encandila porque siempre merece la pena. Y este año no fue para menos. Desde los cines Palafox de Madrid, los germano-cinéfilos -un apodo muy adecuado- asisten y exhiben los filmes más escondidos que necesitan ver la luz. Y sobre todo ser vistos y disfrutados por otros espectadores.

La película que inauguró el festival en esta ocasión fue Exit Marrakech, de la directora Caroline Link (Alemania, 1965) que se llevó el Premio del Público a Mejor Película. Esto fue una clara señal de la potencia que posee Link, como bien se dejó entrever con su no-

minación al Oscar en 1998 con su cinta Jen-seits der Stille (Más allá del silencio).

Además de la clásica sección de cortome-trajes Next Generation Short Tiger, este año también se exhibieron ocho películas inédi-tas en España, la sección ArtHaus con el cine más alternativo y un documental sobre la primavera árabe de Egipto. La inacabable producción de los cineastas germanos no lo pone demasiado difícil y demuestra así su do-minio del séptimo arte europeo.

Películas que confirman el gran momento del cine alemán son Wolfskinder -que tiene a la Segunda Guerra Mundial como contexto-, El extraño gatito -una mirada al cambio de la fa-milia actual- o Los hermanos negros. También destacan las comedias Querida Courtney y Love Steaks, originales y frescas cuánto menos.

Como en anteriores ediciones, todo es po-sible gracias a la iniciativa de German Films con la colaboración de la Embajada de la Re-pública Federal de Alemania en España jun-to al Goethe Institut. Por muchas más edicio-nes... ¡Wir lieben Kino!

sala cinco

La peLícuLa Exit MarrakEch, de La directora caroLine Link se LLevó eL

premio deL púbLico a mejor peLícuLa

La inacababLe producción de Los cineastas germanos demuestra así su dominio

deL séptimo arte europeo