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Camino de los 22 Arcanos
MANUAL VIVENCIAL
Savitri Ingrid Mayer
Registrada en la Dirección Nacional del Derecho de Autor
a partir de enero del año 2007.
Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos.
República Argentina.
Primera edición impresa:
Octubre del año 2009 - Capilla del Monte - Córdoba - Argentina
ISBN 978-987-05-7220-6
Hecho el depósito que prevé la Ley 11723
Primera edición como ebook
Amazon – Junio 2012
© Ingrid Mayer
DEDICATORIA
A mis amigas y amigos de Valencia de los años ochenta... A los que están y a los que
ya partieron, como Claudio Boquet.
Todos ellos, de un modo explícito o de un modo difuso, están por detrás de las
historias y de los personajes españoles en "Violeta y el Camino de los 22 Arcanos".
Y dicha novela es el origen, el principio, la matriz de este manual vivencial.
PREFACIO PARA LA EDICIÓN ON-LINE
Este manual nació como resultado de las experiencias que tuve mientras escribía la
novela Violeta y el Camino de los 22 Arcanos. Todo está ampliamente explicado en la
Introducción.
Ambos -la novela y el manual- pueden leerse en forma independiente.
La información teórica que aporta el manual es de interés general para todos los que
quieran introducirse en la investigación de los Arquetipos y/o de su conexión con el
Tarot.
Ahora bien, para los que deseen trabajar con él y llevar adelante la práctica del
Método Existencial, la lectura de la novela (y su incorporación activa a dicho método)
es imprescindible.
TABLA DE CONTENIDO
PRIMERAS INDICACIONES
INTRODUCCIÓN
SÍNTESIS CONCEPTUAL
PRÁCTICAS BÁSICAS
CAPÍTULO 1 - LOS ARQUETIPOS
LOS ARQUETIPOS, ¿QUÉ SON?
¿CÓMO SE PERCIBEN?
UN POCO DE DISCUSIÓN
VISIÓN DE LA AUTORA
CAPÍTULO 2 - SU REPRESENTACIÓN SIMBÓLICA
EN LOS 22 ARCANOS MAYORES DEL TAROT
BREVE REFERENCIA HISTÓRICA
TAROT Y SÍMBOLOS
EL USO DE LOS SÍMBOLOS
POLARIDADES
CAPÍTULO 3 - QUÉ OCURRE CUANDO
NOS CONECTAMOS CON LOS ARQUETIPOS
LA CONEXIÓN Y SUS EFECTOS
SINCRONICIDADES
CÓMO CONECTARSE
SÍNTESIS E INTENTO DE RESPONDER
ALGUNOS PORQUÉS
CAPÍTULO 4 - LA CONEXIÓN MEDIANTE
LOS 22 ARCANOS MAYORES Y LA NOVELA
ANÁLISIS DE LA NOVELA
MÉTODO EXISTENCIAL - Fundamentos
MÉTODO EXISTENCIAL - Práctica
DIFICULTADES, TIEMPOS Y
SUGERENCIAS DE TRABAJO
CAPÍTULO 5 - LA SOMBRA Y LAS POLARIDADES
PRÁCTICA DEL MÉTODO EXISTENCIAL
POSIBLES CONSECUENCIAS
CÓMO SE EXPRESAN EN NOSOTROS
LOS 22 ARCANOS-ARQUETIPOS
PRÁCTICAS ADICIONALES
CAPÍTULO 6 - CONEXIÓN CON LOS ARQUETIPOS
MEDIANTE EL TRABAJO CON IMÁGENES
LA IMAGINACIÓN COMO MEDIO DE CONTACTO
INSTRUCCIONES Y RECOMENDACIONES
MODELOS PARA EL TRABAJO CON IMÁGENES
DE LOS ARCANOS
APÉNDICE - DESCRIPCIÓN DE LAS CARTAS -
ANÁLISIS DE LOS 22 CAPÍTULOS
PALABRAS FINALES
BIBLIOGRAFÍA
PRIMERAS INDICACIONES
Para llevar adelante el estudio y práctica de este Manual tendrías que conseguir un
mazo de cartas de Tarot. Hay muchísimos en el mercado y te sugiero que hagas como
la protagonista de la novela "Violeta y el Camino de los 22 Arcanos" en el capítulo II:
que compres aquel que más te guste, aquel con el cual sintonices, con el cual sientas
mayor afinidad. Ahora bien, como este Manual respeta las líneas tradicionales de
interpretación, sería conveniente que dicha baraja no se aparte demasiado de ellas.
Una vez conseguido el mazo de Tarot, puedes envolverlo en un pañuelo o trozo de
tela de tu agrado, o en una caja o bolsita.
No importa si al principio, al comenzar el trabajo, te cuesta comprender algunas
explicaciones. Quizás, por ejemplo, te resulte difícil entender qué son los Arquetipos, y
como expongo la opinión de varios autores puede ser que simpatices más con unos que
con otros y que eso te confunda, te impida una nítida comprensión del tema. Mi consejo
es: no te detengas, continúa a pesar de lo abstruso de algunos temas. Más allá de las
teorías, este es un Manual vivencial, un Camino compuesto de algunas sencillas
prácticas, cuyo resultado es un mayor conocimiento de sí... con sus consecuencias. Y
como también es un viaje mágico, con que entiendas lo básico es suficiente para
realizar las prácticas, que son las que importan. Ya lo verás…
Pero... Si al transitar este Camino experimentas tensión, cualquier clase de molestia,
o aburrimiento, conviene que te detengas y continúes en otro momento. Este viaje tiene
que ser gozoso, porque es un juego: un juego de autodescubrimiento, de búsqueda de
mayor armonía, de sanación, pero juego al fin. Y esa es la intención de los Arquetipos
para los caminantes que se atrevan con este Camino: una pequeña y mágica aventura
de crecimiento y transformación, agradable y divertida, instructiva -aunque no en
exceso- y que si sacude, lo haga con suavidad.
Acompáñanos....
INTRODUCCIÓN
Para comenzar la introducción a este Camino de los 22 Arcanos, voy a contar algunos
hechos personales que me inspiraron a crearlo. Hace ya bastantes años sentí que tenía
que ponerme a escribir. Yo había hecho muchas cosas diferentes: había viajado, había
aprendido con Maestros e instructores de diferentes Caminos, había trabajado como
terapeuta, consejera e intérprete de Tarot, y en cierto momento comprendí que tenía que
hacer algo en particular con todas esas vivencias y aprendizajes que había atesorado,
algo que transmitiera conocimientos y experiencias, tanto existenciales como
espirituales. Y así nació la novela "Violeta y el Camino de los 22 Arcanos", la cual está
estructurada en torno a los 22 Arcanos Mayores del Tarot, los cuales simbolizan
Arquetipos universales. La protagonista, Violeta, vive un proceso evolutivo en la novela
que la lleva de una comprensión a otra y que es un recorrido por veintidós espacios
arquetípicos.
Mientras escribía, para mi gran sorpresa y alegría, fui experimentando un proceso
equivalente al de la protagonista en la ficción. Si Violeta, por ejemplo, en el capítulo
de La Fuerza, sentía miedo, impotencia, debilidad., yo sentía –mientras trabajaba en ese
capítulo- emociones parecidas, los acontecimientos cotidianos estaban relacionados con
los temas de ese Arcano ( sin que mi voluntad interviniera) y al terminar esa etapa de
trabajo con dicho capítulo, algo cerraba en mí: alguna comprensión, algún cambio, una
nueva perspectiva.
Por muchos años, había estado usando el Tarot para el autoconocimiento y la
transformación, tanto conmigo como con otras personas, pero en ese caso era un trabajo
basado en las cartas y en la adivinación -o percepción intuitiva- mediante ellas, de mi
realidad o la de mi consultante. Ahora, en cambio, se trataba de una movilización, de
una reactivación, de los temas de cada Arcano en mi realidad interna y externa, mientras
me conectaba con esos temas al escribir la novela.
Cuando terminé de escribirla, después de tres arduos pero felicísimos años, comencé
a investigar el por qué de lo que me había estado sucediendo. Me sumergí entonces en
el mundo fascinante de los Arquetipos. La noción de que las cartas del Tarot simbolizan
Arquetipos universales por supuesto ya la conocía, pero nunca había profundizado en el
tema ni en sus posibles consecuencias. Así que me puse a investigar, y pude encontrar
una serie de explicaciones coherentes que me ayudaron a entender mejor lo que había
experimentado.
Mientras investigaba, fue naciendo la idea del manual y los talleres. Si yo había
vivido cierto proceso durante el trabajo con la novela, ¿no podrían otros experimentar lo
mismo? Y así, de a poco, durante varios años, con bastante esfuerzo y teniendo que
atravesar toda clase de dudas, temores e inseguridades, fue tomando vida este manual.
Hubo amigas que se ofrecieron gustosamente como conejillos de Indias y que fueron
confirmando la eficacia de los métodos de trabajo. Hubo talleres en los que fui
probando y refinando las técnicas. Y frente a cada incertidumbre o desaliento por mi
parte hubo eventos -internos y externos- que fueron allanando el camino, reafirmando
la dirección iniciada, sosteniéndome y apoyándome, indicando que iba bien, que
continuara.
Ahora pasaré a explicar algunas nociones que servirán de base para comprender lo
que el manual -y los talleres que doy como apoyo práctico- transmiten.
Se suele denominar Camino a un proceso de crecimiento o evolutivo, en el cual
participamos realizando ciertas prácticas, siguiendo ciertas disciplinas, cumpliendo
ciertas reglas, todo lo cual nos ayudará a evolucionar hacia un estado superior, de mayor
conciencia, armonía y perfección.
En las Tradiciones Orientales, el Camino es una práctica espiritual que nos lleva a la
Iluminación; en Occidente, el Camino que sigue un cristiano practicante lo lleva a la
Salvación; en Platón, la filosofía aparece como un Camino de Conoci miento y
Perfección. En la psicología junguiana, el proceso que sigue un paciente y lo lleva hacia
lo que Jung llamó Individuación es también un Camino. Jung dijo que su Psicología
Analítica era un moderno proceso de Iniciación; y en verdad, todo proceso
psicoterapéutico que nos sane y armonice, que implique crecimiento, es un Camino.
Como explica Claudio Naranjo: “...los sabios de todo el mundo -a lo largo de la
historia- parecen estar de acuerdo en la existencia de un camino o sendero que conduce
a la realización del hombre y a que éste encuentre su verdadero lugar en el mundo”12.A .
Y también dice que hoy en día estamos recuperando la unidad última de todas las
variantes de Camino, puesto que la meta perseguida es la misma: sanarnos,
armonizarnos, perfeccionarnos, iluminarnos... Y tal como sucedía con los antiguos
chamanes, quienes eran hechiceros, sabios, consejeros, iniciadores y artistas, los
Caminos de diferentes tradiciones están en la actualidad confluyendo para ayudarnos a
crecer.
Ahora bien, en todo Camino, del tipo que sea, conocerse a sí mismo es parte de la
práctica, parte del crecimiento, y podríamos decir que es condición necesaria. Jung
afirma (en el prólogo al I Ching)10.C estar absolutamente convencido del valor del
autoconocimiento, y comenta que los hombres más sabios a través de las edades han
predicado –sin éxito- su necesidad. No hay logro de la meta a la que se aspira si no
comenzamos por vernos, por conocernos. Cuando nos vemos y descubrimos como
somos realmente, detrás de los numerosos velos que nos disfrazan, se hace claro lo que
no nos gusta de nosotros mismos y quisiéramos cambiar, como así también lo que en
nosotros espera ser regado y crecer como una planta: nuestras cualidades y bellezas
potenciales, que sólo nosotros mismos (y los que nos conocen íntimamente) podemos
presentir. Sólo conociéndonos en profundidad podemos avanzar hacia un estado de
mayor armonía e integración, con mayor poder sobre el rumbo de nuestra vida y con
más capacidad creativa en su diseño. He aquí unas frases hermosas de Ferrucci acerca
del crecimiento: “crecer es entender lo que hasta ahora no hemos sido capaces de
concebir, sentir lo que nunca hemos sentido, hacer lo que no hemos hecho antes: es
aventurarse a lo que nunca nos hemos atrevido”8. Pero mucha gente prefiere
desconocerse, les resulta más fácil, porque verse puede ser molesto, frustrante,
decepcionante. Aunque también es, sin duda, muy estimulante: un incentivo que le da a
nuestras vidas una calidad diferente y nos hace sentir más vivos.
Este vernos, este conocernos, desencadena un proceso que es dinámico, poderoso,
transformador. Como dijo Jung, la ampliación de la conciencia -hacer consciente lo
inconsciente- produce una transformación de la personalidad. Jacquelyn Small,
psicóloga transpersonal a quien citaremos con frecuencia, dice que transformarse es
despertar y que sólo se trata de abrir los ojos y mirar, ya que ver transforma.17.A Pero
esa transformación no significa convertirse en lo que uno no es, sino en desarrollar más
y mejor lo que ya uno es, lo que está en potencia, nuestras cualidades no expresadas. Y
esta posibilidad de crecer y transformarnos es un aliciente. Así que, a pesar de los
temores, las consecuencias del autodescubrimiento son más que positivas.
¿Y cómo se enlazan estas ideas con el Tarot y con la novela?
La noción del Tarot como Camino, que me inspiró al escribir la novela, se encuentra
en los estudiosos más importantes del mismo. En los trabajos -ya lejanos en el tiempo-
de Eliphas Levi, Oswald Wirth y Arthur Edward Waite, relevantes maestros en el tema,
el Tarot aparece, sobre todo mediante sus Arcanos Mayores,(*) como un sistema de
conocimiento, como un Camino, en el cual cada naipe representa una etapa en ese
recorrido que nos lleva a una mayor integración, realización, individuación,
iluminación, transformación...
Rachel Pollack, autora contemporánea, dice que ve al Tarot como “...una clase de
Camino, una via de crecimiento personal mediante la comprensión de nosotros y la
vida.”14. Enrique Eskenazi, sobresaliente investigador del tema, afirma que los naipes
del Tarot parecen representar etapas en un sistema de instrucción conducente a la
iluminación espiritual, señala sus conexiones con la Cábala y otros sistemas de
desarrollo espiritual como el Gnosticismo y la Alquimia, y también su similitud con la
psicología de Jung: “lo curioso es que estos diversos peldaños pueden hallar
equivalentes en las etapas que, según Jung, sigue el proceso de desarrollo psíquico
culminante en la plenitud del sí-mismo y al que llamó proceso de individuación”7.
Waite, famoso ocultista, autor de uno de los mazos más usados hoy en día, dice que el
Tarot encierra representaciones simbólicas de ideas universales y que contiene doctrina
secreta: “de este modo tenemos una historia espiritual del hombre, o del alma saliendo
de lo Eterno, pasando a la oscuridad del cuerpo material, y retornando a las alturas”22. Y
Waite sostiene la hipótesis de que las dos series (Arcanos Mayores y Arcanos Menores)
no se pertenecen una a la otra.
Y en este camino del Tarot es importante seguir la secuencia natural, el orden de los
Arcanos del 0 al 22, orden que respeté al escribir la novela. Dice Eskenazi “...al
primitivo asombro por la disposición aparentemente arbitraria de los naipes le sucede la
rigurosa convicción de que lo asombroso sería que no estuvieran articulados tal como
están”7. Por algún tiempo sólo tuve explicaciones teóricas para esto. La más importante
estaba en una de las hipótesis acerca de su origen, la cual afirma que podrían constituir
un lenguaje secreto de símbolos que transmiten enseñanzas espirituales enlazadas en
forma coherente con un sistema iniciático riguroso y que al recorrer las 22 etapas
estamos recorriendo ese camino iniciático. (**) Pero fue a partir de mis experiencias de
conexión con los Arquetipos -cuando descubrí su existencia y comencé a conocerlos-
que pude realmente comprender por qué la secuencia de los 22 Arcanos en el orden en
que están en el Tarot se constituye como un proceso iniciático, como una evolución,
como un paulatino ascenso desde un estado a otro superior. Espero que al concluir el
trabajo con este Manual también lo comprendan los lectores y caminantes, ya que lo
habrán vivenciado.
Para exponer los temas y fundamentar las prácticas, he seguido dos líneas
fundamentales de investigación. La de C.G.Jung -el famoso y genial psicólogo suizo- y
sus continuadores, por un lado, y la de la Sabiduría Perenne, por el otro. La Sabiduría
Perenne es una visión de nosotros y de la realidad que aparece en las más importantes
Tradiciones espirituales de la humanidad y en las ideas de grandes pensadores de
Oriente y Occidente. Esta visión considera que hay una Realidad Divina presente en
todo, fundamento y origen de todo lo que existe; que el alma humana es semejante o
idéntica a esa Realidad Divina, una con Ella; y que la meta suprema de todo ser humano
es hacerse consciente de esa identidad.
Mi mayor aspiración para los que emprendan el Camino de los 22 Arcanos es que su
tarea fructifique, que sea de ayuda para su crecimiento, y que haya podido transmitirles
aunque sea una parte de la comprensión y realización que el encuentro con los
Arquetipos (mediante la novela primero y con el manual y los talleres después) trajo a
mi vida.
(*) El Tarot se compone de 78 naipes, pero en este Manual solo usaremos los que se denominan Arcanos
Mayores, los cuales –mediante sus dibujos, colores y signos- conforman un sistema simbólico.
(**) En todo Camino iniciático hay una conexión energética, o transmisión energética, desde un Ser, que
suele ser el Maestro, a un iniciado o discípulo que la recibe. También puede darse como la transmisión
desde fuentes cósmicas, a un ser encarnado, de ciertas impresiones energéticas que lo llevarán a
experimentar un proceso alquímico.
Capítulo 1 -
LOS ARQUETIPOS
LOS ARQUETIPOS, ¿QUÉ SON ?
En mi búsqueda de una explicación de qué son los Arquetipos, encontré respuestas
que podría agrupar en dos grandes bloques: Jung y sus seguidores por un lado, y las
distintas expresiones de lo que se denomina Sabiduría Perenne por el otro.
Para Jung, además del inconsciente personal hay un inconsciente colectivo “...el
inconsciente no sólo contiene elementos personales, sino también elementos
impersonales, colectivos, en forma de categorías heredadas o arquetipos”10.A. y define a
los arquetipos como sistemas profundos para la organización de nuestra experiencia
que dan forma e influencian continuamente nuestros pensamientos, sentimientos y
acciones. Por ejemplo: todos nacemos con el arquetipo de madre en nuestro
inconsciente; este arquetipo nos da un modelo o patrón de percepción en el cual
encajaremos a nuestra madre real, o sea, ya está en nosotros esa disposición para
experimentar todo lo que una madre puede significar (amor, nutrición, protección, etc.).
Para la Sabiduría Perenne, la realidad (el cosmos, nosotros, todo lo que existe) se halla
compuesta por una Totalidad o continuo de distintas dimensiones. En un extremo de
este continuo está la materia, en el otro extremo el Espíritu, y entre esos dos extremos se
hallan las otras dimensiones. Simplificando hablaríamos de materia, cuerpo, mente,
alma y Espíritu. Y todo lo que existe emana del Espíritu. Todo es una manifestación del
Espíritu, el cual es Conciencia y también Energía; el cual es esencia y fundamento de
todas las cosas y al cual damos diferentes nombres: Dios, Absoluto... y muchos más.
Como dice en los Upanishads, antiguos textos de la sabiduría hindú, Dios se ha
convertido en el mundo.
Ahora bien, en esa emanación o descenso del Espíritu, del Absoluto, las primeras
formas del Ser que son como el fundamento, la base, el molde, sobre el cual se asienta
la realidad, son los Arquetipos.
Ya en Platón, quien inspiró a muchísimos filósofos y pensadores importantísimos a lo
largo de los siglos hasta ahora, aparece esta noción de las primeras formas, las Ideas,
que son como la esencia de las cosas (la „ousía‟), realidades permanentes, universales,
que están detrás de todo lo fenoménico. Así, por ejemplo, las cosas son bellas no por su
aspecto sino por su relación con lo Bello-en-sí, por contener o manifestar o reflejar eso
Bello, que es algo universal, esencial, una Idea. “...lo que hace a algo bello no es otra
cosa que aquello Bello, trátese de una presencia, o bien de una comunión, o bien de
cualquier otro modo en que sobrevenga...” 15.
Más tarde muchos filósofos retomaron esta teoría de las Ideas, tales como San
Agustín, Descartes, Leibniz, Hegel, Schopenhauer, y muchos otros.
Y para Platón, al nacer contamos con el conocimiento de las Ideas.
Ken Wilber, gran teórico contemporáneo de esta corriente, dice : “La totalidad del
mundo manifiesto emana de lo sin forma (del abismo causal) y las primeras formas que
lo hacen constituyen los cimientos sobre los que descansan las demás y, en este sentido,
constituyen las arqueo-formas (o los arquetipos)”23.A. Dice que sirven de molde para
todas las formas inferiores. Así son “...las primeras formas de la conciencia manifiesta
(de las que toda cognición menor es un mero remedo), las primeras formas de la
luminosidad (de las que toda comprensión es un vago recuerdo), las primeras formas del
sonido (de las que todos los sonidos inferiores son un simple eco)...” 23.A. Wilber
desarrolló un modelo de la Conciencia, o espectro de la Conciencia, basado en esta
noción de la realidad como un continuo de distintas dimensiones.* Y en ese modelo,
los Arquetipos se ubican en los niveles sutiles o transpersonales, o sea,
supraindividuales, más allá de la persona, reino de elevadas presencias, guías, seres
angelicales.
En el modelo de la Conciencia de Sri Aurobindo, gran sabio hindú de la primera mitad
del siglo XX, quien ha inspirado fuertemente a Wilber, también aparecen en los niveles
sutiles y leemos que ese “...es el mundo de los grandes Dioses, los divinos Creadores.”
1.
Para una mística contemporánea, Dorothy Maclean, los Arquetipos son ángeles, o más
precisamente, los Ángeles son las Inteligencias de las cuales emanan las formas
arquetípicas. Maclean, quien habla a partir de sus vivencias, dice que experimentamos
emociones e ideas mediante un equipamiento edificado por los Devas (ángeles), quienes
están unidos a patrones o modelos, y que mantener ese modelo es su tarea, que
sostienen el patrón arquetípico de toda forma. “Descubrí que el Ser que estaba por
detrás de la arveja tenía en su conciencia el plan arquetípico de todas las arvejas del
mundo y velaba por su bienestar.” 11. O sea, el Ángel es la Inteligencia, la Conciencia,
que está detrás de la manifestación arquetípica de formas, de modelos.
Dice Maclean: “Los Devas son constructores de nuestro mundo. Encarnaciones de
inteligencia creativa, ellos dirigen o transmutan lo que podríamos llamar energía... en
estructuras cada vez más físicas (incluso estructuras emocionales y mentales),
convirtiéndolas finalmente en lo que llamaríamos materia...” 11. y “ellos sustentan los
modelos arquetípicos de nuestro planeta en una especie de corriente de energía interna
de divinidad” 11. Después de conectar a la Serenidad como una criatura inteligente,
comunicativa, ella comprendió que la serenidad, la sabiduría, el amor, y otras
cualidades, son seres, fuerzas inteligentes que asumen vida en varios reinos.
Beltrán Anglada, escritor y ocultista español, afirma que la Forma es el trabajo de los
Ángeles, quienes “...realizan infatigablemente su misión de ajustar el plan arquetípico
de la Divinidad a la vida y necesidades de los seres humanos...” 3. Dice que los Ángeles
incorporan su vida a todas las formas imaginables, “...tejiendo y destejiendo en el éter
con inimitable maestría las formas que precisan los reinos de la naturaleza en cada uno
de los incesantes períodos de la evolución planetaria o solar .” 3.
¿CÓMO SE PERCIBEN?
JUNG: se experimentan a través de formas o imágenes que aparecen en sueños y
fantasías, y también en el arte y en la mitología, aunque eso que percibimos no es el
arquetipo mismo sino su representación, su imagen, o a lo sumo, su energía. Y esas
formas o imágenes varían de un individuo a otro, de una cultura a otra, de un tiempo
histórico a otro, aunque los arquetipos que representan son los mismos.
SABIDURÍA PERENNE: la visión o percepción de los Arquetipos es posible
mediante prácticas espirituales (como, por ejemplo, la meditación). Leemos: “como
abstracción no manifiesta, un arquetipo no puede ser conocido concretamente, pero
puede ser aprehendido intuitivamente mediante la contemplación.” 21. ** Para un
místico son formas de energía-conciencia que se expresan a través de la luz, el sonido y
la imagen. Dice Wilber “... y en la mayor parte de las formas de mis ticismo, esos
arquetipos son pautas de radiación, puntos de luz, iluminaciones audibles, formas y
luminosidades de colores radiantes, luces irisadas, sonidos y vibraciones, a partir de los
cuales se manifiesta y condensa, por así decirlo, el mundo material .” 23.C.
Es interesante saber que si se perciben en imágenes, la visión estará en consonancia
con la Tradición a la cual pertenezca el místico. Así, un cristiano verá Ángeles o Santos,
un hindú deidades como Krishna o Lakshmi, y un shaman verá animales de poder.
Ya citamos, y seguiremos citando, a Dorothy Maclean, para quien la comunicación
con los Arquetipos o Devas, se convirtió en parte de su experiencia cotidiana.
Y también mencionaremos, dentro de la Sabiduría Perenne, a una novísima rama de la
psicología, la Psicología Transpersonal, que si bien incluye a la metodología junguiana
(el análisis de lo que aparece en sueños y fantasías), va más allá, buscando experiencias
trascendentales. Así, tenemos un maravilloso ejemplo de percepción de un Arquetipo en
lo que experimentó Jacquelyn Small, psicóloga transpersonal norteamericana. (ver
Capítulo 3)
UN POCO DE DISCUSIÓN
Wilber critica a Jung en varios pasajes de sus libros. Afirma 23.A. que Jung usó el
término Arquetipo de tres modos diferentes, y que sólo uno de esos modos coincide con
la visión de la Sabiduría Perenne. En una entrevista 23.D. Wilber declara que, para la
Sabiduría Perenne y para los místicos, los Arquetipos son las primeras formas sutiles
que aparecen cuando el mundo brota del Espíritu carente de forma. Por ejemplo, en una
experiencia mística, podemos percibir Seres que se expresan mediante luz, sonido,
energía o imágenes. En cambio, para Jung -continúa Wilber- los Arquetipos no son
tanto trascendentales como existenciales: Jung confundió lo colectivo con lo
transpersonal. Así, habría dos clases de Arquetipos: los que están en el inconsciente
colectivo, con quienes tenemos que llevarnos bien, hacerlos conscientes para que no nos
dominen, y los Arquetipos transpersonales, que son “las primeras formas del espíritu
atemporal”. Wilber enfatiza: “estoy de acuerdo en que hay que alejarse de los arquetipos
junguianos y diferenciarse de ellos para liberarse de su poder (proceso de
individuación). Pero hay que acercarse a los verdaderos Arquetipos, los
transpersonales.” 23.D.
Sin embargo, Michael Talbot, autor contemporáneo, asegura 19. que Jung cambió de
idea continuamente -durante toda su vida- sobre el modo de explicar a los Arquetipos.
En 1946 Jung afirmó que la naturaleza de los Arquetipos no puede designarse con
seguridad como psíquica y que si “...fuesen representaciones originadas en nuestra
conciencia (o adquiridas por la conciencia) seguramente los entenderíamos y no nos
desconcertarían y sorprenderían cuando afloran a nuestra conciencia.” (Jung, ‘El
Hombre y sus símbolos’, citado por Talbot )
Como podemos ver, el tema de los Arquetipos es bastante complejo, y estamos en
esto tocando los límites de nuestra comprensión. Hay incluso algo equivalente en
novísimas teorías científicas, como la de los campos morfogenéticos, de Rupert
Sheldrake, donde estos campos -que gobiernan la estructura y el comportamiento de los
organismos- son algo similar a las Ideas de Platón (y por lo tanto a los Arquetipos).
Para Maclean, no hay duda que los Arquetipos y los Ángeles son lo mismo. Dice
que la mayoría de las culturas en la historia han creído que todas las formas de vida
están imbuídas de un espíritu o esencia, que ese espíritu puede existir sin forma y hasta
que precede a la creación de la forma y es responsable por ella. “¿ Pero por qué estarán
los dioses volviendo a la vida en nuestra época, justamente cuando habían sido
satisfactoriamente explicados como arquetipos del inconsciente colectivo, como
producciones y proyecciones de la psique humana?... Ahora que el hombre se reconoce
como parte del Poder que crea su mundo, puede lidiar directamente con otra espiral de
la verdad: las realidades angélicas que originalmente dieran nacimiento a esas imágenes
míticas.” 11.
VISIÓN DE LA AUTORA
En realidad, esta división que hacemos entre Jung por un lado y la Sabiduría Perenne
por el otro, es para facilitar un entendimiento más claro del tema. Jung fue un genio
precursor, y muchísimos estudiosos transpersonales se basan en él para sus prácticas e
investigaciones. Pero en el tema de los Arquetipos hay marcadas diferencias y por eso
hicimos esta división, aunque personalmente no encuentro contradicción entre la visión
junguiana y la de la Sabiduría Perenne.
Creo que la comprensión de los Arquetipos depende del nivel de realidad que
enfoquemos. Si bien se expresan a través de nosotros (Jung), o es mediante nosotros
que cobran vida en este nivel de realidad -el de nuestra personalidad, el nivel de la
vida cotidiana- también existen independientemente de nosotros, son universales,
eternos, las primeras formas del Ser (Sabiduría Perenne), y pueden ser percibidos
mediante la contemplación, mediante estados de conciencia en los cuales abandonamos
este nivel de realidad y nos acercamos a los niveles sutiles, donde ellos habitan y son.
Mediante la Psicología Junguiana y sus extraordinarios aportes, podemos explorar
cómo se da su expresión en nosotros, ya sea consciente o inconsciente. Aquí la relación
con ellos es a nivel psicológico.
La Sabiduría Perenne, por otro lado, nos hace recordar que hay mucho más, que
existen distintas dimensiones en la realidad, y que los Arquetipos forman parte,
eternamente, de los planos sutiles, a los cuales accedemos mediante prácticas
espirituales. Aquí nuestra relación con ellos es a nivel transpersonal.
La lectura de Platón -uno de los primeros filósofos de Occidente que enunció los
postulados de la Sabiduría Perenne- me dio la clave para este acuerdo final entre ambas
teorías. Para Platón nacemos con el conocimiento de las Ideas -las cuales están en la
mente divina previamente a la creación- y esto coincide con lo descubierto por Jung:
nacemos con predisposiciones arquetípicas, nacemos con el conocimiento de los
Arquetipos.
¿Y cómo tienen que concebir o comprender a los Arquetipos, aquellos que inician
este Camino de los 22 Arcanos ?
En verdad, no importa con qué teoría simpaticen más; independientemente de la
definición o de la comprensión que tengamos de ellos, los resultados en la práctica
serán los mismos: el contacto con los Arquetipos movilizará en nosotros lo que tenga
que movilizar, los efectos serán iguales, más allá de teorías y conceptos.
SÍNTESIS
Para Jung y sus seguidores son sistemas que forman parte del inconsciente colectivo,
nacemos con ellos, son universales (aunque asumen formas heterogéneas en distintas
culturas y tiempos), influencian nuestro pensar, sentir y actuar.
Para la Sabiduría Perenne son las primeras formas del Ser, el molde sobre el que se
asienta la realidad.
Expresado por una mística como Maclean, son Ángeles o, más precisamente, los
Ángeles son la energía, la conciencia, la inteligencia que está detrás de la manifestación
de las formas. Un Deva le dijo “...de aquí se irradian planos y modelos... desde mi punto
de quietud, grandes olas de energía son emitidas.” En un mensaje, otro Deva explicó
como un modelo de energía emana del centro, crece en fuerza y tamaño, pasa por
diversos estadios, es un proceso, está en los éteres, sustentado por los Ángeles y
manifestado por la energía de los elementos en la ocasión oportuna, para después
volverse una flor o fruto.11.
O con las palabras de Beltrán Anglada: “Su obra es dotar a la naturaleza de la infinita
multiplicidad de formas. Son como rayos de luz de distintas cualidades y vibraciones
actuando bajo la constante impresión de un sentimiento de síntesis.” 3.
Y no solamente actúan respecto a las formas de la naturaleza. Como dice Maclean
“los vehículos a través de los cuales vivenciamos fueron desarrollados por la
Inteligencia Pura mediante la acción de los edificadores dévicos...” 11.
En otras formas de misticismo, tales como las Tradiciones budista e hinduísta, los
Arquetipos son las últimas formas que el místico percibe antes de sumergirse en la
dimensión indiferenciada de lo sin-forma, en el arrebato de su realización última. (Ver
en la novela el cap.XXI)
Sugerencia de Trabajo
No hay prácticas para este capítulo, pero como el tema es complejo, te sugiero que
lo releas y reflexiones al respecto antes de pasar al capítulo siguiente.
* En este modelo de la Conciencia hay muchos niveles, y la personalidad humana -cuya esencia es
idéntica con el Absoluto- puede ubicarse en cada uno de esos niveles según cual sea su sensación de
identidad individual. O sea: desde los niveles inconscientes, pasando por los niveles de la realidad
ordinaria (soy una persona, tengo este cuerpo, vivo en esta cultura, etc.) hasta los niveles transpersonales,
donde la identidad ya no está limitada por las barreras del organismo individual. Las experiencias de
Violeta en los capítulos XIII, XIX y XXI de la novela, son ejemplos de estados de conciencia en que la
identidad se expande y alcanza los niveles transpersonales.
** ¿Por qué? De acuerdo al modelo de la Conciencia de Wilber, explicado en la nota anterior, cuando
alcanzamos estados de conciencia transpersonales -lo cual puede lograrse mediante prácticas
contemplativas- nos situamos en esos niveles donde los Arquetipos son, y podemos percibirlos.