Universidad nacional de entre ríos
FacUltad de trabajo social
Universidad nacional de entre ríos
FacUltad de trabajo social
issn 2250 - 4532
Año 3 | n.o 4 | Agosto de 2013
Propietario: Universidad Nacional de Entre Ríos,
Facultad de Trabajo Social
Directora: Elena Ana María Riegelhaupt
Comité editorial
Mg. Pablo Bentura (Uruguay)
Dra. Teresa Porzecanski (Uruguay)
Mg. María Pilar Fuentes (La Plata)
Mg. José María Alberdi (Rosario)
Mg. María Eugenia Garma (Rosario)
Mg. Inés Torcigliani (Córdoba)
Mg. Laura Imbert (Paraná)
Mg. Isela Firpo (Paraná)
Dra. Miriam Mitjavila (Brasil)
Dra. Vera Ribeiro Nogueira (Brasil)
Diseño: Área de Comunicación Institucional
fts · uner
Contacto: Facultad de Trabajo Social – uner
La Rioja 6, (3100) Paraná · Entre Ríos · Argentina
Tel./Fax: (0343) 4310189
Domicilio legal: Eva Perón 24,
(3260) Concepción del Uruguay · Entre Ríos · Argentina
Las notas firmadas representan la opinión
de los autores y no necesariamente la
de Nivel 4, latidos de lo social.
Staff
3 Editorial
5 dE conEjos, zánganos y cangrEjos / María isabel Muchut
34 la problEMática dEl consuMo y su rElación con los procEsos dE intEgración
social / alicia petrucci
50 cursos dE posforMación para graduados
52 libros publicados y disponiblEs En la MaEstría En trabajo social
54 posgrados En trabajo social rElacionados institucionalMEntE
58 MaEstría En trabajo social, facultad dE trabajo social – unEr
abstracts dE las tEsis aprobadas
79 corrEo dE lEctorEs
SumarioNº 3ISSN 2250 - 4532
Revista de la Facultad de Trabajo Social – uner
Año 3, número 4, agosto de 2013
3
Editorial
Como es posible que suceda en la mayoría de los ámbitos académicos de posgrado, la Maes-
tría en Trabajo Social de la Facultad de Trabajo Social de la UNER es una cantera de bulliciosa
actividad intelectual. A diferencia de la situación del estudiante de grado, el maestrando —o
doctorando, en su caso— ha tenido ya al menos algún tránsito por el ejercicio profesional, don-
de ha podido poner a prueba algo de su formación: lo aprendido, lo enseñado, lo que no pudo
ser, lo que ni siquiera imaginó. Es probable que la suma de impactos del ejercicio profesional
le haya hecho volver la mirada y los pasos al lugar del que egresó, ya sea con agradecimiento,
con enojo o con actitud de búsqueda ante inéditos desafíos. Aquello «que no le deja dormir»
como decía una entrañable profesora se irá transformando a lo largo del cursado en un objeto
de investigación para su tesis. En ese camino habrá seguramente ensayos, errores, aciertos, ha-
llazgos, en fin, producción intelectual de mejor o peor factura, conforme la senda elegida le vaya
haciendo trastabillar a veces o dar saltos en otras.
En este número de la revista queremos rescatar algunos jalones de ese viaje hacia la tesis.
Detenemos nuestra mirada en las reflexiones que surgen cuando los maestrandos enfrentan un
trabajo reflexivo y curioso sobre su propia intervención, sobre todo cuando la ponen en tensión
con ese mundo nuevo que se les abre a partir del acceso a textos teóricos que con escasa fre-
cuencia llegan a las trincheras del trabajo cotidiano.
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Ese maravilloso momento en que la lectura y el estudio de los textos nos permite ver, nos
ilumina aspectos que quizás inquietaban, «no dejaban dormir», pero hasta allí, más allá de la
incomodidad que producían, parecían obvios y por ello, ocultos en las naturalizaciones cotidia-
nas, es el combustible que alimenta las producciones que aquí presentamos.
Se despliega en sendos textos una particular conexión entre el imaginario que despierta la
política contracíclica por excelencia, como es la Asignación Universal por Hijo y los consumos
populares que posibilita, induce o impide, con los riesgos que asumimos socialmente por estar
insertos en una sociedad de mercado que nos marea entre sus contradicciones, incertidumbres,
distorsiones y correlaciones de fuerza siempre en disputa. ◊
Elena Riegelhaupt
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dE conEjos, zánganos y cangrEjos
María Isabel MuchutSeptiembre 2010
I. Conectarme con la idea de «viajar» por el objeto elegido
Creo necesario escudriñar minuciosamente el contenidopreciso de lo que está «ensamblado» bajo el paraguas de la sociedad
Bruno Latour
Con este trabajo me propuse viajar mas libremente por el objeto que elegí para mi tesis,
sin los cronogramas previstos por la rigurosidad metodológica propuesta por el Seminario
de Tesis. Esto me permitió recorrerlo con un poco menos de miedos, de los que me surgen
cuando pongo en marcha la capacidad de abstracción.
Para correrme de esos miedos, me posicioné desde tres aportes epistemológicos propuestos
por Latour:
• Desandando la postura en la que, aún después de reiteradas desilusiones, sigo refugián-
dome de vez en cuando en mi intervención; la de los profesionales que «… aún esperan
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alcanzar algún día la tierra prometida de una verdadera ciencia de un verdadero mundo
social».1
• Tomando la propuesta académica solo como «una guía de viaje por un terreno que es a
la vez completamente banal… el mundo social al que estamos acostumbrados».
• Intentar que mi viaje sea «exótico», como propone el mismo autor; o por lo menos diría
yo algo entretenido, buscando en lo «banal» la sorpresa y la pregunta.
A partir del objeto de tesis «que pude conseguir»: «Asignación Universal por Hijo para la
protección social; ¿asignación de derechos? Sus significaciones sociales», en el trabajo de este
módulo me propongo indagar la construcción de discursos en torno a la Asignación Universal
por Hijo (auh), qué se esconde detrás de ellos, cómo han sido construidos históricamente.
II. «Empantanada» en el territorio
«… lo que se llama explicación social se ha vuelto una manera contraprodcentede interrumpir el movimiento de las asociaciones en vez de retomarlo».
Bruno Latour
El territorio elegido para recorrer —en la misma línea de Latour—, son las publicaciones
realizadas por página digital El 11 Digital, de la ciudad de Paraná, con respecto a los comentarios
escritos por diferentes personas, entre los meses de octubre 2009 a finales de enero 2010. La
1. Latour, Bruno. «Reensamblar lo social. Una introducción ala teoría del actor-red». Ed. Manantial. Buenos Aires. Pág. 15
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fecha elegida corresponde al lapso que comprende desde el anuncio de su implementación por
parte del gobierno nacional hasta dos meses de su puesta en marcha, es decir, fines de octubre
2009 a fines de enero de 2010.
He tomado en ese lapso la mayor parte de las noticias publicadas por dicho canal relacio-
nadas con la auh, las que disparan comentarios de la población local en un sitio ofrecido en la
web para ello, de los cuales no conozco el criterio de rigurosidad de este respecto al contenido
original y genuino de dichas opiniones.
Si bien mi lectura tiene un carácter cualitativo, por cierto totalmente teñido de la perspec-
tiva desde la que me posiciono sobre este controvertido tema, paso a realizar algunas obser-
vaciones generales de carácter metodológico de modo que queden claras algunas condiciones
respecto al insumo trabajado:
• Opté por un canal local al que accede la mayor parte de la población de Paraná. Esto me
permite pensar que se trata de personas con quienes me cruzo todos los días, algunos
de los cuales tal vez conozco, que se levantan y se acuestan todos los días como yo. En
términos de aprendizaje, «lo local» en mi propio imaginario profesional, constituye una
suerte de «cable a tierra».
• En términos cuantitativos, en el lapso recién relatado, se recuperaron 92 comentarios
que surgen de 21 notas periodísticas (información oficial del poder ejecutivo nacional o de
los organismos de aplicación, así como notas periodísticas de dicho canal, fundamental-
mente a partir de la «notoriedad» que adquiere en la vía pública las extendidas colas en
el Anses y en el Banco Nación).
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• El número de las notas periodísticas corresponden casi a la totalidad de las publicadas
por ese sitio digital en ese período, mientras que los comentarios fueron recortados en
un 40 %, aproximadamente. Dicho recorte se encuentra en anexo II.
• De la totalidad de comentarios publicados rescaté, a mi criterio, los de mayor relevan-
cia para el análisis, descartando los juicios de valor (¿descartando los juicios de valor?),
las palabras inapropiadas y/o vacías, así como también los relatos que dicen lo mismo.
Por último, dado que esta política surge en el marco de una gestión específica de gobierno,
he obviado también críticas que considero descalificativas realizadas hacia el gobierno actual,
dado que las mismas no aportan al motivo de mi viaje, ya que el mismo intenta trascender la
coyuntura. No obstante, siendo conciente que tengo mis pies puestos sobre ella, y que los recor-
tes realizados están hechos con mi propia tijera también construida históricamente.
A los criterios ya planteados, se suman inicialmente los de la propia página del canal, cuyo
moderador bloquea ciertos comentarios, expresando «el comentario del lector… no será publica-
do ya que este no encuadra dentro de las normas acordadas de publicación pre-establecidas».
En cuanto a la visión social que aparece en cada uno de los comentarios, ya sea en referen-
cia a la auh específicamente o a sus titulares-«beneficiados», es interesante decir dos cosas: en
primer lugar, de la totalidad de los comentarios publicados, solamente seis expresan «estar de
acuerdo» con el sentido de la política, mientras que el resto expresa crítica de todos los estilos,
colores, olores y sabores. En cuanto a estas últimas —y esto sí es un dato muy interesante vincu-
lado directamente al objeto de este trabajo— dichas críticas están dirigidas fundamentalmente
a los propios titulares-beneficiarios, y no al gobierno actual.
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III. Parálisis en la banalidad
Antes de recorrer el «territorio» elegido, me había propuesto rescatar de ellos lo que estaba
oculto detrás de esos relatos publicados, entendiendo que nada de lo dicho es producto de la
conciencia inmediata, sino resultante de una construcción social.
En este sentido, todo acto de nombramiento contribuye a crear a aquello que designa, por lo
cual mi interés está puesto en indagar las maneras de nombrar socialmente las intervenciones
del estado con la pobreza, en tanto representaciones acerca de la estructura social, y las impli-
cancias sociales y políticas.
Pero recorriendo el territorio —los comentarios publicados— una y otra vez, me vi de repente
empantanada en la sensación de que mi objeto de investigación era irrelevante. El carácter cate-
górico y contundente de las representaciones que claramente aparecían me dejó, en un primer
momento, sin puertas de acceso para mis preguntas.
Nada confuso, todo estaba dicho; mientras tanto me refugié en mi propia verdad, pero no
hice más que congelarme. Matrices de pensamiento rígidas en mi intervención fueron mi prin-
cipal obstáculo epistemológico, no solamente por las dificultades que encontré para establecer
un diálogo con lo que veía, sino porque como nunca sentí que yo tenía realmente razón, pero
que a su vez eso no servía para nada.
El apoyo de algunos autores desarmaron mi parálisis, me ayudaron a romper la pared irre-
vocable y contundente de los modos de nombrar lo social tal como se presenta en el material
analizado, para intentar establecer ¡¡alguna!! conexión entre esa construcción de discursos —en
el plano de lo totalmente banal— y las categorías teóricas propuestas por la cátedra.
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IV. Rastrear conexiones nuevamente
… Ser social ya no es una propiedad sgura y no problemática, es un movimiento que puede no rastrear conexiones. Y puede no rediseñar ningún ensamblado bien-formado.
Bruno Latour
Agradezco el atrevimiento intelectual de Latour, que me ayudó a romper mi congelamien-
to; entre otras cosas, cuando expresa su preocupación respecto a las maneras de nombrar lo
social, «cuando… social comienza a significar un tipo de material, como si el adjetivo fuera
comparable en términos generales a otros calificativos como “de madera”, “de acero”, “bio-
lógico”… » «…el significado de la palabra se descompone dado que ahora designa dos cosas
enteramente diferentes: primero, un movimiento en un proceso de ensamblado, y segundo, un
tipo específico de ingrediente que supuestamente difiere de otros materiales».2
Es así que rompiendo esa pared entré en estos «tipo de material» del cual habla el autor, y
busqué, entre más de un centenar que tenía, los que más me congelaban.
Me detuve en los animales nombrados —en este caso para referirse a algún aspecto de lo
social—: el conejo, el chancho, la abeja zángana, la vaca, y también el cangrejo. En realidad, re-
ferencias a las que estamos habituados cotidianamente. Nada nuevo por cierto; lo uno nuevo es
que están todos juntos, me he acercado al aspecto de ellos en los cuales los humanos deposita-
mos «algo de lo social».
En este sentido, dispararon en mis pensamientos una suerte de organizador de tanta opi-
nión cerrada, permitiéndome salir del pantano poco a poco: en primer lugar intenté indagar la
razón por la que fueron utilizados para nombrar al otro concreto, buscando información desde
las ciencias naturales y la multimedia, tratando de encontrar conexiones con «lo social», con
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mi propia verdad, o, al menos, con algún contenido del módulo. Esto, en la línea del autor refe-
rido… «en el sentido de… redefinir el rol de lo social regresando a su significado original y res-
tituyéndole su capacidad de rastrear conexiones nuevamente».3 En segundo lugar agrupé cada
uno de los comentarios publicados, buscando alguna conexión con cada uno de los animales
referidos… A continuación retomo una gran parte de esa sistematización, la que se encuentra
completa en el anexo I.
V. Algunos animales, infelices portadores de una proyección simbólica
Indagando sobre las características de cada uno de ellos, pensé que tal vez debí haberles
pedido permiso, pues no resulta un orgullo para ellos en esta costumbre banal de ser usados
para nombrar lo social, dada tanta parcialidad de mirada; tal como considera Latour, «infelices
portadores de una proyección simbólica».
• Como conejos… pensar que si fuera pobre y tendría hijos onda conejo, ganaría más…
Mamífero roedor que puede ser doméstico o salvaje. Se reproducen de una manera extraor-
dinariamente fácil. Son multíparas, es decir tienen muchas crías por parto. Su gestación varía
entre 29 y 31 días.
2. Latour, Bruno. «Reensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red». Ed. Manantial. Buenos Aires, p. 14.
3. Ibidem.
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«… es un crimen que padres irresponsable engendren hijos como fuente de ingreso»
«Sigamos regalando plata a las chicas para que tengan hijos como los conejos…»
«… dar lástima por tener hijos? Lo único que saben hacer».
«… lástima que los pobres jubilados no pueden ensanchar el bolsillo con argumentos
reproductivos…»
«… lo único que hacen es que esta gente se reproduzca como conejos y pueble el país de
ladrones, asesinos y violadores…»
«… sigan teniendo hijos así cobran más».
«… algunos nos tenemos que romper el alma trabajando para comer, pagar impuestos,
vivienda,… y a los negros estos les pagan por tener hijos!!»
«Tal vez sería una solución… que las familias carenciadas no puedan tener más de dos hijos…
sino, que sea compulsivo no tener más hijos…»
«Por qué este gobierno nacional y popular no iguala al estilo chino de dos hijos por familia.. No
sea que aparezcan los derechos humanos a defender la libertad de conejera…»
«… esta gente y su conejera están perdidos, jamás trabajarán, solo reclamarán por subsidios…».
• Como zánganosEstoy pensando seriamente en dedicarme a ser una zángana…
Es el macho de la abeja reina. Carecen de aguijón, no producen miel y, en cambio, la con-
sumen como alimento. Por ello, una vez realizada su única misión, que es fecundar a la abeja
reina, aquellos que no lo consiguen vagarán de colmena en colmena, comportamiento que los
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convierte en importantes trasmisores de enfermedades. Finalmente serán exterminados por
sus propios compañeros de colmena, las obreras.
Tienen lengua muy corta, por lo cual no son capaces de alimentarse por sí mismos, son
alimentados por las obreras. Como no tienen aguijón no pueden asegurar la protección de la
colonia.
En cuanto han salido de la colmena las obreras no lo dejan entrar, porque son considerados
inútiles para alimentar. Los que se quedan en el interior son despiadadamente expulsados y
abandonados a su suerte.
«Hasta cuando vamos a tener que alimentar zánganos!!…»
«… los zánganos viven de arriba…y el gobierno los premia…»
«… Tantos sin trabajo quitando plata a los que trabajan!!...»
«Toda persona que trabaje, piense si le conviene».
«… yo quisiera saber si esa plata llega al bienestar de los chicos».
«No van a destinar esa plata en los pibes.»
«… Deberían haber iniciado el pago en febrero. Así no habría excusas para comprar libros…»
«… que devuelvan al estado algo de lo que el estado les da».
«$800 trabajando todo el día… o $900 rascándome? Suena fácil la respuesta»
«… lo pagamos con los impuestos los… que ponemos el lomo…»
«… aguante el subsidio universal y aguante la vagancia».
«… si fueran ofertas de trabajo las que hubieran hecho, me juego que me sobrarían los dedos
para contar los que se hubieran presentado».
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«Por qué no cierran esa parte de la peatonal y le ponen acondicionador de aire, sillas, bebida
frescas?...»
«Que bueno que esta gente pueda comprar! Pero de trabajo ni hablar, verdad».
«Si en esa cola llega a venir un camión con picos y palas y le dicen a la gente en lugar de 180 le
damos 400 si trabajan, seguro nadie se sube al camión».
«Yo me maté comiendo arroz y caminando Córdoba para poder tener un título universitario. Traba-
jé años gratis en un hospital... Y estos zánganos sin mover un dedo están mejor vestidos que vos…»
«Sino, larguen todo y a hacer cola al Anses…».
«Por qué no ir pensando en una jubilación anticipada para niños?»
«Si das pescado a un hombre hambriento le nutres una jornada. Si le enseñas a pescar, le nu-
trirás todo la vida».
«Se levantan a las 11 cuando el sol les quema el lomo con el calor de las chapas,
«Mientras yo me deslomo laburando 12 horas…».
«Y yo que fui a la universidad para poder comer… que gil.»
«… dignidad debe ser sinónimo de trabajo!!...»
• Como chanchos
Sigan tirando margaritas a los chanchos
Mamífero paquidermo que desciende del jabalí salvaje. Son asociados a la suciedad debido
a su hábito de revolcarse en el barro, lo que en realidad es una actividad de su higiene que con-
tribuye a eliminar parásitos y demás agentes infecciosos alojados en su piel. De hecho, el cerdo,
en realidad es uno de los animales más limpios de la granja.
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«Hay que fumigar la zona del Anses».
«… tendrán que limpiar la peatonal».
«Que asco profundo sentí al ver esta mañana semejante cantidad de “gente” haciendo la cola
para cobrar la limosna…»
«… el pueblo se va a cansar de pagar impuestos para alimentar crotos y vagos».
«... plan para seguir fomentando el choripanerío y la haraganería…»
«… dale… mandá ‘me rasco’ al 2020 y recibí los 180 mangos…»
«Era increíble ver a las mujeres obesas que casi no se podían mover chillando por sus dere-
chos…»
«… porque no laburan y se dejan de molestar».
• Como vaca (empantanada)… con la guita de los impuestos se hacen la olla, luego el agradecimiento
de la vaca empantanada; en cuanto pueden te vacunan, te roban, te re-matan.
Una vaca flaca como un estacón de ñandubay, quiso tomar agua en un charco y quedó empan-
tanada. Debilitada por el hambre, viendo que no podía salir sola del paso, esperaba sin moverse la
muerte, cuando por allí pasó el caballo.
Con mugido triste y mirada lánguida lo llamó en su auxilio, y el caballo, servicial por naturaleza,
entró en el barro y empezó a ayudarla. En la loma apareció en aquel momento el zorro. Se sentó, y
de aficionado no más, contempló ese espectáculo tan raro de un servicio prestado con todo desin-
terés.
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El caballo se tomó un trabajo bárbaro; levantó, tiró, empujó al animal embarrado. Se ensució
de los pies a la cabeza; pero por fin, sacó a la vaca del pantano. Y apenas estuvo ésta en piso firme,
agachó la cabeza y lo quiso cornear. El caballo, en su noble candidez, quedó estupefacto ante tal
ingratitud; mientras que silencioso, con una sonrisa sardónica, se retiraba el zorro.4
«… a grandulotes de 15, 16 o 17, que no saben esgrimir una pala, pero si en muchos casos una
pistola…»
«… por lo menos díganle a los hijos que no afanen a gente común que es la que se hace cargo
de los sueldos de sus mamis…»
«… cuando nos llegue la hora estos… no nos van a dejar ni el cajón».
• Como cangrejoAsí, vamos para atrás como
el cangrejo!!...
Nuestras rodillas no se pueden doblar hacia delante, pues su articulación sólo permite el
movimiento hacia atrás; igual ocurre con el codo y otras articulaciones de nuestro cuerpo, que
sólo permiten un tipo de movimiento. Algo similar les sucede a los cangrejos.
Aunque sus patas tienen muchas articulaciones, los movimientos que pueden hacer hacia
delante son muy pequeños. Por eso cuando corren o caminan lo hacen fundamentalmente hacia
los lados, y un poco hacia atrás. Si eso nos pasara a nosotros nos golpearíamos con frecuencia
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4. Fábula «La vaca empantanada», en <http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/literaturaargentina/dai-reaux/fabulasargentinas/lavacaempantanada.asp>.
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ya que tenemos los ojos delante de la cara. ¡Menos mal que los cangrejos tienen los suyos de tal
forma que pueden ver todo lo que hay a su alrededor!5
Vamos para «atrás»
«… sugiero ir teniendo la cacerola en la mano, no seamos b…»
«Y siga la joda….»
«Siga la joda, preparemos las cacerolas…»
«… el problema surgirá cuando hay que quitárselos».
«¡¡Cómo los... a los que quieren agarrar la manija en el 2010!!»
«Siga el baile siga el baile!!»
«Ahora… Probá con estudiar, trabajar producir… a ver que ocurre!!»
Vamos para «adelante»:
«Seguro que todos saben que las asignaciones familiares de los empleados privados los paga
el estado nacional. Con el criterio de los comentarios anteriores, todos los empleados con hijos nos
están robando plata de nuestros impuestos y están matando a los jubilados…. habrá que informar-
se mejor, no??»
«“los pobres” tienen todo el derecho a protestar por alimentos y trabajo!! Distinto de ustedes los
nuevos ricos a costa de utilidades que nos pertenecen a todos!!»
«Si todos fuéramos solidarios… acaso todos aquellos que los quieren matar no sueñan con
tener todo lo que desean, acaso por ser pobre no tienen derecho a un gusto, acaso aquel que trabaja
no se endeuda por encima de lo que le ingresa… Sean sensatos…».
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«Está bien este pago porque mucha gente que espera este beneficio, nadie les daría trabajo, y sin
no que los que están en contra que contrate alguno de ellos».
«…todos los empleados reciben las asignaciones familiares y de estas se hace cargo el Estado.
Dejen de despotricar sin razón, es la medida más justa que ha hecho este gobierno, y es menos
manejable por parte de los punteros o es ese el problema?».
«… les preocupa la asignación universal, pero no el gasoil subsidiado, la tasa del banco nación
bonificada, el dólar alto que beneficia a un sector de la sociedad. La auh la pagamos entre todos
los trabajadores, es para los hermanos que ahora van a comer, eso es solidaridad, …, por mi parte
la pongo con orgullo, esa gente queda afuera del sistema por los liberales que gobernaron hasta el
2001».
VI. Una doble moral
… toda la acción de la Sociedad se basa en la idea de que existe una estrecha relación
entre los estados de necesidad de los pobres y la ausencia de virtud.6
Cada relato guarda una profunda sospecha —en el mejor de los casos—, o una implacable
certeza acera de la «indebida» utilización del ingreso por parte de los padres, fundamentalmen-
te de las madres, para con las necesidades de sus hijos.
5. Prensa Escuela, en <www.prensaescuela.es/web/ciencia/consultarpregunta.php?idpregunta>.6. TENTI FANFANI, Emilio: Estado y pobreza: estrategias típicas de intervención 1 y 2, Buenos Aires, Centro Editor de
América Latina, 1989, p. 11.
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José María Alberdi e Ignacio Castro Rojas, docentes de la UNR, hacen referencia a esta doble
moral en el sentido que se deja bajo sospecha la utilización de los ingresos recibidos por las po-
líticas sociales, pero no se va a cuestionar otros comportamientos sociales de los que se encuen-
tran incluidos en el mercado de trabajo, como por ejemplo evasiones impositivas, no blanqueo
de trabajo en negro, resistencia a las retenciones de los cultivos extensivos, no declaración al
fisco de producción granaria, etc.
Tenti Fanfani recupera históricamente esta actitud moralizante en las prácticas de la socie-
dad argentina. La importancia de las mismas está dada en su poder como mecanismo de produc-
ción-reproducción social, y por lo tanto de estructuración de las representaciones sociales, en el
preciso momento de la conformación de nuestro Estado nacional.
Por nombrar uno de esos mecanismos podemos mencionar como el dispositivo llamado «pre-
mios a la virtud», el que era reservado a personas pobres con una finalidad ejemplarizadora.
Permaneció largo tiempo, desde finales del siglo xix y principios del xx inclusive, época en la que
he encontrado diversos elementos de diálogo con el material de trabajo seleccionado.
Damas de clase alta unidas por tradición de apellidos ligados a gestas políticas y militares
—de las que constituyeron nuestra nacionalidad—, que compartían por cierto especiales cuali-
dades morales, eran las que definían el merecimiento o no de la ayuda social.
Si bien se trataba de una iniciativa privada, lo que en realidad las unía eran los lazos carnales
con el poder político del momento, en el marco de la incipiente e inicial conformación del Estado
argentino.
El premio a la virtud era una práctica discrecional, controlada en forma arbitraria por este
grupo de exponentes, quienes ejercían esta actividad con las mediaciones básicas de personal
especializado (médicos, maestras, administradores, etc.).
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«Esta característica de discrecionalidad y autonomía de la política respecto de la pobreza pa-
rece ser una característica crónica del capítulo de las políticas públicas dirigidas a intervenir en
forma directa y global sobre los sectores sociales más desfavorecidos».7 El mismo autor recupera
el lema de la sociedad respecto a su acción educativa: «sin educar e instruir a la madre, en vano
sería exigir a los hijos las virtudes de buenos ciudadanos gobernados por instituciones libres».
Así lo expresaba Meyer Arana en 1942.
Esta práctica social, en nuestra disciplina denominada «filantropía», constituye un valor uni-
versal-racional, ya que contiene y lo trasciende al concepto cristiano de caridad, cuya estrategia
de acción social interviene en función de una idea de peligrosidad.
Pero ¿peligro para quién? Esto está claro en uno de los criterios de selección de las mujeres
pobres virtuosas: considerar «la pobreza llegada a su extremo sin agravar la sociedad», es decir
sin que se constituya en una carga para ella, es decir sin ejercer la mendicidad. He aquí la doble
moral.
Se evalúa desde valores tales como el tesón, honradez, trabajo, amor filial. Si bien, en térmi-
nos de representación social, se instalan como universales, son solamente virtudes jerarquiza-
das desde un contenido específico, el de la medida justa de un determinado sector social de la
época.
Sin embargo, las únicas premiadas siempre eran mujeres que estaban ubicadas en las clases
medias. No podían ser de los sectores más bajos ya que estaban perdidos en el vicio, el mal, la
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7. Tenti Fanfani Emilio: op. cit., p. 20.
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miseria y su acompañante, la enfermedad. Sobre estos estratos casi no es posible el aprendizaje
de la virtud.
No obstante, esto no era gratuito, sino a cambio de prestigio y salvación eterna, cumplir con
su obligación de dar el ejemplo o, lo que es lo mismo, encarnar en los pobres las cualidades de
los ricos. «… la lujosa sociedad que algunos osan motejar de frívola y superficial se congrega
invariablemente para ofrecer una palabra de aliento y un aplauso de triunfo a las modestas
triunfadoras de los grandes sacrificios», decía Meyer Arana de una entrega de premio.
Y más contundente todavía en términos de intencionalidad política e ideológica: «La gloria,
más que un privilegio es un derecho del espíritu superior: es el impuesto cobrado a los inferiores
en moneda sonante bajo la forma de homenaje o de admiración».8 Este homenaje y admiración
era precisamente el mecanismo mismo de producción reproducción de la dominación, la doble
moral.
En el 2010 se refería Rodríguez Larreta en su discurso de premios a las nuevas preocupacio-
nes, también moralizantes, incorporadas en el nuevo escenario de una Argentina inserta en el
mundo capitalista:
… disminuir el número de desesperados, cercar el campo de la revolución y volver más injusta
todavía… la sangrienta rebelión del anarquista... la riqueza proyecta la sombra de la miseria y sin
la generosidad y el sacrifico de los predilectos de la fortuna no se llegaría a realizar en esta patria
la armonía de la sociedad humana.9
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8. Tenti Fanfani, Emilio, op. cit., p. 30.9. Idem .
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En función del planteo del autor que orienta esta reflexión, en una primera etapa los domi-
nados son objetos clasificados desde afuera, a partir de un lugar de jerarquía; no participan en
la disputa por cómo ser nombrados.
Sin embargo, con el tiempo los sectores populares van adquiriendo un propio lugar y dispu-
tando, en términos políticos, sus propias representaciones del mundo social.
La representación de la estructura social de la clase dominante entra en crisis en estas pri-
meras décadas del siglo y pone en jaque la representación de la estructura social de las clases
dominantes. Comienza un empobrecimiento de las clases medias que vivían de su trabajo, y se
repite nuevamente el mismo esquema moralizante. El único sano es el recientemente empobre-
cido, ya que el pobre de siempre no aprovechó la oportunidad de tener virtudes.
Ahora se hace necesaria la estadística y los registros de pobreza, tal como lo expresa Tenti
Fanfani… «Los esquemas y clasificaciones explícitos y sistemáticos reemplazarán progresiva-
mente a los esquemas prácticos de antaño».10 De esta manera, el objetivo de institucionalizar la
pobreza tenía dos vías: por un lado administrar en forma racional los recursos de la beneficen-
cia y, por otra parte detectar a los falsos pobres, es decir los merecedores o no de la ayuda.
De esta manera, los registros y certificados de pobreza permiten establecer distinciones con-
cretas, en términos de intervenciones sociales ciertamente efectivas. Aparece la necesidad de
personal especializado. La asistencia social debe sumar la competencia técnica a la vocación y
al imperativo religioso desinteresado.
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10. Tenti Fanfani, Emilio, op. cit., p. 42.
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Así comienzan, poco a poco, los primeros espacios abiertos que irá empezando a ocupar nues-
tra disciplina, requerida para la puesta en marcha de los mecanismos de intervención social.
Si bien la historia se siguió escribiendo hasta nuestros días, y los dispositivos sociales tam-
bién escribieron la suya en términos de producción reproducción social, pero me he detenido
fundamentalmente en esta etapa recorrida, porque encuentro gran parte de los espejos de «los
infelices portadores de una proyección simbólica»:
• «La beneficencia se define como un deber del que da, y no como un derecho del que
recibe».
• «La filantropía, como estrategia de acción social, interviene en función de una idea de
peligrosidad».
• La asistencia es un dispositivo creado por el estado en el intento de buscar nuevas
estrategias de producción y reproducción de la dominación».
En cuanto a los contenidos que no pueden ser profundizados, dado los límites reales propios
y académicos de este trabajo, permanecen abiertos, en términos de tarea pendiente, para la tesis
propiamente dicha. Concretamente, indagar en los mecanismos y dispositivos de intervención
social utilizados históricamente tanto con anterioridad como con posterioridad a la de la con-
formación del estado argentino. Hablo de los que se desplegaron durante la conquista europea a
nuestros pueblos originarios. Con posterioridad, durante el peronismo, y por último los desple-
gados durante la dictadura militar, así como en la infame década de los noventa.
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VII. Protecciones sociales ponen en peligro derechos civiles
La inseguridad… es en buena medida el reverso de una sociedad de seguridad.Robert Castel
Las modalidades de intervención social analizadas, la caridad, la beneficencia, la filantropía
y la asistencia poseen un denominador común: la mayor o menor peligrosidad y amenaza de la
pobreza al poder hegemónico-dominante en cada época en pos de mantener su orden necesario
e interesado.
El zángano (o sus distintas infelices variantes)… un personaje potencialmente amenazante
por… todas sus parecidos animales abiertamente peligrosos, según los caracteriza Robert Cas-
tel… «todos ellos individuos sin amarras que representan un riesgo de agresión física y disocia-
ción social, porque existen y actúan por fuera del todo el sistema de regulaciones colectivas»,
Ahora bien… Esas regulaciones colectivas que dan viabilidad a una sociedad ¿es viabilidad de
vida para todo el conjunto de la sociedad? Dicho de otra manera… Hacer viable la vida de todos,
(sin que falte nadie), ¿hace viable los derechos civiles tal como están presentados?
El planteo del autor recientemente citado trae luz a tanta disociación repetida: «… no habría
que oponer inseguridad y protecciones como si pertenecieran a registros opuestos de la expe-
riencia colectiva…».
La inseguridad, lejos de ser solamente un manejo de los medios de comunicación y un de-
lirio de clase alta, «… tiene efectos sociales y políticos que, por cierto, forman parte de nuestra
realidad y hasta estructuran en gran medida nuestra experiencia social».11
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11. Robert Castel: La metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del asalariado, Bs. As., Paidós, 1997. «Prólogo».
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Seguridad-inseguridad de la población son las caras de una misma moneda, ambas no se en-
cuentran como dato en forma inmediata en términos de conciencia, sino que «…van de la mano
de configuraciones históricas diferentes… Ambas son relaciones que devienen de los tipos de
relaciones que aseguran o no una sociedad».12
Y continúa preguntándose el autor
«… que la demanda de seguridad se traduzca de inmediato en una demanda de autoridad que,
si queda librada a sus propios impulsos, puede amenazar la propia democracias. Se le exige que
garantice la seguridad y se lo condena reprochándole su laxismo si llega a fallar. Pero ¿acaso el
aumento de autoridad que se le exige a un estado de derecho puede ejercerse en un marco verda-
deramente democrático?»13
Ahora bien… Respecto a la auh, tal como aparece en los comentarios publicados por el sitio
web del canal... ¿Será una amenaza para el orden? ¿Estarán en riesgo los derechos civiles? ¿Será
una política que incrementa la inseguridad?
¿O es la posibilidad de habitar y pertenecer de una gran parte de la población que vive en
la real inseguridad (social)? ¿O es un comienzo de un Estado que comienza a hacerse cargo de
la pobreza en términos de conflicto social y, desde la sola contención del conflicto social para
obtener el orden que garantice el poder hegemónico?
12. Robert Castel, op. cit. 13. Idem.
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VIII. La Propiedad Privada se esconde como fantasma
El hombre es amo de sí mismo, propietario de su propia persona y de sus acciones, y de su trabajo.John Locke - 1690
El Estado en su conformación se constituye como supuesto garante de la vida de todos los in-
dividuos, justifica su existencia en la defensa de la propiedad, y asume la función de preservarla.
En este sentido expresa Castel «la piedra angular es que pretende asegurar a la vez la protección
civil de los individuos fundados en el estado de derecho y su protección social fundada en la
propiedad privada».
Esta función hegemónica del estado en la historia ha sido sumamente eficaz. Así advierto el
concepto de Propiedad como una suerte de fantasma escondido detrás de la banalidad recorri-
da. Seguramente los que escribieron los comentarios publicados no pertenezcan a la clase alta,
tal vez se acercan, tal vez sólo son simples asalariados con acceso a una computadora en sus
hogares.
Así, el mero hecho de «tener» (trabajo, vivienda, auto, ingresos, estudios, status) otorga dere-
cho a «pertenecer dentro de la sociedad». Las huellas son tan tajantes y profundas, que un solo
sueldo mínimo me otorga derecho a cuestionar la pertenencia o no del otro en mi sociedad, no
es necesario pertenecer a la clase alta para moralizar a la pobreza y castigar por falta de virtud.
De esta manera, se puede existir por sí mismo con la sola protección de la propiedad. Ella es
la base de los recursos a partir de la cual un individuo puede valerse por si mismo y no depender
de un amo o de la caridad del prójimo.
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Este es el lugar de representación desde donde miro al otro, desde la «autonomía» y la «liber-
tad» que me otorga mi condición de propietario, trabajador, etc., como si ello otorgara derecho a
nombrar al otro como chancho, como conejo, como cangrejo, como zángano.
En este sentido la propiedad es la institución social por excelencia, y por lo tanto irrefutable
desde el sentido común cotidiano, porque es la que garantiza la independencia de los ciudada-
nos. La propiedad es la condición de independencia de las personas.
Seguramente la propiedad privada garantiza salir airoso de las contingencias de la vida. Aho-
ra... ¿Dónde queda lo social, entendido como el conjunto de dispositivos que serán puestos en
marcha para compensar el déficit de recursos necesarios para vivir una sociedad por sus propios
medios?
IX. Conejera, dignidad y posibilidad de sentir vidaEn vano exigir a los hijos sin educar a la madre.
Soc. de beneficencia
El «amor filial» posiblemente sea un fuerte valor inscripto en mi subjetividad. Debe ser por
ello que intentaré dar un breve pero especial apartado a la maternidad como espacio dignifican-
te de vida, particularmente en este caso, en los contextos de pobreza.
La maternidad en los sectores populares significa una posibilidad de vida y de pertenencia
frente a la histórica acumulación de derechos no ejercidos. Por si resulta ingenuo, o peor, ro-
mántico, me permito aclarar que solo forma parte de uno de los múltiples y complejos aspectos
que atraviesan las madres en condiciones de exclusión social.
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Para las adolescentes la maternidad tiene vinculación con la construcción de identidad, «…
el hecho de ser madres contribuye a generar cierta autoestima, el pensar que son capaces de
hacer algunas cosas, entre ellas de ser madres; y así acceden a la salud y se acercan a otros
beneficios, a través de la maternidad».14 En este sentido, continúa «la auh significa un piso de
ingresos «para que algunas… mujeres, que antes veían en la maternidad una opción de vida…
estén posicionadas en otro lugar».
En este marco, el Estado debe fortalecer desde las políticas públicas los múltiples aspectos
que constituyen la multiplicidad de pobrezas acumuladas en nuestro pueblo. Continúa el mis-
mo artículo: «… la políticas que se llevan adelante respecto a la salud sexual y reproductiva y
despenalización del aborto (agregaría prevención de la violencia familiar) son mucho más im-
portantes y eficaces en cuanto al objetivo de que la maternidad no sea el único valor para las
mujeres en los sectores más pobres».15
X. LA AUH COMO OPORTUNIDAD
En el objeto elegido para mi tesis me pregunto si la auh asigna un nuevo derecho o sólo habi-
lita un ingreso. Tal vez sea una oportunidad histórica, en términos de piso a seguir construyendo
desde lo social.
14. «Un derecho conquistado que desnuda prejuicios». Entrevista a José María Alberdi e Ignacio Castro Rojas, docentes de la UNR, Diario Página/12, domingo 15 de noviembre, 2009, Rosario.
15. ALICIA SIMEONI: «Un derecho conquistado que desnuda prejuicios». Entrevista a José María Alberdi e Ignacio Castro Rojas, docentes de la UNR, Diario Página/12, domingo 15 de noviembre, 2009, Rosario.
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La acumulación de riqueza, desde el golpe militar de 1976 en adelante, profundizada fuerte-
mente en la década de los noventa gracias a un fuerte achicamiento del estado y las proteccio-
nes sociales, ha dado lugar a multiplicidad y heterogéneas pobrezas (trabajo informal, desocu-
pación, emergencia habitacional, desnutrición y cientos más).
En el sentido del cangrejo que siempre va para adelante —aunque vaya para atrás, ya que
sus ojos ven a todo su alrededor—, la auh instala a partir de esta coyuntura una oportunidad
de carácter histórico.
No es objeto de este trabajo analizar las fortalezas y debilidades de la auh como política pú-
blica; no obstante, para ir dando un cierre a esta reflexión, considero oportuno señalar algunos
pasos que en términos de sociedad hemos dado hacia adelante, aspectos que podrían marcar
fuertemente la asignación de nuevos derechos:
• Fija en la agenda pública un piso mínimo de condiciones de vida de la población en tér-
minos generales.
• Debido a la ausencia de intermediarios, ubica al clientelismo político siempre presente
en todos los niveles existentes del estado y la sociedad, en una práctica social y política
claramente diferenciada de la auh.
• Fija un piso a partir del cual disputar nuevas políticas que garanticen el ejercicio de los
derechos básicos en las múltiples y complejas manifestaciones en que se presenta la
pobreza: el hábitat, el trabajo, la educación, la salud, etc.
• También sería otro de ahora en más el piso mínimo a partir del cual dirimir conflic-
tos sociales, en pos de mejorar las condiciones de vida de los sectores más humildes,
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profundizando la distribución de la riqueza en la búsqueda de igualdad de oportunida-
des para todos. En este sentido, hablar de lo social implicará hablar también de lo eco-
nómico, de la propiedad, de la riqueza, ya que, como expresa Latour «Lo social no es un
pegamento que pueda arreglar todo, incluyendo lo que otros tipos de pegamento no
puedan arreglar».16
• Se hace necesario también profundizar las políticas públicas que reconstruyen el tejido
social y comunitario, espacios que generan redes y vínculos entre los trabajadores del
estado y las comunidades.
XI. PROPIEDAD O PERTENENCIAPertenezco, por lo tanto soy.
Aleyne Watene
Conciente de que la historia se seguirá escribiendo, ojala esté en lo cierto el que dijo «… el
problema surgirá cuando haya que quitárselos».
Si así fuera, los pobres imitarían otra de las curiosas características del conejo… Esa que,
frente a un peligro que se avecina, golpea la patas contra el suelo convocando a su conejera…
En términos políticos por cierto, tener hijos como los conejos está muy lejos de la represen-
tación social de propiedad privada. Constituye un gran poder, pero sobre todo pertenencia. En ese
caso los zorros, tal vez, no sabrían de quien reírse.
16. BRUNO LATOUR: Reensamblar lo social. Una introducción ala teoría del actor-red. Ed. Manantial. Buenos Aires. Pág. 18
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Sin embargo, considero que atravesamos un momento histórico en el que hay un creciente
consenso en recuperar el Estado. Pero, como no todos hablamos de lo mismo, en nuestro caso
será necesario caminar hacia uno que centre sus políticas públicas en la promoción de meca-
nismos de inclusión y protección social.
En cuanto a las ciencias sociales, particularmente la disciplina-interdisciplina, tenemos un
espacio central en las disputas por la argumentación de lo social, en el marco de la autonomía
relativa en que se muestra nuestra intervención.
Esto implica revisar los modos de viajar. Revisar los modos de nombrar lo social, en el senti-
do que este modo de nombrarlo deje de ser un aspecto más entre otros, que las características
específicas y particulares que hasta hoy poníamos bajo el dominio de LO SOCIAL, sean sólo as-
pectos a ser reunidos-separados, asociados-reasociados, ensamblados-reensamblados, es decir
nombrar lo social desde el movimiento mismo que lo constituye, desde lo desconcertante en
que su rostro se nos muestra.
Si esto fuera así, podremos desandar los discursos material-animal sobre lo social, resigni-
ficar su sentido. En este caso, tal vez la AUH implicará asignación de un derecho, sobre todo el
derecho a pertenecer.
Es el desafío, en términos de construcción político y social, como dice Castel, de «… combatir
los factores de disociación social que están en la raíz tanto de la inseguridad civil como de la
inseguridad social».17
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17. Robert Castel: La metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del asalariado, Bs. As: Paidós, 1997 p. 15.
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Política y pobreza ya no puede separarse. Tal como expresa Norbert Lechner «la definición
social de lo que es la política forma actualmente un terreno privilegiado de la lucha por el poder,
y de esta reestructuración del hacer política dependerá en buena medida lo que será la sociedad
futura».18
«Yo no sé de dónde salió el dicho “Pienso, luego existo”, no nos gusta, comparto lo que dice
mi pueblo: Pertenezco, por lo tanto soy». Así decía Aleyne Watene, en la I Asamblea Mundial de
los Pueblos, en Bangladesh, diciembre 2001.19
XI. BIBILIOGRAFÍA
CASTEL, Robert: La metamorfosis de la cuestión social. Una crónica del asalariado, Buenos Aires:
Paidós, 1997.
LATOUR, Bruno: Reensamblar lo social. Una introducción a la teoría del actor-red, Buenos Aires: Ed.
Manantial, 2008.
LECHNER, Norbert: La conflictiva y nunca construcción del orden deseado, Flacso. 1984
MONSALVO, Julio: «Civilización de la pertenencia». Cartas que salen del cuerpo. Columna
editorial del sitio <www.altaalegremia.com.ar>, Formosa, Argentina, 2010.
18. Lechner, Norbert: La conflictiva y nunca acabada construcción del orden deseado. FLACSO. 198419. Julio Monsalvo: Cartas que salen del cuerpo. “Civilización de la pertenencia”. Aleyne Watene pertenece al Pue-
blo maorí de Aotearoa, la Tierra de la Larga Nube Blanca, el verdadero nombre de la hoy llamada Nueva Zelanda.
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SIMEONI, Alicia: «Un derecho conquistado que desnuda prejuicios». Entrevista a José Maria
Alberdi e Ignacio castro Rojas, diario Página/12, suplemento «Rosario», 15/11/09, Buenos Aires.
SVAMPA, Maristella: La sociedad excluyente. La argentina bajo el signo del neoliberalismo, Buenos
Aires: Ed. Taurus, 2005.
TENTI FANFANI, Emilio: Estado y pobreza: estrategias típicas de intervención 1 y 2, Buenos Aires:
Centro Editor de América Latina, 1989.
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la problEMática dEl consuMo y su rElación con los procEsos dE intEgración social
Lic. Alicia Petrucci
Introducción
Es innegable que entre las marcas de distinción del nuevo siglo se encuentran en un lugar
prominente diversas interacciones novedosas que han impregnado la vida cotidiana de la ma-
yoría de los habitantes urbanos. En ese sentido, los crecientes y sostenidos avances de la tecno-
logía, la informatización, y la masividad de la comunicación, quizás sean los componentes que
más han empapado la totalidad de las dimensiones de las vinculaciones humanas, posibilitan-
do nuevas configuraciones de lo social.
En dicho escenario comienza a dominar la producción y el consumo de bienes que se distri-
buyen en el mercado a través de estrategias de marketing, dando lugar a la conformación de un
nuevo actor central: el consumidor. En ese proceso el mercado de bienes materiales con función
y finalidad eminentemente simbólicas se ha convertido en la columna fundamental para la
reproducción del capital. Esto significa que el trabajo reviste ahora la forma en que individuos
o grupos generan información capaz de movilizar a otros individuos o grupos. La producción,
transformación y circulación de información son el objeto de la mayor parte de las tecnologías
importantes que se introducen en la economía y en consecuencia en la dinámica cotidiana de
todos los sectores sociales.
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En definitiva planteo la necesidad de reflexionar acerca de la denominada sociedad de con-
sumo, que interpela a toda la población, sin distinción de clases sociales, desplegando intensos
mecanismos de seducción, lo que provoca que los deseos tiendan a parecerse, no así las posibili-
dades de satisfacción o acceso a distintos bienes y servicios. Esta tensión, a veces contradicción,
en muchas ocasiones emerge en el marco de las prácticas profesionales, interpelándolas desde
lugares sedimentados teóricamente, lo cual obstaculiza la comprensión necesaria para el desa-
rrollo de la intervención profesional fundada desde un marco político centrado en los derechos
humanos.
Se trata de transformaciones que impactan sobremanera en la intervención profesional de
Trabajo Social que, como parte de los mecanismos de intervención social de una época dada,
busca mantener, ampliar o restablecer la integración social. Por lo que se torna necesario pen-
sar la problemática del consumo y sus posibles incidencias en la intervención social. Es en ese
sentido que me interesa reflexionar acerca la problemática que envuelve a estos procesos con-
flictivos, articulando los conceptos consumo / nuevas subjetividades e intervención social.
El consumo como problemática
El consumo como problemática o la problemática del consumo ha sido pensada desde la
economía, la sociología, la antropología, la filosofía, la psicología y más recientemente desde el
marketing, desde miradas estructurales o sistémicas. Es decir, de cómo se configuran las trans-
formaciones que la sociedad ha ido generando, sobre todo, a partir de la época que se inaugura
con la finalización de la segunda guerra mundial. Pero al decir de Adela Cortina, no se aprecia
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interés en transitar reflexiones desde la ética y sus vinculaciones con las interacciones sociales,
sus impactos en la dinámica de la vida cotidiana, sobre todo de los sectores en situación de
pobreza.1
El consumo, como parte de la vida cotidiana en nuestras sociedades modernas, representa
el eje principal alrededor del cual se vertebran las relaciones económicas, sociales, culturales,
recreativas, con el fin de satisfacer necesidades humanas materiales y simbólicas. El modo en
que dichas necesidades se satisfacen está mediado por el lugar que se ocupa en la estructura
productiva, lo que nos estaría indicando además, las condiciones que habilitan un determinado
tipo de integración social.
Existe cierto consenso en considerar el consumo en general como una práctica cultural y,
más específicamente, como el conjunto de procesos socioculturales en que se realizan la apro-
piación y los usos de los productos (Canclini: 1999, 34). Tan es así, que se vislumbra su centrali-
dad en la construcción de significados y sentidos del vivir, abarcando la totalidad de las dimen-
siones del mundo de la vida.
Así, en la actualidad, según afirma Norbert Lechner,2 el proceso global que alcanzó el ca-
pitalismo es tal que los valores de las relaciones de mercado constituyen en gran parte las
relaciones sociales. La sociedad de mercado, que antes sólo hacía a los intercambios de objetos,
paulatinamente se ha transformado en la mediación primordial de las relaciones entre sujetos,
1. Cortina, Adela: «Consumo… luego existo», en <http://soidaridad.net/articulo 1859_enesp.htm>. 2. Lechner, Norbert: «Estado y Sociedad en una perspectiva democrática», en: AA.VV.: Estado, democracia y ciu-
dadanía, Buenos Aires: Editorial La Página, 1999.
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a la vez que los ha constituido como tipos de individuos (consumidores). Es más, siguiendo a
Bauman (2010) en la presente sociedad de consumo, para constituirse en sujeto la persona pre-
viamente debe lograr constituirse en producto.
Al infiltrar con su dinámica a todas las relaciones humanas, el mercado ha provocado trans-
formaciones en el hombre, en las ciudades y en su forma de relacionarse socialmente. Cambio
que estuvo íntimamente vinculado al despliegue de un proyecto global, consolidado en la his-
toria reciente gracias a un notable consenso social construido alrededor de los valores que lo
impulsaron.
A través del modelo que promovió ese proyecto, se moldearon sujetos y se los imbuyó de
nuevos valores en el marco de los preceptos del mercado, se formó ciudadanos integrados en
tanto que consumidores, a la vez que se generó una descomunal exclusión de sus propias pro-
mesas.
Ese modelo ha contribuido a generar una profunda mutación cultural que, entre otras cosas,
ha ido pronunciando la brecha abierta entre los distintos sectores sociales. La sospecha, la bru-
tal diferenciación, la quiebra de las solidaridades, el desmembramiento de un tejido social que
permitía la movilidad ascendente, los nuevos imaginarios culturales de época que han catapul-
tado a la riqueza como bien indiscutible y deseado por sobre todas las cosas, unido a una natu-
ralización que se ha ido operando respecto del imperio del mercado y de las nuevas formas de la
ciudadanía privatizada, han generado, junto con cambios extremos en la esfera de lo económico
y de los dispositivos tecnocomunicacionales, la emergencia de otros modos de producción de
lo social. En ese sentido se parte de entender a lo social como un conglomerado en que parti-
cipan indisolublemente lo económico, lo político, lo cultural como escenario en que se amarra
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y desenvuelve la vida individual y colectiva en todo momento y lugar. Tal como afirma Bruno
Latour, citando a Gabriel Tarde: «Se trata de mirar lo social como un fluido circundante, como un
principio de conexiones, si se pretende comprender la dinámica social».3
Es así que a partir del consumo se construye hoy día gran parte de la racionalidad integrativa
y comunicativa de la sociedad: «… muchas de las preguntas propias de los ciudadanos se con-
testan más en el consumo privado que en las reglas abstractas de la democracia o de la partici-
pación política en los espacios públicos».4 Y lo que vincula ahora a esos consumidores no son
sus identidades locales o nacionales, sino su demanda de ciertos bienes y servicios, su afición a
determinados medios de comunicación masiva de carácter cada vez más desterritorializado. Te-
resa Matus completa nuestro comentario: «Con la aparición y expansión del consumo en masa,
con la publicidad, la moda, los medios de comunicación de masas y la institucionalización del
crédito que socava directamente el principio del ahorro, la moral puritana cede paso a los valo-
res hedonistas, y el individuo se entrega al consumo, al tiempo libre y a las actividades que le
provocan placer”.5 De este modo se puede distinguir un conflicto -en extremo una aporía-, en el
seno mismo de la modernidad, en tanto pasaje de un “orden recibido a un orden producido»,6 en
3. Latour, Bruno: Reensamblar lo social. Una introducción a la teoría actor-red, Manantial, Buenos Aires, 2008, p. 30.4. García Canclini, Nestor: Consumidores y Ciudadanos, Conflictos multiculturales de la globalización, Ed. Grijalbo,
Méjico, 1995.5. Matus Sepúlveda, Teresa: “El potencial crítico de la modernidad”, en Propuestas contemporaneas en Trabajo Social.
Hacia una intervención polifónica, Espacio Editorial, Buenos Aires, 1999, p. 214.6. Idem, p. 215.
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términos de la impronta de igualdad y justicia social que la acompaña en su espíritu y discurso,
puesto que la diferenciación social basada en la dimensión económica, al dirimir entre pobres
y ricos, no la refleja.
Consumo, Integración / intervención social, y nuevas subjetividades
Es indudable que la sociedad de consumo, a la luz del neoliberalismo vigente, nos plantea
un sinnúmero de perplejidades a las ciencias sociales —en el sentido que le atribuye Latour a lo
social— y en especial a Trabajo Social. Si la entendemos como una disciplina que en el marco de
las ciencias sociales va estructurando su campo particular en relación con la intervención pro-
fesional y la producción de conocimientos en diálogo con la realidad social,7 es precisamente la
problemática de la intervención social y su vínculo indisoluble con la integración social la que
necesita ser pensada y tensionada a la luz de las nuevas configuraciones sociales.
Aquí es necesario preguntarse ¿Qué entendemos por integración social?, ¿Cuáles son sus
vinculaciones con la intervención social, y con la nuevas subjetividades que emergen en el trán-
sito del cambio epocal que brevemente intentamos describir? Al respecto, Andrenacci plantea
a la integración social como un proceso de inscripción de los sujetos en la organización social
a través del cual se obtiene no sólo «un lugar» físico y simbólico, sino también el derecho a ser
sostenido: a beneficiarse de los sistemas de protección que salvaguardan el acceso y permanen-
7. Cazzaniga, Susana: Hilos y nudos.La formación. La investigación y lo político en el Trabajo Social, Buenos Aires, Espacio Editorial. 2007.
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cia de los sujetos en ese «lugar».8 Por ello, para Andrenacci, la cuestión social se presenta como
un problema en los mecanismos de integración social que corta o bloquea los vectores principa-
les cuyas trayectorias garantizaban la integración social, y aclara que cada organización social
y cada etapa histórica discernible tienen sus propios vectores de integración social y su propia
cuestión social. Allí donde está en juego la forma en que las sociedades intentan garantizar su
propia integración, se estructuran distintos mecanismos de intervención social. Aquí, es nece-
sario no dejar de pensar en el tipo de integración social que se busca, porque desde este lugar
se generarán los mecanismos de intervención pertinentes. Es decir, no perder de vista que, para
la reproducción de determinado orden social, es necesaria cierta correspondencia tanto en los
parámetros de integración social como en los mecanismos de intervención para garantizarla.
Procesos que los distintos sectores sociales transitarán acompasando los cambios sistémicos
con transformaciones en las propias subjetividades y por consiguiente en la vida cotidiana.
En relación a lo anterior, se considera que «Intervención social» hace referencia, desde una
perspectiva amplia y abarcativa, al despliegue de mecanismos que se construyen en el seno
mismo de la sociedad en respuesta a la aparición de fisuras que amenazan las relaciones de
interdependencia instituidas, estructurándose a partir de lógicas y discursos diversos que se
expresan a la vez en prácticas definidas que intentan recomponer e imponer cierta coherencia-
hegemónica- sobre determinados modos de vivir en sociedad.9
8. Andrenacci, Luciano.9. Cazzaniga, S. y otros (2006): Ficha de cátedra n.º 2 -Historiografía de la Intervención Social. Facultad de Trabajo
Social-UNER.
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Cabe mencionar que «intervención» se constituye contradictoriamente, ya que su significado
etimológico «venir entre, interponerse» alude tanto a lo cooperativo, mediación, cooperación,
como también designa acciones de intromisión, injerencia, intrusión, cuya intención correctiva
puede convertirla en mecanismo regulador asociando coerción y represión en función de la re-
producción un orden dado. Sánchez Vidal señala que se trata de una interferencia intencionada
con un fin preciso: cambiar una situación social que, desde algún tipo de criterio (necesidad,
peligro, riesgo de conflicto o daño inminente, incompatibilidad con los valores y normas tenidos
como básicos, etcétera) se juzgue insoportable. Por ello precisa una transformación o cambio en
una dirección determinada. Agrega que se trata de una acción externa, intencional y autorizada
para cambiar el funcionamiento de un sistema social, institución, grupo humano o comunidad
que, perdida su capacidad de autorregularse, es incapaz de resolver sus propios problemas.10
Si acordamos que desde el consumo se construye hoy día gran parte de la racionalidad inte-
grativa y comunicativa de la sociedad, podría decirse que los dispositivos de intervención social
seguramente se encuentran configurados en función de legitimar dicha racionalidad. Pense-
mos en la cuestión alimentaria. En la incidencia de la intervención social –desde esta lógica
consumista- en la modificación de prácticas alimentarias auto-sustentables y apropiadas a un
sistema autorregulado culturalmente. También, vale el ejemplo respecto del cuidado de la salud
en cuanto al olvido de prácticas curativas autónomas centradas en un amplio conocimiento de
hierbas medicinales. La antropóloga chilena Noelia Carrasco Henriquez11 ha demostrado en su
10. Sánchez Vidal, A.: Etica de la intervención social, Buenos Aires: Paidos, 1999.11. Carrasco Henriquez, Noelia: «Antropología de los problemas alimentarios contemporaneos», en <www.tesi-
senxarxa.net./TDX/TDX_UAB>.
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tesis doctoral cómo la intervención alimentaria hegemónica ha modificado pautas culturales,
produciendo la destrucción del sistema alimentario mapuche, con las consecuencias negativas
en su cultura y sus propias capacidades.
Tal vez sea en los jóvenes donde el consumismo cala más hondo, motivando la producción
de estilos y de fronteras identitarias, visibles en las diversas estéticas (punk, cheto, rasta, neo-
hippie, rollinga, villero, etc.). El mercado logra a través de la producción masiva de innumerables
y diversos bienes, otorgar un valor de uso, simbólico, que subordina la función a la forma, al es-
tilo. Rosana Reguillo propone al respecto, como analizador, las zapatillas Nike, que en los barrios
populares paranaenses la denominan sugestivamente «llantas». Sostiene que se ha convertido
en marca distintiva en los jóvenes en general, pero centralmente en los sectores populares,
como marca de poder. Plantea que «El mercado se ha convertido en el nuevo espacio – discurso
disciplinador de los cuerpos (no sólo) juveniles, en la llamada era de la información».12 Aún
más, «De manera más general, se puede decir que la forma en la cual el mercado “coloniza” lo
cotidiano determina esta relación con el objeto que suplanta la relación con el otro, la interac-
ción y la sociabilidad».13
Más bien, se trata de otorgar relevancia a la dimensión cultural de la configuración societal,
ya que representa el marco de toda intervención social, de toda intervención profesional. Tie-
ne directa relación con la emergencia de subjetividades, por ende, corresponde al campo de la
constitución de los sujetos.
12. Reguillo Cruz,Rosana: «Cuerpos juveniles, políticas de identidad», en: www.nombrefalso.com.ar ( Revista Electrónica).
13. Juan, Salvador: «Las tensiones espacio-temporales de la vida cotidiana», en: Lindón, Alicia (coord.): La vida cotidiana y su espacio-temporalidad, España: Antropos, España, 2000, p. 147.
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Si la subjetividad se inscribe en los modos históricos de producción de sujetos, podríamos
afirmar que estamos ante la emergencia de nuevas subjetividades. ¿Cuáles son sus modos de
inscripción en la sociedad actual, dominada por el consumo?
Silvia Bleichmar sostiene que la dictadura militar en nuestro país y luego el embate neolibe-
ral, han dejado como grave consecuencia, no el surgimiento de una nueva subjetividad, sino el
carácter de desecho, de restos amorfos de la subjetividad anterior bajo nuevas formas que se ca-
racterizan, fundamentalmente, por la reducción de la noción de semejante, por el reemplazo de
la solidaridad por la caridad, de la felicidad como proyecto de vida por el goce inmediato como
forma de supervivencia y su reflejo en grandes sectores en situación de pobreza, que aspiran y
emulan los estilos de vida de las clases mas acomodadas.14
Cobra sentido la afirmación de Castoriadis: «lo que mantiene la cohesión de una sociedad, es
la cohesión de su mundo de significaciones...»,15 y agregamos, que ese mundo de significacio-
nes se cargan de sentido, hoy más que nunca, desde relaciones de consumo.
Recapitulando, la sociedad de consumo ha desplegado sus infinitos tentáculos, abarcando y
adhiriéndose a todos los estamentos sociales y atravesando todas las dimensiones de la vida
cotidiana de todos los sectores sociales. El consenso global que ha logrado, arriesgo, es la clave
que atraviesa y une a la mayoría de los conflictos y problemáticas actuales. Tiene que ver con
la cuestión ambiental (contaminación de aire, mar, ríos, desertificación de grandes extensiones
14. Bleichmar, Silvia: «El desmantelamiento de la subjetividad. Estallido del yo», Topía Editorial, p. 15, Buenos Aires, 2009.
15. Castoriadis, Cornelius: «La institución imaginaria de la sociedad», en: Colombo, Eduardo (comp.) El imaginario Social. Editorial Nordam. Motevideo.1998
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terrestres, agotamiento de recursos naturales, el calentamiento global, etc), con la explotación
infantil, con el desempleo, con la extensión de la pobreza. Sumado a ello, se observa también la
creciente insatisfacción social en el marco de los objetos que se disponen y ofrecen a través de
estrategias de publicidad y marketing que explotan el lado hedonista de los sujetos, fomentan el
consumo en base a parámetros orientados más a la satisfacción de deseos que a las necesidades
básicas o verdaderas como planteara Marcuse.16
Lo mencionado tiene directa relación con el campo de intervención de trabajo social, con
la dimensión ética y por ende necesariamente política que se pone en acto en cada proceso de
intervención profesional. Y se vincula más directamente con el horizonte emancipatorio en que
se juega toda intervención social. En cuanto nos acercamos o nos alejamos de él.
La asignación por hijo —como mecanismo de intervención social— tiene, a mi juicio, ese aire
fresco que despide todo acto de inclusión que intente potenciar capacidades y autonomías. En
tanto la intención gira en torno a otorgar un lugar de inscripción social en términos de ciudada-
nía, alejándose de la tradicional concepción de sujeto de asistencia y acercándose unos pasos a
ese horizonte emancipatorio.
En ese sentido, algunos recientes estudios acerca del impacto de esta política social, indican,
entre otras cuestiones, una reducción de los márgenes de desigualdad y de la indigencia, así
como también un aumento del consumo, sobre todo en el rubro alimentación.17
16. Ver Marcuse, Herbert: El hombre unidimensional, Buenos Aires: Edit. Planeta, 1993.17. Ver «La ciencia en los medios», en <http://www.conicet.gov.ar/Noticias/portal/noticia.php>.
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Es necesario entonces, y acordando con el planteo de Adela Cortina, una ética ciudadana del
consumo,18 que permita un consumo reflexivo. Ciudadanos, en tanto autónomos y libres. En tan-
to dueños de sí mismos. Quiere decir sin condicionantes (por ejemplo en el caso de los sectores
pobres) y capaces de resistir la manipulación de la publicidad y el marketing. O mejor, capaces
de preguntarse que se consume, por qué y para qué se consume.
Para acercarnos a un horizonte de emancipación que incorpore mecanismos de integración
social inclusivos, deberíamos concentrar las preocupaciones en evitar las desigualdades, en ese
sentido tal cual afirma Adela Cortina, se trata de sustituir el concepto de bienestar por el de
justicia.
¿Igualdad de consumo? La igualdad de acceso a los bienes de consumo es una tarea ética
pendiente, que no puede consistir en universalizar el modelo norteamericano (el llamado «sue-
ño americano») porque ni las personas ni la tierra lo resistirían, lo que se trata es de universa-
lizar los estilos de vida incluyentes, que presten a las personas una digna identidad social, esto
es lo que se quiere proponer en una ética del consumo.
Por lo tanto, y sin dejar de reconocer al Trabajo Social como una profesión inserta en la di-
visión socio-técnica del trabajo, en función de la intervención en un campo problemático deter-
minado de esta sociedad, el escenario profesional configurado por la problemática del consumo
abre nuevas perspectivas y desafíos, en la medida en que su potencial político puede colocar en
el centro la discusión acerca de las bases del nuevo «pacto social» que incorpore la ética ciuda-
dana del consumo. Es decir, nuevas dinámicas políticas pueden generarse -pese a la tendencia
18. Cortina, Adela: «Consumo… luego existo», en <http://soidaridad.net/articulo 1859_enesp.htm>.
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excluyente de nuestras sociedades- si se explotan estas circunstancias contradictorias, si se for-
talece el proceso de intervención. El que posicionado desde esta lectura crítica, tiene las condi-
ciones de posibilidad para potenciar la organización de los consumidores y usuarios, poniendo
a su servicio los instrumentos institucionales y normativos para la construcción política de un
nuevo sujeto colectivo que pueda disputar a los sectores hegemónicos espacios de ciudadanía
real; esto es comenzar a poner en debate, haciéndola visible, la legitimidad de la lucha por la
igualdad -que se encuentra directamente relacionada con el consumo- por un orden social más
justo. Se trata de problematizar la propia intervención profesional incorporando esta cuestión,
puesto que atraviesa todas las dimensiones de la vida cotidiana y, por lo tanto, colabora en la
constitución de subjetividades acordes.
En la medida que se hace visible lo que está invisible se va constituyendo un sujeto con
características de ciudadanía y en el caso que nos ocupa, y desde un anclaje que considera al
consumo, según hemos visto, como un tipo de relación que viabiliza procesos de integración,
es menester potenciar la organización de los consumidores para la disputa por el derecho a la
igualdad en el consumo.
Sin embargo, para que pueda concretarse también deben producirse cambios en el funcio-
namiento del sistema en su conjunto; la desigualdad en la distribución de los bienes, que hace
que unos consuman más de lo que necesitan y otros no tengan lo necesario son elementos
sustantivos del sistema capitalista. La dimensión ética de la intervención profesional incluye
la deliberación política y, en la medida que ésta sea realmente posible, debe afectar los estilos
de vida, buscando que éstos promuevan la capacidad de las personas que, en función de sus
intereses, permita la constitución del sujeto también como productor.
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En ese sentido, si acordamos que la sociedad de consumo contemporánea impulsa un tipo
de consumo que rompe y fragmenta los vínculos, socava la confianza en el semejante, agudi-
zando los sentimientos de miedo, incertidumbre e inseguridad, todo mecanismo de interven-
ción social que se implemente deberá partir de dicha constatación. Esto es, será central tener en
cuenta la especificidad de los seres humanos; su humanidad contenida en relaciones sociales,
de producción y reproducción, y de este modo otorgar relevancia sustantiva a la dimensión
vincular. Puesto que, tal cual sostiene Mario Heler, citando a Spinoza, “... la unión de los cuerpos
los potencia, los hace más, pueden más. Los encuentros entre los cuerpos —nudos de relacio-
nes— son aquellos contactos entre quienes son compatibles, capaces de componerse entre sí y
que por eso se potencian. En el encuentro producen y se reproducen. Resultan así productores...”
(Heler, 2008: 34)
Entonces, para favorecer mecanismos de integración social, que conduzcan a ubicar a los
sujetos en ese lugar de inscripción que toda comunidad otorga a sus integrantes en tanto porta-
dores del status ciudadano, considero insustituible, incorporar, visibilizar, priorizar la condición
humana, aquella que hace del encuentro con el otro la diferencia entre ser meramente repro-
ductores y consumidores en y del mercado; o productores que mediante la cooperación vincular
se constituyen en sujetos productores.
BIBLIOGRAFIA
ANDRENACCI, Luciano (2002): Cuestión Social y política social en el Gran Buenos Aires, Buenos Aires,
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cursos dE posforMación para graduados
En marco de su política de capacitaciones gratuitas para garaduados, la Facultad de Trabajo
Social aprobó mediante Res. N.º 184/2013 «CD», la realización de una serie de cursos de posgra-
do. Las propuestas se trabajaron conjuntamente entre el vicedecanato de la FTS y los consejeros
graduados directivos y superior de esta unidad académica, tomando en consideración los pro-
yectos elaborados por los distintos posgrados de esta institución: la Maestría en Salud Mental,
la Maestría en Trabajo Social, la Especialización en Gerontología y la Maestría en Monitoreo y
Evaluación de Políticas Públicas.
Las diferentes instancias de posformación comenzarán en el mes de agosto y se desarro-
llarán durante todo 2013. Se trata de capacitaciones abiertas (sin costo para los egresados de la
FTS) que abordarán distintos temas de interés para profesionales del área:
CURSo «FoRMACión PARA EL TRABAJo En EqUiPoS inTERDiSCiPLinARioS DE SALUD»
Duración: 5 meses
Inicia: 9 y 10 de agosto en Paraná
organiza: Maestría en Salud Mental
+ información
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CURSo «EL CAMPo DE LA SALUD Y LoS CAMBioS EPoCALES: PRoBLEMATizACión, DEBATES
Y PRoPUESTAS DE inTERvEnCión»
Duración: 3 meses
Inicio: 6 y 7 de septiembre en Paraná
organiza: Maestría en Trabajo Social
+ información
CURSo «inTERvEnCión PRoFESionAL En EL CAMPo GERonToLóGiCo»
Dictado: en Gualeguaychú y Concordia, en fecha a confirmar
organiza: Especialización en Gerontología Social
+ información
CURSo «CAPACiTACión PARA EL LiDERAzGo DE PRoGRAMAS DE DESARRoLLo REGionAL»
Dictado: en Gualeguaychú y Concepción del Uruguay, en fecha a confirmar
organiza: Maestría en Monitoreo y Evaluación de Políticas Públicas
+ información
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libros publicados y disponiblEs En la MaEstría En trabajo social
Sueños rotos... vidas dañadas.
violencia hacia las mujeres
en contextos familiares
Silvana Martínez
Entramados conceptuales en Trabajo
Social. Categorías y problemáticas
de la intervención profesional
Susana Cazzaniga (comp.)
Producción de conocimiento
y prácticas sociales. Debates,
apuestas y horizontes
Susana Cazzaniga (comp.)
53
A falta de palabra… Sobre la
violencia escolar y el lazo social
del púber agresivo
Laura B. Imbert / Silvia P. Dottori
La cuestión social en Argentina.
Los tabacaleros de Jujuy y Misiones
Juan O. Agüero
Disponibles en la Maestría en Trabajo Social de la FTS - UNER
Contacto: [email protected]
Tel.: 54 343 4310189. La Rioja 6, (e3100aob) Paraná, Entre Ríos, Argentina
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posgrados En trabajo social rElacionados institucionalMEntE
El puntapié inicial de esta revista es la pretensión de poner en común información que, no por
conocida, es posible encontrar reunida para organizar un debate.
El cuadro que se encuentra más abajo está compuesto por un primer grupo de instituciones
que ofrecen formación de posgrado, en el país y en el cono sur, con una cierta vinculación his-
tórica que permite establecer recorridos y tendencias.
Presentamos ciertas características comunes y diferentes en las cuales puede ser productivo
centrar la mirada.
Perfil de formación
Aparecen actualmente dos perfiles: uno «académico» y uno más «profesionalizante». Se ponen
en juego los intereses de los cuerpos académicos y las apuestas, la posibilidad de que los estu-
diantes se puedan incorporar a los núcleos de investigación; o la posibilidad o el riesgo de que
las maestrías terminen siendo un dictado de cursos, que es casi una idea de especialización.
Pero no con una idea de formación; y se coincide en afirmar que la formación de investigadores
consiste en una verdadera apuesta política.
Está en los objetivos de alguno de los planes de estudios, la formación de profesionales de
altísimo nivel capaces de ejercer liderazgo en áreas claves del Estado y de organismos interna-
cionales.
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Se cuestiona al profesional «obsoleto», que no se propone continuar con su formación y por
lo tanto ahí estaría otro objetivo de las maestrías, el de propiciar intervenciones innovadoras,
rigurosas, de actualización y perfeccionamiento.
Creación de las maestrías para poder pensar el campo profesional
Por lo menos en el caso de Argentina, los problemas de las maestrías tienen que ver, por un lado,
con los imperativos del sistema educativo en donde se fue acrecentando la necesidad de la for-
mación y la necesidad de la formación de posgrados. Especialmente en los niveles de maestría
y doctorado, aparentemente se habría puesto más esfuerzo en las maestrías. Y por otro lado,
debido al grado de desarrollo de Trabajo Social, a la necesidad y al interés, lo que puede verse
como cuestiones corporativas.
Se iniciaron las maestrías en determinado momento no sólo porque el sistema lo exigía, sino
porque se estaba en condiciones para ello.
Resulta común a varias de los procesos de formación el interés por instalar especializaciones
articuladas con tramos comunes al dictado de las maestrías.
Habría que preguntarse si las líneas de investigación están en algunos pos grados y las de-
bilidades en el grado; en el mismo sentido, sería válido plantearse la prevención respecto a que
los pos grados no deben convertirse en complementarios de la formación del grado, o solucio-
nadores de las carencias de éste.
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Modalidades de cursado
Existen ventajas y desventajas de cursado con clases presenciales sistemáticas, relacionadas
con la procedencia de los maestrandos; la posibilidad de intercambio entre profesionales que
ejercen en puntos distantes del país y de otros países de América Latina, los costos y las distan-
cias. En Argentina, la mayoría de las maestrías se encuentran con que sus estudiantes proceden
de puntos muy lejanos.
La ventaja del cursado intensivo, cotidiano, está relacionada con dos cuestiones: la primera
es que una experiencia de posgraduación implica disponerse a aprender del que sabe; y la otra
es que mientras no haya un cuerpo académico estable y que funcione dentro de líneas de in-
vestigación específicas los estudiantes que se incorporan no tendrán acceso a una experiencia
en términos de pos graduación, y eso no se hace a distancia, lo cual no invalida la asistencia
a conferencias o seminarios. Pero es necesario el contacto cotidiano. No se puede aprender a
investigar si no se está dentro de un núcleo de investigación. No se puede aprender a teorizar si
quien se tiene adelante no ha teorizado más que uno. De lo contrario hay una inversión riesgo-
sa: creer que se puede hacer pos graduaciones sin cuerpos académicos estables.
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Posgrados en Trabajo Social relacionados institucionalmente
UNLP – FTS (La Plata) Maestría en Trabajo Social Docto-rado en Trabajo Social
Maestría: seis cohortesDoctorado: cursando la segunda cohorte
UNER – FTS (Paraná)Maestría en Trabajo Social
1999-2003-2005-2007-2009-2011Quinta cohorte en desarrollo
UNC – ETS (Córdoba)Maestría en Trabajo Social
2005-2006-2009Cuarta cohorte en desarrollo
UNR – FCP (Rosario)Doctorado en Trabajo Social
2004-2005-2006-2007-2008-2009-2010-2011-2012Dos reuniones de admisión al año, una por semes-tre. Ocho años de admisión. El doctorando organiza su propio cursado en cuatro años.
FCS – UDELAR (R. O. del Uruguay) Maestría en Trabajo Social Docto-rado en Trabajo Social
Seis cohortes de la MaestríaTres cohortes de Doctorado
PUC (Santiago de Chile) Maestría en Trabajo Social
2003-2007Cinco cohortes de 20 estudiantes como máximoSin datos actualizados
UFSC (Florianopolis – Brasil)Programa Pos Graduación Maestría en Trabajo Social
2001 – Flujo continuo anual ocho cohortes
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MaEstría En trabajo social fts – unEr
abstracts dE tEsis aprobadas
Las representaciones sociales de los docentes de escuelas egb común
de Santa Fé, acerca de las situaciones de violencia escolar
Autora: Laura Bibiana Imbert
Directora: María del Rosario Badano
Planteo como objeto-problema de investigación: ¿cuáles son las representaciones
sociales de los docentes de escuelas egb común de Santa Fe sobre situaciones de
violencia escolar? Con el objetivo de construir marcos descriptivos y conceptuales.
El diseño, de tipo cualitativo, abarcó una muestra de 14 maestros, de 6 escuelas.
Sus «dichos» constitutivos de un discurso que trasciende lo individual y refiere a
prácticas más amplias, permitieron analizar lo que perciben, significan, explican,
sienten y actúan sobre las situaciones violentas escolares e interpretar sus repre-
sentaciones sociales.
Analicé la información utilizando el método comparativo constante.
Entre los principales resultados puedo mencionar:
∙ dos grandes grupos de perspectivas docentes frente al problema: «reduccionis-
tas» y «complejas» vinculadas a diferentes supuestos básicos subyacentes;
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∙ el poder denominativo de las representaciones sociales, otorgando rasgos a los
alumnos que inciden en su vida escolar;
∙ diversas estrategias docentes, vinculadas a las perspectivas asumidas;
∙ «violencia escolar» forma parte de una construcción discursiva, interjugando
diversas dimensiones: contextual, institucional, particular de los docentes y
representaciones sociales subyacentes a prácticas discursivas, configurando
fuerte andamiaje simbólico, inadvertido, sostenido por una trama socio-his-
tórica-cultural.
El conocimiento posibilita la transformación de la realidad. Apuesto entonces
a comprender la complejidad del fenómeno para superar reduccionismos de las
prácticas. Implica construir pasajes sobre violencia escolar:
∙ de hecho en sí a hecho en la trama
∙ de problema individual a problema social
∙ de una-visible a múltiples – ocultas
∙ de parálisis a potencia
∙ del ideario perdido a desafíos actuales
∙ de voces acalladas a lenguaje compartido
∙ de configuración de pseudo-sujetos a sujetos de derechos
∙ de tutela educativa encubierta a propuestas emancipadoras. ◊
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Envejecer en un contexto de (des) protección social
Autora: María de Carmen Ludi
Directora: Margarita Rozas Pagaza
Las preocupaciones centrales que orientan la investigación giran en torno a:
∙ conocer qué aspectos y características, en relación a condiciones materiales y
simbólicas de vida, configuran diferentes situaciones de vejez en el actual con-
texto de protección social: cómo viven, sienten y piensan su proceso de enveje-
cimiento, su vejez, viejos de sectores pobres;
∙ revisar cómo operan ciertos prejuicios, creencias y estereotipos prevalecientes
en nuestra sociedad acerca de la vejez y construir argumentos para el diseño e
implementación de políticas sociales acordes a las necesidades, intereses y de-
mandas de los viejos que tiendan a revalorizar su lugar y condición humana.
El desarrollo de la investigación permite clarificar, comprender e iluminar as-
pectos y características identificadas en relación al objeto de estudio, construir con-
ceptos y relaciones en torno a:
∙ Cuestiones acerca del envejecer
∙ Situaciones de vejez
∙ Vejez y protección social en el actual contexto
∙ Trabajo Social y Vejez. ◊
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Discursos políticos de trabajadores sociales:
las cosas del poder en la cotidianeidad académica
Autora: Isela María Firpo
Directora: Laura Rozados
La investigación indaga desde una perspectiva socio semiótica, los sentidos polí-
ticos presentes en expresiones discursivas de Trabajadores Sociales de la Facultad
de Trabajo Social – uner, procurando objetivar las prácticas profesionales y sus co-
rrelatos en la cotidianeidad académica. Se analiza la microfísica de vínculos entre
Trabajadores Sociales en distintas situaciones de esa cotidianeidad, las nociones y
cuestiones de poder que interjuegan, la racionalidad política que sustenta el hacer y
el hacerse de todos los días a título institucional y las manifestaciones que adquie-
re la cultura política allí vigente. El abordaje es de tipo cualitativo y se utilizan las
herramientas del análisis del discurso en el trabajo metodológico de cuatro corpus:
tres corresponden a situaciones de comunicación formal y una informal entre Tra-
bajadores Sociales. El tratamiento metodológico de los corpus ha sido comparativo,
apuntando a la aprehensión de grandes configuraciones de sentido, a dar cuenta
de las posiciones de sujeto político allí definidas, de los esquemas valorativos que
éstas suponen y de la interrelación entre diferentes tipos de enunciados. El uni-
verso de estudio estuvo constituido por el conjunto de expresiones discursivas de
Trabajadores Sociales y las unidades de análisis, por cada una de esas expresiones.
Las técnicas de obtención y análisis de la información empírica fueron por su parte
la observación, la consulta de documentación y el registro. ◊
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Procesos de dominación / emancipación de mujeres
en contextos de violencia familiar
Autora: Silvana Martínez
Directora: María del Rosario Badano
La investigación intenta comprender, interpretar y describir los procesos de domi-
nación / emancipación de las mujeres en contextos de violencia familiar, tomando
como referente empírico un grupo de mujeres de la provincia de Misiones, que han
accedido a ser entrevistadas y a contar sus historias. El interés es indagar estos
procesos con una mirada política, analizando cómo se configuran los mismos por
las prácticas sociales, los discursos sociales, las relaciones de poder y los procesos
identitarios.
La apuesta central en relación con Trabajo Social es demostrar que si se dan de-
terminadas condiciones objetivas y subjetivas las mujeres violentadas en el ámbito
familiar pueden emanciparse. La dominación y emancipación constituyen proce-
sos dialécticos configurados por las prácticas, los discursos, el poder y las identida-
des, en los cuales cada uno de ellos puede orientarse con sentido emancipatorio o
a la inversa. ◊
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intervención profesional de los trabajadores sociales del área Salud
en el maltrato infantil en Rosario
Autora: Griselda Inés Bruniar
Directora: María Eugenia Garma
La investigación parte de la preocupación por el aumento de la demanda a los tra-
bajadores sociales referida a violencia doméstica y en especial el maltrato infantil
y la necesidad de brindar respuestas pertinentes que modifiquen la situación de
abuso. En el área salud los trabajadores sociales son demandados por esta proble-
mática, interesa conocer sobre qué, desde dónde y cómo se interviene. El objetivo
general de la investigación es identificar las estrategias de intervención profesional
de los trabajadores sociales en la problemática del maltrato infantil. Los objetivos
específicos son: analizar las demandas de intervención en maltrato infantil, cono-
cer la modalidad de análisis y la valoración del riesgo y gravedad ante la sospecha
de maltrato infantil, determinar las estrategias de intervención, conocer el compro-
miso del equipo de salud y la institución y establecer cómo se planifica la continui-
dad del proceso de atención.
El resultado permite apreciar los diferentes momentos del proceso de trabajo.
La importancia que las trabajadoras sociales le otorgan al análisis de lo microsocial
y cómo realizan intervenciones que incluyan a la familia revinculándolos con la
comunidad, y muestra cómo se logra una respuesta satisfactoria cuando el trabajo
es interdisciplinario y en red. ◊
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Representaciones sociales sobre el Trabajo Social. Una aproximación
de las trabajadoras sociales de instituciones públicas de Enseñanza Media
de Asunción sobre su profesión
Autora: Sara Raquel López Cristaldo
Directora: Stella Marys García Agüero
Siguiendo los aportes de la psicología social, se intenta comprender qué significados
los sujetos profesionales le dan a su intervención. Se rescatan aspectos que expli-
can la génesis del trabajo social en Paraguay y se expone cómo sus dos elementos
ideoculturales (el movimiento médico higienista y la intervención religiosa) fueron
configurando históricamente loa profesión al punto de continuar sustentando teó-
rica y doctrinariamente la intervención profesional actual. La investigación intenta
dar cuenta cómo operan las representaciones sociales, marcando de manera im-
portante a la filantropía como uno de los ejes de la actual intervención profesional.
A pesar de que, con la Reforma Educativa las exigencias planteadas a las profesio-
nales se han ampliado, la atención de caso, grupo y comunidad siguen hegemoni-
zando la intervención profesional. ◊
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Procesos de dominación cultural y reproducción de la desigualdad social.
La cuestión social tabacalera en Argentina
Autor: Juan Omar Agüero
Directora: Alicia Gloria Dieringer
En la investigación se intenta comprender, interpretar y describir la configuración
histórica de la cuestión social tabacalera en Argentina y cómo los procesos de do-
minación cultural y de reproducción de la desigualdad social se refuerzan e imbri-
can mutuamente, constituyendo el mundo de vida de los tabacaleros de Jujuy y Mi-
siones, principales provincias productoras de tabaco del país y que se diferencian
entre sí por razones históricas, políticas, económicas y socio culturales.
Si los procesos culturales son constitutivos de la vida social, ¿cómo operan en
situaciones históricas de reproducción de la desigualdad social? Desde el pos es-
tructuralismo cultural, se conciben los procesos culturales como disputas por los
símbolos, los significados y las categorías sociales claves. Por lo tanto, implican
ideología, institucionalización y hegemonía. Desde esta perspectiva, la desigualdad
social no se genera ni se sostiene sólo desde lo político-económico, sino también
desde lo simbólico-ideológico-cultural. En este trabajo, analizo estos dos planos de
la realidad, que, obviamente, no existen separadamente ni son independientes en-
tre sí, sino que se refuerzan y se implican mutuamente.
El estudio describe la trayectoria histórica de la producción tabacalera del país,
la política tabacalera nacional, la emergencia de las organizaciones de productores
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tabacaleros, la expansión y concentración del complejo agroindustrial tabacalero
argentino y las implicancias de estos procesos en la configuración de los mundos
de vida de los tabacaleros de Jujuy y Misiones. ◊
Los cambios de las pequeñas productoras a partir de su participación
Autor: Andrea Hirschfeld
Directora: Analía Matas
En el ámbito de la implementación del Programa Social Agropecuario en el área
centro norte de la provincia de Entre Ríos se desarrolla la investigación, centrada en
los cambios que perciben las pequeñas productoras en su mundo doméstico a par-
tir de su participación en dicho programa. Para la mayoría de los productores mi-
nifundistas, este programa constituye su primera experiencia de participación en
el ámbito público y dentro de este sector, las mujeres campesinas están relegadas
aún. El Programa incentiva la participación igualitaria y de ahí surge el interés por
investigar qué cambios provoca esta participación, ya que comienzan a concurrir
a cursos de capacitación, forman grupos de trabajo y comienzan a ocupar lugares
de decisión.
Los resultados muestran cambios materiales y no materiales, visibles y no visi-
bles, cuantificables y no cuantificables. Cambios en torno a los procesos decisorios,
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al modo en que se adoptan las decisiones, en los resultados, respecto de quién de-
cide y a quién se beneficia en el ámbito de la producción pero también en el hogar.
La distinción del trabajo entendido como ayuda y del trabajo remunerado, la pro-
ducción para el autoconsumo y la producción para el mercado y sus consecuencias
de autovaloración personal, de distinción entre tiempo de trabajo y tiempo libre lo
que posibilita la autonomía personal. ◊
Participación e identidad de género en mujeres rurales
Autora: Stella Corigliani
Directora: Patricia Acevedo
La investigación aborda la participación de la mujer rural en asociaciones, dando
a conocer los avatares que debe atravesar la mujer a la hora de participar y la inci-
dencia en el proceso de reconstrucción de la identidad de género.
El análisis se centra en: la participación en asociaciones, la participación y su
incidencia en el proceso de reconstrucción de la identidad de género y la construc-
ción de la identidad de género.
Se optó por un enfoque cualitativo para sacar a la luz los rostros de las mujeres
rurales. La historia de vida es el medio principal a través del cual se escuchan sus
voces. Es la mujer rural el foco de atención y su propia voz con sus categorías las
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que priman en el trabajo, considerándolas como seres integrales, en un contexto
que incluye su pasado y su situación actual.
Los hallazgos se centran en torno a que las mujeres van construyendo la identi-
dad de género a partir de roles tradicionalmente definidos según el género, adqui-
riendo la responsabilidad de la reproducción familiar. ◊
Las representaciones sociales presentes entre los familiares de niños
con diagnóstico de tuberculosis que concurren al Servicio de Salud
del Hospital de niños zona norte de Rosario
Autora: Viviana Pascual
Directora: Marta Abonizio
La investigación aborda las representaciones sociales de los familiares de niños
con diagnóstico de tuberculosis que reciben atención en el ámbito de la salud pú-
blica. Siendo la tuberculosis una enfermedad diagnosticable y prevenible, que los
elementos requeridos para su diagnóstico y tratamiento son de bajo costo, interesa
indagar que siga constituyendo un problema de salud a nivel mundial. Particular-
mente cómo es vivida, significada la enfermedad por los sujetos que la padecen y
más precisamente por sus familiares. De esta manera poder reflexionar sobre los
logros y obstáculos de las representaciones sociales que se constituyen por parte de
los familiares en el proceso de la atención, tratamiento y cura de la enfermedad.
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El objetivo general está centrado en relevar y analizar las representaciones so-
ciales y prácticas sobre tuberculosis presentes entre los familiares de niños con
diagnóstico de TBC que concurren al Hospital de niños Zona Norte de Rosario. Los
objetivos específicos: Explorar los sentidos otorgados por los familiares de los niños
diagnosticados con TBC. Estudiar las estrategias y acciones implicadas en la recep-
ción de estos diagnósticos por parte de los familiares de los niños con diagnóstico
de tuberculosis. Analizar las representaciones sociales que se constituyen con re-
lación a los diagnósticos y los tratamientos en los familiares de los niños con diag-
nóstico de TBC. Reflexionar sobre los logros y obstáculos de las representaciones
sociales que se constituyen por parte de los familiares en el proceso de la atención,
tratamiento y cura de la enfermedad.
Los resultados dan cuenta de la necesidad de incorporar las vivencias, signifi-
cados, prácticas de los sujetos, en este caso, las familias involucradas en esta pro-
blemática, al momento de diseñar estrategias y programas tendientes a abordar
la tuberculosis; y la necesidad de que éstos trasciendan la mirada estrictamente
médica. ◊
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Las condiciones de abandono familiar e institucional de los niños
y adolescentes residentes en organismos públicos y privados de menores
de la provincia de Entre Ríos al inicio del segundo milenio
Autora: Alicia Mariela Keiner
Directora: Elisa Sarrot
Se estudia el abandono como vulneración de derechos de niños y adolescentes,
entendiendo por tal a la desprotección jurídica, omisión, negligencia o abuso de los
responsables institucionales o cuidadores respecto de sus obligaciones, como tam-
bién las acciones u omisiones de organismos de protección que pongan en peligro
los derechos y garantías constitucionales de aquellas personas que se encuentran
bajo su guarda, prolongando indefinidamente su residencia en instituciones, sin
intentar alternativas de salida a su situación y/o anticipando altas en el abordaje
sin contar con elementos suficientes que ameriten la superación de la situación de
riesgo del sujeto de protección.
La mirada de los niños que se encuentran residiendo en hogares de menores
interpela las prácticas al punto de cuestionar acerca de si este «abandono» que se
infiere que ha realizado la familia hacia su persona, no se encuentra reiterado en su
vida de «sujeto institucionalizado» a partir de un nuevo abandono, esta vez colectivo
y realizado por el mismo Estado que intentó protegerlo del «abandono familiar». ◊
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Condicionantes en la reiteración de delitos de menores de edad
y congruencia doctrinaria de las respuestas institucionales
Autora: Gabriela Rosana Corti
Directora: María Daniela Puebla
La investigación se propone conocer los condicionantes en la reiteración de delitos
de menores de edad y la congruencia doctrinaria de las respuestas institucionales,
desde tres ejes articulados entre sí: desde la Doctrina en materia de justicia penal
juvenil, desde la intervención y desde la criminología.
La preocupación está centrada en conocer el estado de adecuación doctrinaria
de las normas y respuestas institucionales a la cidn: se recorre el contexto inter-
nacional y se profundiza el análisis a nivel nacional, provincial y los proyectos le-
gislativos.
Se trabaja desde las categorías teóricas: doctrina constitucional en materia de
justicia penal juvenil, fin de la justicia penal juvenil, ejecución penal: pluralidad de
medidas coactivas, medidas privativas de la libertad, reiteración de delitos: vulnera-
bilidad psico-social y vulnerabilidad psico-penal, respuestas en materia de justicia
penal juvenil políticas públicas de prevención conforme a la doctrina constitucio-
nal; intervención: modelo de abordaje o intervención directa sobre vulnerabilidad.
Se señalan los condicionantes de reiteración de delitos en adolescentes de 16 a
18 años de edad –varones–, infractores a la ley penal desde 2003/8, alojados en una
institución de máxima seguridad (Pabellón Juvenil – Servicio Penitenciario de Las
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Flores) que, alojados en el mismo o habiendo estado en el Pabellón fueron traslada-
dos al Penal por cumplir 18 años. Se utilizan las propuestas del Modelo de Abordaje
de la Vulnerabilidad. ◊
Representaciones sociales acerca del parto en el hospital público:
el caso del Hospital Materno infantil «San Roque» de la ciudad de Paraná
Autora: Rosa María Franco
Director: Alfredo Carballeda
Cada ser humano tiene inscripto en sí mismo las huellas de su nacimiento, por ello
la llegada al mundo es trascendente para los sujetos. El acto de parir no es un hecho
natural, sino un fenómeno cultural construido históricamente por cada sociedad y
está fundado en una serie de representaciones sociales.
El trabajo tiene como objeto-problema de investigación las representaciones so-
ciales de los profesionales de la salud acerca del parto en el hospital público, pun-
tualmente las de los trabajadores de un hospital público provincial.
Si bien la representación hegemónica en torno al parto refiere a aspectos cien-
tíficos-técnicos, lo que lo convierte en un acto de sujeción y control que reproduce
relaciones asimétricas de poder en una sociedad tecnologizada, dicha hegemonía
presenta grietas desde donde es posible operar transformaciones. ◊
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Sobre el trabajo y los jóvenes. Un estudio realizado en el barrio Paraná v
de la ciudad de Paraná
Autora: Gabriela Romero
Directoras: Graciela Mingo y Elisa Sarrot
El objetivo de la investigación fue conocer el significado que los jóvenes le otorgan
al trabajo, en un contexto en el cual se reconocen profundos cambios en el mundo
laboral. Se abordan las nociones de trabajo, cultura, identidad y subjetividad; enten-
diendo que la conducta humana es acción simbólica y la cultura es una trama de
significaciones, una urdimbre; el análisis cultural permite desentrañar esas estruc-
turas de significación, su sentido y su valor. El estudio se construye desde la com-
plementariedad metodológica, como abordaje que contribuye a una comprensión
más profunda de la mirada de los jóvenes en relación al trabajo. Se contextualizó
con datos secundarios extraídos de fuentes oficiales, reelaborando datos del Censo
Nacional de Población, Hogares y Viviendas 2001.
Los jóvenes vinculan trabajo, estudio y movilidad social de la que se desprende la
relación entre trabajo y futuro. El trabajo «materializa» las elecciones vinculadas al
futuro que imaginan. Registran las condiciones actuales del trabajo en blanco y
estable como un logro y también sus limitaciones cuando por los bajos ingresos
no permite vivir. Se aborda la noción de segmentación y el sentido de los límites
en relación con las aspiraciones; en relación con la cultura como construcción de
significado, la precariedad que caracteriza la condición del trabajo hoy, se trata de
un concepto en disputa. ◊
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Delimitación de funciones terapéuticas y funciones asilares en la problemati-
zación de los criterios de admisión a las instituciones psiquiátricas. El caso
de la Colonia de oliveros luego de la última crisis argentina de 2001
Autora: Marisa Barrios
Directora: Marisa Germain
El estudio se centra en la distinción de funciones asilares y funciones terapéuti-
cas en los criterios de admisión de un hospital psiquiátrico, tomando el caso de la
Colonia de Oliveros, en el contexto de un debate institucional sobre tales criterios
posterior a la crisis argentina de 2001.
Con los antecedentes existentes, el debate analizado reinstala una preocupa-
ción frente a problemas que la institución recibe y que rebasan ampliamente la
especificidad psiquiátrica, demandando nuevos modos de interpretación y abor-
daje. Atravesado por diferentes fenómenos que no encuentran clara ubicación en
las políticas públicas, el hospital psiquiátrico los enuncia con denominaciones que
reproducen una fragmentación de la realidad y los problemas actuales. Lo asilar y
lo terapéutico interroga la fragilidad de mecanismos de integración social que ubi-
can a la institución en una línea difusa entre la atención de funciones específicas
y la compensación de déficit en los circuitos de protección social de sujetos que
presentan problemas heterogéneos y complejos.
El estudio analiza la discusión para redefinir el dispositivo de admisión de pa-
cientes, interrogando los modos en que son definidos como problemas, su ubica-
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ción en las políticas públicas, las respuestas que organiza la institución y los proce-
dimientos que las prácticas utilizan para su abordaje. ◊
La familia en los procesos de manicomialización-desmanicomialización.
Estudio de las trayectorias asistenciales de pacientes crónicos de la
Colonia Psiquiátrica de oliveros
Autora: Florencia Serra
Director: José María Alberdi
El acercamiento a las familias de los pacientes internados y a sus comunidades de
pertenencia permite reconocer historias signadas por el sufrimiento y la ausencia
de respuestas asistenciales alternativas a la hospitalización, e instala la sospecha
sobre aquellos discursos que reducen el problema de los pacientes crónicos a una
cuestión de abandono por parte de sus familias.
¿Quiénes son estos pacientes? ¿Cómo es su historia familiar? ¿Cómo llegan al
hospital psiquiátrico? ¿Qué discursos y prácticas operaron en los procesos de cro-
nificación? ¿Qué alternativas a la manicomialización son posibles?
En el caso de la cpo, su origen asilar y los frágiles intentos de desmanicomiali-
zación han producido, al igual que en gran parte de las instituciones psiquiátricas
públicas del país, una importante población de pacientes de larga institucionaliza-
ción y de revolving door.
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Se analizan los efectos nocivos de la institucionalización psiquiátrica prolon-
gada, en tanto provoca el desarraigo y la enajenación del paciente respecto de su
familia, amigos y comunidad de pertenencia.
Se reconstruyen las trayectorias asistenciales de los pacientes de larga institu-
cionalización, teniendo en cuenta los actuales procesos de reforma, las posiciones
asumidas por las familias, los circuitos de la cronificación, los discursos, prácticas y
representaciones de los distintos actores involucrados, como un desafío para tornar
visibles procesos, que si bien son particulares, contienen un pasado, un presente y
un fututo asignado a cientos y miles de personas que habitan los diferentes mani-
comios del país. A la vez, revisitar estas historias posibilita un ejercicio de la me-
moria en tanto sede irrenunciable para una política de salud mental instituyente
de un presente diferente.
La confiscación de la locura por el dispositivo psiquiátrico coloca necesariamen-
te a la familia en un lugar ambiguo; al mismo tiempo que inhabilita a la familia, la
pone bajo sospecha, acusándola de abandonar a su pariente en el claustro manico-
mial. El manicomio se encargará de promover la resignación, de allí su persistencia
en el tiempo.
Las lógicas asistenciales se abordan en tensión con la noción de la asistencia
como derecho.
Se analiza la ley 10.772 en el año 2007 en los alcances y limitaciones de su es-
trategia para la erradicación de las lógicas manicomiales, pese a lo cual permanece
intacto el modelo hospitalocéntrico heredado de las reformas sanitaristas, donde la
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internación psiquiátrica se presenta como la última estación de los rechazados por
las demás instituciones y servicios asistenciales.
En otros casos, el ingreso al manicomio se produce de la mano del sistema de
justicia penal, operando como una suerte de sentencias de cadenas perpetuas, sin
procesos, garantías ni condenas.
Es preciso superar las soluciones ficticias: un manicomio más humanizado, la
privatización de la locura en el ámbito familiar, la desasistencia derivada de la des-
hospitalización, que opera en nombre de una supuesta desmanicomialización. ◊
Una mirada a las políticas compensatorias en educación desde la perspectiva
de los involucrados en la gestión del Plan nacional de Becas Estudiantiles
Autora: Susana Tahuil
Directora: Susana Noe de Teitelbaum
Se parte de un recorrido por las políticas compensatorias en educación y el contex-
to de surgimiento, el Plan Social Educativo que propició el Plan Nacional de Becas
Estudiantiles, objeto de estudio de la tesis. Se trabaja los argumentos con los que
se intentó justificar las políticas focalizadas, fundamentados en la conveniencia de
concentrar los esfuerzos en los sectores poblacionales de mayor vulnerabilidad so-
cioeconómica, que terminaron inaugurando la modalidad de inclusión/excluyente
de los sectores socialmente desfavorecidos.
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La beca como estímulo para premiar los mejores alumnos, se convierte en me-
dio para compensar desigualdades de acceso a la educación y carencias económi-
cas. ¿Resuelve la problemática de inclusión y permanencia de los alumnos en el
sistema educativo o es paliativo para demostrar la «igualdad de oportunidades»?
Incluir todas las voces permitió establecer que, para los alumnos, la beca es una
ayuda económica que les posibilita permanecer en el sistema educativo, completar
estudios y/o satisfacer necesidades básicas. ◊
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La posibilidad de llegar a todos aquellos con los que uno quisiera establecer comu-nicaciones fructíferas suele ser limitada, por lo que cualquier esfuerzo en tal sentido resulta valioso. Esta revista digital pretende decir, pero también escuchar y compartir la escucha. Por ello, invitamos a los lectores inquietos a que acerquen sus aportes, comentarios y/o críticas a la dirección: [email protected], con el compromiso de publicarlo en el número siguiente de Nivel 4: latidos de lo social.
Desde ya, muchas gracias.
Elena Riegelhaupt
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