[
] Syntia Barinia Argueta Martínez
UPNFM
Posibilidades y Retos en la implementación del Modelo Educativo de la
Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán.
Cada institución educativa es distinta de maneras inimaginables, por lo que pretender
que todas sigan lineamientos prefabricados o recetas en búsqueda del éxito
académico y profesional de quienes en ella estudian o trabajan es inaceptable en estos
tiempos históricos. Esta vetusta demanda quedo en el pasado, hoy en día cada centro
educativo goza de cierto nivel de libertad para definir el camino que desea tomar
respecto al tipo de individuo que desea formar, las metodologías de enseñanza-
aprendizaje, los valores que priorizaran en el centro y los horizontes que buscaran en
términos de visión institucional. Es así que cada centro posee un modelo educativo
particularmente distinto que guía el quehacer de todos los actores, dando una
identidad que se refleja en cada una de las acciones que se desarrollan en el. Desde
esta perspectiva el modelo educativo de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco
Morazán, debe ser conocido, interpretado y criticado por todos aquellos que
mantienen una relación con esta casa de estudios superiores, esto en miras de ser
entendido y aplicado en los distintos espacios pedagógicos y exportado al resto de los
niveles del sistema educativo nacional.
Por ello a lo largo de esta corta disertación pretendo dar a conocer mis concepciones
respecto al planteamiento del modelo educativo que esta revolucionando el campus
universitario de la UPNFM, dándole una nueva identidad, así como los retos que se
presentan en el camino de docentes y estudiantes en miras de trabajar bajo el enfoque
por competencias.
La Universidad Pedagógica Nacional en apego a su naturaleza misma buscando ir a la
vanguardia de los cambios educativos que se están gestando en la actual era del
conocimiento, inicio en 2008 un proceso de reforma de los planes de estudio de todas
las carreras de pregrado, esta reforma trajo consigo grandes vientos de cambio,
docentes como estudiantes estábamos a la expectativa de lo que acontecería a raíz de
este proceso de trasformación. En algunas ocasiones hubo malos entendidos y
resistencia por parte de estudiantes y aun de docentes, si, y es que generalmente el
cambio siempre viene acompañado con una buena dosis de resistencia e incertidumbre.
Los cambios nos hacen sentir incómodos y fuera de contexto, esto porque no hemos
sido educados para enfrentarlos, y la incertidumbre que estos generan es poco
bienvenida y en pocas ocasiones enfrentada. En el caso de los cambios asumidos por la
comunidad educativa de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán,
respecto a la reestructuración del pensum académico en las diferentes carreras, la
incertidumbre tomo un papel protagonista, ¿Qué sucedería al momento de hacer los
cambios respectivos?, ¿Cuál seria la reacción de los estudiantes?, ¿Qué situaciones no
se habían previsto y podrían generar problemas y por ende retrasos en los objetivos
institucionales?, eran muchas las preguntas, y siguen surgiendo mas interrogantes,
para algunas de las cuales la respuesta solo la tendrá el tiempo. Lo que si estaba claro
y debía ser socializado exhaustivamente era la redefinición de las concepciones de
enseñanza y aprendizaje, como los nuevos roles que debían asumir docentes y
estudiante bajo la propuesta del modelo educativo. Esto exigía en ese entonces y
también ahora un cambio de actitud de todos los actores involucrados.
A la luz de lo que acontece en nuestra sociedad, el avance de la ciencia y la tecnología,
como la situación socioeconómica, el alto costo de los productos básicos a los que una
familia necesita acceder, las alzas en el precio de los combustibles, la falta de seguridad
ciudadana, como la situación profesional financiera actual y futura de la carrera
docente, entre otras de las problemáticas de nuestro país, es necesaria la formación de
una nueva generación de docentes que tengan una perspectiva diferente de la vida
como del conocimiento, que vean este no como un cumulo de información que debe
ser asimilada para lograr una calificación sumativa o de la vida misma no solo como
una unidad o espacio de tiempo del cual disponemos para coexistir como nos plazca
en este mundo, buscando la realización de nuestras aspiraciones personales y
profesionales solo para satisfacer las necesidades primarias y deseos muchas veces
consumistas. El nuevo profesional de la docencia deberá conocer el valor que ofrece
el conocimiento en si mismo no solo como la base de la reproducción mecánica de
acciones que le faculten a realizar un trabajo, sino como la herramienta y materia
prima para entretejerse con el mundo, teniendo la posibilidad diversificarse y
enfrentar la incertidumbre mencionada por Marín (1999) al decir que “la historia
humana ha sido y sigue siendo una aventura desconocida”, el desconocimiento de lo
futuro entonces nos abre una gama de posibilidades pero al mismo tiempo
incertidumbres.
Surge entonces el interrogante ¿Qué o quien nos prepara para enfrentar la
incertidumbre?, uno de los espacios (aunque no debería ser el único ) es la
universidad, es allí donde la actual y nuevas generaciones deben encontrar o
potencializar las herramientas para enfrentar los cambios y la incertidumbre que ellos
traen consigo. Considero entonces que el modelo educativo de la Universidad
Pedagógica Nacional Francisco Morazán teóricamente planteado, ofrece a las nuevas
generaciones de estudiantes la oportunidad de cambiar su mentalidad, de ser
formados para enfrentar la incertidumbre, ser promotores del cambio y potencializar
su fuerza en beneficio del proceso educativo logrando el mejor provecho del mismo.
La academia por medio del Modelo Educativo pretende ofrecer orientaciones a las
nuevas generaciones de maestros que les facultaran para transitar en el escabroso, a
veces oscuro y confuso camino de la profesión docente.
Los tres paradigmas que alimentan el modelo teórico Educativo de la UPNFM, buscan
generar espacios de aprendizaje socialmente significativos y teóricamente aplicables
pero innegablemente traen consigo varios retos entre ellos el cambio casi radical en
las concepciones de enseñanza y aprendizaje, la planificación de los espacios
pedagógicos, el desarrollo de experiencias de aprendizaje y la evaluación del
proceso, todos estos aspectos toman nuevas connotaciones, sin dejar de lado la
búsqueda de la integración del modelo teórico con la praxis diaria de los profesores y
estudiantes. Otro de los retos que enfrentamos es el de la socialización exhaustiva de
este nuevo en todos los espacios pedagógicos, y en especial en los genéricos y
pedagógicos que constituyen la orientación docente inicial para los estudiantes de
primer ingreso en lo que se refiere a la dinámica institucional de enseñanza
aprendizaje. Estos son aspectos a los que se debe dar pensamiento, con el fin de
emprender acciones importantes.
Desde la perspectiva filosófica el modelo invita a la formación integral de los
estudiantes. Según el planteamiento los aspectos, físico, mental, espiritual y social no
se deben encontrar mas disgregados en el pensum académico, sino
interrelacionados. Como docentes este modelo nos ofrece la oportunidad de apelar a lo
que Morín (1999) llama; un conocimiento pertinente en donde se busca ubicar la
información en contexto relacionándolo con el diario acontecer del estudiante,
poniendo ejemplos que le orienten a la solución de problemáticas reales. Se trata
también de ubicarlo en lo global haciendo conciencia de como su particularidad afecta
la globalidad, como su estancamiento profesional, mental, o físico afecta el
conglomerado, al igual que sus acciones progresistas.
Este razonamiento brinda también herramientas para que en los espacios áulicos el
conocimiento se oriente a lo multidimensional viendo esto como la ocasión de
integrar la totalidad de factores que influyen en la formación del estudiante, como sus
estilos de aprendizaje, nivel socioeconómico, estilos de comunicación, su particular
historia de vida y riqueza cultural, (entre otros), para optimizar resultados y enriquecer
así nuestros espacios pedagógicos. Esta gran gama de posibilidades filosófica- teóricas
exigen a los actores involucrados como mencione antes, un cambio de perspectiva en
la significación del conocimiento, como del rol particular que docentes y estudiantes
deben asumir respecto a la generación del mismo. La educación media
tradicionalmente dictada en nuestro país ha agrandado la brecha entre lo que es y
debería ser un estudiante universitario, por ello se debe tomar una actitud reflexiva y
activa en la formación de este nuevo significado del rol de los actores en el campus,
dejando de lado su simple papel de emisor o receptor y visionándose como
orientador o participante de una comunidad de aprendizaje según sea el caso.
Ubicándonos en el constructivismo social como la segunda dimensión del modelo
educativo UPNFM, siendo el paradigma psicológico. Los beneficios teóricos que
avizora son enormes, el hecho de que los estudiantes puedan relacionar lo conocido
con los que están conociendo ayudándole a la reformulación de paradigmas nuevos e
innovadores en intima relación con una filosofía pensante, critica e investigadora, es
determinante en la formación de una nueva sociedad; una sociedad en donde no todo
esta dicho o descubierto, en donde la diversidad de opiniones ayuda a la comprensión
de los hechos estudiados y donde la opinión ajena es tolerada y analizada con
objetividad y madurez, pensando que la teoría no esta dada (Quizá, solo con algunas
pocas excepciones).Esa debe ser la manera de pensar de nuestros estudiantes y
profesores, la que será realidad si nos planteamos la posibilidad de ser los creadores
de paradigmas educativos que ayuden a dar solución a problemas sociales a través de la
investigación y la practica profesional. Aquí los retos que enfrentamos tienen que ver
con dejar de lado los impulsos primitivos del egoísmo e individualismo, que
impiden un verdadero trabajo articulado y coherente, en cuantas ocasiones no nos
hemos encontrado con la falta de articulación de contenidos en de los espacios
pedagógicos, que vuelven flemático el desarrollo de procesos subsiguientes por que
los estudiantes no alcanzaron un nivel optimo en el desarrollo de las competencias
básicas requeridas, esta situación se vuelve penosa, absurda y debería ser remediada.
Desde la pedagogía critica como paradigma pedagógico, teóricamente se brinda a los
actores una serie de oportunidades que de otra manera serian difíciles de obtener, solo
el dialogo nos puede dar la oportunidad de escuchar a aquellos estudiantes que en su
formación media estaban oprimidos o cómodos escuchando al profesor. Esta
promete formar estudiantes y futuros profesionales con mayor conciencia de sus
acciones, y de cómo estas afectan a quienes son cercanos a ellos y a la globalidad en
general. Claro el despertar critico de los estudiantes exige de nosotros los docentes
la corporización de las palabras por el ejemplo como decía Freire, esperar que los
estudiantes analicen la realidad en que vivimos exige del docente la capacidad de
escuchar, debemos entonces prepararnos y desarrollar las competencias comunicativas
tomando como estandarte la tolerancia y hacernos de la idea que somos educadores –
educandos. En algunos espacios pedagógicos vivimos dificultades de
comunicación, los estudiantes de primer ingreso vienen de un ambiente educativo en
muchos aspectos distinto al Universitario, en donde se prioriza el saber escuchar
pasivamente la lección dictada por el profesor y la reproducción de sus planteamientos
en un examen al final del trimestre. Nuestro reto es descomunal en este sentido,
debemos hacer procesos de inducción a las nuevas metodologías propias del nivel
superior como espacio de discusión de las realidades sociales, sin olvidar que somos
llamados a recordar que cada estudiante mantendrá un ritmo diferente de adaptación al
Modelo Educativo, que es nuevo para algunos.
Mucho mas se puede decir respecto a la aplicación del nuevo modelo educativo de la
UPNFM, pero en esta ocasión ultimaré diciendo que este nos abre compuertas
inmensas, por donde pueden correr ríos diáfanos de oportunidades que generen una
revolución educativa y finalmente social, pues los egresados deberán trasladar este
modelo a sus salones de clases en los distintos niveles. Claro esta, cada rio trae
consigo escombros y pedruscos que disminuyen la fluidez de sus aguas, pero para
sortear estos obstáculos es necesario una socialización intensiva del modelo en cada
espacio pedagógico, en todas las carreras de la universidad no solo teórica sino
también pragmáticamente, también es necesario humanizarnos para humanizar,
inquietándonos en conocer integralmente a los estudiantes, tornándonos así en sus
guías y orientadores para que desarrollen integralmente sus competencias.
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