Yo Soy Charlotte Simmons Wolfe Tom

8/13/2019 Yo Soy Charlotte Simmons Wolfe Tom

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Yo soy Charlotte Simmons

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Ttulo original: /Am Charlotte SimmonsTraduccin: Eduardo Iriarte y Carlos Mayor1* edicin: abril 2005 2005 by Tom Wolfe Ediciones B, S.A., 2005Bailen, 84 - 08009 Barcelona (Espaa)www. edicionesb. comPrinted in Spain ISBN:84-666-1957-7 Depsito legal:M. 6.182-2005Impreso por Mateu Cromo, S.A.Todos los derechos reservados. Bajo las sanciones establecidas en las leyes, queda rigurosam

ohibida, sin autorizacin escrita de los titulares del copyright, la reproduccin total o parcial dera por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la reprografa y el tratamiento informcomo la distribucin de ejemplares mediante alquiler o prstamo pblicos.TOM WOLFE SoyCharlotte SimmonsTraduccin de Eduardo Iriarte y Carlos MayorA mis dos universitariosHabis sido para m una alegra, una sorpresa y un motivo de admiracin en todas y cada unaetapas de vuestras jvenes vidas, por lo que supongo que no debera asombrarme lo que habi

cho por m y por este libro. Sin embargo, no puedo evitarlo, y dedicroslo es apenas susurrarosatitud. Os entregu el original con la esperanza de que evaluarais el uso del vocabulario estudiame defraudasteis. Gracias a vosotros descubr qu expresiones delatan la edad avanzada de quutiliza, cules son coto casi exclusivo de las chicas y qu otras desprenden tal tufillo a parodi

n desapareciendo por momentos. Y todo eso se suma a las muchas ocasiones en que mecatasteis cuando me met en camisas de once varas con mis intentos de utilizar la jerga

versitaria actual. Lo que no me habra imaginado jams es que fuerais capaces (para m habraposible a vuestra edad) de distanciaros para contemplarlo todo con perspectiva y sealar elncionamiento de la naturaleza humana en general y el funcionamiento esotrico de la categoracial en particular. Y digo esotrico porque en muchos casos se trataba de aspectos de la vidabitualmente no se consideraran en absoluto sociales. Gracias a vuestro poder de abstraccin,estro padre slo tuvo que volver a armar el material acumulado durante sus visitas a distintosintos universitarios de todo el territorio estadounidense. La mejor manera de expresar lo que sr vosotros dos es un largo abrazo.Vos saluto

Muchas personas de gran generosidad me han ayudado a reunir informacin para este libro:udiantes universitarios, deportistas, entrenadores, docentes, antiguos alumnos y adlteres, as habitantes de un edn situado en las montaas Azules de Carolina del Norte, en el condado deeghany. Si fuera posible, les dara las gracias a todas y cada una personalmente en estas lneas

bo mencionar sin falta a algunas de ellas, que hicieron todo lo que estaba en su mano y ms paudarme: En el condado de Alleghany: a Mack y Cathy Nichols, cuya comprensin y minuciosiultaron magnficas; a Lewis y Patsy Gaskins, que me mostraron las extraordinarias granjas deetos del condado, en una de las cuales crecan ms de quinientos mil rboles, y al corts person

Instituto de Secundaria Alleghany y de la Cmara de Comercio de Alleghany.

En la Universidad de Stanford: al mandams de Ciencias de la Informacin, Ted Glasser; a Jiyer, autor de The Other Parent; a Gerald Gillespie, gran autoridad en Literatura Comparada; a


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udioso de Mallarm Robert Cohn y a los jvenes astros acadmicos Ari Solomon y Robert Rocornos a sus squitos estudiantiles. En la Universidad de Michigan: al maestro de Teora de lamunicacin Mike Traugott y a Peaches Thomas, que permiti a un


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incauto adentrarse precipitadamente en cierta vida nocturna universitaria a la que no deberaercarse nadie con dos dedos de frente. En Chapel HU: a Connie Eble, lexicloga especializadaga universitaria y autora de Slang and Sociability; a Dorothy Holland, cuya obraEducated inmance abri camino en la antropologa de los universitarios estadounidenses; a Jane D. Brownnocida porMedia, Sex and the Adolescent, y a dos estudiantes especialmente perspicaces, los e

mnos Francs Fennebresque y David Fleming. En Huntsville (Alabama): a Mark Noble, asesoportivo famoso por evaluar, preparar y tratar a jugadores de la Primera Divisin Universitaria yofesionales; a Greg y Jay Stolt y a su hijo Greg, figura del equipo de baloncesto de la Universidorida que actualmente juega como profesional en Japn, y al pintoresco consejero de Hunstvillug Martinson.En Gainesville (Florida): a Bill McKeen, decano de la Facultad de Periodismo, autor deHighwy llave de acceso a los lugares ms de moda de la vida estudiantil, entre ellos el Pantano, unadio de ftbol americano bajo cuyas tribunas palpita toda una ciudad. En Nueva York: a Jannenner, que una vez ms me gui por el valle de sombras de la literatura tediosa, y al abogado Eyes (Que me traigan a Hayes!), que ley gran parte del original.In domo: a mi adorada Sheibere iussit amor, en palabras de Ovidio. Scripsi.


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10Vctor Ransome Starling (EE.UU.). Galardonado en 1997, Biologa. En 1983, a los veintioch

os, siendo profesor ayudante de Psicologa en la Universidad de Dupont, Starling llev a cabo uperimento con treinta gatos a los que un colaborador y l extirparon la amgdala, una masa detancia gris de forma almendrada situada en la parte anterior del lbulo temporal del cerebro cu

ncin es controlar las emociones de los mamferos superiores. Era bien sabido que la intervencovocaba que los animales demostraran estados afectivos impropios; es decir, apareca aburrimiando deba existir miedo, o se hacan un ovillo en lugar de limpiarse el pelaje, o se excitabanxualmente cuando nada habra estimulado a un animal intacto. Sin embargo, los gatosigdalectomizados de Starling entraron en un estado de excitacin sexual hipermanaco en grad

mo. Los animales intentaban copular con tal frenes que un gato montado sobre otro era a su ventado por un tercero, y ste por otro, y as hasta crear cadenas de hasta tres metros de longitud

arling pidi a un colega que observara el experimento. Los treinta gatos amigdalectomizados yinta intactos utilizados como grupo de control se alojaban en jaulas situadas en la misma sala,n de ejemplar por jaula. Starling empez a abrirlas para que los animales amigdalectomizadoniesen. El primer gato 11


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liberado salt de inmediato sobre el visitante, se le aferr al tobillo con las patas delanteras ypez a agitar la pelvis convulsivamente contra su zapato. Starling conjetur que el animal habdo el cuero y, en plena excitacin, confundido el calzado con un animal compatible. Ante aqueabras, su colaborador apunt: Pero, profesor Starling, si es uno de los sujetos de control.En aquel momento se produjo un descubrimiento que desde entonces ha alterado radicalment

ncepcin de la conducta animal y humana: la existencia (podramos decir que generalizada) depa-raestmulos culturales. Los sujetos de control haban tenido la oportunidad de observar mpaeros amigdalectomizados desde sus jaulas a lo largo de varias semanas y haban sufrido umersin tan absoluta en aquel entorno de obsesin sexual hiperma-naca, que la conducta provor va quirrgica en los ejemplares operados se haba inducido en los dems sin ningn tipo deervencin. Starling haba descubierto que una atmsfera social o cultural de gran intensidadnque fuera tan anormal como aqulla, poda modificar con el tiempo las respuestas determinadnticamente de los animales sanos. Catorce aos despus, se convirti en el vigsimo docente diversidad deDupont en obtener el premio Nobel.MCGOUGH, Simn y SLOANE, Sebastian J.R. (ed.): The Dictionary of Nobel Laurates, 3.a e

ford y Nueva York: Oxford University Press, 2001, p. 512.12Prlogo: Un alumno de DupontCada vez que se abra la puerta de los servicios, la embestida amplificada de Swarm, el grupo

eca un estruendoso concierto en la sala de actos del piso superior, entraba a tumba abierta yonaba en todos los espejos y superficies de cermica hasta doblar su volumen. Pero entonces uelle hidrulico cerraba la puerta, Swarm se desvaneca y se oa de nuevo a los estudiantes ebri

ventud y cerveza soltando gracias, o al menos hablando a voz en cuello mientras permanecanante de los urinarios. A dos de ellos les pareca de lo ms divertido pasar la mano una y otra v

r delante de los detectores electrnicos que ponan en funcionamiento las cisternas. Uno le dijoo en tono de excla-macin:Cmo que zorra? Si me dijo que estaba revirgada!Los dos se partieron de risa.De verdad te dijo eso? Revirgada?S! Revirgada, o virgen rediviva, algo as, to!Igual se cree que se es el efecto de la pildora del da siguiente!Renovadas carcajadas. Haban llegado a esa fase de la noche universitaria en que cualquier

mentario resulta devastadoramente divertido si se suelta a gritos. 13


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Los urinarios seguan expulsando agua, los chicos seguan desternillndose ante sus respectivenios y en alguno de los cubculos de la larga hilera de retretes alguien estaba vomitando. Se

puerta y Swarm entraba otra vez a la carga. Nada de ello distraa al nico alumno que en esemento se encontraba delante de la hilera de lavabos. Su atencin estaba absorta en lo que vea

pejo, que no era sino su propio rostro, blanco y atractivo. En el interior de su cabeza soplaba un

ndaval. Le gustaba. Ense los dientes. Nunca los haba visto as. Tan uniformes! Tan blancobraban de pura perfeccin. Y la mandbula recta... la barbilla con esa hendidura perfecta... el cido y de un castao pajizo... esos brillantes ojos color avellana... Todo eso era suyo! Ah mismel espejo... Era l! De sbito tuvo la sensacin de ser otra persona que se miraba por encima dmbro. Su primera encarnacin estaba hipnotizada por su propio atractivo. En serio. Y la segunaliz el rostro del espejo con distanciamiento y objetividad antes de llegar a la misma conclusiaba de muerte. Luego los dos se examinaron los brazos all donde salan de las mangas del polso de lado y flexion uno para que resaltara el trceps. Qu cachas ests, coincidieron sus docarnaciones. No se haba sentido tan feliz en toda su vida.

No slo eso, sino que estaba a punto de realizar un profundo descubrimiento que tena que vehecho de que una persona contemplara el mundo a travs de dos pares de ojos. Ojal fuera capar ese momento en la mente y recordarlo para ponerlo por escrito al da siguiente. Pero no, esache, con todo el barullo que tena en la cabeza, le resultaba imposible.

Eh, Hoyt! Pasa!Apart la mirada del espejo y apareci Vanee con su mata de pelo rubio tan despeinada como

mpre. Eran de la misma hermandad; de hecho, Vanee era el presidente. A Hoyt le sobrevino upulso acuciante de contarle lo que acababa de descubrir y abri la boca, pero no dio con las pao emiti sonido alguno, de modo que volvi las palmas de las manos hacia arriba, sonri y se

cogi de hombros.14Soy Charlotte Simmons15Tienes buena pinta, Hoyt! asegur Vanee camino de los urinarios. Muy buena pinta!Hoyt cay en la cuenta de que en realidad le estaba diciendo que pareca borracho de cuidado

ro, en el estado sublime en que se encontraba, acaso tena la menor importancia?Eh, Hoyt dijo Vanee, ya delante del urinario. Te he visto arriba, comindole la oreja a

tilla. Dime la verdad. Seguro, pero seguro, que te parece que tiene un polvo?Quin mlaiba poner ms dura? farfull Hoyt, intentando decir Quin me la iba a poner

ra?, y de pronto cay vagamente en la cuenta de lo maltrecho que estaba.

Y adems veo que riges, to! repuso Vanee. Centr la mirada en el urinario, pero al punvi hacia Hoyt y aadi con toda seriedad: Sabes qu? Para m que ests hecho una mierdayt. Me parece que es hora de volver a casita antes de que los plomos se te fundan del todo. Suigo puso una objecin incoherente, aunque sin mucho empeo, y poco despus salan del edifi

a una tibia noche de mayo, con brisa agradable y una luna llena cuya luz daba justo el tonopuscular necesario para que se viese la curiosa techumbre ondulada de la sala, conocidacialmente en la universidad como Auditorio Phipps, una de las famosas creaciones modernas dcada de 1950 del arquitecto Eero Saarinen. La entrada, rebosante de luz, proyectaba un senderoeo que cruzaba una explanada e iba a morir sobre una hilera de pltanos en el umbral de otro d

andes motivos de orgullo del recinto universitario, el Bosquecillo. En el momento mismo de fuUniversidad de Dupont ciento quince aos atrs, Charles Dupont, magnate del tinte artificial y


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eccionista de arte (sin parentesco alguno con los Du Pont de Delaware), haba imaginado unntico bosquecillo acadmico por el que los estudiantes de cualquier edad pudieran dar paseos

ntemplativos. Encarg el proyecto al legendario paisajista Charles Gillette. Los ejemplos del gGillette abundaban por el recinto, empezando por el Patio Mayor, en su mismo centro, y siguir los claustros de los colegios residenciales ms antiguos,


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un jardn botnico, dos parterres con cenadores y varios aparcamientos tachonados de rbolesr encima de todo destacaba aquella obra maestra arbrea, el Bosquecillo, cuyo artero diseo normita intuir siquiera que Dupont estaba prcticamente rodeada por las barriadas negras de unadad tan grande como Chester (Pensilvania). Gillette haba hecho que ubicaran cada rbol, cadaaro, cada arbusto y cada parra, cada claro cubierto de hierba, cada planta perenne, con todo pr

s se haban mantenido durante casi un siglo. Abri senderos que serpenteaban por sus terrenopaseos contemplativos, pero sin embargo, y aunque la prctica estaba desaconsejada, losudiantes tenan por costumbre caminar por mitad de este triunfo del paisajismo estadounidensmo hacan en aquel momento Hoyt y Vanee bajo el resplandor de una oronda luna llena.

El aire fresco y la tranquilidad de las hileras de enormes rboles empezaron a aclarar las ideayt, al menos en cierta medida. Tena la sensacin de estar en esa maravillosa interseccin de l

fica de la borrachera en que la lnea ascendente ha llegado tan arriba como caba esperar, sin he la capacidad de razonamiento y coherencia se desplome hasta desaparecer del diagrama: el pquisito del perfecto equilibrio txico. Estaba convencido de tener otra vez la capacidad deonunciar una frase coherente y hacerse entender, y el maravilloso vendaval segua soplando enerior de su cabeza.Mientras atravesaban el bosque camino del paseo Ladding y el centro del campus no dijo gran

sa, porque estaba intentando fijar en la memoria aquel momento ante el espejo, pero el instantegico no haca ms que zafarse... zafarse... zafarse... y, sin darse cuenta, le brot una idea

mpletamente distinta en el cerebro, como una burbuja. Era el Bosquecillo... el Bosquecillo... elmoso Bosquecillo que proclamaba el nombre de Dupont y te haca sentirlo en los huesos, lo quz supona que esos huesos fueran infinitamente superiores a los de todos los estadounidenses qban estudiado en Dupont. Soy alumno de Dupont, se dijo. Ech de menos al escritor capaz dmortalizar esa sensacin: la exaltacin que 16

Soy Charlotte Simmonsprenda en su sistema nervioso central cuando conoca a alguien y de inmediato se las ingenia

ra introducir en la charla alguna indicacin aparentemente fortuita de que iba a la universidad, onces esa persona le preguntaba (inevitablemente): A cul? Y l, sin el menor aspaviento yo tan neutro como le era posible, responda: A Dupont.Y luego observaba la reaccin. Unos, grupo en el que estaban por lo general las mujeres, sestraban admirados, sonrean, se les iluminaba la cara y decan: Ah! Dupont! Otros, en suyora hombres, se ponan tensos e intentaban evitar que su cara delatase lo impresionados queaban, y decan: Ya. O bien: Humm. O

nada en absoluto.No estaba seguro de con qu disfrutaba ms. Todo el mundo, hombre o mujer, que formara pa

esos momentos, como era su caso, del alumnado de la Universidad de Dupont, o que hubieratenido una licenciatura en la Universidad de Dupont, conoca esa sensacin, atesoraba esansacin, buscaba de un modo u otro disfrutar de esa sensacin a diario siempre que le fuera poora y durante el resto de su vida, y sin embargo nadie haba expresado con palabras esa sensacisde luego ningn alumno de Dupont (ni ninguna alumna, si a eso vamos) haba intentado nuncscribrsela de viva voz a nadie, ni siquiera a otros miembros de tan selecta aristocracia. Despudo, no eran tan necios. Pase la mirada por el Bosquecillo. Los rboles eran siluetas encantadas

a dorada luna llena. El vendaval segua soplando alegremente, alegremente, y (un fogonazo depiracin) comprendi que sera l quien lo pondra todo por escrito. Estaba convencido de ten


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dera de escritor. Nunca haba dispuesto de tiempo para escribir nada aparte de trabajos acadmro de repente tuvo la certeza de que vala para ello. Qu ganas de que amaneciera el da siguienspertar y plasmar esa sensacin en la pantalla del Mac. Aunque tambin poda contrselo en essmo instante a Vanee, que iba unos pasos por delante en su paseo por el Bosquecillo encantadonee s que poda hablar de algo as... De pronto, su amigo lo mir y levant una mano con gest


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alto ah, se llev el ndice a los labios y se peg a un tronco. Hoyt hizo lo propio. Entoncesnee le indic que asomaran la cabeza por un lado. A la luz de la luna, a siete u ocho metros,tinguieron un par de figuras. Una era la de un hombre con una buena mata de pelo cano, sentadpies de un rbol con los pantalones y los calzoncillos a la altura de los tobillos y los gruesosslos blancos abiertos. La otra, la de una chica con pantalones cortos y camiseta, de rodillas en

rodillas, de cara a l. La abundante melena pareca muy rubia a la luz de la luna conforme subeza suba y bajaba sobre el regazo del hombre. Vanee volvi a esconderse detrs del rbol yurr:Hostia puta, Hoyt, sabes quin es se? El gobernador nose-qu, de California, el to que t

e soltar el discurso en la entrega de diplomas!La ceremonia era el sbado y estaban a jueves.Entonces qu hace aqu? pregunt Hoyt, un poco ms alto de la cuenta, lo que hizo que

nee volviera a llevarse el ndice a los labios.Acto seguido emiti una risilla desde lo ms hondo de la garganta y murmur:Para m que es evidente de cojones.Volvieron a asomarse. El hombre y la chica deban de haberlos odo, porque ambos miraban e

eccin.La conozco dijo Hoyt. Estaba en mi clase de...Joder, Hoyt! Shhh!Pumba! Algo cogi a Hoyt por el hombro derecho con una fuerza atroz desde atrs y una voz

o duro dijo:Qu hostias os creis que estis haciendo, mamones?Hoyt se dio la vuelta y se encontr con un hombre, bajo pero corpulento, vestido de traje oscu

n una camisa y una corbata que apenas le abarcaban el cuello, ms ancho que la cabeza. De la o

uierda le sala un cable translcido en espiral. La adrenalina y el alcohol hicieron que a Hoyt lviera el tronco del encfalo. Era un alumno de Dupont frente a un simio insolente de algn orderior. 18Soy Charlotte SimmonsQue qu estamos haciendo? le espet, rocindolo de saliva sin darse cuenta. Pues mputo caramono gilipollas, eso es lo que estamos haciendo!El hombre lo cogi por los hombros y lo lanz contra el rbol, cosa que le hizo perder el aliento cuando el gorlilla echaba el puo atrs, Vanee se puso a cuatro patas detrs de l. Hoyt esqel puetazo, que se estrell contra el tronco, y lanz el antebrazo contra su agresor (que apen

ba empezado a gritar Hostiiiaaadel dolor) con todas sus fuerzas. El hombre cay de espaldas por encima de Vanee y fue a dar

elo con un topetazo que emiti un sonido repugnante. Comenz a levantarse pero se dej caer.rmaneci tendido de costado junto a una enorme raz de arce a la vista mientras, con el rostroorcido, se sujetaba un hombro con una mano cuyos nudillos ensangrentados se vean despellejsta el hueso. El brazo que debera haber encajado en el hombro lesionado estaba extendidomando un ngulo grotesco.Hoyt y Vanee, que segua a cuatro patas en el suelo, se quedaron mirando el vivo retrato del

rimiento. El hombre abri los ojos, vio que sus adversarios ya no le atacaban y gimi:

Brones... brones... Luego, vencido por Dios sabe qu, retorci la cara en otra mueca cieged all tumbado entre gemidos: Josdeputa... josdeputa... Los dos jvenes cruzaron una mira


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vidos por una nica idea, se volvieron hacia el hombre y la chica, que haban desaparecido.Qu hacemos? susurr Vanee.Correr como cabrones respondi Hoyt.Y eso hicieron. Cruzaron la arboleda a toda pastilla mientras troncos y arbustos, flores y folla

tallaban a su lado en la oscuridad y Vanee no dejaba de farfullar cosas como: Defensa propiafensa propia... Ha sido eso... Defensa propia, hasta que le falt el aliento para correr y hablar smo tiempo.Llegaron al margen del Bosquecillo, all donde lindaba con la explanada del recinto universit

Vanee pidi:Para... el carro... Tan corto de resuello iba que le era impo-19


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sible pronunciar ms de dos o tres slabas sin respirar. T... camina... No hay... que... levanpechas... Y as salieron del Bosquecillo, a paso tranquilo, sin otro indicio sospechoso que supiracin, ms parecida a un par de sierras de mano, y el sudor que los empapaba de arriba abaVanee tom las riendas.No hay boqueada que hablar de esto boqueada con nadie boqueada, de acue

boqueada. De acuerdo, Hoyt? boqueada. De acuerdo, Hoyt? boqueada. Hostias! queada. Escchame, Hoyt!Pero su amigo ni siquiera lo miraba, y mucho menos lo escuchaba. El corazn le bombeaba ta

renalina como a Vanee. Sin embargo, en el caso de Hoyt, la hormona se limitaba a alimentar egre vendaval, que soplaba con ms fuerza que nunca. Haba borrado del mapa a aquel hijoputmo haba hecho caer al cabronazo to cachas por encima de la espalda de Vanee. Virgen santaQu ganas tena de llegar al edificio de la hermandad de Saint Ray para contrselo a todo elndo. l! Una leyenda en ciernes! Levant la cabeza y ech un vistazo a lo que los aguardabaonces le sobrevino la oleada de euforia masculina (el xtasis!) que comporta la victoria en laalla.Mralo, Vanee dijo. Ah est.Qu es lo que ah est, por el amor de Dios? respondi el otro, que a todas luces quera

guir adelante, cuanto ms rpido mejor.Hoyt hizo un gesto que lo abarcaba todo.El recinto de Dupont... La luna haba convertido los edificios de la universidad en un inmenso

roscuro de formas umbras que un plido recubrimiento de tono blanco dorado haca resaltar eda su suntuosidad. Las torres, los torreones, los chapiteles, los imponentes tejados de pizarra... o inefablemente hermoso e inefablemente grandioso. Los muros tenan el grosor de los de untillo. Era una plaza fuerte. Y l, Hoyt, era uno de los integrantes de un crculo selecto, los eleg

e podan entrar en la plaza fuerte a voluntad y sentir su invulnerabilidad hasta los tutanos. Noy Charlotte Simmons

eso, sino que estaba en el orbe central del crculo selecto, a saber, Saint Ray, la hermandad deenes haban sido elegidos para reinar sobre... bueno, sobre todo el mundo.Le habra gustado impartir tan honda verdad a Vanee, pero es que, cono, el asunto tena miga

e se limit a preguntar:Vanee, sabes lo que es Saint Ray?La pregunta estaba tan fuera de lugar que Vanee se lo qued mirando con la boca abierta. Al c

n la esperanza de poner a su cmplice otra vez en marcha, replic:

No, qu?Una MasterCard para hacer lo que te venga en gana... Lo que te venga en gana. No haba

ce de irona en su voz. Slo deslumbramiento. Y no podra haber sido ms sincero.No me vengas con sas, Hoyt! Ni se te ocurra! De eso que ha pasado en el Bosquecillo n

emos ni idea, si la gente dice algo, ni nos hemos enterado! Vale?Deja de preocuparte respondi Hoyt, al tiempo que, con un ademn sublime, describa u

n la mano como para abarcar todo el paisaje que tena ante s. El orbe central... El crculo seUna vez ms cay vagamente en la cuenta de que no estaba siendo demasiado coherente. Rep

el gesto de pnico que asomaba en el rostro de Vanee al resplandor de la luna. Qu acojonaba

to a su compaero? l tambin era alumno de Dupont. Volvi a contemplar arrobado el reinoado por el claro de luna que se abra ante ellos. La gran torre de la biblioteca; las famosas gr


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ya silueta era plenamente visible en la esquina del colegio mayor La-pham; all a lo lejos, la cestadio de baloncesto; la nueva estructura de vidrio y acero del Centro de Neurociencia o lo qra, hasta un edificio tan raro como aqul le pareca magnfico en esos momentos... Dupont! E

estin de ciencia, premios Nobel a puados! Aunque en aquel preciso instante no consiguirecordar ningn nombre. Los deportistas... Gigantes! Campeones nacionales de baloncesto!

staban entre los cinco primeros en ftbol americano y lacrosse! Claro que a l le pareca cosa dngados ir a los21


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partidos y animar. Los buenos estudiantes... Legendarios! Claro que eran una especie de pardpectrales que flotaban por los mrgenes de la vida universitaria. En cuanto a tradiciones... ten

ms fantsticas! Travesuras transmitidas de generacin en generacin por... los mejores! Unabcula enturbi su visin: el nmero cada vez mayor de colgados, empollones, homosexuales,odigios de la flauta y dems diversoides a los que se admita ahora... Daba igual! Por un lado

Dupont, que no es ms que un diploma con el nombre de la universidad impreso, y por otro, lantica Dupont, que es nuestra!Tena el corazn tan henchido de gloria que quera compartirla con Vanee, pero el problema d

herencia se agrav y no pudo mascullar ms que:Es nuestra, Vanee, nuestra.Su amigo se llev una mano a la cara y gimi en un tono casi tan lastimero como el del mat

squecillo:Hoyt, llevas un ciego de la hostia.1Esa nica promesaEl condado de Alleghany est encaramado en lo alto de las colinas occidentales de Carolina d

rte, tan elevado que los golfistas lo bastante intrpidos como para ir hasta all a practicar su deferido lo llaman golf de montaa. El nico cultivo comercial importante del condado es el d

etos, mayormente de la variedad utilizada como rbol de Navidad, y la principal actividad indue se realiza es la construccin de casas de veraneo. En todo el condado existe una nica poblacllama Sparta. Los veraneantes llegan atrados por la belleza primitiva del ro Nuevo, que conf

frontera occidental del condado. Y primitiva es precisamente el adjetivo ms indicado en eso. Los paleontlogos calculan que el Nuevo es uno de los dos o tres ros ms antiguos del mun

gn la sabidura popular, se llama Nuevo porque el primer hombre blanco que tuvo oportunida

rlo fue un primo de Thomas Jefferson, Peter, que encabezaba una partida de topgrafos que seigan a la cima de las montaas Azules, una sierra que forma parte de los Apalaches, y para la existencia de aquel ro resultaba una novedad. Jefferson lleg a lo ms alto de la cordillera, mcia abajo por el otro lado y contempl el mismo panorama imponente que en la actualidad siguutivando a los forasteros aficionados a la naturaleza: un arroyo montaoso ancho23


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y de aguas sumamente cristalinas flanqueado por densos bosques vrgenes de un verde intensntrastan con el inmenso y plido teln de fondo de las montaas Azules, que desde la distanciaquieren en efecto una coloracin azulada. No hace demasiado, la sierra formaba un muro quelaba el condado de Alleghany de los habitantes del resto de Carolina del Norte de manera tansoluta que stos lo llamaban la provincia perdida (eso cuando se acordaban de llamarlo de al

ma). Las autopistas modernas han hecho accesible la zona, pero sigue persistiendo un aire deana, una atmsfera primitiva, precisamente lo que les encanta a los veraneantes, a quienes vanampada, a los piragistas, los pescadores, los cazadores, los golfistas y a quienes disfrutanmprando artesana local. No hay centro comercial, ni cine, y ni un solo corredor de bolsa. Paraidentes en Sparta, la palabra ambicin no evoca imgenes de yuppies agresivos y codiciosofundados en trajes anodinos y con corbatas llamativas, como sucede en Charlotte o Raleigh, andes ciudades de Carolina del Norte. Las familias con hijos en tercer o cuarto curso del nicontro de enseanza secundaria, el Instituto Alleghany, no se dejan arrastrar, como las de las zonbanas, por el torbellino de la obsesin universitaria (esto es, la mana feroz y absorbente de logtricular a sus retoos en centros de prestigio). Qu padres de Sparta aspiraran siquiera a queo suyo asistiera a una universidad como Dupont? Seguramente ninguno. De hecho, cuando corz de que una alumna de cuarto del instituto, una tal Charlotte Simmons, iba a empezar sus estuDupont en otoo, la noticia mereci aparecer en portada en The Alleghany News,el peridico

manal.Aproximadamente un mes despus, un sbado por la maana de finales de mayo, durante la

ebracin de la ceremonia de entrega de diplomas del instituto, en el gimnasio del centro, esavencita en concreto, Charlotte Simmons, se haba convertido ya en toda una figura de relumbrector, el seor Thoms, estaba encaramado a la tarima, en el estrado situado en un extremo de lncha de baloncesto. Ya haba anunciado, al enumerar las distintas men-24

Soy Charlotte Simmonsciones honorficas, que Charlotte Simmons haba obtenido las de Francs, Ingls y Creacin

eraria. Despus pas a presentarla como la alumna que iba a pronunciar el tradicional discursospedida:

... Una jovencita que... Bueno, por lo general aqu en el centro nunca hacemos referencia a ntuaciones obtenidas en el SAT,*en primer lugar porque se trata de informacin confidencial, y en segundo lugar porque tamp

nuestra intencin hacer excesivo hincapi en esas pruebas... Se detuvo y esboz una amplianrisa que dirigi a todo el pblico presente. Pero, slo por una vez, tengo que hacer una

cepcin. No puedo evitarlo. Se trata de una jovencita que ha obtenido la nota mxima de milscientos puntos en el SAT y tambin ha logrado el mximo de cinco puntos en cuatro pruebas itud para alumnos avanzados; una jovencita que fue seleccionada para convertirse en uno de loolares presidenciales de Carolina del Norte y que se desplaz a Washington, a la Casa Blancaompaada por Martha Pennington, de nuestro Departamento de Ingls, que fue distinguida comntora), junto con los otros noventa y ocho estudiantes y sus mentores, en representacin de losos estados de nuestra nacin, y cen con el presidente, y le dio la mano; una jovencita que, adesido una de las figuras de nuestro equipo de cross; una jovencita que... La jovencita merecedoto elogio estaba sentada en una silla plegable de madera, en primera lnea de las filas del ltim

rso, mientras el corazn le lata veloz como el de un pjaro. No es que la preocupara el discursaba a punto de pronunciar, ya que lo haba repasado tantas veces que haba acabado por memo


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lo e interiorizarlo del mismo modo que se haba aprendido todas las frases de su personaje, Bela funcin escolar deLuz de gas. En realidad la inquietaban dos temas muy distintos: su aspec compaeros. Iba completamente cubierta, excepto el rostro y el* Examen de acceso a la universidad que rinden los alumnos de secundaria de Estados Unido

los T.)


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pelo, por la toga verde claro de cuello blanco y el birrete del mismo tono de verde con borlarada que el centro suministraba a los alumnos para la ocasin. Sin embargo, el rostro y el pelouella maana haba dedicado horas, literalmente, a lavarse la melena (que era castaa y lisa y gaba por debajo de los hombros), a secrsela al sol, a peinrsela, a cepillrsela, a darle cuerpo ocuparse por ella, ya que le pareca que era su mejor baza. En cuanto a la cara, se consideraba

apa, pero tena un aire demasiado adolescente, demasiado inocente, vulnerable, virginal... S,ginal, se le haba pasado por la cabeza el adjetivo ms humillante del mundo, mientras la chicsentaba a su lado, Regina Cox, no dejaba de torcer el gesto cada vez que se escuchaban las palna jovencita que. Por qu le tena Regina tantsima mana? Cuntos compaeros haba a susu espalda, vestidos con sus togas verdes, que tambin le tenan mana? Por qu se enrollaba

seor Thoms y repeta hasta la saciedad lo de una jovencita que? En aquel momento de glorentras la observaba prcticamente todo el mundo que conoca, senta casi tanta culpa como orgro no por eso dejaba de experimentar ese orgullo, y era cierto que alguien haba definido la culmo el miedo a ser objeto de envidia.

... Una jovencita que este otoo se convertir en la primera alumna del Instituto Alleghanystir a la Universidad de Du-pont, que le ha concedido una beca integral. Los mayores que es

ntados en filas de sillas plegables situadas tras ella emitieron murmullos de aprobacin. Seores... Charlotte Sim-mons, la encargada de pronunciar la alocucin de despedida.

Una tremenda ovacin. Al ponerse en pie para dirigirse hacia los escalones del estrado, Charlpez a obsesionarse con su cuerpo y con sus movimientos. Inclin la cabeza para demostrardestia. Con otra punzada de miedo a ser objeto de envidia se encontrobservando el color dorado de la banda acadmica que le rodeaba el cuello por detrs y bajab

sta la cintura por ambos lados, para demostrar al mundo entero, o como mnimo al condado, qurteneca a la Beta, la sociedad honorfica del Instituto Alleghany. Entonces se percat de que n

reca modesta, sino jorobada, as que se 26Soy Charlotte Simmonsenderez, movimiento que fue suficiente para que el birrete, que le quedaba apenas unos

lmetros grande, se inclinara ligeramente.Y si se le caa? No slo quedara como una idiota de remate, adems tendra que inclinarse p

ogerlo y volver a ponrselo, y a saber cmo le quedara el pelo. Sujet la base rgida del gorroa mano, pero ya haba alcanzado los escalones, y la necesitaba para recogerse la toga, por miedarse los bajos al subir, y la otra estaba ocupada sosteniendo el discurso. Lleg por fin a lo altorado. Los aplausos continuaban, pero ella estaba obsesionada con que pudiera carsele el birre

se dio cuenta hasta que fue demasiado tarde de que tena que sonrer al seor Thoms, que se leercaba con una enorme mueca de felicidad y le tenda mano. Se la estrech, a lo que l reaccioniendo la otra encima de la de Charlotte, inclinndose hacia ella y susurrndole:

Te queremos mucho, Charlotte, y estamos contigo.Acto seguido entrecerr los ojos y asinti con la cabeza varias veces, como si quisiera decirle

preocupes, t tranquila, ya vers lo bien que lo haces, y fue en ese momento cuando Charlotte cuenta de que pareca nerviosa.Ya estaba en la tarima, de cara a todos los asistentes, sentados en sillas plegables en la canch

oncesto. Seguan aplaudiendo. Lo primero que tena ante ella era el rectngulo verde formado

compaeros de cuarto, ataviados con sus gorros y togas. Regina aplauda, pero de forma mecn lentitud, y seguramente slo porque estaba en primera fila y no quera que se le notara dema


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procesin que iba por dentro; adems, no sonrea en absoluto. Tres filas ms atrs, Channingeves, con la cabeza ladeada, s sonrea, pero arqueaba una comisura de la boca, lo que le daba e sarcstico, de superioridad moral, y tena las manos quietas. Laurie McDowell, que tambin banda dorada de la Beta, aplauda con entusiasmo y la miraba con una sonrisa sincera, pero, clurie era amiga suya, de hecho su nica amiga en toda la clase. Brian Crouse, con su flequillo dbio casi pelirrojo (ay, su adorado Brian!), aplauda de una forma que pareca espontnea, perosmo tiempo la miraba con la boca entreabierta, como si 17


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ella no fuera una compaera del instituto y algo ms que esosino una especie de... de prodigio de la naturaleza. Aplausos y ms aplausos, todos los mayor

nrean radiantes y aplaudan a rabiar. Por all estaban la seora Bryant, que llevaba la tiendatesana de las Montaas Azules; la seorita Moody, que trabajaba en el Bazar de Baer; Clarencan, el joven encargado de la oficina de correos; el seor Robertson, el hombre ms rico de Spa

opietario de la granja de abetos Robertson, que tambin sonrea de oreja a oreja y aplauda conhemencia, y eso que Charlotte ni siquiera lo conoca, y por aquel lado, en segunda fila, mam, ddy y Sam; pap con su americana vieja que pareca que se la hubieran puesto a la fuerza, conello de la camisa por fuera, bien a la vista, y mam

con su vestido azul marino de manga corta con lazos blancos, los dos de repente muyuvenecidos, como si no fueran un matrimonio cuarentn, aplaudiendo con formalidad, para qudie pudiese decir que cometan pecado de orgullo, pero sonriendo, apenas capaces de contener isfaccin y la felicidad que los desbordaba, y junto a ellos Buddy y Sam, con sus camisas nuevmirada clavada en su hermana como dos criaturas absolutamente maravilladas. En la misma fis sillas ms all de los nios, estaba la seorita Pennington, engalanada con un vestido con unampado exagerado que era desde luego lo peor que poda ponerse una mujerona de sesenta y taos tan corpulenta y desgarbada como ella, pero as era la seorita Pennington, un ejemplar nicy, la buena de la seorita Pennington!), y entonces Charlotte revivi y se sinticomo el da en que su mentora la llam a la tarima, tras una clase de Lengua de primero, y le

munic, con aquella voz grave y spera, que tena que ponerse a pensar en su futuro ms all dndado de Alleghany y de Carolina del Norte, en las grandes universidades y en un mundo sin

mites, porque t ests destinada a llegar muy lejos, Charlotte. La seorita Pennington aplaudmpetu que su ingente seno se zarandeaba, y al darse cuenta de que Charlotte la miraba cerr e

o (un puo diminuto, lo que llamaba la atencin), se lo llev casi hasta la barbilla y lo apret

tivo gesto de triunfo al que Charlotte no se atrevi a responder ni con una28Soy Charlotte Simmonssimple sonrisa, por miedo a que Channing Reeves, tan estupendo l, y los dems se creyeran

aba disfrutando de tantos aplausos y le tuvieran an ms mana.El estruendo fue apagndose. Haba llegado el momento.Seor Thoms, miembros del profesorado, antiguos alumnos y amigos del instituto la voz

aba mal, sonaba firme, padres, compaeros del centro y de clase-Vacil. La primera frase iedar fatal! Haba tomado la firme decisin de que su discurso fuera distinto, no una simpleeticin de la ristra de sensibleras de despedida de todos los aos, pero lo que estaba a punto d

cir... Hasta ese momento no se haba dado cuenta de cmo iba a quedar, y ya era demasiado taJohn Morley, vizconde de Blackburn por qu haba decidido empezar soltando un nomb

mposo!, afirm una vez: El xito depende de tres cosas: de quin lo diga, de lo que diga y dmo lo diga. Y de las tres la menos importante es lo que diga.

Se detuvo, tal como haba previsto, para permitir al pblico reaccionar ante lo que deba ser uroduccin ocurrente al discurso, pero se sinti descorazonada, ya que sus palabras no haban ss que una ridiculez surgida de labios de una esnob que se las daba de intelectual... Pero para su

ombro hicieron lo que exiga el guin y rieron de forma apropiada, con entusiasmo incluso.As que no puedo garantizar que esto vaya a ser un xito. Otra pausa. Ms risas, de nuevo

uiendo el guin. Y entonces se percat de que eran los mayores. De ellos procedan las reaccioel rectngulo verde de sus compaeros de clase unos pocos rean y otros tantos esbozaban son


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uchos (Brian incluido) parecan desconcertados, y Channing Reeves se volvi hacia Matt Woodntado a su lado, e intercambiaron sonrisitas cnicas con las que prcticamente se decan: Elconde de qu? Pero de quva esta ta?As pues, apart la vista de sus pares y la dirigi a lo lejos, hacia los mayores, para seguir adeNo obstante, voy a intentar repasar algunas de las lecciones que hemos aprendido los alum

rante estos cuatro aos, lec-


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ciones que van mucho ms all de los lmites de lo meramente acadmico...Por qu no se haba ahorrado el mucho ms all de los lmites de lo meramente acadmico

ba parecido grandilocuente al escribirlo, pero al pronunciarlo ante toda aquella gente le habanado forzado y pedante.

Pero los mayores estaban embelesados, encantados con ella! La miraban con un respeto

verencial, sedientos de cualquier cosa que quisiese ofrecerles! Empez a comprenderlo. Lansideraban una nia prodigio, un fenmeno surgido por algn extrao milagro de la tierra rocoarta. Estaban predispuestos a dejarse impresionar por cualquier cosa que saliese de sus labios.osigui, ya con ms seguridad:

Hemos aprendido a apreciar muchas cosas que antes no valorbamos. Hemos aprendido aservar el entorno tan especial en que vivimos, como si fuera la primera vez que lo veamos. Exantiguo canto apache que dice: Oh, gran espritu de las montaas Azules, hogar de nubes azu

nto agradezco la bondad que all encuentro. Siglos despus, los alumnos de cuarto tambin dacias, damos gracias por la forma en que... Se lo saba al dedillo y las palabras empezaron a brmo si estuvieran grabadas, mientras su mente se dedicaba a pensar por cuenta propia. Por muce intentara evitarlo, la mirada se le iba siempre hacia sus compaeros... hacia Channing Reeveor qutena que importarle lo ms mnimo lo que pensaran de ella aquel chico y su crculo de amist

dmiradores? Channing se le haba insinuado dos veces, slo dos, pero por qu tena queocuparse por eso? En otoo, l no iba a ir a ninguna universidad. Seguramente se pasara el re das mascando y escupiendo tabaco Red Man mientras despachaba en la gasolinera Mobil o,

ando lo echaran de all por holgazn, trabajando en los bosques de abetos con los mexicanos, qsde haca un tiempo tenan a su cargo todos los trabajos pesados, con una sierra mecnica en uno y el pitorro de un esparcidor en la otra, encorvado por el peso del tanque de veinte litros de

tilizante lquido sujetado a la espalda a modo de Soy Charlotte Simmonsmochila. Y por las noches se dedicara a perseguir como un animal en celo a Regina y a chica

mo ella, que trabajaran distribuyendo el correo en las oficinas de la granja Robertson...Hemos aprendido que las victorias no se miden de acuerdo con los fros parmetros de losresos y el poder adquisitivo...... Regina... Qu pattica era. Sin embargo, formaba parte del grupo de gente guay, de gente g

e daba esquinazo a Charlotte porque era una palizas, una pelota de los profesores, porque no saba matrculas en todo, sino que adems se esforzaba, porque no beba ni fumaba porros ni se

n ellos por la noche a las carreras de coches tuneados de la carretera 21, porque no deca palab

rque era una estrecha... S, sobre todo porque no haba cruzado esa frontera escarpada ante la qan todas las chicas y por tanto segua siendo una estrecha...Hemos aprendido que al cooperar, al aunar esfuerzos, se consigue mucho ms que en solita

Por qu tena que sufrir por todo aquello? Ridculo. Y sin embargo le era imposible evitarlodas aquellas personas mayores que la observaban con tanta admiracin supieran lo que opinabaa los dems alumnos (sus compaeros de promocin, en cuyo nombre se atreva a hablar), sipieran lo mucho que se desmoralizaba con slo ver todas aquellas caras exnimes e indiferentetngulo verde... Era justo que se hubiera convertido en una marginada slo por no haber hech

oteces tan intiles y autodes-tructivas?... que veinte que acten movidos por puro inters personal...


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... Y encima Channing se haba puesto a bostezar, a bostezar delante mismo de ella! La rabiabarg. Le daba igual, que pensaran lo que les pareciera! Tena claro que Charlotte Simmonssta en un plano situado muy por encima de ellos. No tena nada que ver con esa gente, sloncidan en el simple hecho de que, por casualidad, ella tambin haba crecido en Sparta. Novera a verlos nunca ms... En Dupont encontrara a gente como ella, gente que de verdad tend

da intelectual, gente cuya concepcin del futuro implicara algo ms que buscar plan para el sr la noche... 31ToM WOLFE... Pues, como escribi el gran naturalista John Muir en Johnde las montaas: Las monta

n fuente de hombres, no slo de ros, de glaciares, de terreno frtil. Los grandes poetas, filsofofetas, hombres de primera cuyas ideas y cuyos actos han cambiado el mundo, procedan de lantaas, eran gente de montaa que se curti all arriba, en los bosques que son el crisol de lauraleza. Gracias. Fin. Sonoros aplausos y ms aplausos. Charlotte permaneci en la tarima duinstante. Recorri todo el auditorio con la mirada y acab en sus compaeros. Apret los labioobserv fijamente. Si alguno hubiera sido lo bastante espabilado como para descifrar su gesto

hanning, Regina, Brian... Brian, de quien tanto haba esperado!), habra ledo en l lo siguientlo una de nosotros va a bajar de la montaa con todo un futuro por delante. Los dems podisedaros aqu arriba, vais a quedaros aqu arriba, a poneros "ciegos" y a ver cmo crecen los abeRecogi los papeles, que no haba mirado ni una sola vez, y descendi del estrado, y por prim

z se permiti disfrutar plenamente de la admiracin infinita, el aplauso interminable, de losyores. Los Simmons jams haban dado una fiesta en su casa, junto a la carretera condal 1709dre de Charlotte no tena la menor intencin de reconocer que eso era lo que estaba a punto de

ceder. Como firme devota de una confesin rural, la Iglesia del Evangelio de Cristo, considerabe las fiestas eran demostraciones de indolencia ideadas por gente carente de moderacin y conero que personalidad. As pues, lo de aquel da era sencillamente una visita de amigos tras lsta de entrega de diplomas, por mucho que los preparativos se hubieran iniciado tres semanas Haca un da precioso. Gracias a Dios, se dijo Charlotte, pensando sobre todo en la mesa de

rendero, colocada junto a la antena parablica. Todo el mundo estaba en la parte trasera de la

Soy Charlotte Simmonsdisfrutando del sol en el jardn, aunque, claro, no era exactamente un jardn, ms bien un peq

ro de tierra reseca con trechos de hierbajos que se fundan con la maleza del linde del bosque.e se haba impregnado del aroma, curiosamente dulce, de las salchichas que estaba preparandodre en una parrilla porttil endeble y avejentada. Los invitados podan servirse las salchichas drrilla, y ensalada de patata, huevos duros con salsa picante, magdalenas saladas con jamn, tartbarbo, ponche de frutas y limonada de la mesa de merendero, que habitualmente estaba dentro

a. Si hubiera llovido y toda aquella gente (la seorita Pennington, el sheriff Pike, el seor Deacargado de la oficina de correos, la seorita Moody, la seora Bryant y la seora Cousins, que tado el mural al estilo Grandma Moses* de la tienda de la seora Bryant) hubiese tenido que

cinarse dentro con todos los parientes de Charlotte y los amigos de sus padres y hubiera descube la nica mesa que los Simmons tenan en casa para comer era de merendero, y no slo eso, sems de las que llevaban bancos (dos tablones pelados, fijados uno a cada lado en lugar de sillpobre le habra dado un infarto. Ya era bastante terrible que su padre se hubiera puesto una cammanga corta, porque quedaba a la vista de todo el mundo la sirena tatuada que le cubra la partnosa del antebrazo derecho, consecuencia de una juerga durante sus das de militar. Por qu u

ena? Su padre no se acordaba. Ni siquiera estaba bien dibujada. La casa era una cajita de madea sola planta con una puerta y dos ventanas que daban a la carretera. El nico toque ligerament


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namental eran los reparos fijos que protegan las ventanas, hechos de listones clavados a la parperior del marco. La puerta daba directamente a la habitacin principal, que a pesar de sus escante metros cuadrados deba hacer las veces de saln, taller, sa-* Pintora autodidacta estadouni

860-1961), conocida por sus escenas rurales. Tom los pinceles cumplidos ya los setenta aos,ando la artritis le impidi seguir bordando. (TV. de los T.)33-


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lita de televisin, zona de juegos y comedor. sa era la ubicacin habitual de la mesa derendero. Los techos eran bajos y la casa entera estaba impregnada del olor rstico de las estufbn y los calentadores de queroseno. Durante los primeros seis aos de vida de Charlotte hab

vido bajo tierra en lo que despus se convertira en los cimientos de la casa. Por entonces a Chale haba extraado, ya que no eran ni mucho menos la nica familia en esas condiciones; muc

pezaban as si queran llegar a tener casa propia. La gente se compraba un pedacito de tierra, tdcima parte de una hectrea, cavaba los cimientos, colocaba un tejado de cartn alquitranadocima, le haca un agujero para sacar la chimenea de la estufa de carbn panzuda (que se utilizara calentarse, adems de para cocinar) y viva en aquel foso hasta que lograba reunir el dineroiciente para construir en la superficie. Cuando por fin lo consegua, el resultado sola ser, msnos, lo que se vea all: una casa que era poco ms que una cajita, con la fosa sptica medio oxn lado y la tierra reseca y los hierbajos en la parte de atrs.Laurie McDowell se alejaba de la mesa de merendero con un plato de cartn cargado de comtenedor de plstico blanco; pareca tener intencin de acercarse a charlar con la seora Bryanturie era una chica alta y esbelta con una abundante melena rubia ensortijada y una carita queadiaba grandes dosis de buena voluntad (y bondad), si bien tena una nariz chata de una anchursitada para un contexto tan grcil y elegante. Su padre era ingeniero del Estado y su casa, unacio en comparacin con la de Charlotte. Sin embargo, Laurie no era motivo de preocupacinarlotte, puesto que ya haba estado all muchas veces y saba a qu atenerse. No se haba invitadie ms de la promocin. All slo haba parientes y amigos de verdad, y estaban disfrutando drienda con todas las de la ley, o eso pareca, y montando un buen alboroto en torno a la estrellmento, Charlotte Simmons, que luca el vestido estampado sin mangas que haba llevado deba

toga ceremonial.Bueno, bueno, qu gozada, jovencita! exclam el antiguo Soy Charlotte Simmons

capataz de su padre en la fbrica de calzado Thom McAn de Sparta (trasladada haca un tiempxico, o quizs a China), un hom-bretn barrigudo que responda al nombre de Otha Hutt. Yban comentado lo espabilada que eras, pero no me imaginaba que fueras capaz de subir al estoltar ese discursito!El sheriff Pike, aun ms corpulento que Hutt, meti baza:Mira que lo has hecho bien! A partir de ahora voy a decir que somos primos lejanos, y qu

die se atreva a llevarme la contraria!Pues yo me acueddo a la pefecccccin de cuando no levantabas un palmo del suelo interv

o de sus primos autnticos, Doogie Wade, y, jolines, ya entonccccces tenas un piquito de o

e pada qu!El primo Doogie era un joven alto y huesudo, de unos treinta aos, que haba perdido los dos

isivos centrales superiores un sbado por la noche, aunque no recordaba exactamente dnde omo, y que escupa cada vez que tena que pronunciar una ce. La ta Betty apunt que no quera arlotte se olvidara de todo el mundo en cuanto llegara a Dupont, a lo que su sobrina respondiAy, por eso no tienes que preocuparte, ta Betty! Mi hogar siempre estar aqu!La seora Childers, que se dedicaba a hacer arreglos y dobladillos, la llam encanto y le di

apa que estaba y que seguro que no le costara nada encontrar buenos mozos en Dupont, por mgantn que fuera el sitio.

Ay, no s! replic Charlotte, sonriendo y sonrojndose, y no slo porque era lo que dictcnones, sino tambin porque le pasaron por la cabeza imgenes de Channing y Brian. Graci


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os no haba nadie ms del instituto, slo Laurie!Cuidndose de que Charlotte lo oyera, Joe Mebane, que tena una pequea cafetera en mitad

retera 21 que serva picadillo de hgado y riones para desayunar y ofreca en el escaparate unplia seleccin de tabacos de mascar, le grit a su padre, que estaba ocupado con la parrilla:35


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Eh, Billy! De dnde habr sacado ese cerebro esta chica?Ser del lado de Lizbeth!El padre de Charlotte le dedic una sonrisa forzada y volvi a concentrarse en sus salchichas.

na slo cuarenta y dos aos y era atractivo, con el aire rubicundo y tosco de un hombre dedicabajo manual al aire libre. Tras el cierre de la fbrica Thom McAn y el despido de parte del per

la zona de carga de Lowe's en North Wilkesboro, la nica ocupacin que le qued fue encargamantenimiento de una casa situada al otro lado de la sierra, en Roaring Gap, residencia de veuna gente de Hobe Sound, Florida. En realidad vivan de lo que ganaba la madre de Charlottebajando a media jornada en la oficina del sheriff. El hombre estaba deprimido, pero tampocoando era feliz se le daban especialmente bien las rplicas ocurrentes. Estaba claro que su diligela parrilla era para tener que hablar lo mnimo con toda aquella gente. No era que fuese tmidoe tuviese dificultades para expresarse, al menos en el sentido habitual. Charlotte era lo bastanteyor (ya poda mantener la distancia necesaria) para comprender que su padre era un producto ntaas de Carolina, con las mismas virtudes y los mismos defectos de sus antepasados. Lo hab

ucado para que nunca mostrara emociones y, en consecuencia, en una crisis tena menossibilidades de dejarse llevar por ellas que los hombres normales y corrientes. Pero, adems, ybido a todo ello, rehua de forma instintiva las situaciones en que deba verbalizar un sentimienanto ms intensa era la impresin ms se esforzaba por no tener que explicarla. Siendo Charlota nia, le expresaba el amor que senta por ella levantndola en brazos, siendo carioso ycindole gorgoritos, pero ahora no lograba pronunciar las palabras necesarias para decirle a unolescente hecha y derecha que la quera. Charlotte no consegua descifrar las prolongadas mirae le diriga a veces: eran de amor o de asombro ante el prodigio inexplicable en que se habanvertido su retoo?

El cartero Dean deca:

Por tu bien espero que te guste el baloncesto, Charlotte! Por lo que me han contado, en Dudo el mundo est obsesionado con el baloncesto.

36Soy Charlotte SimmonsCharlotte apenas escuchaba a medias lo que le comentaba. Se le haban ido los ojos hacia sus

rmanos (Buddy, de diez aos, y Sam, de ocho), que se perseguan, esquivando a los mayores yrindose paso entre ellos, riendo y chillando, excitados por aquel acontecimiento extraordinarista, que estaba teniendo lugar en su casa. Buddy pas corriendo entre la seorita Pennington ydre, que intent, aunque sin mucho afn, que frenara un poco. Qu contraste tan pronunciado

sta entre la seorita Pennington y la madre de Charlotte, la primera con su pelo cano y ralo y sencia tan corpulenta (a Charlotte jams se le ocurrira una palabra como obesa al pensar en

orita Pennington), y la segunda con su estupenda y esbelta figura, de aire tan juvenil, y su cabtao oscuro y abundante, trenzado y recogido en un elaborado moo. De nia, se quedaba fasc

servando a su madre mientras se lo peinaba de aquella forma. En aquel momento, ambas estabfrascadas en una conversacin y Charlotte sinti una punzada de ansiedad. Qu pensara la sennington de todo aquello? Durante los ltimos cuatro aos haba dedicado muchas horas a chan su profesora, tanto en el instituto como en la casa de sta en Sparta, pero nunca en la suya. Qnara del primo Doogie y de Otha Hutt, con sus

qu gozada, y, ya puestos, de su madre, que pronunciaba mal tantas palabras? Seguramenteorita Pennington no ganaba mucho ms que los Simmons, y su casa, heredada de sus padres,


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mpoco era mucho ms grande. Sin embargo, tena buen gusto (un concepto relativamente nuevarlotte) y cultura. Su casa estaba decorada y en ella todo tena su razn de ser. Por la parte ds tena an menos terreno que ellos, pero en su caso s se trataba de un jardn de verdad, conped por todas partes rodeado de boj y parterres, de todo lo cual se cuidaba la propia seorita

nnington en persona, y eso que cualquier esfuerzo fsico le quitaba el aliento. Charlotte haba dhablarle constantemente de ella a su madre, pues le pareca que sta se pona celosa. Con aquecunloquios tan suyos, su madre le preguntaba si la seorita Pennington era fina, si era una mujndo, si era erudita, y a Charlotte el 37


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instinto la empujaba a contestar con mentirijillas del tipo Ay, pues no s.Mientras el seor Dean segua hablando de Dupont y los campeonatos nacionales de balonces

n esa inclinacin por demostrar sus conocimientos tan propia de los hombres, Charlotte volvia mirar de reojo a su madre. Tena rasgos marcados y regulares y debera haber sido guapa, p

sto se haba comprimido y curtido dentro de los ceidos lmites representados por aquel dimin

ar perdido en la carretera condal 1709. Es ms, era lo bastante inteligente y perspicaz como pberlo en gran medida. Haba encontrado dos formas de liberarse de sus ataduras: por un lado te fervientes creencias religiosas, y por el otro, a su hija, cuya extraordinaria inteligencia habaonocido cuando apenas contaba dos aos. Durante su etapa en la escuela primaria, habanfrutado de una relacin modlica entre madre e hija. Charlotte no le ocultaba nada, absolutamda, y su madre la haba apoyado y guiado en todas y cada una de sus crisis de crecimiento. Perco tiempo de ingresar en el instituto alcanz la pubertad y un muro se instal entre ambas. Puee fuera lo mismo a cualquier edad, pero desde luego en una etapa como sa no hay nada msremiante en la vida de una mujer que su sexualidad y el complejo interrogante de lo que esperaa los hombres. Desde la primera vez en que Charlotte sac el tema hasta la ltima ocasin en qncion, las creencias religiosas de su madre, su certeza moral tan absoluta, obligaron a zanjar

nversaciones apenas iniciadas. A juicio de Elizabeth Simmons, en ese campo no existan dilembigedades, y no tena paciencia ante frases que empezaran por Pero, mami, si es que hoy enPero, mami, si todo el mundo. Charlotte poda hablar con su progenitura de la menstruacin,iene, de desodorantes, de pechos, de sujetadores y de la depilacin de piernas o axilas, y puntotrataba de temas como la posibilidad de enrollarse con Channing o Brian, aunque fuera de la fos inocente, o el hecho de que ya quedaban poqusimas chicas que se reservaran para eltrimonio, su madre cortaba abruptamente la conversacin en cuanto ella intentaba iniciarla, 38Soy Charlotte Simmons

daba igual que fuera de una forma muy indirecta, porque no haba nada de que hablar. Su mada ms fuerza de voluntad que ella, y Charlotte no se planteaba ponerse a experimentar en ese

mpo contraviniendo los dictados maternos. As pues, se forj el concepto mental de que viva lda a su aire, sin la menor intencin de rebajarse al nivel de Channing Reeves y Regina Cox, y smabancolgada llevara esa etiqueta con mucho orgullo y se diferenciara de ellos moralmente tant

mo ya lo haca en lo intelectual. Y entonces lleg, a pesar de los pesares, el momento aciago ensta alguien tan encantador como Brian perdi inters en ella. A medida que dejaba de hablar codre, Charlotte confiaba cada vez ms en la seorita Pennington, y su madre se daba cuenta de

que para la chica supona un motivo ms para sentirse culpable. Conversaban sobre los estudioritura y la literatura, y la profesora le propona lecturas, entre ellas libros de historia y filosofunos en francs, que jams formaran parte del programa de estudios del Instituto Alleghany.

orita Pennington haba convencido a la profesora de Biologa, la seora Buttrick, y al deatemticas, el seor Laurans, de que le recomendaran libros de texto avanzados en sus disciplinasaran con ella las preguntas y soluciones que aparecan al final de cada tema. Pero, sobre tod

orita Pennington le hablaba de su futuro y de por qu deba concentrarse en el objetivo de Harpont, Yale o Princeton y en los innumerables triunfos que la esperaban ms all de esasversidades. No obstante, era una solterona y, a pesar de su poco atractivo aspecto, una mujer

corosa de modales exquisitos que se interesaba por temas ms elevados que la cuestin de hastnde debera llegar una chica con Brian Crouse si, por casualidad, se encontraba a solas con l e


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che o en algn otro sitio cuando ya hubiera cado la noche. La nica persona con la que poda htodo eso era Laurie, y Laurie estaba igual de confundida y era igual de inocente que ella. Seguservando a la seorita Pennington cuando escuch (o eso le pareci), por encima del murmulloces y del discurso del seor Dean sobre los mejores jugadores de baloncesto del momento39


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en Dupont, el rugido ronco de un coche que aceleraba en seco delante de la casa, uno de esoshculos tuneados que utilizaban los chicos para disputar carreras. Entonces el ruido ces y ellavi a concentrarse en seguir el hilo al seor Dean, por si se vea en la necesidad de responder.

s mucho tiempo, sin embargo, antes de que una voz masculina, fuerte y socarrona exclamara:Eh, Charlotte, pero si no me habas dicho que dabas una fiesta!

Por el lateral de la casa, junto a la fosa sptica, aparecieron cuatro chavales: Channing Reeveatt Woodson y sus amigos Ran-dall Hoggart y Dave Cosgrove, dos jugadores grandullones de fericano. Un par de horas antes, los cuatro haban vestido las togas y los birretes verdes, pero aanning y Matt llevaban camisetas, vaqueros desgarrados, zapatillas de deporte y gorras de bisn la visera hacia atrs, y Randall Hoggart y Dave Cosgrove iban con bermudas, chanclas y camncas de tirantes, un atuendo pensado para exponer sus voluminosos brazos, pectorales y pantos lograr el efecto deseado. Channing, Matt y Randall mascaban sus buenos trozos de tabaco yupan al suelo, con habilidad de expertos, grandes gargajos de jugo de tabaco ama-rronado miacercaban a Charlotte pavonendose.S, ta, pero ya sabemos que si te hubieras acordado nos habras invitado! exclam Matt

misma voz fuerte y de superioridad que haba utilizado Channing, hacia el que se volvi en burobacin.

Los cuatro empezaron a mirarse de reojo y a carcajearse, complacidos por su mutua audacia ysutileza de su sarcasmo. Dave Cosgrove llevaba en la mano una lata de cerveza de medio litro e se conoca como una alta), pero las voces, las sonrisi-tas, las risotadas y su actitud fanfarroaban muy en claro que haban estado bebiendo desde la entrega de diplomas y quiz desde antCharlotte se qued atnita, y al instante (antes siquiera de llegar a comprender por qu) se sin

millada y avergonzada. La fiesta enmudeci. Slo se oa el chisporroteo de una salchicha en larri-40

Soy Charlotte SimmonsHa. Y entonces a Charlotte le entr miedo. Sonrindose de satisfaccin, los cuatro intrusos se

igieron hacia ella a grandes zancadas, haciendo caso omiso de los mayores y del menor respetdiera corresponderles. Charlotte se senta anclada al suelo, como en un sueo. Channing se plae ella, que se asust al ver con quinsolencia mostraba la frente por encima de la cinta de la gorra; le daba ms miedo que el bul

ecto de la mejilla.Con una mirada lasciva, Channing le dijo:Venga, dame un abrazo de felicitacin por haber terminado el instituto.

Mientras hablaba, estir las manos e intent aferrarle los brazos. Charlotte se solt de un tirnro l insisti y ella se puso a gritar:

Sultame, Channing!De repente apareci un brazo enorme entre los dos. Era el she-riff Pike, y al punto todo su

rpachn se interpuso entre ellos.A ver, chicos intervino, media vuelta y a casita. Que no tenga que repetirlo.Channing se sobresalt al ver al sheriff, cuyos brazos eran tan gruesos que tensaban las mango que llevaba. Titube, pero enseguida decidi que no poda quedar mal ante sus camaradas.Va, venga, sheriff replic, mientras lograba sonrer de oreja a oreja, llevamos cuatro a

orzndonos para acabar el instituto. Si ya lo sabe! Qu tiene de malo que queramos celebrarngamos a ver a Charlotte? Hoy ha sido la representante de toda la promocin, sheriff!


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Estis borrachos, eso es lo que tiene de malo. Una de dos: u os vais a casa ahora mismo u orechitos a la comisara. Qu decids?

Sin dejar de mirar a Channing, el sheriff Pike alarg el brazo y aferr la lata de cerveza de Dasgrove, que trag aire con tanto mpetu que aparent hincharse, pero entonces mir fijamente

eriff y luego a alguien situado ms all, y solt la lata sin decir ni po. En aquel instante Charlo cuenta de que tres hombres se haban colocado a su lado, un paso por detrs del sheriff Pike:

dre, el gran Otha Hutt y el primo Doogie. Su padre empuaba el 41


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enorme tenedor de la parrilla. Doggie ocupaba ms o menos la mitad de espacio que el sherifrealidad tambin que Randy y Dave, pero la forma en que entrecerraba los ojos con una mueca

pantosa que dejaba al descubierto los dientes haca que los pocos que conservaba parecieranmillos. En el condado todo el mundo saba lo mucho que le gustaban las reyertas. Los tortazosadas, los mordiscos, los codazos en la nuez o las habituales peleas a pedradas de los sbados p

che: para Doogie Wade todo tena su aliciente.El sheriff se llev la lata de cerveza a la nariz, la olisque y anunci:Si alguno de vosotros no est borracho, que se lleve a los dems en el coche. Si no, os vais ita.Venga, sheriff, hombre lo intent Channing, pero el arma de la que estaba ms orgulloso

olencia, se haba desvanecido. Escupi incluso, pero ya sin el entusiasmo demostrado instantes.Qu guarrada coment el sheriff, observando el escupitajo amarronado. Y eso es otra

e terreno no es vuestro y no podis ir escupiendo por ah.Pero, sheriff, cmo puede aguantarse un...?Antes de que pudiera aadir una sola palabra ms, el padre de Charlotte, situado justo al lado

a, intervino con una voz extraa, grave, peligrosamente monocorde:Channing, si vuelves a poner los pies en esta casa, saldrs a patadas. Y si vuelves a intentar

nerle la mano encima a mi hija, te dejars la hombra por el camino.Es una amenaza? Lo ha escuchado, sheriff?No ha sido ninguna amenaza, Channing repuso el seor Sim-mons con el mismo tono fr

o una promesa. Por un instante, silencio sepulcral. Charlotte vio cmo Buddy y Sam observabpadre. Era un momento que no olvidaran jams. Quiz sera el instante en que la ley de la mora mella en su interior, por mucho que estuvieran en pleno siglo xxi, tal como le haba sucedid

padre, a su abuelo, a su bisabuelo y a su 42Soy Charlotte Simmonstatarabuelo en los siglos anteriores. Seguramente los hermanos pequeos de Charlotte seodearan con aquel momento, que servira para definirles sin una sola palabra de explicacin lnificaba ser un hombre. Pero Charlotte vea algo ms, que sera lo que ella a su vez no podra

vidar jams. El gesto de su padre era casi inexpresivo, de una frialdad extrema, impasible, deslde las variables de la razn. Haba clavado la mirada en los ojos de Chan-ning. Era el rostro duien a punto de estallar, en un estado en el que slo caba una salida para una discusin: lalencia fsica. Lo vean Buddy y Sam? Si era as, sin duda les servira para admirar an ms a

p. Sin embargo, para Charlotte aquellas palabras (te dejars la hombra por el camino) fuerntilla a aquella espantosa y humillante escena.

No te preocupes por eso, Billy dijo el sheriff al padre de Charlotte, y aadi mirandoectamente a Channing: El chico no es tonto. Como acaba de decir, ya ha terminado el institusabe que a partir de ahora nadie querr saber nada de l si se comporta como un idiota malcri

erdad, Channing?En un intento de salvar al menos una pizca de su honor mancillado, el chico no dijo ni s ni nvi la cabeza en sentido vertical ni horizontal, y la ltima mirada que le digiri al sheriff no irespeto ni falta de l. Mantuvo los ojos alejados del padre de Charlotte en todo momento. Se li

ar media vuelta y a ordenar a sus camaradas, con una voz que tampoco sugera ni que se rindieque se mantuvieran firmes:


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Vamonos. Ya me he hartado de tantas gilipo...Ni pronunci la palabra ni dej de pronunciarla. Se batieron en retirada y lograron mantener s

dares fanfarrones hasta dejar atrs la fosa sptica y rodear la casa. Ninguno de ellos escupi nia vez.Charlotte se qued all plantada con los dedos apretados contra las mejillas. En el momento eintrusos desaparecieron de la vista, se inclin y se entreg a unos sollozos desesperados que

recan brotar de lo ms profundo de su ser. Su padre alz las manos e hizo un esfuerzo por dec hacer con ellas y qu decirle a su


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hija, mientras que el sheriff, Otha Hutt y el primo Doogie observaban la escena, paralizados, a antigua, por las lgrimas de una mujer. La madre de Charlotte tom las riendas de la situacis el brazo por los hombros y la aferr hasta que ella apoy la cabeza contra la suya; as lo habcho siempre cuando su hija era ms joven.

Eres mi niita, cario le dijo con una ternura desbordante. Eres mi niita, la ms buen

s maravillosa, ya lo sabes. Esos gamberros de tres al cuarto no se merecen que derrames una srima por ellos. Me has odo, cario? Son unos gamberros. Conozco a Henrietta Reeves de todda. Se recoge lo que se siembra. Y que te quede clara una cosa, hija: no volvern a meterse conCon qu entusiasmo aprovechaba la oportunidad de volver a tratarla como a una nia, un geniobrionario en el vientre de la devocin maternal. Has visto qu cara puso el muy desvergon

ando tu padre lo mir a los ojos? Esa mirada de tu padre le lleg hasta el fondo. Ese muchachover a propasarse contigo, cario mo.Propasarse. Qu terriblemente desencaminada iba su madre!La conducta de Channing y sus secuaces era irrelevante. Lo que importaba era el hecho de qu

bieran querido hacerle dao de esa forma. Ser guapa, salir con chicos, tener muchos amigos...

le serva la belleza si haba fracasado estrepitosamente en los otros dos puntos? Y la solucindre al problema (su promesa de hombre de las montaas), castrar a Channing si se atreva aver a acercarse a su nia, por el amor de Dios qu cosa tan grotesca!Qu vergenza! Antes de que cayera la noche ya se habra enterado todo el condado. Menuda

nada de gloria para Charlotte Sim-mons. No lograba dejar de llorar.Laurie se acerc y la madre de Charlotte dej que se ocupara de consolarla. Laurie abraz a s

iga y le susurr que, tras su supuesto atractivo fsico y su supuesta personalidad de lder nato,anning Reeves era un cabrn y un desalmado, y que en el fondo todo el mundo lo saba en el

tituto. Ay, Laurie, Laurie, Laurie, ni siquiera t entiendes lo de Channing. Charlotte anordaba su mirada. Por qu yo con Channing no...?44Soy Charlotte SimmonsLa seorita Pennington estaba a pocos metros, contemplando los acontecimientos, sin saber s

ba inmiscuirse y hacer o decir algo que pudiera interpretarse como maternal. Cuando Charlottse seren, los invitados trataron de proseguir con la celebracin, para darle a entender que no

nsaban permitir que cuatro patanes borrachos aguaran la fiesta. No sirvi de nada, claro. No hama de resucitar aquel cadver. Uno a uno, los asistentes fueron despidindose y escabullndos

sta que el xodo fue generalizado. Los padres de Charlotte se dirigieron hacia el otro lado de lande estaban aparcados los coches en el arcn de la carretera. Sumisa, se dispona a seguirlos cuabord la seorita Pennington por detrs y la detuvo. En su amplio rostro haba una sonrisa qureca sugerir que de todo aquello poda extraerse una lec-cin.

Charlotte le dijo con aquella voz grave, espero que te hayas dado cuenta de lo que hacedido aqu hoy.

Ah, s, creo que s respondi ella, alicada.De veras? Bueno, pues cuntamelo. Por qu han venido esos chicos?Porque... Ay, no lo s, seorita Pennington, no quiero... Si da igual...

Escchame bien, Charlotte. Estn resentidos, y tambin fascinados, sumamente fascinadoste das cuenta, me decepcionas. Y han ido y se han emborrachado lo bastante como para monta


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pectculo. En la ceremonia de entrega de diplomas les han dicho que una compaera de promoexcepcional, que una compaera de promocin est a punto de irse del condado y aterrizar al oo de las montaas Azules, mucho ms all, y siempre existe gente a la que eso le provocaentimiento. Te acuerdas de lo que hemos ledo sobre el filsofo alemn Nietzsche? A las per

las llamaba tarntulas. Su nica satisfaccin es derribar a quienes tienen por encima, ver capoderosos. Te topars con ellos alldonde vayas, y tendrs que ser capaz de reconocer su verdadera naturaleza. Y esos chicos...

ene la cabeza y dio un golpecito desdeoso al aire. Tambin he sido profesora suya, sabes45


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me hace gracia decirlo, pero ni siquiera vale la pena acordarse de ellos.Ya lo s repuso Charlotte en un tono que dejaba claro que, en realidad, no lo saba.Charlotte! exclam su profesora, y alz las manos como si fuese a agarrarla por los homarle una buena sacudida, aunque jams habra demostrado sus emociones tan vehementementeEspabila! Hazte a la idea de que vas a dejar todo esto atrs. Dentro de diez aos esos chicos

entarn drselas de algo contndole a todo el mundo lo bien que te conocan y lo encantadora qs. Tal vez ahora se les haga muy cuesta arriba, pero apuesto a que en realidad hasta ellos se sigullosos de ti. Todo el mundo espera que llegues muy lejos. Voy a contarte algo que seguramenbera callarme. Empec a decrtelo en Washington, pero me pareci

que me equivocaba, que convena esperar a que terminaras el instituto. Pues bien... Hoy hasibido tu diploma. Se detuvo y recuper la sonrisa que indicaba que poda extraerse una leccaquel episodio. Creo tener una idea de la opinin de casi todos los alumnos sobre los professecundaria en general, pero nunca me ha molestado, y jams he tratado de explicarles lo muchequivocan. Para un maestro, ver que un chaval consigue algo, ver que un alumno alcanza un nu

vel de comprensin de la literatura o de la historia o... o... de cualquier cosa, un nivel al que nobra llegado sin su ayuda, supone una satisfaccin, una recompensa que no puede expresarse coabras, o al menos a m me resulta imposible. En cierta medida, da igual si mucho o poco, elestro ha contribuido a crear a una persona nueva. Y quien tiene la fortuna de encontrar a un alsolo alumno, una nica alum-na, como Charlotte Simmons, y de dedicar cuatro aos a trabaja

a y a ver cmo se convierte en lo que eres t hoy, Charlotte, pues eso justifica toda la lucha y lstracin de cuarenta aos dedicados a la enseanza. Eso convierte toda una carrera profesionalxito, as que no voy a permitir que eches la vista atrs; debes mantenerla bien fija en el futur

enes que prometrmelo. Slo me debes eso, esa nica promesa. 46Soy Charlotte Simmons

A Charlotte se le llenaron los ojos de lgrimas. Sinti deseos de abrazar a aquella mujerona dnca, pero se contuvo. Y si su madre apareca por la esquina de la casa y la vea?

El seor Simmons, su esposa, Charlotte, Buddy y Sam, los cinco a solas, cenaron sentados a lsa de merendero, que el hombre de la casa y Doogie haban logrado volver a meter dentro. Pea tonelada. Comieron en un ambiente bastante fnebre, ya que ni Charlotte ni sus padres consevidar lo ocurrido y los chicos se percataban de ello.

En cuanto terminaron, estando an sentados en los tablones que hacan las veces de bancos desa, el padre encendi el televisor. Haba noticias, de modo que Buddy y Sam salieron a jugar adn. Un corresponsal ataviado con una sahariana, micrfono en mano, contaba, situado ante un

oza, algo que estaba sucediendo en Sudn. Charlotte se senta tan deprimida que le daba igual, e se fue a su habitacin, que en realidad era apenas un rincn de metro y medio de ancho que sba separado de uno de los dos dormitorios al nacer Buddy. Se recost en la cama y empez a lbre Florence Nightingale en un libro titulado Victorianos eminentes, sacado de la biblioteca atancias de la seorita Pennington, pero tampoco lograba interesarse por Florence Nightingale.nsar en nada en concreto se puso a estudiar el polvo que flotaba en un rayo de luz del sol, que e

bajo que mirar por la ventana le haca dao en los ojos. Ah fuera, seguramente ya en aquelmento, por todo el condado la gente deba de estar hablando de lo sucedido aquel da en casa darlotte Simmons. Estaba convencida. Sinti un arrebato de pnico. Slo conoceran la versin

anning Reeves: haba ido con Matt, Randall y Dave a visitar a Charlotte despus de la ceremonhaban encontrado con que los Simmons estaban celebrando una fiesta y no los queran por all


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e les haban soltado al sheriff y el padre de Charlotte haba amenazado a Channing con un teneparrilla enorme y le haba dicho que lo castrara si intentaba acercarse a su preciossima nia

odigio...47


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En ese instante una voz grave la llam desde el saln:Eh, Charlotte, ven aqu! Quieres ver esto?Con un gruido, se levant y fue hasta all.Su padre, an sentado a la mesa de merendero, sealaba el televisor.Dupont anunci con una sonrisa que, evidentemente, tena por objetivo disipar los

barrones.Charlotte se qued de pie junto a la mesa y mir el televisor. S, era Dupont, algo que observnsacin de vaco. Un plano largo del Patio Mayor con la imponente torre de la biblioteca en unremo y una muchedumbre en el centro. Charlotte slo haba estado una vez, para hacer la visitcial durante el trmite de ma-triculacin, pero no costaba mucho reconocer el famoso patio y lmidables edificios que lo rodeaban.... En su aparicin de hoy en la universidad en la que estudi, entre la pompa de la ceremoni

rega de diplomas nmero ciento cincuenta de la historia del centro, deca la voz del locutor. no mucho ms corto de un pblico muy numeroso. Por un amplio pasillo central, una procesias malva y birretes de terciopelo del mismo color se diriga hacia un estrado levantado ante la

blioteca Conmemorativa Charles Dupont, una estructura majestuosa como una catedral, con unren imponente y un arco mltiple de tres pisos de altura situado sobre la entrada principal. A beza de la procesin, una figura vestida de malva llevaba una larga maza dorada. Al comprobaato de la ceremonia, Charlotte parpade de asombro, a pesar de su convencimiento de que todoaba echado a perder. Un plano ms corto... El estrado... Togas color malva de un extremo a otrbre un fondo de llamativos estandartes medievales. En el centro, una elegante tarima de maderllante con una intrincada cornisa tallada, y un mar de micrfonos, y en lo alto, un hombreponente de mandbula angulosa, mirada penetrante y un espeso cabello cano. Estaba pronunciadiscurso. Se vea cmo mova los labios y gesticulaba con los brazos ondeando las voluminos

ngas malva, pero nicamente se escuchaba la voz enoff del locutor:El gobernador de California ha sentado las bases de lo que con Soy Charlotte Simmonstoda probabilidad ser su programa si se cumplen los pronsticos y busca la nominacin com

ndidato republicano a la presidencia el ao prximo, lo que l denomina "reevaluacin" y susonentes ms severos tachan de "conservadurismo social reaccionario". Un primer plano de liendo: Durante los prximos cien aos, serinevitable que nuevos sistemas de valores sustituyan a los anquilosados, y es tarea vuestra

finirlos. El rostro del enviado especial inund la pantalla: El gobernador ha urgido a la actuaneracin de estudiantes universitarios a crear un nuevo clima moral para ellos mismos y para e

s. Hace ya dos das que lleg a Chester con el fin de pasar tiempo con los alumnos antes de hay en la ceremonia de entrega de diplomas.El noticiario prosigui con la decapitacin accidental de dos trabajadores en una fbrica de ch

tlicas de Akron, pero Charlotte segua a ms de sesenta kilmetros al sureste de Filadelfia, enester, estado de Pensilvania, en la Universidad de Dupont. No eran las noticias locales, sino lacionales, y el que haba hablado no haba sido un orador cualquiera, sino un poltico famoso quaba en boca de todo el mundo, y era ex alumno de Dupont, y estaba hablando all, en el Patioayor!, vestido con el color malva de Dupont!, instando a la generacin universitaria actual, laneracin de Charlotte!, a crear un nuevo orden moral. Una oleada de optimismo hizo revivir su

mos debilitados. Sparta, el Instituto Alleghany, las camarillas, los chicos que se enrollaban cocas, el alcohol, el resentimiento, las tarntulas... La seorita Pen-nington llevaba razn: eran c


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e sucedan en las montaas al anochecer, mientras se cernan las sombras sobre el condado, coe ya estaban superadas, mientras que ella...

Imagnate, Charlotte coment su madre con una sonrisa alentadora tan de corazn comopadre, la Universidad de Dupont. All estars t dentro de tres meses.Ya lo s, mam. Eso mismo estaba pensando. Casi ni me lo creo. Tambin ella sonrea. Y,

vio de todos, incluida ella misma, su gesto era sincero. 49El tinglado ese de los negrosHaba tres hombres con polos y pantalones caqui sentados en lo ms alto de los acantilados d

entos, tan arriba que desde la cancha sus caras parecan tres pelotas de tenis blancas. Debajo dos haba miles (miles!) de personas que de alguna manera (pero cmo?) se haban enterado de estaba pasando y llenaban a toda prisa las veinte o treinta primeras filas (en un enorme estadoncesto a medio iluminar antes del inicio de la temporada) una soleada tarde de mircoles en

osto. Estudiantes slo eran unos pocos; an faltaban dos semanas para el inicio oficial del semotoo. Tipos sebosos con gorras de bisbol, gruesos mostachos y camisas de trabajo con su nopila cosido en la pechera se repantigaban en asientos que salan a treinta mil dlares el abono quince partidos de Du-pont en casa durante la temporada. Apenas daban crdito a su buena su

os asientos de ensueo en el Buster Bowl... y se poda entrar as, sin ms.En la cancha, iluminada por los focos LumeNex que colgaban justo encima, no pasaba gran c

o que diez jvenes (ocho negros y dos blancos) jugaban un partidillo de baloncesto, uno de losuipos con camiseta y el otro a pecho descubierto. Los cinco que iban vestidos llevaban todosmisetas diferentes. Lo nico uni-si


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forme del grupo era su tamao: todos superaban el metro noventa, y dos de ellos, uno negro ynco, los dos metros diez. Eso saltaba a la vista. Los brazos y los hombros de los diez jugadoreaban hinchados como si fueran culturistas. Los trapecios, desde el cuello hasta los hombros, lebresalan como si fueran cocos. Sudaban, esos jvenes fornidos, y los potentes focos LumeNexban una lustrosa definicin a sus dorsales, deltoides, pectorales, abdominales y oblicuos, sobre

el caso de los negros. Durante un fuera de juego en que se les escap el baln y tuvieron queuperarlo, el jugador blanco de camiseta se acerc al otro, que iba a pecho descubierto, y le dijEh, Jojo, qu pasa? Igual estoy ciego, pero me parece que ese chaval te est dando por sacLo dijo en voz bastante alta, lo que llev al tal Jojo a mirar hacia uno y otro lado por miedo anegros lo hubieran odo. Aliviado al comprobar que no, torci la boca e hizo un triste gesto dentimiento. Llevaba la cabeza prcticamente afeitada por los lados y detrs y tena una explana

bello rubio cortado al rape en la parte superior. Ms abajo mostraba un torso membrudo en el qapreciaba ni un gramo de grasa; se sostena en un par de piernas sumamente largas. Meda dostros ocho y pesaba ciento trece kilos.Si quieres que te diga la verdad, es peor an aadi en voz baja: El muy cabrn no dej

rme la vara, Mike.Cmo?Est venga a decirme cosas en plan: Me cago en la puta, pareces un rbol, joder. No te mu

a mierda, colega. Chorradas as. Y el muy hijoputa es de primero.Me cago en la puta, pareces un rbol, joder? Eso te ha dicho? Mike solt una risilla

enes que reconocerlo, Jojo, tiene su gracia.S, me estoy partiendo el culo. Y adems est venga darme de hostias y a empujarme con l

dos, cono. Un primerizo de mierda! Acaba de llegar!Sin ser consciente siquiera de ello, Jojo hablaba el dialecto uni-52Soy Charlotte Simmonsversitario en boga: el putas, en el que las palabras puta, jodery hostia se utilizaban por separado, combinadas o, por supuesto, aderezadas con otros much

os, como interjeccin (qu hostias o sencillamente joder, con o sin exclamaciones) parapresar una sorpresa desagradable, como adjetivo (puto rbol, putos codos) para expresarnosprecio o contrariedad, como locucin adverbial para modificar y recalcar un adjetivo (es la hostia), como verbo (ahostiar, putear), como sustantivo (meca-gen la puta, no sastias), como expresin destinada a librarse de alguien (vete a hacer hostias), a menoscabar pecto fsico, econmico o poltico (lo putearon), a subrayar el cansancio (estoy jodido), a

dicar que alguien la ha pifiado (la jodio de medio a medio) o que estborracho (anda que no ests jodido), o como imperativo para expresar desdn (que te joda

o me jodas). Era poco comn (se haba convertido en un uso ms bien arcaico), pero de vez eando la palabra joder tambin haca referencia a las relaciones sexuales (se pusieron a jodealfombra delante de la tele). El primerizo en cuestin, joder, estaba a unos seis metros de allstias. Tena una cara aniada, pero llevaba el pelo recogido por la parte de arriba en trencitasralelas que hacia la nuca se convertan en guedejas, un look diseado para darle aspecto de tiporo, al estilo de grandes jugadores profesionales negros de carcter dscolo como Latrell Sprewen Iverson. Era casi tan corpulento y tan alto como Jojo y probablemente an no haba acabad

cer, y su piel color chocolate estaba henchida por la superposicin de msculos. No era probabe alguien pasara por alto msculos semejantes: el chico se haba cortado las mangas de una ma


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drstica que lo que quedaba tena todo el aspecto de ser un uniforme casero de lucha librenfeccionado por algn sastre, loco. El jugador con camiseta llamado Mike le pregunt a Jojo:

Y t qu le dices?El aludido vacil.Nada. Pausa mientras se devanaba los sesos. Voy a patearle el culo por toda la cancha

der.


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Ah s? Cmo?An no lo s. Es la primera vez que me las veo en la pista con ese cabrn.Y qu? A m me parece que eres t el que me cont que nunca ha permitido que le toquen

ones esos... Hizo un gesto en direccin a los negros, que no andaban muy lejos. Mike era mreno de piel que Jojo y tena el pelo oscuro y rizado, aunque lo llevaba corto. Con un metro no

os, era el segundo ms bajo en la pista.Jojo volvi a torcer la boca y asinti un poco ms.Ya se me ocurrir algo.Cundo? Tambin me parece que eres t el que me dijo que no hay que andarse con pijada

enes que dejarles las cosas claras ya mismo.Jojo se las arregl para esbozar una media sonrisa:Joder, s que soy listo. Por qu te cuento esas cosas?Apart la mirada hacia la nada. Tena manos grandes y largos brazos, abultados de manera

nsiderable a la

Yo Soy Charlotte Simmons Wolfe Tom

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