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CUADRO DIRECTIVO DE LAUNIVERSIDAD AUTÓNOMA LATINOAMERICANA

Presidente de la UniversidadSilvio Augusto López Arias

Vicepresidente de la UniversidadOrlando Gómez Gómez

Comisión Permanente de la Sala deFundadores 2008-2010

Silvia Ríos GonzálezÓscar Eduardo Gómez Henao

Sonia Gil MolinaArnulfo Giraldo Henao

Silvio Augusto López Arias

Consejo Superior Universitario2008-2010

Por la Facultad de Contaduría PúblicaJoaquín G. Borja Arboleda

Luis Alberto Ospina Ospina

Por la Facultad de DerechoRodolfo Andrés Correa Vargas

César Mauicio Ochoa Pérez

Por la Facultad de EconomíaHernán Darío Aguiar GarcésJonathan Moreno Vásquez

Por la Facultad de EducaciónCésar Castillo Contreras

Por la Facultad de Ingeniería IndustrialMario Isaza Restrepo

RectorSergio Gabriel Naranjo Pérez

Rector HonorarioDr. Jairo Uribe Arango

Vicerrector AdministrativoÁlvaro Ochoa Morales

Vicerrector AcadémicoRicardo Aníbal Vélez Muñoz

Secretario GeneralAlfonso Tito Mejía Restrepo

Decanos:Ingeniería Industrial

Luis Alberto Herrera RodríguezDerecho

Fernando Salazar MejíaContaduría Pública

Jorge Alberto Sánchez GiraldoEconomía

Álvaro Javier Correa VélezEducación

Fernando de los Reyes Cortés GuriérrezPosgrados

Héctor Ortiz Cañas

Director del Centro deInvestigaciones Socio-jurídicas

José Fernando Saldarriaga Montoya

Director de la BibliotecaGuillermo Alonso Merino Gutiérrez

Director FinancieroLuis Humberto Escobar Hoyos

Director de Admisiones y RegistroVicente José Iglesias Escorcia

Director de Bienestar UniversitarioCarlos Mario Londoño Sierra

Director de Medios AudiovisuaIesGuillermo Hernando Sánchez Trujillo

Revisor FiscalJairo Valencia Montoya

Directores de la Revista UNAULA:Armando Estrada Villa

Héctor Ortiz CañasJosé Fernando Saldarriaga Montoya

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Revista de la Universidad Autónoma Latinoamericana Nº 28© Universidad Autónoma Latinoamericana

Carrera 55 Nº 49-51. Apartado 3455. Teléfono: [email protected]ín, Colombia

Noviembre de 2008

ISSN: 1692-830X

Carátula e ilustraciones: Javier Múnera GutiérrezContracarátula: Poema de Everardo Rendón Colorado

Corrección y coordinación editorial: Everardo Rendón Colorado.

Impreso y hecho en Colombia por Todográficas Ltda., Medellín. Teléfono: 412 8601.

Prohibida la reproducción total o parcial por cualquier medio o cualquier propósito sinautorización escrita de la Universidad Autónoma Latinoamericana.

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CONTENIDO

Presentación...................................................................................... 7Orlando Fals Borda

Alfredo Molano Bravo................................................................... 9La Facultad de Sociología de Unaula: Un capítulo de la Sociologíaen Medellín (1967-2005)

Luis Javier Robledo Ruiz, Miguel Ángel Beltrán Villegas ........... 13Otras miradas sobre Colombia

Armando Estrada Villa ................................................................. 39La reconciliación en Colombia: un lenguaje posible, una opciónpensable.

Efraín Alzate Salazar .................................................................... 71La universidad del futuro

Guillermo Sánchez Trujillo ........................................................ 109La desfundamentación del proyecto racionalista moderno y laformulación de un pensamiento débil

Hugo Cardona Agudelo ............................................................ 123Las relaciones entre el derecho y la literatura: Hacia uncuestionamiento de la racionalidad instrumental en la decisiónpública.

Fernando Vargas Valencia ......................................................... 133Latinoamérica, un viaje a la defensiva

José Guillermo Ánjel R . ............................................................. 157Poemas

María Cecilia Muñoz Galeano ................................................... 167

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EDITORIAL

LA UNIVERSIDAD:FUNDAMENTO DE UNA NUEVA SOCIEDAD

Todas las sociedades que han estado atentas al desarrollo de la educación, han entendidoque ésta es la base del progreso, el ingrediente principal para el avance del conocimiento,que a su vez nos encamina hacia el desarrollo integral del ser humano. Lograr esto estarea constante que nos proyecta hacia una nueva visión del mundo, a hacernos cons-cientes de su pluralidad y a darnos cuenta de las inmensas posibilidades que surgen alinteractuar respetuosamente con nuestros semejantes y todo el entorno natural.

Como egresado de la Unaula, y en la actualidad como rector, tengo el privilegio detrabajar con ustedes en la búsqueda de nuevos caminos para nuestra Universidad, que ensus más de cuatro décadas ha formado profesionales con un gran sentido humanista ycultural, preparados para todos los retos que la sociedad actual nos exige.

Sea esta la ocasión para reiterarles lo que en mi discurso de posesión denominé "LíneasTemáticas Estratégicas", que comprenden diez puntos fundamentales, a saber:

1. Construcción del Proyecto Educativo Institucional PEI.2. Formulación e implementación de un Plan Decenal Estratégico de Desarrollo 2009-

2019.3. Autoevaluación con fines de alta calidad de la Universidad.4. Fortalecimiento de las funciones sustantivas: docencia, investigación y extensión.5. Educación por ciclos propedéuticos y por competencias.6. Emprendimiento y empresarismo.7. Bienestar universitario.8. Proyectos especiales: como la construcción de una nueva sede.9. Reforma administrativa y financiera.10. Internacionalización de la Universidad.

Quiero hacer énfasis en estos diez puntos porque los considero pertinentes para hacerde nuestra Universidad un centro de preparación intelectual, con capacidad competitivapara las exigencias de un mundo globalizado. En este sentido hemos trabajado, logran-do la visita de pares académicos del Ministerio de Educación Nacional para el otorga-miento del registro calificado de cinco nuevos programas de posgrado y la búsqueda

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efectiva de la certificación del Departamento de Idiomas ante la Secretaría de Educa-ción de Medellín, conforme a las exigencias del MEN, para ser líderes en el ofrecimien-to de una segunda lengua a estudiantes, profesores y egresados. De igual forma, lasfacultades de Derecho y Contaduría han emprendido la dura tarea de alcanzar la acredi-tación de alta calidad.

De tal manera, estamos trabajando a paso firme para lograr la ejecución de este ambi-cioso decálogo.

Atendiendo a estos desafíos y consciente de la labor intelectual, nuestra Universidadviene haciendo varias publicaciones, entre ellas su revista institucional Unaula, que hoyllega al número veintiocho, en donde se consignan los diversos pensamientos e ideas denuestros docentes, como también de algunos egresados e invitados especiales, tantonacionales como internacionales. Esta publicación le ha propiciado a la Universidad unintercambio de saberes con otras instituciones, lo cual le ha permitido posicionarse,como un referente de ciudad.

La presente edición de la Revista Unaula, sigue las directrices fundacionales y así mismocomparte con todos sus lectores la producción ensayística de diferentes pensadores quehan abordado, para este número, temas de mucha actualidad y de gran interés paranuestra comunidad Unaulista y para la sociedad en general.

Reflexiones sobre la posición del individuo frente a la llamada posmodernidad y suimpacto mediático, una interesante conferencia sobre los viajes y presencias del filósofode Otra Parte, Fernando González; un trabajo esclarecedor sobre Colombia vista desdeafuera, es decir desde otros análisis y otras mediciones realizadas por asociaciones, ONGsy organismos internacionales; una exploración sobre lo que sería la universidad delfuturo o la universidad virtual, teniendo en cuenta la democratización de la informacióna través de la Internet, un artículo que recoge toda la historia de la Facultad de Sociolo-gía de la Unaula desde su creación hasta su cierre; un importante ensayo sobre las posi-bilidades de la Reconciliación en Colombia, a la luz de otras experiencias en otros paísesque han padecido la violencia y han logrado frenar sus atrocidades mediante un recono-cimiento de víctimas y victimarios, el establecimiento de la verdad y la aplicación de lajusticia; también un ensayo donde se vislumbran las relaciones entre el derecho y laliteratura, la idea del respeto y la libertad como resultado de una simbiosis entre laimaginación y el derecho actual; un sentido homenaje que hace Alfredo Molano Bravoa la vida y obra del profesor Orlando Fals Borda. Y la poesía que reivindica nuestracondición humana, no podía faltar en estas páginas.

En fin, hay un conjunto de ideas y propuestas al alcance de todos nuestros respetadoslectores. ¡Bienvenidos!

Sergio Gabriel Naranjo PérezRector

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Tomado de El Espectador 16 agosto de 2008ORLANDO FALS BORDA

Alfredo Molano Bravo*

sobre todo, sindicado de haber di-cho verdades que el país sangraba yno reconocía: la Violencia la de losprimeros 300.000 muertos había tra-tado de ser borrada de la historiasuprimiéndola en una prensa some-tida a la censura.

Cuando monseñor Guzmán, Umañay Fals publicaron La Violencia enColombia, el Gobierno sacó los tan-ques a la calle. La práctica represivano ha cesado. Esa obra que desga-rró el telón fue el fundamento del es-píritu de investigación crítica que ca-racterizó a la Facultad en aquellosdías. Fals venía siguiéndole la pistaal conflicto desde sus estudiosparticipativos en la región deChocontá sobre la estructura agra-ria; ya había publicado una docena

HE ESCRITO VARIAS VECESSOBRE Orlando y nunca hubiera queri-do tener que hacerlo en su funeral. Pero losamigos también existen en momentos comoestos, cuando se da el gran paso de la vida.Lo conocí en su oficina, era decano de lafacultad de Sociología, y yo un aspirante aser estudiante de la Universidad Nacional.

Orlando Fals Borda era desenvuel-to, pero formal, y contrastaba conla irreverencia de una facultad don-de no se usaba corbata, se estudiabaa Marx y donde las niñas más boni-tas de la universidad saludaban debeso. Éramos una cofradía que enrealidad no sabía para dónde iba niqué estudiaba, y así nos quedamos.Aún no salimos de la incertidumbre.Para esos días, Orlando Fals Bordaera un hombre público nombrado y,

* Sociólogo de la Universidad Nacional de Colombia, escritor, periodista, investigador.

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de trabajos menores y dos librosmayores: Campesinos de los Andesy El hombre y la tierra en Boyacá.La bandera de la reforma agraria,enterrada entonces por el régimenconservador —como hoy por el ré-gimen de la reelección indefinidavolvió a los primeros planos de laprensa e inspiró la fundación delIncora.

Orlando estuvo muy cerca de Cami-lo. Fue su consejero y amigo desdecuando se conocieron, pero en par-ticular cuando Camilo inició su víacrucis. Sin embargo, siendo Orlandoun hombre de fe, humanista y cris-tiano como Camilo, nunca creyó enlas armas, aunque por momentos lolamentara. La muerte de Camilo lehizo vivir la guerra en carne propiay radicalizó su crítica. No obstante,a mediados de los años 60, Orlandovivió uno de los momentos másamargos de su vida: renunció a ladecanatura cuando un sector estu-diantil lo acusó de colaborar con elimperialismo por haber construidoel edificio de Sociología con dinerosde fundaciones extranjeras y por usaruna conceptualización positivista.

Escribió entonces, La subversión enColombia, una muy ilustrada obrasobre la resistencia y la insurrecciónde nuestro pueblo, trabajo que aca-ba de ser reeditado. En esa ocasión

me pidió muy discretamente que es-cribiera algo sobre este libro. No lohice. Me quedo con esa deuda.

Al dejar la decanatura, Orlando yMaría Cristina, ya juntos, aceptarontrabajar con Naciones Unidas en Gi-nebra. Fue una especie de triste exi-lio en un país silencioso y aburridor,donde trató de resolver dostorturantes retos: la praxis, originadoen el sacrificio de Camilo, y la activi-dad política, surgido en la contradic-ción con un sector del movimientoestudiantil de la Universidad Nacio-nal. En ese período de su vida acu-nó una de sus tesis sociológicas másconocidas: la investigación-acción-participativa que mucho discutimos.

Cuando yo trataba de sacar un doc-torado en París —en vano, por lodemás—, volvimos a encontrarnos.Se quedó en mi apartamento variosdías. Mi mamá, que vivía con noso-tros —con Marta y mis dos hijosmayores—, al ver que Orlando nousaba bata, resolvió prestarle la deella. Nunca olvidaré un desayuno enque llegaron otros amigos a visitar-lo y lo encontraron con la bata rosa-da de mi mamá puesta. Era un hom-bre sinceramente humilde. Sobraríadecir que mi mamá, orgullosa, novolvió a lavar la bata.

Cuando María Cristina y Orlandoregresaron a Colombia se fueron a

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Orlando Fals Borda. Alfredo Molano Bravo

vivir a Montería. El movimientocampesino estaba en ascenso, comodecíamos en la época, y ellos se ca-saron con ese formidable intento derecuperar la tierra perdida a manosde los terratenientes. La tesis de in-vestigación-acción fue puesta a prue-ba. Orlando dividió su tiempo entrelas reuniones y acciones de la pode-rosa Asociación de Usuarios Cam-pesinos y la investigación sobre losorígenes del capitalismo en la CostaAtlántica. Recuperó las figuras deVicente Adamo, Manuel Hernández,el Boche, Felicita Campos y JuanaJulia Guzmán, que consideraba sím-bolos de la resistencia campesinacontra los terratenientes.

Esa pequeña obra debe ser conside-rada el boceto de quizá su trabajomás importante: La historia doble dela Costa, escrita tanto para la acade-mia como para la gente llana. Al mis-mo tiempo fundó con GarcíaMárquez, Santos Calderón, AntonioCaballero, Carlos Duplat y AugustoLibreros, entre otros, la revista Al-ternativa, primer intento de un pe-riodismo investigativo que pensarael país desde un ángulo distinto: lalucha contra los privilegios.

En esas andaba cuando el M-19 seburló del Ejército hurtándole 5.000fusiles del Cantón Norte. La repre-sión no se hizo esperar. El gobierno

de Camacho Leyva y Turbay dictóel Estatuto de Seguridad, pieza si-niestra de nuestra historia que afian-zó la lucha armada y cobró miles devíctimas. La tortura, la desapariciónforzada, la masacre se volvieron po-lítica de Estado. María Cristina yOrlando fueron torturados en las ca-ballerizas del Ejército y ella conde-nada a dos años de cárcel, que pagócon modestia y, sobre todo, con dig-nidad. Las tesis de la investigación-acción tienen su precio.

Durante esos días negros, el fracasode la represión y el ascenso de la re-sistencia desembocaron en un gritounánime: “Paz y constituyente”.Orlando cumplió un papel trascen-dental en la redacción de la Consti-tución del 91 al defender el ordena-miento territorial, una iniciativa quegolpeaba las raíces del clientelismoy la feudalización electoral, razón porla cual el artículo aprobado sobre elasunto nunca fue reglamentado ni loserá con facilidad. Fue el gran apor-te de Orlando.

En los últimos años se jugó sus res-tos en la fundación de un nuevo par-tido de izquierda, El Polo, una ini-ciativa que quiere agrupar las diver-sas tendencias de la izquierda renun-ciando al dogmatismo que tanto nosha debilitado. Orlando defendía, sinconcesiones, la democracia. Y la de-

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fendía como la única forma de re-solver el conflicto armado y de com-batir la exclusión y el despotismo im-puesto por unas minorías arrogan-tes, ambiciosas y ciegas. Pero tam-bién defendía la democracia dentrodel Polo como la única manera deorientar y dirigir un movimientopopular hacia el poder y en el po-der. Y no puede ser de otra manera:lo que es adentro es afuera.

La última vez que lo vi me contó quehabía estado muerto. Creí que esta-ba jugando, al fin y al cabo era cos-teño. Pero no. La realidad fue quedespués de una manifestación delPolo había regresado a su aparta-mento débil y cansado. Se acostó y

se despertó cuando timbró en lapuerta una vieja amiga alemana depaso por el país. Se levantó a abrir lapuerta y cayó inconsciente al suelo.Lo llevaron al hospital y, después detratar de reanimarlo infructuosamen-te, lo dieron por muerto y lo pasa-ron sin más a la morgue.

Una de sus sobrinas que estudiabamedicina quiso verlo y despedirse deél. Lo acarició, le pasó la mano por elcorazón, sintió un latido tímido y leja-no. Con ayuda de otro médico, lo sa-caron del laberinto y Orlando volvióa la vida en una camilla del anfiteatro.¡Cuánto diéramos ahora todos noso-tros porque la historia se repitiera pa-sándole la mano por ese corazón tanabierto y dispuesto que tenía!

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LA FACULTAD DE SOCIOLOGÍA DE UNAULA:UN CAPÍTULO DE LA SOCIOLOGÍA EN MEDELLÍN(1967-2005)1

Luis Javier Robledo Ruiz*

Miguel Ángel Beltrán Villegas*

RESUMEN

Este artículo presenta un cuadro general de la fundación del programa desociología en la Universidad Autónoma Latinoamericana, destacando lasideas y el contexto en el cual este proyecto pudo afianzarse. En especial,se identifican las etapas de desarrollo y de crisis académica e institucional,por las que debió pasar este importante proyecto académico e intelectualhasta la decisión de su cierre.

PALABRAS CLAVES

Sociología, pénsum, educación superior, crisis, académico, realidad, polí-tica y teoría sociológica.

1 Este artículo recoge algunos partes de la Investigación “La Sociología desde la Universidad: Luces ySombras de los programas Académicos en Medellín (1978-1998), presentado al Sistema Universitario de Investi-gaciones de la Universidad de Antioquia e inscrito en el Centro de Investigaciones Sociales y Humanas.

* Profesor Asociado al Departamento de Sociología de la Universidad de Antioquia. Candidato aDoctor en Educación y Sociedad, Universidad de Sevilla; Mg. Ciencia Política, Universidad de Antioquia,1998; Mg. en Educación. Pontificia Universidad Javeriana/Universidad de Medellín, 1995 y SociólogoUniversidad Autónoma Latinoamericana, 1982.

* Profesor Asociado al Departamento de Sociología de la Universidad Nacional de Colombia. Doctoren Estudios Latinoamericanos. Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) (2001); Mto. Cien-cias Sociales FLACSO-México (1994), Estudios de Maestría en Historia Universidad Nacional de Colom-bia, sede Bogotá (1991); Sociólogo, Universidad Nacional (1989) y Lic. Ciencias Sociales UniversidadDistrital (1987).

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INTRODUCCIÓN

Estas reflexiones corresponden alinterés de sus autores por identificarel largo recorrido vivido por la dis-ciplina sociológica en Medellín, paradisponer de un espacio académico einstitucional que le ofreciera la legi-timidad necesaria al trabajo deprofesionalización y divulgación delas teorías sociológicas.

En estas líneas se busca mostrar elcaso particular de este proceso delegitimación académica iniciado porla Facultad de Sociología en la Uni-versidad Autónoma Latinoamerica-na, señalando los momentos especí-ficos de su evolución hasta su cierreen 2005.

LOS ECOS DELMOVIMIENTOESTUDIANTIL DECÓRDOBA

Como un eco tardío del Movimien-to de Córdoba (Argentina) y reivin-dicando sus ideales de libertad decátedra, autonomía y cogobierno sefunda el 16 de septiembre de 1966,en la ciudad de Medellín, la Univer-sidad Autónoma Latinoamericana2.Este proyecto educativo que contócon el auspicio de importantes líde-res estudiantiles intelectuales y figu-ras destacadas de la academia, fue el

resultado de las luchas de los estu-diantes que oponiéndose a las impo-siciones, el autoritarismo y la falta delibertad desatadas en ese momentoen las universidades de Medellín, asu-mieron la tarea de asegurar para laciudad un centro educativo que seconstituyera en el epicentro de lastransformaciones educativas de laregión.

Para ese entonces el país -como casitodo el continente- vivía un ambien-te de agitación política y social. Lainstitucionalización del bipartidismoexcluyente, a través del pacto delFrente Nacional, firmado a finales dela década anterior, significaba el blo-queo a formas de expresión legal desectores de la oposición que se ubi-caran por fuera de los marcos ideo-lógicos de los partidos tradicionales,

2 El espíritu reflexivo y recurrente de los miem-bros de la universidad continuamente invocandolos principios del cogobierno y del “Manifiesto deCórdoba” se reflejó en el Boletín publicado por labiblioteca de la Universidad, que por motivo de lacelebración de los diez años de la Universidad pu-blicó el texto completo de este manifiesto, justifi-cando su publicación, señalando que en este docu-mento no sólo estaban contenidas las bases y prin-cipios fundacionales de la universidad, sino quetambién él era en sí “…un documento trascendental enla historia universitaria de los países latinoamericanos”,así como también se ha convertido en una guía para quegobernantes, políticos y directivos de los distintos estamentos,piensen y resuelvan con carácter científico los problemasque se presentan en la actualidad”. Boletín N°1. bi-blioteca UNAULA. Enero-febrero. 1977. p.1. Ar-chivo Secretaría General.

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La Facultad de Sociología de Unaula: Un capítulo de la Sociología en Medellín (1967-2005).Luis Javier Robledo Ruiz,. Miguel Ángel Beltrán Villegas

liberal y conservador. De este modo,las marchas campesinas, la toma detierras, el paro cívico, las huelgasobreras y los paros estudiantiles seconstituyeron, en los mecanismos deexpresión de inconformidad frentea las políticas antidemocráticas con-sagradas por el Frente Nacional.

En el marco de estos hechos se hacecomprensible –de acuerdo a la di-námica propia que cobra estaconflictividad en la Ciudad deMedellín- el surgimiento de univer-sidades de carácter privado, que enel decenio de los sesenta se convir-tieron en centros para la enseñanza,difusión y profesionalización de lasciencias sociales, que como en el casode la sociología, pretendían conferirun sentido académico y científico alos requerimientos de democracia,participación política y justicia socialque demandaba una joven generaciónen estos años.

Consecuentemente con sus postula-dos fundacionales, UNAULA seconstituyó en un epicentro para eldesarrollo de importantes debatespolíticos y culturales, entre los quecabe destacar, por sus alcances y di-mensiones el “Encuentro Universi-tario Latinoamericano” (septiembre1968), para conmemorar elcincuentenario del Manifiesto deCórdoba3. A este evento se sumaron

otras actividades como la realiza-ción, en el mismo año, del seminario“Problemas de América Latina” enel que participó el investigador y aca-démico Antonio García y, posterior-mente, el seminario sobre “Desarro-llo Nacional” al cual fueron invita-dos reconocidos expositores4. Es-tas actividades colocaron de mani-fiesto el interés de estudiantes, pro-fesores y órganos de dirección conlos problemas de la realidad latinoa-mericana.

Cuando la universidad inició labo-res en 1966, contaba con 250 estu-diantes y una planta de sesenta pro-fesores distribuidos en las primerastres facultades creadas: Derecho,Economía y Contaduría Pública5. Alaño siguiente, las directivas decidie-ron la creación de dos nuevas facul-tades: ingeniería administrativa y so-ciología6 y algunos años después die-

3 Resolución Consejo de Dirección UNAULA.Febrero 14 de 1968. Actas Secretaría General. p.1.

4 Véase sobre estos seminarios la correspon-dencia enviada al Consejo de Dirección. Agosto 31968 y octubre 26 de 1968. Archivo SecretaríaGeneral. Fólder N°3.

5 Cfr. MARULANDA, Jaime. Panorama:UNAULA 20 años. Septiembre 1966-1986. Medellín:JALHER, 1986. p.11; también puede consultarse elitinerario de la Universidad en estos primeros años.En: ARANGO VIANA, Hernando. Universidad Au-tónoma Latinoamericana. Reseña histórica. 1966-1973. Medellín. UNAULA. 2000. p.40.

6 Ibíd., p.40.

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ron vida a la Facultad de Educación7.Tanto la Facultad de Sociologíacomo la de Ingeniería se vieron for-talecidas por la anexión de estos dosprogramas que ya tenían unos ante-cedentes, el primero en la Escuelasuperior de Sociología y el segundoen el instituto universitario america-no8.

LOS PRIMEROS PASOSDE LA FACULTAD DESOCIOLOGÍA (1967-1971)

Desde sus inicios, la Facultad de So-ciología de la Universidad Autóno-ma debió enfrentar una serie de difi-cultades de orden académico y ad-ministrativo9, entre ellas principal-mente la conformación de un equi-po competente de docentes queaportara a la formación profesionaldel sociólogo10. Dado que para el

momento no existían en la ciudad,suficientes sociólogos profesionalesque pudieran asumir esta responsa-bilidad. Si bien, desde 1959 la ciu-dad contaba con un programa de for-mación profesional en el campo dela sociología (el de la UniversidadPontificia Bolivariana) su relativa ju-ventud y, sobre todo su orientaciónteórica, sustentada en la doctrinasocial católica, no eran compatiblescon el proyecto académico que pre-tendía agenciar UNAULA.

En esas condiciones, la Facultad desociología inició su primera promo-ción en 1967, contando con un gru-po de 47 estudiantes11 y un hetero-géneo equipo docente de 9 profeso-res12: Orlando Garcés (licenciado),Eduardo Jaramillo (ingeniero), Fer-nando Zambrano (Doctor), PaulaCohen (abogada), Miguel Peñalosa(licenciado), Sonia Gutiérrez(arquitecta), Antonio Restrepo (abo-gado), Álvaro Bustamante (Doctor)7 Ibíd., p.12.

8 Ibíd. Cfr. ARANGO VIANA, H. Op cit.p.40. Actas Consejo de Dirección 1966. ArchivosSecretaría General.

9 El paso por las dificultades propias del pe-ríodo fundacional (1967-1971) llevó a los órganosde dirección –Consejos de Facultad, Consejo deDirección- a tomar decisiones académico adminis-trativas tendientes a normalizar los procesos aca-démicos de la Facultad. Se destacan entre ellos:1968, el Consejo de Dirección dio instrucciones deexigir título de Bachiller para estudiar sociología ylos normalistas que venían de la “Escuela Superiorde Sociología” acreditarían la validación de las ma-terias para obtener el título de Bachiller. 1970, sepresentó el proyecto de reglamentación de Semi-

nario de Grado y Tesis y 1971, el Consejo de Direc-ción prohibió, en reunión del 14 de enero, admitirnormalistas para la Facultad de Sociología.

10 Comunicación del Consejo de Facultad deSociología. Noviembre 21 de 1969. Archivo Se-cretaría General. Fólder N°8.

11 Actas Consejo de Dirección. Listado de es-tudiantes de la Facultad de Sociología. 1967. FólderN°4.

12 Acta Consejo de Dirección. Febrero 15 de1967. Archivos Secretaría General.

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La Facultad de Sociología de Unaula: Un capítulo de la Sociología en Medellín (1967-2005).Luis Javier Robledo Ruiz,. Miguel Ángel Beltrán Villegas

y Moisés Melo, quien para ese enton-ces era el único que ostentaba el títu-lo de sociólogo.

En estos primeros años de la reciénfundada Facultad de Sociología sedestacan dos figuras, de reconocidareputación y trayectoria en la ciudadde Medellín; son ellos los profeso-res Luis Antonio Restrepo y ÁlvaroTirado Mejía, quienes con ayuda delos miembros de los respectivosconsejos de dirección –Jaime Sie-rra García y Gilberto Martínez Rave-y con los propios representantes alConsejo de Facultad trazaron elrumbo del programa, brindándoleuna estructura académica que lenta-mente pudiera ofrecer la formaciónsociológica propia de una facultadde sociología.

El primer plan de estudios en 1967fue el resultado de los trabajos ade-lantados por un comité académicointegrado por Álvaro Tirado, ÓscarSánchez, Jaime Sierra García, AlinoOrrego, Luis Antonio Restrepo yMoisés Melo13. Para este último, elpénsum tenía como propósito“…formar un sociólogo general al comien-zo con gran capacidad metodológica quetenga instrumentos, es decir, un investiga-

dor de la realidad social, en tal forma quelogre comprender eficazmente. Así forma-do será el impulsador (sic) del cambiosocial”14 .Con esta visión crítica de unasociología al servicio del cambio seiniciaron los estudios de sociologíaen la Universidad Autónoma Lati-noamericana.

El primer plan de estudios asumiócomo criterio propio que la socio-logía en su status epistemológico erael resultado del encuentro y la bifur-cación de diversos saberes y disci-plinas que en un campo como lasciencias ofrecía un espacio dediscursividad propio. Se trataba en-tonces, de una propuesta académi-ca, en la que confluyeron un grupode estudiosos de la ciudad, quienesdesde diversas formaciones y bús-quedas teóricas –historia, filosofía,política, epistemología, sociología,psicoanálisis- trataron de recoger laslíneas y las concepciones “…más de-sarrolladas del pensamiento occidental”15.

El plan de estudios denotaba unaperspectiva para la enseñanza de lasociología y la profesionalización de

13 Acta N°2. Consejo de Dirección. 17 dediciembre de 1966. Archivo Secretaría General.

14 Acta Consejo de Dirección. Febrero 8 de1967.

15 RESTREPO, Luis A; GARCÍA, Federico;CÓRDOBA, Aníbal. “Institución Sociológica ySociología”. En: Revista Sociología 1. Facultad deSociología. Medellín. 1978. p.42.

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los estudios sociales en la universi-dad que partía de un cuestionamientoteórico –y político- de la sociologíadescontextualizada de lo social y dela realidad misma. Para sus gestores,no era posible entender el pensamien-to sociológico por fuera de los pro-cesos histórico-sociales que lo habíanhecho posible. Se trataba –en pala-bras de Antonio Restrepo- de“…fundar la enseñanza de la ciencia so-cial en una ruptura con la ideología socio-lógica [que] exige también una ruptura conla tradición académica y profesional”16.

Aunada a esta perspectiva estaba elrechazo a un estudio de la sociolo-gía –clásica y contemporánea- conuna estructura académica asfixiantey limitada, lo cual se expresó en unafalta de sistematicidad del mismo,pues se consideraba que todopénsum debía ser fruto del debateacadémico, la tradición intelectual yla experimentación del ejercicio do-cente. En otras palabras, todo plande estudios constituye un punto dellegada y no un proyecto que se ins-tituye de una vez y para siempre.

Pero además de enseñar, había que“pensar y hacer sociología”, estaparece ser la divisa que alentaba a los

impulsores de la Facultad de socio-logía, que desde un principio se pro-pusieron afrontar la polémica teóri-ca en boga en las ciencias sociales yhumanas, acerca del status científicode la sociología17. El verdadero pro-blema de la cientificidad de la socio-logía –decían- no se planteaba “…ensu imaginaria existencia de ciencia ideal,sino en su realidad histórica, bajo la únicaforma posible de existencia de una ciencia,es decir, en la materialidad de sus discur-sos y sus prácticas. En la capacidad de és-tos para producir conocimientos en formaprogresiva y abierta”18. De lo cual se-guía, que la sociología y su enseñan-za necesitaba ser asumida por su ca-rácter problemático y abarcar todaslas dimensiones de este hecho contun-dente y particular de la disciplina.

Las controversias internas en tornoa lo que se debía enseñar, introdujoen los contenidos del programa la

16 Consejo Facultad de Sociología. Acta N°14.1971. Archivo Secretaría General. Fólder N°14.

17 Para este momento había en la comunidadsociológica la convicción de que el problema de lasociología consistía en develar la relaciónmetodológica, teoría y técnicas para que todos losproblemas se resolvieran en ella. Aquí en este pro-grama se parte de un punto de vista distinto queadmite la inestabilidad del objeto de la sociología,situación que obligaba al sociólogo a preguntarsepor el objeto del cual hablaba. Véase: FOUCAULT.Michel. Arqueología del saber. México. Siglo XXI.1976. FOUCAULT. Michel. Las palabras y las co-sas. México. Siglo XXI. 1977.

18 RESTREPO, Luis A; GARCÍA, Federico;CÓRDOBA, Aníbal. Op cit. p.41.

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preocupación de este momento: estoes, la discusión sobre la metodologíay las técnicas de investigación, y deri-vado de ello, la crítica a las posturas“teoricistas” o “empiristas” en el tra-tamiento del objeto. Para los funda-dores de la Facultad la enseñanza dela sociología, su profesionalización ydifusión profesional no podía redu-cirse a la enseñanza de las técnicas.Éstas debían ser entendidas comoparte y momento integrante y espe-cífico de la búsqueda en el procesode investigación19.

En este sentido, tomaban distanciade aquellas posturas que centrabansus expectativas en que las técnicas ymetodologías de investigación ofre-cerían a la sociología la cientificidadque creían le faltaba, y de otro ladoaquellas visiones que subvaloraban eluso de métodos y técnicas en el es-tudio de la sociedad, por cuanto nole encontraban asidero a la realidadconcreta y a la necesidad de compro-miso sociológico con la transforma-ción de la formación social.

Fue por estos senderos de discusiónque la sociología en la UniversidadAutónoma Latinoamericana enrutósus primeros pasos.

HACIA LA DEFINICIÓNDE UN PERFIL DELSOCIÓLOGO (1971-1975)

Al iniciar el decenio de los setenta,los cuestionados resultados electo-rales, que oficialmente dieron el triun-fo al presidente Misael PastranaBorrero, dejaban al descubierto elfracaso de las políticas económicasy sociales del Frente Nacional, inca-paces de dar respuesta a amplias ca-pas de la población, al mismo tiem-po que colocaron en entredicho laestabilidad del régimen y la legitimi-dad del nuevo mandatario, que en losaños siguientes debió enfrentar unacreciente agitación del movimientoobrero y campesino20 . Junto a estossectores los estudiantes revelaronuna gran capacidad de movilización.

Este último movimiento que tuvo suepicentro fundamental en las univer-sidades públicas del país, enfrentómediante la organización y el paro

19 No sobra advertir que por mucho tiempola comunidad de sociólogos de la ciudad pretendiódiferenciarse entre sí y a su vez estigmatizar la pro-pia labor de profesionalización de los programasclasificándolos artificialmente entre los que son pu-ramente teóricos y aquellos que son investigativos.De este modo se descalificaban unos programas y/o se sobrevaloraban otros.

20 Para una visión de conjunto sobre el perio-do, ver: SILVA LUJÁN, Gabriel. Carlos Lleras yMisael pastrana: Reforma del Estado y crisis del FrenteNacional. En: Nueva Historia de Colombia. Tomo II,Bogotá: Planeta, 1989.

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el paquete de reformas educativasque el gobierno de turno trataba deimplementar en los centros de edu-cación superior. De esta manera, losestudiantes se tomaron las calles parareivindicar la libertad de cátedra, li-bertad para la investigación, el dere-cho a la autonomía de los centrosuniversitarios, el rechazo al militaris-mo y a la persecución política, lacondena de las dictaduras militaresy el derecho a una cultura sin corta-pisas de ninguna clase.

En el Encuentro Nacional Universi-tario celebrado en Bogotá, los días13 y 14 de marzo con la participa-ción de 30 Universidades del país, losestudiantes lograron la aprobacióndel “Programa Mínimo para los es-tudiantes colombianos”, que recogiólos intereses básicos del estudianta-do en ese momento21.

Estos hechos incidieronsignificativamente en la orientaciónque fue tomando la sociología enestos años, de tal modo que al ini-ciarse la década de los setenta, el pro-ceso de institucionalización y de con-vergencia de intereses entre la Socio-logía desde la Universidad y la So-

ciología en las instituciones del Es-tado, comenzó a fracturarse, en par-te por la decisión académica de pro-ducir un saber que chocaba con losplanes de las élites políticas y econó-micas para el desarrollo del país;pero también debido a la inclinaciónteórica y metodológica de la disci-plina y sus practicantes por la opciónliberadora y de cambio social.22

Esta situación hace de la disciplinaen estos años, el blanco de las críti-cas de sectores sociales y políticos quela veían como una amenaza. No sor-prende, entonces, que los departa-mentos de sociología, convertidos encaja de resonancia de los diferentesconflictos sociales que caracterizaronestos años, se vieran afectados pordinámicas de cierres prolongados.

De esta manera, el Departamento deSociología de la Universidad Nacio-nal por cerca de dos años, entre 1972

21 Programa Mínimo del Movimiento Nacional Es-tudiantil . En: Crisis Universitaria Colombiana.Medellín: Tigre de Papel, 1971.

22 En este sentido desde principios de los añossetenta pueden identificarse ciertos síntomas de loque Parra Sandoval llama una“desinstitucionalización” de la Sociología, “surgidasdel seno de la Universidad como respuesta a situa-ciones políticas y a marcos valorativos de la funciónsocial de la ciencia, que conducen a un conflicto conel Estado, a una fragmentación de orientaciones teó-ricas y a un agudo proceso de enclaustramiento de laactividad sociológica universitaria, especialmente enla Universidad Nacional”. PARRA SANDOVAL,Rodrigo. “La Sociología en Colombia 1959-1969”.En: Ciencia Tecnología y Desarrollo Vol. 9, N° 1-4.Bogotá, Ene. /Dic. 1985. p. 68.

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y 1973 debió mantenerse“…apenascon una planta mínima de cuatro profeso-res para la prestación de servicios docentesa otros departamentos”. En Medellín, elprograma de Sociología de la Uni-versidad de Antioquia no corriómejor suerte, y en una coyuntura al-tamente conflictiva se produjo su cie-rre en 197223.

En consonancia con las tendenciasgenerales de acción desarrolladaspor el movimiento estudiantil duran-te 1971, la Universidad AutónomaLatinoamericana, que junto con launiversidad de Antioquia y la Uni-versidad de Medellín, protagoniza-ron enfrentamientos con la fuerzapública, asumió la solidaridad con los

hechos que rodearon el conflicto anivel nacional y muy pronto se viosometida a dificultades en el mante-nimiento de la normalidad académi-ca, situación que había sido constan-te desde 197124.

Esta coyuntura político-académicaque rodeó los cambios en la Facul-tad de Sociología de UNAULA, gra-vitó en las decisiones curriculares yen la orientación que ofrecían lasasignaturas a partir de este momen-to. Es así como el cuerpo docenteorientado por el coordinador –quemás tarde recibiría el nombre dedecano- de la facultad, profesor Jai-me Ochoa Ángel,25 se propuso latarea de diseñar un pénsum de so-ciología, con todas las característicasy contenidos que éste debía tener, yteniendo en cuenta la experiencia de-sarrollada en los anteriores cuatroaños de existencia del programa.

En consideración del jefe de la fa-cultad, en esta dependencia se pre-sentaban graves dificultades, como

23 Las universidades “confesionales” no esca-paron a esta dinámica: en 1971, la pionera Facul-tad de San Buenaventura vivió varios períodos decrisis institucional, relacionados con aspectos ad-ministrativos académicos o de demanda (inscrip-ción y matrícula). Por su parte, los conflictos de laUniversidad Bolivariana se expresaron en un cre-ciente veto a los profesores, el asunto fue hasta talpunto crítico que el entonces Decano de la Facul-tad Harvey Peláez expresó su preocupación, ya que“le ve venir a la Facultad una crisis grande, porquelos estudiantes, sistemáticamente están rechazan-do profesores. -Dijo además-, que ha luchado per-manentemente por conseguir que la acción de losestudiantes sea a nivel académico y no político. Lode la crisis lo digo en el sentido de que llegará unmomento en que no se puedan conseguir profeso-res para esta Facultad”. AUPB. Acta de Reunión delConsejo de Facultad. Marzo 18 de 1972. p. 5. en Caja232. cod. 973021. Actas del Consejo de Facultad,1972.

24 Cfr: ARANGO VIANA, Hernando. Op cit.pp. 79-98.

25 Para 1971 la Facultad de Sociología estabacoordinada por Luis Antonio Restrepo, quien ha-bía sido encargado por el Consejo de Dirección ennoviembre 25 de 1970, luego de la renuncia deÁlvaro Tirado Mejía. En marzo de 1971, el Profe-sor Restrepo renunció y fue nombrado Jaime OchoaÁngel como coordinador de la Facultad.

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la deserción y la inasistencia a clases,y en cierta medida se presentaba unpermanente desorden en el desarro-llo de los procesos académicos quesometía –en sus palabras- a “…unaconstante crisis de la facultad [lo que] im-pedía [que] las acciones aisladas que en esemomento se emprendían fueran coronadascon éxito”26 .

El diagnóstico que había realizadoel profesor Ochoa de la Facultad, sevio complementado con la revisióndel pénsum existente, que según suconcepto “…se encontraba desequilibra-do y bastante desestructurado en cuanto asu contenido, el cual realmente no se habíasometido a un verdadero estudio y defini-ción en cuanto a su orientación, a pesar delos esfuerzos de Antonio Restrepo y RaúlVásquez…”27 .

El coordinador de la Facultad en suinforme al Consejo de Direcciónevaluaba la deserción que se habíapresentado en el programa en losaños anteriores argumentando queademás de las causas por la situacióninterna del programa también influía“…la campaña de descrédito a que sonsometidas las facultades de sociología en

nuestro medio”28 . La Facultad en estemomento contaba con dieciochodocentes, en su gran mayoría vincu-lados “Ad honoren” y un total de 121estudiantes.

Esta realidad del programa en 1972hacía imperante y decisivo adelantarlas acciones conducentes a dotar alprograma de sociología de un Plande Estudios más acorde a las necesi-dades de la sociología y del país.Entre 1971 y 1972 la Facultad deSociología de UNAULA vivió unaintensa discusión sobre la necesidadde disponer de un estructurado Plande Estudios, que estuviera encamina-do a formar sociólogos con los co-nocimientos y herramientas indispen-sables para su ejercicio profesional.

Para 1973, luego de nutridas discu-siones con el personal docente, lafacultad dispuso de un pénsum me-jor estructurado y formulado con lassiguientes áreas: área de sociología,área de metodología, área de histo-ria, área de formación técnico-ma-temática (o instrumental) y áreascomplementarias. El nuevo diseñodisponía que la fortaleza del currí-culo se centraría en cubrir “…aspec-tos fundamentales de las Ciencias Socialesy de la formación del sociólogo en aspectos

26 ASGUNAULA. (Archivo Secretaría Ge-neral UNAULA) Informe de Jaime Ochoa Ángel alConsejo de Dirección. Octubre 20 de 1972.

27 Ibíd 28 Ibíd.

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técnicos profesionales”29 , lo cual signifi-caba, que el núcleo de las teorías so-ciológicas ocupaba un importanteporcentaje de los cursos, entre cré-ditos básicos y créditos opcionales.

En este sentido, se otorgaba un pesoimportante al área de complemen-tarias, puesto que estos cursos teníanla decisión de ser la opción para pro-fundizar en las ciencias sociales comoun todo, y garantizar una mirada deconjunto al estudiante y futuro pro-fesional que le ofreciera una forma-ción teórica más amplia para enten-der las distintas vertientes del cono-cimiento social.

La Facultad de Sociología fue defi-niendo, así, un sello que la caracteri-zaría en el contexto regional y nacio-nal. Ésta se orientaba en la idea deofrecer una fundamentación teóricarigurosa de la sociología, pero te-niendo como soporte la posibilidadde someterla a la crítica de la lógicade las Ciencias para ser aplicada enlos distintos ámbitos y dimensionesde lo social. Se insistía en este enfo-que de enseñanza, que el estudiantedebía ubicarse en la problemática delas ciencias humanas y de la sociolo-gía, sometiendo a análisis sus princi-

pios y postulados básicos. De estemodo el Plan de Estudios aspirabaa preparar sociólogos con profun-didad en la formación teórica tantoen aspectos específicos de la socio-logía como en aquellos que eran pro-pios del espectro analítico del cam-po de las ciencias sociales.

Concebía el pénsum un principio decomplementación y reforzamientoen el encuentro de la teoría socioló-gica con las teorías de las ciencias hu-manas en general. Este refuerzo sevio concretado, según su perspecti-va, en desarrollar la capacidad teó-rica adquirida en la orientación ha-cia la investigación de la realidad co-lombiana, tanto de los problemasrurales como urbanos. Estaba clara-mente definido en su Plan de Estu-dios que el programa de sociologíase orientaba a crear un “(…) egresadoinvestigador y no simplemente un cajón deinformaciones”30 . Se buscaba en con-secuencia formar investigadores –según los objetivos del pénsum-“...capaces de afrontar técnicamente y conun adecuado instrumental teórico, los pro-blemas que Colombia atraviesa en su esta-do actual”31 .

29 ASGUNAULA. Pénsum Facultad de So-ciología. 1973.

30 Ibíd., p.1.31 Ibíd., p.3.

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Esta pretensión de conocer e inves-tigar la realidad, se articuló a la pers-pectiva -siempre explícita en esta fa-cultad- de que el sociólogo no sólodebía conocer la realidad de la cualhace parte, sino también la historiade la ciencia desde la cual formulalos discursos con los cuales interpre-ta la realidad que lo rodea. Conocerla historia de las ciencias sociales y hu-manas, es comprender la articulaciónque tienen estas teorías con la propiahistoria de la sociedad en la cual sehan inscrito y actúan estos discursos.

De allí la importancia que el Plan deEstudios le brindó al componentehistórico y epistemológico para lapreparación de sus egresados impri-miéndole un sesgo particular a laorientación de la facultad. No obs-tante la apariencia “teoricista” delpénsum, su contenido hacía explíci-to el compromiso y la obligación quecomo científicos sociales les corres-ponde a los sociólogos en cuanto aconocer y aplicar los conocimientosde la sociología y de las ciencias so-ciales a los problemas y realidadesde América Latina y específicamentede Colombia, volcándose a la acciónpara la transformación de éstos.

LA CONSOLIDACIÓNINSTITUCIONAL YACADÉMICA DELPROGRAMA (1975-1985)

Con la expedición de la licencia defuncionamiento del programa porparte del ICFES, el 24 de octubre de197532 , la sociología en UNAULA,inició un proceso deinstitucionalización que sin duda lebrindó a la universidad y a la facul-tad un mayor reconocimiento en elcontexto de la ciudad. En su infor-me, el ICFES destacó el notorio es-fuerzo de las directivas y profesoresde la facultad por fortalecer y pro-fundizar el estudio de los clásicos dela sociología (Durkheim, Weber yParsons), que antes se abordabancomo materias opcionales y sinsistematicidad, convirtiéndolas apartir de ese momento en cursosobligatorios complementados porasignaturas del área de sociologíasespeciales, sociología de la educa-ción, sociología urbana, sociologíapolítica y sociología industrial33 .

32 La aprobación definitiva por parte del Mi-nisterio de Educación Nacional fue mediante Re-solución 7715 del 14 de septiembre de 1976.ASGUNAULA. Informe Secretaría General. Enero25 de 1978.

33 Ibíd., p. 5.

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Es importante subrayar la diferencia-ción que el programa de sociologíade UNAULA pretendía establecerrespecto a otros existentes en univer-sidades de la ciudad, por cuanto in-sistía en ser un programa con carac-terísticas propias, que se orientabacon un enfoque abierto y plural des-de las ciencias sociales como marcode referencia para la fundamentacióndel saber sociológico. En tal sentido,se identificó programática y filosófi-camente con “una sociología com-prometida o militante”, como alter-nativa frente a otras posiciones teóri-cas y formativas, que reclamaban deuna aparente neutralidad del cientí-fico social respecto de la realidad ya los procesos que éste estudia.

La constante preocupación del pro-grama por definir las característicasde la disciplina en el medio universi-tario y los enfoques para lograr unsociólogo adecuado a la realidad co-lombiana, hizo que a lo largo de unadécada, el plan de estudios fuera in-tervenido y favoreciera una serie deajustes en relación a la presencia oausencia de algunas asignaturas en lamalla curricular, adecuando la ubi-cación, los contenidos e intensidadesen el pénsum, teniendo como pro-pósito fundamental el fortalecimien-to de lo investigativo y lo profesio-nal como elementos más significati-vos de la carrera34 .

De este modo, hasta mediados de losaños ochenta el programa de socio-logía de UNAULA vivió un intensoperíodo de adecuaciones y ajustes, enel cual se ensayaron, con criterio pe-dagógico y educativo, la conforma-ción de una estructura curricular ade-cuada para la formación sociológi-ca. No pueden considerarse estoscambios como un trabajo de rees-tructuración curricular en sentidoestricto, pero sí constituyen un es-fuerzo de adecuación del pénsum alas necesidades que reclamaba elmedio profesional y laboral a la dis-ciplina y, por supuesto, una respues-ta a las exigencias del Ministerio deEducación Nacional.

Aún así, en términos generales, elpénsum para esta época continuóconservando los mismoslineamientos brindados desde su fun-dación, sólo que con el paso de casidos décadas de existencia, se habíanhecho mucho más claros y precisosen función de la profesión y delegresado que se quería formar.

Todavía en 1985, el programa desociología de UNAULA reclamaba

34 Es así como, para 1979 ya habían eliminadoasignaturas como geografía económica, matemáti-cas II y movimientos sociales y políticos, incluyen-do en su reemplazo cursos de sociología política ylingüística.

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la particularidad de asumir la forma-ción sociológica desde una dimen-sión teórica que abarcaba el amplioespectro de las disciplinas sociales yhumanas y, que en su conjunto con-tribuían a fundamentar y alimentarel saber sociológico en su especifici-dad disciplinar. Este énfasis fue sig-nificativo para la autonomía acadé-mica y la identidad del programa deUNAULA en Medellín, y además, lebrindó una importante formaciónteórica a sus egresados, dotándolosde una visión bastante crítica y glo-bal de las problemáticas y debatesque mantenían las ciencias sociales yla sociología en ese momento.

En 1985 luego de la visita por partedel ICFES, conducente a renovar laaprobación del programa, el Plan deEstudios se vio levemente modifica-do atendiendo las recomendacionesdel asesor35. En esta ocasión el do-cente asesor del ICFES, profesorEzequiel Roa A., señaló en su infor-me que el diseño curricular necesita-ba fortalecer el campo de formacióncientífica e investigativa, proponien-do revisar la pertinencia de las asig-naturas y mantener una integraciónde los cursos que componían estecampo, para obtener una

fundamentación específica en la for-mación del sociólogo36.

Sobre el campo de formación socialy humanística, señalaba el informedel visitador, que algunas asignatu-ras como las historias no tenían unaadecuación lógica en el Plan de Es-tudios. Insistía el autor del informeen la necesidad de mantener un en-foque hacia lo específico para la for-mación integral. En cuanto a la for-mación estrictamente profesional, elinforme encontró similares proble-mas a las otras áreas relacionadas consu integración y pertinencia y suge-ría “…revisar lo concerniente a economía,historia como a teorías sociológicas y suscontenidos” 37.

Proponía el asesor que era necesa-rio incluir materias relacionadas conla sociología de la familia, sociolo-gía de la salud o de la medicina, y nodarle a las sociologías opcionales elcarácter de asignaturas especiales.Por último, indicaba que el progra-ma de sociología requería diseñarunas áreas de énfasis profesional.

35 AICFES. Informe asesor ICFES 1985.36 Ibíd., p. 3.37 Ibíd., p. 4.

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EN BUSCA DE LAMADUREZ YPROYECCIÓNREGIONAL (1985-1991)

Para 1985 el programa de sociolo-gía de la Universidad Autónomacontaba con 312 estudiantes, dosaños después sus directivos podíaninformar que el número de promo-ciones admitidas hasta el momentoera de 31, con un total de 710egresados y 573 graduados. Estascifras resultan representativas, te-niendo en cuenta que para la fecha,los otros programas de sociologíaexistentes en las universidades priva-das de la ciudad, contaban con se-rias dificultades de demanda y algu-nos ya habían iniciado su cierre omanifestaban signos de debilita-miento38 .

La alta demanda que mantuvo elprograma de sociología deUNAULA en estos años, estaba en

consonancia con las tendencias ge-nerales de los programas de socio-logía a nivel nacional, los cuales co-braron un nuevo impulso, tras unalarga campaña de descrédito yestigmatización, que sectores de lasélites y funcionarios gubernamenta-les desarrollaron contra la profesiónbajo los supuestos de ser una cienciade subversivos y revolucionarios39 .

Así, la sociología comenzó a adqui-rir un renovado interés intelectual ycientífico, con la realización de varioscongresos de sociología, larefundación de la Asociación Colom-biana de Sociología y la publicaciónde diversos trabajos que enmarcabancon rigor la investigación y el análisissociológico40, y que además confirma-ban que una nueva generación de so-ciólogos había hecho el relevo enla conducción de la profesión, orien-tándola hacia una dinámica máscohesionadora y aglutinadora del que-hacer profesional.

38 Estos programas son: Los de la Universi-dad Pontificia Bolivariana que cerraría inscripcio-nes en 1985 y la Universidad San Buenaventuraque ya venía discutiendo las posibilidades de uncierre definitivo. Un balance de los programas desociología en estos años puede consultarse en:SERNA, Alba Lucía. “Una mirada a la sociologíaen Medellín”. En: Asociación Colombiana de So-ciología. La sociología en Colombia. Estado académico.Bogotá: 1997. CATAÑO, Gonzalo. La Sociología enColombia. Bogotá: Plaza y Janés, 1993.

39 Cfr: RESTREPO, Gabriel. Comentarios ala ponencia “Algunas consideraciones acerca de lacoyuntura política”, de Francisco Leal Buitrago.En: CAMACHO GUIZADO, Álvaro. (comp.) LaColombia de hoy. Sociología y sociedad Bogotá. CIDSE,Universidad del Valle-CEREC, 1986. p. 73. Tam-bién véase de RESTREPO, Gabriel. Peregrinaciónen pos de Omega: sociología y sociedad en Colombia. Bo-gotá: Universidad Nacional, 2002.

40 Cfr: RESTREPO, G. Peregrinación en pos…Op cit., p. 164 y ss.

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Es así como investigadores de diver-sas regiones del país se dieron citadel 28 al 30 de mayo de 1985 enMedellín para articular, a través delV Congreso Nacional de Sociología,una mirada aguda, crítica ypropositiva del acontecer nacional,contando con la iniciativa y el impul-so organizativo de la AsociaciónColombiana de Sociología (capítu-lo Medellín) y el Departamento deSociología de la Universidad deAntioquia.

La reflexión anunciada en el congre-so resultaba oportuna en un momen-to en que se abría para el país un pro-ceso político de gran importanciacon el desarrollo de los diálogos en-tre las guerrillas y el gobierno nacio-nal, iniciados bajo el gobierno deBelisario Betancur (1982-1986).Tema que nuevamente acapararía laatención de los sociólogos en el IIColoquio Nacional de Sociologíaefectuado seis meses después.

Cabe anotar que la participación delprograma de sociología deUNAULA en estos eventos fue muymarginal y denotaba lo que ya el in-forme del ICFES (1985) había colo-cado de presente, esto es, la débil,insuficiente y escasa presencia de lainvestigación como práctica del co-nocimiento sociológico41. Y es com-prensible que así sea, pues la misma

universidad no contaba, para esemomento, con una trayectoria en talsentido, salvo proyectos de creaciónde centros de investigación, como elCentro de investigaciones sociales científi-cas y técnicas Camilo Torres Restrepo42 ,del cual no existen registros de quehubiese llegado a feliz término.

Para 1987 podían reconocerse algu-nos trabajos de investigación desa-rrollados en el marco de conveniosinterinstitucionales por docentes yestudiantes, entre los cuales cabe ci-tar: “Estado y movimiento obreroen la administración Turbay”, “Mo-vimientos cívicos y populares enAntioquia entre 1970 y 1986”, “Ac-tividad sindical en Antioquia duran-te 1986”, “Actividad sindical duran-te 1987 en Urabá”, “Historia del sin-dicalismo en Antioquia”43, “EstudioSocioeconómico sobreASOBASTOS (Asociación de co-merciantes de la Plaza Mayorista)44.

A estos se sumaron las preocupacio-nes, búsquedas y reflexiones de losestudiantes de sociología que se ex-presaron a través de la realización de

41 Ibíd.42 ASGUNAULA. Proyecto de Acuerdo N°3.

Consejo de Dirección. 20 de Febrero de 1971.43 Estos trabajos de investigación fueron reali-

zados en convenio con la Escuela Nacional Sindical.44 AICFES. “Informe ICFES 1987”.

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las tesis y/o monografías para ob-tener el título de pregrado, las cua-les abordaron una variedad de temasy enfoques teóricos45 que reuníanuna importante bibliografía de la co-yuntura intelectual del momento.

El otro espacio para la difusión delos trabajos y del pensamiento prin-cipalmente de los docentes lo cons-tituyó la Revista Sociología, fundadaen 1978 por profesores de la Facul-tad de Sociología. Cabe destacar lafigura de Luis Antonio Restrepo enla concreción de esta iniciativa. Elprimer número contenía temas dehistoria de las ciencias, economía,sociología del poder, metodologíade la investigación, enseñanza de lasociología y clases sociales. Desde suprimera publicación, la revista se per-filó como un órgano de difusión ri-guroso y permanente de la Facultadde Sociología, convirtiéndose en unaimportante y reconocida publicaciónregional y nacional en su campo.

Al hacer un balance sobre las orien-taciones académicas y teóricas ex-presadas en el pénsum de la Facul-tad de Sociología de UNAULA, des-

de 1978 hasta 1991, encontramosque pese a las normales dificultadesde coordinación y coherencia en laubicación de las asignaturas en el plande estudios y a la poca pertinenciade algunas asignaturas y a la ausen-cia de otras necesarias para la for-mación sociológica, el programa desociología mantuvo una líneaformativa y argumentativa coheren-te con el perfil profesional y laboralfijado desde sus inicios.

Es decir, ajustó susfundamentaciones a una perspectivadesde la teoría y la historia de lasciencias sociales y, también de losgrandes fundamentos teóricos de lasociología en los clásicos46 -Comte,Spencer, Marx, Durkheim, Weber- ylos contemporáneos47 –Simmel,Schutz, Parsons, Merton, Alexander,Giddens, Bourdieu, Habermas, en-tre muchos otros-, junto con unaexposición de las teorías y escuelasdesarrolladas por la sociología du-rante largas décadas: marxismo,estructuralismo, positivismo,funcionalismo, teoría del conflicto,

45 Las líneas temáticas de estos trabajos deinvestigación pueden clasificarse en política, so-ciedad, teoría, educación, sociología industrial yliteratura. Se privilegiaron enfoques marxistas, his-tóricos, estructuralistas, funcionalistas y en menormedida comprensivos.

46 Para una presentación panorámica de lateoría sociológica clásica. Véase: RITZER, George.Teoría Sociológica Clásica. México: Mac Graw Hill,1996.

47 Para una presentación panorámica de lateoría sociológica contemporánea. Véase: RITZER,George. Teoría Sociológica Contemporánea. México:Mac Graw Hill, 1996.

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sociología compresiva, teoría críti-ca, teoría del intercambio, entreotras48 .

Al finalizar los años ochenta elpénsum se hizo más sólido y madu-ro en sus objetivos, secuencias y ob-jetivos de las asignaturas y, en espe-cial en la orientación metodológicay pedagógica que se hacía del mis-mo por parte de los docentes, quie-nes fueron inclinando el trabajo conlos estudiantes no sólo en una dimen-sión crítica y analítica de las teoríassociales, sino que además el conoci-miento de estas se hizo supeditar alas posibilidades del conocimientocientífico de nuestra propia realidadnacional y a las condiciones de cam-bio de la misma.

LA FACULTAD DESOCIOLOGÍA UNAULA1991-2005: LOS AÑOS DEESFUERZO, CRISIS,AGONÍA Y CIERRE.

El programa de sociología de laUniversidad Autónoma Latinoame-ricana inició en la primera mitad delos años noventa un conjunto de cam-bios y adecuaciones en los conteni-dos curriculares, con la finalidad deresponder a las exigencias profesio-nales y sociales que reclamaban unasociología y unos sociólogos máscomprometidos con los problemasdel país. El plan de estudios inició,así, una serie de ajustes y adecuacio-nes, que a juicio de directivos y do-centes, podían contribuir a hacer máseficaz la profesionalización y másatractiva la carrera para quienes as-piraban a ella.

Ya en 1992 se pasó a la anualizacióndel programa, lo cual suponía lareadecuación de las asignaturas ycontenidos de la malla curricular. Enalgunos casos (vb.gr. área de socio-logías) se trataba de nuevas opcio-nes de formación y en otros (vb.gr.área de investigación y sociologíasespeciales) de cambios de nombre atradicionales asignaturas del área. Enel marco de estas discusiones, algu-nos docentes y directivos plantearon

48 Sobre las teorías sociológicas véase la si-guiente bibliografía básica: ARON, Raymond. Lasetapas del pensamiento sociológico. Buenos Aires: SigloVeinte, 1987. ALEXANDER, Jeffrey. Las teoríassociológicas desde la Segunda Guerra Mundial. análisismultidimensional. Barcelona: Gedisa, 1992.GIDDENS, Anthony. El capitalismo y la modernateoría social. Barcelona: Labor, 1977. GIDDENS,Anthony et al. La teoría social hoy. Madrid: Alianza,1990. PICÓ, J. Los años dorados de la sociología 1945-1975. Madrid: Alianza, 2003. BOTTOMORE,Thomas y NISBET, Robert. (Comp.). Historia delanálisis sociológico. Madrid: Alianza, 1979.GOULDNER, Alvin. La sociología actual: renovacióny crítica. Madrid: Alianza, 1979. GINER, Salva-dor. El progreso de la conciencia sociológica. Barcelona:Península, 1974.

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la necesidad de incrementar en unaño más los estudios –de 4 a 5 años-, con la finalidad de fortalecer algu-nos objetivos de formación, tanto enlo profesional como en loinvestigativo, pretendiendo que eneste último año el estudiante desa-rrollara los seminarios de grado y lapráctica institucional49 .

El interés de este proyecto era cons-truir un perfil de investigadores dela realidad social y formar teóricosde las ciencias sociales, con un con-junto de destrezas para el manejo deempresas sociales, relaciones con lacomunidad y capacidad planificado-ra del desarrollo regional einstitucional, y aunque la propuestano logró concretarse en lo relacio-nado a la ampliación del tiempo deestudios, sentó las bases para futu-ros ajustes que -en consonancia conlos planes de desarrollo de la Facul-tad- incluiría entre otros, disponer deuna adecuada sala de asesorías condotación y recursos, y el impulso auna maestría en teoría política y delEstado50.

Entre 1994 y 1999 continuaron losdiversos ajustes en el pénsum, quellevaron a la inclusión de asignaturascomo: aspectos sociales de la cons-titución política de 1991, formula-ción de proyectos sociales, debatesnacionales, sociología ambiental, so-ciología de la cultura y sociología delas comunicaciones. La presencia deestos cursos denotaba el énfasis queadquiría para los sociólogos la pre-ocupación por la realidad nacional ypor el trabajo de intervención comu-nitaria51.

Este Plan de Estudios continuó in-sistiendo en los ejes formativos sos-tenidos por la Facultad a lo largo desu historia: formación plural, tantoen el área de profesionalizacióncomo en las áreas técnicas y comple-mentarias. El interés se basa en quelos estudiantes identifiquen los avan-ces y desarrollos del saber socioló-gico con el fin de que puedan estaren capacidad de realizar operacionesinterpretativas múltiples en relacióna los problemas sociales del ordennacional y específicamente regional.

Como aspecto novedoso, la defini-ción del perfil se orientaba a la nece-

49 AICFES. Informe de actividades al ICFES,Facultad de Sociología. Junio 25 de 1991.

50 Iniciativa ésta que finalmente es sustituidapor la creación de una especialización en Análisispolítico y del Estado (1994).

51 En 1996 se integra una nueva asignatura, elinglés, que seguramente responde a la presión en elmedio universitario por disponer en los egresadosde las competencias en un segundo idioma.

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sidad de sensibilizar al sociólogopara abordar los problemas de lasociedad colombiana, en disponer dedestrezas en la gestión y manejo deempresas sociales, conocimientospara afrontar la planificación socialregional y nacional, y lineamientospara el trabajo y relaciones con lacomunidad. A su vez, estaba el inte-rés declarado para que los egresadosestuvieran en capacidad de generary elaborar políticas institucionales dedesarrollo social y comunitario.

Para responder a esta motivación elpénsum no sólo ofrecía asignaturasespecíficas, sino que también dispo-nía de seminarios para profundizaren las respectivas problemáticas52.Los seminarios constituyeron unimportante complemento formativoy una instancia de reflexión teórica yde ejercicio práctico de los conoci-mientos específicos y especiales delámbito sociológico. Desde allí, elestudiante reafirmaba y recreaba conlecturas, debates y experiencias lasnociones y elementos conceptualesque había obtenido a lo largo de losperíodos académicos.

Pese a estos continuos cambios y es-fuerzos académicos, desde comien-zos de los años 90, se evidenció unasituación de crisis de la Facultad deSociología producto de una paulati-na y vertiginosa disminución de as-pirantes y matriculados al programa.Esta oferta académica de formaciónen sociología pasó de ser la másexitosa en la ciudad en cuanto al nú-mero de estudiantes matriculadosdurante los decenios anteriores a unpronunciado declive en el númerode aspirantes y de personas matricu-ladas en el mismo. Este hecho fue másnotorio al finalizar los años noventacuando los esfuerzos académicos yadministrativos que se realizaron pormejorar la calidad y pertinencia aca-démica del plan de estudios, no secompadecieron con los resultadosde la admisión y matrícula.

Esta situación generó divergenciasentre directivos, docentes y estudian-tes frente a las orientaciones que de-bían seguirse para el mejoramientode la demanda estudiantil en la ciu-dad. Al no encontrar canales adecua-dos para su manejo y resolución, es-tas controversias terminaron porerosionar la unidad de esfuerzos re-querida para superar la debilidadnumérica que expresaba el progra-ma en cuanto al estudiantado matri-culado por niveles.

52 Fueron estos: seminario de teoría socioló-gica, seminario de sociología política, seminario desociología urbana, seminario de sociología admi-nistrativa, Seminario de sociología de las comuni-caciones, seminario de empresas sociales y semina-rio de estrategias de desarrollo social.

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De tal modo que, al concluir la dé-cada, la sintonía entre el proyecto dela Facultad de Sociología y las ins-tancias administrativas de la univer-sidad, en especial con el rector, co-menzó a debilitarse en relación alapoyo financiero y administrativo.Las medidas adoptadas resultaroninsuficientes para mantener el respal-do de los órganos de decisión uni-versitaria y, desde allí, algunas vocescomenzaron a proponer el cierre y/o la transformación de la Facultad,argumentando su escasa demanda einviabilidad financiera.

No obstante las dificultades vividasen el programa a lo largo de los añosnoventa, los docentes en alianza conlas sucesivas decanaturas lograronmantener la atención central sobre elmejoramiento del plan de estudios.En este sentido, el año de 1999 esrepresentativo por cuanto se hicie-ron importantes esfuerzos académi-cos por recomponer la proyeccióndel programa y ofrecerle una mayorvalidez curricular, y por lo tanto, unmayor espacio de desarrollo profe-sional a sus egresados. Desde este añodirectivos, profesores y estudiantesiniciaron el examen del programahaciéndole críticas y sugerencias con-ducentes a una reforma del pénsum.

Por parte de los docentes se propo-nía “…recuperar la validez y el valor del

área en su orientación fundamental parala construcción de un sociólogo con un perfilque a más de gestor y administrativo sea ensu conjunto un investigador de las realida-des sociales de nuestro país”. La discu-sión volvía sobre el papel de la in-vestigación y el perfil profesional delegresado de sociología, respecto alo cual se afirmaba que el sociólogode UNAULA debía “…ser ante todoun investigador con gran trasfondo teórico(…) al servicio de la sociedad”.

De otro lado, el área profesionaldeclaraba que el perfil profesional delsociólogo tenía que ser “…una res-puesta a la sociedad y no al mercado…” yproponía “…incorporar al perfil de nues-tros egresados la vocación de compromisoexpresado en su militancia ante la socie-dad y el conocimiento”. En relación a laformación profesional los docentesargumentaban que la práctica debíareconocer el esfuerzo de una“…militancia nueva y redundada en losvalores de la crítica y la rigurosidad con-ceptual como fuerzas transformadoras…”.

Así mismo, se entendía que el soció-logo debía actuar en calidad de agen-te de compromisos simultáneos“…uno con el conocimiento y otro con susociedad”, y por ello el plan de estu-dios –decían los docentes- debía es-timular el compromiso teórico ypolítico del sociólogo en formación.

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Estas aproximaciones del perfil pro-fesional y las áreas que hacían losdocentes, reclamaban la obligaciónde adecuar el conocimiento socioló-gico a las “…necesidades de pertinenciasocial del egresado en relación con las nece-sidades del mercado”53, lo cual signifi-caba que para la facultad pervivíanlos ideales fundacionales de hacer delsociólogo un estudioso y crítico dela realidad colombiana, con suficien-te formación para participar de lassoluciones de los problemas y convocación al servicio de los sectoressociales excluidos y marginados.

También se dejaban evidencias delinterés de la disciplina y su cuerpodocente por propiciar un fundamen-to intelectual entre los estudiantesque les posibilitara una cultura polí-tica democrática, con una visión dela formación ciudadana que estimu-lara la participación, la acción polí-tica y la transformación social.

Estas reflexiones formuladas por losdocentes constituyeron un preámbu-lo para la discusión del pénsum, quese inició en el año 2000, conducentea desarrollar un proceso deautoevaluación, acreditación yplaneación del programa54. Con tal

fin se conformaron comisiones res-ponsables orientadas a la elabora-ción de documentos, desarrollo delproceso y seguimiento del mismo.

De estas iniciativas surgió la sugeren-cia de conformar jefaturas por áreas,constituir un comité de investigacio-nes, asesorías y trabajos de grado; aligual que se exhortó a la comunidadacadémica a abrir la facultad al cam-bio, fomentando la investigación eincluyendo en las asignaturas delpénsum una materia dedicada al es-tudio de las sociologías contempo-ráneas.

En el marco de estas iniciativas seformuló para la Facultad el Proyec-to Educativo Institucional (PEI), enel cual se centraron los lineamientosgenerales para la reforma delpénsum y para mejorar y orientar elproyecto pedagógico55. La preocu-pación por afrontar con espíritu aca-

53 AFSUNAULA. Acta reunión de profeso-res áreas básicas. Julio 8 de 1999.

54 AFSUNAULA. Documento Proceso dePlaneación y Acreditación (sf).

55 En torno a este último aspecto, se declaraen el PEI que era necesario desarrollar una críticaal modelo magistral, verbalista, retórico y formalis-ta de la modalidad pedagógica que convierte al es-tudiante en un simple objeto y receptor en el pro-ceso y “…le resta la posibilidad de ser actor y sujeto de suformación”. Se promueve en este mismo documentoel uso de pedagogías intensivas que combinaran lacátedra con asesorías, trabajos, protocolos yconversatorios, entre otros. El PEI también defi-nió la necesidad de crear unos seminarios opciona-les tales como: Sociología de la educación, Dere-

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démico las graves dificultades quegeneraba la escasa demanda del pro-grama, también obligó a que la co-munidad académica formulara unplan de mejoramiento de la facul-tad56, en el cual, además de indicarlas falencias y restricciones existen-tes en el programa se sugería el ajus-te, actualización y transformación delplan de estudios que lo aproximaracon más exactitud al contexto. A es-tas iniciativas se sumaron otras pro-movidas por la decanatura de la fa-cultad57.

Pese al trabajo realizado por losmiembros de esta facultad desde fi-nales de los noventa, al ingresar alnuevo milenio las condiciones de

debilidad financiera, estudiantesmatriculados y de apoyoinstitucional se hacían más evidentesy amenazantes, desencadenando unaserie de episodios que finalmente des-embocarían en el cierre del progra-ma en diciembre de 2005, a lo cualcontribuyó la disminución de la de-manda –inscripción y matrícula- ycomo consecuencia de ello su ago-tamiento financiero, pues los costosde mantenimiento terminaron porsuperar los ingresos obtenidos.Dada esta situación de agotamiento,en 2004 el Rector de la Universidadtramita ante el Consejo Académico,el cierre del primer y segundo añode la Facultad58.

Los docentes vinculados a las asig-naturas ya habían llamado la aten-ción, desde el 2001, sobre lasimplicaciones financieras en la carre-ra de sociología. Para ellos, la situa-ción del programa era parte de una

chos Humanos, Sociología Urbana, Sociología dela familia, además de señalar unas líneas deprofundización en las áreas de Sociología política,Sociología urbana, Teorías sociológicas y Sociolo-gía colombiana. Se planteó la intención de fortale-cer la docencia y la extensión, el PEI hizo hincapiéen la necesidad de mejorar la planta docente de lafacultad. De otro lado, este documento hacía unllamado a la Facultad de Sociología para que conti-nuara promoviendo el espíritu democrático yparticipativo que se encontraba en la esencia mis-ma del proyecto de la Universidad Autónoma Lati-noamericana. AFSUNAULA. Proyecto EducativoInstitucional (PEI) de la Facultad de Sociología.Reto del siglo XXI. (sf).

56 AFSUNAULA. Documento “Moderniza-ción y Proyección social de la facultad de Sociolo-gía”. 2001.

57 Informe gestión, decano Facultad de So-ciología, José Fernando Saldarriaga. 2001. ArchivoPersonal.

58 AFSUNAULA. Acta N° 2 Consejo Acadé-mico, 27 de enero de 2004. Esta decisión quedórefrendada mediante acuerdo N° 8 del 27 de enerodel mismo año. Es un hecho que entre el 2002 y el2003, la disminución de la matrícula llegó a extre-mos insostenibles en tanto que de un total de 12aspirantes, escasamente llegaban a matricularse el50%. Según informe del rector al Consejo SuperiorUniversitario, la Facultad de Sociología sólo teníapara los cuatro niveles del ciclo académicoanualizado un total de 33 estudiantes. Cfr.AFSUNAULA. Acta N° 17 del Consejo SuperiorUniversitario, marzo 12 de 2003.

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crisis más amplia en un contexto so-cial y económico que había lentamen-te creado condiciones de asfixia finan-ciera y laboral a las carreras sociales yhumanísticas59. El cuerpo docente,adicionalmente percibía que la dismi-nución en la demanda estaba generan-do una deserción permanente en laeducación superior tanto para insti-tuciones privadas como públicas.

Los docentes en sus esfuerzos pormantener el programa convocarona todos los estamentos de la univer-sidad, en especial a sus órganos degobierno, a que frente a las dificulta-des de éste y otros programas se per-mitieran “…la libre discusión y el análi-sis amplio de las propuestas”60, que defi-nieran el rumbo de la universidad, ypara ello resaltaban la necesidad deque el ambiente institucional fuera departicipación democrática en la tomade decisiones evitando la precipitudy la verticalidad en las soluciones.

Los pronunciamientos de profeso-res y estudiantes indicaban, por unaparte, un compromiso y una decisiónde defensa a la sociología como sa-ber y como profesión, mientras quedesde instancias de dirección univer-

sitaria como la rectoría y la comisiónpermanente de la sala de fundado-res, se ventilaban iniciativas contra-rias tendientes a fusionar el progra-ma de sociología con la Facultad deEducación. Así mismo, sugerían con-vertir a sociología en una escuelaanexa, sin recursos ni administraciónpropia. De igual modo, proponíancomo complemento para disminuircostos la eliminación de los cargosde decano y la secretaría de la de-pendencia, para que sus funcionesrecayeran en otra facultad con ma-yor número de estudiantes61.

Estas últimas propuestas, a juicio dedocentes, estudiantes y egresados dela facultad, desviaban la discusióncentral que consistía en mantenerabierto el programa sin cambiar sunaturaleza y sin desvirtuar su esenciasociológica. Por ello, con firmeza yclaridad se pronunciaron los profe-sores de la facultad en carta abierta,señalando de arbitrarias yliquidadoras las decisiones de no

59 AFSUNAULA. Documento “Observacio-nes profesores Facultad de Sociología UNAULA”.2002.

60 AFSUNAULA “Pronunciamiento crisissocioeconómica”. Comunicación del Consejo deFacultad de Sociología dirigida al Consejo Supe-rior. Noviembre 30 de 2001.

61 AFSUNAULA Documento dirigido al Con-sejo Superior Universitario. Comisión Permanen-te. Diciembre 4 de 2002; También Acta N° 6 de2002. Consejo Superior Universitario. Intervencióndel Presidente de la Universidad, Doctor LucianoSanín.

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abrir cupos, lo que en sus palabras“…constituye un golpe demoledor a dospilares fundamentales de la universidad,como lo son el cogobierno y la vocación hu-manista”.

Consecuentemente con esta postura,y aún con la inminencia del cierre, losdocentes y estudiantes continuarontrabajando para mantener viva laidea del programa; como una mues-tra de ello, elaboraron un Diagnós-tico Rápido Participativo (DRP)62

para la Facultad de Sociología, bus-cando identificar los principales pro-blemas y las vías de solución. De otrolado, un grupo de docentes yegresados se dieron a la tarea de for-mular un proyecto para la creaciónde un Centro de Investigaciones So-ciales y Políticas63, con el fin de pro-yectar la facultad y buscar recursospara su funcionamiento, pero estaidea como otras tantas no logra fruc-tificar ni cambiar el rumbo de la de-cisión administrativa.

Finalmente, en diciembre de 2005,completamente desmantelada físicae institucionalmente, sin recursos

docentes, sin estudiantes –los últimosobtienen su título en esa fecha- y sinapoyo de la comunidad académicade las otras facultades y, sobre todo,sin el respaldo de la administracióncentral de la universidad, es cerradala Facultad de Sociología de la Uni-versidad Autónoma Latinoamerica-na, luego de 38 años de existencia enla ciudad de Medellín, tiempo du-rante el cual este proyecto académi-co e intelectual contribuyó al desa-rrollo del pensamiento sociológicoen la ciudad, promovió la lectura yel estudio de destacados sociólogose impulsores de las ciencias sociales,tanto colombianos como latinoame-ricanas y europeos.

Es sus 38 años la Facultad de Socio-logía de UNAULA también logróafianzar la imagen de una ciencia so-cial y humana comprometida con lacultura política, la formación ciuda-dana y la crítica razonada al ordensocial existente. Fue este un proyec-to académico que enriqueció la pro-fesión y su ejercicio público,posicionando egresados en institu-ciones públicas, ONG‘s y organiza-ciones sociales, desde donde se im-pulsó la búsqueda del conocimientoy las soluciones a los graves proble-mas de la ciudad y el país.

Pese a este indiscutible legado de ladisciplina y de la profesión, la decisión

62 AFSUNAULA. Diagnóstico RápidoParticipativo (DRP), Facultad de Sociología, 2003.trabajo elaborado por iniciativa de estudiantes deúltimo nivel bajo la coordinación de un docente.

63 “Proyecto Creación Centro de Investiga-ciones Sociales y Políticas”, octubre 25 de 2004.Archivo Personal.

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de cierre definitivo se hizo efectiva, pul-verizando casi cuatro décadas de his-toria intelectual y académica ysuprimiéndose así un proyecto de sig-nificación e importancia histórica parala ciudad y la propia Universidad Au-tónoma Latinoamericana.

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INTRODUCCIÓN

Una serie de organismos, asociacio-nes y ONG internacionales observancon cuidado la realidad de los paí-ses que deciden participar en lasmediciones y aportan los datos ne-cesarios. Con índices y clasificacio-nes, la ONU, el Banco Mundial,ACNUR, The Economist, ForeingPolicy, Universidad de Michigan,Amnistía Internacional, Reporterossin Fronteras, Transparencia Inter-nacional, New EconomicsFoundation, Feedom House, entreotros, producen informes anuales enlos que miden, en sus respectivos

campos de acción, cómo están mar-chando un número importante denaciones. Los resultados de la actua-ción política, económica y social delos diferentes Estados y de sus so-ciedades se hacen visibles a través deuna gama amplia de índices variables,indicadores y encuestas. Con datosy cifras relativos a la vida de los pue-blos y sus instituciones nos dicencómo van los países estudiados y enqué medida están cambiando por lasacciones que emprenden.

La ventaja de estos informes es quehacen posible las comparaciones deun mismo país en diferentes años y

OTRAS MIRADAS SOBRE COLOMBIAArmando Estrada Villa*

* Abogado de la Universidad Autónoma Latinoamericana, Magíster en Estudios Políticos de la Univer-sidad Pontificia Bolivariana, Especialista en Hermenéutica Literaria de EAFIT. Ha ocupado cargos como:Concejal por el Municipio de Medellín, Secretario de Hacienda y Secretario de Gobierno, senador, Ministrode Gobierno, profesor de la UPB y de la U. Autónoma Latinoamericana. E-mail: [email protected]

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también frente a otros países, puescada entidad utiliza la misma meto-dología para todo el mundo. Ade-más no se advierte en ellos sesgo afavor o en contra de ninguna nación,partido político o gobernante.Como observan desde afuera delentorno de cada nación no se ve enellos defensa o ataque, complacen-cia o antipatía sobre lo que allí ocu-rre. Son miradas y enfoques neutra-les, universales y generalizadores, queresultan reveladores e ilustrativos yque bien interpretados pueden serprovechosos. Con la frialdad propiade las cifras y las estadísticas, los in-formes muestran la realidad de lospaíses, con base en la consulta defuentes confiables, ya que incluyendatos suministrados por organismosoficiales y privados y otrosextractados de periódicos y revistasde reconocida seriedad. Aunque es-tas clasificaciones no están exentas deposibles fallas e imprecisiones nocabe duda de que sirven para sabercomo van los distintos territoriossometidos a su escrutinio.

Colombia, desde luego, es objeto deestos estudios y por medio deindicadores de actuación, productode rigurosas investigaciones cuanti-tativas, nos muestran lo que somos ynos hacen conocer nuestra realidad.Desde afuera, libres de los proble-

mas que agobian a los colombianosy de la polarización que nos envuel-ve, unas entidades respetables y dig-nas de crédito nos dicen cómo nosven y presentan su propia miradasobre la marcha del país en ámbitostan distintos como la paz interna, lafelicidad, la democracia, el Estado,la corrupción, la calidad de vida, lalibertad política y de prensa. Los in-formes en estos campos, que ponende presente nuestra real situación,nos muestran los aspectos en los quevamos mejorando, pero tambiénaquellos en los que estamos estanca-dos o empeoramos. Es un desperdi-cio que no los sometamos a un aná-lisis concienzudo y, por tanto, no losaprovechamos debidamente. Debié-ramos estudiarlos y utilizarlos paratratar de cambiar. Hoy por hoy, siel informe sobre Colombia es bue-no o positivo, los medios destacansu contenido y lo analizan, y el go-bierno lo convierte en una pieza depropaganda política a su favor, perosi la información no es satisfactorialos medios callan y el gobierno des-conoce y descalifica sus resultados,a veces con términos subidos detono.

Este trabajo tiene varias pretensio-nes. De una parte, procurar que es-tos informes, que poco se conoceno se conocen de manera parcial, ten-

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Otras miradas sobre Colombia. Armando Estrada Villa

gan la difusión que merecen, porquesi bien allí nos encontramos datos ycifras que revelan con crudeza nues-tra situación, lo hacen con seriedady de forma objetiva y documentada.De otra, para invitar a los interesa-dos en la superación de nuestros pro-blemas a que los estudien y vean enellos una rica información que nosobliga a mirar el entorno con otrosojos y nos saca de las fuentes oficia-les que animan las rivalidades en quenos debatimos a diario. Y, finalmen-te, busca ofrecer una visión de con-junto de diferentes estadísticas conlas que es medida Colombia por par-te de organismos internacionales.Para tratar de que estos propósitosse cumplan trabajaremos once ín-dices o informes, que agruparemosen cuatro capítulos. Los capítulosson paz, seguridad y violencia, conel índice global de paz de TheEconomist y los informes deACNUR sobre tendencias globalesde desplazamiento y Monitor sobreminas terrestres antipersonales; cali-dad de la democracia con los índi-ces de democracia propiamente di-cha de The Economist y EconomistIntelligence Unit, de libertad políti-ca de Freedom House y de libertadde prensa de Reporteros sin Fron-teras; fortaleza institucional con losíndices de Estados fallidos deForeing Policy y Foundation for

Peace, gobernabilidad del BancoMundial y corrupción deTransparency International, y calidadde vida con los índices de desarro-llo humano del PNUD y de planetafeliz de New Economics Foundationy Friends of Earth y de felicidad dela Universidad de Chicago.

PAZ, SEGURIDAD YVIOLENCIA

Es claro que el mayor esfuerzo delgobierno del presidente Álvaro Uribese ha concentrado en el combate a losgrupos subversivos y en la negocia-ción y desmovilización de las fuerzasparamilitares. Y resulta innegable re-conocer que se han presentado avan-ces importantes en estos frentes de laacción estatal. Las FARC no tienen lacapacidad de antes y su movilidad estáreducida. Varios jefes de importan-cia del grupo insurgente han caído,varios frentes se desactivaron y unnúmero importante de subversivosha tenido que replegarse. Los jefesparamilitares fueron extraditados ylos reductos que quedan no tienen lamisma capacidad militar. Los homi-cidios, los secuestros, las tomas depoblaciones y los delitos de mayorimpacto social han disminuido demanera notable. Sin embargo, la mi-rada internacional revela que subsis-ten problemas que nos muestran to-

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davía como un país violento e into-lerable, que padece una grave crisishumanitaria.

ÍNDICE GLOBAL DEPAZ (GPI) 2008

La prestigiosa revista inglesa TheEconomist tiene un grupo de estu-dio que se ocupa de investigar cómoevoluciona la paz en el mundo. An-tes corría a cargo de EconomistIntelligence Unit y ahora lo hace elInstitut for Economist & Peace. Estegrupo produce el Índice Global dePaz que emite un informe cada añoy acepta la definición de que paz noes sólo la ausencia de guerra sino laausencia de violencia. El índice seconstruye con 24 indicadores que seagrupan en torno a tres temas cen-trales: conflictos, medidas de segu-ridad y medidas de militarización.Conflictos comprende los conflictosinternos y externos, las muertes pro-ducidas por los conflictos, el nivel deorganización por conflicto y las re-laciones con los países vecinos. Me-didas de seguridad se ocupa de ni-vel de desconfianza en el resto de losciudadanos, número de personasdesplazadas, inestabilidad política,nivel de falta de respeto a los dere-chos humanos, posibilidades de ac-tos terroristas, número de homici-dios por 100.000 habitantes, nivel de

delitos violentos, riesgo de manifes-taciones violentas, número de pobla-ción encarcelada por 100.000 habi-tantes y número de policías por100.000 habitantes. Medidas de mi-litarización incluye gasto militarcomo porcentaje del PIB, soldadospor 100.000 habitantes, volumen deimportaciones de armas por 100.000habitantes, número de armas pesa-das por 100.000 habitantes, facilidadde acceso a armas pequeñas y lige-ras y capacidad militar y sofisticación.

En 2008, se estudiaron 140 países delos cuales los más tranquilos fueronIslandia, Dinamarca, Noruega, Nue-va Zelanda y Japón y los más vio-lentos Irak (140), Somalia (139),Sudán (138), Afganistán (137) e Is-rael (136). Colombia aparece comouno de los países más violentos delmundo, ocupa el lugar 130 sobre 140sometidos a examen, y tiene el pri-mer puesto en toda América, segui-do por Venezuela que se ubica en el123. En contraste, Canadá (11), Chile(19), Uruguay (21) y Costa Rica (34)son los más pacíficos de nuestro con-tinente. De su parte, los países másdesarrollados se ubican en la siguien-te forma: Alemania (14), Italia (28),Francia (36), Gran Bretaña (49), Es-tados Unidos (97) y Rusia (131).

En 2007, Colombia ocupó el lugar115 entre 121 países, con un puntaje

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de 2.77 sobre 5, lo que hace ver unmuy exiguo progreso respecto a sutranquilidad interna, pues en 2008muestra un puntaje de 2.75 sobre 5y clasifica de 130 entre 140. Estoshechos ponen de presente que enambos años sobresalimos por la pre-sencia de una muy alta dosis de vio-lencia en el territorio patrio. En con-clusión, las investigaciones de Institutfor Economist & Peace permitenafirmar que nuestra nación ostentó,en 2006, entre 121 países estudiados,el título de la más violenta de Amé-rica y la séptima en el mundo, y en2007, entre 140 países, se muestra denuevo como la más violenta de Amé-rica y alcanza la décima posición enel escalafón mundial.

ACNUR: TENDENCIASGLOBALES 2007 SOBREPERSONASDESPLAZADAS

La Alta Comisaría de las NacionesUnidas para los Refugiados(ACNUR) es la entidad encargadade prestar protección a las personasafectadas por el desplazamiento.Dentro del cumplimiento de sus fun-ciones publicó, a mediados de esteaño, el informe titulado “2007 Ten-dencias Globales”, en el que mues-tra el panorama mundial de las per-sonas y países sometidos al despla-

zamiento, el refugio y la solicitud deasilo. Para la ACNUR desplazado esaquella persona que se ve forzada aabandonar su lugar de residenciapero permanece dentro de su país;son colombianos obligados a aban-donar su hogar y que están desarrai-gados dentro de su propia patria. Entanto que refugiados son aquellaspersonas que han cruzado la fronte-ra internacional huyendo de la per-secución y del conflicto. Las causasde estos fenómenos tienen que vercon enfrentamientos en puntos con-flictivos, degradación ambiental queincrementa la competencia por losrecursos escasos y los altos preciosque generan inestabilidad en muchoslugares.

El informe revela que Colombia esprimero en desplazados, tercero enrefugiados y cuarto en solicitudes deasilo. Las cifras de desplazamientode las naciones más afectadas son lassiguientes: Colombia, 3 millones;Irak, 2.4 millones; El Congo, 1.3millones; Uganda, 1.2 millones ySomalia, 1.0 millón. El dato de nues-tro país es tomado de la Corte Cons-titucional que considera que 3 millo-nes de compatriotas son víctimas delconflicto armado interno que hacemás de cuarenta años golpea a Co-lombia y aflige principalmente a cam-pesinos, negritudes y comunidades

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indígenas, debiendo destacarse quela mayor proporción en el desplaza-miento corresponde a mujeres y ni-ños. Somos, pues, el país con el ma-yor número de desplazados forzo-sos internos de todo el mundo. Su-peramos a países con guerras decla-radas como Irak y Afganistán. Yconste que nosotros ni siquiera re-conocemos oficialmente que este-mos viviendo un conflicto interno.

En refugiados las cifras son las si-guientes: Afganistán, 3 millones; Irak,2 millones; Colombia, 552 mil;Sudán, 523 mil, y Somalia, 457 mil.Este tercer puesto por cantidad deexpulsados nos coloca por debajode Irak y Afganistán, dos países queestán en crueles guerras que compro-meten a varias potencias mundialescon hombres y con armas, pero porencima, con una ventaja escasa, dedos naciones, Sudán y Somalia, queviven unas guerras civiles que se li-bran hace varios años. América sólotiene el 9% de los refugiados delmundo, pero Colombia es el de ma-yor número en el continente, del cualvan a Ecuador 250.000 y a Venezue-la 200.000.

En solicitantes de asilo, es decir, enpersonas que se ven forzadas a salirde su país por amenazas motivadaspor los conflictos, pero que quierenhacerlo legalmente a naciones que los

reciben por solidaridad, el horizon-te que presenta el mundo es el si-guiente: Irak, 52 mil; Somalia, 46 mil;Eritrea, 36 mil; Colombia, 23 mil yRusia, 22 mil. Todos estos datos de-muestran que Colombia ocupa des-honrosos primeros lugares en lostemas que corresponde atender aACNUR, lo que pone a la vista demanera dramática la profunda crisishumanitaria por la que atravesamos.

INFORME MONITORDE MINASTERRESTRES

El Informe Monitor de Minas Te-rrestres es publicado por el Institu-to de la ONU para la Investigaciónsobre Desarme (UNIDIR) y elabo-rado por cuatro destacadas ONGsdefensoras de los derechos humanoscomo son Handicap Internacional,Ayuda Popular Noruega, MinesAction Canada y Human RigthsWatch. La publicación contiene da-tos y explicaciones de países y áreasrespecto a políticas de prohibición,uso, producción, transferencia, alma-cenamiento, financiamiento de ac-ción contra las minas, desminado,educación sobre los riesgos de mi-nas y ayuda a sobrevivientes. Ensuma, el Informe, lo mismo que laConvención de Ottawa, alertan almundo sobre el peligro de las mi-

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nas, luchan por su proscripción ybuscan un mundo libre de minas.Alerta, lucha y libertad que se justifi-can plenamente porque estas armascausan daños innecesarios a sus víc-timas, sin distinguir a combatientesy no combatientes.

Si bien el Estado colombiano es par-te de la Convención de Ottawa, queentró en vigor en 2001, sobre la pro-hibición de uso, almacenamiento,producción y transferencia de minasantipersonales, junto con la destruc-ción de los arsenales existentes ycompromiso para la desactivaciónde los campos minados, son los ac-tivos grupos armados irregulares,FARC, ELN y paramilitares, los quecontinúan empleando minas terres-tres. Y utilizan esta arma de bajocosto y gran efecto destructivo contanto empeño y cobertura que Co-lombia, según el Informe Monitor deMinas Terrestres 2007, ofrece las si-guientes características: es, con 1106casos, el país con más víctimas porminas antipersonales en todo el mun-do, que representan el 15% de lasvíctimas mundiales, 31 de los 32departamentos y 688 municipios delos 1098, están afectados por la pre-sencia de minas, es el único país deAmérica Latina donde se siguen pro-duciendo y empleando minasantipersonales y presenta 3 víctimas

de estos fatídicos artefactos en pro-medio por día. El récord de nuestropaís en los últimos años es el siguien-te: 2004, 882 víctimas; 2005, 1110;2006, 1106, repartidos en 226 muer-tos y 880 heridos. Desde de 1990hasta febrero de 2008 se han presen-tado 5.257 heridos y 1558 muertos.Entre los países más contaminadospor la existencia de minas sobresa-len Afganistán, Colombia, Bosnia-Herzegovina, Chechenia, Irak, Nepaly Sri Lanka. En 2006, el 41% de lasvíctimas se produjo en solo tres paí-ses: Colombia, Afganistán yCamboya. De acuerdo con Monitor,mientras la tendencia en el mundosobre víctimas de minasantipersonales es decreciente, enColombia va en aumento.

CALIDAD DE LADEMOCRACIA

Colombia es una democracia imper-fecta, parcialmente libre y con unalibertad de prensa sensiblemente re-cortada. Suenan insólitas y exagera-das estas afirmaciones. Cualquieradiría que forman parte del discursoradical de la oposición y que no tie-nen ningún fundamento. Que a lomejor provienen de enemigos de lanación aliados de grupos terroristasque quieren hacerle daño al país ydesacreditarlo internacionalmente.

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Pero no. Son resultado de investiga-ciones serias sobre la realidad de dis-tintos países del mundo adelantadaspor organizaciones reconocidas yexentas de toda sospecha. Estas ca-lificaciones las formulan TheEconomist en su tradicional estudiosobre la democracia en el mundo,Freedom House en su investigaciónsobre la situación de la libertad a es-cala global y Reporteros sin Fronte-ras en su clasificación mundial de lalibertad de prensa. Con todo y laConstitución Política decir que Co-lombia es un Estado social de dere-cho democrático, participativo ypluralista, que todos los colombia-nos somos libres e iguales y gozamosde derecho a la libertad de concien-cia, de cultos, de circulación, de es-coger profesión u oficio, de asocia-ción, de participar en la vida políti-ca y de expresar y difundir pensa-mientos y opiniones, los estudios rea-lizados por estas entidades muestranque existe una notoria diferencia en-tre la teoría constitucional y la vidacotidiana. Con todo y el presidenteUribe sostener que somos una demo-cracia profunda, estos análisis ponende presente que nuestra democraciaes todavía incipiente. Con todo ycelebrar elecciones periódicas en lasque los colombianos eligen libremen-te entre opciones distintas, estas in-vestigaciones rebelan que la partici-

pación es limitada. Pero para que noaparezcan gratuitas y sin base estasaseveraciones, veamos las razonesque esgrimen The Economist,Freedom House y Reporteros sinFronteras para sostener que nuestrademocracia es imperfecta, la liber-tad individual y política incompletay la libertad de prensa recortada.

THE ECONOMIST:ÍNDICE DEDEMOCRACIA 2008

El grupo Economist IntelligenceUnit, adscrito a la revista TheEconomist, realiza cada año el estu-dio sobre la situación de la demo-cracia en el mundo. Con el título“The Economist Intelligence Unit’sIndex of Democracy 2008, la revis-ta publicó, a mediados de noviem-bre, el resultado de la investigaciónque reflejaba la situación sobre comomarchaba la democracia a septiem-bre de 2008 en los diferentes países.La investigación cubrió 167 nacio-nes de todos los continentes y clasi-ficó el sistema político de los paísesanalizados en democracias plenas eimperfectas y en regimenes híbridosy autoritarios, según satisfagan o nolos requerimientos institucionales quedemanda una democracia. Para elloutilizó 60 indicadores agrupados encinco categorías, que son procesos

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electorales y pluralismo, funciona-miento del gobierno, participaciónpolítica, cultura política y libertadesciviles. Con el fin de construir el ín-dice se consideran áreas críticas si laselecciones son libres, regulares y jus-tas y el sufragio universal y secreto,la seguridad de los votantes, el acce-so de los partidos a los medios decomunicación para dirigirse al elec-torado, el sistema políticomultipartidista, la influencia de laspotencias extranjeras y la capacidadde la administración pública. El ín-dice es el promedio de los valoresde cada categoría, en una escala de 0a 10. Donde 10 es la mejor califica-ción y 0 la peor. Así, en los extre-mos se ubican Suecia en el primerlugar como la más plena de las de-mocracias con 9.88, y Corea delNorte en el puesto 167 como el másautocrático de los regimenes no de-mocráticos con apenas 0.86.

El estudio arrojó como resultadoque en el mundo hay democraciasplenas en 30 países e imperfectas en50 y que son regímenes híbridos 36y autoritarios 51. Se muestran comolas mejores democracias, esto es lasque ostentan los primeros diez luga-res entre las 167 naciones analizadas,las de Suecia, Noruega, Islandia,Holanda, Dinamarca, Finlandia,Nueva Zelanda, Suiza, Luxemburgo

y Australia. Todas con un índice su-perior a nueve. Y como regímenesautoritarios que se colocan en losúltimos diez lugares del escalafón aCorea del Norte 167, Chad 166,Turkmenistán 165, Uzbekistán 164,Myanmar 163, RepúblicaCentroafricana 162, Arabia Saudita161, Guinea Bissau 160, Libia 159 yGuinea 158. Todas con un índice in-ferior a dos. En América Latina y elCaribe los primeros lugares los ocu-pan Uruguay con 8.08 puntos en elpuesto 23 en el mundo y Costa Ricacon 8.04 puntos en el 27, es decir,que son las únicas democracias ple-nas, luego están ya como democra-cias imperfectas, Chile 32, Brasil 41,Panamá 43, Trinidad Tobago 48,México 55, Argentina 56, Surinam59, Colombia 60, Paraguay 66, ElSalvador 67, Perú 70, Bolivia 75. Ennuestro continente se ubican en losúltimos lugares como regímeneshíbridos Ecuador 88, Venezuela 95,Haití 110, y como único régimenautoritario en América, Cuba, en ellugar 125 de la clasificación mundialcon 3.52 puntos. Algunas de las po-tencias mundiales se colocan en lossiguientes lugares: Alemania 13, Ja-pón 17, Estados Unidos 18, ReinoUnido 21, Francia 24, Italia 29, Ru-sia 107 y China 136.

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En conjunto, el panorama que ofre-ce la democracia en el mundo es elsiguiente: existen 30 democraciasplenas, que representan el 18% de lospaíses y el 114.4% de la poblaciónmundial; funcionan 50 democraciasimperfectas que son el 29.9 de lospaíses y alcanzan al 35.5% de la po-blación que habita la tierra; operan36 regímenes híbridos que represen-tan el 21.8% de los países cuya po-blación asciende al 15.2 de la mun-dial, y se mantienen 51 regímenesautoritarios que alcanzan el 30.5 delos países y el 34.9 de la poblacióntotal. Estos datos muestran que el52% de los países tienen gobiernosque pueden calificarse de no demo-cráticos y que el 50% de la pobla-ción del mundo vive en regímeneshíbridos o autoritarios.

¿Y qué pasa con Colombia? ¿Quéexplica los resultados de la mediciónen nuestro país? ¿Por qué nos ubi-can en ese lugar? ¿Qué clase de de-mocracia tenemos los colombianos?The Economist califica a Colombiacomo una democracia imperfecta,que ocupa el puesto 60 entre los 167países medidos, el 60 entre las 80democracias plenas e imperfectas, el30 entre las 60 democracias imper-fectas y el 12 entre los 24 países deAmérica Latina y el Caribe estudia-dos. El índice total obtenido por

nuestra nación es de 6.54, que resul-ta de los siguientes valores por cate-gorías: procesos electorales y plura-lismo, 9.17; funcionamiento del go-bierno, 5.36; participación política,5.00; cultura política, 4.38, y liberta-des civiles, 8.82. Este índice colom-biano de 6.54 se sitúa por encima delpromedio latinoamericano que es6.43, pero muy lejos del europeo quees de 8.61. En Latinoamérica y elCaribe se plantan en el extremo su-perior Uruguay con 8.08 de puntaje,Costa Rica con 8.04 y Chile con 7.89,y en el extremo inferior Ecuador con5.35, Venezuela con 5.34, Haití con4.19 y Cuba con 3.52. Ahora bien, sise toman en cuenta los resultadosobtenidos por las categorías estable-cidas para las 50 democracias imper-fectas, el ranking en tres de ellas paraColombia es sumamente preocupan-te, pues ocupamos el lugar 45 en elfuncionamiento del gobierno, el 47en cultura política y el 40 en partici-pación política, aunque deben des-tacarse como positivos el puesto 10en libertades civiles y el 15 en proce-sos electorales y pluralismo. Tambiénes positivo que la calificación en con-junto haya mejorado en el últimoaño, pues pasamos de 6.40 sobre 10en 2007, a 6.54 en 2008, y del puesto67 en 2007 al 60 en 2008 entre 167países.

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FREEDOM HOUSE:ÍNDICE DE LIBERTAD2007

La organización norteamericanaFreedom House es un grupo de es-tudio independiente, dedicado al tra-bajo por la expansión de la libertad,que, desde 1950, presenta un infor-me anual, que cubre un número im-portante y creciente de países, sobrelos avances o retrocesos de la liber-tad en el mundo. El informe estudiacada país y lo califica de libre, par-cialmente libre o no libre, de acuer-do con el respeto que el Estado lebrinde al libre ejercicio, exento delimitaciones y cortapisas, de los de-rechos políticos y libertades civilespor parte de las personas. En el cam-po de los derechos políticos anali-zan tres categorías: los procesos elec-torales, el funcionamiento democrá-tico del gobierno y el pluralismopolítico y la participación ciudada-na. Dentro de estas categorías se tie-nen en cuenta variables como la li-bre participación del pueblo en losprocesos electorales, el derecho avotar libremente por distintas alter-nativas en elecciones legítimas, lacompetencia por los cargos públicosde elección, la libre afiliación a parti-dos políticos y a organizaciones, laresponsabilidad de los elegidos anteel electorado, la independencia de los

países, entre otras. En el campo de laslibertades civiles analizan cuatro ca-tegorías: libertad de opinión y de ex-presión, derecho de asociación y deorganización, Estado de derecho yautonomía personal y derechos indi-viduales. La evaluación que se hacede las categorías y variables siempretiene en cuenta las partes pertinentesde la Declaración Universal de losDerechos Humanos. El estatus delibre, parcialmente libre y no libre esdeterminado por la combinación delos derechos políticos y las libertadesciviles en una escala numérica entre 1y 7 para cada país y territorio, con 1representado los de más libertad y 7la ausencia de libertad. Dentro de laescala se consideran libres aquellospaíses cuyo índice se sitúa en un ran-go entre 1 y 2.5, semilibres a los delrango entre 3 y 5 y no libres a los delrango entre 5.5 y 7.

El informe de Freedom House so-bre 2007 contiene el reporte de 193países y 15 territorios en disputa, yrevela que 90 Estados que represen-tan el 47%, donde viven 3.082.2 mi-llones, el 46% de la población delmundo, son libres; que 60 Estados,que representan el 31%, donde vi-ven 1.185.3 millones, el 18% de lapoblación del mundo, son parcial-mente libres, y que 43 Estados, querepresentan el 22%, donde viven2.391.4 millones, el 36% de la po-

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blación del mundo, son no libres. Esdecir, que de 6.658.9 millones en quese calcula la población total del mun-do, 4.267.5 millones, que significanel 64% de la población, viven enEstados libres a plenitud y libres demanera parcial. Aunque es positivoque mucho más de la mitad de loshabitantes del planeta vivan en siste-mas políticos que respetan los dere-chos políticos y las libertades civi-les, no puede perderse de vista queun número significativo de seres hu-manos sobrevive sin libertad, mu-chos de ellos gobernados por dicta-duras oprobiosas.

A manera de ejemplo, presento acontinuación, excluyendo AméricaLatina y el Caribe, grupos de paísestomados arbitrariamente de acuer-do con la calificación que obtuvie-ron, en la escala de 1 a 7, o sea demás libertad a ausencia de la misma,partiendo de los que disfrutan de li-bertad ilimitada, con un puntaje de1, hasta los que, con un puntaje de7, carecen por completo de ella:

LIBRE

1. Alemania, Australia, Dinamarca,Estados Unidos, Francia, Italia,Kiribati, Suecia.

1.5. Bulgaria, Corea del Sur,Ghana, Japón, Taiwán, Tuvalú.

2. Benin, Croacia, Rumania, Samoa,Vanuatu.

2.5. India, Indonesia, Lesotho,Malí, Senegal.

PARCIALMENTE LIBRE

3. Albania, Montenegro,Mozambique, Turquía.

3.5. Bosnia-Herzegovina, Filipi-nas, Kenia, Liberia.

4. Burkina Faso, Georgia, Nigeria,Sri Lanka, Tonga.

4.5. Armenia, Burundi, Líbano,Marruecos, Uganda.

5. Afganistán, Etiopía, Tailandia,Togo, Yemen.

NO LIBRE

5.5. Argelia, Angola, Egipto,Pakistán, Rusia.

6. Camerún, Irán, Irak, Túnez, Viet-nam.

6.5. Bielorrusia, Chad, China, Laos,Zimbabwe.

7. Cuba, Libia, Corea del Norte,Turkmenistán, Uzbekistán.

Miremos ahora la situación de Améri-ca Latina y el Caribe. Freedom Houseconsidera libres 24 países ubicados enesta región del planeta, 8 los calificacomo parcialmente libres y 1, Cuba,

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lo cataloga como no libre. La clasifi-cación que establece la organizaciónnorteamericana es la siguiente:

LIBRE

1. Bahamas, Barbados, Costa Rica,Chile, Dominica, Saint Kitts y Nevis,Santa Lucía, Uruguay.

1.5. Belice, Grenada, Panamá, SanVicente y Granadinas.

2. Antigua, Argentina, Barbuda, Bra-sil, República Dominicana,Surinam, Trinidad y Tobago.

2.5. El Salvador, Guyana, Jamaica,México, Perú.

PARCIALMENTE LIBRE

3. Bolivia, Colombia, Ecuador,Honduras, Nicaragua, Paraguay.

3.5 Guatemala.

4. Venezuela.

NO LIBRE

7. Cuba

¿Por qué la clasificación de Colom-bia como país semilibre? ¿A quéobedece su ubicación por debajo de24 países de Latinoamérica y delCaribe siendo una democracia tanantigua? ¿Por qué 90 países tienenuna mejor calificación que Colom-bia? ¿Si será justo ese resultado tanmodesto? Para poder responder es-tas preguntas comparemos a Colom-bia con Suecia, que es la de mayorpuntaje en el mundo, Chile, que esel de mayor puntaje en América La-tina, y Cuba, que es la de menorpuntaje en Latinoamérica.

A B C Total D E F G TotalSuecia 12 16 12 40 16 12 16 16 60Chile 12 15 12 39 16 12 15 15 58Colombia 10 9 7 26 12 6 7 10 35Cuba 0 0 1 1 2 1 1 2 6

A: procesos electorales democráticosB: funcionamiento democrático del gobiernoC: pluralismo político y participaciónTotal sumatoria variables de derechos políticosD: libertad de expresión y de opiniónE: derecho de asociación y de organizaciónF: Estado de derechoG: autonomía personal y derechos individualesTotal sumatoria variables de libertades civiles

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Suecia se coloca al tope con los máxi-mos puntajes posibles en derechospolíticos 12, 16, 12, que correspon-den a A, B, C, y suman 40; mientrasque en libertades civiles también sacalos puntajes más altos, 16, 12, 16, 16,para un total de 60 puntos. Como lametodología utilizada dice que amayor puntaje menor calificación,Suecia tiene 1 en derechos políticosy 1 en libertades civiles, que le da 1en promedio para merecer que se lecatalogue como libre. Chile, por suparte, en derechos políticos se ubicaen el rango de 36-40, con 39 puntos,lo que le da una calificación de 1, yen libertades civiles se coloca en elrango de 53-60, con 58 puntos, lo quele da una calificación de 1, para ob-tener 1 en promedio y calificarse li-bre. Colombia se ubica en el rango24-29 con 26 puntos en derechospolíticos para una calificación de 3,y en el rango 35-43 con 35 puntos enlibertades civiles para una calificaciónde 3, para alcanzar 3 en promedio yevaluarse como parcialmente libre.Cuba, el único país no libre en Amé-rica, suma en derechos políticos 1,que está en el rango 0-5, que le otor-ga 7 puntos en esta categoría, y sumaen libertades civiles 6, que está en elrango 0-7, que le otorga 7 puntos enesta categoría, luego el promedio da7 , lo que permite calificarlo comono libre. La diferencia en el puntaje

de Colombia con Suecia y Chile ex-plica porque ellos son libres a pleni-tud y nosotros parcialmente libres, yla diferencia nuestra con Cuba aclarapor qué el régimen socialista es unadictadura y Colombia una democra-cia semilibre que necesita retoques.

CLASIFICACIÓNMUNDIAL DELIBERTAD DE PRENSA2008

Reporteros sin Frontera, organiza-ción fundada en 1985 y con sede enParís, tiene como objetivo trabajarpor la libertad de prensa. En cum-plimiento de ese propósito publicacada año, a partir de 2002, la Clasifi-cación Mundial de la Libertad dePrensa, con el fin de medir el gradode libertad que disfrutan los perio-distas y los medios de comunicaciónen más de 170 países. Para estable-cer esta clasificación Reporteros sinFronteras pide a sus organizacionescolaboradoras, a su red de corres-ponsales, periodistas investigadores,académicos, juristas y defensores delos derechos humanos, respuesta a uncuestionario de 50 preguntas, quepermitan evaluar la situación de lalibertad de prensa de un país deter-minado. La respuesta al formulariodebe tener en cuenta el ambiente delibertad u hostilidad en que los pe-

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riodistas realizan su trabajo, de allíque fenómenos como la censura deprensa, las amenazas a periodistas, elirrespeto a la reserva del secreto delas fuentes, el recorte a la libertad dela prensa privada, el encarcelamien-to, persecución y asesinato de perio-distas, la impunidad de los crímenesde periodistas, en fin, la falta de plu-ralismo, sean determinantes a la horade realizar la evaluación.

En la clasificación de 2008 aparecen173 naciones, calificadas con una notaque va de 1.50 a 97.50, que se obtie-nen, respectivamente, en el país don-de mayor libertad de presa existe (Is-landia) y en el que la represión y lacensura a la prensa son totales(Eritrea). La lista de los diez paísesmás respetuosos de la libertad deprensa está integrada por los siguien-tes: Islandia (1), Luxemburgo (2),Noruega (3), Estonia (4), Finlandia(5), Irlanda (6), Bélgica (7),Eslovaquia (8), Letonia (9) y NuevaZelanda (10). La lista oficial se pre-senta de esta forma, aunque variospaíses, Islandia, Luxemburgo y No-ruega, por ejemplo, merecieron lamisma nota de 1.50 y Estonia, Fin-landia e Irlanda fueron calificadoscon 2.00. La lista de los diez paísesdonde no hay libertad de prensa yésta es sometida a atropellos yhostigamientos, está compuesta por

los siguientes: Laos (164), Sri Lanka(165), Irán (166), China (167), Viet-nam (168), Cuba (169), Birmania(170), Turkmenistán (171), Corea delNorte (172) y Eritrea (173). Las po-tencias ocupan los siguientes lugares:Alemania (20), Reino Unido (23),Japón (24), Francia (35), Italia (44),Estados Unidos (36), Rusia (141),China (167).

En el mundo entre 173 países, Co-lombia está ubicada en el puesto126, con una nota de 35.50, muy porencima de Islandia con su 1.50, peromuy por debajo de Eritrea con su97.50. En el lugar que ocupamos es-tamos cerca de naciones que consi-guieron la independencia hace me-nos que nosotros y que tienen un gra-do de desarrollo menor al nuestro.Algunas de esas naciones son:Tailandia, Kazajistán, Camboya,Jordania, Camerún, Níger, Nigeria. Sies preocupante la ubicación de nues-tro país en el mundo, mucho más loes la posición de Colombia enLatinoamérica. Entre 21 Estados in-vestigados, nos colocamos en el lu-gar 19, antecedidos por 18 y segui-dos sólo por dos: México (140) yCuba (167). De los que nos antece-den en el escalafón mundial, vale lapena mencionar los siguientes: Jamai-ca 21), Trinidad y Tobago (27), Cos-ta Rica (22), Uruguay (43), Chile

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(56), Argentina (68), Brasil (82),Venezuela (113). Sin embargo, debereconocerse que hemos mejorado: delpuesto 147, entre 166 países y con unpuntaje de 49.17, en 2003, pasamos alpuesto 126 entre 173 países con unpuntaje de 35.50, en 2008. Pero a pe-sar de todas las explicaciones y justifi-caciones que se den, no puede desco-nocerse que la ubicación de Colombiaen la clasificación mundial es por com-pleto insatisfactoria y en la de Améri-ca vergonzosa. Claro que la mayor res-ponsabilidad por esta situación correa cargo de los grupos subversivos,paramilitares y narcotraficantes, queconsiguen silenciar mediante la ame-naza, el atentado o el chantaje a losmedios de comunicación.

FORTALEZAINSTITUCIONALLa fortaleza institucional de un Es-tado se mide por su capacidad dearticular y agregar intereses y deman-das sin necesidad de que se presen-ten estallidos violentos, por la habi-lidad para dar respuesta adecuada yoportuna a las demandas sociales sinque se requiera la actuación de redesclientelares o posiciones de fuerza,porque sus órdenes se obedecen sinque se vea obligado a emplear laamenaza o la violencia, por la res-ponsabilidad con que asumen sustareas los encargados de su direc-

ción, respondiendo por las consecuen-cias de sus acciones y omisiones, porla transparencia con que se ejecutantodas sus inversiones, gastos y gestio-nes libres de prácticas corruptas, porla manera pronta, eficaz e imparcialcomo se administra justicia exenta deintereses partidistas o de beneficiosparticulares, por la forma como garan-tiza la participación libre, competitivay justa de la ciudadanía en la confor-mación del poder político. Por eso,resulta conveniente consultar a ForeingPolicy y Foundation for Peace para quenos digan cómo ven la marcha del Es-tado colombiano, inquirir al BancoMundial para que dé su opinión sobrecómo se ejerce la autoridad entre noso-tros y cómo se eligen, controlan y reem-plazan los representantes del pueblo y,finalmente, llamar a Transparency Inter-nacional para que nos diga si la corrup-ción sigue esquilmando los fondos pú-blicos para beneficios particulares.

ÍNDICE MUNDIAL DEESTADOS FALLIDOS1

2008

La revista Foreing Police y el thing tanknorteamericano Found for Peace elabo-

1 Para una mejor comprensión del polémicotérmino Estado fallido o colapsado, consúltese ellibro Los Estados fallidos o fracasados: un debate incon-cluso y sospechoso, de Robert I. Rotberg, ChistopherClaphan y Jeffrey Herbst, publicado por Siglo delHombre Editores, la Universidad de los Andes y laPontificia Universidad Javeriana, en 2007.

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ran todos los años, desde 2005, elÍndice Mundial de Estados Fallidos,con el fin de clasificar los Estadospor su vulnerabilidad frente a situa-ciones de conflicto interno y la pro-pensión al deterioro social. Los paí-ses se miden de acuerdo con 12indicadores, los cuales dan como re-sultado un número, el cual mientrasmás alto más fallido es un Estado.La clasificación se establece de ma-yor a menor, siendo los que ocupanlos primeros puestos los más falli-dos y los que se ubican en los últi-mos lugares los más fuertes osustentables y más capacitados paracumplir sus funciones. Los 12indicadores que se empelan en el es-tudio se dividen en cuatroindicadores sociales (presión demo-gráfica, desplazamiento masivo, des-contento grupal y búsqueda de ven-ganza y emigración crónica y soste-nida), dos indicadores económicos(desarrollo económico desigual ydecadencia económica severa) y seisindicadores políticos(criminalización y deslegitimacióndel Estado, deterioro progresivo delos servicios públicos, suspensión oarbitraria aplicación del Estado dederecho y generalizada violación delos derechos humanos, aparatos deseguridad actuando como un Esta-do dentro del Estado, ascenso deelites facciosas e intervención de

otros Estados o de factores políti-cos externos). Debe destacarse quese le asigna importancia a la evalua-ción de cinco instituciones estatalesestimadas esenciales para mantenerla estabilidad política: las fuerzas ar-madas, la policía, el servicio civil, elsistema de justicia y la creación deliderazgo político.

En el informe correspondiente a2008, aparece como el Estado másfallido de todos Somalia con 114.2puntos y como el más fuerte Norue-ga con un puntaje de 16.8 en el pues-to 177. Una diferencia abismal de97.4 que muestra que Somalia es unEstado incapaz de atender al cum-plimiento de sus funciones básicas ycon unas autoridades sin posibilidadde ejercer la soberanía en lo interno,mientras que Noruega se catalogacomo un Estado competente y exi-toso. A renglón seguido se presentala lista de los 10 Estados fallidos queencabezan el escalafón: Somalia,Sudán, Zimbabwe, Chad, Irak, Re-pública Democrática del Congo,Afganistán, Costa de Marfil, Pakistány República Centroafricana. De es-tos países, ocho están localizados enÁfrica y dos en Asia, Irak yAfganistán, que tienen enorme pre-sencia de fuerzas armadas extranje-ras y que en la práctica están en gue-rra. Los Estados fallidos se caracte-

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rizan por debilidad institucional einestabilidad política, pérdida pau-latina del control físico del territo-rio, falta de Estado de derecho o suinterrupción arbitraria, corrupcióngeneralizada, discrecionalidad en laactuación en los aparatos de seguri-dad e inteligencia, deterioro crecientede su capacidad para garantizar unmínimo de orden y seguridad, ausen-cia de Estado en determinadas re-giones de su territorio, violencia ex-tendida, carencia por parte del Es-tado del monopolio de la fuerza,abusos contra los derechos humanos,incapacidad para interactuar positi-vamente con otros Estados, irregu-laridades en la distribución de recur-sos y oportunidades de subsistencia,en fin, son Estados que conservan sucapacidad jurídica formal, pero noson capaces de ejercerla en realidad.

Los diez Estados más fuertes osustentables, según el informe, son,en su orden, los siguientes: Norue-ga, Finlandia, Suecia, Irlanda, Suiza,Islandia, Nueva Zelanda, Dinamar-ca, Australia y Austria. De estos paí-ses, todos con un alto nivel de desa-rrollo, ocho se sitúan en Europa ydos en Oceanía. Las potencias mun-diales, por su parte, se ubican de lasiguiente forma: China 68, Rusia 72,Italia 154, Alemania 155, Francia158, Estados Unidos 160, Japón 163.

Lo que muestra que, con excepciónde Rusia y China, estos países tienenEstados fuertes y competentes.Acerca de los dos grandes de Amé-rica Latina, México y Brasil, se colo-can, respectivamente, en los puestos105 y 117. Pero debe destacarse quelos Estados del continente america-no que se acercan a los Estadossustentables, y en muchos casos su-peran a Estados europeos y casi to-dos los africanos y asiáticos, son, demás fuerte a menos fuerte, Chile 157,Uruguay 151, Argentina 151, CostaRica 140, Panamá 130, Barbados 131.

La situación colombiana es bien pre-ocupante. Para los responsables delinforme hay 60 países en riesgo decolapsar debido a sus diferentes ygraves problemas internos. Y Co-lombia está entre ellos. Hasta el pues-to 35 figuran los Estados más débi-les y fracasados y nosotros ocupa-mos el puesto 37 con 89.0 puntos,antecedido de Burkina Faso con 89.9y seguido de Tayikistán con 88.9. EnAmérica sólo está peor que noso-tros Haití, que es el de más baja cali-ficación en América, y ocupa el lu-gar 14 con 99.3. Mejor que Colom-bia están los demás Estados del con-tinente americano a una distanciaconsiderable, pues nos siguen Boli-via (55), Nicaragua (61), Guatemala(66), Ecuador (68), Cuba (76), Re-

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pública Dominicana (77), Venezue-la (79). Somos, pues, el segundo Es-tado fallido de América y el 37, en-tre 177 países, en el mundo. Nos co-deamos en este indicador conLiberia, Siria, Burkina Faso,Tayikistán y Krygyzstán. Y estamoslejos, muy lejos, de Chile (157), Uru-guay (151), Argentina (151) y CostaRica (140), y mucho más todavía delos Estados más fuertes y capaces delos cinco continentes.

No obstante lo anterior, Colombiaexhibe progresos en este indicador.No son sensacionales, pero al fin y alcabo son avances que deben desta-carse. Así fue como en 2005, con 95puntos ocupamos el puesto 14 entre76 países; en 2006, con 91.8 depuntaje nos ubicamos el puesto 27entre 146 países; en 2007, con 89.7puntos nos colocamos en el puesto33 entre 177 países, y en 2008, con89.0 puntos estamos en el puesto 37.Si bien en el escalafón hemos idosubiendo, del lugar 14 al 37, el alzano es significativa porque los paísesestudiados aumentaron en formaconsiderable. Lo de veras importan-te es el mejoramiento en el puntaje,que alcanza 6.0 puntos en los cuatroaños de medición.

BANCO MUNDIAL:INDICADORES DE LAGOBERNABILIDAD 2008

Cada año, desde 1996, el Instituto delBanco Mundial publica el índice degobernabilidad en el mundo. El estu-dio publicado en junio del 2008, titu-lado “Gobernance Matters 2008Worldwide Gobernance Indicators,1996-2007”, contiene información so-bre 212 países, tomada de 35 fuentesde datos construidos por 32 organi-zaciones, entre las que deben citarseEconomist Intelligence Unit,Latinobarómetro, Foro EconómicoMundial, la encuesta mundial Gallup,Reporteros sin Fronteras, Banco Mun-dial y Heritage Foundation, por seralgunas de las más conocidas en estaparte del mundo. El estudio define lagobernabilidad como las tradicionese instituciones a través de la cuales seejerce la autoridad de un país, y consi-dera que incluye los procesos por me-dio de los cuales los gobiernos son ele-gidos, controlados y remplazados; lacapacidad del gobierno para formu-lar y aplicar eficazmente políticas acer-tadas y el respeto de la ciudadanía y elEstado por las instituciones que regu-lan las relaciones económicas y socia-les entre ambas.

Los indicadores de gobernabilidadson seis: Voz y rendición de cuentas

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o responsabilidad que mide el gra-do al que los ciudadanos de un paíspueden participar en la elección desu gobierno, así como las libertadesde expresión, de asociación y deprensa; Estabilidad política y ausen-cia de violencia que mide la proba-bilidad de que el gobierno esté suje-to a actos de desestabilización a tra-vés de medios inconstitucionales vio-lentos, incluidos actos de terrorismo;Efectividad gubernamental que midela calidad de los servicios públicos,la capacidad de la administraciónpública y el grado a que es indepen-diente de presiones políticas; la cali-dad de la formulación de las políti-cas; Calidad reguladora que mide lacapacidad del gobierno para estable-cer políticas y reglamentaciones acer-tadas que permitan y promuevan eldesarrollo del sector privado; Esta-do de derecho que mide el grado alque los agentes confían en las reglassociales y las obedecen, con inclusiónde la calidad de la ejecución de loscontratos, los derechos de propie-dad, la policía y los tribunales, asícomo la posibilidad que se cometandelitos y actos de violencia; Controlde la corrupción que mide el gradoal que se ejerce el poder público enbeneficio privado, así como la co-rrupción en pequeña y gran escala, yel control del Estado por minoríasselectas e intereses privados.

La escala de estudio indica quemientras más cercanos están los paí-ses a “0” la calidad de sus gobiernosserá precaria o deficiente y que sucalidad aumentará a estructuras degobierno eficaces entre tanto se acer-quen al percentil 100. Los percentilesindican una situación comparativa,es decir, la calificación de 56, porejemplo, en un indicador significa quese está mejor en ese tema que el 56%de la muestra, pero que hay un 44%de la misma que tiene una situaciónmejor. Los percentiles de Colombiason los siguientes: Voz y responsa-bilidad 39, Estabilidad política y au-sencia de violencia 8, Efectividad delgobierno 58, Calidad regulatoria 59,Estado de derecho 36, Control dela corrupción 50, para un promediode 42. Los índices de gobernabilidadde Colombia están un poco por en-cima del promedio latinoamericanoy los puntos más débiles están en losaspectos de estabilidad política y vio-lencia y Estado de derecho. En esta-bilidad política y ausencia de violen-cia con una calificación de 8 es elpercentil más bajo de América y unode los más bajos del mundo, lo quesignifica que estamos mejor en estetema que el 8% de países del mun-do, pero que hay un 92% que tienenuna situación mejor. Esto es, que sóloel 8% de las naciones del mundo tie-nen peores condiciones que las nues-

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tras. En cuanto a Estado de derechola calificación de 36 quiere decir queestamos mejor en este indicador queel 36% de los países, pero que estánmejor que nosotros el 64%.

La evolución de Colombia en losindicadores que mide el Banco Mun-dial entre 1996, año de la primeramedición, y 2007, año de la última,muestra para cada uno de ellos el si-guiente resultado: Voz y responsa-bilidad subió de 34 a 39, Estabilidadpolítica y ausencia de violencia bajóde 10 a 8, Efectividad del gobiernodescendió de 67 a 58, Calidadregulatoria pasó de 66 a 67, Estadode derecho ascendió de 29 a 36 yControl de la corrupción se trepó de33 a 50. Estos resultados hicieronque el alza en el promedio, en el lap-so de 12 años, sólo creciera 2 pun-tos, pues pasó de 40 a 42, lo que detodas maneras es un logro más bienmodesto, que nos coloca en puesto84 entre los 212 países y territoriosevaluados.

Las naciones que en el mundo alcan-zan los primeros puestos en losindicadores de gobernabilidad sonSuiza, Noruega, Suecia, Islandia,Austria, Finlandia y Nueva Zelanda,donde todos alcanzan, en promedio,una puntuación entre 95 y 100. Entanto que los peores corren a cargode Somalia, República Democrática

del Congo, Afganistán, Irak,Myanmar, Zimbabwe y Chad, quetienen todos percentiles promedioque no llegan a 10. Mientras que enLatinoamérica Chile con 83, Uru-guay con 72 y Costa Rica con 70, queestán casi a la par de los países desa-rrollados y muy por encima de Co-lombia con 42, se llevan los prime-ros lugares; Haití con 12, Venezuelacon 13, Paraguay con 24, Cuba con28 y Nicaragua con 30 ocupan losúltimos puestos. Los otros paísesgrandes de la región tienen las si-guientes calificaciones: Brasil 50,México 47 y Argentina 44. En cuan-to a algunas de las potencias mun-diales su evaluación promedio es lasiguiente: Alemania 91, Francia yReino Unido 85, Estados Unidos 84,Italia 70, China 36 y Rusia 26.

TRANSPARENCIAINTERNACIONAL:ÍNDICE DECORRUPCIÓN 2008

Transparency International es unaorganización de la sociedad civil quelidera la lucha contra la corrupciónen el mundo. En cumplimiento deese objetivo, todos los años produ-ce un informe global, basado en elíndice de percepción de corrupción(IPC), que muestra los avances y re-trocesos que se producen en el com-

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bate de este flagelo. El IPC mide losniveles de percepción de corrupciónen el sector público en un país de-terminado y consiste en un índicecompuesto, que se apoya en infor-mación proveniente de diferentesfuentes como el Banco Mundial,Economist Intelligence Unit,Freedom House, Global Insight,Merchant International Group, reco-lectada por instituciones indepen-dientes, y en encuestas a expertos yempresas realizadas por entidadescompetentes como IMD, Politicaland Economic Risk Consultancy y elForo Económico Mundial. El IPCconstituye, entonces, una encuesta deencuestas que clasifica los países se-gún el grado de corrupción percibi-do entre los funcionarios públicos ylos políticos. La calificación de unpaís determinado se presenta en unapuntuación que va de 10 (percepciónde ausencia de corrupción) a 0 (per-cepción de muy corrupto), de con-formidad con el estudio de las fuen-tes y la apreciación de empresarios yanalistas calificados.

El Informe Global de Corrupción2008 de Trasnparency International,publicado el 23 de septiembre, cla-sifica 180 países, de conformidad conla puntuación que obtuvieron en elIPC en una escala de 0, grado máxi-mo de percepción de corrupción, a

10, percepción de transparencia to-tal. En este informe aparecen comolos países menos corruptos del mun-do Dinamarca, Nueva Zelanda ySuecia que comparten la mayor pun-tuación, de 9.3, seguidos de Singapurcon 9.2 y de Finlandia y Suiza con9.0. Al final del escalafón se colocaSomalia, en el puesto 180, con unapuntuación de 1.0., antecedido porIrak y Myanmar, en los puestos 178y 179, con una puntuación de 1.3 yde Haití, en el puesto 177, con 1.4.La ubicación y el puntaje de algunasde las potencias es la siguiente: Ale-mania, puesto 14 con 7.9; ReinoUnido, 16 con 7.7; Estados Unidosy Japón, 18 y 19 con 7.3; Francia 23con 6.9; España 28 con 6.5; China72 con 3.6 y Rusia 147 con 2.1.

Según el informe de TransparencyInternational la corrupción, definidacomo el abuso del servicio públicopara el beneficio particular, es ungrave problema en Latinoamérica yel Caribe. De 30 países y territoriosincluidos en el estudio, 22 obtuvie-ron una calificación inferior a 5, en-tre los que está Colombia con 3.8 depuntuación y el 70 de ubicación enel mundo, lo que demuestra que enellos hay una severa situación de co-rrupción; en tanto que 11, Repúbli-ca Dominicana, Bolivia, Argentina,Belice, Honduras, Guyana, Nicara-

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gua, Paraguay, Ecuador, Venezuelay Haití, que se ubican entre el puesto102 y el 177 y una puntuación queoscila entre 3.0 y 1.4, no lograronsuperar la marca de los tres puntos,lo que indica la existencia de nivelesde corrupción desenfrenados. Debedestacarse con mención especial losque superan el 5 de puntuación, queson Santa Lucía con 7.1 (21 de ubi-cación entre los 180 países del mun-do), Barbados 7.0 (22), Chile y Uru-guay 6.7 (23), San Vicente y Grana-dinas 6.5 (28), Dominica 6.0 (33),Puerto Rico 5.8 (36), y Costa Rica(47). Colombia, con su lugar 70 enel mundo y una puntuación de 3.8,ocupa el puesto 11 entre los 30 paí-ses de Latinoamérica y el Caribe,siendo únicamente superada por 10países, los 8 que están por encima de5, Cuba con 4.3 puntos y El Salva-dor con 3.9. Mientras sobrepasamos,entre otros, a Perú, México, Brasil,Argentina, Guatemala, RepúblicaDominicana, Nicaragua, Paraguay,Ecuador y Venezuela.

La lucha de Colombia contra la co-rrupción no ha sido todo lo contun-dente que parecen mostrar los dis-cursos y promesas políticas de loscandidatos a los distintos puestos deelección popular. Es una lástima yuna frustración que haya tanta in-coherencia entre el discurso y la ac-

ción, porque los recursos que se pier-den podrían significar la solución delos problemas de los colombianosmás pobres. En los últimos años,2007 y 2008, nos estancamos en unapuntuación de 3.8 cuando llegamosa tener 4.0 en 2005, después de ha-ber partido de un nefasto 2.2 en1998. El cuadro siguiente ilustra so-bre el comportamiento del país enel índice de percepción de corrup-ción durante varios años.

Evolución IPC en Colombia, segúnTransparency Internacional. 1998-2208

El cuadro anterior muestra que lalucha contra la corrupción en nues-tro país tuvo una tendencia ascenden-te hasta 2005, en que llegamos a unpuntaje de 4.0, con la ubicación 105en el mundo en el combate contra lacorrupción, cuando en 1998 tenía-mos 2.2 y éramos el séptimo paísmás corrupto del mundo. Pero re-vertimos la tendencia y bajamos enel 2008 a 3.8 en puntaje y a ser el país111 en el mundo en lucha contra lacorrupción, cuando en el 2007, con3.8 también, fuimos el 113. Es nece-sario resaltar que la puntuación deun país es un indicador mucho másimportante del nivel de corrupciónpercibido que el puesto ocupado enel escalafón, ya que la posición ocu-pada puede variar por el solo hecho

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de que se hayan incluido países nue-vos en la medición o que otros ha-yan desaparecido.

CALIDAD DE VIDA

La calidad de vida o el bienestar deuna sociedad puede considerarsecomo la sumatoria de percepcionessubjetivas de felicidad, placer y sa-tisfacción con la vida que tienen susintegrantes, o la valoración que ha-cen unos especialistas de ciertas va-riables consideradas objetivas comolos años de estudio, la posesión devivienda, el acceso y calidad de losservicios básicos, el nivel de salud yel ingreso per cápita, por ejemplo,que apuntan a la satisfacción de unasnecesidades que les permiten a losseres humanos desarrollar una vida

decorosa. Como los indicadoressujetivos y las condiciones objetivastienen importancia, este trabajo, paramirar la calidad de vida en Colom-bia, incorpora una variable objeti-va, que es el índice de desarrollo hu-mano medido por el PNUD, y unavariable subjetiva, que es la felicidad,medida por la Universidad deMichigan y por New EconomicsFoundation.

ÍNDICE DEDESARROLLOHUMANO (IDH)

Este índice, que fue creado en 1990a través del Programa de las Nacio-nes Unidas para el Desarrollo(PNUD), se define como el proceso

Año Calificación Puesto en el mundo Número de países1998 2.2 85 791999 2.9 72 992000 3.2 60 902001 3.8 50 912002 3.6 55 1022003 3.7 59 1032004 3.8 60 1462005 4.0 55 1592006 3.9 59 1632007 3.8 68 1802008 3.8 70 180

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por medio del cual se ofrecen ma-yores oportunidades a las personas,es decir, el proceso por el que unasociedad mejora las condiciones devida de sus integrantes mediante unaumento de los bienes con los quepueden cubrir sus necesidades bási-cas y complementarias, y de la crea-ción de un entorno en el que se res-peten los derechos humanos. Se tra-ta de un indicador social basado entres parámetros: vida larga y saluda-ble (medida según esperanza de vidaal nacer), educación (medida por latasa de alfabetización de adultos y latasa bruta combinada de matrículaen educación primaria, secundaria ysuperior) y nivel de vida digno (me-dido en PIB per cápita en US$). Losvalores máximos y mínimos de cadaindicador que son fijos se reducen auna escala de 0 a 1, donde 1 sería elmayor índice y 0 el más bajo. La ca-lificación permite clasificar los paí-ses por niveles alto, medio y bajo.Son altos los que tienen un IDH igualo superior a 0.8, para un total de 70países; medio los tienen un IDH en-tre 0.5 y menos de 0.8, para un totalde 85 países y bajo los que tienen unIDH menor de 0.5, para un total de22 países. El valor IDH señala lo quetiene que progresar una sociedadpara lograr ciertas metas definidas:una vida saludable hasta edades avan-zadas, entrada de todos a la educa-

ción y acceso a los recursos necesa-rios para tener una vida decente.

Entre los 177 países a los que se re-fiere el informe del PNUD 2007/2008, Colombia está incluida en lacategoría de naciones de índice me-dio de desarrollo humano, ocupa elpuesto 75 en el mundo y el 13 enAmérica Latina y el Caribe, con unpuntaje de 0.791. Debe destacarseque aunque la calificación nuestrapasó de 0.790 en el informe 2006/2007 a 0.791 en el correspondientea 2007/2008, en el escalafón mun-dial bajamos cinco puestos, puesdescendimos del puesto 70 al 75. EnAmérica Latina y el Caribe, en nivelalto, esto es, con un puntaje superiora 0.8, aparecen 12 países entre loscuales están, entre otros, Barbados(puesto 31 en el mundo), Argentina( 38), Chile (40), Uruguay (46 ), CostaRica (48), Cuba (51), México (52),Brasil (70). En el nivel medio, es de-cir, con un puntaje menor de 0.8 ymayor de 0.5 aparecen el resto depaíses, 19 en total, ya que no existeen este continente ninguno en nivelbajo. Los primeros cinco en este ni-vel son Dominica (71), Santa Lucía(72), Venezuela (74), Colombia (75)y República Dominicana (79); y losúltimos cinco son Nicaragua (110),Honduras (115), Bolivia (117), Gua-temala (118) y Haití (146).

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En el mundo, los primeros cinco,con una puntuación superior a 0.959,son Islandia, Noruega, Australia,Canadá e Irlanda; y los últimos, conun puntaje menor de 0.380, son Malí,Nigeria, Guinea Bissau, Burkina Fasoy Sierra Leona. La diferencia entreIslandia con 0.968 y Sierra Leona con0.336 muestran de plano las monu-mentales desigualdades que hay en latierra. Las potencias, por su lado,ocupan los lugares y obtienen lospuntajes que se expresan a continua-ción: Japón 8º con 0.953, Francia 10ºcon 0.952, Estados Unidos 12 con0.951, España 13 con 0.949, ReinoUnido 16 con 0.946, Italia 20 con0.941, Alemania 22 con 0.935, Ru-sia 67 con 0.802 y China 81 con 0.77.

ÍNDICE SUBJETIVO DEFELICIDAD

Distintos organismos en el mundoestán midiendo el grado de felicidadde los habitantes del globoterráqueo. Pareciera que se presentaun auge de los índices que miden lafelicidad. Entre los organismos de-dicados a esta medición se destacanel Instituto de Investigación Social dela Universidad de Michigan (EstadosUnidos), World Values SurveyAssociation (Suecia), Analytic SocialPsychologist de la Universidad deLeicester (Inglaterra), World Watch

Institute (Estados Unidos), NewEconomics Foudation (Inglaterra) yFriends of Herat (Inglaterra). Asímismo, el periódico El Tiempo con-trató con la firma Datexco la elabo-ración de un estudio que midiera elgrado de felicidad de los colombia-nos, cuyos resultados, que fueronpublicados en la edición del domin-go 24 de agosto de 2008, permitenhablar de una Colombia feliz. En casitodas las investigaciones internacio-nales y en todas las nacionales al res-pecto Colombia sale muy bien cali-ficada, por lo que se muestra ante elmundo como una de las nacionesmás felices. Por encima de nuestrosproblemas de pobreza, desempleo,exclusión, violencia, corrupción, se-cuestro y desplazamiento, nos pre-sentamos como uno de los pueblosmás dichosos de la tierra.

La Encuesta Mundial de Valores delInstituto de Investigación Social dela Universidad de Michigan estudióel índice subjetivo de felicidad y elnivel de satisfacción general con lavida con más de 250 variables. Lainvestigación, realizada en el 2007 ypublicada en julio de 2008, abarcó97 países que contienen el 90 % dela población de la tierra. El resulta-do muestra a Colombia en el tercerlugar en el mundo, antecedido deDinamarca que es el primero y Puer-

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to Rico el segundo, y seguido de Is-landia, Irlanda del Norte, Irlanda,Suiza, Holanda, Canadá y Austria,para completar los diez primeros.Los últimos lugares los ocupanUcrania, Armenia, Moldavia,Bielorrusia y Zimbabwe que ocupael puesto 97. Después de Colombiaen Latinoamérica se ubican El Sal-vador (11), Guatemala (17), México(18), Venezuela (23), Brasil (30), Ar-gentina (32), Uruguay (39), Chile (41)y Perú (59) que cierra la lista. Laspotencias se ubican de la siguienteforma: Estados Unidos (16), Alema-nia (35), Francia (37), Japón (43), Ita-lia (44), China (52), Rusia (88). Lamayor calificación que ostenta Dina-marca es de 4.24 y la menor, que sela lleva Zimbabwe, es de -1.92, sien-do el promedio mundial 1.57. Valela pena destacar que la libertad seerige como la principal causa de lafelicidad mundial y que la democra-tización y la tolerancia creciente tie-nen más impacto que el crecimientoeconómico. En las sociedades desa-rrolladas lo que más influye en la fe-licidad son las normas sociales tole-rantes y los sistemas políticos demo-cráticos; en tanto que en las subde-sarrolladas la mayor influencia estávinculada con la solidaridad del gru-po, la religión y el orgullo nacional.Aunque el dinero y la posesión debienes materiales no son los deter-

minantes de la felicidad y de la satis-facción con la vida, no puede desco-nocerse que la gente de los países ri-cos tiende a ser más feliz que la delos países pobres.

Por su parte, New EconomicsFoundation y la ONG Friends ofHerat crearon el índice denominado“Índice de Planeta Feliz”, que se rea-liza desde 1981 y mide la felicidadde las sociedades con base en los re-cursos que consumen, para lo cualutilizan fórmulas que incluyen la es-peranza de vida, la cultura, la gastro-nomía y sobre todo el impactoecológico. Así, ponen de presenteque la felicidad no depende solamen-te del grado de riqueza o desarrollo.El objetivo es demostrar que el altoconsumo de recursos no equivale acalidad de vida o a niveles altos debienestar. En el establecimiento deeste escalafón no tienen nada que verla política económica y el gobiernoy consideran que se puede ser felizcon lo mínimo rodeado de naturale-za. Este índice muestra que los paí-ses industrializados no son felices,debido a que su construcción se fun-damenta en los niveles de consumo,esperanza de vida y bienestar subje-tivo, en vez de medidas de riquezanacional como el PIB o el PIB percápita. De los 178 países estudiados,Colombia ocupa el segundo lugar,

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antecedido de Vanuatu, un diminu-to Estado insular de 12.000 km.2 ymenos de 200.habitantes, ubicado enOceanía, en la Melanesia. El rankingde los diez primero se establece dela siguiente manera: Vanuatu, Co-lombia, Costa Rica, República Do-minicana, Panamá, Cuba, Honduras,Guatemala, El Salvador y San Vicen-te y las Granadinas. Debe destacarseque entre las diez primeras nacionesen este índice, nueve son centroame-ricanas y del Caribe, todas tienen mary ninguna es rica o desarrollada. Losúltimos son Zimbabwe, Swazilandiay Burundi, que se caracterizan porser naciones mediterráneas, es decir,que carecen de mar. Algunas poten-cias ocupan los siguientes puestos enesta clasificación: Alemania 81, Es-paña 87, Japón 95, Francia 129, Es-tados Unidos 150. Así, pues, que lospaíses donde la gente sería más feliz,de acuerdo con el “Índice de Plane-ta Feliz”, son Vanuatu y Colombia,primero y segundo, respectivamen-te, entre 178 estudiados.

CONCLUSIONES

No cabe duda de que los resultadosde estos informes producen sorpre-sa y decepción. Es válido pensar quetendríamos que estar mucho mejoren todos los aspectos que fueron in-vestigados por estas organizaciones

internacionales. Pero veamos el por-qué de la sorpresa y de la decepción.Tenemos la medalla de plata y debronce en felicidad y en satisfaccióncon la vida. Parece extraño que enun país con tantos, variados y gravesproblemas, los colombianos seamosfelices, aun careciendo de las condi-ciones objetivas que construyen lafelicidad. No coinciden los índicesde felicidad con el índice de desarro-llo humano. Sin una buena salud, conuna educación mediocre y con uningreso insuficiente según el PNUD,los colombianos somossubjetivamente dichosos. Duranteaños se dijo que Colombia era lademocracia más antigua de Améri-ca y el presidente Uribe proclama adiario que somos una democraciaprofunda. Esto es motivo de orgu-llo patrio. Pero no. El índice de de-mocracia de The Economist tiene lainsolencia de desmontar esa falaciay revelarnos que apenas alcanzamosa constituir una democracia imper-fecta llena de defectos y grietas, conuna libertad de prensa sensiblemen-te recortada de acuerdo con Repor-teros sin Fronteras y con una liber-tad política limitada de conformidadcon el estudio de Freedom House,para una nota en democracia de 6.54sobre 10 y el lugar 60 entre 167 paí-ses y el lugar 60 entre las 80 demo-cracias. En materia de corrupción,

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se sostuvo en las últimas campañaspresidenciales que se acabaría con lapolitiquería, el clientelismo y la co-rrupción. Sin embargo, no se ha pre-sentado ningún avance en este frente.Transparency International consideraque estamos en una severa situaciónde corrupción y nos califica con unmodesto 3.8 sobre 10 y nos ubica enel puesto 70 entre 180 países.

Con el crecimiento de las fuerzasmilitares que dieron lugar a dispo-ner de más brigadas y más soldadosprofesionales, con un presupuestoque sobrepasa los cien billones depesos y con un Estado comunitariomontado sobre la eficiencia, la par-ticipación, la descentralización y latransparencia, se afirmó que por finteníamos un Estado fuerte de verdad,capaz de cumplir sus funciones yatender las necesidades de los co-lombianos. No obstante, el BancoMundial en su índice degobernabilidad califica con 42 pun-tos sobre 100 la real capacidad delgobierno para atender en debida for-ma sus obligaciones. En este índicesalimos reprobados, muy por deba-jo de Chile, Uruguay y Argentinaque tienen un puntaje por encima de70 sobre 100 y mucho más lejos aunde Suiza, Noruega y Suecia que so-brepasan los 95 puntos. Pero si estono fuera ya decepcionante, el Foreing

Police y Foundation for Peace en suescalafón de Estados fallidos noscoloca en el puesto 37, entre 177, queubica en los primeros lugares a losEstados más fracasados y débiles ya los más fuertes y exitosos en losúltimos. Dicho de otra forma, esColombia el Estado 144 en el mun-do en cuanto a debilidad estatal eincapacidad institucional. En cuan-to paz, seguridad y violencia, a dia-rio se nos dice que la paz está cerca yque los grupos subversivos yparamilitares están derrotados unosy desmovilizados otros. Cuanto de-seamos que esto sea cierto. Pero larealidad es bien distinta. Para TheEconomist, en su Índice de Paz Glo-bal, Colombia es el Estado más vio-lento de América y el 130, entre 140,en todo el mundo. Para ACNUR,somos el primer país de la tierra endesplazados con 3 millones y el ter-cero en refugiados con más de me-dio millón. Para Monitor, Colombiaes el único país de América dondetodavía se emplean minasantipersonales y el de mayor núme-ro de víctimas de estos artefactos enel mundo.

La polarización que vive Colombialleva a respaldar o rechazar con as-pereza y en ocasiones sin mayor aná-lisis, los datos y argumentos que ofre-cen las informaciones oficiales. Por

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eso, resulta positivo encontrar me-diciones elaboradas por organismosindependientes y neutrales, que sonmerecedores de confianza dada lacalidad de sus investigaciones y elrigor metodológico con que proce-den. Son informes sobre nuestra rea-lidad que invitan al estudio y debatesin que puedan recusarse por defen-der intereses particulares. Es claroque los índices trabajados en esteestudio no son los únicos produci-dos por entidades internacionalespara medir cómo va el mundo. Haymuchos más que se utilizan para eva-luar todo tipo de fenómenos y situa-ciones en demografía, política, eco-nomía, género, pobreza, religión,valores, mercados. Ejemplo de ellosson el índice de libertad económica,el índice de oportunidades, el índicede pobreza, el índice sobre libertadde género, el índice de mercadosemergentes, el índice decompetitividad, la encuesta mundialde valores. Nos quedamos con losonce analizados porque son los másrelevantes para el examen en el pla-no político y en categorías que per-miten calificar la forma como operael Estado y marcha la sociedad. Nose trata de montar una discusión so-bre si las estadísticas que revelan losinformes son verdaderas o falsas. No.Deben tomarse como informacionesque permiten conocer mejor el com-

portamiento y la dinámica de la so-ciedad colombiana, que suministranunas indicaciones que pueden mar-car la ruta a seguir en aspectosmejorables de nuestra vida políticay social. Debe resaltarse que hastahace pocos años Estados comoSudáfrica e India ocupaban posicio-nes rezagadas en muchos de estosíndices.

DIRECCIONESCONSULTADAS

Alta Comisaría de las NacionesUnidas

para los Refugiados (ACNUR)www.unhcr.org

Banco Mundial www.woldbank.org www.govindicators.orgCampaña Internacional de Prohibi-

ción de Minas (ICBL)www.icbl.org

Freedom Housewww.freedomhouse.org

Found for peacewww.foundforpeace.org

Happy Planet Indexwww.happyplanetindex.org

Instituto de las Naciones Unidaspara la Investigación para elDesarme (UNIDIR)www.unidir.org

Institute for Economist & Peacewww.visionofhumanity.com

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New Economics Foundation(NEF)www.neweconomics.org

Programa de las Naciones Unidaspara el Desarrollo (PNUD)www.pnud.org

Reporteros sin Fronteraswww.rsf.org

The Economistwww.economist.com

Transparecy Internationalwww.transparency.org

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“Fueron precisamente los excesos de la intolerancia los que suscitaron el anhelo de unaconcordia diferente y aún desconocida. El reino de la tolerancia no es un punto de partidahistórica, sino el proyecto de unos cuantos contra lo mayoritariamente vigente: ha sido y es elideal de los discriminados, no la preocupación moral del orden establecido”

Savater Fernando1

el máximo de intolerancia, han lle-gado, según lo apreciado en estosdocumentales a procesos de recon-ciliación.

Recuerdo con particular interés eldiálogo entre una anciana y un exmiliciano de uno de los bandos en-frentados. La afectada le reclamabaal joven por haber asesinado a al-

LA RECONCILIACIÓN EN COLOMBIA:UN LENGUAJE POSIBLE, UNA OPCIÓN PENSABLE.

Efraín Alzate Salazar*

Algunos documentales de la Televi-sión, de canales extranjeros, le danimportante difusión a procesos dereconciliación que se han dado enÁfrica, sobre todo en aquellos luga-res que han pasado por procesos deguerras atroces, de exterminio enluchas tribales. Estas acciones en lasque se han visto involucrados dife-rentes grupos en los que se practicó

1 Fernando Savater. Sin Contemplaciones. Editorial Presencia. Bogotá, 1994.*Especialista en Cultura Política y Derechos Humanos, docente universitario, Director de la Revista

Círculo de Humanidades.

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guien de su familia y éste se arrodi-lló para pedir perdón por los críme-nes cometidos. La anciana con todosu dolor tocó la cabeza a quien seinclinaba ante ella, y le dijo: ahora loque podemos buscar es la reconci-liación.

Esto puede sonar como un buenchiste. Sin embargo, con todas lasdudas que representan los progra-mas televisivos nacionales y extran-jeros, por lo sospechosos de mani-pulación que resultan, vale la penaprofundizar más en el tema. Es po-sible que aquellos países que han su-frido todos los excesos de la violen-cia, en donde la población ha toma-do posición beligerante, lleguen a unmomento de hastío y, por lo tanto,prefieran buscar otros caminos quede alguna manera conduzcan a la re-conciliación.

En Colombia, hablamos de “paz, re-conciliación, perdón y olvido”, en laplaza pública, en los juzgados endonde algún jefe paramilitar o jovenperteneciente a algún grupo arma-do ilegal confiesa que ha cometidodelitos atroces y señala las coorde-nadas en donde están enterrados enfosa común aquellas personas queeran consideradas enemigas de suaccionar, o sólo sospechosas de noser de confianza.

En este ensayo desarrollaré en variasdirecciones la palabra “reconcilia-ción”, ubicando en nuestra realidadcolombiana, el texto aportado porMario López Martínez del Institutode la Paz y los Conflictos, de la Uni-versidad de Granada, España, parael seminario taller: “Educaciónpara la paz en procesos dedesmovilización y desvincula-ción”, convocado por la goberna-ción de Antioquia del 11 al 13 de sep-tiembre de 2006. En la gobernaciónde Aníbal Gaviria se percibió un in-terés fundamental en la búsqueda deprocesos de Reconciliación, y la ter-minología de la “no violencia” ini-ciada por su hermano, quien murióviolentamente en cautiverio.

En algún momento de la vida hemosvivenciado experiencias que tienenque ver con las palabras reconcilia-ción y perdón, experiencia de lascuales quedan en la memoria un fi-nal exitoso o un fracaso con saboramargo. Como elemento de apren-dizaje nos queda la certeza de que noestamos tan preparados para supe-rar conflictos, ya que aún en algúnlugar remoto de nuestra mente guar-damos sabores de revanchismo ovenganza. Desde pequeños no fui-mos preparados para reconciliarnosy, por lo tanto, en nuestra interiori-dad se generan nuevas reacciones.

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La reconciliación en Colombia: un lenguaje posible, una opción pensable. Efraín Alzate Salazar

No nos sentimos capacitados pararestituir un daño realizado, o para tra-tar de sanar las heridas producidas aalguno de nuestros semejantes, me-diante un proceso encaminado a lareconstrucción de relaciones trunca-das en el cotidiano accionar humano.

“No existen especialistas de la reconciliación;al menos no en el mismo sentido que los quetenemos para la mediación, la facilitación,la intermediación, el arbitraje.”

(López Martínez Mario. Gramáticasde la reconciliación).2

En Colombia tenemos enormesfalencias en este campo, iniciandopor la poca claridad que se percibeen el comisionado de paz, quien loúnico que hace es repetir lo que supresidente plantea. En otras pala-bras, en un país como el nuestro, endonde el presidente con su fuertetono de autoridad es quien habla,incluso el que desautoriza y regaña aquien sea, es casi imposible alcanzara formar personas que tengan reco-nocimiento nacional para procesosde reconciliación. No es suficiente lasúplica de los sacerdotes desde su vi-sión cristiana para estos fines; es de-

cir, no tenemos un perfil claro so-bre los profesionales que deberíanencarar estas tareas.

Y esto porque siempre estamos es-perando que alguien nos solucionelos problemas desde afuera, sin asu-mir esfuerzos nosotros mismos, quesomos los que directamente hemossufrido los duros golpes de la vio-lencia. Las figuras que aparecen pre-ocupadas ante los cuadrosdesgarradores y atroces de la socie-dad son importantes, pero cuandose trata de hablar de reconciliaciónse debe tener en cuenta, tal como loenuncia Mario López M., que: “losverdaderos protagonistas son los ele-mentos nutrientes que constituyenel propio tejido social: vosotros,nosotros, tú, el otro, la otra, en defi-nitiva todos.”

Colombia, en su trayectoria históri-ca de República, o aún remitiéndo-nos a nuestro pasado histórico entodo el proceso de Evangelizacióny Conquista, padece el imaginario dela violencia, la atrocidad vestida conel ropaje de nueva cultura, procesoeste que sembró en la mentalidadindividual y colectiva la manera másrápida para dirimir los conflictos. Lamuerte, la atrocidad y la barbarie.Así las cosas, hablar de reconciliaciónen Colombia es algo muy complejo.Es necesario dirigir la mirada en este

2 López Martínez, Mario. Gramáticas de laReconciliación: algunas reflexiones. Ensayo para elSeminario Taller: Educación para la paz en proce-sos de desmovilización y desvinculación. Goberna-ción de Antioquia, septiembre 11 al 13 del 2006.

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campo desde diversas disciplinas: elderecho, la antropología, la econo-mía, los Derechos Humanos, las re-laciones internacionales, la historia,la psicología etc. No se pueden sub-estimar las acciones emprendidaspor otros gobiernos en la iniciaciónde procesos de paz, cuando en lamentalidad de quien gobierna, pre-valece el sentido guerrerista y el odiovisceral a quien no ha sido cooptadopor la política que gobierna.

“En realidad más que hablar de reconci-liación en singular, habría que decir recon-ciliémonos- en plural y aclarar también quese trata de procesos desiguales, con enfoquesdiversos y con metodologías no fácilmentetrasplantables de unas sociedades a otras.”3

El tema de la reconciliación a vecesparece un tema de moda en varioscampos. Además de la academia, loencuentran de interés políticos, me-dios de comunicación, diversas ideo-logías utilizan la palabra en todasdirecciones, como la palabra queencierra toda la magia. Incluso des-de Pinochet hasta el Papa Juan Pa-blo II pregonaron la palabra recon-ciliación cuando se trataba de justi-ficar o al menos de suavizar proble-mas que estaban en claro debate, endonde la sociedad había sufrido

crueldades e infamias. El mismo BillClinton con su problema de portemoral en el caso Lewinsky se recon-cilia ante el pueblo norteamericanoreconociendo su culpa. Son casosdesde donde puede apreciarse unabanalización del término reconcilia-ción, y es aquí donde es necesarioprestar atención para casos como elde Colombia.

Hemos escuchado a los líderes de lasautodefensas confesando sus críme-nes atroces, pero en sus palabras sepercibe prácticamente la satisfacciónpor un deber cumplido. Pocas vecesmencionan las palabras perdón o re-conciliación; es en este sentido, quedesde el lenguaje y desde la mismaintencionalidad del Estado, se per-ciba una cierta justificación a críme-nes. Es decir, las atrocidades puedenser justificadas si se cometieron con-tra personas que estaban encontravía del Estado, tal es el casodel guerrillero desertor que llegó conla mano de su jefe Fabián Ramírez,para cobrar la recompensa, y reci-bió las felicitaciones de varios repre-sentantes del Estado. Cuando se tra-te del asesinato, del atentado contrala vida humana, es un crimen; comolo es el que cometieron los subalter-nos contra Carlos Castaño; es crimenel que se cometió contra FabiánRamírez; igualmente es un crimen3 Ibídem. Pág. 2.

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atroz el asesinato de indigentes quedormían bajo un puente en Cúcuta,Norte de Santander, el 8 de abril de2008.

“Algo está fallando, cuando diversos per-sonajes invocan con semejante solemnidadla palabra mágica: reconciliación. Toda-vía más cuando se suele confundir, con de-masiada frecuencia con perdón, arrepenti-miento político, o con expresiones como “bo-rrón y cuenta nueva”, “olvido”, “amnis-tía”, por sólo citar algunos de los conceptosde las transiciones.”4

Los Estados en sus procesos políti-cos y sociales, presentan con frecuen-cia fisuras en las relaciones de poderque se dan en cada momento histó-rico; Colombia es, sin lugar a dudasen el mundo, uno de los países conmayor problemática en la maneracomo se dirimen los conflictos e in-tereses en el campo del poder polí-tico. Todos los que aspiran a ser ele-gidos en algún espacio de poder pú-blico, tienen en sus propuestas laspalabras paz, perdón, reconciliación.Lo que ha de saberse es si en verdadsaben a qué se están refiriendo.

Hemos llegado a concebir el exter-minio del contrincante como la me-jor manera de mantener los hilos en

el poder, y en ello tienen que ver losintereses del narcotráfico y gruposarmados ilegales, que permearon lapolítica y se apoderaron de los esce-narios de opinión pública hasta os-curecer la capacidad reflexiva de lasociedad, la que sólo debe tenercomo paradigma los referenteslingüísticos del presidente y su equi-po acompañante en el poder. Asisti-mos así al declive de cualquier aso-mo de Sociedad Civil, en donde po-dría estar alguna crítica a los exce-sos del poder. Una sociedad así, uni-formada en palabra y acción, a vecespor temor, a veces por manipulaciónde los medios, pocas veces por con-vicción, no puede ser la que en unmomento dado proponga cambiosen el entramado del Estado. Con susilencio es proclive al totalitarismoque vive, aun sin darse cuenta.

Sin embargo los voceros del Estadotambién hablan de reconciliación,pero manifiestan el máximo de ale-gría cuando mueren en enfrenta-miento aquellos que están encontravía del Estado. Desde las pos-turas que se encaminan a la reconci-liación, este tipo de comportamien-tos belicistas, son contraproducen-tes, porque esto significa que la gue-rra ha opacado hasta las más míni-mas posibilidades para humanizarlos conflictos. En otras palabras,

4 Ibídem. Pág. 2.

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cuando se habla de ciudadanos de unpaís, que caen en la guerra, es dolo-roso sean del bando que sean, por-que en fin de cuentas, son seres hu-manos. La alegría que manifiestan losnoticieros y los cuadros amarillistasde la prensa con la foto del cadáverde un disidente del Estado, siembraimaginarios de guerra en la concien-cia de la sociedad en general, y ali-menta sentimientos de venganza. Deesta manera hablar de reconciliación,resulta complejo y contradictorio.

“Asociados a la reconciliación se desarro-llan otra serie de mecanismos y herramien-tas conceptuales integradas en un procesomás amplio y profundo: el mantenimientode la paz, el establecimiento y acuerdo depaz. En este sentido la reconciliación se-ría, más que el principio de un acuerdo depaz, todo un proceso de construcción de lapaz. De esta manera sólo podría haber unespacio para la reconciliación de tipo Na-cional, cuando se hubieran puesto en mar-cha, un mínimo de mecanismos, procedi-mientos y mecánicas que hicieran propiciotal escenario. Aquí no cabe una regla gene-ral, cada sociedad habrá de establecer dón-de estaban esos mecanismos, procedimien-tos y dinámicas.5

Si bien este ensayo, se escribe desdela mirada académica de un español,

que establece su propuesta yfundamentación alrededor de la re-conciliación, desde su equipo de in-vestigaciones de la Universidad deNueva Granada, España, teniendocomo referente los oscuros momen-tos que vivió la sociedad española,cuando Francisco Franco, durantedécadas usurpó el poder, practican-do todo tipo de infamias, y algunasexperiencias de reconciliación enAmérica y África, considero válidohacerle la lectura a la reconciliación,relacionando los paradigmas de Es-paña en la época de Francisco Fran-co y la de Colombia en las tres últi-mas décadas, en las que se han vivi-do prácticas violentas atroces.

Si bien los modos de pensar y de ac-tuar no son iguales, sirve como refe-rente para proponer el debate alre-dedor de lenguajes que se han veni-do instaurando en la vida económi-ca, política y social de los colombia-nos. Paz, reconciliación, perdón, ol-vido, borrón y cuenta nueva etc.

La Agenda Mundial para la Paz en1992, que expone mecanismos parabuscar la reconciliación y sanar lasheridas que quedaban tras la cons-trucción y caída del muro de Berlín,el declive de los regímenes dicta-toriales en América, y el fin de algu-nas guerras civiles en África, pro-pone nuevos discursos, nuevas mi-5 Ibídem. Pág. 2.

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radas y estrategias novedosas a lahora de abordar los conflictos. Enalgunos países de América que vivie-ron escenarios de guerra y luchas caside exterminio, se practicaron ele-mentos teóricos de esta agenda parala paz, y aunque no se puede decirque todos los problemas están solu-cionados, por lo menos las fuerzaspolíticas que en principio fueron en-conados enemigos, se han acogido aprocesos democráticos, y se ha res-petado el escrutinio de la sociedad.Esta agenda mundial para la paz dejóenseñanzas interesantes tales como:

“1- Rompió el paradigma clásico deque la violencia directa (sobre todola guerra) que se culminaba con unacuerdo de paz negociada o pacta-da, en un escenario de pos-conflic-to, era igual a la Reconciliación polí-tica nacional. Y lo que era más inte-resante:

que una paz de arriba–abajo fuese sufi-ciente para iniciar una reconciliación, hacíafalta más, al menos, procesos de abajo–arriba. 2- porque entendía la reconciliaciónno como un acto, un día y un símbolo con-cretos, sino como algo mucho más comple-jo: como un proceso o un desarrollo que noera lineal, sino en donde podían apreciar-se avances y retrocesos. 3- porque hacíamás énfasis en la construcción de la paz yreconciliación sobre la base de la justicia yla verdad, atendiendo a los más

desfavorecidos; como todos aquellos esfuer-zos a mediano y largo plazo realizadospor los actores locales para buscar una pazsostenible, justa y que encarara las raícesdel conflicto.6

La lógica que ha funcionado en Co-lombia, y que se aplica con mayorénfasis en el gobierno del presidenteUribe Vélez, quien se imagina unapaz alcanzada sólo con la derrota yel sometimiento del Estado a los vio-lentos (paz alcanzada arriba–abajo),sin tener en cuenta los reclamos quehistóricamente han hecho los gruposinsubordinados al Estado, o sea laotra mirada para construir la paz,(mirada abajo–arriba), no ha funcio-nado, y no ha considerado de mane-ra seria las propuestas de la agendapara la paz, porque para ello equiva-le a que se hace necesario reconocerque el Estado colombiano tiene ac-tores armados que deben ser escu-chados sin temor a que esto tengaresonancia a nivel internacional.

La reconciliación no se alcanza cuan-do funciona en la mente del gober-nante como máxima alternativa laderrota militar y política de quien seha levantado en armas, y que esto seaante todo una postura de odiovisceral de un presidente para quien

6 Ibídem. Pág. 2.

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no acepta la visión de Estado sin nin-guna observancia; es decir, aquellosque no son mis amigos ideológicos,son mis enemigos.

Las Naciones Unidas han planteadoeste debate en torno a la reconcilia-ción; para muchos este organismode control mundial perdió su legiti-midad cuando Estados Unidos inva-dió Irak ante posturas muy divididaso débiles que se dieron en el seno dela ONU. Para nadie es un secreto quelos crímenes atroces cometidos porEstados Unidos en el país de las Mily Una Noches con el pretexto de en-contrar armas químicas, tuvo el apo-yo incondicional, incluso, del gobier-no colombiano. Ahora Estados Uni-dos ha propuesto el lenguaje de lareconciliación en Irak pero teniendocomo voceros a los gobiernos ma-nejables que se inventa, con el agra-vante de estar frente a un conflictode porte étnico y religioso en dondees todavía más difícil la reconcilia-ción, porque cada quien es enviadode Dios y tiene la razón.

“Por muy extraño que parezca, viniendode las Naciones Unidas, la idea de fuerzaque subyace detrás de todo esto es que con-sidera que la paz no se reduce al cese de lashostilidades militares, al recurso de la me-diación, ni al logro de fórmulas elitistas derepartición de poder para lograr la estabi-lidad política o la reconciliación nacio-

nal, sino que la paz es sinónimo de justi-cia. Es decir, que la paz y la Reconcilia-ción sería ese camino que permita el encuen-tro de la persona con sus derechos, elimi-nando todas las barreras que lo impidan.”7

Es necesario para el caso colombia-no desmilitarizar los discursos. Y te-ner en cuenta que la paz no es el re-sultado del silenciamiento de los fu-siles, o de la invitación a este o aquelmandatario para que con su buenafe se logren acuerdos para la libera-ción de secuestrados. Estos son ac-tos humanitarios, no de paz ni dereconciliación. Tal como lo enunciaMario López, estudioso de los con-flictos a nivel mundial, la paz es si-nónimo de justicia. En nuestro paísla reconciliación y la paz serían via-bles, si en los escenarios públicos seabre el debate para que la personase encuentre con sus derechos, y paraello es necesario eliminar las barre-ras históricas, políticas y sociales quehan impedido que el ciudadano seaun verdadero sujeto de derechos.

Los países que han vivido guerrasatroces, mucho tienen que enseñar-nos, aunque ya señalamos que losprocesos de paz y reconciliación nofuncionan igual en cada nación enconflicto. Nicaragua, El Salvador,

7 Ibídem. Pág. 3.

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Rwanda, Sudáfrica, Mozambique,Yugoeslavia, Palestina, y muchosotros países que han iniciado cons-trucción de caminos hacia la recon-ciliación desde la complejidad de suscondiciones, están avanzando per-manentemente en un proceso de re-construcción de la reconciliación.Algunos países como El Salvador yNicaragua, para el caso de América,avanzan en procesos políticos des-de la democracia y pueden vislum-brarse algunos pasos en el campo dela reconciliación, por lo menos alparar los fusiles y ser todos actoresen la reconstrucción de un país endonde puedan expresarse las diver-sas opciones políticas, y donde ade-más se respete el escrutinio de la so-ciedad. Es posible que para que es-tos países llegaran a procesos comolos que viven actualmente, necesita-ron tocar fondo en la atrocidad dela guerra, pero si la experiencia do-lorosa existe, ¿para qué esperar lacaída al fondo del dolor, siendoposible intentar antes de tanto sufri-miento un adecuado proceso de Re-conciliación? ¿Es posible por una vezintentar crear puentes que unan a loscolombianos alrededor de un pro-yecto común, que no sea más que elde la paz, para buscar una posiblereconciliación?

“Todas estas sociedades han llegado a unpunto límite o máximo de saturación de

violencia, y este punto límite tiene una in-mediata lectura: o la violencia ha dejadode ofrecer réditos políticos, o los tiempos noson propicios para usarla o se han perdidolos apoyos económicos, sociales o morales.Y se llega a este punto crítico con todo unbagaje, en las alforjas, de daños, sufri-mientos y quebrantos: miles de muertos,heridos y tullidos, familias rotas, personasdesplazadas o refugiadas, situaciones irre-versibles e irrecuperables. Es un punto crí-tico, clarividente y absurdo a la vez, algoasí como preguntarse: ¿y ahora qué hace-mos, seguimos matándonos o paramos yretomamos una cierta cordura?8

Pero si miramos al mundo desde losconflictos que se viven, podemosconcluir que existe una degradación.Los fines esgrimidos por cada Es-tado o fuerza en conflicto han per-dido fundamento político, con res-pecto a lo que se defendía en princi-pio. La guerra cuando es declarada,tiene unos mínimos parámetros éti-cos, y esto se ha perdido; la cohe-rencia entre medio y fin se esfumópara dar paso a la atrocidad y al te-rror como mecanismo intimidatoriopara alcanzar intereses. La violenciaha desplazado el concepto políticoa la hora de asumir los conflictos yha perdido credibilidad como for-

8 Ibídem. Pág. 3.

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ma posible para organizar en convi-vencia a los ciudadanos.

Es necesario tener en cuenta el refe-rente histórico esgrimido por las di-ferentes fuerzas que se enfrentabanen un conflicto. Cada quien jurabatener la razón y buscaba alcanzar lamayoría de adeptos en las causasexpuestas en sus manuales de lucha:ajusticiar, asesinar, secuestrar etc.eran mecanismos intimidatorios parael logro de objetivos en la lucha.

“En nombre de la patria o de la justicia,se torturaba, se asesinaba, se practicaba elsecuestro, se violaba, se raptaban niños. Ennombre de la justicia se cometían actos deterrorismo, produciendo no sólo víctimasfísicas, sino el terror, el miedo, la descon-fianza. En nombre de la sociedad se amor-dazaban los medios de comunicación, o seencarcelaba a escritores e intelectuales, in-cluso se llegaba al absurdo de destruir alpropio país (riquezas, infraestructura etc.),para salvar con ello al propio país.9

Desde esta perspectiva, hablar dehumanización de la guerra resultaabsurdo. La degradación de los con-flictos ha llegado a tal punto, queparece existir la conciencia de quetanto víctimas como victimarios sonabsolutamente perdedores. No se

aprecian horizontes claros ni metascreíbles a la hora de iniciar un con-flicto; en el pos-conflicto, sólo que-dan cadáveres y cenizas. Este es eltrofeo esgrimido por quienes supues-tamente son los vencedores. El bom-bardeo al campamento de Raúl Re-yes, por parte del gobierno colom-biano, demuestra que no existe lími-te a la hora de eliminar al adversa-rio. Mucho menos cuando es mos-trado al mundo como un trofeo detriunfo alcanzado por los militares.Para iniciar un proceso de reconci-liación, lo que existe son seres huma-nos que hablan que razonan que pien-san y se ponen de acuerdo. Pero¿cómo llegar a acuerdos si al inten-tar construir una gramática de la re-conciliación, se responde con el len-guaje de la violencia, desde el Presi-dente de la República hasta el últi-mo de sus aliados en palacio?

En la Colombia de las tres últimasdécadas, todo lo anterior se ha vivi-do y se vive. Las confesiones de losparamilitares sobre asesinatos masi-vos para sembrar terror y arrebatartierras a campesinos indefensos; lamano cercenada por un guerrillerodesertor a su jefe es entregada a losmilitares con la venia y el aplauso derepresentantes del gobierno, todoesto da náuseas; las fotos con losrostros lánguidos de los secuestra-9 Ibídem. Pág. 3.

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dos por la guerrilla de las FARC, nosmuestra la descomposición máximadel conflicto en nuestro país, en don-de el horizonte político se ha extra-viado.

“La violencia no sólo destruye a las perso-nas concretas, sino a todo el tejido social,creando traumas y estigmas de todo tipo,no sólo físicas, sino morales y psico-socia-les. El resultado de estos conflictos ha sidouna vía abierta a la militarización de lasociedad, el autoritarismo y la arbitrarie-dad.”10

Conforme a la cita anterior, nuestropaís acredita crisis; nos encontramosen medio de la militarización, y es-quemas autoritarios de gobierno,discursos radicales en donde sólocabe la opción de amigo o enemigo.La crítica es estigmatizada comobrote subversivo; esto lleva a que lasociedad civil, manifestación clarade las democracias liberales, se ocul-te en el miedo. Así mismo, el tejidosocial desaparece, porque en el ima-ginario del Estado todos debemosser informantes de anomalías, enton-ces, el vecino, el compañero de tra-bajo, el habitante del barrio, el ami-go de la vereda, es sospechoso.

El panorama descrito hasta aquí paraabordar la idea de reconciliación, no

puede mirarse como aspecto aisla-do de los fenómenos que se viven enel planeta. El surgimiento de nuevosactores en el mundo que entran a li-derar procesos en el campo econó-mico y militar, provoca nuevos mo-vimientos para Estados Unidos,quien dedica todo su esfuerzo a com-batir el terrorismo desde el terror,Irak el mejor ejemplo. El apoyo in-condicional del presidente Uribe ala invasión ordenada por Bush alpaís de las Mil y Una Noches, le fran-queó un liderazgo en América Lati-na. La intención de crear un bloquede países liderados por Chávez paraenfrentar a los Estados Unidos, hahecho surgir en el escenario al presi-dente Uribe como un líder práctica-mente solitario, pero apoyado porel gobierno norteamericano, contrael terrorismo en América Latina.Entiéndase: aquí en el mundo es te-rrorista quien no apoya las políticasdel gobierno Bush, y en Colombia,no sólo son llamados terroristas, lasguerrillas, sino todos aquellos quedesde su visión política no compar-tan el esquema de la Seguridad De-mocrática del presidente Uribe.

Es importante que el gobierno esta-blezca mecanismos de control a losmedios de comunicación. Todos losnoticieros hoy, se puede decir, sonapologistas de la guerra, y estimulan

10 Ibídem. Pág. 3.

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la acción violenta al entregar unanoticia, y también tomar partido, lan-zando juicios temerarios. Los medioso hacen público un lenguaje que seencamine hacia la reconciliación, oasumen el papel de pirómanos de laviolencia. Muchos periodistas hanasumido el papel de la SeguridadDemocrática de forma tal, que sonimaginables ya no en vestido elegan-te, sino con uniforme y fusil a un ladode sus micrófonos.

DE LA GRAMÁTICA DELA RECONCILIACIÓNA UNA PRÁCTICAPOSIBLE

Hablar de reconciliación en Colom-bia ha sido complejo. Cada quienesgrime una visión desde su opciónpolítica, desde quienes la mirancomo perdón y olvido, hasta los quela ven como borrón y cuenta nueva;otros van más lejos y le llaman im-punidad. La ley de justicia y paz hadado espacio para todas estas acep-ciones, sin embargo, no se ha abor-dado desde un análisis sereno el con-cepto y la posible práctica de la Re-conciliación en la sociedad colom-biana.

“La Reconciliación, es un concepto conmúltiples dimensiones semánticas. Es unapalabra con una gran fuerza Política y es-

piritual. A veces solemne y lapidaria quese entremezcla con la paz, la justicia, laverdad, y el perdón, en otras palabras, es elejemplo vivo de la recuperación moral y dela capacidad de resistencia humana.”11

En Colombia está de moda el con-cepto de reconciliación; algunosdesmovilizados de las guerrillas y delas autodefensas, lo sustentan públi-camente, a veces se les intuye ciertaconvicción. Casi todos los vocerosde los partidos políticos lo expresancomo una necesidad para Colom-bia; el presidente en diferentes opor-tunidades lo ha expresado, aunque aldía siguiente sostenga la versión delsometimiento militar a los terroris-tas de las FARC, etc.

Líderes políticos y gobernantes detodo el mundo llaman a la reconci-liación y la concordia a sus goberna-dos, acogiéndose así a un lenguajeque se ha ido estructurando despuésde las diversas guerras. Los intelec-tuales y escritores, columnistas deprensa, y algunos noticieros tienen ensu gramática la palabra reconcilia-ción a la hora de expresar sus ideas.

“En ocasiones, los políticos, y los mediosde comunicación, utilizan la reconciliacióncomo sinónimo de perdón y arrepentimien-

11 Ibídem. Pág. 4.

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to, aunque evidentemente no es lo mismo.Aún así, aquellos que la nombran y em-plean, recogen muchos dividendos porque esun llamado a la cordura humana, pero secorre el peligro del olvido y la injusticia sise abusa de sus beneficios con miradas tor-cidas.”12

La palabra reconciliación la escucha-mos con frecuencia en todos los cam-pos de las relaciones humanas, y enlos diferentes espacios en donde lasociedad se expresa y actúa, inclusolas naciones que han tenido algunadificultad, la emplean para motivaracercamientos y buscar nuevos cami-nos para llegar al diálogo y recons-truir procesos en el marco del rela-ciones internacionales respetuosas.La reconciliación surge como pro-puesta después de épocas doloro-sas en el campo de la guerra o deconflictos que han afectado la digni-dad humana. Pero esta no se lograpor arte de magia, en un momentodeterminado de tiempo y hora; nose firma, ni se alcanza con abrazos.Es un complejo proceso que seconstruye a largo plazo, y que com-promete a varias generaciones. Re-quiere de acciones tanto intelectua-les como sociales, así mismo de po-siciones políticas no dogmáticas.

Si en Colombia hablamos de recon-ciliación, es porque de alguna mane-ra existe un síntoma de hartura porlos problemas de violencia que se hanvivido y que aún se viven. El proble-ma es que ante la radicalidad que seexpresa en los debates políticos, cadaquien trata de colocarle un tinte ideo-lógico al concepto.

“Reconciliar significa, por tanto,crear o tender puentes, una sabiaforma de proporcionar las condicio-nes necesarias para que sea restitui-do el sentido de las cosas y el senti-do de la justicia, apartando a un ladolos espacios ocupados por el sin sen-tido, esto es: la violencia, la crueldad,el odio y el rencor.”13

El sentido semántico del término re-conciliación tiene su espacio de de-bate, en los escenarios que investi-gan sobre la paz, así mismo para losestudiosos de las ciencias sociales. Lareconciliación se plantea en los dis-cursos de países que se han enfrenta-do por alguna diferencia limítrofe,o por problemas de soberanía nacio-nal, como en el caso de Colombia yVenezuela frente al tema de los se-cuestrados por las FARC. Incluso enÁfrica, naciones que han vivido las

12 Ibídem. Pág. 4. 13 Ibídem. Pág. 4.

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brutalidades del Apartheid, hoyvivencian algún lenguaje en torno ala reconciliación; en las relaciones hu-manas ha hecho carrera desde el con-cepto de género una visión nueva delo que significa ser hombre o mujer,se encuentra el término reconcilia-ción; es más, los ecologistas hablande la reconciliación del hombre conel planeta, etc. O sea que tenemos lareconciliación en todos los escena-rios de la vida.

“Reconciliar significa la acción y el efectode volver a la concordia. A los que estabandesunidos, concordia parece la palabra cla-ve. También significa purificar un lugarsagrado por haber sido violado, lo que noslleva a concluir, que frente al término exis-ten otras imágenes e ideas.14

Considerando algunas acepcionessemánticas en torno a la reconcilia-ción, en donde aparecen otras apa-labras cercanas como: acuerdo, con-trato, conformidad no es razón sufi-ciente para esperar que con ello seextinga el conflicto, pero sí es posi-ble al menos pensar en formas deregularlo o transformarlo medianteun cambio de relaciones entre laspartes, haciendo que las visiones con-trarias radicales, lleguen finalmentea una visión de cooperación mutua.

La reconciliación, en esencia lo quebusca es el surgimiento de los as-pectos jurídicos, culturales, éticos yestructurales del propio conflicto,pero proyectando imaginativamenteposibilidades para superar las prác-ticas violentas que se generaron enel mismo. Es volver de nuevo la mi-rada sobre sí mismos desde la con-dición de ser seres humanos, conaprendizajes que deja la guerra, parano volver a asumirla. ¿Quién que hapadecido las atrocidades de la gue-rra y que las ha superado, anhela vol-ver a ella?, nadie, es preferible unapaz, una reconciliación aun en me-dio de sentimientos dolorosos, quetener la guerra como elemento devenganza. Los conflictos y las gue-rras degradan y crean heridas, quepara sanarlas el camino es lento peroposible. En Colombia no sería im-posible, si esto llega a colocarsecomo proyecto social, pero tambiéncomo propósito del Estado y todassus estructuras.

“Para comprender mejor la dimensión in-telectual de estos procesos en el ámbito so-cial, epistemológico y metodológico, utilizola metáfora del tránsito, del paso de la te-laraña de conceptos a la construcción de unagramática de la reconciliación. Desde unpunto de vista no sólo intelectual, ideológi-co, político o jurídico, sino desde un puntode vista ciudadano; es importante saber a

14 Ibídem. Pág. 5.

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qué nos estamos refiriendo, cuando invoca-mos la justicia, la verdad y la reparación.15

En nuestro país, la Ley de Justicia yPaz empieza a instaurar estos discur-sos, pero tal como lo plantea el au-tor de la cita anterior, cada quien lohace desde su percepción particulardel conflicto. Muchos intentan incli-nar la interpretación en el campo dela verdad, justicia y reparación a par-tir de sus propios intereses. Es nece-sario que en Colombia construya-mos una gramática del conflicto con-forme a nuestras particularidades,pero sin evadir las responsabilidadesque se han suscitado cuando se hatomado partido y se ha participadode manera directa o indirecta delconflicto.

El concepto telaraña empleado porel autor del texto que en este escri-to se relaciona con la realidad co-lombiana: “Gramática de la recon-ciliación”, hace referencia a la impo-sibilidad de percibir de manera cla-ra asuntos de la vida en un país queacredita crisis. Se podría entendercomo “tener cataratas o telarañas enlos ojos”, es decir, estar impedidoparcialmente para juzgar con trans-parencia y ecuanimidad un asunto.Nadie, desde esta visión, se puede

considerar libre de algún prejuicio ala hora de juzgar a alguien. El cómoenfrentar la telaraña de los concep-tos al hablar de reconciliación, re-quiere de un entendimiento de lasdimensiones semánticas, políticas ysociales posibles, para depurar yacercarse a una gramática cercana ala realidad que se vive. Este paso esdifícil en la realidad de nuestro país,cuando se han puesto en escena po-siciones radicales, que a veces pare-cen irreconciliables.

“El ciudadano ha de tener capacidad pararomper sus prejuicios, su identidad cerra-da, para poner en marcha el difícil equili-brio entre razón y corazón, entre cabeza yentrañas, para saber manejar muchos pro-cesos y dinámicas que le inviten a la recon-ciliación.16

La telaraña de conceptos que en Co-lombia manejamos alrededor delconflicto, a veces de manera especu-lativa, otras de manera intencionaltratando de cubrir propios intereses,en términos generales son: perdón,olvido, dolor, sufrimiento, impuni-dad, justicia penal, justiciarestaurativa, memoria, miedo, odioacumulado, reconstrucción, resarci-miento, rehabilitación, remordimien-to, reparación, responsabilidad, te-

15 Ibídem. Pág. 5. 16 Ibídem. Pág. 5.

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rapia, venganza, verdad oficial, víc-timas y victimarios, y muchos otros.De todas maneras, la Ley de Justiciay Paz, propone el debate y existenafectos a ella, y detractores radica-les. A mi modo de ver ninguna leyhace justicia de tal manera, que to-dos se sientan representados y abso-lutamente satisfechos. Es posible quetodo proceso de paz emprendido enel mundo no dejara para la historiafotos en donde todos muestran ple-na satisfacción; no todo es un océa-no de mermelada. Lo que en muchoscasos se ha pretendido es lograr lareconciliación con lo mínimo de in-justicia.

El reto para los intelectuales y estu-diosos de los problemas sociales delpaís, está en construir esa gramáticade nuestro conflicto, para aproxi-marnos a la reconciliación. Los pro-blemas del lenguaje en estos proce-sos deben ser mirados con serenidad,para no caer en la tergiversación. Esnecesario que la sociedad se siente adebatir sin temor sobre el tema,pero para ello los medios de comu-nicación deben cumplir un papeleducativo, así mismo las universida-des y organizaciones sociales puedencumplir un excelente papel ante lasociedad proponiendo mejores de-bates con altura y responsabilidad.

“Una forma de aproximarse al problemaes entender el paso de la telaraña a la gra-mática de la reconciliación. Esto es el de-bate sobre qué puede significar y qué al-cance pueden tener para una sociedad losconceptos claves entre ellos: justicia, memo-ria, verdad, con su carga emotiva, pedagó-gica y terapéutica a comenzar a pensar lareconciliación como un proceso establecidoen claves, no sólo emocionales, sino en unconjunto de reglas políticas, culturales y so-ciales para generar un lenguaje claro, pro-pio, comprensible y aceptado por todos o,al menos la mayor parte, que nos permitacomunicarnos, entendernos y avanzar en lavía de la reconciliación.17

Para llegar a una gramática de la re-conciliación, no existen reglas, perosí existen algunos estudios que se hanaproximado a procesos. El primerejemplo de tipo arriba–abajo, lue-go uno de abajo–arriba, y un estu-dio alrededor de la reconciliación ensociedades Latinoamericanas, vea-mos algunos ejemplos estudiadosdesde la perspectiva de Mario LópezM., en cuanto al trabajo de la recon-ciliación en el mundo.

En Guatemala, en el año 2004,Mercie Marsky, estudiosa del temade la reconciliación en este país cen-troamericano, planteó las 4 “D”,

17 Ibídem. Pág. 5.

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idea que la desarrolla de la siguientemanera:

Dignificación: palabra de granpeso en Guatemala, y designa unasunto relacional de reconocimien-to mutuo, de igualdad y humanidadcompartida, en sentido político yespiritual.

Desprivatización: desprivatizacióndel dolor y las pérdidas, en donde elproblema no sea sólo cuestión devíctimas y victimarios, el problemapasa a ser asunto público con res-ponsabilidad de toda la sociedadante la pérdida de 200.000 personas.El tema se asume desde una realidadpolítica y social y no de carácterinterpersonal.

Descriminalización: en los años deguerra se criminalizó la participaciónpolítica, el pensamiento crítico y laactividad pública que tuviera contra-riedad con el régimen imperante.Entonces descriminalizar estas accio-nes es el paso que se da para la re-conciliación en Guatemala.

Desvictimización: de manera len-ta, el concepto de víctima se supe-ra, para aparecer siempre con estacategoría ante la sociedad. La vícti-ma es el resultado de otro sujeto yno puede convertirse en una identi-dad propia.

Desde la experiencia planteada porla investigadora Mercie en Guatema-la, tiene importantes aportes, que sepueden mirar para Colombia, sinembargo estamos distantes, ya quedesde el mismo gobierno se mane-jan políticas marcatistas y las élitesdel poder no entenderían este len-guaje previo a la reconciliación. LaLey de Justicia y Paz no se proponedignificar a la sociedad afectada, sinoque los victimarios se acogen y reci-ben beneficios. Así mismo el Presi-dente de la República señala comoenemigos a los que no son de su mis-mo pensar político, y las víctimasson señaladas por el Estado comoculpables en muchos casos.

El gobierno y toda la clase políticadeberían estar pensando seriamenteen incluir en sus discursos una gra-mática de la reconciliación, y tratarde disuadir los discursos incendia-rios que se escuchan permanente-mente por altos representantes delEstado, incluido el Presidente.

El segundo ejemplo (abajo–arriba)retomado en el trabajo de MarioLópez M. en los procesos de recon-ciliación en el mundo, es el del psi-cólogo Dan Bar-On, en su experien-cia compartida con descendientesde criminales nazis y supervivientesdel Holocausto. Plantea la construc-ción de una gramática de la reconci-

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liación desde las características éti-cas, culturales y religiosas de cadagrupo.

Cada grupo trabajó por separadodurante 4 años hasta prepararse parael encuentro; luego se juntaban losgrupos para reflexionar juntos y to-mar alguna confianza. Con metodo-logía organizada, sin rigidez, se lle-gó a hablar de reconciliación. Algu-nos aspectos importantes en esteenfoque fueron: trabajar la confian-za, desde diálogos, narraciones y he-chos; reflexionar sobre los tabúes ysilencios, abordando las zonas oscu-ras de la relación conflictiva;deconstrucción de la vieja identidadmonolítica y construcción de unanueva identidad, analizando lengua-jes y discursos, ubicando lo comúny las diferencias; trabajar juntos porla construcción de la paz a medianoy largo plazo desde un quehacer co-munitario.

El tercer caso es el de Sudáfrica, conla CVR –Comisión de la Verdad yla Reconciliación–, en donde aflorala verdad no oficial, la de las vícti-mas y que tuvo componentes de jus-ticia restaurativa, construcción de lamemoria, elementos de impunidad,reparación moral y salida política. EnSudáfrica, se valoró ante todo laverdad, pero dejó altas dosis de im-punidad al no juzgar como era debi-

do el Apartheid. Se aceptó amnistía,con el sólo hecho de conocer la ver-dad.

Al llegar a Colombia desde esta re-flexión, tomando como paradigmaspaíses en donde se ha intentado ins-taurar comisiones de verdad justiciay reparación, nos encontramos conque más allá del papel es poco lomostrable en resultados. Queda antetodo un ambiente de impunidad, yaque todo lo que se maneja viene endirección arriba–abajo, y se ha per-dido la confianza en el proceso. Latarea como lo he señalado anterior-mente, es la configuración de nues-tra propia gramática de la reconci-liación, pero haciéndola pública ycomprometiendo ante todo al go-bierno y a sus asesores. Sin embar-go, el pesimismo no es la respuesta;un país que ha ocultado su historiaviolenta ante el mundo, difícilmenteva a aceptar que en su geografía sevivió y se vive con elevados nivelesde impunidad. El reto es, asumir,aceptar, reconocer la realidad.

Creo que los asesores políticos delgobierno colombiano, han hecho unalectura ligera a los procesos que pue-den ser tomados como ejemplo enel mundo en el campo de la reconci-liación, pero en el análisis que elloreclama, dichos asesores han sidotemerosos, porque al promulgar las

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leyes que se encaminan a crear me-canismos de reconciliación, han he-cho lo posible porque los victimariossean tratados mejor que las víctimas.Es el caso en Medellín de los jóve-nes que supuestamente sedesmovilizaron de los grupos deautodefensa, sindicados de atrocescrímenes en la ciudad, y que la ley lesasignó salario.

Esto fue entendido por las comuni-dades damnificadas por el conflictoy el desplazamiento urbano, comouna manera de demostrar que enColombia ser delincuente arroja re-sultados. Muchos jóvenes que se ne-garon a incursionar en cualquier gru-po armado así lo manifestaban, concierta tristeza y malestar. El alcaldeSergio Fajardo, a raíz de este climade malestar, se ideó para Medellínun programa cuyo lema era: “delin-quir no paga”, pero esto sólo fue unprograma de momento.

Retomar para Colombia las expe-riencias de otros países para cami-nar en la ruta de la reconciliación,requiere un plan de acción serio, y laparticipación de personas con for-mación en el campo de las CienciasSociales y en psicología del conflic-to. Si las estructuras que promovie-ron la violencia permanecen intactas,difícil será llegar a sanar las heridas,y más difícil aún colocar en el len-

guaje público y en el imaginario so-cial la palabra reconciliación.

Los alcaldes se proponen planes yprogramas desde el presupuestoparticipativo, para emprender tareasque eduquen al joven, donde se de-muestra a la sociedad que el Estadono es excluyente, que como ciuda-danos participamos de las ventajasde la democracia. En Medellín estoha sido notorio, sin embargo los co-letazos de la guerra en todo el De-partamento y en el país, a diario co-loca nuevos retos. Ser una ciudadreceptora de desplazados coloca endificultades cualquier tipo de presu-puesto; de ahí que la reconciliacióndebe tener como escenarios el cam-po y la ciudad; debe contar con unapropuesta clara de redistribución dela tierra, y de subsidios para regre-sar al campo. Es necesario inclusoinvalidar las compras de tierras enzonas de conflicto, en donde de lanoche a la mañana salieron despavo-ridos los campesinos, y al otro díaaparece un señor dueño de todas lastierras, con registros legales. La recon-ciliación debe pensar en todos estosaspectos que degradaron la vida hu-mana, y que mostraron las armascomo máxima opción de poder.

Los países de América Latina que hanemprendido procesos de Reconcilia-ción, han incluido todos los escena-

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rios posibles. Ante tanto período deexclusión, corresponde otro de ple-na inclusión y reconocimiento de loserrores cometidos; la insistencia enevadir responsabilidades distancia laposibilidad de Reconciliación, ytraumatiza el acercamiento a la con-fianza, aspecto básico de las tareasque se emprenden en la construcciónde una paz duradera. Si bien la pazes una utopía y la ausencia de con-flicto una aspiración para soñadores,sí es posible en pensar en conflictosque lleven a dimensionar la sociedaden su convivencia, para tener la pazal menos como un referente en lamente de quienes no creemos en laguerra como única opción.

DE LARECONCILIACIÓN YLASRECONCILIACIONES:MÉTODOS YENFOQUES.

“Los procesos están determinados, en granmedida, por el contexto político-cultural endonde se produzcan. Cada sociedad, cadacultura, debería saber cómo afrontar el cie-rre de las heridas y cómo conducir la cura-ción. De hecho cada sociedad ha ido crean-do a lo largo de su historia y de sus trau-mas pasados: formas, normas e institucio-nes que ayudan ese papel. En ocasiones son

elementos simbólicos, narrativos,procedimentales o institucionales, los cua-les permiten afrontar estos procesos con éxi-to.”18

Normalmente, son las iglesias –cua-lesquiera que sean– las que desde lareligiosidad abordan el sentido de lareconciliación como algo espiritual;invocando ante todo el amor a Dios.Incluso algunas sectas, colocan ensus logos: “espacio para la reconci-liación y la sanación”, y no es extra-ño que a sus prédicas asista muchagente con esa necesidad.

Aparte de esta metodología de por-te religioso, existen en el mundootros enfoques, con nuevos actores,ONGs especializadas. Podría decir-se que existe una visión cultural dela reconciliación. Allí donde existael problema, se puede abordar laposible solución desde la perspecti-va que sea posible. La rehabilitaciónmoral es una forma de reconcilia-ción, lo mismo que donde sea nece-sario reparar económicamente tam-bién es válido. Y donde sea posibleel perdón es igual de importante.

Aspectos estos que nos encontraríancon una visión ética y moral del con-flicto y la reconciliación desde esta

18 Ibídem. Pág. 8.

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perspectiva también es posible. Esdifícil encontrar un grupo religiosoque tenga como propósito en suspostulados hacer daño a sus seme-jantes, por ello desvirtuar sus accio-nes con la visión trascendente de fe-licidad que predican, sería una pos-tura ideológica y ese no es el propó-sito. Buscar caminos para la recon-ciliación es la tarea.

Pero allí donde las condiciones de-gradantes de la dignidad humana fue-ron la característica del conflicto, elenfoque ha de ser estrictamente jurí-dico y punitivo, y el Estado debecrear los tribunales y procesos dereinserción, de política y justicia. Elcaso colombiano es un ejemplo; te-nemos, según la ONU, el mayor nú-mero de desplazados en el mundo;las masacres perpetradas por gruposal margen de la ley son una vergüen-za nacional; la vinculación directa deun alto porcentaje del Senado de laRepública con el narcotráfico y elparamilitarismo nos dejan mal para-dos ante el mundo; la rampante im-punidad con que se han movido portodo el país los jefes criminales, conalguna complicidad demostrada yaante el mundo de agentes del Esta-do, es ejemplo para decir que enColombia se requiere la aplicaciónde la justicia.

Los pasos dados por la Fiscalía y laProcuraduría aún para detener a loshombres más cercanos al Presiden-te de la República por vinculación ala parapolítica, como el caso deMario Uribe, primo, amigo y jefe decampaña del uribismo, demuestranque sí es posible aplicar justicia aúna los más poderosos. El Estado quearrodilla y coopta la justicia, es elEstado que oculta las infamias, y sólodeja ver las atrocidades y crímenesque se suscitan en la sociedad.

“No quiero dejar de señalar que el conoci-miento de prácticas como la “no violencia”pueden ayudar a facilitar procesos (…)hablo de la no-violencia, pero esto no equi-vale a renunciar al sí conflicto. Dado queel conflicto se convierte en una herramientacon la que nos relacionamos entre los hu-manos. En donde todos podemos aprendercreativamente, donde todos podemos crecery autoevaluarnos.”19

En Colombia y en todo el mundolos procesos de reconciliación hanterminado en las comisiones de laVerdad (CV), pero con instanciasoficiales, pagadas por el Estado parainvestigar los hechos violentos y víc-timas. Y si muchos de los hechosatroces fueron cometidos por agen-tes del Estado, por lo tanto no es de

19 Ibídem. Pág. 8.

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absoluta confianza una investigaciónpor parte de instancias del Estadoque no tienen suficiente credibilidad.La Comisión de la Verdad en Co-lombia no podría cuestionarse des-de la calidad profesional de las per-sonas que la integran, sino desde elcontrol que el Estado ejerce sobreellos. En la búsqueda de la verdadno se pueden tener limitantes y mu-cho menos espacios para la sospe-cha de que algo queda con un mantode duda.

Las Comisiones de la Verdad quese pueden destacar porque asumie-ron procesos en los que se presumehubo lineamientos éticos y valoresaceptables de justicia y que se pue-den tener en cuenta como paradig-ma reflexivo hacia otros procesos dereconciliación, se pueden mencionarlas siguientes: Argentina, Chile, ElSalvador, Guatemala, Sudáfrica yPerú. Los procesos que aquí se em-prendieron acreditan algún grado deresponsabilidad ética.

LA COMISIÓN DE LAVERDAD

Hemos abordado la investigaciónhecha por Mario López en el Insti-tuto de la Paz y los Conflictos, en laUniversidad de Granada, España;desde donde se estudian conflictostanto en el país Vasco, como en

otros países del mundo, en los queno se incluye a Colombia, por ser estaNación una de las que demuestramayor degradación en el campo delos Derechos Humanos, y en dondeel conflicto no ha sido abordado detal manera que se pueda hablar deuna paz pronta, o de una reconcilia-ción así sea a largo plazo. Esta pro-puesta académica del Doctor MarioLópez la ubico como referente parahacer una lectura a los lenguajes quemanejamos en Colombia después dela Ley de Justicia y Paz que tanto de-bate ha suscitado.

No es raro que en Colombia un re-ducido número de especialistas es-tén hablando de paz, verdad, recon-ciliación, reparación, justicia, memo-ria desplazado, víctima, victimario ymuchos otros temas que han sidomateria de debate público en otrospaíses del mundo. La gramática dela reconciliación planteada porMario López M. merece la lecturadesde nuestra realidad colombiana,para hacer pública esta gramática detal manera que cada ciudadano seapropie del discurso y lo asumacomo un proyecto social. De lo con-trario seguiremos dando pasos equi-vocados, sin opción de alcanzar sali-das a la tragedia que nos asiste des-de hace décadas. El ciudadano en elescenario público asume lo que des-

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de el Estado se presenta; si la inten-ción del ejecutivo, ha sido uniformarel discurso a su alrededor, en muchaparte lo ha logrado, pero esto no lesirve en un proceso posible de re-conciliación. ¿Qué papel cumpliríauna comisión de la verdad en un país,que se cree que sólo la verdad es delPresidente?

“La comisión de la verdad son to-dos aquellos órganos de investiga-ción que engloban todo un conjuntode mecanismos y características fun-cionales, que han servido para:

a- Reconstruir y divulgar los hechos de vio-lencia, esto es, publicitar las violaciones delos Derechos Humanos y los actos que hansido ocultados, manipulados o falseados porla denominada” Verdad oficial” b- hacerque las Víctimas de la violencia política -o sus familias y amigos- tengan un papelprotagonista en la denuncia de lasinhumanidades cometidas; y c- elaborartoda una serie de recomendacionescompensatorias para las víctimas.”20

En las diferentes partes del mundoen donde han funcionado comisio-nes de la verdad, han permitido elaporte de pruebas, testimonios y laubicación de responsables, así mis-mo han ayudado a las víctimas en la

elaboración de su duelo y en la recu-peración de su dignidad. Pero unpapel fundamental que ha cumplidola comisión de la verdad, es en elproceso educativo, que podríamosllamar “una pedagogía de la recon-ciliación” en el momento de hacerreal el juicio moral a los victimariosy a la sociedad entera.

La credibilidad de la CV es lograblemás allá de los parámetros naciona-les e internacionales, cuando se de-muestran avances en campossociopolíticos, antropológicos,psicosociales, con los que se haceposible la demostración de los pro-cesos de deshumanización y degra-dación de los conflictos.

“Detectando los factores estructurales quehan propiciado esas violencias políticas:fuertes desequilibrios de poder; concentra-ción de propiedad; ausencia de mecanismospolíticos de protesta y defensa; degradaciónde las relaciones institucionales (parlamen-to, jueces, policía)”.21

Las comisiones de la verdad se legi-timan en el campo de la reconcilia-ción, si tienen dentro de su accionarposibilidades para iniciar cambiosque develen los niveles de impuni-dad; cuando sirven de enlace con la

20 Ibídem. Pág. 8. 21 Ibídem. Pág. 9.

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justicia, la administración, la seguri-dad y cuando advierten los eleva-dos niveles de desigualdad en el cam-po de los derechos del ciudadano.

En Colombia, ¿qué han aportado lascomisiones de verdad en la aplica-ción de la llamada Ley de Justicia yPaz? Es poco. Incluso las que se haninstaurado en aquellos países en don-de se ha avanzado en procesos dereconciliación tampoco han cumpli-do a cabalidad su papel. La búsque-da de la verdad es algo que inclusoabordarla desde su definición filosó-fica resulta tan compleja como la fe-licidad. Y en nuestro país que tieneconnotaciones particulares en su de-venir histórico, mucho más. Lograrla verdad en procesos en donde lavida ha sido lastimada en su digni-dad no es tan sencillo. Diríamos quetendríamos aproximaciones a la ver-dad. En la realidad colombiana nosasombramos con las verdades ex-presadas por este o aquel vocero delas AUC, pero luego surge otra ver-dad de otro armado ilegal; o la jus-ticia encuentra una verdad para con-frontar la supuesta verdad de quienya la dijo. He ahí el problema.

LA GRAMÁTICA DE LARECONCILIACIÓN

Hemos dado pasos lentos para lle-gar al menos desde la gramática, des-

de la letra, desde la investigación alo que puede ser la reconciliación. Sureto es sin lugar a dudas, alcanzar latransición de la verdad a la justicia.Tarea tenaz, que sólo se logra en lamedida en que se haga público estelenguaje, para que el ciudadano loincluya en su imaginario cultural ysocial.

“Se trata de todas maneras, más allá deun ejercicio intelectual, un ejercicio prácti-co. Generar una gramática de la reconci-liación es dotarnos de unas reglas y nor-mas para comprender e intervenir el proce-so.”22

El doctor Mario López, a quien enlo fundamental se le analiza en esteensayo su obra: “Gramática de lareconciliación”, adecuando su inves-tigación al contexto de Colombia,plantea 6 pasos para llegar a una gra-mática. Veamos:

A- Reconocimiento social y polí-tico de la existencia de víctima yvictimario:

Se trata de no vivir de espaldas alconflicto, mucho menos negarlo; elreconocimiento, permite aflorar lasviolencias silenciadas, recuperar lamemoria histórica, rescatando delolvido a los que padecieron ese su-

22 Ibídem.Pág. 9.

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frimiento. A la violencia llamarla porsu nombre sin despojarle de su cruel-dad. No se puede imponer el silen-cio como algo mejor que la verdad;por muy doloroso que resulte reco-nocer que ha habido víctimas yvictimarios, es necesario que estosalga a relucir en el debate público, yesto puede hacer posible los pasosque siguen en el proceso de reconci-liación. Pero los actores indirectosimplicados en el conflicto se debenconocer, aunque en ello resulten im-plicados personajes de ascendenciapolítica en el país; de lo contrario elreconocimiento social y político que-daría a medias.

En Colombia este aspecto ha sidode difícil cumplimiento, ya que almomento del reconocimiento polí-tico y social se han dado dificulta-des, sin embargo, el proceso sombríoque vive el Parlamento colombiano,demuestra un pequeño asomo derecuperación de la dignidad en la jus-ticia. Los Estados que acreditancorrupción en las instancias judicia-les, difícilmente pueden emprendercaminos hacia la búsqueda de la re-conciliación. La justicia es garante dela dignidad humana y la absoluta vi-gencia de los Derechos Humanos.

La Ley de Justicia y Paz, ha traídootros ingredientes, sin embargo mu-chas de las víctimas que se han atrevi-

do a salir a denunciar las infamias delos actores armados, han sido asesi-nadas. No se ha dado protección atestigos y esto ha creado desconfian-za en las víctimas. Los jefes de lasautodefensas desmovilizados, y queestán en proceso de confesión de suscrímenes, traen a las afueras de loslugares de las audiencias, grupos mu-sicales y agitadores, lo que tiene comopropósito banalizar el problema.

B-Inventario de horrores y errores

Hay qu saber qué, cuándo y cómosucedieron los hechos; no es suficien-te reconocerlos. A veces esto sor-prende, porque aparecen hechos lu-gares e involucrados que nunca secreían; esta tarea la ha cumplido enlos procesos exitosos en el mundola Comisión de la Verdad (CV), consu tarea esclarecer, investigar, cono-cer e identificar los elementos delconflicto y las estructuras del terror.Después de conocer estos macabrosescenarios en donde la Comisión dela Verdad ha investigado sin ningu-na presión, es posible que se lleguea hablar de alternatividad penal, loque permitiría un trato diferente paravíctimas y victimarios en donde noaparezca la aplicación de la justiciacomo venganza; en este caso sería lajusticia restaurativa.

La experiencia colombiana, noaparece aún en el escenario mundial

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como algo significativo, porque aúnaparecemos en medio de un conflic-to que no muestra salidas. Sin em-bargo la dolorosa exhumación demiles de cadáveres de las fosas co-munes que han informado losdesmovilizados de las AUC demues-tran el horror paramilitar; ellos na-rran a su manera los hechos, y losdolientes de los seres queridos ase-sinados se preguntan ¿por qué? Casinunca encuentran respuestas claras,sólo sospechas, incluso equivocacio-nes. El mayor señalamiento para caercomo víctima en este atroz conflic-to, es estar en el otro lado, entiénda-se no estar con el victimario, y paraesto no era necesario ser actor acti-vo armado sino familiar, amigo, ve-cino del señalado como enemigo delas causas de los victimarios. Hoyasistimos en Colombia a realidadestales como las de las bananeras deUrabá que le aportaban enormescantidades de dinero a lasautodefensas para que éstas sostuvie-ran la guerra; algunas de ellas hansido condenadas a pagar enormescantidades de dinero a las víctimasde la violencia. En otros casos, polí-ticos de prestigio han resultado im-plicados y no han podido demostrarsu inocencia o el origen de sus incal-culables fortunas.

C- Fase del perdón, del reconoci-miento y de la justicia alternativa.

Es el paso de miedo a la confianzaentre víctimas y victimarios; es unpaso duro y difícil ya que aún existetemor y desconfianza, porque el pro-ceso puede aparecer como algo dé-bil, engañoso, incluso pueden darseamagues de regreso a la violencia, loque puede reanimarse mediante eldebate y encuentros en donde se per-ciba el arrepentimiento. Las instan-cias internacionales con reconoci-miento juegan un papel aquí de im-portancia como mediadoras. La fasees compleja para nuestro país. Cadadía surgen nuevas víctimas y nuevosepisodios que estaban sin investigar.Si no se aplica la justicia cómo se vaa pedir perdón. Es complejo por sernuestra cultura vengativa, lo que sepuede apreciar en su proceso histó-rico de construcción como nación.Nuestro pasado histórico y políticoacredita un proceso violento y de ellono nos podemos sustraer. El per-dón debe ser para el victimario, pero,¿de qué puede pedir perdón la vícti-ma? Lo máximo que puede hacer esla aceptación del ofrecimiento delperdón por parte del victimario, y lavinculación con fe al proceso que sele propone. Es necesario experi-mentar el encuentro entre víctimas yvictimarios y presentarlo ante la so-

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ciedad, con el ánimo de hacer públi-cos los hechos, y así cada ciudadanovalora en su dimensión el problema.

D- Definición de actores directose indirectos, de lo que entendemospor pacificación, reconciliación,así mismo agendas claras para lareinserción y rehabilitación.

“Aún admitiendo que el sujeto de la recon-ciliación es toda la sociedad, de lo contra-rio sería una farsa. No obstante, existenactores más específicos que han de estar enla pacificación, la rehabilitación, etc., paraprofundizar en la negociación, llegar a com-promisos, instaurando una administraciónque permita avanzar en el proceso. Estosignifica que no tienen porqué estar vícti-mas y victimarios en este proceso, pero sítenerlos en cuenta.”23

En los procesos de reconciliación losactores directos deben ser las vícti-mas, supervivientes y familiares deestos. Cuando se considera en estecaso al victimario, sería para tenerloya en un proceso de reinserción. Noes extraño que víctimas y agresores,resulten encontrándose en un grupo;en este caso es importante la presen-cia de otras personas que ayuden eneste proceso. En esta fase se debendeterminar las metodologías a em-

plear y el grado de responsabilidady estrategia a emplear en caso debuscar la rehabilitación. Acá jueganun papel vital las instituciones y or-ganizaciones para dar impulso y mo-tivación a la reconciliación.

En las agendas que se emprendenpara la reinserción de grupos arma-dos que se han desmovilizado y des-armado y que regresan a su vida fa-miliar y laboral, deben considerarseel tratamiento judicial, político, so-cial y jurídico; definir claramente siva a tener mayor importancia la víapunitiva o la restaurativa o si el pro-ceso incluye ambas vías. El proble-ma está en que la garantía para eléxito de un proceso de estas condi-ciones, debe planearse para una ge-neración, y debe quedar en planes dedesarrollo en todo el país, con unrespaldo económico, político y so-cial. El reinsertado se debe conside-rar, pero más allá de éste está la co-munidad en donde va a buscar nue-vas posibilidades de vida.

A la hora de plantear las agendaspara estos procesos, debe conside-rarse la reinserción de la poblaciónrefugiada que regresa a sus zonas deorigen, las mismas que cargan consi-go todo el sufrimiento, miedo, des-arraigo, y la pérdida de seres queri-dos y sus bienes materiales.

23 Ibídem. Pág. 10.

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En Colombia este paso se ha inicia-do tímidamente; muchos de los ac-tores de la tragedia del conflicto, sedesarraigan y no quieren regresar asus tierras y prefieren ocupar los cin-turones de miseria de las grandes ciu-dades; los mismos actores armadoshan tenido la tendencia a regresar afilas de combatientes ilegales. La Leyde Justicia y Paz ha confeccionadoagendas para avanzar en procesos,sin embargo el número de desplaza-dos según estudios planteados porONGs aumenta cada día.

Podría decirse que el proceso no halogrado encaminarse adecuadamen-te, sin embargo, se advierten esfuer-zos del gobierno para demostraralgo ante la comunidad internacio-nal. Nuestra complejidad histórica,política y social nos lleva a nuevasreflexiones para reencauzar el cami-no a la reconciliación, y en ello de-ben ser considerados los intelectua-les, los estudiosos de las ciencias so-ciales, los expertos en conflicto, losgobiernos amigos y ante todo la bue-na voluntad del gobierno. Es nece-sario asumir una relación respetuo-sa con los países vecinos que puedenser cooperantes en la búsqueda de lapaz. Son nocivas para el Estado y susprocesos encaminados a la reconci-liación las voces guerreristas de mu-chos representantes del gobierno,

que sin la autorización del Presiden-te emiten comunicados que contra-dicen algún proceso de reconcilia-ción posible. Es necesario desarmarlos discursos oficiales, así mismomotivar el cambio de formato en losnoticieros, ya que se han hecho pre-goneros de la guerra. Para compro-meter la sociedad en la búsqueda decaminos de convivencia es necesariointentar permear los escenarios pú-blicos con lenguajes que efectiva-mente conduzcan a la paz, así seacomo utopía.

E-Planes específicos para la re-construcción económica, social ypsicológica.

“Acá nos referimos a un programaparalelo y ambicioso, consiste en lareconstrucción de la economía na-cional y el inicio de los primeros pa-sos para ubicar la economía dañadaen el conflicto para ubicarse en elconcierto económico internacional(…) aquí es importante la participa-ción de los gobiernos extranjeros,que ayudan en los proceso de pacifi-cación, reconstrucción, y de recon-ciliación. es fundamental que los pla-nes reconozcan las causas que origi-naron la violencia desatada.”24

24 Ibídem. Pág. 10.

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Es importante, además, dirigir la mi-rada a la reconstrucción del tejidosocial dañado por el conflicto. Eneste campo se afectan por lo generallos sectores más débiles: torturados,desplazados, víctimas, niños com-prometidos en la guerra, mujeresexcombatientes, refugiados; todosestos requieren de ayuda psicológi-ca, atención médica y tratamientosde por vida por las mismas secuelasde guerra y enfermedades productode la violencia.

Colombia, aunque se quiera demos-trar en el contexto internacional queno vivimos conflicto ni guerra, estáafectada económicamente por el con-flicto que se vive. La destrucción delcampo, las fumigaciones con mate-rial que afecta la vida y la naturalezaen general, la destrucción de oleo-ductos, las minas quiebrapatas el cre-cimiento de los cinturones de mise-ria, todo ello acredita un problemaeconómico para el país, que no sesoluciona con préstamos por la ban-ca internacional, ni con dinero delPlan Colombia para armarse, ni conel TLC para preferencias arancelariasa otros países, sino con el reconoci-miento de nuestra propia realidad yasumiendo que no somos un país deeconomía boyante, que somos unpaís con elevados niveles de pobre-za que puede recibir la solidaridad

de países amigos para avanzar en laefectiva reconstrucción económicadel país.

Reconocer que estamos en medio deun conflicto y que no se arregla condeclaraciones de guerra por los me-dios, sino mediante la aceptación dela realidad que se vive, así mismo laaceptación de que otros países ha-gan presencia para la reconstrucciónde la economía, y la inversión social.

F- Modelo sociopolítico de con-vivencia y democracia.

“La aspiración última debe ser siempre lainstauración de un régimen democrático,social y de derecho, que permita la partici-pación, el pluralismo y el ejercicio de laslibertades. Pero aquí tampoco vale genera-lizar, cada sociedad debe buscar, median-te un debate sincero y abierto, sus propiasfórmulas, alimentándolas con sus propiasexperiencias del pasado, conociendo tam-bién sus limitaciones y sus verdaderas posi-bilidades.”25

Es posible mirar otros modelosexitosos, pero no significa que éstesea un paradigma de imposición. Unrégimen democrático no es la pana-cea de perfecciones, allí se encuen-tran dificultades y diferentes formasde pactos y consensos. Allí en el

25 Ibídem. Pág. 11.

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modelo democrático las apetenciasde poder humano deben dosificarse;en este modelo se busca jerarquizary priorizar los esfuerzos hacia la con-vivencia, la solidaridad y la justiciasocial. La reconstrucción del mo-delo democrático debe llevarnos auna construcción creativa de la paz,para evitar el regreso a las violenciasdel pasado; la reconciliación se alcan-za con la consolidación de la demo-cracia, y ésta se consolida cuando lasaspiraciones razonables son posiblesy donde ninguna causa política o so-cial es excluida. El modelo demo-crático además de ser el gobierno delas mayorías, es también el modeloque respeta las minorías, sin temer ala alternancia política.

La democracia ha de fundamentarsedesde una ética pública cimentada enuna cultura de los Derechos Huma-nos, el fortalecimiento de las institu-ciones públicas y el pleno respeto alas libertades. Nuestro país acreditacrisis en este sentido; el modelo de-mocrático que sustenta nuestra rea-lidad política y social, tiene enormesvacíos. Diría que estamos ante unademocracia débil en donde se ha eli-minado físicamente al opositor ideo-lógico. En expresiones del mismoPresidente se llama terrorista a todoaquel que no piensa exactamentecomo él. Las vallas colocadas en

Bogotá con palabras del primer man-datario son una muestra de la intole-rancia política; prácticamente es unllamado a la violencia contra los queno son militantes del uribismo.

A mi modo de ver estas acciones co-rresponden a gobiernos que en la su-puesta defensa de la democracia, re-sultan extremadamente autoritariosy avanzan a pasos agigantados haciael totalitarismo. La salida es, sin lu-gar a dudas, reconocer las fisuras ydebilidades en las que se sustentanuestra frágil democracia; no se tra-ta de mostrar ante el mundo lo queno tenemos, o con llevar a persona-jes para que nos defiendan en las cor-tes internacionales, tratando de mos-trar lo que no tenemos y tapando loque en verdad somos.

¿Quién puede negar que tenemosproblemas al ser el primero o segun-do país del mundo, según estudiosde la ONU, con mayor número dedesplazados por la violencia. Quiénpuede negar que las mafias delnarcotráfico y el paramilitarismopermearon el Parlamento, y que cer-ca del 50% de los senadores estánsiendo investigados o están en la cár-cel por estar relacionados con delin-cuentes y criminales?

¿Quién puede negar que en el país seexterminó físicamente a un partido

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político que quiso apostarle a la de-mocracia, y que a lo largo y anchode Colombia existen fosas comunesde colombianos asesinados por losgrupos paramilitares, hoy muy vin-culados con los políticos que tienenasiento en el Parlamento?

Toda esta realidad nos lleva sencilla-mente a que es necesario retomarnuestro ideario político, para pro-fundizar la democracia, de tal mane-ra que no sea como hasta ahora unademocracia de papel, que se sus-tenta en el Estado de derecho, en elimperio de la ley, en muchos solda-dos y policías, pero no en el Estadosocial de derecho única vía para quelos ciudadanos vivan en una auténti-ca democracia.

REFLEXIONES DESDEEL CÍRCULO DEHUMANIDADES

Abordemos al final de este texto al-gunas reflexiones que desde la visióncrítico–social, nos propone el inves-tigador en temas de reconciliación anivel mundial, el Doctor MarioLópez, de la Universidad de Gra-nada, España. Se preguntará el lec-tor, sobre las razones que motivaneste escrito, a partir de la propuestaacadémica de un español. Pues bien,desde el Círculo de Humanidades de

Unaula, equipo de estudio que creósu propia Revista dedicada a temasde crítica social, derechos humanos,educación y pedagogía, hemosincursionado en el medio académi-co de la ciudad con propuestas quehan sido acogidas por estudiosos delas ciencias sociales. Desde la revistaCírculo de Humanidades, le hicimosuna lectura amplia al conflicto, en losdiversos campos.

Un número de la revista del Círculode Humanidades fue dedicada a ello;el primer elemento teórico que abor-damos fue el conflicto desde la pro-puesta de Xesús R. Jares, un españolcon una visión universal del tema yconocedor de muchas realidadesmás allá de su entorno de vida; eneste caso al abordar la compleja te-mática de la reconciliación para ha-cer una gramática del término ubi-cándonos en Colombia, fue el reto.Los aportes del Doctor Mario Lópeza este ensayo son valiosos, toda vezque en cada expresión de su trabajo,parece estar hablando de Colombia.Mi ejercicio después de una lecturajuiciosa a su texto: “Gramáticas dela Reconciliación: algunas re-flexiones” fue acercar el análisis ala realidad colombiana; la inquietudhacia el tema, se fundamenta en laposibilidad de proponer una lectu-ra, una gramática de la reconciliación

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para nuestro país; con ello pretendoaportar a los debates que se han sus-citado después de la Ley de Justiciay Paz.

En muchos escenarios se habla de re-conciliación, justicia y paz, pero po-cos de los que hablan comprendenla esencia de cada término. Es nece-sario evitar la banalización del tér-mino reconciliación, a partir de laconstrucción de una gramáticaentendible para nuestra sociedad yaplicable a su realidad. Todos esta-mos de acuerdo que es necesarioemprender un camino posible haciala Reconciliación, pero este caminono puede ser entendido como elpaso previo a la impunidad. La Re-conciliación se hace posible y creí-ble cuando la justicia asume la tareaque le corresponde. Si bien las ac-ciones que han llevado a ladesmovilización de las AUC, de-muestra en algunos momentos posi-bilidades de conocer algunas verda-des, también es cierto, que muchosde los jefes que ordenaron crímenesatroces, todavía no han explicado ala sociedad la totalidad de sus crí-menes. Sin lugar a dudas la Ley deJusticia y Paz les otorgó prebendas yun límite a los años de cárcel si cola-boraban con la justicia, pero esto seha quedado a medias, con las ame-nazas de los jefes paramilitares desepararse del proceso.

ALGUNAS IDEASFINALES PARAAFIANZAR EL ANÁLISISEN TORNO A LARECONCILIACIÓN.

“Reconciliación, hace referencia a volver aconciliar a una sociedad. Es la reconstruc-ción de relaciones políticas sociales y cultu-rales fundamentadas en valores y prácticasde justicia, verdad, confianza, sanación deheridas y superación de exclusiones históri-cas.”26

Ese intento posible en nuestro paísha de emprenderse, pero con unafundamentación clara, de tal maneraque la sociedad sepa a qué se refie-re, o a qué se atiene cuando inicia unproceso de reconciliación. Se partede la premisa de que antes existíaconcordia en la sociedad, pero queesta concordia se extravío, se dete-rioró, se rompió. Para ello cabe ha-cerse la pregunta cuándo y por quése perdió esa concordia, esa paz, ycuándo y por qué se impuso esa vio-lencia. Además la pregunta más im-portante: ¿de dónde extraer los ele-mentos de unidad que se rompieron?Las preguntas son válidas, toda vezque la reconciliación no se hace sólohacia el pasado sino también hacia

26 Ibídem. Pág. 11.

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el futuro. Mirar hacia el pasado paracomprender las rupturas, es prepa-rar el camino para alcanzar hacia elfuturo una reconciliación segura.

“Convendría reflexionar que muchos delos denominados conflictos políticos loca-les, las violencias que en estos se producenno son desvinculables de la falta de preven-ción y de la falta de eficacia de la comuni-dad internacional para abordar problemasde naturaleza estructural.”27

Es necesario trabajar los problemasque tienen que ver con los DerechosHumanos, ubicando el accionar den-tro del contexto internacional. Losconflictos locales pueden abordarsecon posibilidades de solución, si semiran realidades universales. Lasguerras, las dictaduras, y los siste-mas totalitarios, corresponden a unacadena de relaciones injustas dedesequilibrios regionales y estructu-rales que generan polarización social.No es extraño que al analizar los con-flictos de un país, se encuentre quetienen directa relación con los inte-reses de otro. Las injusticias y las des-igualdades de los países que están so-metidos a los parámetros de la ban-ca internacional se reflejan en la malacalidad de vida de las personas, pro-

ducto de políticas equivocadas, quehacen de cada ciudadano un deudor.

Colombia está en esta dirección. So-mos deudores eternos de los présta-mos de la banca internacional, quienes la propietaria de mucha parte delpresupuesto. El dinero que podríaser inversión social, se va directamen-te para pago de intereses a los pul-pos prestamistas internacionales. Eneste contexto pueden estar muchospaíses de América Latina, los mismosque presentan enormes problemas enel campo de la paz, la justicia y la re-conciliación; la calidad de vida de susciudadanos se deteriora en la medidaen que los gobiernos hacen esfuer-zos por cumplir en el pago de inte-reses a las entidades prestamistas.

Sin embargo, la convivencia pacíficade los ciudadanos de un Estado, nosiempre es el resultado de la falta devoluntad política, sino la carencia demás y mejores mecanismos de pre-vención, arbitraje, resolución, media-ción etc., que optimicen los recursosdiplomáticos, políticos y especialmen-te económicos, que distribuyan conjusticia las riquezas existentes.

“Las tipologías, métodos y enfoques paraabordar de manera más exitosa posible laReconciliación, varía de acuerdo al contextocultural y político de cada sociedad. Cono-cer esto es fundamental, además de inda-

27 Ibídem. Pág. 11.

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gar sobre el patrimonio psicosocial ypsicocultural de cada comunidad rota porel dolor.”28

Es la propia sociedad la protagonis-ta y la que aborda de la manera con-veniente, con los recursos que dis-pone, la superación de sus traumas;es ella la que elige los caminos que lepueden llevar al cierre de estigmas,la curación de heridas y la recons-trucción de relaciones que se hanroto. Es importante tener en cuentaque a pesar de ser la sociedad afec-tada la protagonista del proceso dereconciliación, no es absolutamenteconocedora de lo que debe trajinarpara alcanzar la paz; para ello siem-pre es importante el aporte de ob-servadores externos, ya que no to-das las sociedades cuentan con losmismos recursos sociales y cultura-les. Además de esto, es de gran im-portancia el conocimiento de otrasexperiencias, para cimentar nuevosvalores, y por qué no algunos aspec-tos que tienen que ver con la cultura.

En nuestro país hemos tratado deocultar mucha parte de esa realidadque se vive; han sido las ONGs, lasque han asumido un papel claro paramostrar ante el mundo que aquí vi-vimos una tragedia; que aquí se ase-

sina, que existe desplazamiento, queexiste dolor. Lo que vemos en lascortes y congresos internacionales, esel rifirrafe entre lo que muestran losorganismos no gubernamentales enmateria de violencia en Colombia ylo que presenta el Estado con susvoceros para desmentir las ONGs.

En el contexto internacional se nosaprecia como una sociedadpremoderna, que dirime sus conflic-tos desde el exterminio al detractoro contrincante. Existen cosas tan se-rias que obstaculizan el camino de lareconciliación como aquellas en lasque se involucran directamente agen-tes del Estado. Fue necesario la lle-gada de observadores externos paraverificar el exterminio a que estabasiendo sometida la Comunidad dePaz de Apartadó. Ellos desde su au-tonomía intentaron establecer y ca-minar en un proceso de reconcilia-ción, pero el mismo Presidente dela República los señaló comoauxiliadores de la guerrilla; despuésde estos señalamientos se empezó suasesinato selectivo, y los observado-res extranjeros con la Fiscalía encon-traron la presencia de agentes del Es-tado.

28 Ibídem. Pág. 12.

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La reconciliación en Colombia: un lenguaje posible, una opción pensable. Efraín Alzate Salazar

A MODO DECONCLUSIÓN

La labor de las Comisiones de la Ver-dad (CV), como ya lo hemos dicho,ha motivado cambios serios en lasreformas de las instituciones milita-res, judiciales, policiales y educati-vas. Saber la verdad, recomendarqué se debe hacer para culminar lareconciliación, son en sí mismas lec-ciones de la dimensión pedagógicade las comisiones de la verdad.

Observemos nuestra realidad cuan-do hablamos de Comisiones de laVerdad; un paso fundamental seríasu creación con personajes de eleva-da solvencia moral, amparados porla justicia. Es necesario crear con-fianza y ésta se logra cuando en pro-cesos de esa magnitud surge comoelemento esperanzador “la verdad”.Los elementos que cimentaron nues-tra cultura, se fundamentaron en lareligión cristiana medieval. Ese fueel camino que nos tocó y en ese pro-ceso histórico, aún en pleno SigloXX, en Colombia se asesinaba a unapersona por ser sospechosa de im-piedad. La época de la violencia dela década de los años 50 es un ejem-plo. De esa violencia jamás hubo re-conciliación, ni comisiones de ver-dad. Ese es quizá un elemento queobstaculiza el paso para buscar la paz

en los tiempos que transcurren y enlos que vivimos otras guerras, conotras características.

Las Comisiones de la Verdad en lospaíses que podemos mirar comoparadigmas a la hora de hablar deuna gramática de la reconciliación,siempre estuvieron representadaspor personas que demostraron tenerla convicción para esclarecer hechos,lo que permitió que tanto víctimas yvictimarios se volvieran a mirar enotros espacios.

Sanar las heridas no es una tarea fá-cil, pero la verdad arroja determi-nado alivio a la hora de aplicar justi-cia. Este elemento es necesario pen-sarlo nuevamente en Colombia paraavanzar hacia una paz segura. Detodos modos nuestra realidad tienecomplejidades particulares que sólolas alcanzaríamos a entender en elpost-conflicto, y de ello todavía es-tamos distantes.

“No existen reglas fijas. Cada sociedaddebería marcarse sus propios límites sobreel papel que debe jugar, la aplicación de lajusticia, el conocimiento de la verdad, ocualquier otro fundamento sobre los que sebase la gramática de la reconciliación.” 29

29 Ibídem. Pág. 12.

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30 Ibídem. Pág. 12.

En este camino nada fácil, surgecomo inquietud, la cercanía entre éti-ca y política, o la separación tajanteentre las mismas. La ética entendidacomo el arte de elegir lo que nosconviene para vivir lo mejor posible,y la política comprendida como lamejor manera de organizar la con-vivencia social, de modo de que cadaquien pueda elegir lo que le convie-ne y se aproxima a sus aspiraciones.En el difícil camino vía a la reconci-liación, debe mirarse la cercanía en-tre estos dos conceptos, que son a lavez las prácticas en las que la socie-dad construye su mundo de la vida.Para efectos de la realidad que se viveen Colombia con la detención a dia-rio de dirigentes políticos que hicie-ron alianzas con grupos criminales,para crecer su caudal electoral, sí queestamos en la urgencia de ese acer-camiento entre ética y política.

La reconciliación no es un fin en símismo, sino un medio para tenderpuentes y trazar caminos para otrofin mayor, que no es otro que el decrear sociedades democráticas en unmundo democrático que debe pro-ducir personas democráticas. Unasociedad que ha construido con sa-biduría su democracia, en dondecada ciudadano es responsable desus hechos, jamás guardaría silencioante la infamia. Jamás se quedaríasilenciosa ante las injusticias.

“En cualquier caso, los procesos de recon-ciliación suponen debates internos y exter-nos en el seno de sociedades muy dañadas.Son terapias muy convenientes, si se hacena diferentes escalas, ritmo, objetivos y mé-todos. También, la reconciliación, es, en símisma, un proceso de aprendizaje múlti-ple. Todos aprenden de todos. Es una in-dagación, exploración, e investigación so-bre el sentido de lo humano. Debe ser unproceso democrático y evaluable abierto acontroles.”30

Hablar de reconciliación no es sen-cillo; la palabra suena bien, pero sóloaquellos que se han abierto al diálo-go después de haber vivido largosprocesos de infamia y crueldad, sonlos que en ese campo nos pueden darlecciones. La reconciliación llevaría ala pacificación y a la construcción deun nuevo orden legal, constitucional,económico y político. La reconcilia-ción exige que se dé ese paso serioen la superación de las violencias.

Cuando los procesos de reconcilia-ción se han hecho con suficientemadurez y sinceridad, para no repe-tir violencias pasadas, resultan posi-tivos, y se convierten en prenda degarantía para las generaciones futu-ras, al ser elemento reparador y cons-tructivo en la sociedad. La reconci-

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liación es praxis de vida y de supera-ción hacia el futuro, por ello no sequeda en las grimas del pasado, aun-que tampoco teme a la hora de ha-cer el escrutinio del sufrimiento pa-decido por una sociedad. La recon-ciliación es una oportunidad, un altoen el camino para mirar, analizar ycomprender las razones de la violen-cia pasada y se proponen mecanis-mos para no repetir nada de lo queocasionó dolor y sufrimiento.

Nuestro gobierno no ha pensado se-riamente en un proceso de reconci-liación, con todos los sectores de lasociedad que han sido históricamen-te excluidos. Las mismas guerrillastienen una razón histórica y política,las que también han de ser contadasa la hora de hablar de reconciliación;se debe considerar además la opción

de llamar a los países vecinos que dealguna manera han resultadoinvolucrados en el conflicto, para quedesde sus opciones y cercanía geo-gráfica sean colaboradores de unproceso de paz y reconciliación quese llegara a emprender. No se tratade seguir la tónica del Ministro deDefensa, Santos, quien con sus lige-rezas crea permanentemente nuevosenfrentamientos con los países veci-nos. La vocería en las relaciones in-ternacionales, para casos de gran di-plomacia, la tiene el Presidente y éles quien debe dar señales de buenaamistad a los países hermanos. Laguerra es nuestra, es verdad, peroésta ha cruzado las fronteras, y esnecesario plantear salidas desde lainteligencia y la razón, más que des-de la emoción.

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La universidad está cambiando, mu-cho y muy rápido. El antiguo mode-lo que podemos resumir con la ex-presión magister dixit, en la que elmaestro era el portador del conoci-miento y tenía como misión trans-mitirlo a los estudiantes, después desiglos de permanecer prácticamenteinvariable, tiene los días contados.Las razones son de diversa índole,culturales y políticas, entre otras,pero sobre todo tecnológicas, quehicieron posible que la informacióny el conocimiento estén al alcance detodos, gratis y con calidad de exce-lencia, en cualquier momento y lu-gar, a través de Internet. Como de-cía Marshall McLuhan: el medio esel mensaje.

A principios de diciembre de 2001,muchas personalidades y organizacio-nes, entre las que se encontraban “in-vestigadores, universidades, laborato-rios, bibliotecas, fundaciones, periódi-cos, editores, y todo tipo de socieda-des del conocimiento”, que “represen-taban muchos puntos de vista, múlti-ples disciplinas académicas y variasnaciones”, se reunieron en Budapestpara firmar la Iniciativa de Archivos Abier-tos, que tiene como propósito “acele-rar el esfuerzo internacional para con-seguir el acceso libre en Internet (openaccess) a los artículos de investigaciónen todos los campos académicos”(1).

Fue así como los repositoriosinstitucionales, que es donde se alma-cena la producción científica de una

LA UNIVERSIDAD DEL FUTURO—Notas al margen—

Guillermo Sánchez Trujillo*

* Director Departamento de Audiovisuales de Unaula. Ha publicado los libros: Crimen y Castigo deFranz Kafka; Pedagogía y Medios Audiovisuales y el libro Internet para abogados.

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institución, se abrieron gratuitamen-te a todo el mundo, para que los in-vestigadores y los ciudadanos de apie tuvieran acceso “al texto com-pleto de artículos de revistas, revis-tas completas, actas de congresos,comunicaciones en conferencias, te-sis doctorales, trabajos de maestrías,informes de investigación, capítulosde libros, working papers, publicacio-nes pre-print y post-print, presenta-ciones, cuadernos de campo, libroselectrónicos, imágenes, fotos, videos,archivos sonoros, etcétera”(2).

El conocimiento ha sido declaradobien común, y ya no es propiedadde nadie. Actualmente es posible te-ner acceso a las tesis doctorales delos académicos más competentes delmundo sobre casi cualquier tema, lomismo que a las revistas científicasmás prestigiosas que años atrás eranpropiedad exclusiva de una élite deespecialistas. Y lo mejor es que nospodemos comunicar con los autores,que firman los artículos con su co-rreo electrónico. Dos proyectos quemuestran cómo se está democratiza-do la información y el conocimien-to, lo proporcionan la BibliotecaDigital Universal, que tiene disponi-bles 1,5 millones de libros, y cuyameta es reunir todos los libros de la his-toria de la humanidad; y el 7º Progra-ma Marco de Investigación de la

Unión Europea, con más de 50.000millones de euros destinados para elperíodo comprendido entre 2007 y2013, que tiene como condición ex-presa que sus resultados sean de do-minio público(3).

Esto tiene consecuencias obvias eimportantes. La primera es: ¿A sonde qué inscribirse en una universidaddonde se tiene que pagar la matrícu-la para asistir a clases presenciales,con la consiguiente pérdida de tiem-po y dinero, para escuchar a alguiendecir cosas que están en Internet di-chas por gente de más autoridad, ygratis?, con los recursos de Internetsin más esfuerzo que hacer click conel ratón. “Por el título”, responde uncínico, pero resulta que ahora los tí-tulos son armas de doble filo.

Cuando alguien solicita un empleo yenvía su hoja de vida acompañadade diplomas que testimonian sus es-pecializaciones, maestrías y doctora-dos, corre el peligro de ir por lana ysalir trasquilado, porque el encarga-do de examinar la solicitud no deja-rá de esbozar una amplia sonrisa in-terior al escribir el nombre del can-didato en la casilla del buscador deGoogle, y presionar la tecla Enter. Sino aparece por ninguna parte es undon nadie, y los títulos sólo le sirvenpara hacer el ridículo, “porque elverdadero currículum, el que deter-

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mina que te contraten o no, esGoogle. Invariablemente, quieneshacen la selección tomarán sunavegador, y teclearán tu nombre enla cajita mágica”(4).

Entonces, si no se necesitan ya losprofesores repetidores, aquellos que notienen nada nuevo que decir y se li-mitan a repetir lo que aprenden enlos libros o de otros profesores, y siademás los títulos y diplomas ya noson garantía de nada, podemos con-cluir sin necesidad de entrelazar mu-chos silogismos que las universida-des presenciales están ad portas dedesaparecer. Es verdad que en estemomento las universidades virtualespura sangre son minoría, pero en lospróximos años ese porcentaje se vainvertir porque las universidadesmixtas —que tienen cursos virtualesy presenciales—, hoy mayoría, van amigrar al modelo virtual, y las pre-senciales, como dijimos, dejarán deexistir, durante la segunda década delsiglo XXI, que está a la vuelta de laesquina.

Hagámonos una pregunta, que paraalgunos resulta ofensiva, pero que seescucha una y otra vez en estos tiem-pos: «¿Para qué sirve un profesor enla era Internet?». Si se trata de un pro-fesor a la antigua —un repetidor en-tusiasta del monólogo—, la respues-ta es simple e inmediata: para nada.

Pero hay quienes piensan, comoUmberto Eco, que si bien la informa-ción que Internet pone a disposicióndel estudiante es “inmensamente másamplia e incluso más profunda queaquella de la que dispone el profesor”,no podemos omitir un punto impor-tante: “que Internet le dice casi todo,salvo cómo buscar, filtrar, seleccio-nar, aceptar o rechazar toda esa in-formación”(5).

Umberto Eco habla con un incon-fundible acento de inmigrante digital,y cree que la autoridad y el conoci-miento hacen más apto al profesorpara buscar información en elciberespacio, cuando se sabe que sonlos nativos digitales los que mejorconocen Internet. En cuanto a lootro, afirmar que el profesor es quiensabe distinguir la información bue-na de la mala, nos conduce por elcamino de algunos profesores que,preocupados por los peligros queenfrentan sus alumnos al consultarWikipedia, “una enciclopedia de ri-gor y criterio incierto”, terminanprohibiendo a los alumnos su uso“por su propio bien”, sin saber (?)el mal que les hacen(6).

Como escribe Pepe Cervera en suartículo “La Educación Equivocada”,

Prohibiendo Wikipedia los colegiosdefienden un modelo educativo ca-

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mino de la desaparición: la trans-misión unidireccional de conoci-miento procedente de una fuentecon respaldo oficial. PrecisamenteWikipedia anima el modelo alter-nativo que está empezando a de-sarrollarse: aquel en el que las fuen-tes son infinitas pero tienen fiabi-lidad desconocida, y las habilida-des más necesarias son la capaci-dad de buscar información y veri-ficarla. En el futuro desconocercómo comprobar la informaciónque se recibe será como seranalfabeto hoy: una carencia edu-cativa lamentable que dejará engrave desventaja a quien la padez-ca. Aprender desde ya a utilizarfuentes como la Wikipedia adecua-damente, con las correctas técni-cas de validación y comprobación,es imprescindible. Flaco favor leshacen a sus alumnos quienesquieren protegerles del mundoreal; les estarán dando la educa-ción equivocada(7).

Esta problemática entre profesoresy estudiantes se agudiza cada día conla entrada en escena de los nativosdigitales, que es como llaman a los quenacieron con un computador al ladode la cuna. El término lo acuñó MarkPrensky en un artículo seminal, queapareció en el 2001 con el títuloDigital Natives, Digital Immigrants(8).Según Prensky, los estudiantes hancambiado radicalmente, al punto que

no tienen nada que ver con la gentepara la cual fue diseñado el actual sis-tema de enseñanza. A diferencia delas generaciones anteriores, los nati-vos digitales pasan su vida rodeadosde computadores, videojuegos,reproductores de música digital, cá-maras de video, teléfonos celulares,y toda clase de juguetes y herramien-tas de la era digital, que hacen parteintegral de sus vidas, como Internety la mensajería instantánea.

Es de suponer, que estos “mutantesdel aula”, como los llama Juan Cueto,“que han nacido con los chipstransplantados en el cerebro, comoen Matrix, los altavoces del iPod in-jertados en las orejas y las pantallasde Internet inscritas en la mirada”(9),piensan y procesan la informaciónfundamentalmente diferente decomo lo hacen sus predecesores, valedecir, sus maestros, en el mejor delos casos inmigrantes digitales, quehablan un lenguaje pre-digital, muydiferente al de sus alumnos. Los na-tivos digitales están acostumbradosa recibir información de forma real-mente rápida, y por eso gustan delos procesos paralelos y multitarea;prefieren las imágenes al texto, lomismo los procesos aleatorios(como el hipertexto); se desempeñanal máximo cuando trabajan en red, ygustan de las gratificaciones inmedia-

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tas y las recompensas frecuentes; y,claro, prefieren los juegos al trabajo“serio”, habilidades estas que soncasi totalmente extrañas a losInmigrantes, que estudian —y ense-ñan— lentamente, paso a paso, unacosa a la vez, individualmente y, so-bre todo, seriamente(10). Nada quehacer.

Cuando esos jóvenes, que en nues-tro medio tienen actualmente entrecinco y ocho años, lleguen a la uni-versidad, no será montando en bus,sino a través de Internet. Y no van aquerer tampoco estudiar carreras, unafigura obsoleta para un mundo enpermanente cambio, sino que ellosmismos elaborarán su propio menúcurricular. Antaño, un profesionalsalía de la universidad y se dedicabaa ejercer la profesión, haciendo máso menos lo mismo todos los días,durante toda su vida, pero hoy, cuan-do se sabe que los nativos digitalesse ocuparán en trabajos que en sumayoría todavía no existen, ¿de quéles sirven las carreras que actualmen-te ofrecen las universidades? Es poreso que algunas universidades noobligan ya a los estudiantes a matri-cularse de tiempo completo en unacarrera en la que tendrían que vermuchas materias que ni les interesanni les sirven, sino que les permitentomar los cursos que a bien tengan

sin problemas de prerrequisitos ninada parecido.

Actualmente, para poner un ejemploentre miles, cualquiera puede entraral Instituto Tecnológico deMassachussets, y bajar el curso, di-gamos, de álgebra lineal (cuarentavideos) del profesor W. GilbertStrang, una autoridad mundial en lamateria. Pero si alguien prefiere ha-cer el curso con la ayuda de un tu-tor, ¿qué razones podría tener unauniversidad para rechazar su solici-tud? Es hora de que los departamen-tos de extensión académica ofrezcantodos los cursos que sirve la universi-dad. ¿Por qué si alguien quiere estu-diar Derecho Romano en una deter-minada universidad, le van a exigirque se gradúe de abogado?

El viejo sueño de la “educación a lacarta” se hace realidad, aunque sedice no sustituye las bondades del«menú institucional», la clásica ofer-ta de carreras, sólo que este menúhay que variarlo constantemente paraatender el gusto y las necesidades dela cada vez más exigente “clientela”de la sociedad del conocimiento:

Esto significa que la Universidaddebe estar en condiciones de trans-mitir conocimientos just in time, aflujo continuo, misión para la cualno ha sido concebida. A esta ac-tualización permanente de los con-

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tenidos, se vincula la necesidad derevisar modelos y métodos de en-señanza y de aprendizaje; requisi-to puesto por las modificacionesprofundas que las nuevas tecnolo-gías introducen en los modos detransmisión del conocimiento. Eneste contexto, la universidad, ins-titución que ha satisfecho por añoslas necesidades de formación avan-zada, debe, si quiere mantener unrol adecuado a su tradición y a suspotencialidades en el desarrollocultural y social, identificar nuevasestrategias que le permitan respon-der a las nuevas necesidades y lle-gar a los nuevos usuarios(11).

En resumen, en un futuro próximola universidad será virtual y las ca-rreras universitarias con una estruc-tura curricular rígida serán una anti-gualla, pues serán los estudiantesquienes elaborarán su propio menúcurricular, probablemente con la ase-soría de un experto en el tema deinterés del educando. Por supuesto,los estudiantes más competentes pre-ferirán educarse fuera de las estruc-turas educativas y formativas tradi-cionales, seleccionando los recursosde más alta calidad que ofrezca lared, produciendo artículos einteractuando con los gestores de lasredes virtuales de aprendizaje que seencuentren en las fronteras del co-nocimiento. Estos estudiantes aven-tajados están llamados a ser los in-

vestigadores universitarios, y los tu-tores de los futuros proyectos decomunidades virtuales del conoci-miento.

Como sospechará el lector avisado,otro problema muy serio que ten-drán que enfrentar las universidadespróximamente es el de las comuni-dades virtuales sociales y de apren-dizaje. Estas últimas, segúnWikipedia, que promueve laWikiversidad —una plataforma edu-cativa, online, libre y gratuita, confilosofía Wiki(12)— “son comunida-des con un repositorio de recursoseducativos multilingües de libre dis-posición, dedicadas a crear y utilizardichos recursos mediante un esfuer-zo de aprendizaje en grupo, grupoque puede o no estar liderado porun tutor”(13). En otras palabras: songrupos de personas interesadas en untema, que se asocian para estudiarloutilizando los recursos humanos ydigitales de la red. El viejo truco delos grupos de estudio, solo que aho-ra tienen infinitos recursos de libreacceso y gran calidad a su disposi-ción.

Más grave, si se quiere, es la amena-za que representa para las universi-dades “que siempre ganaron de lo-cal”, las comunidades virtuales so-ciales estilo Tribe, Cielo, Facebook,Friendster, Tuenti, MySpace, y mu-

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chas otras —algunas con millones deusuarios— donde se encuentran ac-tualmente los jóvenes parainteractuar. Anteriormente, uno serelacionaba con los amigos del ba-rrio y de la universidad, con algunosfamiliares, y pare de contar. Hoy porhoy, un adolescente puede no tenerla más mínima idea de quiénes sonsus vecinos, y tener de compañeritosde juego a muchachos de distintospaíses del mundo. Es probable —yasí va a ser— que estos jóvenes ami-gos se pongan de acuerdo para estu-diar en la misma universidad, ¿perocuál, si todos viven en un país distin-to? Necesariamente tiene que ser unauniversidad virtual.

Ya no será como antes, que los jóve-nes por obligación tenían que estu-diar en las universidades de su ciu-dad, a no ser que fueran ricos y sepudieran ir a estudiar al extranjero oa otra ciudad. Por eso digo que lasuniversidades de cemento y ladrillo ga-naban de locales. Pero eso era antes,pronto no será así. Entonces, ¿cuá-les serán los criterios de los jóvenesa la hora de escoger la universidad?Sin duda, el prestigio será uno de loscriterios fundamentales, prestigioque se sostendrá sobre la tecnología,la investigación y los servicios quepermitan a los estudiantes socializar,construir identidad y sentimiento de

pertenencia, pues, al fin y al cabo, sonjóvenes con los gustos y las expecta-tivas propias de la edad. Se equivo-can de cabo a rabo los que creen queInternet aísla a sus usuarios, que losaleja del “calor humano”. Por el con-trario, ahora los jóvenes viven unaintensa vida social en la que compar-ten todo tipo de objetos digitales —música, videos, películas, fotos,blogs, libros y un largo etcétera—,además de conversar en los chats,escribir correos todo el tiempo, par-ticipar en foros, jugar de todo en lí-nea: ajedrez, fórmula uno, juegos derol, sexo…

En esta agitada vida social jugará unpapel muy importante el entorno vir-tual Second Life, que podemos defi-nir como un juego virtualtridimensional que actúa como unametáfora de la realidad, donde po-demos jugar a tener una segundavida, anónima y sin las limitacionesfísicas del mundo real. Second Lifehace posible el sueño de vivir en unmundo surrealista donde sus resi-dentes pueden volar, construir casasen el cielo, tener una aparienciamonstruoide, combatir en una bata-lla gore y, quién creyera, estudiar, en-tre otras muchas cosas, como ir a cine,asistir a un concierto o a una exposi-ción, apostar en un casino, tomar tin-to en una cafetería o un whisky en un

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bar con una atractiva avatar, que escomo se llaman los residentes, hacernegocios, como comprar una islapara construir una discoteca, unatienda de modas o una universidad.El límite lo pone la imaginación.

Y claro, como es de suponer, ya exis-ten universidades en Second Life, unascien instituciones y entre 2.000 y3.000 docentes de diversas universi-dades, la mayoría de USA —Harvard, el MIT y Stanford ya estánahí—, con magníficas sedes que pa-recen hoteles de lujo, en islasparadisíacas, adonde los estudiantesse pueden tele-transportar desde lossitios web de las universidades aSecond Life (SL) para inscribirse y re-cibir cursos, o asistir a conciertos,conferencias o exposiciones en lasinstalaciones de la universidad. Launiversidad de Ohio, por ejemplo,compró dos islas en el 2006 porunos pocos miles de dólares —to-davía están baratas(14)—y constru-yó varios edificios, incluyendo uncentro social para los estudiantes, uncentro de aprendizaje, y un centro deartes y música(15).

La Universidad Pública de Navarrase convirtió en la primera institucióniberoamericana en abrir una sede enSecond Life, donde se impartirán cla-ses reales del máster TIC y EntornosVirtuales de Formación, ya que, como

señaló el profesor David Benito,«pensamos que una forma de predi-car con el ejemplo era desarrollar unentorno virtual para impartir el mó-dulo del máster de realidad virtualaplicado a la educación en la univer-sidad de Second Life». Para la realiza-ción de las fachadas y el patio deledificio, Elisa García Anzano, estu-diante de Ingeniería de Telecomuni-cación y autora del proyecto, se hainspirado en la Universidad deAlcalá “porque forma parte del pa-trimonio histórico de la humanidady es un emblema de la educación enEspaña”. El interior del centro, porel contrario, “es totalmente futuristae, incluso, algunas cosas serían im-posibles de construir en la realidad.Lo que pretendemos es que los visi-tantes puedan sentir que el universoSL no cumple las leyes de la física nide la naturaleza porque se trata deun mundo virtual”(16).

La sede en SL de la UPNA tiene tresespacios fundamentales: la sala deconferencias, la biblioteca y la cafe-tería. En la sala caben unos cien ava-tares y está equipada con pantallaspara presentaciones. “Lo más impor-tante es que fomenta la interactividadporque cuenta con una pantalla en laque los profesores darán clases rea-les desde la UPNA y los estudianteslas seguirán con sus avatares desde

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casa”. En la biblioteca se encuentrainformación para construir, diseñary programar en SL, además de enla-ces a comunidades educativas. En lacafetería, un tablón de anuncios sir-ve para dar a conocer actividades deocio como los conciertos deCalamaro Planet. Las paredes de lacafetería servirán para colgar exposi-ciones de jóvenes artistas”(19).

Hace un año, en septiembre de 2007,se anunció que después de variosmeses de trabajo, ya está disponiblela isla de la Universidad Argentinade la Empresa (UADE), la primerauniversidad latinoamericana en en-trar a Second Life:

La arquitectura y el diseño de estasede están orientados a promoverexperiencias participativas en un en-

torno educativo de nivel superior. Laisla cuenta con cuatro sectores prin-cipales(17): el Punto de llegada einformación —donde entre otrascosas es posible orientarse sobre lapropuesta y tomar remeras(18) alu-sivas al proyecto—, el Centro Cul-tural con exhibiciones permanentes(que inaugura con muestras de pin-tura, diseño y diseño de indumenta-ria), el Laboratorio de Experimen-tación Inmersiva para alumnos ydocentes, y un Auditorio para cla-ses y conferencias que cuenta con unapantalla para proyectar videos, otrapara presentaciones y una pizarrainteractiva(20).

Quienes participaron en el desembar-co de la UADE en Second Life consi-deran este un hecho histórico —ytodo un honor y un desafío— para

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la educación nacional argentina, yuna propuesta de innovación educa-tiva en los mundos virtuales. Unaexpresión del futuro de lasciberculturas. Y los argentinos ha-blan en serio. Ahora es la Red de Es-cuelas Medias del gobierno porteño laque ingresa a Second Life con el obje-tivo de explorar, alumnos y docen-tes juntos, las posibilidades de parti-cipación, interacción y producciónque ofrece el espacio virtual(21). Apropósito: ¿Cuál será la primera uni-versidad colombiana en Second Life?,pregunta pertinente si se tiene encuenta que la mayor comunidad delmundo iberoamericano enFacebook es la colombiana, que su-pera a países con mayor poblacióncomo México, Argentina y Brasil.Este es un dato importante porqueen estas redes, cuyos miembros ensu mayoría son estudiantes, se juga-rá el futuro de las universidades.

No faltarán quienes crean que estashistorias sobre Second Life son purosembelecos fruto de la novelería, losmismos que cuando llegó Internet alpaís, no la recibieron bien, pues pen-saron que era una moda inocua ypasajera, y retrasaron su entrada a launiversidad. ¿Se irá a repetir la his-toria con Second Life?, ¿se irán a pre-guntar, si vale la pena estar en SL,como cuando se preguntaban si va-

lía la pena gastar recursos para tenerun sitio web en Internet? Increíble,pero así fue: en las universidades ha-bía “académicos” que pensaban queInternet no era importante…, soloque ahora no nos podemos equivo-car más porque Second Life es unakiller application(22), y las universida-des que no se monten en ella, mástemprano que tarde, desaparecerán.

Los nativos digitales encontrarán enSecond Life el entorno natural paradesarrollar su creatividad. Ellos sonhijos de la tecnología, amantes de losvideo-juegos y crecieron en la red,donde aprendieron a crear, explo-rando y transgrediendo, porque lesgusta mucho crear, y participan acti-vamente en la construcción de laRed, pues lo digital lo hace posi-ble(23), que es precisamente el casoen SL, donde todo lo que existe escreación de sus residentes. Además, SLpermite la interrelación de una ma-nera que hasta el presente no habíasido posible, y los nativos digitalesson generaciones interactivas a las que lesencanta vivir en red, hacer parte deredes sociales virtuales, donde se re-únen a conversar y a jugar, casi siem-pre con dobles personalidades y per-files falsos(24), pues le dan muchaimportancia a la identidad digital,diferente de la identidad en la reali-dad, necesidad o afición ésta que su-

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plen con creces los avatares de SecondLife, cuyos nombres y apariencia fí-sica podemos cambiar a voluntad.En Second Life todo se puede cam-biar: hasta el clima. Mejor dicho,para no alargarnos mucho: en SecondLife puede ocurrir cualquier cosa quela mente pueda imaginar.

Imaginemos unos funcionarios quese desplazan a los pueblos para pro-mocionar su universidad. Entoncesproyectan un video que les permitepresentar la institución, de cuyasbondades hablan todo el tiempo anteun grupo de jóvenes, que si bien es-cuchan atentamente, no se ven im-presionados. Ahora imaginemosante el mismo grupo de otrora im-pávidos muchachos, un funcionarioque se tele-transporta (¿recuerdan alcapitán Kirk y al doctor Spock?) a lasede que la universidad tiene en SecondLife, cuyas instalaciones recorre vo-lando hasta detenerse en un salón declase, donde la mayoría de los estu-diantes, por su apariencia monstruo-sa, parecen salidos del bar de La gue-rra de las galaxias donde se reúnen lostraficantes de armas a negociar todotipo de juguetes. El funcionario, contono neutro y expresión indiferente,les pregunta cómo les parecen susfuturos compañeros de clase, sinobtener respuesta porque los jóve-nes se encuentran “boquiabiertos,

estupefactos y sorprendidos, másallá de lo que pueda expresarse”,como describió Georges Méliès lareacción de los asistentes a la prime-ra función del cinematógrafo, el 28de diciembre de 1895 en París.

Y eso es posible ya, aquí y ahora,pues existe la tecnología necesariapara ello, que no es otra que las re-des virtuales privadas —RVP—, quepermiten establecer sedes en los pue-blos donde haya conexión a Internet,que son prácticamente todos. No esnecesario, pues, ser futurólogo niadivino ni consultar una bola de cris-tal para saber que las universidadesque quieran sobrevivir tienen queconstruir una sede en Second Life, oen un entorno virtual similar, donde elaprendizaje sea un juego, como debeser. Entonces, ¿quién será el visiona-rio audaz que dé el primer paso ydomine el centro del tablero educa-tivo de la región y del país? En losmomentos de rupturas crucialessiempre el futuro se presenta con unadoble faz, amenazadora para quie-nes no entienden lo que está pasan-do, y como una gran oportunidadpara quienes logran ver la direccióny el sentido de los cambios y lastransformaciones, y se montan en eltren del futuro.

En este momento tenemos que de-tenernos a pensar seriamente en la

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universidad del futuro,indisolublemente ligada a las nue-vas tecnologías que posibiliten elaprendizaje y la investigación —laproducción de conocimiento—. Esurgente reelaborar los pensums demodo que consulten las necesidadesreales del medio, y permitan estable-cer alianzas estratégicas con otrosactores sociales —además de losacadémicos— a través de la Exten-sión Universitaria, y de líneas y pro-yectos de investigación, y no al re-vés como ha sido hasta ahora, don-de carreras e investigaciones no con-sultan a veces nuestra realidad. Esnecesario saber para dónde se va,antes de echar a andar. Tenemos,pues, que aprovechar nuestras forta-lezas, que son muchas, y para ello esobligatorio reinventar la universi-dad, sin complejos, con inteligencia,imaginación y sensatez, volviendo asoñar con esa universidad latinoame-ricana que hoy es posible hacer rea-lidad. Por eso quiero terminar estasnotas con una frase optimista que hoycobra vigencia en su pleno sentido:“Bienvenidos al futuro”.

NOTAS:

(1) Ver: http://a-abierto.blogspot.com/2008/08/repositorio-digital-de-la-facultad-de.html

(2) Idem

(3) Ver: http://a-abierto.blogspot.com/2008/08/la-unin-europea-lanza-un-proyecto-de.html

(4) Enrique Dans: Tu curriculum yla tecnología. En: http://www.enriquedans.com/2007/10/tu-curriculum-y-la-tecnologia-articulo-en-abc.html

(5) Umberto Eco: ¿De qué sirve unprofesor? En: http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=910427

(6) En: http://www.20minutos.es/noticia/314509/0/wikipedia/prohibida/universidad/

(7) En: http://blogs.20minutos.es/retiario/post/2007/12/04/la-educaciain-equivocada (lasnegrillas son del original)

(8) Marc Prensky, Digital Natives,Digital Immigrants. From On theHorizon (MCB University Press,Vol. 9 No. 5, October 2001). Sepuede consultar en:

http://www.marcprensky.com/writing/Prensky%20-%20Digital%20Natives,%20Digital%20Immigrants%20-%20Part1.pdf

(9) http://www.elpais.com/articu-lo/paginas/nativos/digitales/elpepusoceps/20070624elpepspag_10/Tes

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(10) Marc Prensky, ibid.(11) María Amata Garito. La Uni-

versidad del futuro —Hacia unproceso de enseñanza-aprendi-zaje integrado y abierto. En:http://www.garito.it/saggi/06veracruz_sp.html

(12) Wiki viene del hawaiano wikiwiki, «rápido», y hace referenciaal trabajo colaborativo en el quetodos los participantes puedeneditar libremente los conteni-dos. En resumen, la filosofía Wikies la democratización del cono-cimiento.

(13) Ver la propuesta aceptada deWikiversidad en: http://es.wikiversity.org/wiki/Wikiversidad:Propuesta_aprobada_de_la_Wikiversidad

(14) Según la información oficial unapequeña isla de unos 65.000 m2

cuesta 1.250 dólares con un man-tenimiento mensual de 195 más.

(15) Quienes deseen ver un videointroductorio a Second Life pue-den entrar a la siguiente direc-ción: http://www.youtube.com/watch?v=Jwx0HPVBqeI

(16) Presentación del proyectopor su autora Elisa García en:

http://www.youtube.com/watch?v=v73Yrg0T030

(17) La sede de UADE se puedevisitar en: http://www.youtube.com/watch?v=dLzFGH3JwmQ&feature=related

(18) En Argentina, franela playera(19) Ver: http://

www.cfnavarra.es/observatoriosi/noticias_2007_06_14_1.htm

(20) Ver: http://www.argentonia.com.ar/blog/?p=54

(21) Ver: http://www.buenosaires.gov.ar/blog/educacion/2006/12/01/docen-tes-de-escuelas-portenas-en-second-life/

(22) Literalmente aplicación asesina,nombre que recibe porque des-aparece lo que reemplaza. El e-mail es una killer application delcorreo tradicional.

(23) Juan Freire: ¿Quiénes son losnativos digitales?, y ¿por qué?En: http://nomada.blogs.com/jfreire/2007/10/quines-son-los-.html

(24)Ver: http://www.nativos-digitales.net/2008/07/30/get-with-it/

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Eje Temático: Nuevo Pensamiento

Subtema: Conocimiento

RESUMEN

Este artículo pretende inquietar sobre las distintas reflexiones que se ha-cen hoy día frente a la problemática a la que se enfrenta el ser humano entérminos de la postmodernidad como continuidad de la modernidad oalternativamente como la fractura inminente de esta última y muy posi-blemente el deseo de regresar a un entorno donde lo histórico y el indivi-duo tengan sentido por la realidad de los hechos antes que por la espec-tacularidad de los medios.

Palabras Claves: Conocimiento, Ciencias Sociales, Desarrollo,Postmoderno, Mass-media, Individuo.

Key words : knowledge , Social Sciences, Development, Postmoderno,Mass-average, Individual.

LA DESFUNDAMENTACIÓN DEL PROYECTORACIONALISTA MODERNO Y LA FORMULACIÓN DEUN PENSAMIENTO DÉBIL

Hugo Cardona Agudelo*

* Economista, Especialista en Economía del Sector Público, Universidad Autónoma Latinoamericana- Medellín; realiza estudios para Magíster en Estudios Políticos en la Escuela de Ciencias Políticas de laUniversidad Pontificia Bolivariana, Profesor Asociado de la UPB, Catedrático de la Universidad de Antioquiay postgrados en la Escuela de Ciencias Estratégicas, Director de la Revista Ciencias Estratégicas de laUniversidad Pontificia Bolivariana, Coordinador Académico del Área Pública y Jurídica de los PosgradosECE. - Medellín.

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de lo moderno y qué es lo que nosacerca a lo posmoderno, como con-tinuidad, o denominado de otra for-ma, somos racionales según el pro-yecto racionalista o irracionales, apartir de una propuesta dedesfudamentación de la racionalidadoccidental, pensamiento duro(Comte) o pensamiento débil(Vattimo).

Desde esta dinámica pretendo acer-carme a ese laberinto de las cienciashumanas que entraña para el hom-bre de hoy un deseo de una posturaclara, según la racionalidad moder-na, o todo lo contrario, una debili-dad frente a los fundamentos queagobian la irracionalidad de un serque quiere olvidarse de los meta–re-latos que ultrajaron su historia y sudevenir como ser en el mundo.

Frente a lo expuesto anteriormente,el posmodernismo no es el fin delmodernismo sino un estado nacien-te, en constante desarrollo, entendi-

ABSTRACT

This article tries to trouble on the different reflections that are made asopposed to the problematic one nowadays that the human being in termsof postmodernity faces as continuity of modernity or alternatively as theimminent fracture of this one last and desire to very possibly return tosurroundings where historical and the individual has sense by the realityof the facts before by the spectacularity of means.

INTRODUCCIÓN

Frente a la saturación de concepcio-nes que nos ocurre en el aquí y aho-ra, nos encontramos ante un fenóme-no que acapara la atención de pensa-dores de toda índole, ¿en qué mun-do nos hallamos? ¿Cómo compren-der esta nueva realidad? ¿Cómo pen-sarla y analizarla para acercarnos asu verdad?

Las crisis vividas por el hombre enlos últimos tiempos y los cambiosproducidos en todos los ámbitos denuestra vida, nos han hecho reflexio-nar sobre las circunstancias que nosdesbordan y apabullan ante el des-lumbrante progreso que ha tenido laciencia frente a una sociedad fractu-rada y debilitada política, religiosa ymoralmente, en esa discusión filosó-fica de comprender nuestro destinoque acompaña el devenir de la espe-cie humana, en esa pregunta ambi-gua de resolver qué es lo que nos aleja

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do lo posmoderno como lo impre-sentable de lo moderno, que niega laconsolidación de las formas bellas,que niega experimentar cualquiernostalgia ante lo pasado y que entien-de la realidad como unadesfragmentación, por tanto, un es-critor que lleva a cabo una obra, nose encuentra gobernado por reglasya establecidas, y no hay juicios de-terminantes, por la carencia de reglasy categorías obrando como simpleacontecimiento, de ahí, la dificultadpara comprender la realidad comoun todo, una unidad o sistema.

Al adentrarnos un poco en estosvericuetos de la significación, el tér-mino pos, vendría a ser paradójico,aunque Vattimo lo identifica comoconcepto sobre el cual hay que guar-dar distancia y sostiene, que el tér-mino posmodernos tiene un sentido,ligado al hecho de que la sociedaden que vivimos es una sociedad de lacomunicación generalizada, y la so-ciedad de los medios de comunica-ción (mass-media)1 por tanto, paraeste filósofo, la modernidad identi-ficada como fe en el progreso, laciencia y la razón, ha concluido por-que su aspecto esencial, el valor de-

terminante que es el hecho de sermoderno ha terminado.2

Ante ese hecho incontestable pro-puesto por Vattimo, hoy vivimos enla era de los cambios producidospor las nuevas tecnologías de la in-formación y de la comunicación. Larevolución informática nos ha per-mitido el desarrollo de nuevas y másavanzadas tecnologías que estánabriendo posibilidades aparente-mente infinitas para nuestras vidas.Marshall Mcluham había expuesto laimportancia de los mass-media parael desarrollo de las nuevas socieda-des basadas en la información, crean-do con ello un nuevo concepto, re-lacionado con esta sociedadpostmoderna, de una “tribu”,3 don-de la imagen presenta un hombreuniversal que no existe en la realidad,receptor de un cultura prosaica,moderna, desmitificada porconvencionalismos que la hacen di-gerible por un grupo humano.

Para Maffesoli,4 en la “tribu” ya noexisto para mí mismo, sino que es elotro quien me crea, por tanto, los

2 Ibid. VATTIMO. G. Op. Cit. p. 12.3 PANIAGUA SOTO, Juan Luis. El Poder la

Imagen. Salvat. Barcelona. p. 10.4 Entrevista MAFFESOLI, Michel. Una mi-

rada a la violencia social. p. 3.1 VATTIMO. G. En torno a la postmodernidad.

Barcelona. Antropos. 1990. p. 9.

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medios de comunicación actúan enla sociedad posmoderna como unaimagen de un individuo que se dilu-ye en esa realidad compleja y cam-biante, donde no hay una historiaparticular, una entidad unitaria, e in-cluso la idea misma de historia, porque ella ha quedado reducida al fac-tor de la sociedad de la comunica-ción de masas,5 y con la irrupciónde la telemática aparece una causaque incide en el fin de los meta rela-tos o grandes relatos.

Los mass-media detentan el mono-polio de la historia. No solo porquedan lugar a ese anfiteatro planetario,cuyo centro está en todas partes, yporque los mass-media, sobre todo,son productores de ídolos e idola-trías en serie, centros emisores de loespectacular, talleres del aconteci-miento: factorías de lo histórico.

En la actualidad, la sustancia de la his-toria no consiste en que se produz-can hechos más o menos heroicos odesmesurados. Sin negar las causasque los originan, puede decirse quehoy los hechos sólo ocurren cuandoasí lo atestiguan los medios de comu-nicación con sus voces planetarias. Elsuceso histórico se ha convertido enacontecimiento electrónico.

Para que ahora mismo exista unacontecimiento como tal, se inscri-ba en el discurso de lo real y se escri-ba como presente histórico, es nece-sario que surja a través de la televi-sión, la prensa o la radio, y es tan real,que la sociedad es moldeada más porla índole de los medios con que secomunican que por el contenido mis-mo de la comunicación.6

Con lo expuesto anteriormente, el“pos” de los posmodernos indicauna despedida de la modernidad, conunas ciertas características como loes: fin de la historia, una época denostalgia, nihilismo, crisis deparadigmas, pluralismo comoepisteme, vivir el aquí y ahora (hic etnunc), y hedonismo, referenciadocomo ese espíritu que lo entiendeMaffesoli, como lo festivo y lo trá-gico.7

Nos enfrentamos a una época en quese está cumpliendo lo que profetiza-ba Nietzsche, prediciendo la llegadadel nihilismo, de una repetición uni-versal y de un eterno retorno, que seconcretan en un orden simbólico porla utilización de rituales cotidianos,8

5 VATTIMO, G. Op. Cit. p. 13.

6 PANIAGUA SOTO, Juan Luis. Op. Cit. p. 11.7 Entrevista MAFFESOLI, Michel. Op. Cit. p. 4.8 MAFFESOLI, Michel, Postmodernidad: Las

criptas de la vida. EA. (on line) septiembre. 2004,Vol. 13, Nº. 3 (consultado, 29/10/2006).

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donde los valores supremos pierdenvalidez, y nos enfrentamos a un tiem-po en el que los absolutos están tandesacreditados, que el hombre hacaído en la actitud nihilista, condu-ciendo a una crisis de los relatos so-ciales, políticos y religiosos, afectan-do profundamente a la humanidad,en consecuencia, carecemos de ver-dad y fundamento, puesto que ya nohay ningún fundamento para creer enel hecho de que el pensamiento debafundar la realidad.

Para ser más explícitos con la lectu-ra que hace Maffesoli sobre esta cri-sis que se presenta por este quiebrecon la modernidad, con ladespolitización del individuo, en latribialización de la sociedad, y en sudesfundamentación, que han estadoenmarcados por los grandes relatosde la emancipación, se han vistoinvalidados en el transcurso del tiem-po en sus propios principios, es así,que la frase lapidaria que encerró elsiglo XIX, donde todo lo real es ra-cional, todo lo racional es real, que-dó desvirtuada por la Segunda Gue-rra Mundial, por tanto, podemosafirmar que fue real dentro de la ló-gica racionalista, pero que su come-tido fue irracional.

De igual modo la crisis de la moder-nidad se quedó corta frente a las ex-pectativas creadas por el discurso

comunista acuñado por Carl Marx,donde todo proletario es comunistay todo comunista es proletario, quepierde su vigor dialéctico e históri-co con los pronunciamientos políti-cos acaecidos en Berlín, Budapest yChescolovaquia, pidiendo una nue-va interpretación del socialismo apli-cado por la Unión Soviética, un so-cialismo con rostro humano, quecondujo al debilitamiento del mode-lo y a su posterior derrocamiento dela doctrina materialista, donde lostrabajadores se revelaron contra elpartido y el sistema. Situación que sepresenta al otro lado de la ideologíasocialista, que es el democrático, con-cepción política desarrollada para elpueblo y por el pueblo, que en mayode 1968 entra en crisis la doctrina delmodelo liberal y parlamentario, y quetuvo su génesis en las crisis econó-micas de 1911 y 1929, donde la tesispresentada por Adam Smith en 1777en la “Riqueza de las Naciones” don-de el libre juego de oferta y deman-da era propicio para el enriqueci-miento general, pierde su condiciónde verdad económica con las tesispostkeynesianas donde el Estadodebe intervenir para crear una socie-dad de bienestar.

La universalidad del movimientoobrero es prueba fehaciente de estefracaso de pretender llevar a cabo la

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expansión de una ideología, saturan-do toda propuesta particularista,internacionalismo que en un principiosignificaba exactamente que la luchade clases no recibiría su legitimidadde la tradición popular u obrera lo-cal, sino de una idea por realizar, ladel trabajador emancipado de la con-dición proletaria, que en la primeracrisis nacional presentada en 1914,cada grupo sindical, que se hacía de-nominar universal por la reivindica-ción laboral, votan a favor en sus res-pectivos países por la guerra, defen-diendo sus presupuestos nacionales;en consecuencia, la multiplicación delas luchas por la independencia queaparecen después de la Segunda Gue-rra Mundial, y la búsqueda del reco-nocimiento de sus estados naciona-les, son situaciones que indican el es-fuerzo por legitimar las identidadeslocales y la desaparición de un hori-zonte universal de emancipación.

En la actualidad, se acepta el mode-lo económico como condición ne-cesaria para el «desarrollo» de lassociedades esclareciendo que el ad-venimiento de la posmodernidad nosólo integra una forma de organiza-ción política y económica, sino quetambién implica un estilo de vidacaracterístico, una nueva valoraciónde las cosas y nuevos ideales de serhumano.

Con cada uno de los ejemplos sucin-tos queda clara la debilidad del pro-yecto humano racionalista de la mo-dernidad, donde los grandes relatosse han tornado poco creíbles, y de-bemos inclinarnos de manera para-dójica, como el mismo términoposmoderno, que el gran relato dela decadencia de los grandes meta–relatos, y se requiere repensar y cons-truir una narración más creíble querelate nuevamente la visión de unhombre saturando las heridas deja-das por esa osadía del hombre dehacer de la razón su dios.

Lo que nos muestra la decaída de losrelatos que amargaron la sociedadoccidental, es la desaparición del po-der como centro, discurso y dominio,acogiéndome a la perspectiva quepresenta la filosofía foucaultiana deuna visión tardomoderna del pensa-miento actual, que se presenta comouna alternativa frente a las posturasconservadoras en cuanto a develar(denunciar) las consecuencias delproyecto moderno, trazando unaauténtica genealogía9 para establecerlas hipótesis según la cual el tipo deconocimiento determina el tipo desociedad.

9 Hacia un tribalismo comunitario. En: www.A l f o n s e l m a g n a n i m . c o m / d e b a t s / 8 4 /encontres01.consultado: 19/11/1006.

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Aquello implica clarificar el rol queel individuo tiene en el proceso devaloración del presente, es decir, laparticipación activa en la constitu-ción de la subjetividad: la sujeciónque permite, finalmente, lagobernabilidad, que se presenta enuna construcción de un espacio, de unterritorio y el retorno a un terruño,revindicando los localismos que sediferencian de las normas universa-les y recae en las éticas particulares.

Los presupuestos de la ciencia mo-derna parten de los conocimientosgeneralizados, desarrollados en losalbores de la racionalidad, que lleva-ron a predecir la realidad en térmi-nos universales, desconociendo losparticularismos de ella misma, desem-bocando en un conflicto con los rela-tos, mediados por sus propios crite-rios de verdad que desembocaron enla legitimación de un discurso de ca-rácter racional, así pues, cuando elmeta discurso de la modernidad re-curre explícitamente a un relato, comolos expuestos anteriormente, dondesobresale la emancipación del sujetoracional o del trabajo como aliena-ción que requiere su liberación,acompañado por sistemas de expli-cación filosófica, es en este momen-to donde se decide llamar modernaa la ciencia que se fundamenta en losdiscursos para legitimarse.

El discurso matriz que entrañaba lasbúsquedas de la verdad en los obje-tos observados y pensados a partirde un sistema hegemónico dondeprima el método, las normas y lasleyes brindando legitimidad y conti-nuidad al proyecto derivado de lasciencia exactas, circunscrito dentrodel factum de lo mate–matizable,verificable y universal, queda relega-do ahora al campo de las especiali-zaciones expresado en términosensayísticos, que corta radicalmentecon las summas y los tratados quedominaron la perspectiva del cono-cimiento como apropiación de ver-dades supeditadas a un gurú de laciencia.

La actualidad se caracteriza por unaimplosión, que retrae y contrae todolo actuante, que recompone las for-mas establecidas desde una estrate-gia de la mímesis como referencia alo ético estético contradiciendo losplanteamientos platónicos de falsifi-cación de la realidad, por un concep-to actual de creación, y que EdgarMorin denomina como autopoiesis,he aquí una nueva concepción de laciencia no como simple compren-sión, sino como explicación a partirde las diferentes formas del entendi-miento que recrean y transforman micotidianidad.

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El fenómeno de la posmodernidadque nos ha llegado tardíamente delpensamiento contemporáneo euro-peo nos pone en sintonía con unarealidad lejana desde el pensamien-to y la antropología latinoamerica-na, que nos obliga a acercarnosconceptualmente a reconstruir nues-tras formas primarias de hacernoscomo seres individuales, locales yfragmentarios, lejos de los sistemasque nos siguen dominando obstacu-lizando ese ideal de hombre cosmo-polita, vitalista y existencialista, portanto, Mafessoli nos introduce en esareflexión de los valores occidentalesque nos permiten reconfigurarnoscomo seres colectivos, políticos ysociales.

De igual modo, nuestras costumbresno nos han permitido fortalecernosen una dinámica de cambio ascen-dente, por el contrario, nos hemosquedado relegados del mundo queconlleva la globalización,descontextualizados, diseminados,alienados y por no decir menos, so-mos invencibles para el resto de lahumanidad, por tanto, nuestro deve-nir histórico ha perdido su horizon-te de comprensión, lo comunitariono aporta a la construcción de co-munidades sólidas y fortalecidas,todo lo contrario, la fractura de nues-tra realidad implosiva que hemos

vivido a partir de las crisis políticasque se manifestaron en la segundaparte del siglo XX, ha quedado su-peditado al control desde lo autori-tario, la violencia como forma delegitimidad y el clientelismo como unestado de control político.

Parodiando a José Ingenieros en estareflexión frente al Hombre Medio-cre, queda claro que todo nuestroproyecto concebido desde realida-des anacrónicas ha desvirtuado larealidad del hombre latinoamerica-no, puesto que ha debilitado su es-tructura cultural, social y religiosa,con modelos traídos del mundo con-temporáneo que socavaron nuestrossistemas milenarios de relacionarnoscon nosotros mismos, con los otrosy las cosas, en consecuencia, nuestrasvidas y comunidades como estruc-turas de reafirmación de identidadesculturales quedaron relegadas por unmodelo de dominación llamadooccidentalización, que nos impuso,según Leonardo Boff, realidades quellevaron a sacralizar un sistema ba-sado en el consumismo, por tanto,los nuevos referentes del hombreactual están basados en los empre-sarios, en los monopolios económi-cos, los grupos financieros que ac-túan como ídolos dominadores delentramado de la sociedad contem-poránea latinoamericana.

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Pensar en la propuesta presentadapor Maffesoli sobre la realidadposmoderna y adecuarla al discursolatinoamericano, es desfasarnos his-tórica y conceptualmente, nuestrohombre cree fervientemente en laescatología, la soteriología y la ma-gia, concepciones premodernas quehablan de sus modos mentales decomprender el mundo y que hablande un fundamento arraigado en susantepasados, por tanto, propuestashechas por nuestro pensador es unsíntoma abarcador de realidades queno se pueden anteponer, sino todolo contrario, complementar nuestrodiario vivir.

CONCLUSIONES

Frente a lo expuesto anteriormentequedan grandes inquietudes einsatisfacciones, referidos a laintencionalidad que pretenden desa-rrollar Maffesoli al respecto de supropuesta posmoderna, y los juegosde poder que entrañan su discursocomo bien lo expresó MichelFoucault, en su texto la Microfísicadel Poder, donde expone que todointelectual tiene de fondo un sistemaque defiende y que adoctrina al res-to de la comunidad que lo escucha,entonces, ¿qué tipo de sistema de-fiende? ¿Qué discurso de poder le-gitima? ¿Dónde se circunscribe su

política tribal? Aspectos que de unau otra manera quedan para el ámbi-to de la discusión desde la agonía,como lo propuesto por los griegosy desde el ágora donde se discutíanlos temas más transcendentales de lapolis, para descubrir si ese dios queplanteaba San Pablo es inteligible ala luz de la nueva racionalidadposmoderna.

Pero lo coherente y acertado que ela-boró desde su discurso filosófico, esque la posmodernidad abarca unmundo donde el latinoamericanoqueda desvelado como un simpleproyectum, una realidad en construc-ción, reelaborando ese carpemdiem de Horacio, que aún no ha sidoposible consolidarse en nuestracotidianidad como forma de vida,por tanto, nos queda esperar otroslustros, sino décadas para que eserepensar de nuestras sociedades, denuestros localismos, nuestras indivi-dualidad se pueda aplicar a nuestrarealidad, puesto que, los sistemas queutilizamos y que reciclamos de Oc-cidente aún hacen mella en nuestrossistemas políticos, en nuestras prác-ticas sociales, en la forma de enten-der la divinidad, que cada vez nosaleja de ese proyecto expansionista,dominador, excluyente que se llamaposmodernidad.

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Es factible que las ciencias socialeslogren asimilar rápidamente estepensamiento que es difícil de dige-rir, teniendo en cuenta que en Amé-rica Latina la modernidad no ha lle-gado a su punto máximo de satura-ción; sin embargo, para las cienciasduras queda la inquietud de cómohacer entender la ruptura expresadafrente a la modernidad y laposmodernidad con un discurso quecarece de demostración empírica ycientífica.

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SUMARIO: Introducción. I) La ra-cionalidad instrumental en la argu-mentación jurídica. II) Literatura yderecho: verisimilitud de lo incon-mensurable. III) Martha Nussbaumy la justicia poética: concepción es-tética e integral del derecho. IV)Conclusión. V) Bibliografía.

INTRODUCCIÓN

El presente artículo surge de la pre-ocupación sobre la justicia y la liber-

tad en el contexto del Derecho ac-tual y sobre el papel de la imagina-ción, principalmente la literaria, enlas decisiones públicas dentro delcontexto de una sociedad que pre-tende ser democrática y que recurrea la racionalidad instrumental paralegitimar la fuerza del Derecho.Como puede entreverse, la inspira-ción al respecto, surge de la propues-ta de la filósofa norteamericanaMartha Nussbaum, consignada en su

LAS RELACIONES ENTRE EL DERECHO Y LALITERATURA: HACIA UN CUESTIONAMIENTO DE LARACIONALIDAD INSTRUMENTAL EN LA DECISIÓNPÚBLICA.

Fernando Vargas Valencia*

(Al maestro Luis Villar Borda, In Memoriam)

* Abogado de la Universidad Externado de Colombia. Auxiliar de la cátedra de Sociología Jurídica enel Instituto de Estudios Interdisciplinarios de la mencionada Universidad, donde coordinó varias Líneas deInvestigación con estudiantes de primero y segundo año de la Facultad de Derecho. Actualmente es abogadolitigante y asesor en varios proyectos de reformas reglamentarias en Derecho Aeronáutico y de las Telecomu-nicaciones. Tutor en programas de formación docente y profesor asistente en Electivas de varias institucio-nes de educación superior.

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texto “Justicia Poética: La ImaginaciónLiteraria y la Vida Pública”(Nussbaum, 1997), escrito alrededordel curso “Derecho y Literatura” enla Facultad de Derecho de la Uni-versidad de Chicago.

Además de la propuesta deNussbaum, el presente esfuerzo seinspira en otras lecturas y en mi inte-rés personal por encontrar un pen-samiento jurídico vinculado con lasensibilidad poética. Es de recono-cer que esta inquietud por encontraren el Derecho, una concepción esté-tica y humanista, una preocupaciónpor el hombre visto como movi-miento, ha sido enriquecida por lasociología jurídica. Es este trabajo unaporte a su reivindicación, para plan-tear alternativas a la forma habitualcomo los juristas, los jueces y los fun-cionarios públicos conciben y prac-tican el Derecho. Como sostiene elreconocido pensador jurídico,Gustav Radbruch, “todo jurista de-bería debatirse interiormente conesta actitud de negación radical delDerecho... la profesión jurídica im-pone a quien se consagra a ella laconciencia constante de su grande-za, por una parte, y de su carácterproblemático, por otra” (Radbruch,1978: 152), refiriéndose a Resurrec-ción, novela de Tolstoi, y a la actitudde rebeldía de reconocidos poetas

alemanes frente al Derecho, comoGoethe y Schiller.

Existe en el arte en general, y en laliteratura en particular, un reclamode justicia al que considero, el Dere-cho debe prestar una atención espe-cial, más allá de la actitud personalde algunos abogados, por mantenercierta cultura general vinculada conel lenguaje. Intentaré demostrarcómo la fuerza estética de la litera-tura, principalmente de la poesía,otorga al Derecho una serie de re-cursos importantes para la realizacióndel paradigma de la Justicia. En estecontexto, cobra sentido la propuestade Martha Nussbaum según la cual,la literatura mejora la racionalidad públi-ca actual, que se encuentra encamina-da a la realización del paradigma eco-nómico, olvidándose del hombre ensus preocupaciones más íntimas. Enotras palabras, una percepción poé-tica del Derecho es posible y nece-saria para recuperar en el ámbito ju-rídico “una concepción humanista ypluralista de la racionalidad pública”(Nussbaum, 1997: 17).

I) LA RACIONALIDADINSTRUMENTAL ENLA ARGUMENTACIÓNJURÍDICA.

Los vínculos entre Literatura y De-recho, se pueden afianzar, en prime-

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ra medida, en el cuestionamiento dela racionalidad instrumental aplica-da en la argumentación jurídica.Martha Nussbaum en su libro Justi-cia Poética propone que la racionali-dad pública, y en concreto, la jurídi-ca, en una sociedad democrática,necesariamente debe ser un espacioincluyente que acepte aportes cultu-rales, políticos, ideológicos y litera-rios, en razón de su justificación en lavida social y de los fines que históri-camente busca realizar el Derecho yque lo trascienden. En palabras deManuel Atienza: “la racionalidad ju-rídica está evidentemente conectadacon la búsqueda, el desarrollo y lamejora de procedimientos destina-dos a la resolución pacífica de losconflictos sociales, de manera que lareflexión, con algún afán de articula-ción y profundidad, sobre esa racio-nalidad tiene que constituir un ver-dadero interés de conocimiento paraquien pretenda marchar por el ca-mino de la paz” (Atienza, 2005: 15).

La más clara expresión de la formaen que la racionalidad instrumentalse deshace como ideología imper-ceptible en la decisión pública, prin-cipalmente judicial, dentro del mar-co de la dogmática jurídica y de laargumentación, es la que denominaAtienza “la concepción formal” ológica de la argumentación jurídica,

caracterizada por definir el argu-mento “como un encadenamiento deproposiciones: es un argumentodeductivamente válido, si laspremisas son verdaderas, entoncestambién lo es necesariamente la con-clusión (en virtud de alguna regla dederivación de la lógica)” (Atienza,2005: 39 y 40). Esta es la expresiónmás extravagante del formalismodesde el punto de vista lógico, don-de la argumentación se sostiene porsilogismos cuya aplicación “no exi-ge entrar a considerar el contenidode verdad o corrección de laspremisas” (Atienza, 2005: 40).

La lógica como técnica del pensa-miento correcto, es una expresiónaltamente instrumental que expresalos desarrollos de lo razonable comoformas de producción esquemática,en una visión del hombre en la queéste se manifiesta como una máqui-na de silogismos, entendidos comoel universo del que no puede salirseel operador jurídico para tomar unadecisión conforme a derecho, en el en-tendido de que la norma jurídica esla premisa mayor de una deducción,donde la premisa menor es la con-ducta humana y la conclusión, la con-secuencia jurídica surgida del víncu-lo casi automático que establece eloperador. Es evidente que esta for-ma de argumentación está superada

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y sólo tiene importancia en tantoconstruye los esquemas formalessobre los cuales otras formas de ar-gumentación y de justificación de ladecisión jurídica sostienen sus pro-cesos. Sin embargo, hay esferas en lasque esta forma de argumentación si-gue vigente o sus rezagos hacen queel Juez o Funcionario “encare elmundo… sin el menor sentido delmisterio o del asombro” (Nussbaum,1997: 50).

Existe otra concepción de la racio-nalidad jurídica vinculada con laTópica, que Viehweg (1986) retomade Aristóteles y Cicerón. Esta con-cepción es más abierta y “material”,toda vez que se trata de una “técnicadel pensamiento problemático en laque el centro lo ocupa la noción detopos o lugar común” (Atienza,2005: 45). El problema se presentaasí, como una realidad que tiene va-rios caminos, varias formas de solu-ción. En esta esfera, cobra sentidoel concepto de “decisión” pública:porque la solución jurídica o deci-sión pública no es ya una fría opera-ción, sino una elección entre “tópi-cos” o “premisas materiales queofrecen un apoyo a la resolución deun problema práctico” (Atienza,2005: 45). Pero aquí se corre nueva-mente el peligro de que teoríasinstrumentales ingresen a la esfera del

Derecho y le roben su autonomía: laelección racional se mediría por fór-mulas anticipatorias, en las que la vi-sión lineal de la acción humana, ba-sada en el paradigma del costo –beneficio, otorga a la dogmática loque denominan autores comoSummers (Citado por Atienza, 2005:48), las “buenas razones” para justi-ficar una decisión práctica (que, di-cho sea de paso, Summers encuen-tra en los casos resueltos por los jue-ces en el contexto del common law).

Existe una tercera concepción de laracionalidad en la argumentación ju-rídica, la denominada por Atienzacomo “pragmática o dialéctica” queconsidera “la argumentación comoun tipo de acción – o de interacción– lingüística” (Atienza, 2005: 48). Eneste contexto, la decisión pública esun proceso comunicativo, entendidocomo acto de lenguaje, como el pro-ducto de un diálogo en el que es re-levante el reconocimiento de los su-jetos que argumentan y el consensologrado por ellos, haciendo de ladecisión pública, una expresiónaceptada dialécticamente por el otro,un ejercicio de inclusión. Se trata deuna decisión incluyente, inherente auna sociedad democrática, en la queinsiste Martha Nussbaum a lo largode su trabajo “Justicia Poética” y quenos acerca a la posibilidad de otro

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Derecho donde las decisiones públi-cas vinculadas con procesos de ex-clusión entran a la categoría de“falacias”.

Atienza denomina “pragmática” aesta última concepción pensando en“considerar al Derecho como un in-tento, una técnica, para la soluciónde determinados problemas prácti-cos” (Atienza, 2005: 23), en “mirara la ley como un instrumento de cons-trucción social”, tarea que “consisteen inventar nuevas instituciones yhallar nuevos patrones de acción quesostengan esas instituciones”, en pa-labras de Stephen Toulmin (Citadopor Atienza, 2005: 25). He aquí unpunto clave en el que la imaginaciónliteraria, como procedo a demostrar,ayuda a mejorar la racionalidad públi-ca y/o jurídica: en el entendido deque el universo literario aporta ele-mentos importantes para la genera-ción de decisiones incluyentes, en elsentido de que la literatura afirma unaposibilidad de hombre integral, al des-cribirlo tal y como es y como podríaser, y en cuanto que la construcciónde nuevas instituciones en manos delos ciudadanos y funcionarios, puedeser pensada a través de una afirmaciónlúdica y sensible de la realidad,insistida por el discurso literario.

Atienza, volviendo al específico cam-po de la argumentación jurídica, es-

tablece la diferencia entre “explicar”y “justificar” la decisión pública.Según el autor español, explicar ladecisión equivale a “dar cuenta depor qué se tomó una determinadadecisión –cuál fue la causa que lamotivó–, y para qué – qué finalidadperseguía” (Atienza, 2005: 32) y jus-tificar, equivale a “lograr que la deci-sión resulte aceptable o correcta”(Atienza, 2005: 32), “apelando a laautoridad, al procedimiento o al con-tenido” (Atienza, 2005: 35). Es cla-ro que no se propone en este traba-jo que las influencias literarias deljuez o del funcionario que toma unadecisión pública, adquiridas por suinterés lector o incluso por su inte-rés como creador de obras literarias,sirvan para justificar su decisión, perosí, para explicarla, en el lenguaje deAtienza. El mismo autor da a enten-der que es clave la existencia de ele-mentos literarios para generar unaconcepción incluyente en la argu-mentación jurídica (se refiereespecíficamente a la Sentencia C-221de 1994, de la Corte Constitucionalcolombiana que se expresa comouna decisión claramente poética). Através de Atienza puede afirmarseque el discurso literario (al igual queen algún momento, el moral y el po-lítico) permite mejorar la racionalidadjurídica, como elemento de explica-ción de la decisión pública. En otras

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palabras: el discurso jurídico no pue-de quedar aislado respecto de dis-cursos como el literario o el filosófi-co y la argumentación jurídica, algúndía, incorporará a su universoepistemológico, la riqueza humana,valorativa e interpretativa del dis-curso literario.

Como he intentado mostrar, la ar-gumentación racional instrumentalaparece como epicentro de la dog-mática jurídica. Como paso a expli-car, a través de Nussbaum principal-mente, considero posible que la ima-ginación sea una expresión crítica dedicha racionalidad, en el entendidode que la dogmática jurídica trata deevitar una ideología y no hace otracosa que alimentarla. La dogmáticaevita las ideologías, en este sentidoes unidimensional y funda una ideolo-gía aparentemente escéptica en la quese trabaja sólo con una concepción,igualmente unidimensional, del hom-bre, generalmente vinculada con lalógica, la utilidad y lo ceremonioso.Como afirma, el jurista y catedráti-co de la Universidad de Tilburg (Paí-ses Bajos), Bert Van Roermund: “uninterés político está involucrado enla naturaleza de la gnoseología jurí-dica… se trata de un interés respec-to del ordenamiento de la sociedady su justificación, incluyendo el or-

denamiento y justificación de las re-laciones de poder… invariablemen-te, un propósito político claro ani-ma las discusiones epistemológicasy metodológicas en el Derecho…este propósito concierne de manerainmediata a las relaciones políticasconcretas o ideologías del momen-to” (Van Roermund, 1997: 87), queno son más que las que hasta aquí heesbozado como imperantes en ladecisión pública. En palabras deMartha Nussbaum: “el tipo de aná-lisis costo-beneficio propiciado porla economía se ha vuelto tan familiaren la decisión pública que se da porsentado; al mismo tiempo, los servi-dores públicos leen cada vez menosliteratura, que es donde descubriríanuna visión más compleja de la vidahumana” (Nussbaum, 1997: 33). Eneste sentido, la literatura ofrece unatransfiguración del valorunidimensional del hombre, convir-tiéndose en una opción crítica, aúnno explorada, de la racionalidad ins-trumental y utilitarista que ha influi-do enormemente el discurso racio-nal en el Derecho. Es posible que elfuturo de la interpretación del De-recho sea la literatura, tal y como al-gunas propuestas, que cito a conti-nuación, ponen de manifiesto explí-cita o tácitamente.

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II) LITERATURA YDERECHO:VERISIMILITUD DE LOINCONMENSURABLE.

Para Martha Nussbaum, la fantasíarepresenta “un uso benéfico de larazón” (Nussbaum, 1997: 67). Eluniverso de la literatura, está relacio-nado con una versión fantástica dela vida, una visión en la que el hom-bre es mostrado con toda la sinceri-dad del lenguaje, donde las emocio-nes cobran un papel explicativo delas circunstancias en torno de las cua-les gira el relato, donde, en palabrasdel gran poeta Alfonso Reyes, “laemoción que expresa o que comuni-ca lleva disueltas todas las pasiones,todos los anhelos, todas las reivindi-caciones contra el pequeño sucedercotidiano” (Reyes, 1983: 198 y 199),donde la ensoñación se presentacomo una posibilidad del pensa-miento, donde “cada vida interior sepresenta con hondura psicológica ycomplejidad” (Nussbaum, 1997: 55).En la literatura, el asombro avanzacomo valor cognoscitivo y comoposibilidad objetiva: en el mundo li-terario, visto desde el punto de vistaestructural, la complejidad humana,el carácter paradójico de la realidadindividual y social, se convierten enel epicentro del discurso. Un ejem-plo de ello se vislumbra en la pluma

de Franz Kafka, ese otro abogado quesupo anticiparse a la contradiccióndel hombre en sus relaciones con elpoder, con el Derecho y con el siste-ma de producción en su fase máscompleja: “Lo indestructible esuno… cada hombre lo es individual-mente y a su vez lo comparte con losdemás… de ahí la inexpugnable, in-separable relación entre los hom-bres” (Kafka, 1984: 92).

Es evidente que aquí también se debetomar partido sobre qué literatura esaquella que “mejora” la racionalidadpública. En realidad, no es tanto quéliteratura, ya que se estaría en el cam-po de una postura demasiado arbi-traria, sino que se trata de qué con-cepción de la literatura es la más co-herente para la propuesta. Como sedemostrará en el tercer capítulo, lanovela (principalmente la llamada“novela realista”) debe ser investiga-da en su génesis y estructura parapoder determinar si es posible o no,erigirla (como lo hace Nussbaum) enmódulo normativo, en tanto todoslos acontecimientos históricos seríanhomólogos a ella. Además, es claroque propongo la apreciación de laliteratura como totalidad, sin una pre-ferencia específica en cuanto al gé-nero: si es coherente reivindicar laimportancia en la racionalidad públi-ca de un género como el novelesco,

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no veo por qué no hacerlo con laepopeya, la poesía o el cuento.

Es probable que se presienta una in-sistencia particular por la poesía.Pero es apenas una apariencia: al ha-blar de poesía, se está hablando noúnicamente de una especie dentrodel género “literatura”, sino de unaconcepción de la vida que no sóloabarca el género sino el arte en ge-neral. Tal vez debería hacerse refe-rencia a lo poético frente a la poesía.Pero es claro también que el géneropoesía participa formalmente de esatoma de posición frente a la vida quees lo poético. En este contexto es queel sentido de la palabra “Poética” enel texto de Nussbaum apunta máshacía un planteamiento estético ge-neral, que hacia uno literario: lo poé-tico, en el sentido de la palabra in-glesa (“Poetic”) es lo armonioso, lovirtuoso (en sentido ético), lo her-moso, lo proporcional, lo simétrico,lo acorde: Una estética integral queno es simplemente exterior y que nisiquiera hace una separación de lointerior. En una palabra: una estéti-ca de lo justo. Es entonces una re-dundancia especial: se trata de unajusticia justa, que participe de estascaracterísticas que consolidan unaconcepción estética de la realidadcolectiva. Si una sociedad es justa, esproporcional, es armoniosa y es

hermosa. Creo que es en últimas loque hereda Aristóteles de todos susmaestros de cultura en el nacimien-to de la filosofía como concienciaposible de Occidente: la poiesis esconstruir mundos que den respues-ta a la realización del Arethé, de labúsqueda y producción del sentidoa través de la virtud, de la bondad,de la simetría. Ecuanimidad, armo-nía y verdad: realización poética dela justicia. Es de esta forma, que lapropuesta de Nussbaum sobre lanovela realista como fuente de me-joramiento de la racionalidad públi-ca, cobra sentido.

Ahora bien, ¿qué concepción de laliteratura se defiende aquí? Aquellaen la que el hombre se sabe confron-tado a sí mismo, a través de la ima-ginación. Es en esta visión particu-lar de la literatura, donde consideroque la propuesta de Nussbaum pre-siente la posibilidad de una cienciasocial “más profunda”, ya que elmundo literario, vistoestructuralmente, construye una ver-sión del hombre completa y espon-tánea, donde las categorías de lo co-rrecto, lo conveniente o lo aceptadocomo verdadero, no son las reglasde la coherencia del discurso. En estecontexto, es la literatura una visióndinámica en la que el asombro seconvierte en fuente de conocimien-to, a la que es ciega “la mente econó-

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mica”, como afirma Nussbaum, enel contexto de “los cálculosutilitaristas”1.

El Derecho debe ver al hombre conla profundidad y humanidad de loliterario: no quedarse en las estruc-turas de la superficie humana, sinobuscar un allende que haga de su con-cepto del hombre, una visión decompletitud y alteridad, una visióntotal (no sólo económica, sociológi-ca, política, etc.) que la literatura an-ticipa y envuelve. Este allende, del quecarece el Derecho invadido por laracionalidad instrumental del utilita-rismo, es la expresión de las cosas quea su vez es otra: en la literatura, “elgrito de dolor es el signo del dolorque lo provoca... pero un canto dedolor es a la vez el dolor mismo y unacosa distinta... es un dolor que ya noexiste, que es” (Sartre, 1950, 44).

Me refiero a una literatura que ofre-ce una comprensión especial del uni-verso humano, como sostiene El Pin-ciano, filósofo del siglo XVI, “elobjeto (de la literatura) no es la men-tira, que sería coincidir con lasofística; ni la Historia, que seríatomar la materia al Histórico... y nosiendo Historia porque toca fábulas,ni mentira porque toca Historia, tie-ne por objeto el verísimil que todo loabraza... de aquí resulta que es unArte superior... porque comprendemucho más, y se extiende a lo que esy no es” (Citado por Reyes, 1983:197). Incluso, para ir más allá, se tra-ta de la literatura entendida como“esa vivencia mediante la cual la con-ciencia descubre su ser en su impo-tencia de perder conciencia, en elmovimiento en que, desapareciendo,arrancándose de la puntualidad de unyo, se reconstituye, más allá de la in-consciencia, en una espontaneidadimpersonal, obstinación de un saberdespavorido, que nada sabe, que na-die sabe y al que la ignorancia encuen-tra siempre tras de sí como su som-bra transmutada en mirada”(Blanchot, 1991: 58), como furiosapero lúcidamente, escribe MauriceBlanchot.

Para Maurice Blanchot (1991), “laliteratura es el mundo de los valo-res, puesto que por encima de la

1 Sostiene Nussbaum que la “mente económi-ca” es “ciega a la riqueza cualitativa del mundoperceptible, a la individualidad de las personas, asus honduras interiores, a sus esperanzas, amores ytemores; ciega a lo que es vivir una vida humana ytratar de infundirle sentido humano. Ciega, antetodo, al hecho de que la vida humana es algo miste-rioso y extremadamente complejo, algo que exigeser abordado con facultades mentales y recursoslingüísticos que sean adecuados para la expresiónde esa complejidad” (Nussbaum, 1997: 54), comose intentará compartir, en el capítulo final de estetrabajo, podrá mirarse cómo la visión que expresala complejidad del hombre es “Poiesis”, es la Poesíacomo género literario y como concepción de la rea-lidad.

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mediocridad de las obras hechas seeleva sin cesar, como su verdad,todo lo que falta a estas obras”(Blanchot, 1991: 22). En otras pala-bras, la literatura da cuenta de lascarencias en el mundo de lo prácti-co. La literatura es porvenir de otrosacontecimientos del hombre, inclu-yendo el Derecho: “por los proyec-tos que de él pueden nacer [Blanchotse refiere al libro como objeto ma-terial del trabajo literario], por lasempresas que favorece, por la tota-lidad del mundo cuyo reflejo cam-biado es, es fuente infinita de nuevasrealidades, a partir de lo que la exis-tencia será lo que no era” (Blanchot,1991: 31). En el ámbito de la crea-ción literaria, como propone JeanPaul Sartre, “el escritor ha optadopor revelar el mundo y especialmenteel hombre a los demás hombres,para que éstos, ante el objeto así pues-to al desnudo, asuman todas sus res-ponsabilidades” (Sartre, 1950: 54).La literatura es un llamado: una pro-puesta de transformación del mun-do. Más allá de lo aceptado comoverdadero, la ficción literaria se cons-truye en lo real: es un mínimo deconciencia posible, fundada en lanegación del mundo actual entendi-do como totalidad transformable2 .La literatura es la otra versión, la que,ganado el espacio de lo público através de la intención estética, expli-

ca al mundo a través de la redondezdel lenguaje, entendido como acciónsin medida y sin límites.

Por ejemplo, uno de los escritores ypoetas más importantes deLatinoamérica, el maestro AlfonsoReyes, recuerda, literariamente, elorigen trágico del Derecho: “Elhombre necesita de la sociedad, y lasociedad necesita de la confianzamutua... La confianza es función dela previsión, y la antigua Diké de losgriegos se encarga de garantizar laesperanza social, estableciendo sancio-nes contra violaciones... la confianzamutua va desde la blanda práctica dela cortesía, pasando por la ética, has-ta la rigidez del Estado... lo máximoe insignificante se abandona al arbi-trio; lo medio y secundario se confíaal consenso público; y el mínimo in-dispensable se legisla... para asegu-rar este cuadro de cumplimientos,aparece, en sentido inverso, el siste-ma de sanciones” (Reyes, 1983: 185).

2 “Lo imaginario no es una extraña región si-tuada más allá del mundo, es el propio mundo, peroel mundo en conjunto, como un todo. Pero esto noestá en el mundo, pues es el mundo, aprehendido yrealizado en su totalidad por la negación global detodas las realidades particulares que se hallan en él,por ser puestas fuera de juego, por su ausencia, porla realización de esa propia ausencia, con la queempieza la creación literaria que, cuando insiste encada cosa y cada ser, se hace la ilusión de que loscrea” (Blanchot, 1991: 34).

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Las relaciones entre el Derecho y la Literatura: Hacia un cuestionamiento de la racionalidadinstrumental en la decisión pública. Fernando Vargas Valencia

Para el maestro, a través de quien,entre otras cosas, se funda la imagenposible de un pensamiento propia-mente latinoamericano, la relaciónentre el Derecho y la Literatura, en-tendida como ficción, no pasa deldejar hacer, dejar pasar: “la declaraciónliteraria o ficción, dice el maestro,escapa a las sanciones y correspon-de a la mera estimación crítica o san-ción sui generis, por lo mismo que sólose refiere a la fantasía y a nadie enga-ña sobre sus propósitos... carece dela agresividad oculta que justifica elasco a la mentira... tal ficción, en lasociedad real, a nadie hace daño, an-tes enriquece el ánimo de los hombres”(Reyes, 1983: 186). Situación análo-ga, que vincula Derecho y Literatu-ra, a la que refiere Sartre cuando afir-ma que “de nadie se supone que ig-nora la ley porque hay un código y laley es una cosa escrita; después deesto, cada cual puede infringir la ley,pero a sabiendas de los riesgos quecorre... del mismo modo, la funcióndel escritor consiste en obrar demodo que nadie pueda ignorar elmundo y que nadie pueda ante elmundo decirse inocente” (Sartre,1950: 54). Para quienes afirman quela literatura es un engaño, se enga-ñan: “la literatura tiene para sí el noengañarnos: se presenta como ima-ginaria, sólo duerme a quien buscael sueño” (Blanchot, 1991: 35).

Alfonso Reyes funda un pensamien-to literario del que se desprende queel Derecho (en tanto parte importan-te del “suceder real o verdad prácti-ca”), “no es más que una manifesta-ción limitada de la verdad” (Reyes,1983: 188). El Derecho, como añosdespués lo expresará JacquesDerrida, quiere hacer conmensura-ble la vida de los hombres quienesson inconmensurables, la literatura,en cambio, afirma el maestro Alfon-so Reyes, proporciona “una manerade notación para significar lo indefi-nido sin enumerarlo” (Reyes, 1983:190). O como lo expresa Blanchot:“la literatura hace un valor absolutode esta puesta al margen y ese aleja-miento parece entonces fuente decomprensión general, poder paracaptarlo todo y para alcanzar inme-diatamente todo por parte de loshombres que padecen su encanta-miento, al grado de salir de su pro-pia vida que, por su parte, es sólocomprensión limitada, y del tiempoque es apenas perspectiva estrangu-lada” (Blanchot, 1991: 34 y 35). Elhistoriador, por ejemplo, reconocecomo importantes para su quehacercientífico, la existencia e influencia dela obra literaria como proceder históri-co. La literatura, representa un afian-zamiento del conocimiento históri-co, donde fuentes como las arqueo-lógicas no son suficientes para des-

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entrañar el pasado. Como escribeAlfonso Reyes, “el dato literario sesuperpone... al dato de carácter his-tórico” (Reyes, 1983: 191). La lite-ratura, “se ofrece en función vicariade la vida (y) da la historia comple-mentada” (Reyes, 1983: 191), alaportar al dato histórico, indiciosclaves para su consolidación. ¿Si ladisciplina histórica reconoce tal im-portancia capital a la literatura (seao no de “ficción” ya que ésta llevaaparejado siempre un “mínimo desuceder real”), por qué no lo hace elDerecho?, es más, el mismo Reyesse anticipa a esta posibilidad de queel Derecho se alimente activamentedel quehacer literario, del proceso yla obra literaria, en estas palabras:“(la literatura) puede encajar en laverdad práctica, que aún auxilia en-tonces a las sanciones, prestando unanueva especie de función ancilar enel orden práctico” (Reyes, 1983:192).

El Derecho, como estado no litera-rio de la vida, “apenas se siente au-torizado a nombrar o mencionar”; elestado literario, en cambio, “sostie-ne el derecho a la inmersión intuitiva”(Reyes, 1983: 194)3 donde “por co-rrespondencia... suscita la represen-tación ideal de emociones iguales alas del poeta, aunque prácticamentesólo aproximadas, pues va de uno a

otro término lo que va de uno a otrohombre” (Reyes, 1983: 194). La lite-ratura, obra en función vicaria de“otra vida que no está en la vida”(Reyes, 1983: 194), es decir, funda laposibilidad de lo por-venir.

Es en la intención literaria, comomanifestación artística a través de lapalabra, donde se expresa con ma-yor magnitud, la necesidad humanade la justicia entendida como arque-tipo, en los siguientes términos: “se-gún los clásicos, el estímulo de estaintención, en literatura como en lasotras artes, es la necesidad innata decrear formas armoniosas, una aspi-ración hacia la armonía, una especiede erótica” (Reyes, 1983: 196). Estaes la idea central del capítulo final dela presente propuesta. La justicia, enun sistema de vida verdaderamentedemocrático, representa la posibili-dad objetiva de la libertad, el Dere-cho lúdico, erótico, justo, construi-do a partir del aporte literario, es unDerecho libertario: en él, el hombre“participa de la fluencia vital que va

3 Este Derecho, está también en el Derecho, elmismo Reyes recuerda que de esta “inmersiónintuitiva, dan claros ejemplos, no sólo la poesíapropiamente tal en sus juegos de fascinación, sinotambién ciertas utilidades prácticas del habla queusan del secreto literario: la exhortación, la persua-sión oratoria” (Reyes, 1983: 194), tan recurrentesen el quehacer público y jurídico.

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deshaciendo unas unidades para in-tegrar siempre otras nuevas; evocala cambiante música y se acompañade cierta alegría, hasta cuando corresobre el dolor: la alegría de lasobreabundancia, del excedente, delchorro abierto, del desdén de los fi-nes” (Reyes, 1983: 196).

La sociedad así vista es posible en elestado actual de los procesos cientí-fico-técnicos, siempre y cuando és-tos canalicen sus esfuerzos hacia lasatisfacción de la humanidad comoespecie. Una sociedad, entendidacomo obra literaria, siguiendo la rutadel maestro Reyes, “se manifiesta enmanera de juego o emancipaciónimaginativa de las necesidades prác-ticas”, en este contexto, la vida so-cial, desde una visión literaria, “eslibertad, y también es compensacióncontra las coerciones del sucederreal” (Reyes, 1983: 196). La literatu-ra es así, fuente de liberación, comoafirma Jean Paul Sartre, en la litera-tura, “al hablar, descubro la situaciónpor mi mismo propósito de cam-biarla; la descubro a mí mismo y alos otros para cambiarla; la alcanzoen pleno corazón, la atravieso y ladejo clavada bajo la mirada de to-dos” (Sartre, 1950: 53). En este or-den de cosas, la literatura rescata alhombre de su ignorancia de sí, encuanto “engendra mundos con el

mínimo de datos reales”, constru-yendo así la mayor “afirmación hu-mana y de lo más humano en el hom-bre: cada uno lleva su poema inte-rior y nunca escrito” (Reyes, 1983:198), ya que en una visión literariade la sociedad, el hombre, comoexpresa Sartre, “sabe que es el hom-bre que nombra lo que todavía noha sido nombrado o lo que no seatreve a decir su nombre; sabe quehace brotar la palabra amor y la pala-bra odio y, con ellas, el amor y el odioentre hombres que no habían deci-dido todavía acerca de sus senti-mientos”, (Sartre, 1950: 53 y 54).

El hombre, como afirma Blanchot,“tiene grilletes, lo apremia la escla-vitud”, pero encuentra en la literatu-ra (principalmente al escribirla), ins-tantes de libertad “y helo ahí libre decrear un mundo sin esclavos, un mun-do en que el esclavo, constituido enamo, funda la nueva ley; así, escri-biendo, el hombre encadenado ob-tiene inmediatamente la libertad paraél y para el mundo; niega todo lo quees para ser todo lo que no es”(Blanchot, 1991: 32). Planteamientosliterarios que son confrontacionesfrente al Derecho y que merecen granatención en su contexto, no hay queolvidar que, en el sentir de Radbruch,“los testimonios de los poetas acer-ca del Derecho son... de mayor peso

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y fuerza probatoria que los de losespecialistas en filosofía del Derecho,por la sencilla razón de que tienenraíces existenciales más profundas,que se hallan, no sólo en el pensa-miento, sino en toda la personali-dad” (Radbruch, 1978: 145 y 146).

III) MARTHANUSSBAUM Y LAJUSTICIA POÉTICA:CONCEPCIÓNESTÉTICA EINTEGRAL DELDERECHO.

A partir de uno de los Cantos deHojas de Hierba, escritos por el granpoeta de América, Walt Whitman,Martha Nussbaum, en su prefacio a“Justicia Poética”, reconoce una ase-veración pública, en cuanto a la rea-lización poética de la justicia: “elpoeta es el árbitro de lo diverso, eligualador de su época y su tierra…ve la eternidad en hombres y muje-res… no los ve como sueños o pun-tos minúsculos” (Nussbaum, 1997:15). Se trata aquí, de la reivindica-ción de una poesía de lo público. ParaMartha Nussbaum, “sin la participa-ción de la imaginación literaria, lascosas son grotescas, excéntricas, infructuo-sas” (Nussbaum, 1997: 15). Frente aldiscurso público, “la narrativa y la

imaginación literaria no sólo se opo-nen a la argumentación racional, sinoque pueden aportarle ingredientesesenciales” (Nussbaum, 1997: 15).

Otra propuesta contundente en eltrabajo de Nussbaum es la siguien-te: “la tarea de la imaginación litera-ria en la vida pública es, como unavez declaró Henry James, «crear elregistro, a falta de un goce mayor;en una palabra, imaginar el caso ho-norable y posible»” (Citado porNussbaum, 1997: 20). Esto signifi-ca que la literatura está allí para de-cirle al Derecho cuáles han sido susinfortunios, dónde está la honorabi-lidad de sus casos, la posibilidad demejorar su racionalidad. Si la reali-dad (en la que el Derecho es piezaclave) no realiza el paradigma delhombre, éste tiene en la literatura elderecho de soñar esa realización. Siel juez actual, insiste en ser frío, si-lencioso, de piedra, la literatura re-gistra la visión de otro juez, construi-do a partir de las perspectivas esté-ticas, eróticas y lúdicas de la posibi-lidad, en palabras de Nussbaum:“Podemos abrigar la esperanza deque este registro permanezca, aun-que no tenga poder de persuasiónuniversal, y que al ser contrastadocon lo brutal y lo obtuso como unobjeto bello frente a un objeto feo,dé testimonio del valor de la huma-

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nidad como un fin en sí mismo”(Nussbaum, 1997: 20 y 21). He aquíuna propuesta para evaluar la cohe-rencia del Derecho, no ya respecto desus propias formas y argumentosinstrumentales, sino respecto del serhumano, expresado en el sentimientoliterario como posibilidad de regis-trar los desastres humanos del Derecho.

Nussbaum llama “Fantasía” a lo queen el capítulo final del presente tra-bajo he abordado como Metáfora oAnalogía y que de alguna forma heanticipado a través del maestro Al-fonso Reyes. En palabras deNussbaum, la fantasía o ficción litera-ria es la “capacidad para imaginarposibilidades inexistentes, para veruna cosa como otra y una cosa enotra, para dotar de vida compleja auna forma percibida” (Nussbaum,1997: 28). Nussbaum recurre a Poéti-ca de Aristóteles para reivindicar elarte literario (capacidad de imaginarotras vidas, como define la autora a lanovela) como forma de mostrar “lascosas tal como podrían ser” en lavida humana, frente a la historia quesólo muestra “qué sucedió”. En estesentido, el universo literario aparen-temente se manifiesta, en la propues-ta de la autora norteamericana, comoun deber ser, como una suerte deProto-Derecho. Es claro que en nin-gún momento se propone el reem-

plazo o sustitución de lo literariofrente a lo jurídico. Es más, ese posi-ble deber ser de la literatura no tieneintenciones normativas, por lo queno se antepone al Derecho. Lo lite-rario define al hombre, lo construyedesde la perspectiva de la posibili-dad. Nadie ha dicho que se trate deuna posibilidad mejor o superior des-de el punto de vista normativo. Setrata de un ingrediente ético del quecarece la decisión pública. Éticaconstruida a partir de una concep-ción estética del hombre, de la lite-ratura como manifestación teleotética,más no nomotética.

Con los ejemplos de Nussbaum(Dickens, Forster, Wright) es eviden-te que no le apuesta a toda la litera-tura. Nussbaum cree principalmen-te en la narrativa, donde parece po-ner en evidencia cómo la literaturademuestra la forma en que el Dere-cho se opone, interviene o seentromete en el carácter o crónicaexistencial de las personas. MarthaNussbaum cree específicamente enla novela, como género más impor-tante para mejorar la racionalidadpública. Es más, plantea que no es“cualquier” novela, sino la denomi-nada novela “realista”, basándoseprincipalmente, en sus lecturas per-sonales de Charles Dickens. La pro-puesta de Nussbaum, así planteada,

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indica que la novela realista es unmódulo normativo, en otras palabras,que su lectura garantiza una decisiónincluyente en manos del servidorpúblico, al colocarse compasivamen-te en el lugar de otros a través de lahipótesis literaria. Como ya se indi-có, en el capítulo tres, esta posturaespecíficamente, merecerá un análi-sis crítico más profundo.

En fin, Nussbaum reconoce que latarea de conexión entre el ethos de loliterario y el nomos de lo jurídico noes sencilla: “la imaginación literariatiene que luchar contra los profun-dos prejuicios de muchos seres hu-manos e instituciones (...), nuestrasociedad está plagada de rechazosque atentan contra la imaginaciónempática y compasiva” (Nussbaum,1997: 19). La propuesta es, en unprincipio, radical: “construir institu-ciones y actores institucionales queencarnen más perfectamente las in-tuiciones de la imaginación compa-siva” (Nussbaum, 1997: 20).

La Imaginación literaria hace parte,según Nussbaum, de la racionalidadpública: “(es) un ingrediente esencialde una postura ética que nos insta ainteresarnos en el bienestar de per-sonas cuyas vidas están tan distantesde la nuestra” (Nussbaum, 1997: 18),se trata pues de “una ética de respe-to imparcial por la dignidad huma-

na” que “no logrará comprometer aseres humanos reales a menos queéstos sean capaces de participarimaginativamente en la vida deotros, y de tener emociones relacio-nadas con esa participación”(Nussbaum, 1997: 18).

Se otorga así a las emociones, un papelcognitivo donde se acoge una actitudcompasiva frente a los otros. Estapropuesta, aparentemente radical, es“atemperada” por Nussbaum, al re-currir a la Teoría del Sentimiento Moralde Adam Smith y principalmente asu concepto de “Espectador Juicio-so”, como postura o actitud del“buen juez” o del “buen pensadorjudicial” (Nussbaum, 1997: 28).Nussbaum se esfuerza por enlistar lasobjeciones a lo que ella llama “emo-ciones racionales”, partiendo delhecho de que literatura y emociónestán en estrecho vínculo.

El contraste entre razón y emoción esparadigmático, sostiene Nussbaum,en los personajes diametralmenteopuestos de Charles Dickens, hacien-do referencia a quienes piensan elmundo práctico a través de la racio-nalidad instrumental y a quienes loviven a través de la ensoñación delas emociones. En el mundo públicoactual, toda recurrencia a la emociónes neutralizada por el prejuicio, con-tra el cual, el funcionario y el juez

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deben luchar, a través de la literatu-ra. Volver a presentar las objecio-nes es algo cansino, por lo que invi-to a mirarlas directamente del textode Nussbaum. El punto que me in-teresa es que Nussbaum defiende ra-cionalmente la emoción como posibi-lidad de la decisión pública. Sin em-bargo, entra en juego la categoríalógico-objetiva de la imparcialidaden todos sus niveles y Nussbaum re-curre al Espectador Juicioso para cons-truir una emoción racionalizada o unmanejo imparcial de la emoción en ladecisión pública. Sostiene que hayunas emociones “dignas de confian-za” y otras que no lo son, y que “laslecturas literarias nos ayudan a dis-criminar aquello que es digno de con-fianza de aquello que no lo es”(Nussbaum: 1997, 107). ParaNussbaum, el espectador juicioso es laclave para una “filtración de las emo-ciones” y la lectura literaria, la for-ma de llegar a ser ese hombre pen-sado por Smith, que se convierte,según Smith y Nussbaum, en “el pa-radigma de la racionalidad pública,tanto para el dirigente como para elciudadano” (Nussbaum: 1997, 108).

Rápidamente, el espectador juicio-so, descrito por Nussbaum, es aquelque “ni participa personalmente enlos hechos que presencia, aunque seinteresa por los participantes comoun amigo preocupado... es imparcial

(porque) escruta la escena que tienedelante con cierto distanciamiento”(Nussbaum: 1997, 108). Hay unapropuesta interesante allí: esta con-cepción del juez o de quien tomadecisiones vinculantes, permite queéste no imponga sus intereses y ex-pectativas personales en la decisión.No creo que este distanciamientoinherente, a mi entender, a una con-cepción de la realidad humana como“espectáculo”, inmanente en una for-ma de vida donde la cultura de ma-sas invade el pensamiento crítico,neutralizándolo, sea la garantía dela imparcialidad pública. Muchasveces este distanciamiento espectacu-lar, da cabida a la hipocresía y a lafrialdad del funcionario para quienla vida del otro no es más que unatragedia que no le incumbe, y que élpuede observar desde el palco de lainstitucionalidad.

Pienso que la propuesta de una ra-cionalidad que reivindica el papelcognoscitivo de las emociones debeser más radical, como la literaturamisma, porque ella no es sólo dis-tracción, diversión o escapismo, sinoun compromiso con el hombre, yuna trasgresión o provocación hacialo que se acepta como estático,inmodificable o habitual. Nussbaumcree que la lectura es un espectáculo,en el sentido de que el lector mira

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desde fuera la intriga del texto lite-rario. Es probable que se conmue-va, que el autor provoque en él unaserie de emociones, pero la comodi-dad del sillón le permite secarse laslágrimas, bostezar y seguir su vidacomo si la tragedia de un GregorioSamsa, de un Hamlet, de un Edipo,fuera “pura literatura”, algo de loque él puede salir rápidamente ce-rrando el libro.

No puedo estar de acuerdo conNussbaum en este punto. Pienso enun lector provocado y sumergido enel laberinto del texto literario. Unlector que se sepa intimidado por lafuerza reveladora del texto que loobliga a replantear su vida en el ins-tante mismo de la lectura: como lodescribe, tal vez, Julio Cortázar en“Continuidad de los Parques”(Cortázar, 1999: 291 y 292), es eselector de una novela que está en susillón, con su coñac, sabiendo de unamujer en un jardín y de un hombreque la busca a ella y a su amante, quienestá sentado leyendo algo que le co-rresponde, porque sí, porque tocana la puerta en el momento en quetocan a la puerta en la novela y derepente es ese lector el amante, elperseguido, su continuidad. En miexperiencia personal al leer este bre-ve relato de Cortázar, sentí que al-guien venía a matarme. Sentí ese mie-

do, y no fue para nada un espectácu-lo, fue una conmoción en la que sus-piré por los asesinos, por el hombreque es perseguido. Es probable queesta forma de sentir el texto no seafrecuente, pero estoy convencido deque está por venir: se trata de la lite-ratura como conciencia posible, comoconocimiento crítico donde el lectorparticipa de la transformaciónexistencial a través del texto, comopropone Roland Barthes (1974), enel sentido de que el objetivo de laobra literaria es hacer del lector unproductor del texto, lo que intenta-ré aclarar con mayor precisión másadelante.

En palabras de Jean Paul Sartre, “esen el amor, en el odio, en la cólera,en el miedo, en la alegría, en la indig-nación, en la admiración, en la espe-ranza y en la desesperación como elhombre y el mundo se revelan en suverdad” (Sartre, 1950: 53). Un filtrode las emociones ya está dado en loslímites que la institucionalidad impo-ne al pensador público o judicial.Otro, desde la propuesta misma decambiar la mentalidad del funciona-rio público, del jurista y del ciuda-dano, es ya una traición a la propues-ta. Insisto nuevamente con Sartre:“en esas geometrías apasionadas,cuando la geometría ya no conven-ce, la pasión emociona todavía... o

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más bien la representación de la pa-sión... las ideas se han dispersadocon el correr de los siglos, pero con-tinúan siendo las pequeñas obstina-ciones personales de un hombre quefue de carne y hueso; detrás de lasrazones de la razón, que languidecen,percibimos las razones del corazón,las virtudes, los vicios y ese gran do-lor que es la vida de los hombres”(Sartre, 1950: 58 y 59). Es más: laactitud compasiva de la que careceel Derecho, que según el diagnósti-co de Nussbaum, es abundante en laliteratura, es una preocupación detodos los tiempos en el Derecho,pero se muestra como una excepciónen el pensamiento jurídico. Para elcaso, un personaje tan importantepara la formación de los verdaderosjuristas, como es FrancescoCarnelutti, ha afirmado rotundamen-te la necesidad de que el abogado, eljuez, el hombre que decide el desti-no de otro a través de la puesta enescena pública o judicial, sea real-mente un hombre civilizado. La fuer-za compasiva de esta palabra, tandesgastada en los discursos prácti-cos, en los silencios anacrónicos, esclara en Carnelutti: “la civilidad… noes otra cosa sino capacidad de loshombres de amarse y, por eso, devivir en paz” (Carnelutti, 1999: XI).

La manifestación compasiva, enCarnelutti, es una carencia históricaen los espacios formales del Dere-cho: “a la solemnidad, por no decira la majestad de los hombres en toga,se contrapone el hombre en la jau-la” (Carnelutti, 1999: 11). Pienso quela propuesta de Martha Nussbaum,vinculada con la idea del espectadorjuicioso o compasivo de AdamSmith, cae en el abismo que critica lafilósofa norteamericana: es una com-pasión uniformada, en el sentido deque no hace ninguna diferenciaciónrespecto de la actitud personal quecada uno tiene para con la compa-sión propia y ajena. Simplemente nosdice: compadécete del otro pero note comprometas con su problema,has como quien va a la representaciónde una tragedia, el universo de lootro es un espectáculo. Sé queMartha Nussbaum no sigue esta lí-nea, pero es de notarse que la pro-puesta del “espectador juicioso”como “dispositivo de filtración delas emociones” (Nussbaum, 1997:107) no es tan radical como otraspropuestas de Nussbaum, aquí com-partidas, principalmente en cuanto ala visión total del sentir humano, den-tro y fuera de la racionalidad públi-ca. Ese espectador que entre el pú-blico indiferenciado se compadecedel “espectáculo del dolor ajeno” sesepara de lo que Carnelutti recuerda

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en estas palabras: “los hombres sondiversos entre sí incluso en el modode sentir la caridad” (Carnelutti,1999: 11)4 . En lo más íntimo, meparece que las reflexiones deCarnelutti sobre los abogados, sonexpresiones donde la compasión dala posibilidad de concebir y produ-cir de otra forma el Derecho, sensi-ble y justa: el abogado es aquél queda su amistad a quien se convierteen proscrito de las relaciones socia-les: “el nombre mismo del abogadosuena como un grito de ayuda…Advocatus, vocatus ad, llamado a soco-rrer”, en palabras de Carnelutti quienpor lo demás, encuentra en el lenguaje(¿tal vez en la literatura, en esa opor-tunidad de hallar una intuición des-lumbrante en las palabras?) una po-sibilidad que escapa a las esferas delDerecho racionalizado: “entre laprestación del médico y la prestacióndel abogado existe una diferencia, lacual, no advertida por el Derecho,es sin embargo, descubierta por laexquisita intuición del lenguaje”:“Abogado es aquel al cual se pide,en primer término la forma esencial

de la ayuda, que es, propiamente, laamistad” (Carnelutti, 1999: 20).

Aquí veo una propuesta compasivamucho más radical que la deNussbaum, construida a partir de“La Teoría del Sentimiento Moral”de Adam Smith: el hombre que tra-baja con y por el Derecho, sí partici-pa personalmente en los hechos quepresencia. Es más que “un amigopreocupado”, como lo mencionaNussbaum, es un compañero en el sen-tido etimológico que le otorgaCarnelutti: “compañero, de cum pane,es aquel que parte con nosotros elpan” (Carnelutti, 1999: 21). Creo queel abogado, y no sólo el defensor, ellitigante, sino también el abogado-juez, el abogado-servidor público,agente de decisiones públicas, debetocar con sus manos la realidad so-bre la que va a decidir, sobre la queva a trabajar, sin ningún distancia-miento ilegítimo, “apropiándose”de la situación sobre la que pesa sudecisión: “La esencia, la dificultad,la nobleza de la abogacía es esta: si-tuarse en el último peldaño de la es-cala junto al imputado” (Carnelutti,1999: 21). No me refiero a que el Juez“delinca” para saber cómo decidirsobre un “delito”, esto es algo quese cae de su peso. Me refiero a que eljuez, si es que en realidad cree en laverdad última del Derecho, la justi-

4 Carnelutti, en su radicalidad compasiva, con-tinúa: “Los hay que conciben al pobre con la figuradel hambriento, otros con la del vagabundo, otroscon la del enfermo; para mí, el más pobre de todoslos pobres es el preso, el encarcelado” (Carnelutti,1999: 11).

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cia, y sobre todo, en su realizaciónpráctica, debe acercarse aunque fue-se a un conocimiento mínimo delespíritu, de la narrativa existencial delos hombres sobre los que pesa sudecisión. Soy consciente de que unproceso judicial no permite un es-pacio de acercamiento apenas pre-cario del operador jurídico y las per-sonas cuyos intereses están a la espe-ra de su decisión, pero pienso en unainquietud sopesada del funcionariopor el reconocimiento de la huma-nidad de las partes, de la integridadde los involucrados en su decisión,de la presencia del otro, aunque fue-se por un instante. En palabras deCarnelutti: “conocer el espíritu de unhombre quiere decir conocer su his-toria; y conocer una historia no essolamente conocer la sucesión de loshechos, sino encontrar el hilo que losvincula” imposible “si el protagonis-ta no abre, poco a poco, su alma”(Carnelutti, 1999: 23)5 .

IV) CONCLUSIÓN

He intentado compartir con el lec-tor una preocupación sopesada res-

pecto de las relaciones que el dere-cho debe entablar con otras mani-festaciones sociales, en un contextodonde la Democracia es conversa-ción, es decir, posibilidad infinita deincluir al otro. El derecho hace par-te de los textos sociales y en este sen-tido, su naturaleza textual lo vinculaepistemológicamente a otras formastextuales del todo que regula con sufuerza y su razón. Las relaciones en-tre Derecho y Literatura son este sen-tido sociológicas y tienen gran varie-dad de rostros. He intentado com-partir dos de ellos: la literatura comoenjuiciamiento de la racionalidad ins-trumental aplicada a la argumenta-ción jurídica y la necesidad actualde reforzar la imaginación compasi-va del juez al momento de tomar unadecisión socialmente relevante y porsupuesto, jurídicamente correcta. Laanterior propuesta es aún más radi-cal y exige de parte del jurista unaprofunda investigación, toda vez quehace parte de la preocupación actualpor encontrar el paso de la racionali-dad a la razonabilidad de la decisiónpública, en aras a satisfacer el sueñociudadano de la justicia.

Como se ha mencionado, en el as-pecto central de la labor judicial, loprimero que se opone a la propues-ta de una razonabilidad compasiva enel juez, es la imparcialidad exigida porla dignidad de su cargo. Tal vez esta

5 En otro lugar, Carnelutti enseña que “el juezno debe limitar su investigación a los aspectos ex-ternos o sea a las relaciones del cuerpo del hombrecon el resto del mundo, sino que debe descender,mediante su investigación, al alma de aquel hom-bre” (Carnelutti, 1999: 55).

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realidad lógico-objetiva del Derecho,estuvo en la mente de Nussbaumpara no radicalizar su propuesta dela compasión como “actitud quecuadra al buen juez y ciudadano”(Nussbaum, 1997: 110). Sin embar-go, no puede olvidarse que el Juezno es un ser de mármol, es un serhumano como todos, como recuer-da Carnelutti: “el juez… es un hom-bre también él; si es un hombre, estambién él una parte (…). Esto deser el juez un hombre y de deber sermás que un hombre, constituye sudrama” (Carnelutti, 1999: 28). Elproblema de la justicia es una tomade posición frente al hombre: la im-parcialidad se convierte en una es-tratagema para que éste renuncie asu libertad, a la posibilidad de trans-formarse y en este acto, transformaral Derecho. La justicia, como el De-recho mismo, es una lucha porque laparcialidad humana no sea tan igno-miniosa, porque no arrebate el asom-bro: “la justicia humana no puede sermás que una justicia parcial; su hu-manidad no puede dejar de resolver-se en su parcialidad. Todo lo que sepuede hacer es tratar de disminuir esaparcialidad (…) Es necesario, cadadía más, recuperar el don del asom-bro… es becario caer de rodillasante cada manifestación de este in-decible prodigio que es la vida”(Carnelutti, 1999: 31 y 32).

Hay una radicalidad poética en laspalabras de Carnelutti: esaradicalidad no es más que fe en elhombre, es necesario ser poeta parano “confundir el espíritu con el ce-rebro”. Precisamente, Carneluttipiensa en un texto literario (una fá-bula sobre la indignación de los án-geles ante la creación del hombre,mezcla de ángel y bestia) que le llevaa creer que el Derecho “es cuestiónde fe en el hombre” (él se refiere prin-cipalmente al Derecho penal): “perola fe en el hombre se adquiere sola-mente amando al hombre… más queleer muchos libros, yo querría que losjueces conocieran muchos hombres”(Carnelutti, 1999: 33), más que unespectador, se necesita un juez capazde “situarse en el último peldaño dela escala, junto al imputado”(Carnelutti, 1999: 21), de armonizarel ímpetu de la argumentación jurí-dica con las necesidades sociales yespirituales de los hombres sobrecuya narrativa existencial, se aplicael peso de la ley.

IV) BIBLIOGRAFÍA

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La mente está en el cielo y el corazón en latierra.

Rabí Israel Baal Shem Tov.

INTROITO

Desde que nos identificamos comoun mundo nuevo, siguiendo la defi-nición que Michel de Cuneo dio aestas tierras, nuestros viajes han sidoa la defensiva, los de a pie, los enmula y en barcaza. Una vez descu-bierta América, nuestras relacionescon el otro y lo otro, han estado re-gidas por el miedo y la desconfian-za. Es que algo puede pasar y porello no nos extasiamos en un puntoespecífico del paisaje o de la cosa

sino que revisamos la generalidad, esetotal desde donde puede emergeralgo inesperado. Tantas guerras, tan-tas historias siniestras, tanta oscuri-dad a plena luz del día, nos han vuel-to seres desconfiados.

Pocos han sido los viajes que hemoshecho en calma: el de don JoséCelestino Mutis clasificando la flora(que dio como resultado curioso quehabía mucho plátano en estas tierras,lo que hacía que las gentes, satisfe-chas con la abundancia de alimento,se preocuparan poco por variar laagricultura y hacerse preguntas defondo sobre las posibilidades delpaisaje); el de Humboldt, buscandorazones en las selvas, llanos, ríos y ca-

LATINOAMÉRICA, UN VIAJE A LA DEFENSIVA.(UNA PONENCIA SOBRE VIAJES Y PRESENCIASEN FERNANDO GONZÁLEZ).

José Guillermo Ánjel R.*

* José Guillermo Ánjel. PhD en Filosofía de la Universidad Pontificia Bolivariana y profesor de laEscuela de Teología, Filosofía y Humanidades de la misma Universidad.

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denas montañosas, que terminó enunos amoríos turbulentos, y algunosdel sabio Caldas, estos con ciertaangustia porque entre quienes ibancon él había traidores.

A lo largo de quinientos años, hemosviajado con temor. Y si bien, comodice la canción del jibarito (yaleeeegre, el jibarito va, cantandoasí…), algunos han viajado sin ma-yores preocupaciones como los va-queros que arrean el ganado ayuda-dos por sus cantos, la mayoría de losviajes han sido azarosos. Así que nonos dedicamos a percibir lo especí-fico sino a revisar lo general, comohacen los radares. En otras palabras,ejercemos el síndrome de mirar ha-cia atrás y a los lados en lugar de irhacia adelante.

SOBRE FERNANDOGONZÁLEZ

Se ha dicho que Fernando González(Envigado 1895-1964), no creó nin-guna filosofía ni un sistema coheren-te que estableciera una tesis filosófi-ca clara (o al menos sistemática), a lamanera de Hegel o de Kant. Estoscomentarios, hacen parte de nuestracrueldad intelectual, que define a loslatinoamericanos como sujetos va-cíos y sólo en propensión de ser lle-nados con pensamientos ajenos,como si siguiéramos siendo anima-

les sin alma. Con nuestra forma depensar, más de leguleyos que de per-sonas en disposición de asombrar-se, hubiéramos negado la filosofía deVoltaire o de Nietzsche si estos nohubieran sido europeos. Y quizá seala euro-dependencia servil lo que haenredado nuestro origen y la calidadde las preguntas.

En nuestro medio, buena parte delpensamiento filosófico se ha reduci-do a la divulgación de ideas y auto-res ajenos a nosotros, lo que nos hadado una buena cultura enciclopédi-ca pero nos ha impedidocuestionarnos desde nuestras raíces.Nos gusta que nos lean otros, ver-nos a partir de otros, soñar con quesomos esos otros. Y si alguien noscritica, lo destruimos. De FernandoGonzález se dijo que era un viejitoloco, viajero irresponsable y casadocon una mujer fea. A partir de estasaseveraciones, su pensamiento eraimposible, ya que no era pensamien-to sino resentimiento.

Nuestras preguntas han tenido res-puestas de otros, hemos buscado lasolución en otros y de esta maneraconstruimos un universo bacteriano,dependiente de un analista externoque, como Hegel, por ejemplo, des-cubre que no podemos pensar debi-do al calor (cosa que la mayoría si-gue creyendo). Y en esto de la nega-

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ción de la experiencia, aparentamosser buenos muchachos para queotros y Dios nos quieran. Bueno,contra esto se rebeló FernandoGonzález, que fue un escritor filóso-fo que hizo un alto en nuestra narra-tiva delirante para hacerse pregun-tas y tratar de resolverlas.

¿De quién son las ideas de FernandoGonzález? De mucha gente, asícomo las ideas de esta ponencia sonde mucha gente y de mil partes (elnúmero mil, en el Oriente quiere de-cir mucho y a veces la cantidad nom-brada se sale de nuestra comprensióno memoria). Y si tenemos en cuentaque cuando en nuestro cerebro sedan cincuenta acciones conscientesdebido a que éstas han sido empuja-das al exterior por once millones deacciones y datos inconscientes, talcomo dice Eduardo Punset en Elalma está en el cerebro, decir que esto esmío y no de otro, es un caso de so-berbia y estupidez. Después de 4.000años de historia escrita, las ideas deun hombre son de la humanidad y loque es válido no es la originalidadde la idea sino la reflexión que sehaga, que no será siempre la mismasino que depende del contexto y delas circunstancias.

En América Latina creemos que looriginal es lo raro (lo distinto), cuan-do en realidad lo original es lo que

tiene origen en algo y lo sigue, lle-gando a algo más, a lo no dicho en osobre una situación determinada. Esclaro que Martín Heidegger es ori-ginal porque sigue las fábulas de losbosques de la Selva Negra; fábulasque nosotros consideramos filosofíapor aquello de que legitiman el tota-litarismo y, en lugar de un estar aquí,propone un ser ahí (Dasein), suscep-tible de ser excluido. Nos gustaHeidegger porque somos poetasfrente a un mundo todavía sin leer.

No sabría entonces de quién son lasideas (las imágenes con las que meayudo para reflexionar). Podría decirde quien son las reflexiones y las cir-cunstancias en que fueron hechas.¿Qué alcance tengo para determinarqué dato ajeno se une a un fragmentode experiencia vivida y se pierde enla actividad separable del cerebro?Ahora, las ideas de otros me llevan apensar en lo mío, que son mis urgen-cias e intereses. La necesidad (no lavoluntad, como dice Baruj Spinoza),esa potencia que me lleva al acto, espropiciada no sólo por lo que vivo ola situación en la que estoy sino porlos innumerables datos adquiridos envivencias anteriores, escritores, in-consciente colectivo y pequeñosasombros nacidos de la curiosidad.

¿De quiénes son las ideas de Fernan-do González? De él y de muchos, de

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su biblioteca y sus conversaciones, deldeseo por alguna muchacha y del sus-to que da enterarse de que algún co-nocido se ha muerto. Sentir la vida yestar consciente de ese sentimiento,propicia la reflexión que busca el buenvivir, que es en resumen la filosofía.

Hago esta aclaración porque enAmérica Latina (debido quizá alcomplejo propiciado por las pelícu-las de vaqueros y el querer ser otrosy no nosotros, que nos vemos tanfeos), nos consideramos sujetos enproceso de creación, en estado depre-civilización, y entonces, para serllenados o construidos, nos nutrimosde pensamientos ajenos en tiempo yespacio. Y al estar llenos (no sé si conbuenas o malas traducciones), admi-nistramos esos pensamientos en ca-lidad de guardias rojos, cuidandocon ira lo que damos por verdadesabsolutas, únicas posibles, solas e ina-movibles como el ser de Parménides,ese que cualquier campesino llamanombre. Y para el que cualquier pro-blema es un mundo porque, sinhaberlo estructurado, sin recurrir aningún método, sabe que se encuen-tra dentro de un sistema en el quecada cosa es interdependiente y estáinterconectada de manera inevitable.No quiere decir lo anterior que losdemás por fuera de nosotros no seannecesarios. Es claro que son necesa-rios en calidad de confrontadores y

de debate con altura. Lo que no sones unos definidores. Hoy sabemosque el hombre es uno múltiple y di-verso, igual a la superficie de la tierra.

En América Latina (habitada pordescendientes de emigrantes euro-peos, árabes, orientales y judíos; poresclavos e indios, y por las mezclasdiversas entre unos y otros), lo ur-gente es lo necesario ya, esto que esapenas el fragmento de vida recono-cible y usable (seríamos casi pragmá-ticos). Y como dice Bertrand Russelly luego reflexiona FernandoGonzález (sin citarlo y quizá sin co-nocerlo porque a una idea se accedede múltiples formas y no sólo leyen-do), la vida es un sin tiempo que giraentre lo pequeño y lo casual. Es de-cir, es un fragmento atemporal por-que el pasado se ha ido y el futurono ha llegado, y sólo queda el pre-sente que no es nada, ni siquiera laposibilidad de decir soy (de acuer-do con la constante de Planck, quese simboliza con la letra h, que esmuda). Pero ese presente vuelve por-que tenemos memoria.

LA VIDA COMO VIAJE

Fernando González, definió la vidacomo un viaje en el que acontecenepisodios varios. Estos episodiosson los que dan una idea de tiempoy de memoria. Y en la suma de esos

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episodios configuramos el pasado(la biografía) y las huellas que deja-mos, sea con base en acciones o des-víos. Y eso que no hacemos(pudiéndolo hacer), es un desvío, unaintensidad. O sea que somos inten-sos, desviándonos.

En este viaje episódico, que vamosconformando con el lenguaje nues-tro y el de los otros, con esa cargainevitable que son las circunstancias,esto que nos da la identidad y el ori-gen (en Latinoamérica más míticoque real y definido, pues parecieraque nadie quiere ser el que es), noshacemos una biografía que se amplíaen la medida en que actuamos conotros, que son quienes nos muestranel mundo en términos hipostáticos(de ser en la realidad) e imaginarios.La noción del otro es un pensamien-to extendido (en sístole), distinto alpensamiento del yo, que es compri-mido (en diástole). En relación conel otro (en calidad de sujeto), haymás palabras que en relación con elyo propio. El viaje (la vida), enton-ces, es un asunto de más palabras y,a través de estas, de más mundo ve-rosímil. Así que hay más en tanto via-jo y propicio el encuentro, en tantoque el otro se evidencia.

Hasta finales del siglo XIX (el siglode los bulevares y los parques), elviaje de la vida se plantea en térmi-

nos de lentitud. Y cualquier espacio,por mínimo y simple que fuera, te-nía una narración externa y un diálo-go. O sea que del acontecimiento sesacaba el mayor provecho (no envano el siglo XIX es el siglo de laciencia y el del inicio de lafenomenología). Una novela comoLos miserables, de Víctor Hugo, seplantea como una Biblia humana,pues, como dice el autor, buscó queen la vida de Jean Valjean no faltaranada de lo posible por suceder:amor, envidia, angustia, terquedad,etc. El siglo XIX es el siglo de lasgrandes novelas (con algunas exten-siones en el siglo XX, como La mon-taña mágica). Todo debe ser leído,reflexionado, integrado a la memo-ria; es quizá el último inventario dela vida lenta, ya amenazada por elmundo de la administración (PhileasFogg) y de la tecnología, que se con-funde con la ciencia.

Fernando González, es un hombreilustrado (lento) que vive en tierrasde paganos como las que narranLeonardo Sciascia, José RestrepoJaramillo y Darío Ruiz Gómez. Paraél, la vida es algo que se debe viviren lentitud, para que valga la penaser vivida. La vida no es un episodiorápido, como una carrera de cienmetros planos, que tiene al final unamedalla pero no un conocimiento

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adquirido. La vida no es un movi-miento sino las palabras que aparez-can en ella. Y a más palabras defini-das, más vida, ya que las palabras mellevan de significación y me revelanlo insignificante, que es el contenidode mi ignorancia. Y la palabra es laque conforma el hecho, que es el realcontenido del mundo, como diceLudwig Wittgenstein, para quien lascosas no son mundo si no hay rela-ción con ellas. Así que a más situa-ciones más vida. Y la situación sólopuede ser vivida en estado de lenti-tud, pues de lo contrario no habrárealidad sino apariencia. La enseñan-za de Don Quijote es clara: en losúltimos días de un hombre viejo(don Alonso Quijano), éste decidevivir el mayor número de episodioslentos (por eso cabalga en un rocín).Y al final muere tranquilo porquesupo aprovechar esa última oportu-nidad: la de vivir reflexionando amedida que iba de un lugar a otro.Es que la cosa es nada si no se haentrado en ella, como dice MartínBuber.

La vida, entonces, es la lentitud. Peroen América Latina, por estar huyen-do o buscando llegar antes que elotro, la lentitud no ha existido. Todofluye como un río enloquecido, quetoma cosas de la orilla y las destruye.No hemos descubierto la belleza, que

es todo aquello que se muestra en or-den. Y la vida se nos da soledad, enagonías (el transcurrir de la vida) y en-tierros (la certificación de que otrosse mueren). Y de vez en cuando, en laaparición de alguna muchacha (el de-seo, con ansias de ser apagado).

LOS ASUNTOS DE LAGENERALIDAD Y ELFRAGMENTO

En el mundo de Fernando González,somos en la urgencia y en lo intere-sante (aquello que está dentro denuestros intereses), como tantoshombres de tantas partes. Solo queno vemos el fragmento posible (lacertidumbre), sino que seguimos in-mensos en la generalidad, en la pre-monición del cansancio (percibimosel último tramo sin haber ingresadoal primero) y en negarnos la vidacomo única posibilidad.

En América Latina, quizá por la pre-mura del sobrevivir y habitar el sitioequivocado (todo esto tiene un due-ño y si no alguien que lo desea), pordesear en lugar de tener, no hemosencontrado la quietud. Seguimosconquistando, nos queremos liberar,nos escondemos. Los catecismos (losmanuales) religiosos, geográficos,históricos, científicos, son textos queexplican lo general. Las respuestasson exactas e imposibles de rebatir

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porque, si se rebaten, se entra en losterrenos de la herejía. En lo general,(que ha sido la constante en la educa-ción), asistimos a actos de fe, no im-porta que el efecto niegue la causa.

En lo general se ve el bosque perono el árbol, la cadena montañosapero no el camino en la montaña, elgénero humano pero no el hombre.En Viaje a pie (libro escrito en 1929),Fernando González se hace estecuestionamiento: por asistir a lo ge-neral, a lo inmenso, a la palabra sindestino, no vemos el fragmento, elhecho, nuestra relación con la cosa.Y posiblemente evitamos este en-cuentro con la realidad porque(como le dijo una mujer que por uncamino, llevando a cuestas un granpeso) para esto se necesita ánimo, esdecir vitalidad, ganas de vivir, saberdónde se quiere llegar. En AméricaLatina se trabaja, pero nadie saberealmente en qué lo hace ni siguien-do qué métodos ni buscando qué re-sultado vital. Sólo tenemos una vagaconciencia de que trabajamos, es de-cir, nos movemos. Y de igual mane-ra amamos y elegimos presidentes,sin hacernos preguntas específicassino admitiendo que hay democra-cia, amor, esperanza. Palabras ente-ras que nos negamos a fragmentar.

Es claro que la generalidad niega elfragmento. Y si bien la generalidad

(que plantea la magnitud) nos asom-bra, también es evidente que lo ge-neral es una actitud de seres primiti-vos (simples) que asisten a un mun-do sin ninguna ordenación y sin po-sibilidad de descomponer nada.Como los primeros hombres (toda-vía sin adaptarse a hechos concretosy más dispuestos a la aventura y al azarque a tener un sitio específico para de-tenerse), en América Latina persisti-mos en la generalidad. Y en eso gene-ral, somos latinoamericanos, sin dife-rencias entre nosotros, lo que impideel intercambio y el aprendizaje, el en-tendimiento de lo cercano y la crea-ción a partir de la parte. Somos enlos andes, en la selva, en los llanos, enel mar total y nunca en un espacioconcreto. Queremos dominarlo todoa pesar de que los chamanes enseñanque el conocimiento se logra en lo li-mitado, en un espacio dado y no en lainfinitud. Aclaro que ningún chamánha leído a Aristóteles para llegar aesta conclusión.

Lo general, la abundancia de ese algoque se multiplica, nos asombra y enese asombro, que es como mirar elcielo, todo lo vemos cierto pero le-jano, lejos de nuestro alcance. Logeneral, ese cielo, ese llano, esas mon-tañas, genera una certidumbre, peroa la vez la magnitud nos abate. Y enesa generalidad, lo que se presume

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es que eso que vemos es más pode-roso que nosotros e inevitable (unade las palabras más usadas porGarcía Márquez), porque nos mira ynos rodea. Así, seguimos haciendoparte de la naturaleza que se nos vie-ne encima, que es algo demasiadogrande, y eso nos desborda.

Por esta razón, dice FernandoGonzález, es necesario hacer un via-je a pie, pero no para deshacerse deuna moral molesta (como el delZaratustra de Friedrich Nietzsche)sino para construirse como ser hu-mano entrando despacio en cada unade las inmensidades que tenemos enfrente. En el viaje a pie, metáfora delo único posible en la vida (estardonde nuestro pie deja una huella),lo inmenso se convierte en parte, enexperiencia vivida, en amor a al-guien, en deseo definido, en esperan-za en algo concreto. El paso que da-mos, la huella que dejamos, hace queel mundo deje de ser un compuestode cosas y se convierta en un espa-cio de hechos.

El viaje a pie es lento, no dependedel tiempo sino de la sensación, delintermedio entre la causa y el últimoefecto, del aprendizaje. No se tratade llegar a lo deseado (al oro, alPerú), sino de avanzar. La vida es unsentir, no un almacenar. La vida noes una meta (el futuro es siempre un

azar), sino un camino por el que seva aprovechando cada fragmento.

En el viaje comienza la presencia. Yen la presencia, que se manifiesta enel afuera, está la hechura de nosotros,lo que hay en nosotros, eso que estáen el yo y actúa como un guardia queadmite o rechaza la presencia. Lareacción inicial es interior y obedecea nuestras circunstancias. Y si admi-timos la presencia del otro o de lootro, ese fragmento de lo existente,lo que presenciamos se convierte enuna pregunta no resuelta, en una ur-gencia, en un deseo definido. La pre-sencia me saca de la generalidad y mecoloca en la parte que interesa, en lofrente a mí para que actúe como untú que confronta y, al confrontar, day recibe. Martín Buber también dijoalgo parecido.

En el Libro de los viajes y las presencias(que se llama libro porque es memo-ria y por ello biografía), FernandoGonzález dice metafóricamente queel papel de las muchachas es el deresolver la presencia ante un paisaje(lo general), definido en la parte de-seada (la muchacha, que es la pro-longación de la vida). El inconscien-te guarda los deseos que tenemos,unos más fuertes que otros, y la pre-sencia extrae el deseo inconsciente ytrata de satisfacerlo en la profundi-dad del encuentro. De esta manera,

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aparece lo significante (el significa-do, el deseo que se satisface) y lo in-significante, aquello que no deseoporque soy ignorante de ello.

El alma son las ideas que tenemos,las presencias habidas que me handado una versión del mundo que hehecho mía. El alma es lo entendidoy el conocimiento que nace de ese en-tender lo otro, que no es una certi-dumbre completa sino la creación deuna conciencia. Diría, entonces, queno se trata de coleccionar presenciassino de hacerlas partícipes de los ac-tos de nuestra vida consciente. Lapresencia (el fragmento), al ser ad-mitida, se integra a mi yo y me hacemás sensible a otros tú. O sea que amás presencias (o a la misma presen-cia entendida de manera más profun-da), un mundo más amplio a travésde las partes, que niegan la generali-dad (el caos) y crean el necesario es-tar aquí, no para estar en vecindad asino para ser juntos en lo que ya con-tiene un significado.

Los todos son incontrolables porque,al moverse y revolverse, sólo creanapariencias (esto se ve claro en unalicuadora funcionando, donde haymás ruido que imágenes). Es decir,los todos se manifiestan en una tota-lidad que deslumbra y, en ese excesode luz, no se ve nada y se presenta laalucinación y el ofusque.

América Latina es una región ofus-cada, pues lo mira todo de manerageneral. Y en esa generalidad se des-borda y construye mal, viviendo alazar. Quizá se deba a que todo fueunido sin establecer diferencias. Ocomo dice Octavio Paz en Mesa yharmonía (los compuestos de unacosa), todo se mezcla y así no hay unreconocimiento exacto de nada. Enla comida dibujamos el mundo quetenemos y en la manera de comer, eluso que damos a ese mundo. La ac-ción de servir y comer es la metáforadel homo sapiens y el homo faber, queordena, mira, engulle y transforma.

Para Fernando González lo generalestá representado por la oscuridad(que son todos los colores juntos sinluz). Y para salir de la oscuridad,causa del ofusque, invita a vivir laspresencias, a detenernos frente a ellasy establecer una relación vital, o sea,ser en ellas, lo que implica lograr másconocimiento. Invita entonces a unejercicio fenomenológico y a tenerun yo buberiano, que entra en el tú ydisuelve el eso (Das), aquello que estálejano y sin leer, propiciando el en-cuentro: esto que nos confronta y altiempo nos define. Y al definirnos,darnos un lugar y un ahora.

América Latina, como lo vemos através de la historia, es territorio dedesencuentros. La diferencia está en

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no encontrarnos, en crearnos en eleso de Buber, que es una presuncióny una invención y, en eso que se in-venta, nos mantenemos en estado denaturaleza que, a más de egoísmo, esun estado permanente de agresión.En estado de eso, de lejanía, solo asu-mimos lo general y, a partir de ahí,todo encuentro se dificulta. Enton-ces, tomando la palabra teshuvá (re-greso) como referencia (palabra queposiblemente Fernando Gonzálezno conoció), la única oportunidadque tenemos es el viaje a pie, que esun volver al principio. Y en ese em-pezar de nuevo, ingresar de maneralenta en la generalidad y dispuestosal conocimiento, asumiendo los frag-mentos como presencias.

En Viaje a pie, Fernando González,plantea que lo básico es encontrarsecon el otro, acercarse al eso y conver-tirlo en tú. Así su viaje es diferente alos primeros viajes (a tantos viajesde hoy en día), en los que se hizo elcamino huyendo, imaginando el ata-que y evitando encontrarse con cual-quiera. Viajes realizados con el oídoy no con los ojos y el tacto. Pasó enla conquista, pasó en las tantas gue-rras, pasa hoy en las ciudades cuan-do tememos el encuentro con el otroy por eso queremos tener un carroparticular. Fernando González, en-tonces, nos indica el viaje que no hici-

mos, el que debe ser filosófico, len-to, en calma, buscando la belleza yentendiendo nuestras urgencias amedida que las presencias (el yo-tú)se van dando y el alma se llena deideas adecuadas (como las propues-tas por Spinoza). Es que el mundo,además de un compuesto de pala-bras, lo que contiene es ideas que nosvamos haciendo de lo existente.Toda idea nace de la lentitud, aun laidea de velocidad. Y cada idea es unfragmento del todo, una presencia.Y la presencia no es un presentimien-to ni una suposición de eso, sino unencuentro, una fragmentación quehacemos del espacio general. Es elojo puesto sobre el punto y el dedosobre un espacio. Pero en AméricaLatina no hemos querido entenderesto. Es que aquí, parece, cuandoprocrean hay falta de esencia vital (deánimo), y ajustan la simiente conorines. Y de la mezcla de pobrevitalismo y urea, no puede salir másque un negroide, que no es un mula-to sino una forma débil de pensar,decía Fernando González. Un pen-samiento que nace del auto-odio ydel pedir más que del dar. Es quesemos pobres, señor, se lee en un cuentode Juan Rulfo.Escrito en Medellín, una tardeasoleada después de muchos días delluvia, cumpliéndose la ley de la in-certidumbre. Agosto de 2008.

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Poema. María Cecilia Muñoz Galeano

POEMASMaría Cecilia Muñoz Galeano*

EL ANGEL REDIMIDOA Jairo, el poeta

Sus ojos ya cuentan otra historiasu sonrisa enseña otro canto

poemas de vida dibujan sus manossu cuerpo, adolorido aúnrecorre nuevos tiempos.

Desde otra orillasu lucha extiende a diario

más luminosa…,no menos apuradaardua sin embargo.

Sumergido en el secreto tiempo del verso, de los librosteje el despierto letargo de su vida hoy,

recogido del fuego nocturnoa salvo de su trampa mortal

de alguna inesperada y fatal chispa.

Como saludando a un ser aladotodos sonreímos a su paso,celebramos su ascensión.

* Comunicadora Social de la Universidad de Antioquia. Integrante del Taller de Escritores de la Biblio-teca Pública Piloto de Medellín. Ha publicado en revistas literarias de la ciudad y el departamento, y en lasantologías I y II Trabajo de Taller de la Biblioteca Pública Piloto de Medellín. Directora de la Casa de PoesíaPorfirio Barba Jacob y cofundadora de la revista POÉTICA.

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UNAULA

TODO DISPUESTOVida, mi vida, déjate caer,

déjate doler, mi vida…A.Pizarnik

Aprenderé a morirEsta muerte.

Abriré mi bocaPara ese nuevo aliento

Me entregaré plácidamente.

Me dejaré llevar sin dolorCon toda mi infancia

En medio de la noche

Me adentraréCon los ojos abiertos

Y el corazón en las manos.

Ante el asombro de mis amigosHe preparado todo:

La músicaLos olores,

La última lectura…Conozco el camino que me aguarda.

Con toda mi muerte conocidaMe entrego.

Mañana me vestirán de floresEn medio del llanto.

Confío haber sanado lo suficienteEl dolor de mis hermanos.

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Poema. María Cecilia Muñoz Galeano

PRESAGIOA Carolina Mesa, toda vida.

¿Por qué cargo con esta muerte que no es mía?¿Por qué he muerto en lo más profundo de otro ser?

¿Por qué lloro esa muerte sin rostropresentida en sueños,adivinada en mis ojos,

sentida en mi piel?

Verlo tan cercaarrojarse al vientre del no tiempo,

rompiéndose su ser ,despertando en gritos a la noche,

disuelto bajo mis pies,acudiendo al encuentro de la muerte.

Un aullido nocturnotrastorna la encubierta calmaque me entrega a la ciudad

al alba.

¿Era yo la encargada de su cita final?¿Sabría del terror en mis ojos?

¿Escucharía la sangre arder en mi corazón?¿Alcanzaría a traspasar la luz que cegó su aliento?

En mi memoria sangra aúnel presagio demoledorque anunció la sombra

desde mi ventana de sol…

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EL ORIGEN

Con la historia empuñada en mi manoal vacío me lanzo.

Me he encomendado,doblo mis piernas,

arrodillo mi corazón.

En mi mente sólo un pensamientoun propósito

el deseo ferviente de cumplirlo.

Me arrojocon el vértigo apretando mis sienes,

ojos cerrados,ojos cerrados.

He logrado encontrarme con la muerte

No soy nada ni nadie en este ahora míoYa no hay materia…

Sólo visiono.

El umbralComo el origen

que delata las celdas de la vidase abre ante mis ojos.

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Poema. María Cecilia Muñoz Galeano

MÁS QUE CARNEA Jonathan Cadavid, pintor

Sí …más que carne

somosExhibida en la pasarela del mundo

Más que carnepesada, maltratada, raptada,

mutilada, adornada,vendida, comprada, usurpada

tocada, besada…

Más que un pálido cuerpo abandonado, perdido,

en esta enorme multiplicada tienda de carnesque es el mundo.

Si , más…

Espíritu somos, alma, sueños

recuerdos, deseos,caminos abiertos,vidas dispuestas,

desatada esperanza…

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MEMORIA EN LAS PIEDRAS

En una tarde de acompañadas risasde amigos próximos al alma

de sueños iniciados para un eterno sol juntosse fue…

Todo ríoTodo agua

Todo espumaSe fue.

Amarrándose al airegolpeando la hiedradesgarrándose la pielregando su memoria

entre las piedras.

Su corazón yy su esperanza

entre mis manos dejó…Todo río

Todo espuma.

Arrastrado sin escape entre las aguasa lo largo y ancho

como un ángel de barrohasta la cima de la lluvia subió.

Hoy la vida sin su alientoes húmedo silencio

recuerdo sumergido.

El brillo intenso del deseo en sus ojoses la luminosidad que me guía.

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Se terminó de imprimiren el mes de noviembre de 2008

en Todográficas [email protected]

Medellín, Colombia