Revista m - Telemedellín

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QUINCE AÑOS DE VIDA, HISTORIAS Y PERSONAJES. QUINCE AÑOS DE CIUDAD MEDELLíN · DICIEMBRE DE 2012 · EDICIóN ESPECIAL DE ANIVERSARIO

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q u i n c e a ñ o s d e v i d a , h i s t o r i a s y p e r s o n a j e s . q u i n c e a ñ o s d e c i u d a d

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DEBATE

18Andrés Burgos Escritor, cineasta y twittero (es la verdadera identidad de @pelucavieja).

68Ómar RincónProfesor Asociado de la Universidad de los Andes. Periodista, escritor y realizador de televisión.

TEsTimonio

44Dora PatiñoComunicadora social-perio-dista, especialista en Plani-ficación Urbana. Realizadora de Telemedellín durante los quince años del canal.

34Ana María Marín P.Comunicadora social- periodista, Magíster en Ciencia Política y especialista en Periodismo Urbano. Fue directora de programación de Telemedellín dos veces.

54Luis Alirio CallePeriodista, escritor y colum-nista. Dirige La entrevista de la calle y realiza crónicas en Telemedellín.@luisaliriocalle

56Pascual GaviriaAbogado sin ejercicio, columnista, poeta en retiro, lector y escribidor de prensa, locutor vespertino. Fue presentador de 200 historias bicentenarias en Telemede-llín. @rabodeajip

Ana María Cano P.Escritora, columnista y pro-fesora. Realizó el programa Una ciudad para leer en Tele-medellín. Actualmente dirige el Fondo Editorial EAFIT.

60

70Alejandro HoyosComediante, empresarioy libretista. Creador eintérprete de Suso, el Paspi.@alegandrohoyos

crónicA

32Guillermo Cardona M,Escritor. Fue libretista, actor y músico de la Compañía de Humor Frivolidad. Es director de la Fiesta del Libro y la Cultura de Medellín. @gajcardona

58Juan MosqueraEscritor, guionista, realizador audiovisual. Opinador a destiempo y aprendiz de aprendiz. Ciudadano. @lluevelove

20Juan Diego MejíaMatemático. Escritor después de años de fuga. Ahora escribe novelas y trabaja en la Maestría de Escrituras Creativas de la Universidad Nacional.

Elkin ObregónCronista, dibujante y caricaturista. Cultor de la música, la poesía y la conversación. Traductor.

46

crónicA

64Marcela MongeComunicadora de profesión, crossover por vocación. Escritora freelance y reali-zadora en pausa. Lleva tres temporadas en Telemedellín. @marcemonge

10Waldir OchoaLicenciado en Idiomas. Periodista en radio, prensa y televisión. Actualmente es gerente de Telemedellín. @waldirochoa

Luis Miguel Rivas Escritor y realizador audiovi-sual. Fue realizador de ¿Qué tal Pascual? en Telemedellín. @luismiguelere

38

crónicA

pErsonAjE

gErEnTEs

En esta ediciónM recoge la historia de quince años del pri-

mer canal local público que se fundó en el

país. Desde su nacimiento, Telemedellín unió su

suerte a la de la ciudad de la cual tomó su nom-

bre como el tatuaje de su propio destino. M reúne

en sus páginas una variada presencia de hechos

y opiniones.

Nuestros lectores pueden disfrutar de las cró-

nicas de autores con prestigio nacional que narran

su visión de este tiempo en el que Telemedellín ha

sido protagonista de la vida de la ciudad.

En esta edición también encuentran artículos

que generarán debate por las opiniones de es-

critores sobre el papel que juega la televisión en

nuestra sociedad.

Personajes que han pasado por el canal dan su

testimonio de cómo los ha marcado el oficio y su

relación con la ciudad.

M trae entrevistas con quienes tuvieron la

misión de poner en marcha el canal y asesorarlo

hace ya tres lustros.

Y no estaría completa si esta publicación no

incluyera en sus páginas a los colaboradores del

canal que día a día diseñan, producen, emiten los

programas que les llegan a nuestros televidentes.

M es la síntesis de lo que ha sido esta primera

etapa de la vida de Telemedellín. Es también una

muestra del pensamiento de esta nueva sociedad

antioqueña que sigue marcando el paso al desa-

rrollo del país.

foTogrAfíAs

MPublicación de Telemedellín

© 2012

AlcaldeAníbal Gaviria Correa

@anibalgaviria

GerenteWaldir Ochoa

@waldirochoa

Directora de Mercadeoy ComunicacionesVerónica Valencia

@verovalencia

Edición generalJuan Diego Mejía

@juandiegomej

Coordinación editorialCatalina Trujillo

@catalinapalmerMarcela Monge@marcemonge

Comité editorial

Juan Diego MejíaCatalina Trujillo

Verónica ValenciaMarcela MongeFederico Uribe

Corrección de estiloCatalina Trujillo

Diseño gráfico editorial

Laura Durango

Diseño imagen 15 años Juan Carlos Gallo

Marcela Franco

FotografíasAdrián Franco

Archivo TelemedellínAlcaldía de Medellín

Producción fotográfica

Camilo Quintero - AsistenteHenry Duván Colorado - Luminotécnico

Yuliana Ospina - ProductoraVictoria Flores - Productora

Web 2.0

Émerson GutiérrezVíctor Arias

www.telemedellin.tv@telemedellin

facebook.com/telemedellin.tv

La celebración de 15 añoses posible gracias a

Alcaldía de Medellín Área Metropolitana del Valle de Aburrá

Instituto Tecnológico MetropolitanoInder

EEVVMIsvimed

EPMEmpresa de Desarrollo Urbano, EDUEmpresa de Seguridad Urbana, ESU

Colegio Mayor de AntioquiaMetroplús

Fundación EPM - Medellín DigitalTerminales Medellín

Las opiniones expresadas en los artículos son responsabilidad de sus autores y no

comprometen a Telemedellín.

cArTA

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31 34 4214 206

Historias parala vida

Un joven porla vida

10

Fundación de Telemedellín

12

Recuerdos de un parto

En defensa de la televisión

18

El monje del Padre Amaya

Éramos pura imaginación

23

Más que dinero, ¡audacia!

26

El canal estuvo a punto de desaparecer

A unos pasos de la madurez

las manitos moradas

38

Cuando gerenciar era abrir caminos

41

Construcción de la nueva Nación

Aquí te ves

44

46 635653

Pequeñas historias

Telemedellín 15 años

48

I’m From Medellín City

50

Logramos un nuevo aire

“Oiga, ¿usté trabaja en Telemedellín?”

54A un corazón de distancia

58

Primero el público

60

Telemedellín se volvió popular

Botero, el parce

64

66

El futurodesde ya

Los feos también existen

68

El sueño continúa

70

73

Una casa de puertas abiertas

Esta es la familia Telemedellín

76

El precio de la fama

32

Televisión abierta

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TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS6 7

Historias para

la vida

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS

En Telemedellín, aquí te ves. Un eslogan que da cuenta de

nuestro interés por hacer que esta ciudad sea la protago-

nista en la televisión pública, donde contamos las historias de su

gente, de sus calles, de sus barrios… todos los momentos y pelícu-

las de vida que se tejen en Medellín.

Todo esto tiene un sentido, lo hacemos porque la vida nos impor-

ta, y por eso le damos rostro y valor a las noticias de nuestra ciudad.

Desde nuestro canal buscamos contribuir a la formación de los

ciudadanos, trabajamos para posicionar imaginarios colectivos con el

fin de movilizar a la comunidad hacia propósitos comunes: hacer de

Medellín una ciudad habitada por la vida y la equidad.

Durante quince años Telemedellín ha sido el canal de la comu-

nidad. Hoy es la ventana de nuestra ciudad, es la voz de quienes la

habitan, es el medio que le da vida a los rostros de cada ciudadano

y que busca siempre informar con responsabilidad y coherencia.

Con orgullo podemos decir que somos un referente en la tele-

visión pública del país. En esta trayectoria hemos sido testigos de

grandes logros: innovamos en tecnología, ya contamos con señal en

el satélite, somos pioneros en la implementación de estrategias co-

municacionales en medios digitales, nuestros contenidos han tras-

cendido a la televisión nacional y hemos obtenido diversos premios

como un Simón Bolívar con el documental Valiente Valentina.

P O R A N Í B A L G A V I R I A C O R R E A

A L C A L D E D E M E D E L L Í N

Somos conscientes de la trascendencia que tiene el canal y de

ahí el compromiso para continuar fortaleciéndolo. Queremos que

siga ahí como testigo de los logros de nuestra ciudad y que avance

al mismo ritmo que lo hace Medellín.

Por eso, hemos estructurado una propuesta televisiva basada

en la participación y el diálogo ciudadano, procurando que cada

uno de los espacios responda a las expectativas y las necesidades

de la teleaudiencia, sin perder de vista que comunicar es también

un acto de gobernar.

Nuestra apuesta es que cada uno de los programas sea un esce-

nario de información, aprendizaje y entretenimiento, con conteni-

dos útiles para todos. Por eso, tenemos el reto de inventar cada día

formas creativas de relacionarnos con los televidentes, contribu-

yendo a formar ciudadanos del mundo sin generar desarraigo frente

a las culturas locales.

Somos y seguiremos siendo una gran plataforma de contenidos lo-

cales para conectar a Medellín con el mundo. Seguiremos aportando

a la construcción de ciudad, a la promoción de valores y principios.

Las calles de nuestra ciudad son el mejor escenario porque Tele-

medellín significa la voz de las pequeñas historias, que para noso-

tros siempre serán las grandes historias que hacen de Medellín un

hogar para la vida.

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TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS8 9TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS

La ciudad escenario

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TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS 1110 gErEnTEs

por la vidaUn joven

El canal nació en 1997. Era un bebé que llegaba a un ho-

gar convulsionado. Acababa de pasar la época de dolor y

muerte de quien debería ser para todos el innombrable, el narco

que aún después de muerto le sigue haciendo daño a la ciudad.

Comenzaba además a configurarse en la calles de la periferia un

entramado de actores ilegales en conflicto: bandas, milicias, auto-

defensas y guerrillas. El niño empezó a gatear, a dar sus primeros

pasos, a crecer en esa Medellín que, a pesar de la fragilidad social,

tenía en su mente la obstinada idea de superar la violencia.

Luego el canal niño fue a la escuela a absorber como una

esponja todo el conocimiento que invitaba a promover la cul-

tura ciudadana. El chico, como buen alumno, se entusiasmó y

aprendió rápidamente de compromiso, convivencia, esperanza,

y tal aprendizaje lo compartió desde su ventana con todos sus

vecinos y amigos.

Prontamente su cuerpo cambió de tamaño. La pubertad lle-

gaba y comenzaba a moverse de otro modo, con el ritmo de

una ciudad moderna en sus espacios, pero sobre todo en sus

dinámicas culturales. Su hogar pasó de ser escenario del tango,

el porro y demás músicas populares heredadas de los padres, a

encontrar también la alegría en el rock, el rap, el hip hop y tam-

bién en el grafiti. Pero a pesar de estos cambios, el mensaje que

más recibió de la familia fue uno propio de su tradición: el valor

de la solidaridad. Por eso empezó a decirles a sus amigos: En mí

también te ves. AQUÍ TE VES.

Hoy Telemedellín es un canal adolescen-

te. Trata de encontrar su identidad definitiva,

como también lo está haciendo la ciudad.

Pero se enfrenta a dos grandes amenazas:

La primera, la del consumismo a ultranza,

que promueve en otras pantallas un ideal de

juventud cuyo discurso es “¡Goza sin lími-

te, es tu derecho!”. Ese discurso amplía los

derechos de los jóvenes pero los exonera de

deberes, además de incitarlos a hacer de la

vida un nocivo consumo inútil. Pero el joven

Telemedellín no caerá en esta trampa, es

perspicaz y tiene claro que se debe a la gente

y no a las lógicas del mercado, sabe que su

esencia es servir a todos, ser público.

Y el otro gran peligro: la muerte que aso-

ma siempre como un fantasma, y que a pe-

sar de todos los esfuerzos políticos y socia-

les, no ha querido salir. Y aquí el joven canal

pregunta: ¿Cómo se explica que la ciudad

que más inversión social ha hecho en el país

en los últimos veinte años mantenga signos

fuertes de violencia? Algo no se ha hecho

bien en Medellín en este tiempo y de eso

somos todos responsables, inclusive él. ¿No

será que, alentados por esa dinámica con-

sumista y escenificada en otras pantallas,

en el grueso de la ciudad los héroes popu-

lares siguen siendo los delincuentes: el in-

nombrable, El Capo, Rosario Tijeras y demás

“dones” criminales?

El joven canal tiene claro que la ciudad

necesita nuevos relatos ciudadanos. La delin-

cuencia y la viveza tienen que ser desterradas

como formas de heroísmo y poder. Hay que

dar paso a héroes de verdad, a la gente buena,

humilde y comprometida que trabaja todos

los días por hacer de Medellín un hogar para la

vida, un hogar para el respeto, la solidaridad,

la equidad. Esa es la meta que se le propone

hoy a toda la ciudadanía, tan exigente como

El gerente de Telemedellín revisa desde su óptica el ciclo vital de este medio y plantea el reto de comunicar a los habitantes de la ciudad que:“Tu vida me importa”. ...SERÁ UN ACTOR MÁS,

UN JOVEN MADURO Y

COMPROMETIDO, PERO

SOBRE TODO, SERVIDOR

DE SUS CONCIUDADANOS

Y DE LA CAUSA MÁS

NOBLE EN LA QUE PUEDE

SERVIR UN SER HUMANO:

DEFENDER LA VIDA EN

TODAS SUS FORMAS.

aspiracional, no exenta de dificultades, pero sí

la más profunda y humana que podamos te-

ner. El joven canal se compromete ahora a ser

luz de ese discurso, porque sabe que no pue-

de seguir siendo la muerte la que defina los

relatos de la ciudad. Medellín es más grande

que su violencia. Y el joven debe, como parte

de su esencia, rebelarse ante esta.

Pero para lograr este cometido, Teleme-

dellín tendrá que entender, como joven, que

hay que ser creador. Y para crear es absoluta-

mente necesario reconocer y dominar la tra-

dición, lo ancestral. Tarea compleja cuando,

como lo expresa el académico e investigador

Carlos Mario González, el ideal de juventud

se alimenta en el propio joven y no en su re-

lación y deuda con el otro. Este joven deberá

comprender que no se hizo solo, ni le sobra

todo lo que le antecedió ni tampoco es irrele-

vante todo lo que la tradición representa. Por

el contrario, es insumo fundamental para su

nuevo propósito: pasar a un nivel más avan-

zado y profundo de solidaridad, servir al otro

porque “TU VIDA ME IMPORTA”.

Eso sí, hoy Telemedellín no será, como

tradicionalmente se ha visto al joven, “el

todo de las esperanzas de renovación” o “la

causa de los problemas”. Será un actor más,

un joven maduro y comprometido, pero so-

bre todo, servidor de sus conciudadanos y

de la causa más noble en la que puede servir

un ser humano: defender la vida en todas

sus formas. Será entonces en esta nueva

etapa, y mientras llega a la adultez, un jo-

ven por la vida. Y para cumplir ese empeño

deberá recibir el apoyo ciudadano, el apo-

yo de todos los televidentes que han sido

fundamentales en estos quince años y de

todos los habitantes de la ciudad, que serán

el bastión para hacer de la vida y la equidad

valores supremos en Medellín.

P O R W A L D I R O C H O A

Page 9: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS12 13EL cAnAL

Los antioqueños ya nos habíamos visto en te-

levisión y nos estábamos acostumbrando

a oír el acento de estas montañas a la misma hora en

que antes solo se permitían voces neutras. Lo mismo

podían venir de Chile que de México, del Caribe o de los

Andes, porque la televisión no dejaba que se vieran las

diferencias, todos debíamos hablar igual. Pero las cosas

cambian cuando la gente quiere que cambien, y por eso

entramos en una nueva época de la televisión en Co-

lombia en la que las regiones tendrían un lugar en esa

autopista por donde transitan las señales de televisión

que viajan por el espacio colombiano y que en términos

técnicos se llama “espectro electromagnético”.

El paso hacia una televisión más diversa se dio con la

Ley 182 de 1995, que se conoció como la Ley de Televi-

sión. En ella se hablaba de la posibilidad de que existie-

ran canales locales con fines comerciales o sin ánimo de

lucro. Fue entonces cuando en la Alcaldía de Medellín

empezaron a considerar la opción de crear un canal de

televisión local que estuviera al servicio de la ciudad.

Era una buena idea que en un principio no se entendió

en su verdadero alcance, pues se pensó que con nuestro

canal regional era suficiente para todo el departamento.

No se trataba de una competencia para Teleantioquia

sino de una propuesta que se centrara en la vida de la

ciudad y de los municipios vecinos.

Luego de que la recién creada Comisión Nacional

de Televisión le otorgó la licencia de funcionamiento

en septiembre de 1997, el canal se propuso salir al aire

en diciembre de ese mismo año con la transmisión en

directo del Desfile de Mitos y Leyendas. Era la etapa

final de un período de preparación en el que se armó

una empresa desde cero hasta convertirse en un equipo

consolidado, capaz de llevar una nueva televisión a las

casas escépticas de los habitantes del Valle del Aburrá.

En términos jurídicos, el canal sería una asociación

de entidades públicas en la que tendrían presencia EPM,

el Inder, Empresas Varias, el ITM, el Área Metropolitana

La fundación de TelemedellínHabían pasado diez años desde la aparición de Teleantioquia, el primer canal regional que surgió en Colombia.

del Valle de Aburrá. y la Alcaldía de Medellín.

Luego, debido a que iba a incursionar en el

mercado de la televisión por cable, EPM se

retiró de la Asociación y quedó conformada

por los otros cinco miembros. El alcance que

podría tener la señal estaba limitado geográ-

ficamente desde Barbosa hasta La Estrella y

desde Santa Elena hasta San Sebastián de

Palmitas. Las características de canal local

le imponían unas fronteras cercanas y así se

limitaban también los contenidos de acuer-

do con los intereses del público receptor. La

tecnología con la que contaba el canal para

iniciar labores no le permitía una producción

masiva y los técnicos y realizadores debían

hacer milagros con muy pocos recursos. Y

los hicieron. Finalmente el 7 de diciembre de

1997 el primer canal local sin ánimo de lucro

creado en el país salió al aire.

Quince años después es una buena oca-

sión para recordar esos momentos en los

que todo era ansiedad y agitación porque se

aproximaba la hora cero. En la casa ubicada

en El Poblado, al frente del Centro Automo-

triz, se planeó durante meses la programa-

ción con la que Telemedellín seduciría a los

televidentes. Allí trabajaron con la mística

de las aventuras nuevas que por fortuna per-

siste en el canal, unos cuantos realizadores,

camarógrafos, editores, graficadores, perio-

distas y técnicos formados en más de una

década de televisión regional. Cada producto

se pensaba como una propuesta diferente.

Se buscaba que tuviera el sabor de lo nues-

tro y la vitalidad de lo nuevo. Entonces la

ciudad empezó a ver la unidad móvil de Te-

lemedellín recorriendo las calles en busca de

escenarios, personajes, historias. Y así, poco

a poco se fue formando un nuevo relato de

ciudad, que llegó a las casas para quedarse.

El canal logró consolidarse gracias a varios

factores entre los que se destaca ese espíri-

tu joven e innovador que impulsa a todo el

grupo desde sus inicios. Es una marca que

se percibe en su programación y que siempre

promete cosas cada vez mejores. Este aliento

vital contagia y nos hace soñar.

ES UNA MARCA QUE

SIEMPRE PROMETE COSAS

CADA VEz MEJORES. ESTE

ALIENTO VITAL CONTAGIA Y

NOS HACE SOÑAR.

Page 10: Revista m - Telemedellín

EnTrEvisTA TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS14 15

En la década de los noventa muchas cosas eran nuevas en Colombia. Ya

no éramos el país rural que vivió la llamada “Violencia” en los campos.

Cruzábamos la oscuridad de la otra violencia del narcotráfico, aprendíamos a

vivir con el conflicto armado que rodeaba las ciudades y estrenábamos una

nueva constitución política que reemplazaba la promulgada cien años atrás.

Habíamos vivido episodios de intensa transformación social y económica y es-

perábamos con ansias la llegada del siglo xxi.

La gente tuvo que aprender a desempeñarse bajo las condiciones de la globa-

lización del planeta que avanzaba con grandes pasos en materia de tecnología

y de organización social. Este era el panorama en los momentos en que se

sancionó la Ley de Televisión que permitía la creación de canales con un área de

cubrimiento limitado a unos pocos municipios.

A Ángela Suárez la conocen como “Pola” desde los tiempos del colegio por

defender causas perdidas, como Policarpa Salavarrieta. Es Bachiller del colegio

Jesús María y comunicadora de la Universidad Pontificia Bolivariana, además

estudió fotografía en Estados Unidos y televisión en Brasil. Fue la primera ge-

rente de Telemedellín y a pesar de que se ha desempeñado con éxito en Co-

lombia y en Estados Unidos en otros cargos relacionados con la televisión, el

periodismo y la diplomacia, todavía recuerda con cierta nostalgia los días de la

fundación de Telemedellín.

M: ¿Cómo fue tu vinculación a este proyecto?

La vida es así. Después de que emitimos en el noticiero un informe sobre “Los

dos Maquiavelos antioqueños: Pedro Juan Moreno y Luis Pérez”, este último

me llamó a hablar a su despacho en la Secretaría de Educación. Yo no lo

conocía y pensé que era para reclamarme, me dijo que si nos tomábamos un

tinto, y era para eso. El Concejo le acababa de dar vía libre a la Secretaría de

Educación y Cultura de Medellín para que proyectara un canal de televisión

pública local, y necesitaba quién asumiera el proyecto para tramitarlo ante la

Comisión Nacional de Televisión, CNTV, viabilizarlo y montarlo.

M: ¿Y cuáles eran tus planes?

Pensaba dejar el proyecto montado e irme a un sabático que tenía ya orga-

nizado en Nueva Orleans. Pensé que sería solo hacer el estudio, la solicitud

y el plan de operación porque aún no sabíamos qué tipo de contenido podría

tener. Cuando llegó la hora de irme me llamó el alcalde Sergio Naranjo a

decirme que lo pensara, que quería nombrarme gerente, que no era la úni-

ca oportunidad que tendría en la vida pero que era una oportunidad única.

Recuerdos de un partoCuando le pregunté: “¿oportunidad de qué?”, me dijo: “de hacer lo

que considera que debe ser la televisión local”. Y ahí desempaqué

maletas. Era como dejar a Pinocho manejando el taller cuando

Gepetto salía a hacer vueltas.

M: ¿Quiénes fueron tus compañeros en esta etapa?

Durante la etapa de trámite ante la CNTV, y antes de operar, busqué

una asistente administrativa, un abogado y un ingeniero para armar

toda la solicitud de licencia y obtener la frecuencia. Adriana Vélez,

Patricia Cadavid y Carlos Duque. Mientras tanto conformé un grupo

asesor para que pensara en el concepto de programación: Adriana

Mejía, Héctor Abad, Juan Luis Mejía, Samuel Arango y el grupo ase-

sor de la Secretaría de Educación y Cultura.

M: ¿Recuerdas qué te tocó hacer?

Fueron días en los que todos hacíamos de todo y tan pronto podía

estar barriendo la sede como comprando un transmisor en Italia.

Pero me concentré en contratar los estudios técnicos y jurídicos

necesarios para que nos dieran la licencia y nos otorgaran una fre-

cuencia en la CNTV.

Nos arriesgamos mucho porque mientras todo eso seguía su trámi-

te burocrático, empezamos a montar el canal para no perder tiem-

po. Ya en la Secretaría de Educación había una bodega llena con

cajas de equipos de televisión que era necesario poner a trabajar.

Cuando superamos lo administrativo, y todavía con lo jurídico

pendiente, arrancamos con el diseño de franjas y programas. Con-

vocamos talento joven, nuevo, fresco, que fuera una alternativa

estética y una propuesta de opinión diferencial. ¡Era el sueño de

cualquier productor!

Diseñamos y contratamos la planta de personal. Hicimos la contra-

tación de talento externo y ahí sí, a marchar, porque ya teníamos la

autorización para una señal de prueba, que para el efecto era lo mis-

“CONVOCAMOS TALENTO

JOVEN, NUEVO, FRESCO,

QUE FUERA UNA

ALTERNATIVA ESTÉTICA

Y UNA PROPUESTA DE

OPINIóN DIFERENCIAL.

¡ERA EL SUEÑO DE

CUALQUIER PRODUCTOR!”.

Cuando nadie sabía qué era un canal local de televisión, en Medellín encomendaron a Ángela Suárez la misión de

fundar la primera de estas estaciones en Colombia. Quince años después, recuerda cómo fue dar a luz este proyecto.

mo que una licencia de funcionamiento, pues lo único que había que

decir claramente era eso: “Señal de Prueba”. Y probando, probando

fuimos armando programas para todos los gustos.

M: ¿Cuál era la sede cuando empezaron?

Al comienzo fue en la Secretaría de Educación. Luego encontré una

casa en El Poblado que tenía la posibilidad de expansión con la de

enfrente. ¡Ahí hicimos de todo! Creo que era una casa embrujada, se

convertía en estudio, en sala de juntas, en centro de convenciones,

en salón de capacitaciones, en background para directos y en dos o

tres ocasiones en templo para Cupido…

M: ¿Tenías suficiente presupuesto?

¡Total! Imagínate, además de un buen presupuesto de inversión ini-

cial tenía a todos los socios calmando goma e invirtiendo en con-

tenidos, en transmisiones, en campañas, en producciones bonitas,

en himno nacional interpretado por Cantoalegre y, además, con las

ganas y el entusiasmo de todos era muy fácil hacer florecer piedras

y conseguir recursos en todas partes.

M: ¿Qué pensabas de la televisión regional del momento?

A Teleantioquia se le miraba como a un hermano muy mayor al que se

le admira pero se siente distante. El parámetro eran otros regionales

más jóvenes pero no por la frescura de los contenidos sino por su

inexperiencia y novatada. Ya Teleantioquia pertenecía a las grandes

ligas, así que no había parámetros de comparación con ellos. Progra-

mamos con la independencia que da la ingenuidad de la niñez y con

la claridad de límites que no pensábamos en salir de las montañas

ni con la señal ni con el contenido. Eso fue haciendo la diferencia…

M: ¿Cómo viviste la primera emisión?

De la peor manera, porque hubo un evento en directo. Y para un

productor de televisión es una pesadilla ser funcionario público... 3,

2, 1 y discursos de rigor. Es como que el día del parto se tenga que

oficiar de materna y partera simultáneamente… pero es pura defor-

mación profesional y ganas de estar en el máster de emisión porque

el equipo de trabajo garantizaba que todo saliera bien.

El primer espacio noticioso fue Metropolitanas. Hoy se llama Noticias Telemedellín, tiene emisión online y portal para dispositivos móviles.

Page 11: Revista m - Telemedellín

EnTrEvisTA16

M: ¿A quiénes de tus colaboradores recuerdas de esa época?

A muchos, ¡a todos! Sería una lista injusta de nombres. Por allí pa-

saron Selene Botero, Ana María Marín, Pilar Gómez, Carlos Duque,

Claudia Moreno, Juan Carlos Gallo, Hidania Úsuga, Eliana Gallego y

muchos otros nombres que harían interminable la lista. En cuanto a

talentos, los primeros rostros de Telemedellín fueron María Adelaida

Puyo, Andrea Duque, Andrea Marulanda, Ana Cristina Navarro, Ser-

gio Fajardo, Alonso Salazar y una lista igualmente valiosa e imposi-

ble de terminar sin excluir a alguien. ¡Esta pregunta es muy maluca!

M: ¿Cómo recibió la ciudad al canal?

Como si la ciudad lo hubiera tenido en gestación desde siempre.

Como si supiera que llegaría y que sería un espejo donde se miraría

todas las mañanas. Lo reconoció como una gran apuesta de ciu-

dad pero sin sorpresa, como que era lógico tenerlo, lo extraño sería

lo contrario… No sabría explicarlo mejor, pero debe ser un poco

ese merecimiento paisa, en esta ocasión desde buena óptica, sin la

arrogancia que siempre nos sobra.

M: ¿Cuándo te fuiste?

Me fui detrás de otro reto. Diferente pero también grande. Al lan-

zamiento de RCN como canal privado. Fue duro desprederse de un

niño que apenas caminaba pero ese espejito era muy grande y bri-

llaba mucho.

La ciudad, que hasta entonces solo se reconocía en la voz de los canales nacionales, tenía ahora un medio propio para narrar sus historias.

Page 12: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS18 19DEBATE

P O R A N D R É S B U R G O S

DEBATE

El desmoronamiento ontológico de un

niño no es fácil de comprender y lo fue mu-

cho menos para la empleada de mi casa,

una mujer recia, acostumbrada a los golpes

concretos de la vida y completamente im-

permeable a las tribulaciones existenciales

infantiles. Ella me confirmó que efectiva-

mente ya había pasado la hora en que tras-

mitían mi programa favorito. Sin anestesia,

respondió a mis preguntas ansiosas. No, no

había nada más que hacer por hoy. No lo

iban a pasar de nuevo en ningún otro hora-

rio. Y como si mis ilusiones ya no estuvieran

suficientemente heridas de muerte, agregó

con un tono que con los años he llegado a

entender que estaba cargado de una saña

enfermiza: “le guardé el almuerzo, es sopa

de arracacha con jugo de curuba”.

No había consuelo posible. Esa tarde

quedó archivada y accesible para siempre,

en forma de trauma, en el rincón del pecho

donde guardo las pérdidas que me marca-

ron. Inútil resultó que me dijera que al día

siguiente lo volvían a emitir, tal cual lo ha-

bían emitido el día anterior. Yo eso lo sabía.

Y también era consciente de que de la mis-

ma forma en que no hay nada nuevo bajo

el sol, tampoco había nada nuevo en Plaza

Sésamo: los capítulos se repetían una y

otra vez. El problema no era ese. Se trataba

de una cuestión de matices complejos, de

un acompañamiento, de familiaridad, con-

ceptos que la aproximación simplista de

aquella mujer descartaba de plano.

Esa situación se me viene a la mente

cada vez que me enfrento a alguien que de-

moniza la televisión a priori.

La televisión es un blanco fácil para mu-

chos a la hora de encontrar un culpable a

todos los males contemporáneos. Y si bien

a menudo les doy la razón a quienes hacen

señalamientos, también doy un paso al

costado cuando veo que sus argumentos

pretenden no tener fisuras y embisten con

la ceguera de una masa que, antorchas en

alto, no acepta ninguna otra opción que el

linchamiento del monstruo. Las opiniones

totalizantes suelen olvidar sectores que,

aunque pequeños o poco relevantes a la luz

de los grandes argumentos, no resultan de

menor importancia. En este caso, por ejem-

plo, podría mencionar al vuelo que la tele-

visión es en realidad muchas televisiones y

que las motivaciones de la gente para acer-

carse a ella, a ellas, no son uniformes.

Cuando miro las ciudades con algo de

distancia y encuentro cientos de ventanas

titilantes, mensajes de luz en código morse

que manda la televisión para informar que

habita un espacio, consigo entender los

miedos de sus detractores cuando hablan

del aletargamiento colectivo. Sin embargo,

también entreveo allí un resquicio por don-

de la soledad de muchos se matiza, imáge-

nes y sonidos que permiten llenar y hacer

acogedor el ámbito vacío de gente cansada

de lidiar consigo misma. La evasión es un

En defensa de la

televisiónNo podría asegurar que nuestra relación empezó en ese

entonces. Pero sí puedo afirmar que es el recuerdo

entrañable más lejano en el tiempo que tengo de la televisión.

Tal vez ese día las actividades en el preescolar estuvieron muy

agitadas y fui incapaz de combatir el cansancio. Después de

llegar a mi casa y descargar la lonchera en cualquier parte, me

quedé profundamente dormido, cobijado en la tibieza de la tar-

de de ese Medellín que no era tan caliente como el actual pero

ya tenía la fuerza suficiente para amodorrar a un niño indefenso

de cuatro o cinco años.

Desperté asustado, lleno de angustia, presa de la sensación

agobiante de haber incumplido un deber. No, no podía ser ver-

dad. Con la vana esperanza que da la negación de una tragedia

inminente, acudí a un último acto de desesperación. El televisor

Sharp, en blanco y negro, se tomaba su tiempo en mostrar ima-

gen alguna en la pantalla después de que se le encendía. Fueron

segundos eternos, de una incertidumbre cruel e innecesaria que

de todas formas iba a desembocar en una noticia devastadora:

me había perdido Plaza Sésamo.

puente que permite el tránsito amable en-

tre las cargas implacables de un día y las

del siguiente. Eso, de por sí, ya justifica su

existencia.

Pero hay más, porque a la par del en-

tretenimiento evasivo que predomina, hay

otras televisiones, televisiones románti-

cas si se quiere, que se empecinan tam-

bién en abrir —a su modo— nuestro pa-

norama de bípedos de corto vuelo. La caja

mágica como única ventana para muchos

e, incluso, como derrotero de aspiraciones

sensatas —entre abundantes falacias—

para otros tantos.

La televisión local, más exactamente Te-

lemedellín, jugó un papel determinante en

mi rumbo profesional. Cuando salió al aire y

vi en algunos programas la avidez de gente

con ganas de contar historias de la mejor

manera posible, sin bajar los brazos en la

lucha permanente con las limitaciones de

presupuesto, supe que eso era lo que quería

hacer en la vida. Entendí que era posible.

Quise emular a quienes, armados de len-

guaje audiovisual, se propusieron sacudir el

letargo de lo convencional. Para el realizador

en ciernes que fui, se constituyeron en el

primer referente local que quise imitar.

Han transcurrido ya muchos años y el

canal ha pasado por transformaciones, cri-

sis de personalidad, maduraciones e inclu-

so algo de esquizofrenia. He sido testigo de

todas las facetas. Aunque llevo más de una

década alejado de la ciudad, no he deja-

do de cumplir en cada retorno mi cita con

Telemedellín. Una cita como televidente,

porque ya sea para revivir la admiración que

alguna vez sentí o para alimentar con frus-

tración lo que veo en la pantalla, continúa

siendo uno de los mejores termómetros

para evaluar el estado de las relaciones en-

tre la gente y sus administraciones. Nues-

tro canal local por excelencia se consolida

como informante de excepción, voluntario

o involuntario, pero siempre significativo.

Esta es una razón suficiente para desearle

una vida larga y saludable.

Un monstruo alienante para algunos, para otros la televisión es compañía, identidady una ventana paraver más allá.

Page 13: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS20 21crónicA

P O R : J U A N D I E G O M E J Í A

El monje del

Padre Amayatransmisorista y que además compráramos

carne y vitualla para un sancocho. Como el

espíritu ya estaba alegre todos estuvimos de

acuerdo en llevarle además de los ingredien-

tes del almuerzo, una bolsa de almojábanas.

La trocha hacia la cima tenía cráteres

imposibles de superar por un carro que no

tuviera las especificaciones de la camio-

neta de Jorge. Lo vi maniobrar con energía

sin mostrar un solo gesto de preocupación.

Cuando encontramos a los primeros solda-

dos que salieron a seguirnos con la mirada,

dijo: estos son los del batallón del cerro.

Supe entonces que arriba había una base

militar que cuidaba las torres de telecomu-

nicaciones y proclamaba soberanía en ese

territorio que además era una zona prote-

gida con numerosas especies botánicas au-

tóctonas. Jorge mantuvo el ritmo de la ca-

mioneta hasta que llegamos. Había pasado

todos los controles saludando y sonriendo

como si fuera un soldado más y tal vez por

eso nadie le pidió que abriera la guantera y

justificara la presencia del arma.

La piel oscura de los soldados de ese

campamento se les veía marchita por el

frío. Hablaban costeño y se movían como

en cámara lenta. Estamos a más de tres mil

metros sobre el nivel del mar, dijo el Ramí-

rez pequeño. Pensé que por eso evitaban

caminar rápido y hacer esfuerzos grandes.

Se les veía la nostalgia en todos sus ges-

tos a pesar de que el paisaje sugería que

allí se vivía en paz, lejos de los agites de la

guerra. Era un terreno típico de tierra fría,

con cedros negros, caunces, magnolios de

monte, cedros de montaña y otras especies

que ya han desaparecido de casi todo el

país. Las torres de las antenas de comuni-

caciones parecían gigantes mitológicos. Y

en un extremo de la meseta estaba la casa

del transmisor que además era el hogar del

transmisorista de Telemedellín.

Cuando nos acercamos salió a encon-

trarnos. Era un muchacho que se reía apre-

tando los labios como si no quisiera que le

viéramos los dientes. Sin hablar recibió las

Hace quince años tuve la opor-

tunidad de conocer el ce-

rro del Padre Amaya. Algunas universidades

prestigiosas de Medellín querían crear un nue-

vo canal local de televisión que difundiera el

pensamiento universitario y me encargaron la

tarea de echarlo a andar. No solo debía definir

sus contenidos sino hacer los arreglos nece-

sarios para que funcionara técnicamente y la

señal llegara a los televisores de todo el Valle

del Aburrá. Era la época en que recientemen-

te se había promulgado la Ley de Televisión

que bendecía el nacimiento de canales con un

alcance limitado a unos cuantos municipios

conectados geográficamente. Telemedellín ya

había iniciado operaciones y tenía una esta-

ción de transmisión en el cerro.

Por esas cosas que caracterizan a esta

región antioqueña, los dirigentes de Teleme-

dellín le ofrecieron al nuevo canal, que ape-

nas era una idea en el papel, hospedaje para

el transmisor en su caseta de Padre Amaya.

Era una propuesta generosa, pues en esta

forma el canal universitario no tendría que

hacer inversión en terreno, construcción y

demás asuntos colaterales, sino pagar un

alquiler por utilizar el espacio de Telemede-

llín. Recibí instrucciones de los rectores y

me fui a conocer en persona las instalacio-

nes en esas alturas míticas.

Yo había visto las antenas desde mi casa

en Medellín. Me gustaba pensar que allá lejos

era donde se concentraba todo lo que veía-

mos en la televisión. Era como si en ese lugar

los actores de las películas y de las novelas

hicieran fila para esperar la orden de entrar

en escena. Lo que ocurría en ese cerro era

un misterio. El viaje lo haría con el ingeniero

del Canal Universitario, óscar Raúl Ramírez y

con su hijo Jean, un pichón de ingeniero que

se destacaba en la UPB resolviendo ecuacio-

nes diferenciales y opinando sobre el rumbo

de la electrónica en el mundo moderno. Nos

citamos a las cinco de la mañana en la es-

quina de Colpisos, en la avenida 80, ya en la

salida hacia occidente. Allí nos recogería una

camioneta 4x4 conducida por Jorge, un cho-

fer sin miedo a las trochas ni a la acechanza

de los delincuentes. Cuando me acomodé en

el puesto del pasajero, vi cómo se sacó de la

pretina del pantalón un arma. No me atrevo

a decir si era una pistola o un revólver, a es-

tas alturas de mi vida sigo sin distinguirlas, lo

cierto es que me dijo, Permiso jefe, y la metió

en la guantera, muy cerquita de mis rodi-

llas. Jorge debió notar mi nerviosismo pues

me dijo, a manera de tranquilizante, Yo fui

sargento viceprimero, jefe, no se preocupe. Y

funcionó. Desde ese momento no pensé más

en las desgracias que traen marcadas las ar-

mas y me concentré en mirar el paisaje que

ya empezaba a aclararse.

Esto ocurrió a finales de los años noven-

ta. Bin Laden no había tumbado las torres

gemelas, todavía no fracasaban las conver-

saciones en el Caguán y tampoco existía

el Túnel de Occidente que hoy comunica a

Medellín con San Jerónimo en pocos minu-

tos. La carretera entonces estaba viva. Aún

existían los negocios de frutas en la orilla,

las legumbrerías que frecuentaban algu-

nas familias de Medellín para apertrechar-

se para la semana y por ahí derecho darse

un paseo familiar en la montaña fría. Jorge

nos preguntó si queríamos aguapanela con

almojábanas. Vi cómo se les hizo agua la

boca a la dinastía de ingenieros. Paramos

en el alto de Boquerón, dimos una corta

caminada para estirar las piernas y acabar

de despertar. Más adelante estaba la des-

viación hacia Padre Amaya. El mayor de los

Ramírez sugirió que le lleváramos mecato al

almojábanas y todo lo del sancocho. Apenas

nos sonreía con los ojos y movía la cabeza

en señal de aprobación. Venimos a ver la

caseta pues tal vez compartamos el espa-

cio, le dije. El transmisorista hablaba bajito

y le entendí que había lugar suficiente para

otro transmisor. Después de guiarnos por

los metros escasos de la caseta se puso a

pelar plátanos y papas. Nosotros salimos a

dar una vuelta por el páramo de las torres

donde se percibían las diferencias del mer-

cado de las comunicaciones. Inravisión en

el centro. Teleantioquia por ahí, buscando

su sombra. Los celulares merodeando como

lobos. El viento silbaba.

Jorge conversaba con unos soldados que

acariciaban a un burrito peludo. Desde lejos

los veíamos reírse agachados en cuclillas y

fumar en un círculo. A esa hora ya empeza-

ba a bajar la niebla y las siluetas parecían

fantasmas. El frío golpeaba fuerte en la cara.

Las manos se nos congelaban, casi no po-

díamos abrir la boca sin sentir hielo en las

encías. Entonces volvimos a la caseta donde

ya el transmisorista nos esperaba con unas

tazas de café con aguapanela caliente. Ven-

gan, caliéntense detrás del transmisor, nos

dijo. Era el único lugar donde se podía estar

El frío y el silencio marcaron la experiencia de Juan Diego Mejía en su visita a las antenas transmisoras.

Y EN UN ExTREMO DE LA

MESETA ESTABA LA CASA DEL

TRANSMISOR Y EL HOGAR

DEL TRANSMISORISTA DE

TELEMEDELLÍN.

Lejos de las luces de un estudio y de los personajes que salen en pantalla, habita el silencioso guardián de las antenas que reciben y transmiten la señal de televisión.

Page 14: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS 23gErEnTEs22 crónicA

sin temblar de frío. Afuera los huesos dolían.

Entonces sentí que en ese momento éramos

unos rehenes condenados a no separarnos

de esas máquinas. Se me acababa de morir

la fantasía que siempre había alimentado

acerca del cerro de las antenas donde ocu-

rría todo lo que veíamos en la televisión. Ya

no era posible imaginar a los actores hacien-

do fila a la espera de su turno para entrar en

escena. En cambio empecé a considerar la

idea de que el transmisorista era un prófugo

de la sociedad que había decidido esconder-

se en lo más alto de la cordillera.

Ese día comimos con avidez. Cada cu-

charada nos pareció una bendición de ese

mental. El protagonista regresa a la ciu-

dad convencido de que cuando vuelva con

comida para su hermano ya no lo va a en-

contrar con vida.

Por fortuna esto último era ficción. Pero

cuando nos despedimos y Jorge encaró el re-

greso con la misma tranquilidad de la subida,

pensé que de alguna manera ese muchacho y

mi personaje del cuento se parecían mucho.

Después, cuando ya el nuevo canal universita-

rio empezó a funcionar con el transmisor en la

caseta de Telemedellín, estuve atento a cada

comunicación de los ingenieros con el monje

de Padre Amaya. Lo oía hablar a través del ra-

dio y pensaba, Todavía está vivo.

monje que se reía con los ojos y la recibi-

mos como siervos que ansían la salvación.

Jorge y los ingenieros repitieron. Yo me

dediqué a conjeturar por qué este mucha-

cho vivía en ese lugar, aislado de toda su

familia, sin amigos, condenado a enveje-

cer entre frailejones y soldados. Recordé

uno de mis primeros cuentos en el que el

protagonista lleva a su hermano retarda-

do mental a una montaña donde había un

monasterio en ruinas. Lo deja abandonado

en ese territorio habitado por fantasmas

de la Guerra de los Mil Días porque ambos

sienten que es el único lugar en el que

la sociedad no se burla de su limitación

EL TELEMEDELLÍN DE ESE PERÍODORecuerdo el nacimiento de Telemedellín como una época maravillo-

sa en la que nos inventábamos el alcance cultural y educativo que

debía tener un canal de esta naturaleza. Buscábamos cómo diseñar

una programación masiva con recursos del gobierno y que no fuera

institucional.

El logro de los primeros años es haber constituido un equipo huma-

no que diseñó nuevas narrativas y encontró un camino para enamo-

rar a una audiencia urbana que tampoco alcanzaba a entender muy

bien el poder que tendría un canal local.

UNA ANÉCDOTA INOLVIDABLETodavía recuerdo cómo hicimos una transmisión en vivo en 1998,

cuando no teníamos unidad móvil. Transmitimos el Desfile de Au-

tos Clásicos y Antiguos con más imaginación que tecnología, y para

lograrlo extendimos cables desde la sede del canal que quedaba en

la avenida El Poblado hasta la calle.

Cada vez que Telemedellín se ha arriesgado en sus formatos ha teni-

do épocas memorables con programas que han cumplido su función

con la localidad.

EL CANAL SOÑADOSueño a Telemedellín apoyado por el gobierno local y por la empresa

privada, con la tranquilidad para explorar nuevos formatos y nue-

vas franjas de contenido multipantalla. Telemedellín debe continuar

siendo un espacio para que el talento joven tenga en el canal un

lugar para expresarse.

imaginaciónÉramos pura

S E L E N E B O T E R O . G E R E N T E D E T E L E M E D E L L Í N

J U L I O D E 1 9 9 8 · D I C I E M B R E D E 1 9 9 9

Telemedellín tuvo el reto de ofrecer una programación que, enmarcada en la educación y la cultura, fuera atractiva y cautivara la nueva audiencia.

Page 15: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS

Una ventanaa lo cotidiano

Page 16: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS26 27EL cAnAL

Las grandes inversiones que hacen los canales de televisión en el mundo llevan a pensar que es imposible competir en el universo de la pantalla si no se cuenta con un gran capital.

Más que dinero, ¡audacia!

Carlos Duque, director técnico, y Jaime Saldarriaga, director de Producción; 15 años en la orientación del

desarrollo tecnológico del canal.

LAS DECISIONES EN MATERIA

DE TECNOLOGÍA Y ADQUISICIóN

DE EQUIPOS SIEMPRE SE HAN

TOMADO DE FORMA RACIONAL,

PENSANDO EN CALIDAD,

DURABILIDAD Y COSTOS FUTUROS.

Casos como el de Telemedellín plantean una nueva realidad para

el mercado de la televisión. Con recursos limitados, pero

con una enorme creatividad la ciudad pudo tener acceso a la tecnología más

avanzada de la época y ofrecerle a los televidentes la mejor calidad que se

puede garantizar en el planeta. ¿Cómo lo hicieron? ¿Quiénes fueron los orfe-

bres que construyeron esta joya? Detrás de las imágenes que aparecen en la

pantalla, hay una historia de pioneros que vale la pena conocer. A los ingenieros

no los asustó el poder de la industria de la electrónica. En aquella primera sede

donde se planeó el viaje al futuro de los medellinenses a bordo de su nuevo ca-

nal, cuando todo era tan nuevo que parecía un sueño, los ingenieros empezaron

a explorar catálogos, a hacer diagramas y cálculos que la gerente debía aprobar

después de consultar con los encargados de las finanzas. Y finalmente armaron

la estructura, definieron el tipo de tecnología y trazaron el rumbo que tomaría

esta empresa que es de toda la ciudad.

Carlos Duque es un ingeniero que todo el tiempo está hablan-

do de sus hallazgos. Parece un buscador de tesoros que bucea

por mares lejanos y cuando sale a la superficie quiere contar a

los cuatro vientos lo que vieron sus ojos en las profundidades.

Jaime Saldarriaga es su socio de aventuras tecnológicas desde

1997. Ellos se entienden en su propio lenguaje. Ambos saben que

esa pasión es lo que le ha dado a Telemedellín la certeza de su

plataforma sobre la cual ha evolucionado hasta ser lo que es hoy,

el canal público local de mayor proyección en Colombia. Ahora

Carlos sigue al frente de las decisiones técnicas y Jaime dirige la

producción del canal.

Junto a ellos recorrimos la historia del desarrollo tecnológico

del canal.

EMPEzAR A PRODUCIREn el año de la fundación, 1997, la tecnología de video por compo-

nentes era la más popularizada y se empezaban a ver los primeros

avances de video digital pero con unos costos supremamente altos.

En ese entonces el canal contaba con un máster de emisión y el sis-

tema era Betacam SP. Se hacía edición lineal y había solo un equipo

de edición no lineal (Turbo Cube). Para hacer cosas que ahora son

normales antes se necesitaba casi que un milagro. Los accidentes

eran frecuentes. El más común era que una cinta con información

valiosa se enredara.

Las decisiones en materia de tecnología y adquisición de equipos

siempre se tomaron de forma racional, pensando en calidad, durabi-

lidad y costos futuros. Prueba de esto es que las cámaras de antes

todavía están vivas, solo que frente a las nuevas opciones aquellas

son más ciegas y poco portables.

UN MUNDO QUE NO DA ESPERACon los años el canal vivió varias evoluciones tecnológicas. De la

producción en Betacam SP con la que inició, continuó con DVCAM

y en los últimos años adoptó el P2 y el xDCAM.

El canal comenzó con video por componentes, pasó en 2005

a digitalizar todas sus señales con video SDI. En la actualidad se

están cambiando a HD-SDI y 3G.

Respecto a las cámaras, en 1997 el canal contaba con tres de re-

portería y tres de estudio, hoy tiene catorce y trece respectivamente.

EN TODO MEDELLÍNComo la señal se emitía por el canal 31 —frecuencia UHF— y en ese

entonces la mayoría de usuarios solo tenían televisores con señal

VHF —del 1 al 13—, Telemedellín le ofrecía a la gente las famosas

antenitas redondas que ayudaban a sintonizaran la señal por aire.

Incluso se realizaban brigadas para instalarlas una a una y ver que sí

funcionaran adecuadamente.

Page 17: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS 2928 EL cAnAL

Llegó a Telemedellín en 2009 y ha acompañado grandes transmisiones del canal, entre las que se cuentan:• Inauguración de los ix Juegos Suramericanos Medellín

2010 (transmisión a 18 cámaras).• Clausura de los ix Juegos Suramericanos Medellín 2010

(transmisión a 12 cámaras).• Desfile de Silleteros 2010, 2011 y 2012 (transmisión a

8 cámaras).• Clausura Cumbre de las Américas.• Partidos del Fútbol Profesional Colombiano.

DATOS TÉCNICOS:

• Camión: Chevrolet NPR Plus, con un largo de furgón de: 5.2 m.

• Diseño y construcción: Seel• Número de entradas: 24• Cámaras cableadas: 10• Paneles externos: 3 (energía, video y audio)• Equipada con: switcher, cámaras, generador de carac-

teres, replay, equipo de monitoreo, intercom, video-grabadoras, sonido, trípodes, sistema de conversores, entre otros equipos.

Unidad móvil HDLLEGAMOS AL SATÉLITEA comienzos del año 2008 se decidió que uno de los

proyectos estratégicos sería llevar la señal del canal al

satélite. A finales de ese año se alcanzó esta meta. En

la implementación se usaron tecnologías de punta y Te-

lemedellín fue el primer canal en Colombia en tener un

uplink satelital en MPEG4/DVB-S2 que le permitió tener

grandes ahorros en el costo del segmento satelital.

El satélite le dio presencia al canal en el mundo e

hizo de este una opción para más televidentes.

TELEVISIóN CON CALIDAD HDEn 2009, debido al aumento en las producciones del

canal y teniendo en cuenta que en el año 2010 se rea-

lizarían los Juegos Suramericanos en la ciudad de Me-

dellín, se decidió adquirir una unidad móvil de última

tecnología. Luego de varios análisis y de evaluar el es-

tado de la industria en la feria NAB del 2009 se decidió

que la unidad móvil fuera 100% en alta definición. De

esta forma, a finales de ese año, Telemedellín contaba

con la unidad móvil más moderna de la ciudad y la

primera en alta definición.

SIGUEN LOS RETOSAsí como el canal fue pionero e innovador en la adqui-

sición de nuevas tecnologías y propuestas de difusión

como la unidad móvil HD, la señal en MPEG4/DVB-S2,

su estrategia Web 2.0, entre otros, ahora debe avanzar

en tener una señal en alta definición. También se espera

la regulación por parte de la Autoridad Nacional de Te-

levisión, ANTV, para la implementación de la televisión

digital terrestre (TDT).

La idea es que el canal siga creando contenidos que

muestran la ciudad ante el mundo, y que pueden verse

a cualquier hora y desde cualquier lugar.

TECNO-ECOLóGICAAhora que el canal planea tener una nueva sede, pien-

sa incorporar en su diseño, no solo los conceptos de

vanguardia en tecnología, sino también lograr que esta

se encuentre y relacione con el medio ambiente y su

protección. De esa manera, los principales aspectos a

tener en cuenta en su diseño son:

• Una edificación amigable con el medio ambiente.

Por eso se están haciendo todos los esfuerzos de

tener certificación LEED.

• Dos estudios de muy buen tamaño.

• Áreas suficientes para albergar toda la capacidad

operativa con que cuenta el canal actualmente.

• Que sea un referente urbano enmarcado en un

gran parque público.

• Contar con lo último en tecnología, tanto en equi-

pamiento de televisión, como en toda su infraes-

tructura tecnológica y de seguridad.

• Proveerla de un número importante de parqueade-

ros y áreas de bodegaje.

Page 18: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS 31gErEnTEs

C A R L O S M A R I O G I R A L D O . G E R E N T E D E T E L E M E D E L L Í N

D I C I E M B R E D E 1 9 9 9 · D I C I E M B R E D E 2 0 0 0

Una M que recorre las calles. Que da cuenta del espíritu de un canal que ve en la ciudad un escenario y en sus ciudadanos los protagonistas.

EL TELEMEDELLÍN DE FIN DE MILENIOEmitíamos ocho horas diarias y la legislación no nos permitía co-

mercializar. Tampoco teníamos acceso a los recursos del Fondo para

el Desarrollo de la Televisión que manejaba la Comisión Nacional

de Televisión.

La Alcaldía, en algún momento, se cansó de trasladarle recursos y

más recursos y más recursos, los cuales, por las propias necesida-

des logísticas, operativas, administrativas y laborales, llegaban y se

iban, sin dejar liquidez para los días siguientes.

A LAS PUERTAS DE LA LIQUIDACIóNSe dio la orden, por acta de la junta directiva, de “buscar” la liqui-

dación del canal. Entonces configuramos un nuevo esquema que

se quitó costos de encima y nos fuimos para la Alcaldía, donde nos

habilitaron el segundo piso.

Después de ese ajuste, el canal se reacomodó: pasamos de ocho

horas diarias de emisión a veinticuatro horas ininterrumpidas.

Hicimos negocios con otros canales internacionales y eso nos per-

mitió mejorar las finanzas.

EL FUTUROSobre el modelo de canal que deseo para Telemedellín, pienso en un

canal lleno de creatividad, como lo soñaba y tenía Ángela Suárez,

moderno, ágil y como ha dicho su eslogan durante mucho tiempo,

cercano a la gente.

El canal estuvo a punto de desaparecer

Page 19: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS32 33crónicA

Dicho con toda franqueza yo no sé de rating, de sinto-

nía, de cómo se puede saber cuántas personas

están viendo un programa (a lo mejor el aparato está solo en la

alcoba), o cómo diablos se mide la efectividad de la publicidad en la

televisión. Pero sí puedo hablar de mi estacional y efímero paso por

las cámaras de Telemedellín, cada vez que se avecina o se realiza

la Fiesta del Libro y la Cultura de nuestra ciudad, un certamen que

para mí es un honor dirigir y que Telemedellín acompaña desde su

primera edición en el año 2007.

Pero no voy a hablar de la Fiesta ni del Plan Municipal de Lectura.

Voy a hablar de Telemedellín y de los encuentros y desencuentros

que producen mis quince minutos anuales de fama fugaz ante las

cámaras de nuestro canal local y, sobre todo, del precio de esa fama.

Los expertos lo llaman free press, un indicador que convierte

automáticamente en pauta las noticias sobre un evento o una per-

sona, y según el cual cada participación en un programa de tv, cada

reseña en la prensa escrita, cada entrevista en la radio, puede valo-

rarse en términos comerciales según su extensión o duración. Es el

plus de las comunicaciones.

En otras palabras, si la valoración de mis apariciones en Teleme-

dellín fueran en plata blanca, la Fiesta del Libro sencillamente no

tendría con qué pagar.

Ahora bien, con la autoridad que me confiere el ser antifotogénico,

declaro sin el menor ánimo de figurar que a mí no me gusta salir en

televisión, ni que me tomen fotos. Y estoy absolutamente convencido

de que soy más pispo en persona. Pero como los deberes pesan más

que nuestras contradictorias vanidades, pues me toca ir a programas,

responder entrevistas, pasar por estaciones de maquillaje y cableado

de microfonía inalámbrica, interrumpir reuniones, almuerzos e idas al

baño, para atender a mis cronometrados colegas de la tele.

Lo digo sin el menor ánimo de ofender. Es sabido que en tele-

visión el tiempo no da espera. Antes agradezco que productores,

periodistas y realizadores de Telemedellín, con todos los eventos y

chicharrones que tienen que cubrir, nos den vitrina a los soñadores

que pregonamos el amor por los libros y la lectura.

P O R G U I L L E R M O C A R D O N A M A R Í N

famaEl free press de mis salidas por Telemedellín, que se

multiplican durante la Fiesta, transforma por unos días

mi vida cotidiana: los porteros del edificio donde vivo

me saludan distinto y me entregan cumplidamente la

correspondencia, como si de pronto les pareciera que

estoy ganando más plata; y las vecinas me saludan de

beso y aprovechan que bajan para llevarse en el ascen-

sor el carrito del mercado que acabo de desocupar. Ob-

viamente hay quienes me entregan hojas de vida o que

abiertamente me piden un puesto, y uno que otro apro-

vecha la ocasión de tenerme a mano para despacharse

contra mí como director, contra la Fiesta, la Alcaldía, el

neoliberalismo, el mal gobierno y el universo mundo. Y

no faltan los despistados que me felicitan efusivamente

y cuando les pregunto por qué, responden sin titubear:

pues porque lo vi en Telemedellín. Ahora bien, la peor

experiencia la viví con un taxista que me reconoció por

una nota del noticiero y que me agradeció durante toda

la carrera entre la Casa Museo Pedro Nel Gómez y La Al-

pujarra mi labor como director de la Fiesta, y que era en

verdad reconfortante saber que hubiese quienes invita-

ran a leer a las nuevas generaciones; una vez me bajé, le

pagué y le dejé propina y un cuentico amarillo, cuando

ya estaba acelerando para continuar con su trabajo, el

taxista sacó la cabeza por la ventanilla y me gritó, antes

de partir raudo, sin darme ocasión de replicar nada:

—¡Y ¿sabe qué?! ¡Gracias a usted volví a leer a Paulo

Cohelo!

que Explora y al Jardín Botánico, los que compraron un

libro, asistieron a una charla o se gozaron un concierto. Y

con algunos pocos de ellos he tenido ocasión de toparme

en mis correrías. Y en verdad es gratificante.

Es decir, si bien la fama tiene su precio (que nunca

tendremos cómo pagar), también tiene sus compen-

saciones.

Así que para finalizar esta gacetilla en homenaje a

los quince años de Telemedellín, y con el mismo rigor

que cité los costos de la fama, quisiera mencionar tam-

bién algunos de sus muchos otros beneficios, como la

vez que la señora que vende aguacates en la esquina de

El Palo con Maracaibo me rebajó mil pesos porque me

vio en Capicúa; o el caso del señor de la tienda de la

esquina, que apenas levantaba las cejas cuando llegaba

por leche o cigarrillos, y que luego de una Entrevista de

la calle, poco le falta para abrazarme cada vez que me

ve entrar, y con una sonrisa de oreja a oreja ya tiene por

costumbre decirme que cuando quiera, él con mucho

gusto me fía. No lo he necesitado aún, pero el día que

me toque, allá acudiré. Gracias hombre Luis Alirio.

El precio de la

Más que los grandes eventos de ciudad, nuestros protagonistas son las personas que los hacen posibles desde la planeación hasta el disfrute.

Responder a todo tipo de preguntas y ser invitado al programa infantil, es un precio que vale la pena asumir para multiplicar un evento como la Fiesta del Libro y la Cultura.

No me quejo. Por algo se empieza. Yo alguna vez leí a

Richard Bach y no creo que eso me haya hecho mucho

daño. Además, son más los que se acuerdan de la Fiesta,

de los buenos libros y las buenas lecturas, de las activida-

des y los autores invitados. Son pero muchos miles más

los que gracias a mi anual cantinela por los programas de

Telemedellín, acudieron este año con sus familias al Par-

LA SEÑORA QUE VENDE AGUACATES

EN LA ESQUINA DE EL PALO CON

MARACAIBO ME REBAJó MIL PESOS

PORQUE ME VIO EN CAPICÚA.

Page 20: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS34 35cArTA

P O R A N A M A R Í A M A R Í N P U L G A R Í N

cumentales o tus espacios de opinión sobre los temas que afectan

su vida cotidiana. Y lo más importante, quien quiere expresarse en-

cuentra en tus programas múltiples posibilidades de participación

en vivo, oportunidad que no le ofrece ningún gran canal nacional.

Te felicito por haber mostrado que la idiosincrasia es algo más que

un carriel o una cabalgata, que la tradición no solo la tejen los abue-

los sino también los jóvenes y que nuestra identidad no es una foto

añeja estampada para siempre en la memoria colectiva sino una su-

cesión de imágenes plasmadas de generación en generación. Llegaste

en el tren de la modernidad y sigues montado en el primer vagón.

Como canal quinceañero mereces todas las celebraciones por-

que te has hecho querer. Solo te falta crecer un poco más para que

al cumplir los dieciocho años y alcanzar la adultez puedas ostentar

la cualidad más respetada, valorada y apreciada de la madurez que

es: La Independencia. ¡Feliz cumpleaños!

A unos pasos de la

madurezHas cumplido la promesa de

subir a las lomas adonde

otros medios solo llegan para registrar la

muerte, con el ánimo de darles voz a tan-

tas personas que con su arte, su oficio, su

talento y solidaridad celebran la vida en

convivencia pacífica.

Insistes en la tarea de romper los mu-

ros imaginarios de una ciudad donde Nor-

te y Sur se han mirado con recelo, donde

oriente y occidente se han temido, pues al

mostrarlos a todos en una misma pantalla

conviertes los puntos cardinales en ejes de

encuentro entre los ciudadanos.

Te metes entre el gentío, escuchas lo

que hablan las comadres; oyes lo que dicen

en sus bancas los jubilados; prestas oído al

clamor de los que protestan, a las deman-

das de los que trabajan, al testimonio de los

dirigentes, al murmullo ciudadano. Con lo

que oyes armas tu libreto para convertir las

palabras de todos en una agenda común.

Les ofreces participación, entretenimien-

to y conocimiento a los niños y adolescen-

tes, grupos ignorados por los grandes cana-

les porque no tienen capacidad de compra,

porque el bolsillo no les da para consumir,

porque no dan rating.

Has tenido habilidad de encantador para

mezclar en un mismo brebaje la dosis de

seriedad, la pizca de desparpajo, la porción

de rigor, el tris de picardía que se necesitan

para atraer a personas que se sienten tan

distintas entre sí, pero que resultan tan pa-

recidas al pasar por el colador de los valores

sus costumbres y sus sueños.

Por todo esto te felicito Telemedellín.

Hiciste realidad el sueño de unos quijotes

que te pensaron en el papel, plasmaron sus

ideales de televisión pública en una progra-

mación, te sacaron al aire cuando no exis-

tía aún la televisión local en Colombia y te

empujaron a andar cuando pocos daban un

peso por tu trayectoria.

Tu señal se inauguró con la transmisión

del Desfile de Mitos y Leyendas, y no fal-

tó quien con ironía te señalara como una

quimera más del show. A todos les has de-

mostrado que naciste para ser imprescindi-

ble porque tu mirada es distinta; y en lugar

de competir, complementa. Mientras más

oportunidades de elección tiene un televi-

dente, más terreno gana la controversia, el

debate, el diálogo. Lo que nutre la opinión

pública es la pluralidad.

Cuando irrumpiste en el espectro, na-

cieron casi paralelamente los canales pri-

vados de televisión y muchos pensaron que

no tendrías el más mínimo impacto ante el

derroche de tecnología y recursos del poder

económico. Sin embargo, te hiciste a un lu-

gar en los hábitos de muchas familias con

una promesa sencilla: ser una alternativa.

A quien no le interesan las noticias cen-

tralistas sobre la capital colombiana, te sin-

toniza para conocer lo que pasa en las calles

de su propia ciudad; quien no sucumbe a la

evasión de un dramatizado, busca tus do-

Al Telemedellín quinceañero

llegan mensajes de felicitación,

como esta carta, escrita con la visión

crítica que aporta la distancia de

los años y con el cariño que produce

haber hecho parte de este Canal

como Directora de Programación en los períodos 1997 - 2000

y 2008 - 2009.

TE FELICITO POR MOSTRAR QUE SOMOS

ALGO MÁS QUE UN CARRIEL, QUE LA

TRADICIóN NO SOLO LA TEJEN LOS

ABUELOS SINO TAMBIÉN LOS JóVENES

15 añoscon vos

1997 1998

1999 2000

2001 2002

2003 2004

2005 2006

2007 2008

2009 2010

2011 2012

Page 21: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS

La vida nos importa

Page 22: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS38 39crónicA

En un tiempo muy lejano que transcurrió hace poco (quince años no

son nada pero están muy lejos), al control remoto del televisor de

mi casa le sobraban casi todos los números. En el barrio en el que crecí las

antenas parabólicas tenían todavía algo de privilegio. Yo me demoraba seis

segundos haciendo el zapping que era posible: el Canal A, donde un león (de

los que nunca se han visto en las selvas colombianas) cruzaba la pantalla

sobre un fondo plano y terminaba metido en un triste y soso triángulo isós-

celes; el Canal Uno, que era representado (muy imaginativamente) por un

número “uno” metido en un círculo; y Teleantioquia, en cuyo logo resaltaba

(obviamente), una letra “T”; esas eran mis tres ventanas al mundo, mis puntos

de contacto con la “realidad”. De ellos, solo el canal regional mostraba cosas

cercanas a la vida que yo veía todos los días, gente que hablaba como yo,

lugares que hacían parte de mi historia personal; aunque todo organizado con

la precaria narrativa del bajo presupuesto y la comodidad mental: planos me-

dios de entrevistados pintados con eventuales imágenes de apoyo puestas de

acuerdo con la metodología vaca-vaca (el narrador decía vaca y en la imagen

aparecía una vaca) y el contrapunteo de un locutor que tenía la misma voz

que se escuchaba en las emisoras de radio. Eso recuerdo.

Por esa época me desplazaba muy a menudo entre Envigado y “el centro”

por la avenida El Poblado y empecé a ver una valla grande que decía: “Teleme-

dellín”. Luego me enteré de que muchas de las personas más talentosa y con

ideas frescas del mundo audiovisual de la ciudad habían sido reclutadas para

cranear y ejecutar el proyecto de un nuevo canal. Era oficial y creativo y los

responsables tenían toda la intención de que los dos términos no fueran con-

tradictorios. Cuando lo vi al aire pensé que alguien se estaba atreviendo a hacer

algo oxigenante, distinto y propio. De eso me acuerdo: de un criterio diferente

y de un atrevimiento.

Años más tarde terminé trabajando allí. En ese tiempo el canal era muy

distinto al de los inicios y funcionaba en otra sede. Pero el proyecto al que

llegué tenía mucho de atrevido: una serie argumental de varios capítulos, con

niños actores y con una historia de ciencia ficción. El programa se llamaba

¿Qué tal Pascual? y su personaje principal era un extraterrestre que venía a la

tierra y se hacía amigo de unos niños con los que aprendía sobre los seres hu-

P O R L U I S M I G U E L R I V A S

Entre los recuerdos de cómo era la

televisión, aparece en la memoria

del autor el día que Barney visitó

Telemedellín.

manos. Mi amigo David Ramírez y yo rea-

lizábamos VTR de tres minutos en los que

la voz en off de una inteligencia superior le

explicaba al extraterrestre las leyes físicas,

las costumbres humanas y otros aspectos

de la vida en la tierra.

Una tarde, en una época de aguda tensión

laboral, llegué descompuesto al canal por la

pérdida de unos casetes fundamentales para

los VTR que debíamos entregar al día siguien-

te… y por los estragos de una víspera desba-

Las manitosmoradas

te. Mientras dudaba si contarle lo que creía haber visto, escuchamos

varias voces infantiles que gritaban desde las afueras del canal:

—¡Ahí viene! ¡Ahí viene!

David vio la radical palidez de mi rostro y se apresuró a expli-

carme todo: Barney estaba en la sede. Su circo estaba visitando

la ciudad y había sido invitado para grabar un programa de Te-

lemedellín. Pero el dinosaurio era tan grande y tan pesado que

fue imposible subirlo al área de las oficinas, donde quedaba el

estudio. Conocida la verdad y vuelta el alma al cuerpo concentré

mis precarias energías nerviosas en preocuparme por los casetes

perdidos. Salimos prestos hacia el sótano del canal, donde queda-

ba la oficina de ¿Qué tal Pascual? A pesar de los inconvenientes

yo estaba feliz de poder estar asustado por un problema real. Pero

al llegar al sótano encontramos la amplia puerta metálica cerrada.

No se podía pasar porque allí estaban vistiendo a Barney. Una

turbamulta de niños, niñas, padres, madres, tíos y tías, se apiñaba

al lado de la puerta en una atmósfera de expectante agitación.

Mientras aguardábamos, un asistente de cámara nos explicó que

los enanos de la cafetería conformaban el séquito del dinosaurio;

que estaban malacarosos porque tenían problemas laborales con

Junto a sus amigos, Barney, el dinosaurio morado, fue la sensación de una tarde, no solo para los niños, sino para todos los empleados del canal.

rrancada que me había dejado el sistema muy nervioso y muy central.

Trabajé unas dos horas en la sala de edición y salí hacia la cafetería en

busca de un agua aromática y un poco de aire para la mente. El pasillo,

generalmente atareado con el hormigueo de los empleados, estaba

desierto. En la recepción, siempre en movimiento, no había un alma.

Embrollado en el marasmo de mis nervios alborotados no me percaté

de la extraña soledad del recinto; entré en la cafetería absorto en los

enredos internos y me acerqué a la greca. Cuando levanté el rostro me

quedé perplejo: frente a mí había un enano vestido de príncipe que

fumaba cigarrillo con gesto aburrido mientras miraba hacia el vacío.

Cerré y abrí los ojos. Volví a mirar y no solo no dejé de ver al enano

sino que a su lado encontré a una princesa vestida de tul, tan alta y

rechoncha como el príncipe, que vociferaba algo ininteligible. Serví la

aromática, tomé un sorbo y miré en derredor con espanto: el local

estaba lleno de enanos, casi todos malacarosos, sentados en sillas

Rimax y balanceando sus pies en el aire. Recuerdo a un Robin Hood,

a una bailarina, a un espadachín, a una reina, a un bufón y a varios

pajes, todos visiblemente aburridos o disgustados. A ninguno pareció

importarle mi presencia. Diría que más bien les repugnaba. En vez de

ofenderme por la arrogante displicencia pensé: “debo dejar de beber”.

Salí raudo sin saber si dirigirme a la sala de edición o a la EPS y en el

camino encontré a mi compañero David, que venía tranquilo, indolen-

Page 23: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS 41gErEnTEs40 crónicA

L U I S F E R N A N D O C A L D E R ó N . G E R E N T E D E T E L E M E D E L L Í N

F E B R E R O · J U N I O D E 2 0 0 1

La idea de una televisión que llega hasta donde están las historias y sus protagonistas, ha sido un sello de Telemedellín desde sus inicios.

UN ACADÉMICO AL FRENTEEn la gerencia de Ángela Suárez fui invitado a hacer parte del co-

mité de programación junto con Beatriz Restrepo y otros integran-

tes, y allí conocí de cerca el canal.

Cuando llegué a la gerencia en 2001, el canal pasaba un momento

particularmente difícil. Desde entonces estaba en la búsqueda de

una sede propia. Además, la asociación se había debilitado por el

retiro de EPM, uno de los socios.

ABRIR CAMINOSEn medio de todo, “gerenciar” se constituía, entonces, en tratar

de guiar al canal, posicionarlo y abrir nuevos caminos, buscar su

permanencia. La financiación, las relaciones con los socios, la bús-

queda de convenios con otros entes descentralizados, el tema de la

cobertura y el llamado rating durante mi gestión, se convirtieron en

asuntos para empujar y para darle fortaleza al canal.

EL FUTURO DEL CANALEstá dado por los mismos desafíos que enfrenta la televisión en el

mundo, entre ellos la televisión digital. Es preciso “enganchar” al

espectador mediante la interactividad, competir con la Internet; re-

novarse; abrir nuevos mercados; producir nuevos contenidos y len-

guajes; crear formatos y modelos de producción que involucren a los

jóvenes realizadores; abrir los cauces para que lleguen ofertas priva-

das diversas, sin perder de vista la razón de ser de un canal estatal.

Cuando gerenciar era abrir caminos

su jefe (al parecer el dinosaurio no les estaba pagando

un salario justo y a tiempo) y que estaban aburridos

porque llevaban mucho rato esperando a que acabaran

de vestirlo. O más bien de armarlo, porque el vestido

de Barney tenía un sistema de ventilación súper sofis-

ticado y constaba de tres compartimentos, uno sobre

el otro, en cada uno de los cuales se metía un enano

(distintos a los de la cafetería).

Suplicamos al vigilante hasta que nos dejó pasar a

la oficina. Luego de rebujar con desespero comproba-

mos con angustia que los casetes no estaban. Salimos

de nuevo y al cruzar el garaje nos encontramos con el

batallón de niños ansiosos que se decepcionaron con la

triste aparición de dos simples y estresados realizadores

de televisión. Subimos las escaleras exteriores para en-

trar al edificio y nos dirigimos apresurados hacia la sala

de edición. Pero el editor ya no estaba. También había

salido a esperar a Barney. Todo el canal se había parali-

zado. No tuvimos otra opción que unirnos a los devotos.

Bajé sin mucho entusiasmo porque siempre he intuido

algo de malicioso en la gigantesca e inmutable sonrisa

del dinosaurio y algo de maquinador en los movimientos

de sus diminutas manos moradas.

Luego de un largo rato Barney, por fin, apareció.

Los niños gritaban y se ahogaban de júbilo y algunos

se alcanzaron a intimidar con la imponente presencia

del mamotrético monstruo en persona. Pero como nada

es perfecto en el reino de la prehistoria, un asunto de-

cepcionante rompió la magia del momento: por disposi-

ciones del mánager, el dinosaurio no estaba autorizado

para dejarse tomar fotos con la gente en ese momento.

Solo el amor y la recursividad de los fans permitieron

salvar el obstáculo. Un camarógrafo, que llevaba a su

hijo en hombros como si fuera su instrumento de tra-

bajo, se acercó a nosotros y le entregó una camarita

digital a David.

—Yo me le arrimo disimulado, pongo el niño al lado de

Barney y vos tomás la foto de una —le dijo en voz baja.

Dicho y hecho: el camarógrafo, como si la cosa no

fuera con él, pasó por el lado de Barney levantando a su

hijo por las axilas y cuando estaba a la altura de la ba-

rriga del dinosaurio estiró las manos y separó el cuerpo

durante una fracción de segundo. David, siempre eficaz,

disparó en el momento preciso. Hoy, en algún lugar de

esa casa debe haber una fotografía enmarcada en la que

aparece Barney indiferente al lado de un niño con cara

de pánico sostenido en vilo por dos manos peludas cuyo

origen se pierde en el borde de la foto. Varios padres

hicieron lo mismo. Luego se llevó a cabo la grabación

del programa. Al finalizar la tarde la gente se dispersó

feliz de haber visto al ídolo de su vida y al héroe del día,

y todo volvió a la normalidad.

Nunca supe como fue la desvestida de Barney por-

que a esas alturas David y yo estábamos en la sala de

edición inventándonos los VTR con un material que no

teníamos. Cuando salí a respirar un poco ya había os-

curecido y todo estaba desierto. Barney y sus enanos se

habían ido quién sabe a dónde y quién sabe si resolvie-

ron el problema laboral.

Al día siguiente David y yo fuimos al lugar donde vis-

tieron al dinosaurio y en medio de varios pedazos de tela

encontramos los dos casetes desaparecidos. Sobre la

superficie de una de las cajas me pareció ver unas hue-

llas moradas. Ni David ni yo dijimos nunca nada sobre

el asunto. Pero yo, aún hoy, conservo mis sospechas.

AL FINALIzAR LA TARDE LA GENTE

SE DISPERSó FELIz DE HABER VISTO

AL ÍDOLO DE SU VIDA Y AL HÉROE

DEL DÍA, Y TODO VOLVIó A LA

NORMALIDAD.

Page 24: Revista m - Telemedellín

EnTrEvisTA TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS42 43

Telemedellínes clave en la

construcción de la

Durante una conversación con el ahora rector de

la universidad EAFIT abordamos el tema

de la construcción de nuestra nación y cómo ha cambiado la idea

de que somos un todo homogéneo, con los mismos intereses, con

la misma cosmogonía, sin detenernos a pensar en nuestras diferen-

cias. En este proceso de autorreconocimiento, Telemedellín juega

un papel protagónico, pues se convierte en el espejo en el cual nos

vemos como sociedad en formación.

M: ¿Cómo se entiende el concepto de Identidad en el siglo xxi?

Desde los años 70 y 80 empieza a vislumbrarse en el país la crisis

del Estado-Nación. Es la culminación del gran relato de nación.

Habíamos pensado que Estado y Nación y Nación y Cultura eran un

todo homogéneo. Y habíamos construido una idea de nación pen-

sando que era homogénea, blanca, cristiana, que hablaba español.

Y esa idea empieza a hacer agua en los años 70 y 80. Las ciencias

sociales nos dicen: ojo, ese supuesto sobre el cual está construido

este país es falso.

M: ¿En qué contexto se empieza a dar ese cambio?

Fue en los años 83, 84, después de la Conferencia de México del

82, cuando las políticas culturales estaban concentradas en dos

grandes temas: uno era la “identidad nacional”, el otro era lo que ya

se llamaba la “dimensión cultural del desarrollo”, es decir, cómo la

cultura debía aportar al desarrollo.

M: ¿Y qué pasó?

Salimos a buscar esa identidad y encontramos que no existía. Ya

las ciencias sociales nos habían dicho que ese relato de nación no

existía y que ahora lo que había que hacer era relatos de regiones, o

de sectores sociales, de los que quedaron excluidos de ese relato de

nación: los indígenas, los negros, los movimientos sociales.

M: ¿Todo se quedó en pensamiento?

Lo interesante es que esto desemboca en la Constitución del 91.

En su artículo séptimo reconoce la diversidad étnica y cultural de la

nación colombiana. Es decir, reconoce la crisis del Estado-Nación

y plantea que la nación es una sumatoria de identidades. Y en ese

proceso estamos.

Ahora tengo una especie de espinita que me quedó desde cuando

era ministro de Cultura, pues creo que a esa cartera debimos nom-

brarla Ministerio de las Culturas Colombianas. Porque si estábamos

en lo plural, en lo diverso, en lo múltiple, pues entonces debimos

Juan Luis Mejía es un nombre fundamental en la cultura colombiana, aunque después de leer esta entrevista debamos decir “culturas colombianas”, en plural.

nuevaNación

“La constitución del 91 es la que [...] plantea que la nación es una sumatoria de identidades. Y en ese proceso estamos”. Juan Luis Mejía A.

procesos de autorreconocimiento nos permiten recono-

cernos en ese “vamos siendo”, en ese “ir construyendo”.

M: ¿Y qué papel juega el Estado?

Estos procesos no pueden ser conducidos porque sería

una cultura dirigida por el Estado. Este debe ser el que

propicie las condiciones a través de un medio como Te-

lemedellín en donde todas las voces puedan participar,

en donde todos nos podamos ver, porque si no es así,

entonces se da el “dirigismo estatal”, que es tan peligro-

so como la censura.

M: ¿Cómo se puede dar en el país ese diálogo de

particularidades?

Yo me pregunto qué sería de la ciudad sin Telemedellín.

Estamos conectados con las elecciones en Estados Uni-

dos, con el congreso del Partido Comunista de China,

pero no conocemos lo que pasa en la Comuna Ocho.

Entonces saber que tenemos a Telemedellín es un valor

inmenso. Pero queda un reto, que ya no depende de no-

sotros sino que son decisiones del Ministerio de Comu-

nicaciones o del de Cultura, y es lograr que lo nuestro se

vea en otras partes y nosotros veamos las particularida-

des del resto de la Nación. Ahí vamos siendo.

haber sido acordes con eso, porque no es una cultura

sino muchas culturas.

M: En esa época adelantaron desde el Ministerio

un programa llamado Diálogos de Nación.

Sí. Consistía en poner a dialogar esa diversidad. Y esa

es la misión de un ministerio de cultura, porque si no

lo hace, se generan nichos, estancos, y terminamos

como España.

M: ¿Y qué se puede esperar de un diálogo en el que

participen los excluidos?

Cuando uno se reconoce diverso, el primer papel de un

ente político es poner a dialogar esa diversidad. Enton-

ces dentro de todo ese gran relato entran los canales

locales. Son la gran apuesta que rompe ese gran relato

de nación. Es empezar a narrar la nación desde lo regio-

nal y luego desde lo local.

M: ¿Concretamente qué papel juegan los canales

locales en todo esto?

El papel de los canales locales y comunitarios es muy

especial, porque sin ellos es imposible la construcción

de esta nueva nación. Hay un verbo que me encanta:

“reconocer”, que es, además, un palíndromo, una de

esas palabras que se leen lo mismo al derecho y al revés.

Y ese proceso de reconocer es lo que hacen los medios

locales. Yo me reconozco en ellos. Son el espejo donde

nos vemos. Y ahí empieza a jugar un papel fundamental

Telemedellín.

M: ¿El papel entonces es mostrar lo que somos?

Hay una cosa que es muy importante en esto de la iden-

tidad. La identidad nunca es una foto. Puede ser una

foto al pasado, pero no en el presente ni en el futuro.

Felipe Herrera decía, “No somos, vamos siendo”. Solo

HAY UN VERBO QUE ME ENCANTA:

“RECONOCER”, QUE ES, ADEMÁS,

UN PALÍNDROMO, UNA DE ESAS

PALABRAS QUE SE LEEN LO MISMO

AL DERECHO Y AL REVÉS.

Page 25: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS44 45TEsTimonio

Una frase que resume, un gesto

que condensa. Eso es el Aquí

te ves, el eslogan que se acompaña de un

gesto simple y que, indefectiblemente, ter-

mina en sonrisa.

Un lema que nació en 2008 y que se ha

convertido en el saludo de la gente del co-

mún para recordar a Telemedellín. Un eslo-

gan relativamente nuevo, pero que resume

la política del canal desde siempre, desde

que se soñaba en un escritorio solitario de la

primera casa de Telemedellín en El Poblado.

La esencia de esta filosofía se vio por

primera vez en las pantallas el 7 de diciem-

bre de 1997 con la transmisión del Desfile

de Mitos y Leyendas. Telemedellín nació

Aquí te vesLa única realizadora que lleva quince

años en el Canal, cambia el video por la palabra escrita para compartir lo que ha aprendido y sentido al contar la ciudad.

¿acaso puede existir un mejor fondo que el

de la ciudad que lleva en su nombre?

Todo lo anterior no implica pretensiones.

Nunca ha pretendido ser el más grande, ni

el más visto. Solo ha tenido un sueño: ser

el más cercano, el que sepa a nuestro. Así,

como la comida de la casa o la esquina del

barrio que nos da la tranquilidad de estar en

un lugar seguro. Como ese acento que es solo

nuestro y ese “vos” que sabe a nosotros. Tres

letras que nos recuerdan que somos de acá,

que es más sencillo que un “tú” y más cer-

cano que un “usted”. Con el vos en la boca y

la M en el pecho Andrea, Silvia, Adrián, Juan

David, Jaque, Mábel, Federico, Felipe… todos

los que han sido parte del canal han recorri-

do la ciudad, buscando historias y dándoles

un nombre y un rostro. Ratificando que cada

persona es Medellín y que por eso su vida

merece ser contada y conocida.

En las calles más inclinadas, en esas

que parecen empecinadas en tocar el cielo

y donde antes parecía que solo los zapatos

viejos atrapados en sus cables querían ser

los testigos silentes de sus vidas, ha esta-

do Telemedellín. Ah, y también en los gran-

des eventos, en esos en los que la ciudad

ha sido protagonista: la inauguración de las

grandes obras, la Asamblea de la OEA, los

Juegos Suramericanos, la Asamblea del BID,

los conciertos de Juanes, ¡Cómo olvidar su

trasmisión! Es justamente eso, que todo lo

que sucede en Medellín es importante.

A la hora de recordar programas de estos quince

años, diría que son muchos. Cada quien tendrá su pre-

ferido o recordará aquel que mostró su barrio, en el que

salió su hija bailando o gracias al cual se atrevió a tras-

pasar las barreras de calles, estratos o comunas y que lo

llevó a un lugar que lo sedujo para siempre.

Bueno, y ahora me tomo la libertad de hablar en

primera persona. Es imposible hablar de un canal que

ha sido mi casa durante quince años como si fuese

algo ajeno. La subjetividad suele ganarle a la profesión

cuando de sentimientos se trata y lo que yo siento por

Telemedellín es, a riesgo de parecer cursi, amor. Aquí

he podido hacer lo que más me gusta: contar historias.

Y en esa vida de recorrer y narrar he podido enamorar-

me más de mi ciudad, redescubrirla y a veces sufrirla.

Trabajar en Telemedellín me ha dejado noches sin

sueño por ver las huellas que dejan las balas en las

paredes y la ausencia en los corazones. Pero, en honor

a la verdad, han sido muchas, muchísimas más la que

me he ido a la cama convencida de que estamos llenos

de gente buena, de personas que cada día entregan

más de lo que tienen y que al hacerlo se sienten com-

pletamente colmadas. Me ha dado la posibilidad de

hablar, frente a frente, con las personas que toman los

destinos de la ciudad, los que tienen en sus manos la

posibilidad de tomar decisiones económicas, urbanís-

ticas, de convivencia que afectan a toda la comunidad.

Y con ellos he podido conversar tranquilamente, con

respeto, pero otorgándoles la misma importancia que

a los personajes que he entrevistado en la calles y, en

honor a la verdad, los segundos me han aportado más

alegrías y han ayudado a ensanchar un poco más mi

corazón. Los nombres se confunden, pero sus obras

las conservo dentro de mí y las comparto cada vez que

puedo, con un orgullo tal que a veces siento que hago

una apropiación indebida.

Es imposible no maravillarse con la historia de una

mujer que con tres hijos y sin trabajo estable, compar-

te lo poco que tiene con otros cinco niños porque ella

considera que tienen mucho menos. O con una familia

en Bello que hace seis años les abrió sus puertas a unos

desplazados provenientes del Nordeste. O con doña

Mery, que abre su tienda del barrio La Divisa las veinti-

cuatro horas del día, la mayoría de las ocasiones para fiar

sin pensar cuándo le podrán pagar. O con el gringo que

vino a Medellín de paso, se enamoró de la parte de la ciu-

dad que no sale en los catálogos de turismo y ahora en-

seña inglés e informática en la invasión Regalo de Dios.

Ese amor real, no el que se pronuncia, sino el que se

evidencia en cada acto, es el que yo he podido cono-

cer, gracias a Telemedellín. Nuestras cámaras han sido

la ventana que permite conocer las historias que están

a la vuelta de las esquina o en un lugar de Medellín que

ni siquiera sabíamos que existía. Quizá sea por eso,

que al pronunciar el Aquí te ves siempre se dibuja una

sonrisa en el rostro. Debe ser la tranquilidad que da el

deber cumplido.

“TODOS LOS QUE HAN SIDO PARTE DEL CANAL

HAN RECORRIDO LA CIUDAD, RATIFICANDO QUE

CADA PERSONA ES MEDELLÍN Y QUE POR ESO SU

VIDA MERECE SER CONTADA Y CONOCIDA”.

P O R D O R A P A T I Ñ O

como un buen augurio al rodearse de la gente en una noche de

algarabía, al son de las comparsas y al lado de la Madremonte y

del Sombrerón. Y con una “M” como símbolo el canal se dedicó a

recorrer, a vivir la ciudad. El pacto era llevar siempre una cámara

y un periodista ávido de historias simples a lugares donde nunca

antes había estado un medio de comunicación. Un compromiso

de ser el espejo de Medellín, un reflejo que no siempre es bonito o

dulce, pero que es nuestro.

En los inicios, Operación ciudad fue un hito y, con el perdón

de sus conductores, lo más importante no fue que al frente de

la conversación estuvieran personajes de la talla de Alonso Sa-

lazar, Sergio Fajardo, Ana Cristina Navarro o el mismísimo Javier

Darío Restrepo. Lo trascendental fue que se llegó a los barrios

con la unidad móvil. Un carro lleno de equipos de televisión y de

personas cargadas de cables, de cámaras, de luces cegadoras y

de micrófonos abiertos para esas pequeñas historias, que una vez

trasmitidas por televisión adquirieron magnificencia para sus pro-

tagonistas y la visibilización para el resto de la ciudad. Y con esas

salidas Telemedellín se tomó las calles como escenario. Y es que

Page 26: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS46 47crónicA

P O R E L k I N O B R E G ó N S .

I - GENERAL CON BACkGROUND

En 1954, el Teniente General Gustavo Rojas Pinilla trajo a Colombia la televi-

sión, asesorado por Fernando Gómez Agudelo. Fue en eso, hay que reconocer-

lo, casi un pionero en Latinoamérica. Resumiendo (y simplificando), el general

pedía para él la mitad del horario de transmisión, y en esa mitad se exhibía,

presidiendo manifestaciones, diciendo discursos, cortando cintas o retozando

en su finca de Melgar (cuando la imagen se interrumpía, cosa muy frecuente,

aparecía su silueta, congelada, con un retrato de Bolívar al fondo). El resto del

horario lo cedió sin aparentes contraprestaciones a Gómez Agudelo, y este a

los creativos de la época, quienes se vieron de golpe y porrazo dueños de un

espacio para sus desahogos. Músicos, animadores, folcloristas, pero sobre todo

faranduleros (actores y radioactores en primerísimo lugar), entraron a saco roto

en esa especie de oasis que la vida le brindaba a sus funambulismos. De políti-

ca, por supuesto, ni hablar; ni falta que les hacía. Todos se aplicaron con entu-

siasmo a ventilar sus viejos atrezos y roperos, y con ellos al hombro se dieron

un banquete de diez años.

II - TELEBOLITOS

Recuerdo en especial tres espacios, entre mediados de los 50 y me-

diados de los 60: Telediacto, de Bernardo Romero Lozano, quien fue

desde el comienzo el gran decano de nuestros teleteatros. Romero

venía de dirigir el grupo de radioteatro de la Radiodifusora Nacional,

y se adaptó de inmediato a ese nuevo lenguaje que, empíricamente,

día a día se iba construyendo a sí mismo. Alternaba Romero Lozano

su turno (una semana sí, y otra no) con Fausto Cabrera, declamador

primero, actor después, finalmente director, el último rojo español

—de los rojos de antes— que aún pisa la tierra.

Pasaron por esos programas sin comerciales (y que se alargaban a

placer, según la duración de cada obra, sin servidumbre de horarios)

piezas de O’Neill, de Tennesee Williams, de Jean Anouilh, de Ugo

Betti, de Bernard Shaw, de Noel Coward, de J. B. Priestley, y hasta

algún auto sacramental de Calderón de la Barca; y hasta, en un alar-

de de ambición y de asumir retos, una versión en varios capítulos de

El proceso, y otra de La montaña mágica.

III - MI AMADO SE HIzO UN BARCO DE MADERA DEL LÍBANO

Creo que esos programas se emitían los jueves. Los domingos eran

para El gran teatro Coltejer, dirigido por Julio Echeverri Saavedra, al-

guien con gran sentido de la escenografía y una indomable afición

por Alejandro Casona. Vimos así montajes de La dama del alba, de La

barca sin pescador, de Otra vez el diablo, y de La sirena varada, don-

de la bella Irma Roy (ya casi vuelvo a ella, lector) recitaba con suave

cadencia gaucha unos cuantos versos de El cantar de los cantares.

Vuelvo pues a Irma, para mencionar, muy de paso, el fenómeno de

aquellos actores ambulantes que recalaban por estas tierras como

lo que en esencia eran, cómicos de la legua. Irma vino de Argentina

con su marido, Eduardo Cuitiño. Como base de su trabajo, traían

en sus faltriqueras un puñado de obras para dos voces; agotado ese

repertorio, desaparecieron sin dejar rastro, tal vez en busca de otros

puertos. Y, en fin, otra pareja, esta de españoles, José Caparrós y

Mari Carmen Gordon; mucho aportaron a esas bambalinas recién

nacidas, y luego, también, los devoró la selva.

IV - LA CASA DE ALBA

Es muy posible que Romero Lozano conociera, desde sus tiempos

de la Radio Nacional, las dotes de Esther Sarmiento, la pintoresca

doña Esthercita de Yo y tú, estupenda comedia costumbrista que

dirigió durante décadas la española bogotanizada Alicia del Car-

pio. Solo así se explica que hubiera elegido como protagonista de

su versión televisiva de La casa de Bernarda Alba, de García Lorca

(una versión impecable, puedo jurarlo, con una inusual puesta en

escena y un reparto de primera línea). Pero habérsela jugado con

doña Esthercita para encarnar uno de los caracteres más intensos

y sombríos del teatro español del siglo xx hace que uno se quite el

Pequeñas historias,

entre paréntesisHace tiempos lo tengo decidido. Cuando me

gane el Baloto, dedicaré parte de mi fortuna a

patrocinar un espacio para el teleteatro, en

alguno de los canales regionales (ni pensar

siquiera en los privados, territorios inhóspitos por

definición). Con este prologuito me tomo el

pie para airear algunos paréntesis acerca de

mejores momentos, más o menos libres de nostalgia.

sombrero ante el viejo patriarca de los teledramatizados criollos. Ha

visto este cronista varias versiones de esa obra, tres españolas, una

argentina, tal vez otra colombiana (en uno de los montajes espa-

ñoles, el director, en plena euforia del “destape”, decidió que aquel

papel lo hiciera un hombre. Fue un desastroso “miss casting”, que

el propio Federico, bien consciente de lo que se traía entre manos,

hubiera visto con horror). Pero ninguna de esas Bernardas se arrima

siquiera a la lograda por Esther Sarmiento, que debió ser para ella

una especie de culminación (por cierto, también estuvo en el elenco

la mismísima Alicia del Carpio —como La Porcia, vieja criada de la

casa, la única que no teme a Bernarda—, quien recuperó así durante

dos horas su voz nativa).

(En 1965, Esther Sarmiento recibió el Nemqueteba de Oro —premio

que otorgaba en esos años la televisión colombiana— por su actua-

ción en esa obra).

V - ÚLTIMA FUNCIóN (CON FINAL DANTESCO)

Años después, el exgalán Julio César Luna dirigió, y muy bien, un es-

pacio de teatro, que, por supuesto, duró poco. Recuerdo en especial

una comedia del norteamericano Neil Simmon, Los alegres mucha-

chos, con un conmovedor trabajo de Hugo Pérez y Luis Fernando

Orozco. Fue, digamos, un canto del cisne. Luna y el teatro desapa-

recieron. Ya nos debatíamos en los tremedales de las telenovelas

(recuerdo la primera, que muchos disfrutamos, sin comprender que

teníamos ya el enemigo en casa), lugares a los que llegan los buenos

actores para perder toda esperanza.

VI - SE ACABó EL ESPACIO

Y cuánto. Muy otros son los tiempos de hogaño, y estas mínimas

historias son agua llovida. Pensándolo bien, ni el Baloto podrá

ayudarnos.

LA PINTORESCA DOÑA

ESTHERCITA DE YO Y TÚ,

ESTUPENDA COMEDIA

COSTUMBRISTA QUE DIRIGIó

DURANTE DECADAS LA

ESPAÑOLA BOGOTANIzADA

ALICIA DEL CARPIO.

Page 27: Revista m - Telemedellín

Grabación y emisión del primer

concierto de Navidad de la Red de

Escuelas de Música de Medellín.

Se estrenan los programas:

Telemedellín es una nota, Ciudad

contada y Cancheros, y se realiza

el documental Autogol, sobre el

futbolista Andrés Escobar.

Premio Asipra de España al documental

Detrás del Arco Iris y mención especial

a Verdades de Otraparte.

1999

Se inaugura en Medellín, en el

antiguo Palacio Municipal, el nuevo

Museo de Antioquia con la donación

del Maestro Botero. Telemedellín

transmitió el evento.

Realización del documental:

Fernando Botero, el artista. Grabado

en Italia.

2000

Se lanza el programa periodístico de

debate y opinión: Operación ciudad.

Mención de honor premio Simón

Bolívar en la categoría Mejor crónica

o reportaje de televisión, por:

Machuca, un mes después.

Telemedellín transmite por primera

vez para televisión el Desfile de

Autos Clásicos y Antiguos y realiza

su primera emisión del Desfile de

Silleteros, edición 41.

Telemedellín adquiere la primera

unidad móvil para un canal en

Antioquia.

1998

Nace Telemedellín. Primer canal

local de televisión en Colombia.

La primera transmisión del canal fue

el Desfile de Mitos y Leyendas.

Eslogan: Una nueva señal de

progreso.

Empieza a emitirse Metropolitanas,

el espacio de noticias del canal.

1997

Telemedellín transmite el xiii Con-

greso de la Asociación de Academias

de la Lengua Española y la visita de

los Reyes de España.

Transmisiones especiales de las

inauguraciones del Parque Bibliote-

ca España y del Parque Explora.

Comienza El cacharriadero.

2007

Telemedellín lleva su señal al

satélite.

Nuevo eslogan “Aquí te ves”.

Se realiza en Medellín la Asamblea

General de la OEA.

Comienzan los programas De la

calle, Área Silvestre y Altavoz.

En diciembre se realiza la

transmisión en directo del concierto

gratuito de Juanes en la avenida

Regional.

2008

Se estrenan los programas: Cazapi-

churrías, Capicúa, Medellín, la más

educada y Tiempo extra.

2006

Transmisión especial de la

celebración de los 330 años de

Medellín, el concierto de Juanes y

los 50 años de EPM.

2005

Conmeración de los 50 años del

Estadio Atanasio Girardot y 10 años

del Inder.

Telemedellín estrena los programas:

Con otros ojos y Arte y parte.

2003

Transmisión en directo de la inau-

guración del Metrocable de Santo

Domingo.

Inician los programas Ciudad al

derecho, Me suena y Titaramácara.

2004

Comienzan a emitirse los progra-

mas: Medellín no contado, zoom In

y Desde las terminales.

Se celebran los 50 años del teatro

Pablo Tobón Uribe, con transmisión

en directo.

20022001

Telemedellín inaugura Canal Parque,

su sede alterna de puertas abiertas.

Transmite en directo el concierto

de Calle 13 en la celebración de los

catorce años del canal.

Telemedellín llega al millón de

televidentes en la primera ola del

Estudio General de Medios, EGM.

Inicia el Sistema Informativo Clima

24/7.

2011

Premios Simón Bolívar y CIPA por el

documental Valiente Valentina.

Estreno de los programas: Mañanas

con vos, Los Maestros y Taxi.

Se presenta el nuevo diseño del

portal móvil con más contenidos e

interacción con los usuarios.

2012

Transmisión de los ix Juegos

Suramericanos Medellín 2010.

Se registra el mayor rating en la

historia del canal con el programa

The Suso’s Show: 17.35 puntos.

Telemedellín realiza la primera

producción en Colombia de fútbol

con tecnología HD.

Premio CPB Mejor Camarógrafo

por el documental Sainn Wayúu,

Corazón Wayúu.

2010

Se realiza en Medellín la Asamblea

del BID.

Telemedellín adquiere una unidad

móvil con tecnología HD.

Sale al aire The Suso’s Show.

Se lanza la plataforma tecnológica

Telemedellín 2.0.

Premio CPB por De Machuca se

olvidaron hasta para pedir perdón.

Premio CIPA por el programa Vos

Contás.

2009

Nuevo eslogan: El Canal de la

Cultura Ciudadana.

Telemedellín cambia de sede. Se

traslada a la Alcaldía.

Estreno del programa Medellín

Noctámbulo.

Estos son algunos de los hechos de nuestro canaly la ciudad en estos quince años

Page 28: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS50 51

El frenético ritmo de vida en Estados Unidos, la in-

creíble dinámica de una tribu nómada en pleno

siglo xxi, la majestuosidad de la sabana africana y la di-

versidad cultural que se percibe al recorrer las calles de

la capital inglesa, bien pueden ser imágenes reservadas

a canales con altos presupuestos de producción, como

Discovery o National Geographic. Sin embargo, en 2010,

tres equipos de realización de Telemedellín viajaron hasta

allí persiguiendo historias de protagonistas que tienen en

común un acento de eses intensas y un pasaporte que

indica a Medellín como su lugar de nacimiento.

El resultado: once documentales grabados en tres

continentes y dirigidos por Federico Uribe, quien via-

jo a África; Fabián Berrío, a Estados Unidos, y ómar

Mauricio Velásquez, a Inglaterra. Estas producciones

fueron posibles gracias al programa Medellín City del

Departamento Administrativo de Planeación Munici-

pal de la Alcaldía, que busca promover el aprendizaje

del inglés como segunda lengua. Por eso, en cada do-

cumental se aprecia cómo gracias al manejo de ese

idioma, los protagonistas pudieron cumplir las metas

que se han impuesto en el extranjero.

El éxito de la serie permitió que en 2011 Adrián

Franco y Federico Uribe viajaran para contar cuatro

historias de medellinenses en Dubai, la capital de Emi-

ratos Árabes Unidos.

HISTORIAS INSPIRADORASEntre los personajes que es posible conocer mediante

los documentales, está Mego, un publicista que llegó

a Londres persiguiendo el sueño de realizarse como

Quince documentales sobre medellinenses quese aventuraron a vivir en el exterior, sirvieron

como excusa para ilustrar la importancia de hablar inglés y promover su aprendizaje en la ciudad.

I’m From Medellín City

músico y productor, meta que alcanzó luego de trabajar

algún tiempo como chef.

En África, el misionero Jairo Gómez se comunica en

inglés y en diferentes lenguas africanas con las perso-

nas más pobres de Nairobi y con los miembros de la

tribu Simburu, para brindarles ayuda, alegría y toda su

capacidad de servicio.

En Boston, Estados Unidos, Ricardo cumplió su

sueño de especializarse en ingeniería de sonido en el

Instituto Tecnológico de Massachusetts, una de las uni-

versidades más prestigiosas del mundo.

Un grupo de bailarines del Ballet Nacional El Firule-

te, vive hace varios años en Dubai. Allí trabajan en es-

pectáculos de hoteles y enseñan a bailar salsa o tango

a los turistas.

MEDELLÍN, LA CIUDAD DE

COSTUMBRES ANCESTRALES

ENCERRADA ENTRE LAS GRANDES

MONTAÑAS, COMPRENDIó QUE

PARA SER COMPETITIVA EN EL

CONTExTO GLOBAL, ERA NECESARIO

MIRAR MÁS ALLÁ Y PROMOVER EL

INGLÉS COMO SEGUNDA LENGUA.

Page 29: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS 53gErEnTEs52

B E R TA L U C Í A G U T I É R R E z , G E R E N T E D E T E L E M E D E L L Í N

1 D E E N E R O D E 2 0 0 4 · 1 5 D E E N E R O D E 2 0 0 8

Los programas se convirtieron en espacios educativos, para formar ciudadanía, para garantizar el derecho a la información y a la participación.

Logramos un

nuevo aireFINANCIACIóN DE PROGRAMASLlegué al canal cuando empezaba a recuperarse después de que es-

tuvo a punto de desaparecer. Logramos recursos de las transferen-

cias directas del Municipio y además vinculamos a las secretarías y

demás dependencias de la Alcaldía en la programación y por tanto

en la financiación de los programas.

RENOVACIóN TOTALDonde más énfasis pusimos fue en el concepto de que Telemedellín

no debería ser un canal institucional sino un canal público. Con

todo el equipo directivo del canal diseñamos una nueva programa-

ción en la que los programas de la Alcaldía dejaron de ser una vitrina

para darle lustre al funcionario de turno. Al mismo tiempo, recupe-

ramos gran parte del sello que había caracterizado a Telemedellín

en sus inicios que lo resumíamos en más calle y menos estudio;

más programas en directo, para estimular la interacción con los

televidentes; más crónicas y documentales que contaran historias

cotidianas y vibrantes.

Y no nos podíamos quedar solo con el concepto; por tanto, en 2005

empezamos el proceso de renovación tecnológica del canal, ya que

la mayoría de los equipos estaban obsoletos o a punto de serlo.

Hoy sueño con un canal que se mantenga fiel a que su papel como

televisión pública no es ser oficial ni institucional.

Luego de comprender la importancia de conectar a Medellín con el mundo, el canal ha realizado varias grabaciones en el exterior. Realizó una historia con unos estudiantes de Medellín que participaron en una feria de la ciencia internacional, en Estados Unidos, acompañó en Irlanda y en Japón al equipo nacional de Ultimate -que tiene su base en talento local-.También se realizaron varias historias, como la del gru-po de religiosos paisas que trabaja con los damnifica-dos del terremoto de Haití en la recuperación del tejido social, y la del destacado papel que cumple la Policía colombiana por su experiencia en trabajo comunitario. Para cerrar el año, Telemedellín celebra la Navidad con los antioqueños que viven en: Buenos Aires (Argenti-na), San José (Costa Rica), San Cristóbal (Venezuela), Boston y Nueva York (Estados Unidos).

Más internacional

TAN LEJOS, TAN CERCAPero más allá de mostrar la importancia del inglés, para Teleme-

dellín contar este tipo de historias propias, en contextos lejanos,

permite tener otras miradas de lo local.

“Estas historias dejan ver que afuera no todo es como lo pintan,

aquí también se tienen grandes cosas que a veces no apreciamos”,

afirma Fabian Berrío, realizador que contó cuatro historias de me-

dellinenses en Estados Unidos, haciendo un paralelo con personas

que realizaban su mismo trabajo en Medellín.

Al viajar a Dubai, “descubrí la importancia de que un canal local

pueda aventurarse a un país distante, de alguna manera esto fue

comprender que hay un punto de conexión entre Telemedellín y lo

local, pero también entre el canal y el mundo, y los paisas que viven

en él”, resalta Adrián Franco.

Para Federico Uribe, además de la satisfacción personal de poder

conocer otros países y culturas, estos viajes significaron la posi-

bilidad de mostrar a los medellinenses que no somos menos que

el resto del mundo, que incluso, hay gente igual

a nosotros, de Medellín, haciendo cosas buenas y

ayudando a otras personas, que son reconocidos

por su entrega, su carisma y su profesionalismo y

no por el estigma de violencia”.

Para ver los documentales: escanea el código QR o

ingresa a http://vimeo.com/channels/140131

Page 30: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS54 55TEsTimonio

“TELEMEDELLÍN NO ES UN CANAL SINO

UN ESPACIO DE CIUDAD, UNA PLAzA

PÚBLICA TAL VEz MÁS NUTRIDA, Y MÁS

NUTRIENTE, QUE PLAzA MAYOR Y QUE

LOS PARQUES BOLÍVAR Y BERRÍO…”.

P O R L U I S A L I R I O C A L L E

“Este no es un canal de televisión. Y si no

es un canal de televisión, yo necesito

que ustedes me digan qué es, qué somos”, dijo Mauricio

Mosquera, entonces el gerente.

Todos nos miramos, como bobos.

“Mis amores, me traen la respuesta en la tarde”, agregó,

se rió a carcajadas y salió. Nadie dijo nada; todos sali-

mos de la Gerencia como si nos hubieran echado una

carga al hombro.

Pensé que nos estaba tomando el pelo, pero luego

supe que era en serio; en serio era todo lo que decía a

las carcajadas Mauricio, llamado Chocorramo a cuenta

del color de su piel, como la torta de tienda con tal

designación.

Tuve la certeza de que el hombre no nos contaba

cosas que decidía sino que contaba con nosotros para

decidir cosas; no éramos solo trabajadores de una em-

presa sino parte del pensamiento de la empresa. Ello

me hacía sentir, desde luego, con mayor compromiso y

la pregunta que hizo, cuya respuesta no olvidaría pedir

más tarde, me envolvía. Suponía que los otros seis o

siete, entre realizadores, reporteros y responsables de

departamento, estaban en la misma, llamémosla reta-

dora, zozobra de encontrar una respuesta acertada.

¿Si no es un canal de televisión, Telemedellín qué es?

¡Carajo, parecía de veras una tomadura de pelo!

Una hora más tarde conversaba durante el almuerzo

con Fabián Berrío sobre el sentido del trabajo en Tele-

medellín, sin telenovelas, sin series policíacas, sin rea-

lity shows pero con televisión de la realidad. No un ca-

mino por recorrer veíamos, sino un camino por hacer, ya

empezado, sí, pero con todo por explorar. “Es la ventaja

de ser joven”, decíamos, y joven no por corta edad ni por

en Telemedellín?”Este reconocido periodista antioqueño recuerda cómo llegó

a la conclusión de que Telemedellín más que un medio es un parche local, y por eso mismo, un punto universal.

“Oiga, ¿usté trabajacortedad en su condición de joven; tampoco, aunque sí, por la can-

tidad de jóvenes que constituyen casi el 80 por ciento del personal

del canal. Joven en el sentido de que todo está por experimentar sin

miedo a perder por equivocarse.

Me di cuenta de que trabajo en una televisión en la que equi-

vocarse puede ser tomado más como oportunidad que como error,

sin que signifique, por supuesto, que aquí el trabajo consiste en

cometer errores. Mas ello no me redime, porque siendo el más viejo,

soy sin embargo el que más equivocaciones comete.

Durante la sobremesa estábamos detenidos en el ejercicio de

reunir pequeñas frases, casi palabras: “canal público”, “canal joven”,

“canal local”. Fabián no había estado en la reunión con Chocorramo

y yo me estaba aprovechando de él para armar una respuesta para

llevarle al jefe por la tarde.

“Telemedellín es como el parche”, me había dicho hacía tiempos

un parcero en el barrio donde acabábamos de terminar la transmi-

sión de Camino al barrio.

“¡Luis, eso no se lo han dicho nunca a ningún canal de televi-

sión!”, exclamó Fabián.

“Ni a ninguna emisora, ni a ningún periódico”, repliqué.

Dijo que eso era posible porque Telemedellín es televisión pú-

blica: no depende de la gran publicidad comercial y por eso puede

darse el lujo (pocas veces el deber es un lujo) de hacer programas

en los parches del barrio sin tener que mostrar bala, sangre, sexo y

chismes para que le crean que es televisión. “Y es posible”, repliqué,

“porque Telemedellín es local: todo lo que es local acerca mucho

más porque en ello, lo local, es menos posible mentir, y porque, en

cualquier parte del mundo, lo local es el punto universal”.

“¿Sabés?, no hace mucho el gerente dijo que Telemedellín no

tiene estudio porque el estudio de este canal es Medellín”, recordó

Fabián con la certeza de quien teniendo una revelación espera a que

el otro la adivine. Respondí que algo de eso había oído, y que, claro,

Telemedellín no es un canal sino un espacio de ciudad, una plaza

pública tal vez más nutrida, y más nutriente, que Plaza Mayor y que

los parques Bolívar y Berrío, “Telemedellín es el parche mayor de la

ciudad”, expliqué.

Me miró como al que acaba de resolver un acertijo.

“Hombre Fabián, más que para trabajar, hacer

parte de Telemedellín es nuestra manera de ser

ciudadanos”, le dije.

Luis Alirio dirigió las noticias y programas especiales del canal. Ahora realiza crónicas y pregunta en La entrevista

de la calle. Hace poco le dio por usar sombreros.

Un canal que trasciende la idea de televisión y se asume como una casa de puertas abiertas. Un lugar para el encuentro de los medellinenses.

Page 31: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS56 57DEBATE

P O R P A S C U A L G A V I R I A

Cada día el eco de los indignados de turno refuerza la

desconfianza contra los poderes que alguien lla-

mó “el establecimiento”.

El Estado en todas sus manifestaciones y los grandes medios de

comunicación en todas sus frecuencias, están entre los principales

blancos de repudio. Solo los bancos les disputan el lugar principal

para los agravios y las rabias de todos los días. En medio de lo que

parece una encrucijada imposible, donde el Estado carga con el re-

celo que generan los políticos y la tiranía del rating impone reglas y

rutas ya marcadas, los canales públicos de televisión tienen opor-

tunidades singulares.

No se trata de peleas ideológicas por la primacía de la burocracia

y sus clanes sobre los privados y sus mañas. Es la simple posibilidad

de presentar desde las oficinas públicas una versión más opaca y

más honda, sin los brillos obligados de la publicidad, más reposada

y más atenta, menos susceptible frente al balance comercial y más

cercana a los afanes cotidianos de la mayoría.

Las tiendas, las familias con maquinaria en la plancha, las empre-

sas de subsistencia, los artistas y los artesanos de barrio, acostum-

bran guardar el recorte de prensa que alguna vez dio cuenta de cómo

empezaron y cómo siguen. Es una muestra del valor que puede tomar

el simple papel periódico. Casi nunca se trata de un alarde. Es solo la

alegría de verse enaltecido por la mirada del otro, por la posibilidad

de contar una historia y unas destrezas propias más allá del círculo

de vecinos y amigos. Esa es una de las tareas de los canales públicos:

contar las historias que a simple vista no parecen excepcionales, bus-

car detrás de lo que se nos ha hecho corriente a fuerza de costumbre.

La gente frente a la televisión siempre se detendrá al ver las imágenes

de una casa que se parece a la suya, de un hombre que habla del

trabajo de sus tíos, de un barrio que le trae recuerdos de infancia.

Esa geografía menor, esa crónica de oficios detrás de los tornos y las

freidoras es el tesoro que los canales públicos han comenzado a des-

cubrir. No en vano la mirada sin pretensiones de cronistas como Ro-

abiertabert Arlt en Argentina o como Luis Tejada en Colombia,

marcó por años el temperamento social de sus ciudades

persiguiendo mecánicos, emboladores o cocineras.

La propaganda política será siempre el gran peligro

de los canales oficiales. Cuando los candidatos elegi-

dos ceden a la tentación de apuntar las cámaras hacia

su ego y sus intereses el canal deja de ser público. Na-

die más allá de la clientela se asomará a los actos de

campaña en la televisión. Claro que se podrán reseñar

programas y ejecutorias para reforzar la confianza so-

bre lo público. Pero esa debe ser siempre una función

subsidiaria. Lo primordial será mirar la ciudad sin la

lógica estricta del funcionario y el escudero político.

Nadie espera en su programación el gran periodismo

investigativo ni los encantos del melodrama ni el juego

soso de los realities. Cuando los canales privados jue-

gan sus estrategias en el espejo permanente del rating,

los canales públicos son los encargados de arriesgar.

El debate informado y lejano al sectarismo, los reco-

rridos a pie, la historia —que todo el mundo intuye y

desconoce—, la vida universitaria, las respuestas a la

curiosidad popular deben marcar las pautas sobre lo

que se busca y lo que se muestra.

Con los años, Telemedellín ha logrado “construir” una

imagen de la ciudad según preocupaciones y miradas pro-

pias. Una televisión menos protocolaria y envarada, donde

las cámaras han dejado de ser un acontecimiento miste-

rioso y se han convertido en un reflector público para que

la gente revolotee a su alrededor, con menos libreto y más

naturalidad. El reto es que la gente se haya acostumbrado

tanto a sus maneras abiertas y francas que sea capaz de

exigir, como derecho ciudadano, una televisión pública que

mire más a la ciudad que al palacio municipal.

Libre del ego de los mandatarios

de turno y del poder del rating, la

televisión pública permite a los

ciudadanos verse y reconocerse en lo

cotidiano, compartir sueños y construir

democracia.

Televisión

Page 32: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS58 59crónicA

P O R J U A N M O S Q U E R A

Caminar Medellín también es recorrer el borde de una herida.

Caminar Medellín también es acariciar una cicatriz. La ciudad no es

una isla y hace parte de este continente que hoy llamaré país. Los

problemas de Colombia, todos, están aquí. Pero también la semilla

para solucionarlos, estoy convencido. Y lo digo porque lo he visto

incluso cuando la cámara se apaga y sigue la conversación en casa

de alguien que te trata ya como parte de la familia.

Como cualquiera he sentido miedo. También he sentido confian-

za, como cualquiera.

¿Cuántas ciudades hay adentro de una

misma ciudad? Medellín es una

palabra distinta según la voz que la pronuncia. Un sitio del que

te sientes orgulloso y también del que te puedes avergonzar. Un

lugar que amas con todo el odio del que sos capaz y un lugar que

odias con todo el amor que puedes dar. Una misma calle es tantas

calles a la vez: distinta para el tendero que ve la vida pasar frente

al mostrador, distinta para el niño que cada día la cruza camino

a estudiar, distinta para el que en la esquina dio su primer beso,

distinta para el que ayer se tuvo que mudar, distinta para el que ha

pasado toda su vida en la misma casa, distinta para el que nunca

ha ido y le contaron historias sobre cómo es la vida por allá.

Esta ciudad ha sido mi hogar y caminar sus calles, de alguna

manera, es lo que otros llamarían ir a la oficina. Es aquí donde

aprendí a ser y contar.

Recuerdo que hace años salir a grabar era también salir a ven-

cer prejuicios: una cámara no es un detector de crímenes aunque

el periodista, tantas veces, sea un detective. Los niños nos veían

llegar a su barrio y pensaban que algo malo había pasado porque

la última vez que habían visto micrófonos cerca era porque el

noticiero venía de la mano de la Policía. Ese fue el asunto que

debíamos cambiar: demostrar que estábamos allí para escuchar

la voz de la vida y no solo las noticias de la muerte.

Una clase de geografía distinta a la que nos dictan las trage-

dias también se puede contar en televisión. Es necesario.

He conocido gente que con sus manos hizo un barrio. He

conocido madres que cuidan como suyos los hijos de otros. He

conocido maestros que enseñan más con el abrazo y el consejo

que con su rastro en el tablero. He conocido también al que

tiene todos los motivos para no levantarse de su cama y sale a

la vida y sonríe. He conocido campeones mundiales de deportes

que nadie nombra con el orgullo intacto. He conocido asombro-

sos bailarines a los que nadie les quita lo bailado. He conocido

literatos que jamás han publicado una página y escritores que

nos ponen un espejo frente a nosotros con sus libros. He cono-

cido héroes armados de canciones empuñando un micrófono.

gica y el reloj de las oficinas. Otro mapa tiene el que vive en un barrio

que sin planeación de por medio y sin reloj ha visto levantar un barrio

para decir dos días después “esto eran mangas”. Comprendí, cámara

en mano, que vivimos adentro de un ser vivo y cada uno de nosotros

es una célula de esta Medellín que respira como respiramos vos y yo.

Aquí siempre será posible el asombro: una biblioteca comuni-

taria adentro de la casa de un hombre que no puede salir por una

discapacidad pero que sale al mundo con cada libro que comparte,

el restaurante comunitario de una mujer que no tiene nada en su

nevera y decide alimentar a los niños de los demás, la creatividad de

las chicas que diseñan cuadernos para zurdos, una cárcel que en un

momento se la juega entera por la noviolencia y lo logran por largo

tiempo, el arriendo de lavadoras a domicilio llevadas en moto, una

urbanización con moneda propia, un barrio que después de exis-

tir veinte años se bautiza en votaciones hechas por televisión… es

usual escuchar a los académicos decir que esta ciudad es un labo-

ratorio, cabe la pregunta: ¿hemos sabido contar el experimento?

Medellín no es el cielo pero aquí he conocido a un coro de ánge-

les, de gente valiente, que nunca ha perdido la voz. Que pronuncia

sus sueños en voz alta. Y con su trabajo lo hace realidad. Para eso

me ha servido una cámara: para ser su testigo. Porque delante de

ella dicen: Yo existo.

También pierdo mis letras para escribir un silencio por los que

no están. Por las madres sin hijos. Por los hijos sin padres. Por los

hermanos sin hermanos. Porque ese silencio se tiene que escuchar

hasta aturdirnos y no olvidarlos. Una cámara en Medellín sirve y es

necesaria también para que la ausencia pueda hablar.

Antes de ser periodista siempre seré ciudadano, urbanícola que

aquí aprendió a caminar, las historias que aquí he

vivido están en mi manera de hablar. Mi acento

está pleno de rostros. Cierro los ojos para verlos

una vez más. Tantas cosas suceden a un corazón

de distancia…

A un corazón de distanciaHe conocido gente que con sus manos hizo un barrio, madres que cuidan como suyos los hijos de otros, héroes armados de

canciones empuñando un micrófono.

LAS CÁMARAS ME LLEVARON A MÍ Y A LOS

TELEVIDENTES A LUGARES QUE JAMÁS

HUBIÉRAMOS CONOCIDO SI NO HUBIÉRAMOS

ESTADO JUNTOS. Y PUEDO DECIR QUE ESOS

LUGARES DE MÍ NO SE HAN IDO.

Andar esta ciudad también es una aventura parecida a recorrer

el lado oscuro de la luna. Incluso el paisaje es el mismo y el frío

también. Es posible sentir que todo está por construirse en ciertas

esquinas de este valle: lugares altos que tienen al frente una pano-

rámica preciosa sucesión de edificios distantes como promesa de lo

que nunca van a alcanzar. Las manos de ellos construyen muchos

de esos sitios a los que nunca regresan. Estás aquí, cuentas una

crónica, y sabes que este lugar está lleno de causas perdidas por

ganar: la primera es contra la inequidad. Así aprendí que la cámara

debe estar a la altura de los ojos, ser la mirada del otro, para contar

su historia con dignidad.

Las cámaras me llevaron a mí y a los televidentes a lugares que

jamás hubiéramos conocido si no hubiéramos estado juntos. Y pue-

do decir que esos lugares de mí no se han ido. Ese efecto tiene esta

ciudad. Las puertas se fueron abriendo, igual las ventanas de casas

modestas y salas privilegiadas, hasta las cocinas han sido lugar de

visita. Igual en pisos altos, estratos altos o barrios altos que en

callejones bajos, estratos bajos y las necesidades básicas serán las

mismas: necesitamos motivos para la alegría. Tiene razón aquel que

dijo que la sonrisa es nuestro idioma universal.

En Planeación Municipal tienen un mapa con un número de ba-

rrios. Y tienen razón sus datos como la tienen las oficinas según la ló-

Page 33: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS60 61DEBATE

Poder ser un canal local pú-

blico para cumplir una

tarea de identidad cultural urbana, es el

propósito con que ha persistido Teleme-

dellín durante sus quince años al aire. No

obstante ha tenido que capotear embates

económicos y también otro asunto más

complejo, el de suscribirse a gobiernos loca-

les con distintas concepciones que imponen

sobre el canal su propia noción del uso de la

audiencia que suponen cautiva.

Y es allí donde se abre la fisura entre el

deber ser para el que fue concebido el canal,

de mostrar una identidad cultural ciudadana

de Medellín y ser útil también como conduc-

to público para propiciar el diálogo entre las

distintas maneras de vivir que se agrupan en

este territorio del Valle del Aburrá, en con-

traste con lo que ha sido Telemedellín duran-

te sus quince años y lo que llega a ser en

este momento, de cara al porvenir. Un canal

que cabalga sobre la promesa de Aquí te ves,

como una función de mostrar a cada ciuda-

dano, así sea un minuto dentro de su pro-

gramación, para justificar su existencia. Y la

pregunta es si un público que está saturado

de opciones televisivas y digitales donde el

énfasis comercial y/o narcisista-individualis-

ta es común denominador, está esperando

de un canal alternativo que funcione como

un espejo, como una cámara que muestre

personas, vox populi, como si fuera un video

familiar. O si resulta escasa esta promesa.

Primeroel público

nios, entrega un valioso patrimonio: la cre-

dibilidad. Invisible pero definitivo lente que

determina el interés y la confianza; a quién

se le cree y por qué o a quién se le descarta.

Mucho más en épocas en las que a través

de redes inmediatas se tiene información de

primera mano y de personas conocidas so-

bre lo que ocurre, con lo que el poder de ve-

rificación es ahora mucho mayor que antes,

en manos de cualquier ciudadano.

El espacio que queda para un canal públi-

co local cultural como Telemedellín es poten-

cialmente enorme porque los conglomerados

de entretenimiento a los que están hipote-

cados los canales privados los hacen menos

versátiles para dar cuenta de una sociedad

cambiante y diversa. Canales comerciales

tendrán que obedecer cada vez más intere-

ses de empresas que representan, y sus con-

tenidos aparecen petrificados o “vendidos”.

Esta es la gran oportunidad para los medios

alternativos, tomar el espacio que han dejado

expósito los medios comerciales.

Como dice el analista Maxwell McCom-

bs, “la imposición de una agenda es la úl-

tima consideración ética del periodismo. El

recurso más grande es la atención del públi-

co. La agenda de temas presentada por un

medio —que debe depender exclusivamente

de la reflexión y la decisión del periodista—

puede comprometer a los ciudadanos a la

acción o solo producir su curiosidad”. Por

esto la escogencia temática y de enfoque

es el activo más valioso en un medio, el que

marca su diferencia y el que hace al público

buscar y reconocer un estilo de comunica-

ción determinado.

Por otra parte, la frase de Umberto Eco,

“ver sentidos donde otros solo ven hechos”,

para hacer un ejercicio de revisión necesario

a la hora de madurar una propuesta televisiva

como esta de Medellín que quiere ser fresca

y útil. Este análisis puede desentrañar al ca-

nal local a la luz de si es real que produzca

gobernabilidad el someter la programación a

una visión oficial de las cosas y ajustar a ella

la producción de contenidos en Telemedellín.

Los canales regionales y locales han cre-

cido en Colombia desde hace 30 años para

servir de contrapunto a la televisión comer-

cial e izan esta bandera, pero su misión se

enturbia con quienes toman sus espectros

para alcanzar beneficios temporales, con

intereses institucionales o políticos de tur-

no, sin consideración al mandato que han

recibido estos canales desde su creación.

Y se contestará que es imposible no sacar

partido a un canal público y a una audien-

cia, pero hay que recordar siempre que el

origen de la financiación de estos medios

de comunicación alternativos que buscan

ser independientes de la corriente general,

son los impuestos que pagamos los ciuda-

danos, por lo cual su auditoría en cuanto a

la función que cumplen, debería estar por

completo en nuestras manos.

Es bueno resaltar que canales públicos

locales son la BBC en la Gran Bretaña, la

CBC en Canadá, la Televisión Española, por

citar ejemplos, de cuya calidad hemos sido

testigos a través del implacable satélite:

ese recurso global nos pone en capacidad

de compararnos, y nos muestra también el

deplorable uso peruano de la televisión mi-

serabilista; o del bochornosamente gobier-

nista en Venezuela o en Argentina; o por

contraste, los canales financiados a través

de fundaciones internacionales o privadas

que con sus impuestos contribuyen a pro-

ducir una televisión de escala humana, de

Preguntarse además si la mejor manera

de consolidar un público visible es acudir

llanamente a un festival de música con un

arrastre de audiencia cautiva. Y por último,

y a manera de símbolo, poner un momento

en duda si la gran adquisición de recono-

cimiento está sustentado en un personaje

que desdobla las palabras con una letra de

más y encarna un desguarnecido miembro

del pueblo (recordar personajes mexicanos

que ya hicieron este populismo), sea la ma-

nera de dar cuenta de la cultura popular. O

si caricaturizar el eterno vividor paisa no es

más que el desfogue de una tensión interna

a la que le falta añadir dramaturgia, expre-

sión, trabajo con el lenguaje, que son los

ingredientes de una cultura urbana necesi-

tada de ser vista y oída.

Decir con convicción en próximos años,

Aquí te ves, como una parábola de la ciu-

dad toda y de su imaginario que ha logrado

abrirse y reconocerse con independencia.

órbita mundial. Televisión impecable que, si

además logra un potente contenido local,

se convierte en contenido de interés para

esta era que con razón se ha llamado glocal,

porque suma al contenido global, el cerca-

no. Y puede ser adquirida en el mundo por

otros países.

Y de regreso a Telemedellín, que inscribe

su filosofía dentro de la urgente tarea cul-

tural de promover la identidad de la ciudad,

ser el archivo natural que guarda la memoria

visual de los acontecimientos que aquí ocu-

rren y dar voz a las distintas concepciones

que promueven la democracia participativa

en la que creemos estar enmarcados. Este es

el punto de partida. Su propósito original es

ser canal alternativo e independiente, tanto

en lo económico como en lo político, para

poder cumplir su misión. Pero aquí se en-

cuentra con la contradicción de reconocerse

como canal público que tiene un dueño al

que tiene que ajustarse y que no le permite

optar por su mejor postor, su público, al que

se debe por completo como existencia y re-

presentación, porque es su sintonía, la que

justifica la inversión pública que se hace de

los impuestos privados.

Vale recalcar que es en el punto de la

financiación donde está la otra clave de la

atadura que entorpece en Telemedellín el

cumplir su tarea de canal alternativo: haber

dejado que sea el patrocinio de los entes

gubernamentales de la localidad y entregar

Cuando los medios funcionan gracias a los dineros públicos, la responsabilidad de auditarlos recae sobre los ciudadanos.

DECIR CON CONVICCIóN

EN PRóxIMOS AÑOS,

AQUÍ TE VES, COMO UNA

PARÁBOLA DE LA CIUDAD

TODA Y DE SU IMAGINARIO

QUE HA LOGRADO

ABRIRSE Y RECONOCERSE

CON INDEPENDENCIA.

a cada uno programas, con esto se sujeta

temáticamente a un rango de ciudad oficial

que deja por fuera el enorme contenido de

interés científico, social y cultural, produci-

do por un territorio urbano reverberante de

vida. Medellín es cantera de personajes y

tendencias que tendrían que estar reflejadas

en su canal local alternativo y para hacerlo

requeriría independencia en su concepción

y ejecución. De realizadores con capacidad

de reflexión y ejecución, libres de presiones.

Y en el caso del huevo o la gallina, qué

es primero, en los casos de medios alterna-

tivos —y de todos los medios— primero es

la audiencia y luego llega la sostenibilidad.

Pero cuando se ata el medio a los patroci-

Como canal público, Telemedellín debe ser un medio alternativo, presentar las dinámicas de la ciudad y al

mismo tiempo, guardarlas en la memoria.

P O R A N A M A R Í A C A N O

Por otra parte, y no menos significativa,

analizar el lenguaje del canal: si hablar de vos

(la famosa tercera persona usada en el len-

guaje oral coloquial) establece por sí mismo

y mágicamente una cercanía con el público.

O si puede lucir como manierismo a la hora

de unificar todos los enunciados del canal.

Page 34: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS 63gErEnTEs

R ó G E R V É L E z , G E R E N T E D E T E L E M E D E L L Í N

S E P T I E M B R E D E 2 0 0 1 · D I C I E M B R E D E 2 0 0 3

Cámara en mano, Telemedellín ha recorrido toda la ciudad para darle voz y rostro a sus historias.

POSICIONAR EL CANALMe propuse sacarlo de la crisis con la ayuda de todo el equipo ad-

ministrativo y de producción. Hubo gran esfuerzo de parte de todos,

especialmente del equipo misional. Finalmente, el Canal empezó a

salir del fondo: empezó a costar menos, a obtener más ingresos, a

verse más y a ganar más credibilidad.

El siguiente logro fue posicionarlo, empezar a meterlo en la mente

de la gente. “Telemedellín, el canal de la cultura ciudadana” se con-

virtió en top of mind de los usuarios de la televisión regional y local.

EL TELEMEDELLÍN QUE SUEÑAUna mezcla perfecta de canal con programación cultural y educati-

va, sin que soslaye los géneros informativos y de opinión, a sabien-

das de que ayudar a entender los acontecimientos de actualidad, es

un derecho que a veces le negamos al televidente, para que aprenda

a tomar decisiones acertadas sobre su vida cotidiana.

Sueño con la independencia. Que sea un canal tan serio, responsa-

ble y decente, que no oculte o sobredimensione las acciones admi-

nistrativas. Que sea consecuente con la verdad y el bien colectivo,

porque solo así le prestará un mejor servicio a la sociedad y a la

misma administración municipal.

Un canal competitivo con la oferta nacional e internacional. Para

eso tiene que ser verdaderamente local, tomándole el pulso a la

Ciudad Metropolitana en absolutamente todas las áreas, para que

se convierta en el espejo de la comunidad y en el medio de satis-

facciones y soluciones.

Telemedellín se volvió popular

Page 35: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS64 65crónicA

Danilo y Pocho, de quien solo supe su nombre real —Jesús— en

la entrevista para hacer este relato sobre su vueltón por

el otro lado del charco, tuvieron la oportunidad de ir a Italia en el año 2000, en

compañía del entonces gerente del canal, Carlos Mario Giraldo, y el realizador

Pedro Adrián zuluaga, para realizar un documental sobre Roma y otro sobre

Fernando Botero, el pintor vivo más importante del mundo.

Botero había donado una notable cantidad de sus obras y parte de su colección

privada al Museo de Antioquia. Para lograr que más personas conocieran sobre

su arte y comprendieran la dimensión de semejante regalo a la ciudad, se pla-

neó la realización de un documental que mostrara a los habitantes de Medellín

y del mundo cómo plasma el maestro las figuras regordetas en el lienzo y cómo

da forma a seres humanos y objetos con curvas pronunciadas y, al mismo tiem-

po, presentar algo más de ese personaje de cara seria pero con corazón, talento

y obras enormes.

Con esta gran tarea, llegaron a Pietra Santa. Nuestros enviados especiales

no olvidan la vez que lo vieron llegar a la primera cita para la grabación. A lo

lejos, zigzageaba por las calles adoquinadas sobre una moto de bajo cilindraje y

se detuvo frente a ellos y a la puerta de su taller. “Fue impresionante ver a un

personaje tan importante como él, en esa moto tan pequeña”, recuerda Pocho.

“Es que en Colombia uno lo ve siempre rodeado de cincuenta, cien personas. Y

allá él puede entrar a un café sin causar alboroto”. Y puede recibir de los tran-

seúntes saludos como “buenos días, maestro”, sin que esto los lleve —inevita-

blemente— a pedirle un autógrafo.

En las grandes bodegas que conforman su taller, grabaron los moldes en que se

hicieron las obras que adornan hoy la Plazoleta de las Esculturas, justo al lado del

Museo de Antioquia. Solo podían capturar las imágenes que el maestro les indi-

caba. Pocho y Danilo cumplieron la voluntad del maestro, pero sus acompañantes

no. Movieron algunas piezas de menor tamaño para ubicarlas en un lugar con un

fondo más digno de una obra de arte y por eso, se ganaron un regaño del artista.

Esa misma noche, el pintor y escultor les tenía preparada una cena de bien-

venida, a la que también asistieron otros periodistas colombianos y la histo-

riadora Diana Uribe. “Cuando llegamos, se levantó de la mesa y nos indicó

que nos sentáramos a su lado”, recuerda Danilo. Así fueron recompensados por

su buen comportamiento el camarógrafo y el luminotécnico, quienes mientras

el parce

P O R M A R C E L A M O N G E

El pintor recibió en Pietra Santa a Telemedellín.

A manteles, el maestro prefirió la conversación despreocupada

del camarógrafo y el luminotécnico del canal en lugar

de las preguntas de los periodistas.

Momentos inolvidables al lado

de un grande.

Botero,

se ubicaban en las sillas correspondientes, sufrían por

dentro anhelando no meter las patas si el maestro les

conversaba y pensando en cómo salir airosos del juego

de cubiertos y buenas maneras en la mesa. ¿Y qué hicie-

ron? “¡Pues fácil!”, cuenta Pocho. “Cuando llegó el me-

sero con la carta le dije: maestro yo como lo que usted

coma”. Entre las seis entradas que disfrutaron y el plato

fuerte, comieron por primera vez y sin dificultad, pez

espada y búfalo. Y todo con vino de cosechas especiales

que le daban a probar al maestro, algo nuevo para Pocho

que por primera vez cenaba con la bebida de Baco y que

para Danilo significó probar una bebida de calidad muy

superior al único vino que había tomado: Tres Patadas.

Botero quería estar con ellos y no con los periodistas,

porque le interesaba lo que podían contarle de primera

mano, sobre esa ciudad en la que nació y que tanto le

duele cuando aparece en los titulares de periódicos a

causa de la violencia y la miseria.

“Nos dijo que no creía todo lo que los medios decían

y nos pidió que le contáramos de qué barrio éramos,

cómo eran las cosas allá y qué pensábamos de todo

eso”. En ese momento, Danilo vivía en el barrio Caicedo,

que para sorpresa de él, el maestro conocía desde cuan-

do habitó una casa en la calle Mon y Velarde. “Quería

saber de los bares de La Toma, como El Bambú, que él

visitaba hace muchos años. También le conté que aun-

que había problemas con combos y violencia, la gente

no perdía la alegría”.

En cambio, al barrio de Pocho —Popular—, no lo

conocía. Así que para orientarlo, le indicó que “queda

subiendo por Lovaina, un sector que usted sí conoce”.

Botero se rió con picardía, y después de contestar pre-

guntas y dar señas, los dos técnicos de nuestro canal

intuyeron la falta que Medellín y sus barrios le hacen al

maestro y luego lo confirmaron: “La alegría de Medellín

son sus barrios”, dijo el artista mientras suspiraba.

“No se estrese, parce”, le dijo Pocho para consolarlo

mientras le pasaba el brazo detrás del hombro y lo apre-

taba un poco. Ante lo que para muchos puede ser una

imprudencia descomunal, el maestro no dio asomos de

incomodidad y su esposa, Sofía, respondió a la escena

con una mirada cómplice y una sonrisa en los labios.

El día de la inauguración del Museo de Antioquia,

Danilo y Pocho trabajaron en la transmisión especial

que hizo el canal. Desde su puesto de honor, Botero

los reconoció y levantó su mano para saludarlos. Luego,

durante el recorrido para la prensa, el maestro señaló

con una mueca al luminotécnico. Pilar Velilla, directora

del Museo en ese momento, se acercó con emoción y

exclamó: “¡Con qué vos sos el famoso Pocho!. ¿Y dónde

está el otro?”.

“NOS DIJO QUE NO CREÍA TODO

LO QUE LOS MEDIOS DECÍAN Y

NOS PIDIó QUE LE CONTÁRAMOS

DE QUÉ BARRIO ÉRAMOS, CóMO

ERAN LAS COSAS ALLÁ Y QUÉ

PENSÁBAMOS DE TODO ESO”.

Page 36: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS 6766 gErEnTEs

El futuro

Mauricio Mosquera, exgerente del canal, habla sobre la transformación en plataforma de creación de contenidos.

El desempeño de los gerentes de Te-

lemedellín es la expresión del con-

cepto de comunicación pública que han

tenido los alcaldes en cada momento de

su historia. Es un compromiso complejo el

que reciben los directores del canal cuan-

do asumen el cargo pues no se trata solo

de mantener encendidos los equipos. En

Telemedellín han encontrado una ocasión

brillante para aportarle a la convivencia, al

optimismo, al conocimiento y al desarrollo

espiritual de la ciudad y de los municipios

a los cuales llega la señal.

Los primeros quince años de vida encuentran

a nuestro canal local lleno de vitalidad y con

un futuro promisorio. A esto han contribui-

do todos los gerentes y sus equipos directi-

vos, apoyados en el inagotable talento y la

calidad profesional de los colaboradores del

canal. Y como los aniversarios son propicios

para hacer balances y diseñar el porvenir,

aprovechamos para que Mauricio Mosquera,

gerente durante el período 2008-2012, nos

haga un panorama del canal.

M: Hemos oído hablar mucho en los

últimos años de un salto tecnológico

en Telemedellín. ¿En qué consistió la

modernización del canal?

Lo principal en ese sentido es entender a

Telemedellín como una empresa de conte-

nidos, más allá de la plataforma televisiva.

En esa medida, Telemedellín se considera y

actúa como multiplataforma de contenidos

de Medellín, apoyados principalmente por la

de que la mejor escenografía que podemos

tener es la ciudad misma.

M: ¿Cómo respondió el grupo ante es-

tos cambios?

El grupo humano de Telemedellín respondió

inmediatamente a la premisa de “Aquí te

ves”, la mejor respuesta que pudimos tener

fue la explosión de creatividad que logramos

en la gente del canal, los realizadores y téc-

nicos dieron todo de sí para hacer realidad

la promesa y esto inmediatamente se vio re-

flejado en un producto televisivo y de otras

plataformas más moderno, respetuoso de la

ciudad como escenario, más lleno de caras

de gente común.

M: ¿Cómo se expresó el cambio en la

creación de nuevos proyectos ?

Gran parte de la parrilla con que entregué el

canal hace unos meses ha estado en cons-

tante evolución. Franjas como Altavoz y Ca-

picúa han sabido reinventarse continuamen-

te. Espacios insignias en sus épocas como

Urbano, Medellín City (la serie documental),

el cubrimiento a los grandes eventos de ciu-

dad como Juegos Suramericanos, el fortale-

cimiento de nuestra parrilla en Feria de las

Flores y Navidad, documentales ganadores

de premios a nivel nacional como Valiente

Valentina, series innovadoras como El diván

rojo, Start Up, Olimpiadas del Conocimien-

to, El gran premio, son solo una muestra de

que se logró un buen matrimonio entre los

objetivos institucionales de la Alcaldía y su

expresión como productos entretenidos y

atractivos para la audiencia.

M: ¿Cómo manejaste el tema institu-

cional?

Un canal público tiene muchos matices,

entre ellos el institucional. Nuestro cami-

no fue tratar de imprimirle creatividad a

los productos institucionales y proponerles

a los secretarios dueños de los proyectos

otras formas de presentar lo que querían.

Por otra parte nos “adelantamos” tratando

de entender muy bien el plan de desarrollo

y traduciéndolo en productos audiovisua-

les de calidad.

M: ¿Cuál es el programa que caracteri-

za a esta nueva época?

Para empezar, fue Urbano, que puso de ma-

nifiesto un estilo visual del Canal. Como

ejemplo de interacción con el público Al-

tavoz marcó un hito importante. Como tv

institucional bien “traducida” a la audiencia

están Olimpiadas del Conocimiento, Área sil-

vestre, El diván rojo, Sexo a lo bien.

M: ¿Cuál es el futuro de Telemedellín?

Cuando uno sale pierde el derecho a marcar

el norte; sin embargo, me imagino un ca-

nal interactivo en todo sentido, conectado

con la ciudad y con el mundo, acompañante

de procesos sociales y protagonista de los

grandes eventos. Un canal que sepa cubrir y

explicar nuestros momentos duros y tristes

y que privilegie en todo debate la expresión

de todos los puntos de vista comprometi-

dos en la discusión.

M: ¿Cómo se explica el fenómeno de

Suso?

Es un fenómeno irrepetible, que conjuga el

inmenso talento de Dany Hoyos y su visión

con el personaje que interpreta, con un ca-

nal sin miedo a arriesgar en formatos. Para

mí, el éxito de Suso radica en que el per-

sonaje es completamente “Aquí te ves”, es

un vehículo para que mucha gente se expre-

se, que utiliza su fama para poner sobre el

tapete todo tipo de temas. Es un producto

innovador en la tv pública que logró saltar

a otras esferas sin perder su esencia. En mi

opinión, es un artista que va a mantener su

éxito muchos años.

M: ¿Qué papel jugó Telemedellín en

Altavoz?

Altavoz logró convertirse en la materializa-

ción de la Política Pública de Juventud de

Medellín. En sus inicios logró juntar a mu-

chas tribus urbanas alrededor de la música

para ponerle temas de ciudad en discusión.

Como la juventud es tan dinámica, Alta-

voz tiene el reto permanente de mantener

la conexión con un público de condiciones

cambiantes, duro en su opinión y fiel a muy

pocos productos. El éxito o fracaso de Alta-

voz dependerá de que desde la Alcaldía y el

equipo del programa se entienda que no es

“un programa de rock” sino un espacio plu-

ral que se vale de la música para amplificar

la expresión de los jóvenes de Medellín. Eso

requiere de un ejercicio constante de humil-

dad y reconocimiento de las diferencias.

Picasso, Choco y Sasha acompañan de lunes a domingo a todos los que pasan por el Canal Parque de Telemedellín. Aquí con Mauricio Mosquera R.

desde yaconvergencia digital y las posibilidades que

las redes sociales y la movilidad ofrecen.

Para este cambio de pensamiento del canal,

se requirió entonces un rompimiento con la

historia previa, el cual se materializó en un

cambio en la imagen gráfica y en una nueva

promesa de canal.

M: ¿Podrías precisar estos cambios

iniciales?

El cambio de imagen de Telemedellín buscó,

en ese momento, “desinstitucionalizar” al

canal y volverlo parte de la oferta cotidiana

de medios de nuestro entorno; debido a esa

idea se dio el cambio en colores, la prima-

cía de la “M” de Medellín y la disminución

en tamaño e importancia del prefijo “tele”.

Queríamos expresar con esto que lo impor-

tante es la ciudad y el resto es solo una he-

rramienta. Al mismo tiempo cambiamos el

eslogan a “Aquí te ves” tratando de que esta

frase más que una promesa publicitaria,

fuera un manifiesto de identidad del canal,

en el que el protagonismo del ciudadano es

manifiesto, que declara que no se requiere

ser estrella para “salir en tv” y que nos ubi-

ca como un vehículo de imágenes y noti-

cias y no como protagonistas de ellas. En el

caso de los programas, se trató de enfatizar

en géneros como la crónica y en brindar al

máximo espacios de participación a los ciu-

dadanos, ya fuera haciendo parte de los pro-

gramas en directo, o como protagonistas de

las historias pregrabadas. Privilegiamos los

exteriores sobre el estudio bajo el entendido

“PRIVILEGIAMOS LOS

ExTERIORES SOBRE

EL ESTUDIO BAJO EL

ENTENDIDO DE QUE LA

MEJOR ESCENOGRAFÍA

QUE PODEMOS TENER ES

LA CIUDAD MISMA”.

Page 37: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS68 69DEBATE

P O R ó M A R R I N C ó N

Cuando el pueblo llega a la televisión y busca reconocerse,

identificarse, encontrarse en la pantalla… todo mal:

ahí sí no gusta lo popular, eso es de mal gusto. Entonces, “hay que subirle el

gusto a la gente” dijo un cineasta, “hay que educar al soberano” afirmó un inte-

lectual, “hay que ponerle lujo” saboreó el artista, y es que “los pobres ensucian

las pantallas” se atrevió una señora de apellido bien.

La paradoja es que con lo popular se gobierna, con lo popular se artistea, con

los popular se filosofa pero no vale para la televisión, menos para la pública que

debe ser educativa-ilustrada-artística. El popular es bueno para todos, menos

cuando llega a la televisión. Y la cruel verdad es que la televisión es lo popular

y con-forma el nuevo popular: ese de significados-estéticas-narrativas-gustos

más comunes: y de ahí sale que somos habitantes de dos culturas populares: la

mundializada USA (familia, valores religiosos, éxito individual, cuento de hadas,

melodrama) y la localizada loquesomos.com (humor, músicas, personajes, modos

de hablar, estéticas, historias). Y ambas culturas vienen adobadas con emociones

simples pero intensas, relatos de referencia comprensibles y estéticas de la repe-

tición: por eso, lo popular es la escena en la cual se celebra la inteligencia de la

gente del común.

La buena televisión es la que se toma en serio a lo popular: produce reco-

nocimientos, promueve reencantamientos, celebra los gustos y saberes de la

gente, promete sueños deseables de amor, venganza, ascenso social y éxito. Lo

popular es, entonces, soñar que todo puede ser mejor: esa es la cotidianidad del

pobre: soñar que se puede ser distinto.

RE-CONOCER LO POPULAR TELEVISIVOLo popular televisivo está hecho de simplificaciones, pero es que la narrativa te-

levisiva se hace para cuando uno quiere relajarse, desconectar el disco duro del

aprender y asumir el goce simple-emocional como valioso en sí mismo. Algunas

claves simplificadas acerca de lo popular:

1. Produce reconocimientos más que conocimientos, luego identificaciones

más que aprendizajes: uno va a lo popular a encontrarse con uno mismo,

no a ilustrarse.

2. Practica las estéticas de la repetición más que de la innovación, luego en lo

popular se goza un placer conocido y para lo distinto se va al museo.

La televisión es el nuevo popular:

también existen

Lo popular está de moda, otra vez.

Los presidentes lo nombran, los

intelectuales lo piensan, los

políticos lo abusan, la industria cultural

lo goza. El pueblo tiene la razón, lo

dicen todos. “Calma pueblo que aquí

estoy yo”, canta Calle 13 y sueña un

señor. “Todo bien, todo bien”, diría el

Pibe y su melena popular.

3. Se significa desde la referencia a relatos cono-

cidos, esos que vienen de Las mil y una noches,

masificados por Disney y convertidos en paradig-

ma de sueño mundializado: cenicientas, príncipes,

castillos y finales felices.

4. Cuento prioritario en el género de melodrama porque

así fue como el hombre ingresó a la vida pública: des-

de su exceso ético y sentimentalidad expresiva.

5. Valores en clave de sentido común y pobreza material

pero riqueza moral, luego religión, familia y tradición.

6. Disfrute de gustos corporales, luego claves de música

y humor porque como le escuché a Piscitelli: se apren-

de sobre todo con el cuerpo más que con la cabeza.

7. Posibilidad de soñar queriéndose a uno mismo, luego

relatos para la autoestima cultural localizada: una

pantalla como página social de los deseos de pobre.

Si queremos hacer televisión pública que le sirva a la

gente, debemos recuperar con admiración y dignidad

a la gente y sus estéticas: ponerla en pantalla, cele-

brarla en sus modos de ilusión, contar sus expectativas,

aumentar su autoestima, hacerla protagonista de sus

historias. Pero, ¿eso lo hace la televisión privada? Sí,

pero ellos no celebran ni dignifican lo popular, buscan

burlarse, rebajarlo y utilizarlo sin densidad de mestiza-

jes. La diferencia estaría en que la televisión pública le

pondría dignidad y buscaría reconocimientos más que

conformaciones. (¡Bueno, eso no ha sido posible porque

la televisión pública quiere educar y subir el gusto a la

gente, le da pena el pueblo!).

Y en este contexto Telemedellín, en sus quince años,

algo ha logrado porque se ha convertido en patrimonio

de la ciudad y en un nuevo espacio público a donde la

gente, a veces, la dejan ir a divertirse/verse/contarse;

Los feos

porque, de vez en cuando, en su pantalla caben muchas

formas de ser paisa.

A Telemedellín le espera ser una real televisión pú-

blica popular donde quepan todas las formas de ser de

por aquí: y es que los feos también existen, y los otros

gustos también, y todos tienen derecho a la pantalla:

menos silicona y más verdad, menos palabra ilustrada y

mas imágenes de la gente, amén.

SI QUEREMOS HACER TELEVISIóN PÚBLICA QUE

LE SIRVA A LA GENTE, DEBEMOS RECUPERAR CON

ADMIRACIóN Y DIGNIDAD A LA GENTE Y SUS

ESTÉTICAS: PONERLA EN PANTALLA, CELEBRARLA

EN SUS MODOS DE ILUSIóN, CONTAR SUS

ExPECTATIVAS, AUMENTAR SU AUTOESTIMA,

HACERLA PROTAGONISTA DE SUS HISTORIAS.

La gente, sus estéticas y su cultura deben ser las protagonistas de la televisión pública. Verse y reconocerse en ella como son en realidad.

Page 38: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS70 71pErsonAjEs

Desde que era pequeño tenía varios sue-

ños: actuar, viajar, comprar un VHS

y tener un programa de televisión. Actuar dependía de

mí; como mis abuelos maternos son de Ituango viajar ya

estaba listo, ocho horas montado en un bus por carretera

destapada es viajar, y mucho; el VHS lo compré con mi

primer sueldo y me sirvió para grabar todos los capítulos

de Friends. Faltaba el programa de televisión, ese sueño

se lo debo a Telemedellín.

Para jugarle un poco a la realidad soy humorista, pero

más que eso soy un soñador bien intencionado. Un gran

soñador, de los que les gusta cumplir los sueños. En

Telemedellín encontré cómplices, uno de ellos fue Mau-

ricio Mosquera, el Negro, Mauro o Chocorramo como es

conocido popularmente gracias al mueco. Lo conocí por

Germán Carvajal que lo definió como: “un hombre muy

respetuoso del talento, que sabe lo que vale”. Es cierto,

si algo sabe el Negro es detectar talentos con una intui-

ción que le hace ver un poco más allá, un visionario que

llaman. Los dos, conversando en una fiesta, decidimos

hacer un programa para la gente, un programa diverti-

do donde pasáramos bueno. Un proyecto sin muchas

pretensiones pero con mucho futuro. Sabíamos que

sería exitoso. Entonces comenzamos un grupo de lo-

cos optimistas con un sueño llamado The Suso’s Show,

aunque algunos escépticos y pseudointelectuales, que

creen que sentarse a idolatrar lo foráneo los hace más

inteligentes, dijeran que estaba destinado al fracaso por

su contenido local. “Eso de ‘¡Qué caja!’ no lo entienden

sino acá”, decían. La ignorancia es ciega, pero la sober-

bia que a veces da la sabiduría, lo es aún más.

Como en la película de Woody Allen, La rosa púrpurade El Cairo, un personaje se salió de las pantallasy se quedó con los televidentes de Telemedellín.Se llama Suso, y es interpretado por Alejandro Hoyos,quien nos cuenta que los sueños pueden alcanzarse.

continúa El sueño

MUCHOS PERSONAJES,HASTA UN MICO

“Mi amor por Telemedellin es proporcional a mi aversión por Arjona”.

Telemedellín recién cumplía doce añitos, cuando el 9 de

diciembre salió al aire el primer programa con seis per-

sonas en el público; al segundo programa ya teníamos

cuarenta inscritos, al cuarto la lista era de diecisiete

mil. ¡Qué tal, ah! Cada vez necesitábamos un teatro

más grande, hasta llegar al que estamos ahora, donde

cada ocho días tenemos mil personas, formando una

triada perfecta, invitado, público y Suso, en la que los

tres son protagonistas.

La gente ha respondido con sonrisas y rating, más de

cien programas lo demuestran en los que hemos teni-

do músicos, cantantes, actores, humoristas, políticos y

deportistas. Joe Arroyo, Willie Colón, Antanas Mockus,

P O R A L E J A N D R O H O Y O S

Page 39: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS 7372 pErsonAjEs

Sergio Fajardo, Gina Parodi, José José, Luz

Amparo Álvarez, Gilberto Santa Rosa, Ma-

riana Pajón, René Higuita, Leonel Álvarez,

Victor Manuel y muchos otros invitados que

más de uno quisiera tener.

No todo ha sido fácil, recuerdo que una

noche, cuando hacíamos el programa los

miércoles en vivo y en directo, nuestro in-

vitado Ricardo Henao, periodista de RCN,

tuvo problemas con el vuelo y no sabíamos

si alcanzaba a llegar. ¡Acción! ¡Estamos al

aire! El público aplaude, sonríe, el corazón

late más rápido; el sueño debe continuar o

mejor dicho, empezar. Mientras hacía el mo-

nólogo me iban narrando por el apuntador:

ya viene bajando Las Palmas, ya llegó a San

Diego, ya viene por la treinta. Mandé a co-

merciales, llegó Ricardo, el programa se hizo

y todo siguió su curso.

En otra ocasión, en el estreno de nuestra

segunda temporada, invitamos a Carlos

Donoso, famoso comediante y ventrílocuo

venezolano. El programa comenzó bien pero

cuál sería mi sorpresa cuando el latoso muñeco

kini, comenzó a hacer chistes vulgares a

pesar haberle advertido que el programa

era familiar y con público infantil. Ese día

sufrimos todos el alter ego del comediante

venezolano que estaba más fastidioso que

su presidente. La gente que me encontraba

después en la calle me decía: “Oiga, sufrí

con ese mico”. Creo que a la molesta

patología muscular que a veces nos da en

el cuello y que nos impide movernos con

facilidad la llaman mico en honor a kini.

Como estas anécdotas hay muchas, pero

ni ustedes tienen el tiempo para leer ni yo

memoria para contarlas.

TELEMEDELLÍN, UN GRAN CóMPLICEAhora, ¿este proyecto lo hubiera podido

hacer en cualquier otro canal? no creo.

Uno debe entender los mensajes que le

da la vida, los planetas se alinean para

que logres el éxito. Decidí aceptar el lla-

mado de un canal joven, que de manera

moderna, a nuestro estilo, muestra la ca-

lle, la casa y la esquina de esta loca y fas-

cinante ciudad que se resiste a quedarse

quieta. Telemedellín no solo impulsó mi

carrera sino que con él aprendí a hacer

televisión pública divertida con creativi-

dad y ganas. Nietzsche decía: “A algunos

para simular profundidad les gusta en-

turbiar el agua”. Telemedellín es simple y

directo sin dejar de ser profundo. Su es-

tilo hace parte de ese mundo imaginario

donde todo es posible, donde como dicen

las mamás: se le ve el cariño.

Espero seguir haciéndole cosquillas al

corazón de los televidentes con este ami-

go y cómplice que me ha dado la libertad

y el amor que se necesitan para crear.

Deseo continuar con la idea de trans-

formar nuestra realidad desde un esce-

nario; buscando contar lo que somos,

tal vez con un poco de inocencia, pero

con franqueza; reconocernos a través de

un lente cóncavo y convexo cuyo zoom

tiene posibilidades infinitas, pues como

lo decía Tolstoi: “Describe

tu aldea y serás universal”.

Nuestra aldea es Medellín

y nosotros sus románticos

aldeanos.

Dejar de ser Alejandro Hoyos y convertirse en Suso, el Paspi, es una difícil tarea de maquillaje

que este personaje realiza por cada sonrisa.

“SOLO QUEDA DECIRLES

¡DIOS LES PAGUE! POR

CADA CARCAJADA, POR

CADA MENSAJE, POR CADA

APLAUSO, POR DEJARNOS

ENTRAR EN SUS CASAS Y

HACERNOS SENTIR COMO

SI FUÉRAMOS FAMILIA”. Esta finca, llamada Montecasino, fue construida en 1950 por el ar-

quitecto Hernán Rodríguez para una familia de grandes empre-

sarios antioqueños. Pasó a manos de paramilitares en la década de los 80, quie-

nes le anexaron dos predios aledaños para un total de 33 mil metros cuadrados,

dejando el recuerdo de una época para no repetir y como aprendizaje de que no

se debe olvidar.

Desde 2010, cuando llega el canal, esta casa se convierte en un espacio

para todos, reafirmando que Telemedellín es mucho más que televisión, es la

ventana de la ciudad al mundo, un lugar público, ese espacio donde se confirma

el: Aquí te ves.

La casa, que aparece en el libro de las cien mansiones de la época de los

cincuenta en Medellín, es un espacio abierto para que los ciudadanos visiten.

Toda el área hace parte de la escenografía de diversos programas del canal y es

también sede de salas de edición y oficinas de comunicadores.

Es así como Telemedellín ha transformado los recuerdos tristes de una época

de dolor. Donde había un rastro de violencia, por donde caminaba la soledad,

hoy pasan cientos de personas que, con el colorido de sus sonrisas y su diversi-

dad, llenan de vida el Canal Parque.

Telemedellín: Una casa de puertas abiertasEn 2010 Telemedellín recibe una casa en El Poblado para usarla como sede alterna. En 2011 pasamos la hoja de los malos recuerdos y abrimos las puertas del bosque de la vida a todas las miradas.

EL cAnAL

Page 40: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS

La ciudad que nos hace soñar

Page 41: Revista m - Telemedellín

Como a toda quinceañera nos llegó la hora de posar

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS

Page 42: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS78 79Aquí vos sos EL proTAgonisTA

Esta es la

familiaTelemedellín

15 añosJanet Castillo

Aquí trabajamos para hacer de Medellín, un hogar para la vida

15 añosAdriana Cadavid

15 añosDora Patiño

15 añosCarlos Duque

15 añosLiliana Londoño

15 añosJohn William Fernández

15 añosWilman Ortiz

15 añosGiovanni Ospina

15 añosDanilo zuluaga

15 añosJaime García

15 añosSergio Ochoa

15 añosJuan Carlos Gallo

15 añosGloria Ramírez

15 añosJaime Saldarriaga

15 añosJesús María Álvarez

15 añosJuan Diego Hernández

14 añosJairo Fuentes

13 añosJaqueline Hurtado

12 añosRubén Uribe

12 añosJohn Jairo Agudelo

11 añosAlonso Manrique

11 añosEliana Lopera

11 añosMargarita Monsalve

11 añosHernán Marín

11 añosÁlex Acosta

11 añosViviana López

15 añosGloria Pabón

15 añosGustavo Henao

15 añosHenry Hincapié

11 añosDavid Vélez

Page 43: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS80 81Aquí vos sos EL proTAgonisTA

11 añosóscar Tobón

10 añosFabio Muñoz

10 añosCarlos Andrés Vélez

10 añosÉdgar Ovidio zapata

10 añosAlfredo Laserna

10 añosJuan Fernando Castro

10 añosJuan Felipe Mejía

10 añosFederico Uribe

9 añosFabián Berrío

9 añosJuan Camilo Alzate

9 añosómar Escobar

9 añosAndrés Muñoz

9 añosJuan Guillermo Moreno

9 añosDavid Jiménez

9 añosWílber Raíllo

9 añosSergio Córdoba

9 añosMiguel Ángel Villa

9 añosNatalia Ardila

9 añosLuis Eduardo Montoya

9 añosFelipe Aramburo

9 añosJohn Jairo zapata

8 añosAdriana Montoya

8 añosÁngela Rojas

8 añosJhon Jairo Vélez

8 añosJuan Carlos Rodríguez

8 añosAlicia Henríquez

8 añosMauricio Betancur

8 añosJorge Iván Hincapié

11 añosMauricio Galeano

8 añosJosé zuluaga

8 añosLina Marcela Pérez

8 añosEdwin Londoño

Page 44: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS82 83Aquí vos sos EL proTAgonisTA

8 añosJorge zuluaga

8 añosJaime Giraldo

8 añosLuis Alirio Calle

7 añosJaime Toro

8 añosNora Gómez

7 añosAdrián Torres

7 añosViviana Bustamante

7 añosAndrés Rengifo

7 añosMaría Adelaida Puyo

7 añosCarlos Alberto Sánchez

7 añosLuisa Quintero

7 añosJuliana Ríos

7 añosJuan Fernando Foronda

7 añosAlexandra Salamanca

7 añosNelson Usquiano

7 añosGladys Mesa

7 añosMónica Londoño

6 añosAlexánder Ruidiaz

6 añosGiovanni Vargas

6 añosMariana González

6 añosDiana Correa

6 añosDiana Gallo

6 añosErika Cataño

5 añosMaría Camila Rivas

5 añosDavid Mora

5 añosLina Tapias

5 añosMaría Camila Mojica

5 añosEdwin Cardona

5 añosDiego Marulanda

5 añosDalia zuleta

5 añosJuan Pablo Ortiz

5 añosLuis Fernando López

Page 45: Revista m - Telemedellín

84 85AQUÍ VOS SOS EL PROTAGONISTA

5 añosVíctor Rico

5 añosMauricio Alejandro Gómez

5 añosMarcela Restrepo

5 añosLina Pulgarín

5 añosJaneth Londoño

5 añosJuan Osorio

4 añosFederico Ardila

4 añosLuz Zapata

4 añosGustavo Ospina

4 añosSebastián Regino

4 añosPaulina Gallego

4 añosAna Marly Orrego

4 añosAlejandro Polling

4 añosJuan Carlos Castaño

4 añosVerónica Valencia

4 añosOlga Patricia Álvarez

4 añosYuliet Osorio

4 añosJhonatan López

4 añosCésar Ríos

4 añosCelmira López

4 añosCristian Arango

4 añosLina Álvarez

4 añosPaula Díaz

4 añosFabio Velásquez

4 añosNelson Arroyave

4 añosAndrés Arango

4 añosMónica Parra

4 añosMaría Alejandra Cardona

4 añosIván Darío Loaiza

3 añosMarcela Franco

3 añosEsteban Agudelo

3 añosYuliana Ospina

Page 46: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS86 87Aquí vos sos EL proTAgonisTA

3 añosGloria Lainez

3 añosBeatriz Montoya

3 añosLeidy Torres

3 añosTatiana Villada

3 añosJosé Jairo zapata

3 añosArley Palacio

3 añosDiana Robledo

3 añosYésica Bravo

3 añosNicolás Sierra

3 añosJuan Guillermo Gaviria

3 añosJonhatan Acevedo

3 añosOlga Ramírez

3 añosMauricio Escobar

3 añosAna zuleta

2 añosJaime Moreno

2 añosJuliana zuluaga

2 añosGiovanny Rendón

2 añosVicente zuluaga

2 añosMaría Uribe

2 añosCarlos Mario Valencia

2 añosJuan José Ramírez

2 añosMelissa Gutiérrez

2 añosVerónica Villa

2 añosJorge Luis Hernández

2 añosDaniel Montoya

2 añosNelly Vallejo

2 añosJhonny Ortiz

2 añosMaribel Ramírez

2 añosDaniel Uribe

2 añosGustavo Blanco

2 añosDiego Caicedo

2 añosLina Penagos

Page 47: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS88 89Aquí vos sos EL proTAgonisTA

2 añosÁngela Salazar

2 añosJuan Carlos Yepes

2 añosAmaro Pérez

2 añosFrank Franco

2 añosJuliana Ospina

2 añosÁngela María Monsalve

2 añosGilberto Posada

2 añosInés Díaz

2 añosRichard Bermúdez

2 añosGiovany Román

2 añosDavid Barreto

2 añosManuel Gallego

2 añosAndrés Cano

2 añosJulián Serna

2 añosMarcela Monge

2 añosEsteban Santa

2 añosMaría Teresa Marín

2 añosAlejandro Tangarife

2 añosMaría Cecilia Restrepo

2 añosRóbinson Gómez

2 añosAdrián Franco

1 añoSergio Gaviria

1 añoYohan Gómez

1 añoSandra Ospina

1 añoVerónica Guzmán

1 añoTomás Molina

1 añoÉmerson Gutiérrez

1 añoNelson de Jesús Arango

1 añoJuan Esteban Morales

1 añoYerman Álvarez

1 añoSteban Martínez

1 añoElizabeth Restrepo

Page 48: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS90 91Aquí vos sos EL proTAgonisTA

1 añoGuillermo Gil

1añoSebastián Misas

1 añoIván Roa

1 añoLina Arango

1 añoLina María Pérez

1 añoJuan López

1 añoSandra Castaño

1 añoGabriel Muñoz

1 añoLaura Arango

1 añoElkin Naranjo

1 añoJulio Ceballos

1 añoPaola Rueda

1 añoAlejandro Córdoba

1 añoJuan Carlos Restrepo

1 añoAndrea Tobón

1 añoDuván Colorado

1 añoJorge López

1 añoJuan Miguel Calvo

1 añoJuan David Agudelo

1 añoMauricio García

11 mesesJhon Gil

11 mesesLina Marcela zapata

11 mesesGiovani Marulanda

11 mesesMónica Prada

10 mesesPaula Jaramillo

9 mesesCatalina Trujillo

9 mesesJuan Carmona

9 mesesJavier Arboleda

9 mesesDiana Salinas

9 mesesGregorio Benavides

9 mesesAna María Vélez

8 mesesPaola Arias

Page 49: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS92 93Aquí vos sos EL proTAgonisTA

6 mesesVíctor Arias

8 mesesEdilberto Torres

8 mesesLina Ríos

8 mesesAlejandro Noreña

8 mesesPaula Restrepo

8 mesesLuis Franco

8 mesesJuan Manuel Vargas

8 mesesNelson de Jesús Gallego

7 mesesSandra Lopera

7 mesesDiana Restrepo

8 mesesHéctor Franco

7 mesesDiana Montoya

7 mesesLaura Echandía

7 mesesLina Quiceno

6 mesesSantiago Londoño

7 mesesDarío Palacio

6 mesesViviana Serna

6 mesesCristian Marín

6 mesesVanessa Reyes

6 mesesCristina Torres

5 mesesAndrés Upegui

5 mesesJuan Pablo Patiño

5 mesesCamilo Gutiérrez

5 mesesLaura Melissa Sierra

5 mesesHenry Bustamante

5 mesesCamilo Quintero

5 mesesDaniel Orozco

5 mesesLaura Vargas

8 mesesIrene Rengifo Guisado

5 mesesMauricio Abad

5 mesesCamilo Arango

5 mesesMelina Garzón

Page 50: Revista m - Telemedellín

TELEMEDELLÍN · 15 AÑOS94 95Aquí vos sos EL proTAgonisTA

Liliana Bedoya

4 mesesEfraín Villanueva

4 mesesJuan Camilo Aristizábal

4 mesesMarco Fidel Márquez

Andrés Pulgarín

4 mesesYonier Pacheco

4 mesesClaribel Escudero

3 mesesBrayan Stiven Racinis

3 mesesDavid Gutiérrez

3 mesesCatalina Gómez

3 mesesJuan Felipe Upegui

3 meses

4 meses

5 mesesDaniela Cortés

4 mesesMaría Pareja

4 mesesJuliana Pulgarín

4 mesesBryan Gómez

4 mesesSara Gómez

4 mesesBeatriz Burgos

4 mesesPaula González

3 mesesDavid Ramírez

3 mesesFrancisco Pineda

3 mesesYulieth López

3 mesesGladys Molina

3 mesesAndrés Blanco

2 mesesAlejandro Bedoya

2 mesesWaldir Ochoa

2 mesesStivens Álvarez

5 mesesSantiago Villegas

1 mesVictoria Flórez

1 mesSantiago Ramírez

1 mesAna María Marín

4 mesesLina Henao

3 mesesAlba López

Page 51: Revista m - Telemedellín

96 Aquí vos sos EL proTAgonisTA

1 mesJuan Camilo Ramírez

1 mesJairo Esteban Calderón

1 mesDaniela Espinosa

¡Felizcumpleaños!

Page 52: Revista m - Telemedellín
Page 53: Revista m - Telemedellín

me

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