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erre?) Orgapo äe su Veperable Orän Cercera y (ofraäías Dirección y Administración: Silva, 25.-Madrid (12). -Teléf. 12803 15 DE ABRIL DE 1934 NUM. 4 S T3 M IR, 10 8U RREXIT DOMINUS. jALLELUIA! por Fr. R. Sanjurjo.—Os DOY UN MANDAMIENTO NUEVO, ‘1'. Carlos Silva.—LOS MILAGROS EN LA IGLESIA, por S. Francisco de Sales.— " C ' i2 14EDAD ÚLTIMA Y MUERTE DE LA BEATA MARIANA DE JESÚS, por Fr. Francisco de Santa C rfa •—LA FORMACIÓN DE LOS NOVICIOS EN LA ORDEN TERCERA, por Fr. Juan G. Castro. MA ESTRO FR. JUAN INTERIÁN DE AYALA, por Fr. Guillermo Vázquez.—EL CARDENAL bi, r31 °, P ROTECTOR DE LA BEATA MARIANA DE JESÚS, por Fr. Juan G. Castro.—PÁGINA e lON AL: NOTICIAS DEL PIAUHY, por SU EXCMO. Sr. Obispo, y NOTICIAS DE ESTA DOS ID ° S , por el Rvdo. P. Fr. Serapio González.—EL TEMPLO DE JERUSALEN, por Fr. José lez.—A FR. LUIS DE LEÓN (soneto), por Fr. José S. Crespo NUEVOS MüTODOS.— L DAU0 .----RADIOGRAMAS, por Liján.—NOTICIAS. NECROLOGÍA. —BIBLIOGRAKA. Surrexit Döminus ¡Aleluya! U n día el triunfo ruidoso llena las ! ce nes y plazas de Jerusalén. Otro día D C' S a ullidos de una multitud plasman e i corazón de un juez cobarde la " e cción a la justicia, y el Nazareno es co ndenado, sin piedad. Do r un momento parece nublarse su Wo • pero sucede todo lo contrario, ti 7 4e , s « cantan los sepulcros rotos, el bi elo del Templo rasgado, las tinie- 1, 18 que cubren el haz de la tierra y r e ncima de todo esto, flota en el ilibi ente el dicho del Centurión ro- e l12 110 : « Verdaderamente este hombre hij o de Dios». h L a e stulticia junto con la maldad, no c , i' Lle den producir más que dislates. b ,"3 :i n todo, son necesarios, para que 1il e en todo su esplendor la Resu- T eei ón del Justo. S I - e t a as nos dirá con su palabra llena rt su blimidad lo que el Padre tenía ser vado para el Hijo de sus compla- ,encias. ' Y q uiso el Señor consumirle con trabajos: mas luego que él ofrezca su vida por el pecado, verá una descen- dencia larga, y cumplida será por me- dio de él la voluntad del Señor». «Verá el fruto de los afanes de su alma, y quedará saciado. Este mismo Justo, mi siervo, justificará a muchos con su doctrina; y cargará sobre sí los pecados de ellos». «Por tanto, le daré como porción suya una gran muchedumbre; y re- partirá los despojos de los fuertes: pues que ha entregado su vida a la muerte, y ha sido confundido con los facinerosos, y ha tomado sobre sí los pecados de todos y ha rogado por los transgresores». Esto era el dolor pero sembrado de esperanzas, mas el Profeta narra en el capítulo LIV la grandeza de la Igle- sia que sale del corazón de aquel Nazareno. «Regocíjate, oh estéril, tú que no pares; canta himnos de alabanza y de júbilo, tú que no eres fecunda: porque

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erre?)Orgapo äe su VeperableOrän Cercera y (ofraäías

Dirección y Administración:Silva, 25.-Madrid (12).-Teléf. 12803

15 DE ABRIL DE 1934

NUM. 4

S T3 M IR, 108URREXIT DOMINUS. jALLELUIA! por Fr. R. Sanjurjo.—Os DOY UN MANDAMIENTO NUEVO,

‘1'. Carlos Silva.—LOS MILAGROS EN LA IGLESIA, por S. Francisco de Sales.—" C' i2 14EDAD ÚLTIMA Y MUERTE DE LA BEATA MARIANA DE JESÚS, por Fr. Francisco de Santa

Crfa •—LA FORMACIÓN DE LOS NOVICIOS EN LA ORDEN TERCERA, por Fr. Juan G. Castro.MA ESTRO FR. JUAN INTERIÁN DE AYALA, por Fr. Guillermo Vázquez.—EL CARDENAL

bi, r31°, PROTECTOR DE LA BEATA MARIANA DE JESÚS, por Fr. Juan G. Castro.—PÁGINAe

lON AL: NOTICIAS DEL PIAUHY, por SU EXCMO. Sr. Obispo, y NOTICIAS DE ESTA DOSID °S , por el Rvdo. P. Fr. Serapio González.—EL TEMPLO DE JERUSALEN, por Fr. Joséué lez.—A FR. LUIS DE LEÓN (soneto), por Fr. José S. Crespo — NUEVOS MüTODOS.—

L DAU0 .----RADIOGRAMAS, por Liján.—NOTICIAS. — NECROLOGÍA. —BIBLIOGRAKA.

Surrexit Döminus ¡Aleluya!U n día el triunfo ruidoso llena las

!cenes y plazas de Jerusalén. Otro díaDC' S aullidos de una multitud plasman

e i corazón de un juez cobarde la" ección a la justicia, y el Nazarenoes condenado, sin piedad.

Do r un momento parece nublarse suWo • pero sucede todo lo contrario,ti74e, s « cantan los sepulcros rotos, elbielo del Templo rasgado, las tinie-1,18 que cubren el haz de la tierra y

r e ncima de todo esto, flota en elilibi ente el dicho del Centurión ro-

el12 110 : « Verdaderamente este hombrehij o de Dios».

h La estulticia junto con la maldad, noc,i'Lleden producir más que dislates.b ,"3:in todo, son necesarios, para que

1il e en todo su esplendor la Resu-T eei ón del Justo.S I-et a as nos dirá con su palabra llena

rt sublimidad lo que el Padre teníaservado para el Hijo de sus compla-,encias.

'Y q uiso el Señor consumirle con

trabajos: mas luego que él ofrezca suvida por el pecado, verá una descen-dencia larga, y cumplida será por me-dio de él la voluntad del Señor».

«Verá el fruto de los afanes de sualma, y quedará saciado. Este mismoJusto, mi siervo, justificará a muchoscon su doctrina; y cargará sobre sílos pecados de ellos».

«Por tanto, le daré como porciónsuya una gran muchedumbre; y re-partirá los despojos de los fuertes:pues que ha entregado su vida a lamuerte, y ha sido confundido con losfacinerosos, y ha tomado sobre sí lospecados de todos y ha rogado por lostransgresores».

Esto era el dolor pero sembrado deesperanzas, mas el Profeta narra enel capítulo LIV la grandeza de la Igle-sia que sale del corazón de aquelNazareno.

«Regocíjate, oh estéril, tú que nopares; canta himnos de alabanza y dejúbilo, tú que no eres fecunda: porque

Os doy un Mandamiento nuevo-- 122 —

son muchos más los hijos de la des-echada, que los de aquella que teníamarido, dice el Señor... Porque tú teextenderás a la derecha y a la izquier-da; y tu prole señoreará las naciones,y poblará las ciudades desiertas...Será tu dueño aquel que te ha criado,cuyo nombre es el Señor de los Ejér-citos: y tu Redentor, el Santo de Is-rael, será llamado el Dios de toda latierra... Aun cuando los montes seanconmovidos, y se estremezcan loscollados, mi misericordia no se apar-tará de tí...

Pobrecilla combatida de la tempes-tad, privada de todo consuelo; mira,yo colocaré por orden las piedras yte edificaré sobre zafiros, y haré dejaspe tus baluartes, y de piedras derelieve tus puertas, y de piedras pre-ciosas todos tus recintos. Y tendráspor cimientos la justicia... Ningún ins-trumento preparado contra tí, te harádaño: y tú condenarás toda lenguaque se presente en juicio contra tí'.

Magnífica visión del triunfo del Na-zareno, traicionado por Judas, losPríncipes de Israel, por Pilatos, y te-nido por loco por Herodes.

Triunfo glorioso porque ha resuci-tado. Es el vencedor de la muerte, se-ñor de la vida y soberano de todaslas naciones de la tierra. ¡Por siempreel Nazareno será bendecido! Porsiempre legiones humanas con ansiasardientes se postrarán ante su gloriadivina, y le rendirán vasallaje de amory de adoración.

Al conjuro de su voz amante secongregarán las gentes todas, comoantes se juntaron los judíos para pedirsu muerte.

Y los nuevos y los viejos pueblosse rendirán ante El, «Rey de Reyes ySeñor de los que dominan». Su cetrode oro o de hierro se extenderá pro-

tector sobre sus amigos, y castigadorsobre sus enemigos, porque desdeahora «tiene todo potestad paragar a las naciones en el cielo y e n latierra». Sus enviados hablarán a 1°5Césares de Roma, a los jefes de lastribus nórdicas, a los caciques de losindios y a los reyezuelos de los salva'jes. «Id y predicad a todas las gentes'

Dejarán de existir los esclavos 'aratransformarse en libres, « con la li ber-tad de los hijos de Dios». Las mujeresserán consideradas como compaile-ras del hombre, y si son madres as1-1'mirán un reinado, el del hogar.

Las leyes de los pueblos se tran s-formarán para dar entrada a los man"damientos del Dios crucificado, y a lasombra de sus templos morarán loshumanos, viviendo una era de dich a Yde paz.

La humanidad tendrá una Madrecomún dada por el Redentor en elpremo momentomomento de su agonía, Madrela más tierna que jamás en su ilusiónpudieron soñar los mortales, Madreque da a luz sus nuevos hijos cuancl°pierde a su Unigénito Hijo.

Bendito mil veces, Señor, el día detu triunfo, de tu gloria, de tu amor.Triunfaste, Jesús, no de tus enemigos'que te tiemblan siempre, sino en aclue-llos todos que buscan la Justicia Y'

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Paz. Triunfaste por el amor.Bendícenos y asienta tu reinado el'

el centro de nuestros corazones. Quepor siempre te amemos como Tú P0rsiempre has pensado en redimirnos'

¡Sangre Divina que un día has ba-fiado las piedras del Gólgota, cae denuevo sobre la tierra para lavarla desus mancillas, de sus rivalidades, desus tracciones y condúcenos a tod°5a gozar por siempre la gloria de Ti/Resurrección!

FR. rz, SANJI-112l o

ludas tomando el bocado, se marchó

retir,en seguida, siendo de noche» (1). Sea, el discípulo traidor, y quedan

"010s jesús y sus amigos fieles.'Tomad y comed: Este es mi cuerpoq

ue se da por vosotros...» (2). «¡Hijitos!P°co tiempo más he de estar con vos-aros... Os doy un Mandamiento nuevo:` tle os ameis mutuamente; amaos mu-tuatnente como os he amado yo. Han(le reconoceros por mis discípulos en el4%r que os tendreis los unos a lostros» (3). Distínguense los habitantes'e los d iversos países por el color de lacara, por el idioma, por el género de

distínguense los discípulos de los'lásofos por el modo de vestir... A vos-otros, mis queridos amigos, os han de?istinguir y reconocer porque el cariño

amor que os tengo será vuestra he-que lo manifesteis, ya

lUe no podeis conmigo visiblemente enIlt.reaiat

de modo

h, Fle aquí el camino para llegar a esta-'ilecer en el mundo el reinado del amor.

un Hombre-Dios el que da la pauta.\i anta i mportancia tiene a los ojos deule's el amor? Sí, en verdad. Precisa-41,ente Dios es el amor, y todas sus1; uras se explican por el amor: DesdeAnilel primer hágase, que hace salir"el caos y de la no existencia el her-:Illeiso mundo de los seres, la evolución't'e los tiempos no ha cesado un momen-h° de hallar en cada obra de Dios la

lt,eli a del amor.Do consintiendo su amor que las

jn., XIII, 30.Lc , XXII, 19.

(3) J 11., XIII, 34.

criaturas lo desconozcan, una vez he-chas todas las cosas, determina colo-carse El mismo de forma visible en elcentro de su Creación: El Verbo ha dehacerse hombre, y, en medio de loshombres viviendo, se constituirá enRey amoroso de ellos. «De tal modoamó Dios al Mundo que le entregó a suUnigénito» (1).

¡Cuán admirable y grande es el amorde Dios! ¿Quién podrá medirlo, quiénpodrá comprenderlo, quién puede casicreerlo? ¡Ah! Pero, he aquí que el hom-bre tiene un momento de estupidez, ydeja con su conducta de hacerse dignodel amor. ¿Y qué pasará? Se rompe elidilio paradisíaco, y todo el plan sedesbarataría entonces si no fuese infi-nito el amor de Dios que aun al hacerjusticia no abandona el proyecto deencarnarse, antes bien, ¡cosa increíble!,se ofrece hecho hombre a expiar per-sonalmente con dolores y muerte dolo-rosos aquel pecado de la Humani-dad (2).

¡Oh Dios mío, Dios nuestro, Amorpor esencia! Haced que conozcan y re-conozcan vuestro amor tantos que ad-miran vuestra grandeza, vuestras ri-quezas, vuestra felicidad, pero dudandel amor inmenso, que por ser tan in-menso abarca a todas las criaturas;

(1) Jn., III, 15.(2) Está esta exposición de acuerdo con la

teoría de muchos teólogos, entre ellos nuestroSan Pedro Pascual (Histories religioses y Dispu-ta del Bisbe de Jaén. Ed. Valenzuela, 1,24 y II, 73),teoría según la cual el motivo de la Encarnaciónfué la elevación del hombre, y la Redención fuepara esta elevación un medio después de laCaída.

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desengañad también a los incrédulos,que niegan vuestro amor y os odian.

Condición esencial del amor es re-querir correspondencia, y por eso elprimero de los preceptos que Dios pusoal hombre fué el de amarle con todo elcorazón, con toda el alma, con toda lainteligencia, con todas sus fuerzas.Para eso al hacerlo la más perfecta delas criaturas visibles le dió facultad deun amor superior al de todas ellas. Elamor requiere la imitación, y por esoel segundo de los dos mandatos funda-mentales de la Ley es la caridad con elprójimo.

La Ley estaba dada desde Moises;pero faltaba su cumplimiento. Los pro-fetas estimulaban de mil maneras alamor de Dios y del prójimo al únicopueblo que podía hacerse a él sensible;pero no eran atendidos.

Jesucristo aparece en el mundo cuan-do éste se halla más desamorado. Noviene a anular la Ley ni los profetas:viene a darles cumplimiento, y lo pri-mero que hace cumplir son los precep-tos del amor. Si le preguntan qué es lomás importante de la Ley, respondeque el amor de Dios y del prójimo.Todo el Evangelio Santo no es sino uncanto divino al Amor: amor de Dios alos hombres, viviendo y muriendo porellos, amor de los hombres a Dios comode hijos al Padre Celestial de todos,amor de los hombres entre sí con unacaridad tan ardiente que derrita todoslos egoísmos. No comentemos en estaocasión el colmo, la llamada locura deamor, de Jesús nuestro Dios en la Eu-caristía...

Amor será desde hoy la palabra con-soladora, que desde las costas del her-moso lago de Galilea, llevada por lasbrisas divinas de un Espíritu Santo a

todo el Mundo, establecerá en él la Pazy la alegría. Los hilos verticales delamor de Dios a los hombres y de éstosa Dios quieren formar con los horiznirtales de los hombres entre sí un subli'me tejido, una red soberana que cubray estreche al Mundo con los lazos dela armonía universal.

Ya desde ahora el colmo de la sant i-dad y acercamiento a Dios será el

amor. El cree y peca del Reformistaimpío no está de acuerdo con el «a1113

y haz lo que quieras del Aguila ardien-te de Hipona, porque no lo está con eldiscípulo del amor que nos enseria queel que no ama, ni conoce a Dios ni tic'ne vida espiritual» (1); no está de acuer"do con Jesucristo, que no fundó la Re-ligión de la fe, sino por la fe la delamor.

No dudemos, no, que es el amor elque ha de salvar al mundo, y que sihoy no se disfruta paz y alegría es Por

no haber llegado a la plenitud el plande amor de Jesucristo.

Un célebre ateo de nueStros díasrdespués de haber recorrido todo elMundo y haber tratado a los hombre9de todas las razas, hacía a sus amig°5de la Costa Azul esta confesión: «Todos'los hombres son lo mismo, y nuestrosprogresos puramente exteriores, ale-cánicos y materiales. Aún no ha llega'do la gran revolución, la interior, 13que inició el cristianismo sin éxito al gu-no, pues ningún cristiano practic a susenseñanzas... ,, (2). No le asiste toda'pero sí gran parte de razón al insigrie

impío novelista. ¿Cuántos h ay que,amen al prójimo como a sí misales'Verdaderamente el mundo anhela P3Z

(1) 1 Ep., IV, 8 y III, 14.(2) La Vuelta al Mundo, etc., al fin, por \Í'

B. I., incrédulo en aquella fecha, aunque etic,stimuerte requirió el consuelo del Crucificado Ycramentos.

Y alegría, pero sólo las lograremoscO. ando hayamos alcanzado la perfec-elön del amor y de la caridad.

Rste triunfo completo solamente se,L °grará. en la Gloria. Allí será el triun-'o del amor con la plenitud de unacliella infinita.

Pero para llegar a aquella mansión'e amor cada hombre ha de tener elcorazón perfectamente dispuesto. LosPequeños apegos terrenos que impiden

corazón ser todo de Dios; las peque-llaS repugnancias y antipatías, las en-r,viclia s que producen encono manifesta-g° en agudas críticas..., si de todo eston° se ha emancipado plenamente elcorazón en esta vida, todavía en la° lra , antes de pasar a la Gloria ha deser Purificado a fuego como el oro. NoPodría pasar a gozar el supremo pre-tnio del amor el corazón que no es

tl-tante hasta la plenitud; tampoco po-çirlau hallarse juntos en la Gloria dos

Q. razones que no se han compenetradolulerl antes en el amor mutuo. ¡Gracias,

1c's mío, por el don del Purgatorio!'-'11 el hallo una nueva prueba de amor,

la que quiero corresponder!Cuanto al Infierno de los condenados,

,11° obstará a la dicha del Cielo y alglunfo allí completo del amor el que

puede un lugar de separación y supli-cios para los que no aman, pues «elamor tiene por reverso el odio, y a unamor, sino por la intensidad, por el ob-jeto, infinito, corresponde un odio pro-porcionado, y a éste una separacióneterna como el amor que odia» (1).Entre tanto las voces gloriosas con queel Cielo de Angeles y Hombres reso-nará, han de ser la más sublime liramodulando la eterna canción del amoren medio de una felicidad y bienandan-za sempiternas.

Jesús dulcísimo, Rey de amor: Yo enlo que está de mi parte quiero secun-dar vuestros planes amorosos; quieroarnaros con toda mi alma y quieroamar a los hombres como Vos me exi-gís en vuestro Mandamiento.

¡Oh, Madre del Amor hermoso! Puesque yo también me llamo, y quiero serdignamente hijo vuestro, y los hijos separecen a la madre, haced que yo measemeje a Vos para ser imitación deJesús, de Quien sois reproducción, y elcual es mi modelo y mi hermano ma-yor: Dadme amor de Dios y amor alhombre.

FR. C. SILVA CASTRO

(1) Vázquez de Mella. Discurso sobre la igno-rancia religiosa.

Enfermedad última y muerte de la Beata %llana de Jesús

LOS MILAGROS EN LA IGLESIAPOR

SAN FRANCISCO DE SALES (I)

Por Fr. Francisco de Santa María (1)

En verdad cuando Nuestro SeñorJesucristo partió de este mundo, pro-metió a los Apóstoles que la Iglesiase vería acompañada de muchos milagros. Estas señales, dijo, acompa-ñarán a los que crean; en mi nombrearrojarán demonios, hablaran len-guas nuevas, quitarán serpientes, ysu veneno los dejará ilesos; con laimposición de las manos darán saluda los enfermos.

Consideremos por favor y sigamosal pie de la letra estas palabras tanclaras. No dice que sólo los Após-toles harían estos milagros, sinosencillamente los que crean; no dice,que los creyentes en particular ha-rían milagros, sino que los que cre-yesen irían seguidos de estos signosadmirables. No dice que esto duraríasólo diez o veinte años, sino queestos milagros harían compañía alos creyentes.

Es verdad que Nuestro Señor ha-bló sólo a los Apóstoles, mas no por

(I) Discours 53: La orale Eglise doit remire enmiracles.

ellos solos, habló de los creyentesen general, y esto se entiende de laiglesia; habló absolutamente, sirldistinción de tiempos y edades; sussantas palabras anuncian, sin res"tricción, que Dios dará ese poder alos creyentes que están en la Iglesia:los creyentes irán seguidos de estosmilagros.

Luego en la Iglesia hay milagros'y en todo tiempo, porque hay y ha-brá en ella creyentes en todo tiemP°y lugar...

Según esto, ruégoos que me mo s-tréis alguna edad en que la Iglesiavisible haya estado sin milagros de s-de que comenzó hasta la hora pre.sente...

De lo cual nace que la verdaderaIglesia ha mostrado y muestra aftriSu santidad con los milagros.

Si Dios hacía tan admirable Stt

propiciatorio, su monte Sinaí y siszarza ardiendo, porque allí queríahablar con los hombres, ¿cómo nohabía de hacer milagros a su Iglesia'en donde quiere permanecer con nos-otros por siempre?

Jueves a los 11 días de abril de 624 adiez del día, después de haber re-

cib ido a nuestro Señor.., y en la co-411-in ión haber gozado la suavidad yd1-11 zura que sentía de ordinario, co-i'resPondiente a su fervoroso afecto

dil igente prevención, se empezó asentir enferma del mal que última-11, 1ente nos la quitó del mundo y tras-11:115 al cielo.

5eseubrió la enfermedad su maliciacille fue de un vehemente dolor de% lado que parecía no estar en sujetoCle sesenta años y achacoso, y lo más

stado con penitencias y rigores;e°sQ que dió particular reparo a los4-1Mi cos que un sujeto tan acabadolkidiese sustentar calentura tan ar-diente y dolor tan intenso, y que des -'les de hechas seis sangrías perse-

v2rase con los mismos bríos, no sel'ildienclo fiar de la delicadeza de su1)ersona la grandeza de su mal.

1)o r lo cual los médicos juzgaron

„-, (1 ) Vida de la V. Madre Mariana de jesús de el'en de los Religiosos Descalzos de Nuestra

4i7cira de la Merced. 13. N. Ms. 5615.—Estilo des-112 i4ei.cid0 , buena concepción del asunto, fidelidad

'ática relato con calor y color de persona que ovre ''encló los hechos o los recibió de testigos pre-

: 11C1al es.—Esta historia acaba en septiembre dele llo 1624, fecha de la primera elevación del cuerpoD:e14 Beata, fúndase en el proceso informativo, que

eee está perdido, al que se incorporaron los es-us de la Beata. No tuve en cuenta esta vida al

th-lif ete r la que salió el año 1924 por no conocerla'°nces.

que no era solo causa natural la queobra acciones tan intensas, sino queayudaban superiormente la naturalezaflaca de nuestra Madre para coronarmás su sufrimiento y acrecentar sugloria.

Duró seis el dolor apretando contal fuerza y tan sin dar treguas al des-canso que aun la respiración no con-cedía que fuese sin molestia.

En todos estos dolores no se oyóque se quejase ni mostrase sentimien-to; sólo se le oían unos tiernos sus-piros que enviaba a su regalado Es-poso, más por la lengua de los de-seos que tenía de verle que del senti-miento de su dolor. Y así los inter-pretaban sus palabras que sólo seempleaban en amorosos coloquiosy frecuentemente repetía: ¡Cuándo,Señor, será el ella que vamos a gozarde su Majestad! Palabras que dictabasu afecto, aunque no ignorando cuán-do había de ser, como se dirá en elcapítulo siguiente. Porque por muycierto se cree que no se le escondióel último día de su vida; mas comoa los alentados deseos cualquier pla-zo en que se hayan de cumplir, aun-que sea muy breve, parece largo, poreso repetía nuestra Madre cuándo ha-bía de ser, pareciéndole tarde el tiem-po más corto.

Fueron admirables las cosas deedificación que pasaron en el discurso

BEATA MARIANA DE JESUS

Sacado por el original de Vicente Carc ucho. Castillo lo dibujó, a. de 1785.

Palomino lo grabó.

— 128 — — 129 —

de su enfermedad, no sólo en lo prin-cipal de sus sufrimientos a dolores yremedios, a veces más penosos queel mal que se padece, sino también enotros singulares.

Ejercitó en esta ocasión el don deconsejo de que nuestro Señor la dotóentre las muchas y diversas personasde todos estados que la visitaron,exhortando ya a éstos a la virtud, yareprendiendo los vicios de aquéllos,cumpliendo el alma con el oficio queTertuliano (Lib. de Anima, cap. 40)dijo tomaba en aquella hora de predi-cador, haciendo púlpito la cama ytema de su plática que todos siguiesenla virtud y huyesen de ofender a ladivina Majestad.

Y aunque sus palabras eran pocasy llanas, eran acompañadas de talviveza y hablando tanto a los interio-res de cada uno, que parece los habíaa todos leído, y según lo que en elloshabía descubierto, acomodaba susrazones.

Y muchos de los que la oían seconfundían y avergonzaban viendolas eficaces razones que contra síescuchaban. Causaba en todos unreverencial temor y admirable respeto,y fué este singular beneficio que nues-tro Señor la hizo toda su vida, queninguno la habló o comunicó por másdescompuesto que fuese que en supresencia no se olvidase de sí yaprendiese mesura.

Entre los demás que concurrierona ver a nuestra Madre, fué un mance-bo bien dispuesto y galán, que no sólomostraba serlo, sino que lo pretendía.Puso en él los ojos entrando por lacuadra (habitación) y mucho más,

cuando llegó a tomar su bendició n Y

sin conocerle ni haberle visto antes lepreguntó: Hijo, ¿quiere amar a nueJ,tro Señor? Calló el mancebo y V°1'

vióle a preguntar: Hijo, ¿quiere arrMra nuestro Señor? Y como todavía rtorompiese su silencio le dijo: Pues bi

quiere amarle, ¿cómo no deja esg3malas compañías que le traen ir -quieto y hacen perder la paz del atma? ¿cómo no se aparta de las oce-s'iones y se da a la virtud?

Palabras •fueron proféticas, descl-bridoras del oculto estado de esta pe'

sona y que de tal manera le complirgieron que sin ser señor de sus oiöse dejó caer las lágrimas el sent

miento sin que ningún respeto ladetuviese; cosa que no menos espartó por el efecto que por la causo'admirando igualmente la luz sobren

tural que nuestra Madre tenía de 1

más secreto de los corazones, corn

queda antes dicho, y el fruto que coellos había causado.

Esto mismo sucedió a otras perso"

nas en la misma ocasión, aunque enésta fué más reparable y singular, Y

así mereció particular memoria.A otros dos señores títulos, rin

principales, que también la visitarencon otros muchos, les advirtió Liccosas secretísimas, las cuales y S

personas no se nombran por jusr(5respetos, y juntamente les encargó elamor de la virtud y que cumpliesEfl

cierta promesa de que nuestra Ma,,Al e-

era ignorante, y ella era en sí fallcreta que sólo Dios lo podía saberpor haber sólo quedado en su volun-

tad y no manifestándose de otra 111°'nera.

Co ncurrió infinita gente de todos%.Q dos a visitarla en su enfermedad,tilti chos señores titulares y otras per-1, ° 11 '28 graves, y hasta la media noche"bo hartas personas muy calificadas"e estuvieron escuchando su santa

(Museo Municipal de Madrid.)

plática y piadosas palabras, y viendoel ejemplo raro de su paciencia; otrosde tropel sin que pudiese porterodetenerlos entraban en su sala ytodos de rodillas la pedían humil-demente su bendición, y nuestra

oo

— 151 —

t e n oración y recogimiento interiorsist iendo a la divina presencia que

\Fsiernpre traía y pocas veces olvidaba.j cuando sus dolores más la apreta-u n volvía los ojos al cielo en quientellie puesta su mira y con esto seniliViaba

Llil religioso la dijo estando ha-' leudo del premio que Dios la habíacle dar: Madre, ahora gran recibí-

ir°4ilento la espera en el cielo con nues

Padre fray luan Baptista, -con8°P que fué suyo, y varón de singularirtud, como se deja advertido en la

Introducción del primer libro. No res-kndió a esto nuestra Madre, pero' eva ntando los ojos al cielo los tuvoelQvados por algún tiempo mostrandoun gozo tan alegre cuanto misteriosoY CR-1 e a los presentes dió que sos-Pechar haber tenido alguna visitailleav illosa, y su alegría fué tal quebie n lo dió a entender por ser conillodo desusado, porque aunque la111 os traba su rostro siempre, no tanl'eticular como entonces se vió; yietklo en nuestra Madre tan ordi-

tilrias visiones soberanas, no es‘ntich o juzgar que en esta ocasiónNtlic ipó de alguna.

5ej o otras cosas menores que po-'Píe n acrecentar este capítulo, que elfIS Más menudas no deja que se re-":1.ti ; porque fuera largo contar otros‘I ' eno res ejemplos de su sufrimientode° r1 que prevenía todas las ocasiones14e turbación interior, pues los singu-'res consejos y avisos admirablesUtle a todo género de gentes daba, la\,111. 1sIll a multitud los puso entre el ol-' 114 ; pero a poderse reparar, sólo detle's se pudiera llenar un tratado, y

de las personas a quien descubrió suspensamientos y manifestó lo másoculto de sus secretos.

De donde se consigue lo que alprincipio se propuso que en su enfer-medad dió Nuestro Señor a conocerel caudal de virtud y otros dones quesu Majestad había depositado en nues-tra Madre, cuya santidad y virtud dióa respetar en esta ocasión a toda estaCorte que concurrió en su enferme-dad a venerarla, como también des-pués en su muerte. , .

Muchas cosas fueron argumento deesto, irélas proponiendo como pasa-ron y en ellas se verá el fundamentoque hay para pensarlo.

Tres días antes que nuestra Madremuriese, le dijo el P. Comendador:¿Esto, Madre, parece que es cami-nar? Respondió: Así me lo parece amí, que estos recuerdos no es másque dilatar la jornada.

Algunos religiosos previniendo supérdida cuanto a lo de acá, le dijeron:

Madre, no se nos vaya tan pronto;pida a Nuestro Señor otro poco detiempo. Respondía con grande humil-dad: Padres, yo no me atrevo, queno me dictan que lo haga; pídanlosus Reverencias. Lo cual no sólo eraporque no la daban a entender gusta-ba Nuestro Señor que le pidiese vivir,sino porque determinadamente suposu voluntad y por eso no se atrevía apedir cosa que conocía ser opuesta aella.

Y así lo declaró últimamente, obli-gada de obediencia, porque mandán-dole el P. Comendador que dijese siacaso conocía que se moría, respon-dió que sentía en su alma tan grandes

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Madre se la echaba y les hacía lacruz hasta tanto que apenas podíalevantar el brazo y la mano. Y los queno podían llegar a recibirla contenta-banse con llegar su boca y ojos aalguna frazada de su cama; ¡tan an-siosa estaba la piedad y devoción!Los rosarios y cruces que cada unotenía los procuraba tocar a algunacosa que hubiese servido a nuestraMadre, y estas prendas guardabancon fan grande estima que ningúnprecio había que las igualase.

No fué la cosa menos maravillosala humildad que nuestra Madre mos-tró entre tantos aplausos; cosa tandificultosa desasirse de la honra cuan-do ella se muestra más favorable ydescartar la gloria cuando ella seviene Convidando a que la reciban.

No la inquietaba a su humildad elrespeto y veneración que en todosadvertía, y porque un ejemplo declarelo más que se puede decir, aunquequede dicho en el libro II, capítuloúltimo de su humildad, por haber su-cedido a esta ocasión se puede darlicencia a repetirle segunda vez. ElP. Comendador de este convento deSanta Bárbara cuidadoso y prudente-mente, viendo el general aplauso quetodos hacían a la santidad de nuestraMadre, si bien asegurado de ella, rece-loso del peligro que en esta materia depropia estimación alcanza a los mássantos, y más cuando en aquel aprietoúltimo les saltea la ocasión, que por sísola viene armada para derribar la hu-mildad cuando no la ayudara nuestrocomún enemigo que entonces más di-ligente acecha para fomentar su mali-cia, díjola retirado a su oído, de suerte

que no se le pudiese percibir de otrapersona: Madre, mire que el demotnoestá muy despierto en esta ocasión;¿hále venido algún pensamiento devana gloria de este concurso? Res'pondió estas formales palabras: 1Ve,por la bondad y misericordia de nilSeñor, antes me da muy gran pena;no saben ellos quién yo soy, que 51.lo supieran no vinieran. Pero yo pidoa nuestro Señor que mire su fe.

¡O ánimo verdaderamente piado50a quien no alteraban ocasiones! ¡Otereza singular a quien no sólo lashonras no derribaban, pero ni aunmovían! Mayor prodigio es éste quelos más que nuestra Madre obró,aunque de diferente calidad, y porquea las cosas muy grandes corre granriesgo si se alaban de hacerles injus-ticia, pues con las alabanzas es fuerzaque la cometan, tengo por mejordejarlas, para que ellas mismas en 13atenta consideración se hagan lugar.

Hubo otra cosa que reparar en estaenfermedad, si bien no nueva ennuestra Madre, digna con todo eso deadvertencia en aquella ocasión, y fuela singular paz y tranquilidad de sualma con que caminando entre peli'gros de aquella hora y acosándoladolores agudos, jamás no digo la p er-dió, pero ni la disimuló. A todo estabacon tan alegre rostro que nadie pud ie-ra juzgar en el mal que la agravaba,y era tan grande consuelo a los quela miraban constante en su pacienciay gozosa en sus dolores, que ningunodejaba de recibir particular alegríaque atento la advirtiese.

Lo más, cuando no se ocupaba enhablar, estaba absorta en Dios y pue

- 132 — — 133 —

avenidas de gozo y júbilos interioresque entendía cierto le esperaba algúngran bien, que para ella no podía serotro que ir a gozar de su Majestad, yasí entendía ser aquella la última en-fermedad.

Y porque se vea la puntualidad conque lo supo, la noche antes que Nues-tro Señor la llevase, pensando losmédicos ser la última, porque lo pro-metía así la debilitación del sujeto yel crecimiento de la calentura, manda-ron que la diesen el Santísimo Sa-cramento por viático y el de la SantaUnción, y diciéndoselo a nuestra Ma-dre dijo: Mañana pienso que serámejor, pero hágase lo que mandan,y así se hizo. Vivió después de estootro día entero, como antes habíasignificado.

Persuadida la señora doña ElviraManrique de Lara, patrona nuestra yamiga íntima de nuestra Madre que,según el parecer de los médicos, lanoche antes del día en que se murióhabía de ser la postrera le dijo: Yome quiero quedar aquí esta noche porla última despedida. A lo cual res-pondió nuestra Madre: Bien se puedeir, que mañana nos veremos. Duró,como se ha dicho, hasta otro díacontra el parecer de los médicos...

Creció el mal y acrecentósele eldolor al entrar en el séptimo día yvenciendo a la naturaleza flaca rindió-la al sepulcro. Martes a las nueve dela noche a 17 de abril puso fin la or-denación divina a los trabajos denuestra Madre Mariana y dió princi-pio a la gloria de que goza; muriócomo mortal y empezó a vivir comoinmortal. Faltó la virtud de su natura-

leza y entonces comenzó a recibi r el

premio correspondiente a su gracia•Estuvo siempre en el juicio n'O

entera y en lo interior muy atent a a

Dios hasta el último término de suvida, sin que jamás le perdiese, y 10

lengua no dejó de ejercitarse hastapoco antes que expirara.

A todos enternecía mirarla en aquelestado, aunque con menos compasióny mas envidia de la dichosa suerteque la aguardaba.

Pusiéronle en sus manos un Crist°a quien nuestra Madre abrazó tiern a-mente y con afectuosos coloquios re'cibió, y cuando poco antes de morirle negó la lengua su oficio, no call°'ban sus devotas acciones apretán do-le con gran afecto y acercándolesus ojos y boca, acabó entre sus Pin'dosos besos, y expiró con él misnl°que viviendo respiraba; semejant e ensu muerte a Moisés, de quien dice laEscritura que murió por mandato deDios (Deut. XXIV), o como dice el ca l-

deo, murió entre los besos de Jehovä'nombre propio de Dios. Rindió, al fui'con gran sosiego de su alma y segur"dad de su gloria el alma a su Creadorque para tanta gloria suya y ejen1121°común había encerrado en su cuerP0'y al fin madura en edad y merechnieryto reposó en paz.

No hizo los efectos comunes Su

muerte que suelen otras; lágrirna5movió su pérdida, pero enjugólasconsideración de su dicha.

Estuvo su cuerpo sin entregar se '1la tierra desde el miércoles en la 00'che a las nueve, que fué la hora de stlimuerte, hasta las diez de la noch e delviernes, que fueron dos días y d°5

n °ch es enteras, y espacio de cuarentaY n ueve horas. Fué fuerza el dilatarhus ta este tiempo el darle sepulturaPor cumplir con la infinidad de gentequ e co ncurrió a su muerte.

Púsose el cuerpo en una caja deque la piedad y largueza de los

seilores patronos nuestros el licen-ciado Alfonso Maldonado de Torres,del Real Consejo de las Indias y doña

lvira Manrique de Lara, su mujer,luandaron fabricar, claveteada de cla-vos dorados.

medio del altar mayor de esteconvento de Santa Bárbara, se levan-tó un tablado bien alto del suelo don-de en la caja descubierto se puso elCuerp o de nuestra Madre para que141cliese ser visto de la innumerablegente que concurría a verla y vene-rarla. Seis religiosos hacían defensa

Muchos que importunamente lleganquerer cortar de su hábito y coger

cle la s flores que estaban derramadasPor su cuerpo. Y estaban bien ocupa-,cle' s j untamente con recibir rosarios,ilenzos , relicarios y otras alhajas quet es daban suplicándoles tocasen conqas al cuerpo de la Santa, que así la' cla maban las voces confusas de la

et11-e, que fué en tanta frecuencia,e4I nunca en esta Corte se habíavisto aun en entierros de otras perso-d4s que murieron con muy gran fama4e santidad, según todos decían y

ejemplificando loscincursos grandes que en semejantesetos habían sucedido en esta Corte.Pero lo que seguramente podemos

tirtnar es que la iglesia, con ser ca-4z y estar muy apretada de gente, no()eu Paba una parte de la que a la puer-

ta daba voces y por todo el campo sedescubría, llamando todos a boca lle-na santa a la que poco antes habíanconocido viviendo ejemplo raro desantidad...

Las ansias que la gente mostrabapor adquirir alguna cosa de su cuerpofué extremada; las flores de su caja,ya que no podían haber otra reliquia,llevaban muchos, y habiendo quitadomuchas que se le habían puesto, sa-lían al campo y cogían algunas yotras hierbas que poder ponerle parallevarlas después y tener alguna pren-da suya.

De su vestido, por más que se guar-dase, no pudo dejar de llevar muchospedazos la importunación y fuerza dela gente, y a no retirar el cuerpo alcuarto de los señores patronos queestá arrimado a nuestra iglesia, fueramucho poderle guardar entero, por-que muchos se prevenían con cuchi-llos para cortar de su carne.

Viernes en la noche, se juntaronlos religiosos para enterrar el cuerpoy no fué posible por la mucha gente yporque era ya bien entrada la nocheno querían desamparar la iglesia, yal fin fué necesario disimularles laverdad diciendo que por entonces sedejaba allí para que diesen lugar acerrar las puertas, y cerradas soloslos religiosos le dieron sepultura de-bajo del altar mayor en la caja referi-da, acompañando el convento con lasolemnidad que en estos actos seacostumbra.

o 1:1

EI

cee LA ORDEN TERCERA SECULAR eEle DE NUESTRA SEÑORA DE LA MERCED

— 135 —

V

Miembros de la Tercera Orden.—Laformación de los Novicios

En el artículo IV, publicado en el nú-mero del mes de febrero, quedó traza-do con las palabras mismas de lasConstituciones aprobadas por Pío XI,el programa de la instrucción que losMaestros deben dar a los Novicios du-rante el ario de probación. Se reducetodo a la información en la vida cris-tiana y vida religiosa, cuya imitaciónconstituye el ser de las Terceras Or-denes.

Ahora trataré del método que sedebe seguir, según mi parecer, en estaformación.

Deben tener siempre presente losDirectores de Terceras Ordenes y susMaestros de Novicios, que religiosos yseglares tenemos todos un mismo finen este mundo: Dios conocido, amadoy seguido, y por consiguiente unosmismos medios formales para llegar aEl y una misma perfección con queconseguirlo; o lo que es lo mismo,puestas las cosas en su término final,que es la santidad, los santos llegarona alcanzarla, seglares o religiosos, ni-ños o adultos, por unos mismos mediosde desprendimiento espiritual de lascriaturas y de sí mismos y de confor-mación con la voluntad de Dios, y conla misma perfección de actos de fe, es-peranza, caridad, prudencia, justicia,fortaleza y templanza, es santo el se-glar como el religioso.

Sólo se distingue el religioso del se-glar, en la materialidad de los mediosnegativos y en la abundancia de losmedios positivos y en la materia obli-

gada para el ejercicio de tal o cual vir-tud, que es con frecuencia el ni coti-yo determinante de una santidad he"roica.

Porque el religioso, para llegar aldesprendimiento de espíritu de lascriaturas y de sí mismo, medio negat i-

vo, formal necesario de santidad, lasdeja todas y se deja a sí mismo por lostres votos, con lo cual pronto y fácil'mente llega al desprendimiento totalde afecto y espíritu; y el seglar, mas °menos, según el estado que tenga, vi'viendo en medio del mundo y en eluso de las criaturas y en posesión d e simismo, llega más raramente y con

mucha dificultad al desapropio espiri"tual necesario para la perfección cris'tiana, porque quien anda con la pez, semanchará con ella. Hay que reconocefque muchas personas en medio delmundo, libres de las cargas familiares,sin afanes demasiados para vivir o par3sostener el aparato ostentoso de posi'ción social, y mejor, con la áurea fije'dianía económica con que puedan ViVify hacer el bien, suelen llegar en el d es-prendimiento de espíritu y en la pra c-tica de la piedad a un estado muy P3'recido al religioso.

El religioso tiene medios positivo s deconformación con la voluntad de Di°5abundantes en el voto de obedienc13que tiene valor negativo en cuant o eSrenuncia de sí mismo, pero es medí°positivo en cuanto es entrega a la direc"ción del Superior, expresión de la v°'luntad de Dios, y en todos los acto s de

la observancia regular a los que toc3la campana, incita el ejemplo de 10sdemás religiosos y llama c o n susadmoniciones y correcciones el Supe'

riOr; y el seglar ha de ser para sí mis-campana, ejemplo y superior, por

lo que son pocos los seglares fieles a laObservancia de los medios positivosformales de conformación con la volun-tad de Dios, que son principalmente suPresencia y meditación, en los cuales,cotno el ojo al ver se hace imagen de loque mira, se hacen los que meditan ene entendimiento, en el afecto y en laobra , a imagen y semejanza de Dios,alcanzando ciertos barruntos y saboresde algunos atributos divinos, aun en

sta vida, y así vienen a ser inaltera-!3les, que es como sombra de eternidad,Independientes por sólo depender dequien no depende de nadie ni de nada,'etcétera.

Los religiosos, además, para los mi-nisterios en que se ocupan, tienen queConsagrarse al estudio de la Religión,

actu exercito causa el ordinamientodel entendimiento y de la voluntad, y

la reflexión adquieren cierta me-lancolía suave, amortiguamiento aunen edad lozana de las pasiones, alcan-zan por la experiencia en sí y en loslemas el conocimiento del corazónPara reprimir los actos disconformes

la recta razón y despertar y avivar1 0S que le son conformes, y si algunoele los ministerios, como antes en nues-tra Orden la redención de los cautivos,Y actualmente el apostolado, y en otrasOrdenes el servicio de locos y leprosos,e rige el ejercicio de ciertas virtudes engrado que raya en heroico, por lo mis-110 , con estas virtudes pide el ejerciciode las demás por estar estrechamenteIlnidas todas entre sí y conectadas conla Caridad.

Por donde se ve que en esto somos'cle la misma condición religiosos y se-glares, en lo formal de los medios ne-g a ti v os que San Juan de la Cruzllama

Olvido de lo criado,

y en la igualdad de los medios positivosque el mismo Santo cifra en

Memoria del Criador,y en su intenso ejercicio

Atención a lo interiorY estarse amando al Amado.

En resumen, los medios formales ne-cesarios de la perfección que constitu-yen las disposiciones inmediatas parala unión con Dios, son los mismos enreligiosos y seglares.

Llegan a estas disposiciones para launión con Dios: los religiosos por elatajo de la renuncia de las criaturashecha por los votos y los seglares porel uso moderado y ordenado de lascriaturas.

Los deberes de renuncia y abnega-ción y los de uso ordenado y moderadode las criaturas, constituyen, respecti-vamente, los deberes del estado reli-gioso y de los diversos estados de lossimples fieles. Cada uno de estos debe.res son distintos, por tener objeto inme-diato distinto, como lo son los compren-didos bajo los nombres de renuncia yde uso, y por eso son distintas las obli-gaciones de los religiosos y de los se-glares. Pero unos y otros deberes tie-nen un mismo objeto final, más al al-cance de los religiosos que de los se-glares: el desasimiento de todo lo cria-do, disposición negativa del todo nece-saria para la perfección o santidad.

Según esto, perfección cristiana yperfección religiosa son cosas idénti-cas por ser idéntico el fin e idénticos losmedios formales de consecución.

Por tanto, formación cristiana per-fecta es igual a formación religiosaperfecta.

Orden a seguir en la formación delos Novicios.—E1 mejor orden es el que

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El Maestro Fr. Juan Interián de Ayala (1657-1730)

se acompasa al ritmo del desenvolvi-miento de la vida cristiana, que es elmismo de toda vida intelectual, la cualtiene necesariamente, como todo serperfectible, un punto de partida, loque somos, un punto de llegada, loque debemos ser, y un camino que an-dar entre lo que somos y lo que debe-mos ser, dejando de ser que somos yempezando a ser lo que debemos hastallegar a la perfección de la vida cris-tiana, perfecta semejanza con Dios.

Supuesto, pues, que todo acto huma-no, a los que pertenece la santidadhumana, está motivado por el conoci-miento y especificado por una verdado serie de verdades; y tratándose de lavida cristiana, todo acto cristiano estémotivado y especificado por la fe, y queel novicio para serlo tiene que conocerde la fe lo necesario para salvarse, por-que en caso contrario, no podía tomarel hábito, el Maestro de Novicios ha deempezar su labor por enseriar a los no-vicios a

1. 0 Alejarse de si mismos por la fre-

cuencia de buenas confesiones.

2.° Tomar fuerza para andar el ca-

mino de la virtud por la frecuencia

de fervorosas comuniones.

3.° Andar el camino dirigidos Y

movidos por la frecuente y fervorosa

oración mental, lectura, etc.;y4. 0 Acercarse a Dios por el ejercicio

de virtudes heroicas y la oración altí-

sima, para lo cual conviene tener co-nocimiento especial de los dones delEspíritu Santo.

Enseriará, pues, el Maestro de Novi-cios en cuanto a lo 1. 0 y 2.° la parte delcatecismo perteneciente a los Sacra-mentos de Penitencia y Comunión, y laparte de lo que se ha de obrar, Manda'mientos de Dios y de la Iglesia y obrasde Misericordia; en cuanto a lo 3.°, en-señará a fondo lo que se ha de obrar,con las varias maneras de oración desúplica y lo que se ha de creer con losdiversos métodos de meditación delas verdades de la Creación, Redetl"ción, Justificación, Glorificación, etc.; Yen cuanto a lo 4.°, dará a conocer lanoción de virtudes heroicas y de losdones del Espíritu Santo y la descrip•ción, como puedan darla y aprenderlalos que no han pasado por ella, de losestados altísimos de oración.

j. G. CASTRO

ES uno de los hombres que más hon-ran a la Merced a principio del si-glo XVIII, escaso de personas eminen-tes en España, muy decaída por en-t°nees.

Nació en Madrid en mayo de 1657, decl°n Cristóbal Interián de Ayala y doñaAntonia Vázquez de Ribera, oriundosde Canarias. Era colegial en Santa Ca-talina, de Alcalá de Henares, cuandose decidió a vestir el hábito de la Mer-eecl en aquella villa en 1672, antes deenrnplir los quince de su edad. Volvió,s.toO

embargo, a profesar en Madrid elde mayo del ario siguiente, en ma-

llos del Comendador, Maestro FrayAlonso del Alamo (1).1 , Enviáronlo a estudiar Filosofía enquete y Teología en Salamanca, ene,0 :5T a Universidad aparece matriculadoge 1677 a 80 Fr. Juan de Ayala, apelli-

Por el que fué generalmente conoci-aunque él no olvidaba el Interián

e0 su firma.Ya ordenado de sacerdote graduóse

ge maestro en 1688, y en 1689 reap re-ee su nombre en la matrícula. Hizoentonces sus primeras oposiciones, es-htlIcliando día y noche. En 1696, el Padrel'ernal del Corral, en el Catálogo deTs Generales que precede al Bulario7e1 levrno. Linás, cuenta ya al P. Aya-

co rno una de las glorias del Colegio;e Salamanca, con el maestro Fray

ran cisco de Solís, futuro Obispo deerida y de Córdoba. Tenía entonces

ci (1) Dempere, Fr. Anselmo: Necrologio Merce-4tio , Ms. en la Merced de Lérida.

Fray Juan una cátedra de Artes, y an-tes había obtenido la de Griego, ga-nando finalmente la de Tres Lenguas(hebreo, árabe y caldeo), aunque enrealidad apenas enseñaba más que lalengua santa, aplicada a la SagradaEscritura.

Los superiores y muchos de sus com-pañeros le empujaban a que optara poruna de las cátedras de Filosofía o deTeología, pero él demostró en un me-morial impreso que su cátedra deHebreo era tan gloriosa y útil como laque más lo fuese, y que no había ra-zón para abandonarla. Tenía cincuentaaños y estaba achacoso; había ganadoya once arios para la jubilación y pre-paraba libros, que darían más gloria ala Orden que la cátedra que pudieraobtener...

«El segundo y principal motivo es:que la cáthedra que obtiene.., no es otraque la de propiedad de Sagradas Len-guas, la qual, aunque en la apre-hensión común, o por mejor decir vul-gar de nuestra Nación, o de muchosde ella, que sólo estiman por autoriza-da la fatiga escolástica de los silogis-.mos, con no muy intensa aplicaciónal estudio fundamental de las DivinasLetras y Escritura sagrada, de quienes una de las principales llaves el co-nocimiento de la Lengua„santa; aun-que en esta aprehensión, dezia, parecea algunos no ser igual esta cáthedra alas de propiedad de Artes, de Súmulaso Lógica, ni menos a las de regenciade Theologia, mas en la realidad de laverdad no es así, no sólo en el juicio

111111111111111111111111111111111111111

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de las otras naciones en donde éste noera punto disputable, sino en el de lamisma Universidad de Salamanca, puesen ella, siendo como es esta cáthedra depropiedad, no pertenece a otra facultadalguna que a la de Teologia...» (1).

Este memorial demuestra cuán lejosandaba el P. Ayala de las opinionescorrientes en su tiempo, y nos explicatambién su alejamiento de los cargosde gobierno. Desempeñó, sin embargo,el de rector del Colegio de la VeraCruz, y por muerte del Provincial fueVicario en 1712. Visitó los conventos,entre ellos el de Conjo, según de-muestran las actas conservadas enPoyo, asistiendo también al Capítulogeneral de Alcalá en ese ario.

Fué uno de los primeros en compren-der la enorme aberración de la orato-ria gongorina, iniciando una fuertereacción contra ella, teórica y prácti-camente. Existen dos tomos de sermo-nes suyos que se distinguen por su sen-cillez y claridad, impresos el primeroen Salamanca, en 1703, y el segundoen 1720, en Madrid, en 4.°

El Rey lo hizo su predicador y teólo-go de la Junta de la Inmaculada Con-cepción, y cuando en 1714 se fundó laAcademia Española de la Lengua, fueel P. Ayala uno de los primeros desig-nados para ella. En el gran Diccionariode Autoridades, que todavía es insus-tituible, encargaron al Mercedario lascorrespondencias latinas y la letra K,desempeñando su cometido con grancelo, aunque no viö el fin de aquellamagna obra.

Entre la correspondencia latina delDeán Martí, publicada por el embaja-dor inglés, figuran varias cartas ele-gantísimas del P. Ayala. De ellos diceMenéndez Pelayo: «La raza de los hu-

(1) Bib. NI. Ms.

naanistas no se había extinguido. Laprosa y los ver,sós latinos del DeánMartí son un portento de pureza y ele-

gancia. Otro tanto acontece con los desu amigo Fr. Juan Interian de Ayala.Uno y otro hacían, además, con Prl-mor, versos griegos. Hoy nos entusi as-mamos con las dos odas anacreónticasque forjó Leopardi, pero ciertamenteque no superan, ni poética ni filológi'camente a una tentativa exactamenteigual hecha por el P. Ayala» (1).

Eti la Biblioteca de Rivadeneira fign-ran varias poesías del mercedario, es-cogidas en el tomito que apareció enMadrid en 1729, por diligencia del Pa'dre Francisco de Ribera, de cuya bio-

grafía del autor me ha valido para tra'zar esta semblanza (2).

Elegante es también la latinidad delPictor Christian us eruditus, contralos errores que suelen cometerse enpintar las imágenes sagradas, libropublicado en 1730, y que hasta hoy esmuy buscado en su traducción caste-llana, impresa en 1780 por Ibarra en Ma'drid y reimpresa en Barcelona en 1882.

El Maestro Ayala era entendido enpintura, a la que había sido aficionad°desde la juventud, según confiesa élmismo en la censura que en 1721 hiz°'por orden de la Inquisición, de la obrade Palomino, su grande amigo: Prácti"ca del arte de la pintura.

Su firma aparece también en la apr°-t'ación de otras obras entonces publi/cadas, como las del famoso lego deMonserrat Fr. José de San Benito.

En el capítulo general de Zaragoza'en 1718, presentó una petición que de'muestra el mal estado de su salud: 4A

la petición del R. P. Maestro Fr. Joall

(1) La Ciencia Española, II, 87.(2) Humaniores atque amoeniores ad Musúgos

excursus, sive opuscula poética... Matriti,En 16.°, de 16 hojas más 188 págs.

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Interián de Ayala, Padre de la Provin-ci a de Castilla, del claustro de la Uni-yersidad de Salamanca y catedráticoJubilado de Lengua sagrada, en que re-presenta que, a causa de sus arios, tra-bajos y accidentes y especialmente deU0 bastante duro y penoso, como tarn-bie n notorio y sabido, necesita paraconsuelo suyo de que el santo definito-rio , teniendo como tiene en su mismacelda lugar decente y acomodado, le4 S '3 permiso y licencia para teneroratorio y usar de él celebrando elsan to sacrificio de la misa, según en laexpresada atención y por los motivosexpresados, con otros que no refiere,le fué dada y concedida dicha licenciaPor el Rvdmo. P. M. Fr. Josef Montesde Porres, continuándosela el PadreMaestro Fr. Pantaleón García Tron-eón , Maestro General absoluto. Se lere, sPonde que se le concede dicha licen-cia como la pide» (1).

(1) A. C. A. Monacales, t °, 2.683.

VL JURADYo propuse en las anteriores Cortes, hace más de diez

años, el juicio por jurados, y aún tuve la triste gloria deconseguirlo; pero a poco tiempo se vió que aún no estabapreparada la nación para tal institución.

No sirvió para defender la potestad real de los ataquesque se la daban;

ni para poner a cubierto la libertad contra los que, apretexto de defenderla, la asesinaban;

ni pudo hacer respetar el honor de los individuos, lascostumbres, la moral, el asilo doméstico...

(Martínez de la Rosa, en la sesión de Cortes del 3 de agosto de 1834,al Estamento de Procuradores).

A pesar de esto no dejaba el P. Aya-la de trabajar continuamente, y comootros muchos hombres del siglo XVIII,se empeñaba en obras superiores asus fuerzas y aun a las de media doce-na de eruditos. El mismo dió al PadreHardá, autor de una Biblioteca Merce-daria, la lista de obras en que trabaja-ba, y que hoy está original en la copiade dicha Biblioteca sacada por el PadreArques.

Pasó a mejor vida en Madrid el 20 deoctubre de 1730, siendo sepultado en suconvento de la Merced. En Salamancahizo su elogio fúnebre el Agustino Pa-dre Manuel Vidal, presentándolo comomodelo de religiosos y de serios culti-vadores de la ciencia.

Su cátedra de Hebreo la tenía desde1728 el P. Tomás Varó, mercedariovalenciano, y el sillón vacante en laAcademia lo ocupa don Casimir° Uz-tarriz.

Fa GUILLERMO VÁZQUEZ

Gabriel tit. S. Bartholomxi in Infilla Cardin.TreGius , Epifc.Maleacen. 1-lifpanus,z.De.cembris 16 i f.

— 141 —

grande estima y honra y en doce añosde oficios, siendo de menos de cua-renta, me hicieron Cardenal» (1),exi gen haya nacido después del 1575;edad que dice muy bien conlos años «bien pocos» que sussobrinos, hijos del hermanomayor, tenían entre los años627 y 29, en que fueron a estu-dia r a Salamanca.

En la mencionada instruc-ción a sus sobrinos nos dejóel Cardenal notas autobiográ-fi cas de su niñez y juventud.

« Tuvo vuestro abuelo cuatrohi i os varones: vuestro padre,el señor don Pedro vuestro tío,el s eñor Obispo de Cartagenavuestro tío, yo fui el menor.

"La hacienda seglar que ha-bía en casa Ilevösela todavuestro padre como mayor,un a prebenda eclesiástica encine se podía acomodar uno delos hijos, Ilevósela el señordo n Pedro.

» Murió vuestro abuelo queda ndo los dos mayores aco-modados, aunque no con loque merecían, que os prometoque, sin pasión de hermano,Illerecen mucho más de lo quetienen. Quedamos el señor°bispo y yo sin comodidad

)E,studiamos todos, y los dos 111d-VGres como se vieron acomodadosdejaron el estudio, aunque el señor(1 °11 Pedro no del todo. El señor()bispo entróse en la religión de San

(1) B. N. Ms. 4.304.

Francisco, que desde niño lo escogióDios; yo estudié y pretendí y aunqueengañando al mundo.., llevé en Sala-manca tres cátedras y un colegio, y

comencé a tener oficios de su Majes-tad, y a pocos lances grande estima yhonra, y en doce años de oficios,siendo de menos de cuarenta me hi-cieron Cardenal y después Presidentede Castilla, cosa que ni sofiádola ha-bía cuando me la ofrecieron.

II

Gabriel, Cardenal Trejo Paniagua, Obispo de Málaga.(De la obra « Effigies-Cardin-Vivent»-a 1628.13. N. B A. 02731)

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lo10

La vida de la Beata Mariana deJesús fué un caso de santidad y sim-patía tan radiantes, que a los treinta ysiete años de su muerte, «fuera deéstos (los 203 testigos que figuran enel proceso apostólico), en varias de-posiciones testifican gran número deseñores, y si hoy día que es ario 1661quisiese la Santa Sede examinar nue-vos testigos, se hallaran en esta Corlemás de dos mil, todos oculares, ydescubrieran maravillas» (1).

Del séptimo duque de Alba, donAntonio Alvarez de Toledo y Beau-mont, fué «su madrina la Beata Ma-riana de Jesús, con quien toda laprincipal nobleza tenia suma devo-ción... • Tuvo en la pila a muchos hijosde señores y personas nobles, comolo he leído en varias partidas de lasparroquias de Madrid, y aun algunaacompañada del Beato Simón de Ro-jas, como aparece en la de un niño delos marqueses de Povar» (2).

Noble por la sangre, más ilustrepor sus virtudes y dignidades, el Car-denal Trejo Paniagua fué el sustenta-dor de la vida de la Beata—no sé losaños—con una pensión mensual de100 reales, honróse con su amistad,cuando Cardenal—debieron ser losaños 1616 y 1617--o le decía misa ohacía acto de presencia para que sele pudiese decir, se carteó con ella

(1) P. Juan de la Presentación. 13. N. Ms. 5.615,página 12.

(2) Alvarez de Baena en «Hijos ilustres de Ma-drid».

desde Roma, guardó algunas de suscartas «con veneración de su firma»,se reconoce deudor de «muy grandesmercedes» que Dios le hizo por su i n

-tercesión, visitóla algunas veces ensu sepulcro como cuerpo de personasanta, venerándola interiormente–otracosa no le permitía su dignidad ce r

-denalicia—hallóse presente a la íos'pección del cadáver el año 1627, dili'gencia última del proceso apostólico,admirándose de «ver cuerpo difunt°de tantos años, sin haberle abierto,ni sacado nada de los interiores, ni

hechóle beneficio alguno, estar tanentero, que ni el vientre ni el rostrotiene cosa gastada..., cosa sobr e-natural y merced que Dios hacepara indicio de la santidad.., y de

gloria que goza» (1).Estos títulos le hacen merecedor

unas notas biográficas que cederánhonor de la misma Beata.

Su nacimiento y estudios

Los Diccionarios Hispano-Arnericnos y Espasa ponen su nacimienen Plasencia el año 1562, el epitalde su sepulcro: «Te Parca senEeripuit», le supone viejo el ario demuerte, 1630, y lo era si nació el ad°dicho; pero, si no hay error en ocopia, estas palabras del mismo Car

denal a sus sobrinos: «a pocos IancE

(1) Declaración sobre la vida y milagros, P u -cada en LA MERCED de julio de 19ä2.

te El Cardenal Trejo Paniagua, protector y devotode la Beata Mariana de Jesús 1

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• »El señor Obispo estudió en sureligiön, tuvo crédito, hiciéronle lec-tor y leyó, y fue guardián y secretariodel General y Comisario general delas Indias y General de toda su Orden,ahora es Obispo, y mañana será mucho más, que capaz es de todo cuantohay en la Iglesia de Dios (1).

»No podían darnos lo que nos die-ron con hacernos estudiar, y criarnoscon mucho estudio y encerramiento yvirtud.

»Esto debo al señor Deán de Pla-sencia don García de Loaisa mi tío yal señor Alonso Paniagua mi tío, queme hicieron estudiar.

»01 decir al primero, haciéndome deedad de ocho años estudiar con elrigor que si fuera de veinte, y dicién-dole algunos amigos que era muchotrabajo para mi edad: Pues muérase,que nadie sabe la falta que a mí mehace el no haber estudiado, si no yo.Y así si mis sobrinos no han desaber, mejor es que se mueran niños.Oid qué leche esta con que me cria-ron; no hay sino escoger, si no estu-diar y saber o morirse».

Cardenal

El año 1615 a 2 de diciembre, Pau-lo V, a instancias de Felipe III, lecreó Cardenal con el título de SanBartolomé in insula, que despuéscambió por el de San Pancracio.Continuó, a lo que parece, en Españahasta el 1617 en que recibió el birretecardenalicio de manos del mismoPapa Paulo V en el Palacio del Qui-rinal.

(1) Ms. citada, pág. 39 vta.

Desde entonces parece residió CIIRoma hasta el 1625 que pasó a gobe r

-nar el Arzobispado de Salerno en elreino de Nápoles, «cuyo príncipe dabala circunstancia de ser de la familiade los Grimaldos, procedentes de Ge-

nova, y de la cual asimismo desee n-dia el Cardenal,

»A la muerte del Papa, y cuando sereunió el cónclave para la elección deGregorio XV en 1621, obtuvo sietevotos, y hubiese reunido mayorí a ano haberse interpuesto la influenciade Francia, que no veía con buenosojos elevarse a la Silla Pontificia a lariCardenal español» (1).

En este cónclave intervino el Cedenal Belarrnino, hoy Santo, ypensó también en elegirle Papa;vez por su edad avanzadísima, seteta y nueve años, se desistió de ellEn aquel hervidero de muñidores,fluenciados por los embajadoreslas naciones, resaltan por su austedad e independencia San Pedro Elarmino, nuestro Cardenal y algunotros. A altas horas de la nocheron a la celda de San Pedro BeN

mino para saber su parecer y gana]para el candidato, y el Santo Carcnal les contestó; Ahora es horadormir; amanecerá y entonces Iraremos de elegir Papa.

Perteneció nuestro Cardenal aCongregaciones de Obispos y Reg

lares, del Concilio, del Indice y de

Inquisición, y en uno de los cónclaNfui de la comisión nombrada parasolver autoritariamente las dudas cl

(1) Diccionario Enciclopédico Hispano- A°'cano. Apéndice.

Pudiesen surgir en la elección delPontífice.

Era el Cardenal Trejo partidariocerrimo de la opinión pía de que la

Santísima Virgen había sido concebi-cla sin mancha de pecado original, yes de creer que si hubiese resultadoelegido Papa, tendría la Iglesia, segu-ratn ente, la definición dogmática de laInMaculada Concepción con unosckscientos treinta arios de anticipa-ción , Y España la gloria de ser suyoel Papa de la definición.

En la leyenda de su escudo procla-Mab a su pía creencia: Mul/er am/eta80Ie et luna sub pedibus ejus; et ineaPite ejus corona siellarum duode-cim (1); pro Intnaculata ConceptioneVirginis Deiparae lotus inenbuit, enla P retensión de la definición de esteMisterio puso todo lo que era, y era'lincho, porque era Vir undequa quePraestans et rerum gerendarum pe-Pilla , en todo eximio y de gran des-treza en la gestión de los negocios.

De ser Terciario Franciscano y her-man o del General de la Orden y de

pealessido Capellán de las Descalzas

'<ea les hasta la elevación al cardena-lato le habrá venido al Cardenal Trejoesta devoción a la Inmaculada Con-cepción, porque en las Descalzaspeales estaba de religiosa la InfantaMargarita, tía del Rey, a quien setenia como la principal fomentadora yslIstentadora en la Corte de este mo-viln iento concepcionista, «pues máscine nadie promueve este nego-C10) (2). Eso por lo menos decían los

( I ) j Palatio, en Fasti Card. omnium S. I? E.v0 1 . 4. Venetiis, MDCCIII.

(2) Carta del Nuncio, 1 de diciembre de 1617.

contrarios que era «una trama tansutilmente urdida bajo capa de devo-ción por los Padres Franciscanos aimpulsos de los Jesuitas, por mediode la señora Infanta, tía de Su Majes-tad, religiosa descalza de San Fran-cisco, y tan arraigada en el corazóndel Rey, que no veía manera de impe-dirla» (I).

Su hermano el P. Antonio Trejo fueconsagrado Obispo de Cartagena el11 de septiembre de 1618 en las Des-calzas Reales y llegó a Roma el 16 dediciembre del mismo año con la mi-sión única de negociar la definicióndogmática de la Inmaculada, o lo quemás pudiese en este asunto. Presentósus credenciales a Paulo V el 19 delmismo mes.

«Esfuerzos gigantescos llama el Vi-cario General del Obispado de Liejaen un opúsculo reciente (2), los queel Prelado de Cartagena D. Fr. Anto-nio de Trejo, poco antes General deSan Francisco, hizo en nombre deEspaña para traer a la Santa Sede ala decisiva declaración del gran Mis-terio» (3).

El Papa no le oía benignamente,sino muy desapaciblemente, como elmismo Obispo escribió a su Rey el 25de febrero de 1619, y tal debió ser lapresión que el tenaz Obispo hacíasobre el Papa, que, según escribió elCardenal Borja, «entró (el Papa) en

(1) De una carta del Nuncio al Cardenal Bor-ghese, 30 de septiembre de 1617.

2) Mgr. Georges Monchamps, «Saint Jean Ber-chmans et l'Inmaculée Conceptión»,

(3) L. Frías. «España por la definición dogmá-tica». En el extraordinario de «Razón y Fe», de1904.

— 145 —

de 1 625, son estas palabras del Nuncioechetti al Conde Duque: «había ca-

tóli cos que por temor a la potencia dele Causa de Austria y por despecho,:11) Sólo pensaban seguir aliados a los'lere i es, sino hasta llamar al turco yel Propio infierno si les fuese posi-ule)•

Se tuvo a Trejo por el autor famosode dos escritos que el Cardenal BorjaPublicó; en uno de tos cuales se im-Pil laba a Urbano VII el abandono de

la causa católica... Por lo cual losromanos lo tenían por poco adicto ala Curia (1).

FR. JUAN GILABERT

(Continuará.)

(1) Celebris auctor dicitur geminae scripturae inlucem datae a Cardinali Borgia; prima Urbanusipse Pontifex sualabatur, quod Sueco irruente inGermanos cum Lutheranorum turmis causan] Ur-banus religionis catholicae desereret... Hinc a Ro-manis Curiae parum addictus accusatur. J. Palatio,obr. citada.

4 LIBERTAD DE IMPRENTA

Se ha dicho muchas veces que los extravíos de la opinión

se corrigen con la libertad de imprenta; que ésta es como la

lanza de Aquiles, que curaba las heridas que hacía.

No es cierto. En tiempos turbulentos y peligrosos (lo digo

con franqueza), los partidos se apoderan de esa arma, y la

usan en contra de la misma sociedad que la permite. ¡Cosa

singular por cierto! En todos los estados, aun en los más

libres, así antiguos como modernos, se han puesto trabas, yse ha suspendido más o menos el ejercicio de la libertad en

tiempos borrascosos. En Roma hasta los comicios se suspen-

dían en caso de peligro, el senado callaba, y se solía confiar

a un solo hombre la salvación de la República.

GlIQrtüzez de la Rosa, en la sesión de Cortes del 3 de agosto de 1834).

— 144 —

grandísima cólera y pasando el virre-tín de una mano a otra, señales deun ánimo muy ofendido e indignado,me dijo que le querían poner leyes ysacarle las gracias por fuerza y queantes renunciaría al Pontificado quesufrir tales tratamientos. Yo le pro-curé aplacar... pero continuó su demostración diciendo que Vuestra Ma-jestad quería quitarle la vida, pues asu despecho tenía aquí al Obispo deCartagena para que lo acabase dán-dole cada día disgustos con sus ins-tancia y con el modo de apretallas...Esta alteración y movimiento de ánimode su Santidad... le nació de las apre-tadas instancias que le hacen por ladefinición del punto de la Concepcióny de haber entendido que si no con-desciende a ellas esperará el Obispootro Papa sin salir de Roma.»

Era el Cardenal Trejo parte princi-pal en estas negociaciones apremian-tes de su hermano, porque ya «en unaentrevista fuerte y curiosa que tuvocon el sobrino del Papa antes de queel Embajador saliese de España y aunde Madrid, diciéndolo Burguesio: Nosé cómo acudirá el Papa a eso, le res-pondió el Cardenal: Mi hermano noviene de prisa a Roma; aquí se estaráveinte años, y esperará quien lo haga,que no ha de volver a la casa de suRey sin el despacho porque le envían,y si para ello es fuerza (aunque nosea menester) que ha de haber con-cilio, júntese».

«Más aún hubo de exasperarse suSantidad, llegando a sus oídos, comoparece llegó lo que al Obispo y a suhermano el Cardenal se atribuía: quecon el pensamiento de esperar, si

fuese menester, al sucesor del actuaPontífice, para conseguir lo que de é 1

no se podía, llegaron ya a poner losojos en quien les convendría para suintento, y a tratar de ganar votos paraél entre los Cardenales; imposturalevantada por los enemigos de laCausa para sus fines, llamó a esto elObispo sincerándose con el Rey detales acusaciones en carta del 12 dejunio y falsedad que esa fuese la causade la mala disposición del Papa» (1)

El Obispo hubo de volverse a España al año largo de haber llegado aRoma; pero su hermano el Cardena l

que continuó en Roma, de seguro siguió favoreciendo la negociación dela causa por los otros embajadores, elDuque de Alburquerque y el Conde dede Monterrey, y había tenido parte talvez importante en la obtención del decreto de Gregorio XV publicado el 12de junio de 1622, tan favorable a laopinión pía (2).

En otro orden de cosas debió sufrirmucho el Cardenal Trejo, en el de ladefensa de los intereses de Españaante la Santa Sede.

España, a veces, en la defensa dela Religión se movía por intereses nacionales; pero, en general, siempre Y

por encima de todo, defendía la Iglesia con sacrificio frecuente de susconveniencias, mientras otras nacio-nes por humillarla no reparaban enmedios, bien nocivos con frecuenciaa la Iglesia.

De aquellos años, 27 de diciembre

hace relación de estas embajadas especialment

(1) Tomo XIII de Razón y Fe, pág. 66.(2 No pude ver la obra de Wadingo en qu e se

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del Obispo Trejo.

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Born Jesús de Gurgueia (Piauhy) 1. 0

de febrero de 1934.

Rvdo. P. Director de LA MERCED.

Madrid.

Mi muy amado Padre: Seguimos re-gularmente; hemos pasado el PadreJerónimo y yo una especie de grippebenigna, a consecuencia de las mu-chas humedades. Las lluvias han sidotorrenciales y las tronadas se parecena las de Roma, en ciertas épocas deverano.

Uno de estos días, a la hora de laNovena de Nuestro Santo Padre, nossorprendió una en la iglesia, con talviolencia de viento y de lluvia, quecogimos miedo, y la gente, que ya havisto muertes de personas y animalesa consecuencia de chispas eléctricas,estaba asustadísima. Yo recé contodos las Letanías de los Santos.

Observo que llueve más que en

S. Raymundo, por eso las cosechasde arroz, algodón, maíz y frejos, sonmás seguras; pero el terreno, aunquefertilísimo, es más flojo, y se pareceal de Galicia, que necesita lluvia fre-cuente.

Esta noche y esta tarde ha habidootras dos tormentas con truenos fuer-tes y lluvia torrencial. El millo delquintal está hermosísimo aquí encas a.

Ayer terminamos con la fiesta deldía los cultos que hemos dedicado aNuestro Santo Padre San Pedro No-

-00.Q.02:002,00%00°

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lasco; han estado muy devotos. LaNovena, un arreglo de oraciones Ymeditaciones que pude formar en por-tugués sobre las Bienaventuranzas,ha resultado devota. Ayer noche en laBendición prediqué sobre la Fisono-mía moral del Patriarca, su semejan-za con el redentor, y se reorganizó laVenerable Orden Tercera, entrandovarias señoras de las principales dela villa.

La Misión que hemos anunciadoempezará el 17 de éste, para terminarel 25. Después volveremos a S. RaY-mundo.

Hemos pasado un trabajo ímproboordenando un poco los libros parro-quiales viejos que no estaban en bue-nas condiciones de conservación.Además de haber en ellos muchaslagunas en diversos tiempos, en quelos Vigarios venían sólo en desobri

-ga en el verano, faltando años ente'ros las partidas, estaban destrozadospor un bichifio, llamado cupim, queva furando todas las hojas de extrern°a extremo. Sólo están bien los librosdesde el año 1923, en que vino elExcmo. Sr. D. Fr. Pedro Pascual M i -guel, y siguieron los Padres.

Estoy viendo cada día nuevas nece

-sidades morales y materiales en estoslugares. La iglesia está pobrísim a, amás de ser pequeña; apenas hay 105ornamentos necesarios para misa re-zada; faltan muchas cosas indispen'sables. ¡Qué confesonario! ¡Quésales! ¡Qué pobreza en todo! Lo Poe°

que hay, gracias a Dios, está limpio,Pero si vieran por ahí cómo está todo.El p latillo de Comunión es una penacómo es...

Estoy tornando nota para poder en-viar algunas cosas, gastando un pocode d inero. Para celebrar de tres nohay nada; no hay armonium tampoco,de modo que las pobres cantoras can-ten a voces, y no lo hacen mal, ¡po-brecitas! Sólo hay una campanita enl a torre, suena bien por fortuna.

Otra calamidad no pequeña es lafall a de medios para proveerse devino y harina. Llevamos quince díasesperando una cosa y otra de Floria-no o 5. Paymundo; se acabó el vinoque n osotros trajimos, y hemos utili-zado un moscatel del Río Grande del8ur que se halló por fortuna, y esta-Mos celebrando con gotas, esperandollegue en el próximo correo. Cornono hay telégrafo a ninguna parte, nadaPodemos pedir con urgencia. La hari-na t iene otro inconveniente, que coneste clima se pierde y hay que traerPoca cada vez, viéndose el Padre aveces apurado por falta de partículasPara la Comunión. Si el correo non os trae luego la materia del SantoSacr ificio, no vamos a poder celebrar.Y v iene la Misión. Así es esto porahora, lleno de dificultades.

Por eso me he puesto al habla conilgunas personas, a fin de explorarel terreno en dirección a S. RaymundoPor l a parte que nos parece más rec-t , Para ver si se puede abrir estrada.Nos Parece que será más breve que

dos actuales, que dan mucha vuel-t, Y se podría ir y venir fácilmente.

El camjón a Floriano tiene alguna

irregularidad en este tiempo en losviajes; en el mes pasado faltó dosdías. No es extraño, son 358 kilóme-tros, y ahora con las lluvias, quiénsabe cómo está la estrada, que no escomo las nuestras de ahí.

Quisiera, antes de marchar, colocarla primera piedra de la futura cate-dral, corno le dije en mi anterior. Pidopor todas partes para esta obra, y seme ocurre que sería quizá útil y eficazpara allegar algún recurso publicaruna hoja pequeña aparte en la Revis-ta. Haciendo esa Hoja, claro es quecircunstancial, dadas las instruccio-nes de la S. C. de Propaganda, y conel mismo nombre que tenía la de Alar-cón, « Piauhy., recomendando en ellaperiódicamente las necesidades ma-yores de nuestra Prelacía, Catedral,Seminario y Obra de las Vocaciones,Palacio, etc. ¡Quien sabe si algunapersona rica, de espíritu misional,sin perjudicar las muchas y necesa-rias obras nacionales, que hoy másque nuncan interesan al país y exigenla cooperación de los buenos, se mo-vería a ayudarnos, y hacer aquí loindispensable, para que esto tengavida un poco más desahogada!

No deje de pensar y consultar estecaso, que con el alma afligida le ex-pone su afmo. s. s.- y m. h., que leabraza y bendice,

t FR. INOCENCIO,

Obispo Prelado de Buen Jesúsde Gurgueia.

PAGINA MISIONALg000000000000000000...u.u..0....Q.00000000000000000000000000000000000000000000000000000000.00.0.000.~.."

-- 148 — — 149 —

Milwaukee. Wis. (U. S. A.) 12 de fe-brero de 1934.

M. Rvdo. P. Alberto Barros.

Poyo.

Mi querido P. Provincial: Recibíjuntds sus cartas del 24 y 25 de enero,

R. P. Serapio González Gallego, actual Párroco deNtra. Sra. de Guadalupe, en Milwaukee, Estados

Unidos.

que me causaron gran alegría, puesya hacía tiempo que no tenía noticiassuyas...

Aun cuando por su prolongada es-tancia en Puerto Rico, le supongobastante enterado de la vida clericalde los Estados Unidos, voy a hablar-le de ella, refiriéndome concretamente

a esta Archidiócesis. Y en charlassucesivas le iré diciendo de los dis-tintos aspectos de este país.

En primer lugar, no hay unos sa-cerdotes ricos y otros pobres. Loshay con más o menos ingresos, peroninguno sin lo necesario para vivircon gran comodidad. La diferencia desacerdote secular y regular, y entreéstos, la de Franciscano, Dominico,Jesuita, Redentorista, etc., pasa mtlYdesapercibida en todos los ambientes,por causa de que todos andamos ves-tidos igualmente. El cuello negro enla calle nos unifica a todos y sólo enla iglesia, en las solemnidades, a queacuden casi todos los sacerdotes dela ciudad, aparecen los religiosos dedistintos colores, y los monseñoresque han conseguido de Roma el dere'

cho a ponerse unos capisayos visto-sos que parecen Obispos. Para di s

-tinguirlos hay que fijarse en si tieneno no pectoral.

Ocupaciones: Primera y más impor-tante la parroquial. Luego oficinas dela Cancillería, Seminario, direcciónde las escuelas parroquiales, todasdirigidas por religiosas, hospitales,orfanotrofios, asilos, conventos dereligiosos; si no son casas de form a

-ción también tienen parroquia. Hastalos Jesuitas de la Universidad Mar'quette tienen la parroquia del Jesús.Por cierto, acaso, la más concurridade la ciudad.

En el arzobispado no hay BoletínOficial, sino que nos maridan cons'tantemente circulares con los avisosque tengan por conveniente. Con fre-cuencia convocan a reuniones en lacancillería de todos los párrocos'

°tras veces de todos los sacerdotes,Y al lí es de ver la camaradería de unosCO n otros, el buen pelaje que todosti enen , y la igualdad de clases; no hay11M s que sacerdocio, todos igualmentehon orables con la única diferencia de1 °s méritos personales de cada uno.

E l sacerdote, por el mero hecho deserlo, es sumamente respetado, pri-niero entre el clero. Celebran todosSUS fiestas principales, sobre todo lasbodas de plata sacerdotales. Si algu-no muere el funeral es siempre de1)on tifical, y el Arzobispo hace siem -Ore una pequeña oración fúnebre al

Asisten todos los demás sa-cerdotes. El otro día estuve a uno yseriamos unos 150 los asistentes.

Para esas solemnidades hay uncoro de unos 20 sacerdotes, emplea-dos en parroquias, etc., que se ensa-Ye n con frecuencia y çantan como nohe oído cantar mejor el gregoriano oPolifónico, según la solemnidad. Ha-cen el culto y las ceremonias desdecl Arzobispo hasta los monaguillosCO n una dignidad y perfección queencanta y asombra. Todos llegan ensUs m agníficos autos; en algún salónde l a escuela parroquial se cambiande t raje y se colocan en el lugar re-servado . Al final de la función, enIlluchas ocasiones, dan almuerzo yco n frecuencia el muerto es traslada-(1 0 e otro pueblo para enterrarlo, contin a b uena caravana de autos de acom4harniento.+ Como norma ordinaria, los asisten-'es o coadjutores viven siempre conel Pá rroco. Conozco los de una pa-l'roquia a 16 millas de aquí; son tresY el párroco. Viven en comunidad,

leen en el comedor como si fueranreligiosos; el comedor está adornadode letreros góticos muy artísticos, confrases edificantes de los Santos Pa-dres y versículos de la Biblia. Lossacerdotes son dignos y piadosos; ya pesar de que viven tan mezcladoscon religiosas en las escuelas parro-quiales, y siempre hay señoritas me-canógrafas en todas las oficinas, em-pezando por la cancillería, nunca seoye hablar de escándalos. Y si loshubiera se sabría, pues los escánda-los de los pastores protestantes sesaben bien, y con una frecuencia alar-mante, pues casi siempre van a parara los tribunales.

He de advertirle que el Sr. Arzozispono sólo celebra misa de Pontifical enlos funerales de todos los sacerdotesde la ciudad, sino de toda la diócesis.Es un honor que ahí no se concibe, yaquí parece lo más ordinario. Y estehonor es no sólo para los seculares,sino también para los religiosos.

Con relativa frecuencia hay fiestasy banquetes con diversos pretextos, yal último música y discursos, más dis-cursos. Nunca falta el Arzobispo, quees un discurseador incansable. Resu-men: Aquí el sacerdote está en primerlugar honradísimo por la Iglesia, y esehonor deriva al pueblo que lo respetaen todas partes de manera impresio-nante...

Y nada más por hoy. Saludos paratodos. El P. Manuel también mandarecuerdos.

Su afectísimo hermano, amigo y de-voto súbdito que le abraza,

FR. SERAPIO GONZÁLEZ GALLEGO0. de M.

CURIOSIDADES El templo de JerusalénBÍBLICAS- -

(CONTINUACION)

No parece haberse conservado ningúnplano antiguo del templo de Salomón.

Por su parte el profeta Ezequiel, quehabía como sacerdote prestado sus ser-vicios en él, nos dejó una espléndidadescripción del mismo, aunque enri-quecida con diversos detalles que nollegaron, según parece, a realizarse niantes ni después.

Siguiendo paso a paso esta descrip-ción, dos eminentes arquitectos france-ses, los señores Perrot y Chipiez, hanllegado a realizarla con un magníficodibujo, que es el que se reproduce en elgrabado que hoy ofrecemos a nuestroslectores.

Como ya hicimos notar, al hacer ladescripción del tabernáculo, estaba ésteorientado de manera que su entradamiraba al Oriente, y esta misma orien-tación se dió al templo. Por tanto, cuan-do los apóstoles, sentados en las altu-ras del monte de los olivos, expresabana Nuestro Señor su admiración porel hermoso aspecto del templo quedesde allí contemplaban con toda co-modidad, la miraban por su parte dedelante, ya que el monte de referenciaestá al Este de la ciudad santa.

Al subir a la meseta o explartada,vemos una faja de terreno de unos 25metros de ancho, que era llamada atriode los gentiles, porque a ella podía en-trar todo el mundo, incluso los genti-les. Este atrio está separado del otroque vemos más adentro por una seriede galerías y cámaras diversas. Parapasar del atrio exterior al interior hayuna puerta al centro de cada uno de lostres lados. Estas puertas, sobre todo laprincipal, son en sí, y para sí, unosverdaderos edificios de bastante fondo,lo que va de uno al otro lado de lasgalerías, y con habitaciones para losconserjes encargados de impedir laentrada a los que a ella no tienen dere-cho. El atrio interior es el denominadode Israel, porque sólo a los israelitasse permitía su acceso. A este atrio mi-raba la parte más grandiosa de las trespuertas mencionadas, como tambiénlas otras tres, por las que se entraba altemplo propiamente dicho, las que es-taban edificadas cada una enfrente de

una de las anteriores. El atrio de Israelera de un nivel superior al del atrioexterior, como se ve por las gradas quehay delante de las puertas.

Dentro ya del templo, hay otro atrioque llamaban de los sacerdotes. Sola-mente éstos y los levitas podían pasara él. En el centro de él vemos corno unkiosko, al que se sube por unas gradas;es el altar de los sacrificios. Más alláy hacia la izquierda, hay un recipiente,es el mar de bronce, para lavar lasvíctimas ya sacrificadas. Tenía unoscinco metros de diámetro, y descansa-ba sobre doce bueyes de bronce,dos en cuatro grupos de a tres y mi'rando cada grupo en dirección de unode los puntos cardinales.

Este atrio respondía al espacio ce-rrado por las cortinas del tabernáculo,y que, a diferencia de este último, que-daba al aire libre.

Ahora, en el interior del Santuario,del templo en sentido estricto, apreci a

-remos, según se hizo notar a su tiem-po, la división del tabernáculo en dosparte , : «el lugar santo» y «el lugarsantísimo». El primero sigue inmedia.:tamente una vez atravesada la granportada que se ve en medio, semejantea las antes mencionadas, pero muchomayor. En este «lugar santo» estabael altar de los perfumes, el candeleroy la mesa de los panes de la Propos i

-ción, todo como lo hemos visto en eltabernáculo. Las dimensiones de estelugar eran como unos 21 metros delargo por 10'50 de ancho.

Al fin estaba el «Saricta Sanctorurwo «lugar santísimo», que no conter0otra cosa que el arca de la Alianza, Yen él sólo entraba el sumo sacerdoteuna vez en el año. Las dimensiones d el-«lugar santísimo» eran de unos 10 me-tros cuadrados.

Así como el atrio de Israel era IlläSelevado que el exterior, así lo era°también el de los sacerdotes más queel de Israel, y el suelo del templo er,3asimismo superior al nivel del atrio delos sacerdotes, como se ve en cada cas°por las gradas que hay ante cad3puerta.

FR. JOSÉ MIGUÉLEZ

(Continuará.)

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4r, 4nie gexi4.bija cobicieea que itelaete

be flor en flor para labrar tite miel

que rorriíi itto itergeleen be Orecia loe nictaree libaete,

eente, abeja afatto-ea, pitee toraetelee borrbee bel ziorbán; no ija intie ritelee,que gieric.6 te brinba ene claveteeron arotnae inal ti januie littetaete,

ettpiete bitecar talee bulloreen fabricar tan ttratee tite panaleecine con verbab ee llantan lee ineforee;eienbo tuemt1i bitice cubeta, taleeque eon romo la flor be inuchae floreeII oraran, conto Piee, bien be malee,

gr.c4eee + reepo

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enes re igiosas fue muy enconada'a Porfía entre los profesores, que veíanen los aptibtes -un gran acicate para los?).lutnnos , rlós superiores que observa-, an con-Ite esfuerzo la ruina de lade los estudiantes.: u nos apuntes detallados, tomados al

10 , suponen mayor trabajo que el es-de varios tomos. Por eso muchas

‘-' rd ene s religiosas y Universidadesleordaron que hubiera textos para que9 biera menos tísicos.

/1I, no se trataba de niños de diez a

11111ce arios, pues en éstos la cuestiónsefrece poca duda: sus apuntes han deAr forzosamente malos y costosísimos.f

-ortunadamente la discusión es me-ra

A mi amigo Don Xfaltan las cosas más indispensables. Enuna Gramática francesa faltan las con-jugaciones, pero sobran mil imperti-nencias. En otra latina no hallaronlugar para las declinaciones, pero hayen cambio mil curiosidades filológicasy un arte métrico completo.

Del estilo y de los precios ¿para quéhablar? Una Aritmética que no valedos pesetas, cuesta quince.

Mi amigo se desespera ante semejan-te espectáculo; yo me río. El se figura-ba que los planes y los libros lo sontodo; yo creo que apenas valen nada.Para mí los hombres, los profesores,son el todo. Si éstos son buenos, haránmaravillas, y si son malos, de nadaservirá lo demás.

Cree usted, le dije bromeando, quelos autores de esos engendros haríanuna buena clase con otros libros y mé-todos? Evidentemente, no. Lo que ha-rían sería el ridículo, como ahora.

Por el contrario, los profesores bue-nos sacarán alumnos aprovechados apesar de esos métodos y libros. Lo quese impone, por tanto, es que cada cualtrabaje con todas sus fuerzas, y así lacultura mejorará poco a poco, a pesarde Malsines y descabellados.

Cuando yo me gradué era ministrode Instrucción D. Amalio Jimeno, ilus-tre médico y hombre de gran sentidopráctico, que en la apertura de cursopronunció un discurso con verdades dea folio.

Hízose cargo de la necesidad de me-jorar los locales y el material escolar,pero consignó esta maligna observa-ción: Actualmente todos los profesorestenemos aproximadamente las mismasaulas y el mismo :naterial deficiente,y, sin embargo, ¡cuán diferentes resul-tados obtienen unos y otros profesores!

Lo mismo le digo usted, para queponga pies en pared, como decían nues-tros abuelos, y no pida peras al olmo.Sea optimista como yo, pero no iluso.Y créame siempre su afectísimo amigo,

GARCÍA

, Querido amigo: No me sorprende su‘-c; esi lusión acerca de los nuevos meto-mds Y planes del Bachillerato y carre-s mayores. Yo nunca me forjé ilu-Idnes, y así no puede perderlas. Pero'°1-1s uél-ese usted, si quiere, con que noe, s solo el desengañado. Eran muchos

„' ds que esperaban del flamante Consejo'e Cultura algo más brillante.El deseo de sustituir los libros dete,Xto por apuntes personales de cadaLatU nano me parece una manera de corn-fuatir los libros caros y malos, menost'ra !"-Ica que la empleada en el plan an-i eriocra, zdceo primesotad. e Rivera, pero tan\sr .Latna ca: .útde los apuntes es muylein y fué-.. i:Scutida largo tiempo en

ai

() 9,cuatro siglos. En las

do'riente teórica, pues continúa hablen-

ibros de texto como antes, y en lasc'ablillas de los Institutos figuran lose el claustro recomienda, con su pre-' t?,37 todo, que suele ser muy hermoso.

D. Fernando de los Ríos creía queci-°fl la aprobación del claustro iban a, es,anarecer los libros caros y malos,-erTrla lucido.en Profesor amigo me enserió unad ramlitica Castellana en la que, paratmetnostrar la importancia de la pun-t2 ación, se gastan dos hojas en con-

una anécdota bastante sosa, pero

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RAIDIOGRA IVIASe00..eems.00.000.0semse...00.0..seeen..0000.00seess0000n

EL PARO N

Soluciones yanqui y japonesa tos que por privilegioClausura, empleo o trabre17.2r el Jubileo dPoma, gp

fro el/

de

El exceso de producción es un hechoinnegable, en la Industria como en laAgricultura. Un hombre solo con lasmáquinas actuales produce mas quecien hombres antaño. Si todos siguentrabajando como antes, el paro seríairremediable.

¿Qué hacer en esta situación? ¿Dejarque mueran de hambre los parados?¿Suprimir las máquinas? Lo primerosería una atrocidad, y además no re-mediaría nada, antes aumentaría elparo. Cuantos menos consumidores ha-ya, más productos sobrarán.

El presidente Roosevelt y con élmuchos americanos, han creído que lasolución única es repartir el poco tra-bajo que haya (y los pocos beneficiosobtenidos) entre todos los trabajadores.

No tocaran a cada uno más que algu-nas horas de trabajo semanales, peroe aspira a que todos tengan pan, por

lo menos. El que cada cual conserve eltren de vida de los buenos tiempos pa-rece un sueño, aunque los americanoscreen en él.

Como suplemento se entregará a ca-da trabajador una caria de pescar, a finde que entretenga las horas ociosas,que serán la mayor parte de la sema-na. Y habrá que encargarles que nopesquen mucho, pues harían compe-tencia a los pescadores de oficio, muyafectados ya por el paro.

La realidad ha dado un cruel mentísa los maltusianos, enemigos del aumen-to de población. Una de las indus-trias más castigadas por el paro es lade la edificación. Si la población noaumenta, no hay para qué hacer casasnuevas; basta con alguna chapuza enlas antiguas.

En España, la quinta parte de los pa-rados son obreros de la construcción

a partey la pobre'

orrible. En mil -undo hay muy pocoS

a pesar de ser buena laon pobrísimos. Basta recordar

que sucede en el Norte del Brasil.Estos días se comenta en la prensa ei

ejemplo de los japoneses, cuya indus"tria invade los mercados. Trabajemucho y cobran poquísimo, con lo ella'hacen terrible competencia al obreroeuropeo y americano. Reduciéndonosnosotros a una escudilla de arroz conagua sola, venceríamos a ese enemigo;pero ¿vale la pena? Trabajar todo e!.día para vivir miserablemente es cas'tan malo como estar parado.

La solución yanqui es mejor que lajaponesa, y con ella no habrá que su"primer las máquinas, pues éstas per'Imiten obtener con poco trabajo el mis'mo efecto que sudando todo el día afuerza de brazos.

¿Las máquinas mejoran o empeorannuestra situación con respecto a 1°Ssiglos pasados? Es evidente que n°5ahorran muchos esfuerzos, pero el ca'pital en ellas invertido reclama 01,,parte de los beneficios, disminuyenuvasí el de cada obrero.

Considérese una máquina eléctrica,a cuyo precio ha de unirse el de 13adaptación del salto de agua, línea,'transformadores, etc. La gananci a l!'quida actual queda reducida a la mita°,o poco más.

edad,ajo, pudimos

el Año Santo sin irodremos ganarlo de fue-

ad° el Papa lo extienda a todoInundo, como es costumbre?Generalmente las gracias generales

Liel eri ser territoriales y las particu-Ires , pe rsonales. Según esto la ex-tens ión del Jubileo a todo el mundo° 111 0 gracia territorial podrán ganar-

I ° todos los que se encuentren fuerader) oma, hayan o no ganado el Jubi-leo del Año Santo yendo a Roma, oPor privilegio sin ir a Roma.

esperamos poder dar a conocer laconcesión que se espera, en el núme-t'° de mayo.

-e confesor me ha puesto deoir dos misas, ¿cumplo oyen-

clo dos que se dicen a la vez?No cumple, a no ser que el confe-

s°P así lo haya dispuesto; porque no1510 se atiende a la bondad de la obra,

(le oir dos misas, sino también a latliol estia o penitencia del tiempo ern-° leed° en oirlas.

estoy haciendo los siete domingosPp indisposición no pude comal-

'1/170 de los domingos. ¿Me valen%Ideado y supliendo el domingo

i'-'do

o tengo que empezar de1711eVO?

p L°S Siete Domingos han de ser

e'°ntinuos , sin interrupción. Exigen° nfesión y comunión, visita de igle-

sia y rezo de las oraciones prescritas—no otras---con los siete Padrenues-tros, Avemarías y Gloriapatris.

La comunión se puede hacer el sá-bado anterior y den1ro de la semanaque sigue al domingo.

La confesión en el tiempo en quepuede hacerse la comunión y ademáslos ocho días antes. No hay obliga-ción a confesión, cuando se hace cadaquince días o se comulga todos losdías.

La visita de iglesia debe hacerse enel tiempo comprendido entre el me-diodía del sábado y la media nochede cada domingo.

El rezo de las oraciones de los Do-lores y Gozo y sus Padrenuestros,etcétera, y el de sólo los siete Padre-nuestros, Avemarías y Gloriapatrispor los que no sepan leer o no sepanlas oraciones de memoria y no tengancon quien rezar, dentro del día natu-ral de cada domingo.

El confesor y aun cualquier sacer-dote aprobado para oir confesionespuede conmutar las obras que no sepueden hacer en otras. (Can. 935).«Es preciso sin embargo que el objetoo motivo de la indulgencia se guardesubstancialmente, mudando (por laconmutación) sólo las condiciones.Así el crucifijo bendecido para estoes sustancial para poder hacer el Víacrucis. La indulgencia concedida porla comunión frecuente, exigen comu-nión frecuente necesariamente. Perolas indulgencias concedidas a una

(unos 119.000) y si no se forman nuevoshogares, pocos muebles se necesitan;sobrara el cemento, el hierro, elminio.., y pueden suspender el trabaJolas minas.

Así volveremos a la Edad Mediacuando el mundo tenía la décimde los habitantes que hoyza era sin embargo hchas partes del mhabitantes,tierra, slo

GUILLAUM

e/

11•Me.

NOTICIAS

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festividad no supone otro motivo quela misma festividad». (Vermeersch. yCreusen, Epítome Juris Canonici,1922, torn. 2, pág. 126).

¿Puede recibirse la bendición Pa-pal por radio?

Si el Papa así lo quiere, cuando ladé por sí mismo, o por otros sacer-dotes, sin duda. Pero es preciso queasí lo quiera; de lo contrario, aunquese oiga por radio la bendición Papal,no se recibe.

En cambio se recibe sin duda, cuan-do la bendición se oye sólo por alta-

Mr. Michel Even.—Queremos comuni-car a nuestros lectores, que este amigo tanentusiasta de la Orden de la Merced reci-bió de S. E. el Cardenal-Arzobispo deParís el nombramiento de segundo Direc-tor de los Misioneros Diocesanos, y estenombramiento lleva la fecha del 24 deseptiembre de 1933. Con esto rectificamoslo consignado en nuestro número de mar-zo, ya que el nombramiento de Canónigohonorario de Nuestra Señora de Paris esde fecha de 27 de diciembre de 1933.

Hemos logrado el texto de la carta deS. E. a nuestro queridisimo Hermano, yes del tenor siguiente, por el cual es dever la alta estima en que S. E. tiene aMr. Even:

Sr. Canónigo Mr. Michel Even.19 Rue Nitot.

E. V.Paris, 27 de diciembre de 1933.

Mi muy querido amigo: Tengo una muyespecial alegria al anunciarle que es usted

voces o radio, pero los que la oyenforman un cuerpo moral presente a labendición; como, por ejemplo, los queestán en la plaza de San Pedro, for-mando un todo con los que están den

-tro, los que están en las dependenciasde una iglesia y aun fuera de ella,formando un cuerpo con los que estandentro, aunque no vean ni oigan alque da la bendición Papal, sino sól°por el altavoz o radio. Pero no espor oirla por altavoz el por qué serecibe, sino el formar un cuerpo luo-

ral con los que ven y oyen al cinela da.

LIJÄ N

Canónigo honorario de Nuestra Señor a deParis. Mi amistad precisaba, lo confieso,darle este testimonio de afecto.

Pero, además, es usted el decano denuestros misioneros. ¡Ha trabajado ustedtan bien!

Y, luego, es a toda la familia deNitot, a la que he querido decir muy altomi afecto y reconocimiento.

Acepte, mi querido señor Canónigo, Ini5,más vivas felicitaciones, y crea a mi totalafecto en Nuestro Señor.

Jean, Card. Verdier, Archeve quode Paris.

M A D

Buena Dicha.—Ejercicios EspirittlWles.— Se practicaron en esta iglesia entres tandas. Los primeros para señorodel 25 de febrero al 4 de marzo, dirig'por el R. P. Manuel Cereijo, Comendadcirde esta Comunidad.

La segunda tanda, también para sras, y coincidiendo con la novena de

Jos. , a cargo del P. Director de la Revis-ta, Predicando los sermones del triduoel R. P. Fernando Diez.

La última, exclusivamente para caba-'ere's, tuvo lugar del 25 al 29 de abril,

411gido por el R. P. Fernando Diez.Semana Santa.—Los Oficios de Sema-

na Santa se celebraron con el mayoresplendor, acudiendo la todos ellos unenorme gentio. Con más tranquilidad que

los dos arios anteriores, el pueblo fieluu materialmente los templos, dando

Illnestras elocuentes de su arraigada fe.Nuestra Catequesis.—Van siendo hen

llik's as realidades las esperanzas que abri-geamos al inaugurarla. Tenemos unos%renta que harán su primera Comuniónen fecha no lejana, Dios Mediante. Parae'st°s ha comenzado ya una preparaciónespecial. Los cantos, muy bien; todo loqlze de ellos esperábamos.

HERENCIA

EI M. Rvdo. P. Provincial Fr. Alberto'jarros dirigió los santos ejercicios y predh26 en la novena de San José.,A continuación el Rvdo. P. Fernando.uiez desde el 20 al 25 dic.) las conferenciasa los hombres con muy buena asistencia:

POYO

besde hace dos meses resumiré lo mássaliente en nuestro convento:h El 7 de febrero se celebró una velada en, I)nor del R. P Comendador por ser susulas

Ei 7 de marzo se celebró un co ncurso-elada en honor del Patrono de los estu-

'Sautes Santo Tomás de Aquino.El 15 de marzo se celebró solemnisima-ento un dia eucaristico, para dar gra -as al Señor por la institución del Sacer-

Cei°, predicando en la Hora Santa el Re-" el'endo Padre Manuel Tarrio, de nuestroQ°4vento.

1-11 Iflisnlo dia 15 profesaron de Votos

solemnes los Rvdos. Coristas Fr. DavidBiain, Fr. Manuel Carrera y Fr. AmadeoGonzález. Nuestra felicitación del alma.

De predicación.—El 8 de febrero sa-lieron los Padres Tarrio y Sanjurjo a pre-dicar una Misión eñ la Parroquia de Mea-nos (Zas).

El P. Gaite tiene la Cuaresma comple-ta, y no vendrá hasta después de SemanaSanta.

El P. Armengol fundó los Centros Jue-vistas de Rua-Fontey y •Riós, en la dióce-sis de Orense. El primero cuenta con diez.coros y el segundo con ocho.

También el 19 de marzo dirigió enLa Luafia (Santiago) la fiesta de la Jura,de la Bandera. Varios Centros teniananunciada su asistencia, y se les rogó-no asistiesen por el mal tiempo de llu-via. Con todo, estaban los Centros de.Viceso, Negreira y Aro. Resultó una fun-ción conmovedora.. Hubo Misa de Co:munión, después tuvo lugar la cantadapar todo el pueblo y los coros de los «Jue-ves» velaron al Señor Sacramentado has-ta la función de la tarde. Le precedió unTriduo, predicado por el R. P. Armengol.La jura tuvo lugar , al terminar la Misacantada.

El R. P. Tarrio estuvo en varias parro-quias preparando a los fieles al cumpli-miento del Santo Precepto Pascual.

Semana Santa.—Se celebró con granesplendor. El domingo; jueves, viernes ysábado, se hicieron los Oficios litúrgicoscon el mayor esmero y la más ardientepiedad.

VERÍN

Ejercicios Espirituales.-,Extractamos .de «La Región», diario católico de Orense.El domingo, 11 de marzo, tuvieron, con lacomunión y misa, «digno y magnifico colo-fón» los Ejercicios Espirituales.

El R. P. Antonino Díaz, dió las pláticas,que fueron, ya «provechosas recomenda-

NECROLOGÍA (

la de

El día 26 de febrero falleció en esta vi- Mingorance, viuda de Escánez, terciariaVerin doña Cándida Pombal, viuda de la Merced, muy devota de la Santísima

de Otero, y el mismo día, con diez minu- Virgen, que se la llevó en sábado. FuétOs de diferencia, dejó de existir su hijo madre de diecisiete hijos, de los que vióIMit leo don Juan Jiménez, que se encon- morir a doce, golpes durisimos para unatraba aquí pasando un temporada. La madre. Caritativa y afectuosa con los po-Conducción de ambos cadáveres al cemen- bres, de carácter sencillo e ingenuo, odia-

constituyó una verdadera manifes- ba la ficción e hipocresía; tenia una fetaelön de duelo, por tratarse de una fami- recia, un hablar expresivo, rico de imáge-lia lIvtly apreciada en esta villa y por la n. es, una constancia y firmeza en el servi-circunstancia doblemente dolorosa de am- cio de Dios, como lo supone el levantarsebe's fallecimientos indefectiblemente a las cuatro de la ma-

Rogamos a los lectores de LA MERCED, fíana para orar y prepararse a la Comu-lostengan presentes en sus oraciones, por nión, durante los últimos treinta y cinco

tratarse de una familia muy mercedaria arios. Jovial, a pesar de su enfermedada la que nos unen lazos más que de del corazón, hacendosa, limpia y buena

Lalnistad, pues hijo de doña Cándida Pom- y de ánimo varonil.fué el P. Jesús Otero, virtuoso religio- A su familia y en especial a sus hijos,

sO ine,rcedario, fallecido hace años, hermanos nuestros en religión, los ,Reve-411 familia nuestra sentida condolencia. rendos PP. Miguel, Comendador. de Ferrol

En Madrid, el 10 de marzo, a los 72 y Tomás Escánez, nuestro pésame senti4.'4s de edad, falleció la señora doña Josefa disimo.

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ciones... a aquellos que yacen sumidos enel piélago del indiferentismo o de la tibie-za, ya exhortaciones fogosas..•.: a reafir-mar con tesón nuestra fe, ya explicacio-nes... de las disposiciones» para recibir losSacramentos.

«El Comendador, R. P. Antonio Rodri-guez, tuvo a su cargo los sermones sobre«La eternidad, necesidad de la oración».Con gran elocuencia hizo desfilar, antenuestra retina, imágenes trágicas- de unasociedad alejada de Dios, encenagada enla concupiscencia y esclavizada por las pa-siones, para inferir de ello que, si el mun-do sigue sin enmendarse, por esos de-rroteros, vendrá fatalmente su desapari-ción...»

«¡Cuánto nos agradaria que estos bon-dadosos sacerdotes, en ocasión oportuna,nos ilustrasen con sus vastos conocimien-tos, en un ciclo de conferencias, dedicadasexclusivamente para los hombres!»

FERROL

La Asociación Católica de Padres deFamilia, celebró en nuestra iglesia el pri-mer viernes de marzo una solemne fun-ción religiosa. A las ocho, tuvieron Misade Comunión, y a la tarde su ejercicio dedesagravio al Corazón de Jesús, con plá-tica, que les dirigió el R. P. Rector de estaComunidad.

Se inauguró el dia 1.° de mes la Cate-quesis diaria de niños. Se matricularon200. Era ésta una necesidad verdadera;pues pasarán de 7.000 los niños que que-dan en esta ciudad sin instrucción religio-sa de ninguna clase.

—El dia de San José recibieron por pri-

mera vez el Pan de los Angeles, veinti-ocho niños de nuestro Colegio. El acto re-sultó brillantísimo. Dirigióles con tal mo-tivo una plática conmovedora el R. PadreRector del Colegio.

Solemnisimo resultó este año el septe"nario de Dolores. La iglesia resultab a Po"queria para tan crecido número de fieles.Las comuniones, numerosisimas; sobretodo la del dia de la tiesta. Predicó lossiete días el R. P. Tomás Escánez, de laResidencia de Verin.

El día 14 se celebró un solemne funeralen nuestra iglesia por el eterno descans°de la Sra. D. » Maria Josefa MingoranceMoya, madre del R. P. Rector de estaComunidad. Su inesperado fallecimient°hubo de sorprender dolorosamente a dichaPadre cuando se disponía a comenzar losEjercicios Espirituales para las señora s eaesta ciudad.

Las numerosas amistades con que estaComunidad cuenta en Ferrol, así como lasAsociaciones, Cofradías y demás entida'des que regenta, supieron asociarse Coaprofundo sentimiento a tan justo dolor'La V. O. T. de la Merced aplicó por eleterno descanso de tan virtuosa serio°las misas que con Su Divina Majestad deManifiesto se dijeron el dia 24, así como lasolemne comunión general y fiesta de latarde, que en ese mismo dia celebraba di-cha O. Tercera.

La comunión solemne de los trescientosalumnos de nuestro Colegio y la de lasniñas de los «Jueves Eucarísticos», ofrebdas por esa misma intención, constituYaun acto conmovedor.

A todos, nuestro profundo agrad ecí -miento.

Practicaron durante los tres primerasdías de Semana Santa los' Santos Ejerel'cios, nuestros alumnos de 1. » y 2.afianza, y con ellos los de otros centros (10

centes de esta ciudad. Asistieron cerca de500 niños y niñas.

—Partió el dia 26-para Sarria, a donde Va

nombrado Maestro de Postulantes, el fte-verendo P. Gumersindo Placer, miembre

cine fue hasta ese dia de esta Comunidad.VIttcho sentimiento ha causado su partida,Sobre todo entre el público que frecuentala iglesia de Dolores, de cuyo culto estabaelleargado, y por lo que trabajó con granahlneo.

—Como todos los años, han revestido gran

es Plendor los cultos de Semana Santa.

El monumento estaba bellísimo de flo-res, de luces y de plantas.. Fué adornadocon exquisito gusto por las Srtas. RosarioIglesias, Pilar Vierna y Carmen Suances.- La Hora Santa del Jueves, solemnisima.Nuestra enhorabuena al R. P. Saavedra,que con tanta unción y elocuencia ladirigió. Los demás oficios; muy concu-rridos.

000...00000000000000000000000000Coon000000..00n00000000poop000000000000uo.000.o.00poo00000o00000on0.

BIBLIOGPAFIAo.uou.oeu000.0000000nuO000000000000000000000000...wouut..n0000n000 0000000000000000o.,200000000000.0

Ario Predicable, colección de Pláticas ca-tequísticas para todas las Dominicas. No-venarios. Septenarios. Triduos. Sermo-nes morales. Pláticas doctrinales. Asun-tos de circunstancias. Panegíricos y Ser-mones del Señor, de la Virgen y de losSantos, publicada bajo la dirección delReverendo Padre Germán Prado, MonjeBenedictino de Silos, ex director de la«Revista Eclesiástica. Volumen 1.°: Mesde enero. Madrid, 1934. Bruno del Arno,editor. Apartado 5.003. Precio: 5 pe-setas.

Con este volumen, que es el XXVII dela biblioteca «La Predicación Contempo-ránea», se inaugura la publicación de unaobra de extraordinario mérito y verdade-ramente necesaria.. .

El editor ha tenido la suerte de que sehagan cargo de la empresa los Reveren-dos Padres Benedictinos de Silos, que en-comendaron su direCción a persona tanespecializada en el asunto, como el Reve-rendo Padre Germán Prado, director mu-chos arios de la conocida «Revista Ecle-siástica», tan apreciada del clero españole hispano-americano.

El plan que, Dios mediante, presidiráen cada uno de los tomos del Año predi-cable, es éste.

Vendrá en primer término la cateque-sis, un punto de doctrina cristiana paracada domingo, sugerido por el Evangeliodominical, con lo que, al fin de un ario, seha explicado al pueblo el dogma y la mo-

ral, al mismo tiempo que se le ha heell°vivir la doctrina de la Iglesia.

En pos de esta sección vienen Tridues?Octavarios, Novenarios, Sermones, Plát i

-cas, etc., etc., según lo demanden las ne-cesidades corrientes de cada mes.

En tercer lugar, unos cuantos Panegi"ricos, unas veces del todo hechos, otras endisposición de que el orador pueda ar n-pilar e intercalar algo de su propia cose-cha, ya que rara vez resulta oportunoofrecer a distintos auditorios y eri • tie1n7pos diferentes un mismo pasto espiritual?por bueno que sea.

El clero hispano-americano, agobiad°no pocas veces por la premura del serv i-cio parroquial, hallarán en el Año predi-cable un eficaz auxilio.

El contenido de este primer volum(mes de enero) es el siguiente:

Sección primera: Pláticas catequistiegSpara los domingos. Cinco pláticas.

Sección segunda: Sermones y PláticaS-Circuncisión del Señor, Santísimo NO"'

bre de Jesús. Epifanía del Señor. Di n demisiones. Propagación de la Fe y SantaInfancia. Primer viernes. Triduo a la Sa-grada Familia. Escuela de Belén. Tricill°en honor del Niño Jesús. Septenario d-0Niño Jesús de Praga.

Sección tercera: Sermones y Panegirices'San Antonio Abad. San Sebastián. San"'Inés. San Vicente mártir. Desposorio s cl.s.la Santísima Virgen. San Tirso, mártir.

Con todo interés recomendamos es"'obra a nuestros lectores.

CON LAS DEBIDAS LICENCIAS

Editorial Católica Toledana, Juan Labrador, 6, teléfono 211.