MARÍA Teo Final (3)

7/23/2019 MARA Teo Final (3)

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Silisque, Sergio Ariel

Mndez, Augusto

Patricio

Molloja, Vanesa Erika

Instituto de Educacin Superior N 7

"Populorum Progressio In. Te. La

Qu es kerigma?

Significa proclamar- (Anunciar y ser conocido). Se

refiere a la predicacin y proclamacin que hicieron los Apstoles unavez que esucristo ascendiera a los !ielos y les de"ara la #isin de

ir por todo el mundo anunciando su $ala%ra y %autizando en el

&om%re del $adre y del 'i"o y del spritu Santo (#t. *+).

la pasin, muerte y resurreccin (PMR)

!risto es el verdadero heraldo de ,ios tiende a

desaparecer la funcin del heraldo humano referido a los

misterios de ,ios. !risto no slo es el heraldo o

mensa"ero sino tam%in el mensa"e y su principal

proclamador.

/n heraldo es (apstol profeta maestro evangelizador)0

Importancia del kerigma.

-la tarea de la evangelizacin de todos los hom%res constituye la misin esencial de la

1glesia.

- tiene la prioridad permanente en la misin2 3a 1glesia no puede su%straerse al

mandato e4plcito de !risto5 no puede privar a los hom%res de la 67uena &ueva6 de

que son amados y salvados por ,ios. 8iene una funcin central e insustitui%le porque

introduce 6en el misterio del amor de ,ios quien lo llama a iniciar una comunicacin

personal con l en !risto6 y a%re la va para la conversin.

Necesidad del Kerigma.

-ste primer anuncio que va dirigido de modo especfico a quienes nunca han

escuchado la 7uena &ueva de es9s o a los ni:os se est; volviendo cada vez m;s

necesario a causa de las situaciones de descristianizacin frecuentes en nuestros

das para gran n9mero de personas que reci%ieron el %autismo pero viven al margen

de toda vida cristiana.

-3a 1glesia tiene que dar hoy un gran paso adelante en su evangelizacin5 de%e entrar

en una nueva etapa histrica de su dinamismo misionero. $ero el pro%lema misionero

se presenta actualmente a la 1glesia con una amplitud y con una gravedad tales que

slo una solidaria asuncin de responsa%ilidades por parte de todos los miem%ros de la

1glesia -tanto personal como comunitariamente- puede hacer esperar una respuesta

eficaz.

- 3a fe cristiana aceptada pasivamente no ofrece ninguna garanta salvfica. l

discpulo de esucristo de%e de"arse guiar por el spritu de !risto actualizando en s

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la e4istencia pascual del 'i"o de ,ios para poder afirmar como el Apstol 6para m la

vida es !risto.

-3os nuevos grupos religiosos son un clamos que nos desafa a ofrecer una 7uena

&ueva capaz de alcanzar las profundas esperanzas de los que pertenecen a la fe

catlica.

MARIOLOGIA

l cristiano advierte la e4igencia de comprender y valorar la misin que la

#adre de es9s desempe:a en la 1glesia y en su vida

espiritual. la Virgen Mara, escogida por Dios para realizar

"cosas grandes" (3c ) en su plan de amor es una se:al

pletrica de significado ofrecida al pue%lo de ,ios en su

camino de fe. #;s que ela%oraciones teolgicas lo que el

cristiano de hoy desea es un encuentro autntico ypersonal con #ara li%re de hipotecas y de visiones

caducas %asado en el contacto asiduo con el evangelio y

e4presado en un di;logo con ella continuamente renovado. "o se

trata de una seccin de doctrina teolgica a!stracta, ni de distinciones teolgicas, sino

de un encuentro io### Mara, persona ia, pide a los cristianos una respuesta ia,

una respuesta personal, una respuesta de mente y de corazn" 3a figura de #ara

adquiere su hechizo evocador y estimulante cuando se la inserta en la trama glo%al de

la vida cristiana5 solamente en ese conte4to se hace interpelacin e inspiracin para

encarnar los valores cristianos en nuestro tiempo. $or un lado nos lleva a unareestructuracin de la relacin cristiana con #ara por otro

nos sirve de ocasin y ayuda para realizar el fascinante

descu%rimiento de aquella a la que ,ios ha puesto en el

camino del cristiano para conformarlo

progresivamente con la imagen del 'i"o (cf ?om +*>).

I. Diagrama de la situacin actual

$odemos afirmar que la actitud de los catlicos ante la @irgen #ara ha

pasado por cuatro $ases sucesias% desarrollo, pro!lema, crisis,redescu!rimiento#

1. DESARROLLO DEL CL!O A "AR#A &3a especial veneracin a la #adre de!risto 6fenmeno irresisti%le que domina toda la historia de la 1glesia. Alcanza su

mayor incidencia en nuestro siglo al que algunos han definido como la era de #ara. l

movimiento mariano postridentino se e4pres so%re todo en el pontificado de $o B11 a

travs de una serie de actos oficiales que tendan a realizar la presencia de #ara en la

vida y en el pensamiento cristiano2

!onsagracin del mundo al !orazn inmaculado de #ara (=*) definicin del dogma

de la Asuncin (CD) cele%racin del a:o mariano en el centenario de la definicin de

la 1nmaculada (C=). n este mismo clima maduraron diversas iniciativas a nivel de

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estudio y de pastoral animadas por el magisterio pontificio y episcopal2 la 6peregrinatio

#ariae6 la reanudacin de los congresos marianos internacionales el nacimiento de

nuevas sociedades mariolgicas el reflorecimiento de las peregrinaciones y de otras

formas de devocin mariana.

A la toma de conciencia del lugar y de la funcin de #ara en el plan de la salvacincorrespondi un desarrollo del culto mariano considerado como elemento

caracterstico de la espiritualidad cristiana y del itinerario que lleva hasta !risto2 $La%erdadera de%&cin' la de la tradicin de la Iglesia...' tiende esencialmente a launin c&n (es)s *a+& la gu,a de "ar,a... A (es)s se %a -&r medi& de "ar,a. "ar,aes' -&r tant&' el camin& acia (esucrist&' /ue es camin&' %erdad 0 %ida$.

. LA CES!I23 "ARIA3A 4 Erente al incremento progresivo del culto marianoacompa:ado a veces por un e4cesivo celo en la propagacin de formas particulares de

devocin se elevaron voces de reserva y se di%u"aron dos tendencias opuestas que

analiza ?. 3aurentin en su li%ro 3a question mariale (FG)2 64iste hoy en ciertos

medios una tensin entre piedad cristoc'ntrica y piedad marioc'ntrica### una tensin

entre una piedad totalmente referida a la @irgen y otra que no se refiere a ella... rigir

en la pr;ctica la devocin mariana en religin mariana tiende a provocar por reaccin

una religin sin la @irgen6.

Aparte de esta esquematizacin que descuida las zonas

intermedias surgi cierto malestar de%ido sustancialmente

a la afirmacin en el campo eclesial de algunos moimientos

renoadores, tales como el moimiento !!lico, el litrgico,el patrstico y el ecum'nico# odos ellos coincidan en la

e*igencia de medir la ida cristiana con el metro de la

pala!ra de Dios, respetando la +erarua de alores y la amplitud del plan

sal$ico# $recisamente esta e4igencia de compaginar el culto

mariano con los otros aspectos esenciales del cristianismo

constitua la raz de la 6cuestin mariana62 un pro%lema

de u%icacin y de verificacin de insercin y de reduccin a

las de%idas proporciones. 3a confrontacin con el

cuadro Herigm;tico del cristianismo de los orgenes

provoc una crtica del planteamiento del culto mariano y de sus e4presiones m;s que

un tra%a"o de investigacin constructiva.

5. LA CRISIS "ARIA3A &l @at. 11 dio una solucin equili%rada al malestar del cultomariano2 promocin activa del mismo en la 1glesia como respuesta a los datos de fe

so%re la #adre del Se:or (3I FF)5 insercin en la liturgia orientacin cristocntrica

trinitaria eclesial y ecumnica (S!


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llegar a ha%lar de 6poca glacial mariana6. 3os signos de esta disminucin son la

regresin y a veces la desaparicin de pr;cticas tradicionales en honor de #ara como

el rosario. el mes de mayo las procesiones las asociaciones el culto a las im;genes2

pero so%re todo prdida de inters por el tema mariano el silencio en la predicacin el

temor de que la devocin a #ara complique el itinerario cristiano o constituya un

am%iente tranquilizante que mantenga en el infantilismo a los cristianos2 63a devocin

mariana tiende a parecer en el cristianismo accesoria secundaria so%repuesta y en

cierta medida artificial6

Ante este fenmeno de marginacin del culto mariano hay que preguntarse por sus

causas a fin de aclarar cmo es que al incremento deseado por el @at. 11 ha sucedido

parad"icamente una regresin y falta de inters.

a) 3a primera e4plicacin plausi%le es la falta de asimilacin de la doctrina del @at. 11

so%re la funcin de #ara en el plan de la salvacin. Algunos de los nuevos aspectos

capaces de modificar profundamente la relacin con #ara resultan difciles de

entender para los fieles# -na encuesta entre ./0 +enes de uince a eintids a1os 2a

reelado, por e+emplo, ue la Virgen es ista por ellos como madre a la ue se recurre

en los momentos di$ciles (sm!olo de una religin&re$ugio), mientras ue est3 casi

totalmente ausente en sus respuestas la re$erencia a Mara tipo de la 4glesia y modelo

del comportamiento cristiano# ,e manera seme"ante el significado de la devocin

mariana que el @at. 11 presenta como una ayuda para un contacto ntimo e inmediato

con !risto (3I FD-F*) es reci%ido por ellos en una medida casi irrelevante. As pues

una catequesis carente de motivaciones teolgicas tiene una parte de responsa%ilidad

en esta percepcin deficiente del papel que el @at. 11 se:al a #ara5 pero la causa m;sprofunda ha de %uscarse en otra direccin a sa%er2 en la falta de adecuacin de las

formas en que se e4presa la devocin mariana que hoy resultan desfasadas y no

adecuadas a los tiempos. K aqu hay que mencionar al mismo @at. 11 que si supo

responder a las e4igencias de los movimientos intereclesiales insertando el culto

mariano en el cuadro cristolgico no supo sin em%argo ver en el diverso conte4to

cultural contempor;neo los motivos 9ltimos de su malestar. A m;s de un decenio de

distancia las directrices pastorales del @at. 11 revelan f;cilmente un car;cter un tanto

conservador y poco atento a la renovacin2 6l santo !oncilio... amonesta a todos los

hi"os de la 1glesia que... estimen en mucho las pr;cticas y los e"ercicios de piedad haciaella (la %ienaventurada @irgen) recomendados por el magisterio en el curso de los

siglos y que o%serven escrupulosamente cuanto en los tiempos pasados fue decretado

acerca del culto de las im;genes de !risto de la Santsima @irgen y de los santos6 (3I

FJ). 3a laguna antropolgica del concilio aparece igualmente en la omisin de una

confrontacin directa con la mentalidad actual detenindose en el criterio negativo del

no-esc;ndalo2 6n las e4presiones o en las pala%ras eviten cuidadosamente todo

aquello que pueda inducir a error a los hermanos separados o a cualesquiera otras

personas acerca de la verdadera doctrina de la 1glesia6 (i%). l mismo planteamiento de

las relaciones cultuales como 6de%eres de los hom%res redimidos para con la #adre de

,ios6 (3I C=) se olvida de la e4igencia actual de encontrar significados vitales m;s que

o%ligaciones.

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%) 3a e4hortacin apostlica #arialis cultus (* fe%rero J=) da un nuevo paso cuando

atri%uye la 6desorientacin moment;nea6 en el culto a la #adre del Se:or a 6la

diversidad entre algunas cosas de su contenido y las actuales concepciones

antropolgicas y la realidad psico-sociolgica profundamente cam%iada en que viven y

act9an los hom%res de nuestro tiempo6 (n. G=). Aqu la refle4in se hace cultural y

antropolgica pues se consideran las e4presiones de la relacin con #ara no en s

mismas sino como partes o modos de un universo sim%lico de un sistema de signos

en el que se e4presa una cultura determinada. Al cam%iar las concepciones

antropolgicas entran en crisis los modelos y los esquemas representativos anteriores

para crear otros nuevos en correspondencia con el nuevo horizonte cultural. 3a

#arialis cultus (L #!) partiendo de este planteamiento se percata de que los cam%ios

realizados en nuestro tiempo han influido profundamente en

las manifestaciones del sentimiento religioso suscitando

una repulsa de ciertas formas cultuales consideradas

v;lidas en un reciente pasado2 6!iertas pr;cticas cultualesque en un tiempo no le"ano parecan apropiadas para

e4presar el sentimiento religioso de los individuos y de las

comunidades cristianas parecen hoy insuficientes o

inadecuadas porque est;n vinculadas a esquemas socio-

culturales del pasado mientras en distintas partes se van

%uscando nuevas formas e4presivas...6 (#! 1ntroduccin).

$ara des%loquear la actual situacin de perple"idad no

%asta ya la atencin a los movimientos del ;rea eclesial

sino que se precisa una asimilacin de la mentalidad actual

y de las adquisiciones de las ciencias humanas5 en una pala%ra la inculturacin o el

6movimiento... de una cultura hacia otra cultura y. por tanto un di;logo una ense:anza.

una confrontacin una mezcla y m;s frecuentemente una prue%a de fuerza6. /na vez

realizado este encuentro con la cultura actual la tarea de los fieles en el sector mariano

es m9ltiple2 revisin de sus diversas formas para mantener y renovar las que aportan

valores actualmente asimila%les5 confrontacin de las propias concepciones

antropolgicas y de los pro%lemas que de all se derivan con la figura de la @irgen

#ara tal como nos la propone el evangelio2 impulso creativo en orden a nuevas

e4presiones.

6. EL REDESC7RI"IE3!O DE "AR#A 4 l diagnstico de la situacin actual delculto mariano no se agota en la crisis. n %uen n9mero de cristianos persiste una

devocin de tipo sentimental e insensi%le a la renovacin5 en otros am%ientes se vive

por el contrario en actitud de repulsa de perple"idad o de espera. 3o cierto es que se

est; gestando en la 1glesia un redescu%rimiento de #ara a travs de una e4periencia

cristiana m;s %asada en la 7i%lia y m;s en consonancia con las urgencias actuales.

a) 5n las comunidades religiosas# Algunas encuestas documentan el esfuerzo de

renovacin realizado por los captulos generales incluso en el terreno de la relacin con#ara. &o slo se ha insertado a #ara en el misterio de !risto y de la 1glesia seg9n la

pauta de la 3umen gentium sino que ha cam%iado la manera de referirse a la @irgen5


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yde e4presar su culto2 se ha superado el criterio de la multiplicacin de las pr;cticas

marianas como criterio de espiritualidad5 se han valorizado las fiestas lit9rgicas

marianas en las que se renuevan los votos y se comprometen a vivirlos a e"emplo de

#ara5 se %usca inspirarse en ella como en una mu"er sencilla servicial comprometida

en la aventura de !risto gua en la fe oscura y entregada.

!iertas comunidades religiosas han pasado de una devocin cuantitativa sensi%le

infantil y poco fundada a una devocin m;s interior profunda slida madura y

comprometida. 6,e ni:o Mafirma un religiosoM ella era para m como un hada. n mi

adolescencia un mito. n mi "uventud esta%a muy alta y le"ana... Ahora estoy casi

continuamente con ella y vamos "untos al cen;culo y al calvario6. 3os factores de esta

maduracin son la e4periencia y la refle4in personal los documentos del @at. 11 o los

escritos marianos de los telogos el contacto con personas que viven el espritu del

instituto y la misma situacin de crisis que ha llevado a %uscar una relacin con #ara

m;s purificada y evanglica. Se prefiere invocar a #ara como madre pero tam%incomo modelo de vida de fe y de respuesta radical al mensa"e de es9s de li%eracin

de la mentalidad "udaica para aceptar la incre%le novedad cristiana de disponi%ilidad y

cola%oracin como mu"er fuerte que se fa de ,ios en los acontecimientos dolorosos

de la vida.

3as congregaciones religiosas de inspiracin mariana han realizado un tra%a"o de

replanteamiento a nivel de espiritualidad y de actividad5 la consecuencia ha sido una

insercin del aspecto mariano muchas veces acentuado y desarrollado unilateralmente

en el pasado reciente en el conte4to m;s amplio del carisma originario. Se mueven as

hacia una relativizacin o simplificacin de las pr;cticas cultuales en favor de unapresencia discreta y eficaz de #ara5 de un clima de vida y de impregnacin mariana

que no complique sino que sostenga la relacin con !risto y el servicio a los hom%res.

Nuiz; esta orientacin e4plique la escasa iniciativa respecto a nuevas formas de culto

mariano para sustituir a las antiguas que resultan anacrnicas.

!) 5n los moimientos eclesiales#n el perodo postconciliar tras una especie de vaco

mariano ha surgido una nueva forma de valorar el lugar de #ara en la vida cristiana

que ha transformado el itinerario tradicional 6a es9s por medio de #ara6. Ka no se

parte de ella como paso para conocer y amar a su 'i"o sino que se arranca de una

e4periencia evanglica centrada en !risto. 3a o%ra de los Eocolares muy sensi%le al

aspecto mariano por ha%er nacido como 6o%ra de #aria6 estima que no es posi%le

ha%lar de #ara y de su funcin eclesial a personas que no han reci%ido una iniciacin

en la vida de !risto. $or eso en las #ari;polis se empieza con la e4periencia

comunitaria del mandamiento nuevo del amor mutuo. !uando se llega a una comunin

profunda se descu%re la presencia de 6es9s en medio6. ntonces se percatan de que

engendrar la presencia de es9s a travs del amor es la o%ra de #ara por e4celencia5

viviendo el evangelio se es #ara en la 1glesia. n este punto la e4presin clave se

convierte en 6vivir a #ara6 esto es vivir como #ara en el silencio de escucha de la

$ala%ra y proseguir su o%ra haciendo nacer a es9s entre los hom%res.

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l movimiento carism;tico O!arism;ticosP recupera a #ara

dentro de la oracin en el spritu. 3as reuniones de oracin

tratan de la conversin al Se:or es9s5 pero

progresivamente se comprende en el spritu la necesidad

de la ala%anza de #aria a e"emplo de 1sa%el y de la

comunin con ella para alcanzar las caractersticas de la

oracin2 el 6fiat6 de la disponi%ilidad el 6#agnificat6 de la

alegra la humildad confiada que no e4ige sino espera. l

spritu no se ata a las frmulas sino que impulsa a la

oracin del corazn5 por eso incluso en el rezo del rosario se

detienen li%remente en las diversas e4presiones del

avemara actualiz;ndolas de modo personal. 3a relacin

con #ara no vela la presencia del spritu sino que la de"a

transparentar por completo5 es como un espe"o que desaparece frente a la figura que

refle"a5 una vez encontrada #ara se esconde para manifestar al spritu.

3os movimientos de li%eracin de Amrica 3atina descu%ren en #ara la figura que

encarna las actitudes fundamentales de gozo por la presencia de ,ios en la historia de

esperanza en el cam%io de la situacin de e4plotacin in"usta de solidaridad con los

po%res y los oprimidos. 3a apelacin al #agnfcat es tan frecuente que constituye un

punto de convergencia de la espiritualidad contempor;nea5 se ha convertido en el

canto de li%eracin de toda in"usticia y opresin en el himno de esa gran revolucin de

la esperanza que desalo"a de la neutralidad para alistarse al lado del ,ios de #ara en

la causa de los po%res.

3a comunidad ecumnica de 7ose (@ercelli) ha llegado al reconocimiento de la funcin

de #ara a travs de tres senderos2 la pala%ra de ,ios la vida mon;stica y la presencia

de las mu"eres dentro de la comunidad. 3a asiduidad en la lectura de la 7i%lia ha

llevado al descu%rimiento de #ara en la comunidad cristiana de los 'echos de los

Apstoles5 #ara es 6el elemento persistente y 9nico de la continuidad visi%le entre el

surgir de !risto seg9n la carne y el surgir de la nueva comunidad cristiana6.

$rofundizando en los evangelios de la infancia se descu%re en #ara a la hi"a de Sin

al arca de la nueva alianza a aquella a la que todas las generaciones llamar;n

dichosa. #;s que a travs de las formulaciones dogm;ticas la comunidad descu%re a#ara en la e4periencia de vida mon;stica como modelo de po%reza de e4istencia

marginal respecto a la institucin de consagracin y fecundidad m;s all; de la esfera

de la se4ualidad de oracin no pietista sino inserta en la historia. Einalmente la

situacin de comunidad mi4ta ha influido en la recuperacin de #ara como modelo

femenino invitando a reconsiderar a la mu"er como factor esencial de la vida humana6.

c) 5n la liturgia renoada#l descu%rimiento de #aria ha sido adem;s o%ra del ;m%ito

m;s amplio de la teologa contempor;nea con inmediata incidencia en la liturgia.

?esumiendo este camino afirma la #!2 63a refle4in de la 1glesia contempor;nea

so%re el misterio de !risto y so%re su propia naturaleza la ha llevado a encontrar comoraz del primero y como coronacin de la segunda la misma figura de mu"er2 la @irgen

#ara madre precisamente de !risto y madre de la 1glesia. /n me"or conocimiento de7


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la misin de #ara se ha transformado en gozosa veneracin hacia ella y en adorante

respeto hacia el sa%io designio de ,ios6 (1ntroduccin). n comunin con la tradicin

eclesial la teologa de nuestro siglo impulsada por el movimiento mariano ha

su%rayado la intima unin de #ara con !risto viendo en la mariologa un elemento

integrante y una verificacin de la cristologa. 3a liturgia romana renovada ha tenido

%uen cuidado de 6incluir de manera m;s org;nica y con m;s estrecha cohesin la

memoria de la #adre dentro del ciclo anual de los misterios del 'i"o6 (#! *). unto a

esta orientacin cristocntrica fundamental la teologa contempor;nea ha puesto de

manifiesto las relaciones de #ara con la 1glesia replanteadas por los estudios %%licos

y patrsticos que confluyeron en el @at.11 el cual presenta a #ara como miem%ro

madre tipo y modelo de la 1glesia (3I FD-FC). sta dimensin eclesial ha e"ercido un

influ"o en la liturgia2 6l tema #ara-1glesia ha sido introducido en los te4tos del misal

con variedad de aspectos como variadas y m9ltiples son las relaciones que median

entre la #adre de !risto y la 1glesia6 (#!


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3a !arta a los 'e%reos al se:alar a !risto como sumo sacerdote presenta la vida

cristiana como una peregrinacin (=


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es9s5 por eso #ara aparece confundida en el ;m%ito del clan familiar hostil a es9s

(#e F=). #ateo introduce a #ara en el plan de la salvacin presentando su

maternidad virginal por o%ra del spritu Santo (#t


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contempor;neas como madre del #esas sino tam%in la funcin salvfica de su papel

maternal. #ientras que la maldicin separa del tronco vivo de las promesas la

%endicin indica la participacin en los %ienes mesi;nicos y una aportacin a la

salvacin. sto no puede reducirse a un mero dar a luz el fruto de sus entra:as sino

que 6a la luz de los episodios veterotestamentarios (cf ,t *+=5 ue C*=5 dt ).

,urante la vida p9%lica el papel maternal de #ara se e4presa en la %9squeda del 'i"o

y en la atencin a su pala%ra que invita a dar la primaca a las relaciones de fe y deadhesin a la voluntad de ,ios5 la madre se convierte en discpula (cf 3e +-*D5


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de n *C-*J proclama esta nueva maternidad de #ara5 es la hi"a de Sin que

engendra en el dolor en un solo da al nuevo pue%lo (cf 1s FFJ-+5 n


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A la actitud de ala%anza se a:ade la acogida de #ara como madre por parte del

discpulo al que ama%a es9s2 6,esde aquel momento el

discpulo la reci%i consigo6 (n *J). Sin lugar a dudas

este episodio no afectara a los fieles si se tratase de un

gesto privado por parte de un discpulo para con la #adre

de es9s que se ha%a quedado sola. $ero la escena

descrita por uan tiene un alcance salvfico mesi;nico

eclesial universal5 es una escena de revelacin

ntimamente relacionada con la 6hora6. l discpulo tiene

un significado tipolgico representativo5 es tomado en

sentido a%soluto como aquel que por o%servar la pala%ra

evanglica se encuentra en la esfera del amor del $adre

y del 'i"o (cf in


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esto son grmenes de un desarrollo que la tradicin ir; llevando a ca%o al correr de los

siglos.

III. !ormas "ist#ricas de espiritualidad mariana

Si consideramos la historia de la 1glesia o%servamos que el culto a #ara es unfenmeno constante de nota%le amplitud y vitalidad. Aunque conoci perodos de

crisis desviaciones y oscurecimientos lo super todo tomando nuevos %ros y

%uscando nuevas e4presiones. n el perodo patrstico el culto a la #adre de ,ios se

e4presa en actitudes de veneracin admiracin ala%anza. oracin confiada imitacin.

!on san 1ldefonso de 8oledo (t FFJ) se llega a una relacin de servicio permanente5 con

san Anselmo de Aosta (t


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transformacin. ,e todas formas no es una segunda vida espiritual sino una 6nueva

manera6 de vivir en ,ios5 le"os de ser un o%st;culo es una ayuda y un agui"n ya que

6el reino de #ara no es ni mucho menos contrario al de es9s sino que est; ordenado

totalmente a l6 (c. C). 3a vida mariforme es vida conforme a la voluntad de #ara

e"ecucin pronta y gozosa de cuanto complace a ,ios y a #ara. 3a vida en #ara es

conversacin filial afectuosa e inocente del alma una respiracin amorosa de #ara

madre super-ama%le y querida en ,ios. 3a vida por #ara es compromiso de todas las

energas para que #ara sea honrada y glorificada en todas las cosas y se promueva

realice y e4tienda el reino de su hi"o es9s. 3a vida mariforme y mariana alcanza su

perfeccin cuando el alma se ha de"ado animar por el espritu de #ara hasta quedar

transformada en ella. Sus fundamentos son la maternidad espiritual a la que se

responde en virtud del spritu de es9s con el sentimiento de amor filial2 Ave #ater y

la singular unin de #ara con ,ios que hace que la contemplacin de ella conduzca

necesariamente a l.

#iguel de San Agustn no piensa en pr;cticas especiales de devocin a #ara sino

slo en un flu"o y reflu"o de amor que tiene un do%le origen2 6Seme"ante disposicin

tiene sus orgenes %ien en la accin directa y espont;nea del spritu de amor en el

alma %ien en el h;%ito adquirido por innumera%les actos de conversacin amorosa con

nuestra tierna #adre. sta%lecida en esta conversacin el alma conserva un recuerdo

constante y suave de esta #adre y una igual inclinacin hacia ella casi de la misma

manera como e4perimenta en todas sus o%ras la memoria de ,ios llena de amor y de

reverencia6 (c. *).

sta forma de espiritualidad e4presada en trminos de vida no o%tuvo mucha difusinquiz; de%ido a su orientacin mstica y contemplativa5 pero es un testimonio

interesante de la percepcin de la funcin de #ara en la vida espiritual.

. LA )ON/AGRA)I*N O /AN'A (/)LA-I'0 A LA MAR( ( IO/ +7a"o elinflu"o de ciertos factores culturales del s. 4vii. como la e4altacin real de #ara el

sentimiento de la trascendencia de ,ios la concepcin pesimista del hom%re que

gusta de anonadarse y someterse5 la monarqua a%soluta que e4ige dependencia

pasiva etc. se difunde el uso de proclamarse esclavo de #ara. Erente a los a%usos

los decretos de ?oma toman posicin condenando las asociaciones de los esclavos de

#ara(


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presenta de forma m;s profundamente cristocntrica como renovacin de los votos o

promesas %autismales.

A comienzos del s. 4viii san 3uis #ara Iri:n de #ontfort (V


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que $. &eu%ert acentuar; y difundir; en su conocida o%ra #i ideal es9s hi"o de #ara

(GG).

4. -I-IR LA -IA ( MAR3A +sta e4presin de . !. !olin (V


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al plan de ,ios y a las esperanzas de los hom%res de nuestro tiempo. !reemos que

son fundamentales algunas pistas de orientacin2

$. )0L'O A MAR3A ORG5NI)AM(N'( IN/(R'O (N LA -IA (/6IRI'0AL + ,ele4amen de la pala%ra de ,ios resulta la legitimidad y la e4igencia de una relacin de

ala%anza y de acogida filial de #ara por parte de los fieles (cf 3e


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,. R(LA)I*N )ON MAR3A -I-IA (/6()IALM(N'( (N LA LI'0RGIA + 63a liturgiaes la cum%re a la cual tiende la actividad de la 1glesia y al mismo tiempo la fuente de

donde mana toda su fuerza6 (S! ) la

relacin con #ara no slo asume una eficacia santificadora sino tam%in la de%ida

proporcin y la recta finalidad. 3as fiestas marianas tienen siempre un significado

cristolgico y eclesial pues cele%ran la participacin de #ara en los misterios de la

salvacin e indican a la 1glesia su vocacin (S!


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recuperacin del significado de la figura de la @irgen en orden al itinerario espiritual de

los cristianos de hoy. 3a interseccin y la sucesin continua de los movimientos

cultuales desaniman en principio a todo el que quiera hacer una estructuracin

definitiva5 sin em%argo creemos que algunos elementos so%re todo el e4istencialismo

y la secularizacin las filosofas de la pra4is y el mar4ismo el estructuralismo y la

antropologa cultural han impregnado de tal forma la mentalidad y las costum%res de

nuestro tiempo que no puede li%rarse de su influ"o ning9n sector de la vida social ni

siquiera la relacin con #ara.

a) #ara y el hom%re proyecto de li%ertad. l e4istencialismo y la secularizacin

coinciden en el reconocimiento de la li%ertad humana y en la consideracin del hom%re

como persona responsa%le y autnoma. l hom%re es su proyecto y 6ser; lo que se

haya hecho6 (Sartre)5 ha llegado a la edad adulta capaz de decidir como mayor de

edad li%re finalmente de toda tutela. ,e aqu se sigue que la relacin con #ara tiene

que tomar en serio el valor de la persona centro de decisin y constructora de supropio destino5 las formas del pasado que e4presan ciertos valores en trminos de

a%andono imitacin y dependencia tienen escasas posi%ilidades de audiencia en el

hom%re de hoy que quiere evitar toda delegacin para asumir sus propias

responsa%ilidades y salvar su propio proyecto original. 3a figura de #ara se recupera

como modelo de inspiracin en un clima de comunin2 6'onramos a los santos y a la

santsima @irgen no con un culto de esclavitud y sumisin (en realidad somos li%res

respecto a todos los dem;s y dependemos solamente de ,ios en el orden de la

religin) sino que Qlos honramos Mdice san Am%rosioM con un honor de caridad y de

sociedad fraterna66. n la pluralidad de modelos en que puede refle"arse la 1glesia

(desde su arquetipo supremo que es !risto hasta los dem;s persona"es de la historia

de la salvacin como $edro uan 7autista ?aha% los apstoles el discpulo

amado...) #ara es el tipo que condensa la m;s ntima esencia teologal y mstica de la

1glesia6. &o ya la imitacin literal de lo que hizo #ara sino el aspecto central de su

espiritualidad es lo que ha de asimilarse (la identificacin a diferencia de la imitacin

es asimilacin de los comportamientos profundos). Seg9n el evangelio la @irgen fue

tratada por ,ios como una 6li%ertad6 que se realiza respondiendo responsa%lemente a

sus signos y madurando en la refle4in una actitud de fe-entrega (3c


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dimensin histrica del cristianismo6. &o se trata solamente de volver al pasado y a

sus acontecimientos salvficos sino tam%in de convertirse a la historia que hay que

construir mediante un programa de accin y una presencia operativa en el mundo. 3a

%9squeda de la ortodo4ia como con"unto de verdades y la fuga del mundo se

acompa:a o se sustituye por el culto espiritual que se rinde a ,ios con el don de uno

mismo en la vida cotidiana (cf ?om


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idntica en el cam%io de las formulaciones m9ltiples. l culto mariano no se li%ra de

esta ley5 no es un fenmeno nuevo m;s que en su identidad emprica5 en realidad sera

una concrecin histrico-cultural del arquetipo femenino y una repeticin del mito de la

gran #adre que lo acapara y a%arca todo. 4cluyendo la aceptacin de un

estructuralismo rgido que se:alara el fin del hom%re li%re sus sugerencias resultan

oportunas para no transformar la relacin con #ara en una especie de adoracin de la

6reina del cielo6 (cf er J


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dirige hacia la fuente de su vocacin y de su gracia al Umnipotente cuyo nom%re es

santo (cf 3e ).

6. RE3O8ACI23 E I"9LSO CREA!I8O E3 LAS


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tiempo (accin de gracias por el presente, memoria laudatia del pasado, splica

implcita del porenir): !) 2ay ue re$erirse a Mara en un conte*to de comunin y con

la intencin de captar el signi$icado e*istencial de su ida: c) 2ay ue dar m3s espacio

a la inentia y a la participacin, en contra de todo $ormulismo y arti$icio# ?u es

donde podra aportar una contri!ucin muy 3lida la piedad popular con su

espontaneidad, creatiidad, sentimiento y sentido de la $iesta#

-. )onclusi#n7 presencia e8icaz de Mara en el itinerario cristiano

3e corresponde a nuestra poca el gozo de descu%rir la presencia de #ara en la

historia de la salvacin y de responder a ello con una actitud de admiracin ala%anza y

comunin en continuidad con la pala%ra de ,ios (3c


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cristiano encuentra un espe"o para volver a conquistar su identidad y para acortar la

distancia e4istente entre su realidad y el proyecto de ,ios so%re l. Acoger a #ara en

nuestra vida sigue siendo por consiguiente una se:al de apertura a un don de ,ios

ofrecido a los discpulos de es9s para reforzar y hacer cada vez m;s maduro y

perseverante su amor hacia l.

)ON)L0/ION7

'emos podido ver con claridad el gran aporte de #ara en la historia de salvacin

donde ella por gracia de ,ios ha hecho y sigue haciendo parte por su maternidad

espiritual gracias a su s generoso a%ri las puertas de la regeneracin de nuestra vida

de pecado a la vida de la gracia.

@emos como la sagrada escritura en el &uevo 8estamento nos muestra la sencillapero eficaz respuesta de #ara en toda la historia de la salvacin y que se anuncia%a

ya desde el Antiguo 8estamento.

$odemos hoy con toda confianza decirle al Se:or que estamos agradecidos porque no

nos ha de"a como unos hi"os hurfanos de madre sino que incluso en el dolor de la

cruz pens en la humanidad para que %a"o el amparo maternal de #ara siguiramos

nuestro camino hacia el $adre sa%iendo que compartiremos la gloria de es9s como

ya goza nuestra #adre #ara "unto a su 'i"o.

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1-Dios te amapersonalmente es

tu padre.

2-El pecado te hace

esclavo te ale!adel amor de dios.

3-"esuscristo es lasalvacion ante elpecado# el dio su

vida por amor a ti.

4- $or la %e en!esuscristo eres

salvo.

5-&amina hacia!esus#El te dara

nueva vida.

6-"esus es el se'orde tu vida

($roclamalo)

7-*en espiritusanto# llename de

tu amor.

8-El se'or ama a su

i+lesia incorporate aella.


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(lkerigma

esesencial


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