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La Mezquitade Qayrawán)santuario deloccidente musulmán
• Por. Virgilío Martln~z E;namorado
• reportaje· La Mezquita de Qayrawán, santuario del occidente musulmán
Vista aérea de la
ciudad de
QaYlawán en cuyo
centro se encuentJa
la mezquita de Sidi
'Uqba.
Qayrawán emerge en mitad de una inrnensa planicie, alejada unos 50 km. de lacosta mediterránea. En medio de la nada,al llegar a ella, es lógico preguntarse quéencontraron aquellos primeros musulmanes llegados al remoto Occidente para edificar una urbe en aquel paisaje casi estepario, sin una gran ciudad romana próxima que sirviera como acicate edificador,teniendo como tenían una hermosa costaque les hubiera garantizado una mayorfluidez en las comunicaciones tanto con elOriente de donde partían como con el resto del Magreb, hacia donde se dirigían para conquistarlo.
El gran lbn Jaldün llamaba la atenciónsobre la elección de un lugar no muy idóneo para la D.mdación de una ciudad, aunque esa percepción pueda ser matizada apaliir de otros testimonios que describen unterritorio féliil en el que abundaban olivos,agua y bosques que se hubieron de desbrozar para su edificación. La respuesta ha debuscarse, sólo parcialmente, en la necesidadque tenia ese Islam, recién nacido en términos históricos y en un proceso de expansión tan rápido que hacía difícil diferenciarse entre las poblaciones conquistadas.Es decir, el de crear algo nuevo, que rompiera con lo anterior y le diera calia de natw-aleza bien reconocible, una identidad quegarantizase su identificación como poderemergente.
Esa necesidad de presentarse al mundo con una entidad bien delimitada sólopodía ser obtenida con la edificación deuna mezquita, aislada geográficamente detoda influencia anterior y exposición de la
sociedad triunfante que pretendía conquistar, al menos, toda la orilla meridionaldel Mediten·áneo. Hacia el Occidente, laromanizada Ifi'lqiya era la puelia que abríaun tenitorio plagado de tribus indómitasque, como la historia demostró, habían deser islamizadas en un proceso erizado dedificultades.
Todo en la model11a Qayrawán gira entomo a su Gran Mezquita, a pesar de suposición descentrada en la actual medina.Ha sido así desde que fue fundada en elaño 50 H.l670 por 'Uqba ibu Nafi', despnés de lma tentativa antelior de creaciónde una entidad de población, perfilada demanera indecisa y ejecutada por Mu'awiya
ibn BudayY e1l34 H.l654-5, cuando se estaba produciendo la conquista de Ij;'¡qiya.
Una buena palie de ese relato de los acontecimientos recuerda lo sucedido con losdos grandes centros de nueva nmdación,los "campamentos" (am$ar, pI. de 1111$1') deKufa, Basara y el primer Cau·o. y hasta enel nombre de Qayrawán acertamos a adivinar las mismas causas en la edificaciónde este centro. Y aunque algún cronista seencargue de insistir en que el lugar estaba"deshabitado y no urbanizado" (gayr
l12as/a111 wa-Ia ma 'l12ür), ello se debe a esanecesidad antes enunciada de hacer valerante la poblaci.ón lo que de buena nuevatiene ese 1slalll, pues lo cierto es que las
Qayrawán Cl1/ClgC en mitad de tina iml1cll.'la planicie, alejada unoscincuenta kilómetros de la costa mediterránea
evidencias arqueológicas vienen a demostrar (los mllllerosos mateliales de acaITeoen la Mezquita Mayor, entre otras) queexistía un centro urbano, seguramente llamado, como anuncian las fuentes~ Quniyao Qamuniya, de medianas dimensiones yal abrigo de una montaña, al-Qarn, colinaque se levanta apenas 170 m. sobre el nivel del mar, a unos 12 kilómetros alnoroeste de la actual Qayrawán. Dejando a unlado todos esos aspectos legendatios que,sin embargo, tienen un fondo difuso deverdad histórica, aunque sea en muchoscasos inescrutable, es evidente que con'esponde a 'Uqba la creación de lma primerainfraestructura urbana, fundamentada endos instituciones: una mezquita en el mismo lugar donde se emplaza hoy día y unaresidencia del gobernador, ocupando elárea donde estaba la primera diir al-mulle
(sede del poder político) del Occidentemusuhnán.
Lamentablemente, de aquella mezquita nada queda salvo esas referenciascronísticas. Debía ocupar 1111a posicióncelltral en la primera med!na, situaciónque perdió conforme fue creciendo, hastanuestros días, emplazada en el extremooriental de la misma. Aquella ciudad debíó tener una distribución interior que, recordando a Kufa o Basara, se organizaríade acuerdo a los contingentes tribales quepor ella se distribuirían. En alguna fuentese aporta la noticia de que los quraysíesfihr estaban implantados al norte dt;; laGran Mezquita en los años en los que reinaba en Damasco Hi§am ibn 'Abd al-Malik (105-723 H.l125-742).
A la constmcción del templo junto a laresidencia del gobiemo del representantedel califa (Dar al-lmara) por parte de 'Uqba, Si§,'llen las reconstrucciones de Hassfulibn al-Nu'man en 84 H./703, la ampliaciónllevada a cabo por orden del califa Hisampor Bisr ibn Safwan en 105 H.l724, la demolición de la misma, COn excepción delmillrab en 155 H./772, efectuada por YazIdibn Hatim y la reconstrucción tardía enl57H.l773-774. Tanta remoción en tan emblemático edificio demuestra desde sus inicios el valor político que tuvo, auténticamezquita del Occidente (Garb al-Islam)desde la segunda mitad del siglo VII.
De esa época tenemos constancia apartir del testimonio de al-Bakr! de que elcalifa Hisam ibn 'Abd al-Malik es ell'esponsab1e de la constnlcción de la principal seña de identidad del santuario, su alminar, formado por tres cnerpos superpuestos que se coronan con una cúpula gallanada. Aquel alminar (,wwma 'a) tuvocomo precedentes las tones de las iglesiassirias y, a su vez, influyó detennÍllalltemente en la creación de un modelo de alminar en el a1ie musulmán de Occidente.La filiación de los alminares de la Mezquita de Córdoba así lo demuesh·a.
AfuIDaba el cronista andalusí al-Bakr!que aquella ton'e se levantaba en el lllurOseptenh'ional de la mezquita, con 60 codosde altura y 25 de anchma. Añadía que contaba con dos puelias esculpidas en málIDolque daban al patio. Se ha veni.do indicando que en esa descripción hay evidenciasque sin duda se refieren al actual alminar:la anchura de la base de 25 codos coinci-
de (25 5 0,42 = 10,50 m), así como la existencia de una puerta de mármol. Sin embargo, la descripción no se atiene a la alh1ra que pres·enta la torre enla actualidad(los 60 codos que al-Bala! afirma que tiene darían una altura de 25' 50 m. cuandoen realidad mide 31,50 111.) ni tampoco laexistencia de dos puertas. Otras alusionescronísticas complican el panorama, comola de al-Malikl, quien afinna que este alminal' era de tiempos de Ibrallim ibn alAglab, emplazándose en el ángulo noroeste de la mezquita.
Fueron los aglabíes los que dieron alsantuario una morfología sinular a la quehoy tiene, pues la anterior aljama vá a serdemolida por el emir ZiyadatAllah 1, el tercer gobemante de la dinastía, en el año 221H./835, para reconstruir un nuevo templo,según el testimonio, entre otros y de nuevo, de al-Bakñ. Mantiene, sin embargo, elab11inar y la orientación del muro de la alquibla diseñado por 'Uqba con una desviación de 310 hacia el sur. Unos a110S mástarde (247 H./861), Abü lbralllm AI)madacometerá otra remoción, destacadísima,pues el resultado fmal será la edificación dennnuevo mihrab y el diseño del plano en"T" del templo (cúpulas del bahw o pa
bellón) y del riwaq (pórtico).
Uno y otro, Ziyadat Al1ah y AbüIbrabIm, concebirán el edificio como obradinástica de los aglabíes, dotándolo de unaincontestable personalidad, al introduciruna serie de soluciones arquitectónicasplenamente novedosas que van a tener intensa perduración en el arte musulmán deIfr!qíya, el Magrib al-aqsa yal-Andalus.
FueroIJ los i7g/({/;ícs lt.JS quc le dieron al 5,'anllwrio fina morfología similara la que hoy tiene
reportaje· La Mezquita de Qayrawán, santuario del occidente musulmán
En estas páginas: Distintos
detalles del interior" yexterior" de la mezquita de
Sidi 'Uqba.
El edificio sufrirá añadidos posteriores enépoca zirí o I~af~í, pero la obra del siglo IXaporta lo sustantivo del mismo.
La cúpula cercana al mihrab, cuya impronta ha perdurado en las mezquitas deal-Zaytüna de Túnez, Susa o Sfax, es unode esos elementos que, sin duda, pennitenhablar de la Mezquita Mayor de Qayrawáncomo de lID verdadero campo de experimentación del primer arte musulmán. Esta cubielta dota a ese espacio de una evidente nobleza, resolviéndose a través detres cuerpos de distinta morfología, por loque se reCUlTe al tambor octogonal para garantizar la transición de la base cuadrada ala terminación circular de la hermosa cúpula gallonada. Es en ella y en el mihrabque cubre donde se muestra a través de sudecoración lo más granado del arte aglabí:las trompas con fOillla de concha, los arcos de descarga, distintos fiisos epigráficos... En definitiva, la cúpula ayuda a imponer en este espacio un lenguaje arquitectónico rupturista destinado a marcar larelevancia del lugar en el conjunto del grantemplo del Islam en Occidente.
El mihrab, sin duda, es la gran obradel arte aglabí por lo que tiene de brillante extracto y representación de esta estética. Lo forman tres elementos:
El primero son las placas de mármolblanco dispuestas en la parte baja del nicho, adamadas con un programa decorativo de carácter geométrico, vegetal yepigráfico (se incluye la azora cxrr de la"fe pura"); la técnica en el tratamiento de
las placas es diversa, pues si unas son caladas, otras son esculpidas; es muy significativa la presencia de placas que representan nichos que recuerdan al propiomihrab. El segundo, la semicúpllla sobrela parte inferior constituida por planchasde madera cimbrada, que se reviste de decOl'ación pintada en dorado de pámpanosy, el tercero, en torno al nicho, se colocan139 piezas de cerámica trabajadas ex-profeso para este contexto con la técnica delreflejo dorado, todas ellas con medidasprácticamente idénticas (211 mm. de ladoy I cm de espesor) y del mismo material;se trata del más bello conjunto de cerámica de reflejos dorados de época 'abbasíllegado hasta nuestro tiempo, excepcionalno sólo desde una perspectiva estética sino también por lo que supone de ejemplopara las transferencias habidas entre el
Es en Id decoración de la CftpuLa y el /Jlihrah donde se muestra lo másgranado del arte aglabí
AITiba: VestigiOs de insCI-ipciones
latinas, de época romana.
Del-echa: Sala hipóstila donde se
aprecian los capiteles de las. columnas
I-eutilizadas de la época romana.
Masriq y el Magrib en la primera épocadel Islam clásico. En efecto, la alusiónque realizara !bn NaS'f sobre la importación de estas cerámicas desde Iraq (posiblemente, además de Bagdad que sí esmencionada en el texto, la ciudad palatina de Samarra) en 247 H./86 1, a lfi'¡qiya
parece confirmarse a la luz de las nuevasinvestigaciones, que en principio descartan el trabajo in situ de un ceramista ogrupos de alfareros venidos de Oriente.Estas cerámicas guardan similitudes conotras producidas en Susa (actual Irán). Elresultado es un deslumbrante mihrab en elque cada uno de los fragmentos cerámiCos de reflejos metálicos, LlIJOS polícrocmos y otros que reCUlTen ala lllono-
reportaje . La Mezquita de Qayrawán, santuario del occidente musulmán
crOlnía, cambia de color de acuerdo conel lugar desde el que se mire.
Por lo que respecta al conj unto deledificio, las dimensiones que en la actualidad muestra son muy similares a lasde la construcción acometida en el sigloIX. Este rectángulo irregular presenta lassiguientes medidas: el muro noroccidental es de 65,30 m., el smoriental 70,28 m.,el nororiental, 120,80 lll. Y el suroccidental, 120,50 m. Desde el exterior ofrece cierto aspecto de fortaleza, con una serie rítmica de contrafuertes exteriore-s yunos muros de indiscutible solidez, sobrelos que se levanta el alminar, de moderada altnra y base muy ancha. Esa apariencia exterior envuelve, con todo, un interior de aspecto más delicado, conformado por 8uaves paralelas al muro de la al-
quibla y 17 transversales al mismo, conla particularidad de que la nave central,la que conduce al mihrab, por un lado, y
la más cercana de las transversales almismo son de mayor anchura y altura quelas demás. De esta manera, se crea unmodelo llamado de planta en "T" o en"tan", reforzado por la presencia de cúpulas (2) en cada uno de los extremos deesa nave central que lleva almih.rab, como hemos dicho anteriormente.
Por lo demás, en las colnmnas de esasala bipóstila se recurre a capiteles reaprovechados de época romana y bizantina, sin que exista un ejemplar igual queotro. Algunas columnas presentan basas,pero oh'as carecen de la misma. Con la introducción de este material de acaneo procedente del expolio de obras romanas pre-
cedentes, se h'ataba de prestigiar esta obra,en la que predomina un lenguaje arquitectónico nuevo para el que, no obstante,se emplean parcialmente elementos sustentantes de otros sistemas de representación artística sin precedentes.
Pero si el edificio, como bien inmueble,atesora un valor 3liístico excepcional, losobjetos litúrgicos vinculados a la Mezquita no desentonan con respecto a su estricto valor arquitectónico. Conespondetambién a Abü IbrahTm AJ.uuad la conshucción de un almimbar en el año 248H./862, el más antiguo de los conocidos para el mundo musulmán. Está fOl"mado por300 piezas ensambladas que desatTollan unbellísimo y variado programa decorativo,en el que se aprecian sin dificultad influencias previas. La macsura, de época
Fam la decoración de /'7.'1 coLumnas dc la sala hipástila se r('utílí.~rHl capitelesde época romana y bizantina sin que existan dos iguales
A la izquierda: Interior de lasala hlpóstila con las bellaslámparas que la decoran.
A la derecha: Una de laspuertas de la mezquita antesde haber sido objeto de unade sus muchas remodelaclones.
zirí, se encuentra también en su posición
original, junto al almimbar aglabí y en las
inmediaciones del mihrab para aislar a los
gobernantes que asistían a la oración en ese
espacio elilloblecido. Con tilla profusa de
coración, destaca su inscripción en cúfico
en la que se conmemora su edificación por
Mu'izz ibn BadTs (407 H.l1016 - 474H./
1062). Alguna lámpara, como la que por
taba la inscripción "obra de Muhammad,
hijo de 'AIT al-QaysT al-SafTar ("ellatone
ro") por al-Mu'izz", ballada en los alma
cenes de la Gran Mezquita muestra una
parte de ese mobiliario que fOl1l1aba parte
de los bienes del templo.
Junto con la cordobesa la Mezquita
Mayor de Qayrawán es, por lo anterior
mente expücado, el templo más destacado del Islam de Occidente, lugar de pere
grinación en sí mismo y obra dotada de tal
belleza y soüdez que muchas de las solu
ciones estéticas en ella anunciadas serán
reproducidas en otros contextos, años o si
glo más tarde. Qayrawán, capital del saber del Occidente musulmán y centro polí
tico de ifrlqiya hasta bien entrada la Edad
Media, muestra al mundo un santuario, só
lo superado en cuanto a la santidad que re
zuman sus mmos por los de La Meca, Me
dina y Jemsalén.
" VIRGrLlO MARTINEZ ENAMORADO es
arabisra. Escuela de Estudios Árabes de
Granada (CSIC)