Kathryn Ross - Sin Mirar Atrás

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    Sin lamentacionesKathryn Ross

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    Sin mirar atrs (1993)En Harmex: Sin lamentacionesTtulo Original: No regrets (1990)

    Editorial: Harlequin IbricaSello / Coleccin: Jazmn 932Gnero: ContemporneoProtagonistas: Ryan Jameson y Heather Edwards

    Argumento:Ser madre soltera no haba sido fcil. A pesar de las circunstancias, Heather se haba abierto paso

    como publicista y confiaba en realizar con xito su ltimo trabajo. Hasta que descubri que el

    cliente era Ryan Jameson, quien no dud en dejar en claro la baja opinin que tena de ella.

    Si Heather no se haba sentido capaz de justificarse cinco aos antes, ciertamente no poda

    intentarlo ahora. Tena mucho que perder.

    Adems, Ryan todava estaba involucrado con la bella Anabel, o no?

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    Captulo 1Heather mir, nerviosa, el reloj de la sala. Tendra que salir corriendo si quera llegar atiempo a su cita en Redstar. Con todos los das que tena Susan para llegar tarde, por

    qu tena que ocurrir ste, que poda ser crucial en su carrera?Camin hacia la ventana y mir abajo el fluir incansable del trnsito, que se diriga alcentro de la ciudad de Manchester. Su taxi la esperaba junto a la acera, con el taxmetrocorriendo. No poda ver al conductor debido a la hmeda maana de noviembre, perosaba que estara golpeando con los dedos el volante. Ya haba subido en dos ocasionespara recordarle lo que iba a costar que la estuviera esperando. Pero el precio del servicioera lo que menos le importaba a Heather; si no llegaba a la cita con Redstar, le podacostar millones a su compaa.Haba dedicado meses de trabajo a planear la campaa de publicidad para la famosacompaa de ordenadores y computadoras, y esa maana iba a la oficina principal a

    mostrar sus ideas, con la esperanza de venderlas. Si lograba ese contrato para la agenciade publicidad Craven, sera el contrato ms importante que hubieran realizado, y el msprestigioso. Hasta podra significar un aumento de sueldo para ella, que Dios saba bienque lo mereca. Se haba matado en su trabajo para conseguirlo.

    Mam dijo una vocecita, lo que la hizo volverse con rapidez para encontrarse con lamirada de su hija. Me he atado bien los zapatos?El corazn de Heather se encogi penosamente al mirar hacia abajo y ver la adorablecarita de grandes ojos azules, que la miraban con aprensin. Para una nia que cumpliracuatro aos dentro de dos semanas, el esfuerzo para vestirse era admirable. El delantalamarillo estaba mal abrochado, y su largo cabello oscuro, atado en una cola de caballo,no pareca muy seguro, pero haba tratado de hacerlo de la mejor manera. Heather sintiun nudo en la garganta y se acerc a la nia. Si al menos hubiera dedicado ms tiempo aSarah, si las cosas hubieran sido diferentes

    Lo has hecho muy bien, cario, pero Susan no tardar en llegar dijo y, en silencio,rez por que as fuera, mientras abrochaba bien el delantal de Sarah y ataba los cordonesde sus zapatos. Luego mir su reloj y se estremeci. Ya llevaba quince minutos deretraso, lo que nunca le haba pasado antes. Heather Edwards se enorgulleca de ser unapersona organizada y en extremo metdica, razones por las cuales haba tenido xito ensu carrera, mientras luchaba por sacar adelante a su hija.Por primera vez, se le ocurri que Susan poda haber tenido un accidente. La chica erauna persona calificada y nunca le haba fallado. Cuando cruzaba el pasillo para llamar por

    telfono, la puerta de la calle se abri y entr Susan violentamente.Lamento llegar tarde, seora Edwards, pero no me encuentro bien hoy expres, casisin aliento.Bast una mirada a la cara de Susan, para que Heather olvidara su disgusto. La chicapareca realmente enferma. Su cara estaba plida.

    Est bien, Susan dijo con amabilidad. Ests segura de que puedes quedarte? Notienes muy buen aspecto.

    No se preocupe respondi la chica, y asinti con la cabeza.

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    Ests segura? insisti Heather, frunciendo el ceo con ansiedad. Pareca queSusan debera estar en la cama.

    Completamente contest, acercndose a la nia y sonrindole.

    No te preocupes, mam intervino Sarah rpidamente. Yo la cuido.Las dos mujeres intercambiaron sonrisas divertidas.

    No poda estar en mejores manos afirm Susan con seriedad.En ese caso, me voy dijo Heather, dando un beso de despedida a su hija.

    Lleg al edificio de Redstar media hora tarde y su corazn lata acelerado mientrascaminaba hacia la recepcin. Corra el riesgo de que el seor Adams, jefe de relacionespblicas, se negara a verla ahora. Era probable que la siguiente persona citada hubierallegado ya, y posiblemente fuera de una firma competidora. Heather saba que habra una

    lucha cerrada por este contrato. Sera terrible que, despus de todo el esfuerzo que habainvertido en ese proyecto, perdiera la oportunidad de presentarlo por llegar tarde.Tome asiento, por favor, seora Edwards indic la recepcionista, sealando los sofsque haba en el extremo del vestbulo. Avisar al seor Adams de que est usted aqu.

    Gracias Heather sonri y, caminando con ms confianza de la que senta, se dirigi alos asientos.Llevaba un elegante vestido rojo que caa en lneas elegantes sobre su esbelta figura;estaba sorprendentemente hermosa. Su pelo negro azabache estaba recogido en unalarga trenza ajustada, que dejaba al descubierto la exquisita estructura de sus pmulos yla forma perfecta de sus cejas, que enmarcaban sus hermosos ojos de color castaodorado. Tena una belleza casi oriental. Su piel era plida como la porcelana y daba a sucabello y a sus ojos un nfasis que siempre llamaba la atencin. Ese da no era unaexcepcin. Las cabezas de las personas que haba en el rea de recepcin se volvieron amirarla, mientras se sentaba en silencio, con nerviosa preocupacin. Como siempre, noestaba pendiente de las miradas de admiracin que causaba; su mente estaba centradafirmemente en su trabajo.Su jefe no iba a estar muy contento con ella si no consegua ese contrato. Era difciltrabajar con un hombre como Robert Craven, pues no haba lugar en su compaa paranadie menos que perfecto. Era un hombre brillante y dinmico, y esperaba que todos a sualrededor lo fueran tambin. A sus veintisis aos, ella era el miembro ms joven de laempresa. Heather saba que todo su esfuerzo se perdera si no consegua el contrato con

    Redstar.Por un momento, pens en una poca, cuatro aos atrs, cuando no tena nada, nitrabajo, ni casa, slo un beb recin nacido a quien cuidar. se haba sido uno de losmomentos ms duros y difciles de su vida, pero se haba levantado, labrando condeterminacin una triunfante carrera. Sin embargo, esa poca le haba dejado una huellaque nunca se borrara.

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    Seora Edwards? llam la recepcionista, y su voz rompi los pensamientos deHeather. Me temo que el seor Adams no tiene tiempo de verla hoy. Quiere ustedconcertar otra cita?

    Heather asinti con la cabeza, con el corazn hundido. Robert se iba a poner furioso.Sigui a la chica al escritorio de la recepcin y esper, mientras la empleada consultabasu libreta.

    Me temo que no podr ser hasta la prxima semana dijo, sin alzar la vista.Heather arrug la nariz con desdn. Para esa fecha, ya le habran dado el contrato a otraempresa.

    No tiene algo antes? Poda ser a la hora de la comida intent. Ser provechosopara Redstar ver mis ideas antes de hacer el contrato. Tal vez podra consultarlo conalguien; estoy segura de que el director querr verme.La seguridad en la voz de Heather hizo dudar a la chica.

    Bueno, podra intentarlo. Quiere esperar un momento?Heather asinti con la cabeza. Una leve esperanza brill en los ojos. Mereca la penainsistir. Quizs eso le diese alguna ventaja.Vio que la recepcionista cruzaba por la gruesa alfombra roja, llamaba en una puerta yentraba. Heather poda ver a una secretaria que escriba a mquina. Se detuvo paraescuchar a la recepcionista y, entonces, una puerta, detrs de ellas, se abri y apareciun hombre que se dirigi a ambas.Heather sinti que la sangre abandonaba su cara al verlo. Abri los ojos con incredulidad.No poda ser. Simplemente, no poda ser! Su cerebro, frentico, se negaba a creerlo;pero sus ojos le decan, con toda certeza, que realmente era Ryan Jameson.Apenas haba cambiado en los ltimos aos. Todava era un hombre increblementeapuesto. Tena una constitucin fuerte, ms de un metro ochenta y anchas espaldas quedisminuan hasta las estrechas caderas. No era el tipo de hombre que se puede confundircon otro.Los msculos del estmago de Heather se contrajeron mientras lo miraba, incapaz demoverse. Haba amado tanto a ese hombre, y l le haba hecho tanto dao. Debavolverse y salir antes de que l la viera. En ese momento, el hombre alz la cabeza, comosi sintiera que alguien lo miraba, y sus ojos azul profundo se encontraron con los de ella.Al principio, mostraron sorpresa; luego, se entrecerraron en una enigmtica expresin.La recepcionista hablaba con l y, aunque probablemente escuchaba lo que le deca,nunca apart la vista de la cara de Heather. La recorra en toda su forma oval, recorriendo

    los hoyuelos bajo los altos huesos de los pmulos y detenindose en la curva de la boca.Heather se estremeci. Deseaba alejarse, pero no pudo. Todo su cuerpo se encontrabaparalizado, inmovilizado por un remolino de emociones.Deseaba desesperadamente analizar qu era lo que le pasaba, pero las emociones quegiraban dentro de ella le mandaban mensajes confusos a su cerebro. Una parte de ellaestaba feliz por verlo de nuevo y se negaba a dejar de mirarlo, otra parte estaba aterradapor este encuentro inesperado, y la haca estremecerse con miedo y nerviosismo. Haba

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    decidido no volver a ver a Ryan Jameson, no quera saber qu haba sido de su vida.Quera volverse y echar a correr.Repentinamente, l baj la vista hacia la recepcionista y habl brevemente con ella, antes

    de volverse y regresar a su oficina con un andar perezoso y largo, cerrando la puerta confirmeza.Heather solt el aliento de forma violenta. No se dio cuenta de que lo haba contenidohasta que se apoy dbilmente en el escritorio de la recepcionista, tratando de recuperarel ritmo de su respiracin. Haba esperado con ansia que Ryan se le acercara y lasaludara. La sorprenda que no lo hubiera hecho. Su estado nervioso fue sustituidoenseguida por una profunda irritacin.La recepcionista se acerc, con una sonrisa avergonzada.

    Me temo que el seor Jameson no tiene tiempo de recibirla esta semana.Heather asinti con la cabeza y trag saliva, tratando de encontrar la forma de hablar con

    calma.Est bien, entiendo murmur al fin. Entenda?, se pregunt con frenes. Era unaforma de Ryan de decirle que no quera nada con ella? O solamente no la habareconocido y no tena tiempo en realidad?

    Sin embargo, si desea pasar a su oficina ahora, el seor Jameson tiene unos minutosdisponibles agreg la recepcionista.Por un momento, Heather mir a la mujer como si no entendiera.

    Ahora, dice usted? pregunt, sorprendida.La chica asinti con la cabeza y seal la oficina interior.

    La puerta est abierta dijo, y volvi la cabeza al telfono, que en ese momentocomenzaba a sonar. Heather se dirigi a la oficina sealada. Su corazn golpeaba tanfuerte que estaba segura de que todos en la oficina podan orlo.La secretaria se puso de pie y se dirigi a la oficina de su jefe; despus de llamar, abri lapuerta para que Heather entrara y cerr detrs de ella. Era una oficina ultramoderna. Porun momento, Heather se qued inmvil, con la mirada fija en el hombre que habasentado detrs del enorme escritorio. Su cabeza oscura descansaba en el respaldo depiel del silln color crema.

    Vaya, vaya, seora Edwards. Esto s que es una sorpresa dijo burlonamente, con esavoz aterciopelada y grave que ella recordaba tan bien.

    Hola, Ryan salud, con voz tensa y la cara plida. Durante un rato se qued ahparada, soportando la mirada azul que se mova lentamente por sus largas piernas y

    luego, ms ntimamente, por las suaves curvas de su cuerpo. Te importa si me siento?pregunt y, sin esperar la respuesta, se movi hacia la silla que estaba frente alescritorio. Se sent y acomod sobre sus piernas la carpeta que llevaba, como si fuera unescudo.

    As que, Heather su voz pareci detenerse en el nombre, como si lo paladeara, yella record cmo acostumbraba pronunciarlo l cuando yacan uno en brazos del otro.Ha pasado mucho tiempo.

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    La joven asinti con la cabeza, incapaz de contestar; sus ojos estaban absortos en la pielbronceada, la fuerte lnea de la mandbula que alguna vez haba dibujado con sus propioslabios

    Ests diferente dijo l, inclinndose hacia adelante para coger la carpeta y colocarlasobre el escritorio.

    Puedo? pregunt ella con voz quebrada, y los ojos de Ryan se pasearon por lacurva de sus senos, como si pudiera ver el delicado encaje del sujetador y luego la pieldesnuda.

    Por supuesto afirm, asintiendo con la cabeza. Veo que has perdido esa imagen denia inocente.Heather se mordi el labio. Claro que haba cambiado. Haca mucho tiempo que l no lavea, casi toda una vida, y muchas cosas haban pasado desde entonces. No slo habacambiado su cuerpo sino tambin su forma de pensar. Haba crecido desde sus das con

    Ryan Jameson, y haba sido un proceso penoso. Mientras lo miraba a travs delescritorio, recordaba a la chica inocente que haba sido; sus sueos, que habandesaparecido mucho tiempo atrs, reemplazados por la dura realidad de la vida.

    Supe que te habas casado dijo Ryan de repente; sus ojos se entrecerraron, fijndoseen el anillo de oro al que, inconscientemente, ella haba estado dando vueltas. Quines el afortunado?

    Jonathan Edwards pronunci el nombre sin alterarse, confiando en desanimarlo paraque no hiciera ms preguntas. Heather vio cmo las cejas de l se juntaban, mientras quecon su cerebro de computadora analizaba el nombre.

    Debe de ser todo un hombre observ, con el tono burln de nuevo en su voz. Ques? Director de algunos bancos suizos o terrateniente?A Heather no le gust el tono de su voz y lo mir airada.

    Nada de eso. Y mis asuntos personales no son de tu incumbencia le espet, pero deinmediato lament sus palabras, al notar la curva sarcstica en los labios de Ryan y elbrillo de sus ojos.

    Y han sido muchos en estos aos, Heather? insisti, con un dejo de risa en su vozque hizo que la sangre de ella hirviera.Se control con dificultad e ignor la pregunta.

    Mi visita a Redstar no es social, Ryan. He venido a discutir las ideas para una campaapublicitaria. Si no tienes tiempo para los negocios, no habra alguien que lo tuviera? Tu

    jefe, tal vez dijo framente.

    Imposible respondi, apoyndose en el respaldo del silln y mirndola con perezosaindiferencia. Era una mirada que ella conoca. Esa mirada, como con sueo, que hacaque las personas bajaran la guardia, en la creencia equivocada de que l no estabaconcentrado en ellas; cuando en realidad estaba atento, observando hasta el ms leveparpadeo.

    Nada es imposible dijo Heather. Me gustara hablar con tu jefe.Ests hablando con l respondi, en un tono fro e impasible. Soy el propietario deRedstar.

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    T? pregunt, mientras lo miraba sorprendida. Pero yo pensabaYa s lo que pensabas cort secamente. Habas credo todo lo que dicen losperidicos. Me sorprende, Heather. Hubiera pensado que, por trabajar en el mundo de la

    publicidad, habras aprendido a no creer todo lo que ves dijo sonriendo; pero su sonrisano era de diversin. Lamento desilusionarte, pero no estoy ni he estado nunca endificultades financieras.

    No estoy desilusionada repuso con calma. Por qu debera estarlo?Por qu arrastr la pregunta, y su boca se curv en una sonrisa burlona, cuandola seora Edwards parece haber prosperado tambin? su mirada se clav en el anillode oro, hacindola sentir incmoda.

    Te importara ver mi carpeta? le pregunt Heather, tratando de volver a laconversacin de negocios.Los ojos del hombre se posaron brevemente sobre la carpeta que haba frente a l.

    Trabajas para Craven? pregunt con voz suave. Supongo que tu marido es elpropietario.No, no lo es! exclam Heather, irritada.Me sorprendes dijo, deslizando la mirada por el cuerpo femenino. Hubiera pensadoque slo un amante podra tolerar a un miembro de su empresa que es lo bastanteirresponsable como para llegar tarde a una cita importante.

    Yo Heather titube. S que he llegado tarde y lo siento. Algo inesperado meretras esta maana.Una ceja oscura se alz con desdn.

    Algo a tu favor en el pasado, Heather, es que siempre fuiste excelente en tu trabajo.Casarte con Edwards fue el final de tus ambiciones.

    Si te tomaras la molestia de ver mi trabajo, descubriras que es justamente lo contrariorespondi, cortante.Los ojos de l se posaron sobre la carpeta, pero no hizo nada por tocarla.

    No tengo tiempo hoy dijo, mirando su reloj. Tengo una cita con una persona que yadebe estar esperando. Adems, yo contrato a alguien que atienda estas cosas, para noperder mi tiempo en tonteras. Era el seor Adams con quien tenas la cita.

    Yo no propongo tonteras repuso Heather con calma, aunque por dentro estallaba enira. Te puedo garantizar que mi trabajo es superior a cualquier otra cosa que recibas atravs del seor Adams. Sin embargo, si no ests capacitado para ver mi trabajo, eres tquien se lo pierde dijo, alcanzando la carpeta con intencin de recogerla para irse; pero

    la mano de Ryan se dispar sobre la suya, sin darle tiempo de hacerlo. El contacto con supiel hizo que la sangre de Heather corriera enloquecida por sus venas. Senta un fuertecalor y estaba extraamente desorientada.

    No tan rpido, cario indic l, y sus labios se curvaron con una media sonrisa; ensus ojos azul profundo haba destellos de admiracin. No has perdido ese atractivoespritu impetuoso, verdad?

    Cuando deseas subir alto en el mundo de la publicidad, lo necesitas respondi, y susojos se encontraron de frente con los de Ryan.

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    Eso y un hombre con influencias agreg l, al tiempo que le soltaba la mano y sereclinaba en el respaldo.Heather retrocedi, casi como si l la hubiera golpeado fsicamente. Sus prpados

    cayeron sobre la palidez de su piel, ocultando sus ojos a Ryan.La opinin que tienes de m no es muy buena, verdad, Ryan? su voz apenas era unmurmullo en el silencio del despacho.l no respondi, y el silencio se extendi entre los dos, con una tensin casi insoportable.Los puos de Heather se apretaron, mientras reuna valor para abrir los ojos.

    Quieres ver mi trabajo o no? dijo la joven, haciendo un esfuerzo para pronunciaresas palabras con calma, cuando lo que deseaba en realidad era lanzarle una serie derecriminaciones. Lo que ocurri entre t y yo pertenece al pasado, Ryan. Un casocerrado. Y lo nico que deseo es olvidarlo termin con rapidez; sus ojos se alzabanhacia l con un subliminar destello de splica en sus profundas sombras.

    l le sonri, pero era una sonrisa fra, vaca de emocin.Claro que lo deseas. Pero no te preocupes, Heather, nunca mezclo los negocios con mivida privada.

    As que vas a considerar mi trabajo? presion.Voy a mirarlo reconoci, con un movimiento de cabeza. Luego, como ella continuaramirndolo con ojos inseguros, sonri, con un momentneo rasgo de indulgencia en suatractiva y dura cara. Pero con un sentido profesional le advirti, con una nota dediversin en la voz. Ante todo, soy un hombre de negocios, Heather.

    S, por supuesto respondi, sintindose por un momento increblemente estpida porpensar que la actitud de l podra ser motivada por algo ms que no fueran los negocios.Nunca debi decir eso de olvidar el pasado. Ryan Jameson tena con seguridad cosasms importantes de qu hablar, y no de un pequeo romance que no haba significadonada para l. Heather estir una mano esbelta para abrir la carpeta.

    Djalo, Heather le orden bruscamente. Ver eso cuando tenga tiempo.Pero yo quera discutir mis ideas contigo dijo ella, despus de dudarlo un momento.De esa forma t

    Si creo que valen la pena, ya hablaremos la interrumpi Ryan.Pero yo creaHeather, si tenemos en cuenta lo informal que has sido con tu cita esta maana, creoque eres endemoniadamente afortunada en que todava vea tu trabajo. No abuses de tusuerte advirti. Ahora, s una buena chica y vete para que pueda trabajar un poco.

    Heather lo mir fijamente. La estaba tratando como si fuera una nia que se ha escapadodel colegio, y no una mujer de negocios que mandaba en su propio departamento. Losojos color castao chocaron con los azules, un momento antes de que las largas pestaasde Heather parpadearan inseguras. Tal vez l tena razn; ya era afortunada por haberllegado hasta ese punto. Ryan no era el tipo de hombre que tolera la incompetencia, y ellaera privilegiada por slo haber cruzado el umbral de su puerta.

    Muy bien, entonces te lo dejo dijo despacio.Brillante eleccin murmur Ryan, con una sardnica sonrisa.

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    Heather apret los dientes y se oblig a contestar la sonrisa.Entonces, espero noticias pronto expres, mientras se pona de pie.Que tengas un buen da, Heather fue la nica respuesta de Ryan, mientras abra un

    cajn del escritorio y dejaba caer dentro la carpeta de ella.Heather lo miraba sorprendida por su arrogancia; sus ojos oscuros brillaban con ira.Asinti con la cabeza y se dirigi con gracia a la puerta.No recordaba haber salido del edificio de Redstar, ni haber llamado a un taxi. Se sentaofuscada por lo que acababa de pasar y difcilmente poda creer que haba estadosentada en la oficina de Ryan, charlando con un hombre al que crea fuera de su vidapara siempre.Subi al taxi y dio la direccin de Craven. Sus pensamientos eran confusos.Considerara Ryan su trabajo?, se pregunt. De ser as, y si le daba el contrato, qupasara entonces. Eso significara muchas citas, pasar mucho tiempo con l. La sangre

    abandonaba su cara al comprender la realidad; relacionarse con Ryan Jameson podraser devastador.Apoy la cabeza en el respaldo. La actitud de Ryan haba sido arrogante y desdeosaSe haba regocijado en recordarle que haba llegado tarde a la cita. Qu habra hecho siella le hubiera dicho la verdad? Que haba llegado tarde porque la niera que cuidaba asu hija, la hija de los dos!, se haba retrasado. Eso s hubiera hecho que sus ojos azulesse abrieran de sorpresa!

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    Captulo 2Como de costumbre, las oficinas de la agencia de publicidad Craven mostraban agitacin.El barullo, que Heather normalmente encontraba estimulante, ese da era una tortura para

    sus nervios alterados. Dando un suspiro, se levant para cerrar la puerta de su oficina;pero, apenas se haba sentado, cuando sta se abri.

    El seor Craven desea verla en su oficina, seora Edwards le avis Liz, su secretaria,quien dej la puerta abierta y volvi a su escritorio.Heather sinti que agudos chillidos se clavaban en su cuerpo y baj la vista a su trabajo,sin verlo. All estaba, era el momento que haba estado temiendo desde su encuentro conRyan Jameson la semana anterior. Que su jefe la llamase a su oficina, slo podasignificar una cosa: Ryan haba llegado a una conclusin sobre la campaa de publicidad.Robert Craven iba a dirigirle unas cuantas palabras hirientes por haber perdido elcontrato, o iba a felicitarla por conseguirlo.

    Se levant despacio de su silla, se pas la mano nerviosa y alargada por una inexistentearruga de su impecable traje azul marino, y se encamin a la oficina de su jefe. Al cruzarpor la enorme oficina abierta, en la que trabajaban muchos hombres inclinados sobre susmesas de trabajo, unas miradas de admiracin la siguieron; pero las ignor, siguiendohasta el final del pasillo. Llam a la puerta de Robert Craven.

    Hola, Heather. Pasa indic el hombre. Su cara redonda brillaba, y sus pequeos ojoscentelleaban con entusiasmo.Heather conoca demasiado bien aquella mirada, y su corazn comenz a latir conrapidez.

    Bueno; te felicito, querida. Ryan Jameson est muy impresionado con tus ideas y va avenir para discutirlas con nosotros dijo, y seal con una mano la silla que haba frentea l. Heather se sent y asinti con la cabeza.Acababa de conseguir el mayor contrato de su carrera. Probablemente el mayor que lacompaa hubiera manejado, y senta como si alguien hubiera firmado su certificado dedefuncin. Como con un destello cegador, le surgi la idea de que no deseaba esecontrato. No quera saber nada de l. El precio de verse comprometida era demasiadoalto. Algunas cosas en la vida son ms importantes que el dinero y el xito, y una de ellasera su hija. Si alguna vez Ryan se enteraba de la existencia de Sarah El pensamiento lahizo estremecerse. Conoca a Ryan lo suficiente como para saber cul sera su reaccin.

    Heather, te encuentras bien? se interrumpi Robert. Unas arrugas se agregaron alas de su cara.

    S afirm, pero preferira que otra persona siguiera adelante con este contrato.Qu? el tono de voz de su jefe subi de golpe, y la mir como si estuviera loca.Te importara decirme por qu?Heather dud. Decir que no lo quera por razones personales no sera una explicacinrazonable para Robert Craven. El trabajo tena prioridad para l, y las pequeas cosas,como los sentimientos personales, podan ser echadas a un lado.

    Slo creo que cualquier otro podra hacerlo mejor que yo; Richard, por ejemplo ledijo, tratando de mantener una voz clara y profesional.

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    Robert resopl de impaciencia y en desacuerdo.Heather, desde que empezaste a trabajar aqu has venido a mi oficina tratando dedemostrarme que tu trabajo es mejor que ninguno por un momento, la ira de su rostro

    se transform en aprobacin. Y tenas razn. No entiendo por qu, de pronto,comienzas a retroceder; pero no voy a permitirlo. Son tu trabajo y tus ideas los que hanconseguido el contrato con Redstar, y vas a seguir con ello hasta el final. Adems losojos de Robert se entrecerraron, no creo que Ryan Jameson acepte que nadie msmaneje su campaa. No es la clase de hombre que se conforma con el segundo plato. Asque, a menos que quieras que el contrato vuele por la ventana, ests amarrada a l,

    jovencita.Robert cogi unos papeles con un gesto de decisin.

    Llama al encargado de las cuentas y comienza a preparar algo antes de que llegue elseor Jameson.

    Heather miraba, desvalida, la cabeza de cabello gris inclinada sobre su trabajo. Era obvioque no conseguira nada con su jefe. A menos que renunciara, no haba otra manera deescapar; pero sa era una medida demasiado drstica, o, quiz, no? Tal vez lassituaciones desesperadas requeran soluciones igualmente desesperadas, pens.

    chale una ojeada a esto, por favor, Heather indic su jefe, y le pas un fajo depapeles. Con la mente perdida, la joven trat de concentrarse en ellos. No deba permitirque Ryan Jameson destruyera su vida de nuevo. Deba ser fuerte y tratar de sortear estatempestad.Recordaba la primera vez que haba visto a Ryan. l haba entrado con paso firme en lasoficinas de la agencia Harper, como si fuera dueo del lugar, y unas pocas semanasdespus ya lo posea. Los labios de Heather se curvaron en una sonrisa irnica. Ryan eraun coleccionista. As como hay personas que coleccionan sellos, l coleccionabanegocios, y los converta en negocios de xito. Tena una mente brillante, como unacomputadora. Usualmente, lo primero que haca al adquirir una compaa era instalar lamejor y ms avanzada tecnologa en ordenadores y, a partir de ese punto, surga sutoque de Rey Midas, convirtiendo en oro todo lo que tocaba.Heather haba sido una ejecutiva menor en la direccin de Harper. A los veintin aos yrecin salida de la universidad, nunca pens que un hombre como Ryan Jameson notarasu existencia. Desde el primer momento en que sus ojos se posaron en l, lo ador,posiblemente igual que otras mujeres. Posea una magntica atraccin, que haca que elcorazn de una mujer creciera de inmediato ante su presencia. Si l hubiera mirado en su

    direccin, a ella se le habran aflojado las rodillas.Cuando los primeros cambios se hicieron, Ryan instal un gerente y sus visitas seespaciaron. Despus, una brillante maana l entr, se dirigi al escritorio de ella y le dijoque cogiera su abrigo. Por un instante aterrador, Heather pens que iba a despedirla.Luego, con toda tranquilidad, l le pregunt qu restaurante prefera, para llevarla acomer. Ryan se comportaba tan fro y arrogante como si hubieran comido juntos desde elprincipio de los tiempos. Heather estaba asombrada y, casi sonmbula, cogi su bolso y

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    su abrigo, apenas consciente del murmullo de inters y las miradas de envidia de las otrasmujeres.La llev a un exclusivo restaurante y la trat de una manera amigable. Le pregunt su

    opinin sobre los cambios que haba hecho en el trabajo y qu pensaba del nuevogerente. Ella respondi, con voz alterada, que tena miedo de l.Cuando Ryan hizo una sea al camarero para que les llevara la carta de los postres,Heather mir nerviosa su reloj.

    Creo que no tengo tiempo dijo con tono preocupado. Slo dispongo de una horapara comer.Ryan le dedic una de sus atractivas sonrisas.

    Bueno, sa es una de las ventajas de comer con el jefe; no hay que preocuparse deltiempo.

    Pero el seor Neilson estar esperndome, seor pronunci la ltima palabra en un

    susurro. Durante toda la comida, Heather se haba estado preguntando cmo llamarlo.Sus amigos ntimos lo llamaban Ryan; pero ella no poda hacerlo, as que haba tratadode evitarlo.

    Yo me ocupo de Neilson repuso l, alzando una ceja. Y, por favor, olvide eltratamiento, llmeme Ryan le pidi, sonriendo.Pero Heather no poda sentirse tranquila. Rechaz el postre y pidi un caf.

    No me diga que se preocupa por su figura pregunt Ryan, frunciendo el ceo.No los ojos de Heather se encontraron con los de l y, de pronto, ella recobr suconfianza. Estoy preocupada porque mi jefe parece haber tomado un repentino interspor m dijo con calma. Si usted deseaba hablar de negocios, habra invitado a comeral gerente.

    Cierto concedi sonriendo. Pero Brian Neilson no es tan atractivo como usted.En la oficina hay muchas mujeres muy atractivas. Mujeres que tienen un mejor puestoque yo replic Heather.

    S, las hay acept, y le dirigi una sonrisa amable e indulgente, que le produjo a lachica alteraciones en la presin sangunea. Pero, por qu habra de invitar a alguna deellas, si quera invitarla a usted?Pero Heather hubiera preferido que eligiera a otra.

    Hbleme un poco de usted pidi Ryan, apoyndose en el respaldo de la silla yestudindola a travs de sus brillantes ojos azules.

    No hay mucho, en realidad dijo sonriendo.

    No lo creo ni por un momento repuso Ryan, negando con la cabeza. Conozco todolo referente a su vida profesional, lo bien que hace su trabajo y lo capaz que es. Pero,qu hace fuera del trabajo? Tiene novio?

    No respondi Heather, y sonri de nuevo. He vivido sola los ltimos cuatro aos,desde que muri mi madre. Tengo un apartamento pequeo, no lejos del trabajo.

    Y su padre?La mirada de Heather se nubl por un instante; se encogi de hombros.

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    No tengo ni idea. Abandon la casa cuando yo tena ocho aos y nunca he vuelto averlo.Ryan se inclin sobre la mesa y cogi una mano de Heather entre las suyas. La suave

    presin de su piel hizo que la chica se ruborizara y, confusa, continu tartamudeando:Me gusta ir al teatro y a los conciertos, y escuchar suave msica romntica.Quisiera escuchar algo de msica suave hoy por la tarde? pregunt l con vozgrave y spera. Podramos ir a mi apartamento.Heather neg con la cabeza, bajando las pestaas para ocultar sus ojos de la mirada del. Saba exactamente a qu la estaba invitando, y a pesar de que pudiera estar tentada aaceptarlo, no poda acostarse con l. Tal vez estaba chapada a la antigua, pero siemprehaba tenido la idea de que nunca se entregara a un hombre si no estaba profundamenteenamorada.

    Bueno, pero an nos quedan el teatro y el concierto, espero dijo l, en un tono de

    voz que la hizo sonrer.Ryan haba trado el brillo del sol y la risa a la vida de Heather. Durante las semanassiguientes, la estuvo cortejando continuamente. Heather disfrut cada minuto que pasabacon l. La invitaba a tomar el aperitivo y a cenar, siempre a los mejores lugares; lemandaba flores y romnticos regalos, y la haca sentir como si fuera la persona msimportante en su vida.Heather era bastante realista como para no caer en el encantamiento de creerse la noviade Ryan Jameson. No fueron los elegantes lugares a los que la llev lo que la hizosucumbir, sino la persona que se esconda detrs del mundano hombre de negocios. Sehaba enamorado del hombre que tena un corazn sentimental y tierno; un hombre que lapodra hacer llorar y rer con igual facilidad. Ahora, mirando hacia atrs, poda darsecuenta de que fue esa estrategia inteligente la que la gan y la llev a su cama. Habatenido el efecto deseado: ella se enamor, y con demasiada fuerza.Ryan Jameson haba despertado en Heather el lado apasionado de su naturaleza, el cualella ni siquiera saba que exista. Exactamente seis semanas despus de la primera salidaa comer, Ryan le pidi que se mudara a su apartamento en Park Avenue.

    Sin compromisos dijo l, antes de que ella pudiera contestar. A Heather no le costmucho pensarlo. Estaba completamente enamorada. Habra aceptado cualquier cosa quesignificara estar ms cerca de l.Un sbado por la maana, Ryan pas a recogerla a su apartamento y la llev al mundodel lujo y la elegancia. La joven ya no tena que preocuparse de las finanzas y de ver si al

    final del mes le sobraba algo de dinero para comprar un vestido. Ryan la ba en regalos:un guardarropa completo, lleno de las prendas ms caras; hermosa joyera Le dio msde lo que ella deseaba; pero, en su ingenuidad, Heather pensaba que lo haca porque laamaba. No haba imaginado que slo se haba convertido en otra de sus posesiones.

    Heather, ests bien? dijo Robert Craven, cuya voz pareca muy lejana. Ella mir asu jefe, un momento antes de volver al presente.

    S. Lo siento, Robert. Me decas algo? pregunt sin aliento.S. Qu te parecen estos nmeros? inquiri, frunciendo l ceo.

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    Cules? desamparada, Heather mir hacia abajo, a las hojas de papel que habafrente a ella, y se dio cuenta de que no haba entendido nada de lo que pona en ellos, asde fuertes eran sus recuerdos. Afortunadamente, en ese momento llamaron a la puerta y

    un par de hombres del departamento de cuentas entraron, distrayendo la atencin deljefe.Durante la siguiente hora, Heather se oblig a concentrarse. Pero, a medida que la horaen que Ryan llegara se aproximaba, senta que sus nervios saltaban, como si cientos dehombrecillos estuvieran dentro de su piel, golpendola hacia afuera.En la primera oportunidad que tuvo, se disculp y fue deprisa a su oficina por unasaspirinas. Tan pronto como tom dos, se sinti mejor. Sac de su bolso un pequeoespejo y se arregl la pintura de los labios. Necesitaba unos minutos para controlarse,antes de enfrentarse a Ryan.Por un momento, se qued mirando su imagen en el espejo. Su piel estaba demasiado

    plida y sus ojos sombros. Casi como en los viejos tiempos, pens con pesar, mientrascerraba el estuche. Unas cuantas semanas despus de que se haba mudado con Ryan,se era su aspecto cotidiano, con mal semblante y sintindose cansada. Tanto, que variosdas tuvo que hacer un verdadero esfuerzo para mantener los ojos abiertos.Al principio, no se dio cuenta de qu andaba mal. Lo haba atribuido a sus nervios, puesacababa de pasar por una etapa de intenso trabajo. Por si fuera poco, Heather habanotado un enfriamiento en la actitud de Ryan hacia ella, como si algo lo preocupara y,fuera lo que fuera, no deseaba discutirlo con ella.Se inclin hacia atrs y se qued mirando al techo. se fue el momento en que todocomenz a ir mal, y su vida cambi de una felicidad ideal a una pesadilla.*.*.*Comenz una maana, con un pequeo detalle en el trabajo. Heather no se haba sentidobien y abandon su escritorio para ir al bao un momento; pero, antes que pudieraempujar la puerta, escuch su nombre y eso la detuvo. Pareca que, adentro, algunasmujeres de la compaa mantenan una charla sobre la relacin de ella con Ryan.

    T crees que durar? preguntaba una chica, y Heather escuch de inmediato la risade su jefa, Lyn Perry.

    Claro que no va a durar. Todo el mundo puede darse cuenta de que ya se ha cansadode ella. Seguro que ya est buscando otra agreg Lyn, y luego baj la voz en un tonode conspiracin. Tambin he odo que Ryan tiene algunos problemas financieros.Parece que va a vender algunas compaas.

    Heather se dio la vuelta y las dej en su cuchicheo, pero el calor subi de su estmago ala cabeza, en una oleada de nuseas, y apenas tuvo tiempo de llegar al bao.Cuando volvi al apartamento de Ryan, l haba salido de negocios por unos das. Pocodespus, descubri algo que hizo cambiar todo. Estaba embarazada.Sufri pensando qu hacer. Cul sera la reaccin de Ryan al enterarse de que iba a serpadre? Reaccionara con ira? S, seguramente. l haba dejado en ella toda laresponsabilidad de no quedarse embarazada. Antes de su primera relacin, l le preguntqu prefera usar, pero ella se sinti avergonzada por la pregunta y dijo entre dientes que

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    vera a un mdico; y as lo hizo. Ni siquiera supo si haba olvidado tomar la pldora, peroseguramente as haba sido. Era culpa suya y estaba aterrada con la idea de decrselo aRyan. Qu pasara si pensaba que era una forma de atraparlo, para casarse con l?

    Podra terminar odindola. Repentinamente, record sus palabras: Sin compromisos.Cuando Ryan regres de su viaje, dos das despus la llev a comer y, entonces, fue lquien dej caer su propia bomba.Heather haba librado una batalla silenciosa durante toda la noche, tratando de decidir sise lo deca o no. Pero, de pronto, Ryan puso el plato a un lado y ella se dio cuenta deque, hasta ese momento, l slo haba estado jugando con la comida. Estaba tanpreocupada por sus propios pensamientos que apenas haba notado el forzado silenciodurante la comida. Ahora, mientras lo miraba a travs de la mesa, se sinti petrificada.Era el fin. Lo saba. Ryan estaba a punto de decirle que no deseaba seguir con larelacin.

    Ya lo sabes, no es as? murmur l apenas, y ella tuvo que morderse el labiotembloroso. Sus ojos se agrandaron, con temor. Lo siento, Heather. He dudado endecrtelo durante algn tiempo.

    Quin? Quin es ella? pregunt, con una voz que era apenas un roncomurmullo.

    Quin? por un instante, l frunci el ceo; luego afloj las facciones. As quehasta eso sabes dijo, y mene la cabeza. Y yo que cre que era un secreto bienguardado agreg, al tiempo que haca una seal al camarero para que le sirviera otracopa antes de continuar: Tu trabajo est seguro, Heather. No tienes que preocupartepor eso.

    No estaba preocupada respondi torpemente. Nunca le haba pasado por la menteque Ryan pudiera despedirla del trabajo si su relacin terminaba. No era esa clase dehombre.

    Brian Neilson ha comprado Harper, as que las cosas seguirn como de costumbre continu Ryan, animado.

    Has vendido Harper? pregunt Heather, asombrada.S, tena que ser as. Junto con mis otras compaas en Gran Bretaa. Por ahora, mevoy a concentrar en Estados Unidos hay una compaa de ordenadores ycomputadoras muy grande con la que quiero negociar. He decidido centrarme en ella sus ojos se entrecerraron, fijos en los de Heather. Cre que lo sabas y que por esoestabas preocupada.

    Yo sospechaba algo dijo Heather, desviando la vista de la azul intensidad de lamirada de Ryan. Y quin es la mujer? pregunt.Quieres decir Annabel Rothstar? Tiene veintin aos y es duea de una de las msgrandes compaas de ordenadores en Estados Unidos respondi, al tiempo quesonrea al notar las cejas alzadas de Heather. Su padre muri y lo hered todo ella explic. Est desesperada por vender y yo ansioso por comprar; pero, por desgracia, hetenido algunas complicaciones.

    Y tienes un romance con ella? pregunt con voz temblorosa.

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    La cara de Ryan se ensombreci, airada.No seas ridcula. Ya sabes lo que siento por ti.Heather mene la cabeza y un nudo se aferr a su garganta.

    No, Ryan. Qu es lo que sientes por m?Por un momento, hubo un breve silencio. Heather poda sentir que su corazn golpeabadolorosamente sus costillas, mientras esperaba la respuesta.

    No estoy en posicin de poder comprometerme contigo, si eso es a lo que te refieres dijo llanamente, y estir una mano para coger la de ella. Por el momento, tengo sobrem muchas presiones, Heather. Debo ir a los Estados Unidos la prxima semana y estarall algn tiempo. Buscar una casa tan pronto como pueda. Cuando las cosas se calmen,podremos decidir sobre nuestra relacin. Tal vez t quieras ir all, o yo regrese coment, alzndose de hombros. Por ahora, es difcil decir cmo se desarrollarn lascosas. Trata de comprenderlo.

    Heather asinti dbilmente con la cabeza. Entenda demasiado bien; Ryan no la amaba.Si lo hiciera, le habra pedido que se fuera a Estados Unidos con l y habran escogidojuntos la casa donde viviran.S, lo comprendo murmur, tratando de tragarse el nudo que tena en la garganta.Saba que ahora no podra hablarle de su embarazo a Ryan.Se qued con l en su apartamento hasta su marcha, y se despreci por su debilidad, enms de una ocasin. Debi hacer las maletas y dejarlo, desde el momento en que l leexpuso sus planes, pero no tuvo fuerzas para hacerlo. Se aferr a l durante esas ltimasnoches que estuvieron juntos, amando el toque de su piel, descansando la cabeza en suamplio pecho. Pensar que se ira, dejndola, la aterraba. Cmo iba a vivir sin l? Loamaba demasiado.El da que Ryan se iba, Heather lo acompa al aeropuerto de Heathrow, en silencio.Ryan le cogi la mano y la apret con suavidad. Ella lo mir a la cara y encontr unaexpresin distante en los ojos azules. Saba que la mente de l estaba lejos, en susnegocios. En la vida de Ryan slo haba un amor: su carrera. Y ella lo saba. sa era larazn de su xito.Se sentaron a tomar un caf. Cada trago pareca atascarse en la garganta de Heather.Cmo iba a pasar su embarazo sola? Volvera a ver a Ryan? Su hijo no conoceranunca a su padre? Instintivamente, puso su mano protectora sobre el estmago, todavaplano. Ryan lo not.

    Te sientes bien?

    Heather lo mir por un momento. Deseaba tanto decrselo!Es este caf del aeropuerto dijo, arrugando la nariz. Sabe a agua de fregar.S, es malsimo acept l, sonriendo. Y tienes suerte de no tener que comer en elavin.Heather se mir las manos.

    No me siento muy afortunada murmur; pero l no la escuch, pues en ese momentoanunciaban su vuelo.

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    Bueno, cario, se es seal Ryan, mientras se pona de pie. Ven, acompame ala puerta le pidi, y desliz un brazo por la cintura de Heather, comenzando acaminar. Confo en que te cuidars mientras estoy fuera.

    Tomar mis vitaminas a diario repuso con tono ligero.Buena chica dijo, y se detuvo junto a la puerta; se volvi hacia ella, y la tom en susbrazos. Sus labios se unieron en un largo beso. Cuando quiso alejarla, Heather se aferra l. Repentinamente, se sinti presa del pnico. No poda soportar que la dejara. Nopoda dejarlo ir. Heather mir esos ojos azul medianoche.

    Ryan, yo hay algo que no te he dicho dijo atropelladamente.S? Qu es? pregunt, frunciendo el ceo; y la alej para verle la cara conclaridad.Pero Heather pareci recuperar la razn. De todos los lugares del mundo, cmo habaescogido el aeropuerto para decrselo? Qu esperaba que hiciera l? Negarse a

    dejarla? O, acaso esperaba que la llevara con l? De cualquier forma, eso sera unchantaje emocional. Ryan ya le haba aclarado que no deseaba ningn tipo decompromiso. Y, un hijo no era uno de los compromisos ms grandes en la vida? Si se lodeca ahora, provocara el resentimiento de Ryan, o pero an, su odio. Heather mene lacabeza, desamparada.

    No es importante puede esperar.Ests segura? pregunt; sus ojos buscaban muy dentro de ella.Heather asinti y luego se abrig en los brazos de Ryan por ltima vez, antes de que l sevolviera y saliera de su vida para siempre. Lo vio irse, a travs de la tela vidriosa queformaban sus lgrimas.Fue poco despus, al volverse y andar entre la gente, cuando las molestias empezaron.Primero fue un dolor apagado, punzante; pero despus, cuando subi a un taxi, el dolorse hizo tan fuerte que emiti un grito.

    Se encuentra bien, seorita? pregunt el conductor, volvindose a mirarla, mientrasHeather daba otro suave grito de angustia.La joven neg con la cabeza.

    No yo creo que es mejor que me lleve a un hospital respondi.

    Alguien llamaba a la puerta de la oficina de Heather. Horrorizada, se pas la mano por lacara, tratando de borrar las lgrimas que corran como arroyos sin parar. La sangre se le

    hel al pensar que alguien pudiera encontrarla en ese estado.Heather, yo quera dijo Richard Craven, el hijo de su jefe, asomando la cabeza conuna brillante sonrisa, que se disolvi al ver su cara. Qu te pasa? pregunt,acercndose, con una verdadera preocupacin reflejada en sus tranquilos ojos grises.Hay algo que te moleste, Heather? Si alguien te ha hecho algo, yo

    No. No, no es nada de eso, Richard cort presurosa, tratando desesperadamente dedetener el torrente de lgrimas y sintindose sumamente tonta. Simplemente, no meencuentro muy bien era mentira, se senta fatal.

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    S, ya veo murmur: sac un pauelo y se lo dio.Gracias expres Heather, brindndole una sonrisa, al notar la expresin deperplejidad que haba en el atractivo rostro de Richard. No era extrao que estuviera

    asombrado, pens ella, llorando por dentro. Heather Edwards era siempre fra y tranquila.Era una mscara que se haba construido a travs de sus aos en Craven, con el fin demantener alejados a sus compaeros. Ahora estaba deshacindose en lgrimas!Seguramente, Richard estaba preguntndose si por fin la dama de hielo se habaderretido. Los labios de Heather se curvaron irnicamente. Saba que algunos hombresde la oficina la haban bautizado con ese nombre, por su altivez y la forma en que siemprerechazaba todo tipo de invitacin. Ya me siento mucho mejor le dijo en tono firme,devolvindole su pauelo. Creo que slo es una ligera jaqueca.

    Quieres que te lleve a casa? se ofreci Richard rpidamente.Heather neg con la cabeza y sonri.

    A Robert le dara un ataque si te oyera decir eso.Probablemente respondi, sonriente. Slo he pasado a felicitarte por el contratocon Redstar. Qu te parecera salir a cenar para celebrar? su voz haba ido bajandode tono, hasta hacerse grave.

    Tal vez debera regresar cuando no ests tan ocupada interrumpi una voz fra desdela puerta, hacindolos volverse.Ryan Jameson estaba de pie, ya dentro de la oficina; sus ojos parecan astillas de hielo,mientras contemplaban el rubor de Heather y la forma familiar en que Richard estabainclinado hacia ella.

    No no estamos ocupados indic Richard, luchando por mantener la composturabajo la mirada escrutadora de Ryan. De hecho, ya me iba dirigi una mirada dedisculpa hacia Heather y sali con rapidez.Hubo un silencio tenso durante unos momentos. Heather se remova inquieta bajo la duramirada de Ryan, y se preguntaba cmo demonios haba logrado l llegar a su oficina sinser anunciado. Dnde diablos estaba Liz?

    Supongo que se es tu marido dijo Ryan con voz glacial.Las cejas de Heather se alzaron, en un movimiento de asombro.

    Por supuesto que no. se es Richard, el hijo de Robert Craven. Es un simplecompaero de trabajo.Ryan camin despacio hacia ella. Sus ojos tenan la mirada de una fiera a punto de caersobre su presa, y Heather sinti de pronto una sacudida de inquietud dentro de ella.

    Y tu marido sabe que tienes un romance con un simple compaero de trabajo? pregunt desdeosamente.

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    Captulo 3Cmo te atreves a hacer suposiciones sobre mi vida personal? inquiri Heather,furiosa. Adems, para tu informacin, mi marido muri.

    Le extra la facilidad con que esa mentira haba salido de sus labios, ya que, pornaturaleza, no menta jams. Probablemente era porque la haba repetido muchas veces.Era una experta en decir que era viuda, poniendo una buena dosis de pena y dolor en susexpresivos ojos de color castao, para evitar ms preguntas sobre su supuestomatrimonio.Por desgracia, la mirada que le dirigi a Ryan no surti el efecto acostumbrado. Adiferencia de las palabras de simpata que sola despertar, Ryan simplemente, se limit adecir:

    Cunto tiempo hace que muri? su mirada se pos sobre ella, sin perder ningndetalle.

    Hace algunos aos respondi evasivamente, y se movi hacia atrs en su asiento.No quera que l se inmiscuyera en su vida, especialmente en ese terreno. Eso era lo quems tema.

    No pudiste estar casada mucho tiempo prosigui Ryan, ignorando la evidente tensinde la joven.

    No respondi ella, y apret los puos, ponindolos sobre el escritorio. No se habadado cuenta de lo que haca, hasta que los ojos de l se posaron en sus manos. Deinmediato, se oblig a relajarse. As que te ha gustado mi trabajo, Ryan? preguntframente, cambiando con deliberacin de tema y dando un tono impersonal a su voz.

    Tal como habas predicho, Heather, de lo mejor que he podido encontrar admiti,relajando la tensin de su boca. Aunque la verdad es que nunca he podido encontrarningn error en tu trabajo dijo, dando un calmado nfasis a la ltima frase; lo queprovoc que ella entrecerrara los ojos, disgustada. Qu se supona que quera decir?Antes de que Heather tuviera tiempo de replicar, la puerta de su oficina se abri y entrRobert Craven, seguido de cerca por dos hombres del departamento de cuentas.

    Ah, qu bien! Ha encontrado a Heather dijo Robert, y se sent junto a Ryan. Parecaun duende, junto al otro hombre de constitucin fuerte. He preparado estas cuentaspara que las vea, seor Jameson agreg, poniendo algunos papeles sobre elescritorio. Mis contables se encuentran aqu, en caso de que quiera preguntarles algo.

    S, perfecto. Pero antes de entrar en detalles sobre el costo de la campaa, hayalgunos puntos ms importantes que quisiera discutir respondi Ryan.

    Por supuesto, por dnde le gustara comenzar? pregunt Robert Craven, quienpareca un poco frustrado, mientras se esforzaba por asegurar este importante cliente.Heather se mordi el labio inferior. Por alguna razn, le irritaba la actitud de su jefe haciaRyan. Por qu todos se atemorizaban ante este hombre? Era por su dinero o su poder?Alz los ojos y se encontr con la mirada de acero de Ryan. No, probablemente era suaura de fuerza, concluy rpidamente.

    Tal vez Heather podra explicarme sus ideas con ms detalle.

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    La joven asinti con la cabeza y esper, mientras los hombres se sentaban en las sillas,frente a ella. Explic los planes para la campaa con voz clara y confiada, pero por dentrose senta insegura. Deseaba que Ryan no la mirase de manera tan intensa. Sus ojos

    azules parecan tan atentos, tan penetrantes, que la consuman. Sera difcil ocultar algo aese hombre. Se estremeci y termin con rapidez lo que estaba diciendo. Sus largasmanos temblaban levemente cuando se dirigi a l.

    Hay algo que quiera preguntarme, seor Jameson? se oblig a decir.Ryan alz una ceja oscura, casi en forma burlona.

    Hay algo importante que me gustara preguntarte, Heather dijo, arrastrando laspalabras de tal manera que hizo que los nervios de ella se contrajeran. Pero, como notengo mucho tiempo, nicamente mencionar algunos puntos que me inquietan anunci, y pregunt algunas cosas que ella slo haba mencionado brevemente. Heatherprocedi a dar una explicacin, y se asombr de la facilidad con que l absorba todo, sin

    tan siquiera tomar apuntes.l asinti con la cabeza cuando Heather termin.Es una idea brillante. Subraya precisamente lo que las modernas computadoras hacenpor el hombre de negocios, y adems es atractivo. Creo que le vendr muy bien a nuestracompaa frunci los labios y Heather casi pudo escuchar cmo el cerebro de Ryanrepasaba sus ideas. Has pensado en utilizar a personas conocidas para hacer losanuncios?

    No haba pensado todava en eso admiti la joven.Vaya coment Ryan, tamborileando con los dedos sobre el escritorio, como siestuviera pensando un poco ms. Yo podra conseguir que Annabel Rothstar loshiciera. Sera perfecto, porque una vez fue duea de mi compaa y es una persona muyconocida. Adems, es muy atractiva recalc, con una sonrisa en la boca.Heather no devolvi la divertida sonrisa, solamente lo mir. Su corazn pareci irse, dealguna manera, a su estmago.

    No creo que sea una buena idea dijo con tono ptreo y fro.Por qu no? intervino Robert Craven con rapidez. La imagen de esa hermosamujer capturar la atencin de los hombres. Creo que puede funcionar.

    No es slo la atencin de los hombres la que deseamos atraer. Adems, queremos quelas personas vean los ordenadores, no a la persona que est delante de ellos respondiHeather; pero, mientras hablaba, se preguntaba si la mayora de sus objeciones para conla mujer no estaran basadas en razones personales ms que en otra cosa. Su corazn

    lata salvajemente y, de forma extraa, senta un verdadero desagrado hacia esa mujer aquien no conoca.Acepto que estamos tratando de llegar a las mujeres, al igual que a los hombres denegocios, pero creo que Annabel sirve para ambos. Le dar al anuncio cierta categora,sin perjuicio para la computadora indic Ryan, animoso.Heather luch por mantener sus sentimientos personales fuera. Su nico inters deberaser profesional. Nada debera influenciarla.

    Yo yo no estoy segura. Creo que debemos pensarlo un poco ms murmur al fin.

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    Bueno, de cualquier forma, podra ser que Annabel no estuviera disponible para hacerel anuncio; as que todo es hipottico por el momento dijo Ryan, entrecerrando los ojosazules y mirndola. Voy a dar una fiesta en mi casa de Cheshire este fin de semana;

    Annabel estar all. Quiz te gustara venir para que hablemos con ella.Los oscuros ojos de Heather se agrandaron y su delicada piel palideci visiblemente. Nopoda imaginarse pasando un fin de semana en la casa de campo de Ryan, y ver a suamante! Ese hombre no tena sentimientos.

    Me temo que ya tengo planes para este fin de semana respondi, con un leve tono dealarma en su voz. Desde luego, no poda dejar a Sarah y pasar la noche fuera, bastantemalo era ya no verla durante el da.

    Vamos, Heather, estoy seguro de que no hay nada que t no puedas cambiar le dijoRobert, dirigindole una dura mirada y esperando que ella cumpliera el deseo delimportante cliente.

    Me temo que no puedo respondi la joven con firmeza.La boca de Robert se convirti en una apretada lnea. Esto era una seal peligrosa, queindicaba que su jefe estaba a punto de desatar la guerra.

    Yo creo Heather, que por esta vez deberas rehacer tus planes le dijo, en un tonomuy serio.

    Tal vez la cita de Heather sea ms importante para ella recalc Ryan duramente,haciendo que la fra fachada de la mujer crujiera un poco y sus ojos dispararan llamashacia l.

    Realmente, no veo qu sentido puede tener que conozca a la seora Rothstar.Adems, como no tengo coche, ser difcil para m ir a Cheshire el viernes por la tarde.

    Eso se resuelve fcilmente. Yo paso a recogerte sugiri Ryan. Adems, hay unpunto importante, Heather. Le estoy dando a tu compaa un gran contrato; por lo tanto,espero a cambio lo mejor. Eso significa tu tiempo, lo mismo que tu experiencia. Si noests preparada para darme eso se puso de pie; sus movimientos eran fros mientrasmiraba alrededor y, finalmente, posaba la mirada en Heather siempre podr darle elcontrato a otros.

    No hay necesidad de apresurarse! intervino Robert Craven, dando un salto ypalideciendo palpablemente. Desde luego, tendr la mejor campaa publicitaria quepueda pagarse, en trminos de experiencia y de tiempo.

    Me alegra or eso dijo Ryan, mirando su reloj. No tengo tiempo ahora, pero otro da,en esta semana, llamar para ponernos de acuerdo de cmo recogerte, Heather

    agreg, inclinando la cabeza levemente hacia todos, y abandon la oficina.Heather miraba la puerta, completamente atontada. Aquello se estaba convirtiendo en unapesadilla. Los dos hombres de contabilidad murmuraron algo y salieron tambin. Cuandovio la cara de Robert, Heather no se sorprendi de que hubieran hecho esa salida tanapresurada. El rostro de su jefe haba adquirido un tono oscuro peligroso.

    A qu demonios crees que ests jugando? la increp, furioso. Te das cuenta deque casi pierdes el contrato?

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    Lo ms probable es que est alardeando contest Heather, acongojada. Decualquier forma, no tiene derecho a hacer esa clase de peticiones.

    Heather, por la cantidad que ese hombre nos va a pagar, te puedo asegurar que tiene

    derecho a pedir que todos los de la oficina vayamos a su casa le clav la mirada y, porun momento, hubo un silencio cortante. Mira, me doy cuenta de que debes de tener tusrazones para comportarte de esa forma tan cortante murmur. Pero, por amor deDios, pinsalo. Este contrato es muy importante para la compaa. Puede ser la diferenciaentre hundirnos y sobrevivir.

    Debera comenzar a buscar otro trabajo?, se pregunt Heather preocupada, la tarde delviernes, mientras se sentaba frente a su escritorio. Pero, la verdad es que no queracambiar de trabajo. Le gustaba trabajar para Robert Craven. Aquel empleo la haba

    ayudado a recuperar su propia estima, despus de haberla tenido por los suelos durantemucho tiempo; la haba ayudado durante un periodo negro de su vida. Inclusive, leagradaba Robert Craven, quien, a pesar de ser un duro hombre de negocios, siemprehaba sido justo con ella y la respetaba.Pens de nuevo en los comentarios de l respecto a la compaa. Verdaderamentetenan dificultades econmicas? Heather no haba apreciado ninguna disminucin en sucarga de trabajo. Tal vez otras reas del departamento no estaban tan ocupadas comodeberan estarlo. Si se era el caso, tena ella la obligacin hacia Robert y la compaade hacer su mejor esfuerzo para conseguir el contrato con Redstar?Liz asom la cabeza por la puerta.

    El seor Craven dice que se puede ir si usted lo desea, seora Edwards.Las cejas de Heather se alzaron. Robert nunca le haba permitido salir antes de tiempo.De alguna manera, eso le indicaba lo importante que era para l ese fin de semana.Heather comenz a limpiar su escritorio. De cualquier forma, no mereca la penaquedarse sentada ah. Difcilmente haba hecho algo de trabajo durante el da; todos suspensamientos estaban centrados en Ryan y en el hecho alarmante de que iba a ir arecogerla, para pasar esa noche en su casa. Un estremecimiento nervioso la recorrimientras se pona el abrigo. Se sinti casi enferma de preocupacin.Afuera, el da era hermoso y el cielo de un azul elctrico. Todo resplandeca a pesar delfro. Heather camin animada hacia la parada del autobs y luego, siguiendo un impulso,se detuvo a mirar en los escaparates de una gran tienda unos vestidos de ltima moda.

    Debera comprarse un vestido para la fiesta de esa noche?, se pregunt. No tena nadaque fuera excitante. La mayora de sus vestidos eran slo prcticos y adecuados para eltrabajo. Suspir impaciente. Ryan era un cerdo arrogante. Debi estar loca paraenamorarse de l. Haba llamado a la oficina esa maana y le haba informado framentede que pasara por ella a las siete, sin preguntar nada ms. Para agravar el asunto, habaconseguido su direccin por Robert.

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    Heather mir las hermosas creaciones en los escaparates y se alej disgustada. No, noiba a perder el tiempo comprando un nuevo vestido. Por qu habra de hacerlo? Nodeseaba impresionar a Ryan y, ciertamente, no iba a competir con Annabel Rothstar.

    Pas frente a un escaparate de juguetes para nios. Una enorme mueca de trapo atrajosu atencin. Estaba vestida al estilo victoriano, de una manera exquisita, y sus ojosparecan gritar que alguien la comprara. A Sarah le encantara, se dijo Heather deinmediato. Adems, su cumpleaos era la semana prxima.Dentro de la tienda se entonaban villancicos de Navidad, lo que hizo que Heather se dieracuenta de lo cerca que estaban las fiestas. Compr la mueca y, luego, camin por eldepartamento de juguetes, preguntndose si deba aprovechar y hacer algunas compraspara Navidad mientras estaba all.Mir a una pareja que haba frente a ella: la mujer, en avanzado estado de gestacin,cogida del brazo de su marido mientras caminaban juntos. Por un segundo, sinti una

    pualada de dolor al verlos. Si las cosas hubieran sido diferentes si Ryan la hubieraamado tanto como ella lo amaba a l, habran sido una verdadera familia. Qu hermososera si Ryan compartiera la magia y la excitacin de la Navidad con su hija!Se alej de los pasillos de juguetes y de los brillantes adornos, con la mirada borrosa derepente. Qu demonios le pasaba?, se pregunt Heather, furiosa. Sarah y ella eran unaverdadera familia, y no necesitaban ni a Ryan ni a nadie en sus vidas.

    Sarah estaba pintando en la mesa de la cocina cuando Heather lleg. La nia estabaencantadora con su pantaln de grueso algodn y una bata azul. Tena las mejillassonrosadas y los ojos de un brillante azul zafiro.

    Mam, ya has vuelto! se baj de la silla y se arroj en sus brazos.Calma, ya ests un poco grandecita para esto dijo Heather sonriendo, mientras laalzaba y la besaba. La sinti caliente y le puso una mano en la frente, preocupada.Creo que tienes algo de fiebre, jovencita observ, volviendo la mirada hacia Susan, queestaba preparando el t.

    S, ha estado as todo el da confirm la niera. Creo que es un enfriamiento.Heather sinti una punzada de pnico. Justo cuando tena que dejar a Sarah sola, sta sepona mala.

    Quiz deba cancelar esta salida de negocios. Si Sarah no se encuentra bien, sermejor que me quede murmur; su frente se vea atravesada por lneas de

    preocupacin.Oh, no. No es necesario dijo Susan, meneando la cabeza. Es probable queamanezca mejor despus de dormir unas horas.

    Susan me ha hecho tomar una medicina horrible se quej Sarah, arrugando la narizcon disgusto.

    Bueno, pero eso es para que te pongas bien, cario respondi Heather, sonriente.Estoy bien agreg la nia, revolvindose para bajarse de los brazos de su madre.Mira el cuadro que he pintado para ti, mam.

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    Es precioso coment Heather entusiasmada, mirando los brillantes manchones decolores en el papel. Cuando vayas al colegio, probablemente sers la mejor artista de laclase.

    Sarah asinti con la cabeza solemnemente, antes de tomar el pincel y dar unos toques deamarillo. Heather la miraba de cerca. No pareca muy enferma. Tal vez fuese ridculocancelar el viaje a Cheshire.

    Crees que estars bien mientras yo estoy fuera, Sarah? inquiri cautelosa.Cunto te vas? pregunt la nia, dejando por un momento lo que estaba haciendo,para mirarla con sus ojos grandes e inquisidores.

    Esta noche. Recuerdas que ayer te lo dije? pregunt Heather, amable.S, claro afirm Sarah, y asinti con la cabeza. No te preocupes, estar bien agreg, y volvi su atencin a la pintura. Voy a pintar muchos cuadros mientras estsfuera.

    Heather dirigi a Susan una sonrisa apenada.Parece como si yo fuera la nica que se preocupa por mi salida.Bueno, es la primera vez que pasa fuera una noche respondi Susan con simpata.La nia estar bien, no se preocupe; yo la cuidar.Heather asinti con la cabeza.

    Bueno, creo que me voy a dar una ducha rpida y despus meter algunas cosas en unbolso dijo, con una forzada nota alegre en la voz. Acarici el pelo de Sarah y sali alpasillo.Escondi la mueca de Sarah en el armario y, despus, se sent en la cama un momentomirando las filas de ropa. No quera pasar el tiempo con Ryan y no deseaba dejar aSarah. Saba que haba sido un poco sobreprotectora con su hija, quiz porque era unamadre soltera y senta toda la responsabilidad sobre sus hombros, o tal vez fuese por elhecho de haber estado tan cerca de perder a Sarah

    De ahora en adelante va a tener que tomarse las cosas con calma, jovencita le dijo elmdico, muy ceremonioso.Heather asinti con la cabeza, en silencio, rezando para que el doctor le diera el alta.Nunca haba estado en un hospital antes y una noche all le haba parecido unaaterradora eternidad.

    Debe mantener reposo total en cama continu el mdico.

    Pero mi trabajo! protest Heather, con ojos asombrados y muy abiertos. TengoqueEl trabajo tendr que esperar la interrumpi el doctor con impaciencia. Debedescansar; de otro modo le advirti siniestramente.

    Podra perder el nio? termin Heather la frase, sintiendo que el fro la inundaba pordentro. Hasta ese momento, no se haba dado cuenta de cunto quera a ese nio. El solohecho de pensar que poda perderlo era demasiado doloroso.

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    Es una posibilidad asinti el mdico, mirando la blanca piel de Heather an msplida. Continu con amabilidad: Pero si sigue usted mis indicaciones, no hay razn porla que no pueda usted tener un nio perfectamente sano.

    Cuando Heather volvi al apartamento que haba compartido con Ryan hasta esa tarde,se sinti fsica y emocionalmente vaca. Pareca que haba sido mucho tiempo atrscuando vio partir a Ryan en el aeropuerto, y no slo el da anterior.El telfono no dejaba de sonar, y se oblig a no correr a contestarlo. Probablemente seraBrian Neilson, deseando saber por qu no haba ido a trabajar.

    Dnde demonios has estado? tron la voz de Ryan, furioso. He tratado delocalizarte durante toda la maana.El tono de su voz la hizo sentir todava ms enferma y aterrada.

    He estado fuera contest con acritud.Dnde? exigi l.

    En una fiesta que dur toda la noche dijo con sarcasmo. Y no es asunto tuyo endnde he estado. No te pertenezco.Por un momento, hubo un silencio, mientras Ryan digera la respuesta. Heather nunca lehaba hablado as antes.

    S que me perteneces respondi con calma. Eres la mujer que ha estado viviendoen mi apartamento durante los ltimos meses; la mujer que apenas hace unas horas tenaen mis brazos. Eres ma le dijo sombramente. Ahora, dime: dnde has estado todala noche?

    Ya te lo he dicho contest lentamente.En una fiesta? su voz era dura. Con quin?La mente de Heather qued en blanco por unos momentos.

    Con con un amigo dijo, tartamudeando.Dios mo, Heather. No has tardado mucho tiempo en reemplazarme, verdad?La ira de la chica comenz a borrarse y, en su lugar, las lgrimas corrieron por susmejillas.

    No es eso su voz era suave y suplicante, mientras exprima su cerebro condesesperacin, buscando algo que decirle a Ryan. Algo que l pudiera entender. Esalgo relacionado con mi carrera me han ofrecido un trabajo mejor dijo por fin.Hubo otro silencio largo.

    As que has estado fuera con un hombre que te ofrece un trabajo mejor gru,airado. Es eso lo que te atrae, Heather? Dormir con tu jefe?

    No tienes derecho a hablarme as, Ryan. Ningn maldito derecho protest, mientrassus lgrimas corran ahora libremente aunque su voz se mantena extraordinariamentetranquila.

    Tal vez no vi demasiado claro al decirte que podas quedarte en el apartamento, cariodijo l, arrastrando las palabras. Su voz era fra. Qudate ah porque me perteneces,y eso me da derecho a decirte que no quiero que te comportes como una mujerzuela concualquiera.

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    Entonces, slo quieres que sea contigo! replic ella. Eso, en caso de que decidasvenir por casa algn da.

    Si es as como lo quieres ver contest Ryan framente.

    Pues te puedes ir al demonio! dijo Heather y, antes de que se diera cuenta de lo quehaca, ya haba colgado el auricular. Pero, tan pronto como lo hizo, comenz a lamentarloy alz el aparato para llamarlo. Pero record que no tena el nmero para hacerlo.Se qued mirando el telfono, sintindose miserable. Por qu se haban dicho esascosas terribles? por qu no le haba dicho que lo amaba y lo echaba de menos? Se fue ala cama y esper a que l volviera a llamar, pero lo hizo en vano.Cuatro das despus, sali del apartamento y se registr en un hotel. Era lo nico quepoda hacer. No poda soportar estar sentada esperando que el telfono sonara y,adems, qu sentido tena? Su relacin con Ryan haba terminado. Lo supo desde quedescubri que estaba embarazada. Como no se senta con fuerzas para comenzar a

    recoger todas sus cosas, dej la mayora de ellas all, junto con una nota para Ryan. Erafra, como si fuera para un extrao y no para el padre de su hijo, la persona a quin ellaamaba ms que a nadie en el mundo.Los dolores de estmago comenzaron poco tiempo despus de que se mud al hotel. Eracomo una pesadilla. La aterraba la idea de dejar la cama y perder al nio, y no habanadie que pudiera ayudarla. Nunca se haba sentido tan sola. Ni siquiera poda llamar alos pocos amigos que haba hecho en la oficina, pues cuando llam para avisar de que noregresara a trabajar, tambin les dijo que tena otro trabajo y que se estaba mudando.Cuando fue a verla su mdico, ste no perdi tiempo e hizo que la admitieran en elhospital, donde pas el resto de su embarazo. Era un alivio estar en la cama de unhospital; por lo menos, se senta segura ah y su hijo tendra ms oportunidades de nacerbien. Pero el tiempo pasaba muy lentamente y en su mente siempre estaba Ryan.Heather se preguntaba si alguna vez pensara en ella, si la echara de menos. Un da, suspreguntas encontraron una inesperada respuesta.Estaba hojeando una revista y llam su atencin la foto de una hermosa mujer. Su pelopareca de seda dorada, su piel brillaba de vitalidad, y su cuerpo era sensual y perfecto.Abajo, se lea: Annabel Rothstar, de veintids aos, una de las mujeres ms ricas deEstados Unidos.Rpidamente, Heather sigui leyendo y se dio cuenta de que era la mujer con quien Ryanhaba establecido negociaciones. Lneas adelante, encontr lo que andaba buscando:Annabel no ha tenido compromisos serios, pero ltimamente se la ha visto repetidas

    veces con el seor Ryan Jameson.

    Heather miraba la ropa colgada que haba frente a ella, pero no poda quitarse de lamente la imagen de Annabel Rothstar. Tal vez debi ceder a la tentacin de comprarse unvestido nuevo, pens enfadada. Quizs eso le habra dado la confianza que necesitabapara soportar ese fin de semana. Se levant de la cama dando un suspiro. Se necesitabams que un vestido para ayudarla a poner en orden su cabeza.

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    Captulo 4Los nervios de Heather saltaban cada vez que un coche disminua la velocidad en la calle.

    Miraba su reloj. Ryan llegara en cualquier momento; en el pasado, siempre que pasaba arecogerla, era muy puntual.

    No me ests leyendo bien el cuento se quej Sarah, desde su cama. El Lobo Ferozfue primero a casa de la abuelita.

    As es acept Heather, sonriendo. Regres a la pgina en la que se habaequivocado. En realidad, no creo que necesites que te lea la historia. Te la sabes dememoria dijo, y mir de nuevo hacia la ventana.Un coche se detuvo afuera. Heather se puso de pie, al ver la esbelta figura de Ryan quesuba por la escalera.

    Aqu est murmur, encaminndose hacia la puerta para llamar a Susan.

    Quin, el Lobo Feroz? pregunt Sarah, agrandando sus ojos azules.No, cario repuso Heather, sonriendo por lo que poda ser una muy precisadescripcin de Ryan Jameson. Tengo que irme ahora, cario, pero Susan terminar deleerte el cuento dijo, acariciando a la nia. Luego, puso una mano en la frente de Sarah.An estaba muy caliente. Con desgana, se dirigi a la puerta, justo cuando Susanentraba. Ms tarde te llamar por telfono para darte el nmero de donde voy a estar.Tuvo que tragar saliva con dificultad, al ver la delgada figura de su hija. Era apenas unania, y Heather se sinti culpable por dejarla sola. Sus ojos se humedecieron; alcanz subolso y su abrigo, que haba dejado junto a la puerta. No se atrevi a volverse a mirarla ysali; cerr la puerta y cruz el corredor.Senta prisa por dejar el apartamento tan rpido como pudiera, pues no deseaba darle aRyan la oportunidad de poner un pie adentro. Prcticamente, corri hasta la puerta ychoc contra Ryan. ste la rode con los brazos por la cintura, para calmarla. Por unsegundo interminable, se quedaron as, en un abrazo que haca latir el corazn deHeather desamparadamente.

    Lo siento se disculp ella y, tras unos momentos de indecisin, se separ, tratandode ahuyentar las lgrimas de sus ojos oscuros y mirando el apuesto rostro de Ryan.l frunci el ceo. Una expresin extraa apareci en sus ojos azules, mientras recorranla bella figura en su traje de color crema y canela. Luego, se fijaron en la plida cara y enlos ojos resplandecientes. Ella saba que esa mirada aguda era consciente de suangustia, y desvi la vista.

    Ests lista?le pregunt l, mientras se inclinaba para coger el bolso. Ella asinti conla cabeza y cerr la puerta.Te has dejado el televisor encendido observ Ryan con tono seco, sin dejar demirarla a la cara.Ella sinti que el calor le brotaba bajo la plida piel. Susan haba dejado el aparatoencendido y el sonido llegaba hasta ellos. Dud, nerviosa, insegura de qu hacer. Siregresaba al apartamento, corra el riesgo de que Ryan la siguiera y eso sera muy

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    peligroso. Seguramente haba juguetes de Sarah por todas partes, o peor, la nia podraorlos y salir corriendo. No, no poda volver a entrar.Alz la cabeza en un gesto desafiante.

    He dejado a alguien cuidando el apartamento.Entiendo contest Ryan, con marcado desprecio; se volvi de golpe y baj por laescalera en direccin a la calle.Haca un fro mordiente afuera y fue un alivio entrar en el confortable calor delLamborghini plateado de Ryan. ste puso en marcha el poderoso motor, mientras ella seajustaba el cinturn de seguridad. Haba un silencio pesado que ninguno de los dosintentaba romper. Ryan introdujo el coche en la corriente del trfico.Heather no pudo evitar volver la mirada hacia la ventana encendida del cuarto de Sarah.Confiaba en que su hija estuviese bien mientras ella estaba fuera. Qu pasara si lafiebre aumentaba y la nia comenzaba a llorar por la noche? Heather sinti un nudo en la

    garganta y luch por contener el llanto.Por amor de Dios, Heather. Solamente lo dejas una noche dijo Ryan, cortando lospensamientos de la joven.Ella se volvi a mirarlo. Ryan crea que haba dejado a un hombre en su apartamento! Ypor la mirada de desprecio en su cara, probablemente pensaba que era Richard Craven.La idea era tan cmica que Heather tuvo que sonrer.

    Vives con l? pregunt Ryan abruptamente, lo que hizo borrar la sonrisa deHeather.

    No me parece que mi vida personal sea de tu incumbencia respondi framente y sevolvi a mirar hacia las calles de Manchester.El silencio pareca prolongarse, mientras Ryan conduca el coche a travs delcongestionado trnsito del viernes por la tarde.Heather no pudo menos que admirar la forma en que guiaba el poderoso coche.Recordaba que l siempre haba sido un buen conductor, y se senta segura a su lado.Con los puos apretados, Heather lo mir de reojo. Ryan pareca ahora ms relajado, notan airado como antes; sin embargo, una arruga cruzaba su frente. Ella pase la miradapor su nariz, por la firme lnea de sus labios y por su poderosa mandbula. De ser posible,ahora era an ms atractivo. Deba de tener treinta y cinco aos, pero su pelo an eramuy negro. Su piel bronceada reflejaba la salud de la vida al aire libre y Heather sepregunt cunto tiempo hara que haba regresado de Estados Unidos.

    He cambiado mucho en los tres ltimos aos? pregunt l repentinamente, sin

    apartar la vista del camino.Ella se ruboriz y baj la mirada para verse las manos, sintindose abochornada porquel haba descubierto su escrutinio.

    No mucho murmur apenas.T s afirm, moviendo sus ojos para recorrer brevemente la esbelta figura deHeather. De alguna manera, eres diferente.

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    Ella pens, con dolor que no era extrao. Despus de tener un hijo, el cuerpo ya novuelve a ser el que era; y, por supuesto, ya no era la chica desenfadada que Ryan habaconocido aos atrs.

    Dijiste que tu marido muri hace algunos aos recalc Ryan con tono casual,volviendo su atencin al camino. No estuviste casada mucho tiempo. Hace cerca decuatro aos que nuestro romance termin.Por alguna razn, el modo informal en que se refiri a su relacin la hiri. Ella no podadecir qu haba sido, pero desde luego, su relacin pasada con Ryan, para ella, habasido mucho ms que un romance.

    As que te casaste con Edwards unos seis meses despus continu Ryansecamente. No esperaste mucho, Heather, verdad?Ella lanz una furiosa mirada a la remota indiferencia de la cara de Ryan. Seis meses!Ese fue el tiempo que tard en decidirse a cambiar su nombre y crearse una nueva vida.

    Cmo era posible que hubiera determinado la fecha de su supuesto matrimonio tancerteramente?Lyn Perry me inform de tu casamiento poco despus respondi a la pregunta queHeather no haba hecho, volviendo su mirada azul hacia ella. Me dijo que se habaencontrado contigo en una tienda y que te vio radiante.Por supuesto, Lyn Perry! Heather desvi la vista. Recordaba con claridad su encuentrocon Lyn. Se haba ido a topar con la mujer ms chismosa y maliciosa de la oficina deHarper. Su nico consuelo era que, por lo menos, no llevaba a Sarah en su coche. Esohabra sido peor.Lyn no haba perdido el tiempo para informar a Heather de lo bien que le haba ido alseor Jameson en Estados Unidos, saliendo con una hermosa heredera, haba habladodel tema, al menos, durante quince minutos, intercalando comentarios de conmiseracinhacia ella por su fracasada relacin con Ryan. Heather haba sentido ganas de gritar.Cuando Lyn hizo un alto para preguntarle qu haca ahora, Heather sinti una pequeasatisfaccin al decirle que estaba comprando su ajuar de boda, pues se casaba a lasiguiente semana, y se fue rpidamente. El episodio la haba hecho sentirse mal einquieta; ciertamente, no se haba mostrado radiante de felicidad. Fue despus de esocuando decidi marcharse de Londres y cambiar su nombre. No quera correr el menorriesgo de encontrarse de nuevo con alguien que la conociera. Tal vez, la siguienteocasin no fuera tan afortunada y podran verla llevando a Sarah con ella.

    Parece que no logr saber quin era el misterioso hombre, solamente que parecas feliz

    y que l era muy rico sigui diciendo Ryan, con tono burln. Supongo que era tunuevo jefe.Heather mir hacia el frente, mientras las poderosas luces del Lamborghini se deslizabanentre la densa negrura de la campia por la que viajaban. Debi adivinar que Lynagregara algo de su cosecha, para hacer que el chisme fuera ms jugoso.

    Supones demasiado le dijo con voz airada. Y para tu informacin, mi marido no erarico.

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    Entonces, te equivocaste, Heather? pregunt, con una sonrisa divertida. Eso estmuy mal. Tal vez tengas mejor suerte con Richard Craven.

    Y qu demonios se supone que quieres decir con eso? inquiri, volvindose furiosa

    hacia l.Vamos, Heather, no hay necesidad de ser modesta conmigo. Olvidas que te conozcomuy bien. Ya s que detrs de ese hermoso cuerpo femenino hay una mujer fra ycalculadora. No creo que se te haya escapado la noticia de que Robert Craven andacerca de los sesenta y que muy pronto dejar la compaa a su hijo. Adems, estoyseguro de que te acuestas con ese tipo termin diciendo, con un fuerte tono sarcstico.El aliento de Heather sali de golpe.

    Es la cosa ms desagradable que te he odo decir. Eres odioso! dijo, casiescupiendo las palabras sobre l.Ryan alz una ceja, con expresin divertida.

    No es sa la forma en que me describas en el pasado, Heather. Qu pas con lastiernas caricias y los besos apasionados? Parece que murieron muy pronto, cuandopensaste que habas atrapado una pieza mejor.

    Pues eso es un arma de doble filo, verdad, Ryan? No me digas que tardaste ms dedos das en llenar el vaco de tu cama, cuando te fuiste a Estados Unidos respondi conira.

    No voy a tratar de decirte nada repuso l en tono seco, y le dirigi una dura mirada.Es sa tu forma de preguntarme por mi vida amorosa?

    Claro que no! exclam Heather, soltando una risa que son falsa. No tengo lamejor duda de que tu vida sexual ha sido tan activa como siempre; y ni siquiera pensaraen preguntarte por el amor, porque estoy segura de que no conoces el significado de esapalabra. Lo nico que puedes comprender es la posesin y el control le espet, sindarse cuenta de la expresin oscura y sombra de l. Su boca era apenas una lnea,delgada y cruel. No fue sino hasta que el coche disminuy la velocidad y Ryan lo detuvo aun lado del camino, cuando Heather se dio cuenta de lo imprudentes que haban sido suspalabras.

    Cmo es que de repente te has convertido en una experta en el amor? preguntRyan en un tono ronco. Quin fue el hombre que pudo inculcarte esos sentimientos?Por un momento, Heather sinti miedo. La ira de Ryan pareca caer sobre ella con todo supoder, hacindola consciente de los lmites del coche y del terciopelo negro de la nocheque los rodeaba.

    Nunca he dicho que yo sea una experta, Ryan alcanz a decir con calma. Perocreo que he aprendido un poco desde que nos separamos.Te ense Edwards o Craven? indag, volvindose para mirarla con sus cortantesojos azules. Al no ver en ella intencin de responder, sus labios se curvaron burlones.Y me vas a decir exactamente qu es lo que has aprendido?

    Mira, Ryan, yo

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    O, tal vez, si no deseas decrmelo con palabras, debera tratar de descubrir la respuestade otra forma la interrumpi, al tiempo que se acercaba ella, con una extraa expresinen sus atractivas facciones.

    Ryan! grit horrorizada, retrocediendo.Los ojos de l se movieron hacia donde ella, con un movimiento instintivo, haba asido lapalanca de la puerta, y sonri.

    Por qu sospecho que me tienes miedo, Heather? recalc con voz sedosa. Qucreas que te iba a hacer? Besarte? pregunt, observando framente el rubor queinundaba la piel de ella. Lamento mucho desilusionarte, cario, pero no iba detrs detus labios o de tu cuerpo dijo, estirndose para alcanzar un pequeo control remoto quehaba en la guantera. Slo deseaba esto aclar, apuntando hacia las grandes puertasde hierro que haba frente a ellos, las cuales se abrieron de inmediato.El rubor de Heather tard en desaparecer, mientras l conduca el coche a travs de la

    larga y sinuosa vereda en lo que, obviamente, era su propiedad. Ella haba pensado queiba a besarla. Por un instante, que le paraliz el corazn, sinti que los labios de l ibanhacia los suyos, y el efecto que ese pensamiento produjo en ella haba sido electrificante.Apret los puos, enterrndose las uas en las palmas, al tiempo que luchaba por ponerbajo control sus sentimientos.Ryan desvi la mirada hacia ella.

    Desde luego, si ests tan ansiosa de mostrarme, lo que has aprendido durante losltimos cuatro aos y medio, podemos planear algo para ms tarde murmursecamente.

    Vete al diablo, Ryan! dijo furiosa, dndose cuenta de que la haca desatinardeliberadamente, para divertirse con su nerviosismo. Aunque fueras el ltimo hombresobre la tierra, no te querra cerca de m.

    Me cuesta trabajo creer repuso con aspereza que ahora tengas una roca dondedebera estar tu corazn. Tu cuerpo siempre me respondi apasionadamente.Una vez ms, el bochornoso calor la invadi. Las palabras de Ryan evocaban escenasque ella prefera no recordar.

    Siempre fui buena actriz asegur Heather, con los dientes apretados.Ryan solt una carcajada.

    Si aquello era actuacin, cario, mereces un Oscar.Esto no es un tema que quiera discutir, Ryan dijo cortante. He venido para hablarde negocios y, si fueras un caballero, t no

    Yo no, qu? No mencionaras que una vez fuimos amantes? la interrumpi degolpe. O tienes miedo de que trate de probar que lo nico real que hubo entrenosotros fue la pasin?

    No seas ridculo le dijo, con voz levemente temblorosa, mientras miraba cmo elcoche enfilaba hacia un casern que haba frente a ellos. Pareca ms un castillo que unacasa particular. Sus ventanas estaban iluminadas por una luz dorada que se derramabasobre el patio frontal, donde Ryan detuvo el Lamborghini bruscamente.

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    Lo soy? se volvi hacia ella con una sonrisa fra. Bueno, una cosa es segura:nunca dije que fuera un caballero.Heather mir con una impresin de desagrado la forma en que Ryan inclinaba la cabeza

    hacia ella. Si la hubiera tocado, habra gritado. Aborreca sentir que l se acercaba. Loabofeteara siLa cara de Ryan qued en la sombra. Estaba tan cerca que poda sentir su aliento en lapiel, lo cual confunda su mente y le provocaba cosquillas en el cuerpo. De pronto, loslabios de Ryan bajaron hacia los suyos; despacio al principio, mientras exploraban sutemblorosa suavidad. Pareca haber fuego dentro de ella y senta algo extrao en la bocadel estmago, como si estuviera en una montaa rusa que hubiera perdido sus rieles y seprecipitara a la velocidad de la luz en un precipicio sin fondo.

    Ryan?Acaso aquel gemido ronco y grave sala de ella? l la presion contra el asiento y su

    mano subi, acaricindole la cadera y la cintura, antes de llegar a la suavidad de supecho. Bajo su tacto, el cuerpo de Heather pareca cobrar vida propia, y se sacudi conplacer mientras el pulgar de Ryan le frotaba el pezn. Sus labios respondan a los de lcon una profunda y urgente necesidad. Toda la precaucin haba desaparecido, olvidadaal sentirse en brazos de Ryan. De pronto, l se separ de ella. La joven parpade enmedio de la confusin. Senta su cuerpo extraamente fro, despus del calor de lascaricias.

    Estabas actuando tambin, Heather? pregunt en tono seco y con voz alterada.O no lo sabes?Ella se qued mirndolo, hechizada por la mirada azul que retena la suya, como unapolilla atrapada en un rayo de luz. Sacudi la cabeza desamparadamente, incapaz deencontrar su voz o sus pensamientos.

    Ni siquiera creo que sepas la respuesta a eso afirm l con aspereza.Probablemente has jugado tanto tiempo que ya no sabes qu es real y qu es fingido dijo, apretando la boca, mientras se volva para abrir la puerta del coche.Ella se abraz con fuerza. Temblaba convulsivamente, pero no de fro, sino por unareaccin a la manera en que Ryan la haba besado y la forma tan fcil en que ella habarespondido. Heather senta que su cara le arda y su mente estaba hundida en unahumillante angustia. En ese momento, odiaba a Ryan ms de lo que lo haba odiadoantes.Suspirando, se forz a abrir la puerta del coche y a caminar hasta donde l sacaba los

    bolsos del maletero. Ryan la mir con calma y, por primera vez, Heather reconoci el odioen esa mirada azul. Un odio que casi sobrepasaba el que ella senta por l.Por alguna razn, el darse cuenta le caus un dolor profundo en el corazn. No obstante,no estaba muy sorprendida por la animadversin de Ryan hacia ella. Despus de todo,una vez la haba considerado de su propiedad y ella l