Josef V. Polisensky

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Original title / título original: Tadeo Haenke y la guerra de la Independencia Author(s)/ autor(es): Josef V. Polisensky Published originally as/ Publicado originalmente en: Estudios Latinoamericanos, 8 (1982), pp. 103-116 DOI: https://doi.org/10.36447/Estudios1982.v8.art4 Estudios Latinoamericanos is a journal published by the Polish Society for Latin American Studies (Polskie Towarzystwo Studiów Latynoamerykanistycznych). The Polish Society for Latin American Studies is scholarly organization established to facilitate research on Latin America and to encourage and promote scientific and cultural cooperation between Poland and Latin America. Estudios Latinoamericanos, revista publicada por la Sociedad Polaca de Estudios Latinoamericanos (Polskie Towarzystwo Studiów Latynoamerykanistycznych). Sociedad Polaca de Estudios Latinoamericanos es una asociación científica fundada con el fin de desarrollar investigaciones científicas sobre América Latina y participar en la cooperación científica y cultural entre las sociedades de Polonia y América Latina.

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Original title / título original:

Tadeo Haenke y la guerra de la Independencia

Author(s)/ autor(es):

Josef V. Polisensky

Published originally as/ Publicado originalmente en:

Estudios Latinoamericanos, 8 (1982), pp. 103-116

DOI: https://doi.org/10.36447/Estudios1982.v8.art4

Estudios Latinoamericanos is a journal published by the Polish Society

for Latin American Studies (Polskie Towarzystwo Studiów

Latynoamerykanistycznych).

The Polish Society for Latin American Studies is scholarly

organization established to facilitate research on Latin America and to

encourage and promote scientific and cultural cooperation between

Poland and Latin America.

Estudios Latinoamericanos, revista publicada por la Sociedad Polaca

de Estudios Latinoamericanos (Polskie Towarzystwo Studiów

Latynoamerykanistycznych).

Sociedad Polaca de Estudios Latinoamericanos es una asociación

científica fundada con el fin de desarrollar investigaciones científicas

sobre América Latina y participar en la cooperación científica y

cultural entre las sociedades de Polonia y América Latina.

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Estudios Latinoamericanos 8, 1981 PL ISSN 0137-3080

Tadeo Haenke y la guerra de la Independencia.

Josef V. Polišenský

El científico Tadeo Haenke (1761-1816) nació en la pequeña ciudad de Chřibská, en la Bohemia Septentrional en una familia, cuyos algunos miembros eran prósperos comerciantes en el ramo de cristalería en Cádiz y Cartagena. Los primeros estudios los hizo en el colegio jesuita de la universidad de Praga. Desde 1782 estudió medicina, concluyendo por interesarle más las ciencias naturales que estaban de moda en Praga. Ter­minó sus estudios en Viena donde fue discípulo del profesor Nicolás J. Jacquin (1727-1817). La influencia del famoso mineralogista Ignacio Born (1742-1791) parece que fue decisiva para que Haenke, después de dirigir una nueva edición del libro del célebre botánico Linneo, entrara al servicio de España en la expedición científica que bajo real auspicio se preparaba al mando del capitán de fragata Alessandro Malaspina di Mulazzo (1774-1810), italiano al servicio del gobierno español1.

En la primavera de 1789, Haenke partió de Viena y llegó a Cádiz cuando las corbetas Atrevida y Descubierta ya zarparon. Se embarcó en otro buque que naufragó a la costa de Montevideo. Por tierra, via Buenos Aires y Mendoza, pasó a Santiago de Chile donde encontró a Malaspina el 2 de Abril de 1790. Se embarcó en Valparaiso y viajó con la expedición hasta Alaska, por Callao, Ecuador, Panamá, California y México. De Aca-

1. Resumen de las actividades de Tadeo Haenke en las obras: J. Po l i š enský : El naturalista Tadeo Haenke y los origenes del interés moderno sobre América Latina, «Historica» (Praga), VIII/1964, pp. 65-88. También Potosí. Univ. Tomás Frías 1969, 30 pp. R. G i c k l h o r n : Thaddäus Haenkes Reisen und Arbeiten in Südamerika, Wiesbaden 1966. Tadeo Haenke. Su obra en los Andes a la selva boliviana, ed. G. O v a n d o - S a n z . La Paz-Cochabamba 1974, 235 pp. con bibliografía moderna en pp. 207-223.

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pulco navegaron las corbetas, atravesando el Pacífico a las islas Filipi­nas y Australia de donde siguieron a la Nueva Zelanda, las Islas de los Amigos y regresaron por el Pacífico al Perú.

Haenke se quedó en Lima para seguir por tierra y alcanzar nuevamente a la expedición en Montevideo, cuando ésta pasara por el Cabo de Hor­nos. Pero Haenke cambió de planes y de Lima realizó sus viajes a la hoya amazónica peruana. Después pasó a Charcas y allí, apoyado por los Gobernadores Intendentes Francisco de Paula Sanz de Charcas y Francisco de Viedma de Cochabamba, realizó sus expediciones cientí­ficos. En 1795, Haenke se radicó en la Villa de Oropesa (actual ciudad de Cochabamba) de donde hizo varios viajes, sin salir ya del territorio boliviano.

No cabe duda de que a un investigador insaciable y explorador destacado, como se había manifestado Haenke en los años anteriores (1793-1795), Cochabamba le agradó. Ya en enero de 1796 elaboró para Viedma un informe sobre el estado de las misiones en el territorio que habitaban los yuracares; en mayo amplió este documento convirtiéndolo en memorial destinado al virrey2. El mismo año visitó otra vez el territorio de mojos, en donde Miguel Zamora, su adversario ya no fue gobernador. Acerca de sus actividades durante el año de 1797 todavía no tenemos informa­ciones, sólo sabemos que el virrey alababa a Haenke por su trabajo. En 1798 a pedido de Viedma hizo dos memoriales sobre las misiones en el territorio de los chiriguanos, chanesúes y de los guarayos, es decir en la provincia de mojos generalmente3. Viedma no se cansaba de elogiar el trabajo de Haenke, incluso escribió a Gaspar de Jovellanos informándole sobre sus actividades. Mientras tanto Haenke mantenía correspondencia con firma Hiecke, Rautenstrauch, Zincke y con su cuñado, se quejaba de que no recibía noticias de su casa, que no sabía nada respecto al desti­no de sus colecciones depositadas al cuidado de los ccmerciantes en Cádiz. Pretendía entonces (en 1798) quedarse en América del Sur más o menos dos años aún.

2. Haenke a F. de Viedma, 7 I 1796, Cochabamba, La misión del Coni en Yuracarées, véase G. O v a n d o --Sanz: op. cit., pp. 159-165. Haenke a F. de Viedma, 16 V 1796, Cochabamba, Descripción geográfica, física e histórica de las montañas habitadas por la nación de los indios Yuracarées, V. G. Ovando-Sanz , pp. 142-157. 1

3. T. Haenke a Viedma, s.l.a., Noticias sobre la Cordillera de los indios chiriguanos y chaneses, G . O v a n d o --Sanz, pp. 167-172. T. Haenke a Viedma, 10 XI 1798, Informe sobre la reducción de Nuestra Señora del Car­men de indios guarayos, G. Ovando-Sanz , pp. 173-178.

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Entre 1795 y 1799, Haenke estuvo preparando un memorial que entregó a Viedma el 15 de febrero de 1799. El memorial titulado Introducción a la historia natural de la provincia de Cochabamba y circunvecinos llegó a ser la base de su renombre4. Analizando en él minuciosamente las ri­quezas naturales, no dejó aparte la posición social de los indios y de los mestizos; criticó rigurosamente la mita, el trabajo forzado en minas, cons­tatando que si no debían impedirse los trastornos destructivos, sería necesario crear «las capas medias» por medio de una reforma agraria (quizás repartir los bienes terrenos de instituciones eclesiásticas) y por el fundar de las manufacturas, incluyendo entre ellas las «fábricas» para producir vidrio y los productos de algodón y de paño. Hizo ob­servar también las grandes posibilidades para la ganadería y el cultivo de las plantas «útiles» (algodón, café, caña de azúcar). Aludió también las manufacturas de vidrio «en mi patria, Reino de Bohemia»5. No hay que admirar que este análisis modelo de las condiciones naturales y so­ciales en la parte poco conocida de Hispanoamérica tuvo una gran reper-cución favorable. Ya en 1800 lo publicaron en la revista «Telégrafo Mercantil» y en 1809 pasado al francés lo editó Fr. d'Azara como uno de los cuatro volúmenes del estudio Voyages dans l'Amérique méridionale. Azara llevaba una serie de años en el deslinde español-portugués, espe­cialmente en el Uruguay y el Paraguay de hoy, en calidad de miembro de la comisión de delimitación. El memorial de Haenke, según su opinión, coincidía en una forma excelente con su interpretación personal6.

En abril de 1799, Haenke volvió a la misma problemática en otro memorial destinado a Viedma con el título Memoria de los ríos navegables que fluyen al Marañón, en que dos veces mencionó al explorador y cartógrafo, jesuita Samuel Fritz y su mapa exploratorio del Amazonas, pero de otro modo continuaba refiriéndose al análisis de las riquezas naturales del Alto Perú, a su situación actual a la búsqueda de la mejora, la que veía de

4. (T. Haenke a Viedma), 15II 1799, Cochabamba, Introducción a la historia natural de la provincia de Cocha-bamba y circumvecinos. Orig. AGÍ Sevilla, Charcas 436, muchas copias. Publicado por la primera vez en Buenos Aires, 1801. F. d 'Azara : T. Haenke, Voyages dansl'Amérlque méridionale, t. I-IV. Véase G . O v a n d o --Sanz : op. cit., pp. 13-113.

5. T. H a e n k e : Introducción..., ed. G. Ovando-Sanz , p. 61 .

6. Voyages dans VAmérique méridionale..., t. II , pp. 391-541, Biblioteca Lenin en Moscú, A 23/16. Véase también: F. d 'Azara : Geografía física y esférica de las Provincias del Paraguay, (1790), ed. R. R. Schul ler , Montevideo 1904.

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nuevo en el desarrollo del comercio y asimismo de la producción7. Este tratado no encontró tal eco como la Introducción, no obstante una serie de sus copias demuestra, haber sido una lectura bastante popular. Pero hasta en primavera de 1799 Haenke pudo realizar el viaje a La Paz, hacia el Titicaca y a las ruinas de Tiahuanaco8.

En 1800 pasó unos meses en la provincia de mojos, lugar adonde dirigió sus pasos ya por tercera vez. Entabló las relaciones con el consulado en Buenos Aires y por fin recibió las cartas de su casa. A su madre viuda le mandó 1020 florines, y al médico praguense, dr. A. Pelzer que había intentado ir para América, le comunicó una serie de consejos bien inten­cionados. Protestó al coronel Cabello y Mesa de «Telégrafo Mercantil» reprochándole de haber publicado su memorial sin su permiso, sin haber­le dado la posibilidad de corregirlo9. Aún en 1802 despachó otras cajas de colecciones a España a través de Buenos Aires y a su madre le envió otros más 400 florines. En el año de 1803 dedicóse a la producción de la pólvora y de los medicamentos, en 1804 se preocupaba por la situa­ción de sanidad en Cochabamba pretendiendo encargarse de la educación del personal sanitario y, así atribuir a mejorar el estado actual. El virrey Viedma y el consulado de Buenos Aires elogiaban a Haenke en una concordancia extraordinaria. En su hacienda se dedicaba al cultivo del algodón y de las plantas medicinales; en 1808 se ocupaba de la mi­nería en la hacienda Cocapata junto con los miembros de la familia Postigo y con el gobernador Mariano Artezano. Poseía cierta parte de las participaciones y los Postigo le dieron permiso a construir su vivienda acá la que denomino poéticamente Santa Cruz de Elicona10. Más por su memorial presentado el 13 de marzo 1810 al intendente Gonzales

7. T. Haenke a Viedma, 20 IV 1799, Cochabamba, Memoria sobre los ríos navegables que fluyen al Marañón, Muchas copias, véase J. Po l i s ensky : La obra americanista de Tadeo Haenke..., «Ibero-Americana Pragen­sia» (IAP), IV/1970, pp. 199-208. G. O v a n d o - S a n z : op. cit., pp. 115-142. Véase W. M. D e n e v a n : The Aboriginal Geography of the Llanos de Mojos, Berkeley and Los Angeles 1966, p. 152.

8. T. Haenke al Exmo Señor, s.l.a.. Jardín Botánico, Madrid, véase R. G i c k l h o r n : op. cit., pp. 202-203. Informe del Gobernador de Cochabamba (F. de Viedma) sobre la labor y viajes de Haenke, 4 VI 1799, Co­chabamba. AGISevilla, Virreinato Buenos Aires,1795-1820,legajo 81,véase R. D o n o s o : Fuentes documen­tales para la historia de la Independencia de América, t. I, México 1960, p. 212.

9. (T. Haenke) al Señor Presidente y Consulado, 14 II 1800, s.l., Jardín Botánico, Madrid, ed. R. G i c k l h o r n , op. cit., pp. 187-188. T. Haenke a su madre, 15 II 1800, Cochabamba, or. alemán, Archivo Literario del PNP, Praga, Varia. Copia en Archivo de Districto (OA) Déčin, Haenke 11/1 22, p. 35. T. Haenke al Dr. A. Pelzer en Praga, 15 V 1800, Cochabamba, ed. F. K h o l , Tadeáš Haenke..., Praga 1911, pp. 74-76. T. Haenke al coronel Cabello y Mesa, 15 VII 1801, Cochabamba, Jardín Botánico, Madrid, ed. R. G i c k l h o r n , op. cit,, pp. 189-191.

10. Sobre las actividades económicas de T. Haenke, vea G. O v a n d o - S a n z : op. cit., pp. 9 sig.

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de Prado nos enteramos de otras actividades de Tadeo. En 1806, Haenke procuró la pólvora destinada a defender Buenos Aires contra la inva­sión inglesa, en 1806 realizó la vacunación contra la viruela a su propio costo, en el año de 1809 la revista «Minerva» en Lima destacó su nuevo acceso al apreciar el valor del salitre presente en la costa pacífica. A eso de 1806 emprendió el viaje hacia el territorio de Chaco, al río Pilco-mayo11 . No obstante el 28 de junio de 1809 falleció su amigo y protector Francisco Viedma y encima de su nueva patria empezaba a nublarse. El 25 de mayo se produjo el pronunciamiento en La Plata y la provincia de Charcas llegó a proclamar su independencia del gobierno español. El virrey mandó de Buenos Aires para Charcas al brigadier Vicente Nieto con objetivo de que asumiera éste el cargo de presidente de la audiencia, sin embargo, la revolución estalló incluso en Buenos Aires, una vez encabezado el movimiento por el Cabildo abierto, dentro del cual Haenke acaso tuviera no pocos conocidos. Los cambios revolucio­narios hicieron rebajar la importancia del Real orden proclamado en Cádiz el 31 de agosto de 1809 por la Junta Central española. Ésta exhortó al virrey Baltazar Hidalgo de Cisneros a que parase el sueldo de Haenke, como lo cobraba sin justificación, y que le ordenase partir para Buenos Ares y desde allá seguir a España. El 25 de enero 1810 el virrey informó en este sentido a José Gonzales de Prada, intendente de Cochabamba y fue él quien lo comunicó a Haenke. No obstante la gestión de haberle sido parado su sueldo no le hubiera afectado tanto. Escribió un memorial de protesta fechado en 13 de marzo pidiendo un año de prórroga. En su memorial no se limitó a enumerar sus méritos, sino también decía que entregaría sus documentos y colecciones a las autoridades y de este modo demostraría más claramente posible lo útil que le había resultado su estancia en el Alto Perú12. Pero la revolución de Buenos Aires hizo cambiar todo. El virrey tuvo otras preocupaciones, se cortó el contacto entre Alto Perú y la zona de La Plata y asimismo se interrumpió el con­tacto de Haenke con Europa y su patria. El 11 de febrero de 1811 el representante de la firma Hiecke, Rautenstrauch, Zincke y Cía. Josef Franenfelts escribió de Cádiz a Nový Bor lo siguiente: «.. . al señor

11. J. Po l i š enský : Some New Light on Tadeo Haenke's Activities in Alto Peru, IAP VI/1972, pp. 201-205. Comp. A. I. Sh t ra jov : Volna za nezavisimost Argentiny [La guerra para la Independencia de la Argentina], Moskva 1976. S. M i e d e n Socolow: The Merchants of Buenos Aires 1778-1810. Gamily and Commerce, Cambridge 1978.

12. T. Haenke al Gobernador Intendente (Josef González de Prada), 13 III 1800, Cochabamba, Archivo de a Nación (Buenos Aires), publicado en 1900 por P. G r o u s s a c . Véase pp. 179-186.

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Tadeáš Haenke no le mandamos ni le procurábamos nada de sus pedidos, hasta que llegaramos a saber el resultado de los alborotos que se habían producido en aquel país. Su deuda actual no tiene casi importancia; desde la época cuando le compramos un acordeón, nos debía 1473 reales». Al parecer, sus compatriotas se manifestaron comerciantes cautelosos ante todo1 3 .

En la mayoría de las biografías-estandar, especialmente en el libro de R. Gic-klhorn, por supuesto no encontramos un capítulo relacionado con la actitud de Haenke ante la lucha por la independencia de las colonias españolas. Según R. Gicklhorn, Haenke fue un subdito leal del rey español, buen hijo de la Iglesia católica, hombre que prefirió entre 1810 y 1812 mudarse de Cochabamba retirándose al territorio de mojos, even-tualmente a su «refugio» Santa Cruz de Elicona14. Sin embargo, en la antología de Sanz-Ovando se puede registrar un cambio de su concepto de Haenke, no correspondiente a lo que encontremos en las fuentes. Claro está que las fuentes conservadas en Buenos Aires y Lima resultan modestas, en lo que se refiere al período revolucionario especialmente. Una parte de los documentos de los virreyes llegó por los caminos desco­nocidos hacia la Biblioteca Universitaria del Indiana en Bloomington, y aquí fue Juan Friede, quien los organizaba, pero no logró de llevar a cabo su organización. Estos Peruvian Manuscripts demuestran la situa­ción desde 1810 a 1816, en la cual se encontraba Haenke, iluminado, sino también empleado estatal15.

A principios de 1810 Manuel Belgrano — uno de los ideólogos del golpe producido el 25 de mayo — publicó un artículo sobre la urgencia de la reforma agraria y la necesidad del progreso en la producción manufac­turera; en este hecho varios autores argentinos reconocen vestigios de la influencia de Haenke. Según las noticias no bien claras, Haenke mante­nía relaciones con Castelli y Manuel Sarate, miembros de la Junta de Buenos Aires16. Pasado el 25 de mayo, la Junta mandó para Charcas al coronel J. M. de Pueyrredón, por otro lado un gran comerciante y em­presario, a fin de que ejerciese la presidencia en dicha audiencia en nom-

13. J. Frauenfels a Hiecke, Rautensctrauch, Zincke & Co., 11 II1811, Cádiz, orig. en alemán, Archivo Regio­nal del Estado Děčín, Archivo de la familia Kinský-Sloup, Auszüge und Kopien des Herrn Joseph Franenfelds alten Cádizer Briefen, f. 1 v.

14. R. G i c k l h o r n : op. cit., p. 40. Vea G. O v a n d o - S a n z : op. cit., pp. 202 sg.

15. J. F r i e d e : Peruvian Manuscripts, en: Mandel Papers, Lilly Library, Bloomington. Véase J. P o l i š e n s k ý : Some New Light..., pp. 187 sg.

16. Historia de la nación argentina, dir. por R. Lcvene, vol. 1V/1, Buenos Aires 1939, p. 744.

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bre de la Junta. La Junta no quiso que la unidad administrativa presente, virreinato de La Plata, desmigájase inútilmente. El 26 de enero de 1811 en efecto Pueyrredón entró en sus funciones. Probablemente, entre las primeras cartas que llegaron a sus manos hubo petición de Haenke que desde Cochabamba el 2 de enero de 1811 pidió a la Junta gobernante que le permitiese viajar a Buenos Aires con objeto de poder presentarle los resultados de sus investigaciones17. Pueyrredón hizo más que mandar la petición de Haenke más adelante. El 26 de mayo de 1811 escribió a la Junta comunicándole que Tadeáš Haenke, «extranjero honesto y docto» vivía ya 17 años en Cochabamba y trabajaba laboriosamente. La Junta Central española le había parado su antiguo sueldo de 2 mil pesos anuales y Pueyrredón proponía que la Junta de Buenos Aires se encargara de pagar aquella suma y autorizara a Haenke a hacer el mapa del virreynato La Plata. «La geografía es uno de los ojos de la historia, si la miramos por el alma de la política»18.

Pueyrredón igual que Sarate perteneció a los comerciantes bonarenses, grandes comerciantes de origen español o más bien aún del vasco, pero a Jos cuales ya les hubo dado sentir la gran competencia de los comerciantes ingleses y de sus mercancías. Belgrano y Castelli no for­maron parte de las capas que, una vez terminada la revolución, crearon la base de la oligarquía latifundista, la que gobernaría en Argentina hasta nuestros días. Pero la situación comenzó a complicarse. El virrey de Lima mandó al Alto Perú el ejército leal encabezado por J. M. de Goyeneche. Fue él, quien derrotó las tropas de la federación argentino-charquina en Guaqui el 20 de junio de 1811. Pueyrredón se vio obligado a retroceder desde La Plata (Chiquisaca) hasta Salta, sin embargo inten­taba ofrecer otra resistencia de acuerdo con los ejércitos rebeldes, que en las cercanías de Cochabamba fueron acaudillados por Francisco de Rivera. Rivera incluso fue comandante de una tropa de rebeldes (o «pa­triotas») que se apoderó de Cochabamba el 14 de septiembre de 1810. Hizo prisioneros una serie de rehenes y los contuvo presos en cuarteles hasta el 17 de septiembre. Entre los cautivos se encontraba el gobernador-intendente José Gonzales Prada e incluso «Don Tadeo Haenke»19.

17. T. Haenke a la Junta de Gobierno de Buenos Aires, 2 I 1811, Cochabamba, Archivo de la Nación, B. Aires, leg. Banda Oriental, ed. G. Ovando-Sanz , pp. 204 sg.

18. Presidente de la Audiencia de Charcas (Pueyrredón) a la Junta, 26 V 1811, La Plata (Sucre), véase G. O v a n d o - S a n z , p. 204 sg.

19. J. A. Ramallo al Subdelegado de Oruro, 19 IX 1810, Oruro, or. esp., Peruvian MSS, Lilly Library.

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El intendente logró de escapar y Goyeneche se esforzaba por reconquis­tar a Cochabamba desde junio de 1811. Hallándose Cochabamba en las manos de los rebeldes, Haenke intentaba escapar y llegar a Buenos Aires con ayuda de Pueyrredón. Por lo visto no pensaba en huir hacia el Perú, que hubiera sido más fácil, ni tampoco acertó a llegar a La Plata. El 13 de agosto Goyeneche venció a Pueyrredón y Rivera en Amiraya y, el día siguiente, el 14 de agosto Cochabamba fue ocupada por los ejércitos reales. Goyeneche mismo entró en la ciudad el 18 de agosto y de inmediato se puso a investigar, quienes de los vecinos fueron los que se habían agregado a los rebeldes apoyándolos20.

Probablemente no haya alcanzado a llevar a cabo sus investigaciones, puesto que los rebeldes volvieron a apoderarse de Cochabamba y la mantuvieron en su poder hasta mayo de 1812. Esta vez fueron delegados los comisarios especiales con el fin de castigar a los culpables encabezados por Carlos Tabuada. Es probable que junto con él hayan sido ejecutados varios del pueblo y de la burocracia sobre todo, los que apoyaron la rebel­día. Tal vez, en aquel tiempo Goyeneche mandó a fusilar al gobernador Mariano Antezana. Antezana era amigo de Haenke igual que el regidor del cabildo en Cochabamba Juan Carrillo de Alboroz, paisano chileno, quien logró de escapar evidentemente y siguió luchando por librar la provincia de Charcas de las manos del ejército peruano. Sin embargo, la lucha fue a prolongarse y a Haenke ya no le hubo dado llegar a ver su fin21.

El combate de los ejércitos reales con las tropas de la Junta bonarense, man­dadas desde la base en Salta por Mariano Belgrano, estuvo ocupando a los defensores del antiguo régimen colonial durante la campaña de 1812 a 1813. Por lo tanto los procesos con los rebeldes de Cochabamba se reanudaron hasta en 1814. Entre los que debían ser juzgados se encon­traba también Don Antonio Sevane, el que había dirigido el almacén de tabaco en Cochabamba. Debía ser mandado para Lima, pero él pidió una postergación juztificándola por su mal estado de salud. El 8 de mayo de 1813, Don Tadeo Haenke, profesor de medicina química y de botánica o sea «físico y botánico» según lo llamaron en este documento, le exten­dió un certificado de salud en el cual se decía que Sevane padecía de enfermedad pulmonar, hemoptisis y que su estado de salud estaba gra-

20. Tadeo Garate a Manuel Quimper, 18 V 1811, s.l., orig. esp. Peruvian MSS, Lilly Library.

2 1 . G. O v a n d o - S a n z : op. cit., pp . 9-10.

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ve22. En aquel período ya no desempeñaba su cargo dal naturalista de gobierno (su sueldo le habían parado en 1810), sin embargo, seguía con su profesión y por lo visto continuó siendo una autoridad reconoci­da también por el intendente Francisco Josef Recavarrena que mandó la petición de Sevane para Lima, al virrey Abascal junto con el dictamen de Haenke. Entretanto es el último testimonio escrito sobre las activida­des de Haenke durante los años 1810-1816.

Cuáles fueron sus impresiones y sensaciones en aquellos años, no sabemos. A fines de los años noventa, en uno de sus memoriales se hizo profesar a las ideas de la Revolución francesa y fundaba sus esperanzas en la coalición español-francesa considerándola garantía del siguiente pro­ceso social. No cabe duda de que la mayoría de sus amigos pertenecieron, cuando menos, a los afrencesados, es decir iluminados influidos por las ideas de los filósofos franceses, de J.-J. Rousseau inclusive, al que Haen­ke, cuando joven, profesó su admiración, según hemos oido. Como alu­mno de los iluminados austríacos y luego bajo la influencia de Malaspina y de Antonio Pineda se formó aún más firme en este sentido. Sus amigos del viaje alrededor del Pacífico se vieron afectados al haberse formado la reacción en España — ahora, en la época de la lucha por la indepen­dencia de las colonias, varios se hicieron partidarios a la Junta de Cádiz y al virrey Liniers y acabaron por ser víctimas de los radicales revolucio­narios o sea, como p. ej. Francisco de Viana, se agregaron a la revolu­ción prestándole servicio militar. En Cochabamba todas sus amistades, en la mayoría de los casos, siguieron las mismas tendencias que Haenke. Es cierto, a lo que hoy sabemos de Haenke no nos autoriza para procla­marlo revolucionario, sin embargo, tampoco resiste la opinión teniéndolo por subdito leal y buen fiel de la Iglesia católica; ni lo demuestra el último testimonio que finaliza la documentación sobre su peregrinación de la vida.

El archivo de la iglesia de Santo Domingo en Cochabamba guardó el regis­tro matriz de su defunción que, «por orden del Señor Arzobispo durante su visita», había hecho el sacerdote Marcos Jaimes. Puesto que por ahora se han publicado sólo fotocopias de este único documento, no sabemos, si la partida de defunción se hizo con posterioridad y que importancia tie­ne la intervención del arzobispo23.

22. F. J. Recavarren al Virrey, 31 I 1814, Cochabamba, con el certificado de T. Haenke, 8 V 1813, orig.esp., Peruvian MSS, véase J. Po l i š enský : Some New Light..., pp. 188-189.

23. Partida de defunción de Tadeo Haenke (1816), Archivo de Santo Domingo, Cochabamba, publ. por R. G i c k l h o r n : op. cit. Martin Cýrdenas, G. O v a n d - S a n z : op. cit., pp. 201, 205.

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En el documento de referencia se dice que: el año de gracia 1816, el día 4 de noviembre falleció en su casa en Cochabamba y en el seno de Nues­tra Santa Madre Iglesia Don Tadeo Haenke, español (es decir no indio o mestizo; para ellos llevaron otras matrículas), vecino de la ciudad (Cochabamba; vecino quiere decir propietario de la casa), proveniente de Alemania, a la edad de 55 años. Su cuerpo fue sepultado el día siguien­te en la iglesia de San Francisco con misa solemne. Murió de pronto, sin extremaunción. Luego ya se producían sólo las suposiciones que hubiera podido pasar con su herencia. Y he aquí, en donde las fuentes peruanas se quedan calladas por ahora. Sabemos que en el Alto Perú, después de 1814, tomadas firmemente en las manos leales de Lima, sucedieron confiscaciones que realizaron José de Mendizábal, José de Montenegro y José de Boqui, sin embargo, el nombre de Haenke no se ha encontrado entre los documentos. Según las noticias de los «rebeldes» de La Plata, Haenke murió encarcelado por los españoles; conforme a los rumores locales, murióse envenenado en su hacienda Santa Cruz de Elicona. La noticia de su muerte hizo reaccionar a sus compatriotas de Bohemia del Norte, con los cuales había mantenido relaciones comercia­les, de tal manera que sacaron cuenta de que en 1819 Haenke les debía 1806 reales. El representante de la firma Hiecke en Cádiz, Franenfeld llegó a saber desde Lima que la herencia de Haenke, por orden del virrey, se había transportado para Lima de donde sigió hacia España proba­blemente y, que su hacienda había sido confiscada24. Pero resultaría más probable que los documentos y colecciones haberse quedado por él, las autoridades los tuvieron por bienes del Ministerio de Marina, a cu­yo costo había trabajado Haenke desde 1794 hasta 1810 en el Alto Perú. La hacienda Santa Cruz de Elicona nunca le perteneció, era sólo edificio, construido en las tierras de la hacienda de los Postigo, con el que la familia continuó disponiendo.

Los parientes de Haenke, ante todo su sobrino Ant. Bienert, se esforzaron por adquirir la herencia de rico «tío de América», no obstante, sus aspiraciones terminaron en el fracaso. En 1822 volvió a Madrid Joaquín de la Pezuela, antiguo virrey en Lima, y él confirmó a Bienert de haberse conocido con su tío, al entrar en Cochabamba con el ejército real en 1815. Tadeo, según decía, vivía en aquel tiempo las más veces en su

24. (J. Franenfeld a Hiecke, Rautenstrauch, Z¡ncke&Co.),cca. 6 IV1819,Auszüge aus der Cadizer Korres­pondenz, Kinský-Sloup, Archivo Regional del Estado, Decín.

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hacienda dista 30 millas de la ciudad. En 1817 recibió del intendente de Cochabamba José de Menizábal e Ymaz noticia sobre la muerte de Haenke en conjunto con el inventario de su herencia, sobre todo de sus documentos y de las colecciones, que mandó a despachar para Madrid. De acuerdo con lo que se había enterado, Bienert dedujo que su tío «poco se preocupaba por su patria y por sus parientes». En 1827 sólo se empeñaba en hacer correr rumores de que Haenke había muerto como revolucionario, ejecutado por orden del Gobierno español25.

Antes de finalizar, hay que volver al problema fundamental. ¿Se puede comprobar que en la vida y los hechos de Tadeáš Haenke existan con­tinuaciones que liguen sus esfuerzos en patria con los del Alto Perú alejado? Aunque en la documentación de su obra hay grandes lacunas hasta nuestros días, se puede asegurar que tal continuación de referencia existe. El destino de Haenke es destino del iluminado proveniente de Europa Central, trasladado desde Bohemia y Viena hacia las tierras de) Imperio colonial español, en donde, en aquella época se podía presen­tir la aproximación de una grave crisis político-social. Suponiendo que ya en su patria el interés por botánica teórica vinculaba con el com­prender pragmático de los problemas científicos, eso quiere decir que trató de atribuir con su trabajo a la solución a los problemas que resul­taban necesarios para la sociedad de aquel entonces, pues, este rasgo con posterioridad iba imponiéndose cada vez más aún.

Haenke no fue un mal representante de la Enseñanza superior praguense la que, por lo visto, estuvo en buen nivel con respecto a las disciplinas de medicina y de ciencias naturales especialmente. Ni sus trabajos reali­zados cuando joven tampoco podemos considerarlos un mal ejemplo de la ciencia checa centrada alrededor de la Sociedad Real de Eruditos Checa en Praga. Entre Praga y Viena no hubo muchas diferencias en este sentido, por lo tanto Haenke, apoyado por los científicos iluminados, pudo actuar con éxito incluso en la capital de Austria. Durante los años, al participar en la expedición de Malaspina dirigida hacia las mares meridionales, el temprano partidario de Rousseau checo se formaba más aún, ante todo gracias al medio dentro del cual trabajaba. En el año de 1795, Malaspina chocó en Madrid igualmente que la mayoría de los iluminados en Praga, Viena y en Budín dos o tres años antes.

25. Joaquín de la Pezuela a A. Bienert, 5 IX 1822, Madrid, y A. Bienert a Josef Haenke, 20 IX 1822, Carta­gena, copia alem., ed. F. Khol , op. cit., pp. 85-89.

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En las circunstancias existentes Haenke en fin tomó una solución lógica a saber quedarse en un ambiente relativamente agradable del Alto Perú.

Sus aspiraciones a ligar el interés por la naturaleza con el por la sociedad en este medio se hicieron aún más patentes, sobre todo en su tratado del ambiente, en el cual vivían las tribus indias. Su actitud ante los indios vino cambiándose; desde la actitud de rechazo ante los indios de la pampa de La Plata hasta defender la población india que habitaba el altiplano peruano y la selva. Pero su interés de carácter etnográfico es de antes, lo que testimonia ya su estancia de entre los indios y esqui­males vivientes en las Aleutas y en la costa canadiense, cuya vida descri­bió. Asimismo se interesó por la vida de los habitantes de Australia y del archipiélago Togo. Haenke acabó por oponerse a la mita indiana, al régimen en las reducciones franciscanas (comparándolas con las reduc­ciones de los jesuítas más antiguas, considerando mejores las últimas). Asimismo se interesó por otros componentes de la sociedad colonial americo-española. Llegó a la conclusión que la explotación de las riquezas metalíferas debía reemplazarse por el desarrollo de las fuerzas producti­vas tanto en la agricultura como en la producción manufacturera ante todo. Podemos decir que su registro, en cuanto a las riquezas naturales, especialmente en la parte oriental de la Bolivia de hoy, excepto petróleo y gas natural, estuvo completo de una manera extraordinaria y que en una serie de ramas (el cultivo y elaboración de algodón) el registro resultó hasta adivino. En aquel tiempo ya corrientemente sobreponía la praxis a la teoría. Por lo tanto no podemos tenerlo por un naturalista prominen­te, como máximo se puede comparar con Alexander von Humbolt que se dedicaba también al estudio de las condiciones naturales y socia­les por igual. Con todo Humbolt llevaba en América ecuatorial y en México sólo unos cuantos años (1798-1803), tenía a su disposición al naturalista Aimé Bonpland y viajaba en calidad de un visitante privile­giado, apoyado plenamente por las autoridades. Haenke no gozaba de tal posición excepcional y su sueldo del naturalista real tuvo que ganar viajando sin descansar, siempre cambiando su forma de investigación que seguía los objetivos prácticos. En su Introducción a la historia natural de Cochabamba aplicó a la realidad boliviana los métodos de la inves­tigación compleja según Saussur tal, como ya lo había pretendido la expedición de Malaspina en su totalidad. El éxito de su obra no ha sido casual — Haenke en parte con su obra atribuyó a formar un proyecto

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político-social de la lucha por la independencia latinoamericana, — proyecto trazado, sin embargo, no realizado. La reforma agraria no fue realizada nunca, ni en lugar alguno y, los revolucionarios burgueses, en caso de La Plata, se convirtieron en fundadores de la oligarquía agraria. Igualmente no se llevó a cabo el programa de la temprana revolu­ción industrial — América Latina permaneció ser un suministrador de las materias primas baratas para Europa y para América del Norte así, como lo había temido Haenke.