Hitchcock, Alfred - Relatos de Pesadilla.

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Transcript of Hitchcock, Alfred - Relatos de Pesadilla.

RELATOS DE PESADILLAALFRED HITCHCOCKCRCULO DE LECTORESTraduccin del ingls: Gerardo di MassoDiseo de la coleccin: Norbert DenkelSobrecubierta: Julio Vivas por la ilustracin;Archivo Vendrell y Keystone-Nemes por las fotosCrculo de Lectores, S. A. 1982, Davis Publications, Inc.Publicado mediante acuerdo con Davis Publications, Inc. y Scott Meredith Literary Agency, Inc. 845 Third Avenue, New York, NY 1002 Crculo de Lectores, S. A., 1993Depsito legal: B. 4623-1993ISBN: 84-226-3887-8N. 19372INDICE

3INDICE

4RESEA

5INTRODUCCIN

8Aquel lunes por la noche

27Big Tony

35Martin para la defensa

48La sala de espera

54Un grito interminable

67El bazar de los ladrones

74El guardin

87Un curioso lugar para aparcar

101La estatuilla de jade

122Un pequeo pago

137Una pausa para el caf

144Los voluntarios

151Muerte en Stonehenge

161Llmame Nick

169Una noche de noviembre

177El testigo

185Desayuno en la cama

191Verano en el condado de Pokochobee

206Variaciones sobre el mismo episodio

224Buscadores-asesinos

232Alfileres para la jefa

236Mircoles lluvioso

243Una breve y simple crnica

251Una picadura vengadora

256Las perlas de Li Pong

RESEADesde la rueda, la imaginacin humana no ha dejado de producir invenciones notables, entre ellas la radio, el telfono y el automvil. Para Hitchcock, sin embargo, la mayora de inventos tiene su lado negativo, baste con reparar en lo inoportuno que puede llegar a ser un telfono, por no mencionar lo aburrido de ciertos programas radiofnicos, o el desastre ecolgico que prometen las hordas de vehculos que asolan el planeta. No obstante, hay una parcela de la imaginacin humana que no contamina, no aburre ni resulta inoportuna: las buenas historias de suspense, aquellas que se limitan a poner los nervios de punta y a provocar estimulantes escalofros en el espinazo, como lo acreditan los 27 relatos reunidos en este volumen.Contiene

INTRODUCCIN (Alfred Hitchcock)Aquel lunes por la noche (Pauline C. Smith)Big Tony (Jack Ritchie)Martin para la defensa (Jaime Sandaval)La sala de espera (Charles W. Runyon)Un grito interminable (Michael Collins)El bazar de los ladrones (W. L. Heath)El guardin (Clark Howard)Un curioso lugar para aparcar (James Holding)La estatuilla de jade (Bill Pronzini)Un pequeo pago (Stephen Wasylyk)Una pausa para el caf (Arthur Porges)Los voluntarios (Reynold Junker)Muerte en Stonehenge (Norma Schier)Llmame Nick (Jonathan Craig)Una noche de noviembre (Douglas Fan)El testigo (Lee Chisholm)Desayuno en la cama (Maeva Park)Verano en el condado de Pokochobee (Elijah Ellis)Variaciones sobre el mismo episodio (Fletcher Flora)Buscadores-asesinos (Ed Lacy)Alfileres para la jefa (Georges Carousso)Mircoles lluvioso (Thomasina Weber)Una breve y simple crnica (Dan J. Marlowe)Una picadura vengadora (James McKimmey, Jr.)Las perlas de Li Pong (W. E. Dan Ross)

INTRODUCCIN

DE ALFRED HITCHCOCKUna tarde, hace poco, mientras algunos de nosotros estbamos sentados en la biblioteca del club leyendo la etiqueta de la botella de la cual el camarero nos escanciaba la ginebra, Fossingham mencion que su hijo mayor ese que se cae de las aceras haba inventado un cesto para el tajo.El anuncio provoc mucho alzamiento de cejas. Sin embargo, a nadie le interes lo suficiente como para preguntarle a Fossingham por qu un tajo reunira mejores condiciones si se le aada un cesto. A pesar de ello nos lo dijo. Segn el hijo de Fossingham, el inventor ese que se cae de las aceras, es imposible cortar sobre un tajo sin que salten y vuelen astillas del bloque. Estas astillas, astillas de la vieja madera, segn se dice, invariablemente desaparecen debajo del frigorfico y jams se recuperan. El cesto, crea el hijo, eliminara ese problema.Todos bostezamos e indicamos al camarero que nos sirviera otra ronda de ginebra.El tema de las invenciones, sin embargo, no se haba agotado. Ms o menos media hora despus, Billingsgate lo sac nuevamente a discusin preguntando en voz alta qu invento, despus de la rueda y antes del cesto para el tajo, haba sido ms beneficioso para la Humanidad.Todos tenamos nuestras ideas, que nos reservbamos mientras el camarero serva otra ronda de ginebra.Billingsgate, sin embargo, insisti, dirigiendo su pregunta concretamente a Woolsey.Woolsey frunci profundamente el ceo, pero no respondi. Todos supusimos que crea que el asunto mereca ms reflexin.La pregunta fue dirigida entonces a BrocktonWilliams.La radiofona declar. Fijaos. Hoy precisamente he recibido informacin por radio de que mis acciones en Fish and Chips Ltd. han subido diez puntos. Qu podra ser ms beneficioso que eso?Bostezando una vez ms, consideramos esta afirmacin. Y, algn tiempo despus, mientras el camarero rellenaba nuestros vasos, Hasselton la rebati.S dijo, Pero si no fuese por el invento de la radio podramos dejar de enterarnos de muchas de las mayores tragedias del mundo. La declaracin de esas guerras mundiales, la primera y la segunda, el naufragio del Titanic, el gran hundimiento de la Bolsa. Fue esa maldita radiofona la que esparci el rumor, sabes?Un argumento contundente dijo Billingsgate.Ta Marta de Billingsgate se haba hundido con el Titanic.Se volvi otra vez hacia Woolsey, pidindole nuevamente su opinin en el asunto. Woolsey, por lo visto, todava estaba dndole vueltas. Fuese como fuese, no respondi.Eso me dio la oportunidad, poco despus, mientras el camarero reparta otra ronda de ginebra, de intervenir y mencionar el invento que haba sido ms beneficioso para la Humanidad.La imprenta suger. Considerad cunto ha incrementado la disponibilidad de la gran literatura. Si los escritores estuvieran trabajando todava con pluma y se hicieran las copias a mano, probablemente no dispondramos de ms de media docena de ejemplares de, por ejemplo, Winnie the Pooh.En contrapartida dijo Hasselton, un disidente nato, no podramos distinguir los nmeros de la mitad de las facturas que recibisemos y daramos largas al pago excusndonos en que los nmeros manuscritos eran ilegibles.Un argumento de peso dijo Billingsgate.Todo el mundo sabe que Billingsgate tiene muchas deudas.Dirigi entonces, una vez ms, la pregunta principal a Woolsey, alzando un poco la voz en esta ocasin y hablando directamente dentro de su aparato auditivo. Sin embargo, Woolsey, al parecer segua reflexionando, puesto que no respondi.Para m est claro dijo Fossingham que el invento que ms nos ha beneficiado es el coche cubierto. Nos evita la lluvia, no?Despus de aquello sigui un largo, largo rato de silencio. Todos nosotros sabamos que Fossingham no haba salido del club, ni tan siquiera haba mirado por una ventana, desde el da que le haba trado hasta la puerta en un carruaje de caballos, en el ao 1850, y, por consiguiente, ignoraba que el caballo y el carruaje haban sido ampliamente remplazados por el automvil. Ninguno de nosotros quera ser quien se lo comunicara. A la edad de Fossingham, cualquier sorpresa puede provocar un alza en la presin de la sangre hasta un punto peligroso.Fue el propio Fossingham quien finalmente habl:Antes de que se inventase la capota nos inform la lluvia sola dejar empapados los asientos.Cuanto ms prosegua la conversacin en esos trminos, tanto mayor era la amenaza de que la novedad del automvil se filtrase. De modo que, en pro de la salud de Fossingham, Billinsgate concentr nuevamente su atencin en Woolsey, esta vez preguntndole casi a voces.Woolsey se limit a fruncir el ceo ms profundamente.Yo creo... comenz Hasselton, estudiando de cerca a Woolsey.No hubo necesidad alguna de que completara la frase. Todos nos dimos cuenta en aquel momento del porqu no haba habido respuesta de Woolsey: su aparato auditivo estaba desconectado. Se haba perdido toda la conversacin.Entonces fue cuando llegamos a un acuerdo unnime sobre el invento que ms beneficiaba a la Humanidad. Es el interruptor. Nos permite desconectar la radio cuando las noticias son inquietantes; desconectar la televisin cuando el programa es demencial; desconectar el motor del automvil cuando llegamos a nuestro destino; y, como en el caso de Woolsey, desconectar el aparato auditivo cuando la conversacin comienza a aburrirnos.Pasemos ahora a alguna inventiva que les aseguro no ser aburrida, la que los autores de las historias que vienen a continuacin han utilizado para imaginar esos cuentos de suspense que pondrn sus nervios de punta y producirn escalofros en su espina dorsal.

/RELATOS DE PESADILLA/Aquel lunes por la nochePauline C. SmithAquel lunes a las nueve de la noche, tan pronto como el programa Laugh-In hubo terminado, Jim Copeland record que deba encender las luces del porche. Su hija, Michele, volvera del almacn hacia las nueve treinta. Siempre lo haca.Bostez, se estir en su asiento y vio el noticiario. Descart la idea de poner la pelcula del canal 4 porque se prolongara hasta muy tarde y cambi al canal 2. Luego se dirigi a la cocina, abri una lata de cerveza, regres a la sala, volvi a sentarse frente al televisor y hacia las 9.15 se qued profundamente dormido.En la pantalla se extinguieron los problemas de Mayberry y comenz una comedia de enredos con Doris Day para continuar posteriormente con las exageraciones histrinicas de Carol Burnett...Jim Copeland sigui durmiendo.La seora Carrie Masn, una viuda de mediana edad que viva en la casa contigua, tambin miraba la televisin desde la cama. La ventana de su dormitorio daba al porche de los Copeland, de modo que pudo ver cuando se encendieron las luces del porche a las 9. Para Michele, pens, ya que saba que la muchacha trabajaba los lunes por la noche en los grandes almacenes Harpers en el centro comercial Plaza. Michele regresara a casa exactamente a las 9.30, porque siempre lo haca, y entonces las luces se apagaran.Carrie se sinti atrapada por la trama de la pelcula y no advirti que las luces seguan encendidas, no hasta que la pelcula termin hacia las 11. Su primer pensamiento fue que Jim Copeland haba olvidado apagarlas despus de que Michele regresara a casa. Todos los hombres son iguales, murmur, sabiendo que la seora Copeland, Sue, se encontraba en Tremont cuidando los nios de su hija casada, la que tena ya tres hijos. Estando Sue ausente no era extrao que Jim Copeland tuviese encendidas las luces hasta cualquier hora!Carrie apag la televisin, fue a la cocina, tom una copa de bourbon para dormir mejor, regres al dormitorio, apag la luz y abri la ventana apenas unos centmetros. Un momento antes de inclinar ligeramente las tablillas de la persiana para impedir que el sol de la maana irrumpiera en la habitacin despertndola, y recordndole que era viuda y estaba sola, ech una ojeada hacia el camino particular de los Copeland donde Michele aparcaba siempre el coche y lo encontr vaci.Su corazn le dio un vuelco y por su mente atravesaron cuatro pensamientos en rpida sucesin. El primero: Esa nia de dieciocho aos que siempre haba parecido tan responsable, tan estudiosa y aplicada, estaba tal vez, como el resto de su joven generacin universitaria, de parranda Diossabednde. El segundo: Ese padre, que pareca un hombre tan agradable, permita que su hija anduviera de parranda mientras l permaneca embobado frente al televisor, cuya pantalla ella poda ver parpadear en tonos grises en la sala de los Copeland. Su tercer pensamiento fue que deba haber algn problema: Michele nunca llegaba tarde a su casa despus de su trabajo nocturno en el almacn y su padre jams se quedaba levantado hasta aquellas horas en un da laborable. Y el cuarto pensamiento fue: Ella deba ir a ver qu suceda, porque era una mujer y estando Sue fuera de casa. Luego record que era una viuda de cuarenta aos... bueno, est bien, cuarenta y cinco... y su acto caritativo poda ser mal interpretado, especialmente si su aliento ola a bourbon.Se acost, pero intranquila, y no pudo dormir bien. En su mente haba quedado fijado aquel espacio vaco en el camino particular de los Copeland.A la una la despert el rugido del coche de Jim Copeland que abandonaba ruidosamente el garaje.Carrie atisb a travs de las tablillas de la persiana. El camino particular de los Copeland se hallaba vaco y baado por la niebla. El garaje de los Copeland estaba abierto y oscuro. La luz del porche an estaba encendida, al igual que una lmpara que iluminaba dbilmente la sala.Algo andaba mal.La poblacin se extenda entre el ocano y las montaas, serena y soolienta. Con una bulliciosa metrpoli al sur y una ciudad apartada e indiferente hacia el norte, era ignorada por las noticias de las agencias AP y UPI y tambin por los pronsticos meteorolgicos que irradiaba la televisin. Era un pueblo olvidado.A las 9.30 de la noche de aquel mismo lunes, una compaera de Michele, Linda Fischer (Yo trabajo en la seccin de joyera, pero Michele pasaba de un departamento a otro porque ella estaba en la universidad, sabe, y slo trabajaba dos noches por semana adems del sbado...) vio a Mi chele en el aparcamiento fuertemente iluminado.Naturalmente que se trataba de Michele Copeland. Estaba parada junto a su coche, ese microbio verde que ella conduce, y me salud con la mano cuando mi esposo y yo pasamos a su lado. Mi esposo me recogi a las 9.20. Aparc en la seccin A y cuando estuve lista salimos con el coche por la seccin D, que est junto a la cafetera y nos detuvimos para tomar un caf y un bocadillo.La cafetera, segn explic Linda Fischer a la polica cuando fue interrogada el martes, permaneca abierta hasta las 10. Ella y su esposo se fueron poco antes de que cerrara. En aquel momento en la seccin D slo haba un coche, probablemente el del dueo de la cafetera, y ste explic a la polica cuando fue interrogado que efectivamente era el suyo y que se march cinco minutos despus de que lo hubiesen hecho los ltimos clientes, pero se dirigi en su coche hacia la otra salida. Atraves la seccin D, explic meticulosamente, hacia el desvo de la calle Sargent y, por lo que recordaba, en el aparcamiento no haba ningn coche. No vio ningn coche pero tambin era verdad que no se le haba ocurrido mirar hacia la seccin A, el sector correspondiente a Harpers. Por qu iba a hacerlo? l deba coger la direccin opuesta.Linda Fischer declar que a las 9.55, despus de tomar una taza de caf y comer un bocadillo, ella y su esposo condujeron por la seccin D, pasaron nuevamente por la seccin A y vieron que el coche de Michele an estaba aparcado en el mismo lugar y elevado por un gato. Imaginaron que ella debi de irse con el amigo que la haba estado ayudando con el coche averiado.Un amigo? pregunt la polica.Cmo poda Linda saber eso? Ella y su esposo haban visto al hombre en aquel lugar aproximadamente a las 9.30. No, no haban podido verle bien, aunque Linda dijo que se trataba de un individuo alto y delgado y de pelo oscuro. Pareca estar tonteando por el aparcamiento con el gato a cuestas, y su coche al menos ellos pensaron que era su coche estaba aparcado junto al de Michele, as que imaginaron que Michele haba salido del almacn, se haba encontrado con el neumtico pinchado y haba pedido ayuda a un amigo.Qu clase de coche?, le preguntaron a Linda. No lo saba; de color claro, probablemente blanco... al menos era un color desvado.De todos modos, Michele salud con la mano a Linda, y obviamente no lo hubiese hecho de haberse encontrado en peligro, verdad?Lo que Linda no aadi fue que su esposo haba intentado detenerse.Tal vez pueda ayudarla haba dicho l aturullado como siempre.No seas tonto haba contestado Linda. Ya tiene quien le ayude.Adems, Michele era muy bonita y la misin de Linda en la vida era la de mantener a su esposo lejos de las muchachas bonitas.No obstante, desde aquella maana del martes cuando la polica la haba interrogado, Linda tuvo la culposa sospecha de que tal vez no haba sido un gesto feliz el que Michele haba hecho con la mano a las 9.30 de la noche del lunes, sino un frentico gesto de terror.Bueno, ella no poda decirle eso a la polica, verdad? Y, de todos modos, de qu servira?El martes por la maana, Sue Copeland, la madre de Michele, se aprestaba a abandonar el hogar de su hija Dorrie en Tremont inmediatamente despus del desayuno.Pero mam, por qu tan temprano? Slo es un viaje de un par de horas y, adems, cuando llegues a casa pap todava estar en el trabajo y Michele no habr regresado de sus clases. Por qu no esperas y te marchas esta tarde?Sue no saba exactamente por qu pero, al no estar acostumbrada a las intempestivas exigencias de tres nios de corta edad durante un largo fin de semana, senta la urgente necesidad de regresar a la tranquilidad de su propio hogar.Oh, Dorrie, no lo s dijo. Supongo que slo se trata de que quiero poner un poco de orden en la casa...Una excusa absurda, ya que Michele era limpia como una patena y Jim jams dejaba una cosa fuera de lugar.Dorrie apret los labios y habl con firmeza.Bien dijo, si no quieres or hablar del viaje y del discurso que Hal pronunci en la convencin un mordaz intento de disfrazar y superponer la egosta culpa de una hija casada que era capaz de hacer viajar a su madre dos horas por autopista y soportar durante tres das a unos mocosos malcriados, slo porque resultaba ms barato y cmodo que contratar a una canguro que slo se hubiese limitado a cuidar de los nios, sin preocuparse por limpiar y lavar y cocinar y acunarlos antes de dormir. Si no deseas ser nuestra invitada y disfrutar de ello... Pens que te quedaras al menos un rato, despus de que llegsemos a casa y Hal se marchara a la oficina. Hablaramos a solas. Pens que no te marcharas hasta la tarde. O hasta el medioda.Lo s, querida dijo Sue vagamente, recogiendo sus maletas y sacando las llaves del coche. Lo s repiti, sintiendo el deseo compulsivo de llegar a su casa cuanto antes sin saber realmente por qu.Bes a los nios y Dorrie la acompa hasta el coche.Quera hablarte del viaje, mam dijo Dorrie, inclinndose para hablarle a travs de la ventanilla. Ahora que su madre no le permita mitigarla con una muestra de hospitalidad, la culpa se mezclaba con las lgrimas. Necesitaba hablar contigo. Quiero decir, despus de haberte hecho cargar con los nios y todo eso, me parece horrible que te marches as, de pronto, sin haber hablado.Lo s, cario, pero ser en otro momento dijo Sue, poniendo el coche en marcha, sintindose incapaz de explicar su obsesin por coger rpidamente la autopista y volar hacia su casa.Maniobr con habilidad entre el denso trfico matutino alejndose de la ciudad por el carril rpido en direccin al norte, atravesando la neblina de la costa y bajo las pesadas nubes invernales. Hizo el viaje en menos de dos horas, abandonando la autopista y girando en Sargent, pas junto al centro comercial Plaza sin llegar a divisar el pequeo coche verde elevado por el gato en la seccin A del atestado aparcamiento, justo detrs de los grandes almacenes Harper.Atraves las calles residenciales en direccin a la antigua zona suburbana y gir hacia Ro Mesa. Desde el extremo de la calle, en el momento de girar comprob rutinariamente que el coche de Michele no estaba en el camino particular, cosa que no era normal a las diez de la maana de un martes. Subi por la solitaria calle, realiz la ajustada maniobra que se requera para entrar en el garaje y aplic los frenos con creciente asombro.Qu estaba haciendo el coche de Jim en el garaje a esta hora del da?Detuvo su vehculo junto al de Jim y luego subi corriendo los peldaos que conducan al porche. Descubri de inmediato las luces que no haban sido apagadas brillando tenuemente en la penumbra del nublado da.Sue, alarmada, abri la puerta de par en par.All estaba Jim, hundido en el gran silln y con la cabeza entre las manos.Antes de que pudiera articular palabra alguna, Jim levant la cabeza y dijo:Michele ha desaparecido.Desaparecido?la voz de Sue fue elevndose hasta alcanzar la tesitura de un chillido. Qu quieres decir con que ha desaparecido?Jim le cont entonces que se haba quedado dormido, despertndose a la una de la madrugada para descubrir que Mi chele no estaba en su cama y tampoco su coche en el camino particular.Sue se apoy contra la puerta haciendo que sta se cerrara bajo su peso. Era esto lo que la haba hecho apresurarse a regresar a su casa?Jim le cont, con una voz muerta que Sue nunca le haba odo antes, cmo haba cogido el coche para atravesar rpidamente las dormidas calles en direccin al centro comercial Plaza encontrando el pequeo utilitario de Michele, el nico coche en el enorme aparcamiento, elevado por un gato, con el neumtico de recambio sobre el pavimento; pero Mi chele no estaba... slo su coche.Continu explicndole, con voz apagada, la precipitada bsqueda de una cabina telefnica entre la hmeda niebla y las oscuras tiendas de las galeras cerradas y cmo, finalmente, pudo encontrar una y llam a la polica.La polica no haba entendido nada. Primero, y por telfono, pensaron que Jim Copeland quera que le ayudasen a arreglar un pinchazo o que enviasen a alguien que pudiese ayudarle. Luego pensaron que estaba denunciando el robo del coche de su hija. Por ltimo comprendieron qu era lo que pasaba. Bueno, no del todo porque, incluso despus de haberse encontrado con Jim en el iluminado aparcamiento, los dos agentes de polica seguan confundiendo a Michele con una de aquellas adolescentes que encontraban en su vistosa ronda nocturna a pesar de haber visto el coche elevado por el gato y de haber escuchado el confuso relato de Jim Copeland.Sabe usted con quin pudo haberse escapado? pregunt uno de ellos.El otro mencion un asunto de drogas y un probable embarazo.No obstante, ninguno formul cargos cuando Jim Copeland golpe a uno de ellos, si bien le dijeron que sa no era la mejor forma de encontrar a su hija.Una vez en la comisara, el agente que se encontraba de guardia detrs del escritorio apunt los datos necesarios. Nombre, Michele Copeland. Edad, dieciocho. Altura, un metro y sesenta y cinco cm. Peso, cincuenta y cinco kilos.Ojos marrones. Cabello rubio. Ocupacin, estudiante, empleada a horas en unos almacenes. Sin embargo, no era una descripcin completa teniendo en cuenta que se haba prescindido del carcter responsable de Michele y de la personalidad reservada de la joven; pero el agente encargado de recabar la informacin dijo que esos datos no eran necesarios.Como Michele tena dieciocho aos, y era legalmente mayor de edad, la polica no poda publicar un boletn dando cuenta de su desaparicin hasta que pasaran setenta y dos horas y, para entonces, a travs de entrevistas con estudiantes y miembros del claustro de la facultad, se haba establecido sin lugar a dudas que Michele era efectivamente una muchacha responsable, reservada, honesta y buena; por lo tanto, no era la clase de joven que huye voluntariamente con un extrao.Esto dejaba a la polica dos teoras: el hombre extrao, alto, delgado y de pelo oscuro descrito por Linda Fischer haba empleado la fuerza para introducir a Michele en su coche, por lo que entonces habra que buscar el cuerpo en los riachuelos de las colinas o en los desiertos pramos de la costa; o bien el hombre alto, delgado de pelo oscuro era un amigo con quien Michele se haba marchado voluntariamente, y por lo tanto la polica de carreteras sera alertada para investigar en las zonas de matorrales y en los despeaderos buscando un auto accidentado, probablemente blanco, y con dos cuerpos en su interior.Podran describir con ms detalle el auto de aquel tipo?pregunt la polica a los Fischer. Han dicho que se trataba de un vehculo de color claro, probablemente blanco. De qu marca? Era un ltimo modelo? Sedn, convertible, camioneta, compacto tal vez?Linda dijo que ella era incapaz de distinguir un coche de otro y, de todos modos, no haba prestado atencin. Slo se limit a agitar la mano devolviendo el saludo de Michele.En aquel instante, su esposo la mir fijamente. Nunca la perdonara por haberle impedido detenerse el lunes por la noche. l haba intentado hacerlo. Incluso haba reducido la marcha, pero Linda, la sabihonda, que actuaba como si fuese incluso la duea de su respiracin, le hizo continuar, agitando la mano y sonriendo a aquella pobre chica que ahora estara Dios sabe dnde.Lo siento, agente dijo el esposo de Linda Fischer, yo tampoco prest demasiada atencin al vehculo, excepto que era de color claro blanco, posiblemente y estaba aparcado cerca del utilitario verde de la joven en el espacio diagonal que haba enfrente. Lo que pude ver era que el maletero del coche de ella estaba abierto y pareca que el tipo estaba sacando el gato, de modo que todo pareca estar en orden, con l ah y todo lo dems...Acab su excusa por no haberse detenido con un profundo suspiro, sintindose parcialmente absuelto y sin encontrar excusa alguna para su esposa.Volvi a mirarla.Es verdad que el neumtico estaba cortado con una navaja? pregunt.Jim Copeland estaba seguro de que el neumtico haba sido acuchillado.La cmara haba sido perforada con un instrumento cortante declar a la prensa. El informe del laboratorio criminolgico ofreci la versin ms mesurada de que el neumtico pudo haberse abierto accidentalmente por la accin de una piedra aguzada o un trozo de cristal.Carrie Masn no saba qu hacer.Haba visto a Jim Copeland regresar a su casa a las siete de la maana del martes, justo cuando aparecan las primeras luces del amanecer invernal. Observando a travs de la ventana de su dormitorio, cuidadosamente oculta detrs de las persianas apenas abiertas, haba visto cmo el coche, entraba en el garaje y luego a Jim Copeland subiendo lentamente los peldaos que llevaban al porche.Las luces del porche continuaban encendidas y el camino particular vaco y ella no saba qu hacer. Poda ir hasta la casa de los Copeland, verdad? Despus de todo, eran vecinos y ella era una buena amiga de Sue. Pero tambin, siendo viuda y con Sue fuera de casa, poda parecer que... Bueno poda parecer divertido, como si ella estuviese tratando de... bueno tratando de provocar alguna situacin.A las 8.30 vio el coche patrulla que se detena junto al bordillo y a dos agentes que se dirigan al porche de los Copeland. A continuacin entraron en la casa.Qu diablos estaba sucediendo?A las 9 abandonaron la casa y se marcharon en el coche patrulla y Carrie Masn se enfrent de nuevo con la pregunta de qu hacer. Ofrecer sus servicios, sus condolencias, su compaa, cualquier cosa que ella estuviese en condiciones de ofrecer? Sinti la persistente ansiedad de que la proposicin poda llegar demasiado tarde, pero no era capaz de permanecer en su casa cuando un vecino estaba con problemas. Por Dios, la hija no estaba, haba permanecido levantada hasta la madrugada, fuera parte de la noche y, por ltimo, apareca la polica. Obviamente, ya era hora de tomar una decisin. Aun cuando ella fuese una atractiva viuda de 45 aos bueno, casi 50, esto era un deber, pero antes deba hacer algo con sus nervios a flor de piel despus de haber visto el coche patrulla y a los dos policas, de modo que fue hasta la cocina y tom una copa de bourbon que logr tranquilizarla, pero tambin le hizo comprender que no poda de ninguna manera, siendo una viuda atractiva y todo eso, visitar a un hombre solo con su aliento oliendo a licor.Una hora ms tarde vio que el auto de Sue Copeland entraba en el garaje.Ante el terrible anuncio de Jim, la reaccin de Sue fue instantnea. Se arroj entre sus brazos para confortarlo. Desde aquel instante, hasta que Jim trajo el pequeo coche verde de regreso el jueves, o tal vez fue con la llegada de Dorrie, que tambin se produjo ese da, Sue fue el apoyo que Jim necesitaba. Ella era su esperanza, del mismo modo que l lo era de ella, y nunca hubo la menor sombra de recriminacin por aquella tragedia absolutamente accidental.Ambos fueron entrevistados por un joven periodista el martes al medioda y juntos describieron a su hija: una joven honesta y responsable, no de la clase de joven que desaparece con un desconocido, as que deba de tratarse de un delito. Describieron la ropa que llevaba, de lanilla marrn haciendo juego con el abrigo, y tambin sus hbitos tranquilos y ordenados que nunca le habran permitido actuar de modo imprudente. Sus calificaciones eran excelentes. No tena ningn problema. S, sola salir con amigos, pero muy de cuando en cuando, teniendo en cuenta sus estudios y su trabajo en Harpers, y con ninguno de manera fija.A peticin del periodista, Sue le entreg la ltima fotografa de Michele, la de su graduacin, cuidndose de sealarle que entonces llevaba el cabello ms largo, pero que ahora lo llevaba muy corto, como poda verse en otras fotografas ms recientes e informales. Sue se ech a llorar, sintindose desnuda y atemorizada como si, al entregar las fotografas de Michele, estuviese renunciando a ella para siempre.Sue pas aquel primer da bebiendo caf y manteniendo la cafetera preparada para cuando Jim regresara de un ansioso viaje a la comisara o de un crispado recorrido por carreteras solitarias. Camin nerviosamente por toda la casa y telefone a aquellos amigos de Michele que pudiesen saber algo de su paradero. Nadie pudo darle la menor pista, o al menos eso fue lo que dijeron.Mir con aversin el plato de pastelitos que Carrie Masn le llev a las dos de la tarde, percibi el aliento a dentfrico de la seora Masn y escuch asombrada mientras la seora Masn desgranaba una asombrosa retahla de excusas por no haber acudido antes. Entonces Sue comprendi que la seora Masn, viuda y sintindose de alguna manera humillada por aquel hecho, haba permanecido probablemente al acecho detrs de sus persianas desde la noche anterior, cuando todo el equilibrio familiar de los Copeland se haba hecho pedazos, queriendo saber, ser parte de ello, queriendo ayudar pero incapaz de hacerlo porque era viuda y envidiaba a las mujeres que no lo eran.Sue le cont todo lo que saba y juntas lloraron.El peridico local, con la noticia y la foto de Michele en primera pgina, fue entregado a las cinco, cuando el da invernal comenzaba a transformarse en noche. Sue ley la noticia sobre su hija y mir hacia el cielo oscuro, sabiendo que Michele estaba all fuera, en alguna parte.Por la noche, Sue hizo frecuentes viajes hasta el porche frontal para comprobar la fra y negra humedad exterior, avergonzada de estar abrigada y a salvo. Permaneci en el porche sumida en el terror de la noche y pensando en lo que podan estar hacindole a su pequea, hasta que Jim la oblig a regresar al calor y la seguridad que la avergonzaban.Fue durante esos das cuando Sue y Jim estuvieron muy juntos, con la compasin de un padre por una madre y de una madre por un padre, sin pensar en la culpa o en la auto culpabilidad, en la acusacin o en el autorreproche... no hasta el jueves, despus de que hubieron transcurrido las setenta y dos horas, cuando se distribuyeron los boletines a las doscientas cincuenta agencias legales que haba en el estado y entre las agencias de otros estados, cuando la noticia llegara a los telediarios y sera transmitida a las cadenas periodsticas nacionales y a travs de AP y UPI, cuando el pequeo coche verde fuese devuelto a la casa y se confirmara la llegada de Dorrie.El mircoles por la maana, Carrie Masn dividi su tiempo entre las persianas de su dormitorio y el horno de la cocina, donde preparaba comida que los Copeland seguramente no llegaran a probar.Se angusti al ver a los de la televisin sacando sus equipos de un gran camin y entrndolos en la casa de los Copeland a travs del porche. Se estaba criticando severamente por su aliento con olor a bourbon del lunes a las once de la noche cuando identific al periodista, que regresaba a casa de los Copeland para una segunda entrevista. Cocin y vigil, flagelndose por sus pecados de omisin de viuda ansiosa, porque si ella hubiese despertado a Jim Copeland de su profundo sueo, tal vez su hija estara ahora en casa.El artculo que apareci el mircoles por la tarde en el peridico local cubra la seccin inferior de la primera pgina, exhibiendo otra fotografa de Michele una de las instantneas que mostraba su pelo corto y una sonrisa en el rostro que a Sue le parti el corazn. Ahora la fotografa miraba a Sue debajo del siguiente encabezamiento: HA VISTO A ESTA JOVEN?Fue entonces cuando Sue telefone a su hija casada, sabiendo que no poda retrasar ms la noticia en la esperanza de que no fuese necesario drsela, porque ahora, si Dorrie no era advertida, podra sufrir la conmocin de enterarse por la prensa o las noticias de la televisin. Dorrie qued vivamente afectada.Cundo sucedi? grit. El lunes por la noche? Cuando t estabas aqu? Se mantuvo en silencio durante algunos segundos para interrumpir finalmente a su madre con un: Pero si t hubieses estado en casa tal vez nada de esto habra pasado y aadiendo rpidamente: Y pap qu estaba haciendo durante ese tiempo? Durmiendo? y encontr entonces el gancho que necesitaba para colgar su culpa. Quieres decir que l no hizo nada? Mam, ir a estar con vosotros tomando la inmediata decisin de transferir a su padre la culpa que senta por haber requerido innecesariamente a su madre, de modo que el pecador fuese l y no ella. Mam, saldr maana a primera hora tan pronto como pueda solucionar el problema de Hal y los nios.No, cario protest Sue, conociendo la tendencia de Dorrie a dominar, a empujar como si fuese una excavadora y golpeando continuamente como un martillo neumtico. En aquel momento no quera que la empujaran o la echasen fuera del camino, slo deseaba esperar con preocupacin y mantener las esperanzas para no desmoronarse y romperse en pedazos.S, mam dijo Dorrie. Esto es terrible. Terrible! Maana estar ah. No tendrs que hacer nada. Yo me ocupar de todo.Del mismo modo en que Michele no poda ser declarada legalmente como desaparecida hasta que pasaran setenta y dos horas, tampoco poda establecerse que su coche haba sido abandonado hasta que no pasara el mismo perodo, y en consecuencia permaneci en el aparcamiento tal como ella lo haba dejado. En el pequeo coche no se haban encontrado huellas dactilares y nadie lo esperaba teniendo en cuenta la espesa niebla del lunes por la noche y del amanecer del martes.El jueves por la tarde el sol hizo su aparicin como una leve y plida promesa mientras Jim Copeland cambiaba el neumtico del coche de su hija.Los clientes que haban aparcado sus automviles en la seccin A, la mayora de los cuales haba ledo la primera pgina del peridico local, y muchos haban escuchado las noticias por la radio, formaron en torno a Jim Copeland y al coche de Michele un arco de respetuosa turbacin. Todos tenan prisa y se mostraban cohibidos, excepto uno de ellos, un hombre que condujo un coche compacto de color gris claro hasta la seccin A del aparcamiento y baj de l ofreciendo su ayuda a Jim Copeland para cambiar el neumtico pinchado.Aquel hombre, todava joven, de unos treinta y cinco aos, calcul Jim, que se inclin hacia l, deseaba realmente ayudarle en su tarea. Era delgado, atractivo, vestido de manera conservadora, de estatura mediana y con cabello castao a menos, naturalmente, que se lo viera de noche, a la luz engaosa de los faros con sus sombras distorsionadas, haciendo que cada hombre pareciera alto, especialmente si se encontraba junto a una joven de 1,65 del mismo modo en que las luces nocturnas tienden a oscurecer un cabello castao, especialmente si se compara con uno rubio.Con el neumtico de recambio en su sitio, el neumtico pinchado, el gato y la llave inglesa guardados, el joven se apoy en su coche para hablar de la noche del lunes.Jim escuch algunas ideas que no eran tan objetivas como las de la polica, y tampoco tan emocionales como las suyas propias, sino que eran una combinacin de objetividad emocional en la que poda confiarse.Le la noticia en el peridico de anoche dijo el hombre y durante todo el da he estado oyendo los informes por la radio. Soy viajante y paso mucho tiempo en el coche escuchando la radio. Me pregunto si la polica est investigando en la direccin correcta.Yo tambin me lo pregunto dijo Jim Copeland, Incluso dicen que no estn seguros de que aquel hombre que algunos vieron con Michele tenga algo que ver con la desaparicin. Dicen que es posible que se marchara y Michele fuese en busca de una cabina telefnica, y que lo que le pudo ocurrir sucedi despus de que el desconocido se marchara.El hombre sacudi la cabeza.Creo que aquel hombre tiene mucho que ver con este asunto dijo con conviccin. Podra apostarlo. El hombre del coche blanco.Yo pienso lo mismo dijo Jim. Creo que l perfor el neumtico y esper a que Michele llegara.El hombre mir el neumtico estropeado.No. En primer lugar, cmo poda saber que el conductor era mujer? Aun cuando hubiese ledo el nombre en la tarjeta de identificacin del vehculo, cmo poda saber que iba a estar sola? Ella jams hubiese ido con l voluntariamente. Y qu me dice si hubiese sido un tipo agradable? Elegante, simptico, solcito, no un granuja de pelo largo y tampoco un viejo miserable, sino un hombre medio, un tipo que dice que le encantara ayudarla y coge de su coche el gato y comienza a trabajar. Qu puede pasar con todas esas luces? Luego saca el neumtico de recambio, lo hace botar sobre el pavimento y dice que necesita aire...Pero si tena aire suficiente le interrumpi Jim dando un puntapi al neumtico.De acuerdo dijo el hombre, pero acaso su hija se hubiera dado cuenta si alguien le deca lo contrario?No, pens Jim Copeland. Todo lo que Michele conoca de un coche era la forma de conducirlo. Pudo haber ocurrido de la forma en que lo planteaba el hombre.De modo que aquel individuo le dice que sera mejor que fuese con l hasta la estacin de servicio para hinchar el neumtico. La estacin de servicio est en la esquina. Desde aqu puede usted verla.Obedeciendo la indicacin, Jim Copeland, que era cliente de la estacin de servicio, entorn los ojos en direccin a la esquina de Sargent y Oak donde poda verse claramente el cartel de la gasolinera.Qu puede hacer ella? Incluso una joven como ella, que no subira jams voluntariamente al coche de un extrao, no piensa que haya nada raro en la proposicin de aquel hombre. Despus de todo, la est ayudando y es lo bastante honesto como para no llevarse el neumtico dejando a su hija sola en el aparcamiento desierto y temiendo que l pueda marcharse con el neumtico para no regresar.El hombre sonri, y su rostro form una combinacin de arrogante piedad por el padre y excesiva pena por la hija.Quiere usted decir que pueden haberla engaado para que subiera al coche de ese delincuente? pregunt Jim Copeland.No engaado exactamente dijo el hombre y el tipo no tiene por qu ser necesariamente un delincuente. Tal vez estuviera enfermo.Enfermo?Mire, estoy basando esta hiptesis en la psicologa que he aprendido. Ver, estaba estudiando para ser psiclogo consultor y entonces mi esposa cay enferma y tuve que abandonar mis estudios y dedicarme a ganar dinero para cuidar de ella. Eso ocurri hace algunos aos. Desde entonces no he tenido vida de casado y tampoco me pude graduar. Trabajo como vendedor para darle a una esposa invlida las cosas que desea y necesita... Mene la cabeza en un gesto de auto conmiseracin, Eso es lo que estaba haciendo aqu el lunes por la noche, consiguiendo algunas de las cosas que ella siempre me pide que busque... una receta, helado, una almohadilla trmica o una bolsa para hielo, cualquier cosa, algo...Quiere usted decir que aquella noche estaba en el centro comercial? Jim Copeland se inclin hacia adelante y cogi al hombre de las solapas Estaba aqu? Observ usted algo? Pudo ver algo de todo eso que me ha estado contando?El hombre mene la cabeza.Ya se lo he dicho exclam, todo lo que le he contado es pura teora. Pienso en ello. En casos como ste, la polica busca huellas dactilares, un cabello, cualquier cosa antes de estar satisfechos, y los padres siguen diciendo: Mi hija nunca lo hara, y todo lo que estoy haciendo es mostrarle cmo su hija podra haberlo hecho, porque he estudiado estas cosas y las entiendo. Y creo que l est enfermo, pero es un tipo agradable y su hija no dud en subir a su coche...Jim Copeland alis las solapas del hombre con leves golpecitos de disculpa. Slo intentaba ayudar y, Dios lo saba, aquella teora era mucho ms verosmil que las de la polica hablando de drogas y embarazo y fuga ninguna de las cuales poda aplicarse a Michele.De modo que podemos suponer que el tipo est enfermo explic el hombre. Pero no siempre, slo cuando la presin se hace insoportable. Digamos que se trata de un tipo agradable. Su hija no se hubiese ido con nadie salvo con un tipo agradable...Jim Copeland asinti con la cabeza.El no planea nada. Las cosas se desarrollan solas.Solas? pregunt Jim.sa es la psicologa de un hecho impulsivo y creo que fue precisamente eso; nada premeditado, slo un impulso irresistible desencadenado por una serie de circunstancias. El tipo est sometido a una fuerte presin, se encuentra en el punto de explosin. Llega tarde al aparcamiento justo antes de que cierren. Tiene prisa, probablemente ni siquiera advierte que hay un pequeo coche verde en el aparcamiento y con el neumtico pinchado. Cuando se dispone a irse, ve el pinchazo pero no le concede importancia. El aparcamiento est prcticamente vaco, los clientes se han marchado a sus hogares colmados de esposas amorosas, saludables y nada exigentes. Entonces aparece la joven, su hija, descubre el pinchazo y el tipo apaga el motor de su coche y se baja.Jim Copeland trag saliva.Pudo haber ocurrido exactamente de ese modo.Es un tipo agradable repiti el hombre. Realmente quiere ayudar, de modo que la ayuda. Saca el gato. Entonces un coche pasa junto a ellos, aquellas personas que vieron a su hija y al desconocido. El coche aminora la marcha. Se saludan. Y entonces el tipo se pregunta si su hija les ha hecho alguna seal, tal vez rechazndole a l y la ayuda que quiere prestarle, hacindoles seas a sus amigos.Pero el coche contina su marcha y el hombre levanta el coche con el gato y busca la llave inglesa, es decir que sigue ayudando a la joven. Entonces se produce el estallido, la presin se desborda y el tipo busca el neumtico de recambio y lo arroja sobre el pavimento. Todo el asunto lo ha trastornado. Se siente enfermo y no puede evitar lo que est sucediendo.Jim Copeland apart la vista; comenzaba a sentirse mal.El plido sol se ocultaba detrs de las nubes que se elevaban desde el horizonte. Volvera a llover; seguro, por la noche llovera otra vez.l le dice que pueden ir hasta la estacin de servicio para hinchar el neumtico. Ella asiente porque no tiene otra alternativa. l le abre la puerta de su coche, luego se dirige hacia el lado del conductor y deja el neumtico de recambio sobre el pavimento. Salta dentro del coche y parte a toda velocidad antes de que ella pueda gritar.Jim Copeland se senta como si estuviese nadando en la desvada luz de aquel da invernal.Cree usted dijo con voz queda, que as sucedieron las cosas? Que cualquiera simplemente pudo...se es el modo en que pudo haber ocurrido dijo el hombre. No haba seales de lucha. La polica as lo estableci. Usted ha dicho que su hija nunca se ira voluntariamente con un desconocido, as que de qu otro modo cree usted que pudieron suceder las cosas? Es una teora psicolgicamente comprobada la de que un hombre enfermo, pero un tipo agradable, encuentra una situacin propicia en el momento en que sus presiones estallan...Jim Copeland apart la vista.Entonces el hombre le dio cierta esperanza.Sin embargo, una mente enferma como sa dijo, sabe que est enferma y quiere que le detengan.Jim Copeland gir la cabeza y escuch con atencin.l se proteger autoproteccin, ya sabe, es la primera ley pero, al mismo tiempo, dejar algunas pistas, deseando que alguien las encuentre y le impida repetir lo que acaba de hacer.El hombre abri la puerta de su coche y se introdujo en l.Lo siento, seor Copeland dijo con autntica pena.Puso el coche en marcha y el sonido de la radio lleg de inmediato, dbilmente al principio, para hacerse ms audible con las noticias que se emitan a las horas....No hay ninguna novedad respecto a la desaparicin de Michele Copeland se escuch la voz del locutor. Si usted sabe algo, o cree que podra saber, o sospechar... El hombre redujo el volumen hasta convertirlo en un susurro y comenz a retroceder con el coche.Jim Copeland se irgui a un costado del pequeo coche verde.Qu cree que hizo con ella? le pregunt al hombre.Qu cree usted que hizo?Jim Copeland volvi a tragar saliva.El hombre hizo girar el volante y enfil hacia la salida atravesando la seccin A del aparcamiento.Hey grit Jim Copeland no me ha dicho su nombre.El hombre grit algo por la ventanilla del coche pero se perdi entre el viento de la tarde y el ruido del motor al ascender la rampa que llevaba a la calle Sargent.Cuando Jim Copeland llev el pequeo coche verde a la comisara y cont lo que le haba dicho el desconocido, la polica no pareci dar mucho crdito a aquella teora.Un chiflado dijeron. Nos topamos con ellos todo el tiempo. Una mujer que est hasta las narices de su miserable hijo piensa que l es el culpable y quiere que le encerremos y perdamos la llave. Hay otra que sostiene que es la clase de trampa que organizara su ex novio. Si usted hubiese estado en este trabajo tanto tiempo como nosotros, esperara toda clase de historias descabelladas.Pero es una teora protest Jim, Ese hombre pareca saber mucho de psicologa y basaba su teora en sus conocimientos psicolgicos.Todos los chiflados son psiclogos dijo el oficial. Lo saben todo acerca de nada y estn ansiosos por hablar de ello.Pero sonaba como si argument Jim con cierta vacilacin realmente pudiera haber ocurrido de ese modo. De alguna manera sonaba como una argumentacin correcta. Si pudiesen hablar con l...Seguro dijo el oficial y dej el lpiz suspendido sobre el bloc de notas. Seguro, hablaremos con l. Hablaremos con todos ellos. Slo tiene que darnos su nombre y direccin.Jim ignoraba el nombre y el domicilio del hombre. Esa parte de la informacin se haba perdido en el viento, y tal vez era un chiflado, como haba dicho el oficial. Despus de todo, qu era lo que el hombre le haba ofrecido? Slo una teora.Dorrie lleg a ltimas horas de la tarde del jueves, cuando comenzaba la tormenta que haba estado amenazando durante todo el da, permitiendo que el sol hiciera una tmida aparicin y luego cerrndose por completo. La tormenta se desat, oscura y violenta, y Dorrie entr en la casa casi al mismo tiempo que su padre llegaba con el pequeo coche verde y lo aparcaba en el camino particular.Desde ese momento, cada vez que Sue miraba por la ventana vea el coche verde y se pona a temblar, y cada vez que se alejaba de la ventana se encontraba con Dorrie que le deca que haba sido culpa de Jim que Michele hubiese desaparecido, y lleg el momento en que ella lo crey.Tu propia hija le acus, y t durmiendo todo el tiempo.Qu podra haber hecho? pregunt l. Hacia las diez ya haba desaparecido. Eso es lo que dijeron las personas que la vieron en el aparcamiento.Y t aqu, en casa, dormido le acus Sue, asombrada por su propia voz vengativa, pero aliviada al mismo tiempo por haber encontrado por fin una vctima.Jim se senta confundido.Si hubiese estado despierto no habra ido a buscarla hasta las diez. Por qu habra de haberlo hecho? Habra pensado que Michele se haba detenido a tomar un caf con alguien.Pero mam no intervino Dorrie. Si mam hubiese estado aqu, ella habra sabido que Michele jams llegaba tarde. Si hubiese estado aqu, habra salido como un rayo en su busca.Pero no estaba aqu dijo Jim, viendo la oportunidad de aliviar un poco su culpa, sabiendo que si la culpa deba ser evitada habra que hacerla recaer sobre otra persona.Estaba en tu casa, cuidando de tus hijos. Por eso no estaba aqu.Preparada para replicarle, Dorrie respondi con una nota triunfal en su voz.Porque ella confiaba en ti, por eso no estaba en casa. Confiaba en que seras capaz de cuidar de la casa y de Mi chele, de modo que esta situacin espantosa nunca se hubiese producido.El jueves por la noche la noticia en el peridico era ya ms reducida y no inclua ninguna fotografa. El titular deca simplemente: LA BSQUEDA CONTINA e inclua una rpida sinopsis y la promesa, vaga y habitual, de una pronta solucin.La entrevista grabada para la televisin haba sido recortada en gran parte para permitir la inclusin de noticias e imgenes referentes a la tormenta, con diversos relatos sobre corrimientos de tierra en las colinas de la ciudad que se encontraba al norte y ros desbordados en la metrpoli del sur. El pueblo, que se alzaba en medio de esos dos puntos permaneca ignorado, como siempre, excepto por la breve entrevista con los padres de Michele Copeland.Sin embargo, la poblacin tambin sufra con la climatologa una ligera erosin de sus colinas y un pequeo desbordamiento del ro, siendo su mayor problema las calles inundadas y, especialmente, una esquina en la confluencia de Sexton y Sargent donde se hallaba en construccin un nuevo grupo de casas. En aquel lugar el agua flua y se precipitaba por la pendiente, trayendo con ella barro y desperdicios, obstruyendo los desages e inundando el aparcamiento del centro comercial Plaza y amenazando las tiendas mientras corra libremente por la cerrada galera.La tormenta dur tres das.Durante aquel tiempo, Sue no pudo dormir, sus noches estaban llenas de horribles pensamientos acerca de su pequea desaparecida, en algn lugar de all fuera, sola o con un monstruo en medio del fro y de la lluvia, muerta o agonizando. Sue no poda comer, sus das se consuman bajo imgenes horribles de violacin y muerte. Viva a base de caf y del insomnio que produca. Atacaba ferozmente a Jim hacindole objeto de toda su desesperacin. Le mortificaba, descubriendo despus de todos aquellos aos de pacfica convivencia que tena talento para ello.Habindose liberado del peso de su propia culpa, Dorrie llevaba ahora una nueva carga sobre sus hombros. Sus padres, siempre tan unidos, eran ahora enemigos, y era acaso su culpa?Mam gimote, nunca te haba escuchado hablarle a pap de ese modo.l nunca haba matado a mi hija dijo Sue.Jim condujo su coche todos los das hasta la comisara slo para encontrar a todos los policas inmersos en problemas de trfico y accidentes de carretera.Respecto a mi hija... preguntaba Jim Copeland con ansiedad, como disculpndose ahora que su esposa haba arrojado sobre l aquella nueva y profunda sensacin de culpabilidad.Estamos trabajando en ello seor Copeland le dijo un oficial. Ahora tenemos que enfrentarnos a esos problemas de ah fuera, ya sabe. Nos gustara disponer de mayor informacin, como una mejor descripcin del hombre y de la clase de vehculo que conduca. Hemos hecho circular una fotografa de su hija, y cualquier cosa sospechosa... bueno, nosotros nos enteraremos. S cmo se siente, seor Copeland.Jim Copeland le mir con expresin vaca. Aquel oficial, demasiado joven an para sentir culpabilidad, demasiado joven para tener hijas adolescentes, no poda saber cmo se senta. Jim abandon la comisara sabiendo que volvera muy pronto, para encontrarse de nuevo sin noticia alguna pero tena que volver, una llamada telefnica no era suficiente. Tena que atravesar las calles inundadas y subir las escaleras y abrir las pesadas puertas y preguntarle al oficial de guardia:Se sabe algo nuevo sobre mi hija?Tena que hacerlo. No poda hacer otra cosa.La tormenta dificult la bsqueda, pero no signific ningn impedimento para Carrie Masn. Todos los das fabricaba una especie de toldo con el impermeable de su ltimo esposo y, encogida debajo de l, se desplazaba hasta la casa de los Copeland llevando una fuente de comida frita, hervida o asada.Una vez all, haca su ofrenda, deseando encontrar sola a Sue en la cocina. Incluso Sue, quien haba cambiado drsticamente durante los ltimos das pasando de una suave y clida ansiedad a mostrarse ansiosamente dura y fra, era mejor que su hija Dorrie. Dorrie, que la miraba desde la envidiable altura de su vida joven y felizmente casada, provocaba en Carrie Masn agudas punzadas de culpabilidad por sus casi cincuenta aos sin la compaa de un esposo en realidad, cincuenta y dos, casi cincuenta y tres.De modo que, con sentimiento de culpa, cuando era Dorrie quien estaba en la cocina, le entregaba el plato con la comida que haba preparado y preguntaba dbilmente si se haba producido alguna novedad, cualquier novedad.Dorrie, coga la fuente sin atisbar siquiera debajo de la tapa, la miraba desde su pinculo de seguridad y le deca que no haba ninguna novedad pero, le agradecemos su amabilidad.No es amabilidad!protestaba Carrie. Fue el lunes por la noche cuando deb mostrarme amable, la noche en que supe con seguridad que algo funcionaba mal. A las once vi que las luces del porche estaban encendidas y que el camino de entrada estaba vaco. Fue entonces cuando deb venir, y no lo hice.Hubiese sido demasiado tarde dijo Dorrie.Tal vez no hubiese sido demasiado tarde, se lamentaba Carrie. Los lunes por la noche aquel pueblo se iba a la cama hacia las once y, por lo tanto, con tan pocos vehculos circulando por las calles, quizs hubiesen podido encontrarla.Carrie no poda aliviar con facilidad su sentido de culpabilidad, ya que no era lo bastante joven ni lo bastante egosta. Su sensacin de culpabilidad la oblig a tomar una firme resolucin: en lo sucesivo se mostrara clidamente amistosa... rpidamente. No dudara ni vacilara un momento, a pesar de su aliento, sin preocuparse por las apariencias; ayudara, auxiliara, y se mostrara solcita con cualquier persona que pudiese necesitarla, y estara atenta por si alguien la necesitaba.El domingo, ces la tormenta.El lunes, una semana despus de la desaparicin de Michele, los equipos de mantenimiento seguan trabajando a tope para averiguar qu era lo que pasaba en la zona que se extenda desde las colinas hasta el centro comercial Plaza, que era un autntico desastre. Se descubri que el problema radicaba en el colector de la zona donde se estaban construyendo las nuevas viviendas y que ahora era un verdadero mar de lodo. Pareca que en aquel lugar los desages estaban totalmente atascados, haciendo que una riada de agua y barro se precipitara por la calle Sargent y una vez all alcanzara las calles laterales e inundara el aparcamiento del centro comercial.Se llam a un grupo de operarios de mantenimiento y cuando abrieron la boca del colector encontraron el cuerpo de Michele doblado y apretado contra las paredes y taponando la salida del agua.Linda Fischer oy la noticia por la radio.Era el da en que se quedaba hasta ltima hora en los grandes almacenes Harper, comenzando a la una y prolongando su jornada de trabajo hasta las nueve, que era la hora de cierre. De modo que estaba limpiando su apartamento, aquel lunes por la maana, con la radio encendida y de pronto escuch la noticia de que haba sido descubierto el cuerpo de Michele Copeland. Linda sinti un estremecimiento pensando qu hubiese sucedido, oh Dios mo, de haber permitido que su esposo detuviera el coche aquella noche! l tambin podra haber sido asesinado. De modo que Linda se autoindult de toda culpa y convirti su acto de absolucin en uno de nobleza.Su esposo se enter de la noticia mientras almorzaba.Aquella joven dijo el hombre que estaba sentado a su lado, la han encontrado. Ya sabe, la que desapareci hace una semana.El esposo de Linda trag el bocado de sandwich que tena en la boca y dej cuidadosamente el resto sobre el plato.La encontraron en la boca del colector de Sargent y Sexton. Es horrible!El esposo de la seora Fischer retir su plato, baj del taburete y abandon el drugstore caminando como un cadver. Camin calle abajo hacia el aparcamiento que haba junto a la oficina en la que trabajaba, subi a su vehculo, condujo prudentemente por Main Street, atraves todas las seales de precaucin que protegan a los trabajadores de Obras Pblicas, entr en la rampa de acceso a la autopista que haba a la salida del pueblo y se dirigi hacia el norte.No quera volver a ver a su mujer, Linda, nunca ms en la vida. Se perdera en alguna parte, en alguna ciudad lejana, y tratara de olvidar que si Linda no le hubiese impedido detenerse una semana atrs, Michele estara viva.En la maana de aquel segundo lunes, Carrie Masn estaba ocupada preparando una sopa de verduras para la familia Copeland. Como siempre, en la cocina la radio estaba sintonizada con la emisora local, pero incluso antes de escuchar la noticia, ella se enter que Michele haba sido hallada. Lo supo cuando el coche patrulla se detuvo frente a la casa y dos policas, con los rostros inexpresivos, subieron lentamente la escalera que llevaba al porche frontal de los Copeland. As fue como Carrie Masn lo averigu y tan pronto como oy la noticia por la radio, recordando su promesa de mostrarse siempre dispuesta a ayudar, su resolucin de auxiliar a quien lo necesitase, supo que de cualquier modo llevara la sopa a los Copeland aun cuando, para el momento en que la sopa estuviese lista, su aliento oliera a bourbon, su aspecto reflejara cada minuto de sus cincuenta y tres aos y no supiera qu decir.Jim Copeland escuch la noticia como un hombre definitivamente perdido, apenas consciente del hecho de que, efectivamente, estaba perdido.Sue se volvi hacia l con un definitivo: Ha sido culpa tuya, sabiendo que jams volvera a hablarle.Sumida en las profundidades de su nueva culpabilidad, Dorrie dese haber tenido sobre sus espaldas la antigua culpa, comprendiendo por fin que la culpa que se haba legado a s misma sera muy difcil de superar.El lunes por la noche el cadver de Michele, debidamente identificado, fue depositado convenientemente en la funeraria.Aquel lunes por la noche, a las 9.10, Linda Fischer sali de los grandes almacenes Harper y se dirigi hacia el aparcamiento del centro comercial Plaza. La acompaaba una compaera de trabajo, una joven estudiante del departamento en el que Michele haba trabajado la semana anterior. La chica no haba llegado a conocer a Michele, pero mencionaba cierta relacin entre ambas porque asistan a la misma facultad y trabajaban en los mismos grandes almacenes y todo aquello era terriblemente excitante.Nosotros vimos al hombre aquella noche dijo Linda y la joven la escuch con atencin. Fue una decisin acertada que mi esposo no detuviera el coche. Podra haberle asesinado a l tambin.En la seccin A quedaban muy pocos coches. Las dos mujeres caminaron con mucho cuidado sobre el barro seco.Bien, aqu est mi coche dijo la joven. Tu esposo no ha llegado. Quieres que te lleve?No, gracias. Puedes marcharte. Linda consult su reloj. Llegar de un momento a otro dijo. Hemos salido un poco antes de la hora. Estar aqu hacia las 9.20. Siempre llega a esa hora.Linda no comenz a preocuparse hasta las 9.40 cuando el ltimo coche abandon la seccin A. Entonces se asust y se apresur para llegar a la cafetera pasando junto a las tiendas ahora a oscuras. Las luces de la cafetera estaban encendidas pero en su interior no haba ningn cliente. El dueo estaba cerrando.Podra llevarme a mi casa?pregunt Linda sin aliento. Por favor, podra llevarme a mi casa? Tengo miedo de esperar a mi esposo all fuera debido a lo que ha sucedido...El hombre dijo que lo hara encantado. Cerr el aparador de cristal para los buuelos, cubri las tartas, apag las luces y cerr la puerta con llave. Era muy amable y atento. La ayud a subir al coche y enfil hacia la zona de apartamentos donde Linda le haba dicho que viva.No fue hasta llegar al desvo de la calle Sargent que Linda comprendi que se encontraba exactamente en la misma situacin en la que haba estado Michele Copeland durante la noche del pasado lunes.Se qued petrificada en su asiento y su voz, mientras daba la direccin de su domicilio, emerga de su garganta como una hebra de sonido unindose a la conversacin del hombre acerca de los peligros que acechan de noche a una mujer sola. Linda viva a pocas manzanas del centro comercial Plaza, y estaba segura de que nunca llegara a su apartamento, pero el hombre la llev directamente a su destino y Linda se asombr cuando detuvo el coche junto al bordillo y ella vio que estaban frente a su bloque. Se apoy contra la puerta y se alej rpidamente del coche, demasiado impresionada por los momentos de terror que haba pasado como para agradecer al hombre el haberla llevado a casa. Recuper sus fuerzas, junto con una sensacin de alivio, mientras corra hacia la entrada del edificio, la abra, y suba atropelladamente la escalera.En el momento de abrir la puerta del apartamento, en medio de la oscuridad, Linda comprendi la horrible accin que haba cometido una semana antes al impedir que su esposo detuviese el coche para prestar ayuda a Michele Copeland. Y fue al momento siguiente cuando la seora Linda Fischer comprendi que su esposo la haba abandonado y que no regresara, porque lo que ella le haba hecho a Michele tambin se lo haba hecho a l.El funeral tuvo lugar el mircoles por la maana. En el sector de la capilla destinada a la ceremonia fnebre, Dorrie se sent entre el padre y la madre de Michele para que cada uno de ellos pudiera llorar a solas durante la ceremonia.El mircoles por la tarde, Carrie Masn llev a los Copeland un pastel de calabaza y Dorrie tuvo que apartar una montaa de platos y una pila de cacerolas para hacer sitio.Pareca que un tornado haba atravesado la cocina, y all estaba Sue, apilando sbanas, confeccionando listas, pasando de una tarea a otra. Carrie Masn se pregunt qu diablos estaba sucediendo y pens que tal vez ahora que Jim y Sue Copeland viviran solos, y con menos necesidades, haban decidido recompensar a Dorrie por su sacrificada ayuda envindola a casa con un cargamento extra de enseres para su hogar.Seguramente te marchars hoy le dijo Carrie a Dorrie.Maana dijo Dorrie.Yo me marcho con ella dijo Sue sin interrumpir el ritmo de su actividad.Bien dijo Carrie, suponiendo que tal vez era correcto que una madre desolada se marchase y sufriera su pena acompaada de su hija y de sus nietos en lugar de quedarse en su casa lamentndose junto a un padre desolado; pero no estaba demasiado segura. Bueno, eso est muy bien. Creo que lo mejor es que te marches y disfrutes de unas vacaciones... y se interrumpi en mitad de la frase, consternada por la infortunada eleccin de sus palabras y sin prestar atencin a la conversacin que se desarrollaba a su alrededor, hasta que escuch la ltima parte del asombroso anuncio de Sue.... y no pienso regresar. Nunca. Me voy a vivir con Dorrie y su familia.S exclam Dorrie. Mam vivir con nosotros.En el mismo instante en que lo dijo, Sue supo que no deseaba irse. En cuanto dijo que nunca regresara, el pensamiento de abandonar a Jim la hizo ponerse enferma. En el mismo instante en que declar: Me voy a vivir con Dorrie y su familia, se pregunt cmo sera capaz de soportar el carcter dominante de su hija y la tirana que ejercan sus tres malcriados nietos.Cuando Dorrie aadi, para que no hubiese dudas: S, mam vivir con nosotros, supo que haba cargado para siempre con una madre, Hal con una suegra a la que no quera, y los nios con una abuela que no sera buena para ellos y para quien ellos tampoco seran buenos. Dorrie los haba criado de una manera y ahora tendran que arreglrselas para vivir todos juntos.Los dos coches cargados, el de Dorrie y el de Sue, partieron el jueves, dejando a Jim Copeland totalmente solo. Carrie Masn senta la necesidad de llevarle algo de comida, quera mostrarse amable y comprensiva tal como se haba propuesto, pero no pudo localizarle. Haba vuelto a su trabajo, por supuesto, pero regresaba a casa muy tarde y en silencio. Las luces del porche nunca volvieron a encenderse y tampoco la luz de la sala. Carrie Masn ni siquiera poda ver la luz de la pantalla del televisor.Jim Copeland permaneci en su casa slo durante dos fines de semana; en uno de ellos un gran camin de mudanzas se llev algunos muebles y, en la segunda ocasin, un camin de la localidad se llev el resto del mobiliario.Tres semanas despus del funeral, el pequeo utilitario verde de Michele haba sido retirado del garaje, la casa haba sido desmantelada y en el prado del frente se poda ver un cartel de SE VENDE.Entonces Jim Copeland fue a ver a la seora Carrie Masn.Ella le ofreci una taza de caf, que l rechaz, explicndole que estaba muy atareado y tena prisa. Ella advirti que estaba ms delgado y revolote a su alrededor sin preocuparse por el olor a bourbon de su aliento, deseando solamente mostrarse amable y solcita.Jim le dijo que se haba ido a vivir a un pequeo apartamento y estaba en trmites para vender la casa, que era la razn que le haba llevado hasta all. Quera dejarle a ella un juego de llaves, por si acaso, dijo, y ella no estuvo muy segura de si se refera a si por si acaso Sue regresaba o por si acaso algn comprador potencial quera echarle un vistazo a la casa.El resto de las llaves, le explic Jim, estaba en manos del agente inmobiliario que se encargaba de mostrar la propiedad, pero l deseaba que ella conservara un juego, por si acaso.Luego se march y la seora Masn ya no tuvo nada que mirar a travs de las persianas venecianas de su dormitorio; nada excepto las cortinas echadas de la sala y un trozo del cartel de SE VENDE en el frente de la casa.Como el dinero escaseaba y los intereses de los crditos eran muy elevados, no fueron muchas las personas que vinieron a ver la casa, pero s las suficientes como para que Carrie aprendiese a reconocer el coche del agente inmobiliario y para saber que no era el de l cuando el coche compacto de color gris claro se detuvo junto al bordillo frente a la casa de los Copeland. Luego prosigui la marcha, pero regres al cabo de unos das.La tercera vez que lo vio, Carrie estaba en el jardn que daba a la calle plantando el ltimo de sus bulbos de primavera y deseando terminar antes de que la escasa luz de la tarde se convirtiera en oscuridad. Se puso de pie cuando el coche se detuvo frente a la casa, dej caer el rastrillo y camin hacia el bordillo.Si est interesado en la casa le dijo al joven que estaba dentro del coche, yo tengo las llaves y puede echar una ojeada. Pero tendremos que darnos prisa porque han cortado la electricidad y ya est oscureciendo. No queda mucho tiempo.Oh. Oh, s dijo l, momentneamente turbado, como si estuviese tan fascinado por la casa que no hubiera visto que Carrie se acercaba, No vivan los Copeland en esta casa?S. Fue una tragedia. La seora Carrie Masn no poda ver muy bien al joven en las sombras del coche. Sin embargo, pareca agradable y atractivo, Los conoca usted?Conoca a la joven dijo el hombre.A Michele? La que fue asesinada?S. A ella. Y una vez habl con su padre. De pronto, como si tomase conciencia sbita de la existencia de Carrie, el joven se inclin a travs del asiento del coche y la mir directamente bajo la luz ahora de color prpura. Ver, tengo una esposa dijo que est invlida...Carrie chasque la lengua en una muestra de simpata.Ahora vivimos en un apartamento y yo pens que si tuviramos una casa ella podra salir ms a menudo.Oh, claro que podra; sera algo maravilloso dijo Carrie.Soy viajante y paso mucho tiempo fuera de casa y me agradara vivir en un buen barrio, en uno en el que no tuviese que preocuparme por dejar a mi esposa sola en casa. Agradable y tranquilo. Un barrio decente.Carrie comenz a describir la tranquilidad sin par, la belleza incomparable y la absoluta decencia del vecindario cuando l la interrumpi para decir:Me encantara ver la casa pero, como usted ha dicho, ya est oscureciendo y no creo que fuera una buena idea. Tal vez convendra que diese un paseo por el vecindario, seora...? elev la voz con tono interrogativo.Seora Carrie Masn dijo ella.Seora Masn, creo que sta es precisamente la casa que he estado buscando. Naturalmente puedo regresar maana, para verla con mayor detenimiento, pero primero deseara observar el vecindario. An hay bastante luz para hacerlo. Me pregunto si usted tendra inconveniente en mostrarme...Carrie retrocedi un paso.Slo un pequeo paseo alrededor de esta manzana. Para localizar el supermercado y el drugstore ms prximo. Sonri con una expresin que denotaba cierto desconsuelo, Mi esposa necesita y quiere tantas cosas a todas horas: una receta, helados, una almohadilla trmica, una bolsa para el hielo, cualquier cosa, algo...Carrie record su firme resolucin de ayudar y confortar de manera amable y simptica.Y si hubiese alguien que me enseara los alrededores de modo que yo pudiese describirle el vecindario a mi esposa esta noche, tal vez conseguira despertar su inters, entonces maana...Carrie se volvi para contemplar su pequeo jardn, que ahora estaba casi en penumbras, donde haban quedado el rastrillo y los bulbos que no haba tenido tiempo de plantar, y su casa oscura y abierta.Me asegura que slo sern unos minutos? pregunt.Slo unos pocos minutos dijo l.Carrie subi al coche y el compacto de color gris claro se desliz calle abajo.Big TonyJack RitchieTengo tres hijas y ya es tiempo de que se casen dijo Big Tony. Se alej de la puertaventana que daba acceso a la terraza. OBrien, t te encargars del asunto.Pens un instante en lo que me estaba proponiendo.Quiere que vaya golpeando puertas y preguntando quin quiere casarse con una de las hijas de Big Tony?No. Cogi un puro de la caja. Por qu crees que me traslad aqu, a River Hills, hace ya tres aos?Quera relacionarse con lo mejor de la sociedad? Ellos no le dirigen la palabra y nadie quiere salir con sus hijas?Tal vez yo nunca llegue a ser miembro del Country Club dijo Big Tony, pero ellas no tienen ningn problema con los muchachos. Cunto hace que no las has visto, OBrien?Cuatro aos. Cuando me envi a la costa.Big Tony asinti con la cabeza.Bien, estn ms preciosas que nunca.Y no consiguen casarse?La cosa es as, OBrien. Yo soy su viejo y mi nombre sigue apareciendo en los peridicos de cuando en cuando, pero no en las pginas de sociedad. Camin pesadamente sobre la mullida alfombra. No quiero ser uno de esos padres que se interponen en el camino de sus hijos, pero conozco el pao y el asunto me entristece bastante.Big Tony agit el puro en el aire.Tomemos el caso de Angelina y Herbert Bradford. Estn locos el uno por el otro, pero l no la pide en matrimonio.Por qu no?Porque Herbie le teme a su viejo. Ese tipo, GroverBradford, dice que Herbie debera buscar una chica cuyos antepasados utilizaban la roca Plymouth como embarcadero. Y t sabes que mis viejos se hundieron con toda la tercera clase del Titanic.Cul es el problema con Faustina?Morley Wilson.Y a qu le teme l?Quince millones de dlares. Eso es lo que no conseguir de su abuela si se casa con Faustina.Y no est dispuesto a renunciar a quince millones de dlares por Faustina?Mira, OBrien dijo Big Tony. No culpo al muchacho. Una mujer es una mujer, pero quince millones son quince millones.Y se supone que yo debo conseguir quince millones de dlares y lograr un final feliz para esa historia?Big Tony sonri.Cuando te envi a la costa, pareca que todo se desmoronaba all. En realidad no esperaba que consiguieras nada. Pero t lo arreglaste todo y lo dejaste bien atado. Y yo admiro a cualquier hombre que hace un trabajo como el que t hiciste en la costa y espero que puedas repetirlo aqu.Cul es el problema con Cecelia?Philip Courtland. Juega al rugby para una de las universidades del este. El chico tiene clase y, adems un milln de dlares en su cuenta.Y por qu se muestra tmido?No lo s. Pero avergualo y haz algo al respecto.Se abri una de las puertas laterales y Cecelia entr en la habitacin.Bien, bien, pero si es OBrien. Hace mucho tiempo que no le vea. Sus grandes ojos grises me estudiaron detenidamente. Qu le ha hecho abandonar la costa? Negocios?Una visita amistosa dijo Big Tony, Se quedar algn tiempo con nosotros. Ech una ojeada a su reloj. Tengo una cita con mi profesor de golf. Por qu no le muestras el lugar a OBrien?Una vez que estuvimos fuera de la casa, Cecelia dijo:Cul es la verdadera razn de su presencia aqu?Se supone que no debes saberlo.Cecelia se encogi de hombros.Como quiera.Levant el brazo y seal hacia unos setos.Justo frente a nosotros podr encontrar a Angelina y a Herbert Bradford haciendo manitas. Todos los martes y jueves, entre las dos y las cuatro, Herbie se escabulle de la pista de balonmano del Country Club y viene a ver a Angelina.Dimos la vuelta a los setos y los encontramos sentados en un banco de piedra.Angelina era morena y meda cerca del metro setenta.Hola, OBrien dijo.Cecelia les sonri a ambos.Aqu tenemos una nueva versin de Capuletos y Mnteseos. A veces pienso que debera secuestrarlos a los dos para llevarlos ante el juez de paz.Angelina mene la cabeza.Las cosas ya no se hacen de ese modo en el siglo XX, Cecelia.Herbert asinti.Ver, seor OBrien, a pesar de que a mi padre le importo un pimiento, aun as siento la terrible necesidad de que apruebe todo lo que hago. Me temo que tengo una personalidad extremadamente dependiente.Un Jaguar enfil por el camino de entrada y se detuvo frente a la casa.Es hora de mi clase de tenis dijo Cecelia, Pero puedo cancelarla si usted insiste.No. Tengo trabajo.El hombre que estaba detrs del volante baj del coche y se encontr con nosotros a mitad de camino.Philip Courtland dijo Cecelia, Y ste es Jim OBrien.Courtland era aproximadamente de mi estatura y ambos nos miramos por encima de Cecelia.OBrien es uno de los socios de mi parte dijo ella. Se encarga de disponer de los cadveres y cosas por el estilo.Tendr que recordarlo dijo Courtland.Los observ mientras se alejaban y luego me dirig a la ciudad. Busqu a un amigo en el Morning Chronicle y nos fuimos a beber unos tragos. Cuando salimos del bar, me llev de regreso a su morgue periodstica y me permiti hacer algunas averiguaciones.A la maana siguiente, cuando sal de la mansin de Big Tony, me compr un maletn. En los Laboratorios Bradford le di mi nombre a la secretaria de Grover Bradford y me sent a esperar.La secretaria sali del despacho y me dijo:El seor Bradford le ver ahora mismo.Era un despacho enorme, con gruesas alfombras.Grover Bradford se levant de su silln para estrecharme la mano. Era un hombre alto y probablemente pasaba sus fines de semana en una embarcacin.Esper a que me sentara y luego dijo:Mi secretaria me ha dicho que pertenece usted al Departamento de Sanidad.Exacto.Aguard cautelosamente.Seor Bradford dije, hace seis meses el Departamento le orden que detuvieran la campaa de publicidad que hablaba de las ventajas del Duermafcil. Se le aplic una multa de quinientos dlares.Su rostro perdi toda expresin.Eso pertenece al pasado. Es un caso cerrado.Sonre.Eso es correcto. Usted dej de fabricar el Duerma-fcil y pag la multa de quinientos dlares. Pero eso no significa nada frente al milln y medio de dlares que usted obtuvo con la venta del mencionado producto antes de que el Departamento le prohibiera seguir con su elaboracin.Bradford no dijo nada.El Departamento trabaja de forma lenta dije. Y algunas personas se aprovechan de esa circunstancia para ganar dinero. Creo que estuvimos experimentando con el Duerma-fcil durante dieciocho meses hasta que decidimos iniciar las actuaciones pertinentes.Hice una pausa.Y ahora tenemos su nuevo producto, Sueo-8. Dos pequeas pldoras a la hora de acostarse y dormir como un nio durante ocho horas. Usted comenz a fabricar y anunciar el Sueo8 hace dos meses. Ese producto le reportar otro milln de dlares antes de que el Departamento le multe con otros quinientos dlares.Bradford busc un puro en la caja. No me ofreci uno.Esper a que lo encendiera y luego dije:El Departamento puede actuar de forma lenta. O puede actuar con celeridad. Puede actuar por un milln de dlares desde este momento. O desde maana.Me estudi durante un momento.Est tratando de decirme que usted tiene algo que ver con la celeridad del Departamento?Esta vez fui yo quien no dijo nada. Pero sonre.Se inclin hacia adelante.Est bien. Reconozco el chantaje cuando lo escucho. Cunto quiere?No quiero dinero dije. Ya me han comprado. Quiero felicidad. Para m. Para usted. Para todo el mundo.Sus ojos se entrecerraron.Le ruego que sea un poco ms explcito dijo.Hace un par de das un hombre vino a verme. Quera saber si yo poda hacer algo para que el Departamento acelerara el trmite del Sueo8. Ech un vistazo al dinero que me ofreca y le dije que poda arreglarse. Pero el hombre me dijo que no deba hacer absolutamente nada a menos que...Bradford me interrumpi.A menos que qu?Parece que este hombre tiene una hija llamada Angelina y quiere que sea feliz. Y su idea de la felicidad es que se case con alguien llamado Herbert Bradford.El puo de Grover Bradford reson sobre el escritorio.No lo permitir!Me puse de pie.Depende de usted, seor Bradford. Un milln o Herbie.Espere un minuto dijo el, Durante cunto tiempo puede usted retrasar al Departamento?Posiblemente dos aos dije. Si trabajo duramente en el asunto.Sus ojos se iluminaron y pareci calcular los riesgos.Me detuve en la puerta.Una cosa ms, seor Bradford. A Big Tony le agradara ingresar como miembro del Country Club. Vea lo que puede hacer al respecto.Aquella noche, en casa de Big Tony, conoc a Morley Wilson. Era un joven delgado y con una incipiente calva.Es muy complicado entender a mi abuela. Ella prohbe terminantemente que me case con Faustina y sin embargo no opone ninguna objecin a mi presencia en esta casa. Incluso me alienta para que venga.Has tomado tus tabletas de vitamina C? le pregunt Faustina.Wilson asinti con la cabeza.Faustina era una muchacha de tez plida y permanecera as hasta que muriese a los noventa y siete aos.Creo que no pasar mucho tiempo antes de que convenza a mi mdico que necesito pldoras para la tiroides dijo Faustina dirigindose a Morley.Mira, Morley dijo Big Tony, Acabo de comprar un par de fbricas de conservas en Illinois. Maz, guisantes y cosas por el estilo. Te lo ceder como regalo de bodas.Wilson consider la propuesta.Cul es su valor?Trescientos mil dlares dijo Big Tony.Wilson mene la cabeza.No. No podra dormir por las noches pensando en los quince millones que perdera.Herbie Bradford y Angelina entraron en la habitacin.Mi padre me ha dado permiso para casarme con Angelina anunci Herbie con una nota de orgullo en la voz.Y ser una boda magnfica aadi Angelina. Organizaremos una fiesta campestre cuando anunciemos nuestro compromiso.Al da siguiente, despus del desayuno, fui al garaje a buscar mi coche. Cecelia me sigui.Ms negocios?As es.Pero no me dir de qu se trata?Por qu debera hacerlo?Porque soy la hija del jefe y porque soy muy curiosa. Parece que las cosas han comenzado a moverse por aqu y tengo la sensacin de que usted es el responsable. Ahora, por qu no me dice qu se trae entre manos?Tal vez algn da lo haga.Cundo?Despus de tu boda.La abuela de Morley Wilson viva a poco ms de quinientos metros.Hilda Wilson llevaba pantalones de montar gastados, mocasines y un jersey.Hola, hijito dijo y se dirigi hacia el aparador. Le gustara tomar una copa?Es demasiado pronto dije.A mi edad dijo, nada es demasiado pronto. Normalmente es demasiado tarde. Sin embargo, debo decir que no me he perdido muchas cosas. Se sirvi medio vaso de bourbon. Muy bien, hijito, qu puedo hacer por usted?Seora Wilson dije, soy escritor. Me dedico a escribir las biografas de las familias clebres. Hay algunos puntos que me gustara verificar acerca de la familia Wilson antes de continuar con mi trabajo.Contine, hijito.Muy bien dije. Es verdad que su marido inici la fortuna de los Wilson en Colorado usurpando los derechos mineros de otro hombre?Eso fue lo que Bill hizo. Descanse en paz.Y aproximadamente un ao ms tarde mat a un hombre de un disparo en una pelea de borrachos?Le dio justo entre los ojos dijo Hilda. Bill estuvo a punto de ser colgado, pero pudo sobornar al jurado.Tena la sensacin de que las cosas no se desarrollaban exactamente como yo hubiera deseado.Seora Wilson dije. Esta biografa no tiene por qu escribirse.Es eso cierto? Regres al aparador, sirvi otro vaso y me lo dio, Trgueselo, hijito. Creo que lo va a necesitar.Cog el vaso y esper.Hijito dijo hasta hoy han sido seis los llamados escritores como usted que han venido a verme con la historia de que piensan escribir la biografa de la familia Wilson. Y luego me dicen que pueden olvidarse del asunto si les entrego diez mil dlares o una suma parecida. Es eso lo que usted tiene en mente?Beb mi bourbon y no dije nada.Hilda Wilson continu.La familia Wilson no es tan conocida, y nadie dara un centavo por lo que haya hecho en el pasado. Adems, todos mis amigos conocen la historia y lo que mis enemigos o los desconocidos puedan saber o pensar me da lo mismo. Cunto pensaba pedirme? Diez mil dlares? Quince mil?No pensaba pedirle dinero.Pero seguramente pensaba pedirme algo. Qu?No es asunto suyo.Ella se ech a rer.Otro vaso, hijito?Traiga la botella dije. Y, maldita sea, no me llame hijito.La seora Wilson trajo la botella y dos vasos.Usted me recuerda mucho a mi esposo. Le llamar Bill.Acerc una silla.Por qu diablos no permite que su nieto se case con Faustina? le pregunt.Sus ojos azules centellearon.Conque de eso se trata? Pensaba chantajearme para que autorizara a Morley a casarse con esa chica? Por qu cree que permito que Morley se pase todo el tiempo en casa de Big Tony?Ni idea.Morley es un estpido dijo Hilda. Tiene ojos pero no quiere ver. Quiero que se case con Cecelia.Mir mi vaso vaco.Cecelia?Seguro dijo ella. Faustina es muy bonita, pero Cecelia es la que tiene cerebro y agallas.Pens en lo que acababa de decirme.Est bien. Pongmoslo de esta manera. Si usted fuese Cecelia, se casara con Morley?La seora Wilson cogi la botella.Si l tuviese quince millones de dlares lo hara.Big Tony tiene algunos millones dije. No creo que a Cecelia le importe demasiado el dinero.Permanecimos en silencio mientras vacibamos de nuevo los vasos.Por ltimo, Hilda suspir.Est bien, Bill. Morley no tiene precio y creo que yo esperaba demasiado. Tal vez l y Faustina lleguen a ser felices compartiendo sus vitaminas.Cuando regres a casa de Tony, estaba colocando su bolsa de palos de golf en el asiento delantero del coche.Qu te parece? Grover Bradford me ha invitado al Country Club. Tengo la sensacin que desde hoy me aceptarn como miembro.Aquella noche Morley Wilson vino a la casa.Mi abuela aprueba mi boda con Faustina anunci.Has tomado tus tabletas de sal? pregunt Faustina.Morley asinti.Big Tony esper a que l y yo estuvisemos a solas.Apuesto a que has sido t dijo. Y en menos de cuarenta y ocho horas. Dio unas bocanadas a su puro. Y ahora supongo que te encargars de Philip Courtland?Seguro.Decid visitar a Courtland el lunes, pero no tuve que esperar tanto tiempo. l acudi a verme el sbado por la tarde.Me estudi por un momento y luego dijo:Usted es la mano derecha de Big Tony, verdad?Algo as.Ha hecho muchas cosas para l?Muchas.Eso pareci complacerle.Le gustara ganar dinero? Una gran cantidad de dinero?No me desagradara.Courtland decidi encender un cigarrillo antes de continuar.Tengo algunos almacenes en la ciudad. Si se incendian, me mostrara muy agradecido. Es un trabajo de unos veinte mil dlares.Sonre.Quiere que prenda fuego a unos almacenes para cobrar la pliza del seguro? Pens que tena un milln en su cuenta corriente.Se sonroj levemente.Lo que tenga o deje de tener no tiene ninguna importancia. Acepta el trabajo o no?Asent con la cabeza.Est bien. Pero no quiero dinero.Me mir con suspicacia.Y qu demonios quiere?Por un momento pens que no se lo dira, pero luego me decid:Quiero que le pida a Cecelia que se case con usted.Sus ojos parpadearon.Ese es su precio?Ya me ha odo.Dio unas lentas caladas a su cigarrillo y me mir con cautela.Si esos son los honorarios que usted quiere dijo, lo har.Me dirig hacia la puerta y la abr.Bien, ahora vaya a pedir la mano de Cecelia.El mene la cabeza.No. Los almacenes primero.Cuando se hubo marchado decid servirme una copa.Big Tony regres del Country Club una hora ms tarde y le cont la conversacin que haba mantenido con Courtland.Se rasc la nuca.De modo que quiere que prendamos fuego a esos almacenes? Qu diablos cree que somos?Lo mismo que piensa todo el mundo.Big Tony mene la cabeza.He estado tanto tiempo en la legalidad que ya no conozco a nadie que pueda prender fuego a un almacn. Tendr que pensarlo detenidamente.Busqu la botella y me serv otra copa.Cecelia entr en la habitacin y se inclin sobre mi silln.Qu ha estado haciendo en California, OBrien? Llevando a la gente a dar pequeos paseos y secuestrando criaturas?He estado dirigiendo los drugstores que Tony compr y he organizado una cadena dije. No he matado a nadie desde que tena cinco aos, pero creo que ahora podra volver a empezar. La mir Qu es lo que hace a Philip Courtland tan especial?Cecelia parpade.Especial? Quin ha dicho que es especial?Entonces por qu quieres casarte con l?Quin ha dicho que quiera casarme con l?Entonces no quieres?Naturalmente que no lo quiero.Mir a Tony, pero estaba muy ocupado buscando un puro.Inspir profundamente y me dirig al telfono. Cuando Philip Courtland se puso al aparato, le dije:Encrguese usted mismo de prender fuego a sus malditos almacenes.Colgu y mir a Big Tony.Qu es lo que pasa?Big Tony encendi el puro.OBrien, cuando envi a buscarte no pens que lograras casar a Angelina o a Faustina. No cre que nadie pudiera conseguirlo y no tena la menor esperanza.Entonces para qu me mand llamar?Big Tony sonri.Cecelia tiene veintisis aos y pens que ya era hora de que se casara. Aun cuando tuviese que llamar a la Costa Oeste para encontrar a alguien de mi agrado.Se dirigi a la puerta y se volvi para decirme:El resto corre de tu cuenta, OBrien. T eres el encargado de esta operacin.Martin para la defensaJaime SandavalEl telfono que haba junto a mi cama son diez minutos despus de medianoche, despertndome. Encend la lmpara y levant el auricular.Seor Martin? Soy yo, Mickey Bananas dijo con urgencia una voz grave. Tengo problemas. Me han trado a Jefatura. Cunto tardar en llegar aqu?Volv a colocar el auricular en su sitio, apagu la lmpara y me dispuse a dormir. En lo que a m concerna cualquiera que fuese el problema que tuviera Michel Mickey Bananas Mudorck con la polica estaba destinado a ser un problema exclusivamente suyo. Yo era abogado, pero no un imbcil. La ltima vez que Mickey se haba enfrentado con la ley, yo le haba ayudado en todo, pero l slo me haba pagado la mitad de los honorarios. Esto supone una ruptura inevitable en la relacin abogadocliente.No haba peligro de que volviese a llamar perturbando nuevamente mi sueo. A los detenidos slo se les permita hacer una llamada y Mickey ya la haba hecho. Sin embargo, a la maana siguiente, un hombre que haba sido puesto en libertad llev un mensaje a uno de los amigos de Mickey y un fiador le sac de chirona. Hacia el medioda estaba en mi oficina, fastidiando a mi secretaria y exigiendo verme.Esper hasta que el ruido que provena de la otra oficina hizo que me resultara imposible concentrarme en el crucigrama, entonces puls el botn del intercomunicador y le dije a la pobre chica que le hiciera pasar.Por qu me colg el telfono? pregunt Mickey mientras se precipitaba dentro del despacho detenindose a unas pulgadas de mi escritorio. Era un hombre de rostro rubicundo que frisaba los cuarenta y cinco aos, metro ochenta de estatura y con un peso cercano a los cien kilos, una combinacin de rasgos fsicos que en el pasado le haban hecho susceptible de fcil identificacin entre los testigos. Por qu me colg el telfono?repiti, convirtiendo su belicosidad original en ofendida perplejidad. No le dije acaso que tena problemas?Soy un hombre muy ocupado, seor Murdock dije con gran compostura. Slo tengo tiempo para mis clientes.Pero yo soy un cliente! protest.Usted era un cliente le correg. Dej de serlo durante un juicio por robo, hace tres meses y cinco mil dlares.Mickey detestaba desprenderse del dinero, pero saba cundo estaba cogido. Con la polica presionndole por un lado y yo acosndole por el otro, tena que pagarme en metlico o resignarse a pasar un par de aos a la sombra. Puesto que no tena ninguna intencin de coger el tren a Sing-Sing o a Attica sin presentar batalla a la polica, sac con desgana un fajo de cincuenta billetes de cien dlares.Lo hice desaparecer oportunamente despus de haber verificado su autenticidad y me reclin en mi silln haciendo un gesto de aprobacin con la cabeza.Eso deja saldado el asunto pendiente dije. Ahora bien, quiere usted darme un anticipo por mis futuros servicios?Esper hasta que un fajo adicional de billetes apareci sobre mi escritorio. Mickey lo cont tres veces antes de entregrmelo.Espero que se los merezca! gru.Usted sabe que siempre me los merezco dije tranquilamente, o no recurrira a m. Ser mejor que me cuente los detalles sangrientos.Los clientes criminales se dividen en tres categoras: aquellos que mienten, y a quienes un abogado no puede defender con xito; aquellos que no se declaran culpables ni inocentes, sino que se limitan a decir: sta es mi historia, y la cuentan; y aquellos que lo cuentan todo, hasta el mnimo detalle, impidiendo de ese modo que el fiscal presente al abogado defensor sorpresas desagradables.Mickey perteneca al ltimo grupo y lo cont todo, sin ocultar nada, a pesar del dao que pudiera recibir su orgullo. Haba robado una antigua pintura de una iglesia en la zona ms populosa de la ciudad, ante media docena de testigos, todas ellas monjas. Fue detenido minutos ms tarde por un sacerdote de mediana edad, un ex all-American de rugby, que cogi a Mickey a pocas manzanas de la iglesia cuando intentaba coger un taxi.Estuve tamborileando durante unos minutos sobre mi escritorio mientras pensaba en lo que Mickey me haba contado. No era, sin duda, un agradable cmulo de circunstancias. Era como si la trayectoria criminal de Mickey hubiera tocado a su fin.

Cul es el cargo? pregunt.Robo mayor. La pintura vale un par de cientos de los grandes.Eso era casi perfecto... para el fiscal. Mickey no slo haba sido atrapado con las manos en la masa, sino que adems haba seis testigos de cuya palabra ningn jurado dudara.Cree que puede sacarme de este lo? pregunt Mickey. Sonri levemente y movi la cabeza en un esfuerzo inconsciente por obtener una respuesta favorable de mi parte, pero sin demasiada conviccin.Me abstuve de responderle. Si alguna vez tena oportunidad de conseguir que Mickey me pagara todos mis honorarios, sta pareca ser una excelente ocasin. He descubierto que una vez que al cliente lo hospedan en el Amurallado Astoria, retrasa considerablemente el pago de sus estipendios legales. Le dije a Mickey que no trabajara para l en este caso hasta que no me pagase los honorarios completos, y le di una cifra.E