Fenomenología y Psicología

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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=8022586700 !ed de !e"istas #ient$%icas de &'(rica )atina* el #aribe* +spa,a y -ortugal iste'a de n%or'aci n #ient$%ica #a'pos 1arc$a* uan +l$as3 4e anilla nche idalgo* os( anuel3 -(re #orona* 9scar3 # rdenas Delgado* os( anuel3 art$ne illarreal* os( &rturo ;eno'enolog$a y psicolog$a %eno'enol gica !e"ista ntercontinental de -sicolog$a y +ducaci n* "ol. <* n '. 2* >ulio dicie'bre* pp. << @< Ani"ersidad ntercontinental Distrito ;ederal* (Bico C# 'o citar? 'ero co'pleto s in%or'aci n del art$culo - gina de la re"ista Revista Intercontinental de Psicología y Educación, E ersi n i'presaF: 0<87 76G0 ripsieduHuic.edu.'B Ani"ersidad ntercontinental (Bico www.redalyc.org -royecto acad('ico sin %ines de lucro* desarrollado ba>o la iniciati"a de acceso abierto Fenomenología y psicología fenomenológica Juan Elías Campos García, José Manuel Bezanilla Sánchez Hidalgo, Oscar Pérez Corona, José Manuel Cárdenas elgado, ! José "r#uro Mar#ínez $illarreal Resumen %odo conocimien#o es una cons#rucci&n 'ue realiza el su(e#o seg)n la época en la 'ue *i*e+ Es#a orma de *ida es#a-lece lo 'ue puede o-ser*ar ! lo 'ue puede decir de lo o-ser*ado, por #an#o, #odo conocimien#o es mediado por una manera de pensar la realidad e.presada en una prác#ica co#idiana den#ro de un grupo o comunidad+ Es#e ar#ículo mues#ra los compromisos epis#émicos 'ue la propues#a e.plica#i*a ! de in#er*enci&n de la Círculo de /n*es#igaci&n en Psicología+ Seminario de "c#ualizaci&n 0Epis#emología de la Psicología+ 1ni*ers del $alle de Mé.ico+ Campus Hispano+ J uanElías Campos García + ocen#e2/n*es#igador de %iempo Comple#o u*m Hispano+ Miem-ro del Pro!ec#o Cuerpo es/z#acla+ Con#ac#o+ 3espacios4inha-i#ados5!ahoo+com+m.6 J oséM anuel Bezanilla Sánchez Hidalgo + ocen#e2/n*es#igador de %iempo Comple#o u*m Hispano+ irec#or de pei "+C+ O scar P érez Corona ! J oséM anuel Cárdenas elgado + ocen#es de "signa#ura u*m Hispano+ J osé"r#uro M ar#ínez $illarreal + irec#or "cadémico de Prepara#oria de la u*m Hispano, ! 7íder de /n*es#igaci&n del Campus+ Revista Intercontinental de Psicología y Educación , *ol+ 89, n)m+ :, (ulio2diciem-re :;8:, pp+ 882<8+ =echa de recepci&n> ? de (ulio de :;8; @ =echa de acep#aci&n> :A de (unio de :;88 e*is#a /n#ercon#inen#al de Psicología ! Educaci&n @ 88 Abstracts All knowledge is a construction made by the subject according to the season in which he lives. This way o lie states what can be observed and what can be said o the observed!

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Fenomenología y Psicología

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Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=80225867004Red de Revistas Cientficas de Amrica Latina, el Caribe, Espaa y PortugalSistema de Informacin CientficaCampos Garca, Juan Elas; Bezanilla Snchez Hidalgo, Jos Manuel; Prez Corona, Oscar; CrdenasDelgado, Jos Manuel; Martnez Villarreal, Jos ArturoFenomenologa y psicologa fenomenolgicaRevista Intercontinental de Psicologa y Educacin, vol. 14, nm. 2, julio-diciembre, 2012, pp. 11-31Universidad IntercontinentalDistrito Federal, MxicoCmo citar? Nmero completo Ms informacin del artculo Pgina de la revistaRevista Intercontinental de Psicologa yEducacin,ISSN (Versin impresa): [email protected] IntercontinentalMxicowww.redalyc.orgProyecto acadmico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abiertoFenomenologay psicologa fenomenolgicaJuan Elas Campos Garca,Jos Manuel Bezanilla Snchez Hidalgo,Oscar Prez Corona, Jos Manuel Crdenas Delgado,y Jos Arturo Martnez VillarrealResumenTodo conocimiento es una construccinque realiza el sujeto segn lapoca en la que vive. Esta forma devida establece lo que puede observary lo que puede decir de lo observado,por tanto, todo conocimiento es mediadopor una manera de pensar larealidad expresada en una prcticacotidiana dentro de un grupo o comunidad.Este artculo muestra los compromisosepistmicos que la propuestaexplicativa y de intervencin de laCrculo de Investigacin en Psicologa. Seminario de Actualizacin Epistemologa de la Psicologa. Universidaddel Valle de Mxico. Campus Hispano.Juan Elas Campos Garca. Docente-Investigador de Tiempo Completo uvm Hispano. Miembro del Proyecto Cuerpofes Iztacla. Contacto. [[email protected]]Jos Manuel Bezanilla Snchez Hidalgo. Docente-Investigador de Tiempo Completo uvm Hispano. Director depei A.C.Oscar Prez Corona y Jos Manuel Crdenas Delgado. Docentes de Asignatura uvm Hispano.Jos Arturo Martnez Villarreal. Director Acadmico de Preparatoria de la uvm Hispano, y Lder de Investigacindel Campus.Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin, vol. 14, nm. 2, julio-diciembre 2012, pp. 11-31.Fecha de recepcin: 5 de julio de 2010 | Fecha de aceptacin: 28 de junio de 2011Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin | 11AbstractsAll knowledge is a construction madeby the subject according to the seasonin which he lives. This way oflife states what can be observed andwhat can be said of the observed,therefore, all knowledge is mediatedby a way of thinking about realityexpressed in a daily practice withina group or community. This articlepresents the epistemic commitmentsthat the explanatory and interventionapproach of the client-centered12 | Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin julio-diciembre 2012Fenomenologa y psicologa fenomenolgicapsicoterapia centrada en el cliente deRogers asume desde la fenomenologade Husserl, para aclarar los malosentendidos que descontextualizanesta teora psicolgica, y discutir losalcances y limitaciones en el tratamientode los problemas emocionalesy psicolgicos de nuestra actualidad.Palabras clavepalabras claves: conciencia, vivencia,tiempo vivido, self, experienciar, actoemptico.therapy of Rogers takes from Husserlsphenomenology to clarify misunderstandingswhich decontextualize thispsychological theory and to discussthe scope and limitations in the treatmentof emotional and psychologicalproblems of our day.Keywordsawareness, experience, time spent,self, experiencing, empathetic act.La formacin de los futuros psiclogos es una cuestin que debemosdiscutir en nuestros das.El problema que nosotros vemos constituyeun desfase entre los tiempos de la formacin profesionaldentro del aula y los sucesos psicolgicos fuera de ella;1 los discursostericos y las propuestas de intervencin han puesto argumentos viejosen bocas jvenes que plasman una realidad psicolgica, la cual no incorporalos matices de lo actual.2 Las propuestas para abordar esta cuestinpueden ser diversas; podemos hablar desde un rediseo curricular hastauna redefinicin de la psicologa (Lpez, 2007 y 2008); nosotros aportamosotra arista a la discusin. Creemos que el conocimiento psicolgicopuede entenderse como una prctica social fruto de una poca y geografaespecficas constituidas por acciones, lenguajes, normas, ritos, etctera,que un grupo de investigacin o comunidad psicolgica elabora para darcuenta de los sucesos en la medida de su nocin de la realidad y de lo1 Para nadie es ajeno que se ha vertido demasiada tinta para tratar el tema de la crisis del modelo de conocimientoy la forma de vida que estructuran las sociedades contemporneas. Desde Kuhn (1971), pasando por Prigogine(1991) y Capra (2003), hasta llegar a Bauman (2003), se hace necesario un cambio de rumbo en las maneras deentender la vida, la existencia y convivencia humana.2 La escena se complica ms si realizamos un anlisis del modelo de competencias, que permea la formacin delos futuros profesionistas. La capacidad tcnica es eficaz slo si las exigencias pueden encuadrarse en el manualde procedimientos; fuera de eso la falta de innovacin y propuestas en los diversos campos del saber es evidente.julio-diciembre 2012 Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin | 13Juan E. Campos | J. Manuel Bezanilla | Oscar Prez | J. Manuel Crdenas | Arturo Martnezhumano; estamos diciendo que nociones derivadas de corrientes de pensamientosirven de justificacin y dan sentido a la construccin terica,metodolgica y prctica de una disciplina acadmica o rea de ejercicioprofesional (Campos, Rodrguez, Crdenas, Corona y Martnez, 2012).En este sentido, se han realizado trabajos para emprender un estudioepistemolgico de la psicologa; Corres (cit. por Medina, 1989) muestra elparalelismo entre corrientes de pensamiento y teoras psicolgicas y, enobras posteriores, aborda las contribuciones de los planteamientos filosficoscomo marcos referenciales epistemolgicos que delinean la constitucinde los diversos objetos de estudio psicolgicos (Corres, 1997, 2000);por su parte, Lara (2005, 2007, 2008) apuesta por un anlisis metapsicolgicode las teoras y su puesta en prctica mediante la historia, la sociologay la filosofa. A diferencia de estos trabajos, nuestra aproximacinplantea que una manera de pensar sirve como presupuesto epistmico quejustifica la produccin de conocimiento en las distintas disciplinas psicolgicas;de ah que ubiquemos el pensamiento de la poca que permiti elsurgimiento de tal teora psicolgica y despus develemos su vinculacin,no como mera coincidencia, sino como fruto del planteamiento filosfico yepistemolgico de su tiempo y espacio.Desde esta premisa, nuestro ensayo realiza una reflexin que buscacmo las nociones fenomenolgicas de la conciencia, en Husserl, y empata,en Stein,3 aportan el marco de referencia epistemolgico donde lapsicologa fenomenolgica, en Roger y Glendin, adquiere sentido. Hay estudiosque abordan los aportes que la fenomenologa y el existencialismorealizaron en la psicologa fenomenolgica (Trevio, 2007) y, en especial,en la psicoterapia centrada en el cliente (Pezzano de Vengoechea, 2001;Duque, 2001). Los dos ltimos autores piensan que las distintas fenomenologaspueden tomarse como un marco epistemolgico comn, sin notarque hay una diferencia importante entre los planteamientos de Husserl,3 Por el momento, no se har referencia a la fenomenologa de la percepcin de Merleau-Ponty, en particular, aldesarrollo fenomenolgico de las nociones de cuerpo vivido y cuerpo objeto que enunciar Husserl, pues creemosque stas son desarrolladas dentro de la propuesta de la psicologa gestltica, reflexin de un trabajo posterior.14 | Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin julio-diciembre 2012Fenomenologa y psicologa fenomenolgicaMerleau-Ponty y, por supuesto, Heidegger. A partir de esto, afirman queRogers es un psiclogo existencial dada su nocin de persona como un sercambiante y en crecimiento, as como su exhortacin a que el proceso psicoteraputicosea un encuentro humano. Nosotros creemos que, a pesar decualquier enunciacin y conviccin rogeriana en cuanto a la posibilidaddel cliente para desarrollar sus potencialidades, no lo hace un psiclogoexistencialista, porque Rogers ve esa posibilidad a partir de la reestructuracinfenomenolgica que realiza el self. Esto es, la experiencia slotiene sentido si puede ser parte de la corriente de vivencias, y este procesonicamente puede darse mediante la actividad intencional de la conciencia,palabras cuyo sentido fenomenolgico encontramos en Husserl. Enotras palabras, la actividad intencional que Husserl da a la concienciaencuentra eco, o podemos decir que se prolonga, en la actividad que elself realiza al configurar el marco vivencial desde donde el cliente otorgasignificado a lo que siente y experimenta.Para mostrar esto, hemos dividido este artculo en tres secciones. Enla primera, presentamos la descripcin fenomenolgica de la concienciacomo corriente de vivencias y su intencionalidad como premisas quepermiten derivar los conceptos de self y campo fenomenolgico, nocionesfundamentales en la elaboracin explicativa rogeriana. En la segunda seccin,discutimos la nocin de tiempo vivido en la conciencia para entenderla reestructuracin fenomenolgica de la vivencia durante el focusing enGlendin. En la tercera seccin, mencionamos la nocin de empata quediscute Stein para clarificar de qu nos habla Rogers cuando postula lahiptesis fundamental de la psicoterapia centrada en el cliente. Por ltimo,presentamos las conclusiones, en las cuales enunciamos los alcancesinterpretativos de la psicologa fenomenolgica para la comprensin de larealidad psicolgica que estamos viviendo en la actualidad.Conciencia: la raz fenomenolgica del selfCuando nos dirigimos al mundo, adoptamos un realismo ingenuo al creerque los hechos se nos aparecen en la conciencia con un contenido objetivo.julio-diciembre 2012 Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin | 15Juan E. Campos | J. Manuel Bezanilla | Oscar Prez | J. Manuel Crdenas | Arturo MartnezSe dice que ste es extramental, dando por sentado que el objeto existetal como se nos aparece: lo representado es una huella que se imprimeen la conciencia. Si adoptamos esta actitud natural al estudiar los fenmenosnaturales y psquicos, corremos el riesgo de quedarnos slo conel contenido de la representacin como si fusemos meros receptores desensaciones, sin advertir que todo objeto es dado para una conciencia y sinella no puede haber objeto.La conciencia co-constituye sus objetos, tiene una actividad intencionalque decanta el contenido representacional del mundo, los objetos senos aparecen como fenmenos dados para la conciencia. Entender tal estructuraeidtica es tarea de la fenomenologa como ciencia de esencias.A decir de Husserl (1949), una ciencia que quiere llegar exclusivamentea conocimientos esenciales y no fijar en absoluto a los hechos. La fenomenologano describe hechos en el mundo ni siquiera objetos representadosen la conciencia, sino la esencia de los actos de conciencia que no semuestran al estar inmerso dentro de nuestro mundo circundante.Yo encuentro constantemente ah delante, como algo que me hacefrente, la realidad espacial y temporal una, a que pertenezco yo mismo,como todos los dems hombres con quienes cabe encontrarse enella, y a ella estn referidos de igual modo. La realidad la encuentroen lo que quiere decir la palabra como estando ah adelante y latomo tal como se me da, tambin como estando ah. Ningn dudarde datos del mundo natural, ni ningn rechazarlos, altera en nada latesis general de la actitud natural (Husserl, 1949).La actitud natural da por sentado que el mundo est ah delante, enel trato cotidiano con los otros y con los objetos que me son dados en laexperiencia; lo dado se aparece como incuestionable y comn, es lo real.Husserl pondr entre parntesis el mundo para emprender su investigacinfenomenolgica, lo cual no es negar la existencia del mundo, sinosuspender todo prejuicio y conocimiento teortico sobre lo que est ahdelante, trtese de un hecho o contenido ficticio. Lo que se busca es develarla intencionalidad de la conciencia como dotadora de sentido.16 | Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin julio-diciembre 2012Fenomenologa y psicologa fenomenolgicaAl respecto, Husserl habla de actos intencionales o modos de concienciaque representan objetos de distinta manera, es decir, el objetointencional no tiene el mismo contenido representacional en el modo dela percepcin, el juicio o la imaginacin, pues se trata de una vivenciadel objeto que depende de cmo la conciencia se dirija hacia el objeto.Entonces, no importa si tal representacin tiene un correlato extramental,nada cambia desde el punto de vista fenomenolgico. Lo dado es para laconciencia exactamente igual, exista el objeto representado, o sea fingidoe incluso contrasentido (Husserl, 1967).Por ejemplo, si imaginamos una sirena, podemos afirmar que el objetorepresentado es falso, pero no dudamos de que la conciencia est teniendouna vivencia; la conciencia es conciencia de algo en el modo del imaginary del juzgar, y eso no cambia si el objeto existe o no, en tanto vivencia intencional;esto constituye un dato fenomenolgico relevante. La concienciavivencia sus objetos y los enlaza en una corriente continua de vivenciasque forman una unidad. Dice Husserl (1967):El yo no es para nosotros nada ms que la unidad de la conciencia,el respectivo haz de las vivencias, o dicho de un modo real empricoy ms natural, la unidad continua, real, que se constituye intencionalmenteen la unidad de conciencia, como sujeto personal de lasvivencias, como el yo que tiene en ellas sus estados psquicos, quelleva a cabo la correspondiente intencin, la correspondiente percepcin,juicio, etctera.Imaginemos un cubo. Si se nos pide que describamos lo que se nosaparece en la conciencia, quiz digamos que vemos una figura geomtricade seis lados. Pongamos entre parntesis esta definicin y analicemosdesde una actitud fenomenolgica. El anlisis fenomenolgico nos muestraque slo tenemos acceso a una cara del cubo, mientras las otras nosson vedadas. As, la descripcin remite a un continuo de percepciones delas diversas caras del cubo que nos muestran lo que se nos aparece en unmomento dado. Este flujo incesante no es una cadena de caras cuadradasjulio-diciembre 2012 Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin | 17Juan E. Campos | J. Manuel Bezanilla | Oscar Prez | J. Manuel Crdenas | Arturo Martnezque se presentan como separadas en la conciencia, sino entrelazada unascon otras, y juntas forman lo que denominamos conciencia de un cubo.La vivencia intencional del cubo se constituye por medio de sntesis,4una actividad intencional de la conciencia que consiste en integrar el flujode percepciones de cada una de las caras del cubo. Si no se hiciese, a lomucho tendramos una secuencia de cuadrados, lo cual no nos da el cubo.Al percibir una cara, la conciencia sintetiza las diversas percepciones enuna sola para que un objeto nos sea dado. As, podemos afirmar que uncubo tiene seis caras cuadradas, aunque al percibirlo slo tengamos accesoa una de ellas. Justo esto nos interesa en Husserl: el contenido de unobjeto en la conciencia es la vivencia de ese objeto; de ah que, en tantoactos intencionales, objeto y vivencia sean la misma cosa.Vivir los procesos externos quiere decir tener ciertos actos de percibir,de saber (como quiera que se determinen), etc., dirigidos a esosprocesos. Este tener ofrece a su vez un ejemplo del vivir en sentidofenomenolgico [] Este tener no dice sino que ciertos contenidos soncomponentes de una unidad de conciencia, en la corriente fenomenolgicaunitaria de la conciencia, de un yo emprico. Este yo es un todoreal, que se compone realmente de mltiples partes, y cada una deestas partes se llama vivida. En este sentido, lo que vive el yo o laconciencia es justamente su vivencia. No hay ninguna diferencia entreel contenido vivido o consciente y la vivencia misma (Husserl, 1967).Desde la fenomenologa, ser consciente de un objeto no es tener uncontenido mental, sino tener un acto dirigido hacia ese objeto y, en cadaacto de conciencia, la vivencia que se tiene del objeto cambia, no es lamisma. Por ejemplo, la vivencia de una rosa difiere si la percibo, si la imagino,si la recuerdo y si la juzgo; no slo eso, la rosa percibida no es la rosaimaginada ni la rosa recordada es la rosa juzgada. As, en los actos intencionales,no hay diferencia entre el contenido vivido, la rosa imaginada,4 A decir de Gibu (2004): La constitucin est ligada al acto de sntesis por el cual la conciencia se representaun objeto a partir de un conjunto de datos diversos.18 | Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin julio-diciembre 2012Fenomenologa y psicologa fenomenolgicajuzgada, percibida, y la vivencia misma, imaginar, juzgar, percibir la rosa,puesto que ser consciente es tener conciencia de algo: el objeto representadose constituye desde el acto de representar; si no fuese as, no habrarepresentacin alguna.Veo una cosa; por ejemplo, esta caja; pero no veo mis sensaciones. Veosiempre esta caja, una y la misma, como quiera que se la vea y ponga.Tengo siempre el mismo contenido de conciencia, si se me acomodallamar al objeto percibido contenido de conciencia. Tengo, en cambio,un nuevo contenido de conciencia a cada movimiento, si llamo as alos contenidos vividos, en un sentido mucho ms justo. Son vividos,pues contenidos muy diversos, y es percibido, sin embargo, el mismoobjeto. Luego el contenido vivido, para hablar en general, no es elobjeto percibido (Husserl, 1967).La conciencia no es un ego que presencia distante los objetos externosque se le aparecen, sino que los vive desde sus diversos modos de darse;contenido y acto, objeto y modo de conciencia, son parte de una corrientede vivencias a las que Husserl llama yo emprico, el cual constituye laconcatenacin de vivencias que, mediante su unidad y sntesis, determinala constitucin de objetos vivenciales. Esto es lo importante, el dato o hechono tiene relevancia, sino su modo de aparicin en la conciencia. Esteacto no puede ser unvoco dado que existen formas diversas de existenciaque implican a su vez sntesis diversas (Gibu, 2004): un hecho puedetener diversas vivencias intencionales.En la propuesta rogeriana, esta descripcin fenomenolgica de la concienciaencuentra eco en la formulacin del self y el campo fenomenolgico.En trminos psicoteraputicos, la vivencia de un individuo no est dada porlos hechos que integran su experiencia, sino por la organizacin y sentidootorgados por el self; hay una intencionalidad en el paciente, un modo dedirigirse a su cotidianidad, que media la simbolizacin de su experiencia.Ello sugiere que experiencia y vivencia pueden ser congruentes o incongruentes.A decir de Rogers, el individuo tiene una capacidad suficientejulio-diciembre 2012 Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin | 19Juan E. Campos | J. Manuel Bezanilla | Oscar Prez | J. Manuel Crdenas | Arturo Martnezpara manejar en forma constructiva todos los aspectos de su vida que potencialmentepueden ser reconocidos en la conciencia (Rogers, 1981).El mundo vivido se constituye por vivencias que enmarcan el campofenomenolgico del cliente. Dentro de esta corriente vivencial, emerge elself, estructura fenomenolgica que vive las vivencias. Hay una intencionalidaden el cliente; al dirigirse hacia sus objetos, el self puede dejarfuera datos irrelevantes que literalmente desaparecen de la concienciasin vivirse. Podemos decir que el trabajo psicoteraputico no se encaminahacia el anlisis de las vivencias, sino cmo el self las vive. Se busca unareestructuracin del self y un reordenamiento del campo fenomenolgicodel cliente; de ah el papel del consejero como su acompaante, que logua hacia el descubrimiento de su self y la organizacin de su campofenomnico que, hasta ese momento, ha dotado de significado-sentido sumundo vivido. Estamos hablando de un movimiento fenomenolgico en laperspectiva vivencial del cliente que permite una apertura en su concienciapara aceptar las experiencias que han sido negadas o distorsionadas.Siguiendo a Rogers (1954), en la medida en que el cliente deje queestas experiencias entren en su conciencia, la imagen de s mismo (self ) vaadquiriendo y descubriendo nuevas facetas. Esto es posible slo cuandoel concepto de s mismo ha sido revisado lo suficiente como para poderaceptarlas [] El cambio del s mismo precede, en vez de seguir, a la recuperacindel material negado o reprimido (Rogers, 1981). El problemapsicoteraputico no se soluciona trabajando con las experiencias, pues noson quienes configuran las vivencias del cliente, sino que sucede todo locontrario, el self acepta dentro de su campo fenomenolgico aquellas experienciascongruentes con l y rechaza aquellas que no lo son. El mundovivido en la conciencia del cliente no adquiere sentido por las experienciasque haya tenido, sino por medio de las vivencias que el self constituyedentro del campo fenomenolgico al vivirlas.El concepto de s mismo, o la estructura del s mismo, puede considerarsecomo una configuracin organizada de percepciones del s mismo,admisible para la conciencia. Est integrado por elementos tales20 | Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin julio-diciembre 2012Fenomenologa y psicologa fenomenolgicacomo las percepciones de las propias caractersticas y capacidades;los preceptos y conceptos de s mismo en relacin con los dems y elambiente; las cualidades valiosas que se perciben y se asocian conexperiencias y con objetos; los objetivos e ideales que se percibencon valencias positivas o negativas (Rogers, 1981).La naturaleza del self es fenomenolgica. Se trata de un yo estructuradoque, a partir de un acto intencional, se dirige hacia s mismo, dndosecuenta de su vivenciar. Este movimiento le permite diferenciar que supercibir, valorar y sentir es una accin que no est en ninguna de susexperiencias; el significado de una vivencia es un acto de conscienciaconstituido por el self, que puede separar y convertir en figura cualquierelemento perceptual significativo que hasta entonces no haba sido reconocido(Rogers, 1981). En este sentido, el cliente comete un error fenomenolgico;al percibir que sus vivencias son hechos dados, no se dacuenta de que est dirigindose al mundo desde su self; podemos decirque se encuentra en una actitud natural.Entonces, el proceso psicoteraputico comienza con una epoj psicoteraputicadonde el cliente pone entre parntesis sus experiencias, las observay reconoce que ningn significado puede derivarse desde ellas, sinoque el problema radica en el modo de vivenciar, dndose cuenta de que hatomado sus vivencias como hechos. De ah, la premisa rogeriana de la reestructuracindel self y reorganizacin del campo fenomenolgico del cliente,al pasar de la rigidez hacia la flexibilidad del self para aceptar aquellasexperiencias que son incongruentes con l, por ejemplo, la madre quepercibe a su hijo como malo, en la terapia llega a percibir que no es unaspecto dado y fijo de la situacin, sino un elemento perceptual flexible,manipulable, modificable (Rogers, 1981). En estos trminos, la experienciano cambia, sino que forma parte de una nueva vivencia y adquiere otrosignificado-sentido.Clnicamente parece claro que hay un movimiento desde los sntomashacia el s-mismo. La exploracin del cliente gira primero alrededorde los diferentes aspectos del problema, pero gradualmente el intejulio-diciembre 2012 Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin | 21Juan E. Campos | J. Manuel Bezanilla | Oscar Prez | J. Manuel Crdenas | Arturo Martnezrs se desplaza cada vez ms hacia el s-mismo [] No slo hay unmovimiento desde los sntomas, sino tambin desde el ambiente y losotros hacia el s-mismo. Es decir, el cliente maneja verbalmente susituacin, dedicando una parte considerable de su tiempo a la consideracintanto de elementos impersonales como a los suyos propios.Pero gradualmente se explora a s mismo hasta el punto de excluircasi lo impersonal (Rogers, 1981).Podemos decir que el cliente, guiado por su consejero, deja de centrarseen los hechos de manera gradual, movindose desde sus sntomashacia su actividad intencional que colorea el mundo; se da cuenta quesu problema es la construccin subjetiva de lo que sucede como una incapacidadde simbolizar de forma adecuada sus experiencias. En otraspalabras, el cliente descubre que sus vivencias se constituyen por modosde conciencia intencional que se dirige hacia los otros y los objetos:percepciones, evaluaciones, y sentimientos. sta es la clave del procesopsicoteraputico en Rogers; al centrarse en el self, el cliente puede descubrircmo se constituyen los significados-sentidos dentro de su campofenomenolgico.Tiempo vivido en la conciencia y focusingEl anlisis fenomenolgico nos muestra actos intencionales del yo empricoque nos dan distintas vivencias, segn los diversos modos de conciencia,pero an queda una propiedad esencial de estos actos; ellos sonvividos en un horizonte temporal, pues toda vivencia tiene un horizontede tiempo lleno e infinito por todos lados: toda vivencia pertenece a unacorriente de vivencias infinitas, una corriente de conciencia que no puedeempezar ni finalizar (Hernndez, 2002).El que un objeto tenga diversos modos de aparecer en la conciencia sloes posible porque es vivido temporalmente en ella, no como fragmentos desensaciones que se encadenan unos a otros de manera objetiva, sino vividodentro de un horizonte de tiempo, inmanente en la conciencia. El objetoes mentado dentro de este horizonte temporal no como lo recordado, lo22 | Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin julio-diciembre 2012Fenomenologa y psicologa fenomenolgicaesperado o lo representado permanente, sino como vivido en la conciencia.Quiz valga un ejemplo simple: imaginemos a dos personas, x y z, queestn leyendo un cuento por ms o menos una hora; para x puede parecertediosa la lectura, mientras que z la disfruta. Aunque es el mismo tiempoobjetivo para ambos, en x los minutos tardan horas, como si el tiempose detuviera, pero para y las horas parecen minutos o incluso segundos,pasan demasiado rpido. Husserl, en la dcada de los veinte, dir queel tiempo subjetivo es vivo, pues como un palpitar, que man-tiene en loque fue (es decir, lo re-tiene) y pre-tiene lo que ser (Hernndez, 2002).Husserl encuentra en este tiempo inmanente el ncleo de los actos intencionales,pues todo darse de un objeto conjuga tres modos de aparicin deste en la conciencia: impresin, retencin y protensin.Hagamos referencia a la descripcin fenomenolgica de una meloda,realizada por Husserl. La conciencia como corriente de vivenciasenuncia la temporalidad del acto intencional; un objeto no aparece enla conciencia como un encadenamiento de sucesos aislados, sino en suaparecer como unidad y sntesis. En el caso de una meloda, sta se vivedesde un horizonte de pasado y un horizonte de futuro que se despliegaen el presente, adquiriendo sentido dentro del horizonte temporal de laconciencia.Cada nota se oye dentro de un marco de las notas previas (anticipadas).Esto es, las notas previas son todava presente al conocimientocuando se escucha la nota actual, de otra manera no sera esta notacon esta calidad musical en esta tonada. Si se oye cada nota aisladamentedesde las otras notas de una meloda, no se podra experimentaruna meloda (el objeto). As, el conocimiento fuera puntual(atmico), actual, en cada nota habra una vida propia y no constituiro ser parte de una meloda. Slo se puede or una meloda si las notasprevias de algn modo permanecen presentes mientras se escucha lanota actual. Este restante-presente es lo que Husserl llama retencin.Similarmente la nota puede slo estar advertida en su calidad meldicasi alguna futura sucesin de notas es por lo menos vagamenteanticipada en la protensin (Hernndez, 2002).julio-diciembre 2012 Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin | 23Juan E. Campos | J. Manuel Bezanilla | Oscar Prez | J. Manuel Crdenas | Arturo MartnezEscuchar una meloda no es la suma de las notas por separado en unasecuencia lineal; la meloda aparece en la conciencia continuamente, cadanota se re-tiene, no como una reproduccin, sino que es man-tenida, resonandoy conjugndose con la nota actual, y en sta a su vez, se ante-ponenlas notas siguientes, lo que enlaza la continuidad de la meloda dentro de unhorizonte temporal tridimensional: pasado, presente y futuro. Otro ejemplo,al observar una obra de arte tenemos sensaciones continuas de cada coloren un momento dado, pero la suma de estas sensaciones no constituye lapintura, es ms, ni siquiera podramos decir que se nos ha dado un objetoen la conciencia, pues lo nico que tendramos es una rapsodia de colores.La vivencia de los objetos en la conciencia es una vivencia del ahora;se da siempre en el lmite de una serie retencional, un borde de linde. No sepodra tener un ahora sin la retencin y protensin, ni viceversa (Hernndez,2002). El recuerdo de una flor hoy o maana puede parecer que es elmismo, aunque fenomenolgicamente cada vivencia como modo de recuerdoes distinta. Si la conciencia siempre accede a su objeto en un ahora, lo recordadono es una vivencia pasada. En sentido estricto nunca recordamosel objeto, lo recordado es una vivencia presente: ahora estoy recordando laflor en la conciencia.Lo anterior es importante para entender el trabajo de focusing en lapsicoterapia fenomenolgica, pues el cliente, al centrarse en la vivencia,no recuerda las experiencias y emociones del pasado, sino que las vivedentro de su campo fenomenolgico actual. Podemos decir que el consejeroest ms interesado por el significado-sentido de la vivencia del selfaqu y ahora. Veamos. El focusing busca desenredar la complejidad designificados vivenciales que se expresan, en lo que Gendlin denominasensacin sentida; al respecto, escribe: Cuando una sensacin sentidacambia y se abre, pueden producirse emociones junto con los pensamientos,percepciones, recuerdos o algn aspecto global del problema [] Enla sensacin sentida las emociones no estn separadas de otros aspectosde la experiencia tales como el pensamiento, la observacin, los recuerdos,los deseos, etc. Estos contenidos se van separando a medida quesurge la sensacin sentida (Gendlin, 1999).24 | Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin julio-diciembre 2012Fenomenologa y psicologa fenomenolgicaLa sensacin sentida est conformada por elementos experiencialescuyo significado-sentido aparece como una totalidad de la situacin vividaen la conciencia. Fuera de este marco fenomenolgico, las emociones,pensamientos, percepciones, deseos, etctera, carecen de significado parael cliente, es decir, estos elementos experenciales surgen como tales slosi se lleva adelante la sensacin sentida, vivindolos, hablando de ellos,en la interaccin (Gendlin, 1999). Los objetos de experiencia carecende significado si estn fuera del campo fenomenolgico del cliente. Literalmenteno son vividos, pero no dejan de angustiar al self; de ah lanecesidad de simbolizar de forma adecuada. El ser humano maneja granparte de su experiencia mediante los smbolos con ella vinculados. Estossmbolos los capacitan para manipular elementos de su experiencia ensus mutuas relaciones, para proyectarse en nuevas situaciones, para hacernumerosas predicciones acerca de su mundo fenomnico (Rogers, 1981).La vivencia para Rogers es una simbolizacin, porque la concienciaconstituye sus objetos; al vivirlos, les otorga significado. En esta medida,expresan algo, pues la mera sensacin, parafraseando a Kant, es ciega;la vivencia es la sensacin fsica de algo con significado [] Es la sensacinde la globalidad de una situacin, de un problema o preocupacino quizs de lo que se quiere sealar (Gendlin, 1999). Por ejemplo, si elcliente recuerda un atardecer en verano, los colores, los sonidos y todaslas sensaciones que las acompaan, no contempla ese hecho pasado adistancia; si el recuerdo es una vivencia intencional, el self del clientevivencia desde su aqu y ahora su vivencia en aquel tiempo, tiende a comenzarcon algn aspecto pasado y slo gradualmente enfrenta el hechoms crucial y a menudo desagradable tal y como existe en el presente(Rogers, 1954 y 1981).Al realizar el focusing, el self vive su vivencia y no el contenido comoobjeto remitido en un punto del tiempo de la corriente de vivencias; alrecordar un da de otoo, hace diez aos, el objeto es pre-sentado en laconciencia no desde su ahora antiguo, como lo vivi hace diez aos, sinoque lo vivido desde un ahora nuevo: el yo, el sujeto del acto de recuerdo,puede echar una mirada retrospectiva sobre la alegra pasada en este actojulio-diciembre 2012 Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin | 25Juan E. Campos | J. Manuel Bezanilla | Oscar Prez | J. Manuel Crdenas | Arturo Martnezde la presentificacin, entonces la tiene como objeto intencional, y con ellay en ella tiene su sujeto, el yo del pasado (Stein, 2004).5Este acto intencional de la conciencia permite verse en un antiguo ahoracomo objeto intencional; entonces el yo emprico actual se confronta con suyo emprico pasado, reevaluando y reconstituyendo el objeto presentificadoen la vivencia actual, an ms, reflexionado sobre el acto intencional pasado,lo que puede abrir otros modos de dirigirse hacia ese contenido, e inclusodarle otro sentido dentro de la corriente de vivencias. En otras palabras, estehorizonte temporal hace posible aprehender al objeto como vvido, trtese deun contenido real, ficticio o pretrito, pues lo vivido mienta la constitucindel objeto en un ahora, o como dir Stein (2004), lo originario son todas lasvivencias propias presentes como tales qu podra ser ms originario sino la vivencia misma?. El trabajo de focusing permite entender cmo unavivencia, aunque no sea real o haya quedado en un tiempo objetivo pasado,puede vivirse como real en la conciencia. Esto tiene dos beneficios psicoteraputicos:por un lado, devela el significado-sentido que estructura la vivenciay, por el otro, el self se valora a s mismo, volvindose flexible.La hiptesis fundamental de la psicoterapia centradaen el cliente y el problema de la empataRogers afirma que parte importante del proceso psicoteraputico estdado en la relacin de acompaamiento entre consejero y cliente, puesjusto en ese encuentro, el cliente se da cuenta de que no est solo y esaceptado tal como es, sin prejuicios ni descalificaciones; se trata de unencuentro con el otro donde el cliente no es reducido al sntoma ni elconsejero posee toda la verdad. Una hiptesis es que el cliente avanza dela experiencia de s mismo como persona indigna, inaceptable, a la sen-5 Vale la pena citar el siguiente fragmento: El recuerdo de una alegra es originario en cuanto acto de la presentificacinque ahora se cumple, pero su contenido la alegra es no-originario; tiene el carcter de la alegra, demanera que yo podra estudiarlo en su lugar, pero ella no existe como originario y en propio, sino como habiendoestado viva una vez (donde esta una vez, el punto temporal de la vivencia pasada, puede estar determinada o noestarlo). La no originariedad de ahora remite a la originariedad de entonces, el entonces tiene el carcter de un antiguoahora, por tanto, el recuerdo tiene el carcter de posicin y lo recordado tiene carcter de ser (Stein, 2004).26 | Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin julio-diciembre 2012Fenomenologa y psicologa fenomenolgicasacin de ser aceptado, respetado y amado, en esta relacin limitada conel terapeuta. Quizs amado tiene aqu su significado ms profundo y msgeneral: el ser profundamente comprendido y aceptado (Rogers, 1981).La relacin cliente-consejero es una co-vivencia, un aparecerse delotro dentro y compartiendo un campo fenomenolgico psicoteraputico;cliente y consejero se muestran poniendo entre parntesis el sntoma y eldiagnstico, describiendo la situacin vivencial de aquel individuo quepide no ser juzgado ni evaluado, sino escuchado y comprendido. En estemostrarse vivencial, el consejero aparece sin mscaras; es otro ser humanoslo un poco ms congruente en su vida, y justo esta actitud delconsejero asegura lo que se conoce como empata.El problema de la empata es muy complejo, algunos intrpretes suelendecir que consiste en ponerse en el lugar del otro, pero esta idea nos daun malentendido al suponer que el consejero se ubica dentro del marcovivencial del cliente. Lo anterior es un error, porque el consejero slopuede comprender la vivencia del cliente como una vivencia cuyo objetode experiencia es otra vivencia, la del cliente. Siendo as, la vivencia deste es un contenido en la conciencia y no una vivencia originaria del consejero.Si el consejero afirmase que vivencia, por ejemplo, una tristeza delcliente, tenemos una confusin fenomenolgica, pues el consejero deja devivenciar la tristeza del cliente y sta desaparece de su campo fenomenolgico,sustituida por la propia tristeza del consejero.El acto emptico no es ponerse en el lugar del otro. La empata comomodo intencional de la conciencia se sita dentro de un yo que siente loque le sucede al otro, siendo consciente de que esa vivencia intencionalno es propia en cuanto contenido, aunque originaria en cuanto vivencia:vivenciar la tristeza del otro, no su vivirse triste. Aqu se requiere entenderla estructura intencional del acto emptico. Para ello, debemos recurrira la descripcin fenomenolgica de Stein. Esta autora rompe con lafenomenologa husserliana cuando afirma que las sensaciones tienen unasentido per se no establecido por la intencionalidad de la conciencia. Estoes, la conciencia como acto intencional no constituye el objeto segn susmodos de darse. Lo real de la realidad no puede reducirse a una actividadjulio-diciembre 2012 Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin | 27Juan E. Campos | J. Manuel Bezanilla | Oscar Prez | J. Manuel Crdenas | Arturo Martnezde la conciencia. El contenido de la sensacin porta en s una unidadinterna y delimitada que revela una consistencia independiente del flujode la conciencia. Se podra decir incluso que la vida de la conciencia esposible gracias a este material (Gibu, 2006).Este movimiento de Stein permite caracterizar el acto de empata comoun acto no originario anlogo al acto del recordar, aunque con una diferenciaen cuanto a su contenido. Veamos. Lo recordado no es un objetointencional originario presente en la conciencia, porque no se encuentradentro de su corriente de vivencias; pero esto no descalifica la vivencia delo recordado como real. El acto emptico comparte esta propiedad intencional,la alegra del otro no se encuentra dentro de la corriente de vivenciasdel yo; si esto fuese as, el acto emptico queda vedado. Lo que esten juego en l es la vida intersubjetiva y la otredad. Si no aseguramos laexistencia de contenidos experienciales distintos de aquellos que constituyenla corriente de vivencias del yo, ste se encerrara en su mundo; deah la importancia que Stein da a las sensaciones, las cuales nos disponenal encuentro con el otro. Ella dice: Ahora la empata, en cuanto presentificacin,es una vivencia originaria, una realidad presente. Aquello quepresentifica, sin embargo, no es una impresin propia, pasada o futura,sino un movimiento vital, presente y originario de otro que no se encuentraen ninguna relacin continua con mi vivir y no se le puede hacer coincidircon ste (Stein citado en Gibu, 2006).La empata como acto intencional consiste en sentir al otro, pero sinser el otro. Nunca se puede estar con el otro desde el otro, sino que se leacompaa. Su sentir puedo sentirlo sin confundirlo conmigo; la empatano es sentir la alegra del otro desde la nuestra; es decir, al ver la sonrisadel otro, puedo sentir alegra al referirme a un recuerdo o deseo, pudiendoengaarme desde mis actos intencionales y contenidos de conciencia: estoyalegre no por el otro, sino por m mismo. Seamos un poco ms claros:entender el acto de empata como fusionarse con la experiencia de otrono es un acto originario; ni siquiera podemos decir que sea de empata,pues estaramos reduciendo la alegra del otro y, propiamente hablando,no sentiramos su alegra.28 | Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin julio-diciembre 2012Fenomenologa y psicologa fenomenolgicaEl yo presente y el otro son polos irreductibles de este acto. Ambosse mantienen separados, cada uno con un flujo de vivencias absolutamentepropio. El otro en s mismo es un ser originario y sus vivenciasson originarias para l. En este acto puede experimentar el gozo delotro como si l lo viviera de esa manera y, as como el recuerdo,puedo ser llevado a experimentar paso a paso el proceso de esa vivencia.Sin embargo, en ningn caso puedo sustituir al otro ni fusionarmecon su experiencia. Si no se plantea esta distincin no podramosexplicar ninguna comprensin del otro dado que no sabramos quinrealiza este acto (Gibu, 2006).En estos trminos, la empata es un acto originario cuyo contenido nose encuentra dentro de la corriente de vivencias del yo emprico que lorealiza, esto es importante porque debe distinguirse qu pertenece al flujode vivencias del otro y qu pertenece al yo que realiza el acto emptico.Segn Rogers, la psicoterapia fenomenolgica pretende centrarse en elhombre y no en su sntoma. Para realizar esta empresa, se hace necesarioun acto emptico, pero si lo confundimos como un ponerse en el lugardel otro, perdemos la oportunidad de guiar al cliente en su bsqueda porencontrar su identidad y otredad y el consejero quedara encerrado en unmonlogo fenomenolgico, pues todo objeto de experiencia sera referidoa una sola conciencia: la suya. En este sentido, el encuentro humano quepropone Rogers slo es posible si el consejero percibe que dentro de su corrientede conciencia hay vivencias que tienen como objetos intencionaleslas de otros, reconocindolas como distintas y a sabiendas de que no estviviendo lo que el otro vive; gracias a esto puede comprender el procesode ese vivir al vivirlo. Rogers es consciente de esto:En trminos de la situacin teraputica, creo que esto es como deciral cliente: tengo un verdadero deseo de conocerlo, de experimentar sucalidez, su expresividad para beber tan profundamente como puedade su experiencia en la relacin ms estrecha, ms desnuda quepodamos lograr. No deseo modificarlo a mi imagen: su personalidadreal y mi personalidad real son componentes perfectamente compajulio-diciembre 2012 Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin | 29Juan E. Campos | J. Manuel Bezanilla | Oscar Prez | J. Manuel Crdenas | Arturo Martneztibles de una relacin potencial que trasciende, pero que de ningunamanera violenta nuestras diferentes identidades (Rogers, 1981).El encuentro vivencial no es un ponerse en el lugar del otro, puesse corre el riesgo de ver en el cliente lo que uno es. El consejero slopuede comprender al otro si entiende que nunca podr vivenciar las vivenciasdesde el campo fenomenolgico del cliente. Para asegurar la puestaen prctica de la hiptesis fundamental de la psicoterapia centrada enel cliente, el consejero debe tener clara la estructura fenomenolgica delacto emptico. Evitemos los monlogos psicoteraputicos.ConclusionesLa psicoterapia centrada en el cliente puede entenderse como un espaciovivencial donde cliente y consejero se encuentran aqu y ahora, y desdeah descubren que las experiencias pueden reorganizarse mediante untrabajo fenomenolgico. Siguiendo las premisas husserlianas, la psicologafenomenolgica se centra en el vivenciar del cliente ms que en los objetosde experiencia, pues tales objetos no nos dicen nada, sino que adquierensignificado en la medida en que el self las simboliza.En este sentido, la labor fenomenolgica rogeriana nos abre la posibilidadde comprender cmo el paciente constituye su mundo de vida,enredndose en significados que no son congruentes con sus experiencias.ste es un aporte que no podemos ignorar. La representacin subjetiva dela existencia es un problema que puede llevar al paciente a crisis emocionalesy problemas psicolgicos; el problema se presenta cuando algunasexperiencias no son aceptadas por la conciencia o, peor an, no son nisiquiera percibidas por ella. Este error fenomenolgico surge por una simbolizacininadecuada o por una carencia para simbolizar. En ambos casos,las experiencias del cliente quedan fuera del horizonte de significadodesde donde se estructura el sentido de su mundo fenomenolgico. En estesentido, la psicoterapia rogeriana no trabaja con la experiencia, sino quebusca la reestructuracin fenomenolgica del self y del campo vivencial30 | Revista Intercontinental de Psicologa y Educacin julio-diciembre 2012Fenomenologa y psicologa fenomenolgicadel cliente, lo cual slo es posible si ste, guiado por el consejero, puedediferenciar entre la actividad intencional de su conciencia y los hechos alos que ella se dirige.Para terminar, ms que coincidencias, en la propuesta rogeriana encontramosuna mirada psicolgica que slo pudo ser factible gracias a lafenomenologa husserliana. El estudio de la conciencia como acto intencionalpermiti acceder al proceso subjetivo que constituye la realidad.No hay realidad si no hay conciencia que la viva; entonces, la respuestano est en los objetos de experiencia, sino en la conciencia que dota designificado. A fin de cuentas, el mundo humano no son los hechos, sino unmundo intersubjetivo.Junto con la psicologa fenomenolgica, podemos decir que los problemasemocionales y psicolgicos de nuestro tiempo son la expresin de unainadecuada o carente simbolizacin de la realidad tan cambiante en laque vivimos: es demasiada realidad para una conciencia. Una opcin paradesenredar esta madeja subjetiva es trabajar con la conciencia de quienlos vive: crear nuevos significados con lo vivido.ReferenciasCampos, J.; Rodrguez, M.; Crdenas, J.: Corona, O., Martnez y J. (2012). Aproximacinepistemolgica a la psicologa. En prensa.Corres, P. (1997). Alteridad y tiempo en el sujeto y la historia. Mxico: Fontamara. (2001). La memoria del olvido. 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