El territorio de las nuevas economías

18
[51] Ricardo Méndez * El territorio de las nuevas economías metropolitanas Abstract The recent economic changes in metropolitan regions have given rise to signifcant shits in the locational strategies o frms, the spatial organisation o dierent activities, unctions and jobs, with direct consequences or urban orm. A diagnosis o the new economic geography o world cities and metropolitan regions is a key actor in shaping new economic promotion policies and urban planning. This paper oers a critical review o diverse concepts and theories relating to the recent territorial evolution o metropolitan economies, it analyses the recent trends in spatial organisation o activities, and it emphasises the strategic value o local responses in the construction o competitive and innovative cities. Key words: metropolitan economy, urban form, location of activities, territorial models of  innovation. Resumen Las transormaciones económicas recientes ocurridas en las regiones metropolitanas suponen importantes cambios en las pautas de localización de las empresas, el dinamismo y la organización espacial de las dierentes actividades, empleos y unciones, con evidentes eectos sobre la orma urbana. Un diagnóstico sobre la nueva geograía económica de las ciudades mundiales y sus regiones metropolitanas es un actor clave para orientar las nuevas políticas de promoción económica y planeamiento urbanístico. El artículo propone una revisión crítica de dierentes conceptos y teorías sobre la actual relación entre economías y territorios metropolitanos, analiza las tendencias recientes en la organización espacial de las actividades y destaca la importancia de las respuestas locales en la construcción de ciudades competitivas e innovadoras. Palabras clave: economía metropolitana, forma urbana, localización de actividades, modelos territoriales de innovación. Revista eure (Vol. XXXIII, Nº 100), pp. 51-67. Santiago de Chile, diciembre de 2007

Transcript of El territorio de las nuevas economías

Page 1: El territorio de las nuevas economías

8/7/2019 El territorio de las nuevas economías

http://slidepdf.com/reader/full/el-territorio-de-las-nuevas-economias 1/17[51]

Ricardo Méndez * 

El territorio de las nuevas economíasmetropolitanas

Abstract

The recent economic changes in metropolitan regions have given rise to signifcant shits in the locational strategies 

o frms, the spatial organisation o dierent activities, unctions and jobs, with direct consequences or urban

orm. A diagnosis o the new economic geography o world cities and metropolitan regions is a key actor in shaping 

new economic promotion policies and urban planning. This paper oers a critical review o diverse concepts and 

theories relating to the recent territorial evolution o metropolitan economies, it analyses the recent trends in spatial 

organisation o activities, and it emphasises the strategic value o local responses in the construction o competitive 

and innovative cities.

Key words:  metropolitan economy, urban form, location of activities, territorial models of   innovation.

Resumen

Las transormaciones económicas recientes ocurridas en las regiones metropolitanas suponen importantes

cambios en las pautas de localización de las empresas, el dinamismo y la organización espacial de las dierentesactividades, empleos y unciones, con evidentes eectos sobre la orma urbana. Un diagnóstico sobre la nuevageograía económica de las ciudades mundiales y sus regiones metropolitanas es un actor clave para orientarlas nuevas políticas de promoción económica y planeamiento urbanístico. El artículo propone una revisióncrítica de dierentes conceptos y teorías sobre la actual relación entre economías y territorios metropolitanos,analiza las tendencias recientes en la organización espacial de las actividades y destaca la importancia de lasrespuestas locales en la construcción de ciudades competitivas e innovadoras.

Palabras clave: economía metropolitana, forma urbana, localización de actividades, modelosterritoriales de innovación.

Revista eure (Vol. XXXIII, Nº 100), pp. 51-67. Santiago de Chile, diciembre de 2007

Page 2: El territorio de las nuevas economías

8/7/2019 El territorio de las nuevas economías

http://slidepdf.com/reader/full/el-territorio-de-las-nuevas-economias 2/17

52 eure

Ricardo Méndez

* Proesor de investigación, Instituto de Economía y Geo-graía CSIC, Madrid, España. E-mail: [email protected]. Enviado el 27 de marzo de 2007, aprobado el 13de junio de 2007.

Introducción

Las grandes aglomeraciones urbanasconstituyen un observatorio privilegiadopara describir, analizar e interpretar buena

parte de las transormaciones asociadas a la nuevaase de desarrollo capitalista. La evolución reciente,tanto de su estructura y morología internascomo de sus límites externos y sus relacionescon el entorno, aectan el uncionamiento de susempresas, el volumen y calidad del empleo, asícomo la vida de sus ciudadanos, exigiendo nuevasormas de pensar y actuar sobre ellas.

En el plano de la actividad económica, se mo-dican las estrategias competitivas de las empresaspara adaptarse al nuevo contexto tecnológico,a modelos de organización más fexibles y seg-mentados, así como a unos mercados en dondesu creciente apertura y ampliación genera nuevasoportunidades, pero también hace surgir nuevoscompetidores y demandas de innovación que notodos están en condiciones de arontar. Se trans-orman, en paralelo, unos mercados de trabajo enlos que las mayores exigencias de ormación y la

aparición de nuevos yacimientos de empleo van, amenudo, de la mano con la diusión de ormas detrabajo precarias e inestables. Se diversican, porúltimo, las trayectorias espaciales de las dierentesactividades, unciones, empresas y empleos, lo quereuerza la especialización y jerarquización de losterritorios.

Transormaciones que se asocian de ormadirecta a nuevas ormas urbanas, que han dadoorigen a una amplia prolieración de neologismos y 

metáoras en los últimos años, que se superponena los de metrópolis, conurbación o megalópolis,de más larga tradición, y ponen de maniestolas dicultades del lenguaje para proporcionarinstrumentos capaces de describir adecuadamentela nueva urbe (Amendola, 2000, p. 35). En unoscasos, hacen reerencia a su contenido uncional y al protagonismo de algunas ciudades en la era delcapitalismo global (ciudad postindustrial, global,mundial…), mientras en otros destacan la relación

entre nuevo marco tecnológico y estructura ur-bana (ciudad postordista, inormacional, digital,telépolis, ciberciudad, softcity …), el reorzamiento

de los contrastes internos (ciudad collage, ciudadractal, ciudad dual…), o suponen la integraciónde algunas en el marco de la llamada sociedad delconocimiento (ciudad inteligente, creativa…).Están también aquellos términos que aluden aun cambio de escala (megaciudad, hiperciudad,ciudad región…), o a su expansión más allá deunos límites bien deinidos (ciudad dispersa,diusa, metrópolis policéntrica, metápolis, post-suburbia…). Síntesis de esos cambios y refejo,a la vez, de esa infación nominalista tan aín adeterminadas visiones posmodernas, puede ser lapostmetrópolis de Soja (2000), que es denida poreste autor como excity , cosmopolis , exópolis , polarcity ,carceral city  y  simcity al mismo tiempo. Algunosvaliosos intentos recientes de poner orden en estaconusa maraña de denominaciones (Gaja, 2004;García Palomares, 2007) encuentran así seriasdicultades para lograrlo.

Si bien es cierto que esto puede entendersecomo maniestación del periodo de cambio intensovivido en las últimas décadas, en bastantes ocasio-nes se trata de términos sugerentes, pero no tantode conceptos demasiado precisos en la descripciónde sus características o en las claves interpretativasde los procesos que subyacen a su construcción, alno responder a una interpretación teórica sobre lastransormaciones urbanas estructurales del periodoactual, más allá de algunas de sus maniestacionesconcretas. Como señala Ramírez (2006, p. 63),“subsiste una alta de claridad en los conceptos

que usamos para denir el proceso urbano y, enocasiones, los usamos automáticamente sin llegarrealmente a contextualizarlo y caracterizarlo”. Deeste modo, es recuente la utilización de diversasdenominaciones para aludir al mismo tipo deenómeno, mientras en otras ocasiones un mis-mo término se utiliza con signicados diversossegún autores. También hay un evidente sesgo enla consideración de las ciudades estadounidenses–con Los Ángeles como paradigma- o de algunosejemplos estudiados en regiones desarrolladas delmundo como modelo universal, que a menudose pretende trasladar a territorios muy distintos,lo que conlleva evidentes excesos. Finalmente,parece existir cierta dicotomía entre la bibliogra-

Page 3: El territorio de las nuevas economías

8/7/2019 El territorio de las nuevas economías

http://slidepdf.com/reader/full/el-territorio-de-las-nuevas-economias 3/17

eure 53

El territorio de las nuevas economías metropolitanas 

ía que se centra en el análisis de los procesos debase económica, tecnológica o sociocultural quetransorman las metrópolis (Sassen, Taylor, Soja,

Castells, Amendola…) y la que se preocupa, sobretodo, de las nuevas ormas urbanas resultantes(Ascher, Garreau, Indovina, Dematteis, Nel.lo…),con escasa integración de ambas perspectivas.

Con ese marco de reerencia, el presente textose plantea como objetivo esbozar una interpreta-ción sintética, de carácter teórico, sobre algunasdimensiones del cambio económico metropolitano,así como su refejo sobre los límites externos, laestructura interna, el dinamismo y las nuevas or-

mas de desigualdad presentes en las aglomeracionesurbanas. Propone, por tanto, que existen lógicas es-paciales dierenciadas que subyacen a la apariencia,a menudo caótica, de esa ciudad sin connes (Nel.lo, 1998), ragmentada, dinámica y desigual, peroen donde las pautas de localización y de movilidadresponden a estrategias bien denidas.

En concreto, esta propuesta interpretativaconsidera la diversidad de tendencias actuales apartir de la combinación de dos tipos de actoresbásicos. Están, por una parte, los procesos estruc-turales que responden a la nueva organizaciónde la actividad productiva y el cambio en lasestrategias competitivas urbanas, que reorientanlas trayectorias económico-laborales y se traducentambién en la dinamización de ciertos sectoresde la aglomeración rente al declive de otros, altiempo que se intensican los procesos de diu-sión espacial y deslocalización en benecio deterritorios cada vez más alejados. Pero, junto a

éstos, también es necesario abordar la diversidadde respuestas locales a partir de las características y ormas de organización de los actores e institucio-nes locales, así como su mayor o menor capacidadpara llevar adelante estrategias innovadoras en elámbito de la promoción y la ordenación, a partirde unas herencias aún visibles en las trayectoriasactuales. Aunque se trata de planteamientos conpretensiones generalizadoras, es indudable quebastantes armaciones están sesgadas por la ex-periencia personal y proesional del autor, por loque pretenden deducir tendencias aplicables a lasmetrópolis del Sur de Europa y plantear el debatesobre su posible adecuación para comprendersituaciones observables en otras regiones.

Economías metropolitanas en el capitalis-mo global: algunas claves interpretativas.

El aumento de la complejidad, asociado atransormaciones proundas y rápidas, alcanza sumáxima expresión en las grandes metrópolis, cuyaseconomías y territorios han experimentado conintensidad los cambios estructurales que marcaronla transición hacia nuevas ormas de organizacióndel sistema. Por una parte, “ejercen unciones deelevada complejidad: proporcionar economías deaglomeración y proximidad, estimular la creati-vidad y la innovación, acilitar la accesibilidad einteracción social, integrarse en red con el mundo

exterior y alcanzar un máximo bienestar colectivo”,desempeñando un papel estratégico en el mundoglobalizado, “ya que son el espacio en el que selocalizan las unciones, actividades y servicios queestructuran el sistema económico internacional”(Cuadrado Roura y Fernández Güell, 2005, p.67). Pero, al mismo tiempo, se enrentan a unincremento de los costes económicos y socialesasociados a la congestión, la creciente compe-tencia interurbana y la recuente dicultad de lasestructuras del gobierno local para gestionar con

ecacia problemas que, a menudo, se escapan desu competencia. Se conguran así como “nuevosespacios de desarrollo, innovación y conficto” (DeMattos et al ., 2005, p. 13) en los que la evoluciónde sus actividades económicas constituye uno delos componentes constitutivos más relevantes paracomprender esas contradicciones.

Tres son los rasgos de esa evolución que puedenconsiderarse de especial relevancia: la pervivenciade tendencias concentradoras que resisten la deslo-calización selectiva de ciertas actividades e incorpo-ran crecientes desigualdades cualitativas asociadasa la división espacial del trabajo; el reorzamientode las economías metropolitanas en el mundo delas redes y la net-economía; por último, la transor-mación de la base económica metropolitana a avorde una creciente integración entre la industria y una parte de las actividades de servicios, que puedetraducirse en trayectorias laborales diversas segúnel rango de las unciones que cada metrópoli es

capaz de detentar en sistemas urbanos sometidosa una creciente competencia.

El primer aspecto a destacar es la inexistenciade una correlación directa entre los procesos de

Page 4: El territorio de las nuevas economías

8/7/2019 El territorio de las nuevas economías

http://slidepdf.com/reader/full/el-territorio-de-las-nuevas-economias 4/17

54 eure

Ricardo Méndez

centralización/descentralización productiva conlos de concentración/desconcentración espacialde las actividades, lo que no signica negar la

existencia de relaciones entre las estrategias deacumulación y las de carácter territorial, sino cues-tionar el modo concreto en que se materializan.Por ello, rente a las tesis de la contraurbanización 

y del declive metropolitano, que hace dos déca-das pretendieron certicar el nal del proceso deconcentración espacial (Champion, Cheshire y Hay…) asociada a la supuesta postindustrializa-ción y a la producción fexible, hoy resulta evidenteel dinamismo económico –al menos en términoscomparativos- que experimentan la mayor partede las grandes aglomeraciones urbanas de nuestroentorno, refejo de su capacidad para producir,distribuir, innovar y gestionar.

Perviven así uertes ventajas competitivas paralas metrópolis, tanto por el volumen de externa-lidades asociado al tamaño de sus mercados (deconsumo, trabajo y capital), como por la densidady calidad de sus inraestructuras ísicas (desde víasde transporte de gran capacidad y aeropuertos in-

ternacionales, a plataormas logísticas, telepuertos,etc.) y, sobre todo, por toda una serie de recursosespecíicos hoy valorados como estratégicos.Éstos incluyen un capital humano cualicado, lapresencia de organizaciones públicas y privadasgeneradoras o diusoras de conocimiento, así comoun marco institucional generalmente avorable –almenos en términos comparativos con otros terri-torios- al intercambio de inormación, la aperturaexterna y la conormación de clusters empresarialesy redes sociales potenciadoras de la innovación,

con la aparición de rendimientos crecientes deescala (Fujita, Krugman y Venables, 2000; OCDE,2006a). Por otra parte, la uerte concentración enlas metrópolis de las denominadas clases creativas(Florida, 2002; Scott, 2006) y de las actividadesde servicios intensivas en conocimiento (OCDE,2006b), no hace sino reorzar esa hegemonía entérminos cualitativos, que ahora se suma a una po-larización de actividades en términos cuantitativosque está lejos de haber desaparecido.

Al mismo tiempo, en el marco de una eco-nomía de redes, progresivamente interconectaday abierta, las metrópolis tienden a reorzar sutradicional uncionalidad como centros de poder

y nodos de interconexión de los fujos -mate-riales e inmateriales- que vinculan a empresas y territorios. Esa constatación obliga a considerar,

junto al espacio de los lugares en que se ubicanmaterialmente las empresas y los empleos, unespacio de fujos que, como señaló Castells (1997,p. 411), “se está convirtiendo en la maniestaciónespacial dominante del poder y la uncionalidaden nuestras ciudades”.

El origen de esa posición dominante de lasmetrópolis en el mundo de las redes es ya antiguo,pero su importancia resulta mucho más eviden-te ahora que la compresión espacio-temporal

(Harvey, 1990), el aumento de los movimientosde capital transnacionales y la expansión de lanueva economía avorecen el reorzamiento deislas metropolitanas  emergentes, interconectadasy jerarquizadas en red, depositarias de aquellasunciones estratégicas que controlan el sistema y generan mayor valor añadido, en contraste conamplios espacios sumergidos, que padecen loseectos perversos de esta globalización excluyente(Veltz, 1999).

De este modo, pese a la enorme complejidadde las múltiples redes que se superponen hoy enel territorio –lo que ha permitido el uso de analo-gías, a veces excesivas, procedentes de las cienciasísico-naturales, como aquellas que las describenen términos de geometría ractal o de campo ri-zomático- sus nodos centrales siguen identicadoscon algunas de las principales metrópolis existentesen nuestros países y todas compiten por generarlas condiciones capaces de reorzar esa posición.

Tal como arma De Santiago (2006, p. 153), “enla nueva geograía sujeta a la inestabilidad de lacompetencia internacional, son más importanteslas relaciones que las localizaciones, las posicio-nes en las redes productivas consolidadas que lasunidades productivas, la capacidad decisional y deatracción de fujos que los asentamientos producti-vos”. Las uertes inversiones públicas y privadas delos últimos años para construir la inraestructuramaterial que da soporte a los dierentes tipos defujos -desde vías de transporte de gran capacidada redes de banda ancha o plataormas logísticas-supone un refejo de la importancia que muchosactores locales suelen conceder a esa conexión,a veces en detrimento del esuerzo destinado a

Page 5: El territorio de las nuevas economías

8/7/2019 El territorio de las nuevas economías

http://slidepdf.com/reader/full/el-territorio-de-las-nuevas-economias 5/17

eure 55

El territorio de las nuevas economías metropolitanas 

enrentar otros dilemas metropolitanos como elde la exclusión.

Una tercera característica común a todas lasaglomeraciones metropolitanas es la evoluciónde su base económica en la dirección de unacreciente terciarización, que reduce la participaciónrelativa de la industria en el valor añadido total y su volumen de empleo neto, rente al constanteincremento registrado por los servicios, que suelecompensar con creces las pérdidas en el sectormanuacturero.

La tesis de la metrópoli postindustrial  señaló,

hace ya tiempo, una tendencia que justicó porlas deseconomías derivadas de la saturación de susinraestructuras, la escasez y encarecimiento delsuelo, la mayor presión scal o las crecientesrestricciones urbanísticas y ambientales, juntoa las expectativas de benecio generadas por larecalicación del suelo hacia usos más intensivos,sobre todo cuando el planeamiento se limitaa seguir los dictados del mercado, así como laatracción de nuevas áreas con menores costes o unentorno productivo más adecuado a las actualesnecesidades de las empresa. Tal interpretación uerevisada hace ya dos décadas por las tesis neoin - 

dustriales , que vincularon una parte signicativadel desplazamiento hacia los servicios a la nuevaorganización de la propia actividad productiva,con un aumento en la importancia de las tareasprevias y posteriores a la abricación, generadorasde valor añadido, que tienden a externalizarse y ser realizadas por empresas especializadas que, entérminos estadísticos cambian de sector, pese a

permanecer uncionalmente integradas (Caravacay Méndez, 2003; Caravaca, 2006).

No obstante, el desarrollo de esos serviciosa la producción, así como del llamado terciario

direccional , continúa vinculado en gran parte ala existencia de una sólida base productiva, queactúa como soporte y actor de impulso. De locontrario, las grandes ciudades pueden evolucionarhacia una pérdida de la complejidad uncionaly la mezcla  social que siempre se asoció con supropia vitalidad, para convertirse en centros casiexclusivos de distribución y consumo (Daniels y Bryson, 2002), lo que se traduce en trayectoriassocioeconómicas muy dierentes bajo la simple

reerencia a la terciarización. En resumen, armarla primacía en las metrópolis de una economía deservicios resulta una evidencia banal, pues si en

unos casos puede representar la evolución haciaservicios avanzados intensivos en conocimiento,actividades nancieras o una mejora de los servi-cios públicos, en otros se traduce en el aumentode todo tipo de servicios personales y actividadescomerciales de muy baja productividad, integra-dos a veces en el ámbito de la economía inormal(Pradilla y Márquez, 2004).

La consideración de tales procesos desde unaperspectiva uncional permite reinterpretar la ac-

tual tendencia evolutiva de muchas metrópolis ha-cia la construcción de economías servindustriales,en la que las tradicionales ronteras intersectorialesse diluyen en aras de una creciente integración,proceso ya muy avanzado en las grandes ciudadesde las regiones más urbanizadas y prósperas, y queparece diundirse de orma jerárquica hacia otrasde segundo nivel, si bien escasean los estudiosrealizados desde esta perspectiva como para llegara armaciones contundentes en este sentido.

Con relación a las empresas industriales, estoconlleva una progresiva intensicación de la acti-vidad en los establecimientos que mantienen enlas metrópolis, aumentando el valor añadido quegeneran al tiempo que reducen el empleo direc-to, con un uerte incremento de productividad.Al mismo tiempo, se reuerza la especializaciónmetropolitana en sectores manuactureros inten-sivos en capital y tecnología, en detrimento deaquellos otros intensivos en recursos naturales,

suelo o trabajo. Pero lo más relevante es la con-centración que aquí registran las empresas quemuestran mayor capacidad de innovación (en susprocesos, productos, gestión o acceso al mercado),cualquiera que sea su rama de actividad, así comode aquellas tareas previas o posteriores a la abrica-ción que constituyen el llamado terciario industrial ,cuyo mejor exponente –aunque no único- son lassedes empresariales y ocinas industriales que enbastantes áreas sustituyen la anterior presencia de

ábricas y talleres (Méndez, 2006).En torno a ese conjunto de actividades pro-

ductivas, crece también la presencia de sedespertenecientes a empresas interesadas en las

Page 6: El territorio de las nuevas economías

8/7/2019 El territorio de las nuevas economías

http://slidepdf.com/reader/full/el-territorio-de-las-nuevas-economias 6/17

5 eure

Ricardo Méndez

externalidades asociadas a la centralidad, junto aun amplio y creciente conjunto de servicios em-

presariales de alto nivel, externos a la industria, alos que se suman otros componentes del sistemalocal de innovación como pueden ser los centros deI+D+i, las universidades, o aquellas institucionesy empresas que acilitan la conexión a las redesglobales, desde las nancieras a las vinculadas conlas telecomunicaciones o los medios de comunica-ción y la industria cultural. Todo ello supone unconjunto de límites diusos, pero constituido poractividades de elevado rango uncional, que son

también las de mayor resistencia a la deslocaliza-ción, tal como refeja la gura 1.

Pero la consolidación de economías servin-dustriales puede asociarse también a la expansiónde otro tipo de actividades y unciones de muchomenor rango, valor añadido o exigencias decualicación proesional, aunque necesarias parael desarrollo de esta orma de acumulación. Sonlas relacionadas con la logística y el transporte demercancías y personas, la distribución comercialmayorista y minorista, los servicios a la poblacióny diversos servicios banales a las empresas (limpie-za, mantenimiento, seguridad…), o el conjuntode actividades inmobiliarias y de construcción.

Aunque las ormas de regulación imperantes encada sociedad establecen dierencias a la hora de

traducir estas tendencias económico-uncionalesen el sistema de relaciones laborales, el resultadoes una evolución de los empleos metropolitanossucientemente compleja como para quedar malrefejada en esquemas simplistas como los dela dualización  (Mollenkop y Castells, 1992; DeMattos, 2002), aunque eso no impide conrmarla presencia de trayectorias contrastadas –entremetrópolis y dentro de las mismas- en el marco demercados de trabajo uertemente segmentados.

En resumen, más allá de debates nominalistasque siguen a menudo los dictados de la moda,resulta imprescindible la revisión crítica de algu-nos conceptos de uso hoy recuente, rente a laconstatación de tendencias bastante más complejasy, a menudo, contradictorias. Algo similar puedearmarse en relación a las nuevas ormas metro-politanas, aspecto en el que las páginas que siguencentran su atención.

La nueva organización espacial de las eco-nomías metropolitanas

La orma urbana heredada por la ciudadmediterránea, que rente al modelo de ciudad

Figura 1. Actividades y unciones dinámicas en las economías servindustriales metropolitanas: eectos sobre elempleo

Fuente. Elaboración propia.

Page 7: El territorio de las nuevas economías

8/7/2019 El territorio de las nuevas economías

http://slidepdf.com/reader/full/el-territorio-de-las-nuevas-economias 7/17

eure 5

El territorio de las nuevas economías metropolitanas 

imperante en otras regiones se caracterizó tra-dicionalmente por la existencia de un acusadogradiente densimétrico con máximos valores en

las áreas centrales, tanto en términos de poblacióncomo de actividad económica y empleo, junto ala identicación de unos límites externos bastantenetos rente al entorno rural, se desdibuja hoy con rapidez. Si hace ya más de medio siglo laaparición del enómeno metropolitano certicóel desbordamiento suburbano de las grandes ciu-dades, las transormaciones actuales suponen unnuevo salto -cuantitativo y cualitativo- que aectade nuevo su sonomía externa y organizacióninterna, incluyendo la reorganización del mapaempresarial y en la distribución de los diversostipos de ocupaciones.

Factor esencial de esa evolución es la transor-mación de las relaciones espacio-tiempo, genera-dora de una ampliación del campo de externalidadmetropolitano (Dematteis, 1998), asociado alaumento de velocidad en los transportes y la ins-tantaneidad en las telecomunicaciones. Tres sonlos rasgos de esta nueva geograía económica que

con más recuencia se repiten en la bibliograíainternacional: la expansión del enómeno metro-politano hasta alcanzar, en ocasiones, una dimen-sión regional; un cambio en su estructura internaque sustituye de orma progresiva los esquemasmonocéntricos caracterizados por un acusadogradiente centro-perieria, por otros de caráctermultipolar; y una ruptura en la continuidad comoelemento denidor del espacio metropolitano,al considerar la existencia de áreas dispersas y agran distancia del núcleo metropolitano, pero

uertemente interconectadas con él. El resultadode todo ello es un creciente protagonismo de lasperierias metropolitanas como espacios de especialdinamismo y complejidad, sometidos también auertes tensiones derivadas de la competencia entreusos y la multiplicidad de actores e intereses queen ellos se conrontan.

En primer lugar, los límites urbanos se extien-den en un movimiento que alcanza en ocasionesuna dimensión regional, ante el que la pervivenciade unos límites administrativos estables se convier-te en un elemento disuncional. El concepto deregión metropolitana, que en el ámbito interna-cional (UN-Habitat, OCDE, ESPON…) cuenta

con dierentes deniciones y criterios para sudelimitación, supone y exige un cambio de escala,al tratarse de un nuevo tipo de entidad, de carácter

esencialmente uncional, que integra múltiplesciudades y una extensa área de infuencia, de bajadensidad y alta movilidad resultante del urban 

sprawl (Goldberg, 1999; Gregory, 2002).

Si en una primera ase este proceso se vio a-vorecido por la desconcentración de la industriay de la logística, el movimiento ha aectado luegocon similar intensidad a un amplio abanico deactividades. Como señala Ferrão (2004, p. 518),“esta nueva realidad ha alterado la coincidencia

históricamente existente entre presencia y perte-nencia”, pues la vida cotidiana se organiza dentrodel tejido metropolitano en torno a múltiplespolos, a menudo alejados, lo que exige una cre-ciente movilidad, con los costes económicos y ambientales consiguientes. Esto plantea especialesdicultades para lograr una gestión integrada apartir de la multiplicidad de gobiernos locales y agentes privados que en ellas operan, constituyen-do uno de los retos más importantes en nuestras

sociedades para avanzar hacia una más adecuadaordenación del territorio.

Por su parte, el concepto de metrópolis poli-céntrica o multipolar intentó describir un procesohabitual que modica la estructura interna de estosterritorios, consistente en la aparición de concen-traciones secundarias de empresas y empleos ensubcentros localizados, sobre todo, a lo largo de lasprincipales vías de circulación y en los nodos inter-modales de transporte –con accesibilidad incluso

mayor que las áreas centrales-, llegando en ciertoscasos a la construcción de lo que Garreau (1992)bautizó como ciudades de borde o edge cities . Frenteal anterior proceso de suburbanización residencial,la novedad estriba ahora en la ormación de áreasque integran las viviendas con áreas de actividady empleo, lo que reduce su dependencia respectoa los espacios centrales de la aglomeración.

Según arma Borsdor, que identica esteenómeno con lo que Kling, Olin y Poster (1991)o Teaord (1997) denominaron post-suburbia , “lasnuevas estructuras no son zonas complementariasa la ciudad, como ocurre con las áreas suburbanas.Se distinguen de éstas por su provisión de lugares

Page 8: El territorio de las nuevas economías

8/7/2019 El territorio de las nuevas economías

http://slidepdf.com/reader/full/el-territorio-de-las-nuevas-economias 8/17

5 eure

Ricardo Méndez

de abastecimiento, de trabajo, de recreación, de-portivos…A la postsuburbia se trasladaron no sólounciones centrales, como servicios de alto nivel,

ocinas, parques comerciales o centros comercialesde tipo mall , entre otras (…) El resultado es unaunidad espacial caracterizada por la heterogenei-dad, la ragmentación de estructuras y unciones, y por un patrón espacial más parecido a un patchwork que a un modelo claramente ordenado” (Borsdor,2005, p. 22). Se trata, pues, de una nueva cate-goría espacial, poco o nada dependiente ya delcentro metropolitano, al que vuelve a asociarse,de nuevo, ese viejo deseo de integrar la residencia,el trabajo, el consumo y el ocio, reduciendo así la

movilidad diaria, sin considerar sucientemente ladicultad de hacer compatibles dos lógicas –las deproducción de espacio residencial y de localizaciónempresarial- que responden a criterios dierentes,ejecutadas por actores con intereses especícos, aveces contradictorios.

La ruptura de la continuidad espacial comorasgo asociado a las metrópolis diusas, o a loque Ascher calicó como metápolis, resulta untercer componente habitual en muchas de lasinterpretaciones sobre las tendencias en curso que,hasta cierto punto, convierte en obsoleto el clásicodebate sobre los límites metropolitanos. Según esaperspectiva, de corte marcadamente uncionalista,es la conexión y no la contigüidad lo que permiteaproximarse a unos límites metropolitanos quedejan de ser espaciales y pasan ahora a ser tempo-rales pues, como arma Dupuy (1998, p. 125), “elespacio pertinente ya no es el espacio continuo delos modelos geográcos clásicos, sino una tipología

compleja de espacios discontinuos, desarticulados,de conexiones que generan combinaciones espa-cio-temporales inéditas”. La metápolis desbordalos anteriores conceptos de metrópolis o, incluso,de megalópolis, al tratarse de un “conjunto deespacios en los que todos o parte de sus habitantes,sus actividades económicas y sus territorios estánintegrados en el uncionamiento cotidiano”, lo queimplica “una sola cuenca de empleo, de hábitat y deactividad”, si bien “los espacios que la constituyenson proundamente heterogéneos y no necesaria-

mente contiguos” (Ascher, 1995, p. 34).

Aun sin llegar a propuestas radicales al estilode la telépolis  (Echevarría, 1994), que suponen

la eliminación del espacio por el tiempo comoresultado del exponencial desarrollo de las tecno-logías de inormación y comunicación (TIC), y 

que diuminan la realidad metropolitana en unterritorio-red compuesto de fujos materiales einmateriales, en el que las conexiones alcanzanen ocasiones una escala mundial, también aquí lasupuesta desterritorialización del enómeno me-tropolitano resulta un argumento recurrente. Lo esigualmente el cambio tecnológico como principalactor de impulso, que permite –supuestamente- alos individuos y las organizaciones liberarse de lasnecesidades de copresencia y simultaneidad parala comunicación y el intercambio.

El conjunto de consideraciones anterioresjustican el creciente interés por analizar lo ocu-rrido en las perierias metropolitanas, espacioscada vez más alejados de la ciudad central, dondela velocidad absoluta y la intensidad relativa delos cambios ha sido generalmente mayor, hasta elpunto de provocar una verdadera metamorosiseconómico-uncional, social y morológica, enbreves periodos de tiempo. Como señala Aguilar(2006, p. 5), en muchas de ellas “las transorma-ciones que han tenido lugar han sido realmentedramáticas: grandes obras de inraestructura comoes el caso de los aeropuertos; redes de carreteras;masivas urbanizaciones ormales e inormales;pérdida de grandes extensiones de suelo agrícolay otros recursos naturales, o surgimiento de com-plejos industriales y centros corporativos”.

Pero si el dinamismo resulta, tal vez, su atribu-to más visible, las perierias son también territoriosde transición y diversidad, en donde el impulso dela urbanización se superpone a unas sociedades,economías, culturas y paisajes rurales con desigualcapacidad de resistencia. Y son, por último, te-rritorios de oportunidad para la revitalización delas economías metropolitanas, al tiempo que deconfictos potenciales asociados a la competenciapor los recursos (suelo, agua…) y a la multiplicidadde agentes, endógenos y exógenos, que operanen ellos. Pueden, por tanto, ubicarse entre losterritorios inestables, “que plantean una dicultad

cada vez mayor para entenderlos, aprehenderlos,construirlos intelectualmente y actuar sobre ellosa través de la planicación y el ordenamientoterritorial” (Cicolella, 2006, p. 308).

Page 9: El territorio de las nuevas economías

8/7/2019 El territorio de las nuevas economías

http://slidepdf.com/reader/full/el-territorio-de-las-nuevas-economias 9/17

eure 59

El territorio de las nuevas economías metropolitanas 

Parece indudable que buena parte de estastendencias resultan visibles en multitud de regio-nes metropolitanas y la bibliograía internacional

parece conrmar muchos de esos extremos. Perouna mirada más atenta a algunas dierenciastambién detectables entre unas y otras permitellevar a cabo una revisión crítica de algunas deesas armaciones, que pretende apuntar líneas dedebate en uturas investigaciones:

• Las mejoras en las comunicaciones amplíande orma notable, sin duda, las posibilidadesde elección para la ubicación de las rmas,pero ese potencial no basta por sí solo para

transormar la realidad si no se traduce enactuaciones concretas de unos actores quelo aprovecharán o no en unción de susintereses o su capacidad para rentabilizaresas ventajas comparativas. Hace ahora unsiglo, la revolución tecnológica del momento(teléono, automóvil, tranvía, radio…) tam-bién permitió suponer que se abrían nuevasposibilidades para superar las congestionadasciudades industriales y avorecer ormas ur-

banas más dispersas y sostenibles, pero hoy sabemos que las décadas siguientes registraronprocesos de concentración nunca conocidoshasta entonces. Por ese motivo, las actualesposibilidades desconcentradoras no debenentenderse como automáticas, sino queexigen una refexión en cada caso sobre losactores urbanos (promotores inmobiliarios y propietarios del suelo, empresas industriales,logísticas y de servicios, gobiernos estatales,regionales y locales…) que, a partir de objeti-

vos denidos, aplican unas u otras estrategias,lo que se traduce luego en la aprobación dedeterminados documentos de planeamiento,junto a uertes inversiones en la construcciónde inraestructuras, la promoción de suelo,viviendas, parques industriales, comerciales,empresariales, etc., que pueden propiciartendencias espaciales heterogéneas.

• Los procesos en curso no parecen provocaresa dispersión aleatoria y caótica de lasempresas o la población que Dear y Flusty (1998) asociaron al urbanismo posmoder-no, sino más bien una aceleración de lasanteriores tendencias diusoras por coronas

y ejes, si bien a las conocidas geometríasde tipo axial les sustituyen otras más com-plejas, de carácter reticular, acordes con la

propia mejora y densicación de las redesde transporte (radiales, orbitales…). Enese sentido, las dinámicas de proximidadparecen lejos de haber perdido su vigencia,tanto en términos de la elevada accesibilidadque caracteriza a los nuevos subcentros deactividad, como en la ormación de clusters  empresariales localizados en determinadossectores del territorio metropolitano, que ala proximidad ísica unen la cultural y orga-nizativa para generar ventajas competitivasdinámicas mediante la reducción de loscostes de transacción y mayores acilidadesal intercambio de conocimientos tácitos,esenciales para los procesos de innovación(Dupuy y Burmeister, 2003).

• Parece existir, en ocasiones, cierta conusiónentre los enoques uncionales y los moroló-gicos, lo que conduce a perspectivas del enó-meno metropolitano que se plantean como

contrapuestas cuando, en realidad, resultancomplementarias. Es lo que ocurre cuando sepretende negar la posibilidad de dibujar suscontornos mediante alusiones a la existenciade territorios lejanos que mantienen vínculosuncionales diarios con la metrópoli, lo que enel plano de la inormación, las mercancías oel capital puede alcanzar un ámbito mundial.Las aglomeraciones metropolitanas siemprehan mantenido una estrecha vinculación conterritorios alejados, refejo de su uncionalidad

como centros de dirección, gestión, innovacióny control de la economía-mundo capitalista,por lo que la situación actual supone una nuevaase en ese proceso; pero eso no invalida laevidencia de que la mancha urbana –que no lacultura o la economía urbanas- no se extiendede orma aleatoria o generalizada, sino quepueden establecerse unos límites –siempreconvencionales y nunca bruscos- con relacióna su entorno, lo que sigue haciendo útiles los

intentos en esa dirección para orientar una másadecuada ordenación del territorio.

• La creciente heterogeneidad interna quecaracteriza a la economía y la sociedad

Page 10: El territorio de las nuevas economías

8/7/2019 El territorio de las nuevas economías

http://slidepdf.com/reader/full/el-territorio-de-las-nuevas-economias 10/17

0 eure

Ricardo Méndez

metropolitanas se acompaña por una mul-tiplicación e intensicación de los contrastesentre las dierentes áreas que orman parte

de la aglomeración, lo que hace cada vezmás necesario combinar diversas escalasde análisis para lograr una descripción einterpretación adecuadas sobre el sentidoe intensidad de esas desigualdades. Dentrode los mismos espacios metropolitanoscoexisten empresas, actividades, grupossociolaborales y territorios a los que puedecalicarse como ganadores o perdedores,según su diversa capacidad de adaptacióna las transormaciones estructurales del

momento, lo que avorece la inserción y eldinamismo de unos rente a la exclusión y eldeclive de otros. Por esa razón, tal como pro-puso Veltz hace casi una década, “el territorioes cada vez menos susceptible de ser descritoen términos de macrodierencias, como lasque oponen globalmente una región a otra...En cambio, las microdesigualdades son conrecuencia muy uertes... El territorio socialy económico se vuelve a la vez más homo-

géneo a gran escala y más ragmentado apequeña escala.” (Veltz, 1999, p. 55).

• Más allá de su posición con respecto a la ciu-dad central o su accesibilidad relativa, algunasciudades metropolitanas maniiestan unespecial dinamismo y una mayor capacidadpara combinar ese deseo tantas veces repetidode construir espacios competitivos y, a la vez,habitables, lo que también incluye la consoli-dación de entornos empresariales dinámicos e

innovadores. La abundante bibliograía de laúltima década sobre modelos territoriales deinnovación (Moulaert y Sekia, 2003) puedeaportar claves para acercarse a la comprensiónde esas dinámicas urbanas que no se limitana los ámbitos metropolitanos, sino que in-cluyen en ocasiones a determinadas ciudadesintermedias (Méndez, Michelini y Romeiro,2006).

La posibilidad de integrar así los estudios

urbanos con perspectivas más próximas a lasrelacionadas con el desarrollo local justica quedediquemos a este aspecto el último apartado delartículo.

Tendencias generales vs. respuestas locales:ciudad, innovación y desarrollo

Más allá de esta interpretación general sobrelas trayectorias recientes de las economías y losterritorios metropolitanos, cualquier observadoratento puede constatar comportamientos más omenos dinámicos e innovadores muy distintossegún aglomeraciones y, en el interior de cadauna de ellas, entre las dierentes ciudades que lasconstituyen. Sin ignorar los condicionamientosimpuestos por los procesos estructurales domi-nantes en la actual ase de desarrollo capitalista,en los últimos años se ha prestado creciente

atención a aquellos otros actores especícos quepermiten a algunas ciudades aprovechar mejorsus recursos y oportunidades, rente a la escasacapacidad mostrada por el resto. Incorporar estetipo de argumentación al análisis de la actividadeconómica y los territorios metropolitanos suponehacer compatibles dos tipos de argumentaciónque aquí se entienden como complementarias, talcomo refeja el diagrama de la gura 2.

Desde la clásica perspectiva de la economía

urbana (Camagni, 2005), los argumentos expli-cativos de las ventajas competitivas de las grandesciudades y las aglomeraciones urbanas concedieronsiempre especial importancia al eecto derivado dela dimensión que, además de generar economíasde escala derivadas de la indivisibilidad de algu-nos procesos, sería la causa undamental de laaparición de externalidades positivas. Según estainterpretación, las mayores regiones metropolita-nas del mundo desarrollado serán las que, con suacumulación de capital ísico, humano, nancieroy de conocimiento, generan el mayor volumen deeconomías de localización y urbanización, lo quesupone un atractivo para todo tipo de actividades,en especial las de mayor contenido tecnológico y las empresas más innovadoras, lo que justica lapersistencia de uertes tendencias polarizadorasen este tipo de unciones estratégicas. A partir dela metrópoli central, algunas de esas actividadespodrán luego diundirse de orma progresiva y li-mitada hacia ciertas ciudades del entorno próximo

y, en su caso, otras de rango intermedio dentro delsistema urbano. Eso convierte a las aglomeracionesmetropolitanas en potenciales ambientes innova-

Page 11: El territorio de las nuevas economías

8/7/2019 El territorio de las nuevas economías

http://slidepdf.com/reader/full/el-territorio-de-las-nuevas-economias 11/17

eure 1

El territorio de las nuevas economías metropolitanas 

dores, pese a que la activación de ese potencialresulta claramente distinta según los casos.

No obstante, tanto los estudios sobre ladiversa empresarialidad de los territorios como,sobre todo, toda la literatura que en la décadapasada se vinculó a la idea de los milieux o

entornos innovadores (Maillat y Kébir, 1998;Crevoisier y Camagni, 2000) y en la actual alas denominadas ciudades inteligentes y ciuda-des creativas (Cooke y Morgan, 1998; Scott,2006), las razones del dinamismo y la capacidadinnovadora –tanto económica como social-tienen, ante todo, una raíz endógena, en la queactores económicos y socioinstitucionales secomplementan.

En esa interpretación, un primer actor a consi-derar son los recursos locales puestos a disposiciónde las empresas. Parecen de especial importanciaaquellos que resultan especícos del ámbito quelos ha producido, constituyendo lo que puede

considerarse como su capital territorial. Frente a suconcepción como simple acumulación de actoresproductivos o yacimiento de externalidades, laciudad se entiende así como construcción socialespecíca en donde, a partir de unas dotacionesiniciales variables, algunas sociedades son capaces

de generar un escenario avorable a la innovaciónmediante la utilización de recursos especícos quehacen posible la creación de unas condiciones sóloentendibles en relación con ese ámbito. Entre losprincipales recursos especícos, que deben conver-tirse en activos movilizados por la sociedad local,se encuentran el capital ísico o inraestructural(desde comunicaciones a servicios avanzados,centros educativos de calidad, instituciones deproducción o transerencia de conocimiento…), elcapital humano (población con cierto nivel orma-tivo, saber hacer local, iniciativa empresarial…),el capital productivo (estructura empresarialheredada, cultura empresarial…), el nanciero oel patrimonial.

Figura 2. Ventajas competitivas y procesos de desarrollo local en espacios metropolitanos.

Fuente. Elaboración propia.

Page 12: El territorio de las nuevas economías

8/7/2019 El territorio de las nuevas economías

http://slidepdf.com/reader/full/el-territorio-de-las-nuevas-economias 12/17

2 eure

Ricardo Méndez

Pero, como ha puesto de maniiesto unaabundante literatura en años recientes, se con-sidera recurso de especial importancia el marco

institucional, directamente ligado a la noción decapital social. Según la clásica denición de North(1990, p. 3), las instituciones se entienden como“las reglas del juego de una sociedad o, de modomás ormalizado, los límites denidos para mode-lar la interacción humana”, que tienden a acilitare, incluso, estimular, ciertos comportamientoscolectivos, desanimando otros. En ese sentido,las ciudades con mayor densidad institucionalpresentarán ciertos valores culturales y reglas im-plícitas de comportamiento colectivo, que en los

casos más evolucionados se trasladan a normas y organizaciones ormalizadas y estables, avorablesal desarrollo de iniciativas innovadoras y a procesosde aprendizaje colectivo derivados de la partici-pación y la cooperación. Eso propicia tambiénun mayor anclaje territorial de las empresas, altratarse de recursos diíciles de encontrar en otraslocalizaciones, así como una mayor dierenciaciónde sus productos y servicios.

La producción de esos recursos especícosrequiere la presencia de actores locales , con volun-tad y capacidad de dinamizar la sociedad urbanay promover iniciativas, tanto de movilizacióny captación de recursos nancieros, diusiónde inormación y conocimiento, o inserciónexterior, perspectiva especialmente destacadapor las llamadas teorías de la acción (Jambes,2001). Las metáoras relativas a la existenciade ciudades con proyecto, ciudades que apren-den, etc., aluden a esa capacidad potencial de

los actores locales –públicos, privados o, a serposible, de ambos tipos- para diagnosticar lasdebilidades y las amenazas potenciales, denirobjetivos y aportar recursos y capacidades paraalcanzarlos.

En consecuencia, identicar qué actores ope-ran en cada caso y su escala de actuación, conocer y comprender sus características, intereses y valores,los mecanismos que guían el proceso de decisión,las estrategias que aplican para alcanzar sus obje-

tivos, o sus posibles interacciones (colaboración,competencia, conficto) son aspectos relevantesen la interpretación del desigual desarrollo quemuestran dierentes metrópolis.

Un tercer actor de impulso en la construc-ción de ciudades innovadoras es la presencia deuna organización de sus dierentes actividades

económicas de tipo sistémico. La densidad y estabilidad de las relaciones de interdependenciaentre empresas urbanas, ya sean de carácter mer-cantil (compraventa entre proveedores y clientes,subcontratación...), o bien al margen del mercado(acuerdos de colaboración ormales o inormales,intercambio de inormación...), constituyen labase de los sistemas productivos locales, quetanto interés han despertado en las dos últimasdécadas.

La simple concentración geográca asociada ala presencia de clusters localizados ya genera ciertovolumen de economías externas, que pueden seraprovechadas de orma pasiva por las empresasallí localizadas; no obstante, éstas “son ventajasestáticas que no bastan cuando las empresas dela aglomeración tienen que enrentarse con si-tuaciones de cambio que inciden negativamenteen su capacidad de competir” (Dini y Stumpo,2004, p. 13). Por el contrario, otras dinámicasasociadas a la proximidad ísica, cultural y orga-nizativa entre las empresas locales, que ademásde reducir los costes de transacción avorecen lasrelaciones de conanza entre individuos y, de esemodo, la transmisión de conocimientos tácitos y no ormalizados, son las que propician la colabo-ración en acciones conjuntas y, a través de ellas, elaprendizaje colectivo, convirtiéndose así en uentesde ventajas competitivas dinámicas que permitenhablar de una verdadera eciencia colectiva (DiTommaso y Rabellotti, 1999).

Un último actor a destacar en esta nuevamanera de interpretar el dinamismo urbano y sucapacidad de inducir el desarrollo territorial señalaque para comprender los procesos de innovaciónen el seno de las empresas y de los sistemas pro-ductivos urbanos hay que trascender el ámbitoestrictamente económico para jarse en la posibleexistencia de redes sociales e institucionales deapoyo. Así pues, para intensicar los procesos deaprendizaje colectivo es necesario que los múltiples

integrantes de los sistemas locales de innovación–con especial protagonismo de los gobiernoslocales, las organizaciones empresariales y sindica-les- establezcan ciertas relaciones de cooperación a

Page 13: El territorio de las nuevas economías

8/7/2019 El territorio de las nuevas economías

http://slidepdf.com/reader/full/el-territorio-de-las-nuevas-economias 13/17

eure 3

El territorio de las nuevas economías metropolitanas 

medio plazo, lo que exige la creación de un climade conanza, generalmente diícil de alcanzar. Porel contrario, la alta de redes locales de cooperaciónpuede entenderse como un obstáculo en el caminode la innovación y algo similar puede armarse dela escasa implicación de los poderes locales en lageneración de proyectos comunes.

Particular atención se concede en los últimosaños a la capacidad de concertación entre losdierentes niveles de gobierno con incidenciaen la ciudad y de éstos con los actores privados,orientada a promover una nueva gobernanza enla que el poder “no está asignado ni adquirido deorma denitiva, sino, sobre todo, es ejercido y ne-gociado a través de relaciones en las que se expresaun reparto de responsabilidades” (Barthe, 1998,p. 6). Al igual que ocurre con las redes empresa-

riales, en bastantes ocasiones las relaciones que seobservan tienen un carácter circunstancial y unaescasa ormalización pero, incluso en esos casos,la presencia de lo que Granovetter (1985) calicócomo la uerza de los vínculos débiles permite laaparición de ormas de solidaridad conmutativaque relaciona a individuos y organizaciones per-tenecientes, a su vez, a múltiples redes, haciendoposible su participación conjunta en proyectos quese juzgan de interés colectivo. Según Ascher, estagobernanza urbana dene un modo de regulaciónque calica de societario, “en la medida en queactores con lógicas dierentes e intereses posible-

mente divergentes o incluso contrapuestos sobreuna serie de puntos, intentan o se ven obligadosa una gestión conjunta, a negociar compromisosduraderos y crear instituciones colectivas”, al

Figura 3. Infuencia de las instituciones y el capital social sobre los procesos de innovación urbana.

Fuente. Elaboración propia.

Page 14: El territorio de las nuevas economías

8/7/2019 El territorio de las nuevas economías

http://slidepdf.com/reader/full/el-territorio-de-las-nuevas-economias 14/17

4 eure

Ricardo Méndez

tiempo que refexivo, “adaptado a una sociedadabierta, diversicada, móvil e inestable” (Ascher,2004, pp. 51-52).

Esta reerencia a las redes sociales de apoyo ala innovación –identicadas por Camagni (2003)como capital relacional- que pueden propiciartambién economías urbanas más competitivas,remiten de nuevo a la cuestión de las institu-ciones y el capital social, ya mencionada conanterioridad.

Mientras la visión deendida por Putnam(1993) sobre el capital social vincula la exis-

tencia de un marco institucional dominadopor valores, normas y códigos avorables aldesarrollo local a las herencias culturales acu-muladas en sociedades especícas, que madurany predisponen al establecimiento de relacionesde conianza, reciprocidad o participación,indispensables para la puesta en marcha deproyectos de colaboración, “hay también ormasde capital social que derivan de una inversiónespecíca en la creación de estructuras capacesde generarlo” (Bagnasco, 2000, p. 84). Éste es

el caso de las organizaciones públicas o privadascreadas con objeto de reorzar la capacidad localde innovación, así como de las redes destinadasal omento de la cooperación.

En consecuencia, la ormalización de organi-zaciones y redes dotadas de reglas orientadas enesa dirección es la que permite activar un recursoespecíco como puede ser un tejido institucionalproclive a la innovación a partir de acciones con-cretas de los actores locales, lo que también ayuda

a comprender las grandes dierencias existentes aeste respecto en sociedades urbanas con un bagajecultural muy similar. El esquema de la gura 3intenta refejar esta interpretación sobre la doblevía de acceso a la innovación urbana, bien a partirde lo que Pizzorno (2003) denomina capital socialde solidaridad, asociado a la presencia de ciertacohesión social derivada de herencias culturalescompartidas, o bien a partir de un capital socialde reciprocidad, construido de orma intencional

por actores locales unidos por lazos a menudodébiles, pero con intereses comunes y capacidadpara traducirlos en acciones eectivas.

Algunas consideraciones fnales

Todo intento, como el aquí realizado, de llevara cabo una revisión crítica sobre las interrelacionesactuales entre actividades económicas y espaciosmetropolitanos exige poner el énasis en la búsque-da de una propuesta interpretativa capaz de gene-rar unos esquemas básicos que permitan orientarun recorrido por la gran cantidad y variedad de in-ormación, conceptos y teorizaciones disponiblesen la actualidad, cuestionando algunos caminos y proponiendo algunas vías a explorar. Pero no pa-rece oportuno nalizar sin una mención, siquieratelegráca, a dos aspectos que parecen exigir una

cierta refexión en clave de uturo.Por un lado, parece evidente que “la creciente

integración económica continúa siendo un procesocontradictorio e incompleto, generador de divisio-nes, desigualdades y tensiones” (Hudson, 2003, p.55) y, en consecuencia, las ormas territoriales espe-cícas generadas por el uncionamiento del sistemaestán lejos de desaparecer, aunque se transormensus maniestaciones externas para responder a lalógica imperante en esta nueva ase de desarrollo

capitalista. Como resultado de una división espa-cial del trabajo que acentúa sus rasgos y multiplicasus escalas, se reuerza la especialización uncionalde las metrópolis, con una dinamización selectivade los enclaves que albergan aquellos sectores y empresas más competitivos, rente al declive deotras actividades y espacios. En ese contexto, esindudable que el peso relativo de las uncionesde comando tiende a aumentar en ellas de ormageneralizada, provocando una “centralización delcontrol” en los principales nodos que articulan lasredes de negocios globalizadas (Sassen, 2003), loque justica la creciente atención que se les presta.Pero parece, en cambio, más discutible el relativoolvido de otra serie de actividades –tanto producti-vas como de servicios- que continúan cimentandouna base económica diversicada en muchas denuestras metrópolis, cuya capacidad o incapacidadpara construir entornos locales innovadores seguirásiendo esencial para su uturo económico.

Por otra parte, en una parte de la literaturareciente sobre la transormación que experimen-tan estos espacios, se corre el riesgo de conundirlo complejo con lo caótico, abandonando porinútiles los esuerzos por discernir las nuevas

Page 15: El territorio de las nuevas economías

8/7/2019 El territorio de las nuevas economías

http://slidepdf.com/reader/full/el-territorio-de-las-nuevas-economias 15/17

eure 5

El territorio de las nuevas economías metropolitanas 

ormas metropolitanas asociadas a los procesos deíndole económica, tecnológica o sociocultural. Laprolieración de neologismos que reiteran –bajo

muy diversas denominaciones- la generalizaciónde aglomeraciones de baja densidad, discontinuas y aparentemente inormes, resulta una descripción, aveces brillante pero impresionista, de una tendenciaque debe someterse a revisión, cuando se constataque tanto los dierentes sectores de actividad, em-presas, unciones o tipos de empleo se reestructurancon rapidez, pero manteniendo una lógica espacialbastante estricta en sus comportamientos. Sin llegara analogías a menudo excesivas, como las de tiporactal, se necesitan aún cartograías más precisas,

unidades espaciales más adecuadas y una revisiónde las clasicaciones heredadas, para perlar mejorla nueva geograía económica metropolitana, dis-tinguiendo las tendencias comunes de las singula-ridades propias de cada lugar.

Hace ahora dos décadas, en la presentación deun documento que resumía los primeros estudiospromovidos por la administración pública en Fran-cia sobre mutaciones económicas y urbanización,los redactores del mismo escribían: “el periodoactual está marcado por mutaciones espaciales y urbanas proundas, que están ligadas, al menos enparte, a las transormaciones económicas en curso.El conocimiento de la articulación entre esos doscampos no ha sido objeto de inversiones recientesen investigación a la altura del problema. Losresponsables políticos, económicos y los técnicosen ordenamiento perciben –cada uno a partirde su ámbito de intervención- aspectos parcialesde esas articulaciones, pero tienen dicultades

para interpretarlas y, sobre todo, para medir lasconsecuencias derivadas” (VVAA, 1987, p. 15).Es innegable que mucho se ha escrito al respectodesde entonces, pero el propio dinamismo delsistema genera cambios acelerados y nuevas con-tradicciones que justican continuar la refexiónsobre su signicado y, más aún, aportar evidenciasempíricas sustantivas que permitan elaborar pro-puestas de intervención más adecuadas.

Reerencias bibliográfcas

Aguilar, A. G. (2002). Las mega-ciudades y lasperierias expandidas. Ampliando el concepto

en Ciudad de México. EURE, 28, 85, 121-150.

___________ (Coord.) (2006). Las grandes aglo- 

meraciones y su periferia regional. Experiencias en Latinoamérica y España . México: Miguel ÁngelPorrúa-UNAM.

Améndola, G. (2000). La ciudad postmoderna . Ma-drid: Celeste Ediciones.

Antonelli, C. y Ferrâo, J. (Coord.) (2001). Comuni - 

caçâo, conhecimento colectivo e inovaçâo. As vantagens 

da aglomeraçâo geográca . Lisboa: Instituto deCiencias Sociais.

Ascher, F. (1995). Metapolis ou l’avenir des villes .París: Odile Jacob.

________ (2004). Los nuevos principios del urbanismo.Madrid: Alianza Editorial.

Bagnasco, A. (2000). Nacimiento y transorma-ción de los distritos industriales. Un examende la investigación en Italia con observacionesde método para la teoría del desarrollo. EnM. Carmagnani & G. Gordillo (Coords.).Desarrollo social y cambios productivos en el mundo

rural europeo contemporáneo (pp. 59-91). México:Fondo de Cultura Económica.

Barthe, L. (1998). La construction politique duterritoire dans les strategies de développementlocal. Geodoc , 46, 5-9.

Borsdor, A. (2005). La transormación urbana-ru-ral en Europa. ¿Hacia una unicación espacialen post-suburbia? En C. de Mattos et al. (Eds.)Gobernanza, competitividad y redes. La gestión de las 

ciudades en el siglo XXI (pp. 21-30). Santiago:Ponticia Universidad Católica de Chile.

Camagni, R. (2003). Incertidumbre, capital socialy desarrollo local: enseñanzas para una gober-

nabilidad sostenible del territorio. Investigaciones Regionales , 2, 31-58.

__________ (2005). Economía urbana . Barcelona:Antoni Bosch Editor.

Caravaca, I. & Méndez, R. (2003). Trayectoriasindustriales metropolitanas: nuevos procesos,nuevos contrastes. EURE, 29, 87, 37-50.

Caravaca, I. (2006). La nueva industria urbanay metropolitana: procesos, estrategias y re-sultados. En R. Méndez & H. Pascual (Eds.)Industria y ciudad en España: nuevas realidades,

nuevos retos  (pp. 29-50). Madrid: ThomsonCivitas.

Page 16: El territorio de las nuevas economías

8/7/2019 El territorio de las nuevas economías

http://slidepdf.com/reader/full/el-territorio-de-las-nuevas-economias 16/17

eure

Ricardo Méndez

Castells, M. (1997). La era de la información. Econo- 

mía, sociedad y cultura. Volumen I: La sociedad red .Madrid: Alianza Editorial.

Ciccolella, P. & Lucioni, N. (2005). La ciudadcorporativa. Nueva arquitectura empresarial,redenición de la centralidad y surgimiento deuna red de distritos de comando en la RegiónMetropolitana de Buenos Aires. En C. deMattos et al. (Eds.). Gobernanza, competitividad y 

redes. La gestión de las ciudades en el siglo XXI (pp.185-209). Santiago: Ponticia Univ. Católicade Chile.

Ciccolella, P. (2006). Metrópolis latinoamerica-nas: territorios subregulados, ¿espacios del

capital? En A.G. Aguilar (Coord.), Las grandes 

aglomeraciones y su periferia regional. Experiencias en 

Latinoamérica y España (pp. 305-324). México:Miguel Ángel Porrúa-Cámara de Diputados-Conacyt-UNAM.

Cooke, P. N. & Morgan, K. (1998). The as - 

sociational economy: rms, regions and innovation .Oxord: Oxord University Press.

Crevoisier, O. & Camagni, R. (Eds.) (2000). Les 

milieux urbains: innovation, systèmes de production 

et ancrage . Neuchâtel: EDES.Cuadrado Roura, J. R. & Fernández Güell, J.M. (2005). Las áreas metropolitanas rente aldesaío de la competitividad. En E. Rojas, J. R.Cuadrado & J. M. Fernández (Eds.), Gobernar 

las metrópolis (pp. 63-125). Washington: BancoInteramericano de Desarrollo.

Daniels, P. W. & Bryson, J. R. (2002). Manuac-turing services and servicing manuacturing:knowledge-based cities and changing orms o production. Urban Studies , 39, 5-6, 977-991.

De Mattos, C. (1998). Reestructuración, crecimien-to y expansión metropolitana en las economíasemergentes latinoamericanas. En S. Gorensteiny R. Bustos (Comps), Ciudades y regiones frente 

al avance de la globalización  (pp. 13-38). BahíaBlanca: Universidad Nacional del Sur.

De Mattos, C.; Figueroa, O.; Giménez, R.; Orella-na, A. & Yáñez, G. (Eds.) (2005). Gobernanza,

competitividad y redes. La gestión de las ciudades en 

el siglo XXI . Santiago: Ponticia UniversidadCatólica de Chile.

De Santiago, E. (2006). Nuevas formas y procesos 

espaciales en la región urbana de Madrid: las lógicas 

del espacio en la construcción de la ciudad única . Te-

sis doctoral no publicada, ETS Arquitectura,Madrid, España.

Dear, M. & Flusty, S. (1998). Postmodern ur-

banism. Annals of the Association of American Geographers , 88, 1, 50-72.

Dematteis, G. (1998). Suburbanización y periurbanización. Ciudades anglosajonas y ciudades latinas. En F. Monclús (Ed.), La 

ciudad dispersa . Barcelona: Centre de CulturaContemporània.

Di Tommaso, M. & Rabellotti, R. (Comps.)(1999). Efcienza collettiva e sistemi d’imprese .Bolonia: Il Mulino.

Dini, M. & Stumpo, G. (Coords.) (2004).Pequeñas y medianas empresas y eciencia colectiva.

Estudios de caso en América Latina . México: SigloXXI-CEPAL.

Dupuy, C. & Burmeister, A. (2003). Entreprises 

et territoires. Les nouveaux enjeux de la proximité .París: La Documentation Française.

Dupuy, G. (1998). El urbanismo de las redes. Teorías 

y métodos . Barcelona: Oikos-Tau.Echevarría, J. (1994). Telépolis . Barcelona: Des-

tino.

Ferrão, J. (2004). Las regiones metropolitanascomo comunidades imaginadas: vivencias,discursos y acción. Ciudad y Territorio Estudios 

Territoriales , 36, 141-142, 517-522.Florida, R. (2002). The rise of the creative class . Nueva

York: Basic Books.Fujita, M.; Krugman, P. & Venables, A. J. (2000).

Economía espacial. Las ciudades, las regiones y el 

comercio internacional . Barcelona: Ariel.Gaja, F. (2004). Evidencias e hipótesis sobre la

ciudad inormacional. Ciudad y Territorio Estudios 

Territoriales , 36, 141-142, 507-522.García Palomares, J.C. (2007). Movilidad laboral en la 

Comunidad de Madrid . Tesis doctoral no publicada,Universidad Complutense, Madrid, España.

Garreau, J. (1992). Edge city: life in the new frontier .Nueva York: Doubleday.

Gilly, J. P. & Torre, A. (Dirs.) (2000). Dynamiques 

de proximité . París: L’Harmattan.Goldberg, D. (1999). Covering urban sprawl. Rethink- 

ing the American dream . RTNDF EnvironmentalJournalism Center.

Granovetter, M. (1985). Economic action andsocial structure: the problem o embeddedness.American Journal of Sociology , 91, 3, 481-510.

Page 17: El territorio de las nuevas economías

8/7/2019 El territorio de las nuevas economías

http://slidepdf.com/reader/full/el-territorio-de-las-nuevas-economias 17/17

eure

El territorio de las nuevas economías metropolitanas 

Gregory, D. (Ed.) (2002). Urban sprawl. Causes,

consequences & policy responses . Washington:Urban Institute Press.

Harvey, D. (1990). The condition of postmodernity .Oxord UK: Blackwell.Hudson, R. (2003). European integration and

new orms o uneven development. But notthe end o territorially distinctive capitalismin Europe. European Urban and Regional Studies ,10, 1, 49-67.

Jambes, J. P. (2001). Territoires apprenants. Esquisses 

pour le développement local du XXIe siécle . París:L’Harmattan.

Kling, R.; Olin, S. & Poster, M. (Eds.) (1991).Postsuburbian California: the transformation of post- 

war Orange County, California . Irvine: University o Caliornia Press.

Lauria, M. (Ed.) (1997). Reconstructing urban regiome 

theory . Beverly Hills: Sage Publications.Maillat, D. & Kebir, L. (1998). Learning region et

systèmes territoriaux de production. WorkingPaper IRER, 9802a, Université de Neuchâtel,Neuchâtel, Suiza.

Méndez, R. (2006). La mutation des marchés

métropolitains du travail: realités et mythesdans la région de Madrid. En R. Méndez(Ed.), Géographie de l’Espagne  (pp.137-162).París: L’Harmattan.

Méndez, R.; Michelini, J. J. & Romeiro, P. (2006).Redes socioinstitucionales e innovación parael desarrollo de ciudades intermedias. Ciudad 

y Territorio Estudios Territoriales , 38, 148, 377-395.

Mollenkopt, H. & Castells, M. (1992). The dual 

city . Nueva Cork: Rusell Sage Fondation.

Moulaert, F. & Sekia, F. (2003). Territorial inno-vation models: a critical survey.Regional Studies ,37, 3, 289-302.

Nel.lo, O. (1998). Los connes de la ciudad sinconnes. Estructura urbana y límites admi-

nistrativos en la ciudad diusa. En J. Monclús(Ed.). La ciudad dispersa. Suburbanización y nuevas 

periferias  (pp. 35-57). Barcelona: Centre de

Cultura Contemporània. North, D. (1990).Institutions, institucional change and economic per - 

formance . Cambridge: Cambridge University Press.

OCDE (2006a). Competitive cities in the global 

economy . París: OECD.______ (2006b). Innovation and knowledge-intensive 

service activities (KISA). París: OECD.Pizzorno, A. (2003). Por qué pagamos la nata. Por

una teoría del capital social. En C. Trigilia et al ,El capital social. Instrucciones de uso (pp. 19-52).

Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.Pradilla, E. & Márquez, L. (2004). Estancamiento

económico, desindustrialización y terciariza-ción inormal en la ciudad de México (1980-2003) y potencial de cambio. Investigación y 

Diseño, 1, 143-161.Putnam, R. D. (1993). Making democracy work.

Princeton: Princeton University Press.Ramirez, B. (2006). Del uncionalismo industrial

al de servicios: ¿La nueva utopía de la metrópo-

li postindustrial del valle de México? EURE,32, 95, 61-74.Sassen, S. (2003). Localizando ciudades en circui-

tos globales. EURE, 29, 88, 5-27.Scott, A. J. (2006). Creative cities: conceptual

issues and policy questions. Journal of Urban 

Affairs, 28, 1, 1-17.Soja, E. (2000). Postmetropol i s  . Oxord:

Blackwell.Teaord, J. C. (1997). Post-suburbia: government and 

politics in the edge cities . Baltimore: Johns Hop-

kins University Press.Veltz, P. (1999). Mundialización, ciudades y territorio.

Barcelona: Ariel.VV.AA. (1987). Mutations économiques et urbanisation .

París: La Documentation Française.