EL ESPIRITLI - Institutum Historicum Ordinis de Mercede VIRTUAL/Publicaziones... · Pereza e la...

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15 DE MAYO DE 1931 Orgaoo äe su Veoerable Oräeo Cercera y (ofraäías ture Dirección: Silva, 39.-Madrid (12).-Teléf. 12803 Admón.: Apartado 234. -Madrid. - Teléf. 55944 NÚM. 5 S T5 M A P 10 EL ESPÍRITU SANTO, por S. Pedro Pascual. — RELIGIÓN: POR DÓNDE NO PODEMOS L LEGAR AL CONOCIMIENTO DE DIOS, por Fr. Juan G. Castro.— EL NUEVO RÉGIMEN, por V ázquez.—DE SAGRADA ESCRITURA: LAS FIESTAS DE LOS JUDÍOS, por Fr. G. Núñez.— AN ÉCDOTAS.-EL DOGMA DE LA MATERNIDAD DIVINA DE NUESTRA SEÑORA, por Fr. Juan Gilabert.— NOTAS RELIGIOSAS -EL VENERABLE PADRE DOMINGO LISABIAGA, por Fr. Gui- llermo Núñez —LA DESPOBLACIÓN DEL AFRICA NEGRA, por Guillaume.— LA MURMURACIÓN Y LA ACCIÓN, por Fray Serapio Gallego. —LA INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA, por el Maes- tr o José" Vaidivielso.—BIBLIOTECA CIRCULANTE DE NTRA. SRA. DE LA MERCED, por E. León. BIB LIOGRAFíA.-FAVORES DE NUESTRA SANTÍSIMA MADRE Y DE LA BEATA MARIANA DE J E SÚS.- NOTICIAS.-NECROLOGÍA.-INDULGENCIAS. EL ESPIRITLI SANTO Por S. Pedro Pascual, Obispo y Märtir de la Orden de la Merced E si demandades, ¿cómo puede Sancto; e cuando el orne siente su Orne entender que el Spfritu Sancto voluntad mudada de maleza en bon- viene en él? dad, e siente e prueba en sí la seme- janza de la ferrnosura del Spíritu Devedes saber que puede el orne Sancto, e sino acabadamente, en al- e ntender el avenimiento del Spíritu guna manera. S ancto e la su presencia por el movi- miento del corazón; ca cuando el orne E el avenimiento del Spfritu Sane- v e que le place el bien e que le pesa to visiblemente se face cuando por e l mal, señal es que siente la virtud algún signo visible es demostrado d el Spfritu Sancto; e cuando al orne Place escudriñar sus pecados e repre- E devemos saber que en cinco man- h enderse de los males que a fecho, ras fué mostrado e paresció visible- S iente en sí la gran profundidad de la mente el Spíritu Sancto. sap iencia del Spíritu Sancto; e cuando E primeramente en semejanza de e mpieza a facer enmienda de sus cos- paloma, cuando descendió sobre Jhe- tu mbres, prueba e siente en sí la bon- su Christo cuando le bautizó sanct d ad e la mansedumbre del Spíritu johan Baptista en el flumen Jordan; e

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15 DE MAYO DE 1931

Orgaoo äe su VeoerableOräeo Cercera y (ofraäías

ture Dirección: Silva, 39.-Madrid (12).-Teléf. 12803

Admón.: Apartado 234. -Madrid. - Teléf. 55944

NÚM. 5

S T5 M A P 10EL ESPÍRITU SANTO, por S. Pedro Pascual. — RELIGIÓN: POR DÓNDE NO PODEMOS

LLEGAR AL CONOCIMIENTO DE DIOS, por Fr. Juan G. Castro.— EL NUEVO RÉGIMEN, porVázquez.—DE SAGRADA ESCRITURA: LAS FIESTAS DE LOS JUDÍOS, por Fr. G. Núñez.—ANÉCDOTAS.-EL DOGMA DE LA MATERNIDAD DIVINA DE NUESTRA SEÑORA, por Fr. JuanGilabert.— NOTAS RELIGIOSAS -EL VENERABLE PADRE DOMINGO LISABIAGA, por Fr. Gui-llermo Núñez —LA DESPOBLACIÓN DEL AFRICA NEGRA, por Guillaume.— LA MURMURACIÓNY LA ACCIÓN, por Fray Serapio Gallego. —LA INSTITUCIÓN DE LA EUCARISTÍA, por el Maes-tro José" Vaidivielso.—BIBLIOTECA CIRCULANTE DE NTRA. SRA. DE LA MERCED, por E. León.BIB LIOGRAFíA.-FAVORES DE NUESTRA SANTÍSIMA MADRE Y DE LA BEATA MARIANA DEJESÚS.- NOTICIAS.-NECROLOGÍA.-INDULGENCIAS.

EL ESPIRITLI SANTOPor S. Pedro Pascual, Obispo y Märtir de la Orden de la

Merced

E si demandades, ¿cómo puede Sancto; e cuando el orne siente suOrne entender que el Spfritu Sancto voluntad mudada de maleza en bon-

viene en él? dad, e siente e prueba en sí la seme-janza de la ferrnosura del SpírituDevedes

saber que puede el orne Sancto, e sino acabadamente, en al-entender el avenimiento del Spíritu guna manera.Sancto e la su presencia por el movi-miento del corazón; ca cuando el orne E el avenimiento del Spfritu Sane-ve que le place el bien e que le pesa to visiblemente se face cuando porel mal, señal es que siente la virtud algún signo visible es demostradodel Spfritu Sancto; e cuando al ornePlace escudriñar sus pecados e repre- E devemos saber que en cinco man-henderse de los males que a fecho, ras fué mostrado e paresció visible-S iente en sí la gran profundidad de la mente el Spíritu Sancto.sap iencia del Spíritu Sancto; e cuando E primeramente en semejanza deempieza a facer enmienda de sus cos- paloma, cuando descendió sobre Jhe-tumbres, prueba e siente en sí la bon- su Christo cuando le bautizó sanctdad e la mansedumbre del Spíritu johan Baptista en el flumen Jordan; e

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Paree por la tierra, mas va de suso(hacia arriba), así como vedes mani-fi estamente en la llama e en la lumbrede la candela e cuando vos vierdesque más vos placen las cosas spiri-t uales que son a provecho del ánima,que las temporales e carnales, eston-ce entended que la gracia del Sph ituSancto es convusco (con vosotros).

E la segunda razón porque apares-ció el Spiritu Sancto en manera defuego, es porque el fuego entre losotros elementos a mayor dignidad emayor excelencia e fermosura, porquealumbra; e en orden, por razón que esel más alto elemento; e en virtud, porrazón que todas cosas convierte econsume en sí. E así el Spíritu Sanc-to a estas tres propiedades más alta-mente sin ninguna comparación, ca elSpíritu Sancto alumbra mucho másque el fuego, e es más alto, así que lasu alteza no la puede orne compren-der ca sobrepuja todo entendimiento etodas las cosas que se pueden enten-der, e es más virtuoso, e por ende esdicho que no puede ser vencido, ca enSí a toda virtud de sapiencia.

E la tercera razón es esta, que asícomo el fuego a en sí cuatro propie-dades, ca quema, e purga, calienta, ea lumbra; e otrosí el Spíritu Sanctoquema los pecados, e purga ca limpial os corazones, e fuelle e remueve laPereza e la negligencia de facer bien,e alumbra las tinieblas del ánima, queSO n las ignorancias e el no saber.

E la cuarta razón porque aparescióel Spíritu Sancto en figura de fuego,es porque así como el fuego no puedeestar que no faga llama, así el SpírituSancto no dexa estar ociosos los co-

razones do entra, ca el amor de Diosno sabe seer ocioso, ni vagoroso, caasí obra siempre cosas, e si es negli-gente no es amor.

E otrosí el fuego menos a de matena terrestre que ninguno de los otroselementos, e así el Spiritu Sanctofuelle de los corazones el amor de lascosas terrenales e pone e acrecientael amor de las cosas spirituales; asíque el que ama las cosas carnales, siel Spíritu Sancto le guía, no las amacarnalmente. Onde hay cuatro mane-ras de amor, conviene saber: algu-nos aman la carne carnalmente, eotros aman el spíritu spiritualmente;e algunos aman la carne spiritualmen-te, e otros aman el spíritu carnalmen-te; e destas cuatro maneras las dosson infernales, e las dos sanctas.

E la quinta manera en que fue dadoe demostrado el Spíritu Sancto, fue enfigura e semejanzas de lenguas defuego.

E agora veamos por qué razón apa-resció e fué dado el Spíritu Sancto alos Apostolos e a los discípulos ensemejanza de lenguas de fuego, edebedes saber que esto fue por tresrazones. E la primera razón, porquedevían predicar palabras que encen-diesem los corazones de los ornes enel amor de Dios. E la segunda razónporque debían predicar ley de fuego,onde dixo Jhesu Christo en el Evan-gelio: «Yo vine a meter fuego en latierra, ¿e qué quiero sino que arda?»E esto significa la gracia del SpírituSancto que devía encender los cora-zones de los christianos en el amorde Jhesu Christo, así como se provo-có en los Apostolos, e en los mártires,

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descendió una paloma sobre la cabe-za de Nuestro Señor Jhesu Christo, efué vista corporalmente, e fué oídaesta voz: «Este es el mío Fijo, el cualmucho place a mí; oid a El›.

E la segunda manera en que apa-resció ei Spíritu Sancto, fué en seme-janza de nube, cuando descendió so-bre jhesu Christo en la Transfigura-ción; e en esa Transfiguración fuedemostrado el misterio de la SanctaTrinidad, cuando dixo Sanct Pedro:«Señor, si Te place, bien será quemoremos aquí, e que fagamos trestabernáculos».

E la tercera manera que aparescióel Spíritu Sancto, fué cuando JhesuChristo ensufló en los Apóstoles edíxoles: «Recivid el Spíritu Sancto, ea los que perdonardes los pecados,serán perdonados.' E devedes saberque Spíritu Sancto es dicho Amor, epor ende decimos que mediante elSpíritu Sancto son a nos perdonadoslos pecados, si avemos en nos amore caridad. E en otra manera, porquepecarnos contra el Spíritu Sancto, quees benigno e charitativo, nunca nosson perdonados los pecados, ca sinos no perdonamos no sería Diosderechurero, si nos perdonase.

E la cuarta manera en que fue de-s mostrado el Spíritu Sancto, dado fuien figura e semejanza de fuego. Eaparesció el Spíritu Sancto en seme-janza de fuego por razón que a en Sísiete propiedades e concuerdan conlos siete dones del Spíritu Sancto, delos cuales el primero es que humillalas cosas altas a manera del fuego, aeste don es dicho Temor.

E el segundo don es Piedad, e este

don face muelles (suaves) las cosasduras, e eso mismo face el fuego, cade la piedra jace cal e del madero ce-niza.

E el tercer don es Ciencia, e laciencia alumbra los corazones de losornes, así como la candela alumbralas cosas tenebrosas e fäcelas claras.

E el cuarto don del Spíritu Sanctoes dicho Consejo, por razón que res-triñe las cosas que se escorren e quese desfacen, e sabedes que esa mismapropiedad a el fuego, así como vemosen la masa cuando la meten en elfuego blanda e fäcela pan.

E el quinto don es Fortaleza, econforta los corazones flacos e mue-lles que se dejan vencer e desmayan,e a las vegadas (veces) desesperanpor cualquiera tribulación; e esto nodebe facer el orne, ca la bondad delcorazón en la cuita (desgracia) e en lapersecución se demuestra, e nuncadebe orne desesperar; e esta propie-dad a el fuego, que conforta losmiembros fríos, porque fagan fuerte-mente sus operaciones.

E el sexto don del Spíritu Sanctces Entendimiento, por el cual los co-razones de los hombres son clarificados e alumbrados para ver clarament(las cosas que son de ver e entendelsin embargamiento, e este propiedaca el fuego, así como vedes que clari,fica e alimpia los metales tolliéndolet(quitándoles) la rubigen e la orin. _ •

E el séptimo e postrimero don deSpíritu Sancto es Sapiencia, la cuaface las ánimas de los ornes e 102corazones contemplar, cogitar, pensar las cosas de Dios; e sabedes queesta propiedad a el fuego: no se e5

Modos de llegar al conocimientode Dios: Por dónde no podemos

llegar al conocimiento de Dios

Sin pretender hacer un estudio com-pleto, diré en este artículo por dóndeno podemos, y en otro por dónde po-demos llegar al conocimiento de Dios.

No podemos llegar al conocimien-to de Dios por los sentidos; yendo averle, porque ni es ni tiene color, yestando en todo lugar no ocupa nin-guno; ni yendo a oirle, porque aunquees terrible cuando hace retumbar eltrueno, bramar el mar y rugir el tem-Poral, no tiene voz que pueda el oídoPercibir; ni es olor que puedan las na-r ices olfatear, ni sabor que se puedagustar, ni cosa dura o suave, fría ocaliente, que se pueda tocar; nada deesto es Dios, porque si lo fuese ya nosería el más excelente de los seres,Pues se encontraría entre los ínfimosdel universo que son los corpóreos.Ni puede ser Dios, como el hombre,espiritual y corpóreo, porque más ex-celente es ser puramente espiritual ein telectual, que junto con el ser espi-ritual ser también animal, y, además,como ser compuesto necesitaría corn-Po nedor, por lo cual ya no sería el pri-tuero de los seres y dependería de otro.

No siendo, pues, Dios objeto sen-sible ni teniendo por lo mismo opera-ciones sensibles, no puede impresio-llar nuestros sentidos dejando en ellosuna imagen de su ser por donde sevenga en su conocimiento.

Y con todo, porque en la creaciónDios,

Mil gracias derramandoPasó por estos sotos con presuraY yéndolos mirando,Con sola su figuraVestidos los dejó de su hermosura.

dijo San Agustín, que «es una luzsobre toda luz que no ven los ojos,y una voz sobre toda voz que no per-ciben los Oídos , y un olor sobretodo olor que no sienten las narices,y una dulzura sobre toda dulzura queno conoce el gusto, y un abrazo sobretodo abrazo que no siente el tacto;porque esta luz resplandece donde nohay lugar, y esta voz suena donde elaire no la lleva, y este olor se sientedonde el viento no lo derrama, y estesabor deleita donde no hay paladarque le guste, y este abrazo se recibedonde jamás se aparta».

Tampoco podemos llegar al cono-cimiento de Dios por la imaginación.La imaginación es un sentido, o talvez sentidos internos correspondien-tes a cada uno de los sentidos exter-nos, que conserva y reproduce conmayor o menor viveza las sensacio-nes externas y las combina de milformas distintas, La verdad de lo ima-ginado consiste en la fidelidad de lareproducción interna de las sensacio-nes y de que las cosas percibidas porlos sentidos continúen en el mismoser que cuando impresionaron nues-tros sentidos, y corno Dios, según

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e en los otros Sanctos e Sanctas, quepor ninguna tribulación, ni por ningu-na persecución quisieron partirse delamor de ihesu Christo; e esto eranporque amaban verdaderamente, equien verdaderamente ama, siempreama, e así lo escribieron los filósofose los Sanctos. E la tercera razón,porque entendiesen que el SpírituSancto, en quien es el amor, fablabacon ellos.

E agora veamos por qué razónaparesció e fui dado el Spíritu Sancto,más en semejanza de lengua que enotro miembro del cuerpo, e devedessaber que esto fui por tres razo-nes; ca la lengua del orne se inflama-ba por fuego infernal, e es liviana ederecha e provechosa. E porque erainflamada por fuego infernal, menes-ter fui el fuego del Spíritu Sancto queremoviese el ardor de las cosas terre-nales e encendiese el amor de lasspirituales, onde dixo Santiago: «Lalengua nuestra fuego es», e la segun-

da razón porque no es ligera de regirni de governar e de domar, por ondeovo menester la gracia del SpírituSancto; ca dice Santiago que todaslas naturas de las bestias, e de lasaves, e de las serpientes, e de lasotras cosas puede domar el orne, e lalengua humana no puede ningunodomar, e por ende menester fui que'Spíritu Sancto aparesciese en figurade lengua que la domase e la enderezase.

E la tercera razón porque los Apóstoles e los discípulos devían predi

car el Evangelio, e la buena lenguamucho es provecho e necesaria a lospredicadores.

E por estas razones sobredichasaparesció e fue dado el Spíritu Sancto

en figura de fuego e en semejanza delengua de fuego más que en semejanzade otro miembro ninguno (1).

(1) Sobre la «Seta Mahometana», tit. XIII, númiros 10 al 27. Edición hecha en Roma por el Padi e

Fr. Pedro Armengol. Valenzuela, año 1908.

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queda dicho, no es objeto sensibleque pueda obrar en nuestros sentidosimprimiendo en ellos la imagen de suser, no puede por lo mismo ser tér-mino verdadero de nuestra imagina-ción.

Ni tampoco puede ser el conocimiento de Dios el resultado de lascombinaciones imaginativas, porqueestos juegos de la imaginación notienen ningún valor real y, además,porque sus elementos no salen delorden de los objetos sensibles, entrelos cuales no puede contarse a Dios,como queda probado.

Dios no es objeto del conocimientode nuestra conciencia.—Sabemos quevemos, que oímos, que imaginamos,que juzgamos, que razonamos, quesentimos gozo, dolor; este conoci-miento de nuestros actos cognosciti-vos y afectivos es lo que llamamosconciencia.

No puede ser Dios término del co-nocimiento de nuestra conciencia,porque sólo podía serio siendo acto oactos nuestros cognoscitivos o afec-tivos, y esto es imposible, porqueestos actos son producidos, y serproducido es la negación de Dios, quepor serio es el productor de todas lasCOSdS.

Dios no es objeto de conocimientode nuestros actos negativos.—Hay,además, en nosotros otros actos cog-noscitivos y afectivos, que por suobjeto podemos llamar negativos, yse expresan por estas palabras: noveo, no oigo, .no entiendo, no com-prendo, no siento dolor, tristeza... Noveo, porque o no tengo ojos, y te-niéndolos y mirando, el objeto sensi-

ble no impresiona mi pupila; no entiendo, porque o no tengo alcances ome falta la conveniente demostraciónpara comprender. Sea por una u otracausa, el caso es el mismo.

Hay en esto la carencia de conoci-miento de un objeto o de una clase deobjetos, sensibles o inteligibles y,además, el acto positivo por el cualconocemos que carecemos de estosconocimientos.

Dios corno objeto de nuestro co-nocimiento no puede estar permanen-temente entre los seres que no cono-cemos; esto equivaldría a decir quetendríamos que renunciar a su cono-cimiento. Ni tampoco puede ser Diosel acto por el cual sabemos que novemos, oímos, entendemos, porquepor ser acto es producido y es condi-ción esencial del ser divino que seaimproducido y productor de lo queexiste fuera de el.

No siendo posible conocer a Diosni por los sentidos externos, ni porlos internos, ni por los actos de nues-tra conciencia, sólo queda la posibili-dad de conocerlo por nuestro enten-dimiento.

Distinción entre los conocimientossensibles y los intelectuales.—EI co-nocimiento sensible es siempre indi-vidual; es decir, que cada conocimiento sensible corresponde a sólo unobjeto sensible; un retrato lo es sólode una persona. En cambio el conoci-miento intelectual es universal y con-viene por lo mismo a muchos seres.Así, cuando digo que el triángulo esuna figura necesariamente plana, ce-rrada por tres líneas y que tiene tresángulos, formo un conogimiento ver-

dadero, porque así son todos lostriángulos sin que haya ni pueda ha-ber uno que desmienta esta noción;suprasensible, porque todo triángulosensible ha de ser necesariamente deuna sola de estas tres maneras: o ten-drá todos sus lados iguales, o sólodos lados iguales o ninguno igual yhan de ser, además, de un tamaño de-terminado todos sus elementos: sien-do de una manera y de un tamaño sufigura no conviene a los de otra ma-nera o tamaño, por lo cual la nocióndada de triángulo: figura cerrada yPlana de tres lados y tres ángulos, noes imagen sensible, sino un conceptosuprasensible.

Sabemos la distancia al sol, y conMenor error proporcionalmente que elque suele cometerse en la medida deun metro de tela; y que esa distanciano se ha medido tendiendo de la tierrae I sol una cuerda que los ojos viesen;q ue esa distancia se sacó de la rela-ción que tiene con otras distanciasconocidas; que ésta no ha sido unaO peración de los sentidos, puesto quela dicha distancia no puede impresio-nar nuestra vista como la impresionala franja de una carretera; que tam-Poco es operación de la imaginaciónPor adición de imágenes sensibles;no queda, pues, otra salida que talCual conocemos esa distancia seasuprasensible, y, por verdadera, sifuese posible la verificación, veríamosCOn asombro que igualaba la distan-c ia calculada a la distancia real me-dida.

El conocimiento de Dios pertenecee este genero de conocimientos su-Presensibles.

Tres son los actos de nuestro eh-dimiento: idear, juzgar y razonar, ylos conocimientos intelectuales pareceque deben reducirse solamente a ideasy juicios, pues el raciocinio es sólo elmedio para formar los juicios que elentendimiento no alcanza por sí mis-mo.

El conocimiento de Dios no es eltérmino del idear. —Idear es formaruna idea, cuyo carácter es la simplici-dad del concepto y la universalidadde atribución. Imaginemos un cuadrorico de composición y colorido, comolo son los de los grandes Maestrosde la pintura; puede contemplarse ensu conjunto y puede contemplarsecada uno de sus matices prescindien-do de lo demás y copiarse apartecada uno de ellos formando la gamacompleta de su colorido. Cada uno delos matices tiene los dos caracteresde la idea: simplicidad del colorido yposibilidad de atribución por compa-ración o ejecución a colorido igual deotro cuadro existente o que se pinte.

Siendo la idea por su simplicidad elmás elemental de los conocimientosno se puede por ella conocer el másperfecto de los seres, que es Dios, ysiendo además la idea por su univer-salidad atribuible a muchos seres rea-les o posibles, no conviene por lomismo al ser único e incomunica-ble.

No hay, pues, a mi parecer idea, enel sentido explicado, por la cual co-nozcamos a Dios; porque aquellosconceptos por los cuales podemosconocerlo, como son que es el serque no tiene principio, que existe desi mismo, que moviendo todo lo que

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se mueve permanece inalterable, quees el principio de todas las cosas yque es ser simplicísimo, todo esto esfruto de raciocinio, no de una simpleabstracción y generalización, como esfácil de probar, reparando en la demostración de los atributos divinos.

No es el conocimiento de Diostérmino de nuestros juicios.—Tomoaquí la palabra juicio en el sentidoestricto de acto de nuestra mente porel cual afirmamos o negamos algo dealgo en virtud de comparar directa-mente dos ideas entre si y echar dever la conveniencia o disconvenienciaque hay entre ellas. Así, cuando digoque lo blanco no es negro, que el quevive no está muerto, que el bien se hade buscar y huir el mal, he llegado aestas afirmaciones con sólo conocerlo que es blanco y lo que es negro,vivo y muerto, bien y buscar, mal yhuir.

Si pues, conociésemos a Dios porel juicio, tendríamos los inconvenien-tes de conocer a Dios por la idea,porque el que sean dos las que se ne-cesitan para el juicio no evita los in-convenientes inherentes al conoci-miento de Dios por la idea que atrásdejo apuntados.

Sólo, pues, se puede conocer aDios por conceptos sacados por ra-ciocinio.

No faltaron quienes dijesen que porjuicio, es decir, simple comparaciónde lo que se entiende por Dios y porexistencia, se sacaba que Dios existesin reparar que el concepto de Dioses resultado del discurso y que estediscurso tuvo por punto de partidaseres reales y que lleva entrañada por

lo mismo la realidad de la existenciadivina, en que consiste formalmenteel conocimiento de Dios, que es querealmente exista el Dios que pensa-mos.

Hay páginas bellísimas en este sen-tido; por muestra doy la primera Ele-vación de Bossuet sobre el ser deDios.

«Desde toda la eternidad Dios exis-te: Dios es perfecto, Dios es feliz,Dios es único. El impío pregunta:¿Por qué ha de existir Dios? Yo lerespondo: ¿Por qué no ha de existirDios? ¿Es porque Dios es perfecto?¿Pero de cuándo acá la perfección esun obstáculo para existir? Error in-sensato; al contrario, la perfección esla razón de la existencia. ¿Por qué hade existir el imperfecto y no ha deexistir el perfecto?, es decir, ¿por quéel que tiene mucho de nada ha deexistir y el que no tiene de nada (por-que lo es todo) no ha de existir? ¿Aqué se llama perfecto? Al ser al quenada le falta. ¿A qué llamamos im-perfecto? Al ser al que le falta algo.¿Por qué el ser al que nada le falta noha de existir, y no más bien el ser alque algo le falta? ¿De dónde provieneque pudiendo existir cualquiera cosa,no puede hacerse que exista la nada?¿No es porque el ser vale más que lanada, y la nada no puede prevalecersobre el ser, ni impedir que exista?Pues por la misma razón lo imperfec-to no puede valer más que lo perfecto,ni tener más derechos a existir, ni im-pedir que exista. ¿Qué es, pues, loque pueda impedir que Dios exista, ypor qué la nada de Dios que el impíoquiere imaginarse en su corazón in-

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sensato?, ¿por qué, pregunto yo, estanada de Dios la ha de preferir al serdivino? ¿Será mejor que Dios noexista que el que exista?

¡Oh Dios!, no sabe uno qué pensarde ceguera tan grande. El impío sePierde en la nada de Dios, cuya nadaquiere preferir al ser de Dios; a élmismo, a este impío, no se le ocurrePreguntarse por qué existe. Alma mía,alma razonable, pero cuya razón estan flaca, ¿por qué tú quieres existir y

que Dios no exista? ¡Qué!, ¿vales túmás que Dios?, alma flaca, alma ig-norante, alma descarriada, llena deerror y de incertidumbres en tu inteli-gencia, llena en tu voluntad de flaque-zas, de extravíos, de corrupción, demalos deseos; ¿te parece bien que túexistas y que la certeza, la compren-sión, el pleno conocimiento de la ver-dad y el amor inmutable de la justiciay del derecho no exista?»

FR. JUAN G. CASTRO

EL NUEVO PEONENDesde el 14 de abril, España es una

República con aspiraciones de federal.Aunque la emisión del pensamiento nosea enteramente libre, sería defraudara nuestros lectores si no les dijéramosalgo del nuevo régimen, dándoles al-gunas normas de conducta. Para esoestamos en la prensa.

Que no éramos republicanos, lo sa-ben perfectamente nuestros lectores.Hemos dado repetidas pruebas de adhe-sión a la Monarquía y a la persona dedon Alfonso XIII, el rey católico y ca-balleroso, q u e durante veintinuevearios dirigió los destinos de España conbastante fortuna, si miramos a nuestroalrededor.

No sentíamos la misma adhesión, ynuestros lectores lo conocen igualmente, hacia todos los políticos que le ro-deaban, y muchas veces hemos conde-nado la torpeza y egoísmo de los queSólo soñaban en arribar al poder ymantenerse en él, sin cuidarse de ha-cer obra útil. En esto, como en lo otro,éramos eco de una gran parte de losespañoles.

La Dictadura de 1923 fue una explo-sión de ira colectiva contra esa vieja yrastrera política, y el voto de los elec-tores del 12 de abril último tenía lamisma significación. Aun los más afec-tos al régimen temían ver resucitadoel viejo parlamentarismo, que en todaspartes está en quiebra y constituye unode los mayores estorbos para la mar-cha de las naciones, que tienen que re-solver por sí mismas sus problemas vi-tales.

Es evidente que en los últimos cin-cuenta arios España mejoró su indus-tria y su agricultura y aumentó suriqueza, mientras su cultura subía con-siderablemente, pero son pocos los quereconocen ahí la mano de los políticos,y son muchísimos los que afirman queéstos no han hecho más que estorbar alque con su esfuerzo y talento tratabaabrirse paso.

En materia de enseñanza así lo cree-mos y lo hemos repetido, así como afir-mamos que no queda nada tan malocomo la obra del Estado en esa ma-teria.

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De Sagrada EscrituraLas fiestas de los judíos

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Para muchos constituye un escánda-lo el ver al lado de la República a sig-nificados amigos de la Dictadura. Paranosotros el fenómeno es muy explica-ble: la misma causa que los llevó allado del dictador los empuja ahora haciala República, o sea el odio a la vieja po-lítica y el afán de enterrarla definiti-vamente. Esto sin negar la existenciade logreros, para quienes el régimen ylas ideas nada significan y el medropersonal lo es todo.

Ello es que el rey, que aceptó la Dic-tadura de 1923, dejó ahora también elpaso libre a la República, evitando enambos casos una guerra civil, que fue-ra la ruina de la nación. Por ello debe-mos estarle agradecidos y ojalá quetodos dieran pruebas de un desprendi-miento semejante.

¿Qué hemos de hacer ahora? Lo mis-mo que hicimos con la vieja política ycon la Dictadura: ver de llevarla por elmejor camino, ayudando en cuanto po-damos a la paz de España. Si la Repú-blica ha de caer, sea al peso de suspropias torpezas y no por las dificulta-des que le creemos las personas deorden.

El primer entusiasmo en un régimensuele ser muy poderoso y a veces in-contrastable como una inundación; des-pués las pasiones se calman y las aguasvuelven a su cauce manso y humilde.

Todo Gobierno debería vivir para elpueblo y no para si mismo. Y nada di-gamos de la Iglesia y de los católicos.En nosotros el egoísmo, la falta deideales, es un crimen. ¿Estamos ente-ramente libres de él? Nuestra actividady esfuerzos por la educación popular ypor el mejoramiento moral y materialde las clases humildes lo dirán.

Sinceramente lo hemos repetido enestas páginas: el trabajo desarrolladopor la Iglesia y por los católicos es con-

siderable y va en aumento, pero quedatodavía muchísimo que hacer. Son bas-tantes aún los eclesiásticos y no ecle-siásticos, que como ciertos catedráticos,juzgan que con una hora de trabajohan satisfecho plenamente a su obliga-ción. Olvidan que Dios nos ha de pedircuenta de las veinticuatro horas del dia.

Entre los grandes problemas que laRepública tiene que resolver, el másurgente es el del paro, o sea el hambreque no admite espera. Las conmocio-nes y la intranquilidad pública no ha-rán más que agravarlo y es necesarioque todos contribuyamos a resolverlocon abnegación y caridad.

Menos urgente, con serlo mucho, esel de los arriendos rústicos. Nuestroslabradores del Norte, que gozan dearriendos milenarios e inalterables consus foros, ansían sacudir esa carga, ysi lo consiguen por vías legales, hacenbien; pero deben saber que de Madridabajo la mayor parte de las fincas searriendan por un ario o poco más, y alcabo de ese tiempo el propietario puedesubir el canon haciendo pagar al colo-no las mejoras que éste mismo ha in-troducido en la finca. ¡Cuánto daríanlos colonos andaluces por los foros deque tanto maldicen los gallegos! A esoo a cosa parecida es preciso llegar parahacer frente al socialismo y a la anar-quía.

El problema de la enseñanza necesi-ta igualmente de una mano fuerte ygenerosa. Con ser grande la escasez deescuelas, lo más grave es todavía sucalidad. Tenemos universidades de so-bra y con todo nuestra enseñanza su-perior es lamentable. De esto se vanconvenciendo cuantos ponen sus manosen ella. Esperamos que el reconoci-miento de la culpa sea el principio dela enmienda. Es preciso infundir nuevoespíritu a maestros y discípulos.

El Gobierno ha puesto la mano en laPoda del ejército y dicen que preparala de la burocracia civil. Pidamos aDios que dé acierto a los podadores,Para que su obra no haga ms dañoque provecho.

¿Y la cuestión religiosa? Esta tene-mos que resolverla nosotros los católi-cos trabajando activamente por todos

La lectura del Santo Evangelio, enque se habla de las fiestas a queNuestro Señor Jesucristo asistió enJerusalén, excita el deseo de conocermejor esas solemnidades y lo que enellas se hacía.

La fiesta ordinaria semanal era elsábado que los judíos debían santificar con el descanso y la oración comonosotros santificamos el domingo enhonor de la resurrección del Salva-dor.

Nosotros, sin embargo, ofrecemosel sacrificio de la misa en todas nues-tras Iglesias, mientras los judíos sóloofrecían sus sacrificios sangrientosen Jerusalén, según lo previsto porMoisés a fin de inculcar en el pueblola idea de un solo Dios, contra elPoliteísmo de los gentiles vecinos.

Todos los días de la semana seOfrecía un cordero por la mañana yotro por la tarde, lo que se llamabasacrificio continuo, además de otrosvoluntarios ofrecidos por el pueblo.

los medios que están a nuestro alcan-ce. La Iglesia debe poco a los gobier-nos liberales y las órdenes religiosascasi nada; menos esperan todavía de laRepública. Pero están resueltas a lu-char por la causa de Jesucristo, conhábito o sin él, y esperan la victoria deaquel que dijo: Confiad, yo he vencidoal mundo.

VAZQUEZ

El sábado debían ofrecerse tambiéncerca del mediodía otros dos corde-ros, y a continuación se retiraban losdoce panes de la proposición, ofre-ciendo en su lugar doce panes fres-cos.

Fuera de Jerusalén, aunque no ha-bía sacrificios, debía celebrarse unasanta asamblea (precepto claro en eltexto hebreo, aunque no en la Vulga-ta), leyendo la Ley, orando y cantan-do himnos y salmos. En el NuevoTestamento consta que así se hacíaen las sinagogas, aunque éstas sonposteriores al cautiverio.

Para el mismo fin de mantener launidad del culto, se mandaba quetodos los hombres se presentaran enJerusalén en las tres grandes fiestasde Pascua, Pentecostés y de los Ta-bernáculos o Escenopegia, fiestas quelos rabinos llamaban por eso Reglim(pies) por el viaje obligatorio. Esaobligación no alcanzaba, sin embar-go, a las mujeres ni a los niños meno-

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res de doce arios, ni a los judíos dis-persos en las naciones lejanas, aun-que todos procuraban hacer el viajevarias veces.

Así se explica cómo el niño Jesús seperdió a los doce años, yendo tam-bién en peregrinación la SantísimaVirgen. Los Actos de los Apóstolesmencionan igualmente la multitud degentes de todas las naciones que haybajo el cielo, reunidas en Jerusalénpara la fiesta de Pentecostés, cuandolos apóstoles comenzaron a anunciarel Evangelio en varias lenguas.

La Pascua era la fiesta principal delos judíos, en memoria de su salida deEgipto, y duraba ocho días, siendomás solemnes el primero y el último,únicos en que estaba prohibido el tra-bajo. Celebrábase al día siguiente alplenilunio de marzo, en cualquier díade la semana que cayera.

En la víspera se mataba el corderopascual que debía comer cada familiacon pan ácimo y lechugas amargas.En los últimos siglos antes de Jesu-cristo, el sacrificio del cordero sehacía sólo en Jerusalén, y por tantosólo allí se comía. En el templo seofrecía también un haz de cebada, pri-micias de la siega.

Los habitantes de la capital alquila-ban habitaciones a los forasteros, yuna de esas era el cenáculo en queNuestro Señor celebró la última pas-cua e instituyó el sacrificio de la LeyNueva.

Jesús fué a celebrar la pascua mu-chas veces desde los doce arios. Cer-ca de esa fiesta, en el año segundo desu predicación, estaba aún en Galileaguando multiplicó los panes la vez

primera, mas eso no prueba que nosubiera a la fiesta, pues en tres díasse hacía el viaje cómodamente.

En la última fiesta de pascua fuéinmolado el Cordero de Dios quequita los pecados del mundo, a lahora misma en que se sacrificaba elcordero pascual, figura suya.

La fiesta de Pentecostés se cele-braba a los cincuenta días de la Pas-cua, para ofrecer a Dios las primiciasdel trigo ya segado. Duraba sólo undia y en él debían ofrecerse variossacrificios extraordinarios de corde-ros y tortas. Inútil parece recordarque en esta fiesta se realizó la pro-mulgación del Evangelio, así comocerca de los cincuenta días de la sali-da de Egipto se había promulgado laley mosáica.

La tercera de las tres grandes fies-tas era la de la Escenopegia o de losTabernáculos, que se celebraba del 15al 22 del mes séptimo para dar gra-cias a Dios por la vendimia y de-más frutos recogidos (septiembre-oc-tubre).

Los israelitas debían habitar entiendas de ramajes levantadas en losjardines y plazas durante los sieteprimeros días, en memoria de loscuarenta arios que sus antepasadosacamparon en el desierto. Sólo el díaprimero y el octavo eran de descansoobligado.

En el Evangelio se menciona lafiesta de los Tabernáculos del últimoaño del Señor: Estaba en Galilea ysus paisanos le invitaron a subir conellos a la fiesta, negándose Jesús paraevitar las asechanzas de los judíos;pero al mediar la semana de la fiesta

se presentó en Jerusalén, aprovechan-do la ocasión para difundir su doc-trina.

Otra fiesta mencionada en el Evan-gelio es la de las Encenias o renova-ción del templo por Judas Macabeo,después de saqueado y profanado porlos gentiles. Era en el mes de diciem-bre y el Señor paseaba en el temploen el pórtico de Salomón, para correrel frío. Los judíos le pidieron quedijera claramente quién era y Jesúsafirmó terminantemente su Divinidad,i ntentando aquéllos apedrearle. Suce-dió esto el último año, unos cuatromeses antes de la Pasión.

Además de estas fiestas había otrasvarias, como la Neotnenia o principiodel mes, que se anunciaba al son detrompetas, ofreciendo sacrificios ex-traordinarios en el templo, aunque eradía de trabajo, excepto en el mesSéptimo.

La fi esta de la 'Expiación se cele-braba el 10 del mes séptimo, o seacinco días antes de los Tabernáculos,y en ella oticiaba el Sumo Sacerdoteque solamente entonces entraba en el« Sancta Sanctorum . o lugar santísi-mo del templo, ofreciendo varios to-ros y machos cabríos, con cuya san-gre rociaba el templo y a todo elPueblo. Finalmente se enviaba al de-sierto otro macho cabrío, sobre el quei mponía las manos, indicando que locargaban con los pecados del pueblo.A este mismo efecto, los judíos ayuna-ban rigurosamente en este día, sintomar alimento alguno en las veinti-cuatro horas.

La fiesta de Pudín o de las suertes,que era el 14 del último mes, o de

Adar (febrero-marzo) se celebrabacon grande algazara, no muy religio-sa, recordando la venganza que losjudíos obtuvieron de sus enemigospor medio de Ester y Mardoqueo entiempo de Asuero, rey de Persia.

FR. G. NÚÑEZ

A n&dotas—Mi observación me permite afir-

mar que la mujer es mucho más su-frida que el hombre.

—¿Es usted médico?—No, señor; soy zapatero.

—Ten confianza en Dios (decía supadre a un hambriento guasón). Elque alimenta a las aves del cielo note faltará a tí.

----;Sí, pero mira qué piernas tienen!

Don Angel Garrido, actualmenteconcejal de Madrid, fué alcalde hacepocos años. Celebrábase un mitinpara el abaratamiento de las subsis-tencias, y el alcalde quiso intervenirpara alusiones. Al adelantarse parahablar se desprendió del gabán, bas-tón y sombrero; no había percha amano, pero un caballero galantemen-te se ofreció a guardar aquellas pren-das. Lo malo fué que al terminar sudiscurso el alcalde, tuvo que esperara que le trajeran de casa otras.

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El dogma de la maternidad divina deNuestra Señora

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Este ario es el décimoquinto centena-rio de la definición dogmática de laMaternidad Divina de María, por elConcilio ecuménico de Efeso.

En este artículo expondré qué es eldogma y en qué consiste el de la Ma-ternidad Divina, reservando para ar-tículos sucesivos la historia de la here-jía nestoriana, su condenación y laevolución de la fórmula dogmática.

Nada nos aprovecharía que sea Diosinfalible en revelar, si nosotros no lofuéramos también en cierta manera enel creer, como sería inútil el magisteriohumano si el discípulo no pudieseaprender lo que su maestro le enseña.

Habrá. , pues, que admitir, si la ense-ñanza divina no ha de quedar frustra-da, la posibilidad y la realidad de quelos hombres lleguen a la creencia ver-dadera, correspondiente a la palabrade Dios que ni se engaña ni nos enga-ña; y como doctrinalmente es cierto yla historia lo demuestra que ni loshombres por sí mismos (por ilustraciónpersonal de Dios o por esfuerzo propio)o apoyándose en otros hombres de su-perior cultura o fiándose de personasdotadas de carismas mas o menos apa-ren"tes, pero formalmente separadas dela Iglesia, lobos con piel de oveja, lle-garon a la inteligencia de la enseñanzadivina, sino que, al contrario, cayeronen infinitos errores, es preciso admitir,si no se quiere caer en la negación dela Providencia Divina, un órgano infa-lible en entender y proponer a los fie-

les lo que Dios infaliblemente nos harevelado.

La Iglesia Católica tiene la pruebaplenísima doctrinal e históricamentede esta infalibilidad de interpretación.Durante veinte siglos siempre una yconsecuente consigo misma, en ,conti-nuo magisterio ordinario y extraordi-nario sin un error y, por consiguiente,sin una rectificación voluntaria ni im-puesta, autorizada, además, de modopermanente por el milagro que es elsello de Dios.

Las palabras con que la Iglesia Ca-tólica expresa su inteligencia de la pa-labra de Dios y la expone a los fielespara que la crean de la misma manera,constituyen el dogma. Son, pues, laspalabras con que el discípulo bien en-terado expresa su conformidad con ladoctrina del maestro y con las mismasenseña o puede enseriar.

La creencia es un conocimiento ytiene, por lo mismo, todos sus elemen-tos: un estado cognoscitivo interno pro-ducido por la palabra y una realidadobjetiva a que la interna representa-ción responde. Porque cuando digo,por ejemplo, «creo que en Dios haytres personas distintas, Padre, Hijo yEspíritu Santo, « sé lo que digo con lapalabra « Dios» y lo que significan laspalabras «personas) y « distintas», y,además, que la realidad es así como lacreo.

Se distingue la creencia de los otrosconocimientos en que el concepto in-terno no fué producido ni inmediata nimediatamente por el objeto creído, sino

por la palabra del que nos habla, y enque la relación de conformidad del con-cepto con la realidad depende de laautoridad revelante.

El objeto formal del dogma es el con-cepto teológico de una verdad revela-da, su esclarecimiento; pero nunca ha-cer naturalmente conocido lo que hastaahora creímos por la autoridad de Diosy de su Iglesia.

El dogma se vale de conceptos hu-manos, en esto igual a la Revelación,para expresar verdades divinas; perolos conceptos del dogma son general-mente científicos y los de la Revelacióngeneralmente populares; con frecuen-cia los del dogma pertenecen a unaescuela filosófica.

Tiene, pues, la fórmula dogmáticapor su concepto dos relaciones de ver-dad: una con la palabra revelada, de lacual es la inteligencia y expresión, yotra con las materias científicas de quees concepto. Por lo cual, a veces, ladefinición de un dogma es la confirma-ción de una doctrina y una especie decanonización; esto se ve clarisimamen-te con la prueba que se llama ad ab-

surdum.La Revelación precede al Dogma, el

Dogma sigue a la Revelación; la Re-velación es la expresión de la palabrade Dios y el Dogma es la expresión dela recta inteligencia de la palabra deDios; la Revelación es inmutable, por-que no será desmentida ninguna de susafirmaciones, y porque no aumentarásu depósito con nuevas revelaciones,y el Dogma es permanente, porque ja-más se dará otro sentido que el que seha dado a la palabra de Dios, aunqueel Dogma aumentará y se perfecciona-rá con nuevas definiciones dogmáticasde la palabra de Dios; la Revelación esde más difícil inteligencia que el Dog-ma, como lo es lo obscuro que lo claro;

la Revelación no supone el sentir de laIglesia, el Dogma lo supone, lo busca ylo expresa.

Es, pues, el Dogma de la MaternidadDivina la expresión solemnísima, he-cha en Efeso, de lo que la Iglesia sientedel privilegio eminente de María de serMadre de Dios y de lo que creyó y en-señó durante los tres siglos anteriores,desde el principio del Cristianismo, enconformidad con la palabra de Diosrevelada.

Si Jesucristo es Dios, María es Madrede Dios, como si los hijos son raciona-les sus madres lo son de seres raciona-les.•Porque no es necesario que lasmadres para serlo den a sus hijos todolo que son; de este modo los hombresno tendrían madres, porque el alma y,por consiguiente, la vida, la recibieronde Dios; las madres contribuyeron sóloen algo a lo que del polvo toma nuestranaturaleza.

Hay, pues, que distinguir en la ma-ternidad lo que es su fundamento de loque es su término.

El fundamento o razón de la mater-nidad es lo que las madres dan, por locual hay hijo y, en virtud de la mater-nidad, tal hijo; y el término de la ma-ternidad es la persona del hijo, sujetode todas las atribuciones y, por lo mis-mo, también de la filiación.

María diö a la Segunda Persona de laSantísima Trinidad lo que las madresdan a sus hijos, aunque por obra sobre-natural y purísima, y como las madresse llaman de tales hijos por lo que lesdieron, así María, por lo que dió alHijo de Dios, Dios como su Padre, sellama Madre de Dios.

El fundamento, pues, de la materni-dad divina de María es el mismo queel de las otras madres humanas; peroel término de la maternidad de María,

Estados Unidos.-1,03 PP. Mercedarios de Cleveland en el jardín de su residencia.

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el Hijo de Dios, es el que hace que sumaternidad sea divina.

La Iglesia admite una preparacióndel cuerpo de María para la DivinaMaternidad; para ésta podríamos decirdigna convivencia corpórea del Hijo deDios con María, como de Hijo con suMadre.

La convivencia corpórea y su origen

cación corpórea, que es, una vez naci-do el hijo, sacar adelante su vida me-diante los cuidados maternales, que sipueden ser suplidos por los de otraspersonas, jamás perfectamente susti-tuidos.

En cuanto al origen humano de Nues-tro Señor Jesucristo, es cierto que Ma-ría no de la nada, que sería creación,no de otra parte, que sería la negación

modales, temperamento, propensionesPorque toda causa obra según es, y porlo mismo el parecido es prueba de laacción.

Prueba de lo mismo es que antes queuna sustancia corpórea sea informaday animada por el alma, tiene que estarasimilada, es decir, en condiciones derecibir la animación; porque las almasno animan cualquiera sustancia corpó-rea, por ejemplo, una piedra, el agua,un pedazo de pan... sino una sustanciadeterminada, y como el alma humana,aunque preexistiese a la formación delcuerpo, antes de tenerlo no puede asi-milar sustancia corpórea alguna, por-que esta función es orgánica; no quedaotro medio que el que le den asimiladala sustancia corpórea que empezando avivir anima y vivifica, función en estecaso de la Maternidad de María porobra y gracia del Espíritu Santo.

Esto es lo que establece entre Jesúsen cuanto hombre y María la ley deherencia, que hizo decir a San Agustín:La carne de Jesús es carne de María.

La operación del Espíritu Santo cor-pórea en cuanto al término, es esencial-mente espiritual en cuanto a la causacomo lo es el Espíritu Santo, y porconsiguiente purísima, como tarnbien

fue- purísima la Maternidad de María yla Encarnación del Hijo de Dios.

Ponga fin a este artículo este «Juegode Noche Buena a lo divino» de Alonsode Ledesma, que con bellas semejanzasexplica la virginidad de Nuestra Se-ñora.

Como la flor olorosaProduce la tierra mismaEn los más altos colladosDonde no cayó semilla;Como la perla entre el nácarEl sol la congela y cría,Cuyos bellísimos rayosEn su concha la visitan;Como el sol por la vidriera,Cuando pasa no se eclipsa,Antes queda más hermosa,Más trasparente y más limpia;Como nace de la estrellaLa luz que el sol la envía,Y no sólo no la daria,Mas antes la purifica;Como la niña del ojo,Con su potencia viSiva,Concibe en sí los colores.Quedando virgen la niña;Corno el sol cuando se bariaEn las aguas cristalinas,Pasan sus ardientes rayosSin que las aguas dividan;Así de Vos, Virgen Santa,Nace Jesús este día.

FR. JUAN GILABERT

es la maternidad física, fundamento dela otra convivencia o trato de Maríacon Jesús que puede llamarse mater-nidad moral.

Tres cosas hay en la maternidad físi-ca de María, como en toda maternidad:Origen del hijo de la madre, razón for-mal de la maternidad; dependencia dela vida del hijo de la madre durantenueve meses, tanto más necesariacuanto más tierno es el hijo, pues correla suerte de la madre, y, por fin, edu-

de la maternidad, sino de su propiacarne la dió a la Segunda Persona dela Santísima Trinidad.

La función maternal no puede redu-cirse al papel de alimento, cuya razónformal es poder ser convertido en lapropia sustancia del que le come sinque quede vestigio de lo que era antesde ser asimilado; la maternidad es unaverdadera acción, de lo cual son pruebaconcluyente las huellas que de la ma-dre quedan en el hijo: facciones, aire,

,7(çe Notas religiosas r--(1-Y- 179 —

Lourdes: La Oficina de comproba-ciones medicales en 1930

He aquí resumidas unas interesan-tes observaciones del doctor Vallet,presidente de la Oficina de Consta-taciones de Lourdes, acerca de suactividad durante el ario de peregrina-ciones que ha terminado el 15 de oc-tubre.

El número de médicos que han ve-nido a tornar parte en sus trabajos hasuperado con mucho al de 1929, y esun placer el ver qué capital interéstoma cada año el «hecho de Lourdes»en las preocupaciones del mundo mé-dico, cuyas personalidades más emi-nentes no se desdeñan hoy de venir aasociarse a sus investigaciones cien-tíficas.

Nuestros registros nos dan en loscuatro últimos años las cifras siguien-tes: 722 médicos en 1927, 788 en 1928,920 en 1929 y 998 en 1930; cifras queya de suyo hablan con la mayor elo-cuencia.

Los franceses son entre estos com-pañeros los más numerosos, 489;después 103 médicos belgas; 79 ita-lianos; 47 españoles; 89 norteameri-canos; 38 sudamericanos; 22 holan-deses; 20 suizos; 17 irlandeses; 16alemanes; el resto de las más diver-sas nacionalidades: Dinamarca, Sue-cia, Polonia, etc. La fama de Lourdesy de sus curaciones ha llegado a seruniversal.

a Asociación Médica Internado-

nal de Nuestra Señora de Lourdesha progresado paralelamente y hoycuenta 1.250 miembros, de veinte na-ciones diferentes, bajo el mismoexergo de nuestra insignia: Credo.La fe internacional en Cristo, Rey detodos los pueblos.

Nuestros trabajos de este año hansido de dos clases.

En primer lugar completar los lega-jos que merecían la pena de los enfer-mos examinados en 1929 o antes, yexaminar de nuevo a estas personasen 1930, para decidir cuáles eran loscasos dignos de ser tenidos como«hechos de Lourdes».

Estos legajos eran 92. Hemos des-cartado 79, que han sido clasificados;y hemos homologado las siguientescuraciones:

L a El señor Miguel Marcel, delCressier, cantón de Neuchatel (Sui-za), curado el 15 de mayo de 1929, deenterocolitis muco-membranosa y depolinefritis.

2. Señorita Cerni, en ReligiónHermana San Ambrosio de NuestraSeñora de la Presentación, de Entra-vaux (Bajos Alpes), curada el 18 dejunio de 1929, de colitis bacilar.

3. Señora Renée Sonhalder, deParís, curada el 20 de junio de 1929,de alteraciones cardiovasculares ydystonia neuro-vegetativa.

4 •' Señorita Paula Margerie, de lafundación Santa María, de Cannes,curada el 27 de julio de 1929, de me-ningitis tuberculosa aguda.

8.a Señorita Irene Van de Voorde,del Hospital civil de Versalles, curadael 31 de julio de 1929, de tuberculosispulmonal bilateral.

6. a Señorita Romanie Van Kerck-voorde, de la Caridad (Lille), curadael 24 de agosto de 1929, de úlceraduodenal.

7 • a María Tropolomg, del Hospitalde Gand (Bélgica), curada el 5 deagosto, del mal de Pott y de peritoni-tis tuberculosa.

8. a Señorita María Chauvin,París, curada el 25 de agosto de 1929,del mal de Pott.

9. a Señorita Juliana Dhalluin, deTourcoing (Norte), curada el 1 deseptiembre de 1929, de úlcera medio-gástrica.

10.' Señorita María Adärn, deJournal (Luxemburgo), belga, curadael 4 de septiembre, de nefritis tubercu-losa.

11. a Señorita M. Nault, de Saint-Aigana-sur-Ros (Mayenne), curadael 11 de septiembre de 1929, de fístulainguinal derecha supurante en abun-dancia.

12. a Señorita Alicia Guillaumin, deValigny (Allier), curada el 20 de sep-tiembre de 1929, de múltiples absce-sos de la piel; «una verdadera espu-madera,.

Una decimatercera curación se hadejado para el ario próximo, la de laHermana María Bernardeta, de Blanzy(Saona-et-Loira).

Puera de esto hemos examinadocerca de 200 enfermos que se decla-raban curados o mejorados. Despuésde minuciosos exámenes, hemos he-cho 104 legajos de informes intere-

santes que actualmente esiän en estu-dio, y entre los cuales ya se ven enperspectiva algunas curaciones de lasmás notables.

(De «El Mensajero del Corazón deJesús» del mes de mayo de este ario).

Algo sobre la Oficina de compro-baciones medicales de Lourdes

Ha sido una feliz idea poner al ladode la Oficina ae los milagros de laSantísima Virgen—así es llamadoLourdes— una Oficina de compro-baciones de los mismos, que los exa-mine, los califique y los consigne enforma auténtica, bien grande e inesti-mable, con que se hacen inexpugna-bles, razonablemente, los hechos mi-lagrosos de Lourdes y se cierra lapuerta a la fantasía popular forjadorade leyendas, niebla que oscurece yempaña los hechos sobrenaturalesmás gloriosos. A esta Oficina cuadramaravillosamente el nombre de Nota-ría de los Milagros de Lourdes.

Los enfermos que son llevados enlas peregrinaciones generales a Lour-des para implorar la curación de laVirgen Inmaculada, van debidamentedocumentados (frecuentemente condescripciones radiográficas de lasregiones orgánicas interiores afecta-das), en lo que atañe a la naturaleza ycurso de la enfermedad. Algunos en-fermos documentados o no, espontá-neamente se presentan en las oficinaspara ser examinados y se levanta eldebido atestado de su enfermedadantes de pretender de la SantísimaVirgen la curación.

Al suceder el presunto hecho mila-

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groso, acallando la natural emocióny entusiasmo del enfermo y de loscircunstantes—que a veces estalla im-ponente, no habiendo fuerzas huma-nas que lo contengan—, conducenal enfermo a la Oficina de comproba-ciones, donde médicos ajenos a lamisma en número de cinco o seis, dedistintas nacionalidades, a veces es-pecialistas y decanos de Facultad,proceden a un examen minucioso ydetenido, que dura una hora y más, ydel que dan una relación oral o escri-ta firmada por todos.

Con esta relación y los certificadosde los doctores que asistieron al en-fermo en su enfermedad como ele-mentos de juicio, en Asamblea plena-ria, a la que asisten a veces un cente-nar de médicos, se plantean sucesiva-mente las tres cuestiones siguientes:¿Existió realmente la enfermedad?:¿fue completa la curación?, y ¿puedeatribuirse a un proceso natural?

Formado el oportuno expediente decada curación milagrosa, queda ar-chivado en la Oficina como monu-mento fehaciente y perenne de las so-brenaturales intervenciones de Maríaen las dolencias humanas.

Cada año, en los Centros más pa-risienses, que vale tanto como decirlos más cultos del mundo, se exponenestos hechos, que son como fulgura-ciones del orden sobrenatural.

Etapas de las curaciones, —Hablan-do en rigor no tienen estas curacio-nes etapas, porque son repentinas ysin convalecencia.

Repentinamente desaparece la cap-sa o causas de la dolencia, y repenti-namente se rehacen los tejidos pul-

monares, vertebrales, y repentina-mente sienten los enfermos un granbienestar y a veces impulsos incoer-cibles de hacer lo que por enfermedadno podían; por ejemplo, correr loshasta entonces cojos o rematadamen-te tísicos, hablar y aun cantar loshasta entonces afónicos por afeccio-nes graves a la garganta.

Pero los otros, que podemos lla-mar efectos secundarios de la enfer-medad, como congestión e induraciónpulmonar, bronquedad en la respira-ción, no desaparecen, salvo raras ex-cepciones, hasta algunas horas, 36 o48 por término medio, después de lacuración, dentro de cuyo tiempo lanaturaleza repilla su curso normal,reapareciendo funciones orgánicassupendidas a veces durante años.

(De LA MERCED de febrero de 1927).

Un nuevo prodigio del venerablePadre Claret

Cayó enfermo en Madrid, en casade sus padres (c. Dr. Castelo, 22), eljoven Teodosio Gago, de diecisieteaños de edad, el día 12 de noviembrede 1929, con fuertes reumas, que leatormentaban dolorosamente; era yala segunda vez que tan molesta comocruel y atenaceante enfermedad lo vi-sitaba, contando once años la primeravez que le acometió... Comenzó eljoven a experimentar terribles compli-caciones en los bronquios, pulmones,en el corazón y en todo su organis-mo, de modo que se vió presa, encosa de un mes, el infortunado joven,de una traidora y agotante tisis... Vi-sitaba al enfermo el médico doctor

don Vicente Asensio, y al hacerle lavisita ordinaria el día de la Purísima,después de practicarle el reconoci-miento acostumbrado, dijo a los pa-dres del enfermo: «Esto va muy mal,esto se acaba, es imposible la vida,vivirá un día..., dos. ., a lo sumocuatro». Al oir tan categóricos y fata-les pronósticos, llamó la atribuladafamilia a un especialista en vías res-piratorias, el doctor Ballesteros, y nobien hizo el reconocimiento dijo a lospadres del joven: «No se separen deaquí, de la cabecera, que se les que-dará como un pájaro». A las siete dela tarde le sobrevino un colapso, porel que quedó como muerto: así estuvotodo el día siguiente. Habían entretanto comunicado los padres del en-fermo la extrema gravedad de su hijoa otro hijo que tenía en calidad deescolar postulante en nuestro Colegiode Segovia, quien se apresuró a man-darle una reliquia del venerable PadreClaret. Se la pusieron al día siguientede la Purísima a las diez de la maña-na. A la media hora fue a quitárselasu madre... y, ¡oh prodigio!, le dicelleno de alegría el moribundo y des-

ahuciado enfermo: «No, madre, no mela quite, que me está poniendo bien lareliquia del venerable Padre Claret;me estoy poniendo mejor»; y se ladejó otra media hora, y desde enton-ces se presentó la mejoría tan francay tan patente, que llenó de pasmo yadmiración a cuantos la presenciaron.

Al día siguiente el médico de cabe-cera reconoce al enfermo y se quedaentre pensativo y pasmado, y excla-ma: «¿Qué ha habido aquí? ¡Si estono es lo que era! ¡Qué cambio tan rá-pido ha sido éste!...» Y aquel joven,que no podía vivir, y que si por mila-gro vivía, había de ser con muchasprecauciones, según confesión unáni-me de los médicos, hoy vive y seencuentra fuerte y robusto, y se dedi-ca, sin preocupación alguna, al tra-bajo, sin que hasta el presente senote en él indicio, ni el más leve resa-bio de sus pasadas y gravísimas en-fermedades.

(Extractado de la relación hechapor el R. P. José Santandreu, en «ElIris de Paz» del 3 de mayo de esteaño).

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El Venerable Padre Domingo Lisabiaga t el 9 de Marzode 1623

°Santoral Mercedario

O O O Oe) O.

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Muchos de nuestros cronistas de-dican una página al Padre Usabiaga,pero quien le consagró más atenciónfué el Maestro Fray Gabriel Téllez ensu Historia General de la Merced,aún inédita, utilizando los apuntes quele proporcionó el Padre Juan Iraizos,superior y compañero del Venerabledurante más de veinte años.

El Padre Iraizos es testigo de ma-yor excepción, pues yendo a rescataren Argel en 1629 estuvo condenado aser quemado vivo, y medio quemadole sacaron de la hoguera, sin perderpor ello el mérito de testigo fiel deJesucristo.

El Padre Usabiaga era guipuzcoanoy mayorazgo de la casa de su apellidoque renunció en una hermana suya,para no embarazarse con bienes de latierra. Habíase bautizado en la parro-quial de Inchaso.

A los dieciocho años de edad llevó-le su padre a Daroca con un tío suyocomerciante riquísimo, pero el jovendespreció las riquezas abrazando lapobreza de Cristo en el convento dela Merced de aquella ciudad.

Ordenáronlo poco después de sa-cerdote, pero hallándose poco instrui-do procuró ahondar en las Humanida-des, estudiando luego Filosofía conel Maestro Fray Domingo Pérez, mástarde provincial.

La obediencia le destinó a Romapor compañero del Padre Miguel Na-varro, Vicario General de Italia, y enla Ciudad Eterna estudió Teologíacon el Maestro del Sacro Palacio, Pa-dre Vicente, que le cobró singular afi-ción.

Vuelto a España fué destinado depredicador al convento de Lérida, y elcapítulo provincial de 1597, presididoen Zaragoza por el ReverendísimoZumel, nombró al Padre Usabiaga,Comisario de la redención con otrosvarios de los más fervorosos, prometiéndoles el grado de presentado a losocho años de trabajo. Hiciéronlo,además, Comendador de Huesca.

Asiste al capítulo de 1600 celebradoen el Puig, donde le hicieron Comen-dador de Uncastillo, en la actual pro-vincia de Zaragoza, convento funda-do hacia 1430 por Alfonso V deAragón.

En el capítulo de 1603 figura de Co-mendador de -Gerona, y nombrándoleredentor en Compañía del Padre JuanBautista Guerau, definidor por Valen-cia. El 2 de julio de 1604 desembarca-ron en Argel, y después de gravesperipecias rescataron 104 cautivos,algunos muy caros, pues en la listafiguran cinco frailes de diversas órde-nes, maltratados con saña por losturcos, hasta el punto de que un car-

menta redimido falleció antes de salirde Argel. Varios cautivos eran napo-litanos, sardos y sicilianos.

Para obtener que le fueran entrega-dos dos jóvenes rescatados hubo desufrir muchos palos, bofetadas y sali-vazos, pero al fin se salió con lasuya. Un anciano cautivo expuso alPadre Usabiaga que un joven catalán,desesperado, iba a apostatar. Ofre-cióse el redentor a quedar por él, masel Padre Guerau, que era muy ancia-no, le expuso el peligro de perderlotodo, pues sus fuerzas no alcanzabana tantos trabajos, si le dejaban solo.

La solución del conflicto la dió elmismo anciano cautivo entregando eldinero que tenía reunido para su res-cate y quedándose él en lugar del jo-ven, ejemplo nobilísimo que el PadreUsabiaga no cesó de ponderar toda suvida. En llegado a Barcelona procurógirarle al punto la cantidad prestada.

A su vuelta a España la provinciale envió a Poma por graves asuntosque arregló a satisfacción. Hizo elviaje por Francia en una mullid queen adelante le acompañó siempre yque los contemporáneos miraban conadmiración, pues el jinete era corpu-lento como ',suelen serio sus paisa-nos.

En el capítulo de 1606 celebrado enDaroca, el presentado Usabiaga salióProvincial por 33 votos, o sean todosmenos el suyo y tan fervorosamente_gobernó a sus religiosos que el Reve-rendísimo Monroy le nombró en 1608Visitador de Francia. Montado en sumulilla recorrió con admirable caridadtodos los conventos, atrayéndose alos religiosos con singular dulzura y

encaminándolos por las sendas de laobservancia.

Este éxito le proporcionó a su re-greso un grave disgusto con el Gene-ral, pues le mandó a presidir la elec-ción de Prior de Barcelona con ordende excluir a los candidatos de la pro-vincia de Aragón, cosa imposible yquizá injusta. El hecho es que salióPrior el Maestro Fray Bernardo Pa-piol, cuya elección se negó a confir-mar el General, ordenando al PadreUsabiaga comparecer en Sevilla paraexplicar su conducta.

Toda la humildad del Provincial nobastó a desarmar al Padre Monroyque le ocasionó varias molestias y leretuvo hasta concluir su provinciala-to, destinándolo luego, sin cargo al-gimo, a Uncastillo. La realidad se en-cargó de enseñar al General que noera tan fácil manejar a los electores,pues en el capítulo presidido por él enCalatayud salió Provincial el MaestroPapiol, que no había sido aceptadocomo Prior.

En Uncastillo encontró nuestro Ve-nerable a su futuro biógrafo PadreIraizos, y ambos emprendieron la re-paración de aquellas ruinas, traba-jando como verdaderos apóstoles enlos pueblos y como albañiles en lasobras. El Padre Usabiaga puso, ade-más, clase de Gramática a petición dela Villa, sacando muy lucidos discípu-los, hasta que los insoportables do-lores de mal de piedra le obligaron alimitarse a la predicación.

En ésta hizo cosas singulares,siéndolo no poco la facilidad con queun anciano en su =Hila cruzabaaquellas sierras cubiertas de nieve,

o

Arte cristiano.—Fachada de la Catedral de Tuy.

— 184 —

donde los jinetes más arriesgadosretrocedían.

Ejercitó una ingeniosa caridad enaños de hambre, haciendo él mismola comida para legiones de pobres,cultivando al efecto trigo de indias,(maíz le llaman, dice Tirso) que mez-clado con algún candeal y centeno,salvó de la muerte a muchos ha nibrientos.

A pesar de su carácter vizcaíno, depocas palabras y temperamento eje-cutivo, era singular su mansedumbrey dulzura aun en los lances más des-agradables. Cuando tenía casi reedi-ficado su convento, una riada arrasótodos sus esfuerzos, sin que este con-tratiempo lograra desconcertarle poconi mucho, comenzando de nuevo lasobras.

Para acabarle de probar la pacien-cia el ario 1618 le hicieron bajar a Za-ragoza pretendiendo el Consejo deAragón que el ex Provincial recono-ciera por Vicario General de la Ordenal Maestro Machín en contra delMaestro Muniera nombrado por elPapa. Negöse a ello en redondo elbuen guipuzcoano afirmando que lasórdenes del Papa debían acatarse sindiscusión.

Amenazáronle con el destierro, peroél se adelantó tomando el camino deRoma en su mblilla. A su llegada a la

Corte pontificia halló ya zanjado elpleito, regresando a España con mu-cho trabajo, pues para evitar encuen-tros con los herejes hugonotes enton-ces soliviantados, atravesó el Róda-no por un lugar pantanoso de dondesalieron por milagro él y su mula, queademás del jinete traía a cuestas vein-te años, y acabó sus días en llegandoa LIncastillo, con lástima de su dueñoy de los vecinos.

Continuó allí el Padre Llsabiaga susobras de caridad y celo, y el 9 de mar-zo de 1623, después de dos solos díasde cama, recibidos con gran fervortodos los Sacramentos, entregó tran-quilamente su alma a Dios entre laslágrimas del convento y del puebloque le veneraba como santo.

Su cuerpo fue encontrado incorrup-to y flexible a los cuatro años, salvoun golpe en la nariz, y fué colocadoen lugar honroso donde le vió el Re-verendísimo Salmerón al hacer la vi-sita en 1641, según refiere en sus Re-cuerdos.

FR. GUILLERMO VÁZQUEZ

La despoblación NI milico negra187 -

.que los padres venden, generalmenteen la infancia. La mujer es una bestiade trabajo, y el que tiene varias seenriquece con ellas, pudiendo adquirirmás. La frase trabaja como un negro,p odía ser verdad fuera del Africa,Pero allí sólo trabajan las negras.

Para comprar una mujer se necesitahoy una suma bastante elevada quelos jóvenes no poseen, y cuando lle-gan a reunirla no están ya en edad detener hijos, aunque entonces se per-mitan el lujo de adquirir una docenade mujeres haciendo así a los jóvenesuna competencia ruinosa.

Muchos de éstos se empeñan paraconstituir un pobre hogar, que a vecestiene que deshacerse por insolvencia.Para colmo de desdichas, al morir elseñor de muchas mujeres, éstas noquedan libres para casarse otra vez,sino que pasan a los herederos cornouno de tantos bienes del difunto.

Algún lector se preguntará qué es-pecie de civilización ha introducidoallí la nación colonizadora. Sin negarla dificultad de introducir en esas ra-zas las costumbres cristianas, creoque el racionalismo se luce poco pon-derando la necesidad de respetar lascostumbres indígenas, sobre todo sison contrarias al cristianismo.

En el Africa apareció también hacevarios años la terrible enfermedad delsueño, producida por la picadura dela mosca tsé-tsé, cuyas víctimas, re-ducidas a esqueletos, o desmesura-damente gruesos, arrastran penosa-mente su cuerpo varios años hastaque la soñolencia se convierte ensueño eterno.

Finalmente, aunque la esclavitud

está oficialmente abolida, muchos ne-gritos mahometanos se van en pere-grinación a la Meca, atravesando elAfrica Ecuatorial en penoso viaje dedoce o catorce meses y cruzando elMar Rojo a la altura del Sudán. Sesospecha que van a llenar los harenesdel Oriente; lo cierto es que no vuel-ven.

En honor de los gobiernos france-ses hay que decir que en los últimosaños han tratado de poner remedioa estas plagas que constituyen unagran lástima del Africa negra.

También España procuró conservarlos indios del continente americano,considerándolos como menores per-petuos a los que había que protegercuidadosamente, en vista de los de-sastres ocasionados en las Antillaspor la falsa idea de que ellos podíanvalerse como los europeos.

Esta idea está repetida muchas ve-ces en las Memorias o Relaciones quelos virreyes del Perú daban a sus su-cesores (1) . Así decía el Príncipe deEsquilache en 1620: El Virrey es cu-rador y protector de estos menores, yaun de sólo el Gobierno pende su di-rección y aprovechamiento; y una delas Cosas que más rigurosamente seles defiende y prohibe es la venta detierras, porque sólo sirve de que lasque valen diez compre el español pordos, y una vez introducido entre losindios los consume poco a poco.

GUILLAUME

(1) Belträn y Röspide: Colección de las Memo-rias o Relaciones.. pág. 238.

La Historia es maestra de la vida, tiene, sin embargo, el agravante deporque el pasado sirve de guía al pre- que los negros son mucho más fuer-sente, pero éste da también muchas tes que los indios.veces la explicación de aquél. ¿Cuáles son las causas de la des-

Los colonistas franceses se mues- aparición de una raza tan resistente?tran alarmadísimos ante la despobla- La principal es, indudablemente, lación rápida de su Africa Occidental y civilización o los vicios que suelensobre todo del Africa Ecuatorial Fran- acompañarla, a que aludía el escritorcesa, que prometían ser dos colonias citado. Y entre los vicios más funes-

riquísimas (una nueva América), y en tos a los negros, el alcoholismo esvez de eso amenazan quedar desiertas uno de los que producen efectos mas

dentro de poco. fulminantes. Allí no es preciso espe-Un humorista, el barón Mandat- rar varias generaciones: las mujeres

Grancey, dijo que e el Africa había alcoholizadas se hacen inmediata-

resistido tres siglos de trato negrero, mente estériles.pero no resistiría cincuenta años de Desgraciadamente, el alcohol fué

civilización » . La humorada amenaza uno de los productos de la civiliza-

convertirse en realidad (1). ción más ambicionados por lo5 ne-

El Africa Ecuatorial Francesa, cuyo gros y que los europeos les sirvierongobernador general reside en Brazza- en grande abundancia y pésima cali-ville, tiene más de tres millones de dad. Los antiguos negreros, cuandokilómetros cuadrados, y su población, no razziaban ellos mismos los pobla-que era de cinco millones de habitan- dos para cautivar a sus habitantes,tes en 1911, había descendido a tres solían pagar a los reyezuelos africa-

millones en 1926. nos un esclavo por una botella de al-Algo muy parecido sucede en el cohol, y los comerciantes posteriores

gobierno general del Africa Occiden- pagaban también muchas veces en

tal Francesa, cuya capital es Dakar, licores los productos de la tierra.

con 4.800.000 cuadrados y trece mi- Las cantidades de alcohol importa-

llones y medio de habitantes. das en Africa son aterradoras, aunqueAlgunos escritores recuerdan lo en los últimos años • se han reducido

que sucedió a España en las Antillas, bastante, en vista de sus efectosdonde a los cincuenta años del des- desastrosos.cubrimiento habían desaparecido los Otra de las causas que contribuyenindígenas, aunque permaneciera su a disminuir la población (por invero-sangre en los mestizos. Lo del Africa símil que parezca) es la poligamia. En

Africa, como en otros muchos paísesinfieles, la mujer es una mercancía(1) Etudes, fivrier 191, pág. 420.

Sociología práctica

La Murmuración y la Ac'ción

—Eso de echarle la culpa de todoal Gobierno es un tópico muy reso-bado. Hay que cambiar de disco; yaun lo mejor sería cambiar de con-ducta.

—Pues el abandono en que tienenlos Gobiernos de hace muchos añosa los pueblos pequeños y al agroespañol es bien notorio. Los labrado-res y la agricultura son la cenicientade los que mandan hace muchos lus-tros. Sólo el Fisco se acuerda de ellospara estrujarlos y chuparles la sangrecomo vampiro a sus víctimaS.

—Muy de latiguillo mitinesco todoello. Pero, concediendo que los Go-bienios no sean todo lo buenos y ge-nerosos que debían con Juan del Pue-blo, ¿son los únicos culpables de suatraso? ¿La labor del engrandeci-miento de las naciones es exclusivade sus gobernantes?

—¿De quién si no?—Dei mismo pueblo, cuando es

activo y laborioso y de las claseselevadas, que tienen obligación dedirigir y dar buen ejemplo a los pe-queñuelos. Y la prueba de que estoes verdad la tienes en que, siendoEspaña una nación esencialmentecentralista en su régimen, bajo elmismo Gobierno, mientras unas re-giones se desarrollan en un ambientede cultura y progreso sorprendentes,

otras sestean en la ignorancia y el

atraso.—Ahí entra el favoritismo guberna-

mental.—Concedamos que entra en algo,

pero no en todo, ni siquiera en untanto por ciento muy importante. Elfavor de los Gobiernos a las regionescasi siempre es posterior a sus pujosde progreso y de grandeza. Los pue-blos indolentes ni luchan por mejorarsu suerte, ni siquiera piden mejorasal Poder central; generalmente no seles ocurre nada ni saben qué pedir.En este mismo pueblo, ¿qué pasa?Los de abajo apáticos y rutinarios y

los de arriba ociosos.--Generalizas demasiado.—Concretemos para mayor inteli-

gencia. Para los pobres hay magnífi-cas escuelas, casi siempre vacías, y

se quedan la mayor parte analfabetos.Hay una iglesia espléndida, y predi-cación, y catequesis, y, en general,

no saben el Padrenuestro ni santi-guarse. Hay una magnífica traída deaguas, y de esa gente, ¿quién se lava?¿Qué me dices de esos chiquillos denuestras calles, reñidos con toda hi-giene del alma y del cuerpo que pare-cen vaciados en lodo? ¿Y los de arri-ba qué hacemos? ¿No te has dadocuenta de la plaga de señoritos queinfecta a España? Comen y no pro-ducen. Son restos de los tiempos dela negra honrilla, para los que es un

honor la holganza perdurable. Aquímismo inter nos: tú eres médico poradorno, y yo soy abogado con untítulo completamente decorativo. Linoscolonos trabajando por métodos pri-mitivos nos ponen a cubierto de nece-sidades, y nos parece muy justo olvi-darnos de lo que hemos aprendido encatorce años de estudios sin provechoalguno para nosotros ni para los quenos rodean.

—Pero es obligación del Gobiernoadelantarse. En otras partes hay bri-gadas que recorren, en magníficosautobuses, villorrios y aldeas ense-ñando agricultura, higiene, urbanidad,religión, confort doméstico, patrio-tismo, moralidad pública por mediode conferencias de vulgarización, pro-cyieöcnciones cinematográficas, instalan-do pequeñas granjas de experimenta-

—Sí, conozco el programa de...omisiones de nuestros Gobiernos.Pero nosotros debíamos ir a los mon-tes, ya que los montes no vienen anosotros. Y si aquí los que tenemosobligación de ser activos sacudiéra-mos la modorra, demostrando el mo-vimiento andando, después de unalabor abnegada y ejemplar podríamosdirigirnos a los Poderes en demandade ayuda con alguna autoridad. En elestado actual de vagancia nuestrascensuras son un sarcasmo.

—¿Qué hacer, pues?—Los que sabemos dedicarnos a la

i nsigne obra de caridad de enseñar alque no sabe. Mira: un pueblo de ochomil habitantes, eminentemente agríco-la, tiene varios círculos. ¿Y qué sehace en cada uno de ellos? En to-

dos lo mismo: baraja, ajedrez, domi-nó, cafeteo, copete°, críticas desal-madas de todo lo divino y humano.Allí los de cultura elevada se adoce-nan y abajan al nivel de los humildes,y a éstos no les asoma por ningunaparte la más pequeña esperanza deelevarse algo del plano humilde enque se hallan. Pues, bien; vamos afundar un cuarto círculo que se llamede cultura, y efectivamente sea uncentro asesor del que no sabe en to-dos los órdenes de la vida. Vamos adar a los humildes todos los domin-gos y en las largas noches de invier-no conferencias de vulgarización cien-tífica. Fíjate: los sacerdotes, médicos,abogados, maestros, farmacéuticos,todos los que saben algo enseñán-dolo a los que no saben. Y luego, aver si de la teoría podemos pasar a lapráctica, y podemos elevar el nivel dela cultura de nuestro pueblo, y el ni-vel de su riqueza y bienestar. Esoserá para nosotros más glorioso quededicarnos a murmurar del Gobiernoporque nos abandona. Y cuando losque aquí vivimos hayamos hecho todolo que está de nuestra parte, entoncescon gran autoridad y prestigio podre-mos acercarnos a los que mandan pi-diendo ayuda, con probabilidades deéxito.

—Me has convencido, y me brindopara colaborar en la empresa.

--Lo celebro con toda mi alma.Conque ¿manos a la obra?

—Mañana me parece fardel...

II

El «Círculo Cultural» bajo la presi-dencia del Sr. Notario, fue un éxito

— 190 — — 191 --

rotundo desde el día de su fundación.A pesar de que la cuota era un tantoelevada, cinco pesetas al mes, seapresuraron a dar su nombre a lanueva sociedad todos los que se te-nían en algo en el campo del intelec-tualismo, todos los que sentían bulliralguna idea más o menos luminosaen su cerebro, todos los que teníanbuena ropa, aunque de ideas anduvie-sen un tanto escasos, porque no seresignaban a figurar entre los analfa-betos, ayunos de ideas, paletos desolemnidad.

La primera conferencia de vulgari-zación a cargo del presidente estuvoconcurridísima. Versó sobre el saberen general. Linneo clasificó a la hu-manidad llamándole horno sapiens,es decir, inteligente y capaz de alcan-zar la sabiduría. Los oyentes habíanvisto las maravillas de la ciencia hu-mana. Un tren, un automóvil, un aero-plano, un aparato de radiotelefoníaestaban a la vista y eran milagrososesfuerzos de la inteligencia del hom-bre. Allí habría oyentes que ni leersabrían, ignorando los más rudimen-tarios principios de la ciencia, peroun empirismo bien al alcance de todosles daba a conocer que la ciencia exis-te. ¡,Su fuente? En Dios. El es la su-prema sabiduría. La palabra ignoran-cia no se hizo para el Ser Supremo.La ciencia del hombre es participada,es adquirida, es fruto de experiencia,es el producto del esfuerzo de muchoshombres, es un edificio maravillosode la moderna civilización, en el quetodas las generaciones han puestoalguna piedra.

Y cuanto más sabemos más nos

elevamos a Dios, que es la perfecciónsuprema, la sabiduría sin fin. Cuantomás sabemos más nos elevamos antela sociedad, a la que somos útiles enproporción de nuestra cultura; másnos elevamos ante nuestra propiaestimación, porque nos sentimos másgrandes y más útiles a nosotros mis-mos.

Sí; la charla, o conferencia, o lec-ción, fué sumamente práctica, salien-do todos del local entusiasmados ycon grandes deseos de saber...

Otro día desfiló por aquella cátedrapopular un médico y habló de higieneen todos sus aspectos. ¡Tan hermoso-ta como era la gente de aquel pueblo!Pero ello sólo constaba de unos cuen-tos, porque la mayor parte vivíanenmascarados con una pátina de lodo.La hidrofobia era una plaga más ex-tendida de lo que parecía. Habló delconfort en el hogar; habló de la ale-gría del vivir en medio del orden y dela limpieza, en la que hasta los ani-males nos daban ejemplo. ¡Cómo ali-saban sus plumas los pajaritos can-tadores y lindos! ¡Cómo se peinabanlos felinos elegantones y presumi-dos!...

Fue aquella una lección sumamenteagradable, en la que, entre anécdotasy humorismo, el conferenciante dijoverdades duras y hasta mortificantes,pero nadie se molestó, porque losbien intencionados y decidores deverdades edificantes y constructivas,no molestan nunca.

El Cura habló un día de moral pú-blica y moral privada, que es la mis-'ma desde distintos puntos de vista.¡Las cosas que allí salieron a relucir!

¡Y cómo se iluminaban muchas inteli-gencias entenebrecidas por la igno-rancia en asuntos de tanta trascen-dencia en la vida de los individuos yde la sociedad!

Hubo lecciones de derecho popular,de geografía en sus distintas ramas,de política, de sociología sana yorientada por la religión del Crucifi-cado. Sobre agricultura se dieroncursillos interesantísimos, en los queel interés era cada día mayor.

Y en todos los órdenes los directo-tores del ' Círculo Cultural» procura-ron pasar de la teoría a la prácticacon gran provecho de aquella loca-lidad.

Y las cuotas de los socios fueronbase de una granja agrícola de expe-rimentación que era la maravilla de laregión entera, sumamente visitada porvecinos de todos los pueblos a la re-donda.

Y un día, los que antes sólo sededicaban a la pobre ocupación demurmurar del Gobierno, satisfechos

de sí mismos y viéndose personas,pudieron enviar una comisión a lacapital de la nación para suplicar alGobierno que enviase uno de susmiembros y viera por sus ojos la la-bor de unos cuantos hombres de bue-na fe.

Fué muy agradecida la simpáticainvitación y cariñosamente atendidacon una visita del ministro de Fo -mento, que quedó altamente edificadode la labor en aquel pueblo de loselementos directores, los mismos queen otras localidades vegetan en lainacción en medio de gentes sumidasen la ignorancia.

Y detrás de la admiración y elaplauso alentador fue el favor oficial;que es ley antigua en todas las civili-zaciones de la historia: que al que notiene aún se le quita lo poco que lequeda, y al que no tiene se le damás ...

FR. SERAPIO GONZÁLEZ

GALLEGO

Quiérese partir a su PadreEl Hijo dos veces hijo,Y antes de partirse, quiereConvidar a sus amigos.Previéneles una cenaDe gusto, y gasto infinito,Pues se ha de empeñar en ella,Con ser sumamente rico.Es el pan toda sustancia,Hecho del virginal trigo,Que en las eras de BelénSe vió cercado de lirios;Es el vino de los cielos,Que embriaga a lo divino,Y tal, que pueden cantarCon él los ángeles mismos.El cordero que ha de dar,Con leche está mantenidoDe los pechos de la MadreQue almagró su vellocino.Las lechugas son amargas,Mas servirán de principio;Que el ante de comulgarEs que amarguen los delitos.Siéntanse los doce paresDel magno Emperador Cristo,Y entre ellos un Galalón,Que ya le deja vendido.Tomando el pan en las manos,Que están llenas de jacintos,Alzando al cielo los ojos,Dando gracias, lo bendijo;Y diciendo: «Este es mi cuerpo»,Al punto fui lo que dijo,Porque el decir y el hacerEn El viene a ser lo mismo.Tomó el cáliz, y otra vezA su Padre gracias hizo,Y en él, con ciertas palabras,Trasustanciö en sangre el vino.

Este que parece pan(Les dice) es el cuerpo mío,Y esto que vino pareceEs ya mi sangre, y no vino.En la hostia y en el cálizQue miráis, Dios y hombre asisto,Tan hombre que a morir voy,Tan Dios que los cielos rijo.Prometió hacer Dios al hombre,Si comiese, su enemigo,Y no sólo le hizo Dios,Mas meaos que hombre le hizo;Mas Yo con este bocadoCumplo lo que no ha podido,Pues al hombre le hago dios,Uniendo al hombre conmigo.Ea, mis doce de la boca,Comed este dulce hechizo;Será un Cristo cada uno,Y los doce sólo un Cristo.Dioses os hace este pan,Regid esos cielos míos;Y pues que sois lo que soy,Venid y reinad conmigo».Hombre, llega a aquesta mesa,Pero no llegues indigno,Porque el que indigno viniere,Comerá muerte y juicio.Lávate, mira a Jesús,Que lava a sus escogidos,Porque aun el más limpio ApóstolPara este pan no está limpio.Mira que dice el adagio:«A buen bocado buen grito»:Pon los del alma en el cielo,Y serás del cielo mismo.La salsa de aqueste panEs hacer los ojos ríos,Porque hace a Dios más sabrosoUn corazón derretido.

EL MAESTRO JOSÉ' DE VALDIVIELSO

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g intima circulante ile HIN. Sra. de la 11811Ced

Como habrán leído los lectores deLA MERCED en el número de marzo delcorriente ario, ha sido inaugurada laBiblioteca circulante de Nuestra Serio-ra de la Merced con un éxito verdade-ramente halagador. Hace tiempo seestaba notando la necesidad de ponerun contrapeso a la profusión de lasmalas lecturas, que contrarrestara lainfluencia de esa literatura enfermiza,agónica, que no hace más que exaltarlas imaginaciones calenturientas de laj uventud moderna, haciéndolas desearvivir la novela que leen y cuyo funestoresultado es la irreligión, la anarquía,apartándolas de Dios y de la fe santa,Pues como dice Monseñor Laguarda,«no puede haber nada más eficaz paraimpedir la acción de Dios y de la Igle-sia que el mal libro, la mala prensa, lanovela pornográfica». Entre los innu-rables medios corruptores con quecuenta hoy el mal en nuestra socie-dad—dice un ilustre orador—el másfunesto, el que sobre todos excita lostemores de la Religión y las alarmasde la Iglesia, es ese desbordamientoafrentoso de lecturas malas.

El libro tiene una trascendental im-portancia en la vida de los pueblos yde los individuos. Y así como los librosmalos e impíos constituyen el más ricoCaudal de reclutamiento para el infier-no, los libros buenos, de sana doctrina

y de moral cristiana, son los que con-servan la Religión y la piedad en losfieles. Los libros buenos son los predi-cadores elocuentes que dan sabias yacertadas orientaciones, saludables ins-trucciones para ,M mejor cumplimientode los deberes cristianos, y su lecturafortalece al alma contra los incentivosdel vicio. Los libros buenos son losque forman los grandes santos, los in-fatigables apóstoles, los grandes ge-nios del cristianismo.

La Biblioteca circulante ha venido arealizar una gran labor de orden mo-ral, religioso y cultural de que tan ne-cesitada se encuentra nuestra sociedad,pues en ella se halla reunido la ameni-dad, el deleite y la moral católica.Cuenta ya con más de quinientos volú-menes de todo género, para todos losgustos, edades y clases: novelas deAlarcón, Pereda, Trueba, Fernán Ca-ballero, P. Coloma, P. Risco, P. Valen-cina, Ricardo León, Pérez y Pérez,Maryan, Pérez Lugín, Juan de Co-losnb, Marlitt, Julia García Herreros,etcétera, etc.; novelas históricas, deaventura, Julio Verne, Maine Reid. Lasección infantil muy numerosa y va-riada, donde los niños encontrarán lec-turas propias de su edad y gusto.

Como su fundador y director deseadar mayor eclecticismo posible a lahermosa obra, no se limita a propor.

- 194 —

eionar novelas, también se extiendepor el vasto campo de la mística conobras de Santa Teresa de Jesús, SanJuan de la Cruz, Fr. Luis de Granada,Fr. Luis de León, P. Lapuente, Rodrí-guez, San Alfonso María de Ligorio,Lacordaire. En vidas de santos poseeuna magnífica colección, la de Pío X,Beata Mariana de Jesús, San _Juan deDios, San Francisco _Javier, vidas deniños santos, etc., etc

El estudioso encontrará también enla Biblioteca Circulante obras cien-tíficas, desde Flery hasta el Códigocivil, matemáticas, geometría, historia,lenguas, física, química, obras apolo-géticas, pedagogía, etc., etc.

Esto, dirá el benévolo lector, costarámucho; nada de eso, nuestro deseo y elde la Junta directiva es que los volú-menes, los buenos y amenos libros, es-tén en las manos de los niños, de losjóvenes, de las personas mayores, detodos, que visiten todos los hogares,sean leídos por el mayor número depersonas, y para ello hemos procuradodar todo género de facilidades. Lascondiciones para poder disfrutar deellos, son las siguientes: Suscripciónraensual de 0,50 céntimos, con derechoa sacar un libro cada semana; de unapeseta, a sacar dos, pudiendo retenerel libro hasta un mes. Además, paralas personas que no quieran suscribir-se, pueden sacarlos abonando por se-mana 0,15 céntimos por ejemplar. Tie-ne la Biblioteca el Catálogo impreso detodas las obras que tiene en la actuali-

dad para facilitar al lector el pedido delos libros, y los vende al irrisorio pre-cio de 0,15 céntimos.

¿No es verdad, caro lector, que nopuede ser más económico? Hago ungeneroso llamamiento a los lectores deLA MERCED, de la Corte y de provin-cias, a que apoyen y ayuden al soste-nimiento de la Biblioteca, obra de ca-pital importancia y de los actualestiempos. ¿Cómo? Propagándola, suscri-biéndose, buscándole suscriptores en-tre vuestros parientes, amigos, relacio-nes. Pensad que si es incalculable eldaño de un mal libro, también lo es elbien del bueno, y que muchas almasdeben su salvación a la lectura de unlibro que en un instante sugiere unbuen pensamiento que dura toda lavida y que le hace volverse a Dios. Enlos tres meses que lleva nuestra apos-tólica obra, ya podríamos comunicar anuestros lectores verdaderas maravi-llas obradas por la gracia del Señor enalgunas almas por medio del libro denuestra Biblioteca. ¡Qué feliz no sesiente el alma que ha contribuido a laformación y sostenimiento de la Biblio-teca al saber el retorno a Dios demuchos que vivían lejos de El ¡Quégozo no proporciona a nuestra Santísi-ma Madre de Mercedes, Redentora deCautivos, al ver cómo mediante lasbuenas lecturas proporcionadas por laBiblioteca, las redime de la cautividaddel vicio y del pecado! En nombre detan soberana Reina y Madre, piadosolector, te pido envíes suscripciones, li-

Mosnas, libros, revistas, periódicos, fo-lletos, aun cuando no estén perfecta-mente nuevos, no importa, que la San-tísima Virgen os lo pagará con crecesY la Junta directiva os quedará alta-mente agradecida.

¿No vemos cómo el enemigo de Cris

¡SALVE ... ESTRELLA DE LOS MARES! LaVirgen María simbolizada en las tlores.—Colección de poejas y diálogospara recitar las niñas en el ejercicio delas «flores de Mayo», por Carlota Navarrete. Prólogo del R. P. José M. Alear-do, S. J.—Bruno del Amo, editor.—Apartado 5003.— Madrid —5 pesetas.

Abundan los libros de versos dedicadosa la Santísima Virgen, pero faltaba unacolección de «Diálogos» perfectamenteadecuados al objeto a que se destinan, y laautora de esta obra ha tenido la habilidadde interpretar fielmente los deseos de mu-chos párrocos y directoras de Colegios.

Dos partes constituyen este volumen.La primera comprende una poesía paracada día del mes de Mayo y dedicada a unaflor. Estas poesías están escritas en va-riedad de metro, son fluídas, armoniosasY fáciles de recitar.

La segunda parte, y bajo el título de« Mayo poético», contiene «Diálogos» paratodos los días, con su preparación y ofre-cimiento de las flores, y termina con un« Apoteosis» de gran efecto. Resulta unaObra indispensable en las Parroquias yColegios, pues la autora, en su deseo de

to se consagra de lleno a lA propagli-ción del libro impío, de la revista por-nográfica, del folleto doctrinario, delperiódico anárquico? ¿Qué hacemosnosotros?

Demos pan y hojas de Catecismo alpueblo, y el pueblo será de Cristo.

E. LEÓN

facilitar la práctica de este hermoso ejer-cicio, señala día por día la forma en queha de ejecutarse para su mayor brillantezy buen efecto, detallando minuciosamentelos trajes que han de veAir las niñas,flores que se han de ofrecer, etc., etc., pu-diendo asegurar que es un libro único ensu género.

Forma un volumen de más de 300 pági-nas con artística cubierta a dos tintas.

PANEGÍRICOS SERMONES Y DISCURSOS, pro-nunciados por el Lic. D. Tomás Gillin,Presbítero, Rector de Nuestra Señorade la Antigua, de Orduña (Vizcaya).Predicador de S. M., etc., etc.—Volu-men XIV de «La Predicación contempo-ránea » .—Madrid, 1921. Bruno del Amo,editor.—Apartado 5003.— 5 pesetas.

Al publicar en la colección «La Predica-ción contemporánea» el volumen 7 •0 titu-lado Semana Santa predicable, expusoel editor los motivos que le impulsaron asolicitar de este autor el correspondientepermiso para editar nuevamente sus obrasoratorias.

MI!

BIBLIOGRAFIA

Estos motivos no fueron otros que laconstante demanda de ejemplares por par-te del clero español e hispanoamericano.

Cumple, por tanto, el editor su promesay ofrece hoy el segundo y por ahora últi-mo volumen de los Sermones del señorGillin, que comprende los Panegíricos,Sermones y Discursos siguientes: La Pu-rísima y España (predicado en la RealCapilla ante sus majestades y altezasreales). San Agustín en su corazón (enla Real Basílica de El Escorial) Jubileosacerdotal (en la Parroquia de San Fran-cisco de Asís, en Bilbao). El Ideal cristia-no (Santa Cecilia, en la Basílica de Sa n .tiago, de Bilbao). La Reforma (San Igna-cio de Loyola). Alma y materia (San Cosme y San Damián, en Bilbao). El Heroís-mo (un mártir). Por el honor (predicadoen Segovia al Cuerpo de Infantería). LaSanta Eucaristía y la familia cristiana(en San Francisco el Grande, de Madrid).

Recomendamos este nuevo libro a nues-tros lectores y les recordamos que el edi-tor de esta escogida biblioteca predicableremite a quien lo desee prospecto especialen que se detallan las ventajosas condi-ciones reservadas a los suscriptores; basta solicitarlo a don Bruno del Amo. Apar-tado 5003 . —Madrid.

P. Joael L Monroy. EL CONVENTO DE LA

MERCED DE CALI-COLOMBIA. ESTUDIO

HISTÓRICO. Quito-Escuador. 1930. En 8.°de 100 páginas,

Continúa el P. Monroy ilustrando lahistoria de la Merced en la provincia deQuito con esta interesante memoria llenade documentos preciosos. Si todas lasprovincias hicieran algo semejante, ape-nas habría quien nos aventajara en docu-mentación segura. El convento de Califui fundado con la ciudad por el ilustre

misionero Fray Hernando de Granada,primer Vicario de Quito y Popayan por elProvincial de Castilla. Son numerosos lospersonajes cuya cronología se fija en estos•documentos.

Al mismo tiempo continúa el P. Monroyen el Boletín de la Academia de la Histo-ria, de Quito, su monografía del conventode esta ciudad. ¡Nuestra enhorabuena portodo!

Para los trabajos que actualmente serealizan en España sobre Misiones en elsiglo XIX, sería muy conveniente que elP. Moriroy ampliara lo dicho en otra par-te sobre las del Putumayo, en que fuémartirizado el hermano Josd Molineros.

Pederico de Lama. TERESA NEUMANN

UNA ESTIGMATIZADA DE NUESTROS DÍAS.

Relación de un testigo presencial. Untomo en 8.° de 200 páginas. Ptas. 4 enrústica. «Editorial Litúrgica Española».Cortes, 581. Barcelona.

Un milagro en nuestros días. Así hasido calificado el hecho prodigioso que enestos momentos tiene lugar en Koners-reulh. Una joven campesina ha experimen-tado milagros estupendos por mediaciónde Santa Teresa del Niño Jesús, los cualeshan señalado el comienzo de una misiónmaravillosa. Teresa, en su casita, repro-duce y experimenta cada viernes todas lasescenas de la Pasión del Salvador. Peroaún hay otra circunstancia más notable, yes que hace más de tres años que no tomaningún alimento ni bebida, excepción dela Sagrada Comunión diaria.

Sus predicciones son verdaderamenteinteresantes. Anunció que la persecuciónreligiosa de Méjico tendría una pronta so-lución, y los hechos han demostrado laverdad de su aserto. Recientemente, enuno de sus éxtasis, dijo a su confesor: En

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este momento Su Santidad nos bendicea los dos. Y, en efecto, una semana des-pués se recibió una fotografía del Papa,en la cual, junto a la fórmula acostumbra-da, aparecía la firma autógrafa de Pío IX.La fecha coincidía exactamente con el díaen que Teresa predijo el acontecimiento.

Todos los católicos que tienen su espí-ritu deprimido, deberían leer este libroemocionante y consolador.

GLORIAS DE LA IGLESIA. Obras oratoriasdel Ilmo. Sr. D. Ramón Angel jara,Obispo de La serena. AdministradorApostólico de San Carlos de Ancud(Chile). Primera serie. «Panegíricos ySermones». Segunda serie. «Discursosy Sermones». «Sermones de SemanaSanta». Volúmenes X y XI de «La Pre-dicación contemporánea » . Madrid, 1930.Bruno del Amo. Editor. Apartado 5.003.Cada volumen 5 pesetas.

Primorosamente editados, como todoslos que constituyen la biblioteca «La Pre-dicación contemporánea», acaban de po-nerse a la venta estos dos volúmenes, querecomendamos a nuestros lectores.

Comprende el primero, los Panegíricosy Sermones del «Sagrado Corazón deJesús», «Santa Catalina de Sena», «SanFrancisco de Asís » , «San Alfonso de Li-gorio » , «San Agustín » , « San Lorenzo deBrindis», «San Ignacio de Loyola » , «San-ta Clara » , «Beata Perboyre», «Santa Ana»,«Santa María Magdalena» y «Santa Ceci-lia».

El segundo lo integran Discursos ySermones a « Cristo Redentor » , « Festivi-dad del Corpus», «Gratitud y desagravioa la Majestad de Dios», «Santísimo Sacra-mento», «Todos los Santos » , « Restaura-ción de la familia » . Los de Semana Santason: « Santo Sepulcro», «Lavatorio » y tresde las «Siete Palabras».

Como antes se indica, estos volúmenesforman parte de la serie «La Predicacióncontemporánea » y el precio es de cincopesetas cada uno.

El editor, en su deseo de facilitar la ad-quisición de estos libros, ha establecidounas condiciones especiales para 105 sus-criptores de la Biblioteca, y como estascondiciones son muy ventajosas, aquellosde nuestros lectores a quien interese pue-den solicitar un prospecto especial al edi-tor don Bruno del Amo. Apartado 5.003.Madrid.

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Favores de Nuestra Favores de la BeataSantísima Madre Mariana de Jesús

20. Tuvimos a una religiosa con pul-monía doble, enfermedad que no se cono-ció hasta el sexto día, en que consideradacomo desahuciada, se le dieron los últi-mos Sacramentos, y en seguida entró enel período agónico a eso de las nueve dela mañana. Invocamos con fervor y conviva fe a Nuestra Santísima Madre pidién-dole la salud de la enferma, y al mismotiempo hicimos encender una vela en su

altar, y al punto empezó la mejoría, y aldía siguiente se encontraba bien, hab'én-dole bajado la temperatura de 42° a 37°. Elmédico y el sacerdote que la administróquedaron maravillados, no dudando decalificar el caso de gran milagro.

21. La cantora de este convento estámuy delicada del estómago y se encon-traba sin fuerzas para poder cantar la no-vena de Nuestra Santísima Madre, perollena de confianza en tan buena Madreempezó a cantar su novena, prometiendosi lograba acabarla publicar en la revistaeste favor, y la terminó más fuerte quehabía empezado, llena de gratitud a tanbenditísirna Madre.

Agradecidas a estos favores, les man-damos el estipendio de una misa en acciónde gracias.

M. VICARIA DE LAS MADRES

MERCEDAPIAS DESCALZAS

Lora del Río, 5-V-931.

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50. Una familia de Madrid tenía com-prometidos sus intereses en un largo plei-to. La madre lo encomendó a la Beata Ma-riana de Jesús y en pocos días se resolviófavorablemente.

51. Una hija suya atacada de grave en-fermedad, al parecer incurable, recobró lasalud por la intercesión de la Beata, y lafamilia publica estos favores implorandola salud de otra hija enferma.

52. Doña Josefa López, viuda de Ber-mejo, obtuvo de la Beata una gracia, queagradecida, publica.

NOTICIASDE POYO

Marzo-Abril.

Dos meses han pasado desde la últimacrónica en LA MERCED. En ellos he de des-tacar cuatro o cinco sucesos de los másgratos el día de mañana, al recordar cómose fue forjando el temple de nuestra vidatoda ella encaminada a Dios nuestro Señory a su Santísima Madre y nuestra.

Velada en honor de Santo Tomás deAquino. Fué el día de su fiesta el 7 demarzo, y en ella se desarrolló el programasiguiente:

1. 0 «Obertura», por Fr. José S. Crespo.2.° «O Doctor optime . , a tres voces,

por N. T.

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8. 0 «El Tomismo en sus orígenes»,por Fr. M. Penedo.

4.° 'La Eucaristía y Santo Tomás»,Por Fr. I. 5. Heras.

5.° « O Vos omnes , , a cuatro voces,del Maestro Vitoria.

6.° «La omnipotencia divina en sus re-laciones con las leyes metafísicas » , porFr. N. Vázquez.

7. 0 «Adorarrius te Christe», a cuatrovoces, de Palestrina.

8.° «Plumadas sobre Bacon y Descar-tes», por Fr. J. Robles.

9. 0 «lEstimatus sum , , a cuatro voces,del Maestro Vitoria.

10. 0 « Santo Tomás y la Música » , porFr. J. Vallejo.

11. 0 «Ltainini in Dórnino», a tres vo-ces, de G. M. Manini (siglo XVI),

Al final, el R. P. Comendador pronuncióuna hermosa alocución, resumiendo lostrabajos y felicitando a sus autores.

Dolorosísima noticia ha sido para nos-otros la de la muerte del P. Fr. P. NolascoResbiere, acaecida en el Piauhy, corno sa-ben nuestros lectores. Mil recuerdos que-dan en esta Casa de lo mucho que trabajóen ella, y de su fervor edificante y vidasacrificada. No puedo menos de rogar alodo el que lea esta crónica una oraciónpor el descanso eterno de su alma. Es elmejor cariño, sin excluir otros, con quepodemos ofrendarle.

Semana Santa. Ha sido celebrada consolemnidad grandiosa, y desarrollada ma-gistralmente la hermosísima liturgia deestos días de amor y sacrificio.

La «Schola» interpretó, además de los

hermosos trozos gregorianos, los . Res-

ponsoriosz, de las nueve «Lamentaciones»,del P. N. °taño; el «Chriztus factus est»,

de Palestrina; otros varios «Responso -

na' de Vitoria y Martini, y los Imprope-rios » en la mañana del Viernes Santo, deUalestrina. El Jueves Santo hubo unagran «Hora Santa, que predicó el PadreDirector de este Centro de Poyo, y duran -te todo el día velaron al Señor en el mo

nurnento los socios de la Archicofradía.Camino de Roma van los Rvdos. Padre

Provincial Fr. Alberto Barros y el P. Rec-tor del Colegio de Ferrol, Fr. Manuel Ce-reijo, a participar en /a elección del nuevoGeneral de la Orden; pasaron por Poyo,cuya visita nos ha sido gratísima.

Vida externa. Siguen los trabajos delos misioneros.

El 16 de abril el P. Orjales celebró la«Jura de la bandera de los Jueves » en Ce-deira.

Un día magno en honor de Jesús-Hostia.Treinta coros de «Jueves Eucarísticos»,decididos, valientes y entusiastas. El pue-blo engalanado, procesión con el SeñorSacramentado después de una Hora San-ta, fervorosa; y en el muelle, en un precio-so altar levantado por las pescadoras, diö

la bendición.Hacen falta muchas almas que amen a

Cristo e impetren su apoyo, que se con-vertirá en bendiciones a España.

FR. R. SANJEIR)0Poyo-V-51.

(1/3> ce3,

— 2004,-7-

NecrologíaEn el convento de Mercedarias Descal-

zas de Marchena (Sevilla), el 12 de marzofalleció con la muerte de los justos SorJosefa de los Dolores, religiosa de coro, alos cuarenta y dos años de edad y veinti-cinco de profesión.

Indul gencias de la Orden para

el mes de Junio

4.—Corpus Christi. Absolución ge-neral para sólo los terciarios.

12.—El Sacratísimo Corazón de

Jesús. Absolución general para sólo

los terciarios.

24.—Natividad de San Juan Bautis-ta. Absolución general para todos losfieles.

27.-4.° sábado. Indulgencia plena-

ria para todos los fieles que asistan a

la misa cantada de Nuestra Santísima

Madre.

29.—Los Santos Apóstoles San Pe-

dro y San Pablo. Absolución generalpara todos los fieles e indulgenciaplenaria para sólo los terciarios que

visiten nuestras iglesias.

CON LAS DEBIDAS LICENCIAS

cFÜ

editorial Católica Toledana, Juan Labrador, 6, teléfono 211.