Econom i as de Mercado

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    AUTORIDADES

    DIRECTORIO

    Nelson J. Merentes D.Presidente

    Armando Len Rojas Jorge Giordani Jos Flix Rivas Alvarado Jos S. Khan Fernndez

    ADMINISTRACIN

    Nelson J. Merentes D.Presidente

    Eudomar TovarPrimer Vicepresidente Gerente

    COMIT PERMANENTE DE PUBLICACIONES Jos Flix Rivas AlvaradoPresidente

    Armando Len RojasCarlos Mendoza Pottell Jaime Luis SocasIvn GinerTxomin las Heras

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    JOS VALENZUELA FEIJ

    TEORA GENERAL DE ECONOMAS DE MERCA

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    Jos Valenzuela Feijo, 2012 Banco Central de Venezuela, 2012

    PRODUCCIN EDITORIALGerencia de Comunicaciones Institucionales

    Departamento de Publicaciones, BCVAvenida Urdaneta, esquina de Las CarmelitasTorre Financiera, piso 14, ala surCaracas 1010, VenezuelaTelfonos: 801.5514 / 8380 / 5235Fax: [email protected]: G-2000011-0

    DISEO GRFICO Y DIAGRAMACINDiana Chollett

    CORRECCIN DE TEXTOSDepartamento de Publicaciones

    IMPRESINEditorial Arte

    Hecho el Depsito de LeyDepsito legal: lf3522012330682ISBN: 978-980-394-074-4Impreso en Venezuela Printed in Venezuela

    Catalogacin en fuente de Biblioteca Ernesto Peltzer

    Valenzuela Feijo, Jos Teora general de las economas de mercado / Jos Valenzuela Feijo.

    Caracas : Banco Central de Venezuela, 2012. 888 p. : il.

    ISBN: 978-980-394-074-4.

    1. Economa de mercado 2. Propiedad 3. Divisin del Trabajo 4. Dinero

    9. Teora econmica I. TTULO

    C

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    VIT E O R A G E N E R A L D E L A S E C O N O M A S D E M E R C A D O

    Captulo IV. Modalidades de atribucin 53 1. Modalidades bsicas

    3. Delegacin del poder patrimonial

    4. La delegacin del poder patrimonial y sus peligros: el caso del socialismo 5. Propiedad y fuerzas productivas

    Captulo V. Modalidades de apropiacin del Producto Excedente 63 1. Correspondencia entre modalidades de apropiacin del excedente

    y modalidades de distribucin del poder patrimonial2. Apropiacin del excedente y explotacin

    3. Modalidades bsicas de apropiacin del excedente 4. Poder patrimonial, apropiacin del excedente y posesin 5. Poder econmico y poder de mercado 6. Los modos de produccin precapitalistas y la coaccin extraeconmica

    Captulo VI. Propiedad y economas de mercado 75 1. Recapitulacin 2. Una posible secuencia histrica 3. La dicotoma plan-mercado y los modos de produccin

    Captulo VII. Modalidades de la produccin mercantil 83 1. Segn el grado de mercantilizacin 2. Segn el modo de produccin 3. Homogeneidad y heterogeneidad mercantil

    Segunda parte: LA ESTRUCTURA Y SUS DIMENSIONES BSICAS

    Captulo VIII. Las condiciones de existencia o los rasgos ms esenciales 89 1. La pregunta inicial 2. La hiptesis a manejar

    3. Divisin social del trabajo 4. Poder patrimonial privado y fragmentado

    Captulo IX. Las contradicciones que emergen y su desarrollo 103 1. Las condiciones de existencia y las exigencias que de ella se desprenden 2. Las contradicciones de base 3. Formas de desarrollo de esas contradicciones: instituciones

    y formas econmicas que emergen Apndice: Sntesis de rasgos bsicos

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    VI

    Captulo X. Las unidades econmicas y su relacionamiento: circulacin y mercado 113 1. Las necesidades a satisfacer. Emergencia del mercado y de la circulacin

    3. Los conceptos bsicos

    4. Funciones centrales del mercado y la circulacin: refundamiento de la sociedad5. Parntesis: circulacin y produccin mercantil. Quin decide? 7. Funciones centrales: orientar y regular la asignacin de los recursos

    Captulo XI. Agentes y transacciones mercantiles 125 1. Rasgos de los agentes mercantiles 2. Las transacciones mercantiles. Algunos rasgos a subrayar 3. Cundo, dnde y cmo se conectan los agentes? Apndice: Capitalismo y crecimiento

    Captulo XII. Modalidades de la circulacin 141 1. Circulacin simple y circulacin ampliada 2. Circulacin ampliada no capitalista (o prediluviana)

    3. Capital de circulacin (improductivo) y capital industrial (productivo) 4. Circulacin y transferencias de valor Apndice: Diagrama-resumen de formas circulatorias

    Captulo XIII. Transformacin de los productos en mercancas 151 1. El sentido de la transformacin 2. La mercanca y sus rasgos genricos. La categora producto

    Captulo XIV. La transformacin subyacente asociada: el trabajo social deviene valor 15 1. Consideraciones preliminares 2. El valor y su dimensin genrica: el trabajo social

    Captulo XV. Trabajo concreto, trabajo abstracto y valor 173 1. Trabajo concreto 2. Trabajo abstracto 3. Balance preliminar 4. Qu producir? Cunto producir? Los modos del trabajo social

    y la unidad del trabajo abstracto y del concreto 5. Trabajo abstracto y trabajo social: cul es la real sustancia del valor? 6. Algunas opiniones sobre el tema

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    VIIIT E O R A G E N E R A L D E L A S E C O N O M A S D E M E R C A D O

    Captulo XVI. Trabajo socialmente necesario, valor de uso social y demanda efectiva: cmo y cunto producir? 185

    1. Advertencia

    3. El tiempo de trabajo socialmente necesario y las condiciones de produccin medias 4. Las cantidades que se deben producir. Valor de uso social y demanda efectiva 5. El tiempo de trabajo socialmente necesario y su doble dimensin

    Captulo XVII. El valor: estimaciones empricas 191 1. Consideraciones preliminares 2. El modelo de insumo-producto: un breve alcance 3. El clculo de los valores unitarios 4. Algunos problemas

    Captulo XVIII. 1. Propsitos 2. Las preguntas a resolver 3. Del trueque a la intermediacin del dinero 4. El desarrollo de las formas del valor. El dinero como equivalente general 5. El dinero y la lgica interna de su gnesis 6. Las funciones del dinero 7. Del dinero mercanca al dinero smbolo

    8. Estabilidad monetaria9. El valor del dinero y la expresin monetaria del valor

    Captulo XIX. Valor de cambio y precios. Sistema de valor y sistema de precios 255 1. Valor, valor de cambio y sistema de valor 2. Precios y sistema de precios 3. Sistema de valor y sistema de precios: la comparacin 4. Determinantes de los precios relativos

    Captulo XX. 1. El nivel de precios 2. Determinantes del nivel de precios: el enfoque monetarista 3. Visiones keynesianas y marxistas 5. Consideracin de otros factores

    Captulo XXI. Circulacin y transferencias de valor 281 1. Circulacin neutra y circulacin activa 2. Algunas precisiones necesarias

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    IX

    3. Las transferencias de valor 4. Las razones de un supuesto

    Captulo XXII. Surgimiento de un peculiar principio de regulacin econmica: la ley del valor 2

    1. Regulacin econmica y ley bsica 2. Algunas peculiaridades del principio de regulacin mercantil 3. Sobre las condiciones de funcionamiento de la ley: un alcance

    Captulo XXIII. 2. Fetichismo mercantil: la nocin ms genrica

    Captulo XXIV. El sistema de categoras bsicas: balance y sntesis 319 1. Propsitos 2. Economas de mercado: las relaciones de propiedad subyacentes

    y el problema de la coordinacin econmica 3. Papel del mercado y la circulacin 4. La contabilidad del trabajo privado y del trabajo social: hora astronmica y hora social 5. Valor de uso y trabajo concreto. Valor y trabajo social abstracto 6. Un sistema de contradicciones y de categoras: primer balance 7. Del valor al valor dinero y los precios 8. Del valor dinero al dinero capital

    Libro Segundo. FUNCIONAMIENTO Y DINMICALa ruta a seguir 339

    Primera parte: LA LEY DEL VALOR

    Captulo I. Leyes y sistemas tericos. La categora ley bsica 343 1. Leyes nticas y leyes gnoseolgicas

    2. Leyes y sistemas 3. Multiplicidad y desigualdad jerrquica 4. Sobre la estructura de lo real 5. La categora ley fundamental

    Captulo II. La ley del valor como ley bsica 353 1. Ley econmica bsica 2. Ley del valor y economas de mercado

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    XT E O R A G E N E R A L D E L A S E C O N O M A S D E M E R C A D O

    3. Qu se suele entender por ley del valor? 4. Crtica de la postura dominante 5. Propuesta alternativa 6. El ncleo ms ntimo del sistema y la ley bsica

    7. Las funciones centrales de la ley del valor 8. Ley del valor y teora del valorApndice: Costo unitario ramal, valor unitario y precio de oferta

    Segunda parte: LAS FUNCIONES DE LA LEY DEL VALOR

    Seccin Primera: LEY DEL VALOR Y ASIGNACIN DE RECURSOS

    Captulo III. El problema de la asignacin de los recursos 381

    1. Las preguntas que surgen 2. Los datos iniciales. El valor comercial o potencial 2.1. El aspecto ms global 2.2. La rama y el valor potencial (comercial)

    Captulo IV. Demanda y curvas de demanda 387 1. Produccin y consumo: las relaciones bsicas 2. Demanda y valor de uso en la perspectiva de Marx 3. Determinantes de la demanda 3.1. Demanda sobre bienes intermedios y de inversin 3.2. Demanda sobre bienes de consumo personal 4. Una variable subordinada y socialmente determinada

    Captulo V. Funciones de oferta 411 1. Los perodos en la teora convencional 2. La curva de oferta instantnea 3. La trayectoria temporal de la oferta instantnea 4. La curva de oferta a lo largo del tiempo o curva de oferta de largo plazo 5. Los costos unitarios que se van reduciendo

    Captulo VI. 1. La categora precios. Algunas variantes 2. Valores y variantes del valor 3. El sentido de las eventuales comparaciones entre valores y precios 4. Un vistazo a los determinantes de los precios

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    Captulo VII. Precios de mercado y situaciones de desequilibrio 433 1. Supuestos y condiciones del equilibrio ramal

    2. Primer caso: oferta excesiva o sobreproduccin

    4. Tercer caso: la oferta adecuada o el relativo equilibrio ramal 5. Algunas conclusiones. Pautas de reaccin frente al desequilibrio 6. Ley del valor y asignacin adecuada de los recursos productivos

    Captulo VIII. 1. Un equilibrio relativo y un desequilibrio persistente 2. Desequilibrios y equilibrios: el movimiento del sistema

    Seccin Segunda: CRECIMIENTO Y LEY DEL VALOR

    Captulo IX. El crecimiento econmico. Concepto y determinantes inmediatos 455 1. Concepto e indicadores 2. El Producto por habitante y sus determinantes ms inmediatos 3. Productividad del trabajo y densidad de capital

    Captulo X. El crecimiento econmico: los datos bsicos 465 1. La emergencia del crecimiento: la evidencia emprica 2. Crecimiento y desigualdad: la evidencia emprica Apndice: Mxico: determinantes del crecimiento

    Captulo XI. Crecimiento y desigualdad: dos leyes del mercado 475 1. Crecimiento y grado de mercantilizacin 2. Crecimiento y desigualdad: dos leyes de mercado

    Captulo XII. Crecimiento y diferenciales de productividad: el modelo ms general 47 1. El problema a resolver 2. Los factores que inciden en la conversin

    3. Parntesis: algunas precisiones sobre la categora productividad 4. Supuestos a manejar 5. La mecnica de la conversin 6. Premios y castigos en el proceso de conversin del trabajo privado en social 7. Ingresos de reposicin y producto excedente 8. Diferenciales de productividad, acumulacin y crecimiento de la empresa 9. Diferenciales de productividad y sobrevivencia de la empresa 10. Dos teoremas de inters 11. Una posible coexistencia perversa 12. Un ejercicio numrico

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    Captulo XIII. Capitalismo, plusvala extraordinaria y diferenciales de productividad 505 1. Plusvala extraordinaria y competencia intra ramal 2. Las fuerzas que impulsan el crecimiento de la productividad

    en una economa capitalista de libre competencia

    3. Diferenciales de productividad y ganancias de capital 4. Mrgenes y diferenciales de productividad. Los desniveles permisibles 5. Plusvala extraordinaria, libre competencia y monopolio: un alcance

    7. Un ejemplo aritmtico

    Captulo XIV. Extensiones: complejidad e intensidad del trabajo 541 1. Supuestos a levantar 2. Intensidad y complejidad: los conceptos

    3. Primer caso: coinciden los niveles de la rama con los niveles nacionales 4. Segundo caso: los niveles de la rama y el nivel nacional no coinciden 5. El planteo ms general 6. Factores acumulativos. El caso de la agricultura mexicana 7. Algunas implicaciones 8. Homogeneidad versus heterogeneidad estructural.

    Coexistencia desigual entre desarrollo y subdesarrollo

    Seccin Tercera: LEY DEL VALOR Y CAMBIO SOCIOECONMICO

    Captulo XV. Consideraciones introductorias 561 1. Los propsitos de la Tercera Seccin 2. Dos leyes de carcter general sobre el cambio social

    en las economas de mercado 3. La ruta a seguir

    Captulo XVI. La pequea produccin mercantil simple: orgenes y desarrollo 567 1. Los orgenes: un vistazo 2. La pequea produccin mercantil simple: la dimensin fuerzas productivas 3. La pequea produccin mercantil simple: la dimensin relaciones

    de propiedad 4. La lgica econmica de los agentes y los precios relativos 5. El modo de funcionamiento: la asignacin de los recursos 6. El funcionamiento de la PPMS: el crecimiento Apndice: El modelo econmico de Rousseau

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    Captulo XVII. La pequea produccin mercantil simple: descomposicin y salto al capitalismo 6 1. La diferenciacin socioeconmica 2. Los nuevos actores

    Captulo XVIII. Ley del valor, acumulacin originaria y capitalismo 627 1. El papel diferenciador de la ley del valor. Algunas limitaciones 2. El papel de la violencia como aceleradora del proceso 3. La acumulacin originaria de capital

    Captulo XIX. El capitalismo de libre competencia: estructura y condiciones de su reproduccin 63 1. El capitalismo: rasgos esenciales y distincin de fases 2. Fases del desarrollo capitalista: de la AOK al capitalismo de libre competencia 3. El capitalismo de libre competencia: lo medular 4. El capitalismo de libre competencia: la industria maquinizada 5. La estructura ramal del capitalismo de libre competencia.

    Rasgos del mercado ramal 6. La cuota de ganancia en un rgimen de libre competencia 7. La plusvala extraordinaria y su funcionamiento

    en condiciones de libre competencia 8. Condiciones de reproduccin del capitalismo de libre competencia

    Captulo XX. El capitalismo de libre competencia y su desintegracin.El salto al estadio monoplico 657

    1. Los recursos disponibles para la acumulacin y sus determinantes 2. El tamao absoluto de la acumulacin y su importancia 3. El crecimiento del capital de empresa 4. El caso de los nuevos productos

    Captulo XXI. El monopolio como forma econmica peculiar 669 1. Propsitos y delimitaciones 3. La corporacin multinacional como unidad econmica tpica 4. Dinmica y rutas de expansin: un alcance

    Captulo XXII. Sobreganancias de monopolio 685 2. Las sobreganancias ramales y su formacin 3. Precios de produccin monoplicos y trminos de intercambio 4. Poder de mercado 5. Dos aspectos a comentar: las dos tasas de ganancia y el papel de la tasa media Apndice: Fijacin de precios por las grandes corporaciones

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    XIVT E O R A G E N E R A L D E L A S E C O N O M A S D E M E R C A D O

    Captulo XXIII. Ganancias extraordinarias intra ramales. El nivel de la empresa 727 1. Ganancias extraordinarias intra ramales 2. Otras fuentes de posibles ganancias extraordinarias (a nivel de empresa) 3. Ganancias extraordinarias inter e intra ramales. Un balance

    Captulo XXIV. Los lmites del monopolio 733 1. Lmites a las ganancias extraordinarias inter ramales 2. Lmites a las ganancias extraordinarias intra ramales

    Captulo XXV. El capitalismo monoplico como fase histrica 743 1. Los rasgos fundamentales: una visin de conjunto 2. Visin de conjunto: expansin y gasto militar. El complejo militar industrial y la propensin a las guerras y a la antidemocracia

    3. Rasgos y contradicciones principales. Tendencias del desarrollo 4. El lugar histrico de la fase. Sntesis de la visin clsica Apndice: La visin neoclsica: el monopolio no existe o es irrelevante

    Tercera parte: LA DISOLUCIN DE LAS ECONOMAS DE MERCADO

    Captulo XXVI. Caducidad de lo real y de las formas econmicas 779 2. Las causas del movimiento y el cambio 3. Parntesis 4. La esencia y su movimiento 5. De lo general a lo particular Apndice: Cambio y contradiccin Apndice: Dialctica y visin neoclsica: breve contraste

    Captulo XXVII. 1. Enunciado de la hiptesis

    Captulo XXVIII. Determinantes del poder de regulacin 807 1. La funcin de asignar adecuadamente los recursos 2. Funciones de impulso al crecimiento 3. Funciones que giran en torno a la estabilidad

    y la utilizacin de los recursos econmicos 4. Funciones que giran en torno a las mutaciones del orden socioeconmico

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    Captulo XXIX. La intervencin o regulacin estatal 821 1. Introduccin 2. Keynes 3. Alvin Hansen

    4. La evidencia emprica sobre la evolucin del gasto pblico

    Captulo XXX. La planeacin corporativa 835 2. La expansin corporativa y sus efectos ms inmediatos 3. El impacto de la gran empresa sobre su entorno o efecto de subordinacin 4. Breve alcance sobre la dimensin internacional del proceso Captulo XXXI. El proceso subyacente: socializacin de las fuerzas productivas 84 1. Introduccin

    2. Cooperacin compleja: el nivel microeconmico 3. Cooperacin compleja: el nivel macroeconmico 4. Cooperacin compleja: el factor subjetivo 5. Disociaciones, desfases, desequilibrios 6. Lenin: capitalismo, socializacin, socialismo

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    Para Valeria, Mariana y Mara Laura, por bellas y princesas.

    Y para Jorge Isaac,noble y dilecto amigo.

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    La obra que se presenta ha tenido una larga gestacin. A lo largo de estos aos y antes, nos hemo

    Carlos Oyarzn, O. Sunkel, P. Vuskovic, Anastasio Mansilla, N. V. Jssin, Paul Baran y Paul SwTambin, disfrutar de la amistad y enseanza de amigos como Theotonio Dos Santos, Pablo MandleBenjamn Toro, Julio Lpez, O. Cullar, Julio Goicochea, F. Schopf, N. Ouriques y Nelson Gutirreentre tantos otros. Todos ellos, en buena medida, son tambin coautores de este libro.

    Asimismo, el autor desea agradecer al Dr. Jos Flix Rivas Alvarado el impulso que ha dado a la publ

    hijos de Bolvar que batallan por construir un mundo mejor.

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    La ambicin terica no es una caracterstica arraigada a la tradicin intelectual latinoamericana. Sinembargo, en los ltimos tiempos esa condicin parece estar cambiando, pues cada vez se publica

    camino a trabajos rigurosos que buscan dar respuesta a cuestiones de evidente inters para nuestrodestino como pueblos.

    Jos Valenzuela Feijo es uno de estos tericos fundamentales y ambiciosos, como deben ser los homby los pueblos- que hacen historia. Karl Marx sinti la necesidad de pensar el modo de produccin catalista que emergi triunfante a inicios del siglo XIX, como un fenmeno histricamente delimitado. P

    y los lmites histricos de esa nueva modalidad de relaciones entre el hombre y la naturaleza, y de lhombres entre s. De all naci ese tratado fundamental del conocimiento humano que es la crtica de economa poltica, donde los tres volmenes deEl Capital constituyen apenas un primer libro, puesto queel propio autor anunci la preparacin de otros cinco ms con la intencin de desarrollar el conocimient

    economa mundial y los ciclos econmicos.

    Marx tena conciencia de los lmites de su genial programa de investigacin, que no pudo terminar y qu

    modo de produccin que deba suceder al sistema de produccin capitalista, teniendo en cuenta que parsu poca eran muy escasas las experiencias sobre las formas de organizacin de los trabajadores, y de sprcticas en el ejercicio del poder.

    Atrs quedaba la vasta historia mundial de la que occidente se apropi, pretendiendo ignorar las civilzaciones que antecedieron a la modernidad. Pese a la gran contribucin de Engels, quien intent captalos momentos esenciales de su origen, persisti un enorme vaco entre el mundo occidental y las mimportantes civilizaciones creadas por la humanidad. En la actualidad, se conocen con mayor profundidad buena parte de ellas. Hace apenas 17 aos una brillante arqueloga peruana descubri, y nos hizdescubrir junto a ella y sus heroicos compaeros de trabajo, la tercera civilizacin ms antigua de la hi

    de historia, Caral constituye una civilizacin sumamente desarrollada, que ha promovido innovacione

    PRLOGO

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    XXIIT E O R A G E N E R A L D E L A S E C O N O M A S D E M E R C A D O

    aparte de muchas otras revelaciones. Este singular hallazgo revela el grado de ignorancia que tenemos

    plicaciones en el presente y en el futuro.

    nuestros das, tal es la presencia de las relaciones mercantiles, de carcter incipiente cuando surgie-ron las primeras civilizaciones, pero plenas, desarrolladas y dominantes, bajo el imperio del capitalismodecimonnico. E, igualmente, patentes hoy en da cuando la humanidad busca crear un nuevo modo deproduccin, en el que las formas de intercambio fundamentales estn sujetas a las necesidades humanas, y no a un intercambio de tipo mercantil, inconsciente y anrquico, entre productores pseudo-indepen-dientes guiados por el lucro.

    En consecuencia, queda abierto el campo para un esfuerzo terico colosal, al cual se ha dedicado Jos

    Valenzuela. Es posible una Teora General de las Economas de Mercado, que abarcan algunos mileniosde la historia y pretenden resistir varios siglos ms antes de ser sometidas a las leyes de la propiedadcolectiva y del planeamiento social? El autor llama al anlisis de este problema y plantea preguntas como:qu son y cmo se mueven las Economas de Mercado?, en qu consiste su dinmica estructural?,cules son las condiciones de su desaparicin?

    De este modo, el Libro Primero busca establecer las estructuras de base de las Economas de Mercado, altiempo que examina las relaciones de propiedad que operan como fundamento de la produccin mer-cantil; la divisin social del trabajo; las unidades econmicas y su peculiar relacionamiento por la va

    las formas del trabajo (privado y social, concreto y abstracto, individual y socialmente necesario); la cir-

    culacin simple y ampliada; el intercambio en base al valor; el dinero, los precios, las transferencias del

    un captulo que sintetiza y articula, en trminos lgicos y dialcticos, el sistema de categoras bsicas dela economa mercantil. Se resume all un atento y sugerente anlisis de categoras que, siendo centrales,suelen revisarse con descuido. Por mi parte, destaco el enfoque anti-escolstico y el permanente dilogo

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    P R L O G O

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    Seguidamente, el Libro Segundo examina el funcionamiento y la dinmica del sistema, de all qucomience con un replanteamiento novedoso, y muy fecundo, de la ley del valor. Esta versin sirve com

    hilo conductor a toda la dinmica estructural que se aborda en esa parte de la investigacin. Dicho movimiento se corona con el anlisis de la economa monoplica contempornea, la cual se entiende com

    Luego, en la tercera parte, el lector se topar con un captulo extremadamente creativo: la disolucin dlas economas de mercado.

    La presente obra se inscribe en el campo de la teora econmica y social (o sea, de la Economa Polt

    opera con abstracciones histricamente delimitadas, proporciona tambin las bases de la dinmica mestructural del fenmeno.

    Son casi 900 pginas corridas, apretadas y densas, que quiz impliquen para algunos un esfuerzmuy duro. Pero yo lo recomiendo, y no solo una vez, dado que es preciso releer y estudiar muchaveces esta atrevida y honda aventura intelectual, profundamente enraizada en los grandes problemas denuestro tiempo.

    Theotonio dos Santos

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    ILa importancia objetiva de las relaciones econmicas de carcter mercantil, es un hecho irrebatibleIncluso hoy, en que el mismo proceso de desarrollo del capital marca cierta prdida de su radio de accin, ese tipo de relaciones siguen siendo las de orden ms decisivo. De aqu la importancia de su estudPero hay algo ms: desde los aos ochenta del recin pasado siglo se advierte, a nivel de la ideolog

    keynesiano) se sostena que la intervencin estatal resultaba imprescindible a la salud del sistema, en loochenta o algo antes se asiste a un giro mayor: se reivindica la espontaneidad del mercado y su capacidpara lograr una utilizacin plena y ptima de los recursos econmicos. De este modo, la opinin pblise ve inundada por la prdica a favor de los mercados libres, a los cuales se le cuelgan toda clase de bodades. Para nuestros propsitos, el punto a subrayar sera: se difunde un espectro ideolgico que hablde las economas de mercado distorsionando completamente la efectiva identidad de estos sistemaeconmicos. De aqu una necesidad a la cual tambin desea responder este trabajo: romper con esas dformaciones ideolgicas y mostrar una visin objetiva del fenmeno en cuestin.

    En lo que sigue, se abunda en consideraciones sobre esas deformaciones. Pero no haremos ninguna eposicin sistemtica de crtica vg. a la visin neoclsica del problema. Esto, deber ser materia de ot

    temtica alternativa, internamente coherente y a la vez relevante en trminos factuales. Por ello, lo quese intenta es un desarrollo riguroso y que capte las principales aristas o dimensiones del fenmeno. E

    II

    son las economas de mercado? Tal sera la pregunta a revelar.

    P R E FA C I O

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    ninguno, se encargan de precisar y delimitar el concepto. De hecho, cuando uno repasa la literatura, sencuentra no con tratamientos explcitos sino con alusiones, sobre-entendidos y, por lo general, huecoso silencios, a partir de los cuales se pudiera inferir el concepto que implcitamente se est manejand

    puede advertir es una tremenda heterogeneidad y vaguedad en el manejo del tema. De aqu la exigenciprecisar y aclarar la categora relaciones de propiedad. Primero, en su sentido ms genrico. Luego, ide

    tambin nos permite avanzar a la distincin de diversas modalidades de la produccin mercantil. Estason las preocupaciones centrales que se abordan en la Parte Primera del Libro I. La conceptualizacin q

    la categora ha sido bien trabajada.

    discuten las condiciones de existencia o rasgos esenciales, aspecto ntimamente asociado al problema d

    sistemas mercantiles: el carcter social y a la vez privado que asume el trabajo disponible de la socieda

    bin lo que le da sentido a las diversas formas econmicas que van emergiendo y que posibilitan el fu

    la transformacin del trabajo social en valor; iii) la emergencia y contenido del mercado y la circulaci

    problemas que de aqu se deducen: precios relativos, nivel de precios, relaciones entre el sistema de val y el sistema de precios, etctera; v) el surgimiento de un peculiar principio de regulacin econmica,

    a los sistemas mercantiles.

    De hecho, en esta parte se exponen las principales categoras que permiten aprehender los rasgos o di

    presentamos, hemos postergado para otra ocasin las estimaciones empricas de las variables en juegoPero nos ha preocupado sealar las tcnicas estadsticas que permiten abordar la tarea: todo un captulose destina a presentar la metodologa del caso.

    La clave, nos parece, ha sido abordar el tema en los siguientes trminos. Primero: preguntarnos por tipo de estructura econmica que es el objeto de nuestra investigacin. Es decir, enfatizar que lo pri

    desarrollar el aparato conceptual capaz de aprehender tericamente esa realidad, en trminos que seaninternamente coherentes y, sobre todo, coherentes con la realidad material que se discute. Con ellocreemos haber logrado una ruptura radical con ciertas perspectivas, muy difundidas, en la usualmente

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    del fenmeno; sino en el sentido malo: abstracciones que deforman al objeto y que se concentran erasgos irrelevantes o inexistentes). Pero por el otro lado, en las versiones escolsticas que dominan vg

    en muchos o casi todos los manuales de popularizacin de la economa poltica, encontramos una combinacin peor: junto a una realidad que tambin se pierde, una grotesca vulgaridad argumental. En se

    y alienada de lo real) y, por lo mismo, tambin termina por perderse la realidad de la cual se dice esthablando. El punto es asaz curioso: pareciera que todos hablan y se preocupan por los mercados, pero avez nadie o muy pocos se interesan, autnticamente, en develar la verdad de su funcionamiento. Cuand

    En suma, a la complejidad del objeto, se suman los obstculos de una imagen distorsionada. En este mco, nos preguntamos si el velo ideolgico es o no consustancial al respectivo corpus terico. Pensamo

    de escombrado no menor. Como mnimo, necesitamos: a) romper con las muy escolsticas aproximciones que suelen campear en la denominada teora del valor; b) acentuar el rigor lgico-formal de lteora; c) cuidar que las hiptesis y conceptos, en el nivel que sea adecuado, se puedan operacionaliza empricas y los ajustes y desarrollos de la teora. De esta a la empiria y viceversa; e) tener capacidad pabsorber los aportes que se puedan encontrar en otros cuerpos tericos. Por ejemplo, en el caso concret

    En suma, diramos que se trata de recuperar el espritu crtico original, el que campea en los escrito

    IV

    la dinmica de un fenmeno, se entienden sus mutaciones y, por ende, las diversas fases de su desarroll

    explicacin positiva de lo que existe, abriga a la par la inteligencia de su negacin, de su muerte forzos

    universaliza. Despus, con el desarrollo de este, se comienza a observar otro fenmeno tendencial mu

    prepararse las condiciones materiales para que la sociedad ascienda a una nueva fase histrica, de gesti

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    dad. Pero luego, en un segundo y largo momento, impera la mercanca. Este, es un perodo histrico que

    condicionando una tremenda aceleracin en las mutaciones sociales: cambios en la estructura social que

    antes demoraban un milenio, ahora transcurren en un siglo. En este marco, al comenzar el siglo XXI,podemos observar algunos signos que llaman la atencin: pareciera que se avanza a un tercer perodo en

    muy superiores. Es la negacin de la negacin. Lo cual, a su vez, pareciera completar una larga tradahistrica. En la cual, el momento intermedio sera el que aqu intentaremos estudiar.

    Lo recin mencionado tambin nos permite deducir: lo que se suele denominar teora del valor y que

    de cuentas, una teora del desarrollo econmico.

    Jos Valenzuela Feijo

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    LIBRO PRIMERO

    ECONOMAS DE MERCALA ESTRUCTURA DE BA

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    P R I M E R A PA RT E

    PROPIEDAD Y ECONOMAS DE MER

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    1. INTRODUCCIN

    La realidad con la cual el hombre se va topando y luchando a lo largo de su existencia, es mltiplecompleja. Y suele ser tan dismil que se acostumbra emplear el plural:las realidades. Por ejemplo, larealidad de la naturaleza externa, la realidad de la naturaleza (biolgica) del ser humano, la realidad dsus relaciones sociales, la realidad de su mundo simblico, etctera. Este mundo, distante o a la mano, complicado y abigarrado, perodebe ser entendido -aunque no ms sea en un mnimo grado- por la muyelemental razn de que la misma vida humana no podra existir y reproducirse si esa comprensin notuviera lugar. Toda teora, conciente o inconscientemente, directa o indirectamente, siempre respondea esta necesidad vital. Es decir, pretende contestar a ciertas interrogantes que surgen en el curso de la

    o aporas que esa existencia encuentra -y provoca- en su decurso histrico.

    La gran interrogante que nos ocupa es sobre cierto tipo de estructuras econmicas: las de mercado. Polo mismo, junto con examinar sus condiciones estructurales y su modo de funcionamiento, nos debemopreguntar por lo que determina su origen y existencia.1 Lo cual, nos lleva a preguntarnos porel tipo derelaciones de propiedad que da lugar a la existencia de las economas de mercado hiptesis subyacente: son las relaciones de propiedad las que determinan el carcter tal o cual de los sitemas econmicos. Es decir, sistemas econmicos. Lo cual, tambin supone otra hiptesis: la propiedad designa aquel tipo de relacionessociales que funciona como fundamento, es decir, comorelacin esencial, de los diversos tipos de estruc-turas econmicas que podemos encontrar a lo largo de la historia.

    Tratndose de una relacin tan decisiva, podramos suponerla bien conocida. Pero como veremos madelante, las confusiones que surgen en relacin a nuestro tema son frecuentes y nada de veniales. Asmismo, conviene advertir desde ya que se trata de un tema polmico y en torno al cual se suscitan mufuertes pasiones. La fuerza de los intereses subyacentes suele obnubilar la visin de los investigador

    1 Asimismo, por las condiciones de su desaparicin. En un sentido muy decisivo, la misma pregunta por los rasgos mesenciales de la produccin mercantil suele ir asociada a un proyecto socio-poltico que se propone como meta ltim(i.e. de largo plazo) la supresin de los nexos mercantiles. Cuando esta posibilidad o propsito queda fuera del hozonte vital, la forma mercantil se suele entender como un fenmeno prcticamente natural, imposible de remover.

    C A P T U L O I

    INTRODUCCIN:

    LOCALIZACIN E IMPORTANCIA DE LA PROPIEDAD

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    y engendrar, con gran frecuencia, posturas engaosas y apologticas. Por lo mismo, una aproximacincuidadosa y crtica se torna doblemente necesaria. En breve, necesitamos precisar el contenido de la cate-gora propiedad. De este modo, podremos tambin precisar el tipo de relaciones de propiedad que est ala base de las economas de mercado.

    En esta introduccin, abordaremos cuatro grandes interrogantes: i) dnde se localiza el fenmeno de

    iv) cules son las confusiones ms usuales que emergen en torno a la categora? La segunda interro-gante, valga la advertencia, se contestar en trminos estrictamente provisorios. La respuesta detalladaviene en los captulos subsecuentes.

    2. LA PROPIEDAD Y SU LOCALIZACIN

    En qu parte, lugar o zona de la realidad nos encontramos con el fenmeno que denominamos propie-dad? Se trata, por lo tanto, de esbozar muy gruesamente el mapa de la formacin social para all buscar y localizar el fenmeno de las relaciones de propiedad.

    Para bien contestar, conviene mencionar y recordar mnimamente algunos conceptos bsicos.2

    La ms globalizante de las categoras que manejamos es la de formacin econmica-social, la que nosdesigna el total de la realidad social. En ella podemos distinguir los siguientes elementos: a) el conjunto

    sistema social; b) las pautas y elementos que deter-minan la interaccin sociedad-naturaleza o sistema de fuerzas productivas; c) el sistema de formas de la con-ciencia social. O sea, el conjunto de valores, creencias y formas de representacin de lo real que se manejanen tal o cual sociedad.

    El sistema social (o conjunto de relaciones sociales que norman la vida de los hombres) puede desagre-garse en: i) sistema econmico, o sea, las relaciones sociales que se estructuran en torno al proceso deproduccin y sus derivados: la distribucin, el cambio y el consumo de los productos; ii) sistema poltico,o sea, las relaciones sociales que regulan las prcticas sociales que buscan transformar o preservar elsistema social; iii) sistema ideolgico-cultural: las relaciones sociales que norman las actividades quegiran en torno a la transformacin-preservacin del sistema de formas de la conciencia social. Tenemos,entonces: i) instituciones sociales (econmicas, polticas e ideolgico-culturales); ii) prcticas o activi-dades de transformacin que se organizan en el seno de las correspondientes instituciones (prcticaseconmicas, polticas y culturales); iii) campos u objetos de transformacin. O sea, campo de accin dela praxis humana del caso: el entorno natural, el sistema social y el sistema de formas de la concienciasocial. En breve, el hombre despliega su vida transformando la naturaleza (produciendo), transformando

    2 En realidad, damos por conocida la teora ms general. Para una exposicin sencilla y relativamente sinttica, con-sultar: 1) Oscar Lange,Economa Poltica, Tomo I, caps. I y II, Ed. FCE, Mxico, 1987; 2) N. Bujarin,Teora del materialismohistrico, Ed. Pasado y Presente, Mxico, 1979; 3) A. Gramsci, , Ed. JuanPablos Edits., Mxico, 1975; 4) Ch. Bettelheim,Las luchas de clases en la URSS, Primer perodo (1917-1923), Ed. Siglo XXIEditores., Mxico, 1977. Prefacio. Los textos 1) y 2) presentan la visin ms tradicional. Los textos 3) y 4) son crticosde esa postura.

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    las relaciones sociales (desplegando una actividad poltica) y transformando su medio cultural. Entr

    mutua que, en todo caso, son asimtricas. Como primera aproximacin, podemos sostener que la lnea ddeterminacin fundamental va del sistema econmico a los otros dos.

    El sistema econmico, a su vez, se puede descomponer en cuatro subsistemas o esferas: i) relaciones produccin directa; ii) relaciones de distribucin; iii) relaciones de cambio; iv) relaciones de consum

    la esfera o espacio ms decisivo es el de las relaciones sociales de produccin.

    Agreguemos dos consideraciones bsicas: en los conjuntos que hemos mencionado se da siempre un d

    de la respectiva totalidad. Para nuestros propsitos, podemos decir que no cualquier elemento se puedcombinar con cualquier otro. Por ejemplo, un sistema de fuerzas productivas de tipo capitalista no spuede combinar con relaciones de produccin de carcter esclavista. Las totalidades o conjuntos socie

    tales, por lo tanto: i) no son sumas o agregados mecnicos sino entidades sintticas; ii) responden a u no se nos olvida eldctum de Sartre: las totalidades funcionan como entidades desgarradas. Es decir,son unidades contradictorias y, por lo mismo, en ellas nunca encontraremos una coherencia absoluta. Egrado de la coherencia puede ser mayor o puede ser menor pero hay lmites al desajuste interno: cuandeste supera la medida del todo se provoca una mutacin cualitativa en la entidad. Esta se transforma elo otro y por esta va recupera su perdida homogeneidad. Para inmediatamente empezar a desgarrarsems y ms hasta el entorno de una nueva descomposicin y un nuevo salto cualitativo. La sucesin eperpetua y como lo deca Lucrecio, slo la muerte es inmortal.

    posicin indicadas se podran simbolizar como sigue (advierta el lector que el signo de suma no se deinterpretar aqu en su sentido literal. Sabemos que en la esfera social las sumatorias simples no tienenlugar. El signo, lo usamos por pura comodidad).

    Para la formacin econmico-social, tendramos:

    FES= formacin econmico-social. A = sistema social.

    = sistema de fuerzas productivas.

    = sistema de formas de la conciencia-social.En este nivel, podemos decir que la propiedad es parte de la formacin econmico-social y que se ubien el espacio A, el del sistema social.

    Para el sistema social podemos escribir:

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    ordenar el anlisis y examen ulterior del fenmeno. El navegante que parte a tierras ignotas, por lo menomaneja un norte, un par de coordenadas o estrellas que orientarn su aventura. Eso le permite avanzaen cierta direccin y no dejarse mecer al amparo de las olas. Por cierto, este ltimo es el sentido o funci

    Conviene advertir desde ya: en el numeral anterior, al localizar la categora, necesariamente se ha introducido alguna conceptualizacin, ms o menos implcita, sobre el fenmeno. De l hemos dicho: i)propiedad es una relacin social; ii) esa relacin es de carcter econmico. Esto, claro est, no alcanza

    del derecho.3 En la muy famosa Declaracin de los Derechos del Hombre promulgada por la revolucifrancesa, se sostiene que la propiedad es el derecho que tiene todo hombre de disfrutar y disponer a s

    voluntad de sus bienes, de sus rentas, del fruto de su trabajo y de su industria.4

    Pocos aos ms tarde, enel Cdigo Civil, artculo 544, promulgado por Napolen, se dice que la propiedad es el derecho de distar y disponer de las cosas de la manera ms absoluta, en tanto no se haga de ellas un uso prohibido polas leyes y reglamentos.5

    ellas: i) se enfatiza el poder de disposicin sobre las cosas; ii) la relacin social subyacente queda enpenumbra; iii) es completamente ignorado el impacto de la propiedad en la distribucin del producto.

    Harry M. Johnson, el conocido socilogo americano, escribe que la propiedad como institucin delim

    en toda sociedad los derechos sobre los objetos valiosos escasos.6 Asimismo agrega, que la institucinde la propiedad es, como todas las otras instituciones, una serie de pautas normativas de las relacioneentre individuos y/o grupos. Y del mismo modo que las otras instituciones, la propiedad tambin a vecees violada. La estabilidad de un sistema de transacciones econmicas depende en parte, sin embargo, dla institucionalizacin de los derechos sobre los objetos valiosos escasos.

    imposible.7

    3 Segn P. J. Proudhon, Qu es la propiedad?, pg. 45, Ed. Antorcha, Mxico, D.F., 1984.4 Ibd., pg. 45.5 Ibd., pg. 45.6 Harry M. Johnson,Sociologa, pg. 258, Ed. Paidos, Buenos Aires, 1965.7 Ibd., pg. 259-60.

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    Para el economista polaco Oskar Lange, la propiedad es la relacin que se establece entre los hombresa partir de la posesin de los medios de produccin.8 Lange agrega que la propiedad de los mediosde produccin decide (...) la forma en que tales medios son utilizados y, en consecuencia, determinalas formas imperantes de cooperacin y de divisin del trabajo. Adems, la propiedad de los medios de

    produccin prejuzga igualmente la cuestin de la propiedad de los productos y, por ello mismo, la de sudistribucin.9

    Segn podemos ver, en Johnson: i) se destaca que la propiedad es una relacin social; ii) que este nexo orelacin es regular y ms o menos estable; iii) para nada se alude al aspecto apropiacin involucrado en el

    de la posesin de los medios de produccin cuando la relacin de causalidad es justamente la inversa:de la relacin socialhacia la posesin de las cosas.

    el que sigue. Por propiedad, entendemos: i) una relacin social anclada en la esfera econmica. O sea,

    tribucin del poder patrimonial entre los diversos grupos y miembros de la sociedad y, asimismo, de-

    cedente. Un aspecto: el de la distribucin social del poder patrimonial, implicando el otro: el de las pautasde apropiacin del producto. En especial, de la apropiacin del excedente. Aclaremos que por poder patri-monial entendemos el poder de decidir la asignacin del patrimonio productivo del caso. O sea, tienepoder patrimonial aquel grupo o persona que tiene poder para decidir qu aplicacin o utilizacin darlea los correspondientes recursos productivos.

    4. SOBRE LA IMPORTANCIA Y SIGNIFICACIN DE LA PROPIEDAD

    Segn ya hemos indicado, la propiedad es una relacin social de tipo econmico, anclada en los espaciosde la produccin y distribucin. En este sentido, es una relacin que funciona junto a miles de otras rela-ciones, pero si en ella nos concentramos es porque le atribuimos una importancia superior.

    En lo anotado subyace un planteamiento ms general que conviene explicitar. Amn de reconocer la

    que se pueden describir en el universo econmico), se postula que esa realidad tambin responde a unaestructuracin jerrquica o desigual. Es decir, los diversos elementos y relaciones que la componen, ope-ran con una importancia muy diferente, algunos siendo determinantes decisivos del funcionamiento ydinmica global del fenmeno y otros, jugando un papel marginal y despreciable para efectos analticos.Al respecto, el economista estadounidense Duncan K. Foley, ha hablado de la falta de democracia de lasdeterminaciones, es decir, de la no equipotencialidad de las variables en juego. Este postulado on-tolgico es compartido por el grueso de las ciencias ms maduras, pero hay corrientes del pensamiento

    8 O. Lange,Economa Poltica, Tomo I, pg. 24, Ed.FCE, Mxico, 1986.9 Ibd., pg. 24.

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    econmico que la rechazan. Como anota Foley, en la economa neoclsica generalmente se consideque las determinaciones que subyacen a una situacin operan simultneamente; es decir, todas las de

    este enfoque puede encontrarse en el modelo neoclsico del equilibrio competitivo general.10 Segn este

    modelo, existe una simetra perfecta entre todas las condiciones simultneas que nivelan la oferta y l 11

    En el caso de las escuelas clsica (Smith, Ricardo, Mill, etctera), marxista (Marx, Luxemburgo, BaBowles, etctera) y keynesiana autntica (Keynes, Joan Robinson, Davidson, etctera), se rechaza el ptulado de la equipotencialidad.

    Para nuestros propsitos, podemos recordar tres hiptesis bsicas que giran en torno al desigual poderde determinacin con que funcionan diversos aspectos (partes o variables) de la formacin econmicosocial.

    Primero, en el par superestructura versus modo de produccin, la lnea de causalidad fundamental suelir del segundo al primero: al adquirir nuevas fuerzas productivas, los hombres cambian de modo de prduccin, y al cambiar el modo de produccin, la manera de ganarse la vida, cambian todas sus relacionsociales.12 O bien: hay que ignorar en absoluto la historia para no saber que, en todos los tiempos, losoberanos se han tenido que someter a las condiciones econmicas, sin poder dictarles nunca su leyTanto la legislacin poltica como la civil no hacen ms que expresar y protocolizar las exigencias de lrelaciones econmicas.13

    del sistema econmico. De acuerdo a Marx, en general la forma de cambio de los productos correspon

    eso, en la historia de la sociedad vemos que el modo de cambiar los productos es regulado por el modo producirlos.14 En otro texto, el mismo autor seala que las denominadas relaciones de distribucin co

    y de las relaciones que los hombres contraen entre s en el proceso de reproduccin de su vida human y derivan de esas formas.15 En resumen, si al interior del sistema econmico se distinguen cuatro sub-sistemas: produccin, distribucin, cambio y consumo, la hiptesis a manejar nos indica que la lnea dcausalidad dominante va desde la esfera de la produccin hacia los otros subsistemas.

    10 11 Duncan K. Foley, , pg. 18,Ed.FCE, Mxico, 1989.12 C. Marx,Miseria de la Filosofa, pg. 91. Ed. Signos, B. Aires, 1970.13 Ibd., pg. 64.14 Ibd., pg. 58.15 C. Marx, , Libro tercero, Tomo III, Vol. 8, pg. 1120, Ed. Siglo XXI Edts., Mxico, 1988. Nota del editor: a lo

    del libro, se cita la edicin tanto del Fondo de Cultura Econmica como la de Siglo XXI Editores, segn la claridapertinencia de la traduccin.

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    La tercera gran hiptesis a recordar nos seala que de las mltiples relaciones sociales que podemosencontrar en el subsistema de las relaciones de produccin, una de ellas funciona como relacin reina y sa es la propiedad. O sea, el tipo de relacin social que involucra la propiedad funciona como el factorclave, el ms importante y decisivo, de todo el subsistema de produccin. Como lo subrayara Turgot, la

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    Tenemos, en consecuencia, que la propiedad no es tan slo una relacin importante: es la relacine- sencial, lams importante y decisiva, la que funciona como fundamento o ncleo matriz detoda la formacineconmico-social y, muy en especial, del modo de produccin. Por lo mismo, el cambio de uno a otromodo de produccin y la consiguiente diferenciacin entre estos, se debe explicar a partir del cambio en

    minado por la dinmica o sucesin de las formas de propiedad. O sea, en este nivel, se puede sostener quela historia existe en tanto tenga lugar la transformacin o cambio de las relaciones de propiedad.

    En el plano terico-conceptual, la tesis de la primaca de la propiedad tiene consecuencias no menos

    importantes. De momento, el punto que aqu nos interesa recoger y subrayar es aquel vital postuladometodolgico: lo que en la realidad objetiva funciona como fundamento, en la teora que pretende apre-henderla, debe funcionar como razn fundante o principio (prius)terico (concepto o categora) de base.

    5. ALGUNOS TESTIMONIOS A LO LARGO DE LA HISTORIA

    La decisiva importancia de la propiedad es algo que ha sido reconocido desde los tiempos ms anti-

    la propiedad. Cuando el esclavismo patriarcal cede frente al de tipo mercantil, la diferenciacin socio-

    la presencia del valor de cambio desataba las pasiones y apetitos sin control de los de arriba. A la vez,la desigualdad socio-econmica engendraba el descontento de los de abajo: las masas se sublevan porla desigualdad en la propiedad.17 Asimismo, el estagirita adverta: es un mal el que se hagan pobresmuchos que fueron ricos. Gran trabajo ser impedir que estos hombres sean revolucionarios.18 En estecontexto, emergen diversos diagnsticos y propuestas. Por ejemplo, Platn delinea un orden ideal que a

    irn, con los guerreros en quienes mandan, a morar en casas (...) comunes a todos, y en las que nadieposeer nada en propiedad.19 Platn es algo ambiguo y el comunismo parece predicarlo para el nivelsuper-estructural poltico-militar. En el espacio de la produccin, nuestro autor no habla de propiedadcomn. Su propuesta gira ms bien en torno a una distribucin equitativa del ingreso y la riqueza: es

    16 Turgot, citado por A. Vachet,La Ideologa Liberal, Tomo II, pg. 95, Ed. Fundamentos, Madrid, 1972.17 Aristteles,Poltica, pg. 183. Ed. Porra, Mxico, 1990.18 Ibd., pg. 182.19 Platn,La Repblica o de lo justo, enDilogos, pg. 569. Ed. Porra, Mxico, 1991.

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    preciso dividir la tierra y las habitaciones en porciones iguales en cuanto sea posible.20 Adems -aunquetambin aqu surgen ambigedades o silencios- est nada menos que la base esclavista del sistema, la cuno se pretende disolver.21 Aristteles es ms preciso y tambin ms realista: se pronuncia en favor de lapropiedad privada, evitando desigualdades excesivas. El diagnstico aristotlico contiene elementos d

    valor permanente. Cuando analiza las formas de asociacin poltica (o sea, los sistemas socio-econmcos) declara expresamente que, para ello, debe comenzarse por el estudio de la propiedad, la que funciona como su principio natural.22 De igual modo, apunta que las grandes conmociones polticas suelengirar en torno a la propiedad: en opinin de algunos el ordenamiento justo de la propiedad es lo mimportante, ya que en torno a este problema, segn dicen, se producen todas las revoluciones.23 En laantigedad, el desarrollo de los nexos mercantiles provoca efectos disolventes mayores: algunos propitarios esclavistas de la tierra se enriquecen y otros empobrecen; estos ltimos se endeudan y terminanmuchas veces, perdiendo todo su peculio y hasta su condicin de hombres libres. De aqu la casi continrenovacin de las propuestas de condonacin de deudas, de reparto agrario, etctera En la Roma clsic

    ultra-conservadores como el elocuente Cicern: los que pretenden ganar la aceptacin del pueblo, y poeste motivo o intentan leyes agrarias con que despojar a los poseedores de sus bienes, o hacen por dond

    de la Repblica.24

    Los primeros padres de la Iglesia cristiana agitan tambin el problema de la propiedad y, al respecto, enarbolan propuestas bastante radicales: nosotros los cristianos somos hermanos en lo que con-

    mamos todas las cosas como pertenecientes a todos. Compartimos en comn todo, con excepcin dnuestras mujeres. Entre vosotros, por el contrario, son ellas lo nico que tenis en comn.25 Para SanAmbrosio, la Naturaleza da todo en comn a todos. Dios ha creado los bienes de la tierra para qu

    los hombres los disfruten en comn y para que sean propiedad comn de todos. Es la Naturaleza, poconsiguiente, la que ha creado el comunismo, y es la violencia la que ha creado la propiedad privada26 Otro muy connotado telogo, seala que la propiedad privada provoca disensiones, guerras, insurrecciones, matanzas, pecados graves o veniales. Por eso, si no nos resulta posible renunciar a la propiedad en general, renunciemos cuando menos a la propiedad privada.27 Con el paso del tiempo, estasposturas radicales comienzan a diluirse. La iglesia se institucionalizara ms y ms, terminando po

    20 Platn, , pg. 97, Ed. Porra, Mxico, 1991.21 El comunismo, por lo tanto, slo se aplica para las clases superiores.22 Aristteles,La Poltica, Libro 2, cap. 1, pg. 173. ed. cit.,23 Ibd., Libro II, cap. 2, pg. 182.24 Cicern, , pg. 64 (Libro II, cap. 22); Ed. Porra, Mxico, 1990.25 Tertuliano, citado en Max Beer, , pg. 70, Ed. Siglo XX, B. Aires, 1973.26 Ibd., pg. 82.27 San Agustn; citado en Beer, ob. cit., pg. 82.

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    ponerse al servicio de las clases dominantes. De hecho, durante la Edad Media, se transforma en elprincipal propietario feudal amn de ser el gran protector ideolgico del sistema social imperante. La

    predicador jesuita es especialmente elocuente: cuando Dios cre a los pobres y a los ricos, fue su inten-

    cin salvar a los ricos por medio de la riqueza y a los pobres por medio de su pobreza.28

    Otro predicador,habla as: Cul es el camino de la salvacin para el pobre? Es el camino que le traza de antemano suclase: el camino de la humildad y de la paciencia. Cmo puede el rico llegar a la misma meta? Su caminono es enteramente el mismo (...). Es el camino de la misericordia y de la caridad; pues, dice el Salvador,dad limosnas... y pronto sern borradas todas vuestras culpas.29

    Con el ascenso de la civilizacin burguesa, se vuelve a insistir en la importancia del fenmeno de la propie-dad. Para Rousseau, por ejemplo, el fundamento del pacto social es la propiedad y su primera condicin

    30 Asimismo, declara que elderecho de propiedad es el ms sagrado de todos los derechos de los ciudadanos, y es ms importante, enciertos aspectos, que la misma libertad.31 el fenmeno de la propiedad. Adems, le reconocieron una importancia mayor. De acuerdo a Le Trosne,por ejemplo, la propiedad de bienes es la ley fundamental de la sociedad.32 Mercier de la Riviere, porsu lado, apunta que la propiedad es ley fundamental de las sociedades y, por lo mismo, es la raznprimitiva de todas las otras leyes.33 De igual modo, este autor advierte: destruid la ley de la propiedad y no quedar ninguna ley; Estado gobernante, sociedad gobernada, todo caer necesariamente en la ar-bitrariedad; un abismo, un caos afrentoso en el que las pretensiones individuales entrarn sin cesar en

    34 subordinarse, es el inters de los propietarios.35

    le reconoce al fenmeno de la propiedad; ii) la defensa irrestricta que se efecta de la propiedad burguesa,en ese tiempo en plena fase de ascenso histrico.

    Smith, por ejemplo, nos habla de los derechos sagrados de la propiedad privada36 el impacto de la propiedad capitalista en el proceso de crecimiento, no vacila en sealar descarnadamentesus consecuencias. De hecho, para nuestro autor el Estado se origina a partir de la necesidad de preservar

    28 Griffet, Sermones. Citado en B. Groethuysen,La formacin de la conciencia burguesa en Francia durante el siglo XVIII ; pg.258. Ed. FCE, Madrid, 1981.

    29 Ch. Frey de Neuville, Sermones; en Groethuysen, ob. cit., pg. 258.30 J. J. Rousseau,Discurso sobre la Economa Poltica, pg. 44. Ed. Tecnos, Madrid, 1985.31 Ibd., pg. 34.32 Citado en A. Vachet,La ideologa liberal, Tomo II, pg. 32. Ed. Fundamentos, Madrid, 1972.33 Ibd., pg. 67.34 Ibd., pg. 97.35 Ibd., pg. 75.36 Adam Smith,La Riqueza de las Naciones, pg. 165. Ed. FCE, Mxico, 1981.

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    ciertas formas de propiedad asentadas en la explotacin del trabajo. En sus palabras, el gobierno civen cuanto instituido para asegurar la propiedad, se estableci realmente para defender al rico del pobreo a quienes tienen alguna propiedad contra los que no tienen ninguna.37

    David Ricardo, no es menos elocuente y no vacila en recomendar el cese de derechos polticos a aquelciudadanos que no sean partidarios del sistema capitalista. Segn escribe, tan esencial me parece, parla causa del buen gobierno, que los derechos de propiedad se consideren sagrados, que estara de acuerden privar del derecho electoral a aquellos contra quienes pudiera alegarse justamente que tenan intersen poner en peligro los referidos derechos.38 En suma, en el seno del capitalismo la democracia (en estecaso, el sufragio electoral) debe ser respetada en tanto la mayora vote a favor de los intereses de la m

    jadores terminan por reconocer sus verdaderos intereses y, por ende, pasan a oponerse a los intereses decapital-, esa democracia debe ser clausurada.

    Con la emergencia de la escuela neoclsica -en el ltimo tercio del siglo pasado- el estudio de las re

    ciones de propiedad parece desaparecer del primer plano de la escena. Como bien se ha dicho, la escueneoclsica se caracteriza por dejar de lado los problemas ms relevantes. No obstante, el estilo y tipde especulacin neoclsica representan una respuesta ideolgica muy clara a cierto tipo de problemaspoltico-ideolgicos, que se suscitan en torno a la propiedad. Al decir de Joan Robinson, la muy famoeconomista inglesa, la preocupacin inconsciente que lata detrs del sistema neo-clsico era elevar l

    dinero que cuesta, qu es lo que merece el capitalista? Se haba abandonado la actitud prctica de loclsicos, que admitan la existencia de la explotacin, pero la consideraban como la fuente de la riqueza la nacin. El capital dej de ser principalmente un adelanto de salario al trabajador, necesario porque estcareca de medios de vida propios y no poda mantenerse hasta que aparecieran los frutos de su trabajo

    por un ms largo perodo de gestacin. Puesto que el capital es productivo, el capitalista tiene derecho a la parte que le corresponde. Puesto que son los ricos los nicos que ahorran, la desigualdad es 39

    En lo grueso el pensamiento neoclsico y conservador tiende a considerar a la propiedad capitalista com

    ms bien implcito y al cual se le dedica una atencin escasa. Adems, cuando se trae a colacin, se lo hcon un aliento ultra apologtico. Hayek, por ejemplo, reconoce que el poder conferido por el control dla produccin y los precios es casi ilimitado40, pero ello (oh, cun digna y cun pura conciencia!) nole impide sostener que el sistema de propiedad privada es la ms importante garanta de libertad, no

    37 Ibd., pg. 633.38 David Ricardo,Obras, Tomo V, pg. 326 (Ed. inglesa), citado en S. Hollander,La economa de David Ricardo, pg. 526. Ed.

    FCE, Mxico, 1988.39 Joan Robinson,Filosofa Econmica, pgs. 66-7. Ed. Gredos, Madrid, 1966.40 Friedrich A. Hayek, , pg. 127; Ed. Alianza Editorial, Madrid, 1985.

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    slo para quienes poseen propiedad, sino tambin y apenas en menor grado, para quienes no la tienen.41 Ludwig von Mises, el camarada de armas de Hayek, apunta por su lado que la enseanza esencial delliberalismo es que slo puede lograrse la cooperacin social y la divisin del trabajo en un sistema dondelos medios de produccin sean de propiedad privada, es decir, dentro de una sociedad de mercado o capi-

    talista. Todos los otros principios del liberalismo -democracia, libertad personal del individuo, libertadde opinin y de prensa, tolerancia religiosa, paz entre las naciones- son consecuencias de este postuladobsico. Slo pueden concretarse dentro de una sociedad basada en la propiedad privada.42 Milton Fried-man, discpulo de los dos idelogos austriacos recin citados, no se queda atrs y seala que a lo largode toda la historia han existido los superiores que creyeron que tenan el derecho de gobernar a los infe-riores. Y el nico mtodo de organizacin social y econmica que jams se haya desarrollado que evite eseresultado es el mtodo que Adam Smith expuso en La riqueza de las naciones: cooperacin voluntariaentre individuos en la que cada hombre es libre de usar su capacidad y recursos como lo desee, de acuerdo

    43 Plantea-mientos como los de Hayek, Von Mises y Friedman, resultan del todo falsos y ajenos a la realidad de los

    sistemas capitalistas. Su afn es simplemente apologtico. Y si los hemos trado a colacin no es, claroest, por sus contenidos de verdad sino por otra cosa: en todos ellos se reconoce la superior importanciadel fenmeno de la propiedad. Pero estos textos tambin nos advierten sobre otra dimensin del fen-meno de la propiedad que conviene subrayar: en muchos casos -ms bien en la mayora de los casos- lapropiedad implica . Es decir, estamos en presencia de un nexo regular entreposiciones sociales contrapuestas, de las cuales emergen intereses objetivos contradictorios. Y como es

    igualmente decisivo y crucial.

    relacin de propiedad se reproduce en el plano ideolgico. Dicho de otro modo: el estudio de la propiedadsiempre dar lugar a polmicas eventualmente muy speras. Adems, pretender aqu avanzar hacia unainterpretacin objetiva y verdadera, ser como hundirse en una selva inundada por animales salvajes.Como regla, ser necesario desbrozar y someter la ideologa dominante a una crtica implacable y, por lomismo, tener el valor moral de asumir las consecuencias de una investigacin desinteresada, virtud queno suele ser muy abundante.44

    41 Ibd., pg. 139.42 Ludwig von Mises, Omnipotent Government (N. Haven, 1944); citado por George H. Nash,La rebelin conservadora en

    Estados Unidos, pg. 24; Ed. GEL, B. Aires, 1987.43 Milton Friedman,La economa monetarista, pg. 164. Ed. Gedisa, Barcelona, 1992.44 En realidad, un buen investigador no necesita ser un hroe. Mas bien, se trata de que se ubique en una postura que fa-

    cilite el acceso a la verdad. Es decir, hay posturas clasistas que exigen una visin deformada (de ello, Friedman, Miseset. al., son un buen ejemplo) y otras que favorecen una visin crtica y verdica. En el perodo histrico del ascensoburgus, las posturas radical-burguesas (Smith, Ricardo, etctera) facilitaban una visin no apologtica. En breve, la

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    En resumen, la propiedad no solamente es la relacin social ms decisiva y esencial. Junto a ello, se tr

    bordan toda clase de interpretaciones interesadas y a la vez engaosas.

    De entre todos los grandes paradigmas econmicos y sociolgicos, probablemente sea el de Marx el qle atribuya mayor importancia al fenmeno de la propiedad. Con todo, en Marx no encontramos una exposicin especial y sistemtica sobre el tema. No es menos cierto que a lo largo de su obra encontramnumerosas y muy iluminadoras consideraciones. Estas, tomadas en su conjunto, no proporcionan unateora acabada pero s nos entregan los elementos de base para elaborarla.

    De momento, no nos interesa una exposicin detallada de las ideas marxistas. Nos bastar recordar

    De acuerdo a Marx, en el seno, de las relaciones de produccin, las relaciones claves son las de propiedad.

    En sus propias palabras, la relacin directa existente entre los propietarios de las condiciones de produccin y los productores directos -relacin cuya forma corresponde siempre de un modo natural a undeterminada fase de desarrollo del tipo de trabajo y, por tanto, a su capacidad productiva social- es la qunos revela el secreto ms recndito, la base oculta de toda la constitucin social y tambin, por consguiente, de la forma poltica y de la relacin de soberana y dependencia, en una palabra, de cada form

    45 tor directo el trabajo sobrante no retribuido (...) sirve luego de base a toda la estructura de la comunidaeconmica.46

    Conviene detenerse brevemente en el tenor de las citas. En ellas se sostiene: a) la propiedad es una form

    esfera poltica, en especial del Estado; d) ms aun, constituye la base oculta de toda la construccin social;e) opera estrechamente vinculada -de un modo natural- al sistema de fuerzas productivas vigente. Esuma: i) se localiza el fenmeno de la propiedad; ii) se nos advierte sobre su articulacin con las dems feras constitutivas (econmicas y no econmicas) de la formacin social; iii) igualmente, se nos advieque en ella reside la matriz explicativa bsica del todo complejo que es la formacin social.En la propiedadradica el secreto ms recndito, es decir, la esencia o cualidad esencial del sistema.

    6. CONFUSIONES USUALES

    En torno a la propiedad suelen surgir toda clase de confusiones. Es decir, las nociones e ideas que

    gruesos y generales, las confusiones apuntan a considerar la propiedad como una relacin hombre-cosa

    45 C. Marx, , Tomo III, pg. 733.46 Ibd., pg. 733.

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    La comprensin juridicista de la categora (la propiedad es un fenmeno legal, jurdico) es uno de losmalentendidos ms usuales.

    Segn ya hemos indicado, la propiedad se asienta al interior del sistema econmico, en la esfera de la

    ticamente toda la formacin econmico-social. Por decirlo de alguna manera, la propiedad enprcticamente todos los aspectos y lugares de la vida social. Uno de estos espacios, que adems es muyvisible, claro y llamativo, es el de la superestructura jurdica. Y, por cierto, surge aqu la posibilidad de

    Por lo comn, aunque no de modo obligado, las relaciones de propiedad encuentran una forma de ex-presin en el plano jurdico. Si usted, por ejemplo, compra una casa, esta operacin debe ser sancionadao refrendada por abogados y notarios. Pero esto, como debiera ser evidente, no legitimiza ni el intento de

    el rol de elemento clave -secreto ms recndito o base oculta segn el decir de Marx- en el funciona-miento de la sociedad.

    E1 fenmeno de la propiedad (ms all de las modalidades particulares que pueda asumir) existe en tantoexiste la sociedad.47 Sin embargo, hay vastos perodos histricos en que ha operado sin necesidad deconstancia jurdica. Igualmente, se tiene el caso, bastante frecuente, en que la expresin jurdicano se corresponde casi para nada con la realidad concreta que asume la propiedad. En las sociedades

    pueblo. Sin embargo, no hay que ser muy avisado para percibir que el pueblo no ejerce en absoluto talderecho de propiedad. En tanto el pueblo (concepto, por lo dems, que sera necesario precisar) estcompletamente marginado de la gestin del aparato estatal, la frmula jurdica citada no pasa de ser unengao y un sinsentido.

    O sea, en el caso de que exista una expresin jurdica, esta puede ser adecuada o inadecuada (es decir,engaosa). Incluso, en algunos casos, puede ser til a la reproduccin econmica el sostenimiento de una

    el caso para sociedades que han involucionado desde el socialismo al capitalismo y en las cuales -por lomenos, para cierto perodo inicial- resulta polticamente peligroso reconocer el carcter no socialista dela propiedad. Sin embargo, a la larga, cabe esperar relaciones de correspondencia. Dado que la instancia

    dominante y que se reproduce en forma ampliada. Segn el decir de Marx, la continua reproduccin delos fundamentos del orden existente y de sus relaciones bsicas asume, con el paso del tiempo, una formaregulada y ordenada (...), si esta situacin se mantiene durante un cierto perodo, acaba por arraigar en

    48

    47 La tesis de que el fenmeno de la propiedad existe en todas las sociedades no debe confundirse con la que postula elcarcter eterno de cierto tipo de propiedad, como verbigracia la privada.

    48 C. Marx, citado por Ross Gandy, en (Ed. espaola), vol. V, n 3/4, pg. 95; julio-agosto, 1977, Barcelona.

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    De aqu tambin, un fenmeno no menos comn. En los momentos histricos de grandes cambios socles, se suelen derogar buena parte de las leyes vigentes a veces hasta las ms sagradas- para ser reemplazadas por otro y muy diferente ordenamiento jurdico-legal. Por lo mismo, puede surgir la impreside que es la variable jurdica el real factor de cambio. Pero no hay tal. En no pocos casos, el cambio ju

    que inicialmente se alteren los aspectos jurdicos. En realidad, como regla, el orden jurdico se acomoal orden econmico, y suele jugar un papel muy conservador.

    gora. En este caso, la propiedad se entiende como una relacin hombre-cosa y no, segn debe secomo unarelacin social.

    Una relacin es una interaccin. Y entre el hombre y las cosas -sean estas naturales o creadas por ehombre- efectivamente se establecen ciertos patrones de interaccin. Pero se trata de relaciones, o procesos, decarcter natural. El organismo humano, por ejemplo, interacta con su medio ambiente. Pero,

    tanto, se trata de procesos que debe estudiar la biologa. Ahora bien, entender la propiedad como unrelacin hombre-cosa equivale a confundir la economa con la biologa. Tal es la magnitud del absurdSin embargo, este absurdo, por enorme que sea, se encuentra -en el nivel ideolgico- extraordinariamentdifundido. Por consiguiente, debe de tener algunas races o bases objetivas. Y que deben ser indagadas

    Sin pretender profundizar ni mucho menos agotar el punto, cabe considerar por lo menos dos juegos dfactores, explicativos de tal inversin (o alienacin) ideolgica.

    El primero, es comn al espectro ideolgico de todas las clases dominantes y apunta a la representacide las relaciones sociales -por lo tanto, histricas y mudables- como fenmenos naturales y eternos.49

    cualquier intento de subversin y transformacin del orden social, presentndolo como contrario al orden natural de las cosas. En este contexto, el cambio, no puede sino estar irremediablemente condenadal fracaso. Como escribiera Shakespeare, la variacin slo es temible para el hombre feliz; el desgracino puede cambiar sino para remontarse a la felicidad.50

    Antes de la dominacin, en el plano ideolgico, del laicisismo burgus, el orden natural se presentaen calidad de orden divino, lo cual, por supuesto, supone un grado de alienacin aun mayor. En es

    orden dispuesto por la di-vinidad. La santa Hildegarda de Bingen, por ejemplo, le escriba a la abadesa de Andernach -a mediad

    del siglo XII- que Dios vela cerca de cada hombre porque las clases bajas no se eleven nunca sobre

    49 Cabe aqu una consideracin. La naturaleza tambin es mudable y, por lo tanto, tiene su historia. En este sentido, habitual contrapunto que se establece entre historia y naturaleza tambin es falaz y apologtico. Sin embargo, no

    lento que el ritmo que es propio a las mutaciones sociales. Y es en este sentido relativo que puede atribuirse a la na

    50 , pg. 203, Ed. Porra, Mxico, 1990.

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    sostener su lujo, considerndonos siervos suyos y castigndonos cuando no obedecemos sus rdenes56 La anotada, es una propuesta comunista. Claro est, utpica y campesinista. Pero lo que aqu nos interees ver cmo ella se funda tambin en un presunto orden divino.

    laico sobre el problema de la propiedad. En sus representantes ms avanzados y consecuentes, se observque el recurso a la divinidad comienza a considerarse innecesario. Es decir, se tiende a pensar que Direpresenta una hiptesis de la cual se puede prescindir.57

    En este caso, el orden econmico y el rgimen de propiedad que est a su base, se pasan a considercomo partes de un orden natural y, por ello, inamovible. El simple afn de alterar el rgimen de propieda

    sequilibrios que atentan contra la persona humana y su autntica naturaleza. Como recuerda Irving Kristol, el lcido idelogo del neoconservadurismo estadounidense, los neoaustriacos son en gran medidlos herederos del Iluminismo liberal anglo-escocs del siglo XVIII, al punto que uno de los miembros

    la escuela escribi: los economistas austriacos modernos consideran queel capitalismo es el nico sistema social compatible con la naturaleza humana.58

    estos respectos. Para esta corriente de pensamiento, el orden econmico debe entenderse como un ordennatural y este, como una estructura fsico-natural, anloga o semejante a la que con gran brillo haba descrito y explicado Newton. Para el grueso de la intelectualidad progresista de la poca, valga el recuerdlas investigaciones fsico-matemticas de Newton resultaban deslumbrantes y constituan un modelo

    loor del prestigio. Ellos, ms bien, creen encontrar en las estructuras econmicas objetivas principio y leyes cuyo estatuto es semejante a las encontradas por Newton en sus estudios del mundo fsico. D

    acuerdo a Le Trosne, por ejemplo, es evidente (...) que la propiedad se convierte en una institucinecesaria, derivada del orden fsico.59 Por su lado, Mirabeau al referirse a la propiedad seala que los

    60 En suma, el orden econmico se entiende como un orden natural y, luego, este se asimila a un orden d

    56 Discurso de Ball transcrito por Froissard, cronista francs de la poca. Citado por Max Beer,Historia general del socialis- , pg. 155. Ed. Siglo Veinte, B. Aires, 1973.

    57 Ciertamente, en una gran mayora de ocasiones se termina por no rechazar la ayuda de la autoridad divina en el forCiertamente, en una gran mayora de ocasiones se termina por no rechazar la ayuda de la autoridad divina en el fortalecimiento del sistema. Es decir, se suele esgrimir el criterio de Voltaire: yo puedo no creer, pero la religin le emuy til a mis trabajadores y, por esta va, me termina siendo til en cuanto yo soy un propietario deseoso de evitareclamos y rebeldas.

    58 Irving Kristol, , pg. 218. Ed. GEL., B. Aires, 1986. Mises y Hayek, se consideran miembros y fundadores de la corriente neoaustriaca, cuyo origen ltimo se remonta a Karl Menger, uno de los fundadoredel neoclasicismo.

    59 Segn A. Vachet, ob. cit., Tomo II, pg. 32.60 Ibd., pg. 32.

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    A continuacin, y en trminos casi automticos, se agrega que ese orden es inmutable. Como indicaMercier de la Rivire, el orden inmutable de la naturaleza consiste en que cada quien sea plenamentepropietario de su persona y de las cosas que adquiere por sus bsquedas o por sus trabajos: este doblederecho es de una necesidad absoluta.61 Por cierto, esta pretensin equivale a decretar un carcter

    ahistrico para los fenmenos econmicos, una virtud siempre bienvenida por los grupos sociales domi-nantes. A este paso le sigue otro: considerar que la estructura econmica da lugar a un funcionamientoperfectamente lgico y racional, racionalidad que desembocara en la maximizacin del producto y, muyespecialmente, del producto excedente o produit net.

    De la ltima hiptesis se desprende inevitablemente otra: el orden econmico que responde a esas carac-tersticas maximiza el bienestar de la sociedad, es decir, asegura la felicidad de los ciudadanos. En elcomentario de Schumpeter, Quesnay sostuvo que la satisfaccin mxima de las necesidades para todoslos miembros de la sociedad globalmente considerados se obtendr si, en condiciones de competenciaperfecta, cada cual puede actuar libremente segn su inters individual.62

    Segn se puede observar, la lnea argumental es muy clara y se podra sintetizar como se muestra en elDiagrama 1.

    Por cierto, si esta argumentacin se acepta, podra alguien pronunciarse contra la forma de propiedadque as se evala? En este contexto, como bien lo deca Mirabeau, cualquier ataque contra esta propie-dad debe ser considerado como un intento de asesinato, como en efecto lo es.63

    Existe una tercera fuente de confusin en torno al fenmeno de la propiedad que es especialmente po-

    Mientras ms desarrollado sea el imperio de las mercancas, ms potente ser el impacto del fetichismo y, por ende, las confusiones y distorsiones que engendra.

    Qu debemos entender por fetichismo mercantil?64

    En el fenmeno, se distinguen dos aspectos fundamentales: a) las relaciones sociales, que son nexos en-tre grupos y/o personas, se presentan y aparecen como si fueran relaciones entre cosas, entre objetosmateriales. Para el caso, se habla de de las relaciones sociales; b) la atribucin a las cosas, delo que no son sino propiedades o cualidades de las relaciones sociales subyacentes. Este, es el aspecto de

    Para nuestros propsitos, nos interesa muy especialmente la segunda de las dimensiones sealadas. Esta,

    implica: i) se le atribuyen a las cosas, lo que no son ms que propiedades histrico-sociales; ii) se tiende

    61 Pierre Mercier de la Rivire, ; en J. Silva Herzog, Antologa del Pensamiento Econmico-Social,pg. 307. Ed. FCE, Mxico, 1977.

    62 Joseph Schumpeter,Historia del Anlisis Econmico, pg. 277. Ed. Ariel, Barcelona, 1971.63 Citado por Vachet, ob. cit., Tomo II, pg. 50.64 Un examen detallado en la Parte II, captulo XV.

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    a generar una visin engaosa de los procesos y realidades econmicas. Ello, en tanto la exterioridad desos fenmenos provoca un efecto de ocultamiento y distorsin de su autntica naturaleza; iii) surgede modo casi espontneo, una visin que entiende a las realidades socio-econmicas como entidade

    De acuerdo a Stanley Moore, abundan las teoras econmicas que -como, por ejemplo, la neoclsica- cuentran en la economa el reino de las leyes eternas de la naturaleza. Estas doctrinas se asientan claramente en el fetichismo mercantil y de acuerdo a Moore el proceso de atribuirle validez eterna a las leyde la produccin capitalista puede tambin ser dividido en tres etapas. Ellas son: Primero, las relacionproductivas entre individuos aparecen en todas las sociedades de cambio (mercantiles, J. V. F.) como relciones sociales entre cosas (...). Segundo, las relaciones de clase entre productores y explotadores aparcen en las sociedades capitalistas como relaciones de cambio entre factores de produccin, es decir, entrla fuerza de trabajo y los medios de produccin (...). Tercero, las relaciones de cambio histricamente codicionadas entre los factores de produccin, que son peculiares de la sociedad capitalista, aparecen comleyes tecnolgicamente condicionadas de la produccin en general, necesarias en todas las sociedades65

    66

    diagrama 1: LAS VIRTUDES DE LA PROPIEDAD BURGUESA: LA VISIN APOLOGTICA

    (1) (2) (3) Propiedad Orden econmico Orden natural capitalista

    (4) (5) (6) Orden fsico Orden inmutable Orden racional

    (7) Orden que promueve la felicidad

    En la teora econmica contempornea de raigambre neoclsica, podemos encontrar numerosos ejemplos de la postura fetichista antes mencionada. Consideremos, por ejemplo, a Paul Samuelson, el econmista estadounidense ganador del Premio Nbel. En su conocido manual, nos encontramos con las s

    economa para fabricar otros bienes, entre los que se encuentran las innumerables mquinas, las carre

    65 Stanley Moore, , pgs. 126-7-8. Ed. Siglo XXI Edts., B. Aires, 1974.66 Ibd., pg. 129.

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    una economa moderna67; ii) los bienes de capital representan bienes producidos que pueden utilizarsecomo factores para elaborar otros productos, mientras que el trabajo y la tierra son factores primarios delos que no resulta til pensar que son producidos por el sistema econmico.68 En cuanto a la distribucin,se dice que as como los salarios y la renta de la tierra son los precios de los factores primarios (o, tc-

    nicamente, los precios de los factores) como el trabajo y la tierra, los tipos de inters son el precio delcapital como factor.69

    bienes, como un medio de produccin. Luego, la retribucin o forma de acceso al producto que es propiadel capital (entendido como relacin social), se le adscribe a los medios de produccin. Con la tierra y lafuerza de trabajo se efecta un procedimiento relativamente anlogo. Y como los medios de produccinhan existido desde que el hombre es hombre, si estos se igualan al capital y asocian a la plusvala (inters,segn la terminologa de Samuelson), la conclusin es muy obvia: capital y plusvala existen desde que elhombre es hombre. La moraleja que de aqu se desprende no es menos obvia: pretender suprimir fen-menos como el capitalismo, es equivalente al intento de suprimir las leyes fsicas, como verbigracia las dela gravedad. Por cierto, una conclusin semejante, para las clases dominantes interesadas en la preser-vacin del statu quo, no puede sino saber a perlas. Pero lo que aqu nos interesa resaltar es que lamisma realidad de las economas de mercado, es la que prohija tales visiones. Es decir, no se trata de inventos

    realidad, considerada en su exterioridad, la que pareciera ser del modo que recogen las doctrinas fetichis-tas. Se trata, por decirlo de algn modo, de una realidad que se nos presenta disfrazada. Por lo mismo, sialguien describe a los personajes de acuerdo al disfraz que visten, no nos est mintiendo: el disfraz no esun invento, est all. El problema, por supuesto es otro: confundir el disfraz con la real naturaleza de lospersonajes en juego.

    Terminemos el captulo. Segn hemos venido sealando, la propiedad es un fenmeno de gran importan-cia. De hecho, la postulamos como la relacin social ms fundamental o bsica. Pero, a la vez, es quiz larelacin que provoca ms confusiones en las interpretaciones que sobre ella se tejen. Hemos intentadoadvertir sobre las confusiones ms usuales y sobre las fuentes que pudieran originarlas. Al continuar elanlisis de la categora deberemos tener especial cuidado para no repetirlas.

    67 Economa (12 edic.), pg. 29; Ed. Mc. Graw-Hill, Mxico, 1987.68 Ibd., pg. 63.69 Ibd., pg. 63.

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    1. ATRIBUTO Y PODER PATRIMONIAL. LOS CONCEPTOS

    Entremos ahora al anlisis del contenido de la categora. Para una mejor comprensin, abordaremos e

    Setrata aqu, de analizar la distribucin social del ejercicio del poder patrimonial. El segundo momento,

    . Como el mismo nombre lo indica, se trataaqu de analizar la distribucin de los resultados del esfuerzo productivo. Recalquemos que no se trata de procesos o relaciones que operen en forma separada. El uno y el otro se determinan al unsono y distinguen slo para efectos de la exposicin.

    Veamos primeramente el momentoatributos patrimoniales(o distribucin social del poder patrimonial).

    En cualquier sociedad, podemos distinguir por un lado el conjunto o agregado de individuos que componen y, por el otro, el agregado o conjunto de fuerzas productivas que posee. Estas fuerzas (sub jetivas y objetivas), constituyen el patrimonio de tal sociedad. Surge entonces la pregunta, cmo se dis-tribuye tal patrimonio entre los diversos miembros del agregado social? Es decir, quines y sobre quejercen poder de decisin?

    Tal patrimonio, puede estar repartido o atribuido de modos muy diversos. Puede ser atributo privado, degrupos o individuos. Y en el caso de ser privado, el patrimonio es susceptible de una distribucin (aprpiacin)equitativa o diferencial. Obviamente, segn cul sea el caso, tendremos que el momento atributospatrimoniales asumir diferentes formas, y en cuanto este es un momento de las relaciones de propiedadpodremos hablar de diferentes formas de propiedad.

    En este punto conviene aclarar dos cosas. Por lo comn, cuando se habla de propiedad implcitamente est hablando de lo que aqu hemos denominado atributo patrimonial. Segn veremos, esto es reducirunilateralizar y empobrecer la categora propiedad. En segundo lugar, al hablar de atributos patrimoniales (o propiedad en su sentido ms estrecho) se conecta a las personas con los medios de produccies decir, con tan slouno de los componentes de las fuerzas productivas. Esto no es correcto. El problemaderiva de que una parte (la mayora) de los individuos que componen una sociedadreaparecen como ele-mento de las fuerzas productivas: son los productores directos, poseedores de la fuerza de trabajo qu

    C A P T U L O I I

    LA PROPIEDAD Y SU CONTENIDO:

    LA DISTRIBUCIN SOCIAL DEL PODER PATRIMONIAL

  • 8/13/2019 Econom i as de Mercado

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    agregado social y, al mismo tiempo, parte componente de las fuerzas productivas. En cuanto componentede las ltimas, pueden ser y son objeto de poder patrimonial. El esclavo, por ejemplo, es tanto parte delagregado de individuos que integran la sociedad esclavista como parte de las fuerzas productivas del sis-

    tema, al igual que cualquier buey o arado.1

    En cuanto m