Don Fernando Alvarez de Sotomayor y Zaragoza

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“Pareja de campesinos gallegos”. colección Circulo Español de Santiago de Chile Fernando Alvarez de Sotomayor “El mejor pintor gallego De todos los tiempos hasta el momento”

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“Pareja de campesinos gallegos”. colección Circulo Español de Santiago de Chile

Fernando Alvarez de Sotomayor

“El mejor pintor gallego

De todos los tiempos

hasta el momento”

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Don Fernando Álvarez de Sotomayor y Zaragoza

Autorretrato Museo de la Real Academia de San Fernando

Oleo sobre lienzo 0,46 x0,71

Nace en Ferrol en 1875 un día 25 de septiembre, siendo el segundo hijo varón

del matrimonio formado por don Pedro Álvarez de Sotomayor y Flores y doña María de la

Asunción y Núñez del pino.

Su padre, marino de profesión, está destinado en esa plaza habiendo alcanzado

la graduación de Teniente de Navío en la Armada Española; su madre, hija de don José

Zaragoza, importante político.

Al fallecer su padre de forma repentina en 1879, queda la viuda con sus tres

hijos varones, José, Fernando y Francisco y así, pasan de una vida tranquila y sosegada a la de

pesadumbre por la falta paterna y, por supuesto, de tristeza.

Su madre con 28 años se ve al frente de la situación sin recursos y afronta la

necesidad de ir desprendiéndose poco a poco de sus enseres y joyas más valiosas junto con

todo aquello que había formado parte del patrimonio familiar, circunstancia que parece ser

que Fernando retiene en su memoria y, como consecuencia, marcaría su carácter. Gracias a

su hermano mayor, José, de temperamento más fuerte y enérgico, llegó a entender su deber

como descendiente de sus ancestros que le imponía una respuesta fuerte y varonil.

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De acuerdo con la familia, su madre decide trasladarse a Madrid donde contaban con

la ayuda de ellos y de amigos. Su abuelo en 1884 les consigue plaza en el colegio de El Escorial

para que estudien el bachillerato y, donde Fernando tuvo nuevamente que pasar por otra mala

experiencia la de aguantar novatadas y bromas de mal gusto, de suerte que se vio en la necesidad

de denunciarlo, lo que conllevó el castigo de los compañeros y la repulsa hacia él de sus

compañeros y de su propio hermano ante lo cual, fuertemente molesto, culpó a los profesores

públicamente de todo cuanto acontecía , consiguiendo así que su hermano y el resto de

compañeros se congraciaran con él pero, el estado de nerviosismo sufrido le originó un cuadro

febril alto, preludio de una enfermedad.

Ya en 1887 habiendo decidido su hermano mayor iniciar la carrera militar, se desplaza

toda la familia a Toledo donde alquilaron una casa en el número 6 de la calle de San Justo que,

rodeada de un alto muro, solo permitía ver el cielo desde el patio o la planta baja, no así desde las

buhardillas que facilitaban deleitarse con preciosas y extensas vistas y, allí comenzó Fernando a

leer el romancero del Cid, novelas y libros de aventuras y poesía más adecuados ya con su edad,

solo, ensimismado, sin que nadie le pudiera interrumpir hasta que la noche le impedía la visión.

En Toledo reanudaron la vida familiar y Fernando, además de continuar con sus

estudios de bachillerato, recibió las primeras lecciones de dibujo por parte de don José Gutiérrez,

anciano delineante que se limitaba a hacer copiar láminas de Calamme y que le sirvieron de

acicate para dibujar por su cuenta motivos tales como la torre de la Catedral de Toledo a lápiz

sobre papel. En sus largos recorridos por Toledo, estaba bastante apartado el estudio de don José

Gutiérrez de su domicilio, disfrutaba con las vistas a las que tenía acceso incluyendo las callejuelas

estrechas y las vetustas construcciones y resulta que, era tal su entusiasmo y decisión que lo

planteó seriamente en casa donde, como es lógico, había la esperanza de salir de la mala

situación económica con una buena educación y carrera de sus hijos y así, eludir de forma airosa

el problema; contemplada ésta propuesta en familia, se llega a un convenio, pintaría con la

condición de no dejar los estudios. Ésta condición no llegó a cumplirse del todo, el iba a estudiar

y, si en el camino se encontraba algún pintor cargado con los “trastos “para pintar, le seguía y

miraba con muchísima atención como lo hacían aprendiendo de ellos. Parece ser que el más

habitual era don José Vera excelente paisajista a quien se le puede considerar su primer maestro

de pintura sin que él fuera consciente de esa circunstancia y, lógicamente, eso conllevaba faltar a

las clases a las que se dirigía en principio. Les veía trabajar desde el comienzo, prestando suma

atención al progreso y desarrollo en la labor de dibujo, perspectiva, profundidad, luces y sombras,

colores y sus mezclas. Era también asiduo visitante de las viejas iglesias y conventos donde rezaba

contemplando al mismo tiempo las imágenes y los cuadros; así mismo le gustaba ir a la Catedral

donde veía como las luces que pasaban a través de las vidrieras iban cambiando las tonalidades

de todo aquello que iluminaban al tiempo que se entusiasmaba con el sonido del órgano. Así

mismo, mantenía intercambios de opinión con otros muchachos de su edad y mismas

inquietudes.

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En el último año en Toledo, su madre le instó a que se preparara para la carrera de

Ingeniero de Caminos, preparación que comenzó y dejó cuando se trasladaron a Madrid, lo que

ocurre ya en 1892, fijando su residencia en la calle Lagasca número 22.

Ya en Madrid le vuelven a impulsar hacia los estudios, los requerimientos familiares

y, en ésta ocasión se decanta por matricularse en Derecho en la Universidad Central para

cambiarlo posteriormente por Filosofía y Letras, carrera en la que aprobó todas las asignaturas

excepto griego. Entretanto y gracias a la intervención de un familiar, al mismo tiempo que en la

Universidad comienza a asistir a clases en el estudio de don Manuel Domínguez sito en la calle

Ayala número 14, éste pintor era uno de los grandes conocedores de todo lo relacionado con la

pintura y quién impartía clases a muchos de los pintores que habían de ser reconocidos en el

futuro con lo que, Sotomayor se encontró en un ambiente ideal para desarrollar sus

conocimientos de autodidacta enriqueciéndolos con las enseñanzas que recibía. En la primera

ocasión, al poco de comenzar, que don Manuel Domínguez le permitió pintar directamente del

modelo, quedó gratamente sorprendido al igual que sus compañeros Sorprendido por el

tratamiento del color, el dominio del dibujo y los contrastes; poco tiempo después y con ocasión

de una serie de encargos recibidos por don Manuel Domínguez, éste le pidió que le ayudara, a

pesar de no cobrar nada, aprendió a trabajar en gran formato, en composiciones y, quién sabe si

de aquí nació su amor por los temas mitológicos

Le defraudó don Manuel Domínguez cuando formando parte de un jurado en 1897

en un certamen en la Escuela de Pintura él no consiguió nada y, además, no atendió al

compromiso adquirido, le dio únicamente trescientas pesetas por su trabajo cuando lo acordado

había sido una cantidad harto superior

En 1898 decide abandonar al que consideraba su maestro y consigue el deseo

tantas veces soñado, tener su propio estudio, lo consigue asociándose con Eduardo Urquiola más

la ayuda económica de su tío don Alberto Álvarez de Sotomayor y Bassecourt con la conformidad

de su madre

Perseguía con mucha fuerza su prioritario deseo en aquellos momentos, ganar en

1899 el pensionado durante cuatro años para la Escuela de Roma, lo que le hacía trabajar muy

duramente, por las mañanas y las tardes en su estudio, a última hora del atardecer iba al Círculo

de Bellas Artes y, ya de noche, a la Escuela de Pintura. En ésta etapa conoció la pintura de Sorolla

que le impactó por su luminosidad y cuya influencia se notaría después en alguno de sus cuadros.

Hay que tener en cuenta que Sorolla era por aquel entonces uno de los pintores de primerísima

línea, si no el primero.

El día 10 de febrero de 1899 son publicadas las bases en la Gaceta de Madrid para

las oposiciones a Roma junto con los programas para los ejercicios teóricos.

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. “la familia del anarquista el día de la ejecución”

Patrimonio Histórico Artístico de la Universidad Complutense de Madrid

El Estado concedía un total de nueve pensiones de las que tres eran para

pintura y una de las condiciones era que debían de ser españoles y no superar los 30 años, como

Sotomayor tenía a la sazón 23 años cursó la solicitud al Ministro de Estado en el mes de Marzo

correspondiéndole el número cinco en la convocatoria

Para alcanzar la plaza debían de realizar cinco ejercicios en distintos periodos,

el último había de ser un cuadro de 1,50 x 1,15 con el título de la familia del anarquista en el día

de su ejecución.

El día 8 de octubre dieron los nombres de los aprobados, para pintura iban

Eduardo Chicharro, Manuel Benedito y Fernando Álvarez de Sotomayor. Su nombramiento se

confirmaría el día 20 de octubre y tomarían posesión el día 12 de enero de 1900 y sería efectivo

cumpliendo todos los requisitos hasta el 12 de febrero de 1904, ésta pensión les permitiría viajar

por ciudades donde pudieran ver Arte.

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Sotomayor, como sus compañeros, expusieron las obras premiadas en el

Museo de Bellas Artes e Industria, el cuadro titulado “la familia del anarquista” era la primera

obra que exponía al público y en aquel lugar, y además la más importante por él pintada hasta

ese momento, estaba muy satisfecho, había conseguido lo que con tanto ahínco y esfuerzo se

propuso alcanzar, había logrado su sueño.

Antes de salir par Roma comenzó a recibir encargos que le permitieron

obtener ingresos suficientes como para ayudar a su familia y cancelar la deuda contraída por el

préstamo que le había hecho su tío para poder abrir el estudio de la calle Espoz y Mina.

En los primeros días de enero salían de la estación de Atocha Sotomayor

y sus compañeros Benedito y Chicharro, pasaron dos días en Barcelona donde se les unieron

Garnelo y Marín para continuar por la Costa Azul, Génova y Pisa hasta que, por fin, el ferrocarril

les llevó a Roma, el destino soñado

Sotomayor y sus compañeros fueron al edificio de la Academia del

Quirinal, lugar donde debían residir y contarían con todo lo necesario, habitación individual,

estudio, biblioteca, gimnasio, comedor y la clase de dibujo natural. Vivian de manera

independiente, teniendo que pagar cada uno sus gastos de modelos y manutención.

Habían sido aleccionados para que, en los primeros meses, visitaran

Roma y se empaparan bién de sus muchísimos valores artísticos y tomaran notas. Junto a

Chicharro fueron en un viaje de unos 17 días al sur de Nápoles y Pompeya, en éste último lugar

tomó Sotomayor bastantes notas, sobre todo de las termas que, posteriormente le servirían para

realizar el cuadro “baño pompeyano“y que le serviría para hacer su primer envío obligatorio,

también unos estudios de dibujo y de modelo a escala natral.

Antes de hacer éstos envíos, fueron expuestos en los locales de la

Academia en Roma.

Una vez las obras en Madrid, fueron consideradas de mérito con lo que

consiguieron la subvención de 500 liras para la pensión de 1901.

Ya en 1901, decidió salir de Roma y fue a Paris durante una corta

temporada para, después, volver otra vez a Venecia, donde ya había estado, y trabajó en varios

temas, uno de ellos parece ser fue sobre unos pescadores de una isla cercana y que parece ser se

encuentra en Chile.

Habiendo enfermado, regresa inmediatamente a Roma donde se iría

recuperando lentamente y con problemas de tiempo consiguió realizar el trabajo encomendado

para el segundo año de pensionado, hizo y presentó en Madrid una copia al óleo del “Moisés”

situado en la Capilla Sixtina, un fragmento, mereciendo en marzo de 1903 la calificación de honor.

En 1902 regresa a España donde termina de recuperarse de su

enfermedad en una residencia de su abuelo don José. Aprovechó su estancia en ésta residencia

San José, tres meses aproximadamente, para tomar apuntes y hacer algún cuadro

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De las gentes lugareñas, entre los que destacan “En La Huerta” y “Niños en la playa”, con

indudables influencias de Sorolla, también aprovechó para hacerle un retrato a su abuelo, no

pudiendo finalizarlo por el desafortunado fallecimiento del mismo.

Durante el tercer pensionado, 1903, se dedicó a hacer mas viajes junto

con Manuel Benedito, fueron a Paris para ver, entre otras cosas a los impresionistas decidiendo

posteriormente ir en busca de lo que dieron en llamar “la luz negra” a La Haya y Ámsterdam

donde Sotomayor se encontró con las obras pictóricas de Franz Hals que le fascinaron al igual que

las obras de Rubens y Rembrandt, pareció que había encontrado la forma de expresar su pintura

y, paso todo el tiempo que pudo aprendiendo y trabajando en los Países Bajos desplazándose

después a Brujas donde, al poco tiempo, Benedito le dejará solo pues estaba enfrascado con unos

cuadros que Sotomayor quería desarrollar a su propio estilo aquello que había aprendido en

Holanda.

Regresó a Roma en el último pensionado y recibió de Madrid la

calificación del trabajo que, como era habitual, fue honorífica con la subvención de 500 liras. El

trabajo que realizó junto con la Memoria razonada de Historia que debía entregar como

conocimiento adquirido antes de finalizar su estancia en Roma. Estos últimos trabajos fueron

calificados como los anteriores en Enero de 1904. Se les concedió una prorroga de

aproximadamente un mes con distintos encargos a realizar, todos ellos relacionados con retratos

o esculturas del Rey Alfonso XIII con destino a distintos centros oficiales, estos cuadros realizados

por Sotomayor y Benedito figuraron en la Exposición Nacional de Bellas Artes

Antes de su regreso a España se celebró una exposición homenaje de

la Academia a los artistas de la séptima promoción con un éxito clamoroso para España.

Ya en España se iba a producir en breve la inauguración de la

Exposición Nacional de Bellas Artes en el Palacio de Bellas Artes e Industria de Madrid y, en ésta

ocasión coincidió con una afluencia masiva de obras presentadas, más de 2000, entre las que se

encontraban las de todos los pensionados para Roma que habían acabado el ciclo de cuatro años

en Abril, Sotomayor presentó “ Orfeo atacado por las Bacantes “, cuadro que fue consecuencia de

la inspiración por el cartón que había enviado a Madrid siendo todavía pensionado sobre la “

Metamorfosis “ de Ovidio.

Este cuadro mereció una gran crítica de público y prensa, valiéndole

una segunda medalla al igual que artistas ya muy reconocidos como Aureliano Beruete y Julio

Romero de Torres.

No obstante éste resultado, le dio tanta fama que empezó a recibir

bastantes encargos en su nuevo estudio de la calle Goya número 29.

Hay que hacer constar la gran polémica que hubo por la

disconformidad con que se recibieron los fallos.

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Ese verano de 1904 con su madre y hermana Lori, pasan las vacaciones en Segovia, en el

Monasterio de del Paular, donde se reunían la paz y la tranquilidad pero también el reposo de

muchos personajes importantes de la literatura y las ciencias españolas que trabajan, puede que

por el ambiente, muy duramente.

Sotomayor aprovechaba para tomar notas y pintar algún cuadro

con “Segovianos” con mucha riqueza en detalle de las vestimentas y el encaje de los personajes y

el color.

En una época de disfrute y de salirle todo a plena satisfacción ya

que tenía mucho trabajo y gustaba su obra, llega el otoño de 1905 en el que asistirá con su madre

y su tío Gabriel a la boda de su hermano Francisco con la Sta. Teresa Castro Gómez en La Coruña.

El mismo Sotomayor, dijo que evocando recuerdos de su niñez,

había visto y apreciado pictóricamente la belleza que se le presentaba delante, para hacer uso de

sus portentosas cualidades y en ese momento me sentí gallego en cuerpo y alma. Lo mejor del

encuentro conmigo mismo lo constituyó el hecho de la semejanza de mi pueblo con aquellos

nórdicos que yo tanto había estudiado. Los Quermesas en Flandes, ¿no eran nuestras foliadas? El

blanco lechoso de las frentes de nuestras paisanas contrastando con el encendido tono de los

pómulos y el barniz ligeramente amarillento de la piel dorado por el sol, ¿no eran gemelos de

Franz Hals y de Rembrandt?

“¿Quién podrá negarme que soy gallego, cuando Galicia, la mía,

ha nacido en mi? al menos una faceta de su manera de ser ha sido captada en mis obras con el

mayor amor.

“Orfeo atacado por las Bacantes “

Museo de Bellas Artes, Santiago de Chile

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Estando en estos maravillosos descubrimientos, conoció a la que

sería su esposa, la Srta. Pilar Castro, hermana de su cuñada, quién contribuiría para acrecentar el

interés de Sotomayor por Galicia.

Empezó a trabajar en obras de costumbrismo gallego de donde

se sabe que realizó obras como “muiñeira”, “xantar, “gaiteiro”, y “baile en el atrio”, de las que

una son de colección particular y otras se desconoce su situación.

No obstante esto no evitó que siguiera trabajando en la

preparación de su obra para presentarla e la exposición nacional de 1906 con el afán de conseguir

la primera medalla que se le negara en ocasión anterior.

Al fin, presentó obras, “el rapto de Europa”, “los abuelos”, “la

tarde en Brujas” y “un serrano”; y de 1822 obras presentadas al certamen fue contra pronóstico

“los abuelos” el que se llevó el máximo galardón.

“los abuelos “

Museo de Bellas Artes, de La Coruña

“cedido en depósito por el Museo de Prado”

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La predilección del público se decantó por el “rapto de Europa”

pero, no fue esa la decisión del jurado, aunque en definitiva fue un éxito profesional que le daría

más prestigio, consagrándole en definitiva en el mundo del arte.

En 1907 presenta en la exposición internacional de bellas de

Barcelona inaugurada el 26 de abril, dos obras.

Una ya conocida y admirada por el pueblo y la crítica de Madrid

“el rapto de Europa” y la otra “en oración”, entonces desconocida a dos mujeres de los países

bajos.

Ambas obras fueron colocadas en la presidencia de la sala Reina

Regente y en lugar preferente, pero sólo una de ellas, la primera alcanzará el máximo galardón, la

primera medalla.

“el rapto de Europa “

Museo nacional d’Art de Catalunya

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El día 11 de Julio de 1907, contrae matrimonio en la iglesia de La

Coruña, con Dña. Pilar de Castro Gómez, la dulce compañera de su vida, como él la definía.

Durante las vacaciones visitarán las propiedades familiares de su esposa, el Pazo de Mende y el

Pazo de Sergude, heredados por sus cuñados Germán de Castro y Teresa de Castro

respectivamente.

En San Salvador de Barbeito, en Vilasantar. En La Coruña donde

continuará pintando cuadros de asuntos gallegos pues era la temática preferida en su producción.

Ejemplo de aquella época son las obras “segador, “Felipe y Antón”

o la “aldeana gallega” de museo nacional de bellas arte de Buenos Aires.

“el segador“

Museo nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile

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Pasado el otoño se trasladan a Madrid estableciendo su

residencia en la calle Núñez de Balboa 7, casa que ya ocupara la madre del artista junto al

hermano del artista y la esposa de éste. En ese momento traspasará su estudio desde la calle

Goya a una casa de la calle Villanueva nº 29, comunicada por las azoteas con la calle Núñez de

Balboa.

Ya situado en Madrid remiten los encargos y comienza una época

de poco trabajo, reduciéndose los ingresos y entrando en un periodo de relativa mala situación

económica.

Esta situación desfavorable da un giro positivo e inesperado al

recibir una proposición, para ser contratado como profesor de colorido y composición para la

Escuela de Bellas Artes de Santiago de Chile. Le fue realizada por el cónsul general de Chile, el Sr.

Mathias Huelin, que en representación de su gobierno venía a ofrecerle a Sotomayor el ser

contratado como ya se ha dicho por un período de 5 años, renovables por otros 5.

Sotomayor , a pesar de no saber nada de ese país, aceptó de buen

grado la jugosa oferta, imponiendo sin embargo la condición de que se pospusiera un poco ya que

su esposa estaba a punto de dar a luz. La respuesta del gobierno chileno fue favorable y se hizo

efectivo el contrato el 10 noviembre de 1908. Como último compromiso oficial antes de partir,

formó parte del jurado en la exposición nacional de Madrid, donde presentó, fuera de concurso

tres obras. La primera, con el nº 31 fue “xantar” pero que en esta ocasión se presentó bajo el

título de “el pote”.

“xantar“

colección particular

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Clausurado el certamen, recibió un caluroso homenaje de sus

compañeros y amigos en un banquete celebrado el 15 de Mayo de 1908, salieron hacia Chile una

mañana de Julio de 1908, ya eran cuatro, les acompañaba su primera hija María del Pilar de

apenas un mes de vida y un ama, embarcando desde La Coruña en el vapor Ortega de la Pacific

Steam llegando Chile en el mes de Agosto.

Ese mismo año Sotomayor, expuso en salón nacional y a través de

su propia obra, lo que entonces estaba haciendo en España, habida cuenta de la influencia

pictórica francesa que se encontró a su llegada.

En 1910, se celebraría el centenario de la independencia de Chile,

con acontecimientos destacados que se albergarían en museo y la escuela de Bellas Artes,

ubicada en parque forestal.

Sotomayor, vio la oportunidad de proponer al consejo de bellas

artes y a las personas influyentes del gobierno y las cámaras que se celebrara en el palacio de

bellas arte y paralelamente a la inauguración una gran exposición internacional de bellas artes y

de arte aplicado a la industria, consiguiendo así entrar en competencia directa con la exposición

internacional en Buenos Aires-

como consecuencia de esto se vio la exposición enriquecida con

más de cincuenta obras extranjeras y Sotomayor presentó tres retratos y el cuadro mitológico

“Orfeo Atacado por las Bacantes”, lograron vender por un valor superior a las 350.000 Pts. , éxito

a los que no fueron ajenos los artistas españoles, resultando su sección una de las más brillantes.

A finales de 1910, regresaron a España con licencia de bellas artes

de Chile y motivado por una enfermedad que su esposa había padecido a raíz del nacimiento de

su segunda hija, María del Carmen.

Quedaron atrás jóvenes alumnos que empezaban a despuntar

constituyendo el germen de la más tarde conocida generación del 13 o generación de Sotomayor

.al llegar a España se establecen en La Coruña donde predominó la atención a la salud de su

esposa, quedando en segundo plano la labor artística.

Aceptó muy pocos encargos, entre estos últimos se encontraba

uno que le hicieron los Padres Agustinos de Madrid y que debían representar a San Agustín y

Santa Mónica.

En ese mismo período y el real colegio Alfonso XII del Escorial,

ejecutó un cuadro del Padre Villalba a quien represento en su celda, sentado en sillón frailero y

sentado en una mesa llena de papelas libros y numerosos objetos, destacando sobre todo , la

gran habilidad del artista para reflejar con enorme destreza la psicología de su modelo.

Finalizado el tiempo de permiso y cuando estaban dispuestos a

embarcar hacia Chile, recibió un cablegrama, donde se le informaba de su nombramiento de

Director de la escuela de bellas artes de Chile, noticia que por suponer el reconocimiento a la

labor realizada anteriormente y a que a demás suponía la confianza que el gobierno Chileno

había depositado en él, le supuso una gran satisfacción.

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En Febrero de 1912, embarcan en Lisboa a bordo del buque Avón,

de la Armada Real Inglesa. Pronto se establecieron en una nueva casa ubicada cerca de la escuela,

donde Sotomayor tomó posesión de su cargo, donde desarrolló labores de organización

destacando la ampliación y modernización del plan de enseñanza, incluyendo en él la clase de

dibujo de figura que sería impartida por la noche aprovechando de ese modo horas que antes se

desperdiciaban.

Todo iba muy bien y Sotomayor coordinaba muy bien su cargo de

director con la realización de trabajos a particulares, siendo estos de la alta sociedad chilena, los

únicos que podían permitirse el gran privilegio de que Sotomayor les retratara.

A pesar de la distancia se mantuvo en contacto con el mundo

artístico español, presentando su obra a los certámenes que se presentaban en nuestro país de

las exposiciones de arte gallego de Madrid y La Coruña de 1912.

A la primera inaugurada en el centro gallego de la capital, aportó

cuatro lienzos, “aldeanos gallegos” y “bergantiñans” dedicados a Galicia, “retrato de mi madre” y

un boceto de “el rapto de Europa” hasta aquel momento desconocido.

“retrato de mi madre“

Pinacoteca de la Universidad de Concepción

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En la correspondiente a La Coruña, en Agosto, en la escuela de

niñas del grupo escolar da guarda, participó con cinco obras: “retrato del pintor Helsby”, “rezando

el rosario”, “tipos arzuanos” y de nuevo “retrato de mi madre” y “aldeanos gallegos”

“retrato del pintor Helsby “

Museo Nacional Santiago de Chile

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Desgraciadamente y a pesar del creciente y continuado éxito

nacional e internacional, vuelven los problemas de salud de su esposa y además Sotomayor

empieza a sufrir ataques reumáticos. Se trasladan al balneario de Cauquenes y a la playa de

Constitución, que a pesar de ser lugar de reposo Sotomayor, continuó trabajando en los veranos

de 1913 y 1914 realizando varios estudios de agua y de rocas, imagines plasmadas en lienzo como

el llamado “playa de Constitución”.

el agravamiento del reuma le obligaría y en contra de sus deseos

a pedir licencia para volver a España, cuando ya se habían cumplido los seis años de estancia

desde su primer nombramiento, en la despedida (dolorosa) por abandonar discípulos y amigos,

fue agasajado y felicitado por éstos y por los dirigentes de Chile.

En 1915 llegan a España volviendo a su antigua casa de Villanueva

29, al poco tiempo se trasladan a un ático en la plaza de Cánovas al lado del hotel Palace.

Comenzaba entonces una época de intenso trabajo donde había

también largas estancias en Galicia, fundamentalmente en La Coruña, donde nacerá su tercera

hija Ana María.

“Playa de Constitución “

Colección Daniel Vial Rozas

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Realizando abundantes obras de temática regional, de las que se

puede destacar, “celebrando la fiesta” y “comida de boda en bergantiños”

“festa galega” Museo Nacional de Santiago de Chile.

Labor que con todo y ser de un gran agrado, no le dejaba olvidar

los compromisos que le quedaban pendientes en Chile donde debía regresar para cumplir con su

labor de la escuela de Bellas Artes, ya que al pedir la licencia, había renunciado a su cargo como

director de la misma.

Con esa intención se embarca en el vapor Príncipe de Asturias de

la compañía Pinillos que más tarde naufragaría en las costas de Brasil, donde pereció la mayor

parte del pasaje, impresionado por el trágico suceso, envió su renuncia por escrito, concluyendo

definitivamente su relación con Chile. Más tarde recibiría a cambio una valiosa recompensa, la

Encomienda de la Orden del Mérito, galardón que emocionó al pintor.

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A partir de entonces su futuro como artista se desarrollaría en

España donde se incorporaría paulatinamente al mundo del arte, comenzando con la

participación en la exposición nacional de 1915, como miembro del jurado de arquitectura.

Además, con su prestigio se convertiría en el pintor oficial de la

Corte. Por su estudio en la Plaza de Cánovas pasará el Rey Alfonso XIII y las figuras más

destacadas de la aristocracia, convirtiéndose así en el retratista de moda, trayendo como

consecuencia que pasara el retrato a tener en su obra más importancia que las sombras

costumbristas de Galicia que había amado tanto.

Como retratista consiguió una calidad de enorme elegancia

acompañadas de unas luces unidas a los paisajes a veces arquitectónicos, envolviendo a los

protagonistas y prestigiando su personalidad.

“retrato de Alfonso XIII” Embajada de España en Washington

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Las visitas a Galicia continuaron fijando como residencias

temporal en la calle tabernas de La Coruña donde nació en ese mismo año su hijo Fernando en

1917, aquí recibían a menudo la visita de su gran amigo Seijo Rubio que durante un tiempo dio al

artista gallego clases de dibujo geométrico, cediéndole además su estudio donde Sotomayor

ejecutaría en ese mismo año uno de sus mejores trabajos “comida de boda en Bergantiños”

“comida de boda en bergantiños” Museo de Bellas Artes de La Coruña

El crecimiento ascendente de su fama incrementó el número de

encargos particulares y de organismos oficiales, uno de los primeros es el que recibe al final de

1918 para completar la decoración, junto a Romero de Torres, Benedito y Anselmo Miguel Nieto,

del salón Real del Casino de Madrid.

El encargo fue aprobado el uno de Enero 1918 ofreciéndoles 8000

Pts. de remuneración a cada artista, Sotomayor escogió un tema que ya había sido representado

en el renacimiento y en el arte barroco, en Italia. Se trataba de la imagen de la reina Leda

acompañada por Júpiter con figura de cisne.

La ejecución de este cuadro entregado en Septiembre u Octubre

no le impidió participar en el mes de Junio en Barcelona, en una exposición de bellas artes donde

presento dos obras, “retrato de niño” y “Maruxa”

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El encargo fue aprobado el uno de Enero 1918 ofreciéndoles 8000

Pts. de remuneración a cada artista, Sotomayor escogió un tema que ya había sido representado

en el renacimiento y en el arte barroco, en Italia. Se trataba de la imagen de “la reina Leda

acompañada por Júpiter con figura de cisne”.

La ejecución de este cuadro entregado en Septiembre u Octubre

no le impidió participar en el mes de Junio en Barcelona, en una exposición de bellas artes donde

presento dos obras, “retrato de niño” y “Maruxa”

“la reina Leda acompañada por Júpiter con figura de cisne”. Real Casino de Madrid.

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Con la llegada de 1919 a Sotomayor le conceden el honor de ser

designado subdirector del Museo del Prado y conservador de Pintura, nombramiento para el que

ya había sido nombrado el mes de Diciembre anterior. El director era Aureliano de Beruete,

siendo esta la primera vez que dicho cargo recaía en una persona que no era artista profesional.

Con la colaboración de su amigo Sánchez Cantón comienza las

obras de ampliación del edificio casi acabadas y la instalación de las nuevas salas de pintura

francesa y las nuevas salas del Greco.

Esta nueva responsabilidad no impidió a Sotomayor compaginar

sus obligaciones oficiales con su trabajo como retratista y de temática costumbrista.

Continuó con sus muchos trabajos y asistencia a exposiciones en

España y en todo el mundo una de ellas, “estudio decorativo” que era una variante del ya famoso

”rapto de Europa” fue adquirida por el club español de Buenos Aires en la cantidad de 5000 Pesos

de entonces, además consiguió vender toda su obra expuesta en esa exposición.

En Junio de 1922 y por el fallecimiento de Aureliano de Beruete,

el patronato decide en aquel momento que Sotomayor pasase a ocupar la dirección del Museo

del Prado, desde el 22 de Junio. La subdirección quedaba en manos de D. Javier Sánchez Cantón.

Esto despertó muchas críticas pero, a pesar de ellas se pudieron

producir muchas reformas por los importantes donativos que incrementaban notablemente los

fondos del museo.

Durante todo este tiempo Sotomayor no dejó de tener contacto

con Galicia y con el arte gallego.

El Rey Alfonso XIII recurre de nuevo al pintor para que le realice

un retrato de carácter oficial, en esta ocasión destinado a la embajada de España en Paris.

En 1929 Sotomayor es protagonista de la exposición internacional

de bellas artes de Barcelona, que por primera vez le dedicaba una gran retrospectiva, a lo que

Sotomayor correspondió regalando al Museo Nacional de Arte Catalán, el cuadro “Mujer de

Berna” en 1930.

En 1931, a finales de Febrero viajó a Inglaterra para pintar algunos

retratos y a estudiar de cerca a los artistas ingleses que tanto admiraba. Fue allí en la capital

Londinense, donde sorprendió a Sotomayor la noticia de que se había proclamado la república en

España el 14 de Abril.

Sin implicaciones políticas pero ferviente monárquico mandará a

los pocos días su renuncia como director del Museo del Prado.

Asumidos los cambios Sotomayor regresa a España,

concretamente a su residencia de Lamastelle en La Coruña

Page 22: Don Fernando Alvarez de Sotomayor y Zaragoza

Sotomayor solía hacer excursiones por toda Galicia, gustándole

especialmente la zona de las Rías Bajas, concretamente en A Guarda, aprovechando la ocasión

para visitar la ciudad de Vigo, donde tomaba muchos y variados apuntes y más concretamente

del barrio más antiguo de la ciudad olívica, donde pergeñó el cuadro del “Bervés”.

“el Bervés” “Ángulo inferior derecho de la obra”

Colección particular.

En el año 1934 fue uno de los fundadores de la Asociación de

Artistas de La Coruña.

Ejerció una constante y valiosa ayuda no sólo artística, si no

también económica. Su impulso protector le condujo a contribuir, incluso con su patrimonio

personal y a utilizar su reconocido prestigio dentro del mundo social y del arte. De esta manera

logra el préstamo inicial, gracias a su directa gestión con el banco Pastor y Pedro Barrié de la

Maza y a la aportación de su firma como garantía del crédito, para la creación del primer salón de

exposiciones.

Page 23: Don Fernando Alvarez de Sotomayor y Zaragoza

Obradoiro

Más adelante ofrecerá como préstamo personal, una importante

cantidad para completar las obras. Demostrará su gran altruismo a favor de la asociación de

múltiples maneras, como por ejemplo, aportando sus obras para utilizarlas en sorteos o donando

parte de lo obtenido en sus exposiciones. Supuso para la asociación a lo largo de los años un

decidido y eficaz apoyo, aportando ideas e iniciativas, en las cuales colaboró directamente en

numerosas ocasiones, como organizador de exposiciones tanto individuales como colectivas,

actos culturales festivos y benéficos, siempre con el afán divulgador de la cultura y el arte.

En la primera junta directiva constituida en 1934 se aprobó su

nombramiento como Presidente de Honor. Pero no aceptó, años más tarde el merecido

homenaje que la asociación quiso ofrecerle.

En 1935 sufre un grave accidente de tráfico que supuso que en

una temporada grande no pudiese tocar los pinceles.

En 1937 le comunican la muerte de su hijo Fernando en el frente

de Bilbao.

Un año después fue elegido presidente de la Real Academia de

Bellas artes Nuestra Sra. del Rosario, regalando al pueblo de La Coruña un cuadro de la Virgen del

Rosario, hoy ubicado en el Ayuntamiento.

La gran sorpresa llegaría pocos meses después con el

nombramiento de alcalde de La Coruña, cargo que ejerció hasta 1939, año en el que regresó al

Museo del Prado. Su principal labor en ese momento fue desplazarse a Ginebra donde organizaría

una gran exposición que albergaría parte de las obras que durante el conflicto bélico español

habían sido depositadas en el edificio de la sociedad de naciones.

La exposición se clausuró en Septiembre del mismo año, justo el

día en que se declaraba la segunda guerra mundial, lo que obligó a agilizar los trabajos para

devolver las obras a España.

La devolución fue total y salvos ligeros deterioros se salió de

forma airosa de este oscuro período.

A partir de este momento trabaja como en él era habitual

duramente en la ampliación del Museo del Prado y recuperando su forma exhaustiva de pintar

hasta los últimos día de su vida, el 17 de Marzo de 1960.

Obradoiro Europeo “Rosalía de Castro “

Grupo Sotomayor

Universidad Senior de la Coruña

Page 24: Don Fernando Alvarez de Sotomayor y Zaragoza

Agradecimientos

Diputación de La Coruña

Ayuntamiento de La Coruña

Museo de Bellas Artes

Biblioteca de la Diputación

Bibliotecas del Ayuntamiento

Biblioteca del Museo de Bellas Artes

Fundación Caixa Galicia, ahora Nova Caixa Galicia

Fundación Barrié de la Maza

Asociación de Artistas de la Coruña

Bibliografía

Sotomayor por el Marqués de Lozoya

Sotomayor – Artistas gallegos (Pintores)

Sotomayor en el primer centenario de su nacimiento

Sotomayor Ministerio de Educación y Ciencia – Palacio de Velázquez

Sotomayor – Fundación Barrié de la Maza

Sotomayor – Xunta de Galicia

Sotomayor – Universidade da Coruña

Sotomayor – Exposición Hostal Reyes Católicos – 1976

Sotomayor – Centro Cultural Torrente Ballester – Ferrol

Sotomayor – “Obradoiro “VI – Bibliófilos Gallegos

Sotomayor- José Carlos Vall 2004

Sotomayor – su huella en América - Pedro Emi 1994