Consolidaci.n de la Oficina Mexicana Forestal - inecc.gob.mx · los bosques como principales...

197
CONSOLIDACIÓN CONSOLIDACIÓN CONSOLIDACIÓN DE DE DE LA LA LA OFICINA MEXICANA OFICINA MEXICANA OFICINA MEXICANA PARA PARA PARA LA LA LA MITIGACIÓN MITIGACIÓN MITIGACIÓN DE DE DE GASES GASES GASES DE DE DE EFECTO EFECTO EFECTO INVERNADERO INVERNADERO INVERNADERO Omar R. Masera Ben de Jong Inés Ricalde Instituto de Ecología U N A M Reporte Final Octubre, 2000 Estudio elaborado para el Instituto Nacional de Ecología Con fondos del Banco Mundial Sector Forestal Sector Forestal Sector Forestal ECOSUR

Transcript of Consolidaci.n de la Oficina Mexicana Forestal - inecc.gob.mx · los bosques como principales...

C O N S O L I D A C I Ó N C O N S O L I D A C I Ó N C O N S O L I D A C I Ó N D ED ED E L AL AL A O F I C I N A M E X I C A N A O F I C I N A M E X I C A N A O F I C I N A M E X I C A N A P A R AP A R AP A R A L AL AL A M I T I G A C I Ó N M I T I G A C I Ó N M I T I G A C I Ó N D ED ED E G A S E S G A S E S G A S E S D ED ED E E F E C T O E F E C T O E F E C T O

I N V E R N A D E R OI N V E R N A D E R OI N V E R N A D E R O

Omar R. Masera Ben de Jong Inés Ricalde

Instituto de

Ecología U N A M

ECO

Reporte Final

Octubre, 2000

Estudio elaborado para el Instituto Nacional de Ecología Con fondos del Banco Mundial

Sector ForestalSector ForestalSector Forestal

E C O S U R

2

CONSOLIDACIÓN DE LA OFICINA MEXICANA DE MITIGACIÓN DE GASES DE EFECTO INVERNADERO

INDICE

INTRODUCCIÓN GENERAL

CAPITULO UNO. CAMBIO CLIMÁTICO

1.1. INTRODUCCIÓN

1.2. CAMBIO CLIMÁTICO; CALENTAMIENTO GLOBAL Y EFECTO

INVERNADERO

1.3. EL EFECTO INVERNADERO

1.4. GASES DE EFECTO INVERNADERO

1.5. CAUSAS Y CONSECUENCIAS DEL CAMBIO CLIMÁTICO GLOBAL

CAPITULO DOS. EL CARBONO EN LOS ECOSISTEMAS NATURALES

2.1. INTRODUCCIÓN

2.2. EL CICLO BIOGEOQUÍMICO DEL CARBONO

2.3. PRINCIPALES FUENTES Y SUMIDEROS DE BIÓXIDO DE

CARBONO

2.4. LOS BOSQUES COMO PRINCIPALES SUMIDEROS DE CARBONO

2.5. EL CARBONO ALMACENADO EN ECOSISTEMAS FORESTALES

2.5.1. Incremento del carbono en los reservorios como producto del aumento

en las concentraciones de CO2

2.6. CAPTURA DE CARBONO EN PROYECTOS FORESTALES

3

CAPITULO TRES. MÉTODOS PARA ESTIMAR EL CARBONO CONTENIDO EN

LOS ECOSISTEMAS FORESTALES

3.1. INTRODUCCIÓN

3.2. CAPTURA UNITARIA DE CARBONO

3.2.1. Carbono contenido en la vegetación (Cv)

3.2.1.1. Métodos para estimar Cv

3.2.1.1.1. Método utilizando datos de inventarios forestales

3.2.1.1.1.1. Ejemplos de como estimar la densidad de la biomasa utilizando el método

basado en inventarios forestales

3.2.1.1.2. Método utilizando ecuaciones alométricas

3.2.2. Carbono contenido en materia en descomposición (Cd)

3.2.3. Carbono contenido en suelo (Cs)

3.2.4. Carbono en productos de madera (Cp)

3.2.5. Carbono ahorrado por sustitución de combustibles fósiles (Cf)

3.3. ESTIMACIÓN DE LA BIOMASA EN OTROS RESERVORIOS

FORESTALES COMO UN PORCENTAJE DE LA BIOMASA

AÉREA

3.4. COSTOS DE MEDICIÓN

3.5. LA SITUACIÓN DE LOS INVENTARIOS EN MÉXICO

CAPITULO CUATRO. OPCIONES DE MITIGACION DE CARBONO EN EL

SECTOR FORESTAL

4.1. INTRODUCCIÓN

4.2. OPCIONES DE MITIGACIÓN DE CARBONO

4.3. POTENCIAL DE MITIGACIÓN Y CARACTERÍSTICAS PARA CADA

UNA DE LAS OPCIONES

4.3.1. Conservación

4.3.1.1. Áreas naturales protegidas

4.3.1.2. Manejo de bosques naturales

4.3.1.3. Uso de estufas mejoradas

4

4.3.1.4. Protección de bosques, evitando incendios forestales

4.3.2. Reforestación

4.3.2.1. Plantaciones de reforestación

4.3.2.2. Plantaciones industriales

4.3.2.3. Plantaciones energéticas

4.3.2.4. Sistemas agroforestales

4.3.3. Sustitución de productos industriales por productos de madera y

reducción en el uso de combustibles fósiles.

4.4. SELECCIÓN DE LOS RESERVORIOS QUE DEBEN SER

CONSIDERADOS EN CADA UNA DE LAS OPCIONES DE

MITIGACIÓN DE CARBONO

4.5. ECUACIONES PARA LOS RESERVORIOS MÁS IMPORTANTES DE

CADA OPCIÓN DE MITIGACIÓN DE CARBONO

4.6. CAPTURA NETA DEL CARBONO UNITARIO

CAPITULO CINCO. COSTOS ECONÓMICOS DE LAS OPCIONES DE

MITIGACION EN EL SECTOR FORESTAL

5.1. INTRODUCCIÓN

5.2. CALCULO DE COSTOS EN PROYECTOS FORESTALES PARA LA

CAPTURA DE CARBONO

5.3. COSTOS ECONÓMICOS DE DIFERENTES OPCIONES DE

MITIGACIÓN: ANÁLISIS NACIONAL

5.4. COSTOS ECONÓMICOS DE DIFERENTES OPCIONES DE

MITIGACIÓN: ESTUDIOS DE CASO

5.4.1. Cerco vivo

5.4.2. Huerto Familiar

5.4.3. Sistema Cafetal con maderables de sombra

5.4.4. Sistema de acahual mejorado

5.4.5. Manejo de la vegetación secundaria en el acahual medianamente maduro

5.4.6. Taungya

5

5.4.7. Reforestación de potreros

5.4.8. Manejo de la sucesión secundaria en potrero

5.4.9. Plantación

5.4.10. Manejo y conservación de áreas forestales

5.5. EJEMPLO DEL POTENCIAL DE CAPTURA DE CARBONO A NIVEL

REGIONAL

5.5.1. Estimación de la captura de carbono

5.5.2. Resultados

5.5.3. Discusión

5.5.4. Conclusiones

CAPITULO SEIS. ACUERDOS Y MECANISMOS DE FINANCIAMIENTO PARA

LOS PROYECTOS DE MITIGACIÓN FORESTALES Y AGRÍCOLAS

6.1. INTRODUCCIÓN

6.2. CONVENCIÓN MARCO DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL

CAMBIO CLIMÁTICO (UNFCCC)

6.3. PROTOCOLO DE KYOTO

6.4. PROYECTOS DE IMPLEMENTACIÓN CONJUNTA Y MECANISMO

DE DESARROLLO LIMPIO

6.4.1. Papel de los proyectos forestales en el MDL

6.5. MECANISMOS DE FINANCIAMIENTO

6

CAPITULO SIETE. METODOLOGIAS PARA CONSTRUIR Y CALCULAR LAS

LÍNEAS DE BASE DE LOS PROYECTOS DE MITIGACIÓN EN EL SECTOR

FORESTAL

7.1. INTRODUCCIÓN

7.2. PROYECTOS DE MITIGACIÓN

7.2.1. Definición

7.2.2. Elementos a considerar cuando se implementa un proyecto

7.3. ESCENARIOS A CONSIDERAR CUANDO SE IMPLEMENTA UN

PROYECTO

7.3.1. Escenario del proyecto

7.3.2. Escenario de referencia

7.4. DEFINICIÓN DE LÍNEA DE BASE

7.5. PRINCIPIOS BÁSICOS, CONSIDERACIONES, MÉTODOS Y

APROXIMACIONES PARA GUIAR LA CONSTRUCCIÓN DE LAS

LÍNEAS DE BASE

7.5.1. Principios que las líneas de base deben cumplir

7.5.1.1. Líneas de base precisas

7.5.1.2. Líneas de base incluyentes

7.5.1.3. Líneas de base conservadoras

7.5.1.4. Líneas de base prácticas

7.5.2. Consideraciones

7.5.2.1. Tipos de líneas de base

7.5.2.1.1. Líneas de base específicas v.s. líneas de base genéricas

7.5.2.1.2. Líneas de base fijas o dinámicas

7.5.2.1.2.3. Revisión de las líneas de base en el tiempo

7.5.3. Aproximaciones

7.5.4. Métodos para el establecimiento de líneas de base

7.5.4.1. Métodos para calcular el valor de la línea de base

7.5.4.1.1. Cálculo de las líneas de base y el carbono total fijado en el sector forestal

7.5.5. Grado de incertidumbre en las líneas de base

7.5.5.1. Cálculo de la incertidumbre

7

7.6. ADICIONALIDAD

7.6.1. Definición

7.6.2. Métodos para evaluar la adicionalidad

7.6.2.1. Resumen de los métodos que pueden ser utilizados para evaluar la

adicionalidad de un proyecto

7.7. DIFICULTADES Y CONTROVERSIAS RELACIONADAS CON LAS

LÍNEAS DE BASE

7.8. CONCLUSIONES

CAPITULO OCHO. CARACTERÍSTICAS IMPORTANTES A CONSIDERAR

DENTRO DE LOS PROYECTOS DE MITIGACION

8.1. LIMITES DEL PROYECTO

8.2. BENEFICIOS

8.2.1. Reducción de la tala

8.2.1.1. Conversión de áreas forestales en tierras agrícolas

8.3. FUGAS

8.3.1. Definición y ejemplos

8.3.2. Efectos de las fugas y sus tipos

8.3.2.1. Efectos

8.3.2.2. Tipos

8.3.3. Métodos para monitorear las fugas

8.3.4. Identificación de las posibilidades que las fugas ocurran

8.3.5. Prevención de las fugas

8.3.5.1. Elementos importantes para evitar las fugas

8.4. DURACIÓN

8.4.1. Aproximaciones para determinar la duración de un proyecto

8.4.1.1. Duración permanente

8.4.1.2. Duración de 100 años

8.4.1.3. Duración basada en los equivalentes de gases de efecto invernadero

8.4.1.4. Duración variable

8

8.5. RIESGOS

8.6 BENEFICIOS ADICIONALES DE LOS PROYECTOS DE MITIGACIÓN

CAPITULO NUEVE. RECOMENDACIONES PARA LA OPERACIÓN DE LA

OFICINA DE MITIGACIÓN

9.1. ATENCIÓN ESPECIALIZADA DE PROYECTOS DE MITIGACIÓN EN

EL SECTOR FORESTAL

9.2. ASISTENCIA EN LA CREACIÓN Y CONSOLIDACIÓN PARA EL

DESARROLLO DE PROYECTOS DE MITIGACIÓN

9.3. ESTABLECIMIENTO DE UN CONSEJO CONSULTIVO DE CAMBIO

CLIMÁTICO

APÉNDICE 1. Definición de biomasa

APÉNDICE 2. Metodologías de muestreo para determinar contenido de biomasa

I. Métodos de muestreo para determinar la biomasa aérea

II. Método de muestreo para estimar la biomasa contenida en las raíces

III. Método para determinar la biomasa de la vegetación herbácea, los suelos y la

hojarasca

APÉNDICE 3. Valores de Biomasa en la zona húmeda obtenidos a partir de las

ecuaciones de Brown (1997).

APÉNDICE 4. Cambio de Uso de Suelo.

Métodos para la estimación las probabilidades de transición de usos del suelo y de las

emisiones y la captura de carbono asociadas a los cambios

APÉNDICE 5. Modelos para calcular el carbono contenido en un ecosistema

Modelo CO2 FIX

Modelo LUCS

9

Modelo GORCAM

Tabla con otros modelos

APÉNDICE 6. Ejemplos para la construcción de líneas de base para proyectos en el

sector energético.

APÉNDICE 7. Ejemplos de la construcción de la línea de base

1.- Proyecto en Juznajab La Laguna

2.- Proyecto de Acción Climática en Guraquecaba, Brazil

APÉNDICE 8. Sugerencias de la información que debe incluirse en el reporte de un

proyecto de mitigación en el área forestal.

REFERENCIAS

10

INTRODUCCIÓN GENERAL

Estudios realizados por el Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC)1 sugieren

que el incremento en las concentraciones de gases de efecto invernadero provoca y seguirá

provocando un aumento en la temperatura de la atmósfera de la Tierra y los océanos. Lo

anterior, alterará los patrones climáticos y los niveles del mar, afectando con ello la salud

humana y la de los ecosistemas además de provocar y/o incrementar los problemas

económicos en muchos países.

Los ecosistemas forestales pueden almacenar cantidades significativas de gases de efecto

invernadero (GEI) y en particular de CO2 . Como producto de este hecho, en las últimas

décadas ha surgido un interés considerable en incrementar el contenido de carbono en la

vegetación terrestre a través de la conservación forestal, la reforestación, la creación de

granjas forestales y otros métodos de manejo del suelo. Un gran número de estudios han

reportado el gran potencial que poseen los bosques y los ecosistemas agrícolas para

almacenar carbono es considerable. (Dixon et al. 1994; Dixon et al. 1996; 1993; Masera et

al. 1995a; De Jong et al. 1995). Cuando estos sistemas reemplazan los cultivos con baja

biomasa o a los pastizales y proveen de alternativas económicas a los campesinos que

provocan los cambios del uso del suelo, se produce una reducción en el flujo neto de CO2 a

la atmósfera mediante. 1) la acumulación de carbono en los nuevos árboles y en las tierras

agrícolas, 2) la protección del contenido de carbono en la biomasa forestal existente y 3) la

substitución de los materiales que son fabricados utilizando demasiada energía y los

combustibles emisores de gases de efecto invernadero.

1 IPCC. (Intergovernmental Panel on Climatic Change; Panel Intergubernamental de Cambio Climático). Esta organización fue creada en 1988 por el Programa Ambiental de las Naciones Unidas y por la Organización Mundial Meteorológica. El papel fundamental del IPCC es reunir la información científica relacionada con el cambio climático; determinar los posibles impactos que el cambio climático tiene y tendrá en el aspecto ecológico, social y económico entre otros; formular estrategias que permitan responder a los efectos del cambio climático y proponer métodos para reducir este problema mundial, generado principalmente por el humano (Canada´s perspective on climate change 1999).

11

Es importante mencionar que en el territorio mexicano existen grandes extensiones de áreas

forestales, lo cual significa que México tiene un gran potencial de captura de carbono y que

esta capacidad debe ser aprovechada y entendida cuanto antes.

Sin embargo, las circunstancias únicas de los ecosistemas forestales - tal como la

complejidad de los flujos de gases y otros compuestos que existen en ellos - presentan

serios problemas metodológicos y analíticos para todas aquellas personas - especialistas o

no - que desean llevar a cabo proyectos de mitigación de GEI; toma de decisiones y/o llevar

a cabo planes que contribuyan al mejoramiento ambiental a través de la captura de gases de

efecto invernadero.

En el sector forestal y en contraste con el sector energético, no existen metodologías

estándar e información accesible acerca de las metodologías para llevar a cabo inventarios

y monitoreos de contenido de carbono - en los bosques y áreas con otro tipo de uso de suelo

- que permitan calcular el contenido, la captura y las emisiones netas de carbono en cada

uno de los reservorios que ocurren en los bosques. No existen tampoco metodologías

eficientes para calcular y desarrollar líneas de base de contenido de GEI. Y finalmente

tampoco existen documentos que se puedan consultar para conocer las bases y

metodologías que deben seguirse si se desea realizar o evaluar un proyecto de mitigación de

gases de efecto invernadero.

El objetivo fundamental del presente reporte es proporcionar al lector un documento

informativo que apoye la realización de las propuestas, el proceso de toma de decisiones y

la evaluación de los proyectos destinados a reducir la cantidad de GEI en nuestra atmósfera

en el sector forestal.

Cómo utilizar el Reporte

El presente reporte está diseñado como un documento de consulta. Está dividido en ocho

capítulos. En los capítulos uno, dos tres y cuatro se presenta un pequeña introducción a los

temas de cambio climático y se exponen las características principales del carbono, se

12

habla de su ciclo y se analiza la importancia que tiene este compuesto en los ecosistemas

naturales, específicamente en los forestales. Posteriormente se presentan las metodologías

más actualizadas para calcular el carbono contenido en un ecosistema y de aquel que es

capturado como resultado de la implementación de algún proyecto de mitigación y

finalmente se presentarán las opciones de mitigación de bióxido de carbono más

importantes, haciendo un análisis de los reservorios que deben de ser cuantificados en cada

una de ellas.

El capítulo cinco examina los costos económicos de las opciones de mitigación forestales.

Del capítulo seis al ocho se detallan diversos aspectos relacionados con la implementación

de los proyectos forestales. Específicamente, el capítulo seis describe el contexto para las

opciones forestales que se deriva del Protocolo de Kyoto, mientras que el séptimo y octavo

capítulos se concentran en el análisis de aspectos relacionados con las líneas de base,

adicionalidad, fugas, riesgos y otros temas importantes.

En los capítulos donde se consideró necesario se incluyen fórmulas, tablas, figuras y

gráficas y en una serie de apéndices al final del documento se amplía la información de

algunos temas expuestos con brevedad en los capítulos.

13

CAPÍTULO UNO. CAMBIO CLIMÁTICO

1.1. INTRODUCCIÓN

En este capítulo se presenta un panorama general de los temas relacionados con el cambio

climático. Se definen conceptos y se proporcionan las características más importantes de

los principales gases de efecto invernadero y por último se discuten las causas y

consecuencias del cambio climático global.

1.2. CAMBIO CLIMÁTICO, CALENTAMIENTO GLOBAL Y EFECTO

INVERNADERO

Se define al cambio climático global como el posible aumento en la temperatura superficial

del planeta que se produciría como consecuencia de un aumento importante y rápido de las

concentraciones de los gases de efecto invernadero en la atmósfera, y que se suma a la

variabilidad natural del clima observado durante períodos de tiempo comparables (IPCC,

1995). La causa fundamental de este incremento es la emisión de estos gases provocados

por actividades humanas. En el cuadro 1.1 se resumen por sector las actividades que

destacan como principales fuentes de gases de efecto invernadero (Ordóñez, 1998).

De estos últimos, el bióxido de carbono es el que predomina y sus concentraciones

atmosféricas se han elevado en un 30%, desde 1860 (de 280 a 360 partes por millón). Las

actividades humanas que desde la revolución industrial intensificaron el uso de

combustibles fósiles, así como la destrucción de muchos sistemas ecológicos que

contribuyen al equilibrio ecológico dinámico de gases en la atmósfera, han provocado que

la acumulación antes mencionada de bióxido de carbono alcance niveles que no se

registraban en la atmósfera desde hace 200,000 años.

14

Figura 1.1. Emisiones acumuladas de C por fuente – combustibles fósiles y

deforestación – (CSIRO, Greenpeace, 2000)

Nota. La gráfica muestra el aumento en las emisiones de carbono desde tiempos

preindustriales. Las emisiones producto de la quema de combustibles fósiles eran menores

que las asociadas a la deforestación antes de los años 70 ´s. A partir del año 1970 las

emisiones provocadas por la quema de combustibles fósiles han aumentado y a partir de

entonces son la fuente más importante de gases de efecto invernadero. En la gráfica se

observa también el drástico incremento de las emisiones de carbono en el siglo pasado y en

particular en las últimas décadas. 1 GtC = 109 toneladas.

1.3. EL EFECTO INVERNADERO

Nuestro planeta está rodeado por una delgada capa de gases denominada atmósfera,

compuesta por nitrógeno (78.3%), oxígeno (21.0%), argón (0.3%), dióxido de carbono

(0.0359%) y otros gases en cantidades menores como helio, neón y xenón. Además

contiene aereosoles en cantidades variables y vapor de agua en concentraciones fluctuantes

(Ordóñez 1998).

0

50

100

150

200

250

300

350

400

1770 1790 1810 1830 1850 1870 1890 1910 1930 1950 1970 1990

Año

GtC

Emisiones acumuladas totalesde C.Emisiones acumuladas decombustibles fósiles.Emisiones acumuladas pordeforestación.

15

El efecto invernadero es causado por ciertos gases que se encuentran en la atmósfera a los

cuales se les conoce como gases de efecto invernadero. Estos últimos selectivamente

absorben y emiten radiación infrarroja o energía calorífica. Los dos gases de efecto

invernadero más poderosos son el vapor de agua (H2O) y el bióxido de carbono (CO2).

El efecto invernadero ocurre porque la superficie de la Tierra, la cual es más fría que el Sol,

emite energía radiante en forma de longitudes de onda larga y los gases de efecto

invernadero absorben algo de estas ondas infrarrojas emitidas por la superficie de la Tierra.

Cuando esto último sucede se produce el calentamiento de la atmósfera. Estos gases

también emiten radiación infrarroja y esta energía vuelve a calentar la superficie de la

Tierra. Al evitar la rápida salida de la radiación infrarroja los gases de efecto invernadero

actúan como una capa aislante alrededor de la Tierra, provocando que su superficie sea

mucho más caliente que si estos no estuvieran presentes.

El efecto invernadero es un efecto natural que ha ocurrido desde hace billones de años en la

Tierra. Sin la presencia de éste nuestro planeta estaría congelado y su temperatura promedio

sería de -18 ºC. Es gracias al efecto invernadero que la temperatura promedio de la Tierra

se mantiene alrededor de 15º C. Actualmente lo que preocupa a los científicos no es el

efecto invernadero, sino el aumento de este efecto por el incremento en los niveles de gases

de efecto invernadero provenientes de las actividades antropogénicas.

Algunos modelos climáticos predicen que la temperatura promedio de la superficie podría

incrementarse entre 1 y 3.5º C para el año 2100. Este calentamiento incrementaría la

capacidad del aire para absorber vapor de agua y esto a su vez provocaría la absorción de la

energía infrarroja y produciría, como consecuencia, un mayor calentamiento de la

atmósfera y de la superficie de la Tierra.

Las interacciones entre la Tierra y su atmósfera son complejas. Hay mucha incertidumbre

en el sistema climático, especialmente en lo que se refiere a las nubes - que provocan el

enfriamiento de la Tierra al reflejar la luz del Sol - y los océanos - que actúan como un gran

almacén de energía calorífica -. Debido a lo anterior resulta sumamente difícil probar que

16

el incremento de los gases de efecto invernadero es el factor responsable del calentamiento

global que estamos observando actualmente. Sin embargo, muchos científicos argumentan

que cuando menos, una parte del calentamiento es debido a los gases de efecto invernadero

generados por las actividades del hombre.

1.4. GASES DE EFECTO INVERNADERO (GEI)

Los principales gases de efecto invernadero son: el dióxido de carbono (CO2) y el vapor de

agua (H2O). (Shneider, 1989; Houghton y Woodwell, 1989; Goudie, 1990). Otros gases con

concentraciones menores pero que producen el mismo efecto son el metano (CH4), el óxido

nitroso (N2O), los clorofluorocarbonos (CFC) y el ozono (O3). De estos últimos, el bióxido

de carbono es el que predomina y sus concentraciones atmosféricas se han elevado en un

30%, desde 1860 (de 280 a 360 partes por millón) (Cuadro 1.2).

A continuación se proporciona mayor información de los principales GEI:

• Dióxido de Carbono (CO2). Este gas se libera a la atmósfera principalmente

debido a los procesos de respiración y degradación de los organismos - tanto

plantas como animales - y por la quema de combustibles fósiles y otros materiales.

SOL

ATMOSFERA

SUPERFICIE TERRESTRE

RADIACION VISIBLE

RADIACION INFRARROJA

30% ES REFLEJADA POR LA TIERRA Y LA ATMOSFERA

70% ES ABSORBIDAEN LA SUPERFICIE

TERRESTRE

PARTE DE LA RADIACION INFRARROJA ES

ABSORBIDA Y REEMITIDA POR LOS GASES DE

INVERNADERO

Figura 1.2. Efecto invernadero. De la radiación solar que incideen nuestro planeta, es absorbidaun 70% por la atmósfera y lasuperficie terrestre (parteizquierda del diagrama). Laradiación absorbida es reemitidaen forma de luz infrarroja (partederecha del diagrama). Losgases de invernadero absorbeny reemiten en varias ocasionesesta radiación infrarroja, dandolugar a un calentamiento de lasuperficie del planeta 33ºCmayor que el que resultaría deescapar libremente la radiaciónal espacio exterior.(Modificado de Masera, 1991;Ordóñez, 1998 y 1999)

17

Es removido de la atmósfera a través de la fotosíntesis que llevan a cabo los

organismos vegetales y por los océanos. El incremento en las concentraciones de

este gas, se piensa, es el factor que más está contribuyendo al patrón de

calentamiento global observado en las últimas décadas.

• Vapor de agua (H2O). Es el gas de efecto invernadero más abundante. La cantidad

de vapor de agua almacenado en la atmósfera se incrementa a medida que la

temperatura de la superficie de nuestro planeta se eleva. Esto último ocurre porque

las altas temperaturas incrementan tanto la evaporación del agua como la capacidad

del aire para retener el vapor de agua.

• Metano (CH4). Este gas no es tan abundante como el agua o el bióxido de carbono

pero para retener energía –en este caso calorífica – es mucho más eficiente,

haciéndolo un gas de efecto invernadero muy poderoso. Este gas se produce cuando

la materia se descompone en un ambiente que carezca de oxígeno. Las fuentes más

importantes de metano son las plantaciones de arroz, los procesos digestivos de los

animales, la extracción de combustibles fósiles y la descomposición de la basura.

• Óxido Nitroso (N2O). Este gas proviene principalmente de los suelos y los

océanos. Cierta cantidad es producto de la quema de combustibles fósiles y materia

orgánica. El uso de fertilizantes también libera óxido nitroso a la atmósfera. Es un

gas de efecto invernadero muy poderoso pero afortunadamente está presente en muy

bajas concentraciones en nuestra atmósfera.

• Ozono (O3). Este gas existe de manera natural en los estratos más altos de la

atmósfera donde posee un papel muy importante al proteger a nuestro planeta de los

rayos UV provenientes del Sol. El ozono presente en las capas bajas de la atmósfera

es el resultado de reacciones químicas provocadas por ciertos contaminantes. Su

papel en el cambio climático es sumamente importante, pero muy difícil de

comprender.

18

• Halocarbonos. Son un grupo de productos químicos fabricados por el humano y

que contienen halógeno (bromo, cloro y fluor) y carbono. Varios de ellos son gases

de efecto invernadero muy poderosos.

La mayoría de estos gases tienen tiempos de vida o residencias atmosféricas que van de

décadas hasta centenares de años, por lo que los cambios en las concentraciones de la

atmósfera responden lentamente como respuesta a los que se dan en las tasas de emisión

(Goudie, 1990; IPCC, 1995).

1.5. CAUSAS Y CONSECUENCIAS DEL CAMBIO CLIMÁTICO GLOBAL.

Las consecuencias del cambio climático son todos aquellos cambios en el medio ambiente

físico o de la biota resultantes del cambio climático que tienen efectos nocivos

significativos en la composición, la capacidad de recuperación o la productividad de los

ecosistemas naturales o sujetos a ordenación, o en el funcionamiento de los sistemas

socioeconómicos y en la salud y bienestar humanos.

El Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC,1995) estima que un aumento de

las emisiones de gases de efecto invernadero que duplique las concentraciones de CO2 con

respecto al nivel preindustrial daría como resultado un incremento de temperatura de 1.5 a

3.5 °C. Este cambio de temperatura provocaría, a su vez:

a) Cambios en los patrones mundiales de precipitación pluvial, con diferencias

regionales significativas.

b) Elevación del nivel del mar de 0.2 a 0.6 metros, tanto por la expansión térmica de

los océanos como por el derretimiento parcial de los glaciares en las montañas y de

la capa de hielo en las regiones polares.

c) Cambios en la humedad del suelo al aumentar la evaporación del agua.

19

d) Cambios en los sistemas de vientos regionales los cuales a su vez influirían en la

distribución pluvial a nivel global e incrementarían la frecuencia de inundaciones,

sequías e incendios forestales y huracanes, tormentas de viento y de nieve ocurrirían

con mayor intensidad y frecuencia.

e) La muerte y destrucción de grandes extensiones de arrecifes coralinos por el

incremento de las temperaturas marinas.

f) El crecimiento y desarrollo anormal de varias poblaciones de insectos, las cuales

producirían efectos negativos en la agricultura y la salud humana.

g) Aumento en la propagación e incidencia de enfermedades tropicales como es la

malaria.

Cuadro 1.1. Actividades por sector industrial, que contribuyen en la emisión de Gases de

Invernadero (Ahuja, 1990).

Actividad Gas Emitido

Sector Energético

Producción de carbón

Combustión de carbón

Combustión de petróleo

Combustión de gas

Ventilación y fugas de gas

CH4

CO, CO2, CH4, N2O

CO, CO2, CH4, N2O

CO, CO2, CH4, N2O

CH4

Sector Agrícola, Ganadero y Forestal

Ganadería intensiva

Cultivos de arroz

Uso de fertilizantes

Combustión de biomasa

Deforestación y cambio de uso de

suelo

CH4

CH4

N2O

CO, CO2, N2O

CO2, N2O

20

Actividad Gas Emitido

Sector Industrial

Producción de cemento, metalurgia

Uso de CFC´s

Relleno sanitario y otros procesos

industriales

CO2

CFC

CH4

Cuadro 1.2. Características de los principales gases de efecto invernadero (Goudie, 1990).

Gas

Fuentes antropogénicas

Concentración

Preindustrial

(ppb)*

Actual

Incremento anual

concentración

Tiempo de residencia en la

atmósfera (años)

CO2

Uso de combustibles fósiles

y leña; deforestación

275 000

353 000

0.5 %

50 - 200

CH4 Cultivo de arroz, ganado,

tiraderos de basura, uso de

combustibles fósiles.

800

1720

0.9 %

10

NOX Fertilizantes químicos;

deforestación, uso de leña.

285

310

0.2 %

150 - 180 CFC´s Aerosoles, refrigerantes,

aislantes

0

3

5 %

65 – 130

21

CAPÍTULO DOS. EL CARBONO EN LOS ECOSISTEMAS NATURALES

2.1. INTRODUCCIÓN

En este capítulo se explica y presenta el ciclo del carbono en los ecosistemas naturales y de

manera particular en los ecosistemas forestales. Se habla de las fuentes y sumideros de

carbono más importantes y por último se discute el potencial de los ecosistemas forestales

como sumideros y fuentes de carbono.

2.2. EL CICLO BIOGEOQUÍMICO DEL CARBONO

En la naturaleza el carbono se halla por doquier: en el agua bajo forma de compuestos

carbónicos disueltos (carbonatos), y en el aire como dióxido de carbono o anhídrido

carbónico. Todos los organismos vivos están constituidos por compuestos de carbono, que

obtienen como resultado de sus procesos metabólicos realizados durante su crecimiento y

desarrollo, y que son liberados cuando éstos mueren. Aproximadamente, el 50% del peso

seco de cualquier organismo lo constituye este elemento, por lo que es uno de los más

importantes de la vida (Smith et al., 1993).

22

El ciclo de carbono comienza con la fijación del anhídrido carbónico atmosférico a través

de los procesos de fotosíntesis, realizada por las plantas y ciertos microorganismos. En este

proceso, el anhídrido carbónico y el agua reaccionan para formar carbohidratos y liberar

oxígeno a la atmósfera. Parte de los carbohidratos se consumen directamente para

suministrar energía a la planta, y el anhídrido carbónico liberado como producto de este

proceso lo hace a través de sus hojas o de sus raíces. Otra parte son consumidos por los

animales, que también respiran y liberan anhídrido carbónico. Las plantas y los animales

mueren y son finalmente descompuestos por microorganismos del suelo, lo que da como

resultado que el carbono de sus tejidos se oxide en anhídrido carbónico y regrese a la

atmósfera. (Schimel, 1995; Smith et al.1993). La fijación de carbono por bacterias y

animales contribuye también a disminuir la cantidad de bióxido de carbono, aunque

cuantitativamente es menos importante que la fijación de carbono en las plantas.

En cuanto a los organismos vegetales, cuando estos mueren y son comprimidos por

depositación, las bacterias no los descomponen, sino que sufren una serie de cambios

químicos para formar turba, luego carbón pardo o lignita y finalmente carbón. Los cuerpos

de algunos organismos marinos pueden sufrir cambios semejantes y formar, en un largo

ATMOSFERA

COMBUSTION

MATERIASORGANICAS

FOTOSINTESIS CONSUMORESPIRACION

H

C

H H

H

CO O

HH

CH

H C CCH

SOL

ENERGIA

CO2

Figura 2.1.El ciclo del carbono: lasplantas verdes absorben el CO2 delaire y, con ayuda de energíaluminosa del sol (fotosíntetizan) yjunto con el agua y las salesprocedentes de la tierra, lotransforman, en sustanciasorgánicas más ricas en energía quesu propia materia orgánica. Losanimales se alimentan de vegetalesy los degradan; al respirarconsumen O2 y emiten el CO2 Alquemarse el carbón, la leña, elpetróleo y la gasolina, producenCO2. El carbono realiza en lanaturaleza un ciclo ininterrumpidoutilizando tan solo la energíaluminosa (Tomada de Ordóñez,1998 y 1999).

23

período, petróleo. Estos fenómenos significan la sustracción de parte del carbono al ciclo,

pero más tarde los trastornos geológicos o las obras de minería o perforación realizadas por

el hombre llevan a la superficie el carbón o el petróleo, que será quemado hasta convertirlo

en CO2, volviendo, en esta forma al ciclo.

Sin embargo, la mayor parte del carbono de la Tierra se encuentra en rocas bajo la forma de

carbonatos, como la piedra caliza y el mármol. Las rocas se gastan poco a poco y con el

tiempo los carbonatos vuelven al ciclo del carbono. Sin embargo, en el fondo del mar se

forman otras rocas a partir de los sedimentos de animales y plantas muertas, de modo que la

cantidad de carbono en el ciclo permanece casi constante (Sampson et al. 1993).

El ciclo global del carbono es complejo. En la figura 2.2. se puede observar el intercambio

de carbono que se da entre la atmósfera y la biosfera y donde se aprecian los ciclos

existentes (uno sobre tierra firme – representado por la vegetación – y otro sobre los

océanos).

Fotosintesis110

Respiración55

Descomposición54-55 Desforestación

1-2

Océano38,500

ProcesosQuímicos yBiológicos

93

Combustiblesfósiles

5000-10000Suelo, detritus,

turba 172

Uso decombustibles

fósiles 5

ATMOSFERA 740 (en 1988)+ 3 por año

ProcesosQuímicos yBiológicos

90

Figura 2.2. Principales fuentes y sumideros de carbono (las unidades de esta figura estan en GtC; modificada de Bolin, 1986; Ordóñez, 1998 y 1999).

24

2.3. PRINCIPALES FUENTES Y SUMIDEROS DE BIÓXIDO DE CARBONO (CO2)

Fuentes:

El uso de combustibles fósiles y el cambio en el uso del suelo son considerados a nivel

mundial como las dos principales fuentes netas de CO2 a la atmósfera relacionadas con el

cambio climático global (Mintzer 1992).

Los bosques mediante la respiración emiten 55 GtC año-1 y por medio de descomposición

emiten de 54 a 55 GtC año-1, siendo la descomposición y la respiración los dos procesos

emisores naturales más importantes en los bosques, sus emisiones suman un total

aproximado de 110 GtC año-1. Por su parte, los océanos emiten por procesos químicos y

biológicos cerca de 90 GtC año-1.

Sumideros:

La vegetación terrestre a través de sus procesos fisiológicos tales como la fotosíntesis,

absorbe 110 GtC año-1. Los océanos absorben aproximadamente 93 GtC año-1, además de

que se considera que conservan grandes cantidades de carbono (38,500 GtC).

Como podrá notarse por los datos presentados anteriormente, las fuentes y sumideros

eliminan de la atmósfera casi tanto carbono como el que aportan de forma natural; pero

actividades humanas como la deforestación y la quema de combustibles fósiles están

provocando un aumento neto en la cantidad de carbono atmosférico en unos 3 GtC año-1

(Bolin et al. 1986). Cabe señalar que todos los datos anteriores tienen rangos de

incertidumbre de entre 15 y 30%.

2.4. LOS BOSQUES COMO PRINCIPALES SUMIDEROS DE CARBONO

La superficie forestal estimada en la Tierra es de 4.1 x 109 hectáreas, donde las áreas

naturales protegidas abarcan el 2.35. Aproximadamente el 37% del carbono se encuentra en

25

latitudes bajas (0º a 25º lat.), 14% en las medias (25º a 50º lat.) y 49% en las altas (50 º a

75º lat). Dos terceras partes del carbono en ecosistemas forestales se encuentran contenidos

en el suelo.

Actualmente la deforestación y la degradación forestal son factores importantes para el

cambio climático global, puesto que producen emisiones netas de dióxido de carbono.

Además de que generan grandes problemas locales y regionales, como el incremento de la

erosión y el abatimiento de los mantos acuíferos, entre otros. Sin embargo, se ha estimado

que, combinando estrategias de conservación forestal con proyectos de reforestación en

todo el mundo, los bosques podrían resultar un sumidero neto de carbono durante los

próximos cien años, permitiendo reducir de 20 a 50% de las emisiones netas de dióxido de

carbono a la atmósfera (IPCC, 1995).

2.5 EL CARBONO ALMACENADO EN ECOSISTEMAS FORESTALES.

Al incorporarse el CO2 atmosférico a los procesos metabólicos de las plantas mediante la

fotosíntesis, este gas participa en la composición de todas las estructuras necesarias para

que la planta pueda desarrollarse (follaje, ramas, raíces y tronco). Al crecer, ésta incrementa

su follaje, ramas, flores, frutos y yemas de crecimiento (que en su conjunto conforman la

copa) así como su altura y el grosor de su tronco. Los componentes de la copa aportan

materia orgánica al suelo, que al degradarse se incorpora paulatinamente a la atmósfera

(Ordóñez, 1998) (Figura 2.3).

Durante el tiempo en que el CO2 se encuentra constituyendo alguna estructura de la planta o

el suelo - y hasta que es enviado nuevamente a la atmósfera - se considera almacenado. En

el momento de su liberación (ya sea por la descomposición de la materia orgánica y/o por la

quema de la biomasa) el CO2 fluye para regresar al ciclo de carbono.

26

2.5.1. Incremento del carbono en los reservorios como producto del aumento en las

concentraciones de CO2

En una investigación reciente Drake et al. (1999) demostraron que las concentraciones

atmosféricas elevadas de CO2 provocan una reducción en las tasas de respiración de las

hojas, tallos y raíces de ciertas plantas, (cuando se duplicó la concentración de CO2 a la

cual se encontraban normalmente ciertas plantas se obtuvo una reducción del 17% en su

respiración.

2.6. CAPTURA DE CARBONO EN PROYECTOS FORESTALES.

Cuando se implementa un proyecto de mitigación de carbono o de otro tipo de gases de

efecto invernadero es necesario hacer una evaluación de la cantidad de carbono que se

agrega en cada uno de los reservorios y se deben comparar estos datos con una línea de

C O 2

R E S P I R A C I O N ( f )

F O L L A J E ( a ) R A M A S ( a ) R A I C E S ( a ) T R O N C O ( a )

P R O D U C T O S ( a )

M A T E R I AO R G A N I C A ( a )

C O 2

C O 2

C O 2

C O 2D E S C O M P O S I C I O N

D E S C O M P O S I C I O N

H U M U S E S T A B L E ( a )

D I A G R A M A S I M P L I F I C A D O D E L O S F L U J O S ( f ) YA L M A C E N E S ( a ) D E C A R B O N O E N U N

E C O S I S T E M A F O R E S T A L

F O T O S I N T E S I S ( a )

( f )

( f )

( f )

F i g u r a 2 . 3 . F l u j o s y a l m a c e n e s d e c a r b o n o e n u n e c o s i s t e m a f o r e s t a l( m o d i f i c a d o d e N a b u u r s y M o r h e n , 1 9 9 3 ; O r d ó ñ e z , 1 9 9 9 ) .

27

base o caso de referencia, es decir, con el carbono almacenado en el sistema si el proyecto

no es implementado.

La captura neta de carbono por unidad de área varía dependiendo del tipo de proyecto a

realizar: por ejemplo, para los proyectos de reforestación, estudios iniciales han estimado

que el promedio de captura de carbono es de 120 tC ha-1 y para los proyectos de manejo de

bosques el promedio es de 88 tC ha-1 (Brown et al. 1997). Estos promedios variarán

dependiendo del diseño del proyecto, las condiciones del lugar, las condiciones de

implementación y la tendencia de uso de suelo sin proyecto.

La cantidad de emisiones de carbono evitadas por hectárea en los proyectos forestales es

particularmente sensible al área total que incluya el proyecto y la actividad que se esté

evitando – deforestación o aclareo, por ejemplo -.

En los proyectos que están diseñados sólo para evitar la deforestación, los valores de

reducción de emisiones van de entre 28 a 80 t C para los bosques boreales, de entre 30 y

140 tC ha-1 para los bosques templados y entre 100 y 175 tC ha-1a para los bosques

tropicales (Brown et al. 1997).

Lo expuesto en los párrafos anteriores nos alerta acerca de la importancia de conservar los

bosques y manejarlos adecuadamente, y comenzar a reforestar las zonas altamente

degradadas, permitiendo una regeneración de la cobertura vegetal acorde al tipo de suelo, a

la fisonomía del terreno y a la cercanía de los cuerpos de agua, e integrando este proceso en

todo momento a las actividades agrícolas y pecuarias de una región determinada.

28

CAPÍTULO TRES. MÉTODOS PARA ESTIMAR LA CAPTURA DE CARBONO

EN ECOSISTEMAS FORESTALES

3.1. INTRODUCCIÓN

En este capítulo se presenta la metodología básica para calcular el carbono total capturado o

almacenado en los distintos reservorios de los ecosistemas forestales incluyendo las

fórmulas y las ecuaciones necesarias. Se mencionan los costos aproximados para medir el

carbono almacenado en un ecosistema forestal así como también los factores que

contribuyen a aumentarlos o disminuirlos. Finalmente se describe la situación actual de los

inventarios forestales mexicanos.

3.2. CAPTURA UNITARIA DE CARBONO

Para conocer las implicaciones reales en cuanto a cantidad de carbono capturado y emitido

al implementar una o más opciones de mitigación de carbono es necesario hacer un análisis

de los reservorios de carbono que puedan crearse o conservarse al llevar a cabo dichas

acciones (Swisher, 1991).

La captura unitaria de carbono se estima midiendo el carbono contenido en todos y cada

uno de los reservorios presentes en el área considerada. Estos últimos incluyen: Cv:

carbono contenido en la vegetación; Cd: carbono contenido en la materia orgánica en

descomposición; Cs: carbono contenido en los suelos; Cp: carbono contenido en productos

forestales (e.g. muebles y papel) y Cf: carbono ahorrado por la sustitución de combustibles

fósiles.

El total de carbono capturado (CT) en toneladas de carbono por hectárea se puede expresar

formalmente como:

29

CT = Cv + Cd + Cs + Cp + Cf (Ecuación 1.1) y si se desea considerar el horizonte de

tiempo:

CT = ∫ [Cv(t) + Cd(t) + Cs(t) + Cp(t) dt / T + ∑ Cf (t) (Ecuación 1.2)

0

donde:

CT = carbono total capturado o acumulado

Cv = carbono contenido en la vegetación

Cd = carbono contenido en la materia en descomposición

Cs = carbono contenido en el suelo

Cp = carbono contenido en productos de madera

Cf = carbono ahorrado por sustitución de combustibles fósiles

Para la mayoría de los reservorios de carbono que se mencionan anteriormente existen

varios métodos de estimación y la elección de uno u otro dependerá del tipo de información

que esté disponible en el momento de hacer las estimaciones y de la precisión que se

requiera.

3.2.1. Carbono contenido en la vegetación (Cv)

El carbono contenido en la vegetación es la suma del contenido en la biomasa1 aérea y la

que se halla en la biomasa de las raíces. La biomasa aérea comprende el tronco, las hojas,

las ramas y las partes reproductivas mientras que el carbono contenido en las raíces es

definido como biomasa de las raíces.

3.2.1.1. Métodos para estimar Cv

Existen dos métodos para calcular la biomasa de los ecosistemas y su elección dependerá

de los datos que estén disponibles al momento de realizar la estimación:

30

1.- Método destructivo

Este método utiliza datos colectados a partir de las mediciones destructivas de la vegetación

en una unidad de superficie determinada. Por su alto costo, generalmente no se aplica.

2.- Métodos utilizando ecuaciones alométricas

En caso de no contar con datos de biomasa colectados destructivamente y tener sólo

información secundaria como sería la altura y el diámetro de los árboles es posible estimar

el carbono contenido en la biomasa utilizando una serie de ecuaciones alométricas de

regresión que serán presentadas en los párrafos siguientes.

3.2.1.1.1 Método utilizando datos de inventarios forestales

La ecuación general para calcular Cv es:

Cv = CBA + CBR (Ecuación 1.3)

Donde: Cv = carbono contenido en la vegetación

CBA = carbono contenido en la biomasa aérea.

CBR = carbono contenido en la biomasa de las raíces.

A su vez CBA es el producto del volumen (V), la densidad de la madera (WD), del factor de

expansión (BEF – para convertir la cantidad de biomasa en los fustes a biomasa de fustes +

ramas + hojas - ) y del contenido de carbono (CC) es decir:

CBA = V * WD * BEF * CC (Ecuación 1.4)

31

Por su parte CBR es el producto del valor obtenido de CBA y del factor de expansión de las

raíces (f) es decir:

CBR = CBA * f

Si se substituye CBR en la ecuación. 1.3. se tendrá la ecuación siguiente:

Cv = CBA + CBA * f

Que resolviendo queda:

Cv = CBA ( 1 + f ) y sustituyendo CBA la ecuación que resulta es:

Cv = V * WD * BEF * CC (1 + f ) (Ecuación 1.5)

El volumen, la densidad de la madera, el factor de expansión y el contenido de carbono

también pueden obtenerse en caso de no tener los datos directos.

V ( volumen por unidad de área).

Sus unidades son m3/ha y se calcula de la siguiente manera:

V = F * H * G (Ecuación 1.6)

Donde: F = factor de forma Pressler de los árboles (relación entre forma

de fuste y

volumen)

H = promedio de la altura de los árboles

G = el área basal de los árboles

32

En el documento de Brown (1997) se habla también del volúmen de la madera libre de

corteza (VOB).

WD (densidad de la madera)

Esta variable está definida como la biomasa seca en el horno por unidad de volumen verde

y sus unidades son ton/m3 ó kg/dm2 y se estima utilizando la siguiente ecuación:

WD = { (V1/Vt) WD1+ (V2/Vt) WD2 +.... (Vn/Vt) WDn } (Ecuación 1.7)

Donde: V1 , V2 ... Vn = volumen de las especies 1, 2 a la especie n

Vt = volumen total

WD1 , WD2 ... WDn = densidad de las especies 1, 2 a la especie n

No siempre es posible tener los datos de la densidad de cada una de las especies existentes

en el área de estudio. Cuando esto ocurre existe la posibilidad de utilizar las medias

aritméticas que se presentan en el cuadro 3.1.

Cuadro 3.1. Medias aritméticas de los valores más comunes de densidad de la madera

(t/m3 o g/cm3 ) para árboles tropicales por región.

Región Tropical Número de especies Media Aritmética Intervalo más frecuente

África 282 0.58 0.50 – 0.79

América 470 0.60 0.50 – 0.69

Asia 428 0.57 0.40 – 0.69

Tomado de Reyes et al. 1992.

33

BEF o factor de expansión de la biomasa

El factor de expansión está se define como el radio entre la biomasa aérea total y la

biomasa comercial o biomasa de las ramas y a su vez esta última variable se calcula como

el producto del volumen comercial y la densidad de la madera de la especie considerada.

El factor de expansión puede ser estimado utilizando la siguiente ecuación:

BEF = Exp (3.213 – 0.506 * Ln (BV) para BV < 190 t/ha (Ecuación 1.8)

1.74 para BV > 190 t/ha

donde: BV = la biomasa del volumen inventariado (t/ha)

que se calcula como el producto de V/ha (m3/ha) y la densidad de la madera (t/m3)

Existe un método alternativo para calcular el factor de expansión que se basa en datos de

área basal de los árboles y el número de troncos por unidad de área. Este método es

conocido como: diámetro cuadrático de rodales o QSD.

El QSD es un índice muy útil para describir el tamaño promedio de los árboles en un rodal.

Es fácil de calcular teniendo como datos en el inventario el área basal (AB) y el número de

troncos por unidad de área y se calcula utilizando la siguiente ecuación

QSD = √ ∑D2/n = √(AB/n) * (4/pi) (Ecuación 1.9)

Esta última ecuación muestra que el factor de expansión de un bosque está relacionado con

el tamaño de los árboles que lo componen. El factor de expansión es bastante alto para

bosques con valores bajos de QSD y parece llegar a una asíntota de 1.50-2.00 para bosques

con QSD > 30 cm. De lo anterior se deriva que uno no debería asignar factores de

expansión en bosques donde no se conozcan el tamaño promedio de los árboles o de menos

34

las condiciones del rodal que permitieran hacer algún tipo de estimación del tamaño

promedio de los árboles.

La ecuación para calcular el factor de expansión como una función de QSD es la siguiente:

BEF = exp(5.7671 – 1.5309* (ln (QSD)) ( Ecuación 1.10 ) para QSD < 30 cm

1.75 para QSD > 30 cm

Las estimaciones de las ecuaciones de biomasa y los factores de expansión están basados en

conjuntos de datos que solo consideran árboles con vida y no toman en cuenta materia

orgánica en descomposición o árboles muertos. Esto podría generar errores en las

estimaciones de la biomasa en los bosques templados, pero no en los bosques tropicales ya

que estos ecosistemas poseen la mayor parte de su biomasa en la vegetación aérea viva.

BEF para los bosques de coníferas

Hasta la fecha no existen modelos para calcular los factores de expansión de los árboles en

los bosques de coníferas. Los BEF existentes han sido calculados utilizando bases de datos

con muy poca información. El promedio de los BEF calculados fue de 1.3. Hasta el

momento en que nueva información se genere el BEF anterior puede ser utilizado para

estimar la biomasa en los bosques de coníferas, considerando el volumen total de los

árboles. Para convertir el volumen comercial, se propone utilizar los datos de Jong (2000),

que dan un valor de BEF de 1.8.

CC o densidad de carbono contenido en la biomasa

El valor promedio de esta variable generalmente es de 0.5. Esto último se debe a que

aproximadamente 50% del peso seco de cualquier organismo lo constituye el carbono

(Ordóñez, 1998; Smith et al. 1993)

35

3.2.1.1.1.1. Ejemplos de como estimar la densidad de la biomasa utilizando el método

basado en inventarios forestales

Ejemplo 1.

Bosque de latifoliadas con densidad de volumen (V) = 300 m3/ha y densidad de la madera

promedio (WD) = 0.65 t/m3.

Paso 1. Calcular la biomasa del volumen: = V * WD = 300 m3/ha * 0.65 m3/ha = 194 t/ha

Paso 2. Calcular el factor de expansión (BEF) = BV > 190 t/ha, por lo que BEF = 1.74

Paso 3. Calcular la densidad de la biomasa aérea = V * BEF * WD = 300 * 1.74 * 0.65 =

338 t/ha

Ejemplo 2

Bosque de latifoliadas con densidad de volumen (V) = 150 m3/ha y densidad de la madera

promedio (WD) = 0.55 t/m3.

Paso 1. Calcular la biomasa del volumen: = V * WD = 150 m3/ha * 0.55 m3/ha = 194 t/ha

Paso 2. Calcular el factor de expansión (BEF) = BV < 190 t/ha, por lo que BEF = 2.66

Paso 3. Calcular la densidad de la biomasa aérea = V * BEF * WD = 150 * 2.66 * 0.55 =

220 t/ha

Como podrá observarse la densidad de volumen del bosque del primer ejemplo es el doble

que la del ejemplo 2 y sin embargo la densidad de biomasa aérea del primer ejemplo es de

tan solo 1.5 veces la del segundo.

36

3.2.1.1.2. Método utilizando ecuaciones alométricas

En caso de no contar con la información de inventarios forestales se pueden utilizar una

serie de ecuaciones alométricas que han sido desarrolladas con el objetivo de poder estimar

la biomasa contenida en la vegetación utilizando datos fáciles de obtener en el campo tales

como la altura de los árboles (H) y el diámetro de los árboles a la altura del pecho (DBH).

Hasta la fecha existen dos tipos de ecuaciones: unas para ser utilizadas en los bosques

tropicales y las otras en bosques templados.

• Ecuaciones para bosques tropicales (Brown, 1999a):

En caso de contar con el diámetro, el hábitat, el diámetro a la altura del pecho (D, cm), la

altura total (H, m), y la densidad de la madera o la gravedad específica (S, mg/m3), se

puede calcular el carbono almacenado en la biomasa aérea total de los bosques tropicales,

mediante una serie de ecuaciones propuestas por Brown (Tabla 3.1).

Tabla 3.1. Ecuaciones de regresión para estimar la biomasa de árboles tropicales. Y =

biomasa por árbol expresada en Kg, D = diámetro a la altura del pecho en cm, y BA = área

basal en cm. Ninguna de estas ecuaciones deberá de ser utilizada para estimar la biomasa de

los árboles cuyo diámetro exceda el rango de los datos originales.

Ecuación número

Zona Climática

Ecuación Rango del DAP (cm)

Número de árboles

r2

1 Secaa Y = exp {-1.996 +2.32 * ln (D)

}

5 – 40 28 0.89

2 Y = 10 ^ {-0.535 + 0.966log10(BA)}

3 – 30 191 0.94

3 Húmedab Y = 42.69-12.800(D) + 1.242 (D2)

5 – 148 170 0.84

4 Y = exp {-2.134+2.530*ln(D)} 0.97 5 Lluviosac Y = 21.297 – 6.953 (D) + 0.740

(D2) 4 - 112 169 0.92

37

a Eq. 1 fue revisada de Brown et al. (1989) para los bosques secos en India, y la Eq. 2 de

Martínez- Yrizar et al. (1992) para los bosques secos de México. Para zonas secas con una

precipitación flivial menor a 900 mm/año utilizar la ecuación 2 y para las zonas secas con

precipitación > a 900 mm/año usar la ecuación 1.

“exp” significa “e a la potencia de”. bAmbas ecuaciones se derivaron la misma base de dato; A. J.R. Gillespie, Com pers.

Basada en una revisión de la ecuaciones de Brown et al. (1989). c Se obtuvieron de Brown e Iverson (1992)

Estas ecuaciones proporcionan el carbono contenido en un árbol por lo que los resultados

deben ser multiplicados por el número de árboles para conocer la cantidad de carbono

contenida en un rodal determinado.

En el apéndice 3 se muestran los valores de biomasa obtenidos para la zona húmeda con las

ecuaciones 3 y 4 .

• Ecuaciones para bosques templados de México (Ayala, 1998)

En caso de contar con datos como el diámetro a la altura del pecho (D) y la altura estimada

de cada árbol (A) se puede calcular el carbono almacenado en la biomasa aérea total de los

bosques templados, mediante una serie de ecuaciones propuestas por Ayala en 1998.

Para construir dichas ecuaciones se organizaron los datos obtenidos en el campo por rodal o

sitio tomando la altura y el DAP (diámetro a la altura del pecho) de aproximadamente 30

árboles en cada sitio. Con estos datos se obtuvo un modelo de regresión logarítmica para

calcular la altura de los árboles a los que se les midió su DAP. Una vez obtenida la altura se

sustituyeron los valores en las ecuaciones que a continuación se presentan y que varían

según la especie de árbol que esté presente en los muestreos.

38

Para estimar la biomasa aérea de los pinos y los encinos se utilizan las siguientes

ecuaciones:

En el caso de los pinos Peso del fuste (PF) = 0.06 (D2 AF)0.925

Peso de la copa (PC) = 0.044 (D2 AC)0.911

Peso total (PT) = 0.084 D2.475

En el caso de los encinos Peso del fuste (PF) = 0.197 (D2 AF)0.861

Peso de la copa (PC) = 0.128 (D2 AC)0.855

Peso total (PT) = 0.283 (D2 A)0.807

Donde:

D = diámetro de los árboles a la altura del pecho

AF = altura de fuste comercial, AC = altura de copa, A = Altura total

Después de utilizar estas ecuaciones, para obtener el carbono contenido en la biomasa aérea

se multiplica el peso seco de los árboles analizados por un el factor de expansión de la

especie, es decir:

CBA = P (F)

Donde:

CBA = carbono contenido en la biomasa aérea

P = peso seco total

F = factor de expansión de los árboles

Para el caso de pinos y encinos F tiene un valor de 0.5 por lo que:

CBA = P (0.45)

39

Para calcular el carbono en las raíces (CBR), se multiplica el carbono contenido en la

biomasa aérea de las estimaciones por el factor de expansión de las raíces. De acuerdo a

Cairns et al. (1997), RBD = exp (-1.085 + 0.9256*ln(ABD)); r2 = 0.83; n = 151, donde

RBD es la biomasa de las raíces; ABD es la biomasa viva del suelo.

CBR = CBA x (F)

Donde:

CBR = carbono contenido en la biomasa de las raíces

CBA = carbono contenido en la biomasa aérea

F = factor de expansión de las raíces

Para el caso de pinos y encinos f de las raíces tiene un valor de 0.18, es decir:

CBR = CBA x 0.18

Y como recordaremos:

Cv = CBA + CBR

Por lo que:

Cv = P (0.45) + CBA (0.18)

Es decir

Cv = P(0.45) (1 + 0.18)

Donde P = peso seco total de la especie en cuestión.

40

3.2.2. Carbono contenido en materia en descomposición (Cd)

Es el contenido en la materia orgánica que se encuentra en proceso de descomposición; es

originada cuando las estructuras vegetales como las hojas, las ramas o el tronco son

depositadas en el suelo. El método recomendado para estimar este reservorio es a través de

colectas directas de campo, ya que datos indirectos no están disponibles en la mayoría de

los casos.

Sin embargo, el carbono contenido en la materia orgánica en descomposición en cualquier

tiempo puede ser calculado de la siguiente manera:

Cd (t) = Cdo e –Kdt (Ecuación 1.11)

donde Kd es la tasa de decaimiento de la materia (por ejemplo para un período de

descomposición de 10 años el valor de Kd es de 0.1) y Cdo es la cantidad de materia en

descomposición al tiempo cero (t= 0).

Si no se desea considerar el paso del tiempo Cd es simplemente:

Cd = MAID / Kd

donde MAID es el promedio anual del incremento de la materia en descomposición. MAID

puede ser calculada de la siguiente forma:

MAID = MAI * fd

donde MAI es el promedio de incremento anual de la biomasa vegetal (expresada en

toneladas de carbono por hectárea por año) y fd la fracción de madera cultivada y que por

no ser utilizada decae.

41

3.2.3. Carbono contenido en suelo (Cs)

Es el carbono contenido en las capas que conforman el suelo forestal. Se origina por la

fragmentación de la roca madre meteorizada y por el establecimiento de un organismo

vegetal que con el tiempo forma capas por depositación de materiales. Al irse acumulando

éstas y compactando, almacenan una cierta cantidad de carbono, misma que aumentará por

la continuidad del proceso de formación del suelo.

Estimar el secuestro de carbono por parte de los suelos no es cosa sencilla debido a que

generalmente no existe información suficiente a cerca de los suelos locales. Además la

dinámica del carbono en los suelos es también muy compleja, la conversión de las áreas

forestales a otro tipo de usos del suelo ocasiona una pérdida irremediable del carbono

existente en el suelo. De manera contraria a lo anterior si las tierras de cultivo o las áreas

forestales degradadas son reforestadas se puede esperar un incremento en el contenido de

carbono en los suelos. Sin embargo, actualmente, aún no hay un consenso a cerca de la

cantidad de suelo perdido o ganado como producto de los cambios en el uso del suelo.

Algunos autores han incluso encontrado que en ciertos bosques tropicales, ocurre un

incremento neto en el carbono del suelo cuando los bosques son convertidos a pastizales

(Lugo y Brown, 1989). Como una primera aproximación, el carbono secuestrado por el

suelo en una opción particular de mitigación se puede estimar utilizando la siguiente

fórmula:

Cs = Csf * fs (Ecuación 1.12)

Donde Csf es el contenido de carbono del suelo del bosque original (en tonC/ha) y fs, la

fracción del carbono del suelo que se piensa es producto de la implementación de la opción

de mitigación y que se compara con el contenido de C del suelo del bosque original . Por

ejemplo, si en una plantación creada con fines de restauración se estima que tan sólo el

80% del carbono contenido en el suelo original podrá ser alcanzado, entonces fs es 0.8.

42

3.2.4. Carbono en productos de madera (Cp)

Son los productos forestales que almacenan carbono durante todo el tiempo de vida del

producto. Cuando éste termina, el carbono se incorpora de nuevo al ciclo con una velocidad

que dependerá del proceso de degradación del producto. Mientras mayor sea la vida media

de un producto forestal el carbono estará almacenado por más tiempo.

El procedimiento para estimar el Cp es similar al utilizado para calcular el C contenido en

la materia en descomposición, es decir:

Cp (t) = Cpo e – Kpt ó Cp (t) = Cp (t - 1) – Cp (t-1)* kp (Ecuación 1.13)

Donde Kp es la tasa de decaimiento del producto forestal (por ejemplo para un producto

que en promedio dura 10 años Kp es 0.1) y Cpo el contenido de carbono del producto al

tiempo t= 0. La primera fórmula da un decaimiento exponencial, mientras que la segunda

da un decaimiento porcentual, que es un poco más rápido.

3.2.5. Carbono ahorrado por sustitución de combustibles fósiles (Cf)

Es una alternativa para mitigar carbono sustituyendo combustibles fósiles por el uso de la

biomasa forestal para la producción de energía. El carbono de esta última alternativa se

obtiene de la siguiente manera:

Cf (t) = E (t) * Ccf * (ηb/ηf) (Ecuación 1.14)

Donde E (t) es el contenido de C en la madera utilizada anualmente para sustituir la energía

fósil, Ccf el contenido de C de los combustibles fósiles (generalmente expresados en ton de

carbono por gigajoule) y ηb y η la eficiencia energética de la biomasa y de la planta de

poder que utiliza combustibles fósiles (o cualquier otro tipo de aparato de conversión) y E

(t) es simplemente:

43

E (t) = volumen de la leña * densidad de la madera * contenido de carbono

Para transformar Cf (t) en un reservorio de carbono es necesario sumar este a lo largo del

horizonte planeado (T) para el proyecto como se indica en la ecuación 1. 2. En ocasiones la

convención es considerar T como el tiempo de vida de la planta de poder, esto es:

T

Cf = ∑T Cf (t)

0

Con el objetivo de evaluar de una mejor manera los beneficios de una plantación

bioenergética se debería incluir la captura de carbono en los componentes bióticos de la

plantación, es decir, en Cv, Cd y Cs, usando los procedimientos explicados en los párrafos

anteriores.

3.3. ESTIMACIÓN DE LA BIOMASA EN OTROS RESERVORIOS FORESTALES

COMO UN PORCENTAJE DE LA BIOMASA AÉREA

En caso de no contar con la información necesaria para calcular el carbono contenido en los

otros reservorios presentes en un bosque, es posible calcular la biomasa de estos

considerándolos como un porcentaje de la biomasa aérea total. Los resultados obtenidos

deberán posteriormente ser multiplicados por el contenido de carbono respectivo. A

continuación se presenta la tabla con los porcentajes.

Tabla 3.3. Estimaciones de la densidad de la biomasa de otros reservorios, expresados

como el porcentaje de la biomasa aérea en los árboles (Brown, 1997).

Reservorio Porcentaje de la biomasa aérea

Sotobosque < 3 Biomasa subterránea (raíces) 4 – 230 En suelos arenosos 70 – 230 Bosques húmedos de zonas bajas 4 – 33 Bosques húmedos de zonas altas 11- 33 Bosque seco caducifolio 28 - 35 Hojarasca (material vegetal muerto) < 5 Madera muerta 5 – 40

44

3.4. COSTOS DE MEDICIÓN

Existen varios métodos de campo para cuantificar los reservorios de carbono en un

ecosistema, pero el grado de precisión requerido puede variar dependiendo del tipo de

reservorio. Los inventarios de carbono en los bosques son más complicados que los

inventarios forestales tradicionales debido a que cada reservorio de carbono puede tener su

propia varianza. El tamaño de la muestra para cada reservorio puede ser calculado

individualmente y debe estar basado en los recursos disponibles para el monitoreo del

proyecto y en la información que se presenta en la tabla 4.2. del siguiente capítulo. El

empleo de esta información podría reducir significativamente los costos de la evaluación de

un determinado proyecto (IPCC, 1999).

Los costos de medir y monitorear los almacenes de carbono están en función

principalmente del grado de precisión deseado, el cual puede variar según el tipo de las

actividades del proyecto, el tamaño del proyecto y la variación natural en los diferentes

reservorios de carbono. La división del proyecto en unidades más o menos homogéneas,

basadas en tipo de vegetación, tipo de suelo, topografía o prácticas de manejo, puede

incrementar la precisión de las mediciones de carbono sin aumentar el costo ya que se

reduce la cantidad de variación alrededor de la media. Por ejemplo un incremento en el

coeficiente de variación (una medida de variación alrededor de la media) de alrededor de

160% puede incrementar los costos de medida en un 280% para mantener el mismo grado

de precisión (IPCC, 1999).

Pocos datos son los que existen que puedan ser usados para proveer estimaciones

preliminares de los costos estimados para medir y monitorear el carbono en ciertos

proyectos forestales (en los países tropicales). Por ejemplo en el primer inventario del

proyecto Noel Kempff, los costos operacionales de fijación (incluyendo costos de recursos,

manejo del proyecto, mapeo, entre otros) fueron estimados en US$ 196,000 y costos

variables fueron estimados por terreno (incluyendo labor, equipo y transporte, entre otros)

de entre US$230 a US$281 sumando un total de alrededor de US$154, 000 (por 625

45

terrenos). El gran total de los costos fue de alrededor de US$350,000 (Powell, 1999). La

precisión del inventario anterior fue de +- 4% con 95% de confianza. Cuando el nivel de

precisión fue de +- 5% el costo fue de US$ 108,000 y de US$ 1,000 cuando el nivel de

precisión fue de 30% (IPCC, 1995).

3.5. LA SITUACIÓN DE LOS INVENTARIOS EN MÉXICO.

En nuestro país los inventarios creados a base de muestreos destructivos solo han sido

hechos en los bosques tropicales caducifolios. Los factores de expansión para los otros

tipos de bosques se obtienen de las tablas publicadas y sugeridas por el IPCC o de Jong

(2000). Lo mismo ocurre cuando se desea calcular el contenido de carbono en el suelo y las

emisiones y captura de carbono por parte de los bosques, es decir, que cuando no se cuenta

con los datos nacionales, se consideran y utilizan los reportados por el IPCC.

46

CAPÍTULO CUATRO. OPCIONES DE MITIGACION DE CARBONO EN EL

SECTOR FORESTAL

4.1. INTRODUCCIÓN

En este capítulo se incluyen y explican las opciones principales de mitigación de bióxido de

carbono (CO2) en el sector forestal. Se hace un análisis de los reservorios que deberían de

ser monitoreados en cada una de las opciones de mitigación propuestas en el presente

reporte, y finalmente se define y muestra como calcular la captura neta de carbono unitario

al implementar un proyecto forestal.

4.2. OPCIONES DE MITIGACIÓN DE CARBONO

Una opción de mitigación de carbono está definida como cualquier acción que dé como

resultado una reducción del incremento neto en las emisiones de este gas de un área

determinada y/o por la substitución de combustibles fósiles (Masera, 1995). El IPCC

identifica 3 opciones básicas de mitigación de carbono en el sector forestal (Tabla 4.1 y

Figura 4.1.):

a) la conservación. Esta opción consiste en evitar las emisiones de carbono preservando

las áreas naturales protegidas, fomentando el manejo sostenible de bosques naturales y

el uso renovable de la leña, reduciendo la ocurrencia de incendios.

b) la reforestación. Esta opción consiste en recuperar áreas degradadas mediante

acciones como la protección de cuencas, la reforestación urbana, la restauración para

fines de subsistencia, el desarrollo de plantaciones comerciales para madera, pulpa para

papel., hule, entre otros, así como de las plantaciones energéticas (producción de leña y

generación de electricidad) y de los sistemas agroforestales.

47

c) la sustitución. Esta opción consiste en sustituir los productos industriales por

aquellos hechos de madera, es decir obtener energía a partir de biomasa y finalmente

por la reducción del uso de combustibles fósiles.

Todas y cada una de las acciones anteriores tienen por objetivo disminuir o detener la

acumulación de carbono en la atmósfera.

Las metas de la opción de conservación pueden ser alcanzadas siguiendo las siguientes

recomendaciones generales:

1.- evitando la degradación y aclareo de las áreas forestales. Esto usualmente se lleva a

cabo mediante el cuidado propio de las áreas protegidas y el manejo sustentable de los

bosques nativos.

2.- por la quema de biomasa cosechada de forma sustentable, en lugar del uso de

combustibles fósiles para energía (por ejemplo, utilizando plantaciones energéticas en las

áreas no forestales, para hacer funcionar plantas de energía)

Las metas de la opción de reforestación - que incluye el incremento de la densidad de

carbono en un área dada y/o los sumideros y almacenes de carbono - pueden ser alcanzadas

siguiendo las siguientes recomendaciones:

1.- la reforestación de áreas (por ejemplo instrumentar plantaciones industriales y/o

bioenergéticas en zonas degradadas).

2.- el incremento de la densidad de carbono en los bosques existentes ( por ejemplo,

aplicando sistemas de manejo integral, como el tiempo de rotación, el aclareo, la baja

intensidad de corta selectiva, entre otros).

Las metas de la opción de sustitución pueden ser alcanzas básicamente por:

48

1.- la sustitución de productos industriales, en procesos que requieren de combustibles

fósiles, por productos hechos de madera.

2.- la sustitución de productos hechos de cemento por aquellos hechos de madera.

4.3. POTENCIAL DE MITIGACIÓN Y CARACTERÍSTICAS PARA CADA UNA DE

LAS OPCIONES

4.3.1. Conservación

En México el manejo de las áreas naturales protegidas y los bosques naturales son una de

las mejores opciones para la captación de carbono, ofreciendo de manera simultánea una

alternativa para incrementar la producción tanto maderable como no maderable, el

establecimiento de bancos de germoplasma y conservación de suelos, así como para cuidar

la biodiversidad del país y, como consecuencia la del planeta.

Dentro de la conservación se incluyen cuatro modalidades de mitigación que contemplan:

a) conservar adecuadamente las áreas naturales protegidas existentes y crear nuevas

b) el manejo de bosques naturales

c) el uso de estufas de uso eficiente de leña

d) la protección de los bosques, para evitar los incendios forestales.

4.3.1.1. Áreas naturales protegidas

En años recientes ha habido una gran expansión de áreas protegidas, esto último con el

objetivo de conservar la biodiversidad y tener una producción sostenible de productos

forestales. Los reservorios de carbono en estas áreas deben mantenerse ó incrementarse.

Las nuevas áreas protegidas deberán incluir aquellas áreas donde existan grandes

reservorios de carbono, como serían los bosques que crecen en suelos de turba tanto en

altas como en bajas latitudes y los bosques con alto contenido de biomasa.

49

Masera (1995c) estimó que las áreas naturales protegidas de México, tiene un potencial de

captura de carbono para el año 2030 de 0.32 a 0.48 GtC (en un escenario de políticas de

apoyo adecuadas) y de 0.42 a 0.65 GtC (en un escenario de potencial tecnológico) si es que

se logra una conservación real de 2.6 millones de ha. Esta opción es importante en el país

ya que ofrece un importante potencial de captura de carbono a corto, mediano y largo

plazo.

4.3.1.2. Manejo de bosques naturales.

Esta opción considera dos grandes sistemas de manejo:

a) el manejo selectivo de bosques templados (principalmente pino y pino-encino) y

b) el manejo selectivo de selvas (principalmente selvas altas y bajas).

En esta opción se busca realizar un manejo sostenible que permita mantener la

productividad de los bosques a largo plazo.

El manejo forestal tiene un potencial de captura neta unitaria de carbono para bosques de

98 a 134 tC ha -1, y para selvas de 148 a 182 tC ha -1.

Con una captura potencial de carbono de entre 1.3 y 2.8 GtC, según el escenario, ésta

opción es la más importante para nuestro país.

4.3.1.3. Uso de estufas mejoradas

Esta opción considera la difusión de estufas de leña eficientes. Se estima que las estufas

tienen un potencial de captura unitaria de carbono de 1 tC/estufa/año, que resulta en una

captura total de 0.08 GtC en el largo plazo.

50

4.3.1.4. Protección de bosques. evitando incendios forestales.

Entre 1983 y 1993 un promedio de 200,000 ha fueron arrasadas por incendios forestales.

Los fuegos causados por el hombre han aumentado sustancialmente, siendo el factor

predominante en la deforestación de los bosques templados. Esto ocurre porque el fuego es

utilizado para quemar el sotobosque con el objetivo de incrementar la producción de

pastura y para tener madera muerta en áreas que no tienen permiso de colecta.

4.3.2. Reforestación

Esta opción consiste en la plantación de árboles en superficies desprovistas de vegetación o

con vegetación muy degradada. Es una de las opciones de regeneración de la cobertura

vegetal del país, ya que permite proteger cuencas y recuperar áreas que por alguna razón

perdieron la cubierta vegetal, evitando también la erosión de suelos. La reforestación

urbana genera pulmones de purificación de aire dentro de los núcleos urbanos. En esta

opción se considera también la restauración forestal para fines de subsistencia, como el

caso de la leña en comunidades rurales (Ordóñez, 1998).

Con esta opción lo que se logra es incrementar la cantidad de carbono ( C ) almacenado en

la vegetación (en la biomasa aérea y la que se halla por debajo del suelo), en el suelo

(madera muerta, hojarasca, turba y suelo mineral) y en los productos de madera con

tiempos de vida larga. Incrementar el contenido de carbono en la vegetación y en el suelo

puede lograrse mediante la protección de los bosques secundarios y otro tipo de bosques

degradados en donde la densidad de C en la biomasa y en el suelo sean menores a su valor

máximo, permitiendo que estos secuestren más C al promover la regeneración natural o

artificial y el enriquecimiento del suelo. Otros métodos podrían ser: establecer plantaciones

en tierras deforestadas; promover la regeneración de los bosques secundarios, seguidos de

un programa de protección; o incrementar la cubierta vegetal en áreas donde se practica la

agricultura y en los pastizales (agroforestería). Esto último con el objetivo de proteger el

ambiente y mejorar las condiciones económicas de los habitantes de la zona en donde se

apliquen los programas. El almacén de C en los productos de madera puede ser

51

incrementado aumentando la demanda por productos de madera y extendiendo el tiempo de

vida de estos productos (Masera, 1995c).

Las plantaciones que se consideran en esta opción de mitigación son las siguientes:

4.3.2.1. Plantaciones de reforestación

Esta plantación tiene por objetivo la regeneración de masas forestales en áreas degradadas o

sin vegetación aparente. Considera bosques de pino, bosques de pino-encino, selva alta y

selva baja. La captura unitaria de carbono para los bosques de pino de esta opción va del

rango de 75 a 79 tC ha -1, mientras que para el encino va de 35 a 66 tC ha-1, para la selva

alta el rango va de 128 a 150 tC ha-1; y para selva baja de 52 a 82 tC ha-1.. La captura total

de carbono de esta opción en bosques de pino se estima en 0.2 a 0.3 GtC en el largo plazo.

4.3.2.2. Plantaciones industriales

Estas plantaciones son principalmente para la producción de pulpa para papel. Las especies

más usadas son pino y eucalipto. Suponiendo que se establezcan en tierras dedicadas a la

agricultura y a la ganadería, el potencial de captura unitaria de carbono para las

plantaciones de pino se estima entre 97 y 101 tC ha-1 y para plantaciones de eucalipto de 67

a 71 tC ha -1. La captura total de carbono para plantaciones comerciales se estima entre 0.13

y 0.21 GtC para el año 2030.

4.3.2.3. Plantaciones energéticas

Estas plantaciones tienen por objeto satisfacer las necesidades de madera para uso

energético, es decir, sustituir el uso de combustibles fósiles por madera, así como la

generación de energía eléctrica mediante la utilización de calderas que funcionan con

residuos de madera. El potencial de captura unitaria de carbono para esta opción es de 215

tC ha -1 y una captura total de 0.17 a 0.9 GtC en el largo plazo. Aún no existen este tipo de

plantaciones en México.

52

4.3.2.4. Sistemas Agroforestales

Son sistemas que combinan el uso agrícola y forestal. Se consideran sistemas para climas

templados y tropicales, e incluyen cercas vivas, manejo de acahuales, sistemas de

plantación y árboles intercalados. El cultivo de café bajo sombra es un ejemplo de sistema

agroforestal practicado extensamente en el país. La captura unitaria de carbono para el café

bajo sombra con Inga, va de 43 a 68 tC ha-1, para el bosque secundario se estima una

captura unitaria que va de 49 a 74 tC ha -1 , con una captura total en el largo plazo de 0.08 a

0.1 GtC 1.

4.3.3. Sustitución de productos industriales por productos hechos de madera y

reducción en el uso de combustibles fósiles.

La substitución de productos industriales por productos de madera tiene el potencial de

mitigación de C más alto en el largo plazo (>50 años) (Swisher, 1991). Esta práctica tiene

como objetivo el aumentar la captura de carbono mediante la sustitución o disminución del

uso de combustibles fósiles. Esto se logra incrementando el uso de los bosques para

fabricar productos de madera estableciendo nuevos bosques o plantaciones o

incrementando la tasa de crecimiento de los bosques a través de tratamientos silvícolas.

Cuando los bosques son utilizados para producir aserrín de madera, madera terciada o otros

productos industriales hechos de madera, el carbono es capturado por largos períodos de

tiempo. La cantidad de tiempo depende de cómo la madera sea tratada y utilizada. La

producción de productos de madera requiere menos energía de la que se utiliza para

fabricar productos como el acero, el aluminio y el concreto. Por ejemplo la substitución de

productos sólidos de madera con propiedades similares al aluminio y al concreto puede

ahorrar grandes cantidades de combustibles fósiles. Sin embargo para apreciar el impacto

en la captura neta y las emisiones de C es necesario hacer un profundo análisis del ciclo de

los productos hechos de madera.

53

Se ha observado que durante largos períodos de tiempo, la reducción de los combustibles

fósiles ya sea directamente o través de la producción de productos de madera hechos con

poco uso de energía al parecer es más efectivo en lograr la reducción de las emisiones de C

que el almacén físico en los bosques y en los productos hechos de madera. Aunado a los

beneficios anteriores, si la madera utilizada se obtiene de plantaciones manejadas de forma

sustentable, se agregan otros beneficios tales como trabajos rurales y la rehabilitación y

conservación de la tierra (Ravindrath y Hall, 1997).

Tabla 4.1. Opciones de mitigación, potencial de captura de C, carbono total unitario y captura total en bosques mexicanos (Masera y Ordóñez, 1997).

CONSERVACIÓN Estrategias Carbono Total

Unitario (tC/ha) Captura Neta de C

Áreas Naturales Protegidas Bosques de Pino 169 – 180 50 – 86 Bosques de Pino-encino 72 – 162 33 – 69 Selva alta 230 – 279 113 – 173 Selva baja 104 – 174 57 – 87

Manejo de Bosques Naturales Bosques 222 – 233 98 – 134 Selvas 239- 279 148 – 182 Uso de estufas mejoradas 1.0 - 42

REFORESTACIÓN Plantaciones de reforestación

Bosques de Pino 119 -126 75 – 79 Bosques de Pino-encino 50 – 113 35 – 66 Selva alta 161 – 195 128 – 150 Selva baja 73 – 122 52 – 82

Plantaciones industriales Plantaciones de Pino 140 – 148 97 – 101 Plantaciones de Eucalipto 110 – 118 67 – 71 Plantaciones energéticas 124 – 131 215 Agroforestería 86 – 135 43 – 68 Sistemas bajo sombra (café + inga)

92 – 141 49 – 74

Notas. tC/ha = toneladas de carbono por hectárea, GtC = gigatonelada de C (1Gt) = 109 t.

54

4.4. SELECCIÓN DE LOS RESERVORIOS QUE DEBEN SER CONSIDERADOS EN

CADA UNA DE LAS OPCIONES DE MITIGACIÓN DE CARBONO.

Las características que deben de ser tomadas en cuenta para elegir los reservorios de

carbono que deben de ser medidos en cada una de las opciones de mitigación propuestas en

este trabajo son: el tipo de proyecto, el tamaño del reservorio, la tasa de cambio, la

dirección de ese cambio, los métodos disponibles para realizar las mediciones; el costo de

las mismas y la exactitud y precisión que se desea obtener (MacDicken,1997a, 1997b;

Brown 1997). Esto último es importante porque tan solo los reservorios de los cuales se

obtengan mediciones podrán ser incluidos en el cálculo de los beneficios que las opciones

de mitigación tengan en la reducción de los gases de efecto invernadero y además sólo las

estimaciones más bajas del intervalo de confianza.

Los reservorios de carbono más importantes en los ecosistemas forestales son: la biomasa

viva, la biomasa muerta, el suelo y los productos de madera, y cada uno de estos puede a su

vez ser dividido en más componentes, por ejemplo, la biomasa viva puede incluir: hojas,

pequeñas ramas, ramas más grandes, troncos, raíces gruesas y finas, plantas herbáceas,

arbustos y enredaderas. En la tabla 4.2. se muestra la importancia de medir los diferentes

reservorios de carbono en varios tipos de uso de suelo y en algunos proyectos de mitigación

de gases de efecto invernadero. Cabe señalar que los reservorios que están sujetos a un

decaimiento por el manejo propuesto, tienen que ser medidos siempre. Por ejemplo, en

áreas inundadas con mucha acumulación de biomasa (pantanos), se puede esperar una baja

del manto freático, que puede causar una aceleración de la descomposición de la materia

orgánica. Otro ejemplo sería cuando se realizan trabajos de preparación del suelo para las

plantaciones ya que esto puede causar una descomposición de los agregados de suelo, que a

la vez puede acelerar el proceso de descomposición de la materia orgánica.

55

4.5. ECUACIONES PARA LOS RESERVORIOS MÁS IMPORTANTES DE CADA

OPCIÓN DE MITIGACIÓN DE CARBONO

Los términos que deberán incluirse en las ecuaciones 1.1 y 1.2 (capítulo 3) variarán

dependiendo del tipo de proyecto. Por ejemplo, en varias de las opciones de conservación y

algunas de reforestación sería poco provechoso incluir el cálculo del carbono contenido en

los productos de madera y para las plantaciones energéticas solo debería calcularse la

cantidad de carbono ahorrado por sustitución de combustibles fósiles. Es decir, que no en

todas las opciones es necesario medir todos los reservorios de carbono. Esto dependerá de

la precisión que se desee de los cálculos y del costo de las mediciones de cada uno de estos

reservorios. La tabla 4.3. del presente capítulo muestra las ecuaciones que podrían ser

utilizadas para cuantificar el carbono contenido en los reservorios más importantes de cada

opción de mitigación.

4.6. CAPTURA NETA DEL CARBONO UNITARIO

Definición.

La captura neta del carbono unitario es la captura que resulta de la diferencia entre llevar a

cabo una determinada opción de mitigación y el uso alternativo (por ejemplo, la diferencia

entre el contenido de carbono en un bosque y una parcela agrícola).

Con el objetivo de incorporar cualquier opción forestal a un análisis de mitigación de

carbono, el carbono neto que se captura como producto de la opción propuesta necesita ser

estimado. Esto último implica: a) definir un "caso de referencia" o línea de base2; y b)

claramente definir el horizonte de tiempo de la opción de mitigación.

2 El caso de referencia o línea de base es la cantidad de carbono capturado si la opción de mitigación que se desea

evaluar no se aplica, y es una variable que debe de ser estimada siempre que se desee conocer la efectividad de una

determinada opción de mitigación para reducir cualquiera de los gases de efecto invernadero, en este caso el CO2.

56

Por lo tanto, la captura neta de carbono, asociada a determinada opción es la diferencia

entre el carbono capturado cuando se aplica el proyecto de mitigación y el carbono

capturado si estos no se aplican (Masera, 1995c), es decir:

Cnet = CTmit – CTref (Ecuación 15)

Donde:

Cnet = captura neta de carbono;

CTmit =carbono total fijado al aplicar el proyecto de mitigación

CTref = el carbono fijado al no aplicar el proyecto.

En cuanto al horizonte de tiempo (ecuación 1.2) deben ser distinguidas conceptualmente

dos alternativas para el secuestro de carbono: a) el carbono ahorrado por la substitución de

combustibles fósiles y b) el carbono capturado en la vegetación, el suelo y los productos de

madera. En el primer caso, la captura neto de carbono será simplemente la cantidad total

del carbono ahorrado a lo largo del tiempo que dure el proyecto. En el segundo caso, el

secuestro neto de carbono dependerá de manera crítica del horizonte de tiempo

seleccionado. Si se utilizan promedios de estado a largo plazo de los diferentes reservorios

de C para estimar CT entonces uno tiene que asumir que el proyecto deberá de dejarse

correr por un período infinito de tiempo. Si lo anterior no sucede, CT necesita ser ajustado

con un factor que considere el valor de tener una tonelada de carbono afuera de la

atmósfera por un período de tiempo limitado - por ejemplo, mantener un proyecto de

plantación por una o dos rotaciones y luego convertirlo a tierra para agricultura. El valor

ajustado de Ct será considerablemente menor que su valor estable.

57

Tabla 4.2. Matriz de selección de los principales reservorios de C para ciertos ejemplos de

uso del suelo y proyectos forestales para ilustrar los reservorios que deben cuantificarse o

monitorearse (IPCC, 1990).

OPCION RESERVORIOS DE C

Biomasa Viva Biomasa

Muerta

Arbole

s

Arbusto

s

Raíces Fina Grues

o

Suelos Producto

s de

Madera

Conservación

Detener deforestación S C R C S R C

Reducir impacto del

aclareo

S C R C S C N

Áreas Naturales

Protegidas

S C S C S S N

Manejo de bosques

naturales

S C R C S C S

Uso de estufas mejoradas S C C N N N N

Evitar Incendios S S C R R R N

Reforestación

Plantaciones de

reforestación

S S S R R R N

Plantaciones industriales S C N C C C S

Plantaciones

energéticas.

S N R C C R *

Sistemas agroforestales S S C N N R C

Sustitución

Sustitución de productos S N N N N N S

58

Notas: S = sí. Indica que los cambios en este reservorio son importantes y que deben ser

medidos. R = recomendada. Indica que el cambio en el reservorio puede ser significativo

pero los costos para alcanzar los niveles de precisión pueden ser altos. N = no. Indica que el

cambio es de pequeño a nulo por lo que no es necesario medir este reservorio. C = a

considerar. Indica que le cambio en este reservorio deberá ser medido dependiendo del tipo

de bosque o de la intensidad del proyecto. * En este caso se almacena carbono en los

combustibles fósiles que al ser sustituidos, no son quemados.

Tabla 4.3. Ecuaciones a utilizar en cada una de las opciones de mitigación de GEI

propuestas en el presente reporte Basados en Brown (1999a) y Ayala (1998)

(presentadas en el capítulo 3).

Opción de Mitigación Reservorios de C

más importantes

Ecuaciones

CONSERVACIÓN

Detener la deforestación

Cv; Cs y Cd

Cv (ec.1.1 a 1.10 y ec de S.Brown (tabla 3.1)

y Ayala; Cs (ec. 1.12) y Cd (ec. 1.11)

Reducción en el impacto

del

Aclareo

Cv; Cs y Cd

Cv (ec.1.1 a 1.10 y ec de S.Brown (tabla 3.1)

y Ayala; Cs (ec. 1.12) y Cd (ec. 1.11)

Áreas naturales

protegidas

Cv; Cs y Cd Cv (ec.1.1 a 1.10 y ec de S.Brown (tabla 3.1)

y Ayala; Cs (ec. 1.12) y Cd (ec. 1.11)

Manejo de bosques

naturales

Cv; Cd y Cs Cv (ec.1.1 a 1.10 y ec de S.Brown (tabla 3.1)

y Ayala; Cs (ec. 1.12) y Cd (ec. 1.11)

Uso de estufas mejoradas Cv Cv (ec.1.1 a 1.10 y ec de S.Brown (tabla 3.1)

y Ayala

Evitar incendios Cp Cp (ec. 1.13)

REFORESTACIÓN

Plantaciones de

reforestación

Cv; Cs y Cd

Cv (ec.1.1 a 1.10 y ec de S.Brown (tabla 3.1)

y Ayala; Cs (ec. 1.12) y Cd (ec. 1.11)

Plantaciones industriales Cv y Cp Cv (ec.1.1 a 1.10 y ec de S.Brown (tabla 3.1)

59

y Ayala; Cp (ec. 1.13)

Plantaciones energéticas Cv y Cs Cv (ec.1.1 a 1.10 y ec de S.Brown (tabla 3.1)

y Ayala; y Cs (ec. 1.12)

Sistemas agroforestales Cv y Cs Cv (ec.1.1 a 1.10 y ec de S.Brown (tabla 3.1)

y Ayala; y Cs (ec. 1.12)

SUSTITUCIÓN DE PRODUCTOS

Productos de madera Cv y Cp Cv (ec.1.1 a 1.10 y ec de S.Brown (tabla 3.1)

y Ayala; Cp (ec. 1.13)

Notas. Cv. Carbono en contenido en la vegetación; Cs. Carbono contenido en los suelos;

Cd. Carbono contenido en la materia en descomposición; Cp. Carbono contenido en

productos de madera; Cf. Carbono ahorrado por sustitución de combustibles fósiles.

0

1000

2000

3000

Mto

nC

1990 2000 2010 2020 2030

AREAS NATURALES PROTEGIDAS MANEJO FORESTAL BOSQUES NATURA PLANTACIONES PARA RESTAURACIONPLANTACIONES PARA ENERGIA PLANTACIONES PARA PULPA Y PAPEL AGROFORESTERIA

Figura 4.1 Potencial de captura de carbono en México según distintas opciones de manejoforestal (escenario de política de apoyo; Masera y Ordóñez, 1997; Ordóñez 1999).

60

61

CAPÍTULO CINCO. COSTOS ECONÓMICOS DE LAS OPCIONES DE

MITIGACION EN EL SECTOR FORESTAL

5.1. INTRODUCCIÓN Un aspecto esencial para poder implementar las diferentes opciones de mitigación

forestales es determinar sus costos económicos en términos de los denominados “costos de

captura de carbono”; es decir los costos por unidad de carbono capturado mediante la

opción específica analizada.

Realizar un análisis completo de los costos de mitigación de las opciones forestales no es

un procedimiento sencillo pues, por un lado, existen diferentes metodologías para la

estimación de los costos monetarios. Por el otro, no existe tampoco un procedimiento

estándar para la determinación de la captura de carbono asociada a las diversas opciones de

mitigación.

En el caso específico de México, en el que muchas de las opciones forestales y

agroforestales se dan en un contexto campesino, debe hacerse un esfuerzo adicional para

adaptar las metodologías de cálculos económicos convencionales (tales como los análisis

de beneficio/costo) a las condiciones particulares de las comunidades y unidades de

producción. Particularmente, y dado que las unidades campesinas funcionan en buen grado

dentro de economías de subsistencia o parcialmente monetizadas, debe hacerse un esfuerzo

serio para incorporar adecuadamente en el análisis tanto los costos como los beneficios que

no tienen una expresión directa en términos de dinero.

En este capítulo presentamos un panorama general de los costos económicos por opción de

mitigación forestal. En primer término, se ilustra una metodología para el cálculo de costos

de mitigación, a partir de la experiencia del proyecto Scolel-Té en Chiapas. En segundo

término presentamos un resumen de los costos promedio de mitigación que se han obtenido

a nivel nacional. Finalmente, examinamos con mayor detalle los costos de mitigación para

una serie de opciones de mitigación forestales y agroforestales del Sur de Chiapas.

62

5.2. CÁLCULO DE COSTOS EN PROYECTOS FORESTALES PARA LA CAPTURA

DE CARBONO

Para calcular los costos involucrados en proyectos forestales para la captura de carbono se

deben incluir:

• los costos de implementación,

• el costo de mantenimiento,

• el costo de oportunidad,

• el costo de servicio técnico

• el costo de monitoreo

• Eventualmente, se debe contemplar costos de verificación y costos de transacción.

Los costos de implementación incluyen todos los costos para establecer el proyecto, que

incluye entre los rubros más importantes para plantaciones: la producción y transporte de

plántulas, la preparación del terreno, la siembra de plántulas. Entre los costos de

mantenimiento se ubican control de plagas y enfermedades, control de malezas, limpieza,

raleos, mantenimiento de caminos, entre otros. El costo de oportunidad se define como la

diferencia entre el valor de la tierra sin proyecto y el valor actual de los beneficios del

proyecto. En algunos casos se utiliza como costo de oportunidad los ingresos que se

pierden al implementar el proyecto, mientras los beneficios adicionales a la captura de

carbono se calculan por separado. En general, se deben convertir todos los costos a su

valor actual (valor presente). Para convertir costos en el futuro a costos actuales se utiliza

la siguiente fórmula:

Ca = Cf/(1+r)t ,

donde Ca es el costo actual o año 0, Cf es el costo de una actividad que se hace en el año

(0+t), y r es la tasa de interés que se maneja para el proyecto. Cabe señalar que la tasa de

interés influye mucho el impacto de costos o beneficios futuros sobre el costo actual, ya que

se le descuenta en forma exponencial. Esto implica que costos o beneficios futuros son

63

insignificantes cuando se aplican tasas de interés altas, por lo que el costo por tonelada de

carbono se define prácticamente por los costos de implementación y costos de oportunidad

(ver también de Jong et al, 2000). En la fórmula se puede representar el cálculo del costo

total:

Ct = ∑n1

(Cij1) + ∑n2

(Cmj2/(1+r)tj2 + ∑n3

(Coj3/(1+r)tj3 + ∑n4

(Cmoj4/(1+r)tj4 + ∑n5

(Caj5/(1+r)tj5

- ∑n6

(Bj6/(1+r)tj6,

donde Ct = costo total, j el costo j del rubro en cuestión, tj el año en que se incurre el costo

o beneficio j del rubro, Cij1 el costo j1 de n1 costos de implementación en año 0, Cmj2 el

costo j2 de n2 costos de mantenimiento en año tj2, Coj el costo j3 de n3 costos de

oportunidad en el año tj3, Cmoj4 el costo j4 de n4 costos de monitoreo en el año tj4, Caj5 el

costo j5 de n5 costos de asistencia técnica en el año tj5, y Bj6 es el beneficio j6 de n6

beneficios en el año tj6; r es la tasa de interés. Para calcular el costo por unidad de carbono

se divide Ct entre la cantidad de carbono que se mitiga por el proyecto.

En la Tabla 5.2 se da un ejemplo de cómo calcular los costos a partir de una propuesta

sometida al Fondo Bioclimático, Chiapas. Para los cálculos del costo total se utilizaron los

siguientes datos:

Potencial de captura 140 TC/ha; costos de implementación 212,20 US$/ha; costos de

mantenimiento 40 US$/ha/año; costos de oportunidad 140 US$/ha/año; Producción de

madera 221 m3·/ha en año 20; precio de la madera 200 US/m3; tasa de descuento 10%/año.

En este cálculo se excluyó el costo de asistencia técnica.

64

Tabla 5.1. Ejemplo del procedimiento del cálculo de los costos al presente para el sistema Taungya (Basado en de Jong et al. 2000). Para el cálculo del valor presente se utilizó la fórmula: costo/(1+ tasa de descuento)años. Sistema Taungya

AÑO Costo de

implementación y mantenimiento en

US$

Al presente (r=10%)

Costo de oportunidad (a partir del

año 4)

Al presente (r=10%)

Beneficio de la venta de

madera

Al presente (r=10%)

0 212.2 212.20 1 40 36.36 2 40 33.06 3 40 30.05 4 40 27.32 140 95.62 5 40 24.84 140 86.93 6 40 22.58 140 79.03 7 40 20.53 140 71.84 8 40 18.66 140 65.31 9 40 16.96 140 59.37 10 40 15.42 140 53.98 11 40 14.02 140 49.07 12 40 12.75 140 44.61 13 40 11.59 140 40.55 14 40 10.53 140 36.87 15 40 9.58 140 33.51 16 40 8.71 140 30.47 17 140 27.70 18 140 25.18 19 140 22.89 20 140 20.81 4420 657.00

Total 525.15 843.74 657.00

Costo por tonelada ((525.15 + 853. 74 – 657.00) / 140) = 5.15 US$ / TC

65

5.3. COSTOS ECONÓMICOS DE DIFERENTES OPCIONES DE MITIGACIÓN:

ANÁLISIS NACIONAL

No existe todavía en el país un análisis suficientemente detallado de los costos de

mitigación de carbono asociados a las diferentes opciones forestales. La siguiente Tabla

muestra un análisis de costos preliminar para una serie de opciones forestales

seleccionadas. Los datos corresponden al trabajo de Masera et al. (2000) en el que se

realiza un examen general de las opciones de mitigación, su potencial a largo plazo y sus

costos económicos.

Tabla 5.2. Costos de Opciones de Mitigación Seleccionadas

Opción de Mitigación

Inversión Mante-

nimiento Moni-toreo

Costo dólares/ha

Costo de ciclo de

vida

dólares/ha

VPN

dólares/ha

Ciclo de

rotación

(años)

Densidad de carbono

TC/ha

Captura

de carbono

tC/ha

Costo de captura

$/tC

Plantaciones de ciclo corto 415 1,708 8 2,131 497 7 154 61 35.1

Plantaciones de ciclo largo 394 998 n.a. 1,392 5,780 20 191 98 14.2

Reforestación

438 391 8 837 n.a. 50 180 87 9.6

Sistemas agroforestales 173 101 0.00 274 n.a. 16 120-159 27-66 4.1-10.0

Manejo de bosques templados

5 57 32 94 78 50 234 141 0.7

Bioenergía (cogeneración de electricidad)

1,224 1,707 8 2,940 345 7 281 188 15.6

Note: Datos tomados de Masera et al (2000). Todas los costos están en dólares de 1999. Se usa una tasa de descuento de 10% cuando resulta apropiado. Se incluyen los costos de oportunidad de los usos alternatives de la tierra. Las cifras de costos de inversion, mantenimiento y monitoreo representan los valores presentes sobre la vida del proyecto. Los costos de ciclo de vida son la suma de los costos de inversión, mantinimiento y monitoreo. Los costos de mantenimiento incluyen los costos de cosecha.

66

5.4. COSTOS ECONÓMICOS DE DIFERENTES OPCIONES DE MITIGACIÓN:

ESTUDIOS DE CASO

A partir de las experiencias que han tenido los productores participando en el proyecto

Scolel Té (Montoya-Gómez et al. 1995 y Soto-Pinto et al. 2000, se lograron definir algunos

sistemas forestales y agroforestales que tienen un potencial de captura de carbono y al

mismo tiempo contribuyen en el desarrollo económico y social de los productores y

comunidades participantes. El diseño de los sistemas alternativos consistió en la selección

de especies preferidas por los productores, la selección de combinaciones de cultivos con

árboles, los arreglos espaciales más adecuados, los tiempos de las rotaciones y los

aprovechamientos, las formas de organización y el plan de manejo a mediano plazo para el

establecimiento de los sistemas propuestos. Se seleccionaron las especies y los arreglos más

factibles de acuerdo a criterios técnicos, económicos y sociales (Montoya-Gómez et al.

1995).

Los criterios técnicos para la selección de los sistemas fueron: a) obtención de múltiples

productos y servicios, b) conservación de la biodiversidad, c) evitar competencia por

diferentes tipos de uso de suelo, y d) inclusión de especies nativas de rápido crecimiento.

Los criterios económicos considerados fueron: a) captura de cantidades significativas de

carbono, b) obtención de productos para autoabasto, c) mínimos riesgos de mercado, d) uso

de recursos locales, y e) uso de especies con valor importante en el mercado. Los criterios

sociales tomados en cuenta fueron: a) mínimos riesgos sociales, b) obtención de productos

que satisfagan necesidades de toda la familia, y c) participación de mujeres y niños.

Los sistemas agroforestales seleccionados son sistemas de manejo dinámicos, con bases

agroecológicas, que por medio de la integración de árboles en tierras de cultivo y tierras

abiertas, diversifica y sustenta la producción de pequeños productores para un aumento de

los beneficios sociales, económicos y ambientales (Leaky, 1998).

67

5.4.1. Cerco vivo

Consiste de un cerco vivo sembrado con distanciamientos de 2 a

4m entre árboles. Esto da como resultado un número de 25 a 50

árboles/100m de cerco. Es un sistema atractivo, ya que no

desplaza otras actividades productivas, sin embargo, el potencial

de captura de carbono por unidad de superficie de este sistema es

relativamente bajo. Sin embargo, los cercos vivos pueden ser

muy útiles también como barrera rompevientos que protege del

viento a los cultivos asociados, siempre y cuando se tomen en

cuenta que las barreras rompevientos sólo funcionan si están bien

construidas.

5.4.2. Huerto Familiar

Consiste en el mejoramiento del huerto familiar que ya maneja la familia campesina,

mediante la incorporación de frutales y flores. Los huertos familiares en general se ubican

circundantes a la casa habitación que tiene el objetivo de generar productos y servicios

básicos para la familia mediante combinaciones de árboles, arbustos, plantas herbáceas y

animales. Su estructura muestra diferentes niveles de complejidad, según el área de que se

trata, el grupo humano que los maneja, el patrón de asentamiento, el tiempo de

establecimiento de la población y el nivel económico de los pobladores. Las familias

cuentan en general con aproximadamente 0.25 ha para la siembra de frutales como naranja,

limón, mandarina, nanche, papaya, lima, mango, guayaba y flores. El número de árboles

depende de las necesidades de las familias y de la disposición de otros componentes en el

huerto, pero puede oscilar alrededor de 40 árboles como promedio por familia. Las

propuestas elaboradas por los productores participantes en el proyecto Scolel Té consisten

en sembrar árboles dispersos en los espacios vacíos o sustituir plantas poco productivas.

Los productores manifestaron un especial interés por un sistema intermedio de autoabasto y

comercialización. Este sistema en si no captura cantidades significativas de carbono, pero

Cerco vivo con Cedrela odorata (foto Fondo bioclimático, Chiapas)

68

contribuye a un uso más sostenido del suelo al nivel de la unidad familiar y así contribuye a

reducir posibles fugas dentro de cada unidad.

5.4.3. Sistema Cafetal con maderables de sombra

Consiste en “revalorizar” el cafetal

mejorando la sombra actual. Se siembran

árboles maderables como sombra y con el

tiempo se va sustituyendo la sombra de

poco valor económico por una sombra de

mayor valor como son los árboles de

hormiguillo (Cordia alliodora), la caoba

(Swietenia macrophylla) y el cedro

(Cedrela odorata).

El distanciamiento sugerido entre los

árboles maderables es de entre 5 - 10m x 5 - 10m. Además es factible la siembra de árboles

maderables como cerco vivo alrededor del cafetal. Esto incrementa el número de árboles

que pueden sembrarse y no afecta demasiado al cultivo. El distanciamiento propuesto para

el cerco es de 4m entre árboles. Los árboles mezclados con el cafetal más los dispuestos en

cerco resultan en un total de 180 480 árboles/ha.

5.4.4. Sistema de acahual mejorado

El sistema de acahual mejorado, también conocido como barbecho

mejorado es un sistema rotacional en donde se utilizan especies

arbóreas, deliberamente plantadas, en vez de la conolización de la

vegetación natural como proceso único. Las especies arbóreas

plantadas complementan el valor de uso o comercial que tiene de

por si el acahual. Consiste en franjas de 2m de ancho en donde se

cultivan árboles maderables a una distancia de 2-3 x 5-10m. Entre

Café con sombra de Cedrela odorata (Foto Fondo Bioclimático, Chiapas)

Acahual mejorado con Cedrela odorata (Foto Fondo

69

hilera e hilera de árboles maderables se deja una franja de acahual el cuál funciona como

barrera contra plagas y enfermedades y además sirve para obtener otros productos

forestales.

En este sistema se siembran generalmente entre 500 - 625 árboles por hectárea. Se puede

aplicar un raleo para quedar al final con un número de 250 a 300 árboles por hectárea. Este

distanciamiento da oportunidad en el mediano plazo de rozar el acahual y ocupar el espacio

para cultivo de granos básicos, café, u otro cultivo que es tolerante a la sombra. El potencial

de captura de carbono depende de la zona ecológica, años de rotación, las especies que se

siembran y el manejo de acahual que se dan al acahual. Este tipo de sistema puede

implementarse sólo en zonas donde todavía se practica el barbecho o descanso o donde se

tiene disponibilidad de tierra para dejarla reforestada por lo menos por el tiempo necesario

para el primer aprovechamiento.

5.4.5. Manejo de la vegetación secundaria en el acahual medianamente maduro

Consiste en permitir la regeneración natural del bosque mediante prácticas de cuidado,

limpia, liberación, aprovechamiento selectivo y enriquecimiento. Las de cuidado, limpia,

liberación y aprovechamiento selectivo se realizan con los árboles maderables

potencialmente aprovechables a mediano plazo y ya existentes en el acahual. Las prácticas

de enriquecimiento, cuidado y limpia se realizan con nuevos materiales vegetales

incorporados para enriquecer el acahual ya existentes. Esto permite mejorar la calidad

genética del acahual e incrementar las densidades de especies maderables de gran valor

comercial y aprovechables a largo plazo. Se recomienda combinar también este sistema con

el sistema maíz-fríjol abonero en las áreas donde predomina la roza-tumba-quema. El

sistema maíz-fríjol abonero se puede mantener por lo menos 10 a 15 años en la misma

parcela, sin perder la productividad, por lo que se evita la necesidad de descansar el terreno.

70

5.4.6. Taungya

El maíz y sus asociados (fríjol-calabaza) se

siembran junto con árboles maderables. El

cultivo de los granos continúa hasta que las

copas de los árboles lo permiten. Posteriormente

por la competencia se dejan de sembrar los

cultivos y permanece sólo la plantación de cedro.

Este sistema depende de la disponibilidad de

tierra de cada productor pues lo condiciona a

mover su producción de maíz a otra parcela. Se

recomienda un distanciamiento entre los árboles

de 4 – 5 m, para que la producción de maíz se puede mantener durante unos 3 a 5 años. Se

recomienda combinar este sistema con el sistema maíz-fríjol abonero en las áreas donde

predomina la roza-tumba-quema. El sistema maíz-fríjol abonero se puede mantener por lo

menos 10 a 15 años en la misma parcela, sin perder la productividad, por lo que se evita la

necesidad de descansar el terreno.

5.4.7. Reforestación de potreros

Este sistema consiste en la incorporación de árboles

maderables de valor comercial en partes de los

potreros ahora subutilizados. El potencial de captura

depende no sólo de la zona ecológica, cantidad de

árboles a sembrar y especies, sino también del

grado de degradación del suelo en el potrero.

Maíz con Cedrela odorata en sistema Taungya (Foto Fondo Bioclimático, Chiapas)

Arboles de Cupressus sp. en un potrero abandonado (Foto Fondo Bioclimático, Chiapas)

71

5.4.8. Manejo de la sucesión secundaria en potrero

Es una modalidad del sistema anterior. En este tipo de potreros el potencial de la

regeneración natural es suficiente y de buena calidad. El manejo consiste en cuidado,

limpia, selección, podas y protección de las plántulas para asegurar su crecimiento y

rendimiento. La regeneración natural se considera suficiente si se podrían obtenerse

alrededor de 400 árboles de buena calidad por hectárea.

5.4.9. Plantación

En áreas abiertas o matorrales bajos sin una densidad de especies importantes se puede

establecer una plantación de árboles maderables o no-maderables. Se propone un

distanciamiento de 2 - 3m x 2 - 3m lo cual da un número de 1000 - 2500 árboles/ha.

Después se puede aplicar raleos para que quedan aproximadamente 400 - 500 árboles/ha al

final de la rotación.

5.4.10. Manejo y conservación de áreas forestales Las áreas forestales pueden constituir un buen

potencial para un manejo forestal. Sin embargo, son

áreas generalmente problemáticas, pues su manejo

está condicionado al consenso de toda la comunidad.

Actualmente representantes participantes en el

proyecto Scolel Té están proponiendo algunas áreas

que se quieren manejar para la mitigación de carbono.

En Oaxaca, Querétaro y Michoacán existen

propuestas de manejo forestal para la captura de

carbono y en Chiapas comunidades están interesados

en conservar sus áreas forestales comunales dentro el

marco del proyecto Scolel Té. El potencial de captura

de carbono de estos sistemas es más difícil de

calcular, ya que es más complicado de definir una

línea de base.

Conservación de nebliselva (Rincón Chamula, Chiapas), propuesta para el proyecto Scolel Té (Foto De Jong)

72

En la siguiente tabla se presenta la estimación del potencial de captura de carbono (en

TC/ha) de los sistemas descritos y el costo por unidad (US$/ha).

Tabla.5.1. Potencial total de captura de carbono (en TC / ha) y el costo de captura (en US$ / TC) en 11 sistemas forestales y agroforestales en dos zonas ecológicas (Basado en Montoya-Gómez et al, 1995; Soto-Pinto et al, 2000). El cálculo de captura se base en el promedio de incremento del carbono de todos los reservorios (excepto los productos derivados) en un período de 100 años para el sistema propuesta en relación con el carbono en el sistema inicial. No está contemplado una línea de base. N.d. = no datos disponible.

Sistema Zona sub-tropical sub-húmeda

Zona tropical-húmeda

Potencial Costo Potencial

Costo

Cerco vivo 25-35 4.85–6.80 35-50 3.40–4.90 Huerto Familiar 25-50 n.d. 25–50 n.d. Sistema Cafetal con maderables de sombra

50-100 2.80–5.40 50-100 2.80–5.40

Sistema de acahual mejorado 80–100 7.50–9.40 100-140 5.40–7.50 Manejo de la vegetación secundaria 50–70 n.d. 70-100 n.d. Taungya 100–140 4.60–6.50 130-160 4.00–5.00 Reforestación de potreros 100–140 7.70–10.80 130-160 6.70–8.30 Manejo de sucesión secundaria en potrero

n.d. n.d. n.d. n.d.

Plantación 100–140 7.70–10.80 130-160 6.70–8.30 Manejo de áreas forestales 60-100 5.00–10.00 60-100 5.00–10.00Conservación de áreas forestales 15–60 n.d. 15–60 n.d.

73

5.5. EJEMPLO DEL POTENCIAL DE CAPTURA DE CARBONO A NIVEL

REGIONAL

Para estimar la posible respuesta de productores agrícolas y comunidades rurales ante

diferentes niveles de estímulos económicos para la mitigación de emisiones de gases de

invernadero, a través de ajustes de sus sistemas de producción actual por sistemas forestales

y agroforestales, se realizó un estudio de caso en Los Altos de Chiapas (de Jong et al.,

1999). La siguiente parte es un resumen del procedimiento que se utilizó y resultados que

se obtuvieron en este estudio.

En el estudio se calculó el potencial de captura de carbono para una región de 600,000 ha,

con base en insumos que varían entre 0 y 40 US$ por tonelada de carbono capturado y

asumiendo que los productores o comunidades convierten sus sistemas de producción

actuales a sistemas forestales y agroforestales a partir de incentivos superiores al costo neto

presente (CNP).

Experiencias obtenidas hasta la fecha en el proyecto Scolel Té indican que los campesinos

están dispuestos a participar en un programa forestal bajo estas condiciones, incluso con

niveles de incentivos inferiores al costo estimado (Scolel Té, 1997).

La estimación del potencial de captura a escala regional se basó en varios métodos y

modelos. Para la definición de la línea de base se utilizaron datos sobre el cambio de uso

de suelo ocurrido de 1974 a 1996, derivados de imágenes de satélite, fotos aéreas y trabajo

de campo (Tipper et al., 1998; Ochoa-Gaona y González-Espinosa, 2000). Se asignaron

densidades de carbono a cada clase de uso de suelo, utilizando datos colectados

directamente en el campo (de Jong et al, 1999) y se multiplicaron estas densidades con las

superficies que ocuparon las clases de uso de suelo en los distintos años (1974, 1984, 1990,

1996). Las diferencias entre los reservorios totales de carbono en los años estudiados dieron

74

una estimación de los flujos de carbono como resultado de los cambios de uso de suelo. La

proyección de estos flujos hacia el futuro se utilizó como línea de base regional.

Con base en las experiencias recientes del proyecto Scolel Té, se construyeron perfiles de

costo-beneficio en 12 intervenciones forestales y agroforestales que sustituirían a los

sistemas actuales de uso de suelo (Scolel Té, 1997; de Jong et al., 1998). Datos detallados

para el manejo forestal fueron colectados de varios lugares, por ejemplo de Oaxaca y

Campeche (Tipper et al, 1998).

Figura 1. Área de estudio

La predisposición de los productores para cambiar su uso de suelo actual a sistemas que

incluyen el manejo de árboles para madera u otros bienes es determinado por una mezcla de

factores económicos, sociales y culturales (Tipper et al., 1998), en los cuales se incluyen,

costos de implementación y mantenimiento, costos de oportunidad, implicaciones socio-

técnicos y beneficios esperados por la venta de los productos. El costo de captura de

carbono se calculó por un período de 70 años con la siguiente fórmula:

Chiapas

Los Altos

México

N

75

Cc = Ci + Cm + Co - Bp

donde:

Cc = costo de captura de carbono, descontado al valor actual

Ci = costo de implementación (establecimiento inicial del sistema forestal)

Cm = costo de mantenimiento y servicios, incluyendo promoción del proyecto y

entrenamiento, descontado al valor actual

Co = costo de oportunidad (valor de renta de la tierra), descontado al valor actual

Bp = ingresos por la venta de productos, descontado al valor actual

En este estudio se consideró el monitoreo como parte integral del funcionamiento del

proyecto, por lo que el costo de monitoreo está incluido en el costo de implementación y

mantenimiento (de Jong et al., 1997). Los costos de implementación se estimaron a partir

de los insumos necesarios para establecer y mantener los sistemas propuestos y de los

costos operacionales de cada opción de manejo, basados en las experiencias obtenidas en el

proyecto piloto Scolel Té. Este último, es el único proyecto implementado hasta la fecha en

México (Scolel Té, 1997) y por lo tanto es la única fuente de información disponible.

Para estimar la variación en ingreso neto por hectárea de la producción de maíz, se

entrevistaron 43 productores de 12 comunidades con los cuales se obtuvo un intervalo de

valores de insumos y egresos (Figura 2, Tipper et al., 1998)

76

Figura 2. Ingreso neto anual a partir de la producción de maíz de 43 productores en Los

Altos de Chiapas, divididos en 4 quartiles Q1 a Q4

En la tabla 1 se presenta un resumen de los costos de establecimiento de los sistemas y los

beneficios en productos. En la tabla 2 se muestran los costos de oportunidad incremental

que se utilizaron en el modelo.

-3000

-2000

-1000

0

1000

2000

3000

4000

5000

pesos/ha

Q1 Q2 Q3 Q4

77

Tabla 1. Costos y beneficios para las opciones de manejo de los usos y coberturas actuales

Uso de suelo y

cobertura vegetal

Costos de

establecimiento

incluyendo

labor

Costos operacionales y de mantenimiento

incluyendo monitoreo del proyecto

Producción

de madera en

100 años

(US$)

Costos

(US$ año-1)

Labor

(d ha-1 año-1)

Total

(US$ ha-1 año-1)

( m3 )

Bosque de Encino y

de montaña

186 38.3 10 64.3 300

Bosque de pino-

encino

208.5 37 10-15 63 – 76 282.5

Bosque de pino 192 48.7 15-20 87.7-100.7 280

Bosque de pino

abierto

217.5 48.7 20 100.7 227.5

Acahual arbóreo 223.4 36.4 15-25 75.4 – 101.4 235

Acahual arbustivo 285.7 37.7 15-25 76.7 – 102.7 305

Pastizal 282.5 13.1 10-20 39.1 - 65.1 267.5

Agricultura 212.2 10.1 10-15 36.1 - 49.1 221.5

78

Tabla 2. Costo de oportunidad anual (US$ año-1) para convertir sistemas de uso de suelo

actual en prácticas de manejo forestal y agroforestal para captura de carbono y costos

únicos socio-técnicos para organizar a las comunidades en el manejo forestal (US$).

Costos de oportunidad (US$ año-1) Sistema de producción

1er Quartil 2do Quartil 3er Quartil 4to Quartil

Milpa Agricultura 0 140.2 250 358.5

Pastoreo extensivo 39 78 107 152

Acahual arbustivo 0 85.5 150 215

Acahual arbóreo 0 85.5 450 215

Bosque de Encino y de montaña 6.5 13 65 130

Bosque de pino-encino 6.5 13 65 130

Bosque de pino 0 6.5 26 65

Bosque de pino abierto 0 6.5 26 65

Costos socio-técnicos para

capacitación comunitaria en

actividades forestales (US$)

52

104

325

No factible

El costo para organizar la comunidad en las actividades de manejo forestal es difícil de

calcular, por lo que se utilizaron las estimaciones de tiempos y esfuerzos requeridos para

desarrollar el nivel mínimo de organización comunitaria, los cuales se representaron en

quartiles de un espectro de dificultades. Las estimaciones también se basaron en las

experiencias obtenidas en el proyecto Scolel Té (Scolel Té, 1997; Tipper et al, 1998). El

espectro de dificultades va desde comunidades bien organizadas con mucha experiencia en

proyectos comunales, hasta comunidades en las cuales es imposible establecer programas

de manejo forestal dado la presencia de divisiones internas y conflictos en el ámbito

comunitario.

79

Inversiones en actividades forestales a gran escala enfrentarán funciones de costos

crecientes, que van desde productores con baja productividad agrícola y bajos costos de

oportunidad hasta productores con alta productividad agrícola y altos costos de

oportunidad (Moulton y Richards, 1990). Por otro lado, se requerirá más promoción del

proyecto y/o entrenamiento forestal (Tipper et al, 1998). Con base en lo anterior se

utilizaron cuatro niveles de costos de oportunidad y costos socio-técnicos.

5.5.1. Estimación de la captura de carbono.

Para el estudio se desarrolló un modelo de simulación dinámica que estima los flujos de

carbono de los diferentes sistemas de manejo forestal, similar al de CO2FIX (Nabuurs y

Mohren, 1993). En el modelo se puede separar el crecimiento de hasta tres grupos

funcionales de árboles en el mismo sitio; por ejemplo, especies de rápido crecimiento,

especies de lento crecimiento y especies del sotobosque (de Jong et al., 1998). Las curvas

de crecimiento esperado de cada grupo y la biomasa arbórea presente en cualquier

momento determinan el incremento anual de los grupos funcionales (de Jong et al., 1998).

Los valores de los parámetros que se utilizaron en el modelo se basaron en datos colectados

en el campo. Los datos de las densidades de C de las clases de uso de suelo se separaron en:

materia orgánica de suelo, raíces, herbáceas, arbustos, árboles, materia muerta y hojarasca.

El valor promedio de los reservorios de cada clase de uso de suelo, se utilizó como valor

inicial en cada corrida de simulación. Se generaron hasta tres alternativas forestales y/o

agroforestales para cada uso de suelo actual, considerando los sistemas desarrollados o

propuestos en el proyecto Scolel Té (Scolel Té, 1997; de Jong et al., 1998). La dinámica de

la materia orgánica en el suelo fue simulada utilizando parámetros publicados en áreas

comparables (Nabuurs y Mohren, 1993, 1995).

Los productores que participan en el proyecto Scolel Té utilizan una variedad de técnicas

de manejo, las cuales sirvieron de base para el diseño de las opciones alternativas. Por

ejemplo, de acuerdo a sus observaciones, la opción más viable para incrementar la biomasa

presente en vegetación secundaria arbustiva es a través de plantaciones de enriquecimiento.

80

Para el caso de vegetación secundaria arbórea, ellos consideran que se puede manejar la

vegetación existente a través de chapeo de liberación paulatina y control de malezas, con

bajos niveles de reforestación. Se utilizaron las siguientes opciones de manejo para la

simulación de flujos de carbono (ver también de Jong et al., 1998; Tipper et al, 1998):

Bosque de encino y de montaña: Áreas de conservación y extracción de productos no-

maderables.

Bosque de pino-encino y de pino (cerrado y abierto): Manejo integrado a escala

comunitaria, incluyendo conservación forestal, restauración de áreas degradadas y

explotación selectiva en compartimentos.

Vegetación secundaria arbórea y arbustiva (Acahuales): Extracción sustentable de leña

y carbón de encino a través de manejo de tocones; restauración a través de manejo de

regeneración natural y plantaciones de enriquecimiento, explotación selectiva.

Agricultura y pastizales: Sistemas agroforestales, como cercos vivos, bancos de proteína,

taungya, agricultura orgánica.

Los flujos de carbono para cada opción de manejo fueron aproximados para 100 años

(Nabuurs y Mohren, 1995) y la acumulación promedio en carbono durante este periodo fue

calculado con la siguiente fórmula:

Cacc = (Σ100 (Ci - C0)) / 100 (MgC ha-1)

Donde:

Cacc = Promedio de acumulación de C en el sistema alternativo

Ci = Densidad de C en el sistema alternativo en el año i (i = 1 a 100)

C0 = Densidad inicial de C en la clase de uso de suelo original

81

El potencial neto de secuestro de carbono para cada opción fue calculado añadiendo al Cacc

del sistema la emisión esperada en la línea de base. Se utilizaron tres niveles para la línea

de base: bajo, medio y alto.

Modelo de adopción de sistemas forestales

Se diseñó un modelo en hoja de cálculo en el cual se incorporaron las áreas de cada uso de

suelo (ha), el promedio de acumulación de carbono (Mg ha-1) y los ingresos y egresos

económicos de las opciones de manejo para cada tipo de uso de suelo. Los flujos de costos

y beneficios fueron descontados a valores netos presentes, con el fin de estimar el CNP por

hectárea de las alternativas en cada quartil y en cada tipo de uso de suelo actual. La tasa de

descuento que se utilizó es la tasa preferencial del productor, la cual puede diferenciarse

significativamente de la tasa comercial.

Se utilizó una tasa de omisión de 10% y a través de un análisis de sensibilidad, se exploró

el efecto de una variación en la tasa de 5 a 40%. Al modificar los datos de otros parámetros,

como el costo de labor y el precio de productos, éstos no influyeron significativamente en

los resultados del modelo, por lo que no se reportaron (Tipper et al, 1998).

Se asumió que los productores entrarían en el programa forestal siempre y cuando el

insumo para la captura de carbono fuera más alto que el CNP, para un cierto sistema de

manejo y en un cierto quartil de costos y tipo de uso de suelo actual.

82

Figura 3. Diagrama de flujos de información para calcular el potencial de captura de

carbono de un programa forestal en base a diferentes niveles de incentivos

Descripción del sistema

económico actual y

costos de oportunidad

asociado a cambio del

sistema de uso actual

Mapa de vegetación

actual y uso de suelo a

partir de imágenes de

satélite

Estimación de la biomasa en el uso de suelo actual y

los sistemas forestal y agroforestal alternativos

Escenarios de línea de

base de cambios de

uso de suelo

Descripción de las

alternativas forestales

y agroforestales que

pueden servir para la

captura de carbono y

el análisis de costos de

implementación.

Captura neta por unidad de área

Modelo para calcular el potencial de captura con

diferentes niveles de estímulos

Costos de oportunidad

Disponibilidad de área

Costos de implementación

83

5.5.2. Resultados

Línea de base

Al comparar las estadísticas de uso de suelo en un análisis de imágenes de satélite de una

sub-área de 300,000 ha, se demuestra un decremento en los reservorios de carbono de

aproximadamente 1.7% año-1, entre 1974 y 1984. Esta tasa de decremento disminuyó a –

0.1% año-1 entre 1984 y 1990 e incrementó otra vez a 2.5% año-1 entre 1990 y 1996. Si

asumimos que la tasa de cambio de uso de suelo procederá de forma similar al período

entre 1984 y 1990, los reservorios de C incrementarán ligeramente en el futuro. Sin

embargo, si la tendencia de cambio de uso de suelo sigue la tasa observada entre 1990 y

1996, los reservorios de carbono disminuirán rápidamente en el futuro. Es importante

señalar que la tasa de disminución en los reservorios de C durante el período 1974 a 1996

se estimó en 1.4% año-1.

Para calcular los reservorios futuros de C y dada la incertidumbre en los datos anteriores, se

utilizaron diferentes tasas de disminución, “baja (0.5%)”, “media (1% )” y “alta (1.5%)”.

La tasa media corresponde a la tasa observada en los primeros 16 años, mientras que la tasa

alta corresponde al promedio de los 22 años.

El promedio general de CNP de las opciones de manejo viables para la captura de carbono

se estimó en menos de 15 US$ MgC-1 (Figura 4). A excepción del último quartil, en donde

el costo de organización social fue demasiado alto, las opciones de manejo forestal

representaron los costos más bajos. Es decir, los costos de implementación de estas

opciones en los primeros tres quartiles es de menos de US$15 MgC-1 (Figura 4).

84

Figura 4. Costos totales de captura de carbono en US$ MgC-1 para los cuatro quartiles

y para los 8 tipos de uso de suelo y cobertura vegetal actual. OF = Bosque de encino y de

montaña; POF = Bosque de pino-encino; PF = Bosque de pino; OPF = Bosque de pino

abierto; TF = acahual arbóreo; Ag = Agricultura; Th = acahual arbustivo; Pa = Pastizal

Las prácticas forestales y agroforestales que reemplazan a los sistemas agrícolas

(incluyendo acahual arbustivo) y ganaderos, representan los costos más altos. Para sustituir

la agricultura, sólo los sistemas marginalmente provechosos de los quartiles 1 y 2 entrarían

en un programa de secuestro de carbono (Figura 4). Los ingresos tempranos por los

productos derivados del manejo de los bosques compensan en gran medida los costos de

implementación y oportunidad, dando como resultado costos totales de entre 2 y 13 US$

MgC-1.

Potencial de captura de carbono de las opciones forestales y agroforestales.

El incremento promedio total a largo plazo de los reservorios de C para todas las opciones

varían entre 16 y 104 MgC ha-1. Si consideramos el decremento futuro en los reservorios

de C a partir de las líneas de base baja, media y alta, la captura de carbono varía entre 60 y

0

20

40

60

80

OF POF PF OPF TF Ag Th Pa

14.63

Cos

to d

e ca

ptur

a (e

n U

S$ M

gC-1

)

1er Quartil

2do Quartil

3er Quartil

4to Quartil

-- Promedio general Máximo evaluado

85

122 MgC ha-1 para el escenario bajo y entre 60 y 174 MgC ha-1 para el escenario alto

(Tabla 2).

Tabla 2. Potencial de captura para las opciones forestales y agroforestales y áreas

disponibles por tipo de uso de suelo y cobertura vegetal

Captura neta de escenario bajo, medio y

alto

Uso de suelo y

cobertura vegetal

Área

(1996)

(103 ha)

Densidad

total de C

inicial

(MgC ha-1)

Incremento

promedio a

largo plazo

(MgC ha-1)

Bajo (0.5%)

(MgC ha-1)

Medio (1%)

(MgC ha-1)

Alto (1.5%)

(MgC ha-1)

Bosque de Encino

y de montaña

14.9 503 16 83 134 174

Bosque de pino-

encino

190.7 341 61 103 135 159

Bosque de pino 75.1 318 72 110 139 161

Bosque de pino

abierto

36.2 236 104 122 135 146

Acahual arbóreo 115.6 315 77 104 124 140

Acahual arbustivo 57.8 212 69 80 89 95

Pastizal 59.2 153 60 60 60 60

Agricultura 75.1 153 60 60 60 60

Captura de carbono a diferentes niveles de estímulos económicos

Independientemente del nivel de la línea de base, no habría abasto de captura de carbono

con incentivos menor o igual a 5 US$ MgC-1, pero se incrementaría de forma significativa

con incentivos de entre 5 y 15 US$ MgC-1 (Figura 5).

86

Figura 5. Estimación del abasto de captura de carbono total (106 MgC), para bosques,

acahuales y áreas en desarrollo (pastizales y agricultura), con base en los escenarios de

línea de base bajo, medio, y alto

El potencial de abasto para el manejo forestal comunal se obtiene con 15 US$ MgC-1. La

respuesta más alta para mejorar los acahuales se obtiene entre 15 y 30 US$. Se espera un

incremento paulatino en el potencial de abasto para las áreas agrícolas y ganaderas (Figura

5).

5.5.3. Discusión

El modelo que estima el potencial de abasto se basa en la premisa de que los productores

reaccionan racionalmente ante señales de precios. Las evidencias obtenidas por Tipper

(1993) y las experiencias en el proyecto Scolel Té corroboran esta hipótesis.

En el estudio no se tomaron en cuenta los atrasos inevitables que ocurren cuando comienza

un proyecto. En los primeros años de un proyecto, la entrada de productores al programa es

lenta y con parcelas pequeñas, con el fin de analizar los costos y beneficios para cada uno.

Para que se obtenga la escala completa de un programa forestal se requieren por lo menos

0

10

20

30

40

5 10 15 20 25 30 35 40

Acahual

Bosque

Desarrollo

Total

5 10 15 20 25 30 35 40 0

20

40

60

80

106 M

gC C

aptu

rado

Nivel de incentivos en US$ MgC-1

87

unos 10 años (ver también de Jong et al., 1998). Aún si de manera individual los

productores están convencidos de que el programa forestal les beneficia, se tardaría un

tiempo para obtener el consenso de la población para el manejo de áreas comunales. Los

productores prefieren probar sistemas forestales en sus parcelas antes de comprometerse

con actividades organizativas a nivel comunitario (de Jong et al., 1996). Otros factores que

influyen en un posible atraso en el arranque son, el desarrollo de las capacidades técnicas y

administrativas en las organizaciones responsables del programa forestal y la capacitación

de técnicos forestales en habilidades sociales necesarias para desarrollar proyectos

forestales comunitarios.

5.5.4. Conclusiones

Las experiencias obtenidas hasta la fecha con el proyecto Scolel Té indican que los

productores agrícolas están muy interesados en cambiar sus sistemas de producción

marginalmente provechosos a sistemas agroforestales y forestales, cuando se les ofrece un

incentivo modesto para realizar dicho cambio. El manejo de bosques naturales y vegetación

secundaria son los elementos más importantes en un programa de captura de carbono en

Chiapas. Dada la situación general en Chiapas, donde más del 80% de los bosques naturales

son propiedad de las comunidades, por lo que son ellas quienes tienen la decisión sobre su

manejo. Por lo tanto, los programas forestales para la captura de carbono u otros programas

rurales regionales que contemplan incidir en el manejo de áreas comunales, deben tomar en

cuenta la gran variación que existe entre y dentro de las ellas.

88

CAPITULO SEIS. ACUERDOS Y MECANISMOS DE FINANCIAMIENTO PARA

LOS PROYECTOS DE MITIGACIÓN FORESTALES Y AGRÍCOLAS.

6.1. INTRODUCCIÓN

A lo largo de este capítulo se abordarán los mecanismos propuestos durante la tercera

conferencia de las partes organizada por la UNFCC (United Nations Framework on the

Climatic Change o Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático)

y llevada a cabo en Kyoto, Japón en el mes de diciembre de 1997. Estos mecanismos, como

se explicará más adelante, permitirán a los países alcanzar sus compromisos en la reducción

de emisiones de manera efectiva y eficiente a través de la realización y financiamiento de

proyectos. Los nuevos mecanismos incluyen el comercio internacional de créditos de

reducción de emisiones (ER), proyectos de implementación conjunta (IC) y el mecanismo

de desarrollo limpio (MDL).

6.2. CONVENCIÓN MARCO DE LAS NACIONES UNIDAS SOBRE EL CAMBIO

CLIMÁTICO (UNFCCC).

En 1992 la UNFCCC estableció que su objetivo principal será “alcanzar la estabilización de

las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera a un nivel que evite la

interferencia antropogénica con el sistema climático. Dicho nivel deberá ser alcanzado en

un período suficiente para permitir que los sistemas se adapten naturalmente al cambio

climático con el objetivo de asegurar que la producción de alimentos no se vea afectada y

para permitir que el desarrollo económico proceda de una manera sustentable.

6.3. PROTOCOLO DE KYOTO

Durante la Tercera Conferencia de las Partes de la UNFCCC (Kyoto, Japón, 1997) las

partes acordaron “cuantificar la limitación de emisiones y los compromisos de reducción”

para aquellos 38 países desarrollados y los países con economías en transición listados en el

Anexo B del Protocolo de Kyoto. El Protocolo no impone límites de emisión a aquellos

países que no se encuentran listados dentro del Anexo B.

89

Los elementos clave del Protocolo de Kyoto establecidos en el año de 1997, se pueden

sintetizar de la siguiente forma:

1.- Establece límites jurídicamente vinculantes para los países incluidos en el Anexo I

(principalmente países industrializados) con respecto a sus emisiones de seis gases de

efecto invernadero en relación con las emisiones de 1990, sobre la base de un promedio

quincenal entre el año 2008 y el 2012.

2.- Permite a las partes cierta flexibilidad con respecto a la ejecución de sus compromisos a

nivel nacional mediante actividades sancionadas específicamente con una posibilidad de

ejecutar actividades adicionales.

3.- Ofrece flexibilidad en el contexto internacional permitiendo el uso del comercio de los

derechos de emisión y otros mecanismos, inclusive proyectos conjuntos entre los países en

desarrollo y desarrollados.

4.- Tiene un alcance global ya que cubre las emisiones por las fuentes y la absorción por los

sumideros de gases de efecto invernadero, en todos los sectores, salvo algunas restricciones

en materia de cambios en el uso de la tierra y silvicultura3.

3 En el cuadro 6.1 se presentan los artículos del Protocolo de Kyoto que refieren el tema de la captura de

gases de efecto invernadero en el sector forestal.

90

Cuadro 6.1. Artículos del Protocolo de Kyoto de especial interés para la actividad forestal Los artículos del Protocolo de Kyoto de especial interés para el sector forestal y el cambio en el uso del suelo son el tercero (obligaciones), el quinto (metodologías), el sexto y el decimoséptimo (actividades conjuntas y comercio de los derechos de emisión) y el duodécimo (mecanismo para un desarrollo limpio).

• Artículo 3, párrafo 3. Actividades incluidas “...Las variaciones netas de las emisiones por las fuentes y la absorción por los sumideros de gases de efecto invernadero que se deban a la actividad humana directamente relacionada con el cambio del uso del suelo y la silvicultura, serán utilizadas a los efectos de cumplir los compromisos de cada Parte incluida en el anexo I. Se informará de lo anterior de una manera transparente y verificable”. Esto quiere decir que las partes industrializadas deberán considerar las fuentes y sumideros del sector forestal al calcular sus emisiones de gases de efecto invernadero.

• Artículo 3, párrafo 4. Actividades adicionales futuras “...La Conferencia de las Partes determinará las modalidades, normas y directrices sobre la forma de sumar o restar a las cantidades atribuidas a las Partes del anexo I actividades humanas adicionales relacionadas con las variaciones de las emisiones por las fuentes y la absorción por los sumideros de gases de efecto invernadero en las categorías de suelos agrícolas y de cambio de uso de la tierra y silvicultura”.

• Artículo 6. Actividades conjuntas “...Con el objetivo de cumplir los compromisos de reducción de emisiones, toda Parte incluida en el anexo I, podrá transferir a cualquiera otra de esas Partes, o adquirir de ella, las unidades de reducción de emisiones resultantes de los proyectos encaminados a reducir las emisiones antropogenias por las fuentes o incrementar la absorción antropógena por los sumideros”.

• Artículo 12. Mecanismo para un Desarrollo Limpio

“...El propósito del mecanismo para un desarrollo limpio es ayudar a las Partes no incluidas en el Anexo I a lograr un desarrollo sostenible y contribuir al objetivo último de la Convención, así como ayudar a las partes incluidas en el anexo I a dar cumplimiento a sus compromisos cuantificados de limitación y reducción de las emisiones contraídos en virtud del artículo 3”.

91

• Artículo 17. Comercio de los derechos de emisión ... “Las partes incluidas en el anexo B podrán participar en operaciones de comercio de los derechos de emisión a los efectos de cumplir sus compromisos (artículo 3). Toda operación de este tipo será suplementaria a las medidas nacionales que se adopten para cumplir los compromisos cuantificados de limitación y reducción.”4

4 Para más información sobre el protocolo de Kyoto, consultar la página

http//www.unfccc.de

92

6.4. PROYECTOS DE IMPLEMENTACIÓN CONJUNTA Y MECANISMO DE

DESARROLLO LIMPIO

La ratificación del Protocolo de Kyoto incluye la puesta en marcha de una serie de

mecanismos desarrollados para facilitar la reducción de los gases de efecto invernadero a

través de un sistema de créditos y deudas en actividades llevadas a cabo en muy diversos

sectores económicos. Ejemplos de estos últimos mecanismos lo constituyen las Actividades

de Implementación Conjunta (AIC), las Actividades Conjuntas implementadas bajo las

condiciones del Mecanismo de Desarrollo Limpio (AC - MDL) y el Comercio de

Emisiones entre los países del Anexo B.

El Protocolo de Kyoto establece que los proyectos de Implementación Conjunta pueden ser

llevados a cabo solo entre los países del Anexo I que sean parte del Protocolo (artículo 6).

Mientras que en el artículo 12 define al Mecanismo de Desarrollo Limpio (CDM) cuyo

objetivo es asistir a los países que no están incluidos en el Anexo I (países en vías de

desarrollo) a alcanzar un desarrollo sustentable y al mismo tiempo asistir a los países del

Anexo I para que puedan cumplir su compromisos de reducción de emisiones. Bajo el

Mecanismo de Desarrollo Limpio, los países que no pertenecen al Anexo I se beneficiarán

de las actividades propias de los proyectos que creen créditos de reducción de emisiones y

los países en el Anexo I podrán usar estos créditos para cumplir sus compromisos de

reducción de gases de efecto invernadero. En resumen, el Artículo 12 permite el comercio

de créditos de reducción de emisiones entre los países industrializados y los que se

encuentran en vías de desarrollo.

Proyectos de Implementación Conjunta

La UNFCCC permite que un país (o instituciones dentro del país) implementen prácticas y

medidas para mitigar las emisiones de gases de efecto invernadero o aumentar los

sumideros y almacenes de carbono, conjuntamente con otros países del anexo I (UNFCCC,

93

1995). Estas acciones de cooperación son conocidas como actividades de implementación

conjunta (AIC).

La diferencia entre las emisiones generadas al implementar el proyecto y las emisiones

hipotéticas si el proyecto no hubiera sido implementado, se traduce en ganancias que

generalmente se miden en toneladas de CO2 o equivalentes de carbono. Estas cantidades

pueden ser vendidas como créditos de reducción de emisiones a países desarrollados

quienes las pueden utilizar para alcanzar sus compromisos de reducción de gases de efecto

invernadero.

Es importante mencionar que con la implementación de este tipo de proyectos se producen

beneficios para los países participantes y para la comunidad internacional en su conjunto.

Sin embargo, la eficiencia de estos proyectos aún es muy cuestionada y ello se debe a que

todavía no existen mecanismos que permitan evaluar con certeza la reducción en las

emisiones de gases de efecto invernadero. Para calcular estas reducciones, el desarrollo del

concepto y las metodologías para calcular las líneas de base son de fundamental

importancia.

Mecanismo de Desarrollo Limpio

El mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL) constituye la propuesta del artículo 12 del

Protocolo de Kyoto y está diseñado para ser el medio que financie los proyectos de

desarrollo limpio y desarrollo sustentable en los países tropicales – principalmente – a

cambio de créditos certificados de reducción. Sus puntos principales son los siguientes:

1.- El objetivo del MDL

Asistir a los países no incluidos en el Anexo I para alcanzar un desarrollo sustentable y a

los países incluidos para alcanzar sus compromisos (incluidos en el Artículo 3 del

Protocolo de Kyoto) de reducción y limitación de emisiones.

94

2.- Como parte del mecanismo de desarrollo limpio:

a) Los países que no estén incluidos en el Anexo I se beneficiarán de los proyectos que

produzcan reducciones certificadas de las emisiones y

b) Los países incluidos en el Anexo I podrán utilizar las reducciones certificadas de

emisiones para alcanzar los compromisos y limitaciones establecidos en el Artículo

3 del protocolo de Kyoto.

3.- Los beneficios que el MDL proporciona a nivel mundial incluyen:

• La reducción de los costos globales de mitigar emisiones de gases de efecto

invernadero y

• El fomento del desarrollo sostenible

Beneficios que el MDL genera

Entre los beneficios que reciben los países participantes se cuentan, entre otros:

• La transferencia de tecnología

• Beneficios ambientales y de salud

• Beneficios económicos y sociales (que pueden incluir, por ejemplo, capacitación y

la construcción de infraestructura) y

• La promoción de desarrollo sostenible

6.4.1. Papel de los proyectos forestales en el MDL

Dentro del MDL los proyectos forestales son herramientas muy importantes ya que estos

permiten obtener además de beneficios climáticos protección a los bosques y beneficios a

las comunidades locales.

95

Resulta importante mencionar que al momento de planear un proyecto forestal de

mitigación de gases de efecto invernadero, resulta de suma importancia decidir si éste va a

formar parte del acuerdo del MDL y si es así, cómo se va a desarrollar y a poner en práctica

para que, efectivamente, cumpla con las características y requisitos del acuerdo antes

mencionado.

Otro aspecto a considerar es que, para los proyectos que deseen estar incluidos dentro del

MDL, deben de planearse de manera adecuada las cuestiones legales e institucionales y

considerar los impactos tanto ambientales como socioeconómicos de los mismos. En caso

de no suceder lo anterior será difícil conseguir financiamiento y los proyectos no tendrán

éxito.

Finalmente y para asegurar que los beneficios climáticos sean producto del los proyectos a

implementar, el artículo 12 del Protocolo de Kyoto recomienda que al planear un proyecto

se respondan las siguientes preguntas:

• Los beneficios climáticos del proyecto son adicionales?

• Los beneficios climáticos del proyecto son cuantificables?

• Los beneficios climáticos del proyecto son verificables?

• Los beneficios climáticos producidos por el proyecto son duraderos?

6.5. MECANISMOS DE FINANCIAMIENTO

Los programas de financiamiento más importantes y abiertos que existen para los proyectos

de mitigación son: El Fondo Prototipo de Carbono (PCF) del Banco Mundial y Fondos del

GEF, entre otros. Describiremos brevemente los principios básicos del primero de ellos.

Fondo Prototipo de Carbono (PCF)

Con el objetivo de mitigar el cambio climático el PCF, aspira a promover el principio de

desarrollo sustentable del Banco Mundial.

96

Los principales objetivos del PCF son los siguientes:

1.- Reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero

El PCF financia proyectos que produzcan reducciones importantes en la emisión de gases

de efecto invernadero y que puedan ser registradas ante la UNFCCC (United Nations

Framework Convention on Climate Change) para los fines acordados en el Protocolo de

Kyoto.

2.- Promoción del avance en el conocimiento

El PCF actualmente desarrolla y promueve los conocimientos a cerca de los procesos y

prácticas de negocios necesarios que faciliten la inversión para los proyectos y los informes

que de dichas negociaciones deben darse a conocer a la UNFCCC.

3.- Promoción de la asociación de los sectores público y privado

Los recursos con los que se lleva a cabo el PCF , provienen tanto del sector público como

del privado. El PCF demuestra que tanto las inversiones como la experiencia de ambos

sectores pueden complementarse para que los recursos destinados a la implementación del

desarrollo sustentable y el mejoramiento ambiental aumenten y produzcan por lo tanto los

beneficios esperados. La participación activa de ambos sectores asegura que el PCF opere

eficientemente y de acuerdo a los lineamientos del Protocolo de Kyoto, cumpliendo con

ello los intereses de los países clientes del Banco Mundial.

Los fondos del PCF que provienen de compañías y países que los donan son utilizados para

apoyar proyectos que estén diseñados para producir reducción de emisiones y que se

apeguen a los lineamientos del Protocolo de Kyoto o que estén incluidos en las Actividades

de Implementación Conjunta o en el Mecanismo de Desarrollo Limpio (MDL). Los países

que contribuyen a formar el fondo reciben a cambio créditos de reducción de emisiones.

97

Tipo de proyectos que el PCF financia

El PCF ha intentado balancear sus esfuerzos de financiamiento tanto geográfica como

tecnológicamente. Aproximadamente la mitad de las inversiones se harán en países con

economías en transición apoyando las Actividades de Implementación Conjunta y la otra

mitad se harán en países en vías de desarrollo promoviendo el MDL. Los mayores

esfuerzos serán puestos en los proyectos de energía renovable y de eficiencia energética.

Las actividades y operaciones del PCF comenzaron a principios de este año (2000) y se

planea que continúen hasta el año 20125.

5 El equipo del PCF desarrolló un manual de operaciones para los encargados de desarrollar los proyectos y para todos aquellos interesados en aprender de las experiencias del PCF. Este manual está disponible en la sección de “proyectos” en la página web: http://www.prototypecarbonfund.org

98

99

CAPITULO SIETE. METODOLOGIAS PARA CONSTRUIR Y CALCULAR LAS

LÍNEAS DE BASE DE LOS PROYECTOS DE MITIGACIÓN EN EL SECTOR

FORESTAL

7.1. INTRODUCCIÓN

El Protocolo de Kyoto, como se mencionó en el capítulo anterior, prescribe ciertos

compromisos para la reducción en la emisión de gases de efecto invernadero en base a los

niveles de emisión del año 1990, algunos artículos del Protocolo (3.4, 6 y 12) sugieren el

desarrollo de líneas de base contra las cuales puedan ser comparados los beneficios de

actividades o proyectos de mitigación específicos.

En este capítulo se definirán los proyectos de mitigación y se discutirá la importancia de

conocer qué es una línea de base o caso de referencia y la adicionalidad de un proyecto, se

presentarán los métodos para construirlas y calcularlas y se mencionarán algunos ejemplos

de proyectos donde se han determinado las líneas de base.

7.2. PROYECTOS DE MITIGACIÓN (LULUCF)

7.2.1. Definición

Un proyecto de mitigación puede ser definido como un conjunto de actividades realizadas

en una región geográfica específica y financiado por instituciones nacionales o extranjeras

y cuyo objetivo principal es el de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero6.

Un proyecto LULUCF puede incluir una o más actividades encaminadas a reducir las

emisiones de gases de efecto invernadero o a incrementar los sumideros de estos gases en

los ecosistemas terrestres así como a producir productos que sustituyan a otros cuya

6 El IPCC llama a estas actividades de mitigación proyectos LULUCF. Las letras de la abreviación anterior son las iniciales de Land Use, Land-Use Change and Forestry que traducido sería Uso de suelo; Cambio de uso de suelo y Forestería.

100

producción requiera del empleo de mucha energía. Los proyectos LULUCF se llevan a

cabo en localidades geográficas específicas, en un determinado período de tiempo y bajo

una estricta supervisión institucional. Todo lo anterior para permitir que los beneficios del

proyecto puedan ser monitoreados y verificados.

Como se mencionaba en el primer volumen de este reporte existen tres grandes categorías

de proyectos LULUCF:

1.- Aquellos cuyo objetivo es reducir y/o evitar las emisiones a través de la conservación de

los reservorios todavía existentes;

2.- Aquellos cuyo objetivo es incrementar el almacén de carbono por medio de la captura y

3.- Aquellos cuyo objetivo es reducir el uso de combustibles fósiles y sustituir los

productos en cuya producción se emplea mucha energía fósil.

Es importante mencionar que las actividades de los proyectos LULUCF pueden ser

utilizadas para obtener créditos de reducción de emisiones en el marco del Mecanismo de

Desarrollo Limpio.

La mayoría de los proyectos LULUCF que son implementados, ya sea autofinanciados o

con recursos internacionales, están diseñados para promover el desarrollo tanto social como

político y económico. De manera adicional, estos proyectos proveen a la sociedad de

productos como combustibles renovables, productos de madera, cultivos agroforestales, y

servicios ecológicos como: conservación del suelo, protección de la biodiversidad y del

sistema hidrológico y desarrollo socioeconómico.7

7 Debido a que en esta sección se ha tocado el tema de cambio en el uso del suelo, en el apéndice 1 del presente volumen se desarrolla la metodología para calcular las probabilidades de transición de uso de suelo, y las emisiones y captura de carbono asociadas a los cambios de uso del suelo.

101

7.2.2. Elementos a considerar cuando se implementa un proyecto

Los proyectos LULUCF poseen y han generado polémica alrededor de varias de las

características intrínsecas de los mismos. Estas últimas incluyen los límites del proyecto,

los beneficios, las fugas, la duración, los riesgos8, la adicionalidad9 y por lo tanto las líneas

de base, así como también las mediciones, la estimación del carbono mitigado, el

monitoreo, la verificación de los beneficios en la emisión de gases de efecto invernadero y

los impactos sociales asociados.

De los anteriores, quizá el punto más importante que se debe considerar en cualquier

proyecto LULUCF es la construcción de una línea de base confiable, verificable,

comparable y aceptable para todas y cada una de las partes involucradas, incluyendo los

participantes, el gobierno nacional y los organismos internacionales.

En las secciones siguientes se explicarán con mayor detalle las características de los

proyectos LULUCF se mencionan anteriormente.

7.3. ESCENARIOS A CONSIDERAR CUANDO SE IMPLEMENTA UN PROYECTO

En el momento de evaluar los beneficios adicionales que genera un proyecto de mitigación

de gases de efecto invernadero deben de tomarse en cuenta dos escenarios: el escenario del

proyecto y el escenario de referencia.

8 De estas últimas características se dará una mejor y más amplia explicación en el capítulo 8 del presente

volumen. 9 La adicionalidad de discutirá un poco más adelante

102

7.3.1. Escenario del proyecto

En el caso del escenario del proyecto, los métodos de medición, adaptados a partir de

técnicas convencionales de inventarios forestales, se pueden utilizar para estimar los

cambios en el almacenamiento de carbono a través del tiempo (estos fueron presentados y

explicados en el volumen anterior, capítulo cuatro).

7.3.2. Escenario de referencia

El escenario de referencia o línea de base tiene como objetivo principal mostrar la dinámica

de los gases de efecto invernadero en el caso de que no se ejecute el proyecto.

El establecimiento del escenario de referencia requiere de un profundo conocimiento

histórico de las prácticas agrícolas y la situación socioeconómica y cultural del área

afectada, así como también de una visión amplia de los cambios económicos y políticos ya

sean regionales, nacionales y globales que pudieran afectar la implementación y el

desarrollo del proyecto.

Como conclusión de lo mencionado anteriormente se puede decir que la línea de base o

escenario de referencia se establece proyectando los hechos del pasado y la situación actual

en el futuro. Por lo tanto, los escenarios de referencia se basan en un conjunto de supuestos

los cuales, por el bien de la implementación y desarrollo del proyecto y por lo tanto de los

beneficios en la captura de carbono, deben de ser verdaderos y confiables.

Es importante mencionar que al momento de elaborar el escenario de referencia, resulta

bastante difícil predecir los cambios futuros en la cobertura vegetal de un determinado

lugar ya que las causas primarias y las fuerzas que están detrás de las decisiones sobre el

cambio de uso del suelo son diversas, interrelacionadas y con frecuencia no son continuas.

A nivel regional, ciertos factores como los cambios demográficos y las políticas

gubernamentales pueden tener efectos significativos. A nivel local, la incertidumbre

103

respecto a la tenencia de la tierra, los conflictos sociales, el impacto de los proyectos de

desarrollo, las pérdidas en las cosechas agrícolas y los incendios pueden causar cambios

impredecibles en la toma de decisiones sobre el uso del suelo entre los campesinos

individuales (de Jong et al. 1998).

La estimación de los escenarios de referencia es de suma importancia ya que si esto no

sucede o no se logra, ningún tipo de proyecto cuyo objetivo sea el de reducir los gases de

efecto invernadero podrá ser implementado ya que no se tendrá la certeza del beneficio

adicional que éste proporcionaría y por lo tanto no se obtendrá el financiamiento necesario

para llevarlo a cabo. De ahí la importancia de continuar con el desarrollo de metodologías

homogéneas para calcular y definir las líneas de base o casos de referencia.

7.4. DEFINICIÓN DE LÍNEA DE BASE

La línea de base o caso de referencia se define como el escenario de uso de suelo mas

probable cuando no se aplica alguna medida de mitigación. Esto significa que al llevar a

cabo un proyecto se deben estimar los flujos pasados, presentes y futuros de los gases de

efecto invernadero tanto en el caso de que el proyecto sea aplicado, como en el caso de que

éste no se aplique (Trines, 1998). Para verificar la línea de base se acude muchas veces a la

evaluación de los procesos en áreas con las mismas características de aquella donde se

pretende aplicar el proyecto.

Por ejemplo, en un proyecto cuyo objetivo sea el de disminuir las emisiones a través de la

disminución en la deforestación, la línea de base podrían ser las emisiones de carbono que

ocurrirían en el caso de que el proyecto no fuese aplicado.

104

7.5. PRINCIPIOS BÁSICOS, CONSIDERACIONES Y APROXIMACIONES PARA

GUIAR LA CONSTRUCCIÓN DE LAS LÍNEAS DE BASE

7.5.1. Principios que las líneas de base deben cumplir

Como introducción a esta sección es importante mencionar que la construcción de una línea

de base implica muchos desafíos, sin embargo la aplicación consciente de los principios

que presentaremos a continuación será de gran utilidad para lograr el objetivo principal del

UNFCCC: la generación y obtención de créditos de reducción de emisiones.

Como varios autores han mencionado (Chomitz, 1998 y Tipper et al. 1998), la selección de

la línea de base para un determinado proyecto afecta significativamente los beneficios o

créditos que aquel pueda producir. Por ello se recomienda seguir los siguientes principios

básicos para guiar la selección de la línea de base en cada proyecto. Estos principios pueden

ser aplicados con toda confianza a cualquier tipo de proyecto o actividad de mitigación de

gases de efecto invernadero.

La primera consideración en la selección de las líneas de base debe ser la eficiencia que

estas posean para contribuir al objetivo primordial de la UNFCCC: la estabilización de los

gases de efecto invernadero en la atmósfera.

En cuanto a los tres primeros principios se sugiere que las líneas de base deben de ser:

precisas, comprensibles y conservadoras. Estos últimos principios deberán de estar en

equilibrio con el cuarto, en el cual se propone que las líneas de base deben de ser prácticas.

Teniendo en mente que demasiada rigidez en los tres primeros principios podría desalentar

la implementación de los proyectos y las actividades que pudieran servir para mitigar el

aumento en la concentración de gases de efecto invernadero en la atmósfera.

A continuación se presentará una discusión más amplia de los principios mencionados

anteriormente:

105

7.5.1.1. Líneas de base precisas

Una línea de base debe proporcionar una descripción precisa y sencilla del patrón de

emisiones netas de gases que se producirían en ausencia del proyecto propuesto. La

pregunta a realizar aquí sería : Si el proyecto no se implementa, ¿cuáles serían las

emisiones netas de gases de efecto invernadero?

Con el objetivo de que lo explicado anteriormente se comprenda mejor diremos que una

línea de base se puede definir de la misma manera en la que un experimento científico

define el tratamiento de referencia o control. De esta manera, tanto las medidas como la

verificación podrán evaluar tanto al tratamiento como al control, lo cual permitirá realizar

la diferencia entre los dos y, en el caso de los proyectos, evaluar la cantidad de créditos de

reducción de emisiones generados a partir de la aplicación del proyecto.

La aproximación anterior es más apropiada para los proyectos de eficiencia energética

(Chomitz, 1998). También es importante mencionar que la escala del proyecto puede

limitar el uso de grupos control. Esto último se debe a que los grandes proyectos pueden

tener influencia en todo el sector que se estudie, creando con ello nuevas circunstancias en

la construcción de la línea de base.

En cuanto a los proyectos de carácter biótico es claro que éstos deben considerar los

cambios estocásticos (azarosos) en las variables que no están bajo el control del personal

que desarrolla el proyecto, como podría ser el daño causado por el clima o por la invasión o

proliferación de insectos. Los casos control son menos útiles en estos casos. Por lo tanto en

lugar de grupos control pueden ser utilizados valores más generales establecidos como

resultado de los trabajos de investigación en la zona estudiada. Es importante mencionar

también que los cambios estocásticos en las variables variarán dependiendo del tipo de

proyecto biótico del que se trate. Por ejemplo los proyectos que se lleven a cabo en áreas

húmedas o en áreas ampliamente rodeadas por áreas no forestales se verán mucho menos

106

afectadas que aquellas localizadas en áreas forestales bajo ningún programa de manejo en

las regiones boreales

Hablando de la precisión es importante mencionar que es muy difícil asegurar que la línea

de base, construida en un principio, seguirá conservando los mismos valores, por lo que la

UNFCCC permite que la línea de base pueda ser rectificada y actualizada en base a un

patrón regular y que en caso de encontrar algún error esta puede ser corregida.

Sin embargo, desde un punto de vista práctico las líneas de base no deben estar sujetas a

revisiones demasiado continuas y no planeadas, ya que aquellas deben de tener la suficiente

definición y no ser un valor débil y demasiado cambiante. En caso de ser así la evaluación

de los beneficios del proyecto sería un proceso mucho más complicado que produciría

incertidumbres dentro del proyecto, ya que no tiene una garantía a largo plazo de beneficios

ambientales.

7.5.1.2. Líneas de base incluyentes

Las líneas de base deben de ser comprensibles en el sentido de que deben capturar todas las

consecuencias importantes de las actividades alternativas o sin proyecto. Lo anterior

significa que la línea de base debe también de considerar los efectos secundarios que

pudieran producirse más allá del proyecto. Al construir la línea de base deben definirse

cuidadosamente los límites del sistema (tanto espaciales como temporales) en donde

pudieran tener efecto el proyecto y las actividades de mitigación.

Límites espaciales

Todo proyecto de mitigación debe demostrar que todos los impactos significativos sobre el

balance de los gases de efecto invernadero están incluidos en los límites del sistema y con

esa consideración en mente comenzar la construcción de la línea de base del proyecto.

Resulta evidente que establecer los límites específicos de un proyecto y predecir sus

impactos fuera y dentro del mismo no es nada sencillo. Para evitar estas dificultades se

107

sugiere utilizar líneas de base nacionales o regionales ya existentes. Sin embargo este tipo

de líneas de base requieren de predicciones de los niveles de emisión nacionales o

regionales de los gases de efecto invernadero y por lo tanto necesitan considerar el

desarrollo de sectores tales como el energético o el forestal. Las líneas de base dependerán

por lo tanto de la disponibilidad y costo de los recursos y tecnologías, de las medidas

políticas que sean utilizadas para desarrollar los sistemas antes mencionados, del

crecimiento y de la estructura del sistema económico. Es evidente que todos los factores

anteriores presentan cambios a lo largo del tiempo por lo que pueden representar serios

obstáculos para establecer las líneas de base regionales o nacionales.

Límites temporales

Las medidas de mitigación pueden también afectar las emisiones de gases de efecto

invernadero más allá de sus límites temporales, es decir, del tiempo que se planea que dure

el proyecto. Por lo tanto, al construir las líneas de base es necesario reconocer las

características y los efectos temporales de dichas medidas.

Al construir una línea de base es necesario considerar que la reducción en las emisiones

netas producto de un determinado proyecto dependen del tiempo de residencia del

reservorio en el cual el carbono está siendo secuestrado. Esto último es importante ya que

entonces los efectos del proyecto en el tiempo podrán ser evaluados de una mejor manera.

Al planear un proyecto es necesario establecer con precisión la duración del proyecto de

manera que los beneficios del mismo ocurran durante dicho período de tiempo. Sin

embargo mayor que los límites de tiempo establecidos. Para solucionar lo anterior se

recomienda es importante mencionar que, generalmente, las pérdidas netas de gases de

efecto invernadero tienen una duración extender hacia el futuro, tanto la línea de base como

los límites temporales, para permitir que todos los efectos que se generen como producto

del proyecto sean incluidos en los beneficios que este último genero.

108

Otros objetivos

Las líneas de base deben reconocer como objetivo además de la reducción de gases de

efecto invernadero otro tipo de beneficios.

Las líneas de base que promueven proyectos cuyas metas son por ejemplo solamente la

prevención de la acidificación y erosión de los suelos, la protección de la biodiversidad o el

desarrollo sustentable de economías locales tienen, por lo general, menos probabilidades de

ser implementados.

En contraste, los proyectos que contribuyen además de los aspectos mencionados

anteriormente, al bienestar local creando por ejemplo fuentes de trabajo y transferencia de

tecnología, es decir que traen consigo mayor número de beneficios, tienen mayores

probabilidades de que puedan ser implementados.

7.5.1.3. Líneas de base conservadoras

Las actividades que implican la venta y la compra de reducciones en las emisiones netas de

gases de efecto invernadero son evaluadas en términos financieros por lo que las

reducciones importantes de emisiones netas generadas por un proyecto contribuyen a

aumentar dichos términos. Reducciones más grandes benefician tanto al vendedor (su

proyecto será más provechoso) como al comprador ( debido a que sus compromisos serán

alcanzados con mayor rapidez). Los anteriores aspectos son fuertes incentivos para que el

personal encargado de desarrollar un proyecto de mitigación sobrestime la reducción de las

emisiones netas estableciendo líneas de base con valores muy altos y que sean fácilmente

manipulables (Chomitz, 1998; Michaelowa, 1998).

Debido a lo anterior para la construcción de una línea de base se debe demostrar que los

créditos para la reducción de emisiones no exceden las mejoras que el proyecto produce en

la zona considerada. Es resumen: la construcción conservadora de una línea de base implica

que todas las partes involucradas demuestren de manera responsable que los créditos

109

demandados (en base a la línea de base establecida) sean el límite mínimo del rango de

confianza de los efectos de mitigación que el proyecto producirá.

Líneas de base múltiples

Con el objetivo de reducir las incertidumbres propias de un proyecto y reducir el grado de

riesgo del mismo se ha sugerido utilizar varios tipos de líneas de base. Aquellas podrán

incluir una amplio rango de opciones desde escenarios muy optimistas hasta los más

pesimistas.

Para que sea conservadora, la evaluación de la reducción de gases de efecto invernadero

deberá de basarse en el escenario más optimista. Con ello se asegurará que el proyecto

produzca beneficios y por lo tanto se obtengan créditos de reducción de emisiones seguros

y verdaderos.

Reducciones fortuitas

Una cuestión importante que generalmente se discute cuando se construye una línea de base

es si en ellas se deben de considerar los créditos de reducción que resulten de reducciones

fortuitas, es decir, aquellas que no sean producto de las actividades del proyecto como por

ejemplo los efectos benéficos en el crecimiento vegetal por algún cambio climático o

atmosférico favorable ( un aumento de CO2 puede causar un efecto de fertilización). De la

misma manera se discute si deben de ser consideradas las deudas de reducción de emisiones

que se producen como producto de factores fortuitos y que vayan más allá del control

humano como podrían ser los daños provocados por el cambio climático.

La definición de adicionalidad sugiere que estos eventos no deben generar ni créditos ni

deudas. Lo anterior con el objetivo de asegurar que sólo se consideren y otorguen créditos a

los logros alcanzados por las actividades de mitigación propuestas. Las líneas de base

deben, por lo tanto, incluir estos efectos fortuitos en la medida en que esto sea posible.

110

7.5.1.4. Líneas de base prácticas

Las líneas de base deben ser verificables de manera que estas puedan ser aceptadas no solo

por el país en donde se lleva a cabo el proyecto y aquel que invierte en él, sino también por

una tercera parte que es imparcial y que es la encargada de evaluar si el proyecto cumple

con los objetivos principales de la UNFCCC.

De la misma manera está establecido que las reglas para la construcción de las líneas de

base deben ser prácticas y lo suficientemente sencillas para que puedan ser aplicadas en

varios lugares y por diversos tipos de gente. Las reglas al ser complicada provocan que los

otros tres principios ( precisión, inclusión y conservación) no se cumplan.

Al establecer un criterio demasiado conservador uno podría evitar que se otorgaran créditos

de reducción a proyectos que produjeran una reducción de emisiones adicional a la que

hubiese ocurrido en la ausencia del proyecto (error de tipo II).

De manera similar a lo anterior la precisión y inclusión excesivas podrían desalentar

proyectos valiosos y aumentar los costos de los mismos a tal grado de evitar que estos sean

llevados a cabo. Es importante por lo tanto hallar un equilibrio entre los cuatro principios

para al momento de construir la línea de base de un proyecto contribuir a su aceptación y

posibilidades de implementación.

Es importante mencionar también que si los costos de implementación y monitoreo del

proyecto son demasiado altos pueden provocar que aquel no pueda llevarse a cabo y que

con ello se perdería la posibilidad de contribuir a reducir las crecientes concentraciones de

gases de efecto invernadero en la atmósfera terrestre.

7.5.2. Consideraciones

Al construir laS líneas de base se recomienda tomar en cuenta las siguientes aspectos:

111

1. Definir el tipo de línea de base que el proyecto requiera: Líneas de base específicas para

un proyecto o líneas de base genéricas; líneas de base fijas o ajustables; líneas de base

desarrolladas por quienes proponen el proyecto ó por grupos independientes (instituciones

regionales, nacionales o internacionales)

2. Definir el tipo de modelo a utilizar para desarrollar las líneas de base: modelos simples o

complejos (las líneas de base pueden ser derivadas de sencillas extrapolaciones de los

patrones pasados del uso de la tierra o de modelos que incluyan todos los tipos de fuerzas

de cambio).

3. Tomar en cuenta que la determinación de las líneas de base inevitablemente posee un

componente de juicio. Esto último significa que la determinación no solo depende de la

metodología que se emplea sino también de un conjunto de criterios e indicadores que

hagan de la metodología un procedimiento crítico y honesto (Chomitz, 1998)

7.5.2.1. Tipos de líneas de base

7.5.2.1.1. Líneas de base específicas v.s. líneas de base genéricas

Líneas de base específicas

Muchos de los proyectos que se han desarrollado como parte de la fase piloto de las AIC

han utilizado líneas de base específicas para cada proyecto y han sido determinadas por los

responsables del desarrollo del proyecto (Moura-Costa et al. 2000). La preferencia por este

método se debe a que el análisis se enfoca a las áreas y a las actividades específicas del

proyecto y a que el personal que está encargado del desarrollo del mismo puede estimar su

propia línea de base, utilizando para ello el amplio conocimiento que posee de la zona que

maneja.

Debido a que las prácticas en el uso del suelo y los procesos de cambio que ocurren en los

mismos varían de manera azarosa en el tiempo y en el espacio, se argumenta que los

112

estudios detallados y específicos proporcionan una predicción más confiable de emisiones

que los estudios más generales (regionales, nacionales, entre otros). Sin embargo también

se ha dicho que al proporcionar libertad a las personas encargadas de desarrollar los

proyectos para estimar sus líneas de base, se corre el riesgo de que aquellos seleccionen los

escenarios que maximicen los beneficios que sus proyectos pueden proporcionar (Tipper y

de Jong, 1998). Otra de las desventajas que en ocasiones se ha presentado al estimar las

líneas de base de manera específica es que surgen serias inconsistencias aún entre proyectos

muy similares. Por lo anterior es de suma importancia desarrollar cuanto antes una

metodología que permita calcular las líneas de base de los proyectos, permitiendo,

posteriormente, que éstas puedan ser comparadas.

Líneas de base genéricas

Los métodos genéricos que se han propuesto serán utilizados en los sectores industrial y de

energía (Baumert, 1998; Center for Clean Air Policy, 1998; Ellis y Bosi, 1999; Friedman.

1999; Hargrave et al. 1998; Jepma, 1999; Michaelowa, 1999).

Una de las ventajas del método genérico es que si es llevado a cabo por alguna

organización independiente, es decir, por personal distinto al que se encarga del desarrollo

del proyecto, se puede tener una mayor transparencia de los resultados y reducir por

consiguiente las discrepancias entre proyectos similares.

Para proyectos de manejo de los bosques en México se sugiere utilizar el Método Mexicano

para el Ordenamiento de Bosques (MMOB) para determinar las líneas de base genéricas.

Además de las anteriores, pocos tipos de líneas de base genéricas han sido utilizadas en

proyectos, como ejemplos está el proyecto Profafor en Ecuador (Face Foundation, 1998) y

el proyecto FASE. En este último, para establecer la línea de base, se consideraron las

plantaciones en áreas sin bosques, por lo que el valor de la línea de base fue 0 y todo lo que

se capturó con las plantaciones fue adicional.

113

7.5.2.1.2. Líneas de base fijas o dinámicas

Las líneas de base pueden ser fijas a lo largo de toda la duración del proyecto ó dinámicas

(ajustables), es decir, que cambian sus valores después de que se llevan a cabo revisiones

periódicas o suceden eventos inesperados.

Un reporte preliminar del UNCCCS (1997) indica que las líneas de base para los proyectos

de AIC no se deben cambiar periódicamente porque esto aumentaría la incertidumbre

asociada y provocaría costos adicionales importantes. Otro argumento es que si las líneas

de base son revisadas continuamente esto puede tener un impacto económico importante

sobre el proyecto, introduciendo un riesgo más.

Sin embargo el argumento central que apoya las revisiones periódicas de las líneas de base,

es que con ello se aseguraría la obtención de estimaciones más realistas de los beneficios de

carbono.

7.5.2.1.3. Revisión de las líneas de base en el tiempo

Revisión de la línea de base Ventajas (a) y desventajas (b) del tipo de revisión

Efectuada en caso de que ocurran hechos inesperados

(a)Alta credibilidad (b) Poco práctica (es necesario definir “hechos inesperados” y especificar el período a juzgar. Es difícil planear la inversión para el proyecto y la misma línea de base

Período corto (cada 5 años) (a) Alta credibilidad (la diferencia entre las emisiones de la línea de base y la de la situación actual es relativamente pequeña) (b) Poco práctica (serán pocos los créditos que puedan ser pronosticados y un incremento en el número de revisiones resultará en costos más altos.

Período medio (cada 10 años) (a) Muy práctica (los créditos que podrán ser pronosticados serán altos y un decremento en el número de revisiones reducirá los costos. (b) Poca credibilidad ( la diferencia entre las emisiones de la línea de base y las de la situación actual son significativamente más grandes)

Tomando en cuenta las características de cada (a) Alta credibilidad (el tiempo de revisión puede

114

Revisión de la línea de base Ventajas (a) y desventajas (b) del tipo de revisión

proyecto ser determinado para cada proyecto y las consideraciones de cada proyecto son tomadas en cuenta (b) Poco práctica (los costos son más altos)

7.5.3. Aproximaciones

Algunas de las aproximaciones utilizadas para construir las líneas de base son las siguientes

y variarán de acuerdo a los datos que se tengan disponibles:

• Argumentos lógicos y simples que no utilizan métodos cuantitativos para predecir

los cambios en los patrones actuales ( o utilizan los que son muy sencillos).

Argumento de la no intervención. Dos ejemplos de su aplicación son los siguientes:

(1) el bosque referido será vendido para desarrollo ecológico (Proyecto Rio

Bravo (Programa para Belice, 1997 a) y

(2) la pérdida de los reservorios de carbono aéreos continuará a una tasa de

aproximadamente 1.5% al año (Proyecto Piloto Scolel Té [Tipper et al.

1998]).

Variaciones de esta aproximación han sido utilizadas en otros proyectos durante la fase

piloto de las AIC : en el Proyecto Noel Kempf en Bolivia, (Brown et al., 2000) y el

proyecto de Protección de Áreas Naturales en Costa Rica (SGS, 1998).

• Modelos que consideran factores espaciales y socioeconómicos – que simulan

procesos de cambio de uso del suelo y que se basan en factores como la cercanía

del área de estudio con las ciudades, las fronteras con los caminos y las áreas

agrícolas, el crecimiento de la población, la necesidad de alimentos y la

productividad de la agricultura local. Ejemplos de estos modelos son: Modelo

115

LUCS (Faeth et al. 1994); Modelo de Jepma, 1995 y Modelo de Ludeke, 1990.

Esta aproximación esta siendo utilizada en el proyecto Nature´s Conservancy en

Guaraquecaba, Brazil (Brown et al. 1999ª, 1999b)

• Modelos econométricos. Los cuales realizan un tratamiento especial a los datos

analizando por ejemplo la productividad de la zona en el pasado, los costos, etc.

Esta aproximación aún no ha sido utilizada en ningún proyecto pero existen

algunos artículos donde se discute (v.g. Chomitz, 1998).

La primera aproximación, es decir los modelos simples y lógicos no son necesariamente

menos exactos en términos de la predicción, sin embargo su aplicación estará limitada a

áreas específicas o a ciertos contextos. En cuanto a los otros modelos ellos serán necesarios

para tener mejor y más creíbles predicciones. Sin embargo estos modelos generalmente

requerirán de mayor cantidad de datos y podrían ser predictores poco confiables de cambios

locales y específicos.

Una vez que la línea de base haya sido desarrollada, los cambios en los diferentes

reservorios de carbono asociados con dicho escenario deben de ser estimados. Para ello

diferentes aproximaciones han sido propuestas: (ver ejemplos de la tabla 7.2)

• Cuantificación del carbono contenido en áreas testigo (v.g. proyecto de Acción

Climática Noel Kempf, Brown et al. 2000. Este método se explica en el apéndice 1.

• Parcelas (cuadrantes) controles donde las actividades del proyecto no se apliquen y

que son dejadas aparte para la medición de los reservorios de carbono en ausencia

de la intervención del proyecto (v.g. Proyecto de reducción en el impacto de la tala

en Sabah, Malysia, Pinard y Putz, 1997);

• Utilización de modelos (v.g. Proyecto de Áreas Protegidas en Costa Rica, SGS

1998);

• Combinaciones de las anteriores.

116

7.5.4. Métodos para el establecimiento de líneas de base

Modelos

Probablemente el área más controvertida para la cuantificación de captura de carbono es la

que se refiere a los métodos que se utilizan en la definición de líneas base, particularmente

en proyectos designados para conservar los reservorios actuales de carbono.

La determinación del escenario “sin proyecto”, línea de base o caso de referencia para el

proyecto generalmente se basa en proyecciones hacia el futuro de los patrones pasados en el

uso de la tierra. Estas predicciones consideran todos los eventos que se sabe pueden alterar

el comportamiento actual del ecosistema (v.g. cambios en la legislación del uso y la

propiedad de la tierra, cambios en las preferencias en el mercado o en los precios, cambio

en el conocimiento de los efectos que pueden producir los cambios ambientales, entre

otros). Sin embargo incluso una línea de base desarrollada cuidadosamente está expuesta al

riesgo de verse afectada por cualquier cambio mínimo – en muchas ocasiones inesperado –

de los

aspectos ecológico, político, social y económico.

Tabla 7.1. Aproximaciones usadas por diferentes proyectos para establecer las líneas de

Base (IPCC, 1995).

LÍNEA DE BASE

Tipo de proyecto Específica para el proyecto ó genérica

Aproximación utilizada para establecerla

Fija ó ajustable

EVITAR

EMISIONES

Proyecto de Acción Climática Noel Kempf, Bolivia1.

Específica Argumentos lógicos y sencillos basados en patrones observados. Cuantificación de la línea de base de carbono en áreas cercanas

Ajustable, basada en cambios en la demanda de madera, en los precios en el mercado, en las leyes forestales y en las tasas de deforestación

117

Reducción en el impacto de la tala de madera, Sabah, Malaysia2

Específica Argumentos lógicos y sencillos, basados en la continuidad de los patrones de uso del suelo normales. Cuantificación del carbono en cuadrantes (plots) permanentes.

Fija

Proyecto de captura de carbono en Rio Bravo, Belize3

Específica Argumentos lógicos y sencillos, basados en la continuidad de los patrones normales “bussiness as usual”

Fija

CAPTURA

Proyecto Piloto Scolel Te, Chiapas, México4

Combinación de ambas Modelo basado en el uso del suelo regional con ajustes específicos para cada comunidad basados en las necesidades y uso de la tierra.

Fijas

Rehabilitación de la selva tropical (INFRAPRO) en Malaysia5

Específica Argumentos lógicos y sencillos, basados en la continuidad de los patrones normales “bussiness as usual” Cuantificación del carbono en cuadrantes (plots) permanentes.

Fija

Evitar emsiones y captura

Proyecto de áreas protegidas y bosques privados, Costa Rica6

Genérica, establecida por la oficina de Implementación Conjunta en Costa Rica.

Argumentos lógicos y sencillos, basados en la continuidad de los patrones normales “bussiness as usual”. Cuantificación de la línea de base de carbono con valores obtenidos de la literatura.

Fija (ajustes no planeados)

Proyecto de Guaraqueςaba, Brazil7

Específica Modelos basados en el uso de suelo espacial, incorporando factores socioeconómicos.

Ajustable

Notas: 1. Brown et al., 2000, 2. Pinard y Putz, 1997, 3. Program of Belice, 1997, 4. Tipper

et al., 1998, 5. Moura-Costa et al., 1996, 6. SGS, 1998, 7. Brown et al., 1999.

118

Tabla 7.2. Líneas de base en proyectos de Implementación Conjunta en el área forestal.

Proyecto País huésped/ país que

invierte

Consideración para el establecimiento de la

linea de base.

Klinki Costa Rica/EUA Asume que los almacenes de carbono y la

biomasa permanecen constantes a lo largo del

proyecto.

Biodiversifix Costa Rica/EUA Las tierras de cultivo, los pastizales

abandonados u otro tipo de tierra abandonada y

que haya sido deforestada hace 100-400 años se

espera no presente cambios.

Reducción en el

impacto de la

tala (reduced

impact logging.

RIL)

Indonesia/EUA Los supuestos de esta línea de base es que este

proyecto reduce el daño que produce la tala en

un 50%.

Los factores principales que generalmente son considerados para proyectar las líneas de

base incluyen: (1) las decisiones planeadas de los propietarios de la tierra; (2) la

designación de la tierra por las autoridades nacionales y; (3) los patrones de uso del suelo

en el área en donde se desarrollará el proyecto.

El acuerdo actual para establecer las líneas de base en el Protocolo de Kyoto es estimar los

contenidos de carbono de un determinado lugar basándose en antecedentes históricos de los

usos del suelo o en la situación normal y actual del sitio.

Sin embargo, los proyectos operan en distintas circunstancias por lo que para calcular las

líneas de base serán necesarios diferentes modelos. Algunos de los más importantes son los

siguientes:

• Los proyectos de reforestación podrán usar modelos simples que predigan capturas

y emisiones de cero en caso de que no se llevara a cabo el proyecto.

119

• Los proyectos dirigidos a conservar los bosques utilizados por pequeños granjeros

necesitarán utilizar modelos que reflejen las demandas locales de tierra para la

agricultura y de madera tanto para uso energético como para construcción.

• Los proyectos cuyo objetivo principal sea el de reducir la emisión de gases a través

de un mejor manejo forestal necesitarán modelos que comparen las diferentes

alternativas tecnológicas (para mayor información a cerca de los modelos ver

apéndice 2).

7.5.4.1. Métodos para calcular el valor de la línea de base

Al evaluar la efectividad de un determinado proyecto de mitigación de carbono, el carbono

que se captura como producto del proyecto propuesto necesita ser estimado.

En el capítulo cuatro se mencionó que la captura neta del carbono, es decir, el carbono

almacenado en una determinada área como producto de un proyecto de mitigación, es la

diferencia entre el carbono capturado cuando se aplica el proyecto de mitigación y el

carbono capturado si éste no se aplica – caso de referencia o línea de base - (Masera,

1995c), es decir:

Cnet = CTmit – CTref (Ecuación 15 del volumen I. Capítulo 4)

Donde:

Cnet = captura neta de carbono;

CTmit = carbono total fijado al aplicar el proyecto de mitigación;

CTref = el carbono fijado al no aplicar el proyecto – linea de base o caso de referencia.

Los métodos para calcular el carbono fijado al aplicar el proyecto fueron presentados en el

capítulo cuatro del volumen anterior. A continuación se presentan algunas opciones para

calcular las emisiones asociadas al caso de referencia. Una vez que se hayan calculado los

valores del caso en el cual se aplique el proyecto y el del caso de referencia o línea de base

será muy sencillo calcular la captura neta de carbono en el área donde se aplique el

120

proyecto y por lo tanto evaluar la eficiencia del mismo para reducir las concentraciones de

carbono en la atmósfera.10

7.5.4.1.1. Cálculo de las líneas de base y el carbono total fijado en el sector forestal

Las líneas de base pueden ser muy distintas en cada proyecto y se calculan utilizando supuestos distintos Para los proyectos forestales en los que el objetivo principal es reducir los gases de efecto invernadero a través del manejo adecuado y de evitar el cambio no planeado del uso del suelo se tiene lo siguiente:

Línea de base Reducción de

emisiones Duración del

proyecto Captura anual

Almacén de carbono antes del cambio de

uso del suelo al aplicar el proyecto

S(T0).

S(T1) – S(T0) Tanto como ST1 ó mayor a ST0

S(T1) – S(T0)

Notas: S, volumen de gases de efecto invernadero almacenado; T0, período anterior sin proyecto, T1, período actual aplicando el proyecto. Considérese que el S(T0) es equivalente a la línea de base ya que en el período anterior el

proyecto aún no es aplicado, por lo que la captura neta de carbono podría calcularse

utilizando la siguiente ecuación:

Cnet = S(T1) – S(T0)

Es importante mencionar que en la ecuación anterior no se está contemplando que la línea

de base futuro puede implicar un cambio en el S(T) ya sea por procesos naturales o por

procesos humanos. En caso de plantaciones en áreas sin vegetación, este supuesto es

generalmente aceptable, pero para proyectos por ejemplo de conservación de bosques la

proyección futura de emisiones esperadas sin proyecto representa el potencial que se puede

“capturar”, a través de evitar su emisión. Para ejemplificar lo anterior ver gráfica 7.1.

10 En el apéndice 4 se presentan los supuestos que se utilizaron para establecer las líneas de base en otro tipo de proyectos que no son de tipo forestal

121

Dentro esta gráfica podemos distinguir tres opciones:

A. la línea de base significa que sin el proyecto se puede esperar un determinado proceso

de deforestación, que se podría evitar con el proyecto (v.g. prevención de deforestación de

bosques o selvas maduros),

B.- la línea de base es horizontal, es decir que no hay disminución ni aumento, mientras se

crean nuevos reservorios con el proyecto (v.g. plantaciones en áreas abiertas).

C. la línea de base y el comportamiento futuro con el proyecto tienen flujos hacia y fuera

del sistema, es decir los dos escenarios tendrán tendencias futuras de cambios (positivos,

negativos o combinaciones) (v.g. proyectos agroforestales en áreas agrícolas tradicionales,

manejo de bosques en vez de extracción de madera incontrolada, etc).

En el caso A, se tiene que verificar el impacto de cambio de uso de suelo en el futuro, tanto

dentro del área del proyecto como afuera, para verificar que la tendencia del proceso de

deforestación no se desplaza simplemente a otra área.

Gráficas 7.1. (A,B y C). Posibles comportamientos de las líneas de base (sin proyecto y

con proyecto) a lo largo del tiempo

122

MgC

Sin proyecto

Con proyecto

Sin proyecto

Con proyecto

Tiempo

B

A

C

o

Sin proyecto

Con proyecto

Especificaciones para las gráficas

En el caso B, el monitoreo se puede restringir a las áreas plantadas, siempre y cuando se

asegure que las plantaciones no genere un proceso de cambio de uso de suelo en otras

áreas. Por ejemplo, en el proyecto Scolel Té (en Chiapas) el ciclo roza-tumba y quema

123

tradicional se está sustituyendo por dos sistemas alternativos: plantaciones de

enriquecimiento en los acahuales y maíz con frijol nescafé sin quema en las áreas agrícolas.

De esta forma se pretende producir el maíz y frijol permanentemente en la misma parcela,

liberando los acahuales para actividades forestales. El impacto directo del proyecto se

refleja en un aumento de biomasa en el acahual, mientras se evitan fugas con la milpa

permanente.

En el caso C, se tienen que monitorear tanto las tendencias sin proyecto como las

tendencias con proyecto. Cabe señalar que los casos A y C son los que mas problemas

causan, ya que requieren de escenarios claros de tendencias de uso de suelo futuro con y sin

proyecto que sean transparentes, aceptables y verificables.

Otra opción para estimar las emisiones asociadas a las líneas de base consiste en la

utilización de una ecuación, la cual fue formulada para calcular el valor de las emisiones

futuras del escenario de referencia o línea de base en México (Masera et al. 1995).

4n

Ct = ∑ [ci * Di * e –d t – si * Ri * t ]

1

donde Ct es el total de las emisiones de carbono en el año “t”, ci la intensidad en la emisión

de carbono, Di el área de bosque en el año de referencia (t = 0) y di la tasa de deforestación,

si la intensidad de la captura de carbono (en tonC/ha/yr) y Ri el área que se reforesta

anualmente, por tipo de bosque “i”. n es el número de clases de vegetación .

7.5.5. Grado de incertidumbre de las líneas de base

Evidencias históricas de usos del suelo y cambios en el uso del suelo (LU/LC, Land Use,

Land Use Change) así como los flujos de gases de efecto invernadero aplicados en la

determinación de líneas de base han dado como resultado incertidumbres de hasta un 16%.

124

Las variaciones temporales y espaciales en las dinámicas LU/LC y las variaciones en los

almacenes de carbono de cada clase LU/LC son los principales factores que causan el grado

de incertidumbre.

Al variar los supuestos para establecer las líneas de base se han producido diferencias de

entre 31 y 73% en los cálculos de mitigación de carbono y los niveles de incertidumbre

tuvieron valores de hasta 74%.

Las técnicas de simulación para calcular las líneas de base y los flujos de carbono generan

incertidumbres promedio de hasta un 10% en las estimaciones de mitigación de C (de Jong,

2000).

7.5.5.1. Cálculo de la incertidumbre

La incertidumbre total de la estimación de mitigación de carbono puede ser calculada con la

siguiente fórmula (IPCC, 1996):

TU = √ (Σi (Ui)2

en donde TU es la suma de todos los valores de incertidumbre y Ui la incertidumbre de la

variable independiente i (la incertidumbre es la varianza en la tasa de reducción de C, en la

tasa de acumulación de carbono, en la tasa de almacén de C, etc) (de Jong, 2000).

7.6. ADICIONALIDAD

7.6.1. Definición

La cantidad excedente de captura de carbono que se genera como producto del proyecto y

que se obtiene a partir de la comparación con la línea de base es a lo que se conoce como

adicionalidad del proyecto.

125

7.6.2. Métodos para evaluar la adicionalidad

Después de haber determinado la línea de base del proyecto es necesario demostrar que los

beneficios de GEI asociados con el proyecto son verdaderamente adicionales. Las

evaluaciones que han sido utilizadas para elegir los proyectos que entrarán a los programas

del Protocolo de Kyoto (AIC ó MDL), es decir aquellos que cumplen con la condición de

adicionalidad, son las siguientes:

• Evaluaciones tecnológicas – aplicables cuando el proyecto haya incluido la

introducción de nuevas tecnologías o haya removido barreras tecnológicas. Las

evidencias incluyen la comparación entre las prácticas y las tecnologías actuales

adoptadas por el proyecto (Carter, 1997)

• Evaluaciones institucionales – cuando las actividades van más allá del alcance de

los programas de las instituciones que intervienen en el desarrollo del proyecto. La

evidencia incluirá la eliminación de las obligaciones institucionales o la

implementación de medidas extras a las actividades presentes.

• Evaluaciones financieras – demostración de que el proyecto tiene costos más

elevados y más riesgos comparado con las actividades en la línea de base. La

evidencia puede incluir: estimación del financiamiento comercial y un análisis de

costo-beneficio.

Los proyectos deben mostrar su adicionalidad usando una o más (no necesariamente todas)

las evaluaciones anteriores. Como para otros programas de evaluación en éste existen dos

tipos de errores: error tipo I: la aprobación de proyectos sin adicionalidad y error tipo II: la

exclusión de aquellos que si la posean (Chomitz, 1998). El concepto por si mismo es

complicado ya que este requiere de la valoración de escenarios futuros en ausencia del

proyecto.

126

7.6.2.1. Resumen de los métodos que pueden ser utilizados para evaluar la adicionalidad

de un proyecto (Textler, 1999)

Método Ejemplo

Cuantitativos

Estableciendo un escenario de referencia Proyectos que ya han sido planeados y/o

aprobados; proyectos que satisfacen criterios de

inversión y beneficios (Heister, 1996)

Desarrollando líneas de base específicas por

cada sector

Los países huéspedes de un proyecto deberán

reportar las emisiones de las líneas de base para

los sectores incluidos dentro de las AIC para que

los proyectos puedan ser aprobados (Carter,

1997; Wirl et al. 1996)

Métodos cualitativos

Estableciendo normas Criterios del Programa USIJI (USIJI, 1994);

Programa AIJ en Japón (Agencia Ambiental de

Japón, 1997)

Demostrando barreras de implementación Los proyectos deben de reportar si las Partes

involucradas pueden demostrar que una barrera

tecnológica, financiera o institucional puede o no

ocurrir (Martinot, 1997)

Proyectos que automáticamente califican Algunos proyectos como la generación de

energía solar y eólica se consideran adicionales

sin la necesidad de aplicar alguna prueba

7.7. DIFICULTADES Y CONTROVERSIAS RELACIONADAS CON LAS LÍNEAS DE

BASE

La captura de carbono es esencialmente un recurso no renovable. Por lo tanto, los intereses

al respecto son considerables: si hay una pequeña diferencia, por ejemplo, una variación de

un punto porcentual en la suposición de la tasa de pérdida en el almacenamiento de

carbono, puede ocurrir una subestimación de la mitad o una sobreestimación del doble del

efecto neto comprendido para una intervención determinada en un período de 60 años

127

(Tipper et al. 1998). Existe la preocupación de que con métodos poco estudiados y

confiables se tiendan a exagerar los efectos de los proyectos, a menos que se utilice alguna

forma de mecanismo regulatorio para balancear tales intereses. Dichos mecanismos podrían

revisar la evidencia de escenarios de línea base alternativos y hacer juicios tales que los

escenarios fueran lo más correctos posibles.

Sin embargo, la mayor preocupación es que los escenarios de referencia son métodos

meramente descriptivos que llevan a establecer iniciativas gubernamentales inadecuadas

que incrementan las tasas de deforestación en áreas situadas fuera de las cuales se llevan a

cabo las actividades de los proyectos de captura de carbono. Se puede argumentar que los

casos de línea base deben tomar en cuenta la disposición de los países para reducir

emisiones generadas por el cambio de cobertura. De otra manera, países que realizan un

esfuerzo mínimo para conservar sus bosques se beneficiarán más de los proyectos de

compensación de carbono que aquellos que lleven a cabo esfuerzos significativos sin

proyectos de compensación. Si el problema de las iniciativas inadecuadas debe ser dirigido

por los MDL, los mecanismos reguladores deben tener el estatus y las capacidades

requeridas para comparar la efectividad de las políticas forestales y agrícolas entre países.

7.8. CONCLUSIONES

La Implementación del Protocolo de Kyoto requiere de ciertas reglas para evaluar y definir

las líneas de base contra las cuales la reducción de emisiones propias de los proyectos

puedan ser comparadas. Sin embargo la dificultad para definir el comportamiento futuro de

dicho escenario y por lo tanto para establecer los logros en la reducción de emisiones de los

distintos proyectos es considerable.

Las líneas de base deben de considerar la precisión, la inclusión y la conservación. Estos

principios deben de mantener un equilibrio entre ellos mismos y con el principio de que las

líneas de base deben ser prácticas, para lograr que las líneas de base que se construyan para

un determinado proyecto sean lo suficientemente sencillas para que puedan ser

128

implementadas con facilidad y para que provean de incentivos que permitan alcanzar los

objetivos primordiales de la UNFCCC.

Concluyendo, lo que se necesita es un sistema de evaluación con el cual sea posible medir

los logros y los beneficios de los proyectos de mitigación de gases de efecto invernadero.

Un sistema lo suficientemente preciso que permita definir de manera verídica y confiable

los créditos de carbono, lo suficientemente incluyente para asegurar que las ganancias y

pérdidas permanezcan dentro de los límites del proyecto y suficientemente conservador

para asegurar que las partes involucradas obtengan las recompensas generadas (créditos)

como producto de las actividades del proyecto implementado.

Finalmente es necesario que dicho sistema no ponga obstáculos que eviten la

implementación de proyectos útiles y que recompense las actividades y proyectos que sean

consistentes con los objetivos de la UNFCCC.

129

CAPÍTULO OCHO. CARACTERÍSTICAS IMPORTANTES A CONSIDERAR DENTRO DE LOS PROYECTOS DE MITIGACIÓN

8.1.- LIMITES DEL PROYECTO

La determinación de los límites tanto físicos como conceptuales de un proyecto constituyen

pasos fundamentales su diseño e implementación de un determinado proyecto. La

determinación de los límites influye la cantidad de créditos que aquel puede generar a

través de su implementación.

La estimación de los impactos de un proyecto sobre los almacenes de carbono puede

limitarse sólo a la vegetación aérea del área geográfica que abarque el proyecto o bien

considerar el carbono total almacenado considerando también la vegetación subterránea y

los suelos así como los productos de madera, la sustitución de combustibles fósiles por

biocombustibles y otro tipo de cambios a nivel nacional o internacional (IPCC, 1995).

Es debido a lo anterior que para que sea posible evaluar los impactos de un proyecto de

mitigación éste debe proveer los detalles y datos precisos de sus límites espaciales y

temporales, tanto físicos como conceptuales.

Algunos ejemplos de almacenes de carbono y fuentes de emisión que suelen no ser

considerados dentro de los límites del proyecto incluyen:

o Las emisiones asociadas con la preparación y manejo de la tierra que ocurren

antes de la puesta en marcha oficial del proyecto.

o Las emisiones o pérdidas de gases de efecto invernadero asociadas con la

extracción de madera.

o Las emisiones asociadas con el desarrollo del proyecto (transporte terrestre o

aéreo, la maquinaria utilizada, entre otros)

o Las emisiones de combustibles fósiles que se evitan debido al uso de

biocombustibles como sustitutos para la producción de energía.

130

Es por lo tanto muy importante desarrollar un método de estandarización que permita

establecer los límites de un determinado proyecto (IPCC, 1995).

8.2. BENEFICIOS

El beneficio de un proyecto se conoce también como la adicionalidad del mismo, es decir

qué tanto el proyecto contribuye a aumentar los reservorios de gases de efecto invernadero

y a disminuir sus concentraciones en la atmósfera. Esto último, como se mencionó en el

capítulo seis del presente volumen, se estima comparando el escenario de referencia, “sin

proyecto”, o línea de base con el escenario del proyecto.

Los beneficios asociados a un proyecto de mitigación individual se pueden monitorear y

cuantificar con mucha mayor facilidad que los inventarios nacionales de emisiones y

captura debido a que los primeros poseen límites mejor definidos, mayor y mejor

estratificación del área bajo proyecto, mayor eficiencia de muestreo y a que los reservorios

que deben ser medidos están bien identificados.

Como se demostró en el volumen anterior, existen varios métodos y tecnologías para medir

el carbono contenido en la vegetación y los suelos, los cuales están basados en principios

provenientes de inventarios forestales, estudios de suelo y ecológicos. Sin embargo y como

también se mencionaba en aquel volumen estos métodos no han sido universalmente

aplicados en los proyectos y los métodos para evaluar los beneficios de carbono aún no han

sido estandarizados. Es importante mencionar que tan solo los reservorios que sean

monitoreados y medidos podrán ser incluidos en los beneficios de un determinado proyecto

(IPCC, 1995).11

Los beneficios de los proyectos de mitigación se estiman obteniendo la diferencia entre el

escenario del proyecto y el caso de referencia o caso sin proyecto.

11 En la sección 7.5.1.2 del capítulo 6 se presenta una discusión más detallada de este tema.

131

Estimar el valor del caso sin proyecto puede resultar bastante problemático debido a que es

necesario predecir los cambios que ocurrirían en caso de que el proyecto no fuese

implementado. Estos cambios son difíciles de predecir, particularmente en las prácticas de

manejo forestal y de usos del suelo, debido a que la existencia de varios factores tales como

los socio-económicos, los culturales y los políticos pueden provocar aquellos cambios. A

continuación se presentará un ejemplo más de cómo se han determinado los casos sin

proyecto y como se han estimado los beneficios de carbono. Se presentará el método que

fue utilizado para dos tipos distintos de proyecto: (1) reducción de la tala y (2) Evitar la

conversión de áreas forestales en tierras agrícolas.

8.2.1. Reducción de la tala

En el caso de que el proyecto consista en reducir o evitar la tala, el caso sin proyecto será

aquel en donde la tala siga ocurriendo. Para generar la línea de base en este caso, se deben

estimar los cambios en los reservorios de carbono más importantes en las áreas donde el

proyecto no se esté llevando a cabo. Los reservorios de carbono que se deben de ser

considerados son la vegetación aérea, la biomasa muerta12 y los productos de madera. En

fórmula:

Beneficios de carbono por la prevención de la tala = ∆ C en la biomasa viva + ∆ carbono en

la biomasa muerta + ∆ carbono en los productos de madera

donde: ∆ es el carbono contenido en la biomasa en el caso del proyecto menos el carbono

contenido en la biomasa del caso sin proyecto, es decir es el cambio que ocurre en los

reservorios de carbono.

∆ carbono biomasa viva = (carbono en la biomasa por el daño de la tala + carbono de la

madera extraída) x factor de crecimiento.

12 La biomasa muerta en el caso sin proyecto se compone de las copas de los árboles que son talados y de las

ramas y otras partes de los árboles que se dañan cuando al ser talados caen otros.

132

Para estimar el cambio en la biomasa viva puede medirse esta variable en un área antes y

después de que esta sea talada. La diferencia proporcionará el cambio en el C de la biomasa

viva. Sin embargo, al emplear este método se tienen errores muy grandes por lo cual no es

muy recomendable utilizarlo.

El método que se propone en la fórmula anterior es más confiable. En aquel, el cambio en

la biomasa viva entre los casos con o sin proyecto es el resultado de la extracción de

madera y el daño de los árboles que no son talados por las actividades de tala.

La cantidad que se obtenga del paréntesis en la fórmula (1), expresada por unidad de área y

multiplicada por el área que es talada al año proporciona el cambio total de biomasa viva

pero sin el ajuste que debería incluir debido a los efectos de la tala sobre la vegetación que

no es talada. El multiplicar por el factor de crecimiento se debe a que es necesario

considerar el impacto de la tala sobre el crecimiento de la vegetación remanente después de

la tala. La tala podría tener uno de los siguientes dos efectos:

1.- Si la tala estimula el crecimiento de los árboles remanentes, entonces detener la tala

provocaría una reducción en la captura de carbono por parte de la vegetación que no es

talada. Los beneficios de carbono se reducirína al restarle aquella cantidad y el factor de

crecimiento tendría un valor menor a uno.

2.- Si la tala provoca que el crecimiento de la vegetación remanente disminuya, detener la

tala provocaría un mayor crecimiento y un aumento en los beneficios de carbono y el factor

de crecimiento en la ecuación (1) sería mayor a uno.

A pesar de lo anterior aún no queda claro como la tala afecta el crecimiento de la

vegetación en las áreas taladas recientemente. Es por ello que, para los proyectos que evitan

la tala de bosques, es necesario conocer el efecto de esta actividad sobre la vegetación y los

árboles remanentes.

133

∆ Carbono en la biomasa viva = (biomasa muerta por el daño provocado por la tala x factor

de descomposición)

En los proyectos cuyo objetivo es reducir los impactos de la tala, la madera muerta no

puede ser ignorada debido a que esta actividad incrementa el tamaño de este reservorio. En

el caso del proyecto, detener la tala, provoca una reducción en la cantidad de C en la

biomasa muerta por lo tanto el cambio de este reservorio como producto del proyecto será

negativo, es decir que el carbono en la biomasa muerta del proyecto es menor al del caso

sin proyecto. El cambio obtenido en el carbono contenido en la biomasa muerta debe ser

corregido considerando el factor de descomposición. Los factores de descomposición para

los diferentes clases de vegetación pueden se encuentran en la literatura (Delaney et al.

1998). Sin embargo es necesario hacer estudios y proponer métodos para poder determinar

los factores de descomposición específicos para cada proyecto.

∆ carbono en los productos de madera = (madera extraída x la proporción de aquella

convertida a productos de vida larga)

Detener la tala reduce el reservorio de C en los productos de vida larga debido a que la

fabricación de nuevos productos se reduce; el cambio en el reservorio de los productos de

madera, entre el caso con proyecto y el caso sin proyecto, es negativo.

8.2.1.1. Conversión de áreas forestales en tierras agrícolas

Por lo general la línea de base de este tipo de proyectos se establece utilizando una

proyección de la demografía humana en las zonas adyacentes al área del proyecto (Killeen,

1999).

Los dos factores que provocan la conversión de las áreas forestales a tierras de cultivo son

el incremento de las poblaciones humanas y la consecuente demanda de tierras de cultivo.

134

Para calcular el beneficio de carbono de este tipo de proyecto se sugiere utilizar la siguiente

ecuación:

El beneficio de carbono producto de la reducción en la conversión = ∆ de carbono total en

la biomasa + ∆ carbono del suelo

La pérdida de carbono que ocurre cuando los bosques son convertidos a tierras para la

agricultura provienen de dos fuentes: (a) de la pérdida de la biomasa de los bosques cuando

la tierra es talada y (b) de la quema y oxidación del suelo.

(a) La pérdida de carbono por el cambio en la biomasa se calcula como el producto del área

de tierra talada y la diferencia entre el carbono contenido en la biomasa del bosque (suma

de los árboles, hojarasca, humus, madera muerta y raíces) y la biomasa del cultivo agrícola.

(b) La pérdida de carbono por el cambio en el carbono del suelo se calcula como el

producto del área talada (cleared), el promedio de carbono en el suelo del bosque y el

promedio de la tasa de oxidación. Como ejemplo en el proyecto Noel Kempff Mercado

National Park (Brown et al. 2000) los beneficios de carbono estimados por evitar la

conversión de bosques a tierras agrícolas tuvo valores de entre 1.5 - 2.5 Tg (Tg = g x 10 12)

a lo largo del tiempo de vida del proyecto.

8.3. FUGAS

8.3.1. Definición y ejemplos

El término fugas se define como el aumento o la disminución de los beneficios de gases de

efecto invernadero propios del proyecto debido a que las actividades propuestas por el

mismo causan cambios en las actividades en otras zonas, fuera de los límites establecidos al

plantear el proyecto. Dos ejemplos de esto serían los siguientes: a) conservar bosques que

hubieran sido deforestados para usarlos como tierras de agricultura podría desplazar a los

campesinos y granjeros a un área que estuviese fuera del proyecto. En ese lugar aquellos

135

deforestarían y provocarían un cambio de uso del suelo y b) detener o reducir la tala de

bosques, lo cual podría producir que la tala se incrementara en otra región o en otro país

para satisfacer las necesidades del mercado (a esto último se le conoce como efectos de

mercado).

Se puede decir entonces que el desplazamiento de las actividades originales y sus emisiones

asociadas debido a la implementación del proyecto es a lo que se define como fuga (IPCC,

1995).

A pesar de lo anterior, los proyectos también pueden generar mayores beneficios que los

anticipados y esta situación se conoce como fuga positiva o derrames. Por ejemplo si un

proyecto introduce una aproximación o tecnología nueva para el manejo de la tierra, y

aquellas son adoptadas por proyectos fuera del límite del proyecto de mitigación, los

beneficios de gases de efecto invernadero serán mucho mayores que los esperados en un

principio.

8.3.2. Efectos de las fugas y sus tipos

8.3.2.1. Efectos

Las fugas han sido divididas en tipos según sus efectos. Los efectos siguientes son los más

relevantes para los proyectos forestales y de uso del suelo.

• Efectos de mercado. Estos ocurren cuando las actividades propias del proyecto

cambian el equilibrio de la demanda y el suministro de recursos. Lo que ocurre

generalmente, es que las demandas de recursos no puedan ser cumplidas debido a

que el proyecto reduce el suministro o porque inesperadamente se reducen las

demandas. Por ejemplo los proyectos de plantaciones a gran escala pueden provocar

la disminución de los precios locales de los productos fabricados a base de madera

causando que las plantaciones vecinas se dediquen a otra actividad y se transformen

en pastizales o en zonas con vegetación de poca biomasa (Fearnside, 1995. IPCC).

136

• Cambio de actividad. Esto ocurre cuando la actividad que está causando la emisión

de carbono y la cual esta siendo evitada como parte de las actividades del proyecto

es llevada a una zona fuera de los límites del mismo.

8.3.2.2. Tipos

A pesar de que la experiencia aún es limitada, los estudios de caso han encontrado que las

dinámicas del paisaje pueden indicar que potencial de fugas tendrá un proyecto. Los

potenciales se han dividido en dos grandes grupos:

• Fugas nulas o bajas. Se ha observado que los proyectos que son implementados en

tierras que tienen poca o ninguna competencia con zonas cercanas tienen muy poca

probabilidad de provocar un impacto en áreas cercanas y que no estén consideradas

dentro de las actividades del proyecto. El potencial de fugas en este tipo de tierras es

mínimo (IPCC, 1995).

• Fugas moderadas o altas: El impacto de un proyecto puede extenderse más allá del

área en la que se implementan las actividades de un determinado proyecto en los

siguientes casos:

en las tierras que tiene usos que compiten con los de tierras cercanas y

en tierras en las que existen establecimientos humanos y donde los factores

como el crecimiento de la población, la producción agrícola y el aclareo de

bosques para la exportación, la agricultura de subsistencia, la necesidad de

biocombustibles y los problemas relacionados con la deforestación

interactúan (Brown, 1998).

Es importante mencionar que si los beneficios netos de gases de efecto invernadero de un

determinado proyecto que se estimen, no consideran las emisiones que se generan por fuera

de los límites del proyecto como producto de los efectos de las actividades del mismo, la

137

probabilidad de que ocurran fugas es muy alto. Por ejemplo un proyecto que detenga

totalmente la conversión de los bosques a tierras para cultivo sin dar ninguna alternativa de

desarrollo económico a los habitantes del lugar generará fugas importantes ya que la gente

buscará continuar sus actividades y tener ingresos en las áreas cercanas a la reserva que no

estén protegidas. En resumen lo que ocurre es que la actividad que se está tratando de evitar

sólo se cambia de lugar y las emisiones siguen siendo las mismas.

Así como lo expuesto anteriormente, también los cambios en políticas y leyes tanto

nacionales como internacionales pueden provocar fugas en los proyectos. Por ejemplo

cuando un gobierno cambia sus políticas con el objetivo de reducir sus emisiones, las

emisiones pueden ser desplazadas a otros países.

8.3 3. Métodos para monitorear las fugas

Hasta hoy sólo dos aproximaciones han sido utilizadas y propuestas para monitorear el

grado de fugas de un proyecto. Una de ellas se basa en la determinación correcta del área

espacial para el monitoreo de los efectos del proyecto; y la otra identifica los indicadores

claves de la presencia del fugas basado en el cambio de uso y el manejo del suelo.

• Monitoreo por área: las fugas pueden ser monitoreadas a través de la expansión de

los límites del proyecto. Por lo tanto el área monitoreada debiera ser más grande que

el área en donde los proyectos son implementados (Trextler, 1998, Brown, 1997).

Los límites potenciales y susceptibles al monitoreo de las fugas son a nivel del

proyecto, a nivel local/regional y a nivel global.

Límites a nivel del proyecto. Los proyectos que sean implementados en

zonas que no tienen o tienen pocos usos competitivos necesitan considerar

tan sólo el área de las actividades directas del proyecto debido a que el

impacto del proyecto no saldrá por fuera de los límites del mismo. Ejemplo

de este tipo de proyectos es el proyecto RUSAFOR en Rusia.

138

Límites regionales/locales. Cuando la tierra tiene usos competitivos o se le

asocian ciertos factores como la emigración, el crecimiento poblacional o la

necesidad de combustibles, el impacto del proyecto tendrá muchas

posibilidades de extenderse más allá de los límites del mismo hacia áreas o

regiones cercanas (Brown, 1998). Se recomienda en estos casos extender el

monitoreo incluyendo los mercados de madera, de ganado y alimenticio

(Chomitz, 2000).

Límites globales. Otro grupo de proyectos son aquellos que implican la

extracción de madera y la producción agrícola para la exportación. En estos

casos si el proyecto causa una restricción en los productos que normalmente

son producidos, se pueden producir las fugas debido a que el proyecto no

será capaz de afectar de la misma manera la demanda del mercado mundial.

• Monitoreo a través de indicadores clave. Estudios al nivel de proyecto han sugerido

que los indicadores claves pueden ser calculados determinando de que manera el

proyecto en cuestión desplaza a las actividades responsables de la emisión de

carbono en lugar de reemplazarlas o sustituirlas (Brown et al. 1997). Por ejemplo,

para monitorear el potencial de fugas de un proyecto cuyo objetivo sea el de

sustituir los niveles convencionales de extracción de madera por niveles mas bajos,

el producción de madera será el indicador clave que debería de monitorearse. Si

aquella decrece, mientras que los precios y la demanda de los productos de madera

se mantienen, entonces el proyecto tiene una gran posibilidad de que se presenten

fugas. Lo anterior debido a que se asume que de las áreas por fuera del proyecto

será extraída la madera necesaria para cumplir con las demandas (Brown et al.,

1997). De la misma manera en zonas donde la demanda por productos agrícolas esté

provocando el cambio del uso de suelo, un proyecto que detenga dichas actividades

pero que no incremente la productividad agrícola en la misma u otras zonas muy

probablemente tendrá fugas.

139

8.3.4. Identificación de las posibilidades que las fugas ocurran

Hasta hoy dos aproximaciones han sido propuestas y utilizadas para identificar el las fugas

y pueden ser empleadas ya sea independientemente o de forma simultánea. Una posibilidad

de identificación es a nivel del proyecto a través del diseño del proyecto o reestimando los

beneficios netos de gases de efecto invernadero del mismo. Sin embargo existe

incertidumbre de que tanto las aproximaciones propias del proyecto pueden identificar las

posibilidades de fugas. Como respuesta a esto último han sido propuestas aproximaciones a

otro nivel que incluyen el desarrollo de líneas de base regionales y nacionales y el

establecimiento de coeficientes de riesgo para cada tipo de proyecto. Las posibilidades son

las siguientes:

• que las fugas sean identificadas durante el diseño del proyecto.

• que las fugas ocurran después de la implementación del proyecto. En este último

caso los encargados del proyecto deberán realizar una serie de actividades

adicionales para mitigar dichas fugas o bien monitorear y subsecuentemente revisar

las estimaciones de la emisión de gases de efecto invernadero (IPCC, 1995).

8.3.5. Prevención de las fugas

Las fugas pueden ser prevenidos o anticipados dentro del diseño del proyecto mismo,

distinguiendo y dándoles la suficiente importancia a las demandas presentes y futuras de

productos o recursos (tierra para cultivo, madera y combustible a base de madera)

contribuyendo así a hacer menos drástico el cambio en el uso de la tierra propuesto por el

proyecto.

140

8.3.5.1. Elementos importantes para evitar las fugas

Los elementos en el diseño del proyecto que podrían evitar que se presentaran las fugas son

los siguientes y su aplicación dependerá del contexto físico y socioeconómico en el que sea

planteado el proyecto. Estos elementos incluyen:

• proveer de beneficios socioeconómicos a los habitantes de las zonas donde se

aplique el proyecto con el objetivo de crear incentivos para que el proyecto y sus

beneficios de gases de efecto invernadero sean mantenidos.

• usar tecnología que se pueda transferir y repetir ya que en caso de ser necesario las

actividades del proyecto podrían ser aplicadas también por fuera de los límites del

mismo y evitar así que ocurran las fugas.

• Desarrollar proyectos que se caracterizan por tener diferentes tipos de componentes.

Esto último se debe a que en ellos se pueden combinar las actividades propias del

proyecto para alcanzar las demandas que llevan a producir los cambios de uso de

suelo. Ejemplos de este tipo de proyectos son: el proyecto PAP (Protected Areas

Project) en Costa Rica y el proyecto CARE en Guatemala (IPCC, 1995).

8.4. DURACIÓN

Uno de los principios fundamentales del Protocolo de Kyoto es que los proyectos de

mitigación (LULUCF) deben generar cambios importantes y a largo de plazo en el almacén

de carbono terrestre y en la disminución de las concentraciones de CO2 en la atmósfera. La

definición de “largo – plazo “ varía enormemente y no existe un consenso claro de cuál

debe ser la duración de los proyectos (IPCC, 1995).

Durante la fase piloto de las AIC, los proyectos han propuesto diversas duraciones, desde

20 años (Proyecto de Áreas Protegidas en Costa Rica, Trines, 1998) a 99 años (Proyecto

Face Foundation, Verweij y Emmer, 1998). Lo anterior ha producido incertidumbre en

141

todas las partes involucradas en los proyectos, desde las organizaciones evaluadoras hasta

los inversionistas y aquellos encargados de desarrollar e implementar el proyecto.

8.4.1. Aproximaciones para determinar la duración de un proyecto

Debido a lo anterior es necesario buscar un método para determinar que período de tiempo

deberá ser utilizado para cuantificar los beneficios de gases de efecto invernadero

generados por un determinado proyecto. Para definir la duración que deberían tener los

proyectos las siguientes aproximaciones han sido propuestas:

8.4.1.1. Duración permanente

Esta aproximación propone que los beneficios que generen los proyectos deben ser

mantenidos indefinidamente. Este argumento se basa en la asunción que “la marcha atrás”

de los beneficios de gases de efecto invernadero en cualquier momento invalidaría por

completo un determinado proyecto (Maclaren, 1999; Carbon Storage Trust, 1998), y que la

conservación o mantenimiento de los reservorios de carbono en perpetuidad podrá

contrarrestar los efectos ambientales de los gases de efecto invernadero que se emiten como

producto de la quema de combustibles fósiles. Se argumenta también que este es la única

aproximación compatible con el método de cambios en los almacenes de gases de efecto

invernadero actualmente utilizado por el IPCC para los inventarios de gases de efecto

invernadero (Houghton et al., 1997). Las críticas para esta aproximación incluyen:

• Que resulta imposible garantizar que un proyecto permanecerá o se desarrollará

para siempre

• Que el mantenimiento permanente de los proyectos podría crear conflictos con otros

usos de la tierra en el largo plazo

• Que debido a la tasa de decaimiento de los gases de efecto invernadero en la

atmósfera no hay necesidad alguna para pretender que los efectos de mitigación

sean permanentes

142

8.4.1.2. Duración de 100 años

Los beneficios de un proyecto tienen que ser mantenidos por un período al menos de 100

años para que se puedan cumplir los Potenciales de Calentamiento Climático adoptados por

el Protocolo de Kyoto. A pesar de que esta aproximación posee limitantes, ha sido adoptada

para su uso dentro del Protocolo de Kyoto para estimar las emisiones totales de gases de

efecto invernadero en base a los equivalentes de CO2.

8.4.1.3. Duración basada en los equivalentes de gases de efecto invernadero .

En esta aproximación los beneficios de gases de efecto invernadero tienen que ser

mantenidos hasta que se contrarreste el efecto de las cantidades equivalentes de gases de

efecto invernadero emitidas a la atmósfera. Últimamente han sido desarrolladas variaciones

a esta aproximación en las cuales se propone que la duración de los proyectos sea de 55

años (Moura-Costa y Wilson, 2000) o 100 años (Fearnside et al. 2000).

8.4.1.4. Duración variable

Esta aproximación admite que cada proyecto tendrá duraciones operacionales distintas. Si

se observan las duraciones propuestas de muchos proyectos actuales se puede concluir que

esta aproximación es la que ha sido utilizada durante la fase piloto de la implementación de

las actividades conjuntas.

Para concluir esta sección habría que mencionar que la definición clara de la duración

mínima que tendrá un proyecto determinado facilitará la evaluación de los beneficios de

gases de efecto invernadero que aquel genere y contribuirá a reducir la incertidumbre de

todas las Partes involucradas en el desarrollo del proyecto.

8.5. RIESGOS

La cuantificación de las emisiones y el almacén de los gases de efecto invernadero producto

de un determinado proyecto de mitigación está sujeta a varios riesgos. Algunos de estos

143

tales como los incendios, las pestes, las enfermedades y las tormentas son inherentes a

ciertas actividades del uso del suelo, particularmente en los bosques, mientras que otras

como las políticas y económicas son genéricas y pueden suceder en cualquier tipo de

proyecto. Los riesgos así como la incertidumbre pueden ser estimados y evitados. Para

lograr esto último se sugiere el empleo de diversas estrategias, entre las cuales se

encuentran: el establecimiento de créditos de carbono de contingencia, el asegurar los

proyectos y poseer un conjunto de proyectos de carácter heterogéneo, así en el caso de que

uno de ellos se vea afectado por alguna circunstancia los otros seguirán cumpliendo su

función (IPCC, 1995).

8.6. BENEFICIOS ADICIONALES DE LOS PROYECTOS DE MITIGACIÓN

A manera de conclusión para este capítulo mencionaremos los beneficios adicionales que

cualquier tipo de proyecto de mitigación debería de proporcionar a la sociedad. Entre

algunos de estos beneficios se encuentran: la producción de combustibles a base de madera,

la fabricación de productos de madera, las parcelas comunales para la extracción de

madera, los cultivos agroforestales, la conservación del suelo, la protección de la

biodiversidad y del sistema hidrológico y el desarrollo socioeconómico (de este tema se

hará una discusión más extensa en el próximo volumen).

144

CAPITULO NUEVE. RECOMENDACIONES PARA LA OPERACIÓN DE LA

OFICINA DE MITIGACIÓN

9.1. ATENCIÓN ESPECIALIZADA DE PROYECTOS DE MITIGACIÓN EN EL

SECTOR FORESTAL

En relación con la atención especializada de proyectos de mitigación en el sector forestal, la

Oficina Nacional de Acción Climática requiere avanzar como instancia técnica

especializada (CICC, 2000). Dentro de las tareas que incumben dicha oficina destacan:

1. Establecer un esquema técnico para la selección, cuantificación, verificación e

información sobre proyectos de mitigación en México.

2. Promover la elaboración y validación de normas, reglas, mecanismos de

acreditación y certificación – de acuerdo con lo que estipule la Convención Marco –

para el registro y análisis de proyectos de captura de carbono y la posible emisión

de certificados.

3. Coordinar la elaboración, consulta y validación de las actualizaciones del Inventario

Nacional de Emisiones de Gases de Efecto Invernadero, incluyendo la elaboración

de informes y comunicaciones al respecto.

9.2. ASISTENCIA EN LA CREACIÓN Y CONSOLIDACIÓN PARA EL

DESARROLLO DE PROYECTOS DE MITIGACIÓN

La Oficina puede fungir como catalizador en la creación y consolidación de entidades

sociales y privadas nacionales y/o regionales que desarrollen proyectos de mitigación. Se

recomienda la creación de un Comité Asesor Científico en el sector forestal que apoye a la

Oficina con asesoría técnica a la Comisión Intersectorial de Cambio Climático y a la

Oficina Nacional de Acción Climática, en las actividades que éstas requieran. El comité

asesor científico tendría las siguientes funciones (CICC, 2000):

145

• Asesorar técnicamente a la comisión intersecretarial de cambio climático y a la

oficina nacional de acción climática

• Orientar a la comisión intersecretarial de cambio climático en sus tareas de

formación de recursos humanos y desarrollo de capacidades institucionales, en

materia de cambio climático

• Participar en la validación de la actualizaciones del Inventario Nacional de

Emisiones y de los informes o comunicaciones nacionales que se presentan ante la

Convención Marco de la Naciones Unidas sobre el Cambio Climático

• Diseñar estrategias para un adecuado aprovechamiento de las oportunidades en

materia de transferencia tecnóloga, derivadas de los acuerdos internacionales

• Identificar oportunidades para fomentar el diseño y desarrollo de proyectos de

mitigación

• Realizar recomendaciones sobre el destino de las aportaciones para el desarrollo de

estudios, derivadas de organismos y convenios internacionales

• Elaborar recomendaciones técnicas sobre proyectos relevantes de mitigación

Para garantizar un adecuado funcionamiento de la Oficina Nacional de Acción Climática,

es importante que dicha Oficina cuente con la capacidad y calidad técnica y normativa e

infraestructura permanente, que faciliten un seguimiento interinstitucional de sus políticas,

procedimientos y actividades.

9.3. ESTABLECIMIENTO DE UN CONSEJO CONSULTIVO DE CAMBIO

CLIMÁTICO

Se recomienda también establecer un Consejo Consultivo de Cambio Climático,

conformado por representantes de todos los sectores de la sociedad y los interlocutores de

todas las Secretarías de la Administración Pública Federal. Entre las principales funciones

del Consejo son (CICC, 2000):

146

• Dar seguimiento de las acciones planteadas en la Estrategia Nacional de Acción

Climática

• Impulsar y concretar en el plano regional, local o sectorial, la instrumentación de

acciones y proyectos relacionados con la variabilidad climática, la adaptación, la

mitigación y la vulnerabilidad climática, entre otros aspectos relacionados con el

cambio climático

• Fortalecer la participación de las instituciones académicas y de los centros de

investigación científica y tecnológica locales o sectoriales, en el desarrollo de

proyectos en materia de cambio climático

• Difundir la Estrategia Nacional de Acción Climática en los diferentes órdenes de

gobierno y sectores que representa

• Establecer mecanismos permanentes de participación de los sectores representados,

a fin de incorporar las sugerencias, comentarios y adecuaciones que resulten de sus

diversas reuniones, sobre el proceso de toma de decisiones en materia de cambio

climático

• Promover que las políticas públicas y los programas de investigación locales y

regionales consideren en su diseño la importancia de la acción climática

En síntesis, se recomienda que la Oficina de Nacional de Cambio Climático cuenta con los

instrumentos y normas necesarios para la toma de decisiones en materia de cambio

climático y procesos de mitigación. El Comité Asesor Consultivo ayudará a la Oficina para

la evaluación técnica de informes, proyectos, o comunicaciones sobre Cambio Climático,

mientras el Consejo Consultivo le asistirá en la evaluación y seguimiento de la Estrategia

Nacional de Acción Climática. La Oficina Nacional de Cambio Climático en particular

dará seguimiento a las acciones que se deriven de la Estrategia Nacional de Acción

Climática.

147

APÉNDICE 1. Definición de biomasa

El término biomasa vegetal es la suma total de materia orgánica viva de las plantas

fotosintéticamente activas en una unidad de área dada tanto arriba como abajo del nivel del

suelo (Garcidueñas, 1987). La biomasa es un parámetro ecológico muy importante que nos

ayuda a entender la dinámica de la energía en el ecosistema, como resultado de la

acumulación de la materia orgánica producto de la fotosíntesis; a cuantificar la cantidad de

nutrientes que se encuentran en la vegetación y a diferenciar los estados de sucesión

(Gillespie et al. 1990).

En los ecosistemas forestales los principales componentes de la biomasa vegetal viva son:

los fustes de los árboles, las ramas, la corteza, el follaje, las estructuras reproductivas, las

raíces - no incluyendo ramas ni raíces muertas - , y generalmente se expresa en términos de

peso verde, seco o de peso seco libre de cenizas (peso orgánico), siendo lo más común

referirla a peso seco (Garcidueñas, 1987).

La producción y el aumento de la biomasa está influenciada por diversos factores tales

como clima, especie, edad, calidad del sitio, fertilización, posición sobre la pendiente,

elevación, exposición, densidad del rodal, sistema silvícola aplicado, región geográfica,

variación genética, año de muestreo, contaminación atmosférica y cambios estacionales,

entre otros.

148

APÉNDICE 2. Metodologías de muestreo para determinar contenido de biomasa

Las diferentes técnicas que pueden ser usadas en la estimación de la biomasa, dependen del

presupuesto disponible, la precisión requerida, la estructura y la composición de la

vegetación. Algunas de estas técnicas son las siguientes:

I. Métodos de muestreo para determinar la biomasa aérea

1.- Para medir árboles de diámetro mayor a 5 cm en áreas con proyecto o sin él puede

utilizarse un grupo de parcelas permanentes y continuas. Con este método al mismo tiempo

pueden muestrearse la biomasa menor a 5 cm de diámetro, la hojarasca y el suelo.

A) Determinación del tamaño y la forma de las parcelas permanentes.

El tamaño óptimo de las parcelas puede ser calculado utilizando la siguiente ecuación:

Tamaño = P1 = t2 /m

Donde: P1 = tamaño de la parcela en muestreos anteriores para determinar el tiempo y la

variación en cada unidad de área; t = tiempo promedio de viaje entre parcelas vecinas en

minutos; m = tiempo promedio de muestreo para la parcela de tamaño P1 en minutos.

Para calcular el tamaño óptimo de la parcela es necesario medir tres parcelas de tamaño P1.

Las parcelas deben estar separadas por las mismas distancias que en inventarios anteriores.

La velocidad de viaje entre las parcelas y el tiempo de medida entre la parcela (m) deben de

ser registradas. Para calcular t, es necesario dividir la distancia entre las parcelas vecinas

entre la velocidad de viaje, o calcular el tiempo promedio de viaje entre las parcelas.

149

Tabla 1. Radio de las parcelas para los inventarios de biomasa y de carbono.

Tamaño de la parcela (m2)

Radio de la parcela (m)

Área por árbol (m2/ árbol)

Aplicación

100 5.64 0-15 Vegetación leñosa muy densa, con plantas de tallo de diámetro pequeño y distribución uniforme de troncos medios, sin troncos grandes.

250 8.92 15-40 Densidad de vegetación leñosa moderada.

500 12.62 40-70 Vegetación leñosa moderadamente dispersa.

666.7 14.56 70-100 Vegetación leñosa dispersa.

1,000 17.84 > 100 Vegetación leñosa muy dispersa o bosques maduros.

B) Método del punto dividido en cuatro.

Este método es utilizado para medir la vegetación natural antes de llevar a cabo los

proyectos de mitigación. Como datos utiliza las distancias entre puntos de muestreo

colocados sistemáticamente y el árbol o arbusto más cercano.

Los pasos generales para este método son:

1. Establecer una serie de líneas de muestreo paralelas separadas 100 metros. Marcar

puntos de muestreo cada diez metros a lo largo de cada línea.

2. En cada punto de muestreo, dividir el área inmediata en cuatro partes, usando la

línea de muestreo más una segunda línea que cruce, de manera perpendicular, la

línea de muestreo.

150

3. Colectar datos de las especies y su diámetro utilizando una forma de recolección de

datos. Para arbustos y árboles pequeños, con poca ramificación, medir su diámetro a

treinta centímetros por arriba del suelo; para árboles más grandes medir su diámetro

a 1.3 metros. Por último, medir la distancia de cada árbol o arbusto al punto de

muestreo. Un mínimo de 100 medidas deben de ser tomadas.

4. Para calcular las distancias promedio:

• Promediar las 4 distancias de cada punto de muestreo, posteriormente promediar

las distancias de cada punto de muestreo de toda el área de muestreo. Usar este

número para calcular el área promedio por árbol como: M = d2, donde M es el

área promedio del árbol en metros cuadrados, y d es la distancia promedio de

toda el área de muestreo.

• Para el área de muestreo total, calcular la densidad utilizando la fórmula: D =

10,000/M, donde D = árboles por hectárea.

• Construir una tabla que incluya todas las clases de diámetro y estimar con esos

datos la biomasa, la cual deberá ser obtenida de una tabla de biomasa.

C) Tablas de biomasa

Para relacionar el diámetro y el número de plantas por hectárea con la biomasa total, son

necesarias tablas de biomasa o ecuaciones. Las tablas de biomasa se construyen para las

especies más importantes de la vegetación nativa de un lugar. Cuando estas tablas no están

disponibles, existen tres alternativas:

1. Desarrollar tablas de biomasa para cada especie importante de árbol, utilizando el

método de muestreo destructivo que será explicado más adelante. Las tablas de

biomasa son el método más preciso para conocer la biomasa total, pero también el

más caro.

151

2. Desarrollar tablas de biomasa agrupando las especies. Los mejores agrupamientos

pueden ser hechos en base a la clase morfológica, por ejemplo, árboles de un solo

tronco, árboles con múltiples troncos, arbustos, etc.

3. Usar una de las ecuaciones generales existentes para calcular la biomasa. Este

último es el método menos preciso, pero también el más económico. Debido a la

gran variedad de especies en base a las cuales están hechas estas ecuaciones, este

método no debe ser utilizado a excepción de cuando las alternativas 1 y 2 no fuesen

posibles.

Las tablas de peso de biomasa muestran el peso promedio de árboles individuales de una o

más dimensiones y se basan solamente en el diámetro para tablas locales o diámetros del

tronco con altura. Las tablas emplean datos obtenidos de muestreos destructivos. A través

de análisis de regresión, el peso de las hojas y de la madera puede ser relacionados con el

diámetro y la altura13.

D)Método del árbol promedio

A diferencia de los métodos alométricos (basados en ecuaciones), esta técnica es una

alternativa poco costosa, efectiva y relativamente rápida. El concepto que sustenta este

método es que un árbol de tamaño promedio tiene también una cantidad promedio de

biomasa.

De manera muy general, la técnica consiste en seleccionar uno o varios árboles con un área

basal promedio. Con los árboles seleccionados se lleva a cabo un muestreo destructivo para

determinar su biomasa. La biomasa total se calcula como el producto del peso promedio del

árbol obtenido y el número de árboles que componen el área en estudio14. Este método es

útil para zonas con árboles coetáneos.

13 Ver apéndice 3

152

E) Volumen de la madera.

Para determinar indirectamente el fuste de los árboles puede considerarse el volumen de la

madera y convertirlo a peso multiplicando el volumen por la densidad.

F) Muestreo destructivo.

Este método consiste en hacer un muestreo de toda la vegetación que se encuentre en el

área de estudio. Las muestras se deben localizar, cortar, clasificar, secar y finalmente pesar

para obtener así el contenido de biomasa en aquellas muestras. La ventaja de esta técnica es

que da más precisión en la medición de biomasa, de una muestra en particular pero puede

ser muy imprecisa cuando se hacen estimaciones en áreas grandes. La superación de estos

problemas depende de un buen diseño de muestreo. El método es más conveniente para

vegetación herbácea.

G) Método de introspección lineal y planar.

Estima el volumen de la vegetación en vez del peso y no requiere cortar muestras excepto

para verificar. El volumen de la vegetación por unidad de área y la biomasa son calculados

considerando la geometría de la vegetación. El método es más conveniente para madera

muerta y se aplica en los casos en los que el muestreo destructivo es impracticable.

H) Peso estimado relativo

De cuatro cuadrantes vecinos observados, el cuadrante con la biomasa más abundante es

cortado y pesado. Los pesos de los otros cuadrantes son estimados como fracción del peso

del cuadrante medido. La precisión, en las estimaciones de biomasa en grandes extensiones

de terreno, es menor para la vegetación herbácea, la maleza anual y los arbustos.

14 El apéndice número 4 de la guía de Winrock para monitorear el almacén de carbono en los bosques presenta información más

detallada de este método.

153

I) Método comparativo de cosechas

Este método compara distintas referencias estándar de peso conocido. El peso de cada

nueva muestra es estimada en términos del registro de pesos de la referencia estándar. El

método es conveniente para la vegetación que es espacialmente homogénea.

J) Foto clave

Este método consiste en producir varias foto-clave de tipos de vegetación y biomasa para

estimar las características de la vegetación disponible. Estas fotos se basan en estimaciones

de biomasa obtenidas con uno de los métodos descritos anteriormente.

La foto clave, generalmente ordena agrupando la vegetación por grupos y a veces por

cantidad de biomasa. Cada foto es acompañada por una hoja de datos demostrando su

biomasa e información del sitio.

Este método proporciona una guía útil de biomasa si se requiere poca precisión. Su costo es

bajo una vez que la clave ha sido desarrollada, sin embargo cada nueva área necesita una

clave específica.

K) Técnica del árbol estratificado.

Método que se aplica a rodales de diferente edad y consiste en estratificar por clases

diamétricas las especies y utilizar la técnica del árbol medio para cada clase diamétrica.

L)- Método del área de copa.

Este método consiste en seleccionar una muestra de árboles sobre los cuales se observa la

biomasa y la proyección de la copa funcional. Posteriormente se divide la biomasa de la

muestra de árboles entre la proyección de la copa funcional para así obtener la biomasa por

154

unidad de área de copa y finalmente se multiplica esta relación por el área total para estimar

la biomasa total.

M)- Método de la Proyección del Área Basal.

Este método estima la biomasa del rodal por la proporción del área basal del rodal y el área

basal del árbol muestreado.

II. Método de muestreo para estimar la biomasa contenida en las raíces

Estimar la biomasa de las raíces es de suma importancia ya que este reservorio

comúnmente representa entre el 10 y el 40% de la biomasa contenida en la vegetación. Este

valor puede obtenerse de las estimaciones que existen en la literatura o bien midiendo las

biomasa de las raíces. Para llevar a cabo la medición deberán de seguirse los siguientes

puntos:

1.- Las muestras deberán de ser tomadas de volúmenes representativos de suelo y a una

profundidad de entre 0-30 cm de profundidad.

2.- Las muestras deberán de ser tomadas en la época del año en la cual se espere que la

biomasa de las raíces sea mayor, por ejemplo se debería de evitar hacer los muestreos

durante la última parte de la época de crecimiento de la vegetación.

3.- Los métodos de muestreo, almacenaje y lavado siempre provocan pérdida de peso seco

y nutrientes por lo que un factor de corrección de 1.25 – 2.0 deberá de ser agregado a los

valores de biomasa finales que se obtengan.

Los métodos básicos de muestreo para estimar la biomasa de las raíces son: 1) muestreo

“núcleo” que se utiliza para determinar la biomasa de las raíces en profundidades de 0-30

cm y 2) muestreo utilizando un monolito que sirve para determinar la distribución relativa

de las raíces a una profundidad mayor que 30 cm.

155

La decisión de que método utilizar dependerá de las características físicas del sitio

(profundidad del suelo, textura y tamaño de las piedras) y de el grado de precisión que se

requiera y la disponibilidad de datos de la distribución de las raíces.

1.- Muestreo utilizando un barrenador de suelo

El barrenador permite obtener un volumen de suelo a una profundidad conocida. Una vez

obtenida la muestra se procede a extraer de ella las raíces, esto último se hace lavando las

raíces. Posteriormente estas se almacenan en bolsas de polietileno que deberán de ser

selladas y colocadas en un refrigerador si la determinación de la biomasa se hará en pocos

días y si no en un ultracongelador .

2.- Muestro utilizando un monolito

Este método consiste en construir una tabla con una serie de pernos o clavos la cual será

introducida en el suelo. Los clavos facilitarán la extracción de las raíces. Al igual que en el

método anterior la muestra de suelo obtenida deberá de ser lavada para poder extraer las

raíces. Una vez hecho lo anterior las raíces deben ser almacenadas en frío. Para mayor

información sobre este tema referir al documento de Winrock Guide to Carbon Forest

Storage. Apéndice 7.

Determinación de la biomasa de las raíces

Las raíces que habían sido almacenadas se secan en un horno y se pesan. Posteriormente las

muestras deben quemarse por 5 horas en un horno a 550 ° C y el residuo debe de ser

pesado. El resultado de la biomasa de las raíces se expresa como la masa secada en el horno

y libre de cenizas por unidad de volumen.

156

Biomasa de las raíces como un porcentaje de la biomasa aérea

Comúnmente la biomasa de las raíces también es expresada en relación a la biomasa aérea,

como el radio raíz-tallo. En el siguiente cuadro se muestran los radios R/T obtenidos de la

literatura (Standford y Cuevas, 1996).

Tipo de Bosque Rango de R/T R/T promedio Bosque Húmedo creciendo en

suelos “spodosols” 0.7 – 2.3 1.5

Bosque húmedo de zonas bajas 0.04 – 0.33 0.12 Bosque húmedo montañoso 0.11 – 0.33 0.22 Bosques secos tropicales y

estacionales. 0.23 – 0.85 0.47

III. Método para determinar la biomasa de la vegetación herbácea, los suelos y la

hojarasca

Para mejores resultados los datos deben ser colectados en el siguiente orden:

1.- Vegetación herbácea

2.- Hojarasca

3.- Suelo

Procedimiento general

1.- Establecer un punto de muestreo en la parte Norte de la parcela de muestreo.

2.- Utilizar el cuadrante (circular sampling frame) en el campo. Incluir en el muestreo tan

sólo la vegetación que se encuentre dentro del cuadrante.

3.- Agrupar la vegetación herbácea y la vegetación leñosa de menos de 2cm. de diámetro,

ponerla en una bolsa, pesarla y registrar la medida. Seleccionar otra cantidad igual a la

anterior y colocarla en otra bolsa para la determinación del contenido de humedad.

4.- Colectar un poco de hojarasca, colocarla en una bolsa, pesarla, y registrar la medida.

Mezclar bien la hojarasca del área de muestreo y colocarla en otra bolsa para la

determinación de contenido de humedad.

157

5.- Colectar una muestra de suelo, tamizarla en una malla de 5mm y seleccionar una

muestra en una bolsa debidamente numerada para el análisis de contenido de carbono.

6.- Proceder con el mismo método en el segundo punto que deberá colocarse en el siguiente

punto cardinal siguiendo el sentido de las manecillas del reloj, es decir, si el primero se

estableció en el Norte, el siguiente será el punto Este, y así sucesivamente14.

APÉNDICE 3. Valores de Biomasa en la zona húmeda obtenidos a partir de las

ecuaciones de Brown (1997)

DAP (cm) Biomasa (kg) Fuente

6.4 17.0 1

6.6 22.2 1

6.8 31.7 1

7.6 18.7 1

8.0 30.8 1

9.2 42.4 1

9.3 44.9 1

17.8 143.7 1

23.7 520.0 1

30.2 458.4 1

38.8 909.8 1

48.5 2258.5 1

58.6 3819.3 1

10. 0 47.0 1

12.9 148.5 2

15.0 197.2 2

34.6 1347.0 2

36.8 1247.7 2

38 1807.4 2

9.8 50.8 3

10.4 35.2 3

14.8 433.2 3

14 Para mayor información revisar apéndice 5 de la guía de Winrock para monitorear al almacén de carbono en los bosques

158

DAP (cm) Biomasa (kg) Fuente

19.0 189.8 3

22.9 239.7 3

25.0 485.5 3

29.5 993.5 3

48.1 2367.3 3

58.6 2236.9 3

64.3 4749.1 3

5.5 6.3 4

9.2 29.7 4

10.1 23.2 4

12.0 70.1 4

16.6 116.8 4

27.4 399.2 4

37.0 691.5 4

41.3 1336.8 4

133.2 20599.4 4

128.0 399000 5

148.0 39900 5

Fuentes de donde se obtuvieron los datos de la página anterior:

1. C. Jordan y C. Uhl, 1986.

2. Russel, C., 1983. Nutrient cycling and productivity of native plantation forests at

Jari Floresta, Para, Brazil. University of Georgia, Athens, USA.

3. Yamakura, T., et al. 1986. tree size in a mature dipterocarp forest stand in Sebula,

East kalimantan, Indonesia. Southeast Asian Studies 23: 451- 478.

4. Hozumi, K., et al. 1969. Production ecology of rain forests in cambodia. I. Plant

biomass. Nature and Life in Southeast Asia 6: 1 – 51.

5. R.A. Houghton, 1994.

159

APÉNDICE 4. CAMBIO DE USO DE SUELO

Métodos para la estimación de las probabilidades de transición del usos del suelo y de

las emisiones y la captura de carbono asociadas a los cambios

Deforestación

La deforestación y el aclareo de los bosques constituyen una de las fuentes más importantes

de emisiones globales de carbono a la atmósfera. Estimaciones realizadas en los últimos

años de la década de los 80´s reportan que entre 0.6 y 3.6 GtC15 por año o alrededor del 11

al 39% de las emisiones totales de bióxido de carbono de origen antropogénico provienen

del sector forestal (IPCC, 1995). Un análisis reciente reporta que las emisiones netas por la

deforestación es de 1.6 ± 1.1 GtC por año, procedentes principalmente de latitudes

inferiores. Este sector tiene un gran potencial para liberar grandes cantidades ya que hay

alrededor de 1000 GtC almacenadas en los bosques del mundo.

La desaparición de los bosques y las selvas implica entre otras cosas, la perdida irreversible

de organismos y genes, la desaparición de recursos forestales, impactos en los sistemas

hídricos y climáticos regionales y, por último, cambios climáticos de carácter global o

planetario (Ortiz et al. 1998).

En el informe más reciente del PNUMA (Programa de Naciones Unidas para el Medio

Ambiente) se establece que en América Latina y el Caribe 16% de sus 20 millones de

kilómetros cuadrados de superficie terrestre está afectada por la degradación del suelo, la

erosión afecta 348 millones de hectáreas y sólo en una década – entre 1980 y 1990 – se

perdieron 61 millones de has de su cobertura forestal.

Dentro del contexto anterior, México ocupa el tercer sitio entre los países donde ocurren las

mayores tasas de deforestación sobre todo de los ecosistemas tropicales. De hecho, de las

15 GtC = gigatones de carbono = 109 tC –toneladas de carbono.

160

más de 800,000 has, que según la fuente más confiable y reciente, se deforestaron

anualmente en México durante la década de los ochenta, 245,000 has correspondieron a

bosques templados de las porciones montañosas y 559, 000 a selvas tropicales (selvas altas

y medianas perennifolias y selvas bajas caducifolias) de las tierras bajas húmedas y

subhúmedas (Masera et al. 1992a y 1992b).

El proceso de degradación forestal.

La vegetación es uno de los elementos más dinámicos que componen un paisaje. Tiene

ciclos propios de regeneración y de substitución de una comunidad vegetal por otra a través

del tiempo (por ejemplo a través de los procesos de sucesión vegetal). Dentro del bosque,

existe una compleja dinámica poblacional caracterizada por la germinación de las plántulas,

el tránsito de los individuos por diferentes categorías de edad – que se reflejan en distintas

categorías diamétricas y por lo tanto en distintas calidades comerciales de la madera – y la

mortalidad de los mismos. También se dan procesos de competencia entre diferentes

especies arbóreas que afectan la composición de la masa forestal (Rosete et al. 1997).

El proceso de degradación forestal es un fenómeno sumamente complejo, en general

aparece cuando la dinámica natural de la vegetación es alterada, por ejemplo, al extraer

selectivamente a los individuos mejor conformados y de mayor diámetro, sin realizar

acciones para asegurar su renovación en el futuro. La degradación de la masa forestal puede

estar asociada a factores naturales (como incidencia de plagas o incendios no provocados) o

a factores de tipo antropogénico (como la tala inmoderada, la inducción de cambio de uso

del suelo o los incendios forestales provocados) (Rosete et al. 1997)

Uso del Suelo/Cobertura de Vegetación

El uso de suelo impacta en cierta medida la cobertura vegetal y por lo tanto la cantidad de

biomasa presente en un área dada.

161

En el caso de los proyectos de captura de carbono, existe el interés de conocer la cantidad

de biomasa presente y su dinámica en el tiempo, a partir de ciertas actividades humanas

(uso de suelo), por eso es importante incluir en este apéndice la siguiente tabla:

Cuadro A.1. A. Usos de Suelo/Cobertura de la vegetación reconocidas por la FAO (FAO,

1986, 1995; FAO/UNEP, 1999). En orden de intensidad de uso.

Desiertos (tierra no fértil)

Suelo no forestal con vegetación maderable ( puede incluir parques nacionales y áreas sin

cultivar para recreación)

Humedales (pantanos)

Suelo con bosques (bosques naturales y la mayoría de los humedales no manejados)

Suelo con bosques y manejo silvícola

Suelo con cultivo de rotación

Suelo bajo manejo agroforestal ( uso permanente de la tierra, con cultivos mixtos, ganado y

utilización de los árboles)

Suelo con barbechado temporal (que descansa por un período de tiempo, menor a 5 años

antes e que sea cultivado de nuevo con cultivos anuales)

Suelo con praderas o pastizales permanentes (utilizadas como cultivos de especies que

pueden estar ya sea manejadas o ser silvestres. La obtención del alimento para el ganado es

el uso más importante que se le da a este tipo de suelo).

Suelo con praderas o pastizales permanentes. (cultivado temporalmente, por menos de

cinco años, para cultivos de tipo herbáceo, para siega o pastura en alternancia con cultivos

arables.

Suelo con cultivos permanentes (plantaciones perennes, cultivadas con especies que no

tienen que ser vueltos a cultivar después de cada cosecha; los productos cosechados no es

madera sino frutos, latex y otros productos (ej. café, té, aceite de palma, etc) que no afectan

a la planta con su crecimiento.

Suelo con cultivos temporales (anuales; cultivadas con especies de ciclo de crecimiento

menor a un año, que deben de ser recultivadas después de cada cosecha. Ej. frijol, trigo y

soya así como la caña de azúcar y los plátanos – estos últimos dos son bianuales -

162

Suelo con cultivos temporales que requieren condiciones de “humedal” (cultivos que

requieren de humedad como el arroz)

Suelo con cubierta de protección (jardines, parques residenciales, parques de golf, etc. Son

aquellos lugares donde formal o informalmente se protege el suelo y la vegetación)

Suelo con facilidades residenciales, industriales o de transportación

Métodos utilizados para evaluar el cambio de uso del suelo.

Material y datos necesarios para evaluar el cambio de uso del suelo

La evaluación del cambio de uso de suelo y la pérdida de calidad del recurso forestal se

puede realizar a través del análisis de la cartografía dasocrática (elaborada por la

UCODEFO – Unidad de Conservación y Desarrollo Forestal). Este tipo de cartas constituye

uno de los elementos básicos para la elaboración de los planes de manejo forestal para

zonas que cuentan con fotos aéreas.

Las cartas dasocráticas se elaboran a partir de fotos aéreas, las cuales posteriormente se

someten a un proceso de fotointerpretación y se restituyen por métodos fotogramétricos

mecánicos. Las cartas resultantes se validan con una intensa verificación de campo.

En caso de no contar con la información anterior se pueden utilizar mapas de Procede16,

SRA (Secretaría de Reforma Agraria) u otras fuentes cartográficas o incluso croquis

elaborados por los mismos dueños de las áreas analizadas (Plan vivo, Proyecto Scolel Te).

16 Procede es un programa que esta relacionado a Procampo

163

Cuadro A1. B Clasificación de la vegetación para un estudio de degradación y cambio de

uso del suelo en bosques templados (REF)

Rodales. Definición y codificación.

Los rodales forestales se definen a partir de la composición del arbolado a nivel de género,

su densidad de individuos y la altura de los mismos, de tal forma de que cuando se

encuentran rodales compuestos por más de un género de árboles, el género dominante se

designa con una letra mayúscula y el género dominado con una minúscula (ejemplo. – un

rodal dominado por Quercus sobre Pinus se codifica como Qp).

Clasificación de los rodales

La densidad de la masa arbórea se designa con 5 categorías codificadas con números

romanos (I.- 0 a 20% de cobertura; II.- 20 a 40% de cobertura; III. – 40 a 60% de cobertura;

IV.- 60 a 80% de cobertura y V.- 80 a 100% de cobertura).

Para la altura promedio del arbolado también se designan cinco clases, pero codificadas en

números arábigos (1.- 0 a 10 m.; 2.- 11 a 20 m.; 3.- 21 a 30 m.; 4.- 31 a 40 m.; 5.- 41 a 50

m.), por lo que si por ejemplo, el rodal Qp tiene una cobertura de 50% y una altura

promedio del género dominante de 25m., la codificación completa será QpIII-3.

Los otros estratos de la vegetación, como arbustos, árboles del interior y hierbas se podrían

estratificar igual a los estratos de cobertura, es decir, asignarles un valor del 1 a 5. De esta

manera se podría “clasificar” cada tipo de vegetación de acuerdo con los estratos de

importancia para biomasa, sin tener que identificar todas las especies. A cada estrato de

vegetación se podría asignar una categoría de biomasa, de acuerdo a datos regionales. Por

lo tanto, al monitorear un proyecto dado, se medirían los estratos y categorías y sus niveles

de confianza asociados, que posteriormente podrían ser utilizados para hacer los cálculos de

biomasa en dichos estratos.

164

Método para calcular la probabilidad de transición de los usos del suelo y las emisiones y

captura que ocurren por el cambio

Las emisiones de carbono asociadas a los cambios de uso de suelo y calidad forestal

dependen de los contenidos de carbono de cada unidad de uso del suelo, la dirección de los

cambios (de áreas degradadas a bosques y de bosques a otros usos del suelo como tierras

para agricultura y pastizales; es decir de mayor a menor biomasa y viceversa) y su

magnitud, es decir, la superficie asociada al cambio (Rosete, 1997).

Los métodos que se presentarán a continuación podrán ser utilizados cuando se lleven a

cabo estudios de deforestación y degradación

Métodos

Probabilidades de Transición de los Usos del Suelo

Uno de los métodos17 para calcular la transición de usos de suelo se basa en desarrollar una

matriz de probabilidad de transición de clase A B (Ver Cuadro A1.B.).

A partir de dicha matriz de usos del suelo, se construyen las probabilidades de transición

para las categorías que se vayan a analizar. Se supone que la probabilidad de transición

(Pij) de cada elemento de la matriz - o categoría de uso del suelo - es proporcional al área

remanente de ese elemento entre el año actual - posterior al de referencia - y el año de

referencia. Matemáticamente esto último se expresaría de la siguiente manera:

Pij = Sij (año actual o posterior al de referencia) / Sj ( año de referencia)

17 Emisiones asociadas al cambio de uso del suelo

165

1 Para llevar a cabo este método antes de cualquier otra cosa es necesario clasificar la

vegetación existente en el lugar de estudio. Para mayor información de esto ver Cuadro A1.

a.

Donde Sij es la superficie del elemento “ij” de la matriz de transición de uso del suelo en el

año posterior al de referencia y “Sj” la superficie de la categoría del suelo “j” en el año de

referencia.

De esta forma para cada categoría de uso del suelo “j”

Σ Pij1 = 1

Método para el cálculo de las emisiones y la captura de carbono asociadas a los

cambios

Combinando la matriz de transición de usos del contenido de carbono de cada tipo de

vegetación y rodal forestal, pueden obtenerse las emisiones o captura de carbono asociadas.

Matemáticamente, las emisiones de carbono por cada elemento cij de la matriz de uso del

suelo estará dado por:

Σcij = ( Ci – Cj )

Las emisiones totales asociadas al cambio de uso de suelo y calidad forestal en el período

estudiado será finalmente la suma de las emisiones netas correspondientes a cada elemento

de la matriz. En otras palabras, es la suma sobre todos los elementos de la matriz de la

diferencia entre el contenido de carbono del uso original (Ci) y el uso actual del suelo (Cj)

por la superficie asociada a cada elemento. Matemáticamente, lo anterior se expresaría de la

siguiente manera:

ET = Σ ( Ci – Cj ) * Sij = Σ Ecij

166

Donde Ci y Cj son los contenidos de carbono asociados a las categorías de uso de suelo “i”

(año de referencia) y “j” (año posterior al de referencia), respectivamente y Sij la superficie

asociada a la transición i-j.

Lo anterior es solo cuando asumimos un promedio fijo de biomasa en cada cobertura

vegetal (de Jong, 2000). Sin embargo, hay que contemplar que si no hay cambio, la

vegetación en general acumula biomasa en el tiempo. También se debe de contemplar que

el promedio de cada clase tiene un intervalo de confianza, que puede variar, dependiendo

del estado de la clase y del sistema de clasificación. En el sistema de clasificación

propuesto en el presente apéndice, posiblemente se reduce el intervalo de confianza, pero se

incrementa el costo de inventario y verificación.

167

Cuadro A1. C Matrices de Transición

Una matriz de probabilidad de transición de clase A B, es aquella que muestra las

probabilidades de que una fracción p de la superficie A se transforme a B en un año dado.

De tal forma que la superficie de A en el año 1 es A – p*A y la superficie de B = B ( p*A).

Construcción de la matríz Una matriz de probabilidades se construye a partir de dos mapas de distintos años.

Comparando los dos mapas en GIS (Sistema de Información Geográfica), se puede estimar

que parte de un determinado tipo de vegetación se transformo a otro (probabilidad de

cambio). Esto último se hace para todos los tipos de vegetación y para todos los posibles

cambios.

En un martiz se pueden poner en los dos ejes los tipos de uso de suelo y en el matiz la

probabilidad con la que un tipo de vegetación cambia a otro.

Realizando lo anterior y aplicándolo en un modelo18 se pueden simular los posibles

cambios en el futuro. Si se asignan valores de biomasa a cada cambio, se puede obtener una

estimación de la dinámica del carbono en el tiempo.

Comentarios del método

Una critica importante a este procedimiento es que después de un cierto tiempo ya no hay

cambios ya que se llega a un equilibrio. El procedimiento es, por lo tanto, demasiado

simple.

Se sugiere tener una tasa conservadora como default que se pueda aplicar para cada

probabilidad de transición, hasta que haya datos disponibles sobre los factores que influyen

en los cambios de las coberturas vegetales (incremento de población, proyectos de

gobierno, programas de estímulos, proyectos de desarrollo, etc).

168

Biomasa aérea y contenido de carbono por tipo de uso de suelo

Los métodos y ecuaciones para calcular la biomasa y el contenido de carbono por tipo de

uso de suelo fueron presentados en el capítulo tres.

Estimación de la tasas de deforestación anual y de disminución del carbono.

Las tasas de deforestación son esenciales 1.- para calcular los flujos de CO2 y otros gases

de efecto invernadero entre los sistemas terrestres y la atmósfera y 2.- para calcular las

emisiones asociadas a la tala de los bosques y por lo tanto a la utilización de la madera.

Estimación utilizando datos ya existentes

Para muchos países estas tasas de deforestación aún no son calculadas. En este caso se

recomienda recurrir a la información y bases de datos que posee la FAO (Organización

parea la Agricultura y la Alimentación).

El tipo de información que puede encontrarse en las bases de datos de la FAO es el

siguiente:

1.- Datos ordenados por año que incluyen: cubierta forestal, zonas ecoflorísticas, cantidad

de biomasa, plantaciones y estado de conservación. Estos datos generalmente se encuentran

en mapas de Sistema de Información Geográfica.

2.- Estimaciones estandarizadas de la cubierta vegetal, tasas de deforestación, reforestación

y biomasa por ha a nivel de país. La estandarización es realizada debido a las diferencias

entre los países en los siguientes aspectos:

• Las definiciones de “bosque”, “deforestación” y “reforestación”

• Los años de referencia que se consideran para realizar las mediciones de cubierta

vegetal y deforestación.

18 Los modelos que pueden ser empleados se explican en el Cuadro A1. C.

169

3.- Datos provenientes de un muestreo a nivel global – de todo el mundo – del estado y el

cambio de la cubierta vegetal entre 1980 y 1990 realizado en base a un muestro limitado de

imágenes de satélite usando definiciones comunes.

ºUtilizando ecuaciones

Para calcular la tasa histórica de disminución de carbono deben tenerse como datos la

superficie de bosques existentes y el cambio de uso de suelo en el año de referencia, así

como la cuantificación de la superficie deforestada y el uso del suelo en el año a comparar,

así como el porcentaje que representaban de la superficie total del área bajo estudio los

bosques existentes en el año de referencia (Ordóñez et al. 1998).

La tasa histórica de disminución del carbono almacenado en un ecosistema es posible

calcularla utilizando la siguiente ecuación:

RR = 1 – (1 – (Ci – Cf) / Ci) 1/y

donde:

RR es la tasa anual de reducción de C (carbono); Ci es el C total en el año inicial; Cf es el

C total en el año final; y y es el número de años, (de Jong et al, 2000).

170

Cuadro A1. D. Modelos que pueden ser utilizados en la estimación del cambio del uso del

suelo

A nivel regional, Ludecke (1990) utilizó una aproximación basada en la regresión logística

de GIS para predecir la vulnerabilidad de áreas específicas forestales en una región de

Honduras, de acuerdo a la proximidad de aquellas a los caminos y otro tipo de infraestructura.

Turner (1987) usó un modelo de simulación espacial, donde la probabilidad de transición de

áreas de 1 ha estaban influenciadas por la composición de las áreas vecinas. Esto último para

simular los cambios en el paisaje en Georgia.

El modelo LUCS del Instituto de Recursos Mundiales (Faeth et al. 1994) está

específicamente diseñado para estimar los almacenes y flujos futuros de carbono en las áreas

en las cuales se implemente un determinado proyecto como un resultado de la dinámica en el

cambio de uso de suelos que es producto a su vez de las presiones socioeconómicas (más

información de este modelo en el apéndice 2).

El modelo Fearnside y Malheiros (1996) puede ser empleado en caso de requerir una

predicción de los patrones futuros en los usos del suelo. Los autores desarrollaron un modelo

específico para una región con el objetivo de predecir los cambios en el almacén de carbono

en Amazonia, utilizando una matriz Markoviana de probabilidades. Los flujos están basados

en los cambios en el uso del suelo y en la multiplicación de estos últimos por las densidades

promedio de los sistemas de uso del suelo. La limitación principal de los modelos que se

basan en patrones es que éstos no toman en cuenta nuevas circunstancias o nuevas causas de

cambio en la vegetación.

Es importante mencionar, que al aplicar los modelos que se describen anteriormente se debe

considerar el grado de complejidad y la cantidad de datos que se requieren para realizar una

presentación creíble de las causas de los cambios del suelo observados.

171

Beneficios del análisis de cambio de uso de suelo.

Analizar el cambio de uso de suelo como un proceso más allá de una simple categorización

bosque-no bosque, permite no sólo cuantificar la deforestación sino empezar a entender

cuales son los factores que se asocian a este problema. Entender y georeferenciar los

causantes del cambio de uso del suelo permitirá también diseñar instrumentos más efectivos

para detener o hasta revertir los procesos vigentes. Del mismo modo este tipo de análisis

permitirá desarrollar una serie de modelos de simulación que permitan mostrar diferentes

escenarios futuros con las áreas más susceptibles a ser deforestadas – o degradadas – y

poder así iniciar una verdadera planeación de manejo, reforestación y conservación a largo

plazo (Rosete, 1997).

Dificultades y controversias en la estimación de carbono a partir de los cambios de uso del

suelo

Si bien en los párrafos anteriores se han presentado una serie de metodologías para calcular

los cambios en el uso del suelo aún no existe un acuerdo internacional en cuanto a los

métodos que podrían ser utilizados para cuantificar los beneficios de carbono, los costos y

la eficiencia tanto de carbono como financiera de las actividades en los proyectos. Lo

anterior ha provocado que los beneficios de carbono y los indicadores financieros hayan

sido estimados utilizando una amplia gama de métodos. Esto último no permite la

comparación de los resultados obtenidos al aplicar diferentes proyectos en distintas

localidades y nos alerta a cerca de la importancia de contar con métodos unificados que

permitan evaluar los beneficios de carbono de los proyectos LULUCF de manera confiable.

Es por ello que el desarrollo de métodos eficientes y comparables para estimar las líneas de

base así como la duración, las fugas, los riesgos y los beneficios de los proyectos deben de

ser desarrollados y difundidos cuanto antes.

172

Apéndice 5. MODELOS PARA CALCULAR EL CARBONO CONTENIDO EN UN

ECOSISTEMA

Los modelos más utilizados hasta la fecha para calcular el carbono contenido en los

ecosistemas son los siguientes:

o El Modelo CO2 FIX

o El Modelo LUCS

o El Modelo GORCAM

El Modelo CO2 FIX

El modelo CO2 FIX es el mas utilizado para calcular el carbono total contenido en un

ecosistema .

El modelo se basa en la simulación del ciclo del carbono para plantaciones forestales y se

ha aplicado en diferentes regiones del mundo como lo son : la tropical lluviosa, la boreal y

la templada decidua.

Flujos y almacenes de carbono en el modelo CO2 FIX

El CO2 FIX es un modelo de estimación que se fundamenta en el ciclo del carbono e

integra el crecimiento anual y las tasas de pérdida de las principales combinaciones de la

biomasa, incluyendo además la relación de la dinámica de la descomposición de la materia

orgánica del suelo (basado en tablas de crecimiento e incremento de volumen maderable,

como datos para el modelo). La distribución relativa de follaje, ramas y raíces, y su relación

con el incremento en el volumen del tronco (es decir, cada uno de los componentes

arbóreos) son integrados en conjunto con un tiempo de vida esperado.

173

La diferencia entre la asimilación y la descomposición durante el desarrollo forestal

determina la cantidad neta de carbono fijada durante el desarrollo de rodales y de la suma

total de carbono, el cual está permanentemente almacenado dentro de los ecosistemas.

Figura A.2. Representación simplificada de los flujos y almacenes de carbono en el modelo

CO2FIX (Morhen et al., 1997)

Tabla de Productos

Raices Ramas Follage

Incrementodel Tronco

MaderaMuerta

RecicladoDetritus

Humus del Suelo

Cosecha

MaderaEnergía

MaderaPapel

MaderaEmpaque

MaderaConstrucción

MODELO DE CAPTACION DE CARBONO CO2FIX

174

Operación del Modelo

En el modelo se puede distinguir tres elementos principales:

a. Reservorios, como troncos, ramas, hojas, hojarasca, humus, productos

b. Transiciones de masas de un reservorio a otro (incluyendo atmósfera),

provocado por factores como mortalidad natural, cosechas, descomposición,

caída de hojas y ramas, entre otras

c. Crecimiento de los reservorios vivos, como troncos, ramas, hojas y raíces

a. Los reservorios pueden ser descritos con la ayuda de un cuadro como el que se presenta a

continuación:

Reservorios arriba del suelo Reservorios abajo del suelo

Biomasa Viva Biomasa

Muerta

Viva Muerta

Fuste Hojarasca Raíces Materia

Orgánica

Ramas

Hojas

b. Para el caso de las transiciones, se pueden distinguir transiciones de un reservorio a otro

incidido por factores naturales y factores de manejo

Factor Natural Factor Humano

Mortalidad Aclareo

Flujos Fuste – leña, madera, poste, etc

Hoja – hojarasca Rama - hojarasca

Rama – hojarasca

175

El programa del modelo se puede obtener en la página web:

http://www.efi.fi/projects/casfor

Modelo LUCS (Faeth et al. 1994). Es un modelo que trata de simular y considerar la interacción entre el hombre y el bosque.

Es un modelo simple y genérico, que se puede utilizar en diferentes condiciones y

ambientes.

El modelo estima cambios de uso de suelo y los flujos de carbono derivados de estos

cambios en una serie de escenarios alternativos. Los cambios de uso de suelo según este

modelo son producto:

1. del crecimiento de la población y sus demandas respectivas de productos básicos,

como lo son los productos agrícolas y la leña y

2. de los avances tecnológicos de producción agrícola y actividades de manejo

Supuestos utilizados en el modelo:

• Los tipos de agricultura se dividen en: roza-tumba-quema, agricultura permanente y

agroforestería

• Los tipos de bosque se clasifican en: bosque cerrado (tres subclases), bosque

abierto, plantación (tres subclases), acahual (tres subclases), y bosque restaurado

(tres subclases)

• Existe un tipo de pastizal que combina pastizal y áreas degradadas

• La biomasa de cada categoría y subcategoría es constante y representa el promedio

del área

• Los cambios de biomasa se efectúan, cuando el modelo predice qué áreas cambian

de una clase a otra

176

• La acumulación de biomasa en plantaciones, bosques cerrado, bosque restaurado y

acahual se representan en tres clases de edades

• La degradación de los bosques se representa con áreas que pasan de bosque cerrado

a bosque abierto y finalmente a áreas degradadas

• La cantidad de biomasa es la suma de la biomasa viva o en pie, los productos

forestales y el uso de energía fósil

• La biomasa en pie es la suma de los productos área por la biomasa promedio de

todas las clases y subclases

Patrones que definen al modelo

En cuanto al patrón de uso de suelo, tres factores importantes lo definen:

1.- La población y sus necesidades agrícolas y de leña (La población crece asintóticamente

hacia un máximo; la demanda de leña es el producto de la población por la cantidad que se

utiliza por persona).

2.- La producción agrícola y sus tendencias de cambio. (La producción agrícola se define

por la cantidad de tierra necesaria para alimentar a una persona; la productividad en los

sistemas agroforestales y roza-tumba-quema se define en relación con la productividad de

la agricultura permanente).

3.- El manejo forestal

MODELO GORCAM

Este modelo se trabaja en una hoja de cálculo de Excel y fue desarrollado para calcular los

flujos netos de carbono en la atmósfera que estén asociados con el uso del suelo, el cambio

en el uso del suelo y los proyectos bioenergéticos y forestales.

177

Aspectos importantes que el modelo considera

o Los cambios en el carbono almacenado en la vegetación en el humus y en el suelo

o La reducción de emisiones de C debido a la sustitución de combustibles fósiles por

biocombustibles

o El almacén de C en los productos de madera

o La reducción de las emisiones de carbono cuando los productos de carbono.

reemplazan a materiales para los que utilizan grandes cantidad de energía en su

fabricación como el acero y el concreto

o El reciclaje o la quema de la madera de desecho

o Los combustibles fósiles auxiliares utilizados para la producción de

biocombustibles y productos de madera

El modelo utiliza aproximadamente 20 parámetros. Y para cada escenario un nuevo

conjuntos de parámetros tendrá que definirse. Los parámetros deberán describir el régimen

de manejo (el ciclo de cultivo, la tasa de crecimiento, etc), el uso del suelo antes del

proyecto y la manera en la que la biomasa será utilizada para lograr la mitigación de

carbono.

El modelo puede ser utilizado para valorar el balance de carbono futuro en los siguientes

escenarios:

o Un área forestal

o Un sistema de plantación forestal (bosques normales)

o Un bosque con una distribución de edades

Resultados proporcionados por el modelo

Los resultados que se obtienen al aplicar el modelo son presentados en una serie de

diagramas que incluyen la captura de carbono acumulativa en los varios reservorios de

carbono a lo largo del tiempo.

178

El modelo también permite ver los flujos de carbono individuales, es decir, en cada uno de

los reservorios de carbono presentes en el proyecto analizado.

Adicional a los resultados anteriores, existe otro modo e n el cual se pueden presentar los

resultados. En éste último los flujos de carbono futuros son descontados al total para

obtener un valor neto presente de la captura de carbono en los distintos reservorios.

El modelo permite realizar análisis sensitivos y de riesgos para con ello determinar la

incertidumbre de los resultados que proporciona el modelo. También pueden realizarse

distribuciones probabilísticas de todos los parámetros incluidos en el análisis y además el

modelo proporciona la distribución probabilística del resultado del modelo, por ejemplo la

captura de carbono de un determinado proyecto después de 20 años19 y 20.

Tabla A.2. Cuadro comparativo de los métodos usados para determinar el carbono

capturado en los ecosistemas y los proyectos forestales (de Jong et al. 1997)

MODELO DESCRIPCIÓN DEL

MODELO

COMENTARIOS Y

APLICABILIDAD

Brown y Lugo (1982) Considera la densidad de carbono de los bosques más abundantes y otro tipo de vegetación, y relaciona esta variable con otras variables climáticas.

Se puede aplicar a cambios de gran escala en la vegetación terrestre. No toma en cuenta opciones de manejo. Aplicable a evaluaciones tanto regionales como nacionales más que a proyectos.

Brown, Gillespie y Lugo (1989)

Considera la densidad de carbono en bosques tropicales relacionándolos con datos de inventarios forestales.

El tamaño y la forma de los árboles se relacionan con el contenido de carbono. Aplicable a evaluaciones regionales o nacionales más que a proyectos. Demasiado general para escenarios de líneas de base.

19 Para mayor información a cerca de este modelo se puede consultar la página http://www.joanneum.ac.at/iea-bioenergy-task25/model/fmodel.htm 20 Ver tabla A.2 en la que se muestran características de los modelos presentados anteriormente y algunos otros adicionales.

179

MODELO DESCRIPCIÓN DEL

MODELO

COMENTARIOS Y

APLICABILIDAD

Fearnside y Malheiros-G (1996)1

Modelo regional específico para predecir cambios en los almacenes de C en Amazonia, basado en el modelo de cambio LU/LC (usando la matriz de probabilidades MARKOV)

Modelos similares pueden ser desarrollados para otras regiones y podría ser útil para definir escenarios de líneas de base regionales.

Modelo de WRI´s LUCS (Faeth et al, 1994)

Estima los flujos futuros de C como resultado del cambio LU/LC inducido a su vez por las presiones socioeconómicas. Flujos a través del tiempo entre cada clase LU/LC no se consideran.

El modelo está diseñado específicamente para valorar el impacto de un proyecto.

CO2FIX (Mohren et al., 1999) de Jong et al, 1998 (muy similar al CO2FIX)

Obtiene los datos de acumulación y almacenaje de carbono de una plantación a lo largo de un cierto número de rotaciones y se basa en una curva de crecimiento esperada.

El modelo se puede adaptar a variables locales tales como las especies y el incremento. Se puede adaptar a todo tipo de sistemas los mas recomendados son los agroforestales y los bosques bajo manejo

GORCAM (Schlamadinger y Marland)

Es similar al modelo CO2FIX, pero incluye la posibilidad de incorporar otro tipo de productos sustituidos

El modelo se adapta a variables locales, pero se recomienda para sistemas agroforestales y de manejo de bosques mixtos. La desventaja de este modelo es que las dinámicas de carbono en el suelo no se toman mucho en cuenta .

180

APÉNDICE 6

Tabla A.3. 1. Ejemplos de las consideraciones tomadas en cuenta en la construcción de las

líneas de base de algunos proyectos. (IPCC 1995)

Nombre del Proyecto País Huésped/ País

inversionista

Base racional para establecer

la línea de base

Klinki Costa Rica/US Asume que los almacenes de

carbono en la biomasa y en el

suelo permanecerán

constantes durante el

proyecto

Biodivesifix Costa Rica/US Asume que las tierras de

cultivo, los pastizales y otro

tipo de uso de suelo sin uso

que hayan sido deforestadas

entre hace 100 – 400 años se

espera se mantengan sin

cambio

Illumex México/Noruega Asume que el uso de focos

normales hubiera continuado

como en el presente en caso de

no haberse obtenido el

préstamo para adquirir los

focos con mayor eficiencia

energética

181

Apéndice 7. Ejemplos de la construcción de la línea de base

1.- Proyecto en Juznajab La Laguna

La definición de una línea de base debe considerar, por lo menos, el área que abarcaría el

proyecto y las dinámicas de los GEI y sus flujos asociados en caso de que el proyecto no

llegara a implementarse.

Se recomienda también se considere la información referente a las políticas tanto históricas

como futuras del uso de la tierra y las estimaciones de los efectos de éstas sobre el uso de la

tierra y el cambio asociado (Puhl, 1998). Esto último por lo general es difícil de conseguir.

Escenario de referencia o línea de base

Para determinar la línea de base de este proyecto los siguientes supuestos fueron tomados

en cuenta:

1.- Las dinámicas en el cambio de uso del suelo en Juznajab La Laguna y los alrededores

continuarán a la misma tasa que han tenido en el pasado. Los almacenes de carbono se

espera disminuyan a la tasa anual que lo han hecho en los últimos 22 años debido a los

cambios en el uso del suelo de los próximos 10 años, es decir, hasta el 2010. Después del

2010 este proceso se espera reduzca su tasa hasta el año 2020, debido al fortalecimiento de

las regulaciones en el sector forestal y el uso del la tierra.. Se asume también que después

del 2020 las emisiones de carbono generadas por cambios en el uso del suelo se reducirán

debido a la captura de carbono en las tierras agrícolas abandonadas, los pastizales y la

vegetación secundaria.

2. Juznajab La Laguna contratará a un empresario que cosechará todos los árboles de los

bosques maduros, como ha sucedido en el pasado. Las áreas cosechadas serán convertidas

temporalmente a tierras agrícolas de roza – tumba y quema, dejando tan solo unos cuantos

182

árboles vivos. Históricamente por lo menos el 90% del volumen original de biomasa

existente alguna vez en esta región ha desparecido como producto de las dos actividades

mencionadas anteriormente.

Escenario del proyecto

En la opción de manejo del proyecto, la comunidad pretende implementar una serie de

técnicas de manejo forestal. Los principios básicos de las técnicas de manejo son convertir

los bosques maduros con baja productividad en un mosaico de pequeñas unidades

ecológicas de bosques maduros altamente productivos a través de las siguientes medidas

silvícolas:

• Cosecha de los bosques maduros en pequeños grupos para favorecer la regeneración

natural de los árboles

• Aclareo selectivo de cada grupo cada 10 años

• Control de incendios y plagas

• Proteger a los árboles mejor desarrollados y con mayor probabilidad de dejar

descendencia durante las cosechas para permitir la regeneración natural

• Plantaciones de enriquecimiento en bosques abiertos y degradados

Los impactos en la mitigación de GEI para este proyecto serían los siguientes:

• Reducción en las emisiones de GEI como producto de los cambios en el uso del

suelo o por la reducción en la degradación de los bosques.

• Reducción de las emisiones por quemas

• Incremento de la cantidad de carbono almacenado en los bosques y suelos bajo

manejo.

• Mitigación de los picos de emisión como producto de la reducción en la cosecha

intensiva de madera.

• Carbono fijado por la fabricación de productos con tiempos largos de vida.

183

Cálculo de la tasa histórica de disminución en el almacén de Carbono.

Esto último se calcula con la fórmula:

RR = 1 – (1 – (Ci – Cf) / Ci) 1/y

donde:

RR es la tasa anual de reducción de C; Ci es el C total en el año inicial; Cf es el C total en

el año final; y y es el número de años.

Es el area total de la comunidad. La tasa de reduccion de C en Juznajab fue estimado en

0.5% ± 0.1%, en el area total (300,000 ha) la tasa fue 0.9% ± 0.1% (de Jong, 2000).

2.- Proyecto de Acción Climática en Guraquecaba, Brazil

Para este caso se predijo que en la ausencia del proyecto las áreas forestales serían

convertidas en pastizales, los bosques secundarios continuarían siendo degradados y los

pastizales que existían no sufrirían ningún cambio. Para confirmar dicha suposición, los

cambios en los patrones del uso del suelo y de la cubierta vegetal de áreas sin proyecto

serán monitoreados a lo largo del tiempo que dure el proyecto utilizando una técnica

conocida con el nombre de videografía.

184

APÉNDICE 8. Sugerencias de la información que debe incluirse en el reporte de un

proyecto de mitigación en el área forestal.

Al implementar un proyecto se deben de considerar las instrucciones sugeridas por la

UNFCCC para reportar las emisiones propias del proyecto y por lo tanto la efectividad del

mismo. Se debe, por lo tanto, presentar la información más relevante del sitio donde se

realiza el proyecto y una tabla (ver tabla A.4) en la que se reporten las emisiones del

escenario de referencia o línea de base (A) y aquellas del escenario del proyecto (B). El

efecto del proyecto sobre las emisiones se suele reportar como A – B.

La información general es la siguiente:

• Nombre local del lugar donde se llevará a cabo el proyecto

• Dirección, Estado y País

• Latitud

• Longitud

• Elevación s.n.m

• Especies presentes (antes y después del proyecto)

• Historia del sitio desde el último inventario realizado: (descripción de cambios

significativos en el manejo, problemas relacionados con pestes y enfermedades,

cosechas excesivas u otras causas de mortalidad y deterioro en la región)

185

Tabla A.4.Datos del escenario del proyecto y del escenario de referencia

Reservorio de carbono Area

(ha)

Densidad

promedio de

carbono (Mg/ha)

Carbono

Total

(Mg)

Intervalo de

confianza

(Mg)

Escenario de referencia

Vegetación aérea

Vegetación subterránea

Suelo superficial

Suelo a profundidad de

30 cm

Total del escenario de

referencia.

Escenario del proyecto

Vegetación aérea

Vegetación subterránea

Suelo superficial

Suelo a profundidad de

30 cm

Total del escenario del

proyecto.

CARBONO NETO

ALMACENADO

186

REFERENCIAS

A.V. 1999. “Canada´s perspective on Climate Change”. Science Impact and Adaptation.

Gobierno de Canadá.

A.V. 1999. “Enciclopedia Encarta”. Windows. Efecto Invernadero. E.U.A.

Alvarez-Icaza, P., G. Cervera, C. Garibay, P. Gutiérrez, y F. Rosete. 1993. “Los Umbrales

del Deterioro: La Dimensión Ambiental de un Desarrollo Desigual en la Región

Purépecha”. Ed. Fundación Friedrich Ebert, México, D.F. 274 pp.

Andrasko, K., L. Carter, y W. van der Gaast. 1996 “Technical Issues in JI/AIJ Projects: A

Survey and Potential Responses”. Prepared for UNEP AIJ Conference: New

Partnerships to Reduce the Buildup of Greenhouse Gases, San Jose, Costa Rica, pp

13-48.

Ayala, S.R. 1998. “Ecuaciones para estimar biomasa de pinos y encinos en la meseta

central de Chiapas”. Tesis de Licenciatura. Universidad Autónoma de Chapingo.

México.

Baumert, K.A. 1998. “The Clean Development Mechanism: understanding additionality”.

Draft Working Papers, CSDA, FIELD, WRI. pp 23-31.

Bolin, B., B.R. Döös, J. Jager y R.A. Warrik, 1986. “The Green House Effect, Climate

Change and Ecosystems”. Ed. John Wileys & Sons.

Brown, P. 1998: “Climate, Biodiversity and Forests”. World Resources Institute,

Washington, DC. 35 pp.

Brown S. 1997. “Estimating biomass and biomass change of tropical forests”. A primer. A

Forest resources Assessment Publication FAO. Rome.

Brown, S., M. Burnham, M. Delany, R. Vaca, M. Powell y A. Moreno. 2000. Issues and

Challenges for Forest-Based Carbon-Offset Projects: A Case Study of the Noel

Kempff Climate Action Project in Bolivia. Mitigation and Adaptation Strategies for

Global Change (in press).

187

Brown, S., M. Calmon, y M. Delaney. 1999a. “Development of a deforestation and forest

degradation trend model for the Guaraquecaba Climate Action Project”. Winrock

International, Carbon Monitoring Program, 1611 N Kent St., Arlington, VA 22209,

USA.

Brown, S., M. Calmon, y M. Delaney. 1999b. “Carbon inventory and monitoring plan for

the Guaraqueçaba Climate Action Project”. Winrock International, Carbon

Monitoring Program, 1611 N Kent St., Suite 600, Arlington, VA 22209, USA.

Brown, P., B. Cabarle y R. Livernash. 1997 “Carbon counts: estimating climate change

mitigation in forestry projects”. World Resources Institute, Washington, DC. 25 pp.

Brown S., A.J.R. Gillespie, y A.E. Lugo. 1989. Biomass Estimation Methods for Tropical

Forests with Applications to Forest Inventory Data. Forest Science 4 (35): 881- 902.

Busch C., J. Sathaye, y G, Sanchez-Azofeifa, 1999. “Lessons for greenhouse gas

accounting: A case study of Costa Rica’s Protected Areas Project”. Lawrence

Berkeley National Laboratory Report LBNL-42289, Berkeley, CA.

Carbon Storage Trust, 1998. “The Carbon Storage Trust and Climate Care – a detailed

analysis”. The Carbon Storage Trust, Oxford, UK.

Caro, G. 1987. “Caracterización de la industria maderable en el área de influencia de la

Unidad de Administración Forestal No. 6 Mesesta Tarasca”. Tesis Profesional.

Facultad de Agrobiología. UMSNH. Uruapan, Michoacán.

Carter, L. 1997. “Modalities for the operationalization of additionality”. Paper presented at

the UNEP/German Federal Minstry of Environment, Workshop on AIJ, Leipzig,

March 1997.

Chomitz, K. 2000. “Evaluating carbon offsets from forestry and energy projects: how do

they compare?”. Development Research Group, The World Bank, Washington, DC,

USA.

Chomitz, K. 1998. “Baselines for greenhouse gas reductions: problems, precedents,

solutions”. Draft paper, Carbon Offsets Unit, World Bank.

188

de Jong, B.H.J. 2000. Uncertainties in estimating the potential for carbon mitigation of

forest management. Forest Ecology and Management. (In press).

de Jong, B., R. Tipper, G. Montoya-Gómez. 2000. An economic analysis of the potential

for carbon sequestration by forests: evidence from southern Mexico. Ecological

Economics 33(2): 313-327.

de Jong, B.H.J., M.A. Cairns, P.K. Haggerty, N. Ramírez-Marcial, S. Ochoa-Gaona, J.

Mendoza-Vega, M. González-Espinosa, y I. March-Mifsut, 1999. Land-use change and

carbon flux between 1970s and 1990s in Central Highlands of Chiapas, Mexico.

Environmental Management 23(3): 373-385.

de Jong, B., M.A. Cairns, N. Ramírez-Marcial, S. Ochoa-Gaona, J. Mendoza-Vega P.K.

Haggerty, M. González-Espinosa y I. March-Mifsut 1998. Land-use change and

carbon flux between the 1970´s and 1990´s in the central highlands of Chiapas.

Mexico. Environmental Management. (In press).

de Jong, B.H.J., S. Ochoa Gaona, L. Soto-Pinto, M.A. Castillo-Santiago, G. Montoya-

Gómez, R. Tipper y I. March-Mifsut, 1998. Modelling “Forestry and Agroforestry

Opportunities for Carbon Mitigation at a Landscape Level.” In: G.J Nabuurs,. T.

Nuutinen, H. Bartelink, and M. Korhonen (Editors). Forest Scenario modelling for

ecosystem management at landscape level, EFI Proceedings No 19, pp. 221-237.

de Jong, B.H., R. Tipper y J. Taylor. 1997: A Framework for Monitoring and Evaluation of

Carbon Mitigation by Farm Forestry Projects: example of a demonstration project in

Chiapas, Mexico. Mitigation and Adaptation Strategies for Global Change 2: 231-

246.

de Jong, B.H.J., L. Soto-Pinto, G. Montoya-Gómez, K. Nelson, J. Taylor, y R. Tipper,

1996. “Forestry and Agroforestry Land-Use Systems for Carbon Mitigation: An

Analysis from Chiapas, México”. In: W.N. Adger, D. Pettenella, and M.C. Whitby

(Editors), Climate Change Mitigation and European Land Use Policies. CAB

International, pp. 269-284.

de Jong, B., G. Montoya-Gómez, K. Nelson, L. Soto-Pino, J. Taylor y R. Tipper. 1995

Community Forest Management and Carbon Sequestration: a Feasibility Study from

Chiapas, México. Interciencia 20:6, 409-416.

189

Delaney, M., S. Brown, A. E. Lugo, A. Torres-Lezama, y N. Bello Quintero 1998. 'The

quantity and turnover of dead wood in permanent forest plots in six life zones of

Venezuela. Biotropica 30, 2-11.

Detwiler, R.P. y C.A.S. Hall 1988. Tropical forests and the global carbon cycle. Science

239: 42-47.

Detwiler, R.P., C.A.S. Hall y P. Bogdanoff. 1985. Land use change and carbon exchange in

the tropics II. Estimates for the entire region. Environmental Management 9: 335-

344.

Dixon, R.K., S. Brown, A.M. Houghton, A.M. Solomon, M.C. Trextler y J. Wisniewski.

1994. Carbon Pools and Flux of Global Forests Ecosystems. Science 263: 185-190.

Dixon, R.K., J. Sathaye, O.R., Meyers, O.R. Masera, A.A. Makarov, S. Toure, W. Makundi

y S. Wiei. 1996. Greenhouse Gas Mitigation Strategies: Preliminary Results from the

U.S. Country Studies Program. Ambio 25:1, pp. 26-32.

Drake, B.G., J. Azcon-Bieto, J. Berry, P. Dijkstra, J. Farrar, R.M. Gifford, M.A. González-

Meter, G. Koch, H. Lambers, J. Siedow y S. Wullschleger, 1999. Does elevated

atmospheric CO2 inhibit mitochondrial respiration in green plants?. Plant, Cell and

Environment 22: 649-657.

Ellis, J. y M. Bosi, 1999. “Options for project emission baselines”. OECD and IEA

Information paper. OECD, Paris.

Faeth, P., C. Cort y R. Livernash, 1994. “Evaluating the Carbon Sequestration Benefits of

Forestry Projects in Developing Countries”. World Resource Institute, Washington.

FAO. 1995. “Planning for Sustainable Use of Land resources: Towards a new Approach”.

Land and Water Bulletin2. Food and Agriculture organization, Rome, italy, 90 pp.

FAO. 1986. “Programme for the 1990 World Census of Agriculture”. FAO Statistical

Develop Series 2, Food and Agriculture organization, Rome, italy, 90 pp.

FAO/UNEP. 1999. “Terminology for integrated resources Planning and Management”.

Food ad Agriculture Organization/United Nations Environmental Programme, Rome,

Italy y Nairobi, Kenya.

190

Fearnside, P.M., D.A. Lashof y P. Moura-Costa. 2000: Accounting for time in mitigating

global warming. Mitigation and Adaptation Strategies for Global Change (in press).

Fearnside, P.M. y W. Malheiros-Guimaraes, 1996. Carbon uptake by secondary forests in

Brazilian Amazonia. Forest Ecology and Management 80: 35-46.

Fearnside, P.M. 1995. Global warming response options in Brazil's forest sector:

Comparison of project-level costs and benefits. Biomass and Bioenergy 8(5): 309-

322.

Friedman, S. 1999. “The use of benchmarks to determine emissions additionality in the

Clean Development Mechanism”. Paper presented at the GISPRI baseline workshop,

25-26 February, Tokyo.

Garcidueñas M., 1987. “Producción de biomasa y acumulación de nutrientes en un rodal de

Pinus montezumae Lamb”. Tesis de Maestría. Colegio de posgraduados. Chapingo,

México.

Gillespie, J.R., S. Brown, y A.E. Lugo, 1992. “Tropical Forest Biomass Estimation from

truncated stand Tables”.

Goudie, A. 1990. “The Human Impact on the Natural Environment”. Basil Blackwell Ltd,

Oxford, U.K. 3a Ed. 388 pp.

Hargrave, T.; N. Helme, I. Puhl, 1998. “Options for simplifying baseline setting for Joint

Implementation and Clean Development Mechanism projects”. Washington, D.C..

Houghton, J.T., L.G. Meira Filho, B. Lim, K. Treanton, I. Mamaty, Y. Bonduki, D.J.

Griggs y B.A. Callander. 1997: “Revised 1996 Guidelines for National Greenhouse

Gas Inventories: Reference Manual”. IPCC/OECD/IEA.

Houghton, R.A. y C.M. Woodwell, 1989. Global Climatic Change. Scientific American

260:4, pp. 36-40.

Houghton. R.A. et al. 1985. Net flux of carbon dioxide from tropcial forests in 1980.

Nature 316: 617-620.

191

Intergovernmental Panel on Climatic Change. 1995. “Climate Change 1995. The

Supplementary Report to the IPCC Scientific Assesment”. Cambridge University

Press. Cambridge.

Jepma, C. 1999. “Determining a baseline for project co-operation under the Kyoto

Protocol: a general overview”. Paper presented at the GISPRI baseline workshop, 25-

26 February, Tokyo.

Jepma, C. 1995. “Tropical Deforestation: a socio-economic approach”. Earthscan, London.

Killeen, T. J. 1999. “A Study of Land-use Change in the El Chore Forest Reserve”. Santa

Cruz, Bolivia, Paper prepared for the Noel Kempff Climate Action Project, available

from The Nature Conservancy, 4245 Fairfax Dr., Arlington, Virginia.

Lashof, D.A y Ahuja D.R. 1990. Relative Contributions of Greenhouse Gas Emissions to

Global Warming. Nature 344:5, pp. 529-531.

Ludeke, A.K. 1990. An analysis of anthropogenic deforestation using logistic regression

and GIS. Journal of Environmental Management 31: 247-259

Lugo, A.E., y S.K. Saxena. 1986. Steady state ecosystems and the global carbon cycle.

Vegetatio 68(2): 83-90.

MacDicken, K. 1997a. “A guide to monitoring carbon storage in forestry and agroforestry

projects”. Winrock International, 1611 N. Kent St., Suite 600, Arlington, VA 22209,

USA.

MacDicken, K. 1997b. Project specific monitoring and verification: state of the art and

challenges. Mitigation and Adaptation Strategies for Global Change 2: 191-202.

Maclaren, P. 1999. “Carbon accounting methodologies - a comparison of real-time, tonne-

years, and one-off stock change approaches”. Unpublished manuscript.

Marland, G. y S. Marland. 1992: Should we store C in trees?. Water, Air and Soil Pollution

64, 181 - 195.

Masera, O. 1995a. Carbon Mitigation Scenarios for Mexican Forests: Metodological

Considerations and Results: Interciencia 20:6, 388-395.

192

Masera O. 1995b. “Deforestación y Degradación Forestal en México”. Documento de

Trabajo 19. Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada, A.C.,

Pátzcuaro, Michoacán, México. 50 pp.

Masera, O. 1995c. “Future Greenhouse Emisión and Sequestration Scenarios from Land

Use Change in México”. Report to UNEP from the Project Mexico´s Country Study

on Greenhouse Gas Emissions, Instituto Nacional de Ecología, México City.

Masera, O. 1991. México y el Cambio Climático Global: un balance crítico. Ciencia y

Desarrollo 17: 100, 52-67.

Masera, O.R., A.D. Cerón, y J. A. Ordóñez. 2000. “Forestry Mitigation Options for

Mexico: Finding Synergies Between National Sustainable Development Priorities and

Global Concerns” En prensa en Mitigation and Adaptation Strategies for Climate

Change: Special Issue on Land Use Change and Forestry Carbon Mitigation Potential

and Cost Effectiveness of Mitigations Options in Developing Countries.

Masera, O.R. y A. Ordóñez. 1997. “Forest Management Mitigation Options”. En: C.

Sheinbaum (Coord), Final report to the USAID-Support to the National Climate

Change Plan for Mexico, Instituto de ingeniería, Report 6133, UNAM, Mexico City,

pp 77-93.

Masera, O. D. y J. Navia. 1996. “Dinámica y Uso de los Recursos Forestales en la región

Purépecha: el Papel de las Pequeñas Empresas Artesanales”. Documento de trabajo

del Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada A.C. Diciembre.

Masera, O.R. y J.A. Ordóñez. 1996. “Bosques y Cambio Climático Global: Referencias

Seleccionadas. Reporte al Proyecto Estudio de País sobre Cambio Climático

Global”. Instituto Nacional de Ecología, U.S, Environmental Protection Agency.

Masera, O.R., T. Hernández, A. Ordóñez, y A. Guzmán. 1995. “Land Use Change and

Forestry”. In Preliminary National Inventory of Greenhouse Gases: México. UNEP

PROJECT GF/4102-92-01 (PP/3011). Instituto Nacional de Ecología. Programa de

las Naciones Unidas para el Medio Ambiente, U.S. Country Studies Program.

Septiembre. México D.F.

193

Masera, O.R; M.J. Ordóñez y R. Dirzo 1992a . Emisiones de carbono a partir de la

deforestación en México. Ciencia 43: 151-153.

Masera, O.R; M.J. Ordóñez y Dirzo R. 1992b. “Carbon emissions from deforestation in

México: current situation and long-term scenarios”. En: W. Makindi & J. Sathaye

(Eds) Carbon Emissions and Sequestration in Forests: Case Studies from Seven

Developing Countries. Lawrence Berkeley. Lab. Report. Univ. of California,

Berkley.

Michaelowa A. 1998. Joint Implementation – the baseline issue. Economic and political

aspects. Global Environmental Change 8(1): 81-92.

Mintzer, I.M. 1992. “Confronting Climate Change. Risk Implications and Responses”.

Cambridge, University Press, Cambridge.

Mohren, G.M.J., J.F. Garza Caligaris, O. Masera, M. Kanninen, T. Karjalainen and G.J.

Nabuurs. 1999. “CO2 FIX for windows: a dynamic model of the CO2 fixation in

forest stands”. Institute for Forestry and Nature Research, The Netherlands, Instituto

de Ecología, UNAM, Mexico, Centro Agronómico Tropical de Investigación y

Enseñanza, Costa Rica, European Forest Institute, Finland. 27 pp.

Moulton, R.J. y K.R. Richards, 1990. “Costs of sequestering carbon through tree planting

and forest management in the United States”. USDA-Forest Service. Gen. Tech. Rep.

WO-58.

Moura-Costa, P.H. 1996a. Tropical forestry practices for carbon sequestration: A review

and case study from Southeast Asia. Ambio 25: 279-283.

Moura-Costa, P.H. 1996b. “Tropical forestry practices for carbon sequestration”. In: A.

Schulte and D. Schone (eds.), Dipterocarp Forest Ecosystems - Towards sustainable

management, World Scientific, Singapore, pp 308-334.

Moura-Costa, P., M. Stuart, M. Pinard y G. Phillips, 2000. Issues related to monitoring,

verification and certification of forestry-based carbon offset projects. Mitigation and

Adaptation Strategies for Global Change (in press).

194

Moura-Costa, P.H. and C. Wilson, 2000. An equivalence factor between CO2 avoided

emissions and sequestration – description and applications in forestry. Mitigation and

Adaptation Strategies for Global Change (in press).

Moura-Costa, P., and M. Stuart. 1998. Forestry based greenhouse gas mitigation: a story of

market evolution. Commonwealth Forestry Review 77: 191-202.

Moura-Costa, P.H. 1993. “Large scale enrichment planting with dipterocarps, methods and

preliminary results”. In: K. Suzuki, S. Sakurai and K. Ishii (eds.), Proceedings of the

Yogyakarta Workshop, BIO-REFOR/IUFRO/SPDC: Bio-reforestation in Asia-

Pacific Region. pp 72-77.

Moura-Costa, P.H., S.W. Yap, C.L. Ong, A. Ganing, R. Nussbaum and T. Mojiun. 1996.

“Large scale enrichment planting with dipterocarps as an alternative for carbon offset

- methods and preliminary results”. In: S. Appanah and K.C. Khoo (eds.) Proceedings

of the 5th Round Table Conference on Dipterocarps. Chiang Mai, Thailand,

November 1994. FRIM, Kepong. pp 386-396.

Nabuurs, G.J. y G.M.J. Mohren, 1993. Carbon fixation through forestation activities: A

study of the carbon sequestering potential of selected forest types. Inst. for Forestry and

Nature Research (IBN-DLO), Wageningen, The Netherlands, IBN Research Report

93/4.

Nabuurs, G.J. y G.M.J. Mohren, 1995. Modelling analysis of potential carbon sequestration

in selected forest types. Canadian Journal of Forest Research 25: 1157-1172.

Ochoa-Gaona, S. y M. González-Espinosa, 2000. Land use patterns and deforestation in the

highlands of Chiapas, Mexico. Applied Geography 20: 17-42.

Ordóñez A. 1999. “Captura de Carbono en un Bosque Templado: el caso de San Juan

Nuevo, Michoacán”. Instituto Nacional de Ecología – SEMARNAP. México D.F. pp.

72.

Ordóñez, A. 1998. “Estimación de la Captura de Carbono en un Estudio de Caso para

Bosque Templado: San Juan Nuevo, Michoacán”. Tesis de Licenciatura, Facultad de

Ciencias, UNAM, Cuidad de México.

195

Ordóñez, A. 1998. El modelo CO2Fix. Memorias del Taller de Metodologías para la

Evaluación de la Captura de Carbono en el Area Forestal. México, D.F., Instituto

Nacional de Ecología-SEMARNAP. marzo 19-20.

Ordóñez, A. 1997. “Estimación del Potencial de Captura de Carbono. Memorias del Taller

de Captura de Carbono para la Región de los Tuxtlas. Veracruz, Ver.”, Instituto

Nacional de Ecología-SEMARNAP. agosto 8.

Ordóñez, A. 1997. “Estimación del Potencial de Captura de Carbono para un Estudio de

Caso de Bosque Templado en San Juan Nuevo Parangaricutiro, Mich. Resultados

Preliminares”. Memorias del Taller sobre Proyectos de Secuestro de Carbono e

Implementación Conjunta. Tuxtla Gutierrez, Chiapas. abril 11-12.

Ordóñez A. y J. Escandón, 1999. “Estimación preliminar del contenido de carbono en el

Ajusco Medio, Distrito Federal, México”. Instituto de Ecología. UNAM.

Ordóñez A., O. Masera, y V. Jaramillo, 1998. “Estimación del contenido de carbono en la

biomasa aérea, mantillo, suelos y raíces de los bosques de mesa y de pino-encino en

El Carricito, en la Sierra Madre Occidental”. Instituto de Ecología. UNAM.

Ortíz E.B. y M.V. Toledo, 1998. Tendencias en la deforestación de la Selva Lacandona

(Chiapas, México): el caso de las Cañadas. Interciencia 6: 320-327

Phillips, D.L., Y. Malhi, N. Higuchi, W.F, Laurance, R.M. Nuñez, S.G. Laurance, L.V.

Ferreira, M. Stern, S. Brown y J. Grace, 1998. Changes in the carbon balance of

tropical forests: evidence from long-term plots. Science 282: 439-442.

Protoype Carbon Fund. 1999. http:// www.prototypecarbonfund.org

Ravindranath, N.H. y P.R. Bhat, 1997. Monitoring of carbon abatement in forestry

projects-case study of Western Ghat Project. Mitigation and Adaptation Strategies for

Global Change 2: 217-230.

Ravindranath, N.H. y D.O. Hall. 1995. “Biomass, Energy, and Environment: A Developing

Country Perspective from India”. Oxford University Press, Oxford, UK.

196

Reyes, G., S. Brown, J. Chapman y A.E. Lugo. 1992. “Wood densities of tropical tree

species”. USDA Forest Service, General Technical Report SO-88, Southern Forest

Experiment station, New Orleans, Louisiana, USA.

Rosete F., A. Ordóñez y O. Masera, 1997. “Dinámica de Cambio de Uso de Suelo y

Emisiones de Carbono en la Meseta Purépecha: El caso de la comunidad indígena de

Santiago Tingambato”.México.

Sampson, R.N., M. Apps, S. Brown, C. Cole, J. Downing, L. Heath, O. Ojima, T. Smith,

A. Solomon y J. Wisniewski, 1993. Workshop Summary Statement: Terrestrial

Biospheric Carbon Fluxes-quantification of Sinks and Sources on CO2. Water, Air

and Soil Polution 70, pp. 3-15.

Scolel Té, 1997. Scolel Té: “International pilot project for carbon sequestration and

community forestry in Chiapas, Mexico.” http://www.ed.ac.uk/~ebfr11.

Schimel, D.S. 1995. Terrestrial Ecosystems and the Carbon Cycle. Global Change Biology,

1, 77-91.

Schneider, S.H. 1989. The Greenhouse Effect: Science and Policy. Science, 243: 10, 271-

281

SGS. 1998. “Final report of the Assessment of project design and schedule of emission

reduction units for the Protected Areas Project of the Costa Rican Office for Joint

Implementation”. SGS, Oxford. 133 pp.

Smith, T.M., W.P. Cramer, R.K. Dixon, R. Leemans, R.P. Neilson y A.M. Solomon, 1993.

The Global Terrestrial Carbon Cycle. Water, Air and Soil Pollution 70, pp. 3-15.

Swisher, J.N. 1991. The incremental costs of Terrestrial Carbon Storage in Forestry,

Bioenergy and Land Use. Biomass and Bioenergy 1(6): 317 – 328.

Tipper, R. y B.H. de Jong. 1998: Quantification and regulation of carbon offsets from

forestry: comparison of alternative methodologies, with special reference to Chiapas,

Mexico. Commonwealth Forestry Review 77: 219-228.

Tipper, R., de Jong, B.H.J., Ochoa-Gaona, S., Soto-Pinto, M.L., Castillo-Santiago, M.A.,

Montoya-Gómez, G., y I. March-Mifsut, 1998. “Assessment of the Cost of Large

Scale Forestry for CO2 Sequestration: Evidence from Chiapas, Mexico.” Report

197

PH12. International Energy Agency Greenhouse Gas R&D Programme. Cheltenham,

Glosc. UK. 84 pp.

Tipper, R., 1993. Technological Change in Contemporary Highland Mayan Agriculture.

PhD Thesis, University of Stirling, Scotland, UK.

Trexler y Associates, Inc. 1998: “Final report of the Biotic Offsets Assessment Workshop,

Baltimore”, Maryland Sept. 5-7 1997. Prepared for United States Environmental

Protection Agency, Washington, DC. 107 pp.

Trexler M y R. Gibbons, 1999. “Advancing the Development of Forestry and Land-Use

Based Project Baseline Methodologies for the Developing CDM Regime.” Workshop

on Baselines for CDM.

Trexler, M.C. y L.H. Kosloff. 1998: The 1997 Kyoto Protocol: What does it mean for

project-based climate change mitigation? Mitigation and Adaptation Strategies for

Global Change 3: 1-58.

Trines, E.P. 1998. SGS’ carbon offset verification service. Commonwealth Forestry Review

77(3): 209-213.

Turner, M.G. 1987. Spatial simulation of landscape changes in Georgia: a comparision of 3

transition models. Landscape Ecology Vol 1. No. 1, 29-36.

UNCCCS, 1997. “UNFCCC AIJ Methodological issues”. UN Climate Change Convention

Secretariat. (www.unfccc.de/fccc/ccinfo/inf3.htm)

United Nations Framework Convention on Climate Change (UNFCCC). 1995: “Decision

5/CP.” 1 from the Conference of the Parties on its First Session, , Held at Berlin from

28 March to 7 April 1995 Addendum (FCCC(CP/1995/7/Add.1).

United Nations Framework Convention on Climate Change, 1995. “Section 4.2 (a)”

Verweij, H.J.A. y I.M. Emmer. 1998. Implementing carbon sequestration projects in two

contrasting areas: the Czech Republic and Uganda. The Commonwealth Forestry

Review 77(3): 203-208.