CLICK 21

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REVISTA LITERARIA

Transcript of CLICK 21

COMITÉ EDITORIAL:

Ana Vasquez

Camila Mosquera

Manuela Sánchez

Daniela Ocampo

Editorial

Nuestro grupo editorial entrega a los lectores

Click 21, una revista concebida para dejar

testimonio de los procesos creativos dentro de la

literatura y sus protagonistas.

Diariamente la vida nos sorprende con la diversidad de expresiones literarias que hay y las habilidades con las que nacen muchos. zZLos escritores son seres humanos con carisma, gran capacidad de crear y una inigualable sensibilidad. Son personas dignas de admirar y valorar.

En este país todos sentimos y vivimos la

literatura, unos más que otros, pero la gran

mayoría aprovechamos los momentos de ocio

para leer un gran libro o simplemente disfrutar de

una buena revista.

Más allá de informarle el trabajo que realizan los

escritores, queremos que usted conozca su

calidad humana, su sensibilidad literaria, su

evolución y trayectoria. Somos un medio de

comunicación con un enfoque cultural, que viene

a dar un gran aporte a la sociedad. Nuestro

objetivo es promover la literatura y fomentar los

valores.

Lo invitamos a sentir con nosotros la pasión por

la literatura, a conocer los rostros que dan vida a

estas grandes obras, conozca junto a nosotros

personas y obras que forman parte de nuestra

historia.

DIAGRAMACIÓN:

Camila Mosquera

DIRECTORA:

Ana Vasquez

REVISTA CREDENCIAL:

Carrera 10 Nº 28-49

PBX: 2860085

Fax: 3538320

DISEÑO:

Ana Vasquez

FOTOGRAFÍA:

Daniela Ocampo

EDICIÓN:

Manuela Sánchez

DITRIBUCION:

Medellín GERENTE:

Camila Mosquera

CONTENIDO

+

Recordando al poeta del

verso necesario.... Mario

Benedetti

Poemas celebres

El feminismo paranoico

Maltrato a la mujer

Recordando...

María Cano

Mercedes Salisachs

Sor Juan Inés De La

Cruz

Nuestros poemas

Me gustaría ser eterno:

Ernesto Sábato

MARIO BENEDETTI

Mario Benedetti nació en Montevideo el 14 de septiembre de 1920, en Paso de los Toros, Departamento de Tacuarembó, República Oriental del Uruguay. Entre 1938 y 1941 residió casi continuamente en Buenos Aires. En 1945, de vuelta en Montevideo, integró la redacción del semanario Marcha. En 1949 publicó Esta mañana, su primer libro de cuentos y, un año más tarde, los poemas de Sólo mientras tanto. En 1953 apareció su primer novela, Quien de nosotros. Pero fue con el volumen de cuentos Montevideanos, publicado en 1959, que tomó forma la concepción urbana de su obra narrativa. Con La Tregua, que apareció en 1960, Benedetti adquirió trascendencia internacional.

La novela tuvo más de un centenar de ediciones, fue traducida a diecinueve idiomas y llevada al teatro, la radio, la televisión y el cine. En1973 debió abandonar su país por razones políticas. Etapas de sus doce años de exilio fueron la Argentina, Perú, Cuba y España. Su vasta producción literaria abarca todos los géneros, incluyendo famosas letras de canciones, y suma más de sesenta obras, entre las que se destacan la novela Gracias por el Fuego (1965), el ensayo El escritor latinoamericano y la revolución posible (1974¿ los cuentos de Con y sin nostalgias (1977) y los poemas de Viento del exilio (1981). En 1987 recibió el Premio Llama de Oro de Amnistía Internacional por su novela primavera con una esquina rota. Otros libros como, La borra del café (1992), Perplejidades de fin de siglo (Seix Barral, 1993) y El olvido está lleno de memoria (Seix Barral, 1995). Su obra poética está recogida en Inventario Uno (1950-1985), e Inventario Dos (1986-1991?, Cuentos Completos (1994). Su última novela es Andamios y su último libro de poesía "La vida ese paréntesis"

El día 17 de mayo de 2009 poco después de las 18:00, Benedetti muere en su casa de Montevideo, a los 88 años de edad

Todos sabemos que era un ser ejemplar en su

modestia, en su auténtica sencillez, en su valiente

ternura, en su solidaridad.

Mario no necesita que lo idealicemos porque es un

ideal en sí mismo, toda su obra está tocada por un

horizonte utópico en que el arriba se inquieta y el

abajo se mueve indócil.

Desde su coherencia nos ha enseñado cómo el

humor puede ser fértil, cómo el amor y la lucha

pueden ser cómplices, cómo la confianza en el

hombre, en el otro, en la otra, tiene que

anteponerse a toda desconfianza. El creía en el

prójimo sin necesidad de mayores pruebas. Creía,

sin laberintos, en los otros y los traía cerca. A nadie

le cabe duda de que, como en su poema, defendía

la alegría a ultranza. Construía puentes de alegría

para oponerse a la tristeza y a la muerte. Era un

extremista del optimismo y de la esperanza, sin

dejar de lado un agudo sentido crítico y una

profunda preocupación por la gente. Un hombre, ya

lo dijimos, de una modestia ejemplar, que su amigo

Eduardo Galeano explica diciendo que Mario

Benedetti no se daba cuenta de que era Mario

Benedetti.

Sobrevive en los demás también por su

compromiso en la lucha política, antes y durante los

años de plomo, cuando entre sus amigos contaba al

paso del tiempo con Raúl Sendic, ZelmarMichelini,

Líber Seregni.

Su permanente lucha contra la injusticia y la

impunidad se manifestó recientemente en su

solidaridad con familiares de detenidos-

desaparecidos y su apoyo a la campaña por la

anulación de la ley de caducidad.

Mario, como persona, se hacía querer con su rostro

tierno, su bigote y jopo invencibles, su mirada

limpia, su sonrisa que aun en medio de estos

períodos de enfermedad afloraba, consolando o

agradeciendo a Ariel, su leal secretario, y a los

fieles, trabajadoras y trabajadores, que lo cuidaban

sin falla.

TODAVIA

No lo creo todavía

estás llegando a mi lado

y la noche es un puñado

de estrellas y de alegría

palpo gusto escucho y veo

tu rostro tu paso largo

tus manos y sin embargo

todavía no lo creo

tu regreso tiene tanto

que ver contigo y conmigo

que por cábala lo digo

y por las dudas lo canto

nadie nunca te reemplaza

y las cosas más triviales

se vuelven fundamentales

porque estás llegando a casa

sin embargo todavía

dudo de esta buena suerte

porque el cielo de tenerte

me parece fantasía

pero venís y es seguro

y venís con tu mirada

y por eso tu llegada

hace mágico el futuro

y aunque no siempre he entendido

mis culpas y mis fracasos

en cambio sé que en tus brazos

el mundo tiene sentido

y si beso la osadía

y el misterio de tus labios

no habrá dudas ni resabios

te querré más

todavía

POEMA VII

Inclinado en las tardes tiro mis tristes redes

a tus ojos oceánicos.

Allí se estira y arde en la más alta hoguera mi soledad que da vueltas los brazos como un náufrago.

Hago rojas señales sobre tus ojos ausentes

que olean como el mar a la orilla de un faro.

Sólo guardas tinieblas, hembra distante y mía, de tu mirada emerge a veces la costa del espanto.

Inclinado en las tardes echo mis tristes redes

a ese mar que sacude tus ojos oceánicos.

Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas que centellean como mi alma cuando te amo.

Galopa la noche en su yegua sombría

desparramando espigas azules sobre el campo.

El remordimiento

He cometido el peor de los

pecados que un hombre puede cometer. No he sido

feliz. Que los glaciares del olvido

me arrastren y me pierdan, despiadados.

Mis padres me engendraron

para el juego arriesgado y hermoso de la

vida, para la tierra, el agua, el aire,

el fuego. Los defraudé. No fui feliz.

Cumplida

no fue su joven voluntad. Mi mente

se aplicó a las simétricas porfías

del arte, que entreteje naderías.

Me legaron valor. No fui

valiente. No me abandona. Siempre

está a mi lado La sombra de haber sido un

desdichado.

Jorge Luis Borges

El feminismo paranoico

Estamos tan obsesionadas con la igualdad y los derechos femeninos que nos hemos transformado en conspiradoras paranoicas y resentidas. Nos asusta tanto convertirnos en la mujer detrás del hombre o a la izquierda en la mesa, que hemos perdido el centro. Hoy, para nosotras, llevarle un vaso de agua a un hombre representa mucho más que un favor; es servilismo, sometimiento, desigualdad.

Vivimos supervisando todos los gestos, como la Santa Inquisición del feminismo. Si nos regalan una licuadora, nos están mandando a la cocina; si nos abren la puerta, nos sugieren que somos débiles; si no nos cuentan algo, no nos dan nuestro lugar; si nos consultan todo, nos ponen en el rol de madre; si nos preguntan qué vamos a comer, en realidad nos exigen la cena y si nos piden un calzón, nos están diciendo siervas, lavanderas, esclavas, lacayas. Necesitamos dejar en claro que somos iguales o mejores que ellos con tanta avidez y desesperación, que caemos en nuestra propia trampa; porque cada vez que nos importa quien abre la puerta o quien paga la cena, estamos realzando la diferencia, probando que sí existe. Y cada vez que la negamos o la discutimos la hacemos más grande. La igualdad no llegará hasta que nosotras nos comportemos como iguales, hasta que olvidemos el estereotipo y el mandato. No tenemos que elegir nada. No tenemos que odiar el rimmel para ser inteligentes, ser célibes para ser valientes o pedir delivery para ser modernas. Somos mujeres, y podemos tenerlo todo, lo mejor de ambos mundos: las galletas de jengibre y el doctorado. El ascenso y un costurero. Una familia enorme o una familia de dos. Podemos elegir todo. Y eso, es la igualdad. Autora: carolina

Violencia contra la

mujer

La violencia contra la mujer es un fenómeno tan extendido que ya se ha definido como “pandémico” y, por ello, “uno de los más grandes desafíos de nuestra época”. Cada día y en todos los lugares del mundo las vidas y los derechos de millones de mujeres están en peligro debido a abusos relacionados con cuestiones de género. Cada día nos sorprende e impacta menos ver o escuchar en los medios de comunicación una noticia sobre la violencia de género. Los datos disponibles sobre la situación de la mujer en países subdesarrollados nos indican que allí la situación es aún peor. En sus vidas cotidianas, en el núcleo familiar, como ciudadanas, se enfrentan a una variedad de abusos que han quedando a menudo impunes. En la actualidad, 130 millones de niñas y mujeres vivas hoy en día han sufrido mutilación genital femenina y 5.000 mujeres mueren cada año como consecuencia de los denominados “crímenes de honor” cometidos por miembros de sus familias. Estos crímenes de consisten en el asesinato de una mujer por parte de miembros de su familia o miembros de la comunidad que consideran haber sido previamente deshonrados por la víctima. Entre los principales motivos se encuentran el rechazo de un matrimonio concertado, el haber sido víctima de una agresión sexual, buscar el divorcio, o cometer adulterio. Y esto no es todo. Es difícil la recopilación de información sobre la violencia y los abusos contra la mujer, ya que este tipo de violencia es ampliamente aceptado como un hecho común y casi inevitable, y por ello no digno ni de consideración ni de solución. Aunque la violación, la mutilación genital, el abuso doméstico y conyugal, y ciertos castigos tradicionales como la lapidación y las quemaduras tienen más posibilidades de alcanzar o de llegar a los titulares del momento y provocar indignación, el infanticidio femenino, la selección prenatal del sexo y la desatención sistemática de las niñas quedan alejados del punto de mira de los medios de comunicación y del público. Sin embargo es obvio que la discriminación y la pobreza exponen a niñas y mujeres a este tipo de abusos colaterales. La negación de derechos básicos como el acceso a los servicios de salud, a la vivienda, a la educación, a la alimentación y al agua, así como a la propiedad, afecta masivamente a las mujeres dejándolas sin los medios y las herramientas necesarias para hacer valer sus derechos en igualdad. No hay nada inevitable en la violencia contra las mujeres y nada que ganar desviando la mirada hacia el otro lado. Por el contrario, hay muchas pruebas que confirman que promover y defender los derechos humanos de la mujer hace avanzar a las sociedades. Así, el 25 de noviembre es un día dedicado a llamar la atención sobre este tipo de violencia y ofrece una oportunidad para la reflexión sobre esta cuestión y, lo que es más importante, sobre cómo hacer frente de una forma efectiva a esta injusticia global. Lo que se necesita ahora no es sólo un día de reflexión y más promesas retóricas, sino un liderazgo decisivo y un compromiso en el tiempo para poner fin a las prácticas abusivas y la

discriminación que impiden avanzar a las mujeres. Autora: Melanie Vázquez Arenas

María Cano

Nació en Medellín, el 12 de agosto de 1887. Ha sido la más destacada oradora y activista política de Colombia. En un principio se dio a conocer como poetisa y periodista, contertulia de Efe Gómez, Leon de Greiff y Tomás Carrasquilla. Obrera de la Imprenta Departamental de Medellín. Inició su activismo político en las minas de Segovia y Remedios, en 1925, defendiendo los intereses de los obreros. A raíz de ello fue nombrada Vicepresidenta del III Congreso Obrero, en el cual se fundó el Partido Socialista Revolucionario en Bogotá, 1926. Ese congreso le confirmó el título de Flor del Trabajo, otorgado en Medellín.

En los años siguientes hizo espectaculares giras por Cundinamarca, Tolima, Valle, Boyacá y, a lo largo del Río Magdalena. Aunque no estuvo presente en la huelga de las bananeras en 1928, el gobierno del entonces presidente Miguel Abadía Méndez consideró que había contribuido a promoverla y durante tres meses la sometió a prisión. Muchas otras veces estuvo encarcelada.

Su oratoria atraía multitudes y las conmovía como nunca ninguna mujer colombiana lo había logrado. Sobresalió también por sus pronunciamientos a favor de la liberación femenina.

Murió sin mayores recursos económicos, el 26 de abril de 1967 en Medellín.

Mercedes Salisachs

{Barcelona, 1916}

Mercedes Salisachs nació en Barcelona el 18 de septiembre de 1916. Estudió en la Escuela de Comercio de Barcelona.

Se casó en 1935 y publicó su primera novela bajo el seudónimo de María Ecín.

En 1956 fue Premio Ciudad de Barcelona con la novela Una mujer llega al pueblo, en 1975 Premio Planeta con La gangrena, y en 1983 fue Premio Ateneo de Sevilla con El volumen de la ausencia, Premio Sara Navarro con Sea breve, por favor, y Premio Hucha de Oro con Feliz Navidad, señor Ballesteros.

Obras:

*La gangrena

*materia mutante

*Primera mañana ultima mañana

*Pasos conocidos

*reflejos de luna

*goodbey España

*entre la sombra y la luz

FANY MIKEY

Nacida en Argentina y nacionalizada en Colombia, donde vivió desde 1959, fue actriz, directora de teatro y gestora de proyectos culturales, que han marcado el desarrollo de las artes escénicas y la vida cultural en general en Colombia e Iberoamérica. Fanny, fue el cerebro detrás del festival de teatro más importante del mundo.

SU LLEGADA AL PAÍS

Llegó a Colombia a principios de la década de los

sesenta, acompañada de su pareja de entonces, el

argentino Pedro Martínez, quien viajó al país para

trabajar inicialmente en la televisión nacional, pero

terminó vinculado al Teatro Experimental de Cali, bajo

la dirección del maestro Enrique Buenaventura.

En 1967 regresó a su país natal, pero volvió a

Colombia para radicarse definitivamente, motivada

por el potencial artístico que desde el principio

percibió en nuestro país.

Fue en la ciudad de Cali donde Fanny empezó a

involucrarse con la escena dramática colombiana,

como coordinadora de cinco ediciones del Festival de

Arte de Cali, tal vez el evento cultural más importante

de la época en el país.

SU AMOR POR EL TEATRO

Muchos personajes femeninos tomaron forma en el

alma de esta actriz a lo largo de sus 60 años de vida

artística. "La Loca de Chaillot", "La mujer del

domingo", "La fierecilla domada", “María Callas”, “La

Celestina” y Blanche Dubois en “Un tranvía llamado

deseo” son algunos de sus roles más exitosos. En

Colombia se inició como actriz del Teatro

Experimental de Cali (TEC), para luego trabajar con el

Teatro Popular de Bogotá (TPB). La Fundación Teatro

Nacional fue su idea, y actualmente cuenta con tres

sedes: El Teatro Nacional de la Calle 71, el Teatro la

Castellana y la Casa del Teatro Nacional

Participó como actriz, productora, directora, jurado e invitada en festivales como el Mundial de

Teatro de París, el Festival Internacional de Teatro de Caracas, el Festival Cervantino, el Gran

Festival de Ciudad de México y el Festival de Cadiz, el Festival de Avignon, el Festival de Sydney

y las Olimpiadas Mundiales de Teatro en Grecia y Japón.

Como directora sus producciones han estado en el Odeón de París, en Madrid, Cadiz, Maribor

(Eslovenia) y Buenos Aires. "La Muerte y la Doncella", de Ariel Dorfman, “Sin límites”, de Harvey

Fierstein, “Monólogos de la vagina”, de Eve Ensler, “Cartas de amor” y “Hombres en escabeche”

de Ana Istarú. Como actriz se ha presentado en Nueva York, Washington, Buenos Aires, Moscú,

Roma, Sydney, Colombia, Ecuador y Venezuela.

GESTIÓN CULTURAL

Administró el Teatro Escuela de Cali - TEC, dirigió cinco versiones del Festival de Arte de Cali e

impuso la creación de semanas culturales en diferentes ciudades del país. Fanny Mikey fue

directora ejecutiva del Teatro Popular de Bogotá - TPB durante siete años, y fundadora de "La

Gata Caliente", primer café concierto colombiano. En 1978 creó la Fundación Teatro Nacional, la

cual dirige desde sus inicios. Junto con Ramiro Osorio creó en 1981 el Festival Iberoamericano de

Teatro de Bogotá, evento bienal que en 2006 llegó a su décima versión. Este Festival, del que fue

hasta la más reciente versión su directora, se ha convertido en una de las citas artísticas más

importantes del medio teatral. En 1994 inauguró "La Casa del Teatro Nacional", un espacio de

creación y estudio para las artes escénicas en Colombia. En 1995 consolidó, junto a Jorge Alí

Triana y Tomás Darío Zapata, el Grupo Colombia Ltda, productora de cine que participó en las

películas "Edipo Alcalde" y “Bolívar soy yo”.

En 1998 el Ministerio de Cultura condecoró a Fanny con la Gran Orden al Mérito Cultural, el

máximo reconocimiento que otorga la entidad a las personas, comunidades e instituciones que se

han destacado en la realización, desarrollo y promoción de bienes y productos culturales a partir

de la imaginación, la sensibilidad y la creatividad, resaltando su fecunda labor artística y de

divulgación de los valores más positivos de la cultura nacional. Además fue galardonada con el

Premio Max Hispanoamericano de las Artes Escénicas, otorgado por la Sociedad General de

Autores y Editores de España (Sgae) en el año 2005; la Orden del Congreso de la República de

Colombia en el Grado de Cruz de Caballero; la Medalla al Mérito Cultural Proartes de Colombia y

el Premio Latinoamericano „Ollantay‟ del Centro Latinoamericano de Creación e Investigación

Teatral-Celcit, entre otros. En el 2002 recibió el Título Honoris Causa como administradora de

empresas, otorgado por la Universidad Santiago de Cali. Y el 14 de marzo del 2005 fue

galardonada con el Premio Max Hispanoamericano de Artes Escénicas, otorgado por la SGAE e

Iberautor, de España, por su labor como promotora del teatro mundial.

Sor Juana Inés de la Cruz

Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana,

nació en 12 de noviembre de 1651 en San Miguel

de Nepantla, Amecameca. Fue hija de padre vasco

y madre mexicana. Tocóle en suerte vivir una

época en que la literatura nacional era copia,

más o menos fiel, de la española; culteranisrno,

estilo que se agudiza en gongorismo; y la tendencia

de los escritores de ese tiempo a escribir

únicamente en verso, la cual, por la estilización

que preferían, cuajaba en composiciones que constituían

verdaderos logogríficos del intelecto: se vestía a la

idea con un ropaje enfarragoso, para luego gozar en

desnudarla. Al respecto ha dicho un autor que "en tal

época hablar claro era un pecado".

La producción de Sor Juana en su gran mayoría poética,

con todo y ser presa de la misma afectación, por su

sinceridad y fuerza alcanza tonos desconocidos de sus

contemporáneos, en grado tal, que hay quienes

piensan que ella, y Juan Ruiz de Alarcón, integran

"la mayor gloria de México virreinal"; más aún: que

únicamente por Sor Juana se salva la literatura del

siglo XVII, que era cultivada por "poetas sin condiciones

de cultura ni talento".

Su genio manifestóse bien temprano, pues a los tres de

edad ardía ya en deseos de saber leer y escribir; a

los ocho compuso una loa al Santísimo Sacramento, y a

los diecisiete, ya cumplidos aún, domina --dice Karl

Vossler-- "el difícil estilo culterano y está igualmente

bien versada en todos los géneros y métricas de la

literatura española". Bastáronle veinte lecciones, que

le dictó en bachiller Martín de Olivas, para dominar el

latín con absoluta maestría. Su cultura, enciclopédica,

era vastísima. Religiosa desde los dieciséis años

(inicialmente en el Convento de Santa Teresa la Antigua

y posteriormente en el de San Gerónimo) en el

claustro vio cristalizar la mayor parte de su obra, no

obstante lo cual buena parte de ella tiene como motivos

asuntos profanos. Tuvo a su cargo la Tesorería del

Convento

y declinó dos veces el puesto de Abadesa, que

le fue ofrecido.

Antes de profesar, fue dama de la esposa del virrey Mancera.

En plena madurez literaria, criticó al P. Vieyra, portugués

de origen, jesuita, un sermón, y lo impugnó sosteniendo lo

relativo a los límites entre lo humano y lo divino, entre el

amor de Dios y el de los hombres, lo que dio motivo a que el

Obispo de Puebla, D. Manuel Fernández de Santa Cruz (Sor Filotea),

le escribiera pidiéndole que se alejara de las letras profanas

y se dedicara por entero a la religión. Sor Juana se defendió

en una larga misiva autobiográfica, en la cual abogó por las

derechos culturales de la mujer y afirmó su derecho a criticar

y a impugnar el tal sermón. No obstante, obedeció, y al efecto

entregó para su venta los cuatro mil volúmenes de su biblioteca

("quita pesares", como la llamaba), sus útiles científicos y sus

instrumentos musicales, para dedicar el producto de ellos a fines

piadosos. Cuatro años mas tarde, atendiendo a sus hermanas enfermas

de fiebre, se contagió y murió el 17 de abril de 1695.

Las obras de Sor Juana no se han editado completas. Algunas piezas:

Los Empeños de una Casa, Sonetos, Poesías Escogidas, Autos

Sacramentales, etc., etc. han circulado intermitentemente,

aisladas del grueso de su producción, algunas otras se han perdido.

Un Compendio de Armonía Musical. "El Caracol".

Su obra no tiene exclusivamente reflejos gongorinos, pues

particularmente a su teatro se le señalan notables

influencias del dramaturgo Calderón de la Barca, y aún de Moreto.

De ella ha dicho Marcelino Menéndez y Pelayo "No se juzgue a Sor

Juana por sus símbolos y jeroglíficos, por su Neptuno Alegórico ...

por los innumerables rasgos de poesía trivial y casera de que

están llenos los romances décimas con que amenizaba los saraos

de los virreyes Marqués de Mancera y Conde de Paredes.

Todo esto no es más que un curioso documento para la historia

de las costumbres coloniales y un claro testimonio de cómo la

tiranía del medio ambiente puede llegar a pervertir las naturalezas

más privilegiadas"... "lo que más interesa en sus obras es el

rarísimo fenómeno psicológico que ofrece la persona de su autora"...

"hay acentos de sus versos que no pueden venir de la imitación

literaria"... "los versos de amor profano de Sor Juana son de

los más suaves y delicados que han salido de pluma de mujer".

Ha pasado a la Historia con los significativos nombres con

que la critica la ha bautizado: 'La Décima Musa",

"Fénix de México" y "La Monja Mexicana".

HAIKU

Sabemos poner

un beso con tan solo

ver una mirada

Y nada puede

ser más sincero que las

lagrimas de el

DANIELA OCAMPO

Ser un amigo

y parecerlo es

muy diferente

MANUELA SANCHEZ

Si, se oscurece

No cesa hoy el dolor

¿Sientes aun?

CAMILS MOSQUERA

En cada paso

encuentro la soledad

y la tristeza

Eso de olvidar

por tu propia voluntad

es imposible

ANA VASQUEZ

VERSO LIBRE

Es ridículo querer olvidarte

si solo vives en mi mente

y el silencio me acompaña

en cada uno de mis versos.

Cada año se hace un siglo

Cada siglo mil veranos

Y es irónico que pienses

Que yo a vos ya no te amo

MANUELA SANCHEZ

Tu manera de tratarme de ser y amarme

te hace tan especial en mí que no puedo

evitar sonrojarme.

Eres la risa que adorna mi arte como un ángel

del cielo a mí corazón entraste

este amor que siento por ti del que nadie será testigo

solamente tu y yo hasta el fin de nuestro camino

En un sueño en el que nunca te compartiría,

Una realidad en la que no soy parte de tu vida,

Te amo, lo sabes

Pero tu corazón ya esta rentado.

Nunca se pierde lo que no se tiene,

Pero hoy siento que te perdí,

Como tu amiga no, ya no soy feliz,

Me arrebatas la vida,

pero haces de ella una batalla perdida

Pensaba que me amabas

Y tan solo me mentías

Era un juego en tu vida

Un instrumento que se te agotaría

Estaba allí dispuesta,

Cuando querías,

Y ya no queda nada

Nada de aquello que hoy intento

Mandar al olvido

ANA VASQUEZ

En el principio fue el verbo. Y la palabra, la acción y la angustia. No es posible entender a Ernesto Sábato sin estos elementos originales. “Yo fui un chico solitario, apartado de los juegos y de las travesuras que alegran la vida de los niños. Encerrado en mi cuarto, como detrás de una ventana, por las tardes veía pasar la vida. Y ya desde entonces mi salvación provino del arte. ¡Qué hubiese sido de mí sin los libros!”, escribió en 1999.

Sábato nació en Rojas, una pequeña ciudad de provincias en la pampa húmeda. Décimo hijo de una familia de clase media acomodada de inmigrantes calabreses, el sino trágico que envolvería su existencia se manifestó ya en forma temprana: el escritor debe su nombre a su hermano Ernesto (Ernestito), que murió poco antes que él naciera. Su madre lo sobreprotege, traumatizada por la muerte de su otro hijo, “mi madre se había aferrado a mí y yo a ella de manera patológica”, y cuando nació su hermano menor Ernesto sufrió tal ataque de celos que hasta intentó matarlo. Tenía apenas trece años cuando su padre decidió enviarlo a estudiar al prestigioso Colegio Nacional de La Plata, la capital de la provincia, y por aquellos años un hervidero de ideas revolucionarias que no tardarán en hacer eco en el ávido lector adolescente.

En 1929 se inscribió en la Facultad de Ciencias Físico-Matemáticas; al año siguiente se sumó al Partido Comunista, luego de un breve coqueteo con el anarquismo radical. “Abandoné estudios, familia y mis comodidades burguesas. Viví con nombre supuesto en La Plata, en cuyos suburbios estaban los dos frigoríficos más grandes del país, donde se explotaba despiadadamente a toda clase de inmigrantes, que vivían amontonados en tugurios de zinc, rodeados de pantanos de aguas podridas. Repartíamos manifiestos, participábamos de la organización de huelgas”, recordará años más tarde.

Aunque el idilio con las ideas ?de Marx y Lenin habrá de durarle poco. En 1933 lo designan Secretario General de la Federación Juvenil del Partido, pero Ernesto es un espíritu rebelde y no tarda en comenzar a cuestionar la política de Stalin, por lo que la organización decidió enviarlo a Moscú, para que estudie durante dos años en las escuelas leninistas. “Me mandaron a purificarme” dijo con sorna. Antes de llegar a la capital rusa hizo escala en Bruselas donde se entera de los “procesos de Moscú” contra los disidentes. Temiendo terminar atrapado en un gulag ruso, se escapó a París, donde pasa “un invierno muy duro en una piecita de un compañero disidente mientras el partido me buscaba”.