Chemia Nº 32 Revista del Centro de Estudiantes del Doctorado en ...

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Modexn. - Electrodiálisis de Sueros Antitóxicos. 1

Serono. - ""La Guerra Química" - Conferencia. '

Bunet. - La electrolisis industrial de los cloru-

ros alcalinos. . . . . ' 8 ,7

, .i.:

. .

Bernaola. - Historia de la Química hasta La- voisier. - El Flogisto.

AÑO

B u e n o s Alres , Abril de 1930

C H E M I A Revista del Centro Estudiantes del Doctorado en Quimica

Ih'rector: DR. ARNOLDO RUSPINI

Un aporte valioso.

Cuando hace dos años partía el Ing. Humberto Pomilio, dejando entre nosotros u n vigoroso aporte de posibilidades industriales, calificábamos de penoso su alejamiento. N o sólo porque despedíamos a u n huésped grato, sino también al pro- fesional de actividad infatigable, cuya asimilación al medio hubiera repercutido beneficiosamente en nuestra organización industrial.

E n u n ciclo de interesantes conferencias nos demostró las grandes posibilidades que ofrecía el laboreo de la celulosa al cloro, - procedimiento original - a un país que dispusiera de gran'cantidad de caña y paja de maíz; en este sentido'cali- ficó a la Argentina de terreno ideal para esta industria, que nos aseguraba tina autonomía absoluta en el consumo de pasta de papel y sus derivados, Hasta esbozó u n posible aporte per- sonal para lo futuro, en el que por ligereza n o reparamos ma- yormente. .

Pues bien: el Ing, Pomilio se halla de nuevo entre nosotros, u l t imando los detalles para dejar en marcha esta industria. L¿E ciudad de Rosario, asiento de sus actividades, ve surgir día u día las grandes insralaciones que darán forma real a la inicin- tiva. Este proceso involucra varias industrias colaterales; en la preparación electrolítica del cloro, substancia vital para el método, se obtiene como es sabido, los álcalis, derivados clo- rudos oxidantes o decolorantes e hidrógeno. T o d o s ellos sor2 subproductos indispensables de aplicación, de los que somos tributarios ante los productores extranjeros, y cuya obtención local llevará al éxito muchas industrias de actual desenvolui- mien to penoso.

En una corta entrevista, al través de un amigo común, el Ing. Pomilio nos asegura crónicas especiales para CHEMIA, que en base a una visita al terreno, ofreceremos en su oportu- nidad a los lectores.

COLABORACIONES

Fernando Modern

ELECTRODIALISIS DE SUEROS ANTITOXICOS '

Mucho se ha dimitido respecto a quien oorrespondía el mérito del demiabrimiento de la electrodi&lisis y sus aplicaeio- r.es en Biología. Lo cierto es que Reitstiitter .C1) en su trabajo titulada « La elect;rodiális;is en la bioquímica » sefiala al Graf B. Schwerin cofno el autor que tiene m%s patentes regigtradas al respecto. AdemEíx ya en el a60 1896, D. Winkler (%) regis- tra una patente (Brit p. 5749. A59 1896) que trata de la puri- ficacign de las albumosas y otras proteinas con el auxilio de la aorrienh eléctrica.

En el ario 1903, 3Xore.e y Pierce describeix un estudio obre gelatina (Diffusion und Ue-bersitttigung in Gelatine) p~ i - rifieada tambi6n empleando la corriente eléctrica, sin darle a esto úItima importancia.

Tribof y Chretiea en el ano 1905 emplean un método pare- cido para purificar Fe(OH)8 coloidal. Sin embargo, este pro- cedimiento había quedado ignorado largo tiempo y recien en el año 1910 Dhéré presenta un trabajo en donde textualmente dice: a élimination des electrolytes liés aux colloides sous lbaotion de la force de diffusion cambinée a celle d'un champ electriq~e, procedé que l'on peut nommer dialyse electrique w,

Dhéré (&3 s. os ti^^^ que pueden considerarse sinónimos diá- lisis eléctrica y electrodifilisis.

Wo Pauli en su trabajo publicado en el año 1922, sos- tiene que hacía 10 años que empleaba la eleotrodiálisis para purificar las proteínas.

Los trabajos hasta ahora ,publicados sobre electmdiálisis son muy numerosos, muchos de ellos tratan de la purificaci6n de

" L -m- m F --- m

glucidos, enzimas, anticuerpos, etc., habiendo Dhéré ( 6 ) pu- blicado una bibliografía cronológica, donde están citados to- dos 'los trabajos publicados hasta el año 1927.

No solamente se ha empleado la electrodiálisis para la puri- ficación de los coloides sino qqe como medio analítico pucs se pueden valorar como lo hace por primera vez Wernicke (:) las bases totales del suero sanguíneo, demostrando que es un método exacto y rápido. Sugiere además la idea de emplear este método en taxicología.

Gollan emplea la electrodiálisis para el análisis de tie- rras con buenos resultados.

A. Bechhold combina la electrodiálisis a la ultra fil- tración, dando un nuevo método de puri£icación de coloides. Según Heymann (lo) este método permite una eliminación más rápida de los cristaloides que la diálisis y electrodiálisis, dan- do en sus trabajos los valores respectivos.

Y para terminar esta parte diremos que existen gran can- tidad de modelos de electrodializadores y micro-electrodializa- dores empleando nosotros en nuestros trabajos el modelo Pau- li (") que es el más corriente.

En un trabajo ya publicado (12) demostramos que por elec- trodiálisis de sueros antitóxicos (antidiftérico y antitetánico) separábamos la totalidad de la fracción activa. Operábamos con sueros diluídos al IJ, y siguiendo un método especial con- seguíamos la precipitación de más del 99 % de las antitoxinau. Las electrodiálisis duraban entre 80 y 150 horas empleando más o menos el mismo tiempo las diálisis previas.

En esos ensayos también demostramos que podíamos recupe- rar cuantitativamente las antitoxinas del suero en el precipi- tado, por lo tanto no ejercía acción destructora. También de- mostramos que bastaba el simple contacto de las soluciones albu- mínicas con las globulinas (antitoxinas) en ausencia de la, corriente eléctrica, para que estas se redisolvieran parcial- mente en aquéllas. , En,.pte trabajo exponemos los ensayos complementarios

b efectuados tratando en p r i q r lugar de confirmar los re tados obtenidos en el trabajo yos con diferentes sueros pero es decir con electrodiálisis de de corriente y empleando en a lectrodos papel de perga-

V ~ ~ ~ , " n Maroha (E. D.) Valores de E R , " ~ n ~ ~ $ $ R ~

Suero no 433, 200 24 h 30volts - liquido sobre-

diluido al í/3 2 h 100 » - nadante, gran

(150 cm3 suero %O h 150 » - precipitado

+ 300 cm3 H,O) 2 h 250 . 1 25. de globulinas

Volumen c m

March: (E. D.) V a l o ~ e s de K pH

Suero dil. '1, 840 2 h 50 Volts - 4,64

22 h 50 2 - -

17h250 » 1,88.10'* -

' (E. D.) = electrodi$lisis K = conductibilidad especifica

Separamos cuantitativamente las glob~~linas precipitadas por electrodiálisis suspendiéndolas en 140 cmB de agua destilada. Recogimos por otra parte 640 cm3 de líquido sobrenadante. A 10 cm3 de la suspensión de globulinas le agregamos 90 cm3 de solución fisiológica (que contenía 1 gr de bicarbonato de so- dio). La medida de sa valor antitóxico nos daba 70 unidades. E l líquido sobrenadante contenía 10 unidades.

Liquido U. A. ~ o r cmY U, A. totales (cm3)

sobrenadante . 640 10 6.400

precipitado. . . 140 700 98.000

E n este ensayo hay una pequeña pérdida que es del 15 "/d habiendo precipitado en este electrodiálisis el 82 % de las antitoxinas totales.

E l p H del líquido durante esta operación nunca fué infe- rior a 4,64 a pesas de haber op~v-dn TTn uEawn que @Q,, había sido reviam ~1klizado? 'e r g l . If&%Wbrenadante eleetrodialiiado nuevamente pre-

vio el agregado de sales (método Adol£-Pauli) permitía preci- pitar la mayor parte de las unidades antitóxicas restantes.

Hicimos otro ensayo de electrodiálisis de u n suero diluído

al 1/5, aplicándole dos acurnuladorer~ las primeras 24 horas en substitución de la diálisis previa.

Inmediatamente después aplicamos 100 volts durante 24 ho- l ras y nos interesamos en averiguar la repartición de las anti-

toxinas en esta electrodiáfisis rápida. 4

Liquido U. A. p o r cma U. A. totaleq (cm")

sobrenadante. . 480 10 4.800

precipitado. . . 500 i3 Y O00

suero dil. al '1, ' 500 28 14.000

Podemos ver en el cuadro anterior que no ha habido pérdidii, pero sólo ha precipitado el 64 % de las antitoxinas.

Por todos estos ensayos y los ya publicados, llegamos a convicción de que @te método, que tan buen resultado daba en el laboratorio, no podía ser aplicado corrientemente en lit concentración de sneros, pues la dilución del suero, la diálisis previa, y la duración de la electrodiálisis, lo hacían poco prác- tico.

Necesitábamos ensayar un método que nos permitiera elev- trodializar los sueros concentrados o solo diluídos al y' o al 1/3 con agua y empleando intensidades elevadas, acortando así la operación, acelerando por lo tanto la precipitación de !as antitoxinas.

Electrodiálisis de sueros sin diluir.- 20 cm3 de suero anti- di£térico, colocados en el electrodializador pequeño, con ánodo de platino y membrana anódica de colodio embebida en albií-

-1

(*) Se emplea el colodio preparado en esa, forma para evitar 1s acidificación

de los sueros durante la electrodi8lisi~ (Ettisch y Ewig).

-- 271 -

agregaba a las cámaras an6dica y catódica agua destilada, agi- tando el suero continuamente con un agitador mecánico. Def- pués de una hora de electrodiálisis, cuando sólo pasaba 5 M. 8.. interrumpimos la operación recogiendo 15 cm3 de suero que completamos a 20 cma (volumen inicial del mero) con agua destilada. Centrifugamos recogiendo 15 cm3 de líquido sobre- nadante y el precipitado lo tratamos de redisolver en solución fisiológica que contenía además 1 % de bicarbonato de so- (dio llevándolo a 20 cm3. Se redisolvió solo parcialmente. En este ensayo precipitaron menos de 80 unidades antitóxicas encontrándose el resto en el líquido sobrenadante.

1 Debido q este ensayo negativo, decidimoa repetir la opera- ción con suero diluído al 1/2, pues dada la concentración pro- téiea del sueqo ya nos pareció « a priori » que sólo precipita-

Y rían una míni-pa parte de las antitoxinas, desde el momento

F; que las globul%as (antitoxinas) se redisolvían parcialmente v -3 en albúminas concentradas. E n este ensayo empleamos 10 cm3 li. de suero al cual agregamos 10 cm-e agua. Comenzamos con - F . A=

90 volts (100-300 M. 8.) y a los 15' ya había bastante turbi- a.

!-r dez, llegando el máximo de turbidez a los 35'. Durante 25'

C conectamos 120 volts y al final de la operación (1 hora) pam-

5 ban menos,de 5 M. A.. Separamos del electrodializador preci- LL, t~

pitado y líquido centrifugándolo. Suspendimos el precipita-

4 do en solución fisiológica en la que se disolvió totalmente, con-

6. trariamente a lo que sucede con el precipitado obtenido por la electrodiálisis de sueros sin diluir. Al líquido sobrenadante le

r z S agregamos unos cristalitos de ClNa lo que produjo su com- t.: rileta clarificación.

g< El cuadro a continuación nos da la repartición de las anti-

,*+ toxinas y proteínas de ambos líquidos.

i 3 3

Liquido U. A. por c d proteinas o/, U. A. toeales ( c m 9

ptecip 40 --- - spr~hada i i i e 25 85

- 2100

suero prirnit. 10 290 - . 2900

- 2T2 -

.. Como se ve por el cuadro anterior, sólo hemos logrado .a 4

1 precipitación parcial de las antitoxinas quedando la mayos parte en el liquido sobrenadante. ' Efectuamos otra electrodiálisis empleando un aparato de 1000 cma de capacidad. E l suero fué diluído al 1/3 con agua destilada (300 cm3 de suerb + 600 cm3 de agua) y seguimos la técnica de Etisch y Ewig empIeando en el cátodo papel de . A

F- pergamino y el ánodo colodio embebido en albúmina de huevo; - i *

t r El cuadro a continuación da los detalles de la operación 11 efectuada.

, CUADRO VI

Enseguida de efectuar cada lectura (ver cuadro) cambiá- bamos de agua a las cámaras de los electrodos (temperatura .5" C) para evitar el calentamiento del suero.

A los 50' le agregamos al suero 1 450 cm3 de agua, pues por electrósmosis su volumen se había reducido aproximada- mente a la mitad. I

Debido a esta dilución y a la electrodiálisis la conductiviaaa del suero pasó de 2,50 .lo3 Q R a 8,25.10-@ S2 R (ver cuadro . anterio~) . -

E n la célula central la temperatura no pasó de 42' C. %

,? a el final de la, operación se produjo una notable elec- mosis habiendo pasado a las cám cm3 -fquido. Cuando &tLCplp

su volumen c o a -a a 900 cm3 (vol El precipitado lo disolvimos en 300 cm3 de solución nko-

lógica y el líquido sobrenadante después de centrifugado l o k - .i

i

4.j a

Tiempo Voltaje Amperaje Valores de K

en minutos PH

O . . . 250 2 A 2,50 .'lom3 7,82

17 . . . - 250 2 A 1,66.10" 7,19

37 . . . 250 6,40. lon4 6,50

50 . . . 250 - 2,77. lom4 6,85

90 . . . 230 0 , l A 8,25 . 1 0 - Y 5,92

completamos a 1000 cm3. La repartición de las U. A. fué la siguiente :

I

sobrenadante. .

. 185.000 entre el líquido sobrenadante y precipitado podemcs a I asegurar que prácticamente no ha habido destrucción pero só-

- i I lo precipitó una mínima parte de las antitoxinas.

4 En resumen diremos que procediendo en la forma que 10

I hemos hecho, este método no es aplicable en la práctica co- rriente.

Como dato complementario agregaremos que por electrodiá- lisis hemos conseguido separar la parte activa del suero anti- carbuncloso, como lo demostramos en un trabajo ya publi-

, cado (14).

>:~*i.#w BIBLIOGRAE'IA

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(14). WERXIOK~~ R. y B. MODBXN, a: Ensayos de purificación del suero anticay-

buncloso », Rsv. Soc. Arg. de Biol. (1928), Noviembre, pág. 77.

C "MANEJO DE LA REGLA DE CALCULO "

E n este t rabajo publicado en nuestro número anterior, s e h a n deslizado algunos erróres, que es neoesario sa lva r pa ra s u exaota comprensión.

& 2 a oontar g do

&a debe decir --- 238 3 abajo 0,022194 0,022195

8 6 ' 0,0036 X R,24 0.00675 X 3.886

241 2 arr iba -- @+l 1 - n 2 2

246 6 abajo E n el caso de los Fahreneit En los casos de C o R a F 249 4 voloca busca

IN-4UGURACION DEL INSTITUTO

MASSONE

El día 13 de abril tuvu lugar la inauguración de estos laboratorios.

Aunque en su oportu- nidad mucho se haya es- crito acerca del nuevo establecimiento, queremos agregar nuestro breve co- mentario para manifestar una vez más el deseo de que se multipliquen lar instalaciones que, como la que nos ocupa, han de ofrecer a nuestros profesionales una preciosa oportunidad de aplicarse al trabajo fecundo del la- boratorio y de la industria; dos aspectos del trabajo científico que deben complementarse mutuamente.

Y como es en empresas de esa índole donde deseamos ver actuar a nuestra jnventud egtudiosa, nos es doblemente sati9- factorio hacer votos porque esa vigorosa tentativa del Insti- tuto Massone sea coronada por el éxito y sobre todo que nue- vos establecimientos de esa naturaleza vengan a sumarse a los ya existentes en pro del adelanto de I'a industria química ar- gentina.

A continuación damos una somera descripción del Institu- to.

De la entrada principal se llega a un amplio vestíbulo que divide la planta baja en dos secciones: B i o l o g b a la derecha y Opoterapia a la izquierda. Del nüsmo, parten dos escalina- tas que llevan al primer piso, igualmente dividido en dos sec- ciones : Bacteriologia a la derecha y Quh ica a l a izquierda, en- tre las cuales se hallan la Dirección y la Secretaría.

En la Sección Biología se encuentran las instalaciones para la preparación de productos de esa índole y también el Envasa- do que comprende varios salones con sus correspondientm de- pósitos .

E n la Seeción Opoterapia, además de sus apropiadas ins- talacioneo están los depósitos de material de vidrio, drogas y sustancias químicas, recepción y lavado de materia prima y por último la parte de Química Industrial con sus maquina-

El Dr. Piccaluga, el Prof. Serono y otras persona~iaades espeoialmente invitadas

rias convenientemente repartidas en dos salas, una pequeña para la trituración, molienda y mezcla de sustancias, y okn grande con estufa, secador al vacío, percoladores, extractores, alambiques, etc,

En la Sección Bacteriología se encuentran los laboratorios destinados a la selección, repique y siembra de cultivos, ter- mostatos, varias salas para agitación, filtración y esteriliza- ción, así como también de llenamiento de ampollas, prepara- ción de cultiqos y una cámara frigorifica.

E n la Sección Química se hallan los laboratorios que corres- ponden a las dos secciones en que aquélla se subdivide (A&- lisis Clínicos y Química propiamente dicha) además de las sa- las de balanzas de medidas físicoquimicas, de óptica y un am- plio salón destinado a la terminación y envase de ciertos pro- ductos.

Separadas del cuerpo principal existen otras dos secciones:

en primer término, la usina y taller de vidrio y en segundo . el vivero de los animales para experimentación.

De la primera parte, un doble subterráneo que recorre totlo el edi£icio y del cual se desprenden todas las ramificaciones portadoras de vapor, aire comprimido, vacío, agua caliente y fría, gas, electricidad, etc.

Una vista, del públioo h e a a l u o i o UL tuirbo.

Se trata, pues, de una brillante muestra del arraigo que nuestra joven industria química ha cobrado en esta importan- te rama. Su inspección directa ha de ser provechosa para 10s interesados en la especialidad.

- Te quejas de las censuras de tus maestros, émulos y adversarZos, cuan- do debgeras agradec6rZas: &&S golpes no te hieren, te esculpen CAJAL

Addos, álcalis y sales Gran Industria

minerales Química

. . . . . . . . . . . . . Acido Bbrico 10 K 0.70- Sdfato de amonio Ton. 200.- . . . - -0.80 K Fetraalrrum de carboao 100 E 0.95 K

. . . . Acidd MuriBtico 20-2& 20 r 0.35 3

. . . . . - Nítrico 40-& 25 0.70 1;

. . . . Sulfúrico 65-660 30 * 0.30 3

, lm, INS~CIDAS,PUiVGIOIDAS, ETC.

53-55- 1000. 0.09- a

A d r e en polvo . . . : . . K 0.27 Q B cafionea . . . . . 10 K 0.24- ,

B D para leche 30 S 0.60 D -0.23 K > = I acu-

mula*opes 30 . , Cianuro de potasio . . . . . 500 3.60 K

, , &5-660 3b , Sulfato de cobre (extranjero) . 100 9 40.-

20 D = (nacional) . . 100 0.43 K

Agua Oxigenada . . . . z hierro . . . 98-990 100 3 0.16 D Alcohol etnico deanatura-

g50 l8 Suüuro de carbono . . . . . 10 3 8.60

a r puro 960 20 40.60 D metCiw (metileno)

. . . . . . . Acetana QA8E8

K 6.22 *

. . . Alumbre ordinario w de cromo. . . . . . . . . . " Acetileno. : K 2-2.2OK .

AmonLaco Sal . . . . a 1.- Aire liquido . . . . . . . . L 5.- h o ~ a c o . . . . . . 1@ 10 L 0.25 L > . . . * . . . m 10 L 3.-- L

266 20 K Oxígeno industrial m3 0.75 . Benzol bruto . . . . . . . . L 0.25 2 medicinal m3 7.-

' I

Bicarbonato de sodio K ;0.30 3

. . . . Bicromato de potasio . . . . D 0.98 Borax (tetra borato sbdico) . . 0.43 Brea. . . . . . . . . . . . 200 L 45.- METALES

Carbonato de amonio . . . . 5 E 0.90 K w D potasio . . . . 500 = 1.75 a lingote . . . . . 100 I( 250.-

1 { P sodio (soda Sol- Aluminio alambre 1 mm . . 300.-

Q V ~ Y ) . . . . . . . . . . 100% 17.- chapa 0,5 mm . . 295.- 3

Carbón cocke . . . . . . . Ton. 42.- Antimonio . . . . . . . . 4 Cloruro de cal . . . . . . . 100 D 22.80 Bronce ordinario . . . . . . 200.-

. s o d i o . . . . . . . Cobre en chapa . . . . . . S 220.- -, i Eiposuiñto de sodio. . . . . 50 K 0.25 K Estaño. . . . . . . . . . Nafta bruta . . . . . . . . L 9.25 s Mercurio. . . . . . . . . K 14.50 Naftalina bruta . . . . . . Ton. 120.- Oro . . . . . . . . . . . Naftalina pura . . . . . . . 100 K 40.- Plata . . . . . . . . . . Nitrato de Sodio. . . . . . 100 = 0.26 K Platirio. . . . . . . . . . . > p o t a s i o . . . . . K 0.63 P l o m o . . . . . . . . . .

. . . . . . Soda cáustica . . . . . . . 20 K 0.35 K Zínc Lingote. 100 K a&18.- Svlfato de sodio . . . . . . Bolsa 0.11 . { Chapa . . . . . . . a 20.05

-

Para servicio d e nuesaos lectores, CBEMIA suministra exclusivamonte por-car- ta y con l a debida reserva. dkeccioaee comercisles y todo da to de interes relacio- nado con estas actlvidadss. Dirigir la correspondencia:

OFICINA TECNICA DE C ~ M I A - PERU, 222 - Buenos Aires

15 D E 1930

LJRODUCTOS QUliWlCOS PARA ANAllSlS 1% cifras entre paréntesis indican el envase mínima - i ,$$do ac6tim glacial . (250 g) L 5.70 Nitrito de potasio . . (250 g) lOOg 7.70

clorhídrico 22' . ( 1 k) K 3.30 Oxido de bario hidratado(250 g) 250 g 2.20 - cítrico . . . . . (100 JI 100 g 1.30 * caldo . . . (100 g) lOOg 1.10

'# fosf6rico . . . . (250 g) L 22.- a magnesio . . (100 g) 1.65

(litargirio) (100 g) 1.30 zinc

suIfúrico 66" . . ( 1 k) K 3.30 Percloruro de hierro. . (100 g) 100 g 1.10

Bicromato de potasio . (100 g) 100 g 1.10 Bisulfato de potasio. . (100 g) 100 g 1.- Bibxido de bario . . . (100 g) r 1.10 Perhidrol. . . . . . , (300 g) 300 g 5.80 Bromuro de sodio Bromuro de pdaaio. . ( 50 g) lOOg 1.65

- Carbonrtto de bario . . (250 g) K 11 .- , S a calcio. . (250 g) 9 14.30

Ol'B.08 PRODUCTOS PWQB

. a sodio. . (250 g) x 7 70

D sodio. . . (100 gl 1.10 o de potasio. . (100 g) 2.75

cina . . . . . . . . . . . 3.85

w 3 manganeso sulfúrico . . . . ( L ) L 5.30

a todea t rop ina . . ( g ) g 1.10

sodio . . . (100 g) 100 g 1.-

I Fluoruro de calcio . . (100 g) w 1 .- 1 S . potasio. . (100 g) 0.75

. . - -

LA ELECTROLISIS INDUSTRIAL DE LOS CLORUROS ALCALINOS

(Traducido y adaptado por 2.)

M. P. Bunet, indiscutible autoridad técnica francesa, di6 en Paris el aiio pa- sado una conferencia sobre el tema. Insertada después en ''ChZrnte & Indust&e9', su publicaci6n reprodujo el primitivo interés de aquella ocasión.

La próxima implantación entre nosotros del proceso electrolítico, nos anima a ofrecer en c<Chem.la" una adaptación de aquel trabajo. Ante aquel anuncio, una justa espectativa habíase creado entre los interesados por esta industria, A ellos va dirigido el presente estudio técnico, como un plan anticipado de la obra, cercana a su definición prácticd en nuestro ambiente. (N. de R.).

La electrolisis industrial de lw cloruros alcalinos, se redu- ce en la práctica, a l tratamiento de los eloruros de sodio y pottasio. E l primero, como se sabe, es muy abundante en la naturaleza; del segundo, menos difundido, se encuentran, sin embargo, cantidades apreciables en ciertos yacimientos( Al- sacia, Alemania).

Cuando se electroliza una solución acuosa de estas sales, manteniendo una di£erencia de potencial constante entre am- bos electrodos, se observa, como primer fenómeno, la descom- posición del cloruro en metal (polo negativo o catodo) y cloro (polo positivo o anodo) ; pero las reacciones secundarias inter- vienen inmediatamente. E l sodio o potasio atacan al agua, si no se los substrae en seguida a su acción; se produce, enton- ces, el álcali (sódico o potásiao) e hidrógeno. Estos álcalis se difunden en el líquido, hasta llegar al anodo, donde se des- prende cloro naciente que actúa sobre aquellos dando, segiíil las condiciones impuestas, hipocl'o~-itos o clodatos, que se trans- forman a veces e< percZo.ratos. La electrolisis de los clorurcts nombrados da, entonces, el medio de obtener estos cuerpos, empleando para cada caso dispositivos apropiados.

Los metales en sí, sodio y potasio, son interesantes de fabri- ' . car y tienen aplicaciones diversas; oonstituyen los productos más costosos. No se preparan electrolizando soluciones acuosas,

sino en ciertos aparatos, como un estado intermedio de la pro- ducción de los álcalis. Se han obtenido por electrolisis ignea de 10s cloruros fundidos, operando a temperaturas elevadas (900°) ; en la práctica se prefiere, sin embargo, partir de los álcalis, que exigen para fundir, temperaturas mucho más ba- jas. No nos ocuparemos de la preparación de estoe metales.

E l cloro, por sus numerosas aplicaciones, es un producto que se fabrica en grandes cantidades. La producción francesa de- be actualmente oscilar, entre las 60-70 toneladas diarias, o sean unas 25.000 toneladas al año. Esta cantidad corresponde a Ia utilización de una energía anual de 100 millones de kilo- vatios-hora, igual a una potencia continua de 11.500 kv. E u realidad la potencia instalada, a causa de 1% detenciones y marchas reducidas, llega a cerca d e 20.000 kv, repartidos en una decena de uslnas.

En la fabricación del cloro, por electrolisis del cloruro de sodio - el más'usado - se obtiene un peso de álcali, NaOH, 1,13 mayor que el de cloro; (1,58 veces más para la potasa). La soda tiene vastísimas aplicaciones industriales, y el pro- ducto obtenido electrolíticamente, no es más que una fracción de la producción total; el resto se elabo~a por procesos pura- mente químicos,

La fabricación de los hipocloritos por electrolisis directa, para obtener product,oe decolorantes; no está muy difundida. La mayor cantidad se obtiene por reacción ulterior del cloro con la base, soda para el agua de Javel, cal para el llamado vulgarmente clorwo de cal.

Los cloratos son más importantes. Sin embargo, en nuestro país (l) no se debe pasar actualmente de las 8000 t. por año, utilizando una energía anual de unos 661) millones de kv-h, que corresponden a una potencia continua de 7000 kv. La poten- cia instalada es.más considerable, pues a la fabricación acom- pañan grandes variaciones de corriente. Los cloratos, aparte de los usos farmacéuticos y sus aplicaciones como oxidantes in- dustriales, son de gran importancia en la pirotecnia y en la fabricación de fósforos. Constituyen la base de los explosivos del genero « chedditas », llamados así porque en Chedde, ciu- dad de Haute Savoie, se encuentra una de las mayores fábri- cas de cloratos.

(1) Francia,.

La fabricación de percloratos tiene menor importancia. En el curso de l a última guerra, la fabricación de cloro y

cloratos cobró un desarrollo considerable. E l primero consti- tuyó la base de las preparaciones asfixiantes, lanzado en nubes o encerrado en granadas y obusm. Innumerables mina8 de importancia se crearon en Francia para este objeto; sus productos eon mejor empleadas en el presente : preparación de compuestos varios, esterilización de las aguas, etc. E l cloro se transporta cómodamente al estado líquido, lo qye obliga a obtenerlo con gran pureza, lograda fácilmente por el proceso electrolítico.

Antes de la guerra se usaban diferentes fórmulas de explo- sivos cloratados o chedditas, a base de cloratos o percloratos de potasio o amonio. Las sales, reducidas a polvo fino, eran envueltas con una mezicla de derivados nitrados (mononitro- naftalina, dinitrotolueno) y aceites vegetales o animales, sobre todo aceite de ricino, que no se enrancia. Para economizar la potasa y abaratar la fabricación, se dirigía la producción a l clorato sódico, que tiene el inconveniente de ser higroscópico, pero que impregnado convenientemente de aceite, no se apo- dera de la humedad. Así, el explosivo S muy empleado en el curso de la guerra, se compone de 90 p. de clorato de sodjo, 7 de parafina y 3 de vaselina. Comprobada ia posibilidad de empleo de la sal sódica, continúa su uso actualmente en Fra-rl- cia, especialmente en dos mezclas: 90 p. de clorato sódico y 10 de parafina, o bien 79 p. de clorato, 16 de dinitrotolueno y 5 de aceite de ricino.

La fabricación de cloratos fué extremadamente intensifica- da en 1915, destinándose a la preparación de muchas clases de explosivos. Mediante los slolos recursos del país, la pioducci6n pasó las 150 t. diarias, fabricadas por Francia para SLN necs- sidades y las de sus aliados, lo que representaba una absorción permanente de 50.000 kv. o sea alrededor de 7 veces el consii- mo actual.

Contrariamente a lo ocurrido para el cloro, la mayor par- te de las usinas de cloratos, creadas para las necesidades béli- cas, han desaparecido, pues no podían compensar la reducción en consumo de explosivos. Una nueva aplicación que se difnn-

CHEMIA, Nro. 32: 1050 ejempZare8.

l e es al desherbage; está basada en la acción oxidante del clorato sódico sobre las hierbas. Se, emplea en los caminos de jardín, carreteras, vías férreas. Esta es hoy probablemente SU

salida m& importante.

Se requiere un aparato donde el cloro se desprenda, antes de actuar sobre la sol~ci~ones-alcalinas, que se forman por ac- ción del aodio o potasio sobre el agua. E s preciso impedir com- pletamente l a mezcla del cloro con el hidrógeno, producto de esta última reacción, a fin de evitar terribles explosiones.

Dos sistemas de aparatos reúnen estas c~ndici~ones : ,

1Q LOS electrdizadores a diafragma: a ) sumergidos; b) filtranks.

20 Los elect~izadores a catodo de mercurio, sin considerar sus distintos modelos y no tan utilizadas como los primeros, que se llaman también « a campana B.

1 9 E l e c t r ~ d i ~ ~ ~ ~ d o r e ~ a dkxfragma. - Una cuba está dividida ep dos por un diafragma de substancia poroea, análoga al vaso poroso de ciertas pilas; se llena toda con una solución de cloruro alcalino. E l polo positivo se coneeta a una lámina O

anodo, que debe ser inatacable por el cloro ; el compartimiento positivo, cerrado, tiene un tubo de desprendimiento por el c u d escapa el cloro. E l polo negativo está conectado a otra lámi- na, el catodo, hecha de un conductor cualquiera. E n este com- partimiento negativo, se pone en libertad el metal de la sal, que descompone el agua, dando el álcali e hidrógeno. Esta parte igualmente está cerrada y su solución se carga de soda o potasa, desprendiendo el hidrógeno por un tubo ad-hoc.

La producci6n teárica se calcula de acuerdo a las ecuacio- nes :

Na f C1 = NaCl (disuelto) $ 96,6 cal.

Na f HzO = NaOH + H + 43,5 cal.

La primera nos dá la energía necesaria para e1 desdobla- miento de la sal en sus elementos. La segunda nos indica la recuperación de energía obtenida por ataque del metal sobre

- 284 -

e1 agua, lo que constituye una pila a sodio, que suma su ac- ción a la del circuito eléctrico aplicado. Aquí se pone de manifiesto la recuperación.

E n total, es necesario suministrar:

96,6 - 43,5 = 53,l cal;

como se obtiene 1 H, l a fuerza electromotriz a aplicar o ten- sión mínima, para que la electrolisis se cumpla es:

4,180 1 96,530 - 53,l - - 53,l - - 23,1 - 2,3 voltios,

puesto que se necesitan 4.180 joules para producir una calo- ría y 96,530 coulombs para desprender 1 gr de hidrógeno.

Por otra parte, un amphre-hora pone en libertad 0,0374 gr de hidrógeno ; entonces :

0,0374 X 35,5 = 1,322 gr de cloro.

De aquí que para producir 1 Egr. de cloro sean necesa-

l.---- 1'000 - 755 amp-hora 1,322

Luego la energía exigida para la obtención de 1 Eg. de clo- ro, más 1,13 E g de soda es:

l

2,3 X 755 = 1,73 kv-hora

E l mismo cálculo desarrollado para el caso del potasio:

K + C1 = EC1 (dis.) + 101,2 cal.

E + H 2 0 = EOH f H + 48,1 cal.

da, con escasa diferencia, los mismos valores de tensión g energía por kilogramo de cloro, acompañado de 1,58 Kg. de

Estas cifras teóricas, en l a práctica deben ser mayores. NO hay que olvidar los t4minos secundarios, en la tensión teórica mínima, aunque son poco importantes en nuestro caso. Para el cálculo real de la energía, deben tenerse en cuenta tres '

rendimientos.

- 285 -

E l rendimiento en cfafitidad, q < 1, calculado sobre la co- rriente que no efectúa exclusivamente la reacción útil: se pro- ducen fenómenos secundarios que llevan la cantidad de eleo-

tricidad por kilogramo, de 755 a -- El rendimiento en temión, t < 1, originado en la necesidad

de elevar la t e n s i ó n teórica de 2,3, porque la corriente 1 es más intensa y la resistencia R de la célula más elevada; la caída de tensión es BI, empleada únicamente en vencer el efecto de la resistencia, sin aportar nada útil a la reacción. La tensión debe ser entonces, 2,3 + RI. Se puede suponer:

En fin, el rendimiento en enlergh, evidentemente el pro- ducto t X q. Por lo tanto, 1 kilogramo de cloro, será obtenido

por consumo de -- 173 kilovatios-hora. t S 9

La resistividad de las soluciones concentradas de NaC1, pasa de 4,6 ohmios X cm a 18" (un poco más para el HCl), 3,1 ohmios X cm, para la temperatura de 40°, 2,3 a 60°, 1,8 a 80". Se ve, entonces, que el rendimiento aumenta con la tempera- tura de operación.

Por ejemplo, si se hace circular la corriente al través de la solución, con una separación de 5 cms entre electrodos, a una densidad de 5 amperes X dm2, se provoca una caída de temión de 1,15 voltios a la0, la mitad a 60" y solamente 0.45 volt. a 80". Es necesario sumar todavía, las caídas de tensión en los diafragmas, electrodos, contactos, conexiones entre célu- las y hasta en los generadores de corriente.

Para una misma temperatura de operación, la tensión nece- saria crece y el rendimiento en energía desciende cuando se aumenta la densidad de corriente. De esta suerte, con un electrolizador dado, se puede obtener un rendimiento mejor, disminuyendo la corriente.

Pero la producción es más reducida. Hay que equilibrar rl precio de la instalación con el costo de la energía eléctrica; para lo cual, debe recargarse la densidad de corriente, vale decir, aumentar la producción merced a la energía, con una .* . . .

instalación dada; se comprueba que la corriente eléctrica cuee- ta menos.

Instalnción. a ) Dizafragma~. sumergidos. - Uno de los-pri- meros en funciones fué el de Outhenin-Chalandre; muchas instalaciones de este sidema se dejaron en marcha en los 10 Últimos años del siglo pasado. Por la mGma época se difundía en Alemania el tipo Griesheim.

E l electrolizador Outhenin-Chalandre se compone de tubos de 50 mm. como diámetro interior, 60 mm. de exterior, 50 cm. de largo, análogos a los filtros ~ha*berland+~asteur. Cada tubo contiene dos placas de hierro; los extremos están cerra- dos por dos obturadores de fundicián, con guarniciones de

FU. 1 - Secdón de un tubo OUTHE- NIN-CHALANDRE FIg. 2 - Cuba OUTHENIN-CHALANDRE. - C, ratodos de 19 X 6 = 144 tubos; 18 filas de electrodos E. Longitud 2

hierro. m., alto 0,65 m,, ancho O,7 m.

caucho para aislar los electrodos (fig. 1). En el modelo de 1500 ampares, se utilizan 114 de estos tubos y se los dispone horizontalmente apilados, a razón de 6 a lo alto y 19 a lo largo, en una cuba de cemento de 2 mts de largo, 0,65 rnts de alto y 0,7 mts de sacho (fig. 2 y 3 ) . Los tubos se encuentran inclinados en algunos grados sobre la horizontal; su fondo pasci. por la pared de la cuba, a través de una juntura de caucho y por esta extremidad se conecta el polo negativo a las lámina3 de hierro; por la parte superior se recoge el hidrógeno que se almacena después en sus campanas.

Entre los vaso's porosos se disponen, verticalmente, electro- do,g positivos de carbón, de 2 cm de espesor, 6 cm de ancho y 55 cm de altura. Se emplazan siete de estas varillas, en el curso de la longitud de los tubos; hay así 18 filas verticales de electrodos positivos, en los intervalos de las 19 pilas de vasos porosos. Se tiene entonces en total 7 X 18 = 126 varillas, cada

m '

1500 una de las cuales recibe - = l1,9 amperes. Se mejora frc-

126 cuentemente el contacto de estos anodos, practicando en la parte superior del carbón, un agujero que se llena con mer- cmio.

La densidad de corriente en los electrodos oscila entre 11,9: (6 X 12) = 1 amp. X dm2, al máximo, y cero al mínimo (l), con 0,5 de término medio.

La ssnperficie total de los tubos es de 9,4 d m 9 a r a cada uno y 10,7 m" en los 114. La densidad de corriente en el diafragm~k al-

canza así 11'9 = 1,26 amp. X dm2. 9,4

La superficie de un anodo de carbón en sus dos faces útiles (las que miran a los hi- bos), es de 50 X 6 X 2 600 cm2, y sti

densidad de corriente de --- 11" alrededor de 6

2 amp. y dm2. La distancia de los carbones a los vasos porosos es de 5 mm.

La cuba está cerrada en su parte supe- rior; los carbones atraviesan la tapadera por

Fig. 3 - Disposi- ción a lo alto de los tuboa OUTHE-

medio de junturas de caucho. E l todo esta T. E, electrodo. En lleno de una solución saturada de sal marina, lbea punteada se

y el cloro se desprende por la parte superior. ,,,, .i dhfrag-

Muchas modificaciones de detalle han apa- ma inico, de una

recido, en particular las debidas a M. Daltori, 'Ola pie'a de mento que suele

que reemplaza todos los tubos de una pila ,,, ,,,,,, ,-, vertical por una sola pieza de cemento, en la tubos.

cual se coloca un solo electrodo grande vertical, en chapa; es- tos modelos de electrolizadores y derivados han desaparecido poco a poco.

Los tipos Griesheim subsisten y se emplean todavía en Ale- mania. El diafragma es de cemento poroso salado y adiciona- do de ácido clorhídrico. Los anodos de carbón penden hacia el interior de una caja rectangular, sujetos a la base superior ;

(1) Significa que no hay limite inferior para la densidad de corriente. 0011

el más mínimo vdor, el fenómeno ya se cumple (N. del T.)

los vidrios de una linterna, Los electrodos negativos, de hierro, están aquí en el exterior, en la gran cuba general. Esta se construye de chapa o de cemento armado. Para los tipos más difundidos se tiene :

Densidad de corriente en el diafragma: 2 amp. X dm2. Densidad de corriente a la salida de los anodos: 3 amp. X dm'.

Un elemento de modelo corriente tiene, en diafragmas, una superficie de 168 dm2. E l área de los anodos, en la parte que mira los diafragmas solamente, es de 127 dm2. La corrien- te en el elemento puede alcanzar los 375 amp. Se emplazan 1 2 elementos en la misma cuba general, y el todo absorbe, entonces,. 4500 amp.

Los diafragmas de cerámica duran solamente de 6 a 8 me- ses; al cabo de este tiempo, se vuelven esponjosos y carecen de suficiente resistencia. Se haoen diafragmas de cemento que duran hasta 2 años. Su resistividad es bastante elevada, produciendo por consiguiente, una sensible pérdida de ten- sión.

Los anodos de los primeros aparatos eran de platino, pero se ha renunciado a ellos hace ya mucho tiempo, dado su ele- vado precio. Luego se echó mano a los de carbón conglome- rado, que se reemplazan con ventaja, por los, de grafito arti- ficial. Tienen mejor con'ductividad, duran más tiempo, pero son más costosos.

Muchas células trabajan con anodos de magnetita £undida, Fe304, que se encuentran en la Naturaleza, y es fácil de obte- ner artificialmente. E l inconveniente del grafito - en 107 conglomerados de carbón mayor todavía - es su duración re- lativamente escasa, a veces no superior a un año.

E l carbón es atacado notablemente por el oxígeno o por 10s cuerpos muy oxidantes, que se producen en las reacciones se- cundarias. Se desprende así un poco de anhidrido carbónico que se mezcla al cloro. Este es un grave inconveniente, cuando el cloro se destina a la preparación de o lo~wra de caz, ya cuando la porción sobrepasa algunos centésimos.

Si se vigila un electrodo, desde que comienza a trabajar, se

- Menester es estudtar, para hacw estud.lar ". He aqui una 8enaZlla má- xtma de Plzctarco que suelen oZv.ldar muchos maestros. CAJAL

- 289 -

caen al fondo del baño y el resto se transforma en una especie de pasta sin cohesión. Se disminuye este desgaste empleando electrodos lo más compacto posible; pero existen siempre pe- queñas fisuras en las que penetra el líquido. La electrolisis hace desaparecer la sal en estas partes donde el líquido se renueva mal y se convierten en fuentes de oxígeno muy activsla. Se supone además que se producen cuerpos muy deetructorcs

impureeas de la sad empleada. Es por esto que se trata ordi- nariamente el electrolito por el cloruro de bario. A veces se trata el grafito por un aceite, como el de lino, en caliente;

El grafito tiene una resistencia eléctrica 600 veces mayor que la del cobre; su resistividad es del orden de los 1000 mi- crohoms X cm; los conglomerados presentan una resistencia tres, cuatro o cinco veces mayor.

Estudiando los electrolizadores, se encuentra que tales resia- tividades producen caídas de tensión no d,espreciables: con la pérdida de 0,l volt que proioca el grafito, puede conducirse la corriente sobre 50 cm de solución, c m una densidad de co- rriente de 2 amp. X cm2.

Los anodos de magnetita tienen la ventaja de su mayor duración - cuatro o cinco veces más, dicen algunos - que los electrodos de grafito; sin embargo, sorl mucho más costo^^^ y no se los encuentra en el comercio, según todas las formas deseadas. Fuera de ésto, dan un cloro exento de Coz, lo que es muy importante para el laboreo del cloruro de cal. Su más grave inconveniente reside en su escasa conductividad: 15000 veces menos que el cobre, 25 veces inferior al grafito; así cuando se reemplaza éste por la magnetita, se obtienen caídas de Yens!3Ón ina,mptabl~@, como^ 1,25 VoIt, ante 01,5 para el

s e tropieza, además, con ciertas dificultades para colar la magnetita en todas las formas; generalmente se prepara en cilíndros o prismas, que pueden ser esponjosos en su iuterior. La magnetita es impermeable a los líquidos, lo que permite

cobrear el interior de los electrodos; con ésto se logra , r - + au c- .

mentar considerablemente su conductividad (') . No obstante, las cubas a electrodos de magnetita, EuncSonan

ordinariamente con tina tensjón m$s elevada, que las provistas con grafito: $4 - 0,5 volts de sobrecarga, correspondiente a un desceriso de tensión del 10 %.

Los electrolizadores a diafragma sumergidos en las dos ca- ras, presentan un serio inconveniente : el diafragma es un filtro y la9 soluciones pasan al través de éste. E l compartimiento anódico recibe un poco de soda, procedente del catódico, que provoca la descomposición del agua en H y O. E n primer lugar, una parte ya de la corriente se pierde en esta electro- lisis; además, la mezcla de oxigeno y cGo.ro ataca los anodos, acortando su vida útil. Por otra parte, la soda actúa sobre el. cloro, dando hipocloritos y cloratos, los que vuelven a pasar al través del diafragma.

Para no ser estorbados por estas mezclas inevitables, es pre- ciso operar cuidadosamente. Se pueden adoptar dw sistemas de trabajo: discontinuo o continuo. E n el primer caso, se car- ga el electrolizador con l a solución saturada de NaCl y se hace circular la cqrriente. E l liquido catódico se carga de álcali; se dctienc la marcha, cuando se ha alcanzado cierto límite en el descenso del rendimiento y en la mezcla de los líquidor. Se vacía la cuba. E l líquido anódico se transvasa a un reci- piente donde se prepara la solución de sal destinada al com- partimiento anódico. El líquido catódico se envía a la sección de la mina donde se extrae el álcali.

E n el segundo caso, se alimentan permanentemente ambos compartimientos con solución salina, al par que se extraen los líquidos de un maldo igualmente continuo.

Los líquidos catódicos, teniendo en cuenta lo dicho, tienen prácticamente ,esta composición por soda :

NaOH . . . . . . 55 a 60 g NaCl . . . . . . . 200 a 220 g

. H 2 0 . . . . . . . . 950 a 970 g

(1) Los electrodos esponjosos no son aplicables a los modelos Onthenin-Cha- landre y derivados; 8611 m8s adeouados para los Griesheim en los que se emplean muy a menudo.

Antes de llegar a los concentradores, se diluyen por adicio- nes, el cloro y 10s hipocloritos que hayan filtrado, a fin de evitar el ataque de las paredes de hierro. Durante la evapo- ración precipita NaC1; se llega así a una solución concentrada de NaOH, siempre con un poco de sal, que la desvaloriza.

E n la concentración se pasa de esta composición inicial esta final:

Inicial Fin nl

NaOH 216 216

evaporando 16 toneladas de agua por una de NaOH. E l consii- rno de carbón es elevado, mayor a la tonelada por cada una de soda concentrada a 55" B, en aparatos a evaporación múlti- ple, perfeccionados; 16gicamente la cantidad de combustible sube, cuando se requiere soda más concentrada o sólida.

E l líquido anódico circulante, se carga poco a poco de hipo- cloritos y sobre todo de cloratos. Cnando hay suficiente can-

I tidad de éste, p. ej. 150 g por litro, se somete a una concen- tración que precipita una gran parte de cloruro. Por enfria- miento, el clorato cristaliza. Es un subprod~icto.

Generalmente los electrolizadores a diafragma sumergido sobre las dos faces, se operan a una tensión variable, de acuerdo al estado del dia£ragma: 3,5 - 4 volts, a las intensi- dades señaladas; para los anodos de magnetita, la tensi6n so- brepasa los 4 voltios, E l rendimiento cuantitativo es afectado por la filtración a través del diafragma: en las células Grie- sheim, baja al 80-70 % ; en los modelos Outhenin-Chalandre, a diafragmas de cerámica, desciende hasta 60 %. El rendimiento en energía decae en 50 %, o sean 3,46 w h o r a por kilogramo de cloro, que llegan hasta 4 kv-h, sin tener en cuenta las pérdidas por contactos.

b ) Diafragrnas filtrantes. - A fin de evitar en lo posible la mezcla de los líquidos anódicos y catódicós por filtración, se deja vacío este ultimo compartimiento. Los diafragmas, so-

Allen MOO-

re y Erebbs, estos íiltimos muy usados en Francia - se pre- paran con tejido de amianto. Sobre ellos se aplican chapas onduladas o perforadas, formando el catodo.

La solución saturada de sal, iri- traducida de un modo continuo 7 !-;O%&a& ja en el el compartimiento diafragma, lo anódico, atraviesa mo- y

cuela al fondo del compartimento catódico que es exterior; de él ~ r ,

descarga la soda. E n el costado ca- tódico no hay más líquido que la

e+= pequeña porción que moja el dia- fragma y que se conserva entise éste y el catodo ; allí se produce Ifi

soda. La salida de la solución fil- trada se regula por la altura del líquido mantenida en el comparti- mento anódico. E l diafragma ea generalmente de espesor creciente, de arriba hacia abajo, a fin de re- gularizar la filtración.

Se llega psácticamente a obte- nes un líquido procedente del ano- do, conteniendo por litro:

Fig. 4 - Esquema de un elec- trolizador a diafragma Htrante. D, diafragma de amianto; A, a- NaOH . . . . . 120 g nodos de grafito; C, catodos de hierro. NaCl . . . . . . . 140-180 g

es decir, una proporción de álcali mucho mayor que con los diafragmas sumergidos en ambas faces. El rendimiento en cantidad aumenta porque la soda no penetra al compartimien- to anódico y si lo hace, es en mínima proporción. De este mu- do, la corriente sólo descompone NaCl y el rendimiento es de un 90-95 %.

A fin de reducir la resistencia interio'r, se desdoblan los anodos como muestra la figura 4 ; según la disposición de la figura 5 se obtienen mejores resultados todavía.

E n las células hloore-Allen de 1500 amj., con una sola cara, se uean solamente modos de grafito. Sus características son:

Densidad de cordimte sobre el

anodo . . . . . . . . . . . 8,l amp. X dm"

Tensión s ~ b r e los bornes . . . . 4,2 volts ' 1

Rendimiento en tension . . . . 0,55

>> » cantidad . . . 0,92

B % energía . . . . 0,50 C

Utilizando la segunda cara como hemos indicado, se obtiene para la misma corriente:

Densidad de corriente sobre el

anodo . . . . . . . . . . . 6,35 aLp. X dm2

Tensión en los bornes . , . . 3,6 volts

Rendimiento en tensión . . . . -0,64

B » cantidad . . . 0,92

. . . . B » energía 0,59

Con los modelos Krebbs, especialmente bien estudiados para utilizar las dos faces, se desciende más o menos a 3,5 volts con un rendimiento en energía de 0,60. Estos aparatos se fabri- can comunmente en modelos de 1000 a 6000 amperes. La ten- sión con la corriente normal es de .3,3 volts para la célula nueva, de 3,8 para una antigua, donde ya sea menester cam- biar los anodos y loa diafragmas, que se substituyen rápida- mente. Los diafragmas filtrantes de estas células, duran bas- tante tiempo cuando son de buena calidad (seis a nueve me- ses) ; los anados de grafito deben cambiarse cada dos años. Por tonelada de doro producida, se consumen en buena mar- cha industrial, 0,35 Kg de amianta y 5 Hg de grafito.

Debido a la reducción de distancia eptse electrodos, a1 adelgazamiento del diafragma y a su porosidad, a la adapta-

- Los vSejos se a@egan demasdado a sus Zdeas. Por eso los naeurales de las btas FSd@ matam a sus padres cuando son aneSdnos. AsZ fa&Zt?tan Za evoZucSbn, mtentras nosotros la retardamos fundando aeadmZas.

A. FRANCE

ción de dispositivos bien estudiados, se pueden llevar las inten- sidades a valores más elevados, con un precio de instalación reducido, conservando la tensíón de 3,5-4 volts. Se llega así

a rendimieGos en energía de

N 0,50-0,63, con un consumo de 2,8 a 3,5 kv-h por kilogramo d:: cloro (a los cuales se suman el hidrógeno y e4 álcali: coyespon- - dientes) .

Sumadas las pérdidas en las ba- rras de conducción y los contac- tos prácticamente se disipan de 3 a 3,7 k*h por kilogramo de cloro.

2g Eiectirioli.za&ows a catodo de merctwio. - E l sodio que se se- para en el catodo se amalgama, liberando el cloro; el positivo o anodo es actualmente de grafito (£ig. 6). Xe usa una tensión mas elevada que en los aparatos ante- riores, pues no se cuenta con 12

FQ, S - Corte transversal de recuperación debida al ataque in- una célula Krebbs de 2600 am- mediato del agtia por el sodio. péres. Sin embargo, la ecuación

Na + C1 = NaCl (disuelto) + 96,6 cal . . . m .

puede ser favorablemente corregida, dado que la £ormación de amalgama representa una recuperación de 19 calorías. R:?- sulta así una tensión mínima de:

o sea 1 voltió más que para las instalaciones a diafragma, pero a diferencia de éstas, los electrolizadores a mercurio dispendian escasa .energía por caída de tensión. A densidad de corriente igual, la pérdida es menor para estos últimos, porque se puede

reducir la distancia entre el mercurio y el anodo hasta 1,542 centímetros y además no hay que salvar la resistencia del diaf ragma.

Con todo, el costo de instalación era muy elevado, lo que obligó a cargar la intensidad de corrien- te, para reducir el número de aparato9 correspondientes a una producción dada. Se colocan así, más de 12 amp. >C cm2 a la superficie del mercurio. La tensión sii- ministrada es de 4,7 volts y más, sin te- ner en cuenta las conexiones y pérdidas - por conducción. Fig. 6 -Esquema de un

NO es nece,sario caPgar demasiado ril eiectrollzador a catodo de

mercurio en sodio, porque éste atacaría el mercurio.

agua con producción de hidrógeno, que se mezclaría peligrosa- mente al cloro.

E n un modelo tipo Solvay, se usan cubetas de chapa de hie- ir@, que miden 15 m de largo X 0,70 m de ancho X 0,20 m de profundidad; estos recipientes descansan eobre tornillos de nivel, suceptibles de darle a aquellos una inclinación longitudinal. La parte interior se halla revestida de oe- mento, extremadamente alisado, con un espesor de 8 cms. Se colo-

PO can dos cubetas, una al lado de otra, con sus pendientes ,en senti- do inverso; el mercurio ocupa el fondo de la cubeta electrolizadora, ~ i g . 7 - Vista en conjunto de la

llamada céhla, de un modo tal qnr: célula y la pila.

el metal emplee 15 minutos en salvar los 15 metros de largo. El mercurio llega, luego, al baño vecino, denominado pila, de pendiente inversa, y penetra por la extremidad situada 10 cm más baja que el nivel del primer baño; se usa para el caso un pequeño elevador (fig. 7).

E l electrolizador o célula, está cerrado por placas aislantes de vidrio o fibro~cemento, de las que se suspenden los anodos, siempre de grafito, por la facilidad con que se roscan tornillos en esta substancia. Son piezas más o menos de 50 cm de largo, en forma de prismas o cilindros de 35 mm de espesor, dispuestas paralelamente al mercurio.

- . m - - 8 - _ ._ , _ . . - . -.,

Las placas que sirven de tapadera, están adheridas al ce= mento con un mastic muy plástico o por medio de brea. El - polo negativo de la corriente llega al mercurio por piezas en '

forma de hongo (fig. 8), dispuestas a distancias iguales. El segundo baño encierra simplemente piezas de fundición ?n forma de U invertida, cuyas ramae mojan en el mercurio. a esta cubeta llega, según se ha dicho, el sodio amalgamado; se introduce, entonces, agua que libera al mercurio, forma sodtt *

y desprende ht- drógeno. Esta re- acción se facilj- ta, sobre todo, por la influen- cia de las piezas de fundición, que determinan con

Fig. S - Célula Y pila de un electrolizador a catodo de la amdgama y mercurio. el agua, una pild

en corto circuito, que oxida rápidamente el sodio. La energía de esta reacción .,e pierde en forma de calor. Regulando la entrada de agua, pup- de obtenerse la soda directamente concentrada a 40" B o más, sin evaporación ni más gasto; además se separa exenta de sal, lo que es muy apreciado en ciertas aplicaciones. A estas ven- tajas se opone la tensión más elevada que debe usarse, pero actualmente la mayor dificultad finca en el elevado precio del mercurio, que ha obligado poco a poco a abandonar ta- les instalaciones. La más importante, creemos nosotros, es la de

aint Auban, donde existen 62 pares de banos, de las dimen- ones descriptas. Esta usina obtiene buenos resultados con na capa de mercurio de 6 mm solamente; lo, que correspon-

de a 90 dm3 por cupla célula-pila, o sean 1250 Kg. La corrien- te puede llegar a 10.000 amp. y más.

Hay además 300 Kg de grafito en anodos, distribuídos en 300 piezas, que dura% un año si el grafito es de buena calidad, y la sal suficientemente depurada. Por año se pierden 40 Kg de mercurio, que no pueden ser recuperados. - En este proceso, es necesario el empleo de sal sin magnesio porque éste, antes de llegar a la pila, ya actíla en la célula,

P desprendiendo hidrógeno que se mezcla al cloro, lo que debe evitarse siempre en todo proceso de esta indole.

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. .. - - . . L --

Dr. CESAR SERORO y eZ Presidente del Cmtro Estudiantes del Doctorado e71

&$mica D. ALBERTO SANTINI, que pre- sentó aZ distinguido profesor en Za cortfe- r e ~ c i a soóre «LA G UERRB QUTMZCA >).

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LA. GUERRA QUIMICA

Señores

He escojido este tema como objeto de mi conversación, por tratarse de un asunto que me interesó desde sus comienzos, poco después de iniciada la Gran Guerra; se agrega a ésto, la pequeña participación que tuve en los problemas de resguardo que se plantearon a los aliados, en seguida de actualizado e1 producto químico como medio directo de combate.

Examinaré la cuestión desde dos puntos de vista: cómo se- rá la guerra qu&m&a del futuro, y qué necesidades y exigen- cias planteará a los pueblos que en ella participen. Observa- da así, puede relacionarse con la experiencia de la guerra pa- sada.

La primera aparición de los gases ocurrió en el frente fraii- cés sobre el secto~ de Ipres, donde los alemanes el 23 de abril de 1915, esgrimieron por primera vez la insidiosa arma que les ofrecía la química. La base de estas primeras experiencias fué la utilizacion del bromo y el cloro, que arrojaban en gran cantidad encerrados en recipientes sobre la .línea enemiga. En seguida se usó multitud de otros productos químicos, como el ácido cianhídrico, el fosgeno, los gases narcóticos, asfixian- t e ~ , incendiarios, lacrimógenos y finalmente la Iperifa.

Como defensa contra la nueva arma se inventó las máscaras. as primeras confeccionadas en Italia, por cuenta de la Ma-

rina, salieron de mi laboratorio. Ya a fines de 1914 siguiendo las publicaciones de la prensa alemana, había logrado formar idea relativa a la gran importancia que se atribuía en ese

' país, al uso de los productos tóxicos como medio ofensivo. E n este sentido manifesté mis temores al comando del ejército

(1) Extracto de la conferencia del Prof. C. Serono auspiciada por el C. E . del D. en Q., que tuvo lugar el 21 de Abril ppdo. en el Atila, Magna de la Fa- cultad de Ciencias Exactas, Fisicas y Naturales.

italiano y al Almirantazgo inglás, sin que fuera tenido en cuen- ta, pues todos presumían que la guerra sería conducida según los viejos sistemas con un mínimo de respeto al derecho de gentes. Así los aliados fueron sorprendidos, debiendo improvi- sar aquellas armas que los Imperios Centrales habían prepa- rado de mucho atrás.

La guerra química se limitó entonces al campo terrestre, sirviéndose al comienzo de recipientes que eran abiertos opor- tunamente, aprovechando vientos favorables para mandar su

El reotor de l a Unive~sidad de Buenos Airea, Ing. Butty, el Deoano de La F. de

C. E., P. y N., Ing. Guitarte y público que asistió a le interesante disertad6n. I

" 1 m , - . m

contenido sobre l a s trincheras enemigas; pero a menudo ocu- rría que un cambio repentino en las condiciones atmosfi5ricaq volvía el gas a las propias 1ínea;s. Esto obligó al nso de gu&os proyectiles, pero la violencia de la explosi6n dispersaba de- masiado pronto los gases, reduciendo considerablemente su efi- cacia. Por último, Se recurre a las bombarda': cuyo uso rinde buenos resultados,

Trazado así un cuadro sumario de lo que fué la guerra quí- mica durante la co.nflagración mundial, cabe hablar de lo que ella será en un quturo que es de augurar lejano. Puede pen- sarse que en lo sucesivo la aviacicjn proporcionará el princi-

pal, si no el Único medio para la conducción de las operacio- nes bélicas, a base de productos químicos. Considerando que vn avión, hoy día, desarrolla una velocidad media de 180 ki- lómetros por hora y puede cargar 6 .O00 kilógramos, nos pode- mos formar una idea de la formidable obra de destrucción que es capaz de'cumplir una escuadra aérea de bombardeo, suscep- tible de transportar centenares de toneladas de explosivos a gran distancia, y en pocas horas lanzarse sobre los centros vi- tales de 10,s países enemigos. Esto hace comprensible una frase del General Caviglia, según el cual la gran guerra no £u6 ganada tanto por la estrategia militar, como por la resisten- cia de 1cm pueblos. Son precisamente éstos los que en el futuro deberán desarrollar un papel más activo, puesto que los ejér- citos pasarán a segundo término para dar lsgar a los gran- des ataques aéreos contra las poblaciones civiles.

Ekta técnica responderá a un doble prop0sito: cortar $1 nprovisionamiento a las fuerzas de linea y el otro, no menos importante de sembrar el pánico y la confusión en el interior.,

Será pues la próxima, una guerra de represalias. E n previsión, los gobiernos de varios países han pensado e n

la oportunidad de una preparación civil, habituando las po- blaciones al uso de las máscaras contra los gases; en este sen-' tido se han efectuado pruebas en Rusia, Polonia y Yugoes- lavia.

Esto para la defensa. Para la ofensiva, se hace indispemabla para cada país un enorme contingente de químicos y la exis- tencia de una industria química eficiente, que en laoemergeii- cia o£rezca el material requerido. Alemania, durante la Última guerra disponía de 30.000 hombres, destinados exclusivamen- te a la preparación de productos mortíferos. E n la actualidad,

6 su industria química se halla a la cabeza de las otras naciones. Baste decir que en 1926 produjo 480.000 t. de nitrógeno sinté- tico, contra 305 .O00 de la industria similar de los otros paí- ses. E n estos últimos tiempos, el desequilibrio se atenúa por el notable desarrollo de la elaboración de productos químicos ocurrido en los E. E. U. U. y en menor escala en Inglaterra, Francia e Italia. Tendrán una parte importántísirna en el tj- rrible juego de la guerra futura, los wcedáneos destinados a suplir la escasez de artículos de primera necesidad, tales los alimentos, vestidos, etc., y que únicamente la química podrit

producir. Y es aquí donde más hiere da contradición de la ci- vilización presente, que si mediante las obras de asistencia social y establecimientos hospitalarios procura aliviar el su£ri- miento humano, paralelamente estudia y prepara diabólicos medios de exterminio y de muerte; lo que demuestra que la guerra es todavía considerada como un mal inevitable. Frente a este concepto, que repugna a los latinos, pero que debe acep- tarse por obra de las circunstancias, se impone la necesidad de una industria química propia aún en el caso de neutralidad, a los efectos de asegurarse el aprovisionamiento y medios de vida propios.

Dr. Victor J. Bernaola Rof. de Inlxadocoidn a la Qnim.

RESERA HISTORICA DEL DESARROLLO DE LA QUIMICA HASTA LAVOISIER (l)

(Continuación)

La Química que durante la época de la Yatroquímica no había sido más que un auxiliar de la Medicina y que, por obra principalmente de Boyle, tiende a separarse de esta ultima, se convierte de más en más durante el llamado período del flo- gisto, en ciencia independiente y distinta de las otras ciencias de la Naturaleza; empieza a consagrarse casi exclusivamente a su verdadero objeto, como lo reclamaba Boyle: el estudio de cuanto se refiere a las transformaciones que tienen lugar en la formación y descomposición de las substancias, de las leyes que rigen dichas transformaciones y de la determinación de las relaciones existentes entre' las propiedades de las substan- cias y su composición.

Ya antes de la publicación de The SceipbTpal Chemist (1661), se había generalizado la convicción de la insuficiencia de las antiguas teorías acerca de la naturaleza esencial de la mate- ria. Hemos estudiado que los cuatro elementos de los peripa- téticos fueron reducidos a tres, sal, azufre y mercurio, teoría que eI;a sostenida por Paracelso y muchos de su contemporáneos. Conocidos mejor los fenómenos químicos, ya al iniciarse la decadencia de la Yatroquímica, surge entre algunos de sus re- presentantes, la idea de que la Química debía tener un campo de acción más extenso que el de un simple auxiliar de la Medicina; comprendieron, por otra parte, que la cóncepción

&, L.. , A . 8 m ? - 8 r.

de la e fria prima », tal como la entendían Paracelso y sus secuaces, no era apropiada para ser generalizada y transfor- mada en una teoría química.

Ya durante el período de la Química neumática, que se con- funde en gran parte con los tiempos del flogisto, había llamn- do poderosamente la atención de los químicos el fenómeno de la combustión; su explicación originó sobre todo una hipótesís que a pesar de ser falsa, llevó como consecuencia de los experimentos que se hicieron para comprobarla, a numerosos' e importantes descubrimientos. /

De época antigua procedía lkcreencia de que la combustión \

producía una destrucción o descomposición de la materia y que del cuerpo que quemaba se escapaba dgo que era lo que origi- naba la llama, en tanto que el residuo de la combustión representaba la parte permanente de la substancia originaria. A fines del período de la Yatroquímica, Silvius del estudio de la combustión del azufre dedujo, equivocadamente, que el com- puesto llamado hoy ácido sul£úrico, era también el producto de l a combustión de todos los cuerpos combustibles. Eunkcl admitió este supuesto; Boyle, en cambio más prudente, Hegb a creerlo probable; pero no comprobado.

JUAN JAGOBO BECKER (1635-1682) prosiguió sosteniendo la concepción de tres substancias primordiales como componen- tes de la materia, pero cambió la supuesta calidad que ante- riormente se le atribuía; admitió que toda substancia estaba formada por una tierra vitrificable, transparente, tierra mer- curial, sutil y volátil y un principio ígneo y combustible, unidos en proporciones variables según la naturaleza de cada especie de materia. Agregaba que cuando se quemaba una substancia o se calcinaba un metal, se desprendía la substan- cia combustible que llamó t ema p;rvgu/is ( t ierra infinima68e) ;

, esta idea se remonta originariamente a tiempos muy anterio- , res, pues ya los alquimistas usaban como un dogma de sus

fantasías, el término azufre en el mismo sentido. Geber (770) decía « donde hay fuego y calor, hay azufre »; recordaremos

- Nada revela con tanta eZa4dad el equiUbrto de las facultades del enten- dtmtento en el trabajo F.lentZñco como la creac2ón de defintetones.

G . PITTdLUGA

E que el fuego a su vez, llegó a ser considerado entre los griegos, como el más poderoso e importante y hasta el elemento W c o del que derivaba todo el universo; refiere Esquilo que Prome- teo robó el fuego del Infierno y lo proporcionó a la humani- dad, como lo más útil de todo lo necesario y agregaremos que para antiguos idólatras, el fuego era divino, la suprema mani- festación de Dios. La teoria de Becker fué desarrollada sobre todo por SU discípulo, el químico alemán JOBGE ERNESTO STAEL (1660-1734), verdadero autor de la llamada feoda del fEog&to que imperó en la Química hasta fines del Siglo XVIII, y qus en su origen se emitió para explicar los fenómenos. de ía combustión, que dominaron mucho la atención de los investiga- dores de esta época. Según dicha teoría, las substancias taleg como los carbones fósiles, el carbón vegetal, la leña, los aceites, las grasas, etc., ardían porque contenían un principio com- bustible, substancia de naturaleza material y de carácter uni- forme llamado flogistoi (del griego quema o combustible).

Todos los cuerpos combustibles se consideraban como corn- puestos, uno de cuyos coastituyentm era d flogisto; la natura- leza-diversa de las substancias dependía en parte de la propor- ción del flogisto y en parte de la naturaleza y cantidad de los otros componentes. Quemando una substancia, su flogisto se separaba y toda los fenómenos que acompafíaban la combus- tión -llama, calor, luz - eran originados por la violencia con que se desprendía el flogisto. Ya en la antigüedad se sabía que los metales comunes calentados al aire se transformaban en cuerpos pulverulentos de aspecto térreo; que algunos, como el zinc, podían ser quemados dando substanoias terrosas, blan- cas o más o menos coloreadas; otros metales como el plomo y el mercurio, parecían no quemar, pero calentados perdían poco a poco su aspecto metálico y adquirían aspecto similar a los primeros ; a estos productos provenientes del calentamiento de los metales al aire, similares a la cal, se les denominaba calos y a dicho proceso se llamó caloiwaoiám. Se explicaba el fenó- meno admitiendo que los metales perdían STJ flogisto y por ~011-

gguiente estaban, constituídos por flogisto y una cal cuya na- turaleza determinaba su carácter particular.

Inversamente calentando la oal de x;k o de. plomo, etc., con un cuerpo rico en flogisto, es decir, agregando flogisto a una

cal se regeneraba el metal; así calentando dichas cales con carbones fósiles, negro de humo, carbones vegetales, leña, etc., se formaba de nuevo el metal. Por consiguiente:

Mataí - flolghto = cal metbliim (elemento j

Caz maitalica '+ flogkto = metal (compuesto o combinación j .

En forma análoga admitían:

Azufre = flogisto + ácido sulfúrico

Fósforo = flogisto + ácido fosfórico

y que cuando dichos ácidos se calentaban con substancias ricas en flogisto (carbón, por ej.) se regeneraba el azufre y el fós- foro respectivamente.

E l color de una substancia se suponía que dependía de la cantidad de flogisto que tenía: el plomo al ser calentado se transforma en una substancia amarilla (litargirio) - se decía - porque pierde flogisto; calentando aún piás se obtiene un producto rojizo (minio),' porque pierde mayor proporción de

Se admitía que cuando ardía una bujía, su flogisto se difun- día en el aire y que, en un volumen limitado de aire, s u com- bustión cesaba porque el aire se saturaba de flogisto.

La respiración se consideraba una especie de combustión que mantenía el cuerpo a temperatura constante; era simple- mente el desprendimiento de flogisto que pasaba del cuerpo al aire y la respiración prolongada en un espacio cerrado era imposible, porque el aire terminaba por saturarse de flogisto.

La doctrina del flogisto, que acabamos de resumir, fué adop- tada por todos los contemporáneos de Stahl y principalmente por sus compatriotas Marggraf, Neumam, Eller y Pott; se difundió en Suecia donde fué seg~Gda por Bergmann y Scheele ; en Francia enseñada por Duhamel, Rouelle, Macques, etc., y adoptada on Gran Bretaña donde Priestley y Cavendish fue- ron sus más ilustres e influyentes sostenedores.

- 306 - Entre los nombrados, uno de los má5: notables químicos de

w t i e m p ~ fué el sueco CARZ~OS G ~ E R M O S C E I ~ E (l) (174% 1786), que en el campo de la Química descriptiva fué d m$s fecundo descubridor de aquel entonces, tanto en lo que ee re- fiere al aislamiento y preparación de elementos y compuestoe minerales como de substancias orgánicas; en cambio fué esca- sa su contribución en Quimica teórica, pues desprovisto dd talento generalizador no supo saear del cúmulo de observacio- nes, que le proporcionaron sus trabajos experimentales, nin- gún principio general, ninguna ley £undamental de Química

Su compatriota BERGWN (1735-1784), espíritu amplio, al que eran muy familiares las Matemáticas y la Astronomía como la Física, la Química y la Historia Natural, se ocupó sobre todo de la afinidad, publicando una memoria relativa a las atracciones selectivas que produjo gran sensación en el mundo científico de su época, porque constituyó uno de los primeros ensayos intentados para reducir la Química a cuerpo de doc- trina e imprimirle un derrotero científico.

Ya Glauber (1648) y Boyle (1664) habían propuesto dib- poner o agrupar químicamente las substancias en series según el poder de desalojarse las unas a las otras en sus ~ombina- ciones y al principio del Siglo W'TII Geoffroy (1718) y el mismo Stahl (1720) construyeron BUS « Tablas de afinidad w en las que aparecen las substancias dispuestas en el orden en que se desplazan en las combinaciones. Estas tablas fuero11 ampliadas por Guytan de Morveau (1781), Eirwan (1790) y con anterioridad a estos últimos pdr Bergmann (177S), uno de los principales representantes de esta tendencia que admitía que cuando se ponían en contacto dos substancias AB y C «s i la atramión de C por A es mayor que la de: B por A, entonces B será desplazada de su combinación con A y el resultado final será una mezcla de AC y B B. Esta escueia suponía que la afinidad entre dos substancias es producir un oanzbio colrnpleto en la dirección de ;la mayor atracción y que solamente ésta podía ser invertida por la fuerza atracti- va más poderosa de1 calor B.

(1) En su pequeña obra « El aire y el fuego D atribufa al flogisto todas las propiedades posibles; unas veces lo identificaba oon algunos de loa elementos

raotnahente conocidos, otras a un medio ranilogo al que los físicas Uaman Wor.

Bergmann tuvo ya alguna percepción sobre la influencia de las masas de substancias reaccionantes en las trans£ormaciones químicas, pero no di6 importancia a esta observación; el punto descuidado por Bergmann, el efecto de la masa, fué previsto por WEINZEL (1740-1793), precursor del genial BERTHOLLE~ (1748-1822), quién algunos años más tarde, en 1801, consi- deró la cuestión en todos sus detalles e introdujo en la ciencia el concepto de reacciones parciales y de equilibrio químico. Al lado de los trabajos sobre afinidad, Bergmann fué antor de numerosas investigaciones experimentales, demostrando que el azúcar tratado por ácido nítrico produce ácido oxálico, hecho que constituye el primer ejemplo de un mxerpo orgánico obte- nido artificialmente, preludio del trascendental descubrimien- to de Wtihler quién unos cincuenta años más tarde (1828), ya en el período de la Química Moderna, derribó la barrera in- franqueable que hasta entonces habia dividido la Química en Orgánica e Inorgánica, efectuando la síntesis de la úrea, pri- mer compuesto orgánico obtenido a partir exclusivamente de los elementos minerales que lo constituyen.

Fué también importante la contribución de Bergmann en Química Analítica cuantitativa, al establecer que se: podía efec- tuar la evaluación de las substancias, pesándolas bajo la forma de compuestos oportunamente preparados, que implicitamente se admitía que tenían composición uniforme y constante.

Al lado de los dos químicos suecos, se destacan en Gran Bretaña, como los más insignes representantes de la teoría del flogisto dos nombres ya citados: J o s É PRIESTLBY (1733-1804) y ENRIQUE CAVENDISH (1731-1810). Priestley descubrió un gran número de gases, entre ellos, el aire defLoggi2sticado (oxíge- no) (l), descomponiendo el precipitado rojo (óxido rojo de mercurio), por la acción del calor de los rayos solares concen- trados mediante una lente y estudió sus propiedades combu- r e n t e ~ ; este fué su principal descubrimiento, del punto de vista de las teorías químicas, por lo que contribuyó a su desarrollo y las investigaciones ulteriores a que dió lugar.

Se ocupó de estudiar los fenómenos de asimilación y respi-

(1) En realidad e1 oxigeno había sido deacubierto ya por Scheele, quién no

habia publicado su descubrimiento.

. .--- I - 8 - '-Y7--

.*;

a5 - 308 -

ración de los animales y vegetales, demostrando como influían en la pureza del aire atmosférico y en su composición.

Inició la eudiometm'a (análisis de los gases) y fué el prim:?- ro en establecer que el aire no era un cuerpo si suponía desde la antigüedad, sino una mezcla de aire deflogis- ticado y aire flo~gvisticado; este Último, incapaz de mantener la combustión ni la respiración, quedaba como residuo cuanclo dejaba de ser posible la combustión en un ambiente limitado.

La existencia del a i ~ e deflo&stioado no era, para Priestley, motivo suficiente para desechar la teoría del flogisto que defendió hasta su muerte.

Enrique Cavendish fué un físico en el sentido más amplio de la palabra y se ocupó de casi todas las ramas de las ciencias físicas. Perfeccionó el termómetro y los métodos de observa- ción termométrica, siendo uno de los primeros en ocuparre del calor especifico. Estudió las propiedades del anhídrido car- bónico y del hidrógeno; perfeccionó los procedimientos eudio- métricos y fué el primero que estableció la uniformidad de corr.- posición del aire atmosférico. Su más trascendental descubri- miento fué comprobar que el agua era una substancia com- puesta de oxígeno e hidrógeno y no un elemento como lo supo- nían los antiguos. E n algunas de sus experiencias observó que el agua resultante de la combustión del hidrógeno en el oxíge- no tenía sabor ácido; la investigación de la causa de esta aci- dez lo llevó al descubrimiento de la composición del ácido ní- trico. Fué el primero en hacer un análisis preciso de un agua nNural y en explicar la h ~ e x a del agua.

Recordaremos también a JOSÉ BLACK (1728-1799), profesor sucesivamente de las universidades de Glasgow y Edimbur- go, autor de numerosas e importantes investigaciones. Des- cubrió el calor específico y el calor de fusión y fué el primero en determinar el calor de fusión del hielo. Sus trabajos fue- ron publicados en Phi2osoph.ical Transactions. Hizo interesan- tes investigaciones sobre los álcalis y los carbonatos de mag- nesio y de calcio, demostrapdo que cuando la magnesia alba (carbonato de magnesia) se calienta al aire, pierde una can- tidad determinada de a&e fijo (rinhídrido carbónico) y no de flogisto, comprobándose una disminución de peso; por SUS

experiencias puede considerarse uno de los precursores de

Lavoisier y el fundador de la Qzlilnzica ponderad cuantitativa, aunque ya Boyle había usado la balanza para el estudio de los fenómenos químicos.

E n todas sus investigaciones, en efecto, dedicó particular atención a las proporciones en peso en que se combinan las ,substancias, lo que lo llevó a abandonar la teoría del flogisto y a aceptar las nuevas doctrinas de Lavoisier, cuando el des- cubrimiento del oxígeno permitió a este químico ejemplar, establecer la verdadera explicación de los fenómenos de com- bustión y similares.

E n Francia, la escuela del flogisto estaba representada prin- cipalmente por G~OFFICOP (1672-1731) y GUIGLERMO FRAN- crsco R O ~ L E (1703-1770). E l primero se dedicó sobre todo a examinar las relaciones químicas existentes entre las diver- sas substancias, publicando al respecto sus Taóles de Rap- ports (l) ; prestó, por otra parte, un verdadero servicio a la Química, pues combatió enérgicamente resabios de las super- cherías alquímicas en su'trabajo Des supercheries oolzoerwnt la @erre phibsoyA.de, presentado a la Academia Francesa.

Rouelle, profesor del Jardin, dw Roy, maestro de Lavoisier y de Proust, estableció el concepto de sal, coma el producto de la acción de un ácido sobre una base, diferenciando la9 neutras, ácidas y básicas.

Resumida la teoría del flogisto, y en £orma breve la coa- tribución en Química de sus principales cultores, agregaremos que imperó en forma casi absoluta hasta que en los últimos 25 años del Siglo XVIII cae por obra de Lavoisier, después de haber sido minada en sus cimientos por Black (1775).

E l descubrimiento del &P, defloghticado y del papel que desempeña en los fenómenos que se trataba de explicar por el flogisto, el descubrimiento de la naturaleza del aire y que el oxígeno era uno de sus componentes y finalmente el descu- brimiento de que el agua es un compuesto, cuyos componentes son el hidrógeno y el oxígeno, hecho cuyo significado estable- ció por primera vez en forma clara Lavoisier, marcan en la

(1) Tablas de afinidad.

historia de la Química el término de una era y el principio de otra nueva. E l imperio de la teoría del flogisto se debi6 probablemente a la forma simple con que explicaba las nume- rosas transformaciones químicas denominadas hoy procesos de oxidación y de reducción y aun procesos más complicados que ya hemos citado. Sus secuaces descuidaron un hecho im- portante conocido ya un siglo antes de que surgiera la teoría del flogisto: que cuando los metales eran calentados al aire, -

aumentaban de peso y por consiguiente había que admitir que cuando estas substancias perdían flogisto, para transformarse en cases, en lugar de disminuir, aumentaban de peso, lo que era ilógico. Pero en esta época preocupaba a los investigad<?- res más la parte cualitativa que la cuantitativa de los fenu- menos, por lo que no daban importancia a la contradicció:~ indicada; algunos la rehuían y otros la explicaban admitiencto que el hipotético flogisto (l), substancia que en realidad no era conocida en su esencia, tenía peso negativo y por ello al desprenderse de un compuesto dejabá como residu'o otra sub+ tancia más pesada que la originaria. a Sabemos - decían los partidarios del flogi&o - que el peso es debido a la atracción ejercida por la tierra; es imposible que la tierra repela el flogisto, en lugar de atraerlo, lo que haría una substancia más pesada cuando pierde flogisto ».

E l estudio cuantitativo de los fenómenos, descuidado partidarios de la teoría del flogisto, fué considerado sobr,: todo por el padre y creador de la Química moderna, ANW- NIO LORENZO LAVOISIER (1743-1794), quien generalizando el uso de la balanza en el estudio de los fenómenos qaimicos y eii particular de la combustión, demostró hasta la evidencia que cuando los metales se transformaban en las llamadas cales o cuando substancias como el azufre, fós£oro, carbono, etc., que- maban al aire, no solamente no se desprende flogisto, sino por el contrario se combinan a otra substancia (" (aire puyo) .

(1) Los úitiiuoa sostenederes Qe esta teorfs k f a n tendenuia a considerar ei

flogisto como probablemente Idéntico al hidr6geno. (Cavendish, Kirwan, etc.).

(2) Ideas aalogas habían sido emitidas por un guímioo ruso, Lomonossof

(1756) pero su trabajo al respecto, así come otros notables por la. época en

aue los publicó, fueron conocidos recién, fuera &e Rusia en 1904.

A las ecuaciones citadas con anterioridad que resumeu al dogma flogístico, pospuso las siguientes a la vez sintéticas 3. analíticas :

Metal + oxígeno = cal (óxido metálico) P I

Oxido metálico - metal + oxígeno

Oxido $- carbono = metal + óxido de carbono [2]

Las teorías y descubrimientos de Lavoisier, que inician el < período de los fundamentos de la Química Moderna », no fueron aceptados por los viejos y célebres químicos de su épo- ca, quienes murieron fieles sostenedores del flogisto; no obs- tante esta teoría estaba inexorablemente derrocada por las múltiples y rigurosas experiencias de Lavoisier, las que se- pultaron también para siempre, la teoría aristotélica acerca de la transmutación de los & cuatro elementos ».

Toda la nueva generación de químicos, incluso el genial Berthollet, al principio partidario del flogisto, abrazó y acept6 rápidamente con entusiasmo las ideas del maestro francés que originaron una verdadera revolución en nuestra ciencia, ini; ciando una nueva era que aun hoy está animada del impulso fecundo de sus descubrimientos. La Química adquirió así, por obra de los investigadores de fines del Siglo XVIII, un desarrollo tal, fa6 portadora de frutos tan abundantes de pro- greso y de civilización, que sus conquistas sobrepasaron, sola- mente en un siglo, todo lo que había sido producido durante los 40 anteriores; desarrollo semejante no se encuentra en la historia de ninguna otra ciendia.

La teoría del flogisto aunque errónea ha contribuído, en re- sumen, indirectamente al desarrollo de la Química: motivd todo un cúmulo de trabajos e investigaciones diversas que llevaron al descubrimiento de nuevas substancias, se estudia- ron mucho los gases desde el punto de vista de su combus- tión, se profundizó el conocimiento de los metales en general y se estudiascm toda una multiplicidad de fenómenos de lcs

CHEMIA, Nro. 32: 1060 ejemplares.

#-'t?ompreñtie Un vastídmo Oonjunt6 de obsetv8ci6ñés g B@&u* l!c. - brimientos constituyen la mejor prueba de que aun las erxw c; res pueden ser fecundas en ciencia por las investigaciones que e: originan al tratarse de busca? argumentos para apoyarlos o

E. volv METER, A H h t o r y of ChemistPzt f r m earliesest t 6 m e €o t h e preaent dav.

8e edici6n inglesa tThduc1da d e l a 84 alemana por @. Mac Co*ñ.

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E& 'I'HOEPE, Btorea delta (Ihim$cc~. Traducida del ingles por R. Pitoni.

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PRINCIPIOS DE CONDUCTA PROFESIONAL

E l Instituto Americano de los Químicos, bajo el título de « Principles of Professional Conduct B ha elaborado un regla- mento o código de conducta profesional obligatorio para sus miembros.

Si bien CHEMIA no es una revista profesional no nos parece que la publicación de dicho reglamento esté fuera de lugar en sus páginas; los futuros químicos podrán así apreciar cuan en alto es tenida la profesión nuestra en otros países y cuan severas son las normas que los mismos químicos se dictan a fin de que esa estima no sufra menoscabo. Su lectura afianzará en ello los sanos principios profesionales que ¿;prendidos en la Facultad y aplicados en la vida práctica maiitendrán el bien ganado prestigio de los químicos argentinos.

He aquí dicho código (l) :

3. - Cualquier persona que tome la profesión de químico, haciéndose por lo tanto apta para un desempeho profesional eficiente, asume la obligación de adelantar la ciencia y arte química, de mantener y elevar su alto « standard » de honor y de permanecer fiel a los principios de conducta profesional.

2. - Es deber de un químico contribuir al sostenimiento de las leyes e instituciones de la comunidad y ~oportar la parte que le corresponde de las cargas de la misma.

3. - E1 químico no deberá a sabiendas, comprometerse en nna t a ~ e a ilícita o cooperar con aquellos que estén empeñados en ella.

4. -Un químico mantendrá su acción y trabajo profesional dentro de un marco de estricta lealtad hacia contratantes y dientes, y de un espíritu de fraternidad y utilidad persondl hacia otros miembros de su profesión.

- - .

(1) Tornado del J . Chem., Eduo. 6, 793 (1929).

5. -Se abstendrá de amciarse o de permitir d uso de su nombre a cualqniera empresa de carácter somechaso.

6. -Anunciará somente de M modo digno y evitará ~ u i - L dadosameate el hacer declaraciones que induzcan ea error. rr 7. -El cooperará a vigoriear la p~o£esión por el intercam-

bio de experiencia e información general con sus colegas y por la contribución al trabajo de las sociedades y revistas téc- nicas, siempre que tal información o experiencia no esté en conflicto con los intereses de su cliente o empleador. Es muy de desear que la primera publicación respecto de inventos u otrofl adelantos científicos sea hecha por medio de las asocia- ciones y revistas técnicas y no por la prensa común. Tendrá cuidado de atribuir el mérito de un trabajo dentro de lo posi- ble a sus verdaderos autores.

8. - Si un cliente le encarga un trabajo que según su opi- nión parece tener pocas probabilidades de éxito, él deberá ad- vertírselo antes de emprenderlo.

9. - Será prudente en todo8 sus cálculos, opiniones y decla- raciones, etc., y especialmente si tienen conexión con el esta- blecimiento de una empresa comercial.

10. - No aceptará compensación, financiera o de otra clasri de más de una de las partes interesadas en un asunto sin el con- sentimiento de las otras y no aceptará comisiones de partes aje- nas ni ventas a su cliente sin el conocimiento de &te. Sin em- bargo de ningún modo wtará impedido de aceptar cargos de mhs de un solicitante cuando no haya conflicto de intereses.

11.-No usará ningún medio impropio, dudogo o desleal para asegurarse trabajo profesional o provecho y rehusará pa- gar o aceptar comisión alguna para tal fin.

12. -Podrá usar todo medio honroso de competencia para obtener empleo profeaonal, pero no deberá mediante procedi- mientos desleales, perjudicar directa o indirectamente la repu- tación, perspectivas o negocios de un colega y no deberá tratar de suplantar otro quimico cuando éste ya esté por ocuparse en la resolución de algo.

13.-E1 no aceptará empleo de un cliente cuando tenga conocimiento de que un colega anteriormente ocupado por lcs

- AqueMo que se ama, se eor¿oce pronto. M. MAGRE

mismos ha planteado contra ellos una reclamación por com- pensación o daños la cual no ha sido ~atisfmha; y no acep- tará dicho empleo hasta que la demanda sea fallada por un %rbitro, o vista ante l a justicia o que el colega haya renun- ciado a ella.

14. - Será diligente en seiíalar y en oponerae a los fraude3 y errores que su conocimiento especial le capacita a reconocer.

15. - Cualesquieras infracciones a estos principios de con- ducta profesional que venga a conocer deber6 manifestarlas al Comité de Etica del Instituto Americano de los Qaimicos.

16. -No tratará de competir con un colegt en cuestión de honorarios profesionales reduclíendo los suyos m a vez informa- do de los de su competidpr, pues esto es regdear.

17. - E l no aceptarti ninguna invitación para emitir opinio- nes sobre el trabajo profesional de un colega (excepción hecha para artículos de revidas cientí£icas o publicaciones análogas y que esttSn en discusión), sin conocimiento de éste, a menos que la relación de dicho colega con el trabajo en cuestión haya terminado. 18. - Cuando torne a su cargo un trabajo por cuenta de un

cliente debería convenir con &tos an acuerdo respecto de ia propiedad de enalquiera o de todo dato, proyecto, mejora, patente, dibujo u otros protocolos que 61 pueda desmollar o descubrir mientras esté al servicio de ellos, E n ausencia de nn convenio escrito se sostendrá la aplicaci6n de los siguientes criterios :

a) Si el químico usa información que obtiene únicamente de m cliente o contratante y que no sea saber común o propic- dad pública, cualquier resultado en forma de dibujo, plano, invento, procedimiento, etc., deberá considerarse gropiedad del contratante.

b ) Si el químico usa SU propio saber o información o dato, los cuales debido a publicidad anterior o por cualquier otro motivo son de propiedad pública, entonces lag ,resultados en la forma de dibnjos, datos, planos, inventos, etc., permane- cen de propiedad del químico y el cliente o contratante puc- de usarlos sólo en el trabajo para el cual el técnico fué con- tratado.

o) Todo resultado obtenido por el químico en un campo de

-m-*

3 &a@ di.- M

&ngx~ 6 m &itrt i d uw at? eUa1 e*n m% brea@ ~3rXmEE-

q p~es Brzmm parte de su qwLenc;ia profsiuml. . - . 1% - A %=a-i;ar *abajo 61 deberá, siemprs que le sep p d - &le9 f i j a hoizof~a.rim diBitentemente elevados- prisa 6 yp &ervie%o &gno g efi'ciwte. Freei~s kiaj~s, EO raeanshlm, p- rea na trkbajo prof&mal de~memaen leste Ultimo y haen que se Le eonsi&we inrPeriar, -la fijaoi6d da hurirrrarios. eg con- veniente que el qnamioo -tenga en caen& : . a) 32 tiempo y trabajo weT hs, meiester, la nove&ad JT difi- ai11bd da la an&rfa a batm -7 la eqerjerríiá. -y! h&b'?rlad n&. &~rnia , - . . -

b ) ECt me traba3 Q m31upie el pasa a ~ k m - e a timrerzog s;i&- laxa o bpEc-a, k p&d.ida ib abra aeqw,oida ~ k t m m sg- e&& pmp&ao en 62. . € 3 Hon~mrios que eom6menfR cobmn 1ix mlqgas por.ger~ xrbii>s pa~eaMos.

63 La importancia del m t o a e&~diar y los bernefieias que el cliente obten&& de los servicios del. qnímieo:

e ) EI ~ ~ r $ q t e r de 1% wcvpacJbn, es d~cir, 4 w para m -elimt.e aaaaal a , para un^ a1 h a 1 se reg&@taenta

20- - S 6ien s de desear que a lw 9p&x&m ~n-t~q$LYgol -ai

h eme6a&a!.e hvestigac$&~ b~ f a e ~ a . ~ ? e ~ d d o a@= 6ki a saber y habZiiaa& e$p&1 en - g e ~ ~ e i a de nn @Bate, m Bperji- dicld a 1a prosperidad de la p'rofesitht qne .tz$~i S B ~ C ? Q @ @añl prestados a precios que p& por alto el valor mm6n d d material, reacti~m y gastos no pevistoe.

21. - Habiendo, ~dtablehido honorarias jnstos 3 cargado hg mimos a 2% auent& de un eliRñte, Q debe-ría, spo~ter6.e! e&&& quier Y,en$$5va de ap41 j ja~a feduizix di~kos- h e n ~ ~ ~ i w ~ & & azra ~;tma. E ~ I . p . dicien%e. E~pbfqn. e& k-mpakbir; 'm pro* deirprTo y el ~3y?.wit&o' a - red'b-Ui m& P@gW$n$r& Wf W3i &le $M' $~:~%diol p ~ e s t a d ~ s ~ @T&+ &%~U&~?BB Jíu@ wa@@fe.Si@ sobm ctirnpen~aei6~~ Bb d a g a no 'E~B debe~ia vaaaar .ea I;QB;~. ,

G h 4 b,t~ibnaad&*P:tar~ .Smp& 5i~be&w 'hj bta,iade a eqaSio.

Ih'DICE DEL TOMO 6 . . . -

Anónimo. - Determb.&ún de Za acidm orgvinica de Ea orina segtin la

t6miea de Pan Slyks P a h e r . . . . . . . . . . . . . & E L ~ O J. F., InmunicZad Xceilhiauaeión) . . . . . . . . . BERNAOLA V. J., Eese@a histór.iea d d desarrolto de la Qdmica

hasta Laztoisier . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Id. íd. (continuación) . . . . . . . . . . . . . . . . Id. íd. íd. . . . . . . . . . . . . . . . . 1d. íd. íd. . . . . . . . . . . . . . . . . BUNET P., Electrol.isis industrial de los cloruros aloalinos (trad.)

CANOM A. y Rubí C., Nota sobre el método microscópico de East

CHAKMBJIAN H. H. L a concentraokín de los ioms hidrógeno desde

el punto de o k t a eleotroqwimico y termodinámico (trad.) . . QEIJLOEEU V., E l ciclo wigenado en los azzlcares w w k s . , . . D m u m C. B., L a ezpres2ón de Pan der W m l s y la ley de 10s

estados correspondientes . . . . . . . . . . . . . . . . . Id. ApZicaciones de la termodinám.ica a l a f6sisioo-&mica . . . . FEREANOLA R. y TEELLES R. A., 80bre TOS métodos de determinación

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MEAURIO V. L., Manejo de la regla de cálrmlo, en especial para los

quumicos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . MODERN P., ElectrodiáZisis de sueros antitósicos . . . . . . . . . . OROECO Dfaz J., Los rayos Bontgen en metalografca . . . . . . . Ruiz C. y CANONI A., Notq sobre el método miorospópioo de E m t

TEELLES R. y FEREAMOLA R., Sobre los métodos de determina-

. ción &el ácido Cric0 en sangre . . . . . . . . . . . . . . . U~AETE T., Marcha sistemática de s@paraci& ráp4da de algunos

elementos raros o poco comunes . . . . . . . . . . . . . . VANINO L., Preparaczólz del trifenil-metilo (trad.) . . . . . . . . VANOSSI R., Análisis quhzico co*npZeto de pignentos btanoos . . .

m07 INTEGReJ_MENTE SU €f D€C.IALIDA D. POR V O LAY'DAGI NAJ DE:

C W E M I A J O N I N D I f P E r j SABLEJ PAW .!.

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