Capitulo 1 Quipus

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Andrés Chirinos riverA

Quipus del TAhuAnTinsuyoCuracas, Incas y su saber matemático en el siglo XVI

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© Andrés Chirinos y Editorial Commentarios SAC

© De la Parte II referida al uso de la yupana: Andrés Chirinos, José Púa, Marlon Ramírez, José Luis Shimbucat, Zadith Reátegui, Moisés Rengifo, Julián Taish, Robel-so Noriega, Rafael Sánchez, Gloria López, Ayda Cahuachi, Martha Zegarra, Guster Bártenes, Jorge Chanchari, Hugo Wipio, Víctor Mozombite, Isabel Arimuya, Kelinda Rengifo, María Linc, Rebeca Izquierdo, Rafael Mercado

Hecho el Depósito Legal en la Biblioteca Nacional del Perú No 2010-08458 ISBN 978-9972-9470-7-0

Editorial Commentarios SAC, Avda. Reducto 1447 F-1 Lima-18 E-mail: [email protected]ón: Servicios Gráficos JMD SRL, Avda. José Gálvez 1549, Lima-141a edición, Lima, julio del 2010

Tiraje: 1,200 ejemplaresCuidado de edición: Carmen Cabrera y Martha ZegarraCorrección de estilo: Martha ZegarraDibujos: Felipe Guaman PomaCarátula: Romy KanashiroFotos carátula: Quipu AS175 (copia) y yupana representando la división simétrica de 733,260 entre 5

Los autores agradecen a la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) a través de su Oficina Técnica de Cooperación en el Perú, por su apoyo en el desa-rrollo de la aplicación pedagógica en escuelas bilingües amazónicas a través del Proyecto de Educación Intercultural Bilingüe de las regiones Loreto y Amazonas (PEIBILA). Asimismo al Ministerio de Educación, a través de la Dirección de Educación Intercultural Bilingüe (DEIB); al Gobierno Regional de Loreto a través de la Dirección Regional de Educación y de las UGEL de sus provincias; y a la UGEL de Condorcanqui (Amazonas); que en todo momento apoyaron de manera entusiasta el desarrollo de cursos-talleres de capacitación para maestros bilingües incluyendo contenidos basados en el uso de la yupana. Agradecen de manera especial a los niños, niñas, docentes, madres y padres de familia que han dedicado muchas horas a aprender nuevas formas de calcular basadas en los conocimientos de nuestros abuelos.

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Presentación

Desde el año 2007 he pensado cómo escribir “en letras” mi per-cepción sobre el quipo de pedrezuelas o yupana. Llegué a la conclu-sión que mi argumentación tenía que ser demostrativa y no teórica. Entonces, el año 2008 empezamos, junto a un equipo de maestros bilingües, a hacerlo demostrativamente. En el 2009, eran ya mil pro-fesores y muchos más niños indígenas de la selva peruana los que sabían usar la yupana que describo en la parte segunda del libro.

Se ha especulado demasiado sobre cómo se podría usar el tablero de Guaman Poma. No voy a argumentar en el sentido de reclamar ha-ber “descubierto” el uso del mismo. Resulta penoso esforzarse tanto por aparecer como “descubridores” y no quisiera pecar de lo mismo, bastante tuvimos con los Pizarro. En el mismo tenor, el “descubri-miento” de Locke acerca de la clave decimal sería algo exagerado, teniendo en cuenta que Garcilaso o Zárate describen muy bien dicha clave, más aun si pensamos en los cientos de miles (mínimamente) de tahuantinsuyanos que seguramente lo sabían.

Lo que sí argumento es que los quipus arqueológicos (y en ello quiero reconocer especialmente los estudios de los Ascher y también de Urton) muestran que la yupana (o ábaco andino) debió tener los va-lores que señalamos. Solo el estudio de dichos quipus puede demos-trarlo (al que le interese su demostración científica) y no yo. Esos qui-pus son, a mi parecer, los verdaderos autores del “redescubrimiento” de cómo los habitantes de lo que antiguamente se llamó “Reinos del Perú” o Tahuantinsuyo sacaban cuentas, jugaban o adivinaban (y otros usos por investigar) dando valor a unas piedras (maíces o frijoles) que ponían en el suelo o en un tablero de acuerdo a un patrón.

Si merecemos algún crédito, quienes hemos trabajado este quipo de piedrecitas, es por haber reencontrado (hablo en plural porque, somos mil maestros bilingües los que hemos participado) lo que juzgamos son los valores de las piedras que pudo tener la yupana de Guaman Poma y también las piedras de las que nos hablan los quipocamayos

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de Sacaca (Bolivia), Polo de Ondegardo, el Inca Garcilaso o el padre Acosta.

En los pueblos indígenas no destacamos tanto el acto individual como suele ocurrir en la sociedad occidental. No significa que no se valore dicho acto. Lo que sí significa es que también se valora o valo-ramos, más que los mestizos, el acto colectivo. Yo me adhiero en ese sentir porque llegué a aprender algo, a pensar y sentir esos valores, en-tre los campesinos de Anta, Cotabambas y Chumbivilcas en el Cusco y Apurímac. Sigo ese aprendizaje entre shawi, awajun y loretanos en general, y sería mezquino si no reconociera que casi todo el saber, si es que hay alguno, en lo que escribo se lo debo a ellos.

Claude Lévi-Strauss nos enseña mucho, pero quien le enseñó a Lévi-Strauss a amar la mitología indígena seguramente no fueron solo los libros. No creo que haya habido nada más inspirador para pensar en la paridad, la simetría, la inversión, el paralelismo de la matemática inca que los cuentos y relatos indígenas que aprendí de otros pueblos indígenas que fueron vecinos del Tahuantinsuyo. Entre ellos están: los awajun, shawi, quichuas, murui, cocama, candoshi, bora, shipibo, matsés, wampis, achuar, asháninka, yánesha y muchos otros pueblos amazónicos, indígenas y mestizos.

Sin embargo voy a decir lo que creo que me corresponde. Solamen-te busqué una combinación que fuera “fácil de recordar y que tuviera al cinco como base” ya que sospechaba que el papel del aymara (don-de se nota más la importancia del cinco) debió ser primordial. Antes de eso había trabajado varios años con la yupana. La usaba como maestro en escuelas bilingües, y había editado junto con Martha Zegarra –mi esposa– y Rafael Mercado dos libros sobre las ilustraciones de Gua-man Poma representando cientos de yupanas, usadas para numerar páginas.

Decidí pues que había llegado el momento de intentar dar unos va-lores diferentes a los que se venían usando. Tras estudiar las propues-tas contenidas en el libro Quipo y yupana me puse a buscar y encontré finalmente una fórmula: me pareció fascinante desde un inicio, pero no imaginaba lo que implicaría.

Cuando llevé la fórmula a los quipus arqueológicos descritos por

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Marcia y Robert Ascher, Urton, Pereyra, Locke y Radicati es que co-mencé a darme cuenta, poco a poco, de lo que significaba la yupana dibujada por Guaman Poma. Sin embargo, realmente me ejercité en ella cuando pusimos en práctica dichos valores, como un recurso pe-dagógico para mejorar el aprendizaje de las matemáticas, en el equipo del proyecto de Educación Bilingüe amazónica donde trabajo. En los talleres de capacitación de los años 2008 y 2009 participamos más de mil profesores indígenas y mestizos. Tras una breve presentación de la yupana, los maestros quedaban fascinados y casi inmediatamente lo consideraron un instrumento propio.

En mi opinión, la yupana refleja un gran logro del ser humano. Si tuviéramos que decir quién es el autor habría que decir que son los pueblos indígenas de América, más concretamente los que habitaron el extenso Tahuantinsuyo. Tal vez los incas les enseñaron a los demás pueblos o ellos lo aprendieron de pueblos que les precedieron. No es lo importante, lo trascendente es que para 1532, al parecer, todas las naciones indígenas del Tahuantinsuyo manejaban ese sofisticado ins-trumento de cálculo (no me atrevo a señalar casos particulares como el de los mochica y chimu que pudieran tener instrumentos algo diferen-tes, sin embargo asumo que debían estar muy relacionados).

En este libro, muestro el funcionamiento de la yupana aprendido en los quipus y ejercitado con docentes y niños amazónicos. Pero an-tes hablo de los quipus (o quipos), los quipocamayos y su historia. El lector puede cambiar el orden de lectura. En la Parte III del libro muestro mis estudios sobre los quipus arqueológicos. Al final incluyo en un apéndice la descripción física del quipu y el formato que se usa para su descripción científica, que es básicamente el que propusieron los Ascher.

Insisto: la respuesta al porqué creemos haber reencontrado los valores de la yupana (o quipo de pedrezuelas) hay que buscarla en los quipus, los arqueológicos y los coloniales. También en Guaman Poma. Y, en mi modesto entender, va más allá de lo científico, hay que sentirlo.

Aprovecho estas líneas para agradecer el apoyo que la Oficina Téc-nica de Cooperación en el Perú de la Agencia Española de Coopera-

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ción Internacional para el Desarrrollo (AECID) me ha brindado para el desarrollo de este estudio. Libro que tiene aplicaciones pedagógicas inmediatas, pero que a su vez contiene mis propias ideas sobre parte de nuestra historia, en un período que nos es común a los países andi-nos y a España. Maite Núñez, Coordinadora General de la AECID en el Perú, desde que supo del proyecto, nos brindó su confianza y apoyo, lo que ha contribuido sustancialmente a lo que ahora presentamos.

La AECID junto con el Ministerio de Educación, a través de la Dirección de Educación Intercultural Bilingüe, ejecutan un proyecto de Educación Bilingüe en Loreto y Amazonas del cual soy responsa-ble. Fruto de esa cooperación es ya una realidad la aplicación de las propuestas educativas que contiene este libro. Para los miembros del equipo del proyecto desarrollar propuestas educativas que son acogi-das con entusiasmo por los docentes, niños, niñas, padres y madres de familia es un sueño hecho realidad.

Este libro tiene una gran deuda con los responsables de las ins-tituciones nombradas, con mis compañeros de trabajo en el equipo del proyecto, con los maestros amazónicos, andinos y con todos los pueblos indígenas.

La autoría de la propuesta pedagógica que contiene este libro (Par-te II) nos corresponde de manera compartida al grupo de maestros que la hemos venido aplicando en diversos talleres de capacitación. En Loreto y Amazonas: José Púa, Marlon Ramírez, José Luis Shimbucat, Zadith Reátegui, Moisés Rengifo, Julián Taish, Robelso Noriega, Ra-fael Sánchez, Gloria López, Ayda Cahuachi, Moisés Rengifo, Martha Zegarra, Guster Bártenes, Jorge Chanchari, Julián Taish, Víctor Mo-zombite, Kelinda Rengifo, María Linc, Rebeca Izquierdo; en Cuzco: Rafael Mercado. Entre ellos también me incluyo.

Notas a la presente edición

Gracias a todos los investigadores que han escrito sobre los quipus –en especial a autores como Radicati, Marcia Ascher, Robert Ascher, Pärssinen y Urton– he tenido la oportunidad de acceder a estudios y enseñanzas que hacen posible lo que aquí publico. Siguiendo ese ejemplo, he procurado realizar un esfuerzo en cuanto a organizar las

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fuentes basadas en los quipos-textos y quipus arqueológicos de los que me he servido. También he considerado un apartado especial de fuentes para las Visitas y Tasas publicadas, así como para las fuentes cartográficas en las que se basan los cuatro mapas elaborados.

Todas las citas donde hay textos resaltados (en cursiva o negrita) se deben a subrayados míos, por lo que solo lo señalo aquí y ya no en cada cita. Las traducciones de citas de lenguas distintas al castellano se deben a mi autoría salvo que señale al autor de la traducción.

En algunos casos, concretamente en algunas citas de Polo de Ondegardo, Betanzos, Titu Cusi Yupanqui y Pachacuti Yamque Salcamayhua he intentado hacer una adaptación del texto a una ver-sión actual de castellano que sea más entendible por parte de un públi-co no especializado. He utilizado diversos criterios.

El caso de Polo de Ondegardo es especial puesto que las versiones publicadas de la Relación de fundamentos acerca del notable daño que resulta de no guardar a los indios sus fueros son difíciles de en-tender, debido probablemente a que la misma copia original en la que están basadas sus ediciones es deficiente. Hay múltiples errores en la puntuación así como confusiones en vocablos castellanos y quechuas. Mientras se realicen nuevas ediciones, he creído conveniente avanzar en interpretar alguno de los pasajes que cito, puesto que son sustan-ciales para el estudio que aquí expongo. Recíprocamente creo que los textos de Polo son mucho más entendibles al comprender cómo se ha-cían los cálculos matemáticos por parte de los hombres andinos, uno de los temas centrales de este libro. La primera versión conocida de la obra citada de Polo está ahora disponible en internet (www.archive.org) por lo que el lector interesado puede comparar mis versiones con las que han sido publicadas.

Los casos de adaptaciones de textos citados de Betanzos, Titu Cusi Yupanqui y Pachacuti Salcamayhua los he realizado bajo un criterio distinto. Se trata de textos que están basados en fuentes que las narra-ron, escribieron o pensaron primero en quechua o aymara. Bajo este principio y de acuerdo a mi propio manejo del quechua, he juzgado importante pensar cómo se habría enunciado el texto, para intentar “retraducirlo” a una versión actual de castellano. Un ejemplo de esto

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es cuando Titu Cusi dice “a cada uno de los capitanes a como le to-caba su vez”; en la versión que he adaptado sustituyo la palabra ‘vez’ por mita, porque considero que el concepto andino de mita hace más entendible lo que se quiso expresar (capítulo 5 y glosario).

Sobre la ortografía de algunas palabras. Utilizo preferentemente ‘quipu’ para referirme al instrumento de cuerdas anudadas, tal como lo podemos ver e imaginar a través de los quipus arqueológicos de los museos. Utilizo ‘quipo’ especialmente cuando me refiero a los quipos de la época colonial, que solo conocemos por las traducciones al cas-tellano que se hicieron, aunque también los podemos imaginar como instrumentos de cuerdas que realmente existieron.

En otros casos mi criterio principal ha sido intentar no crear con-fusiones. Me parece más claro escribir guaranga, que no waranqa (en quechua o aymara) ya que no se sabría bien si me refiero al número o a la demarcación administrativa (ver glosario). ‘Reynos del Piru’ me parece una expresión que nos acerca a la idea de lo que fue el Tahuan-tinsuyo poco después de la llegada de los europeos, por ello la utilizo.

Otras opciones las he adoptado porque me ha parecido que gozan de mayor difusión, como en el caso de Tahuantinsuyu-Tahuantinsuyo, Yupangui-Yupanqui, Manco-Mango. Contrariamente, en el caso de Atahuallpa, uso una forma menos difundida (con ‘elle’) puesto que intencionalmente pretendo recuperar una imagen del último inca que no sea la que habitualmente estamos acostumbrados: a Atahuallpa tal vez le resultó mucho menos extraña la escritura de lo que hasta ahora hemos imaginado.

Andrés Chirinos, Lima-Iquitos, julio del 2010

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Indio principal, cacique o curaca a fines del s. XVI. De Guaman Poma p. 761

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introducción a la Parte i

Quipus incas y quipos coloniales

El uso y alcance comunicativo de los quipus incas aparentemente continúa siendo uno de los misterios de la historia.

Hasta ahora se ha llegado a saber que los quipus fueron instrumen-tos contables complejos (registros de bienes, servicios, personas; su-mas, restas, multiplicaciones, divisiones, medias aritméticas, cálculo de proporciones; clasificaciones de múltiples niveles). Los principales estudios modernos de los quipus, entre los que destacan los realizados por Marcia Ascher y Robert Ascher de la Universidad de Cornell, lo han demostrado.

Pero la pregunta que nos seguimos haciendo es si podían “escribir-se” textos mediante los quipus. La respuesta es posible darla en la me-dida que hay testimonio de quipus que registran datos “no contables” (Archivos de Quipos Huancas [1533-1554], Quipo del Capac Ayllu “Conquistas de Tupac Yupanqui”, Quipocamayos de Paullo Inga, Qui-pocamayos a Sarmiento de Gamboa, Archivo de Quipos de Guaman Poma, Relación de huacas y ceques del Cuzco). Sin embargo, no exis-te acuerdo unánime entre especialistas, y no tenemos o no hemos ha-llado la evidencia arqueológica con la cual puedan ser confrontados. Es decir no sabemos cómo se han codificado las partes textuales. Esta carencia es –en mi opinión– el “pretexto” para que se siga dudando de la posibilidad de su uso como escritura. Digo “pretexto” porque los testimonios de la época tienden claramente a apuntar que mediante los quipos se podían expresar como con letras aunque no fueran le-tras. Cuando Acosta señala que “no tenían escritura”, aclara, al mismo tiempo, que lo que escriben los chinos tampoco son letras y por tanto tampoco es escritura. Y lo dice sabiendo que mediante los caracteres chinos se “escribían” libros. Según esa idea la escritura, para serlo de-bía tener letras y si no las tenía no era una verdadera escritura. Por ello los quipus no podían ser considerados como una escritura.

De lo que pocos dudan, respecto al quipu, es de su enorme utilidad en las funciones administrativas que tuvieron a su cargo los incas y el

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sistema de curacazgos por ellos dirigido. Por quipos se distribuían tie-rras, sementeras, montes, guano, aves y cuantos bienes naturales pro-veía la tierra. Asimismo se distribuían mitas o turnos para las guerras y para las obras públicas como trabajos para caminos, puentes, casas, palacios, útiles de casa, ropa, chacras, llamas, transportes, guerreros, mujeres. Se registraban huacas, se consignaba las personas o ayllos a su cargo, los sacrificios que se les hacían, se registraban pueblos étnicos, naciones, guarangas, pachacas, parcialidades, ayllos con los nombres de los caciques o curacas a su cargo y los mojones o linde-ros que tenían. Se registraba todo lo almacenado en las colcas: ropa, mantas, frazadas, plumas, maíz, quinua, papas, chuño, perdices, tina-jas, ollas, costales, sogas, ojotas, cosas de madera, leña, paja, coca, ají, pescado seco, sal; donde entradas y salidas eran cuidadosamen-te anotadas. Determinados especialistas también tenían la cuenta de los meses y años, entre otros muchos asuntos que la mayoría de los testimonios de indios, españoles y mestizos consigna (Cieza, Las Ca-sas, Garcilaso, Acosta, Zárate, Polo de Ondegardo, Murúa, Guaman Poma, Blas Valera, Sarmiento de Gamboa, Matienzo, Santillán, Apo Guacrapaucar, Apo Sulichaque, Martín Cari, Martín Cussi, Hernando Achacata, Luis Cumba, Francisco Vilcacutipa, Martín Carcay, Ingas nietos de Tupac Inga Yupanqui, etc.).

En suma, podemos decir que la mayor parte de la habilidad admi-nistrativa, del llamado “buen gobierno” de los incas (que suele ser lo más elogiado del Tahuantinsuyo) se realizaba utilizando el quipu.

El quipu no es solo el instrumento de registro en cuerdas de colores anudados, sino que asimismo se denominaba “quipo” al instrumento de cálculo que lo acompañaba; instrumento que ahora denominamos yupana, pero que antiguas fuentes denominan “quipo de pedrezue-las” (Acosta) o lo mencionan como acompañante del quipo sin darle ningún nombre (Garcilaso, González Holguín, Blas Valera, Polo de Ondegardo, Matienzo, Quipocamayos de Sacaca y Chayanta). La can-tidad de quipus que los primeros españoles vieron en los depósitos incas fue impresionante, habiendo depósitos llenos de los mismos, tal como nosotros tenemos libros en bibliotecas (Cieza, Las Casas, Zára-te). Nuevos estudios, tanto en la descripción de los quipus arqueoló-

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gicos así como los quipos coloniales que fueron traducidos en textos al español y que se conservan en los archivos, nos hacen presumir que pronto se irán develando otras claves importantes en su interpretación.

Para entender los quipus, es necesario entender el contexto histó-rico en que se producían y utilizaban. Paralelamente, los quipus nos ayudan a entender mejor la historia del Perú, Bolivia, Ecuador, Chile, Argentina y en general de los pueblos indígenas de América. El cono-cimiento sobre el Tahuantinsuyo ha avanzado mucho en las últimas décadas aunque sigue siendo muy limitado, especialmente lo que sa-bemos acerca de los quipus incas. Por ello, antes de adentrarnos en los quipus del Tahuantinsuyo, creemos que nos conviene indagar sobre los quipos de la Colonia, cuya forma y lógica eran todavía predomi-nantemente las que establecieron los incas.

Los quipus en el Piru del siglo XVI

En este libro, en función del estudio de los quipus, clasificaremos la historia del siglo XVI e inicios del XVII en seis fases, las dos pri-meras corresponden al Tahuantinsuyo (1500-1532), las dos siguientes al período Conquista (1533-1555) y las dos últimas al Gobierno Co-lonial (1555-1620). La mayor parte de las traducciones al castellano del contenido de los quipos que citamos se produjo entre 1550 y 1575.

Cronología histórica 1500-1620Hechos generales Quipocamayos y quipos

I. Huayna Capac. 1500-1525 aprox.Huayna Capac continuó las formas de go-bierno implantadas por Pachacutic y Tupac Yupanqui. Entre sus acciones destacan el traslado de mitimaes a Cochabamba, el mejoramiento del Camino Inca y muchas edificaciones, especialmente en Tumi-pampa. Agrandó el Tahuantinsuyo en lo que hoy es el sur de Colombia (Pasto) y Ecuador (Carangues, Otavalo). Para ello necesitó grandes contingentes de guerreros, reclutados especialmente del Cuzco, Collao y Charcas.

En los quipus expuestos por los Hanancuz-cos y Urincuzcos ante Sarmiento y Betan-zos se detallan las mitas de guerreros que participan en las guerras de Huayna Capac. Las Casas menciona los quipus donde se detallan todo el maíz y otras cosas para las guerras de Huayna Capac. El cacique de Ilave, Vilcacutipa narró ante el visitador Garci Diez cómo participó en esas guerras y cómo regresaron solo 1,000 guerreros de los 6,000 que fueron a Tomebamba.

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Hechos generales Quipocamayos y quipos

II. Huascar y Atahuallpa. 1525-1532A la muerte de Huayna Capac, Atahuallpa asume el gobierno del reino de Quito y Huascar el resto del Tahuantinsuyo. Poco después se desata la guerra entre las dos facciones. Se movilizan grandes contin-gentes de guerreros y Atahuallpa gana finalmente el control del Cuzco, apenas semanas antes de su captura por Pizarro en Cajamarca. Atahuallpa es ejecutado y muchas naciones de todo el Tahuantinsu-yo establecen alianzas con Pizarro y los españoles.

Por información basada en quipus (Be-tanzos y otros cronistas) sabemos que los participantes en las guerras civiles entre Huascar y Atahuallpa fueron especialmente las naciones de la sierra (Quitos, Cañaris, Chachapoyas, Huancas, Yauyos, Chancas, Lupacas, naciones Ingas cercanas al Cuzco, Canas, Canchis, Collas, Charcas). Los quipus huancas presentados en Lima registraron los presentes enviados a Caja-marca para establecer el pacto con Pizarro y los españoles, una vez muerto Atahuallpa.

III. Los Pizarro y Manco Inca. 1533-1548Este período se caracteriza por la lucha contra los incas norteños (1533-1534) seguida de sucesivos alzamientos de Manco Inca (1536-1539). Entre las luchas de espa-ñoles e incas se intercala el enfrentamiento entre pizarristas y almagristas, el breve periodo de paz que siguió a la Batalla de Chupas con Vaca de Castro (1542-1544) y la derrota de la rebelión de Gonzalo Pizarro por La Gasca (1544-1548).

Los quipos tuvieron múltiples usos, con ellos: a) Pizarro reparte encomiendas. b) Los encomenderos averiguan el tributo que se daba a los incas. c) Manco Inca organiza sus alzamientos.El gobernador Vaca de Castro organiza una encuesta a quipocamayos en 1542. En esos años llega al Perú Polo de Onde-gardo, quien observa el uso de los quipos para el abastecimiento del ejército de La Gasca en Jauja.

IV. La Gasca y Girón. 1549-1555Se les quita a los encomenderos el derecho que tenían a establecer el monto del tributo indígena. Desde 1548-50 lo decide el representante del rey (La Gasca). Los conquistadores-encomenderos perdieron algún poder al verse obligados a aceptar las nuevas tasas y los caciques consiguieron liberarse, aun cuando fuera mínimamente, del sometimiento total a los encomenderos.En 1551 llega al Perú Antonio de Mendoza quien fallece al cabo de los pocos meses, asumiendo el gobierno los Oidores de la Audiencia de Lima. En esos años se nota la falta de una decisión política respecto a los indios, los tributos y la encomienda.Girón encabeza la última rebelión impor-tante de encomenderos.

Los quipocamayos a cargo del ganado de Chucuito rinden cuentas acerca del ganado de Su Majestad que se perdió en la revuelta de Gonzalo Pizarro. Las tasas de La Gasca son copiadas en quipus que usan los caciques y curacas del antiguo Tahuantinsuyo. Caciques indígenas de diversos Reynos del Piru inician reclamos a sus encomen-deros por excesos en el cobro de la tasa. Los aullagas ganan un primer juicio a su encomendero en 1552.Los caciques e indios de los Reynos del Piru siguen manteniendo el uso de los qui-pos para fines administrativos y religiosos al interior de sus provincias o reparti-mientos. Se mantiene un reducto inca no conquistado en Vilcabamba.

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Hechos generales Quipocamayos y quipos

V. Caciques y Encomenderos. 1555-1570De 1556 a 1560, gobernó el Marqués de Cañete, quien redujo los tributos impuestos a los indígenas. Caciques y encomenderos pelean ante la Audiencia, unos por bajar los tributos y los otros por volverlos a subir, con resultados diversos según los vientos políticos. En los ’60 se desata la polémica sobre la perpetuidad de las encomiendas, en la que también participan activamente los caciques, representados por frailes y jueces. Los encomenderos y los caciques ofrecen pagar a la Corona millones de pesos, los primeros por conseguir la perpetuidad de las encomiendas y los segundos por librarse de las encomiendas. El Presidente de la Audiencia Lope García de Castro marca el fin de este período que trajo consigo encendidas polémicas sobre cómo debía organizarse el Perú de ese entonces.

Entre 1558 y 1561 los caciques huan-cas presentan sus quipos-memoria en la Audiencia de Lima. En 1559 Polo de Onde-gardo reúne a los quipocamayos en Cuzco. En 1562 se aprecia que en la visita de Huánuco la mayor parte de informaciones de los caciques, incluso los de pequeños pueblos y asientos, las dan por quipos. Igualmente ocurría en Chucuito en 1567, donde los caciques muestran a los visitado-res un quipo inca que seguía rigiendo los repartos de toda la provincia. Los quipos incas también regían los repartos en Paria, Cuzco, el Collao, Charcas y en todos los “Reynos del Piru”.

El Marqués de Cañete logra una salida negociada con Sayri Tupac, hijo de Manco Inca, pero su hermano Titu Cusi Yupanqui se mantiene independiente en Vilcabamba.

VI. Toledo y la Colonia. 1570-1620El gobierno del virrey Francisco de Toledo es el verdadero organizador del poder colonial. Su gobierno consiguió marginar notablemente a los curacas de sus pequeñas conquistas en el periodo anterior. Al margi-narse a los caciques, los conocimientos que ellos tenían fueron menos relevantes, por tanto el manejo del quipo como instrumen-to administrativo fue teniendo una impor-tancia cada vez menor. Los conocedores de los quipos se hicieron cada vez más viejos, sin que aparecieran nuevas generaciones que aprendieran a utilizarlos.

Toledo organiza juntas de quipocamayos en 1571 y 1572 en Cuzco y Yucay. Toledo ordena en Chucuito que los repartos se hagan de acuerdo al censo de la visita de 1572 y no del quipo ynga, aunque se mantiene la responsabilidad de los caciques en los repartos. Caciques y quipocamayos de Sacaca, Chayanta y Aullagas (Charcas) ganan pleitos a los encomenderos entre 1572 y 1620. Juristas españoles, como Polo de Ondegardo, Matienzo, Solórzano, se pronuncian sobre la credibilidad de los quipos en los pleitos por exceso de tributos. Alrededor de 1615 Guaman Poma culmina su obra, en buena parte, basada en quipos.

Los quipos-texto coloniales e “yngas”

Los Quipos-texto (o textos-khipu como los llama Pärssinen) son transcripciones al castellano de quipus o de archivos de quipus hechas con el concurso de quipocamayos, intérpretes y escribanos durante los primeros tiempos coloniales. Se conservan principalmente en los

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archivos históricos de España, Perú, Bolivia, Argentina y Ecuador, aunque también están presentes en textos como los de Guaman Poma y en muchas otras crónicas escritas por indios, mestizos y españoles. Los llamamos coloniales cuando lo registrado en ellos data, según sa-bemos, de tiempos coloniales. Cuando su hechura o lo registrado en ellos date de tiempos incas, los llamaremos “quipos yngas”, acogién-donos a la denominación que entonces se les daba.

Uno de los casos más espectaculares –descubierto en 1958– fue publicado en 1971 por Waldemar Espinoza Soriano: es un archivo de quipos huancas que registran los hechos históricos de dos décadas, con las correspondientes cantidades gastadas por cada una de sus tres parcialidades. Los llamamos “archivos” puesto que estaban compues-tos por un conjunto organizado de quipos.

Nuestro conocimiento de los quipos existentes en los primeros años de la Colonia viene principalmente de las traducciones que se hacían de los mismos. Así como se traducían y codificaban en quipos y cordeles textos escritos originalmente en español (como por ejemplo las tasas de tributos, los precios, el Padre Nuestro, o el santoral; de todo lo cual se hicieron quipos); así también se traducían al español y se escribían en caracteres alfabéticos los “textos” contenidos en los quipos (originalmente en quechua o aymara), “textos” que estaban he-chos de acuerdo a códigos andinos (cuerdas) y no con letras.

En este estudio mostraremos dos conjuntos que llamamos archivos de quipos, los que provienen del antiguo reino de Jauja-Huanca y los de Chucuito, que habían sido dos guamanis o hunus incas; es decir, entidades administrativas que agrupaban a poblaciones de aucacama-yos (tributarios o guerreros) superiores a 10,000 personas.

El Archivo de Quipos Huancas lo clasificamos de esta manera:• El archivo está compuesto de dos partes (I y II). La parte I co-

rresponde al periodo 1533-1548. La parte II corresponde a la guerra contra Girón 1553-1554. Fueron presentados en la Au-diencia de Lima entre 1558 y 1561 y posteriormente llevados hasta España por el cacique huanca Felipe de Paucar (o Feli-pe Guacrapaucar). Son publicados por Espinoza Soriano en 1971. Entre los quipos huancas también señalamos un quipo

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ynga: el referido a la población de tiempos incas que fue ci-tado por su corregidor en 1582 y publicado en las Relaciones Geográficas de Indias de Jiménez de La Espada (1965).

El Archivo de Quipos Chucuito:• Es un conjunto de quipos entre los que se encuentran el qui-

po ynga “Aucacamayos de Chucuito en tiempos del Ynga”, quipos tributarios coloniales, el quipo ynga “Chucuitos en la guerra de Tomebamba [1520]” y los quipos-memoria “Gana-do de Su Majestad [1544-1548]”. El periodo que abarcan es desde tiempos de Huayna Capac hasta 1567.

Otros quipos que comentaremos en este libro son:• El quipo “Tributos de Paria”, reconstrucción hipotética de

lo que fue el quipo producto del reparto de tributos en Paria (Charcas) descrito detalladamente por Polo de Ondegardo al-rededor de 1565.

• Colección de quipos que incluye la reconstrucción de un qui-po colonial “Tributos de la Pachaca de Felipe Mazco” del repartimiento de los chupaychu en Huánuco, incluye quipos censales a nivel de ayllu. Estos quipos forman parte de la “Vi-sita a la provincia de León de Huánuco de 1562”.

• Dos conjuntos de quipos coloniales “Tributos de Sacaca” y “Tributos de los Aullagas”. Son quipos que fueron presenta-dos en los pleitos de los indígenas de Sacaca y Aullaga (Char-cas) contra sus respectivos encomenderos por el exceso de tributos cobrados y otros abusos.

Tres de estas colecciones proceden de naciones o reinos prehispá-nicos: Huanca, Lupaca y Charcas. La denominación quechua (y ayma-ra) de esta demarcación territorial debió ser “Hunu o Guamani”, tér-mino que indicaba que la población tributaria era superior a los 10,000 personas. Uno o varios hunu además de tener sus propios jefes étnicos (caciques o curacas) debían estar bajo la autoridad de un Gobernador o Tocrico inca. El término colonial para estos territorios fue “reino” o “provincia”. Usaremos preferentemente el término “provincia” para guardar coherencia con los documentos coloniales donde se mencio-nan. En la Colonia se llamaron las provincias de Jauja, Chucuito y

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Introducción a la Parte I 19

Charcas. La provincia colonial de Charcas en realidad hace referencia a varios reinos o naciones prehispánicas: Sacaca habría sido una de las provincias hermanadas en la “Confederación Charca” (Platt, 2006). La provincia de Paria era un espacio multiétnico ubicado junto a uno de los tambos más importantes del Tahuantinsuyo. Estos territorios hoy en día mantienen –con mayor o menor fuerza– tradiciones cultu-rales heredadas de su rico pasado:1. Jauja (hoy valle del Mantaro, Región Junín, Perú). Tenía tres par-

cialidades, Hananhuanca, Lurinhuanca y Hatun Jauja, que hoy día corresponden a las provincias de Huancayo-Chupaca, Con-cepción y Jauja respectivamente. Hasta hace pocas décadas había buen número de hablantes de quechua huanca que se distinguían nítidamente por el dialecto que corresponde a cada una de las tres parcialidades históricas. Actualmente se mantiene un buen número de hablantes huancas en dos distritos de Huancayo. Tuvo una significativa población de mitimaes procedentes de Yauyos.

2. Chucuito. Su antiguo territorio hoy corresponde en su mayor par-te a territorios de Puno, Moquegua y Tacna (Perú). Sin embargo también tenían “islas” que dependían de su “reino” en zonas más alejadas como Arica (Chile) y Larecaja (Bolivia). El aymara si-gue siendo la lengua mayoritaria en este territorio, aunque el uro se ha extinguido.

3. Charcas: Sacaca y Aullagas. Sacaca hoy corresponde a un terri-torio al Norte de Potosí, una de las zonas de mayor vigor cultural indígena de Bolivia. Aullagas está al sur del actual lago Poopo. La mita minera colonial ha quechuizado la mayor parte de estas áreas; sin embargo, es claro que el tránsito del aymara al quechua es de tiempos recientes puesto que aún hay comunidades hablan-tes de aymara en las zonas más alejadas del norte de Potosí.

4. La provincia de Paria bien pudo tener un estatuto especial en tiempos incas, ya que fue la sede del famoso Gran tambo inca. Tenía una composición multiétnica: dos grupos llamados “ay-maraes” (soras y casayas) y el grupo mayoritario de “uros”. Hoy en día corresponde a un territorio ubicado en el departamento de Oruro en Bolivia.

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Parte I: Quipos de los Reynos del Piru20

Otros casos no corresponden a “provincias” coloniales sino más bien a “repartimientos” dentro de provincias coloniales. Uno de ellos es un repartimiento de la provincia de “León de Huánuco”. Los re-partimientos eran territorios asignados a encomenderos. El reparti-miento que tratamos, según los testimonios, comprendía lo que habían sido cuatro guarangas, que eran, mayoritariamente, de la nación que se llamó “Chupaychu”. Este territorio corresponde aproximadamen-te al que rodea la ciudad de Huánuco en la región del mismo nom-bre (Perú). Los hablantes de quechua han disminuido mucho en años recientes, sobre todo en las partes bajas y próximas a las capitales provinciales, aunque sigue siendo importante en las partes altas. En tiempos incas, al parecer, este territorio dependía del “Gran tambo” de Huánuco Viejo ubicado en una zona de más altura y a más de 100 km del actual Huánuco.

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caPítulo 1: QuiPos huancas en el Periodo de conQuista

1.1. El periodo de Conquista: 1532-1554

En nuestra mal contada historia (ya descartada por muchos estu-dios, pero aun presente en el imaginario) se suele decir que en 1532 se derrumbó el Imperio Inca y empezó la Colonia. No resulta correcto dar a entender que en este periodo “empieza un poder colonial” sien-do, más bien, que se caracteriza por la ausencia de gobierno.

Tal vez podamos entender mejor lo sucedido clasificando los perio-dos de nuestra historia de manera más apropiada. El proceso llamado “Conquista” empezó con muchos años de anterioridad a 1532 y termi-nó también mucho después, tal vez con la captura y muerte de Tupac Amaru I en 1572. O por lo menos cuando se derrota la última rebelión importante de encomenderos encabezada por Girón en 1554.

La organización de la empresa que se llamó Conquista se inicia, al parecer, desde 1511 en que Vasco Núñez de Balboa y sus expedi-cionarios –entre los que estaba Pizarro– tuvieron conocimiento de la existencia de un rico imperio al sur de Panamá que llamaron Perú. Según diversas relaciones (Las Casas, 1986 t.3: 154) los españoles fueron informados por un importante “rey” de Panamá. En este reino de Panamá se tenían noticias, directas o indirectas, del Tahuantinsuyo a través –suponemos– de intercambios diversos o viajes. No sabemos lo enteramente preciso de la información, pero se cita –al menos– que dijeron que era un “país” riquísimo en oro, que tenían barcos y algunas fuentes (citadas por Prescott, 1943) indican que les hicieron dibujos de llamas a los españoles.

En realidad, después de conocer los intercambios económicos y culturales entre indígenas de toda América, mostrados –entre otros– por Lévi-Strauss en sus Mitólogicas, no hay nada objetivo que haga pensar que el Tahuantinsuyo fue un territorio aislado del resto de rei-nos indígenas situados más al norte (ahora Colombia y Panamá). Los intercambios podrían ser lentos, difíciles y hasta esporádicos; pero in-dudablemente existían.

Desde que Pizarro y Almagro toman conocimiento y sabiendo de

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mapa del tahuantinsuyu

Mapa del Tahuantinsuyo

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Capítulo 1: Quipos huancas en el periodo Conquista 23

la inmensa ventaja militar que tenían frente a los indígenas ponen en marcha planes para apropiarse de ese rico imperio. Invierten conside-rables capitales armando barcos y soldados. En 1526 tienen uno de sus logros más importantes: capturan un huampu o embarcación inca y secuestran a sus tripulantes que convierten –tras varios años de entre-namiento– en intérpretes o lenguas que tendrán un papel crucial frente a Atahuallpa en Cajamarca. Además de la ventaja militar en armas (pólvora, hierro, caballos) hay una inmensa ventaja en el uso de la hoy llamada “inteligencia”, el uso de intérpretes entrenados entre españo-les por ejemplo tuvo una gran importancia. Los métodos de conquista no eran invenciones de Pizarro y Almagro puesto que ya habían sido ensayados con éxito en México por Cortés, y antes en las Antillas.

Obtenida la captura de Atahuallpa, se le permite seguir gobernando desde su prisión a fin de que organice la entrega de su rescate de oro, empresa extraordinaria por el volumen que significó (once mil kilos de piezas de oro). Después de dar muerte a Atahuallpa, logran una alianza con otro hijo de Huayna Capac, Manco Inca, quien sigue gobernando, ayudado de su hermano Paullu. Los incas cuzqueños seguían al fren-te de todas sus tareas administrativas por esos primeros años (1533-1536) en un territorio que iba al menos desde Chachapoyas (norte del Perú actual) hasta Charcas y Chile. El desorden en el norte del Ta-huantinsuyo, hoy Ecuador, era mayor, por la dura resistencia de los incas quiteños. Había todavía otros muchos territorios del Tahuantin-suyo a los que aun no había llegado ningún español.

Es innegable que Pizarro y sus acompañantes habían asestado dos tremendos golpes a los incas, primero con la captura de Atahuallpa y después con su muerte. La consiguiente derrota, tras dura resistencia, de los incas quiteños (Quisquis, Rumiñahui) acabó con los incas nor-teños. Sin embargo, faltaba el golpe definitivo a los incas que no se produciría sino hasta la derrota de Manco Inca. Parecía como si los incas cuzqueños siguiesen gobernando aliados a los “guerreros pro-fesionales” que dirige Pizarro. La situación se aclara cuando Manco Inca decide alzarse contra los españoles a mediados del año 1536.

En 1539, tres años después de iniciado su alzamiento, Manco Inca pierde la guerra definitivamente, pero aun así los españoles no consi-

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Parte I: Quipos de los Reynos del Piru24

guen gobernar. Lo que las naciones del Tahuantinsuyo –para entonces ya llamadas Reynos del Piru– viven es un desgobierno. Por momentos un bando de españoles se apropia de una zona, al poco viene otro bando. Las pocas ciudades de españoles son gobernadas por españo-les mismos (de distintos bandos), pero allí donde vive el grueso de la población indígena son los caciques –solos, aliados o sometidos a al-gunos encomenderos o funcionarios de la Corona– quienes gobiernan lo que fueron sus mismos reinos antes de pertenecer al Tahuantinsuyo; ya no gobiernan los incas y todavía no gobiernan los españoles, al menos no los que representan al Rey.

La situación de desgobierno parece terminar con La Gasca en 1548, pero mantiene rezagos hasta 1554. Tal como lo escribió Gua-man Poma (y los quipos huancas lo dan a entender) es recién entonces cuando concluye la “Conquista”. Es entonces cuando la batalla políti-ca sobre cómo organizar los reynos del Piru bajo el poder de la Corona de España se torna decisiva.

En general se admite que los contingentes de pocos miles de es-pañoles que había en el Perú hasta 1550-70 no tenían la capacidad humana, tanto por sus habilidades, como por su número, e incluso por el escaso conocimiento del país, para gobernarlo. Y además gobernar no era su prioridad. La prioridad primera fue el reparto de oro y otras riquezas, el control militar de incas rebeldes, la fundación de ciudades de españoles y el reparto de encomiendas y territorios (de lo cual vinie-ron las disputas). Todo el resto de la organización del Tahuantinsuyo como caminos, tambos, depósitos, correos-chasquis, obras públicas, mantenimiento de inmensos rebaños, sistemas de riego, producción de tejidos, chacras y otros muchos asuntos quedaba en manos de lo que los caciques y los incas aliados de españoles podían buenamente mantener. En este contexto si bien muchas de las formas de gobierno incas se fueron derrumbando paulatinamente, algunas lograron sobre-vivir varias décadas. Un ejemplo de esta supervivencia fue el sistema de abastecimiento de los tambos, a cargo de los caciques de la nación huanca, que siguió funcionando tan eficazmente que 16 años después de Cajamarca permitió abastecer a un ejército por varias semanas de todo lo necesario (Polo de Ondegardo, Archivos de Quipos Huancas).

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Capítulo 1: Quipos huancas en el periodo Conquista 25

Ante la pregunta de una Cédula Real (debió estar fechada alrede-dor de 1560) pidiendo se informe sobre este período y cómo se les impusieron tributos a los indios el Oidor Hernando de Santillán res-pondió descarnadamente:

“Se responde que al tiempo que entraron los primeros españoles en el Perú que fue cuando D. Francisco Pizarro y D. Diego de Almagro y los demás que con ellos fueron después de haber preso a Atabalipa en Caja-marca, lo primero que hicieron fue desposeer a los incas de su señorío y aun matar al señor principal, que era el dicho Atabalipa. Tras esto dieron saco general a la tierra, robando todo cuanto hallaron de oro y de plata que estaba en poder de los señores y particulares, y en casas del sol y guacas, todo lo más que pudieron haber, de lo cual hicieron las partes que dicen de Cajamarca. Este fue el primer tributo y esquilmo que llevaron de la tierra, y luego todos los depósitos de ropa, y de otras cosas de bastimentos que el inca tenía, como arriba es dicho, los tomaron e hicieron destrucción de todo ello, que no quedó cosa, aunque era grandísima en cantidad; y luego todos los ganados que pudieron haber, así del sol y del inga, como de los otros señores y comunidades. Todos los tomaron, el que más pudo más, y lo que no podían aprovecharse de ello lo destruían. Dícese que mata-ban gran número de ovejas [llamas] para solamente comer los sesos y lo demás lo dejaban perdido, y para hallar una oveja gorda, mataban diez o doce. Otros proveían carnicerías, otros llevaban grandes hatos de ganado a las entradas [a la selva], y de esta suerte apuraron casi cuanto ganado había en la tierra, con tanta diligencia como si les hubiera mandado Dios que hiciesen en aquella tierra lo que mandó el rey Saul a los Amalecitas; y así, habiendo en aquella tierra más ganados que hierbas la dejaron casi sin ninguno. Después de esto, el dicho gobernador Francisco Pizarro repartió la tierra y encomendola por repartimientos a los españoles, dando a cada uno un valle o provincia con sus señores. Estos encomenderos se hicieron cada uno de ellos un inga, y así usaron por virtud de las dichas encomien-das de todos los derechos, tributos y servicios que aquella tierra hacía al inga, y más los que ellos añadieron, como adelante se dirá. Hicieron que les hiciesen casas en los pueblos, que fundaron muy grandes, y así como el inga, en sujetando una provincia, luego le hacían servicio de los gana-dos, y chacras y mujeres y lo demás que está dicho, así los encomenderos

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hicieron a sus caciques que les hiciesen el dicho servicio, no de tierras, porque no pretendían entonces cultivarlas como el inga, sino destruirlas: pidiéronles cuanto oro y plata tenían, piedras, esmeraldas y toda ropa fina y ganados, las hijas y mujeres hermosas, demás de las del sol y del inga que estaban en los encerramientos, que también las heredaron; así de este primer golpe dejaban barrido el valle o repartimiento que les encomen-daban. Y esto no entraba en cuenta del tributo, porque de ahí adelante les enseñaron a tributar el tributo ordinario que les habían de pagar en cada un año, en esta manera: que se informaron bien de ellos así por quipos como por otras vías de azotes y chamuscaduras, etc., de los géneros de cosas que tributaban al inga, y por aquellos iban concertándose con los caciques, pidiendo de cada cosa la cantidad que se le antojaba; en cuanto al oro y plata dábanles unas piedras grandes y decían que el peso de tantas piedras de aquellas las habían de dar de oro y plata cada año, y esto era una cosa imposible; y así en la ropa y lo demás por este tono. Los caci-ques, como veían que en ninguna manera podían aquello afligíanse, y así iba el encomendero poco a poco bajando con grandes fieros y amenazas que les hacían temblar, porque para atemorizarlos para estas cosas, mata-ron y quemaron a muchos y a otros encarcelaban en encerramientos muy oscuros hasta que de desesperados se ahorcaban.” (1927:53-54).

Nótese cómo los encomenderos recurren a los quipos incas para saber lo que habían tributado y pedir ellos una tributación parecida o mayor. Los caciques por su parte para organizar los tributos debían hacer las cuentas, repartirlas y “anotarlas” en quipos. El quipo inca siguió siendo una herramienta muy útil por esos años. En lo que sigue veremos algunos ejemplos de cómo se usaron en aquellos tiempos.

1.2. Quipos Jauja-Huancas [1533-1548]En los quipos huancas del período 1533-1548 se detalla todo lo

entregado por dos de los tres caciques huancas a las tropas de Pizarro (o del rey), su colaboración en la lucha contra los incas, en las guerras civiles, así como distintos robos y saqueos sufridos; precisamente es-tos quipos fueron parte de un proceso donde los caciques reclamaron compensaciones.

Estos quipos están organizados en tres series que corresponden

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Capítulo 1: Quipos huancas en el periodo Conquista 27

cada una a su respectiva parcialidad: Hatun Jauja, Lurinhuanca y Ha-nanhuanca. El caso de Hananhuanca es especial. No está en los ar-chivos de Sevilla pero se sabe de su existencia –puesto que se alude a él en uno de los documentos. Aún así, muchos de los aportes de los Hananhuancas pueden ser deducidos, puesto que los repartos son proporcionalmente precisos como veremos. Por tanto, aun no tenien-do los documentos hananhuancas consideramos sus tres partes: Hatun Jauja, Lurinhuanca y Hananhuanca (deducido) que abarcan desde la salida de Pizarro de Cajamarca hasta la batalla de Jaquijahuana donde se acabó con el alzamiento de Gonzalo Pizarro.

Los que se conservan y muestran las relaciones matemáticas pro-porcionales son los que protagonizan Sulichaque, cacique de Hatun Jauja y Jerónimo Guacrapaucar cacique de Lurinhuanca. El cacique de Hananhuanca fue también muy conocido en su época: Apo Alanya.

Advertimos, como es ya sabido, que la transcripción de estos qui-pos-memoria era realizada por un intérprete y un escribano y no inclu-yen ninguna nota sobre las características de los nudos o los colores. Sin embargo, otros aspectos como las posiciones y el orden de las cuerdas se pueden deducir al menos parcialmente, ya que los escriba-nos solían seguir el mismo orden que declaraban los quipocamayos a través de los “lenguas” o traductores.

Los hechos de Cajamarca marcan el inicio de dichos quipos. Según Espinoza Soriano, a partir de la captura de Atahuallpa hubo “nacio-nes” que bien por haber sido aliadas del bando huascarista o por guar-dar viejos rencores contra los cusqueños, o por ambas cosas, estuvie-ron dispuestas desde los momentos iniciales a entablar alianzas con el nuevo poder representado por Pizarro y sus aliados. El papel jugado por los huancas como aliados de Pizarro fue de gran importancia para la derrota de los incas.

1.3. Los quipos huancas fueron muy conocidos en su tiempo

El quipo (o conjunto de quipos) Lurinhuanca I fue comentado en su tiempo por el mismo Cieza de León (1553). Fue precisamente al verlo que Cieza recién se convenció de la capacidad de registrar datos que tenían los quipos. Debemos agradecerlo a la paciencia que tuvo el

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cacique Guacrapaucar en explicárselo:

“En cada cabecera de provincia había contadores a quienes llaman quipo-camayos y por estos nudos tenían la cuenta y razón de lo que habían de tributar los que estaban en aquel distrito, desde la plata, oro, ropa y gana-do hasta la leña, y otras cosas más menudas... Yo estaba incrédulo en esta cuenta y, aunque lo oía afirmar y tratar, tenía lo más de ello por fábula; y estando en la provincia de Jauja, en lo que llaman Marcavilca, y rogué al señor Guacrapaucar que me hiciese entender la cuenta dicha de tal ma-nera que yo me satisfaciese a mí mismo para estar cierto que era fiel y verdadera; y luego mandó a sus criados que fuese por sus quipos, y como este señor sea de buen entendimiento y razón para ser indio, con mucho reposo satisfizo mi demanda y me dijo que para que mejor lo entendiese, que notase todo lo que por su vida había dado a los españoles desde que entró el gobernador don Francisco Pizarro en el valle estaba allí sin falta nada; y así vi la cuenta del oro, la plata, ropa que habían dado con todo el maíz y ganado y otras cosas, que en verdad yo quedé espantado de ello.” (1985, cap. xii)

Es muy posible que también Guamán Poma hubiera conocido (a través de copias en quipo o en papel) los quipos huancas referidos. Guaman Poma expresa apreciaciones coincidentes respecto al papel indígena en la conquista; especialmente en la derrota de Francisco Hernández Girón:

En la pregunta LXI para el interrogatorio de testigos en la “Pro-banza de servicios de Sulichaque, cacique principal de Hatun Jauja” se dice:

“Y estando en el dicho valle de Hatun Jauja, los dichos capitanes y gente contenidos en la pregunta antes de esta, bajó al dicho valle el dicho Fran-cisco Hernández, con ciertos soldados de guerra, sus secuaces, contra los cuales salieron de los dichos tambos los dichos Juan Tello y Miguel de la Serna con su gente; y con ellos, en su acompañamiento y ayuda los dichos don Francisco Jauja Cusichac y don Cristóbal Canchaya y don Diego Iñaupari con 514 indios de guerra con sus armas. Los cuales en la escaramuza que los dichos capitanes tuvieron con el dicho Francisco Hernández y su gente, ayudaron a los dichos españoles y capitanes de tal

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Capítulo 1: Quipos huancas en el periodo Conquista 29

manera que fueron la principal parte para que prendiesen al dicho Francisco Hernández y su gente; lo cual fue muy señalado e importante servicio que los indios de Hatun Jauja hicieron a Su Majestad porque a no dar ellos el dicho socorro y ayuda a los dichos capitanes, por tener poca gente y mal armada. […parte no legible…] fueran parte para lo prender y escapándose de allí el dicho Francisco Hernández pudiera rehacerse y tor-nar a la guerra, lo cual todo se excusó con su prisión y castigo que de él se hizo. (Quipos Hatun Jauja [1533-1548] en Pärssinen 2004: 193; también en http://pares.mcu.es f8v)

Por otra parte, la versión de Guaman Poma nos dice:

“Apu Alanya Chuqui Llanqui - Hananhuanca; Apo Guacrapaucar - Lu-rinhuanca; Cucichac - Jauja; prendió a Francisco Hernández Girón con los dichos seis capitanes. Que le halló muy pobre, sin armas ni pólvora, ni piloto; que estaban en una choza- chuclla de llama miche (pastor de llamas) y le prendió como mujer. Se entregó a las manos de los indios de Jauja y de allí les llevaron a la Ciudad de Los Reyes de Lima. Llegado fue sentenciado a cortar la cabeza de Francisco Hernández y a los demás ahorcados y cuartizados. Y se hizo justicia en ellos y lo pusieron las di-chas cabezas con los demás traidores, y se ejecutó en ellos. Y así se acabó la rebelación contra la Corona Real.” (1980: 435)

Aun cuando Guaman Poma pudo saber la versión de los huancas en diversas fuentes, incluidas las orales, la importancia especial que Guaman Poma otorga a las ilustraciones de cierre de capítulos (dicha ilustración cierra el importante capítulo de “Conquista”), muchas ve-ces relacionada a quipos o escribanos, agranda la sospecha sobre el conocimiento directo que debió tener sobre el quipo en cuestión.

Los quipos-memoria huancas que mencionamos tenían varias co-pias (en cordeles) que circulaban entre indígenas, en tiempos colo-niales. Para algunos funcionarios coloniales eso sería una especie de “propaganda subversiva” que no resultaba de su agrado:

“Pasando yo por el valle de Jauja (que es uno de los más poblados y ricos de este reino) y andando en compañía del corregidor por las calles de un pueblo llamado Hatun-Jauja, vimos un indio viejo con un grande

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Los caciques huancas capturan a Girón. De Guaman Poma p. 434

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Capítulo 1: Quipos huancas en el periodo Conquista 31

mazo de cuerdas de lana bien torcida de diversas colores en la mano, que ellos llaman quipos. Pues como este Indio viese que el corregidor y yo le habíamos visto, procuró esconderse con su carga, mas no lo pudo hacer como pensaba, porque el corregidor le llamó y preguntó de qué eran tan largas cuentas, el Indio turbado comenzó a variar, con lo cual acrescentó en el Corregidor el deseo de saber lo que le preguntaba, y así lo puso en término de azotes y de cortarle el cabello (que es la mayor afrenta que se les puede hacer) el indio vino a confesar diciendo, que aquel quipo con otros muy grandes que tenía, era la razón y cuenta que había de dar al Inga cuando volviese del otro mundo de todo lo que había sucedido en aquel valle en su ausencia: donde se incluían todos los españoles que por real camino habían pasado, lo que habían pedido y comprado, todo lo que habían hecho así en bien como en mal. El corregidor tomó y quemó sus cuentas, y castigó al Indio.” Miscelánea Austral de Diego de Avalos (1602), en Pärssinen & Kiviharju (2004:157)

El testimonio que hemos presentado de Santillán (especialmente al referirse al exterminio de los ganados por los primeros conquista-dores) también deja entrever que conocía el contenido de los quipos huancas. Siendo quipos conocidos por muchos españoles, su difusión entre indígenas tuvo que ser mucho más amplia. Aun cuando las fuen-tes para afirmarlo parezcan escasas me parece claro concluir que algu-nos quipos se difundían, se hacían públicos; por motivos que iban más allá de lo administrativo. La existencia de quipus arqueológicos que son copias de otros abonaría también en este sentido.

1.4. Los repartos proporcionales en los quipos huancas [1533-1548]

Los quipos-memorias de Lurinhuanca y Hatun Jauja fueron tradu-cidos y transcritos en dos fechas diferentes, 1558 y 1561 respectiva-mente, aunque tratan de un periodo anterior. En 1971, Espinoza Soria-no presenta sumadas las cifras de Lurinhuanca y Hatun Jauja referidas a los combatientes, (también Hemming 2004), pero no se establecen las proporciones que resultan entre ellas.

Puesto que cada entrega que hacen tanto Hatun Jaujas como Lu-rinhuancas está encabezada por una breve descripción del momento,

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Parte I: Quipos de los Reynos del Piru32

lugar, fin y personas a las que se entregaron las cantidades dichas, es posible confrontar los quipos y ponerlos en paralelo. La tarea se facilita ya que la gran mayoría de sucesos, con excepciones muy pun-tuales, están registrados en forma secuencialmente paralela en ambos conjuntos de quipos.

Cuando pusimos todos los productos entregados según momento y lugar en paralelo (ver cuadros 1.3 a 1.6), encontramos que los repar-tos entre ambas parcialidades mantenían, en muchos casos, una razón proporcional. En los repartos donde los huancas “pactan” y reciben por amigo a Pizarro en Cajamarca, la proporción entre Hatun Jaujas y Lurinhuancas es del 50% (es decir, los Hatun Jaujas aportaban la mitad respecto a los Lurinhuancas), después cuando Pizarro llega a Jauja, la razón entre Hatun Jauja / Lurinhuanca pasa a ser del 52,0% ó en algunos casos del 50%. Años después hay un cambio importante: cuando Alonso de Alvarado llega con 400 hombres para combatir a Manco Inca, la razón predominante es del 64,2%, que se mantiene invariable varios años, con pocas excepciones.

Por otro lado teníamos el dato conocido, registrado en una encuesta dirigida por el corregidor de Jauja, Andrés de Vega, en 1582 (Jimé-nez de la Espada 1965:166-67). Veinticuatro indios huancas, ocho por cada una de sus parcialidades, “los más viejos y antiguos que se pudie-ron hallar”, declararon que los huancas fueron 27,000 “aucacamayos” (literalmente “guerreros”, concepto que los españoles tradujeron en “tributarios”) en tiempos del inca. De dicha declaración se deduce que “leían” o al menos citaban un quipo ynga. De este total también espe-cifican lo que corresponde a cada parcialidad: 12,000 eran Lurinhuan-cas, 6,000 Hatun Jaujas y 9,000 Hananhuancas. Con esta declaración y con las proporciones mencionadas en el párrafo anterior, nos dimos cuenta que era posible reconstruir el aporte de la parcialidad faltante en los archivos de Sevilla: la parcialidad de los Hananhuancas. Y que además lo podíamos hacer con un alto grado de exactitud, gracias a la sorprendente precisión de los cálculos realizados por los quipocama-yos. Cálculos que se habían planificado, ejecutado y registrado en los quipos con no menos admirable precisión. Como nos cuenta Polo de Ondegardo:

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Capítulo 1: Quipos huancas en el periodo Conquista 33

[Tenían] tanta orden y cuenta, que sería dificultoso creerlo ni darlo a en-tender como ellos lo tienen en su cuenta y por registros. (Polo de Onde-gardo 1872:64)

En el cuadro 1.1 mostramos la población Jauja-huanca desde tiem-pos del inca (antes de 1532) hasta 1572 basada en los datos reportados en los quipus, excepto en el caso de la visita de Toledo que correspon-de al censo español.

Cuadro 1.1: Población de “gente de guerra” (aucacamayos) o tributarios huancas (1532 - 1572)

Cod. Fuentes para establecer los “aucacamayos” huancas Lurin Jauja Hanan Total

P1 En “tiempos del ynga” según declaración de los caciques a Andrés de Vega en 1582 12000 6000 9000 27000

P2Tributarios huancas deducidos de la mayor parte de repartos que constan en los quipos datados entre 1533 y 1536

11931 6202 9067 27200

P3 Tributarios huancas según se deduce solo de dos repartos (1533-1536) 12000 6500 8500 27000

P4 Tributarios huancas deducidos según repartos 1537-1548 10760 6904 8336 26000

P5 Tributarios según visita de Toledo en 1572 3500 1200 2500 7200

Pérdida de población entre 1532 y 1572 70.8% 80.0% 72.2% 73.3%

En base al total de la población se establecen las proporciones que se aplican en los repartos. Resumimos las fracciones y “números base” aplicados en el cuadro 1.2. En dicho cuadro no aparece el total correspondiente al cálculo poblacional que denominamos P3, ya que este solo se aplica en dos repartos.

Entendemos por “número base” una cifra que sirve para establecer repartos mediante multiplicaciones por números enteros. Otra forma de hacer los cálculos sería multiplicar por fracciones, que implica tam-bién dividir. El “número base” solo necesita ser multiplicado.

La sustentación de los cálculos poblacionales que presentamos se encuentra más detallada en los cuadros 1.7, 1.8 y 1.9.

Las fracciones del cuadro 1.2 deben ser comparadas a las que se desprenden de los aportes en los cuadros 1.3 a 1.6 de manera que

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Parte I: Quipos de los Reynos del Piru34

podamos apreciar la exactitud de los cálculos contenidos en los qui-pos huancas. Señalo el procedimiento que he seguido para obtener los “números base” y las fracciones que indico. No sabemos cuál ha sido el procedimiento “exacto” seguido por los caciques huancas, sin embargo lo que está claro es que siguieron algún procedimiento que les permitió obtener dichos resultados.

Cuadro 1.2: Fracciones y “números base” derivados de los cálculos poblacio-nales aplicados en repartos 1533-1548

Códigos Fracciones y números base Lurin Jauja Hanan

AFracción que se obtiene de la proporción de la población “redondeada” dada en el quipo inga citado (P1)

4/9 2/9 3/9 ó 1/3

P2 /10“Número base” obtenido a partir de cálculos más exactos según figuran en los quipos huancas (P2) divididos entre 10

1193 620 907

P2 /10 “Número base” casi igual anterior, pero “redondeado” 1190 620 910

P2/100 “Número base” obtenido de dividir P2/100 119 62 91

B Fracciones que se obtienen dividiendo cada uno de los números base P2 entre 27,200. 439/1000 228/1000 333/1000

X “Número base” derivado de P4/8 1345 863 1042

Y

Fracciones que mantienen las mismas propor-ciones anteriores y se obtienen de multiplicar los números base de P4 por 4 y dividirlos entre 13,000 (=8/26,000).

413/1000 266/1000 321/1000

Aporte huanca enviado a Cajamarca 1533 (y otros repartos menores antes del alzamiento de Manco Inca 1534-1536)

Aplicando las proporciones deducibles de la población en la época inca al reparto de los presentes que envían los caciques huancas a Cajamarca resulta sencillo determinar cuál debió ser el aporte que le correspondió a los hananhuancas. En los quipos aparecen claramente dos fracciones: 4/9 y 2/9 , por tanto la fracción faltante tiene que ser 3/9 (o simplemente 1/3). Estas mismas proporciones se mantienen en algunos otros repartos posteriores al de Cajamarca –coincidentemente repartos menores– realizados antes del alzamiento de Manco Inca.

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Capítulo 1: Quipos huancas en el periodo Conquista 35

Cuadro 1.3: Aporte huanca enviado a Cajamarca (1533)No. Quipo Texto en quipo-memoria Total Servicio Lurin Jauja Hanan

1. Alianza Pizarro-incas huascaristas. Los huancas envían presentes a Cajamarca (1533)

(1.1)

Memoria de los indios Ha-nanhuancas, Lurinhuancas y Atun Jaujas, de lo que los tres repartimientos de la provincia de Jauja, dimos al marqués don Francisco Pizarro desde que salió de Cajamarca. Enviamos a Cajamarca y le dimos…

1,321 indios de servicio 596 271 454

271 indias de servicio 119 60 92

1,351 pesos de oro 596 301 454

1,351 pesos de plata 596 301 454

180 ropa de cumbi 80 40 60

9 mantas 4 2 3

90 carneros 40 20 30

678 pocchas de maíz 298 155 225

Aportes masivos huancas (octubre de 1533 - 1536)

Las proporciones que se deducen de las cifras “redondeadas” de 27,000 tributarios debieron ser aplicadas en casos de aportes pequeños como es el caso del envío a Cajamarca. Sin embargo para las masivas entregas a las tropas de Pizarro en Jauja se aplicaron otras proporcio-nes que parecen ser más “exactas”. En dichas entregas predominan cifras que hacen corresponder 11,931 aucacamayos para Lurinhuanca y 6,202 aucacamayos para Hatun Jauja (con ligeras variaciones). En función de mantener estas proporciones y al mismo tiempo una ci-fra cercana al promedio de 27,000 tributarios citados, resulta que a Hananhuanca le debieron corresponder –con bastante aproximación– 9,067 aucacamayos o tributarios.

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Parte I: Quipos de los Reynos del Piru36

Por tanto el total para el censo inca de los huancas debió ser 27,200 aucacamayos (con un mínimo margen de error). Estos 27,200 debe ser una cifra muy cercana al censo “exacto”, mientras que los 27,000 citados sería una cifra redondeada. Las proporciones resultantes de esta numeración se aplican de manera bastante consistente hasta fines de 1536. Después hay algunos casos aislados donde aún se aplican, pero dejaron de ser la norma. En este período es comprobable que las proporciones para cada una de las parcialidades huancas están muy próximas al 43,9%, 22,8% y 33,3% para Lurinhuanca, Hatun Jauja y Hananhuanca respectivamente. En algunos casos se repiten las pro-porciones usadas para el envío a Cajamarca (4/9, 2/9 y 3/9).

Cuadro 1.4: Aportes masivos huancas (octubre 1533-1536)No. Quipo Texto en quipo-memoria Total Servicio Lurin Jauja Hanan

1. Alianza Pizarro-incas huascaristas. Manco Inca aliado contra Quisquis (1533-1536)

(1.4)Cuando vino el marqués a Jauja desde Bombón [octubre 1533]

2,238 indios 927 589 722

(1.5) Le dieron al marqués en Jauja 109,376 pocchas de maíz 48,284 24,812 36280

1,088 pocchas de quinoa 476 248 364

10,898 pocchas de papas 4,772 2,498 3628

54,407 corderos 23,862 12,405 18140

5,440 perdices 2,386 1,240 1814

54,406 libras de pescado 23,862 12,404 18140

(1.7) Cuando salió el marqués para el Cuzco 41,706 pocchas de

maíz 18,310 9,510 13886

543 pocchas de quinoa 238 124 181

510 pocchas de papas 386 124

(1.10)Cuando fuimos con el tesorero Riquelme a dar batalla a Quis-quis [febrero de 1534]

1,899 indios 774 515 610

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Capítulo 1: Quipos huancas en el periodo Conquista 37

Cuadro 1.4: Aportes masivos huancas (octubre 1533-1536)No. Quipo Texto en quipo-memoria Total Servicio Lurin Jauja Hanan

(1.11) Dieron al tesorero [Riquelme] y a los 30 soldados que con él quedaron… …para su comida.

57,160 pocchas de maíz 23,862 15,164 18134

2,857 pocchas de papas 1,200 742 915

3,261 ollas y cántaros 1,430 745 1086

(1.12) Cuando volvió el marqués del Cuzco con Mango Inga que se quedó 8 meses.

26,902 pocchas de maíz 11,904 6,498 8500

1,765 pocchas de quinoa 780 402 583

274 pares de ojotas 114 72 88

5,422ollas y cántaros (vasijas)

2,380 1,228 1814

134,765 cargas de leña 59,655 30,110 45000

(1.13)Cuando salió Quisquis de los Andes y le fue a dar batalla Soto

920 indios de guerra 417 203 300

4,500 pocchas de maíz 2,000 1,000 1500

432 carneros 192 96 144

(1.14) Cuando el marqués estaba en Jauja con Mango Inga 54

piezas de ropa de cumbi

24 12 18

27 mantas de caballo 12 6 9

19,385 pocchas de maíz 8,520 4,404 6461

99,918 cargas de leña 44,394 24,074 31450

(1.15) Cuando vino el marqués a Lima desde Jauja 6,197 indios de

carga 2,930 1,202 2065

5,390 pocchas de maíz 2,386 1,204 1800

545 carneros 245 120 180

27 corderos 12 6 9

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Parte I: Quipos de los Reynos del Piru38

Aportes huancas después del alzamiento de Manco Inca 1537-1542

A partir de 1537 se empieza a aplicar otro juego de proporciones que implicaba un aumento para Hatun Jauja, y descensos para Lu-rinhuanca y Hananhuanca. Las proporciones son muy claras en los quipos, pero para el censo poblacional sobre el cual están basadas no tenemos una fuente independiente que nos confirme el total poblacio-nal como en el caso de la encuesta de 1582 (donde se cita un quipo ynga, Jimenez de la Espada 1965:166-167). Sin embargo hay buenos indicios en las cifras para sostener que la base del cálculo está conteni-da en algunos repartos representativos de los quipos que citamos. Una de estas cifras corresponde a un reparto de maíz (ver cuadro 1.5, quipo No. 4.3) donde le correspondieron 10,760 pocchas (medias fanegas) a Lurinhuanca y 6,904 pocchas a Hatun Jauja. Para mantener las pro-porciones en este y otros repartos similares, lo que le debió tocar a Hananhuanca son 8,336 pocchas. El total “recalculado” de los auca-camayos huancas para 1537 debió ser 26,000 tributarios o aucacama-yos. Cifra que parece un “redondeo” a la baja ya que para entonces se debía estar notando la reducción de población.

Derivadas de este cálculo poblacional (¿censo propio de los huan-cas?, ¿reasignaciones de los mitimaes a cada parcialidad?) resultan las proporciones de indios de guerra huancas que se repiten con frecuen-cia en los quipos: 413, 826 y 1345 para Lurinhuanca y para Hatun Jauja 266, 532 y 863. En esta lógica para Hananhuanca deben co-rresponder 321, 642 y 1042, de manera que las proporciones se man-tengan. Es decir, las proporciones de cada una de las sayas huancas serían: Lurinhuanca 41,3%; Hatun Jauja 26,6%; Hananhuanca 32,1%. Aunque las expresamos en tanto “por ciento” por la mayor facilidad que tenemos en entenderlos, en realidad consideramos que debie-ron entenderse como fracciones cuyo común denominador sería mil: 413/1000; 266/1000 y 321/1000.

Es fácil comprobar –siguiendo las cifras de los documentos huan-cas en el Archivo de Sevilla– que en muchos casos estas proporciones se mantienen de manera exacta para repartos de guerreros, indios de carga, maíz, quinua, papas, sogas, vasijas o leña.

Page 39: Capitulo 1 Quipus

Capítulo 1: Quipos huancas en el periodo Conquista 39

Cuadro 1.5: Aportes huancas después del alzamiento inca (1537-1542)No. Quipo Texto del quipo-memoria Total Servicio Lurin Jauja Hanan

2. El Alzamiento de Manco Inca. Cerco de Lima y luchas en la Sierra (1536-1537)

(2.4)

Diósele a un capitán del Mar-qués que estaba en Jauja en el tiempo que Mango Inga mató a los soldados españoles...

2,991 pocchas de maíz 1,330 664 997

108 pocchas de quinoa 48 24 36

825 pocchas de papas 366 184 275

249 carneros 110 60 7941 corderos 18 10 13

1,901 ollas y cántaros 845 422 634

9,900 cargas de leña 4,400 2,200 3300

(2.6)

Cuando vino Quiso Yupangui a dar batalla en este cerco de Lima fue contra él Guacra-paucar de Lurinhuanca, Luna Vilca de Atun Jauja. Y llevaron consigo… …para pelear con el marqués. [agosto 1536]

865 indios de guerra 383 193 289

(2.7)Cuando fue Alonso de Alvara-do a Jauja. [noviembre 1536] le dimos...

102,354 pocchas de maíz 42,636 26,976 32742

1,378 pocchas de quinoa 558 377 443

1,923 pocchas de papas 796 510 617

2,120 carneros 876 563 681 158 corderos 65 42 51

9,750 ollas y cántaros 4,035 2,589 3126

(2.8)Cuando fue Alonso de Alvara-do a pelear con los Yauyos le dimos...

1,734 indios de guerra 826 266 642

(2.9)Cuando fue Alonso de Alvara-do a Tarma, a pelear con los de Tarma le dimos...

1,724 indios de guerra 816 266 642

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Parte I: Quipos de los Reynos del Piru40

Cuadro 1.5: Aportes huancas después del alzamiento inca (1537-1542)No. Quipo Texto del quipo-memoria Total Servicio Lurin Jauja Hanan

(2.10)

Luego que volvimos de Tarma a estos tambos se rebelaron en Comas, en los Andes, dos In-gas, donde desde estos reparti-miento fuimos al dicho Comas, don Francisco Jauja Cusichac de Atun Jauja, don Jerónimo Guacrapaucar de Lurinhuanca [y los de Hananhuanca] con…

1,000 indios de guerra 413 266 321

(2.11)

Vueltos los dichos Francisco Jauja Cusichac y Jerónimo Guacrapaucar de Comas a sus pueblos, Alonso de Alvarado tomó a… …en el dicho repar-timiento.

2,000indios de guerra y de carga

826 532 642

Dieron al dicho mariscal para el camino… 6,190 pocchas de

maíz 2,710 1,415 2065

1,064 llamas 439 283 342

(2.14)

Y después de esto don Diego de Almagro bajó de la ciudad del Cuzco al valle de Ica, que venían contra el Marqués don Francisco Pizarro, y sabido por el dicho Marqués su venida, envió a mandar a estos repar-timientos con… ...y se fueron al dicho valle de Ica adonde pelearon hasta que desbarata-ron al dicho Almagro. [Batalla de Las Salinas, abril de 1538]

108 indios de guerra 45 28 35

3. Manco Inca ataca a los huancas (1538)

(3.1)

Después vinieron del Cuzco Yanque Yupanqui Inga y Tito Yupangui a destruir a los huan-cas diciendo que ayudábamos al marqués y peleamos con ellos con…

3,250 indios de guerra 1,345 863 1042

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Capítulo 1: Quipos huancas en el periodo Conquista 41

Cuadro 1.5: Aportes huancas después del alzamiento inca (1537-1542)No. Quipo Texto del quipo-memoria Total Servicio Lurin Jauja Hanan

(3.2)

Después fueron otra vez a tener guerra diciendo que por qué ayudábamos al marqués, y salieron a pelear con él…

3,250 indios de guerra 1,345 863 1042

(3.3)

Después volvió Illa Tupa a darnos guerra diciendo que por qué ayudaban al marqués y salimos a pelear con ellos...

3,250 indios de guerra 1,345 863 1042

(3.4)Después volvió Payo Vilca a pelear con ellos a Jauja y salié-ronle a dar batalla con...

3,120 indios de guerra 1,215 863 1042

(3.5)Después vino Mango Inga a darles batalla a Andamarca y salióles al encuentro con...

3,343 indios de guerra 1,420 863 1060

(3.6)

Después vino el Inga por Hua-manga diciendo que destruirá Jauja y peleamos con ellos con…

3,406 indios de guerra 1,501 863 1042

(3.8)Y después de esto vino el dicho Mango Inga de Huamanga con... ...a este repartimiento.

10,000 indios de guerra

Y sabido por ellos le salieron al camino con... ...y le toparon en Paucarbamba. Y allí fueron los dichos dos españoles.

3,250 indios de guerra 1,345 863 1042

4. Última fase del alzamiento de Manco Inca (1539)

(4.1)Después fue don Francisco Pi-zarro de esta ciudad al Cuzco a pelear con el Inga y le dimos...

1,002 indios de guerra 415 266 321

1,002 indios de carga 415 266 321

16,038 pocchas de maíz 6,750 4,078 5210

70 pocchas de quinua 30 18 22

3,250 pocchas de papas 1,348 860 1042

6,499 vasijas 2,690 1,725 2084

(4.3) Después vino Mercadillo de los Andes a Jauja y le dimos... 26,000 pocchas de

maíz 10,760 6,904 8336

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Parte I: Quipos de los Reynos del Piru42

Cuadro 1.5: Aportes huancas después del alzamiento inca (1537-1542)No. Quipo Texto del quipo-memoria Total Servicio Lurin Jauja Hanan

4,925 pocchas de papas 2,016 1,346 1563

205 carneros 85 54 66

196 pares de ojotas 80 53 63

1,084 sogas 448 288 348

32,500 cargas de leña 13,450 8,630 10420

(4.4)

Después Mango Inga salió a pelear con el Marqués y envió a Jauja por indios de guerra y le dimos...

1,005 indios de guerra 418 266 321

6. La batalla de Chupas (1541-1542)

(6.4)

Después yendo Almagro el Mozo al Cuzco, salió Vaca de Castro y peleó con él y Tordoya de Huánuco y salieron a Jauja a dar batalla y allí le dimos…

1,999 libras de cobre 826 531 642

659 libras de plomo 273 174 212

65,574 pocchas de maíz 25,928 18,460 21186

882 pares de alpargatas 482 400

1,105 pares de ojotas 452 300 353

166,982cargas de leña, yerba y paja

74466 36,905 55611

45,990 cargas de carbón 20,000 10,672 15318

Aportes huancas hasta la batalla de Jaquijahuana (1542-1548)

Después de la batalla de Chupas, tras una breve calma, vino el período más turbulento para el Perú de ese entonces, con la rebelión de Gonzalo Pizarro, la destrucción y el saqueo arreciaron con mayor fuerza. Desde esos años, las proporciones en los repartos se hicieron menos visibles, manteniéndose tan solo y significativamente en los

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Capítulo 1: Quipos huancas en el periodo Conquista 43

repartos de indios de guerra, indios de carga, armas (picas), cobre y plomo. Así, hasta la derrota de Gonzalo Pizarro en 1548.

A pesar de su alianza con Pizarro, los saqueos continuos, las entre-gas de indios de servicio a los españoles, las “entradas”, las guerras con los incas y otros factores como las enfermedades, provocaron una caída de población desastrosa (respecto al censo inca la población se había reducido en más del 70% para 1572). En ese contexto, habría sido muy difícil mantener las proporciones tan exactas como las apli-cadas en repartos anteriores. En los años de desgobierno los caciques huancas consiguieron mantener parte importante de su poder, pero no es claro cómo se beneficiaron los indios a ellos sujetos.

Cuadro 1.6: Aportes huancas hasta la batalla de Jaquijahuana (1542-1548)No. Quipo Texto del quipo-memoria Total Servicio Lurin Jauja Hanan

7. Los huancas combaten en el Huallaga (1542-1544)

(7.1)

Después de la batalla de Chupas vinieron los capi-tanes Pedro de Puelles y el capitán Vergara que iban a los Bracamoros [Jaén] y Pilco [Huallaga], a los cuales dieron las cosas siguientes...

1,010indios de carga y de guerra

449 224 337

29,794 pocchas de maíz 12,640 7,524 9630

(7.2)Después volvió Vaca de Castro del Cuzco y le dimos allí lo siguiente...

326 indios de carga 135 86 105

8. La rebelión de Gonzalo Pizarro y su derrota en Jaquijahuana (1544-1548)

(8.3)

Después vino Blasco Núñez Vela y mandó a Jauja para ha-cer picas a Siles, un carpintero, al que le dimos...

1,005 picas 418 266 321

Y dimos indios para traerlas… 503 indios de carga 209 133 161

(8.11)

Después fue allí Caravantes por mandado del bando de La Gasca y le dimos… …para el bando de La Gasca.

2,026 picas 828 556 642

Le dieron para que llevasen las dichas picas… …hasta Huarochiri.

1,013 indios de carga 414 278 321

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Parte I: Quipos de los Reynos del Piru44

Cuadro 1.6: Aportes huancas hasta la batalla de Jaquijahuana (1542-1548)No. Quipo Texto del quipo-memoria Total Servicio Lurin Jauja Hanan

Le dimos… …para hacer armas. 2,064 libras de

cobre 826 596 642

pocchas de maíz 1,202 534

(8.12)

Después llegó allí el presidente Gasca con el real y le dimos todo recaudo para que fuera hasta Cuzco a pelear contra Gonzalo Pizarro

1,679 libras de cobre 826 321 532

(8.13)

Lo mismo hemos ayudado al presidente Gasca en Jaqui-jahuana con… …que pelearon contra ingas y cañaris. [abril de 1548]

165 indios de guerra 68 43 54

1.5. Los repartos eran siempre proporcionales

La forma como los indígenas hacían los repartos de tributos en el Tahuantinsuyo, en el Período de Conquista y aun en tiempos co-loniales, impregnan muchas crónicas y documentos administrativos coloniales.

Titu Cusi Yupanqui, hablando de su padre Manco Inca, relata cómo reparten bienes “por cabezas” para Pizarro y sus acompañantes, cuan-do aún eran aliados (1533-36):

“(…) mi padre estuvo en el Cuzco ya un tanto sosegado y contento con la muerte de aquel traidor Quisquis, hizo llamamiento a toda su gente, para que todos –por cabezas– diesen tributo a los españoles para su sustenta-ción.” (Titu Cusi [1570] 1992:16)

Bartolomé de Las Casas, cuya “crónica” –inserta en su Apologéti-ca, y editada por Jiménez de la Espada– utiliza fuentes que conocieron muy bien el Tahuantinsuyo de esos años, escribe:

La cuenta de aquellas gentes del Perú no eran pinturas, como la de la Nueva España, y tampoco era como la nuestra, porque ambas fueran har-to fáciles, sino otra más que todas memorable y admirable. Y eran unos

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Capítulo 1: Quipos huancas en el periodo Conquista 45

ñudos en unas cuerdas de lana ó algodón. Unos cordeles son blancos, otros negros, otros verdes, otros amarillos y otros colorados. En aquellos hacen unos ñudos, unos grandes y otros chicos, como de cordón de San Francisco, de unidades, decenas, centenas y millares, por los cuales más fácilmente se entienden que nosotros con nuestras cuentas de guarismo y de las llanas1 (Las Casas, 1892: 197-198).

Polo de Ondegardo, uno de los mejores conocedores de la econo-mía inca, declara en sus escritos:

Era tanta la orden que tuvieron estos indios que a mi parecer, aunque mu-cho se piense en ello, sería dificultoso mejorarla conocida su condición y costumbres. Y el repartimiento se hacía de esta forma:Que si el gobernador [tocrico] mandaba que mil indios de esta provincia fuesen a sacar oro para el inga, dábanlos por cuenta y razón, cada uno según los indios que tenía y la comida que se les había de llevar, también se dividía por la misma orden los indios que eran menester para ello. Si el oro que se sacaba era mucho o poco, aquello se recibía. Lo mismo se hacía en la ropa. De esta manera si el gobernador mandaba que quinientos indios hiciesen ropa, las parcialidades los daban por su orden y cuenta. Y la lana se traía de los depósitos y las parcialidades lo dividían entre sí, y cada una hacía hilar lo que les cabía conforme a la gente. Y entre ellos se hacía la misma división de manera que ninguno recibía agravio. (…) Lo mismo se hacía si había guerra: Que mandaba el inga de una provin-cia saliesen mil hombres: en la división de estos ninguna parcialidad era agraviada. (AGI, Patronato, 188: Folios 19 y 20)

Blas Valera, (citado en Garcilaso) describe las formas de dividir que tanto le impresionan a él y a otros españoles que las vieron:

Para que en todo hubiese cuenta, orden y razón, a cierto tiempo señalado

1 “Guarismo” o “alguarismo” se refiere a números con valor posicional, como el “cero” que nos indica cuál es el valor del número que le antecede (Diccionario de Autoridades). “Llanas” lo interpreto como se solía emplear en la época, es decir “simples”. De lo anterior deduzco que las cuentas de alguarismo a las que se refiere Las Casas serían las cuentas “complejas”, es decir, la multiplicación y división. Las cuentas llanas serían la suma y la resta. Aun en caso de no ser correcta mi interpretación, quedaría fuera de discusión el hecho de que con los quipos [de pedre-zuelas] los indios realizan las operaciones con más facilidad que los españoles.

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Parte I: Quipos de los Reynos del Piru46

se juntaban en el pueblo principal de cada provincia los jueces cobradores y los contadores o escribanos que tenían los nudos y cuentas de los tribu-tos. Y delante del curaca y del gobernador Inca hacían las cuentas y parti-ciones por los nudos de sus hilos y con pedrezuelas, conforme al número de vecinos de la tal provincia. Y las sacaban tan ajustadas y verdaderas que en esta parte yo no sé a quién se puede atribuir mayor alabanza: si a los contadores, que sin cifras de guarismos hacían sus cuentas y parti-ciones tan ajustadas de cosas tan menudas (cosa que nuestros aritméticos suelen hacer con mucha dificultad) o al gobernador y ministros regios, que con tanta facilidad entendían la cuenta y razón que de todas ellas les daban. (Garcilaso 1991: 282)

El mismo Inca Garcilaso insiste en la idea y señala lo que otros llaman “quipos de pedrezuelas” para las “particiones” (cap. XXVI, libro II):

De la aritmética supieron mucho y por admirable manera. Que por nudos dados en unos hilos de diversos colores daban cuenta de todo lo que en el reino del Inca había de tributos y contribuciones por cargo y descargo. Sumaban, restaban y multiplicaban por aquellos nudos. Y para saber lo que cabía a cada pueblo hacían las particiones con granos de maíz y pie-drezuelas, de manera que les salía cierta su cuenta.

Cieza, si bien no es tan explícito, señala que los quipos era la forma de repartir “sin agraviar a nadie”, lo que da entender que eran cálculos en base a proporciones:

Tuvieron otra orden para saber y entender cómo se había de hacer en la contribución en las provincias de los mantenimientos, (...) de tal manera, que no fuesen agraviados, tan buena y sutil, que excede en artificio a los caracteres que usaron los mexicanos para sus cuentas y contratación; y esto fue los quipos.

El padre Acosta señala, en un pasaje muy citado, la gran habilidad para efectuar divisiones que tenían los caciques:

Pues verles otra suerte de quipos, que usan de granos de maíz, es cosa que encanta; porque una cuenta muy embarazosa, en que tendrá un muy

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Capítulo 1: Quipos huancas en el periodo Conquista 47

buen contador que hacer por pluma y tinta, para ver a cómo les cabe entre tantos, tanto de contribución, sacando tanto de acullá y añadiendo tanto de acá, con otras cien retartalillas, tomarán estos indios sus granos y pon-drán uno aquí, tres acullá, ocho no sé dónde; pasarán un grano de aquí, trocarán tres de acullá, y, en efecto, ellos salen con su cuenta hecha pun-tualísimamente sin errar un tilde, y mucho mejor se saben ellos poner en cuenta y razón de lo que cabe a cada uno de pagar o dar, que sabremos nosotros dárselo por pluma y tinta averiguado. Si esto no es ingenio y si estos hombres son bestias, júzguelo quien quisiere, que lo que yo juzgo de cierto es que en aquello que se aplican nos hacen grandes ventajas. (1590, Libro VI, cap. VIII)

El testimonio del Oidor Matienzo merece una gran credibilidad, ya que vienen de parte de una persona con una ideología claramente favorable a los encomenderos, muy crítica de los caciques y de los indios en general:

Los caciques y principales su oficio es holgar y beber, y contar y repartir, que son muy diestros en esto, más que ningún español, y cuéntalo de espacio y con sus piedras de munchas colores, que cierto, es cosa de ver. (Matienzo [1567] 1967:22)

González Holguín también informa de los términos quechuas usa-dos con los quipos de pedrecitas (maíces o frijoles) y la manera deci-mal de manipularlos al hacer las cuentas:

Chuncachasccatam yayanchani. Sumar los dieces o cientos o miles en un tanto y quitar los montones.Yayanchasccantam huañuycuni. Resumir todos los dieces y cientos a un número. (González Holguin [1608]:121)

Hay múltiples testimonios que podemos anotar. Pero además, tam-bién hay quipos arqueológicos que demuestran lo mismo. Marcia y Robert Ascher, quienes tienen una monumental obra al respecto, lo han demostrado en el análisis de los quipos por ellos estudiados. Tra-taremos el tema en la parte III de este libro.

La capacidad de cálculo incluiría la representación de fracciones y son los quipos-texto de los huancas la prueba más evidente de la re-

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presentación de fracciones. Las mismas que no son solo meras “frac-ciones” sino que, al mismo tiempo, indican las cifras de la mita, sea de hombres de guerra o de carga, que a la parcialidad correspondiente le tocaba cumplir. Es decir, el caso huanca muestra que algunas de las mitas eran al mismo tiempo fracciones que se deben entender como partes de mil: 413/1000, 266/1000 y 321/1000. Resulta evidente, a quien lo quiera comprobar, que muchos cálculos se basan en estas y otras fracciones similares.

Los textos de los quipos que aparecen en las columnas correspon-dientes de los cuadros 1.3 a 1.6 son –casi siempre– los que aparecen en el quipo-texto del cacique Jerónimo Guacrapaucar (Lurinhuanca); los mismos que se corresponden con textos muy similares del cacique Su-lichaque de Hatun Jauja. Sin embargo no son citas literales, ya que las hemos adaptado con el propósito de hacernos una idea de lo que pudo ser el texto que acompañara el aporte total de los huancas. Hemos elegido como base los textos de Guacrapaucar por ser más concisos y porque los juzgamos más próximos a la traducción literal de lo que se dijo en quechua. En algunos casos, para dar mayor claridad, hemos complementado el texto con la versión de Sulichaque. También hemos añadido entre corchetes fechas o alguna otra aclaración adicional que nos ayude a situar el evento descrito.

En los quipos huancas se puede apreciar que hay más de una frac-ción en uso según la circunstancia (ver cuadros 1.7, 1.8 y 1.9 con sus aclaraciones al final de este capítulo). Estas variaciones, parecen una suerte de “tasas” análogas a los precios que pueden subir y bajar. Mitimaes que se contaban a favor o se dejaban de contar podrían ha-ber influido, entre otras consideraciones. Al respecto de los mitimaes consta que había una importante cantidad de ellos en Jauja que pro-cedían especialmente de Yauyos y Huarochirí. Pero lo que llama la atención es que el cambio más importante de la contribución, cuando Hatun Jauja pasa del 22% al 26,6%, se da coincidentemente con el alzamiento de Manco Inca y la alianza subsiguiente que los caciques huancas realizaron con los españoles. No es aventurado suponer que la liberación de los huancas respecto al poder de los incas cuzqueños provocara cambios en las proporciones de los repartos de los huancas.

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Capítulo 1: Quipos huancas en el periodo Conquista 49

Cuadro 1.7: Repartos de Maíz, Alpacas, Pescado y Leña entre Lurinhuanca y Hatun Jauja, hipótesis de aporte Hananhuanca y Total entre 1533-1536

No. Quipo Clave Repartos en Jauja (Proporcionales a

la población tributaria) 1533-1536 Lurin Jauja Hanan Total

(1.5) P2 pocchas de maíz (4 veces la pobla-ción tributaria) 48,284 24,812 36,268 109,364

(1.5) P2corderos, -término empleado en la época para “alpacas”- (2 veces la población tributaria)

23,862 12,405 18,134 54,401

(1.5) P2 libras de pescado (2 veces la pobla-ción tributaria) 23,862 12,404 18,134 54,400

(1.7) P2pocchas de maíz (equivalente a la fracción 92/60 de la población tributaria)

18,310 9,510 13,886 41,706

(1.12) P3 pocchas de maíz (equivalente a la población tributaria) 11,904 6,498 8,500 26,902

(1.14) P2 pocchas de maíz (equivalente al 71% población tributaria) 8,520 4,404 6,390 19,314

(1.14) P3Cargas de leña (equivalente a multiplicar la población tributaria por 37/10)

44,394 24,074 31,450 99,918

Repartos desde la llegada de Alvarado a Jauja (1537-1548)

(1.11)P2 - Y (Jau-ja)

pocchas de maíz (2 veces la po-blación tributaria P2*2 para Lurin y Hanan). En el caso de Jauja la población tributaria equivale a mul-tiplicar por la fracción Y* 456/1000

23,862 15,164 18,114 57,140

(2.7) P4 pocchas de maíz (equivalente a 357/100 la población tributaria) 42,636 26,976 32,130 101,742

(4.1) P4 pocchas de maíz (equivalente a 5/8 la población tributaria) 6,750 4,078 5,210 16,038

(4.3) P4 pocchas de maíz (equivalentes a la población tributaria) 10,760 6,904 8,336 26,000

(4.3) P4 cargas de leña (equivalentes a 5/4 de la población tributaria) 13450 8,630 10,420 32,500

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Cuadro 1.8: Población tributaria Lurinhuanca y Hatun Jauja e hipótesis de tributarios en Hananhuanca y en todo el “reino Huanca” (1533-1548)

No. Quipo Clave Población tributaria (calculada en

base a los repartos) 1533-1536 Lurin Jauja Hanan Total

(1.5) P2 Población basada en el reparto del maíz 12,071 6,203 9,067 27,341

(1.5) P2 Población basada en el reparto de las alpacas (corderos) y pescado 11,931 6,202 9,067 27,200

(1.7) P2 Población basada en el reparto del maíz 11,941 6,202 9,056 27,200

(1.12) P3 Población basada en el reparto del maíz 11,904 6,498 8,500 26,902

(1.14) P2 Población basada en el reparto del maíz 12,000 6,203 9,000 27,203

(1.14) P3 Población basada en el reparto de leña 11,998 6,506 8,500 27,005

No. Quipo Clave Población tributaria (calculada en

base a repartos) 1537-1548 Lurin Jauja Hanan Total

(1.11) P1 - Y (Jauja)

Población basada en el reparto del maíz 11,931 6,915 9,057 27,903

(2.7) P4 Población basada en el reparto del maíz 11,943 7,556 9,000 28,499

(4.1) P4 Población basada en el reparto del maíz 10,800 6,525 8,336 25,661

(4.3) P4 Población basada en el reparto del maíz y de leña 10,760 6,904 8,336 26,000

Cuadro 1.9: Proporciones (incluyen tantos por mil, porcentajes, múltiplos, etc.) más utilizadas en los quipos huancas (1533-1548)

Proporciones de las reparticiones y bases en los que se sustentan

Clave utilizada Lurin Jauja Hanan Total

Población citada en quipo Aucacamayos de Jauja-Huanca (1581) P1 12000 6000 9000 27000

Fracciones derivadas de la población “redondea-da” citada en quipo Aucacamayos de Jauja-Huan-ca (1581). La razón de Hananhuanca seguramente se habría convertido a 1/3.

A 4/9 2/9 3/9 1

Cifra que correspondería o al menos sería muy próxima al censo “exacto” incaico. Esta cifra o sus múltiplos aparecen en numerosos repartos de los primeros años de conquista.

P2 11931 6202 9067 27200

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Capítulo 1: Quipos huancas en el periodo Conquista 51

Cuadro 1.9: Proporciones (incluyen tantos por mil, porcentajes, múltiplos, etc.) más utilizadas en los quipos huancas (1533-1548)

Proporciones de las reparticiones y bases en los que se sustentan

Clave utilizada Lurin Jauja Hanan Total

Esta es la misma, pero dividida entre 10. P2/10 1193 620 907 2720 Dividida entre 10, pero “redondeada”. P2/10 1190 620 910 2720 Dividida entre 100. P2/100 119 62 91 272 Derivado de P2 al convertirlo en tantos por mil. No aparecen como tal en los quipos, pero dedu-cimos que debió ser empleada cuando usar los múltiplos de P2 resultaba dificultoso y convenía usar un tanto por mil.

B 439 228 333 1000

Similar a P1 pero aumentando ligeramente la proporción de Jauja y disminuyendo la de Hanan. Habría solo dos ejemplos de su uso; por tanto puede ser solo una variable de P2 ó P1.

P3 12000 6500 8500 27000

Aumentando notablemente la proporción para Jauja. Esta proporción es usada como tal solo una vez. Los demás usos son derivados de esta propor-ción de dos maneras que denominamos X e Y.

P4 10760 6904 8336 26000

Este es el resultado de dividir P4/8. Constan muchas veces en los dos quipus como cifras señaladas de “indios de guerra”. Esta proporción se caracteriza por ser usada como múltiplo y no como fracción.

X 1345 863 1042 3250

Este es el resultado que se obtiene de multiplicar las tres cifras de X por la fracción 4/13, para obte-ner de esta manera tantos por mil que son usados muchas veces. Consta en los quipus también como cifras de indios de guerra, pero es claro que a su vez han sido usadas como fracciones base para muchos otros repartos.

Y 413 266 321 1000

Notas a los Cuadros 1.3 a 1.9: Repartos, población y proporciones

1. Todos los datos de Lurinhuanca y Hatun Jauja de los Cuadros 1.3 a 1.9 son tomados de los quipos transcritos en 1558 y 1561. Dicha transcripción se conserva en el Archivo General de Indias en Sevilla, y ha sido publicada por Espinoza Soriano, Pärssinen y está disponible en el Portal de Archivos Españoles (http://pares.mcu.es). La única ci-fra “editada” es la cantidad de alpacas entregadas en 1534 que hemos modificado a 12,405, en lugar de 12,045, considerando que esta última

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Parte I: Quipos de los Reynos del Piru52

cifra ha podido ser un error (del quipocamayo, intérprete o escribano). Las cifras respecto al maíz están consideradas en una medida diferente a la que se presenta en el documento. Lo que en el documento aparece como 1 fanega lo hemos multiplicado por 2 para obtener la poccha que es la medida indígena que consideramos debió estar registrada en el quipu. En todo caso las proporciones se mantendrían constantes, pero no nos permitirían apreciar tan claramente la correspondencia en-tre el maíz aportado en pocchas, la población tributaria y otros bienes que se aportaron.

2. Todos los datos correspondientes a Hananhuanca y a la columna de totales están basados en reglas proporcionales deducidas a partir de un total muy cercano a la cifra dada a Andrés de Vega por los viejos caciques huancas (27,000) y a las cifras de Lurinhuanca y Hatun Jauja que aparecen en las dos colecciones de quipos citados.

3. Puesto que las proporciones dadas para eventos de guerra se mo-difican a partir de noviembre de 1536, hemos planteado una hipótesis basada en los repartos de maíz y leña del quipo huanca que numera-mos 4.3. (en Cuadro 1.8). Sin embargo, tal como lo hemos señalado, así como para los 27,000 tenemos el sustento independiente de un quipo ynga citado, en el caso de la población “recalculada” en 26,000 tributarios no tenemos más que los repartos dichos. Lo que resulta claro en las cifras de los quipos es que el porcentaje de Hatun Jauja se incrementó notoriamente.

4. Los datos del cuadro 1.7 están tomados directamente de las ci-fras dadas en el texto de los quipos transcritos. Las cifras del cua-dro 1.8 son la deducción de la población que hacemos en base a los repartos más significativos efectuados. Finalmente el cuadro 1.9 nos muestra las proporciones aplicadas (según deducimos) que se pueden verificar en los repartos efectuados y en el cálculo poblacional en el que están basadas.

5. En la columna nombrada “No. Quipo” aparecen entre paréntesis dos números separados por un punto, donde el primero de ellos co-rresponde a un orden cronológico para identificar el evento histórico descrito en los quipos. El segundo número indica el orden en el que aparece en el texto conservado en Sevilla. De esta manera:

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(1) Son todos los eventos entre 1533 y 1536, cuando hubo alianza entre F. Pizarro y los incas “huascaristas” representados por Manco Inca. (2) Son los eventos de la lucha de los huancas contra Manco Inca en la primera fase de su gran alzamiento en 1537. (3) Corresponde a la segunda fase del alzamiento, cuando Manco Inca ataca a los huancas en 1538. (4) Corresponde a la última fase del alzamiento dicho, en 1539. (5) Corresponde a una fase de relativa tranquilidad entre 1540 y 1541 donde no hubo guerras, no hemos consignado las entregas de dicha fase. (6) Corresponde a los momentos que siguieron al asesinato de Pizarro: son las entregas realizadas en el marco de la lucha contra los almagristas hasta su derrota en Chupas en 1542. (7) Son colabora-ciones huancas para la lucha contra incas resistentes en el Huallaga y otros apoyos a Vaca de Castro, entonces gobernador de los Reynos del Piru. (8) Corresponde a la fase de la colaboración huanca a favor del bando del rey contra la revuelta protagonizada por Gonzalo Pizarro entre 1544 y 1548. (9) Corresponde a la rebelión de Girón entre 1553 y 1554 que tratamos en el capítulo siguiente.

De manera que al leer verticalmente “No. Quipo 4.13” podemos entender que es el quipo en el decimotercer lugar que corresponde al aporte huanca en la última fase del alzamiento de Manco Inca.

Los criterios para separar los quipos se basan en que son entregas realizadas a diferentes personas y en momentos distintos. Analizare-mos otros criterios para ordenar y clasificar los quipos-texto en el si-guiente capítulo y en el capítulo 7.

6. En los cuadros 1.3 a 1.6 están reseñados 35 quipos de un total de 68, de acuerdo al orden y clasificación que acabamos de describir. Son más del 50% de los quipos correspondientes al período entre 1533 y 1548, cuando la norma de mantener las proporciones en los repartos se solía aplicar en la mayor parte de los repartos (aunque ya se nota su decaimiento para 1548). Tenemos la intención de ordenar en forma tabular todos los quipos huancas correspondientes a los manuscritos conservados en el Archivo General de Indias de Sevilla (Lima, 205) para una próxima publicación en la web.