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    Prcticas de manejo en Plantaciones

    Cuadro 71.Secuencia de decisiones y operaciones

    en una plantacin industrialOperacinsilvcola Decisionesusual principales Producto

    Obtencin desemillas Especies? No aplica

    Produccinde plantones Estacin?

    En envases? PlntulasTamao? Trasplantes

    Preparacin delsuelo Intensidad? No aplica

    Plantacin Espaciamiento?Fertilizacin? rboles jvenes

    Prcticas demanejo Frecuencia?

    Mtodos? Brinzales

    Poda baja Necesidad?Parcial? Postes pequeos

    Raleos Tiempo?Intensidad? Postes grandes

    Poda alta Necesidad?Altura? Postes grandes

    Cosecha Cundo? rboles maduros

    Replantado Cambios deespecies o demanejo? Segunda cosecha

    Fuente: Evans 1992.

    Despus de analizar el establecimiento de plantacionesforestales, en este captulo se abarca el tema de las

    prcticas de manejo, diseadas para hacer que estasplantaciones sean y se mantengan productivas. Se usacomo fuente la experiencia del trpico de amboshemisferios experiencias que abarcan muchos sitiosdistintos y muchas especies distintas. No se habla muchode la base econmica de las prcticas de manejo, losdetalles de la cual tienen ms que ver con lascondiciones locales: por esta razn, se presentan varioscasos especficos en los Apndices del G al M.

    Chapman y Allan (1978), ofrecen la siguiente lista deconsideraciones necesarias para la preparacin del plan

    de manejo de una plantacin maderera:1. Poltica y objetivos Las instrucciones que recibe el

    administrador del proyecto de manos de unaautoridad superior sobre los objetivos que debecumplir.

    2. Datos bsicos Ubicacin del proyecto, historia,disponibilidad y aptitud de los terrenos, instalaciones,marco institucional y personal.

    3. Manejo futuro Operaciones que se han de efectuar,crculos de trabajo, actividades de plantacin,

    equipos, recursos financieros, presupuesto actual,mantenimiento, control administrativo y registros.

    Evans (1992) esboz una secuencia de decisiones yoperaciones que se deben planificar (Cuadro 7-1).

    La meta de las prcticas de manejo en plantaciones esaumentar el volumen o la calidad de la maderaproducida. El administrador, por lo tanto, debe encontrarla manera de estimar la productividad potencial y deevaluar los efectos de los tratamientos en el crecimiento.La productividad potencial se puede obtener de loscuadros de volumen y de las curvas de ndice de sitio, siya existen en la regin. La evaluacin de los efectos detratamientos en el crecimiento puede ser difcil. Debidoa que el crecimiento en el trpico hmedo generalmenteno es especficamente estacional, el crecimiento de lamayora de las especies de rboles se puede comprobarslo mediante mediciones repetidas. An en el caso dePinus caribaea hondurensis, una especie que en climasmuy estacionales forma anillos anuales de crecimiento,los rboles adyacentes pueden tener crecimientos muyvariables (Slee 1972).

    Captulo 7Prcticas de Manejo en Plantaciones

    Un compendio del comportamiento de 129 de lasmejores plantaciones de madera en Latinoamrica,clasificadas por zona de vida, se public en 1960(Wadsworth 1960). La FAO ms recientemente, publicun resumen del comportamiento de las plantacionesdurante la dcada de 1980 (Ann. 1985f), la cual sirvede gua para las prcticas de manejo de plantaciones enla regin.

    Al resumir los rendimientos de las plantaciones enpraderas o en bosques altos tropicales, Wood (1974)concluy que la mayor productividad se da en altitudesmedias; las tierras bajas, los terrenos montaosos y los

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    Captulo 7

    Fig. 71.Clases de sitios para teca en el neotrpico (Keogh 1982).

    sitios secos son menos productivos. Los rboles decrecimiento rpido pueden sostener tasas de crecimientode 2 m de altura por ao y 1 cm de dimetro a la alturadel pecho. Hay bastante informacin publicada quecomprueba la produccin de 35 a 50 m3 (25 a 40

    toneladas) por hectrea por ao. Estos altos rendimientosestn limitados en su mayora a especies conferas yeucaliptos.

    La evaluacin del desempeo de una plantacinrequiere rboles de tamao promedio a distintas edadesy cuadros de volumen o ecuaciones para convertir esospromedios en cantidades de producto utilizable. Unejemplo es un juego publicado de curvas de

    clasificacin de sitio para la teca (Tectona grandis) (Fig.7-1), con base en medidas tomadas en Colombia, Ven-ezuela, Amrica Central y el Caribe (Keogh 1982). Laaltura aqu se refiere a la altura dominante, o sea laaltura de los 100 rboles con mayor dap por hectrea.

    Tambin hay curvas similares para P. caribaea de Indone-sia, Jamaica y Surinam. Se han elaborado cuadros tpicosde volumen de celulosa para P. elliottiiy P. taeda en elsur del Brasil (Cuadros 7-2, 7-3).

    Calidad de sitioEl desempeo de una plantacin es una respuesta noslo a las prcticas de manejo, sino tambin a la calidaddel sitio y a un complejo de factores climticos, edficos

    ALTURADOMIN

    ANTE

    (m)

    EDAD (AOS)

    CLASES

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    Prcticas de manejo en Plantaciones

    Cuadro 73.Volumen de celulosa utilizable de Pinus taeda en Paran, Brasil(m3)

    Dap Altura comercial (m)(cm) 8 10 12 14 16 18 20

    16 0.06 0.08 0.10 0.12 0.14

    20 0.14 0.17 0.20 0.23 0.2624 0.26 0.30 0.35 0.3928 0.39 0.45 0.50 0.5632 0.51 0.58 0.64 0.70

    Fuente: Hosokawa et al. 1979.

    Nota: Volmenes hasta 6 cm de dimetro sin corteza.Ecuacin de regresin: V= 0.0140 + 0.0003d2 0.0159h + 0.017dh 0.000000009d2h + 0.12766,donde V= volumen, d= dimetro en centmetros, h = altura en metros.

    Cuadro 72.Volumen de celulosa utilizable de Pinus elliottiien Paran, Brasil (m3)

    Dap Altura comercial (m)(cm) 8 10 12 14 16 18 20

    16 0.05 0.07 0.10 0.12 0.1420 0.12 0.16 0.19 0.23 0.2624 0.23 0.27 0.32 0.3628 0.37 0.42 0.47 0.5232 0.47 0.53 0.58 0.64

    Fuente: Hosokawa et al. 1979.

    Nota: Volmenes hasta 6 cm de dimetro sin corteza.Ecuacin de regresin: V= 0.03096d+ 0.0008d2 - 0.02435h + 0.00291dh + 0.00004d2h + 0.25225,donde V= volumen, d= dimetro en centmetros, h = altura en metros.

    y biticos. La calidad del sitio quizs sea influenciadapor las prcticas de manejo hasta cierto punto, pero eladministrador debe reconocer las limitaciones. Laidentificacin de sitios favorables y desfavorables para lamayora de las especies de rboles no es un problema:en un extremo, el rbol ni siquiera logra sobrevivir,mientras que en el otro, alcanza su tasa mxima decrecimiento (Figs, 7-2, 7-3).

    La teca tiene una clara relacin sitio - crecimiento, segnse ve en los datos de rendimiento provenientes de Java(cuadro 7-4). Los rboles en el sitio V eran dos veces msaltos que los del sitio II y su productividad era casi tres

    veces mayor. Los sitios pobres inciden directamente enla produccin en volumen; adems, los efectos del sitioson acumulativos y aumentan con el pasar del tiempo.

    Se descubri una gran variacin en la productividad deEucalyptus globulus entre sitios clasificados en Madras,India (Cuadro 7-5). En El Salvador, la especie tambinreacciona al sitio (Burgers 1960); la productividad esseveramente afectada, y el primer rebrote, que en sitiosbuenos es al menos tan productivo como el cultivoestablecido con plantones, tiende a quedarse atrs en unsitio pobre (Cuadro 7-6).

    Pinus caribaea reacciona mucho a la calidad del sitio enSurinam (Vincent 1970). Los rendimientos esperados a laedad de 30 aos, con base en el crecimiento inicial, semuestran en el Cuadro 7-7. En Surinam, la clasificacin I

    consiste de un suelo msico, con suelos francos yarenosos en laderas leves inferiores bien drenadas, cercade los arroyos. El sitio III se sita a medio camino entrelos arroyos y las tierras altas, y presenta suelos franco-

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    Captulo 7

    Cuadro 74.Rendimientos de teca (Tectona grandis)por calidad de sitio en Java

    Altura de los Incremento medioClase 100 rboles ms anual, incluyendode calidad grandes por hectrea (m) raleos (m3/ha/ao)de sitioa 30 aos 80 aos 30 aos 80 aos

    II 16 21 3.9 2.9III 20 27 5.4 4.0IV 25 33 7.6 5.8V 29 39 10.5 8.1

    Fuente: Alphen de Veer 1958b.aLas clases se definen localmente con base en la altura delrbol a una edad dada.

    Fig. 72. Cuando se ignoran las calidades del sitio,como la profundidad del suelo o el nivel de humedad, es

    posible producir rboles mal formados, comolo ilustraesta Gmelina arborea en Per.

    Fig. 73. Un buen sitio produce rboles de buenaforma y crecimiento rpido, segn lo ilustran estosrboles de un ao de edad de Paulownia tomentosa enFilipinas.

    arenosos. El sitio V consiste de sabanas en tierras altasxricas en suelos blancos de arena gruesa. La mismaespecie (P. caribaea), bajo condiciones premontanashmedas en Costa Rica, entre 600 y 1000 msnm y unaprecipitacin anual de 220 cm, produjo rendimientos de45 m3/ha/ao de madera sin corteza en 16 sitios (Salazar1976).

    P. caribaea en el sur de Queensland, Australia, da una

    buena ilustracin de los volmenes mucho ms bajos

    producidos en plantaciones jvenes en sitiosrelativamente pobres (Ann. 1972b). A los ocho aos, elvolumen de la plantacin del sitio 90 fue slo el 22%del volumen del sitio 110 (Cuadro 7-8); a los 20 aos, elvolumen alcanzado por la primera era del 62%. Elcrecimiento anual tambin culmina ms tarde en el sitioms pobre.

    Mejoras en la calidad de sitio en plantaciones. Lacalidad del sitio y la productividad de las plantaciones sepueden mejorar. Tales mejoras son particularmentepronunciadas en suelos degradados por el cultivo,

    pastoreo o incendios. La hojarasca bajo una plantacinde teca pura de diez aos de edad en frica occidental,se descompuso en seis meses durante la estacin seca yen un mes durante la estacin lluviosa (Egunjobi 1974).Se determinaron aumentos significativos de materiaorgnica en la superficie terrestre de las plantaciones deteca de slo cuatro aos de edad en Tailandia (Wasan yBunwong 1975). Al decimoquinto ao, tambin habaaumentado el pH, la capacidad de intercambiocatinico, fsforo (P), potasio (K), calcio (Ca) y magnesio(Mg). Sin embargo, no eran estadsticamentesignificativos, an cuando la calidad del sitio habamejorado.

    Estudios en 23 sitios plantados con P. ponderosa enEE.UU. han demostrado que el aumento del nitrgeno(N) -uno de los componentes de la materia orgnica- enel suelo se traducen en incrementos en la altura delrbol (Zinke 1960). De hecho, se lleg a la conclusinque la altura del rbol es un ndice de la cantidad totalde N en el suelo, y que el N disponible tendra una

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    Prcticas de manejo en Plantaciones

    Cuadro 75.Efectos del sitio en la productividad del Eucalyptus globulus en Madras, India

    Edad Dap medio (cm) Altura media (m) Incremento anual (m3/ha/ao)(aos) Sitio Ia Sitio III Sitio I Sitio III Sitio I Sitio III

    5 21.0 12.1 21.9 11.3 10.6 5.010 31.5 21.0 31.4 15.8 11.3 5.215 39.6 25.9 37.8 24.4 10.4 5.020 46.1 29.9 41.8 28.0 9.9 4.6

    Fuente: Krishnaswamy 1957b.aLas clases de sitios se definen localmente con base en la altura del rbol a una edad dada.

    Cuadro 76.Efectos del sitio en la productividad de Eucalyptus globulus de ocho aos en El Salvador

    Altura media (m) Rendimiento (m3

    /ha/ao)Clasea de sitio Plantn Retoo Plantn Retoo

    I 18 21 9.8 9.8III 16 17 5.2 5.5V 14 13 2.8 1.1

    Fuente: Burgers 1960.aLas clases se definen localmente con base en la altura del rbol a una edad dada.

    relacin an ms fuerte. Por consiguiente, el desarrollode una plantacin que logre aumentar el N del suelodebera mejorar al sitio.

    Los cambios en la calidad del sitio provocados por lasplantaciones no se entienden completamente. Elfenmeno comn, de un rodal de rebrotes que producems que la plantacin original, sugiere una mejora en elsitio. En Kenia, por ejemplo, en un rodal de primerosrebrotes de E. grandis a la edad de rotacin, el 20% delos fustes tenan ms de 15 cm dap, en comparacin conslo el 4% de los rboles de la plantacin original(Howland y Freeman 1970). Una proporcindesconocida, pero probablemente significativa de esteaumento, se debe no a la mejora del sitio, sino al sistemaradicular heredado por los rebrotes.

    Deterioro del sitio en plantaciones. A menos que setomen medidas de compensacin, la productividad delsitio ha de declinar tarde o temprano en sitios donde seest cosechando madera. Algunos indicios de estasprdidas se ven en la biomasa sobre el suelo deplantaciones de P. radiata en frica del Sur (Cuadro 7-9).

    El problema de plantar teca pura, debatido en la Indiaentre 1930 y 1950, reflej la preocupacin que se sentapor la extraccin repetida y la remocin de nutrimentos

    de sitios que eran marginales desde el principio. Eldeterioro de suelos laterticos en la India, causados porla tala rasa de la teca y la quema posterior, es capaz deprovocar cambios en sitios que al comienzo eran muyaptos para la teca, pero que luego se deterioraron hastallegar a ser absolutamente inadecuados para ese cultivo(Davis 1940). An los buenos sitios para teca que habansido el sostn de los rboles ms altos resultaron peorespara el prximo cultivo.

    Se ha documentado bien el deterioro del sitio durante lavida de las plantaciones de teca a espaciamientosestrechos y sujetas a quemas repetidas de la hojarasca

    (Bell 1973). En Trinidad, una plantacin de 11 aos deedad, con un espaciamiento de 2 m x 2 m, quemadarepetidamente y sin maleza se compar con un bosquenatural. La plantacin present un escurrimiento de aguaque sobrepasaba en un 25% por unidad de precipitacina la del bosque natural; la prdida del suelo (debida a laerosin) fue ocho veces mayor por unidad de rea

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    Captulo 7

    Cuadro 78.Efectos del sitio sobre Pinus caribaea en Queensland, Australia

    Adad Volumen en pie (m3/ha) Incremento anual actual (m 3/ha/ao)(aos) Sitio 90a Sitio 110 Sitio 90 Sitio 110

    8 17 76 b b

    10 40 117 11.8 20.712 75 172 17.5 27.314 123 234 23.9 30.916 175 293 25.9 29.818 214 343 19.3 24.820 241 386 13.7 21.4

    Fuente: Ann. 1972a.aLas clases se definen localmente con base en la altura del rbol a una edad dada.bInsignificante

    Cuadro 77.Desempeo de Pinus caribaea a laedad de 30 aos en Surinam por clase de sitio

    Clasea Incremento medio anual (m3)

    de sitio Madera de aserro Pulpa TotalI 10.2 5.5 15.7III 8.4 4.6 13.0V 0.0 3.3 3.3

    Fuente: Vincent 1970.aLas clases se definen localmente con base en la altura delrbol a una edad dada.

    terrestre en la plantacin (5,6 t/ha en comparacin con0,7 t/ha). Se vio con claridad que para mantener la

    productividad del sitio se deba reducir la tasa de erosinal equivalente de la tasa de ingreso de nutrimentos.

    Recientemente se han expresado inquietudes debido a ladeclinacin esperada de la productividad en sitiosplantados con pinos; en especial, las plantaciones purasde P. radiata en Australia. Una revisin inicial de lasposibles causas (Florence 1967) amerita ser mencionada.El estudio indic que bajo una mezcla de especies, elsuelo forestal desarrolla propiedades que varan con lasespecies de rboles del sotobosque. Existe una granvariacin en la composicin qumica de la hojarasca y lanaturaleza y tasa de descomposicin. La productividad

    puede depender, en parte, de que una especie nicaacumule un nutrimento, que de otro modo podra serlimitado. El hecho de que los suelos bajo robledales

    (Quercus spp.) tienen una capacidad de suministrarnutrimentos mayor que la de los suelos bajo pinos,sugiere que la productividad de estos ltimos podraaumentar en la presencia de otras especies.

    Florence (1967) indic, adems, que el contenido de Nen el suelo bajo una mezcla de pinos con especies noconferas es mucho mayor que en rodales puros de una uotra especie. En conclusin, el exceso de N puededeberse a un ambiente ms apropiado para la actividadde microbios; segn Tarrant (1961), citado por Florence,las plantaciones de Pseudotsuga menziesiien el noroestede EE.UU., intercaladas conAlnus rubra, aumentaron enbuena medida el total de N en el suelo y en el follaje.Las plantaciones de pinos en Nigeria no han cambiadola condicin fsica del suelo, pero han aumentado lamateria orgnica en la superficie y reducido en las capas

    ms profundas del suelo (Iyamabo 1970). El nivel de Nen el suelo debajo de los pinos tuvo un promedio 24%menor que en los sitios sin pinos. Florence (1967)tambin not que una cantidad de especies madererasintroducidas que han tenido xito, poseen atributos queneutralizan las desventajas del sitio y mejoran suspropiedades.

    Una disminucin aparente de la productividad de Pinusradiata en el sur de Australia se ha evidenciado en lareduccin del rea basal (Bednall 1968). Plantacionesrepetidas en un mismo sitio arrojaron reas basales de20 m2/ha, en comparacin con 29 m2/ha a los 15 aos.

    Bednall determin que ninguno de los factores sugeridosestaban conclusivamente vinculados con la disminucin;esos factores incluan: el rgimen de suelo y agua, el

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    Prcticas de manejo en Plantaciones

    Cuadro 79.Biomasa area en una plantacin de Pinus radiata de 40 aos en frica del Sur

    Biomasa secada al horno por rbolDap Fuste Corteza Ramas Agujas

    (cm) (kg) (%) (kg) (%) (kg) (%) (kg) (%)30 344 87 36 9 7 2 7 260 1,499 81 168 9 138 8 35 2

    Fuente: van Laar 1982.

    tipo de suelo, la corta y quema, el intervalo entre tala yreplantado y la preparacin del sitio. Sugiri que lossiguientes factores merecen estudio, como posiblescausas de la disminucin: agotamiento de losnutrimentos, agotamiento del suministro de agua,

    residuos txicos del primer cultivo, reduccin delestndar gentico y cambios en las prcticas deestablecimiento debido a la existencia de toconesresiduales.

    Hatch y Mitchell (1972) sugirieron que la prdida de Ncomo resultado de los raleos quizs haya disminuido elcrecimiento de las cosechas subsiguientes de P. radiata.Este estudio descubri que slo el raleo repetido podaeliminar hasta 470 kg/ha de N, durante una rotacintpica de pinos.

    Tambin se ha registrado en Nueva Zelandia, una

    disminucin de la productividad en plantaciones de P.radiata de segunda rotacin (Whyte 1973). All, unaspocas zonas registraron declinaciones pronunciadas encuanto a la altura, rea basal e incremento volumtrico;declinaciones menores en la mayora de las otras zonas,y totalmente inexistentes en otras. Una complicacin fueque las comparaciones se tenan que hacer entreplantaciones muy prximas, pero no precisamente en elmismo sitio. Algunas declinaciones parecieron serpermanentes, pero la mayora fueron transitorias,limitadas a perodos entre los primeros cinco a ochoaos de la segunda cosecha.

    Whyte (1973) concluy que la disminucin era losuficiente como para extender la rotacin dos aos mspara que los rboles alcanzaran la altura de la primeracosecha; ocho aos ms para que alcanzaran la mismarea basal, y cinco aos ms para que alcanzaran elmismo volumen. Advirti que la disminucin de laproductividad fue particularmente notable en las crestasde lomas y en las laderas superiores, mientras que en el

    fondo de los valles, la segunda cosecha a menudo eramejor que la primera. Recomend acortar el perodo deregeneracin e impedir la erosin laminar en las crestasde lomas y en laderas.

    Chaffey (1973) indic lo complejo que es probar unadisminucin de la productividad, por lo que recomendestablecer parcelas de largo plazo y anlisis detalladosdel fuste. Supuso que con certeza casi absoluta, no hayuna sola causa. Los factores abiticos y los cambiosqumicos y fsicos del suelo pueden ser cclicos; lasfluctuaciones climticas son difciles de evaluar; en lasinvestigaciones del suelo no se puede ignorar el papelque juega el componente vivo del suelo endescomposicin; los antagonismos de las micorrizaspueden ser responsables en algunos casos.

    Un estudio de los residuos de la tala en plantaciones de

    P. radiata en el sureste de Victoria, Australia, sugiere unafuente importante de deterioro del sitio (Flinn et al.1979). El residuo en la superficie despus de la tala erade 769 t/ha, pero la quema para preparar el suelo paraun nuevo sembrado consuma el 84% de la materiaseca. Otras prdidas fueron: 72% del N, 27% del P, 21%del K, 31% del Ca, 16% del Mg, 40% del sulfuro (S),30% del hierro (Fe) y 34% del manganeso (Mn). Bajoestas circunstancias, se recomend que no se efectuaranms quemas.

    Evans (1978) reviso la disminucin de la productividad

    en la segunda rotacin en 53 pares de parcelas en unmismo sitio de Suazilandia. Los resultados deplantaciones de 14 aos aparecen en el Cuadro 7-10.Evans crea que el clima era la causa principal de ladisminucin. El mal clima prevaleci durante la segundarotacin; particularmente, estaciones de lluvias mscortas durante los ltimos tres aos. En consecuencia,los efectos del clima oscurecieron (y probablementesobrepasaron) a las dems tendencias del sitio. El incre

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    Captulo 7

    mento volumtrico inicial de la segunda rotacin fuemejor que en la primera, entre los cinco y seis aos, por

    un margen entre 10 y 25%; pero a los 14 aos habadeclinado hasta un 7% menos que la primera rotacin.Evans sugiri que esa reduccin cada vez ms fuerte nose deba al clima, y aunque concluy que no habarazones para alarmarse ni complacerse, era urgenterecabar ms informacin.

    En una revisin posterior, Evans (1980) concluy que lasevidencias todava no eran adecuadas para comprobar ladisminucin en los rendimientos de las plantacionesbajo monocultivo. Mencion la existencia de factorescomplejos, como el mejoramiento gentico y el manejode cada rotacin, el uso de rebrotes en vez de plantones

    y la mortalidad acumulativa en cosechas sucesivas derebrotes. Consider que los resultados de P. radiata sehaban confundido con las mejoras en las prcticas demanejo; tampoco encontr evidencias de disminucinde los rendimientos de P. elliottiien frica oriental,donde las semillas se recogan de los mismos rbolespadres. Concluy, sin embargo, que an se podranencontrar tendencias relacionadas con variacionesclimticas, mejoramiento gentico, efectos de plantacindirecta o prcticas silvcolas, como raleo, arrastre detroncos, eliminacin de desechos, quema y fertilizacin.

    La disminucin de la productividad a causa de cosechasforestales repetidas debe causar inquietud. La prdidaneta de nutrimentos es inevitable, y tarde o temprano sedebern efectuar compensaciones, si no se quiere que laproductividad decline. Los estudios del suelo por s solosno toman en cuenta adecuadamente las tendenciassignificativas, porque gran parte del suministro denutrimentos se halla en la biomasa (Fearnside y Rankin1980).

    Los estudios de Chijioke (1980) sobre el contenido denutrimentos en plantaciones de Gmelina arborea (ocho

    parcelas) y de P. caribaea (cuatro parcelas) arrojaron luzsobre los efectos de la cosecha de las plantaciones en lacalidad del sitio. Para ambas especies (Cuadros 7-11; 7-12), la madera del fuste tena el porcentaje ms bajo denutrimentos, pero cuando se combinaba con la corteza,contena ms de la mitad de los nutrimentos existentessobre la superficie del suelo. La extraccin del rbolentero caus una prdida de ms del 25% de losnutrimentos, en comparacin con dejar los desechos enel sitio. Si se hubiera dejado la corteza, se habraahorrado entre un 5 y 10% ms.

    Los estudios de Chijioke no proporcionaron evidencias

    de que los monocultivos por s solos agotan las reservasde nutrimentos del suelo ms rpidamente que lasplantaciones mixtas, siempre que todos los dems

    parmetros sigan siendo iguales. El agotamiento rpidode los nutrimentos, sin embargo, est claramenteasociado con el crecimiento rpido, rotaciones cortas yextraccin total.

    Chijioke concluy que los nutrimentos inmovilizadosdependen ms que todo de la edad de aprovechamiento.Por ejemplo, rboles de G. arborea de 13 a 15 aos deedad tenan slo entre 6 y 9% ms nutrimentos

    inmovilizados que los rboles de 5 a 6 aos de edad, ysin embargo, la biomasa era de 25 a 66% mayor. Laproduccin de cinco cosechas de 5-6 aos de edad deG. arborea durante un perodo de 30 aos sera dosveces ms exigente que la produccin de dos cosechasde 13 a 15 aos de edad durante el mismo perodo.

    De acuerdo con Chijioke, cualquier disminucin delcrecimiento arbreo en rotaciones posteriores en los

    Cuadro 710.Productividad comparada de la primera y segunda rotacin de Pinus patula de 14 aos en Suazilandia

    Altura media Volumen medio por rbol Volumen por hectreaItem (m) (m3) (m3/ha/ao) IMAa

    RotacinPrimera 18.1 0.243 299 21.4Segunda 17.5 0.226 276 19.8

    Porcentaje de declinacin 3.4 6.9 7.6 7.5

    Fuente: Evans 1978.

    Nota: Significativo al 5%aIncremento medio anual.

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    Prcticas de manejo en Plantaciones

    suelos de los trpicos muy probablemente se debe a queel suelo no es capaz de convertir los nutrimentos nodisponibles en disponibles, para cubrir las exigencias delrbol, o a que la mineralizacin es demasiado lenta. Enningn momento vio la disminucin como consecuenciade la ausencia de nutrimentos esenciales. En lasplantaciones de pinos no encontr evidencias de que ladisminucin del crecimiento en rotaciones posteriores sedebiera a prdidas de nutrimentos en el suelo a causa delas cosechas; ms bien la falta de humedad en el suelo spodra ser un factor limitante. Recomend que: 1) se

    dejaran los desechos en el sitio; 2) no se efectuaranquemas; 3) se efectuara un monitoreo continuo de los

    nutrimentos en el suelo; 4) se efectuaran ensayos defertilizacin en suelos marginales.

    Relaciones genticasLos administradores de plantaciones forestales debenreconocer que este es un cultivo muy variable, no sloentre sitios y entre especies, sino an entre rboles. Lasespecies arbreas se diferencian por procedencias. Lasespecies de distribucin amplia generalmente son menosuniformes que las de distribucin restringida (Lines1968). La responsabilidad del manejo es aprovechar

    estas variaciones para mejorar los cultivos futuros.

    Cuadro 711.Niveles de nutrimentos en plantaciones de Gmelina de seis aos de edad en Nigeria y Brasil

    Nutrimentos principalesndice N P K Ca Mg

    Kilogramos por hectreaContenido de nutrimentos

    Sobre la superficie (viviente) 128352 2263 93208 42185 3979Tronco y corteza 90182 1438 71136 34108 3151

    PorcentajePeso seco

    Sobre la superficie 3.49 0.35 2.55 1.64 0.83Tronco y corteza 0.71 0.08 0.96 0.86 0.25

    Fuente: Chijioke 1980.

    N = Nitrgeno. K = Potasio. Mg = Magnesio. P = Fsforo. Ca = Calcio.

    Cuadro 712.Niveles de nutrimentos en plantaciones de Pinus caribaea de seis aos en Surinam y Brasil

    Nutrimentos principalesndice N P K Ca Mg

    Kilogramos por hectreaContenido de nutrimentos

    Sobre la superficie (viviente) 197 33 46 78 25

    Tronco y corteza 99 21 31 25 17Porcentaje

    Peso secoSobre la superficie 1.93 0.13 0.60 1.05 0.28Tronco y corteza 0.37 0.03 0.17 0.22 0.08

    Fuente: Chijioke 1980.

    N = Nitrgeno. K = Potasio. Mg = Magnesio. P = Fsforo. Ca = Calcio.

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    Captulo 7

    La manipulacin gentica llamada mejoramiento delrbol tiene mucho que ofrecer al encargado de laplantacin. El potencial gentico de las poblacionesarbreas vara tan extensamente, que el mejoramiento amenudo produce rboles con caractersticas que no se

    encuentran en la naturaleza (Zobel 1972). La mejora delos rboles puede resultar no slo en rendimientos msaltos, sino tambin en que los rboles se adapten ms asitios marginales y sean ms resistentes a plagas yenfermedades. Una vez mejorada la constitucingentica de los rboles no es necesario repetir lamanipulacin gentica, pero con ms manipulacionesquizs se obtengan mayores ganancias.

    Naturaleza de la variacin gentica. Aparentemente, laforma del rbol es una caracterstica ms heredable quela capacidad de crecimiento. Estudios con Cupressus

    lusitanica en Kenia (Dyson 1966) demostraron que eltamao del rbol era un criterio muy pobre para laseleccin de rboles de cultivo. Un estudio de 11procedencias de Tectona grandis en Tanzania demostrque la rectitud del fuste y la altura del rbol a los cincoaos se relacionaban con la procedencia, mientras queel dap no (Person 1971). Si las primeras semillas de tecaque se plantaron en Trinidad hubieran venido deTravancore, India, en vez de Tenassarim (Myanmar, hoyen da), la especie quizs se hubiera considerado unfracaso por su mala forma, gran ramificacin ycrecimiento lento (Beard 1948). Los rboles de Gmelinaarborea del frica occidental (en sitios como Enugu,

    Nigeria) tienen mejor forma que los de otros sitios(Ann. 1959d). A los cuatro aos, ensayos de 22procedencias de Swietenia macrophylla y S. humilis enPuerto Rico establecieron diferencias entre las distintasprocedencias (Geary 1969).

    Un estudio ingenioso con teca en Nigeria demostr loinapropiado que es seleccionar rboles padres slo porsu vigor aparente (Wyatt-Smith y Lowe 1972). Seseleccionaron 34 pares de rboles dominantes ysuprimidos en una plantacin no raleada de 14 aos.Los rboles dominantes tenan un dap promedio de 23,8cm; los suprimidos, 13,6 cm. Todos fueron injertados, yse compar el crecimiento en altura al cabo de un ao.Despus de eliminar las variaciones en vigor ymortalidad, no se encontraron diferencias significativasen la altura de los clones.

    Wyatt-Smith y Lowe concluyeron que la capacidad deheredar el vigor es baja, y si no se puede demostrar en elmaterial vegetativo, es an menos demostrable en la

    progenie. Concluyeron, adems, que el vigor aparenteno es un indicador efectivo de un genotipo superior,porque las influencias ambientales casi siempre logransobrepasar a los rasgos hereditarios.

    Esta baja capacidad para heredar el vigor aparente tieneimplicaciones importantes (Wyatt-Smith y Lowe 1972).Si el ambiente es casi de total importancia en ladeterminacin del crecimiento de un rbol, los expertosdeben poder elegir y cultivar rboles que se tornarndominantes, sin miedo a un deterioro disgnico delrodal. La cosecha de los rboles aparentementemejores en un rodal natural, sin embargo, no debedejar rboles suprimidos genticamente inferiores.

    Un estudio en la India (Champion 1930) prob que,aparte del vigor aparente, los rboles pueden heredar

    otras caractersticas, al comprobar que el fuste retorcidode la teca no depende del suelo ni del tratamiento(Cuadro 7-13).

    La ocurrencia de lderes sin ramas (cola de zorro) en lospinos de los trpicos se debe en parte, al clima y otrasconsideraciones del sitio, pero tambin a factoresgenticos (Ann. 1960b). Bajo condiciones favorables, P.merkusiien Indonesia produjo este tipo de crecimientoentre el 0 y el 30% de los casos, debido a caractersticasdel suelo (Hamzah y Natawiria 1974). En Malasia,Greathouse (1973) descubri que la ocurrencia de colade zorro en P. caribaea variaba del 30% en un buen sitio,

    a 47% en un sitio pobre. Sin embargo, el carcter

    Cuadro 713.Torceduras en la progenie de teca enrelacin con la fuente de semillas en India

    Progenie conFuente de semillas torcedura mxima

    rbol pariente rboles vecinos de 7+ (%)

    ImportadoDerecho Derechos 1

    LocalDerecho Derechos 25Derecho Torcidos 36Torcido Derechos 59Torcido Torcidos 65

    Fuente: Champion 1930.

    Nota: Regeneracin natural de rboles torcidos en elbosque = 72.

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    Prcticas de manejo en Plantaciones

    heredable de esta caracterstica en P. caribaea essuficiente como para que se evite su seleccin (Ledig yWhitmore 1981). Adems, los rboles que la heredan,producen ms bifurcaciones y ramas de mayoresdimetros.

    Generalmente, los rboles con cola de zorro seconsideran inferiores y se los ralea. Sus ramas grandes,ampliamente espaciadas en forma de espiral los hacensusceptibles al dao causado por el viento. Sin embargo,en un estudio con P. caribaea en Malasia, los rboles concolas de 2,15 m o ms, eran ms altos que los rbolesnormales a los seis aos en buenos sitios (Greathouse1973). Lo contrario suceda en los sitios pobres.

    Una observacin comn en los ensayos de procedenciases que existen variaciones en el momento de la

    aparicin del follaje, las cuales supuestamente reflejanlas diferencias climticas del sitio de origen. Un ensayoen Nigeria con Cedrela proveniente de Argentina, Belice,Brasil, Costa Rica, Cuba, Jamaica, Mxico y Puerto Ricodemostr que en verdad estas variaciones existen. Seformul, por lo tanto, la hiptesis de que quizs estasvariaciones afectan la tasa de crecimiento, debido a lasganancias por la correlacin entre aparicin del follaje yperodo de lluvias en la zona donde la especie se haintroducido (Omogiola 1972).

    Las semillas recolectadas en plantaciones localesexitosas pueden producir mejores resultados que la

    primera generacin de semillas importadas. Laidentificacin de las mejores fuentes de semilla localdebe ser, entonces, una prioridad para el administradorde la plantacin. La gran variabilidad observada en Zam-bia sugiri la posibilidad de que la fertilizacinprovoque distintas reacciones en eucaliptos individuales(Hans y Burley 1972).

    No es raro ver hbridos de especies creciendo juntos enplantaciones, particularmente de Eucalyptus. Algunoshbridos muestran un vigor superior al de ambos padres,pero la variabilidad de todas las caractersticas es unresultado frecuente, que se acenta en las generacionesposteriores (Hans 1974). Las caractersticas fuertementeheredadas de Eucalyptus incluyen: la tasa de crecimiento(a diferencia de la teca), segn Wyatt-Smith y Lowe(1972); el carcter de la madera, segn Pryor (1956), laresistencia a gran cantidad de insectos defoliadores ensu pas de origen. En Australia, muchas especies de Eu-calyptus abarcan grandes extensiones, pero ocurren enpequeos grupos aislados, dando raz a hbridos dentro

    del grupo (pero con toda probabilidad no entre losdistintos grupos). Esto sugiere una fuente de diversidadque vale la pena investigar (Pryor 1956).

    Las variaciones en las propiedades de la madera y las

    posibilidades de mejoramiento gentico comnmente sedan por supuestas, o se espera que resulten de la mejorade otras propiedades, como la forma del rbol. Aunqueel aumento del volumen de produccin es generalmentems importante que la mejora de la calidad de lamadera, ambos aspectos se pueden manipular en formaindependiente, por lo que se pueden mejorar al mismotiempo (Zobel y Kelliston 1973). Por ejemplo, lagravedad especfica y el grosor de la pared de las clulastraqueidas de la madera madura (clulas no perforadas)son importantes para el rendimiento de la madera y lacalidad de la pulpa y fabricacin de papel. Ambas

    caractersticas son suficientemente heredables comopara permitir ganancias econmicas importantes con lamanipulacin gentica. En P. caribaea, la gravedadespecfica se puede aumentar entre 50 y 80 kg/m3

    mediante la manipulacin (Zobel y Kelliston 1973).

    Cuando S. macrophylla y S. mahagonise hacen crecerjuntas, como lo hacen en Cuba y en Puerto Rico, sedesarrolla una forma intermedia que constituye unhbrido, que produce a la vez, una generacin F2 con lasespecies segregadas de S. mahagoniy S. macrophylla yun hbrido F1 (Marquetti et al. 1975). La formaintermedia se considera superior a las otras en ciertos

    sitios secos (Briscoe y Nobles 1966). La variacin naturalde la madera de S. macrophylla en Bolivia result en quese reconocieran cuatro distintas razas con una gama degravedades especficas que variaba del 0,55 al 0,71(Irmay 1949).

    Los siguientes ejemplos demuestran la gran variabilidaddel gnero Prosopis; todas son especies estrechamenterelacionadas, P. chilensis, P. chilensis glandulosa, P.

    glandulosa y P. juliflora (Magini y Tulstrup 1955). Deestas, las especies que provienen de las zonas ridas sontiles bajo condiciones muy secas; las de Mxico sonresistentes a las heladas; las de Argentina producen elmejor forraje; las de Per requieren buen drenaje, y lasde Argentina son las mejores en plantaciones irrigadas.

    No slo la madera de la teca es variable en cuanto adurabilidad; se ha comprobado la variabilidad de muchosrboles a travs de su mbito de distribucin natural, quesugiere que los factores genticos son en gran parteresponsables de este resultado (Da Costa et al. 1961).

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    Captulo 7

    Pruebas de procedencias de P. caribaea en Transvaal yZululandia, frica del Sur, a los 16 y 17 aosdemostraron que los rboles de semillas procedentes delatitudes ms altas producen volmenes inferiores demadera, pero tienen mejor forma (Falkenhagen 1979).

    Posibles ganancias genticas. Los intentos por mejorarrboles en plantaciones forestales tropicales son decarcter local y relativamente recientes, por lo que lasganancias que se podran lograr todava no se hancomprobado; no obstante, la informacin limitadasugiere que estas ganancias pueden ser grandes.

    La seleccin en masa en plantaciones de seis a nueveaos de P. elliottiien Queensland, Australia produjomejoras evidentes de la progenie, en cuanto a volumen yrectitud del fuste (Nikles 1966). La seleccin fenotpica

    de los rboles padres result ser muy confiable. De los400 rboles ms vigorosos y bien formados por hectrea,los padres seleccionados en masa slo rara vezprodujeron progenie cuyas ganancias no fueransignificativas, en comparacin con el testigo. Adems,esa progenie nunca fue inferior a la de control. Si bien seobtuvieron ganancias a partir de la progenie de padresseleccionados que se haban polinizado a campo abierto,las ganancias ms espectaculares provinieron de lapolinizacin controlada de los mismos rboles.

    En Australia, P. elliottiide 13 aos proveniente de rbolesseleccionados de polinizacin cerrada tuvieron

    ganancias del 6% en altura total, 21% en rectitud delfuste y 22% en volumen por unidad de rea (Ann.1972a).

    Un resumen de las ganancias genticas producidas conla manipulacin de rboles en los trpicos enumera,entre otras, troncos limpios y cilndricos, tallos derechos,madera y pulpa de calidad, ramas ms finas, copas mscompactas y una menor cantidad de madera reactiva(Venkatesh 1976). Indic que la seleccin en masa por ssola casi haba duplicado los rendimientos de Eucalyptusen Brasil, de 60 a 112 m3/ha/ao. Simplemente conconvertir rodales plus (con material previamenteseleccionado) en reas de produccin de semillas,eliminando todos los rboles indeseables, se puedeaumentar la productividad del 5 al 10%. Los huertossemilleros establecidos a partir de rboles plussobresalientes pueden aumentar la productividad entre10 y 20% en la primera rotacin; con P. caribaea estos

    huertos han proporcionado ganancias de hasta 50% entallos derechos.

    La seleccin de 25 rboles plus de ocho especies enTanzania produjo plantones con un crecimiento 10%

    ms rpido que los plantones de semillas noseleccionadas (Vaclav y Skoupy 1973).

    Venkatesh (1976) indic que es mucho ms fcilestablecer huertos semilleros con plantones, pero laganancia que producen es slo la mitad de la que seobtiene con viveros clonados. Los viveros establecidoscon rboles de progenie comprobada pueden ganarentre 35 y 45%. La hibridacin de dos especiesestrechamente vinculadas es otro enfoque de gananciagentica. Hbridos de E. camaldulensis y E. tereticornisen la India mostraron a los cuatro aos un aumento del

    30% en el crecimiento en altura y 80% en incrementodel dap, en relacin con cualquiera de las dos especies.La hibridacin tambin promete una mejoradaptabilidad al drenaje pobre, a la salinidad y a lasequa, adems de mayor resistencia a las plagas yenfermedades. La hibridacin de P. caribaea y P. elliottiien Australia produjo un hbrido F1 mejor adaptado asitios pantanosos que cualquiera de sus padres (Slee1969), y adems, mantuvo la tasa de crecimiento rpidode P. caribaea. En Australia, se registraron ganancias envolumen a los seis aos debidas al vigor del hbrido(Cuadro 7-14). Es interesante observar que los rboles sinfertilizar son los que exhiben el mayor porcentaje de

    ganancias, a partir de la hibridacin.

    La seleccin de rboles plus de Cupressus lusitanica enKenia, a razn de uno por cada 206 400 rbolesplantados produjo un aumento en el crecimiento deltronco del 125% y mejoras correspondientes en otrascaractersticas del rbol (Cuadro 7-15).

    Se esperan mayores ganancias con la hibridacin deexistencias superiores. Por ejemplo, un injerto deCedrela en una cepa de Toona es resistente al gusanobarrenador de brotes Hypsipyla grandella (Grijpma1976). Ya que las larvas de los insectos mueren albarrenar los tejidos de Toona, se ha postulado que laresistencia de la especie se debe a una sustancia txica.

    Sin embargo, si las ganancias genticas implican unadisminucin de la diversidad del germoplasma, puedeaumentar el riesgo de problemas relacionados conplagas y enfermedades (Gibson y Jones 1977).

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    Prcticas de manejo en Plantaciones

    Consideraciones econmicas en el mejoramientogentico de rboles. Los gastos controlables claves enuna plantacin forestal son los costos deestablecimiento, la seguridad del cultivo y el tiempo. Elmejoramiento gentico puede beneficiar a los tres. Siuna especie arbrea es suficientemente variable comopara reaccionar a la seleccin, y es ampliamente usada,es posible que an los beneficios mnimos sobrepasenen mucho los costos del mejoramiento (Carlisle y Teich1975).

    La utilizacin de la madera es un buen punto parainvertir en mejoramiento. La gravedad especfica es lapropiedad ms importante de la madera para la

    manufactura de pasta papelera y papel en el sur deEE.UU. (van Buijtenen et al. 1975). Cuando lasrotaciones son a corto plazo es deseable tener rbolescon gravedad especfica alta, pues generalmente es mscaro refinar o usar aditivos para modificar laspropiedades del papel, que lograr el mismo resultadousando la gentica o la silvicultura.

    Un aspecto econmico importante del mejoramiento esla capacidad de predecir desde un inicio el desempeoposterior del rbol. En las pruebas de procedencias de P.

    caribaea en Transvaal y en Zululandia, las caractersticasgenticas posteriores estaban fuertementecorrelacionadas con caractersticas ya evidentes a losocho aos (Falkenhagen 1979). Por lo tanto, quizs seaconveniente esperar hasta obtener resultados con laspruebas de progenie, antes de realizar programasextensos de plantacin (Champion 1943).

    El mejoramiento del rbol como un aspecto del manejo.Al igual que la silvicultura, el mejoramiento del rboldebe considerarse parte integral del manejo forestal. Unaamplia base gentica es tan importante como eldesempeo de un fenotipo. A la larga, las prcticassilvcolas, cuyo enfoque principal se centra en uncrecimiento rpido, podran comprometer laproductividad, produciendo un exceso de madera concaractersticas juveniles y relaciones desfavorables demadera juvenil y madura (Bevege 1976).

    Cuadro 715.Ganancias obtenidas con la seleccinen Cupressus lusitanica en Kenia

    Caracterstica Ganancia (%)

    Volumen del fuste 125Rectitud del fuste 30

    Reduccin de cancro y acanalado 85Reduccin de ramas por fuste 13Mejora del ngulo de la rama 42ndice de nudosidad 45

    Fuente: Dyson 1969.

    Cuadro 714.Vigor hbrido de Pinus caribaea y P. elliottiien Australia

    Volumen medio (m3/cien rboles)Existencias Sin fertilizante P NP NPK y Cu

    P. elliottiiand P. caribaea 3.8 38.9 34.0 38.4Hbrido 9.6 60.0 59.5 43.6

    P. elliottiiand P. hondurensis 3.3 43.5 39.2 30.9Hbrido 14.7 75.6 68.0 53.2

    P. caribaea and P. hondurensis 1.7 33.4 25.6 20.2Hbrido 6.5 52.7 38.8 34.0

    Ganancia medio, porcentaje 250.0 63.0 68.0 46.0

    Fuente: Ann. 1972b.

    Nota: NPK y Cu = Nitrgeno, fsforo, potasio y cobre.P. caribaea = P. caribaea caribaea. P. hondurensis = P. caribaea hondurensis.

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    Captulo 7

    En Australia, los rboles de P. caribaea en plantacionesdesarrollan poca madera madura, en comparacin conlos rboles que ocurren en forma natural, y son, por lotanto, de una densidad mucho menor (Hughes 1968a).Esto puede reducir su valor para la construccin pesada,

    aunque s es apropiada para la ebanistera. La maderapara pasta papelera proveniente de plantaciones decrecimiento rpido de P. caribaea es de una calidad su-perior que la de bosques naturales. La gran variabilidadnatural que esta especie exhibe es, en parte, de carctergentico. El manejo debe clasificar y controlar estaspropiedades genticas para mejorar la utilizacin(Hughes 1968a).

    Las plantaciones se convertirn en las fuentes msimportantes de material gentico, a medida que elabastecimiento futuro de madera depende cada vez ms

    de los rboles plantados. Al completarse las coleccionesde material gentico, las mejores fuentes de genesprovendrn de plantaciones. Como parte ntegra delmanejo, se ha sugerido el almacenaje de distintasfuentes en parcelas de 10 ha (Willan 1973). Debido alvalor de este material para la produccin futura, laplantacin le dar una mayor proteccin que a campoabierto. Aunque no ser posible salvaguardar todo, sedebe conservar algo ms que slo los mejores rboles(Zobel 1978a): se deben preservar las caractersticas decada procedencia como unidades separadas, mediantela conservacin de muchos rboles representativos.

    Cmo efectuar el mejoramiento de los rboles. Antes decomprobar si el mejoramiento forestal de ciertos rboleses de carcter prctico, se debe aplicar una seleccininter-especfica para eliminar los rboles indeseables, anivel de especie. De ese modo, es posible que lascaractersticas del genotipo y fenotipo dentro de laespecie estn relacionadas y recompensen la seleccincon buenas caractersticas visibles.

    El mejoramiento se debe hacer en una secuencia depasos progresivos cada vez ms intensivos, que incluyenalgunos o todos los siguientes (Cooling 1967, Jones, N.1967):

    Identificar el origen de la semilla de los rbolesestablecidos.

    Asegurar, a partir de una gama de procedencias, unabase gentica adecuada para una buena seleccin.

    Comparar el desempeo de rboles de distintasprocedencias.

    Seleccionar rodales de caractersticas superiores.

    Mientras no se cuente con fuentes de semillasapropiadas, usar los rodales superiores identificados.

    Seleccionar fenotipos superiores.

    Usar plantones de polinizacin controlada, demuchos fenotipos superiores para establecer huertossemilleros temporales.

    Seleccionar los plantones de polinizacin controladao la progenie de propagacin vegetativa (incluyendocultivo de tejidos) de fenotipos superiores; preservar

    los mejores en una coleccin de clones. Usar plantones o propagacin vegetativa para

    desarrollar (a partir de la seleccin de progenie)huertos semilleros clonados, adecuados para unaplantacin en gran escala.

    Continuar la bsqueda de fenotipos sobresalientespara una mejora futura, e incluir nuevos y mejoresgenes en la coleccin de clones y huertos semilleros.

    Comprobar mediante anlisis el potencial de loshbridos.

    Una etapa inicial e importante en el desarrollo derboles superiores es el establecimiento de fuentestemporales de semillas (Kelliston 1969), que han deservir hasta que los huertos semilleros alcancen la etapade produccin comercial. Estos son rodales plus dondese han eliminado los fenotipos indeseables y alrededorde los cuales se han colocado barreras de aislamientopara protegerlos contra el polen de afuera. La progeniede tales zonas generalmente no ha sido comprobada, asque faltan las pruebas de superioridad. Sin embargo, laexperiencia ha demostrado que los rboles de semillasrecogidas en tales zonas son superiores a las de parcelascomerciales en cuanto a uniformidad, forma yresistencia a las plagas (Kelliston 1969).

    Donde se espera establecer plantaciones de 75 000 ha oms, se deben establecer huertos semilleros diseadospara maximizar el emparejamiento de rboles

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    Prcticas de manejo en Plantaciones

    seleccionados por sus caractersticas deseables. Para unhuerto semillero se necesitan al menos 25 clones,preferiblemente de 50 a 100; deben ser plantados aldoble de la densidad final y dispuestos al azar paraasegurar la separacin de los rametos de cada clon. La

    fertilizacin y la irrigacin pueden estimular la floracin.

    Todas las caractersticas no son totalmente heredadas,como lo indica el ejemplo del vigor de Tectona grandis(Wyatt-Smith y Lowe 1972). Por lo tanto, si se desealograr resultados ptimos se debe determinar lo antesposible en el proceso de seleccin, hasta qu punto lasdistintas caractersticas son heredables, porque laseleccin de ciertas caractersticas podra impedir que sefavorezcan otras.

    En frica oriental, el proceso de seleccin comenz con

    plantaciones de pino de al menos diez aos de edad ydiez metros de altura o ms (Dyson y Paterson 1966). Elpersonal de campo hizo la primera seleccin con baseen fustes rectos y cilndricos, copa estrecha, ausencia deenfermedades, fertilidad y tamao relativo en relacincon cinco rboles cercanos. Otras caractersticas que seconsideran valiosas son: persistencia del lder, simetrade la copa, pequeez de las ramas, ngulo estrecho delas ramas, buen podado natural, declinacin leve deltronco, ausencia de ramas epicrmicas, y cantidadmnima de races tabulares (Jones, N. 1967). En rbolesseleccionados al azar se debe comprobar: los anillos decrecimiento, el porcentaje de madera madura, el largo

    de la fibra, la densidad y el ngulo del veteado. Lacalidad de la madera es un criterio de seleccinimportante, tanto como la forma y tipo de ramificacin(Hughes 1973).

    Los criterios de seleccin de P. caribaea en Surinam(Teunissen y Voorhoeve 1973) incluyen los siguientes:

    Hbito, rectitud, falta de bifurcacin, copa llena,dimetro y altura por encima de los rboles vecinos.

    Ramas que salen a un ngulo de 90 del tronco.

    Ndulos que no resaltan demasiado.

    Florecimiento completo ms tarde que el promedio yde abundancia mediana.

    Pocos verticilos por metro de fuste.

    Pocas ramas por verticilo.

    Baja razn entre dimetro de las ramas y dimetro deltallo.

    Alta razn entre circunferencia a media altura ycircunferencia a un dcimo del largo.

    En Australia, los criterios de seleccin han incluidopropiedades aceptables de la madera, como un mnimode grano en espiral, fibra larga y densidad bsicamoderada (Ann. 1968b).

    En Ghana, la seleccin de rboles plus de calidad deexportacin entre gneros nativos, comoAfrormosia,Entandrophragma, Khaya, Tarrietia, Terminalia yTriplochiton, ha sido guiada por los siguientes criterios

    (Britwum 1970): 1) tronco con gambas pequeas, librede acanalados, torceduras y otras irregularidades; 2)tronco de 30 m o ms; 3) sin evidencia de grano enespiral; 4) ramas pequeas con buena poda natural; 5)ausencia de enfermedades o daos. Con los rbolesseleccionados de esta manera se establecieron loshuertos semilleros.

    Los empeos para mejorar los rboles de E. degluptacomenzaron con la coleccin de semillas de todas lasvariantes aparentes en su mbito de distribucin natural(Davidson 1973b). Cuando las pruebas de procedenciasalcanzaron entre 11 y 20 aos de edad, se seleccionaron

    los rboles superiores con base en el vigor, forma ydensidad de la madera. Luego, se establecieron huertossemilleros con las semillas de fenotipos seleccionados,despus de eliminar el material inferior. El espaciamientodel huerto fue amplio para fomentar la produccin desemillas. Tambin se establecieron huertos de clonesmediante esquejes e injertos de los fenotipossobresalientes.

    A partir de su experiencia con E. deglupta, Davidson(1973b) lleg a conclusiones de aplicacin general.Debido a que el potencial del crecimiento de la especiepareca en general adecuado, el objetivo era lograr launiformidad. Ya que se haban determinado bajosrendimientos de celulosa, esta era una oportunidadvaliosa para mejorar esta caracterstica. La densidad dela madera era muy variada; otra caracterstica suscep-tible de mejoramiento. Sin embargo, ya que la densidadde la madera es afectada por la tasa de crecimiento, el

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    Captulo 7

    objetivo principal deba ser la uniformidad. La variacindel largo de la fibra fue poco variable y no justificabamucha atencin.

    El momento de floracin y otros factores favorecen la

    autopolinizacin de los eucaliptos (Eldridge 1976). Casitodas las especies ensayadas se autopolinizan hastacierto punto. Hasta que los sistemas para elmejoramiento de los eucaliptos y las consecuencias dela seleccin se entiendan mejor, se debe suponer queuna gran cantidad de emparejamientos no ocurre al azarcon bajas condiciones heredables; por consiguiente, losprogramas de mejoramiento deben enfatizar la seleccina nivel de familia y no de fenotipos individuales(Eldridge 1976).

    La intensidad de la seleccin en masa debe variar con el

    tamao y la calidad de la fuente de semillas y elpropsito de la coleccin. Para plantaciones pequeas (odentro de aquellas que ya se han mejorado y son msuniformes desde el punto de vista gentico), se puedeseleccionar hasta un quinto de los rboles (Nikles 1973);pero en plantaciones sin mejorar para establecer huertosclonales no comprobados slo se requiere uno entre24 000 rboles. Ensayos semejantes a partir de bancosde clones y pruebas de progenie polinizada en campoabierto con Cupressus lusitanica y P. patula en Colombiahan seleccionado hasta uno entre 82 000 (Gutirrez yLadrach 1978).

    El espaciamiento en zonas de produccin de semillas escrtico para el rendimiento. La cantidad de polenproducido por plantaciones de 13 a 16 aos de edad deP. taeda en Australia fue mayor con 262 rboles porhectrea y menor con 608 rboles por hectrea (Cuadro

    7-16).

    La produccin de conos refleja no slo la disponibilidaddel polen sino tambin el xito de la polinizacin. Flo-rence y McWilliam (1956) descubrieron que laproduccin de conos de P. taeda en Australia habareaccionado significativamente a la calidad del sitio. Losefectos del espaciamiento sobre la produccin de conosen una plantacin de 13 a 16 aos de P. elliottiiy Arau-caria cunninghamiien Australia se muestran en elCuadro 7-17. La cantidad de semillas de P. elliottiiporcono vari con la disponibilidad de polen,

    disminuyendo en rodales densos donde haba unacantidad muy reducida de polen. A densidades de 140 a450 rboles por hectrea, el promedio de semillas porcono fue de 100; y con una densidad de 790 rboles porhectrea slo se produjeron 86 semillas por cono (Flo-rence y McWilliam 1956). Estos estudios recomiendanespaciamientos de 7,3 m x 7,3 m, o 187 rboles porhectrea en zonas raleadas para la produccin desemillas. A los 20 aos, los rodales plus raleados hastalograr estos espaciamientos deban rendir 62 conos de P.elliottiipor rbol y 28 kg de semillas viables porhectrea, y 70 conos deA. cunninghamiipor rbol y1120 kg de semillas viables por hectrea (Florence y

    McWilliam 1956).

    Los huertos se pueden plantar en forma densa, con el finde separar algunos de los genotipos ms adelante(Shelbourne 1973). Una vez que se han completado losensayos de progenie, se puede establecer un nuevohuerto con los rboles que presentan las mejoresposibilidades de combinar las caractersticasseleccionadas.

    En el neotrpico se trabaja fuertemente en la seleccinde procedencias. En 1962, se ensayaba con acodado alaire de P. caribaea en Trinidad como inicio de ensayos declones (Chalmers 1962). En 1976, en Brasil se ensayabacon tres variedades de P. caribaea, adems de P. elliottiidensa, P. kesiya, P. oocarpa y P. pseudostrobus; 31procedencias, en 13 lugares distribuidos en tres estados.Mxico tiene un programa similar al de Brasil (Patio1976).

    Cuadro 716.Produccin de polen de Pinus taedaen relacin con el espaciamiento de huertossemilleros de 13 a 16 aos en Australia

    Amentos machosa

    Nmero de rboles Por rbol Por hectreapor hectrea (miles) (cientos de miles)

    128 60 78163 57 93

    262 50 132403 24 95608 3 19

    1,902 2 42

    Fuente: Florence y McWilliam 1956.aLos amentos son espigas de flores unisexuales sin ptalos.

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    Prcticas de manejo en Plantaciones

    Cuadro 717.Efecto del espaciamiento en la produccin de Pinus elliottiiandAraucaria cunninghamiien Australia

    No. de rboles Conos por hectreapor hectrea No. de conos por rbol (miles)

    P. elliottii148 40120 5.516.5198 3285 6.417.6445 845 3.620.8790 214 1.616.2

    A. cunninghamii247 5485 13.221.1445 3265 12.128.9692 1144 6.830.1939 1118 9.417.2

    1,423 58 5.310.8

    Fuente: Florence y McWilliam 1956.

    RotacinUna buena rotacin es bsica para la planificacin y elmanejo de una plantacin. Refleja el tamao del rbolrequerido para la cosecha final y el perodo decrecimiento esperado para lograrlo. Sin embargo, en lostrpicos las plantaciones rara vez se han establecido conel fin de satisfacer demandas futuras. En consecuencia,la plantacin se hace al clculo, fijando tentativamenteel tamao final del rbol y la rotacin, debido a cambios

    imprevistos del mercado, fluctuaciones econmicas otasas de crecimiento no comprobadas. Estaincertidumbre no va en contra de una planificacinracional; simplemente confirma que el primer cultivo encualquier sitio no necesariamente crece segn loestablecido por las fuentes mejor informadas. A estaincertidumbre se aade la gama de dimetros cada vezms amplia a medida que la plantacin crece, lo quesugiere distintos perodos de crecimiento en rodalesdistintos. Las restricciones de mercado para rbolespequeos -por mucho tiempo un serio obstculo a lasilvicultura intensiva en el trpico- se han reducido hastatal punto que algunas rotaciones se han acortadodrsticamente.

    Se reconocen varios tipos de rotaciones (Fenton 1968);una rotacin fsica para satisfacer una necesidad real oanticipada; una rotacin silvcola para optimizar laregeneracin natural; una rotacin tcnica paraproductos especficos; una rotacin de produccinmxima para obtener un rendimiento mximo por ao

    de madera comercial; y una rotacin financiera paragenerar el mayor rendimiento posible de un rea for-estal.

    En el caso de la lea, la rotacin financiera tiende a serms larga que la rotacin de produccin mxima porquees ms barato cosechar rboles grandes que pequeos,pero tiende a ser ms corta que la rotacin de laproduccin mxima de rboles grandes debido al costo

    de las inversiones. Es posible que la duracin de larotacin financiera se extienda al subirpronunciadamente el valor de los rboles de dimetroms grande.

    Es deseable seleccionar una rotacin desde el principio,aunque en ese momento puede ser una decisinarbitraria, porque pocos estudios documentan los costosy reacciones ante prcticas como el raleo, y los efectosdel tamao y la edad del rbol en la calidad y valor delproducto (Fenton 1968).

    La variedad de mercados ha producido grandesdiferencias en el largo de la rotacin. Cuando elproducto es madera para lea, las rotaciones no debenexceder el tiempo necesario para lograr la culminacindel incremento medio anual. Las limitacionesprincipales en este caso son la gran proporcin decorteza y el costo del manejo de rboles pequeos. ParaLeucaena leucocephala se recomendaron rotaciones deslo 2 a 3 aos desde hace mucho tiempo (Matthews1914), con

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    un dap promedio de 5 cm y una altura de slo 3 m.Estudios ms recientes de las variedades gigantes deLeucaena muestran un triple aumento de la biomasa porrbol entre el tercer y cuarto ao (1,7 a 5,5 kg), lo quesugiere una cosecha ms tarda si se logra un

    crecimiento sostenido por unidad de rea (Pathak et al.1981).

    Casuarina equisetifolia, comnmente usada como leaen el trpico oriental, ha sido manejada con unarotacin de seis a diez aos (Raghavan 1947). Al otroextremo est la teca en lo que hoy es Myanmar, durantela dcada de los 1950, con una rotacin de 150 aospara rboles de 70 cm dap en sitios hmedos y 60 cmen sitios secos (Aung Din 1957). Dos factores tienden areducir las rotaciones largas: la creciente escasez demadera grande en los bosques naturales ha hecho que el

    mercado se ajuste a rboles de menor tamao; tambin,el aumento de la poblacin y la demanda regional porproductos de madera menos especializados hanpermitido cortas intermedias, con lo que disminuye laduracin media de la rotacin.

    La especie africana Aucoumea klaineana, una fuentevaliosa de madera de enchapar, se ha plantadoextensamente en Gabn (Catinot 1962). Los raleosprovocaron rebrotes vigorosos que condujeron aestudios sobre el posible uso como madera para pulpa.En plantaciones de 750 rboles por hectrea, el volumende madera se duplic entre el 7o y 10o ao, y otra vez

    ms entre el 10o y el 18o ao (Leroy-Deval 1975). Sinembargo, debido a que el crecimiento real comenz areducirse despus del 11o ao, se lleg a la conclusinque la mejor rotacin para obtener madera para pulpa sehallaba entre el 11 y 12 aos.

    Calidad de la madera. A medida que la rotacinaumenta, se reduce el porcentaje de duramen de bajacalidad y el porcentaje de madera de fibra inclinada,particularmente en los pinos (Fielding 1967). De lamisma manera, aumenta el largo promedio de la clula,la gravedad especfica promedio (aunque puededisminuir en ciertas especies latifoliadas) y el porcentajede duramen. Todas estas tendencias favorecen rotacionesms largas para madera de calidad.

    Para la produccin de papel, la rotacin corta enespecies latifoliadas tiene varias desventajas. La madera

    juvenil tiene un mayor porcentaje de madera reactiva,

    aunque en rotaciones de al menos ocho aos, lagravedad especfica y los rendimientos de pulpa puedenigualar a la madera madura (Einspahr 1976). La energarequerida para moler la pasta y el tiempo de coccin sonmenores para la madera de rotacin corta, aunque para

    las conferas, los requisitos qumicos quizs sean msaltos. Sin embargo, la presencia de una mayor cantidadde corteza puede reducir el rendimiento en papel y laresistencia al rasgado.

    Rotaciones con Eucalyptus en frica del Sur (E. grandis,principalmente) han sido de: 6 a 10 aos para postes,pulpa y postes para mina; 10 a 14 aos para postestelefnicos, y 14 a 30 aos para madera de aserro yenchapado (Poynton 1981).

    El crecimiento del rbol y del rodal ayuda a determinar

    la rotacin ptima, aunque varan con el sitio, condicindel rodal, especie y mtodo de medicin. Assman (1970)ha enumerado algunas fuentes universales de variacin,entre ellas:

    La edad del rbol determina no slo la tasa decrecimiento y rendimiento durante perodos limitadosde crecimiento, sino tambin el rendimientopromedio para la edad promedio del rbol.

    Para cada categora de edad hay ms rboles en sitiospobres.

    Para cualquier altura media dada, hay una menorcantidad de fustes por unidad de rea en sitios pobres.

    A la misma altura de corta, las especies exigentes deluz tienen menos representantes por unidad de reaque las especies tolerantes.

    El dimetro medio del rbol es, en realidad, elpromedio cuadrtico que corresponde al rea basalmedia del rbol. (Este promedio es aproximadamenteel de un tronco de volumen medio).

    La altura dominante, una medida til para estimar elvolumen, es el promedio de los 100 rboles conmayor dap en una hectrea.

    El incremento del rea basal puede culminar ydeclinar antes de alcanzar un rendimiento deimportancia.

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    rendimiento mltiple presentan el desarrollo del rodalbajo varios grados de cortas intermedias (raleos ligeros,pesados o bajos). Estas tablas deben ser revisadas amedida que las prcticas cambian.

    Las tablas o funciones de rendimiento de densidad vari-able son ms verstiles porque permiten predecir losresultados de cualquier tratamiento intermedio. Se basanen estudios de rboles y no de rodales, para los cuales senecesitan datos sobre crecimiento del rbol bajo unagran variedad de condiciones; luego, se deduce eldesarrollo del rodal con base en el desarrollo de losrboles. Cuando estn bien preparadas, estas tablas sepueden adaptar a cualquier bosque y a cualquierrgimen de raleo.

    Los siguientes criterios se han establecido en la zona

    templada para predecir el volumen y el crecimiento delos rboles(Assman 1970):

    1. El volumen del rbol a partir del dap y la altura total(R, el coeficiente de determinacin o el cuadrado delcoeficiente de correlacin = 0,99; o sea que explicael 99% de la variacin).

    2. El volumen del rodal a partir del rea basal del rodal yla altura de los 100 rboles ms grandes por hectrea(R = 0,99).

    3. El incremento diamtrico a partir de la edad del rodal,

    la altura de los rboles dominantes, el dap de losrboles, el dap medio del rodal, el intervalo de raleosy el porcentaje del rea basal eliminada por el raleo(R = 0,93).

    4. El incremento en altura a partir del dap medio inicialdel rodal, la altura inicial del rbol, la edad inicial yel dap inicial del rbol (R = 0,94).

    5. El incremento del rea basal a partir de la edad inicialdel rodal, la altura de los 100 rboles ms grandes porhectrea, el rea basal inicial por hectrea, elporcentaje del rea basal eliminada durante el raleo,el intervalo de raleos y el dap medio inicial delbosque (R = 0,96).

    6. El incremento del volumen a partir de los siguientesparmetros: el IMA en dap entre raleos, la edad inicialdel rbol, el dap inicial del rbol, la altura inicial y laaltura media de los 100 rboles ms grandes (en dap)por hectrea (R = 0,93).

    Cuando se comparan los volmenes en el campo, lostrabajadores comnmente suponen que todos los rbolestienen un factor de forma nico. En frica oriental, elmismo factor de forma fue aplicable a Cupressuslusitanica, E. saligna y P. patula (Osmaston 1961). En

    Uganda se desarroll un silve para efectuarcomparaciones rpidas de los volmenes, el cualequivale al dap2 (en pulgadas) multiplicado por la alturatotal (en pies) y dividido por 500 (Osmaston 1961). Estaecuacin vara de 0,96 para un rbol de 4 pulgadas dapy 30 pies de altura, a 138,24 para un rbol de 24pulgadas dap y 120 pies de altura. En el sistema mtrico,el silve correspondiente es dap2 (en centmetros),multiplicado por la altura total (en metros) y dividido por1000; o 1,0 para un rbol de 10 cm dap y 10 m dealtura, y 144 para un rbol de 60 cm dap y 40 m dealtura.

    Tratamiento de la plantacinSembrar las plantas es meramente un preludio alestablecimiento de una plantacin. Slo en zonasexcepcionales es posible asegurar mediante la siembrasolamente, la supervivencia y el desarrollo de unaplantacin satisfactoria.

    Proteccin. El primer requisito para el xito de unaplantacin es protegerla de peligros, como incendios,pastoreo u otro dao producido por los animales, y lastransgresiones de los seres humanos. Los vecinos dellugar pueden jugar un papel clave, previniendo,

    informando y controlando problemas de esta ndole.Una manera de fomentar el apoyo es involucrarlos en elplaneamiento y en las oportunidades de empleo que lasplantaciones ofrecen. Si los incendios constituyen unserio problema, quizs sea necesario educar oconvencer a los residentes sobre las consecuencias,adems de entrenarlos y equiparlos para que puedanluchar como voluntarios contra los incendios.

    Control de la vegetacin. La experiencia a nivel mundialha demostrado que se necesita un control delcrecimiento de la vegetacin indeseable (malezas), en lamayora de los sitios forestales. Los rboles recinplantados tienen sistemas radiculares muy pequeos yacaban de sufrir el trauma del trasplante. En climashmedos, las hierbas y las trepadoras tienden a ahogaran a los rboles de crecimiento rpido, plantados enlos sitios bien preparados. En climas secos, compiten porel agua escasa con los rboles que se han plantado. Uncierto control de la vegetacin es esencial para el xitode la mayora de las plantaciones. Bajo condiciones

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    Prcticas de manejo en Plantaciones

    adversas, plantaciones enteras pueden ser destruidas porun crecimiento sin control.

    Las malezas de los trpicos hmedos constituyen unproblema tan serio que uno de los requisitos principales

    de las especies a ser plantadas en la regin es un rpidocrecimiento inicial en altura. De hecho, en ciertoslugares se habla de un crecimiento mnimo de 1,5 m dealtura para el primer ao (Lamb 1969b).

    La invasin de las plantaciones jvenes por unavegetacin pionera de crecimiento rpido puede ser odaina o beneficiosa. En Gabn, la invasin de Musangacecropiodes en plantaciones deAucoumea se consideradaina, y se recomienda su eliminacin (Deval 1967). Ala inversa, la invasin de Cecropia y Simarouba enplantaciones de Swietenia macrophylla en Martinica,

    prcticamente elimin los ataques del gusanobarrenador de los brotes de la caoba, evidentementedebido a la mayor sombra que estas especiesproporcionan (Marie 1949).

    La intensidad ptima de desmalezado se debedeterminar localmente. Por un lado, un crecimientoexcesivo de malezas en un bosque de rebrotes de tecaredujo su productividad (Laurie 1934a); pero por otro, elhecho de mantener a las plantaciones de cauchoconstantemente libres de malezas result en un sueloerosionado que redujo la productividad (Haines 1934).No obstante, la limpieza a fondo de G. arborea plantada

    a 1,2 m x 1,8 m, en lo que hoy es Malasia, permiti eldesarrollo de un dosel cerrado en 18 meses (Ann.1948c).

    Las necesidades de desmalezado varan con el sitio. Ensitios hmedos, la competencia puede darse por msnutrimentos o por ms luz, as que se debe asegurar lailuminacin solar directa. El crecimiento de las malezases rpido y debe ser controlado para que los rbolesestn libres al menos durante los primeros cuatro a seismeses. El crecimiento de malezas y trepadoras y,preferiblemente de sus races, debe ser cortado odestruido en un radio de al menos 1 m alrededor decada rbol. Con algunos espaciamientos, esta prcticacasi equivale a la limpieza total. Sin embargo, unalimpieza de tal intensidad ya no es necesaria cuando losrboles alcanzan 2 m de altura.

    En sitios secos, la competencia es por el aguaprincipalmente, por lo que las malezas se debeneliminar a una distancia mayor, de hasta un radio de 1,5

    m o ms, para evitar el contacto con el plantn. Lasmalezas se deben arrancar de raz (Dawkins 1955b,Laurie 1941a). En Zambia, la limpieza alrededor de cadarbol de P. kesiya en un bosque seco de miombo noestimul el crecimiento inicial (Endean y Jones 1972);

    aunque la teca en Tanzania aument la altura en un 57%durante el primer ao despus de una limpieza total(Bryant 1968).

    La intensidad de desmalezado tambin depende de lasespecies de rboles y de malezas que se hallanpresentes. Por ejemplo, en Puerto Rico, P. caribaeacreci a travs del pasto matojo (Andropogon licormis)despus de una limpia inicial alrededor de cada rbol;pero con pastos como Panicum maximum y Pennisetum

    purpureum se necesitaron hasta seis limpiezas durantelos primeros 17 meses (Geary y Zambrana 1972). La

    facilidad de controlar las malezas es un criterioimportante cuando se clasifican los sitios de plantacin.

    Un experimento en lo que hoy es Sri Lanka permitideterminar la intensidad de desmalezado para Eucalyp-tus y otras especies de hoja ancha (Holmes 1941). Secompararon tres patrones de desmalezado: limpiezatotal de la zona entera, limpieza en franjas en las hilerasde plantacin y limpieza en parches alrededor de cadarbol. Las especies de Eucalyptus se consideraronestablecidas a una altura de 2 m, y las dems especies alos 3 m.

    La limpieza total arroj una leve ventaja sobre los demsmtodos al principio, pero al final del primer ao, losrboles en franjas la haban alcanzado, y durante elsegundo ao, los rboles de limpieza en parchestambin la haban alcanzado. La mejor combinacin demtodos fue efectuar una limpieza total durante elprimer ao, seguido por una limpia en franjas durante elsegundo. Los arboles tratados de este modogeneralmente lograban establecerse en dos aos, y parael tercer ao ya todos lo haban logrado.

    La necesidad de desmalezado no cesa con la mismarapidez en todas partes. Una plantacin de tres aos deCupressus lusitanica en Colombia haba alcanzado undap promedio de 2,8 cm y haba sobrepasado hacatiempo ya a la vegetacin herbcea, pero careca devigor y tena una apariencia clortica. Cuando seelimin un parche denso de pastos Melinus minutifolia,el dimetro de los rboles aument un 50% ms que losrboles sin tratamiento.

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    Captulo 7

    Para determinar si es necesario replantar, se requiere uncontrol continuado de la supervivencia inicial de laplantacin, ya que la competencia de las malezas puedeprovocar una mortalidad progresiva. Con frecuencia, lasevaluaciones se efectan de manera descuidada, sin

    datos confiables del porcentaje de rbolessobrevivientes, o del lugar y momento en que ocurri lamortalidad. Se deben seleccionar hileras de muestraspermanentes, con un nmero fijo de rboles en cadauna, seleccionadas al azar y en suficiente cantidad paraasegurar que se ha abarcado toda la gama decondiciones del sitio. Las observaciones deben indicarlas posibles causas de mortalidad y la cantidad derboles vivos y muertos. La frecuencia de lasevaluaciones se debe determinar localmente; la primeraevaluacin debe hacerse antes de terminar la siembrapara llenar los espacios de una vez. Quizs se necesiten

    ms verificaciones para detectar los efectos de climasanormales.

    Es normal la prdida de rboles en el momento de lasiembra o inmediatamente despus, as que en elpresupuesto inicial del proyecto se deben incluirdisposiciones para el replantado. Los rboles se puedenperder por exposicin durante el plantado, por lamanipulacin durante la siembra, o por condicionesadversas del clima justo despus del plantado. Debido aque se planta una mayor cantidad de rboles de la quese cosecha, tales prdidas son tolerables hasta ciertopunto. En Mxico, se consideran aceptables prdidas

    bien distribuidas de hasta 75% (Martnez McNaught1978). Sin embargo, si la mortalidad cubre reas losuficientemente grandes como para permitir unainvasin seria de malezas, es mejor replantar. Esto sedebera hacer durante el primer ao para evitar que losrboles replantados sufran una desventaja permanente.El replantado representa una inversin ms,generalmente cuesta ms por rbol que el plantadoinicial, y puede resultar en mayores costos de limpieza.Por ello, las causas de la mortalidad de la siembra inicialdeben ser investigadas, y en trminos econmicos se

    justifica eliminarlas hasta donde sea posible.

    Las experiencias en el sur de Brasil han demostrado quelos eucaliptos comnmente requieren limpieza durantedos a tres aos (Simoes et al. 1976). Donde elcrecimiento es rpido (hasta 4,5 m de altura a los 12meses), tal vez no se necesite mayor limpieza. Los pinosde crecimiento lento son ms capaces de competir conlas malezas en el sur de Brasil, as que la limpieza puede

    ser innecesaria. Los eucaliptos se limpian dos veces alao; los pinos, cuatro o cinco veces en total.

    En Jari, a lo largo del Amazonas, las malezas ms seriasde las plantaciones son los rboles de Crecopia spp., los

    cuales se envenenan o cosechan para celulosa(Woessner 1980a, 1980b). En Trinidad, se eliminan lasmalezas y las trepadoras de las plantaciones de P.caribaea durante tres aos (Lackhan 1976). La necesidadde limpiar las malezas perdura ms tiempo en los sitioshmedos; en las plantaciones de pinos en las montaasmuy hmedas de Costa Rica se requieren limpiezashasta por siete aos (Salazar 1978).

    En las praderas de Papa - Nueva Guinea, lasplantaciones de pinos requieren tres limpias durante elprimer ao, dos durante el segundo y una durante los

    aos tres y cinco (Lamb 1974). En la India, plantacionesde E. tereticornis comnmente se limpian dos o tresveces al ao durante tres aos (Lohani 1978). En Fidji, lalimpieza y corta de trepadoras en plantaciones de S.macrophylla se hace durante cinco aos (Busby 1967).

    En hileras de plantaciones bajo dosel se deja bosquenatural para reducir el control de malezas; no obstante,es un error comn suponer que los rboles plantadosbajo cubierta crecen sin necesidad de limpiar demalezas. Si los rboles plantados han de crecer,necesitan luz solar directa, que las malezas puedenoscurecer rpidamente.

    De hecho, limpiar rboles plantados dentro de unbosque natural es una tarea casi equivalente aldesmalezado de plantaciones a campo abierto. Losclaros sobre rboles plantados estimulan su crecimiento,pero tambin el de las trepadoras. Aunque las malezasno son tan exuberantes en un bosque natural como loson al abierto, se necesitan prcticas de manejo(particularmente la corta de trepadoras) durante cincoaos o ms. Las copas de otros rboles que se inclinansobre los rboles plantados tambin se deben reducirradicalmente.

    Un estudio efectuado por Dawkins (1956) en Ugandademuestra las limitaciones de abrir claros en forma decorredores encima de rboles plantados bajo cubierta.La tala de todos los rboles de hasta 10 m de altura erados veces ms caro que abrir corredores; sin embargo,estos se cerraron en 18 meses, suprimiendo casi porcompleto a los rboles plantados. La eliminacin detodas las ramas traslapadas requerira casi una tala rasa.

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    Prcticas de manejo en Plantaciones

    El desyerbado se puede hacer a mano, a mquina o conherbicidas. Segn Evans (1992), los mtodos manualesrequieren la menor destreza y supervisin y los mtodosqumicos la mayor. Donde los pastos densos se debenquitar por completo, el costo de la mano de obra (o

    valor de empleo) fue de 25 das-hombre por hectreapara limpieza manual, de 6 a 15 para limpieza mecnicay de 1 a 2 para limpieza qumica.

    Tradicionalmente, las plantaciones pequeas (o las quese encuentran en terreno difciles) se desyerban a mano,con machetes y azadas. La mayora de los trabajadoresusan machetes con destreza, probablemente laherramienta ms comn de la regin. Sin embargo, espeligrosa y con frecuencia causa lesiones, tanto a losrboles plantados como a los trabajadores. Elentrenamiento de los trabajadores en el uso de esa

    herramienta quizs parezca redundante pero an los quetienen gran experiencia se han de beneficiar,aprendiendo tcnicas de seguridad. Una tcnica essujetar la vegetacin con un palo bifurcado mientras sedan las cuchilladas. Otra es mantener una vigilanciaconstante por obstrucciones u otros trabajadores,mientras se dan las cuchilladas. La gente rara vez usazapatos de seguridad y corazas para cubrir la parte ante-rior de la pierna, porque quizs no les parezca prctico,pero que suelen prevenir heridas. Adems, los equiposde trabajadores se deberan entrenar y equipar parasuministrar auxilio de emergencia.

    En el sur de Brasil, es comn el desmalezado mecnicocon arados de discos (moto-azadas) y roto-cultivadores(Simoes et al. 1976). El espaciamiento entre las hilerasdebe ser suficientemente amplio para que entre lamaquinaria. Sin embargo, an donde el uso del equipomecnico es apropiado, la limpieza entre franjas debehacerse a mano.

    Los herbicidas con frecuencia son ms efectivos que eldesmalezado mecnico. Una desventaja de ciertosherbicidas es la dificultad de transportar el solvente(aceite o agua) al sitio. Sin embargo, con los herbicidasse requiere un menor esfuerzo y la zona queda libre demalezas por un perodo ms largo. Los herbicidaspueden eliminar a los arboles que estn de ms y quecubren a los rboles plantados bajo cubierta, como lastrepadoras y malezas a ras del suelo. Su efectividad se hacomprobado y cuando se usan sustancias qumicasoficialmente autorizadas, de acuerdo con lasinstrucciones y bajo una supervisin estricta, el procesono debera suscitar inquietudes ambientales. La decisin

    de usar herbicidas depende en gran parte de uncomplejo de factores polticos, econmicos y sociales.Una decisin bien razonada requiere de: una evaluacincompleta de todos los riesgos, un estimado del costo delos dems tratamientos para la eliminacin de las

    malezas (Newton 1975) y una autorizacin oficial.

    Los herbicidas comnmente se aplican con rociadoresporttiles operados a mano. Se debe tener muchocuidado cuando se roca alrededor de rboles recinplantados, porque ellos tambin son susceptibles aalgunos herbicidas. Se debe entrenar a los trabajadorespara que no inhalen, ni permitan que los herbicidastoquen su cuerpo. La etapa ms peligrosa de laoperacin de fumigar plantaciones recin establecidas sepuede obviar, colocando un escudo cnico y cilndricoencima de cada rbol, mientras se rocan las malezas a

    su alrededor.El costo de la limpieza puede exceder en mucho a lapreparacin del terreno y plantado, y puede disuadir dehacer reforestacin (Gutirrez 1970, Salazar 1978). Ensitios lluviosos de tierras bajas, an los Eucalyptuspueden necesitar de 17 a 49 das de trabajo de limpiezapor hectrea (Lamb y Bruce 1974). Este requisitoconstituye un argumento persuasivo de la necesidad deseleccionar especies de rboles de crecimiento inicialrpido en altura. La produccin de rboles decrecimiento lento, y que necesitan limpiezas dos vecesal ao durante varios aos, quizs nunca sea

    beneficiosa.

    El presupuesto de un proyecto de plantacin debeconsiderar el desmalezado; de otro modo, quizs seanecesario reducir los fondos de plantacin en aras de lalimpieza de plantaciones recientes (Iyamabo y Ojo1972). Cualquier proyecto tambin debe comparar larelacin costo/efectividad de las distintas tcnicas eintensidades de limpieza. Un control total de lasmalezas puede ser de buena apariencia perogeneralmente no es necesario; por consiguiente, quizsse logren ahorros significativos mediante limpias menosfrecuentes o menos completas.

    No es necesario desyerbar el Eucalyptus en algunossitios de Sudamrica, donde el terreno desde unprincipio est completamente cultivado y fertilizado(Donald 1971). La fertilizacin todava no es comn enlos bosques tropicales, pero la experiencia agrcolasugiere que vale la pena hacer la prueba.

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    Captulo 7

    Cultivos de proteccin. Se han plantado cultivos deproteccin bajo una variedad de plantaciones de rbolestropicales. En las plantaciones de caucho, en lo que hoyes Malasia, comnmente se han usado especies nativascomo cultivos protectores del suelo (Haines 1934). Estos

    cultivos reducen la erosin y el escurrimientoaumentando la infiltracin del agua de lluvia, reducen latemperatura del suelo y, por lo tanto, la evaporacin yaaden materia orgnica a la superficie del suelo(Haines 1934). Sin embargo, los cultivos protectores sonexigentes con el suelo. Experiencias con cultivosprotectores de especies leguminosas demostraron que elmayor beneficio se da cuando se labra bien el suelo(Becking 1951).

    Un informe exhaustivo (Watson 1973) presenta msevidencias del desempeo de la cobertura herbcea en

    las plantaciones de caucho. Si el cultivo protector seplanta al mismo tiempo que el caucho, es posible que lacobertura herbcea se desarrolle rpidamente durantetres aos y luego deje de crecer a medida que se cierrael dosel. Pruebas en maceta indican que las leguminosaspueden fijar hasta 235 kg/ha de N en cinco meses, peropueden causar un drenaje severo de P, pues requieren elequivalente de 280 kg/ha de fosforita en los primeros 12meses y 110 kg/ha anualmente despus. Sin embargo,las leguminosas crecen vigorosamente y proporcionanuna acumulacin rpida de materia orgnica en lasuperficie del suelo (Watson 1973).

    Estudios en Oubangui-Chari, Repblica de frica Cen-tral, indicaron que para la conservacin de suelo y delagua, la mejor cobertura en plantaciones jvenes de cafera una capa de paja, pero era una alternativademasiado costosa (Forester 1959). La limpieza total demalezas produjo una erosin excesiva del suelo; lacobertura con pasto Paspalum, batatas y Leucaena noeran compatibles. La mejor alternativa fue Pueraria(kudzu), que si se controla, no toma demasiadosnutrimentos y tiene el mismo efecto beneficioso que lalimpieza total en el caf.

    Pruebas de coberturas herbceas perennes deleguminosas al pie de P. caribaea y P. elliottiien el sur deQueensland, Australia, demostraron que la leguminosacomenz a deteriorarse despus de tres aos (Richards1967). Una cobertura similar disminuy los rendimientosde pinos exticos, pero estimul los de especiesconferas nativas (Agathis robusta y Araucariacunninghamii), y aument el contenido de N enconferas nativas, sin efectos adversos en el contenido de

    N de los pinos. Sin embargo, los pinos crecieron msque los rboles nativos.

    En resumen, hay pocas experiencias concluyentes enmateria de una buena cobertura herbcea bajo las

    plantaciones madereras. En Puerto Rico, parece que laconservacin del suelo y del agua est asegurada, si elraleo es suficiente para mantener el dosel abierto entrelas copas de los rboles. La vegetacin nativa herbceaproporciona una cobertura continua y suficiente capazde controlar la erosin.

    Plantacin intercalada. Los cultivos mltiples de rbolesmadereros y el uso del sistema taungya se tratan endetalle en el prximo captulo. Esta seccin estprincipalmente dedicada a las plantaciones intercaladasque se usan para beneficiar la produccin de madera.

    Estudios con teca en la India mostraron que la especietoleraba Leucaena y Syzygium jambolanum bajo ella(Laurie 1934b). Tambin se recomendaba plantar bambporque la teca no produce ramificaciones epicrmicas,cuando crece con bamb

    El papel que juega Leucaena en plantaciones de teca sedescubri ya en el siglo XIX en Java (Becking 1951). Lateca creca lentamente y fracasaba en sitios pobres, perose encontr que Leucaena constitua un sotobosqueexcelente, pues cubre el suelo rpida y completamente ypermanece verde durante la estacin de sequa, por lo

    que impide el crecimiento de las malezas. Es fcil desembrar, tolera la sombra de la teca y puede ser plantadasuficientemente cerca a la teca como para favorecer unabuena formacin del tronco de esta. Leucaena puedeincrementar la productividad de la teca en un 50%, puesaumenta la porosidad del suelo, el contenido de humusy los niveles de nutrimentos. Brota an despus deincendios, impide la erosin y produce una maderaexcelente, que se puede usar para lea y carbn. Ensuelos pobres, el crecimiento de Leucaena puedesobrepasar el de la teca, por lo que se debe podar. Sepuede lograr un beneficio mximo si el follaje podado secoloca al pie de los rboles de teca. El ganado come elfollaje de Leucaena, por lo que en ciertos sitios hasustituido a otras especies (tales comoAcacia villosa).

    En la India, el cultivo de rboles o arbustos de coberturaal pie de la teca para mantener o mejorar el suelo eimpedir el crecimiento de malezas, redujo elcrecimiento de la teca en un 33% (Venkataramany1956). Los productos del cultivo intercalado pueden

  • 8/6/2019 Cap.7 Tectona

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    Prcticas de manejo en Plantaciones

    compensar estas prdidas. Se ha recomendado en estoscasos, el uso de maderas valiosas o rbolesespecializados, tales como Rauwolfia y Cinnamomum.

    En Java, se han intercalado Leucaena y P. merkusii

    (Alphen de Veer 1954). La Leucaena se debe podarmientras los pinos todava son jvenes, pero una vez quelos pinos se cierran, la leucaena muere.

    Labranza del suelo. El suelo bajo plantaciones rara vezse labra despus de la siembra, excepto donde seintercalan otros cultivos. Un experimento con E. alba enBrasil demostr que la labranza anual del suelo durante1 a 3 aos despus del plantado no tena ningn efectosobre el desarrollo de los rboles (Guimaraes et al.1959).

    Sin embargo, el establecimiento de cultivos intercaladoscon plantaciones madereras ha sido usado durante msde un siglo. La prctica surgi como reaccin a dosproblemas: 1) el alto costo del manejo de plantaciones

    jvenes limitaba el establecimiento de plantaciones, 2)la falta de terrenos adecuados para cultivos agrcolas. Laprctica conocida como taungya, un esfuerzoconjunto de dueos de bosques tropicales y campesinos,se origin en lo que hoy es Myanmar en 1866 (Blanford1925). El sistema taungya se define como elestablecimiento de un cultivo forestal en medio de uncultivo agrcola; los rboles son cuidados durante eltiempo que dure el cultivo agrcola (Dawkins 1958c).

    Baur (1964b) indic que debido a que el sistema taungyanormalmente est asociado a un bajo nivel de vida, aveces se lo critica. Sin embargo, con una explosincreciente de la poblacin mundial, quizs sea la nicamanera de que gran parte de la poblacin tenga algo dequ vivir.

    La prctica se ha aplicado ms que todo en bosquesestacionales; comenz en la India en 1914 y se hadiseminado a travs de los trpicos desde entonces. En1961, las plantaciones de taungya abarcaban 78 000 haen Ghana (Danso 1966). El gobierno