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    ¿ D E S D E Q U É " N O S O T R O S " P E N S A RL A M O D E R N I D A D ?

    1. LA CUESTIÓN DKL "NOSOT ROS" LATINOAMKIUCANOSe cumplen ya cinco siglos desde que ese navegante visionario y

    tozudo arribara a las costas de nuestro continente; pers ona l i zac ión dele s p í r i t u de su época , h i jo y protagonista del primer procesocivi l izatorio de alcance mundial. Y el lugar que pudo confundirseco n el Para í s o 1 sería escenario de un dilatado drama his tórico dondese entremezclaron aventureros y esclavos, i ndígenas y segundones,europeos desheredados de di s ími l es culturas, á rabes , japoneses, rusos,armenios, j udíos , coreanos o chinos. Tierra de dolor y de esperanzas,de desorbitadas fusiones gené t i cas , poca duda cabe acerca de lahe te rogénea compos ic ión de una "identidad latinoamericana" propiade eslos territorios, unificados originalmente en el proceso t raumát i code la conquista y la colonizac ión .

    El reconocimiento de le heterogeneidad cultural de los sectorespopulares de A m é r i c a Latina —que resalla ante la crecienteh o m o g e n c i z a c i ó n de sus clases dominantes y las capas medias aco-modadas— surge con fuerza como problemát i ca de las ciencias so-ciales al calor de la "crisis de los paradigmas t eór i cos " . La emergen-cia de nuevas formas de organizac ión y solidaridad; de movimientossociales reivindicativos que desbordan los partidos pol í t i cos ; el incre-mento de masas marginales y de nuevos comportamientos de deses-perac ión; la persistencia de identidades sociales que l igan el presenteco n varios siglos de memorias culturales, más allá de las ca rac t e r í s -ticas adquiridas en las diversas regiones, dan cuenta de fenómenosque no pueden explicarse integralmente desde las concepciones

    ' Flores G al indo, Alberto;Buscando un Inca: ¡denudad y utopía en los Andes, La Habana ,C a s a de las A m é r í c a s , 1986.

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    ALORA ÁRGUMEDOoficializadas en las ciencias sociales y el anális is pol í t ico.-

    En la const i tución de la historia como historia universal a partir delsiglo X V I , el ingreso de las sociedades americanas a la Modernidad ibaa producir un mapa socio-cullural de caracterís t icas desganantes. Elsometimiento, la degradac ión y la dramát i ca ruptura de los equilibriosecológicos y sociales en las grandes culturas sedentarias, redundaron enuna mortandad cuya magnitud l legó a alarmar a la met rópol i s e s pañola .La persecución y el aniquilamiento de los grupos culturales n ó m a d e sque resistieron al dominio se vincula con la introducción masiva deesclavos negros en las regiones aptas para las plantaciones de a lgodón,azúca r y cacao; y a ella se agregarán nuevos contingentes colonizadores—principalmente es pañoles y portugueses, pero asimismo holandeses,ingleses y franceses— que habían de transformarse en aristocraciase s p ú r e a s , en ol iga rquías de turbios abolengos'. Al mestizaje y lainterpenetración entre estas l íneas principales se s umar í an más tarde,promediando el siglo X I X , nuevas masas de población migrante europeay diversos grupos raciales de las regiones del Este, expulsados de suspaíses por la madurez ele la R evoluc ión Industrial o los conflictospolí t icos y religiosos4.

    En este proceso denso y complejo, se van conformando los grandes actores del escenario pol í t i co latinoamericano. S e r á una coexistencia c o n l l i c l i v a , de confrontaciones sociales y c í n i c o - c u l t u r a l e s ,donde se producen m ú l t i p l e s intercambios de significados, sincretismos religiosos, l í neas de continuidad de identidades hostigadas, incorporación de nuevas creencias y rituales que se yuxtaponen contradiciones ancestrales. Antiguas pautas cotidianas y l ingüís t icas conviven con la adopc ión del idioma de las clases privilegiadas de origeneuropeo —el es pañol o el por tugués en las regiones continentales; elingles o el francés en las islas del Caribe— en tanto las formas decomunicac ión popular cont inúan as entándos e en las lenguas originarias,que no pudieron ser desplazadas a pesar de quinientos años de predominios europeizantes. Manifestaciones de una resistencia cultural que,en el per íodo colonial, se acompañar í a de diversas formas de rebeldíaabierta, insurrecciones y movimientos de protesla ante condiciones de

    — Vega. Juan Enri que: "BuscandoA m e r i c a L a t i n a " en David y Ooliath, C L A C S Ü . N"47 . agosta 1985.— C a l d e r ó n , Fernando: "Pensando esas culturas", en David y Coliaili. op. eit.— Argumedo, A lc ir n : 'Conciencia popular y conciencia enajenada". Seminario sobreC o m u n i c a c i ó n y Cul tura Popular. Buenos A i r e s . C L A C S O . I 9 S 3 .1 Mari atCgl l i , José Carl os: Siele ensayos de interpretación de la realidad peruana.L i m a . Biblioteca Amanta. 1967.

    i Ri bei ro , Darcy: El procesa civilizatorio, C a r a c a s . Ediciones de la Biblioteca tic laUniversidad Central de Venezuela. 1970.

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    L.os SILENCIOS Y LAS Voris t-N AMÉRICA I .ATINAe x p o l i a c i ó n que las masas de estos territorios nunca aceptaron pasivamente.

    Evidencias de la férrea decis ión de afirmar su dignidad comopueblos, como comunidades, como hombres y mujeres, no obstantel os pe r íodos de aparente sometimiento, cuando el genocidio o laderrota obligaban a replegarse hasta recobrar fuerzas o encontrarnuevas oportunidades de i ns ur recc ión . Casi trescientos años de levantamientos de las poblaciones autóc tonas y de los contingentes negrostranscurren desde las luchas de C u a u h l é m o c en M é x i c o o Manco Incay Tupac Amaru en Perú; las guerras de C a u p o l i c á n y Lautaro enChile; de los g u a r a n í e s y c h a r r ú a s en el Río de la Plata; deGuaicaipuru en Venezuela; de los chibehas de C a l c a r á ; las rebelionesca lchaquícs ; los mocambos de esclavos cimarrones en Brasil —(pieentre otros, dar í an origen al legendario Quilombo de Palmares— lasinsurrecciones de los tarahumaras en Chihuahua, los tepehuanes enNayaril, el hostigamiento araucano-mapuche o las luchas de JuanSantos Atahuaipa; que culminar í an en los dos grandes movimientosprecursores de la independencia: el de Tupac Amaru II y TupacCalari en el Perú y el liderado por Boukman, Touissant Louvcrturcy Jean Jacques Dessalines en Hai t í . Resistencias y rebe ld í as que dancuenta de la re iv indicac ión de idenlidadcs, de la profunda vocac iónde autonomía y libertad, de la defensa de una c o n d i c i ó n humananegada, de mandatos culturales s ubte r ráneos (pie durante la largaetapa de la conquista y la colonizac ión a l imenta r í an las memorias,valores y significados de las clases subordinadas de América Latinay constituyen el sustrato de una cultura popular h e t e r o g é n e a , de m ú l tiples vertientes y amalgamas, que estaba lejos de sentirse expresadaen las ideas eurocént r i cas absorbidas por las capas dominantes deorigen blanco.

    Heterogeneidades sociales y culturales, conformaciones nacionalesazarosas —estructuradas durante el conflietivo proceso de la independencia y las luchas entre los proyectos autonomistas y las alternativasneocolonialcs— diagraman un cuadro de sociedades con gran complejidad interna y agudas diferencias entre s í, que contrasta con las inc ronía manifestada por las realidades pol í t i cas lalinoamcricanas alo largo de su historia, La pluralidad de las experiencias nacionalestiende a l imi t a r las generalizaciones que abarcan al conjunto delcontinente. Sin embargo, en tanto conforma un área geopolí t ica chi s tór i co-cul tura l que ha sido sometida al dominio de diversos proyectos h e g e m ó n i c o s en el curso de estos siglos, en América Latinalos lincamientos que impulsan los centros de poder del campo internacional, vertebrados con sectores locales en cada sociedad, frente alas alternativas de corte popular, es t ablece rán el contexto más amplio

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    ALORA ARGUMEDOdentro del cual se han resuelto las contradicciones políticas fundamentales de estos países en las distintas coyunturas históricas: desdelas luchas por la emancipación hasta los gobiernos de "seguridadnacional", las nuevas realidades democráticas o los retos que presentala actual etapa de cambios civilizatorios en la escena mundial5.

    Si bien esta problemática de heterogeneidad y sincronía en los fenómenos político-culturales latinoamericanos aparece como un espaciode acuerdo en el interior de las ciencias sociales, un eje más con-f l i c l i vo de debate supone afirmar que, a partir de esta originalidadhistórica, es posible y necesario reconocer la existencia de una matrizpropia, autónoma, de interpretación de los fenómenos sociales. Unparadigma teórico-político alternativo, con caracteres peculiares frente alas corrientes de pensamiento que expresan las distintas vertientes delliberalismo, el nacionalismo aristocratizante y el marxismo ortodoxo.

    Afirmar la existencia de una matriz autónoma de pensamientopopular latinoamericano supone interrogarse acerca del potencial teórico inmerso en las experiencias históricas y en las fuentes culturalesde las clases sometidas, que constituyen más de la mitad de lapoblación del continente. Implica reconocer la legitimidad de lasconcepciones y los valores contenidos en las memorias sociales que,en el transcurso de cientos de años, fueron procesando la "visión delos vencidos", una visión diferente de la historia iniciada con la EdadModerna europea en los siglos XV y X V I . Conlleva la reivindicaciónde esas otras ideas sobre las cuales se han sustentado distintas experiencias y movimientos políticos de América Latina6.

    Esta matriz autónoma de pensamiento, con valores de orientaciónnacional y popular, expresada en el ensayo político latinoamericano,cu la literatura, en los movimientos de masas, en las manifestacionesde resistencia social y cultural, en el legado de ideas de las capasmayorilarias, no pretende una autarquía teórica. Por el contrario, susistematización requiere elaborar respuestas críticas frente a los paradigmas curocéntricos demostrando el carácter parcial que los impregna, en tanto se revelan incapaces de dar cuenta de la totalidad de losfenómenos procesados contemporáneamente en cada momento histórico. Los severos contrastes en el desarrollo de cinco siglos de mo-

    ' Vega, Juan Enrique: op. cit.— Argumeilo, Aleira: Los laberintos de la crisis (América Latina: poder transnacional

    y comunicaciones), Buenos Aires, I'untosur/ILHT. 1985.' Rosa, José María: Historia Argentina. Buenos Aires, Juan Granda, 1964.— Romero, José Luis: Latinoamérica .situaciones e ideologías, Buenos Aires, Edicionesdel Candil, 1967.— Calderón. Hernando: "América Latina: identidad y tiempos mixtos" en David y

    Goliath Ntf52, septiembre 1987.

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    Los SILENCIOS Y LAS VOCIÍS ENAMERICA I_ATINAdenudad entre los países capitalistas centrales y estas latitudes; lossilencios y la ausencia de nuestro propio drama en el pensamientoclásico de Europa; los relatos que se fundamentan en ópticas linealesde progreso y civilización. El explícito o implícito desprecio por los"condenados de la Tierra" perceptible en las matrices dominantes en lasciencias sociales y en el pensamiento político del Occidente central,plantean a los latinoamericanos la reivindicación de una concepción delmundo asentada en su propia versión de esa historia. Baste, recordarque, en los mismos años en que Kant se preguntaba "¿Qué es laI lus t rac ión?" 7 Tupac Amaro moría descuartizado por liderar la rebeliónindígena que precediera a la independencia de América Latina. Es posibleinterrogarse entonces hasta dónde —siguiendo a Gramsci8— serían "traducibles" tales experiencias en su productividad teórica.

    A l igual que los representantes más significativos de la academiaeuropea de su época, Emmanucl Kant estará fuertemente influido enla visión del hombre americano por las tesis de Buffon y De Pauw,y de naturalistas como Johann Friedrich Blumcnbach y EbcrhardZimmermann. No obstante haber transcurrido ya más de dos siglosdesde la conquista española y portuguesa del Nuevo Mundo, en 1775Kant consideraba que:

    E l pueblo de los americanos no es susceptible de ningunaforma de civilización. No tiene ningún estímulo, puescarece de a Icelos y de pasiones. Los a menéanos no sientenamor, y por eso no son fecundos. Casi no hablan, no sehacen caricias, no se preocupan de nada y son perezosos...incapaces de gobernarse, están condenados a la extinción.9

    Sin duda ignoraba Kant que ya en el siglo I , cuando las tribusnómades de sus antepasados germanos se acercaban recién a las costasdel mar Báltico, más de doscientos años antes de que la presión delos hunos los empujara hacia el Imperio Romano, algunos integrantesde esc pueblo americano —como la civilización mochica— habíandesarrollado una fina artesanía de. joyas y orfebrería de oro que,

    7 Kant, Fmmanuel: "Qué es la Ilustración" (1784), en Filosofía de la Historia, México,Fondo de Cultura Económica, 1972.

    s Gramsci. Antonio: El materialismo histórico y la filosofía de li. Croce, Buenos Aires,Lautaro, 1958 .

    "Gerbi. Anlonello: Ladisputa del Nuevo Mundo: historia de unapolémica (1750 - ¡000),México, Fondo de Cultura Económica, 1982.— Alberti. Blas: "I-a formación del discurso antropológico'' en Revista de FilosofíaLatinoamericana y Ciencias Sociales Nv13. Buenos Aires, 1988.

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    A L O R A ARGUMEDOs e g ú n el a n t r o p ó l o g o Christopher Donnan: "Son simplemente insupe-rables en la exquisita habilidad y virtuosismo t écnico de los artesanosque las crearon.... parte del trabajo de incrustaciones de mosaico,cuentas y oro es tan diminuto que casi se necesi taría una lupa paraarmar el di s eño. . . el tesoro moche es comparable a las joyas desen-terradas en tumbas cercanas a la antigua ciudad de Micenas enGrecia."10 Cabe recordar que, hacia esa época , t ambién otras culturasamericanas como la maya o las de Tiahuanaco y Tcolihuacan, habíanalcanzado altos niveles de esplendor.

    Tales experiencias culturales no estaban presentes en la p r o b l e m á -tica kantiana cuando en 1784 se plantea " ¿ Q u é es la i l us t rac ión?" :

    La i lus tración es la l iberación del hombre de su culpableincapacidad. La incapacidad significa la imposibilidad deservirse de su inteligencia sin la guía de otro. Esta incapa-cidad es culpable porque sil causa no reside en la falta deinteligencia sino de decis ión y valor para servirse por símismo deella sin la tutela de otro... ¡Ten el valor de servirtede tu propia razón! : he aquí el lema de la i l us t rac ión .La pereza y la cobardía soncausa de que una tan gran pa ríede los hombres cont inúe a gusto en su estado de pupilo, apesar de. que hace tiempo la Naturaleza los l iberó de. ajenatutela (naturaliter majorennes); t ambién lo son de que sehaga tan fácil para otros erigirse en tutores. ¡E s tan c ó m o d ono estar emancipado!"

    Este concepto de la emanc ipac ión por la libertad, y en especialpo r "la libertad de hacer uso públ i co de su razón ín t egramente" , estel ibre pensar del hombre sin tutelas —particularmente sin la tutelareligiosa que es "entre todas, las más funesta y deshonrosa"— con-forma el núc leo central de la filosofía de la historia de Kant, expre-sado en otros trabajos del mismo año, como "Idea de una historiauniversal desde el punto de vista cosmopolita". M i c h c l Foucault con-sidera que este texto de Kant coloca las bases de una reflexiónfiloso f ica sobre una actualidad, como planteo de pertenencia a unpresente, a "un determinado nosotros, a un nosotros que se enraizaen un conjunto cultural ca rac t e r í s t i co de su propia actualidad"11. Unpresente, una actualidad, una contemporaneidad, una modernidad que,si n duda, no incluye en ese "nosotros" a una parte significativa del10 Clarín, 14 de diciembre de 1988." Kant, Emmanuel: op. cit.— Ka n t . l'.mmanuel: 'idea de una historia universal desde el punto de vista cosmopolita"

    en Filosofía de la Historia, Buenos Aires , Nova, 1964.1 2 Foucault, Michel: Saber y Verdad, Ma d rid , Ediciones de la Pk|tieta, 1985.

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    L o s SILENCIOS Y LAS V O C I S EN AMÉRICA I ATINAg é n e r o humano. Por cierto, no ingresan en tal ca tegor í a los hombrespertenecientes a la raza americana pues, como volve rá a afirmar Kanten un ensayo de 1788, esta raza, por efecto del c l ima , es "demasiadoindiferente para realizar una cultura c incapaz de ejercerla, muy pordebajo de los mismos negros..."13

    Excluido de la "actualidad" ilustrada de Kant, peroc r o n o l ó g i c a m e n t e c o n t e m p o r á n e o en la historia, ese pueblo americanosupuestamente incapaz de forma alguna de c iv i l i zac ión , carente deafectos y pasiones, protagonizaba el más decisivo levantamiento delas masas populares de América del Sur — i n d í g e n a s , mestizos, ne-gros liberados, mulatos, zambos, criollos pobres— encabezadas por eldescendiente del úl t imo rey incaico, Tupac Amaru I I , y por el cau-di l lo plebeyo J ul i án Tupac Catari, hasta entonces vendedor ambulantede coca y bayetas. Durante dos a ñ o s , el virreynato del Perú seconmociona ante el coraje de hombres y mujeres decididos a recu-perar su libertad, en una predica contundente contra las castas pr i v i -legiadas y el Imperio Es pañol . La rebe l ión —(pie corona un largociclo de insurreciones y l legaría a extenderse en distintas zonas delos actuales territorios de Perú , B ol iv i a , Argentina, Chile, Colombia,Ecuador y Venezuela— enf rentó la expol i ac ión porque:

    No s oprimen en los obrajes, cañavera l es , cocales, minas ycá rce l es de nuestros pueblos, sin darnos libertad... nosrecogen como a brutos y ensartados nos entregan a lashaciendas para labores"

    Cuenta la biografía de José Gabriel Condoicanqui que a su edu-cac ión en el Colegio para caciques de San Francisco de Borja en elCuzco, unía contactos con personajes de la I lus t rac ión , en especial,co n la intelectualidad progresista de Lima influida por las nuevasideas. C onoc ía de Derecho y algo de lat ín, hablaba bien la lenguaes pañola y la quechua. Pero, fundamentalmente, sabía la historia delTahuantinsuyo relatada por Garcilaso de la Vega15; integraba el an-helo colectivo del retorno a una sociedad equitativa. C ompar t í a loss u e ñ o s y el mito del Inkar r i : porque cuando la cabeza del Incavuelva a encontrarse con el cuerpo, t e rminará el p e r í o d o de desordeny oscuridad que iniciaran los europeos, y los hombres andinos recu-pera rán su historia•*. En 1572, la últ ima gran resistencia del imperio

    1 3 G e r b i . Anloncllo: op. cit.1 4 L e w i n , Boleslao: La rebelión de Tupac Amaru. Buenos Aires . Hachelle. 1957.— Vega. Juan José: Tupac Amaru. L i m a . DistribuidoraI n c a S . A . . 1969." D é l a Vega, Ga rc i la so : Comentarios Reales délos Incas, Buenos Aires . K M F . C E . 1943.I h Flores Galilldo. Alberto: op. cit.

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    ALORA ARGUMEDOincaico había sido aniquilada, pero no así las identidades sociales, lascreencias y los valores que lo sustentaron. Por eso, siglos más tarde,resonaban aún esas voces quechuas que frente al c a d á v e r decapitadode Tupac Amaru I habían gritado: "volve rá a lgún día el jefe poderoso del antiguo tiempo, volve rá y entonces no lloraremos m á s " 17 .

    Utilizando sus conocimientos de Derecho, tres a ñ o s antes de lai ns ur recc ión —en diciembre de 1777—Tupac Amaru II había presentado en la Audiencia de Lima un escrito reclamando justicia frente a los privilegios mineros que "conservan la mita para abusar deltrabajo de los indios, aunque estos se mueran". Denunciaba que eranexplotados "más que esclavos" y que m u c h í s i m o s mineros terminabansus vidas en el " v ó m i t o de sangre": un esfuerzo legalista que resultaría inút i l . La lucha rebelde se inició en los socavones y se extendióa las haciendas; los comuneros y siervos, los campesinos miserables,fueron sus bases sociales principales, al lado de mitayos de minas yobrajes (donde a veces los niños indígenas eran atados a los telaresdesde los seis años para trabajar sin tregua) de esclavos negros fugados y de grupos de criollos blancos pobres.

    En la he te rogénea y eonfl ict iva composición social, étnica y cul tural del virrcynato del Perú , conformada a t ravés de casi tres siglosde dominio e s p a ñ o l , la rebel ión de Tupac Amaru tuvo ca rac t e r í s t i casintegradoras. Consciente de que enfrentaba una sociedad radicalmentedistinta, no cabía ya a finales del siglo X V I I I una mera re s t aurac iónde l Tahuantinsuyo y por ello intentaba amalgamar a los criol los ,negros, mestizos c indios en una sola nac ión, donde no se exc lu í a anadie por razones de color. En esta confluencia social, Tupac Amarub u s c ó la i ncorporac ión de los criollos hacendados y comerciantes.Pero el sentimiento de casta racial predominante en ellos, los aglu t inóco n las capas es pañolas blancas en una férrea solidaridad ant i - indí -gena. La influencia de la rel igión catól ica fue significativa; en varioslugares rec ib ió el apoyo del bajo clero y en bandos y proclamas lacrí t ica contra la riqueza, se amparaba cu preceptos del cristianismop r i m i t i v o . Pero estas creencias se entrecruzaban con un renacimientode l culto incaico al Sol: "Por este Sol, aprended a mori r como yo"gr i tó el l íder Vilca Apaza antes de que su cuerpo fuera descuartizadopo r cuatro caballos sin que profiriera una sola queja.

    Tupac Amaru se proc lamar í a Inca, Rey del Perú , pretendiendoinstaurar una sociedad nueva conducida por una monarquía incás i cacapaz de integrar y reconocer con un sentido "nacional" a las clases,castas, culturas y razas que c o m p o n í a n la realidad peruana de finesde l siglo X V I I I . Una realidad social donde coexi s t í an "distintas len-

    " F . c h a g ü c . l u á n Pablo: Figuras de América. Buenos Aires , Sudamericana. 1943.

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    LO S S lLF.NClOS Y IAS V O C E S EN A M Í . R I C A I J\T1NA

    guas (castellano, quechua, aimara, cauque, puquina, mochica, etc.),distintas razas (blancos, criol los , indios, mestizos, negros y mulatos),distintas costumbres, distintas artes, distintos temperamentos, distintasculturas, distintos regímenes económicos s egún regioncs" lfi.

    Durante la guerra y la repres ión que. s iguió a la derrota, hubo másde 100.000 muertos. El encarnizamiento de los vencedores no lograría , sin embargo, quebrar la dignidad de su l íder. Interrogado bajotortura sobre los miembros de la cons pi rac ión , Tupac Amaru respond ió al visitador Arechc:

    Aquí no hay sino dos culpables: tú , poropr imi r a m i pueblo,y y o porquerer liberarlo... No diré a nadie la verdad aunqueme saquen la carne a pedazos...1''

    Una actualidad diferente a la de Kant donde, por no sentirsec ó m o d o al no estar emancipado y buscar la libertad, la condenarecibida por Tupac Amaru remite más bien a las descripciones prc-carcclarias del M i c h c l Foucault de Vigilar y castigar20:

    Habiendo el indio y su mujer visto con sus ojos ejecutarestos suplicios hasta en su hijo Hipóli to. . . subió la indiaMicaela al tablado, donde asimismo a presencia del marido , se le cor tó la lengua y se le dio garrote, en que p a d e c i óinfini to porque teniendo el pescuezo delicado no podía eltorno ahogarla, y fuemenesterque los verdugos, echándolelazos al pescuezo, tirando de una y otra parte, y d á n d o l epatadas en el es tómago y pechos, la acabasen de malar.C erró la función el rebelde José Gabriel a quien se le s acóa media plaza, allí lecor tó la lengua el verdugo y despojadode los gri l los y esposas lo pusieron en el suelo; a tá ronle alas manos y pies cuatro lazos y asidos estos a la cincha decuatro caballos, tiraban cuatro mestizos a cuatro distintaspartes; es pec táculo que j a m á s se había vistoenesta ciudad.No sé s i porque los caballos no fuesen muy fuertes o el indioen realidad fuese de fierro, no pudieron absolutamentedivid i r lo , des pués de un largo rato lo tuvieron tironeando,de modo que lo tenían cu el aire, en un estado de que parecíauna a raña . Tanto que el Visitador, movido de c o m p a s i ó n ,

    " L e w i n . Boleslao: op. cil.— Vega, J u a n J o sé : op. cil.— Flores Cía lindo, Alberto: op. cit.'" Bega. J u a n J o sé : idem.2 0 Foucault. M ic h e l : Vigilar y castigar. M é x i c o . Siglo X X I . 1970.

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    A L O R A ARGUMEDOU n ejercicio de c o m p a r a c i ó n entre la p r o b l e m á t i c a y las pr inc i pales lincas de pensamiento de latinoamericanos y europeos queluc ion con temporáneos en distintas etapas cruciales de la historia,puede dar pistas acerca de las luentes que han ido conformando estamatriz autónoma nacional-popular en América Latina, susceptible

    de ser desplegada en sus connotaciones conceptuales como un puntode partida en la búsqueda de alternativas para el continente ante loscambios que se es tán procesando en el campo internacional. 24

    2. A L G U N A S " V ID A S P A R A L E L A S "a. La e m a n c i p a c i ó n americana y la res taurac ión europeali n el mismo periodo en que Hegel va madurando su sistemaf i lo só f ico , S imón Bo l ívar lidera la epopeya de la e m a n c i p a c i ó n ame-

    ricana. Son dos c o n t e m p o r á n e o s que piensan el pasado, el presentey el futuro desde latitudes y perspectivas d is ími les . Y en tanto Hegeldefine a esta parle de A m é r i c a como pueblos sin historia, incapacesde contarse entre los elegidos que aportan al despliegue universaldel Espíri tu (Welthistorische Volksgeister), Bol ívar junto a Artigas,Hidalgo o More los, entre otros l íderes latinoamericanos, buscabanconvertirlos en protagonistas de una historia independiente.

    Hegel piensa y escribe en el espacio po l í t i co -cu l tu ra l de los reinos germanos que aún no han logrado unificarse como una nacióny afrontan los desaf ío s expansivos de Inglaterra y Francia. Iden t i f i cado con los conceptos liberales de la razón , la libertad, la ley, esconsciente de que la Alemania de su é p o c a precisa incorporar en lanueva fi losofía el tema de la guerra y las contradicciones, y unavisión di (érenle de la mis ión del Estado y del progreso25. La madu-rac ión de la fi losofía hegel i ana tiene dos grandes momentos, que serelacionan con la s i tuac ión po l í t i ca de Alemania y Europa. Y sihacia 1797 Hegel lamentaba la persistencia de la f ragmen tac ión ale-mana y del individualismo de sus burgueses, que obstaculizaban launidad nacional —mientras observa con entusiasmo el poder deexpans ión de la Revo luc ión Francesa a través del Imperio y deN a p o l e ó n — el romanticismo a lemán y el Hegel de 1820 han vividoya la experiencia nacional de la "libertad por conquista" que preten-d ían irradiar por Europa los e jérc i to s napo león icos .

    Argumedo, A lc ir u : Un horizonte sin cencías: América Latina ante la RevoluciónCientífico-Técnica, Buenos Aires, Puniosur, 1987.— Argumedo, A l c i r a : Los laberintos tle la crisis, op. cit.^ Wilnei. Norbcrto: La recuperación de la historia. Buenos Aires, Cimarrón. I97.S.

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    L os SILENCIOS Y LAS VOCES EN AMERICA LATINA

    En 1821, el trabajo Líneas fundamentales de Ja Filosofía delDerecho2'' consolida sus opiniones c r í t i c a s acerca del conceptocontráctil»lista del Estado, que habría paralizado a los alemanes porlas dificultades del individualismo para constituirse como un cuerponacional unificado y democrá t i co . Hegel fundamenta que la libertadindividual es realización de una unidad superior al mero accionarindividualista y, en esa perspectiva, no puede ser el Estado unasimple der ivac ión de un contrato para la pro tecc ión de la vida y lapropiedad individual, cuando en más de una ocasión crí t ica —porejemplo, la guerra— el Estado tiene legit imidad para exigir el sacri-f ic io de aquél lo que precisamente, según el planteo contra dualistadebe garantizar, la propiedad y la vida: 27

    El Estado no es un contrato ni su esencia sustancial es ladefensa y garantía de la vida y la propiedad de los individuos como personas en forma incondicional; m ás bien es lomá s elevado que t amb ién pretende esa vida y esa propiedady exige el sacrificio de la misma...28

    Esta visión del Estado se vertebra, a su vez, con una interpreta-c ión de la his toria; ya que lo concreto de la filosofía del derecho enHegel estriba en la filosofía de la historia. El pensamiento hegelianova a coincidir con Lockc en que liberalizar y democratizar a lasociedad es otorgarle racionalidad, lo cual significa impedir las inge-rencias ex t rañas y coartar los eventuales despotismos mediante la ley,ante la cual todos los individuos son iguales. Pero esta filosofía delderecho es abstracta, en tanto si bien el despliegue del Espíri tuUniversal habilita un avance del conjunto del género humano haciala libertad, tal avance se realiza contradictoriamente, a t ravés de lapugna por la hegemon ía para determinar qu iénes conducen en esccamino. El jurado de la historia universal evalúa la capacidad decada pueblo lomado como individuo para constituirse en protagonista,marcar el rumbo e imponerlo a los d e m á s en la marcha sub ter ráneadel Espíri tu en pos de la libertad. La historia aparece entonces comouna lucha entre naciones que. mostrará a algunos pueblos en pos ic ióndominante y a otros en condiciones subordinadas.

    El Espíri tu Universal se despliega en un doble movimiento: poruna parte, el aspecto sincrónico mostrará la existencia de ciertas

    - 6 Hegel. G . W . F . : Líneas fundamentales de la Filosofía del Derecho. Buenos Aires. Sola r,1968.

    - 7 Wilner. Norbcrto: op. cit.- s Hegel. G . W . F . : op. cit.

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    ALCIRA AKCÍUMEDOconfiguraciones hi s tór i cas particulares, irrepetibles, compuestas porun conjunto de formas culturales que reciben su s igni f i cac ión másprofunda del "es pí r i t u" que rige a cada una de ellas. Las costumbres,la rel igión, el derecho, la fi losofía, el arte, el comercio tienen comobase c o m ú n esc "es pí r i t u" que los colorea. Por otra, una vi s ióndiacrónica indica que cada configuración his tórica corresponde a unpueblo, que es la expres ión más elevada, en una determinada etapa,de l desarrollo del Espíri tu hacia formas de conciencia que lo vanacercando, mediante un proceso evolutivo de florecimiento y decadencia de cada uno de esos pueblos protagónicos , hacia su realizac ión absoluta29.

    Ante, la necesidad del enfrentamiento entre las naciones para eldespliegue del Espíri tu Universal, Hegel reformula la idea del "poderfederativo" y de la "guerra justa" de Locke en el concepto de "derecho pol í t i co externo" otorgando legi t imidad a la confrontac ión porel predominio mundial y a la expans ión colonia l . Hay motivos internos para que determinadas sociedades se sientan impulsadas a expand ir su poder "más allá de sí"; pero esta e x p a n s i ó n conlleva a su vez.una virtud misionera:

    La dialéct ica de la sociedad c iv i l , sobre todo de estadeterminada sociedad, la empuja más allá de sí, para buscarfuera, en otros pueblos que están atrasados respecto a losmedios que ella posee en exceso, a los consumidores y porlo tanto a los medios necesarios para su subsistencia...El deseo por medio de ese gran intermediario de la u n i ó nque. es el mar, lleva a tierras lejanas en la relacionescomercia les, una vinculac ión jur íd i ca que inicia el contratoy en la que se encuentra igualmente el más grande mediode c iv i l i dad , y el comercio adquiere su sentido para lahistoria universal . La ampl i ac ión de esc enlace es proporcionada por medio de la colonizac ión , a lacual, es porádicao s i s t emát i camente , es empujada la sociedad civi l adelantada y con la que procura, en parle, el retorno al principiofamil iar a una fracción de la poblac ión en un nuevoterri torio y en parte procura para s í misma una nuevanecesidad, un nuevo campo para la apl i cac ión continuadade l trabajo10.

    -° Roig. Arturo A n d r é s : Teoría y crítica del pensamiento fationamericano. M é x i c oFondo de Cul t ur a Fc o nó m ic a . 1981.— D r i , R u b é n : Revolución burguesa y nueva racionalidad (Sociedad burguesa y razón

    en el joven Hegel). Buenos Aires, U t o pía s del Sur, 1991.•° Citado por Wilner. Norherto: op. cit.

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    L os SILENCIOS Y IAS VCXT-N EN A MÉR IC A LA UN ACo n esta idea de la filosofía de la historia y del derecho, desde un

    lugar donde se pondera el comportamiento y las potencialidades de losdistintos pueblos para participar en el devenir del Espíritu Universal,Hegel juzga a A m é r i c a f u n d a m e n t á n d o s e en las tradiciones anti-amcricanistas europeas que ya habían influido fuertemente en Kant31:

    Los abor ígenes americanos son una raza débi l en procesode des apar i c ión . Sus rudimentarias civilizaciones teníanque desaparecer necesariamente a la llegada de la incomparable c iv i l i zac ión europea. Y así como su cultura era decalidad inferior, así quienes siguieron siendo salvajes lofueron en grado sumo: son las muestras m ás acabadasde lafalta de c iv i l i zac ión . . .A los europeos les tocará hacer florecer una nueva c iv i l i za ción en las tierras conquistadas... Mansedumbre e inercia,humildad y rastrera s umis ión frente al criol lo y más aúnfrente al europeo, son el ca rác t e r esencial de los a merica -nos, y hará falta un buen lapso de tiempo para que eleuropeo consiga despertar en ellos un poco de dignidad. 12

    De esta forma, para Hegel, el desarrollo del Espíri tu Universaldeja de lado a América que, junto con Africa y las islas del Pac í f i co ,son pueblos "naturales" para quienes la potencia (dynamis) que en elhombre, de Occidente se t rans formó en energía creadora, se resuelvesin más en impotencia. Incapaces de alcanzar cualquier forma dec iv i l i zac ión , impotentes para ser protagonistas de la historia universal, esa parte de la humanidad se considera no-hi s tór i ca , porque "laMncmosine. de la historia no dispensa su gloria a los indignos"".

    Dentro de los múl t ip l es conflictos e interrogantes que impone laindependencia latinoamericana; en un mundo signado por el retrocesode la R evoluc ión Francesa y por la re s t aurac ión conservadora europea, Simón B ol íva r formula las coordenadas de una matriz a u t ó n o m ade pensamiento que habría de recuperar los relatos de resistencias ala expoliación colonial . En las cartas, en los aná l i s i s pol í t i cos , en laspropuestas de art iculación continental o en la C ons t i tuc ión para Boliviase di s eñan los ejes que resallan la originalidad de estas regiones, losvalores que han de constituirlas, las bases de una vi s ión democrá t i ca ," Gerbi. Antonello: op. cit.'-'Hegel. GW'.F'.: Lecciones sóbrela Filosofía de la Historia Universal. Madrid. Alianza.

    1975.u Roig. Arturo Andrés: op. cit.— Roig. Arturo A ndrés: "F.l laiinoamcricauismocomo filosofía: una búsqueda de sus

    posibles bases teóricas" (minien).29

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    ALCIRA ARGUMEDOSólo la democracia, en m i concepto, es susceptible de unaabsoluta libertad; pero ¿cuá l es el gobierno d e m o c r á t i c oque ha reunido a untiempopoder, prosperidad y permanen-cia?... A pesar de tan crueles reflexiones, yo me sientoarrebatado de gozo por los grandes pasos que ha dadonuestra República al entrar en su noble carrera... A l sepa-rarse de la nación española ha recobrado su Independencia,su Libertad, su Igualdad y su Soberanía Nacional... (Dis-curso de Angostura, 1819)

    Se han establecido las garantías más perfectas: la libertadc iv i l en la verdadera libertad... se ha garantizado la segu-ridad personal... En cuanto a lapropiedad, ella depende delcódigo c iv i l que vuestra sabiduría debiera componer luegopara Ja dicha de vuestros conciudadanos. He conservadointacta la ley de las leyes —la igualdad—sinella perecentodas las garantías . . . A sus pies he puesto, cubierta dehumi l l ac ión , a la infame esclavitud...Este, rasgo probará que vosotros erais acreedores de obtenerla gran bendic ión del cielo —la soberanía del pueblo—única autoridad legí t ima de las naciones... (Discurso anteel Congreso Constituyente de B ol iv i a , 1826) 19

    La crisis de la emanc ipac ión ha hecho aflorar las aspiraciones dea u t o n o m í a de las capas criollas acomodadas; pero t ambién pone encues t ión las bases del poder e c o n ó m i c o y social, del verdadero sis-tema de castas sobre el cual se asentaban tanto el poder colonialcomo los privilegios de las clases nativas de origen blanco. La masivai ncorporac ión de los sectores populares en Jas guerras independentistasabre las compuertas para la expres ión de sus propias demandas. Bo-l í va r va a hacer un intento desesperado por' conciliar esas grandescorrientes a n t a g ó n i c a s , ante el proceso de a tomizac ión continentalque se va imponiendo luego de alcanzada la independencia. Paraatraer a las ol iga rquías criollas, hará concesiones aristocratizantes;pero no menos intensa es su convicc ión de abolir la esclavitud, deincorporar a los estratos i ndígenas , negros y mestizos en un nuevoordenamiento social que Ies garantice "la ley de las leyes, la igual-dad".

    — Halp cr in Donghi, T u lio : Historio contemporánea de América Latina Mad ridA l i a n z a . 1969.— Mijares . Augusto: La evolución política de Venezuela 1810 - 1960. Buenos A i r e sE U D E B A , J967.

    B o l í v a r . S i m ó n : op. cit.

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    I / K SILENCIOS Y LAS Vtxis EN AMERICA I AUNA

    El proyecto de e d u c a c i ó n popular que hacia 1824 intentará im-plantar S i m ó n R o d r í g u e z en Chuquisaca a instancias de B ol íva r , seinserta en esta idea de dignificación de los sectores más desprotegidos.De acuerdo con el decreto bolivariano, Jos niños pobres de ambossexos —los "chicos de la cal le" de esa etapa— d e b í a n ser incorpo-rados:

    No en casas de Misericordia a hilar por cuenta del Estado;no en Conventosa rogara Dios por sus bienhechores; no enC árce les a purgar la miseria o los vicios de sus padres; noen Hospicios a pasar sus primeros años aprendiendo aservir, para merecerla preferencia de ser vendidos a los quebuscan criados fieles o esposas inocentes... 40

    Lo s alumnos iban a recibir una adecuada i ns t rucc ión y aprenderun of i c io . A determinada edad, se les debían otorgar tierras y auxi -liarlos para su establecimiento a fin de colonizar el pa í s con supropia gente. T a m b i é n se daba oficio a las mujeres "para que no seprostituyeran por necesidad ni hiciesen del matrimonio una especula-c ión para asegurar su subsistencia"41.

    Consciente del ca rác t e r devastador del per íodo colonial para A m é -rica, B o l í v a r evoca en el Perú la historia de Garcilaso de la Vega yl a des t rucc ión de las Indias de Bartolomé de las Casas'2. Y si bienes posible que tales textos tuvieran un significado más profundo paralas masas i n d í g e n a s " , la re i v indicac ión de esos patrimonios y esasculturas implicaba el reconocimiento del ca rác t e r verdaderamentehumano de aqué l los a quienes más l eg í t imamente les p e r t e n e c í a n ;algo que entre los sectores privilegiados no iba a ser fác i lmenteaceptado. Porque los herederos criollos de la "gente de r a z ó n " quehabía sustentado al imperio hi s pánico no estaban dispuestos a consi-derar como iguales a los indios, negros, mestizos, mulatos; a esosámenles a quienes B ol íva r pre t endía integrar en la nac ión americana.Por e l lo , más allá de los errores que. hubiera cometido, la dec i s iónde otorgarles su dignidad, de incorporarlos como ciudadanos plenos

    "'R o d r í g u e z . S i m ó n : Defensa de Bolívar (111 Libertador del Mediodía de América y suscompañeros de armas defendidos por un amigo de la causa social Caracas ImprentaB o l í v a r . 1916.

    — R o d r í g u e z , S i m ó n : Sociedades Americanas en 1828 (Cómo serón y cómo podrán seren los siglos venideros). L i m a . 1842.

    4 1 R o d r í g u e z . S i m ó n : Defensa de Bolívar, op. cit.'- De la Vega. G arc i laso : op. cit.— De las C a s a s , B a r t o l o m é : Brevísima relación de la destrucción de las indias. Buenos

    A i r e s . F U D E B A . 1966.'? Flores G alin d o , Alb cr io : op. cil.

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    ALCIRA ARGUMEDOen una nueva etapa de la historia, está en la base de las calumniasy del repudio de las clases oligárquicas hacia el libertador44.

    Sobre estos núc leos fundamentales que hacen al alcance de la"ley de las leyes", a las definiciones acerca de quiénes son losintegralmente humanos y al sentido de la soberanía nacional y popular, en el per íodo de la independencia comienzan a delinearse, cadavez con mayor fuerza, las concepciones y los proyectos que van asignar los antagonismos más decisivos de la historia polí t ica latinoamericana hasta nuestros días .

    En México , luego de un primer enfrentamicnto entre las él i tescriollas y las fuerzas coloniales, que en 1808 sé definiría a favor deestas últ imas, las nuevas voces de la insurgencia van a ser protagonizadas por los campesinos y los trabajadores mineros, liderados porel cura Miguel Hidalgo y más tarde por José María Morelos. El gritode Dolores pronunciado por Hidalgo en septiempre de 1810, convocaba a luchar por la independencia en nombre del rey y la virgeni ndígena de Guadalupe. La inmediata radicalizaejon del movimientol levaría a los criollos ricos a establecer una alianza con los peninsulares para defender sus privilegios amenazados. Entre las primerasmedidas, Hidalgo decreta la abolición de la esclavitud, la extincióndel tributo de los indios y la devoluc ión de las tierras a las comunidades indianas que habían sido despojadas por los terratenientescriollos y es pañoles .

    Derrotada en pocos meses, tras la captura y el fusilamiento deHidalgo en julio de 1811, el eje de la revolución se t ras ladaría haciael sur, encabezada por su antiguo alumno del seminario, José MaríaMorelos. El nuevo l íder incluye en su programa la independenciabajo la forma republicana de gobierno; la supresión de las diferenciasde casias en nombre de la igualdad y la divi s ión de las grandespropiedades rurales que se habían ido apoderando de las tierras comunales y los cultivos de subsistencia. Las propuestas de Morelos seasientan predominantemente en las demandas y aspiraciones de lasclases sojuzgadas —que ya "no se nombran en calidades de indios,mulatos ni castas, sino lodos generalmente americanos"— en la recuperación de las tradiciones comunitarias y populares y en Ja reivin-dicación de su dignidad.

    Estos postulados se articulan fluidamente con las versiones cristianas del bajo clero en América Latina. Ya que, al igual que en otrasregiones, se harán evidentes en México las contradicciones entre lasdos grandes interpretaciones del catolicismo que se instauran en el

    4 4 Rodr ígue z . .S imón: Defensa de liolivar, op. cit.

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    Los SILLNCIOS Y LAS Voerc EN AMÉRICA LATINAcontinente desde la conquista. Por una parte, los sectores ecles iás t icosligados con el planteo de "la cruz y la espada", con una guerra deculturas que conserva el espíri tu de las cruzadas y de las luchascontra turcos, moros y j u d í o s . A esta corriente la expresan un Ginésde Sepúlveda o un L ó p e z de Gomara, enardeciendo la mis ión c i v i -lizadora hispánica en el Nuevo Mundo. Pero t ambién la reforma delclero regular iniciada por el Cardenal Cisneros en la Es paña de losReyes C atól i cos , permite el desarrollo de órdenes religiosas sustentadas en la idea de (pie monjes y ec les i á s t i cos debían imitar la pobrezade Cristo: hombres pobres habían sido los fundadores de la Iglesia ya ellos era preciso retomar. El pobre fue. así exaltado como modelode cristiano y no meramente como tema de orac ión o como receptorde las limosnas que se daban para ganar indulgencias 45.

    Durante el siglo X VI , la orden de los franciscanos —que porentonces era la más numerosa en los nuevos territorios— i n t enta rá ,junto a monjes y sacerdotes de otras órdenes o del clero regular, unare l ac ión distinta con los pobladores autóc tonos ; porque aproximarseal indio significaba aproximarse al pobre La dura crítica de B ar to loméde las Casas se engarza en estas vertientes que, con una actituddiferente, permi t i r í an ir procesando el sincretismo entre las creenciastradicionales y las representaciones cristianas. Para ellos, la re l ig iónno era dogmát i ca e intolerante. En la perspectiva de las culturasa u t ó c t o n a s , se volvía compatible con una vis ión poli teís ta que fundirálas i m á g e n e s de Cristo, la Virgen y los santos con las antiguasdivinidades: Cristo-pobre, Cristo-indio, la Virgen de Guadalupe, lasví rgenes morenas y negras, los santos protectores de los débi l e s , vana ser algunas resultantes de estas fusiones'6. T a m b i é n los lincamientoscomunitarios del cristianismo pr imi t ivo se engarzan con las tradiciones sociales americanas y van gestando reformulaciones culturalesque, en muchos casos, t endrán como "intelectuales o r g á n i c o s " a lossacerdotes populares.

    Estas l í neas fundantes de la presencia catól ica en América Latinava n a desarrollarse c o n f l ¡ d i v a m e n t e a lo largo de los cinco siglosposteriores. Durante la e m a n c i p a c i ó n , la figura de Hidalgo, la formación seminarista de Morelos o los aportes de Fray Servando Teresade M i c r , expresan las venientes del catolicismo popular americano yrecuperan las crí t icas trazadas por Las Casas, que los enfrentan a losec les i á s t i cos vinculados con la Inqui s i c ión y el orden colonial. El"Catecismo Real" redactado por el arzobispo de Chuquisaca en 1784,dividía al mundo en dos: los d e s u ñ a d o s a la s a lvac ión y los condenados, los cristianos y los bárba ros , los que aceptaban el sagrado•" Flores Gnlindo. Alberto: op. cil.

    16 Flores G al indo, Alberto: op. cil.

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    orden colonial y los que osaban rebelarse. Para estos úl t imos , sóloquedaba una so luc ión :La cárcel pues, el destierro, el presidio, los azotes, laconfiscación, el fuego, el cadalso, el cuchillo, la muerte,son penas justamente establecidas contra el vasallo inobe-diente, dí s colo , tumultuario, sedicioso, infiel y traidor alrey.17

    En el otro polo, Fray Servando Teresa de M i c r denuncia en su"Carta de un americano al e s p a ñ o l " 18 de 1811, que los Inquisidoresde México consideran una herejía la soberanía del pueblo; que en1810 el Obispo de Valladolid "no sólo ha declarado a sus ovejas ypastores excomulgados vitandos por la insurrecc ión , sino que enPastoral del 8 de octubre la califica de manifiesta y notoriamentehe ré t ica " . Pero no se trata sólo de un problema religioso; en la basede las diferentes posiciones está la cuestión del alcance terrenal dela definición de lo humano:

    En el tiempo que se están ardiendo de un polo al otro porsus derechos para encenderlas más , han sido privados de losde ciudadano 8 a 10 millones de sus habitantes. ¿Por qué?Porque tienen una gota de sangre africana ahogada en un ríode sangre e spaño la . Como si hubiese, es pañol , inclusoFernando V I I . que pudiese probar que no desciende de losafricanos cartagineses o sarracenos, que dominaron lapenínsula once siglos; o comosi fuese mejorque la africanala sangre de los Suevos, V án da los , A lan és , Godos y otrosbárbaros del Norte, progenitores de los españoles y tanilustres como los indios...Tal es el art. 25 en que se suspenden los derechos deciudadano porel estado de sirvientes a soldada de otros; conlo que si no quedamos sin criados, quedan fuera de cuentono sólo las castas sino la mayor parte de los indios que,privados por los conquistadores de sus tierras, las cultivanpara sus robadores.'19

    Los principales factores del poder realista, la jerarquía eclesiásticay las clases criollas privilegiadas, lograrán finalmente imponerse enZevallos.Noé: Toribio Rodrigue: de Mendoza o las etapas de un difícil itinerarioespiritual, Lima, Bruño, (citado por Mores Galindo, op. cit.).

    M ic r , Fray Serva ndo Teresa de: Cartadeunamericano alespañol sobre sunúmero XIXdel 11de noviembre de 1811, Lmdres . Impreso por W. Lewi s. 2. Paternóster Row. 1811.

    Idem.

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    Los Sn.riNcios Y iAS VCXES RN AMERICA 1 .AUNA

    1815 sobre las fuerzas militares de Morelos. El orden económico ysocial de la independencia, consolidado poco después a través delPlan de Iguala, estallaría en profundidad recién un siglo más lardeluego de la dificultosa estructuración de la nación mexicana, grave-mente hostigada por los Estados Unidos y Franciaso.

    Durante esos mismos a ñ o s , en la banda oriental del Río de laPlata el movimiento artiguista será la expresión más claramentepopular de las políticas que inicialmcntc promueven el proceso deemanc ipac ión . Al calor del levantamiento rural encabezado por JoséGervasio de Artigas, se irán formulando en los años que corren cutre1810 y 1820 los lincamientos de una concepción democrática conce-bida como el sustento social de la independencia. Las reivindicacio-nes que encarna este proyecto emanan de las masas de indios, mes-tizos, mu ía los , negros y una minoría de patriotas blancos que com-ponen sus filas. Durante el éxodo del pueblo oriental en 1811, acom-pañan a Artigas hasta el A y u í , en la provincia de Entre Ríos , cercade 16.000 hombres, mujeres y niños dispuestos a defender su liber-tad: "yo llegaré a mi destino con este pueblo de h éroes . . . " afirmaArtigas en su retirada, mientras el propio gobierno español de laciudad de Montevideo evalúa por entonces que la población de laBanda Oriental ha quedado reducida a menos de la quinta partecomo consecuencia del cxodoM.

    Artigas supo interpretar los rasgos más profundos de la cultura ylas aspiraciones de esa compleja sociedad rural:

    La convivencia con los hombres sueltos de los campos,changadores,vaqueros,tápese indios, lehabían nulridodelimponderable saber de los baqueanos... Supo descubrir,a d e m á s , en el abigarrado cuadro étnico y social de aquellavasta área su secreta urdimbre... Aprehendió la singularescala de valores y coordenadas espirituales de aquelmundo tumultuario: la ética gaucha de la libertad comodato inmediato de la conciencia... fundada en la irrestrielacondición igualitaria de aquellos para quienes "na¡des era

    •" llalperin Donghi, Tulio: Historia contemporánea de América Latina, op cit.— Ricaui le Soler: Idea y cuestión nacional latinoamericana: de la Independencia a la

    emergencia del imperialismo, México. Siglo XXI. 1986.— Morsc, Richard: El espejo de Próspero: unestudio de la dialéctica del Nuevo Mundo.

    México. Siglo XXI, 1982.M Reyes Ahadie, Washinglon; B ruschera. Oscar; Meologno, Tabaré: F.l ciclo artiguista.

    Montevideo. Margarita Silbcrbcrg / Impresora Cordón Editores, 1971.— Rosa. José María: op. cit.— llalperin Donghi. Tulio: op. cit.

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    A l . C I R A A R G U M E D Om ás que na i des"; la estética del peligro... la t rad ic iónpayadoril de las hazañas de la intrepidez y de la astucia...fundamento único del reconocimiento colectivo del s eño-río individual ; la concepc ión milico-religiosa del universoy de la vida, expresada en la coexistencia antagónica de labondadosa paternidad de Dios y la oscura fuerza de"Mandinga" y condicionada por el conjuro y la comunicación s impática de una magia elemental ejercida, en disparproporc ión , por el sacerdote y el fraile, el brujo, el curandero y el "mano santa"."

    Sobre la base de estas tradiciones y al igual que una parte sig-nil icat iva de los l í de res de la independencia, Artigas bus ca rá en laspropuestas i deológicas más avanzadas de su época los elementos quele ayuden a sistematizar las aspiraciones nacionales y sociales. Incorpora así la influencia del liberalismo es pañol , que conociera a t ravésde don Félix de Azara"; las vertientes cómuhi t a r i s t a s cristianas de unJ os é Mar í a Enrique de la Peña , —cura pár roco de Colonia con elcual compartiera "aquellos buenos ratos que nos agradaban tanto",amasando la común dec i s ión revolucionaria— y el aporte de estudiosos y p o l í t i c o s americanos como P é r e z Castellano y D á m a s oLarranaga5'. En esta abs orc ión y reformulación crí t ica de las ideasc o n t e m p o r á n e a s , procesadas desde el tronco de las tradiciones populares, se i rán delineando sus propuestas; que alcanzan la más claraa r t i cu lac ión en las Instrucciones del Año X I I I y en el "Reglamentoprovisorio de la Provincia Oriental para el fomento de su c a m p a ñ ay seguridad de sus hacendados" de 1815 ss.

    Lo s documentos polí t icos de Artigas recogen de estas maneramuchos de los conceptos del pensamiento contraclualista europeo, enespecial de Rousseau. Hablan de ley, razón, contrato social, constit uc ión , libertad, propiedad; sin embargo, es posible observar las profundas mutaciones que en ellos se operan al insertarlos en el contexto de las raigambres culturales y de las demandas de las masasartiguistas. Partidario del gobierno republicano basado en el respetoa la a u t o n o m í a de las provincias, el l íder oriental plantea la necesidad de establecer un contrato social. Pero lo que preside c inspirala necesidad de este contrato no es el resguardo del libre goce de la

    , a Royes Abadic. Washington y o íro s : op. cit.s A za ra . F é l ix de: Escritos postumos de don Félix de Azara. Madrid, 1857. (citado por

    llalperin Donghi. T u l io : El espejo de la historia, op. cit.u R iv era . Jorge: Sarmiento y los fantasmas del Desierto. Federa ture d ' A mér ica - RevistaTriincstrale - Anuo IX N"38. Bul /.ione Editore, 1990." B ru sch cra . Osca r: Artigas, Montevideo, Biblioteca de M a rch a . 1971.

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    LO S Sl l . l -NClOS Y LA S V O C I S I;N AMÉRICA I.-ATINApropiedad privada i ndiv idua l , sino que se trata de un contrato entrecomunidades, provincias o regiones, para la salvaguarda de la independencia de la nac ión. Los contratantes no son los individuos sinolo s pueblos y provincias, donde, la libertad es a un mismo tiempoindependencia y federalismo en cuyo marco —y s ólo a l l í— cobrasentido y es posible la libertad individual . El concepto de propiedadadquiere asimismo un significado diferente, en tanto la p r o m o c i ó n deeste derecho no podía desvincularse de la lucha polí t ica por la independencia y del sentido de justicia igualitaria de sus bases sociales5''.La dis tribución de tierras promovida por Artigas favorecía ampliamente a esas capas que conformaban las huestes revolucionarias; setrataba de establecer una redefinición de la propiedad que anticipa elprincipio agrarista de la pos es ión vinculada con el afincamiento y eltrabajo:

    para los paisanos, para los hombres sueltos de los campos—"gauchos" o "tupamaros"—para los tapes misioneros,para los negros y zambos esclavos, para los grupos i ndíge -nas monta ra ees5'.

    E l concepto de propiedad necesariamente s u p o n í a , en lasformulaciones del Reglamento Provisorio, la i n t e rvenc ión del poderpúbl i co para garantizar una creciente igualdad ya que éste debíavelar para "que. los d e m á s infelices sean los más privilegiados". Marcando la necesidad de reivindicar a los abor ígenes cuyo "estado denaturaleza" fuera mancillado por el "estado de guerra" impuesto porla conquista y la colonizac ión . Se esboza así una propuesta de Estadoque ha de intervenir como propulsor y garante de los derechos de losciudadanos, de los integrantes del pueblo, entendido en sentidoabarcador, sin exclusiones é tn i cas o sociales. Estado arliculador deuna idea de la democracia que abarca lo e c o n ó m i c o , lo polí t ico y losocial, como modelo integral de sociedad y garantía para la consol i dac ión de la libertad nacional e individual ; ya que el efectivo ejerc ic io de las libertades individuales sólo era posible en la medida enque se protegiera la libertad de las comunidades donde estos hombresc o n v i v í a n .

    Desde esta perspectiva, el artiguismo plantea la organizac ión nacional a t ravés de estadios sucesivos de a r t i cu lac ión social y regional.En cada una de las comunidades, el gobierno estaría asentado en las oberanía popular —el "gobierno inmediato"— una forma de demo-

    ,f t Wilner. Norberto: op. cit.• w Reyes Abadie. Washington y otros: op. cit.— R iv era . Jorge: op. cit.

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    A i . c i K A ARGUMEDOexacta directa que s uponía el ejercicio del poder por el consenso delas m a y o r í a s participando en asambleas pi e na rías, integradas por todos los pobladores sin más exigencias que la c o n d i c i ó n de americanos y la hombr ía de bien. En un segundo nive l , la "provincia compuesta de pueblos libres" da lugar a la s oberanía provincial integradapo r el acuerdo entre las comunidades, reunidas en Congreso. Entercer lugar, estas provincias deben integrarse en la " c o n f e d e r a c i ó nofensiva y defensiva" de las Provincias Unidas:

    La originalidad del intento artiguista radicaba en tratar deconciliar ambos legados: el asambleís ta de p a r t i c i p a c i ó ndirecta, cabildeano o comunal y el representativo, correspondiente a la sociedad nacional o de democracia proeesua F .

    E l proyecto de Artigas —una r e p ú b l i c a d e m o c r á t i c a , igualitaria,independiente, susceptible de integrar a las capas é t n i c a s y socialesmarginadas por el dominio colonial, con fuerte ins e rc ión en las tradiciones, creencias y culturas populares— encont ra rá la drás t i ca opos i c i ó n del palriciado de las ciudades con su racionalismo ilustrado ymercantil, cuyos intereses conforman el sustento del orden estamentarioblanco, de la ena jenac ión o l igá rqu ica a las prebendas del mercadoexterior y al reconocimiento del mundo "civilizado"5'1. Partidarios deuna democracia liberal restrictiva, estaban convencidos de la necesidad de excluir del concepto de ciudadanos a esas masas popularesque Artigas pre t endía privilegiar. No por casualidad, la C o n s t i t u c i ó npor t eña de 1826 niega el derecho de voto a los jornaleros, criados ysoldados de l í nea , l imi t ándolo a la "parte sana y distinguida" de losvecindarios.

    Las propuestas de B ol íva r , de Artigas o de Hidalgo y Morelosentre otros, van a conformar las primeras expresiones p o l í t i c a s deesas otras ideas de A m é r i c a Latina que, hasta entonces, se alimentaran s u b t e r r á n e a m e n t e en las rebeliones, en las resistencias culturalesy en la vida cotidiana de una vasta p o b l a c i ó n del continente a quienel esquema colonial les había negado su c o n d i c i ó n humana. Así,entre 1810 y 1830, mientras la vis ión del mundo b u r g u é s europeoadqui r í a con Hegel la expres ión más elevada que tal vez ella podíaalcanzar —y cuando re c ién era un niño otro pensador genial que la

    ' " G a r c í a Delgado, Daniel: Raíces cuestionadas: la tradición popular y la democracia,Buenos A i r e s , Centro Fidilor de A m é r i c a Latina, Biblioteca P o l í t i ca Argentina N''245/246. 1989.< u Brusehera. Osca r: op. cit.— Ricaurte Soler: op. cit.

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    Los SILENCIOS Y LAS Vtx rs EN AMÉRICA I .ATINAcuestionara con una desbordante rigurosidad c i e n t í f i c a , desde la perspectiva del naciente proletariado— se d i s e ñ a b a n en estos territorios,ligados con una voluntad pol í t i ca nacional y popular, a u t ó n o m a eigualitaria, los ejes de un pensamiento que buscaba responder a lasaspiraciones libertarias de otro sujeto social cucslionador de la explot a c i ó n y del dominio imperial: los pueblos de A m é r i c a Latina. Sujetosocial he te rogéneo, pol i fa cé t i co , para q u i é n en la historia y el futurono existe necesidad.

    Mientras tanto, dos j ó v e n e s alemanes amigos de Hegel —y comoél impactados por la invas ión napoleónica y la posterior restaurac i ó n — desarrollaban su obra ignorando la influencia que t endr í an , unsiglo y medio más tarde, en el desencuentro de las fuerzas pol í t i ca smayoritarias de un remoto país de S u d a m é r i c a . Carlos Cristian Krauscsintetizaba los aporles de Kant, de Schelling. de Fichte, para elaborarsu racionalismo a r m ó n i c o ; Carlos von Clausewit/ formularía las basesde la teoría es tratégica mil i tar prusiana a partir del aná l i s i s de lasguerras de N a p o l e ó n .

    b. E l mundo de Fines del siglo X I XEn el mes de mayo de 1805, Max Weber in i c ia su carrera acad é m i c a en la Universidad de Friburgo con una e x p o s i c i ó n sobre "El

    Estado Nacional y la pol í t i ca e conómica alemana". Por esc entoncesAlemania alcanzaba un acelerado desarrollo industrial que en pocom ás de tres décadas había transformado sustancialmcntc la estructurasocial del nuevo imperio, resquebrajando el poder pol í t i co y e c o n ó -mico de los junkers y dando origen a poderosos grupos de burgues í aindustrial y financiera junto a un extenso proletariado. Con el desplazamiento de Bismark, dos alternativas a n t a g ó n i c a s pujaban por def i -ni r el destino a l e m á n : por un lado, el Partido S o c i a l d c m ó c r a t a , queplanteaba una irresoluble c o n t r a d i c c i ó n entre la burgues í a y el proletariado, la necesaria s u p e r a c i ó n del capitalismo por una nuevasociedad socialista y el internacionalismo proletario como herramienta pol í t ica para esa t rans formac ión . Bajo una gravilanle influencia deMarx y con Engels aún vivo, e s t a r í an presentes en este debate —queha de extenderse durante dos largas d é c a d a s — las más importantescabezas del marxismo europeo: Kautsky, Bcrustcin. Bcbel. RosaLuxemburgo, Hil fe rd ing o Mehring.

    Por otro lado, las corrientes nacional-liberales con v o c a c i ó nexpansiva buscaban la c o n s o l i d a c i ó n capitalista y la unidad social dela nación bajo predominio b u r g u é s , para transformar a Alemania enuna potencia mundial. Identificado i d e o l ó g i c a m e n t e con estas tendencias y a s e n t á n d o s e en una e r u d i c i ó n de a l t í s imo n ive l , Weber va adesarrollar el más sofisticado planteo c r í t i c o que el pensamiento

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    A L OR A ARCUMIÍDOpolí t ico l iberal formulara al marxismo. T a m b i é n el campo de la ciencia se transforma en esa Alemania en un espacio de confrontac iónpol í t i ca . Entre otros aspectos, en el discurso inaugural de Friburgo,Weber afirmaba:

    L̂ o.s interesesde potencia de la nación constituven, cua ndoson puestosen cues t ión , losúl t imos y decisivos intereses acuyo servicio debe ponerse su pol í t i ca económica . Laciencia de la economía polí t ica es una ciencia pol í t i ca .Como tal, no se conserva virgen de la política cotidiana, déla pol í t ica de los gobernantes y de las clases en el poder,sino (pie depende de los intereses permanentes de la pol í t icade potencia de la nac ión. Y el estado nacional no es paranosotros algo indefinido... sino que constituye la organización terrenal de poder de lanación. En esc estado nacional,e l máximo criterio de valor es, para nosotros, t ambiéndesde un punto de vista económico, la razón deestado... Ensuma, la últ ima y decisiva palabra corresponde a losintereses e c o n ó m i c o s y polí t icos de potencia de nuestranac ión y de su depositario, el estado nacional a l e m á n . . . 60

    /Poco más larde, el núc leo de la confrontac ión ideológica con elmarxismo lleva a Weber a reemplazar este concepto de ciencia por

    una vis ión cient ífica aséptica, drás t icamente separada de la polí t ica yfundamentada en una c o n c e p c i ó n e p i s t e m o l ó g i c a que apunta adesestructurar la idea de necesidad y la poderosa a r t i cu lac ión entreciencia y utopía en Marx. Tomando la matriz del liberalismo pol í t i co , Weber cri t ica también el economicismo de las corrientes liberalesmanclicsicrianas y va a desplegar un marco t eór i co rigurosamenteana l í t i co , alimentado por un vasto conocimiento hi s tór i co , a partir deun sujeto individual: la acc ión social con sentido mentado. Las clasessociales y su enfrenta miento antagónico de j a rán de ser el motor dela historia, para jerarquizar la lucha entre las naciones —especialmente entre las grandes potencias— por el dominio de las regionesmenos desarrolladas del mundo; y en el interior de esas naciones, sonlos individuos con voluntad y conciencia y no las clases sociales, losactores protagonices del devenir humano.

    En esta perspectiva, desde la idea misma de la ciencia social, ladef in i c ión acerca de c ó m o se conforma la sociedad, la c o n s t r u c c i ó nde los conceptos o la metodología de aná l i s i s ; hasta la c o n c e p c i ó nde l capitalismo, del socialismo, de las clases sociales, de la re l ac iónentre las ideas y las fuerzas e c o n ó m i c a s , del Estado, del impcrial is-1, 0 Weber. Max: "E l Estado nacional y la p o l í t ica econ ómica alemana" en Escritos

    Políticos Tomo I, M é x i c o . Folios, 1982.

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    Los S I L E N C I O S Y LAS V O C I Í S EN A M É R I C A L A T I N A

    mo , de la rel igión, de las tendencias del desarrollo de la historia;cada uno de los núcleos teóricos esenciales del marxismo van a serprofundamente cuestionados por Weber, en un debate teórico-polí t icoque pocas veces en la historia alcanzara el nivel de la Alemania deesos a ñ o s . La í n t ima v inculac ión entre los escritos pol í t i cos y eldesarrollo conceptual —al margen de la pretendida es c i s ión entreciencia y polí t ica— nos permite afirmar que sus propuestas inicialesse mantienen a lo largo de toda su producc ión , ev idenc iándos e entrabajos muy posteriores tales como Alemania entre las grandes po-tencias mundiales (1916) o el capítulo sobre "Las comunidades pol í t icas" de Economía y Sociedad.

    La actual ización del pensamiento jurídico-polí t ieo l iberal que realiza Max Weber desde mediados de la década de 1890, será uno delos pilares básicos de las corrientes de las ciencias sociales desarrolladas en el siglo XX. Así, en la confrontac ión alemana de eseperíodo, se estructuran las dos principales matrices que han de estarpresentes en el debate académico y polí t ico occidental, en especialluego de la declinación que sufrirá el liberalismo económico con lacrisis de 1930. El desarrollo teórico de las vertientes liberales sesustentará explíci ta o implíci tamente en los planteos que Weber formulara en el discurso de Friburgo de 1895: el tema de la conducciónpolí t ica de las sociedades entre Jas dos clases más dinámicas queemergen con la madurez de la Revolución Industrial; la definición decada una estas naciones como potencia mundial en función de sulugar en el balance de poder hegemónico y en el proceso de expansión imperialista; y los problemas de la modernizac ión y afianzamiento del capitalismo dentro de los marcos de la gobernabilidaddemocrá t i ca (que, hasla promediar el siglo XX, en Europa abarcaráa los integrantes de los países centrales, con exc lus ión de las poblaciones coloniales y en los Estados Unidos luego del genocidio indígena, margina a los negros y a las minor í as hispanoparlantcs).

    La consolidación de Alemania como potencia mundial y, por lotanto, como metrópolis colonial , constituye un hilo conductor en elpensamiento weberiano, tal como lo manifiesta su conferencia deoctubre de 1916 en Munich, dos décadas des pués del discurso deFriburgo:

    De esto quiero hablar, remit iéndome fría y académicamente sólo a la razón política y no al sentimiento... Somos unestado potencia... Es necesario, a d e m á s , que Inglaterraacepte, en el campo de la política colonial, el principio de"vivi r y dejar vivi r" . Ciertamente, nosotros no tenemosnecesidad, en razón de nuestras dispersas posesiones coloniales, de conquistar el mundo, sino que podemos mantc-

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    AL ORA ARGUMEDOnernos en una estera de intereses bien circunscrita, comoocurre con otros países , sin que por ello nadie se sientaamenazado... Es impensable una mut i l ac ión de Bélgicapara constituir una tutela alemana permanente. Quienpiensa semejante cosa, menosprecia los sentimientos dedignidad y honor de los pueblos civilizados... Nuestrosadversarios no están en modo alguno en condiciones depoder real izaren serio el principio de las nacionalidades...Esos 350millones de extranjeros a los que nuestros adver-sarios dominan sin que nadie se los haya pedido, y a los queexplotan y enfrentan connuestras amet ra l l adoras , deber í anpronunciarse en una libre consulla electoral controlada —digámos lo t ambién— por el fi lantrópico señor presidentede los Estados Unidos, acerca de si desean o no constituirsecomo estados a u t ó n o m o s . Con respecto a esto debemosconceder a nuestros adversarios que no es posible forzar unprincipio hasta la locura... Pero es cierto, t ambién , nosotrossomos una gran potencia. Y el hecho de que lo seamos esel úl t imo, decisivo, motivo de la guerra... Un pueblo desetenta millones de habitantes, ubicado entre las potenciasconquistadoras del mundo, tenía el deber de transformarseen un estado de gran potencia... y para poder hacer sentirnuestro peso t ambién en las grandes decisiones sobre elfuturo del mundo, debíamos arriesgar esta guerra... Loimponía el honor de nuestro patrimonio é ln i co-cul tura l . 61

    •Continuando una larga t rad ic ión académica europea, Weber apunta

    de esta forma a uno de los nudos centrales de la problemát i ca deA m é r i c a Latina: al tiempo que considera necesario reconocer el ho-no r y la dignidad de los pueblos civilizados, plantea como una locurala posibilidad de que 350 millones de hombres "extranjeros", some-tidos y explotados por el domino colonial, puedan expresarse en unalibre consulta electoral acerca de si desean constituirse como estadosa u t ó n o m o s . Una verdadera locura en tanto, desde una vi s ión c i ent í fica "objetiva" y "exenta de valores" evalúa que:

    Como la m ás segura garantía para alcanzar el monopolio deestas proba bi lidades de lucro proporcionadas por la economíade l territorio extranjero a los miembros de la propia comuni-dad política es la ocupación polí tica o la sujeción del poderpolí t ico extranjero mediante la forma de "protectorado" ocualquier forma análoga, esla tendencia "imperialista'' a la

    61 W c l v r M a x : •Alemania enlre las grandes potencias europeas", en Escritos Políticos, op. cit.

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    L O S S lLKNCTOS Y LA S V O C E S [ÍNAMÉRICA I -ATINAexpans ión desplaza cada vez m ás a la tendencia pacifista, lacual sólo aspira a la "libertad comercial"... Los ingresosproccdenlesdc fuera de la comunidad polí t ica, incluyendo losingresos que tienen un origen imperialista y un efectivocarácter "tributario",no se revelan hoy a las masas como unata l evidentecons tc l ac iónde intereses... (Pero) si se pe usa ra unmomento en la cesación de estos ingresos, ello significaríapara países como Inglaterra, Francia y Alemania un sensibleretroceso en la capacidad adquisitiva inclusive para losproducios internos, lo cual influiría muy desfavorablementeen el mercado de traba o. . . 6-

    En ese mismo mes de mayo de 1895 en que Weber e x p o n í a sus¡deas en Friburgo, muere José. Mart í en el c ó m b a l e de Dos R íos ,peleando por la independencia de Cuba. El día anterior a su muerte,desde una perspectiva distinta de la historia y del imperialismo, desdela tierra de la cual había sido deportado treinta años antes por lamet rópol i s e s pañola , e s c r ib í a a su amigo mexicano Migue l Mercadoesa carta inconclusa donde expresaba:

    Ya estoy todos los días en peligrode dar m i vida pormi paísy porm i deber —puesto que lo entiendo y tengo á n i m o s conque realizarlo—de i m p e d i r á tiempo,con la independenciade Cuba, que se extiendan por las Antillas los EstadosUnidos y caigan, con esa fuerza m á s , sobre nuestras tierrasde America... Con nuestra sangre estamos cegando laanexión de los pueblos de nuestra América al Norte revuel-to y brutal que los desprecia... Viví en el monstruo y leconozco las ent rañas ; y mi honda es la de David.61

    Luego de casi siete d é c a d a s de confrontac ión con los proyectosresistentes y autonomistas populares se han consolidado, en la mayorparle de los pa í s es latinoamericanos, regímenes o l igá rquicos aliadosco n los intereses de Inglaterra en el sur o bajo la influenciahegemónica de los Estados Unidos en el norte. El per íodo de la PazArmada entre las potencias mundiales facilita una nueva etapa dee x p a n s i ó n imperial en las regiones de Asia y Africa y refuerza enAmérica Latina el poder de las clases dominantes criollas a t ravés de

    h - Weber. Ma x : Economía y Sociedad Tomo I I , M é x i c o . Fondo de C u ltu ra E co n ó mica .I « 6 4 .

    4 1 Roig de Leuchsenring, E m i l i o : Tres estudios maníanos. L a Habana, Centrode EstudiosM a n í a n o s . 1983.

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    Al .CIRA AROUMCDOalianzas ncocolonialcs. El proyecto modernizante y europe í s t a de losochenta es ya una realidad en nuestros terri torios, mientras el deca-dente imperio es pañol s ó lo ha logrado conservar sus colonias enCuba y Puerto Rico.

    Líder pro lo t íp i co de este continente, Martí al ternará la cá rce l y eldestierro desde sus dieciseis a ñ o s . Con una s ó l ida formac ión enDerecho y en Filosofía y Letras, tendrá una vis ión distinta de laproblemát i ca nacional:Trincheras de ideas valen más que trincheras de piedra...Con un decreto de Ha millón no se le para la pechada a 1 potrollanero. Con una frase de Sieycs no se desestanca lasangrecuajada de la raza india... El buen gobernante de Amér icano es el que sabe c ó m o se gobierna el a lemán o el francéssino el que sabe con qu é elementos está hecho su país . . . Elgobierno ha de nacerdel pa í s . La forma de gobierno ha deavenirse a la cons t i t uc ión propia del país . . . Por eso el l ibroimportado ha sido vencido en Amér ica Latina por elhombre natural. Los hombres naturales han vencido a losletrados artificiales. El mestizo autóc tono ha vencido alc r io l lo exót i co . No hay batalla entre la c iv i l i zac ión y labarbarie sino entre la falsa e rudic ión y la naturaleza...La universidad europea ha de c e d e r á la universidad ame-ricana. La historia de America, desde los Incas para acá hade ens eñars e al dedil lo, aunque no se ens eñe la de losarconles de Grecia... Los polí t icos nacionales han de reem-plazar a los polí t icos exóticos . Injértese en nuestras repú-blicas el mundo; pero el tronco ha de ser de nuestrasrepúbl i cas . . . Leestá naciendo a Amér ica , enestos tiemposreales, el hombre real. Éramos una más cara con los calzo-nes de Inglaterra, el chaleco parisiense, el chaque tón deNorte Amér ica y la montera de Españ a. El indio, mudo, nosdaba vueltas alrededor y se iba al monte... El negro, oteado,cantaba en la noche la música de su corazón, solo ydesconocido... E l campesino, el creador, se revolvía ciegode i nd ignac ión contra la ciudad des deños a , contra su cria-tura. Éramos charreteras y togas en países que venían almundo con la alpargata en los pies y la vincha en la cabeza.N i el l ibro europeo ni el l ibro yanquec daban la clave delenigma hispanoamericano... (Nuestra Amér ica , 1891)fil

    M a n í , J o s é : "Nuestra A m é r i c a " , en Martí y la primera revolución cubana, D u e ñ o sA ir e s , (entro l-.dilorde A m é r i c a Latina, 1971.

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    Lo s SILENCIOS Y LAS V OC E S EN AMÉRICA LATINANuevamente la pas ión por un continente igualitario y soberano, de

    pueblos hermanados, donde puedan sintetizarse en objetivos comuneslas diferencias raciales y culturales. Una matriz a u t ó n o m a de signonacional y popular para gobernar el pueblo de los hombres naturales;una matriz donde se inserten las más ricas ideas del pensamientouniversal, pero cuyo tronco ha de ser latinoamericano. Porque s ó lopo r esos caminos Amér ica Latina podrá buscar las claves de supropio enigma.

    Ahondar hasta las raíces de los valores, las identidades, las ideasde l tronco latinoamericano, para encontrar alternativas frente al do-minio imperial y la expol i ac ión de estos pueblos. Una matriz a u t ó -noma como requisito formulado por esc l íder de la libertad, de unarica formac ión intelectual. Periodista l úc ido , empapado de la culturade su época en las más diversas expresiones: que rindiera homenajea Carlos Marx con motivo de su muerte: "Kar l Marx ha muerto.Como se puso del lado de. los débi l e s , merece honor... No fue sólomovedor t i tánico de las cóle ras de los trabajadores europeos sinoveedor profundo en la razón de las miserias humanas y en los des-tinos de los hombres...", escribía en un a r t í cu lo del per iódico LaNación de Buenos Aires en mayo de 18S3''\o Marx miraba elmundo desde Europa y ei desarrollo universal de las fuerzas produc-tivas justificaba la expans ión de las met rópol i s capitalistas sobre lasá reas coloniales, como un c o s t ó ' i n e l u d i b l e para sacar a esas regionesde la barbarie c incorporarlas a la c iv i l i zac ión . Apoyaba entonces alo s Estados Unidos que expropiaran a M é x i c o la " m a g n í f i c aCalifornia", a la Inglaterra que penetraba en la India, a los centrosimperiales que dominaban la China. T a m b i é n despreciaba a Bol íva rjuzgando el drama de estos territorios desde la cultura europea quel o e n v o l v í a h6 .

    U n pensamiento a u t ó n o m o para Amér ica Latina reclamado porquien supo develar los rasgos de la etapa monopól i ea del capitalismoimperial , que denunciara el problema de los negros y los indios enlas ent rañas mismas del monstruo. Dispuesto a dar su vida por estecontinente ya que con "los oprimidos había que hacer causa c o m ú n " :

    ¿Quién que ha visto azotara un negro no se considera parasiempre su deudor? Yo lo v i , lo vi cuando era niño y todavía

    M Roig de Leuehscnring. E m i l i o : op. cit." M a r x . C a r l o s; El íg e l a . Federico: 1.a Ideología Alemana, M o s c ú . F d ito r ia l Progreso,

    1968.— M a r x . C a r l o s ; lingcls, Federico: Sobre el colonialismo. C ó r d o b a , Pasado y Presente,

    1973.— M a r x . C a r l o s ; Jingels. Federico: Materiales para la historia de América Latina,

    C ó r d o b a . Pasado y Presente. 1972.47

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    ALORA ARGUMEDOno se me ha apagado en las mejillas la vergüenza . . . Yo lovi y me jure desde entonces su defensa...67

    Si "el primer deber de un hombre es pensar por sí mismo", J os éMar t í bus có la "libertad verdadera", la de los pueblos soberanos y lade todos los hombres de esos pueblos; afirmando que " s ó l o tienenderecho de combatir por su libertad los que no oprimen la de otros".La verdadera libertad de los ind ígenas , los negros, los sometidos, fueel sustento principal de su pensamiento. Una matriz latinoamericanay popular susceptible de. dar respuesta a la historia desde una conc e p c i ó n no excluyente de lo humano porque "un progreso no esverdad sino cuando invadiendo las masas penetra en ellas y parte deellas"68. En el marco de estas coordenadas conceptuales, M a r t í despliega durante dos décadas las l íneas más sustantivas de una vertientenacional-popular que. aborda múl t ip l e s y complejos problemas desdeuna perspectiva integral, capaz de superar los espacios latinoamericanos y penetrar en los conflictos internos de las naciones centrales. Desu vasta p r o d u c c i ó n surgen lincamientos de c o m p r e n s i ó n y crí t icaacerca de la vigencia de las grandes civilizaciones precolombinas yt a m b i é n del exterminio de los indios en Amér ica del Norte; de las i t u a c i ó n de. los negros y mulatos en ambas A m é r i c a s ; del crecimiento de los monopolios y sus consecuencias sociales en las met rópol i sy en las pol í t icas imperialistas; del papel del liberalismo e c o n ó m i c oy los sectores ol igá rqu icos aliados con los proyectos de dominiocolonial y neocolonial.

    Propone la conformac ión de una repúbl ica de mayor í a popular ycritica a los "civilizadores" Sarmiento y Porfirio Díaz ; da cuenta delas estrategias imperiales de Francia, Inglaterra y Alemania. Recuperalas ideas libertarias de B ol íva r , San Mart ín , Hostos, Morelos y sepregunta qué es el socialismo: "lo primero que. hay que saber es deq u é clase de socialismo se trata, si de la Icaria cristiana de Cabet,o de las visiones s oc rá t icas de Alcot t , o el mutualismo de Prudhonne,o el fanúl i s t c r io de Guisa, o el Colins-i smo de B élg ica o el de losj ó v e n e s hegelianos de Alemania"69. Habla sobre libertad, r e l i g i ó n ,democracia, difunde a Walt Whitman en Amér ica Latina, influyendoas í sobre la literatura modernista70. Escribe poesía y hace crí t icaliteraria, porque "en mi pueblo nosotros siempre hemos dicho que los

    6 1 Centro de Estudios M a n í a n o s : José Martí antimperialisla, La Habana, Editorial deCiencias Sociales, 1984.

    6 3 Centro de Estudios M a n í a n o s : op. cil.M Centro de Estudios M a n í a n o s : op. cil.'"Sarlo, Beatriz: Una modernidad periférica: Rúenos Aires 1920 y 1930. Buenos Aires.

    Nueva V i s i ó n . 1988.

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    LO S Stl.l-NCIOS Y I A S V O C E S lN A MÉ R I C A 1A T I N Apoetas ven la verdad antes que nadie"71. M a r t í redacta "NuestraA m é r i c a " en el año 1891 cuando en A l e s , pueblo de la isla deC e r d e ñ a , la famil ia de un modesto empleado de oficina rec ib í a elnacimiento de su cuarto hi jo . Lo llamaron Antonio.

    Mientras tanto, en la Argentina, luego de varias d é c a d a s deenfrentamiento de las ol igarquías norteñas y del interior contra las alternativas federales, ha logrado consolidarse un rég imen republicano conaspiraciones modernizantes articulado con los intereses ncocoloniales deInglaterra y fuertemente excluyente de las mayor í as sociales. El nuevopoder dominante se erige a partir de la derrota y las polí t icas deexterminio ejercidas entre 1860 y 1880 contra las tres regiones dondese asentaban los núcleos originarios indígenas del pa í s . En el noroeste,los pueblos ca lchaquícs , mestizados con los pobladores es pañoles ycriollos, otorgaron los contingentes más numerosos para los levantamientos del Chacho Peñaloza y Felipe Várela, como antes sus padres ysus abuelos habían alimentado las huestes de Tupac Amaru, de MartínGitcmes y de Facundo Quiroga. En la repres ión que s igu ió a la derrotade esos caudillos, murieron aproximadamente 40.000 gauchos.

    La guerra del Paraguay en el Noreste tuvo c a r a c t e r í s t i c a sarrasadoras para la poblac ión de ra í ces guaraní t icas que apoyara laresistencia de Francisco Solano L ó p e z . De los 100.000 combatientesconvocados a las armas durante los cinco a ñ o s que d u r ó la contienda,s ólo 409 sobrevivientes inician la retirada hacia la selva —porque "ele jé rc i to paraguayo no se rinde"— y libran la úl t ima batalla. Cuandolas tropas bras i l eñas los alcanzan, las escenas de h e r o í s m o desesperado evocan momentos de tragedias griegas: muerto Francisco Solano,su hijo Panchito de quince años toma el mando mil i t a r : "un coronelparaguayo no. se rinde" dirá antes de embestir solo al enemigo ymorir acribillado. El Mariscal L ó p e z no pudo entonces recibir el"sable de la s o b e r a n í a " que el 17 de febrero de 1869 desde su e x i l i oen Southampton Juan Manuel de Rosas dispusiera entregarle "por lafirmeza y s ab idur í a con que ha sostenido y sigue sosteniendo losderechos de su Patria". Era la misma espada "que me a c o m p a ñ ó entoda la guerra de la Independencia" s e g ú n indicaba el C api t án Genera l Don J os é de San Mart ín cuando, a su vez, se la había legado aRosas "por la firmeza y s ab idur í a con que ha sostenido los derechosde la Patria" frente a las agresiones anglo-francesas".

    — Mart í , José : " L os dos ru iseñ ores" en Cuentos para clticos de América, R u e ñ o s Aires,Orion. 1984.

    7 1 Centro de Estudios M a n í a n o s : op. cit.1 2 Rosa. José María: La Guerra del Paraguay y las montoneras argentinas. BucilOS Aires,P eñ a L i l lo . 1968.

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  • 8/15/2019 Argumedo Alicia

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    A L O R A A R G I ' M I Í IX )

    Finalmente, la C a m p a ñ a del Desierto dirigida por el Gral . Julio A.Roca, quiebra la resistencia mapuche que había durado más de tressiglos. Dispersos en las tierras del sur, re fugiándos e en las m o n t a ñ a sde la precordi llcra, los sobrevivientes de uno de los pueblos i ndíge nas más aguerridos del continente van a dejar deshabitados vastosterritorios donde se as enta r í an poco d e s p u é s latifundios laneros. Porentonces, al puerto de Buenos Aires arribaban cientos de miles dehombres y mujeres provenientes de Europa que van a conformarnuevas clases medias y sectores populares. Eran los desheredados delViejo Mundo, artesanos y campesinos, es pañoles , italianos, alemanes,inservibles en el nuevo paradigma productivo de la madura Revoluc ión Industrial; y asimismo polacos y rusos perseguidos por lospogroms, sirios y libaneses, algunos eslavos. Protagonistas de unaaventura desgarrante, portadores de una aguda melancol í a , llegabanbuscando una tierra menos host i l , con la esperanza, tal vez, de "hacer la A m é r i c a " .

    En el contexto de estas profundas transformaciones de la Argentina,t ambién en el año 1891, fracasada la insurrección del Parque, LeandroAlem funda la Unión Cívica Radical. Desgajándola de las influencias deMit re , la nueva organización polí t ica "no ha de ser considerada comoun mero partido, sino como un movimiento nacional hi s tór i co" quelucha por afirmar valores de la vida argentina para realizar la Naciónsobre bases morales, espirituales y polí t icas . Sustentado en firmes fundamentos é t i cos , plantea que la prosperidad y el progreso del país es tánpreferentemente constituidos por sus fuerzas morales; y que la grandezade la nación reside en las virtudes de su pueblo.

    Frente, a la i deología positivista, civi l izatoria y "moderna" delR é g i m e n —conformado por las ol iga rquías nativas en conjunc ión conlo s intereses imperiales de Inglaterra— Leandro A l e m reivindica las oberanía del pueblo "como art í fice de SU propio destino". Considerando que "hay siempre en el aire de la repúbl i ca dos programasperpetuos, el del poseedor y el del des pos e ído" , s eña la el marco enel cual ha de plantearse el problema de la justicia social. Ante ungobierno que desataba su iracundia sobre los nativos por considerarl os "bá rba ros " , la Unión C ívica Radical levanta valores é t i co-pol í t i cos junto a la exigencia del sufragio libre y la C ons t i tuc ión comoprograma. Una polí t ica que deberá ser sostenida intransigentemente,si n pactos ni concesiones".

    Co n una marcada influencia i n i c i a l de la f racc ión popular delPartido Autonomista donde se agrupa el federalismo derrotado por elT* Del Mazo, Gabriel: El Radicalismo, Buenos Aires. Gure, 1957.— Yunque. A l v a r o : Leandro N.Alem, el hombre de la multitud, Buenos