Arcipreste y leonesista

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José González, Arcipreste y leonesista

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Criterios por Isabel Carrasco Lorenzo ..................................................... .

Clar~boya. Memorias de trastienda Angel Fierro del Valle ........ , ...................................................... ,

Registro judío de León (897-1297) Manuel Carriedo Tejedo .......... ......................... ....................... .

Grandes desconocidas: las mariposas. David César Mancenido González Félix Javier GOIlzález Estébanez ...... , ........ , ...................... , ...... ,

La trayectoria poética de Ada/fa Alonso Ares Armando López Castro ............................................................ ,

Un ejemplo de beneficencia municipal en e/ siglo XIX: el asilo de mendicidad de León

José Antonio Torres Ruiz ................................ , ...................... , ..

José González, arcipreste y leonesista. Textos históríco-políticos (1906-1936)

Juan Miguel Álvarez Domfnguez ......................... .................... .

La consagración de /a primavera: las marzas María Jesús García Armesto Francisco Javier Rúa Aller ...................................................... ..

Solo queda silencio. Los pueblos abandonados de León (1900-2009) José Antonio Álvarez-Canal Martinez Amador González Pérez Ana Isabel Valbuena Gutiérrez Fauslino Udaondo Martinez ...................................... , ............. ,.

"Paz en la guerra' entre Miguel de Unamuno y Antonio de Va/buena, A los cien años de la "corrección fraterna".

Joaquín Serrano Serrano ......................................................... .

Un ejemplo de contrato para aprender el oficio de cantero en la Ribera del Órbigo (León)

Carlos Junquera Rubio ............................................................ .

La educación en la ciudad de León a fina/es del Antiguo Régimen Iván Castillo Martínez ................................................ : ............. .

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En los trabajos firmados, salvo los que tienen Car~cter de edito­dal, las opiniones expresadas por los respectivos a"tores no suponen necesariamente coinciclenci:¡ con l:¡s que sobre el mismo tema pueda mantener Ja Diputación Provincial de León.

N.'" 126-127 - Año XLVI- Tercera época

Enero 2oo8-Diciembre 2008

Tcklltific~ción de fotogr:¡fias: en cubierta anterior, ejemplar de Meltlna!:I',ia ,ga!at!Jfa. En cubj~rta posterior, escena rtlral en el Bierzo (León),

JOSÉ GONZÁLEZ, ARCIPRESTE y LEONESISTA

TEXTOS HISTÓRICO-POLÍTICOS (1906--1936)

JUAN MIGUEL ÁLVAREZ DOMiNGUEZ

Son varios los nacionalismos históricos de Europa occidental en los que el clero católico jugó un papel de notable protagonismo, descollando la aportación militante de numerosos y destacados miem­bros que: vestían sotana o hábito. Sus contribuciones van desde el campo teórico al violento, y en oca­siones con dedicación a ambos.

El catolicismo irlandés fue: uno de los pilares básicos que articuló y dio forma al nacionalismo homónimo en su lucha secular contra el invasor inglés. Y ello acaeció previa y posteriormente a la división

, de la isla en dos estados, uno de ellos compuesto por seis de los condados del UIster con gran implan-tación protestante y 'lue continúa bajo la administración de Londres.

El padre y uno de: los principale:s ide:ólogos dc:! nacionalismo vasco, Sabino Arana Goid, era un ferviente católico que sublimaba este credo como rasgo reconocible e imprescindible de los auténticos cuskaldunes. 1Asimismo, un porcentaje elevado de la clerecía vasco-navarra se ha implicado activamente en las filas nacionalistas, tanto en las del je/iza/e PNV como en las de la itfiHierda abertzale.

Religiosos como Josep Torras i Bages (quien afirmó que "Catalunya sera cristiana o no sera") tuvieron su hueco en el nacionalismo catalán, donde el monasterio, y la devoción a la Virgen, de Montserrat era una seña de: identidad básica del catalanismo conservador. Tanto en la H . .enaixenfa como en los tiempos más duros del franquismo, muchas iglesias sirvieron para mantener y potenciar el uso e:scrito de la lengua catalana.

También en Galicia, donde el galleguismo anterior a la Guerra Civil extrajo a sus figuras prefe­rentemente de los sectores laicos, hubo sacerdotes, c.omo Basilio Álvarez Rodríguez, que fueron galle­guistas convencidos, llevando su mensaje al propio Congreso de los Diputados.2

1 El término eUIka/dún está aquí empleado en un sentido amplio como sinónimo de vasco, no en su signifi­cado más concreto, que sería "quien posee el euskera", el hablante de dicha lengua.

2 Basilio Álvarez Rodríguez (1877-1943), fue párroco y uno de los dirigentes más carismáticos del agrarismo gallcguista. Elegido diputado en las Cortes Constituyentes de la n República, había abandonado el sacerdocio por enfrentamientos con la cúpula eelesial. Basilio Álvarez visitó la capital leonesa en julio de 1933 con motivo de la inauguración de la sede del Lar Ga!!ego, en cuyo domicilio social pronunció una conferencia titlllada ''Autonomía y el españolismo gallego" (Juan Miguel ÁLVAREZ DOMÍNGUEZ, "El Lar Gallego de León", en XXIV Ruta de! Románico Intemaciona0 Pontevedra, 5 de febrero - 18 de junio 2006, p. 303).

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¿Y los curas y monjes leoneses, los hubo que tuviesen relación con el regionalismo leonés anterior

a 1936?

Como en casi todo, "haberlos hailos".

Junto a Clemente Vilorio, sacerdote de la diócesis asturicense,"' cuyas colaboraciones en Diario de

,León ya fueron anaLizadas en un trabajo pubLicado en la revista astorgana At;¡¡ulono,4 será el arcipreste de

la Pu!chra José González Fernández otro de los eclesiásticos cuyo regionalismo konesista quedará más

patente en artículos, Libros e incluso homilias.

BREVE RESEÑA BIBLIO-BIOGRÁFICAS

José González Fernández nació en la localidad montañesa de Crémenes a mediados de febrero

de 1873 y falleció en dicho lugar en 18 de mayo de 1961, a orillas del por entonces bravio e indomesti­

cado Astura (Esla). Entre medias, 88 años ofrendados a sus dos grandes pasiones: la religión católica y

LeÓn.6 Estudió en la preceptoria de Lois (muy cercana a su pueblo) yen 1886 trocó la montaña vadi­

niense por la vega capitalina. Tras su estancia en el seminario de San Froilán se trasladó a la sede pri­

mada de Toledo, graduándose en Teología. Posteriormente fue nombrado presbítero y destinado a la

parroquia lebaniega de Lerones. De la agreste Can/abría legionense pasó a la llana Valderas terracampina

como profesor del seminario de San Mateo. En 1908 ya había "ascendido" al de León. A finales del año

1912 fue nombrado arcipreste de la Catedral, cargo que ocupó hasta jubilarse y retirarse a Crémenes.

J La profesión religiosa ele Clemente Vilorío y su oriundez de Altobar de la Encomienda (en el municipio de Pozuelo del Páramo) quedó aseverada gracias al historiador y archivero Alejandro Valderas Alonso, quien halló la sib>uiente nota periodística: " ... dijo la misa el culto y patriota digno párroco, otiunclo de Altobar, Don Clemente Vilorío ... " (El . CORRESPONSAL, en EiAde!ImloBai!eZtltJO, 10 de octl1bre de 1936, n.o 206, pp. 1 Y 3) .

• Juan Migl1el ÁLVAREZ DONIÍNGUEZ, "Leoneses y Castellanos", en Argutorio, Año IX, 1 Semestre de 2007, n.o 18, pp. 24-32.

5 Los datos han sido extraídos de distintas fuentes. Las principales son: ANÓNI./,fO, "Leoneses insignes", en Lón. Publicación ",ensual de j'l CaslI de .León, Segunda Época, Madrid, enero de 1955, n." 9, p. 9; ANÓNIMO, "Muere un leonés ill1stre", L.eón. Publicación mensual de la Casa de León" Segunda Época, },[adrid, Junio de 1961, n.o 86, p. 30; F. R. R., "M. 1. Sr. D.José González Femández," en Tierras de León, Año 1, Abril 1961, n.o 1, sin paginar. (Las ini­ciales de F R. R. conesponden, según la Biblioteca Pública de León, a Francisco Roa Rico); Eole/í¡¡ Oficial del Clero, Septiembre de 1961, p. 362; Y página \Veb de las Bibliotecas de Castilla y León. Para conocer más sobre su vida y obra literaria: Jl1lio DE PRADO Rny¡:mo, "Don José Gonzákz, otro leonés olvidado", en Vill/io de León -Suplcmmto El H'landón-, 10 de enero de 1999, p. 3; Y Juan Ignacio FERRERAS, "Semblanza literaria de don José Gonú1cz", en León. Revistll & 111 Cllsa de Üón en Madrid, IV Época, Año XXXIV, 1987, n. ° 346, pp. 14-19.

(, Sobre este doble amOt, celeste y terrenal, tesultan clarificadoras !as siguientes palabras elel ptopio José Gonz:í.lez, las cuales, y aunque referidas al hecho concreto del estudio del gótico de la seo legionense, ;¡testiguan una especie de inspiración divina que aunaba en su sentimiento e intelecto lo católico y lo leoné~: " ... lkgó a mi mente, con voz amiga, un como m,mdato que me dijo: (<vistes hábito clerical», y «eres Leonés); busca alguna glo­ria de tu patria, que sea, al mismo tiempo, timbre ele la fe que profesas y del hábito que, con orgll110 vistes ... " !José GONzALEZ, "G. Catedml de León. Discurso inaugurallddo en el Seminario de León, el día 2 de Octubre de 1908 por D. José González, Profesor de dicho seminario", en Boletin Oficial de! C!a o, 1908, n. U 19, p. 551).

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I , '1 I ;

Fue miembro de la primera redacción del periódico católico Dilln'O dt León (1906), ocupando su

direcdón a finales de esa primern década del siglo xx. En dicho rotativo colaboraría de forma fluctuante. E n su faceta period ística }' li terada utilizó. cuando menos, los seudónimos de RiJllCO y]. MaNcebo J/tlibllcNa. Dio a imprenta varias o bros de ficció n realista ambientadas en tierras leonesas (especialmente en su

comarca nataQ, como son los casos de FlIlchm L:o"l"o (1913), LIZO de Almo! (1936), Cumbrt há/ólica (1938) y Ca.r/a de A!/um (1951).

También manttlvo lIna producción q ue se podría encuadrar, con ciertos matices, en la disciplina

h istórica. Su pluma se centeó en la do ble temática del catolicismo y/o el pasado leonés (Lecciones de Hit/ofia BcleJió!!itn - 1906 )' 1907-, La Virgen del Comino de León - 1925--, Vida de San Maree/o - 1943-, San ?rodón de León: esJHdio ctiticrJ-hiogrójico - 1946-, o el Libro de Crimems - 1949-... ). Al menos en la mirada hacia el tiempo pretérito de su patria chica, el arcipreste estuvo mediatizado po r su sentimiento e ideo­

logía leonesistRs. Ello le impele a una lectura e interpretación de las fuentes, básicamente medievales, dis­

torsionada y parcial. 7

Fue un colaborador hnbitual de publicaciones periódicas como la fuvisltJ del Clero Leonés, Vida Ede.riástictl O Arcbivos Leoneses. Como dhía Francisco Roa Rico en una reseña biográfica de 1961 y que

accidentalmente se convirtió en o bituario:

Tocl:lln trayectoria, en efecto, de D. José González, es la de un poem y esta condición es casi seguro 'lue le empujara -la palabra esta meditada- a hacerse historiador parn defender a León, p¡tra exaltar sus cosas, y también es casi segu ro que le perjudicata su labor. L'I exuberanda y la pasión son virtudes de poetas pero no ID son, ciertamente, de rustorjadores.8

La última parte de esta aseveración (no la que se refie re a su cond ición de vate, q ue no es cues­

tió n a d irimir en el p resente trabajo) resulta muy atinada.

"MEDIEVALISMO LEONESISTA", DESDE EL PASADO HACIA EL PRESENTE

El fervo r por "la su tierra" impregna toda su obra escrita, y en el campo del regionalismo se

plasma principalmente en los juicios que realiza de la historin medieval leonesa, a la gue considera cuna de la regionalidad. León y los leoneses siempre aparecen orlados por todas las virtudes, mientras que los

defectos son patrimonio del campo "enemigo", principalmente Castilln y los castellanos. No obstante, se debe advertir que, en ciert:l forma, algunos de los escritos más exaltndos de José González nacen

como reacción ante una historiografía espanola dominada por uoa v.isión castellana}' castellanista que, por ejemplo, ensalzaba la fig lUa dd Cid '/ vituperaba la de Alfonso V1 sin un mínimo rigor científicoY

1 Su mediatización regionalista no resulta exttaoa en la época y tampoco fue de mayor nivel que las prota­gonizadas por otros historiadores coetáneos elevados, y mantenidos en no pocos caso~, a los altares de Oía.

s f. R. R., <1M. 1. Sr. D. José González Fernándd', en Tienw de León, Año 1, Abril 1961, n." 1, sin paginar.

9 Esta reacción de José Gonzálcz no es privatiw. del sacerdote de Crémenes. Ya en 1913, d por entonces magistr9.l dc la Real Colegiata de San h idoto, Julio Pérez Llamazare. ... denunciaba, cayendo también en lisonjero adjetivo hacia lo propio, lo c¡ue él consideraba historia anweoaesa: "No es mo ordinario falsear los hechos y ven­garse del advcrsario, imputándole cnmcnes o despojándole de las propias. glorias, y casi podemos asegurar que la pluma del verdadero historiador no se ensucia en tales infamias sino extraviada por datos de escrito res fanáticos,

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El propio Jose Gonzálcz es consciente de ello y así lo denuncia:

La mayor parte dc Ja historia crítica de la primern epoca dc la Reconquista, está hecha por pluma a\S­

rcDana, que sintiera por Asturias y Le6n el desprecio y la ojeriz:l. que sentían aquellos condes de Castilla tan ponderados por sus proezas, pero qlle vistos a traves del prisma limpio de la imparcialidad, no pucden mCl10S

de ser tftchados de desleales e ingrntos. lO

Pero intentando equilibrar la balanza, excede el peso que deposita en su platillo y tropieza en el mismo error que crltlea.

José González Fernández era fi rme defensor de una región leonesa eonformad:1 por ):1 5 cinco provinó :1s de León, Zam0111., Salamanca, Valladolid y Palencia, y cuyo centro político y capitalidtld radi­caría en el interfluvio Bernesga-Torío, en d antiguo solar de la Legio VII. SlJ tesis al respecto queda argumentada en la serie de artículos que bajo el titulo genérico de FflndomCtlJos lJütótiCOI del regiona/ümo /to­nis difunde eo.tre julio y sep tiembre de 1931 y que servirán, a S1.1 vez, para comprobar la versión histó­rica que plantea el religioso.t 1

Con una prosa épica y agresiva defiende dicha tCHitorialidad:

Por el tesmmento de Fernando l u, Sancho heredaba a CastilL1, Alonso a León, Gatda a Galici:t y Urraca

y Elvira a Zamora y a Toro. La división geogni fica entre León y Castilla está señalada con precisión matemá­tica. ConstR en multitud de documellto ~ , y conviene que: los leoneses no la olvidemos; merecía qne estuviera de bullO en d palacio de nucstra Provincia. Menéndcz Pidal aeaba de publicar un hermoso mapa detallado; la frontera de ambos r.einos, la fro ntera que no se borró jamás, a pesar de las mutuas invasiones, esci señalada por el Pisuerga; hasta a.lli lleg6 León, y de ~ll ¡ no pas6 nWlcn Castilla. Valladolid no existía; habla entre el E sgueva y cl Pisuetga unas granjas que perrellecian a los Beni-Gómez, ricos Condes leoneses de I...iéh:ma y de Carrión.

por Jos Villl1ll0S de la repóblica litcrnria, mil yeees más criminales que los galeotes y pres.idiarios eJ<cluídos de la saeiedRd y amarrados al banco de castigo con la cadena de la infamia; por eso nos es doblemente dolorosa la injusta vulgaridad en que historiadores de renombre han cardo al esCribir el reinado de Alfonso IX, ólcinlo rey de León; b gloria más legítima de León, de León la hidalga y C;lballcresea, la madre de los cruzados medievales con­tra la medialuna ... " Gulio Pt',:¡mz LLA1ú\ZARES, "El último fe)' de Le6n vindicado. 1", en Dimi~ de LeO!!, Año VIII, 2 (le julio de 1913, p. 1).

JD J. GONzAu';7., «La iglesia legionense en b época. visigoda", en Revislg del C!1!1"() Leonés, Año 1, 8 Ju~o 1926, n.o 13, pp. 336-339.

H RCSlllta interesante y nluy jlustrativa la génesis de dicha publicación. En 28 de febrero de 1931 (por lo tanto con anterioridad a la proclamación de la rcpublica) tuvo lugflf una charla de José Gonzálcz en el salón del Recreo Industrial que inaugur6 Ulla iniciativa de.l leonesi~mo cultural denomimda Veladas Lelm~¡(/s (ANÓNlMO, "En la del sáb:ldo, el éxito más completo coronó los deseos dc los organizadores", en Digrio de Útil', Año XXVI, 2 de marzo de 193 1, p. 1) . .En julio dc 1931, y ya con el régimen republicano constituido, el \lu tor considera que "ante la posibilidad de que: en las pr6ximas sesiones de la Asamblea Constituyente se esbocen y dibujen tendencias regio­nnlisrns, bueno sení que los leoneses empccemos a prepararnos con las armas de la historia, y de: la razón para ale­g.lr, donde haga falta )' en donde se oign, nuestros títulos y nuestros derechos, de cahezfI y centro de una agrupa­ción regional que fue cuna y célula primern de b n:l.cionalidad española". Es decir, que ante el cambio de coyuntura política, José Gonzále:t, y por cnde la publicación I:digiosa, considcra que lo gue nadó como una conferencia t f"H­

diM sobre: el pasado leonés, tiene en el presente GuJio de 1931) una intendón reivindicativa de cariz regionalista G. G ONZÁLEZ, "Fundamentos históricos del regionaliRmo leonés", en lvviIta dd Clero U(Jl1is, Atio VI, 8 Julio 1931, n.U 129, p. 239).

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Pocos años dcspués, un Beni-Gómez, Pedro Ansúrez leal caballero d~ Alfonso VI, rival dih'TlO del Cid, harto de luchar con los moros, después del desastre de Uclés, vino a descansar a sus estados en las granjas del Pisuerga; fundó una villa, trajo colonos de la tierra de Campos, y fundó a Valladolid ... [puntos suspensivos del original] .

Los blasones y escudos de esta villa leonesa son leoneses; se los dio un leonés que lllChó tOda su vida contra el héroe castellano, Rodrigo de Vivar. .. [puntos suspensivos del original]. Si las cenizas de Peranzules como le llama Mariana tuvieran lengua, diría que precisamente ahincó alli el viejo Conde de Cardón para que la frontera oriental del reino de León no fuese hollada [Jor la planta invasora de los hijos del Campeador, la pesadilla constante de sus afanes leoneses, de sus sueños de engrandecimiento del su reino de León.12

El estfl.blecimiento de estfl. frontera castellano-leonesa que deja toda el área terracampina en manos de León nace, como el propio José González remarca, de la decisión testfl.mentfl.rifl. de Fetnfl.n­do L 13 En dio coincide grosso modo con el leonés, y compañero de vocación, Clemente Vilorio, y con los segovianos Luis Carretero Nieva y Anselmo Carretero Jim¿ncz. 14

El arcipreste reivindica el papel histórico y preponderante de la monarquía leonesa con apasio­nadas frases, siendo especialmente duro cuando trata de Castilla y sus nobles rebeldeJ, fl. los que considera una traba para la lucha contra los musulmanes y la unidad espafiola: "En tanto empezaron a llamarse reyes los Condes de Castilla, que no hicieron otra cosa que: deshacer el ideal hispano que venÍ¡:¡ elabo­rando León, como dice Menéndez Pidal en su hermoso libro, La E.rpaiia del Citl'.15

Afirma que

el sentimiento hispánico no había desaparecido, y justo es confesar -lo elice Menénelez Pidal-, -pág. 77, too 1.0_ que no fue Castilla, sino León el primer foco de la idea lUutarÍa. Alfonso 111, Ordoño I1, Ramiro II no

eludan en llamarse "Imperator", título que nadie les disputó y que prueba la supremacía de la monarquía leo­nesa sobre todas las demás monarquías de la España cristiana.11>

12 J. GONzl\..LEZ, "Fundamentos históricos de! tegionalismo leonés", en RalJi.rta del Clero Leonés, Año VI, 22 Agosto 1931, n.o 132, pp. 339-340.

II "Reseñemos los hechos, que aquí en Fernando lo o están las raíces y el origen de la divisoria de León y Castilla. ( ... ) Pero Fernando 1.0 deslució el brillo de su his toria, con su testamento que señala el hito, el punto de partida del flmdamento jurídico de! reino de León. ( ... ) el rey que se sentía achacoso y aviejado, en presencia de tan escLtrecidos personajes leyó su testamento, el testamento más desdichado que pudo caber en cabeza Real. Se lo dictó e! corazón de padre; se lo inspiró e! amot a sus hijos. Dividió sus Estados entre sus hijos como si la corona fues e un patrimonio y una heredad, cuando la cot"OrlU no debe ser mns que el símbolo de la unidad de la patria ... " O. GONzi>.I.EZ, "Fundamentos históricos dd regionalismo leonés", en &vista riel Cl/ffo Leollés, Año 'VI, 22 Agosto 1931, n.o 132, pp. 338-339).

Ji .Juan Miguel ÁLVAREZ Dm,ríNGUEZ, "Leoneses y castellanos", en At;gutorio, Año IX, 1 Semestre de 2007, n.o 18, pp. 24-32; Y Juan Miguel .ÁLVARTIZ DOMiNGUEz, "Génesis de dos centros leoneses en Madrid (1919 y 1925)", en Argutorl(l, Afio VI, 11 Semestre de 2004, n.o 13, pp. 23-24.

1~ J. GONzALEZ, "Fundamentos históricos del regionalismo leonés," en ruviIta del Clero LeOlli.r, Año VI, 22

Julio 1931, n." 130, p. 272.

16 Ibíd., p. 273.

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y el deseo leonesista del montai::¡és de Crémenes comienza a alcjars~ de los pergaminos para volar

hasta un hipotético siglo X en el que

la monarquía leonesa era el 1:emate social y jurídico de un pueblo libre e independi ente, teconocid,l pOt

todas las calleilIerías[,j temido de lo~ árabes, visitado por embajaclores de toda Europa, y POi' legados del Papa, (..). de donde irmdiaban focos culturales con tanto empuje que Portter el Norteamericano acaba de demostrar que el arte románico no vino de Lombardía por Francia y Catrtluñrt, sino que siguió una trayectoria invel:sa de León a Ripoll, de Ripoll a Tolosa, de Tolosa al país Lombardo. 17

En las luchas fraticidas entre Alfonso y Sancho, hijos de Fernando 1, José Gonzá1cz no duda en

ponerse del lado leonés; y así, explica la pérdida del trono legionense en 1072 por un engaño del Cid, quien

prom~tió liberar a Alfonso si los leoneses hacían lo propio con Sancho, Estos últimos cumplieron la

palabra pero no así los castellanos, con 10 que el segundogénito de Fernando y Sancha se vio derrotado

y exiliado en Toledo. IvIás de ocho siglos y medio después el arcipreste clama indignado:

Las crónicas de Cilstilla (sic) llaman a esta hazaña "ardides del Cid". ¡Sefioresl que venga un historiador

sesudo e imparcial a poner un adjetivo adecuado a esta hazai'ia, porque sino nosütro~, los leoneBes, tendremos que decir con Gil de Zamora, escritor del siglo Xlll que, "en Golpejem, los ca~tellanos se portaron más que

como caballeros, como ladrones".18

Sobre 10 acontecido en el cerco ele Zamora, tampoco le ofrece dudas, y considera que "en la ciu­

dad Leonesa del Duero falta una estatua dedicada a Vellido", pues "a los ojos de un historiador impar­

cial Sancho d e Castilla fue un invasor injusto, y el hecho de Vellido no fu~, no pudo ser un asesinato;

fue a 10 sumo, un Tiranicidio, y el tiranicidio no es p ecado, es una virtud cívica aplaudida por S. Tomás,

Suárez, Bc1armino y Balmes, entre otros". Y ante la muerte del monarca castellano, "los leoneses no

tenemos porque fingir un dolor que no nos sale del alma".19

Tampoco perdona el tratamiento dado a doña Urraca, hermana de Alfonso y Sancho, ya que "a

la reina de Zamora, la han calumniado los cronistas castellanos, a la mujer varonil, a la señora piadosa[,]

a la más leonesa de las mujeres que compartieron el trono de LeÓn".20

En la cuarta y última parte de "Fundamentos históricos del regionalismo leonés", José González

narra su punto de vista en torno a la pugna entre el rey leonés Alfonso VI y d Campeador castellano,

tomando partido por el monarca. i\postando por el mismo bando, el alfonsino, ya se había expresado

en una serie de cuatro artículos que habían visto la luz en la misma revista diocesana en 1930 y que había

titulado "La España del Cid".21

17Ibíd.

18 J. GONzALEZ, "Fundamentos históricos del regionalismo leonés", en Raúr/a de! Clero Leollés, Afio VI, 22 Agosto 1931, n." 132, p. 341.

19 lbíd., pp. 341-342.

10 Ibíd., p. 342.

:JI ]:;,n un claro anacronismo, José Gonzákz afirma en el pómero de estos textos que: "en torno dd CID se

libraron las batrrllas más duras del LEONESISlviO y del Castellanismo, y jl1StO es decir que los Castellanos, o POf­que vocearon más, o porque supieron haeer m ejor propaga1lda, hiciero1l eselleln, bicieroll tn1 ambiente que ni el mismo Menéndez Pclayo acertó a nadar fuera ele la corriente". (J. GONZÁLEZ, "La Esp~\fia del Cid", en R~v¡sla del Clero Leonés, Año \~ 8 Abril 1930, n.o 103, pp. 181-182).

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El arcipreste term ina este largo escrito nacido como conferencia con un encargo para la genera­

ción de sus coetáneos: "N uestros padres hicieron la reconquista, pero descuidaron la historia de la reconquista; a nosotros nos toca hace r ahora la reconquista de nues tm historia".22

En 1925 González aúna regionalismo)' la principal advocación mariana legionense en su libro La Vit;!im dd Camino de ÚÓf!. Sostiene que el

"leonesismo"· que empieza ahora a retOñar en forma de Regionalismo sano, conforme a los moldes his­tódco~ no sabe prescindir en Ins manifestaciones de su vida, del nombre de la Virgen del C.,mino, cuyo Santuario será -ahora que se ha encauzado la administración- dentro de poco d símbolo glorioso de las liber­tades leonesas y el centro desde donde irradiarán a las República~ Americanas )' a todas las regiones en donde los leoneses viven, las lumbres del amor a la palIia chica, encendidas en el hogar de la Virgen del Camino. 2J

En este m ismo texto, al hablar de la aparición de la Virgen Maria al pastor A1var Simón en 1505

articula lo que podría denominarse como la traición de las di/M; pues acusa a la nobleza leonesa, cuando

eran "los días en que los 11egocios de Espai'ía, estaban en manos de leoneses", ele emigrar y abandonat la patria chica.24 Es ta denuncia a la minoría nobiliaria, u nida a un cierto resquemor poe el desdén de la bija España hacia la madre León, se plasmó más drásticamente en d sermón que pronunció en la seo legio­nense antes de la partida para su santuario de la recién eomonda Patrona dd Reino de León en octubre de 1930,

El Reino de León engendró el Hispanismo, y cuando el nacionalismo hispano redondeó el mapa de la península }' arnllCÓ de los secretos del océano un mundo nuevo, León dejó de ser la corte de los reyes, j' llo­vieron sobre la tietra leonesa desdenes e ingl.":ltitudes, desvíos y olvidos reales; huye !rt nobleza; cambia el asiento de la máquina política, el Fuero de León, se apolilla en los desvanes de nuestros archivos, aquellos leo­neses que llevaban el timón de la patria española, los Cisneros, los Quiñones, los Guzmanes, los Ossorios, los Ponces, se afanaron tanto por el engrandecimiento de la patria grande que se olvidaron de IR patrin chica; el

alma leonesa lloraba las deslealtades, Jos desvíos, en el recinto de sus iglesias, en los rincones de sus c:\l1es, a la vera de los palacios carcomidos por el tiempo ... (puntos suspensivos del oq,>inal) ¡lloraba! de alegría porqlle 1:\ patria había logrado su unidad política, pero lloraba también de dolot porque había sido elb In madJ."t: de todas las regiones, la cuna de la reconquista, el solar de la nobleza, el archivo de la hidalguía, la escuela de los caballeros, y ahota. se veía postergada, olvidada, 'luizá oprimida. .. (pumos suspensivos del odgínal).

y el consuelo llegó desde el cielo, puesto que "fue entonces cuando, faltando los consuelos de: la

cierra, quisisteis dar a los leoneses una prueba más de vuestra protección, y os aparecisteis a un pas­tor ... ". 2.~

22 J. GON:z.AI EZ, "Fund:unentos históricos del regionalismo leones", en Revisto dd CI~,.o J-tOnis, Año VI, 8 Septiembre 193 t , n." 133, p. 363. Una frase de sentido semejante la reproduce Juan Pedro Aparicio, tomándola de la obra del arcipreste titulada úl1t!m hisMTÜa, en su articulo "En torno a la identidad leonesa" Ou:m Pcdro APARICIO, "En tomo a la identidad kone:sa", en Tiemu& IJon, Año.xx. marzo 1980, n." 80, p. 22) yen su libro Reivindimción leonesa tk Uf! (Celnrayn, León, 1981, p. 90). Agradecemos la rderencia al historiador}' amigo Juan Jose Sánchez Badioh.

1.3 José GONZÁLEZ, L1 Vit;!im del Camino de León, Imprenta Católica, León, 1925, pp. 103-104.

:l-I José GONZALEZ, 1....a Virge/l del Camino de úón, Imprenta Católica, León, 1925, pp. 16-20. 2S Jase GONzALloZ, "Sermón de la Virgen del Camino", en R~¡)úta delOm Leonh, Año V, 8 noviembre 1930,

n.~ 117, pp. 613-61 4.

139

Un q~lÍnquenlo más tarde sed. Clemente Vilorio el que, reconociendo la paternid ad teórica del

arcip res te, retome la cuestión de la "traición de las dircs" en algunos de sus ar tículos de /;¡ serie Lamese¡ J' GlSlcllaffO!.2G

Si en la o casión precedente José G onzáJez traspa.só los límites temporales del Medievo aden trán­

dose en los primeros años de la E dad M o derna, en el sermón27 que p redicó con motivo del centenario

de la Guerra de la Independencia, el 2 de mayo d e 1908, se aventuró en un campo y tiempo muy leja­

nos de sus predilecciones m edievales. Y de nuevo, para el rd igioso montañés, siguen los castellanos

cometiendo errores q ue pag an los leoneses, y el espíritu propio de la época de los O rdoño s, Ranuras, A lfonsos y U rracas revoloten en expresiones e ideas:

Sobre la batalla d e M edína de Rioseco co menta

... parten los ~oldados leoneses para el cc:ntto de CastiUa,28 en donde el General Cuesta pensaba detener a las llapas vencedoras de Austeditz. ¡Error lastimoso el del General castellano, con qtlien no esmban confor­mes ni el idandés Dláke. ni las "Juntas" de León y de Asturias!

N o es esta la ocasión de reprender Ja~ torpezas, pero ¿no es cieL'to -R vosotros me di rijo, militares enten­didos en las cosas de la guerrn- no es cierto que si la b:ltll.!la de Rioseco se perdió, otro hubiera sido el rcsul­(lIdo si el encuentro se verificara en las montañas de León. como querúm los leoneses y asmrianos, en esas montañas que fueron siempre muro de contención en todas b s invasiones, y dd seno de las cuales surgió siem­pre el comienzo de todas las reconq~l i s ta s ... ?

y el d iscurso se aviva en exclamaciones lastimeras por la derrota y las pérdidas leo nesas q ue tra­

jeron "el ocaso de un pasado esplend oroso y un p resen te lastimc:ro":29 ..... porque alli cayeron las glocias

de León; alli empezó a decaer aquel movimiento pop u lar de las Comu nidades. sien do causa de q ue este

León <¡ue había sido CWIa de 1ft Monarquía, p lantel de héroes, m adr e d e E spaña, sig.t siendo la

t<CenicientID¡ de las regiones". Y no se debe olvidar que codo este des:1stTe se atribuye al e.rtor d e un

C eneral cl/stellanfJ.

y es qoe en raras ocasiones se salva Castilla del mandoble de la pluma dd reJigioso leonesista. As! sucede en 1924 en sus "R.1Ítes históricas dd leonesismo" .:lU E ste texto, m ixtura de leyenda e historia, una

de las mezclas m ás nocivas para la interpret .. ,ción imparcial del tiempo pretérito, se centra en la llegad a

n la corte de León d e Fernand o 1 tras la d erro ta d~ Bermudo IU en 1037. A este rey, considerado co mo

el último representante de la dinastía astu riana, d edica e pítetos co mo "orgullo de los leoneses, esperanza

legítima de los c ristianos, animoso, valiente, lleno de juventud y de bríos" . Asimismo "disculpa" su

muerte: vio lenta "luchando contra los castellano s, alanceado~1 pisotend o por la caballería enemiga, sin

que la nobleza leonesa pudiera im pedir que el joven m onarca se lanzara él solo a buscar a su cuñado el

Co nde D. Fernando, paUt luchar, cuerpo a cuerpo, por entre Jos escuadrones castellanos" .

76 Juan-.Miguel ÁLvAllliz DOMíNGUEZ, "Leoneses y Castellanos", en Argllttll'W, Año IX, 1 Semestre de 2007, nO 18, p. 28.

27 José GONZALEZ, Serm6n predimda tt1 la Sanla Igkrin Cat~dral & Lt6n eH la fonriúlI religiosa akhrorlapllrll trJl1Itle­

morar la GIIU!\; de la Indeprndrnria, Imprenta de la Diput1\ción Provincial, León, 1908.

2lj Esto debe ser considerado como contradictorio con el propio pensamiento de José GOl1zálcz pla~mado en 11l1merosas ocasiones, y por el que defendia la Jeonesidad histórica de la provincia vallisoletana.

2') .L'l idealización de) tiempo pretérito en contraste con la decrepitud dd pte~cnte es \ma constante en el discurso de la mayor pane de los nacionalismos y regioDaÜSmOs.

:lO J. G ONzAlEZ, "Ralees históricas del leonesislUo", en Diado de ú ón, Año XL",<, 6 de marzo de 1924, pp. 1-2.

140 I

1 •

I I

I

Según J osé Gonzále:z, Fernando, casado con Sancha (infanta y hermana del d ifunto Bermudo), es aceptado en la co rte leonesa por "gran parte de la noble.za, [que] arurdida por la desgracia, y ante las pro­m esaS del Conde de Castilla de respetar sus Fueros, y de llamarse <<Rey de León y Conde de Castill a>1, transigió" . Peco he aquf que surge la figura dd ''héroe contumaz e indóm ito que logra m antener el ho nor del rey y el reino derrotndos". y este es un conde llamado Flagino Fernández quc tc¡úa en la m ontaña orien tal leonesa sus dominios señoriales. Para el arcipreste,

Flagino era un dech3do de lealtad, en cuya alm3 brava se había incrustado el ''Lconcsismo'' con tal fuc:rza, que, cuando todos callaron, él solo, sin armas, sin espudas, como un vasnUo que rinde homenaje al rey caído, en plen3 juventud, se presenta a las puertas de S3nta Marh de Regla, y 111 snlir la regia comitiva de la coro­nación, prorrumpe, dirigiéndose al pueblo que lloraba: "Viva la Reina D a. Sancha, cA vo~, D. Fe rnando, podéis lIamarvos Conde de Castilla, pero no Rey de León".

Dunu"lte el reinado de Fernando I, y a pesar de que este manaren "andando el tiempo, ( .. ). dio pruebas de amar y sentir como amaban y sentían los leoneses", y de que las gentes de Flagino Fernández le "COntaban que el rey nuevo se portaba bien; que se firmaba Rey de León y Conde de Castilla; que los pendones leoneses eran besados por el viento de Coimbra y de Alcalá; que había enriquecido a la Ciudad con el cuerpo de San Isidoro de Sevilla ... " el noble leonés llevó una vída escondida y retirada como ermi­taño. A lit muerte del monarca, en 1065, Flagino entró en la corte "por la puerta del Obisp·o" con la intención de revalidar su lucha.

-¿Venís al entierro del Rey, bucn monje? - le prcgunt:oITon unas mujerc.'\.

-¿Murió el Conde de G."\sti lla?

-Murió el rey de León; San Juan lo llevó, con él, el dia de su fies ta.

Flagino se desciñó el manto; el monje se convirtió en miliUlr apuesto, )' acercándose a Sant":l Mari~, clavó en las p uerlllS .. n:l cartela de petgllmino, que en k tcl. gótica, decía: "'León es Regno, e Castilla Condado".

Un día después de este épico canto regionalista se publiatba un artículo anónimo q ue, por su sen­cido y temática, parece estar redactado como prólogo dd firmado por José Gonzálcz. E l tÍtulo, "mdeado" por dos sígnos de interrogación, pregunta "¿Leonesismo?", y la respuesta, que se da d pro­pio texto cn afi rmación, se rcvalida con las "Rafecs históricas del leones ismo".

¿Casualidad? Personalmentc, y aquí el historiador se adentra cn el proceloso terreno de la espe­culación, no lo creo. Hay varias referencias, como las de Lanch. y los asrures poco comunes en el leo­nesismo dc la época pero sí habituales en el religioso de Cn!menes;l J o la de Caín (pueblo de la misma montaña oriental). Asimismo, se destila un tipo de regionalismo casi tclllrico y a la vez con un fuer te componente cspirirual. Por todo eUo se podría aventurar que tras el anonimato periodístico estuviese la figura de José Gonzál ez.~2 Una scgunda posibilidad a barajar sería quc, al ir sin firma y en p rimera página,

JI Apar te de su novela CASta dt A!IHI1!!, \lnos meses más tarde de la publ icación de "¿Leonesismo?", el reli­

gioso montllñés tambi¿n flImó un artícuJo (de varias cntJ:egas) sobre la historia de la merindad de Burón. E u el primero ele los textos h~da numerosas referencias ~ ~stu [es y cántabros y el poso que de ellos permanecía enu:e la población de Vnldeburon Oose G ONZAIEZ, "La merindad de Burón", en Diario dr LeO", Año XIX. 13 de diciem­bre de 1924, pp. 1-2).

32 Sea o no de José Gom.:alez, es te atóculo de opinión se teproduce en su integridad debido a su impor­tancia como testimonio de pensamiento Ieom:sista sin ambages (ANÓNIMO, "¿Lconesismo?", en Du/rio d~ wn, Año XL"\{, 7 de OlarzO de 1924, p. 1).

141

fuese un texto editoriaJizantc dd rotativo católico como refuerzo al del arcipreste (aunque Diano de León no suele mostrar como empresa periodística una opinión tan contundente en cuestiones de esta natura­leza).

Con motivo de una visita real de Alfonso XIII a León, el Diario edita un número especial en el que colabora, entre otros, José González, quien enumera las relaciones de los monarcas de nombre

Alfonso con la ciudad y el reino. Escribe:

El último Alfonso viene a León a ver a los leoneses y a que los leoneses le Ve¡lD ... viene a que los leo-nes (sic) de ahora le digan aquellos versos que el "cantar de Rodrigo" pone en boca de un Rey leonés.

"Sabedes que León es cabeza de todos los reynados

ca siempre fue Castilla

de León túbutatia;

ca Le ón es regno,

et Castilla Condado."33

Cuando en 1935 se intenta conmemorar el 800 aniversario de la coronación imperial de Alfon­

so VII, José González aprovechará la efeméride para escribir otra serie de artículos (cinco) titulada "Las Cortes Leonesas de lBS", en la que vuelve a mantener los postulados historiográficos ya mencionados

(supremacía política leonesa, territorialidad del reino con frontera oriental en el Pisuerga, falseamiento del pasado por juglares e historiadores castellanos .. ) .. 34

De todas formas, el arcipreste montañés no suele concretar la reclamación histórica que realiza

sobre la personalidad y la importancia del Reino de León en una reivindicación de autonomía político­regional. Se podría decir que le falta un paso fundamental para que sus ideas puedan ser consideradas genuinamente regionalistas, pues sus textos se quedan en postular su teoda sobre el pasado leonés, en

una especie de planteamiento de la tesis, pero sin devenir por ello en una demanda auténtica y diáfana

de algún grado de soberarua para León.

OTRAS ACTIVIDADES LEONESISTAS DEL ARCIPRESTE

La pasión por su tierra se manifiesta de forma perenne en sus escritos y en muchas de sus actua­

ciones públicas.

En 1906 se lamenta de que "sólo una región española mira con indiferencia la vida poética de sus

antepasados, precisamente la región más rica en romances, y más fecunda en hazañas épicas, cantadas

'3 J. GONZÁLEZ, "Los 1\lfonsos de León", en Diario & LrJn, Año XXIII, 30 de septiembre de 1927, p. 2 .

. ,. J. GONZÁLEZ, "Las Cortes Leonesns de 1135", en Diario de León, Año XXX, 2, 4, 5, 8 Y 10 de abril de 1935, p. 1, p. 1, p. 1, p. 4, Y p. 4. Es interesante reseñar que este intento de celebrar el aniversario de la coromlción imperial surge, en gran medida, como respuesta a la iniciativa santanderina de conmemOfar el milenario del Nncimiento de Castilln, que fue interpretado en ciertos ámbitos leoneses como de cnrácter antileonés (Enrique ORDUÑA, El regionalülIJo m Castilla.J Lón, Ediciones Ámbito, Valladolid, 1986, pp. 246-247).

142

por el pu (~;blo, y por el pueblo tnmsmiticlns a una posteridad jndok nte". Y sentencia que ' 'Así somos los

leoneses de apáticos e indi fe rentes, preguntándose si ¿no pod ría explo tarse la m ina de nuestros coman­ces?" .35

E n diciembre de 1912, y con m otivo de un banquete en el que se le rinde homenaje por su pta-. . m oción al arciprestazgo, el gacetillero del periódico dk e que "congratulándose todos de ver encum­brado a una de las prime ras sillas del coro de la Cnedral lc:gionense a un hijo de esta tierra de héroes, de esta cierra de n obleza e h idalguía" , los invitados dedicaron "frases enaltecedoras de la patria chica .. . " ;1.6

A principios de 191 5 o frece dos conferencias en el Ateneo de León sobre "Sabios y artis tas leo­

neses del siglo XVT",37

En el obituario que dedica al religioso Ramiro Fernández Valbuena en 1922, le rememora com o

un leoni.r entusiasta, que en ' 'sus libros ~<oportune o importune»- se daba m aña para traer las cosas, las costumbres, las glorias de León, en el textO, en las n o tas, en incisos, ponderando, com o un enamo rado,

la (<sin par her mosura de su tierra» y las dotes excelsas de sus paisanos".38 Y de nuevo surge la evoca­ción al Medievo (como un tiempo feliz e idealizado) : "Hace un año nos honró en las fiestas de los

Fuc:ros, y aliado de su fra ternal amigo el Sr. Obispo de León, parecían am bos leoneses, realidades evo­cadas de los tiempos de Alfonso V, PreJados que bendedan al Pueblo y fo rjaban el Código más demo­

crático de la E dad Media, los Fueros de 1020".

E n el año '1 928, cuando se estaba fraguando la iniciativa de crear en la capital una biblio teca de

tema y/ o auto r leonés (el ger men de la D omínguez Bcrrueta), el "Sr. Arcipreste de esta Catedral D. José G onzález , bien co nocido y adm itado de los leoneses po r sus meritorios trabajo s y obras pub licadas de

investigación y enaltecimiento regional" participa con donación de libros y la aportación de listados de

autores y sus obms.39

Otra de sus actuacio nes estelares e n su vind icación dd pasado medieval leonés se produce en Barcelona con m o tivo del Congreso de H istoria de E spaña celebrado a fi nales del año 1929 dentro del

extenso programa de la E xposición Internacional. En la Ciudad Condal presentó una ponencia titulada "Cultura leonesa d urante la Edad Media" en la que defendía el o rigen leo nés del arte gó tico . .¡() Según

cuenta el cronista del Diario los historiadores ''Albornoz, To rres y Goldini impugnaron la tesis leone­sista", mientras que Otros dos congresistas (de Jos que no apona la identidad) defendieron la h ipótesis

del arcipreste. Parece ser que al término de este debate historiográfico, " el presidente pronunció estas palabras: Yo creo que el señor A rcipreste se propuso hacer leonesista este Congreso, y lo ha conse­guido".~ 1 N ada se ha localizado en la co lección de Lt V anguardia sobre d icha cuestió n, únicamente una

~

3S J. GONzAr.EZ, ' 'RetaLos de la leyenda leonesa", en Dimio m Wn, Año 1, 24 de noviembre. de 1906, p. 2.

.lti ANÓNIMO, " Banquete", en Diario tk UJII, Año VII, 18 d~ cUciembre de 191 2, p. 2.

37 ANÓNiMO, "Conferencin del Sr. Atcipreste" , en León d~ Bspmill, Año IX, 13 de enero de 1915, p. 2.

311 J. GONzAr.EZ, "¡Don Ramiro!", ea Diariodt uón, Año X VTI, 4 de marzo de. 1922, p. 1.

JI> ANÓNIMO, "Para la Biblioreca RegionaL", en Diano dt Un, Año XXIV, 30 de enero de 1928, p. 3; )' J. GONZAr.llZ, "La Biblioteca Regional", en Diaril) de h in, Año XXIV, 11 de junio de 1928 (edición de la tarde), p. 6. (La cita textual corresponde a e.s ta segunda referencia) .

.1(1 Esta tesis ya la había adelantando en 1908 en un discurso cekbrado en el Seminario de León Oosc GoN7_M F7, "La Catedral de León. Discurso inauguntl le.ído en el Seminario de León, el día 2 de Octubre de t 908 por D. José Gonz:í.1ez, Profesor de dicho seminario" , en Boletín Oficial del Clero, 1908, n.O 19, pp. 550-561).

41 fu'<ÓN1.\!O, "Una discusión que nos interesa", en Diario de Un, ArlO xxv , 28 de noviembre de 1929, p. 8.

143

breve nom en L1. que se calificaba al trabnjo presentado po r el leonés en la jornncla c\el 22 de noviembre como " interesantísima m emoria" :12

Ya ele regreso a Leó n, y organiznda por la A sociación de Caballeros de la Virgen del Camino,josé G Ollziilez dará una conferencia el d ía 15 de enero de 1930 sobre dicho tema.ü

¿E S JOSÉ GONZALEZ EL AUTOR D E E L ESTA TUTO DE LE6N-CASTJf ¡ c4?

D ebido a Cjue su nombre y sus dos apellidos SO I1 m uy habinlales, en ocasiones se p uede p lantear la d uda de si todos los textos fi rm ados pOI ]. G onú 1ez y analizados en este estudio son atribui b les al

religioso m o nt:lñés. En la niayoría de Jos escritos la tc:mática, las aclaracio nes del pro pio medio eo que se publican, oly las formas 'expresivas e ideas que se exponen no dejan lugar a la incertidumbJ:e sobre

la paternidad del sacerdo te leoÍlesista. Sin embargo existe una serie de artículos d ifundidos por Diario de León entre finales de m ayo y m ecUados de junio de 1936 donde h m.uorÍa del arcip reste puede resultar

equívoca. E l cítola genérico es "E l Estatuto de León-CastilJa" .

D esde el mes de mayo de 1936 se prod\.lce una clara toma de postura por el secto r mayori tario

de b derecha leonesa (ced ista) en p ro de impulsar un estatuto de au tonomía cas tellano- leonés. A n ivel provincial el h echo político más signifi cativo acaece cuando la asam blea del pa.rtido Acció n Agraria

Leo nesa del día 23 apr ucba una ponanáfl defendida po r el diputado Antonio Álvarez Robles a favor dd estatuto de Castilln y Leó n.+! En palabras del historiado r Francisco León Correa,

.. .la rcacción dc las derechas de Cllscilla y León yll no se hará esperar. d:ldo que el Gobierno no tttiende

los intereses de Castilla y León, e~tas se lmirán a su vez pidiendo la autonomía y su p ropio estatuto. ConfluirlÍn así la corriente leonesist:! con el castellanismo, unidos ambo~ por la j'cllcción ll ntisep llm tista, inteJlt:mdo un

movimiento político regionaJist:! que apenas tendci tiempo de actuar, ante la desintegración de la vid:l política TUl.cional en estos mese~.·!

E n este contexto es cua11do aparecen los textos fir m ados por J. G011zález. León Correa mantiene

qoe ' 'José G onzález, desde las páginas de Diario de LBtin, se lanzará de lleno a la campai'ia p ro E statuto .. . " .'>6

42 ANÓNIMO, "El Congreso I n rcrnacional de Histori:l de España", en LB Vmrgllordio, Año XLVIII, 23 de noviembre de 1929, p. 9.

u A NÓNIMO, "Conferencia en Los Luises", en Diario de LMI1, Año XXVI, 14 de enero de 1930, p. 7; Y F. c., "La conferencia del Sr. Arcipreste", en Diada dr L~rin, Ailo XXVI, 16 de ene!O de 1930, p. S.

41 ANÓNIMO, "C'\Sti lla y León serán \m ejemplo de 0l'lr"ruzadón regionalista en 10 m o ral, en Jo material, en

el amor patr io y el factor de más peso en la polítiCR m cional", en Diana dt WI1, Año }"'XXI, 25 de mayo de 1936, pp. 2-3.

1'> Francisco Lf:.ÓN CoRREA, "El regionalismo leonés en la Scgund:l República a través de la ptensa: El Dialio & Ltrin", en Rcvisln E.r/Jidio! 1-1NftltlflÍ!tiMs, Facultad de Filoso fía y Letras, Universidad de León, 1982, n ." 4, pp. 85-

86.6

.j6 Ibld., p. 86. (Por Jo tanto, este investigador no tiene dudas, al menos, sobre el nombre que se esco nde

tras la inicial).

144

" E l E statuto d e León- Casti lla" se: compone d e nueve artículos de: o pinión gue aparecen e ntre los

ruas 27 d e m ayo y 12 de junio de 1936. A nalizando los contenidos que se vie n en en ellos hay algunos

q ue coincid en con la ideología d e José G onzález y otros q ue pod rían d iferi r con las id eas exp resad as

du rante lustros por el reUgioso. Esta d ivergencia se: hace especi:lhn ente visib le en d apoyo a la unión de

León y Castilla en un mismo proyecto autonómico p or alguien que argumentó con vehemencia a favor

de la nanualeza histórica d l.1al de estos territorios. Aunque qllizás no exista esa aparen te contmdicción,

y la coyun turn torm entosa del 36 español condicionaba que el arcipreste legio nense pensase en una coa­

lición 'cont!a-ca!le//an(/.~7

El p rim ero de los artícuJos4S es el más ideológico de la serie. En él se m uestra un pensamie:m o

contrario al autonomismo:

Dos corcientes políticas, :tmbas impetuosas, ruedan en los tiempos presentes por los callces de h vida de los pueblos, la coniente unionista y la corriente \1.11 tonomista. Los pueblos fuertes -J~pón, ln/:,rlatetta, Alernani~, lt:tüa-, se apifian con tod~ ln fuerza de sus leyes con.titucionalcs en un~ sola asocinción unitada. Temen a Ins alltarquías, porqllc son germen de disgregación, p recursoras de catástrofes políticas y económicas. En ERpañ~ , en cambio, cuando somos más débiles y el poder público es impotente y el régimen económico esci en crisis, sufrimos el s\1.ra lllpión del autonomismo disgregador, y fomentamos la división en cl:lscs, en ca~ ­

tas para precipitalTlos en la sima oscura en donde el pueblo, la nación se hundiran sin remedio.

y ame estos hechos, ante "esta calamitosa situación no nos q ueda a la región leonesa-castellana

mus d ilema q ue éste: O tOel:l E spmla un itaria, o de haber auronomía, rutel ie tiene tanto derecho a ella

como León y Castilla".

En los campos de la teoría y de la praxis políticas m "i.lestra una clara predilección por los regíme­

nes totalitario s fasci~tas de la Alemania y la Italia p rebélicas, y un anhelo iberista:

Monarquia fe deral y República federal era Alemania, y el genio de Hitler fund ó la5 regiones teutónicas para amasar un pueblo de disciplina férrea y virtudes colectivlls envidiables. L"I MomlIqlúa italian~ se formó con retazos de los viejos y gastados est::ados autátguicos, y Mussolini lleva Irn'ZaS de hacct de Italia, no sólo un

imperio, sino lo que vale más, un pueblo, ( .. ). ¿Qué son las mismas repúblicas soviética~ mas que un conglo­merado granítico en el que las regiones, las razas mismas se mucven al impulso dd látigo dd dict:ldoI? No; ~ nosotros lo que nos conviene es llnn soh España - mejor sería un~ y sola Iberia, con Pot tU/:,ral-...

Realiza una crítica abierta al si¡;tCtna democrático y parlamentario : "Las democracias se desgastan

rápidamente; llevan en su seno el germen disolvente que las atomiza, la semilla que al brotar y crecer,

mata y ahoga todas las flores fecundas dd valor cívico, de la austeridad creadora, de la rob LlStez del

alma"; y desea al "cirujano de hier ro", al "mesías salvado r" de España:

Facasadas rodas las dcmocl1lcb~, en ridículo la farsa parlamentaria, asomados a la c:ll'asttofe econó­mica, no nos queda otrO dlmino que buscar la fortaleza en la urudad, espernr el remedio en la vida unirnria,

47 Y es que J. González siempre antecede en las denominaciones conjuntas el nombre del "felino" al de la "fortale:ta", lo que no es una simple cue~tión gramatical, pues tiene una imencionaJ iclad manifiesta de anteponer, de primar, al uno sobre la Otra .

.¡¡ J GONZÁLEZ, "E l Est~Cl1tD ele León-Castilla", en Diadu de Un, Año XXXI, 27 de: mayo de 1936, p. 2.

145

recambiar: los resortes del poder y :matchar, mtrando a la antorcha luminosa de nuestra historia, hacia nuevos rumbos, que ya vendrá el hombre que nos hace falta.

Pese a este anuncio de "cariz profético", cree que su deseo no se transformará en realidad

porque los guías del pueblo español se empeí'ían en llevafnos por otros derroteros de disgregación, vol­viendo a las autarquías medioevales, al régimen de taifas, y esto por móviles inconfesables en algunos, por ceguefa espiritmü, por egoísmos suicidas ¡;11 otros. V;\mos y vamos de prisa a deshacer a España y en este plan nadi e como León y Castilla -con i\stut:Ías- con más derecho a constituir un autonomismo que sea célula I:ege­neradora de grandeza.

El terceto de los artículos49 es más inequívocamente del arcipreste, y en él se manifiesta la supre­

macia del Reino del León sobre el resto de demarcaciones de la España Cristiana durante la Alta Edad Media. Termina con una pregunta retórica: "¿Tiene alguna región títulos pata una autonomía regenera­

dora que pueda ser principio y germen de la futura unificación, como León?".

En la cuarta entrega·'il se resta importancia al papel jugado en el Medievo a los dos territorios del

Estado más reivinrucativos y con un nacionalismo más pujante: Cataluña "(Cataluña no era más que un condado que. estaba influenciado una~ veces por el Roscllón, otras veces por los ariscos y bravos arago­

neses. ( ... ) ¿Qué valía entonces Cataluña si al más valiente de sus condes le «mesó la barba)) Rodrigo el Campeador?)" y Euskadi ("¿Dónde estaba Vasconia, si los hijos de Aitor engrosaban las mesnadas de

los capitanes castellanos y riojanos?''). Y apostilla: "Espaila se hizo y se engendró en el vientre fecundo de León y Castilla. ¿Hay quien tenga más motivos para la autonomía que estas dos regiones?".

El repaso histórico alcanza en el quinto capítul051 la Edad Moderna. El articulista asevera que con Cisneros y los Reyes Católicos

culminó la vida de Espafia como nación, no como Estado, y en las firmas de documentos reales pode­

mos todavía solazarnos con aquella retahíla de "Reyes de Castilla, de León, de Galicia, de Extremadura, de Aragón, de Catalufia, ele Valencia, ele Sevilla" ... (puntos suspensivos del original) Es decir que España fue una gran confederación de regiones: el anillo que engarzaba a estas regiones cm la corona de los monarcas ...

No obstante, a la muerte de Isabel y Fernando "empezó a torcerse el surco de la historia de

España" y con los Austrias llegó al trono una

dinastía que nos dio glotia, sin provecho y en sus comienzos hubieron de hacer León y Castilla el esfuerzo más heroico pf\ta que el alma de Espai'ía no se contaminara con la infección morbosa de un extran­jerismo illnovad01". La guerra civil de las Comunidades fue la gesta más hermosa que se realizara en la vieja Iberia. Si no triunfó militarmente, pOl·lo menos triunfó el espíritu de la raza ...

.¡~ J. GON:0Ár.r::0, "El Estaluto de León-Castilla IIl", en Diario de LeÓtl, Año XXXI, 2 de junio de 1936, p. 2.

(1:<:1 segundo ll.lVO clue publical:se entre el 28 y el 30 de mayo ele 1936, pero no existe copia en la colección digital de "Diario de León" del ejemplar correspondiente al día concreto).

146

5(1 J. GON7..ÁLE/., "El Estatuto de León-Castilla IV", en DimiIJ de León, Año XXXI, 4 de juIÚO de 1936, p. 2.

,1 J. GONZÁLEZ, "El Estatuto de León-Castilla V", en D;ariIJ de León, Año XXXI, S de junio de 1936, p. 2.

I I , I ! 1 ,

,

En la sexta parte del artlculo52 se reproduce una car ta que J. González manifestaba haber recibído

desde Bilbao y que estaba firmada por un tal Pedro de Echenagusia. En esta m isiva se decía que los vas­

cos no estaban en contra de la concesión de estatutos a Otras regiones y se negaba que en dicho pueblo

exis tiera independentismo.

En la séptima entrega:;:; vuelve el c.logio a Ja política de los Reyes Cat6licos llegando a incurri r en un anacronismo de nacionalismo español y cier tos resabios falangistas:

La colmena española estaba ~n pleno trabajo. Los de arriba y los de abajo cumplían sus dcbef(:i~ colec­tivos -sociales como se dice ahora- con admirable disciplina. No había huelgas, ni pato obrero, ni señotitismo zángano, ni conflictos entre clases, porque el todo nacional estaba compenetrado y apiñado en un haz que ataba las discusiones con una sola ley. una sola lengua y una sola religión.

Po r cantea. la crítica recae en las dos dinastías que les sucedieron: Austdas }' Barbones, y asi­

mismo en el "centralismo liberal del siglo XIX, importado. en mala hora de Francia".

y finaliza formulando el siguiente deseo:

Volvamos n los tiempos felices de los Reyes Católico~. pero volvamos con los ojos puestos en la idea de una Espai'ia unitaria, aunque pensemos en autonomías fedentúvas, y pensemos que León y Castilla vudvan a ser Madre de tedas las regiones. ~lma de la unidad patria. solera de hrtandezas. (ronco de donde retoñcn los troncos frondosos de las vir tudes de l:t raza.

En el noveno artículo:;.! J. González alcanza el tiempo presente, junio de 1936. y se muestra partida­

rio de que "pese a nuestros jdea1es unit.'1rios, no hay más remedio que pensar y preparar un Estanuo". Y ese estatuto ha de ser el "de León y Castilla". Advierte q ue no debe hacerse como el catalán. " co n vis tas al

separatismo. sino q ue debe ser el n uestro un Estatuto con vistas a ser lazo federati\ro que tenga hurmiento

para que fermente la masa social de España y sur ja la grnn Confederación Ibérica ... ".

El autor no se muestra p letórico, ni siquiera satisfecho, con su petición autonomista leonesa-cas­

tellana, sino todo lo contrario, pues deja b ien patente que "se jmponen las circunstancias". El grueso de

esta últim a en trega Jo dedica J. G onzález a minusvalorar. ningunear y atacar a la cIase política. a la que

se le despoja de toda la legitimidad para redac.tar el estatuto. E sta función se la encomienda a "téc.nicos

q ue el pueblo cl.ijn y seleccione", pe ro sin llegar a especificar n inguna profesión concreta. Tan s610 da a

comprender al lector que estos ticnico! han de carecer de las "cualidades" que dedica a los políticos.55

32 J. GONZ¡\ r E7, "El Estatuto de León-Castilla VI", en Diario di León, Año XXXI, 6 de junio de 1936. p. 2. (Este arúCu]o lleva el antetitulo de " Parentesis" y J. Gom::ilez se muestra conforme con lo expuestO por Ec.henagusia.)

:;:1 J. GomÁLEZ, "El EstatuO) de León-Castilla VII". en Diario de Un, Año XXXI, 10 de junio de t 936, p. 2.

54 J. GoNzALez, "El EstatutO de León-Castilla IX", en Dínrio de León, Año XXXI, 12 de junio de 1936, p. 2. (La octava parte tuvo que publicarse en t i de junio de 1936, pero no existe copia en la colección digital de Diario de !Jón del ejemplar correspondiente a ese dia concreto. No obstante, también cabe la posibilidad de un error en el dígito de este capitulo, pues no hay ningún vado cn la numeración del periódico entre el 10 y el 12 de junio de 1936 - 1 0.866 Y 10.867-.)

55 " •• .Ios que han deshecho y esrnn acabando con España, no deben ser cUas, educados en la garrulería par­Iamenti1.ria.los que preparen y elaboren los trazos fu ndamenrn.les de nuestro Estatuto. ( ... ) Pata nuestra obra hacen falta entendimientos comprensivos. una nlzón serena, un~ voluntad educada, una erudición que no sea adquirida

147

Con este te.'\to fllUlliza (o se intetr ull1pe)s.-; la serie. Pese a q ue J. González se m uestra partidario

d e uo estatuto p ara León)' Casti lla, lo cual podría ser cO!lSiderado en colisión directa con las premisas

q ue so:otiene durante décadas, hay o tros mucho s má s datos que señalan al arcip reste de Cr6nencs co mo

pro~ni tor de este "vástag o regionalis ta de d udosa filiación" . Entre ello s habria q ue destacar desdc la

p ro p ia firma Q. Goru:ález), su vinculación co n el m ed io en el q ue ve la lu;~, la reivindicación de la h isto­

ria medievalleoneSll y castellana y del papel pro tagon ista d e estos reinos (ya junto s o por separado), su

filiación derechista y trad icional, el enaltecimien to dd reinad o de Jos Reyc:s Ca tólicos y d e la u n idad d e

la patria, y, por úl timo, que es "la necesidad que imponen las circunsmndas" de un momen to prebélico

lo que le impele a esa unión d e J.,eón y Castilla ba jo uo miSDlO esmtuto.5' Con b ast.1.m e probabilidad,

en diccionarios y en enciclopedias, y los políticos -10 estamos viendo [cnJ los modernos parlamentos-- 11 0 csmn fonn ados así y por eso no pueden ~cx nueStras hOll1bre~ , no pueden set los encargmlos de [edrrcta! el Estatuto que necesitamos" . Q. G ONZÁI.l'.Z , «El Estalllto de Lcón-CnstilJa ]X", en Dilllio de l..eó11, Año XXXI. 12 de junio de 1936. p. 2).

S~ Diario d~ L 6n ~ac:\rá a la cane su tiltimo número de junio el día 13, y no volveri a imptimirse basta. e127 de julio de 1936, en plenn Guerra Civil ("' ... y no comparece del 13 de junio al 27 de julio de 1936". -J osé Antonio CARRO Cm.ADA, Hirlmn de In prrnJI7 ICOI/fl.fn, Diputación de León, León, 1984, p. 41-) . Pero pata entonces segura­mente que ya n:lrue pen~aba en un e51attno o si se debía ir ¡¡ b autonomía cn soli tado o en compañía castellana.

~7 N o fue el único que en mayo de t 936 modifican lo que parcelan ~ cr unos planteamientos leonesistas inamo vibles. Es rmn bién d caso del notario y polit ico .fu1lonto Alvarez Robles (quc contara con la "mansa" aquies­ceno a de la asamblea de Acción Agraria Leonesa) ante d posicionamiento favorable a lIn estatuto casteJl:mo-leo­nés por su partido, 1" CEDA (Confederación ESPI\ñola de Derechas Autónomas). T res años y medio antes, a fina­les de 1932, Alvarez Robles habh expuesto csqllcl11átiCfl/l.ltllt! a Diario d! .León lo:> "Vuntos fun d"menta.les de un programa regionallcones" . Est'l pWpl.1tstn, texto fundamcntrll dcl regionalismo lconcs.istn uniprovincial, proyec­taba, entre otros aspectos, "Recoger tQdns Ins palpitaciones c.1tactl!rís ticas de la vida local y despenar la concien-cia ele In regiona!idad leonesa, pam basar sobre ella una nutonomía regionaL" y pedía "la plena testaurJ.ción del i

concejo nbierto en la plenitud de su organización y 1l.ccio ncs, sustituyendo con ¿1 en ml1chos GIROS los artificiosos ayuntamientos hoy cxistentes" . Asimismo. una "Diputación leonesa alltónoma como reprcsclltnción de b perso­nalidad leonesa y reglada con arreglo a estos principios: 1) Fines, legislar y ejecumr sólo para la esfern de lo regio-nal en mnteria de r¿gimen IIdministrativo, enseñanza primaria, cnsGÍlnnn elemental pl"Ofesional, obl":ls p úblicas, monte, ganadería. y IIgricultura; ejecutar las leyes nacionales sobre beneficencia, s:midad, agticulrurn, montes, gaDa­deja, aguas y polftica social, sin pl!tjuicio de obtener del eRrado o tras delegaciones pam ejecutru:, en o tros ramos las Jeyl!s mcionaJes; 2) Medios: Hacienda autónoma a base de co ncierto económico peciódieflmente revisable". Por último, estublecía <¡ue los límites de csta :lutonomíll estarían en la unidad política de E~paña y en la Jegnlidad que eD1tlnaba del régimen constitucional. (An tOnio Á LV ..... ru.::z Rooí.cs, "Pumo~ fundamentales de un progr:lma regional leonés", en DinnQ d6 Un, Año X.~l, J de diciembre de 1932, p. 1). La ~ egllnda asamblea de Acoón Agraria Leonesa, celebrada en 30 de D111yO de 1932., había ap robado est'l ponencia de Álvarez Robles, igual que, como ya

se ha indicl.do anrerionnclUc, en mayo del 36, otta asamblea apostaba por una flutonomí:! castellano-leonesa (ANÓNIMO, " Castil/;1 y León sedn un ejemplo de otganización regionalista en lo moral, en lo material. en d amor pauio y el factol" de mlÍs peso en ):\ política nacional", ell Dinritl de León, Año XXXI, 25 de mayo de 1936, pp. 2-3).

148

• •

José González vd" en la creación de un ente político-administrativo fuerte en lo territorial y lo demo­g ráfico,511 de mayoría conservadora y católica,'9 y con un ardoroso sentimiento de españolidad asentado en la ptopia concepción de su "misión histórica", un valladar <¡ue frenase los que para él eran "males"de la patria: república democrática, izquierdas marxistas, ateísmo y anticlericalismo, ana rquismo, movi­mientos y partidos nacionalistas e independentistas ...

Las razones de España, la patria grande, prevaledan.

,~ SegUn los datos de poblrtción del censo de 1930, entre las 11 provincias leonesas y castellallas superaban los 3.000.000 de habiw.ntes, rep(cscntando sobre el 13% de los efectivos demogcificos dd conjunto español. E l porcentaje terri tonal con respecto al estado era considernblement~ más elevado. el 20,6%. Comparativamente, los dígitos porcentuales de Cataluña ernn los siguientes: ~obre el 11,5% de la población y algo más del 6% del territo-

• n~

'09 En las eleccíones de febrero de 1936 las candidaturas de derechas o centro-derecha se nlzaron con más

de la milad de Jos votos en cada tilla de las once circunscripciones. E l Frente Popular supetó el 4()<'/o de los sufra­gios en las provincias de Le ón, Logroño y Avila, micntl':lS gllC en Burgos no llegó al 30% y en las restantes demat­ClIciones sus resultados oscilaron entre el 30% Y el 40% Oavier TuSRIJ., El Directmio y /o Se¿lIIndn RtpdblUo, Espasa Calpe, Madrid, 2004, pp. 581 Y 582).

149

150

; •• , . ,

FotogtllJia de José Gooz:i.lez Fcrmindez (tomada del articulo: Julio DB PRADO REYERO, ' '0011

J osé González, Qlro leonés oh'idado", en DiJlrio de úón -Suplnnrnlo El FiMndón- , 10 de enero de 1999, p. 3)

!

j •

Rt"llr:l.!o del arcipreste leonés en s u vejez (iluBIf~ci6n tomada del arTiculo: F. R. R. , "M. J. Sr. D. José Gonzálc)I Fernánde)l", en Tierras de León, Año I, Abril 1961, n.o 1,

sin paginar)

151

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CASTA DE ASTURES "

1'IJ'05, J"c'r"I"i'j'\S y 1"15 ' )"S " ,",.)" _,1 1-, . . ·H _. ,'-\ ,."

DE LA HON L\ÑA LEO~ESA

,

ESTAMPAS

, 1'0 B , J. GONZALEZ ,

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Portada dellibto Casta de Astures, de José González

152

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, LIBRO DE CREMENES

R,curRDO D E LA INAUGURACION

D~ LA NUEVA IGLESI A PARROQUIAL

POR

J. GONZALEZ

Portndll del Libro d~ Crémenes, de Jo~é González

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SERMÓN PREDIOADO E N CA

SANTA IGLESIA CATEDHA L DE LEO=

en la fuoci6D l'lIligio~ celebrada para co mmemorar la

GUERRA DE LA INDEPENDENCIA EN E~ DIA :3 DE HA YO DE lSOS

'0. DON JOSÉ GONZÁLEZ

COI llCmU lI:L!8liS!ICI

)lI'lp. de III Dipuhción pl'ovind,,]

PO~lada de un sermón predicado p or José Gonzáll'!z con motivo del Centenario de la Guerra de la Independencia

155

156

UP4TlIUQ q"'< I>OS PfOrtI~le ~1 Seellll cato. ti •• Of I 1, de:.

Pl,),rekl. " ~"' ID<> lo ql)'- .se rr •• Do..e (!o~tadu pGr In t u." lA lItod. )o U.m1rctl(>o l ll,mo IIDI, _'ana p<>f«1H U ,",oIUI· !JdatJu d,l, I'-rra. . 100 plMque

que q-oIer, d~("lr Imor .1. r< dUI bUllrO, • Lcó .. lo amia ' • . ,"1.1 llen., 5<1 p.b, ..... pueblo. flólI bUI," ,1 "'(.tli"j... . 101 l~tHS. eo;'" Le,)o u. L .. ,.o l. ptlrntr. (1.1.1111..:1. pI,.

,'a dIJ""'ll lo .. , .lItí¡¡uo . <lu e pobn o neo. 'Irlol o t.mplado. altnl, d l.etHlo.ÍltI1l0, u IC'C

.. 1 .m." ... dlf ..... l. ' .. ' , ." hu'- ~I:doao o feo. Pi':'> pI,. Jos L'l. ... g",¡ •• "lIq ..... IIC: vi,. • ., .. 1" p"lttl ],000 .,<\ I ~ l<'1Ic-!lfON lAoacUII. bU'IID • c .... ca.tt.' . Burdu o _ ~u. ¿V DO po'"

.. .J,d. medIa que ~·l;I nlflU.bil J. De mod() qut, .... COrno 00 u dt ... HlI,lk ,.. ' I eooUlslno loa dlflll!ló. del ......... r • lu .,1., blitD ~JWorwl c.t q~ b.blir. «la! '4 '" \'I~ .. U ¡.eón I ln b .~r <;oDclÍulfl<.:t.S que u 1-or<J'11I ~II de ~p.a., .. 1110 es b ,~o ,.", n H I,t·. ~Q It~rrli tÁon_,s6!J? ltU 1,IiO I~uúa CUII .'oJ <> l''-" un l n~1 ti qu~ b.bEa mil ,1 .. L~ón Qull4 00; • no ur Qu, en IAOn pla-dr •. wbra ,u, I~~U . l.., Nw& tho~ "e utt.lh. <1 '" I~~,.n bODd. nl.aml.>.c-, hiJO" prll11uu olu son m.6.1 r.,utu; lo, que 110 '1~l1do Ja\)lI('itc .. . ) propledl"u. tlltctas~8Ina · nO ~I· l.! ae,utloJas mi, <UbUes, bul.- .. !no en LrÓ:I, __ qul'jftl Iki bln. ~ tI M:o nc-,bmQ n .Ien u · quoe nonl¡¡,o, 'al! ~., 'Orll1u, frlo. d~1 cllm •. d~1 t~l"fuft(). del plrltual : u UIII loJu . no Ua. pdO lI~uti60 ,'.mpra el ml.ll Ilt.IO de tu, h.JJlllotU_llIt • . DOmln., es 1Iu . mor, lIa el U1l roo nlnlO, 11 .olJlm. dl-recdóll. . fto uo e' I h 'd .Ie 1 t I q~ It. quil'. "''''(0. U 'tUI rtr .koUr . .lI 'nu

l.L[ONESI~MOl

r..' mtiMorl 110 de)1 de ttllr j .. b, de 11 bOI¡>cdul.-_pcro los 11) qUe ''TI., -3Lentc)· quIere no; bien htcll. po rque , ... 'kla . leoaun d.belDoI ckleo:tdcr c o a ~oll¡unIO de c~u que IIl1 m .. lA! oJud .. de Imor &c1'l.1 • ., ~e~11 y coa. Qri"Uo, lodo . lo Ino, U!QtI. Quid PO! ~.U~), por­... u.)· .... (O,r .. lije; ik dcvtro "'''1 ~óa ti f Ltóa Itt-aUl o.: • . 'itle 1«; lelJo<l ~~n uo aupla,o, Q

I 1..,.., ,Iel c.nCto. la lluHoe. Put",u. ni Cleó,lml03 aOlotros ltO ,."hlrnos seatlr • I.~.) n , u rt.. PI>1"UlHó, el .... r" ~ÓI1 el luQar d..- n'l'lmh:o.to. al de. ~or \tl que el L~,onUlsm (l e.~l¡' h. de: 11>Oft UII efttnl. "',1 q". pende dI" 1''''_'_ ~I ~odlllclt alui tJ~' "1 esml,,.I.olo . lQ ... ca lI..n de PI,tlr 1.&, ol l~ hutlll .. . el cllm., del plb, Precla.~IleUt~ ~,u l . ')~.,lótl de d~CI"e ,·OnlQ ~.r . 1 • .,,"'., q.,. u,Jo (1 Ii- ~ mis .J.crrldu~ a su "err_. Jt.U II .. l.lI'o. . led.Olal' y mili. 'tOa lo, b.bll.ales de ILenn a ~,I .. j'

tEU oeatro tlc l teo~ .bpnu y poNU. I!J eJ,mplQ lo ¡.¡U~~ 'mII[IO~ . 1, ohrl. Pat • ... , LcoI1-nud,J1 No; I1 elll- leoemos eQ e.SI. en au~lr. dI". es ~c-n .. I .. b"$u. 1., ral ' d.d Puede d'u,p.,.etr, y qlK. p'\I>otlnd. b.y UD vo~blo que o.:f'1 !.lcl l~()D"' ,mo eu los CSIU ch., ti I..,.rOOtlt: .. "o d~·o. fu IUCB& COIDO a1I CUUlfOl C.lo . 1 0 ' Uf ,. h lltMh. (CI In e. p" lita j)udo ubdt .0te •• 1 Leo. Eo e.tl1 00 Day Y1l1edo, ni U, . f. \!)~d.-, lorm~dll1 f)Or la lra<ll · Ipi._ .... 1. ctudld. Como rTU de plU 11",,", a.I bUl:HU c ló:-t-Iue; .... C\)'II ... rl1btc ~ , at­quel". A.w,e:aCJllt r-z(¡Il ... Q" fértllu. DI ptldo, ImenO~. 01 10: - 'J eo 105 \"en<l rQ!l rico.. ' Iut jI" 'lDwI=oa tII L.i"lctLlgc:biat'Ors . n ,olDt~, 111 min .. , DI Indu)". en r ren 01 ~ Id a",<)~, pelol 11 ,,\ ¡jI \)~ . Y ll:iurl"OII por ~u Uetr .. po' 'tn .. . No bay mU,qu. p«Iu . r en (,.., . NnUIOcu. C&OI,,' I'UV U ..usll"ye" pu, IÚ, cO""{ltblca .... nu"laS. y lUto", '1;Ib,.., '"Iue I'u¡ .. t~~ ~II .fI.¡"cu ¡ ~I/:I., eo 11

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Q,¡l . d d luc hat , rornp:""'QD 10D' ~u )' \:orrluoM el,wso I'Qllrv \$O d-o l Orblgo, pira P(u. do; l. Ula '1 lill\I)f~ Illo~lo~" de bomb.n <tUl , po' cnelm. <.le Iodo, (10)-

1I1In ( 1 ~ ol (o 1I h,) lIor"1 el .mo r ,DL". y • ~o duma.

Articulo de opi.oión sin firma y posiblemelllC debido" la pluma dI:!

~ rciptl! Sle de CrémC!llcs (Diario deLe6n, Año XIX, 7 d e marzo de 1924, p. 1)

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