Amartya Sen. Exclusion e Inclusion

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Documento incluido dentro de la Biblioteca Digital de la Iniciativa Interamericana de Capital Social, Etica y Desarrollo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) - www.iadb.org/etica EXCLUSION E INCLUSION 1 Amartya Sen 1. Introducción El tema de esta conferencia , "Inclusión de los Excluidos," hace buen uso de la idea relativamente reciente de la “exclusión” como una forma de privación. Resulta también adecuado puesto que el concepto de exclusión ha resultado práctico y útil para fines de organización . En efecto, muchas privaciones y violaciones de derechos humanos consisten en estar excluidos del goce de derechos elementales que deberían ser algo que se da por sentado , tales como el acceso a los tribunales, o la libertad de expresión El lenguaje de la exclusión , al igual que la versatilidad y alcance del concepto, se prestan también a la realización de un debate significativo acerca de una variedad de exclusiones, seleccionadas de áreas muy diversas, que abarcan el campo político, económico y social.. Los integrantes de “South Asians for Human Rights “ tienen mucha razón en favorecer esta versatilidad, puesto que debemos interesarnos por diversos tipos de privaciones, que van desde la violación de derechos civiles y 1 Texto de un trabajo presentado el 12 de Noviembre de 2001, en la conferencia inaugural sobre el tema "Incluir a los Excluidos," preparada por “South Asians for Human Rights”, presidida conjuntamente por Asma Jahangir (Pakistan) e I.K. Gujral (India).

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EXCLUSION AND INCLUSION1

Documento incluido dentro de la Biblioteca Digital de la Iniciativa Interamericana de Capital Social, Etica y Desarrollo del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) - www.iadb.org/etica23Exclusion and InclusionSouth Asians for Human RightsAmartya Sen, 12 November 2001

EXCLUSION E INCLUSION

Amartya Sen

1.Introduccin

El tema de esta conferencia , "Inclusin de los Excluidos," hace buen uso de la idea relativamente reciente de la exclusin como una forma de privacin. Resulta tambin adecuado puesto que el concepto de exclusin ha resultado prctico y til para fines de organizacin . En efecto, muchas privaciones y violaciones de derechos humanos consisten en estar excluidos del goce de derechos elementales que deberan ser algo que se da por sentado , tales como el acceso a los tribunales, o la libertad de expresin El lenguaje de la exclusin , al igual que la versatilidad y alcance del concepto, se prestan tambin a la realizacin de un debate significativo acerca de una variedad de exclusiones, seleccionadas de reas muy diversas, que abarcan el campo poltico, econmico y social..

Los integrantes de South Asians for Human Rights tienen mucha razn en favorecer esta versatilidad, puesto que debemos interesarnos por diversos tipos de privaciones, que van desde la violacin de derechos civiles y polticos , por una parte, hasta las penurias en lo econmico y la negacin de atencin en salud y educacin por la otra. Podemos interesarnos simultneamente por la exclusin poltica y civil as como por la exclusin de las oportunidades econmicas y sociales. Mucho se ha debatido en el pasado acerca del mbito correcto de los derechos humanos con la inclinacin de algunos por limitar la lista elegida a las libertades civiles y derechos polticos, mientras que otros abogan por centrarse nicamente en el derecho al empleo, a la alimentacin, al ingreso, a la educacin y as sucesivamente. De hecho, algunas reuniones internacionales tales como la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos realizada en Viena en 1993 han terminado en un caos justamente debido a las discusiones relativas a la cobertura de los mismos. Existen argumentos tanto de fundamento como de orden

prctico para preferir adoptar una postura ecumnica antes que de divisin en materia de la cobertura , y el concepto de exclusin tiene la versatilidad suficiente para hacerlo posible. Existen gran cantidad lamentable es reconocerlo- de exclusiones de toda ndole en los pases del Asia Meridional, y yo dira que resulta adecuado que podamos decir que, de una u otra forma, estamos interesados en todas las privaciones que podran remediarse o aliviarse a travs del cambio social.

2.Exclusin versus Inclusin DesigualSin embargo, ningn concepto, por conveniente que resulte, est exento de costo, y la nocin de exclusin no es una excepcin. Para darse cuenta de ello, podra ser til empezar por recordar que algunos de los conceptos clsicos de injusticia se refieren realmente a situaciones de inclusin en condiciones de desigualdad ms que a exclusin. Esto es especialmente cierto en el caso de la nocin marxista de explotacin, en la cual el problema consiste en que al trabajador se le incluye de manera tajante en una relacin de produccin en la cual recibe menos de lo que le corresponde. De hecho, numerosos problemas vinculados a privaciones resultan de condiciones desfavorables de inclusin y condiciones adversas de participacin ms que de situaciones que puedan ser consideradas, con toda sensatez y sin estirar excesivamente el trmino,. como un caso de exclusin. Por ejemplo, en el trabajo por obligacin contrada con el empleador), en el infantil con caractersticas de semi- esclavitud, o, en forma ms general, en situaciones de condiciones profundamente desiguales en una relacin de participacin, el enfoque se centra directamente no en la exclusin sino en la naturaleza desfavorable de las inclusiones en juego.

Lo anterior no es para negar que , habida cuenta de la adaptabilidad del lenguaje de la exclusin, es posible ajustar la retrica de la exclusin para hacerla abarcar igualmente la inclusin desfavorable. Ampliada de esta manera, la exclusin puede incluir tambin, por ejemplo, la exclusin de la inclusin equitativa. La plasticidad del lenguaje de la exclusin permite con facilidad esta extensin retrica, en una forma muy parecida a la que le permiti a Sam Goldwyn, en la pelcula Moghal, imponer una frase innovadora en direccin contraria, a saber inclyanme (hacia) afuera.

Conviene, sin embargo, no dejarse tentar por re- formular cada una de las privaciones humanas en el lenguaje de la exclusin a travs de re- definiciones ad hoc. Algunas violaciones encajan ms fcilmente en el formato de la exclusin que otras. Por ejemplo, la negacin del recurso a la justicia, o el ser despojado de la libertad de expresin o excluido de la atencin mdica o seguro de salud son ejemplos claros de exclusin en una forma en que no pueden serlo el trabajo en condiciones de explotacin, o el estar sometido a la contaminacin urbana o al calentamiento global. No es necesario que debatamos cada una de las violaciones de derechos humanos que figuran bajo los diferentes ttulos generales, y en esta oportunidad, al dedicarnos al aspecto de incluir a los excluidos, resulta oportuno que nos centremos en aquellos problemas que caen naturalmente bajo la descripcin general de violacin de derechos a travs de la exclusin.

Esto reviste especial importancia porque algunas "exclusiones" cruciales han sido objeto de mucho menos atencin en el debate pblico de la que merecen. En efecto, en algunos casos, el efecto contradictorio del lenguaje de la expresin inclusin desigual ha hecho que la desventaja de la exclusin sea mucho menos visible que en la alternativa de la inclusin desigual, en condiciones carentes de equidad.. Por ejemplo, es fcil organizar en cualquier pas Occidental, especialmente en un campus universitario, una campaa contra los productos obtenidos del trabajo en condiciones de explotacin en pases en desarrollo, pero resulta ms difcil animar una movilizacin a favor de un mayor nivel de empleo y de inclusin en lo econmico. El propio hecho de que personas distantes se interesen por situaciones como el trabajo en condiciones de explotacin en pases lejanos al propio es sin duda algo positivo. Resulta constructivo por partida doble puesto que estas protestas pueden, en numerosos casos, contribuir a una mejora real de las condiciones de trabajo para los trabajadores afectados y , a la vez, al involucrarse y expresar preocupacin y accin directas por la difcil situacin que afecta a personas en lugares muy alejados, quienes as actan estn dando un paso orientado hacia la justicia global.

Sin embargo, tambin hay un aspecto negativo inherente a centrar la atencin en el tema de la inclusin desigual y desfavorable si no se aborda al mismo tiempo el problema de la exclusin. Si quienes protestan logran solamente el cierre de esas unidades de produccin, sin ayudar a los trabajadores desplazados en forma alguna (de hecho sin interesarse por sus vidas y su supervivencia) entonces el efecto podra muy bien ser el de empeorar en vez de mejorar- las cosas para estos nuevos excluidos quienes se encontraban previamente en situacin de inclusin desfavorable.La conclusin bsica es que tenemos que tener presentes las dos modalidades de desigualdad y trato desfavorable y carente de equidad tanto en la exclusin como en la inclusin y es necesario no confundir la una con la otra. Resulta que muchos de los casos ms extremos de violacin de los derechos humanos , tales como la negacin de las libertades fundamentales, la tortura, el encarcelamiento sin juicio, la privacin del derecho al voto, por una parte, y el hambre o la ausencia global de atencin mdica, por la otra, pueden muy bien ser debatidos dentro del formato de la exclusin. Sin embargo, debemos igualmente tener en cuenta aquellas violaciones de los derechos humanos entre las que figuran entre otras el trabajo por obligacin, el que se realiza en condiciones de explotacin , la semi- esclavitud de nios, problemas ambientales, etc., que pueden visualizarse ms claramente como inclusin desfavorable.

3.Congruencia y ClaseEn efecto, debemos tener en cuenta igualmente el hecho emprico de que a menudo hay una notable congruencia de privaciones a travs de diversas modalidades de exclusiones e inclusiones para los verdaderos desvalidos de la sociedad. Algunas personas del Asia Meridional son adineradas, mientras la mayora no lo son. Algunas tienen un excelente nivel de educacin, mientras otras son analfabetas. Algunas tienen una vida fcil llena de lujos, mientras que otras se ven obligadas a trabajar de manera incesante en condiciones terribles. Algunas ejercen influencia, mientras otras carecen por completo de ella. . Algunas tienen abogados, otras no. Algunas reciben un trato respetuoso por parte de la polica, a otras se las trata como basura. Estas clasificaciones desiguales tienen pertinencia por separado, pero a la vez sus efectos se combinan De hecho, lo ms notable es que , con gran frecuencia, son las mismas personas las que son pobres en ingreso y riqueza , estn afectadas por el analfabetismo, trabajan duramente en condiciones terribles, no tienen la menor influencia , ni la posibilidad de tener abogados propios y reciben malos tratos de la polica .

La lnea divisoria entre los adinerados y los desposedos no es solamente un clich retrico o un slogan elocuente, sino, lamentablemente, constituye un rasgo importante del mundo en el que vivimos. La confluencia de diversas privaciones especficas en forma de exclusiones congruentes es un rasgo envolvente abarcador de la condicin de los derechos humanos en Asa Meridional. En este momento no me referir en mayor detalle a las implicaciones de dicha confluencia, aunque tal vez debera mencionar que constituye el tema central de mi Conferencia Nehru . En vez de ello, hoy quiero referirme en forma especfica a una importante clase de privaciones que suelen recibir poca atencin, pero que tienen un alcance masivo , que se hace sentir a travs de las divisiones de clases. Tambin incorpora , en forma simultnea, inclusiones desfavorables as como exclusiones debilitantes.

4.Identidades e Identificaciones Me refiero al tema complejo y a la vez de profundas consecuencias de nuestra libertad de elegir la manera en que nos vemos a nosotros mismos nuestras afiliaciones, nuestras asociaciones, nuestras identidades. Este es un mbito en el cual la privacin no suele causar la muerte (aunque puede tambin inducirla, como comentar) , pero s puede ahogar nuestra voz, nuestra independencia, y nuestra facultad para actuar como ciudadanos polticos de un pas o del mundo.

Este tema ha adquirido particular importancia en el contexto de la crisis poltica y confrontacin actuales, cuyas ramificaciones se han puesto en evidencia creciente desde el 11 de Septiembre, si bien las races del problema se originan mucho antes. El derecho de ver nuestra identidad en funcin de nuestra eleccin puede parecer, en lo superficial, una idea tan abstracta que podramos vernos tentados a pensar que realmente estoy haciendo perder el tiempo a esta asamblea de personas prcticas al debatir algo tan conceptual. . Pero la exclusin conceptual puede tener efectos muy profundos en la forma en que nos vemos unos a otros. Para dar un ejemplo sencillo, considerar que la tragedia del 11 de Septiembre ha sido causada, por ejemplo, por personas que encuentran refugio o proteccin en Afganistn coloca a todas las personas de dicho pas en la misma categora descriptiva , lo cual puede tener un peso muy importante en el grado de aceptacin que pueda resultar de ello para seres humanos corrientes , con una sensibilidad normal tanto en Estados Unidos, como en Europa o, inclusive en Asia Meridional tambin ante la situacin de poder aceptar que personas inocentes pertenecientes a ese grupo identificado posiblemente estarn condenadas a morir en una operacin que ser consecuencia del asesinato de estadounidenses inocentes por parte de delincuentes que encuentran proteccin en Afganistn. Naturalmente , los afganos inocentes no son considerados en ningn momento como blanco , sino simplemente como vctimas del dao colateral , cuyas vidas no pueden ser salvaguardadas si el fin ltimo es el de apresar o matar a Osama bin Laden y poner fin a su terrorismo organizado. Resulta evidente que el imponer sin distinciones la identidad de afganos a un grupo no tiene ningn valor militar directo, pero la aceptacin a nivel civil de la indulgencia del pblico ante actos que tienen consecuencias brutales en grupos identificados puede tener efectos trascendentales.

El ejemplo de Afganistn lleva inherentes otras complejidades que no debemos dejar de lado, y su vinculacin con los cambios internos en Pakistn constituye en s un tema de importancia. No debemos simplificar excesivamente un tema complejo, y sin embargo ilustra - aunque sea a grandes rasgos - un problema general que es fundamental para la comprensin ( e interpretacin) de conflictos en el mundo contemporneo, as como la aceptacin de los actos brutales e inhumanos cometidos por diferentes grupos en el mundo entero.

Esto es de particular pertinencia en Asia Meridional , y lo ha sido durante mucho tiempo. Muchos de nosotros con edad suficiente para haber vivido en los sangrientos aos 1940 podemos recordar vvidamente la facilidad con la cual los disturbios que antecedieron a la particin se alimentaron de los contrastes de identidad que acababan de ser creados , que transformaron a amigos de antes en nuevos enemigos, y convirtieron a asesinos en camaradas putativos. La carnicera que sobrevino luego tuvo mucho que ver con la imposicin de una nueva identidad, carente de humanidad razonada o de una eleccin derivada de la reflexin .

Carniceras similares han venido ocurriendo ms recientemente en el mundo en Ruanda, Congo, Bosnia , Kosovo, y en otros lugares, bajo el hechizo de identidades recin impuestas . Por ejemplo, amplificar en forma dramtica la presunta gravedad de la lnea divisoria entre, digamos, los Hutus y los Tutsis ("Nosotros Hutus siempre hemos odiado a los Tutsis"), mientras se obvian otros principios de clasificacin vinculados con, por ejemplo, clase, ocupacin o ubicacin , y que van ms all de las divisiones entre Hutus y Tutsis, puede transformar alguna de las muchas lneas divisorias coexistentes en una divisin explosiva y de confrontacin , con un poder incendiario . La imposicin de una identidad irreflexiva puede matar cual una plaga.

5.Civilizaciones y Choques Para ocuparnos de los derechos humanos, tenemos que prestar mayor atencin a la manera en que se imponen a la gente identidades toscas y presuntamente pre- existentes. Un buen punto de partida es el de ver el profundo impacto de la idea del choque de civilizaciones , desarrollada por Samuel Huntington. Se nos puede clasificar en funcin de muchos sistemas de divisin que compiten entre ellos, cada uno de los cuales tiene una gran pertinencia en nuestras vidas: nacionalidades, sitios de vivienda, clases, ocupaciones, idiomas, poltica y muchas otras. Si bien se han ventilado muchos las categoras religiosas en aos recientes, no puede suponerse que las mismas eliminen otras distinciones , y mucho menos pueden ser consideradas como el nico sistema de clasificacin de la gente en el mundo . Pero la clasificacin en materia de civilizacin de creacin ms reciente, tan frecuentemente invocada en la actualidad y que tiene efectos tan profundos en las actitudes y polticas, sigue muy de cerca las divisiones religiosas. Samuel Huntington coloca en contraste a la civilizacin occidental con las otras : "civilizacin islmica", " civilizacin hind , " civilizacin budista , etc., y si bien incorpora categoras hbridas (tales como civilizacin snica o japonesa), las supuestas confrontaciones por diferencias religiosas son incorporadas a una visin construida sobre la base de una divisibilidad dominante y endurecida. Al catalogar a la poblacin del mundo en categoras de quienes pertenecen al mundo islmico , al mundo cristiano, al mundo hind, al mundo budista, etc., el poder de divisin de la prioridad puesta en clasificar se usa implcitamente para encerrar a la gente dentro de un conjunto especifico de casillas rgidas. Otras divisiones ( como por ejemplo entre ricos y pobres, entre integrantes de diferentes clases y ocupaciones, entre personas de diferentes criterios polticos, entre nacionalidades y ubicaciones residenciales, entre grupos de idiomas, etc. ) quedan completamente inmersas en esta forma presuntamente pre - existente de ver diferencias entre los grupos humanos .

La debilidad fundamental de la tesis del choque entre civilizaciones radica en su programa de dividir a la gente del mundo en categoras en funcin de un sistema presuntamente rector - de clasificacin. La deficiencia de la tesis, por lo tanto, empieza mucho antes de que lleguemos al punto de preguntar si necesariamente las civilizaciones tienen que chocar una pregunta que resulta conceptualmente parsita de la clasificacin en categoras. No importa cual es la respuesta que nos propongamos de dar a esta pregunta (chocan las civilizaciones?), la forma misma del interrogante nos encasilla dentro de una forma estrecha, arbitraria y engaosa de pensar acerca de la gente del mundo. Y su poder de confundir puede atrapar no solamente a quienes quisieran apoyar dicha tesis (desde los fundamentalistas islmicos hasta los defensores de las supremacas occidentales), sino tambin a aquellos a quienes les gustara impugnarla pero responden dentro de sus trminos de referencia previamente especificados.

Hablar en trminos de mundo islmico, o mundo hind o mundo cristiano ya implica reducir a la gente a esta sola dimensin. Muchos de quienes se oponen a la tesis de Huntington (por ejemplo quienes argumentan que Occidente no est luchando contra el mundo islmico o chocando con l) resultan, en efecto, desviados hacia el hecho de compartir la misma estrecha clasificacin en categoras. . Cuando , por ejemplo , el Primer Ministro Blair expresa su propia visin del mundo islmico- un tema acerca del cual aparentemente se ha convertido en experto ya ha quedado atrapado en esta forma uni - dimensional de ver a los pueblos del mundo. La misma visin empobrecida del mundo dividido en casillas de civilizaciones es compartida por quienes predican la amistad entre civilizaciones tanto como por quienes las ven como en confrontacin.

Esta visin particular de clasificacin por categoras resulta a la vez un serio error epistmico y un enorme riesgo tico y poltico, con consecuencias de largo alcance en materia de derechos humanos. La gente se visualiza a s misma de mltiples y diferentes maneras. Un musulmn de Bangladesh es, adems de musulmn, bengal , ciudadano de su pas, a lo cual cabe agregar las otras identidades vinculadas con clase, gnero, ocupacin, ideologa poltica, gustos, etc. Un hind nepals es adems de hind alguien con caractersticas polticas y tnicas que tienen pertinencia propia, junto con otras identidades cientos de ellas- que le hacen ser quien es .

Campesinos sin tierra que luchan contra patronos explotadores tienen cosas en comn que los unen ms all de las fronteras religiosas, e inclusive las nacionales. Nuevamente, sta no sera su nica identidad, pero es una de ellas y en ocasiones inclusive la dominante. Tambin la pobreza puede ser una importante fuente de solidaridad que atraviesa fronteras de otra ndole . El tipo de divisin que se recalca , por ejemplo, en el caso de quienes protestan en el marco del movimiento anti-globalizacin . (el cual, dicho sea de paso, es uno de los movimientos ms globalizados del mundo) se propone tratar de unir a los desaventajados de la economa mundial, pasando por encima de las lneas divisorias religiosas, nacionales o de civilizacin . La multiplicidad de categoras funciona en direccin contraria a la de la separacin rgida y sus implicaciones incendiarias.

En la raz del conflicto sin argumentos hay una suposicin previa: - asumida frecuentemente en forma implcita ms que articulada explcitamente- a saber que los pueblos del mundo pueden dividirse en categoras particulares en funcin de algn sistema de particiones especfico y abarcador. Esta visin singularmente divisoria es no solo contraria a la anticuada creencia, que tiende a ser ridiculizada en la actualidad ( no totalmente sin razn, por cierto) como excesivamente blanda, de que nosotros seres humanos somos todos iguales , sino tambin contrara a la idea menos debatida pero mucho ms plausible de que somos diversamente diferentes. De hecho, dira que la principal fuente de esperanza en la posible armona en el mundo contemporneo radica en la pluralidad de nuestras identidades, que se superponen unas a otras y se oponen a divisiones marcadas por una lnea nica y endurecida de impenetrable divisin. Nuestra humanidad compartida se encuentra ante un salvaje desafo cuando la confrontacin resulta unificada dentro de un sistema de clasificacin presuntamente dominante, lo cual resulta mucho ms tendiente a divisiones que el universo de categoras plurales y diversas que configuran el mundo en el cual vivimos. La diversidad plural puede ser un gran factor de unificacin, en una forma en que justamente no lo es un sistema nico de divisiones que pretenden abarcarlo todo.

6.Ingenuidad frente a la Civilizacin

Con este enfoque especfico de dividir a los pueblos del mundo, los defensores del choque de civilizaciones omiten numerosos aspectos significativos. Por ejemplo, al describir a la India como una civilizacin hind, en su exposicin del supuesto choque de civilizaciones , Huntington tiene que minimizar la importancia del hecho de que en la India hay un nmero mayor de musulmanes (cerca de 125 millones ms que toda la poblacin de Gran Bretaa y Francia reunidas) que cualquier otros pas del mundo con excepcin de Indonesia y Pakistn. Se puede - o no - colocar a la India dentro de la arbitraria definicin de el mundo musulmn, pero no deja de ser cierto que en la India hay un nmero de ciudadanos musulmanes casi igual al de Pakistn ( y de hecho muchos mayor al de la mayora de los pases del as llamado mundo musulmn) . A la vez , es imposible pensar en la civilizacin de la India sin tener en cuenta el importante papel de los musulmanes en la historia de ese pas. Resulta en realidad ftil intentar comprender la naturaleza y alcance del arte, literatura, msica o comida de la India sin ver las intensas interacciones que atraviesan las barreras de las comunidades religiosas.

La India, como habrn de darse cuenta quienes clasifican civilizaciones (junto con quienes re- escriben la historia de la India con el patrocinio oficial) no es solamente una civilizacin hind. De hecho, el rasgo mismo de su carcter secular , que enorgullece estimo que con razn - a muchos de sus ciudadanos- tuvo slidos antecedentes en los pronunciamientos oficiales de dos grandes emperadores de la historia de la India , a saber el emperador budista Ashoka y el emperador musulmn Akbar.

Tal vez valga la pena detenerse un momento en el personaje de Akbar para sealar tres razones especficas vinculadas a la estrategia de clasificacin de Huntington. Primero, a la luz del papel delineador que Huntington ve en la historia especial de la civilizacin occidental como adalid de la libertad individual y de la tolerancia ("Occidente era occidente mucho antes de que fuese moderno , en palabras de Huntington) , posiblemente valga la pena mencionar que justo en el momento (en los aos 1590) en que Akbar expresaba sus convicciones acerca de la tolerancia religiosa (como por ejemplo que a nadie se le debe incomodar por motivos ligados a la religin, y que toda persona debe tener la posibilidad de convertirse a la religin de su eleccin ) ), an estaban en curso las persecuciones de la Inquisicin y Giordano Bruno fu condenado a morir en la hoguera, por hereje , en el Campo dei Fiori en Roma (en 1600). Si bien en la actualidad puede lucir impresionante la cara de occidente, no siempre ha sido su condicin durante todo este tiempo.

En segundo lugar, Akbar sigui siendo musulmn, pero con creencias polticas, sociales e incluso religiosas claramente heterodoxas, y con una claramente articulada preferencia por la bsqueda de la razn ms que la dependencia de la tradicin ." Si ser musulmn es equivalente a una entidad homognea, carente de identidad poltica, social o de doctrina especficas, entonces Akbar no podra calzar en la misma casilla en que estn la mayora de los dems. Cabe en contraste recordar en este contexto que si bien el secularismo poltico y heterodoxia religiosa de Akbar tena tanto seguidores como detractores entre grupos musulmanes influyentes en Delhi y Agra, cuando falleci en 1605, el telogo islmico Abdul Haq, quin haba mantenido una actitud crtica frente a Akbar debido a muchas de sus creencias y pronunciamientos, tuvo que reconocer que a pesar de sus innovaciones, Akbar haba seguido siendo un buen musulmn. . Esto no ha de extraar cuando la religin de una persona no es considerada como su nica y envolvente identidad , pero sin duda causara estupor a algunos de los comentaristas contemporneos, tan deseosos de tener en cuenta nicamente una sola dimensin - tanto fundamentalistas como anti-fundamentalistas

El tercer tema es apenas un punto incidental de la historia. Cuando Akbar organizaba sus simposios multi- religiosos en Agra, entre los invitados figuraban no solamente expositores hindes y musulmanes de diferentes escuelas , sino tambin cristianos, judos , parsis y jainas , y, segn Abul Fazl ( el aliado intelectual de Akbar), incluso los seguidores de "Charvaka" una de las escuelas de pensamiento ateo de la India que haba florecido desde aproximadamente el siglo VI A.C. Es difcil reconciliar esta increble pluralidad con la visin mono- cultural y mono-- religiosa que tiene Huntington de la India vista como una civilizacin hind, aun cuando dejramos totalmente de lado el importante papel de los musulmanes en la India .

7.Libertad, Derechos y Responsabilidad , La ingenuidad de Huntington frente a la civilizacin no sera un problema serio si sus anlisis no le hubiesen conferido a sus categoras de civilizacin una posicin singularmente predominante y dominante en la clasificacin de los pueblos del mundo. En ello radica la dificultad central. Dira que el tema fundamental est en la necesidad de reconocer la pluralidad de nuestras identidades, as como el hecho de que, como seres humanos responsables, debemos elegir (por medio de la razn , como afirmara Akbar ), en vez de un descubrimiento por inercia , cules prioridades debemos asignar a nuestras diversas asociaciones y afiliaciones. Por su parte, los tericos de ineludibles choques tratan, efectivamente, de negar enfticamente, o de pasar implcitamente por alto, la pertinencia de mltiples principios de clasificacin y, vinculado a ello, la necesidad que tenemos todos de asumir responsablemente las decisiones referidas a nuestras prioridades.

Sin duda es muy importante nuestra identidad religiosa y de civilizacin, pero no deja de ser una afiliacin entre muchas otras . La pregunta que debemos hacernos no es si, por ejemplo, el Islam (o el Hinduismo o el Cristianismo ) son religiones amantes de la paz o si son combativas (dganos cul es la respuesta?), que es el ngulo desde el cual Blair se aproxima a este tema. Lo que debemos preguntar es cmo un musulmn practicante ( o un hind o un cristiano) combinan sus creencias o prcticas religiosas con otros compromisos y valores, y con otros rasgos de su identidad personal. El considerar la afiliacin religiosa o de pertenencia a una civilizacin en el sentido de Huntington - , como una identidad totalmente absorbente constituye, de por s, un craso error. Entre los feligreses devotos de cada religin ha habido feroces guerreros al igual que grandes adalides de la paz, y en lugar de preguntar quin es el verdadero creyente y quin es un mero impostor, deberamos aceptar el hecho de que la fe profesada por cada uno de nosotros no es lo que en s, resuelve todas las decisiones que tenemos que tomar durante nuestras vidas, entre ellas las referidas a nuestras prioridades polticas y sociales, y los consiguientes temas de comportamiento y accin. Es posible que tanto quienes proponen la paz y la tolerancia como quienes abogan por la guerra y la intolerancia pertenezcan a la misma religin y tal vez sean (a su manera) , verdaderos creyentes , sin que parezca haber en ello contradiccin alguna. El mbito de la identidad religiosa de las personas no domina todos los dems aspectos de su comprensin y afiliacin.

Si bien esta no es la oportunidad para un debate sobre este aspecto, este tema est tambin vinculado a la poltica pblica de poner a los nios en colegios en los que se imparte enseanza basada en creencias religiosas, en los cuales el conocimiento de la cultura propia puede en ocasiones estar acompaado de una severa reduccin de oportunidades educativas que podran alimentar una eleccin mejor informada de la forma de vida deseada. El propsito de la educacin , adems de transmitir al nio informacin acerca de las diferentes culturas del mundo (entre ellas aquella a la cual pertenece su familia de una u otra forma) es tambin el de contribuir a cultivar el razonamiento y el ejercicio de la libertad en su vida adulta.. Se pierde algo muy importante cuando se cierran ante los ojos de los nios pequeos las puertas que abren al universo de las opciones , por la equivocada creencia de que la tradicin hace innecesaria la eleccin (como lo han afirmado, sorprendentemente, algunos comentaristas).

Podran ustedes pensar que me estoy refiriendo a Madrassas en Pakistn, o a las escuelas religiosas aqu, pero en realidad tambin estoy hablando de Gran Bretaa. Ha sido tal el estado de confusin relativo a las identidades, as como la intensidad de la creencia implcita de que una persona no tiene opciones en materia de prioridades vinculadas con su identidad, que no se considera como particularmente negativa la falta de libertad de eleccin que resulta para nios de la reciente dispensa relativa a los colegios basadas en la creencia religiosa (musulmana, hind o cristiana) en la nueva Gran Bretaa multi- tnica. El derecho humano que se pierde en todo esto es, naturalmente, para los nios, el derecho de disfrutar de una educacin amplia que les prepara para elegir, y no para simplemente seguir.

8.Comentarios Finales Pierre Bourdieu ha afirmado en un contexto diferente ( pero de manera pertinente para este debate igualmente) que una clasificacin oficial puede crear categoras que no tendran mucho fundamento si no fuese por esa identificacin social. En su criterio, una clasificacin por categoras ideada socialmente puede terminar produciendo diferencias dnde no las haba , y la magia social puede transformar a las personas, dicindoles que son diferentes . En efecto, el mundo social constituye diferencias por el simple hecho de disearlas ." Cuando ese problema se combina con la prdida de todas las categoras excepto una ya sea civilizacin, religin o cualquiera otra- nos encontramos ante una notable violacin del derecho humano de verse a s mismo a travs de sus propios ojos. Se nos incluye nicamente en una categora , mientras las dems son eliminadas de un plumazo (incluso con muchos de nosotros dentro de ella ) .

El principal problema de la perspectiva del choque entre civilizaciones no reside en la suposicin no razonada de la necesidad de que existan esos choques (lo cual es un tema subsiguiente y parasitario) . Radica en dividir a los pueblos del mundo en una forma supuestamente profunda y particular en civilizaciones diferentes (ya sea que choquen o no) . Esta forma simplista de ordenar en categoras conduce a una forma profundamente errnea de comprender a los pueblos del mundo as como las relaciones entre ellos , y tambin tiene el efecto de incrementar una forma de distincin particular una inclusin determinada de antemano - que elimina a todas las dems. No resulta sorprendente que a los fundamentalistas musulmanes, hindes o defensores de las supremacas occidentalesen fin todos les gustara esta concepcin del mundo, pero ha sido tan intenso el poder del pensamiento confundido e inducente a confusin que inclusive aquellas personas cuyo instinto debera ser totalmente contrario a esta forma de reducir a otros seres humanos parecen caer integralmente en esta trampa . En su nombre se entablan guerras, y tambin se subyuga a las identidades humanas mediante el solo poder de la clasificacin dominante.

Para defendernos, debemos afirmar nuestro derecho de elegir las prioridades en materia de nuestras mltiples asociaciones, afiliaciones e identidades. Tenemos que decidir cunta importancia debemos acordarle a cada una de ellas. No se nos puede pedir que nuestras creencias religiosas o nuestras identidades, ya sean por eleccin o por simple herencia, dominen nuestra vida por completo as como todas nuestras decisiones afectivas. Cuando existe la opcin, negar su existencia es adems de un fracaso cientfico, una negacin de un derecho humano elemental, lo cual a su vez conduce a una falta de tica, puesto que permite una negacin de responsabilidad que inevitablemente va de la mano con el ejercicio de la libre eleccin.

Centrar nuestra atencin nicamente en esta clasificacin en virtud de las grandes religiones, adems de no tener en cuenta otros intereses e ideas que motivan a las personas ,tiene tambin el efecto de reducir la importancia de otras prioridades al amplificar la voz de la autoridad religiosa. Ocurre entonces que a los clrigos musulmanes as como a otras autoridades religiones se las considera como los voceros ex-officio del as llamado mundo islmico , a pesar de que un nmero importante de musulmanes pueda albergar profundas diferencias con los propsitos sostenidos por uno u otro de dichos representantes religiosos. . Lo mismo es vlido tambin para los lderes religiosos hindes o cristianos, a quienes se les considera como los voceros de sus respectivos rebaos. La singular clasificacin, adems de convertir las distinciones provisionales en barreras rgidas e inflexibles, confiere tambin una voz de mando al , "establishment" , a las figuras ms representativas de dichas categoras, a la vez que acallan y silencian a otras. Debemos luchar por los derechos humanos que resultan denegados por esta actitud, con claridad intelectual as como con determinacin poltica. Son muy pocas las cosas que tienen tanta importancia en el mundo contempornea- y esto no es menos cierto en Asia Meridional .

Texto de un trabajo presentado el 12 de Noviembre de 2001, en la conferencia inaugural sobre el tema "Incluir a los Excluidos," preparada por South Asians for Human Rights, presidida conjuntamente por Asma Jahangir (Pakistan) e I.K. Gujral (India).

"Class in India," (Clases en la India) , Conferencia Nehru , Nueva Deli, Noviembre 13 de 2001.

Me he referido a este tema en Reason before Identity, (Razn antes que Identidad) 1998 Conferencia Romanes (Oxford y Delhi: Oxford University Press, 1999); y tambin en "The Smallness Thrust upon Us," (La Pequeez que nos Imponen ) The Little Magazine, 2001.

Vase Shaharyar M.Khan, The Shallow Graves of Rwanda, (Las Tumbas Someras de Ruanda ) , con Prlogo de Mary Robinson (New York: I.B. Tauris, 2000).

El tema es debatido ms ampliamente en "Other People," (Otra Gente) Conferencia Anual de la Academia Britnica,2000 (de prxima publicacin por la Academia, versin ms breve ya publicada en The New Republic, Diciembre 2000), y en "The Smallness Thrust upon Us," The Little Magazine, 2001.

Samuel P. Huntington, The Clash of Civilizations and the Remaking of the World Order (El Choque de Civilizaciones y la Reformulacin del Orden Mundial (New York: Simon & Schuster, 1996).

He debatido este tema y otros vinculados en mi Conferencia Romanes en Oxford en 1998 , publicada como : Reason before Identity (Oxford: Oxford University Press, 1999).

Traduccin en Vincent Smith, Akbar: the Great Mogul (Akbar, el Gran Mogol) (Oxford: Clarendon Press, 1917), p. 257.

Vase Irfan Habib, ed., Akbar and His India (Akbar y su India) (Delhi and New York: Oxford University Press, 1997) que contiene un conjunto de excelentes ensayos en que se investigan las creencias y polticas de Akbar as como las influencias intelectuales que le llevaron a su posicin heterodoxa.

See Iqtidar Alam Khan, "Akbar's Personality Traits and World Outlook: A Critical Reappraisal," in Irfan Habib, Akbar and His India, p. 78.

Me he referido a este tema en "Other People" (Otra Gente) (2000).

Pierre Bourdieu, Sociology in Question ( Sociologa Cuestionada) (London: Sage, 1993), pp. 160-1.