ALEX CHASNAMOTE PUGA - Javeriana

ANUNCIAR, DENUNCIAR Y PROYECTAR: UNA PINTURA PROFÉTICA

ALEX CHASNAMOTE PUGA

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE TEOLOGÍA

BOGOTÁ, D.C.

2011

ANUNCIAR, DENUNCIAR Y PROYECTAR: UNA PINTURA PROFÉTICA

ALEX CHASNAMOTE PUGA

Trabajo de grado para optar el título de Teólogo

Director

LI MIZAR SALAMANCA BARRERA

Doctora en Teología

PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA

FACULTAD DE TEOLOGÍA

BOGOTÁ, D.C.

2011

Nota de aceptación

La universidad no se hace responsable por los

conceptos emitidos por los alumnos en sus trabajos de

síntesis, sólo velará porque no se publique nada

contrario al dogma y la moral católica y porque las

tesis no contengan ataques o polémicas puramente

personales, antes bien, se vea en ellas el anhelo de

buscar la verdad y la justicia

(Reglamento General de la Pontificia Universidad

Javeriana. Artículo 23 de la Resolución N°. 13 del 06

de Junio de 1964)

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FIRMA DEL PRESIDENTE DEL JURADO

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FIRMA DEL JURADO

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FIRMA DEL JURADO

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FECHA

AGRADECIMIENTOS

• A Dios, creador de todas las cosas visibles e invisibles.

• A mis papás por enseñarme a contemplar la creación como un regalo de Dios.

• A todos los hombres y a todas las mujeres que han puesto su confianza en mis

talentos de pintor plástico.

• A todos los miembros de la Congregación de los Misioneros de la Preciosa Sangre

a la cual pertenezco.

• A los profesores de la Facultad de Teología de la Pontificia Universidad Javeriana

por enriquecer mi crecimiento intelectual, pastoral, investigativo, humano y

espiritual a lo largo de mis estudios teológicos.

TABLA DE CONTENIDO

INTRODUCCIÓN 1

CAPÍTULO I 4

El profeta y la mediación profética en el pueblo de Israel 4

1.1. El término profeta 4

a) Un acto de decir antes, predecir 5

b) Un acto de hablar delante de 5

c) Un acto de que quien habla o dice, lo hace en lugar de otra persona, “en vez de”, “en el puesto de”, “en nombre de”… 6

1.2. El profeta 6

1.3. La mediación profética en el pueblo de Israel 11

1.3.1. El anuncio 13

1.3.2. La denuncia 16

1.3.3. El proyecto 22

a) Predicación y mensaje de Jeremías 24

b) Una alianza nueva 26

CAPÍTULO II 27

La mediación profética expresada en la pintura 27

2.1. El cómo anuncia la pintura 27

a) ¿Van Gogh el incapaz? 28

b) Van Gogh y su compromiso con lo social 29

c) Van Gogh y su compromiso con lo religioso 30

d) “Naturaleza muerta con Biblia”: una breve aproximación interpretativa 30

2.2. El cómo denuncia la pintura 33

a) Goya el pintor del “poder” 34

b) Goya y su compromiso con lo social 36

c) Goya y su compromiso con lo religioso 37

d) Goya: Los Caprichos y los Desastres de la Guerra 38

2.3. El cómo proyecta la pintura 43

a) Rothko y el ¿Por qué molestarse en pintar? 45

b) Rothko y su compromiso con lo social 47

c) Rothko y su compromiso con lo religioso 48

d) El “Untitled” 1954 de Rothko: una breve aproximación interpretativa 50

2.3.1. El carácter profético en la pintura de Rothko 51

a) Arte como aventura a un mundo desconocido 51

b) Imaginación y razón 52

c) La mirada del espectador 53

d) Lo inequívoco en la pintura de Rothko 54

e) Últimas palabras: el cómo proyecta la obra de Rothko 54

CAPÍTULO III 56

Las condiciones de una pintura para llegar a ser profética 56

3.1. La obra de Alex Chasnamote Puga 56

3.2. Revelando la pintura profética 57

3.2.1. La pintura como mediación profética 59

3.2.2. ¿Una pintura interreligiosa? 60

3.3. Describiendo las características de la obra profeta 60

a). El soporte 61

b) Un cuerpo, tres rostros 61

c) ¿Miedo al vacío? 61

d) Lo figurativo 62

e) Dícese que los colores 62

f) ¿Un tema en particular? 62

3.4. Las condiciones de una pintura para llegar a ser profética 63

3.4.1. El anuncio (primera condición) 63

3.4.2. La denuncia (segunda condición) 66

3.4.3. El proyecto (tercera condición) 72

CONCLUSIONES 77

1. El profeta: mediador entre Dios y los miembros del pueblo de Israel 77

2. La mediación profética expresada en la pintura. 78

3. Las condiciones de la pintura profética 79

ANEXO 81

BIBLIOGRAFÍA 87

Anunciar, denunciar y proyectar: Una Pintura Profética

1

INTRODUCCIÓN

El Profeta del pueblo de Israel se caracterizó por expresar tres funciones fundamentales:

anunciar, denunciar y proyectar. A través de ellas manifestaba la voluntad de Dios para con

los miembros del pueblo de Israel. En la Sagrada Escritura y sobre todo en el Antiguo

Testamento se hacen alusiones a muchos hombres considerados profetas u hombres de la

Palabra de Dios.

Ahora bien, las funciones del profeta, generalmente reservadas en los textos escritos del

Antiguo Testamento dieron paso a la interpretación y reinterpretación de las mismas por

pensadores interesados en el tema: el profeta y sus funciones. En consecuencia, aquellas

interpretaciones han llegado hasta nuestros días como fuentes de ayuda para cerciorarnos

del actuar de Dios a través de su elegido. Sin embargo, aquellas funciones reservadas a la

escritura textual pueden ser igualmente objeto del texto plasmado, es decir, el de anunciar,

denunciar y proyectar, pueden ser expresadas en la pintura.

En este sentido, la pintura se convierte en un medio por el cual el pintor transmite o expresa

una idea, un mensaje o un sentimiento seleccionado o tomado de lo común, es decir, la

pintura se enmarca en temas relacionados con la vida humana y en función de la misma. En

otras palabras, la pintura es la expresión de las realidades humanas, de aquellas que no

escapan a la vista del ser humano, sino que se hacen visibles en imágenes y/o colores.

Por otro lado, la pintura, siendo una rama del arte, ha sido reservada por varios siglos a

ricos y expertos en cuestiones del tema. Pero este modo de proceder de algunos seres

humanos frente a la pintura, se ha visto reinterpretado por León Tolstoi. Según este

profesor de arte afirmó lo siguiente:


2

“El arte del porvenir, destinado a ser sentido por todos los hombres, no tendrá ya

por objeto expresar sentimientos que solo puedan comprender algunos ricos, sino

manifestar la más alta conciencia religiosa a las generaciones futuras. En lo

porvenir, no se considerará arte sino lo que exprese sentimientos que impulsen a los

hombres a la unión fraternal, o sentimientos bastante universales para que lo sientan

todos los hombres.” (León Tolstoi, ¿Qué es el arte?).

El fragmento expresado por el profesor y pensador no es otra cosa que un hecho a

solucionar. Tolstoi profetizó un nuevo arte o arte del porvenir: un arte que exprese

sentimientos que impulsen a los hombres a la unión fraternal o sentimientos universales que

lo sientan todos. Y, este modo de pensar no podría ser sino una pintura donde se expresen

realidades más extendidas entre los seres humanos: una pintura profética.

En primer lugar, surge la siguiente cuestión: ¿Qué condiciones debe tener la pintura para

llegar a ser profética? La pintura profética tiende sus raíces en las funciones del profeta del

pueblo de Israel: un anuncio, una denuncia y un proyecto. Estas tres funciones o

condiciones son las que posibilitan que la pintura llegue a ser profética.

En segundo lugar, una pintura profética es un medio por el cual el Trascendente o el mismo

Dios se comunica a todos los seres humanos. Su manifestación (desde nuestro punto de

vista) se ve expresada a través de la imagen. Una imagen que alberga simbólicamente las

funciones o dimensiones del profeta: anunciar, denunciar y proyectar.

Frente al precedente, ya mencionado, se dicta a postular que el presente trabajo

investigativo consiste en explicar las condiciones que ha de tener la pintura para llegar a ser

profética: el anuncio, la denuncia y el proyecto. Ahora bien, para llevar a término este

cometido, se ha distribuido el trabajo en tres capítulos. El primer capítulo presenta y explica

posturas sobre el término profeta, profeta y la mediación profética en el pueblo de Israel a

partir de los expertos y conocedores del tema como un modo de introducir al lector en la

personalidad y en las funciones del profeta.


3

El segundo capítulo presenta el tema de la mediación profética expresada en la pintura

como un lenguaje y un medio por el cual el Trascendente se comunica a todo ser humano;

para dicho cometido explica el cómo la pintura anuncia, denuncia y proyecta. Son tres los

pintores (para este capítulo) que expresaron a través de imágenes y colores, la voz del

Trascendente: Vincent Van Gogh, Francisco de Goya y Mark Rothko.

El tercer capítulo, presenta una breve explicación de la pintura profética, obra plasmada

sobre lienzo. En ella se expresan aquellas dimensiones o funciones del profeta: anunciar,

denunciar y proyectar. Para este propósito se tuvo en cuenta textos escritos sobre el tema

profeta, arte y pintura, que posteriormente, posibilitaron una hermenéutica no solamente

teológica, sino también artística. Es decir, los textos al ser interpretados desde el punto de

vista de la Teología y del arte, facilitaron plasmar las dimensiones del profeta como el

anunciar, el denunciar y el proyectar, en imágenes y en colores.

Asimismo, para llevar a cabo el presente trabajo investigativo, que lleva por título

“anunciar, denunciar y proyectar: una pintura profética”, se tuvo en cuenta el método

hermenéutico. Un método que hunde sus raíces en el texto, el contexto y el pretexto, básico

y necesario para una Teología fundamental, y al mismo tiempo, para revelar y encontrar

soluciones alternativas a problemas posibles que acechan a los seres humanos de todos los

tiempos.

Más aún, método hermenéutico que sugiere explicarlo de este modo: el pretexto o la

intensión, es el uso honesto de la razón en torno a las realidades y al ser humano en cuanto

éste, está presente en un mundo real y concreto. El contexto, es la reflexión crítica de cara a

los problemas que se suscitan dentro de una realidad concreta. Finalmente, el texto es la

palabra hablada, escrita o plasmada que iluminada por la fe, logra una praxis liberadora y

una reflexión crítica por el bien del otro: “El otro está en mí, yo estoy en el otro.”1

1 HIMKELAMMERT, F. Entrevista. En: TAMAYO, J., BOSCH, J. Panorama de la teología latinoamericana. Verbo Divino, Estella (Navarra), 2001, p. 277.


4

CAPÍTULO I

El profeta y la mediación profética en el pueblo de Israel

Es oportuno dar inicio a la investigación con el siguiente interrogante: ¿Cuáles son las

condiciones (o características) que ha de tener un profeta? El profeta es el elegido para

comunicar al pueblo la Palabra de Dios. Desde siempre, Dios ha actuado en favor de su

pueblo: el pueblo de Israel. Un pueblo que favoreció el surgimiento y la presencia activa

del profeta. Y así, el profeta como trompeta divina y mediador expresó los designios de

Dios al pueblo de Israel a través de un anuncio, de una denuncia y un proyecto de vida en

Dios. Tres condiciones a desarrollar y explicar a lo largo del texto.

1.1. El término profeta2

La palabra profeta expresa dos componentes que vale la pena aclararlos con el fin de

hacerle más sencillo y más accesible la comprensión al común de la gente. En sí, el término

profeta proviene de la lengua griega, el cual, se divide de la siguiente manera:

“El termino profeta, a través del latín, deriva del griego y tiene dos componentes: pro –fêmí [προ

- φημί]. La segunda parte contiene la raíz verbal y ofrece la acción de decir, hablar, comunicar.

La primera parte, la partícula pro, puede tener tres funciones: temporal, local y sustitutiva. Con

la función temporal de la partícula, el término indicaría la acción de decir antes, predecir; con la

función local, se expresaría la acción de hablar delante de (= en público de manera oficial); con

la función sustitutiva indicaría que quien habla o dice, lo hace en lugar de otra persona, en vez

de, en el puesto de.” 3

2 PONGUTÁ, S. Por medio de los profetas. Salesianas, Bogotá, 2008, p. 44. 3 Ibíd., p. 44.


5

En torno a las funciones que emana de la partícula pro, surge la pregunta inquietante…

¿Aquellas funciones suelen darse en un espacio, un tiempo determinado y en lugar de otro

por parte del profeta? La respuesta es sí. Veamos de qué se trata cada una de las funciones

descritas en el párrafo anterior.

a) Un acto de decir antes, predecir

Los seres humanos a decir verdad son temporales. Este concepto está enmarcado en un

lenguaje filosófico. Los filósofos no sólo hablan de lo temporal, sino también, de lo

corruptible, lo cambiante y por consiguiente, lo eventual de las cosas. Dentro de esa

temporalidad, de ese momento de su existir, dicen algo a los demás. El profeta por ejemplo

siendo un ser humano temporal no titubeó en decir o en predecir lo que había escuchado y

humanizado en su vínculo con lo divino al pueblo de Israel: la Palabra de Dios. Ahora bien,

lo que se debe entender en cuanto al acto temporal (decir antes, predecir) es el actuar del

profeta en un momento determinado de la historia humana. El profeta actúa desde el

presente, en el cual, tiene “…el coraje de pronunciar las palabras adecuadas para

expresar el carácter de Dios.”4 De este modo, Dios irrumpe con su Palabra, emitida por el

profeta, al pueblo elegido.

b) Un acto de hablar delante de

El pueblo de Israel fue testigo ocular y auditivo de todas las palabras que decía el profeta.

Este acontecimiento se llevaba a cabo en medio del pueblo. El pueblo escuchaba las

palabras que emitía el profeta y al mismo tiempo podía percatarse del actuar de Dios a

través del profeta. Esta acción no podemos entenderla como un acto político tal como hoy

se expresan los que hacen política. Es todo lo contrario, el profeta habla delante del pueblo,

expresa la Palabra de Dios sobre los problemas de la comunidad local para que tomen

conciencia de sus acciones y volverse para Dios. En sí, el acto de hablar delante de, es

4 BRUEGGEMANN, W. La Palabra profética de Dios en la historia. En: Selecciones de teología Vol. 35, no. 140 (Oct.‐Dic. 1996), p. 260.


6

delante de una comunidad específica y concreta en contra de toda acción no auténtica de los

miembros de la comunidad.

c) Un acto de que quien habla o dice, lo hace en lugar de otra persona, “en vez

de”, “en el puesto de”, “en nombre de”…

El profeta no habla ni dice palabra alguna por cuenta o iniciativa propia. Tampoco habla en

nombre de él. El profeta es apenas un sustituto de alguien. Él, habla en lugar de otra

persona al pueblo de Israel. Su actuar proviene de Dios. El pueblo de Israel escucha al

sustituto de Dios. El profeta verbaliza la Palabra de Dios y el pueblo la escucha. Una

escucha que implica acogida de la Palabra para trasformar la vida personal y para la

construcción de un mundo mejor. Ahora bien, el que escucha la Palabra de Dios y la acoge,

debe hacer que esa Palabra reoriente su vida completamente, reconociendo que hasta ahora

se encontraba en el camino incorrecto, y por tanto, debe orientarse completamente a Dios.

A modo de conclusión se puede afirmar que estas tres funciones esenciales derivado de la

preposición pro hacen posible el significado del término profeta: el “hablar en vez de”, “ser

portavoz de”, o también “hablar ante alguien”, “hablar en voz alta”,…”5 Pero, una cosa es

la acción que realiza el profeta en medio del pueblo de Israel como el decir antes, el hablar

delante de y en lugar de Dios, y otra cosa es la persona y la personalidad del profeta.

1.2. El profeta

Según los escritos de la Sagrada Escritura y sobre todo en el Nuevo Testamento podemos

percatarnos del último profeta en los tiempos de Jesús de Nazaret: Juan el Bautista. Sus

acciones mediadas a través de palabras y gestos como el bautizar lograron que Jesús mismo

le reconociera como un superprofeta6 de Dios, es decir como el elegido para una misión:

exhortar a las personas de su tiempo a la penitencia. Pero, al mismo tiempo, “…Jesús nos

recuerda a los grandes profetas. Efectivamente, surge como un profeta (Mc 8, 28; Mt 21,

5 ABREGO DE LACY, J. M. Los libros proféticos. Vol. 4. Verbo Divino, Estella (Navarra), 1993, p. 26. 6 JEREMÍAS, J. Teología del Nuevo Testamento. Sígueme, Salamanca, 1974, p. 63.


7

11, 46). Sin embargo, no es como un profeta del Antiguo Testamento que requiere una

llamada divina y una legitimación por parte de Dios.”7 No. Desde niño va aprendiendo algo

determinante, sin lo cual Él no hubiera sido Jesús: “la relación con su Padre; es decir, un

hombre de oración y por tanto de discernimiento, que le permite ir encontrando la voluntad

de su Padre y descubriendo paulatinamente su ser hijo y su vocación.”8 Este ser hijo y su

vocación se ven reflejados en su modo de pensar, hablar, ver, sentir y actuar en medio de

una sociedad de seres humanos.

Lucas no tuvo la oportunidad de conocer personalmente a Jesús, sin embargo, le reconoce

como un profeta. Un profeta que anuncia a los demás un acontecer. “Jesús es el Profeta

encargado de revelar a Dios… El rostro de Dios que Jesús revela es ante todo el del cariño

del Padre a los hombres.”9 Jesús muestra el interés y el amor de Dios para con todos los

hombres y las mujeres de su entorno; y por consiguiente, tanto el interés como el amor que

provienen de Dios, son revelados por Jesús mismo. Aún más, Jesús es el Profeta de la

denuncia. “Sus ataques contra el sistema religioso que tiene como centro al templo suscitan

cada vez más la oposición de sus adversarios.”10 Dentro de ese sistema religioso se

encontraban los sacerdotes que, junto al sumo –sacerdote eran las principales autoridades y

responsables de poner en “práctica” la Ley y los actos cultuales entre los miembros de la

comunidad. Sin embargo, la vida religiosa no era el único problema que afectó la mirada de

Jesús, sino que desde “…el punto de vista económico, social y político, Galilea vivía bajo

la explotación de las clases gobernantes, que acumulaban tierras y ejercían una enorme

presión con sus impuestos.”11 Así, encontramos a un Jesús denunciando todo signo de

muerte, en favor de Dios y de los pobres. Finalmente, Jesús también es el Profeta del

proyecto. Ante los signos de muerte y de degradación humana a causa del pecado, “…surge

la persona de Jesús y toda su acción de hacer visible la misericordia de su Dios-Padre, a

7 BOFF, L. Jesucristo el Liberador, Ensayo de cristología crítica para nuestro tiempo. Ed. 6. Sal Terrae, Santander, p. 96. 8 GUTIÉRREZ, R. Cristología y Moral, El Seguimiento de Jesucristo como compromiso con la Justicia. Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Teología, Bogotá D. C., 2004, p. 87. 9 CHARPENTIER, E. Para leer El Nuevo Testamento. Ed. 6. Verbo Divino, Estella (Navarra), 1987, p. 88. 10 Ibíd., p. 116. 11 ARANGO, O. Jesús de Nazaret, La Victima‐inocente‐crucificada‐resucitada que revela a Dios‐Padre‐Misericordioso. Colección Apuntes de Teología, Bogotá, 2007, p. 63.


8

través de la proclamación del reino.”12 Se trata del reino de Dios, anunciado y expresado en

la manera de vivir y de obrar de Jesús: Él, desde el punto de vista de Marcos, “…demuestra

en actos, que el reino de Dios está ahí,…”13 como justicia divina para liberar de sus

sufrimientos o desgracias, al pecador, al pobre, al oprimido y a los que no tienen voz. Jesús

presenta el reino de Dios como un nuevo modo de vivir y de ser en medio de una

comunidad. Es el Profeta de la buena nueva, es el que invita a todo hombre a ser “perfecto

como el Padre.”14

Como última palabra, se ha hecho alusión a las funciones que determinan a un hombre

como Profeta. En otras palabras, Jesús como Profeta reveló no sólo la misericordia de Dios-

Padre a los hombres de su tiempo, sino que denunció acciones no auténticas cometidas por

algunas autoridades, responsables de velar por el bienestar de la comunidad, y, asimismo,

Jesús reveló el misterio de Dios: que todos los hombres, pecadores o no pecadores se

liberen y se salven de sus sufrimientos. Sin embargo, la personalidad de Jesús como

Profeta, reconocido por Lucas, nos incita a preguntarnos lo siguiente: ¿Qué es un profeta?

Profeta se corresponde normalmente con la palabra nabi. Palabra con carácter activo y

pasivo. Según Carrillo “…”nabi” en sentido activo significa: heraldo, mensajero, locutor, el

que anuncia; y en sentido pasivo: el llamado”.15 Por consiguiente, desde su carácter

etimológico, llamado o convocado al consejo de Dios,16 iniciativa de éste, se da desde

dentro de los que forman un pueblo. Por ejemplo, en el pueblo de Israel sucedía algo

extraordinario en cuanto a todo aquel que se consideraría como profeta. Tenía que ser

israelita para ser profeta. Desde el interior de la comunidad, el llamado no era iniciativa del

propio hombre, sino de Dios. De este modo se comprende que el Dios de la Biblia buscaba

su instrumento para encargarle una misión concreta desde el interior de una comunidad

concreta.

12 ARANGO, O. Jesús de Nazaret, La Victima‐inocente‐crucificada‐resucitada que revela a Dios‐Padre‐Misericordioso. Colección Apuntes de Teología, Bogotá, 2007, p. 176. 13 CHARPENTIER, E. Para leer El Nuevo Testamento. Ed. 6. Verbo Divino, Estella (Navarra), 1987, p. 64. 14 Ibíd., p. 76. 15 CARRILLO, S. Los profetas de Israel. Vol. 1. Centro carismático “Minuto de Dios”, Bogotá D.C., 1986, p. 11. 16 ABREGO DE LACY, J. M. Los libros proféticos. Op. cit., p. 27.


9

En este sentido, el profeta viene a ser un ser de autoridad divina. Es un ser común, un ser

mortal, frágil y cambiante e incluso un ser de costumbres que puede adaptarse a cualquier

espacio o circunstancias, pero es algo más. Es un hombre de Dios. Es aquel que se hace

responsable de lo que Dios le encomienda hacer y decir frente a una comunidad o pueblo

concreto y en un tiempo determinado, por el solo designio de Dios. Pero, el profeta siendo

un representante con autoridad divina, habla y obra (a tener en cuenta) no con autoridad

propia, sino en virtud de la autoridad de Dios.

Teniendo en cuenta lo antes afirmado sobre el profeta, se tornara más fiable con la visión

de Pongutá. Éste, los introduce por dos caminos o senderos que llevan a comprender sobre

en qué consiste el profeta. Para dicho teólogo, en primer lugar, el profeta “…es el hombre

de la Palabra.”17 No de una palabra cualquiera, sino de la Palabra de Dios, revelada al

profeta en la relación de éste con Dios, propiciada por Dios mismo. Posteriormente, Palabra

de Dios, trasmitida a la comunidad en palabra humana.

Pero para que este acontecimiento se lleve a cabo desde el profeta, tiene que haber existido

una iniciativa de Dios. Es decir, la acción ejecutada por el profeta en medio del pueblo de

Israel, es a partir de un llamado o de una convocación de parte de Dios para llevar a cabo

tal o tales misiones. Por otro lado, el actuar del profeta como responsable de la Palabra de

Dios o mejor dicho como hombre de la Palabra de Dios, se debe a un vínculo existente

entre Dios y el profeta. Esta relación de intimidad, de familiaridad crea o produce en el

profeta la necesidad, el impulso, el coraje de pronunciar las palabras o designios de Dios

para con su pueblo: un pueblo que alberga en su interior personas e instituciones de toda

índole. En conclusión, del “…vínculo con la Palabra de Yahvé, la que el profeta recibe y la

que él dice trasmitir de parte de Yahvé, depende toda la vida y la acción del profeta:…”18

que, por consiguiente, dicha palabra trasmitida por el profeta no es otra cosa que Dios

mismo comunicado al pueblo elegido.

17 PONGUTÁ, S. Por medio de los profetas. Op. cit., p. 147. 18 Ibíd., p. 147.


10

En segundo lugar, el profeta debe ser entendido como mediador. Ya en los pueblos antiguos

se divulgaba la idea de que los dioses podían acercarse a los hombres a través de la

comunicación. Pero esta comunicación era posible a través de unos hombres especiales.

Hombres capaces de interpretar las cosas del dios o de los dioses, y por tanto, lograban

establecer “…el puente entre el mundo divino y el humano.”19 A estos hombres se les

consideraba mediadores. Del mismo modo, en el mundo israelí se concibe la idea de

mediadores, verdaderos mediadores entre Dios y el pueblo. Estos mediadores eran los que

podían dar a conocer la voluntad de Dios, y que a ellos podían acudir los miembros del

pueblo, si de saber lo que Dios quería. En palabras de Sicre: si de conocer la voluntad de

Dios se trataba, solo era posible acudiendo “…al profeta.”20 Pero, no es el único teólogo

que llama mediador a un ángel del señor, al sacerdote o al profeta, por ejemplo. También

podemos encontrar esta misma manera de concebir al profeta en el pensar de Pongutá.

En el texto “Por medio de los profetas”, el “teólogo” menciona enfáticamente por dos

oportunidades el carácter mediador de profeta. Una: para referirse que el mediador por

excelencia es el Hijo de Dios: Jesucristo. Dos: para hacer énfasis en el profeta que habla

cara a cara con Dios: Moisés. Ahora bien, del pueblo de Israel Dios suscita un mediador, un

profeta. Moisés es el profeta elegido por Dios para una misión. El trasmite los designios de

Dios al Pueblo elegido. No titubea a pesar de su falta de expresión verbal. Es el profeta de

Dios a quien, el pueblo, debe escuchar. En esta acción el profeta es el intermediario entre

Dios y el pueblo elegido, en el cual, el profeta comunica lo que Dios quiere, al ser enviado

al pueblo mismo y a sus miembros. En palabras de Pongutá “…el profeta es entonces un

mediador de la locución de Dios. El, como Moisés, recibe la palabra, la humaniza y la

trasmite a Israel. Gracias a esta mediación, se elimina la distancia y se hace posible la

comunicación de Dios con su pueblo.”21 Este modo de comprender tiene su sustento desde

el Antiguo Testamento. Desde una comprensión del Nuevo Testamento: la comunicación

de Dios se ha dado desde siempre. Esta comunicación fue realizada a través de

19 SICRE DÍAZ, J. Profetismo en Israel, El profeta. Los profetas. El mensaje. Verbo Divino, Estella (Navarra), 1998, p. 67. 20 Ibíd., p. 68. 21 PONGUTÁ, S. Por medio de los profetas. Op. cit., p. 35.


11

mediaciones. Antiguamente por medio de los diferentes profetas bien sean mayores o

menores, escritores o no escritores, pero ahora esta mediación se torna plena en el Hijo de

Dios. En Jesucristo la comunicación de Dios se hace pleno y eficaz, en cuanto afecta la

realidad y en la medida que se opone al mal en el mundo. Por tanto, afirma Pongutá que

“…el profeta es un mediador de la palabra, pero no de cualquier palabra, sino de la Palabra

de Dios. (…) Desde luego, el mediador más adecuado para la comunicación de Dios no

podía ser sino su Hijo.”22 Jesucristo entonces es el mediador por antonomasia, superando

así, el carácter mediador, y conduciéndoles a la plenitud, a todas las anteriores mediaciones.

Una última palabra antes de pasar al segundo punto es válido tener en cuenta que el

mediador produce un gran acontecimiento entre Dios y el pueblo elegido, si de Israel se

trata. Es decir, el mediador posibilita la cercanía entre Dios y los hombres. Pongutá lo

afirma así: “Un profeta cubre en cierta manera la distancia entre Dios e Israel; él hace

posible la comunicación de Dios al hombre...”23 De alguna forma este acto que se da en el

profeta, debe ser concebido como el puente que une el mundo de Dios con el mundo del

hombre, porque en el fondo, el profeta al ser llamado, es para comunicar la palabra y dicha

palabra es recibida por él. En cuanto recibida, él queda revestido de la potestad pertinente

para comunicarla, pero, en esa función comunicativa, el profeta se convierte en puente

unificador entre Dios y el ser humano.

1.3. La mediación profética en el pueblo de Israel

Hablar de mediación profética no es lo mismo que hablar de mediador profético en el

pueblo de Israel. Son dos cosas diferentes, pero en el acto ambos se complementan. Ya se

ha desarrollado en líneas arriba sobre el mediador: el profeta. Ahora se va a introducir en el

campo de la mediación profética. Pero, ¿qué se debe entender por mediación profética en el

pueblo de Israel? Ante esta cuestión, se postulan algunas pistas que forman parte del cuadro

de la mediación profética. Estás pueden ser comprendidas como unas condiciones que



12

hacen parte de la misión del profeta. Estas condiciones pueden estar divididas en un

anuncio, en una denuncia y en un proyecto de vida completamente mirada hacia Dios.

Antes de desarrollar dichas condiciones que hacen ser a un profeta como el llamado y el

elegido para comunicar la Palabra de Dios al pueblo de Israel, responderemos a la cuestión

antes mencionada. Pues, se hará rastreo del autor Pongutá y el apoyo de otro, hasta lograr la

respuesta.

La mediación profética solo se comprende desde lo divino. Se ha mencionado en líneas

arriba que el llamado hecho al profeta, es realizado por la iniciativa de Dios. Dios es aquel

que da el primer paso para irrumpir de alguna manera en medio del pueblo, y comunicarse

así mismo, por medio de la palabra humana. El profeta, se dijo, recibe la palabra y la

humaniza, al recibirla, al acogerla en su vida queda revestido de la potestad de comunicarla.

Y en la medida que la palabra es hablada o comunicada, el profeta se torna en su

representante. Es una palabra que se pronuncia en un tiempo y en un espacio concreto, en

lugar y en nombre de Dios. Pero, todo ello es posible a través de su instrumento: el profeta,

hombre de la Palabra y mediador a la vez.

Ahora bien, hablar de mediador es resaltar a la persona del profeta y hablar de mediación

profética es exaltar la palabra en cuanto Palabra de Dios. Una palabra trasmitida en palabra

humana al pueblo y sobre todo a sus miembros. Palabra, como se viene insistiendo,

proclamada por el profeta suscitado de en medio del pueblo de Israel. Afirma Sicre:

“Suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú. Pondré mis palabras en su boca y les

dirá lo que yo le mande (Dt 18, 14-18).”24 Ante estas palabras existe en el fondo del tema

una exigencia por parte de Dios al pueblo elegido. No es simplemente suscitar un profeta de

en medio del pueblo de Israel, sino que el profeta tiene un deber, una responsabilidad ante

tal elección: decir lo que Dios manda. Pongutá, avanza un poco más allá de lo que Sicre nos

da a entender, en torno a la mediación profética.

24 SICRE DÍAZ, J. Profetismo en Israel, El profeta. Los profetas. El mensaje. Op. cit., p. 77.


13

Aplicándose al texto del Deuteronomio 18, 9-22, el deuteronomista nos descubre la función

profética, del origen e identidad del profeta, de sus relaciones y compromisos tanto con

Dios, consigo mismo y con el pueblo, por el cual, ha sido suscitado, elegido, atrapado y

enviado a trasmitir su Palabra, pero sobre todo esperando una respuesta del pueblo mismo a

dicha palabra comunicada. Se nos presenta, recurriendo al Deuteronomio antes

mencionado, la mediación profética de este modo:

“Dios mismo elegirá al profeta, comunicará a éste sus palabras (cf. Pondré mis palabras en su boca),

y el profeta trasmitirá a Israel lo que Dios desea decir. En realidad, la solución que da Yahvé no es

solamente la de determinar a quién debe escuchar Israel, sino también la de brindar el contenido de

lo que Israel debe escuchar: lo que a Israel debe importar es recibir la Palabra de Yahvé.”25

Por otro lado, se vuelve a recordar que la mediación profética en el pueblo de Israel no es el

solo hecho de interesarnos en torno a “…lo que Dios dijo, sino lo que él dice hoy a su

pueblo y en él a la humanidad entera.”26 Israel es una señal de la acción salvadora de Dios

por medio del profeta, pero en el fondo esa señal debe entenderse y tornarse en el pensar de

todos que es universal. La mediación profética es una parte de la Palabra de Dios dicha o

expresada por la persona del profeta a un pueblo determinado: Israel; y por otra parte, la

mediación en cuanto Palabra divina debe suscitar en la persona que escucha un cambio

radical de vida. Pero antes, debe ser expresada por el profeta y posterior a ello, recibida por

el oyente, porque lo que a Israel debe importar es recibir la Palabra de Yahvé en sus

corazones. En conclusión, la mediación profética es la Palabra de Yahvé, en la cual, se

manifiesta su verdadero carácter. Este carácter puede expresarse en el profeta como un

anuncio, una denuncia y un proyecto en Dios como fuente de vida.

1.3.1. El anuncio

Esta afirmación expuesta en las siguientes líneas es de mucha importancia para comprender

los tres términos que se desarrollarán a continuación: el anuncio, la denuncia y el proyecto:

25 PONGUTÁ, S. Por medio de los profetas. Op. cit., p. 34. 26 Ibíd., p. i.


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“…el profeta es un hombre que tiene una experiencia inmediata de Dios, que ha recibido la

revelación de su santidad y de sus deseos, que juzga el presente y ve el futuro a la luz de Dios y que

es enviado por Dios para recordar a los hombres sus exigencias y llevarlos por la senda de la

obediencia y de su amor.”27

Moisés es el profeta de los profetas de Israel. El tuvo una experiencia inmediata y más aún,

una directa con Dios. Esta experiencia se dio en el desierto del país de Madián mientras

cuidaba el rebaño de su suegro Jetró. Dios escogió y le eligió como profeta desde el pueblo

de Israel: de entre sus hermanos elegiré un profeta, al cual, deben escuchar lo que le mando

a decir.

Ahora bien, Moisés no es el hombre de la denuncia como lo fue el profeta Amós. Él es un

mediador entre Dios y el pueblo de Israel. Él, debe anunciar el querer de Dios tanto al

pueblo elegido como al pueblo egipcio quien, tiene a los israelitas sometidos en esclavitud.

Pues, “…los hijos de Israel prosperaron y se multiplicaron, pero también despertaron

envidias y, a medida que los faraones se iban sucediendo, terminaron por perder la

privilegiada posición de que gozaban.”28 Esta pérdida de credibilidad por parte de los

israelitas entre los habitantes del pueblo egipcio, los condujo a la opresión, al maltrato y a

la desigualdad entre los egipcios y los israelitas. Ya no podían más con el poder opresor

que, en su estado de sufrimiento clamaron a Dios. Su clamor fue tan grande y sincero que

Dios se manifestó. Su manifestación, es decir, el dejarse ver, no fue sino a través de un

hombre. Por medio de Moisés, Dios los liberó de la opresión y los condujo a un lugar de

prosperidad y felicidad.

“El ángel le comunicó que él era el elegido para liberar a los hijos de Israel y conducirlos a

una tierra donde manaba la leche y la miel.”29 Esto nos hace postular que las cosas entre el

pueblo de Israel y el pueblo egipcio no se mantenían en buenas relaciones. De este modo,

Dios por medio de su mensajero, también considerado mediador entre el mundo divino y el

27 CARRILLO, S. Los Profetas de Israel. Op. cit., p. 13. 28 CALVOCORESSI, P. La Biblia, diccionario de personajes. Alianza, Madrid, 2001, p. 185. 29 Ibíd., p. 186.


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mundo humano, se dejó ver no solo a Moisés, su elegido, en sí, su profeta, sino también a

los hombres de su tiempo. Ya un hombre con autoridad divina, un hombre llamado por

Dios para hablar en su nombre y comunicar su voluntad. Moisés se acerca tanto a los

ancianos del pueblo de Israel como a las autoridades faraónicas para comunicarles los

deseos de Dios y a Dios mismo.

En el desierto, Moisés escucha por vez primera la voz de Dios. Después de esa experiencia

inmediata con él, Moisés es elegido como profeta. “Moisés no era aún profeta, no había

oído aún la voz de Dios.”30 Una voz que arroparía por siempre la vida de Moisés. En esa

experiencia de encuentro entre Dios y el pastor, Dios se da a conocer. ¿De qué modo? De la

manera más sencilla, pero llena de fuerza y de poder: “…soy el Dios de tu padre, el Dios de

Abraham, de Isaac y de Jacob.”31 Estas palabras llenas del espíritu de Dios, son las que

Moisés anunciará a los ancianos del pueblo de Israel y a los egipcios. En este sentido

podemos postular que Moisés no es en sí un profeta de la denuncia al estilo del profeta

Amós, sino un profeta del anuncio. Moisés anuncia a Dios mismo, de la misma forma como

Él, se presentó.

Ahora bien, Moisés puede ser concebido como hombre de acción y de liberación.

Afirmación de la cual no hay duda. Sin embargo, Moisés es en primer lugar el hombre que

una vez escuchado la voz de Dios se torna en profeta y por tanto, en el anunciador de la

Palabra de Dios. Esta palabra la recibe, la humaniza y la trasmite. Es el profeta suscitado de

“…en medio del pueblo escogido para que él les diga todo lo que yo le mande: Dt 18, 15-

18.”32 Son las palabras de Dios mencionadas al pueblo elegido. Moisés consagrado profeta

por Dios mismo, se entera del dueño de la voz. Dios se presenta así mismo ante Moisés y

por tanto se revela como tal: “Yo soy el Dios…” y continúa haciendo referencia el quién es.

Pongutá resalta una cosa importante ante este hecho. Lo significante es “…la designación

de Dios con el nombre de Yahvé; pero quizá lo más importante es la identificación del Dios

30 FLEG, E. Moisés contado por los sabios. Ega, Bilbao, 1992, p. 36. 31 Ibíd., p. 37. 32 CARRILLO, S. Los profetas de Israel. Op. cit., p. 20.


16

de Abraham, del Dios de Isaac y del Dios de Jacob con Yahvé.”33 Ahora bien, en varios

momentos estamos insistiendo en este hecho. No es un hecho cualquiera, es un encuentro

entre Dios y Moisés. Más aún, allí se da lo maravilloso sobre Moisés: el ser profeta; pero al

mismo tiempo, Dios se da a conocer, en primer lugar a Moisés y por consiguiente al pueblo

israelita. Es la novedad más grande del profeta: revelar a través de la palabra humana a

Dios mismo. Un Dios que actúo, actúa y que actuará siempre a favor de su pueblo elegido.

Esta es la función o la condición del mediador: anunciar al pueblo quien es Dios. Y como

conclusión, tomamos el siguiente pasaje bíblico: Ex 3, 13-15.

“Si voy a los israelitas y les digo: ´El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros’; y ellos me

preguntan: ‘¿Cuál es su nombre?’, ¿qué les responderé?” Dijo Dios a Moisés: “Yo soy el que Soy.”

Y añadió: “Así dirás a los israelitas: ´Yo soy’ me ha enviado a vosotros.” Siguió Dios diciendo a

Moisés: “Así dirás a los israelitas: Yahvé, el Dios de vuestros padres, el Dios de Abraham, el Dios de

Isaac y el Dios de Jacob, me ha enviado a vosotros. Éste es mi nombre para siempre, por él seré

recordado generación tras generación.”34

Lo rescatable de estos versículos está en la preposición “dirás”. Una misión de anunciar a

Dios mismo a través de la persona del profeta. Por consiguiente, su misión está en liberar al

pueblo israelita de las “garras” del faraón y de sus emisarios. Acción realizada por Moisés

como el efecto de la Palabra de Dios. Este efecto causado por la Palabra divina, de esa

relación entre el profeta y Dios. Se origina desde un contexto específico y ante las

controversias negativas de parte de unos poderosos contra los más débiles. Si en Moisés

encontramos al profeta del anuncio, en Amós encontramos al profeta de la denuncia.

1.3.2. La denuncia

Según Calvocoressi postula la semejanza existente entre los profetas:

33 PONGUTÁ, S. Por medio de los profetas. Op. cit., p. 154. 34 Cfr. Nueva Biblia de Jerusalén, revisada y aumentada. Descleé De Brouwer, Bilbao, 1998, p. 75‐76.


17

“Un rasgo común a todos ellos era la insistencia en proclamar que la sociedad a la que pertenecían y

a la que dirigían su mensaje estaba corrompida. Eran implacables en sus denuncias que alcanzaban a

poderosos y a humildes. No tenían ni la más mínima duda de que esa corrupción que veían acampar

por todas partes era el resultado de haber abandonado a Dios…”35

Dios mismo había anunciado su nombre a los israelitas por medio de su profeta Moisés. Y

les había exhortado a que su nombre sería recordado generación tras generación, pero

parece que ese modo de proceder había sucumbido a causa de las malas acciones del pueblo

que, Amós, muchos años después del “gran profeta”, denuncia tajantemente. Este es una

muestra de lo que a Amós le tocará vivir en un tiempo y espacio determinados.

En los tiempos del profeta Moisés, la sociedad egipcia tenía el poder sobre el pueblo de

Israel. De ese actuar aterrador de parte del faraón y de sus delegados que para los israelitas

era lo más degradante que los estaba aconteciendo, el pueblo elegido sale “victorioso” por

la intervención e iniciativa de Yahvé y por medio de su mensajero, guía, profeta Moisés.

Ahora nos encontramos con otro tiempo, otro espacio y otra generación, pero el pueblo

elegido desde siempre sigue siendo el mismo, pero con su propia manera de pensar, de

hablar, actuar, sentir y de ver la realidad. Es el periodo del rey Jeroboam II donde se vive

de lo mejor por una parte de la sociedad y de lo peor por otra parte de la sociedad. Es decir,

el contraste es claro en la sociedad israelí que, Amós verá con sus propios ojos y de hecho

denunciará.

El profeta Amós es descubierto a partir de sus oráculos como el hombre de la justicia.

“Entre los que conocen a Amós, la imagen más común del mismo es la del profeta de la

justicia, del defensor de los pobres y oprimidos.”36 Por otro lado, es clave mencionar que el

profeta Amós actúa y se descubre como profeta desde su vida cotidiana. Amós no

solamente es un hombre de la sociedad israelí que está vinculado con el espacio rural, sino

que desde ese espacio, él, va tomando conciencia de las cosas no buenas que están

acampando en la vida de los hombres de su generación.

35 CALVOCORESSI, P. La Biblia, diccionario de personajes. Op. cit., p. 221. 36 ASURMENDI, J. Amós y Oseas. Verbo Divino, Estella Navarra, 1988, p. 9.


18

Por otro lado, el profeta Amós es un hombre que mantiene una firme mirada sobre la

realidad que la rodea. “Penetrante observador de los hombres y de la naturaleza, Amós no

era ningún patán, sino una persona bien informada que rebosaba de indignación, pasión y

severidad.”37 Tan grande era la amargura de este hombre “…llamado de forma irresistible a

ponerse en cuerpo y alma al servicio de la palabra de su Señor (Am 3, 3-8)…”38, que no

dudó en denunciar las acciones negativas e injustas manifestadas en la sociedad.

Ahora bien, si Amós ha actuado a través de visiones entre ellas: “langosta, fuego, plomada,

un cesto lleno de higos maduros”39; y por consiguiente, dichas visiones conducen a un

malestar dentro de la sociedad de Israel, que comunican un sentido, un hecho por realizarse

en el presente o en el futuro no es tema para este trabajo. Eso postulamos, debido a que

Pongutá habla sobre las visiones de algunos profetas, y que a partir de ellas, el profeta

actuaba. Con lo que si comulgamos de lo que afirma Pongutá es que tales visiones, por el

cual, el profeta es inducido a denunciar, provienen de parte de Dios.40

Por otro lado, el profeta Amós considerado como el hombre de la justicia está muy cerca de

los problemas que acontecen dentro de la sociedad productores de malestares e

incoherencias existenciales entre los miembros de la sociedad. Frente a ello, el profeta no

espera que las cosas se tornen más turbias, más crueles que se podrían lamentar con el

tiempo. El profeta Amós se pone en marcha en contra de todas aquellas injusticias que

acampan poco a poco y que penetran en la vida del hombre. Como se dijo líneas arriba, el

profeta Amós tiene una gran responsabilidad para con su pueblo de parte e iniciativa de

Dios: el de “…denunciar los males del presente.”41 Males que mencionaremos en las

siguientes líneas. Esta acción del profeta y por iniciativa de Dios se ve envuelto hacia el

37 CALVOCOROSSI, P. La Biblia, diccionario de personajes. Op. cit., p. 47. 38 ASURMENDI, J. Amós y Oseas. Op. cit., p. 11. 39 PONGUTÁ, S. Por medio de los profetas. Op. cit., p. 210. 40 Ibíd., p. 210. 41 CALVOCORESSI, P. La Biblia, diccionario de personajes. Op. cit., p. 219.


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año 750 a. C. donde el profeta cumple un papel muy importante en la vida pública de la

sociedad israelí.42

El profeta denuncia el proceder del pueblo. Su mensaje no sólo está dirigido al pueblo de

Israel, sino también a los pueblos vecinos con los cuales entabla relaciones. Pero, es más

severo con el pueblo de Israel, porque “…experimenta horror por el lujo de las grandes

ciudades,…”43 en sí, su mensaje de denuncia está enmarcado dentro del plano político,

social, económico y por supuesto, religioso. Él, como profeta de Dios, y hombre celoso por

el Señor se da cuenta de la causa del problema que acaece al elegido pueblo de Israel. Ya

Dios le había comunicado al pueblo a través de Moisés de lo que es él, de lo que es capaz

de realizar, de lo imposible que pueda ser para el hombre mortal, del hombre limitado, él lo

realizaría. Más aún, Dios mismo dijo que le recordaran para siempre con el “yo soy el que

soy, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y de Jacob.” Las generaciones futuras así lo

verán y lo proclamaran sin medida alguna. Sin embargo, Amós nos muestra que las cosas y

el modo de ver a Dios ha perdido sentido y, en consecuencia, “…los israelitas habían caído

en pecado, abandonando el monoteísmo que exigía su Dios.”44 Esta parece ser causa de

todas las injusticias que Amós estaba presenciando, bien directamente o por medio de

visiones propiciadas por su Señor. Frente a ello, el profeta Amós arremete con todo y no se

retracta, al contrario, habla en nombre de Dios que en el fondo, proclama como una posible

señal de conversión, que Dios es el único Señor, al cual lo deben todo y cuanto haya hecho

por el bien del pueblo elegido se lo deben a él, pero el pueblo ha abandonado a su Dios.

Ahora bien, el profeta Amós, fue uno de esos tantos que denunció, por una parte, lo

religioso y por otra parte, lo social, lo político e incluso lo económico de un modo fuerte y

veraz. Los desvanes de la vida, ejercida por algunos poderosos contra los más débiles le

condujeron al profeta Amós a no callar más. En este sentido, si “…el profeta profetiza, es

que ha hablado Yahvé y si Dios habla, el profeta no tiene más remedio que profetizar…”45

42 CALVOCORESSI, P. La Biblia, diccionario de personajes. Op. cit., p. 47. 43 CARRILLO, S. Los profetas de Israel. Op. cit., p. 69. 44 CALVOCORESSI, P. La Biblia, diccionario de personajes. Op. cit., p. 219. 45 CARRILLO, S. Los profetas de Israel. Op. cit., p. 74.


20

es una de las tareas más duras, pero fructíferas con el tiempo, ya que su prosperidad en un

futuro no muy lejano, depende del actuar del profeta desde el presente y desde un contexto.

Su mensaje de denuncia por medio de los oráculos como se nos menciona Sicre estaba

“…dirigido a una clase específica de personas en un momento y lugar específicos: a los

seguros, poderosos, bien alimentados, los que detentan poderes y privilegios. Estos

oráculos sólo tienen un mensaje básico: los poderosos han oprimido a los débiles, la clase

dirigente a los pobres.”46 Los actos llevados a cabo por el profeta de Dios en bien de una

sociedad igualitaria, no es algo nuevo: Moisés, por ejemplo, tuvo que luchar contra las

actitudes que manifestaban el faraón y sus emisarios contra el pueblo de Israel. Ahora le

toca al profeta Amós que, en medio de tanta deshumanización, él manifestó su desacuerdo

contra las acciones ejercidas por algunos miembros de la sociedad de una época

determinada. Este profeta al ver la aflicción de muchos hombres, sobre todo de muchos

pobres al margen de los más poderosos que poco o nada hacen para aliviar el sufrimiento de

los más necesitados de un tiempo y espacio determinados, no ha hecho otra cosa que buscar

la manera de concientizar aquellas acciones deshumanizantes: a través de oráculos.

Este modo de actuar frente al poder dominante de unos cuantos, le ha costado, rechazo e

insulto de algunos de sus coetáneos. Entre ellos, por ejemplo, Amasías quien, a la vez, le

reconoce como “…vidente (…) y le sugiere que vaya a profetizar (…) a Judá.”47 Pues,

Amós siendo oriundo del pueblo de Técoa –Judá, se había encaminado por la mano de Dios

a profetizar en Samaria capital del reino del Norte, para entonces siglo VIII a.C., en

tiempos del rey Jeroboam II.

Para dar por finalizado con el profeta Amós, el profeta de la justicia y por consiguiente, el

profeta de la denuncia, daremos a conocer algunos puntos por el cual, el profeta no duda en

denunciar.

46 SICRE DÍAZ, J. Profetismo en Israel, El profeta. Los profetas. El mensaje. Op. cit., p. 205. 47 PONGUTÁ, S. Por medio de los profetas. Op. cit., p. 172.


21

Se ha hecho alusión al problema de la desigualdad. Una realidad vigente a los ojos del

profeta: poderosos y ricos que se jactan de sus deseos personales y marginando con sus

acciones a los más débiles de la sociedad. Amós se percata de la corrupción que se da en

algunos espacios como por ejemplo de los tribunales. Más aún, sus denuncias están

dirigidas hacia diferentes personas y escenarios, por ejemplo:

A “…los comerciantes (8, 4-8), los jueces (5,7. 10-12; 6,12), los responsables políticos y

militares y, a su cabeza, el rey (6, 1-3,13-14; 7,9), a las damas ricas (4, 1-3), el sacerdote de

Betel (7, 10-17). La raíz de las críticas del profeta es siempre la misma que la de 2, 6-16: se

portan con sus hermanos como explotadores, los consideran como objetos de sus deseos,

olvidándose de que el fundamento y la razón de su existencia se encuentran en el Dios de Israel,

que exige que se siga el mismo comportamiento. El orgullo de los militares y de los jefes del

pueblo (6, 1-3. 13-14) los conduce a la autosuficiencia. Separados de la base de su existencia, el

Dios de Israel, oprimen a sus hermanos:…”48

Esta es una dura realidad a la cual, el profeta Amós se dirige: un pueblo que se ha desligado

del verdadero fundamento de la vida, de la fuente de la vida de la cual, proviene todo: la

vida, la muerte como realidad, la esperanza, el gozo, la felicidad, la justicia divina, y por

consiguiente, la unidad, no solamente del hombre con Dios, sino también del hombre con el

hombre y con la totalidad de las cosas: el cosmos.

Por otra parte, el profeta Amós no solo denuncia las categorías personales de la población,

sino que recae sobre algo más particular. Amós mira que la acción cultual que llevan a cabo

los miembros de la sociedad es incoherente entre el hacer y el vivir. Esta también es vista

como una de las causantes del desequilibrio social, político, económico y religioso. Pues,

“…el culto se celebra con esplendor, pero el espíritu religioso estaba dondequiera en

decadencia…”49 que conducía a vivir de una manera incoherente, algo no deseada por

Dios.

48 ASURMENDI, J. Amós y Oseas. Op. cit., p. 15. 49 CARRILLO, S. Los profetas de Israel. Op. cit., p. 70.


22

A modo de conclusión, la sociedad y la época en el cual, el profeta Amós denuncia el

proceder de sus pobladores, era un tiempo de esplendor para el pueblo de Israel. Era una

civilización brillante, esplendorosa, lleno de riquezas, pero efímera, temporal, “…minada

interiormente por corrupción, injusticias, facciones, descontento popular, y amenazada al

exterior por las rivalidades de las grande potencias.”50 Estas y otras acciones negativas y

destructivas realizadas por algunos hombres, aún están presentes en nuestros días. Son

“pandemias” que no pasan de moda, las cuales, requieren ser reveladas con el fin de buscar

la manera de eliminarlas, si es posible, a través del portavoz de Dios, de la trompeta divina

o de una voz cantante. Una voz cantante que sea signo de esperanza ante las controversias

que se dan en el interior de una sociedad. Dicha voz cantante y divina a la vez lo

encontramos en la persona del profeta Jeremías.

1.3.3. El proyecto

El proyecto debe ser entendido como pretexto o intensión hacia el bien común. Un pretexto

que favorezca a todos los miembros de la comunidad. Dicho de otro modo, el proyecto

consiste en buscar creativamente una salida o un éxodo al problema que se gesta en la

comunidad. Es como observar las tendencias no auténticas de las auténticas para llevarlas a

un plano de discernimiento con la intención de lograr que aquellas tendencias no auténticas

se tornen en auténticas: es construir un mundo mejor para toda la humanidad.

Ahora bien, son muchos los profetas que dieron su vida por la causa divina. Todo acto tiene

una causa y esa causa produce un efecto. Nada surge de la nada. Todo proviene de y para

algo, con el fin de transformarlo. Pero, la historia nos ha dado a conocer nombres de

hombres que han tratado con actos inescrupulosos a sus semejantes. Han hecho de la

humanidad una cacería, un espacio de muerte. Pero, no todo es negativo, ya que frente a ese

acto, algunos profetas han sido capaces de realizar acciones edificantes, bien con palabras o

con gestos, por lograr la igualdad y la equidad entre los hombres. Uno de ellos es el profeta

Jeremías.

50 CARRILLO, S. Los profetas de Israel. Op. cit., p. 70.


23

De entrada, se concentra la mirada en la vocación de Jeremías. El profeta Jeremías es uno

de los profetas que describe su pre-existencia entre los hombres. Es decir, antes que nazca

del vientre de una mujer, ya era conocido por Dios. Jeremías parece consciente que toda su

vida, depende de Dios y de nadie más. Sin embargo, cuando es llamado por Dios, cuando

llegó el momento de actuar en nombre de Dios, Jeremías es aún, un joven que ve su

realidad, pero aún no la comprende. Esta comprensión solamente se inicia cuando Dios

mismo toma la iniciativa primera de revelarle la verdadera realidad. Una realidad para la

cual, está ya predestinado. ¿Predestinado? Este término no puede ser entendido desde el

pensamiento de los griegos que, afirmaban que todos los hombres ya nacen para vivir de

una forma determinada. Es todo lo contrario, predestinado a nuestro parecer es un nacer y

hacerse para una acción constructiva en medio de una sociedad de hombres, mayor cuando

la sociedad está en caos político, social, económico y religioso. Allí es cuando la palabra de

Dios se convierte en mediación profética: anuncia, denuncia y proyecta completamente

hacia Dios mismo. Pero sólo es posible a través de su mediador.

Jeremías es interpelado de alguna manera a su temprana edad por Dios, quien a la vez le

ordena, le constituye para una misión concreta tal como lo hizo con el profeta de los

profetas y con Amós. Una interpelación proclamada y narrada por él mismo: “Aconteció a

mí la palabra de Yahvé diciendo: antes de formarte yo en vientre te conocí; y antes que

salieras del seno materno, te consagré; profeta para los gentiles yo te constituí.”51 Pero lo

que se resalta ante estas frases, es, el te conocí, te consagré, te constituí. Ante el primer

término, es dable postular que se refiere a una elección anticipada por Dios y a tomar

conciencia de la procedencia. Ante el segundo término, es sobre todo la santificación del

profeta por parte de Dios y que de antemano ya participa de la gloria de Dios. Finalmente el

tercero, constituir remite a una finalidad, es decir, Dios es quien produce la finalidad en su

elegido, el para qué y el por qué de nacer del vientre de una mujer en medio de una

sociedad que a veces se deja atrapar por los signos de injusticia. Yahvé da, “…ofrece,

establece, dedica, destina, a Jeremías.”52 Dicho de otro modo, Jeremías ya tiene una misión,



24

por el cual, da la vida y proclama los designios o el querer de Dios al pueblo, a la

comunidad que le acoge, y del cual, es suscitado.

Jeremías no sólo es el profeta que tiene un propósito para con el pueblo, sino que este

propósito es precedido por una denuncia. Sus denuncias están vistas como el final de la

comunidad. Frente a ese modo de concebir la sociedad, Jeremías se convierte en el profeta

de la esperanza o profeta de la “nueva alianza”. Pero, surge la siguiente cuestión: ¿qué le

configura a Jeremías como profeta de la nueva alianza? Esta respuesta la vamos a tener que

resolver con la ayuda de los expertos en el tema de profeta y profetas de Israel.

Jeremías como todo profeta actúa en tiempos de grandes cambios. Suelen ser de carácter

político, económico, social y religioso. En ese ambiente que, al mismo tiempo se presta

para anunciar, denunciar y proponer la Palabra de Dios, un profeta es aceptado o rechazado.

Ahora bien, si de considerar a Jeremías como profeta de la nueva alianza, es bueno

entonces, penetrar en su prédica y su mensaje con el fin de encontrar el sentido de su obrar.

a) Predicación y mensaje de Jeremías53

El mediador del nordeste de Jerusalén se manifiesta con una luz de esperanza para los

habitantes del pueblo de Judá y para los países vecinos. En medio de tanto dolor e injusticia

de parte de las autoridades sobre los más débiles de una sociedad, el mediador no hace otra

cosa que llamar a través del mensaje divino a un cambio de corazón. “En efecto, el mensaje

de Jeremías se pronuncia en una época en que el pueblo de Judá tiene que hacer frente a

una situación política difícil en la que intervienen los egipcios, los asirios, los babilonios,

los moabitas,…”54 y los países vecinos con los cuales, limita el pueblo de Judá. Por lo

tanto, el mensaje del mediador ante las circunstancias difíciles que viven los habitantes del

pueblo, es de conversión.

53 ABREGO DE LACY, J.M. Los libros proféticos. Op. cit., p. 166. 54 BRIEND, J. El libro de Jeremías. Verbo Divino, Estella Navarra, 2000, p. 22.


25

En otras palabras, el mensaje que el mediador predica está cargado de contenido divino, ya

que la palabra predicada, es una palabra proveniente de Dios. Es Dios que se deja escuchar

por Jeremías. Dios dirige su mirada al pueblo y de antemano sabe lo que el pueblo necesita.

Si es un pueblo que por diferentes razones de la vida se ha separado de Él, éste, actúa sin

medida al llamar o al elegir a un hombre del mismo pueblo al cual, dirigirá su mensaje.

Como se dijo antes, un mensaje divino que es predicado por el mediador, y que “…debe ser

escuchado en tiempos difíciles.” En tiempos de crisis personales o comunitarios.

Por otro lado, el mediador Jeremías no se excluye de los problemas llámese pecado que

comenten los miembros de la sociedad, bien internamente como externamente, porque, la

prédica de Jeremías estaba destinada tanto a las naciones extranjeras como a los reinos

vecinos en función de un cambio de vida. Pero, ¿Cuál o cuáles son los problemas que el

mediador observa y que acosan a los miembros de la comunidad que al mismo tiempo, no

los deja avanzar hacia un cambio de corazón?

El problema de fondo que afecta al hombre del tiempo de Jeremías es el pesimismo; en

otros términos, un hombre sin esperanzas, sin ilusiones o desmoralizado que le conduce a la

disgregación, es decir, a la división o la desintegración de la comunidad, de la persona en

relación con los demás. Este pesimismo puede manifestarse en “la obstinación del corazón

(…); la rapiña de la que todos están ansiosos, “desde el más pequeño hasta el más grande”

(…), la mentira y la calumnia (…), la injusticia con el prójimo (…);…”55 Estas son las

tendencias no auténticas que conllevan a la desestabilidad política, económica, religiosa y

social en un pueblo, las cuales son denunciadas por el mediador con el fin de invitarles a la

conversión.

Uno de los errores que arropa a pueblos, naciones y que posee un sentido de universalidad,

es el olvido. Olvidarse es negar el pasado, y por consiguiente, negar a los ancestros, y sobre

todo, negar al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob que un día suscitó a Moisés de en

55 BRIEND, J. El libro de Jeremías. Op. cit., p. 27.


26

medio del pueblo elegido como su mediador, como su mensajero y como el emisor de su

palabra. El olvido de Dios es causa de los problemas, ya que el hombre no camina en los

senderos de Dios, sino que se aparta y se aleja de la presencia de Dios mismo. El pueblo se

olvida de Dios, “…pero Jeremías recuerda de muchas maneras a ese Dios que ocupa el

centro de su vida. Dios es la fuente de agua viva (2, 13; 17, 13), el padre del pueblo (3,

4.19), el misericordioso (3, 12), el rey de Sión (8, 19), la salvación de Israel (3, 23), su

esperanza (14, 8).”56

b) Una alianza nueva

Esta alianza nueva consiste en el cambio de vida, en un cambio de corazón de parte de los

hombres del pueblo. No se descuida, ni se niega la Ley escrita en tablas, sino que dicha ley

escrita sobre una materia inerte y sólida, estaría escrita sobre una materia viva, es decir,

“…en los corazones…”57 de los hombres.

Esta manera de profetizar llena de gozo y de felicidad a los oyentes del pueblo, a la cual,

Jeremías emite su mensaje de Dios. En sí, el pueblo de Judá volverá a ser un nuevo pueblo,

un pueblo restaurado, no por iniciativas meramente humanas y categoriales, será una

restauración de la sociedad, la vida, las relaciones interpersonales, se logrará el cambio

suscitado desde el interior del hombre, desde su corazón, pero todo ello por iniciativa de

Dios. Dios es aquel que está acompañando a su pueblo, porque fue elegido por él. Y, esta

convicción lo tiene claro el mediador Jeremías al momento de denunciar el pesimismo del

hombre que, no hace otra cosa, que olvidarse de Dios. Un Dios recordado por Jeremías al

pueblo de Israel, en su conjunto, con el fin de invitarles a la conversión, pero una

conversión de corazón.

56 BRIEND, J. El libro de Jeremías. Op. cit., p. 28 57 FLORS, Juan, ed. Los profetas de la biblia y Cristo, (1) En: cuadernos Bíblicos. Flors, Barcelona, 1962, p. 39.


27

CAPÍTULO II

La mediación profética expresada en la pintura

Cada ser humano revela a Dios con su proceder, es decir, aquel ser expresa a la divinidad

con su manera de vivir. El profeta, por ejemplo, manifestó a Dios a los miembros de una

comunidad a través de su Palabra dada, acogida y humanizada por el mediador. Palabra

llena de contenido divino -salvífico con un propósito importante: transformar los corazones

de todos aquellos que la escucharan y la acogieran. Del mismo modo, el pintor pone de

manifiesto a Dios o al Trascendente con su modo de proceder: por medio del dibujo, del

grabado o de la pintura que, al ser expuesta a los demás puede revelar un anuncio, una

denuncia o un proyecto de vida.

2.1. El cómo anuncia la pintura

Según Pabón afirma que:

“El Dios de Van Gogh es un Dios que se expresa en todo y en todos; se trata de un Dios

fuerza cósmica que está presente en todos los seres del mundo.”58

La pintura anuncia siendo ella misma y en sí misma, es decir, es un medio con vida propia

que expresa vida. De hecho, la pintura está en la vida misma del ejecutor en relación con su

entorno, si de comunicar algo se trata. Por ejemplo, Vincent Van Gogh a lo largo de su

vida, plasmó en sus telas, diferentes escenas como producto de su interés por el otro. Ahora

bien, ¿Para qué hacía todo esto? ¿Qué quería lograr con todo esto? ¿Quería, a través de su

pintura, inmortalizarse y recibir algún reconocimiento, algún premio por su arte o una

recompensa de sus contemporáneos o de parte de su hermano Theo? Ninguno de estos

interrogantes se puede responder con un sí, porque, Van Gogh, no esperaba nada a cambio,

58 PABÓN, C. El Dios de Van Gogh. En: Revista Javeriana, no. 698 (sep.‐ 2003), p. 66.


28

no esperaba recompensa, ni siquiera reconocimiento. Pues, lo único que él deseaba a través

de esas imágenes era comunicarse con el otro; por consiguiente, mostrar que en su pintura

estaba presente una energía universal de carácter cósmico. Dicha energía, siendo Dios o el

Trascendente mismo, saliendo de sí mismo, anunciándose en medio de los seres humanos y

a la creación en su totalidad.

a) ¿Van Gogh el incapaz?

Por otro lado, Vincent Van Gogh, holandés de nacimiento, fue considerado, en principio,

como un fracasado, un don nadie. Incluso él mismo, se flagelaba por sus desgracias

acaecidas en su intento de hacer algo, no por su vida, sino por los demás. Incluso, en

cuestiones de dibujo como estudiante, fue marcado como un estudiante incapaz, en

consecuencia, un elemento negativo. Sin embargo, la “…incapacidad de Vincent para el

aprendizaje contribuyó en gran medida a la originalidad que le iba a capacitar en sus años

de maestro para realizar creaciones únicas.”59

Van Gogh pintó cuadros donde prevalece y acontece el misterio de la vida. Sus pinturas

poseen colores específicos: azules, rojos, ocres y sobre todo en el gran espacio predomina

el color amarillo. Estos colores dan vida a la vida. Manifiestan la presencia actuante de

Dios en medio de la humanidad como si, a través de esos colores invitara al otro a

encontrarse consigo mismo y por consiguiente, con Dios que no es otro que la fuerza

cósmica que traspasa los límites de la finitud.

Además, Van Gogh no solamente mostró la presencia actuante del Trascendente en sus

pinturas por medio de las imágenes y los colores, sino, que dentro de ellas, y por medio de

ellas, acontecía algo inexplicable a los ojos del espectador, es decir, Van Gogh como

“…pintor y ser humano reflejó en sus cuadros plenitud y soledad, anhelo y desesperación,

amor y desasosiego, dedicación y escapismo, armonía e inquietud, proximidad y lejanía,

59 FRANK, H. Van Gogh. Salvat, Barcelona, 1985, p. 59.


29

perpetuidad y transitoriedad.”60 Estas emociones propias de un ser humano que ama no

huye de la realidad: no se hace de los oídos sordos, ni de los ojos ciegos ante la realidad,

una realidad donde acontece Dios, en otros términos, en su creación y dentro de ella. En sí,

sus cuadros expresan un espíritu humano que experimenta una energía que arropa toda la

creación. En otros términos, las pinturas de Van Gogh son expresiones o manifestaciones

de Dios que todo le arropa, por consiguiente, sus pinturas expresan la “…rebelión de los

sentimientos contra el cálculo.”61 Es decir, frente a todo pensamiento especulativo o

racional.

b) Van Gogh y su compromiso con lo social

Su compromiso social se ve claramente en sus pinturas. Desde que sintió el deseo de hacer

algo por la vida, por los otros, vivió con los pobres de entre los pobres. Parte de su vida

dedicó a los mineros. Éstos, fueron “modelos” para sus dibujos que hacía en sus momentos

de pintor. Aquellas pinturas la que hoy conocemos muestran ese carácter social:

campesinos en acto laboral, tejedores, pobres y mineros con los cuales se ha relacionado.

Por ejemplo, “Aldeanos comiendo patatas”. Uno de sus cuadros criticado duramente por su

amigo Serret, porque no contaba con las leyes del canon artístico de su época, es decir, no

prevalecía la exactitud de los elementos u objetos en la obra. Ante dicha crítica Van Gogh

respondió con las siguientes palabras: “…mi gran anhelo es aprender a realizar tales

inexactitudes, tales deformaciones, trasformaciones, cambios de la realidad, para que se

conviertan –si quiero- en mentiras, que, no obstante, son más reales que la realidad

misma.”62

“Son más reales que la realidad misma”. Con esta expresión Van Gogh no emitía protesta

alguna contra explotadores, por ejemplo. La intensión del pintar estuvo marcado por el

deseo de comunicarse con el otro y mostrar a través de imágenes producto de la realidad

60 INGO F. W. Vincent Van Gogh, 1853‐1890, Visión y realidad. Benedikt Taschen, Hohenzollerning, 1990, p. 89. 61 Ibíd., p. 15. 62 FRANK, H. Van Gogh. Op. cit., p. 73.


30

natural, humana y cósmica, la presencia de Dios actuando en todo y en todos como una

fuerza cósmica, de la cual, ningún ser creado puede escapar. En otras palabras, la pintura de

Van Gogh es más real que la realidad misma, en la medida que el creado descubra lo

esencial de la pintura, lo que se encuentra oculto, lo que está detrás de la imagen.

c) Van Gogh y su compromiso con lo religioso

Asimismo, el gran pintor plasmó escenas e imágenes de contenidos religiosos. Entre

aquellas pinturas que anuncian la intervención de Dios, la presencia de la fuerza cósmica en

el mundo y en medio de los seres creados son: “Cristo muerto en brazos de su madre; la

resurrección de Lázaro, cuyo rostro tiene sus propios rasgos; el buen samaritano- todas ellas

figuras sufrientes que esperan (y pueden esperar) la redención futura.”63 Un hombre que

pintó aquello y lo otro es un ser humano nacido para anunciar a los otros la presencia

actuante del que va más allá de lo imposible: de Dios que se manifiesta en todo y en todos.

d) “Naturaleza muerta con Biblia”: una breve aproximación interpretativa

Por ejemplo, entre las pinturas de Van Gogh, contamos con una de ellas que expresa esa

fuerza cósmica: “Naturaleza muerta con Biblia.” Ingo F. Walter postuló que la “Biblia”

plasmada en el cuadro, fue “…símbolo de la casa paterna y de la educación religiosa,…”64

Esta afirmación es correcta, si él lo dice, pero, nos suscita la siguiente cuestión: ¿Por qué la

Biblia?

La Biblia es un texto de muchos textos. La Biblia es un libro, en el cual, hay otros libros.

Unos más antiguos que otros, unos más estudiados que otros, unos más leídos que otros,

unos más interpretados que otros, unos más apreciados que otros, esto depende del

contenido y del lector. Unos pertenecen al Antiguo Testamento y otros al Nuevo

63 INGO F. W. Vincent Van Gogh. Op. cit., p. 88. 64 Ibíd., p. 15.


31

Testamento. Los que pertenecen al AT, son textos escritos antes de Cristo y los del NT, son

escritos después de Cristo.

Por otro lado, la Biblia es un gran y maravillo texto, pues, contiene narraciones y

experiencias de vida. Por ejemplo, la experiencia más próxima de todo el AT, es la del

pueblo de Israel. Acontecimiento conocido por muchos expertos en cuestiones de Biblia;

asimismo, se han hecho muchas interpretaciones respecto a su contenido. Hay textos y más

textos que surgieron de ese encuentro entre el lector y la Sagrada escritura. La interpretan y

la vuelven a reinterpretar. Tratan de hacer de ella un texto accesible al ser creado de todos

los tiempos. Por poco lo logran, siendo un texto de muchos textos que tiene contenido

trascendental, es decir, va más allá de lo que el ser humano piensa o descubre al internarse

en esas narraciones que no son más que escritos a partir de una experiencia con Dios. Esas

experiencias fueron puestas en palabras humanas, siendo Palabra de Dios que se hace

presente en todo y en todos. Un Dios fuerza cósmica presente y actuante en todo: en la

naturaleza, en el ser humano y en el cosmos sólo nos lo recuerda Van Gogh a través de una

obra.

Además, la Biblia actualmente es de mucha ayuda, es una fuente eficaz en cuanto las

experiencias de vida narradas en el texto, sirvan de ayuda clarificadora ante los problemas

sociales, políticos, económicos y religiosos que acaecen en una sociedad. En otras palabras,

la Biblia como chispa divina, sirve de iluminación en cuanto a una vida mejor. En

consecuencia, la Biblia es una fuente de mediación y de unificación, porque, los temas de

amor, misericordia, justicia, fidelidad, libertad, respeto, amistad, alteridad entre los seres

humanos, acercan a la creatura con Dios. Y en cuanto valores divinos, son valores que

construyen comunidad, que promueven el respeto por la creación y el temor de Dios.

Ahora bien, la Biblia que nos muestra Van Gogh en su obra posee una intensión divina para

toda la humanidad. “Se trata de animar a la fe en Dios…”65, es decir, Naturaleza muerta

con Biblia, busca persuadir al espectador, fortalecer su confianza en Dios y por

65 SICRE, J. L. Los profetas de Israel y su mensaje, Antología de Textos. Cristiandad, Madrid, 1986, p. 3.


32

consiguiente, confianza en sí mismo. Este pensamiento vangoniano no es más que el

producto de su modo de ver la realidad. Por tanto, la pintura, Naturaleza muerta con Biblia,

no es una denuncia, no emite juicio contra nadie en particular. “En ellos falta por completo

la nota acusadora, crítica o caricaturesca. Su postura frente a todo lo que muestra en sus

cuadros es la de una persona que ama y que acepta la realidad tal como es.”66 ¿Cuántas

emociones Van Gogh hace suscitar al observador? Muchas. Entre ellas: dolor, alegría,

tristeza, nostalgia, angustia, pero también, esperanza.

En sí, Naturaleza muerta con Biblia es una pintura particular para un tiempo y espacio

determinado, pero con el pasar de los años, aquella se ha tornado universal. Es una pintura

que anuncia confianza en Dios y por consiguiente, anhelo de salvación. Pues, en aquella

pintura se revela la enseñanza, la vida, la sabiduría que tanta falta hace a los seres humanos,

sumidos en conflicto social, continental o planetario. Asimismo, Van Gogh no concibió su

pintura como un objeto de dinero, “…sino como un medio de comunicar el bien.”67 Una

comunicación que no procedía directamente de él, sino de Dios. Él estaba convencido de

ello que, lo afirma en una de las cartas remitido a su hermano Theo: “Del mismo modo

podemos decir que, todo lo que es bello y bueno, la belleza interior moral, espiritual y

sublime en los hombres y en sus obras, todo procede de Dios;…”68 es decir, la imagen

plasmada en su obra es inspiración divina, es iniciativa del Trascendente que, por

consiguiente, el deber del espectador es captar lo esencial que se encuentra oculto detrás de

la imagen. Lograr ello, es comprender la última palabra de lo que dice una obra, y “allí

encontrarás a Dios.”69

Después de mencionar algunas pinceladas del proceder del pintor y de una obra en

particular, resaltamos tres aspectos o modos en los cuales se expresa el anuncio. En primer

lugar, Van Gogh comprendió a un Dios presente y actuante en todo y en todos. Un Dios

que se desborda en la totalidad de su creación. De este modo, haciendo que su obra esté

66 INGO F., W. Vincent Van Gogh. Op. cit., p. 68. 67 SCHAPIRO, M. Vincent Van Gogh. Labor, Barcelona, p. 6. 68 VAN GOGH. Cartas a Theo. Paidos Ibérica, Barcelona, 2004, p. 43. 69 Ibíd., p. 43.


33

siempre en actividad, en movimiento para todo ser vivo; por consiguiente, el Dios que está

presente y actuante en todo y en todos, no es sino el Trascendente, el que se da así mismo

desde sí mismo por iniciativa propia para con la totalidad de la creación. En segundo lugar,

la obra del genio resalta no un realismo, sino la realidad. Esta realidad la cual muestra la

vida cotidiana de unos seres humanos de un tiempo y espacio determinados es capaz de

abrir otros horizontes, es decir, otros modos de ver y comprender la humanidad:

sentimientos, pensamientos, hábitos o costumbres propios de un ser humano. Finalmente, la

obra de Van Gogh, muestra una esperanza inacabable. La esperanza en las obras del

“incapaz” no tiene fin, no tiene límite alguno que impida seguir hacia un mundo mejor si de

construir la humanidad se trata. Sobre todo, la esperanza en Van Gogh está presente en el

deseo de comunicarse con el otro. Su obra comunica ello, un anhelo de dialogar con el

prójimo, de trascender en el otro y despertar la fe en Dios.

2.2. El cómo denuncia la pintura

Según Sicre afirma que:

“Alejarse del Señor equivale a no preguntar por él, rebelarse contra él,

abandonar la fuente de agua viva, no respetarle.”70

La pintura denuncia siendo ella misma y en sí misma, es decir, es un medio orgánico que

denuncia todo acto no auténtico. De hecho, la pintura a través de sus colores y/o imágenes e

independiente del pintor cobra vida propia en la medida que el espectador se relaciona con

ella.

El señor Francisco de Goya murió, porque, sabía que no moriría jamás. Señal de ello son

sus obras que continúan denunciando las injusticias y atropellos cometidos por seres

humanos de un espacio y tiempo determinados. Injusticias que incluso en nuestra época

erosionan la paz de los seres humanos. Esta situación produce desestabilización política,

70 SICRE, J. L. Los profetas del Israel y su mensaje, Antología de Textos. Op. cit., p. 8.


34

social, económica y religiosa, porque rompe la armonía, la alianza, la convivencia y la

confianza entre seres humanos.

Goya muestra en sus pinturas al óleo como en sus dibujos y aguafuertes o aguatintas una

serie de escenas que dejan mucho que desear a la razón humana. Ellos dan cuenta de

acontecimientos o circunstancias aberrantes y decadentes del actuar o proceder humano

ocurridos en suelos españoles. Estos hechos expresan acciones no auténticas ejecutadas por

el ser humano contra sí mismo y contra su prójimo.

a) Goya el pintor del “poder”

Para Francisco de Goya, la política no fue su interés. Todo lo referente al poder político

estaba al margen de sus proyectos; pero, deseaba formar parte del prestigioso espacio donde

se movían los políticos. Pues, desde que tuvo conciencia de su ser de artista, Goya puso el

interés en formar parte del marco real, algo que sucede, pero lento al retratar por una parte a

Floridablanca y por otro lado, a la familia del infante don Luis de Borbón. Pero, es bueno

resaltar tal interés y primer paso decisivo hacia la realeza de parte de Goya tal como lo

describe Gómez de la Serna:

“Sabemos, porque el mismo Goya lo dijo, que Floridablanca quedó muy contento con el retrato, y tal

vez como consecuencia de esa satisfacción él mismo (…), fuera quien facilitara otro de los pasos

decisivos de Goya en la Corte, haciendo arribar su buen oficio de pintor, si no todavía al propio rey,

al menos, por el momento a la real familia.”71

Gómez de la Serna afirma en el párrafo anterior que Francisco de Goya no entró

directamente a formar parte de la realeza por medio de la persona del rey. Su ingreso fue

procesual, es decir, fue penetrando ese mundo a través de la familia del rey, pero no por el

rey. Sin embargo, el pintor con su primer logro gozó de una posición casi cortesana gracias

a don Luis de Borbón, hermano de Carlos III.

71 GÓMEZ DE LA SERNA, G. Goya y su España. Alianza editorial, Madrid, 1969, p. 46.


35

Ahora bien, tanto era el deseo de Goya de formar parte de la corte real como verdadero

pintor que, en una carta a su amigo Zapater le comunica con tanta amabilidad y emoción su

logro: Goya había logrado formar parte de la realeza como pintor del mismo rey, tal como

se expresa el mismo Goya a su querido amigo que, al mismo tiempo ya gozaba de “…gran

prestigio y de muy alta clientela…”72 Este logro fue bien acogido por el pintor que no

titubeo en manifestarle su agradecimiento por medio de una obra: “…el Carlos III cazador,

del que se conocen hasta cuatro réplicas que demuestran el afán que puso Goya en retratar a

su regio cliente.”73

Posteriormente a la muerte del rey Carlos III, los sucesores nombraron a Goya como pintor

de cámara. Para este periodo de su vida el pintor que marca el año de 1789, no solamente

gozaba de un prestigioso reconocimiento dentro de la corte y de la familia real, sino que el

destino le brindó otros beneficios que él, no puede negarse: “Es el pintor de moda, amigo

de ilustrados y aristócratas, el que no hace “antesala”, solicitado por todos y abrumado de

trabajo.”74 Con ello podemos concluir que Goya ha logrado su cometido que por muchos

años ha venido buscando: ser el pintor del “poder” político.

Pero, no todo lo que comienza bien termina igual. Goya se inició como pintor reconocido

gracias a la mirada de la familia real, y al interés de Goya por mostrar sus habilidades de

pintor. Tal habilidad lo llevó a cumplir con su objetivo. Formó parte de la corte, estuvo al

mando del rey Carlos III y después de sus sucesores quienes, lo nombraron pintor de

cámara junto a otros. Sin embargo, con el paso de los años, y sobre todo en los años de

1792 y 1793, España se ve sometida a una crisis social interna, producto del cambio

político, la cual, involucra al pintor.

“Así se abre el proceso de la desilusión nacional, con la crisis política de los años 92 y 93 que destierra a

Jovellanos a Gijón, y, sin moverlo de Madrid, arrastra consigo a Goya. Ya a partir de finales de 1792, un

72 GÓMEZ DE LA SERNA, G. Goya y su España. Op. cit., p. 56. 73 Ibíd., p. 58. 74 Ibíd., p. 79.


36

Goya que, tras gravísima enfermedad, ha perdido el sentido del oído y se vuelve progresivamente hacia

un mundo aislado, siempre rioso y profundo, en el que va a bramar para siempre, como un toro mal

herido, el genio de la desesperanza.”75

b) Goya y su compromiso con lo social

El genio de la desesperanza, es ahora, el ser humano de la sociedad. A pesar de vivir

enfrascado en la gran corte, Goya no dejó de pertenecer al espacio donde nació, creció, y

donde se convirtió en pintor de la familia real. Es cierto que tuvo que manifestar su ser de

pintor para ser un día acogido e involucrado en el grupo de la realeza, donde logró prestigio

y mucha acogida de parte de ilustrados y de otra gente de la alta sociedad, pero jamás dejó

de ser un ciudadano de la sociedad española.

La huella de su compromiso con la sociedad española está plasmada en sus obras. Goya

plasmó escenas que involucran el actuar del ser humano de su tiempo y espacio como se

verá expresado a través de las líneas siguientes.

Goya vivió tiempos de gloria, pero también periodos de aflicción. Goya sintió desesperanza

y por consiguiente, se expresó afligido, es decir, desesperado por las circunstancias internas

manifestadas en España. “Goya dibujaba lo que veía, y más todavía: se inspiraba en las

personas y en los acontecimientos de su mundo, pero no se limitaba aquí. Sabía lo que

quería y lo realizaba como quería. Daba forma a lo real y sabía imponer una cara a lo

irreal.”76 La fortaleza de Goya para dar rostro a lo sin rostro proviene del contacto con su

entorno. Por ejemplo, los trabajos tanto de Los Caprichos como de los Desastres de la

Guerra atestiguan el interés y su deber de Goya con la sociedad, porque en aquellas obras

no solo se manifiestan escenas escalofriantes realizadas por el ser humano, sino

desesperanzas por un mundo lleno de acciones no auténticas. Por lo tanto, los “…dibujos

que se refieren a la guerra de la independencia y los que conciernen a la corrida son como

75 GÓMEZ DE LA SERNA, G. Goya y su España. Op. cit., p. 86. 76 DIETERICH, A. Goya, Dibujos. Gustavo gili, Barcelona, 1980, p. 9.


37

relatos de un testigo ocular.”77 Es producto de un ser humano descontento con el proceder

propio del ser humano contra su prójimo.

c) Goya y su compromiso con lo religioso

Frente a lo negativo, Goya se jacta en buscar una manera de trasformar ese acto generador

de males que imposibilitan construir una sociedad digna de respeto. Busca a través de sus

obras hacer tomar conciencia de lo malo que es la violencia, de las consecuencias que ella

produce.

Tres pinturas fueron realizas por Goya en Santa Cueva de Cádiz. Estas tres pinturas, al

mismo tiempo, acompañadas de dos más: la de Zacarías González Velázquez y la de José

Camarón. Según Bray, las “…pinturas de Goya para la Santa Cueva forman parte de un

ciclo de cinco obras centradas en el sacramento de la Eucaristía como medio de redención

de la humanidad.”78

“La pieza central del ciclo es la Última Cena de Goya, inscrita en un espacio semicircular sobre la

entrada principal de la capilla (…) Para un espacio semejante a la izquierda del altar mayor Goya

pintó el Milagro de los panes y los peces, y a la derecha un tema rara vez representado, la Parábola

del invitado que no llevaba traje de boda.”79

Tales obras con sentido religioso fueron plasmadas como medios de ayuda espiritual para

todo aquel que las observara, para todo aquel que descubriera el verdadero sentido de la

obra. Obras que a través de las imágenes comunicaban redención para todo ser humano, por

ejemplo, de un ser sumido en el mal o en el pecado. En otras palabras, las obras plasmadas

por Goya en dicho recinto buscaban intencionalmente redimir a la humanidad sumida en

costumbres no auténticas.

77 DIETERICH, A. Goya, Dibujos. Op cit., p.9. 78 BRAY, X. Goya, un pintor religioso ilustrado: las pinturas de la Santa Cueva de Cádiz. En: Goya. Galaxia Gutenberg, S.A., Barcelona, 2002, p. 64. 79 Ibíd., p. 65.


38

d) Goya: Los Caprichos y los Desastres de la Guerra

La pregunta que nos acompañará a lo largo de este punto y a la cual pensamos concluir

satisfactoriamente es la siguiente ¿Cuáles son las acciones que denuncia Goya a través de

sus obras artísticas? Goya vivió en una España marcada por dos estilos o formas de vida.

Por una parte, Goya nos muestra en Los Caprichos las actitudes de los miembros de la

sociedad española. Por otro lado, el pintor manifiesta el otro rostro, un rostro aterrador,

producto no propiamente de los ciudadanos españoles, sino extranjera, la cual le determina

en sus obras como Los Desastres de la Guerra. Estas dos caras como se notan en algunas de

sus realizaciones como dibujante está en el centro de los miembros de la sociedad española

y de España misma. Dos acontecimientos que Goya no dejó pasar por alto a su gran astucia

de pintor y dibujante.

Sus denuncias a través de sus dibujos no dejaron de hacerse sentir en el ámbito social. Pues,

el que pudo no dudó en comprar los dibujos de Goya allá por el año de 1799. Los

Caprichos se vendían “…en una tienda de licores y perfumes en la calle del Desengaño, n°

1. El precio de la serie completa era de 320 reales.”80

Pero surge la siguiente cuestión: ¿Qué quiso decir Goya con Caprichos? Según Helman en

su texto “Trasmundo de Goya”, afirma que “…para Goya “capricho” representaba todo

aquello que un pintor hace al margen de su oficio.”81 En otras palabras, un pintor de oficio

se ve siempre llamado o solicitado por alguna persona interesada en su trabajo. Por

ejemplo, Goya fue desde siempre un pintor de oficio, ya que estaba siempre solicitado por

la realeza y también por los hombres ilustres y aristócratas de su espacio y tiempo. Mientras

que un “verdadero” pintor se aparta de ello para crear sus propias obras. Muchas de ellas

inspiradas en las actitudes de los seres humanos y en los acontecimientos del mundo. Es a

80 PAAS‐ ZEIDLER, S. Goya: caprichos, desastres, tauromaquia, disparates. Gustavo gili, Barcelona, 1996, p. 17. 81 HELMAN, E. Trasmundo de Goya. Revista de occidente, Madrid, 1963, p. 13.


39

través de las obras que conformaban los Caprichos que Goya emite denuncia contra toda

acción no auténtica del ser humano. Esto se puede afirmar con lo siguiente: “Por medio de

los dibujos y grabados, como de los cuadros que pintaba para sí, afirma Goya su

protesta…”82

Grande fue la aflicción y la desesperación de Goya por los actos que cometían sus

coetáneos. Sus sentimientos desbordan toda norma humana, en sentimientos de

desasosiego. “En sus dibujos y grabados caprichosos revela e interpreta los supuestos y

creencias vigentes en su tiempo, pero también las dudas y desilusiones de sus ilustrados

contemporáneos a últimos siglos de las luces.”83 Goya expresa su sentir y recae sobre sus

amigos los ilustrados con los cuales se relacionaba, incluyendo a los aristócratas. Todo

parece perdido para Goya, porque de alguna manera ve en sus contemporáneos la

decadencia de la humanidad. Aconteceres que no dejan que la persona sea en sí misma. En

sí Goya ataca todo vicio y errores humanos de su espacio y de su tiempo. Arremete con

todo lo que tiene. Su arma es la pintura, el dibujo y el grabado. Allí en esas obras, la

incomodidad de Goya se hace sentir, y por consiguiente, la intensión del pintor es

expresada en los Caprichos. En otros términos postula Helman:

“Al anunciar sus estampas por primera vez en el anuncio de Madrid del miércoles 6 de febrero de

1799, Goya no les da otro nombre a la Colección de estampas de asuntos caprichosos, inventadas y

grabadas al agua fuerte (…) y explica que se ha propuesto en ellas la censura de los errores y vicios

humanos, que hasta entonces había sido el objeto peculiar de la poesía o de la elocuencia.”84

Goya da un paso gigantesco si de denunciar una acción no auténtica se trata. El muestra su

incomodidad ante las actitudes de sus contemporáneos y no se limita a sólo ser un

espectador, sino que se convierte en un actor más de aquella deshumanización que, paraliza

toda actividad productiva y armónica. El se da cuenta que los seres humanos están actuando

negativamente contra sí mismos y contra sus propios prójimos. De tal manera, Goya

82 HELMAN, E. Trasmundo de Goya. Op cit., p. 41. 83 Ibíd., p. 13. 84 Ibíd., p. 45.


40

censura tajantemente a través de sus dibujos y agua fuertes todo error y vicio humano. La

pintura y el dibujo hablaron, gritaron al mundo entero de las acciones aberrantes de sus

contemporáneos.

Los vicios que Goya denuncia por medio de sus obras son de carácter universal. Como lo

menciona Helman: “Algunos Caprichos satirizan vicios universales como la borrachera o la

gula, la ociosidad o la lujuria, la vanidad o la hipocresía por medio de escenas o acciones

reales o posibles en la actualidad;…”85 Asimismo, “…la adulación, la ambición desmedida

o la avaricia,…”86 Aquellos dibujos en los Caprichos eran inspirados en personas y en los

acontecimientos del mundo. Goya no fue ajeno a la realidad que le tocó vivir. Fue aquel

que como un testigo ocular, plasmó las acciones de sus coetáneos. Entre sus personajes

están presentes mujeres, hombres, viejas y viejos, niños e incluso personajes sobrenaturales

con características aterradoras.

En la colección de los “Desastres de la Guerra”, están presentes escenas totalmente

escalofriantes de seres humanos asesinados, mutilados, etc. Estos hechos fueron plasmados

por Goya, pintor que vivió en carne propia aquellas atrocidades cometidas por los mismos

contemporáneos. Paas- Zeidler postula que no “…podemos responder a la pregunta de

cuántas de las escenas horripilantes fueron contempladas personalmente por el pintor.

Únicamente debajo de los Desastres 44 y 45, que representan a personas huyendo, escribió:

Yo lo vi.”87

Pero, ¿qué es lo que realmente denuncia Goya en los Desastres de la Guerra? La respuesta

más certera es la decadencia del ser humano, su deseo de hacer justicia a su modo, del más

fuerte contra el más débil, en sí, es la falta contra la vida, expresión del trascendente. Goya

muestra en sus dibujos la crueldad, la maldad que un ser humano puede hacer con sus

propias manos. Seres humanos que llegan a matar inútilmente la vida del otro.

85 HELMAN, E. Trasmundo de Goya. Op cit., p. 53. 86 Ibíd., p. 55. 87 PAAS‐ ZEIDLER, S. Goya: caprichos, desastres, tauromaquia, disparates. Op. cit., p. 90.


41

En las escenas se pueden observar el terror acechándose en medio de los seres humanos.

Por ejemplo, “los Desastres 2 a 47 con los horrores de la guerra, escenas de violaciones, de

fusilamientos, carnicerías, mutilaciones, campos sembrados de cadáveres, heridos, muertos,

ejecuciones con el garrote, hombres que huyen,…”88 Estos son los hechos que manifiestan

las estampas que, un día Goya plasmó para comunicarnos de lo que es capaz el ser humano

en contra de sí mismo y contra su prójimo.

Todas las estampas, donde se muestra la deshumanización, fueron por causa de una guerra

que se dio entre los ciudadanos de Madrid- España contra las fuerzas napoleónicas a

principio del siglo XIX. Con esta intervención de gente extranjera en tierra española, se

desataría un acontecimiento: “…estalló la guerra cuya crueldad inmortalizó Goya –como

muestra típica de todas las guerras del mundo- en los Desastres de la guerra.”89 Por

consiguiente, Goya “…representó a la guerra como un lobo feroz y a las tropas

napoleónicas derrotadas como un buitre desplumado (fig. 41).”90

Por otra parte, Gómez de la Serna, al realizar un análisis de conjunto, pero al mismo

tiempo, separando las diferentes estampas donde se expresan las escenas que arropa la

colección de los Desastres de la guerra dice, en primer lugar, “…revelan una intensión,

(…), de crítica político-social.”91 En torno a la crítica tenemos por ejemplo, “Murió la

verdad, Si resucitara, Esto es lo verdadero,…”92 En segundo lugar, Goya expresa su

desacuerdo contra la actitud terrorista de las fuerzas napoleónicas a través de sus dibujos en

los cuales se atreve a decir que están…

“…cometiendo brutales, injustificadas y sangrientas tropelías contra un pueblo indefenso: fusilando

–Y no hay remedio, No se puede mirar, Bárbaros -; ahorcando –fuerte cosa es, ¿Por qué?”, Tampoco

-;asesinando frailes –Esto es malo -; violentando mujeres –No quieren, Tampoco, Ni por esas,

88 PAAS‐ ZEIDLER, S. Goya: caprichos, desastres, tauromaquia, disparates. Op. cit., p. 93. 89 Ibíd., p. 13. 90 DIETERICH, A. Goya, Dibujos. Op. cit., p. 19. 91 GÓMEZ DE LA SERNA, G. Goya y su España. Op. cit., p. 199. 92 Ibíd., p. 199.


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Amarga presencia, Ya no hay tiempo -; enseñándose con los muertos –Qué hay que hacer más, Esto

es peor -; despojando cadáveres –Se aprovechan-; desvalijando iglesias – Así sucedió -, y anotando

impuestos, leves o cosa pero –Qué alboroto es éste.”93

Los estragos cometidos por las fuerzas invasoras contra un pueblo indefenso como se nos

dice en el párrafo anterior, es una muestra clara de la denuncia emitida por Goya. Él plasma

actos violentos que dejan mucho que desear a la razón humana. “Guerra “moderna” en

donde la población civil se convirtió en la víctima primordial de ataques despiadados por

parte de los soldados enemigos.”94

En sí las estampas de los Desastres de la guerra como acto de denuncia jamás serán

borradas de la mente de las personas que viven en la España de hoy. Goya expresó a través

de sus obras una función profética: su denuncia manifiesta atrocidades cometidas por parte

de una fuerza extranjera que no traía lo que muchos seres humanos pueden esperar: paz,

igualdad, fraternidad y libertad, la cual le permita ser y hacerse en un tiempo y espacio

específicos. “Jamás la guerra moderna, destructora de la vida civil y privada, con todo lo

inhumano y terrorífico de la violencia desencadenada por el hombre contra sus semejantes,

fue tan implacablemente denunciada como en estas imágenes obsesivas de Goya.”95

Ahora bien, la serie Los Caprichos que nos ha plasmado el pintor de cámara también forma

parte de una insatisfacción que se torna en denuncia. En dichas estampas están

representadas diferentes actitudes degradantes que comete el ser humano contra sí mismo,

que por consiguiente, repercute en los demás. Goya experimenta el borracho, el glotón, el

ocioso, el vanidoso, el hipócrita, el adulón, el ambicioso, el avaro, entre otros vicios y

errores. “Aquí aparece el moralista, como un predicador desde el púlpito arremete contra

las malas costumbres de su época.”96 Por consiguiente, los Caprichos…

93 GÓMEZ DE LA SERNA, G. Goya y su España. Op. cit., p. 201. 94 HEMPEL LIPSCHUTZ, I. Estragos en un país ocupado: Théophile Gautier ante los “Desastres de la guerra”. En: Goya. Galaxia Gutenberg, Barcelona, 2002, p. 253. 95 Ibíd., p. 254. 96 DIETERICH, A. Goya, Dibujos. Op. cit., p. 16.


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“…presentan una visión del hombre y de la vida (…) sombría y pesimista (…): “Todo anda revuelto,

todo apriesa, todo marañado. No hallarás hombre con hombre; todos vivimos en asechanzas los unos

de los otros. Como el gato para el ratón, la araña para la culebra, que, hallándola descuidada, se deja

colgar de un hilo y asiéndola de la serviz la aprieta fuertemente, no apartándose de ella hasta que su

ponzoña la mata…”; o de este otro: “todos roban, todos mienten, todos trampean; ninguno cumple

con lo que debe, y es lo peor que se precian dello.””97

Todo parece a la mirada de Goya que, el ser humano se ha olvidado del verdadero sentido

de la vida, en donde el sentido de fraternidad, servicio, esperanza, se ha vuelto en

individualismo, avaricia y en desesperanza. Todo se torna en una razón enferma que

posibilita el surgimiento de monstruos en forma de mentiras, de irresponsabilidad para

consigo mismo como para con los demás miembros de la sociedad.

2.3. El cómo proyecta la pintura

La presencia mediadora del profeta en el pueblo de Israel, era sobre todo manifestar la

voluntad de Dios a través de su Palabra. Una Palabra constructiva, escuchada y acogida por

el oyente que tenía la función de erradicar todo acto de injusticia, envidia y rencores entre

los seres humanos. En otras palabras: “La fraternidad, la ausencia de envidias y antiguos

rencores regionalistas, es elemento esencial en la esperanza del profeta.”98 Del mismo

modo que la Palabra de Dios busca entre los seres humanos, fortalecer a través de su

mediador, la unidad entre los miembros del pueblo de Israel, erradicando todo acto

negativo o pesimista. La pintura también proyecta o busca la unidad entre los seres

humanos, siendo ella misma y en sí misma, a partir de los colores y de las imágenes.

La pintura como acto proyectivo, es decir, como algo que se lanza desde un punto fijo hacia

otro, se ve reflejada en las obras del pintor estadounidense Mark Rothko. La pintura de este

artista ha sido uno de los temas principales entre los coetáneos de su época: principios y

mitad del siglo XX. Su pintura en sí, no fue del todo acogida en un principio, porque, fue

97 HELMAN, E. Trasmundo de Goya. Op. cit., p. 92. 98 SICRE, J. Los profetas de Israel y su mensaje, Antología de Textos. Op. cit., p. 7.


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considerada como espacio que vislumbra vacíos sin contenido. Sin embargo, para nuestros

tiempos, la pintura de Rothko, no sólo despierta curiosidad, sino que trata de convencer al

espectador del contenido misterioso que ella encierra en sí misma.

En sí, las pinturas de Rothko, comentario expresado en el Prólogo a la Edición española,

“…representaban lo que ha referido como “pinturas más allá de la pintura”, su “búsqueda

de lo absoluto”…”99 Por medio de la pintura, él buscaba lo absoluto en sentido filosófico, y

Dios en sentido teológico. De alguna forma Rothko no solamente quería buscar lo absoluto

para sí mismo, sino que su interés estaba enfocado en la relación de la pintura con el

espectador. Dicho de otro modo, Rothko por medio de sus colores plasmados en un lienzo

de gran formato, él emprendía un plan a futuro en donde el espectador se iniciaría en un

camino hacia lo desconocido tratándose de encontrarse a sí mismo; y encontrarse a sí

mismo, no es otra cosa que encontrarse con Dios o con el absoluto como lo pretende el

pintor.

Por otra parte, Christopher Rothko postula: “…la obra de mi padre busca expresar lo

inexpresable, lejos del terreno de las palabras. Las pinturas de mi padre, ya sean por su falta

de figuras espaciales identificables o por no llevar títulos, hacen superflua cualquier

referencia a algo fuera de la pintura misma.”100 Es decir, la pintura que Rothko plasmó

sobre lienzos de gran formato incitó a muchos espectadores a considerarles pinturas sin

sentido alguno debido a su falta de figuras. En sí, la pintura de Rothko no presenta figura

alguna que facilite al espectador crearse una imagen y comprenderla. Ante ello, el

espectador tiene una tarea que le corresponde principalmente a él, interactuar con la pintura

de un modo particular, única y personal. Solo así el espectador logrará en lo posible

comprenderla y emprender una aventura inesperada y desconocida. En palabras de

Christopher Rothko:

99 ROTHKO, M. La realidad del artista, filosofías del arte. Síntesis, Madrid, 2004, p. 12. 100 Ibíd., p. 14.


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“Entender el arte de Rothko es en gran parte una labor personal y consiste en el proceso de

adentrarse en la obra. Se asemeja a ese “viaje plástico” que describe en su capítulo “Plasticidad”:

es preciso emprender una aventura sensorial hacia el universo de la pintura si queremos

conocerla. Él no nos puede decir lo que significan sus propias pinturas, ni las de los demás.

Tenemos que experimentarlas.”101

La experiencia conduce a conocer la verdad de las cosas, pero al mismo tiempo, ella,

conduce al ser humano a experimentarse a sí mismo. Todo ser creado está en la capacidad

de conocer algo, y los sentidos le facilitan. Las cosas están presentes y repercuten de alguna

manera en cuanto el ser humano las observa. La experiencia que un ser humano adquiere al

relacionarse con su entorno, con las cosas que se dan en la vida cotidiana, no es automática,

es decir, la experiencia es procesual, del mismo modo que el ser humano al espectar una

pintura como la de Rothko. Allí, el espectador al observar la pintura y aplicándose al acto

contemplativo se inicia en un caminar lento hacia el interior mistérico de la pintura. Es una

aventura al más allá, es un descubrirse en el absoluto y al mismo, conocerse a sí mismo. Y

esto, requiere de libertad, ya que ella permite al ser humano la capacidad de lograrse en

torno a alguien, y ese alguien, no es más que el Trascendente, Dios habitando en todas las

cosas.

a) Rothko y el ¿Por qué molestarse en pintar?102

“Para Rothko la esencia de la pintura, (…) reside en la visión del mundo, única y personal,

del artista y su transmisión al espectador.”103 Dos cosas son las que se deben tener en

cuenta al momento de entrar en el pensar de Rothko. El primero consiste en la visión del

mundo. De ello surge el siguiente interrogante ¿Cuál es su visión de mundo? Todo ser

creado tiene su propio concepto de mundo. Algunos pueden decir que mundo es lo que

envuelve lo creado: la tierra, por ejemplo. O, puede ser también, el mundo de la injusticia,

de la guerra, del hambre, etc. En consecuencia, el modo de ver o de concebir el mundo es

101 ROTHKO, M. La realidad del artista, filosofía del arte. Op. cit., p. 15. 102 Ibíd., p. 51. 103 Ibíd., p. 34.


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una experiencia única y personal. El segundo abarca la trasmisión de esa experiencia

adquirida desde lo observable, y a través de la pintura, al espectador. Pero, ¿qué sentido

tenía el pintar para Rothko? Aún más, ¿para qué molestarse en pintar?

Una de las primeras aproximaciones a esta cuestión es la siguiente: “La esperanza de

inmortalidad y recompensa (…), podría ser parte de la motivación.”104 La motivación es

fundamental para todo acto a ejecutar. En el fondo de todo acto creado están presentes

motivaciones de carácter subjetivo o bien de carácter objetivo. Son las motivaciones las que

hacen posible llevar a cabo una acción positiva o negativa. Pues, a lo largo de la historia

humana podemos percatarnos que el ser humano se ha dedicado a cubrir miles de metros

con imágenes humanas, naturales, mitológicas, sobrenaturales; las paredes de las casas o

palacios aristocráticos. Pero, ¿aquellos seres humanos que han hecho todo ello, lo hicieron

por inmortalizarse o recibir recompensa alguna? La mayoría de los pintores no. El propio

Van Gogh que carecía de recursos económicos no tuvo en mente la inmortalidad y la

recompensa. Su actividad artística estaba enfocada a mostrar por una parte a Dios, y por

otro lado, la ambición y el deseo de comunicarse con el otro ser humano. En este sentido,

se concluye que los pintores han plasmado el mundo desde su propia existencia vital en

relación con su entorno, entendida como una función biológica natural.105 En sí la

inmortalidad, no se trata de perpetuar la pintura como tal, ni al pintor, sino de hacer

manifestable “…la extensión del ser en el mundo de lo perceptible,”106 es decir, la

inmortalidad y la recompensa recae en el Ser mismo en cuanto se hace visible o expresable

como esperanza y vida en medio de los seres humanos. En otras palabras, la pintura se

convierte en un mediador, por el cual, el ser o el trascendente mismo se deja ver a lo largo y

ancho de todo y en todos.

104 ROTHKO, M. La realidad del artista, filosofía del arte. Op. cit., p. 51. 105 Ibíd., p. 51. 106 Ibíd., p. 54.


47

b) Rothko y su compromiso con lo social

El compromiso de Rothko con el espacio social está reflejado en su visión o modo de ver la

realidad. Ningún ser creado es ajeno a su entorno. Desde que nace, todo ser creado nace en

medio de una sociedad de seres humanos. Allí crece, allí se forma y allí se hace en relación

con los demás. Su pintura es señal de ese compromiso social, pintura destinada a

comprenderse desde el que comprende, es decir, el espectador está llamado a aventurarse

en ese mundo de colores y espacios con el fin de comprender lo que realmente encierra ese

aparente espacio vacío.

Rothko mismo afirma que el “…arte no es tan solo una forma de acción, sino que es una

forma de acción social, puesto que el arte es una forma de comunicación que cuando

penetra en un entorno produce sus efectos…”107 Es decir, todo acto es seguido de un efecto,

éste es el resultado de la acción llevada a cabo, pero esta acción, en el fondo de todo artista

es producto de una motivación. Una motivación que no requiere inmortalidad, ni

recompensa, ni reconocimiento, simplemente dicha motivación está destinada a contribuir

con la sociedad. Pues la sociedad se beneficia de formas diferentes del uno con el otro. Las

acciones del otro ser humano, producen efectos y dichos efectos de alguna forma impacta

en el otro, haciendo al mismo tiempo, producir, otra acción que posteriormente conducirá a

un efecto. “En otras palabras, la sociedad se beneficia cada vez que un individuo mejora su

adaptación al mundo, pues, miremos a la sociedad como la miremos, el indicativo empírico

de su bienestar es el conjunto de prosperidad de sus integrantes.”108 Entonces, la pintura de

Rothko no es un espacio vacío como lo vieron en principio los críticos y los espectadores,

sino que el solo hecho de verlo de ese modo, ha producido un efecto en el espectador y este

efecto hace posible que el espectador actúe de forma auténtica o inauténtica en la sociedad.

El compromiso social de Rothko también se puede constatar a partir del interés. La

cuestión: ¿Cuál fue el mundo que lo desestabilizó, pero al mismo tiempo su motivación

107 ROTHKO, M. La realidad del artista, filosofía del arte. Op. cit., p. 57. 108 Ibíd., p. 57.


48

última, permitiéndole de alguna manera penetrar el mundo social a través de su pintura? En

la sociedad existen muchos escenarios que son dignos de experimentarlos. Escenarios

vitales, porque sus actores son los seres humanos. Dentro de los escenarios más conocidos

están las familias, las instituciones, por poner un ejemplo, pero sobre todo existe un

escenario vital y complejo: el ser humano. Este ser humano es un organismo vital,

organismo complejo, pero rico al mismo tiempo. Fue el interés y la motivación del maestro

Rothko, ya que este ser humano no es ajeno a la sociedad. Pues todo ser humano como se

dijo en líneas arriba, nace en medio de una sociedad donde con el pasar de los años se va

haciendo en relación con los demás seres humanos. En sí el compromiso social en Rothko

partía de las motivaciones manifestadas por el ser humano. En otras palabras, “…las obras

de Rohtko, a pesar de su petrificada fragilidad, podrían hablar de la condición humana, de

las resistencias a las fuerzas imponderables.”109 Son muchas las circunstancias o casos que

el ser humano experimenta en su diario existir. Sucesos que no dejan de acechar al mismo

en su vida personal o social. Estos sucesos hacen posible que los seres creados de formas

diversas se congreguen y entre todos superar las incertidumbres existenciales: “El dolor, la

frustración y el miedo a la muerte parecen ser los lazos constantes que vinculan a los seres

humanos…”110 Por tanto, el compromiso social de Rothko estaba marcado por el ser

humano que no hizo otra cosa que expresar su “simpatía” por el mismo través de la pintura.

c) Rothko y su compromiso con lo religioso

Líneas arriba se ha hecho alusión que la pintura de Rothko poseía un carácter particular.

Aquel carácter es visto desde lo pictórico como la pintura más allá de la pintura o la

búsqueda de lo absoluto. Una actividad que requiere necesariamente la observación y la

contemplación del espectador. No es un mero mirar. La pintura de Rothko a pesar de

carecer formas específicas a los ojos del espectador y fáciles de comprender el contenido,

va más allá. Es decir, aquella pintura concebida como espacio vacío donde predominan

colores específicos como el rojo o el negro, por ejemplo, posee “…spiritual

109 GOLDING, J. Caminos a lo absoluto. Fondo cultural de economía, México, 2003, p. 181. 110 ROTHKO, M. La realidad del artista, filosofía del arte. Op. cit., p. 37.


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implications…”111 es decir, en sentido genérico, la pintura de Rothko cargado de colores

oscuros posee características espirituales. Caracteres que posibilitan al espectador,

trascender más allá de su condición finita. “they begin as an unknow adventure in an

unknown space...”112 Es la iniciación del espectador hacia lo desconocido en un espacio

desconocido. En ese mundo desconocido, en esa interacción entre la pintura y el

espectador, éste, se descubre así mismo y descubre la verdad de las cosas.

Por consiguiente, la pintura de Rothko revela la carencia humana. Las circunstancias o

situaciones existenciales que afectan a todo ser humano o mejor dicho, la incertidumbre que

arropa a todo ser humano en tanto un ser finito: el dolor, la frustración, la muerte misma o

la muerte producto de las guerras que producen desconfianza y miedo entre los seres

humanos. También están presentes hechos actuales que hacen de los mismos, es decir, de

los seres humanos presas fáciles que, no hacen otra cosa que llevarlos al individualismo, al

inconformismo, al poder, al dominio del más fuerte sobre el más débil. En fin, del

acaparamiento de bienes materiales de unos cuantos sin tener en cuenta a los demás. Estas

acciones hacen que el ser humano se encierre en su finitud; y por consiguiente, produce la

muerte, no física propiamente, sino espiritual. Frente a ello, la pintura de Rothko, en

relación con el espectador busca “…llegar al fondo de las cosas e intentar un nuevo

comienzo.”113 Un comienzo, un nuevo amanecer, y por consiguiente, un nuevo modo de

vivir; de cambiar nuestra manera de vivir y de ver el mundo. La pintura de Rothko, es un

camino que invita al espectador a descubrir lo que se encuentra en el más allá de los colores

y en consecuencia, a encontrarse con el absoluto o con el Trascendente mismo.

A modo de conclusión, las obras de Rothko poseen una verdad:

“Las pinturas en sí mismas sólo contienen claves muy generales, y no pocos espectadores se han

sentido sensualmente estimulados pero profundamente frustradas por el carácter extremadamente

111 ROTHKO, M. et al. Declaring Space. Prestel verlag, 2007, p. 142. 112 Ibíd., p. 25. 113 GOLDING, J. Caminos a lo absoluto. Op. cit., p. 180.


50

abstracta de las obras. Al no poder asirse a nada concreto, muchos se han alejado de ellos –

conmovidos o enfadados- asumiendo que en realidad trata de vacíos.”114

Sin embargo, la pintura de Rothko posee un carácter espiritual que sólo puede comprender

el ser humano, en la medida que él se aventure en ese espacio desconocido. Después de

todo, “…el objetivo de su pintura nunca fue capturar la realidad visual,”115 sino lo que está

en todo y en toda la creación visible, y sólo puede descubrirse con la iniciativa del

espectador, de este modo, “…en la obra de Rohtko el espectador se convierte en parte

integral de la pintura.”116 A la vez, ella se convierte en compañía, expandiéndose y

estimulándose en los ojos del observador sensible y muere por la mirada del insensible.117

d) El “Untitled”118 1954 de Rothko: una breve aproximación interpretativa

La obra invita al espectador a aventurarse en un mundo desconocido, hacia un algo

sobrenatural que con la intervención del espectador ese mundo se activa y como una

especie de ascensor, aquella pintura conduce al espectador hacia lo infinito, hacia lo

absoluto, hacia el Trascendente mismo.

“Untitled” -1954. “Sin título” es un lienzo de gran tamaño, es un universo en sí. Dicho

universo alberga en su interior mundos de tamaños diferentes. Dichos mundos están dentro

de otro mundo. Pues cada mundo es único e irrepetible. Análogamente, el ser humano es un

mundo, único e irrepetible. Asimismo, aquellos mundos poseen un color particular que los

caracteriza del uno con el otro. A pesar de las diferencias que se constatan a primera vista,

tienen algo en común: siendo particulares no dejan de estar contenidos en la totalidad. De la

misma manera, el ser humano es un ser particular, posee su propio modo de pensar, hablar,

actuar, sentir, y a pesar de ser diferente y único, está contenido en la unidad, en el

Trascendente.

114 ROTHKO, M. La realidad del artista, filosofía del arte. Op. cit., p. 14‐15. 115 Ibíd., p. 38. 116 GOLDING, J. Caminos a lo absoluto. Op. cit., p. 220. 117 Ibíd., p. 221. 118 ROTHKO, M. et al. Declaring space. Op. cit., p. 70.


51

Por otro lado, el “Sin título” de Rothko nos introduce en un campo donde el espectador

puede descubrir sus emociones y sus dimensiones que le hacen ser único en relación con

los demás. El ser humano es un mundo único, rico, pero al mismo tiempo, complejo. Es un

ser en proceso que se va haciendo todos los días de su existir a partir de las experiencias

obtenidas al interactuar con su entorno: con la naturaleza, con el ser humano, con el cosmos

y con el Trascendente mismo. Esta experiencia hace posible que en el ser humano surja

desde su interior emociones tales como alegría, tristeza, angustia, dolor, frustración, entre

otras emociones. Todas estas emociones están presentes en el ser humano. Entre ellas están

presentes y actuantes las de carácter cognitivo, corporal, afectivo, social, sexual, religioso,

comunicativo, ético, espiritual, entre otras dimensiones. En conclusión, tanto las emociones

como las dimensiones humanas se tornan activas en la medida que el observador pase de un

estado pasivo o receptivo a un a estado activo.

2.3.1. El carácter profético en la pintura de Rothko

En sí la pintura de Rothko mantiene y manifiesta de manera particular un carácter profético.

Esto se puede constatar a partir de una carta emitida por Rothko junto con pintores de su

época tales como Newman y Gottliel. Veamos cuatro puntos de ese carácter profético

expresado en su pintura.

a) Arte como aventura a un mundo desconocido

En la pintura de Rothko solo están presentes espacios con formas cuadradas y

rectangulares, y cada uno con un color específico. Estos al mismo tiempo están ubicados

dentro de un espacio único. Sin embargo, dichos espacios no son simples o carentes de

sentido. Son espacios que poseen significados y contenidos propios. Para ser descubiertos

es necesario la acción del espectador. Desde el ser en relación con la pintura se inicia una

aventura dícese a lo desconocido. En palabras de los mismos pintores: “Para nosotros el

arte es una aventura a un mundo desconocido, que sólo puede ser explorado por aquellos


52

dispuestos a arriesgarse.”119 En la disponibilidad y en el riesgo el espectador no sólo se

encamina a un mundo desconocido, sino que en ese acto, él mismo se va descubriendo, se

va haciendo, se va reconociendo de lo que debe hacer, pensar y de cómo debe actuar,

pensar, hablar en el espacio y con todo lo que le afecta: la naturaleza, el ser humano, el

cosmos y el Trascendente. Es un cambio de la estructura mental que afecta la totalidad del

ser humano.

b) Imaginación y razón

Pues, las cosas se revelan para hacer del mundo injusto, un mundo justo en donde el

desarrollo sea signo de la armonía que existe entre los miembros de una sociedad. Cada ser

humano está capacitado para hacer algo que valga la pena. Rothko lo hizo como pintor,

escritor, miembro de una sociedad y como ser humano de potencialidades y limitaciones.

Del mismo modo, él, en comunión con Newman y Still, expresó su sentir respecto al arte y

sobre todo a la pintura, no directamente sobre el suyo, pero, lo que las letras dicen son de

carácter profético: “Ese mundo de la imaginación es libre como el viento y se opone

violentamente a la razón.”120 Para Rothko la imaginación es un mundo no de meras

ficciones, sino de realidades que conducen hacia un fin: son sueños, utopías, ideales que

sirvan y ayuden a la construcción de un mundo mejor. Rothko ve que la razón como

facultad que posee todo ser humano es opuesta en su función de ser en sí misma por la

imaginación, es decir, la utopía o los sueños que anhela el ser humano, que implica una

experiencia personal con algo o con alguien, se antepone a todo gusto racional. Por ello, la

pintura al mostrar ese carácter vacío, pero llena de contenido y significado, invita al

espectador a dejarse llevar, a dejarse conducir y acompañar por la pintura hacia un mundo

desconocido, pero que detrás de él, está el Trascendente que se revela con la presencia

activa del espectador.

119 GOLDING, J. Caminos a lo absoluto. Op. cit., p. 176. 120 Ibíd., p. 176.


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c) La mirada del espectador

Toda obra artística plástica es apreciada por el sentido de la vista. Llegar a un sitio y

encontrarse con una escultura o con una pintura de cara a ésta es casi imposible degustarla,

escucharla, tocarla y mucho menos sentir su aroma. Quizá sea uno de las razones por la que

muchos espectadores no le encuentran sentido. A lo mucho, hoy, sólo sirven para tomarse

unas fotos para el recuerdo, debido a que una obra, por ejemplo, de renombre, sirva de

testigo ante los demás. Esta actitud del espectador frente a una pintura puede producir en la

obra el fin de su existencia.

Ante una actitud como esta, el maestro Kandinsky se ha dado cuenta del cómo actúan los

espectadores con el libro en la mano, seres que llegan a un museo, a una galería de arte o a

una Iglesia donde se encuentran muchas obras de grandes pintores: “Las gentes se dirigen

con este libro en la mano de una tela a otra; lo ojean y leen los nombres. Después vuelven a

irse tan ricos o tan pobres como al entrar, retomando sus preocupaciones habituales que no

tienen nada que ver con el arte. ¿Qué han venido a hacer aquí?”121 El reclamo del maestro

ante tal actitud es explícito, de eso no hay duda. Dice que el espectador sale del lugar tan

rico o tan pobre como llegó, no hay un encuentro con lo que realmente está detrás de la

obra: el Trascendente. En otros términos; toda obra tiene una intensión que debe ser

revelada por el espectador: allí están plasmados sentimientos, dudas, amarguras, horas de

entusiasmo y de esperanzas. Por consiguiente, toda pintura, como la pintura de Rothko, es

un sujeto vivo y orgánico que habla con el espectador. Pero, ante la mirada del espectador

los artistas deben de alguna manera intervenir para que dicho espectador logre un

comprender y un comprenderse. Los artistas lo dicen mejor. “Es nuestra función como

artistas hacer que el espectador vea a nuestro modo, y no al suyo.”122 Es decir, Rothko a

través de sus obras con contenidos espirituales busca que el espectador se descubra en ellas

al encaminarse a lo desconocido.

121 KANDINSKY, W. “De lo espiritual en el arte, y la pintura en particular”. Galatea Nueva Visión, Buenos Aires, 1957, p. 15. 122 GOLDING, J. Caminos a lo absoluto. Op. cit., p. 176.


54

d) Lo inequívoco en la pintura de Rothko

Lo indiscutible en Rothko es el contenido espiritual que se halla en su obra. Por ello, nos

invita a que cada espectador tenga una experiencia personal con dicha pintura, ya que el

camino a lo desconocido como lo expresa él mismo, sobre su obra, es entre la pintura y el

espectador. De ese modo, dicen Rothko, Newman y Still que: “Favorecemos la expresión

sencilla del pensamiento complejo. Estamos a favor de las grandes dimensiones porque

tienen el impacto de lo inequívoco. Estamos a favor de las formas planas porque destruyen

la ilusión y revelan la verdad.”123

La obra de Rothko destruye toda ilusión vana, sin contenido, sin bases sólidas que permitan

un porvenir o un devenir mejor. El espectador que llega ante tal obra y se arriesga a entrar

en esos espacios vacíos y encaminarse hacia lo desconocido no solamente experimentará su

propia existencia, sino la existencia que le arropa todo su ser: al Trascendente. Verdad que

se revela en la medida que el espectador se hace uno con la obra.

e) Últimas palabras: el cómo proyecta la obra de Rothko

Las obras de Rothko carecen de imágenes específicas. Si miramos aquellas obras de

grandes formatos, nos encontraremos con muchos espacios oscuros, es decir, zonas donde

el color negro logra su predominio sobre los colores cálidos o fríos. Es así, porque la

pintura del maestro tiene una mirada más allá de la pintura misma, es decir, más allá de los

colores busca revelar al Trascendente mismo. Una tarea que implica sólo al espectador y a

la pintura, el de recorrer el camino hacia lo absoluto. “Recorrer el camino de retorno a la

unidad originaria de la que todo ha surgido, (…) no es abandonar el mundo creado, la

naturaleza, sino asumir toda la creación en la experiencia propia del tiempo y la

historia.”124 En otros términos, retornar a la unidad originaria, es experimentar el mundo

espiritual del Trascendente, en el cual, el que hace tal recorrido, vive y aprende de ese

mundo, para luego, vivirlo y enseñarlo en el mundo creado: naturaleza, cosmos. En sí, la

123 GOLDING, J. Caminos a lo absoluto. Op. cit., p. 176. 124 VEGA, A. Zen, mística y abstracción: ensayos sobre el nihilismo religioso. Trotta, Madrid, 2002, p. 110.


55

tarea de aquel que vive una experiencia como tal, es manifestar la extensión del ser en el

mundo visible.

Otro de los modos de cómo proyecta la pintura es el de producir efectos en la sociedad.

Dichos efectos solo pueden ser expresados por el espectador: Por un espectador arriesgado

a vivir en el camino desconocido, pero “…no es visible para el espectador de la pintura –

vitrina que no participa del arte como revelación. Sólo el mistés, el iniciado, puede

atravesar los intermundos aparentes, o los diferentes niveles de la consciencia, según una

lectura psicológica, y conocer el secreto de la vida y el mismo acto creador.”125 Pues, el

bienestar que experimentan los seres humanos y durante su existir en el mundo perceptible,

es efecto de la prosperidad desatada por cada iniciado.

Por otro lado, las pinturas de Rothko son medios de comunicación entre el Trascendente y

el ser humano. Aquellas obras que carecen de figuras, que imposibilitan al espectador

crearse la escena, son signos de la presencia actuante del Trascendente en medio de su

creación. “Las pinturas de Rothko son unos grandes espejos, opacos y mudos, imágenes

oscuras, sin luz propia ni rostro, vueltas hacia sí mismas y que sugieren al sujeto frente a

ellas la superación del conocimiento especulativo, como se describe en algunas visiones

místicas, como la de san Pablo (1 Cor 13, 12).”126 Frente a las obras, el espectador no debe

dejarse llevar por meras hipótesis que se tornan en razonamientos, obstaculizando el actuar

del Trascendente en la vida interior del sujeto. En otras palabras, del Trascendente que está

en todo y en todos “…como una vía de comprensión y de trasformación de la persona.”127

En fin, el maestro Rothko a través de sus obras de grandes formatos y donde el color negro

está presente, donde no hay imágenes específicas que sirvan de guía a los espectadores, por

tantos vacíos sin contenidos, había logrado que “…el Dios retirado del mundo había vuelto

a descender.”128 Un Dios que se hace uno con su creación y que sale al encuentro de todo lo

creado.

125 VEGA, A. Zen, mística y abstracción: ensayos sobre el nihilismo religioso. Op. cit., p. 115. 126 Ibíd., p. 97. 127 Ibíd., p. 116. 128 Ibíd., p. 129.


56

CAPÍTULO III

Las condiciones de una pintura para llegar a ser profética

Tres condiciones a tener la pintura para hacer las veces de mediación profética, por la cual

el Trascendente se deja ver y se comunica al ser humano. Pintura que desvele en una sola

obra tres condiciones como el anunciar, denunciar y el proyectar, es la que se convierte en

una profética. Este modo de concebir una pintura se debe a la visión aplicada a los

mediadores o profetas suscitados de entre los miembros del antiguo pueblo de Israel y al

describir análogamente a tres pintores de todos los tiempos.

3.1. La obra de Alex Chasnamote Puga

Toda obra pictórica merece atención, merece ser contemplada serenamente por el

espectador, ya que no es simplemente mirarla y apreciarla. Es necesario “…poder

comprenderla y asimilarla; se trata de saber interpretarla, de poder desmenuzarla hasta en

sus últimos detalles.”129 En otros términos, se trata de contemplarla por ser un medio, por

la cual se trasmiten ideas, sentimientos, deseos o anhelos humanos y divinos. Además, una

obra pictórica es propietaria de una cosa particular:

“…la obra pictórica se caracteriza esencialmente por tener un lenguaje propio que la individualiza

frente a otros productos culturales del hombre; el objetivo de la pintura radica en el carácter de objeto

que comunica algo visualmente, en el hecho de transformase en un vehículo o signo de

comunicación de un hombre –el pintor- a los demás hombres –espectadores-.”130

129 COLORADO CASTELLARY, A. Introducción a la historia de la pintura, De Altamira al Guernica. Síntesis, Madrid, p. 41. 130 Ibíd., p. 42.


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A partir de este argumento último nos es necesario presentar la obra pictórica. Obra que

alberga las tres condiciones: el de anunciar, el de denunciar y el de proyectar. Estas

condiciones la convierten en una pintura profética como tal.

Título: Profeta.

Técnica: Óleo sobre lienzo.

Dimensiones: 1.80 cm. X 4.20 cm.

Colores: Blanco, Ocre, Gris, Negro, Rojo y Tierra siena.

Autor: Alex Chasnamote Puga.

3.2. Revelando la pintura profética

Si nos sumergimos en la investigación del arte como tal, encontraremos cientos y cientos de

obras: entre arquitectura, escultura, frescos, pinturas, grabados y dibujos realizados por

muchos seres humanos a lo largo de la existencia humana. Pero, cabe decir al mismo

tiempo que tales obras tienen sus propias características que las hacen ser únicas. Obras

únicas gracias al sello dado por sus creadores en un tiempo y espacio determinado.

Aquellas obras fueron designadas con nombre propio en un tiempo específico. Es decir,

sabemos la existencia de una pintura románica, gótica, renacentista, manierista, barroca,

vanguardistas, por ejemplo, pero, sabemos poco o nada de una pintura profética, poseedora

de unas características propias, las cuales se desarrollaran y se explicaran en las líneas

siguientes.

Existen dos razones, (al mismo tiempo se convierten en base fundamental) por lo cual, se

hace concreto el término profético. Por una parte, dicha concreción es fruto de la función

del mediador, es decir, del profeta del antiguo pueblo de Israel quien movido por Dios, se

encaminó a anunciar, a denunciar y a proyectar, los planes del mismo. Por otro lado, el

término debe su concreción a tres pintores de todos los tiempos. El primero es Vincent Van

Gogh. Este pintor, siendo un amante de su entorno, afirmó: “Dios está en todo y en todos”,

expresión posible y real sólo en sus pinturas. Este modo de proceder lo exalta como el


58

pintor del anuncio. En otras palabras, el pintor por medio de su pintura, anunció la

presencia de Dios en la totalidad de las cosas. El segundo fue Francisco de Goya, de origen

español, fue el pintor que expresó su descontento ante el actuar deshumanizante del ser

humano contra el ser humano, señal de ello lo encontramos en su pintura y en sus dibujos

de aguafuertes. Finalmente, Rothko, de origen norteamericano, fue el pintor que manifestó

a Dios de un modo singular y único. Si en los dos primeros pintores existen escenas e

imágenes que ayudan al espectador a revelar el misterio de la obra, en Rothko por el

contario no deja cabida para el conocimiento especulativo, porque, aquella pintura al

carecer de imágenes y de escenas, invita al espectador a arriesgarse a penetrar en un mundo

desconocido para ser revelado, lo que está detrás de la obra, acción llevada a cabo por el

propio espectador. En sí, la exhortación que pronuncia el lienzo y todo lo que le compone

en su relación con el espectador, es una experiencia personal que implica aventurarse hacia

un más allá del propio color y solamente puede lograrse con la iniciativa de aquel que

contempla la obra.

Ahora bien, la pintura profética posee significado propio. La pintura como tal busca ser una

acepción universal, es decir, que todos los seres humanos puedan tener acceso a ella

teniendo en cuenta las motivaciones que posee cada espectador. Dicho de otro modo, ella

no puede acaparar la mirada de unos pocos y mucho menos de los expertos en cuestiones de

arte. La vida está en todos, la esperanza vibra en los corazones de todos los seres humanos

y por consiguiente, Dios se hace presente en todo y en todos. En consecuencia, la pintura

profética es un medio por el cual, Dios o el Trascendente se deja ver a todos los seres

humanos. En este sentido, la pintura profética no se limita a unos cuantos, a unos pocos

conocedores o expertos en el tema de arte o de pintura, sino que su ser pintura profética

alcanza a los que saben como a los que no tienen conocimientos sobre arte o sobre pintura.

Eso es una pintura profética: un mediador por el cual, Dios o el Trascendente se comunica,

se encuentra, se vincula y se hace presente entre los seres humanos.


59

3.2.1. La pintura como mediación profética

Sin embargo, dicha pintura concebida como instrumento por el cual, el Dios o el

Trascendente se manifiesta o se deja ver a los seres humanos, será siempre un medio y no

una mediación profética. Entonces, ¿Qué debe poseer este medio, es decir la pintura, para

ser considerada como una mediación profética?

La respuesta ha de ser: “El profeta”131 que se ha caracterizado por llevar y comunicar la

Palabra de Dios, dada, acogida y humanizada por el escogido, fue palabra en la boca del

profeta, palabra de vida y de esperanza ante los errores o vicios ejecutados por los mismos

seres humanos en tiempos y espacios determinados. Por ejemplo, Moisés, Amós y Jeremías

conscientes de sus roles exhortaban a sus coetáneos a vivir como seres en y desde Dios.

Asimismo, Van Gogh, Goya y Rothko, exhortaron, a través de la pintura a reconocer a Dios

o al Trascendente en todo y en todos, por consiguiente, reconocerse como parte de Dios y

de la totalidad de las cosas visibles e invisibles.

Pero, el reconocer y reconocerse en el Dios siempre fue una experiencia personal. Por

poner un ejemplo, los profetas (mencionados en el primer capítulo) anunciaron,

denunciaron y proyectaron palabras de origen divinos para que los oyentes las acogieran y

las pusieran en práctica. De la misma manera, los pintores presentados en líneas arriba

trasmitieron palabras, ideas, sentimientos o mensajes a través de imágenes y colores. Estas

imágenes o colores lograrían en los espectadores una mirada diferente del mundo personal,

comunitario y global. En sí, sobre lo mencionado, la intención es grande: que dicha palabra

sea acogida por el oyente o la pintura por el espectador para descubrir el sentido que posee

la palabra como el de la imagen.

Como palabra última, la pintura es mediación profética en la medida que exprese aquellas

condiciones llevadas a cabo por un profeta o por un pintor: un anuncio, una denuncia y un

131 SOLTERO, C. Deuteronomio. en: Comentario al Antiguo Testamento. Tomo I. La Casa de la Biblia, España, 1997, p. 582.


60

proyecto de vida. Condiciones que posibilitan a Dios, revelarse o de dejarse ver a todos los

seres humanos.

3.2.2. ¿Una pintura interreligiosa?

La pintura profética al ser considerada como mediación profética no está destinada a una

religión o credo en particular. Es una pintura destinada para que sea contemplada, apreciada

y observada por todo ser humano. De esta manera, dicha pintura va más allá de una

creencia o de un credo en particular. Se afirma ello, porque, en nuestro mundo actual poco

o nada sabemos de la existencia de cinco religiones de suma importancia. Por poner un

ejemplo, en el mundo hay miles de cristianos, pero poco saben del verdadero sentido de ser

cristiano, ello a veces es causa de que el mal se apodere de algunos seres humanos que se

proclaman cristianos. Ahora bien, en el interior de aquellas religiones, se dan modos de

creer, pensar y vivir para los muchos miembros, pero todos estos hombres o mujeres, tienen

algo en común: una mirada en torno al Trascendente. Puede ser llamado Dios, Yahvé, Alá,

por ejemplo. A pesar de todos los predicados adjuntos a Dios, todos los seres humanos son

seres que sufren conflictos personales, sociales, políticos, naturales e incluso religiosos; y al

mismo tiempo, son seres humanos en busca de amor, paz, fe por una comunidad unidad y

más humana. Estos elementos expresados suelen formar parte de las condiciones que posee

una pintura profética: anunciar que procedemos de alguien, denunciar situaciones

deshumanizantes y proyectar un mundo mejor, un futuro donde el amor, la justicia divina se

refleje eficazmente en la comunidad de seres humanos.

3.3. Describiendo las características de la obra profeta

No basta con mirarla, sino contemplar atentamente para llegar a descubrir el sentido que

trasmite cada imagen. Contemplar una obra es ir más allá de todo pensamiento producto de

la razón. Es encaminarnos a un mundo lleno de sentido y contenido. Ahora bien, la obra

profeta posee un inicio y un fin. Todo espectador podrá captar la escena del anuncio, de la


61

denuncia y del proyecto. Entre las características fundamentales podemos resaltar los

siguientes.

a). El soporte ha sido desde siempre uno de los instrumentos necesarios para la elaboración

de las pinturas. Las pinturas rupestres por ejemplo, fueron plasmadas sobre piedras como

expresiones de los primeros rasgos artísticos del ser humano. Con el paso de los tiempos el

ser humano se ha visto en la necesidad de probar otros soportes para plasmar sentimientos

de alegría o de amargura, por decirlo así. Estos soportes suelen ser la madera, la piedra

como se ha dicho, el metal, el muro que sirvió y sirve para plasmar imágenes a las cuales se

les conoce como frescos, la arcilla que fue utilizada por los antiguos seres humanos para

escribir o plasmar imágenes, la tela y el lienzo. Sobre este último soporte, fue plasmada la

obra que lleva por título profeta. En otras palabras, es un soporte de fibra vegetal (o

algodón), algo que habla de naturaleza, de tejido natural para hablar de profeta.

b) Un cuerpo, tres rostros ponen de manifiesto el contenido de la obra, es decir, de las tres

funciones proféticas. Las obras pictóricas se han caracterizado por ser únicas e irrepetibles.

Solamente existe una obra como la matriz de todas las demás que no son más que copias.

Miles de obras en la actualidad son reproducidas en pequeños y en grandes formatos.

Aquellas hermosuras trasmiten bien una escena, un escenario o bien un personaje de todos

los tiempos. Sólo hacen hincapié en un determinado tema. Claro, la obra profeta no es la

única que se presenta con tres rostros a la vez. A lo largo de la historia se han pintado varias

obras a las cuales se les denomina trípticos, porque están divididos tres lienzos, tres escenas

en lienzos diferentes, pero al unificarlos forman una unidad, una sola escena. Sin embargo,

la obra profeta recrea un mundo total y único al lograr que en un solo lienzo o cuerpo se

expresen tres escenas o rostros relacionado entre sí.

c) ¿Miedo al vacío? Este suena al periodo barroco o rococó, en el cual los pintores se han

aferrado a llenar sagazmente un lienzo con imágenes o escenas. Esta característica se

observa en la obra profeta como si el pintor temiese al vacío.


62

d) Lo figurativo persiste en la obra profeta de tal manera permite al observador avanzar sin

interrupciones hacia el verdadero sentido de la pintura. Permite arriesgarse al más allá que

no es otra cosa que encontrarse con el Trascendente. Al mismo tiempo, permite al

espectador que contempla la obra descubrir el mensaje o el argumento plasmado en el texto

pintado.

e) Dícese que los colores representan los ánimos de la persona. Por ejemplo, el rojo ha sido

caracterizado como el color del amor, el blanco de la pureza, etc. En la obra profeta

predominan seis colores, los cuales se interpretan de la siguiente manera. El blanco

representa la Luz primigenia, la que penetró el caos y por la cual, se dio inicio a la creación

de las cosas visibles e invisibles. El ocre representa la armonía, el orden, pues las cosas

fueron todas puestas en armonía y en orden por el Creador. El gris representa la

desorientación, la desubicación del no saberse situado en un determinado espacio y tiempo

y eso produce el vivir por el vivir, el sin sentido, a veces producto de los otros, de los que

se saben “fuertes” sobre los más débiles. El negro representa el productor de monstruos.

Aquellos pueden acechar incansablemente al débil y sumergirlo en el caos, en la oscuridad,

en el abismo sin fondo. El color rojo que es fácil relacionarle con la sangre, representa la

muerte, es decir, la sangre cuando fluye en el interior del cuerpo da vida y vitaliza a todo el

cuerpo, pero cuando dicho elemento esencial de la vida sale al exterior en pocos minutos se

empieza a secar y por tanto a morir. La sangre al morir se convierte en un terreno árido y

arcilloso donde solamente las serpientes, otros reptiles y los alacranes viven.

f) ¿Un tema en particular? La pintura profética al estar destinada a manifestarse a todos

los seres humanos, no encierra en sí un tema específico. Desde el propio pintor, la obra

profeta es una pintura que expresa el origen del ser humano; la rebeldía del ser humano

contra Dios, contra su prójimo, contra la naturaleza y contra sí mismo; y el anhelo de una

comunidad igualitaria, armónica, justa, donde la paz y la justicia se complementan. En

conclusión, la temática se ve más encaminada a una visión religiosa universal del propio ser

humano que a un tipo de credo en particular.


63

3.4. Las condiciones de una pintura para llegar a ser profética

La obra profeta presenta en su mundo interior tres condiciones las cuales la convierten en

una pintura profética. Dicha pintura plástica con su anuncio, con su denuncia y con su

proyecto quiere ser un medio por el cual Dios o el Trascendente se comunica, se deja ver a

todo ser humano de un modo particular y único.

3.4.1. El anuncio (primera condición)

El anuncio abarca la tercera parte de la totalidad de la obra, la cual merece darle una breve

explicación, y dejarlo en sí la explicación total, al espectador. Ahora bien, nos encontramos

ante una obra de gran magnitud, es decir, extenso por las proporciones ya mencionadas en

las primeras líneas a este capítulo. En su interior (correspondiente al anuncio) existen un

gran número de imágenes: personas, animales, plantas y nubes son las que se pueden

observar a simple vista. La impresión primera que suscita al observar la obra es la presencia

de un niño y de una niña en el centro de la imagen general del anuncio. Luego, las otras

imágenes suelen girar en torno a ellos.

Por otro lado, la escena del anuncio se presta para destacar los colores casi uniformes en

todas las imágenes. El blanco como tal da la sensación de expandirse literalmente sobre las

imágenes pintadas de color ocre. Estos dos colores expresan tranquilidad, amor, orden,

pureza, entre otras emociones que todo ser humano posee. Además, de la pureza, del orden

que emiten dichos colores, la escena del anuncio está cargada de simbología. Lo simbólico

entendido como “…aquel conjunto de elementos sensibles en los que el hombre capta

significados que trascienden su realidad concreta, siguiendo el dinamismo de las

imágenes.”132

132 PACOMIO, L. et al. Diccionario teológico interdisciplinar. Tomo IV. Tercera edición. Sígueme, Salamanca, 2002, p. 307.


64

Estas imágenes simbólicas representan la creación de todas las cosas visibles e invisibles.

Según el diccionario práctico de la lengua española133, el término creación posee varias

acepciones: Acción y efecto de crear; cosa creada y especialmente el Universo o conjunto

de las cosas creadas, etc. Esta última es de suma importancia porque recae todo su

contenido en la creación del mundo por Dios.

Ahora bien, la creación del mundo, del hombre como la maravillosa y esplendorosa

creación de todo lo creado por Dios es una concepción muy antigua en el pensar del ser

humano enraizado dentro de una cultura en un tiempo y espacio determinados. Este modo

de proceder hace del ser humano, un ser deseoso por saber y conocer el origen de las cosas,

de sí mismo y del “…mundo que lo rodea.”134 A esto le suscita una cuestión, ¿para qué

desea saber y conocer el ser humano sobre el origen de las cosas? La mejor respuesta

certera es para comprenderse a sí mismo en relación con su entorno, la naturaleza, el

cosmos y con Dios.

Por ejemplo, existen narraciones espléndidas o nobles sobre la Creación del Universo y del

ser humano. Narraciones que dieron paso por así decirlo a la creación descrita en el libro

del Génesis. En este texto está narrada la creación del ser humano y del mundo. Acto

llevado a cabo por Dios en siete días. Dicho de otro modo, la creación desarrollada en la

Biblia judeocristiana debe su contenido y su significado a narraciones anteriores a ella:

“…textos del Próximo Oriente Antiguo. En efecto, estos textos nos ofrecen a su modo una

génesis del hombre y de su mundo, es decir una comprensión de los orígenes desde una

perspectiva religiosa.”135 Entre los textos del próximo oriente antiguo figuran los

Mesopotámicos,136 los egipcios,137 los de Ugarit.138 Textos que dieron origen a otros textos

sobre la creación del mundo y del ser humano sobre todo a la Biblia judeocristiana; y, a la

133 IGNACIO ALONSO, J. Diccionario práctico de la lengua española. Espasa Calpe, Madrid, 1999. 134 SEUX, M. et al. La creación del mundo y del hombre. Verbo Divino, Estella (Navarra), 1997, p. 5. 135 Ibíd., p. 4. 136 Ibíd., p. 8. 137 Ibíd., p. 41. 138 Ibíd., p. 55.


65

posible Biblia de los Mayas139 quienes narraron su propio modelo de creación de las cosas

y de los seres humanos, los cuales, fueron descritos como hombres de maíz: el Popol Vuh.

En Consecuencia, Salamanca afirma que: “Muchos de los textos bíblicos surgieron de

reinterpretar otros textos,…”140 que no son otros, sino los ya mencionados.

Como última palabra, la creación del mundo y del hombre como fruto del amor de Dios,

“…se supone una enorme audacia, pero una audacia necesaria para el hombre que vive en

este mundo.”141 El ser humano al ser creado, es un ser dotado de muchas capacidades para

poder lograrse en este mundo concreto. Lograrse en este mundo requiere necesariamente

estar en vínculo con los otros, con su entorno natural, cósmico y sobre todo con Dios. La

relación del ser humano con Dios hace visible el respeto que éste se merece, el ser humano

reconoce a Dios como la fuente de todo, se reconoce como un ser creado que proviene de

Él, sin titubeos y sobre todo se comprende a sí mismo como parte de todo lo creado.

El ser humano es una creatura creada por Dios. Sin embargo, por las circunstancias de la

vida actual, el ser humano se ha olvidado de su propio origen, ya no sabe si es creado o si

es una cosa más en este mundo. Esto hace posible que el recuerdo sobre, el “Yo soy el que

Soy”, vaya pasando a un segundo plano o de pronto ya no está en ninguna dimensión de

todo lo creado. En otros términos, el Yo soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob tal

como se nos describe el libro del Génesis está siendo olvidado, de modo consciente o

inconsciente por el mismo ser humano. Este olvido no hace otra cosa que faltar el respeto a

Dios, creador de todo lo visible e invisible. Al dador de amor, libertad, esperanza, caridad,

justicia y fe, ya que sin la fe no podría haber las demás.

139 Los Mayas de Yucatan en Centro América fueron una población numerosa que entre sus miembros desarrollaron vastos conocimientos. Una población avanzada a la llegada de los españoles en el año de 1492 a tierras americanas. 140 SALAMANCA, LI MIZAR. Dejarse habitar. San Pablo, Bogotá D.C., 2009, p. 5. 141 SEUX, M. et al. La creación del mundo y del hombre. Op. cit., p. 5.


66

Pues, Dios se desbordó de sí mismo, “…preparó (…) todo cuanto había de ser benéfico

para el hombre en el curso de los tiempos, todo cuanto le había de ser necesario…”142 : la

naturaleza y cuanto contiene, el cosmos y cuanto la llena y los seres humanos. Él se

encargó desde sí mismo por el ser humano, por sus necesidades. Preparó la habitación, es

decir, pintó las paredes, colocó el techo y el piso, adornó las paredes con muchos objetos

multicolores y una cama que representa a la vida, sobre ella, colocó Dios al ser humano.

Por consiguiente, Dios le colocó “…toda la creación a sus pies, lo coronó de gloria y de

esplendor…Ante tanto amor y el regalo del universo ¿qué ha de hacer el ser humano?”143

Salamanca responde afirmativamente lo siguiente: “Contemplar y alabar desde su

creaturidad que acoge el don de la gloria, de modo que por su propia acción responsable la

creación entera viva una transformación gloriosa manifestada en belleza.”144 Pues toda la

responsabilidad de la creación recae sobre el ser humano. De este ser humano depende la

vida, el amor, la esperanza y la fe para cuantos le escuchan y conviven con él. De tal modo,

se logre en relación con los demás, pero en vínculo con Dios, ya que de allí el ser humano

es origen. Saberse creatura de Dios es saberse manejar en el mundo de un modo respetuoso

y adecuado en relación con la totalidad de las cosas.

3.4.2. La denuncia (segunda condición)

La denuncia abarca la mayor parte de la totalidad de la obra, la cual merece darle una breve

explicación y dejarlo en sí la explicación total al espectador, es decir, el espectador debe

descubrir el sentido de las imágenes simbólicas que el espacio de la denuncia alberga en su

interior. Ahora bien, nos encontramos ante una escena de gran envergadura, es decir

extenso, sobre todo por las imágenes distribuidas. En su interior (correspondiente a la

denuncia) existen un gran número de imágenes, plasmadas simbólicamente: personas,

animales y objetos materiales. La impresión primera que suscita al observar la obra es la

142 VON RAD, G. El libro del génesis. Sígueme, Salamanca, 2008, p. 73. 143 SALAMANCA, LI MIZAR. Dejarse Habitar. Op. cit., p. 20. 144 Ibíd., p. 20‐21.


67

presencia de una mujer disputada por otras personas. Luego, las otras imágenes giran en

diferentes espacios y estados.

Por otro lado, la escena de la denuncia se presta para destacar los colores que alberga en su

interior. En realidad hay cuatro colores predominantes en dicho mundo. Cada color

representa algo como del color negro, rojo y gris. Ahora bien, el color tierra siena se

asemeja al color de la tierra. Este color en la obra profeta representa la fertilidad, la esencia

vital de las plantas y de todo lo que contiene en ella y sobre ella.

Estas imágenes simbólicas representan en el espacio de la denuncia las acciones erróneas o

vicios que someten a la mayoría de los seres humanos en el mundo real. Von Rad, en torno

a la creación, narrada en los capítulos 1 y 2 del libro del Génesis, afirmó lo siguiente: “Las

muertes y las matanzas no han entrado, pues, en el mundo por orden de Dios.”145 Dios creó

un mundo bueno y bello. Dio a todo lo visible e invisible la libertad para hacerse en función

de él. Sin embargo, en nuestro mundo se constata lo contrario: un mundo de muerte, de

violencia, de atropello del fuerte contra el más débil, marginación, explotación,

comercialización de niños y de niñas entre otros errores y vicios. Estas acciones no

auténticas producto del querer finito, es lo que llama nuestra atención.

Las atrocidades o actos no auténticos se dejan ver en el actuar del mismo ser humano. El

profeta Amós había hecho una clara afirmación el por qué de ello. Dicho de otro modo,

Amós resalta la causa de los actos equívocos y viciosos que se acampan lentamente,

rápidamente, agresivamente o sigilosamente en el ser humano y por ende en la comunidad.

El Profeta ve tanta desigualdad entre sus coetáneos como el resultado del abandono a Dios

mismo de parte del ser humano.

La desigualdad ha sido uno de los temas que denunció Amós. Este término no solamente

puede ser aplicado a cuestiones de bienes, sino también en relación al ser humano. Dios

había concedido la creación al ser humano para que la domine coherentemente en relación

145 VON RAD, G. El libro del génesis. Op. cit., p. 71.


68

con los demás. Sin embargo, el ser humano dominado por la codicia, lujuria, poder,

ambición, avaricia, entre otros aspectos que desea y anhela, le ha conducido a la

desigualdad, a la inseguridad de sí mismo, del dominio del fuerte y poderoso sobre el débil,

sobre el humilde, dejándole al otro sin propiedad, sin tierra, por ejemplo.

La tierra un derecho que corresponde a todos los seres humanos en algunas ocasiones son

delimitados por los más poderosos. Sabiendo que la tierra es de todos y de nadie a la vez,

porque, mientras existe el ser humano en este mundo, le pertenece por lo menos una

porción y en ella vivir dignamente, y cuando deja de existir ya no lo es, porque forma parte

de la totalidad de la creación en Dios.

Otro problema que acecha al ser humano no es la pobreza que experimenta al ser despojado

de sus bienes. El problema que alberga todo, el “posible problema”, es la igualdad, ahora

convertida en desigualdad. Esta desigualdad manifestada en el plano económico, social,

político y también religioso es la preocupación de muchos seres humanos. Frente a ello

suscitan fórmulas, metas o proyectos para salvar a muchos seres humanos que viven en la

pobreza, o sea a los pobres.

Pero, ¿Quién es el pobre? ¿Cómo se encarna la pobreza? Según Parra: “Pobre y pobreza

(…) tienen una semántica amplia que la discusión social y humana ha elaborado desde

aquellos días en que las mediaciones sociales redujeron los términos a las solas categorías

económicas o a las perspectivas cerradas de una clase social enfrentada a todo lo demás.”146

En este sentido al pobre que la acompaña su pobreza se convierte en el culpable de lo que le

pase y por consiguiente, tiene que enfrentarse a las realidades sociales, políticas,

económicas en incluso religiosas que la arropan en su vida cotidiana. Aún más, el pobre se

convierte no solamente vulnerable ante los que “poseen” riquezas, por así decirlo, sino que

pierde dignidad ante los otros y por tanto, pasa a ser esclavo del que posee o tiene “poder”.

146 PARRA, A. Texto, Contexto y Pretexto: teología fundamental. Pontificia Universidad Javeriana, Faculta de Teología, Bogotá D.C., 2005, p. 304.


69

Esta degradación del ser humano contra su prójimo constituye “…el más alto grado de

deshumanización, de anti vida y de anti Reino,…”147

Ahora bien, solamente para tener una idea resaltaremos algunas concepciones de pobre

presentado por Parra:

• En sentido económico, pobre es el carente de recursos económicos.

• En sentido cultural, pobre es el subyugado por modalidades de vista y de expresión

ajenos a los suyos.

• En sentido político, pobre es el violentado y oprimido por el poder abusivo.

• En sentido clínico, pobre es el enfermo.148

Dios se jactó en crear al ser humano, varón y mujer en igualdad, es decir, con dones y

cualidades para que entre sí, se complementen y ser uno en Dios y en la totalidad de la

creación. Pero este darse entre sí, el tú con el tú, es la credibilidad de lograr el bien. Sin

embargo, la igualdad se ha perdido hasta tal punto de esclavizar al otro, de someter al otro,

incluso de quitar la vida del otro. Pero, ¿Cuál es el problema que encierra esta actitud, que

solo expresa acciones erróneas del uno con el otro?

Cuando Dios creó al ser humano, le creó con la capacidad de elegir que no es otra cosa que

la libertad para construirse en beneficio personal y comunitario. Sin embargo, el creado

desde la libertad que posee y mal concebido de alguna manera se sumerge en el espacio de

la oscuridad, las tinieblas, del caos, la esclavitud. No más libertad. La libertad no aplicada

adecuadamente en la vida finita, puede ser causante de la destrucción personal, de la vida

en sí. Una libertad no encaminada hacia el logro personal, destruye al ser humano y a la

creación en su conjunto: naturaleza, cosmos, humanidad. De este manera produciendo y

haciendo manifestable a la propia muerte: muerte expresada en la avaricia, la ambición, la

147 PARRA, A. Texto, Contexto y Pretexto: teología fundamental. Op. cit., p. 305. 148 Cfr. Parra A. Texto, Contexto y Pretexto, teología fundamental. Op. cit., p. 304‐305.


70

lujuria, el poder, la violencia, la guerra y en la falta de respeto por la naturaleza, el cosmos

y por Dios. En palabras de Brueggemann:

“Esta muerte se manifiesta en la alienación, en la pérdida del patrimonio y en la búsqueda de nuevas

formas de saciedad que nunca pueden dejarnos satisfechos, lo cual nos arrastra a la forma extrema de

consumismo, que consiste en consumirnos unos a otros.”149

Estos actos mencionados producen en los seres humanos la incertidumbre como un mal que

debe ser eliminado, pero no es del todo cierto que ello pase. Los seres humanos parecen

condenados y sometidos de una u otra forma a manifestar la muerte mientras “habla,

escucha, ve y siente”. Según el diccionario de la lengua española incertidumbre significa

inseguridad,150 etc. No es de menos para un ser humano que vive en un mundo donde la

injusticia se hace palpable: muerte a causa de la guerra, hambre, desempleo, asesinatos,

desastres naturales, violencia familiar, social, política y religiosa, muertes innecesarias de

niños nacidos y por nacer. Estas enfermedades mortales que padecen los seres humanos no

los dejan estar en paz consigo mismos y con los demás, por tanto, viven intranquilos. “La

intranquilidad les persigue hasta en el sueño.”151

Por otro lado, el “…ser humano con hambre inventa la refacción”152. Este es un modelo

que cabe en el mundo de lo metafórico. Lo mejor y por el cual fue creado el ser humano, es

para lograrse en relación con Dios y, por tanto, expresar esta experiencia del encuentro con

él, en hacer el bien a sus semejantes con el fin de vivir mejor, en donde la paz y la justicia

se integren. Sin embargo, atraído por la saciedad que nunca le dejaran satisfecho se

embarca a su propia destrucción. El hambre se refleja en la autosuficiencia de unos cuantos

sobre la masa y en la esclavización o explotación del prójimo. Estas acciones afectan

universalmente la condición de la vida de los seres humanos, por ejemplo, “…la energía

149 BRUEGGEMANN, W. La imaginación profética. Sal Terrae, Santander, 1986, p. 60. 150 IGNACIO ALONSO, J. Diccionario práctico de la lengua española. Espasa Calpe, Madrid, 1999. 151 GRÜN, A. Incertidumbre. Verbo divino, Estella (Navarra), 2003, p. 17. 152 Fundación Amerindia. Aparecida, renacer de una esperanza. Kimpres Ltda, 2008, p. 80.


71

nuclear,…”153 el “…mundo de los negocios y de la industria”154 que paradójicamente es

un buen necesario para el mundo actual, pero en el fondo solo favorece al más fuerte, al que

más industria posee. Asimismo, existe y persiste algo más degradante y deshumanizante en

nuestro mundo: tráfico de seres humanos. “El tráfico de seres humanos es una de las

consecuencias más ocultas pero más devastadoras de la globalización. Es una nueva

esclavitud, una esclavitud oculta,…”155 pero, las situaciones que viven los seres humanos

no se limitan solamente al actuar no auténtico de algunos seres humanos contra el prójimo,

sino que la naturaleza también actúa algunas veces como fuerza destructora de vidas.

Muchas personas mueren a causa de los cambios naturales y las que sobreviven a un

Tsunami, por ejemplo, huyen a otros terrenos.

Dicho de otra manera, el cambio climático ha hecho posible que muchos seres humanos

migraran de un lugar a otro contra toda voluntad. Aquellas “…familias salen de sus hogares

para encontrar una “vida mejor” o una “mejor educación para sus hijos,…”156 ya que no

pueden continuar viviendo en el sitio de origen debido a los desastres producidos por la

madre naturaleza.

Ahora bien, las “enfermedades” que hemos mencionado no son las únicas, pero en el

mundo de los seres humanos afectan a poderosos y humildes, ricos y pobres. El sol brilla

para todos. La noche arropa al rico y al pobre y ante los males que los acechan, nadie se

escapa. Pero dichas realidades no son paredes que impidan ser mejores seres humanos y

construir entre todos un mundo mejor, una comunidad donde el amor del uno por el otro se

torne eficaz. Por eso, todo reto, desafío o problema existencial, siempre posee una salida.

En este sentido, la libertad que posee todo ser humano merece aplicarse en la vida personal

y comunitaria de forma adecuada. Pues, no se trata de destruir de un hachazo el ó los

problemas que dividen a los seres humanos. Se trata que, entre todos se logre encontrar el

153 WAINWRIGHT, E. Consecuencias de la globalización en Oceanía. En: Revista internacional de Teología, Concilium. Verbo Divino, Estella (Navarra), (Nro. 329, febrero 2009), p. 13. 154 Ibíd., p. 13. 155 Ibíd., p. 13. 156 Ibíd., p. 12.


72

camino que conduzca a un mundo mejor. En otras palabras, ante tales fenómenos los seres

humanos deben encontrar la salida, deben ser conquistadores del uno con el otro,

concibiéndose como seres iguales. El ser humano se volverá un verdadero conquistador en

el aquí y en el ahora, aquí en esta tierra o en otras, cuando valore al sujeto como persona,

como creatura e hijo de Dios; cuando valore la libertad dada a cada ser humano, cuando

aplique su libertad en concordancia a la voluntad de Dios que no es otra cosa que hacer el

bien; cuando reconozca y valore “…la dignidad y la conciencia personal.”157 Si así actúa

todo ser humano en su contexto existencial, un verdadero conquistador se volverá.

3.4.3. El proyecto (tercera condición)

Esto es fundamental para comprender el proyecto como tercera condición plasmada en una

pintura profética: “Jeremías está en el punto medio de la historia de la aflicción de Israel.

Antes de él, Amós ya había condenado a los que, engañándose a sí mismos, ni podían ni

querían afligirse (Am 6,6).”158 Jeremías ante los problemas de injusticia de toda índole

cometidos por los seres humanos de su época, con la ayuda de Dios, invita a la conversión

en Dios mismo.

Ahora bien, el proyecto abarca una porción de la totalidad de la obra, la cual merece darle

una breve explicación, y dejarlo en sí la explicación total al espectador, es decir, el

espectador debe rastrear el sentido de las imágenes plasmadas simbólicamente que el

espacio del proyecto alberga en su interior. Pues, nos encontramos ante una escena de gran

magnitud, sobre todo por las imágenes distribuidas. En su interior (correspondiente al

proyecto) se resaltan imágenes de personas y de una planta. Tener mayor comprensión

sobre el contenido corresponde al espectador.

El pretexto es el proyecto o intensión surgida del contexto -denuncia en relación con el

texto –anuncio. Estas tres dimensiones se relacionan entre sí. No puede existir una

157 Fundación Amerindia. Aparecida, renacer de una esperanza. Op. cit., p. 79. 158 BRUEGGEMANN, W. La imaginación profética. Op. cit., p.72.


73

intensión o proyecto si no hay un problema al cual merece atención y solución. Ni puede

lograrse en su totalidad un problema, si no hay fuentes escritas, habladas o plasmadas que

ayuden a solucionar una situación. Por lo menos nosotros tenemos dos fuentes, dos

lenguajes que posibilitan encontrar una respuesta a los problemas que acechan a los seres

humanos o la comunidad. La primera es el texto escrito, por ejemplo, las escrituras del

Antiguo Testamento narran la presencia de personas concretas que revelaron al Dios de la

vida y errores humanos. El segundo lenguaje lo encontramos en el texto plasmado: la

pintura denuncia los actos no auténticos de los seres humanos a través de imágenes y

colores. Al mismo tiempo, invitando al espectador tomar conciencia de las acciones no

auténticas, sabiendo que la vida es un don concedido a todo ser humanos por Dios, y por

tanto, merece respeto y sentido, sin límite alguno.

A partir del argumento anterior se sigue lo siguiente: hablar o pensar en un proyecto es

lanzarse hacia algo o hacia alguien. La intensión es riesgo. Es encaminarse en un mundo

desconocido. Es buscar una salida a una circunstancia, mayor si es para el bienestar de

todos los seres humanos. “Hay momentos de crisis en los que la situación parece estar

perdida, en los que la salida no se vislumbra. Son estas situaciones llamadas crisis las que

nos mueven a buscar salidas que permitan el crecimiento o la involución.”159 Por ejemplo,

el profeta Jeremías tuvo el valor de pronunciarse ante sus coetáneos en nombre de Dios en

tiempos difíciles. Tiempos de división entre seres humanos, de seres sin esperanzas, sin

ilusiones, etc., pero el profeta no fue un ser estático, fue una persona de esperanza –

esperante, es decir, de acción mientras espera una respuesta de los oyentes. El ser humano

en este sentido no es un ser destinado a morir por morir. Al contrario, el debe hacerse en el

mundo en relación con los demás, con su entorno natural, cósmico y divino. En palabras

más accesibles, los conflictos que producen crisis personales, comunitarias, locales,

nacionales e incluso globales hacen surgir la incertidumbre, es decir, la inseguridad o duda

en el ser humano, pero aquellos conflictos productores de crisis existenciales, son al mismo

159 RODRÍGUEZ, MARÍA, E. Resiliencia: otra manera de ver la adversidad. Pontificia Universidad Javeriana, Facultad de Teología, Bogotá D.C., 2006, p. 125.


74

tiempo, los responsables “…de la necesidad de opciones personales…”160 para combatirlos

y quizá acabar con ellos que, no hacen otra cosa que romper la armonía, la paz, la esperanza

personal, social o mundial.

El ser humano se merece un mundo mejor. El ser humano nació para la vida y no para la

muerte, salvo corporalmente. Una comunidad donde se manifieste el respeto, el servicio, la

acogida, el apoyo mutuo, solamente es posible desde el mismo ser humano. Basta un ser

que se inicie en ello, para que los otros también lo practiquen. Pero para que ello se vea

reflejado en la realidad, el ser humano se merece a sí mismo una trasformación personal.

“La transformación consiste en desentrañar, en sacar a la luz la imagen primitiva que

subyace en el montón de los demás y dejar que lo verdadero se desarrolle por encima de lo

falso.”161 Dicha imagen primitiva no es otra cosa que las acciones no auténticas

productoras de otras que impiden desarrollarse como ser humano en la comunidad. De

alguna forma esas acciones no auténticas deben ser expuestas a la vista del propio ser

humano para que conociéndolas se inicie en un nuevo camino, en un nuevo modo de

proceder.

También lo podemos designar a la transformación como conversión, porque en toda

conversión debe primar la verdad sobre la falsedad. La verdad debe ir desarrollándose

paulatinamente en el ser que desea ser mejor y vivir mejor. “El tiempo de la conversión

destruye toda referencia a la realidad anterior;…”162 y se inserta en una realidad posterior o

vida nueva, y por consiguiente, acontece lo mejor. “El sentido de la conversión ya no puede

hallarse en la vida que está a punto de ser abandonada, es preciso renunciar a ella (…) para

penetrar en el ámbito que dará sentido pleno a (…) la vida…”163

El verdadero sentido de la vida se expresa en el salir de sí mismo y volverse a sí mismo, es

como separarse del mundo, pero sin salir del mundo. Esta concepción nos remite

160 Fundación Amerindia. Aparecida, renacer de una esperanza. Op. cit., p. 78. 161 GRÜN, A. Transformación. Verbo divino. Estella (Navarra), p. 17. 162 VEGA, A. Zen, mística y Abstracción. Op. cit., p. 67. 163 Ibíd., p. 68.


75

directamente a la pintura de Rothko donde el espectador se ve invitado por los grandes

espejos (en torno a su pintura) a adentrarse en un mundo desconocido, en un mundo que

merece ser desvelado por la iniciativa del espectador, porque “…las imágenes son una vía

para alcanzar la visión de la divinidad.”164 Por lo tanto, el ser humano se merece salir de sí

mismo, de ir más allá de todo pensamiento especulativo o racional. Todo ser humano

necesita encaminarse, arriesgarse hacia algo quizá desconocido al principio, pero el solo dar

los primeros pasos personales ya es una ganancia, porque en ese ir o salir de sí mismo, un

encuentro se dará. Encuentro entre tú y el Trascendente que repercute en la totalidad de la

creación: naturaleza, cosmos, ser humano y divinidad.

El encuentro se torna pleno en la medida que el espectador exprese empatía. El ser humano

debe procurar la empatía. Empatía entendida como acto de “…apertura, de aproximación,

de benevolencia en el espíritu…”165, de encontrase con uno mismo y en últimas y digno de

mención con el que habita en todo y en todos: el Trascendente, el Dios, el Creador. Por

consiguiente, el encuentro fortalece a la persona, ayuda a mirarse a sí misma, a expresarse

tal cual es, a pensar, sentir, querer y anhelar de uno modo transparente.

Concluyendo, la meta es vivir en la divinidad, en Dios, en el Trascendente en relación con

los otros seres existentes, bien, visibles o invisibles. Entre todos, unidos y confortados por

la gracia del Trascendente se puede logra un mundo mejor. Un mundo de hermanos, de

seres humanos, una comunidad donde el Trascendente o Dios se deja ver. Este dejarse ver

se hace de formas diferentes, en la Palabra como en la imagen. La pintura profética en este

sentido, es productor de frutos de vida para la vida personal y comunitaria: favorece el

crecimiento personal, convoca a la sensibilidad; por consiguiente, invita, respetando la

libertad del espectador, a la trasformación o conversión: un cambio de vida. Es saber elegir

el camino del bien que no es otra cosa que poner en actividad la libertad. “Saber lo que yo

quiero es en último término saber lo que Dios quiere de mí;…”166 “Saber a cada momento

164 VEGA, A. Zen, mística y Abstracción. Op. cit., p. 102. 165 Fundación Amerindia. Aparecida, renacer de una esperanza. Op. cit., p. 78. 166 VALLÉS, C. Saber escoger, El arte del discernimiento. Sal Terrae, Santander, 1986, p. 12.


76

lo que quiero, y hacerlo, es la esencia de la vida. El camino se define por sus curvas y el

hombre por sus decisiones. Ellas marcan la meta.”167 Pero lo que hace a un ser humano,

humano en medio de una comunidad, es su servicio y su manera de ayudar

desinteresadamente por el bienestar de todos. No se preocupa de los reconocimientos y del

dinero, porque de alguna manera ellos llegan tarde o temprano.

167 VALLÉS, C. Saber escoger, El arte del discernimiento. Op cit., p. 11.


77

CONCLUSIONES

Las siguientes conclusiones darán cuenta de las dimensiones de una pintura profética. Estas

dimensiones como fruto de las funciones que desempeñaron los profetas del pueblo de

Israel, pero para nuestro cometido se logra resaltar el papel de Moisés como el profeta de

los profetas, de Amós como el profeta de la justicia y de Jeremías como el profeta de la

conversión. Cada profeta desempeñando su función en épocas distintas del uno en relación

con el otro y de acuerdo a las circunstancias presentadas. Estas tres funciones hicieron

posible el surgimiento de la pintura profética, y por tanto, la hace ser como tal, por su

contenido anunciante, denunciante y proyectante, logradas a través de las imágenes

plasmadas simbólicamente.

1. El profeta: mediador entre Dios y los miembros del pueblo de Israel

El pueblo de Israel se ha caracterizado por tener el privilegio de presenciar dentro de su

misma comunidad seres humanos con funciones anunciantes, denunciantes y proyectantes.

Estos mediadores entre Dios y los miembros del pueblo de Israel escuchaban la voz de la

divinidad, aquella Palabra escuchada era humanizada y luego trasmitida a los miembros de

la comunidad. De tal manera que fueron considerados como hombres de la Palabra, y no de

cualquier palabra, sino de la Palabra de Dios.

Moisés por ejemplo, como profeta suscitado por Dios de entre los miembros de la

comunidad de Israel, anunció al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob a sus coetáneos, de

tal modo que le recordarían generación tras generación.

Posterior a Moisés, Amós expresa su preocupación por las acciones erróneas de sus

coetáneos que no hace otra cosa que denunciar severamente dicho errores y vicios como


78

causa del olvido a Dios, y por consiguiente, la vida no es respetada por el ser humano: Hay

violencia del fuerte sobre el más débil, atropellos e injusticias propiamente humanas que

acaba con la vida, con la paz y con la justicia divina.

Posterior a Amós, Dios suscita otro profeta. Jeremías está afligido por los errores que

comenten unos cuantos contra la masa. Trata de acabar con el pesimismo que acosa a todos

los seres humanos en todo los niveles de la vida. Jeremías llama a la conversión que no es

otra cosa que a un proyecto de vida en Dios y en todo lo creado. Jeremías ve que hay

esperanza ante tanta miseria humana de tal modo que, invita a sus coetáneos a una nueva

alianza en Dios.

Entonces, cabe resaltar que estos profetas se tomaron el tiempo suficiente y con

responsabilidad a anunciar, a denunciar y a proyectar. Pero, con las funciones aplicadas al

profeta, el “…profeta no se dedica a regañar y a reprender. Lo que hace el profeta es

expresar abierta y públicamente el horror de las postrimerías, el fracaso de nuestra

autosuficiencia, las barreras y los diversos órdenes jerárquicos que nos afianzan a unos a

expensas de otros y la horrenda práctica de comer de la mesa de un hermano o una hermana

hambrientos.”168

2. La mediación profética expresada en la pintura.

El mundo se ha caracterizado por la grandeza de muchos seres humanos que cambiaron el

modo de ver la realidad, las cosas, y también, a los seres humanos, a Dios, al Creador o a la

Trascendencia. Hay muchos, pero entre los tantos seres humanos que nos trasmiten sus

pensamientos y sentimientos están los pintores.

Van Gogh plasmó una serie de imágenes y colores sobre muchos lienzos. Aquellos colores

expresaban el deseo de anunciar a la fuerza cósmica que habita en todo y en todos, es decir,

al mismo Dios actuando en su creación. Van Gogh afirma además que todo lo que hace,

168 BRUEGGEMANN, W. La Imaginación Profética. Op. cit., p. 60.


79

proviene de esa fuerza que está presente de forma más esencial en todos los seres humanos.

Por consiguiente, Van Gogh a través de su actuar plástico buscaba dialogar con su

semejante y revelar a Dios.

Francisco de Goya plasmó muchas imágenes sobre lienzo, sobre papel y empleó el óleo, la

tinta y el aguafuerte. Este último elemento fue usado en gran cantidad para plasmar escenas

denunciantes de los errores y de los vicios cometidos por sus coetáneos de la entonces

España del siglo XVIII. Estas obras fueron unidas por el mismo pintor en una sola pieza a

la que llamó “Los Caprichos”. Otras de sus obras denunciantes fueron designados como los

“Desastres de la Guerra”. Allí denuncia las atrocidades ejecutadas por extranjeros en tierras

españolas. Fuerzas militares del entonces poder napoleónico.

Pero no todo poder destructivo perdura “… (Con perdón) “para siempre”.”169 La vida nos

depara mucho que, ante las atrocidades que pueda cometer un ser humano contra su

prójimo hay una salida. Esta salida no es sino un proyecto con miras a un mundo mejor,

pero antes, el ser humano debe buscarse a sí mismo en el Trascendente. Rothko nos dio esa

oportunidad de arriesgarnos hacia un mundo desconocido donde radica la posibilidad de

encontrarse consigo mismo y con el Trascendente, con Dios o con el Creador. Pero,

entender el arte de Rothko es una labor del espectador que consiste en el proceso de

adentrarse en la obra como tal. Sus obras serán oscuras, sin imágenes, pero en el fondo de

todo ello poseen una carga espiritual.

3. Las condiciones de la pintura profética

Ahora bien, las condiciones ejecutadas por los profetas de formas independientes, se vieron

reflejadas en tres pintores de épocas y espacios diferentes. El uno anunció a Dios, el

segundo denunció atrocidades de su tiempo y en su tierra natal, el tercero nos encaminó

hacia un nuevo modo de proceder con uno mismo en relación con el Trascendente. Cada

pintor hizo su trabajo independiente del uno con relación al otro, cada trabajo y pensar es

169 BRUEGGEMANN, W. La Imaginación profética. Op. cit., p. 58.


80

único en cada pintor. Sin embargo, en el fondo de todo ello cargan con contenidos y

significados proféticos que posibilitaron el surgimiento de la pintura profética.

La pintura profética se caracteriza en sí por lograr que el anuncio, la denuncia y el proyecto

se reflejen en una sola obra. En nuestro caso llamada profeta. El nombre se debe a las

funciones o dimensiones del profeta como tal.

En el ámbito del anuncio deja cabida al espectador para poder comprender el contenido y el

sentido que los elementos trasmiten. Es la creación de la totalidad de las cosas visibles e

invisibles puestas sobre un lienzo que invita al espectador no solamente a mirarla, sino a

reconocerse como parte de la creación.

La denuncia se presta para reflejar algunas acciones no auténticas como errores o vicios

entre otros elementos que un ser humano es capaz de hacer si toma a la ligera la libertad

que le fue concedida.

Mientras que el proyecto es una invitación a vivir procurando la paz y la justicia para con

todos los seres humanos. Es encaminarse hacia una nueva vida, a una vida de amor, de

armonía, de esperanza, de servicio y de ayuda en el Trascendente, en Dios o en el Creador.


81

ANEXO

Figura 1. Vincent Van Gogh (1853 - 1890): “Naturaleza muerta con Biblia, 1885”.

Figura 2. Francisco de Goya (1746 - 1828): “Nadie nos ha visto”.

Figura 3. Francisco de Goya (1746 - 1828): “El buitre carnívoro, ca. 1815 – 1820”.

Figura 4. Mark Rothko (1903 - 1970): “Untitled, 1954”.

Figura 5. Alex Chasnamote Puga (1977 - ****): “El profeta, 2010 - 2011”.


82

Fig. 1. Naturaleza muerta con Biblia.


83

Fig. 2. Nadie nos ha visto.


84

Fig. 3. El buitre carnívoro


85

Fig. 4. Untitled


86

Fig. 5. El profeta.


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ALEX CHASNAMOTE PUGA - Javeriana

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