CARACTERIZACIÓN ETNOBOTÁNICA DE LAS PLANTAS SILVESTRES Y
CULTIVADAS UTILIZADAS PARA LA ALIMENTACIÓN POR FAMILIAS
CAMPESINAS DEL MUNICIPIO DE SABANALARGA, ATLÁNTICO.
Autora:
María Cecilia Nariño Sanabria
Director:
Néstor Julio García Castro
Trabajo de grado para optar por el título de
BIOLOGA
PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA
FACULTAD DE CIENCIAS
CARRERA DE BIOLOGÍA
BOGOTÁ D.C
2018
brought to you by COREView metadata, citation and similar papers at core.ac.uk
provided by Repositorio Institucional - Pontificia Universidad Javeriana
CARACTERIZACIÓN ETNOBOTÁNICA DE LAS PLANTAS SILVESTRES Y
CULTIVADAS UTILIZADAS PARA LA ALIMENTACIÓN POR FAMILIAS
CAMPESINAS DEL MUNICIPIO DE SABANALARGA, ATLÁNTICO.
Autora:
María Cecilia Nariño Sanabria
APROBADO
___________________________ ________________________
Concepción Judith Puerta Bula Jorge Jácome Reyes
Decana Facultad de Ciencia Director Carrera de Biología
CARACTERIZACIÓN ETNOBOTÁNICA DE LAS PLANTAS SILVESTRES Y
CULTIVADAS UTILIZADAS PARA LA ALIMENTACIÓN POR FAMILIAS
CAMPESINAS DEL MUNICIPIO DE SABANALARGA, ATLÁNTICO.
Autora:
María Cecilia Nariño Sanabria
APROBADO
___________________________ __________________________
Néstor Julio García Castro Laura Isabel Mesa Castellanos
Director Jurado
NOTA DE ADVERTENCIA
Artículo 23 de la Resolución No 13 de Julio de 1946
“La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por sus alumnos en
sus trabajos de tesis. Solo velará porque no se publique nada contrario al dogma y a la
moral católica y porque la tesis no contenga ataques personales contra persona alguna,
antes bien se vea en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia”
TABLA DE CONTENIDO
RESUMEN
1. Introducción
2. Problema y justificación
3. Pregunta de Investigación
4. Marco conceptual
4.1. Bosque seco Tropical
4.2. Conocimiento tradicional y Etnobotánica
4.3. Plantas usadas en la alimentación en el Caribe colombiano
4.4. Relación entre los factores socioeconómicos y la riqueza de especies vegetales
5. Objetivos de la investigación
5.1. Objetivo general
5.2. Objetivos específicos
6. Aspectos Metodológicos
6.1. Área de estudio
6.2. Selección de los participantes
6.3. Toma de datos
6.4. Análisis de datos
7. Resultados
7.1. Caracterización socioeconómica de las fincas
7.1.1. Características físicas de las fincas
7.1.2. Características socioeconómicas de los participantes
7.2. Caracterización florística generas
7.3. Caracterización florística de las fincas
7.4. Correlación de las variables socioeconómicas de los participantes con la riqueza de
las fincas
8. Discusión
9. Conclusión
10. Recomendaciones
11. Bibliografía
ANEXOS
Resumen
El Bosque seco Tropical es un bioma en el que las altas temperaturas, las bajas precipitaciones, la
poca humedad y una gran diversidad de especies son condiciones que lo identifican, sin embargo,
es uno de los biomas más amenazados del neotrópico. Adicionalmente, los saberes ancestrales de
las comunidades campesinas son de gran importancia para la memoria biocultural de la región, sin
embargo, la globalización económica y al desinterés de las nuevas generaciones ha provocado la
pérdida de estos conocimientos tradicionales. De esta manera, el objetivo del presente estudio fue
caracterizar las plantas silvestres y cultivadas utilizadas para la alimentación por familias
campesinas del municipio de Sabanalarga, Atlántico y determinar su posible relación con las
condiciones socioeconómicas de los participantes. Para esto se realizó un recorrido guiado en 30
fincas donde se colectaron e identificaron las plantas de uso alimenticio, adicional a esto se hicieron
entrevistas estructuradas a los propietarios con el fin de identificar las variables socioeconómicas.
Se registraron un total de 67 especies asociadas a 77 nombres comunes, distribuidas en 32 familias
botánicas. La familia con mayor número de especies fue Fabaceae, seguida por Anacardiaceae y
Rutaceae, las especies más frecuentes fueron Spondias purpurea (ciruela de castilla), Mangifera
indica (mango) y Manihot esculenta (yuca). Con respecto a las variables socioeconómicas se
encontró que el número de personas que habitan la finca, la escolaridad del participante y la historia
del bosque tienen una relación positiva con la riqueza de plantas comestibles, mientras que, factores
como la distancia del predio a la cabecera municipal, el tamaño de la finca y la edad del participante
tienen una relación negativa con la riqueza.
1. Introducción
El Bosque seco Tropical (BsT) es un conjunto de ecosistemas que tienen características muy
similares entre sí, por lo que se habla más de un bioma que de un ecosistema, en el cual predominan
condiciones de altas temperaturas, de bajas precipitaciones y donde hay muy poca humedad;
adicionalmente son zonas que poseen una gran variedad de especies que presentan diversas
adaptaciones a las modificaciones climáticas (Ulloa, 2016). Aproximadamente queda más de un
millón kilómetros cuadrados de BsT alrededor del mundo, distribuido en América, África, Asia y
Australia, sin embargo, más de la mitad del área total se encuentra únicamente en América del Sur,
en donde está presente en Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Brasil (Miles et al.,
2006); no obstante, es uno de los biomas más amenazados del neotrópico, debido a que el desarrollo
agrícola y ganadero ha permitido el asentamiento de grupos humanos y, por tal motivo, ha sufrido
de una intensa transformación (Cruz et al., 2009; Linares & Fandiño, 2009; López et al., 2016).
Cabe resaltar que el conocimiento tradicional de las comunidades campesinas representa la
memoria biocultural de las regiones que habitan, sin embargo, estos saberes están en riesgo de
desaparecer, lo cual puede estar relacionado con a la globalización económica y el desinterés de
las nuevas generaciones de preservar el conocimiento de sus comunidades (Pérez & Matiz, 2017).
Es importante mencionar que el conocimiento tradicional proviene de la observación y la relación
de los fenómenos naturales como respuesta a una necesidad básica de una comunidad otorgándole
un beneficio (Albuquerque et al., 2014).
La etnobotánica es una ciencia interdisciplinar cuyo objeto de estudio está enmarcado tanto en el
medio cultural como en el biológico, por tal motivo son necesarias herramientas de las ciencias
sociales y de las naturales. De aquí que la etnobotánica permite estudiar la relación entre las plantas
y las comunidades que las aprovechan, por tanto, los estudios etnobotánicos pueden estar enfocados
en solamente documentar la flora útil de un grupo cultural o de una región específica, o también
pueden analizar un área específica del conocimiento tradicional, como lo es el medicinal, el
comestible, agropecuario, entre otros. De tal manera que la etnobotánica permite no sólo
documentar, sino que también comprender la relación entre un recurso natural y su utilización por
parte de las poblaciones (Carreño, 2016; Cruz et al., 2009; Menéndez, 2015).
Los huertos familiares o sistemas de producción a pequeña escala funcionan como reservorios
genéticos vegetales, estos agroecosistemas tienen como características la cercanía a la casa, tienen
una gran diversidad de cultivos perennes y anuales, también son espacios donde se practican
actividades sociales, biológicas y agronómicas, conformando así una unidad de autoconsumo,
debido a que cubren las necesidades básicas de la familia y además aportan ingresos adicionales
para el hogar, por tal motivo son de gran importancia para la subsistencia de las comunidades
campesinas (Salazar-Barrientos et al., 2015; Montenegro et al., 2017)
Por lo anterior, este trabajo tuvo como propósito documentar, por medio de recorridos guiados, que
especies de plantas silvestres y cultivadas por parte de familias campesinas del municipio de
Sabanalarga, Atlántico. Asimismo, se buscó relacionar la riqueza con las condiciones
socioeconómicas de los participantes y las características físicas de los predios, previamente
identificadas a partir de entrevistas estructuradas realizadas al líder de la familia. La investigación
mostró que la familia más frecuente fue Fabaceae y la especie más representativa fue Spondias
purpurea (ciruela de castilla), además se encontró que la fruta representa la categoría de uso
alimenticio más utilizada por las familias. Finalmente se pudo establecer que el número de personas
que habitan la finca, la escolaridad del participante y la historia del bosque tienen una relación
positiva con la riqueza de plantas comestibles, mientras que, factores como la distancia del predio
a la cabecera municipal, el tamaño de la finca y la edad del participante tienen una relación negativa
con la riqueza. Esto con el fin de reconocer las plantas comestibles de la región y contribuir en la
recuperación de la diversidad alimentaria, además de generar información pertinente para diseñar
programas de restauración y conservación del Bosque seco Tropical.
2. Problema y justificación
El Bosque seco Tropical es considerado un bioma debido a que tiene un conjunto de ecosistemas
de características similares en cuanto a su fisionomía y vegetación, hace referencia a las zonas o
regiones donde predominan las altas temperaturas, las bajas precipitaciones y donde hay escasez
de humedad, además son áreas que poseen una alta variedad de especies, que pueden variar
dependiendo de las modificaciones climáticas que presentan (Ulloa-Delgado, 2016; Pizano &
García, 2014). Actualmente es el ecosistema del Neotrópico que se encuentra más altamente
amenazado, debido a la fertilidad de sus suelos y a las condiciones climáticas, lo que ha permitido
el asentamiento de poblaciones humanas, razón por la cual el BsT está intensamente fragmentado
y deteriorado (Alvarado-Solano & Otero, 2015). En Colombia, este ecosistema es considerado el
tercero más degradado, fragmentado y menos conocido, en la actualidad solo existe cerca de 8%
de su cobertura original (Pizano & García, 2014). Adicionalmente, la información sobre el BsT es
muy baja en comparación con los otros ecosistemas del país, debido a que hay muy pocos estudios
relacionados con sus características y componentes, tampoco se tiene un conocimiento detallado
sobre sus características estructurales y la riqueza de especies tanto de flora como de fauna, lo cual
hace más difícil su conservación (Mendoza, 1999; Cruz et al., 2009).
Complementando lo anterior, en Colombia hay pocas investigaciones acerca de los usos de las
plantas de Bosque seco Tropical por parte de las comunidades que lo habitan, esto porque las
investigaciones etnobotánicas se han centrado en los ecosistemas húmedos del país, principalmente
en los bosques de la Amazonia (López et al., 2016). Adicional a esto, la información también se
ha centrado en comunidades indígenas, esto con el fin de preservar los saberes tradicionales de
estas comunidades, sin embargo, por esta misma razón son pocos los estudios que se han realizado
con las comunidades campesinas y afrodescendientes del caribe colombiano (López et al., 2016).
Es importante destacar que los conocimientos etnobotánicos de las comunidades campesinas
representan la memoria biocultural de las diferentes regiones donde se encuentran asentadas, no
obstante, los saberes de estas comunidades están en riesgo de desaparecer, debido en gran parte a
la globalización económica y a los intereses del mercado, adicional a esto hay un gran desinterés
de las nuevas generaciones por preservar los conocimientos tradicionales de sus comunidades
(Pérez & Matiz, 2017). Cabe resaltar que muchas plantas alimenticias consumidas y producidas
localmente por las comunidades campesinas han sido reemplazadas gradualmente por alimentos
más industrializados, este fenómeno ha provocado que aproximadamente 7000 especies de plantas
cultivadas a pequeña escala a nivel mundial están siendo subutilizadas o en desuso, lo que podría
generar su extinción (Álvarez, 2014).
La región del caribe es la que presenta la mayor cobertura de Bosque seco Tropical, la mayor
cantidad de remanentes de bosque seco que se encuentra en esta zona se ubican en medio de áreas
de un intenso uso ganadero y agrícola. El departamento del Atlántico es uno de los departamentos
del Caribe colombiano que aún mantiene remanentes de Bosque seco Tropical, no obstante, los
fragmentos no se encuentran bajo ninguna normativa gubernamental de área protegida de cualquier
categoría (Pizano & García, 2014). El municipio de Sabanalarga se encuentra ubicado en el centro
del departamento del Atlántico, cuenta con seis corregimientos, doce veredas y cinco caseríos, tiene
una población de 102.557 habitantes de los cuales el 66% se encuentran en el área urbana y el 34%
restante en el área rural (DANE, 2005). Las principales actividades económicas del municipio son
la agricultura y la ganadería, lo cual ha contribuido a la transformación del ecosistema y la pérdida
de la cobertura vegetal (Wilches & Roca, 2008).
Por lo anterior, la presente propuesta de investigación tiene como propósito reconocer las plantas
con uso alimenticio pertenecientes al Bosque seco Tropical que han sido utilizadas por las
comunidades campesinas del municipio de Sabanalarga, Atlántico. Los resultados pueden
contribuir a la recuperación de la diversidad alimentaria de la región basada en las especies tanto
silvestres como cultivadas, que según Álvarez (2014) es una estrategia apropiada para recuperar el
valor alimentario y cultural favoreciendo su reincorporación en la dieta no sólo de los habitantes
del municipio, sino que también estimulando su uso a nivel regional (Álvarez, 2014).
Adicionalmente, y en concordancia con lo propuesto por Pizano & García (2014), se puede generar
información pertinente sobre este ecosistema, la cual es fundamental para diseñar programas para
su conservación y restauración.
3. Pregunta de investigación
¿Cuál es la composición y riqueza de las plantas silvestres y cultivadas utilizadas para la
alimentación por la comunidad campesina del municipio de Sabanalarga, Atlántico y la relación
socioeconómica de los participantes?
4. Marco Conceptual
4.1. Bosque seco Tropical
El Bosque seco Tropical se caracteriza por estar en zonas con temperaturas anuales entre los 17º C
y 35º C, por tener una elevación que no supera los 1000 m y porque la evapotranspiración supera
la precipitación siendo esta inferior a 2000 mm por año, este bioma presenta una fuerte
estacionalidad de lluvias marcadas por una época seca, la cual puede durar entre 4 a 6 meses, esto
ha dado como resultado que tanto plantas como animales y microorganismos presenten
adaptaciones morfológicas, fisiológicas y comportamentales para poder vivir en las arduas áreas
de bosque, en donde abundan las lianas, los cactus, reptiles e insectos; en la época seca su dosel se
queda sin hojas y al llegar las lluvias sus árboles se cubren de flores (Linares & Fandiño, 2009;
Pizano & García, 2014). Aproximadamente queda más de un millón de kilómetros cuadrados de
BsT en todo el mundo, más de la mitad (54,2%) se encuentra en Sur América, el resto del área se
distribuye por el Norte y Centro América (12,5%), África (13,1%) y Eurasia (16,4%) y una pequeña
porción se encuentra en Australia y Asia suroriental (3,8%) (Miles et al., 2006). En Sur América
está presente en Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia y Brasil; se encuentra en zonas
planas con suelos medianamente fértiles y pH moderado, además de tener una baja pérdida de
nutrientes por lixiviación (Pizano & García, 2014).
Este ecosistema es uno de los más amenazados del Neotrópico, debido a que por la fertilidad de
sus suelos ha sido foco de desarrollo agrícola y ganadero por lo que lo hace el más adecuado para
el asentamiento de grupos humanos y por consiguiente ha sufrido una intensa transformación (Cruz
et al., 2009; Linares & Fandiño, 2009; López et al., 2016). Aproximadamente el 97% del área total
de Bosque seco Tropical está expuesto a diferentes amenazas comparado con los bosques húmedos
tropicales, que tienen un 56% de área amenazada, y a pesar de sus altos endemismos y gran
diversidad florística no se encuentran protegidos (Miles et al., 2006). Sur América, Eurasia y
África son las regiones que presentan mayor riesgo de transformación del ecosistema para uso
agrícola, a pesar de esto, Sur América es la región que posee mayor área protegida de este
ecosistema en todo el mundo (37,8%) (Miles et al., 2006). En Colombia, el Bosque seco Tropical
se extendía por diversas áreas del país, cubría gran parte de los valles de los ríos Cauca y
Magdalena, la Costa Caribe y los Llanos Orientales abarcando cerca del 7 % del territorio nacional,
lo que equivalía a aproximadamente 80.000 Km2, en la actualidad sólo queda un 8% de cobertura
vegetal y tan sólo un 5% está protegido (Pizano & García, 2014). Al ser uno de los ecosistemas
más amenazados del país se esperaría que también fuera uno de los más estudiados, sin embargo,
es muy poco lo que se sabe, no se cuentan con suficientes datos biológicos, ecológicos y sociales
los cuales se pueden utilizar para diseñar herramientas que aseguren el correcto uso y conservación
del Bosque seco Tropical (Pizano & García, 2014).
4.2. Conocimiento Tradicional y Etnobotánica
El conocimiento tradicional es producto del intelecto humano y surge de la observación y la
relación de los fenómenos naturales como respuesta a las necesidades de la población otorgándoles
beneficios, que, de no ser así, implicaría un gasto económico (Albuquerque, 1997). Sin embargo,
las migraciones sociales y la llegada de nuevas actividades económicas han impedido la
transmisión de muchos conocimientos tradicionales, sumado a esto, la pérdida de la cobertura
vegetal altera sustancialmente el conocimiento local sobre el uso de los recursos naturales,
afectando así este importante patrimonio cultural (Cruz et al., 2009).
La etnobotánica permite estudiar la relación entre las plantas y los pueblos, permite evidenciar
cómo ha sido el aprovechamiento de las plantas por parte de las poblaciones locales, tanto nativas
como aquellas que han sido introducidas de otras regiones (Carreño, 2016; Menéndez, 2015).
Actualmente es una ciencia con un fuerte componente interdisciplinar, ya que su objeto de estudio
se enmarca tanto en el medio cultural como en el natural, por lo tanto, son necesarias herramientas
propias de las ciencias sociales y de las ciencias naturales (Albuquerque et al., 2008; Alexiades,
1996). Los trabajos etnobotánicos son muy variados, algunos se enfocan únicamente en
documentar toda la flora útil de un grupo cultural o una región definida, otros analizan un ámbito
específico del conocimiento tradicional como, por ejemplo, aquellos dedicados al conocimiento de
plantas medicinales, plantas silvestres comestibles, agrobiodiversidad y las variedades cultivadas.
De aquí que la etnobotánica permite no sólo documentar sino también comprender la relación de
los recursos naturales y su uso por las poblaciones (Cruz et al., 2009)
4.3. Plantas usadas en la alimentación en el Caribe colombiano
Tanto la biodiversidad en general como la agrobiodiversidad están en un alto grado de peligro de
extinción, debido a la transformación de los ecosistemas, por la implementación de monocultivos
en grandes áreas y por el desmesurado consumo de recursos para el sostenimiento del acelerado
crecimiento de la población. Uno de los sistemas de producción que permite la conservación de la
agrobiodiversidad es la huerta familiar o huerto casero, ya que en este sistema conviven especies
vegetales de diferente estratificación brindando diversos usos, además en esta misma área conviven
animales domésticos garantizando el cubrimiento de las necesidades básicas de los pobladores, por
tal motivo los estudios etnobotánicos se han centrado en realizar trabajos que describan la
estructura, composición e importancia de las especies vegetales que se encuentran en estos
agroecosistemas (Montenegro et al., 2017; Jiménez-Escobar et al., 2011).
Para el caso del Caribe colombiano está el estudio realizado por Álvarez (2014), en el cual se
analizan los conocimientos, usos y prácticas de 21 especies promisorias de uso alimenticio en el
municipio de Acandí, Choco; también se puede encontrar el trabajo de Jiménez-Escobar et al.
(2011) en el que se realizó un acercamiento al conocimiento de las huertas familiares de la
comunidad campesina de la bahía de Cispatá, se analizó la estructura, la composición florística y
los usos de las especies leñosas, donde se encontraron 83 especies de árboles y palmas, de las cuales
46 especies se reportaron como alimenticias; de igual manera está el estudio de Pasquini et al.
(2013), cuyo objetivo general fue identificar los saberes de las comunidades afrodescendientes de
tres comunidades del departamento de Bolívar con respecto a la utilización, sistemas de manejo y
producción de las plantas de uso alimenticio tradicional, en el que se pudo evidenciar la pérdida
intergeneracional de saberes y tradiciones de uso sobre 91 especies de plantas reportadas
previamente por la misma comunidad.
Los estudios de plantas silvestres utilizadas para la alimentación vienen ganado gran relevancia en
las últimas décadas, debido a los diferentes estudios bromatológicos que demuestran los altos
contenidos nutricionales de plantas silvestres y las propiedades saludables en la prevención de
numerosas enfermedades crónicas, adicionalmente el conocimiento tradicional de las plantas
silvestres comestibles hace parte del patrimonio inmaterial de muchas comunidades, por lo que es
fundamental en el mantenimiento y revaloración de la identidad cultural de las mismas (Menéndez,
2015). Sumado a lo anterior, la rápida pérdida del conocimiento etnobotánico en las diferentes
regiones del mundo ha permitido que aumenten los estudios en estas plantas. En Colombia se han
documentado el uso de plantas alimenticias, tanto silvestres como cultivadas, en obras clásicas
como la de Pérez-Arbeláez (1996), Romero-Castañeda (1991) o Patiño (2002). En particular para
el Bosque seco Tropical está la obra de López et al. (2016) en la que se identificaron 149 especies
con diferentes usos, de las cuales se seleccionaron las 100 más representativas para la región del
Caribe, de estas 49 son utilizadas en la alimentación. Otro estudio es el de Jiménez-Escobar &
Estupiñán-González (2012) sobre árboles utilizadas por las comunidades campesinas del Caribe,
en la cual se reportan 363 especies de plantas con diferentes usos, de las cuales 96 están reportadas
como comestibles. El estudio de Cruz et al. (2009) sobre etnobotánica de la región tropical del
Cesar se reportan 368 especies útiles, de las cuales 96 son comestibles, esta obra es uno de los
primeros acercamientos al conocimiento de usos y nombres comunes de la Ciénaga de Zapatosa.
4.4. Relación entre los factores socioeconómicos y la riqueza de especies vegetales
La agrobiodiversidad hace referencia a todos los componentes del sistema biológico que
constituyen un agroecosistema, como lo son las huertas familiares o sistemas de producción a
pequeña escala, estos sistemas funcionan como reservorios genéticos vegetales y su diversidad
depende de las necesidades de los productores manteniéndose durante largos periodos de tiempo y
de esta manera se puede decir que están haciendo conservación in situ, sin embargo, cabe
mencionar que la conservación no es el principal objetivo del agricultor, sino que mantienen la
diversidad porque las especies que tienen allí cultivadas les son de gran utilidad (Salazar-Barrientos
et al., 2015; Montenegro et al., 2017). Estos agroecosistemas tienen como principales
características la cercanía a la casa, por lo general son áreas pequeñas, y tienen una gran diversidad
de cultivos perennes, semipermanentes y anuales, adicionalmente, son espacios donde se practican
actividades sociales, biológicas y agronómicas, constituyendo así una unidad de autoconsumo para
la familia, es por ello que estos agroecosistemas juegan un papel fundamental en la subsistencia de
las comunidades campesinas (Salazar-Barrientos et al., 2015; Montenegro et al., 2017).
Las huertas familiares no sólo cubren las necesidades básicas de la familia, sino que también
reducen las dificultades económicas, ya que proporcionan ingresos adicionales para el hogar. Los
factores socioeconómicos y las características ambientales determinan la diversidad y estructura
de las huertas. El género, el nivel educativo y la edad del propietario son los principales factores
que influyen en la diversidad de plantas, debido a que tradicionalmente las mujeres y los hombres
de la tercera edad cultivan campos cerca de sus casas, en cuanto al nivel educativo se cree que entre
menor sea el nivel mayor será la diversidad y estructura de la huerta, esto porque posiblemente las
personas con un nivel de educación superior pueden tener acceso a otras oportunidades de trabajo
y por lo tanto van a tener menos tiempo para dedicarse a la huerta; otros factores como la edad
propia de la huerta y el tamaño también influyen en su diversidad (Gbedomon et al., 2015;
Kehlenbeck & Maas, 2006).
Según Gbedomon et al. (2015) la diversidad y estructura de las huertas está determinada por
factores tanto socioeconómicos como ecológicos, no obstante, sugieren que para tener una mejor
comprensión y análisis se debe realizar en un contexto específico y también que dependen más de
las interacciones entre los diferentes factores socioeconómicos, que entre los efectos individuales
que puedan tener dichos factores, de igual manera, la interacción entre las variables
socioeconómicas y las características intrínsecas de la huerta determinan la riqueza y composición
de estas.
5. Objetivos de la investigación
5.1. Objetivo general
Realizar una caracterización etnobotánica de las plantas silvestres y cultivadas utilizadas para la
alimentación por familias campesinas del municipio de Sabanalarga, Atlántico y determinar su
posible relación con las condiciones socioeconómicas de los participantes.
5.2. Objetivos específicos
• Caracterizar las condiciones socioeconómicas de los participantes.
• Determinar la composición y riqueza de plantas silvestres y cultivadas empleadas para la
alimentación.
• Describir la relación entre las condiciones socioeconómicas de los participantes con la riqueza
de especies de las fincas.
6. Aspectos metodológicos
6.1. Área de estudio
Sabanalarga es un municipio colombiano ubicado en el centro del departamento del Atlántico a
una altura de 99 msnm, tiene una extensión de 414 Km2, con una temperatura media de 28º C. Se
encuentra ubicado en los 10º 37’ 57” latitud Norte y 8º 74’ 55” latitud Oeste, limita al norte con
Usiacurí y Baranoa, al sur con Manatí y Candelaria, al este con Ponedera y al oeste con Repelón y
Luruaco, además se encuentra ubicado a 41 Km de Barranquilla, ubicando al municipio junto a uno
de los polos más importantes del país, ya que Barranquilla es considerada centro metropolitano
regional, debido a que posee funciones urbanas que le permite estar relacionada con la región, el
país y con el exterior (Wilches & Roca, 2008).
Figura 1. Mapa del municipio de Sabanalarga, en rojo está enmarcado el corregimiento de
Molineros y en morado el corregimiento de La Peña, tomado de
http://www.atlantico.gov.co/images/stories/mapas/sabanalarga.pdf
El área rural del municipio de Sabanalarga cuenta con siete corregimientos, doce veredas y siete
caseríos. El municipio tiene una población proyectada de 99.783 habitantes, 66.616 habitantes en
la cabecera municipal y 33.167 en la zona rural. Los suelos fértiles han convertido al municipio en
la despensa del departamento suministrando a la región con su ganadería y cultivos de azúcar, maíz,
algodón y plátano, además cuenta con parte del embalse El Guájaro y varios arroyos que satisfacen
la necesidad de agua del municipio (Alcaldía de Sabanalarga, 2018; Wilches & Roca, 2008).
6.2. Selección de los participantes
Se realizó un primer contacto a través de un funcionario de la Corporación Autónoma Regional del
Atlántico (CRA), el cual es miembro de la asociación ASOLOMAC del corregimiento de La Peña,
municipio de Sabanalarga, Atlántico, con él se realizó una primera visita, en donde se informó el
propósito y las implicaciones de la investigación, posteriormente él se contactó con los demás
miembros de la asociación para después hacer una reunión con todos los miembros interesados. En
esta reunión se informó nuevamente el propósito, las implicaciones y se explicó la manera en que
se iba a llevar a cabo la investigación. Adicionalmente, se realizó otro contacto a través de un
exlíder social de la cooperativa COOPRADEMOL del corregimiento de Molineros, municipio de
Sabanalarga, Atlántico, con él se realizó una reunión con todos los miembros de la cooperativa, en
la que se les informó de igual manera el propósito, las implicaciones y como se iba a realizar la
investigación.
Posteriormente, se realizaron las 30 entrevistas, 15 en el corregimiento de La Peña y 15 en Molinero
siguiendo la técnica de “bola de nieve” (Albuquerque et al., 2014), la cual consiste en que cada
participante referencia nuevos participantes hasta completar la cuota. Las entrevistas a las
diferentes parcelaciones fueron guiadas y acompañadas por cada uno de los líderes de las
respectivas asociaciones.
6.3. Toma de datos
El proceso de toma de datos comprendió dos etapas: la primera, correspondió a una entrevista
estructurada con el líder de la familia en la cual se trataron los aspectos socioeconómicos del
participante, teniendo en cuenta aspectos como el género, la edad, la escolaridad, si habita o no la
finca, el número de miembros de la familia, la ocupación. Adicionalmente se tuvo en cuenta la
historia del bosque (conservado, intervenido y transformado) (Anexo 1). En la segunda etapa, se
realizó un recorrido guiado por la finca para identificar las plantas alimenticias tanto silvestres
como cultivadas. Para cada especie se registró el nombre común, la parte de la planta utilizada, el
tipo de uso alimenticio (cereal, condimento, fruta, nuez, verdura, legumbre, raíz o tubérculo,
azucarera y oleaginosa), el propósito de consumo y los lugares de aprovechamiento (huerta, cultivo,
pastizal, cerca viva, cuerpo de agua y bosque) (Anexo 2). Asimismo, se realizó un registro
fotográfico de las especies y se recolectó material botánico el cual se identificó en el Herbario de
la Universidad Javeriana.
6.4. Análisis de datos
Los datos obtenidos en campo se organizaron en dos tablas sistematizadas con el fin de realizar el
análisis descriptivo y estadístico de la información.
Para el análisis estadístico, primero se realizó una matriz de presencia/ausencia de las especies
registradas en cada una de las parcelaciones (Anexo 3) y una tabla con toda la información
socioeconómica de los participantes. Para probar si las variables socioeconómicas y la riqueza
tienen un comportamiento normal se realizó una prueba de normalidad Shapiro-Wilk,
posteriormente se hizo una correlación de Spearman para determinar la asociación lineal entre la
riqueza de cada finca y los factores socioeconómicos de los informantes.
Para el análisis descriptivo se realizó una tabla en la que se organizó toda la información
relacionada con las especies, luego se realizaron las gráficas de barras con las que se analizarón las
principales familias botánicas, la parte de la planta más utilizada, el tipo de uso alimenticio, el
propósito de consumo y los lugares de aprovechamiento.
7. Resultados
7.1. Caracterización socioeconómica de las fincas
7.1.1. Características físicas de las fincas
Se pudo evidenciar características físicas propias de las fincas muy variadas entre los dos
corregimientos. Para las 15 fincas visitadas en La Peña el promedio del tamaño de las fincas es de
8,2 Ha, con un mínimo de 6,5 Ha y un máximo de 14 Ha, por el contrario, las 15 fincas visitadas
en Molineros tienen el mismo tamaño (12 Ha), esto porque los participantes entrevistados
pertenecen a una misma cooperativa, con la cual después de la reforma agraria se les otorgó a todos
una parcela del mismo tamaño y en el mismo año por lo que todas las fincas también tienen la
misma edad de 23 años, mientras que para el corregimiento de La Peña se pudo evidenciar que las
edades son muy variadas, estas van desde los dos años hasta los 48 años con un promedio de 35,1
años. La distancia de las fincas a la cabecera municipal de Sabanalarga para el corregimiento de
La Peña es en promedio 9,8 Km lineales, mientras que para Molineros es de 17,6 Km lineales.
(Tabla 1). Otra característica muy variada es la historia de transformación del Bosque seco Tropical
de cada finca, el 93,3 % de las fincas visitadas en La Peña tienen bosque transformado, mientras
que Molineros tiene tan sólo el 33,3% (Tabla 1).
Tabla 1. Características físicas de las fincas de los corregimientos de La Peña y Molineros.
7.1.2. Características socioeconómicas de los participantes
Las edades de los participantes entrevistados fluctúan entre los 52 y los 85 años con un promedio
de 68 años. Para el corregimiento de La Peña, 13 de los 15 colaboradores habitan la finca, mientras
Nº de
finca
Altitud
(m)Corregimiento
Distancia de la finca a
la cabecera municipal
(km)
Edad de
la finca
(años)
Tamaño
de la finca
(Ha)
Riqueza
de
especies
Historia del
Bosque
1 58 10º35'12''N 74º59'49''W La Peña 9,1 48 7 22 Transformado
2 54 10º35'19''N 74º59'55''W La Peña 9,5 15 7,5 23 Transformado
3 73 10º35'19''N 74º59'48''W La Peña 9,6 2 7,5 21 Transformado
4 86 10º35'08''N 74º59'19''W La Peña 9,7 48 8 22 Transformado
5 56 10º35'05''N 74º59'51''W La Peña 9,7 48 7 15 Transformado
6 53 10º35'04''N 74º59'56''W La Peña 9,8 48 7 17 Transformado
7 58 10º35'04''N 74º59'48''W La Peña 9,8 47 14 21 Transformado
8 49 10º35'18''N 75º00'02''W La Peña 9,8 20 6,5 25 Transformado
9 68 10º34'48''N 74º59'44''W La Peña 9,8 38 7 20 Transformado
10 91 10º34'38''N 74º59'25''W La Peña 9,9 37 8 19 Transformado
11 69 10º34'50''N 74º59'39''W La Peña 9,9 37 8 18 Transformado
12 101 10º34'32''N 74º59'18''W La Peña 10,0 33 10 12 Transformado
13 111 10º34'29''N 74º59'19''W La Peña 10,0 35 8 12 Transformado
14 119 10º34'32''N 74º59'05''W La Peña 10,1 35 9 9 Transformado
15 101 10º34'38''N 74º59'19''W La Peña 10,1 35 8 36 Intervenido
16 40 10º40'44''N 75º04'04''W Molineros 15,7 23 12 20 Intervenido
17 51 10º41'31''N 75º04'01''W Molineros 16,9 23 12 22 Intervenido
18 45 10º41'26''N 75º03'03''W Molineros 17,0 23 12 11 Transformado
19 45 10º41'18''N 75º04'39''W Molineros 17,1 23 12 4 Transformado
20 49 10º41'21''N 75º04'44''W Molineros 17,4 23 12 11 Transformado
21 49 10º41'14''N 75º04'56''W Molineros 17,4 23 12 4 Transformado
22 51 10º41'41''N 75º03'48''W Molineros 17,4 23 12 4 Transformado
23 55 10º41'39''N 75º03'46''W Molineros 17,6 23 12 13 Intervenido
24 45 10º41'00''N 75º04'20''W Molineros 17,7 23 12 10 Intervenido
25 39 10º40'38''N 75º04'21''W Molineros 17,9 23 12 14 Intervenido
26 44 10º40'36''N 75º04'33''W Molineros 18,3 23 12 13 Intervenido
27 49 10º41'19''N 75º04'24''W Molineros 18,4 23 12 15 Intervenido
28 57 10º41'16''N 75º04'08''W Molineros 18,4 23 12 18 Intervenido
29 59 10º41'41''N 75º04'34''W Molineros 18,5 23 12 12 Intervenido
30 60 10º41'39''N 75º04'35''W Molineros 18,7 23 12 11 Intervenido
Coordenadas GPS
que de los 15 entrevistados en Molineros solo uno vive en ella, el número de miembros de la familia
oscila entre uno y ocho personas con un promedio de tres personas por familia, esto para el caso
de La Peña, ya que para Molineros como se mencionó antes sólo un entrevistado vive en su predio
y no cuenta con ningún miembro familiar. En cuanto a la escolaridad se pudo determinar que el
63,3% de los participantes tienen un nivel de educación primaria, el 23,3% no presenta ningún
nivel, el 6,7% son bachilleres y el 6,7% tienen un técnico. Respecto a la ocupación de los
participantes, el 80% afirma trabajar únicamente en la finca (finquero), el 10% menciona tener otra
ocupación además del trabajo en la finca, el 6,7% dicen ser amas de casa y el 3,3% señala que es
vendedora y el trabajo de la finca lo realiza el sobrino (Tabla 2).
Tabla 2. Características socioeconómicas de los participantes
Nº de
fincaNombre del participante Edad
Ocupacióm del
participante
Nº de personas
en la familiaEscolaridad
El participante
habita la finca
1 Antonio Mercado 76 Finquero 6 Primaria Si
2 Demetrio Colpas 57 Finquero 2 Primaria Si
3 Daniel Herrera 54 Finquero 2 Primaria Si
4 Jose Antonio de las Reyes 72 Finquero 3 Primaria Si
5 Adalberto González 75 Finquero 5 Primaria Si
6 Ana Rosa Caballero 60 Ama de casa 0 Primaria No
7 Juan Jose Gonzalez 72 Finquero 4 Primaria Si
8 Alfonso Bermejo 68 Finquero/Electricista 3 Técnico Si
9 Eliecer Santiago Diaz 72 Finquero 8 Sin escolaridad Si
10 Manuel Garcia 73 Finquero 3 Primaria Si
11 Francisco Ortiz 77 Finquero 0 Primaria No
12 Orlando Cavarca 85 Finquero 1 Sin escolaridad Si
13 Jose Manuel Humada 78 Finquero 1 Sin escolaridad Si
14 Jose del Carmen Gutierrez 79 Finquero 1 Sin escolaridad Si
15 Pedro Manuel 74 Finquero 2 Primaria Si
16 Herberaida Orozco 61 Ama de casa 0 Técnico No
17 William Diaz 65 Lider Social/Finquero 0 Bachiller No
18 Eufredo Jimenez 68 Finquero 0 Primaria No
19 Cesar Jimenez 62 Finquero/Jornalero 0 Sin escolaridad No
20 Rosendo Orozco 55 Finquero 0 Primaria No
21 Ovidio Carrillo 71 Finquero 1 Sin escolaridad Si
22 Adalicia Albor 70 Ama de casa/Vendedora 0 Sin escolaridad No
23 Rafael Sulbaran 59 Finquero 0 Primaria No
24 Francisco Suarez 68 Finquero 0 Primaria No
25 Eduardo José Villafani 73 Finquero 0 Primaria No
26 Sergio Escobar 52 Finquero 0 Primaria No
27 José Diaz 71 Finquero 0 Primaria No
28 Julio Orozco 62 Finquero 0 Primaria No
29 Clemente Santiago 62 Finquero 0 Bachiller No
30 Pedro Santiago 57 Finquero 0 Primaria No
7.2. Caracterización florística
7.2.1. Caracterización florística general
En los recorridos guiados se obtuvieron 67 especies de plantas alimenticias asociadas a 77 nombres
comunes los cuales se encuentran distribuidos en 32 familias botánicas, con las muestras y el
registro fotográfico obtenido en los dos corregimientos fue posible identificar 64 ejemplares hasta
especie y 3 hasta género. Posteriormente se realizó una base de datos con toda la información
asociada a cada especie (familia, especie, nombre común, presencia/ausencia en cada finca, parte
de la planta utilizada, manejo de la especie, tipo de uso) con la cual se pudo establecer que la familia
con mayor número de especies fue Fabaceae (6), seguida por Anacardiaceae (5) al igual que
Rutaceae (5) (Figura 1).
Figura 1. Número de especies por familia botánica registradas en las 30 fincas del municipio
de Sabanalarga, Atlántico.
Con respecto a la frecuencia, la especie más representativa fue la ciruela de castilla (Spondias
purpurea L.) presente en 28 fincas, seguida por el mango (Mangifera indica L.) y la yuca (Manihot
esculenta Crantz) registradas en 26 fincas; el tamarindo (Tamarindus indica L.) estuvo presente en
23 fincas y el limón criollo (Citrus limon (L.) Osbeck) en 21 fincas (Figura 2).
6
5 5
3 3 3 3 3 3 3 3 3
0
1
2
3
4
5
6
7
Riq
uez
a d
e es
pec
ies
Familias botánicas
Figura 2. Frecuencia absoluta por las especies registradas en las 30 fincas del municipio de
Sabanalarga, Atlántico.
La parte de la planta más utilizada en los dos corregimientos es el fruto, ya que esta cuenta con 42
especies reportadas, seguido por la semilla que tiene nueve reportes y la planta entera con seis
(Figura 3).
Figura 3. Número de especies por parte de la planta utilizada registrada por los 30 participantes
del municipio Sabanalarga, Atlántico.
2826 26
2321
19 18 18 17 17 17 16 1513 13 12 12 11
9 9
0
5
10
15
20
25
30
Fre
cuen
cia
abso
luta
Especies
1
42
3
64
9
2
0
5
10
15
20
25
30
35
40
45
Flor Fruto Hoja Planta
Entera
Raíz Semilla Tallo
Parte de la planta utilizada
Riq
uez
a d
e E
spec
ies
En cuanto a la variable de tipo de uso alimenticio, la categoría con más número de especies fue la
de Fruta con un 59,7%, seguida de la categoría de Otros con un 10,4% y Condimento que presentó
un 9% (Figura 4).
Figura 4. Porcentaje de especies por tipo de uso alimenticio registrado por los 30 participantes
del municipio de Sabanalarga, Atlántico.
Con respecto al manejo de la planta, el 78% de las especies registradas en las 30 fincas se
categorizaron como cultivadas, mientras que el 22% restantes se registraron como silvestres
(Figura 5).
1,5 3,09,0
59,7
4,51,5
10,46,0 4,5
0,0
10,0
20,0
30,0
40,0
50,0
60,0
70,0
Riq
uez
a d
e es
pec
ies
(%)
Tipo de Uso
78%
22%
Cultivado
Silvestre
Figura 5. Porcentaje de especies por tipo de manejo reportado por los 30 participantes del
municipio de Sabanalarga, Atlántico.
7.2.2. Caracterización florística de las fincas
En los recorridos guiados realizados en las 30 fincas se pudo establecer que la riqueza de especies
varía entre 4 y 36 especies, con un promedio de 15,6 especies por finca. La finca que presentó
mayor número de especies fue la 15 con 36 plantas registradas, seguida por la finca número 8 con
25 especies, la finca 2 con 23 y por las fincas 1, 4 y 17 que cuentan con 22 especies cada una. Cabe
resaltar que todas las fincas, a excepción de la 17, pertenecen al corregimiento de La Peña.
Figura 6. Número de especies registrado en cada una de las 30 fincas del municipio de
Sabanalarga, Atlántico. Las fincas de la 1 a la 15 pertenecen al corregimiento de La Peña, las
fincas de la 16 a la 30 pertenecen al corregimiento de Molineros.
Para cada especie registrada en cada finca se estableció el propósito de consumo, es decir, si la
planta está destinada al consumo doméstico (autoconsumo), si la consumen y comercializan
(autoconsumo/comercio) o si solamente la comercializan (comercio), con lo que se pudo establecer
que la mayoría de las especies reportadas en cada finca son de autoconsumo, ya que en promedio
el 57,2% de los participantes reportaron que las especies son para consumo doméstico, mientras
que ningún participante reportó que las plantas tienen un fin únicamente comercial. Hay que
destacar que los informantes de las fincas 3, 17, 18, 20, 21, 22, 23, 29 y 30 reportaron que todas
las plantas alimenticias de sus predios están empleadas únicamente para el consumo doméstico, de
22 23
16
22
1517
21
25
20 19 18
12 12
9
36
2022
11
4
11
4 4
13
10
14 1315
18
12 11
0
5
10
15
20
25
30
35
40
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30
Nº
de
esp
ecie
s
Nº de Finca
igual manera hay que enfatizar en que la mayoría de las fincas, a excepción de la finca 3, pertenecen
al corregimiento de Molineros (Figura 7).
Figura 7. Porcentaje de especies reportado para cada uno de los propósitos de consumo,
registrado en cada una de las 30 fincas del municipio de Sabanalarga, Atlántico. Las fincas de
la 1 a la 15 pertenecen al corregimiento de La Peña, las fincas de la 16 a la 30 pertenecen al
corregimiento de Molineros.
Referente a los lugares de aprovechamiento dentro de las fincas, las especies estaban presentes en
una o más de las seis categorías, huerta, cultivo, pastizales, bosque, arroyo y cercas vivas. La zona
que presentó mayor número de especies reportadas fue la huerta que estuvo presente en todas las
fincas visitadas, seguida por el cultivo que estuvo en 21 fincas. Cabe resaltar que, en el
corregimiento de La Peña la mayoría de las especies estaban reportadas en la zona de huerta o en
la zona de cultivo, mientras que, para el corregimiento de Molineros, si bien es cierto que las
especies estaban mayormente reportadas en la zona de huerta, también habían varios reportes de
los otros cinco lugares de aprovechamiento (Figura 8).
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
100%
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30
Po
rcen
taje
Nº de finca
Proposito de consumo Autoconsumo/Comercio Proposito de consumo Autoconsumo
Figura 8. Porcentaje de especies reportado para cada uno de los lugares de aprovechamiento,
registrados en cada una de las 30 fincas del municipio de Sabanalarga, Atlántico. Las fincas de
la 1 a la 15 pertenecen al corregimiento de La Peña, las fincas de la 16 a la 30 pertenecen al
corregimiento de Molineros.
7.3. Correlación de las variables socioeconómicas de los participantes con la riqueza
de las fincas
Para determinar las posibles correlaciones entre la riqueza de especies y las variables
socioeconómicas se realizó la prueba de normalidad de Shapiro-Wilk para todas las variables y
también por cada corregimiento, con lo que se pudo establecer que la mayoría de las variables no
presentan una distribución normal (Anexo 4) por lo tanto, se seleccionó la prueba de correlación
de Spearman, esta prueba se realizó primero con todas las variables sin discriminar el
corregimiento, con la cual se obtuvo una correlación negativa significativa entre la distancia de la
finca a la cabecera municipal y la riqueza de especies (R= -0.560, p= 0.001), también se encontró
con el tamaño de la finca (R= -0.500, p= 0.005), para esta variable hay que destacar que las fincas
del corregimiento de Molineros tienen un mismo tamaño. Adicionalmente, se encontraron
correlaciones positivas significativas entre la escolaridad del informante y la riqueza (R= 0.537, p=
0.002), asimismo se obtuvo con el número de personas que habitan la finca (R= 0.521 p= 0.003),
con esta variable de igual forma hay que resaltar que la mayoría de los participantes y sus familias
no habitan la finca en el corregimiento de Molineros (Anexo 5).
0%
10%
20%
30%
40%
50%
60%
70%
80%
90%
100%
1 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 25 26 27 28 29 30
Po
rcen
taje
Nº de Finca
Huerta Cultivo Pastizales Bosque Arroyo Cercas vivas
La prueba de correlación de Spearman se realizó también por corregimiento, debido a que en las
variables de tamaño de la finca y número de personas que habitan la finca presentaban el mismo
valor en Molineros. Para el corregimiento de La Peña se obtuvo una correlación negativa
significativa entre la edad del participante y la riqueza (R= -0.601, p= 0.018) y una correlación
positiva significativa con la escolaridad del informante (R= 0.675, p= 0.006), con las demás
variables no se obtuvieron correlaciones significativas. Para el corregimiento de Molineros se
obtuvo una correlación negativa significativa entre la historia del bosque y la riqueza (R= -0.726,
p= 0.002) y una correlación positiva significativa con la escolaridad del informante (R= 0.77, p=
0.001), al igual que con el corregimiento anterior, con las demás variables no se obtuvieron
correlaciones significativas (Anexo 5).
Hay que destacar que la variable de escolaridad del participante es la única variable que mantiene
una correlación positiva significativa en las tres correlaciones, mientras que las otras variables
socioeconómicas que presentaron alguna correlación sólo están presentes en uno de los tres
resultados (Anexo 5).
8. Discusión
8.1. Caracterización de las fincas y las condiciones socioeconómicas de los
participantes
Los huertos familiares son los sistemas agroforestales más antiguos y utilizados en todo el mundo,
además de ser importantes debido a sus funciones sociales y económicas, por lo que son un
instrumento clave en el desarrollo rural (Montagnini & Metzel, 2015). Estos sistemas están
diseñados y manejados para la subsistencia del agricultor y su familia y se utilizan plantas tanto
exóticas como nativas, pero primordialmente se siembran árboles frutales, por lo cual son muy
diversos en su estructura vertical y horizontal, así como en el aspecto temporal (Guarneros-
Zarandona et al., 2014; Montagnini & Metzel, 2015). Las fincas visitadas en los dos corregimientos
de Sabanalarga, Atlántico presentan estas características, son áreas que, a pesar de su tamaño, no
presentan sistemas agrícolas como monocultivos, sino por el contrario son muy diversas en cuanto
a su riqueza florística, además de que los recursos son principalmente para el autoconsumo de la
familia, por lo cual se manejaron como huertos familiares.
Las familias visitadas en el corregimiento de La Peña habitan sus fincas y su subsistencia y
economía se basa exclusivamente de los recursos que puedan obtener de estas, por lo que tienen
diversos cultivos que permiten cubrir sus necesidades básicas, manejando diferentes especies tanto
anuales como perennes de diferentes hábitos y formas de crecimiento, por lo que las hace diversas
en su estructura vertical, características mencionadas en la literatura para los huertos familiares
(Guarneros-Zarandona et al., 2014; Montagnini & Metzel, 2015; Salazar-Barrientos et al., 2016;
Montenegro et al., 2017). Al no ser una agricultura intensiva y de grandes áreas, los agricultores
no tienen la necesidad de hacer uso de agroquímicos por lo que lo hace sustentable en términos
ecológicos y socioeconómicos, estas características reportadas también en literatura (Guarneros-
Zarandona et al., 2014; Montagnini & Metzel, 2015; Salazar-Barrientos et al., 2016; Montenegro
et al., 2017).
Para el caso de los participantes entrevistados para el corregimiento de Molineros, estos no habitan
las fincas debido a que esta zona había sido altamente afectada por la violencia, motivo por el cual
tuvieron que abandonar los predios y asentarse en el casco urbano del corregimiento. Los
participantes aseguran que ya pueden volver a sus predios, sin embargo, ellos prefieren vivir en el
centro urbano y desplazarse diariamente a la finca. No obstante, su subsistencia y economía siguen
dependiendo de los recursos que obtienen en las fincas, al igual que con el corregimiento anterior,
las familias no practican agricultura intensiva y los predios presentan diferentes cultivos que
satisfagan sus necesidades.
La riqueza de especies en los huertos familiares también es muy variada, según el trabajo de
Montagnini & Metzel (2015) donde recopilan estudios sobre la diversidad de plantas de huertos
familiares en Mesoamérica, se encontraron huertos con 27 hasta 334 especies. Para Latinoamérica
está el trabajo de Pulido et al. (2008) en el cual se reporta que la riqueza de los huertos familiares
va desde 27 a 405 especies. Los resultados obtenidos en esta investigación están acordes con los
reportes en literatura, ya que se encontraron huertas con 4 hasta 36 especies, cabe resaltar que los
trabajos mencionados anteriormente tienen en cuenta todas las plantas allí cultivadas, mientras que
para este estudio sólo se tuvo presente las plantas con uso alimenticio. No obstante, para el
corregimiento de Molineros donde se presentó un número reducido de especies en algunas de las
huertas se debe también, según la información de los participantes, a la sequía que se presentó en
los meses de junio, julio y agosto, porque según ellos la época de lluvia comenzaba en el mes de
junio, motivo por el cual muchas de las plantas que cultivaron perecieron en esta época, de igual
manera las fincas de este corregimiento presentaron una riqueza más baja que el otro corregimiento,
esto también se explica debido a que los participantes de esta zona son víctimas del desplazamiento
forzado y por un largo periodo de tiempo no estuvieron presentes en los predios, por esta razón
hasta hace muy poco comenzaron nuevamente a sembrar.
La mayoría de los estudios etnobotánicos de la región del caribe se han centrado en documentar
todas las plantas útiles de la región (López et al., 2016; Barrios-Paternina & Mercado-Gómez,
2014; Cruz et al., 2009; Jiménez-Escobar & Estupiñán-González, 2012; Jiménez-Escobar et al.,
2011), no obstante, también se encuentran trabajos que se han enfocado en caracterizar plantas de
uso alimenticio, con los cuales se estableció que la riqueza de plantas para este uso está entre 39 y
96 especies (Álvarez et al., 2016; Álvarez, 2014: Villa & García, 2017; Pasquini et al., 2013). En
esta investigación se obtuvieron 67 especies de plantas comestibles, este resultado se encuentra
dentro del rango de especies reportadas por literatura para este uso en el Caribe colombiano. Cabe
resaltar que los trabajos de Álvarez et al. (2016) y Álvarez (2014) fueron realizados con
comunidades tanto campesinas como afrodescendientes e indígenas, por otro lado, el trabajo de
Pasquini et al. (2013) se realizó únicamente con comunidades afrodescendientes, mientras que el
trabajo de Villa & García (2017) fue con comunidades campesinas al igual que la presente
investigación, sin embargo, reportaron más especies en un menor número de huertas muestreadas,
esto puede explicarse a diferencias relacionadas con el clima y ubicación de los predios, con
factores socioeconómicos y con la historia de vida propia de los participantes.
8.2. Caracterización de las plantas silvestres y cultivadas empleadas para la
alimentación
En cuanto a la composición, la familia con mayor número de especies en las fincas de Sabanalarga
fue Fabaceae, esto concuerda con los trabajos mencionados anteriormente, en los cuales se reporta
que esta familia es la más representativa para la región del Caribe (Cruz et al., 2009; Jiménez-
Escobar & Estupiñán-González, 2012; Jiménez-Escobar et al., 2011), en esta investigación las
familias Anacardiaceae y Rutaceae son las siguientes más representativas, sin embargo, en los
estudios de plantas útiles del Caribe colombiano estas familias no se encuentran en los primeros
lugares y en los estudios enfocados en la caracterización de plantas de uso alimenticio, los
resultados presentan únicamente las especies más frecuentes sin mencionar las familias, además de
no tener bases de datos donde se pueda hacer la verificación, por tal motivo no se puede hacer una
correcta comparación con la literatura citada. Familias como Annonaceae, Arecaceae y Myrtaceae
también son características de esta región (Jiménez-Escobar et al., 2011; Jiménez-Escobar &
Estupiñán-González, 2012; Villa & García, 2017), en este estudio ocupan el tercer lugar con tres
especies cada una.
Con relación al nivel de especie, el grupo más frecuente en las fincas estudiadas fue Spondias
purpurea (ciruela de castilla), sin embargo en la literatura no la reportan como especie
característica de la región, otra especie Mangifera indica (mango) es la siguiente más frecuenta en
los predios, la cual sí está reportada en literatura como una especie típica para la región, Manihot
esculenta (yuca) es una de las especies más representativas para las comunidades campesinas,
afrodescendientes e indígenas del Caribe, ya que es un ingrediente principal de los habitantes de la
región (Barrientos-Paternina & Mercado-Gómez, 2014; Álvarez, 2014; Jiménez-Escobar &
Estupiñán-González, 2012). Cabe resaltar que especies del género Citrus también son muy
características para esta zona, en ese estudio la especie Citrus limon (limón) es la quinta especie
más frecuente presente en 21 fincas y Citrus x aurantium (naranja dulce) que está presente en 16
predios. De igual manera el ñame (Dioscorea alata) es una especie de gran importancia para la
comunidad, ya que al igual que la yuca, hace parte de la dieta diaria de las personas (Villa & García,
2017; Pasquini et al., 2013).
Con respecto a la parte de la planta utilizada hay discrepancia entre los diferentes estudios
relacionados con las plantas útiles, debido a que esto puede variar dependiendo de la categoría de
uso más frecuente. Un estudio realizado en México sobre plantas útiles, en el que la categoría con
mayor número de especies fue medicinal y la parte más utilizada fue la planta entera (parte aérea)
(Bello-González et al., 2015), en el caso de Colombia está el estudio de Rosero-Toro et al. (2018),
al igual que el estudio anterior, la categoría con mayor número de especies fue la medicinal, pero
para este caso la parte más utilizada es la rama; más específicamente para la región del Caribe.
También están los trabajos de Barrios-Paternina & Mercado-Gómez (2014) y el de Jiménez-
Escobar et al. (2011), para el primero, la categoría medicinal fue la más representativa, sin
embargo, la parte más utilizada es la hoja y para el segundo, a pesar de que la categoría más
representativa fue la comestible, la parte más utilizada fue el tronco, no obstante esto se debe a que
en diferentes categorías de uso se puede utilizar la misma parte, sin embargo, la siguiente parte más
utilizada por la comunidad fue la de fruto. La categoría de fruto fue la que obtuvo mayor número
de especies, lo que concuerda con los estudios enfocados en plantas alimenticias, en los que la parte
de la planta más utilizada es el fruto (Teklehaymanot & Giday, 2010; Pardo-de Santayana et al.,
2007; Pasquini et al., 2013; Villa & García, 2017; Álvarez, 2014) De igual manera, resulta difícil
realizar una comparación con el tipo de uso alimenticio, ya que no se encuentra una única
categorización para esta variable, a pesar de esto, las frutas son uno de los tipos de uso más
frecuente, con mayor número de especies y número de individuos en los huertos familiares
(Teklehaymanot & Giday, 2010; Pardo-de Santayana et al., 2007; Pasquini et al., 2013; Villa &
García, 2017; Álvarez, 2014), así mismo ocurrió en las fincas visitadas, donde las frutas fueron el
tipo de uso más empleado por los participantes.
En cuanto al propósito de consumo, todos los participantes informaron que se autoabastecen de las
plantas que poseen, sin embargo, también comercializaban los productos, ya que según ellos no
alcanzaban a consumir toda la cosecha de las plantas y en ocasiones se dañaba si no las vendían.
Hay que enfatizar que algunas especies, como el Mango (Mangifera indica), la Ciruela de castilla
(Spondias purpurea), el Tamarindo (Tamarindus indica) y el Limón (citrus limon) son especies
que cultivan con el objetivo principal de comercializar, pero también se autoabastecen de estos.
Una de las principales características de los huertos familiares es que está orientado al
autoconsumo, satisfaciendo las necesidades básicas de las familias, pero también proporcionan
ingresos adicionales al hogar (Salazar-Barrientos et al., 2016; Guarneros-Zarandona et al., 2014;
Gbedomon et al., 2015). Aquellas fincas que poseen una menor riqueza reportan que todas las
especies son utilizadas únicamente para el autoconsumo, hay que señalar que estos predios se
encuentran en el corregimiento de Molineros y las familias no habitan las fincas, no obstante, su
economía se basa de otras actividades como lo es la ganadería, por lo tanto en estas fincas las
huertas tienen una riqueza tan baja que no satisfacen completamente las necesidades básicas de las
familias, por lo que no contribuyen con la seguridad alimentaria de las mismas, es importante
mencionar que este tipo de sistemas agroforestales tienen como característica contribuir con la
seguridad alimentaria (Montagnini & Metzel, 2015)
El 22 % de las especies reportadas en esta investigación fueron clasificadas como silvestres, de las
cuales el 30% se encuentran en pastizales, las zonas de huertos y bosque tienen cada una el 23,3%
de dichas especies y la zona de arroyo presentó el 10%. Para el caso de las especies reportadas
como cultivadas todas se encuentran en los huertos, no obstante, hay 18 especies que se encuentran
tanto en huertos como en zonas de cultivo, debido a que estas especies tienen como propósito el
comercio, sin dejar de lado el autoabastecimiento de la familia. Especies como el corozo (Bactris
guineensis), la pitajaya (Acanthocereus tetragonus) y el jobo (Spondias mombin) son las especies
silvestres con mayor frecuencia en las fincas y están reportadas para la región del Caribe
colombiano como plantas silvestres (Álvarez et al., 2016; Cruz et al., 2009).
No obstante, las especies silvestres tienden a no ser utilizadas con el fin de satisfacer una necesidad
alimentaria, ya que se reportan como de consumo ocasional y cuando se presenta la cosecha
muchos de los frutos se pierden por no ser consumidos, excepto por unas pocas especies como B.
guineensis (corozo) y Attalea butyracea (palma de vino), cuyos recursos se comercializan
localmente (Cruz et al., 2009), esto también se presenta en esta investigación, donde los
informantes reportan consumo ocasional de las especies silvestres, a excepción del corozo que
algunos de los participantes lo comercializan localmente. Por otro lado, Cruz et al. (2009) también
menciona que el cardón (Acanthocereus sp.) y el jobo (S. mombin) son utilizados en cercas vivas,
de igual forma ocurre en el presente estudio, donde S. mombin y A. tetragonus están presentes en
las cercas vivas de los predios visitados.
8.3. Correlaciones de las condiciones socioeconómicas de los participantes con la
riqueza
Como se ha mencionado anteriormente, los huertos familiares son de gran importancia para
funciones sociales y económicas de las familias, pero también factores socioeconómicos influyen
en su diversidad de plantas (Montagnini & Metzel, 2015; Gbedomon et al., 2015; Kehlenbeck &
Maas, 2006). Los resultados arrojados por el análisis estadístico para la correlación de los factores
socioeconómicos de los dos corregimientos muestran que, tanto la distancia entre la finca y la
cabecera municipal como el tamaño de la finca inciden significativamente sobre la riqueza de los
predios de manera negativa, así mismo se encontró que tanto la escolaridad del informante como
el número de personas que habitan la finca también inciden significativamente sobre la riqueza,
pero de manera positiva.
Según Kehlenbeck & Maas (2006) la proximidad al mercado influencia de manera negativa la
riqueza de especies en los huertos familiares, debido a que la producción está orientada a la
comercialización, esto genera que la diversidad de cultivos se reduzca y más cuando se tiene éxito
en la producción de un cultivo comercial, ya que el agricultor va a disponer de más área para un
único cultivo, sin embargo, esto no se evidenció en el presente estudio, debido a que los predios
que estaban más alejados de la cabecera municipal presentaron una menor riqueza. Es importante
mencionar que dichos predios se encuentran ubicados en el corregimiento de Molineros y esto
puede ser explicado por la historia de vida de los participantes, ya que los habitantes son víctimas
del desplazamiento forzado, por lo que tuvieron que abandonar sus tierras y hasta hace poco tiempo
pudieron regresar, pero siguen sin habitarlas, por tal motivo presentan una menor riqueza que las
fincas del corregimiento de La Peña, las cuales están a una menor distancia a la cabecera municipal.
Autores como Gutiérrez et al. (2003) reportan que el tamaño del huerto está relacionado
positivamente con la riqueza de especies, sin embargo, Kehlenbeck & Maas (2006) afirman que en
su estudió la relación fue ligeramente positiva, ya que en huertos muy grandes la riqueza de
especies tendía a un único valor, además el número de individuos se reducía debido a los patrones
de siembra más unificados, pese a esto, para esta investigación no se observó dicha relación, debido
a que en el corregimiento de Molineros todas las fincas tenían el mismo tamaño.
En cuanto a la relación entre la escolaridad del propietario y la riqueza de la huerta, hay estudios
como el de Salazar-Barrientos et al. (2016) realizado en México, en el que afirman que el aumento
del nivel educativo está relacionado con la disminución de la diversidad, debido a que las personas
con niveles de educación alto migran a los centros urbanos en busca de empleo, sin embargo,
Gbedomon et al. (2015) no encontró una relación significativa entre estas dos variables, pero sí
afirma que la mayoría de los propietarios que tenían un menor nivel educativo tenían huertos con
riquezas de especies altas y al igual que el estudio anterior rectifica que se debe a que las personas
con niveles de educación superior tienen más posibilidades de empleo, por lo que les queda menos
tiempo para dedicarse al huerto y como consecuencia hay una disminución en la riqueza. No
obstante, está correlación no tuvo el mismo comportamiento en este estudio, ya que la relación fue
negativa, tanto para los resultados obtenidos para los dos corregimientos, como para cada uno, pero
al igual que en el estudio de Gbedomon et al. (2015) la mayor cantidad de propietarios que tienen
bajos niveles de educación poseen fincas con altas riquezas de especies.
Por otro lado, el número de personas que habitan la finca está relacionado positivamente con la
riqueza de especies del predio, debido a que entre más número de miembros de la familia participen
en el mantenimiento y cuidado de los huertos estos tendrán una mayor riqueza (Salazar-Barriento
et al. 2015; Bautista-García et al. 2016; Gutiérrez et al., 2003) esto también se puede evidenciar en
el presente estudio, en el que aquellos predios en los que el número de personas que habitan la finca
era mayor su riqueza también lo era.
Adicional a los factores mencionados anteriormente, la edad del propietario también es un factor
que está relacionado positivamente con la riqueza de los huertos, debido a que los productores de
más edad mantienen los cultivos a lo largo del tiempo, pero también incorporan nuevas especies
para garantizar la autosuficiencia alimentaria de la familia, adicional a esto, los propietarios de
mayor edad tienen más tiempo para dedicarle al huerto lo que permite su mantenimiento y
conservación (Salazar-Barrientos et al., 2016; Kehlenbeck & Maas, 2006; Gutiérrez et al., 2003),
sin embargo, esta relación no fue evidente en el presente estudio, los resultados obtenidos para el
corregimiento de La Peña muestran una relación negativa entre la edad del participante y la riqueza
de la finca, no obstante, esta tendencia no ha sido reportada por literatura.
Hay que resaltar, que para el corregimiento de Molineros hay una relación positiva entre la historia
del bosque y la riqueza de especies, en el que se puede observar que los predios que poseen
fragmentos de Bosque seco Tropical tienen una mayor riqueza de especies, sin embargo, esta
relación no ha sido reportada en literatura; no obstante, la distancia a la vegetación natural tiene
una relación positiva con la riqueza de plantas silvestres, esto porque la presencia de fragmentos
de bosque intervenidos mejora las condiciones de producción de los sistemas agroforestales, lo que
contribuye en el aumento de beneficios socioeconómicos y ambientales (Sarmiento, 2017; Monge
& Russo, 2009; Farrell & Altieri, 1997)
9. Conclusión
Si bien las fincas de los corregimientos de La Peña y Molineros del municipio de Sabanalarga,
Atlántico no poseen todas las características propias de los huertos familiares propuestas por los
diferentes autores, sí tienen la mayoría, como una alta riqueza de especies de plantas que difieren
tanto en su estructura vertical como horizontal, además de los diversos usos que puedan tener,
cubriendo las necesidades básicas de las familias y aportando un ingreso económico adicional.
La composición y riqueza florística de los huertos es muy variada, para el caso de Sabanalarga la
familia más representativa fue Fabaceae, la cual es muy característica para el Caribe colombiano y
las especies con mayor frecuencia fueron la ciruela de castilla (Spondias purpurea), el mango
(Mangifera indica) y la yuca (Manihot esculenta), la primera es de gran valor económico para el
municipio, según lo informado por los participantes, mientras que las otras dos son representativas
para el Caribe, debido a su importancia en la dieta de los habitantes de la región.
Por otro lado, la parte más frecuentemente utilizada por los habitantes de Sabanalarga es el fruto,
esto es característico en los estudios enfocados en plantas alimenticias, de igual manera y como era
de esperarse la categoría de uso más representativa para la zona fue la de fruta, lo cual también es
típico de dichos estudios.
Una característica propia de los huertos es el autoabastecimiento de las familias, esto también
estuvo presente en los predios visitados, donde los participantes informaron que auto consumían
todas las especies reportadas, no obstante, también aprovechan económicamente algunos cultivos,
como es el caso de la ciruela de castilla (S. purpurea), el mango (M. indica), limón (Citrus limon),
corozo (Bactris guineensis).
Factores socioeconómicos, como el número de personas que habitan la finca, la historia del bosque
y la escolaridad del participante tienen una relación positiva con la riqueza de plantas comestibles,
no obstante, la tendencia de esta última característica no está totalmente definida en todos los
estudios, pero lo que sí es claro es que aquellos propietarios que tienen bajos niveles de escolaridad
poseen huertas con una gran riqueza de especies vegetales, mientras que, factores como la distancia
del predio a la cabecera municipal, el tamaño de la finca y la edad del participante tienen una
relación negativa con la riqueza. Hay que resaltar que la interacción de las variables
socioeconómicas y las características propias de la finca, además de la historia de vida de los
propietarios son las que definen la riqueza y composición de los predios.
10. Recomendaciones
Se recomienda ampliar la investigación incluyendo datos de abundancia de las especies y además
realizando un análisis de género, también hay que extender el estudio a otros municipios del
departamento del Atlántico, para tener más información sobre las plantas de uso alimenticio de la
región y así poder implementar estrategias para disminuir los problemas de seguridad alimentaria
presentes en el Caribe colombiano, además de promover el uso de agroecosistemas que permitan
la conservación y uso de las especies propias del Bosque seco Tropical.
También se recomienda realizar socializaciones y talleres sobre la importancia de la flora nativa
de la región y como vincularla con los sistemas agroforestales para aumentar los beneficios
socioeconómicos de los habitantes y de igual manera incrementar la conectividad espacial
favoreciendo a la conservación del Bosque seco Tropical, así mismo, poder realizar una
apropiación del conocimiento tradicional y así evitar la pérdida de los saberes ancestrales de la
región.
11. Bibliografía
Alcaldía de Sabanalarga, Atlántico. (2018). Nuestro municipio - Información general
http://www.sabanalarga-atlantico.gov.co/tema/municipio. Consultado en julio de 2018.
Albuquerque, U., Cruz da Cunha, L., de Lucena, R. and Alves, R. (2014). Methods and Techniques
in Ethnobiology and Ethnoecology. New York: Springer Science.
Alexiades, M.N., 1996. Selected guidelines for ethnobotanical research: a field manual. New York
Botanical Garden, New York.
Álvarez, L (2014). Plantas promisorias de uso alimenticio del Darién, Caribe colombiano. Boletín
de Antropología, 29(48), 41-65.
Alvarado-Solano, D. P., & Otero Ospina, J. T. (2015). Distribución espacial del bosque seco
tropical en el Valle del Cauca, Colombia. Acta Biológica Colombiana, 20(3).
Álvarez Salas, L. M., Gálvez Abadía, A., & Salazar Zapata, J. C. (2016). Etnobotánica del Darién
Caribe colombiano: los frutos del bosque. Etnográfica. Revista do Centro em Rede de Investigação
em Antropologia, 20(1), 193-193.
Bautista-García, G., Sol-Sánchez, Á., Velázquez-Martínez, A., & Llanderal-Ocampo, T. (2016).
Composicion floristica e importancia socioeconomica de los huertos familiares del Ejido La
Encrucijada, Cardenas, Tabasco. Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas, (14), 2725-2740.
Bvenura, C., & Sivakumar, D. (2017). The role of wild fruits and vegetables in delivering a
balanced and healthy diet. Food Research International, 99, 15-30.
Carreño Hidalgo, P. C. (2016). La etnobotánica y su importancia como herramienta para la
articulación entre conocimientos ancestrales y científicos. Tesis de pregrado. Facultad de Ciencias
y Educación. Universidad Distrital Francisco José de Caldas, Colombia.
Cruz, M. P., Estupiñán, A. C., Jiménez-Escobar, N. D., Sánchez, N., Galeano, G., & Linares, E.
(2009). Etnobotánica de la región tropical del Cesar, Complejo Ciénaga de Zapatosa. Colombia,
Diversidad Biótica VIII: media y baja montaña de la serranía de Perijá. Pag, 417-447.
DANE. (2005). Censo General 2005 Perfil Sabanalarga, Atlántico.
http://www.dane.gov.co/files/censo2005/PERFIL_PDF_CG2005/08638T7T000.PDF. Consultado
en julio de 2018.
Gbedomon, R. C., Fandohan, A. B., Salako, V. K., Idohou, A. F. R., Kakaї, R. G., & Assogbadjo,
A. E. (2015). Factors affecting home gardens ownership, diversity and structure: a case study from
Benin. Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine, 11(1), 56.
Guarneros-Zarandona, N., Morales-Jiménez, J., Cruz-Hernández, J., Huerta-Peña, A., & Cruz, D.
A. Á. (2014). Economía familiar e índice de biodiversidad de especies en los traspatios comunitario
de Santa María Nepopualco, Puebla. Revista Mexicana de Ciencias Agrícolas, (9), 1701-1712.
Gutierrez Mulas, M., Quiroz, C., Perez, D. M., Rodriguez, D., Perez, T., Marques, A., & Pacheco,
W. (2003). Conservación in situ de diversas especies vegetales en'conucos'(Home gardens) en los
estados Carabobo y Trujillo de Venezuela. Organización de las Naciones Unidas para la
Agricultura y la Alimentación, Roma (Italia).
Farrell, J. G., & Altieri, M. A. (1997). Sistemas agroforestales. Agroecología. Bases científicas
para una agricultura sustentable. (Ed. MA Altieri). CLADES/ACAO. La Habana, Cuba, 163.
Jiménez-Escobar, N. D., & Estupiñán-González, A. C. (2012). Riqueza de especies arbóreas
utilizadas por las comunidades campesinas del Caribe colombiano. Colombia diversidad Biótica
XII: Región Caribe, 653-676.
Jiménez-Escobar, N. D., Albuquerque, U. P., & Rangel-Ch, J. O. (2011). Huertos familiares en la
bahía de Cispatá, Córdoba, Colombia. Bonplandia, 309-328.
Kehlenbeck, K., & Maass, B. L. (2006). Are tropical homegardens sustainable? Some evidence
from Central Sulawesi, Indonesia. In Tropical Homegardens (pp. 339-354). Springer, Dordrecht.
Linares, R., & Fandiño, M. C. (2009). Estado del bosque seco tropical e importancia relativa de su
flora leñosa, islas de la Vieja Providencia y Santa Catalina, Colombia, Caribe
suroccidental. Revista de la Academia Colombiana de Ciencias, 33 (126), 1-12.
López C. R., Sarmiento C., Espitia L., Barrero A.M., Consuegra C., Gallego C., B. (2016). 100
plantas del Caribe colombiano. Usar para conservar: aprendiendo de los habitantes del bosque seco.
Fondo Patrimonio Natural, Bogotá D.C. Colombia.
Mendoza, H. (1999). Estructura y riqueza florística del bosque seco tropical en la región Caribe y
el valle del río Magdalena, Colombia. Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexandre
von Humboldt. Bogotá D.C., Colombia.
Menéndez Baceta, G. (2015). Etnobotánica de las plantas silvestres comestibles y medicinales en
cuatro comarcas de Araba y Bizkaia. Tesis de Doctorado. Universidad Autónoma de Madrid,
España.
Miles, L., Newton, A. C., DeFries, R. S., Ravilious, C. May, I., Blyth, S., Kapos, V. & Gordon, J.
E. 2006. A global overview of the conservation status of tropical dry forests. Journal of
Biogeography 33:491-505.
Monge, J., & Russo, R. (2009). Agroforestería, sostenibilidad y biodiversidad. San José:
Universidad de Costa Rica.
Montagnini, F., & Metzel, R. (2015). Biodiversidad, manejo de nutrientes y seguridad alimentaria
en huertos caseros mesoamericanos. Sistemas agroforestales: funciones productivas,
socioeconómicas y ambientales, Serie técnica informe técnico, (402), 381-403.
Montenegro, M., Lagos, B., César, T., & Vélez, L. (2017). Agrodiversidad de los huertos caseros
de la región andina del sur de Colombia. Revista de Ciencias Agrícolas, 34(1), 50-63.
Pasquini, M. W., Sánchez-Ospina, C., & Mendoza, J. S. (2013). Distribución del conocimiento y
usos por generación y género de plantas comestibles en tres comunidades afrodescendientes en
Bolívar, Colombia. Revista Luna Azul, (38).
Paternina, E. B., & Gómez, J. M. (2015). Plantas útiles del corregimiento Santa Inés y la vereda
San Felipe [San Marcos, Sucre, Colombia]. (Useful Plants in the Corregimiento Santa Inés and
Ride San Felipe [San Marcos, Sucre, Colombia].). Ciencia en Desarrollo, 5(2), 131-144.
Patiño VM. 2002. Historia y dispersión de los frutales nativos del Neotrópico. Cali: Centro
Internacional de Agricultura Tropical, Asociación Hortofrutícola de Colombia y Fondo nacional
de Fomento Hortofrutícola.
Pérez-Árbelaez, E. (1996). Plantas Útiles de Colombia. Quinta Edición (Edición del Centenario).
Bogotá: Ediciones FONDO FEN Colombia, Jardín Botánico" José Celestino Mutis" de Bogotá.
Pérez, D., & Matiz, L. C. (2017). Uso de las plantas por comunidades campesinas en la ruralidad
de Bogotá DC, Colombia/Use of plants by farming communities in rural areas of Bogotá DC,
Colombia. Caldasia, 39(1), 68-78.
Pizano, C & García, H. (2014). El Bosque seco Tropical en Colombia. Instituto de Investigación
de Recursos Biológicos Alexandre von Humboldt. Bogotá D.C., Colombia.
Romero-Castañeda, R. (1991). Frutas silvestres de Colombia. Instituto Colombiano de Cultura
Hispánica.
Rosero-Toro, J. H., Romero-Duque, L. P., Santos-Fita, D., & Ruan-Soto, F. (2018). Cultural
significance of the flora of a tropical dry forest in the Doche vereda (Villavieja, Huila, Colombia).
Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine, 14(1), 22.
Salazar-Barrientos, L. D. L., Magaña-Magaña, M. Á., Aguilar-Jiménez, A. N., & Ricalde-Pérez,
M. F. (2016). Factores socioeconómicos asociados al aprovechamiento de la agrobiodiversidad de
la milpa en Yucatán. Ecosistemas y recursos agropecuarios, 3(9), 391-400.
Salazar-Barrientos, L. D. L., Magaña-Magaña, M. A., & Latournerie-Moreno, L. (2015).
Importancia económica y social de la agrobiodiversidad del traspatio en una comunidad rural de
Yucatán, México. Agricultura, sociedad y desarrollo, 12(1), 1-14.
Sarmiento Robinson, N. A. (2017). Caracterización de las plantas silvestres en fincas con
agricultura familiar en los municipios de Tibasosa, Turmequé y Ventaquemada (Boyacá). [Trabajo
de grado], Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana.
Teklehaymanot, T., & Giday, M. (2010). Ethnobotanical study of wild edible plants of Kara and
Kwego semi-pastoralist people in Lower Omo River Valley, Debub Omo Zone, SNNPR,
Ethiopia. Journal of Ethnobiology and Ethnomedicine, 6(1), 23.
Ulloa-Delgado, Giovanni Andrés. (2016). Aspectos ecológicos del bosque seco tropical en el
Caribe colombiano. Bogotá: Tropenbos Internacional Colombia & Fondo Patrimonio Natural.
Villa, D., & García, N. (2017). Food plants in home gardens of the Middle Magdalena basin of
Colombia. Caldasia, 39(2), 292-309.
Wilches, A & Roca, C. (2008) Plan de Desarrollo Municipal 2008 – 2011 Un Gobierno de Gestión
para el Desarrollo de Sabanalarga.
http://cdim.esap.edu.co/BancoMedios/Documentos%20PDF/sabanalarga%20-
%20atl%C3%A1tico%20-%20pd%20-%2008%20-%2011.pdf. Consultado en julio de 2018.
12. ANEXOS
ANEXO 1. Formato de la entrevista estructurada para recopilar la información socioeconómica de los participantes y las
características físicas de cada finca de Sabanalarga, Atlántico.
ANEXO 2. Formato del recorrido guiado para recopilar la información referente a la riqueza de especies de cada finca de Sabanalarga,
Atlántico.
Fecha: Altitud
Nº de finca: Coordenadas GPS:
Vereda: Corregimiento:
Nombre: Género: (F) (M)
Edad: Tamaño de la finca:
Nº de personas en la familia Distancia de la finca al municipio:
Edad de la finca: Ocupación del participante:
Otros datos: ¿El participante habita la finca? Si___ No___; La finca tiene: luz Si__ No__, Agua Si__ No__ ,Gas Natural Si__
No__; Historia del Bosque seco: Conservado__ Intervenido__ Transformado__
Escolaridad: Primaria__ Media secundaria__ Secundaria__ Técnica__ Tecnólogo__ Pregrado__ Posgrado__ Otro:
______________________
ANEXO 3. Matriz de presencia/ausencia de las plantas presentes en las fincas de Sabanalarga, Atlántico.
Especie Nombre común F
1
F
2
F
3
F
4
F
5
F
6
F
7
F
8
F
9
F
1
0
F
1
1
F
1
2
F
1
3
F
1
4
F
1
5
F
1
6
F
1
7
F
1
8
F
1
9
F
2
0
F
2
1
F
2
2
F
2
3
F
2
4
F
2
5
F
2
6
F
2
7
F
2
8
F
2
9
F
3
0
Bixa orellana Achiote 0 0 0 1 0 0 1 0 0 1 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Persea americana Aguacate 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Cucurbita maxima Ahuyama 0 0 0 1 0 0 0 1 0 1 0 0 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 0
Capsicum annuum Ají 0 0 1 0 0 1 1 0 0 1 0 0 0 0 0 0 1 1 0 1 0 0 1 0 0 0 0 1 0 0
Sesamum orientale Ajonjolí 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Ocimum basilicum Albahaca (CN 19) 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Caesalpinia
pulcherrima Angelíto (CN 04) 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Annona squamosa Anón (Anón corruñoso) 1 1 1 1 0 1 0 1 1 0 1 1 1 0 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0
Ipomoea batatas Batata 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Sterculia apetala Camajorú 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Lippia sp. Canelón (Oreganito) (CN
03) 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Saccharum
officinarum Caña Dulce 0 0 1 1 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Cassia grandis Cañandonga 0 0 0 1 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 0 0
Allium fistulosum Cebolla China 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Nombre común Parte planta utilizada Manejo Tipo de uso Propósito
consumo
Lugares de
aprovechamiento
Nº
foto
Nº
cole
ct
R___ T___ H___ Fl___
Fr___ S___ PE____
O___
Cultivada__
Silvestre__
Cer__ Cond__ Fruta__
Nuez__ Verd__ Leg__
Tub__ Azuc__ Oleg__
Auto____
Comercio___
H___ C___ B___
CV___ P___
Otros______
R___ T___ H___ Fl___
Fr___ S___ PE____
O___
Cultivada __
Silvestre __
Cer_ Cond_ Fruta_
Nuez_ Verd_ Leg_
Tub_ Azuc_ Oleg_
Auto____
Comercio___
H___ C___ B___
CV___ P___
Otros______
R___ T___ H___ Fl___ Fr___ S___ PE____
O___
Cultivada __ Silvestre __
Cer_ Cond_ Fruta_ Nuez_ Verd_ Leg_
Tub_ Azuc_ Oleg_
Auto____ Comercio___
H___ C___ B___ CV___ P___
Otros______
R___ T___ H___ Fl___
Fr___ S___ PE____
O___
Cultivada __
Silvestre __
Cer_ Cond_ Fruta_
Nuez_ Verd_ Leg_
Tub_ Azuc_ Oleg_
Auto____
Comercio___
H___ C___ B___
CV___ P___
Otros______
R___ T___ H___ Fl___ Fr___ S___ PE____
O___
Cultivada __ Silvestre __
Cer_ Cond_ Fruta_ Nuez_ Verd_ Leg_
Tub_ Azuc_ Oleg_
Auto____ Comercio___
H___ C___ B___ CV___ P___
Otros______
Malpighia glabra Cereza (CN 12) 1 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 1 1 1 0 0 1 0 0 1 0 0 0 0 1 0 1
Cnidoscolus tubulosus Chaya (CN 09) 0 1 0 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Annona glabra Chirimoya (anón liso) 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Coriandrum sativum Cilantro 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Spondias sp. Ciruela Bogotana (CN 23) 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0
Spondias purpurea Ciruela de Castilla (CN 01) 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 0 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
Cocos nucifera Coco 1 0 0 1 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Bactris guineensis Corozo (Corozo Sabanero)
(CN 08) 0 1 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 0 0 1 1 0 0 1 0 0 0 0 1 1 1 0 1 0 1
Coccoloba obtusifolia Corralero (CN 22) 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Eryngium foetidum Culantro 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Vigna unguiculata Frijol (Cabecinegro o de
Castilla) 1 0 1 0 1 1 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0
Hibiscus sabdariffa Gabeche (Yaya, Flor de
Jamaica) (CN 15) 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Pereskia guamacho Guamacho (CN 18) 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Annona muricata Guanabana 1 1 1 1 1 1 1 1 0 1 1 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Cajanus cajan Guandul (CN 07) 1 1 0 1 1 0 0 1 1 1 1 1 1 1 1 0 1 0 0 0 0 0 1 1 1 1 1 1 0 0
Guazuma ulmifolia Guasimo (CN 20) 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Psidium guineense Guayaba Agria (guayaba
ácida) (CN 11) 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Psidium guajava Guayaba criolla 0 1 1 0 0 1 0 1 0 0 1 0 0 1 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 1 1
Ziziphus mauritiana Guinda (CN 02) 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Musa x paradisiaca Banano 1 0 0 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 1 1 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Cymbopogon citratus Hierba Limón 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0
Pradosia colombiana Huevo de Burro 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Spondias mombin Jobo 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 1 1 1 0 1 0 1 1 1 1 1 0 0 0 0
Citrus limon Limón Criollo 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 0 1 1 1 1 1 1 0 0 1 0 0 0 0 0 1 1 0 1
Citrus X limonia Limón Mandarino 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Zea mays Maíz 0 1 1 1 1 1 0 1 0 1 0 1 1 1 0 1 1 0 1 0 0 0 0 1 1 1 0 1 0 0
Melicoccus bijugatus Mamón 1 1 1 1 0 0 1 1 1 0 1 0 1 0 1 0 1 0 0 0 1 0 1 0 1 1 0 1 1 1
Citrus reticulata Mandarina 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Mangifera indica Mango 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 0 1 0 0 1 1 1 0 1 1 1 1
Passiflora edulis Maracuyá 0 0 0 0 0 0 1 1 0 1 0 0 0 0 1 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Anacardium
occidentale Marañón (CN 06) 1 1 1 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Cucumis melo Melón 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Citrus x aurantium Naranja Dulce 1 0 1 1 1 1 1 1 1 0 1 0 1 0 1 0 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 1 1
Manilkara zapota Níspero (CN 05) 1 1 0 0 0 0 1 1 1 0 1 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1
Dioscorea alata Ñame 1 0 0 1 1 0 0 0 1 0 1 1 1 0 1 0 1 0 0 1 0 0 1 0 1 1 1 0 1 0
Plectranthus
amboinicus Oregano (CN 14) 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Attalea butyracea Palma de Vino 0 0 0 0 1 0 0 0 1 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Carica papaya Papaya 1 1 1 0 0 1 1 1 1 1 1 1 1 0 1 0 1 1 0 0 0 0 1 0 0 0 1 1 0 0
Citrullus lanatus Patilla 0 0 1 1 0 1 0 1 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Ananas comosus Piña 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Bromelia pinguin Piñuela 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Acanthocereus
tetragonus Pitajaya 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 0 1 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1
Musa acuminata Plátano 0 1 1 1 0 1 1 0 1 0 0 1 0 0 0 1 1 1 1 0 0 0 1 0 1 1 1 1 1 0
Citrus grandis Pomelo (Toronja) 0 0 1 1 1 1 1 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Raphanus sativus Rábano 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Aloe vera Sábila 0 1 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Tamarindus indica Tamarindo (CN 21) 1 1 1 1 1 0 1 1 1 0 1 0 0 0 1 1 0 1 0 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1
Ocimum tenuiflorum Toronjil 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Opuntia caracassana Tuna 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Syzygium sp. Uva Playonera (CN 10) 0 1 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Manihot esculenta Yuca 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 0 1 0 0 1 1 1 1 1 1 1 0
Pouteria sapota Zapote 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0
Phaseolus vulgaris Zaragoza 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 0 1 1 1 1 0 1 0
ANEXO 4. Prueba de normalidad Shapiro-Wilk para la riqueza de especies y las variables socioeconómicas.
Variable
Shapiro-Wilk
Estadístico p (normal)
Riqueza de especies 0,955 0,23154428
Distancia de la finca 0,741 0,00000651
Edad de la finca 0,857 0,00086766
Tamaño de la finca 0,797 0,00005755
Historia del bosque 0,597 0,00000007
Edad del participante 0,969 0,51008381
Nº de personas en la familia 0,729 0,00000431
Escolaridad 0,756 0,00001128
ANEXO 5. Prueba de correlación de Spearman entre la riqueza de especies y las variables socioeconómicas.
Variable Distancia de
la finca
Tamaño de la
finca
Nº de personas
en la familia
Edad del
participante
Escolaridad Bosque
Riqueza de
especies
General
Coeficiente de
correlación -0,560 -0,500 0,521 0,038 0,537 -0,016
p 0,001 0,005 0,003 0,842 0,002 0,933
Variable Distancia de
la finca
Tamaño de la
finca
Nº de personas
en la familia
Edad del
participante
Escolaridad Bosque
Riqueza de
especies
La Peña
Coeficiente de
correlación -0,167 -0,320 0,412 -0,601 0,675 -0,435
p 0,552 0,245 0,127 0,018 0,006 0,106
Variable Distancia de
la finca
Tamaño de la
finca
Nº de personas
en la familia
Edad del
participante
Escolaridad Bosque
Riqueza de
especies
Molineros
Coeficiente de
correlación -0,393 -0,374 -0,121 0,77 0,726
p 0,148 0,169 0,667 0,001 0,002
Top Related