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7/29/2019 ALVIN MAKER 4 - Alvin El Oficial

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ALVIN EL OFICIALLos Cuentos de Alvin Maker IV

por Orson Scott Card


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Traducido por Guayec Perdomo

ndice

1 Cre que haba acabado... (I thought I wasdone)

p. 3

2 Hipcritas (Hypocrites) p. 73 Vigilantes (Watchers) p. 134 Bsqueda (Quest) p. 295 Mentiras (Twist) p. 346 Amor verdadero (True love) p. 417 Pasaje a Francia (Booking passage) p. 44

8 Partida (Leavetaking) p. 509 Cooper (Cooper) p. 6010 Bienvenido a casa (Welcome home) p. 7011 Prisin (Jail) p. 7912 Abogados (Lawyers) p. 9113 Maniobras (Maneuvers) p. 10414 Testigos (Witnesses) p. 12315 Amor (Love) p. 15816 Verdad (Truth) p. 17117 Decisiones (Decisions) p. 18318 Viajes (Journeys) p. 201

19 Filadelfia (Philadelphia) p. 214

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1Cre que haba acabado...

Cre que haba acabado de escribir sobre Alvin Smith. Lagente continuaba dicindome que an faltaba, pero yo sabala razn. Se debe a que todos escuchan a Truecacuentos y almodo en que l cuenta las historias. Cuando l termina, todoparece pulcramente atado en un paquete y uno est casi

seguro de que sabe lo que las cosas significan y por qusuceden como suceden. No es que l lo explique, en realidad.Simplemente tienes esa sensacin de que todo tiene sentido.

Bien, yo no soy Truecacuentos, como algunos de ustedespueden haber adivinado, viendo que no somos demasiadoparecidos, y no tengo planes de volverme Truecacuentos enel corto plazo, ni nada parecido a l, no porque no piense quees un buen tipo, merecedor de que otros lo imiten, sino

porque yo no veo las cosas del mismo modo que l las ve. Notodas las cosas tienen sentido para m. Simplementesuceden, y a veces puedes extraer un poco de sentido dealguna calamidad y otras veces el ms feliz de los das es uncompleto disparate. No es posible predecirlas y sin lugar adudas es imposible hacer que sucedan. Los peores embrollosen los que he visto meterse a muchos fueron aquellos en losque trataban de hacer que las cosas ocurrieran de unamanera sensata.

As que escrib lo que saba, desde los ms tempranosinicios de la vida de Alvin hasta que termin su arado de oroy se convirti en oficial herrero, y cont cmo regres a Vigory se puso a ensearle a la gente cmo convertirse enHacedores, y cmo estaban de mal las cosas con su hermanoCalvin, y pens que ya haba terminado, porque todo aqul a

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quien le importe estuvo all para verlo por s mismo o conocea alguien que lo vio. Cont la verdad de cmo Alvin lleg amatar a un hombre, para poner a descansar todos losrumores malintencionados al respecto. Cont cmo lleg aromper las leyes sobre los esclavos fugitivos y tambin cmola mam de Peggy Larner muri y cranme, se era el finalde la historia hasta donde yo pude verla.

Pero el final no pareca tener sentido, lo reconozco, y lagente ha estado acosndome y preguntndome ms y mssobre los das antiguos y si no sabra yo algo ms que lespudiera decir. Bien, seguro que s algo ms. Y no tengo nadaen contra de contarlo. Pero espero que no piensen quecuando haya terminado de contar todo lo que s todo el

mundo entender finalmente sobre qu trataba todo losucedido, porque ni siquiera yo lo s. En realidad, la historiaan no est acabada, y espero que nunca lo est, as que loque ms puedo esperar hacer es establecer cmo luce paraeste individuo particular en este momento exacto, y nisiquiera puedo prometerles que maana no llegar aentenderla mucho mejor que cualquier cosa que estescribiendo ahora.

Contar historias no es mi don. La verdad es que setampoco es el don de Truecacuentos, y l sera el primero enadmitirlo. Colecciona historias, de acuerdo, y aqullas que lrene son importantes, as que lo escuchan porque la historiaen s misma importa. Pero ustedes saben que l no hacemucho con su voz, ni hace girar sus ojos o ticula como lohacen los verdaderos oradores. Su voz no es losuficientemente fuerte como para llenar una cabaa de buen

tamao, digamos slo un cobertizo. No, contar historias no essu don. Es un pintor como mucho, o tal vez un tallador o unimpresor o cualquier cosa que pueda usar para contar omostrar la historia, pero no es un genio en ninguna de ellas.

El hecho es que si le preguntas a Truecacuentos cul es sudon, l dir que no tiene ninguno. No miente jams podraalguien dejar un letrero con tal acusacin en la puerta de

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Truecacuentos-. No, simplemente puso su corazn en un doncuando era un muchacho, y toda su vida se le pareci elnico don que vala la pena tener y puesto que nunca loconsigui (segn l), no debe tener don alguno. Y nopretendas no saber cul es el don que l quera, porqueprcticamente te abofetea la cara con ello cada vez quehabla por un buen rato. Quera el don de la profeca. Por esosiempre ha estado tan celoso de Peggy Larner, porque ella esuna tea y desde la infancia vio todos los futuros posibles delas vidas de las personas, y aunque eso no es exactamente lomismo que saber el futuro el modo en que las cosasocurrirn realmente y no el modo en que podran ser- seacerca bastante. Tanto que creo que Truecacuentos hubiera

sido feliz siendo una tea por cinco minutos. Probablemente sehubiera redo burlonamente de s mismo hasta la muertedurante una semana si tal cosa hubiese sucedido.

Cuando Truecacuentos dice que no tiene un don, sinembargo, te aseguro que se equivoca. Como muchos otros,l tiene un don y ni siquiera lo sabe porque se es el modoen que los dones funcionan simplemente se siente comoalgo natural para la persona que la posee, algo tan fcil como

respirar, as que no piensas que eso pudiera ser tu poderespecial porque, diablos, eso es fcil-. No sabes que es undon hasta que alguien ms se sorprende o se enfada o seexcita o demuestra cualquier otro sentimiento que tu donparezca provocar en la gente. Y entonces piensas, Hey, haygente que no puede hacer esto! Tengo un don! y ya no hayforma de tratar contigo hasta que finalmente te tranquilizas yvuelves a la vida normal y dejas de fanfarronear sobre cmo

puedes hacer esta cosa estpida que nunca te habaemocionado antes cuando eras ms juicioso.Hay quienes nunca descubren que tienen un don, pese a

todo, porque nadie ms lo nota tampoco, y Truecacuentos esde sos. Yo mismo no me di cuenta hasta que comenc atratar de reunir todas mis memorias y todo lo que cualquierame hubiese dicho alguna vez sobre la vida de Alvin Maker.

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Imgenes suyas trabajando con el martillo en la fragua cadavez que tena la oportunidad de hacerlo, por si alguna vezolvidamos que tuvo un trabajo honesto, obtenido con supropio sudor, y que no se dedic simplemente a bailar atravs de la vida como una cuadrilla y con la Dama Fortunacomo cariosa compaera como si pudiramos pensar quela Dama Fortuna hizo algo ms que flirtear con l, y si pese atodo l trat de acercrsele alguna vez, descubri que tenasfilis y no volvi a buscarla-; Fortuna trabaja para elDeshacedor, cuando la gente comienza a confiar en ella paraque los salve. Pero me estoy alejando del tema, y ahoratendr que leer de nuevo el comienzo de este prrafo pararecordar de qu rayos estaba hablando (y puedo or a los

moralistas y puritanos diciendo, Qu est haciendo al ponermaldiciones en el papel, no tiene acaso sentido de ladecencia del lenguaje? a lo que respondo: Cuando maldigo,no le hago dao a nadie y ello hace a mi lenguaje mscolorido y el cielo sabe que puedo usar el color, y puedoasegurarles que he aprendido a blasfemar con el mejor y ques cmo hacer mi lenguaje mucho ms colorido de lo que esahora, pero ya me he suavizado para que no sufran una

apopleja leyendo mis palabras. No me gustara pasar lamitad de mi vida acudiendo a los funerales de la gente quesufri un ataque por leer mi libro, as que en lugar decriticarme por las feas palabras que se escabullen en miescritura por qu no me alaban por todo el materialrealmente desagradable que virtuosamente he elegido dejarfuera? Todo depende de cmo lo miren, creo, y si tienentiempo para protestar por mi lenguaje, entonces no tienen

suficientes cosas que hacer y estar contento de ponerlos encontacto con amigos que necesitan ms manos paraayudarlos con su productiva labor. Bien, de cualquier modomir atrs al comienzo de este prrafo una vez ms para verde qu rayos estaba hablando y el punto es que cuandorecolect todas estas historias y las puse juntas, not queTruecacuentos parece continuar apareciendo en los ms

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extraos lugares justo en el momento en que algoimportante estaba por suceder, as que termin siendotestigo o incluso partcipe de un remarcable nmero deacontecimientos.

Ahora, permtanme preguntarles francamente, amigosmos. Si un hombre parece saber, saber realmente hasta loshuesos, cundo va a suceder algo importante, y dnde, y consuficiente antelacin como para llevar su cuerpo hasta ellugar y ser un testigo incluso antes de que ocurra, no es esoprofeca? Quiero decir, por qu decidi William Blake dejarInglaterra y venir a Amrica si no fue porque saba que elmundo estaba a punto de abrirse y parir a otro Hacedordespus de tantas generaciones? El solo hecho de que l no

lo supiese a ciencia cierta no significa que no fuese unprofeta. l pensaba que tena que ser un profeta con su boca,pero yo digo que es un profeta en sus huesos. Que es larazn por la que de repente se encontr vagabundeando devuelta a la aldea de Iglesia de Vigor, al molino del padre deAlvin, por ninguna razn de la que fuera consciente,exactamente en el da y la hora en que hermano menor deAlvin, Calvin Miller, decidi escapar e ir a buscar problemas a

lugares remotos. Truecacuentos no tena idea de lo que iba asuceder, pero amigos, yo les digo, l estaba ah, y cualquieraque diga que Truecacuentos no tiene un don, incluyendo almismo Truecacuentos, es un tonto. Por supuesto que lo digoen el sentido ms amable posible, como dira HoraceGuester.

se es el da con el que he elegido retomar mi relato,principalmente porque puedo decir por experiencia que no

ocurri nada interesante durante esos largos meses en queAlvin todava trataba de ensear a un montn de tiposcorrientes cmo convertirse en Hacedores como l en vezde... bueno, cada cosa a su tiempo. Digamos simplementeque mientras algunos de ustedes estn ansiosos decriticarme por no hablar sobre las lecciones de Alvin sobre elarte de Hacer y cada aburrido instante de cada clase en que

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trataba de ensear a saltar a los peces, puedo prometer quedejar esos das fuera de mi historia es un acto de caridad.

Hay mucha gente y demasiada confusin en la historia,tambin, y es algo que no puedo evitar, porque si lo hiciesetodo claro y simple sera una mentira. Era un gran enredo yhaba un montn de gente diferente involucrada y adems,para decirles la verdad, hay muchas cosas que sucedieron delas que no saba nada entonces y de las que an no sdemasiado. Me gustara decir que estoy contando todas laspartes importantes de la historia, hablando de toda la genteimportante, pero s muy bien que puede haber partesimportantes de las que no he escuchado nada, y genteimportante a la que no prest la atencin que merecan. Hay

material que nadie conoce, y cosas que nadie dice, y auncosas que algunos saben sin darse cuenta. E incluso mientrastrato de explicar las cosas como yo las entiendo estoydejando afuera otras sin quererlo, y repitiendo algunas queya pueden saber, o contradiciendo algo que pensaban queera un hecho comprobado, y todo lo que puedo decir es queyo no soy Truecacuentos, y si quieren saber la verdad msprofunda deberan buscarlo y hacer que abra y lea los

primeros dos tercios de su pequeo libro y entonces lesaseguro, por mucho que l diga que no es un profeta, lesaseguro que escucharn cosas que rizarn sus cabellos, o losalisarn, segn sea el caso.

Hay una cuestin, sin embargo, para la que simple yllanamente no tengo la respuesta, aun cuando todo lo demsdepende de ella. Tal vez si digo lo suficiente ustedes podrndeducirla por s mismos. Pero lo que no comprendo es por

qu Calvin se fue del modo en que lo hizo. Era un muchachodulce, segn dicen. Alvin y l eran tan unidos como doschicos pueden serlo. Quiero decir, que peleaban, claro, peronunca hubo malicia en ello, y Cally creci sabiendo que Almorira por l. As que qu fue lo que caus que la envidia ylos celos comenzaran a roer el corazn de Calvin y que dandola espalda a su hermano decidiese deshacer todo su trabajo?

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Mucho de lo que estoy por contarles lo escuch de boca delpropio Cally, pero pueden estar seguros de que l nunca sesent a explicar, a m o a alguien ms, el por qu de sucambio. Oh, l le cont a muchos por qu odiaba a Alvin,pero no hay ni un atisbo de verdad en lo que deca alrespecto, ya que simplemente se dedicaba a acusar a suhermano de hacer aquello que la audiencia odiaba ms. A lospuritanos les deca que odiaba a su hermano porque lo viohaciendo tratos con el diablo. A los realistas les cont quedetestaba a Alvin porque haba visto cmo su hermanomataba a un hombre slo porque ste haba tratado derecobrar su propiedad, un beb esclavo fugitivo llamadoArturo Estuardo (a los realistas les dara dentera el slo

pensar en un nio medio negro cuyo nombre fuera el mismodel Rey!). Calvin siempre tiene una historia que lo justifiquefrente a los ojos de los extraos, pero nunca una verdaderaexplicacin para aquellos de nosotros que sabemos la verdadsobre Alvin Maker.

Slo les dir esto: la primera vez que vi a Calvin, en Iglesiade Vigor, el ao en que Alvin trataba de ensear a Hacer, elao anterior a su partida, yo les digo, amigos, Calvin ya se

haba ido. Cada palabra de Alvin era como veneno en sucorazn. Si Alvin no le prestaba atencin, Calvin se sentadesplazado y lo haca notar. Luego, si Alvin se preocupabapor l, Calvin se enfadaba y se enfurruaba y le gritaba aAlvin que nunca lo dejaba solo. No haba forma decomplacerlo.

Pero decir que era contradictorio no explica nada. Es sloun nombre para la manera en que se comportaba, no una

respuesta a la cuestin de por qu actuaba de ese modo.Tengo mis propias suposiciones, pero son suposiciones ynada ms, ni siquiera lo que llaman suposiciones educadasporque no existe tal cosa como una educacin tan buena quehaga las suposiciones de un hombre mejores que las de otro.O sabes o no sabes, y yo no s.

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No s por qu la gente que consigui lo que necesitabapara ser feliz no sigui simplemente adelante y fue feliz. Nos por qu las personas que se sienten solas continanapartndose de todo aqul que trata de hacer amistad conellas. No s por qu la gente culpa a los tipos dbiles einofensivos por sus problemas, mientras dejan que elverdadero enemigo se salga con la suya y cause tanto dao.Y desde luego que no s por qu me molesto en escribir todoesto si s que al final no estarn satisfechos.

Djenme decirles algo sobre Calvin. En una ocasin lo vitomando clases con Alvin, y por una vez estaba tomandoatencin, verdadera atencin, haciendo caso de cada palabraproveniente de los labios de su hermano. Y pens: por fin lo

est entendiendo. Al fin se ha dado cuenta de que si quiereser el sptimo hijo de un sptimo hijo, si de veras desea serun Hacedor, tiene que aprender de Alvin cmo lograrlo.

Y entonces la clase termin, y me sent all observando aCalvin mientras el resto sala de la habitacin y regresaba asus quehaceres, hasta que slo quedamos Calvin y yo, yCalvin va y me habla la mayor parte del tiempo me ignorabacomo si no estuviera ah- me habla y en unos pocos

segundos me doy cuenta de lo que est haciendo. Estimitando a Alvin. No la voz corriente de Alvin, sino la voz deprofesor de Alvin. Todos recuerdan cuando eso sucedi recuerdo que aprendi esa forma florida y lujosa de hablarcuando estudiaba con la Seorita Larner, antes de que ellase quitara el disfraz y l se diera cuenta de que era la mismaPeggy Guester que guard su membrana de nacimiento y loprotegi a travs de su juventud-. Las grandilocuentes

palabras que ella aprendi en Dekane o de los libros que lea.Alvin quera sonar refinado como ella, o a veces lo deseaba,al menos, as que aprendi las palabras y las usa para hablartan bien que uno piensa que estudi ingls con un experto enlugar de haber crecido con el idioma igual que el resto denosotros. Pero no poda mantenerlo. De repente seescuchara a s mismo hablando en un tono demasiado alto y

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simplemente comenzara a rerse, o hara alguna broma yvolvera a hablar como cualquiera. Y ah estaba Calvinhablando con ese mismo tono elevado, slo que l no se rea.Simplemente sigui con su imitacin y, cuando huboterminado me mir y dijo, Estuvo bien?.

Como si yo supiera!Y yo le digo, Calvin, sonar como un hombre educado no te

hace educado, y l me dice, Prefiero ser ignorante y sonareducado que ser educado y sonar ignorante, y yo digo,Por qu? y l me responde, Porque si suenas educadoentonces nadie te prueba nunca para ver si es cierto, pero sisuenas ignorante nunca dejan de hacerlo.

se es mi punto. Bueno, tal vez no es el punto con el que

comenc, pero hace rato que perd la pista de se. As queste es el punto que quiero establecer ahora: yo s ms de loque ocurri durante el ao de vagabundeo de Alvin que nadiems en esta verde tierra de Dios. Pero tambin soyconsciente de todas las preguntas que todava no puedoresponder. As que supongo que soy del tipo que sabe peroque parece ignorante. De qu tipo es usted?

Si cree que ya sabe esta historia, por todos los dioses deje

de leer y ahrrese algunos problemas. Y si va a criticarmepor no terminar de una vez con todo y hacer un bonito lazopara usted, por qu no nos hace un favor a los dos y escribesu propio maldito libro? Slo tenga la decencia de llamarlo unromance en vez de una historia, porque no hay lazos en unahistoria, slo puntas deshilachadas y nudos que no puedenser unidos. No es un bonito paquete pero tampoco es sucumpleaos que yo sepa, as que no tengo la obligacin de

hacerle ningn regalo.

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2Hipcritas

Calvin estaba a punto de estallar. Apenas a un paso deacercarse a Alvin y y algo. Golpearlo en la nariz, tal vez,slo que ya lo haba intentado antes y Alvin simplemente lo

haba agarrado por la mueca, lo haba levantado con esosmalditos msculos de herrero y haba dicho, Calvin, sabesque siempre podra lanzarte, tenemos que hacer estoahora?. Alvin siempre podra hacer todo mejor, o, en caso deque no pudiera, probablemente no valdra la pena hacerlo. Lagente se reuna alrededor y escuchaba los balbuceos de Alvincomo si tuvieran algn sentido. Todo el mundo observabacada uno de sus movimientos como si fuera un oso bailarn.

La nica vez que alguien not a Calvin fue para preguntarlesi podra por favor apartarse un poco para ver mejor a Alvin.Apartarme? Sp, supongo que puedo apartarme. Puedo ir

hasta ms all de la puerta y bajo el sol abrasador y seguirhasta el camino que sube por la colina hasta la lnea derboles. Y qu me impide seguir adelante? Qu me impideseguir caminando hasta el borde del mundo y luego saltarafuera?

Pero Calvin no sigui caminando. Se apoy en un arce viejoy grande y luego se sent en la hierba y mir las tierras dePap. La casa. El granero. Los gallineros. La porqueriza. ElMolino.

Alguna vez volvi a girar la rueda del molino de Pap? Elagua pasaba intilmente a travs del chifle, la rueda seinclinaba hacia delante pero no se mova, y las piedras en su

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interior permanecan inmviles, tambin. Perfectamentepodra haber dejado la enorme piedra de moler en lamontaa, en vez de traerla hasta aqu abajo para nadamientras el hermano mayor Alvin llenaba las mentes de estaspobres gentes con esperanzas vanas. Alvin estabatriturndolos, como si hubiera puesto sus cabezas entre laspiedras. Molindolos, convirtindolos en harina que el mismoAlvin horneara, transformndolos en un pan que se comeraen la cena. Puede que haya sido un aprendiz de herrerodurante todos esos aos en Ro Hatrack, pero aqu en Iglesiade Vigor era un panadero de cerebros.

Imaginar a Alvin comindose las cabezas trituradas de todoel mundo hizo que Calvin se sintiese deliciosamente sucio. Lo

hizo rer. Estir sus largas piernas delgadas sobre la hierbadel prado y se recost contra el tronco del arce. Un insectocaminaba sobre la piel de su pierna, metindose bajo suspantalones, pero no se molest en atraparlo y sacarlo, osiquiera en sacudir la pierna para ahuyentarlo. En cambio,continu mirndolo fijamente1, como si sus ojos fueran unjuego extra de dedos, buscando el dbil y frentico aleteo dela estpida e intil vida del insecto y cuando lo encontr le

dio un pequeo pellizco, o ms bien fue un simple pestaeo,una ligersima contraccin de los msculos alrededor de susojos, pero eso fue todo lo que tom, nada ms ese pequeopellizco y el insecto dej de moverse. Hay das, pequeoinsecto, en que simplemente no vale la pena levantarse.

- sa debe ser una historia entretenida dijo una voz.A Calvin casi se le sali el alma del cuerpo. Cmo poda

alguien haberse acercado sin que se diera cuenta? Sin

embargo, no se permiti mostrar su sorpresa. Su corazn talvez latiese ms rpido dentro de su pecho, pero an esperun minuto antes siquiera de girar la cabeza y mirar, yentonces se asegur de parecer tan desinteresado como esposible hacerlo sin estar muerto.

Un tipo calvo, viejo y vestido con cuero de ciervo. Calvin loconoca, por supuesto. Un viajero y ocasional visitante

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llamado Truecacuentos. Otro ms que pensaba que el mundoempez con Dios y termin con Alvin. Calvin lo mir de arribaabajo. El cuero era casi tan viejo como el hombre.

- Conseguiste esas ropas de un ciervo de noventa aos, otu pap y tu abuelo las usaron durante toda su vida para quelucieran as de mal?

- He usado esta ropa durante tanto tiempo dijo elanciano-, que a veces las envo a pasear solas cuando estoydemasiado ocupado para ir yo mismo, y nadie parece notar ladiferencia.

- Creo que te conozco dijo Calvin-. Eres el viejoTruecacuentos.

- Lo soy dijo el viejo-. Y t eres Calvin, el ms joven de los

chicos del viejo Miller.Calvin aguard.Y entonces ocurri:- El hermano pequeo de Alvin.Calvin se dobl y se sent y luego se puso en pie. Le

gustaba ser alto. Le agradaba mirar hacia abajo la calvacabeza del anciano.

- Sabes, viejo, si tuviramos otro como t, podramos poner

sus suaves cabezas rosadas juntas y pareceran el trasero deun beb.- No te gusta que te llamen el hermano pequeo de Alvin,

eh? pregunt Truecacuentos.- Ya sabes dnde ir por tu almuerzo gratis dijo Calvin.

Comenz a alejarse por el prado.No teniendo ningn destino en mente, desde luego, su

caminata pronto qued en nada, y se detuvo un momento,

mirando alrededor, deseando que hubiese algo que quisierahacer.El anciano estaba justo detrs suyo. Diablos, el tipo era

silencioso! Calvin tendra que recordar tener un ojo abierto yatento. Alvin lo haca sin siquiera pensarlo, maldicin, yCalvin podra hacerlo tambin si tan slo se acordara deacordarse.

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- Te o farfullar algo dijo Truecacuentos-. Cuando empeca caminar detrs de ti.

- Bien, entonces supongo que an no has quedado sordo.- Te vi observando el molino y escuch que murmurabas

algo y pens, qu ve este joven de divertido en un molinocuya rueda no gira?

Calvin se volvi para encararlo.- T naciste en Inglaterra, verdad?- As es.- Y viviste en Filadelfia un tiempo, no? Te encontraste con

el viejo Ben Franklin all, cierto?- Vaya memoria la tuya!- Entonces por qu hablas como un extranjero? T sabes y

yo s que se supone que hay un molino cuya rueda no gira,pero aqu ests, hablando como un campesino como si nuncahubieras ido a la escuela, pero yo s que s fuiste. Y cmo esque no hablas como otros ingleses?

- Odos agudos, ojos penetrantes dijo Truecacuentos-. Unlince para los detalles. Torpe con el cuadro completo, pero unlince para los detalles. Tambin yo me doy cuenta de quehablas peor de lo que podras.

Calvin ignor el insulto. No pensaba dejar que ese viejozorro lo distrajera con trucos.- Dije que cmo es que hablas como un hombre de la

frontera.- Paso mucho tiempo en la frontera.- Yo paso mucho tiempo en el corral de las gallinas pero

eso no me hace cacarear.Truecacuentos sonri.

- Y entonces qu crees, muchacho?- Pienso que tratas de sonar como la gente a la que lecuentas tus mentiras, para que as confen en ti, piensen queeres uno de ellos. Pero no eres uno de nosotros, no eres unode nadie. Eres un espa, robando las esperanzas, los sueos,las memorias y las fantasas de todo el mundo y dejndoloscon nada excepto mentiras a cambio.

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Truecacuentos pareca divertido.- Si soy un criminal, por qu no soy rico?- No un criminal.- Vaya, me tranquiliza ser absuelto.- Slo un hipcrita.Truecacuentos entrecerr los ojos.- Un hipcrita repiti Calvin-. Pretendiendo ser lo que no

eres. As los dems confiarn en ti, pero estn confiando enuna sarta de mentiras.

- Tienes un interesante punto ah, Calvin dijoTruecacuentos-. Dnde trazas la lnea entre un hombrehumilde que conoce sus propias debilidades pero trata deobrar virtudes que an no ha dominado, y un hombre

orgulloso que pretende poseer esas virtudes sin tener la msmnima intencin de adquirirlas?

- Escuchen al pionero ahora dijo Calvin con desdn-. Sabaque podras dejar ese tono campestre en el momento en quelo quisieras.

- S, puedo hacerlo dijo Truecacuentos-. Lo mismo quepuedo hablar francs con un francs y espaol con unespaol o cuatro distintos tipos de Lengua Roja segn con

qu tribu est. Pero t, Calvin, hablas con Desdn y Escarnioa todo el mundo? O slo a los que son mejores que t?A Calvin le tom un momento darse cuenta de que lo

haban rebajado, duramente y hasta el fondo.- Podra matarte sin usar mis manos declar.- Es ms duro de lo que crees respondi Truecacuentos-.

Matar un hombre, quiero decir. Por qu no le preguntas a tuhermano Alvin sobre ello? l ya lo hizo una vez, por una

causa justa, mientras que t piensas en matar a un hombreporque te pellizc la nariz. Y te preguntas por qu digo quesoy mejor que t?

- Slo quieres degradarme porque te nombr por lo queeres. Hipcrita. Como todos los dems.

- Todos los dems?Calvin asinti ceudo.

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- Todo el mundo es un hipcrita excepto Calvin Miller?- Calvin Maker dijo Calvin. Aun mientras lo deca, saba

que era un error; nunca le haba dicho a nadie el nombre conel que se llamaba a s mismo, y ahora se jactaba de l,fanfarroneando, exigindolo, frente al menos comprensivo delos oyentes. El hombre que con mayor probabilidad, de todoslos hombres posibles, repetira el sueo secreto de Calvin aotros.

- Bueno, ahora parece ser unnime dijo Truecacuentos-.Todos pretendiendo ser algo que no somos.

- Soy un Hacedor! insisti Calvin, alzando la voz, inclusosabiendo que eso lo haca ver an ms dbil y vulnerable.Simplemente no poda dejar de hablarle a ese viejo baboso-.

Tengo todo el talento que Alvin nunca ha tenido, pero nadiese molesta en notarlo!

- Has hecho muchas piedras de moler ltimamente, sinusar herramientas? pregunt Truecacuentos.

- Puedo hacer que las piedras de un muro encajen como sihubieran crecido as de la tierra!

- Has curado alguna herida?- Hace un momento mat a un insecto que se arrastraba

sobre mi pierna sin siquiera poner mi mano encima.- Interesante. Te pregunto sobre curar y t me respondessobre matar. A m no me parecen las palabras de unHacedor.

- T mismo dijiste que Alvin mat a un hombre!- Con sus manos, no con su don. Un hombre que recin

haba asesinado a una mujer inocente que muri paraproteger a su hijo de la esclavitud. El insecto... iba a

lastimarte, a ti o a cualquiera?- Bien, ah est, Alvin siempre hace lo correcto y esmaravilloso, pero Calvin no puede hacer nada bien! Pero elmismo Alvin me cont la historia de cmo hizo que unmontn de cucarachas se mataran a s mismas cuando eraun nio y...

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- Y no aprendiste nada de esa historia, excepto que tienesel poder de atormentar a los insectos.

- l puede hacer lo que quiera y despus hablar sobrecmo aprendi algo de ello, pero si yo hago lo mismoentonces soy malo! No puede ensearme ninguno de sussecretos porque no estoy listo para ellos, pero s lo estoy,slo que no estoy listo para dejar que Alvin decida cmousar el don con el que nac. Quin le dice a l lo que debehacer?

- La luz interior de la virtud respondi Truecacuentos-, afalta de un nombre ms claro.

- Bien, y qu hay de mi luz interior?- Supongo que tus padres se hacen la misma pregunta, y a

menudo.- Por qu no se me permite descubrir las cosas por m

mismo, como lo hizo Alvin?- Pero por supuesto que se te est permitido hacer

exactamente eso dijo Truecacuentos.- No, no lo est! l se sienta ah tratando de explicar a

esos seguidores estpidos suyos, carentes de todo talento,cmo meterse dentro de las cosas y aprender lo que son y

cmo estn hechas por dentro y luego les dice que cambienlas formas, como si eso fuera algo que la gente pudieseaprender...

- Pero ellos lo aprenden, no?- Si llamas movimiento a avanzar una pulgada al ao,

entonces supongo que puedes llamar a eso aprendizaje dijo Calvin-. Pero a m, el nico que realmente entiende todolo que l dice, el nico que podra darle un uso a todo eso, ni

siquiera me deja entrar en la habitacin. Si me quedo allsimplemente cuenta historias y hace chistes y no ensearnada hasta que me haya ido, y por qu? Soy su mejoralumno, no? Lo aprendo todo, lo absorbo tan rpido y puedousarlo al momento, pero l no me ensear! Llama a losdems aprendices de Hacedor, pero a m nunca me hatomado para una sola leccin, todo porque no me inclino

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ante l y lo alabo siempre que empieza a hablar de por quun Hacedorno puede usar nunca su poder para destruir, sinoslo para construir, o lo pierde, lo que no tiene ningnsentido, porque el don de un hombre es su don y...

- A m me parece lo interrumpi Truecacuentos, su voz lobastante afilada para cortar la rabia de Calvin-, que eres unjovencito especialmente difcil de ensear. Le pides a Alvinque te ensee, y l trata de hacerlo, pero despus rehsasescuchar porque sabes lo que no tiene sentido y lo querealmente importa, sabes que un hombre no tiene que hacerpara ser un Hacedor, ya sabes tanto que me sorprende vertetodava esperando aqu, deseando que Alvin te ensee cosasque sencillamente no tienes ganas de saber.

- Quiero que me ensee cmo meterme en lo pequeo delas cosas! Grit Calvin-. Quiero que me ensee cmocambiar a la gente del modo en que cambi a ArturoEstuardo para que los Rastreadores no pudiesen encontrarlonunca ms! Quiero que me ensee cmo meterme dentrode los huesos y los vasos sanguneos, cmo transformarhierro en oro! Quiero un arado de oro como el suyo y l nome ensear cmo hacerlo!

- Y nunca se te ha ocurrido dijo Truecacuentos-, quecuando l habla de usar el poder de Hacer slo para construircosas, nunca para romperlas, puede estar ensendoteprecisamente aquello por lo que clamas? Oh, Calvin, lamentotanto ver que t mam tuvo un hijo estpido despus detodo.

Calvin sinti la rabia explotar dentro de s, y antes de darsecuenta de lo que haca derrib al hombre y apret sus

caderas, presionando sus frgiles viejas costillas y suestmago. Le tom varios jadeos notar que el anciano noestaba defendindose. Lo he matado? Se pregunt Calvin.Qu har si est muerto? Me detendrn por asesinato,seguro. No entendern cmo me provoc, suplicando por unagolpiza. No es que hubiese planeado matarlo.

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Calvin puso sus dedos en la garganta de Truecacuentos,buscando el pulso. Ah estaba, dbil, pero probablementedbil siempre, tomando en cuenta lo viejo que era el hombre.

- No estoy muerto, eh? susurr Truecacuentos.- No lo parece dijo Calvin.- Cuntos hombres tendrs que vencer antes de que

todos concuerden en que eres un Hacedor? - Calvin queragolpearlo de nuevo. No haba aprendido nada el viejo?-Sabes, si hieres lo suficiente a la gente terminarn porllamarte lo que quieras que te llamen. Hacedor. Rey. Capitn.Jefe. Maestro. Iluminado. Elige tu ttulo, puedes hacer dao ala gente hasta que te llame as. Pero no habrs cambiado niun poquito. Todo lo que habrs hecho es cambiar el

significado de esas palabras, de tal forma que todas quierandecir lo mismo: Matn.

Calvin, rojo de vergenza, se puso en pie y lo observdesde arriba. Se contuvo de patear al viejo hasta hacerlegelatina la cabeza.

- Tienes un don para las palabras dijo.- Las palabras ciertas en particular dijo Truecacuentos.- Las mentiras, por lo que puedo ver dijo Calvin.

- Un mentiroso ve mentiras dijo Truecacuentos-. Auncuando no estn ah. As como un hipcrita ve hipcritas encuanto se encuentra con buena gente. No puede soportar laidea de que alguien pueda ser realmente lo que l finge ser.

- Has dicho una cosa cierta dijo Calvin-. Sobre lo absurdode quedarme esperando aqu a que Alvin me ensee lo queobviamente piensa mantener en secreto. Debera habermedado cuenta de que Alvin nunca iba a ensearme nada,

porque tiene miedo de que si la gente me ve haciendo todaslas cosas que l puede hacer, dejar de ser el rey de lacolina. Debo descubrirlo por m mismo, como lo hizo l.

- Debes descubrirlo aprendiendo las mismas cosas que laprendi dijo Truecacuentos-. Sin embargo, solo o como supupilo, no creo que seas capaz de aprender esas cosas.

- Te equivocas dijo Calvin-. Te lo probar.

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- Aprendiendo a dominar tu propia voluntad y usar tupoder slo para construir cosas, slo para ayudar a otros?

- Saliendo al mundo y aprendindolo todo y volviendo ymostrndole a Alvin quin tiene el verdadero talento de unHacedor y quin est slo pretendiendo.

Truecacuentos se incorpor apoyndose en un codo.- Pero Calvin, tus acciones hoy aqu me han dado la

respuesta a esa pregunta de una forma tan clara como el da.Calvin quera patearlo en la cara. Callar esa boca. Romper

la reluciente coronilla y ver los sesos desparramarse sobre elcsped del prado.

En cambio dio media vuelta y camin un par de metroshacia el bosque. Esta vez tena un destino. La Civilizacin del

Este. Las ciudades, las tierras donde la gente viva apretada,una mejilla contra otra. Entre ellos habra algunos quepodran ensearle. O, si eso fallaba, algunos con quienesexperimentar hasta aprender todo lo que Alvin conoca.Calvin se haba equivocado al quedarse aqu tanto tiempo.Haba sido un estpido al esperar obtener alguna vez elcario o la ayuda de Alvin. Lo adoraba, se fue mi error,pens Calvin. Tuvo que llegar este estpido viejo tonto para

mostrarme el tipo de desprecio que la gente siente por m.Siempre comparndome con Alvin, el perfecto Alvin, Alvin elHacedor, Alvin el hijo virtuoso.

Alvin el hipcrita. Hace con su poder todo lo que yo quierohacer... slo que es tan sutil que la gente ni siquiera nota quel la est controlando. Dinos qu hacer, Alvin! Mustranoscmo Hacer, Alvin! Dice Alvin alguna vez No es tu don,pobre tonto, no puedo ensearte esto como no puedo

ensear a un pez a caminar? No. Simula que les ensea, losayuda a obtener un par de patticos xitos ilusorios para quese queden con l, sus obedientes sirvientes, sus discpulos.

Bien, yo no soy uno de ellos. Soy mi propio hombre, mslisto que l, y ms poderoso, tambin, si puedo aprendertodo lo que necesito. Despus de todo, Alvin fue un sptimohijo slo por unos momentos tras su nacimiento, hasta que

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nuestro hermano mayor Vigor muri. Pero yo he sido unsptimo hijo toda mi vida, y an lo soy hoy da. Estoydestinado a superar Alvin antes de mucho tiempo. Yo soy elverdadero Hacedor. El verdadero. No un hipcrita. No unmentiroso.

- Cuando veas a Alvin, dile que no me siga. No volver averme hasta que est listo para ajustar cuentas con l,Hacedor contra Hacedor.

- Nunca podr haber una batalla entre Hacedores dijoTruecacuentos.

- Oh?- Porque si hay una batalla dijo Truecacuentos-, es porque

uno de ellos, al menos, no es de ningn modo un Hacedor,

sino su opuesto.Calvin ri.- Ese cuento de viejas? Sobre un supuesto Deshacedor?

Alvin cuenta las historias, pero todo es una sarta de patraaspara hacerlo lucir ms heroico.

- No me sorprende que no creas en el Deshacedor dijoTruecacuentos-. La primera mentira que el Deshacedor dicesiempre es que no existe. Y sus verdaderos sirvientes

siempre le creen, incluso mientras llevan a cabo su trabajoen el mundo.- Entonces soy el sirviente del Deshacedor? pregunt

Calvin.- Por supuesto dijo Truecacuentos-. Tengo sobre mi

cuerpo las marcas que lo prueban.- Esas marcas prueban que eres un hombre dbil con una

boca demasiado grande.

- Alvin me hubiese curado y fortalecido dijoTruecacuentos-. Eso es lo que hacen los Hacedores.Calvin no poda aguantar ms de lo mismo. Dio una patada

al hombre justo en la cara. Pudo sentir la nariz deTruecacuentos romperse bajo su pie; luego el anciano sederrumb sobre la hierba y se qued quieto. Calvin nisiquiera se molest en comprobar su pulso. Si estaba muerto,

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lo estaba. El mundo sera un mejor lugar sin sus mentiras ysus groseras.

Slo cuando se haba adentrado en el bosque, unos cincominutos ms tarde, tom conciencia de la enormidad de loque haba hecho. Matar un hombre! Puedo haber matado aun hombre, y dejarlo morir!

Debera haberlo curado antes de irme. De la forma en queAlvin cura a la gente. Entonces habra visto que soyrealmente un Hacedor, porque lo cur. Cmo pude perdertal oportunidad de mostrar lo que soy capaz de hacer?

Entonces se volvi y corri de regreso a travs de losrboles, esquivando las races, descendiendo velozmente unaloma que apenas momentos antes haba escalado. Pero

cuando, jadeando, emergi en el prado, el anciano no estabaall, aunque an haba restos de sangre pegados a la hierba yalgunas manchas donde haba descansado su cabeza. Noestaba muerto, entonces. Se levant y camin, as que nopuede estar muerto.

Qu tonto fui, pens Calvin. Por supuesto que no lo mat.Soy un Hacedor. Los Hacedores no destruyen cosas, lasconstruyen. No es eso lo que Alvin siempre me dice? As

que, si soy un Hacedor, nada de lo que haga puede serdestructivo.Por un instante estuvo a punto de comenzar a descender

hacia el molino. Dejar que Truecacuentos lo acusara delantede todos. Calvin simplemente lo negara y dejara que elloslidiaran con el problema. Desde luego que todos creeran aTruecacuentos. Pero Calvin slo necesitaba decir se es sudon, hacer que la gente crea sus mentiras. Por qu otra

razn confiaran en este extrao en vez de en el hijo menorde Alvin Miller, cuando todos ustedes saben que yo no voypor ah golpeando a la gente?. Era una escena muyagradable de contemplar, con Padre y Madre y Alvincongelados sin hacer nada.

Pero sta era una mejor escena: Calvin libre en la ciudad.Calvin lejos de la sombra de su hermano.

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Y lo mejor de todo, ni siquiera podran reunir un grupo dehombres para seguirlo. Porque en este pueblo, en Iglesia deVigor, todos los adultos estaban atados por la maldicin deTenskwa Tawa, y a cada extrao que encontraran debancontarle la historia de cmo haban masacrado a los indiosinocentes en Tippy-Canoe. Si no contaban la historia, susmanos y brazos se cubriran con sangre chorreante, mudotestimonio de su crimen. Por eso nunca se aventuraban en elmundo exterior, donde se encontraran con extraos. Elmismo Alvin podra venir en su busca, pero nadie msexcepto aquellos que haban sido demasiado jvenes paratomar parte en la masacre se le unira. Oh, s, su cuadoSoldado, l no estaba sujeto a la maldicin. Y tal vez Mesura

no estaba realmente bajo la maldicin, porque la habatomado l mismo, pese a que no haba sido parte de labatalla. Tal vez l pudiera salir. Pero aun eso no era losuficiente para una cuadrilla de bsqueda.

Y de todas formas, por qu se molestaran en buscarlo?Alvin pensaba que Calvin no era nada. Que no vala la penaensearle. Por qu valdra la pena seguirlo?

Mi libertad estuvo siempre a unos pocos pasos, pens

Calvin. Todo lo que necesitaba era darme cuenta de queAlvin nunca iba a aceptarme como un verdadero amigo yhermano. Truecacuentos me ense eso. Debera darle lasgracias.

Hey, ya le di todas las gracias que mereca.Calvin solt una risa ahogada. Luego dio media vuelta y se

encamin nuevamente al bosque. Trataba de moverse tansilenciosamente como lo haca siempre Alvin, movindose a

travs del bosque un truco que Al haba aprendido de lossalvajes Rojos antes de que se fueran, cruzando el Mizzipy, alas tierras vacas del oeste-. Pero pese a sus esfuerzos, Calvinsiempre terminaba haciendo ruido y rompiendo ramas.

Por lo que s, se dijo Calvin, Alvin hace tanto ruido comoyo, y simplemente usa su poder para hacernos creer que essilencioso. Porque si todo el mundo piensa que eres

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silencioso, eres silencioso, verdad? No existe ningunadiferencia.

No sera como ese hipcrita de Alvin que nos tiene a todosconvencidos de que est en perfecta armona con el bosquecuando en realidad es tan torpe como cualquier otro! Almenos yo no me avergenzo de hacer un poco de ruidohonesto.

Con ese tranquilizante pensamiento, Calvin se zambull enla espesura, rompiendo las ramas y levantando las hojascadas con cada paso.

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3Vigilantes

Mientras Calvin emprenda su viaje hacia algn lugar,tratando de no pensar sobre Alvin a cada paso, haba alguienms embarcado en un viaje, deseando tambin conseguirdejar de pensar en Alvin. Ah es donde todo parecido termina,sin embargo. Porque sta era Peggy Larner, que conoca aAlvin mejor y lo amaba ms que cualquier alma viviente. Seencontraba en una carroza, en un camino de tierra en losApalaches, y se senta tan desgraciada al menos comoCalvin. La diferencia era que ella se culpaba a s misma porsu infelicidad.

En los das siguientes al asesinato de su madre, PeggyLarner haba imaginado que se quedara en Ro Hatrack porel resto de su vida, ayudando a su padre a atender elnegocio. Ya estaba harta de las grandes cosas del mundo.Haba usado su mano para inmiscuirse en ellas, y el resultadofue que olvid atender su sus propios asuntos y no vioacercarse la muerte de su madre. Evitable, fcilmente, sedebi al mero azar; una simple palabra de advertencia y sumadre y se padre habran sabido que los Rastreadores de

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esclavos iban a volver esa noche y cuntos eran, y cunarmados, y a travs de qu puerta apareceran. Pero Peggyhaba estado mirando los grandes acontecimientos delmundo, haba estado preocupada con su tonto amor por eljoven oficial herrero llamado Alvin que haba aprendido ahacer un arado de oro viviente y luego le haba pedido a ellaque se casara con l y lo acompaara por el mundo acombatir al Deshacedor, y todo el tiempo el Deshacedorhaba estado destruyendo su propia vida junto a la puertatrasera, con una explosin de escopeta que haba hechopedazos la carne de su madre y le haba dado a Peggy unacarga terrible para llevar toda su vida. Qu clase de nio nose preocupa de salvar la vida de su propia madre?

Podra no casarse con Alvin. Casarse sera comorecompensarse a s misma por su propio egosmo. Sequedara y ayudara a su padre en su trabajo.

Pero ni siquiera eso pudo hacer, no por mucho tiempo.Cuando su padre la miraba o, peor an, cuando evitabamirarla- ella senta su pena clavarse en su corazn. l sabaque ella podra haberlo evitado. Y aunque se esforzabaenormemente para no reprochrselo a su hija, ella no

necesitaba sus palabras para saber lo que haba en sucorazn. No, y tampoco necesitaba su don para ver losdeseos que guardaba en ste, sus amargos recuerdos. Losaba sin la necesidad de mirar, porque lo conocaprofundamente, como los hijos conocen a los padres.

Lleg un da, entonces, en que ella ya no poda soportarlo.Haba dejado la casa una vez antes, cuando nia, dejandouna nota. Esta vez se fue con ms valenta, enfrentando a su

padre y dicindole que no poda quedarse.- He perdido a mi hija entonces, as como perd a mimujer?

- A tu hija la tendrs siempre dijo Peggy-. Pero la mujerque pudo haber evitado la muerte de tu esposa, y no lohizo... esa mujer no puede seguir viviendo aqu.

- Acaso he dicho algo? He dicho o hecho algo...?

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- Es tu don hacer que la gente se sienta bienvenida bajo tutecho, Padre, y has hecho tu mejor trabajo conmigo. Peroningn donpuede aliviar la terrible carga que pesa sobre mialma. No hay amor o cario que puedas mostrarme queesconda... de m... tu sufrimiento cada vez que me ves.

El Padre saba que no poda seguir engaando a su hija,siendo ella una tea como lo era.

- Te extraar con todo mi corazn dijo.- Y yo te extraar a ti, Padre respondi ella. Con un beso,

con un breve abrazo, se march. Una vez ms viaj en elcarromato de Whitley Physicker a Dekane. All visit a unafamilia que la haba tratado con gran amabilidad, tiempoatrs.

No se qued mucho tiempo, sin embargo, y pronto tomel coche que bajaba a Franklin, la capital de los Apalaches.No conoca a nadie all, pero pronto lo hara ningn coraznpoda permanecer cerrado para ella-, y no tard en encontrarpersonas que odiaban la institucin de la esclavitud tantocomo ella. Su madre haba muerto por aceptar a un niomedio negro en su casa, en su familia, como su propio hijo,aunque por ley perteneca a algn hombre blanco de los

Apalaches.El muchacho, Arturo Estuardo, era libre an, y viva conAlvin en la aldea de Iglesia de Vigor. Pero la institucin de laesclavitud, que haba matado tanto a la madre biolgicacomo a la madre adoptiva del nio, sa, tambin, vivatodava. No haba esperanzas de cambiar eso en las tierrasdel sur, que an pertenecan al Rey, pero los Apalacheshaban ganado su libertad como nacin gracias al sacrificio

de George Washington y bajo el liderazgo de ThomasJefferson. Era una tierra de altos ideales. De seguro ellapodra tener alguna influencia all, para erradicar del lugar elmal de la esclavitud. Fue en los Apalaches que ArturoEstuardo haba sido concebido en la cruel violacin de unaesclava a manos de su amo. Era en los Apalaches, por tanto,que Peggy maniobrara silenciosa pero decididamente para

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ayudar a aquellos que odiaran la esclavitud y obstaculizar aaquellos que la perpetuaran.

Viajaba disfrazada, por supuesto. No es que alguien aqufuera a reconocerla, pero no le gustaba que la llamaranPeggy Guester, porque se era tambin el nombre de sumadre. En cambio, se hizo pasar por Peggy Larner, dotadaprofesora de Francs, Latn, y msica, y as se dedic aensear, aqu unas cuantas semanas, all otras tantas. Lassuyas eran clases superiores, destinadas a los profesores devarias aldeas y villas.

Aunque se dedicaba concienzudamente a sus leccionespblicas, lo que ms le interesaba era encontrar los fuegosinteriores de quienes eran contrarios a la esclavitud, o de

quienes, sin ser capaces de admitir su desagrado al respecto,al menos se sentan incmodos y en deuda con sus propiosesclavos. Los que se esforzaban en ser delicados, los quesecretamente permitan a sus esclavos aprender a leer yescribir y contar. Estos buenos corazones eran los que ella seatreva a animar. Los llamaba y les mostraba con suspalabras otros cursos para sus vidas, que aunque eran pocosy borrosos, les hacan ganar en valenta y los ayudaban a

hablar en contra del mal de la esclavitud.De esta forma, estaba todava ayudando al trabajo de supadre. Porque no haba el viejo Horace Guester arriesgadosu vida por muchos aos, ayudando a esclavos fugitivos acruzar el Hio e ir al norte hacia territorio francs, donde ya noseran esclavos, donde los Rastreadores no podran ir? Talvez ella no viviera con su padre, tal vez no pudiera aliviarninguna parte de su carga y su pena, pero poda llevar a

cabo su trabajo, y quizs al fin hacer de se un trabajoinnecesario, cuando hubiera logrado su propsito, no unesclavo a la vez, sino todos los esclavos de los Apalaches enconjunto.

Ser capaz entonces de regresar y mirarlo a la cara?Ser redimida? Significar algo entonces la muerte deMadre, en vez de ser el intil resultado de mi imprudencia?

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sta era la parte ms dura de su disciplina: se negaba apermitir que cualquier pensamiento sobre Alvin Smith ladistrajera. Una vez l haba sido el foco completo de su vida,pues ella haba estado presente en su nacimiento, habaretirado la membrana natal de su cara, y por aos us elpoder de la membrana seca para protegerlo contra losataques del Deshacedor. Despus, cuando l se volvi unhombre y aprendi lo suficiente sobre sus poderes paraprotegerse a s mismo, an era el centro de su corazn, pueshaba llegado a amar el hombre en que se estabatransformando. Entonces haba vuelto a Ro Hatrack,disfrazada por primera vez de la Seorita Larner, y all lesdio, a l y a Arturo Estuardo, el tipo de educacin de la que

estaban hambrientos. Y durante todo ese tiempo se escondatras los conjuros2 que haba realizado para ocultar suverdadero nombre y rostro, se esconda y lo observaba comoun espa, como un cazador, como un amante que no seatreve a ser descubierto.

Fue tambin en ese disfraz que l se enamor de ella. Todofue una mentira, le ment a l, me ment a m misma.

As que no buscara el brillante fuego, aunque saba que

podra encontrarlo en un instante, sin importar la distancia.Tena otra tarea en su vida. Otras metas que lograr y otrascosas que deshacer.

Aqu estaba la mejor parte de su nueva vida: todo aqulque supiera algo sobre la esclavitud saba que era algo malo.Los nios ignorantes creciendo en un pas de esclavos, o laspersonas que nunca haban tenido ni visto esclavos o nisiquiera conocido a un hombre o una mujer negros... ellos tal

vez podan creer que no haba nada malo en ello. Peroaquellos que la conocan, esos entendan la maldad de laesclavitud.

Muchos de ellos, por supuesto, simplemente se mentan as mismos o se daban excusas o llanamente abrazaban el malcon ambos brazos... cualquier cosa con tal de conservar sumodo de vida, conservar su riqueza y comodidad, su

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prestigio, su honor. Pero eran ms los que se sentanmiserables por esta riqueza proveniente del trabajo y elsufrimiento de los negros que haban sido raptados en sutierra nativa y trados contra su voluntad al oscuro continenteAmericano. De estos eran los corazones que Peggy buscabaalcanzar, especialmente los fuertes, los que podan tener elvalor necesario para marcar una diferencia.

Y sus esfuerzos no eran en vano. En los lugares quedejaba, la gente hablaba no, para ser franco, se quejaba aviva voz- de aquellas cosas que nunca haban sidoabiertamente cuestionadas. Ciertamente, hubo sufrimiento.Algunos de aquellos cuyo coraje ella haba ayudado adespertar fueron embreados y emplumados, o asesinados, o

sus casas y graneros incendiados. Pero los excesos de losesclavistas sirvieron slo para mostrar a otros la necesidadde entrar en accin, de ganar su libertad en un sistema quelos estaba destruyendo a todos.

Ese da estaba haciendo un recado. Un coche alquiladohaba venido para llevarla a un pueblo llamado Bakers Fork,y ya se encontraba en camino, acalorada y cansada y llenade polvo, como siempre estaban los que viajaban en verano,

cuando de repente sinti curiosidad por observar lo quesuceda en cierto camino.Ahora bien, Peggy no era curiosa de un modo ordinario.

Habiendo tenido, desde pequea, la habilidad de conocer lossecretos ms ntimos de las personas, haba aprendido jovena huir de la simple curiosidad. Saba muy bien que hay cosasde la gente que es mejor no saber. Cuando nia hubiera dadomucho por no saber lo que los nios de su edad pensaban de

ella, el miedo que le tenan, el desprecio debido a suextraeza, debido al tono calmado en que sus padres lehablaban. Oh, hubiera estado feliz de no saber los secretosde los hombres y mujeres que la rodeaban. La curiosidad erasu propio castigo, cuando estabas segura de encontrar larespuesta a tu pregunta.

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Pues bien, el hecho en particular, de entre todos losposibles, que despert la curiosidad de Peggy ocurri en unsendero en las colinas bajas del norte de los Apalaches yeso es lo ms curioso de todo-. Y as, en lugar de tratar deseguir la huella, mir en su interior buscando descubrir lo quehaba al final del camino. Pero en cada camino que vea, en elque ordenaba al chofer del carromato que diera la vuelta ysiguiera la senda, sta conduca a un espacio en blanco, unlugar en donde lo que podra haber ocurrido all no poda serconocido.

Era algo extrao para ella, no tener ni idea de cul podaser el resultado. Estaba acostumbrada a la incertidumbre,pues existan muchos caminos que el flujo del tiempo poda

seguir. Pero no ver ni un ligero destello, eso s era nuevo.Nuevo y tena que admitirlo- atractivo.

Trat de ponerse en guardia, decirse a s misma que si nopoda ver se deba a que el Deshacedor la estababloqueando, que deba haber un terrible destino al final deese camino.

Pero no se senta como el Deshacedor. Se senta como algocorrecto seguir el sendero. Se senta como algo necesario,

aunque se estremeci levemente al pensar en el peligro dehacerlo. Es as como el resto de la gente se siente siempre?Se pregunt. Todo el futuro en blanco? Sin ninguna pista,pudiendo confiar tan slo en los sentimientos? Es esteestremecimiento lo que sinti George Washington justo antesde rendir su ejrcito a los rebeldes de los Apalaches y luegoentregarse al mismo rey que haba traicionado?

Seguramente no, pues el viejo George estaba bastante

seguro del resultado. Tal vez fuese como lo que sinti PatrickHenry cuando grit Dadme libertad o dadme muerte!, sinuna nocin clara de cul de ambas, si es que alguna, ganara.Actuar sin saber...

- D la vuelta! orden.El conductor no la oy sobre el estruendo de los cascos de

los caballos, el traqueteo y el crujido del carruaje.

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Golpe el techo del carro con su sombrilla.- D la vuelta!El chofer jal las riendas y detuvo los caballos. Desliz la

tapa de la diminuta abertura que permita a los pasajerosintercambiar palabras con el conductor.

- Qu, seora?- D la vuelta.- No he tomado ninguna desviacin mala, seora.- Lo s. Quiero seguir el camino que acabamos de pasar.- se slo lleva a Chapman Valley.- Excelente. Entonces llveme a Chapman Valley.- Pero me contrataron para llevarla a la escuela de Bakers

Fork.

- Vamos a detenernos por la noche de todas formas. Porqu no hacerlo en Chapman Valley?

- No tienen posada.- De cualquier modo, d la vuelta o espreme aqu

mientras yo voy por ese camino.La tapa de la abertura se cerr quizs ms abruptamente

de lo necesario- y el coche gir en una amplia curva sobre lapradera. No haba llovido en los ltimos das, as que no fue

difcil, y pronto estaban subiendo por el sendero que tantodespertaba su curiosidad.El valle, cuando lo vio, era bonito, aunque no haba nada

remarcable sobre su belleza. Excepto por el tupido bosqueque coronaba las colinas circundantes, el valle haba sidodomesticado: todos los rboles en aquellos lugares dondehaban sido plantados, todas las casas construidas paraacoger a las siempre grandes familias que vivan all. Tal vez

las paredes estuvieran mejor pintadas, y tal vez de un blancoms blanco que en otros lugares o tal vez eso es lo quePeggy perciba, porque escrutaba agudamente el paisajebuscando aquello que haba despertado su curiosidad-.Quizs los rboles en los huertos eran ms viejos de lonormal, ms nudosos, como si todo se hubiese establecidomucho tiempo atrs, el ms antiguo de los asentamientos de

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los Apalaches. Pero y qu con eso? Todo en Amrica eranuevo; seguro que haba alguien en ese pueblo que anrecordase su fundacin. Nada al oeste de la primera cadenade montaas era ms viejo que el ms viejo de losciudadanos.

Como siempre, era consciente de los fuegos interiores delas personas que habitaban el lugar, como chispas de luz quepoda ver incluso en la hora ms brillante de la tarde, atravs de todas las paredes, detrs de todas las colinas, entodos los ticos o stanos donde pudieran encontrarse. Era lagente ordinaria de cualquier ciudad, quizs algo mssatisfecha que otra, pero no inmune a los sufrimientos de lavida, al resentimiento mezquino, la pena o la envidia. Por

qu haba venido aqu?Llegaron a una casa en la que no haba nadie. Volvi a

golpear el techo del carruaje. Los caballos se detuvieron, y lapequea puertecilla se abri.

- Espere aqu dijo Peggy.No saba por qu esta casa, la vaca, llamaba su atencin.

Quiz se deba al modo en que obviamente haba crecido asu alrededor un pequeo agregado, aumentando de tamao

poco a poco hasta ser finalmente un enorme ala de la casa, amedida que la esttica daba paso a la necesidad de msespacio, ms espacio. Cmo es que, en un lugar tan grandey bien atendido, no haba nadie?

Entonces se dio cuenta de que escuchaba a alguiencantando dentro de la casa. Y risas en el patio posterior.Cantos y risas, pero ningn fuego a la vista. Nunca en toda suvida le haba ocurrido algo tan extrao. Era sta una casa

encantada? Vivan aqu los muertos sin descanso, incapacesde dejar atrs su vida? Pero quin haba escuchado algunavez de risas en una casa encantada? O de una cancin tanalegre?

Y all, corriendo alrededor de la casa, haba un nio de noms de seis aos, perseguido por tres nias ms grandes.Ninguno de ellos tena fuego interior. Pero por la tierra en la

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cara del nio y la rabia en los ojos de las tres nias de rostroscolorados, estos no podan ser los espritus de los muertos.

- Hola, hey! grit Peggy, agitando la mano.El nio, sorprendido, la mir. Esa pausa fue su ruina, pues

las nias lo atraparon y empezaron a golpearlo con granentusiasmo; su respuesta fue igualmente vigorosa,maldicindolas con furia. Peggy no conoca a ninguno deellos, pero tena pocas dudas: probablemente el nio, comotodos los nios, habra hecho alguna miserable travesura quemolest a las muchachas -sus hermanas?-. Tambin estababastante segura de que las nias, ms all de las inevitablesprotestas de inocencia, lo haban provocado antes, sin duda,pero de una manera sutil, verbal, de tal forma que l nunca

pudiera mostrarle algn moretn a su madre y ponerla de sulado. Tal era la interminable guerra que exista entre nios ynias. Extraa o no, sin embargo, Peggy no poda permitirque la violencia de las chiquillas se les fuera de las manos, ypareca que no estaban dispuestas a tomarse a la ligera losazotes que dispensaban al muchacho, que aullaba.Continuaban con la golpiza, no como si fuese un da festivo,sino como si fuera el pan de cada da, como si fuera su

trabajo cotidiano y un observador fuera a examinar sudesempeo ms tarde y dijera, Yo dira que el muchachorecibi una buena paliza. De acuerdo, aqu est la paga delda!.

- Ya es suficiente dijo Peggy, entrando a zancadas en elpatio.

Las nias la ignoraron hasta que Peggy estuvo sobre ellasy agarr a dos por el cuello. Incluso entonces seguan

batiendo sus puos, golpeando no pocas veces a la mismaPeggy, mientras la tercera muchacha continuaba con lagolpiza. Peggy no tuvo otra opcin que dar un bruscoempujn a las dos que haba apartado, hacindolas caersobre el csped, mientras separaba a la otra de su vctima.

Como haba temido, el chico lo haba pasado mal bajo lospuos de las nias. Su nariz estaba sangrando, y se levant

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lentamente; cuando la nia que Peggy mantena sujeta tratde abalanzarse sobre l, se puso a gatas para evadirla.

- Qu vergenza! dijo Peggy-. Lo que sea que hayahecho no mereca esto!

- l mat a mi ardilla! grit la nia que sostena.- Pero cmo podras haber tenido una ardilla? pregunt

Peggy-. Sera cruel de tu parte tener una encerrada.- Ella nunca estaba encerrada dijo la nia-. Ella era mi

amiga. La aliment y ellos lo vieron... ella vino a m y yo lamantuve viva durante el duro invierno. l lo saba! l estabaceloso de que la ardilla hubiese venido a m, y por eso lamat.

- Era una ardilla! Clam el muchacho con voz ronca y, en

realidad, dbil, aunque fue claro que su intencin era lanzarun grito-. Cmo podra haber sabido que era tuya?

- Entonces no deberas haber matado a ninguna dijo otrade las nias-, no hasta que estuvieras seguro.

- Sea lo que sea que l le haya hecho a las ardillas dijoPeggy-, incluso si lo hizo con malicia, estuvo mal y fueanticristiano derribarlo y herirlo de esa manera.

El nio mir entonces a Peggy.

- Es usted el juez? pregunt.- Juez? No lo creo! dijo Peggy riendo.- Pero no puede ser el Hacedor, se es un hombre. Yo creo

que usted es un juez el nio la mir con mayor seguridad-.Ta Beca dijo que el juez vendra, y luego el Hacedor, as queusted no puede ser el Hacedor porque el juez no ha llegadotodava, pero s podra ser el juez, porque el juez vieneprimero.

Peggy saba que otra gente a menudo no tomaba encuenta las palabras de los nios, cuando no las entendaninmediatamente. Pero Peggy saba que las palabras de losnios estaban siempre ligadas a su visin del mundo, ytenan su propio sentido si tan slo sabas cmo escucharlas.Alguien les haba dicho la ta Beca lo haba hecho- que unjuez y un Hacedor estaban en camino. Peggy slo saba de un

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Hacedor. Vendra Alvin aqu? Qu era este lugar, en el quelos nios hablaban de Hacedores y no tenan fuego interior?

- Pens que la casa estaba vaca dijo Peggy-, pero veo queno es as.

Porque realmente haba ahora una mujer en la puerta,apoyada contra la jamba, mirndolos plcidamente mientrasrevolva algo en un cuenco con una cuchara de madera.

- Mam! grit la nia que Peggy todava sostena-. Metiene agarrada y no me quiere soltar!

- Es cierto! grit Peggy al momento-. Y seguir sinsoltarla, hasta que est segura de que no matar al chicoese!

- Mat a mi ardilla, Mam! grit la nia.

La mujer no dijo nada, slo sigui revolviendo.- Tal vez, nios dijo Peggy-, deberamos acercarnos a la

puerta para hablar con esta dama, en lugar de gritar comodelincuentes.

- No le agradas a Madre dijo una de las nias-. Estoysegura.

- Eso es una pena dijo Peggy-. Porque a m me agradaella.

- No dijo la nia-. No la conoces, y si la conocierastampoco te gustara porque no le gusta a nadie.- Qu cosa ms terrible decir eso de tu madre dijo Peggy.- A m no tiene que gustarme respondi la nia-. Yo la

amo.- En ese caso condceme hasta esta mujer que amas pero

que no te gusta dijo Peggy-, y deja que saque mis propiasconclusiones al respecto.

Mientras se aproximaban a la puerta, Peggy comenz apensar que tal vez las nias tuvieran razn. La mujerciertamente no se vea acogedora. Pero por ello mismo,tampoco pareca hostil. Su rostro careca de toda emocin.Slo revolva el cuenco.

- Mi nombre es Peggy Larner.La mujer ignor la mano que le tendi.

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- Lo siento si mi intervencin no fue apropiada, pero comopuede ver el nio estaba siendo seriamente maltratado.

- Mi nariz est sangrando, eso es todo dijo el muchacho.Pero su cojera sugera otros dolores menos visibles.

- Entra dijo la mujer.Peggy no saba si la mujer le hablaba solamente al nio, o

si la estaba incluyendo a ella en la invitacin. Si es que podallamarse invitacin, con ese tono tan delicado y su atencinpuesta en el recipiente que revolva. La mujer dio la vuelta,desapareciendo en el interior de la casa. Los nios lasiguieron. Finalmente, tambin lo hizo Peggy. Nadie la detuvoy nadie pareci pensar que lo que haca era extrao. Fue estolo que le hizo preguntarse por primera vez si no se habra

quedado dormida en el coche y cado en un extrao sueo,en el que ocurran incontables cosas innaturales que sinembargo no resultaban curiosas en la tierra de los sueos,donde no existen costumbres que violar. No estoy en unlugar real. Afuera aguardan el coche y sus cuatro caballos,por no mencionar al conductor, tan verdadero y mundanocomo cualquier otro que eructe en el asiento del cochero.Pero aqu, me he introducido en un lugar ms all de lo

natural. Aqu no hay fuegos.Los nios desaparecieron, sus fuertes pisadas resonando atravs del suelo de madera, y al menos uno de ellos subi obaj un tramo de escaleras; tena que ser uno de los nios,los pasos eran intencionadamente fuertes. Pero no habasonidos que le indicaran a Peggy adnde dirigirse, o a qupropsito serva su presencia all. No haba ningn ordenall? Nada que su presencia disturbase? No haba nadie

adems de los nios que la notase?Quera salir de all, regresar al carruaje, pero ahora, aldarse la vuelta, no poda recordar a travs de qu puertahaba entrado, o siquiera dnde estaba el norte. Las cortinascubran las ventanas, y fuese cual fuese la puerta por la quehaba entrado, ahora no poda verla.

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Era un lugar extrao: haba tela por todas partes,pulcramente doblada y apilada sobre los muebles, en elsuelo, en las escaleras, como si alguien hubiese comprado lasuficiente como para confeccionar mil vestidos y los sastres ylas costureras estuvieran todava por llegar. Entonces se diocuenta de que las pilas estaban hechas de una tela continua,que flua desde la cima de un montn hasta la base delsiguiente. Cmo poda existir una tela tan larga? Por qutenerla as, en vez de cortarla y enviarla a alguien para queconfeccionara alguna otra cosa?

Por qu, claro... Qu tonto de su parte no darse cuentaantes. Peggy conoca este lugar. No lo haba visitado ellamisma, pero lo haba visto a travs del fuego interior de Alvin

aos atrs.En aquellos das l estaba todava al cuidado de Ta-

Kumsaw. El Guerrero Rojo tom a Alvin consigo y lo llev a laleyenda, de tal forma que quienes ahora hablaban de AlvinSmith el asesino de Rastreadores, o Alvin Smith y el arado deoro, haban hablado antes del mismo nio, sin saberlo, aquien conocan como el malvado Nio Renegado, elmuchacho blanco que acompa a Ta-Kumsaw en todos sus

viajes en el ltimo ao antes de su cada en Fort Detroit. Fueas que Alvin lleg aqu, y camin por este saln, s, doblandoaqu, s, siguiendo la tela doblada hasta la parte ms antiguade la casa, la habitacin original, en la luz oblicua que pareceno provenir de ninguna parte, como si simplemente se filtrarapor entre las grietas de las tablas. Y aqu, si abro esta puerta,encontrar a la mujer en el telar. ste es el sitio donde seteje.

Ta Beca. Desde luego que conoca el nombre. Beca, latejedora que sostena los hilos de todas las vidas en lastierras del Hombre Blanco en Norteamrica.

La mujer en el telar levant la mirada.- No te esperaba dijo suavemente.- Ni yo tena planeado venir dijo Peggy-. La verdad es, que

la haba olvidado. Se me haba borrado de la memoria.

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- Se supone que sea as. Me borro de todas las memorias.- Excepto de una o dos?- Mi esposo me recuerda.- Ta-Kumsaw? No est muerto, entonces?Beca buf con impaciencia.- El nombre de mi esposo es Isaac.se era el nombre blanco de Ta-Kumsaw.- No juegue conmigo dijo Peggy-. Algo me hizo venir a

este lugar. Si no fue usted, quin fue?- Mi poco talentosa hermana. La que rompe hilos siempre

que toca el telar.Ta Beca, as haban llamado los nios a la tejedora.- Es su hermana la madre de los nios que encontr?

- El pequeo asesino que mata ardillas por deporte? Susbrutales hermanas? Pienso en ellos como si fuesen los cuatrojinetesdel Apocalipsis. El muchacho es Guerra. Las hermanastodava estn repartindose entre ellas las otras fuerzas dedestruccin.

- Habla metafricamente, espero dijo Peggy.- Yo espero que no dijo Beca-. Las metforas son una

forma de encerrar la ms pura verdad en el mnimo espacio.

- Por qu me traera aqu su hermana? No parecireconocerme en la puerta.- T eres el juez dijo Beca-. Encontr un hilo rojo de

justicia en el telar, y eras t. Esperaba que no vinieses, perosaba que vendras, porque saba que mi hermana te traera.

- Por qu? No soy un juez. Yo misma soy culpable.- Ves? Tu juicio incluye a todo el mundo. Incluso a

aquellos que te son invisibles.

- Invisibles? pero saba antes de preguntar qu era lo queBeca quera decir.- Tu visin, tu don de tea, como pintorescamente la llamas

t... t ves dnde se encuentra la gente en los muchoscaminos de sus vidas. Pero yo no estoy en el camino deltiempo. Ni lo est mi hermana. Nosotras no pertenecemos a

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ningn lugar en tus profecas o en las memorias de quienesnos conocen. Slo en el presente estamos.

- Aun as, recuerdo la primera palabra que dijo lo suficientecomo para darle sentido a toda la oracin dijo Peggy.

- Ah exclam Beca-. El juez insiste en la exactitud dellenguaje. Los lmites no son tan claros, Margaret Larner.Recuerdas perfectamente ahora; pero qu recordarsdentro de una semana? Lo que olvides sobre m, lo olvidarstan completamente que no recordars que una vez losupiste. Entonces mi afirmacin ser cierta, pero t la habrsolvidado.

- No lo creo.Beca sonri.

- Mustreme el hilo dijo Peggy.- No hacemos eso.- Qu dao puedo causar? Ya he visto todos los posibles

caminos de mi vida.- Pero no has visto cul elegirs dijo Beca.- Y usted s?- En este momento, no dijo Beca-. Pero en el momento

que contiene todos los momentos, s. He visto el curso de tu

vida. Pero no es por eso que viniste. No para averiguar algotan estpido como si te casars con el joven al que hasestado criando todos estos aos. Lo hars o no lo hars. Qume importa a m?

- No lo s dijo Peggy-. Me pregunto por qu existe usted.No cambia nada. Slo mira. Teje, pero los hilos estn fuera desu control. Usted no tiene sentido.

- Eso dices t dijo Beca.

- Y aun as tiene una vida, o la tuvo. Usted amaba a Ta-Kumsaw... o Isaac, como le guste ms. As que amar a unhombre, casarse con l, eso no siempre le pareci algoestpido.

- Eso dices t repiti Beca.- O se incluye a s misma en eso? Se llama a s misma

estpida por haber amado y haberse casado? No puede

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pretender ser inhumana cuando a amado y perdido a unhombre.

- Perdido? pregunt ella-. Lo veo todos los das.- Viene aqu? A los Apalaches?Beca lanz un silbido.- No lo creo!- Cuntos hilos se rompieron bajo su mano con ese paso

de la lanzadera?-pregunt Peggy.- Demasiados respondi Beca-. Y no los suficientes.- Los rompi usted, o simplemente se rompieron?- El hilo adelgaz. La vida se agot. O fue cortada. No es el

hilo el que corta la vida, es la muerte la que corta el hilo.- As que mantiene un registro, es eso? El tejido no

provoca nada, slo lo registra todo.Beca sonri brevemente.- Somos criaturas intiles, pasivas, pero debemos tejer.Peggy no le crea, pero no tena sentido seguir discutiendo.- Por qu me trajo aqu?- Ya te lo dije. Yo no lo hice.- Por qu me trajo aqu su hermana?- Para juzgar.

- Qu se supone que debo juzgar?Beca se pas la lanzadera de la mano derecha a laizquierda. El telar se precipit hacia delante, y luegoretrocedi. Se pas la lanzadera de la mano izquierda a laderecha. De nuevo, el bastidor se adelant, manteniendotirantes los hilos.

Esto es un sueo, pens Peggy. Y uno no muy agradable.Por qu nunca puedo despertar para escapar de algn

sueo tonto e intil?- Personalmente dijo Beca-, creo que ya has realizado tujuicio. Slo que mi hermana piensa que mereces unasegunda oportunidad. Es muy romntica. Piensa que merecescierta felicidad. Mi propio sentimiento al respecto es que lafelicidad humana es una cosa muy azarosa, que se entrega a

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s misma por las buenas o por las malas, y no importademasiado si se merece o no.

- As que se supone que es a m misma a quien debojuzgar?

Beca ri.Una de las nias meti la cabeza en la habitacin.- Madre dice que es desagradable y poco compasivo rerte

mientras tejes dijo.- Bla bla bla dijo Beca.La nia ri ligeramente, y Beca la imit.- Madre ech algo realmente asqueroso en tu plato. Con

bolitas.- Asquerosidad con bolitas. Come conmigo.

- Deja que el juez haga eso dijo la nia-. Realmente es unamandona. Hablndonos de lo correcto y lo incorrecto coneso, la nia desapareci.

Beca cloque un instante.- Los nios estn tan llenos de s mismos. Muy

impresionados todava por la idea de que no son parte delmundo normal. Debes perdonarlos por ser arrogantes ycrueles. No podran haber herido demasiado a su hermano,

porque carecen de la fuerza necesaria para darle un golpecapaz de daarlo en serio.- Sangraba dijo Peggy-. Y cojeaba.- Pero la ardilla muri dijo Beca.- No tejes hilos para las ardillas.- No los tejo. Pero eso no significa que sus hilos no son

tejidos.- Oh, por favor. No me haga perder el tiempo con misterios.

- No lo hago dijo Beca-. Nada de misterios. Todo lo que tehe dicho es til. Cualquier otra cosa que te dijera podraafectar tu juicio, as que no lo har. Dej a mi hermanahacerlo a su modo, trayndote aqu, pero ciertamente no voya torcer tu vida ms que eso. Puedes irte cuando quieras...eso es una eleccin, y un juicio, y estar conforme con l.

- Lo estar yo?

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- Vuelve en treinta aos y dmelo t.- Estar...?- Si es que ests viva todava aadi Beca-. Crees que

soy tan torpe como para decirte cundo morirs? Ni siquierayo lo s. No me he preocupado lo suficiente como para mirar.

Dos nias aparecieron con un plato, un tazn y una copaen una bandeja. La dejaron en una pequea mesa cercana altelar. El plato estaba cubierto de una comida de extrao olor.Peggy no reconoci nada en ella. Tampoco haba nada quepudiese haber llamado bolitas.

- No me gusta que la gente me mire mientras como dijoBeca.

Pero Peggy ahora estaba sintindose muy enojada, debido

a lo evasivo de la conversacin con Beca, as que no se retircomo lo ordenaba la cortesa.

- Qudate, entonces dijo Beca.Las nias comenzaron a alimentarla. Beca no haca nada

por buscar la comida. Mantena el ritmo perfecto de su tarea,como lo haba hecho durante su conversacin. Las niasmaniobraban hbilmente con la cuchara o el tenedor o lacopa para encontrar la boca de su ta Beca, y entonces con

un rpido sorbo o una mordida o un trago ella obtena sualimento. Ni una gota ni una migaja era derramada sobre latela.

No poda ser siempre as, pens Peggy. Ella se habacasado con Ta-Kumsaw. Le dio una hija, la hija que se fue aloeste para tejer en un telar entre los Rojos ms all delMizzipy. Seguro que esas cosas no fueron hechas con lalanzadera deslizndose atrs y adelante, el telar presionando

para comprimir los hilos. Era un fraude. O involucraba cosasque Peggy no sera capaz de entender aunque lo intentara.Se volvi y dej la habitacin. La sala terminaba en una

estrecha escalera. Sentado en el escaln superior estaba,supuso, el nio slo poda ver sus pies desnudos y laspiernas del pantaln-.

- Cmo est la nariz? pregunt.

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- Todava duele respondi el nio. Se desliz hacia delantey baj un par de escalones apoyndose en su trasero.

- Pero no mucho dijo ella-. Sana rpido.- Slo eran nias dijo l desdeosamente.- No pensabas con ese desdn cuando te estaban

aporreando dijo Peggy.- Pero no me oy llamando al to, verdad? No me oy

llamar al to.- No dijo ella-, no llamaste al to.- Pero s tengo un to. Un hombre grande Rojo. Ike.- S de l.- Viene casi todos los das.Peggy quera pedirle ms informacin al nio. Cmo viene

aqu Ta-Kumsaw? No vive al oeste del Mizzipy? O estmuerto, y viene solamente en espritu?

- Viene por la puerta del oeste dijo el nio-. Nosotros nousamos sa. Slo l. Es la puerta que da a la cabaa de miprima Wieza.

- Su padre la llama Mana-Tawa, creo.El muchacho hizo una mueca.- Slo por darle un nombre Rojo no significa que pueda

retenerla. Ella no le pertenece.- A quin le pertenece?- Al telar dijo l.- Y t? Pregunt Peggy- Perteneces t al telar?l sacudi la cabeza negativamente. Pero pareca triste.Peggy lo dijo mientras se daba cuenta:- Te gustara, eh?- Ella no va a tener ms hijas. Ya nunca dejar de tejer

para l. As que no se puede ir. Se quedar ah, para siempre.- Y los sobrinos no pueden tomar su lugar?- Las sobrinas pueden, pero mis hermanas no valen nada,

en mi opinin, que resulta ser la corresta.- Correcta dijo Peggy-. Es con c.- Corrrecta dijo el nio-. Pero lo que yo pienso es que

deberan escribir las palabras del modo en que la gente las

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dice, en vez de hacernos decirlas de la forma en que seescriben.

Peggy tuvo que rer.- Buen punto. Pero no puedes simplemente empezar a

escribir las palabras de cualquier forma. Porque t no laspronuncias de la misma manera que alguien de, digamos,Boston. Y pronto t y l estaran escribiendo las cosas de unaforma tan diferente que ninguno podra leer las cartas ylibros del otro.

- No quiero leer sus malditos viejos libros dijo elmuchacho-. Ni siquiera conozco a otros nios en Boston.

- Tienes un nombre?- No se lo dir respondi el nio-. Cree que soy estpido?

Est tan llena de conjuros y piensa que le voy a dar podersobre mi nombre?

- Los conjuros son para ocultarme de otros.- Para qu tiene que esconderse? No hay nadie

buscndola.Las palabras la golpearon con fuerza. Nadie buscndola.

Bien, ah estaba. Una vez se haba escondido para poderregresar a su propia casa sin que su familia la reconociera.

De quin se estaba escondiendo ahora?- Tal vez me estoy escondiendo de m misma. Tal vez noquiero ser lo que se supone que soy. O tal vez no quieroseguir viviendo la vida que ya he empezado a vivir.

- Tal vez no tiene idea de por qu lo hace.- Tal vez.- Oh, no sea tan misteriosa, vieja tonta.Tonta, poda aceptarlo, pero vieja?

- No soy tantos aos mayor que t como para ser vieja.- Cuando la gente dice tal vez es porque estn mintiendo: ono creen en lo que estn diciendo, o lo creen pero no quierenadmitirlo.

- Eres un jovencito muy sabio.- Y los verdaderos mentirosos cambian el tema en cuanto

la verdad sale a la luz.

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Peggy lo contempl seriamente.- Estabas esperando por m, no es cierto?- Saba que ta Beca lo hara. No le dice nada a nadie.- Y t vas a decirme?- Yo no! se es un problema demasiado grande para que

yo me meta sonri-. Pero usted detuvo a las tres brujascuando estaban por hacerme papilla. As que creo que estpensando en la direccin adecuada, si tiene sesos para verlocon eso termin. Se puso en pie de un salto y ella escuchsus pasos en la escalera mientras se iba.

La eleccin para Peggy era ser feliz. Beca lo haba dicho, ohaba dicho que su hermana lo haba dicho aunque era difcilimaginar a la inexpresiva mujer preocupndose siquiera una

pizca por la felicidad de alguien ms-. Y ahora el chico lahaba pillado hablando de por qu se esconda tras loshechizos, y haba dicho que l la haba guiado. La eleccinque se le estaba ofreciendo era ahora bastante obvia. Sehaba enterrado a s misma en la tarea de su padre determinar con la esclavitud, y haba dejado de preocuparsepor Alvin. Ellos queran que volviera a preocuparse. Queranque lo buscara y lo encontrara.

Se precipit de vuelta en la habitacin.- No lo har dijo-. Preocuparme por ese nio fue lo quemat a mi madre.

- Perdname, pero creo que fue una escopeta la que lo hizodijo Beca.

- Una escopeta que yo pude haber prevenido.- Eso dices t.- S, yo lo digo.

- El hilo de tu madre se rompi cuando ella decidi tomaruna escopeta y causar un par de muertes ella misma enlugar de confiar en Alvin. Su muchacho, Arturo, no corrapeligro. No necesitaba matar a nadie, pero cuando fue eso loque eligi, eligi morir. Crees que podras haber cambiadosu parecer al respecto?

- No esperar que acepte respuestas fciles.

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- No, espero que hagas todas las respuestas tan durascomo sea posible. Pero hay veces en que las respuestasfciles son las verdaderas.

- O sea que tengo que volver a lo mismo? Vigilar a Alvin?Se supone que tengo que enamorarme de l? Casarme conl? Verlo morir?

- No me importa mucho, la verdad. Mi hermana piensa quesers ms feliz con l que sin l, y l estar muerto al final detodas formas, acaso no lo estaremos todos? Casi todas lasmujeres que no mueren al dar a luz viven para ser viudas.Qu hay con eso?

Qu hay con eso? Slo porque ella fuese capaz de prevertodas las posibles muertes de Alvin no significaba que

tuviese que evitar amarlo. Peggy saba eso, racionalmente.Pero el miedo no era racional.

- Pasas la vida sufriendo por aquellos que an no hanmuerto dijo Beca-. Vaya desperdicio de un interesante don.

- Interesante?- Podras haber tenido el don de hacer flexible el cuero de

los zapatos. Imagina lo feliz que eso te hubiera hecho.Peggy trat de imaginarse a s misma como un zapatero y

tuvo que rerse.- Supongo que preferira saber a no saber, la mayor partedel tiempo.

- Exacto. Saber a veces duele, especialmente cuando nopuedes hacer nada para cambiarlo.

Pero haba algo ms, algo que esconda, el modo en que lohaba dicho.

- Qu no puedo hacer nada para cambiarlo? Y un huevo!

- No uses maldiciones cuyo significado no entiendes dijoBeca.- Usted provoca cambios. No cree que el telar sea

inmutable, no lo cree ni un momento.- Es peligroso causar cambios. Las consecuencias son

impredecibles.

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- Usted vio a Ta-Kumsaw muerto en Detroit. As que tomel hilo de Alvin y...

- Qu sabes t del telar!? Grit Beca-. Qu sabes demirar los hilos correr bajo tus manos y presenciar toda lapena y el dolor y el sufrimiento y los pensamientos!? Noimporta, son el ganado de Dios y l puede hacer lo quequiera con ellos slo que entonces ves que Dios ha hechocaer a aqul que amas ms que a la vida bajo los trucos delos Franceses y el odio de los Ingleses y para nada, toda suvida carece de significado y se ha perdido y nada hacambiado excepto un par de leyendas y canciones, y aquestoy, todava amndolo, viuda para siempre porque l se haido! As que s, encontr al que podra salvarlo. Saba que si

se encontraban, se amaran y se salvaran mutuamente.- Pero lo que hizo caus la masacre en Tippy-Canoe dijo

Peggy-. La gente de Iglesia de Vigor pens que Alvin habasido secuestrado y torturado hasta la muerte, as queasesinaron a la gente de Tenskwa Tawa en venganza. Ahorasufren una maldicin, todo porque usted...

- Todo porque Harrison se aprovech de su rabia. Creesque no habra habido una masacre de todos modos?

- Pero la sangre no hubiera estado en las mismas manos,verdad?Beca llor, y sus lgrimas cayeron sobre la tela.- No debera secar esas lgrimas? pregunt Peggy.- Si las lgrimas pudieran daar esta tela, no quedara tela

que mojar.- As que usted, de entre toda la gente, conoce el costo de

entrometerse en el curso de las vidas de otros.

- Y t, de entre toda la gente, conoces el costo de noentrometerse en el momento apropiado Beca levant lacabeza y continu su trabajo-. Lo salv, y se era mipropsito. Aquellos que murieron hubieran muerto de todosmodos.

- Sin embargo, aqu estoy, porque su hermana quiere quecuide de Alvin.

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- Ests aqu porque nosotras slo vemos los hilos, y luegotratamos de adivinar lo que significan y a quin pertenecen.Conocemos el hilo del joven Hacedor... no hay forma deconfundirlo en esta tela. Adems, lo mov una vez, loentrelac con el hilo de mi Isaac. Crees que podra perderlela pista despus de eso? Te lo ensear, si prometes no mirarms all del trozo de tela que te muestre.

- Prometo no mirar. Pero no puedo decir lo que alcanzar aver.

- Alcanza a ver esto, entonces.Peggy observ la tela, sabiendo que se trataba de un

privilegio para todo aqul que no perteneciera al telar. El hilode Alvin era obvio, de una luz trmula, de todos los colores a

la vez; pero no era ms grueso que cualquier otro, y parecafrgil, fcil de romper bajo un manejo descuidado.

- Te atreviste a mover ste?- Volvi por s mismo a su propio lugar dijo Beca-. Slo lo

tom prestado por un rato. Y l salv a su hermano Mesura.El Montculo de las Ocho Laderas se abri para l. Te dir quehay fuerzas trabajando en su vida mucho ms fuertes que mipoder para mover los hilos.

- Ms poderosas que yo, tambin.- T eres una de las fuerzas. No todas, ni la ms grande deellas, pero t eres una. Mira. Observa cmo los hilos seentrecruzan con l. Sus hermanos y hermanas, creo. Estmuy unido a su familia. Y mira cmo brillan estos hilos,adquiriendo otros tonos. Les est enseando a serHacedores.

Peggy no saba de eso.

- No es eso peligroso?- No puede hacer su trabajo solo dijo Beca-. As queensea a otros para que le ayuden. Y tiene ms xito del quecree.

- ste dijo Peggy, sealando el ms brillante de los otroshilos. Se desviaba notoriamente, alejndose a travs de latela del resto de la familia.

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- Su hermano. Tambin un sptimo hijo de un sptimo hijodijo Beca-. Pero el octavo, si cuentas al que muri.

- Pero el sptimo de entre los que estaban vivos cuandonaci dijo Peggy-. S, hay poder en l.

- Mira dijo Beca-. Mira cmo era l al principio. Cadasegmento tan brillante como el de Alvin. Haba entonces casitanto en l como en Alvin. Y ninguna otra fuerza trabajandocontra l excepto las que Alvin venci. Pocas, en realidad,porque en el tiempo en que l apareci Alvin y t mantenana raya al Deshacedor. Al menos, todos los trucos de muerte.Pero el Deshacedor encontr otra forma de destruir al chico.Odio y envidia. Si amas a Alvin, Peggy, encuentra el fuegointerior de su hermano menor. De alguna forma debe ser

trado de vuelta, antes de que sea demasiado tarde.- Por qu? No s nada sobre Calvin, excepto su nombre y

las esperanzas que Alvin puso en l.- Porque de acuerdo al modo en que corren los hilos ahora,

cuando el suyo se reencuentre con el de Alvin, Alvin morir.- Lo matar?- Cmo podra saberlo? Aprendemos lo que podemos

aprender, pero los hilos dicen poco excepto por su

movimiento a travs de la tela. T lo sabrs. Por eso es quete llam. No slo por tu propia felicidad, sino porque... comoella dijo, porque se lo debo al Hacedor. Lo utilic una vezpara salvar a mi amor. No te debo la misma oportunidad?Eso es lo que dijo. Pero sabamos que si te mostraba esto alcomienzo, antes de que eligieras, lo ayudaras por obligacin.Por la gran causa, no por amor a l.

- Pero no an no haba decidido vigilarlo de n