8/11/2019 01-Pensamiento Poltico Post Fundacional. Marchart-2009
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Traduccin e OLIVERM RCH RT
M ARTA D E L F I N
L V R E Z
El
pensam iento poltico
posfundacional
L a
d i ferencia pol ti ca en
N a n c y
Lefort
B a d i o u
y L a c l a n
FONDO
DE
CULTUR A
ECONM ICA
MXICO ARGENTINA BRASIL COLOMBIA CHILE ESPAA
ESTADOS
UNIDOSDE
AM RICA
GUATEMALA
PER
VENEZUELA
8/11/2019 01-Pensamiento Poltico Post Fundacional. Marchart-2009
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Primera edicin
en
ingls,2007
Primera edicin enespaol,2009
Marchart,Oliver
El
pensamiento
poltico
posfundacional:
la
diferencia
poltica
enNancy
Lefort
BadiouyLaclau.- la ed. -Buenos Aires:
Fondo de Cultura Econmica,
2009.
257p.;21x14 cm.
-
(Sociologa)
Traducido por Marta
Delfina
lvarez
ISBN
978-950-557-781-1
1.TeorasPolticas.I.lvarez, Marta Delfina, trad.II.Ttulo
CDD 320.1
Armado e ilustracin de tapa: Juan Balaguer
Ttulo original: Post-Foundational Political Thought .
Political
D i f fe r e n c e
in
Nancy
Lefort Badiou an d Laclau
ISBN de laedicin original:978 O74862498 O
2007
Edinburgh
University Press
D.R.
2009,
FONDO
DECULTURA ECONMICA DE ARG ENTINA S.A.
El Salvador 5665; 1414 Buenos Aires, Argentina
/
www.fce.com.ar
A v.
PicachoAjusco227; 14200 Mxico D.F.
ISBN:
978-950-557-781-1
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ar
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I M P R E S O E N A R G E N T I N A P R I N T E D I N R G E N T I N
Hecho
el depsito que previene la ley 11.723
NDICE
Agradecimientos 11
Introduccin Sobreelfundamento ausentede losocial 13
I. Loscontornos del heideggerianismo deizquierda:
e lposfundacionalismo y la contingencia necesaria
1. Antifundacionalismo
y
posfundacionalismo
25
2.
El
giro
cuasi
trascendental
28
3.
Heidegger.acontecimiento
momen to
l ibertad
di-ferencia
34
4. La preguntafundante respecto
de la diferencia ontolgica 40
5. Lacontingencia 44
6. Momento y constelacin 51
II. La poltica y lo poltico:
genealoga
de una diferencia conceptual
1. La paradoja
poltica
55
2.
Lo poltico
asociativo:
elrasgo arendtiano 59
3.
Lo polticodisociativo:e lrasgo schmittiano 63
4.
Neutralizacin, colonizacin y sublimacin
de lopoltico 67
5. La diferenciaconceptual:
una
visin
diacrnica 73.
6.
La
politizacin
de los
conceptos
y el
concepto
de lo
poltico
78
7.
La crisis de lo social o por qu no es suficiente
el nominalismo conceptual
83
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EL
PENSAMIENTOPOLTICO
POSFUNDACIONAL
III
Retrazar ladiferencia poltica: Jean Luc Nan cy
1. La filosofa y lo
poltico:
ladeconstruccinde lopoltico
La retirada
de lo
poltico
La
politique
y
le
politique
Lacomunidad
y la
diferencia poltica
El
momento de lo poltico: el acontecimiento
Elpeligrodel filosofismo y lanecesidad
de una filosofaprimera
2.
3.
4
5.
6
87
90
94
96
103
109
IV El momento maquiaveliano reteorizado: Claude Lefort
1.
Pensamiento, filosofa, ciencia 117
2
La
poltica
y lo
poltico
121
3. El
conflictocomo fundamento:
ladoble divisin de la sociedad 126
4.
Elmomentomaquiavelianosegn
Lefort
131
5.
Lo
real como alteracin
y lo
imaginario
como
ocultacin 135
6. La
democracia como institucionalizacin
ntica de ladivisin
originaria
140
V El Estado y la poltica de la verdad: lain Badiou
1. Contrala filosofapoltica
como
una filosofa de
lo
poltico
147
2
La
poltica
de lo
real
154
3.
Una
poltica
de la
verdad:
igualdad
y
justicia
162
4. Lagraciade lacontingencia
yel mal delfundacionalismo 167
5. El
peligro
del eticismo 172
VI Lo polticoy laimposibil idad de la
sociedad:
Ernesto Laclan
1. La
imposibilidad
de la
sociedad
179
2
La
sedimentacin
social y el acontecimiento
dereactivacin 184
NDICE
4
5
La
poltica
y lo
poltico:
una
diferencia laclauiana 19
Lateora del discurso como ontologa poltica 195
El
sptimo
da de
descanso 2
VIL Fund ar el posfundacionalismo: una ontologa poltica
1.
Hacia una filosofa de lo poltico 203
2.
Posfundacionalismo
y
democracia
206
3.
Losdesplazamientos polticosde la
poltica
210
4.
El
pensamiento
poltico
como filosofa primera 214
5. La
diferencia
poltica
como diferenciapoltica
223
Bibliografa
ndice de nombres y conceptos .
233
253
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INTRODUCCIN.
SOBRE
EL
FUNDAMENTO
AUSENTE
DEL OSOCIAL
La
controversia acerca del concepto de lopol-
tico
es de
na tura leza
ms seriaque
cualquier
otra
disputafamiliar entreparadigmas; se tra ta
de la pertinencia o no
pertinencia
de la filosofa
poltica
para nuestros tiempos.
A G N E S H E L L E R
EL
S I G U I E N T E E S T U D I O
sobreelpensamiento poltico posfundacional
discurre en torno a una curiosa diferencia, la cual ha cobrado cierta
vigencia en el reciente pensamiento poltico continental y angloes-
tadounidense: ladiferencia entre
la
poltica
y lo
poltico entre
l a
poli-
tique
y le
polit ique en francs, o
entre
Politiky
da s
Politische
en
ale-
mn. Como es biensabido,la nocin distintiva de lo poltico se
desarroll
primero
en elmundo
germanohablante,
dondefue
Cari
Schmitt quien, celebrado por muchos y denostado por otros, pro-
cur diferenciar lo poltico de otros dominios de lo social, incluido
el dominio de la poltica en el sentido estricto del trmino (vase el
captulo
2). En
2001,
la
nocin
de lo
poltico ,diferenciada expl-
citamente de la poltica , incluso fue canonizada institucional-
mente, cuando Fierre Rosanvallon
se
hizo cargo
de la
prestigiosa
ctedrade
Historia
moderna ycontempornea de lopoltico en
el
Collge
de
France (vase Rosanvallon,2003).
En el
mundo ger-
manohablante, los dosdiccionarios histricosmsimportantesto-
man encuentaladiferencia entre
Politik y das Politische
(Sellin, 1978;
*
The Concept
o f
thePolitical Revisited ,
e n
DavidHeld
cotnp.),
Political
Theory
Today Cambridge,PolityPress, 1991,p .336.
13
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14 EL PENSAMIENTOPOLTICO
POSFUNDACIONAL
Vollrath,1989),
y en el
mundo anglfono,
la
diferenciacin entre
una nocinfuertede lo poltico y una nocin dbil de la poltica
se ha
convertido
en el
concepto matriz
de
aquellas reas
de la
teo-
ra
poltica angloestadounidense que son receptivas del pensa-
miento continental (Beardsworth,1996;Dillon,1996;Stavrakakis,
1999;
Arditi
y
Valentine, 1999; Williams,2000).
Aqu hemos optado por remitirnos, ante todo, a la Francia de
posguerra, pues ello nos conduce a una constelacin tericaque,a
faltade un nombremejor,podra describirse como heideggeria-
nismo
de la
izquierda 1
En la
presente investigacin, esta idea
no abarca al grupo de tericos que
fueron
discpulos directos de
Heidegger-losheideggerianos de primera generacin , tales
como Herbert Marcuse y HannahArendt-,sino ms bien a los
tericos
franceses,
quienes,con laayudadeHeidegger, trataron
de lograr dos cosas: primero, trascender el cientificismo y sus re-
manentes en lo que fue el paradigma terico ms avanzado de la
poca,
el estructuralismo; y segundo, tomando en cuenta las du-
dosas,
si no
despreciables, inclinaciones polticas
de
Heidegger,
reelaborar y orientar su pensamiento en una direccin mspro-
gresista.
Lo que
evolucion
fue una
versin izquierdista particu-
lar
no slo del
postestructuralismo
(un trmino que reduce la
genealoga del heideggerianismo de izquierda al paradigma cien-
tfico
del
estructuralismo) sino tambin
del
pos fundac ionalismo,
si
por
ste comprendemos una constante interrogacin por las figu-
ras metafsicas fundacionales, tales como la totalidad, la universa-
lidad,
la
esencia
y el
fundamento.
El
posfundacionalismo, como
mostraremos
en el
captulo
1, no
debe confundirse
con el
antfun-
dacionalismo o con un vulgar posmodernismo del todo vale , hoy
demod,dado
que un
enfoque posfundacional
no
intenta borrar
por
1L anocind eizquierda
heideggeriana
la
gauche heideggrienne)
proviene
de
Dominique Janicaud
y de su
monumental estudio sobre
la
recepcin
del
pensamiento
de
Heidegger
en
Francia
(2001:
291-300).
La
expresin heideg-
gerianismo
d e
izquierda tambinfueutilizada,
en un
sentido
m s
crtico,
po r
RichardWolin(2001)para describirlaposicindeHerbert Marcuse
frente
a su
maestro
Heidegger.
INTRODUCCIN
15
NU A_>L^
completo esasfiguras delfundamento, sino debilitar suestatus
ontolgico.
2El debilitamiento ontolgico del fundamento nocon-
duce
al
supuesto
de la
ausencia total
de
todos
los
fundamentos,
pero s a suponer la imposibilidad de un fundamento
l t imo,
lo cual
es algo enteramente distinto,pues implicalacreciente conciencia,
por un lado, de la contingencia y, por el otro, de lo poltico como
el
momento
de un fundar
parcial
y, en
definitiva, siempre fallido.
No debera sorprendernos si en la mayora de los miembros
de la
familia
de la
constelacin posfundacional, esto
es, en las
teoras bastante diversas de la izquierda heideggeriana, encontra-
mos frmulas o figuras de la contingencia que pertenecen a lo que
cabra
denominar la tropologa posfundacional de la
infundabi-
dad.Encasi todosloscasos descubrimos,porejemplo,unanocin
radicalizada del acontecimientocomo algo que uno encuentra y
que no puede ser
subsumido
bajo
la lgica del fundamento: en
todo caso, elacontecimientodenota el momento dislocador ydis-
ruptivoen el cual los fundamentos se derrumban. Lalibertady la
historicidadse han de fundar ahora, justamente, sobre la premisa
de la
ausencia
de un
fundamento ltimo.
El
juego interminable
entre el fundamento y el abismo sugiere tambin aceptar la nece-
sidadde decisin(basada en la indecibilidad ontolgica) y ser
conscientes de ladiv is in,la
discordia
y el antagonismo,pues cada
decisin-dadoque nopuede sustentarse en unfundamento esta-
ble ni
tampoco
ser
tomada
en el
solitario vaco
de la
completa
in-
fundabidad-
siempresever confrontadacondemandasy
fuer-
zas
contrapuestas. Es evidente que estas figuras de la contingencia,
cuyos orgenes
se
remontan
a la
obra
de
Heidegger, tienen impli-
caciones completamente polticas; y uno de los objetivos de esta
investigacin es sacar a la luz dichas implicaciones a fin de dar
cuenta de un fundamento polticodel pensamiento posfunda-
cional (vase el captulo7).
2Paraunamaneradiferentedeabordar esta ontologa dbil en lateora
poltica,
y en
particular
con
respecto
a las
obras
de
George
Kateb,
Charles
Taylor,Judith
Butler
y William
Connolly, vase
White
(2000).
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6/18
16 EL
PENSA MIENTO POLTICO POSFUND
ACINAL
Sin
embargo,
no es mi propsito negardemodo alguno que,
desdediferentes punto s de partida, es posible arri bar a conclusio-
nes muy similares. El pragmatism o, por ejemplo, puede constituir
el
pun to de partida de una postura an tifundacionalista, tal como
lo demuestra la obra de RichardRorty(cuy a filosofa
postanal-
tica
pas por la experiencia de Heidegger y por el pensamiento
continental; vase
Rorty,
1979, 1989).
Y
pensemos
en el
ejemplo,
quizm s improbable,de un escepticismo conservadory de una
posicin como la de Michael Oakeshott, que cabe describir como
no
fundac iona l i s ta
y que
puede ayudarnos
a
ilustrar
la diferen-
ci a
entre una postura pos- o no fundacional, por un lado, y una
postura antifundacionalista radical,por elotro.E lfamosodictum
de Oakeshott,en elsentidode que en laactiv idad poltica los
hombres navegan
en un mar sin
lmites
y sin
fo nd o :
no hay
puerto
en
donde refugiarse
ni
suelo para
el
anclaje,
ni
punto
de
part ida nidestino sealado (1991:60)est dirigido contra lo s
intentos de
fundar
la poltica. Con este propsito, emp lea todo el
arsenal de topoino funda cionalistas : el abismo sin fondo opera
comofigura de un fundamento ausenteque no proporciona nin-
gn punto de
anclaje
allende los lmites del mar. La poltica debe
aceptar
e l
hecho
de que es un
proceso
de final
abierto
que no
tiene
un principio claroni tampocoun fin o un destino determinados.
Po r
cuanto
sefunda sobrel anada,es
preciso llegar
a un
acuerdo,
precisamente, con el abismo que constituye su fundam ento: Esa
poltica
esnurfr di eSchw indelfreie
[solamente para quienes
no pa-
decen de vrtigo], lo que slo debera deprimir a quienes han per-
didosu valor (1991: 60).No hay que olvidar,sin embargo, que
Oakeshott
no es un n ' fundacional ista,pues si
bien
el mar es
ilimitadoe insondable, an est estructurado:en otras palabras,
no es una tabula rasa,
sino
el
terreno estructurado sobre
el
cual
nos movemos
donde encontramos tanto oportunidades como
obst culos ( el mar es, a la vez, amigo y enem igo , 1991: 60). La
act iv idad
poltica -por infundableque sea- noaconteceen un
vaco, sino
que
est siempre envuelta
en
capas sedimentadas
de
tradiciones, las
cuales,
por su
parte,
son flexibles,
variables
y
care-
INTRODUCCION 17
ccn de fundam ento. En ningn punto encontramos un slido an-
claje
p ara nuestras actividades;
sin
embargo, ningn voluntarismo
i desprende de ello, pues nun ca navegam os en un mar sin olas.
Los
heideggerianos de izquierdapueden llegar a diferentes
Conclusiones,
dado que,
desde
s u
perspectiva,
las
tradiciones
son
principalmente
estructuras plagadas
de
poder mediante
la s
cuales
perpetan
formas
multifacticas
de
exclusin
y
subordinacin.
Cabe
concluir que de la ausencia de fun dam ento no se
desprende
ninguna
consecuencia poltica necesaria (de otra manera, sera fac-
tible
fundar un a
visin
d el
mundo poltica particular, algo
que fue
excluido
e xhypothesi . Por
consiguiente, elaborar
un a
versin expl-
citamente
izquierdista del pensamiento posfun dacional constituye
una decisin polticap er se(vase
el
captulo
7). Lo que
distingue
a
los
heideggerianos de izquierda de los conservadores escpticos
como Oakeshott
no es el
hecho
de que
pertenezcan
a la
izquierda,
sinoelhechode queconstruyensusteoras basndose engranm e-
dida
en el legado de Heidegger.
Ello
se
pone
de man ifiesto en el uso
de las figuras de contingencia o infund abilidad ya mencionadas y
que
examinaremos
en el
captulo
1,
pero tambin
en su
empleo
de
la
diferencia
poltica:la diferencia
entre
lapoltica y lo
poltico .
Entonces,cmo se construye esta diferencia y qu rol desempea
en el pensamiento social y poltico posfun dacional?
Sibien la
diferen ciacin terica entre
la
poltica
y lopol-
tico acontece por prim era vez en el pensam iento poltico alemn
con Cari
Schmitt, la costumbre de establecer una
diferencia
entre
ambos conceptos comenz en el pensamiento
francs
ya en 1957,
co n
la publicacin del ensayo de Paul
Ricceur
La paradoja
pol-
tica
(vase captulo
2) ;
luego con dujo
a la
obra
de
Jean-Luc Nancy
y
Philippe Lacoue-L abarthe (vase captulo
3), la
cual motiv
a su
vez
a otros pensadores como Claude Lefort (vase captulo 4) y
Alain
B adiou (vase captulo
5) areformular su s
propias teoras
en
funcin
de la diferencia poltica. En dichas teoras hay, por cierto,
un a serie
de
usos
de la
nocin
de lo
poltico -sea como racionali-
dad lgica o especfica, como
esfera
pblica o como acontecimiento
qu e
escapa por completo a la significacin-, los cuales se ensam-
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18 ELPENSAMIENTO POLTICO POSFUNDACIONAL
blan no por un marco conceptual global, sino por la relacin ,
compartida
por
todos,
con un
fundamento ausente.
En
cuanto
fi-
guras
de la
contingencia,
se
acercan
a lo que el
primer Heidegger
denomin conceptos formalmente indicadores ( formal anzei-
gende Begriffe , 1983:428-431):
al
girar
en
torno
al
abismo
de la
contingencia y la infundabilidad, proporcionan un terreno tro-
polglco para indicar formalmente que no pueden ser repre-
sentadosenf o rmadirecta.Uno de losobjetivosdenuestra inves-
tigacin consiste en cartografiardicho terreno, o, ms bien, las
constelaciones tericas que encuadran la nocin de lo poltico en
su
diferencia
con la poltica. Desde nuestra perspectiva, sin em-
bargo,
no basta con
enumerar,
nominalsticamente, los diversos
usos
de la
nocin
de lo
poltico.
Y
aqu
es
dondecomienza
lo que
llamo
la pregunta fundante
3
del pensamiento posfundacional:
no slo debemos describir el desarrollo del concepto de lo poltico;
tambin tenemos que interrogar la diferenciacin misma entre ste
y la
poltica
(y
entre
la
poltica
y lo social). Por qu la
poltica,
comoconcepto nico, demuestra
ser
insuficiente
en un
cierto punto
y,
por lotanto,esmenester suplementariaco notro trmino?
En
miopinin,la
diferencia poltica
es el
resultado
de un
pro-
blema o una parlisis de la teora poltica y social convencional.
En
loconcernientea lainnovacin conceptualde lopolticoy, en
particular,
a la
diferencia entre
e l
nuevo concepto
de lo
poltico
y el
concepto tradicionalde lapoltica,la
diferencia
poltica parecein-
dicarla crisis del paradigma
fundacionalista
(representado cient-
ficamente por especies tan diversas como el determinismo econ-
mico,
elconductismo,elpositivismo,elsociologismo,etc.).Lo que
surgien las fisuras delfundacionalismofue elnuevo horizonte
3Establezco una diferencia -paceHeidegger (1994)-entre la preguntarecto-
ra , referida a la nocin de lopoltico(la pregunta que caracteriza a la mayora
de lasteoras
analizadas,
desde
SchmitthastaRicoeur
en
adelante)
y la
pregunta
fundante , referidaa lanaturaleza mismade ladiferencia entre polticay lopol-
ticoc o m o diferencia.
Sin
embargo,debeadvertirse
que la
transicin
de la
pregunta
rectora a lapreguntafundante no es una empresa gradual, sino que requiere lo
que Heidegger llama un
sal to ,
vale decir, la instanciacin de otro comienzo .
INTRODUCCIN
19
delpensamiento posfundacional,
a
travs
del
cual
se
hizo posible
cordar con la experiencia de lo queLefortllama la disolucinde
losmarcadores de certeza y con la imposibilidad de postular,
para
las teoras (fundacionalistas), un marcador de certeza espec-
fico como fundamento positivo de lo social. Con respecto a la teo-
ra
poltica vigente, nuestra investigacin procura corroborar la
tesis de que la diferencia conceptual entre la poltica y lo poltico,
como diferencia, asume
el rol de un
indicador
o
sntoma
de l
funda-
mentoausentede lasociedad. En
c u an to
diferencia, stan o pre-
Hentasino
una
escisin paradigmtica
en la
idea tradicional
de
poltica,donde es preciso introducir un nuevo trmino (lo pol-
tico)a fin de sealar la dimensin ontolgica de la sociedad, la
dimensin
de la
institucin
de la
sociedad,
en
tanto
que
pol-
t ica se mantuvo como el trmino para designar las prcticas
nticas de la poltica convencional (los intentos plurales, parti-
culares
y, en
ltima instancia,fallidos
de
fundar
la
sociedad).
As, para las teoras posfundacionalistas, donde se emplea di-
ch a
diferencia, sta adquiereelestatusde una diferencia fundante
que
debe
ser
concebida como negatividad,
y en
virtud
de la
cual
se
Impidela
clausura
de lo
social
(en el
sentido
de
sociedad)
y la po-
sibilidad de volverse idntico a s mismo.Paraindicar esta im-
posibilidad de clausura final, el antiguo concepto de la poltica
se
divide internamente entre
la
poltica
eo
ipso(ciertasformas
de
nccin,
el subsistema
poltico,
etc.) y algo que siempre escapa a
todo
intento de domesticacin poltica o social: lo poltico. Lo que
llegaa
obstaculizar
el
acceso
al
momento puro
de lo
poltico
(no
mediadopor los desplazamientos estratgicos de la poltica o por
las
sedimentaciones sociales)es, noobstante,l anaturaleza diferen-
cial
de la
diferencia poltica,
la
cual conlleva
la
constante posterga-
r an
de
cualquier estabilizacin,
obiendel
lado
de la
poltica
o
bien
del lado de lo poltico.Vistadesdela perspectiva de otra tra-
yector iaterica, tambin cabra explicar la
diferencia
poltica, en
u nsentido spinoziano lacaniano, como el indicador de una causa
nusente
o estructural (una causa perdida ) que slo est presente
ensusefectos:algo
cuya
existencia es preciso dar por sentada
8/11/2019 01-Pensamiento Poltico Post Fundacional. Marchart-2009
8/18
20
EL PENSAMIENTO POLTICO
P O S F U N D A C I O N A L
INTRODUCCIN
21
debido
a las fallas y
brechas dentro
de la
significacinpoltica
y
social.
Al
igual
que en el
pensamiento
filosfico,
donde slo
po-
demos
infer ir la diferencia onto-ontolgica
partiendo
de la in-
completud de lo
ntico,
en el
discurso
de la
teora poltica nica-
mente podemos
infer ir
la diferencia
poltico-poltica
-y, por lo
tanto,
lo
poltico" como
el
momentocuyaplena actualizacin
siempre se pospone aunque siempre se logra
parcialmente-
partiendo
de la
imposibilidad
de la
sociedad,
lo que
equivale
a la
imposibilidad deproporcionarunadefinicinltimade lapoltica.
Considerada
desde
este ngulo, es evidente que la distincin
entre lapolticay lopolticosecorrespondecon lo que en
filosofa
se
denomina diferenciaontolgica.
Esta
alusin
a ladiferencia on -
tolgica no es
casual, pues dice algoacerca
del
estatus
de
esas teo-
ras.L oque las une es el
hecho
de
verse obligadas
a
abandonar
el
mbito
confortable de l
positivismo,
el
conductismo,
e l
economi-
cismo, etc.,y adesarrollarun adistincin cuasi trascendentalqu e
no es
perceptible desde
la
esfera
de la
ciencia sinodesde
la
esfera
de la filosofa. Podramos decir que
-desde
la posicin de un ob-
servador
de la filosofa- la
diferenciaontolgica
se
despliega como
una incompatibilidad radical, como una brecha insalvable entre
conceptos tales comolosocial,lapoltica
[poli t ics] ,
la
forma
de go-
bierno [po ly] ,
la
determinacin
d e
normas
y
objetivosgenerales
p o l i c y
y lapolica
[plice]
por un lado,y lopoltico
[the polit ical]
en
cuanto acontecimiento
o
antagonismo radical,
por el
otro.
El
problema reside, por cierto, en que la diferencia poltica no puede
ser descripta por instrumentos empricos. Por consiguiente, no
puedeser un
objeto
de la
ciencia poltica,sino slo
"el
objeto"
de
una teora poltica que se atreva a tomar un punto de vista filos-
fico sin por ello incurrir en un filosofismo no poltico. Este tipo de
*
Elinglscuenta con tres sustantivos que se corresponden con el trmino
"poltica". Esquemticamente, definiremossussignificadosde lasiguientema-
nera:po l i t i c sse refiereal proceso de lucha por obtener el poder einfluiren el
desarrollo
de las
actividades
del
gobierno; po l i t yhace referencia
al
concepto
de
fo rmade gobierno, al marco institucional, y
po l i c y
designa las estrategias y pla-
nes de accin del gobierno para resolver o mitigar los problemas. [N. de la T.]
punto filosfico de observacin se caracteriza, precisamente,
po rsu capacidaddediferenciarsec onrespectoalestatus mismo
la
indecibilidad
(su
estatus
o
condicin cuasi trascendental,
Contrapuesto a lasdecisiones "empricas" tomadasencontextos
particulares),
vale decir,
a l
estatus
nec e sa r io
de la
contingencia.
A
Inversa, debemos aceptar que, detrs
de los
parecidos
de
fami-
1Udel
heideggerianismo
de
izquierda,
no hay un
principio
unifi-
Odor
o subyacente; antes bien, hay una falta(la ausencia de un
fundamento
ltimo de la sociedad) que genera distintas versiones
de la diferencia
poltica
y crea lanecesidadde trazar, en primer
trmino,
una lnea divisoria entre lapolticay lopoltico.E n la
mayorade los casos, si no en todos, observamos la necesidad de
dem arca rla
propia posicin vis-a-v is
una
interpretacin mera-
mentepositivista, sociologista, empiricista, historicista o economi-
clnta
de la
ciencia poltica.
Conviene sealar
que la
aparicin
de la
diferencia ontolgica
n el pensamiento poltico es mucho menos espectacular de lo
qu eparece a primera vista, tan pronto como nos damos cuenta
de quedefinelaestructuradecasi todaslasteoras posfundacio-
nalistas
y, en
especial,
de las de
procedencia
heideggeriana.Ni
bienaceptamos que la sociedad no puede ni podr nunca basarse
n un
fundamento,
una
esencia
o un
centro slido, precisamente
P a imposibilidad
de
fundamento adquiere
un rol que
deberamos
l lamar
(cuasi) trascendental respecto de los intentos particulares
de fundar lasociedad.Po rtanto, lanocin de fundamentose es-
i 'lnde,
por un
lado,
en un
fundamento puramente negativo
(la im-
posibilidad de un sustrato final) y, por el otro, en laposibilidadde
fundamentos
contingentes", para usar una expresin acuada por
l u d i t hButler (1992), esto
es, una
pluralidad
de
movimientos hege-
mnicos
quetratandefundarlasociedadsin serenteramenteca-
piu'cs
d e
hacerlo. Toda fundacin ser,
en
consecuencia,
un a
fun-
il tU'inparcial dentro de un campo de intentos fundacionales
cont rapuestos .A la luz de nuestra condicin posfundacional es
punible
explicar entonces
por qu lo que en filosofa se
denomina
n
diferencia
ontolgicase
refleja
conceptualmenteen elmbitode
8/11/2019 01-Pensamiento Poltico Post Fundacional. Marchart-2009
9/18
22
EL PENSAMIENTO
POLTICO POSFUND
ACINAL
INTRODUCCIN
23
lateora poltica actualbajolaformade ladiferencia entreelcon-
cepto de la poltica y el concepto de lo poltico, lo que nodejade
serunhecho peculiar.
Deah que lo diferente de los predicados conferidos a lo pol-
tico
portericostandiversoscomoSchmitt,Ricoeur,Wolin,Mouffe,
Nancy,
Badiou,Rancire, entre otros,sea denaturaleza secunda-
ria si se lo
compara
con lo que
comparten estos pensadores:
la
necesidad
de dividir
la
nocin
de la
poltica
desde
dentro y,
como
ya
dijimos,
hacerlo de una manera por completo
diferente
de las dis-
tinciones meramente nticas comolas que seestablecen, por
ejemplo,entre la poltica, la determinacin de normas y objetivos
generales y la
forma
de gobierno). Al escindir la poltica desde
dentroselibera algo esencial.Por unaparte,lapolticaen elnivel
ntico continasiendounrgimen discursivo especfico,unsis-
temasocialparticular, una cierta
forma
de accin; mientras que,
por
otra
parte,lopoltico asumeen elnivel ontolgicoel rol dealgo
que es de una naturaleza totalmente distinta: elprincipiode auto-
noma
poltica,o elmomentodeinstitucinde lasociedad.Encuanto
diferenciada
de la
poltica,
la
nocin
de lo
poltico
no
puede inte-
grarse
en las
diferencias sociales,
la
repeticin,
la
tradicin,
la se-
dimentacin o la burocracia. Lo poltico, al igual que otras figuras
dela contingencia y lainfundabilidadtales como el acontecimiento,
elantagonismo,laverdad,lorealo la
libertad,
mora,por as de-
cirlo, en el
no-fundamento
de la sociedad, el cual se hace sentir en
el juego diferencial de la diferencia poltica. Pero el fundamento
de
la
sociedad
no
est meramente ausente. (Re-)aparece
y
est
suplementado por el momento que podemos llamar, haciendo re-
ferenciaal momento maquiaveliano de J. G. A.Pocock (1975),el
momento de lo poltico
Ensuma, lo que ocurre dentro del momento de lo poltico, y
lo quepuede considerarsela lgica subyacente de laobrade
muchos tericos posfundacionales polticos, es el siguiente movi-
miento de doble pliegue. Por un lado, lo poltico, en tanto momento
instituyente de la sociedad, opera comofundamento suplementa-
rio
paraladimensin
infundable
de lasociedad; pero,por elotro,
fundamento
suplementario se retira en el momento mismo
Aque instituye lo social. Como resultado deello,la sociedad
lltmpreestar
en
busca
de un
fundamento ltimo, aunque
lo
mximoquepuede lograres un
fundar
efmeroycontingentepor
mtdio
de lapoltica (unapluralidaddefundamentos parciales).
t t
es la manera en que debe comprenderse el carcter
di-feren-
eUl
de la diferencia poltica: lo poltico (localizado, por decirlo as,
n
el lado ontolgico delSer-como-fundamento)nunca ser capaz
dvestartotalmente a la altura de su funcin en cuanto Funda-
mento, y, sinembargo, tienequeactualizarse
bajo
la
forma
de una
polticasiempre concreta que, necesariamente,
no
entrega
lo que
h
prometido. Perolapolticay lopoltico,elmomentode fundar
y
elmomentode laactualizacinde ese
fundamento,
no seencon-
trarn
nunca
debido
al abismo insalvable de la diferencia entre
ambostrminos,lacualno es, en smisma, sinolasignaturade
nuestra
condicinposfundacional.
Este libro est dedicado a la interrogacinacercade ese mo-
mentomaquiaveliano de lo poltico y a la constelacin concep-
tualdentro de la cual lo poltico surge justo en el corazn de los
conceptos
tradicionales de la poltica y lo social. No obstante, en
unasegundaetapa, el libro persigue un objetivo ms ambicioso:
determinarel
e s tatus
terico o filosfico de un pensamiento pol-
ticoque no vacila en comprometerse plenamente con todas las
consecuencias derivadas de la invencin de la diferencia pol-
tica.
En
esta
etapa
inicial
delargumento
slo
podemos indicar
nuestra
sospecha de que ninguno de los posfundacionalistas pol-
ticosanalizados en el presente volumen son conscientes deestas
consecuencias
radicales.Sibienalgunos deellos -Badiou,por
i'li-mplo-asignan a la diferencia poltica slo una parte
especfica
de
su
arquitectura terica
(en
Badiou,
la
poltica
no es
sino
uno de
cuatro
procedimientos de verdad , incluidos el amor , el arte
y
la ciencia ), otros tiendenasubestimarlasimplicaciones radi-
rtk-s queconllevaelempleode la diferenciapoltica. Puesuna vez
|ue
se da por
sentado
que lo
poltico acta como
el
suplemento
(undante
de
todas
las
relaciones sociales,
ya no
ser posible limitar
8/11/2019 01-Pensamiento Poltico Post Fundacional. Marchart-2009
10/18
24
EL PENSAMIENTOPOLTICOPOSFUNDACIONAL
susefectos-e incluso losefectosde su
ausencia-
al campo tradi-
cionalde lapoltica. Todaslasdimensionesde lasociedad(ytam-
binlas
esferas
del"amor",el"arte"y la"ciencia") sern someti-
das,enconsecuencia,aljuego constantedel
fundar
/desfundartal
como
escaptado conceptualmentepor ladiferenciapoltica.
Si
coincidimos
en este punto, entonces es preciso expandir
considerablemente el rea de intercambio del pensamiento pol-
tico posfundacional, no slo para incluir todo el campo de lo so-
cialy de lasrelacionessocialescomosu"dominioobjeta ",sino
tambin para reclamar unestatusde primaca
frente
a las dems
disciplinas. Dado que la ontologa poltica implcita en la diferen-
ciaontolgica se interesa por las condiciones cuasi trascendenta-
les delfundar/desfundar de toda entidad social (y toda entidad,
enestesentido,es social), entonces ya no puede tener el estatus
de una ontologa regional. Se convertir, pues, en una ontologa
general, que, dadas nuestras premisas posfundacionales, ser
acosada, necesariamente, por el espectro de su propia imposibili-
dad final, de la
imposibilidad
de lo que
tradicionalmente
se de-
nomina una filosofaprimera". No obstante, esa imposibilidad
ltima de una filosofa primera, en el sentido de un discurso fun-
dacional,
no nos
exime
de la
tarea
dereflexionarfilosficamente
sobre
la dimensin misma del
fundar,
aun cuando ninguna filo-
sofaencontrniencontrar nuncaunfundamento ltimo.Y, sin
embargo,
algo
del
orden
de una filosofa
primera sobrevive
en la
exigenciade nuestra condicin posfundacional; una condicin en
lacualno seabandonalabsquedadefundamentos (comoen el
caso
de un antifundacionalismopoco sofisticado), sinoque se la
acepta
como
una
empresa imposible
y a la vez
indispensable.
Es
dentro
del
contexto
de esa
reflexinsobre
la
dimensinfundante/
desfundante
de toda entidad social donde el pensamiento pol-
tico
posfundacional
se
despliega.
\LOS
CONTORNOS
DE LHEIDEGGERIANISMO
DEIZQUIERDA:
EL
POSFUNDACIONALISMO
Y
LACONTINGENCIA
NECESARIA
La
disolucindel
mito
defundacinnodisuelve
elfantasmade supropiaausencia.
E R N E S T O
L A C L A U
1 .
A N T I F U N D A C I O N A L I S M O
Y
P O S FU N D A C I O N
A L I S M O
En
este captulo,
mi
propsito
estratarde dar
solidez
a
nuestra
tesis
principal-segnla cual ladiferenciapoltica debe enten-
derse
como
una
diferencia
que
apunta sintomticamente
a los
tambaleantesfundamentosdel
fundacionalismo-, analizando
sus
elementos
paso por paso y comenzando con una descripcin de
lanocin mismadeposfundacionalismoy delargumento cuasi
trascendentaldel que procede el pensamiento posfundacional.
Examinaremosentonces las racesheideggerianasdel posfunda-
donalismo
(en
torno
a los
cuatro conceptos
de
acontecimiento,
momento,libertady
diferencia),
lo que nos
permitir percibir
mejor
lassimilitudesexistentes entre los
heideggerianos
de iz-
quierdaexaminados en los captulos 3 a 6. Luego mostrar que la
diferenciaontolgica, implcita
en la
nocin radical
de
contingen-
cia,se
halla
en el
"ncleo" (negativo)
del
pensamiento
posfunda-
c'lonalvigente.
"Politics
and
theLimits
of
Modernitiy",
en
Andrew Ross (comp.), Univer-
A l a nd on? ,
Minneapolis,
University
o f
Minneapolis Press, 1989,
p. 81
[trad.
w t p .
1
.
"Poltica
y los
lmites
de la
modernidad",
en
Debates pol t icos contempor-
i l r t i s ,
Mxico,
EdicionesP y V,1996].
25
8/11/2019 01-Pensamiento Poltico Post Fundacional. Marchart-2009
11/18
26
EL
PENSAMIENTO POLTICO POSFUNDACIONAL
El
trmino fundacionalismo puede utilizarsepara definir
-desdeel punto de vista de la teora social y
poltica-
aquellas teo-
ras que suponen que la sociedad y /o la poltica se basan en
principiosque 1) soninnegables einmunes arevisin, y 2)estn
localizados fuera de la
sociedad
y de la
poltica (Herzog, 1985:
20).
En la
mayora
de los
casos
de
fundacionalismo poltico
y so-
cial,
lo que se busca es un principio que funde la poltica desde
fuera. Apartird eeste fundamento trascendente sederiva, segn
se
afirma,
el
funcionamiento
de la
poltica.
Si
pensamos
en el de-
terminismo econmico, por ejemplo, ste proporciona un conjunto
de principios (las leyes econmicas) que se presenta como la
esenciade lapoltica(de lo que lapoltica realmente es) y,ade-
ms, localiza dicho fundamento(la base econmica)fuerao ms
all
del
mbito inmediato
de la
poltica,
la
cual
se
convierte enton-
ces en un asunto meramente superestructural .
Esta
brevereflexinsobre
el
fundacionalismo modernopuede
suministrarnos el punto de partida para desarrollar algunos de los
criterios
de lo que cabra denominar legtimamente una constela-
cinposfundacional.
Para hacerlo, sin embargo, se precisa un argu-
mento mucho
ms
complicado
que
simplemente invertir
el
funda-
cionalismo en un
antifundacionalismo.
Con
frecuencia
se dice que
el
problemaen eldebate fundacionalista resideen lamanera dua-
lista de
formularlo,
pues se lo ha planteado en los trminos fun-
dacionales
fuertes
de una
eleccin entre
un
fundamento ltimo
y
ningn fundamento en absoluto (la tesis del nico o ninguno)
(Fairlamb,
1994:12
y
13).
Y, de
hecho,
en la
medida
en que la
visin
antifundacionalista
se
basa
en la
negacin
o en la
oposicin res-
pecto
de lavisin fundacionalista, obviamente compartenelmismo
horizonte. La conclusin que debe inferirse de ello, sin embargo,
noes la
nica utilizada
por losfundacionalistas
para lanzar
su
pro-
verbialataque contra
e l
antifundacionalismo.
De
acuerdo
con los
primeros,
l os
antifundacionalistas necesariamente tienen
que va-
l r s
del fundacionalismo
para desarrollar
el
antifundacionalismo;
.idi-ms, al
invalidartodos
lo s
fundamentos, estn
erigiendo,en
rigor,u nnue vofundam ento final, unasuertede antifundamento .
LOS CONTORNOS
DEL HEIDEGG ERIANISMO. ..
27
o r
lotanto, deberan aceptarque es finalmenteimposible superar
1 fundacionalismo.
Una
crtica semejante podra
ser
vlida
en
cuanto
a las formas
mu ytoscas del antifundacionalismo, aunque sospecho que repre-
Mflta, encierta medida, un a caricatura inclusode losantifunda- ^
Clonalismos
realmente existentes (como el de Feyerabend), para \o hablar
delantifundacionalismo y del posmodernismo desempean, de
Un
modo bastante conveniente, el papel del ogro, aunque cada
v z
son menos los tericos que adhieren a esas opiniones. Por
Consiguiente,uno no
puede sino sospechar
que el
encuadre
de la
discusin entrminos dualistas
-donde
losantifundacionalistas
meramente niegan o invierten las premisas fundacionalistas- es
parte
de la estrategia de los fundacionalistas ms que de los pos-
(undacionalistas.Se ha
subrayado
que en el
debate terico
el r-
tu lonegativo anti
se
asignadesde
el
punto
de
vista
del
funda-
]
clonalismo, lo cual implica que el terreno del debate privilegia, /
mediante
un
acto poltico,
elsenti o
atribuido
al
fundamento
que/
einvocaen eltrmino primariode ladicotoma (Doucet,1999J
293
y294). Encuadrareldebateencursoenfuncinde ladivisin
entre
fundacionalismo
y
antifundacionalismo favorece
al funda-
cionalismo
y, por
tanto,
es
sustentada
e
implementada
por los
fundacionalistas.
Si
bien
esta evaluacin del debate fundacionalismo /
antifun-
dacionalismo es ciertamente correcta, estlejosde ser exhaustiva.
l'ues es preciso preguntar dedndeproviene el poder del funda-
cionalismo
para enmarcar
el
debate segn
sus
propios trminos,
colocndose en una posicin privilegiada y denunciando todo lo
dems como derivado de l o como un parsito suyo. La estrate-
g iafundacionalista parece
funcionarpor una
sola razn:
su
para-
digma
es, de hecho y en gran medida, hegemnico. Su predomi-
nio
le permite formularla discusin en sus propios trminos.
Inversamente, para polemizar coh
e l
fundacionalismo,
el
cmffun-
dacionalismo debe necesariamente ingresar en territorio funda-
cionalista, aunque afirme
que se
encuentra totalmente fuera
de
8/11/2019 01-Pensamiento Poltico Post Fundacional. Marchart-2009
12/18
28
EL PENSAMIENTO POLTICO POSFUNDACIONAL
eseparadigma. Perosilanzarun ataque antifundacionalista con-
tra el fundacionalismo parece dar ventaja a la posicin de ste l-
timo como trmino primero,eincluso fortalecerlo, quopciones
nos
quedan?
x
2 . E L
G I R O C U A S I T R A S C E N D E N T A L
respuesta
-cuys^orgenespueden
remitirse a Heidegger, tal
como
veremos-es, desde
luego,
la
siguiente:
en
lugar
de un
ata-
que f rontal al
fundacionalismo
o
metafsica ,
lo que
debera
in-
tentarse
es la
subversin
del
terreno mismo donde opera
el
funda-
cionalismo,
es
decir,
no
negar sino subvertir
sus
premisas. (Pues
si
no esposible salir completamentededicho discursodebidoa su
estatus hegemnico, sesigue entoncesque undiscursono
funda-
cionalista tendrqueoperar siempre,encierta medida,enterreno
fundacionalista.)
Esadeconstruccindelfundacionalismoesalgo totalmentedi-
ferente
de su mera inversin. En consecuencia, el ataque fundacio-
nalista estndar
al posfundacionalismo
(malinterpretado como
an-
tifundacionalismo)
dista
de dar en el
blanco. Para Gayatri Spivak,
por ejemplo, la deconstruccin ni siquiera es
no
fundacionalista, y
menosan
antifundacionalista.
Antes bien,encuanto unreiterado
concentrarlaatencinen laconstruccinde losfundamentos que
se presuponen evidentes desuyo , ofrece una crtica permanente-
mente repetida
del
universal tico-poltico europeo (1992:153).
JudithButler haceuna observacin similaren elsentido de
que laideade losfundamentosesalgode lo que nopodemosli-
brarnos fcilmente.
En
todo caso,
el
terico debera dirigir
su
aten-
cin
a
aquello
que
excluya
o forcluya la
instauracin
de
funda-
mentos. Segn Butler:
Lacuestin
no
reside
en
suprimir
losfundamentos o
incluso
en
defender un a
posicin denominada
antifundacionalismo: am-
ba s
posiciones
son
diferentes versiones
de l
fundacionalismo
y
LO SCONTORNOSDE L HEIDEGGERIANISMO...
-~~ ~
29
LOS
C U N
iw iv i i ^ ^
de la
problemticaescptica
qu e
ste engendra.
La
tarea con-
siste, msbien,en interrogar qu
autoriza
y qu excluye o f o r -
cluye,
p rec isamente , el
movimiento terico
qu e
establece
los
fundamentos
(1992:
7).
\a
nocin de fu
un
marco alternativo del debate podra describirse
mejor
como un
debilitamiento ontolgicodelestatusdefundamentoque no los su-
pr ime
por completo.Poresta razn,lo quellega denominarse
posfundacionalismo no debera confundirse con antifundaciona-
lismo.
1
Lo quedistingueelprimerodelsegundoes que no supone
laausencia de cualquierfundamento; lo que ssuponees la ausen-
cia
deunfundamento
l t imo,
dado que solamente sobre la base de
esa
ausencia
los
fundamentos
(en
plural)
son
posibles.
El
problema
so
plantea entonces
no enfuncin de la falta de
fundamentos
(la
lgica
del
todo
o
nada) sino
en
funcin
de
fundamentos
contingen-
f i ' S .As
pues,
el
posfundacionalismo
no se
detiene tras haber
su-
puesto
la
ausencia
de un
fundamento
final, y por eso no se
con-
vierteenunnihilismo,existencialismo opluralismo antifundacional,
todolo
cual presupone
la
ausencia
de cualquier
fundamento
y
tiene
po r
consecuencia
una
libertad absoluta
y sinsentidoo una
autono-
ma
total. Tampoco
se
convierte
en una
suerte
depluralismo
pos-
moderno donde todaslasmeta-narrativasse handesvanecido en
i l
aire,
pues
lo que todava se acepta en el posfundacionalismo es la
necesidad
d e algunos
fundamentos.
Como resultado
de
ello,
lo que se
vuelve problemtico
no es
la
existencia de fundamentos (en plural), sino su estatus
ontol-
gico,que se considera ahora necesariamente contingente. En este
anlisis,el
cambio
que se
produce
al
pasar
de los
fundamentos
realmente
existentes a suestatus-esdecira sucondicinde po-
Aqu debera aclararseque el
prefijo
pos- enposfundacionalismo no se
r t ' l
ii-re
al
momento ltimo
de una
secuencia temporal, sino que,
al
mostrar
la
dis-
l i i n c t a tanto
de l
fundacionalismo
como
d el
antifundacionalismo, sirve
d e
indica-
dor de su problemtica relacin dicotmica. Para unanlisisde los
postismos
vt Mse
tambinDerrida
(1990).
8/11/2019 01-Pensamiento Poltico Post Fundacional. Marchart-2009
13/18
EL PENSAMIENTO
POLTICO POSFUNDACIONAL
poltico.
En Francia,ocurriunacontecimiento similar slo des-
pusde laSegunda Guerra Mundial,y en elmundo angloestadou-
nidense-sidejamosdeladoelcaso especialdeHannah
Arendt-
fu e
incluso
m s
tarde,
y
principalmente
a
travs
de la
recepcin
del postestructuralismo francs, cuando se teoriz un concepto
anlogo
de lo
poltico como
acontecimiento.
Cabe
observar entonces que, como regla general, en elpensa-
miento poltico britnico
y
angloparlante,
una
nocin radical
de lo
poltico
[the political]
-localizada
en un
nivel ontolgico
po r
com-
pleto diferenteal de lapoltica [politics], de la forma degobierno
[polity], de la
determinacin
d e
normas
y
objetivos[ p o l i c i e s ]
y
otros
vocablossemejantes-aparece con posterioridad al pensamiento
poltico continental.
E l
proceso
de
radicalizacin
de la
nocin vul-
gar de
polticasufri
un
cambio
a
partir
de los
debates alemanes
realizados
en los
primeros aos
d el
siglo
xx
hasta
los de la
Francia
de la segunda posguerra, y nicamente en los ltimos aos el pen-
samiento francsse introdujo en los debates angloestadouniden-
ses -la excepcin a la regla es, de nuevo, la pensadora continen-
tal Hannah Arendt y susepgonos-(Palonen, 1999a). Una de las
razones
de ese
desarrollo
tan
desigual-aparte
de las
diferentes
inclinaciones
filosficas de las
respectivas culturas
de esapoca-
reside, para Palonen, en el hecho de que
la
discusin
britnica
s e
relaciona
con la prctica
diaria
de lo po-
ltico-performativo
[politicking],
en
tanto
que el
debate
alemn
y,
parcialmente,
e l francs de lasegunda posguerraserefieren ms
bien a lapoliticizacin,a l a
apertura
de un
espacio
de
juego
S p i e l -
raume paralopoltico-performativo [ p o l i t i c k i n g ] fuera de lopol-
tico
normal
[ p o l i t y ]
1999a).
Dicho
de otra manera, la discusin britnica se mantuvo, en gran
parte, dentro
de los
lmites
de una
idea
de
poltica entendida como
un a
actividad restringida
al
campo
de lo
poltico.
A l a
inversa,
un a
visin de este tipo descarta efectivamente la posibilidad de desa-
rrollarun anocin m sradicalde lopoltico (sea como
dimensin
LA POLTICAY L OPOLTICO
83
permanente global detoda vida social,s eacomo elmomento o
acontecimiento
e
funda r /de sfunda r
la
sociedad como tal).
7. LA
CRISIS
DE LO
SOCIAL
O POR QU NO ES
SUFICIENTE
EL NOMINALISMO CONCEPTUAL
Cul fue el
acontecimiento inmediato
qu e
provoc,
finalmente, la
acuacind el
concepto puro
de lo
poltico, primero
en
Alemania
y
luego
en
Francia?
L a
pregunta parece exigir
una
respuesta bastante
especulativa,
si
bien Palonen propone
al
menos
un
posible enfoque
de l
problema remitindose
a una
observacin
de
Hannah Arendt:
E n
Alemania, la dcada de
1920 tiene mucho
en
comn
con las
dcadas de1940y1950en Francia.Lo queocurrienAlemania
trasl aPrimera Guerra Mundial fue larupturade unatradicin
-una ruptura
qu e
tuvo
que ser
reconocida
comoun
hecho consu-
mado, una realidadpoltica,unpuntode noretorno-;y lo mismo
sucedien
Francia
25 aos ms
tarde
Palonen,
1989: 82).
Vistodesdeestengulo,fue laconstelacinde lacrisislo queestable-
ci
un
cierto paralelo
en el
campo intelectual entre
la
Alemania
de la
primera posguerray laFrancia posteriora laSegunda Guerra Mun-
dial.
L a
crisis cobr
la
forma
de un
quiebre
de la
tradicin,
de una
dislocacin
de los
sedimentos
de lo
social.
En
suma:
era
preciso lle-
gar a un
acuerdo
con la
experiencia
de la
contingencia
y con la
natu-
raleza
sinfundamentode lasociedad, unacuerdoq ueserva como
trasfondo de la realidad para una
reconceptualizacin
de lapol-
tica
entendida como lopoltico ,y esto se produce al final de un
desarrolloconceptualq uecomenzcon elSattelzeit deKoselleck.
Desde luego,
af irmar
que la filosofapolticaes unfenmeno
de la crisis no constituye unatesisnueva. Para Sheldon
Wolin,
la
mayora de los grandes enunciados de la filosofa poltica se han
formulado
en tiempos de crisis; vale decir, cuando los fenmenos
polticos estn, de hecho, menos integrados en lasformasinstitucio-
8/11/2019 01-Pensamiento Poltico Post Fundacional. Marchart-2009
14/18
84
EL PENSAMIENTOPOLTICO
POSFUNDACIONAL
nales" (1960:8). Sin embargo, la hiptesis de que la innovacin con-
ceptual est desencadenada por lacrisis socialyrelacionadacon
ellase vuelve realmente plausible si suponernos que"unacrisis"
no es sino el resultado de una creciente no-correspondencia entre
un viejoparadigma conceptual y su cambiante contexto institucio-
nal o social (donde paradigmas contrahegemnicos contrapuestos
procuran
ocuparellugardel
viejo
paradigma). Desde este punto
de vista, la innovacin conceptual acontece con el teln defondode
un a crisis paradigmtica,enrespuestaa ladecreciente capacidad
delviejoparadigma para proporcionar un modelo u horizonte de
inteligibilidad/plausibilidad en una nueva situacin. De esa ma-
nera, la innovacin conceptual de "lopoltico"y, en particular, la
diferencia
entre
el
concepto nuevo
de lo
poltico
y el
concepto con-
vencional de la poltica apuntan, tal comosostenemos,a la crisis
del paradigma fundacionalista (representado por tendencias tan
diversas como
eldeterminismo
econmico,
elconductismo,el
posi-
tivismo,e lsociologismo). Esteparadigma lleg a rearticularse in-
ternamente cuando lasteorasfundacionales se vieron obligadas a
enfrentarse a la imposibilidad de proponer "marcadores de cer-
teza"
incontestables como
un
fundamento positivo
de lo
social.
En
lo
relativo
a la
teora polticareciente, propusimos
la
hiptesis
de
que ladiferencia conceptual entrelapolticay lopoltico asumeel
rol de un
indicador
o
"sntoma"
del
fundamento ausente
de la so-
ciedad. Esta diferencia no representa sino una escisinen la idea
tradicional de poltica, en la cual fue preciso introducir un nuevo
trmino a fin de indicar la dimensin
"ontolgica",
la dimensin de
institucin/destitucin
de la sociedad, en tanto que "la poltica" se
mantuvo como un trmino referidoa las prcticas
"nticas"
de la
poltica convencional: lo particular y, por ltimo, los siempre in-
fructuososintentos
de
fundamentar
la
sociedad.
Por consiguiente, al trmino del proceso de politizacin con-
ceptual,segnlodescriben Kosellecky la escuelade la B e g r i f f s g e s
chichte no
slo ciertos conceptos pasaron
a ser"polticos"
(tempo-
ralizados, democratizados,historizados),
sino
que las
races
polticas de todos los conceptos se hicieron visibles. Al final de la
LA POLTICAY LOPOLTICO
politizacin de los conceptos se halla, pues, el concepto de lo pol-
tico.Lo que
ocurri junto
con la
politizacin
de los
conceptos
fue la
dislocacin del horizonte fundacionalista. Ahora bien, cuando el
cambio de horizonte vuelve al punto de partida, o sea, despus de
un proceso de continua autonomizacin, lo poltico mismo (lo pol-
ticocomo aquello que no puede serconfinadodentro de los lmites
del mbito de la poltica) se convierte en un nuevo horizonte. Perci-
bimos entonces
la
constitucin misma
de la
sociedad
y de lo
social
a
travs del espejo poltico.
Po resta razn,una investigacin
histrico
concep tual de lcon-
cepto de lo poltico no debe abordar suobjetomediante un
enfo-
que puramente nominalista, dado que la lgica de la
"conceptua-
lizacin"
o del "lenguaje" mismo no puede separarse de la poltica.
Tras
el cambio de horizonte, nos encontramos dentro un horizonte
poltico, y, en consecuencia, es menester ser conscientes de que no
slo
e l
discurso poltico sino
el
l enguaje como
ta l
funcionan polti-
camente.J. G. A.Pocockloexpresmejorquenadie cuando,en
una formulacinverdaderamente quismica, concibe "la poltica
misma
como un sistema de lenguaje y el lenguaje como un sis-
tema poltico" (1973: 28). Anlogamente, JamesFarr
af irma
que
una
teora poltica
del
cambio conceptual
"debe
tomar, como
punto de partida, la constitucin poltica del lenguaje y la consti-
tucin lingstica de lapoltica".Elloimplica que
suspremisas debenreconocerque los actores, alactuarpoltica-
mente,
hacen cosas pormotivosestratgicosypartidistasen y a
travs del
lenguaje;
y quepueden
hacer
esas cosasporqueen el
lenguaje
losconceptos constituyen,parcialmente,creencias,ac-
ciones
y prcticaspolticas.En
consecuencia,
el cambio
poltico
y
el cambio conceptualdeben entenderse
como
unproceso com-
plejoe
interrelacionado
(1989:32).
Cul
es la
implicacin
de
todo esto?
No es
evidente
que la
inven-
cin de un concepto
"puro"
de lo poltico se basa en el proceso hist-
rico de lapolitizacinde conceptos? Enotras palabras,la
temporal -
8/11/2019 01-Pensamiento Poltico Post Fundacional. Marchart-2009
15/18
86
EL
PENSAMIENTO
POLTICO
POSFUNDACIONA L
^iviy^1A_JU-NAL
zacin de los
conceptos
no
v a
de la
mano
de la
creciente conciencia
de lainfundabilidad y delacontingencia?Y si,eventualmente,
llega-
mos apensaren ladiferencia entrelapolticay lopolticocomo d i f e
rencia temporal),
vale
decir,comou n procesode oscilaciny dislocacin
qu e
torna imposible cualquierfundamento
estatice,
entonces,
no es esa
diferencia
slo otra manera
de
indicar
y
pensar
la
contingencia?
Si
elloesas,si ladiferenciaessolamente otra forma (paradjica)de
hablar
acerca
de lafalta de
fundamento sobre
la que nos
apoyamos,
entonces
la
consecuencia sera nuestra imposibilidad
de
abordar
el
concepto
de lo
poltico
de un
modo puramente nominalista
(locual
simplemente sera
ant i
y
no posfundacional), asaber,
como
un
con-
cepto entre
los
muchos
que se
encuentran dentro
de la
familia
de
palabrasderivadas depol is .No se trata de un objeto-oconcepto-en-
tre
otros que debe ser analizado; antes bien, es el nombre mismo del
horizonte deconstitucinde cualquier
objeto,
incluidalaconstitu-
cin
de nuestra propia posicin en cuanto historiadores conceptuales
o
tericos polticos.
L a
diferencia
de la
poltica vis-ct-vis
lo
poltico
debe interpretarse, por lotanto, como un signo de la temporalizacin
qu emantiene abiertos
y
posibilita los procesos de politizacin
que,
de otro modo-estoes, en una sociedad que se imagina sustentada
por unfundamento
firme
y
estable-,
nopodran concebirse. Estadi -
ferencia radical,que es
slo
e l
sntoma conceptual
de la
dislocacin
temporal implcita en el proceso infijable defundar/desfundar, no
debe confundirse con
el
nivel de las diferencias
corrientes
u
ond-
eas
entre conceptos
y
por tanto, no es visible para un nominalista a
ultranza.
6Retomaremos
el
tema
en el
captulo
7; en los
siguientes
captulos analizar la constelacinposheideggerianadel
posfunda-
cionalismopoltico,cuyos puntos clave se indican por medio de los
nombrespropios:
Nancy,
L efort,
B adiou y
Laclau.
6E notras palabras,unaversin puramente nominalistade lahistoriacon-
ceptual nopuededarcuentade la
diferencia
radical entre
lapoltica
y lopolti-
co.Au ncuando estas teoras nominalistas
afirman
ser antifundacionalistas, no
pueden garantizar la
infundabilidad
de losocial, dadoque no esfactible,para
unateora nominalista,atribuiru nestatus cuasi trascendentalal fundamento
ausente (para
un
nominalista slo hay,
ex
hypothesi,
el
nivel
de lo nrico).
III.
RETRAZAR
L A DIFERE NCIAPOLTICA:
JEAN-LUC
NANCY
LA FILOSOFAY LOPOLTICO:
L A
DECONSTRUCCIND E L O POLTICO
Toda
indagacin
en el
posfundacionalismo social
y en la
diferen-
ciaconceptual entre
la
poltica
y lo
poltico tendr
que
tomar
en
cuentael trabajopresentado yelaboradoen elCentro parala In-
vestigacin Filosfica
de lo
Poltico entre
1980 y1984. E l
Centro,
fundado
po r
Philippe Lacoue-Labarthe
y
Jean-Luc Nancy,
se
con-
virti en el lugar donde, hasta el momento, se ha llevado a cabo la
ms
intensa
e
influyente reelaboracin
de la
nocin
de lo
poltico
o de ladiferencia entrelapolticay lopoltico. L amaneraen que
Claude Lefort
y Alain
Badiou,
por
ejemplo, encuadraron
suspro-
pias versiones
de la
diferencia poltica
(a
menudo
en
contraposi-
cin
con la
versin
de
Nancy
yL acoue-Labarthe)s e
halla, cierta-
mente, influidapor los debates realizados en el Centro. Mediante
el
enfoque comparativo que empleamos en los siguientes cap-
tulos, ser posible adquirir una comprensin ms amplia de la
formaen que la diferencia poltica se despliega dentro de un
con-
junto diverso pero relacionado
de
abordajes tericos
que
parten
del postestructuralismo o del heideggerianismo deizquierda .
Estos
enfoquesson,de una u otra manera, teorasde la contin-
gencia . Comparten
u na
nocinfuerte
de l
acontecimiento;
adjudi-
can
un papel capital a la divisin y al antagonismo; todos niegan,
por
cierto,
la
posibilidad
de un
fundamento ltimo
de lo
social
y,
sin
embargo, estn fundados
en sus
propias variantes
de lo
qu epodramos llamarladiferencia qntolgica.L ostericos anali-
zadosenstey en losrestantes captulos representan,por as de-
cirlo,
a
ciertos clanes
del
heideggerianismo
de
izquierda,
y
ello
87
8/11/2019 01-Pensamiento Poltico Post Fundacional. Marchart-2009
16/18
206 EL
PENSAMIENTOPOLTICOPOSFUNDACIONAL
pleo comn
de la
diferenciapoltica, estos tericos compartenu n , i
larga
serie
de
presupuestosconcernientes
a la
contingencia,
el
con-
flictoyla naturaleza acontecimental de lopoltico,pero tambin
existen disimilitudesydesacuerdos entre ellosen lorelativoa las
conclusiones que
pueden
inferirse de la retirada del
fundamento.
En
lo que resta de esta investigacin, me centrar en un par de dese-
mejanzas
dentro
de la
izquierda
heideggeriana.Y, lo que tal vez
sea de mayor importancia, tratar de sealar lo que est implcita
y
polticamente en juego en una postura posfundacional en pol-
tica.Terminar por delinear algunas de las consecuencias filosfi-
cas que, a mientender,deben extraerse de nuestro anlisis de la
diferencia
poltica. Dichas consecuencias, ya indicadas en los cap-
tulosprevios, conciernen principalmente al estatus terico mismo
del pensamiento poltico posfundacional con respecto a otras
reas de
pensamiento.
Se argumentar a
favor
del papel (parad-
jico)de laontologapoltica posfundacional como lo que una vez
se llam
primera
filosofa , y de la diferencia poltica como el
fundamento cuasi trascendentalde lo
social
y de la
sociedad.
2. POSFUNDACIONALISMO YDEMOCRACIA
Talcomo Ernesto
Laclau nos
recuerda, algunos
de los
intereses
polticos
involucrados;Sfi unenfoqueposfundacional de la pol-
tica
fundado
en la
disolucin
de los
mitos fundacionales mis-
mos consisten en una ampliacin del espacio de la politizacin,
incluida
la
politizacin emancipadora.Este debilitamiento
del
fun-
damentopuedeconducir a lacreciente^ceptacinde la contin-
gencia
y la
historicidad
del
ser,
la
cual tiene, potencialmente,
un
efectoliberador.
Aun
cuando
se
conceda
que
este mismo proceso
1 f
puede resultar en un estado de angustia paralizante o en una acti-
tud
escptica conservadora, Laclau, por otro lado,tiendea hacer
hincapien que los seres humanos comenzarn a verse cada vez
m s
como los autores exclusivos de su mundo . Los individuos
t e n d e r na considerar que su destino es inevitable si suponen que
FUNDAR
E L POSFUNDACIONALISMO
207
Dios
o la
naturaleza
han
hecho
el
mundo
tal
cual
es.
Pero
si se
juzgaque el mundo es el resultado de los discursosy vocabula-
rios contingentes que lo constituyen (1996a: 122), la gente quiz
tolere
su destino con menos paciencia y empiece a desarrollar una
actitud
ms
poltica hacia
la
construccin
de
nuevos, aunque
siempre slo contingentes, fundamentos.
i,
Sin
embargo, antes de asimilar con demasiada rapidez la politi-
zacin
emancipadora
a la
politizacin
tout
court ,
conviene hacer
una pausa. Lo que
Laclau
enuncia en la cita anterior son las condi-
ciones histricas de posibilidad de una poltica emancipadora. Es
evidente, cuando se observan los desarrollos polticos actuales, que
dichas condiciones
no
conducen necesariamente
a ladifusinde las
demandas emancipadoras o a la construccin de unahegemona
emancipadora.
Y si
esta ltima
no es el
resultado lgico
de la
politi-
zacin, entonces deberamos proceder con cautela y no saltar con
demasiadafaci l idad
a
conclusiones tocantes
a la
naturaleza eman-
cipadora o democrtica de una postura posfundacional en el pensa-
mientopoltico.Si tomamos en serio la nocin de
diferencia
poltico
ontolgica, deberamos reconocer
que
nunca seremos capaces
de
obtener un fundamento ontolgico que
f u n d e
o determine una
poltica ntica particular (sea o no emancipadora),puesello sera,
en s mismo, claramente contradictorio. Y, como ya he mencio-
nado en la introduccin, es posible imaginar un escepticismo pos-
fundacional conservador que no sea forzosamente democrtico o
emancipador. Por
consiguiente,
si
derivar
una
poltica particular
a
partir
de una
postura posfundacional sera
un
claro o sequitur,
en-
tonces el nico argumento poltico que en aparienciapuedehacerse
partiendode ladiferenciapolticaes unargumento o sequitur.
Es
ste realmente
el
caso?
Si
ninguna poltica particularpuede
derivarse lgicamente de una postura posfundacional, esto im-
plica
que
nada
puede derivarse? Pienso que no, porque lo que una
postura posfundacional
sz dice es que
todo intento
de
f u n d a r
fraca-
sar
en ltima instancia. Comprender esto tiene, de hecho, implica-
cionespara nuestra ideadedemocracia, dadoquestase define
como
u n
rgimen
qu e
busca, precisamente,
llegara un
acuerdo
con el
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8/11/2019 01-Pensamiento Poltico Post Fundacional. Marchart-2009
18/18
21 0
EL PENSAMIENTOPOLTICOPOSFUNDACIONAL
blece un
lazo asociativo mediante
la
deliberacin libre
y
pblica
sin rastro alguno de violencia. Lo que cabe atestiguar en ambos
casoses lamisma tendencia haciaun apriorismo emancipador.
Repito:
tal
apriorismo
es un
clarononsequitur
si
tomamos
en
serioladiferencia ontolgica entrelapolticay lopoltico. Aquello
que labrecha entrelonticoy loontolgico, entrelapolticay lo
poltico indica
es,precisamente,la
imposibilidad
defundaruna po-
ltica
ntica particular dentro del mbito ontolgico de lo poltico,
aunque siempre deber articularse
en el
espacio abierto
por el
juego
de la
diferencia poltica.
Tal
articulacin podra conducir
a las ms
diversas direcciones polticas, y, por lo tanto, no se puede garanti-
zar de antemano ningn resultado emancipador o democrtico. Si
ello es as, cmo explicar entonces por qu los tericos ms
sofisti-
cados recurren
al
argumentonon
sequiturdel
apriorismo emancipa-
dor?
Admito
que la
razn podra encontrarse
no
tanto
en una ex-
presinde
deseos
comoen lasecreta subsuncinde lopolticoenlo
tico
cuyo ejemplo extremo
es la
obra
de
Badiou. Contrariamente
a
lo
que suele considerarse el principal peligro del posfundaciona-
lismo
poltico,
su
dficitnormativo,
es
esteet icismo
el que se
detecta
con msfrecuenciaen elpensamientoposfundacional. Elresultado
de ello,
ejemplificado
en nuestro captulo sobre
Badiou,
es un des-
plazamiento tico de la poltica.
3. LOS
DESPLAZAMIENTOSPOLTICOS
DE LA
POLTICA
E l
atajotico entre
lo
poltico
y una
poltica emancipadora
es una
manera, aunque no la nica, de desplazar las implicaciones radi-
cales
de la
diferencia poltica. Aparte
del
atajonormativo
y
tico,
Chantal
Mouf fe
(1993)
y
Bonnie Honig
(1993)han
percibido
un
desplazamiento
de la
poltica
-es
decir,
de la
lucha
y el
con-
flicto- alojurdicoo loadm inis trativoen las
tendencias liberales,
comunitarias
y, a
veces, republicanas
del
pensamiento poltico.
Es
indudable que, tradicionalmente, la teora poltica se ha mostrado
bastante hostil hacia suobjetomismo: la poltica. Por lo general, el
FUNDAR ELPOSFUNDACIONALISMO
pensamiento poltico,
desde
Platn
a
Rawls
y a
Habermas,
se
ocupadel
establecimiento
o la
legitimacin
de un
buen
orden ,
que,
finalmente,
volvera irrelevante cualquier
formade
contesta-
cin y de
conflicto.Jacques Rancire (1999)
ha
proporcionado
una
sistematizacin
de lo que
podra llamarse
\asfiguras
el desplaza-
mientode la poltica dentro del pensamiento poltico. En
pa r t i cu-
lar menciona tres
fo rmasde la
abolicin poltica
de la
poltica,
llamadas por Rancire archipoltica , parapoltica y metapol-
tica ,y corregidas por Zizek (1999a) con los conceptos de ultra-
poltica y
pospoltica
(esta ltima derivada de lo que Rancire
denomina posdemocracia ).
Permtanme traducir las figuras de desplazamiento de Ran-
cire a
nuestro propio lxico
de la
diferencia poltica.
En la archipo-
ltica el aspecto ontolgico de lo poltico asume el papel de f undar
el aspecto ntico de la poltica, eliminando as el juego de la
dife-
rencia
poltica
y
fusionando
lo
social
con la
totalidad sustancial
de
la
comunidad (lo que Nancy denominara
comunin
o poltica
del inmanentismo ).
Cada poltica tiene
su anclaje
dentro
del r jc
de lopoltico, cuya verdad -laesencia armoniosade unacomu-
nidad buena ojusta-ser determinada por el filsofo. En la
parapo-
ltica el
aspecto ontolgico
de lo
poltico,
entendido
como
la
ins-
tancia
instituyente/destituyente
de
antagonismo,
se
elimina
al
dispersarse en el doblete ntico de la poltica,segnel cual
sta
asume
el
papel gubernamental
de
polica
o
control
[policing].
Esta
vez
lo que se
dispersa
es lo poltico dentro de una poltica node
conflicto,
sino de competicin. Se podra sospechar que elmodelo
secreto de la despolitizacin parapoltica de hoy es el mercado,
dondelos antagonistas se convierten en competidores
econmicos.
E nvirtud
de
esta transformacin parapoltica,
el
juego entre
la po-
lticay lo
polticopuededomesticarse
y se
torna gobernable.
En 1
metapolt ica la
versin simtrica
de la
archipoltica,
el aspecto
n
tico de la
poltica
no se
funda
en lo
ontolgico, sino
que es i n k - r
pretado como una falsaapariencia de estructuras sociales ms pro
fundas. Enotras palabras,lapolticanoexpresao
representa
un,
verdad suprahistrica
de lo
poltico
o de la
comunidad;
msbici
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