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    Comprender lo cotidiano: antropología social e historia socialAuthor(s): Chris Wickham and Ma. Jesús SalvadorSource: Historia Social, No. 3 (Winter, 1989), pp. 115-128Published by: Fundacion Instituto de Historia SocialStable URL: http://www.jstor.org/stable/40340534Accessed: 19-02-2016 07:13 UTC

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    totalidad ara presentarla omo una disciplina ue ofrece oherencias aralelasycualidades e reciproca nteraction on la historia.

    Por el contrario i ntencion s llevar cabo incursiones n algunos errenos uela antropologia specificamente uede clarar aranosotros, ados ospuntos e vistaque implican y dada la propia xperiencia e esta disciplina asadaen la compara-cion sistematica. as concretamente i ntencion s discutir n niimero imitado eejemplos recisos n los que la historia uedausar ejemplificacionesntropologicascon resultados ositivos. stos ran unidos, obre odo, losconceptos e venganzas,disputas egales, eudase intercambio, s decir, los diferentes istemas e interac-tion social.He elegido stosconceptos omo claros jemplos n los que la historiapuedeservirse e ejemplificacionesntropologicas e las que yo hago mayor so enmi trabajo e historiador. o son,en absoluto, ossectoresmas de moda ni, a veces,los sectores mas estimulantes ntelectualmente, ino simplemente os que yo heconsideradomas litiles. Ya desde los pioneros rabajosde Durkheim y Mauss ladiscusion e estos temas fue dominada por los antropologos ociales de traditioninglesa3 ue trabajaban n Africa, l sur del Saharao, raramente, n el Mediterraneo,y es a estos a los que pretendo hacer referencia. on la ventaja de que los

    antropologos n cuestion ienen, i no identicasmetodologias, or o menos pinionessimilares obre os metodos e la disciplina. es desde aqui desde donde debemoscomenzar. omo dice Radding o podemos ervirnos e ningunmodelo nterpretati-vo si no comprendemos lenamente aspremisas.

    Losantropologos isienten ntre i sobre muchos emas. No han encontrado nacuerdo, por ejemplo, sobre el hecho de si las estructuras conomicasde unadeterminada ociedad ue estan nalizando on a causade, o son causadaspor, sonvariantes e las estructuras eparentesco con la ideologia. sobre l hechode si esnormal o anormal n una sociedadque hayan cambiosen ausencia de presionesexternas; sobre el hecho de si es legitimo sar categorias naliticas propias delmoderno ccidente ara caracterizar l sistema e creencias e esa sociedad; si esverdad

    ueexisten eterminantes ocialeso culturales universales

    ue puedaner

    reconocidos, e forma iferente, n todas as sociedadeshumanas.Y es importantereconocer ue esta no es simplemente na lista del tipo de cosas sobre as quediscuten os antropologos ino que, de hecho, son contrastes diferentes ivelesmetodologicos. lgunos de estos problemas, specialmente l primero, on muyconocidospor los historiadores. tros, in embargo, specialmente l ultimo, notienen araellos'interes lguno.Masbien ndican omoalgunas e las problematicaspropias e la antropologia a diferencian laramente e lo especifco de la historia laciencia ocial es perfectamente na capa de un tejidounicopero llo no excluye uepresente muchos cosidos.El problema el cambio se presenta los historiadorescomoparticularmente quivoco: s evidente ue lassociedades ambian, or o tantoicon que fin discutirlo? os propios ntropologos, espuesde 1950, llegaron lamisma conclusion y en realidad han dejado de discutirlo ero, y aqui esta elproblema, stamisma onclusion s el resultado e la especialidad e la antropologiacomo disciplina, e sus teorias y metodologias e investigation e base que, porsofisticadas, endian no aclarar, todaviahoyhacendificil xplicar, omo cambian

    3 La antropologia en Inglaterra eneralmente e llama antropologia social para distinguirla e lasotras dos escuelas mas importantes n la disciplina, es decir, la antropologia cultural americana y latradition francesa ue puede definirse omo antropologia estructural . a antropologia ocial es extrema-damente conocedora de si misma y existen muchos informes no Concordes)redactados por quienes lapractican. Vease, para un reciente y estimulante jemplo, E. R. Leach, Social Antropology, ondon, 1982.16

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    las sociedades. i como historiadores ecesitamos a aportacion heuristica e laantropologia ambien ecesitamos econocer l mismo iempo us imitaciones.

    Doselementos aracteristicos e la antropologia, por o menos e la antropolo-giasocialbritanica, ueden er videnciados orhaber ontribuido articularmente lmodoen que la disciplina s percibida seguida.Uno es la teoria el funcionalismo,el otro a practica el trabajo e campo.Tratemos e examinarlos no tras tro. Elfuncionalismo, n su forma mas dogmatica, sta muerto y enterrado ero, creojustamente, na version uyamasgenerica odavia saceptada or muchos ntropolo-gossociales, comoaxioma o como teoria verificar. egunesta version odas asinstituciones,asrepresentacionesolectivas las reglas e la interaction ocial estanfuncionalmente n correlation on una determinada ociedad, s decir, oncuerdanse refuerzan eciprocamente. aturalmente n situaciones ealesesto no encuentrasiempre na correspondencia; e hecho, muchas nstituciones on estructuralmenteantagonicas ntre i, tal como o son en muchas ociedades omplejas rupos nterosclases sociales. gualmente, tros sub-grupos, aracterizados or sistemas ocialescompletamente eparados, ueden oexistir n el interior e sociedades masamplias,y asi sucesivamente. ero estos aspectos no influyen n absoluto en el niicleo

    fundamental e la teoria egiin a cual nada es inteligible n un cuerpo ocialsi no esllevado l contexto otal. E incluso e puede decir mas: en una sociedad nada estacompletamente rivado e sentido de significado;ncluso i no llegamos entender(oaceptar) l caracter acional ealgunas ctividades epoblaciones ertenecientesotra ultura, pesarde estas ctividades, endran n significado ropio n el interiorde la estructura nterpretativa /ode la action socialde estaspoblaciones. l hechoque un sistema ocial tenga que ser concebido omo una totalidad, coherentecontradictoria, s asunto que muchos historiadores, esde Marx a la escuela deAnnalesy masalia, han podidodesarrollar or cuentapropia.Para los antropologoseste s el fundamento ropiode su disciplina comotal ha de ser considerado.

    La investigacion e campo es el fundamento rincipal de la investigacion

    empirican

    antropologia ocial,y algunosde los procedimientosntelectuales ue

    dominan adisciplina stan rraigados elmismomodoque lo esta en la critica e lasfuentes n que se basa la historia. l curriculum dealde un antropologo tanto hoycomoen 1910- da por descontado ue al principio ela carrera ranscurra n periodode tiempo mas bien medido n anos que en meses- n compania e las poblacionesobjeto esus estudios. aturalmente onsigue na formula asiestandarizada ara asmonografiasntropologicas. omienzan onuna description elpaisaje, a ecologiayel habitat; rosiguen on la organizacion conomica, oscomportamientos conomi-cos por ejemplo, a importancia elganado n la ideologia e la sociedadNuer en laclasicaobradeEvans-PritChard),a organizacion ela comunidad, a organizacion elgrupo eparentesco; or tanto, as estructuras oliticas, a organizacion el ritual, osvaloresmorales-religiosos.ste modelo radicional a ido modif candose ocoa pocoen los iltimos uinceo veinte nos,durante os cualescadaantropologo oncentro aatencion ada vez mas sobre temas de mayor nteres ersonal, ero en principioquedacomovalido,y encontramos uellasde ello en casi todas as monografias. lloes perfectamente oherente on el postulado ntropologico e que todo ecorrespon-de perfectamente,unqueseade manera ontradictoria. uedeparecer ue impliquemasque esto, ue seael reconocimiento e que organizacion conomicay relaciones Ide production stan n la base de toda sociedad, omo hubiera icho Marx, o que Ipor lo menos geografia economia son prioridades naliticas, omo dicen los Ihistoriadores e Annales. Sin embargo ospechoque el motivo principal e este Iinteres or a vida economica epende implemente el hecho de que las condiciones | 117

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    ambientales on uno de los aspectos mas inmediatos y permanentes e la experienciaperceptiva del antropologo de origen burgues, procedente de paises de clima templa-do) en el primer ncuentro on la sociedad elegida por el (normalmente ecnologica-mente subdesarrollada y bastante cercana a los Tropicos). Pero no es absolutamentecierto que todos los antropologos onsideren a organization economica en la base decualquier otro aspecto de la sociedad. Por lo menos se plantean el problema, tieneimportancia para ellos, ya sea a causa de las reglas de la problematica funcionalista,como a causa de su experiencia de observation directa -su procedimiento o haceinevitable.

    Y viceversa, sin embargo, su trabajo de campo es limitado en el tiempo. Muypocos antropologos son capaces de volver al campo despues de diez anos, paracontrolar os cambios -y diez anos no es un tiempo muy largo para un historiador.Las poblaciones estudiadas raramente onsiguen proporcionar lementos de analisishistorico; generalmente ienen una cultura oral, e incluso cuando son participesde una tradition iteraria pongamos que el antropologo sta estudiando un pueblecitoen el sur de Espana) el material documental raramente odra iluminar spectos comoel ritual o la sociabilidad -incluso las venganzas privadas, que son una institution

    social muy precisa, normalmente egistradas olo si llegan a juicio-. El cambio se veratipicamente traves del espejo deformante e las memorias personates, materiales,pues, que requieren un analisis tan arduo que los propios historiadores an empezadoa examinarlos correctamente olo en los ultimos diez anos o poco mas. De modoparticular, i se asocia con el paradigma funcional, ue hasta no hace mucho dabaprioridad al equilibrio, la investigation de campo ha llevado la atencion hacia lasconstantes, sobre el modo en que las cosas permanecen inmoviles. (Todo ellonaturalmente uede calificarse de manera diferente egiin el paradigma: a economiaantropologica marxista, n la mayor parte de los casos predominantemente rancesa,sin duda esta mejor provista, mientras ue en el interior e otros paradigmas, omoen el estructuralismo lasico a lo Levi-Strauss, s virtualmente mposible ntroducir aidea de cambio.) Por estos motivos el problema del cambio es debatido en antropolo-gia. Pero en realidad se trata de un tema problematico no solo para esta disciplina.Como se produce exactamente el cambio social (o economico, o religioso) en unasociedad rural, no es en realidad tan obvio ni siquiera para el historiador , ademas, sitendemos darlo por descontado deberemos nalizarlo con mas atencion de como lohacemos normalmente.

    Consideremos un ejemplo preciso de analisis antropologico. El libro de Evans-Pritchard obre os Nuer de Sudan del sur publicado en 1940 es uno de los textos masautorizados de la antropologia ocial.4En el se demuestra omo puede funcionar nasociedad sin instituciones efinidas como legates, coercitivas o incluso politicas, sindegenerar en la anarquia. La sociedad Nuer se basaba en grupos de parentesco,formados or una serie de linajes diferentes mparentados por matrimonio. os Nuer

    no eran en absoluto un pueblo pacifico en los anos treinta ni lo son hoy en dia). Daruna orden a un Nuer equivalia a un insulto mortal, puesto que ningiin Nuer estabasometido otro ncluso podia matar por ello. Las muertes or venganza se producianfrecuentemente n el territorio e los Nuer; casi se podria decir que la vendetta ra elmodelo de toda action social. Tampoco es que los Nuer se pasaran la vidacombatiendo: las vendettas enian reglas particulares por las que solo determinadaspersonas eran objeto de venganza. E individuos cultos en medio de la vendetta,

    4 E. E. Evans-Pritchard, The Nuer, Oxford, 1940.18

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    generalmente ombres de un linaje emparentado on otro por medio del matrimonio,implicados tambien en el problema, forzaban entre ambos una mediation, llevada atermino por expertos mediadores; y al final, aunque a menudo con resistencia, stoera lo que sucedia.

    Problemas conexos al conflicto y la mediation han sido objeto de muchasdiscusiones antropologicas desde 1940. Max Gluckman era el

    mejdrteorico de estos

    temas en los anos cincuenta, y ejemplifico el caso de los Nuer en un parrafo lasicode logica funcional: as sociedades tienden al equilibrio y las instituciones ocialestienden reforzar l equilibrio; ncluso las vendettas, unque aparentemente ontras-ten con el equilibrio social, en realidad o consolidan. Y esto sucede, en primer ugar,porque \^ aida* es de por si una institution ocial y, por el solo hecho de tomar parteen ella, tales instituciones on reforzadas ademas porque a traves de los mecanismosde mediation, la faida se recompone en la pacification, restableciendo asi elequilibrio social. Gluckman adapto esta misma teoria tambien las rebeliones. Y noestaba equivocado. Naturalmente os historiadores onocen innumerables casos enque la evolution social fue organizandose dialecticamente traves del conflicto. Loconsideran normal. Pero mucha conflictividad sta tan arraigada las normas ociales

    que tiene el efecto puesto. Los campesinos que oponen resistencia la nobleza en laEuropa feudal pueden perfectamente ropiciar el cambio social pero los nobles quecombaten entre si no tienen mas exito que el estancamiento. Las luchas internas nlas ciudades italianas medievales produjeron, entamente, na institution ras otra: osconsulados, el pueblo, los corregimientos los senorios. Podian comprometer adecision politica al producir una derrota. Pero las luchas no destruyeron a sociedadurbana: la propia sociedad urbana fue definida a traves de ellas.

    Pero a Gluckman no le interesaban as venganzas como mecanismos de equili-brio, e interesaban omo mecanismos para la pacification de las contiendas, omo unextremo e una antropologia egal. El mismo y algunos de sus sucesores, specialmen-te sus alumnos, desarrollaron a cuestion del conflicto omo proceso social, analizan-do el

    papeldesarrollado

    porlas

    disputassociales como

    expresion, definition,del

    disentimiento ocial y de como las partes en litigio legaban a una reintegracion n eltejido social.6 Cuestion que es justo debatir en este momento, por cuanto puededemostrar ficazmente lo que tiende a antropologia.

    Las sociedades organizadas se distinguen por la forma de comportarse en lasdisputas. Algunas sociedades las superan combatiendo fisica o ritualmente como conlos duelos canoros de los esquimales, en que cada parte inventa cantos de ferozdesprecio para la otra parte) para mas tarde, su tiempo, resolverlas on negociacio-nes. Algunas buscan el arbitraje la mediation de extranos neutrales y varian segiincomo esto sea considerado moralmente vinculante. Otros prefieren, se les imponepreferir, emitirse l juicio coercitivamente ostenido, de extranos mas potentes. Aqui

    * N. del T. En el texto taliano faida : derecho de los familiares e un muerto de vengarlo con lamuerte del asesino o de sus familiares. Vendetta. Derecho de sangre.

    5 M. Gluckman, Custom and Conflict n Africa, xford, 1955: el mismo ha corregido ostenormenteesta radical version del funcionalismo n Politics, Law and Ritual in Tribal Society, Oxford, 1965, trad, t.,Torino, 1977. Dos discusiones clasicas de la venganza son: J. M. Wallace-Hadrill, The blood feud of theFranks, n Id., The long-haired kings, London, 1962; J. Wormald, Blood feud, kindred nd governmentin early modern Scotland , in Past and Present, 7, 1980, pags. 54-97.

    6 Por ejemplo M. Gluckman, The judicial Process among me aarotse oj isortnern Knoaesia,Manchester, 19672;V. Turner, Schism and Continuity n an African Society, Manchester, 1957; P. H.Gulliver, Social Control n an African ociety, London, 1963. 119

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    la variable s la presion oercitiva. sta tipologia e tecnicas ara el acomodode lasdisputas s valida para todoel mundo, parece ue funciona. aturalmente l hechode colocar una sbciedad n una de estas ategorias o nos dice,por i mismo,muchode esa sociedad. Ademas, muchas sociedadesusan de forma lternativa as trestecnicas, a mayor arte de las sociedades uropeasmedievales de la primera dadmoderna. Pero, pesarde todo, a tipologia igue iendoutil. Por que?Ante todoporque nos ensena no aceptar o obvio sin objeciones. stamos costumbradosvivir n sociedad, onde a norma n las disputas s la sentencia udicialy la mayorparte e las sociedades n la historia uropea iguen por lo que respecta la teoriajuridica- semodelo. ero este sta muy ejos de ser l unicomodo n quelasdisputaspueden ser compuestas, ncluso en la historia uropea. Es comprensible ue loshistoriadores engan a tentacion e renunciar examinar tras formas e concilia-tion por cuantoparecen escomponer osprocedimientos uropeos radicionales elpoderpoliticoy estan laramente muchomenosdocumentados n la mayor arte elosperiodos istoricos. n Inglaterra, as reformas egalesde Enrique II o de Eduar-do I, o en Francia e Italia, el renacer e la legislation omana, stan consideradascomodesarrollos ucesivos acia una conception moderna e la autoridad e las

    cortesy de una usticia racional sin prejuicios. a es empiricamente emostrableque estos istemas egales rganizados statalmente o fueron ustituidos n absolutopor otrosmetodos onciliadores, l menosno por mucho iempo, que no estuvieronparticularmente ibres e prejuicios, i siquiera racionales n el sentido n que loentendemos osotros. Pero tambien e da el caso de que procedimientos astradicionales de origen ocal que el estado ntento eemplazar, oseianpara ellosuna logica nterna. a antropologia osayudaa reconocer a logicade muchas masalternativas ue lasque damospor descontado. as vendettas ahan sido recordadas,y constituyen na de las discusionesmasobvias ue contradicen uestro entido e loque es racional. a ordalia s otro aso. Pero haymascomo veremos continuation.

    El segundo punto en el que una tipologia ntropologica oncentra uestraatencion s ustamente l modoen que actiiaesta racionalidad lternativa. enemosque reconocer ue la finalidad e las leyesy de las operaciones egalesha sido a deponer in lasdisputas restablecer a paz, asi comoreconocer a usticia.Justiciapaz a menudo on consideradas n oposicion.En algunas ocasiones, os tratadosmedievales e enjuiciamiento egal las proponen xplicitamente omo alternativas:pactum nim egemvincit t amor udicium.* ero ustamente on estasformulas asque en si mismasdemuestran omo las alternativas enian gual validez, con unarelativa dmision de una ligera superioridad e la pacification. a paz es unanecesidad sencial n las comunidades equenasdonde a gentevive cara a cara ydepende eciprocamente ara sobrevivir. es muy dificil establecera paz en talescomunidades ormediode sentencias bstractamenteuridicas. si reconocemos uemantener a paz con mediacionesy compromisos n una sociedadde clases ojerarquica uede ignificar implemente ue losfuertes oartan losdebiles, ambiendebemos econocer ue esto ucede gualde facilmente n un tribunal. a gente ienela costumbre eservirse e las instituciones omo nstrumentos eestrategia ocialen

    120

    7 Para una buena resena de todo esto, cf. S. Roberts, Order and Dispute, London, 1979. Para unaaplicacion a las sociedades historicas, f. J. Bossey (ed.), Disputes and Settlements, ambridge, 1983; yomismo discuto el problema en el contexto de la Italia medieval y en otras partes en W. Davies y P.Fouracre (eds.), The Settlement f Disputes in Early Mediaeval Europe, Cambridge que proximamentesera publicado).

    8 Leges Henrici Primi, d. L. J. Downer, Oxford, 972,§ 49, 5a.

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    Grabado atirico eHogarth obre ajusticia. igloxvm

    todas las sociedades, y todas las instituciones ienden favorecer los poderosos. Porotra parte el recurso a la justicia puede, por si mismo, constituir implemente unamaniobra en una estrategia e negociaciones dirigidas conseguir un compromise (Yesto puede suceder tambien hoy en dia.) Y con esta intention ncluso en el tercernivel de nuestra tipologia, el de sentencias coartantes, os juicios a menudo puedeninducir la reconciliation costa de una abstracta usticia. Hoy en dia, en occidente,todo esto es menos comun aunque todavia sucede (piensese en las audiencias parala tutela de menores). Pero en muchas sociedades del resto del mundo como en las delpasado, es y era, normal. Ahora bien, es verdad que las instituciones medievalescoercitivas, omo las de algunas tribus fricanas, no estaban muy adelantadas. Perolos juicios no alentaban la composition pacifica solo porque no podian coartar losvencidos poderosos; estos pensaban que la pacificacion era parte de la justicia. La pazy la justicia podian ser vistas como terminos extremos de un contiuum, unaconvalidaba a la otra.

    Y si se cree, como en la ideologia legal moderna de occidente tal vez menos en

    la practica), que la finalidad de la ley es producir resultados objetivamente ustos, noes que seamos escepticos frente metodos de pacificacion, es que simplementecreemos que la paz social es una consecuencia de la justicia. Si, por el contrario, ecree que la finalidad de la justicia es poner fin a las disputas con la (mayor o menor)satisfaction e ambas partes, ntonces se cree que la justicia reside en ello.

    Y si analizamos procedimientos menos formales de pacificacion, la segunda deestas alternativas sta aiin mas clara. Dos contendientes nician un pleito. Cada unade las partes desea ganar o, cuanto menos, retirarse on el honor a salvo. A menudolos tribunals parecen arriesgados, ncluso cuando estan a disposition facilmente yson razonablemente fiables, porque una derrota en el tribunal es total e implica un 121

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    grave deshonor, algo peor. El arbitraje la mediation comportan menos riesgos yofrecen mayores probabilidades de conducir la paz, incluso si una victoria puede sermenos plena. Ahora bien, el arbitraje no se da sin mediadores. Las caracteristicas uehacen de alguien un arbitro un mediador, y las tecnicas que esa persona utiliza parahacer duraderas as decisiones,varian mucho en las diferentes ociedades.Las tecnicaspueden implicar procedimientos elaborados, o rituales, eclesiasticos o laicos, ojuramentos; as atribuciones de un arbitro pueden ser espirituales o temporales; osarbitros pueden venir de fuera o de las sociedades en cuestion. El arbitraje es unaclave tan importante ara el funcionamiento e tales sociedades que estas diferenciaspueden permitir menudo una profunda nvestigation ecisiva para la comprensionde las mismas. Tomemos la Roma tardia, la Turquia moderna o Marruceos,sociedades con sistemas udiciales y politicos complejos pero inadmisibles, y una redde patronato xtendida pero, desde luego, no desinteresada. Los jueces, los politicos,los abogados no siempre tienen madera de buenos mediadores: estan demasiadoimplicados. Los arbitros o pueden proceder de la propia sociedad, deben ser extranosa ella y, si es posible, estar provistos l maximo de un aura de espiritualidad, antos uhombres sacros. En la antigua Roma estaban sobre unos pilares en las puertas de

    Antiochia; en Marruecos se sientan en el cruce de caminos importantes, n los pasosde montana; en ambos casos son tan externos la sociedad como puede serlo alguienque habla el mismo enguaje. Entre os Nuer, por el contrario, or violentos que sean,los riesgos on menores, y linajes de arbitros iven entre llos, en nada difieren e losdemas salvo por su capacidad de arbitrar. odriamos aventurar una generalization:cuanto mas arduo es encontrar un arbitro, mas politizadas y menos neutrales sontodas las instituciones ociales.9Esta es una asercion que puede ser controlada y, si esverificada como valida, es decir, de alguna potencial utilidad, podremos construirmodelos validos para los historiadores o simplemente erivados de ejemplificacionesantropologicas ino de la metodologia antropologica.

    Estoy usando aqui la antropologia para construir ndicadores de la forma deactuar concreta de las sociedades. El presupuesto de semejante sociologia comparadadel conf icto es que la mayor parte de las sociedades,ya sea en el ruedo antropologicocomo en el historico, on sociedades en donde las personas viven puerta con puerta, yasi esos modelos de interaction entre personas que se conocen todas entre si sonprobablemente itiles n ambos campos, de modo especial si nosotros, os expertos, oprocedemos de sociedades similares. Porque las personas a las que efectivamentetodos conocen en su sociedad, se da el caso de que estan colocadas de modo muydiferente or nosotros. En tales sociedades, la comparacion es directa, y urgente s lanecesidad de restablecer relaciones con los opositores. La urgencia puede variar,naturalmente: a necesidad de solidaridad ocal obviamente varia segun a compatibi-lidad de las comunidades ocales, en la medida en que la solidaridad es esencial parala supervivencia, on la frecuencia on que la gente se encuentra realmente on el

    nivel individual de implication -nadie se sorprendera mucho al oir como los senores,o los ricos, pueden afrontar esentimientos esenfrenados el rechazo de solidaridadde los pobres njustamente ratados. Las exigencias de la vida cotidiana, sin embargo,generalmente on afrontadas mejor por las personas si estas viven en paz con sus

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    9 E. Gellner, Saints of the Atlas, London, 1969; P. R. L. Brown, The rise and function f the HolyMan in late Antiquity , n Journal of Roman Studies, 51, 1971, pags. 80-101. Un buen informe ecientesobre una sociedad que cuenta mucho con las mediaciones es J. F. Byoch, Feud in the Iceland Saga,Berkeley, 982.

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    vecinos, amiliares con quienes esunen ctividades conomicas, ersonas lasquepuedendirigirse n casode necesidad. este s el motivo or el que las institucionessocialesde una determinada ociedad ienden menudo reforzarse ntre i como enel modelo funcional: ormalmente an unidas la optima eproduction el sistemasocial, on sus deficiencias contradicciones,al como es. El analisis de lasdisputas,como hilo conductor n igual medidatanto del consenso omo del disenso ocial,merece er estudiado fondo iguiendo ineasmas antropologicas ue lo que hastaahora han hecho los historiadores. na disputa e da en un contexto ocial. Unantropologo o se contentaria oy en dia con estudiar as audiencias procesalescuandoquisiera sclarecer na disputa. xaminaria fondo osdemaselementos einteraction ocial, ntre as partes entre usaliados, ntes, urante tras l proceso,porque olo estopuedehacerlo omprensible. o mismo eberiamos acer nosotros. 0

    Es necesario ubrayar ue estoy ratando olouna parte e la disciplina ntropo-logica; tros emas lasicos omo el ritual, osparentescos, l mito y la organizationeconomica, nfluyen n las ejemplificaciones istoricas e varios modos,y muchosantropologos e definirian on caracteristicas uy diferentes las que aqui heilustrado. ero algunosmodosde actuar on comunes todos n los terminos n quemis ejemplificacionesobre as disputas ueden servir e modelospara ver comofunciona a disciplina, specialmente i se la compara en la historia. Quisieradistinguir osprocedimientos ue he indicado l principio omo modos de ver yconfrontation istematica . os modos de ver del antropologo on olisticos. Un

    antropologo oncentrara a atencion n un argumento articular ada vez que lodesee, omocualquier tro studioso, ero es peculiar e la disciplina ue cadaunode estos spectos opuedaser nterpretado orrectamente inoen el contexto otaldeesasociedad, ue debe ser examinada istematicamente.i se altera n solo elementotodos os demas revelaran na modification. esto no sera menos cierto i unadeterminada ociedad s,comotodas, na congerie econtradicciones, e sistemas evalor y de grupos ocialesopuestosunos a otros. Y es un procedimiento ue loshistoriadores arian ienen tener iempre resente, no olvidarlo.

    El segundo rocedimiento, l comparativo, s quizasel menos onocido de losdos. La antropologia ocial todavia basa su propia coherenciadisciplinal n laconfrontation, a sea implicita omo explicita, e totalidades ocialeso, cuantomenosde conjuntos istematicos e practicas ociales.Necesitadistanciarse igera-mente e las sociedades n estudio. sto no es nada malo,nos obligapor o menos,verlas obreuna base igualitaria. a comparacion n antropologia s esencialmentea-historica. uando los historiadores vanzan en las confrontaciones on muchafrecuencia arten del presupuesto e que las sociedades n cuestion van unidashistoricamente, a sea por un comiin origen por influencias eciprocas:muchoshistoriadores udande la legitimidad econfrontacionesn ausencia de tales nlaces.Esmuy aro ue losantropologos uedenpresuponer ales nlaces n el pasadode las

    sociedades ue estudian pueden estar eparadaspor medio hemisferio-. ero laantropologia, l menos uandoes ejecutada orrectamente, uedeaprovecharmuchoal colocar, una junto a otra, nstituciones imilares e sociedades otalmente i-ferentes n apariencia, ada una en su contexto ocial diferente, orque son lospropios ontextos iferentes os que iluminaran l modo en que las instituciones

    * N. del T. Olistico: de olismo: biol.) Teoria segun a cual el organismo s un todo superior la simplesuma de las partes.

    10C. Gluckman, The Judicial Process, cit., pags. 370-72 y referencias. I 123

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    trabajan ealmente , por tanto, as instituciones ueden servirnos e espiasde lanaturaleza e las diferencias e losprocesos perativos e las sociedadesmplicadas.

    Loshistoriadores econoceran stasdos metodologias, specialmentea primera,comoparte ntegrante e la practica istorica. ero no son tan comunes omo podrianserlo,y soloraramente on sistematicamente erseguidas. uiero lustrar o anteriorsiguiendo l clasico ibro de Le RoyLaduriede 1975,Montaillou,ustamente orqueesuno de losejemplosmaseficaces n analisis listico e una determinada ociedad,tambien orque menudoha sido considerado omo fuertemente nfluenciado or elmetodo ntropologico. Despues de todo,mas de una decima parte e la bibliografiacitada sta constituida or textos ntropologicos comprendemuchos e los clasicosinternacionales e la disciplina. ero,de hecho, a antropologia n Montaillou s masque una guia a la estructura e la obra, un barniz interpretativo, n extraestimulante. s cierto, e nos informa e todos los aspectos de la sociedaddeMontaillou, ero si Le Roy Laduriehubiera sado mas la antropologia, odriamoshaber aprendido mas. Curiosamente no de los pilares de su interpretation, arivalidad ntre lanesy facciones ueda por analizar:no sabemos, ino anecdotica-mente, ue determina oslimites eclan, i lasmujeres ienden solidarizarse on os

    maridos con sus propios amiliares,i los primos orman arte el mismo clan ysi no lo son, que define os posiblesperfiles e las alianzas familiares la editionfrancesa demas arecia de cuadros enealogicos-. n antropologo nflexiblementeehabria burrido on esquemasde analisis de modelos matrimoniales, ero por lomenoshabriamos escubierto omo se constituian as alianzas,que es uno de losmicleos entrales el libro, no de los aspectos lavepor el que Montaillou s algomasqueun pueblo tipico n una oscura squinade Europa, ero quese convierte nmodelopara resolver as implicaciones e los comportamientos el sigloxiv. O lohabria sido, si el autor hubiera aplicado tambien l metodo comparativo: araindicarnos n que sentido a sociedadde Montaillou ra representativa e su tiempo,o de pueblos ejanosen el tiempo y el espacio,y en que sentido no lo era. Losparalelismos ntropologicos n el texto son casuales,no sistematicos. os dejaabandonados on una oya esplendida ue brilla n solitario. ara poderlo preciarmejorhabria ido itil una ambientacion e fondo, los puristas abrian gradecidoun corte mas fino. Un uso mas explicito de la antropologia, demas, habriacontribuido resolver l problema or el que Le Roy Ladurieha sidomascriticado:la incierta elation ntre o que sustestigos ijeron lo que se supone ue realmentesucedio.Asi pues, tambien qui, en un libro rico de analisissocial articulado, aantropologia abriapodidoguiarnos un acercamiento as sistematico, obre odoen las interaccionesnterpersonales, l escenario rincipal, mi modode ver, n quese representa a historia ocial.

    Para concluir olvamos la cuestion e la interaction. qui he tratado lgunosplanteamientos n el estudio de las controversias ue tipologiasy modelos deantropologia ocial pueden luminar. ero los paralelismos ntropologicos ambienpueden erusadosmasdirectamente, omo material nalogico ue nos puedeayudara tratar fondomecanismos imilares n la historia e Occidente,mecanismos ue noson en absoluto ransparentes n nuestro material istorico, ero que pueden erloaiin mascuandopodemos bservar, rincipalmente n el campo,modelos arecidostodavia ctuales. ste modo de proceder uede ser peligroso; uede reducirse l uso

    124n Montaillou, village occitan de 1294 a 1324, Paris, 1975 [Montaillou, ldea occitana de 1294 a 1324,

    Taurus, Madrid, 1981].

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    comio casi nada. Los nobles le hicieron dones en dinero, no solo el les devolvio losdones en dinero, sino que incluso regalo a otros parte de sus dones. El sucesor deOsvaldo, Oswine, le regalo un apreciado caballo, Aidan dono tambien este. iPor quese comporto si Aidan? Deliberadamente estaba infringiendo as reglas de Mauss quegobernaban una sociedad tradicional como la de Northumbria. Pero el pretendiaafirmar un punto preciso actuando de esta forma. Ser una persona excepcional, nosometida a las reglas normales del mundo laico (ni siquiera, y mas importante, elmundo religioso pagano). Reivindicaba el derecho a un status uperior ncluso al delrey: al carisma. Algo arriesgado, pero funciono. Aidan convirtio a la corte deNorthumbria in ni siquiera aprender nunca el ingles. Cuando el propio Osvaldocomenzo a hacer partes n su plato y a darlas a los pobres, podemos pensar que habiaentendido y que actuando de este modo legitimaba a intencion de Aidan. 15

    Podemos ampliar todavia mas el modelo dinamico de Bourdieu, para volver alpunto de partida, a mecanica de las vendettas. La vendetta puede verse como unadevolution de dones al reves, y con mucha frecuencia, grupos sociales la ven enterminos de relaciones de deuda -faida y deuda en algunas sociedades son, poranadidura, sinonimos-. 6El modelo de Gluckman por el que las vendettas ienden l

    equilibrio, funciona hasta cierto punto. Pero el hecho es que muchas venganzascontinuan durante un tiempo mas largo de lo que deberian, i fueran implemente nmetodo para obtener a paz. Si las vendettas on analizadas en terminos e estrategiasde deuda, todavia, conseguimos ver como vendettas prorrogadas en el tiempoevidencian modelos diferentes e los que se ocupo Gluckman. Tales vendettas, nefecto, ueden verse como constitutivas or si mismas de relaciones ociales perpetua-das por relaciones de intercambio: in duda atribuyen egitimidad los opositores losaristocratas no establecen vendettas on los siervos). Exactamente gual que en lasrelaciones deudoras positivas, a liquidation de la deuda significaria l final de talesenlaces. Asi pues, tambien la vendetta puede indicar, en sus ramificaciones, trastantas complejidades, como una secuela de dones en una sociedad experta en talesprocedimientos.

    En la Islandia medieval, una de las grandes ociedades de vendetta, ncontramosmuchas vendettas puntualmente vivadas tras anos de paz para obtener un mayorefecto. Vendettas levadas adelante simplemente ara mejorar l propio status ocial opara llamar la atencion de los rivales sobre uno mismo. Naturalmente, existiantambien otros tipos de faida, mas simples, por cuestiones de pasturajes o de insultosentre borrachos, que asi se solucionaban mas rapidamente, y realmente eran masfrecuentes n la experiencia de la mayor parte de la gente. Pero son litiles para dar uncontexto a las faidas como estrategia. Escuchemos a Grettir l Fuerte, uno de losgrandes heroes del siglo xi, cuando durante un uego amistoso es insultado de maneratal que se considera improbable que el no quisiera vengarse. No actiies demasiadorapidamente le recomienda u amigo-. No te preocupes responde Grettir-. Solo un

    esclavo se venga enseguida -y un cobarde nunca. -17 Es decir, el hombre de honorrecuerda os insultos, abemos que los recuerda, y decidira el tiempo de su venganzaque sera para mayor venganza en terminos de estrategia militar, iertamente, ero

    126

    15Beda, Historia Ecclesiastica III, 5, 6, 14, ed. C. Plummer, Oxford, 1896. El gesto de hacer partes nel plato tambien puede ser interpretado e formas diferentes, omo en J. Campbell (ed.), The Anglo-Saxons, Oxford, 1982, pag. 58.16Por lo que respecta a lo que sigue, cf. J. Black-Michaud, Cohesive Force, Oxford, 1975, enparticular ags. 80-5; F. Bailey (ed.), Gifts nd Poison, Oxford, 1971.17The Saga of Grettir he Strong, rad, de G. A. Hight, London, 19652, cap. XV.

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    tambien n terminos e susaspiraciones un determinado tatus ocial. Y si esperademasiado, omoel argelino ue no devuelve n don, perdera uevamente l status.

    Es facil legar intuir omo hombres ales como Grettir odian suponer uefuncionara nafaida simplemente or el material slandes, ue es muy rico a esteproposito incluso i presentamuchos roblemas e uso correcto la sagade Grettir,

    por ejemplo,s en

    gran parteiction iteraria, esta escrita n el

    sigloxiv).Pero el

    fenomeno aciael que quiero lamar a atencion l hacer estas comparaciones, sdiferente. e concatenadovenganzas, eudas y dones en un unico sistema deintercambio. e podrian fiadir tros lementos; or ejemplo, evi-Strauss a demos-trado omo tambien as estrategias atrimoniales orman arte del sistema. onsti-tuyen o que Mauss ha llamado un fenomeno otal, n conjunto e procedimientosque son efectivamente niversales n todas as sociedadeshumanas.Una hipotesissimilar uedeser cuantomenos xaminada, ha sido examinada arias veces; odaslas sociedades ue han sido estudiadas arecen, n realidad, xpresar omportamien-tosde relation traves emodelos e intercambio imilares. esto ucede no porqueestas relaciones ean el producto de condicionamientos eurologicos, omo pordiferentes otivos e le ha atribuido l lenguaje al mito, inoporque as relacionessociales n si mismas an sidocodificables n el algebra e los intecambios. sto esmucho mas litil a los estudiososde sistemas ociales estrechamente igadosalterritorio ocal-incluidos historiadores- ue no la idea de que el mito digamos-inmanente la mente umana.En realidad, l concepto e interaction ocial comointercambio s, en sus manifestaciones oncretas, n verdad specificamente uyhistorico. re mas alia: es solo reconociendo a validez general del sistema uepodemos nalizar us formas specificas n especificas ociedades omotales, orquede otro modo, eremos esviados e los diferentes spectos ue presenta n cada una.Para entender ncluso a especifidad ocalde las relaciones ocialesdebemos econo-cer a existencia e reglas enerales.

    Mi ultimo roblema iene ue ver on a perception. o es mi ntention iscutir

    el mundo del pensamienton el

    pasado yla naturaleza de su racionalidad. 8

    Evidentemente s en el campode la percepcion n donde encontramos as mayoresaportaciones e la antropologia la historia. or otra parte, s aqui donde mascomunmente samosy discutimos a antropologia, n todos os paises.El problemade la racionalidad el uicio de Dios o de la caza de brujas, l simbolismo e lascreencias eligiosas el sigloxvi, o las relaciones ociales imbolizadas or peculiaresrituales, odos son temas que incorporan ada vez mas sistemas nterpretativosderivados ela antropologia, son a causadedebates, adavezmas nsistentes, obrecomo debe ser llevada ustamente al apropiacion. eseo aqui subrayar n punto,quizasbanal:estaspoblaciones os son extranas , por o menos, nicialmente ocofamiliares. as sociedades fricanas o son como las nuestras, ero a pesar de ellofuncionan. ociedadesde otras partes del globoson todavia menosparecidas lasnuestras. el mismomodo, ambien ebemos econocer uestra istancia ultural elas reglas e procedimiento el siglovn, o del sigloxvi; o incluso y quizas sea masdificil)del siglo xix, que se podria suponer mas cercano a los limites de la

    18Entre a reciente bundante bibliografia obre la racionalidad senalare como introducciones unda- Imentales, P. Winch, Understanding primitive ociety , en American philosophical quarterly, , 1964,pags. 307-24; R. Needham, Belief,Language and Experience, Oxford, 1972; M. Hollis y S. Lukes (eds.),Rationality nd Relativism, Oxford, 1982; S. Cook, French historians nd early modern popular culture ,en Past and Present, 100, 1983, pags. 62-99; M. Hobart, Anthropos hrough he looking-glass, proximapublication por la ASA, Malinowski Centennial Conference 1984). I 127

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    comprension ntuitiva e los intelectuales el sigloxx. Debemos reconocer ue nopodemos onsiderar bvio odo o quevemos, omosi funcionara egiin rocedimien-tos que consideraramos ormales. as experiencias undamentalese tales ociedadesse dan en un contexto otalmente iferente el nuestro, una de la otra; ningunainstitution os es familiar, si lo es, o es de modo nganoso. odo debe er xplicadode manera ue se adapte, n primer ugar, su contexto, o al nuestro. i poseemosteorias an ampliasque se adaptan ambas, no deben derivar e nuestro ontextosocial sino masbien del suyo.Maussconstituyo n sistema u teoria el intercambioantes que nada sobre procedimientos econocibles n las islas de Nueva Guineaoriental en ascostas anadienses elPacifico,masqueobservando l modo onquela gente e ofrece eciprocamenteebidaen los baresde Paris;y no cabe duda de lasabiduriade su comportamiento. al vez no seamosnunca capaces de explicarcompletamente tra ultura n losterminos e la nuestra ero oscomportamientoslas consecuencias ocialesde las poblaciones ertenecientes esa cultura ienen,han tenido, araellos un significado: olopodemos, i lo intentamos, econstruir naparte e su significado.

    La historia e hace cada vez mas eclectica con el paso del tiempo. Loshistoriadores e interesan ada vez por mas cosas. La historia e la memoria suinterpretation ocial, 9la cuestion el impacto ue el saber eer y escribir iene obrela sociedad,20l significado iferente ue la imagendel honor iene en diferentessociedades en diferentes iveles e la misma ociedad, a diferente egitimidad uetiene a violencia n sistemas ocialesdiferentes estos son solo cuatro jemplos enuevas reasde investigation ue estanpor abrir n los periodos istoricos n losqueme intereso-. Todos son campos en los que la antropologia ocial tiene algointeresante ue decir, ampos n osqueel metodo ntropologico, n corte ntropolo-gicoen el modo de ver ascosas,de los paralelos ntropologicos legidos uidadosa-mente nos pueden ser muy utiles. No es que debamosprecipitarnos n absorbercuantas novedadesnos ensenen os antropologos. o han sido muy eficacescon

    respecto algunascosas

    quenosostros onsideramos

    senciales ntender: esigual-dad y explotacion, onflictos structurales, ambio.Pero para el estudio e la Europapreindustrial, oliticamente omplejay sociologicamentee una escalamuy pequena,asi comopara comprender uchos ugares modosde la Europa ndustrial post-industrial, uanto menos en el terreno e la interaction ocial, todavia tenemosmucho ue aprender e su disciplina.

    Traduccidn de M.aJesus Salvador

    19Para la bibliografia ease C. J. Wickham, Lawyer's time: history nd memory n 10th-U th centuryItaly, proxima publication en un libro editado por M. Clanchy, H. Mayr-Harting, . I. Moore (London,1985).

    20Cf. la clasica introduction e J. Goody (ed.), Literary n traditional ocieties,Cambridge, 1968.28