Waltz cap 1

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KENNETH N. WALTZ I i ~: TEORÍA DE LA POLÍTICA INTERNACIONAL GEL Grupo Editor Latínoamerícano Colección ,ESTUDIOS INTERNACIONALES

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teoria de la politica interncional

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KENNETH N. WALTZ

Ii~:

TEORÍADE LA

POLÍTICAINTERNACIONAL

GELGrupo Editor Latínoamerícano

Colección ,ESTUDIOS INTERNACIONALES

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Colección ESTUDIOS INTERNACIONALES

212.129 '1~edición - 3.000 ejemplaresISBN 950-69W26-6.

Título del original en inglés:Theory 01 International Politics

Copyright © 1979 by Addison - Wesley Publishing Company, Inc.Esta traducción se publica con el acuerdo de Newbery Awards Récords, Inc.

Traducción: Mirta Rosenberg

© 1988 by Grupo Editor Latinoamericano S.R.L., Laprida 1183, 1~, (1425)Buenos Aires, Argentina. Tel. 961-9135.

Queda hecho el depósito que dispone la ley 11.723.

Impreso y hecho en la Argentina. Printed and made in Argentina.

Colaboraron en la preparación de este libro:Diseño de tapa: Pablo Barragán. Composición y armado: Tipografía Poro-peya S,R.L. Impresión de tapa: Imprenta de los Buenos Ayres S.A. Pelícu-las' de tapa: Fotocrornos Rodel. Encuadernación:. Proa S.RL. Se utilizópara el interior papel OESPE de 80 gs. y para la tapa cartulina granofino de 240 gs. provistos por Copagra S.A.

I

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Ii':

PREFACIO

'La teoría es fundamental para la ciencia, y las teorías se basnnen ideas. La National Science Foundation accedió a apostar lLuna idea antes de que fuera explicada. Las páginas que sígu u,espero, justifican el criterio de la Fundación. Otras instituci nme ayudaron a recorrer el infinito camino hacia la teoría. ':naños recientes el Institute of International Studies y el Com Ittee on Research de la Universidad de California, Berkeley, ayuclaron a financiar mi trabajo, tal como lo hiciera antes el C nt( rof International Affairs de Harvard. Las becas de la Guggenh írnFoundation y del Institute for the Study of World Politícs 1 1(

permitieron completar un borrador del manuscrito y tamb uvincular algunos problemas de.la teoría política ínternací nnlcon ciertos temas de la filosofía de la ciencia. En este últimoaspecto, el departamento de filosofía de la Escuela de Ec nomía de Londres suministró un contexto amistoso e incita..nte,

Robert Jervis, y John Ruggie leyeron mi último borra or,con un cuidado y una penetración que asombrarían sólo a aqu •110sque no estuvieran familiarizados con sus talentos crítíRobert Art y Glenn Snyder también me beneficiaron con 81111

comentarios. John Cavanagh reunió una gran cantidad de datpreliminares; Stephen Peterson elaboró las tablas del Ap n·dice; Harry Hanson compiló la bibliografía, y Nadine Zelinskyse las arregló expertamente con una interminable cantidad dcintas. Gracias a muchas conversaciones, especialmente con mesposa y con estudiantes graduados de Brandeis y Berk 1 y,se desarrollaron una cantidad de puntos.

Gran parte de los capítulos 2 y 3, Y parte de los capitulo1 y 6 aparecen en mi ensayo de 1975; eran partes del plan ori-ginal de este volwnen. Aquí y allá he extraído pasajes de otroensayos y de un libro anterior. l!:stas y otras fuentes aparecenen la bíblíograña al final del libro.

Como una teoría jamás se completa, he mostrado reticencia

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7 PREFACIO

Ia declarar finalizado el manuscrito. Ahora lo tengo -sin unsentido de completud, pero con un suspiro de alivio y con unaprofunda gratitud a las muchas organizaciones e individuos queme han ayudado.

K.N.W.

Harborside, MaineJulio 1978.

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LEYES Y TEORIAS

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I¡(.

Escribo este libro con tres propósitos: primero, examina); lasteorías de política internacional y los enfoques del tema quealegan ser teóricamente importantes; segundo, elaborar unateoría de la política internacional que remedie las deficienciasde las teorías actuales; y, tercero, examinar algunas aplicacio-nes de la teoría que se ha elaborado. Los preliminares necesa-rios para la concreción de estos propósitos implican definirde qué teorías se trata y enunciar los requerimientos de sucomprobación.

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1)II

Los estudiosos de la política internacional utilizan el término"teoría" libremente, a menudo para referirse a cualquier obraque se aleje de la mera descripción, y rara vez para aludir alos trabajos que satisfacen los standards de la filosofía de laciencia. Mis propósitos requieren que se definan euídadosamen-te los términos teoría y ley. En tanto hay dos definiciones deteoría susceptibles de aceptación, una simple defínición de ley

r es ampliamente aceptada. 'Las leyes establecen relaciones entre-varíables) siendo las variables conceptos que pueden adquirirdiferentes valores. Si a. luego b, donde a representa a una o másvariables iD.dependiéhtes y b representa la variable dependiente:formalmente, ésta es la enunciación de una ley. Si la relación

""'entre ~ y b es invariable, la ley es absoluta. Si Jª:::f.élació:ri·'.es~lt3:!!!.~z.!!;~_!!9Pstante,aunque no invariable, la .leY...~e leería así:Si a, luego b con probabilidad x. U~~y n9_.§~b~ª~i!!:ml~meI1t~en_~I.<!e_scJlbrim~ento-de-unarelación, sino ~n'P!.ª relación queha sido. descubierta repetidamente. La repetición da lugar a la

, exPectativa de que si me eñcuentro en el futuro con a, tengo una- probabilidad específica de encontrarme también con b, En las

ciencias naturales, incluso las leyes probabílístícas contienen

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/una fuerte imputación de necesariedad. En las ciencias socialesdecir que las personas con un ingreso específico votan a 10~demócratas con cierta probabilidad es enunciar una¡ afirmaciÓii\similar a una ley. La palabra similar Implica un menor sentIdode necesariedad. Sin embargo, la afirmación no será de ningúnmodo similar a una ley a menos que la relación haya sido halla-da en el pasado con tanta frecuencia y solidez como para darlugar a la expectativa de que se sostenga en el futuro con altosniveles de probabilidad.'

Según una definiCión,Gas teorías son conjuntos de leyesque pertenecen a una conducta o fenómenos partícularesj Ade- .más de los niveles de ingresos, se pueden establecer asóciacio-nes entre la educación de los votantes, su religión y los com-promisos políticos de sus padres, por una parte, y la maneraen que votan, por la otra. Si las leyes probabílístícas así estable-cidas se toman en conjunto, se pueden lograr mayores correla-ciones entre las características de los votantes (las variablesindependientes) y la elección de partido (la variable dependíen-te){ Las teorías son, entonces, más complejas que las leyes, peroa menudo lo son cuantitativamenteJ,,:E~tre las leyes y las teoríasno aparecen diferenciaciones de clasel

Esta primera definición de teor a respalda la aspiraciónde muchos científicos sociales que procuran "edificar" teoríasreuniendo hipótesis cuídadosamente verificadas e intercomicta-das>El relato siguiente sugiere el modo en que la mayoría delos científicos sociales piensa acerca de la teoría:

Hornero describe que los muros de Troya tenían ocho piesde espesor. Si su relato es verdadero, entonces varios mileníosmás, tarde podríamos descubrir esos muros tras una cuidadosaexcavación. Esta idea se le ocurrió a Heinrich Schliemann enla adolescencia, y cuando fue adulto instrumentó una compro-bación empírica de la teoría. Karl Deutsch usa la teoría como

1 Es necesario ser cuidadoso.' La afirmación es solamente similara una ley. si puede ~er verificada de diversas maneras. Las condicionescontrafácticas, por ejemplo, deberían satisfacerse de la siguiente manera'

. La ~~son!l b está en la categ~ría de ingresos. de los. probables repu:blícanos.. SI el mgreso de !' ,se redujera hasta un CIerto nivel, esa personaprobablemente se convertírta en demócrata. Más precisamente, una afir-mac;u:m slmIlar.a una ley establece. ~stas expectativas: si b es R con pro-babílidad x, y SI a es D con probabilidad y, entoncessr b se convierte en ase convierte por )0 tanto en D con probabilidad x.

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LEYES Y TEORÍAS

ejemplo de cómo ~e comprueban las teorías del nuevo estilo0966, pp. 168-69). lJna teoría nace de la conjetura y es viablesi esa conjetura se conñrmaí .'Deutsch considera a las teorías dela clase si-entonces como "teorías especiales", que "más tardepueden ser incluidas en una gran teoríaf., Da entonces otrosejemplos y al hacerlo se desplaza "de úb.a cuestión sí-a-no aotra acerca del cuánto". Deberíamos tratar de descubrir cuántocontribuyen las "diferentes variables" para la obtención de undeterminado resultado (1966, pp. 219-21).

¿Qué es lo que resulta útil en esa estructura de pensami n-to, y qué es lo que no? Todos sabemos que{un coeficiente dcorrelación, incluso uno elevado, no garantiza la existencia duna relación causal) Sin embargo, el hecho de conformar tcoeficiente nos permite decir técnicamente que hemos dadocuenta de un cierto porcentaje de variación. Entonces, resultfácil creer que hemos identificado y medido una verdaderanexión causal, pensar que se ha establecido la relación ntruna variable dependiente y la independiente, y olvidar que 1se ha dicho algo acerca de algunos puntos en un papel y d 1línea de regresión que se ha trazado a partir de ellos. ¿Es espúr u.la correlación? Eso sugiere la pregunta adecuada sin hab rlnformulado del todo. Las correlaciones no son espúreas ni l' .nuínas; son meramente números que uno obtiene al desarr llnroperaciones matemáticas simples. Una correlación no es espú ILni genuina, pero ~~~Jª~Tl que nos inferimos de ella puede, rambas cosas. Supongamos que alguien propone una ley, por

, ejemplo, estableciendo cuidadosamente la relación existente 11tre el impulso impartido a un coche y su movimiento. La rolución establecida, si se mantienen constantes las condicion ,la medición es cuidadosa, es un simple hecho de observacl 11,

una ley que permanece constantemente válida. La explica tÓIlofrecida con respecto a la relación entre el impulso y el m 'V

miento, sin embargo, es' radicalmente distinta si consultamoa Aristóteles, a Galileo o a Newton. La aceptación acríti a dIun número como indicador del resultado de una conexí n (el primer peligro del que habría que salvaguardarse. Es s n 1111hacerlo. El siguiente problema es de mayor importancia y dimás difícil resolución.

Incluso en el caso de que estemos satisfechos de div r. nmaneras acerca de que una correlación señala una conexión qlié

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.- "o La (~il~~i~~":d:~~~~;t-;'r, como la llama el antropólogo es-\tructurali-;;tá'-Lévi-=--strauss,"'esla convicción de que se obtiene \

, la verdad y se logra la explicación por medio de la acumulación ¡de más y más datos y del examen de má.: y más casos. Sin em- I

bargo, si reunimos cada vez más datos y establecemos más y Imás asociaciones, finalmente no nos hallaremos sabiendo nada. (..Simplemente tendríamos más y más datos y conjuntos mayoresde correlaciones. '-tos datos nunca hablan por sí mismos. La

.,observación y la -experiencia nunca conducen directamente alconocimiento de las causas.' Como dijera en una oportunidadel pragmático norteamericailO C. .J. Peirce, "13:_ eXJl~!~n~ia.di-reQt.a_Jloes segura ni incierta, porque nada afirma -s~IEE.le-mente es. No implica ningún error, porque no da testimonio de

. nada que no sea su propia apariencia. Por la misma razón, noinduce a ninguna certeza" (citado por Nagel, 1956, p. 150). Losdatos, los hechos 'aparentes, las asociaciones aparentes no im-nlican el conocimiento cierto de algo. Pueden ser enigmas queun día pueden ser explicados, pueden ser trivialídades que nonecesitan en absoluto ser explicadas,

Si seguimos el camino inductivista, sólo podemos ocupar-nos de partes de problemas. La convicción de que esas partespueden ser sumadas, de que pueden ser tratadas como variablescuyos efectos sumados darán cuenta de una cierta porción delmovimiento de una variable dependiente, se basa solamente enla fe. No sabemos qué sumar, ni sabemos tampoco siIa adiciónes la operación apropiada. ~1.n.1Í!ll_e!:~de partes en lascuales sepa-rar un problema eS~!lf!I.!tt9,y.también 16es .el número de mane-ras en el que estas partes pueden _~,~mb~:rl~~~e.Ni por observa-ción ni por experimentación se puede trabajar con una infinitudde objetos y de combinaciones, En el síguíente ejemplo, RosAshby ofrece una adecuada medida de cautela. Los astrofísicaprocuran explicar el comportamiento de grupos de estrellas con20.000miembros. El principiante, observa Ashby, "dirá simple-mente que desea saber cómo se comportará ese grupo, es decir,quiere conocer las trayectorias de sus componentes. Sin embar-go, si pudiera acceder a este conocimiento, tomaría la forma dmuchos volúmenes colmados de tablas numéricas, y entonceadvertiría que en realidad no desea todo eso". El problema,concluye Ashby,.es cómo descubrir lo que realmente deseamossaber sin "sobrecargarse con detalles inútiles" (1956, p. 113),

iablemente, aún no hemos dado cuenta de esaconexión en el entido de haberla explicado. Hemos dado cuen-ta de ella a la manera -y sólo a la manera- en que la físicaaristotélica daba cuenta de la relación entre el impulso y elmovimiento. Desde un punto de vista práctico, el conocimientodel elevado grado de correlación existente entre impulso y mo-vimiento es muy útil. Ese conocimiento descriptivo puede su-gerir ciertas claves acerca de los principios del movimiento.Sin duda, también puede ser muy equívoco, como por ciertoresultó. Los números pueden describir lo que sucede en elmundo. Pero, independientemente de la seguridad con la quehayamos perpetuado una descripción en números, seguimos sinhaber explicado aquello que hemos descripto.jLas estadísticasno demuestran cómo funciona algo ni .cómo las cosas. encajan..:.,Las estadísticas son simples descripciones con forma numérica.La forma es económica porque las estadísticas describen ununiverso por medio de manipulaciones de las muestras extraídasde él. Las estadísticas son útiles a causa de la variedad de ope-raciones ingeniosas que autorizan, algunas de las cuales puedenutilizarse para comprobar la significación de las otras .. Elresultado, no obstante, sigue siendo una descripción de algunaParfe 'del mundo i no una 'explicación de' ella, L¡;is:-'opérádones

'.' estadísticas no .pueden franquear _el abismo ..que ..se"abre .entre_ la d'escripción y la explicación,{Karl Deutsch nos aconseja "for-

mular; -o reformular, una proposición en términos de probabili-dad, y decir cuánto del resultado puede ser justificado por unelemento y cuánto del resultado puede ser justificado por otroselementos o si es autónomo y libre" )0966, p. 220). Si seguimosese consejo, nos comportaremos como físicos aristotélicos. Tra-taremos un problema como si la única manera de hacerlo fueradecir hasta qué punto el movimiento del coche es consecuenciadel impulso o del declive o hasta qué punto su movimiento seve obstaculizado por la fricción. Seguiríamos pensando en' tér-minos secuenciales Y.correlacionales. Al hacerlo, pueden 10-grarse resultados que son útiles en la práctica, aunque los estu-diosos de la política internacional tienen desafortunadamentepoco que mostrar como resultado de sus esfuerzos en ese sen-tido, incluso, en términos prácticos. Y; si se revelara algunainformación útil, seguiría existiendo 'la tarea más difícil de ima-ginar su significado teórico.

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El viejo lema\del "conocimiento por el conocimiento mismo"pierde su enca~to, y por cierto su sentido, cuando uno advierteque los posibles objetos del conocimiento son infinitos. .

No obstante, los estudiantes actuales 'de política internacio-nal muestran un fuerte compromiso con la inducción. Examinannumerosos casos con la esperanza de que allí emergerán estruc-turas y conexiones, y de que esas estructuras y conexiones re-presentarán la frecuentemente mencionada "realidad que estáallí afuera". La esperanza aparentemente descansa en la convic-ción de que el conocimiento comienza con certezas y de que lainducción puede revelarlas. Pero jamás podemos decir con se-guridad que mi estado de cosas al que llegamos inductivamente .se corresponde con algo objetivamente real. A,_ml~gº_gE.~~nsª_-~o_s.como realidad es en sí mismo una concepción elaborada,consfriñdá y reconstruida a lo largo .de 'los tiempos~ 'La: reauaaaemerge de nuestra selección y organización, de los .materialesdisponibles en cantidad infinita. ¿Cómopodemos decidir cuálesmateriales seleccionar y cómo disponerlos? Ningún procedi-miento inductivo puede responder a esta pregunta, pues el pro"blerna consiste en idear los criterios con los cuales la inducciónpuede llevarse adelante de manera útil.

Aquéllos que creen, extrañamente, que el conocimiento em-pieza con certezas piensan en las teorías como edificios de ver-dades que pueden construir ínductívamente. Definen las teoríascomo hipótesis que pueden ser confirmadas y conectadas. Peroel conocimiento empírico es 'siempre problemático. La expe-riencia a menudo nos conduce erróneamente. Tal como lo ex-presara Heinrich Hertz, "aquello que es derivado de la experien-cia puede volver a ser anulado por la experiencia" (1984, p. 357).Nada es a.l mismo tiempo empírico y absolutamente verdadero,proposición establecida por Irnmanuel Kant y ahora amplia-mente aceptada, al menos por los estudiosos de las cienciasnaturales. Y, <!.a.eg,º__!Ju!LeL'!!Q11Q.ciIllÍentoemp-!!ico~Lpotencial-~~e infinito en cant~qªg,_~ip.Qi~!:.tli1~!!'Lº,-º..p_Qde.mQ§con<?cerni lo-qué--¡;eunelá· información ni tampoco .córno _combínarlo~~ I?~o quE se_-vli~h'a-coñipreñsible.Si' pudiéramos aprehenderdíreótámente el mundo que nos interesa, no tendríamos nece-sidad de teorías. Pero no podemos. Sólo podemos .~alJ.a!_uncamino entre los infinitos materiales con la guía de la teoría

~-:Cómo- se defirtiÓ-en'el-s-egundosentfdo:-'- ---.-..----- ....-------".

.En vez de ...ser mero!5 conjuntos de leyes, las t O r IL

enunciaciones que las explican (Nagel,"1961, pp. 80-131; I 11 I ,1969, pp-:I3-g:3-9T-Las-teorías §..oncualitatiY-li.mented fl 1'1111.,

de las leyes, Las leyes identifican asociaciones probabl s () IIVIlriables. Las teorías demuestran por qué se presentan ,H 11 ocíaciones. Cada término descriptivo de una ley está dir ctHltllllt.,vinculado a procedimientos de observación o experim tl\.lU' 111

Además de términos descriptivos, las teorías contien 'o. 1\(11'10

nes teóricas. Las teorías no pueden construirse por dlu dela inducción solamente, pues las nociones teóricas sólo PlH de11

inventarse, no descubrirse, Aristóteles se ocupó del m vím I 111,0

verdadero, es decir de las relaciones entre esfuerzo y m vhnh-nto, que son asuntos de la experiencia común. Galileo dio VIU' 1Ipasos audaces alejándose del mundo real con el objeto d IXIIIcarlo. Aristóteles creía que los objetos están naturalm nu NI

descanso y que se requiere esfuerzo para moverlos; ;1~lIlt 11supuso que tanto el descanso como el movimiento circular 11111

forme son naturales y que un objeto permanece en cualquít III

de estas dos situaciones en ausencia de fuerzas externa . NI Wton concibió un movimiento rectilíneo uniforme. La teor tL q \11

ideó para explicarlo introducía nociones teóricas tale 'OlllOpunto masa, aceleración instantánea, fuerza y espacio y ti mpoabsolutos, ninguna de las cuales puede observarse o deter Inurse experimentalmente. En cada paso, desde Aristóteles hn 1,1Newton, pasando por Galileo, los conceptos teóricos se hío! ronmás audaces -es decir, más distantes de nuestra exp r I J\cia sensorial.

Una noción teórica puede ser un concepto, como el de fu 1101L,o una suposición, tal como la de que la masa se concentra 1 nun punto. Una noción teórica no explica ni predica nada. Ilbemos, al igual que Néwton, que la masa-no - se concentra e11

un punto. Pero no era raro que Newton supusiera que lo hao I ,ya que las suposiciones no son aserciones de hechos. ~ 011

verdaderas ni falsas. Las nociones teóricas hallan justíñcac 11.•._--_. --_.- .. -_ .... -_....-- -----en el éxito de las teorías que las emplean. Acerca--de las 1 ye

í propuestas;"pregun1á.mos:"¿SQI1. - Y~r<lª<l!'lras?"Acerca d 11L teorías preguntamos: "¿Cuál es su p04~r explicativo?" La t 01'

newtoníana de la gravitación universal suministró una explíoución unificada de los fenómenos celestes y terrestres. Su pode"estribaba en el número de diferentes generalizaciones empírí I

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previas y de leyes que podían incluirse en un único sistema ex-plicativo, y en el.número y diversidad de nuevas hipótesis suge-rídaso generadas parla teoría, hipótesis que a su vez conducíana nuevas leyes experimentales.

-Artstóteles concluyó que, dentro de ciertos límites, "uncuerpo determinado puede ser desplazado en cierto tiempo du-rante una distancia proporcional al esfuerzo ejercido" (Toulmín,1961, p. 49). Ya sea según la mecánica antigua o según la moder-na, la elevada correlación existente entre el' impulso y el movi-miento es cierta. ¿Pero cómo se la puede explicar? Esos hechoshan permanecido constantes; las teorías que se aceptan comoadecuadas para explicarlos han cambiado radicalrnente.vLas le-yes son "hechos de observación"; las teorías son "los procesos es-peculativos introducidos para explicarlos". Los resultados expe-rimentales son permanentes; las teorías, por excelente que seasu respaldo, pueden no durar (Andrade, 1957, pp. 29, 242). Lasleyes persisten, las teorías van y vienen.

Como no veo motivo para desperdiciar la palabra "teoría"definiéndola como un conjunto de dos o más leyes, me atengoal segundo significado del término: las teorías explican las leyes.Este significado no está de acuerdo con el uso -ques'e le da engran parte de la teoría política internacional, que se preocupa:mucho más por la interpretación filosófica que por la explica-ción teórica. Corresponde a la definición que se le da al términon las ciencias naturales y en algunas ciencias sociales, especial-

mente en economía. La definición también satisface 'la nece-sidad que existe de un término que cubra la actividad explica-tiva en la que persistentemente nos embarcamos. Con el objetode trascender los "hechos de la observación", que es lo quedeseamos irremediablemente, debemos abocarnos al problemaÜ la explicación.l1~J..J-!:rge_n_ciapor explicar no nace solamentede la curiosidad' ociosa. También seproduce por el deseo decontrolar, o al menos de saber si es posible controlar, y no deIn mera predicción. La predicción surge déi 'conocimiento deIn regularidad de las asociaciones que las leyes encarnan. Lasulídas y puestas del sol pueden ser razonablemente predichasobre la única base de los descubrimientos empíricos, sin el be-l ñcio de teorías que expliquen por qué ese fenómeno ocurre..n predicción puede ser, sin duda, útil: las fuerzas que impelendos cuerpos destinados a colisionar pueden ser inaccesibles,

pero si podemos predecir la colisión, podemos al menos salir-nos del medio. Aun así, a menudo nos agrada poder ejerceralgún controL Como una ley no puede decir por qué se sostieneuna determinada asociación, tampoco puede decirnos si pode-mos ejercer algún control ni cómo podemos hacerla. Para esteúltimo propósito necesitamos una teoría.

Una teoría, aunque relacionada con el ,mundo acerca delcual se desea explicación, siempre es diferente de ese mundo."La "realidad" no sería congruente ni con la teoría ni con elmodelo que Pl!~c:!~,"xepr~sentarla.Como los científicos políticosa-menudo "piensan que el mejor modelo es aquél que reflejamás precisamente la realidad, es necesaria -una discusión másprofunda. - ,

Modelo es un término utilizado de dos maneras principales.En un sentido, un modelo representa a una teoría! En otro sen-tido, un modelo describe la realidad simplificándola, digamos,por medio de la omisión o de la reducción de escala. Si ese mo-delo se aleja demasiado de la realidad, se torna inútil. Un aero-plano modelo debe parecerse a un aeroplano real. El poder expli-cativo, sin embargo, se adquiere alejándose de la "realidad",no permaneciendo muy próximo a ella. Una descripción me-ticulosa no tendría prácticamente poder explicativo; una teoríaelegante, en cambio, tendría máximo poder explicativo. Estaúltima estaría extremadamente alejada de la realidad; piénsese,por ejemplo, en la' física. El alejamiento de la realidad no esnecesariamente bueno, pero si no se lo logra de una manerainteligente, sólo se puede describir y no explicar. Así, JamesConant definió una vez la ciencia como "una empresa dinámicadirigida hacia la reducción del grado de empirismo involucradoen la resolución de problemas" (1952, p. 62). El modelo de unateoría estará tan alejado de la realidad como la teoría que repre-senta. Al modelar una teoría, debemos buscar modos sugerentesde descríbírla, y no la reproducción de la realidad de la que se

;..ocupat El modelo presenta la teoría, entonces, con sus nocionesteóricas necesariamente omitidas, ya sea por medio de expresio-nes orgánicas, mecánicas, matemáticas u otras. J

Algunos cientüicos políticos escriben acerca de los modelosteóricos como si fueran similares a los modelos de los aeropla-nos. Por ejemplo, primero critican el modelo estatocéntric;o dela política internacional porque supuestamente se ha' alejado

00,

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cada vez más de la realidad. Luego tratan de construir modelos .que reflejen~ente la realidad. Si sus esfuerzos tuvieranéxito, el modelo y el mundo real se convertirían en uno soloe idéntico. El error es el opuesto del que advirtiera tan cohe-rentemente Immanuel Kant, es decir, pensar que lo que es ver-dadero en la teoría puede no serlo en la práctica. Tal comoKant comprendió perfectamente, su advertencia no implic~ba

,.-que la teoría y la práctica fueran idénticas.l!!a teoría explicaalguna parte de la realidad y es, por lo tanto, diferente de larealidad que explica. Si la distinción se preserva, se torna obvioque la inducción a partir de lo observado no puede en sí mismaproducir una teoría que explique la observación. "Una teoríapuede comprobarse por medio de la experiencia", como dijo enuna aportunidad Albert Einstein, "pero no hay un camino quevaya desde la experiencia hasta el establecimiento de una teoría"(citado en Harris, 1970,p. 121). Alegar que es posible llegar auna teoría inductivamente es alegar que podemos comprenderlos fenómenos antes de que se produzcan los medios necesariospara su explicación.

El punto no es rechazar la inducción, sino preguntar quées lo que se puede lograr, y qué no, por medio de la inducción.La inducción se utiliza a nivel de las hipótesis y las leyes másque a nivel de las teorías. Las leyes son diferentes de las teorías,y la diferencia se refleja en la distinción entre la manera enque pueden ser descubiertas las leyes y la manera en la quedeben construirse las teorías. De las ,.teorías.cpueden in!~r.irs,ehipótesis. Si son conclusivamente confirmadas, seJes llamaleyes. También se puede arribar a las hipótesis por inducción.Una vez más, si son confirmadas, se las llama leyes. Las mareasaltas y bajas fueron predichas por los antiguos babilonios conuna precisión insuperada hasta el fin del siglo diecinueve. Peroel conocimiento certero acerca de la casi-ley del movimiento delas mareas no permite explicarlas. Las hipótesis acerca de laasociación de una cosa con otra, por bien confirmadas que estén,no dan nacimiento a las teorías. Las asociaciones nunca contie-nen ni sugieren conclusivamente sus propias explicaciones.

Aunque en sí misma la inducción conduce a un punto muer-to teórico, no obstante necesitamos cierto sentido de las intri-gantes conexiones existentes entre las cosas y los acontecimien-tos antes de preocuparnos por la construcción de una teoría.

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r: Al mismo tiempo' necesítamos una teoría, o' algunas t1 con el objeto de saber qué clases de datos y conexiones d /110L buscar. El con.Q~.imiento,según parece, debe preceder a la t( 01' 1,

Y sin enibargQ_sólQ_P!l~4.~_prov~n!r."d~_!a.-~~qr1a~Estose ¡LI'( el!mucho al dilema planteado por la proposición platónica d (1\11

nada podemos saber mientras no lo sepamos todo. Si S LOlIll

este pensamiento literalmente, se cae en la desesperación, )'( I ()

si se toma, en cambio, como una enunciación del probl m ~tratégico de adquirir conocimiento, se verá que lo úni <1"1se plantea es la dificultad, en cualquier campo, de concentrar 1

en una senda intelectual que prometa conducirnos al pr l~r(,1ode alguna clase. .

Si la inducción no es el vehículo capaz de conducirn R 1101'una sencta útiCTcuái-'será-'ese-vehÍcüio¡rECsa"ffo 'de la 1 y IL Ir

-leófíá,ae-la elaboración de hipótesis al desarrollo de su' xplcaciones, no puede concretarse tomando la información <;OHlClevidencia y procurando una mayor cantidad. El salto no :)l( dtemprenderse preguntándose qué cosa está asociada e 1,1' t,sino más bien intentando responder a preguntas como ,I,¡LI:¿Por qué ocurre-:estó-.,-¿ComOfü~iÓÍi!{-estO?·'¿Qué cosaotra cosa? ¿Cómo se relaciona todo esto?

Si una teoría no es un edificio de verdades ni una repr e 10,- ción de la realidad, ¿qué es, entonces? Una teoría es un uudro

mental de un reino o dominio de actividad limitado. Una t H'esun cuadro deja .orga..nizaci(>!l.de_.ll_n_d9!llinioy de,las e n xln

.- .nes existentes entre sus pa!,.!;~s(Boltzman,'T90SCLos inf 1111,(1materiales de cada reino pueden ser. organizados de mam ,'1\infinitamente diferentes. Una teoría indica que algunos fuotol ~son más importantes que otros y especifica las relacion , qUIexisten entre ellos. En la realidad, cada cosa está rela 1 nl~lhcon todas las demás, y un dominio no puede separarse d 111/

_.otros. La teoría aísla un reino de todos los demás con el h e Lu. 4.~_9_~uparse-intelectmiimente'-deéi. 'A~sl~r:~Ii reino es la Pl'!

condición para desarrollaruna teoría 'que explicará lo qu '111'/'1

-- dentro de él. Si esta precondición no puede ser satístechu, e 11tonces la construcción de la teoría, con los materiales di 'pOlibles, es imposible. La cuestión, corno siempre en el caso d Ilteorías no es si el aislamiento de unreíno es realista, sino

r-~~LJ!t!ÚY la ·litii!<!ad 'ie --juzga--p~~_}os~pode!esexplicativ. yL predictivos de la teoría que pueda ser elaborada.

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KENNETH N. WArTZ\ LEYES Y TEORÍAS

2 La prueba es simplemente presentada por Nagel (1961,p. 1I6). Debe-ríamos agregar que las explicaciones no son igualmente simples ni útiles.

vadas. Una teoría no consiste en los acontecimientos' vistos ylas asociaciones registradas, sino que es la explicación de ellos.La fórmula de la aceleración de un cuerpo en .caída libre noexplica cómo cae ese cuerpo. Para la explicación uno busca enla física clásica de todo el sistema newtoniano -un conjuntotle conceptos ínterconectados, una organización del mundo fí-sico en la que los acontecimientos pertinentes se tornan naturaleso necesarios. Una vez que se ha comprendido, el sistema, unavez que se' ha aprehendido su principio organizativo, los' fenó-menos son .explicados. Todo esto está perfectamente resumidoen las palabras que Werner Heisenberg atribuye a WolfgangPauli: "'Comprender' probablemente no Signifique nada másque poseer las ideas y conceptos necesarios para reconocer quegran cantidad de fenómenos diferentes son parte de un todocoherente" (1971, p. 33).

Por medio de una teoría se hace manifiesto el significadode lo observado. Una teoría ordena los fenómenos de maneraque~ean .mutuamente dependientes;' conecta hechos que de otromodo serían .dispáres: 'muestra cómo los cambios de ciertosfenómenos implican necesariamente cambios' en otros tenome-nos. Para construir una teoría se requiere la figUración de unaestructura donde no hay ninguna visible alojo. La estructurano es la suma de la sustancia de nuestro mundo cotidiano. Loshechos científicos son altamente especiales y relativamente es-casos si se los compara 'con todas las cosas que podrían entrarrazonablemente dentro de un sistema explicativo. runa teoría, '

'- iV por lo tanto, deb(;LC.P.1lstruirse,_pOL_m~9Jº_de la simplificación., !Esto se torna obvio si pensamos en cualqu1er-le'ofla;-ya sea la ~de Isaac Newton o la de Adam Smith, o pensando en la alterna-tiva: no buscar explicación por medio de la simplificación sinouna reproducción ajustada por medio de una descripción exhaus-tiva. Las simplificaciones dejan al desnudo los elementos esencia.les en juego e indican las relaciones necesarias de causa e inter-dependencia -o al menos sugieren dónde buscarlas.

Incluso para sus autores, la emergencia de las teorías nopuede describirse más que de maneras inciertas e impresío-nistas. Sin embargo, los elementos de las teorías pueden seridentificados. La dificUltad que entraña desplazarse desde es-peculaciones causales basadas en estudios fácticos hasta lasformulaciones teóricas que conducena considerar los hechos

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TH N./wALTZ LEYES Y TEORÍAS

premisas mayores teóricas o en las. premisas menores empírl '/1que se ocupan de las cuestiones observadas previamente. Ln 11

ducción puede ofrecer nuevas respuestas, pero nada segur ; 11

multiplicación de observaciones particulares no puede resp lrltununca una afirmación universal. La teoría es fructífera pOl'<l111trasciende el enfoque hipotético-deductivo, que es necesaríarnou t,testéril. Tanto la deducción como la inducción son indispen 'u.hlten la construcción de la teoría, pero su utilización combíruutusólo da nacimiento a una teoría si emerge una idea creatíva. 1,11tarea de construir teorías se torna más consecuencial y 11111

compleja, al igual que la tarea de verificarlas. La relación ( 111.11

teoría y observación, o entre teoría y hecho, se torna enigm 1.t'"Como ejemplo de esta relación enígmátíca, consider 1 (1 I I

problema de definir los términos utilizados en la teoría. ( 11I I~

mos en los diferentes significados de las diferentes teorías 11cas del espacio, la energía, el impulso y el tiempo. obvíam IIt,l,esas nociones no tienen significado fuera de la teoría en la ({IUaparecen (Nagel, 1961, pp. 17, 127 Ysigs.). Se comprende' JI tllI

>. mente el hecho de que las nociones teóricas sean deñnidar 11111f/ la teoría en la que aparecen. En el campo de la política inl.( 1'1111

J"ciOnal;-penSemosen Iosdíterentes significados que comümru 1111

se atribuyen a las palabras de esta lista: poder, fuerza, POIIl,relación, actor, estabilidad, estructura y sistema. Los sígntñ 'Iulllde esos términos varían según el enfoque que quien los usa 1.( 11. 1

acerca del tema. Esto es necesariamente así en cualquier <:lIlIlpll

en el que las teorías son contradictorias. La contradicc1 n ( ••1••, teorías crea diferencias en los significados que se da a lo/ I,¡I·,~~minosen distintas teorías. En política internacional, ti "ti ¡J

que en las ciencias sociales en general, las teorías re ultnn dibiles. La debilidad de las teorías produce-la- íncertidumh •• 111

rlos sígníñcados, incluso, dentro de una sola teoría. En ,,11 1,1. "l internacíonal, ya sea a causa de la debilidad o del cara ,\.(1 1 111I

tradictorio de las teorías, las discusiones y argum uLI ( 11111

'1 acercar de muchas cuestiones ímpertantes --el cierr fl( I 1 11

; terdepehdencia internacional, la estabilidad de partícula,'¡ O"1 figuraciones de poder, la utilidad de la fuerza- se tornun tlUIi cíles o inútiles porque los participantes hablan de eo" "Ir1, rentes utilizando para ello los mismos términos. La tI HdlUlI ,

a remediar este problema se ve obstaculizada por el cu (1 "

seo de tratar la cuestión del significado como un probl 11111 cjlll

de manera particular, s experimentada en cualquier campo;Para enfrentar esta diñcultad-se requiere la simplificación. Selogra/principalmente, de las siguientes maneras: 1) :pgr_aLsla.,-

~ miento, lo que requiere considerar las acciones e interaccionesde un pequeño número de factores y de fuerzas como si' en elintervalo otras cosas permanecieran invariables; 2) por abstrae-

" ción, lo que requiere dejar ciertas cosas de lado con el objetode- concentrarse en otras; 3) por asimilación, lo que requierela reunión de elementos dispare's' s'eglí'ii-los criterios derivadosde un propósito ·teórico; 4) por idealización, lo que requierecomportarse como si se hubiera logrado la perfección o sehubiera llegado a un límite, aunque ninguna de ambas cosassea posible, Sean cuales fueren los medios de simplificar, ~E2=.

.pósítqes el de descubrir la tendencia principal entre una mul-titud ditellas,el de élegir el prtncipío-generador, incluso, cuandooperan otros principios, identific'ar los 'factores esenciales don-de otros innumerables factores se hallan presentes.

Además de simplificaciones, o de sus formas, las teorías, encarnan! suposícíones, teóricas¡ Imaginar que la masa' se con-centra en-mi punto, inventar genes, mesones y neutrinos; plan-tear un interés nacional y definir a las naciones como actoresunitarios y voluntariosos; todos éstos son ejemplos de suposi-

,-ciones comunes. Las teorías son combinaciones de enunciacionesdescriptivas y teóricas. Las enunciaciones teóricas son elementos

.mo-íactuales de las teorías.l No se los introduce de manera libreo caprichosamente. No se-los introduce a la manera medievalo antigua, como ficciones inventadas para salvar una teoría. §,~los Introducesolamente cuando posibilitan }l.,º,,ª ..explícaoíón. Elvalor de una noción teórIca-5e'juzga por la utilidad de la teoríade la que es parte. Las nociones teóricas nos permiten extraersentido de los datos; los datos limitan la libertad de invenciónde las nociones teóricas. Los teóricos crean sus suposiciones. Sison o no aceptables, depende del mérito de la estructura cientí-fica de la que forman parte.' -. ,

'La construcción de teorías involucra algo más que el desa-rrollo de las operaciones lógicamente permisibles de los datosobservados. Nada puede ser explicado por deducción, pues losresultados de la deducción se desprenden lógicamente. de las pre-misas iniciales. La deducción puede' ofrecer ciertas respuestas,pero nada nuevo; lo que se deduce ya está presente, o bien en las

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\WALrZ

1sólo puede resolverse por medio de la articulación y refina-¡miento de las teorías. En eambio, la tendencia es convertir elproblema del significado en una cuestión técnica destinada ahacer operativos los términos. Eso no ayuda. Cualquiera de lostérminos anteriores puede volverse operativo en la mayoría delos significados que nuestro discurso les asigna. "Polos", porejemplo, tiene claros referentes empíricos, ya se trate Comoblo-ques definidos o como grandes poderes. En cualquier definición,"polos" se puede transformar en término descriptivo dentrode la enunciación de leyes. La utilización técnica de términoses desafortunadamente un criterio débil.

Aunque es fácil advertir que las nociones teóricas son de-finidas por la teoría en la que aparecen, también es fácil pasarpor alto el hecho de que incluso los términos descriptivos ad-quieren significados diferentes a medida que las teorías cam-bian. Stephen C. Pepper se refiere a "la estrecha interdepen-dencia del hecho y la teoría" (1942, p_ 324). Thomas S. Kuhnespecifica lo que pasa precisamente en términos del cambio delas "relaciones de similaridad" en la transición entre una teoríay la próxima. Los objetos del mismo o diferentes conjuntos deuna teoría pueden ser agrupados en el mismo o en diferentesconjuntos en otra teoría. Como señala Kuhn, si dos hombresestán comprometidos con teorías diferentes, "no podemos decircon ninguna certeza que los dos hombres ven la misma cosa,que poseen los mismos datos pero que los identifican e inter-pretan de maneras diferentes" (1970, pp. 266-76). ¿Sólo conoce-mos lo que vemos, podríamos preguntarnos, o sólo vemos loque conocemos? Nuestras mentes no pueden registrar y haceralgo de todas las cosas que, en algún sentido, vemos. Por lo tan-to, tendemos a ver aquello que estamos buscando, a encontrarlo que nuestro sentido de las causas de las cosas nos lleva acreer significativo.

-' / Los cambios de las teorías producen cambios en los signi-ficados de los términos, tanto teóricos como fácticos. Las teo-rías no sólo definen términos, también especíñcan las opera-ciones que pueden ser desarrolladas apropiadamente. En elsentido que acabamos de usar, la cuestión operacional es de

r importancia fundamental. iÍ.3,s teorías indican qué está conec-tado con qué y cómo se produce esa conexión. Expresan el sen-tido del funcionamiento de las cosas, o de su asociación, o de la

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LEYES Y TEORÍAS

naturaleza de la estructura de ese dominio de investigación. Sila organización de un dominio afecta las interacciones de lasvariables que contiene, no tiene sentido manipular los datos entanto no .se responda a la pregunta acerca de cómo están conec-tadas esas variables. No obstante, los esfuerzos correlacionalesprosiguen como si en el dominio internacional las variables es-tuvieran conectadas directamente sin que sobre ellas actuaran

.Iímttacíones estructurales, como si los fenómenos de los que nosocupamos estuvieran todos en un mismo nivel. Se acumulancoeficientes de correlación sin preguntar qué teorías nos llevana esperar una cierta clase de conexión entre ciertas variable .

Se hace gran cantidad de trabajo inútil por ignorar latres preguntas que deberían formularse en un principio. Estapreguntas son: ,

• ¿El objeto de investigación permite el uso del métodanalítico de la física clásica --el examen de los atributos y dla interacción de las variables mientras todas las otras se man-tienen constantes?

• ¿Permite la aplicación de estadísticas de las maneras co-múnmente utilizadas cuando el número de variables se hacdemasiado grande?

• ¿No permite el objeto de estudio ninguno de estos denfoques y requiere, en cambio, un enfoque sistémico?

La respuesta a esta última pregunta será "sí" si el objetde estudio es al mismo tiempo complejo y organizado. La com-plejidad organizada, para utilizar la expresión de Warren W a·ver, impíde el uso de los modos de investigación tradicional s(1947, pp. 6-7). Se debe elegir un enfoque que sea apropiado altema. Las reglas por las que se' desarrolla la investigación va-rían de un enfoque a otro. "Un adecuado proceso de investíga-cíón", como ha dicho Martin Landau, requiere que uno siga la.lógica y los procedimientos -descríptos por la propia metodolo-gia (1977, pp. 219-21). La mayoría de los estudiosos de la polí-tica internacional no han observado los "procesos de investiga-ción adecuados". Lo que es peor aún, no han sido capaces dimaginar cuáles serán los adecuados procesos de sus ínvestíga-

-~ciOÍles(Sehan preocupado grandemente por sus métodos y muy__ poco por la lógica de ~!!utiliz~l;:j61l.Esto invierte la correcta

prioridad de las preocupaciones, pues, una vez que se ha adop-tado una metodología, la elección de métodos se convierte n

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2

. ~TH N. WALTZ

II

Al exam,inar las teorías de política internacional en los próximosdos capítulos, nos basaremos en la discusión ya expresada acer-ca de.l significado de la teoría. Si encontráramos algunas cons-truccíones que aparecen como teorías, por supuesto desearemossaber cuál podría ser el grado de excelencia de las explicacionesque ofrecen. Concluyo este capítulo, por lo tanto, examinando

y el problema_~~ tlLCQmpro.bación_de_lasteorías.. ' 'Con el objeto de poner a prueba una teoría, deben seguirse

los siguientes pasos:1. Enunciar la teoría que se pone a prueba.2. Inferir hipótesis de ella.

¡ 3. Someter, las hipótesis a pruebas .experimentales o deobservación.

4. En los pasos dos y tres, utilizar las definiciones de tér-minos hal!a~os en la teoría que se está poniendo a prueba.

5. Elimínar o controlar las variables perturbadoras no in-cluidas dentro de la teoría que se está poniendo a prueba.

6. Idear un cierto número de pruebas diferentes y exi-gentes. '

7. Si no se pasa una prueba, preguntarse si la teoría fra-casa. por completo, necesita ser reparada y re-enunciada, orequiere un estrechamiento del panorama de sus pretensionesexplicativas. '

El aparente fracaso de una teoría puede resultar de la con-creci?n inapropiada de alguno de estos pasos. Varios de ellosr~q~ler~n un. énfasis especial. Como lo que se prueba es unahípotesís derivada de una teoría (no hay manera de comprobar,dIrectamente una teoría), una hipótesis que demuestra ser erró-nea debe llevarnos a reexaminar la segunda y la séptima opera-

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I1.

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LEYES Y TEORÍAS

ciones. La hipótesis, ¿fue correctamente inferida de la teoría?¿Cómo, y hasta qué punto, la invalidación. de una hipótesis co-rrectamente inferida puede cuestionar a la teoría? Los resul-tados desfavorables de las pruebas no deben conducir a unapresurado rechazo de las teorías. Tampoco los resultados fa-vorables deben conducir a una apresurada aceptación. Incluso,si todas las pruebas son pasadas, se debe recordar que una teo-ría es creíble sólo en relación con la variedad y la dificultadde las pruebas, y que no existe la teoría que, por medio de prue-bas, demuestra ser "verdadera".3

Los esfuerzos de los científicos políticos destinados a in-ferir hipótesis de las teorías y comprobarlas se han convertidoen un lugar común. Gran parte de las comprobaciones se hacebásicamente, de la misma manera. Un esfuerzo destinado a com-probar las proposiciones; un esfuerzo más meticuloso que lamayoría, puede, por lo tanto, servir como ejemplo de hasta quépunto se ignoran los requerimientos que acabamos de enunciar.

,~n~~r._13.remer....y_stuckey-.se-disp.usieron__P972) a evaluar "un

'

1 número de formulaciones teóricas igualmente plausibles pero, lógicamente incompatibles" acerca de ciertas condiciones que1 se dicen asociadas con la paz y la estabilidad o, alternativamente,, con la guerra y la inestabilidad. Tras haber consolidado los "pun-

tos de vista" de las "escue!as" en pugna, ofrecen ~-ºs....pr.e-dictivos" en los que la concentración de la capacidad dentro

¡ aérconjunto de los poderes principales, los cambios de esa con-centración y los,cambios de capacidad entre los poderes son lastres variables independientes. Llegan entonces a conclusionesacerca de cuándo el modelo de la "paridad-fluidez" y cuándo elmodelo de la "preponderancia-estatlllifáa»~iÜgrárii hacer mejo-res predicciones:"Las'preguritas"(ormüladas son las siguientes:¿Será la política internacional más o menos pacífica y estable 51el poder está más o menos concentrado y si el ranking de losgrandes poderes cambia más o menos rápidamente? ¿Qué pod -mos hacer con las respuestas dadas? Muy poco. Las deñcíencíasque justifican esta decepcionante respuesta ~e revelan si laHconfrontamos con nuestra lista de reglas destmadas a la com-probación de una teoría.

3 Para la consideración de los procedimientos de prueba y para 1\explicación de la importancia que éstos revisten, 'ver Stinchcombe (1968,capítulo 2).

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H N. WALTZ LEYES Y TEORÍAS

\Muchos comprobadojes de teorías parecen creer que las

mayores dificultades estriban en la invención de las pruebas.En cambio, debemos insistir en que la primera dificultad gran-de estriba en descubrir o enunciar teorías con suficiente preci-sión y plausibilidad como para que valga la pena la compro-'bación. Pocas teorías de política internacional definen los tér-minos y especifican las conexiones entre las variables con laclaridad y la lógica que harían que valiera la pena la comproba-ción. Antes de alegar haber comprobado algo, uno debe teneralgo para comprobar, Al poner a prueba sus modelos, Singer,Bremer y Stuckey no logran examinar las teorías que intentanponer como modelos. Las teorías que los autores tienen aparen-temente en mente son contradictorias y confusas acerca de silos resultados alternativos que se esperan son la guerra y lapaz,el conflicto y la armonía o la estabilidad y la inestabilidad. Sepuede pensar, por ejemplo, que un sistema estable es' aquél quesobrevive a las guerras. No obstante, Singer y sus asociadosfiniquitan la cuestión del resultado que se debe esperar identifi-cando la guerra con la inestabilidad y dejando las cosas en ese'punto. No logran explicar de qué modo sus expectativas acuer-dan con las expectativas derivadas de alguna teoría en particular.

Los autores alegan evaluar sistemática y cuantitativamente"formulaciones teóricas" contradictorias. Al reunir sus datos,fijan necesariamente ciertas definiciones de las variables invo-lucradas. Como variable independiente clave eligen la concen-tración de poder o de capacidades. 'No mencionan ninguna teo-ría que en realidad emplee esa variable, y yo no conozco ningunaque lo haga. Las teorías conocidas que se ocupan de esas cues-.tiones se refieren al número de grandes poderes o de polarida-des. "Polaridad"; más aún, es diversamente definida en términosde países o de bloques. "Polos" se refiere a veces a las capaci-dades físicas de naciones o de alianzas, otras veces dependede la estructura de las interrelaciones nacionales, y otras sevincula a la concesión o la negativa de un status alto a aquéllos.que logran sus propósitos o que fracasan en ello.,§i no se reme-dian las confusas, vagas y fluctuantes definiciones de las varia-bles, no puede llevarse a cabo ningún tipo de pruebas' de nada.Los autores, no obstante, han introducido arbitrariamente susnuevas variables sin siquiera considerar cómo pueden alterar lasexpectativas con respecto a los resultados. Aunque este proble-

"ma crucial ni siquiera se menciona, Singer y sus asociadosanuncian que la correlación entre las variables de la concen-tración de poder y la guerra confirman o desconfirman las ex-pectativas de las dos escuelas a las que vagamente se refieren.

Así, las reglas uno, dos y cuatro son absolutamente igno-radas. Las teorías que se están comprobando no son enunciadas.No se explica de qué modo se infirieron hipótesis de esas teorías.Se hacen observaciones y se generan datos sin que se produzcaningún esfuerzo destinado a definir las variables como erandefinidas en las teorías con las que presumiblemente se estátrabajando. Los autores pueden lograr algo, pero ese algo nopuede ser la confirmación ni la desconfirmación de las expec-tativas de esas escuelas.

Ante tal fracaso, resulta difícil creer que en este caso, comotan a menudo ocurre en las tareas correlacionales .emprendidaspor los estudiosos de la política internacional,' no se ha pres-tado la menor atención a la posible presencia de una variableperturbadora. Una excepción no prueba una regla o una teoría,pero, si se puede demostrar que algo es excepcional, eso nosuministra tampoco ninguna prueba en contra. Se esperaría quela variables de los resultados obtenidos indujera a la búsquedade posibles fuentes de perturbación omitidas en los modelos.En la instancia con la que nos enfrentamos, los "descubrimien-tos" del siglo diecinueve difieren de los del siglo veinte. La dis-crepancia sólo lleva a los autores a la más desnuda especulaciónacerca de lo que puede haberse omitido y a ninguna especula-ción acerca de lo que puede haber estado equivocado en la ma-nera original de definir e interconectar las variables. No se haprestado a la regla cinco mayor atención que a las anteriores.

La regla seis requiere pruebas diferentes y demandantes. Sepodría pensar que esta instrucción tiene más importancia de lausual, ya que el modelo consiste solamente en una elección detres variables altamente similares y arbitrariamente selecciona-das y, además, los resultados de las pruebas no son concluyen-tes. La dudosa calidad de los resultados, sin embargo, no llevaa los autores a idear o sugerir nuevas pruebas que puedan inte-rrogar a sus modelos con alguna intensidad.

La séptima regla exige cuidado en la extracción de conclu-siones a partir de los resultados negativos de la comprobación.Estos resultados, ¿invalidan la teoría, requieren su reparación

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o demandan uri más estrecho rango explicativo? Singer ysusasociados no toman ;n cuenta esas preguntas. En cambio, sóloreportan las diferentes correlaciones existentes entre concen-tración de poder y guerra en los siglos diecinueve y veinte. Susconclusiones son suficientemente modestas, pero, ¿qué otra cosapodrían decir?

Deberíamos agregar otra advertencia a las muchas ya enun-ciadas. Estaríamos más satisfechos si se pudieran hacer pruebasrigurosas y experimentales. Sin embargo, si una teoría es enun-ciada en términos generales, y si da lugar a expectativas que caendentro de un rango identificable pero desafortunadamente am-plio, extraer íníerencías precisas y tratar de comprobarlasexperimentalmente es cargar a la teoría con un peso mayor delque puede soportar. La comprobación rigurosa de una teoríavaga es un ejercicio de la utilización de los métodos más queun esfuerzo útil destinado a comprobar la teoría.' La aplicacióntemprana de pruebas exigentes puede, más aún, hacer queteorías pobremente desarrolladas sean descartadas antes de quehayan tenido tiempo de desplegar su potencial (Rapoport, 196in.

¿Qué se puede hacer? Simplemente .negocíar los siete pasosexpresados aquí mismo de una manera apropiada para la teoríacon la que se está tratando. Preguntarse qué es lo que la teoríanos lleva a esperar e? vez de fijar arbitrariamente las expectati-vas que nuestros datos y métodos pueden manejar. Compararlas expectativas con las propias observaciones (con frecuenciahistóricas) antes de dedicarse a refinamientos precisos y a lauti-lización de métodos elaborados. A menos que una teoría de-muestre ser lógica, coherente y plausible, resulta necio someteríaa pruebas elaboradas. Si se demuestra que una teoría es lógica,coherente y plausible, el rigor y la complejidad de las pruebasdebe adecuarse a la precisión o a la generalidad de las expectatí-vas inferidas a partir de la teoría.'

III

Hasta ahora me he ocupado del significado de la teoría y desu construcción y verificaCión. Las teorías no surgen de los es-

4, Ver capítulo 6, Parte III, para mayores especificaciones acerca dela verificación. "

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LEYES Y TEORÍAS

fuerzos por establecer leyes, ni siquiera en el caso en que esosesfuerzos tienen éxito. La construcción de una teoría es unatarea primaria. Es necesario decidir en qué cosas concentrarsecon el objeto de tener una buena posibilidad de idear explica-ciones de las estructuras y acontecimientos internacionales quenos interesan. Creer que podemos proceder de otro modo esapoyar el enfoque profundamente anticientífico que afirma quetodo lo que varía es una variable. Sin tener al menos el bocetode una teoría no podemos decir qué es lo que necesita ser ex-plicado, cómo puede ser explicado y cuáles datos, con qué for-mulación, pueden ser aceptados como evidencia a favor o encontra de las hipótesis (Scheffler, 1967, pp. 64-66; Lakatos, 1970,pp. 154-57). Seguir buscando asociaciones sin tener siquiera unaidea de la teoría es como disparar un arma en la dirección ge-neral de un blanco invisible. No sólo desperdiciaremos gran can-tidad de municiones antes de darle, sino que, si ni quisiera 1diéramos ... ¡riadie se enteraría de ello!

La treta consiste, obviamente, en relacionar los conceptosteóricos con unas pocas variables con el objeto de construirexplicaciones a partir de las cuales se podrán inferir y verificarlas hipótesis. Nuestro problema durante los dos capítulos si-guientes consistirá en ver en qué grado y hasta qué punto estprocedímiento ha sido seguido por los estudiosos de la políti-ca internacional.

3)