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ELLILI„ Vol. 3, Octubre 1980, 109-- 136 VARIABLES CLAVE Y EL ORIGEN DE LA CIENCIA EN ESPAÑA A LA LUZ DEL RENACIMIENTO EUROPEO DEL SIGLO XII JOSE VERICAT (Universidad Complutense — Madrid) SUMMAR Y The history of science shows the need JOr a change from traditional inductive methodology. This is due to the immetliacy of the relation between method and object within this specialty, not directly felt in other branches of historiography. The influence of sociology has been decisive in this respect. On the basis of the coordinates internal and external organization of scientilk fact, the author presents a model for comparative analysis of the Spanish and European Middle Ages, centered on the intellectual cotzstellation created by the universities, translations from arab azul the new methodological ideas of the XII century. RESUMEN La historia de la ciencia plantea la necesidad de una metodología distinta a la ituluctiva tradicional Se debe ello a la inmediatez de la relación entre método y objeto dentro de esta especialidad, no sentida directamente en otras ramas de la historiografia. La influencia de sociologia ha siclo decisiva al respecto. En base a las coordenadas otganización interna y externa del hecho cientffico el autor presenta un znodelo de andlisis comparado entre el Medioevo español y el europeo, en base a la constelación intelectual surgŭla en torno a las universiclades, a las traducciones del árabe y a las nuevas itleas metodológicasdel siglo XIL

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ELLILI„ Vol. 3, Octubre 1980, 109-- 136

VARIABLES CLAVE Y EL ORIGEN DE LACIENCIA EN ESPAÑA A LA LUZ DEL

RENACIMIENTO EUROPEO DEL SIGLO XII

JOSE VERICAT(Universidad Complutense — Madrid)

SUMMAR Y

The history of science shows theneed JOr a change from traditionalinductive methodology.This is due to the immetliacy of therelation between method and objectwithin this specialty, not directlyfelt in other branches ofhistoriography. The influenceof sociology has been decisive inthis respect. On the basis of thecoordinates internal and externalorganization of scientilk fact, theauthor presents a model forcomparative analysis of the Spanishand European Middle Ages, centeredon the intellectual cotzstellationcreated by the universities, translationsfrom arab azul the new methodologicalideas of the XII century.

RESUMEN

La historia de la ciencia plantea lanecesidad de una metodologíadistinta a la ituluctiva tradicionalSe debe ello a la inmediatez de larelación entre método y objetodentro de esta especialidad, no sentidadirectamente en otras ramas de lahistoriografia. La influencia desociologia ha siclo decisiva al respecto.En base a las coordenadasotganización interna y externadel hecho cientffico el autorpresenta un znodelo de andlisiscomparado entre el Medioevo españoly el europeo, en base a laconstelación intelectualsurgŭla en torno a las universiclades,a las traducciones del árabe y a las nuevasitleas metodológicasdel siglo XIL

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1. Cuestiones de metodologfa

El objetivo en esta exposición es doble. El uno, metodológico, afecta aldesarrollo de la historiografía de la ciencia como rama de las ciencias históricas;el otro, teórico, presenta una organización de las variables relativas al tema desdela perspectiva de la sociología de la ciencia. Toda teoría de la ciencia tiene comocaracterística la reflexividad inmediata del método como teoría. Ambos espectosconsituyen el anverso y el reverso del mismo . problema. En la historia de laciencia el método presupone la idca misma de ciencia que se historiografía. Elloha quedado explícito de modo especial a partir de la disputa suscitada por losescritos de Kuhn y Agassi l . De ahí, en buena parte, que la historia de la cienciade actividad erudita haya pasado a constituirse en momento de fundamentaciónmetodológica de la misma investigación científica. Descle esta perspectiva puedeentenderse más globalmente la tradición de la paradoja suscitada por la polémicasobre la ciencia española desde el siglo XIX hasta ahora.

Tal disputa se desencadena a raíz de un artículo aparecido en la EncyclopédieMéthodique, en el que se dejaba constancia de la ausencia persistente de cienciaen España 2 Al margen del carácter furibundo que adoptara dicha polémica, locierto es que como consecuencia de la misma se deriva una acribia historiográficadecisiva para la toma de conciencia del problema de la ciencia en España 3 . Porun lado es innegable la existencia de científicos en la historia del país; por otro,sin embargo, es patente asf mismo la ausencia de una tradición y organizacióncientfficas. La historia de la ciencia en España en su fase actual no ha abordadola significación de esta doble dimensión. El hecho científico se define por ambosaspectos. No hay ciencia, ciertamente, sin cient fficos, pero no basta su existenciasingular para determinar y definir el desarrollo científico de la sociedad. Laciencia, desde la perspectiva actual, es tanto o más que científicos, organización.En las fases de su desarrollo en las que parecfa ligada más a los individuos que alas organizaciones de hecho las subestructuras organizativas no por latentes eranmenos efectivas. Ello informa la actual perspectiva de la historia y sociología dela ciencia. De un modelo para tales variables organizatoriales vamos a trataraqui4 . Pero antes Itay que considerar algunos problemas centrales de tipometodológico, no sólo derivados del ohjeto dc estudio, la ciencia, sinodeterminados por el uso de un material histórico.

1.1. Temporalidad y Causalidad

Todo hecho histórico se presenta con la doble perspectiva de un presente pasadoy de un pasado presente 5 En relación a la ciencia, la una y la otra, tenderían a

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corresponderse con los cientíticos y con la organización cientifica respectiva-mente. Entre lo uno y lo otro, entre cient ificus y organización, entre pasado ypresente, media la tradición, en tanto comunicación cientítica. Se da comunica-ción científica en la medida en que la teoría recaba su fuerza argumentativa delengarce en las preconcepciones del lenguaje de la cotidianeidad socia1 6 . El pensa-miento cientifico se constituye asi en un momento fundamental de la organiza-ción de la conciencia p ŭblica, y, lu que es lo mismo, de cristalización de larelación privado-p ŭblico como organizatoriedad de la conciencia socia1 7 . Laperspectiva pasado/presente del hecho científico histórico, como criterio dedisección de las relaciones científico-organi • ación, expresa así la forma deresolución de lo privado-público a través del puesto del saber en la sociedad.

Hay que distinguir, con todo, en relación a la organización del material histórico,entre sucesión cronológica y relación causal. Se han de evitar al respecto lafalacia de la proximidad o correlación, por la que las variables más inmediatasestán primadas en su efectividad causal sobre la variable dependiente en relacióna otras anteriores o más lejanas s . Dice Fichte que no todas las ideas que se gestanson efectivas inmediatamente; si bien mediatamente todas llegan a tener unaefectividad histórica! En general, desde un punto de vista sociológico, la apa-rición de una cierta variable, en lo que expresa de cambios formales e institu-cionales, no coniporta su efectividad simultánea, o, lo que viene a ser lo mismo,la adaptación automática a la misma del comportamiento de los sujetos. Asívisto, el problema de la cattsalidad aparece ligado, por un lado, a la dinámicagenerativa de causal lags, y, por otro, al de la correlación". La autonomíarespecto del presente, conto condición de posibilidad de efectividad causal deuna variable, tiene como manifestación significativa el rezagamiento (lag) de lasvariables I I .

En todu caso, operar con variables ordenadas temporalmente facilita metodo-lógicamente la construcción de modelos causales 12 . Así, por ejemplo, en mo-delus no experimentales de tipo longitudinal, la observación de una variable enrelación a su desarrollo temporal hace las veces de manipulación natural, enanalogia a las manipulaciones de laboratorio. E igualniente, en modelos transver-sales, basta presuponer que, en un punto cualquiera de tiempo, unos sujetos lianexperimentado una cierta manipulación y otros no para inducir una explicacióncausal 3.

Ello no significa otra cosa que introducir un tipo de variable control, que no esotro que operar con variables rezagadas (lagged); es decir, variables cuyo valor se

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mantiene estable a lo largo del período de tiempo considerado. Así visto • lasvariables rezagadas constituyen una variante de la cláusula caeteris paribus, enbase a las cuales se miden correlaciones entre terceras variable. A ello sirvetambién el desarrollo de series temporales de datos i 4.

Pero la cuestión que se plantea aquí no es la de la medición. Esta, como diceAustin, tiene por objeto combatir la incertidumbre y la inseguridad a base deincrementar la precisión del lenguaje 1 5 . Las proposiciones sociológicas, desdeesta perspectiva, se centran ante todo en la naturaleza de los signos (positivos onegativos) de las correlaciones entre variables, a costa del aspecto substantivo delas mismas. No se trata de plantear aquí el problema de la identificación de loscoeficientes, sino el más fundamental de la especificación de las variables, si bienen el sentido del experintentum crucis (Durkheim) de circunscribir variablesclave.

La relación entre proposiciones sobre correlaciones y la identificación de varia-bles clave es precisamente el problema de la relación entre metodología y teoríasociológica. Este es en todo caso el problema y el sentido específico del so-ciólogo al trabajar con material histórico. En ello reside el sentido tiltimo de labŭsqueda erudita del pasado. Se estudia el presente pasado con objeto de espe-cificar el pasado presente en sus variables clave, en su aspecto de contenidocausal. La serialidad temporal de datos, la periodización, la correlación, sonmomentos descriptivos que, como por pasiva, sirven a la identificación de va-riables clave. Así, en los intentos por establecer un procedimiento formal deidentificación de variables clave, se establece que éstas se comportan en relacióninversa al grado de correlación existente entre las variables integrantes del sis-tema de referencia. Dicho de otra manera, un variable clave no sería más que unavariable rezagada en la medida en que una variación en la misma tiende a serneutralizada por la reacción negativa desencadenada por el sistema de corre-laciones16.

Visto así, una variable rezagada tiene cuanto menos un importante valorheurístico a la vez que metodológico. Por un lado, permite articular una deter-minada constelación histórica en relación a una cierta problemática; facilita conello la problematización de la pregunta. Por otro, sirve de contrapunto a laserialización temporal de las variables observables y/o intervinientes, y a lasexplicaciones resultantes; pone, a este respecto, de relieve que lo significativo noes tanto la causalidad, en sentido de la efectividad inmediata, como la autonomíaen sentido de la recurrencia -rczagada o acelerada - histórica.

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ARIABLES Cl.r1 Y El. ORIGEN DE ClENC/A EN ESPAÑA I 1.3

1.2. El Método en la Historiografía de la Ciencia en España

En la actualidad los historiadores de la ciericia en España procederiteóricamentecomo el margen de la tradición de la polémica. Investigadores corno Millás Va-Ilicrosa, Vernet y López l'iñero centran su actividad en la acumulación pacientede datos I 7 • Se distancian de la polémica por su carácter ideológico y agrio, perono Sc plantean consectrencia alguna de tipo metodológico. De hecho con talantepacífico practican el mismo tipo de historiografía. Ello tiene sus consecuenciasteóricas. No se puede desconsiderar el hecho de que las motivaciones ideológicasde un Menéndez y l'elayo relacionan su concepción de la historia y de la ciencia,dando significación a su práctica historiográfica y utilidad a sus datos. En elplano metodológico ello comporta una cierta coherencia entre la naturaleza delas variables y el tipo de explicación suministrada. En el caso, por ejemplo, deLópez Niñero ttno de los representantes actuales más acreditados de la historiade la ciencia en España - la búsqueda de datos no está siempre guidada por uncriterio claro o explícito sobre la idea misma de ciencia; ó en todo caso, im-plícitamente, más bien responde a una concepción vagamente inductiva, en lalínea de la subyacente a la de la polémica. Desde esta perspectiva inductivista laciencia se resuelve en acumulación de datos, y la historiografía científica, alcoadytivar a la recuperación paciente de los mismos, procede a la postre a unasuerte de legitimación metodológica de la organización de la ciencia. Así visto,conto ocurre en tales a ŭ tores, la falta de ciencia en España no sería más que elcorrelato del propio desconocimiento; y, viceversa, la búsqueda erudita de datosel camino de su recuperación y legitirnación. Este era de alguna manera el sen-tido de la historiografía que estaba en juego en la polémica, sin duda, algo de"ilustrado" en esta actitud, que no puede tampoco negársele a Menéndez yl'elayo. El método historiogiafico, desde este punto de vista, como dice Agassi,respondía a una concepción inductiva, en sentido de una visión, ingenua deldesarrollo cient ífico i 9.

Pero la práctica pacífica en la actualidad su deformación. De hecho en unaselección de datos, de "presentes pasados", con criterios sin garantía de relaciónalguna al "pasado presente" de la ciencia. La idea indttctiva de ciencia ha sidodesplazada hoy por una comprensión organizativa de la misma. El papel de lasociología ha sido decisivo al respecto. Ello determinaría una práctica histo-riográfica distinta. l'ero López Piñero; en la tradición historiográfica anterior, seve ahocad0 como a la inconsecuencia al incorporar por un lado nuevas dimen-siones de la idea de ciencia, sin, por otro, conformar nuevos datos, o, mejor, unanueva organización de éstos, acorde con la nueva realidad del hecho científico.

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Su obra se mueve en una dicotomía entre hecho y explicación. Asi la razón dc laquiebra de la ciencia en España aparece dependiente de variables de naturalezaheterogénea a la de los liechos científicos que historiografia. Recupera con ellocuriosamente la metodología de la historia de batallas, en la que la idea de causava asociada a variables individuales y la efectividad a la proximidad. Causas delretraso científico en España vendrían a ser, para López Piñero, acontecimientostales como la expulsión de los judíos o la Inquisición, como para otros historia-dores lo es alg ŭn que otro rasgo de nuestro carácter nacional; acontecimientoséstos por lo demás considerados en su individualidad histórica. Una situaciónhistóricamente recurrente quedaría así explicada en base a variables, en su indi-vidualidad, intemporales 20 . La comprensión de la causalidad se ve reducida a lade su efectividad puntual; y, lo que es lo mismo, como paradójicamente, a susin-sentido histórico. De ahí que, así vista, la historiografía de la ciencia scencuentre limitada a constituir una actividad erudita, sin significación apenasrelevante desde una perspectiva teórica y metodológica, a una suerte de pfacticade coleccionista con interés meramente icónico 2 I • La adecuación entre metodo-logía y teoría, en una disciplina histórica, comporta una forma de ope-rativización implícita o explícita de la variable tiempo. Los modelos deductivos einductivos la marginan, los narrativos y hermenéuticos la relativizan, la periodi-zación la cosifica.

La idea de paradigma, como modelo organizativo de variables, tiene la pecu-liaridad no de definir un sistema de elementos correlacionados respecto de unentorno residual o aleatorio, sino de integrar grupos de variables con inerciastemporales distintas, tales como leyes (correlaciones), teorías (discurso formal) yejemplos (discurso natural), integrantes del proceso global del conocimientocientífico 22 . Desde esta perspectiva la idea de paradigma adquire un caráctermás parsimonioso que, por ejemplo, en Kuhn 23 ; relaciona variables con causallags diferentes, permitiendo explicar la reorganización de constelaciones enfunción no ya de novedades, sino de inercias, y, en suma, de los diferentesmetabolismos temporales de unas y otras. Es evidente que no es historia lo quepasa; ya que lo que objetivamente posibilita el pasado como historia es su inerciatemporal. La serialidad, la periodización del pasado, es un momento descriptivode los datos, Cuyo sentido ŭ ltimo es establecer la presencia del pasado, lospasados presentes en cuanto tales en su significación de recurrencia temporal; larelación al pasado no en función de la lejanía cronológica de los datos -esto esalgo propio de la narrativa histórica sino de su inmediatez presente, en fun-ción, en suma, de la sedimentación autónorna temporal de las variables 24 . Poreste momento de inmediatez el historiador hace las veces de sociólogo; éste, en

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todo caso, necesita del material histórico como base de estudio de la estructurametabOlica temporal de las variables, y su determinación como variables clave.

2. Variables para un Paradigma de la Ciencia

De acuerdo al estado del conocimiento en la teoría y socio logía de la ciencia losaspectos endógenos y exógenos del hecho cient ífico pueden especificarse comola dimensiOn metodológica y la institticional. La primera determina la organi-zación interna del saber; ésta se manifiesta en el nivel de desarrollo teórico, en laautonomía cognitiva y organización de los datos, y en el modo de conexión allenguaje natural. Es en su conjunto expresión de la dinámica esotérica/exotéricade una cultura. La segunda, la organización externa, se manifiesta en las insti-tuciones propias, en los mecanismos de formación de comunidades científicas, yen los procesos de di •usión del saber. En su conjunto expresa la dinámica p ŭbli-co-privado del proceso de desarrollo de la división del trabajo. En la combinaciónde ambos ejes esotérico/exotérico y privado/p ŭblico se sit ŭa la racionalidad/irracionalidad de los resultados del trabajo intelectual.

2.1. La Constelación intelectual en el Medioevo europeo

En el plano de la organización interna del saber el Medioevo europeo se carac-teriza por un proceso de aculturación mediatizado por la concurrencia de losenciClopedismos latinos, griegos, Itebreos y árabes.25 . La "enciclopedia" consti-tuía el modo de organización, complejo, de un saber integrado por concepcionesdel mundo, sucesos y métodos. La enciclopedia latina se identificaba comocolección de palabras y cosas; la griega (bizantina) como colección de usos depalabras y ejemplos literarios de su uso; la hebrea como colección analítica yhermeneutica de leyes; y la árabe como sistemática de temas y principios de lasciencias.

En la encicIpedia latina, articulada en el trivium (palabras) y en el quadrivium(cosas), dominaba aquél sobre éste, las artes liberales sobre las cosas, debido a loscriterios pedagógicos heredados de la cultura romana. Las cosas quedaban or-ganizadas en clasificaciones de tipo cronológico (hexameral). Pero la influenciade las otras enciclopedias promueve una reorganización de los datos, esquemas ymétodos de la latina. Así la enciclopedia griega replantea los temas del triviumdesde el punto de vista de la crítica literaria; la hebrea introduce la hermenéutica

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como puente entre ciencia y folosofía; y la árabe sit ŭa en un plano relevante lostemas cient íficos del quadriviton (la phdosophia seeunda de los escolásticos).

El resultado es, por un lado, el desarrollo de la dialéctrica (16gica y retóricacomo ciencia y arte a la vez, como ratio y oratio; lo cual viene a converger con látradición inquisitorial de la jurisprudencia romana. Se posibilita con ello meto-dológicamente la resolución científica de los problemas de una ctiltura de"sentencias", es decir, los contlictos de las fuentes y las concordancias de lasdiscordancias. De ahí la significación que adquiere Abelardo con su método delsie et tion, cerrando una constelación jalonada por las Sentencias de Lombardo ylas Decretales de Graciano.26. Por otro lado, la influencia específica de la cienciaárabe pone de relieve la importancia de las cosas, desvelando la Immogencidadexistente entre la significación de las palabras y las cosas significadas. Permitecon ello la generación metodológica de la lógica y retórica tlel trivium, abrién-dose a nuevos problemas y nuevas ciencias. Su efecto inmediato •ue un reajtiste,decisivo para la época, de la teología a la ciencia 27 . Representaría el principiodel fin de la física aristotélica, el nominalismo, que culminaría con clmatematismo de Descartes y Newton.

Este proceso de aculturación se vio favorecido de forma decisiva por la situacióndel contexto europeo, en el que inciden tres corrientes culturales 28 . La una, clfluido neoplatónico a través de Italia, mediatizado en parte por la filosofiaacadémica de Cicerón, que determinará el desarrono de la teología monástica deScoto Erígena a Anselmo de Canterbury; la otra, la tradición jurídicá que bajo lainfluencia del Digesto posibilitó el desarrollo metodológico de la jurisprudenciaromana, personificada por Irnerio en Bolonia. Y, finalmente, el movimiento delas traducciones, tanto de las directas del griego a través de Italia, como de las delárabe a través de las escuelas de Salermo y Toledo.

En el plano de la organización externa se observa un creciente asentamientoinstitucional de la vida intelectual a través de los monasterios benedictinos.Sirven a la estabilización de la vida científica, contrapunto a una práctica iti-nerante impuesta por la necesidad de la búsqueda de las fuentes 2 9 . La vidaintelectual de un monasterio estaba integrado por una biblioteca, una escuela ytin archivo 30 . También las cortes feudales disponían de un míninto organismointelectual. El señor feudal, que normalmente no sabía leer ni escribir, disponiade secretarios, poctas, astr ŭ logos y médicos.

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Fl fondo de las bibliotecas monacales refleja los contenidos de la tradiciónintelectual de la época y su difusión: la Biblia, obras de los Padres (Ambrosio,Jerúniino, Agustín, Gregorio el Grande), de los clásicus (Martianus Capella, Pris-ciano, Boecio, Isidoru, Beda), de derecho (Cartas Papales, Cánones de los Conci-lios, Decretales de Graciano y algo del Corpus Juris Civilis), de poesía (Pru-dencio, Fottunato, Fulgencio). Las tradiciones neoplatónicas, académicas, ju-rídicas y literarias quedaban aquí manifiestas.

Sohre esta base cultural, intenta Carlomagno una primera institucionalizaciónautónoma del saber en Aquisgrán. Intento éste prematuro, por un lado, por ladependencia en lo intelectual de la teologia monástica, y, por otro, en lo insti-tucional, por la no consolidación a ŭn del sistema feudal.

Sin einbargo pronto empezaron a aparecer .centros intelectuales autónomos entorno a los traductores de la ciencia árabe. Las escuelas de Salermo y Toledoconstituyen los focos más importantes 3 I Son centros que responden a la b ŭs-queda de un nuevo tipo de saber; de un saber como actividad diferenciada delpensamiento, que busca en la relación entre palabras y cosas su desarrolloautónomo. El metabolismo teorético se desencadena en base a tomar de laciencia árahe los resultados más que los métodos, generándose unos "lugaresvacíos" (Blumenherg), que permiten la innovación metodológica frente al pesoreaccionario del canonismo aristotélico32.

11 momento cumbre en la organización externa del saber se produce con laemergencia de las universalidades a lo largo del siglo XII. La universitas magis-trorunt ct sculariuni, como lbrma asociativa en que se articulan los studia33,constituyen una manifestación propia de la fecundidad asociativa del Medioevoeuropeo, eii solución de continuidad con los centros académicos griegos y ro-manos, con las altas escuelas de Bizancio, y con las universidades árabes 34 . Ladiferenciación institucional del saber es la contrapartida a la autonomía meto-dológica. De ahí la vinculación estrecha entre el método de Abelardo y el naci-

miento de la universidad de París, debiéndose la pervivencia de ésta a la muertede aquél a la autonomía intelectual generado por el método 35 . El carácterespontáneo de las primeras grandes universidades europeas, Bolonia, París yOxford, prueba la estrecha relación existente entre la autonomía del saber y laorganizatoriedad de la conciencia pública. De hecho, la relación entre maestro ydiscípulo no consiste sólo en la existente entre un grupo de individuos, sino queabarca toda una organización difusura del saber, más allá de la audición de las

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clascs. Con la organización universitaria se pone en marcha todo un proceso destandarización de texto, y de organización de su compra y venta. La producci ŭnde libros evoluciona así bacia el ejemplar pequeño, tan característico del sigloXII, apto para meterse en el bolsillo, y escrito claramente en min ŭscula caro-lingia36.

No deja de ser curioso a este respecto el hecho, constatado por Powicke, de quela población universitaria tendía a ser :nás local cuanto más intenso se hacía elsentimiento nacional. De ahí también la práctica a usar la lengua vulgar en latrasmisión del saber, y el consuetudinarismo en la génesis de las nuevas cate-gorías 3 7.

La autonomía intelectual se inserta dentro del proceso general de división deltrabajo en el seno de la sociedad feudal. División del trabajo entre campesinos yguerreros, caracgerizado por la posesión de los instrumentos de trabajo por partedel productor3 8 , lo cual genera un mecanismo de intensificación del trabajoartesanal, que repercute decisivamente en el desarrollo intelectual 34 . La conso-lidación del sistema feudal en Europa posibilita la organización propia del tra-bajo intelectual tanto en los monasterios como en las cortes. En los monasteriosho está previsto el trabajo intelectual como tal; con todo la regla de San Benitoconsidera la actividad de copista como parte del trabajo manual. Las cortes realesy de los señores feudales, por su parte, constituyen un foco inicial de demandade profesionales que será base de la articulación de la universidad en Facultades.Los hombres del Medioexio practican el feudalismo a la vez que paradŭjicamenteestudian a los clásicos con una profundidad inusitada40.

El resultado es patente. Por un lado se desarrolla un criticismo interno a lateología que repercute en la axiomática religiosa, dando lugar a las decisvasdisputas conciliares de la época. Por otro, y correlativamente, se desencadenauna diferenciaCión institucional que da lugar a fuertes enfrentamientos entre laIglesia y el Estado, plasmados en la guerra de las Investiduras. La problemáticadel nominalismo viene a ser la expresión intelectual del mecanismo sociológicoen el seno del "dualismo real" entre lo p ŭblico y lo privado del Medioevo 4 I ; elmomento de génesis de una tópica, de unos lugares comunes, que bajo transfi-guración de las costubmres acuñan la autonomía categorial del intelecto, propiade una nueva constelación histórica. Como muestra Powicke, las relacionesfeudales se expresan en coneeptos cuya naturaleza categorial sólo se alcanzarácon la realización del Estado naciona. En este sentido, como dice Marx,. lascategorías son formas de existencia; pero por ello mismo comportan una cstruc-

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CLAVE EL CIR IGEN bt LA CIENCIA EN ESPAÑA l 1 9

tura de temporalidad 4 I his . Se inaugura así una suerte de eate.sal lag delimitadopor el estado inicial de cosas, como nivel arguntentativo retórico, y el estudo ca-tegorial sobernao, COMO

Al amparo de esta inercia eausal emerge una dieotomía entre saber-de-Estado(especulación) y eiencia, conto resultado de un entrecruz.antiento de las rela-ciones esotérico/exotérieo y privado-p ŭblieo. La publicidad del saber pasa aintegrarse en el esoterisnto eategorial de Estado, mientras que el exoterismocient ífieo queda involucrado en la privatez de la sociedad 43 . Es esta inerciaeausal la que inediatizará la transfuncionalización de la emancipación pública dela coneiencia por el saber en la emancipación política, abstracta, de la coneienciaprivada. La modernidad que, en sociología, acostumbra a verse, de modo general,conto el paso de una organización segmental a otra funcional, no es otra eosa queel resultado de tina distinta inercia temporal de las variables, que promueve unaresolueión específica de la diferenciación funeional. No bay una ŭnica moder-nidad. De becho, la diferenciación funcional de la sociedad moderna actual estádando lugar a una politización ereciente de los distintos ámbitos de la vida 44 . Enrelación a la producción de saber, se desencadena una correlación entre organi-zación interna (inetodología) y externa (universidad), por la que el desarrólloeategorial del saber-del-Estado mediatiza la —orientación instrumental" del sabercient ífico, a través de procesos de seleeción cognitiva y de estabilización ocu-pacional4 s

2.2. La Constelación intelectual en el Medioevo español

En relación a la organización interna del saber la aeulturación no tiene, enEspana, la misma repercusión que en Europa; a pesar de que conviven los por-tadores de aquellas mismas culturas. La vida intelectual es lángida y pobre en laEspaña visigoda. Y lo será también en la sociedad cristiana del período de laReconquista 46 . El enciclopésimo de San Isidoro trataba de palabras más que decosas, adoptando un tono simbólico y alegórico, rayando a menudo en lo fatt-tasioso47 . En general la cultura de la España visigoda era totaltnente pobre desdeel punto de vista filosófico. Es determinante, al respecto, el haber quedadoEspaña al margen de los círculos comerciales, a través de los cuales el pen-samiento griego fecundaba intelectualmente Europa. No es extraña así laausencia de toda conexián filosófica y teológica entre lo musulmán y lo vi-sigodo48.

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Las bibliotecas cristianas eran parcas en n ŭmero de volúmenes; sc contaban s ŭ lopor docenas. Dominaban fundamcntalmente los libros bichcos, amén de lasEtimologías de San Isidoro, gramáticos como Donato o Prisciano, algunos co-mentarios y obras de Aristŭ teles, Porfirio, Cicerón y I3oecio, y ciertos lihros tlepoesía (Virgilio, Horacio, Juvenal, Prudencio).

Después de la invasión musulmana la cultura en la España cristiana sc afirmacomo de resistencia a la absorción. Desarrolla sus contcnidos misticos-ascéticosen una línea intelectual de tipo platónico-agustiniano. Manifiesta una falta clarade receptividad de la filosofía y ciencia árabes 50 . De ahí el carácter necesa-riamente transitorio que para el desarrollo de la ciencia en España tienc elfenómeno de las traducciones del árabc. De liecho el nuevo conocimiento, quedesde España pasa a Europa, no encuentra una receptividad organizada en lasbibliotecas monásticas peninsulares, ni altera la organizatoriedad interna de lacultura intelectual cristiana s . Los traductores, normalmente judíos y mo-zárables, trabajaban en su mayor parte para intelectuales Ilegados de Europa52.De liecho la institucionalización de las traducciones en el siglo XII, en torno aToledo y Salerno, responde a la receptividad organizada por las universidades deOxford y París, alimentadas ya por traducciones directas del griego a través deItalia.

El carácter interno del saber no se desarrolla en la España cristiana en sentido dela autonomía metodológica que se observa en cl ámbito curopco, sino en cl de lalínea anti-intelectualista propia de la mística. En esto manticne conexionesintimas con la hetcrodoxia musulmana 53 . Ello supone que no da Itigar a insti-tucionalización intelectual alguna análoga a la de los monasterios y universidadeseuropeas. Falto pues de una metodología organizada la cultura peninsularcristiana se constituye en un saber sin instancia alguna de control intclectual ypŭblico. Su característica interna será la faceta extática y expresiva del sím-bolo 54 , la naturalcza sustantivada icónica, del lenguaje, propia de una sabiduríapopular inorgánica s 5.

En lo que respecta a la organización externa la invasión musulmana interrumpede hecho el desarrollo monástico peninsular 56 . La pobrez.a de la vida intelectualmonástica sc refleja en la parquedad de las bibliotecas. En todo caso, en cl sigloXI, la vida religiosa, y con ella los monasterios, caen bajo control del Cluny; Iopoco que había de vida cultural propia se bloquea s7 . Ello expresa la dehilidadintelectual de la cultura hispánica. De hecho la disputa a que da lugar tal inier-lerencia Papal Sc sit ŭa no en lo intelectual o científico, sino en el terretio de lo

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RIABLES Y EL ORIDEN DE LA CIENC/A EN ESPAÑA 121

litúrgico. España queda al margen de las disputas conciliares. Se impone laturgia romana y se proscribe la visigoda. Se abandona la escritura nacional y seimpone la letra francesa. Se produce una ruptura, en la tradición del saber, entreorganizatoriedad externa e interna, y, con ello, una dislocación entre lo públicoy lo privado. La reforma lit ŭrgica, como forma de publicidad del saber, nofundamenta otra cosa que la unidad política cristiana apoyada por el Papado. Ensu dimensión interna, mistica, el saber por su parte tiende a organizarse de formacríptica s 9 Dentro de esta diconontía hay que situar e interpretar la aparición encl siglo XII de las universidades en la península Ibérica, su naturaleza insti-tucional e intelectual.

La ordettación del saber en sentido del particularismo expresivo, pur un lado, yde la publicidad lit ŭrgica, por otro, refieja el modo específico de división deltrabajo social que se gesta desde la España visigoda. Nunca se Ilegó a definir demodo claro la separación entre guerreros y campesinos; de la misma manera que110 había cuajadu nunca una articulación orgánica de la relación entre magnatesfeudales y monarquía". La persistencia de una Iglesia fuertemente romanizadaes deterntinante al respecto. La Iglesia de la España visiguda representa unprentaturo nivel de organización burocrática desconocido en Europa; lo cualimponc una organiz.ación distinta de las variables sociológicas y de su efectividaden base a su peculiar causal lag6 I . En Europa, la Iglesia había sido absorbida porel sistema feudal; estableciéndose un determinado proceso serial de relacionespersonales (nticrosociales), territoriales (institucionales) y estatales (macro-societales). La burocratización de la Iglesia se inicia ahí sólo a fines del sigloX11l61 bis . De altí la guerra de las investiduras entre el Estado y el Papado.Guerra institucional. Esta no tuvo lugar sin embargo en España. La tensión entreIglesia y Estado proyectaba aquí, en lo lit ŭ rgico, el problema de la cristalizaciónorgánica entre lo micro•social y lo macro-societal. La monarquía visigoda seencontraba en conflicto entre las tendencias feudales de la época, representadaspur lus magnates, y el poder burocrático de la Iglesta. Esta le suministraba unaorganización precoz del poder 62 . El resultado fue el de un amorfismo socioló-gico, que restó apoyatura al desarrollo autónomo de la vida intelectual, ya de porsí parco, en el contexto de una difusa diferenciación instituctonal. No había unalegalidad, un ins, que teorizar.

Lu pŭblico y lo privado, lo esotérico de lu uno y lo exotérico de lo otro, seentremezclaban en relaciones de contemporaneidad. De ahí el predominio de locasuístico como subproducto teorético del saber en la cultura española; y cuyaespecífica expresión será la inquisición, como organizatoriedad extema del ca-

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suismo interno. El saber queda así reducido a mera administración sin pro-cedimiento6 3 .

De ahí que el proceso de aculturación en España, en lo interno, redunde predo-minantemente en el desarrollo de lo expresivo y estático, tanto en lo que res-pecta a lo intelectual como a lo místico, sin desarrollo en lo externo, de instan-cias autónomas institucionales o metodológicas64.

l'or hablar en términos Parsonianos, ello representa la ausencia de una adecuadajerarquización cibernética de las variables65 . El causal lag circunscrito por laprecoz organización burocrática tendrá así como efecto paradójico el invertirvariables instrumentales en expresivas. La misma organización burocrática scconvertirá en parte fundamental de un sistema social de tipo adscriptivo (litŭr-gico). La recurrencia burocrática, su inercia causal, desencadena un metabolistnode lo instrumental en expresivo 66 , como clave de las relaciones de contempo-raneidad entre las variables del modelo societal. La autonomía de éstas, susdiversoscausal kgs, se resuelven así en la unidireccionalidad temporal; los reza-gamientos o aceleraciones se funden en cambios a largo plazo, en genealogía(Vico) o z000logía (marx).

Veamos ahora este mecanismo en relación a la universidad medieval de los reinospeninsulares, expresión de la función del saber en el desarrollo de la sociedad y elEstado español.

3. La Universidad Española Medieval

La pregunta es cómo y por qué una parca vida intelectual culmina con unainusitada proliferación de universidades en la península a partir del siglo X1167.Las universidades españolas, a diferencia de las europeas, surgen por iniciativareal; son fundaciones, si bien siguiendo el modelo organizativo autónomo de lasde Bolonia o París68 . De ahí que fueran calificadas como studia generalia res-pectu regni, en contraposición a las que lo eran ex consuetudine. Se fundanciertamente, como la mayoría, sobre la base de escuelas capitualres; pero, entodo caso, como señala Rashadall, el hecho de su fundación pone de relieve loque, inicialmente, no tenían las universidades europeas, su carácter y funciónnacional Rashdall constata cómo la fundación sucesiva de universidades en lapenínsula sigue el proceso de unificación de los reinos cristianos. Así la dePalencia-Valladolid, en Castilla, subordinadas después a la de Salamanca, en el

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V Al< lAULES CLAVE EL (1RIGEN LA CIENCIA EN ESPAÑA 123

reino combinado de León: la de Lérida, a la que se subordina después la deI luesca, en el reino combinado de Aragón. (Y lo mismo las de Lisboa-Coimbra,ell Portugalr. De liecho la fundación de universidades, sirve ante todo comofactor de cohesión nacional en la tomación fluida de los reinos cristianos. Sonpropiamente universidades-de-estado 70 . Y a este respecto participan de las ca-racteristicas con las que el Estado emerge en la peninsula a partir de los reinoscristianos. Los casos de las universidades de Palencia y Salamanca ejemplificanbien estas connotaciones. La primera no sobrevive a la ntuerte de su fundador,Alfonso VII, y, la segunda, se ve sometida a sucesivos relanzamientos, desde sufundación primigenia en 1227, pur Alfonso IX, hasta 1411 en que recibe la cartaconstitucional de Benedicto XII, con el apoyo económico de Juan 1 y Enrique1171.

La radical dependencia, desde un principiu, de reyes y Papas sitúa las uni-versidades españolas en el centro de la específica resolución litúrgica de lasrelaciones sociedad y Estado. Los reyes, en principio, las financiaban, mientrasque los Papas les otorgaban legimitidad intelectual (ius uhique duceendi). Lostitulos en la universidad española no eran otorgadus por el rector, sino aucto-ritate aposuilica et regia 72 . La ausencia de autonomía institucional reflejaba sudependencia intelectual. Ello se patentiza en los estudios de derecho.

Su predominio respecto de otras disciplinas es aplastante 73 . Responde cier-tamente a la propia tradición legalística, acuñada pur la persistencia prác-ticamente ininterrumpida del derecho romano. Este, de hecho, permeabiliza sis-temáticamente toda legalidad autóctona, y en todo caso, informa los repetidosintentos de codificación de la misma 74 . El pensainiento jurídico eclesial, roma-nizado, domina la vida pública, y es el que se enseña en las universidades 73 . Losignificativo, con todo, es que la enseñanza del mismo, en las universidades, vienepromovida por el Papado con objeto de contrarrestar el auge del estudio cien-t ifico del derecho civil en Bolonia, base del renacimiento intelectual europeo delsiglo X11. La autonomía metodológica de la jurisprudencia posibilitaba la eman-cipación politica de los Estadus respecto de los Papas, al desvelar la legalidadpropia de la sociedad 7 6 .

La misma dependencia se observa en lo concerniente al estudio de la teología enlas universidades españolas. Los reyes peninsulares estaban interesados en esta-blecer el estudio de la teología en sus universidades cun objeto de evitar que losestudiantes españoles einigrasen a centros extranjeros y elevar el nivel intelectualtle las mismas. El Papado era de opinión distinta y de ahí su reticencia a con-

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ceder licencias para la enseñanza de la teología en las universidades españolas. Larazón fundamental era no romper el monopolio de la facultad de París, que encuestiones eclesiales y dogmáticas ejercía como asesora de los Papas". El resul-tado fue la enseñanza de una teología intelectualmente pobre, y en todo casotardía. Lo cierto es que cuando finalmente la teología se estabiliza como ense-ñanza en la universidad de Salamanca, en 1418, es con el objetivo, por parte deMartín V -al final del Cisma de Avignon-, de romper el monopolio de laFacultad de París, que en los debates conciliares había defendido posicionesanti-apapales 78 . Pero la entonces teología española carecía de altura para par-ticipar en las disputas conciliares, trascendentes intelectualmente para la época.De hecho, a ŭn con la licencia papal, el reconocimiento internacional de la uni-versidad de Salamanca fue limitado. Ya que si bien tanto por Bula de BonifacioVIII (1298), como después en el Concililio de Viena (1311-12), fue reconocidacomo una de las cinco grandes universidades europeas, lo cierto es que su iusibique docendi no incluía ni París ni Bolonia 79 . Teniendo en cuenta la frecuentevinculación entonces de las disputas teológicas y metafísicas a los problemas dela ciencia de la época, no es extraño que la ausencia española en las polémicasteológicas reflejara su marginación en lo intelectual. De hecho España no par-ticipó en el desmantelamiento general de la física aristotélica, clave del desarrollocientifico del siglo X1V 80 . Las universidades peninsulares ven restringida sufunción estrictamente a la de la cohesión nacional; y, ello, en un sentido es-trecho, ya que no comportaba lo que las universidades "territoriales" europeaspropiciarían más tarde: una "movilización intelectual" 81 . En relación a lo queposteriormente serían las universidades estatales, las universidades peninsularesadelantan algunos rasgos tales como, por ejemplo, el carácter monopolístico enla docencia de ciertos studia (leyes, medicina, filosofía); pero sin lograr, entérminos sociológicos, un sistema ocupacional diferenciado. El intelectual o cien-tífico no encuentra cristalizado en las universidades peninsulares su rol espe-cífico. De ahí que se vea obligado, bien a profesar en universidades allende losPirineos (Arnau de Vilanova, Llull, Almasi, Pedro Hispano), bien a permaneceren la península pero al margen de las instituciones universitarias (Sebastiá deAragó, Alejandro Hispano, Antoni Ricart, y otros)82 . Ello explica también quelas universidades hispanas no consiguieran en lo nacional ser tampoco centro deatracción, no ya de estudiantes europeos, sino apenas de otros reinos penin-sulares83 . La sintesis entre lo particular y lo universal, entre lo privado y lopŭblico, tan propia de la producción del saber, no es un momento central en laorganización del saber que se gesta en tomo a las universidades medievales penin-sulares.

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V ARIABLES CLAVE Y EL ORIGEN DE LA CIENCIA EN ESPAÑA 1 25

El estudiante de las universidades peninsulares medievales es en general hombremaduro, canónigos, notarios o nobles, en su mayoría clérigos y de pocos recursoseconómicos84 , a los que una vez graduadds los reyes otorgan prebendas 85 . As-pecto éste que preanuncia el paso de su función nacional a la societal, en eldesarrollo ulterior de la universidad española dominado por la aristrocracia,concebida ésta como puente Itacia la estructura patrimonial del estado 86 . Lasuniversidades hispanas medievales no surgen como organizatoriedad externa destudia intelectualmente arraigados 87 , sino como una suerte de respuesta a pro-blemas precoces de publicidad del Estado, siendo así base de un proceso ulteriorde privatización lit ŭrgica de lo p ŭblico. De ahí la subsiguiente ritualización delsaber que acompañará la eclosión universitaria del siglo XVI.

Resunziendo, la autonomía intelectual y organizativa del saber en la Europamedieval inaugura un causal lag respecto del cual se organiza el saber en losnuevos Estados europeos, como elemento decisivo de la nueva conciencia pd-blica. La universidad, al catalizar, en su org,anizatoriedad externa, los procesoscreativos del saber, sirve a la estabilización instrumental del mismo, correlacio-nándolo con el desarrollo de una organización ocupacional y profesional acordea las necesidades de saber-del-Estado. De ahí, como dice Kant, que la jerarquíade saber-del-Estado a través de la universidad, constituye como una inversión desu orden natural. La inercia causal, interna, del saber es trasfuncionalizada através de su organización externa, operando así la universidad como una suertede metabolismo de la conciencia p ŭblica88.

En el caso de los reinos cristianos de la España medieval el causailag inauguradopor la organización burocrática, bloquea la organización interna del saber. Orga-nizaciones tales como la universidad mediatizan la transformación de lo instru-mental en expresivo. La organización burocrática misma se constituye en ele-mento catéxico de un sistema lit ŭ rgico, en un fin, en suma, en sí mismo, sincontrol alguno interno o externo, intelectual o político. La publicidad del saberse sustraerá a la universidad misma para constituirse en legitimación causísticadel Estado en la Inquisición.

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JOSE VF:RICAT

NOTAS:1. J. Agassi, Towards a Historiography of

Science en: History and Scienee, Supple.2. 1 96 3. I d. Continuity and Dis-continuity in the History of Science en:Journal of the History of Ideas, 34,1973, 609-626. G. Buchdah. A revo-lution in the History of Science. en:History of Science, 4, 1964, 55-70. Th.Kuhn. The Strucnzre of Scientific Revo-lutions, Chicago, 1963.

2. N. Masson de Morvilliers, art.: "Es-pagne" de la Encyclopédie Méthodique,1782, en: Ernesto y Enrique GarcíaCamarero (eds.), La Ciencia en España.Madrid, 1970.

3. Aparte de M. Menéndez y Pelayo, espc-cialmente en su obra "La CienciaEspañola", hay otros autores signi-ficativos de esta primera fase de la his-toriografía de la ciencia en España talescomo: F. Picatoste Rodríguez (Apuntespara una Biblioteca científica españoladel siglo XVII, Madrid, 1891), E. Gu-tiérrez Jiménez (La Ciencia Española...Hasta el siglo XV, Madrid 1892), Fran-cisco Vera (Esquema y Cardcter generalde la Ciencia española en el siglo XVILMadrid 1935).

4. Adoptamos la distinciOn entre orga-nizaciOn interna y externa de la cienciasiguiendo lo propuesto por la revista trisde historia de la ciencia (cf. la recensiOnde la obra de H.E. Bliss. The organi-zation of knowledge and the system ofthe sciences, N.Y., 1929, en: Isis, 13,1929-30, págs. 37 seg.). liste criterio seencuentra recogido de modo general enla actual sociología de la ciencia (H.Barnes (ed.), .Socioloey of Science,Harmondsworth, 1972; N. Stehr/R.KOnig (eds.), Wissenschaftssoziologie,Sonderheft 18 del KZf.SS; R.K. Mertonet al. (eds.), Toward a Metric of Science,N.Y., 1978).

5. Cf. N. Luhmann, Zeit und Handlung.

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Eine vergessene Theorie, en: Zeitscltriftfür Soziologie, 8, I 979, 63-81, pág. 80.

6. G. Böhme. Die A usdifferenzierungwissensch aft I icher Discurse, en: N.Stehr/R. König (eds),Wissenschaftssoziologie.... pág. 231-153.

7. La naturaleza de la producción cientificacomo paradigma de resoluciOn de la rela-eiOn privado-público (ciencia versus espe-culaciOn) cs tema de fondo en la obra deKarl Marx, K ritik des IlegelsrhenStaatsrechts (1843), (MEW, I, Berlín,1961 ). Minetras "ciencia" para Marx, demodo esquemático, manifiesta la publi-eidad de lo privado, "especulación" seríala privatización (subjetivización) de lopúblico (comparar págs. 267 y 206).

8. Cf. H. Teune, Cross-leve Analysis: ACase of Social Inference, en: Quality andQuantity, 13, 1979, 527-537. Debo aFrancisco Parra esta observación sobre latendencia en el path-analysis a dar máscfectividad causal a las ŭ ltimas variablessobre las anteriores; formalmente sc debea que dado que los coeficientes son me-nores que la unidad, todo "sendero" queno sea directo ve disminuida su efecti-vidad total.

9. 1.H. Fichte, Die Staatslehre oder iiherdas Verhöltnis des lIrstaates zum Ver-nunftreiche ( 1813), Berlín, 1971, Werke,Bd. IV, Zur Rechts und Sittenlehrepág. 460. La significaciOn de esta refe-rencia a Fichte reside en que frente, porejemplo, a Ilegel, teórico de la pura idea,la teoría de la ciencia de Fichtc suponela mediación semiolOgica de la ideN sudependencia en suma, de un discursotemporal Entiendo cómo un ejemplo detéenica de análisis de la temporalidad debs ideas la meraforología de 11. Blumen-berg, (Paradigmen zu einer Metaphoro-logie, en: Archiv fiir Begriffsgeseltichte,6, 1961, 7-142).

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VA RIA HLES CLAVE v EL ORIGEN DE LA CIENCIA EN ESPAÑA

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10. Cf. Baumgartner/Burus/Meeker, TheDescription and Analysis of SystemS tabilit y and Change. Multi-levelConcepts and Methodology, en:Quality and Quantity, 11, 1977,287-328, págs. 292 sgs.

I I. Cf. A. Pannekoek, Society and Mind inMarxian Philosophy, en: Science andSociety, I, 1936/37, 445-453, págs.452 sg. La idea de temporalidad, comoexpresiva de la naturaleza efectiva de laacción. en contraposición al egotismointencional del interaccionismo so-ciológico dominante, es la tesis de N.Luhmann en el artículo antes citado(Zeit und Handlung...). Tambien Par-sons parece aceptar esta idea, al afirmarque la independencia que los compo-nentes de un sistema adquiercn con lae reciente diferenciación interna re-quiere de un componente temporal(Societies. Evolutionary and com-parative Perspectivez Englewood(liffs, 1966, págs. 114 sg.); si bienParsons no integra prácticamente talidea en su sistema teórico; quizás por-que •ormalmente es incompatible conla idea misnta de diferenciación funcio-nal, algo que Luhtnann desconsidera.

11. D.R. Heise, Problems in Path Analysisand Causal hijeren •e, en: l. F. Borgatta(ed.), Sociological Methodology, SanFranciscu, 1969, 38-73, pág. 52.

13. D.R. Heise, Problems in Path Atudy-sis..., pág. 43; M.T. Hannan/D. A.Young. Est ittlation PaIl •i Models:Results on Poolitig Crooss-Sections andTitne Series, en: D.R: Ileise (ed.), So-ciological Medthodology, San Fran-cisco, 1977, 52-83.

14. Tendencias a largo plazo, ciclos, flue-tuaciones estacionales, componentesresiduales (cf. P. Whiteley, Time SeriesAnalysis, en: Quality and Quantity, 14,1980, 225-247.

15. J.L. Austin, Other Minds (1964), en:ld. Philosophical Papers (1.0.Urmson/G.J. Warnuck, eds.), Oxford,1970.

16. Cf. Ph. Bonacich/K.D. Bailey, Key Va-riables, en: H.L. Costner(ed.)Sociological Methodology, San Francis-co, 1971, 221-235.

17. La bibliografía de tales autores es muyamplia. Los dos primeros son espe-cialistas en el Medioevo, mientras el ŭ l-timo lo es en el Renacimiento español.Una de las ŭ ltimas obras de este autur(Estudio de Historia de la Ciencia enlispaña, 1980, ciclostilado), será la basede mi crítica al metodo historiográficode la eiencia usado actualmente enpaña.

18. La interpretación por Menendez y Pe-layo de la recepción del platonisino enEspaña es más ilustrativa del problernade la ciencia en España que la meraacumulación de datos, en la que sepierde de vista, si es que lo hay, el ino-delo de codificación histórica de estos,en tanto integrantes de hechos cien-t íficos.

19. Cf. J. Agassi, Continuity... pá. 613.

20. Este tipo de ntetodología se encuentratanibien en otras áreas de la histo-riografía española contemporánea. J.Fontana, en sta obra La Quiebra de laMonarquth AbsoIuta (Madrid, 1974, 2aed.), incurre en un defecto meto-dológico análogo. Entre una primeraparte, integrada esencialmente pordatos económicos, y una segunda, dehechos políticos, media un nexo causalque puede sintetizarse en una expre-sión tal como "la burguesía tuvo mie-do". El "miedo" puede sin dudatratarse como variable con su propiocausal lag; pero difícilmente en el mo-delo relacional de partida de los datos

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anteriores. En todo caso, unplanteamiento metodológico, como elque mantiene Eontana en dieha obra,

ya de por sí más programático queoperativo—, en el que se sit ŭa el factoreconómico como determinante "en úl-timo lugar". Tiene el peligro de legi-timar una suerte de permisividad meto-dológica, en sentido de adjudicar pornecesidades retŭricas la efectividadcausal a una u otra variable.

21. En el sentido de Ch. S. Peirce. Cf. alrespecto mi artículo: La orga-nizatoriedad del saber en la Esparla delsiglo XVI. Ilacia un Socio-paradigmade la Ilistoria de España, en: RevistaInternacional de Sociología, 1980.

22. Cf. A.W. Imersheim, The EpiTto-m ological Bases of Social Order.Toward Ethnoparadigma Analysis, en:Heise ed.), Sociological Methodo-logy..., 1-15.

23. Tras la idea de "paradigma" de Kuhn,como modelo de análisis de cons-telaciones históricas y su transfor-mación, subyace el mecanismo de falsa-bilidad de Popper, con el consiguienteproblema al no poder explicar el gapque se produce en el lapso de tiempoen la desegregación y la agregación deuna constelación a otra.

24. La construcción, por M. Weber, de los"tipos ideales" en base al criterio de laafinidad colectiva (Wahlverwandschaft)constituye un modelo de correlacionesde variables como eje explicativo de suefectividad causal; eUo presupone laintemporalidad del material histórico.

25. R. McKeon, T'he Organization of Scien-ces and the Relations of Cultures ln theTwelfth and Thirteenth Centuries, en:E. Murdoch/E.D. Syllaries (eds.), TheCultural Context of Medieval Learning.Proceedings of the First IntemationalColloquium in Philosophy, Sciencesand Theology in the Middle Age — Sep-tember 1973, Boston, 1975, 151-184.

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26. Ibid. pág. 166; Ch. H. Haskins, TheRenaissance of the Twelfth C'entury,Cambridge, 1933, pág. 195.

27. Esto se observa claramente en la tra-ducción y recepción por Gundisalvo (s.X11) de las clasificaciones de las cien-cias de Alkindi (s. IX), Alfarabi (s. X) yAvicena (s. XI). Cf. al respecto B.M.Kedrow, Klassifizierung derWissenschaften, I. Bd., Küln, 1976,págs. 58 sigs. Tambien: R. McKeon,The Organization of Sciences... pág.159; N. Lobkowiez, Theory and Prac-tice: Ilistory of a Concept from Aris-totle to Marx, London, 1970, págs. 11sgs.

28. Ch. H. Haskins, The Renaissance...págs. 16 sgs.

29. R.C. Dales, 71e Achievement of theMiddle Ages, Philadelphia, 1973, pág.5. El carácter migratorio que se observaen las universidades medievales res-ponde bien al carácter autónomo detales organizaciones, bien a la perviven-cia de un modo propio de la tradiciónárabe, pero difícilmente al carácter va-gabundo de los estudiantes (cf. R. Mi-chels, Elnige Materialien zur Geschi-chte und Soziologie des italienischenHochsc hulwesen, en: Archiv fŭ r Sozial-wissenschaft un Sozielpolitik, 60, 3,1931, 542-576, pág. 543.

30. Ch. H. Haskins, The Renaissance...págs. 36 sgs.

31. Ibid. págs. 285 sgs. G. Beaujouan, LaSclence en Espagne aux XlVe et XVesiécles, París, 1967; y A. Feghali, LaScience Arabe en Espagne du )(e auXlle siécle. L'empreinte scientifiquemarquée par les écoles de Toléde et Sa-lerne dans la peninsule iberique, en:Archivo lberoamericano de Historia deta Medicina y Antropología médica,VIII, 1956, 145-147. V. Rose. Pto-lomaeus und die Schule von Toledo,en: Hermes, 8, 1874, 327-349.

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VAR IA IILES Cl,A VE Y EL ORIGEN DE LA CIENCIA EN ESPAÑA 129

32. Cf. Ch. 11. Haskins, The Renaissance...pág. 331; R.C. Dales, The Achieve-otent... págs. 9 sgs. Con todo, el temade la recepción del aristotelismo cs unproblerna complejo desde el punto devista de la historia de sus efectos (cf. S.Stelling- Michaud, l. llisroire des Uni-versités 014 Aloyen-Age et à la Re-naissance au cours des-vingt-einq der-niéres A,inées, en: Rapports • du XleCongres International des Sciences Ilis-tori(lues, Uppsala, 1961, 97-143, págs.102). Mientras la recepción del Aris-tóteles de Averroes, en el Medioevo, dalugar a una disociación entre razón y feque posibilita la autonomía del pen-sainiento (( . Beatijouan, Lll Seienee...

9), su recepción en el siglo XVI valigada a una •uneionalidad dogmá-tico-pedagógica (cf. Ch. 13. Schinitt,Philosophy and Seit'llee in SiXiCell111-Ceitinry Universities: Some Prelimi-nary Comments, en: Murdoch/Sylla(eds.), • hc Cultural Context...,485-530, pág. 490.

33. Cf. S. Stelling-Miehaud, L'Ilistoire delUniversités... pág. 110.

34. Ihid. l'ág. 98. (711 F. M. Powicke, Bo-logna, Paris, Oxford: Three Studia ge-neralia, en: id., Ways of Aledieval Lifeand Thought, London, 1949.

35. Es la tesis de II. Denifle (Die Entste-hung der Universititten des Alittelaltershis 14o0, Berlín, 18851, asurnida porLazarsfeld en: 31. Woolf (cd.), Quantifi-eacion, pg. 162, n. 35.

36. H. liaskins, The Renaissance... pág. 76.Una variable residual se sit ŭ a al margende un sistema de variables correla-cionadas para dar cuenta dc las varia-eiones de éstas no explicables desdeellas mismas lef. K. ('. Land, Prineiplesof Path Analysis... pág. 6). Una variableillSi es una variable (observa-ble o no conto puente explicativocatasal-eorrelacionall entre variables

respeetivamente no-observables u ob-

servables (cf. R.M. Hauser/A. S.Goldberger, The Treatment of unohser-vahly. Variahles in Path Analysis, en:H.L. Costner (ed.), Sociological Me-thodology, 1971, 81-117, esp. pág. 84:M. Lyons, Techniques for using Ordi-nal Aleasures in Regressiott and PathAnalysis, cn: II. L. Costner (ed.), So-ciological... 1971, págs. 163 sigs.). Laidea de "instrumental", así entendida,no es muy distinta de la supuesta en elconcepto parsoniano de "orientacióninstruntental" (cf. T. Parsons, •heSocial Systems, N.Y. 1951, pág. 491.Esta supone el carácter instrumental delas variables en juego (Pág. 49). Conello se diluyen las relaciones de tempo-ralidad.

37. F. M. Powicke, Reflections on the Ale-dieval State, en: Ways... págs. 142 sgs.

38. Sobre la división del trabajo entre gue-rreros y campesinos ef. M. Wevcr,Wirtschaft und Gesellschaft (Studie-na usgabe hrsg. v. J. Winckelmenn.Berlín, 1964), págs. 796 y. 195, 1038,1096. Para Marx tal división del traba.ioes lo característieo del feudalismo in-troducido por Carlomagno (cf. DasKapital, MEW, XXIII, pág. 755, n. 211:XXV, pág. 612). La diferencia entreMarx y Webcr residiría en que, paraMarx, tal división social del trabajo vaacompañada de la propiedad materialde los medios de producción por partedel artesano y los siervos de la gleba.Marx especifica así lo peculiar de laépoca pasada respecto de la presente.Mientras que, Weber, busca identificaren cl pasado situaciones análogas a lasdel proletariado moderno, carente éstede la propiedad de los ntedios de pro-ducción. Marx parece plantearse asi elproblema del conocimiento históricoconto cl de la relación entre presentes-pasados y pasados- presentes, mientrasque Weber, en base a una lieurísticaanalógica, fundamenta una staerte deformalismo coneeptual eonto eje in-temporal del análisis histórico.

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JOSE VERICA

39. (1. 11. Haskins, The Rettaissanee... pág.16.

40. Ibid, pág. 359.

41. Se trata de una interpretación generali-zadora tle la idea de Marx sobre elMediuevo,.contrapuesta a la weberianadesarrollada por P. Honigsheim, ZurSoziologie des Mittelalters (Die soziolo.gisehe Bedeurung des nomittalistischen

en: M. Palyi (lgr.),Erinuerungsgabe fiir Mars IVeber, Bd.11, Miinelten/Leipzig, 1923.

41. Ll pasado es "el modo existencial delbis tiempo" S. Pevice, Colleered l'a-

pers, Hartsborne/P. Weiss,(ambridge, Mass. 1965, vol. S. pág.312). evidente que las eateguriastienen una t.•structura temporal 1cf. K.Marx, Grundrisse der Kritik der politis-chen Okonomie (Roltentwurf),1857-58, Frankfurt/Wien, pág. 22 so-bre el carácter "antidiluviano" de lascategorías; y también id. Die deutselieIdeologie, MI.W, 3, Berlin, 1962, pág.62, sobre el desarrollo del dereeho ro-mano).

42. (:f. F. M Powieke, Refleurions on theMedieval State... págs. I 36 sgs.

id, The Origins of •ranee, en:Ways of Medieval Life and Thought...89-114: "Cuando los legisladores lasrrelaciones feudaleslempiezan a definirhan iniciado ya su transformación enrelaciones del estado nacional" (93)."1-rancia se "transformó en un estado

•eudal ŭnico al transformarse en unanación" (99).

43. La idea de Marx de que "en la eienciaun individuo puede realiz.ar la tarea ge-neral", en sentido de que "nt) es yacosa del individuo sino de la sociedad"11(ritik der Ilegelseben Staatsreehts...lg-2671, entiendo que bay que relativi-zarla, por lo que a la realidad de lacueiicia respecta, a la sociedad espe-

eifica de que se trate. l'ara el esqueniaen Marx de la dualidad estitérieo/exoté-rieo y Kritik... pág. 206. I.o esotérico/exotérico en Marx son formas del dis-curso, que, en relación a la dieotomíap ŭ blico/privado eorno organizatoriedadlinstitucionall de las formas sociales,da lugar a la contraposición eiencia/especulación. En Weber, la referencia alo esotérico/exotérico tiene un caráctersubstantivo relativo a los contenidosdel diseurso, posibilitando desde alii lacomparación formal, intemporal, de laseulturas y de la historia (Ge.va -Ire-Aufsárze zu• Religionssuziologie, 1-111,Túbingen, 19201.

44. I •. sta idea reeorre la obra de NiklasLutunann.

45. Parsons, The Social Systetn, N.Y.,1951, págs. 335 sgs. R. Stichweb, DieDifferenzierung der Wissensehaft, en:Zeitsehrift fur Soziologie, 8, 1979,82-101 pág. 84. if. n. 36 de este tra-bajo.

46. M. Asin Palacios, Abenmasarra y su Es-euela. Origenes de la Filosofía Ifis-pano-Musulmana, Madrid, 1914, pág.17.

47. Cf. Ch. 11. Ilaskins, The Retraissanee...págs. 279 y 304: R. R. Mekeon, TheOrganization of Sciences... págs. 152sgs. y 188; N. Daniel, The Arabs andhledieval Europe, London, 1975, pág.17. Asín Palacios opina que San Isi-doro, como Séneca y San Julián, noeran verdaderamente conocidos en la

• spaña de su época (Abenmasarra...pág. 16).

48. M. Asin Palacios, Abenmasarra... pág.23, n. 1.

49. R. Menéndez Pidal, La • spaña del2 vols., Madrid, 1929, pág. 92. N. Da-niel (The Arabs... págs. 33 sgs.) narra einterpreta el viaje del obispo Fulogio a

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V,1 RI,tllI.LS C/..-1 ()11 lGEN DE LA CllNClA EN ESJAÑA 131

l'amplona como expresivo de la po-breza intelectual de la España eristiana.

50. Para N. Daniel (The Arahs... págs. 33sgs. ) el caso de los Mártires deCŭ rdoba es expresivo de la resistenciacultural de los eristianos. Cf. tambiénG. Beaujouan, La Seience eu Espagne...pág. 9. R. Menéndez Pidal, La Españadel Cid. pág. 92.

51. Ch. 11. Haskins, The l?enaissance... pág.42. La atraeción de Toledu como een-tro cientítico desde su conquista porAlfonso VI se debió a la pervivenciala actividad científica que había tenidocon los árabes (V. Rose, Pwlemaeusund die Schule von Toledo... pág. 337).

5 1. Cli. 11. Haskins, The Renaissance...págs. 285 sgs.; C. Beaujouan, LaScience... págs. 9 sgs. Había españolesconto Juan de Sevilla, Domingo Gundi-salvo y otros; pero fueron extranjeroscomo Gerardo de Cremona, Hermannde Carintia, Abelardo de Bath, y mu-chos más, quienes se alzarán en recep-tores por antonomasia de la eiencia ára-be. (EI artículo de V. Rose, Prolema-eus..., aporta al respeeto una gran do-eumentación de inanuseritos). Cuantoinenos ello es expresivo de un mayordesarrollo organizatorial interno y ex-terno europeos.

53. Es la tesis de Asín Palacios, especial-mente puesta de relieve en su obra, ElIslam Cristianizado, Madrid, 1931.

54. Sobre las características cognitivas yexpresivas del lenguaje mistico Cf. M.Asín Palacios, El Islam Cristianizado...

55. Cf. G. Della Volpe, Eekart o della Filo-sofia miStira (Opere vol. l, Roma,1972, 213-461). H. Bluntenberg, Cusa-ner und Nolaner: Aspekte der Epo-chensch well( Die Legitimitát derNeuzeit. Frankfurt, 1966, 435-584).Este aspecto ha sido poco estudiado enrelación a la mistica española.

56. Cli. 11. Haskins, The l?enaissance... pág.41.

57. R. Menéndez Pidal, La España delCid... pág. 92.

58. Ibid. págs. 255 sgs.

59. La organización erípitea de la aseéticamusulntana sirve a la organizatoriedaddel pensamiento filosófico en un con-texto político dontinado por la orto-doxia clerical musulmana (M. Asín Pa-lacios, Abenmasarra... pág. 22). Aná-logamente, en la España cristiana, latradición mistica, en un contexto po-lítieu dominado por la publicidad de laortodoxia, no evoluciona hacia orga-nizaciones del tipo de lo que serían loseírettlos herméticos del Renacimiento,antesalas del pensamiento científicomoderno (Cf. F. A. Yates, Theliermetle Tradltion in Renaissance, en:Ch. S. Singleton (ed.), Art. Science andilistory in the Renaissance. Baltimore,1967, 239-254, píg. 242). Por un lado,desde la perspectiva interna, puede ex-plicarse esto por la ausencia de una tra-dición •irme del Platonismo en España,que adupta un carácter meramente ins-tintivo. (Cf. M. Menéndez y Pclayo, Delas Vicisitudes de la Filosofía Platónicaen España (1889-90), en id. Ensayos deCrítica l'ilosófica, Buenos Aires, 1946,27-160, pág. 80); por otro, en lo querespecta a la perspectiva externa, por ladisolución sistémica y sistemítica a quequeda sometida la organizatoriedadexterna micro-social de la cultura. Lapersecución de los judíos, en lo querespecta a la historia de la ciencia enEspaña, hay que entenderla especí-ficantente como formado control y di-solución social de la organizatoriedadexterna que se deriva de la estructuralde glteto en que se organizan los ju-díos, (G. Beaujouan, La Science... págs.12 sg.). Esta podía Ilegar a constituirseen alternativa a la, por cjemplo, estrue-tura universitaria como organizaciónpŭ blica del saber. De ahí el mecanismo

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JOSE VERICAT

61. Los bienes de la Iglesia visigoda soninalienables, distinguiéndose en las pro-piedades de un Obispo entre las propiasy las de su cargo (cf. Barbero/Vigil, 1.aFormación... págs. 54 sgs.).

de generalización y publicidad por elque a todo científico se le viene a cali-ficar de judio (ibid. pág. 13).

60. Cf. J. Beeler, Warfare in Petedal Euro.pe, 730-1200. I thaca, 1971, págs. 153sgs.; A. Barbero/M. Vigil, La Forma- 61.ción del l'eudalismo en la Peninsula bisIbérica. Barcelona, 1978; págs. 21 sgs.,y 155 sgs.; Cf. también: R. MenéndezPidal. La España del C'id... págs. 102sgs. La obra de Beeler, weberiana en elmétodo y en la teoría, deriva su signi-ficación de la atención prestada a la or-ganización militar en conexión a la so-ciedad y a la política; cl ejéreito sirve,como afirma Weber, de anatomía de lasociedad. La obra de Barbero/Vigil, su-gestiva en lo teórico y rica en datos, noes a mi entender coherente desde unpunto de vista metodológico marxista.Por un lado, parte de una concepciónsintetista de las formaciones históricas,más en la línea de las afinidades elec-tivas de Weber o de las individualidadeshistOricas de un Dilthey,que de la con-tradicción material e ideal; incluyendoello la temporalidad de las variables.Por otro, tales autores parecen olvidarque operan con datos correspondientesa textos jurídicos, lo cual exige de unametodología interpretativa específica(cf. al respecto, i. Kirsher, Some Pro.blems in the Interpretation of LegalTexts in the italian city-states, en:A rchiv f ŭ r B egriffsgeschichte, 19,1975. 16-27): y que, en todo caso, hayque evitar tomar, en cl texto, la reali-dad significada por los cfcctos reales.LIn suma, y consiguientemente, inter-pretan históricísticamente a la Iglesia,que reducen a institución feudal. rele-gando su metabolismo temporal buro-crático: a la vez que, por reacción almedievalismo institucional, desconsi-deran sociológicamente lo militar, insti-tución fundamental para explicar clmecanismo de la división del trabajo yla organizatoricdad de la sociedad de laépoca.

M. Weber, Wirtschaft... pág. 464. I.amenos Weberiana de las proposicioneses la que sit ŭa la emergencia del capi-talismo en Inglaterra en base al liechode la inmunización tradicional de la bu-rocracia en este pais ( Wirtschafl. Pág

-654); paralelamente a cOmo la menosmarxiana de las posiciones es aquellacn la que Marx considera inminente larevolución en Inglaterra en base a laexistencia de peclaros inspectores detrabajo (ej. Das Kapital, I, Bol, MEW,23, Berlín, 1972, págs. 15 sgs.). Ln elprimer caso Mcher sustituye la "afini-dad electiva" por la temporalidadcausal mientras que Marx a la inversa,sustituye ésta por la afinidad clectiva.

62. Dicho conflicto queda ejemplificado enla tensión existente entre la necesidadde un ejército público, por parte de lamonarquía, y el hecho de los ejércitosprivados de los magnates. Aquél sebasaba en la exigencia de la partici-pación de todos, vasallos y siervos. da-do el caso, en cl servicio militar; mien-tras que éstos se organizaban como par-te de la división del trabajo entre sier-vos y guerreros. (Cf. Barbero/Vigil,. LaFormación..., págs. 47 scg. y 105 segs.;J. Beeler, Warfare..., págs. 166 y 183sgs.). De ahí, por un lado, la debilidadpolítica y socil de conjunto, y la consi-guiente cscasa resistencia militar pre-sentada a la invasión musulmana (c •. J.Beeler, Warfare..., pág. 7; R. MenéndezPidal, La España del Cid..., pag. 70, n.I ; Barbero/Vigil, La Formación...,págs. 202 sgs.); y, por otro,cléxito fun-cional de la "ideología de la Reco-nquista", resolviendo, a la larga, elconflicto entre nobleza y monarquíaen relaciones semi-carismáticas de fide-lidad, clave de la organizfición militar y

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VARIABLESCLAVE Y EL ORIGEN DE LA CIENCIA EN ESPAÑA 1 33

politica de la Reconquista ((f. Bar-bero/Vigil, La Formación..., pág. 255;R. Menéndez Pidal, La España..., págs.69 sgs.; también: M. Weber, Wirtschartund Gesellschaft..., pág. 172).

63. De hecho la Inquisición es la trasposi-ción institucional de la práctica ju-iurisprudencial (cf. A. DomínguezOrtiz. Los Judeoconversos en España yAmérica, Madrid, 1978, pág. 31);Peroque, cn lugar de un desarrollo metodo-.higico (cf. H. Blumenberg, Paradigmenzu einer bletaphorologie..., pág. 28), re-presenta una articulación adminis-trativa del saber sin control formalalguno (cf. M. Weber, Rechtssoiiologie(hrsg. v. J. Winckelmenn), Neuwied,1967, esp. pág. 112; también págs. 262y 287).

64. De ahí el giro literario de la tradiciónplatónica en España, que afectara a lavida intelectual en general (M. Menén-dez y Pelayo. De las Vicisitudes..., pág.90), y el fracaso de la mistica españolaen constituirse en una sucrte de logosorganizativo del sentido com ŭ n, bienen la linea de la tradición franciscana oen el de la docta ignorantia (cf. M.Asín Palacios, Abenmasarra..., págs.120 sgs.; C.G. Noreña, Studies inSpanish Renaissance Thought, TheHague, 1975, págs. 151 sgs.).

65. El modelo Parsoniano de la acción rela-ciona los diversos subsistemas de unsistema en el sentido del control jerár-quico de la cibernética (T. Parsons,Societies..., pág. 9). La aplicación con-secucnte del modelo cibernético, comoParsons mismo afirma, presupone latemporalización de las variables o sub-sistemas. El mismo no lo realiza. Ein-senstadt es el ejemplo de la aplicaciónde un modelo parsoniano a formacio-nes histŭ ricas sin referencia alguna a ladimensión tiempo (cf. The PoliticalSystems of Empire4 N. Y. 1963; Trans-formation of Sucial, Political, and Cul-

tural Orders in Modernization, en: S.N.Eisenstadt (ed.), Comparative Pers-pectives on Social Change, 256-279,Boston, 1969). En ambos se percibe laimpronta weberiana, dado el tipo dematcrial histórico usado por tales so-ciólogos (Parsons, Eisenstadt).

66. La tensión entre señores feudales y mo-narquía dificulta la estabilización delaparato militar, de lo cual se deriva tra-dicionalmente la superioridad de la mo-narquía sobre aquéllos, y, con ello, enel sentido de M. Weber, la conso-lidación del Estado como organizaciónestable de la monarquía respecto de laguerra (Wirtschaft und Gesellschaft...,págs. 859 sg.). Como sucedáneo losmonarcas españoles tienden adesarro-llar una suerte de vinculaciones litŭr-gicas como base de la obligatoriedaddel servicio militar (ibid. págs. 796 sgs.;y también: págs. 195, 1038, 1096). Deahí el origen no de un Estado absoluto,sino centralizado. El reverso del mismoes sin duda la difusa división del tra-bajo y el consiguiente predominio deuna economía natural (Comparar alrespecto, M. Weber, Wirtschaft undGesellschaft..., pág. 272, y K. Marx,Das Kapital, MEW, Bd. 25, pág. 794).Para la relación entre lo instrumental ylo expresivo de las variables (cf. T. Par-sons., The Social System..., págs. 384sgs.). Ello se relaciona con el hecho deque la burocracia rehuye la publicidad,dando así lugar, en el contexto hispa-nico a una conciencia dislocada (lit ŭ r-gica) (cf. M. Weber, Wirtschaft undGesellschaft..., pág. 580).

67. Historias importantes de la universidadespañola son las de Vicente de la Fuen-te (Historia de las Universidades, Co-legios, y demás Establecimientos de laEnseñanza en España, Madrid,1884-89, 4 vols.), H. Rashdall (TheUniversities of Europe in Middle AgesLondon, 1895, 3 vols.) y e. Ma Ajo G.y Sáinz de Z ŭñiga (Historia de las Uni-

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versidades. Origenes y Desarrollo desdesu aparición hasta nuestros días, 7vols., 1957).

68. La obra de Rashdall sobre las universi-dades medievales aporta un materialimportante para la reflesión socio-

Si bien sus puntos de vista hansido objeto de crítiws diversas (cf. S.Stelling-Michaud, L'Histoire des

págs. 97 sgs. y F. M.Powicke, Rologna, Paris, Oxford...,págs. 152 sgs.).

69. H..Rashdall, The Universities..., vol. II,pág. 63.

70. S. Stelling-Michaud, L'Histoiredes Uni-versités..., pág. 112. La universidadesde Estado aparecerán en Europa en elsiglo XVI con las Ilamadas universida-des "territoriales". (S. D'Irsay, Ilistoiredes Universités Français et Etrangérés,vol. IL Du Xvie stécle a 1860, Par ís,1935, págs. 10 sgs.), asociadas no tantoa la revolución científica como a laeducacional que se desencmdena en estaépoca.

71. Para detalles cf. H. Rashdall, The Uni-verstties..., págs. 75 sgs.

72. Ilecho éste que se prolongaría en Espa-ña hasta 1830 (cf. C. M.a AjO G. ySáinz de Zútliga, Historia de las Univer-sidades..., págs. sgs.). Ls impensableque en una universidad española seprohibiese, por ejemplo, como ocurríaen la de Perugia, la matrícula a o•icialespapales (R. Michels, Enige Materia-lien..., pág. 543). No nos detenemosaquí en la distinciOn entre rector, can-ciller y decano en relación a la auto-ridad otorgante de los títulos (cli alrespecto 1. M. Powicke, Hologna, Pa-rtis, OxfOrd..., págs. I 69 sgs. ).

73. 1 . n la universidad de Salamanca del si-glo XIII hay un profesor de eivil y dosde canónico, con sueldos respec-tivamente de 500 maravedies cada uno;

dotada cada una de las eatedras conuna suerte de adjuntia clut sueldos de300 maravedies. Un las demás disei-plinas, dos de lógiczi, dos de graimitieay dos de medicina, los sueldos son de100 maravedies. Paralelamente, cii launiversidad de Valladolid del sigloXIV, las eatedras de eivil y canlotieoestán dotadas con pagas de 4.000 mara-vedies cada una. adentás de 3.000 paralas adjunt ias de canónico y 200 paralas de civil. Las dos de lógica cueniancon una paga de 1.500 maravedies cadauna, la de inedieina lo inisitio, la defilosofía con 1.000, y la de teología. de

ulterior creación, con 1.500 ( 11.R a shda 11, The págs. 69sgs.).1a preeminetteia universitaria delderecho es aplastante.

74. L:s el caso en las codificaciones visigo-das y en las l'artidas de Alfonso X (S.Munguijón, Historia dcl Derech(i I . spa-tiol, Barcelona, 1927, págs. 44 segs.).

75. Sohre la tensión entre derecho visigodor o nt a n izado y dereelto constiet udi-nario, cf. R. Menéndez Pidal, La 1 • spa-ña del Cid..., págs. 102 sgs. Sobre ladiferencia entre derecho rornano yautóctono Ifu(.ro itt:go), y su distintaaplicación cf. S. Munguijón,págs. 44 sgs. Tal contraposición no seplasmará con todo en polémiw inte-lectual y universitaria Itasta el sigloXVIII, en que la universidad reclantariapara sí la enseñanza del derecho na-cional de Castilla R. Riaza, IlDerechoRomano y el Derecho Nacional en (as-tilla durante el siglo XVIII, Madrid,1929, pág. 22).

76. Cf. C. M a Ajo G. y Sáinz de Zúñiga,llistoria de las Universidades..., pag.28. Ln el siglo IX los Papas establecenun manual de derecho romano para usode las canonistas (rootratte earionice(ompta), pero fue proltihido por Ale-jandro XIII, a principios tlel siglo X111,al servir como base de oposición zi laautoridad politica de la Iglesia iCh. 11.

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VARIAIHE'S CLAVE Y EL URICEN DE LA CILWCIA EN ESPAÑA

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Ilaskins, The Renaissance..., pág.217).

77. II. Rashdall, The pág.95.

78. H. Rashdall, The pág.82; C. Ma Ajo G. Sáinz de Z ŭ ñiga,torlu de las Ilniversidades..., pág. 427.La universidad de Palencia mantuvo ensu breve existencia la enseñanza de lateología mediante profesores proce-dentes de París e Italia; también la deSalarnanea en su primera •undación porAlfunso IX. De •orma estable e insti-tucionalizada nu se introduce sin em-bargo hasta la reforma de la universi-dad de Salamanca por Benedicto X111,reafirmándnla Martín V en 1418. En launiversidad de Valladolid, surgida co-ino continuación de la de Palencia, Cle-mente VI la exeluía sin embargo expre-samente en sus estatutos. Y si la huboen la de Huesca, fundada por Pedro IXen 1354, fue por no mediar en la fun-daeión de dieba universidad autori-zación papal alguna (H. Rashadall, The

págs. 92 sgs.; S.Stelling-M ichaud. L'histoire des Univer-sités..,pág. 113.

79. S. Stelling-Miehaud, L'Histoire delversirazs pág. 100; I :. M. Powicke,Boiogna, Paris, Oxford..., pág. 159.

80. G. Beaujouan, La Science..., pág. 31.

81. Cf. R. Bendix, Why Nationalism? Re-lative Backwardness and IntelectualMobilization, en: Zeitschrift fiir Sozio-logie, i, 1979. 6-13. Desde Fichte, almenos, toda la literatura sobre el nacio-nalismo reconoce en la dimensión inte-lectual una de sus variables más rele-vantes.

En la earta fundacional de la uni-versidad de Lérida, Ilevada a cabo porJaime II en 1300, siguiendo el modelode la de Nápoles, fundada por Federico

se da un intento de movilización in-telectual. Así se aduee como mot ivo dela fundación, ut nec potissime nostrosfideIes et subditos pro investigandisscientiies nationes peregrinas expetere,nec in alienis ipsos oporteat regionibusmendicare. Sc trata; con la fundaciónde la universidad, de clevar el nivel in-telectual nacional: (n)os attendentesquos in partibus Hispaniae ex dejectustudiorum et literaturae multa et into-lerabilia detrimenta animarum pro-veniunt. En la carta fundacional seprohibe impartir la enseñanza del de-recho, de la medicina y de la filosofía

•uera de la universidad (II. Rashdall,The Universities..., pág. 92, n. I). Nohay duda que esto responde en parte ala posición diferenciada del reino deAragón en relación a lo científico; sibien desde el punto de vista de lahistoria de los efeetos la organizacióneinetífica siguiera con matices la for.tuna de la política española.

82. C. M a Ajo G. y Sáinz de Z ŭ iiiga, Histo-ria de las Universidades..., págs. 291sgs.; G. Beaujouan, La Science..., pág.11. Sociológicamente la institu-eionalización de la ciencia en la uni-versidad debiera situar al científico co-mo parte del sistema ocupacional de lasociedad (cf. T. Paisons, The SocialSystem..., págs. 335 sgs.).

83. En los estatutos de la universidad deSalamanea la palabra natio se aplica ala división de estudiantes por grupos dediócesis. En un sólo grupo, el de Bur-gos, se incluyen conjuntamente los es-tudiantes procedentes de regnis Ara-gonie, Navarre vel alia quancunque na-tione extranea (H. Rashdall, 7'he

pág. 84 n. I); sin duda nodebieron ser muchos los de fuera al nopoder Ilegar a formar un grupo propio.F:n los estatutos de la universidad deLérida estaba previsto que el rector de-biera pertenecer por turno a cada natiode las existentes en la universidad; de

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hecho se vio reducida a catalanes y ara-goneses, al no haber apenas estudiantesde otros lugares (H. Rashdall, The Uni.versities..., pág. 100). Sobre el caráctercorporativo de la idea de nario cf. S.Stelling-Michaud, L'Histoire des Unt-versités..., págs. 123 sg.; R. Michels,Einige Materiallen.... pág. 542; 1. 1 .1n-gels, Erganzung und Nachtrag zum 111.Buche des "Kapital", MEW, 25, pg.910.

83. C. Ma Ajo G. y Sáinz de Z ŭ tliga, His-toria de las Universidades, pág. 30.Tambien: G. Reynier, La Vie univer-sitaire dans l'Ancienne 1..-spagne. París/Toulouse, 1902; A. Bonilla y SanMartín, La vida corporativa de los est u-diantes españoles en sus relaciones conla historia de las universidades, Madrid,1914.

85. S. Stelling-Michaud, L'Histoire des Uni-versités..., pág. 113.

86. Es la tesis de la importante obra deR.L. Kagan, Students and SOCietY

carly modern Spain, Bal t itno-re-London, 1974.

87. La interpretación de Powicke, si-guiendo la de Rashdall, de studiumgenerale y universitas, viene acorresponder a la presentada aquicomo organización interna y externadel saber (c •. Hologna, Paris, Oxford...,págs. 163 sg.).

88. I. Kant, Der Streit der Fakultaten(1898)(Werke, Bd. (I, hrsg. v. W.Weischedel, Frankfurt, 1964). 1 . 1 sis-tcma ocupacional (Parsons) chnllevauna distribuciOn y jerarquización delsaber, y, por tanto, conforma consi-guientemente la conciencia p ŭ blica;más exactamente, articula la publicidadmisma de la conciencia colectiva (cf. J.Vericat, Ciencia y Universidad en Espa-ña. Tesis para una Sociologia de laCiencia, en: Ciencia y Pensamiento, di-ciembre, 1979, 13-18).

LLULL. Octubre 1980