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UNIVERSIDAD DON BOSCO
FACULTAD DE CIENCIAS Y HUMANIDADES ESCUELA DE TEOLOGÍA
INTRODUCCIÓN A LA TEOLOGÍA
PORTAFOLIO DE
EVIDENCIAS
Seminario Santiago Apóstol, Martes 07- Septiembre de 2014
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INTRODUCCIÓN
El presente portafolio es una guía o herramienta formativa, la cual, posee diversos
elementos que beneficiarán y fortificarán la retroalimentación de los diversos temas que se
formulan, para desarrollar a lo largo de este segundo periodo. El cual contiene inmerso el
desarrollo de los contenidos en los cuales podemos encontrar de forma condensada y
desarrollada las temáticas propuesta a desarrollar en este curso Introductorio a la teología.
En el cual se tendrá presente la metodología o uso de los resúmenes, para cada uno de
ellos. Que tiene como finalidad, realizar una recopilación de los contenidos y actividades
realizadas en este periodo y otra de ellas, que es quizás la más importante, lograr una mayor
comprensión de los contenidos; para obtener así una enseñanza-aprendizaje favorable para
nuestra formación cristiana.
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OBJETIVOS
Analizar y realizar resúmenes de los contenidos ya, establecidos para la segundad
unidad del segundo periodo, del año lectivo.
Identificar el proceso histórico y contextualización, que conlleva el estudio de la
teología patrística.
Presentar en forma condesada y ordenada, los contenidos y evidencias realizadas a lo
largo de este segundo periodo.
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REFLEXIÓN INICIAL
Agorzomado creo que al iniciar esta nueva experiencia, en la que nos enmarcamos en el
desarrollo de una nueva unidad de este segunda periodo, puedo decir que, desconozco a
ciencia cierta, algunos de los contenidos y otros que en relación a la formación he logra
mencionar, como es la época patrística en relación a la filosofía y un pequeño esbozo de la
Teología y, otros que me parece sumamente importante su estudio, como es el caso de
varios de los Padres de la Iglesia, de los cuales desconozco, su vida, pensamiento y obrar;
aunque algunos ya se me hacen conocidos en el área filosófica, como es el caso de San
Agustín y Santo Tomas de Aquino.
Quizás uno de los retos que me tocara enfrentar, para la elaboración de este portafolio,
es lograr concretizar un estudio más profundo de toda esta gama de contenidos a
desarrollar. En la que me embarga una inquietud y es el hecho de poder abarcar todos los
contenidos solo en el estudio, sino en comprensión para mi persona.
Ahora bien mis expectativas son muchas por sé que con este estudio podre lograr una
profundización más fiable, para mi conocimiento y al mismo momento veo una gran
ventaja ya que, mi conocimiento se reforzara y al mismo tiempo podré con esfuerzo
aprobar la materia de Introducción a la Teología.
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Tema 1: Contextualización de la teología en la época patrística. Ejemplos: San Ignacio, San Ireneo, Orígenes.
Tema 2: Teología de San Agustín: el tema del pecado y la antropología
Tema 3: Teología de los primeros concilios
Tema 4: Contextualización de la teología en la época medieval. Ejemplo: San Anselmo
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TEOLOGÍA SIMBÓLICA DE LA PATRÍSTICA
La teología patrística abarca un período de seis siglos, desde las generaciones
inmediatamente posteriores a los apóstoles hasta la de los que prepararon la teología
medieval.
Contexto y desafío:
Al principio, el cristianismo tuvo que enfrentarse con el inmenso desafío de exponer en
la cultura helénica su Buena Noticia.
Después de la paz constantiniana la Iglesia corre dos grandes peligros:
a) Helenizar su doctrina.
b) Secularizarse.
Los Padres responden a estos desafíos manteniendo el fermento evangélico en los
aspectos existencial, práctico e intelectivo.
Características de la teología patrística:
a) Bíblica: interpretación simbólica de la Escritura, hermenéutica alegórica.
b) Litúrgica: considera a la liturgia como primera teología.
c) Crística y eclesial: en su visión teológica, los Padres contemplan el cosmos, en su
totalidad, centrado en Jesucristo.
d) Creativa, in-culturada y plural: la patrística marca la inculturación de la fe cristiana en
el helenismo. La Iglesia vive un período de creatividad y expansión.
Se crea un rico proceso pedagógico de intentos, correcciones y aciertos en la elaboración
de los datos de fe.
Evaluación crítica:
• La patrística tiene un valor inmenso para la teología actual, (los contenidos, y la
reflexión sobre la fe al servicio de la Iglesia en el mundo).
• La exégesis patrística marcó el imaginario cristiano y su formulación.
• La patrística es iluminadora, al hablar ahora de la inculturación.
• Las escuelas teológicas contribuyeron a la profundización de la verdad revelada.
TEMA Nº1. CONTEXTUALIZACIÓN DE LA TEOLOGÍA EN LA ÉPOCA
PATRÍSTICA.
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• La teología simbólica, generada en la patrística, inicia la superación de cierta
“frialdad” pretendida por cierto objetivismo científico.
• La liturgia, en la teología patrística, modela la relación original y fecunda entre
pensar y celebrar la fe.
La patrística también presenta algunos límites:
Menor atención al concreto histórico y al valor profético de la fe.
El compromiso creciente con el poder imperial.
En el ámbito de la elaboración ontológica-metafísica del dato revelado, los padres
no consiguen una filosofía homogénea.
ALGUNOS PADRES MÁS DESTACADOS:
San Ignacio de Antioquía
Ignacio obispo de Antioquía en tiempos de Trajano (98-117). Narra, según la tradición,
que había sido enviado de Siria a Roma para ser arrojado a las fieras como mártir cristiano.
Durante su viaje por Asia, bajo la vigilancia de sus guardias exhortaba a las comunidades
de las ciudades por donde pasaba, proviniéndoles sobre todo contra las herejías que
comenzaban a difundirse y exhortándoles a mantenerse adheridos a la tradición apostólica.
Ignacio insiste en la verdad de la «carne» de Cristo, pero Cristo es también «espíritu»:
una realidad sobre humana (naturaleza divina). La unidad de Cristo con el Padre
fundamenta la unidad del cristiano con Cristo. Jesús, «carne» y «espíritu», es la vida del
cristiano.
San Ignacio, insiste sobre todo en la obediencia hacia el obispo, sin la cual no es válida
la Eucaristía; también se destaca su afán por poner en alerta a los fieles contra las
tendencias heréticas; el elogio que hace hacia la comunidad romana; y el espíritu con el
cual se prepara para el martirio.
San Ireneo
Recibió una óptima formación religiosa en Oriente, en Esmirna, a nivel filosófico y
teológico, en la escuela de San Policarpo, de Papías, de Melitón y otros. Tertuliano lo
considera como un «cuidadoso investigador de toda clase de doctrina».
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Las obras literarias de San Ireneo le han valido la dignidad de figurar prominentemente
entre los Padres de la Iglesia.
Ireneo ha sido reconocido como «el último hombre apostólico y el primer teólogo». Su
teología se caracteriza por su carácter anti-gnóstico y por otro lado platonizante. Esto quiere
decir que Ireneo construye una teología fuertemente atenta a las necesidades de su tiempo,
pero siempre preocupado por permanecer fiel a las exigencias de la verdad revelada.
Ireneo vive en el momento de la máxima expansión del gnosticismo, debido a esta
propagación del gnosticismo en las Galias inspiró en el obispo Ireneo el anhelo de defender
el cristianismo de sus falsas interpretaciones.
Los argumentos principales de Ireneo contra el gnosticismo son:
Referente a la relación salvación-gnosis: Ireneo demuestra que sostener la salvación
exclusivamente en el conocimiento, como hacen los gnósticos, significa hacerla imposible
no sólo en la vida presente sino también en la futura.
Sobre la Regla de la Verdad: el «símbolo de la fe» no puede ser una cosa privada.
La unidad de Dios: los gnósticos contraponen el Dios del NT, bueno y amante, al Dios
del AT, considerado vengador. Ante esto Ireneo afirma Dios es siempre uno, soberano del
universo y creador de nuestro mundo y del hombre.
El hombre: Ireneo responde, al concepto hombre planteado por los gnósticos, que la
carne tiene valor positivo, por tres motivos: a) creado por Dios, b) Cristo sea ha hecho
hombre, c) porque es destinada a ser glorificada mediante la resurrección.
La Cristología: Ireneo desarrolla una cristología en dos funciones de la encarnación del
Hijo de Dios: la función soteriológica y la función ejemplar.
Orígenes
Este exegeta, teólogo y filósofo, nació en Alejandría, el año 185, de una familia
cristiana, primogénito de siete hijos. La vida de Orígenes estará marcada por dos grandes
amores: el amor por la Escritura y el amor por el martirio. Después de la muerte del padre,
por la pobreza de la familia, se vio obligado a abrir una escuela de gramática. Murió en la
prisión por los maltratos el año 254.
Orígenes es quizá el autor más fecundo de la antigüedad, ya sea pagana que cristiana: la
lista es sorprendente.
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Obras exegéticas: Las Hexáplas, Los Escolio, Las Homilías, Los comentarios. Obras sistemáticas: De Los Principios, Contra Celso, entre otras.
Orígenes se preocupó por dotar el mensaje cristiano de una base especulativa más
consistente asimilando elementos de la cultura del tiempo y exponiendo los contenidos
según las categorías filosóficas de la época, escritos extraordinarios en la primera mitad del
siglo III.
Orígenes fue un hombre de fe, que conjugó su intensa labor de erudito con la seriedad
del asceta. Siempre se sintió «hombre eclesiástico» y como tal se propuso ser teólogo. Su
punto de partida es la revelación bíblica, que encuentra condensada en la predicación de fe
de la Iglesia. Orígenes tiene la cautela de presentar sus explicaciones como examen y
discusión, más que como afirmaciones netas y definidas. Se distingue de los filósofos
griegos ante todo por su concepción de la providencia. La mayor parte de las obras de
Orígenes son exegéticas.
Orígenes sostiene la doctrina de los dos sentidos, el manifiesto y el escondido. Sentido
literal y alegórico.
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SAN AGUSTÍN: EL TEMA DEL PECADO Y LA ANTROPOLOGÍA.
San Agustín de Hipona (354-430), nació en el año 354 en Tagaste y murió en Hipona el
28 de agosto del año 430. Su padre, Patricio, un pagano de cierta estación social
acomodada, se convierte al cristianismo al final de su vida. Mónica, era una devota
cristiana, siendo así que lo primero que enseñó a su hijo Agustín fue a orar, pero luego de
verle gozar de esas santas lecciones sufrió al ver cómo iba apartándose de la Verdad hasta
que su espíritu se infectó con los errores maniqueos y, su corazón, con las costumbres de la
disoluta Roma. Mónica murió en Ostia, puerto de Roma, el año de 387, asistida por su hijo
Agustín.
Inspirado por el tratado Hortensius de Cicerón, Agustín se convirtió en un ardiente
buscador de la verdad, que le llevó a estudiar varias corrientes filosóficas. Durante nueve
años, del 373 al 382, se adhirió al maniqueísmo, filosofía dualista persa, muy extendida en
aquella época por el imperio romano. En la que después desilusionado por la imposibilidad
de reconciliar ciertos principios maniqueistas contradictorios, abandona la doctrina y se
decide por el escepticismo. En el año 383 se traslada de Cartago a Roma, y un año más
tarde se va a Milán como profesor de retórica. Allí se mueve en círculos neoplatónicos. Allí
también conoce al obispo de la ciudad, al gran Ambrosio, esté, le recibió con bondad y le
ilustró en las ciencias divinas. Y así, poco a poco, renace en Agustín un nuevo interés por el
cristianismo. Un día, según su propio relato, escuchó una voz, como la de un niño, que le
decía: Tolle et legge (toma y lee). Pero, al darse cuenta que estaba completamente solo, le
pareció inspiración del cielo y una exhortación divina a leer las Santas Escrituras. Abrió y
leyó el primer pasaje que apareció al azar: (Rom 13, 13-14). Es entonces cuando Agustín se
decide, y sin reserva, se entrega en alma y cuerpo a Dios, siguiendo su ley y explicándola a
otros. A los 33 años de edad recibe el santo bautismo en la Pascua del año 387. Su madre
que se había trasladado a Italia para estar cerca de él, se llenó de gran gozo.
Agustín regresó al norte de África y fue ordenado sacerdote el año 391, y consagrado
obispo de Hipona, en el 395, a los 41 años, cargo que ocuparía hasta su muerte. Fue un
periodo de gran agitación política y teológica; a la que con entusiasmo refutó
TEMA Nº 2 TEOLOGÍA DE SAN AGUSTÍN: EL TEMA DEL PECADO Y LA
ANTROPOLOGÍA
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brillantemente los argumentos paganos que culpaban al cristianismo por los males que
afectaban a Roma. Combatió la herejía maniqueista y participó en dos grandes conflictos
religiosos, el uno contra los donatistas, y el otro, contra los pelagianos. Durante estos
conflictos Agustín, desarrolla sus doctrinas sobre el pecado original y la gracia divina,
soberanía divina y predestinación.
Una de sus obras más conocidas en su autobiografía es: Confesiones. Otra de sus
grandes obras apologéticas es: La Ciudad de Dios. Y así también escribió 270 Epístolas,
fechadas entre el año 386 y el 429. Entre otros escritos.
San Agustín es el máximo exponente de la teología en la época patrística y uno de los
máximos representantes de todos los tiempos. Sobre todo nos ha dejado su herencia en dos
grandes temas: la gracia y la Trinidad.
Para san Agustín la tarea de la teología es realizar un intellectus fidei, en la razón y por
obra de la razón misma. Es necesaria para defender la fe de los ataques de los paganos y de
las aberraciones de los herejes.
San Agustín tiene plena confianza en la autoridad de las Sagradas Escrituras y de la
Iglesia. La Escritura tiene autoridad divina y, por tanto, infalible, verdadera, suma y segura.
Y de igual autoridad goza la Tradición y la Iglesia.
El método practicado por san Agustín para realizar el intellectus fidei es necesariamente
un método «de lo alto», como la exige la ciencia teológica, la cual no establece sus propios
principios, sino que los recibe de una ciencia superior, la ciencia divina, que se ha
complacido de revelarse a la humanidad en el curso de la historia de la salvación. Su
procedimiento no es de tipo argumentativo, sino más bien introspectivo, interiorista.
En el trabajo teológico san Agustín distingue tres momentos: bíblico, dogmático,
explicativo. Además, san Agustín afirma que las virtudes indispensables para hacer teología
son: fe, esperanza y caridad.
Ahora bien en el campo de la antropología teológica, Agustín pone su atención sobre
todo en tres cosas: el pecado original, la gracia y la justificación.
La doctrina del pecado original: es una doctrina que tiene un puesto especial en la Iglesia
desde tiempos de Ireneo, Tertuliano y Orígenes. Pero hasta que Pelagio la puso en duda,
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diciendo que el pecado de Adán le causó daño sólo a él y no a todo el género humano.
Agustín responde con tres argumentos principales:
- La enseñanza de la Sagrada Escritura (Génesis y San Pablo);
- La práctica litúrgica del bautismo de los niños.
- La experiencia universal del mal y del dolor.
Para Agustín esta doctrina del pecado original es sumamente difícil de comprender, y no
se atreve a dar todos los detalles de la naturaleza de este pecado (sólo dice: concupiscentia
cum reatu. Es por ello que la elaboración agustiniana de la doctrina sobre el pecado original
es uno de los puntos principales de la teología católica. A la cual Santo Tomás sólo dará
algunos retoques, poniendo el acento en sobre la ausencia de la gracia santificante, prevista
y querida por Dios para todos los hombres (S. Theol. I/II, qq. 81-83).
• La doctrina de la justificación: es paralela a la doctrina del pecado original. Agustín
va a decir: la obra de Cristo en nuestro favor, contiene dos aspectos:
- Uno negativo: la liberación del pecado;
- Otro positivo: la gracia, la divinización del hombre mediante la participación.
• La gracia: el fruto de la justificación es la gracia; Dios es el autor único de la gracia.
Dos son los obstáculos principales que impiden la carita o sea la gracia: -la ignorancia de la
mente y la debilidad de la voluntad-.
• El misterio de la predestinación: Dios, ¿a quién concede su gracia? Este es uno de
los puntos más delicados y oscuros de la doctrina de San Agustín. Movido por la polémica
anti-pelagiana fue orientado a asumir una postura de rigorismo extremo.
El misterio de la Trinidad:
Las intervenciones de san Agustín en la clarificación del misterio trinitario han sido
decisivas. Su grandeza de teólogo revela todo su esplendor en el estudio de este sublime
misterio, que por mérito de Agustín recibe su formulación definitiva.
Es célebre aquel intento de Agustín de explicar el misterio de la Trinidad usando la
imagen del alma (que es ya naturalmente imago Dei): la imagen más próxima se da en las
facultades: memoria, inteligencia y voluntad, que siendo perfectamente distintas, sin
embargo constituyen una única sustancia.
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El misterio de Cristo: En un primer momento, interpreta la figura y la obra de Cristo en
sentido ejemplarístico, es decir, ver a Cristo como un maestro de verdades y como modelo
para seguir: Conf. 7, 7,1.
Agustín define la plena realidad teándrica de Cristo, manteniendo la perfecta distinción
de las dos naturalezas, en la unidad de la persona: no dos seres subsistentes y unidos
accidentalmente, sino un único ser, una sola persona, el Hombre-Dios. Tiendo una base
teorética fuerte: la aplicación rigurosa del principio según el cual sólo lo que ha sido
asumido por parte de Cristo ha sido salvado.
El misterio de la Iglesia:
Según Agustín, la Iglesia es toda la humanidad salvada por Cristo y que forma con él un
único Cuerpo. A ella pertenecen «no sólo aquellos que se encuentran en un determinado
lugar, sino cuantos están dispersos por el mundo; no sólo aquellos que existen hoy, sino
aquellos que han existido y existirán, desde Abel hasta el fin del mundo» (Serm. 341).
Agustín también tiene muy claras las notas de la Iglesia: una, santa, católica, apostólica.
De entre ellas pone el acento en la unidad y la catolicidad.
El misterio de la historia:
Agustín será el primer pensador cristiano que elabora una verdadera ciencia de la
historia y que trata de aclarar los principios que la regulan, el orden de los eventos pasados
y futuros, el sentido global que la anima y la guía. La obra en la que estudia este tema
difícil es De Civitate Dei. Tal escrito había surgido por una razón contingente: las
acusaciones que los paganos hacían con insistencia a los cristianos de ser la causa de la
caída del Imperio por haber traicionado la religión de sus padres.
Origen: Dios, que crea los primeros hombres y luego los acompaña en su desarrollo. La
articulación se hace en dos ciudades, celestial y terrena, de Dios y de los hombres. El amor
de Dios y el amor de sí mismo están al origen de las dos ciudades.
No se trata, sin embargo, de dos ciudades con vidas paralelas, como si se tratara de
realidades físicamente e históricamente divididas. «Las dos ciudades en este mundo están
mezclas una en la otra» (19,2).
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LOS PRIMEROS CONCILIOS: NICEA, ÉFESO, CALCEDONIA,
CONSTANTINOPLA I.
Nicea I (325):
Primero concilio ecuménico. Fue convocado, el Papa San Silvestre, y bajo el amparo del
emperador Constantino, sobre todo para dar respuesta al arrianismo. Esta herejía enseñaba
que el Verbo no era Dios en sentido estricto, es decir negaba la divinidad de Jesucristo y su
consustancialidad con el Padre; consideraba que el Verbo era una especie de «Dios
intermedio», el primer «hecho», por medio del cual Dios había creado el mundo. Fue desde
el principio lleno de gracia, y adoptado como Hijo por el Padre en previsión de sus méritos.
Constantinopla I (381):
Fue un Concilio de pacificación, que en tiempo del Papa San Dámaso, se ocupó de las
herejías de los mecedonianos, eunomianos o anomeos. Se perfeccionó el símbolo niceno,
que por esto lo llamamos el credo "niceno-constantinopolitano". Y puso fin a los cincuenta
años de conflictos que desolaron al Oriente cristiano después del Concilio de Nicea.
Asumió su herencia sobre la consustancialidad del Hijo, y afirmó la divinidad del Espíritu
con otras palabras.
Éfeso (431):
Fue convocado por el Papa San Celestino I y presidido por el Patriarca Cirilo de
Alejandría, para dirimir el problema suscitado por la herejía nestoriana. Nestorio, patriarca
de Constantinopla, había prohibido el culto a María «la Madre de Dios», afirmando que
había sido madre solamente de Cristo en cuanto hombre. Tal doctrina ponía en serio peligro
la unidad personal del Hijo de Dios y el Hijo de María, en Jesucristo.
El decreto de Éfeso defiende dicha unidad personal de las dos naturalezas de Cristo, al
afirmar a María como «Madre de Dios», por más que María haya engendrado a Jesucristo
(estrictamente hablando) según la carne: pero es «carne de Dios».
TEMA Nº 3 TEOLOGÍA DE LOS PRIMEROS CONCILIOS
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Calcedonia (451):
En tiempos del Papa San León Magno, se reunió este Concilio para definir bien la
doctrina cristológica, defendiéndola de algunas ambigüedades y posturas heréticas que
negaban a Jesucristo las naturalezas divina o la humana, o las confundían.
Se determinó en una formula bien precisa que en Jesucristo hay una sola persona (uno
solo y mismo Hijo nuestro Señor Jesucristo) en dos naturalezas (la divina y la humana) que
son completas.
Constantinopla II (553):
Convocado por el Papa Virgilio, condenó la herejía de los "tres capítulos", confirmando
la doctrina de los concilios anteriores sobre la Trinidad, la divinidad de Jesucristo y
maternidad divina de María.
Condena siempre el Monofisismo y así también a: Arrio, Eunomio, Macedonio,
Apolinar, Nestorio, Eutiques y Orígenes.
Constantinopla III (680-681):
Afrontó un problema por la mala interpretación de Calcedonia: en la cual aceptando las
dos naturalezas de Cristo, algunos teólogos afirmaban en él una sola voluntad; tal doctrina
se llama monotelismo, y da pie a la afirmación de una naturaleza humana incompleta en
Cristo.
El Concilio definió las dos naturalezas con dos «acciones» y dos voluntades, si bien en
una misma persona.
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TEOLOGÍA MEDIEVAL.
Etapas de la escolástica
Que dentro de ellas podemos mencionar, tres grandes momentos como lo son:
Etapas de la escolástica
Gestación Inicios
Los más destacados
Los más destacados
Anselmo de Cantorbery, Pedro
Abelardo,Pedro Lombardo
Alta Escolástica
Los más destacados
Escuela Dominicana:
Alberto Magno, Tomás de
Aquino, Eckart
Escolástica tardía
Los más destacados
Escuela franciscana:
Buenaventura, Duns Escoto, Guillermo de
Ockham, Gabriel Biel.
La Gestación, s. VII al X.
La Iglesia y la sociedad de occidente viven inmersas en
un cierto estancamiento.
En el que
La cultura grecoromana sucumbe ante las invaciones
barbás en occidente y la asención del Islámico en oriente.
En este contexto
La Teología se taransmite en las escuelas de las abadías y obispales por medio de las obras en su mayor parte, de
compilación y reproducción.
Teniendo así
Una Teología que se limita a la lectura y al comentario de
la Escritura.
TEMA 4 CONTEXTUALIZACIÓN DE LA TEOLOGÍA EN LA ÉPOCA MEDIEVAL
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El esplendor de la escolástica
Los comienzos.
S. X- XII.
•Se dan
Cambios significativos en la sociedad y la Iglesia
•Surgen
Las comunas, corporaciones, ordenes religiosas unificadas, movimientos
de las orrdenes mendicantes. •Nacen
Las Universidades, queimpulsan la Teología.
Los escritos Arístotelicos
Se crea un conflicto entre "tradiconal" e "inovador".
La teología monástica representa la tendencia conservadora. Ejemplo: San Bernardo de
Claraval.
El Esplendor de la Escolástica. S. XIII
Se práctica la Teología en las "escuelas" de tipo Universitario, vínculada a la impaciente vida urbana.
Se enseña sacra doctrina, en el horizonte de otras ciencias o artes.
Se difunde y se utilizan otras obras de Aristóteles. Metafísica, política y tratado del alma
Se descubrieron
Con la entrada de la dialéctica
En este contexto
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Tomás de Aquino, viene a significar la figura máxima e insuperable de la escolástica,
combina rigor teórico, creatividad y osadía. Desarrolla una teología obediente a la
revelación, que responde a las exigencias de la epistemología aristotélica hasta el punto de,
como consecuencia, llamarse ciencia.
San Anselmo: el problema de la redención.
San Anselmo nació en Aosta (Italia) en 1033 de noble familia. Desde muy niño se sintió
inclinado hacia la vida contemplativa. Pero su padre, Gandulfo, se opuso: no podía ver a su
primogénito hecho un monje; anhelaba que siguiera sus huellas. Pero en el corazón de
Anselmo seguía intacta la antigua llamada de Dios.
En efecto, pronto abandonó la casa paterna, pasó a Francia y luego a Bec, en Normandía,
en cuya famosa abadía enseñaba el célebre maestro de teología, el monje Lanfranco.
Anselmo se dedicó de lleno al estudio, siguiendo fielmente las huellas del maestro, de quien
fue sucesor como abad, siendo aún muy joven. Se convirtió entonces en un eminente
profesor, elocuente predicador y gran reformador de la vida monástica. Sobre todo llegó a
ser un gran teólogo; luego fue elevado a la dignidad de arzobispo primado de Inglaterra,
con sede en Canterbury, en donde falleció el 21 de abril de 1109. Y en 1720, el Papa
Clemente XI lo declaró doctor de la Iglesia.
El mérito principal de San Anselmo es, el hecho de haber puesto las bases de la misma
ciencia teológica dándole un estatuto epistemológico propio, distinto de la exégesis bíblica
y distinto de la filosofía: lo define como estudio racional de la fe.
En este sentido, Anselmo no trató nunca de modo explícito la cuestión de la relación
entre fe y razón, mucho menos de la relación entre filosofía y teología. Ya que su objetivo
no es tanto filosófico, sino teológico, y su método es rigurosamente especulativo, racional,
argumentativo.
En una de sus famosas obras: Cur Deus homo, Anselmo enfrenta el misterio de la
redención y, en el contexto de este discurso, también hace un estudio sobre el misterio de
la encarnación.
Su obra intenta dar una respuesta al siguiente dilema, con el cual se quería probar la
irracionalidad de la obra redentora de Cristo: “o Dios podía obrar nuestra salvación
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diversamente o no podía… Si no podía, entonces no es omnipotente; si podía, entonces no
es sapiente”.
A lo que San Anselmo da respuesta: Dios no puede dejar que el hombre perezca (aunque
concede la salvación no por necesidad, sino por bondad y misericordia), ni tampoco puede
salvarlo hasta que alguien no satisfaga por sus pecados.
Por tanto, ya que el hombre debe llegar a la beatitud, su imposibilidad de reparar es la
razón que hace necesaria la redención por obra de Cristo, el hombre-Dios
En el segundo libro de Cur Deus homo, Anselmo da una justificación de la realización
concreta de la redención, a partir de la encarnación del Verbo de Dios. Éste toma la
naturaleza humana de la estirpe de Adán para identificarse con los pecadores y reparar para
ellos; nace de una Madre-Virgen para valerse de la única posibilidad todavía no realizada
en la generación humana y para circundarse de mayor pureza. No es toda la Trinidad que se
encarna, de otro modo no sería el único salvador, y es imposible que tres personas puedan
asumir el mismo hombre en unidad de persona. Solo la persona del Hijo se encarna para
darnos la verdadera semejanza con Dios y liberarnos de la falsa semejanza de Dios que
tienen el pecado y el demonio.
Anselmo examina la impecabilidad de Cristo, su inocencia perfecta que lo haría inmune
a la muerte. Cristo es el único que puede satisfacer:
El valor de esta muerte es infinito, supera inmensamente el pecado porque es la muerte
del hombre que se identifica personalmente con Dios.
En la muerte de Cristo tenemos la redención y la concretización de todas las condiciones
que pide una satisfacción perfecta: la libre voluntad, la inmensidad el valor, la gratuidad.
La muerte de Cristo restaura los pecados e incluso los más graves. Esa muerte hace
sentir su benéfico influjo en todo tiempo, aún en aquel que precede a su realización
histórica.
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REFLEXIÓN CONCLUSIVA
Bueno considero que el estudio realizado ha sido satisfactorio para mi conocimiento, como
también para reforzar algunas ideas bagás que sobre-andaban en la mente, que no favorecen
la fluidez del aprendizaje.
Me parece que el desarrollo de los contenidos propuestos para esta segunda unidad,
vienen a favorecer o a encontrar el verdadero nexo que existe en la historia, y poder ver
como la Iglesia actúa dando respuesta a las incidencias problemáticas que se dan en un
tiempo y contexto determinado y como esta actuó sagazmente resolviendo la problemática
y al mismo tiempo proponiendo vías favorables para contra restar el error o la herejía.
En este sentido este estudio me permitió conocer un poco más de la historia y el
contexto en el o por el cual se dieron los problemas, herejías, etc., y conocer de primera
mano que como Iglesia siempre sea estado en una continua lucha, que de no ser por la
Gracia y Acción de Espíritu Santo que la acompaña, no se hubiera avanzado mucho.
En este contexto es sorprendente la Manifestación que realiza Dios, mediante los Santos
Padres de la Iglesia, quienes dan respuesta a tantas dificultades y proporcionan medios y
métodos favorables para una eficaz resolución. Dando respuesta en el momento o época
precisa (en un contexto determinado).
A consideración personal la época patrística es una época que encierra y marca la pauta
de lo que será todo un proceso formativo y académico que viene impulsado concretamente
por la Iglesia, una Teología que se gesta y van desarrollando con sus mejores lustres a lo
largo y ancho de la historia.
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ÍNDICE
Contenido INTRODUCCIÓN .................................................................................................................. 2
OBJETIVOS ........................................................................................................................... 3
REFLEXIÓN INICIAL .......................................................................................................... 4
................................................................................................................................ 5
TEOLOGÍA SIMBÓLICA DE LA PATRÍSTICA ................................................................ 6
Contexto y desafío .............................................................................................................. 6
Evaluación crítica: .......................................................................................................... 6
ALGUNOS PADRES MÁS DESTACADOS:................................................................... 7
San Ignacio de Antioquía ................................................................................................ 7
San Ireneo ........................................................................................................................... 7
Orígenes .............................................................................................................................. 8
SAN AGUSTÍN: EL TEMA DEL PECADO Y LA ANTROPOLOGÍA. ........................... 10
El misterio de la Iglesia: ............................................................................................... 13
El misterio de la historia: .............................................................................................. 13
LOS PRIMEROS CONCILIOS: NICEA, ÉFESO, CALCEDONIA, CONSTANTINOPLA I.
.............................................................................................................................................. 14
Nicea I (325): .................................................................................................................... 14
Constantinopla I (381): ..................................................................................................... 14
Éfeso (431): ...................................................................................................................... 14
Calcedonia (451):.............................................................................................................. 15
Constantinopla II (553):.................................................................................................... 15
Constantinopla III (680-681): ........................................................................................... 15
TEOLOGÍA MEDIEVAL. ................................................................................................... 16
San Anselmo: el problema de la redención. ..................................................................... 18
REFLEXIÓN CONCLUSIVA ............................................................................................. 20
ÍNDICE ................................................................................................................................. 21
ANEXOS (evidencias).......................................................................................................... 22
GRUPO 1. CONCILIO DE NICEA 325 D.C................................................................... 22
GRUPO 2. CONCILIO DE ÉFESO ..................................................................................... 23
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GRUPO 3. CONCILIO DE CALCEDONIA (451) .......................................................... 24
GRUPO 4. EL CONCILIO DE CONSTANTINOPLA ................................................... 25
ANEXOS (evidencias)
GRUPO 1. CONCILIO DE NICEA 325 D.C
El Contexto histórico en el que este concilio se lleva a cabo en el año 325 D.C, en ese
momento la iglesia está bajo la autoridad del papa san silvestre I y bajo el amparo del
emperador Constantino, teniendo como finalidad dar respuestas a las herejías del
Arrianismo divulgadas por Ario (presbítero de Alejandría en el 318), el cual empezó a
enseñar (influenciado por el Neoplatonismo) y exagerando cierta posiciones de Clemente y
de Orígenes, su doctrina teológica giraba por completo en torno a la unidad de Dios; y
tomando esta unidad de Dios como fundamento, había que repensar todo lo demás. Dios es
el uno por antonomasia; el monoteísmo ya había sido filosóficamente demostrado por todos
los grandes filósofos de la iglesia. Según Ario, que en esto dependía de la filosofía
platónica, el Dios absolutamente uno, trascendente y estable en sí, no tolera ni pluralidad en
sí, ni una relación o vinculación con la materia. La Herejía del arrianismo llegaba a negar el
alma en Cristo que llegaba totalmente superfluo ya que la presencia del verbo en un cuerpo
humano bastaba para hablar de encarnación y constituir realmente a un hombre que es
capaz de parecer debido al plan de salvación ya que el sufrimiento de un alma o de un
cuerpo no tenía el poder de salvar el mundo, en definitiva los arrianos sostenían que
Jesucristo formaba parte de la creación. Tesis en este concilio participaron alrededor de 300
obispos, los culés declararon por medio del credo al cual llamamos de los apóstoles, que el
hijo es engendrado de la misma sustancia del padre. Esto es lo que afirma la verdadera
divinidad de Cristo. Uno de los mayores defensores fue San Atanasio con su postura en
contra de los Arríanos. Pues es el más firme defensor de la consustancialidad, la cristología
de Atanasio es de tipo palabra carne indica a la humanidad entera de Cristo. Atanasio se
preocupa que la palabra no se hiso carne en cuanto que asumió a un hombre, que no se hiso
carne en cuanto que vino a una carne. En definitiva podemos decir que el concilio de Nicea
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convocado el 325, combatió firmemente la naturaleza trinitaria de Jesucristo en contra de
los Arrianos, que Cristo es consustancial al padre.
GRUPO 2. CONCILIO DE ÉFESO
La contraposición entre la orientación de la escuela teológica alejandrina, que acentuaba
la unidad de Cristo, y la orientación divisionista de la escuela antioquena, más sensible a la
humanidad de Cristo, tenía que llegar más pronto o más tarde a una confrontación directa y
de grandes proporciones. Es lo que ocurrió en Éfeso, el año 431, con ocasión del concilio
ecuménico que convocó allí el emperador Teodosio 11. El motivo para ello lo ofreció el
antioqueno Nestorio, patriarca de Constantinopla (428) que - en contra de lo que se había
hecho hasta entonces- criticó el título de «madre de Dios» (theotokos). Las reacciones,
especialmente en el frente alejandrino, fueron inmediatas, Cirilo, patriarca de Alejandría,
transmitió a Nestorio una carta del papa Celestino en la que le invitaba a desdecirse de sus
errores. El obispo alejandrino añadió a esta carta 12 anatematismos, que presentaban la
cristología alejandrina más radical y que ningún antioqueno habría podido firmar. Para
suavizar las tensiones que surgieron, el emperador, a petición de Nestorio, convocó un
concilio en la ciudad de Éfeso, elegida por su posición geográfica accesible, por la facilidad
de aprovisionamiento y quizás también, porque la 1glesia catedral estaba dedicada a la
Madre de Dios, En la apertura del concilio (21 de junio de 431) estaban presentes unos 150
obispos. Faltaba la delegación de Palestina-Siria, guiada por el patriarca Juan de Antioquía.
Después de dos semanas de espera, Cirilo -en contra de algunas opiniones discordantes- dio
comienzo a las sesiones conciliares, que culminaron en la condenación y deposición de
Nestorio, Fueron unos 200 obispos los que firmaron la sentencia. El vencedor de Éfeso fue
sin duda Cirilo, pero fue también una victoria de la "Madre de Dios», dado que este título
obtuvo finalmente un reconocimiento oficial e indiscutible.
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GRUPO 3. CONCILIO DE CALCEDONIA (451)
En este concilio dado en el año 451 d.C, convocado por el Papa San León Magno, para
poder contrarrestar el error del monofisismo que estaba dando en dicha época. El error del
monofisismo giraba en torno a afirmar la que la naturaleza de Cristo, solo era una. Por lo
tanto en este caso Cristo solo posee naturaleza divina. Para ellos la naturaleza divina había
absorbido la humana (diluido). Por consiguiente la naturaleza humana queda desaparecida.
Cristo no es verdaderamente humano.
Ahora bien, el Concilio de calcedonia al contrarrestar dicha herejía pone de manifiesto
a través de la persona del Papa león I, la afirmación de que Cristo es verdaderamente
hombre y verdaderamente Dios. Ente caso se está subrayando la unidad hipostática que en
la persona de Cristo se da la naturaleza divina y la humana. Ente sentido se subraya lo ante
dicho en el concilio de Nicea y Éfeso, donde se afirma la naturaleza humana y divina en
una sola persona; Cristo es consustancial al Padre en su origen divino, y consustancial a
María en su origen humano. En definitiva, en el concilio de Calcedonia, se ha reconocido a
Cristo en sus dos naturaleza, sin confusión ni cambios; es decir, la diferencias de
naturalezas no quedan suprimida por la unión, sino al contrario, quedan a salvo por las
propiedades de cada una de las dos naturalezas, sin división ni separación, y se unen en una
sola persona, y no en un ser separado o dividido en dos personas, sino en un solo único
hijo, Dios verbo, Señor Jesucristo.
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GRUPO 4. EL CONCILIO DE CONSTANTINOPLA
La Iglesia oriental –sobre todo la alejandrina- tuvo dificultades para aceptar las
conclusiones de Calcedonia, además de la agravante de los continuos ataques del Islam.
Justiniano quiso solucionar este problema relacionado con la unidad de los cristianos y con
aprobación del papa Pelagio convoco al concilio II de Constantinopla, que solamente se
limitó a reafirmar la doctrina de Calcedonia y no resolvió el problema del monofisismo,
más bien solamente reafirmo la condena.
Después de su muerte, se manifestó una gestación del monofisismo llamado
monotelismo, que a diferencia del primero, aceptaba que «Jesucristo tiene sí, dos
naturalezas; pero actúa solamente con una sola voluntad, la divina». Esto según la fórmula
propuesta por Sergio, patriarca de Constantinopla, que fue aprobada por el patriarca de
Alejandría, Ciro de Fase. Pero esto generó entre los opositores de Calcedonia una
reafirmación de su postura, lo que llevó a consultar con el papa Honorio, el cual respondió
en una carta que dada la no oposición entre la voluntad humana y divina de Jesús, podía
aceptarse esta doctrina. Lo que hay que tener en claro es que su intención era afirmar que
no podían oponerse las dos voluntades en la santidad de Cristo, pero los orientales le
entendían dos voluntades en sentido metafísico.
Solo después de haberse liberado de los musulmanes en el 678 el emperador Constantino
IV propuso al papa Agatón un concilio. La consulta a todos los obispos occidentales
proporciono la fórmula de fe que sería llevada a la sala conciliar. El concilio se inició el 7
de noviembre de 680 hasta el 16 de septiembre de 681. El concilio condeno la doctrina
monoteísta y a sus autores, incluido el papa Honorio.
Se predicaron dos voluntades en Cristo, no opuestas entre sí, pues la voluntad humana
de Cristo no fue suprimida, sino que sigue sin oposición a la voluntad divina. Así hay dos
operaciones, pero la humana se sujeta a la divina para obrar en comunión de acuerdo a lo
que es propio de cada naturaleza: humana y divina en la persona de Cristo.