The Parental Alienation Syndrome

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Artículo sobre el síndrome de alienación parental.

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  • Cuad Med Forense, 12(43-44), Enero-Abril 2006 117

    The parental alienation syndrome: a way ofmistreatment on childrenEl sndrome de alienacin parental: unaforma de maltrato infantil.

    C. Segura1, MJ. Gil2 y MA. Seplveda3

    RESUMENEl modelo tradicional de familia ha sufrido grandes

    cambios en los ltimos aos existiendo en las ltimasdcadas un gran incremento de separaciones y divorcios.Es importante garantizar el derecho fundamental delos/as menores a relacionarse adecuadamente tanto consu padre como con su madre manteniendo todos sus vn-culos. Sin embargo, hay situaciones en las que existenobstaculizaciones por parte de uno de los progenitores alas relaciones de sus hijos e hijas con el otro progenitorque desembocan en el Sndrome de Alienacin Parental,una de las formas mas sutiles de maltrato infantil, casidesconocida hasta ahora, pero que est cobrandovigen- cia da a da y que produce un grave dao en elbienestar emocional y en el desarrollo de losmenores que lo sufren.

    En este trabajo se estudia el Sndrome de AlienacinParental como forma de maltrato infantil y se exponenalgunas de las conductas maltratantes por parte de laspersonas que lo ejercen. Finalmente, se presentan doscasos extrados de la prctica del Servicio Punto deEncuentro Familiar de Sevilla, donde se detecta la exis-tencia de este sndrome, y se analizan las consecuenciaspsicopatolgicas que estas situaciones desarrollan en lainfancia as como las vas de intervencin.

    Palabras clave: Divorcio, Punto de Encuentro Familiar, Sndromede Alienacin Parental, Maltrato Infantil.

    Cuad Med Forense 2006; 12(43-44):117-128

    ABSTRACTThe traditional model of family has suffered in the last

    years important changes and a great increase of splittingand divorces have been produced. It's important toguarantee the fundamental right of children to be relatedadequately with both parents, mother and father, keepingon all their affective attachments. However, sometimes oneof the progenitors hinders the relationship among the otherone with their children, and it leads to the ParentalAlienation Syndrome, one of the most subtle ways ofmistreatment in children, almost unknown up to now,although it is getting transcendence since it produces animportant damage in the emotional welfare and thedevelopment of children affected.

    Parental Alienation Syndrome is presented in thispaper as a way of children abuse and some kind ofmistreating behaviours, psychopathological consequenceson childhood and the ways to intervene are exposed. Twocases taken from our experience in the Familiar MeetingPoint Service of Seville, where the existence of thissyndrome has been detected, as well as the ways ofintervention are also presented.

    Key words: Divorce, Familiar Meeting Point, Parental AlienationSyndrome, Children Mistreatment.

    Correspondencia: M ngeles Seplveda Garca de la Torre. Punto de Encuentro Familiar de Sevilla. c/ San Vctor n 5, local,41005 Sevilla, Telf.: 954653557; Fax: 954653574; E- mail: [email protected] Licenciada en Psicologa. Experta Universitaria en Criminologa y en Mediacin y Orientacin Familiar. Coordinadora dePunto de Encuentro Familiar de Sevilla.2 Licenciada en Psicologa. Experta Universitaria en Mediacin y Orientacin Familiar. Psicloga de Punto de EncuentroFamiliar de Sevilla.

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    3 Especialista en Medicina Legal y Forense. Experta en Mediacin y Orientacin Familiar. Supervisora del Programa Punto deEncuentro Familiar de Sevilla.

  • El sndrome de alienacin parental: una forma de maltrato infantil.

    INTRODUCCIN:La infancia es la etapa ms bella de la evolucin hacia la madurez, en la que existe una gran

    vulnerabilidad que debe ser protegida. Se considera que la familia es la primera fuerza (en el tiem-po y por su trascendencia) que interviene modulando las experiencias infantiles determinando con-ductas y participando en la personalidad progresiva [1], es en ella donde nos tenemos que centrarpara dar explicacin a las conductas y comportamientos de nuestros menores.

    El modelo tradicional de familia en los ltimos aos ha sufrido grandes cambios, tanto ensus estructuras como en sus interacciones, existiendo en las ltimas dcadas un enorme incremen-to de separaciones y divorcios, que hacen necesaria la creacin de instrumentos procesales porparte del ordenamiento jurdico. As, la legislacin ha tenido que ir adaptndose a las nuevas reali-dades familiares y ha tenido que regular las relaciones entre los hijos de padres y madres separados.A travs del articulo 94 del Cdigo Civil Espaol se establece que "el progenitor que no tenga con-sigo a los hijos menores o incapacitados gozar del derecho de visitarlos, comunicar con ellos ytenerlos en su compaa; el Juez determinar el tiempo, modo y lugar del ejercicio de este dere-cho, que podr limitar o suspender si se dieren graves circunstancias que as lo aconsejen o seincumplieren grave y reiteradamente los deberes impuestos por resolucin judicial".

    Sea cual fuere el miembro de la pareja (madre o padre) con quien conviva el nio se ha degarantizar la relacin con ambos tras la separacin; los regmenes de visitas tienen varias e impor-tantes funciones psicolgicas para el desarrollo de la infancia [2]; las visitas protegen los derechos delmenor de acceso al progenitor no custodio, al igual que los de este ltimo; as mismo, se protegeel vnculo emocional entre el nio y sus progenitores, ya que se le proporcionan modelos de rolalternativos y, por ltimo, se permite al progenitor custodio que descanse de su responsabilidad enla crianza.

    El problema surge no por el hecho de que los padres, responsablemente, decidan ponerfin a su vida en comn, sino cuando se hacen partcipes a sus hijos e hijas de los conflictos que hagenerado la separacin. Entonces los nios se ven inmersos en los problemas de los adultos, toman-do partido en el conflicto, pasando a formar parte de los bloques enfrentados, y reproduciendo lasdisputas de los mayores. En estos casos, la opinin de los menores estar mediatizada, en mayor omenor grado, por el problema en el que estn inmersos y por las presiones que estn recibiendo.En determinados casos, es fcil apreciar como el nio adquiere un papel protector del progenitor alque siente como ms dbil, "el perdedor o el abandonado", ejerciendo una funcin defensora queno le corresponde. Esta funcin puede llevarle incluso a rechazar cualquier contacto con el otro pro-genitor, justificando su postura ante todas las instancias que le pide explicaciones, incluido el Juez.Por otra parte, los menores envueltos en una situacin de ruptura familiar conflictiva sufren unaaguda sensacin de shock, de miedo intenso, teido todo ello por un sentimiento de profunda con-fusin [3], con consecuencias negativas a nivel psicoemocional y conductual [4,5,6]. Estos menorespresentan, con frecuencia, sentimientos de abandono y culpabilidad, rechazo, impotencia e indefen-sin, inseguridad, as como estados de ansiedad y depresin y conductas regresivas, disruptivas yproblemas escolares [7].

    Esta sintomatologa puede verse incrementada al ser presionado para participar en actoslegales derivados del conflicto de separacin, pasando a formar parte de la propia disputa en la medi-da en que sus sentimientos son utilizados como argumentos o armas arrojadizas. Los padres pue-den tomar al pie de la letra esta negativa expresada y utilizarla para descalificarse mutuamente, eincluso pueden decidir llevar a su hijo delante del Juez para que este tambin pueda escucharle yvalorar si es influencia de uno o, por el contrario, la ineficacia del otro, lo que motiva dicha actitud.

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    La persistencia del conflicto, especialmente cuando las disputas se pretenden resolver judicialmen-te, produce un agotamiento mental de quien se encuentra inmerso en l, disminuyendo la capaci-dad atencional para responder de manera efectiva y adaptada a las demandas propias y del entor-no, repercutiendo negativamente en la capacidad de detectar y satisfacer las necesidades de sushijos, especialmente las emocionales. Sin duda alguna los procedimientos contenciosos generan unestrs en los progenitores y en los hijos e hijas que repercuten negativamente en el equilibrio emo-cional de todos ellos, y que llega a ser de tal magnitud que las necesidades infantiles quedan relega-das a un segundo plano, pudiendo llegar a constituir un factor de riesgo de enfermedad mental enla infancia.

    Por hacernos una idea de la magnitud del problema, en Espaa en los aos 2003 y 2004hubo 188.824 y 205.520 Procesos de Familia de los cuales 53.895 en 2003 y 58.542 en el ao2004 fueron de tipo contencioso [8].

    Dentro de los conflictos ms frecuentes que surgen, y a veces de ms difcil solucin judi-cial, son los relacionados con el cumplimiento del rgimen de visitas. En este contexto surge comosolucin alternativa el Programa Punto de Encuentro Familiar, como un lugar neutral, destinado afacilitar el cumplimiento de las medidas acordadas por los Juzgados de Familia y otras institucionescomo la Administracin Autonmica, respecto al ejercicio del derecho de visita o relacin entre el/lamenor y sus familiares, dotados de profesionales que actan interviniendo sobre las familias desdedistintas esferas psicosociales. En el Punto de Encuentro se realizan las visitas de los casos derivadosjudicialmente y a su vez se ejecuta un programa de orientacin e intervencin familiar indivi-dualizado, adecuado a la problemtica de cada caso.

    El problema ms importante y frecuente detectado en los Puntos de Encuentro, tanto deEspaa y resto de Europa como de Estados Unidos y Canad, por la frecuencia que se produce ypor sus graves consecuencias para la necesaria relacin del nio con el progenitor sin la custodia, esel de las interferencias en las visitas por parte del progenitor que tiene la custodia [9], si bien, comoseala Turkat [10], antes de discutir los tipos especficos de interferencia, conviene aclarar lo quesera una conducta de "no interferencia". En este caso el nio no siente la prdida de ninguno desus padres, ya que el progenitor con el que convive anima al hijo y al padre a que se relacionen confrecuencia y se involucren mutuamente en sus vidas. La situacin de no interferencia suele acompa-ar a un rgimen de custodia que funcionalmente conlleva la toma de decisiones conjunta de lospadres a favor de los hijos. Los nios suelen visitar con frecuencia al padre, lo llaman por telfonocuando quieren o lo necesitan y disfrutan de los beneficios de la implicacin de los padres en elcolegio, en actividades extraescolares y de cualquier otro tipo.

    La interferencia sera el caso contrario que comienza con una obstaculizacin leve de larelacin del hijo o hija con el progenitor no custodio y puede llegar a ser de tal tipo que nos encon-tramos ante una verdadera obstaculizacin a la relacin del/la menor con el progenitor no custodiode tal magnitud que constituye un tipo de maltrato infantil cuyas estrategias sutiles, su apoyo en cre-encias socialmente aceptadas y su desarrollo en la intimidad del hogar hacen difcil su descubrimien-to y abordaje. Estos nios, de adultos, tienen una gran probabilidad de ser invlidos emocionales eintelectualmente rgidos [11].

    EL SINDROME DE ALIENACIN PARENTAL:La primera definicin que se realiza sobre esta realidad, es de Richard Gardner [12] en

    1985, que define el Sndrome de Alienacin Parental (S.A.P.) como un desorden que surge principal-mente en el contexto de las disputas por la guarda y custodia de los nios. Su primera manifestacin

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    es una campaa de difamacin contra uno de los padres por parte del hijo, campaa que no tienejustificacin. El fenmeno resulta de la combinacin del sistemtico adoctrinamiento (lavado de cere-bro) de uno de los padres y de la propia contribucin del hijo a la denigracin del padre rechazado.

    Otros autores como Aguilar lo definen como un trastorno caracterizado por un conjuntode sntomas que resultan del proceso por el cual un progenitor transforma la conciencia de sus hijos,mediante distintas estrategias, con objeto de impedir, obstaculizar o destruir sus vnculos con el otroprogenitor [11]. Los comportamientos y estrategias que el progenitor alienante pone en juego sue-len ser sutiles, en la tabla 1 se resumen algunos de los ms frecuentemente encontrados [13].

    TABLA I: Comportamientos y estrategias obstaculizadoras del progenitoralienante. Adaptado de [13].

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    Si bien es cierto que para realizar una campaa de desacreditacin respecto al progenitoralienado, el alienador debe ser consciente de los actos que realiza, tambin es cierto que a menu-do, este no es plenamente consciente de que est produciendo un dao psicolgico y emocionalen sus hijos/as, y de las consecuencias que ello va a tener a corto y largo plazo en el o la menor.Bolaos entiende el SAP como un sndrome familiar en el que cada uno de sus participantes tieneuna responsabilidad relacional en su construccin y por tanto en su transformacin; teniendo encuenta que el elemento principal es el rechazo ms o menos intenso de los hijos hacia uno de loscnyuges, propone modificar la nomenclatura clsica de Gardner por la de Progenitor Aceptado yProgenitor Rechazado [14].

    Cuando el SAP entra en contacto con el sistema legal se convierte en un Sndrome JurdicoFamiliar [15], en el que los abogados, jueces, peritos y otros profesionales vinculados adquierenresponsabilidad en su continuidad. La negativa de los hijos adquiere autntica trascendencia cuandose expresa en un juzgado, ya que se desencadenan entonces acusaciones, bsquedas de explicacio-nes y acciones encaminadas a resolver el problema que hace que la instancia judicial se convierta enparte para resolver el mismo [16], de tal manera que debamos incluirla como un elemento de vitalimportancia de los componentes del Sndrome. El sistema judicial, con la intervencin de los letra-dos, por el privilegiado lugar que ocupan tanto para mantener como agravar el SAP podra incluirsedentro del maltrato institucional [9].

    Es posible identificar diferentes niveles de intensidad en el rechazo que muestran los niosy nias afectados por el SAP: rechazo leve, moderado e intenso [14]:

    El rechazo leve se caracteriza por la expresin de algunos signos de desagrado en la rela-cin con el padre o la madre. No hay evitacin y la relacin no se interrumpe.

    El rechazo moderado se caracteriza por la expresin de un deseo de no ver al padre ola madre acompaado de una bsqueda de aspectos negativos del progenitor rechaza-do que justifique su deseo. Niega todo afecto hacia l y evita su presencia. El rechazo segeneraliza a su entorno familiar y social. La relacin se mantiene por obligacin o se inte-rrumpe.

    El rechazo intenso supone un afianzamiento cognitivo de los argumentos que lo susten-tan. El nio se los cree y muestra ansiedad intensa en presencia del progenitor rechaza-do. El rechazo adquiere caractersticas fbicas con fuertes mecanismos de evitacin.Puede aparecer sintomatologa psicosomtica asociada.

    El rechazo puede aparecer inmediatamente despus de la ruptura o en periodos posterio-res que pueden alcanzar varios aos despus, generalmente asociados a momentos concretos delnuevo ciclo evolutivo familiar. De esta manera se distinguen, siguiendo a diferentes autores, dostipos de rechazo en funcin del momento en que aparecen: primario y secundario, que configu-ran una dinmica relacional.

    DINMICA RELACIONAL DEL RECHAZO:Tras el proceso de separacin puede aparecer un rechazo de los hijos/as en comn hacia

    uno de los progenitores. El rechazo puede ser primario o secundario, el primero como reaccininmediata a la ruptura de pareja y el secundario aparece en separaciones ms lentamente gestadas.La existencia del rechazo a uno de los progenitores va a suponer la aparicin de conflictos en eldesarrollo del rgimen de visitas. Ante esta situacin, uno de los dos progenitores, normalmente elrechazado, pone en conocimiento del rgano judicial la situacin lo que producir un aumento delrechazo del/la menor. Tras esta situacin aparecern mltiples problemas en las relaciones paterno

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    y materno filiales con el progenitor no aceptado. Finalmente tendr como consecuencia directa ladesaparicin de las relaciones filiales por la negativa de los/as menores (Fig. 1).

    Figura 1. Dinmica relacional del rechazo.

    Tal como queda recogido por diferentes autores [14,15,16], se pueden distinguir dos din-micas relacionales en funcin del tipo de rechazo.

    Dinmica relacional del rechazo primario.Aparece en los momentos inmediatos a la separacin. Es propio de rupturas bruscas e

    impulsivas, en las que se dan los siguientes factores: El progenitor rechazado (habitualmente el padre) abandona el hogar de forma inespera-

    da o tras haber iniciado una relacin afectiva extramatrimonial. Los hijos no reciben una explicacin conjunta por parte de sus progenitores acerca de

    lo que est ocurriendo.

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    Descubren que el progenitor rechazado se ha ido a travs del progenitor acepta-do (habitualmente la madre), quien no puede ocultar los sentimientos que ello leproduce.

    El progenitor rechazado intenta que sus hijos se adapten de forma inmediata a su nuevarealidad.

    Los hijos presentan resistencias para ello, pues su deseo es contrario a la ruptura. El progenitor rechazado culpabiliza al progenitor aceptado porque los nios no quieren

    verle y le exhorta para que los obligue. El progenitor aceptado se siente identificado con sus hijos. No puede obligarles. El progenitor rechazado pone la cuestin en manos del juzgado y pide al juez que se

    obligue al progenitor aceptado para que pueda ver a sus hijos. Hay descalificaciones durante el proceso legal que acrecientan las dificultades emo-

    cionales. Los hijos pueden ser llamados al juzgado para expresar los motivos por los que no quie-

    ren ver al progenitor rechazado. A medida que se ven obligados una y otra vez a negar la figura del progenitor rechazado

    van encontrando argumentos cognitivos que justifiquen su actitud. El rechazo se generaliza a otros familiares del progenitor rechazado: abuelos, tos,

    primos. Las familias de origen compiten entre s. Una protege al progenitor aceptado y a los hijos,

    descalificando la actitud del progenitor rechazado. La otra exige una relacin con los hijose intenta apoyar al progenitor rechazado para conseguirla.

    El rechazo tiende a cronificarse.

    Dinmica relacional del rechazo secundario.Tras la ruptura, los hijos mantienen relacin con el progenitor rechazado hasta que un da

    deciden romperla. Existe un conflicto larvado entre los progenitores, que surge cuando deben nego-

    ciar algn aspecto nuevo relacionado con sus hijos: un cambio de colegio, unaspautas educativas, un cambio en el rgimen de visitas, una modificacin de lapensin, etc.

    Los hijos sienten las continuas descalificaciones mutuas que sus progenitores se hacen atravs suyo. Al mismo tiempo "juegan" a darles informaciones contradictorias que gene-ran mayor enfrentamiento entre ellos.

    Ambos progenitores describen cmo sus hijos deben "cambiar el chip" despus de estarcon el otro.

    Las visitas se convierten en algo tensional. El rendimiento escolar puede verse afectado.Pueden aparecer sntomas psicosomticos.

    Los hijos deciden no volver a ver al progenitor rechazado bajo cualquier excusa: formade cuidarles, desatencin, malos tratos.

    Encuentran apoyo y comprensin en el progenitor aceptado. Cualquiera de los dos decide llevar el asunto al juzgado, pidiendo que los hijos hablen

    con el juez. El rechazo tiende a cronificarse.

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    CONSECUENCIAS DEL SAP EN MENORES:Aunque existen an pocos estudios acerca de las consecuencias que un SAP va a tener a

    corto y largo plazo en los/las menores, s se ha podido observar, en lugares como el Punto deEncuentro Familiar, ante la simple presencia fsica del progenitor rechazado, reacciones de ansiedad,crisis de angustia y miedo a la separacin; el progenitor aceptado informa adems de alteraciones anivel fisiolgico en los patrones de alimentacin y sueo, conductas regresivas, y de control de esfn-teres. La sintomatologa observada, coincide con la descrita en la literatura para las diferentes situa-ciones que atraviesan los/as menores que sufren maltrato emocional, a continuacin se exponen losproblemas ms frecuentemente detectados:

    Trastornos de ansiedad: los menores viven el momento de las visitas con un fuerte estrs,en estos casos observamos respiracin acelerada, enrojecimiento de la piel, sudoracin, elevacindel tono de voz, temblores, finalizando en desbordamiento emocional, no pudiendo estar delantedel progenitor rechazado con serenidad y normalidad. En ocasiones para afrontar las visitas, acudena las mismas bajo los sntomas de medicamentos ansiolticos como Clorazepato Potsico(Tranxilium Peditrico).

    Trastornos en el sueo y en la alimentacin: derivado de la situacin anterior, son meno-res que a menudo manifiestan que sufren pesadillas, as como problemas para conciliar o mantenerel sueo. Por otro lado pueden sufrir trastornos alimenticios derivados de la situacin que viven yno saben afrontar, ingiriendo alimentos compulsivamente o no alimentndose, hechos que el pro-genitor alienador suele utilizar para cargar contra el otro, haciendo ver que estos sntomas sondebidos al sufrimiento del/la menor por no querer ver al progenitor rechazado por el dao queeste les ha producido.

    Trastornos de conducta: Conductas agresivas: cuando nos encontramos ante un nivel severo, en el que como

    hemos descrito anteriormente las visitas se hacen imposibles; a menudo se observa enlos menores problemas de control de impulsos, teniendo que ser contenidos en ocasio-nes por los profesionales. Las conductas agresivas pueden ser verbales como insultos, oincluso fsicas, teniendo que frenar la situacin.

    Conductas de evitacin: hay ocasiones en las que los menores despliegan una serie deconductas para evitar enfrentarse a la visita, como pueden ser somatizaciones de tipoansioso que producen una llamada de atencin en el progenitor alienador y que tienencomo consecuencia no pasar a la visita.

    Utilizan lenguaje y expresiones de adultos: a menudo nos encontramos con peque-os/as que verbalizan trminos judiciales, as como tienen un claro conocimiento acercade dichos procesos. Por otro lado realizan verbalizaciones que son un claro reflejo de lafuerte conflictividad que viven y de la postura que han tomado en el conflicto, que es allado incondicional del progenitor no rechazado.

    Dependencia emocional: las/os menores que viven las situaciones que hemos descrito,sienten miedo a ser abandonados por el progenitor con el que conviven, ya que saben,y as lo sienten, que su cario est condicionado. Tienen que odiar a uno para ser que-rido y aceptado por el otro, y ese odio tiene que ser sin ambivalencias; todo ello va acrear una fuerte dependencia emocional para el/la menor. Todo ello va a tener comoconsecuencia la creacin de una relacin patolgica entre progenitor e hijo/a.

    Dificultades en la expresin y comprensin de las emociones: suelen expresar sus emo-ciones de forma errnea, centrndose excesivamente en aspectos negativos. Por otro

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    lado muestran falta de capacidad emptica, teniendo dificultades para ponerse en el lugarde otras personas, manteniendo una actitud rgida ante los distintos puntos de vista queofrezca el progenitor rechazado.

    Exploraciones innecesarias: en los casos severos, pueden darse denuncias falsas pormaltrato hacia los/as menores, estos se van a ver expuestos a numerosasexploraciones por parte de diversos profesionales, las cuales, adems de serinnecesarias, producen una fuerte situacin de estrs. Tambin hace que adopten unrol de "vctimas" de algo que no han sufrido pero que debido a la campaa dedenigracin del progenitor alienado, y a la autonoma de pensamiento, toman comoalgo real, teniendo unas consecuencias devastadoras para su desarrollo psicolgico.

    Ante la presencia de la sintomatologa descrita, indicar que a nivel de relacinpaterno/materno filial, es aconsejable que los menores continen teniendo relacin con el progeni-tor alienado, ya que una de las estrategias que va a utilizar el progenitor alienador va a ser que sesuspenda el rgimen de visitas utilizando tcticas como las descritas anteriormente. Por ello esimportante adems dar pautas y orientaciones adecuadas al progenitor alienado para que durantelos contactos no favorezca con su conducta o verbalizaciones, el mantenimiento del SAP. Dichasorientaciones van encaminadas a no realizar reproches a los menores, ni entrar en sus ataques,teniendo en cuenta que no hablan por ellos mismos, dar respuestas que satisfagan un reproche onecesidad que transmite el/la menor, en los casos en que estemos ante un nivel leve o moderadoen el que se realicen visitas, centrar estas en un ambiente ldico entre ambos, buscar actividadesque sean del agrado del menor, y posteriormente tareas ms personales, etc.

    EXPERIENCIA EN PUNTO DE ENCUENTRO FAMILIAR DE SEVILLA: CASOS PRCTICOS.CASO I:- Persona que ejerce la Guarda y Custodia: la madre.- Persona que ejerce el rgimen de visitas: el padre.- Nmero de menores: 3, Marta, Juan y Aurora, 5, 8 y 12 aos respectivamente.- Antecedentes: 8 meses sin realizarse las visitas. Rechazo de los menores a relacionarse con supadre, denuncias por incumplimiento por ambas partes.- Actitud durante la visita: los menores acuden a Punto de Encuentro Familiar acompaados por sumadre, aferrados unos a otros, compungidos, llorando los pequeos. Manifiestan abiertamente noquerer ver a su padre, mientras su madre les dice: "qu le vamos a hacer, ya queda menos para queesto se acabe, una hora se pasa pronto". Durante la hora que dura la visita, Juan y Aurora perma-necen agarrados a su hermana pequea, sin permitir siquiera contacto visual entre ella y su padre.El nivel de tensin es elevado, incluso hay que intervenir para que cesen las agresiones verbales yhay conatos de agresin fsica teniendo que frenar a Juan. El tono de los menores es de reproche yfrases como: "cmo quieres que tengamos ganas de verte con el dao que nos has hecho t y todatu familia", "nos abandonaste, ahora no te queremos", "no cuidaste de nosotros cuando te necesit-bamos", "un da me obligaste a ir al parque y pas mucho fro","recuerdo que me odiabas cuandoestaba en la barriga de mam" "has denunciado a mam" "por tu culpa mam tiene una compare-cencia en el juzgado" (dicho por la nia de 5 aos), "tu eres un gilipollas". Todo esto lo manifiestan ala vez que se muestran muy nerviosos, frotndose las manos, con sudoracin, respiracin acelera-da y entrecortada etc, manifestando que lo estn pasando muy mal por su culpa, que incluso tienenque tomar Tranxilium Peditrico para venir a verlo, de lo malos que se ponen, culpando nica yexclusivamente a su padre de esto. Su padre intenta aclararles lo sucedido pero los pequeos le

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    reprochan, "padre es el que cuida de sus hijos y t nos abandonaste","por tu culpa estamos as". Elpadre pierde los nervios en la visita, ponindose a gritar delante de sus hijos y dicindoles que: "esono puede ser cosa vuestra. Vuestra madre os come el coco. Aurora, piensa por ti misma, no por loque nadie te diga". Esto no hace ms que empeorar la situacin, ya que Aurora se pone an msnerviosa, deambulando por la sala, gritando, insultando a su padre; exigiendo salir de la sala con sushermanos porque ya ha pasado la hora de visita.

    Al llegar su madre los menores la reciben con un angustioso y prolongado abrazo, mien-tras le cuentan que su padre les ha insultado; su madre, compungida y con rostro de resignacin lesconsuela y acaricia mientras les dice: "ya ha pasado todo, ustedes habis hecho lo que habispodido, si l no quiere cambiar es su problema" y se marchan abrazados los unos con los otros,sin apenas poder caminar.

    CASO II:- Persona que ejerce la Guarda y Custodia: el padre.- Persona que ejerce el rgimen de visitas: la madre.- Nmero de menores: 1, Pablo de 7 aos.- Antecedentes: un ao y medio sin relacionarse con su madre. La madre de Pablo tiene nueva pare-ja, el padre de Pablo tambin tiene nueva pareja, a la que el menor llama "mam". El padre ha inter-puesto varias denuncias contra la madre por presuntos abusos sexuales a Pablo, que fueron investi-gados, determinndose la no existencia de los mismos.- Actitud durante la visita: Pablo acude a Punto de Encuentro Familiar desde hace unos tres mesesaproximadamente para realizar las visitas con su madre. Durante las visitas Pablo dice a su madreque no quiere verla, mientras permanece en una esquina de la sala, paralizado, y, con expresin demiedo, dice a su madre: "tu sabes el dao tan grande que me has hecho"; "s, lo de los abusos y esascosas" "me acuerdo cuando estaba en tu barriga que te acostabas con otros hombres", "mi mamsolo se acuesta con mi pap". Su madre intenta jugar con l, pero en cuanto se acerca unos metros,sale corriendo, gritando. En otras ocasiones pasa toda la visita sin hablar, jugando en solitario o leyen-do una revista, sin contestar a ninguna pregunta que le hace su madre, respecto a cmo le va en elcolegio. El padre de Pablo acude a Punto de Encuentro con el rostro serio, manifestando que l"bastante hace con cumplir la orden judicial", "no puede obligar al nio a relacionarse con la madreque es perjudicial para l".

    DISCUSIN:En estos menores se observan diferentes sntomas, entre otros, que hacen pensar que

    estamos ante una situacin de Sndrome de Alienacin Parental. A continuacin se numeran losCriterios de identificacin de un nio alienado [17,18].

    Presentan un elevado nivel de ansiedad ante la sola presencia fsica de su padre, obser-vndose desbordamiento emocional rompiendo en llanto, sudoracin, agitacin, etc.Manifestando incluso la toma de frmacos para acudir a las visitas.

    Su nivel de ansiedad no se corresponde con lo que verbalizan. Falta de ambivalencia con respecto al sentimiento de odio hacia su padre. Su sentimien-

    to es inflexible, incuestionable. Falta de sentimiento de culpabilidad por la actitud mantenida en la visita con respecto a

    su padre. contribuye activamente. Las razones alegadas para justificar el desacreditar al progenitor objeto son a menudo

    dbiles, frvolas o absurdas.

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    La animadversin hacia el progenitor rechazado carece de la ambivalencia normal en lasrelaciones humanas.

    El nio afirma que la decisin de rechazar al progenitor objeto es exclusivamente propia. El nio apoya reflexivamente al progenitor con cuya causa est alineado. Ausencia de culpabilidad. Se evidencian escenarios prestados Generalizacin a la familia extensa. Los menores cuentan hechos que no han vivido, manifestndolos como propios. Buscan pretextos absurdos para justificar su actitud. Necesitan demostrar a su madre lo mal que han estado con su padre y lo malo que es

    este ("pap nos ha insultado").En los casos expuestos se cumplen la mayora de los sntomas que identifican en un/una

    menor alienado/a, como son: la campaa de denigracin, justificaciones ftiles, ausencia de ambiva-lencia, fenmeno de independencia, ausencia de culpabilidad, generalizacin a la familia extensa etc.Asimismo podramos estar ante un nivel severo en el que las visitas son imposibles y la hostilidadllega a un nivel extremo, pudiendo llegar incluso a la violencia fsica. Los sntomas anteriormentemencionados se presentan con total intensidad, pudiendo los menores quedar totalmente paraliza-dos o mostrando un continuo y abierto comportamiento oposicionista y destructivo.

    Respecto a los progenitores alienantes, con independencia de que sean en un caso lamadre y en otro el padre, ambos coinciden en las caractersticas comunes de considerarse padresperfectos. Utilizan mecanismos de negacin del SAP, estimando adems que el fin justifica losmedios; son creativos en las maniobras de exclusin que utilizan, son al mismo tiempo ingenuos.Son sobreprotectores de los/as hijos/as antes y despus de la separacin. Presentan una identifica-cin patolgica con los/as nios/as En casos extremos pueden desarrollar una relacin simbitica conel nio o la nia y rasgos paranoides, pueden ver alrededor de ellos solo maldad y malevolencia,especialmente proveniente del progenitor odiado.

    El Plan de Intervencin en Punto de Encuentro Familiar se dirige al tiempo de las visitas, aorientar tanto a los menores (en el apoyo a reducir la ansiedad y motivacin a la relacin con el pro-genitor rechazado), como a las familias, tanto al progenitor rechazado como al aceptado. Una cui-dadosa evaluacin del grado del SAP es fundamental para orientar la intervencin, as como valorarel papel que juegan la familia extensa y el sistema judicial, en especial los letrados de las partes. Segnla opinin de diferentes expertos, y coincidimos desde nuestra experiencia en el Punto de EncuentroFamiliar de Sevilla, es difcil salir del SAP a travs del mero cumplimiento de unos encuentros orde-nados judicialmente, el SAP es una situacin compleja que requiere intervenciones complejas ycoordinadas desde diferentes instancias.

    CONCLUSIONES:No garantizar y obstaculizar el derecho fundamental del menor de mantener sus afectos y

    vnculos emocionales con sus progenitores y familiares, es una forma de maltrato que le provoca undao a su bienestar y desarrollo emocional. Existen diferentes niveles en el Sndrome de AlienacinParental que est equiparado a una situacin de riesgo, por lo que desde el mbito profesional habrque tomar las medidas de proteccin del/la menor destinadas a evitar tales situaciones.

    No es fcil que solo bajo la presin que supone una orden judicial pueda solucionarse lasituacin que ha desencadenado un SAP. Si de verdad queremos solucionar este maltrato a los niosy nias debemos abordarlo desde una intervencin teraputica, y no nicamente desde forzar unsistema judicial de visitas.

  • C. Segura et al.

    Cuad Med Forense, 12(43-44), Enero-Abril 2006128

    AGRADECIMIENTO:A Mayka Asenjo, M Jos Durn, Marian Gallardo y dems compaeras de Punto de

    Encuentro Familiar. A Sandra Milln por su colaboracin.

    BIBLIOGRAFA:1. Rodrguez-Sacristn J: El hecho sorprendente del enfermar en lainfancia. En: Psicopatologa del nio y del Adolescente. Universidadde Sevilla, Secretariado de Publicaciones 1995. pp 29-44.2. Hodges W: Interventions for children of divorce. 2 ed. EditorialBouder. Colorado,1991.3. Castells P: Separacin y divorcio. Efectos psicolgicos en los hijos.Como prevenirlos y curarlos. Editorial Cedecs. Barcelona, 1993.4. Fagan P, Rector, R. The effects of divorce on America. The Heritagefoundation, 1973, 2000.5. Hill P: Recent advances in selected aspects of adolescent develop-ment. Journal of Child Psychology and Psychiatry 1993; 34: 69-99 .6. Seijo D, Faria F, Novo M: Repercusiones del proceso de separaciny divorcio. Recomendaciones programticas para la intervencincon menores y progenitores desde el mbito escolar y la administra-cin de justicia. Publicaciones 2002; 32: 199-218.7. Faria F, Arce R, Seijo D, Real S, Novo M: Gua Informativa.Ruptura de parella, non de familia. Editado por Consellera deXustiza, Interior e Relacions. Santiago de Compostela, 2001.8. Anuario Estadstico de Andaluca 2006. Instituto Estadstico deAndaluca.9. Seplveda G de la Torre MA. Experiencia en Punto de EncuentroFamiliar. En: Los derechos de los nios y los procedimientos civiles.Centro de Estudios Jurdicos, 2006 (en prensa).

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