The Panchonomist - Las máscaras del socialismo

download The Panchonomist - Las máscaras del socialismo

of 14

Transcript of The Panchonomist - Las máscaras del socialismo

  • 7/29/2019 The Panchonomist - Las mscaras del socialismo

    1/14

  • 7/29/2019 The Panchonomist - Las mscaras del socialismo

    2/14

    2

    + @thepanchonomist

    El sueo de Starnesvilleo la inmoralidad del Socialismo

    Cuando los hermanos Starnesiniciaron su utopa en la Twen-tieth Century Motor Company deStarnesville, pareca que, por fin,el hombre sera capaz de alcanzaruna sociedad superior a s mismo.El principio proclamado fue acada cual segn su necesidad, decada cual segn su capacidad, talvez el principio ms noble que lahumanidad poda evocar y que sealcanzara a travs de la redistribu-cin socialista.

    Pero la comuna de Star-nesville empez a decaer al pocotiempo. No solo las autoridades,encargadas de la nueva redistribu-cin, empezaron a realizar actosde corrupcin. Algo ms sucedaen la empresa. Se gener una espe-cie de degradacin moral de los in-dividuos. El celo, la envidia y hasta

    el odio eran los mviles del da ada. Cada cual velaba por su botndentro de la reparticin de miseriade los Starnes.

    Poco a poco todos abando-naron el sueo, demostrando unavez ms que el hombre no era ca-paz de tan noble forma de vivir, ydejando al pueblo en ruinas.

    S, sta es una historia de

    La consecuencia detodo el control estatal por unamejor redistribucin fue ms

    enfrentamientos entre ciudada-

    nos, cada uno valindose de

    cualquier medio para conservar

    lo que consideraba suyo.

    (Courtois et al., 1998, 186-187).

    ficcin que narra la fatdica cadade un sueo socialista. (Rand, 1996,607-618).

    Asistimos a una era en quelos filsofos e intelectuales se mi-ran a las caras desconcertados. Vencon frustracin cmo el egosmodel hombre no le permite orga-nizarse en una sociedad utpica.Los humanos no pueden alcanzarun nivel de nobleza que los hagadignos de ejecutar a plenitud unaagenda socialista basada en la mo-ralidad de la redistribucin. Susvicios y conflictos son la causa deldeterioro, no slo econmico sinotambin espiritual, que se narra enla cada de la Twentieth Century.Corrupcin, mentira y confronta-cin son el triste final de todo nobleemprendimiento en este sentido.

    Pero, es esto algo malo? Esel hombre naturalmente malvado e

    incapaz de alcanzar esta mximamoral? O es acaso el poco enten-dimiento de la naturaleza humana

    y el arbitrario enunciar de una mo-ral equivocada lo que ha llevado aestas conclusiones?

    Ningn principio es un valormoral en s mismo, sino que debeser valorado en relacin a un fin.Entonces, bajo qu parmetros semide el ideal redistributivo comouna ideal moral?

    Para Marx, el padre del so-cialismo cientfico, la respuesta noadmita cuestin, pues a travs delmaterialismo dialctico, l alegahaber descubierto el fin al que noslleva la historia y cmo estamosdeterminados por los medios deproduccin y la lucha de clases. Enel mundo capitalista, los mediosson controlados por la burguesaque somete al proletariado. La ni-

  • 7/29/2019 The Panchonomist - Las mscaras del socialismo

    3/14

    Vol.3 No.3 Enero 2013

    Es el hombre naturalmentemalvado e incapaz de alcan-

    zar esta mxima moral?

    O es acaso el poco entendi-

    miento de la naturaleza humana

    y el arbitrario enunciar de una

    moral equivocada lo que ha

    llevado a estas conclusiones?

    (Courtois et al., 1998, 186-187).

    ca forma de acabar con esto erainstaurando un nuevo sistema deproduccin. (Mises, 2006a, 5).

    Bajo estos lineamientos,Marx convirti lo aparentementedeseable del principio redistributi-vo en un imperativo moral. A partir

    de l, y en mayor o menor medida,todos los pensadores socialistas sedefienden bajo el mismo esquema:el Socialismo es necesario paraeliminar el abuso de clases que deotra manera sera inevitable.

    Pero los socialistas quedancortos de entendimiento, pues elhombre no es un ente sin una na-turaleza especfica y, por tanto, nopuede estar sujeto a vivir en una

    sociedad diseada. El hombre ac-ta a travs de la razn y esta fa-cultad debe ser entendida como elmedio para su subsistencia. Es atravs de la razn, a diferencia delanimal, que descubre que los bie-nes necesarios para su subsistenciano existen, sino que deben ser fa-bricados. (Peikoff, 1993, 194).

    La propiedad privada no esms que un corolario de lo anterior,pues si el hombre debe producir los

    bienes que necesita para vivir, porley de causalidad, debe poder dis-frutar de ellos, de lo contrario nolos producira. (Reisman, 1998, 19-20)Lano produccin de bienes lleva a lapobreza y, eventualmente, a la ex-tincin de la raza. Si la vida debeser el fin perseguido por todo orga-nismo vivo, pues no es automticay debe mantenerse, se entiende quela propiedad, en relacin a ella, es

    un valor. La redistribucin, que noes ms que el desconocimiento dela propiedad privada, es un anti-valor que eventualmente destruyela vida humana.

    Las consecuencias de laaceptacin de la naturaleza racio-nal del hombre se pueden constataren el desarrollo econmico actual,

    a pesar de los esfuerzos socialistaspor evitarlo. La sociedad moderna,sobre todo los pobres, depende dela divisin del trabajo para que lamayor cantidad de bienes sea pro-ducida a menor costo. sta presu-pone la propiedad privada, y sin

    ella es imposible su existencia. (Reis-man, 1998, 135-136).

    En el capitalismo, adems,es el consumidor, en su mayorapoblacin media y baja, el sobera-no, que con su demanda elige quse debe producir. (Mises, 2006b, 1).

    No existe un enfrentamientode clases ni un perjuicio a los po-bres, sino un beneficio social neto,contrario a lo que los socialistas

    buscan hacernos creer. (Mises, 2006b,28).

    El capitalismo no tiene en suraz ms que la aceptacin filosfi-ca de la moral racional y el cono-cimiento de la naturaleza humana.No es moral porque ofrece unamejor sociedad, sino que la ofre-ce justamente porque es el nicosistema moral. El socialismo, ade-ms de pobreza econmica, traepobreza espiritual, justamente por

    su desconocimiento del hombre ysu esencia.

    Y es as que los intelectualesse enfrentan con la realidad cuan-do por fin comprenden que no esel hombre quien no es digno parael socialismo, sino que el socialis-mo no es digno para el hombre. Esesta indignidad la que corrompe elalma, querindolo hacer vivir enun orden moral que no le es natu-

    ral.Se documenta que la ham-

    bruna del 32-33 en la Unin So-vitica, causada por la expropia-cin socialista de la produccinagrcola, tuvo extraas respuestaspor parte de los agricultores. Losciudadanos optaron por el robopara evitar que el rgimen tome

    lo que ellos haban producido. Larespuesta socialista fue la fuerzay la sancin para implementar suplan agrario. La consecuencia detodo el control estatal por una me-jor redistribucin fue ms enfren-

    tamientos entre ciudadanos, cadauno valindose de cualquier mediopara conservar lo que considera-ban suyo, (Courtois et al., 1998, 186-187).

    El cuento de la TwentiethCentury Motor Company ya nosuena tan ficticio.

    Bibliografa

    Courtois, S., Werth, N., Pann, J.-L., Paczkowski, A.,

    Bartosek, K., & Margolin, J.-L. (1998). El Libro Negro

    del Comunismo. Barcelona: Editorial Planeta.

    Marx, K. (1973). El Capital. (P. Lafarge, Trans.). Mxi-

    co D.F.: Editores Mexicanos Unidos.

    Mises, von, L. (2006a). Marxism Unmasked. (B. B.

    Greaves, Ed.). New York: Foundation for Economic

    Education.

    Mises, von, L. (2006b). The Anti-capitalistic Menta-

    lity. (B. B. Greaves, Ed.). Indianapolis: Liberty Fund.

    Peikoff, L. (1993). Objectivism: The Philosophy of

    Ayn Rand. New York: Meridian.Rand, A. (1996). Atlas Shrugged. New York: Signet.

    Reisman, G. (1998). Capitalism. Ottawa: Jameson

    Books.

    Esteban [email protected]

  • 7/29/2019 The Panchonomist - Las mscaras del socialismo

    4/14

    4 + Club Economa USFQ

    El Socialismo Nazi

    Parecera que estas dos palabrasson diametralmente opuestas, porla tendencia en el lenguaje colo-quial de relacionar las sistemticasviolaciones a los derechos huma-nos con ideologas de derecha.Sin embargo, la realidad del pen-samiento va en sentido contrario:el liberalismo procura el respetode las libertades individuales y lapropiedad privada en un entornode economa de mercado. Por eso,este corto artculo pretende presen-tar los orgenes del socialismo enAlemania y demostrar que el Na-zismo fue una ideologa ms socia-lista que capitalista.

    Los inicios del

    Socialismo en Alemania

    El Estado moderno de Bien-estar comenz en la Alemania di-rigida por Bismarck: seguridad so-cial nacional, planes de pensiones

    gubernamentales, regulaciones delas industrias y la interiorizacinde una filosofa que planteaba queel bienestar nacional resultaba unfin primordial por encima de cual-quier inters individual. Se origi-n una idiosincrasia paternalistaen Alemania, dos generacionesenteras que sentan la necesidadde tener el respaldo de un Estado

    destinado a cuidar de ellos. Inclusoacuaron la frase de la cuna a la

    tumba, para referirse a su sistemade seguridad social. La ideologaliberal que persegua el derecho ala propiedad privada y la libertadde intercambio fue socavada porun Estado regulador y redistribu-tivo encargado de gestionar, cadavez ms, las actividades econmi-cas de la sociedad para el intersnacional de la patria alemana. En1933, cuando Hitler llega al poder,el pueblo alemn no slo aceptla idea del principio del Fhrer,pero muchos lo queran y crean

    que lo necesitaban (Hayek, 1944). Enefecto, el premio Nobel de econo-ma F.A. Hayek, en su libro TheRoad to Serfdom, ya advirti losvicios de la ideologa socialista ytitul al captulo 12 Las races so-cialistas del nazismo. Las nocio-nes acerca de la libertad individualy la responsabilidad haban sido

    destruidas por la filosofa del co-lectivismo y las ideologas del na-cionalismo y el socialismo.

    La Llegada del Nazismo

    y su filosofa colectivista

    Es muy comn encontrar enlos libros de historia, y en el pen-samiento general de las personas,

    que el terrible experimento Nazi sebas en una ideologa de derecha

    o incluso capitalista. La izquierdaha querido evitar incluir entre susfallidos procesos a este terrible ca-ptulo de la historia. Sin embargo,la evidencia nos permite asegurarque el rgimen Nazi era socialista.F. A. Hayek ya haba planteadoque el movimiento nazi se habadesarrollado a partir de ideas pro-gresistas socialistas y colectivistasdel perodo de entre-guerras. Em-pecemos con un elemento concre-to y clave, como es el nombre mis-mo del partido poltico de Hitler, elPartido Nacional Socialista ObreroAlemn, cuya base militante fue-ron los obreros. Los nazis defen-dan los conceptos fundamentalesde los ideales de izquierda como,por ejemplo, que el bien comnest por encima del bien privadoy que el individuo existe comomedio para los fines del Estado.

    Los que aseveran que la AlemaniaNazi propici un modelo capitalis-ta, basan su afirmacin en que lamayora de las industrias estabana nombre de propietarios privados.sin embargo no eran estos los quedecidan ni la produccin, ni susniveles, peor an los precios. En elmodelo Nacionalsocialista, este rol

    E n el modelo Nacionalso-cialista, este rol lo asuma el

    gobierno central. La autoridad

    incluso determinaba los salarios

    que se pagaran y las rentas

    que estos propietarios podan

    recibir

    (Reisman, 2005).

  • 7/29/2019 The Panchonomist - Las mscaras del socialismo

    5/14

    Vol.3 No.3 Enero 2013

    El objetivo era convertira Alemania en un productor

    autosufciente para que no

    se viera inuenciado por la

    poltica exterior de otros pases

    y no dejar el destino de su

    economa vulnerable a las crisis

    de los dems.

    lo asuma el gobierno central. Laautoridad incluso determinaba lossalarios que se pagaran y las ren-tas que estos propietarios podanrecibir (Reisman, 2005).

    Polticas econmicas socialistas

    Uno de los rasgos que carac-teriza a la Alemania Nazi como so-cialista, fue la implantacin de con-troles de precios y salarios en 1936,como una forma de contrarrestarla inflacin. Esta tena su origen enla expansin de la oferta monetariapor parte del Banco Central parapoder financiar el enorme gastopblico en obras pblicas, subven-

    ciones y rearme (Reisman, 2005). Pero,

    la inflacin combinada al controlde precios propicia la escasez. Elgobierno del Reich intent resol-ver este fenmeno racionando lademanda de alimentos y de bienesde primera necesidad. En una eco-noma de libre mercado, la escasezse traduce en un ajuste de los pre-cios al alza. Sin embargo, en unrgimen socialista, al existir con-trol de precios, la escasez provocauna disminucin de la produccinporque la rentabilidad de los pro-ductores disminuye. Los mercadosnegros comenzaron a surgir, comoera de esperarse, al limitarse la pro-duccin. Una de las mayores ambi-ciones del programa econmico deHitler era instaurar el proteccionis-mo, para esto requera expandir lasfronteras del territorio alemn conel fin de hacer viable la autarquay construir enormes barreras a las

    importaciones. El objetivo era con-vertir a Alemania en un productorautosuficiente para que no se vie-ra influenciado por la poltica ex-terior de otros pases y no dejar eldestino de su economa vulnerablea las crisis de los dems.

    El crecimiento econmicoen el modelo nazi se basaba en la

    expansin del gasto del gobierno.Entre 1933 y 1936, el PIB alemnaument a una tasa media anualdel 9,5 por ciento, y el ndice deproduccin anual de la industriay la artesana se elev en un 17,2

    por ciento (Baerwald, 1934). ...pero la

    fuente principal de este crecimien-to, lo que impuls a la economaalemana de una profunda depre-sin al pleno empleo en menosde cuatro aos, fue el aumento dela demanda por parte del sectorpblico, definido por los econo-mistas alemanes de la poca comoStaatskonjunktur (prosperidad del

    Estado) (Barkai, 1990). El crecimientomedio anual del consumo pblico

    durante estos cuatro aos fue de18,7 por ciento, mientras que elconsumo privado aument slo un

    3,6 por ciento anual (Baerwald, 1934).Estos datos por s solos demues-tran que los nazis afrontaron eldesempleo principalmente a travsdel gasto gubernamental polticamuy caracterstica de un gobiernosocialista pero en este caso parti-cular destinado a financiar la carre-ra armamentista.

    Lo que nos queda es reflexionar

    De ninguna manera el rgi-men Nazi tuvo rasgos capitalistas.El capitalismo promueve la defen-sa de la libertad y la propiedad pri-vada que, en el caso alemn, fue-ron sistemticamente violadas. Sumanejo de la economa tiene cla-ramente la esencia del socialismo.Es necesario reflexionar acerca de

    si las etiquetas que han recibido es-tos gobiernos van de acuerdo conlos hechos, No se puede asociarnicamente a la derecha con la fal-ta de sentido de humanidad, pueshan sido muchos los experimentosde izquierda realizados en nombredel bien comn, como el socia-lismo y el comunismo, que se han

    convertido en penosos captulos denuestra historia. Los ms gravescrmenes contra la humanidad su-cedieron en gobiernos catalogadoscomo de izquierda. Ex soviticos,camboyanos, chinos, cubanos, ale-

    manes, todos debern aprender al-gn da los engaos y peligros delos gobiernos totalitarios para nopermitir que se les arrebate una vezms su libertad.

    Bibliografa

    Baerwald, Friedrich. How Germany Reduced Unem-

    ployment. The American Economic Review. Vol. 24,

    No. 4 (Dec., 1934), pp. 617-630. Published by:American Economic Association. Stable URL: http://

    www.jstor.org/stable/1808217

    Barkai A, Nazi Economics - Ideology, Theory, and

    Policy (London, 1990), pp.158-172, 183-196,

    225-235

    Hayek, Friedrich. The Road to Serfdom. 1944.

    George. Why Nazism Was Socialism and Why So-

    cialism Is Totalitarian. Mises Daily. Friday, Nov. 2005.

    Web. http://mises.org/daily/author/143/George-

    Reisman

    Jos [email protected]

  • 7/29/2019 The Panchonomist - Las mscaras del socialismo

    6/14

    6

    + @thepanchonomist

    Ludwig von Mises demuestra,de una vez por todas, que, bajo una

    planificacin central socialista, no hay

    manera de lograr el clculo econmi-

    co y que, por lo tanto, la economa

    socialista como tal es imposible

    (unmglich), no solo ineficiente o

    poco innovadora o llevada a cabo sin

    el beneficio del conocimiento descen-

    tralizado, sino que es real, verdadera y

    literalmente imposible.(Salerno, 1990)

    Cuando las cortinas an erande hierro, Rafa Arkadievich, lderde la revolucin y encarnacin delNuevo Hombre, apareci milagro-samente frente a m en las calles deSan Petersburgo. Quien lo hubieseescuchado no dudara jams de laimportancia de la revolucin, dela cada de los Zares, del fin de laopresin y la propiedad privada,del nuevo mundo sin injusticias,de mayor igualdad. Haba llegado

    la era de Rafa, la era del hombrenuevo.

    Con estas ideas sal a reco-rrer la ciudad, una ciudad de hom-bres nuevos, de barrenderos felicesy empresarios humildes. Carlos yAlexis Karamazov, dos empresa-rios conocidos mos (hombres nue-vos por supuesto), se hallaban en lafeliz tarea de crear empresas a par-

    tir de estos conceptos revoluciona-rios. Sin embargo, al reunirme conellos me di cuenta que se hallabanfrente a un gran problema. Ambosme hablaron de sus proyectos: elprimero quera fabricar chompas,el segundo botas. El problema eraque ninguno saba qu materialutilizar. Alexis, haciendo uso de subolita de cristal, decidi comprarcuero para producir botas. Cuan-do su hermano Carlos decidi lomismo, se encontr con que laausencia de precios, causada porla eliminacin de la propiedadprivada, provoc que el materialse agotara. Su proyecto se hizo

    humo. El problema familiar llega un punto de quiebre. Carlos dejde lado su idea de usar cuero y, trasconsultarlo con su propia bolita decristal, empez a fabricar chompasde lana. El resultado fue terrible.Las calles se plagaron de HombresNuevos obligados a combinar susbotas de cuero con chompas delana. Era ridculo, un crimen con-tra la moda.

    Entre tanta insatisfaccin,ajena a los ideales de este nuevomundo, decid que Rafa el salva-dor, deba conocer el problema.Aprovechando nuestra nueva amis-tad, concert una reunin entre to-dos. Rafa pareca muy preocupa-do. Sin embargo, supo manejar lasituacin a la perfeccin. Orden

    la presencia de Fander Rasputn,aclamado economista de la revo-lucin, y adems gran adivino.Fander lleg como un iluminado.Record haber ledo un manuscri-to de Mises, economista de la oc-cidentalizada y opresora Europa,que haca manifiesto el problemade la falta de precios como clave dela discrepancia entre mis amigos.La solucin se volvi clara: Fandersera quien determine los precios,haciendo uso de su magia y de subola de cristal. El problema se ha-ba resuelto. Ya no era necesarioque los Hombres Nuevos adivinen,el planificador central lo hara por

    ellos. Mis amigos se reconcilia-ron. Carlos pudo producir sus tandeseadas chompas de cuero y lareunin concluy con un agradeci-miento pblico a Mises.

    Fue increble, la aparienciade los ciudadanos era impecable.Chompas y botas de cuero paratodos! Circulaban como pan ca-liente. Era necesario festejar. Fueentonces cuando nos enteramos

    que Justin Bieveritch, dolo de lasmasas, daba un concierto en lacuidad. Decidimos ir todos juntos.No podamos controlar la emo-cin cuando lo vimos aparecer en-tre nubes de humo. Cuando estasse disiparon, se desat el infierno.Oh sorpresa! Estaba usando unachompa de lana! El pblico qued

    A l no existir la propiedadprivada sobre dichos factores,

    no hay cabida para la bsque-

    da de lucro, y el resultado es

    el no surgimiento de precios de

    mercado.

    Socialismo, fe y adivinanza

  • 7/29/2019 The Panchonomist - Las mscaras del socialismo

    7/14

    Vol.3 No.3 Enero 2013

    E n una sociedad en la queno se permite el desarrollo na-

    tural de los precios de mercado

    y la asignacin racional de

    bienes, en la que la adivinanza,

    con todas sus limitaciones, se

    convierte en la nica manera

    de tomar decisiones, el sueo

    socialista se vuelve irrealizable.

    boquiabierto, de un instante a otrola combinacin de cuero y lana yano pareca tan desagradable. Todosnecesitaban responder al nuevo lla-mado de la moda. Pero Carlos yano produca chompas de lana. Unavez ms, estbamos en problemas.

    Esta vez, ni siquiera Fander podaofrecer una solucin, Bieveritchnunca apareci en su bola de cris-tal. La moda les jug una mala pa-sada.

    La historia contada, aunqueficticia, ilustra el principal proble-ma del socialismo, el del clculoeconmico.

    En el socialismo se eliminala propiedad privada sobre los fac-

    tores de produccin, que pasan aestar en manos del Estado Central.Los Precios de Mercado surgencuando existe una genuina bsque-da de lucro por parte de los pro-

    pietarios privados. (Rothbard, 1991).Al no existir la propiedad privadasobre dichos factores, no hay cabi-da para la bsqueda de lucro, y elresultado es el no surgimiento deprecios de mercado.

    El clculo econmico esla indispensable herramienta ra-cional para escoger el proceso deproduccin ptimo, en el vastouniverso de posibilidades disponi-bles para emplear los factores deproduccin, dentro del marco de

    la divisin social del trabajo (Mises,

    1990). Como qued ilustrado en lahistoria, los hermanos Karamazovno podan decidir los mtodos deproduccin pues, al no existir pre-

    cios de mercado, se escogen aleato-riamente tanto los bienes a produ-cir como los procesos que llevan asu produccin. En la Unin Sovi-tica la abolicin de los precios demercado llev a que la distribucinde recursos se convirtiera en unacto de fe. Fue gracias a que Mi-ses ilustr el problema del clculo

    econmico que el Estado designplanificadores centrales para llevara cabo este azaroso proceso.

    A partir de los precios desig-nados por los planificadores cen-trales, las empresas aparentementepodan determinar, de manera ra-

    cional, los procesos de producciny los bienes a producir. Sin embar-go, esta solucin no reflejaba loque hubiera sido el movimientoreal de los precios de mercado,ya que, cuando estos surgen, secrea una estructura maleable, ununiverso donde los precios varanconstantemente respondiendo a laoferta y a la demanda de bienes es-casos. Esta creacin y destruccin

    de precios nunca es estable y nopuede ser predecible para un indi-viduo (ni para nadie), aunque steposea una mente milagrosa o divi-na, pues estas variaciones respon-den a las valoraciones individualesde cada uno de los miembros deuna sociedad. Desde las preferen-cias en ropa y comida, hasta los va-lores culturales de los individuos,todo puede generar cambios en laestructura. En la historia antes re-

    latada, la preferencia y moda de unartista fue suficiente para que todala valoracin de los bienes plantea-da por los individuos cambie sbi-tamente.

    Finalmente, es el Socialis-mo realmente imposible? Muchospodrn argumentar que la UninSovitica existi por varias dca-das o que la Cuba socialista siguevigente, por lo que el argumento

    de que el Socialismo es imposiblequedara sin sustento. Sin embar-go, estos dos ejemplos no puedenconsiderarse como verdaderosestados socialistas, sino ms biencomo islas socialistas en un mundocapitalista. Esto quiere decir queestos pases podran determinarlos precios de los factores de pro-

    duccin a partir de las economascapitalistas, brindndoles la posi-bilidad de, mediocre e ineficien-temente, planificar sus economas

    (Mises, 1990).En una sociedad en la que

    no se permite el desarrollo natu-

    ral de los precios de mercado y laasignacin racional de bienes, enla que la adivinanza, con todassus limitaciones, se convierte en lanica manera de tomar decisiones,el sueo socialista se vuelve irrea-lizable. El aporte de Ludwig VonMises se encarga de poner en evi-dencia que el socialismo, econmi-camente hablando, es imposible.Este argumento fue planteado enla dcada de los 30s, por lo que se-guir insistiendo en el Socialismo seconvierte en un acto de fe, ms noracional. Solo queda entonces unapregunta : Una economa de boli-ta de cristal o una economa racio-nal de precios?

    Bibliografa

    Mises, L. V. (1990). Economic Calculation In The So-

    cialist Common Wealth. Ludwig Von Mises Institute.

    Rothbard, M. (1991). The End of Socialims and the

    Calculation Debate Revisited. The Review of Aus-

    trian Economics.

    Salerno, J. T. (1990 Abril). Why a Socialist Economy

    is Impossible. Pace University.

    Jos A. [email protected]

  • 7/29/2019 The Panchonomist - Las mscaras del socialismo

    8/14

    8

    + @thepanchonomist

    La supuesta lgicaEstimado lector: ha escu-

    chado hablar del gran xito sueco yde su forma de manejar socialmen-te a la economa? Pues, si lo ha he-cho, seguramente piensa que estoes gracias a su modelo del Estadode Bienestar (Crecimiento econ-mico y equidad en la misma pro-porcin), basado en el rol efectivodel Estado financiado por altas ta-sas de impuestos. De hecho, lderespolticos alrededor del mundo uti-lizan este discurso para convencera las masas de que el camino a laprosperidad y al desarrollo es pormedio de esta receta. Y claro, si tie-nen un ejemplo tan concreto comoel de Suecia, quin se atrevera acontradecirlos?

    Efectivamente, Suecia es delos pases ms desarrollados delmundo, y ocupa la dcima posi-

    cin dentro del ndice de Desarro-llo Humano (IDH, 2011). No obs-tante, cules son los antecedenteshistricos de la economa sueca,tan a menudo ignorados por laeconoma? Fue siempre un mode-lo estatista digno de servir comoejemplo a lderes socialistas?

    Suecia y su historia

    Ubiqumonos en el ao1864, cuando se comienza a vivirla Etapa Liberal Sueca, la cualempez con la Declaracin de la

    Libre Industria y Comercio (Rojas,

    2005). Esta ayud a que el pas es-candinavo aprovechara los bene-ficios de la Revolucin Industrial.Por qu llamamos a esta poca

    liberal? Porque varias de las em-presas suecas ms famosas y com-petitivas fueron fundadas entre

    1860 y 1932 (Karlsson, 2006). Pero nosolo fue un gran auge para el sectorempresarial sueco, sino tambinpara la promulgacin de ideas einventos que incentivaron el surgi-miento de emprendedores quienesse convirtieron en los pilares de laeconoma privada. Entre dichos in-ventos destacan los relacionados a

    qumicos (por ejemplo frigorficos)o mecnicos, como piezas de auto-mviles.

    La poltica internacionalpacfica sueca permiti que noexistiesen conflictos blicos im-portantes con otros pases. Estacaracterstica evit que se incurraen gastos extremos relacionados aguerras, a diferencia de otros pa-ses europeos que soportaban con-

    flictos armados. En esta poca sevivi un auge de produccin realsustentado por las practicas libera-les, lo cual llev a Suecia a ser unode los pases mas ricos del mundoa finales del Siglo XIX y principiosdel Siglo XX.

    Para 1932, el partido Social-Demcrata (que an existe y es el

    ms grande de Suecia) propuso unambicioso proyecto de desarrollollamado Folkhemmet Folk

    (personas), hem(hogar) (Rojas,

    2005) Esto marcara el fin de la prs-pera poca liberal sueca. Este pro-yecto puede ser catalogado comoun plan de desarrollo centralizado,manejado mayoritariamente porel estado, que tena como objetivoesencial una reforma estructuralpara dar mayor importancia a lossindicatos de trabajadores, mejo-rando los salarios reales ms allde la productividad y aumentando

    las tasas de impuestos (Rojas, 2005).Este punto de inflexin fue conse-cuencia de la Gran Depresin y delflujo de nuevas ideas en materiamacroeconmica.

    En 1950, Suecia era de lospases con mayor crecimiento delsector pblico. El Nobel de econo-

    ma sueco, Gunnar Myrdal, afirmaen 1974 que la ideologa de la pla-nificacin domina hoy totalmente,aunque slo sea de manera super-ficial() proporciona los trminosde referencia de una gran parte de

    la discusin pblica (Myrdal, 1974).El centralismo estaba ocupandoespacios importantes y se adjudica-

    Suecia y el discurso poltico

    Fuente: Rojas, Mauricio. Sweden after the Swedish Model: From Tutorial State to Enabling State, pp. 84

    Grfico 1:Carga tributaria como porcentaje del PNB, 1950-2004

  • 7/29/2019 The Panchonomist - Las mscaras del socialismo

    9/14

    Vol.3 No.3 Enero 2013

    ba el xito previo con el que nadatena que ver.

    En el grfico 1 observamosla tendencia creciente de la cargatributaria desde 1950 hasta 1990.Esto evidencia el trnsito de Sueciaa una nueva etapa de su historia.

    La crisis de 1990

    Para 1990, el modelo suecoera inestable e insostenible, y sufriuna de las peores crisis econmicasexperimentadas por un pas euro-peo. Es precisamente esta crisis laque marca otro punto de inflexinen la historia econmica sueca.El desempleo subi de 2.6% en

    1989 a 12.6% en 1994 (Rojas, 2005).

    Como resultado, la recoleccin deimpuestos por parte del Gobiernodecay masivamente. El gasto p-blico aument a un 72.8% del PIBy se abandon el tipo de cambio

    fijo (Rojas, 2005). Davis & Henrekson(2006) nos muestran el estanca-miento de Suecia desde 1950, sin-tetizada en el grfico 2.

    La recuperacin sueca

    A partir de la gran crisiseconmica sufrida por Suecia, se

    adoptaron varias polticas con elfin de reducir el Estado de Bienes-tar que se haba vuelto insosteni-ble. El modelo que rigi en Sueciadurante gran parte de la segundamitad del Siglo XX mostr su in-eficacia.

    Una de las polticas adop-tadas fue la austeridad fiscal, esdecir reducir el gasto pblico deuna manera sostenida y fuerte. Laspolticas de esta naturaleza fueronrechazadas por el pueblo, acos-tumbrado a vivir con un alto gastopblico. En consecuencia, y a ma-nera de compensacin, sobrevinouna reduccin de la carga tributa-ria que puede ser apreciada en el

    grfico 1 anterior (de 1990 en ade-lante). Aunque la carga siga siendomayor a la de 1980, la tendenciadecreciente es lo importante. Estafue una medida difcil pero necesa-ria. Result en una reorganizacinfiscal, que logr reducir efectiva-mente la relacin Gasto Pblico/PIB del 70% del PIB en 1993 al54% en 2001.

    La verdadera lgica

    Algunos dicen: Si un pascomo Suecia tiene altos impues-tos, entonces por qu nosotrosno?. Hemos revisado el procesoque da cabida a la estructura dela economa sueca. Como vemos,

    no se trat de una decisin polti-ca coyuntural, sino de un procesode reestructuracin y ajuste muchoms complejo.

    Suecia es un pas que se viobeneficiado por los atributos del li-beralismo econmico para despusser manejado por un modelo decarcter ms socialista relacionadoal Estado de Bienestar. Esta com-binacin desemboc en una gravecrisis econmica. Actualmente,la tendencia de carga tributaria y

    gasto pblico ha sido decreciente acausa de la ya mencionada crisis.

    No nos engaemos, todos se-ramos felices con ms vacacionesy menos trabajo. Pero la clave noes cobrar ms impuestos, y darlemayor participacin al estado. Elsistema econmico sueco es conse-cuencia de su historia, por lo cualno puede ser tomado como un mo-delo universal. Y, sobre todo, hayque entender los elementos que ge-

    neraron su xito, y los que le cau-saron severos problemas.

    Bibliografa

    Davis, S., & Henrekson, M. (Diciembre de 2006).

    Economic Performance and Work Activity in Swede-

    nafter the crisis of the early 1990s. Massachusets,

    EEUU.

    Karlsson, S. (Agosto de 2006). Ludwig Von Mises

    Institute. Recuperado el 2012, de Sweden Myth:

    http://mises.org/daily/2259

    Myrdal, G. (1974). La Pobreza de las Naciones.

    Barcelona: Ariel.

    Rojas, M. (2005). Sweden after the Swedish Model:

    From Tutorial State to Enabling State. Estocolmo,

    Suecia: Timbro.

    Nicholas [email protected]

    Grfico 2. -PIB per capita en Suecia como porcentaje del PIB promedio

    de la OECD. (Paridad Poder Adquisitivo)

    Fuente: Davis & Henrekson, Economic Performance and Work Activity in Sweden after the crisis of the early

    1990s

  • 7/29/2019 The Panchonomist - Las mscaras del socialismo

    10/14

    10

    + @thepanchonomist

    Socialismo:el sueo de eliminar el poder

    E l Comunismo es una Utopa.Marx demostr que toda la histo-ria de la humanidad, es una histo-ria de luchas de clases, que todaslas luchas polticas giran en tornoal poder social y poltico de unas uotras clases sociales: las viejas paraconservar el poder, y las nuevasclases ascendentes, para conquis-

    tarlo (Carlos Marx & Federico Engels, 2005).El sueo comunista es la

    abolicin de esta lucha de clases, lacual, como ellos mismos explican,es una caracterstica inherente a lacondicin humana y su desarro-llo histrico. Por lo tanto, Marx yEngels plantean una sociedad quefuncione sin su motor: la bsque-da del poder. Pero el ser humanonecesita el poder, y la sociedad ne-cesita organizaciones de control ydominacin. Esta no solo es una

    caracterstica del ser humano, esuna necesidad del mismo.El Estado es la institucin

    de poder tradicional que ha exis-tido como organizacin social enla mayora de sistemas polticos.Podemos remontarnos al AntiguoEgipto y sus Faraones, el ImperioRomano y sus Csares, las Dinas-tas Chinas y sus Emperadores,las monarquas de la Edad Mediay sus Reyes, la Democracia y sus

    Presidente. El poder de cada unade estas instancias estaba respal-dado por alguna forma de Esta-do. Esta institucin, normalmenteamparada en la religin o el mis-ticismo, utiliza la fe como lealtad,mezcla lo divino con lo terrenal,brindando as, amparo en la inse-guridad. La funcin que cumple

    la religin es la de capturar la ima-ginacin de las masas y servir, porlo tanto, a los propsitos del orden

    poltico (Zizek, 2005).

    El Estado, consciente de lavulnerabilidad humana, cumplecon la funcin de proteccin deriesgos, manteniendo as su rela-cin permanente con lo esotrico.La falta de seguridad propia dela realidad y de lo material sueleser reemplazada por la seguridadvirtual que puede brindar la di-vinidad. Esta premisa bsica delcomportamiento social es usadasabiamente por la poltica.

    Nada promueve ms elcrecimiento del Estado que unaemergencia nacional, la guerra uotra crisis comparable a la guerraen la gravedad de los peligros que

    sta impone (Higgs, 2012). El poderconoce la necesidad humana debuscar una proteccin superior, sealimenta y sobrevive gracias a ella.

    Todos los animales sienten mie-do, tal vez los seres humanos msque ninguno. [] Las personasque se llaman a s mismos nuestros

    gobernantes, entienden este aspec-to bsico de la naturaleza huma-

    na (Higgs, 2012). El Estado explotay cultiva este miedo. Ya sea queinstauren un Estado de Bienestaro un Estado de Guerra, dependende l para asegurar la aceptacinpopular. Ningn gobierno dura-ra ms de 24 horas sin el miedo

    generalizado (Higgs, 2012).La historia est plagada de

    gobiernos que ejemplifican el con-trol sobre el miedo generalizado.Durante la Edad Media, la Iglesiadependa de la aprensin al castigodivino y la pena de muerte cuan-do se contradeca la verdad de laBiblia. La ignorancia generalizadasecundaba la mantencin del po-der y la riqueza de una institucincomo la Iglesia, que determinaba

  • 7/29/2019 The Panchonomist - Las mscaras del socialismo

    11/14

    Vol.3 No.3 Enero 2013

    La sociedad cree ciegamenteque en la ausencia del Estado,

    necesariamente caeramos en la

    anarqua. Compartimos el miedo

    generalizado al comportamien-

    to irracional de los individuos en

    la ausencia de una ley

    la mayora de comportamientossociales, marcando una lnea entreaquello que era correcto y lo queno. En los aos veinte, despusdel Tratado de Versalles, la hipe-rinflacin (gran subida de preciosimpulsada por la impresin de di-

    nero para indemnizar a Franciae Inglaterra por los daos de laguerra), alcanz el 1.000.000% enAlemania. Ms tarde, con la GranDepresin encima y la amenazacomunista latente, Hitler declarun Estado de Emergencia. El mie-do generalizado, la crisis econmi-ca y el hundimiento moral despusde la Primera Guerra Mundial,llevaron a Hitler al poder absoluto,

    aboliendo la intervencin del par-lamento. El resto de la historia yala conocemos.

    En Japn, en los aos seten-ta, empieza a configurarse el Esta-do de Bienestar. El Estado empeza responsabilizarse de la seguridadlaboral, subsidios de desempleo,asistencia social, servicios sanita-rios, pensiones, atencin a viudas,menores y minusvlidos, saludgratuita, seguros contra accidentes

    personales y materiales, entre otros

    (Ferguson, 2009). Un terremoto desco-munal devast a Tokio. Una nuevaidea empez a emerger en Japn:el Estado debera cubrir los riesgosde la poblacin. La instauracinde un Estado de Bienestar en rea-lidad persegua la promocin deun Estado de guerra imperialista.Fueron los deseos de un ejrcitosano y fuerte los que promovieron

    la creacin de un sistema de cuida-dos mdicos gratuitos dentro del

    Estado de Bienestar (Ferguson, 2009).El tratar de ocultar al poder

    detrs de una mscara de bsque-da de organizacin social, de orga-nizacin poltica, de bsqueda delbienestar, resulta una hipocresa.Nosotros sabemos que nunca na-

    die busca el poder con la intencinde cederlo. El poder no es el medio,

    es el fin (Orwell, 1949). El Estado esuna forma de dominacin social:entre mayor sea su intervencin enla sociedad, mayor control ejercesobre nuestras vidas. Sin embargo,

    la sociedad busca para s mismaeste tipo de cnones, le teme a lafalta de organizacin, regulacin ydominio.

    La sociedad cree ciegamen-te que en la ausencia del Estado,necesariamente caeramos en laanarqua. Compartimos el miedogeneralizado al comportamientoirracional de los individuos en laausencia de una ley, el miedo a la

    revolucin en la ausencia del ejr-cito, el miedo a los desastres en laausencia de los servicios de ayudade emergencia, el miedo a la explo-tacin en ausencia de la regulacina los salarios mnimos, el miedoal estancamiento econmico enausencia de un plan de desarrollocentral, el miedo a la locura en au-sencia de la moral, el miedo a lamuerte en la ausencia de la vidaeterna.

    En el Ecuador, hemos lle-gado a temerle al alcoholismo enausencia de la regulacin a la ven-ta de alcohol, a la contaminacinen ausencia de los impuestos a laimportacin de automviles, alsobre endeudamiento en ausenciade una regulacin a los crditos,a la desinformacin en ausenciade la regulacin a los medios, alanalfabetismo en ausencia de una

    Ley de Educacin, a la falta de re-cursos de inversin en ausencia deuna mayor intervencin del SRI,al descontento generalizado enausencia de una consulta popular,a la destruccin de la industria enausencia de proteccionismo, y aspodra seguir.

    Todo pueblo tiene el gobier-

    no que se merece (Maquiavelo, XV). Elcomportamiento del poder reflejaaquello que la sociedad espera desus gobernantes. Incluso sin de-mocracia, las revoluciones popu-lares lograban matar, desterrar odestituir a los reyes y emperado-res que no actuaban de acuerdo a

    lo esperado. Por lo tanto, la exis-tencia de un Estado controlador yregulador parte de la sociedad queteme comportarse con libertad. ElEstado de Bienestar y el Estado deGuerra surgen de la bsqueda deproteccin del riesgo en todos losaspectos sociales, y ambas bsque-das tienen una sola razn de ser: elmiedo generalizado. El Estado noes un ente divino capaz de disper-sar el miedo, la religin tampoco,pero son el mejor consuelo para lassociedades.

    Bibliografa

    Carlos Marx & Federico Engels. (2005). El Manies-

    to Comunista. Prlogo, explicado, anotado y glo-

    sado. http://www.abogadonotariopr.com/images/

    SP/el_maniesto.pdf.

    Ferguson, N. (Director). (2009). The Ascent of Mo-

    ney [Motion Picture].

    Higgs, R. (2012 - 22-7). Welfare, Warefare and the

    State. Auburn, Alabama, EEUU.

    Orwell, G. (1949). 1984.

    Zizek, S. (2005). El ttere y el enano. Buenos Aires:

    Editorial Paids SAICF.

    Mara A. [email protected]

  • 7/29/2019 The Panchonomist - Las mscaras del socialismo

    12/14

    12 + Club Economa USFQ

    Socialismo del Siglo XXI,de la teora a la prctica: Venezuela

    De Heinz Dieterich Steffan aHugo Chvez

    El Socialismo del Siglo XXIes una corriente ideolgica quenace con Steffan Dieterich comouna alternativa al socialismo clsi-co, y que en los ltimos aos hacobrado fuerza en Latinoamrica.Lderes como Hugo Chvez hanprofesado (o as al menos lo dicen)un modelo basado en las ideas deDieterich y, en la prctica, alian-zas poltico-econmicas como elALBA (Alianza Bolivariana Paralos Pueblos de Nuestra Amrica),son un intento por difundirlas atravs de la regin. El presente ar-tculo pretende resumir brevemen-te estas ideas, para proceder a unaevaluacin emprica del modelo ysu desarrollo en Venezuela, paspionero en su implantacin.

    Para analizar la base de lateora nos servimos de la parfrasisde un fragmento del libro en dondese plasma la ideologa del Socialis-mo del Siglo XXI. Esta teora bus-ca rescatar a los sujetos de la de-nigracin a la cual los somete laburguesa. Para lograrlo se estable-ce una nueva democracia que per-mita desarrollar las capacidades decada individuo, misma que deber

    dejar atrs la divisin del trabajo,cualquier tipo de discriminacin ydeber borrar las barreras que seasume existen entre el campo y laciudad. De tal forma, se establece

    O tomamos el camino delsocialismo o se acaba el mundo

    que el ser humano deber realizar-ce en las tres fuentes del ser: traba-jo, eros y saber.

    El nacimiento del nuevohombre parte del cambio de ins-tituciones que establece el cam-bio del dinamismo econmico ypoltico tradicional. Los principa-les fundamentos ideolgicos del

    Socialismo del Siglo XXI son: a)la Democracia Participativa, ori-ginada en el principio de involu-cramiento general en el proceso detoma de decisiones, y b) la denomi-nada Economa de Equivalencias,sistema que establece el salario enproporcin al tiempo que se re-quiere para crear valor, ms me-didas econmicas de planificacincentral y la expansin del modeloen forma regional.

    Ahora bien, cul ha sidoel nivel de aplicabilidad de la teo-ra por su mayor promotor, HugoChvez, en el mbito poltico yeconmico? El discurso oficialistapromulga los valores del Socia-lismo del Siglo XXI como funda-mento bsico de desarrollo, y se havisto evidencia del mismo en los

    constantes referndums y alian-zas regionales en bsqueda de laPatria Grande. Sin embargo, estasson herramientas que respondena bases ideolgicas y no prcticasdel modelo, que no confirman suaplicabilidad ya que son cualida-des necesarias pero no suficientespara probar el funcionamiento de

    la teora. Econmicamente, Vene-zuela ha vivido durante los aosde rgimen chavista una variedadde polticas que responden al pro-grama de planificacin central ydeterminismo econmico popular,al mismo tiempo que ha gozadode grandes ingresos petroleros. Elpunto crtico en el anlisis del fun-cionamiento de la teora est enla verificacin de la existencia deuna relacin ms all de la retricaentre las polticas econmicas delchavismo, justificada siempre en laideologa del Socialismo del SigloXXI, y sus resultados.

    Ejemplos concretos: Salud y Cre-

    cimiento Econmico Real

    La salud es un ndice funda-mental de medicin de desarrollo.Hugo Chvez

    Fuente: Banco Mundial Elaboracin: Autores

    Grfico 1

  • 7/29/2019 The Panchonomist - Las mscaras del socialismo

    13/14

    Vol.3 No.3 Enero 2013

    Se puede analizar los resultadosdel modelo venezolano en estembito y compararlos con los ob-tenidos por el resto de naciones.Para realizar el anlisis se han se-leccionado cuatro pases: Brasil,Per, Chile y Venezuela. El aoinicial (2000), nos muestra que, deeste grupo, el que menos destinabarecursos al rea de salud era Vene-zuela (Grfico 1), por debajo del2.5% del PIB. Ahora bien, los l-timos datos que presenta el BancoMundial en el ao 2009, muestran

    que Venezuela sigue gastando ensalud una cantidad inferior al 2.5%del PIB, mientras tanto, Brasil yasuper la barrera del 4% y Chile seencuentra en el mismo camino.

    El destinar una cantidadmnima a un sector tan importan-te como la salud, tiene sus conse-cuencias. Como se aprecia en elgrfico 2, la reduccin en la tasade mortalidad en nios menores a5 aos por cada mil, en Venezuela,es mnima. Un hecho interesantees que en el ao 2000, Venezuelase encontraba en una mejor posi-cin en la tasa de mortalidad conrespecto a otros pases de la regin(Brasil y Per por ejemplo), y nopudo mantener esta ventaja re-lativa, ya que las cifras de pasescomo Per mejoraron ostensible-

    mente. El caso peruano muestraque no necesariamente se debenincrementar de manera abismal losgastos en salud, por el contrario, siel pas crece a un ritmo sostenido,aunque que se sigan destinandolos mismos porcentajes, la realidadcambia: los recursos son cada vezmayores.

    En el aspecto econmico, apesar de contar con un fuerte in-greso petrolero, la economa vene-zolana no muestra un crecimientoconstante (Grfico 3). De hecho,

    muestra fluctuaciones significati-

    vas en el crecimiento real del PIB.Como se puede apreciar, en losaos de gobierno chavista se hanvisto varios periodos sostenidosde contraccin econmica, queen gran medida se revierten por el

    aumento del precio del petrleo,factor exgeno en el modelo dedesarrollo. La falla en el desarrolloeconmico agregado de Venezuelaes una clara evidencia de las falen-cias del modelo del Socialismo delSiglo XXI. Para evidenciarlo bastarevisar cifras de anlisis econmi-co bsico: Venezuela tiene un dfi-cit del 20% del PIB y una inflacindel 18%, escasez de alimentos y di-visas, y una constante devaluacin

    del bolvar (El Hoy). Estos factoresevidencian la visin de corto plazode la administracin de Chvez ylos defectos del modelo econmicoimplantado.

    La Herencia de Chvez

    Despus de ms de unadcada de gobierno del rgimenactual, Venezuela se ha visto obli-gada a pensar en la probabilidad

    real de una era post Chvez. La

    Fuente: Banco Mundial Elaboracin: Autores

    Fuente: Banco Mundial Elaboracin: Autores

    Grfico 2

    Grfico 3

  • 7/29/2019 The Panchonomist - Las mscaras del socialismo

    14/14

    14 + Club Economa USFQ

    Pablo Lucio Paredes - Director del Instituto de Economa USFQ

    Jos Antonio Espinosa - Coordinador Equipo Editor The Panchonomist

    Paula Espinosa - Editora The Panchonomist

    Valentina Brava - Editora The Panchonomist

    Mara Alejandra Martnez - Coordinadora The Panchonomist

    Publicacin Semestral de los Estudiantes d

    Universidad San Francisco de Quito.

    En nmeros

    SOCIALISMOvs. IDH PIB(%) # en crecimiento

    clasificacin anual

    2011 2011 G7

    Estados Unidos 4 1,70%

    Alemania 9 3,00%

    Japn 12 -0,70%

    Francia 20 1,70%

    Espaa 23 0,40%

    Italia 24 0,40%

    Reino Unido 28 0,80%

    Actuales estados socialistasCuba 51 2,70%

    China 101 9,30%

    Vietnam 128 5,90%Corea (RPD) n/e n/e

    Antiguos estados socialistasPolonia 39 4,30%

    Rumania 50 -0,40%

    Rusia 66 4,30%Gobiernos de tendencia socialista

    Venezuela 73 4,20%

    Ecuador 83 7,80%

    Bolivia 108 5,20%

    Escala de clasificacin del(IDH) ndice de Desarrollo Humano>Desarrollo humano muy alto 1 a 47>Desarrollo humano alto 48 al 94>Desarrollo humano medio 95 al 141

    Datos tomados de: PNUD, Banco Mundial, Ecured.

    No existen ndices en ninguna clasificacin mencionada.

    Sharon [email protected]

    Esteban [email protected]

    sobredimensin del caudillo ha ligado todas las me-didas econmicas y polticas al carisma del lder. Lasacciones tomadas en el gobierno de Chvez pasarnla cuenta a aquellos que vengan despus, que no slotendrn que lidiar con las consecuencias econmicasdel modelo fallido, si no tambin tendrn que llenarel vaco poltico que se creara. El caudillo venezo-

    lano proyect su figura ms all de los lmites terri-toriales que le competen y se convirti en la imagenprincipal de una ideologa que se ha esparcido enalgunos lugares de Latinoamrica, reemplazando aldecadente socialismo tradicional que pareca moriral mismo tiempo que se apagaba la llama de la luchacubana. El reto venezolano no es slo combatir lasconsecuencias de las acciones de un slo hombre,es combatir el establecimiento de un modelo queintent revivir la ideologa de la igualdad poltica yeconmica y result siendo otro experimento fallido

    que sobrevive por las ddivas del petropopulismo.Establecidos estos elementos, debemos pre-guntarnos, dada la continuacin del rgimen actual,cuntos aos ms tiene que esperar el modelo parapasar de la teora a la prctica? O, si lo hizo, sonestos los resultados finales? El pueblo Venezolanoel 7 de octubre de 2012 determin su voluntad decontinuar bajo el rgimen que lidera el movimientode la Nueva Ideologa Latinoamericana, la proba-bilidad real de un cambio de lder y modelo ha sidopresentada, est en la voluntad popular afrontarla orechazarla. Teniendo esto en cuenta y usando cifras

    y datos sobre el ejemplo ms puro del Socialismodel Siglo XXI, podemos afirmar que la ideologa noha mostrado ser ms que alimento de podios y bal-cones.

    Bibliografa

    Banco Mundial. s.f. .

    El Hoy. Venezuela est al borde del colapso econmico. 9 enero 2013.

    http://www.hoy.com.ec/noticias-ecuador/pagina-570994.html

    Dieterich Steffan, Heinz. El Socialismo del Siglo XXI. Mexico, s.f.