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 ¿No quieres  

Compartirconmigo  la alegría  de la

Resurrección ?  

 Jesús a Margarita, el 12 de abril de 1977  

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STELLA CHEVREMONT - BOLETIN MENSUAL Año 1 N° 4 abril de 2016 

Edit. resp. P. Marcel Blanchet, Centre de la Légion des Petites Ames 99 rue de Chèvremont, 4051 CHAUDFONTAINE 

Tel. : 04/365.44.72 - e-mail :  petitesames@proximus.be 

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Abr i l de 2016  

 Hermanos y hermanas, Almas Pequeñas del mundo entero : 

¡ Cristo resucitó ! Aleluya ! 

¡Qué paradoja ! ¡ para muchos de nosotros, es más fácil vivir eltiempo de Cuaresma que el tiempo Pascual ! El Papa Francisco

 pide a menudo que no tengamos « caras de almas en pena », porque un cristiano no debe ser triste.

Cuando Cristo aparece en el Cenáculo, es un hecho tan inverosímil

que los apóstoles, en vez de alegrarse, se turban y se asustan, hastatal punto que Jesús tiene que multiplicar las pruebas  para

enseñarles que es verdaderamente él mismo. Les muestra lasmanos y los pies que llevan todavía las heridas de los clavos de la

crucifixión. Les pide algo que pueda comer delante de ellos  (véase

Texto 1). 

La Resurrección no es solamente un consuelo después de duras

 pruebas… sino es una misión. ¡ Por nuestra vocación bautismal,estamos enviados como testigos de una PERSONA ! y lo esencial

de nuestro testimonio no radica en palabras. Lo es en nuestro modo

de vida que debe ser evangélico, alegre, valiente… (véase Texto 2).

Para finalizar nuestra meditación, podremos releer una exhortaciónde Margarita que nos invita a alzar la cabeza (véase Texto 3). En

un corazón enamorado de Jesús Resucitado, no puede haberespacio para el pesimismo.

Feliz y Santo Tiempo Pascual ! 

 Padre Marcel + 

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 ¿Por quéos turbáis y por quéestas dudas en vuestro corazón ?  

 Lc 24, 35-43

Los discípulos que regresaban de Emaús contaban lo que había pasado en el camino y cómo habían reconocido al Señor en lafracción del pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando él se

 presentó en medio de ellos y les dijo : “¡La paz sea con vosotros!” Sobresaltados y asustados, creían ver un espíritu. Pero Jesús les

dijo : « ¿Por qué os turbáis y por qué se suscitan dudas en vuestrocorazón ? Mirad mis manos y mis pies: ¡ soy yo mismo !

Palpadme y ved que un espíritu no tiene carne y huesos como véisque yo tengo. » Y, diciendo esto, les mostró las manos y los pies.

Como ellos no acabasen de creerlo a causa de la alegría y

estuviesen asombrados, Jesús les dijo : « ¿ Tenéis aquí algo de

comer ? » Ellos le ofrecieron parte de un pez asado. Lo tomó y locomió delante de ellos.

Escuchar la pregunta de «resurrección » de nuestro hermanos   El Papa Francisco

“El contenido del testimonio cristiano no es una teoría (…) Es unaPersona : es Cristo resucitado, que vive y es el único Salvador detodos (…) Puede ser testimoniado por todos aquellos que han tenidouna experiencia personal de Él, en su Iglesia (…) Cada cristiano puede llegar a ser testigo de Jesús Resucitado, y su testimonio será

tanto más creíble cuanto más brille su forma de vivir el Evangelio

de manera evangélica, alegre, valiente, leve, pacífica,

misericordiosa. Si esto no se vive así y si el cristiano se deja atrapar

 por las comodidades, la vanidad, el egoismo, si se convierte en

alguien sordo y ciego respecto a la pregunta de ‘resurrección’ demuchos hermanos, ¿cómo podrá comunicar a Jesús vivo, su

 potencia liberadora y su ternura infinita? ” 

« Reg ina Cœli » 19 de abril de 2015 

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Yo no comprendo los pesimistas  

 Diálogo entre Jesús y Margarita

M. Silencio dentro de mí. Jesús dice : 

J. Sólo Dios no decepciona. 

M. La gracia de Dios hace germinar en la alegría y en el

sufrimiento.

Y la pequeña semilla, bajo el soplo del Espíritu, sube hasta el

Cielo. 

¿Por qué estar apenada ante la locura de los pueblos? No estánsiempre aquí Dios y su Hijo, y la Madre con ellos? 

Esperan al Espíritu Santo, pero ¿lo desean? El se entiende tan bien

 para cambiar de arriba abajo una vida que se pierde sin Dios. La

Santa Trinidad y la Virgen María lo acompañan: ¿qué podemostemer del mal que merodea alrededor de nosotros? 

Yo no comprendo los pesimistas que no hablan más que de

catástrofes. Si se mantuvieran más cerca de Dios y de la Virgen

María, no podrían pensar más que Amor y Misericordia, dejandolejos detrás de ellos las inquietudes sobre el porvenir del mundo. 

¿El día presente ? Puede uno preguntarse tranquilamente: ¿cómoserá ? ¿una preocupación ? ¿una alegría? No importa, lo viviré

como Dios quiere : dando gracias por lo bueno y lo menos bueno.

Oh, mi Cristo Amado, Te adoro en Tu Humanidad y en Tu

Divinad.

¡Ven, Amado mío, a traerme Tu Mansedumbre y Tu Humildad ! ¡

 No pido otra cosa ! 27 marzo de 1979 

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M ister ios gloriosos  

Serie CPrimer misterio : La Resurrección del Señor

 J No des pie nunca a los ataques del enemigo. Renueva a menudo tu

entrega al Amor Misericordioso. Resucita en el corazón de los hombres

los grandes valores de un cristianismo muy olvidado. (23 04 92)

Segundo misterio : La Ascensión del Señor 

J Sube más alto en mi Amor. ¡Ven, amada mía, ven ! Cuanto más

 pequeña seas, tanto más conocerás la alegría de amar, de darte y de

olvidarte. Sé ávida de los bienes del Cielo. ¡Si supieras ! La plenitud

del amor no es de este mundo. Hijita mía, soy tan impaciente como tú.

(02 03 66)

Tercer misterio : El Pentecostés 

M Espírítu de amor y de luz, que mi alma entera descanse en la inefable

Ternura de tu Amor Misericordioso. Quema mi corazón con su Llama

viva, abrásame en el fuego de tu ardiente caridad. Dame de vivir en

este fuego consumidor que me deja sin fuerza para resistirle.(12 05 91)

Cuarto misterio : La Asunción de la Santísima Virgen María

M ¡ Oh, Dios mío ! Déjame penetrar en las profundidades de tu Amor,

Dios de mi alma. Misterio coronado de Gloria, inasequible a los grandes de

este mundo, pero tan deseoso de entregarse a los corazones de los hijos.

(28 07 91)

Quinto misterio : La Coronación de la Santísima Virgen María

J Porque Yo soy bueno y misericordioso, tengo más en cuenta el bien

que hacen que el mal que Me hacen. Mi justicia se complace en desaparecer

ante mi misericordia. He aquí por qué deseo un ejército de almas pequeñas

que se alcen, tiernamente unidas, entre mi justicia y los pecadores, bajo el

amparo de mi Madre-Reina. (20 07 67)