Spence-Postulados y Metodos Del Conductismo

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  • 8/18/2019 Spence-Postulados y Metodos Del Conductismo

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    K E N N E T H   W.  SPENCE

    En   o t ros  tiempos

      se

     podía  u s a r

      el

      término "coiiductismo"

      en e

    título

    de  una  conferencia  sin necesidad de hacer aclaraciones

     ulteriores, lo-

    do   psicólogo sabía, por

      lo

     menos, que el referente era

      ese

      nuevo tipo

    de

      psicología, introducido

      po r  Watson,  qu e

      proponía  romper

      co n  J a

    tradición

      y  negaba  que la  psicología tuviera algo  que ver con una

    entidad mentalista llamada

     conciencia o con un

      método

     conocido  come

    introspección. Hoy ea día la situación ya no es tan simple. El término

    "cond-uictismo"   puede  referirse,  por una  parte,  a un

      punto

      de  vista

    mu y  general que ha sido aceptado por casi todos las psicólogos y que,

    por

      J o

      tanto,

      no

      designa ningún grupo

     ni

      postura

      teórica  en¡

      especial.

    var iedades

      de   coriductismo

      que

      íiaií

      sluo

      piopuestas  como coisp'.c-

    nientos o modificaciones de la

     formulación

      original de Watson  (p.  ej,:

    conidiuctismo

      molecular, conductismo molar,

      canductismo

      operacional,

    conductismo  intencional,

      conductismo lógico, para no  menci-oirar

      m ás

    que algunas de las  variedades). Aunque estas formulaciones  actuales

    admiten  habitualmente

      su

      deuda  para

      con

     Watson,

      por

      varios  razo-

    ¡ n - e ?   que no

     podemos detenernos

      a discutir ead

      siempre hacen  g-randes

    esfuerzos   para

      diferenciarse de lo que se conoce como

      "coiiducüsnio

    watsoníaiio"

      o

      "watsoníanisimo".

      Sin

      embargo,

     es

      preciso

      seña la r

      que

    esta  afirmación

      es

      verdadera  únicamente

      en relación con la

      peculiar

    combinación  de

     supuestos

     que  propuso

     Watson.

     Muchos de los  postu-

    lados  básicos de su   formulación están

      presentes

      en

      la s  variedades

     ac -

    tuales del   c Q - D ' d ' U e t H m o   y,  lo  qu e  es  más impor tante ,  probablcmsntie,

    en los presupuestos subyacentes empleados por la mayoría de los

     psi-

    cólogos

      nor teamer icanos

      en   la

      ac tua l idad.

      .

    v ,   c i''-inalmen:^  ca  r , ' , < J 2 o * < _  -.cal  Reí ; . < .   .,-   .  i" -

      3,

      T" ,

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    I f \ r j4  UNA  CPIXCTA  Di

    .ANA

    IX¿pues  de   Kaber

     tomado

      la

      precaución, de d.stiBguír caire  los

     eon-

    ductísanos

     d e noy  y la

      versión, original

      de l conductísino

    la  atención sobre otro hecho  interesante: con la

     posible

      excepción  de

    Todman, muy

      pocos,

     y tal vez ninguno de los psicólogos actuales,  pa-

    considerarse

     o, por lo

     menos,  referirse explícitamente

     a sí

    como conductistas.  Esta  denominación,  cuando aparece,  es habitual-

    mente empleada por

      psicólogos

      que se  consideran,  opuestos ai

      coii-

    ductisnio. Sin

      duda»

      una de las razones que sustentan esta  ausencia

    o

     carencia

      de  espíritu de

      "compañerismo"

      es  qiue  la

     gran mayoría

      de

    los  psicólogos norteamericanos contemporáneos simplemente dan por

    •supuestos muchos de los presupuestos  condbctistas y, como han esta-

    do

     ocupados

     con los

     detalles inherentes

      aj í desarrollo y a la

      aplicación

    de sus instrumentos de

      investigación

      específicos,  han»

      tenido

      poco

    tiempo o 'propensión para dedicarse a reflexionar acerca de los proble-

    mas

      metodológicos y sistemáticos más

     generales

      de su  ciencia.

    Aun los psicólogos de

      orientación condoictista dotados

      de

      mayor

    propensión  teórica parecen haber estado demasiado preocupados por

    cuestiones

      de detalle como para dedicarse a la consideración de  un

    marco de referencia  teórico más

     general.

     En lugar de tratar de  formu-

    la r

     un  completo

     die

     psicología  teóricos se han  preocupado

    más  bien  por la elaboración de hipótesis relativamente específicas, re-

    feridas a ámbitos de datos bastante limitados como» p. ej., teorías acerca

    de los fenómenos de aprendizaje simple, teorías motivacáanales, teorías

    acerca  del  desarrollo de la personalidad,  e t f cc* En

      consecuencia,

     encon-

    tramos  que»  en lugar de reunirse en torno del símbolo del  "conduc-

    tismo"j

      las   lealtades

      tienden a

      vincularse

      con

      rótulos tales como  aso-

    ciacianisrno, condicionamiento, teoría del

     refuerzo, hipótesis

     de la frus-

    tración,

     cte.

     En otras palabras, parece como si estos psicólogos

     hubieran

    superado la etapa  cte las escuelas.

    •En

     estas circunstancias, no puedo y no intentaré presentar un con-

    junto  fijo

      de artículos de fe,

      sostenidos

      en

      forma

      consciente  y

      cohe-

    rente  por un  grupo  de hombres  que se autodenomiiian

      coooidíuctístas.

    En

      lugar

      de

     esto  t r a ta ré

      de

      formular  algunos principios

     metodológicos

    que, según  creo, están ejemplificados en el  trabajo  de  algunos  psicó-

    logos contemporáneos que, sin  duda,  admitirían una deuda

      histórica

    considerable

      en  relación  co n  aquella

      'primeria

      formulación  conocida

    como

     escuela

      conduct i s ta ,

    •El  .primer problema  qu e  trataré está

      relacionado

      con la concepción

    M/

      D > TISMO

    ci é   i.

      .

      i > ' J k " . :i . i

      :

    ,

      ¿.  '..  L L t u r ; ; . „ < ; .  k los

    sucesos psicológicos.  E*i  J a s  p^c^g^ ,

      c l aucas ,

      -c-ta  de la  i - a t i ldad

    est ruc tura l

      o  psicologías  del   a-;to.  Ir ,

      posición  adoptada era

      que-

      Li

      p s i -

    cología,

      supues to

      qu e

      fuera  ana ciencia

      na t u ra l ,

      era,

      si n

      embargo,

    única  er

      ."tlgunos

      sentidos.  Hn   i u ^ a r

     de  nipor-vr

      :.mc

      se ocuip;:ha.

      come

    ío   h a c e  po r

     ejemplo

      la

      física,

      de sucesos que

      ocurren '

      en la

      condena?.

    o en   J a  experiencia inmediata  de l  científico  observador  o que se dan

    por  intermedio de  aquélla, se decía  que la

      psicología

     observaba y

      a n a -

    lizaba, por de una  espede  de  sentido  in terno ,  la

      experiencia

    inmediata per se.

     Las

     sensaciones,

     ias

     emociones. los pensamientos eran

    considerados como aspectos observables de la  experiencia directa v no

    como  construcciones  (.coiistructs)  sistemáticas que,

      al

      igual

      que los

    átomos y electrones del físico, eran  inferidos  a partir de la

      experien-

    cia

      inmediata .

    Por  fo r t un a ,  la

      relación entre

      la experiencia inmediata  (concien-

    cia)  y los datos y construcciones de la ciencia ha

      sido

      considerable-

    mente

      aclarada

      en los últimos por los de

      diferente-

    grupos  de  pensadores.

     Los  filósofos  de la

      ciencia,

      los

    positivistas

      lógicos

      (1, 5» 6, 7),

      científicos

      con  inclinación

      filosófica

    como

      Brkígman  (3) y, de la psicología, escritores como

      Ber ing

    C'2 j ,  F r a r t

      ( i S j )  y  S te

     veas

      (J8.)  logrado,

      según creo, probar

      que

    los

      da tos  cíe

      todas las el origen, a saber,  la ex-

    periencia

      inmediata de una persona que observa: el científico mismo.

    Es decir

      que la  experiencia

      inmediata,

      la

      matriz

      inicial  a

      partir

      de

    la

      cual se desarrollan todas las  ciencias,  ya no es como

    una

     cuestión por la cual deba preocuparse el científico en  cuanto tal.

    £ste

      simplemente

      la

      .da  supuesta,

      y

      pasa

      a

      tratar

      de

     describir

      los

    sucesor,  que

      ocu-rreei

      en  ella,  v a descubrir  y

      formular

      la naturaleza

    de las  relaciones que  existen entre dichos fenómenos,

    Boring expresó claridad

      Dará  los psicólogos  en su

    libro The  Ph-ysical

     Dimensions  o f

      Consriousness

     publicado hace algu-

    nos  años. En él  escribió:

      "De

      esta

      man e ra ,

      los

      Ancosos

      de la física,

    como dijo

      Wondt,

      son

      medáatos  cu

      relación  con la

    está en el trasfondo  dadora  de  datos  científicos,,

      imposible

      de

    advertir

     como realidad excepto  tn

      forma  inductiva.

     De

      la

     misma ma-

    nera,

      la

      pjvictílogía

      debe ocuparse

     de

      realidades

      existenciales

      que

      son

    igualmente

      meddí-tcs  cr.

      relación

      con h  cxpcrk-ncía ,  No  hsy

      nianern

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    1   me-:  -do

    1 O

    i a

    o  :,¡  dcnc,- -  cu i

    o í . T U :

      indi  . r e c t a   inferencia ,  j> .

    expe r imcntal"  ("2,  p. 6\

    En

      época

      más

      reciente

      P r a i t

      en

      ^u

      Lo^ic  ef

    (15)

      h a

      insistido sobre

      esre

      p u n t o

     c on   considerable

      eíiCoc^a.

      O J Í T I O   él

    señala,  la

      materia

     de  a  psicología  es  exac tamente  del

      mi.-mo

      tipo  qu e

    la

      de

      todas

      la s

      demás

      ciencias;  cualquier diferencia

      M i t r e

      la s  c k n e ía s

    se   debe  a una

      simple

      cuest ión  de  conveniencia,  a

      u n a

      divisi-ni  de la

    labor científica

      a la que

      recurrimos

      cuando

      el

      conocí

     aliento

      de tal lado

    crece

      má s

      allá

      de la

      capacidad

      de

      aprehensión  de  mi;i  ^ c v i a   pets-ma.

    Creo

      qu e  tiene

      cierto  interés  h is tórico  observar ,

      e u  C o n e x i ó n   co n

    este punto,

     que en el

      primero

     de los

      artículos  que  in troducían

      la

      pos-

    tu r a  conductista. Watson adoptó

      esencialmente

      la

      misma ac t ' tud.

      Es -

    cribió:

      "Ella

      [la   psicología] puede hacer caso   omiso de 'a  conciencia

    en   sentido psicológico. Sobre  la  base  de  ci te

      supuesto ,

      la   ubíervación

    de  'estados  de  conciencia*  es tan  poco  t arca  del   psicólogo como  lo es

    de l  físico. Podemos

      llamar

      a  esta

     postura

      el  reárese  al uso  P O

      reflexivo

    e

      ingenoio

      de la

     conciencia. E n  este  ¿ - e n t i c io

      se

     puede  decir que

      la

     con-

    ciencia

      es

      el

      inst rumento

      o

     1t  herrnirnienta  co n

      la

      cua l  í r j h a ü n

      todos

    los   científicos" (21,  p,  176).

    Admitiendo, pues,

      que la

      tarea

      de l  psicólogo

      con-óstu

      en

      imponer

    >rdcn

    / K I X Í I

    íie-s  po r

      la

     expendida  irant'diaid,  nu s

      dedicar

     inos

      a h o r a

      a la  p r eg un t a

    acerca   de  cuáles  so n

      esos

      sucesos

      peculiares

      observados.  A l  t ra ta r  de

    contestar esta pregunta debemos

      dirigir  füirnero

      la

      atención

      hacia

      el

    hecho  de que

      lo s

      sucesos  sensoriales de la  experiencia  de l  científico

    observador

      pueden depender,

      o ser el resultado, de dos  clases  de

      con-

    diciones diferentes:  initraorgáiiíeas  y

      extraorgánicas:

      L is  primeras exci-

    tan los  interoceptores  y las

      •segundas

      lo*   ^•vteToceptorof;.  A d e m á s  se

    deberá tener

      en

      cuenta

      que la

      física

      se

      ocupa  únicamente

      de

      hechos

    de

      origen

      extraorgánico. es

      decir,

     d e

      aquéllos recibidos

      po r

      intermedio

    de los  exteroceptores.  Por el

      contrario,

      se

      consideraba

      que los

      diatos

    de la

      psicología clásica implicaban

      fundamentalmente

      sucesos

      senso-

    riales  iniciados  po r

      intermedio

      de

      les  Irifcmeeptor^s,

      Se consideraba

    qu e

      estos

      últimos

      eran  estimulados

      po r

      ac t ividad '

     s   menta les

      inte rnas

    tales como

      pensar,

      desear, reacciones emocionales, percibir, etc., y,

    por lo tanto, se

     pensaba

      que proporcionaban

     datos primarios acerca

      de

    dichas

      act iv idades

    S in   embaí ¿f,  resul ta  c

    s

    laro  qu e  estas

      cxperknck.s

      originadas  eri el

    interior   -difieren  en forma  bastante acentuada   de   da s qu e son provoca-

    da s desde  el

      exterior,

      por lo

      menos

      en lo que se

      refiere

      a su capacidad

    para  se r  comunicadas  y  públicamente  cont ro ladas.  Por lo  menos,  si

    podemos juzgar

      sobre la

      base

      de los

     interminables  desacuerdos

      que se

    dieron

      eníre

      lo s

      psicólogos

      introspeccionistas

      mismos,

      este tipo

      de ex-

    periencias   no

      satisface

      demasiado bien  los requerí

     míen

     tos de  verifi-

    cación  y

      aceptación

      social  exigidos por el  científico.  Enfrentado  con-

    esta  dificultad,

      Watson

      sugirió

      que el

     psicólogo,  igual

      que los  demás

    hombres de ciencia, debería limitarse  a aquellos segmentos de su   expe-

    riencia que

      tienen origen

      en

      condiciones  extraorgánicas.

     En

      o t ras

     pa-

    labras,  Watson  sostuvo

      que los

      sucesos  estudiados

      por el

      psicólogo

    deberían

      consistir

      en observaciones de la conducta   manifiesta  de  otros

    organismos,  personas  distintas

      idbl

      científico  qu e  observa,  y no en la

    observación  de las

      propias actividades internas del  científico.

    Si n

      embargo,

     como

     todos

      sabemos, muchos

     estudiosas

     de la  conducta

    han

      seguido

      haciendo  uso,  en

      mayor

      o

      menor grado,

      de

      este último

    tipo

     de

      material

      bajo

      la

      forma

      de

      los

      informes verbales

     de sus

      sujetos,

    objetivamente

      regislraidJos.

      J an  verdad,  en  ciertas

     circunstancias

      el cien-

    tífico  masmo puede  asumir un  doble  rol y  servir  al  mismo  tiempo de

    sujeto

      y de experimentador.  En

      este caso

      su  propio

      informe intros-

    pectivo  es

      registrado

      como  una  respuesta  -lingüística  y  (pasa  a  formar

    parte,

     de

      ¡los

      datos

      objetivos»

      Para

      algunos  críticos

      de l

      conductísmo,

    esta  aceptación de los  informes verbales  de sus  sujetos como parte  de

    los datos parece representar

      un ,

      abandono

      de la

      postura

      conld'uctista

    estricta y un  retomo  a

      la

     concepción según  la  cual  la  psicología estu-

    dia-dos

     sucesos  ex^erienciales

      además de la conducta

      manifiesta.

    M e

      parece

      que Jos que afirma n este dejan de  ladlo  una diferencia

    mu y  importante entre

     las

     dos posturas. Debemos recordar que  el  intros-

    peccioEásta

      suponía

      la existencia de una correspondencia

      estricta

      de

    uno a uno   entre  la s

     respuestas

      verbales  id te

      sus  sujetos

      y los

      procesos

    mentales

      internos.

      De

      acuerdo

      con

      esto, aceptaba estos informes

      in-

    trospectivos como  hechos o  datos  acerca de los sucesos  mentales  inter-

    nos que

      aquéllos

      representaban. El conductista adopta una postura muy

    diferente.  Acepta  la respuesta  verbal  sólo como  u n a

      fo rma

      má s  de

    conducía

      y se

      propone usar

      ese tipo de

      datos exactamente

      -de la

      misma

    manera

      en qtie usa

      otros tipos

      de

      variables

      de

      conducta. Así, trata

      de

    descubrir

      leyes que

      relacionen

      las respuestas

      verbales

      con  sucesos am-

    bientales   idel  pasado o del presente y trata de encontrar las   relaciones

  • 8/18/2019 Spence-Postulados y Metodos Del Conductismo

    4/10

    20

    qu e

      tienen

      to e  oíros  üpos

      de

     variables

      de

      respuesta.

     También  iL s  usa

    í>a;s€  hacer  inferencias

      de

     cierras

     constmccionc;

     hipo-

    téticas  o que  emplea.  Por lo

      tan-to,

      en  contraste  la con-

    cepción  íntrospeccionista según  la  cual informes verbales  refle-

    jan  directamente sucesos mentales

      internos,

      es  decir,

      hechos,

      el

      con-

    ductista  los usa sea  como datos por  derecho propio  cjue  serán  rela-

    cionados con  otros datos,  o  como una  base  a partir

      d f e

      la  cual  infiere

    construcciones   teóricas que, presumiblemente, representan  actividades

    internas o no

      manifiestas

      de sus

      sujetos.

      Más

      adelante  volveremos

      a

    hablar acerca

      del uso que el

      conductista hace

      de

      tales respuestas ver-

    bales para

      la

      formulación'

      de teorías.

    Después

      de

     esta discusión bastante  sumaria acerca

      de los

      datos  ini-

    ciales  del psicólogo

     conductista,

     quisiera dedicarme  ahora  a la  consi-

    deración  de la

     naturaleza

      de los

     conceptos

      que  aqpél

      emplea

      para

    registrar

      y

     describir  dichos sucesos.

      No

     creo q¡ue

      sea

     necesario discutir

    en forma la  postura  conductista  era relación  con el  mo»

    vimiento  conocido

      corno

      operackxnalismo.  La insistencia de los  prime-

    ros

      en un análisis  operacionai  minucioso de los concep-

    tos

      tradicionales no

      era,

      en

      realidad» otra cosa

      que una

    anticipación de  programa, algo

     exagerado

     en su exigencia.  El  con-

    ductista

     da

     por

      'Supuesto,  simplemente, que un cuerpo de

      conocimiento

    empírico  no puede  ser construido si no se  proporcionan  los criterios

    para

      la

      verificabálídad

      ide  los  términos  que se

     usan.

      Por lo

      tantoy

      en

    lugar  de  hablar  de la  definición operacionai  de los conceptos psácoló-

    gkoSj quisiera discutir

      algunas

     cuestiones relacionadas con un  segundo

    criterio de

     aceptabilidad

      de un  concepto  científico: me refiero  ai   su

    significación,

    A  menudo es posible  oír  críticas  en el  sentido  de que los  concep-

    tos conductistas  son demasiado  elementalístas, demasiado

      atomistas,

      o

    de que no

      logran  reflejar

      la

      esencia

     reai o el

      verdadero  significado

     de

    la conducta humana. Esto^ últimos críticos se quejan, a m enudo amar-

    gamente,

     acerca

      de

    empobrecimiento

     de la

      mente

      y de la

      falta

     de ca-

    k>i  y de  detalles

     vividos

      en

      la

      pintura que  hace  el  conductista  de los

    sucesos psícolóoíccs,  A J ^ I U I L S

      de

      estas  criticas

      reflejan

      sinuplemcr.íc.

    por

      supuesto,

      una  falta  de

      comprensión

      por

      parte  oc

      aigunos

      "paco-*

    íogos en  cuanto  a la  diferencia  que  existe entre

      el

    1

     conocimiento cien-

    tífico de un  suceso,  por una parte, y el conocimiento vulgar o el tipo

    de conocimiento

      reflejado

      por el

      novelista

      o el  poeta,  por

      otra,

      Sea

    lOS POStUtADOS  Y L O S  DE L   C5ÑDÜCT.TSM0  21

    debido  a, su  educación  o

      a.

      su s  intereses

      básicamente

      no

      científicos,

    estos, críticos  el

      abstracto

      poseer,

    los   informes  científicos

      de

      cualquier fenómeno.

      L o

      único  qu e

    cabe

      responder

      a un

      crítico

      e f e

      tipo

      es

      señalar

      qu e

      los

      intereses

    del

      científico

      mu y

      diferentes

      de los

     suyos

     propios.

      Po r

      supuesto,

    hay

      otras interpretaciones legítimas

      e fe

      la  naturaleza  y del

      hombre,

    distintas

      de

      l'a

     interpretación  científica, v

      es  lícito  dedicarse

      a

      cual-

    qwíera de ellas. E

    estudioso

     de la

     conducta sólo pide

     que se le dé la

    misma

      oportunidad  que han sus colegas d el campo  de la  física

    o de la

      biología para desarrollar

     una

      explicación científica

     de los  fenó-

    menos

     que

     estudia.

     Que

     haya aspectos

     de la

     conducta humana

      o

     ani-

    ma l

     para

      los

      cuales

     nunca  se podría  formular tal  explicación  es

      akjo

    que  no se

     puede

      descubrir antes  de haberlo  intentado.  Desgraciada-

    mente

     las de

      psicólogos

      en

     relación

     con

     esta

      cues-

    tión  no son  conducir  al  descubrimiento  de

     dicho

      co-

    nocimiento,  temo  la   dificultad en.  que demasiadas

    personas cuyos

      intereses

     no se

      convertido

     en

     psi-

    cólogos

      .por

      la  noción  de que  J a   es una

    de

      las

      artes.

    En

      cuanto

      a las que los

     conceptos

      del

      condiic»

    tísta

      son demasiado

      elementaüástas,

      debo confesar

     que, en mi

     opinión,

    el término "demenitalismo"

     es tan  sólo uno de o "con-

    signas

    que los  gestaltístas han

     usado para

      la

     defensa

     y la

      exposición

    de sus  doctrinas  holístas.  Por que

      el  pácólogo gestaltísta  afirme

    fervorosamente se

      ocupa

      tan.

      solo

      de  totalidades,  de  situaciones

    totales, el

     hecho

      es que sí está  en descubrir uniformidades

    o

     leyes científicas,

      fraccionar  o

      ciertos

    rasgos

     de los

     sucesos totales

     que

      observa.

     Tales

     uniformidades

      o

      leyes

    describen  las en. que los se

      repiten.

      Pero  los sucesos

    concretos

      totales no   ¿,e

     repiten

      casi  nunca*

      Sólo

     algunos  de  los

    sucesos

     se repten  y,

      siendo

     así

    s

     la

     ciencia

      siempre

      debe abstraer.

    -El

      problema

      que se plantea

     aquí

      es,  en  realidad,  el del

      tamaño

      de

    las

      "unidades

      de  descripción"

      qu e  empleará  el

      científico

      y  esto ncs

    al   criterio  de aceptabilidad de un  término

      científico

      que .de-

    nominamos   significación.  A l

     hablar

      e fe   la

      sign-iftcación

      de un

      concepto

    científico  no s

      referimos

      a la

      medida

      en que  un .

      concepto

      o una va-

    riable  en la formulación de

      leves

     o interviene  en  dicha ferrrm-

     

    significativos

      en

      ciencia

      so n

      aquellos  que,

  • 8/18/2019 Spence-Postulados y Metodos Del Conductismo

    5/10

    > :  ÍCTÍS  

    10

    e  lo .

    22  M A G I A  UNA  CIÍ iNClA

     M

    LA

    se  Por

    (si

      las hay) a

    y

      no lo La de con-

    o de de

     descripción

      que, las

    tallistas,

      se al

      "pleno

      de  significado"  del

    comea,  es que de

    conceptos

      son

      exitosos,

     es

     decir,

     qué

      conceptos conducen

      ai

     des-

    cubrimiento de  leyes. Esto sólo  se  puede establecer sometiéndolos  a

    prueba.  •

    También

      aquí

     el

     hecho

     de es

    concebible  se o . de

    el de Las su-

    ministran

      de ti'P°» y

     en

     psicología  lo

     vemos

    en  la  de de y de

    Asá,  los dé Brunswik  (4) y de  (8),  spo-

    de

      o de la

    y

     la ser sea en de

     movi-

    mientos  musculares)  o en. de en

    amplio. La que se  elija,  o de-

    pende  de  los

     •

     intereses  y  del científico,  del de ley que

    espera  encomtrai-

      o

     usar.

      Como  lo

      señal'afa  Hull

      (11)  al

    tenia,  d'e los los

    les

      consisten  únicamente  en que unos

      prefieren usar  conceptos

    otros,

    no

    .ríamente,  fundamentales. Sí  arribos  de conceptos

    .fueran  para-el  y la de  defoe-

    ,,ría  ser  descubrir coordinadoras  que re-

    velarían,  las  interreílaciones  entre los O, sugiere

    Hull

     (11),

     los postulados o  supuestos primarios db  quienes

      trabajan

    en un nivel más molar, podrían aparecer, en último término,  como

    teoremas en una descripción molecular.

    pues,  la  postura  el

      conductista

      en,

     reía-

    la de los en su

    ciencia,  ella reconoce:  1)  que la de un

    ser estimada

      en términos de su

      capacidad para conducir

      a la  formu-

    lación  efe  leyes acerca

      de los

      fenómenos;

     2) que una ley

    es siempre, en mayor o menor grado, abstracta en

      el

      sentido de se

    so s

      o

    stoiun-

      a

    de e  otras  propiedades que son irre-

    levantes

      la del 3)

      que

      el

      método

    de o ha sido exitoso en

    Jos   de  la  el de  los

    de y de

    es,

      sin  e n , ,  el de los

    la no es

      que

      una

    de  grado. Sobre  la

      die

      no ra-

    el del de

      o aná-

    lisis.

    Hemos

      dicto

    «que

      el

      propósito principal

      del

      estudioso

      de la

      con-

    ducta  es  poner  y en  el  de  suce-

    so s

      él el un

      conjunto

      de

    en los  o,

    en El

      d f e

    sus  o

    la y la

    En el de de la la eá de

    se ha

      ipor

      del de

    a

      de la y de la

    Para

      dte

      en

      lia

    de

      observación

      lo

    la

      formulación

      de leyes  de

      esta manera.

      La

      situación

      en  psicología y

    en las de la es

      Debido

    pálmente a la

      mayor complejidad  los

    lógicos sí se los los físicos, el o bien

    no

      ha

      aislar

      o no

     lia

     en-

    contrado medios  medir  las  relevantes

    dentro del  sistema  en, observación'. En

      estas circunstancias

      ha -

      recu-

    rrido

      a  conjeturas o  postulados acerca

      c f e e

      los  factores  no  controlados

    o

      de al el

    de

      diferencia,  el  "teoría"

      ha

      a-   lo .

    he en

      otro lugar, muy

      en

      psico-

    logía  de la que en  física.  Las  teorías  de la  física  son  construc-

    ciones  que  sirven fundamentalmente

      u en un

    único

      deductivo  conjuntos de  que,

      con.-

      an-

    terioridad,

     no

      El es,

      par

  • 8/18/2019 Spence-Postulados y Metodos Del Conductismo

    6/10

    feo, la de las de la y la

    se

      de la de

    la la

    de fe luz y la de los

    •   En por el las

    us  a

    en de se los

    o no del las

      en

    A

      (20)

    íes ha el de

    tes" porque se que intervienen  entre  las variables  ambientales

    y  por y las

    (

    de   la

      por

    Se la el de la

      lia

    si

      se

    los de. ' el

      psicólogo

      de

      Líani-

    el a no

    -las  el

    de o

    cípaies:

    ¡1) de de

      db

      la

    2) de del

    y  *

    3)

      Variables

      de

    o

      del

    de o de por las

    se los las

    2 .

    4.  ~

    L as   leyes  del  Jpo  1  sen  leyes de  asociación

      de

      propiedades de la

    conducta. Para la

      formulación

      de leyes se  us a  con

      muclia

      fre-

    cuencia  u n a  cons tante  estadíst ica,  el  coeficiente  de  correlación, y,

    como   • <   '-jun  sabidr..  cc.k.  ilpj  Je  le y  c - ,

      .¡v-colgado

      ampliamente  en

    el

      campo   ck -   io-  tests  pstcok»gi

  • 8/18/2019 Spence-Postulados y Metodos Del Conductismo

    7/10

    HÁCÍÁ  U N A C I E N C I A D E L A P Ü I S O N A

    FIGURA 

    TSE.MPG

    J

      '  ' 1" '  "  T

      "~

      ~

    E T - N

      E

    T = O

    '* *   ^

    i

     x

      /f

     i

      x

    (6) /íó) 

    :   > s >

      / /

    V >

    0

    f

    U

    i

    f

    ;s )

    t

    ^

    %

    ^..  . _

    v

    x A

    4

    /  i

    Í

    \ f

    \7

    1

    ^

    (2} j

    U¿_ ^

    r~T—

      x

    X

    f

    4,

    i

    1

     

    C

    ¿

     

    l

    . . _ _ _ i  1

     

    t

    j}

      i

      — * 

    19}

      \\

    ' 9 >

    1

      \

    S

     

    ' P

    ^

    íR2

    ;

      Ĵ-2

     

    "™ ~ °   Y™™™™™

    Wm

    *"™™™™~

      |X*

    i

    4

    (6'}

    '

    1  LEYES

    |  T"™

    1

      A

     -Empíricas

    v A

      i

    ( 1 } R = f { R )

    í

      A (2J R =f (t;

    •Ir Í 4

    3

      2 = - Í S i ¡

    1 *

    s

      B-í-:¡poiét;cas

    ÍB

    (5)

    1 ~

    f (ET N } ~

    i  (6)1 = f ( E T = 0)

      (7)

     

    =

    f

     (T¡Er/.PO)

    £ 9 5

      r ? )

      t

     -

      f íf

    |

    i ^   ̂ " .

     

    ^

    i - ' i .Ra:

    •0 )

    c i o n u n  l as var i ables de

      es tado

      h i p o t é t i c a s

      (la.

      Ib , c tc  "  co n  la s  d iver -

    sa s

      variables  experimentales

      han

      sido  representadas

      por

      medio

      de  lí-

    r i tas  de  pumos.  Po r  eíemplo  u na   "lev

    1

    *   de   t ipo  ^  d e r i v e

      < -

      i n r r o -

    di Ko  la s

      v a r i a b l e s

      intervinientes

      en

      términos  d e  h e c r n >

      p a g a d o ; ; ir.s

    le)

     es

      c. l

      ripn  t  la s

      relacionan  ton  ] a < -  • s an ab le- ,

      i' iTíb'íejiíaít^

      p¡re-

    sentes,

      y

      L :^

      T

      :as  relacionan

      ccn

      el

      tiempo; las

      "k". e> "

      8

      presen-

    tan las

      intcrrclaciones  que se

      supone  que

      exli-tcn

      entre  e sas

      v a -

    riable

      i n t e r v i n i e n te s  v.

      per  último,  lus-

      Y^k.eiop.cs

      ; \ ; p i - , sentada-  por'

    las

      leyes del

      tipo

      9

      relacionan

      las

      variable.-,  intervinientes

      con

      ia s

    var i ab le s

      de  respuesta .  Es

      decir

      que  estas  l í neas  de

      p u n t f o

      dvben  se r

    ccn;si de radas  corno

      representativa.-,  Je

      d í f e r e n tc j  e 'as^: .

      Je  rcl^elar.c:-

    •\-f

      u l . H Í r - ^ .

      v  no  'x p

    r

    <   B o r r a n  ^ a   t í 'K ' íón habitúa"

    1

      :\c

      r n "

      ¡ onevi^n  F - R .

    A q u e l l o s

      que  estén  rarniliarizados con fes conítruccioncs teóricas

    de

      iluil  C . H )  reconuceraii  ejemplos específicos de estas  le\es  hipo-

    téticas. Por

      ejeonip'lo,

     su postulado o definición  de la construcción foer-

    za

      de  hábito  (o  EH

    R

    )  como

      u n a

      función  del número de refuerzos

    E   v

     potencial

      excí tate-no, , ,  tac dentro  de   la   e'a.-e 5;  \  su   postu la de j

    reícrc-nte  a

      la

      fonn.i  tn  q u e  ia

      i í ihiS 'cit ' tn

      re ac t i va  ^ I r . ;  ?e  supone  qu e

    c a m b i a  (se desintegra.;

      con

      e

    paso

      del

      tiempo  es

      un

      caso

      de

      ** le \ "  da

    J i p o

      7. A   propusiío,  se  observará  qu e  esta  última  relación

      e ,~

      l,\

    única

      cj-ue  se  parece  a

      la s

     llamadas leyes  dinámicas

      de

      p rocedo

      en

      fí -

    sica.

      Este

      tipo

      de ley

      describe

     o enuncia las

      leyes

      que rí«en

      los cam

    bios  que  ocurren'

      dentro

      de un  sistema  con  el

      t r a n sc u i so

      del

      tiempo.

    Una pregunta acerca de estas construcciones teóricaí que parece

    plantearse  invariablemente es si  representan

      algún tipo

      de proceso o

    de

      estado  interno, presumiblemente

      ncurofisioló^ico.

      R e s u l t a  sorpren-

    dente comprobar

     con qué  pc-rsisteneia

      surgen

      las confusiones  en  torno

    a  este  punto.  Probablemente  se pueda explicar por la

      dificultad

      y la

    resistencia

     que experimentamos cuando es  preciso deshacerse  de  v ie jos

    significados

      corrientes  de las

      palabras.

      En relación con

      cbtu,

      i cbul ta

    bastante  gracioso

      í.bservar

      que

     mientas

      e'ue  H u 3 1  o  acusado,  por  lu

    general, de

      a t a v i a r  el

      organism-.-

      con  mitológicos

      - _ 4 r - d < \ 7   eercbrj e>

    Tohnaji.  euvos  conceptos  teóricos tienen exactamente

      la

      misma  e>-

    *

      j_

    t r u e r u r a

      f c » r m a

    i

    ]   que

      los

      de HuiL es

      decir,

      - \ 'ar:abíes in-rerviníentes

    d e f t " r ü C Í a . F  t ' ii  tt*njiiDt*s  úv  ^ u c e s ^ ) ^ .  a rob j Cin^ í i - s  ]" ' ' ¡ep; ,ndicnfcs.  e^

      . icu-

    s a c l í »   co n  f r e c u e n c i a  de   f o r j a r  f a n t a ^ r i a s  n - í - n t . u i ^ u j . N .  1,1  tx-plícJ i} ' '»?

    de

     esta situación resulta clara cuando

     recordamos  los

     términos

     emplea-

    dos por estos dos psicólogos  p a r a  designar sus respectivas

      v a r i a b l e s

    intervínk'iite^. Por ejemplo.,  H u J Í  usó palabras  como  hábito,  impulso.

    poter.cial  exeitatorio

      y

      potencial

      inhibitorio,

      mientras  que TVínun

    llamó  a sus  construcciones teóricas  c k m a n c h ' s .  expec ta r iva í  — s i g n o —

    Géstale,

      h ípó t -adE,  etcétera.

    'El  único

      significado

      que

      tkren  e s t C ' S   construcciones  teór icas  en

    el

      momento  actual,  es  proporchpacK  por las  ecuaciones

      que

      las  rela-

    cionan con las variables  e x p e r i m e n ta l e s  conocidas: las mediciones am-

    bientales,

     por una

      parte,

     y las

     medida^

     de

     la

      conducta,

      por

      o t r a .

      Dichas

    ecuacionts  c o n s - ü t r n c n

      L;,

      dci':nicj.one^  de aquellos  ttrminos

    •Ll  papel actual

      de

      e-:as  c o n s t n - c e i c m a s

      teór icas

      i ' ,  - - - , - u ' -  ferias

    d í ü h o ,  avudar  al  psicó'-.:L

    T

    o  en la  búsqueda  tic las  i c \ - e ^   c m r - r i c a s q u e

    ¿

      "*

      T~*

    re l ac i onan-  la

      conducta  cr ;n

      s u s  e ondáci oue h

      c i c t e r i m r ^ s j t c s .

      Ln

      este

  • 8/18/2019 Spence-Postulados y Metodos Del Conductismo

    8/10

    - j f .

      H > C r « >

      U N A   --re^fn

    i ' F

      r f

      PF-K-O A i

    ¿j

    la s

      variables

      experimenta^es relevantes. En un

      a r t í c u l o

      reciente  (.17..'

    de  este  problema  de la  construcción  de  teorías  en la

      psícolorí:i

    i  i   •

    can temporánea,  subrayé

      que es posible,  en el

      caso

      de la

      formulación

    dt

      la

      conducta

      de por

      Huí ,

    sustituciones en las que  introducen  la s

    construcciones y una

      única  ecuación

    que expresa  la medida de  respuesta

     como

     una  función  de las diversas

    variables

      ambientales antecedentes.

     En  ecuación las variables

     teó-

    ricas

      inten-unientes

      están los de la

    ecuación.

    En

      tanto

      que  Taiman  y yo hemos destacado el valor

      heurístico

     de

    tipo

      de construccíén- teórica  para  la  formulación  db  la  forma

    completa de  las

      leyes,

     Hull  (12)  na  llamado la atención sobre  otro

    uso  posible  de

      dichas construcciones.

      Según él,  construcciones  tales

    como

      hábito v  potencial  excitatorio proporcionan,

      además»

      represen-

    taciones o

     índices

     convenientes v  cuantitativos del particular  complejo

    de  variables

      experimentales

      a las cuales

      representan.

      Así,  en

      lugar

    de  tener  que  afirmar  que el

      sujeto

      ha

      tenido

      tantos refuerzos en  la

    situación,

     en

     condiciones

     en la era de

      tal

     y

     cual

      v

    fu e  diferida  ]xw  tal Y cual  período,  es  posible  sustituir  todo  "por

    e valor  caileuiiado de  la  fuerza  de

     hábito.

    Por último, queda  la posibilidad de  estas  construcciones

      íntcr-

    vínientes

      tengan

      sus contrapartidas en parte del  interior  del

    organismo.

     Huli,

      en/ especial,

      ha

      mostrado propensión

      a  aceptar esta

    posibilidad  y no ha vacilado en  hacer  afirmaciones

      acerca

      de  estas

    construcciones  que

      sugieren  su  posible

      ubicación  y

      funcionamiento

    en  el  sistema nervio». Sin  embargo, su  justificación  ha  sido

      siempre

    qu e  tales  coii i jeturos  proporcionan sugerencias  para

      c.\ncn¡ncntos

    , -

    personas

      interesadas en

      realizar  tales coordinaciones

     de

      muestras cono-

    cimientos. Sus teóricos se  lian mantenido,

    básicamente,

      en

      el de la

    Al

      terminar

     esta

     discusión

      del de  referencia teórico del

    psicólogo  conductista,

      se

      encuentra

      to:;.i-

    v ia  en un estadio de desarrollo muy

      primitivo,

      -un

     hecho

     que, por ács-

    oracía,

     no ha  sido

      tenido

     en cuenta por muchos de los

     críticos

      actuales

    cíe  postura.  El teórico en este  campo  se ve aparentemente  obli-

    gado a  elegir entre  tratar  ¿e  establecer  ua  marco

      teórico

      general  que

    abarque la totalidad  cíe  los  f en órneme  de  la  cond^cf.  o  hien

      es tudiv.r

    J j f l   t

    en   detalle un

      solo

      á m bi t o  pe qu e ñ o de  Toknan  r- r  k a  inclinado.

    casi

      po r

      la

      pr imera  a l terna t iva  y, por

      lo

      tanto, su

      t ra tamien-

    to   se

      caracteriza

      por una

      obvia

      de

      especificaciones

      detalla-

    das   de sus

      construcciones

      teóricas,  Hull por su parte, ha preferido

    el segundo  Su

      libro  Principies

      o f

      Beharior

      se

    cíe

      los casos de de

    producidos

      en el

      laboratorio

     —condicionamiento

     clásico

      e

      instrumen-

    tal—

     y en

      este

     momento él y sus

     discípulos

     están  de extender

    las   leyes fundamentales allí a los

    de   la conducta

      individual.

    Por lo que hace a las construcciones

      teóricas,

      es obvio que

     

    los

     fe-

    nómenos  .de  conducta por  Hull  y por  psicó-

    logos  de  orientación  conductísta no

      lian  re-querido Cpor

      lo  mencs

    en grado considerable)  toda

      una

      clase

      de

     variables Ínterviníentes

      hi-

    potéticas

      que deban

      ser

      postuladas en última instancia.  Así pues,  las

    construcciones teóricas que  aparecen en el  libro reciente de Hull  — h á -

    bito,

     potencial excitatorio e inhibitorio, impulso,

      etc.—

      son lo  po-

    dríamos  designar-.-como  variables  de  es tado. Cada

      una de  cons-

    trucciones representa  condición o  dei  organismo

    que se

      supone

      es el  resultado  de las

      interacciones

      c-1

    y

     su y es ea de

      interac-

    ciones. Por  el  contrario,  J as nuevas construcciones  a las cuakv

    nos

      referimos antes

     representarían

      no hipoté-

    ticas,

      no

     observables, procesos implícitos

      que

      ocurren

      en'

     el individuo,

    A s í ,

      al estudiar los

      tipos

      de

     conductas

      y más

      com-

    plejos,

      será  preciso postular, además de variables de  estado,

      res-

    puestas

     emocionales

      implícitas,

      y  ajus-

    tes

      pastúrale^

      y  orientación

      de receptores

      que  xic  son

      f

     acimenté  ol-

    servabíes.

      Por el

     momento, apenas

      si se ha

      comenzado

      a

      dichas

    construcciones teórica

    1

    ::

      a l g u no s

      ejemplos son

      la s  reacciones

     de

      ansie-

    dad y sus efectos reforzadores  secundarios  (14) y las reacciones  frac-

    ciónales

      aníícipatoiias

      de

      la

      meta

      como

      ftindamenti»

      de la

      conducta

    intencional  (9,  10),

    Es

      en

      este  ámbito Je  la teorización donde

      los

     informes

      verbales

      de

    sujetos  humanos podr ían  r e su l t a r

     muy

      útiles  para el  teórico

     de la

     con-

    ducta

      va   crue.  presumiblemente,  estos  info rmes

      pueden

      servir

      corno

    ¿ •   í.   i

    p.:rd postular  la existencia

      de

      e- ;

     as  aJlvidades  inferidas.

    s  c n r ^ n f - n

      runchos  pe: i-

    r

  • 8/18/2019 Spence-Postulados y Metodos Del Conductismo

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    32

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