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    ndiceEditorial pg. 4A los maestros de antao pg. 5Artculos de ex alumnos pg. 6/16Crnicas pg. 17Don Pascual Baburizza Soletic pg. 19Andrnico Luksic Abaroa pg. 20Desde las cenizas pg. 21/22Hugo Guerra y Rosa Squella pg. 23/24El ftbol, pasin de multitudes pg. 25El instituto de ayer y de hoy pg. 26/27La historia nuestra del instituto pg. 28/29Mejores condiciones de trabajo pg. 30/31Capital humano en la agricultura pg. 32Continuidad a futuro pg. 33/34Trabajadores del agro pg. 35/38Homenaje a Andrnico Luksic pg. 39/40Los de ayer y los de hoy pg. 41Los muchachos de entonces pg. 42La generacin de los aos 60 pg. 43/44Revolucin digital pg. 45/46Una forma de agradecer pg. 47/48Opinin de don Andronico pg. 49/50Vida social pg. 51/59Himno del instituto pg. 60

  • Tom dos aos y tres meses desde el momento que tuvimos la idea de reunir a nuestros compaeros. Comenzamos un largo peregrinar entre internet, fa-cebook. Ocupamos el correo, para aquellos que no estn al alcance la tecnologa y nos apoyamos en los celulares, que en nuestros tiempos solo era cosa de imaginacin y fantasa.Viajamos por Regiones en bsqueda de algunos y fue el tiempo que nos impidi viajar por pas.El entero en sus bsquedas, as como los recursos siempre tan necesarios. Algunos, por propia iniciativa tomaron contacto. Otros colaboraron para encontrarnos nuevamente y algu-nos sobresalieron en su intento por ubicar a viejos compaeros o compaeros viejos, que nunca haban vuelto desde los aos sesenta al Instituto. Con un espritu de solidaridad y fraternidad iniguala-ble se donaron a ayudar econmicamente con el mu-ral, solidarizando adems con los ms desvalido de los nuestros a los que la vida no les deparo lo misma suerte que otros, de manera de concretar este evento para donar la obra de arte elaborada por un artista chileno como los es Daniel Palominos y consagrado a nivel Nacional. Como lo expresramos al ex director Lepe, no ha sido fcil de ubicar a todos los que ingresaron el ao 1962 menos lo fue, ubicar a toda una generacin de los aos sesenta. Por ello, habiendo comprendi-do que eran mucho los que deseaban adherirse, nos abrimos a captar compaeros que haban estado en el Instituto en esa dcada, en que se le dio el ultim-tum al Instituto y a la Fundacin Baburizza que con tan especial cario y siguiendo la orientacin de Don Hugo Jordn y la peticin de su esposa la Sra. Rosa Squella, Don Pascual Baburizza Soletic se inclino a disponer de su cuantiosa fortuna en bien de los jve-nes que sentan vocacin por la agricultura, como lo sealara en su testamento.Los que hemos tenido la oportunidad de darnos cuenta del beneficio que con tanto amor lego a Chile y el espritu con que algunos profesores se entregaron a nuestra formacin,

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    Editorialas como el bagaje de conocimiento que nos dieron, hemos vuelto para agradecer a Dios, dejando en sus muros las huellas de todas las generaciones que han pasado por sus aulas este ao cumplen 71 aos des-de su Fundacin.De la misma forma hemos querido expresar el sentir en el mural de las nuevas generaciones; y en especial a Don Andrnico Luksic Abaroa, quien lo rescato des-de las cenizas y con quien tuvimos la suerte de cono-cer en su momento, ya enfermo en el ao 2005, nos conto haber conocido en la casa de sus padres a Don Pascual, Croata, admirado de sus compatriotas y en quien le impacto su personalidad austera, correcta y dedicada al trabajo. Nunca imagino- nos sealo-que el al igual que Don Pascual iba ser premiado por la fortuna, y aadi: tambin fui Presidente del Banco de Chile, en su momento dueo del Hotel Carrera como l, y agrego, he sido atrado por la educacin a nuestra gente. Me interese, sealo, en su obra y en su legado, por la enseanza que la Fundacin haba dado, recalcndonos, espero que prosigamos ahondando en los conocimientos necesarios de los estudios y tcnicas agrcolas superiores; la investiga-cin y la formacin de profesionales que la Fundacin Baburizza abandono, por parte de quienes tuvieron la responsabilidad de incrementarlos, me asegurar que conmigo no me pase lo mismo. Nosotros los de ayer y los de hoy, esperamos que as sea.Tenemos la conviccin que estn dadas las condicio-nes para que exista una Universidad en la ciudad de Los Andes, dedicada a la agricultura, donde se impar-tan todos los niveles profesionales del agro y que lle-ve el nombre de quien rescato el Instituto Baburizza, el que debe ser la piedra angular, pues se lo merece, ya que l, en su momento, supo entender que una obra como la que Don Pascual Baburizza S. que dio inicio era la mejor forma del desarrollo de un pas, como lo es la educacin. Esperamos que ello tarde o temprano sea una realidad.

    El Editor.

    La Serena 11 de Mayo de 2012

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    Todos tenemos recuerdos de ellos, hasta hoy nos parece ver cruzar el patio trasero al profe Jeria, o di-visar silbando, hacindole honor a su nombre al Profe Carlos Silva con su Slak, tenida americana de trabajo que siempre usaba y su corte casi a ras al estilo ma-riner. Los Silva se repetan en nombre y apellido, y atentos por la ventana de las salas de clase lo vea-mos venir con sus pasos erguidos ambos, su jquey y sus sombreros de paja, luciendo su camisa siempre abotonada hasta el cuello, Carlos Silva, el agrnomo y director del instituto era flaco, el otro un poco ms grueso, los dos impenetrables, adustos y de rostro serio como concentrados en su que haceres. Por cierto que aun guardamos en la retina al papi Canelo el de las hortalizas y jardines, el pro-fe de las prcticas de campos y los quehaceres de mantencin de la jardinera en el Instituto, el que pre-paraba las exposiciones florales y nos llevaba a la ex-posiciones de la Fisa en Santiago, siempre con sus pantalones de huaso y sus camisas de colores, pare-ca estar eternamente dispuesto al trabajo, tena sali-das siempre jocosas y muy oportunas. Frunca sus bi-gotes cada vez que algo no le gustaba, sus ojos se le achicaban y entonces haba que atenerse al huracn que vena, ponerse a resguardo, lejos de su mirada y de sus decisiones. El profe Guillermo Friter con su voz ronca y profunda, era como si nos hablaran de las frutas desde la ultratumba, circunspecto, se

    notaba que era un hombre docto en su especiali-dad, siempre lo veamos hacer como un triunvirato con los profes Fernndez y Lauridos, ambos eternos viajeros, pues venan desde Santiago, donde segn decan eran profesores de la Escuela de Agronoma de la Chile para hacernos clases de Viticultura y Sue-los, tambin se desempeaban como profesores de Cultivos y Vinificacin. Conocedores de sus materias, buena pedagoga, excelentes en sus expresiones y atentos a que uno captara lo que trasmitan. En su diccin, siempre nos recordaban a Armando Calde-rn, el querido Tucho, profesor de apicultura, quien se desempeaba como Secretario del Institu-to, conocedor de las abejas, a veces supla a los ins-pectores y en otras se le poda ver serio haciendo de maestro de ceremonia en algunos eventos del Institu-to. Sin embargo, hay uno que por sus peculiaridades todos lo recordamos, el Chico Zamora, profe mltiple, pues en sus clases a parte de fumar mucho, y de con-tar ancdotas y chascarros, enseaba matemticas cuando vea que se le acababan las horas de clase. Por cierto que saba de la ciencia de las aritmticas, pero su pedagoga, la que era muy bsica, lo llevaba a desenvolverse en medio de nosotros como si hu-biese estado obligado a hacerlo. Dicharachero, cono-cedor de su pueblo, pues era Andino, siempre tena presente mltiples historias, mitos y cuentos sobre Don Pascual Baburizza, las que consuman las horas de matemticas.

    A LOS MAESTROS DE ANTAO CON CARIO

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    Artculosde ex alumnos

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    Todos los conocimientos tericos y prcticos impartidos en nuestra querida Escuela Agr-cola fueron base fundamental de mi fortale-cimiento del saber y haciendo patria en pas extranjero, me siento orgulloso de ser un ex alumno PASCUALINO, en la mitad del Mundo, durante 37 aos hasta el da de hoy.

    El haber estudiado y graduado en el Instituto Pas-cual Baburizza de Educacin e Investigacin Agrcola, sali de las fronteras chilenas, cuando un vecino radi-cado en el exterior me contact y con contrato laboral se me invit a trabajar en una hacienda ganadera en Ecuador, ubicada en la Regin Sierra, a 2800 mts. so-bre el nivel del mar; no era mi especialidad, estaba convencido que con las enseanzas sabias y genero-sas de experiencias vividas, en mis 7 aos escolares en las aulas y trabajos prcticos en la Hacienda San Vicente, estaba preparado para enfrentar este desa-fo.Como ya tena superado el problema de la supervi-vencia, pues mi sueldo corra desde el primer momen-to que llegu al Ecuador, dediqu por completo a mi nueva actividad: Tcnica Administrativa Ganadera, de una hacienda lechera de gran extensin.Por cosas del destino, el tiempo y los plazos corrie-ron ms veloces que las deudas contradas por los propietarios de la hacienda y me liquidaron a los 4 meses de mi llegada.Con ese capital empec a trabajar en la agricultura en Ecuador, poniendo en prctica todos mis conocimien-tos y tcnicas para realizar excelentes cosechas de papas, choclos y maz duro, incrementando an ms mi capital de trabajo, llegando a adquirir mi primera camioneta con la cual viaj desde Ecuador hasta Via del Mar (6000 Km.) en 7 das de ida y el mismo tiempo de regreso a Ecuador, total 14 das de carretera Pana-mericana sin inconvenientes.

    Pasadas estas experiencias me dediqu a mi espe-cialidad la Agroindustria y recordando mis tiempos escolares realic estudios de factibilidad tcnico eco-nmicos de una planta de deshidratacin de frutas y legumbres, llegando a la culminacin con xito de la construccin y funcionamiento de mi empresa: Fruta-seca Ca.Ltda, procesando cebolla de rama verde y blanca, cebolla roja y blanca, perejil, cilantro, apio en hoja entre otras.Por desavenencias con los socios se liquid esta flo-reciente empresa con 9 aos de trabajo.Tambin me desempe en una gran planta exporta-dora de brcoli con lnea de congelacin. Actualmente me encuentro desarrollando un proyecto de factibilidad tcnica econmica para paletizar mela-za, como suplemento alimenticio para el ganado, en la planta piloto.Todas estas actividades las he podido realizar gracias al apoyo incondicional de mi esposa que me ha per-mitido formar un hogar muy slido, procrear tres hijos maravillosos, con su esfuerzo y espritu de supera-cin, mantenemos una situacin econmica estable y apacible.

    Juan Jos Uriarte Araya generacin de 1962 Ecuador, mayo del 2012.

    Historia de un Pascualino en la mitad del mundo

    Artculos

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    Agradecer a todos quienes aportaron, para que el sueo de un nio se transfor-mara en una realidad a nuestras familias y a la gente de campo que nos ense su vida sencilla. Y dar gracias a Dios y a la vida que nos ha dado

    Cul un da Juan Salvador Gaviota, siendo un nio camino a la adolescencia, emprendi vuelo tras alcanzar sus sueos y comenz a volar, por una ruta ignota y su vuelo lo llev a posarse en un lugar de Los Andes, en la Hacienda de San Vicente y un da 29 de Marzo de 1962, lleno de los temores propios de lo desconocido, baj sus alas y cruz el dintel de entrada del IAPB con la esperanza de dar forma a su vocacin por la tierra.La vida nos da sorpresas, sorpresas nos da la vida y a poco andar los temores desaparecieron y comen-z a descubrir un mundo nuevo donde la amistad, el compaerismo, el rigor, la disciplina, los estudios y el trabajo en el campo, fueron transformando el carcter y con el tiempo nos transform de adolescentes en hombres preparados para enfrentar la vida y entregar lo mejor de s, en beneficio de nuestras familias y de la sociedad.Hoy los nios de ayer convertidos en abuelos y con la tranquilidad del deber cumplido y a 50 aos de su ingreso a su alma mater, slo les queda agradecer lo recibido. Agradecer, por haber tenido la posibilidad de vivir el sueo de un hombre tambin agradeci-do Pascual Baburizza de la patria que lo cobij, agradecido de sus profesores que se esmeraron en la formacin profesional, docente y valrica de sus educadores y de todos nosotros como apstoles de un conocimiento que llevamos en nuestros corazo-nes. Agradecer a todos quienes aportaron, para que el sueo de un nio se transformara en una realidad a nuestras familias y a la gente de campo que nos ense su vida sencilla.

    Y dar gracias a Dios y a la vida que nos ha dado tanto. Agradecer, desde lo ms profundo de mis sentimien-tos a Juan, un ami go extraable, Ricardo con quien he compartido en el Norte, Javier que aun estando tan lejos siempre todos lo recordamos con cario, Fernando quien a viajado por tantos lugares y aun su alma inquieta no para de trabajar, Eugenio a quien aprecio por su calidad humana, Miguel con quien he-mos compartido tantas horas en los das del exalum-no y quien al igual que nuestro amigo Nortino Ricardo han querido hacer lo mejor por todos los exalumnos siempre sin ambages y sin dobles intereses, a Moi-ss mi huaso querido que vive sumido en su trabajo y siempre optimista de la vida y aorando justicia social y a tantos otros que se me hara largo nombrar. Sern siempre mis eternos compaeros, cuya amistad con-servamos hasta el da de hoy, como el ms preciado de los tesoros y que los llevo en el corazn hasta el fin de sus das. Gracias IAPB, que sigas por siempre en el camino de la excelencia que otros te vean como en su momento se lo imagin Don Andrnico Luksic y te proyecten tu futuro, para que en tus aulas abriguen el desarrollo y la investigacin por el agro, la preparacin de profe-sionales en todos los niveles del que hacer agrcola, conservando siempre el espritu que anim a su Fun-dador y a quien los rescat de las Cenizas

    Jos Rivera Nielsen Tcnico Agrcola Generacin 1962

    Siempre Agradecido

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    El Instituto me fue entregando todas las herramientas bsicas y las oportunida-des de ir realizando mis sueos: cono-cer, estudiar y especializarme

    Fue cuando recin cumpl los 12 aos y en mi casa paterna, mi amigo de barrio Roberto Zenteno me coment del Instituto de Los Andes en donde estudiaba, y entre otras cosas, del criadero de vacas lecheras, de los caballos y de los tractores que all haban,- que mi mente determin mi futuro educacional, profesional, laboral y pasional. Mi de-cisin fue espontnea y determinante. Por fin vea con claridad donde y como podra hacer realidad mis sueos de nio: ser un arreador de vacas, tal como esos personajes que vea en los aejos lbumes fo-togrficos que atesoraba mi madre, del fundo de mi abuelo en Chilln, y que se transformaban en mi entretencin predilecta, cuando me enfermaba con cada una de las pestes por las que obligatoriamente pasbamos todos los nios de mi poca.Y tal como soaba, a partir de ese instante y durante los 7 aos posteriores, el Instituto me fue entregando todas las herramientas bsicas y las oportunidades de ir realizando mis sueos: conocer, estudiar y espe-cializarme junto al mejor ganado Holstein Frisian del pas de aquella poca, ser asistente de los profesio-nales y profesores que manejaban los registros ge-nticos, las cruzas, el manejo, el control de enferme-dades y su alimentacin, adems de lograr realizar el estudio de progenie, de los 3 principales sementales de origen americano, que fueran el pilar gentico de ese importante plantel lechero y de muchos otros. Pero tambin me dio tres cosas tanto ms valiosas: Una veintena de grandes compaeros, convertidos hoy en mis grandes amigos; un impulso en el estu- dio, para ir ms all, especializarme en la Industria Lechera en la Universidad Austral, estudiar y trabajar junto a destacados especialistas durante un ao

    en Dinamarca, formar parte del grupo que forj las bases de esa especialidad en INACAP (an en ma-nos semi-estatales), y la experiencia y audacia sufi-cientes, para aceptar crear y encabezar por 14 aos, el Departamento de Asistencia Tcnica del mayor complejo de la Industria lechera del Brasil, la CCPL, con ms de un centenar de Agrnomos, Veterinarios y Tcnicos Agrcolas. Pasado ese perodo, la presin familiar por retornar al pas no me dio alternativa para no aceptar el ofreci-miento de mis excompaeros y directivos de Inacap, e integrarme como Director de Corpride, entidad que durante 15 aos fuera importante ejecutor del Pro-grama de Transferencia Tecnolgica de Indap; de un extenso Programa de Capacitacin Agrcola y Labo-ral de SENCE; y Administrador de una docena de Liceos Tcnico-Profesionales de MINEDUC, a lo lar-go de Chile, situacin que me llev por otras reas y especialidades, y que me brind el placer de reen-contrarme con una cantidad impensada de grandes amigos y compaeros del IAPB, repartidos por Chile.Por eso quiero tanto al Instituto. Por eso lo llevo tan dentro de mi corazn y, junto a l, a todos y cada uno sus maestros y directivos, pasados y actuales, a mis compaeros de la poca de los aos 60s, a todos quienes me precedieron en sus aulas, y todas esas generaciones posteriores y del presente, -quienes se nutren hoy de la misma savia baburizziana, contri-buyendo -da a da- a mantener tan en alto el nombre y prestigio del I.A.P.B.

    Miguel A. Garetto Expresidente Centro de

    Ex alumnos 2002 - 2004 Generacin 1961

    Mi mente determin mi futuro

    Artculos

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    Desarrollamos nuestra adolescencia en esos breves aos, que recordamos con cario por lo que nos dieron y de cmo nos formaron, gozamos de la tranquili-dad necesaria para estudiar

    Mi padre fue periodista formado en la Universi-dad de la Vida, ramos 11 hermanos, viva preocu-pado de los ingresos familiares. Por el ao 1961 quedo cesante, su preocupacin era darles a todos sus hijos hombres, al menos, una educacin para enfrentar la vida.Habamos vivido en el Norte, en la ciudad de La Se-rena, desde donde la familia emigro a Valparaso, buscando nuevas oportunidades. En el verano de 1962, por una casualidad creo que divina, llego a mis manos el diario El Mercurio de esa ciudad, donde publicitaba el llamado de la Fun-dacin Baburizza a dar examen a la Universidad Catlica de ese puerto. Sin decir nada, part trs la bsqueda de mi destino, pues desde la niez me relacione con el campo del valle de Elqui. En Marzo me notificaron de mi aceptacin en el Instituto y mi padre que en un principio no quera aceptarlo, pues no conoca a nadie en Los Andes crea que no deba permitrmelo.En Marzo ubicaron a un amigo del Norte, radicado en Los Andes por ser funcionario pblico y el da 29 estaba ingresando al Instituto. Medio asustado, medio incierto, con muchos temores, pues estaba saliendo a temprana edad de mi casa paterna, sin saber lo que me deparara el futuro. Todo me era desconocido, sin embargo senta un deseo terrible de pasar por la experiencia de vivir y estudiar en el campo por el cual senta una atraccin especial. Para entonces la ciudad de Los andes se encontraba lejana a la Hacienda San Vicente y Calle Larga, an era un sector rural. Vivamos como aislados. Desarrollamos nuestra adolescencia en esos breves aos, que recordamos con cario por lo que nos

    ron y de cmo nos formaron, gozamos de la tran-quilidad necesaria para estudiar, conocimos la labor ardua de la tierra y los cambios en el campo con el devenir de cada estacin. Hicimos amistades en-tre sus trabajadores, empleados y gente arraigada por aos a sus tierras, muchos dedicados por fami-lias a labrarla, unas 26 mil hectreas, que servan de sustento al Instituto y permitan realizar como lo haba dispuestos su benefactor el Seor Baburizza, educarnos en las tareas ms simples hasta aque-llas ms complicadas, en las tcnicas ms sencillas, como aquellas que precisaban de investigacin, acuciosidad, y observacin constante de la natura-leza.Tuve la suerte de ir a estudiar Prcticas agrcolas a los Estados Unidos por el Instituto, gracias a una beca de la California Farm Bureau Federation y la Sociedad Nacional de Agricultura. Al regresar conti-ne estudiando en la Universidad, en razn que me ensearon en el Instituto a perseverar y a superar-me, cualquiera que fueran los obstculos en la vida, la que no es fcil, para enfrentarla con dignidad.Hoy, doy gracia a Dios y a la vida por la oportunidad que se me brindo y la educacin que me entregaron con tanto esmero y excelencia, lo que me ha permi-tido ser un pequeo emprendedor en la agricultura del Norte Chico.

    RICARDO SEPULVEDA MUOZ Generacin 1962

    DE MIS RECUERDOS

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    Reflexiones puedo hacer muchas, de-cir que con las enseanzas del Instituto, en un momento de nuestras vidas se nos permiti volver a nacer en el tiempo

    Es nacer, desarrollarse y morir. Con estas etapas se cumplen el ciclo de todo ser humano. Sin embar-go, para tener buena o mala vivencia, hay que ir por la vida tomando decisiones.Todos en la vida, hemos tomado decisiones, sean ellas buenas o malas, pero al fin de cuenta son deci-siones que nos marcan, que nos dejan recuerdos de todo tipo e incluso recuerdos inolvidables como fue el paso por el Instituto Baburizza.Debo decir que mi vivencia en el Baburizza fue la mejor de mis vivencias. Y aunque he tenido en la vida, buenas y malas decisiones, debo decir que la que tom al decidir ir al Instituto, fue una de mis mejores decisiones; cuando postul a ser becado como alumno regular de la Escuela Agrcola; cuando acepte dejar que la disciplina del colegio me mos-trara el camino correcto. Me corrigiera y me diera buenos hbitos, buenas enseanzas y me orientara a ser un buen hombre. Aprend con el tiempo en que dur mi enseanza a ser tolerante, tener paciencia y por sobre todo a valorar a mis semejantes. Apren-d a tener buenas amistades. A levantarse cuando uno cae, a perseverar en mis objetivos, aprend a perdonar los errores propios y los del prjimo, por-que todos hemos sido perdonados y por ello tam-bin debemos perdonar.Puedo decir del Instituto en especial de mis profesores, que fueron e hicieron su mejores esfuerzos para educarnos, estuvieron lo mximo y dieron lo que ms pudieron: de mis com-paeros, que todos fueron nicos e incambiables, tan as que a lo largo de mi vida los recuerdo y pido bendiciones para ellos. De la alimentacin, que nos dieron, fue completa, fortificante y en abundancia. Que el deporte fue mi mejor pasatiempo, me ayud a tener ms amigos. Con el deporte naci mi aficin

    a subir cerros, a realizar grandes caminatas y entre ellas me queda como un grato recuerdo el viaje al refugio que todos los terceros hacan a la cordillera, paseo inolvidable. Puedo decir de los sobrenombres que todos nos ponamos, que solo fueron chiquilla-das que perduran hasta hoy.Hablar de esos tiempos, de mis ancdotas, tendra materia para escribir un libro; Hablar de los dolos de aquel momento, donde sobresalan los cantan-tes, los grupos musicales y los jugadores de ftbol es largo de contar y es una cuestin del recuerdo. Eso si, nunca hablamos de poltica y no recuerdo a ningunos de mis compaeros hacer hincapi en ello, prcticamente no la comentbamos, sabiendo que exista, ramos ingenuos, para nosotros no existan ni blancos, ni azules, ni rojos, negros, o amarillosTodos ramos verdes como la insignia del IAPB.Reflexiones puedo hacer muchas, decir que con las enseanzas del Instituto, en un momento de nues-tras vidas se nos permiti volver a nacer en el tiem-po, emerge de la dormancia que las races de nues-tra niez nos dieron y despertar en la adolencia a un nuevo mundo, gracias que el Instituto nos form y nos hizo madurar mientras estuvimos bajo su alero. Despus hemos seguido madurando hasta nuestros das. Y puedo decir, 50 aos despus que fue mi mejor enseanza. Ahora solo nos queda esperar dignamente que el Todopoderoso nos llame.A mis compaeros de ruta les deseo lo mejor y que Dios les bendiga

    Gastn Guerra Ferrer Generacin 1962

    QU ES UNA VIDA?

    Artculos

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    Las experiencias prcticas y apoyo tanto en nuestras necesidades e inquietudes ju-veniles, como especialmente por el amor al trabajo de la tierra.

    Debo ser sincero, al solicitarme Ricardo Seplve-da, que diera mi testimonio para la Revista que se editara al cumplirse 50 aos de la Generacin del ao 1962, cre que no me corresponda hacerlo, habida consideracin que soy de una Generacin un ao anterior a la del 62 y fundamentalmente porque creo que hay muchos Pascuales con mayor mrito para manifestarlo. Sin embargo, consciente que el sentimiento que em-barg y motiv a Ricardo al cumplir su Generacin 50 aos de su ingreso al Instituto y efectuar el ho-menaje a Don Pascual Baburizza y a Don Andrnico Luksic, es el de gratitud a todos aquellos que hicieron y hacen posible la Formacin Baburizzana (cuyas virtudes estoy cierto que tanto Miguel Garetto como Jorge Medina lo han resaltado en su testimonio), he decidido efectuarlo en dicho contexto. En primer lugar, dar Gracias a Dios por todo lo que me ha brindado en la vida.En segunda instancia, entregar mi reconocimiento a mi Profesora de la Instruccin Primaria, la Srta. Mara Baeza Gajardo, quin siempre tuvo la preocu-pacin que sus alumnos que terminaban 6 Prepara-toria (de esa poca), pudieran seguir una Educacin Profesional. Situacin que igualmente influy en el in-greso al Instituto de otros colegas como Juan Flores y Jorge Medina, quienes a su vez nos informaron de las bondades del Instituto.A los Trabajadores y sus Familias de la Ex Hacienda San Vicente.Asimismo, a los colegas de mi Generacin y de las que me precedieron, como tambin de las posterio-res, ya que solo con la formacin adquirida en el Instituto se abrieron paso en la vida con las compe-tencias pertinentes para desempearse como profe-sionales o empresarios de excelencia, dejando en evidencia por todo el pas e incluso en el extranjero el prestigio del I.A.P.B.

    Finalmente, en lo personal agradecer a todo el Equi-po de Rectores, Directores, Profesores, Inspectores y Auxiliares que contribuyeron a mi formacin tica y profesional, especialmente a quienes me inculca-ron el espritu de superacin, el que me permitie-ra seguir superndome, hasta lograr una formacin acadmica superior, llegando a asumir diversas res-ponsabilidades empresariales y acadmicas, incluso ser por algunos periodos Profesor de Ctedra en el Departamento de Economa Agraria de la Facultad de Ciencias Agrarias de la Universidad de Chile.

    Manuel Lagos Len Generacin 1961

    MI TESTIMONIO

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    Las tareas agrcolas se hacan con esmero en las diferentes estaciones del ao. Son muchos los recuerdos y ancdotas que re-cuerdo atrados por esos aos de una juven-tud inolvidable, las que nos form al alero de Instituto lo cual agradezco. Recuerdo la de un circo muy pobre, que lleg a la can-cha de ftbol, hoy convertida en olivar.

    Llegu con mi familia el ao 1957 a Los Andes, desde Valparaso. Por entonces era un nio, mi padre era mi referente, quien me mostr un cario que atesoro en mi mente. Era transportista, le lla-maban cariosamente El Chileno, pues provena de emigrantes espaoles avecindados en Mendoza, de donde pasaron a Los Andes. Falleci en un acci-dente en la cuesta de Chacabuco en 1958. Nuestra familia vivi en Los Andes hasta 1962, despus nos fuimos a Santiago. Por esos aos, supe del Instituto Baburizza, sin sospechar que en 1965 ingresara a l, para realizar mi vocacin por la tierra. Comenc a estudiar, ramos 53 muchachos, jvenes inquietos, entre los 15 y los 17 aos. Tena compaeros de la ciudad y del campo desde Arica al Norte y Ro bueno al Sur. Inquietos, sentamos el peso de esa disci-plina propia del Instituto y de su rgimen de Inter-nado, estricta y la responsabilidad por el trabajo de campo. El estudio y las tareas parecan duras. Solo tenamos salidas los sbados por la maana; cont-bamos tan solo con un da de descanso, para volver a las tareas del Instituto, que moldeaba los espritus y la mente en el trabajo, lo cual me ha sido de gran ayuda hasta el presente. Salamos a nuestras ca-sas o a la de nuestros apoderados. Otros, permane-can por meses en el Instituto. Haban algunos que iban una vez al ao a sus casas y an as debamos hacer prcticas agrcolas de verano. La vida en el instituto era austera, regida por estrictas normas de conducta, entre las cuales nosotros debamos hacer aseo del Instituto y cuidar jardines y parques.

    Las prcticas de campo estaban normadas y se definan cada maana. Tenamos brigadieres de tra-bajos, quienes no solo nos hacan pelar el ajo y nos cuidaban, ms all nos enseaban a trabajar. Cultivbamos diferentes hortalizas,podbamos, regbamos, y hacamos viveros de plantas ornamentales y almcigos, los que servan para que el Instituto nos alimentara. Las podba-mos, regbamos, y hacamos viveros de plantas ornamentales y almcigos, los que servan para que el Instituto nos alimentara. Era una noche de invierno donde a la carpa le sobra-ban hoyos por contar en su techo. Nosotros jvenes e inquietos, viendo el momento ms como un es-cape, que como una entretencin, notamos que los artistas eran pocos. Hacan de todo, cortaban bole-tos, vendan man, acomodaban, vendan turrones, hacan de payaso, eran los mismos que se desem-peaban sea como equilibristas y oficiaban de can-tante. No eran ms de cuatro, segn mal recuerdo. Una, que se repeta, sali a cantar, lo haca con es-fuerzo y sin voz. Pensamos subirle el ego, para que siguiera cantando y comenzamos a gritar otra, otra, otra, fue entonces que ella en la mitad de su canto, par y refirindose a nosotros, nos espeto: me van perdonar, pero aqu no hay otra que cante a parte de yo Lo que fue una sola carcajada de todos los Pascualinos presentes, y nos movamos retorcijn-donos de la risa, lo que provoc una algaraba que la galera se vino al suelo y con ello fue el trmino de la funcin de aquella noche. Fue una noche inolvida-ble, como los aos que pas en el Baburizza.

    Patricio Torres B. Ex Secretario 2004-2005

    Tesorero Centro de Exalumnos IAPB 2012Generacin 1965

    LOS AOS INOLVIDABLES

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    Mi experiencia en el Instituto fue excepcional, la camaradera entre no-sotros fue extraordinaria y tanto as, que hasta hoy da continua.

    Entre al Pascual Baburizza el ao 1960 gracias a una beca que me consigui don Horacio Mena C, Rector del Instituto. El era el Gerente General de la Via Santa Rita en la que mi padre era el Administra-dor GeneralCuando entre a clases en Marzo del 60, ramos alre-dedor de 120 alumnos, de los cuales quedamos 28 y nos graduamos de Prctico Agrcolas en 1964 Con-tinuamos alrededor de 20, para sacar el titulo de Tcnico Agrcola, finalmente fuimos aproximadamen-te unos 15 los que terminamos la carrera de Tcnico.Fui Presidente del Centro de Alumnos por dos aos y estuve a punto de ser expulsado en tres oportunida-des. La primera, por sacar uva del parrn de la casa del Seor Zamora el Profesor de Matemticas, sin su permiso. La segunda, por reclamar la existencia de gusanos en los huesillos que nos daban de postre y la tercera por no obedecer la orden del Inspector Ro-drguez. Apodado el Narign, en razn a que Dios quiso que respirara siempre profundo, una vez que estbamos en un paseo en la playa.Fui el primer Tcnico Agrcola que se grado del Ins-tituto Superior de Agricultura Pascual Baburizza de la clase del 66, seguido por Marcelo Duran de una cla-se anterior a la ma.Mi experiencia en el Instituto fue excepcional, la ca-maradera entre nosotros fue extraordinaria y tanto as, que hasta hoy da continua. Ms que compae-ros de clase, ramos hermanos, ya que estuvimos 7 aos estudiando y trabajando juntos. Compartamos las comidas extras que nos llegaban y nosguardba-mos los secretillos de faldas y tomateras. Los bailes del Aniversario eran la fiesta que todos

    esperbamos y los deportes, especialmente el football era una verdadera pasin.Poco despus empec a trabajar en la Corporacin de la Reforma Agraria y despus de algunos aos, durante el Gobierno de Salvador Allende, asum como Jefe de rea de la zona de Santa Cruz. En Septiembre 73, fui detenido por los militares y per-manec en la crcel de San Fernando por casi dos aos. Finalmente fui dejado en libertad sin cargos y sal como exiliado al Canad con mis dos hijos y mi esposa.Despus que aprend el idioma, me enrole en la Universidad de Manitoba y despus de dos aos saque un Diploma en Agricultura. equivalente al curso de Tcnico Agrcola de Chile.En Canad nunca logre trabajar en agricultura. De tal forma que entre en el mundo de los negocios y me especialice en Preparacin de Declaracin de Impuestos al Ingreso de las personas y las Corpo-raciones. Hice cursos de Contabilidad para la Agri-cultura y de ah salte a Bookkeeping (Contabilidad de Empresas) Mantencin de libros. Tambin entre al campo de la Computacin lo que me ha permiti-do una vida holgada.Escrib y publique mi primer libro (To Humanity with Love) en Ingls en el ao 2010. Continuo trabajan-do en cuatro obras ms, entre otras, una autobio-grafa llamada La Revolucin de los Cobardes la que ser publicada en espaol el prximo ao)Hoy a los 66 aos de edad, continuo trabajando y dedicado a los negocios.

    Leandro Silva Generacin 1960 Canad

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    Quiero compartir con ustedes algunas viven-cias de nuestra profesin que ha dado tantas satisfacciones desde su inicio hace muchos aos hasta ahora porque la formacin recibida haca sobresalir ante nuestros pares cuando postulbamos a cargos que eran importantes y lograr el ingreso.

    Parafraseando al gran poeta Amado Nervo: Am y fui amado el sol acarici mi faz vida nada me de-bes vida estamos en paz con estas palabras quiero expresar mis agradecimiento a mi querido Pascual Baburizza que me acogi siendo un nio nutriendo mi alma y mi cuerpo para que fuera un hombre con una slida formacin moral y religiosa para crecer emocional y espiritualmente pudiendo soportar los vaivenes de la existencia y no claudicar jams mis convicciones y ejercer un liderazgo en cualquier lugar que deba desempearme manteniendo siempre mis valores. Hoy puedo decir que no me apart de los principios que mis recordados profesores inculcaron desde el primer da que tuve el privilegio de ser aco-gidoAprender a comprender que para vivir se necesita muy poco porque los grandes valores estn dentro de uno y la nica razn de nuestra existencia es ser feliz. Desde mi sencilla perspectiva creo que as de-bi pensar Don Pascual al legar su fortuna para otros nios y que estos fueran felices y pudieran lograr sus sueos. Con mucha satisfaccin podemos decirle, gracias, por su generosidad y que hemos cumplido con su legado porque somos hombres honorables y agradecidos. Como no recordar las alegras vividas y las ensean-zas recibidas que fueron el pilar fundamental para ejercer nuestra profesin y hacer un aporte a la co-munidad donde estuvimos. Ayudar a otros que no tuvieron la oportunidad de tener una educacin pri-vilegiada, pero nosotros siempre cuidamos y defen-dimos la dignidad del campesinado porque la historia da cuenta de sus tristezas.El destino me llev a la ciudad de La Serena previo concurso ga nado al igual que otros

    compaeros de curso que fueron destinados a otros lugares.Esta era nuestra primera experiencia en el mundo laboral, un mundo desconocido, un mundo por descubrir que nos llenaba de inquietudes y desafos. Sabamos que tenamos una gran responsabilidad y no podamos fracasar. Actubamos confiados que sa-bramos desempearnos y lo que ignorbamos hoy, maana estara aprendido por la disciplina recibida. Nos inculcaron el aprovechamiento del tiempo, man-tenindonos ocupados hora tras hora, da tras da, ao tras ao en nuestros estudios porque esa era nuestra herramienta fundamental para desempear-nos en la vida. Nuestra juventud fue moldeada y estructurada para nuestro beneficio y saber aprovechar las oportunida-des que suelen presentarse. En mi caso personal in-gres a la Universidad a estudiar Ingeniera de Minas cuando las posibilidades para nosotros que tenamos una formacin tcnica eran inexistentes, pareca una contradiccin, pero no lo es porque segua vinculado a la tierra y la naturaleza. Mi primer da fue impac-tante, ver a los otros estudiantes ingresar atrasados a clases, abandonar el aula sin autorizacin, dema-siado murmullo, no respetar al profesor que esta-ba enseando y que para nosotros era sagrada su presencia en nuestra escuela. No comprenda sus procederes. Tambin te das cuenta que no tena la formacin requerida para comprender las materias, pero si saba que por formacin somos perseverantes ante las dificultades. El tiempo lo demostr al lograr un doctorado y dedicarme ahora a la enseanza uni-versitaria y capacitacin de trabajadores. Son las tres de la madrugada cuando escribo estas lneas a peticin de mi amigo Ricardo quin ha queri-do testimoniar nuestra gratitud por la educacin reci-bida y que ha sido nuestra gua para desenvolvernos adecuadamente en el ambiente social, laboral y polti-co. Porque esa es la vida, un constante desafo y una renovacin permanente del saber.

    ARTCULO DE JORGE MEDINA

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  • Aprender a vivir juntos, aprender a vivir con los de-ms, aprender a conocer, aprender, hacer enten-der que la educacin es el pasaporte de la vida en un mundo de rudos y de furia, de grandes progresos econmicos y cientficos, pero desigualmente reparti-dos en donde la angustia se enfrenta con la esperan-za la misma que tuvimos nosotros y que por la buena disposicin de Don Andrnico Luksic y Familia ha per-mitido que permanezca una obra tan transcendental en nuestras vidas.Por ltimo deseo contarles lo curioso que resultan los caminos inescrutables de Dios porque al final de mi vida llegu a prestar servicios profesionales a Com-paa Minera los Pelambres ubicada en la Comuna de Salamanca en la Cuarta Regin de propiedad de la Familia Luksic en donde capacit a 36.700 trabaja-dores, profesionales y tcnicos en cuatro aos con el beneplcito de su Gerencia.Queridos colegas agradezco, el permitirme compartir algunas experiencias con ustedes y desearles muy sinceramente que vuestras vidas sean exitosas, prs-pera y no olvidar que es el maestro quien ha de trans-mitir al alumno lo que la humanidad ha aprendido de s misma y sobre la naturaleza todo lo que ha creado e inventado de esencial. Un abrazo para todos.

    DR. ING.JORGE MEDINA SANDOVAL.Generacin 1960

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  • Fue en 1988 cuando Don Carlos Urenda, entonces director de la Fundacin Pascual Baburizza, invito a don Andrnico Luksic Abaroa a conocer lo que queda-ba de la Hacienda San Vicente y del Instituto Agrcola Pascual Baburizza. Y desde ese da, para evitar que esta obra de don Pascual Baburizza desapareciera, a travs de la Fundacin que hoy lleva su nombre, personalmente se preocupo, de imprimirle un nuevo impulso, renovando su infraestructura y equipamien-to, gestionando y financiando diversas actividades de inters educacional, con la finalidad de regresar al Instituto al sitial que tuvo en la dcada de los 60.Hoy vemos como se ha consolidado y fortalecido esta obra, en la que don Andrnico Luksic Abaroa, se in-volucro y esforz personalmente, transformado su Fundacin, en un puente, que uni y une a los que necesitan con los que tienen la inquietud de compartir y ser solidarios.Don Andrnico logro a travs de este emprendimiento, y as lo manifest en varias oportunidades, especial-mente cuando presida las ceremonias de licenciatura y titulacin, uno de sus sueos ms importante, que los jvenes tengan mayores y mejores oportunidades en la vida, a travs de la educacin.Los grandes cambios implementados en el Instituto, desde que l se hiciera cargo, nos permiten ser hoy, una de las ms grandes y una de las mejores Escue-las Agrcolas del pas. Sin embargo, lo mas valioso e importante, son las personas, y gracias a Don Andr-nico Luksic Abaroa, desde 1990, en promedio mas de 300 alumnos han asistido anualmente a clases y cientos, lo harn en el futuro. Ms de 300 jvenes se han titulado de Tcnico Agrcola y se han diseminado a lo largo de agro chileno, como fecundas semillas del progreso, como mandos medios, microempresarios, o han continuado estudios y hoy son Ingeniero Agr-nomos o Veterinario. Y detrs de cada uno de ellos, sus familias padres y madres, a quienes la fundacin les ha permitido educar a sus hijos, lejos del hogar, sin costo, con gran tranquilidad y confianza.

    Instituto Agrcola Pascual BaburizzaHacienda San Vicente, Calle Larga Los Andes

    Articulo extrado del internet

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    DON PASCUAL BABURIZZA SOLETIC

    Entre los episodios ms apasionados de nuestra vida nacional est el de la inmigracin yugoslava a las desoladas regiones magallnicas y a las ridas pampas nortinas. Falta, empero, destacar a algunos de esos pioneros que han contribuido con su valor, su energa y ese empuje vital que los caracteriza, a engrandecer la patria que los acogi. Y tal es la mi-sin que cumple el autor de esta obra, el eminente cancerlogo Dr. Leonardo Guzmn. Nacido en An-tofagasta, educado en modesta escuela pblica, ha culminado brillantemente su carrera profesional.

    Miembro de Nmero del Instituto de Chile, Acadmi-co de la Facultad de Medicina, pertenece a importan-tes corporaciones cientficas de Europa y Amrica. Caballero de la Legin de Honor francesa, distingui-do poltico y hombre de vasta cultura, nos conduce a travs de apasionantes pginas, al conocimiento de uno de los ms genuinos representantes del espritu yugoslavo: don Pascual Baburizza Soletic.

    Su personalidad vigorosa, inteligente, de sacrificio y tesn, se demuestra ya desde nio, cuando lleg en busca de nuevos horizontes a Iquique. Con esa visin propia dem los hombres que vienen de tierras donde la vida les es adversa, su tenacidad inven-cible lo llev a alcanzar una de las posiciones ms sobresalientes en la vida nacional.

    Hombre extremadamente cauteloso, jams supo de debilidades ni flaquezas, difcil de comprender an para sus ntimos, se rode siempre de una ptrea coraza que lo haca parecer inaccesible. Sin embar-go y este es el gran valor de la obra que nos ofrece el -Dr. Guzmn, pues destaca en forma brillante este aspecto-, su corazn rebosaba una generosidad y espritu altruista que queda de manifiesto en una fra-se de su memorable testamento, que no podemos dejar de leer con profunda emocin: Quiero dejar testimonio de que la asignacin que consti-tuyo por la clusula tercera, es de carcter preferente, pues en ella he querido depositar la expresin de mis agradecimientos al pas en donde he formado mi fortuna al amparo de sus Instituciones, y de sus leyes y al cual me siento obligado a rendir un homenaje que despus de mis das perpete esos agrade-cimientos. Prefacio del libro El Instituto pascual Baburizza

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  • Naci en Antofagasta el 5 de Noviembre de 1926, hijo de Policarpo Luksic, un inmigrante Croata, y Elena Abaroa, de origen Boliviano, estudio Derecho en la Universidad de Chile y luego se fue a Francia a estudiar Economa. Sin embargo, ya en esta poca evidenci su inters por los negocios. Su agudeza y austeridad le permitieron hacerse all de un pequeo capital, con el que posteriormente adquiri un por-centaje de la Concesionaria Ford, en Antofagasta.En esta empresa conoci a unos franceses, a quie-nes adquiri un porcentaje de una mina de cobre que luego vendi a inversionistas japoneses. Y as despert su inters por la minera, aficin que lo acompao toda su vida.En los aos siguientes se dedico intensamente a la exploracin minera, sala -el mismo- a recorrer el de-sierto y los cerros, y en una entrevista seal mu-chas de las minas que poseo las encontr en los re-corridos que por aos efecte en el norte de Chile.Su seriedad y los ahorros que siempre se esforz por reunir le permitieron acceder a crditos que

    En la foto Don Andrnico recibiendo del presidente del Centro de Ex alumnos, Ricardo Seplveda Muoz y al Secretario Miguel Garetto xx el galvano de reconocimiento a su labor como Bene-factor del Instituto Baburizza

    invirti en diversas empresas. La crisis de los 80 lo encontr con liquidez, algo que siempre procuro te-ner. Compro Madeco, Lucchetti y CCU, con un socio alemn.El gran empresario se despidi del mundo de los ne-gocios el 5 de noviembre de 2004, justo al cumplir78 aos abandon la ultima presidencia que ocupaba, la de Antofagasta Plc, compaa que maneja el ne-gocio minero de la familia. Fueron 55 aos de intensa dedicacin a un mundo fascinante para l, que encaj muy bien con su espritu resuelto y busquilla, con su habilidad para adelantarse a los tiempos, para medir riesgos y descubrir oportunidades. Parti en los aos 50 dis-tribuyendo vehculos Ford y lleg a formar un slido holding con intereses en las reas minera, financie-ra, alimentos y bebidas, telecomunicaciones, ma-nufacturera e inmobiliaria, cuyo patrimonio conjunto actualmente supera los U$ 4.200 Millones, siendo el mayor grupo econmico del pas y uno de los princi-pales de Latinoamrica. En su momento, el Centro de Ex Alumnos le rindi un sentido homenaje el ao 2005, en recono-cimiento de haber recuperado la historia del pasado del Instituto Superior de Agricultura Pascual Babu-rizza y su patrimonio, agradecindole a nombre de todas las generaciones de estudiantes, su empren-dimiento por recuperar la educacin agrcola en el pas; oportunidad en que se converso con l, la idea de ahondar en los estudios superiores del Instituto y hacer del Instituto un lugar por excelencia para la educacin e investigacin agrcola.Don Andrnico Luksic Abaroa, falleci el 18 de Agos-to de 2005 en su residencia de Santiago. Todos es-peramos que su visin y comprensin por devenir de la enseanza de la agricultura en el pas, le d tarde o temprano, el merecido reconocimiento que el tuvo por hacer de la educacin el pilar de una industria que el pas amerita para el sustento econmico de la nacin.

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  • Cuando arribamos a principio de la dcada de los sesenta a la Hacienda de San Vicente, cuna del Instituto y razn de su origen, nadie presagiaba, lo que sucedera con ella a fines de esos aos. En ra-zn de los cambios que se aventaban en el pas y la creciente demanda por una Reforma Agraria, los que por cierto no la dejaran al margen de las vicisi-tudes polticas. Las Reformas haban comenzado en el mundo a fi-nes del siglo XIX, y fundamentalmente estaban di-rigidas a romper con el sistema agrario que vena afectando el desarrollo humano, desde los tiempos coloniales. La Revolucin Industrial exiga que las estructuras econmicas se adaptaran a las deman-das sociales, que cada da se hacan ms fuertes y requeran mayor justicia en la distribucin de los bie-nes. Los hombres de buena voluntad las exigan, los pueblos las requeran, los filsofos y los economis-tas la gritaban, los credos de todo el mundo las pe-dan por justicia, los polticos se hacan los sordos, los agitadores polticos se aprovechaban del vaco y recreaban formas de sacar oportunidad y tomar ventajas.De esa forma y por la creciente demanda los Go-biernos del mundo vean que era necesario hacer Reformas econmicas, sociales y culturales; y a las estructuras, que vean como el medio con los que podan evitar hacer cambios profundos en la vida econmica y en el desarrollo de los pueblos.De esta forma los ms visionarios gobernantes en el mundo, como el Rey de Dinamarca, haba ordenado 100 aos antes, preparar a la gente de campo, para un cambio en las estructuras agrarias de su pas, lo que a principio del siglo XX haba dado buenos resultado y el ejemplo lo comenzaban a seguir los pases europeos a partir de 1900.EE.UU. por desinflar la presin social creciente en America Latina y recomendaba a los pases Latino-americano ver la forma de redistribuir la tierra dentro

    del marco liberal que siempre han pregonado. Chile fue uno de los primeros en hacer un dbil intento de Reforma Agraria a fines de los aos cincuenta, el que se profundiz a partir de los sesenta y ahond en los 70. El problema fue y ha sido siempre el concepto con la que se concibi dicha Reforma y como es propio del pas, en aquellos tiempos ideolgicamente diferente y confuso, adems de una cultura con valores dis-torsionados culturalmente y econmicamente ambi-guo, mantena una economa cerrada e incapaz de abrirse a los cambios. Nadie se explica ahora que se dejaran fuera del beneficio de la tierra a los pro-fesionales del Agro, Prcticos, Tcnicos Ingenieros de ejecucin, Veterinarios e Ingenieros agrnomos. Solo el campesinado tena derecho a dicha Refor-ma, el concepto que la tierra es para el que la traba-ja, fue excluyente e injusto y hoy retrospectivamente podemos decir que provoc un vaco innecesario al aporte que sus profesionales podan hacerle y una odiosidad por la injusticia en el procedimiento que a la larga repercuti en la productividad de la tierra.Los promotores del cambio fueron ms bien la odio-sidad que sala del corazn de los que la promovan la expropiacin, que de la ley que sealaba estar inspirada en la justicia, por lo que la promocin de su desarrollo y el trabajo productivo de la tierra era una cuestin marginal. La educacin que ello implicaba para revertir la es-tructura agraria injusta de su tenencia, provocaban a la larga una confusin la que afectaba la forma de trabajar la tierra y producir como fuente de riqueza que es.En agosto del ao 1968, la Corporacin de Refor-ma Agraria determin la expropiacin pactada de la Hacienda de San Vicente, perteneciente a la Funda-cin Baburizza, aunque haba un concepto de que las organizaciones de beneficencia pblica no se les expropiaba, el gobierno de Eduardo Frei Montalba,

    DESDE LAS CENIZAS...

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  • lleg a un acuerdo con los albaceas de Don pascual Baburizza Soletic y estos se vieron compensados econmicamente al aceptar la expropiacin del Es-tado de Chile. No hubo una sola voz que abogara en lo contrario. Solo existi un dbil reparo de algunos pocos campesinos de la Hacienda de San Vicente, los menos, que conocan la obra, pero fueron aca-llados por los promotores; y ahogados con la pro-mesa que seran dueos de la tierra. Curiosamente los Fundos de algunos de aquellos albaceas que se encontraban en la Comuna de Los Andes, no fueron tocados, y la Hacienda de San Vicente fue repartida.De ello han pasado 44 aos, todo pareca que ha-ban reducido a polvo la intencin de Don Pascual cuando seal en su testamento: Es mi deseo el fundar un Instituto capaz de difundir en el pas la Instruccin agrcola y promover el adelanto de las ciencias y las artes relacionadas con esta in-dustria y agregando la enseanza que se dar en los establecimientos de la Fundacin, com-prender desde los ms altos hasta los ms mo-destos estudios de prcticas agrcolas, desde la investigacin cientfica y La otorgacin de ttulos profesionales, hasta la preparacin de Labriegos especializados que a su salida de sus Estableci-mientos puedan llevar a las distintas zonas del pas el bagaje de conocimientos tericos y prc-ticos y el ejemplo de sobrias costumbres y ver-dadero amor a la tierra y al trabajo.Lo expresado era un deseo que despus de su muerte, los recursos de uno de los hombres ms acaudalado del pas y de Amrica Latina en la pri-mera parte del siglo XX del pas, siguieran contri-buyendo al desarrollo de la Patria que lo acogi y le permiti su fortuna.

    En los aos 70, el establecimiento decay por las fuerzas de la Reforma Agraria que lo redujo a 25 de las 26.000 hectreas que la Hacienda de San Vicen-te tena; lentamente, por sus patios, casas de admi-nistracin, de profesores, maestranza, lechera y ca-pilla, as como su casa patronal y su posta de auxilio comenzaron a rondar fantasmas y a deteriorarse.No haba cuidado, ni preocupacin por el Instituto, los albaceas de Don Pascual olvidaron su deber contrado y la asquisencia se apoder de una de las iniciativas ms loables, solo comparable a la de Do-mingo Santa Mara a principios del siglo XX y a la de Adolfo Ibez posteriormente con la Universidad que lleva su nombre.El Instituto vivi los das ms aciagos hasta los aos ochenta y solo gracias a la iniciativa del Gobierno de Aylwin permiti que el instituto Baburizza no ter-minara desapareciendo. La oferta de hacerse de la Fundacin Baburizza y de su Instituto, permiti que Don Andrnico Luksic se hiciera de las 25 hectreas y de sus edificaciones, interesado en la iniciativa de don Pascual como la suyas de darle a los jvenes del pas con vocacin por la agricultura el formarse en sus aulas y de esta forma traspasar la oportuni-dad de un devenir mejor.Hoy el Instituto consta con 500 hectreas recupera-das de la ex hacienda San Vicente y su aulas vuel-ven a tomar preponderancia en el mbito de la edu-cacin agrcola con la fuerza de esa idea que Don Pascual lo concibi y la visin de un hombre como don Andrnico Luksic que lo rescat de las cenizas.

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    Cuando ingresaron a estas aulas las generacio-nes de los aos 60, la labor y gestin de quien fuera el Primer Administrador de la Hacienda San Vicente de Los Andes y Primer Rector del Instituto Agrcola Baburizza, ya era una leyenda. Don Hugo quien haba estudiado sus humanidades en el Instituto Ingls de Santiago, tena una rica ex-periencia en agricultura, por haberse formado en las ciencias agrarias, en los Estados Unidos, en el Iowa State College of Agriculture, habindose titulado el ao 1914, como Agrnomo en ese pas. A su regreso, se desempe en diversas actividades agrcolas en la zona central, hasta llegar a Los An-des, como administrador de la Hacienda San Vicen-te, la cual fue adquirida en los inicios de la dcada del 30, por don Pascual Baburizza Soletic, funda-mentalmente para dar crianza a un fino rebao le-chero que l haba adquirido en los Estados Unidos, tras no aclimatarse al clima de Antofagasta, donde originalmente estaban destinadas, dando con ello origen al famoso Criadero San Vicente y su enorme Lechera. Donde aos ms tarde se iniciara la Indus-tria de Leche NestlSu gestin como administrador de la Hacienda San Vicente, cargo en el que fuera confirmado por el nue-vo propietario, permiti acrecentar su visin sobre cules eran las fortalezas y la orientacin productiva de esta enorme propiedad agrcola, de poco ms de 26 mil hectreas, por lo que su voz y su sabios con-sejos eran escuchados con profunda devocin por su mandante.Su actividad lo llevaron gradualmente a percatarse de la necesidad de dar formacin al campesinado chileno, surgiendo la idea de una Escuela Primaria para los hijos de los obreros y empleados de la Ha-cienda, y luego una Escuela de excelencia agrcola, inquietud que traspas gradualmente a Don Pas-cual, donde pudiera la gente de campo preparar a sus hijos y educarlos en las tcnicas agrcolas de

    forma prctica, de modo de mejorar la calidad de vida del trabajador agrcola y darle una nueva pers-pectiva para enfrentar de mejor forma la vida que le daba la tierra de la cual obtenan su sustento.Fue as entonces, que al momento de producirse el debilitamiento de la salud de don Pascual Baburizza, quien encontrndose afectado de una Tuberculosis fulminante, vino a refugiarse en la vecina Hacienda Santa Rosa, Don Hugo Jordn reuni a sus socios y albaceas, y dio forma a lo que sera el Testamento Final de don Pascual, hoy de todos conocido, que sent las bases de lo que sera este Instituto Supe-rior de Agricultura.A comienzos de 1941, correspondi a don Hugo Jor-dn, iniciar los trabajos de construccin del edificio donde est cobijado, y que hoy reconocemos como nuestro querido Instituto Agrcola. El tesn puesto en la construccin del Instituto, su in-fatigable trabajo y su inquietud por hacerlo realidad, traspasaron las fronteras de la Hacienda San Vicen-te, y con ello, el nombre de su Sra. Rosita Squella de Jordn, su infatigable colaboradora, compaera y esposa. Esta meritoria labor y su vasta experiencia y cono-cimientos, llevaron al Consejo de Administracin de la Fundacin Baburizza, en 1941, a nominarlo Ad-ministrador General de la Hacienda San Vicente y Primer Rector del Instituto Agrcola Pascual Babu-rizza, el que demor cuatro aos en construirse, con posterioridad a la muerte de Don Pascual, abriendo sus puertas a la enseanza agrcola en el ao 1945.Don Hugo, hombre de carcter y dueo de una per-sonalidad cuyo sello fue su inteligencia y bondad, as como el amor al prjimo, lleno de principios s-lidos cristianos y de un perfil propio de la gente for-mada en las nobles tareas del campo, se preocup desde un comienzo en imprimir un sello especial a la educacin que el Instituto imparta.

    HUGO JORDAN GUERRA Y SRA. ROSA SQUELLA

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  • Su especial preocupacin y los beneficios de la fortuna que dispuso para implementarlo, permitie-ron imprimir un sello especial a la formacin de los jvenes que llegaron por primera vez a este Es-tablecimiento, como a las sucesivas generaciones alumnos que le sucedieron. Impregnndolas de una disciplina y amor por los estudios agrcolas, y enseando con su ejemplo, la dedicacin al tra-bajo, el amor por la tierra y por las tradiciones del campo, la rectitud para actuar en la vida y a ser amantes del trabajo, sello que se traspasaron de generacin en generacin, ms all de su falleci-miento en el ao 1957.Don Hugo Jordn, fue un hombre observador, muy responsable y preocupado. Velo por cada detalle para darle una impronta al Instituto, lo que fue re-conocido rpidamente en todo el pas, no tan slo por la calidad de su educacin, sino que tambin por las formas de explotacin de la Hacienda, que permita darle sustento al plantel educacional, am-parado en su slidos conocimientos de agricultura y en la honestidad de su administracin.Don Pascual Baburizza, sin duda, supo entender las ideas don Hugo Jordn Guerra y encontr en l a un gran aliado y colaborador, para hacer que su riqueza se transformara en un agradecimiento eterno para con la Patria, que le permiti formar un patrimonio tan grande como el que destino para su fundacin.Don Hugo, siempre destac en el servicio a los dems, siendo elegido por sus dotes personales, primero, Regidor de Calle Larga, y posteriormente, Alcalde de la Comuna donde se encuentra inserta la Hacienda San Vicente. En su momento adems, destac como miembro de la Sociedad Nacional de Agricultura de la cual fue uno de sus directores en los aos 50 Presidente de la Asociacin de Agricul-tores de Aconcagua, y Presidente del Rotary Club de Los Andes.Por cierto, todo lo que fue y logr don Hugo, con-t siempre con el respaldo de su querida esposa, la Sra. Rosa Squella de Jordn, quien adems de apoyarlo en su iniciativa, fue siempre su bien dis-puesta colaboradora. Mujer de una bondad natural, alegre y servicial, se preocup desde un comienzo a respaldar los trabajos que dieron vida al Instituto y colabor estrechamente en la accin social que se desarrollaba en la Hacienda San Vicente, parti-cular

    mente con los ms necesitados, a quienes dedic gran parte de su quehacer, as como con los nios, a quienes ense -por aos- las primeras letras, los primeros nmeros, velando adems por su ali-mentacin y el cuidado de su salud. Sin duda, es por todo ello, que la Sra. Rosa, es recordada hasta el da de hoy, por la Escuela Primaria, que vecina a nuestro Instituto, ayud a fundar y que lleva su nombre.Don Hugo y la Sra. Rosa, fueron queridos y admi-rados, no tan slo por los jvenes que se formaron en la Escuela, bajo su mandato, si no que mayo-ritariamente- por todos y cada uno de los integran-tes de las familias y gentes de trabajo que se des-empeaban en las Plantaciones, en los Huertos, en el Criadero, en la Lechera, y en cada rincn de esta maravillosa Hacienda de San Vicente, quie-nes hasta el da de hoy, les recuerdan con especial cario y afecto. Los recordamos con agradecimiento a Dios, por su carisma que ha traspasado de generacin en ge-neracin, por haber dejado una enseanza de ser-vicio, dedicacin, honestidad y amor por el trabajo, digno de ser imitado.

    Ricardo Seplveda MuozEx Presidente Centro de Ex alumno 2004-200524

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  • Cuando me solicitaron la semana del 11 de mar-zo del presente, que colaborara con algunas letras a la revista, nunca imagin que me encontrara con la foto del equipo Hilton de aquellos aos del Ba-burizza en el bal de mis recuerdos. Ese da prend el televisor y justo jugaba el club de Deportes La Serena con el Colocolo. En realidad los amigos y vecinos me decan que el famoso Indio ganara, y me apabullaban por ser el nico hincha de la Sere-nita. Al trmino de los 90 minutos, los vea a todos sumidos en el silencio, pues en el Monumental, los del norte le ganamos por dos goles a cero al Ca-cique. Buena leccin, ello me inspir y me llev a recordar esos das del Instituto, donde haba gran cantidad de Colocolinos. Por entonces el ftbol es-taba de moda en razn al Mundial del 62 y nos lle-v a muchos a gustar del ftbol que es pasin de multitudes.Se me vinieron a la cabeza los buenos jugadores que tenamos en el curso y que descollaban frente a los dems, busqu una foto del ao 1963 y me puse a rememorar aquellos de entonces: Uriarte, con sus cachaas y sus arremetida por llegar al arco; Bernal, con su sonrisa a flor de labio hacien-do de las suyas con la pelota, Simonetti el gmbe-ro, que tena un driblen con el deAlexis Snchez,

    Jugo despus por Coquimbo Unido; Cerda que daba miedo como defensa, se iba con todo el cuer-po encima, aprovechando su gran contextura hoy est jugando en el cielo; El Loco Marn, que le gustaba jugar como buin izquierdo y corra y corra; El huaso Aireo como le decan a Moiss Sagredo, que pucha que le haca empeo por darle a la pelo-ta y que cuando lo hacia, Dios me salve; El pelado Fernndez que tena visin del campo, pero algo indeciso para patiar al arco, pero lo que ms gusta-ba era sus empeo; El guatn Galilea, que jugaba porque le gustaba competir y crea que estaba ju-gando en los potreros de sus tierras sureas, gas-taba sus kilitos en su afn; el chico Chvez, que era tan bueno con la pelota como con los caballos en el rodeo y patiaba como mula; El mula gatica que le decan hacia porque hasta el da de hoy mu-chos lo recordamos por sus piececitos de nio;el conejito Estay que EPD, era tan tierno, que en vez de chutear la pelota, le haca cario al baln; y por ltimo el famoso Catrutro Vivar, que jugaba al arco y que tenia cierto estilo como arquero, no obstante que no era mucho lo que atajaba. As y todo, ese ao salimos Campeones.

    EL FTBOL, PASIN DE MULTITUDES.

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    La Fundacin de Beneficencia Pblica denomina-da Instituto Pascual Baburizza de Educacin e In-vestigacin Agrcola fue creada en octubre de 1941 con el objeto de difundir en el pas la instruccin y promover el adelanto de las ciencias y de las artes relacionadas con la industria agrcola, segn lo ex-presado por don Pascual Baburizza Soletic en su Testamento, a travs del que dej disponible los re-cursos necesarios para la construccin, mantencin y funcionamiento de una Escuela Agrcola, el actual Instituto Agrcola, dotndolo de la infraestructura ne-cesaria para cumplir con la tarea de dar formacin tcnica a jvenes chilenos. En 1945 se incorporan los primeros alumnos y desde 1950 egresan al mun-do del trabajo agrcola, los primeros tcnicos, cum-pliendo con reconocida eficiencia una variada gama de funciones, lo que se ha traducido en un enorme prestigio a lo largo de todo nuestro pas.En los aos 70 el Instituto se vio afectado por diver-sas situaciones, que le provocan una disminucin significativa de la superficie agrcola, que sustenta-ba hasta esa fecha los costos de la educacin gra-tuita impartida originalmente, vindose enfrentada a problemas econmicos y financieros que casi aca-ban con su existencia a fines de los 80.

    En 1990, para evitar que esta obra, a travs de la cual don Pascual Baburizza quiso testimoniar su afecto y agradecimiento a Chile, desapareciera, se hace cargo de lo que quedaba de la Hacienda San Vicente y del Instituto Agrcola, don Andrnico Luk-sic Abaroa, a travs de la Fundacin Andrnico Luk-sic A., imprimindole un nuevo impulso al Instituto, apoyndolo para mantener la infraestructura, reno-var el equipamiento y financiar diversas actividades de inters educacional, con la finalidad de regresarlo al sitial que tuvo.En el ao 1994, la Fundacin delega la administra-cin Acadmica del Instituto a la Corporacin Edu-cacional de la Sociedad Nacional de Agricultura CODESSER, entidad con vasta experiencia en el desarrollo de proyectos educativos en el rea de la enseanza Tcnico Profesional Agrcola. En el ao 1996 se inicia la ejecucin de una serie de obras de infraestructura y equipamiento que permi-ten aumentar la matrcula de 85 alumnos en 1990 a 400 y mejorar significativamente la calidad de la educacin y formacin impartida. Estas inversiones han sido posibles gracias a los aportes econmicos hechos por empresas ligadas a don Andrnico Luk-sic A., que se han acogido a la Ley 19.247 de Dona-ciones a la Educacin. El Instituto en la actualidad es un establecimiento Particular Subvencionado que imparte educacin en la modalidad de Educacin Media Tcnico Pro-fesional Agropecuaria, donde se entrega una forma-cin de excelencia en lo acadmico y se desarrolla en el estudiante habilidades y destrezas prcticas, brindando atencin y fortaleciendo los valores espi-rituales y morales del alumnado. Dadas las caracte-rsticas propias de la formacin impartida por el Ins-tituto, que debe dar respuesta a una triple exigencia: mantener el compromiso con una formacin valorica integral, facilitar la integracin efectiva al

    El Instituto de ayer y de hoy

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    campo laboral y suplir el ambiente familiar, son fo-cos de preocupacin del Instituto, la calidad de en-seanza, el nivel de produccin y la calidad de vida, permitiendo as que sus egresados se transformen en gestores del desarrollo del pas y gocen de los beneficios del progreso. Los Planes y Programas de Estudios que se aplican, son los aprobados para todas las Escuelas Agrco-las de la Corporacin Educacional de la Sociedad Nacional de Agricultura CODESSER. Para el desarrollo de sus actividades educativas, el Establecimiento cuenta con ms de 6.500 m2. edi-ficados, en los que se ubican diecisis salas taller de clases, un auditorio, una sala de proyeccin, dos laboratorios para qumica, fsica y biologa, una bi-blioteca, dormitorios, servicios higinicos, cocina, comedores, camarines y otras dependencias admi-nistrativas, todas de acuerdo al numero de alumnos que atiende el Instituto.Para la ejecucin de actividades prcticas, el Es-tablecimiento cuenta con un predio agrcola de 35 hectreas, en el que se desarrollan una variada gama de actividades productivas, necesarias para realizar un adecuado aprendizaje de competencias practicas, en las especialidades agropecuarias del InstitutoPara las actividades deportivas el Instituto cuenta con un gimnasio, una multicancha, una cancha de tenis, una piscina semi olmpica y una cancha de ftbol. En el plano humano, se brinda una formacin va-lrica enmarcada en los principios de la sociedad cristiana occidental, con nfasis en la familia, como pilar sobre el que se funda una sociedad sana y pro-gresista.

    En el aspecto profesional, nuestros egresados se caracterizan por poseer los conocimientos tericos y prcticos que les permiten desarrollar con eficiencia y efectividad las labores que desempearn en el transcurso de su vida laboral.La matricula proyectada es de 400 alumnos, en 10 cursos, de los cuales 330 tendrn la calidad de inter-nos. Jvenes de nuestra patria que gracias a la ini-ciativa y visin de dos Chileno-Croatas, primero don Pascual Baburizza S. y ahora don Andrnico Luksic A. tiene y tendrn mayores y mejores oportunidades para enfrentar la vida

    Crnicas

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    Fundado en 1941 de acuerdo al deseo pstumo de don Pascual Baburizza, el Instituto Agrcola Pas-cual Baburizza forma tcnicos de nivel medio que aportan al desarrollo de la actividad hortofrutcola del pas.Ubicado en la comuna de Calle Larga acoge a j-venes provenientes de familias vulnerables de las regiones IV, V y Metropolitana.Desde el ao 1990, la Fundacin Luksic ejerce como sostenedor del Instituto Agrcola Pascual Baburizza. Durante el ao 2010 la Fundacin ha apoyado al Instituto en el desarrollo de un Plan Estratgico que le permita posicionarse como el mayor referente en Educacin Media Tcnico-Profesional del pas.

    EL PROPSITO Formar personas autnomas y responsables, entre-gndoles una educacin de excelencia, en un con-texto productivo real y garantizando mayores y me-jores oportunidades en sus vidas.

    El SUEOSer el referente en educacin media tcnico-profe-sional para el pas, reconocidos por la calidad va-lrica de nuestros alumnos y por nuestro aporte al sector educativo y productivo.

    EL PILARHABILIDADES PARA APRENDER Y EMPRENDEREl xito de nuestros estudiantes no se basa slo en los conocimientos adquiridos, sino fundamental-mente en las habilidades y actitudes que los ayudan a poner esos conocimientos en la prctica, al servi-cio de su propio desarrollo. Buscamos estudiantes capaces de aprender a lo largo de la vida y gene-rar emprendimientos que les permitan ampliar sus oportunidades en el futuro. Para ello, complementa mos la formacin acadmica con el desarrollo de la autonoma, responsabilidad, respeto, honestidad y laboriosidad.

    EDUCACION MEDIA TECNICA-PROFESIONAL DE EXCELENCIAEntendemos la obtencin del ttulo tcnico a nivel medio como un primer eslabn en el desarrollo per-sonal y profesional de nuestros alumnos. Por ello, nuestra propuesta pedaggica debe preparar a los estudiantes para enfrentar los desafos que la vida les pondr por delante. Nuestro foco est en un fuer-te desarrollo de competencias generales durante el primer ciclo de la enseanza media, utilizndolas como base del conocimiento tcnico especfico en el segundo ciclo. Nuestro proyecto, basado en el aprendizaje a travs de la experiencia, prioriza las competencias generales en lenguaje, matemticas, ingls y tecnologa y apuesta por una formacin tc-nica en un contexto real, apoyada por un predio con altos estndares productivos y un activo consejo asesor empresarial.

    MAYORES Y MEJORES OPORTUNIDADES PARA NUESTROS EGRESADOS.Buscamos generar una relacin de largo plazo con nuestros estudiantes, manteniendo una comunidad de egresados y ponindola en contacto con nuestros actuales estudiantes, el sector productivo y la edu-cacin superior. Queremos fomentar la continuidad de estudios durante los 5 aos posteriores al egreso del Instituto Agrcola; generar una red de oportunida-des laborales para nuestros egresados y desarrollar instancias de encuentro entre quienes forman parte de la comunidad del Instituto Agrcola Pascual Ba-burizza. Hoy contamos con becas de continuidad de estudios, y la oportunidad de que algunos de nues-tros estudiantes realicen su prctica en EE.UU. se-guiremos avanzando en esta senda.

    LA HISTORIA NUESTRA DEL INSTITUTO

    Hist

    oria

  • LA HISTORIA NUESTRA DEL INSTITUTO

    AMBIENTE QUE FAVORECE EL DESARRO-LLO DE NUESTROS ESTUDIANTES.Ofrecemos a nuestros estudiantes un espacio en el que pueden desarrollarse plenamente, a travs de sus intereses y habilidades. Mantenemos un am-biente de aprendizaje amable y respetuoso, donde la satisfaccin de nuestros estudiantes, sus familias y los miembros del instituto es el foco. Cambiamos la mirada desde el internado al Hogar Estudiantil, que ofrecer a los estudiantes una experiencia que fortalece su aprendizaje y su desarrollo intelectual, social y emocional.

    GESTIN PARA LA EXCELENCIAGestionamos el IAPB enfocndonos en resultados y procesos, seleccionando aquellas actividades de mayor impacto en nuestra propuesta y centrando nuestros esfuerzos en desarrollar con excelencia. Vivimos una cultura de excelencia, respeto y auto-noma. Reconocemos el valor de cada miembro de la organizacin en el desarrollo de nuestros estu-diantes, y sumamos a todo el equipo en la enorme tarea de apoyar el desarrollo de nuestros estudian-tes. Ofrecemos a nuestro equipo oportunidades de desarrollo profesional, a travs de perfeccionamien-tos y pasantas a destinos que han incluido EE.UU, Suiza, Israel y Espaa; siempre en pro de los apren-dizajes de nuestros estudiantes.

    El FUTUROEl trabajo de la comunidad del IAPB en la imple-mentacin de los 5 pilares nos pondr en un lugar de privilegio dentro del panorama de la Educacin Tcnico-Profesional en Chile.Nuestro establecimiento ser reconocido como el mejor lugar para la formacin de Tcnicos Agrcolas de nivel medio en el pas, a travs de un modelo es-calable y factible de implementar en otros sectores productivos.Nuestros estudiantes y egresados sern reconoci-dos por su calidad como tcnicos agrcolas, su esp-ritu emprendedor y su capacidad para desenvolver-se con xito a lo largo de su vida profesional.Nuestros trabajadores se sabrn parte fundamental del desarrollo de los estudiantes, desde el papel que cumplen en la organizacin. Desempearn sus la-bores en el mejor lugar para educar del pas, en un ambiente laboral amable y centrado en la bsqueda de la excelencia.Nuestros colaboradores conformarn una red de trabajo en torno a la Educacin Media Tcnico-pro-fesional, enfocada en generar oportunidades para jvenes de todo el pas a travs de la colaboracin entre los sectores educativos y productivos.

    Nuestros ex alumnosSern reconocidos por ser hombres honestos, proactivos, amantes de la patria, capaces de supe-rar sus propias limitaciones, dispuestos siempre al servicio de los dems y reconocidos como hombres de estudio y trabajo.

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    Historia

    Antes...

    Ahora...

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    Cada da se hace ms latente la falta de mano de obra en el agro. Una de las principales razones est en las precarias condiciones de trabajo en el rubro.La Mesa Nacional Agrcola conform tres comisio-nes para mejorar esta situacin: inmigracin externa e interna en el agro; sistema de indemnizacin por aos de servicio y seguro de cesanta; e informali-dad en la contratacin e incumplimiento en el pago de cotizaciones laborales.Mejorar las condiciones de trabajo en el agro es el principal objetivo de la Mesa Nacional Agrcola for-mada en marzo de 2010 por la SNA, y compuesta por dirigentes de diferentes organizaciones de tra-bajadores del sector.Actualmente uno de sus principales desafos es terminar con la escasez de mano de obra, la que por las malas condiciones se ha alejado del agro, teniendo como consecuencia un alza en su valor de casi un 36%. Para esto ser necesario hacer del tra-bajo agrcola una labor digna, de derechos y que a la vez garantice una mayor productividad a los em-presarios.

    COMISIONES DE TRABAJOA mediados del ao pasado, la Mesa present un proyecto de ley llamado Estatuto del Temporero Agrcola, que tiene como objetivo adecuar las nor-mativas a la realidad del agro. El proyecto ya fue firmado por el Presidente Sebastin Piera, y actual-mente se encuentra en la cmara de diputados para su discusin.En paralelo, se formaron tres comisiones con el mis-mo objetivo de mejorar las condiciones laborales. De esta forma se ha logrado instalar en la agenda social la necesidad de desarrollar un sistema ms justo, responsable y transparente, para as revertir la situacin de escasez de mano de obra.

    COMISION PARA LA INMIGRACION EX-TERNA E INTERNA EN EL AGROCon el objetivo de elaborar propuestas concretas sobre la problemtica de los trabajadores inmigran-tes, tanto internos como externos, hace unos meses se conform esta comisin. Las iniciativas son pre-sentadas a las autoridades, para luego buscar solu-ciones entre los representantes de los trabajadores y empresarios. Aunque los problemas de inmigracin interna ya pa-recen estar cerca de un acuerdo gracias a las so-luciones planteadas en el Estatuto del Temporero Agrcola, en inmigracin externa la situacin es dife-rente. La ley est desfasada. Los trabajadores ex-tranjeros entran como turistas y terminan como tra-bajadores informales sin salud, sin previsin, sin ley laboral y muchas veces trados por mafias, como se ha demostrado en informes tursticos, asegura Or-lando Contreras, vicepresidente del Triunfo Campe-sino. Este es un tema complejo y nuevo. En 2011, medios internacionales mostraron cmo se trata a los trabajadores inmigrantes en Chile y no salimos bien parados, lo que le hace un tremendo dao a la imagen del pas, agrega.La escasez de mano de obra en algunas regiones hace necesario recurrir a trabajadores extranjeros, sin embargo, explica Contreras, es importante pri-mero ocupar a los nacionales. Los inmigrantes de-ben venir para faenas puntuales, con permanencia acotada, claridad de cuntas personas se necesitan y con un sistema transparente e informado. Adems, los contratos y la remuneracin no deben ser inferio-res a los de la mano de obra nacional, afirma.Y con la esperanza de pronto tener soluciones con-cretas, Contreras explica que el Ministerio del Interior est preparando un proyecto de ley que actualizar la normativa de la inmigracin. La comisin consi-dera que esta es una oportunidad para trabajadores y empresarios, por lo que debemos estar presentes cuando se debata la ley en el parlamento con el fin de dar nuestra opinin sobre este tema, concluye.

    COMISIONES DE LA MESA NACIONAL AGRCOLA:

    EN BUSCA DE MEJORES CONDICIONES DE TRABAJO PARA EL SECTOR

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    COMISION PARA EL SISTEMA DE IN-DEMNIZACION POR AOS DE SERVICIO Y SEGURO DE CESANTA.

    Hctor Humeres es abogado y miembro de esta co-misin compuesta por 23 integrantes. Explica que el objetivo es desarrollar un nuevo sistema que permita a todos los trabajadores permanentes, temporales, de plazo fijo, por obra o por faena- acceder a fon-dos para lograr mejores condiciones en caso de ce-santa. Adems, asegura, hay que idear una forma de financiamiento en que los empleadores puedan coadyuvar a su sustentabilidad, sin poner en riesgo a la empresa.En definitiva, buscan una frmula que permita un mayor grado de cobertura y una mayor sustitucin de los ingresos reales de los trabajadores afectados por la cesanta. Debemos suceder paulatinamente el sistema de indemnizaciones por uno de seguro de desempleo modificado y establecer un fondo de indemnizaciones a todo evento, explica.Humeres considera que el mayor problema es que el sistema no est dando una respuesta efectiva. Segn encuestas, slo el 6,4% de los trabajadores cesantes pueden acceder a una indemnizacin por aos de trabajo, seala. En cuanto al seguro de desempleo, afirma que el tema est mejor resuelto. Sin embargo, slo puede responder a algunas per-sonas, debido a los recursos que lo financian y a que tienen un tope de subsidio de $300.000.Por otra parte, la comisin busca dar fin a lo que describe como el efecto perverso de la norma de in-demnizacin, que paga al trabajador despedido un

    monto proporcional al tiempo que estuvo en la em-presa, con un tope de 11 aos. Los trabajadores pueden verse incentivados a que los despidan cuan-do cumplen este tiempo para cobrar su indemniza-cin, explica. A esto se suma que los empleados no quieran tener trabajadores por mucho tiempo para evitar pagar montos altos Esto empobrece notable-mente las relaciones laborales, sin que represente una ventaja para ninguna de las partes, agrega.

    COMISION PARA LA INFORMALIDAD EN LA CONTRATACION E INCUMPLIMIENTO EN EL PAGO DE COTIZACIONES LABO-RALES.Aunque an no comienza a funcionar la comisin, sta buscar definir qu se entiende por informali-dad de contratacin y cules son sus efectos, para as demostrar la importancia que tiene para el pas. Adems, tendr como objetivo aclarar las causas de por qu este fenmeno se est introduciendo en Chile. Esta informalidad est dada por el conjunto de empresas y trabajadores que operan fuera de los marcos legales, y que por lo tanto, estn al margen de las cargas tributarias, adelanta Jos Puanco, secretario general FENASICAR y miembro de esta comisin.Sin embargo, esto tambin implica no contar con la proteccin y los servicios que el Estado puede ofre-cer, Cuando hay informalidad en la contratacin no hay cumplimientos en los pagos de cotizaciones la-borales, aclara. Esta condicin se da especialmen-te en una masa laboral de bajo nivel educacional, a la que por lo mismo se les ofrece empleo en condi-ciones de trabajo precarias, agrega Puanco.

    La escasez de mano de obra obliga a recurrir a trabajadores extranjeros, quienes deberan tener los mismos contratos y remuneraciones que los nacionales, asegura Contreras.

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    Creciente presencia de la formacin tcnica en el agro.La presencia de ocupados con educacin superior subi apenas del 2% al 6%, en 17 aos.El progresivo aumento de trabajadores con estu-dios tcnicos refleja la preferencia cada vez mayor por este tipo de educacin, en especial entre los ms pobres.EN CHILE, EL NIVEL EDUCACIONAL DE LA fuer-za de trabajo ha aumentado sistemticamente a lo largo de los aos. Sin embargo, este avance no ha tenido la misma velocidad para todos.Para quienes trabajan en la agricultura, ha mejora-do muy lentamente y se acrecienta la brecha con los otros sectores de la economa. En efecto, se-gn la encuesta CASEN, en el ao 1992 el 96% de los ocupados en la agricultura tenan un nivel edu-cacional equivalente a enseanza media o menos. 17 aos despus (2009), el 94% de los ocupados del agro mantena esta condicin.Por el contrario, en los otros sectores de la econo-ma, el progreso se nota: en los mismos 17 aos, el porcentaje de ocupados con enseanza media o menos se redujo de 78% al 70% y, al mismo tiem-po, la proporcin de quienes tenan educacin su-perior aument del 22% al 30%. En la agricultura, en cambio, la presencia de ocupados con educa-cin superior sigue siendo nfima y subi apenas del 4% al 6%.A consecuencia de esto, el 49% de los trabajadores del agro sigue formando parte del 40% ms pobre (es decir, los quintiles 1 y 2) y su posicin prctica-mente no cambi en 17 aos. Por el contrario, en el resto de los sectores, la presencia de trabajadores en los quintiles 1 y 2 se redujo sustancialmente, desde 49% a 26%.Un punto a destacar, es la creciente presencia de la formacin tcnica en los ocupados de todos los sectores, la que aumenta ms rpido en el agro. Entre 1992 y 2009 la fraccin de trabajadores agrcolas con formacin tcnica se elev del 4,3% a 10,8%, esto es 2,5 veces, mientras que en los

    Esto no es de extraar. Entre 1992 y 2009, la matri-cula de enseanza media tcnico-profesional cre-ci mucho ms rpido que la cientfico-humanista (130% versus 16%) y la tcnica superior casi se duplic (93% ms en Centros de Formacin Tc-nica e Institutos Profesionales). Esto refleja la pre-ferencia creciente de los padres por la formacin tcnica para sus hijos, principalmente entre los hogares ms pobres. As lo refleja la encuesta CA-SEN: en 2009 el 52% de los estudiantes de educa-cin tcnica de nivel medio y superior pertenecan a los quintiles 1 y 2, en cambio slo el 23% de los estudiantes universitarios venan de dicho estrato.Un creciente apoyo estatal a la formacin tcnica, adems del alto impacto redistributivo, permitira a sus egresados una insercin ms rpida al merca-do laboral y con ello una ms temprana generacin de ingresos por parte de los jvenes que pertene-cen a los hogares ms pobres del pas, impactan-do ms tempranamente en su bienestar.

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    La enseanza Superior de Agricultura, Continuidad a Futuro

    En Abril de 2010, hicimos la primer circular, nuestros intentos eran que todos nos reuniramos bajo el alero de esa casona que alberga al Instituto Baburizza, sealamos entonces que muchos, no estuvieron hasta el final. Sin embargo recordamos a como uno ms de la lista que hemos recopilado de esos aos, algunos terminaron su formacin en l y otros con muchos esfuerzos prosiguieron estu-dios de Tcnicos o superiores en diferentes Univer-sidades producto de sus inquietudes personales. Dijimos que de acuerdo a la Ley de la vida, algu-nos ya no estn entre nosotros, pero igualmente los recordamos de sobremanera por los aspectos anecdticos, como por haber compartido una en-seanza de calidad que nos marco como jvenes.El Instituto que comenz en el ao 1941, ya tiene 71 aos de vida y nosotros fuimos una de la gene-raciones de las sesenta y siete, que nos que nos hemos educamos en l.Decamos, en esa primer circular que nos pareca un deseo utpico el que nos hemos habamos pro-puesto.-Primero porque algunos viven en el extranjero, como muchos y segundo porque tenamos la cer-teza que tenamos de muchos, ya haban partido al encuentro del Seor y terceros porque a ms de alguno los recursos econmicos deben pesarle.

    Los que han partido, estamos seguro que estn con nosotros en su espritu, todos los aos se les recuerda en las eucaristas y en el homenaje que realizamos en el Cerro La Cruz. Sealbamos que los que viven en Chile, y tam-bin en el extranjero, muchos no han regresado al Instituto despus que egresaron. Decamos que dejaron en razn de sus exigencias, su enseanza, no obstante siempre recuerdan los das en que vivieron en l, junto al resto de una plyades de jvenes, que estamos seguros que han sido par-te de sus recuerdos de adolescencia que perdura en el recuerdo individual y colectivos. As como las ancdotas que en su momento vivieronEntendemos sus ausencias se deben ms al des-conocimiento de la gran fraternidad que como he-mos gozado por muchos aos, cuando esa fecha cae el da sbado 12 o en su proximidad, como suceder el 2012. Muchos se ausentan en razn a su situacin eco-nmica, pero los ms acreditan en la fraternidad Baburizziana, que nos dice que as como en su mo-mento Don pascual o el Seor Luksic se donaron con sus grandes fortunas, nosotros, desde nuestra humilde posicin es un deber moral hacerlo por quienes, por cuestiones de la vida no disponen del recurso necesario, y demostrar nuestra solidaridad a quienes Dios y la vida, no les deparado una me-jor ventura.Es una forma de devolver la mano que en su mo-mento los benefactores nos hicieron por cada uno y todos nosotros.Invitamos desde ahora a nuestros compaeros egresado, ha preocuparse por todos los colegas e invitarlos junto a sus esposas e hijos a dar siempre gracias a Dios por la enseanza que recibimos, la cual gratitud a sus maestros es inolvidable como lo dijimos en la primera circular y lo hemos repetido a los largo de dos aos, razn del mural que he-mos puesto en su Portal, como testimonio para las futuras generaciones que en El se formen, lo que esta expresada en esta revista que modestamente dejamos como testimonio de ello.

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    Tenemos mucho que hacer por delante por trabajar y ubicar en un sitial especial del pas la enseanza del Instituto Superior de Agricultura Pascual Babu-rizza, estamos convencido que puede ser la piedra fundamental, para dar paso a una Universidad de la Agricultura por excelencia, y formar a los jvenes de nuestra patria que sientan una real vocacin por la tierra, exigencia fundamental para ingresar a ella, si lo comprenden a quienes corresponde, la que puede darse paso en la misma hacienda de San Vicente. Debiera ser una Universidad, que lleve por nombre Andrnico Luksic Abaroa, quien lo rescato al Institu-to desde la cenizas y que se encario con l y su hacienda de San Vicente, a tal punto de que su lti-ma voluntad fue descansar en la Paz del Seor en el cerro de la Cruz.Ese es el norte que proponemos a las nuevas generaciones. Como lo seal en su testamento don Pascual Ba-burizza Soletic que tenga como objeto difundir en el pas la instruccin agrcola y promover el adelanto de las ciencias y las artes cosa que bien compren-da Don Andrnico Luksic, cuando nos seal en esa

    tarde primaveral del ao 2005, que era su intencin mejorar la educacin agrcola en el pais que en l se daba.La patria, los hombres que nos formamos en l, ca-paces de hacer justicia a quien comprendi la idea, lo gradecern.

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    TRABAJADORES

    DEL AGRO

  • INICIATIVAS PUBLICO-PRIVADAS HAN IN-CENTIVADO ESTUDIOS EN SECTORES RU-RALES:Trabajadores del agro con formacin tcnica se du-plicaron en 17 aos.Segn cifras de la encuesta Casen, entre 1992 y 2009 el porcentaje de trabajadores agrcolas con estudios tcnicos pas de 4,3% a 10,8%.Sin embargo, el nmero de ocupados en el rubro con enseanza media y educacin superior se man-tuvo estable en el mismo perodo, mientras que en los dems sectores de la economa la proporcin subi ocho puntos porcentuales.LA FORMACIN TECNICO-PROFESIONAL lenta-mente ha logrado ganarse un espacio en la educa-cin chilena, aumentando con mayor rapidez en el agro.Segn cifras de la encuesta Casen, mientras la frac-cin de trabajadores con formacin tcnica en Chile, se elev 1,6 veces entre 1992 y 2009, el porcentaje de ocupados del sector agrcola con estud