Revista El Circo Percano 2014
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EL CIRCO
El circo, esa gran carpa de ilusiones, ese lugar de magia y ensueño, es el tema
al cual dedicamos el presente número de RM, un paseo por el lugar que el circo
ha tomado en el imaginario cultural de la sociedad occidental. El circo no sólo ha
sido reflexionado desde su propio hacer, sino que la poesía, la música, las artes
visuales y el cine, han tami!n reali"ado creaciones a partir de la po!tica
circense, ya sea para exaltar sus rasgos luminosos, su capacidad evocadora, su
fantasía# o utili"$ndolo como una met$fora de las ilusiones fallidas de nuestro
mundo.
%ara aordar estas historias de amor y desamor en el circo, en este número
hemos reunido a cinco plumas& comen"amos con una reflexión po!tica sore la
capacidad mítica y m$gica del circo reali"ada por una servidora# por su parte, el
filósofo 'arlos Maldonado, nos narra la historia del circo, desde sus primeras
manifestaciones en Roma hasta su conformación actual con el escenario de tres
pistas. El escritor y estudioso de la música, (ernardo Marcellin, nos da un paseo
por los claroscuros del circo en la música y la literatura& momentos en que el
colorido y la fantasía del circo, se confrontan con la realidad triste de la vile"a
humana. )uan *ernando '$ceres, artista visual colomiano y performer clo+n,nos aproxima a las manifestaciones que desde las artes visuales, se han
reali"ado en torno a este fenómeno. *inalmente, el artista visual íctor Mora nos
da un recorrido por los momentos en que el cine aordado esta tem$tica. -os
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invitamos a arir las hoas de esta revista como las telas de la carpa, para
ingresar al mundo de los circos po!ticos.
POÉTICA DEL CIRCO
/unuen Esmeralda 0ía"
1En el aire2
órdenes del colirí
recie el trapecista
Ernesto -umreras
Mirando hacia arria, la carpa a"ul se enconcha como el cielo, pero en lugar de
estrellas, aves geom!tricas se columpian de uno a otro lado& los trapecistas
vuelan alalúneos, rillan sus pies, giran sus ra"os# alíferos cuerpos se
transforman en capullos, luego giran como una flor que revienta sus p!talos.
3odo en el circo nos parece prodigioso, nos asomra porque altera el mundo
cotidiano& la gravedad de los oetos es cuestionada y convertida en ilusión por
el malaarista# nuestra pequeñe" es trasgredida por el que surca en sus "ancos
las alturas, el domador mueve a las fieras# el payaso hace que nos podamos reír
de nuestras tragedias, el contorsionista convierte su cuerpo en estructura
flexile. El circo es la escenificación del imposile, inusual ardín donde haita la
magia, donde homres y animales se reúnen para revivir ante nosotros los
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mitos, aquellos que dan a nuestra vida un sentido trascendente, aquellos que
retornan hacia nosotros la comunión con lo sulime. 'arl 4ustave )ung
reflexiona sore el valor que los mitos tienen en nuestra psique, se trata de
arquetipos que indican nuestra úsqueda de lo sagrado. El circo de algún modo
materiali"a este anhelo, el poder ir m$s all$ de nuestras limitaciones, la
úsqueda de lo extraordinario. 5o se trata sólo de espect$culo, el circo nos
ofrece un ritual donde la vida cotidiana se interrumpe, hallamos entonces los
prodigioso, el genio que uscaa 6egel en las expresiones del arte& el circo tiene
pues esa función espiritual de elevar al homre por encima de la tosquedad delmundo.
El circo tiene, adem$s, una función po!tica& nos permite escapar de la prosa de
la vida cotidiana. En la circularidad de la carpa el tiempo pierde su linealidad, se
retuerce y engar"a su florida cola, urooro m$gico, al entrar en la carpa
ingresamos a ese tiempo sin tiempo de lo sagrado, a esa eternidad instant$nea
en la que confluyen homre y mundo, la que Mircea Eliade descrie en sus
liros sore las religiones del mundo. 0entro de la carpa miramos asomrados
todo lo que podríamos hacer, si no estuvi!ramos atados al estertor de la vida
posmoderna, al consumismo, al traao alienante, a la precariedad, si tuvi!ramos
m$s tiempo y energía para soñar. El circo tiene esa función est!tica, no por
nada ha sido tema de numerosos poemas, en M!xico se reali"ó hace unos años
la antología de poesía que lleva por nomre 'irco po!tico, prologada por 0avid
6uerta, esta antología reúne a poetas tan prominentes como )os! )uan 3alada,
Ramón -ópe" elarde, 'arlos %ellicer, )os! 4orosti"a, Elías 5andino, entre
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muchos otros que con la palara levantan carpas y mundos imaginarios al estilo
de los meores circos. 7e trata de un liro donde la poesía tiene un tono lúdico y
uguetón, donde la palara construye actos acro$ticos. 8tro liro dedicado al
tema, aunque de tono m$s contestatario, es el Circo de Noche de )os! Emilio
%acheco, un poemario donde los personaes del circo adquieren vo" para
quearse de los malestares de su tiempo, en una edición mucho m$s reciente,
Max Roas ha incluido ilustraciones a los poemas de este oscuro circo. Es
tami!n inolvidale el poema Reír Llorando de )uan de 0ios %e"a, un retrato de
la vida de 4arric9, payaso c!lere que hace reír al mundo entero, pero que esincapa" de curar su propia depresión.
olviendo a la po!tica del circo, es decir, a una úsqueda simólica de los
elementos que lo componen, es importante notar que el colorido de los circos
tiene tami!n una función psicológica, esa profusión de tonos y colores, activa
en nosotros la predisposición a la alegría, fuera de nuestra vestimenta cotidiana,
donde priman los colores sorios, el circo are la ventana a un arcoíris.
8tra función del circo es reactivar el imaginario, de acuerdo con )ean %aul
7artre, el verdadero arte es un analogon de lo sulime, algo que materiali"a esa
imagen grandiosa que haita nuestra mente, en el circo, lo que vemos es esto,
un atiso a aquel mundo imaginario donde todo imposile es posile, por ello, el
circo comporta cierta temeridad, nos invita a correr riesgos. 5uestra vida es el
trapecio donde nos columpiamos temerosos, ver al $gil trapecista, nos inspira a
creer que tal ve" nosotros mismos podríamos dar esos saltos a!reos# ver al
payaso nos hace recordar que nada es grave, en ese sentido la función del circo
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es cat$rtica tami!n, temlamos con la intrepide" de los actos y nos aliviamos
cuando vemos cómo superan el peligro para convertirlo en elle"a, :la materia
es fealdad para la forma, así como la forma es elle"a para la materia; decía
%lotino, eso es lo que presenciamos en el circo, la improailidad convertida en
acto, por eso los acroacias son una flama luminosa en nuestra vida. 'uando
vamos al circo, salimos renovados, porque hallamos en !l la temeridad que se
nos escapa en la vida cotidiana, la oportunidad de convertir nuestro devenir en
algo fant$stico. Esta, como comentaa, es tami!n una función de los mitos, es
decir, la renovación del ser.
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MALABARES DE LA HISTORIA DEL CIRCO
'arlos Maldonado
-a historia del circo actual empie"a con un sho+ de caallos en una pista en
=nglaterra. 0esde ese momento el espect$culo tomar$ su configuración m$s
popular teniendo a los caallos con sus respectivos inetes, equiliristas,
payasos, mimos, malaaristas, una anda de música entre sus posiilidades.
Esta amalgama de personalidades y de actos funge como la me"cla de los
elementos primordiales de los números de circo. 7in emargo, la historia de
cada una de estas formas de espect$culo se remonta mucho m$s atr$s en el
tiempo, sirviendo de divertimento para los emperadores chinos en el caso de los
malaaristas, acróatas mayas diuados en los códices, equiliristas egipcios y
algunos otros eemplos anteceden al surgimiento formal del circo.
7i pudi!ramos rastrear los orígenes o alguna reminiscencia del circo ya
constituido como una variedad de números nos encontraríamos que durante
astante siglos no huo espect$culo equiparale a lo que hoy en día podemos
disfrutar ao una carpa de tres pistas, mucho menos encontraremos algo similar
a lo que entendían los romanos por circo y cómo lo utili"aan para acuñar su
famosa frase >pan y circo>. Existe una ruptura, una ausencia total entre los
espect$culos romanos y el circo como lo conocemos, el cual tuvo un inicio
sencillo en el siglo ?===, con el sho+ ecuestre del ex comandante rit$nico
%hilip
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alando carretas# D@ pares de antílopes de 7aiga# pares de Frix lancos, cada
uno alando carretas# DG pares de antílopes y H pares de avestruces con
arneses# urros, mulas y camellos cargados de especies# @ACC sauesos de
=ndia, DGC homres cargando troncos de $roles en los cuales haía animales
salvaes y aves, pavo reales, pericos, faisanes, gallinas de 4uinea en aulas#
especies de oveas exóticas, leopardos, panteras, linces, una irafa, un
rinoceronte, @A leones y un oso alino.
El oso alino nos puede llevar a imaginar que se pudo tratar de un oso polar. / si
es el caso o no, la destre"a de los encargados de recolectar a los animales es
espectacular, ya que no deió ser tarea f$cil transportar y mantener vivos a los
animales.
El circo romano
'on la conquista romana sore los griegos, los espect$culos con animales
fueron adoptados por la sociedad dominante. 7in emargo, el espíritu científico
griego se fue perdiendo, para dar paso a un inter!s puramente como
entretenimiento. En los momentos de inestailidad política, a los asistentes a los
espect$culos se les daa maí", con lo que se constituye la famosa frase
I panem et circenses> 1pan y circo2 para alegrar a las multitudes.
-os griegos tenían ya una tradición en el maneo de animales, tanto para
espect$culos religiosos como para deportes, como las peleas de toros, que
fueron adaptadas por los romanos, despeg$ndose del espect$culo de la
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presenciar algo así. < la fecha sigue impresionando la hailidad de los
domadores para reali"ar números con animales peligrosos como leones, osos o
panteras.
El circo en Roma se volvió tan importante que los emperadores tomaan
decisiones de importancia púlica y a su ve" era el lugar en el cual el puelo se
hacía escuchar. -os espect$culos del 'ircus Maximus no estaan limitados a las
peleas, cacerías, carreras de caallos, sino tami!n a números de malaaristas,
acróatas, fuegos artificiales, dan"a en telas, muchos de los cuales, aunque no
estuvieran constituidos como circo formalmente, desde la caída del imperio
romano, continuaron existiendo en espect$culos calleeros errantes.
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precursores, por su car$cter trashumante y festivo, sus espect$culos no tenían
mucho en común con los que se ofrecían en el 'ircus Maximus, ya que se
especiali"aan en distintas >artes> como la lectura de mano, la elaoración de
metales# y si ien usaan caallos era para transportarse, como muchos de los
artistas itinerantes en Europa.
Jno de los espect$culos que antecede al circo es el de los equiliristas, quienes,
aunque datan desde los romanos, eecutaan espect$culos de malaarismo,
saltos mortales, desafiando las alturas.
%hilip
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El formato del circo fue adapt$ndose para curir las necesidades t!cnicas de los
variados números presentados. 0e una pista circular, se adaptó a tres, se
estaleció un promedio de duración de dos horas de espect$culo. 0e sus
comien"os al aire lire se adaptó para presentarse en anfiteatros o lugares
cerrados, evolucionando despu!s a las carpas, las cuales acompañan tanto a
los circos que se estalecen por temporadas largas en un lugar como para las
compañías itinerantes, siendo el ícono m$s reconocile del circo.
De Inlaterra #ara el mun$o
Mientras la fama de
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En M!xico, el ingl!s %hilip -ailson trao un espect$culo ecuestre ya conformado
como circo en DHC, con lo que inauguró la tradición circense en nuestro país
poco despu!s del resto del mundo, con espect$culos producidos por personas
de diferentes nacionalidades. 5o fue hasta DHAD que se inició el primer circo
mexicano, el 8límpico de )os! 7oledad
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NSi el &ombre evolucion' $el mono( el acr'bata $el tire $e benala)
*Carlo" Cem#o&ual+oc&itl,
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pista el siguiente número, el payaso o los payasos servían de transición precisa
y eficiente.
El montae de cada acto, a diferencia del teatro, se hace explícito ante la mirada
de los espectadores, esto aumenta tanto la expectativa como el realismo del
espect$culo, haciendo evidentes los riesgos que implican muchos de los
números, los cuales son eecutados algunas veces por homres y mueres con
expresiones calmadas 1incluso imp$vidas2 que confían en sus hailidades y se
regocian con el asomro del púlico ante los actos sumamente increíles.
6ace no mucho tiempo, despu!s de dear atr$s al niño que fui y asistir
nuevamente a un circo en el interior del país, no podía olvidarme de esa
elemental ilusión que te inunda al cru"ar la carpa, la emoción de escuchar los
nomres de los que acto con acto, reali"ando manioras que parecen
imposiles. El asomro se apoderaa de mí previo al comien"o de la función,
como si ya estuviera predispuesto y preparado para lo que venía. El circo haía
cumplido su función antes de lo esperado, pero al desarrollarse la acción
circense mi entusiasmo decayó.
0entro de la carpa todo relucía glamorosamente al mismo tiempo que deaa ver
cómo la p$tina se acumulaa sore los artistas y los actos. 5o era efecto de la
edad de los artistas ya que algunos eran astante óvenes, como la muer quedan"aa en telas como si tales fueran extensiones de un trapecio# tampoco tenía
relación con la calidad de los números, puedo asegurar que go"aan de
dificultad y de excelente eecución# era una melancolía que trepaa como
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Jna ve" estalecidos los circos que prescindían de animales salvaes en sus
actos, como primer paso a su transformación, llamados Cirque Nouveau o circo
contempor$neo, dieron origen a úsquedas artísticas m$s all$ del espect$culo.
Estaleci!ndose desde su gestación con características que no son comunes al
circo tradicional.
El oetivo es compenetrar con el púlico >ya no hacerlos reír sino sonreír>. Este
es el efecto que algunos circos contempor$neos uscan en sus espect$culos, en
palaras de los responsales del famoso 'irque du 7oleil, el cual es un eemplo
preciso de esta forma de circo contempor$neo.
El tr$nsito que hacen estos circos, ya no por los caminos geogr$ficos sino por
las artes es esencial, m$s ahora que se recurre casi exclusivamente al impacto
est!tico dirigido a un fin específico y ya no a una saturación arroca de los
sentidos. 6aciendo uso no ya de alguna anda de música que acompañe los
números durante la función sino de músicos que complementen y hagan uno el
espect$culo visual y el auditivo, refinando la percepción sensorial en una
progresión que oedece a las exigencias narrativas del sho+. El teatro ha sido
incorporado tami!n, aust$ndolo a las necesidades de los espect$culos,
aunque invarialemente, como parte de la función, todos los eecutantes de los
números deen desenvolverse de manera teatral, ya sea desde la pantomima
hasta algunos di$logos, para asegurar cohesión con el resto de los números y la
narrativa principal. -a dan"a se convierte en amalgama de muchos de los actos,
ya que amos, circo y dan"a traaan con la misma materia prima& el cuerpo. -a
forma en la que utili"an y los límites hasta donde llevan al cuerpo puede diferir
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entre estas artes pero en amas es el sustrato, la melodía, el lien"o, desde el
cual uscan una expresión propia que vaya de acuerdo tanto a una úsqueda
personal como a la tem$tica que se construye en conunto en esta forma de
hacer circo.
En algunos casos los números de equilirismo, por eemplo, empe"aron a
dispensar de la red de seguridad que se instala sore la pista, lo que oliga a
que los eecutantes no tengan fallas durante su acto. Esto se traduce en horas
de traao para perfeccionar dicho número y que no haya lugar para ningún tipo
de error en la función.
6aciendo una comparación un tanto apresurada, se puede decir que la
diferencia esencial radica en las atmósferas creadas por estas variantes del
circo, ya que si una, la que todavía emplea animales amaestrados, se inclina
m$s hacia el asomro, la desmesura, el individualismo de los artistas al ser
llamados por el maestro de ceremonias, sin descuidar en lo m$s mínimo la
compleidad o la los actos en los que participan los malaaristas, equiliristas,
payasos, etc., los espect$culos de este circo contempor$neo est$n diseñados
para envolver en amientes oníricos a los espectadores y a trav!s de hilos
narrativos concretos se guía la imaginación del espectador entre las texturas, los
colores y los actos asomrosos de los artistas, los cuales se ligan de manera en
la que sea un todo espectacular y no sean únicamente muchos espect$culos
reunidos.
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locales, fios e itinerantes, eliminar los números con animales totalmente del
espect$culo ha sido un camio gradual que no todos los circos del mundo est$n
dispuestos a reali"ar.
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Pfrica.
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se aprendían los elementos $sicos del maneo del cuerpo para actos de
equilirismo, contorsionistas, acroacias, y los alumnos se especiali"aan en
algún tipo de espect$culo al t!rmino de los años de escuela. Este tipo de
formación no excluyó ni limitó a las familias con larga tradición dentro del circo,
por el contrario, muchas veces inscrien a los miemros m$s óvenes en este
tipo de escuelas para ayudar al perfeccionamiento de la t!cnica y meoramiento
del espect$culo.
< partir de la apertura de esta escuela de circo en Moscú, alrededor del mundo
se crearon otras tantas como países en los que se creaan circos, aundando
así escuelas en =nglaterra, *rancia, =talia, 7ui"a, *inlandia,
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El homre ala
)os! Emilio %acheco
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El arco lanco
-a corneta amarilla
5o puedo
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como una ruleta
que aa y que sue
feli", a cordel.
-a 7altapared
Ramón -ópe" elarde
LOS CLAROSC/ROS DE LA -IDA DEL CIRCO
E0 LA M1SICA 2 LA LITERAT/RA
(ernardo Marcellin
-a palara circo nos remite a momentos alegres, con los deslumrantes actos
de los trapecistas y los malaaristas, las proe"as de los domadores 1que se han
convertido en una especie en extinción con las nuevas leyes que prohíen los
espect$culos circenses con animales2 adem$s de las divertidas ocurrencias de
los payasos. 7e trata de un paraíso para los niños y, tami!n, para los adultos.
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literatura, podemos recordar a la muer convertida en araña por haer
desoedecido a sus padres, según refiere 4ariel 4arcía M$rque" 1D@Q@CDA2
en su cuento n se!or mu" vie#o con unas alas enormes, eso sin olvidar a los
gitanos que sorprenden a los haitantes de Macondo en Cien a!os de soledad
presentando el hielo o el im$n.
El amiente del circo, y el de sus cercanos colegas, los actores
amulantes, ha inspirado a los artistas de las m$s variadas disciplinas, como la
pintura, la literatura o la música. 4eorges 7eurat 1DHGQDHD2 plasmó este
universo en cuadros de vertiginoso movimiento que le permitieron experimentar con t!cnicas nuevas como el puntillismo, mientras que %alo %icasso 1DHHDQ
DS2 retrató a los personaes del circo ya sea en acción o en reposo.
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En el siglo ?== *rancia fue una tierra pródiga en artistas amulantes y,
por cerca de die" años, el mismo MoliTre 1DB@@QDBS2, quien despu!s se
convertiría en el autor preferido del Rey 7ol, -uis ?=, recorrió la provincia
actuando y escriiendo pequeñas oras inspiradas en la commedia dell+arte
italiana. 7u contempor$neo %ierre 'orneille 1DBCBQDBHA2, aunque m$s conocido
por sus tragedias, deó una de las comedias m$s originales que se hayan
escrito, La ilusi(n c(mica, donde comina la vida de los actores nómadas con
elementos m$gicos. 3ami!n %aul 7carron 1DBDCQDBBC2, en su Novela c(mica,
dio una descripción de la vida de estos artistas en un relato lleno de puñeta"os,raptos y persecuciones, como si su existencia aao del escenario fuera m$s
variada y excitante que sus representaciones ante el púlico. -a vida de los
cómicos amulantes del :4ran 7iglo; franc!s adquirió cierta connotación mítica,
al punto que el escritor rom$ntico 3eófilo 4autier 1DHDDQDH@2 escriió su novela
m$s famosa, $l capit%n ,racaso, uic$ndose en ese mismo amiente.
%ero a los artistas tami!n les ha interesado lo que ocurre tras
amalinas, como si les costara creer que toda esa alegría que irradia el circo
sea sincera.
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los actores del circo cuando no se encuentran ante el púlico y, desde luego,
nada tiene de idílica. El dueño se nos presenta como un homre me"quino quien
sólo piensa en su negocio, lo que no impide que su circo est! al orde de la
quiera. -os acróatas y los trapecistas son unas divas, convencidos de la
excelencia de sus rutinas mientras que desprecian al púlico que no aprecia sus
números. %or lo mismo, est$n en constante roce con el empresario, quien los
sustituye de forma reiterada. En esta atmósfera se desarrolla el drama principal,
el de *red, oven acróata que sufrió una lesión en un accidente, lo que lo
incapacitar$ para el resto de su vida. 0ado que no sae hacer otra cosa, suúnica perspectiva es la mendicidad, a lo que se suma la humillación, ya que era
un homre que confiaa esencialmente en su propia fortale"a física. 7ólo hasta
que comprende que la oven 5ell lo ama y que est$ dispuesta a casarse con !l
pese a su discapacidad, termina por aceptar integrarse a la nueva tropa que ella
le propone formar.
0entro del $mito de la música cl$sica tampoco se tienen muchas oras
que giren en torno al circo, aunque la ópera )a"asos 1/ pa'liacci 2 del italiano
Ruggiero -eoncavallo 1DHGQDD2 es una de las oras maestras del g!nero.
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Jna tropa de actores amulantes llega a un pequeño puelo italiano y
anuncia una función para esa misma noche. -a historia que se va a representar
gira en torno a un payaso que descure que su muer lo engaña# sin emargo
este argumento tan trillado va a sufrir un vuelco dram$tico. 'anio, quien
interpreta al payaso en cuestión, empie"a a sospechar que su muer en la vida
real, adem$s de compañera en el escenario, le es infiel.
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puesto que se asa en un mito griego que no tiene nada de cómico& despu!s de
dar muerte al Minotauro y de escapar del -aerinto gracias al hilo que le
proporcionó
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-os niños exclaman que tenemos el
cora"ón en la garganta,
los pulmones detr$s de los oos
y los oos en las manos
y yo les creo.
'arlos 8liva
E- 08M
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ao esta carpa y en las aulas de afuera
:N%ueden negarloW El 'irco es el Estado perfecto;
)os! Emilio %acheco
REXR --8R
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[5ada me causa encanto ni atractivo#
no me importan mi nomre ni mi suerte
en un eterno spleen muriendo vivo,
y es mi única ilusión, la de la muerte[.
Yiaad y os distraer!is.
Y \3anto he viaado]
Y-as lecturas uscad.Y\3anto he leído]
Y^ue os ame una muer.
Y\7i soy amado]
Y\Jn título adquirid]
Y\5ole he nacido]
YN%ore ser!is qui"$W
Y3engo rique"as
YN0e lisonas gust$isW
Y\3antas escucho]
YN^ue ten!is de familiaW
YMis triste"as
YNais a los cementeriosW
YMucho... mucho...
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YN0e vuestra vida actual, ten!is testigosW
Y7í, mas no deo que me impongan yugos#
yo les llamo a los muertos mis amigos#
y les llamo a los vivos mis verdugos.
YMe dea Yagrega el m!dicoY perpleo
vuestro mal y no deo acoardaros#
3omad hoy por receta este conseo&sólo viendo a 4arri9, podr!is curaros.
YN< 4arri9W
Y7í, a 4arri9... -a m$s remisa
y austera sociedad le usca ansiosa#
todo aqu!l que lo ve, muere de risa&
tiene una gracia artística asomrosa.
YN/ a mí, me har$ reírW
Y\
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'omo escriía *reud, laroma no existe&
3odo se dice en serio.
)os! Emilio %acheco
'uando se extingue la carcaada y cesa el aplauso,
5os quitamos las nari"otas,
-a peluca de "anahoria, el carmín,
El alayade que lanquea nuestra cara.
Entonces aparece lo que somos sin m$scara&
los payasos dolientes.
)os! Emilio %acheco
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CR/CES E0TRE LAS ARTES PL3STICAS 2 LAS ARTES DEL CIRCO
4uan 5ernan$o Cácere"6
6alar de los cruces entre las artes es en la actualidad un lugar común. -a
interdisciplinariedad, tan en oga desde mediados del siglo ??, se hace evidente
en las diferentes muestras de arte en el mundo entero y halar de un arte puro
es, hoy en día, casi imposile.
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7e puede partir con el graado de 4oya, n disparate puntual 4na reina de
circo5, reali"ado en DHDB y en el que, dentro de lo peculiar, lo caricaturesco y lo
grotesco, el artista nos muestra lo inverosímil y lo contradictorio de la sociedad
de su tiempo. En un espect$culo calleero, en medio de un púlico somrío y
algo aterrador, se levanta una inete que hace equilirio sore un caallo que, a
su ve", hace de alamrista sore un cale que pareciera unas veces apretarse
contra el suelo y, otras, suspenderse sore el vacío. Escena de cómo lo
extraordinario del circo triunfa sore lo ordinario del puelo.
El graado es de por sí uno de los lenguaes que m$s se va a alimentar de las
im$genes del circo. /a sea a trav!s de la imagen de autor, como esta de 4oya, o
la gr$fica propia del diseño y la pulicidad. -a 0etroit 'alvert -itho, al otro lado
del
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como el artista se deate entre el realismo 1del perro2 y la caricatura 1del payaso2
en una atmósfera dram$tica acentuada por unos potentes reflectores y por un
púlico al parecer leano.
%or otro lado, se encuentra la pintura como gran soporte de estas historias. -a
an!cdota y la alegoría son materia prima desde que la paradigm$tica imagen de
Los saltimanquis de 4ustav 0or! vio la lu" en DHA. Jna escena que muestra
la tragedia que como espada de 0amocles define el destino de los artistas de
circo& una madre sostiene en sus ra"os, cual %iedad, a su hio que sangra y
que seguramente cayó en medio del espect$culo. El padre mira impotente a la
parea despu!s de que la muer ha tirado las cartas. -o inevitale est$ por venir&
una lechu"a anuncia la muerte. /a nada la puede conurar.
-a melancolía propia de estas im$genes se volver$ a ver con tanta fuer"a sólo
cuando 4eorges Rouault configure su aanico de personaes del Cirque de
l+8toile ,ilante. 8servar un cuadro de este artista franc!s es como encontrarse
ante un ícono religioso, con una muy marcada atmósfera expresionista& un
retrato que usca la sulimación del personae 1payasos, equiliristas, inetes,
ailarinas, entre otros2 a trav!s de una carga dram$tica propia de rocha"os
gruesos y de líneas espesas. Esa sulimación del personae la expone tami!n
%icasso a trav!s de la figura del arlequín que evoluciona a trav!s de las
diferentes 3pocas del artista catal$n& desde las escenas &amiliares de su ilioso
periodo a"ul hasta los arlequines de sus periodos cuistas, ya sean sint!ticos en
un principio o, como al final, exagerados en su ornamentación rococó.
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%or su parte, est$n las escenas que se acercan desde un realismo a la
emancipación del circo a finales del siglo ?=? y principios del siglo ??. %or un
lado se encuentra el pintor de la escena neoyorquina 4eorges (ello+s, famoso
por sus impactantes lien"os donde retrataa peleas de oxeo. El espect$culo
popular es su inter!s y, por lo tanto, no resulta extraño que el circo no se haya
escapado de su pincel. En su pintura Circo, se configura el clímax del
espect$culo circense, cuando una ailarina hace equilirio sore un caallo, en
la pista es rodeada por una gran cohorte de payasos lancos y en el aire se
adivinan algunos trapecistas. El púlico se encuentra expectante, atento,d$ndole la espalda al espectador del cuadro.
En contraste a !ste, se encuentra la ora de )ames )acques 3issot, quien
pertenece al contexto franc!s. En su ora Las amantes del circo, pareciese que,
a pesar de que el 'irco *ernando sea el tema a tratar, es una muer que mira al
espectador del cuadro quien se roa toda la atención. < pesar de la fidelidad de
la escena, que incluye a los trapecistas y al clo+n estrella, es finalmente el
retrato de una muer de la sociedad urguesa. 3oda una gran parafernalia para
halar de lo que hace la gente para estar a la moda.
/ es que el circo fue tan importante en %arís a finales del siglo ?=? como lo fue
el caaret. El 'irco *ernando fue tan visitado por los artistas de la ohemia,
como lo fue el Molino Roo. El artista, que por primera ve" se veía refleado en la
vida marginal, se concentró en los urdeles y en las pistas de circo, lugares
donde la alegría colinda con el riesgo y la muerte y donde lo humano se lleva al
extremo. %or eso es que impresionistas como %ierre
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atención en personaes como Las malaaristas, al momento de terminar su
número y cuando son ovacionadas por el púlico que las premia con naranas.
=gualmente lo hace Edgar 0egas quien, desde su encuadre fotogr$fico en
contrapicado retrata a La se!orita Lala suspendida en el aire con la fuer"a de su
mordida, mientras al fondo se ve la estructura sólida de la arquitectura.
%ero quien tal ve" retrató el circo de la !poca de una manera m$s extensa e
intimista, desentramando lo que se muestra en la pista y lo que se esconde tras
el telón fue 6enri 3oulouseQ-autrec. /a sea porque se sintiera identificado con la
condición de &rea* propia del circo o por su tendencia a escaullirse y me"clarse
en el ao mundo parisino, a trav!s de una prolífica serie de apuntes, diuos,
serigrafías, litografías y pinturas, 3oulouseQ-autrec muestra uno a uno los
personaes que se toman la pista, en general suetando la acción y con una
gestualidad que demuestra la agilidad en la captura de la escena y la
organicidad que reviste toda la situación. 7us fragmentos de pista donde el
artista de circo es el ee, contrasta fuertemente con la especial atención que le
presta a la payasa 'haQJQ`ao, a quien la retrata varias veces en su camerino,
trayendo a la lu" cierta privacidad.
En el caso de 4eorges 7eurat sucede todo lo contrario& un único cuadro
puntillista, reali"ado de una manera muy calculada hacia DHD, retrata al circo
con una pista llena de personaes y un púlico al fondo, en la distancia. Es muy
claro lo que plantea 7eurat al respecto& la vida se encuentra en la pista, en
medio del espect$culo, con todos estos personaes org$nicos y llenos de
colorido que interactúan a trav!s de tensiones dadas por líneas curvas y
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sinuosas y que presentan sus números ante un púlico completamente
acartonado, situado en gradas rectas y frías donde muy seguramente no
encontrar$ origen la diversión.
Efectivamente el circo encierra en su pista, no sólo la diversión, sino tami!n la
magia y la ensoñación. -a atmósfera del circo se despliega como una ficción en
la gran serie de cuadros reali"ada por el ruso Marc 'hagall, quien, por su
cercanía en la infancia al 'irco de Moscú, ya m$s tarde en *rancia, met en piste
o met en r9ves adem$s de los personaes haituales, un estiario lleno de
animales híridos y camaleónicos, ao una composición crom$tica sui 'eneris
que recuerda la atmósfera sacra producida por los potentes reflectores y que
evocan con nostalgia su Rusia natal.
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(ao esta premisa en la cual el circo dea de ser sólo un tema para ofrecer
elementos fundamentales en la formulación de otras prolem$ticas artísticas,
hay que resaltar el nomre del artista norteamericano
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un homre musculoso haciendo pulsadas con otro m$s pequeño, 'alder pone
en funcionamiento una serie de mecanismos que nos halan de aquello que es
natural en el circo& la trayectoria circular, ese constante uego entre el equilirio y
el desequilirio, el desafío ante la gravedad y ante el vacío, el colorido, la
temporalidad -os móviles de 'alder encierran esa esencia como ningún otro
artista lo haía hecho hasta ese momento y, despu!s de !l, halar de circo
siempre se har$ desde otra perspectiva.
%osterior a 'alder suceden ciertas cosas que no necesariamente son
consecuencia de su ora. En los años setenta surge en *rancia el 5uevo 'irco
y, así como la pl$stica camia su mirada sore el circo, el circo mismo despla"a
su mirada sore sí mismo.
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particulares que los puedan identificar2# los atemori"antes payasos
personificados por 'indy 7herman 1quien pone en cuestión los roles propios de
la muer norteamericana a trav!s de sicod!licas im$genes de terror2# los
orrachos payasos vagos del sui"o Jgo Rondinone 1 ao las diferentes gamas
crom$ticas nos muestran a un ser humano hundido en la desidia, dormido en
medio de un mundo de camio constante dónde al parecer al homre del común
ya lo deó el tren2# y, finalmente un )uan Muño", quien toma de 0egas a la
señorita -ala y, despu!s de una apropiación escultórica de la famosa imagen,
pone a uno de sus homres alienados suspendido de los dientes, haciendo unacitación al arte moderno, no muy leana de lo que tami!n plantea 7egal.
Eemplos existen muchos y puede de ellos generarse un an$lisis aún m$s
detallado. -a tarea est$ por reali"arse, de la misma manera como las hermanas
esque, durante la primera mitad del siglo ??, estudiaron minuciosamente todo
lo que sucedía en la pista 1sólo con ellas, ya se puede halar de m$s de ocho
mil im$genes, como un $lum de 6istoria 5atural2. El circo, como se ha visto, ha
sido uno de los temas que m$s ha seducido a los artistas modernos y, en la
actualidad, sus elementos pueden encontrarse, atravesando las estructuras
formal, contextual, conceptual y t!cnica mismas de la ora pl$stica. Es este,
entonces un punto de partida para poder contar, a trav!s de sus im$genes, una
nueva historia del arte.
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8-
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dentro de su oca el mago#
luego vienen a la pista
elefantes y caallos,
el lan"ador de cuchillos
y leones que dan espanto,
pero todo el susto pasa
cuando llegan los payasos.
(enamín aldivia
El heroísmo aut!ntico sería
entender las ra"ones diferentes,
respetar la otredad insalvale,
vivir hasta cierto punto en concordia,
sin opresión ni miedo ni inusticia
:%ero entonces, señores, no haría 'irco,
no haría historia ni drama ni noticias.
5o estaría aando la cuchilla
que ahora mismo cercena mi cae"a.;
)os! Emilio %acheco
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DE LAS TRES PISTAS A LA PA0TALLA 7RA0DE
EL CIRCO E0 EL CI0E
M8-8A8 -.ctor Mora
El circo es un lugar m$gico, misterioso, místico y a la ve" siniestro.
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para maravillarse. Es por eso que en el presente texto he decidido halar del
cine y el circo, meor aún, de las películas que se han asado en el tema del
circo y que se convirtieron en filmes memorales por retratar los distintos
aspectos que en !l se traslucen, desde la forma de vida, los personaes, la
inusticia, su magia, hasta ser utili"ado como una met$fora de la sociedad.
El cine fue creado para divertir y puede funcionar para encurir asesinos , vivir
locuras y ser personaes ficticios, aunque puedan ser muy parecidos a la
realidad, aquí entra la frase de introducción en algunos filmes, “cualquier
parecido con la realidad es pura coincidencia”. 3ramas que van desde la
comedia, lo grotesco, lo dram$tico, lo caricaturesco y hasta el triller policiaco y
de suspenso asado en demencia, locura y asesinato& podríamos decir que en el
circo pasa de todo.
'omen"ar! con una magnífica película& “El Circo” de Charles Chaplin, de
1!"” . 5o podía quedar fuera este gran actor y director de cine ya que !l mismo
es un mimo y fueron estos los payasos de las calles y de las grandes y
pequeñas carpas, de entre las cuales halar! de otros personaes mas adelante.
Esta película es de corte cómico, con ella 'haplin ganó un premio 8scar, es una
película muda y trata de un personae llamado :'harlot;, un vago a quien
persigue un policía que lo confunde con un ladrón, 1elemento recurrente en
algunas películas de 'haplin2. En esta persecución entra a un circo que se esta
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presentando en la ciudad y los dueños ven su acto de escape como un acto
circense, por lo que lo incluyen para que participe con ellos# siendo totalmente
inexperto en las laores circenses, hace cosas a partir de sus torpe"as y eso
hace que sea una estrella de la carpa, pues se le toma por ufón.
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pel'cula dio pie, a que lo e)tra*o o an+malo en ingles se designara #rea$”,
como lo comenta, -ucía 7ola" *rasquet en uía para ver " analiar< La parada
de los monstruos. El gran tema de la película es la marginación social reali"ada
a personas con cuerpos distintos al canon estalecido, como estas personas
conforman grupos y una forma de vida en la que sus deformidades les permitan
sorevivir en el mundo.
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cuando al parecer se emriagan, y empie"an a ver elefantes rosas, todos
descarnados sin oos, que se derriten y convierten en otros animales, los cuales
podría ser un uen alucine de cualquier otra droga y no solamente de alcohol, el
cual es la escena mas macara de una película de diuos animados, y que para
algunos pequeños podía generar m$s miedos que diversión.
Regresando a las películas de comedia, tenemos tami!n nuestra versión del
“Circo” de DAS, con ario oreno Cantinflas, en la cual, no haciendo una
copia de la película de 'haplin, pero si con ciertos elementos parecidos, se
reali"a una versión mexicana, cómica y cantinflera del circo.
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elefante, cuyo lomo se ha convertido en el estalecimiento "apatero amulante
de 'antinflas.
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Circus, que transcurre mostrando a los actos circenses con acróatas y
personaes reales del circo, y en el cual se esconde el payaso
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dirigida por 3im (urton. En los filmes de este director siempre hay cosas
i"arras, elementos y personaes fantasiosos e irreales.
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fugitivos;, porque
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convertir en payaso, y adem$s, en un ser maligno que come niños y que est$ a
punto de destruir a su familia, otra historia m$s del payaso como ser malvado
que en los estereotipos del cine de los últimos tiempos tanto ha proliferado.
/ ueno, qu! decir de la cultura popular televisiva, los payasos siguen siendo un
elemento común, los 7impson presentan a 'rusty el payaso avaricioso y adicto,
en nuestro país, ro"o el payaso teneroso, dirige el conocido noticiaro
mexicano de nomre :El mañanero;, quien utili"a el sarcasmo para presentar
noticias serias.