Revista de la Cooperación Internacional · 2011-05-12 · del cooperativismo en la re-gión, ......

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1 Revista de la Cooperación Internacional Organo oficial de la Alianza Cooperativa Internacional Vol. 37 Nº 1/2004 Editores: Mirta Vuotto - Garry Cronan Director responsable de la edición en español: Dante Cracogna Registro Propiedad Intelectual: Nº 1.364.210 La ACI e Intercoop no se responsabilizan por las opiniones expresadas en los artículos firmados Contenido Editorial, por Mirta Vuotto y Garry Cronan ........................ Expresión de la situación problema para el sector cooperativo chileno: una aproximación sistémica, por Pedro Antonio Narvarte Arregui y Doris Anna Rodes Gadomska ......... Intercooperación y desarrollo rural: análisis de una experiencia venezolana, por Madeleine Richer ................................. Globalización y cooperativismo: la dimensión local y comunita- ria, por José Odelso Schneider ..................................... El cooperativismo de crédito en Argentina, por Ruth Muñoz y Griselda Verbeke .......................................................... La conformación de un medio innovador. La red en torno al arándano en un área local de la Argentina, por Clara Craviotti Desafíos para las cooperativas en Misiones: experiencias de economía social en el escenario local y regional, por Ale- jandro Daniel Oviedo y Javier Gortari ......................... The visible hand: el cooperativismo ante los desafíos del merca- do. La Cooperativa Eléctrica de Servicios Públicos Lujanense Limitada, por Dedier Norberto Marquiegui y María Tere- sa Tartaglia .................................................................. Empresas recuperadas: Pauny S.A. (ex Zanello), estudio de caso, por Julieta Caffaratti ........................................... América Cooperativa .......................................................... Reseñas Bibliográficas ......................................................... 3 7 23 37 59 75 95 113 139 155 165

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Revista de la Cooperación InternacionalOrgano oficial de la Alianza Cooperativa Internacional

Vol. 37 Nº 1/2004

Editores: Mirta Vuotto - Garry Cronan

Director responsable de la edición en español: Dante CracognaRegistro Propiedad Intelectual: Nº 1.364.210

La ACI e Intercoop no se responsabilizan por las opiniones expresadas en los artículos firmados

ContenidoEditorial, por Mirta Vuotto y Garry Cronan ........................

Expresión de la situación problema para el sector cooperativochileno: una aproximación sistémica, por Pedro AntonioNarvarte Arregui y Doris Anna Rodes Gadomska .........

Intercooperación y desarrollo rural: análisis de una experienciavenezolana, por Madeleine Richer .................................

Globalización y cooperativismo: la dimensión local y comunita-ria, por José Odelso Schneider .....................................

El cooperativismo de crédito en Argentina, por Ruth Muñoz yGriselda Verbeke ..........................................................

La conformación de un medio innovador. La red en torno alarándano en un área local de la Argentina, por Clara Craviotti

Desafíos para las cooperativas en Misiones: experiencias deeconomía social en el escenario local y regional, por Ale-jandro Daniel Oviedo y Javier Gortari .........................

The visible hand: el cooperativismo ante los desafíos del merca-do. La Cooperativa Eléctrica de Servicios Públicos LujanenseLimitada, por Dedier Norberto Marquiegui y María Tere-sa Tartaglia ..................................................................

Empresas recuperadas: Pauny S.A. (ex Zanello), estudio decaso, por Julieta Caffaratti ...........................................

América Cooperativa ..........................................................

Reseñas Bibliográficas .........................................................

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ChaireERE
Texte surligné
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El Director recibirá con agrado para su consideración cualquier artículo deantiguos y nuevos colaboradores. El material debe revestir interés para elcooperativismo internacional, tratar sobre temas generales o describir situa-ciones que se hayan planteado en un movimiento nacional y que pueden serútiles para otros que atraviesan por situaciones similares.

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Editorial

as características delescenario latinoameri-cano y los procesos

sociopolíticos que han tenidolugar en los países de la re-gión hacia fines de la décadade 1990, constituyeron unpunto de partida oportuno paraanalizar la trayectoria y reali-zaciones del movimiento co-operativo en los distintos paí-ses latinoamericanos y repen-sar sus futuros desafíos.

Con ese objetivo, el ComitéRegional Latinoamericano deInvestigadores de la AlianzaCooperativa Internacionalpromovió la realización del IlIEncuentro de Investigadoresque tuvo lugar en laUniversidade do Vale do Riodos Sinos -UNISINOS- PortoAlegre, Brasil, los días 28, 29y 30 de abril.

El encuentro, convocado conla finalidad de estimular lareflexión de los investigado-res sobre las problemáticasdel cooperativismo en la re-gión, permitió generar un de-bate crítico sobre distintosejes temáticos. Se presenta-ron más de cien ponencias, en

su mayoría provenientes deinvestigadores de Brasil y deArgentina, aunque tambiénestuvieron representados paí-ses como Venezuela, Uruguayy Chile. Las exposiciones fue-ron realizadas en paneles si-multáneos que alternaron conel desarrollo de mesas redon-das en que se considerarontemas relativos a la investiga-ción sobre el cooperativismoen América latina; el coope-rativismo y las redes y el coo-perativismo y la pluralidadpara hacer frente a la exclu-sión social. En dichas mesasfueron discutidos los aportespresentados por distintosexpositores especializados enla temática cooperativa.

Cabe destacar el alcance eimportancia de la convocato-ria ya que a los numerosos tra-bajos presentados por inves-tigadores formados se agrega-ron las contribuciones de jó-venes investigadores y estu-diantes avanzados que se ini-cian en esta temática. En elmarco de este encuentro, laUNISINOS instituyó y otorgóel premio “Roque Lauschner”de reconocimiento y estímulo

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a las producciones de investi-gación. Con la finalidad de di-fundir las problemáticas abor-dadas en el encuentro, estenúmero de la Revista de laCooperación Internacionalpublica una selección de lasponencias presentadas.

El trabajo de P. Narvarte y D.Rodes Gadomska, de la Uni-versidad de Santiago de Chi-le, está orientado al estudiodel sector cooperativo chile-no en un contexto de viabili-dad organizacional. En el mis-mo se enfatiza la definiciónde la situación problema delsector, desde una perspectivasistémica, y se indica la natu-raleza poco estructurada ycompleja del fenómeno enestudio.

El artículo de M. Richer, dela Universidad del Zulia, ana-liza el proceso de emergenciay las principales actividadesde una consolidada centralcooperativa venezolana queagrupa cooperativas y asocia-ciones urbanas de consumido-res y cooperativas de produc-tores agrícolas. En el trabajose analizan las innovacionespropias de esta organizaciónen sus 36 años de existencia.

La reflexión de J. O.Schneider, de la Universidade

do Vale do Rio dos Sinos,sobre la contr ibución delcooperativismo al desarro-llo local y comunitario seplantea en el contexto delproceso de globalización. Eneste marco el autor señalaalgunos beneficios de lascooperativas en pro de lascomunidades locales, parafocalizar el vínculo entre elcooperativismo y las exigen-cias específicas del desarro-llo local, a la luz de algunasexperiencias en Brasil.

El estudio de R. Muñoz de laUniversidad de General Sar-miento y G. Verbeke, de laUniversidad de Buenos Aires,caracteriza el cooperativismofinanciero argentino y mues-tra su evolución entre los años1976 y 2003. A la luz de lasprincipales limitaciones en sutrayectoria, el trabajo indicala forma en que el contextoeconómico-político y la regu-lación adversa operaron comofuertes condicionantes de susendero evolutivo.

El artículo de C. Craviotti, in-vestigadora del CONICET enla Universidad de Buenos Ai-res, visualiza el carácter delos nuevos agentes producti-vos del sector agropecuarioargentino en torno a un casoen que su conformación se

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presenta casi en paralelo a laconstitución de una instanciaasociativa cooperativa. El aná-lisis permite examinar elinterjuego entre ambos planosy considerar hasta que gradola constitución del “agente” seve facilitada por la constitu-ción del “actor”.

El estudio de A. Oviedo y J.Gortari, de la UniversidadNacional de Misiones, sinte-tiza los resultados de un tra-bajo colectivo referido a ladinámica del sector coopera-tivo en la provincia de Misio-nes en la Argentina. A travésde distintos indicadores cuan-titativos el trabajo muestra elalcance del cooperativismoen distintas zonas de la pro-vincia para destacar los desa-fíos que se imponen a estasiniciativas.

Desde una perspectiva histó-rica, D. Marquiegui y M. T.Tartaglia, de la UniversidadNacional de Luján revisan latrayectoria de una experien-cia cooperativista de servi-cios públicos de la provinciade Buenos Aires, particular-mente durante la crisis quevivió a inicios de la décadade 1960, de modo de ilustrarcon su historia la potencia-l idad de las experienciascooperativas.

Finalmente, J. Caffaratti, delCentro Cultural de la Coope-ración, presenta un análisisde caso referido a una expe-riencia de autogestión vincu-lada al fenómeno de las em-presas recuperadas por sustrabajadores en la Argentina.El análisis revela la especi-ficidad cooperativa de la ex-periencia a la luz de distin-tos testimonios y pone enevidencia su carácter innova-dor al considerar el procesode desarrollo y consolida-ción de la iniciativa.

Los trabajos que se incluyenen este número reflejan la di-versa gama de problemáticasy abordajes teóricos y meto-dológicos de las contribucio-nes presentadas en el III En-cuentro de InvestigadoresLatinoamericanos y tambiénilustran, de distinto modo,algunos de los desafíos quese plantean al cooperativismoen la región.

Mirta VuottoCoordinadora Regional delComité Latinoamericano deInvestigadoresAlianza Cooperativa Internacional

Garry CronanDirector de ComunicacionesAlianza Cooperativa Internacional

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Expresión de la situaciónproblema para el sectorcooperativo chileno:una aproximación sistémicapor Pedro Antonio Narvarte Arregui* yDoris Anna Rodes Gadomska**

* Doctor en Dirección de Empre-sas; Mondragon Unibertsitatea,España. Académico del Departa-mento de Ingeniería Industrial dela Universidad de Santiago deChile (USACH). E-mail: [email protected]

** Psicóloga Organizacional por laUniversidad de la Habana. Ayu-dante de Investigación del Depar-tamento de Ingeniería Industrialde la Universidad de Santiago deChile (USACH).E-mail: [email protected]

Resumen

El cooperativismo en Chilecuenta con más de un siglo detrayectoria. No obstante, nosencontramos frente a un sectorde la economía social que hamostrado un comportamientofluctuante e inestable, y que seve obligado a adaptarse a losnuevos escenarios culturales,institucionales y económicospara mantener su viabilidad yproyectar su desarrollo.

La ponencia es el resultadode la primera fase de una in-vestigación orientada a estu-diar el Sector CooperativoChileno en un contexto deviabilidad organizacional. Enella se pone énfasis en la de-finición de la situación pro-blema actual del sector des-de una perspectiva sistémica.Dada la naturaleza pocoestructurada y compleja delfenómeno en estudio, se haceuso de un enfoque de siste-mas blando y una metodolo-gía consecuente con dichopensar.

El trabajo busca contribuir alestudio estratégico del fenó-meno cooperativo chileno,valorándolo como una alter-nativa organizacional efecti-va en el contexto de la eco-nomía social.

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1. El movimientocooperativo en Chile,antecedentes

El desarrollo del cooperati-vismo en Chile ha sido fluc-tuante e inestable en el tiem-po. Si bien desde 1887, en quese forma la Cooperativa Es-meralda en la ciudad costerade Valparaíso, no han dejadode existir prácticas coopera-tivas de distinta naturaleza,éstas no han tenido un desa-rrollo sostenido en el tiempo.

Así, desde 1924 y hasta la dé-cada del 60, el crecimiento eslento y caracterizado por unapresencia cada vez mayor delEstado. En los años 60 el coo-perativismo toma un impor-tante impulso, catalizado porla reforma agraria y por laspolíticas generales de promo-ción popular.

Luego del auge, que tuvo sumomento culminante en1970, se pasó a un período deindiferencia y sospecha en losaños 1971 al 1974. El Go-bierno Militar cambió radi-calmente la política económi-ca nacional, imponiendo unaideología neoliberal y un mo-delo económico social demercado. El Estado pasó, deun rol dinamizador de la eco-nomía -que fomentaba el coo-

perativismo entre otras prác-ticas empresariales- a un rolsubsidiario, dejando la regu-lación económica en manosdel mercado. En este contex-to, las prácticas cooperativasse hicieron inviables.

Con la vuelta a la democraciaen 1989, se abrieron grandesesperanzas desde lo que seconoce como el tercer sectorde la economía. Sin embargo,más allá de discursos positi-vos y una actitud de no discri-minación, poco ha cambiado,por lo que el sector coopera-tivo se ve obligado a adaptar-se a las condiciones económi-cas heredadas del régimenmilitar.

En la actualidad nos encontra-mos frente a un área de la eco-nomía social, que aunque mar-ginal, fragmentada y muchasveces instrumentalizada -po-lítica y económicamente-, re-presenta una fuerza socialviva, con potencialidad deaporte al desarrollo Nacional:

• En Chile se registran 2186cooperativas con persona-lidad jurídica de las cualesse mantienen activas 912.Si bien la cantidad de coo-perativas activas ha dismi-nuido el número de sociosha crecido un 188% desde

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1991, al pasar de 581.593a 1.093.9901 .

• El cooperativismo es va-riado en cuanto a los tiposde cooperativas y se en-cuentra extendido geográ-ficamente por todo el país.De ellas las que han mos-trado mayor capacidad deadaptación a las circunstan-cias económicas son las deAhorro y Crédito y las deVivienda Abiertas. Las másdébiles e inestables co-rresponden a las de Pro-ducción y Trabajo.

• No existen estudios quecuantifiquen el aporte eco-nómico del Sector Coope-rativo.

En el estado de hechos plan-teado, nos parece fundamen-tal establecer el estudio estra-tégico del cooperativismochileno, como una línea deinvestigación seria y riguro-sa. Un primer paso en estecamino es la definición de lasituación actual del coopera-tivismo en el país.

2. Aproximaciónsistémica al problema

Una observación a la viabili-dad2 de la empresa coopera-tiva en Chile, revela caracte-rísticas que la hacen suscep-tible de ser abordada según un

enfoque metodológico “blan-do”:

• El fenómeno que estudia-mos representa una situa-ción problemática, la cualestructuraremos medianteun proceso de aprendizajeinvestigación-acción3 .

• Esta situación problemáti-ca involucra distintas per-sonas e instituciones delquehacer público y privadonacional.

• Los objetivos para lograr laviabilidad de la empresacooperativa chilena depen-derán de las múltiples in-tenciones, aspiraciones einterpretaciones -general-mente contrapuestas-, dediversos actores económi-cos, sociales, políticos ylegales. Esto implica que latoma de decisiones serácompleja, nada evidente ygeneralmente incierta.

• La definición de variablesde rendimiento cuantifica-bles requerirá previamentela definición de “cuál” es elsistema -cuyos límites,componentes e interrela-ciones no son claros en laactualidad- y “qué” se debehacer -como definición desus objetivos.

Una Metodología en Siste-mas Blandos (MSB) según

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Checkland y su equipo, auxi-lia a los “administradores, detodos los tipos y en todos losniveles, para que resuelvancon éxito su tarea. Es una ma-nera organizada de enfrentarsituaciones desordenadas enel mundo real. Está basada enel pensamiento de sistemas,lo que la hace altamente defi-nida y descriptible, aunquesea de uso flexible y am-plio”. 4

El trabajo con esta metodolo-gía consiste en involucrarse y“empaparse” de la situaciónproblema en el mundo real;seleccionar algunos sistemasde actividad humana5 relevan-tes para dicha situación; mo-delarlos; usar los modelospara cuestionar la situacióndel mundo real en una fase decomparación; y usar el debategenerado en la comparaciónpara definir lo que se debehacer con el fin de mejorar lasituación problema original.

Desde la perspectiva sistémi-ca, la riqueza del problema yla efectividad de su solución,pasan por definirlo adecuada-mente, caracterizándolo comoúnico en toda su complejidad.Para ello, partiremos identi-ficando dos tipos de siste-mas: un Sistema Contenedorde Problemas (SCP) y un Sis-

tema Solucionador de Proble-mas (SSP).

El SCP, según RodríguezUlloa, “es aquella porción dela realidad conformada por loque se ha definido por siste-ma y el entorno que lo circun-da, donde existen personasque conforman grupos cultu-rales y que adoptan el papel de“vivir los problemas” de esarealidad (…) también son per-sonas que poseen aspiracio-nes y visiones determinadassobre los procesos de trans-formación a llevar a cabo enel sistema contenedor delproblema”.6

“EL SSP está conformado poraquellas personas que tienenvocación de “solucionadores”y que han tomado la decisiónde “solucionar” los problemasexistentes en el SCP. Es el sis-tema que, recogiendo las que-rencias y aspiraciones delSCP, propone “soluciones” aser implantadas en el SCP”7 .

3. Expresión de lasituación problema

3.1 El SistemaContenedor delProblema (SCP)

El SCP en este caso, es clara-mente identificable y corres-

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ponde al Movimiento Coope-rativo Chileno -aunque dada lasituación actual, cueste lla-marlo así-8 . Son las entidadesdel Sector Cooperativo Chi-leno y de su entorno, quienesadoptan el papel de “vivir losproblemas de la realidad coo-perativa”. Aquí se encuentran:los socios, las cooperativas debase y las cooperativas deltipo federativo.

a) Los socios cooperativistas

Los socios cooperativistas,son los componentes funda-mentales del movimiento co-operativo. En la actualidadChile registra 1.093.990 so-cios activos.

Usando una metáfora9 de laorganización como organis-mo vivo10 , los socios repre-sentan las células que confor-man los tejidos del organis-mo cooperativo. Si el organis-mo se enferma o envejece, lascélulas socio, podrán verseafectadas en satisfacer las as-piraciones que las llevaron acrear una asociación coope-rativa. Si bien podríamos dis-tinguir una gran gama de mo-tivaciones para diferentessocios (los comprometidos,los seguidores, los oportu-nistas, los utópicos, etc.),todos ellos tienen en común

su compromiso, como pro-pietarios de la cooperativa,con el proceso transformadorque se lleva a cabo en ésta.

b) Las cooperativas de base

Según la LGC, son cooperati-vas las asociaciones que deconformidad con el principiode la ayuda mutua tienen porobjeto mejorar las condicio-nes de vida de sus socios ypresentan las siguientes ca-racterísticas fundamentales:

• Los socios tienen igualesderechos y obligaciones,un solo voto por persona ysu ingreso y retiro es vo-luntario;

• Deben distribuir el exce-dente correspondiente aoperaciones con sus so-cios, a prorrata de aqué-llas;

• Deben observar neutralidadpolítica y religiosa, desa-rrollar actividades de edu-cación cooperativa y pro-curar establecer entre ellasrelaciones federativas eintercooperativas”.11

Es interesante considerar que,aunque el número de coope-rativas desde 1990 hasta hoyha cambiado poco, el númerode socios se ha prácticamen-te triplicado. Es decir, que

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“hoy lo que tenemos son coo-perativas con un número ma-yor de socios”12. Esto lo ex-plicamos como una actitud deapertura hacia el medio porparte de algunos subsectorescooperativos, ganando espa-cios que antes sólo corres-pondían al mundo capitalista.Los ejemplos más importan-tes los tenemos en el área delas cooperativas de servicio,destacando las de ahorro ycrédito (696.858 socios y uncrecimiento del 436%) y lasde consumo (110.978 socioscon un crecimiento del125%). Asimismo se observaque el sector es muy diversoen cuanto a la naturaleza de laactividad que las cooperativasdesarrollan, las culturas quelas caracterizan e inclusive,respecto a las normativas quelas regulan.

La preocupación por la em-presa cooperativa reviste im-portancia ya que será la quefinalmente pueda asegurar,como sinergia, la satisfacciónde aquellas necesidades quedan origen a la co-inspiraciónentre sus miembros. Los so-cios sólo lograrán los resul-tados buscados en la medidaque la entidad cooperativamantenga los valores y losdesempeños esperados yacordados. Esto se hace más

significativo cuando hablamosde las cooperativas como or-ganizaciones que deben serdemocráticas y participativas.

Volviendo a la metáfora de laorganización como organis-mo podemos decir que la sa-lud de las células y los órga-nos se deben mutuamente. Noexistirían cooperativas sinsocios, del mismo modo que,sin cooperativas, los sociosperderían aquello que los lle-va a co-inspirarse cooperati-vamente. Cabe hacer notar elfuerte sentido valórico quetiene este argumento deautodependencia, de modoque cualquier otra figura jurí-dica no podrá reemplazar a lacooperativa como órgano vi-tal del organismo. Por ejem-plo transformarse en una so-ciedad anónima u otra empre-sa de capital, sería algo asícomo un trasplante de órga-nos desde este organismo aalgún otro organismo social,caracterizado por valores yprincipios de diferente natu-raleza.

c) Las cooperativas de tipofederativo

Son entidades formadas porinstituciones cooperativas y,en algunos casos, por institu-ciones sin fines de lucro no

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cooperativas. Tienen un carác-ter meramente instrumental,pero no por eso son irrelevan-tes en el contexto sectorial.Se originan con el propósitode buscar sinergias en distin-tos ámbitos: el gremial, eleducativo, el del aprovecha-miento de economías de es-cala o la defensa de interesesconjuntos.

La Ley General de Coopera-tivas de Chile, en su artículo122º, establece que «Las fe-deraciones de cooperativasestarán constituidas por treso más cooperativas, las con-federaciones por tres o másfederaciones y los institutosauxiliares por siete o más per-sonas jurídicas de derechopúblico, cooperativas u otraspersonas jurídicas de derechoprivado que no persiguen fi-nes de lucro»13 .

Las instituciones federativas(un total de 16 activas en Chi-le) justifican su existencia enla capacidad que tengan paraaportar valor añadido a la via-bilidad grupal de las entidadesque las integran. Esto las obli-ga a seducir y comprometer alas cooperativas de base a in-tegrarse a ellas para ganarsinergias que aseguren y fo-menten su viabilidad. Las coo-perativas de base podrían

prescindir -y actualmente lohacen en su gran mayoría- delas cooperativas de segundogrado y federativas. Esta faltade motivación co-inspiradoraentre cooperativas ha sido, anuestro juicio, un factor cla-ve en la desarticulación delmovimiento cooperativo chi-leno.

La importancia de las entida-des federativas, se puede ilus-trar siguiendo la metáfora dela organización como orga-nismo. Las federaciones cum-plen el rol de ser parte de lostejidos nerviosos que permi-ten la coordinación, regula-ción e interrelación entre lascélulas y los organismos, yentre los organismos. De laarquitectura que sustente laestructura entre estos treselementos -la célula socio, elórgano cooperativa y el teji-do nervioso federativo-, de-pende la viabilidad del orga-nismo: el sector cooperativochileno, en este caso.

3.2 El sistemasolucionador delproblema (SSP)

El SSP está conformado poraquellas entidades que mues-tran vocación para resolverlos problemas que sufre elSCP. Ellas ejercen su acción

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desde el exterior del SCP pro-poniendo soluciones para queéste opere y funcione mejor.

Según la metáfora de la orga-nización como organismovivo, el SSP representa loselementos que desde el am-biente tienen la intención deproteger y alivianar las situa-ciones que el organismo sien-te como peligrosas. Las enti-dades relevantes que compo-nen el sistema SSP en estecaso son: los legisladores, elgobierno, las universidades ycentros de investigación, ylos organismos extranjeros.

a) Los legisladores

En Chile los legisladores seencuentran en el CongresoNacional, estructurados endos Cámaras: la de Senadoresy la de Diputados. Ellos sonlos encargados de solucionarlos problemas restrictivos quela ley impone al sector coope-rativo, para su desarrollo.

Podemos observar que losparlamentarios no ven comoprioritario el legislar acercade las cooperativas, por diver-sas razones entre las que cabemencionar: el desconoci-miento del tema (se debenexplicar muchas cosas a losparlamentarios antes de entrar

a discutir las proposiciones);la idea de que el sistema co-operativo no tiene una rele-vancia dentro del sistema eco-nómico y socioeconómico yla falta de peso político efec-tivo del sector (actualmenteno existe una corriente depensamiento o partido políti-co que se identifique con elsistema cooperativo).

b) El gobierno

En la actualidad los gobiernosno se preocupan mayormentepor el Sector Cooperativo ydejan su posible desarrollo amerced del “mercado”. Laspolíticas que han seguido losgobiernos democráticos de laConcertación por la Demo-cracia y el papel que le otor-gan al cooperativismo, llevana pensar que el sector no pue-de esperar mayor soporte niayuda por parte del Estado,que la de promover una legis-lación flexible y la conserva-ción de un mercado neutral.Lentamente se ha avanzado enlo primero (lo normativo) yes discutible que se logre losegundo (la neutralidad delmercado).

En la actualidad el único or-ganismo que desde el gobier-no mueve el discurso coope-rativo es el Departamento de

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Cooperativas del Ministeriode Economía. Esta instancia,además de su actividad rutina-ria de fiscalización, ha efec-tuado un arduo trabajo en nor-malizar la información delsector y gestionar la recienteLey General de Cooperativas.

c) Las universidades y centrosde investigación

En la década de los años1960 y 1970 las principalesuniversidades del país teníanprogramas académicos y do-centes sobre cooperativas,los cuales desaparecierondurante el régimen militar.Actualmente, dejando de ladoal ICECOOP14 , existe solo unreferente de carácter univer-sitario interesado por el tema:el Programa Interdisciplinariode Estudios Asociativos (PRO-ASOCIA, ex PROCOOP) de laFacultad de Ciencias Socialesde la Universidad de Chile.Este programa definió su Mi-sión como: “Generar serviciosde excelencia en las áreas depromoción, asistencia técnica,investigación y formación cony para las organizacionesasociativas, entendiendo comotales a las corporaciones, fun-daciones, cooperativas, sindi-catos, asociaciones gremiales,organizaciones comunitarias,mutuales y otras”15.

d) Los organismos extranjeros

Existen algunas institucionesinternacionales que se rela-cionan puntualmente con ac-tores del mundo cooperativochileno. Pero así como lafragmentación es una caracte-rística del sector, también loson los espacios de relaciónque se tienen con otras orga-nizaciones extranjeras.

En un movimiento cooperati-vo donde la intercooperaciónes relevante, sería de esperaruna afiliación significativa a laACI Américas. Sin embargo,sólo dos cooperativas chile-nas –la ISAPRE PROMEPARTy la Cooperativa de Ahorro yCrédito COOPEUCH- sonmiembros de ésta entidad.

Lo mismo sucede con los cen-tros de estudio e investiga-ción. Por ejemplo, la Asocia-ción Internacional de DerechoCooperativo, que cuenta conrepresentación de gran partede los países latinoamerica-nos, no registra miembros deChile. Asimismo la participa-ción de chilenos en congresoscooperativos –Río 2000 yotros- y en publicaciones in-ternacionales de corte coope-rativo –Coopnet al Día, porejemplo-, son escasas y espo-rádicas.

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3.3 Presentación de lasintomatologíaorganizacional

Como antes se mencionó, elsector cooperativo se ha vis-to obligado a adaptarse a lascondiciones económicas he-redadas del régimen militar.Esta situación queda clara-mente testimoniada en la si-guiente frase, que rescata-mos del último libro edita-do por la Confederación deCooperat ivas de Chi le(CONFECOOP): “a futuro,se puede plantear un solo es-cenario en el cual tendrá quemoverse y transitar el Mo-vimiento Cooperativo: el es-cenario de la competencia enel mercado en base a sus pro-pias capacidades. Frente aeste escenario, las coopera-tivas pueden tomar diversoscaminos, ninguno de los cua-les al corto, mediano, ni lar-go plazo permitirá cambiarel escenario”16 .

En este contexto se produ-cen variados conflictos queafectan tanto las relacionesal interior del movimientocooperativo (el SCP), comolas de éste con su entorno (elSSP). Entre los conflictosmás relevantes, podemosmencionar:

a) Un conflicto valórico: va-lores cooperativos v/sneoliberalismo

Si bien la legislación chilenano circunscribe a las coope-rativas dentro de un marcovalórico, sí lo hacen los ór-ganos representantes del mo-vimiento, como la CONFE-COOP, FECRECOOP y otros.Ellos suscriben a la Declara-ción de Principios instituidapor la ACI que establece losvalores de autoayuda, autores-ponsabilidad, democracia,igualdad, equidad y solidari-dad. Obviamente la visión yactitud individualista delneoliberalismo, reducida alámbito del “yo y de lo mío”,se contrapone a los valores desolidaridad, de participacióndemocrática y de coopera-ción, exaltadas desde el coo-perativismo.

Además, el neoliberalismopromulga la propiedad priva-da sobre la propiedad públicao comunitaria, la preeminen-cia del capital sobre el traba-jo, al empresario sobre elemprendizaje, la competitivi-dad sobre la cooperación y elcrecimiento sobre el desarro-llo, considerando al movi-miento cooperativo, y su mar-co valórico, como marginal,ingenuo y atrasado.

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b) Indiferencia política y nor-mativa

Como se indicó precedente-mente, las políticas de los úl-timos gobiernos no han mos-trado intenciones de variarsustancialmente la líneaneoliberal. El único compro-miso adquirido es el de pro-mover una legislación que eli-mine las limitaciones y obs-táculos de orden legal, regla-mentario y administrativo queperturben el desarrollo de lascooperativas.

La ley recientemente aproba-da, Ley Nº 19.832, es bastan-te liberal y flexibiliza una se-rie de barreras burocráticas

que dificultaban la creación yfuncionamiento de las coope-rativas. No obstante podemosseñalar que, si bien ha existi-do voluntad aparente por par-te del gobierno de permitir alcooperativismo chileno adap-tarse a los nuevos tiempos, nose observa esta preocupacióncomo prioritaria.

c) El nuevo socio cooperativo

La estigmatización que se hahecho de las cooperativas(como entidades politizadas,atrasadas e ineficientes) su-mada al sentir utilitario-co-mercial de las instituciones -promovida desde el neolibe-ralismo- ha dado origen a un

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nuevo socio cooperativo, es-pecialmente en las esferasdel ahorro y crédito, y el dela vivienda. Este “nuevo so-cio”, antepone su propio be-neficio por sobre la partici-pación y la cooperación. Estoqueda testimoniado en el tra-bajo “Dilema cultural en lasempresas cooperativas”, lle-vado a cabo por el ICECOOP.Allí se expresan los siguien-tes juicios sobre los socios,emitidos por algunas coope-rativas:

“Hemos comprobado que en-tre el 60% y 70% de nuestrossocios, se han incorporadosólo porque necesitan obte-ner un crédito y no porque lesinteresa participar”17 . “Lagente viene por necesidad, noporque lo incentive o motiveel movimiento cooperativo.Se incorpora porque le inte-resa satisfacer de inmediatosu requerimiento de créditoy encuentra en la cooperati-va una mejor alternativa”18.

d) La obligación de adaptar-se al mercado.

Cada vez hay mayor concien-cia en el mundo cooperativochileno, especialmente en elde vivienda y el de ahorro ycrédito, sobre la necesidadde reorientarse cultural-

mente y cambiar el enfoqueque se tiene acerca del mer-cado. Respecto a la necesi-dad de este reexamen cultu-ral el ICECOOP reflexionadel siguiente modo: “Consi-deramos que la viabilidad fu-tura de las empresas y delmovimiento cooperativo exi-ge superar una visión erradade las exigencias del presen-te –originada en una interpre-tación rígida de los principiosculturales cooperativos tradi-cionales- y adaptarse al cam-bio. Esta readecuación es ur-gente, pues a medida quetranscurra el tiempo será másdifícil porque el segmentosocial que atendían las coo-perativas también es servidopor entidades comercia-les”19 .

Si bien en el ambiente coope-rativo se comprende la nece-sidad de adaptarse al merca-do en un contexto de compe-tencia, no es claro cómo lle-varlo a cabo. El modo de tran-sitar desde prácticas empre-sariales centradas enautosatisfacer a una comuni-dad determinada, a otras quepermitan con eficiencia yefectividad extenderse a unmercado competitivo, es aúnun tema sin resolver para elgrueso del movimiento co-operativo chileno.

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e) El individualismoinstitucional

El cooperativismo, abandona-do por el Estado, al ver susvalores y principios cuestio-nados asumió una actitud deautodefensa, buscando el jue-go individual para sobreviviren un espacio hostil. Esto tra-jo como consecuencia unaacti tud egoísta y a vecescompetitiva, rehuyendo losespacios de intercooperacióny produciéndose el “indivi-dualismo institucional”: “Lascooperativas empiezan apercibirse entre sí como em-presas competidoras, al cons-tatar que al compartir un mis-mo sector industrial compi-ten por un público idénti-co”20 .

Conclusión

A la luz de los antecedentesplanteados se puede afirmarque el cooperativismo chile-no enfrenta los siguientesproblemas y desafíos:

• Problemas de identidad entanto que no puede ser uncooperativismo protegidodesde las instituciones,sino que debe ser indepen-diente y autosuficiente.Además, no puede sobrevi-vir si se mantiene cerrado

al entorno, debe aceptar yasentar su posición en unmundo abierto, globalizadoy de mercado. Todo estososteniendo los valores co-operativos -adecuadamenteadaptados- y ajustándose alas restricciones que la le-gislación le impone. Sobreestas bases debe reformu-larse la “nueva identidad”cooperativa.

• Problemas estructuralesque se expresan del si-guiente modo:

a) El sector no ha demostra-do una capacidad de adap-tación con su ambiente ala medida de las circuns-tancias.

b) Se encuentra desarticula-do y disperso, le falta co-hesión. Con algunas ex-cepciones los subsectoreshan perdido sinergias. Lasentidades federativas sonescasas y no cuentan conel apoyo de los subsec-tores. En este sentido esurgente generar nuevasinstancias de representa-ción que pongan en prác-tica el principio de co-operación entre coopera-tivas y reconozcan en elun factor clave para lasobrevivencia y desarro-llo del sector.

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c) Falta presencia global anteel medio y mecanismoshomeostáticos internosque apoyen la articula-ción conjunta del sectorcooperativo chileno.

• El sector debe enfrentar ygenerar capacidad de res-puesta a temas importantesdel Chile de hoy, talescomo la superación de lapobreza, el desarrollo re-gional y el desarrollo deiniciativas enfocadas a gru-pos de mayor vulnerabili-

dad económico-social, en-tre otros.

• A modo de pre-diagnósti-co, podemos señalar que elsector cooperativo chile-no es un organismo enfer-mo, pero aún vivo y conpotencialidades para apor-tar al desarrollo del país.El desafío se encuentra enintervenirlo, o más bien enautointervenirse, de modotal de reforzar su orgánicay orientar su identidadorganizacional.

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* Web de la Alianza Cooperativa Internacional, www.alianzaaci.or.cr .

* Web Instituto Nacional de Estadísticas, http://www.ine.cl.

* Web Ministerio de Economía, http://www.minecon.cl

* Web: http://rehue.csociales.uchile.cl/procoop/

Notas

1 Actualizado a octubre de 2002 en “Situación Actual del Cooperativismoen Chile”. Programa Interdisciplinario de Estudios Asociativos Pro-Aso-cia Universidad de Chile, marzo 2003.

2 Se entenderá por viable, a la capacidad de un sistema de mantener unaexistencia separada, en un mundo o entorno cambiante.

3 “... La investigación-acción requiere el involucramiento en una situaciónproblema y una prontitud para usar la experiencia misma como objeto deinvestigación a partir de la cual, mediante la reflexión consciente, se pue-den obtener lecciones” (P. Checkland, J Scholes, “La Metodología de losSistemas Suaves de Acción”, MEGABYTE, 1994, pág. 32).

4 Checkland P., Scholes J., La metodología de los sistemas suaves de ac-ción, MEGABYTE, 1994.

5 Como sistemas de actividad humana, entenderemos al modelo creado pararepresentar el quehacer de una persona o grupo de personas.

6 R. Rodríguez Ulloa, “La sistémica, los sistemas blandos y los sistemas deinformación”, Universidad del Pacífico, 1994, pág. 78.

7 Ibídem, págs. 78 y 79.8 “Yo diría que se hace llamar movimiento cooperativo, pero realmente no

hay una acción conjunta, o estrategia de todas las cooperativas en undeterminado sentido. Ni siquiera en los temas más básicos. Existe unagran heterogeneidad y una gran diversidad del sector cooperativo”. Car-los Rubio, Jefe del Departamento de Cooperativas del Ministerio de Eco-nomía, en entrevista de Radio Universidad de Chile, publicado en la web:http://rehue.csociales.uchile.cl/procoop/042.htm.

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9 El plantear una metáfora para explicar la conformación de los SCP y SSP,está inspirado en el trabajo de Gareth Morgan en su libro “Imagin-i-zación”.Gránica, 1999.

10 “La metáfora organicista es la más prominente en la propuesta de VonBertalanffy. Ya hemos mencionado que en un organismo sus órganos noson piñones conectados entre sí causalmente. Ellos parecen coordinarsearmónicamente para el bien del todo que los contiene. Ellos presentan uncomportamiento teleológico (es decir, guiado o dirigido por un fin) que semanifiesta en sus procesos de adaptación a condiciones cambiantes en unmedio ambiente, a través de mecanismos de autorregulación (también lla-mados mecanismos homeostáticos). Un organismo vivo exhibeequifinalidad (Ashby, 1958), es decir, puede alcanzar sus metas funciona-les desde distintos estados iniciales. La posición que cada órgano ocupacon respecto a los demás, y las funciones que cumplen en sus posicionesrespectivas para el mantenimiento de la unidad del organismo, son tam-bién importantes. Todas estas características diferencian un organismo deuna máquina. Ahora bien, cuando esta metáfora se aplica al universo comoun todo, entonces el hombre y el sentido de su existencia se van revelan-do como el de pertenencia a un gran todo viviente, al que armónicamentenos integramos”. Andrade, Dyner, Espinosa, López Garay y Sotaquirá “Pen-samiento Sistémico: Diversidad en búsqueda de unidad”, Ediciones Uni-versidad Industrial de Santander, Colombia, 2001.

11 Artículo 1º, del Texto Refundido y Actualizado de la Ley Nº 19.832, “LeyGeneral de Cooperativas”.

12 Carlos Rubio, Ex Jefe del Departamento de Cooperativas, en programa“Porque a Usted le interesa”, de Radio Universidad de Chile, 29 /3/2001publicado en la web: http://rehue.csociales.uchile.cl/procoop/042.htm.

13 Artículo 122º, º, del Texto Refundido y Actualizado de la LEY NUM. 19.832,“Ley General de Cooperativas”.

14 El ICECOOP, es una sociedad auxiliar que desde el interior del movimientocooperativo promueve la educación y la consultoría cooperativa.

15 PRO-ASOCIA, web: rehue.csociales.uchile.cl/procoop/16 El Sector Cooperativo Chileno, tradición, experiencia y proyecciones,

CONFECOOP, 1998, pág. 33.17 ICECOOP, “Dilema cultural en las empresas cooperativas”, ICECOOP, 1994,

pág. 40.18 Ibídem.19 ICECOOP, “Dilema cultural en las empresas cooperativas”, ICECOOP, 1994,

pág. 42.20 Ibídem, pág. 41.

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Intercooperación y desarrollorural: análisis de unaexperiencia venezolanapor Madeleine Richer*

* Master en Historia, ProfesoraTitular de la Facultad de CienciasEconómicas y Sociales de la Uni-versidad del Zulia, Maracaibo, Ve-nezuela.

Introducción

La Central Cooperativa deServicios Sociales del EstadoLara (CECOSESOLA) agru-pa cooperativas y asociacio-nes urbanas de consumidoresy cooperativas de productoresagrícolas. En sus 36 años deexistencia, se ha convertidoen una importante organiza-ción económica, el principalactor en su región en el cam-po de los servicios funerariosy de la distribución de alimen-tos. Esta organización ha ge-nerado importantes innova-ciones en el plano de la orga-nización de las actividadeseconómicas, de la organiza-ción del trabajo, de la gestión,de la toma de decisiones y enla producción de formas in-éditas de cooperación entre

múltiples actores. Luego deuna breve presentación de suproceso de emergencia y desus actividades, se analizan lasprincipales innovaciones pre-sentes en esta organización.

Breve presentación de laorganización

La Central de Servicios Socia-les del Estado Lara(CECOSESOLA) fue creadaa finales de la década 1960con el objetivo de organizarun servicio funerario para lasdiez cooperativas existentespara ese momento en la ciu-dad de Barquisimeto, capitaldel Estado Lara, en la regióncentro-occidental de Vene-zuela. Eran cooperativas deahorro y crédito y de consu-mo, creadas en los años sesen-ta en barrios populares porsectores de la Iglesia católi-ca, en particular por jesuitasdel Centro Gumilla de

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Barquisimeto, un centro deeducación de adultos muy ac-tivo en la promoción del coo-perativismo en los sectorespopulares.

El servicio funerario se orga-nizó como una mutual: me-diante un módico aporte se-manal. El socio y hasta ochomiembros de su familia teníanacceso a un seguro que cubríalos gastos funerarios en casode deceso. Para ello,CECOSESOLA adquirió vehí-culos y capillas funerarios yluego una fábrica de urnas.Hoy estos servicios han alcan-zado dimensiones importan-tes: existen 33 cooperativas ygrupos comunitarios integra-dos a los servicios funerarios,lo que representa más de22.000 contratos.

Luego, a mediados de la dé-cada 1970, ante la problemá-tica del transporte colectivoen la ciudad de Barquisimeto(incremento de las tarifas,mala calidad del servicioprestado por una multitud depequeñas empresas) y la po-sibilidad de obtener recursosdel Fondo de Desarrollo Co-operativo creado por el Esta-do con los recursos extraor-dinarios provenientes del au-mento de los precios del pe-tróleo a partir de 1973,

CECOSESOLA tomó la ini-ciativa de organizar un servi-cio de transporte colectivo.Con más de 130 autobuses, elServicio de Transporte Co-operativo llegó a operar lacasi totalidad del transportecolectivo de la ciudad deBarquisimeto durante pocomás de un año. La experien-cia terminó por fracasar de-bido a diversos factores. Poruna parte existía una políticade tarifas bajas que no cubríanlos costos del servicio com-binada con una estrategia delucha junto con los sectorespopulares por un subsidio pú-blico al transporte colectivourbano y por otra una luchacontra la empresa cooperati-va de transporte llevada a cabopor la asociación de empre-sarios del transporte y tam-bién divisiones internas enCECOSESOLA con respectoa la estrategia a adoptar.

Con el fracaso del proyecto detransporte cooperativo,CECOSESOLA había sufridoconsiderables pérdidas eco-nómicas. La mayor parte delos autobuses habían sido em-bargados por el ente finan-ciador, y un centenar de tra-bajadores del transporte que-daron desempleados. Es eneste contexto que surgió elproyecto de las Ferias de

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Consumo Familiar, que con-sistía en distribuir, a través dela red de cooperativas y aso-ciaciones comunitarias de laciudad, productos agrícolasobtenidos directamente delos productores. Para ello seutilizaron los autobuses quequedaron de la experienciadel transporte.

Las ferias de consumofamiliar

Esta actividad, que movilizóuna considerable participa-ción de voluntarios, miem-bros de cooperativas y asocia-ciones, se convirtió con eltiempo en una importante em-presa económica. Para losproductores agrícolas, los ba-jos precios que recibían delos intermediarios hacíanatractiva la participación enesta iniciativa cooperativa.Entre 1984 y 2002, el volu-men de hortalizas y frutascomercializado semanalmen-te en las ferias pasó de 3 a450 toneladas. La incorpora-ción de una amplia gama devíveres, que completaba laoferta de frutas y hortalizas,hizo que las ferias se convir-tieran en la primera empresadel sector de la distribución dealimentos en el Estado Lara,con ventas anuales que alcan-zan los 20 millones de dólares.

Aunque siguen funcionandonumerosos puntos de venta encooperativas y asociaciones,el mayor volumen de produc-tos se distribuye ahora en tresgrandes ferias instaladas enlocales propios deCECOSESOLA, ubicados enel oeste, centro y este de laciudad.

El Programa de Ferias tieneun impacto importante desdeel punto de vista del empleo:emplea unos 370 trabajadoresfijos, además de un númeroimportante de voluntarios,miembros de las organizacio-nes que forman parte deCECOSESOLA.

Las FCF no han imitado elmodelo dominante de los su-permercados que implica con-siderables inversiones eninfraestructuras y en la pre-sentación de los productos.Más bien han adoptado unmodelo de distribución quepermite mantener bajos loscostos de distribución: ventaen galpones abiertos, sin aireacondicionado, concentraciónde las ventas en los tres últi-mos días de la semana, fija-ción de un precio único porkilo, llamado “precio ponde-rado” para la mayor parte delas hortalizas y frutas. El enor-me crecimiento de las ventas

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de las FCF demuestra que estemodelo de distribución seadapta a las necesidades desus clientes, que forman par-te de las clases populares y dela clase media, cuyo poderadquisitivo ha venido redu-ciéndose de manera importan-te a partir de la segunda mitadde la década de 1980.

Existe una planificación con-junta de la oferta por parte delas diferentes organizaciones,de productores y de consumi-dores, que participan en lasFerias. Esta planificación selleva a cabo en reuniones enlas que participan representa-ciones de las organizacionesinvolucradas. A partir de lascaracterísticas de la demandase establecen las cantidades aproducir, su distribución en eltiempo, y se asignan a las or-ganizaciones de productorescupos de producción para cadarubro.

A diferencia del mercado,donde lo precios de los pro-ductos hortofrutícolas cono-cen importantes fluctuacionesen función de la oferta y lademanda, en las FCF los pre-cios pagados a los producto-res son fijados a partir de loscostos de producción que sedefinen en reuniones trimes-trales en las que participan las

organizaciones de producto-res y CECOSESOLA.

El desarrollo de las ferias im-pulsó la formación de coope-rativas de productores agríco-las. Mientras en los inicios delas Ferias sólo existía unacooperativa agrícola en la re-gión, en la actualidad partici-pan en las Ferias 20 coopera-tivas agrícolas que agrupanunos 400 productores. LasFerias han impulsado tambiénel desarrollo de empresas co-lectivas de procesamiento dealimentos en aldeas rurales(panes, pastas integrales, ce-reales, salsas de tomates ymermeladas, harinas y condi-mentos, miel, etc.). Estas pe-queñas empresas llamadasUnidades de Producción Co-munitaria, generan fuentes detrabajo e ingresos en el cam-po, en particular para las mu-jeres. Han conocido un im-portante proceso de capitali-zación y crecimiento y con-tribuyen a la formación de loque el historiador francésFernand Braudel llamaba elprimer piso del desarrolloeconómico, fundamento in-dispensable para un desarro-llo a mayor escala.

En años recientes, CECOSE-SOLA ha venido impulsandola producción orgánica en las

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organizaciones de productoresparticipantes en las ferias. EnVenezuela, la producción dehortalizas utiliza excesivascantidades de pesticidas yotros insumos químicos tóxi-cos, productos que durantemucho tiempo fueron subsi-diados por el Estado, Además,los productores rurales, cuyonivel educativo es en generalmuy bajo, no se han beneficia-do de asistencia técnica paraun manejo adecuado de estosproductos tóxicos. En estepaís aún no existe la certifi-cación biológica por lo que laventa de productos biológicosen las FCF constituye una ini-ciativa pionera y una contri-bución importante al desarro-llo de una agricultura susten-table en la región.

Los fondos de apoyo mutuo

El financiamiento constituyeuna necesidad importante delos pequeños productores queno tienen acceso al créditobancario. En Venezuela, losprogramas públicos definanciamiento a los produc-tores agrícolas han estado vin-culados a la coyuntura petro-lera y política y se han carac-terizado por su carácter irre-gular. Así, en los años setentay ochenta, el Instituto de Cré-dito Agropecuario (ICAP) fue

una fuente de crédito para lospequeños productores, pero elclientelismo y la corrupciónllevaron a una alta morosidady a la desaparición de esteinstituto. A partir de finalesde la década 1980, con la po-lítica de ajuste estructural, secomenzó a reestructurar elcomplejo aparato de interven-ción gubernamental que sehabía construido durante másde 50 años de políticas agrí-colas respaldadas por el in-greso petrolero. Entre otrasmedidas, se inició un proce-so de eliminación de los sub-sidios a los insumos y a loscréditos, produciéndose unadisminución significativa delgasto público agrícola(Gutierrez, 1997; Llambí yArias, 1997).

En este contexto, CECOSE-SOLA se convierte en una al-ternativa de financiamientofundamental para los gruposparticipantes en las Ferias, alcrear en 1995 el Fondo deApoyo Mutuo, un fondo definanciamiento que se alimen-ta de diversos aportes vincu-lados a la actividad de las Fe-rias: un descuento del 1% delvalor de las ventas de los gru-pos de productores aCECOSEOSOLA y un recar-go de 0,25% en el valor delas compras por parte de las

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organizaciones de consumi-dores. Otra fuente de recur-sos del Fondo de Apoyo Mu-tuo es un porcentaje, decidi-do en asamblea general, de losexcedentes de las Ferias.

Los beneficiarios de los prés-tamos son los grupos queparticipan en las Ferias; prin-cipalmente los grupos de pro-ductores agropecuarios y laspequeñas empresas colectivasde transformación (UPC),pero también las cooperativasy asociaciones que participanen la distribución; en total su-man 55 grupos. El importantenivel de capitalización del fon-do permite otorgar préstamosde montos elevados y con pla-zos largos, por ejemplo, parala adquisición de tierras, querepresenta una necesidad im-portante de los pequeños pro-ductores agrícolas.

Mientras en los inicios delfondo la tasa de interés era lamisma para todos los crédi-tos, a partir de 1998 CECO-SESOLA impulsa las inversio-nes colectivas, al fijar una tasade interés preferencial paraestos créditos. En general, lastasas de interés y los plazoshan ido flexibilizándose, enfunción del uso del crédito yde la situación de los solici-tantes. Así, las tasas de inte-

rés varían del 1 al 18 %, y elplazo de un mes a 10 años.Recientemente, a los crite-rios económicos y sociales sehan sumado criterios ecoló-gicos. Por ejemplo, se fijanintereses más bajos para la ad-quisición de tierras destinadasa la producción biológica.

CECOSESOLA ha impulsadola creación de un fondo decrédito rotatorio en cada or-ganización participante en lasFerias. Varias cooperativashan establecido la obligaciónpara los socios de ahorrar unporcentaje del valor de susventas mensuales. Este ahorroles permite beneficiarse depequeños créditos a tasas deinterés bajas, para atender ne-cesidades personales o de laexplotación agrícola.

El Fondo Integrado deSalud y el CentroCooperativo de Salud

Desde los inicios de las Fe-rias, en los años ochenta, lostrabajadores de CECOSE-SOLA y los miembros de al-gunas cooperativas participan-tes en las Ferias empezaron acrear “fondos de salud” paracubrir necesidades que noeran cubiertas por las insti-tuciones públicas de salud.Estos fondos se alimentan

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de aportes semanales de losindividuos que participan1 , yen algunos casos estos secomplementan con los bene-ficios de actividades especia-les. Las decisiones relativas alas ayudas otorgadas (cober-tura parcial del costo de trata-mientos, etc.) se toman enasambleas generales de miem-bros de los fondos.

Hoy existen 13 fondos de sa-lud locales, creados entre losgrupos de trabajadores deCECOSESOLA y en algunascooperativas de base. Desde1994, estos fondos localescontribuyen a un Fondo Inte-grado de Salud, instancia crea-da por CECOSESOLA paraenfrentar problemas de saludque requieren de gastos másconsiderables. Posteriormen-te, la calidad deficiente de laatención en los ambulatoriospúblicos, así como los altosprecios de la medicina priva-da, llevaron a la decisión decrear centros de salud propios,que permitan contar con unaatención médica oportuna y debuena calidad. También existíael interés de varios socios portener acceso a terapias alter-nativas no disponibles en ins-tituciones públicas de salud.

Una de las principales coo-perativas de la ciudad, la

Cooperativa de Ahorro y Cré-dito El Triunfo, con unos cua-tro mil miembros, construyócon recursos propios y apor-tes de los Fondos deCECOSESOLA (Fondo Inte-grado de Salud, Fondo deFinanciamiento) un CentroCooperativo de Salud (CCS),que empezó a funcionar enjulio de 1999 ( Richer, 2002).El CCS tiene 42 trabajado-res incluyendo médicos, en-fermeras, personal adminis-trativo y obrero. La gestióntiene un carácter participativo,como en las otras actividadesde CECOSESOLA. Las deci-siones se toman en reunionessemanales abiertas en las queparticipan los médicos y tra-bajadores del CCS junto conrepresentantes de los usuariosy delegados de los fondos desalud de las ferias de CECO-SESOLA. Se busca transfor-mar la relación médico-pa-ciente y abrir un espacio dediálogo entre ciudadanos yprofesionales de la salud en unsector de actividad donde tra-dicionalmente el médico ocu-pa una posición dominante. Enlas actividades del CCS ocu-pan un lugar importante las ac-tividades de formación paralos miembros y trabajadores.Para ofrecer una gama máscompleta de servicios de sa-lud, CECOSESOLA adquirió

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recientemente un terreno paraconstruir un hospital coope-rativo.

Innovaciones en lagestión: la gestiónparticipativa

A diferencia de la estructuraque es habitual en las coope-rativas, formada por la Asam-blea General de socios y elConsejo de Administraciónpor un lado (estructura de aso-ciación) y la gerencia y el per-sonal asalariado por otro lado(estructura de empresa), re-presentadas en el cuadriláte-ro de Henri Desroche, enCECOSESOLA, el personalasalariado es miembro de laorganización al igual que losrepresentantes de las organi-zaciones afiliadas a esta cen-tral de segundo grado. Poresta razón no existe la duali-dad miembros-trabajadores y,

en consecuencia, CECOSE-SOLA agrupa varios tipos demiembros.

En lugar de una Asamblea Ge-neral anual de miembros, losestatutos establecen un míni-mo de cuatro asambleas gene-rales anuales. No se elige unconsejo de administración enel que la asamblea delega supoder, sino un “equipo para larepresentación”, formado portres asociados que ejercen larepresentación legal de la or-ganización por un período deun año.

La organización está dividi-da en instancias creadas apartir de las actividades rea-lizadas, y en ellas las deci-siones se toman en reunio-nes abiertas a todos los par-ticipantes. Las instancias sedefinen como:

“el conjunto de asociados

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que dentro del proceso deCECOSESOLA realizanactividades de coordina-ción, reflexión, educación,culturales, sociales, técni-cas o económicas, tanto deproducción como de obten-ción de bienes o serviciosde manera permanente ycompartiendo las respon-sabilidades que se derivande su actuación y que sereúnen periódicamente aobjeto de evaluar su des-empeño, los compromisosasumidos y promover ladisciplina colectiva. [...]Según la dinámica de cadainstancia, éstas podránconstituir espacios descen-tralizados que faciliten laparticipación (Estatutos de2002, art. 12).

En la actualidad, las instanciasque integran CECOSESOLAson: Producción y Abasteci-miento, responsable de la or-ganización de las Ferias, Ser-vicios sociales, que agrupalos servicios funerarios y losservicios de salud, ApoyoMutuo, que comprende losFondos de Financiamiento yde Apoyo Mutuo, la EscuelaCooperativa, responsable dela educación y de las relacio-nes públicas y una nueva ins-tancia creada en 1999 llama-da “Otros bienes y servicios”,

cuya función es la compra alpor mayor de equipos electro-domésticos destinados a losmiembros de las asociacionesafiliadas a CECOSESOLA.

Uno de los aspectos centralesde la gestión participativa esla realización de reunionesfrecuentes, para la evaluación,la planificación y la coordina-ción. “Uno de los elementosmás importantes es la cons-trucción de criterios colecti-vos y de un sentido de perte-nencia que nos va permitien-do ser una organización inte-grada que funciona con unadisciplina colectiva construi-da en el consenso” (Informede la Instancia de Produccióny Abastecimiento de CECO-SESOLA. 2001-2002).

Además de las reuniones se-manales que se realizan encada instancia o área de tra-bajo, y de las asambleas ge-nerales reglamentarias, secrean, según las necesidadesque van emergiendo, múltiplesinstancias de encuentro perió-dico entre los diferentes com-ponentes de la organización.

Las innovaciones en laorganización del trabajo

El artículo 24 de los estatutosde CECOSESOLA establece

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que “el trabajo es asociado,independientemente de su mo-dalidad [...], y se realizará concriterios colectivos, sobre unabase de equidad, desdibujandola jerarquía, sin cargos, en for-ma rotativa y con evaluacionespermanentes”. La rotación delas tareas y el trabajo en equi-po genera un proceso deaprendizaje permanente entrelos trabajadores que pone cotoa las relaciones de dependen-cia, crea una visión global dela organización entre sus inte-grantes, y hace del trabajo unaexperiencia variada e intere-sante. Si bien existen tareasmás especializadas y difícilesde rotar, se intenta que cadamiembro de la organizaciónaprenda y que miembros conmayor calificación realicentambién algunas tareas de me-nor calificación.

Los objetivos de laorganización: el sentidodel desarrollo

En varios textos, CECOSE-SOLA afirma que más allá delas actividades económicasque benefician a los socios ya la comunidad en general,existe un objetivo central queconsiste en “un proceso decambio personal, de lo indi-vidualista a lo colectivo, de lapasividad a la participación

activa, la creatividad y el com-promiso social” (CECOSE-SOLA, 1990). En los nuevosestatutos de 2002, se reafir-ma el objetivo de “consolidarfuerzas sociales que generenprocesos de transformacióncomunitaria, económica, cul-tural y social” (art. 2).

Se rechaza la definición deser humano como homo eco-nomicus y se afirma que lasnecesidades de participación,entendimiento, identidad, sonnecesidades humanas funda-mentales que deben ser toma-das en cuenta. Este plantea-miento se materializa en elfuncionamiento de la organi-zación, tanto a nivel de la par-ticipación en la toma de deci-siones como en la realizacióndel trabajo y en las activida-des de formación. La forma-ción ocupa un lugar central, entérminos de mejoramiento delas competencias técnicas, lascapacidades de cooperaciónen los procesos de trabajo, decomprensión, análisis, expre-sión y deliberación. CECOSE-SOLA posee una instancia de-dicada específicamente a laeducación, la Escuela Coope-rativa, pero gran parte del pro-ceso educativo se realiza en lapráctica, mediante la organiza-ción colectiva del trabajo y laparticipación en las reuniones.

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Formas inéditas decooperación entrediversos actores

La Central CooperativaCECOSESOLA agrupa nosólo cooperativas sino tam-bién asociaciones civiles, ur-banas y rurales. En la gestiónde las Ferias participan repre-sentantes de los productoresagrícolas y artesanales, de lasasociaciones de consumido-res, y de los trabajadores delas ferias. El desarrollo derelaciones de intercoopera-ción entre diversos tipos deorganizaciones, tanto coope-rativas como asociativas, deproductores y consumidores,así como la incorporación delos trabajadores comomiembros de la organización,representa una importanteinnovación organizacional.Permite alcanzar un equilibrioentre intereses generalmenteopuestos (patronos/emplea-dos, productores/consumido-res) a través de procesos dedeliberación, donde las deci-siones se toman por consen-so. Así los productores rura-les no son simples proveedo-res de las ferias, sino que par-ticipan en su gestión, en lasdecisiones acerca de las cuo-tas de producción, los precios,el destino de los excedentes,así como en la gestión del fon-

do de financiamiento, en lasdecisiones acerca de la atri-bución de los créditos, losmontos, plazos y tasas de in-terés, etc.

El desarrollo de las Ferias haimpulsado la creación y eldesarrollo de cooperativas deproductores agrícolas, pocopresentes en Venezuela. A tra-vés de su fondo de financia-miento, CECOSESOLA con-tribuye de manera importantea la capitalización de estas or-ganizaciones. También juegaun papel fundamental en la ca-pacitación de los productores.

Conclusiones

De acuerdo con estudiososdel cooperativismo (Vienney,1980; Brazda y Schediwy,2001) existe un modelo deevolución de las cooperativas,según el cual una vez supera-da una primera fase de emer-gencia y con el crecimientode sus actividades económi-cas, estas organizaciones co-nocerían transformacionesque implican una pérdida deidentidad, al parecerse cadavez más a otras empresas nocooperativas del mismo sec-tor de actividad, con las cua-les entran en competencia enel mercado. Según Vienney,quien analiza estos procesos

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bajo el ángulo de la relacióndinámica entre la asociaciónde personas y la empresa, lue-go de una fase de emergenciaen la que predomina la dimen-sión asociativa, aparece unaetapa caracterizada por el cre-cimiento económico, en laque predomina la empresa so-bre la asociación y se produ-ce un distanciamiento de laorganización con respecto asus valores y objetivos inicia-les y a sus miembros. Se vaadoptando la racionalidad do-minante en el mundo econó-mico, la de la máxima renta-bilidad económica.

La evolución de CECOSE-SOLA se aparta de este mo-delo dado que el crecimien-to de su tamaño como empre-sa no ha signif icado su“desnaturalización” y sutransformación en una empre-sa tradicional. El crecimien-to económico de CECO-SESOLA y la diversificaciónde sus actividades, en res-puesta a las necesidades desus miembros y de la comu-nidad, se ha visto acompaña-do de la afirmación de unafuerte identidad cooperativa,en particular en la gestiónparticipativa, el carácter de lasrelaciones de trabajo, la im-portancia de la formación y lainformación, la autonomía de

la organización y el desarro-llo de la intercooperación.

Para conservar su caráctercooperativo, CECOSESOLAse ha apoyado en su especifi-cidad cooperativa, es decir enla participación de sus miem-bros en la definición de laoferta de servicios. Tambiénha convertido a sus trabajado-res en miembros de la orga-nización, medida que juntocon la organización participa-tiva del trabajo y de la gestión,contribuye de manera impor-tante a la identificación de lostrabajadores con la organiza-ción y al mantenimiento deun carácter distinto de la or-ganización.

Se puede considerar que unade las innovaciones principa-les que aporta la organizaciónes la sinergia existente entrelas dimensiones económicas,ideológicas, polít icas yorganizativas. Los valores, re-glas y prácticas que participande una visión alternativa de laactividad económica, puestaal servicio de objetivos detransformación social y per-sonal, no han constituido obs-táculos al crecimiento de lasactividades económicas, alcontrario, han contribuido aléxito de los proyectos econó-micos de CECOSESOLA.

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Bibliografía

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* Vienney, C. (1980), Socioéconomie des organisations cooperatives. París,CIEM.

Notas1 El monto de estas cotizaciones es fijado por la asamblea de participantes

en el fondo.

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Globalización y cooperativismo:la dimensión local y comunitariapor José Odelso Schneider*

* Profesor del Programa de Posgra-duación en Ciencias Sociales Apli-cadas de la Universidade do Valedo Rio dos Sinos -UNISINOS-Porto Alegre, Brasil. Línea de in-vestigación en Desarrollo Social,Cooperativismo y Economía Soli-daria. Coordinador de la SerieCooperativismo en la revista se-mestral Perspectiva Económica.E-mail: [email protected]

1. Algunasconsideracionesteórico-doctrinarias

Desde la óptica de algunosautores que analizan el aspec-to social de las cooperativas,Alexander Laidlaw conceptúaa la cooperativa como “ungrupo de personas, grande opequeño, comprometido en laacción conjunta, basado en lademocracia y en el esfuerzopropio, que busca prestar unservicio o concretar un acuer-do económico, socialmentedeseable y provechoso paratodos sus participantes”(Laidlaw, 1981, p. 55). Tene-

mos en esta definición varioselementos que nos permitencaracterizar la cooperativacomo efectiva “empresa ciu-dadana” por su carácter comu-nitario, democrático y real-mente prestador de serviciospara atender las necesidadesde los asociados y de la pro-pia comunidad en general.

Según Bogardus, teórico delcooperativismo norteamerica-no, la finalidad de las coope-rativas no se limita meramen-te a realizar negocios, sino quetrata igualmente de “recrearcomunidades” (Bogardus,1964, p. 77) instaurando nue-vos procesos de ayuda mutuay nuevos métodos de organi-zación y trabajo. En una pers-pectiva universalista, la mu-tualidad mucho puede contri-buir a recrear y fortalecer co-munidades, promoviendo laayuda mutua en aquellas máscarentes y necesitadas de apo-yo, o también, promoviendo la

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cooperación entre cooperati-vas de ramas diferentes, refor-zando y recreando así el senti-do comunitario de las mismas.

Muchas cooperativas se hanconsolidado y expandido,creando inclusive un buenproceso de integración de larama a través de cooperativasde primero, segundo y tercergrado aunque permanecen ce-rradas dentro de la mismarama, asumiendo una cierta“actitud corporativista” en re-lación con otras ramas delcooperativismo y con la pro-pia comunidad. El mutualis-mo, en una perspectiva masuniversalista e incluyente, po-drá contribuir para que talesramas o tipos de cooperativasmás consolidadas pongan suexperiencia y su know how alservicio de más ayuda mutuay unión entre cooperativas deramas diferentes y todavía dé-biles y en fase de consolida-ción. Podrá contribuir tam-bién en un desarrollo más in-cluyente de las comunidadescon las cuales se comprome-ten las cooperativas, promo-viendo tanto la integraciónhorizontal, cuanto la verticaly funcional entre cooperati-vas y la comunidad.

Por eso, la fuerza del movi-miento cooperativo radica en

la integración de los indivi-duos a las asociaciones loca-les, haciendo irradiar la cul-tura de la mutualidad tambiénhacia afuera de la cooperati-va, en dirección a la comuni-dad más amplia. Tal fuerzapuede tornarse cada vez ma-yor en la medida que ocurrela integración a otros órganosy entidades mayores, las quevan ampliando sus horizontesy funciones, pero permane-ciendo sin embargo bajo elcontrol de las asociacioneslocales y de sus asociados in-dividuales. Las cooperativasson formadas por el pueblo quelas crea de abajo hacia arriba.Por eso, según Bogardus, ellaspresentan una firme base de-mocrática, que no existiría sise constituyesen de arriba ha-cia abajo. Tal base democráti-ca, construida de abajo haciaarriba, de lo local hacia lo re-gional y de éste hacia el ám-bito estadual o nacional e in-ternacional no se obtiene deinmediato. Se requiere tiem-po, persistencia y voluntadpolítica, para que algún día serealice en el más amplio yuniversal sentido posible, pa-sando progresivamente a serun sistema económico y so-cial alternativo al capitalismo,aunque no exclusivo, pues to-dos los exclusivismos sonperjudiciales para la sociedad.

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Alicia Drimer, profunda cono-cedora de la doctrina coope-rativa, cuando habla de los be-neficios de las cooperativasnos muestra, a través de unelenco de ventajas, que ellasson entidades de profundo con-tenido humano y social. O sea,si las cooperativas operan ra-zonablemente como coopera-tivas, prestan relevantes servi-cios a los asociados y a la co-munidad local y regional y poreso ellas, ya hace mucho tiem-po, son efectivamente “empre-sas ciudadanas” y de fuerteimpacto en las comunidades. Ylo son, en virtud de su orienta-ción doctrinaria y no solamen-te para adecuarse a los“modismos de la coyuntura”.En esta línea de consideracio-nes, la autora refiere entreotras a ocho ventajas econó-micas y seis ventajas sociales,educativas y morales (Drimer,1981, p. 32-38).

2. Las cooperativas y suvínculo con lacomunidad y el medioambiente

Las ventajas económicas, so-ciales, educativas y moralesque generan las cooperativasprovocan impactos positivosinmediatos sobre la comuni-dad local. Veamos algunos delos beneficios:

2.1.Las cooperativas son or-ganizaciones que existenen primer lugar, en bene-ficio de sus asociados.Debido a la vinculacióncon los asociados, confrecuencia en un espaciogeográfico específico,en general pasan a con-formar estrechos víncu-los con la comunidad lo-cal o regional. Tienen es-pecialmente la responsa-bilidad de asegurar que eldesarrollo económico,social y cultural de suscomunidades sea ecoló-gicamente sostenible.

2.2. Las cooperativas tienenigualmente la responsabi-lidad de trabajar constan-temente por la protec-ción del medio ambientede sus comunidades. Co-rresponde por eso a losasociados decidir en quégrado y de qué maneraespecífica una cooperati-va deberá y podrá efec-tuar sus contribuciones asu comunidad (ACI,1966). En épocas dife-rentes, en especial en lasdécadas de 1960 a 1990,las cooperativas han sidodifusoras de una agricul-tura moderna, mecanizada,a fin de continuar perma-neciendo en un mercado

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fuertemente competiti-vo. Así, estimuladas pormultinacionales de pro-ductos agroquímicos, re-currieron al uso intensi-vo de abonos químicos,altamente perjudiciales ala naturaleza y al hombre,con toda la serie de pes-ticidas, herbicidas, fungi-cidas y organocloradosen general. Tal modelo deproducción constituyóuna creciente agresión almedio ambiente, conta-minando regiones, recur-sos hídricos, animales,pájaros y también perso-nas. El actual séptimoprincipio, que en la breveexplicación adicional a suenunciado tiene presenteel empeño del movimien-to cooperativo en pro deun “desarrollo sosteni-ble”, requiere un análisisen profundidad que per-mita insertar esta orien-tación en las estrategiasde las futuras produccio-nes del sector primario.Esta es una importantedemanda que la comuni-dad plantea al movimien-to cooperativo. ¿Cómoproducir alimentos salu-dables y defender un ac-ceso al agua potable en elcontexto de utilización delas más modernas tecno-

logías, sin producir unimpacto agresivo al me-dio ambiente y las perso-nas? ¿De qué manera lascooperativas comprome-tidas con la generación deuna economía de servi-cios y no motivadas sólopor el interés (lucro),pueden y deben optar cadavez más por una “agro-ecología” y mantener lafuerza de sus valores,principios y normas de-fendiendo la primacía delhombre sobre el capital?En la actualidad, las coo-perativas también se pre-ocupan por la preserva-ción de los recursoshídricos, con un controlpúblico y ciudadano so-bre los mismos, ya que elagua potable es un biencada vez más escaso ycon una demanda cada vezmayor, constituyéndoseen uno de los mayoresdesafíos del siglo XXI.

2.3. La cooperativa no puedeactuar de forma “corpora-tiva” con relación a lacomunidad en la cual sesitúa, cerrándose sobre simisma o aislándose. Envirtud de sus valores yprincipios, de su largahistoria de 170 años deempresa sensible a lo

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social y a lo comunitario,tiene condiciones y pue-de y debe dar su impor-tante contribución para elbienestar, la seguridad, lapaz y el desarrollo soste-nible de la comunidad enla cual se sitúa. La coo-perativa, sus asociados ydirectivos, debido a laapelación del séptimoprincipio de “preocupa-ción para con la comuni-dad”, son convocados hoydía para colocar su expe-riencia y su fuerza al ser-vicio de la comunidad,tornándose un poloirradiador de beneficios yde desarrollo junto a esta.

2.4. La organización coope-rativa es convocada parasumarse a otras organiza-ciones de la sociedad y dela comunidad local,ONGs, asociaciones, sin-dicatos, entidades ecoló-gicas en pro del desarro-llo sostenible y de unadistribución mas justa delos bienes, de los servi-cios y de los ingresos.Las cooperativas y elmovimiento cooperativo,sostenidos en una expe-riencia que desencadenala sinergia de la coopera-ción, deben sumar es-fuerzos con los demás

canales organizados de lasociedad, para lucharcontra la violencia cre-ciente en nuestras ciuda-des, el aumento del tráfi-co y consumo de drogas,el desempleo juvenil, queen 2004 llega a 41% dela población latinoameri-cana de entre 15 y 24años de edad, el hambre,la degradación de la saludy la agresión al medioambiente en nombre de laganancia. El cooperati-vismo puede y debe estarpresente en otros tantosfrentes, donde la comuni-dad como un todo puedesalir ganando y sumandomayor cohesión, más se-guridad, más justicia ybienestar.

2.5.Por esto, como entidadesde carácter comunitario,según Drimer, “la acciónde las cooperativasorientadas hacia la defen-sa de los intereses de susasociados, no debe con-traponerse a los interesesgenerales de la comuni-dad. Las cooperativas nobuscarán beneficios di-rectos solamente para susasociados, sino tambiénventajas directas o indi-rectas para el conjunto dela comunidad/sociedad

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(Drimer, 1981, p. 31). Laafirmación anterior esmás fácil de concretar enel caso de las cooperati-vas de consumo, de aco-pio y de crédito, pues losintereses de los consu-midores y ahorristas serevisten de un caráctermás general. Resulta másproblemática en las de-más ramas del cooperati-vismo pues los producto-res y los trabajadores tie-nen intereses más especí-ficos y susceptibles deentrar en conflicto conlos intereses de los con-sumidores y de losahorristas. Sin embargo,en cualquiera de los ca-sos, las cooperativas de-ben evitar actitudes queimpliquen una contrapo-sición con los interesesgenerales de la comuni-dad y deben buscar con-ciliar sus intereses conlos de esta, no asumien-do actitudes especulati-vas, oportunistas o de ex-plotación.

2.6.Igualmente Paul Lambertentiende que las coopera-tivas están “al mismotiempo al servicio de losasociados y del conjuntode la comunidad”(Lambert, 1975, p. 266).

Por esto, no resulta váli-da la actitud de una coo-perativa que solamentedefiende los intereses degrupos minoritarios deasociados y se niega aconsiderar las conse-cuencias más generalesde determinadas opera-ciones, ni tampoco la deaquellas cooperativas queaprovechan coyunturaseconómicas favorables,de hecho o de derechopara obtener ingresosdesproporcionados parasus asociados, en detri-mento de los intereses dela mayoría de la pobla-ción. Las cooperativassiempre deben trabajarpor el bien de sus asocia-dos, en la medida que noagredan a los intereses dela comunidad en general,pues “tienen el deber debuscar la solución de losproblemas y la protec-ción de los intereses desus asociados, a través deun aumento de la produc-ción general y de una me-jor distribución de losproductos y servicios, re-nunciando deliberada-mente a maniobras espe-culativas, monopolistas ode cualesquiera otros ti-pos de maniobras queatenten contra los intere-

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ses generales de la pobla-ción consumidora”(Drimer, 1981, P. 32).Este tipo de orientación,dada a inicios de la déca-da de 1980, nos permitetener una noción acercadel carácter social y ciu-dadano de las cooperati-vas, ya antes de la actualtendencia que enfatiza yafirma la función social yciudadana de las empre-sas. Las cooperativas lohacen, justamente movi-das por sus valores y prin-cipios y no únicamentellevadas por un “modis-mo” del mercado.

3. Algunos beneficios delas cooperativas en prode las comunidadeslocales

3.1. En pleno auge de la glo-balización, con la apertu-ra indiscriminada de lasfronteras económicas na-cionales al comercio, latecnología y el capital in-ternacional, las econo-mías del Tercer Mundo ylas comunidades de estospaíses verif icaron ladesestructuración y elvaciamiento de sus eco-nomías locales y juntocon ellas, el debil i ta-miento y la deslegitima-

ción de muchos de susliderazgos locales. Lasraíces y los rasgos pro-pios de las culturas loca-les pasaron a debilitarsecada vez más. La globali-zación que presenciamosactualmente torna cadavez más visibles sus con-secuencias positivas ynegativas y sus contras-tes. Por un lado, la glo-balización y los medioselectrónicos de comuni-cación permiten trans-formarnos en una “aldeaglobal” y ampliar veloz-mente el volumen de per-sonas beneficiadas con lainformática. Por otrolado, verif icamos unaconcentración de ingre-sos en pocos gruposcomo nunca se había re-gistrado en el pasado. Seconstata igualmente unaconcentración de propie-dades, de conocimientos,de dominio de la tecno-logía y del poder bélicoen manos de unos pocospaíses desarrollados, enparticular de la potenciahegemónica que es Esta-dos Unidos. En el otroextremo, países y socie-dades cada vez más dis-tantes de los más ricos ypoderosos, con una con-centración de pobreza,

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desempleo, exclusiónsocial, hambre y enfer-medades cada vez másagudas, coexistiendo alnivel global con las másmodernas tecnologías deproducción, de informá-tica y de salud.Como contrapunto a estatendencia, cabe recuperarla identidad de nuestrascomunidades del interiorpara rescatar el potencialperdido y olvidado, po-tencial este que se hamanifestado con los pio-neros que fundaron nues-tras comunidades a lo lar-go del país. ¡Cuantas po-tencialidades podrán serrescatadas y activadas encada comunidad, en cadamunicipio o comuna!¡Cuantos liderazgos loca-les, cuantas fuerzas eco-nómicas, sociales y cul-turales locales, hoy ador-mecidas, en un esfuerzode recuperación de laautoestima podrán desen-cadenar sus potenciales yser nuevamente genera-doras de riquezas y deoportunidades, como fue-ron en el pasado, al actuarde manera protagónicacreando las comunida-des, fijando y consoli-dando las poblaciones lo-cales! Pero las iniciativas

de recuperación de laautoestima local necesi-tan conectarse estrecha-mente en redes de inicia-tivas semejantes, unién-dose estratégica, políticay técnicamente, en unaregión y Estado o Provin-cia para poder adquirirfuerza y escala. Posible-mente los Consejos Re-gionales de Desarrollo(COREDES), las instan-cias locales del Presu-puesto Participativo, lasorganizaciones regiona-les de sindicatos y lascooperativas y otras en-tidades o iniciativas se-mejantes puedan desen-cadenar, incentivar y re-forzar tales redes.¿Por qué rescatar la di-mensión local y comuni-taria? Por la razón que esmucho más en el planolocal que la mayoría delos ciudadanos lleva suvida. En el ámbito locallos ciudadanos tienen susraíces. En el ámbito lo-cal/municipal se desarro-lla la mayor parte de losciclos de vida del ciuda-dano y es a este nivel quenace, crece, se educa, tra-baja y ejerce su profe-sión, ama y constituye sufamilia, vive y usufructúala mayor parte de su vida.

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En el nivel local vive sufamilia, allí tiene su casa,sus amigos, las personasde su mayor estima, etc.

3.2. En esta tarea tan impor-tante y urgente, el coope-rativismo puede realizarun gran aporte y contri-buir al fomento y genera-ción de polos micro re-gionales y locales de de-sarrollo integral (JosephLebret), humano y soste-nible. Ello se debe a quelos socios de una coope-rativa son miembros ac-tivos de aquellas comuni-dades y en ellas hundensus raíces. En la coope-rativa ejercitan la demo-cracia y deciden colecti-vamente sobre los desti-nos del excedente gene-rado por la empresa.Como tales, los asocia-dos priorizan también lareasignación de la mayorparte de los excedentesgenerados por la coope-rativa dentro de la propiacomunidad o región.Podríamos mencionarnumerosos ejemplos deesta influencia positivade las cooperativas ensus regiones aunquecomo ejemplo podemosmencionar el caso delSistema Integrado de

Crédito – SICREDI/RS,que a través de sus 426unidades de atención mu-nicipal/local, en 496 mu-nicipios del Estado deRío Grande do Sul, ofre-ce servicios de crédito uoportunidades de ahorroy préstamo, para quienesjamás tendrían acceso alsistema bancario conven-cional. Atiende a más de60 municipios como úni-co servicio de crédito deestas comunidades. Porotro lado, el cooperati-vismo de crédito en sustres modalidades de cré-dito rural, de economía ycrédito mutuo y de crédi-to médicas, estaba repre-sentado por un total de1.066 cooperativas en di-ciembre de 2002 y pre-senta 2.137 unidades deatención en un país con5.507 municipios. Encaso de que cada unidadde atención correspon-diese a un municipio, loque no siempre sucede,esto representa 38,8%del total de municipiosbrasileños atendidos poreste sistema.

3.3.Aún en lo relativo a lascooperativas de créditoy a las actividades decrédito en general, hubo

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recientemente una deci-sión política que puedemultiplicar el efecto de-mocrático y distributivodel crédito en las peque-ñas comunidades. Se tra-ta de una reciente resolu-ción del Consejo Mone-tario Nacional que permi-te la formación de coope-rativas de crédito de libreasociación, o sea, abier-tas a cualquier persona ysin la exigencia de ningúntipo de vínculo entre loscooperados siendo la úni-ca limitante la delimita-ción de la frontera geo-gráfica. Aunque la medi-da parezca simple, ellapretende ampliar y difun-dir el sistema cooperati-vo de crédito, de formaque se transforme en unaalternativa de hecho a losbancos y entidades finan-cieras privadas, que co-bran un interés excesiva-mente alto sobre suspréstamos.En el sistema cooperati-vo, las tasas que remune-ran los depósitos a plazode los usuarios y las co-bradas en las aplicacio-nes, son en general, defi-nidas por los propios co-operados, en asambleas.En consecuencia, sonmás bajas las tasas de ser-

vicios y con esto, el aso-ciado tiene ventajascomo ahorrista y comoprestamista. Con el per-miso para la creación deentidades abiertas, el go-bierno desea facilitar laformación de cooperati-vas, principalmente encomunidades municipa-les menores, donde la li-mitación legal hoy exis-tente, torna difícil la aso-ciación de un número su-ficiente de trabajadoreso productores para for-mar una cooperativa decrédito. Las comunida-des menores son tambiénlas menos atendidas porel sistema bancario, ypor lo tanto, tienen me-nor acceso al crédito.Como los bancos, lascooperativas tambiénpueden captar depósitos ala vista y a plazo, perosolamente de sus propiosasociados, quienes sontambién los únicos quepueden recibir préstamosde estas entidades. Ac-tualmente, las cooperati-vas rurales también pue-den captar recursos enbancos oficiales paraaplicar en crédito, lo queantes era exclusivo de losbancos. Con esta alternati-va se espera democratizar

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aún más el acceso al cré-dito.Otro objetivo consisteen crear en todo el paíscanales de concesión demicrocrédito, inclusivecontando con la transfe-rencia de recursos de losbancos oficiales a lascooperativas que se po-drán conformar a partirdel nuevo modelo, demodo de aumentar laconcesión de crédito enel país (entre 2003 y2004 este se estima en$3.950 mil millones dereales). Esta alternativaprioriza en especial lossectores más pobres dela población y de la eco-nomía informal. En estecaso el recurso para ca-pital de giro se destinaráa la compra de materialde construcción, etc. abajo interés. Se trabaja-rá básicamente, a travésde micropréstamos, conparcelas individuales deR$200,00 a R$600,00.Un total de 25 millonesde brasileños tendrán asísu primera cuenta banca-ria, con tasas de interésno superiores al 2%mensual. Así, democrati-zar el crédito, resultafundamentalmente unacuestión de ciudadanía.

3.4.Puede citarse también elejemplo de las coopera-tivas de productores rura-les, que como tales ysiendo razonablementeadministradas, son im-portantes generadoras deproducción más califica-da y de ingreso adicionalpara los productores aso-ciados de cada localidady región. Con su asisten-cia técnica y los serviciosde infraestructura, tien-den a obtener una buenaproductividad media porproductor, comparativa-mente superior a aquellade los productores deidéntica categoría pro-ductiva, que no son aso-ciados. Muchas coopera-tivas benefician el pro-ducto, agregando valor almismo y crean mejorescanales de comercializa-ción de la producción.Esto contribuye a generary aumentar el ingreso decada productor y ampliarestos beneficios a mu-chos productores, mejo-rando las condicioneseconómicas y sociales dela comunidad donde viveny trabajan estos asocia-dos productores.Según información delMinisterio de Agricultu-ra e Abastecimiento de

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Brasil, se sabe que sola-mente 5% de las propie-dades rurales brasileñascuentan con infraestruc-tura de acopio, mientrasque en Argentina, esta re-lación llega a 25%. Segu-ramente, la mayor partede los productores rura-les que cuentan con estainfraestructura, lo debena sus cooperativas. Portodo esto, los serviciosque brindan las coopera-tivas contribuyen a me-jorar los ingresos, cuyoexcedente, debido a lasraíces locales de losproductores cooperados,tiende a ser reinvertidoprioritariamente en la lo-calidad o en la regióndonde estos viven y traba-jan.

3.5.Véase igualmente elejemplo de algunos go-biernos municipales, queen su área abrigan la sedede una cooperativa deproductores rurales, o deotras ramas de coopera-tivas y el retorno queellas asignan al municipio(Comuna), bajo la formade impuestos y otros be-neficios, comparativa-mente con otras empresasde la competencia y conlas mismas dimensiones.

Considérese igualmentela importancia de lascooperativas para un in-cremento significativodel ingreso de los asocia-dos, comparativamentecon personas no asocia-das. Por ejemplo los aso-ciados de todas las coo-perativas brasileñas re-presentan solamente3,02% de la poblaciónbrasileña, aunque son res-ponsables del 6% delProducto Interno Netodel país (OCB, 2002).

3.6.Puede mencionarse tam-bién la relevante contri-bución de las cooperati-vas de infraestructura, quea través de las actividadesde electrificación rural yurbana, han construido115.000 Km. de redes deenergía eléctrica, equiva-lentes a 25 veces la ex-tensión del extremo nor-te al extremo sur del país.Sin ellas, muchas comu-nidades del interior ruralprobablemente no habríantenido acceso a la ener-gía eléctrica, condicióninicial básica para desen-cadenar el desarrollo deestas comunidades. Otrofactor que hace a lascooperativas de infraes-tructura contr ibuir al

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desarrollo local y soste-nible, es que a partir de ladécada de 1990, han con-quistado el derecho deconstruir sus propiasplantas de producción deenergía eléctrica, tornán-dose más autónomas ycon una producción deenergía más localizada ydescentralizada a travésde modalidades que to-man en cuenta las exigen-cias de la preservacióndel medio ambiente.(OCB, GETEC, 2002)Por todo esto el coope-rat ivismo, junto conotras iniciativas o enti-dades imbuidas del mis-mo espíritu pionero yautónomo, con la mismapreocupación por el de-sarrollo local sostenible,puede ayudar a construirlos “contrapuntos de laglobalización”, reafir-mando el poder local yregional, como indispen-sable complemento alproceso de la globaliza-ción y como insustitui-ble mecanismo de me-jor distribución del in-greso, de oportunidadesde trabajo, de mejor dis-tribución del poder y delas iniciativas en todaslas otras dimensiones dela vida de una sociedad.

4. El cooperativismo y lasexigencias específicasdel desarrollo local ysostenible

Para asumir su compromisosocial de empresa ciudadanay de importante instancia deconstrucción y consolidaciónde un desarrollo local y sos-tenible, las cooperativas estánen condiciones de contribuiren cuatro niveles diferentesde este desarrollo:

4.1. La primer exigencia im-portante de un desarrollosostenible y local es con-tribuir en pro de un desa-rrollo económico efi-ciente, eficaz y adecuadoa la realidad local y regio-nal. Por su exigencia deser una empresa racional,disciplinada, eficiente yal mismo tiempo transpa-rente ante el marco socialy el público en general, lacooperativa tiene todaslas condiciones para con-tribuir en pro de un taldesarrollo económico.La asociación de perso-nas, al crear una empre-sa, requiere para la mis-ma el uso de los mejoresmedios técnicos y admi-nistrativos para la progre-siva mejora y calidad ensus productos y servicios.

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En general, una coopera-tiva, en virtud del princi-pio de la educación, ca-pacitación e informacióncooperativa, busca asimi-lar e introducir las meto-dologías y técnicas másmodernas para ponerse alnivel de la competencia yde la exigencia de calidadtotal. Invierte en la for-mación y en el reciclajepermanente de sus direc-tivos, asociados, técnicosy empleados.La cooperativa, por seruna empresa bajo controldemocrático de sus aso-ciados, cuando generaexcedentes, tiende a rein-vertirlos en su mayor par-te, en la propia localidaddonde viven y actúan losasociados. Por ello,como antes ya fue men-cionado por Bogardus,las cooperativas, ademásde ser importante mediode distribución social/personal del ingreso, seconstituyen en uno de losprincipales instrumentosde distribución regionaldel ingreso. Pues, la coo-perativa tiene como obje-tivo combinar trabajo,capital, tecnología ygerenciamiento, paraofrecer cada vez más ymejores servicios a sus

asociados que permitansatisfacer a sus necesi-dades. Al hacerlo, lascooperativas promuevenmejores condiciones deingreso y de vida parasus asociados e indirec-tamente, para toda la co-munidad local, y conello, se consti tuye enuno de los mejores me-canismos de distribuciónsocial y regional de losingresos. Consecuente-mente, la mayor parte dela riqueza generada enuna región, retorna a lamisma, gracias a la lógi-ca de funcionamiento delas cooperativas, por laque el asociado partici-pa de los resultados delemprendimiento, al l ídonde vive y trabaja. Eldesarrollo capitalista, alcontrario, además deconcentrar social y re-gionalmente el ingreso yel poder, desestructura,desmoviliza y empobre-ce las economías localesy regionales. Solamentecon decididas y convin-centes políticas públi-cas, apoyadas por la ciu-dadanía organizada yparticipativa, se conse-guirá contrarrestar laimplacable lógica capi-talista.

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4.2. Un segundo requisito deldesarrollo sostenible esla promoción de un desa-rrollo socialmente justoy equitativo. Aunque exis-tan grandes diferenciasnaturales entre las perso-nas, le cabe al hombre noestablecer diferenciaspor simple ganancia oambición de riqueza y depoder, o por motivos decolor, raza, sexo, edad,partido político o reli-gión. El cooperativismoquiere y puede contribuirpara hacer avanzar la ciu-dadanía, en la dimensióneconómica, social, polí-tica y cultural.Por el hecho de ejercer lademocracia en el camposocial y especialmenteeconómico, la cooperati-va puede constituirse enuna de las mejores escue-las de democracia y departicipación. Es la ex-pansión de la ciudadanía/democracia del planomeramente político/elec-toral al campo económi-co y social. La democra-cia liberal representativaque ha verificado grandesavances en los últimos200 años, lo ha manifes-tado solamente en el pla-no político-representati-vo. Ahora le cabe hacer

avanzar la democracia alplano económico y so-cial de las sociedades. Lademocracia social y eco-nómica presenta comogran desafío, lograr que la“igualdad de derechos”se haga sentir tambiénsobre el control de la pro-piedad y sobre el controldel proceso de produc-ción y de distribución delos bienes y servicioseconómicos, sociales yculturales de cada socie-dad. Por último, que semultiplique cada vez másla serie de servicios en elárea de la educación, lasalud, la vivienda y la cul-tura para todos los ciuda-danos y no solamentepara un sector exclusivoy privilegiado de la so-ciedad. Y por otro lado,que los medios dirijan supoder de convicción y deformación de opiniones,no solamente en pro deun simple “bienestar eco-nómico y material”, ago-tándose en un simpleconsumismo de bienes yservicios materiales,como si en la posesión delos mismos consistieratoda la felicidad y reali-zación humanas, sinotambién en los “bieneshumanos, culturales y es-

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pirituales”. Al respectoseñala con mucha pro-piedad el sociólogoUlrich Beck, que “la des-igualdad es el más impor-tante problema “ecológi-co” del planeta y al mis-mo tiempo, el más im-portante problema de de-sarrollo. Igualmente, unanálisis integrado delgénero de población y dealimentación, de la pér-dida de especies vivas yde recursos genéticos,de fuentes de energía,de la industria y de lacolonización humana,muestra que todos estosfactores están en estre-cha relación y no puedenser considerados comosi fueran independientesuno de otro (Beck, 2003,p. 59-60)

4.3.Una tercera exigencia deldesarrollo local y soste-nible es que sea democrá-tico y participativo. Has-ta hace poco tiempo, seactuaba solamente en elplano de la democraciarepresentativa, buscandoconferir a cada ciudadanola igualdad de voto. En elcontexto actual, la movi-lización en pro de la ciu-dadanía ampliada, tam-bién se compromete por

la progresiva instaura-ción de la democraciaeconómica y social. Estacausa puede encontrar enel cooperativismo uno delos mejores aliados paraexpandir y consolidar lademocracia y la partici-pación. El cooperativis-mo podrá contribuir enpro de una mayor distri-bución de riqueza, de po-der, de conocimiento yde dominio de la tecno-logía, en beneficio de uncreciente número de per-sonas aunque a partir deuna efectiva democraciapolítica. El cooperativis-mo, ya desde sus inicios,y de forma audaz y pre-cursora en la propia In-glaterra de entonces, don-de estaba vigente la “de-mocracia censitaria” queconfería el derecho devoto solamente a los ciu-dadanos con determinadonivel de ingresos, supe-riores a la media de in-greso de los ciudadanosingleses de entonces, haconferido a cada coope-rado la igualdad de voto,en la base de “una perso-na, un voto”, norma intro-ducida en la reforma a losestatutos de la cooperati-va pionera en 1845. La“democracia electiva”,

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presente también por mu-cho tiempo en el univer-so cooperativo, ha evolu-cionado desde 1960 haciauna “democracia partici-pativa”, donde la partici-pación se ejerce no sola-mente de forma periódi-ca y a través del voto, sinotambién a través de la par-ticipación de forma per-manente o frecuente enreuniones de consulta yde decisión. Se participasugiriendo, proponiendo,apoyando, pero tambiéncriticando y fiscalizandoa los directivos elegidos.Pues, tal cultura de “par-ticipación” también sehará sentir, a través delcooperado, en el ambien-te mas amplio de la co-munidad y de la sociedad.El socio que aprende aparticipar en la coopera-tiva, igualmente aplicarásus conocimientos y ex-periencias decisorias y degestión, cuando ejerce suderecho y deber de ciuda-dano en el contexto polí-tico y social más amplio.

4.4.Una cuarta y última con-dición del desarrollo lo-cal y sostenible es laconstante vigilancia enpro de la preservación delmedio ambiente. Este

tema mucho tiene que vercon lo que ha sido desa-rrollado anteriormenteen el item 2.2. Esto sinembargo requiere unaconciencia ecológica,que según Edgar Morin(2002, p. 47-48), co-mienza por el esfuerzo deentender mejor nuestracondición humana. Inte-rrogar nuestra condiciónhumana, implica cuestio-nar primero nuestra posi-ción en el mundo. Losprogresos simultáneos dela cosmología, de lasciencias de la tierra, de laecología, de la biología,modificaron las ideas so-bre el universo, la tierra,la vida y el propio hom-bre. Lo humano continúafragmentado, partidocomo en piezas de unrompecabezas al cual lefalta una parte. Las diver-sas ciencias especializa-das nos ofrecen actual-mente una visión frag-mentada del hombre. Es-tamos sujetos a un pensa-miento reductor, querestringe la unidad huma-na a un sustrato puramen-te biológico-anatómico.Las propias ciencias hu-manas son fragmentadas,y así la complejidad hu-mana se torna invisible.

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Pero hoy, paradójicamen-te, se asiste a la acentua-ción de la ignorancia so-bre el todo, mientras seavanza en el conocimien-to de las partes. Por estose demanda en el mundode las ciencias y de losdiversos saberes huma-nos, una creciente pers-pectiva transdisciplinar,que transcienda la visiónfragmentada y especiali-zada hoy dominante.Consecuentemente, laconciencia de responsa-bil idad comunitaria yecológica que el coope-rativismo debe asumir enfunción del séptimo prin-cipio, se sitúa dentro dela amplia visión según lacual el mundo, el hombrey también el cooperati-

vismo deben ser vistos enuna visión multidimen-sional, holística. El coo-perativismo por su doblecondición de asociaciónde personas y empresa,ya desde sus orígenes,hace 160 años, se ha ca-racterizado por su visiónholística, de integracióny complementación entrelo económico y lo socialy ahora también tomandoen cuenta estas dimensio-nes, con la visión de res-ponsabilidad social/co-munitaria y ecológica. Osea, la empresa coopera-tiva, según la racionalidadeconómica de búsquedade creciente eficiencia ysensibilidad para con lastendencias del mercado,debe ser vista como un

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medio importante pararealizar el fin que es elbienestar de las perso-nas, satisfaciendo susnecesidades, como su fi-nalidad última y funda-mental. Y todo esto tam-bién en consonancia conel bienestar de la comu-nidad más amplia y lapreservación del medioambiente.

Conclusión

La actual agudización de lacrisis social, la exclusión decreciente número de perso-nas del proceso de produc-ción y distribución de bienesy servicios, hace que hoy másque en otras épocas todas lasmodalidades de empresa, ca-pitalistas, de autogestión,mutualidades y cooperativas,se encuentren desafiadas aasumir responsabilidades enla comunidad. Las empresasde capital, con frecuencia lohacen, con fuerte connota-ción mercantilista. Asumenalgunas responsabil idadessociales en la comunidad,como un “modismo de la co-yuntura”, solamente para me-jorar su imagen frente al pú-blico consumidor, con la es-peranza de así aumentar lasventas y obtener más ganan-cias.

Las empresas cooperativas yde economía solidaria, en vir-tud de su doctrina y tambiénde su estructura empresarial,se comprometen con una eco-nomía de servicios y no deganancias y por esto asumenla responsabilidad social ycomunitaria de forma más au-téntica. Esta opción es vistahoy día y cada vez más comouna natural consecuenciapráctica de su doctrina, de susprincipios, enfin, de su filo-sofía de vida y de trabajo. Ac-tuando así, las empresas coo-perativas contribuyen a redu-cir las graves contradiccioneshoy existentes en lo social,profundizadas por la ausenciadel poder público neoliberal.Pueden ser importantesgeneradoras de trabajo, deproductividad y de ingresos,promoviendo una mejor dis-tribución de la riqueza y de lapropiedad, a nivel de sectoressociales y de regiones geográ-ficas. Donde el capitalismoneoliberal globalizado tiendea concentrar, a excluir y adesmovilizar, el cooperativis-mo y la economía solidariatienden a formar nuevos líde-res locales, a generar y a dis-tribuir mejor las riquezas,creando muchas y nuevas opor-tunidades de trabajo, de ingre-sos y de gestión de las activi-dades económicas y sociales.

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El cooperativismo de créditoen Argentina*

por Ruth Muñoz** y Griselda Verbeke***

Introducción

En las últimas décadas seacentuaron a escala globaltendencias de desinterme-diación bancaria y financieri-zación de la economía las cua-les han llevado, entre otrascosas, a la exacerbación delracionamiento de serviciosfinancieros de vastos sectoresde la población.

En Argentina ellas comenza-ron a manifestarse a fines de

la década del 70 con una es-tructura económica que sufriógrandes transformaciones apartir de la implementaciónde políticas liberales lo quese profundizó desde la déca-da del 90 en el marco de unajuste estructural. En general,en el ámbito financiero, con-dujeron a la concentración yextranjerización del sistema,en detrimento de los agentesfinancieros nacionales tantopúblicos como privados y, enparticular, cooperativos.

En este marco, el objetivo delpresente trabajo es realizaruna descripción de la evolu-ción del cooperativismo fi-nanciero en Argentina, articu-lada en función de la regula-ción aplicada a las entidadesque lo componen a lo largodel período que se inicia enel año 1976.

Modalidades y regulación

En Argentina se adopta ladenominación genérica de

* El presente trabajo ha sido elabo-rado en el marco del proyecto deinvestigación Financiamiento yEconomía Social, Maestría enEconomía Social, UniversidadNacional de General Sarmiento,Provincia de Buenos Aires.

** Lic. en Economía, Maestrando enEconomía Social, UniversidadNacional de General Sarmiento. E-mail: [email protected]

*** Lic. En Sociología, investigadoradel Centro de Estudios de Socio-logía del Trabajo, Facultad deCiencias Económicas, Universi-dad de Buenos Aires. E-mail:[email protected]

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cooperativas de crédito parahacer referencia a las insti-tuciones del cooperativismofinanciero local en el que sedistinguen tres modalidades:bancos cooperativos, cajas decrédito y cooperativas decrédito, siendo el factor di-ferencial la extensión de lasrespectivas operatorias defi-nidas en los regímenes espe-cíficos que actúan sobre es-tas entidades.• Los bancos cooperativos

son considerados bancoscomerciales y, por lo tan-to, pueden realizar la mis-ma operatoria que éstos;están regulados por la Leyde Entidades FinancierasNº 21.526 del año 1977 yson supervisados por laSuperintendencia de Enti-dades Financieras y Banca-rias, organismo dependien-te del Banco Central de laRepública Argentina(BCRA). Además, por suparticularidad asociativa,se encuentran sujetos a laLey de Cooperativas Nº20.337 cuya aplicación yfiscalización está a cargodel Instituto Nacional deAsociativismo y EconomíaSocial (INAES)

• Las cajas de crédito soninstituciones financierasno bancarias y se encuen-tran reguladas por la mis-

ma legislación que los ban-cos cooperativos. Operancon un capital inferior al delos bancos y tienen algunoslímites a su operatoria1, delos que el más importantees la prohibición de ofre-cer el servicio de cuentacorriente.

• Las cooperativas de crédi-to no se encuentran inclui-das en el régimen de enti-dades financieras. Su acti-vidad específica radica enel otorgamiento de créditoa sus socios2 a partir delcapital propio. Están regu-ladas por la Ley de Coope-rativas, que otorga alINAES los atributos de su-pervisión y fiscalización.La mencionada Ley deCooperativas, que regula atodo tipo de cooperativas,se ocupa específicamentede la actividad financieraen lo que atiende, en pri-mera instancia, a la distri-bución de excedentes aldisponer su proporcionali-dad al capital aportado o alos servicios utilizados se-gún establezca el estatuto3 ,y en segundo lugar, al otor-gamiento de préstamos asus asociados4 . Tanto lascooperativas de objeto úni-co como aquellas quecuentan dentro de sus ser-vicios con una sección de

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crédito, ajustan su funcio-namiento a lo establecidoen la norma. Se excluyeespecíficamente a los ban-cos cooperativos y cajas decrédito cooperativo ya quepueden recibir fondos deterceros (no asociados) enlas condiciones que preveael régimen legal de las en-tidades financieras5 .

Reseña histórica

Las primeras experiencias definanzas cooperativas del paíssurgieron a comienzos del si-glo XX, promovidas funda-mentalmente por colectivida-des de inmigrantes de origeneuropeo, con el fin de resol-ver la carencia de fuentes definanciamiento para las acti-vidades que realizaban. Ope-raban de manera sencilla otor-gando préstamos para ayudasocial, siendo la libreta deahorros el instrumento másusado (Mizrahi; 1976).

A continuación se describenbrevemente las modalidadesque adoptaron estas formascooperativas (Plotinsky;2002):

• Los Bancos Populares sonla primera experiencia fi-nanciera con carácter co-operativo reconocida en el

país, a partir del Banco Po-pular Argentino instituidoen 1887. Hasta 1912 sur-gieron entidades bancariassimilares, que se desarro-llaron bajo la modalidaditaliana ideada por LuigiLuzzatti. Algunos de és-tos se transformaron enSociedades Anónimas alderogarse la primera LeyCooperativa en el año19266 y otras cambiaron denaturaleza jurídica alsancionarse la reformamonetaria y bancaria de1935.

• Las Cajas Rurales de Cré-dito fueron promovidas porla Liga Social Argentina apartir de 1909 bajo el idea-rio socialcristiano, adop-tando formas similares alas desarrolladas porFrederic Raiffeisen. La cri-sis económica de 1930 ter-minó con la mayoría de es-tas cajas.

• Las Cajas Regionales Coo-perativas de Préstamos yAhorro. En 1941 el gobier-no nacional impulsó sucreación con el fin de fa-cilitar un mayor acceso alcrédito agrario para el pe-queño productor rural. Sibien se crearon numerosasentidades de este tipo, suaccionar nunca fue signifi-cativo.

62

• Por último, las Cajas deCrédito, surgen a princi-pios de siglo impulsadaspor inmigrantes que lasconstituyeron en diversasáreas geográficas a partirde las necesidades de suactividad económica. Ad-quieren preponderancia ensus funciones asistenciales,vinculándose con pequeñasindustrias y comercios ba-rriales. Hasta 1940 tuvieronun crecimiento vegetativo,funcionando básicamentecon capital propio o formasinorgánicas de ahorro y cu-briendo las necesidades dela actividad artesanal y co-mercial en las ciudades asícomo de los arrendatarios ycolonos rurales.

Desde la década de 1940 seinicia una nueva etapa para elcooperativismo financiero. Lapolítica nacional, al impulsarel desarrollo del mercado in-terno condujo al crecimientoy diversificación de los sec-tores atendidos por las enti-dades cooperativas y planteóla necesidad de contar connuevos instrumentos finan-cieros y una operatoria máságil que, a través de cuentasa la vista, permitiera un ma-yor alcance.

Este contexto creó las condi-

ciones para un nuevo escena-rio cooperativo durante la dé-cada de 1950 en que surgendos instituciones representa-tivas del cooperativismo fi-nanciero argentino: la Fede-ración Argentina de Coopera-tivas de Crédito (FACC) crea-da en 1950 principalmentepara coordinar la representa-ción gremial y el asesora-miento jurídico-contable deestas entidades y el InstitutoMovilizador de Fondos Co-operativos (IMFC) constitui-do en 1958 como una unidadde segundo grado a partir de58 entidades cooperativas,con la finalidad de realizar elclearing cooperativo, centra-lizar informes y asignar losrecursos excedentes entre lascooperativas zonales.

El período que se inicia en1958 y se extiende hasta 1966se caracterizó por un desarro-llo destacado del cooperati-vismo financiero que tomó unacentuado ritmo bancario. Sefundan numerosas cajas decrédito algunas de las cualescomenzaron a desarrollarcuentas a la vista y órdenes depago como formas de girarsobre sus saldos.

Como indicadores de esta ten-dencia se debe destacar que deun total de 197 cajas de cré-

63

dito registradas en 1958 sellega a 974 en 1965, las querepresentaban la mitad de lasentidades del sistema finan-ciero argentino con una parti-cipación en los depósitos del10%. Estas ocupaban el tercerlugar por el monto de las im-posiciones, luego del Bancode la Nación Argentina y elBanco de la Provincia de Bue-nos Aires, superando en másde un 80% al primero de losbancos privados (Mizrahi;1976).

En esta dinámica fue condi-cionante la amplia difusión dela orden de pago7 que se con-virtió en un instrumento decirculación creciente al faci-litar la canalización de recur-sos de pequeños y medianosempresarios hacia créditosaccesibles para los mismossectores. Este desempeñocondujo a la reacción de losintereses del capital financie-ro que se manifestó, en espe-cial, a través de campañas deprensa y numerosos intentosnormativos restrictivos ema-nados del BCRA. Cabe desta-car que una de las disposicio-nes de mayor impacto negati-vo fue la Resolución Nº 286/66 que instituyó que las órde-nes de pago cooperativas odocumentos similares toma-ran el carácter de letras de

cambio no a la orden, lo queprohibió su endoso. Además,vedaba el funcionamiento decualquier sistema de compen-sación de documentos a la vis-ta emitidos por entidades coo-perativas. Estas medidasimpactaron duramente sobreel cooperativismo, que obser-vó una sensible disminución:las 974 cajas de crédito quefuncionaban en 1966 se redu-jeron a 450 en 1971, pasandode una participación en losdepósitos del 10 al 2,5%(Mizrahi; 1976).

En diciembre de 1972 la LeyNº 20.041 autorizó a las ca-jas de crédito a operar concuentas a la vista y la circula-ción de letras de cambio. Seestableció, además, que elBanco de la Nación Argenti-na se haría cargo de la organi-zación de la cámara compen-sadora de dichos valores, laque sucedió hasta 1973, cuan-do la función es retomada porlas cámaras cooperativas. Lascajas comenzaron así a exten-der la gama de servicios pres-tados a sus socios y solicita-ron que se rehabilitase el re-gistro de solicitudes para lainstalación de nuevas entida-des según las condiciones pre-vistas en la nueva Ley de Coo-perativas Nº 20.037 que en-tró en vigencia en el año 1973.

64

Evolución desde 1976 apartir de algunas cifras

Desde una perspectiva cuan-titativa se presentará una des-cripción sobre la evolución delas finanzas cooperativas des-de el año 1976, tomandocomo referencia el número deentidades que componen elsistema financiero centrándo-se en las de carácter coopera-tivo y en los cambios en cuan-to a su naturaleza jurídica.

La información presentada serefiere al período 1976-2003y corresponde a las entidadesincluidas en el sistema centra-lizado de requerimientos in-formativos del BCRA, en elcaso de bancos y cajas de cré-dito cooperativos, y a los re-gistros oficiales de matricu-lación publicados por elINAES para las cooperativasde crédito8 .

En 1976 el régimen militarimpulsó una reforma financie-ra cuyas bases jurídicas que-daron sancionadas por la Leyde Entidades Financieras Nº21.526 y la Ley de descen-tralización de los depósitosNº 21.495. Para el sistemafinanciero doméstico estorepresentó un punto de in-flexión al dar comienzo a unanueva etapa de desarrollo la

cual imprime, desde sus ini-cios, algunos rasgos básicosque se mantendrán y profun-dizarán hasta la actualidad.

Entre ellos, se destaca unafuerte reasignación de recur-sos a favor de los agentes destatus bancario quienes de unaparticipación del 17,1% en eltotal de las entidades financie-ras del sistema en 1976, al-canzan el 78,1% en el 2003.

Otros rasgos básicos de lastransformaciones se eviden-cian en el aumento de losagentes privados, en particu-lar, y en la fuerte presencia dela banca extranjera. Éstos re-sultan aspectos esencialesque, sin embargo, no sondescriptos en este trabajo de-bido a que el acento se en-cuentra puesto en la represen-tación de las entidades coo-perativas dentro del sistemafinanciero. Por último, la ten-dencia sostenida hacia la con-centración, tanto entre entida-des como territorialmente, espropia de los nuevos linea-mientos del sistema.

Se observa un crecimiento enel número de cooperativas decrédito matriculadas entre1976 y 2003 que se acentúaen los últimos seis años con unamedia anual de 17 entidades.

65

17,1

78,180,9

44,0

76,8

56,0

82,9

23,2 21,919,1

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

76 79 82 85 88 91 94 97 00 03

E NT . B ANCAR IAS E NT . NO B ANCAR IAS

Gráfico Nº 1: Porcentaje de participación según número de entidades

Fuente: Elaboración propia en base a datos del BCRA.

CANTIDAD DE ENTIDADES FINANCIERASREGULADAS POR INAES

REGULADAS POR SEFINC (BCRA)

COOPERATIVAS DE CREDITO

TOTAL ENTIDADES BANCARIAS

ENTIDADES NO BANCARIAS

ENTIDADES BANCARIAS

COOPERATIVAS

ENTIDADES NO BANCARIAS

COOPERATIVAS1976 126 692 118 574 9 4241977 131 723 119 604 9 4231978 143 721 156 565 39 3751979 158 496 218 278 85 1011980 161 469 213 256 79 881981 161 449 205 244 76 881982 162 413 203 210 75 721983 163 402 209 193 75 691984 166 360 209 151 72 501985 168 315 197 118 63 331986 169 296 190 106 57 301987 172 267 177 90 53 251988 176 244 174 70 50 231989 177 236 176 60 49 201990 178 220 169 51 45 181991 182 214 167 47 44 181992 186 210 167 43 41 181993 188 206 167 39 39 171994 193 205 168 37 38 151995 200 157 127 30 9 121996 209 147 120 27 8 71997 214 138 113 25 6 71998 237 126 103 23 4 61999 265 117 93 24 2 52000 272 113 89 24 2 42001 291 106 84 22 2 32002 296 99 78 21 2 22003 316 96 75 21 2 2

AÑO

Cuadro Nº 1: Evolución de la cantidad de entidades financieras

Fuente: Elaboración propia en base a datos del INAES y del BCRA.

66

Al contrario, dentro del sis-tema, disminuye el número debancos y cajas cooperativashasta quedar en vigencia sólocuatro entidades de interme-diación en el año 2003 de lascuales una se encuentra enproceso de cambio de natura-leza jurídica.

Por otra parte, la disminuciónde alrededor de 600 entidadesdel sistema, en menos de 30años, resalta de forma ilustra-tiva la tendencia hacia la con-centración ya mencionada.

La regulación vigente desde1977 permite sólo a los ban-cos comerciales ejercer la

intermediación financiera, alser los únicos autorizadospara recibir depósitos a la vis-ta, y aumenta las exigencias decapitales mínimos. Frente aesto, si las entidades coope-rativas deseaban mantener laposibilidad de captación dedepósitos, se veían obligadasa transformarse en bancos loque, debido a la exigencia dealtos montos de integraciónpatrimonial mínimos, impli-caba la fusión de cajas de cré-dito. Las que no optaron porla fusión, vieron fuertementelimitada su operatoria.

Como resultado de este pro-ceso, alrededor de 300 de las

220

496

15796

692

21 463

433

186

0

100

200

300

400

500

600

700

800

76 79 82 85 88 91 94 97 00 03

E NT IDADE S F INANCIE R AS E NT IDADE S F INANCIE R AS COOP .

Gráfico Nº 2: Número de entidades cooperativas en relaciónal sistema financiero

Fuente: Elaboración propia en base a datos del BCRA.

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424 cajas de crédito existen-tes en 1976, optaron portransformarse en bancos, con-formando en dos años, 76 nue-vas entidades bancarias coo-perativas que, sumadas a las 9preexistentes, totalizaron 85bancos cooperativos. Estos seconstituyeron principalmenteen la zona pampeana y para al-gunas economías regionalessignificaron por mucho tiem-po la única entidad bancariaprivada nacional.

A partir de 1980, el númerode bancos y cajas de créditocooperativos disminuyó deforma ininterrumpida, tenden-cia que se aceleró a partir de

los diversos shocks externossufridos desde la crisis delTequila, laque condujo a unaumento en la regulación pru-dencial y afectó a todo el sis-tema financiero aunque deforma desigual: mientras queel total de entidades se redu-jeron entre 1994 y 2000 en un45%, los bancos y cajas co-operativos lo hicieron en un95 %y 73% respectivamente.

En cuanto a los bancos coope-rativos, en particular duranteel período analizado, se ob-serva la desaparición de 89 delos 91 bancos registrados en-tre 1976 y 2003. Al respectose indica en el Cuadro Nº 2 la

45

85

9

9

21218

101

424

20

10

20

30

40

50

60

70

80

90

76 79 82 85 88 91 94 97 00 03

0

50

100

150

200

250

300

350

400

450E NT . B ANCAR IAS COOP . E NT . NO B ANCAR IAS COOP .

Gráfico Nº 3: Número de entidades cooperativas porgrupo homogéneo

Fuente: Elaboración propia en base a datos del BCRA.

68

26,6

39,0

7,1 2,77,6

40,0

9,5

35,3

73,9

36,3

0

10

20

30

40

50

60

70

80

90

100

76 79 82 85 88 91 94 97 00 03

E NT . B ANCAR IAS COOP E NT . NO B ANCAR IAS COOP

Gráfico Nº 4: Participación de entidades cooperativasen grupo homogéneo

Fuente: Elaboración propia en base a datos del BCRA.

AÑOS DE VIDA CASOS[0 , 5] 15[5 , 10] 26[10 , 15] 9[15 , 20] 29[20 , 25] 3[25 , 30] 2[30 , 70] 3

Cuadro Nº 2: Rangos de años de vida de los bancos cooperativos

Fuente: Elaboración propia en base a datos del BCRA sobre 87 de los 89 casos

esperanza de vida durante estelapso, y si bien podrían encon-trarse dos o tres valores mo-dales, resalta la fuerte disper-sión en un rango de cero a se-tenta años de vida.

Por otra parte, resulta intere-sante destacar que entre los

cambios producidos con res-pecto a la naturaleza jurídicade los bancos cooperativos,muchos fueron liquidados,otros atravesaron procesos deabsorción y fusión entre enti-dades cooperativas y algunosderivaron en bancos tradicio-nales.

69

En la primera década se ob-servan las transformacionesentre los bancos creados apartir del cambio de regula-ción ya que de las 42 bajas re-gistradas, 39 registran su ini-cio de actividades entre losaños 78 y 79. En cuanto al se-gundo período, por el contra-rio, es notorio el cambio denaturaleza de las bajas ya queel fenómeno de desmutuali-zación alcanza la misma di-mensión que el destino co-operativo. Resulta importante

resaltar el hecho de que 15 delos 19 casos que mutaron denaturaleza jurídica, lo hicie-ron en el año 1995.

Por último, la tendencia haciala desaparición del número deentidades cooperativas se tra-duce también en términos delvolumen de activos, présta-mos, depósitos y patrimonio,indicadores que expresan lareducida participación de lascuatro entidades cooperati-vas vigentes en el año 2003.

76 - 89 90-03 76-03CASOS % CASOS % CASOS %

Liquidación 29 69,0 7 14,9 36 40,4Cooperativa 10 23,8 19 40,4 29 32,6 Absorción por Banco Cooperativo 10 23,8 13 27,7 23 25,8 Fusión Bancos Cooperativos - Crea Banco Cooperativo 0,0 6 12,8 6 6,7SA 0 0,0 19 40,4 19 21,3 Fusión Bancos Cooperativos - Crea Banco SA 9 19,1 9 10,1 Transformación en Banco SA 7 14,9 7 7,9 Parte de Consorcio Privatización Banco Provincial 2 4,3 2 2,2 Transferencia de activos y pasivos a Banco SA 1 2,1 1 1,1Otros (nd) 3 7,1 2 4,3 5 5,6TOTAL 42 100,0 47 100,0 89 100,0

NATURALEZA DE LA BAJA

Cuadro Nº 3: Casos según naturaleza de la baja de losbancos cooperativos

Fuente: Elaboración propia en base a datos del BCRA.

ACTIVOS PRESTAMOS DEPOSITOSPATRIMONIO

NETORANK % RANK % RANK % RANK %

SISTEMA COOPERATIVO 1,99 2,25 2,66 2,62 Banco Credicoop 12 1,82 12 2,02 11 2,47 13 2,38 Banco Empresario del Tucumán 47 0,14 36 0,18 39 0,18 58 0,18 Caja La Capital del Plata 87 0,02 78 0,02 70 0,01 88 0,05 Caja Cuenca 93 0,01 83 0,02 73 0,01 93 0,02

ENTIDAD

Cuadro Nº 4: Indicadores de entidades financieras cooperativas aDiciembre de 2003 según participación en el sistema

Fuente: Elaboración propia en base a datos del BCRA sobre las 96 entidades del sistema

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De éstas, el Banco Credicoopse ha convertido en la únicainstitución actualmente signi-ficativa y en vías de ser el úni-co banco cooperativo del sis-tema, ya que el Banco Empre-sario del Tucumán se encuen-tra en proceso de transforma-ción hacia una entidad tradi-cional.

Perspectivas

La coyuntura actual de exclu-sión financiera, entre otrosfactores, ha creado un esce-nario propicio para el surgi-miento, desde fines de la dé-cada de 1990, de diversasprácticas financieras con unsentido más amplio que el pu-ramente financiero. Las mis-mas van desde asociaciones demicrocrédito sin fines de lu-cro que financian la construc-ción de viviendas, hasta diver-sos estamentos estatales quedesarrollan programas deno-minados “Banca Social” a tra-vés de los cuales se financianactividades socioeconómicasde los sectores populares másvulnerables.

Esto podría abrir una oportu-nidad para proyectos de finan-zas alternativas que propicia-ran más solidaridad y demo-cracia económica para dar ori-gen a un medio para encauzar

el ahorro doméstico hacia ac-tividades socioeconómicasllevadas a cabo por personasdeficitarias de fondos y/o ra-cionadas de crédito9.

Desde el movimiento coope-rativo en particular, son variaslas acciones emprendidas enlos últimos tiempos a fin deintentar retomar la históricafunción de prestación de ser-vicios financieros en el paísy, por otra parte, renovar yreposicionar la actual activi-dad marginal.

Concretamente, a fines de2003 a través de la Ley Nº25.782 se promulgó la refor-ma del art. 4 de la Ley de En-tidades Financieras, quereestablece la facultad de lascajas de crédito de prestar elservicio de cuentas a la vista.Las modificaciones contem-plan que estas entidades ope-ren en casa única y solamentecon sus asociados radicadosen la zona de influencia paraasegurar la vecindad y el co-nocimiento recíproco. La re-forma se completa con la ex-presa prohibición de transfe-rir los fondos de comercio delas entidades cooperativas aentes de otra naturaleza jurí-dica o transformarse en socie-dades comerciales, en reglacon lo dispuesto por la Ley de

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Cooperativas vigente. La apli-cación de la ley y fiscaliza-ción queda a cargo del BCRAque deberá establecer regula-ciones y exigencias que com-pensen la naturaleza jurídica,volumen operativo y las ca-racterísticas económicas ysociales de los actoresinvolucrados.

Por otra parte, se encuentra enelaboración un anteproyectoque alienta la sanción de unaley unificada de cooperativasy mutuales de cajas de ahorroy crédito basada en entidadesfuera de la órbita del BCRA.El anteproyecto consideraque éstas puedan captar depó-sitos, la ratificación y amplia-ción del INAES como órganoregulador y la creación de unaSuperintendencia de Entida-des Solidarias de Ahorro yCrédito, que dependería delMinisterio de Economía yProducción en lo referido a susupervisión.

Por último, desde la Secreta-ría de Política Económica dedicho Ministerio, se ha pro-puesto un proyecto que con-siste en crear un circuito decrédito paralelo al circuito fi-nanciero que facil i te elfinanciamiento de las peque-ñas y medianas empresas. Estesistema sería no bancario y se

sostendría en las mutuales, lascajas de crédito y las coope-rativas fuera de la regulacióndel BCRA.

Se considera que la viabilidadde estos proyectos depende-rá, en gran parte, de la imple-mentación de políticas meso-económicas adecuadas y de lacapacidad del movimiento ylas instituciones financierascooperativas, de lograr unareal integración vertical y ho-rizontal. Este aspecto deberíaser contemplado como unaprioridad ya que permitiría,entre otras cosas, mejorar loscanales de distribución de re-cursos y tecnologías, hacerfrente a un mercado financie-ro más competitivo y cumplircon su misión económica ysocial.

Comentarios finales

La evolución de las entidadesconsideradas entre los años1976 y 2003 da cuenta delocaso del cooperativismo fi-nanciero. El contexto econó-mico-político y la regulaciónadversa operaron en este casocomo fuertes condicionantesde su sendero evolutivo. Alrespecto, si bien excede elobjetivo de este trabajoexploratorio, sería necesariotomar en cuenta también otros

72

factores que pueden haber in-cidido en dicha evolución. Deesta forma, si consideramoslos problemas de gobernanzacooperativa, tanto en el ámbi-to de los patrones de interre-lación entre los agentes delsector, como dentro de cadauno de sus componentes, po-demos encontrar un posiblefactor explicativo de la decli-nación sufrida.

Debido en especial a los fac-tores históricos que contribu-yeron al desarrollo del siste-ma financiero cooperativo enlos últimos tiempos, predo-minan rasgos de competenciay atomización con ausencia deestructuras de pisos, en detri-mento de la solidaridad en elsector cooperativo.

En este sentido también sesostiene que el proceso dedesmutualización observado,puede deberse, entre otrascausas, a que muchas entida-des no fueran cooperativas deforma auténtica y operaran através de práct icas pocotransparentes. Por otra parte,los problemas de capitaliza-ción también podrían habersido exacerbados por la

incompletitud de los merca-dos de la región, los que lle-varon a asumir como propiaslas estrategias de los bancostradicionales. Como resultaclaro, esto remite en últimainstancia, a problemas degobernanza cooperativa.

En esta perspectiva se con-sidera importante tomar encuenta la dimensión históri-ca y recuperar la memoriadel desempeño del coopera-tivismo de crédito en el país,a fin de que su desarrollo pue-da contribuir a generar un cir-cuito que potencie las posi-bilidades de los distintos te-rritorios, coordinados a tra-vés de algún tipo de estruc-tura de pisos. Al respecto, seconsidera primordial recupe-rar los aprendizajes de acier-tos aunque también de lasmalas prácticas experimenta-das y destacar, para las enti-dades cooperativas que aúnmantienen su especificidad,la necesidad de fortalecer losvínculos institucionales, asícomo la construcción de la-zos con otros movimientossociales y el involucramientode forma sistémica con el te-rritorio local.

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Notas

1 Ley de Entidades Financieras Nº 21.526- Art. 262 En el año 1996 la resolución Nº 1.477/96 del Instituto Nacional de Acción

Cooperativa y Mutual (hoy INAES), dispuso que las cooperativas de cré-dito podrían admitir operatorias con terceros no asociados, siempre queno tuviesen lugar en condiciones más favorables que los asociados, lasque no podrían exceder el 25% del volumen de los servicios prestados alos asociados.

3 Ley de Cooperativas Nº 20.337 - Art.42, inc. 54 Ley de Cooperativas Nº 20.337 - Art.1155 Ley de Cooperativas Nº 20.337 - Art.1166 Ley de Cooperativas Nº 11.388.

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7 La orden de pago sin responder a una regulación legal, se volvió endosa-ble y comenzó a compensarse en cámaras en forma similar a las del campobancario. Paralelamente, nacieron las cuentas a la vista o personales con-tra las cuales se libraron las mencionadas ordenes de pago.

8 Cabe destacar que el presente trabajo ha implicado un esfuerzo de siste-matización de la información disponible que adolece de problemas de ac-tualización, consistencia y presentación.

9 Si bien excede los fines de este trabajo, aunque constituye parte del marcode investigación del que partimos, se advierte que estas instituciones, desostener la misión socioeconómica mencionada, suelen ser sin fines delucro y aprovechar las ventajas relativas en cuanto a su potencial parareducir los problemas de información asimétrica a partir de la inserción einvolucramiento territorial.

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La conformación de un medioinnovador. La red en torno alarándano en un área localde la Argentinapor Clara Craviotti*

* Magíster en Ciencias Sociales.Investigadora del CONICET en elCentro de Estudios de Sociologíadel Trabajo, Facultad de CienciasEconómicas, Universidad de Bue-nos Aires, Argentina.E-mail: [email protected]

Introducción

En la última década han teni-do lugar en la Argentina pro-fundos procesos de cambio delos agentes sociales agrarios.El aumento de la producciónen muchos rubros se ha vistoacompañado de una significa-tiva disminución de las unida-des productivas, como lo ates-tigua el Censo Agropecuariode 2002. Junto con esta ex-pulsión de agentes se han ve-rificado situaciones de persis-tencia asociadas a estrategiasdefensivas como la retracciónal autoconsumo, la búsquedade ingresos complementariosa través de la pluriactividad y

la ampliación de escala me-diante estrategias asociativas.Todo ello se traduce en unacreciente heterogeneidad delos agentes agrarios que obe-dece a la cantidad y calidad derecursos con que cuentan –económicos, culturales, deacceso a la información y a lasrelaciones sociales- y el tipode estrategias que desarrollan.

Una fuente adicional de hete-rogeneidad en la estructuraagraria está dada en la actua-lidad por el ingreso de nuevosagentes a la producción, fenó-meno que si bien reviste me-nor magnitud que el procesode expulsión aludido, escualitativamente diferente,puesto que engloba tanto ainversionistas que buscan di-versificar su cartera de in-versiones, como así tambiéna sujetos expulsados del

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mercado laboral, que han de-cidido encarar microempren-dimientos de base agropecua-ria como mecanismo de sus-tentación de sus familias en uncontexto de creciente desem-pleo.

El objetivo de este artículoconsiste en visualizar el ca-rácter de estos nuevos agen-tes productivos y reflexionaren torno a un caso donde suconstitución como tales se dacasi en paralelo a la confor-mación de una instanciaasociativa. Esta situación re-sulta de particular interés paraanalizar cómo se da el inter-juego entre ambos planos yver en qué medida la consti-tución del “agente” se ve o nofacilitada por la constitucióndel “actor”.

La preocupación por la temá-tica nos llevará a complemen-tar la atención dada a las ca-racterísticas estructurales delos agentes con la considera-ción de sus interacciones. Elenfoque teórico de los entor-nos con capacidad innovativa,que hace hincapié en lainstitucionalidad local y lasredes como mecanismos quefacilitan la diseminación delconocimiento, resultará espe-cialmente pertinente para lasituación analizada, ya que la

incursión de nuevos agentesen la producción agropecuariase da a partir de una actividadnovedosa para el país –elarándano o blueberry- de grandinamismo en los últimosaños, en un proceso donde seamplían las alianzas que lohacen posible1 . Nos permiti-rá ver cómo se construye unentramado de vinculacionesentre los agentes y con diver-sas instancias de la comuni-dad en que éstos están inser-tos, y cómo dicha “construc-ción” se encuentra en rede-finición a partir de las tensio-nes que experimenta el pro-yecto asociativo.

El trabajo se basa en un estu-dio previo sobre agentes quehan encarado produccionesinnovadoras en un partido ubi-cado en la zona oeste de laprovincia de Buenos Aires(Craviotti, 2003). Dicho par-tido está caracterizado poruna orientación productivaganadero-agrícola aunque laactividad agropecuaria en suconjunto no resulta decisivaen la economía y el empleolocal, dada la importancia quereviste el sector terciario.

La identificación de las ca-racterísticas diferenciales delos agentes orientados haciala producción de arándano

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permitió focalizar una segun-da etapa de la investigación.Para ello se incorporaron nue-vos casos de productores,empleándose una guía de pre-guntas donde se consideraronsus características estructura-les, la asignación del trabajoen actividades prediales yextraprediales y la cuestión dela asociatividad. Esta etapaincluyó asimismo la realiza-ción de re-entrevistas a algu-nos de los casos relevados enla primera etapa para profun-dizar en esta última área deindagación.

1. La conformación deagentes productivos enuna actividadinnovadora

La producción de arándano esrelativamente novedosa en laArgentina. Surgió en 1993 apartir de la iniciativa de unempresario proveniente delsector automotriz, que im-portó plantines de los Esta-dos Unidos, país que consti-tuye el principal productor yconsumidor de este berry. Suproducción y exportación haexperimentado un notoriocrecimiento en los últimosaños, lo que se ha vistoincentivado por la devalua-ción del peso argentino pasóde 3 toneladas exportadas en

1995, a 548 exportadas en elaño 2002, generando en di-cho año un valor FOB total de6.192.400 dólares. (Elabora-ción propia en base a datos dela SAGPyA)

El mercado del arándano esrelativamente reducido, conprecios marcadamente fluc-tuantes, que en ciertos perío-dos l legan a niveles inu-sualmente altos. Existen dospicos en este sentido: no-viembre-diciembre y marzo-abril. En el año 2002 la pro-ducción argentina se cotizó aun promedio 11,3 dólares elkilo a valores FOB. Si bienno existen estadísticas ofi-ciales de la producción a ni-vel mundial -lo que obedecea que la mayor parte es deorigen silvestre- y no obstan-te ser vendida a consignación-es decir al precio obtenido enel momento de la venta-, lascondiciones de mercado sonen la actualidad favorables alsector productor en funciónde la brecha existente entre laoferta y la demanda en el pe-ríodo de contra-estación. Sinembargo, productores e infor-mantes clave consideran queesta situación va a cambiar apartir de la entrada de nue-vos agentes a la producción,que posiblemente lleve a queel mercado discrimine por

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variedades. Se prevé asimis-mo que en el corto plazo seránecesario certificar la calidady el origen del producto a tra-vés de sistemas de trazabi-lidad.

Desde el punto de vista pro-ductivo se trata de un cultivoexigente por las condicionesque debe reunir el suelo, lanecesidad de riego por goteo,los insumos que deben serempleados -muchos de ellosimportados o con precio a va-lor dólar, como los plantines-y los cuidados que deben serefectuados a lo largo de todoel ciclo2 . Se obtiene la pri-mera cosecha “comercial” altercer año, pero el pico deproducción se logra recién alsexto o séptimo año. La co-secha es altamente demandan-te en mano de obra -se calcu-lan unos veinte jornales porhectárea cuando las plantasestán en plena producción- yen el nivel de calificación delos trabajadores por el cuida-do con que debe ser seleccio-nada la fruta y manipulada enla cosecha, evitando quitarlesu cerosidad característica.Todo ello hace que sean pre-feridas las mujeres para lastareas de cosecha, acondicio-namiento y empaque, tal comoocurre en otras produccionesfrutícolas en la Argentina. La

cerosidad de esta fruta leotorga una clara ventaja fren-te a otros berries, haciendo suduración comparativamentemayor, estimándose en 15 díasluego de cosechada siempreque esté refrigerada. General-mente se la transporta por víaaérea porque permite aprove-char las mejores coyunturasde precio y porque la fumiga-ción con bromuro de metiloacorta la vida útil de la fruta,circunstancia que agrega uncosto importante a la comer-cialización.

Son pocos los agentes que in-tervienen en esta actividad enla Argentina. La reducida ex-periencia local en el cultivollevó en algunos casos al aban-dono de plantaciones. Actual-mente se calcula que existenunas 450 has en 300 unidadesproductivas3 y unas cincocomercializadoras, aunquecon la modificación de la pa-ridad cambiaria, que alientafuertemente la exportación,estarían aumentando tanto elnúmero de unidades como eltamaño de las mismas. Ellocambiaría profundamente lasreglas de juego en la etapacomercial, afectando al con-junto del sector productor ytornando todavía más necesa-rias las estrategias para au-mentar la escala.

79

Además, otro factor que inci-dirá en la determinación delas condiciones en que se des-envuelve la actividad en elmediano plazo es el grado deintegración vertical de losagentes. Así como los produc-tores se asocian para comer-cializar su producto y even-tualmente exportar en formadirecta, algunos agentescomercializadores se integran“hacia atrás”, a través de lacompra de unidades producti-vas y más recientemente, a tra-vés del establecimiento decontratos de venta con losproductores, de manera degarantizarse un volumen mí-nimo de fruta. Algunos de es-tos comercializadores tam-bién venden los plantines yprestan asesoramiento técni-co y han comenzado a “atar”la venta de este insumo críti-co a la firma de un contratode comercialización a variosaños. De esta manera incidenen la configuración de variosmercados: el de los insumosy el de compraventa de la fru-ta. Esto, como veremos másadelante, tiene implicacionessobre los contornos del pro-yecto asociativo del caso quenos ocupa, en tanto que ésteno puede ser definido sin te-ner en cuenta la asimetría -actual y futura - con estos ac-tores.

Por otro lado un actor rele-vante, y a la vez difuso, es elmercado exterNº En él exis-ten “convenciones” ligadas ala inocuidad -EE.UU exige elbromurado del arándano paraevitar la presencia de la mos-ca de los frutos- y otras liga-das a las buenas prácticas y elcuidado del medio ambiente -algunos importantes super-mercados europeos demandanla certificación de cumpli-miento de la norma Eurepgap.

Si bien la unidad económicadel cultivo de arándano ha sidoestimada en 5 hectáreas tra-bajadas, el grado de inversiónrequerida para ponerlas enproducción constituye en loshechos una barrera a la entra-da en la actividad. Desde susinicios, el cultivo mostró unperfil de agentes “externos” alsector agropecuario, con otraactividad (generalmente pro-fesional) como fuente princi-pal de ingresos, hecho regis-trado por varios artículos dedivulgación aparecidos enmedios periodísticos. Proba-blemente ello se haya vistoagudizado por la estrategia dealgunas empresas destinada acaptar inversores, presentan-do datos sumamente atracti-vos de retorno a la inversión yofreciendo asesoramiento paratodas las etapas del cultivo.

80

Los productores que son ob-jeto de nuestro trabajo de in-vestigación se encuentran enun área que desde el punto devista espacial presenta la ven-taja de su cercanía al aero-puerto internacional deEzeiza, hecho que facilita lasalida de su producción. Mu-chos de ellos están relativa-mente próximos entre sí y ensu gran mayoría han accedi-do a la explotación vía com-pra y no por herencia. En ge-neral, su inicio como produc-tores se dio a partir de la pro-ducción de arándano, aunquehay casos que previamenteincursionaron en otras pro-ducciones. Son pequeños sise considera el tamaño desus explotaciones: Poseenmenos de 15 hectáreas traba-jadas, ubicándose la mayoríaen torno de las 5. Sin embar-go no corresponden a la de-finición usual de pequeñoproductor, ya que por lo ge-neral no realizan tareas físi-cas en sus predios; todos con-tratan un encargado y perso-nal para la cosecha. De todasmaneras, concurren semanal-mente a la explotación -dosveces en el período pico- ymantienen un fuerteinvolucramiento supervisan-do las actividades. Unos po-cos casos también realizanalgunas tareas productivas,

obligándose a acomodar lostiempos con sus actividadesexternas -que generalmenteson profesionales ejercidaspor cuenta propia o en rela-ción de dependencia de cier-ta jerarquía, lo que les otor-ga mayor flexibilidad paraadministrar sus horarios-.Estas actividades constitu-yen su fuente principal deingresos en los casos que seiniciaron como productoreshace relat ivamente pocotiempo, mientras que repre-sentan la mitad de sus ingre-sos en los productores másantiguos.

Dentro del grupo existe un“núcleo fundador” que iniciólas actividades de acondicio-namiento de sus explotacio-nes en el año 1997 y ya hacomercializado su produc-ción en dos o tres campañas,y una camada más recienteque tiene aún muy poca pro-ducción o directamente care-ce de ella. En conjunto se tra-ta de 19 productores, que re-únen unas 100 ha implanta-das. En el 2002 exportaron27 toneladas, que se prevé seincrementarán a 60 en la cam-paña 2003-4, representandoalrededor del 10% de la pro-ducción nacional de arándaNº(Entrevista a productor, CasoNº 5, 2003).

81

Si bien no exper imentangrandes restricciones parahacer las inversiones nece-sarias para el cultivo –otrorasgo que los diferencia delos pequeños productores- ,existen variantes al interiordel grupo que se manifiestanen la necesidad de confor-mar sociedades o de recurrira préstamos para f inan-ciarlas. El financiamientoproviene del proveedor delos plantines o de institucio-nes bancarias, en menor me-dida de fuentes familiares.Poseen una fuerte disposi-ción al cálculo económico ya asumir riesgos –un indica-dor de ello es la preferenciapor variedades tempranas, demayor precio pero tambiénde mayor posibilidad de serafectadas por heladas-, peroen varios casos aparecen re-ferencias al gusto por la ac-tividad agropecuaria y la vidarural.

Estos rasgos que caracteri-zan al grupo -origen externoal sector, perfil profesional,disposición a invert i r- leotorgan fuerte visibilidad enel medio local. Se destacaasimismo por haber apunta-do desde sus inicios a laconformación de una instan-cia asociativa y a establecerredes.

2. La constitución de unactor social: lacooperativa y la red entorno al arándano

En el caso estudiado, losagentes que estaban interesa-dos en incursionar en la pro-ducción de arándano desde unprincipio visualizaron la nece-sidad de asociarse, y estable-cieron un esquema de reunio-nes periódicas para el inter-cambio de información.

Sin embargo, desde que seproducen las reuniones inicia-les en el año 97, hasta que seconforma la cooperativa, pa-saron casi cuatro años. Esetiempo fue dedicado por losagentes estudiados a obtenerla información necesaria y apreparar las tierras e implan-tar el cultivo. Desde el puntode vista grupal, en ese tiempose decantó el número demiembros, se discutió cuálera la forma asociativa másadecuada al perfil e interesesdel grupo y se establecieronlos “contornos” y necesida-des del proyecto asociativo.El hecho de que las planta-ciones ya hubieran alcanza-do cierta madurez y que va-rios de los agentes estuvie-ran cercanos a obtener la pri-mera cosecha, sin dudas ace-leró la constitución de la

82

cooperativa, para posibilitarla comercialización en formaconjunta.

Junto con el establecimientode la organización fueron es-tablecidas ligazones con di-versas entidades y actores,conformándose una red queincluye nodos locales y extra-locales. Dentro de los nodosextra-locales incluimos la re-lación con la Cámara Nacio-nal de Productores deArándanos y otros Berries,que el grupo contribuyó a fun-dar y en la que participan al-gunos de sus miembros asícomo los vínculos con gruposcooperativos de otras provin-cias. También la relación conla comercializadora, que po-demos calificar de contingen-

te, si se tiene en cuenta que elgrupo vendió consecutiva-mente a través de dos comer-cializadoras distintas y que setrata de una relación sujeta aredefinición, en función delos beneficios y/o perjuiciosobtenidos y la estructura deoportunidades percibida porlos productores.

Sin embargo, desde la pers-pectiva adoptada en este tra-bajo cobran particular interéslos nodos locales, en tantoque a partir de ellos puedepensarse en una incipienteredefinición de la insercióndel área estudiada en el espa-cio productivo regional. Losvínculos más relevantes sonlos establecidos con la cáma-ra económica local y con la

Cuadro Nº 1: Elementos de la red en torno al arándano

Tipo de vínculo Locales Extra-locales

Estables - Proveedor de plantines (integra el grupo)

- Escuela agropecuaria (predio en comodato)

- Cámara económica (asistencia técnica, lugar para reuniones)

- Estación técnica experimental, Sociedad rural (participación en jornadas u otros eventos)

- Universidad (contratación de un pasante)

- Instituto Provincial de Acción Cooperativa (IPAC)

Contingentes - Cooperativa eléctrica (espacio para reuniones)

- Gobierno municipal (préstamo de maquinaria para mover tierra)

- Comercializadora (venta de la producción)

- Gobierno provincial (crédito blando) - Cámara Nacional de Productores de

Arándano (jornadas de intercambio, lobby)

- Otros grupos de productores (intercambio de información, eventualmente acordar estrategias)

83

escuela agropecuaria y pre-sentan características relati-vamente estables.

La relación con la cámara lo-cal fue una de las primerasestablecidas por el grupo. Através de ella, accedió a unespacio donde poder reunirsey a instancias de capacitaciónen la temática asociativa; porsu intermedio se contactó conel gobierno local -lograndoque las actividades del grupofueran declaradas de interésmunicipal por el Consejo De-liberante- y con el gobiernoprovincial.

La cámara también canalizó elcontacto con la escuelaagropecuaria a través de unode sus técnicos, que tambiénintegraba la cooperadora de laescuela. A su vez el vínculocon la escuela le permitió algrupo acceder a un predio ubi-cado sobre la ruta encomodato por 25 años, dondepudo construir el galpón deempaque de la producción,permitiéndole avanzar en otrasetapas más allá de la propia-mente productiva y reteneruna mayor proporción del ex-cedente. A cambio de la ce-sión del predio, el grupo secomprometió a donar a la es-cuela las plantas para un huer-to experimental de arándano,

a aportarle el 5% de los exce-dentes obtenidos de la evolu-ción comercial4 , a colaboraren la capacitación de losalumnos en la temática delarándano y a otorgar pasantíasen los campos de los asocia-dos, entre otros.

Este acuerdo, además del ac-ceso a recursos, posibilita laparticipación de la comunidadeducativa del lugar en la pro-ducción del arándano, la difu-sión de las técnicas vincula-das a las diferentes etapas delcultivo y una mayor proyec-ción de las actividades delgrupo, contribuyendo, poresta vía, a la legitimación delmismo a nivel local. Ello re-sulta especialmente relevan-te si se tiene en cuenta que lamayoría de los agentes son deorigen extra-local y conservansu lugar de residencia fueradel partido.

La constitución de una coope-rativa les permitió a los pro-ductores estudiados compar-tir saberes y vinculacionesderivados de sus actividadesextraprediales –incrementarsu capital social en términosde Bourdieu-, lo que contri-buye a explicar la relativamen-te exitosa inserción del gru-po a nivel local y extra-local.Por otra parte, el mismo hecho

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de formar parte de un grupofacilitó, sobre todo en los ini-cios, el intercambio de expe-riencias y la contención mu-tua ante las dificultades deri-vadas de la incursión en unaactividad innovadora, de laque existían pocos anteceden-tes a nivel local -los disponi-bles en ese momento prove-nían en su casi totalidad defuentes privadas con interesesespecíficos, como los pro-veedores de plantines, lascomercializadoras-.

Un hecho a destacar es quedesde su conformación el gru-po viene manteniendo el es-quema de reuniones periódi-cas, con una fuerte participa-ción que es promovida desdeel Consejo de Administra-ción. En ellas se toman deci-siones relacionadas con lamarcha de la cooperativa peroa la vez se refuerza su exis-tencia como tal, ya que “laexistencia de una red de rela-ciones no es un don natural,ni tampoco un don social, sinoel producto de un trabajo deinstauración y mantenimien-to que es necesario paraproducir y reproducir esas re-laciones durables y útiles”.(Bourdieu, 1980). En estesentido, la continuidad deasistencia a las asambleas y elgrado de participación en las

mismas, van conformando elnúcleo que tiene mayor inci-dencia en las decisiones. Di-cho núcleo no es homogéneoen su proyecto asociativo, loque se vincula con la temáticaque consideramos central des-de la perspectiva del desarro-llo local y que trataremos enel próximo apartado al refe-rirnos a la temática de la in-clusión.

3. Potencialidades yrestricciones: latemática de la inclusión

Desde el punto de vista grupal,los agentes analizados pasaronpor distintas etapas: la primerafue la constitución de la ins-tancia asociativa y la adopciónde la forma cooperativa y lasegunda fue la construcciónde la planta de empaque de suproducción.

En la actualidad el grupo estáatravesando por una nueva eta-pa, aún no resuelta. Existe unadiscusión interna debido a queestá en juego una posibleredefinición del proyectoasociativo en torno a dos ejes:

a) cómo se ubica la coopera-tiva frente a los otros ac-tores de la cadena y

b) cómo se instala frente a lacomunidad local.

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Las temáticas emergentes deesta redefinición del proyec-to asociativo son relativas algrado de integración con lacomercializadora y la incor-poración de nuevos socios,temática ésta que los actualesintegrantes definen como “ladiscusión en torno al creci-miento”.

A continuación analizaremoslas implicaciones de cada unode estos temas:

a) El grado de integración conla comercializadora: el gra-do de libertad con respec-to al agente comercial sematerializa en el contrato,que establece el compromi-so de toda o parte de la co-secha a obtener por los pro-ductores y la duración deeste compromiso. Una si-tuación más cautiva se tra-duce eventualmente en elasesoramiento y la super-visión estrecha del cultivopor parte de la empresa yen la pérdida de otras op-ciones comerciales másconvenientes. Por otrolado posibilita “despreocu-parse” en alguna medida dela comercialización y au-mentar el peso económicoen un contexto en el queestán ingresando nuevosagentes a la actividad.

La empresa a través de lacual la cooperativa expor-tó sus últimas dos cosechasle ha ofrecido integrar lasociedad a partir de la com-pra de una acción, lo queforma parte de las estrate-gias actualmente desarro-lladas por los agentes co-merciales que apuntan aasegurarse cierto volumende fruta. Esta participaciónle permitiría a la coopera-tiva lograr una mayor pro-porción en el excedenteobtenido e incidir en algu-na medida en la definiciónde la estrategia comercialde una empresa bien posi-cionada en la cadena, concanales bien establecidos yuna sucursal en Chile. Sinembargo, dado que el pro-yecto de estos productoresera y es exportar por cuen-ta propia, algunos de ellosse inclinan por aprovecharesta oferta y lograr por estavía una mayor experienciaen la parte comercial, con-servando la posibilidad devender un porcentaje de laproducción por su cuenta oa través de otro agente, convistas a poder independi-zarse en un mediano plazo.

b) La incorporación de nue-vos socios: configura untema central, dado queposibilita la incorporación

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de capital para hacer fren-te a nuevas inversiones yaumentar el peso económi-co de la cooperativa. Sinembargo, un mayor creci-miento en el número desocios y en el volumen defruta procesada supone dis-poner de la capacidad nece-saria para brindar el servi-cio de empaque a los nue-vos que se integren y posi-blemente un cambio en laforma de gestión para ha-cer frente a necesidadesmás complejas. Como de-fine uno de los socios, éstees un “nudo” que va a serdifícil resolver, porque serelaciona con la visión quese tiene de la cooperativa,planteándose como unadiscusión con fuertes com-ponentes ideológicos:“Hay cooperativas que sonverdaderas sociedades anó-nimas. Hay cooperativasque sostienen una posibili-dad de que los productoresmantengan una ayuda coo-perativa, para mantener lacalidad del negocio, ayu-darse frente a fracasosclimáticos que pueda ha-ber, y aparte formar un gru-po, que les de ganas formarparte en ese grupo, que ten-gan incidencia en la comu-nidad [...] lo que pasa es quea los que levantan fuerte-

mente el instinto económi-co no les interesa la parti-cipación y el crecimientocomo grupo, que en vez denombrar gerentes para cadauno de los departamentosque van a ir surgiendo, sea-mos nosotros mismos losque podamos manejar”.(Entrevista a productor,2003, Caso Nº 5)El miedo a la pérdida departicipación que esgri-men los partidarios de aco-tar el ingreso a la coope-rativa es visto por quienessostienen la postura con-traria, como temor a lapérdida de control y comofalta de visión de las ame-nazas de un contexto en elque la incursión de agen-tes de mayor poder econó-mico y el aumento de laproducción de contra-esta-ción reduciría su capaci-dad de negociación con lascomercializadoras y conotros agentes.El cómo se resuelva este“nudo” tiene implicacionesen la manera como la coo-perativa será percibida porla comunidad en que se in-serta. En la actualidad, elingreso viene ligado a unaporte de capital, lo que depor sí establece una barre-ra. Pero cerrar explícita-mente el ingreso podría

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resultar contradictoriodesde el punto de vista delmismo “valor” que se de-fiende, el de la participa-ción. Resulta complejopensarla exclusivamentepara los que ya están, exclu-yendo la participación deeventuales interesados, por-que una de las característi-cas de los valores es su ca-rácter absoluto. La contra-propuesta de quienes estána favor de cerrar el ingresoes fomentar la creación enla zona de otros grupos co-operativos con los cualesestablecer alianzas:“Lo que ya planteé es favo-recer que la gente se metadentro del arándano y for-me otros grupos cercanosal nuestro, con la idea deldía de mañana poder aso-ciarnos en el momento dela exportación”. (Entrevis-ta a productor, 2003, CasoNº 5).Sin embargo, esta visión nonecesariamente es com-partida por el resto de losmiembros del grupo:“Cuando llegue la gente, ola podemos ir a buscar, esun tema de estrategia, elque te habla propicia quetengamos una cooperativafuerte, con buen caudal deproductores, con buen vo-lumen de producto. Es im-

portante tener masa crítica,y más en la zona, porquehay gente que está implan-tando. Esa gente no debe-ríamos dejarla librada a quela tome otro grupo o que seconforme en otra unidadeconómica. Me parece im-portante que se sumen a unúnico proyecto, el país deldivide y reinarás no sirve.Es malograr recursos, gen-te que va a tener que inver-tir en lo que nosotros ya in-vertimos, gente que va a te-ner que caminar un caminoque nosotros ya camina-mos, me parece más opor-tuno ofrecérselo.” (Entre-vista a productor 2003,Caso Nº 2)“Hay una realidad muytremebunda del mundo co-mercial. Hoy nos invitan detodos lados porque tene-mos algo de fruta, perocuando los productores deEntre Ríos que se estánponiendo con 100 hectá-reas tengan fruta, en unmomento dado vamos aquedar chiquititos. Y ojo, lademanda en otras partes delmundo va a variar respectoa la oferta, hay que estarpreparado para eso […], hayque tener un poco de visiónde futuro. Dentro de la gen-te que está en el extremoéste hay una cosa positiva

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que es la formación deotros grupos cooperativosque actúen entre sí. El temaes, ¿se van a formar?, poreso te digo que hay que in-vestigar, no nos quedemosen un idealismo”. (Entre-vista a productor 2003,Caso Nº 3)

La actual no profesionaliza-ción de las funciones clavede la cooperativa, ejercidaspor comisiones integradaspor los distintos socios esuna característica común delas organizaciones de peque-ños productores, a pesar delas diferencias que podemosencontrar entre los miem-bros de la organización es-tudiada y los que integranuna organización de estetipo. Como señala un estu-dio reciente (CEPA, 2003),la carencia de miembrosrentados para funciones es-pecíficas genera limitacio-nes para el desarrollo co-mercial, en tanto se depen-de del trabajo voluntario ode la disponibilidad de tiem-po de quienes tienen a sucargo dichas tareas.

Una mayor complej idadorganizativa se encuentra enlas organizaciones que hanincursionado en diferentesactividades, como la clasifi-

cación y acondicionamientode los productos, el controlde calidad de los productoscomercializados y la planifi-cación de la producción agra-ria, lo que se traduce en unarelación más pautada de lacooperativa con los socios, yel establecimiento de reglasclaras y compartidas -una ma-yor “institucionalidad” en lostérminos de North-. No ca-sualmente en el caso estu-diado, el reglamento internoaún tiene el status de borra-dor; no constituye una refe-rencia que permita dirimirlos conflictos al interior dela cooperativa.

Precisamente, el tipo de ser-vicios brindados a los asocia-dos es otro de los costadosen que aún falta definir elproyecto asociativo: Hay so-cios que ven a la cooperativaocupándose exclusivamentede la parte comercial y otrosque le demandan mayor varie-dad de prestaciones, como elasesoramiento a campo o ladivulgación de informacióntécnica confiable. Estos te-mas se revelan como centra-les en el corto plazo por laimportancia que vienen ad-quiriendo las buenas prácti-cas en una producción queestá totalmente orientada ala exportación.

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Otro de los temas pendientesde definición dentro del pro-yecto asociativo se relacionacon el logro de una mayortrascendencia a nivel local, através de la generación de ini-ciativas no vinculadas a lasnecesidades de la cooperati-va, sino que apunten a incidirsobre otras esferas, como elnivel de empleo o el bienes-tar comunitario:

“¿Tienen articulaciones conotros productores de lazona? No, yo personal-mente ahí soy más crítico,creo que tenemos que tra-bajar más con la comuni-dad. Somos a los ojos de lacomunidad […] foráneos,es como que estás hacien-do una gran fiesta en la casade otro, vos te estás divir-tiendo, pero no participa elresto de la comunidad.

¿Cómo debería ser?Debería tener una aperturamayor […] El planteo queuno se tiene que hacer escómo te relacionás con losotros sectores producti-vos, cómo demandás servi-cios de la comunidad […].hay complementariedadesproductivas en la zona queno estamos aprovechando”.(Entrevista a productor,2003, Caso Nº.2)“Nosotros tenemos unaidea de promover la pro-ducción a muy pequeñosproductores desde la coo-perativa, no para que sehagan socios, porque elque t iene un cuarto dehectárea no puede pagar loque nosotros pedimoscomo ingreso, pero sícomo una manera de ayudaa la comunidad […] fue

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una idea que charlamos.Pensábamos que la pro-moción puede estar a car-go de la municipalidad, lascharlas las daríamos no-sotros. Nosotros facilita-ríamos la venta. Las plan-tas se pueden hacer, nohace falta que se com-pren, sino a través de in-jertos”. (Entrevista a pro-ductor 2003, Caso Nº 7)“Creo que podemos sermucho más eficientes des-de otro lugar. Se podríanhacer donaciones de fruta,estar más con los comedo-res. Podríamos ser más ac-tivos […] me da la impre-sión de que tendríamosque armar trainees conesto, debería haber comoun semillero […], no sé sies real el aporte que hace-mos a la comunidad”. (En-trevista a productor 2003,Caso Nº 9)

La generación por parte de lacooperativa de iniciativas ha-cia la comunidad permitiríaque ésta se convirtiera en ver-dadero agente del desarrollolocal y en vértice de una nue-va inserción del ámbito estu-diado desde el punto de vistaproductivo. Iniciativas comolas mencionadas contribuiríantambién a la legitimación delproyecto asociativo, pero po-

siblemente generen ciertas“fricciones” con la búsquedade utilidades que se planteacualquier entidad de este tipo.Sin embargo, tanto en estetema como en el relacionadocon la integración de nuevossocios, estaría en juego el gra-do de inclusión social de lacooperativa.

4. Consideraciones finales

El caso estudiado muestraque la constitución de losagentes productivos se viofacilitada por la conforma-ción de un actor colectivo -la cooperativa- y por el es-tablecimiento de vinculacio-nes con instancias interme-dias -la escuela, la cámaraeconómica, los gobiernoslocal y provincial-. Se haconstituido una red con fuer-te presencia de elementoslocales a partir de la cualpodrían generarse otras ac-tividades de la cadena deproducción del arándano obien act iv idades comple-mentarias, que permitieranla inclusión de mayor canti-dad de agentes de modo desentar las bases de un proce-so de desarrollo local.

El caso también muestra quetanto la cooperativa como lasredes en que ésta se incluye

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son espacios en constanteconstrucción y redefinición.No todas las visiones son ho-mogéneas y no todos losmiembros de una organiza-ción de estas característicastienen los mismos interesesy son conscientes de lasimplicaciones de haber adop-tado esta forma asociativa.Como señala uno de ellos,“uno piensa que se va a reunirpara vender lo mejor posible,pero después aparecen otrosaspectos que son importan-tes”. (Entrevista a productor2003, Caso Nº 3).

Este proceso de redefiniciónse verifica porque en la me-dida que se integran nuevossocios, aparecen miradas queantes no existían. Más deci-sivo resulta sin embargo quela cooperativa es una formahíbrida: se basa en la igual-dad y la participación perodebe obtener excedentes.Pertenece al ámbito de la“economía social”5, pero estáinserta en un contexto en elque existen fuertes presionespara el incremento de escalay el logro de una mayor efi-ciencia y nivel tecnológico.En este sentido, ello puededesembocar a futuro en dostipos diferentes de estrate-gias organizativas (Renold yLattuada, 1999):

a) La “mutualista”, que pro-mueve retomar con mayorvehemencia un acerca-miento entre los principioscooperativos y las prácti-cas institucionales, enfati-zando los principios de so-lidaridad y ayuda mutua y laparticipación democráticaa partir de estrategias quecontemplen con mayor in-tensidad los intereses delos asociados, un desarro-llo institucional acotado ensu expansión geográficaque posibilite la participa-ción directa de los miem-bros, y reducida compleji-dad burocrática institu-cional, reflejada en un nú-mero reducido y eficientede personal, con escasadiferenciación jerárquicainterna, e ingresos que nosignifiquen una ruptura conlos principios y caracterís-ticas socioeconómicas delos asociados.

b) La “empresarial”, que bus-ca reducir las diferenciasentre las cooperativas y lasempresas de capital, con elobjetivo de superar las res-tricciones que les impedi-rían responder con mayoreficacia a los desafíos delcontexto. Esto requiere laadopción de una mayor en-vergadura económica y

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complejidad institucional,así como expandir su radiode acción a latitudes im-pensadas para sus asocia-dos, derivadas de las nece-sidades de escala y gradode integración de las ope-raciones a encarar. Implicatambién operar con terce-ros no asociados, consti-tuir empresas de capital pri-vado, como sociedadesanónimas subordinadaspara determinadas opera-ciones, o alianzas estraté-gicas con empresas privadasde capital independiente.Estas actividades requierendelegar las principales fun-ciones de administración ycontrol en cuerpos profe-sionales no asociados. Elmayor grado de compromi-so de los asociados, lejosde ser buscado a partir dereforzar los principiosideológicos, o del sistemade clientela abierta previo,se plantea a través de unasubordinación explícita ycontractual, formas com-pensatorias diferenciales delcapital invertido, y derechosde decisión ponderados deacuerdo al tipo de decisio-nes a adoptar y al grado deaporte o uso realizado.

En el caso estudiado, los pro-pios miembros son conscien-

tes de que se va a producir uncambio al interior de su orga-nización, pero su final estáabierto: es posible que la coo-perativa mantenga la formalegal pero cambie su forma degestión, que se transforme enun tipo de sociedad comer-cial; etc. La paradoja es queno existen visiones mutualis-tas o empresariales puras enlos miembros del grupo, és-tos recogen aspectos de una yotra vertiente, en un procesode mediación no exento deconflictos. El punto es que laresolución de las tensioneshoy presentes tiene una inci-dencia que excede a la propiacooperativa, porque formaparte de un medio local que laidentifica y la percibe comoun agente dinámico respectoal resto y por lo tanto, abrigaciertas expectativas en tornoa ella.

En este sentido, las vincula-ciones que se establezcan anivel local con otros gruposproductivos - estén o no de-dicados a la producción dearándano - y con entidades in-termedias parece un camino aexplorar en este proceso decambio, en tanto posibilitaríala constitución de un verdade-ro medio innovador que latrascienda como entidadasociativa.

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Notas

1 Este enfoque, preocupado por las condiciones que posibilitan lacompetitividad en una economía globalizada, considera que la misma noestá tanto basada en la dotación de factores productivos, sino que se tratade un fenómeno sistémico. Viene dada por las características del entorno,que sea propicio a la innovación. Entornos de este tipo se diferencian poruna alta asociatividad y por la presencia de mecanismos formales e infor-males de intercambio, que posibilitan la transmisión del conocimiento en-tre los agentes. (Para una síntesis de las diversas corrientes dentro de esteenfoque, véase el trabajo de Schejtman y Berdegué, 2003).

2 La inversión por hectárea ronda los UsS 10.000 (Entrevista a Informanteclave No.2, 2002), aunque otras fuentes hablan de precios superiores.

3 Estos datos de unidades productivas corresponden a fines del 2001, yprovienen de la Cámara Argentina de Productores de Arándanos y otrosBerries. Cabe señalar que es difícil estimar el número real de productores,debido a la conformación de sociedades y la participación de algunosagentes en más de una sociedad.

4 La Ley de Sociedades Cooperativas 20.337 establece que el 5% del exce-dente debe ser destinado a un fondo de educación y capacitación coope-rativa.

5 “El concepto de “economía social” puede ser interpretado desde un enfo-que jurídico institucional que identifica como principales formas a lasempresas cooperativas, las sociedades mutualistas y las asociaciones, asícomo desde la perspectiva de los principios que dichas entidades tienenen común: finalidad de servicio a los miembros o a la colectividad en lugarde beneficio; autonomía de gestión; procesos de decisión democrática yprimacía de las personas y del trabajo sobre el capital en el reparto de losbeneficios (Defourny, Develtere, Fonteneau, 2001).

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Desafíos para las cooperativasen Misiones: experiencias deeconomía social en el escenariolocal y regional*por Alejandro Daniel Oviedo** y Javier Gortari***

* El trabajo sintetiza los resultados de un estudio realizado en el marco deun convenio entre la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de laUniversidad Nacional de Misiones y la Secretaría de Acción Cooperativa,Mutual, Comercio e Integración del Gobierno de la Provincia de Misiones.Participaron en las tareas de relevamiento de datos los alumnos y egresadosdel Profesorado en Ciencias Económicas: Sonia Paiva, Aníbal Sena, CarlosBogado, Silvia Hauser y Edgardo Rios.

** Licenciado y Magister en Antropología Social – Investigador Indepen-diente y Profesor en las cátedras de Economía Social y de Economía Polí-tica - Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la UniversidadNacional de Misiones. Coordinador del proyecto de extensión Conveniocon la Secretaría de Acción Cooperativa, Mutual, Comercio e Integración,Gobierno de la Provincia de Misiones. E-mail [email protected]

*** Economista y magister en Administración de Programas Sociales. Decanode la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Na-cional de Misiones. Profesor Titular Regular de Economía Política. Inves-tigador y extensionista en temas de Economía Social y Regional. [email protected]

Resumen

Históricamente las experien-cias asociat ivas han sidoconstitutivas de la actividadproductiva y la generaciónde trabajo en la provincia deMisiones. Desde el año1926 en que se constituyó laprimera cooperativa, éstas

no han dejado de multipli-carse expandiendo su núme-ro y diversificando sus acti-vidades.

El lanzamiento del Mercosurgeneró fuertes expectativaspara la provincia, ubicada es-tratégicamente en la región

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del noreste argentino y confuertes vínculos con los es-tados vecinos del sur de Bra-sil y de Paraguay. Sin embar-go las fluctuaciones en eltipo de cambio y las asime-trías entre las políticas eco-nómicas siguen produciendoincertidumbres.

La imposición de un mode-lo económico l iberal yconcentrador en las últimastres décadas excluyó a am-pl ios sectores sociales ytambién significó un durogolpe para las cooperativasque debieron afrontar la re-cesión, diversos problemasfinancieros y en especial lacaída en el precio de sus pro-ductos tradicionales.

Mientras se retraían las po-líticas públicas y crecían lasdemandas sociales, en mu-chos casos fueron las coo-perativas y otras organiza-ciones sol idar ias las queafrontaron los efectos de lacrisis social y económica encada localidad. Las potencia-lidades crecientes de estasiniciativas se enfrentan hoyal desafío que les impone unescenario macroeconómicoen transformación y la exi-gencia de contribuir a un de-sarrollo local equitativo ysolidario.

Introducción

Entre las características eco-nómicas, sociales y culturalesque históricamente constitu-yeron la particularidad de laregión fronteriza de Misiones(Argentina, Brasil, Paraguay)resalta la importancia de laconfiguración de variadas for-mas asociativas, con una par-ticipación activa de numero-sos pequeños productores,trabajadores y profesionalesque aportan diariamente suesfuerzo y su iniciativa para elbienestar de los socios y ensolidaridad con la comunidad.La provincia de Misiones, conun clima y un suelo propiciospara la producción agrope-cuaria, presenta una importan-te proporción de la poblaciónque trabaja en actividadesagroindustriales, especial-mente en la producción de ali-mentos. Mantiene una rela-ción fluida con los estadosdel sur de Brasil y del sur deParaguay, región con un mo-vimiento cooperativo fuerte,y una ubicación estratégicaen el nuevo escenario econó-mico del Mercosur. Sin em-bargo, no siempre se valoróla importancia que tienen yhan presentado históricamen-te las cooperativas, comoprotagonistas de la actividadproductiva y de servicios en

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distintas localidades del inte-rior de la provincia, y en al-gunos casos con trascenden-cia provincial y regional.

Acompañando el proceso decolonización y con el aportede experiencias de organiza-ciones solidarias creadas porlos inmigrantes, fueron sur-giendo en distintas localida-des los primeros intentos deformación de asociaciones,que se consolidaron en 1926con la constitución legal deprimera cooperativa. En for-ma paralela al crecimiento dela superficie cultivada, se ex-pandió el número y la impor-tancia económica de las coo-perativas, primero de carácteragrícola, y paulatinamente in-corporando otras actividades.Para el año 1970, la mitad delos productores agrope-cuarios de la provincia parti-cipaban de alrededor de 45cooperativas agrícolas(Carbonell de Masy , 1983).

El reciente surgimiento deincipientes cooperativas deproductos no tradicionales(miel, azúcar orgánico, pesca-do, frutihortícolas, aves, etc.)y las inversiones de reconver-sión productiva en cítricos yproductos de frigoríf ico,plantean alternativas novedo-sas, aunque con algunas difi-

cultades para su consolidaciónen los mercados interno o ex-terno. El crecimiento de lasciudades y la necesidad de pro-veer energía eléctrica, agua yotros servicios a la población,dio lugar a la expansión de lascooperativas de servicios pú-blicos, que son las que máshan crecido en patrimonio yen cantidad de asociados enlos últimos años. La diversi-ficación de los servicios queofrecen a sus socios (telefo-nía, conexión a Internet, TV porcable, distribución de gas, tu-rismo etc.), es el mayor desa-fío que enfrentan actualmente.

Un fenómeno más reciente,aunque de creciente importan-cia, es la constitución de lascooperativas de trabajo, crea-das con el objetivo de enfren-tar los altos índices de des-ocupación y las dificultadesque resultaron del modeloeconómico de exclusión so-cial implementado en la déca-da de 1990. Es notorio ade-más el desarrollo de nuevascooperativas de consumo yprovisión que surgen para sa-tisfacer necesidades de losasociados en su carácter deconsumidores mediante el su-ministro de artículos y servi-cios en condiciones más con-venientes en cuanto a precio,calidad y oportunidad, así

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como los proyectos recientesdel gobierno nacional orien-tados a promover la construc-ción de vivienda de interéssocial con mecanismos definanciamiento para la cons-trucción y el acceso a la vi-vienda a través del sistemacooperativo.

La importancia creciente delsector cooperativo en la pro-vincia de Misiones se apreciaen las inversiones que canali-zan aportes de capital de lossocios, materializando el aho-rro social. Así se han consti-tuido paulatinamente en mo-tores de varias localidades delinterior, siendo en muchoscasos las organizaciones másimportantes en cuanto a losrecursos económicos quemovilizan y a la generaciónde fuentes de trabajo. Aunqueactualmente algunas coopera-tivas se encuentran endeuda-das, o con limitaciones parareconvertir su actividad, esjustamente frente a este esce-nario de problemas financie-ros, fluctuaciones en el tipode cambio, crecientes exigen-cias de comercialización,pero sobre todo caída en losprecios de los productos pri-marios, que las cooperativasmostraron su vitalidad y susprincipios solidarios paraafrontar las dificultades.

Transformaciones en elcontexto

El surgimiento de las coope-rativas en Misiones, a princi-pios del siglo XX, se produjoen un contexto en que prácti-camente no existían institu-ciones públicas, ni privadas,que impulsaran la actividadeconómica local. Las empre-sas extractivas que hasta esemomento lideraban la expan-sión de la frontera económi-ca, canalizaban la mayor partede sus recursos fuera de laregión, poco interesadas enlas consecuencias sociales oambientales de su actividad.Por su parte, la intervencióndel gobierno que controlabaeste “territorio nacional” eralejana y con escasas políticaseconómicas de apoyo a lospequeños productores y a loscolonos inmigrantes.

En este sentido las coopera-tivas se constituyeron comoorganizaciones pioneras en laexpansión del frente agrícolay responsables en muchos ca-sos de la conducción de lasactividades productivas loca-les, muchas veces anterioresy más importantes que lospropios municipios. Quedapendiente un análisis históri-co más detallado que permita

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identificar los momentos y lasrazones por las cuales algunascooperativas dejaron de fun-cionar. Tal vez, uno de losmomentos más críticos fue enel contexto de la crisis eco-nómica financiera que seagudizó desde mediados de ladécada de 1990. Las altera-ciones en las reglas operativasde los mercados, la elimina-ción de los mecanismos pú-blicos de control, la privatiza-ción y desregulación de losservicios y la apertura econó-mica a productos importados,condicionaron el funciona-miento de las cooperativas.

La globalización como con-texto socioeconómico, aun-que también como ideología,exacerbó las exigencias deeficiencia y rentabilidad, fo-mentando el individualismopor sobre las relaciones soli-darias. La carrera por la incor-poración de tecnología depunta, las inversiones orien-tadas al mercado global y lareducción de costos para me-jorar la competitividad (flexi-bilidad laboral), fueron pre-sentados en los años 1990como los presupuestos de la“racionalidad económica”. Elclima ideológico, el cambiode las reglas de juego, lavolatilidad financiera y la pér-dida de representatividad de

algunos dirigentes afectaronlas prácticas de muchas orga-nizaciones, que alejándose delos principios cooperativos yaún de sus propios estatutos,pasaron a operar con la mis-ma lógica que las empresasprivadas. Por mencionar elcaso de la yerba mate, la eli-minación de la ComisiónReguladora de la Yerba Mate(1991), abrió una competen-cia exacerbada con lossecaderos y con los acopiado-res privados, para desembocaren una abrupta caída del pre-cio pagado a los productoresprimarios por la hoja verde,del que las cooperativas no sepudieron sustraer.

En contrapartida, la especia-lización de las cooperativas enla industrialización y comer-cialización, no significa queéstas hayan relegado los ries-gos inherentes a la producciónprimaria, como es el caso demuchos acopiadores privados.Existen diversos mecanismosde redistribución de riesgos yde apoyo mutuo para enfren-tar las dificultades en formasolidaria y en este caso qui-zás pueda considerarse la re-ducción de la rentabilidad, aligual que el diferencial deprecio pagado a los producto-res respecto a los “precios delmercado”.

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El surgimiento de numerosascooperativas en la década de1990, debe ser analizado enprofundidad, aunque puedevincularse a la necesidad delos pequeños productores dehacer frente a la concentra-ción económica alentada porel modelo neoliberal y la re-tracción del Estado en la re-gulación del mercado. En estecontexto y ante la potenciali-dad de las organizaciones dela economía social, las coo-perativas enfrentan el desafíode constituirse en pioneras,esta vez de estrategias de undesarrollo local más equitati-vo, solidario y sustentable.

Importancia de lascooperativas

Ante las profundas transfor-maciones económicas queatraviesa la Argentina y elMercosur, se plantea la cre-ciente necesidad de contarcon información actualizada yconfiable para «evaluar la im-portancia de las cooperativasen distintos sectores y ramasde la actividad económica»1 .Si bien existen diversas for-mas jurídicas o institucionalesque confluyen en el campo dela economía social, por la im-portancia relativa y por la pro-fundidad histórica, son las ex-periencias cooperativas las

más difundidas y consolidadasen la provincia de Misiones.Aunque también existen di-versas mutualidades y nume-rosas asociaciones, estas úl-timas son iniciativas más re-cientes.

Algunas organizaciones noestán registradas y funcionancomo asociaciones de hechoy gran parte de las que eligie-ron una figura jurídica ampa-rada por la ley se organizaroncomo cooperativas, bajo cri-terios democráticos, solida-rios, de autonomía y de servi-cio a la comunidad. Además deestar registradas a nivel na-cional en el Instituto Nacio-nal de Asociativismo y Eco-nomía Social (INAES), lascooperativas y las mutualida-des en la provincia de Misio-nes están inscriptas en la Se-cretaría de Estado de AcciónCooperativa, Mutual, Comer-cio e Integración2 .

A los fines de contar con in-formación actualizada de lascooperativas que se encuen-tran en actividad, se decidiórecurrir en primer lugar a lainformación presentada porlas propias cooperativas: lasMemorias y Balances que con-signan las principales activi-dades y la síntesis de los mo-vimientos económicos de la

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organización, requisito quedeben cumplir anualmente3 .También se advierte la impor-tancia de incorporar al análi-sis las decenas de nuevas coo-perativas que aunque no pre-sentaron su primer balance,están legalmente registradas.

Una constatación respecto alconjunto del sector coopera-tivo es la importante disper-sión de las formas de organi-zación cooperativa en todo elterritorio de la provincia deMisiones, para destacar quemuchas de ellas son funda-mentales en la dinámica eco-nómica local. Por las razoneshistóricas y económicas antesmencionadas, la zona centroes la más importante, seguidade la zona sur, aunque en losúltimos años se han expandi-do en otras localidades.

La cooperación se ha conver-tido en un gran árbol cuyasramas no cesan de ramificar-se: a las tradicionales coope-rativas agrícolas, se han suma-do paulatinamente las de ser-vicios públicos, las de traba-jo, de consumo, de vivienda yde educación, entre otras. Laorganización cooperativa yano es sólo patrimonio de losproductores agrícolas (aque-llos colonos yerbateros, pio-neros en esta forma de asocia-

ción), sino que se han incor-porado productores de otrasramas económicas, proveedo-res de servicios, profesiona-les y más recientemente ungran número de trabajadores.

Entre las cooperativas agroin-dustriales de la provincia deMisiones, las yerbateras hansido tradicionalmente las másimportantes en número y nosólo en acopio de hoja verdey producción de yerba can-chada, sino también en la mo-lienda y envasado, e incluso enla comercialización en elmercado interno y en la ex-portación. Sin embargo, se hanconsolidado nuevas modalida-des de producción e industria-lización bajo la forma de coo-perativas apícolas, avícolas,acuícolas, frutihortícolas, yforestales. Si bien numerosassiguen especializadas en laactividad que les dio origen (laproducción, por ejemplo),otras, han avanzado vertical-mente en la industrializacióny comercialización, o se hanexpandido horizontalmenteincorporando nuevos produc-tos o servicios. Algunas handebido reconvertirse en elmarco de la caída de los pre-cios de los productos agríco-las tradicionales, o de la ex-cesiva concentración delmercado.

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En el caso particular de lascooperativas de servicios pú-blicos, muchas han afrontadoel desafío de incorporar nue-vos servicios a los que pres-taban tradicionalmente a susasociados, con el objetivo demejorar la calidad de vida delos socios y de la comunidaddonde se insertan.

Una mención especial mere-cen las cooperativas de traba-jo, que si bien incluyen acti-vidades de producciónagropecuaria y forestal, de in-dustrialización y de provisiónde servicios, se diferencian delas restantes por su particularforma de organización en tor-no al trabajo de los propiossocios de la cooperativa. En-tre las actividades figuran tra-bajos para empresas de indus-trialización de la madera,construcción de viviendas,transporte, entre otras, y ac-tividades autónomas comoservicios de construcción,domiciliarios o tareas agríco-las y forestales. Novedosa esla asociación de profesiona-les médicos o de la educaciónbajo este tipo de cooperativa,para prestar de manera con-junta estos servicios.

Entre las cooperativas de ser-vicios, se incluyen las de pro-visión o prestación a sus aso-

ciados o a terceros de servi-cios de comercialización,consumo, provisión deinsumos, crédito, construc-ción, vivienda, educación,médicas, entre otras. Esto nosignifica que los otros tiposde cooperativas no tengan al-gunas de estas actividadescomo complementarias.

Consideradas en su conjuntolas cooperativas activas en laProvincia de Misiones sonimportantes, no sólo en núme-ro, sino también por sus ingre-sos anuales y por su patrimo-nio. También son generadorasde puestos de trabajo, aunquese trate en mayor medida deempleos transitorios. Perotambién es importante marcaralgunas diferencias entre laspropias cooperativas, paraevitar ciertas simplificacio-nes que esconden la heteroge-neidad del sector.

Diferencias entrecooperativas

Existe una distancia muy am-plia entre las pequeñas coo-perativas recientemente cons-tituidas (con 10 socios queademás aportan su propio tra-bajo) y las grandes cooperati-vas de servicios públicos conmiles de asociados y gran can-tidad de empleados (la mayor

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cuenta con más de 20.000 so-cios y casi 200 empleados).Esto significa un desafío parael análisis y para la elabora-ción de políticas públicas,porque aunque legalmentecompartan la figura de coope-rativa, las pequeñas y las gran-des tienen características muydiferentes, tanto en las posi-bilidades de participación delos socios en la organizacióny en la toma de decisiones,como en el peso social y eco-nómico como generadoras defuentes de trabajo, de bienesy de servicios a nivel local.

Al respecto pueden mencio-narse algunas organizacionescomo las cooperativas de ser-vicios públicos en la que seplantean diferencias en elinvolucramiento de los sociosque van desde aquellos queparticipan como ‘miembrosplenos’, hasta quienes simple-mente reciben los serviciosde la cooperativa como ‘usua-rios’.

El número de socios es varia-ble según los tipos de coope-rativas, aunque también inci-de en su tamaño el año de fun-dación, ya que las cooperati-vas que permanecieron activaspudieron ir creciendo en nú-mero de socios a medida quese consolidaban y expandían.

En contraste, entre las nuevascooperativas (2001-2003),ninguna supera los 45 socios.

Aunque en la mayoría de losbalances relevados no figura-ba explícitamente el númerode empleados, se trató de es-timar este dato a partir de losgastos anuales por remunera-ciones El 40 % de las coope-rativas activas tienen menosde 5 empleados, y de ellas lamayoría cuenta con uno o dosempleados. En el otro extre-mo, 5 grandes cooperativasson responsables por la con-tratación de más de 1.000empleados.

Para complementar el análi-sis acerca de la importancia delas cooperativas como gene-radoras de empleo, es nece-sario relacionar el indicadorde empleados permanentes ytransitorios, con el número desocios. Esta relación quedaexplícitamente marcada en elcaso de las cooperativas detrabajo, donde los propios so-cios son al mismo tiempoquienes ponen a disposiciónsu trabajo y quienes generanlas actividades o servicios enlos que se emplean. Sin em-bargo es también relevante laimportancia del trabajo delsocio y su familia en las acti-vidades de las cooperativas

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agroindustriales y de servi-cios, sobre todo en aquellasmás pequeñas. A esto deberíaagregarse el empleo indirec-to que genera la actividad coo-perativa, aspecto que deberíaser objeto de un estudio enprofundidad.

Situación económica4

Entre los indicadores cuanti-tativos, no siempre losindicadores de patrimonio ylos de movimientos económi-cos registrados en las coope-rativas son los que puedenbrindar mayor certeza y pre-cisión, debido a que no todaslas actividades de las coope-rativas están monetizadas (tra-bajo para la comunidad, apor-tes solidarios, trabajo volun-tario de los socios, contribu-ciones en producto, serviciosno remunerados, etc.) y mu-chas de ellas se canalizan pormecanismos informales queno siempre quedan explícita-mente registrados.

Tomando en cuenta estas limi-taciones consideramos el di-nero que ingresa anualmentea las cooperativas por todoconcepto, para destacar queentre las de mayores ingresosse encuentran las cooperati-vas eléctricas y las coopera-tivas yerbateras, aunque con-

tar con altos ingresos no sig-nifica una buena performanceeconómica durante el año,máxime en un contexto de cri-sis y de caída de los preciosde los productos agrope-cuarios tradicionales.

Para avanzar en el análisis seconsideró el resultado econó-mico, que fue relacionado conel patrimonio de la coopera-tiva. Al respecto se crearoncuatro categorías que brindanuna visión simplificada de lasituación económica de lascooperativas activas en el añode referencia. No obstante lasdificultades por la que atrave-só el sector cooperativo en laúltima década y de algunos pro-blemas financieros que aúnsubsisten, vemos que más dela mitad de las cooperativasactivas están creciendo (patri-monio y resultado positivo)5 .

Sin embargo, no se puede sos-layar el hecho de que otrascooperativas (40) estaríanatravesando dificultades (pa-trimonio positivo y resultadonegativo) que se reflejarían eningresos inferiores a losegresos, con diferente impac-to sobre su patrimonio. La si-tuación económica más críti-ca es la que atraviesan las coo-perativas en crisis (10) (patri-monio negativo y resultado

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negativo) que además mues-tran un porcentaje muy alto deincidencia de los resultadosnegativos que vienen a agra-var una situación patrimonialya negativa.

Diferente es la perspectiva delas cooperativas que se en-cuentran en recuperación(patrimonio negativo y resul-tado positivo) y no obstanteestar endeudadas han mejora-do su situación a través demayores ingresos (o menosegresos). Aunque nos hemosconcentrado en los datoscuantitativos provenientes deltipo de documentación rele-vada, sabemos que para eva-luar la importancia de las coo-perativas en Misiones es ne-cesario considerar otras di-mensiones y utilizar ademásun enfoque cualitativo. Lascooperativas no sólo estáninfluenciadas por el contexto,sino que muchas de ellas hanadquirido una importancia fun-damental por su impacto eco-nómico y social a nivel local,que no puede quedar ausentedel análisis, aunque a vecessea difícil de cuantificar.

Por lo tanto, las ‘políticas parael sector ’ no deberían seridénticas para las pequeñascooperativas y para las gran-des, para las antiguas y para las

de reciente formación, paralas de servicios públicos y lasde trabajo. Tampoco requie-ren el mismo tipo de apoyolas que tienen dificultades fi-nancieras y las que presentanproblemas productivos, lasque atraviesan situaciones decrisis y las que están en cre-cimiento, las fuertemente vin-culadas a la comunidad localo las que producen para elmercado nacional o externo.

Las cooperativas en elmarco de la economíasocial

Entendemos que el campo dela economía social es comple-jo, dinámico y las ciencias so-ciales están lejos de encontrarcriterios unívocos para deli-mitarlo. A la definición por lanegativa (sin fines de lucro,apartidarias, etc.) que distinguea las iniciativas de la econo-mía social tanto de las empre-sas del sector privado, comode los organismos del sectorpúblico, hay que añadir un pro-fundo debate acerca de las ca-racterísticas propias que lasdefinan. La adopción de un es-tatuto cooperativo, es un in-dicador importante, pero nogarantiza por sí sólo la perte-nencia de una organización a laeconomía social. Algunas em-presas tienen de cooperativo

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solo el nombre, debido a queen la práctica el comporta-miento de sus dirigentes re-sulta similar al de patrones/propietarios, o porque en mu-chos casos se pone en primerlugar la obtención de lucro su-bordinando otros objetivossociales. En otros casos, lapresión partidaria o de algu-nos funcionarios desvirtúa lademocracia interna, confun-diendo los intereses colecti-vos con los particulares.

Si la economía social agrupaa las actividades económicasejercidas por sociedades,principalmente cooperativas,mutualidades y asociacionescuya ética se traduce en losprincipios de finalidad de ser-vicios a los miembros o a lacolectividad en lugar de bene-ficio, autonomía de gestión,procesos de decisión demo-crática y primacía de las per-sonas y del trabajo sobre elcapital en el reparto de losbeneficios” (Defourny;Develtere, 2001), al compar-tir con las políticas públicasel fin de servicio, las coope-rativas aparecen como sujetoscolectivos más afines para eldiseño y la implementación deacciones en las comunidadesen las que se encuentran in-sertas, a las que conocen enmuchos casos por prestar ser-

vicios públicos, o por los vín-culos con ella establecidos6.

En numerosas localidades delinterior de la provincia, juntocon los municipios constitu-yen la única estructura admi-nistrativa organizada y con ex-periencia en gestión que pue-de canalizar recursos con fi-nes sociales.

Por esta razón nos parece fa-vorable la reciente convoca-toria de Promoción Federal deCooperativas y Mutuales en elmarco del Plan Nacional deDesarrollo Local y EconomíaSocial «Manos a la Obra», conuna línea crediticia desarro-llada desde el Fondo de Capi-tal Social (FONCAP) destina-da a que puedan actuar comomicro-bancos locales y re-gionales7 . La Universidad Na-cional de Misiones está encondiciones de apoyar estainiciativa con equipos inter-disciplinarios de asistenciatécnica y seguimiento de pro-yectos y coincide además conla iniciativa en marcha deconstituir un Banco Coopera-tivo en la Provincia de Misio-nes8 , con el fin de atender lasiniciativas de la economía so-lidaria que hoy no califican enfunción de los criterios derentabilidad establecidos porlos bancos privados.

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Al mismo tiempo, los princi-pios de autonomía de gestióny los mecanismos de demo-cracia interna (“una persona,un voto”) exigen una mayorparticipación de los socios yun seguimiento directo de lagestión de los delegados ele-gidos. La permanencia de al-gunos dirigentes en los cargosdecisorios durante largos pe-ríodos y la presión ejercidapor los partidos políticos so-bre la conformación de listaspara las elecciones de las co-misiones9 , llaman la atenciónacerca de las dificultades paraponer en práctica estos prin-cipios. Este quizás es uno delos temas más importantespara incluir en los proyectosde capacitación de los actua-les y de los jóvenes coopera-tivistas.

Respecto al cuarto principio,la primacía de las personas ydel trabajo sobre el capital, nosolo se muestra a la hora derepartir utilidades monetarias,sino que forma parte de lasdecisiones permanentes delas cooperativas solidarias,como en el caso de los mejo-res precios que pagan a susmiembros al recibir los pro-ductos agropecuarios10. No espertinente entonces, conside-rarlas con los mismos crite-rios de rentabilidad o eficien-

cia que se aplican a cualquierotra empresa privada ya que ensu mismo estatuto las coope-rativas se constituyen con la‘finalidad de servicio a losmiembros o a la colectividad’por sobre los ‘fines de lucro’.

Reflexiones finales

La proyección de algunas coo-perativas en el marco de laeconomía social exige pro-fundizar el análisis acerca dela concreción efectiva de losprincipios cooperativos en lapráctica, así como de los me-canismos de participación de-mocrática de los socios, laautonomía y los vínculos conla comunidad. Muchas de lascooperativas analizadas tienenuna función social insustitui-ble, que difícilmente puedencumplir las empresas privadasde producción de bienes y ser-vicios y que en algunos casosson difíciles de alcanzar porlas políticas públicas.

Si bien existen varios estu-dios de caso sobre las carac-terísticas de algunas coopera-tivas, se hace necesario unanálisis de conjunto más pro-fundo que permita identificaraquellas cooperativas que enla práctica se acercan a losprincipios de la economía so-cial y que incorpore al análi-

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sis otras experiencias no for-malizadas jurídicamente, peroimbuidas del mismo espíritusolidario y de autosusten-tación económica, tales comola organización de Asociacio-nes de Ferias Francas de Pe-queños Productores Agrope-cuarios o de microemprendi-mientos productivos asocia-tivos apoyados por diversosprogramas.

Recuperando la actividad quese desarrolla en un organismopúblico como la Secretaria deEstado de Acción Cooperati-va del Gobierno de la Provin-cia de Misiones, con los apor-tes de investigación, exten-sión y postgrados de la Uni-versidad Nacional de Misio-nes, la profundización del tra-bajo sólo se podrá sustentarcon la participación y el apor-te de las organizaciones re-presentativas del sector co-operativo y de las políticaspúblicas nacionales para supromoción y fortalecimiento.

Las actividades y los resulta-dos de un trabajo conjuntopueden contribuir a proveerinformación actualizada parala toma de decisiones por par-te de las cooperativas de Mi-siones y de las federaciones,como para la elaboración depolíticas públicas por parte de

los organismos competentes.Puede avivar el debate en elámbito académico, de exten-sión y de investigación sobrela importancia de la economíasocial y del sector cooperati-vo en particular.

Creemos que no sólo es ne-cesario discutir los proble-mas de las cooperativas en-deudadas e ineficientes entérminos económicos, sinotambién tomar en cuenta lascaracterísticas de aquellasque han adoptados prácticasdel mercado (concentracióneconómica, integración congrupos no cooperativos, tomade decisiones que los miem-bros no pueden controlar,etc.) por la presión de la com-petencia privada y por lainternacionalización de susactividades.

Al explicar la causa de la con-centración en el agro, se men-cionan algunos factores queafectaron al cooperativismoargentino, que con algunasespecificidades se aplican a lasituación en Misiones Entreellos se destaca el geren-ciamiento fraudulento, funda-mentalmente a manos de per-sonas ajenas al sector, la dis-minución de la participación,formación y control por par-te de los asociados; la expul-

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sión de productores agrope-cuarios del campo, debido a lacrisis devenida por el modeloeconómico neoliberal, lacompetencia de empresas pro-veedoras de insumo asociadasa acopio de granos y las polí-ticas que privilegiaron el de-sarrollo de economías de es-cala por sobre el desarrollo deemprendimientos que favore-cieran el desarrollo y la per-manencia de los pequeños ymedianos productores agro-pecuarios (Grünfeld yRodriguez Morcelle, 2003).

Al respecto resulta pertinenteinterrogarse acerca de la po-sibilidad de “mantener la espe-cificidad de la economía so-cial más allá de cierto tamañoy especialmente en un contex-to de intensa competencia y derápida concentración de capi-tales” (Defourny; Develtere,2001) y al mismo tiempo con-siderar la capacidad de estasiniciativas para aportar en los“espacios donde las necesida-des importantes están poco onada satisfechas por las em-

presas privadas clásicas y porlos poderes públicos, ponien-do las esperanzas en las diná-micas participativas que, comola democracia, deben serrealimentadas sin cesar”(Defourny; Develtere, 2001)

Aunque coincidimos plena-mente con la necesidad de fo-mentar el resurgimiento delcooperativismo como unamanera de dar respuesta a lacrisis social, económica ypolítica por la que atraviesanuestro país y nuestra provin-cia, sabemos que esta no esuna tarea corta y sencilla. Larecuperación de la llamadacultura de la solidaridad fren-te a la ideología del individua-lismo es un largo proceso quese construye día a día en cadaorganización y que requierepolíticas activas por parte delEstado así como un aporte dela universidad pública orien-tado a fomentar el asociati-vismo y las experiencias de-mocráticas que pueden con-tribuir a un desarrollo localequitativo y solidario.

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Bibliografía

* Carbonell de Masy, Rafael, “Desarrollo y Cooperativas Agrícolas en Mi-siones”. Departamento de Cooperativismo, Facultad de Ciencias Econó-micas de la Universidad Nacional de Misiones, Posadas, 1983.

* Defourny, Jacques; Develtere, Patrick, “Orígenes y perfiles de la economíasocial en el Norte y en el Sur”, en Defourny, J.; Develtere, P.; Fonteneau, B.La economía social en el Norte y en el Sur, Buenos Aires, Ed. Corregidor,2001.

* Grünfeld, Edgardo; Rodriguez Morcelle, Martín, “El asociativismo ruralhoy”. Trabajo presentado en el Seminario de Economía Social organizadopor el Instituto de Estudios y Formación de la CTA, 4 de Julio de 2003.

Notas1 A partir de la documentación existente en la Secretaria de Acción Coope-

rativa (Memoria y Balance, Actas constitutivas, etc.) se realizó unrelevamiento de información básica de 200 cooperativas activas.

2 En Misiones, más de 116 mil asociados participarían en las cooperativasde 1º grado, mientras que existen siete federaciones por ramas de activi-dad. Según el informe del Departamento de Registro y Fiscalización, enjunio de 2003 se hallaban inscriptas en esta dependencia unas 400 coope-rativas, aunque a lo largo de los años algunas desaparecieron y otras seencuentran inactivas.

3 Los profundos cambios económicos que se vienen produciendo en Ar-gentina, dificultan el análisis de la evolución patrimonial, así como la com-paración con los resultados económicos de años previos a la fuerte deva-luación del peso, por lo que definimos el 2001 como año de referencia.

4 En el análisis siguiente se han excluído los datos económicos correspon-dientes a la Cooperativa Tabacalera de Misiones, debido a sus caracterís-ticas muy particulares que la diferencian del resto de las cooperativas yque distorsionan las categorías y los indicadores promedio.

5 Debido a que el presente trabajo se basa en un año de referencia, destaca-mos la importancia de considerar una serie de datos de varios años paraapreciar de una manera más completa la evolución del sector.

6 “Por su esencia las entidades cooperativas no persiguen fines de lucro,no obstante deben manejar sus operaciones buscando una razonable ren-tabilidad, priorizando el precio justo de los servicios que presta, pero cu-briendo una razonable partida para gastos de administración, manteni-miento e inversiones que tienden siempre a beneficiar a sus asociados(expansión de servicios y reducción de precios). Desde hace varios ejerci-cios en las respectivas Memorias señalábamos con gran satisfacción re-sultados económicos positivos en la explotación de los servicios e impor-tantes proyectos que se llevarán a cabo en cada uno de ellos, y en especial

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la prestación de nuevos servicios” (Memoria y Balance de una de lasCooperativas de Servicios Públicos relevada, 2001).

7 Misiones On Line. 14/10/2003. www.misionesonline.net8 «Para que opere un banco cooperativo en Misiones se requiere como

mínimo 15 millones de pesos… Se propone como objetivo el fomento y eldesarrollo de la economía regional. Se tendrá en cuenta primordialmente lacuestión de los pequeños productores, artesanos y profesionales» (De-claraciones de Ramon Pucheta de la promotora pro-banco cooperativo).Misiones On Line 14/10/2003

9 “Desde la última década las cooperativas de electricidad, en cierta formase encuentran muy vinculadas con el poder político. Tanto es así que serealizan verdaderas campañas proselitistas para acceder a los cargos di-rectivos” Informe Las cooperativas en la disputa del poder. El territorio 20/10/2003.

10 “Ante la falta de pagos de los servicios, disponerse la suspensión de losservicios de energía eléctrica y/o agua potable de todos los asociados quemantuvieren facturas vencidas, quizá resulta lo más equitativo, frente aaquellos que no registran deuda alguna. Pero también es cierto que deprocederse al corte de los suministros a quienes tuvieran facturas venci-das, una importante franja de usuarios quedaría sin luz y/o agua potable.Estas dos hipótesis, constituyen hechos reales que han llevado al Conse-jo de Administración, a flexibilizar los cortes por falta de pago, teniendo encuenta, que la mayoría de los que tienen deudas vencidas con la coopera-tiva, registran tal situación, por carecer de los medios para normalizar susituación, originada en el sistema económico “perverso” que impera ennuestros días, que ha llevado que unos perdieran sus fuentes de trabajo,otros vieran disminuidos sus salarios, y otros especialmente en el sectorpúblico, además de registrar quitas, percibieran sus haberes con sensiblesatrasos”. (Memoria y Balance de una de las Cooperativas de ServiciosPúblicos relevada, 2001).

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The visible hand:el cooperativismo ante losdesafíos del mercadoLa Cooperativa Eléctrica de ServiciosPúblicos Lujanense Limitadapor Dedier Norberto Marquiegui* y María Teresa Tartaglia**

* Investigador de Carrera del Con-sejo Nacional de InvestigacionesCientíficas y Técnicas (CONICET)y Profesor de la Universidad Na-cional de Luján, Argentina.E.mail [email protected]

** Licenciada en Historia, Universi-dad Nacional de Luján, Argentina.E.mail [email protected]

Introducción

La gradual aceptación de lametáfora de la “mano visible”,alguna vez incorporada a losestudios sociales por uno delos padres fundadores de lahistoria de las empresas,Alfred Chandler Junior(1977), aparece hoy, más quenunca, como una muy explí-cita contestación a la más di-fundida noción de la “manoinvisible” del mercado. A ellase opone como una alternati-va que podría llegar a conver-

tirse en una formidable herra-mienta metodológica y con-ceptual que incorpore nuevospuntos de vista a las investi-gaciones sobre cooperativis-mo y cooperativas, a la vezque éstas se erigen en testi-monios y también como unfértil campo de aplicacióndesde donde se puede demos-trar toda la potencialidad con-tenida en el eventual uso deesa idea. Una potencialidad,por otra parte, imposible deignorar, después del estrepi-toso fracaso del neolibera-lismo en Latinoamérica de losaños noventa, del que Argen-tina es sin duda su más acaba-do y lamentable ejemplo1 .

La cuestión que se plantea,socavada la idea del automa-tismo del cambio, radica en la

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necesidad de reflexionar demanera mucho más seria yresponsable sobre la extendi-da ilusión -y la demasiado fá-cil imagen- del mercado comoente impersonal autoreguladoque se reequilibra sólo por lamera concurrencia de la ofer-ta y la demanda y en el que loshombres solamente buscanpor definición aumentar susganancias. Una visión muypobre por cierto del ser hu-mano, que supuestamente dis-pone de una información y unaracionalidad absolutas que lepermiten escoger siempre lasmejores opciones para incre-mentar sus beneficios, en for-ma individual, con total pres-cindencia del contexto social(Granovetter, 1974).

La naturaleza utópica -cuasireligiosa- de estas premisastraducidas por voces interesa-das en el “camino único”, ine-xorable por transitar, sin dudasentaron las bases para unaautonomización que separósin fundamentos de ningunaclase a la economía del restode las ciencias sociales. Sumejor respuesta, creemos, sepresenta en el desolador pai-saje de tierra arrasada que hasido su resultado final: un pai-saje en que se trasluce el ex-tremo estado de pauperiza-ción en que han quedado

nuestras sociedades, en dondemenudea el hambre, la pobre-za extrema, la desnutrición,con índices de mortandad in-fantil que crecen día a día, lasubocupación y desocupa-ción, la reaparición de enfer-medades epidémicas que secreían erradicadas para siem-pre y el incesante aumento delos índices de criminalidad.Tal es el visible saldo de unaexperiencia basada en la ob-servación a ultranza de unaortodoxia que no pocos inten-tan a toda costa reinstalar.

La lección, dolorosamenteaprendida, que una lecturaatenta de los clásicos, deSmith a Marx, hubiera podidoevitar, es que no hay sociedadsin economía es cierto, perotampoco hay economía sinsociedad. Los sistemas deproducción tienen sentido so-lamente cuando son puestosal servicio de las personas yno a la inversa. El mercado noexiste por sí sólo, intemporal-mente, sino que se redefine,se construye y es nuestro de-ber como historiadores ad-vertirlo, históricamente encada país, región o lugar, porla confrontación pero tam-bién por las estrategias, loseventuales puntos de encuen-tro y desencuentros que sur-jan de la confrontación de los

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intereses y líneas de acciónpropias de los individuos, gru-pos y conglomerados socialesque operan en cada sitio par-ticular. Y el resultado, la ma-yoría de las veces no es, comose pensaba, el equilibrio de laspartes intervinientes sino porel contrario la asimetría, de-bido a la disparidad de lasfuerzas de quienes se enfren-tan en un escenario exacerba-do por la presencia de fuerzasmultinacionales, la volatilidadde un capital financiero que esúnico, y sus aliados de toda es-pecie, a los que parece que lacontinuidad de las reglas dejuego vigentes pudiera conve-nir a ciencia cierta En el pla-no teórico, por otra parte, noes cierto que la misma infor-mación y las mismas oportu-nidades estén igualmente dis-ponibles para todos (desde unsimple jornalero o productorinformal, hasta el gerente deuna entidad bancaria), ni quetodos operen bajo los mis-mos criterios de racionalidad:para refutarlo sólo basta acu-dir a la experiencia. El puntode reequilibrio, entonces, sipensamos que todavía existe,debería buscarse en la socie-dad y no en la economía, o porlo menos no en los términosen que fue pensado predomi-nantemente durante la décadapasada.

Tampoco sería necesario lle-gar tan lejos como leer losclásicos para refrendar esasverdades, ahora redescubier-tas, que siempre estuvieronpresentes en las estrategias delas familias y las personas,quienes lejos de ser solo “víc-timas” del mercado se defien-den y a veces eficientementede él2 . Es válido en este casorecurrir al ideario de muchosmovimientos entre los cualesel cooperativismo ocupa unlugar principal debido a quepara los cooperativistas siem-pre fue evidente que toda eco-nomía, para serlo, debe sereconomía social. Se trata deentidades basadas en el prin-cipio de solidaridad, demo-cráticas e inclusivas, a dife-rencia del criterio excluyen-te del neoliberalismo, creadascon el fin de prestar serviciosa bajo costo u ofrecer solu-ciones a problemas de perso-nas y sectores que, aislados,tendrían serias dificultadespara encontrarlas.

El cooperativismo nunca ad-hirió a una concepción inge-nua del mercado, sino que loconcibió siempre como uncampo en que se mueven ac-tores y conglomerados, “ma-nos visibles” que pugnan enpos de sus intereses y que porlo tanto requieren acciones

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concretas, defensivas u ofen-sivas, para la búsqueda de re-medios de alcance comunita-rio. Obviamente, en la situa-ción actual de forzado replie-gue, en el conjunto de las pro-puestas más conservadoras yreaccionarias, las cooperati-vas aparecen como una alter-nativa viable para canalizar in-finidad de problemas que laactual situación latinoameri-cana muestra como pendien-tes. Sus convicciones podríanser alentadas no sólo desde elpresente, sino mediante la re-visión de las trayectorias pa-sadas de numerosas experien-cias cooperativistas, desdeuna perspectiva histórica, pro-pósito que nos proponemosalcanzar a través de esta po-nencia, estudiando el caso dela Cooperativa Eléctrica y deServicios Públicos Lujanense,a la que ya hemos considera-do en otro artículo(Marquiegui y Tartaglia 2003),particularmente durante la cri-sis que vivió a inicios de ladécada de 1960 y que, cree-mos, permite probar como suhistoria, la eventual pertinen-cia de nuestra propuesta.

El cooperativismo antesdel cooperativismo

La futura Cooperativa Eléctri-ca de Servicios Públicos

Lujanense Ltda. surgió a lavida en el año de 1911, en unatradicional urbe de origen co-lonial, ubicada a setenta kiló-metros al oeste de la ciudadde Buenos Aires, aunque lohizo como sociedad anónimapor acciones. Sin embargo,desde el comienzo, la Socie-dad Anónima de Electricidad,que así se llamaba nació im-buida de los principios delcooperativismo, “con el úni-co interés de beneficiar a loshabitantes de esa vecindaddonde residen la totalidad desus abonados [...] o para quebeneficiara los habitantes deesta comunidad en general”3 ,según declara en su cartafundacional, así como paracombatir también los preciosusurarios de la única empresaparticular que hasta ese mo-mento monopolizaba la pres-tación del servicio, o para ha-cerlo más adecuadamente cu-briendo las crecientes nece-sidades del aparato producti-vo y de una población que au-mentaba vertiginosamente alritmo de la inmigración. Noobstante, en varios momentosdebió sufrir “golpes de mer-cado”, moderno eufemismoque pretende encubrir que las“zancadillas” nunca son de élsino de actores bien concre-tos e identificables y “manosvisibles” que intentaron varias

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veces sin éxito desestabili-zarla. Sus respuestas se en-cuadraron siempre dentro delos cánones del cooperativis-mo, lo que demuestra su efi-cacia como contestación auna práctica que, en los he-chos, sólo buscaba el bene-ficio de pocos.

Apelaremos, entre muchosposibles, a sólo tres ejem-plos, el primero ocurrido en1912. Con sólo un año devida y pese a todos los esfuer-zos realizados por la Socie-dad para cumplir los plazosprevistos, dificultades finan-cieras y una demora en elarribo e instalación de lasmáquinas, hicieron que laMunicipalidad optara por pro-rrogar el contrato del alum-brado público al empresarioparticular José María Domi-nici sin llamar a licitación.Su triunfo sería empero unavictoria pírrica. Es que, habi-litadas ambas empresas paraprestar servicios de conexiónparticular, la lucha se habríade trasladar a los precios,acarreando una marcada mer-ma de las tarifas que la So-ciedad Anónima de Electrici-dad estaba en condiciones desostener, gracias a la capaci-dad de un equipamiento másmoderno que producía ener-gía a menor costo.

Dominici, herido de muerte,inició conversaciones enton-ces con Mauro Herlitzka uningeniero italiano vinculadoen su trayectoria europea conel grupo Pirelli de Milán, laSiemens & Halske y la AEGde Alemania. Este se instalóen la Argentina en 1901 comodirector gerente de la Compa-ñía Alemana Transatlántica deElectricidad (CATE), subsi-diaria de la AEG y la mayorde las empresas de capital ale-mán establecidas en el paísantes de la Primera GuerraMundial. Las investigacionesrecientes prueban que nuncase desvinculó. En 1910, sinembargo, dejó la dirección dela CATE para dedicarse a laformación de compañías deelectricidad, en aparienciacon capitales propios y que,según sus planes, debían sercapaces de asumir posicionesmonopólicas en las provin-cias. En Luján se quiso apo-derar de la Sociedad Anóni-ma de Electr ic idad pero,como no pudo comprarla,tomó a su cargo la usina deDominici, anunciando en laprensa local el inicio de lasactividades de la empresa«Herlitzka y Cía», generan-do la ficción de una nueva ymás poderosa estructuracompetitiva. En esas condi-ciones elevó su propuesta de

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compra a la Sociedad encon-trando, en principio dado elestado de virtual quiebra dela empresa, un cierto am-biente receptivo.

Superadas las dudas iniciales,sin embargo, la propuesta deHerlitzka fue rechazada porunanimidad en una tumul-tuosa asamblea, realizada el2 de junio de 1912, que ade-más aumentó el capital sociale inició un movimiento des-tinado a sostener financiera-mente a la ya por entoncesllamada «usina popular». Porsi quedaban dudas, el 27 deoctubre de 1912 otra asam-blea se encargó de ratificar elprograma originario de la So-ciedad, fijando entre sus ob-jetivos producir y vender co-rriente en todas sus aplica-ciones y formas, establecerservicios de tracción o indus-trias cuya fuerza motriz sea laelectricidad, comprar y vendertoda clase de artefactos eléc-tricos, crear un servicio deaguas corrientes y todos aque-llos que se creyera convenien-tes en beneficio de la comuni-dad. Ante eso Herlitzka optópor retirarse, rompiendo sucontrato con Dominici, y de-jándolo sólo frente a la So-ciedad. La identificación dela empresa con la comunidadera ya una realidad.

En un segundo momento, du-rante el año 1927, la CATE,como consecuencia de la de-rrota alemana en la PrimeraGuerra Mundial, se convirtióen la Compañía HispanoAmericana de Electricidad(CHADE) e inició una seriede operaciones destinadas aobtener el control del mer-cado aledaño a la Capital.Aquí, la operación supuso laformación de una agencia -ala que no eran ajenos algunosintegrantes del directorio dela Sociedad- que comprabaacciones por precios muy su-periores a su valor nominal.Paralelamente, se propalaronnoticias de que la CHADE seaprestaba a extender sus re-des a Luján, lo que acarreóuna abrupta caída en los pre-cios de la energía que no po-dían ser sostenidos por lausina local. La amenaza, hizoque muchos se desprendierande sus títulos, que fueron aca-parados por la agencia ypersonas ajenas al vecinda-rio que llegaron a controlargran parte del capital de laSociedad. No obstante, lareacción no tardaría en lle-gar. Los antiguos tenedoresde títulos los repartieran en-tre sus hijos y parientes aefectos de mantener el con-trol de las asambleas, a laluz de los nuevos estatutos

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que otorgaban un voto poraccionista independiente-mente del número de accio-nes que cada uno tuviera,adoptando así para su funcio-namiento y para siempre unprincipio de clara filiacióncooperativista. Es que laabsorción del paquete accio-nario en pocas manos habíagenerado alarma. Reuniones,mítines y manifestacionesprecedieron, en dos semanasde gran agitación, a la asam-blea que se celebró el 13 defebrero de 1927 y en que sedirimieron los intereses enpugna, además de renovarselas autoridades de la institu-ción. Los nuevos accionistas,representantes del trust, aspi-raban a la reelección del di-rectorio y a impulsar la refor-ma de los estatutos a fin deasumir el total control de laempresa. La asamblea se rea-lizó en un enrarecido climaderivando en el desplazamien-to de los directores implica-dos y el desconocimiento delos nuevos tenedores de títu-los por no existir constanciade transferencia de las accio-nes. Los accionistas despla-zados, aduciendo violencia,plantearon la nulidad de laasamblea y la elección del di-rectorio consiguiendo, en pri-ncipio, la designación de uninterventor aunque, apelada

esa resolución, el pleito seresolvió favorablemente parala Sociedad, en 1934, pese aque el litigio proseguiría has-ta 1939 cuando la CHADE fi-nalmente decidió vender susacciones que el pueblo deLuján pudo de esa formarecomprar (Pasini, 1977)4 .

El tercer episodio se produceen 1954. La Sociedad Anóni-ma de Electricidad, que en1934 había sido uno de losmiembros fundadores de laConfederación Argentina deCooperativas y Usinas Popu-lares, estaba en problemas. Ladisyuntiva planteada, paradó-jicamente, lo era sobre todode crecimiento. La expansiónde la demanda generada a par-tir del proceso de industriali-zación por sustitución de im-portaciones que siguió a lacrisis de 1930, entró en coli-sión con la demanda creadadesde una sociedad cuyas trescuartas partes estaban repre-sentadas por una clase media,protagonista de la aceleradaelectrificación de distintasesferas de la vida cotidiana.Esto degeneró, a fines de ladécada de 1940 e inicios dela década de 1950, en una ex-plosiva coyuntura a la que,pese a sus esfuerzos, la Socie-dad no podía dar respuestassin reconvertirse. La solución,

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no obstante, no se buscó tran-sitando senderos desconoci-dos, que supusieran algunaclase de experimentación, de-bido al tipo de servicio delque se trataba, sino responsa-blemente recorriendo un ca-mino familiar, que se sabíamás seguro: ya a partir de1952 se trató de convertir laSociedad en Cooperativa, si-tuación que se concretó el 7de mayo de 1954, cuando unDecreto del Superior Gobier-no de la Provincia de BuenosAires vino a finalmente re-frendar lo dispuesto en Asam-blea General Extraordinariade Socios del 25 de mayo deoctubre de 1953, procedién-dose a su inscripción en laDirección Nacional de Coo-perativas con fecha del 21 dejulio de 19545 .

Otra vez el “mercado” no ha-bía tenido la última palabra. Loque sorprende, leyendo el Es-tatuto votado y eso más alláde las modificaciones realiza-das por sugerencia de la Di-rección de Personas Jurídicasy que por lógica supone lareconversión al Cooperativis-mo de una Sociedad Anónimade Electricidad, son lasasombrosas continuidadesque ofrecen las dos estructu-ras, excepción hecha claroestá de la incorporación ex-

plícita de algunos principiospropios de la doctrina coope-rativa, como la no existenciapara ser socios de restriccio-nes por cuestiones religiosas,nacionales o político sindica-les, que habían funcionadodesde siempre en el caso quevenimos a revelar. En otrostérminos, lo que el nacimien-to de la Cooperativa Eléctri-ca había hecho era recon-firmar en realidad algo que, enel fondo, a esta altura de losacontecimientos los vecinosde Luján sabían sobradamen-te por experiencia, esto es, laeficiencia de la receta coope-rativa para responder a los de-safíos de una economía, mu-cho menos “impersonal”.

La Cooperativa Eléctricay de Servicios PúblicosLujanense Limitada

El surgimiento en 1954 de laCooperativa Eléctrica Luja-nense Ltda. fue un paso ade-lante pero, como resultaráobvio, no significó la automá-tica y repentina eliminaciónde todas las dificultades que,desde una década atrás al me-nos, amenazaban su existenciacomo empresa. Muy por elcontrario, como se deduce delas Memorias, Balances y Li-bros de Actas de asambleasOrdinarias y Extraordinarias

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entre los años 1953-1960,los problemas que subsistíanno eran pocos: la crecientedemanda generaba la urgentenecesidad de adquirir nuevosgrupos electrógenos, con ma-yor capacidad para suministrarenergía a una población quecontinuaba creciendo y almismo tiempo la de satisfacera la mayor potencia eléctricaque requerían las industrias,fábricas y talleres que se se-guían instalando. Eso traíaconsigo el dilema de las for-mas de financiamiento, la fal-ta de fondos para renovar ma-quinarias y hacer las amplia-ciones necesarias. Se podíatratar de ampliar el capitalaccionario o de cancelar deu-das para no pagar interesesexcesivos, pero también acu-dir a otras soluciones más tra-dicionales, en gran medida nodeseadas y contrarias al espí-ritu e historia de la empresa,como el siempre usual expe-diente de aumentar las tarifas,que a veces eran necesariasporque lo que se recaudaba nocubría siquiera gastos de ex-plotación.

Dificultades nada menores, porcierto, y que dieron lugar a laformación de comisiones espe-ciales y reuniones de asambleasextraordinarias. El aumentode tarifas, para obtener ma-

yores utilidades con el fin demodernizar el equipamientoy el aumento de capital social,para cancelar préstamos y su-primir intereses, fueron lostemas más urgentes y ardua-mente debatidos. En la Asam-blea General Extraordinariadel día 30 de junio de 1956 y27 de diciembre de 1956 setrataron todos estos inconve-nientes. Como expresaba laMemoria de 1956, “es evi-dente que para mantener elservicio en condiciones sehace necesario la ampliaciónde la planta eléctrica [...] laCooperativa ya ha iniciado lasgestiones para la compra dedos grupos de 3.000 H.P cadauno, habiéndose obtenido porparte de la Dirección Nacio-nal de Energía el certificadoque permitía la importaciónde los mismos. Quedabacomo trámite final la obten-ción de divisas ante el BancoCentral, pero la modifica-ción del sistema cambiariollevó a que el Banco por notadel 15 de noviembre de 1955,estableciera que los dólarespara la operación debían seradquiridos por la Cooperati-va “en el mercado libre”6 .Otra vez la “lógica del mer-cado” se oponía a las buenasintenciones.

Pero eso no significaba resig-

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nación. En la Asamblea Gene-ral Extraordinaria del 30 dejunio de 1956, el Presidentedel Consejo de Administra-ción puso las cosas en claroal explicar que “todos sabenla situación actual que ha mo-tivado la falta de reservaseléctricas. Ahora bien, ¿cuálha sido el motivo de que es-tas reservas no hayan existi-do?. Las causas fundamenta-les fueron las tarifas bajas yla falta de capital acciona-rio” 7. Pero nuevamente, porla conciencia social de laempresa, se dispuso el arre-glo de las maquinarias ante laimposibilidad de comprar losnuevos grupos electrógenos,como forma de pal iar laemergencia, sin hacer recaerlos costos sobre la población,aunque quedaba pendiente, afuturo, la resolución de unproblema estructural.

La cuestión, incluso, motivóantes del cierre de ese mis-mo año de 1956 la formaciónde una comisión especial for-mada por representantes delConsejo, de los socios indus-triales, comerciantes y resi-denciales que, junto a la re-forma del Estatuto, recomen-dó un menú de opciones, al-gunas dolorosas pero que tra-taban de contemplar siempreun cierto principio de equidad

que se quería mantener, pre-sentando como eventualessoluciones un aporte de ca-pital proporcional al consu-mo de cada usuario, a la vezque se determinaba una esca-la proporcional según uso yactividades, quedando fijadaslas contribuciones, desde 1 a400 KW consumidos, de la si-guiente manera: 1 acción cada50 KW; más 1 acción cada 100o 200 KW; de 401 hasta 1.000KW: 8 acciones; de 1001 enadelante 14 acciones.

Para suscribir los títulos tam-bién se fijaban términos depago: para residenciales sinplazo; para comerciantes de 1a 7 acciones y de 7 en adelan-te, 6 y 8 meses; para industria-les, de 1 a 10 acciones y másde 10, 10 y 14 meses8 , acon-sejándose también aumentarlas tarifas de 0,04 pesos m/npor KW a 0,14 pesos m/n,autorizado por Decreto delGobierno Provincial para ha-cer frente a suba de sueldos,nuevos convenios y aumentosde retención para el FondoNacional Compensatorio. Noobstante haberse adoptado lasmedidas sugeridas, el aumen-to de tarifas en los años si-guientes daría lugar a ríspidosdebates y a publicaciones, di-rigidas a los socios- usua-rios, en donde se creía nece-

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sario destacar que la coope-rativa no buscaba el lucro,sino la satisfacción plena delos servicios prestados a to-dos sus clientes.

Las resoluciones adoptadas,de todas formas, no eran otracosa que provisorios bálsa-mos que posponían el trata-miento de los temas de fon-do, así como otras disposicio-nes al estilo de la restricciónen el uso de la energía para elservicio residencial, las fábri-cas y el alumbrado público,aprobadas también por el Eje-cutivo Municipal y el Conce-jo Deliberante, a la vez queprogramaron cortes de luz. Laempresa contaba con cincogrupos electrógenos, que su-mados tenían una potenciamáxima de 3.540 KW. Se tra-bajaba sin reservas y en lashoras pico de la temporada in-vernal, o ante cualquier des-perfecto, se debía recurrir ala ayuda de los gruposelectrógenos propios de in-dustrias locales como Algo-donera Flandria o Vandenfil yse extendieron los plazos depago a acreedores, de modoque en las Memorias y Balan-ces del año 1959, se manifes-taba que la situación econó-mica-financiera mejoraba len-tamente aunque se reconocíaque no se solucionaban las

causas que las habían creadotiempo atrás. Las mejorasrealizadas se solventaron me-diante el mayor importe defacturación por venta de ener-gía eléctrica, que alcanzaba acubrir los gastos de explota-ción, amortizaciones indus-triales y gastos financieros.La energía eléctrica produci-da en la usina aumentó entre1958 y 1959 un 16,31%mediante el mejor aprovecha-miento de las maquinarias y elmantenimiento realizado. En1959 los socios consumidoreseran 9076, la potencia instala-da de 5.700 KW; el total deKW facturados 13.635.355; elimporte total en pesos m/n de29.789.199,47; el capital sus-crito de 11.282.700 pesos m/n, el capital realizado de10.579.686 pesos m/n y lasnuevas acciones eran de1.038.2609 . No era poco parauna población estimada para elaño 1960 en 51.000 habitan-tes lo que, bajo el supuesto deque cada hogar contase con unpromedio de cuatro personas,cercano a una familia tipomoderna, daría una proporciónbastante cercana al abasteci-miento pleno.

Sin embargo, cuando a ini-cios de la década del sesen-ta, la empresa parecía estarlogrando un frágil equilibrio

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-dificultosamente alcanzado-, aún a costa a veces de unfuerte endeudamiento, sobre-vino lo que Horacio Capel(1994) oportunamente defi-nió como la cuarta etapa desu modelo de difusión de laelectricidad: el comienzo dela integración a escala nacio-nal del servicio eléctrico.Este proceso, que en Argen-tina se configuró como con-trol centralizado por partedel Estado, que en otras oca-siones fue aliado indispensa-ble para la ejecución de losplanes de las cooperativas, enesta ocasión significaba unaconsiderable merma en elpoder y capacidad de deci-sión de los propietarios delas centrales, particulares ousinas municipales quienesperdían poder de decisión.Así lo dejan traslucir los pa-peles de la Cooperativa Eléc-trica de Luján, en que el Con-sejo de Administración sepreguntaba y preguntaba a sussocios convocando a sucesi-vas Asambleas Extraordina-rias, si la empresa debía se-guir produciendo energía demanera precaria, con perjui-cio de la población y las in-dustrias que debían someter-se a periódicos sacrificios, odebía directamente adquirirparte de la energía consumi-da a la Dirección Provincial

de la Energía (DEBA). La res-puesta era obvia, adoptándosela decisión de comprar, unamedida que comenzó a tenerejecución efectiva el 9 juliode 1961.

Pero si la resolución adopta-da era en definitiva la lógica,la diferente correlación defuerzas no permitía imaginarotro desenlace. Su forzadaadopción, lejos de resolverlas dificultades que la Coo-perativa desde hacía tiempoafrontaba, no hizo otra cosaque agravarlas. Es que, el cam-bio de sistema al interconec-tarse las redes de DEBA, nopodía tener otro efecto queprovocar la disminución en laenergía producida por laplanta generadora de la em-presa local y por ende un au-mento en el costo de la ge-neración y mantenimiento delos equipos, ya jaqueados porproblemas desde bastantetiempo atrás. Esto, unido alos aumentos de combusti-bles, materiales y repuestosimportados y a la necesidadque periódicamente se plan-teaba de detener los motorespara su mantenimiento, llevóa un incremento de las tari-fas del 25%. Es decir, rena-cía con más fuerza un pro-blema, que nunca había des-aparecido: la falta de capital

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para enfrentar la situaciónfinanciera y la necesidad deinvertir en la ampliación delas redes, así como la nece-sidad de elevar la producciónde energía para pagar menosa DEBA.

Cualquier alternativa y aunqueresultara difícil de admitir, laalternativa escogida a regaña-dientes, amenazaba la vidamisma de la Cooperativa, eraun golpe de muerte, porque loque se le quitaba de las manosera su función primaria o, sise prefiere, su razón mismade existir.

La Cooperativa parecía seguirsu vida normal, profundizan-do incluso el proceso de de-mocratización de sus basesque era consustancial a suesencia y a los principios quehabían guiado siempre su ac-cionar, disponiéndose en lareforma del Estatuto de 1963la incorporación de un Dele-gado o Consejero obrero y unDelegado municipal en elConsejo de Administración yla realización de AsambleasPrimarias para elegir delega-dos que participaran en lasasambleas Ordinarias y Ex-traordinarias de la entidad. Sinembargo, los problemas exis-tían y había que afrontarlos,antes que de fuera demasiado

tarde. Su voluntad queda ates-tiguada, por ejemplo, en labuena voluntad del gobiernoMunicipal al comprar 1.500acciones, por un valor de45.000 pesos m/n. Claro queno se trataba más que de pa-liativos, soluciones transito-rias que permitirían salvar al-guna coyuntura crítica peronunca aportarían una soluciónfinal; de allí la intensificaciónde las campañas de propagan-da en pro del cooperativis-mo que se difundían por me-dio de la revista de culturacooperativa que tenía a sucargo la empresa, así como através de la escuela de capa-citación que se estableciópara el personal técnico y ad-ministrativo.

Sin embargo quedaban ademáscomo cuñas, heridas por res-tañar remanentes, e indesea-das secuelas de medidas quepor urgencia hubo que adop-tar años anteriores y que ubi-caban el problema de la inter-conexión a las redes estatalesen otra dimensión. En defini-tiva, ¿la centralización notraería a la larga los benefi-cios de un abaratamiento delos costos finales que llega-ban a los usuarios y que huboque aumentar tiempo atrás?;¿no había otro sistema quepermitiera abaratar los costos

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de producción? O, en otraspalabras, ¿la Cooperativadebía, como antes, seguir ge-nerando el total de la energíatotal que distribuía?, ¿debíaser sólo distribuidora adqui-riendo el flujo eléctrico aDEBA o continuar con un ré-gimen mixto como el que seusaba en ese momento?.

Todos esos dilemas aparecenclaramente expresados en laMemoria y Balance del Ejer-cicio Administrativo de 1963en que se procura tomar ini-ciativas, aunque sólo luego deun exhaustivo análisis de la si-tuación con que se debía aho-

ra confrontar. En ese sentidoel severo diagnóstico se sin-ceraba y reconocía que el es-tado actual de los gruposelectrógenos sólo permitíaproducir una reducida canti-dad de energía por lo que sucosto se elevaba por la menorproducción. No ignoraban porcierto la responsabilidad quetenía en esto la interconexiónal sistema nacional, por otrolado ineludible, pero eso nolos animaba todavía a extenderun certificado de defunción.

La cooperativa, por su fun-ción social (no sólo económi-ca) debía sobrevivir, así que

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se planteó una serie de posi-bles soluciones como la derealizar inversiones adiciona-les para mantener los gruposelectrógenos, tender nuevaslíneas para un mayor y mejorrendimiento en el suministrode energía; aumentar el capi-tal accionario no para redi-tuar dividendos sino paracumplir mejor su función aun costo menor al que podríabrindar cualquier otra empre-sa ajena a la realidad local, altiempo que se proponía vin-cularse con Super Usinas deSan Nicolás y Chivilcoy, am-pliando su mercado de modode hacer de la CooperativaEléctrica no sólo productorade energía sino tambiéndistribuidora de las fuentesgeneradas por el Estado, lo-grando que el suministro deenergía fuera a menor costoy en las cantidades necesariaspara el consumo de la pobla-ción. Es decir que, a grandesproblemas se pensaba engrandes soluciones, aunqueno podemos negar que entrelas medidas sugeridas figura-ba también la de reordenarreestructurando el personal,aunque pensando en expandir-se antes que en contraerse.Pero la alternativa más ambi-ciosa entre todas las contem-pladas, y que sería la final-mente adoptada, no aparece

en la enumeración que he-mos realizado. En esa mismaMemoria de 1963, el Conse-jo de Administración de-muestra ser consciente deque “el paso por darse mar-caría el futuro de la Coope-rativa”. Esa conciencia noinduce a tomar el camino delas medidas restrictivas queseguramente alargarían laagonía pero no evitarían lamuerte. Por eso prefirieronmirar las cosas de otra ma-nera, creyendo en previsiónde futuro que “[...] se podríaabrir un nuevo panorama parasu actividad en la comunidadtomando a su cargo obras pú-blicas. [Es decir que] nuestraCooperativa podría convertir-se en una gran empresa deServicios Públicos” 10.

Para estudiar la factibilidaddel proyecto se dispuso laformación de una comisiónformada por técnicos, profe-sionales y representantes dela comunidad que asesoraríaal Consejo de Administracióny a los socios sobre las deci-siones más correctas poradoptar. Por eso, 1964 fue unaño de grandes debates acer-ca de la posibilidad de que laCooperativa dejara de produ-cir energía eléctrica para seren adelante distribuidora ytransformarse en una Coope-

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rativa de Servicios Públicos.La radicalidad del cambiosuscitaba opiniones encon-tradas. En la Asamblea Gene-ral Ordinaria de Delegadosdel 17 julio de 1965, se revi-só la situación de la empresaexplicándose desde la direc-ción que la merma de rendi-miento de los motores y laparalización de uno de elloslos ponía ante la evidencia dela franca imposibilidad paraseguir generando corrienteen forma normal. No habíamás camino entonces que lainterconexión total a DEBA.Pero eso, lejos de significarel final de una experiencia,debía abrir paso para que laCooperativa pudiera cumplirotros fines. Para lograrlo sedebió reformar el EstatutoSocial en los artículos 1º y5º, con la explícita intenciónde facilitar que ésta desarro-llara otras actividades bene-ficiosas para la comunidad,bajo la nueva denominaciónde Cooperativa Eléctrica y deServicios Públicos LujanenseLimitada.

Sus propósitos, de ahora enmás, serían:• Producir, introducir, trans-

portar, transformar y distri-buir energía eléctrica des-tinada al alumbrado públicoy particular, fuerza motriz,

tracción y cualesquieraotras aplicaciones de la mis-ma, así como explotar in-dustrias que se considerenderivados de la principal.

• Instalar fábricas anexaspara la explotación de lasindustrias del hielo y cáma-ras frigoríficas.

• Proveer a sus socios ma-teriales, útiles y enserespara toda clase de instala-ciones eléctricas.

• Construir obras destinadasa la prestación de serviciospúblicos en general, talescomo pavimentación, des-agües, obras cloacales ydemás realizaciones deeste orden de las que pue-den hacer uso los socios.

• Financiar y proceder a laejecución de planes de vi-viendas para los asociados.

• Prestar servicios funera-rios a sus asociados y nú-cleo familiar a cargo.

• Prestar servicios farmacéu-ticos, médicos y asisten-ciales en general a sus aso-ciados y núcleo familiar.

• Conceder créditos a susasociados pudiendo desa-rrollar en tal sentido todaslas actividades que compe-ten a las Cooperativas decréditos en su gestión eco-nómica y financiera.

• Adquirir y producir porcuenta de la Sociedad y

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distribuir entre los socios,artículos de consumo, deuso personal y del hogar.

• Realizar todas las activida-des necesarias para el lo-gro de los propósitosenunciados.

Además se aprobó la Refor-ma del Estatuto Social en elcual se incluía otro inciso(artículo 5) que daba facultadal Consejo de Administraciónpara otorgar becas a los hi-jos de los socios con fineseducativos a nivel primario,Medio, Superior/ y/o con fi-nes de especialización. El“mercado abstracto” era elente superior que regulabaimpersonalmente las cosas,una filosofía que en la Argen-tina de esos tiempos y des-pués contó con una abruma-dora cantidad de prosélitos,pero se encarnaba de manera“visible” en una serie de ac-tores y de sucesos que lo ex-presaban de mejor manera. Laantigua Cooperativa Eléctri-ca y flamante de ServiciosPúblicos, había sabido inter-pretar adecuadamente esa di-námica, respondiendo con laprecisión que cada caso exi-gía, sin perder el tren de lahistoria, pero sabiendo tam-bién que para avanzar debíaapoyarse siempre sobre suscimientos.

La cooperativa de caraal futuro

Los nuevos servicios que co-menzaron a prestarse fueronlos de asistencia médica inte-gral, servicios funerarios,créditos y farmacia sindical.Continuó y se intensificó in-cluso el tendido de líneas, asícomo las acciones de repara-ciones y mantenimiento y/oadecuación de cámaras trans-formadoras a las reales nece-sidades de los tiempos y laconstrucción de otras nuevas,encarándose además la reno-vación del alumbrado público,la continuidad de las mejorasen los barrios y cuarteles ru-rales del partido y la organi-zación de “Talleres Especia-les” que era un sector desti-nado al mantenimiento de loselementos utilizados por laempresa, como cajas para en-trada de luz, medidores,herrajes, postes etc.

Es muy importante remarcarlas labores de electrif ica-ción rural efectuadas desde1977, a partir de un proyec-to presentado por la Empre-sa de ingeniería Electrome-cánica Benamo SCA a reque-rimiento de la Cooperativa,y que contó con el apoyocrediticio del Banco Nación.Para su realización se llamó

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a licitación internacional,ganando la empresa MinutoloS.A, aunque la obra fue luegoconcluida por la Cooperativapor la falta de cumplimientode aquella. Vale la pena dejarconstancia que, en las Memo-rias y Balances de 1982, semanifiesta que había quedadoprácticamente concluido elplan de Electrificación Rural,de 239 Km de línea y 201usuarios, faltando sólo 3 Kmcompletados poco tiempodespués. El servicio funera-rio, una función tradicionalejercida siempre dentro deciertos límites, se amplió demodo significativo. Contó pri-mero para ello, con una casade sepelio contratada y, a par-tir de 1982, comenzaron lasobras para la edificación de unCentro de Servicios funera-rios (sito hoy en la intersec-ción de las calles HumbertoIº y 25 de Mayo) de destaca-das características, grandescomodidades e infraestructu-ra moderna. Esta iniciativa seterminaría en 1986 con lacompra de un predio para laconstrucción de un cemente-rio parque comunitario, deno-minado “ Los Pinos”, inaugu-rado el 10 de junio de 1996 yreglamentado por Ordenanzas2446, 3550, 3551, 3639 pro-mulgadas por el Concejo De-liberante. La idea fue crear un

Cementerio Público que“brindara a la población deLuján un servicio a través delsistema cooperativo, con suje-ción a las normas y reglamen-taciones vigentes y a las dis-posiciones de las presentesOrdenanzas”11 . Los pagos acuenta, fijados por Ordenan-za, se hacen a través del reci-bo de luz de la Cooperativa yson voluntarios, permitiendoa los socios adherir a un mo-delo de gestión solidario parala compra de parcelas, abo-nando por esto y los gastosde mantenimiento la suma dedos pesos mensuales, irriso-ria a precios de mercado.Debe constar además que,cuando la Cooperativa recu-pere la inversión, la propie-dad del cementerio “deberáser transferida a la Municipa-lidad de Luján, quien en talcircunstancia resolverá si lacontinuidad de la prestaciónserá asumida por el Munici-pio, o por terceros a través deconcesiones u otras modali-dades”12. Esta obra, en princi-pio resistida por los vecinosdel barrio donde se constru-yó, trajo mejoras y avances nosólo a ese lugar, permitiendola extensión de una urbaniza-ción que antes existía de mane-ra sólo precaria, sino que re-solvió un gravísimo problemade la ciudad, ya que el viejo

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Cementerio Municipal agotósus posibilidades de creci-miento, y además estaba em-plazado en el casco urbano dela ciudad.

En cuanto al ramo de artícu-los para el hogar, en 1978 enla Memoria y Balance de eseaño se anunciaba la compra dela ex Casa Vol Ser, inaugurán-dose la sección del rubro queopera por un sistema de cuo-tas el 18 de julio de 1978 yen noviembre de 1980, paraser trasladada luego sobre SanMartín, la principal calle co-mercial del radio céntrico deLuján. Otra iniciativa fue en1978, la introducción de lainformática, organizando elDepartamento de Procesa-miento de datos de la Coope-rativa. Hoy la empresa cuen-ta con un nodo y su propioservicio de internet, desde1999, que ocupa un lugar pre-ponderante en la provisión deese servicio en la zona en laactualidad. Por otra parte, enla antigua sede de la casa deartículos del hogar, Rivadavia1063, se inauguró en 1998 elsalón de eventos de la Coo-perativa Eléctrica. Se utiliza,por la empresa para activida-des culturales y también porescuelas, instituciones inter-medias y la comunidad engeneral.

Desde hace algunos años tam-bién se realizan obras de aguacorriente, de gas natural ypavimentación, detenidas enalgunas oportunidades por lasituación económica del país.Las mismas se extienden a losbarrios y cuarteles del Parti-do. En 1999 el ejecutivo mu-nicipal y miembros de la Coo-perativa acordaron establecermecanismos de acción conjun-ta para atender a la crecientedemanda de servicios de aguapotable y desagües cloacales.Según el aludido Memorándumlos dispositivos acordados de-bían cuidar también de la me-jora del medio ambiente y laprotección de recursos natu-rales. Se firmaron además con-venios con la municipalidadpara la ejecución de infraes-tructura urbana, tendiendo agenerar trabajo en el partidoen una época donde el desem-pleo ya golpeaba fuertementeen el país, siempre dentro delencuadre institucional y nor-mativo provisto por la Ley11.820- Anexo 1 – MarcoRegulatorio para la Prestaciónde Servicios Públicos de Pro-visión de Agua Potable y des-agües cloacales para la Pro-vincia de Buenos Aires y den-tro de planes de facilidadesque les permitieran a los ve-cinos acceder a servicios delos que se verían privados en

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las condiciones normales demercado. Se estableció un or-ganismo de control descentra-lizado para la prestación deservicios sanitarios del Parti-do de Luján.

La Memoria y Balance del 30de junio de 1997, anuncia nue-vos desafíos al dar cuenta deque se cierra un capítulo en laprestación de servicios eléc-tricos. La privatización deESEBA, que ocupaba el lugarde la antigua DEBA, y la san-ción del Decreto Reglamen-tario Nº 1.208, de la Ley Nº11769 de mayo de 1997 y susnormas complementarias queregulan los nuevos contratospara la distribución de ener-gía establecía que la privadaESEBA operaba a través dedistribuidoras zonales: EDEN(correspondiente a Luján),EDES (Zona Sur) EDEA y unatransportadora (TRANSBA).La nueva reglamentación or-denaba adecuar los contratosmunicipales de concesión alnuevo régimen, único paratoda la provincia, siendo lastarifas resueltas por la auto-ridad de aplicación, el Minis-terio de Obras y ServiciosPúblicos de la provincia deBuenos Aires. Sin embargo, elConcejo Deliberante deLuján, por Ordenanza nº3.669, había aprobado una

nueva concesión por 95 añosa favor de la Cooperativa quele permitía acceder al merca-do eléctrico mayorista, mejo-rando así las pautas de adqui-sición de energía en cuanto acantidad y precio, en beneficiode la población, mientras quela Cooperativa pasaba a for-mar parte de una organizaciónde entidades afines, laCOMESA (Comercializaciónde Energía S.A), formada conel propósito de unificar lascompras de energía de lasCooperativas. Esta tiene unaparticipación accionaria de un33% a cargo de APEBA (Aso-ciación de prestadores eléc-tricos de la provincia de Bue-nos Ares) y de FEDECOBA(Federación de CooperativasEléctricas de la Provincia deBuenos Aires). A la fecha dela emisión de la Memoria del43 Ejercicio Administrativo,estaban asociadas a COMESAmás de 30 cooperativas repre-sentando el 70% del consumoen manos de distribuidorescooperativos de la provincia.En la mencionada Memoria secomenta que “las Cooperati-vas de FEDECOBA y deAPEBA, comparten la mismavisión, consensuando su ac-ción para lograr que se reco-nozca la importancia que tie-nen en las comunidades elcontrol de los servicios públi-

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cos por parte de los munici-pios, con organizacionesabiertas a la participación delos usuarios.” En otras pala-bras, la Cooperativa Eléctricay de Servicios Públicos Luja-nense limitada probaba haber-se transformado en una em-presa a la altura de los tiem-pos en que vive13 , transfor-mándose según lo requirieranlas circunstancias, pero siem-pre sin posponer los princi-pios que desde sus comienzoshabían sido su mejor guía.

Reflexiones finales

La Cooperativa Eléctrica y deServicios Públicos Lujanensesupo ganarse a través de losaños la confianza de la mayo-ría de la gente. El que los ser-vicios que presta contribuyanal mejoramiento de la calidadde vida de quienes habitan laciudad y el partido, lo explicaen parte.

El resto lo hizo su trayecto-ria, en donde probó una enor-me capacidad de innovación yde adaptación a las diversascircunstancias que a través deltiempo la desafiaron, pero sinpor eso dejar de atender a unconjunto de premisas que fue-ron los principios rectores desu existencia. Pero esos de-safíos, cabe aclarar, fueron

mucho más que un mero mar-co contextual, una referencia-la situación económica, po-lítica y social del país, o lasfluctuaciones de la economía-fueron actores, empresas, per-sonas que daban vida a intere-ses concretos. Su compromi-so y entendimiento de los pro-blemas fue siempre más alláde las valoraciones de ”mer-cado” asumiendo plenamentesu responsabilidad social y,como Cooperativa que era,jamás disgregando a la socie-dad de la economía. Es más, suprioridad nunca dejó de ser so-cial, ni aún en los peores mo-mentos. De ahí que, lejos dela ortodoxia, resolvió las co-yunturas críticas, no achicán-dose, sino expandiendo su redde servicios, atenta a las nece-sidades. Pero como esas nece-sidades se renuevan, la Coope-rativa tuvo que hacerlo tam-bién, y lo hizo con una eficien-cia reconocida y envidiable.

La Cooperativa siempre seadecuó a los t iempos, nosólo en lo tecnológico. Estoresultó de una planificaciónque supo anticipar los proble-mas, siempre en previsión defuturo, estableciendo delica-dos equilibrios con las auto-ridades locales, el gobiernoprovincial o nacional, perotambién con las entidades

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intermedias que canalizan losrequerimientos de la gente.En ese recorrido muchas ve-ces le tocó suplir a un muni-cipio, que por razones pre-supuestarias, de organizacióno de otro tipo, no pudo res-ponder de igual manera paraasumir diversas funcionesque fueron mucho más allá dela original que le dio vida, quele permiten vivir además y esaquí donde radica su estrate-gia. En la Memoria de 1999

se expresa: “Estamos con-vencidos que manteniendo laidentidad que le dio origen ala Usina en 1911, transfor-mada en Cooperativa en1954 y adecuando nuestro rola las circunstancias, podre-mos los vecinos de Luján,mantener esta institución de-mocrática y descentralizadade decisión”. Finalmente, suhistoria, parece jugarle a fa-vor, convirtiéndose en la me-jor prueba de su acierto.

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Notas1 Para una evaluación crítica del neoliberalismo y la experiencia neoliberal

véase los textos de Perry Anderson, Robin Blackburn, Pierre Salama, AtilioBorón, Göran Therborn y Michael Löwy, en Emir Sader y Pablo Gentili(comp), (1999). Más curioso resulta el fenómeno actual de los “arrepenti-dos”, antiguos miembros del sistema quienes lo denuncian desde el cono-cimiento que de él tienen como es el caso de John Gray, pensador conser-vador y profesor de Pensamiento Europeo de la London School ofEconomics además de antiguo colaborador de Margaret Thatcher, en suobra Falso amanecer: los engaños del capitalismo global. Dentro de estamisma línea véase la obra del premio Nobel de Economía, Joseph Stiglitz(2002). Sobre la debacle argentina ver Luis Alberto Romero (2003).

2 Parecería inncesario al respecto recordar la magistral lección de Polanyi(1989), quien sostenía la absoluta irreductibilidad de las personas a ladisciplina del mercado, a la vez que invitaba a abandonar los esquemasmeramente economicistas para colocar el acento en el impacto en la econo-mía de las relaciones sociales.

3 Archivo Cooperativa Eléctrica y de Servicios Públicos Lujanense Ltda (enadelante ACESPLL). Libro de actas de la Sociedad Anónima de Electri-cidad de Luján (1911-1916), f. 1.

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4 La Opinión, 1/1/1927, 12/1/1927, 22/1/1927, 12/2/1927. ACESPL Libro deactas de la Sociedad Anónima de Electricidad (1911-1930), pp. 112-116 y116-122. Cfr. y “Texto de la sentencia dictada a favor de la Sociedad por elJuez de primera instancia en lo civil y comercial Dr. Mariano Echazú en eljuicio entablado por nulidad de la asamblea por aquellos que quisieron,por sorpresa, apoderarse de la Sociedad» (Luján, 1930).

5 ACESPL, Libro de actas de Asambleas de la Cooperativa EléctricaLujanense Ltda, libro nº 1 (1952-1971), acta nº1.

6 ACESPL. Memoria, Balance General y Cuenta de Ganancias y Pérdidas del2ª Ejercicio Administrativo correspondiente al año 1955.

7 ACESPL. Memoria, Balance General y Cuenta de Ganancias y Pérdidas del3º Ejercicio Administrativo correspondiente a 1956.

8 ACESPL. Memoria, Balance General y Cuentas de Ganancias y Pérdidasdel 3ª Ejercicio Administrativo.

9 ACESPL. Memoria del Consejo de Administración correspondiente al 6ªEjercicio de 1959.

10 ACESPL Memoria y Balance del Consejo de Administración correspon-diente al 10 Ejercicio de 1963.

11 Archivo del Honorable Concejo Deliberante de Luján, Libro de Ordenan-zas de noviembre de 1989, mayo de 1996, abril de 1997.

12 Archivo del Honorable Concejo Deliberante de Luján, Ordenanzas Nº 3.550del 13 de mayo de 1996.

13 Prueba de ello, la nueva regulación prevé un régimen de sanción por faltade calidad de servicio técnico y comercial, por lo cual la Cooperativa esta-bleció un convenio con el Ente Nacional de Regulación Eléctrica, por elque se somete a controles voluntarios para analizar técnicamente la situa-ción eléctrica.

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Empresas recuperadas:Pauny S.A. (ex Zanello),estudio de casopor Julieta Caffaratti*

* Licenciada en Sociología. Inves-tigadora del Centro Cultural dela Cooperación, Buenos Aires,Argentina.E-mail: [email protected]

Introducción

El fenómeno de las empresasrecuperadas es parte de unproceso social, político, legaly económico que se desatóhacia fines de la década delnoventa en Argentina. Un mer-cado financiero colapsado,largos años de recesión eco-nómica y un aparato produc-tivo devastado, impactaronnegativamente en toda la po-blación. Los altos índices dedesempleo y la precarizaciónde las relaciones laborales,fueron dos variables que seagudizaron a lo largo de ladécada. La recuperación deunidades productivas fue unasalida rápida que los trabaja-dores encontraron ante el co-

lapso de la economía argenti-na, para mantener o recuperarsus fuentes de trabajo.

El mayor número de experien-cias se concentró entre finesde los años 1990 y principiosde 2000. A nivel nacional elfenómeno abarca alrededor de170 empresas y ha sido con-siderado “un nuevo fenómenosocial que cobra importanciaen la realidad argentina me-diante prácticas colectivasque pueden entenderse comoexpresiones de respuesta a lacrisis y como propuestasexploratorias de modalidadesde gestión alternativas” (Fajn,2003).

El presente trabajo es el pri-mer avance de una investiga-ción que se está desarrollan-do sobre la recuperación dela fábrica de tractoresZanello. Tratándose de unaexperiencia única en el país,

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por la modalidad adoptada decogestión, el estudio de caso(Yin, 1989) posibilitará esta-blecer las especificidades delmismo, adentrándonos en sucomplejidad, sin dejar de ladosu identificación con el fenó-meno social de empresas re-cuperadas. Esta experienciaestá incluida dentro del 4.6%de las fábricas recuperadasque se encuentran en Córdo-ba, y del 26.4% de las que seubican dentro del rubro de lasmetalúrgicas (Fajn Gabriel,2003). No solamente sufriólas consecuencias de una ge-neralizada desindustrializa-ción, sino que su situación sevio acentuada aún más por suestrecha relación con el sec-tor agropecuario. Este sectorsufrió las consecuencias deuna paridad cambiaria que nolo beneficiaba en el mercadointernacional, además de ver-se enfrentado también a laimposibilidad de competircon otras economías sub-sidiadas.

Antecedentes y desarrollodel conflicto

Los trabajadores recuerdanlos años ochenta como la dé-cada de mayor auge económi-co de la empresa, y a la sub-siguiente como la de una len-ta agonía, hasta su quiebra e

inevitable cierre en septiem-bre de 2001. Pero ese perío-do no transcurrió ante un gru-po de trabajadores pasivos,sino que fue el escenario deuna creciente intensificaciónde protestas y reclamos. Tan-to los trabajadores, como lacorrespondiente seccional dela Unión Obrera Metalúrgica(UOM) tienen en la fábricade Zanello una vasta historiade defensa y lucha por losderechos de los trabajadores.

En el año 1992 se registróuna medida de protesta, cuan-do la fábrica estuvo cerradapor 5 meses y es recién en elaño 1999 que comienza a in-tensificarse el proceso delucha, a través de moviliza-ciones de la UOM en recla-mo por la preservación de lasfuentes de trabajo y en defen-sa de la industria nacional,hasta la formación de una co-misión de emergencia pararealizar compras comunita-rias. Hacia fines del mismoaño, el intendente, junto a losdueños de la fábrica se re-unieron en Córdoba con au-toridades del Banco de la pro-vincia y del Ministerio deProducción en busca de so-luciones ante la falta de ven-tas. Los trabajadores para eseentonces, ya venían sufrien-do suspensiones quincenales,

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por lo que la situación seagravaba cada vez más. “Todala industria está destruida, nosolo la metalúrgica, y ¿quéesperamos? [..] recién ahoraempezamos a reunirnos paraver si hay un pacto social quecobije a los trabajadores ar-gentinos. Por eso nos movili-zamos y nos vamos a seguirmovilizando”1 .

Para el año 2000, los recla-mos por salarios caídos y sus-pensiones se acentuaron, seprodujeron también cortes deruta, ollas populares, ocupa-ción pacífica de la planta ygestiones por el subsidio dedesempleo. Finalmente, enmarzo de 2001 se conformóla Cooperativa de TrabajoMetalúrgica Las Varillas.

El rol del sindicato fue im-portante durante el procesode lucha, porque no sólo apo-yó a los trabajadores a travésdel mantenimiento de la obrasocial, aunque los aportes pa-tronales se habían cortado,sino que también impulsó, enconjunto con los trabajado-res, las mencionadas medidasde fuerza. De esta manera,Zanello forma parte del 6%de las experiencias en dondeel sindicato brindó un fuerteapoyo durante los procesosde recuperación.

La alta intensidad del conflic-to que se desarrolló en LasVarillas está íntimamente re-lacionada con la variable deduración, así como con la can-tidad de medidas de luchaadoptadas. Pero una particu-laridad de este caso es que, nosólo las medidas de fuerzafueron desarrolladas con an-terioridad al cierre de la em-presa, sino que fueron varia-das (corte de ruta, toma de lafábrica, olla popular, moviliza-ciones, etcétera). Por lo ge-neral en las otras experien-cias, solamente una vez acon-tecido el cierre, o el abando-no, o las suspensiones masi-vas, los trabajadores reaccio-naron defensivamente en bus-ca de resguardar sus puestosde trabajo. Como menciona-mos anteriormente, el largoproceso de agonía de la fábri-ca fue acompañado por medi-das de lucha. Por esta razónel tiempo que transcurrió des-de el cierre por quiebra hastala reapertura, fue solamentede tres meses. Su reaperturano significó solamente el re-ingreso a la planta, sino quecoincidió con la inmediatapuesta en marcha de la pro-ducción.

La decisión de conformarseen cooperativa fue una salidaen la que los trabajadores

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creyeron para modificar elrumbo que había tomado la fá-brica. La cooperativa se fun-dó seis meses antes del cie-rre de la planta, como una res-puesta anticipada a un final es-perado. En este caso, habersecontactado con otras empre-sas que comenzaban a experi-mentar procesos de recupera-ción les sirvió como ejemplopara comenzar a pensar unasolución para mantener susfuentes de trabajo. La repli-cación de experiencias en elfenómeno de las fábricas re-cuperadas, ha sido una cons-tante a través del proceso deexpansión. Por lo general, lacercanía territorial brindó aempresas en conflicto la po-sibilidad de conocer las par-ticularidades y dificultades delos procesos de recuperación.Aunque la cercanía territorialcon otras experiencias no fueel caso de la Cooperativa LasVarillas, los reiterados viajesa Buenos Aires para reunirsecon el juez a cargo del con-curso, posibil itaron tomarconocimiento de experien-cias que ya se estaban desa-rrollando por aquel entonces.

Con referencia a los tiemposde la conformación, los tra-bajadores comentaban que laempresa “estaba con suspen-siones, toda la gente estaba

suspendida, había poco traba-jo; los dueños permanente-mente, en cada reunión queteníamos nos decían: cree-mos que esta vez va a ser quie-bra, no vamos a poder seguir,vamos a tener que cerrar. Estofue lo que nos decidió a no-sotros a formar la cooperati-va ya que no veíamos otra for-ma de salir.”2

Cogestión

La idea de recuperar las fuen-tes de trabajo a través de man-tener en funcionamiento lasunidades productivas es el as-pecto por el que la experien-cia de los trabajadores deZanello participa del fenóme-no de empresas recuperadas.Tal como se menciona en Fajn,(2003), el fenómeno abre unvariado abanico de experien-cias, donde se desarrollan dis-tintas estrategias jurídicas,procesos económicos y so-ciales que lo dotan de una grancomplejidad y riqueza.

La experiencia que nos con-voca en el presente artículoposee, a nuestro entender,cuestiones innovadoras y en-riquecedoras de un fenómenoparticular para nuestro país.Las negociaciones que lleva-ron adelante los trabajadoresa través de la Cooperativa,

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tanto con los administrativosde la antigua empresa comocon los concesionarios, die-ron lugar a la fundación de unaSociedad Anónima, que posi-bilitó la puesta en marcha deuna empresa de gran comple-jidad productiva, a través deun modelo de cogestión.

La participación del munici-pio, el sindicato, la Coopera-tiva, los jerárquicos y los con-cesionarios en la recupera-ción de la empresa, implicó unserio trabajo de negociacionesy gestiones ante el GobiernoProvincial, el Banco de Cór-doba (principal acreedor) y el

juzgado a cargo del concursode acreedores. Pero más alláde las negociaciones para lapuesta en marcha, en el pro-ceso de recuperación se des-tacan los distintos niveles decompromiso que demostra-ron los actores.

El cierre de Zanello tuvo unimpacto negativo muy fuertepara una comunidad de 12.000habitantes, que veían a la fá-brica como un emblema delcomplejo fabril de la zona. Lamunicipalidad reconoce queante la caída de Zanello seabrieron dos opciones: man-tenerse a un lado de los con-

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flictos empresariales, o com-prometerse políticamente enla resolución de los mismos.La decisión fue no solo apo-yar, sino también acompañara los trabajadores en la bús-queda de soluciones para man-tener las fuentes de trabajo.Una vez conformada la Coo-perativa, las conversacionescon los concesionarios (en-cargados de la comerciali-zación del producto), y conlos administrativos y gerentesde la antigua empresa, comen-zaron a gestar esta experien-cia única en el país. “[..] y fui-mos a verlo al Ministro deProducción, le planteamos eltema, y le dijimos que estoera una necesidad; y todo sefue dando de una forma que sellegó a conciliar las partes.Los concesionarios ponían eldinero, aunque también lostrabajadores, los gerentes y elgobierno provincial estabanen la mesa de negociación [..]nosotros creemos que es im-portante que participe el Es-tado [..] si es algo que tieneun rol comunitario tan fuerte,y la municipalidad tiene uncompromiso políticamentecon esto”3 .

El resultado de las negocia-ciones fue la formación deuna Sociedad Anónima en laque cada uno de los actores

(cooperativa, gerentes, con-cesionarios) participa con un33% de las acciones, y lo queellos llaman la “acción deoro”, corresponde a la muni-cipalidad (1%). Esta formanovedosa de resolución res-pondió a objetivos concretos,donde cada uno de los acto-res, reconociendo los recur-sos del otro, se alió estraté-gicamente para la conserva-ción de las fuentes de traba-jo. La cogestión, dicen los tra-bajadores, fue la salida queencontraron entre todos paraponer en marcha, lo antes po-sible, la elaboración de unproducto tan complejo, comolo es el tractor. Por un ladolos saberes de producción,diseño y organización del tra-bajo, por otro las cuestionesadministrativas y de gerencia-miento, y finalmente, el ma-nejo de las redes de comer-cialización y relación directacon los clientes.

Aunque esta forma de coges-tión de una empresa puededespertar recelos, pareceríaque la misma significaba elcamino más corto para la re-cuperación y les permitió ini-ciar la producción en la plan-ta al mismo tiempo que repun-taba el mercado agropecuario.Así, en el año 2002 se vendie-ron 260 tractores, mientras

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que en el año 2001 sólo sehabían fabricado 15 unidades.Definiéndolo como una alian-za estratégica, en donde laconfianza juega un rol impor-tante, aunque no determinan-te en los acuerdos a los quese ha llegado, se rescata en-tonces la importancia de lanegociación, ponderándose elescaso tiempo necesario parael reinicio de las actividades.Con esto queremos decir quela confianza ha sido importan-te en el proceso, pero princi-palmente como trasfondo deun escenario donde se desa-rrollan relaciones de fuerza,“[..] fue una salida, una salidamás rápida que pudimos con-seguir. Si nosotros hubiéra-mos sido cooperativa pura, nocreo que los concesionarioshubieran aceptado toda la pro-puesta. La que tenía mejorcontacto con los concesiona-rios, era la parte jerárquica.Los concesionarios era funda-mental que estuvieran, porqueellos teniendo el poder deventa, servían inclusive de ca-pitalización para arrancar. Nosé cuanto tiempo se nos hu-biera ido a nosotros en salir avender el producto y conse-guir la financiación para po-der hacerlo”4

Los interrogantes se abren ala hora de evaluar el valor de

la confianza en el proceso derecuperación de una empresa.Es habitual que en los proce-sos de este tipo los trabaja-dores desconfíen debido, engeneral, a que han pasado porsituaciones de engaños y de-cepciones y en varios casoshan sido abandonados a lasuerte de una deriva sin tra-bajo.

Para los trabajadores deZanello, fue necesario reco-nocer que los recursos de losotros eran beneficiosos paralas relaciones de la empresa.Las cuentas que lleva la admi-nistración son de acceso pú-blico y la cooperativa tienecontratado un contador queaudita los libros contables. Eneste caso, hasta ahora, la dis-puta por el manejo de lossaberes o la capacitación nose plantea como inquietud. Lapostura del sindicato, y de laCooperativa, se centra en lavalorización de la fuente detrabajo, así como en la posi-bilidad de construir un am-biente de trabajo más digno,“Todo depende de la gente queestá, de la confianza [..] el se-creto estaba ahí. Si no hayconfianza, no hay capital quete alcance”5

La confianza en este caso fuenecesaria para retomar las

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actividades de la empresa,pero es un modo de vincular-se tan endeble, que la búsque-da de intereses propios, o laconfrontación de los mismos,podría implicar una alteraciónde las relaciones entre los ac-tores, perjudicando el funcio-namiento del emprendi-miento.

Participación de losactores

El Directorio de la sociedadestá conformado por un re-presentante de cada uno de lossocios accionistas, uno por lacooperativa, uno por los je-rárquicos, otro por los conce-sionarios y uno por la Muni-cipalidad. Para todos ellosésta fue una nueva formaorganizativa que implicó unproceso de aprendizaje, sobretodo en las cuestiones de de-cisión sobre la empresa. “Yocreo que todos fuimos hacien-do la experiencia a medidaque caminábamos, desde lostrabajadores, los dirigentes,los concesionarios [..] porquees una forma de convivir nue-va [..] lo único que faltaba eraponerse de acuerdo”6 .

En el ámbito del Directoriose despliegan tanto las instan-cias de decisión, como las denegociación entre los actores.

En toda organización se desa-rrollan relaciones de poderque implican una reciproci-dad, así como una posibilidadde acción de los actores. Losrecursos con los que cuentacada actor y las limitacionesestructurales influyen en es-tas relaciones.

La negociación sólo es posi-ble cuando existe cierta igual-dad de poderes entre las par-tes, e implica una cesión delpoder de decisión o arbitriosobre la gestión de la organi-zación (Jabbaz, 2000). A par-tir de la recuperación, sereconfiguraron las estructurasorganizacionales, y por endelas relaciones de gestión. Estanueva conformación es el re-sultado de una serie de nego-ciaciones donde se estable-cieron nuevas funciones y nue-vas tareas. Siguiendo con unanálisis de los actores organi-zacionales, podríamos decirque en este proceso, los re-cursos con los que contabacada uno han sido determinan-tes en la constitución de estenuevo emprendimiento. “Lafuerza de ventas la traían losconcesionarios, la fuerza detrabajo y la capacidad la pu-sieron los trabajadores, asícomo el ingenio; los gerentespusieron su capacidad geren-ciadora y la municipalidad el

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compromiso de toda una co-munidad”7 .

Los trabajadores fueron quie-nes impulsaron desde un prin-cipio la recuperación de laempresa. Su lucha comenzópor resistirse a dejar los pues-tos de trabajo y siguió porconvencer a los demás acto-res de que la propuesta era via-ble. A partir de la participa-ción en la Cooperativa y en elDirectorio, tienen la posibi-lidad de opinar y comentarsobre cuestiones de produc-ción, sugerir innovaciones,proponer el desarrollo de nue-vos productos, así como tam-bién estar a cargo del depar-tamento de compras y serquienes mayor contacto tie-nen con los proveedores.

Sin embargo, los socios tra-bajadores reconocen que enmateria de participación, to-davía están atravesando por unproceso de cambio, porque noles resulta tan fácil deshacer-se de las prácticas de obe-diencia y sumisión internali-zadas en un modelo paterna-lista. En las oficinas de laCooperativa, es común escu-char las inquietudes que lostrabajadores traen desde susáreas de trabajo, así como in-formación sobre falta de pie-zas, necesidad de mejorar ca-

lidad, cuestiones que implicanun compromiso con la totali-dad del proceso productivo.Son los que manejan lossaberes de producción, y enconjunto con los técnicos eingenieros llevan adelante elproceso y las mejoras en lacalidad del mismo.

Los administrativos continúancon las mismas tareas que des-empeñaban anteriormente ylos trabajadores rescatan sucompromiso con el proyectoen el proceso de recupera-ción, aunque no quisieran for-mar parte de la Cooperativa.Quizás al comienzo la veíancon cierta desconfianza, peroel devenir mismo de la expe-riencia les sirvió como instan-cia de aprendizaje para estanueva modalidad. Tienen a car-go las cuestiones más coti-dianas de la administración,aunque los integrantes de laCooperativa tienen acceso alos libros contables. Las de-cisiones más importantes (in-versión, capitalización, inno-vación, etcétera) son tomadaspor el Directorio.

Los antiguos gerentes y tra-bajadores administrativos,además de poseer los saberesde gestión, eran quienes te-nían contacto con los conce-sionarios en la etapa anterior

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de la empresa. Convencer alos concesionarios fue enton-ces más fácil, o posiblementemás rápido, a partir de la par-ticipación de los cuadrosgerenciales-administrativosen el proyecto.

La necesidad de incluir a losconcesionarios en la Socie-dad Anónima, tiene que verprincipalmente con su poten-cial de venta, su capacidad decapitalización, y su contactodirecto con los clientes. Estecontacto les permite opinarsobre cuestiones técnicas deldesempeño de los tractores,lo que permite mejorar la ca-lidad del producto. Los con-cesionarios también tuvieronque adaptarse a esta nueva for-ma, porque ahora participan através de una comisión, for-ma bastante lejana a la rela-ción que mantenían anterior-mente con Zanello. Pero lomás importante en este pro-ceso de recuperación de laplanta, tiene que ver con quelos trabajadores reconocenque la venta es una instanciacomplementaria del procesoproductivo, y que la red con-formada a lo largo del país lespermite cerrar el circuito co-mercial. Por otra parte, sepotencia aún más su partici-pación si en la mesa de Direc-torio se evalúan los desper-

fectos que el producto tieneen su desempeño, a partir delcontacto directo que losconcesionarios establecencon los clientes.

La Municipalidad está repre-sentada en el Directorio porun trabajador de la fábrica, queademás participa en la Ofici-na de Desarrollo Local delMunicipio. La participacióndel Municipio en el Directo-rio da cuenta del compromi-so que se asumió desde el Es-tado para con la experiencia,dado que no sólo participó enlas gestiones para la recupe-ración, sino que es parte delfuncionamiento mismo de laempresa y reconoce potenciartambién el alcance de un equi-librio entre las partes com-prometidas.

Organización interna yproceso productivo

La recuperación de la fábricaimplicó un cambio en la ges-tión, pero no así en la organi-zación del proceso producti-vo. En esta fábrica se comple-ta un ciclo de ocho etapas8 ,desde la fundición y moldeo,hasta el montaje de las unida-des. A grandes rasgos, el pro-ceso de fabricación del trac-tor no ha sido modificado; lostrabajadores reconocen que

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se vive un clima más amenode trabajo, inclusive algunosinsinúan tímidamente queconformaron un ambientemás digno.

Poder opinar sobre la elabo-ración de las piezas y compro-meterse con la calidad delproducto, son logros de estanueva etapa de la empresa, “eltrabajador que está haciendoun engranaje sabe cómo ha-cerlo, y cómo hacer un trac-tor, porque hace 20 años quelo hace. Antes lo tenía quehacer así porque se lo exigíala empresa, a partir de que es-tamos nosotros es el trabaja-

dor el que viene con una si-tuación de que se podría cam-biar esto o aquello, se evalúaen ingeniería y va al Directo-rio. Es muy importante la par-ticipación de ellos en la cali-dad del producto.”9

Bajo este clima más ameno,la jornada de trabajo y los ni-veles de supervisión no se hanmodificado. Parecería que lasrelaciones entre los trabaja-dores se han afianzado más yque se marcha hacia un mayorreconocimiento de la digni-dad y del respeto por el otro.Porque si bien se ha acordadoel mantenimiento de ciertos

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dispositivos de control, lascondiciones de sumisión y laverticalidad que implican es-tos niveles parecieran haber-se suprimido, “los superviso-res que quedaron de antes,son los que tienen buen tratocon la gente; y no son los quese golpean el pecho cuandolas cosas salen bien, o leechan la culpa a los trabaja-dores cuando las cosas salenmal”10

Los trabajadores son cons-cientes de la necesidad deprever un cambio en el mer-cado del tractor, como men-cionamos anteriormente. Re-conocen en el repunte delmercado agropecuario, en ladevaluación y en otras varia-bles estructurales, las condi-ciones que los favorecieronpara tan pronta y explosivarecuperación. Pero la innova-ción y la creatividad se hacennecesarias a la hora de anti-cipar el comportamiento cí-clico del mercado del tractor.Por esta razón han retomadoel diseño de un minibus ur-bano, así como de máquinasviales que les permitirán di-versificar la producción. Aun-que si de innovación se habla,no debemos pasar por alto eldiseño del que ellos denomi-nan “tractor amarillo”, queles valió el premio a la inno-

vación tecnológica en la ex-posición rural de Palermo2003. Es el primer modeloargentino de tractor impulsa-do a gas licuado de petróleo,que permite bajar los costosde la producción agrícola yno tiene emisión de gasescontaminantes. Actualmentese está evaluando su desem-peño en el campo.

Los cambios acontecidos enla gestión repercuten sobrelos criterios de remuneración,por un lado los trabajadoreshan alcanzado los valores desalario de convenio, y a su vezlos gerentes-administrativos,acordaron una diferenciamáxima de tres a uno en losniveles de remuneración.Aunque esta experiencia noforma parte del 71% de lasfábricas donde se mantienencriterios igualitarios de re-parto, podemos notar que sehan modificado las diferenciassalariales, buscándose de estamanera, achicar la pirámidesalarial que primaba anterior-mente. Cuando se reiniciaronlas actividades en el año 2002se comenzó trabajando conPlanes asistenciales, pero amedida que la fábrica fue avan-zando en su recuperación, és-tos se fueron sustituyendohasta alcanzar los nivelesacordados con el sindicato.

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Interrogantes a modo deconclusión

Quizás en esta experienciaaún no se ha planteado una re-estructuración de las relacio-nes capital–trabajo, perocomo sugerimos reiterada-mente, fue la urgencia porrecuperar las fuentes de tra-bajo la que primó en estecaso. En cuanto a las cues-t iones organizacionales ydesde un punto de vistaautogestionario, podemosobservar que se ha marchadohacia un grado más alto de de-mocracia y de mayor hori-zontalidad en las relacioneslaborales. Sin embargo, aun-que se vislumbra un procesode liberación de las relacio-nes de obediencia y sumi-sión, internalizadas en un mo-delo de gestión paternalista,no parece avanzarse hacia laeliminación de las jerarquías.

La cogestión fue claramenteuna opción más cercana a lopragmático y a lo estratégi-co por recuperar fuentes detrabajo en un corto plazo, quea cuestiones políticas quecuestionaran los principiosfundamentales de la organi-zación empresarial, aunqueesta forma ha combinado laparticipación en gestión y enla propiedad del emprendi-

miento. No se ha cuestiona-do el rol de la empresa, sinosu forma de gestión, lo queimplica desde una mirada so-cio-política, una mayor de-mocratización, una reivindi-cación de los derechos de lostrabajadores y participaciónen procesos de toma de de-cisiones que les conciernen.

En un escenario de crisis, yante un contexto donde la ex-clusión se extiende, la pérdi-da de una fuente de trabajoimplica mucho más que lapérdida de una relación labo-ral. El trabajo constituye unavía para la conformación deidentidad y de construcciónde lazos sociales perdura-bles. La posibilidad de desafi-liación afecta la subjetividadde los trabajadores, a partirde una pérdida de los lazos decontención social. Esto im-plica que “dejando de ser unsujeto de trabajo para trans-formarse en un número de unaestadística [..] la pobrezadeviene entonces en margi-nalidad, en exclusión, en pér-dida de la identidad, en des-pojo de la subjet ividad”(Fajn, 2003) y ante semejan-te posibilidad, parecería quelos trabajadores de Zanellohan ponderado la conserva-ción de la fuente de trabajo,y este es un debate que queda

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abierto, en cuanto a la con-frontación de los interesesde los distintos actores, su-mergidos en las relacionesde poder que se desarrollanen la organización.

Si bien la fábrica está atra-vesando un momento de éxi-to económico y empresarial,los trabajadores no olvidanlos dos años que estuvieroncasi sin producir, junto conel proceso de recuperaciónque tanto esfuerzo les cos-tó. Es por esta razón que encuestiones de producción, ladiversificación les abre unabanico de nuevas posibili-dades y en materia de ges-

tión, creen que estarán másafianzados en cuanto a lacogestión para épocas en quelas condiciones estructura-les no sean tan favorables.

Como señaló oportunamen-te el intendente de Las Vari-llas sobre la cogestión, setrata de “un modelo de ges-tión que además, lo que pre-senta de novedoso es que elproceso de elaboración delproducto es muy complejo yde mucho dinero. Que se ha-yan puesto de acuerdo tantaspartes para elaborar algo tancomplejo y con una inversióntan grande, merece de estu-dio”.

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Bibliografía

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* Fajn, Gabriel (coord.), “Fábricas y empresas recuperadas. Protesta so-cial, autogestión y rupturas en la subjetividad”, Centro Cultural de laCooperación, Buenos Aires 2003.

* Giradles Vieitez, Candido; Dal Dri, Neusa María, Trabajo asociado: coo-perativas y empresas de autogestión.

* Jabbaz, Marcela. “Estructura de la negociación durante procesos de cam-bio organizacional. Estudio comparativo de las industrias automotriz ysiderurgia argentinas”. Ponencia presentada en el III Congreso Latino-americano de Sociología del Trabajo, 17-20 de mayo de 2000.

* McMullen David.”Taking a closer look at workers’control”. Red PoliticsNo. 2, March 1995.

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* Valles, Miguel S. Técnicas cualitativas de investigación social: reflexiónmetodológica y práctica profesional. Madrid, Síntesis, 1997.

* Yin, Robert. Application of case study research. Londres, SagePublications, 1989

Notas1 V. Almada, Secretario General de la UOM San Francisco, en ocasión de una

movilización en defensa de la ocupación y la industria nacional. Diario ElHeraldo, Las Varillas. Martes 20 de abril de 1999.

2 Entrevista Cooperativa de Trabajo Metalúrgica Las Varillas.3 Entrevista Intendente de la Municipalidad de Las Varillas.4 Entrevista Cooperativa de Trabajo Metalúrgica Las Varillas5 Entrevista con Intendente de la Municipalidad de Las Varillas

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6 Entrevista Intendente Municipalidad Las Varillas.7 Ibid.8 En un predio de 12 hectáreas y más de 350 máquinas herramientas, se

realizan ingeniería y desarrollo, fundición y moldeado, mecanizado, en-granajes y tratamientos térmicos, corte, plegado y soldadura, pintura yplásticos, montaje de transmisiones, montaje de unidades, y finalmentecontrol de calidad y prueba.

9 Entrevista con Cooperativa Las Varillas10 Ibid.

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América Cooperativa

ARGENTINA

Jornada regionalen Córdoba

El 5 de marzo de 2004 se lle-vó a cabo en la ciudad de Cór-doba una jornada que congre-gó a representantes de distin-tas cooperativas regionales,ONGs, fundaciones e institu-ciones educativas para deba-tir y reflexionar sobre la rea-lidad del movimiento coope-rativo a nivel nacional. Eltema de análisis de la reuniónfue “Cooperativas, sociedadcivil y responsabilidad socialempresaria”. El encuentro fueorganizado por la Federaciónde Cooperativas Eléctricas yde Obras y Servicios Públicosde la provincia de Córdoba(FECESCOR) y la CámaraArgentina de Cooperativas,Mutuales y Prestadores Co-munitarios de Radiodifusión(CARCO).

Cooperativismo y energíaeólica

El 14 de febrero la Coopera-tiva de Servicios Públicos de

General Acha (COSEGA),provincia de La Pampa, con elapoyo de la organizaciónecologista Greenpeace, inau-guró su segundo molino delparque eólico ubicado sobrela ruta 11 de esa localidad.

Clausura del Congresode la Cooperación

Con la participación de más de4000 dirigentes de todo elpaís, se clausuró en la ciudadde Buenos Aires, el 19 deabril, el Congreso Argentinode la Cooperación 2004 du-rante el cual se elaboró undocumento entregado al go-bierno nacional en el cual seofrece una mayor participa-ción del movimiento coope-rativo en las políticas públi-cas.

Ampliación del serviciode gas

Los directores de la Sociedadde Economía Mixta (SEM)Carlos Paz Gas, en la provin-cia de Córdoba, anunciaron elplan para extender el serviciode gas natural a 19 barrios dedicha ciudad. La referida So-

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ciedad está formada por laMunicipalidad de la ciudad deCarlos Paz y la CooperativaIntegral de Servicios. Lasobras de este emprendimientocomenzarán en el mes de ju-lio de 2004.

La prensa cooperativase afianza

La Cooperativa de Trabajo “LaPrensa” Ltda.. de la ciudad deCórdoba cumplió dos años, el20 de junio de 2004, de la pri-mera tirada del diario “Co-mercio y Justicia”, el tercerdiario cooperativo del país. Elperiódico pertenecía a un gru-po de inversores privados queentró en quiebra por la crisis,y un fallo judicial ordenó laentrega definitiva de los bie-nes de la quiebra de la edito-rial a la Cooperativa, que ensu momento se hizo cargo dela continuidad del trabajo edi-torial.

BOLIVIA

Cooperativas minerasen emergencia

Las cooperativas mineras, de-dicadas a la extracción de di-ferentes minerales delsubsuelo, reclaman al Gobier-no mayor asistencia técnica y

financiera debido a la baja co-tización de los minerales. So-licitan, también, la aplicaciónde emergencia para salvar aeste importante sector pro-ductivo.

BRASIL

Alianza de cooperativasbrasileñas y alemanas

En la ciudad de Stuttgart (Ale-mania) se reunieron cerca de400 personas entre empresa-rios, representantes de orga-nizaciones privadas y organis-mos gubernamentales y repre-sentantes de la Agencia Ale-mana para la CooperaciónTécnica (GTZ), en el Encuen-tro Brasil-Alemania 2004. Elsubgrupo cooperativas, partedel grupo de trabajo agroin-dustrias, analizó las posiblesacciones en el campo del coo-perativismo. Entre los pro-yectos analizados figuran laproducción de algas, en For-taleza, para la industria de loscosméticos; la producción demiel, frutas tropicales y caféorgánico otras zonas, todosproductos de posible impor-tación por parte de Alemania.

Labor de la Red Solidaria

Cerca de 200 representantes

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de todos los estados brasile-ños participaron, junto a de-legados de Chile, México yEspaña, en el II Encuentro dela Red Brasileña de Socio-economía Sol idaria enGuarapari, Estado de Espíri-tu Santo, los días 5 y 6 de ju-nio de 2004. Luego de haberlogrado la creación de la Se-cretaría Nacional de Econo-mía Solidaria (SENAE), laRed brega por fortalecer elmovimiento de la socioeco-nomía solidaria en Brasil yLatinoamérica.

Cooperativismo en lasescuelas

El 29 de marzo se realizó elprimer encuentro del grupo deestudios del proyecto “Coo-perativismo en las escuelasestaduales de Bebedouro”,que busca implantar la ense-ñanza del cooperativismo paraalumnos de 7º grado de la en-señanza fundamental e incen-tivar la creación de coopera-tivas juveniles de eventos. Enla oportunidad, se reunieron32 profesores de la red públi-ca de enseñanza de Bebedouropara prepararse a través deentrenamiento, discusiones yestudios realizados por laCooperativa Educacional delEstado de San Pablo.

CANADA

Semana de laCooperación

El tema de la Semana de laCooperación y del Día de lasCooperativas de Crédito, acelebrarse del 17 al 23 octu-bre y el 21 de octubre, respec-tivamente, que la AsociaciónCooperativa Canadiense haseleccionado para este año através de una encuesta on linees “La juventud: el futuro dela cooperación”. El objetivode dicha semana es acrecen-tar la conciencia del movi-miento cooperativo y de lapoblación sobre los benefi-cios del mismo.

Concurso sobre unretorno especial paralos jóvenes

Creado por las Cajas de Cré-dito Desjardins a través de lacaja escolar de cada escuela,el retorno juventud es un pre-mio ofrecido por las cajasDesjardins participantes yconsta de un monto fijo quetiene por finalidad recompen-sar los esfuerzos de ahorro delos jóvenes miembros de lacaja escolar en la que partici-pan, al menos con cinco depó-sitos. Este retorno retribuye no

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sólo los montos ahorrados porlos jóvenes, sino también ladisciplina y la asiduidad de losmismos en depositar regular-mente en su cuenta de la cajaescolar. Este concurso se re-petirá el próximo año.

COLOMBIA

Exigencia de mayor rigorinformativo

La Confederación de Coope-rat ivas de Colombia(CONFECOOP) manifestó supreocupación por la forma enque los medios de comunica-ción informan sobre el sec-tor cooperativo. La Confede-ración expresa que la presen-tación de titulares y noticiasaparecidos en el diario ElTiempo ponen en duda la res-ponsabilidad de las coopera-tivas y de los fondos de em-pleados en la gestión de losriesgos inherentes a la acti-vidad financiera, al tiempoque subraya que las noticiassin rigor afectan el “ buennombre cooperativo”.

Esperanza en eldesarrollo rural

Durante los días 10 y 11 dejunio de 2004 se llevó a caboel Encuentro de Cooperativas

Agropecuarias convocado porla Superintendencia de Eco-nomía Solidaria, el ServicioNacional de Aprendizaje(SENA) y la Confederación deCooperativas de Colombia.En la oportunidad, el coope-rativismo agropecuario anali-zó su influencia en el desarro-llo productivo del país y elpapel a cumplir ante la entra-da en vigor de los tratados delibre comercio que Colombiaestá negociando con EstadosUnidos y otros bloques eco-nómicos mundiales.

COSTA RICALas cooperativas del sectorcafetalero buscan afianzar suslazos mediante el fortaleci-miento del Consorcio deComercialización de Café(CAFECOOP). Esta unión evi-taría la competencia por elmercado entre las mismascooperativas, que representanel 42% de la producción decafé del país, al tiempo quebusca la creación de un centrode investigación de mercados.

CHILE

El fortalecimiento de lascooperativas

El Banco Interamericano de

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Desarrollo (BID) anunció laaprobación de una donaciónde 1.136.000 dólares parafortalecer la regulación ysupervisión de las coopera-tivas en Chile. Este progra-ma será desarrollado por elDepartamento de Cooperati-vas del Ministerio de Econo-mía y apunta afianzar la ca-pacidad de supervisión gu-bernamental y la gestión delas cooperativas.

Seminario internacionalsobre vivienda

Los días 8 y 9 de marzo de2004 se realizó en Santiagode Chile un seminario inter-nacional sobre “gestión y rolsocial de las cooperativasabiertas de vivienda”. La ac-tividad contó con la partici-pación de expertos de Cana-dá, España y Suecia, y fueorganizado por COVIP S.A.y el programa PRO-ASOCIAde la Facultad de CienciasSociales de la Universidadde Chile, con el patrociniode la Comisión Económicade América Latina (CEPAL),los ministerios de Economíay de Vivienda y Urbanismode Chi le y la UniónInteramericana para la Vi-vienda (UNIAPRAVI), consede en Lima, Perú.

La universidad analiza elfenómeno asociativo

El 23 de abril, en la sede cen-tral de la Universidad de Chi-le, tuvo lugar la ceremonia deinauguración del “Diplomadoen gestión estratégica y estu-dios de organizacionesasociativas 2004” del progra-ma PRO-ASOCIA, en su IVversión presencial y II versióna distancia”. En el acto, el de-cano de la Facultad de Cien-cias Sociales, FernandoDurán, destacó la necesidad eimportancia de que se estu-dien los fenómenos asociati-vos con el rigor académico yla seriedad de la precitada altacasa de estudios.

ESTADOS UNIDOS

Visita de productoresagropecuarios europeos

Más de treinta productoreseuropeos y fabricantes demaquinaria agrícola visitaroncampos de la Cooperativa deProductores del Medioeste enIowa. Los productores reco-rrieron terminales de granosy aprendieron sobre produc-ción y distribución de granos,especialmente el maíz, que noes importante en Europa. El

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gerente de operaciones agro-nómicas de la Cooperativadijo: “nosotros hacemos lascosas de una manera un pocodiferente a como las hacenellos; ellos no tienen grandescampos, pero tienen estrictasleyes sobre abonos y fertili-zantes y estamos aprendiendode eso”.

Una cooperativa sedefiende en New Jersey

Mucho antes de que los super-mercados dedicaran espaciosen sus góndolas a los produc-tos orgánicos, la CooperativaGeorge Street de NewBrunswick ya ofrecía produc-tos y alternativas saludables asus asociados. La entidad for-mada hace treinta años pormiembros del Club vegetaria-no de la Universidad Rutgers,en la actualidad cuenta condoscientos asociados y estáluchando por conservar su es-pacio en un mercado en el quelos productos orgánicos tie-nen una posición cada vez másdominante.

Promoción del .COOP

El presidente de la AsociaciónNacional de Empresas Coope-rativas (NCBA, en inglés),Paul Hazen, anunció en laasamblea de la Asociación

Cooperativa Canadiense, elestablecimiento de una aso-ciación con la CooperativaTecnológica de Vancouverpara comercializar los nom-bres del dominio de Internet.COOP en todo Canadá. La ci-tada entidad es una cooperati-va de trabajo que provee ser-vicios técnicos y de Interneta los canadienses.

MEXICO

Ley de cajas de crédito

La Federación de Cooperati-vas de Ahorro y Préstamo se-ñaló que las cooperativas deeste sector necesitan una leyapropiada que permita la ad-ministración autorreguladade las mismas. El directorgeneral de la Federación, Er-nesto Guzmán Gómez, indi-có que se presentará al Con-greso de la nación un proyec-to de ley que regule las ope-raciones de ahorro y présta-mo de estas instituciones,evitando así las “pseudo ca-jas de ahorro” que han afec-tado el patrimonio de unos150.000 ahorristas.

Proyecto de desarrollocooperativo

Se está avanzando para reani-

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mar la industria en ciudadSahún, Estado de Hidalgo, através del establecimiento depequeñas y medianas empre-sas cooperativas. La Secreta-ria de Desarrollo Económi-co de dicho estado, ClaudiaAvila Conelly, expresó queestá disponible un paquete deaproximadamente 15 millo-nes de pesos de los gobier-nos Federal, estatal y muni-cipal para implementar dichoproyecto.

PANAMA

Octava convenciónfinanciera de COLAC

Durante Los días 6, 7 y 8 deoctubre de 2004 se realizarála Convención FinancieraCooperativa Latinoamericanaorganizada por la Confedera-ción Latinoamericana deCooperativas de Ahorro yCrédito (COLAC) y su fun-dación FECOLAC. Este espa-cio de reflexión del coope-rativismo de ahorro y crédi-to apunta a dar respuestas yalternativas concretas de ac-ción a las cooperativas en re-lación a muchos temas quepreocupan al sector actual-mente.

PARAGUAY

Cooperativas en peligro

De las 800 cooperativas deahorro y crédito existentespodrían desaparecer unas740 por el proyecto de leyde bancos presentado por elBanco Central de Paraguay,que exige un capital mínimode 2.000 millones de guara-níes para la constitución decooperat ivas de ahorro ycrédito. Sólo 60 cooperati-vas superan ese monto decapital.

Emisión de bonos por lascooperativas

En virtud de un acuerdo fir-mado por el Instituto Nacio-nal de Cooperativismo y laComisión Nacional de Valo-res, las cooperativas de pro-ducción del país tendrán laposibilidad de emitir bonosde inversión, destinados a laoferta pública. De esta ma-nera las cooperativas podránobtener financiamiento concapital local para aumentarsu producción.

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PERU

Integración cooperativaregional

Del 11 al 13 de febrero se re-unieron en Lima más de 100cooperativistas de Perú, Co-lombia, Chile, Bolivia, Argen-tina, Brasil y Uruguay en elSeminario Internacional“MERCOSUR y PactoAndino: el nuevo reto de lascooperativas”. La declaraciónfinal de los movimientos co-operativos presentes aboga-ron por un reconocimientodel papel de las cooperativaspor parte de la Cumbre de Je-fes de Estado de la Unión Eu-ropea y América Latina a ce-lebrarse en México en el mesde mayo.

Alianza por unaagricultura sostenible

La Central de CooperativasCafetaleras de los Valles deSandia Ltda.. (CECOVASA),mediante una alianza con laONG Conservación Interna-cional, logró altos niveles decalidad de producción de caféorgánico para competir en losmercados internacionales.Este compromiso con la agri-cultura sostenible muestraestos resultados: 3.11 hectá-

reas conducidas por 1326 so-cios pertenecientes a los dis-tritos San Juan del Oro,Yanahuaya y Alto Inambari enla provincia de Sandia, depar-tamento de Puno.

VENEZUELA

Distribución de aguapotable

Ya suman 11 las cooperativasintegradas a la empresahidrológica Hidrocapital parallevar a agua a más de un mi-llón de habitantes en la ciudadde Caracas. La CooperativaHE-700, integrada por 71asociados, es la encargada derealizar la operación y man-tenimiento de las estacionesde bombeo, las que a su vezllevan el agua a los habitantescapitalinos.

URUGUAY

Cooperativas agrariasfirman convenio

Las cooperativas agrariastenedoras de silos firmaronun convenio con el Ministe-rio de Ganadería, Agriculturay Pesca (MGAP) para el tras-paso de las plantas de silos.

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El convenio que regula el pro-ceso de transferencia de 25plantas con una capacidad de340 mil toneladas fue firma-do en Trinidad y Paysandú en-tre el Consorcio de Coopera-tivas Agrícolas (COPA-GRAN), integrado por 10 en-tidades, y el referido Minis-terio.

Colaboración concooperativas holandesas

En el marco del proyecto decolaboración entre las Coo-

perativas Agrarias Federadas(CAF) y Agriterra (organismode cooperación de las organi-zaciones de productores deHolanda), en la segunda quin-cena de abril de 2004 se re-unió el Ing. Agr. SantiagoCayota, integrante del depar-tamento técnico de CAF, conrepresentantes de posiblesáreas de cooperación horizon-tal entre las cooperativas uru-guayas y la Federación deCooperativas de Holanda, paratratar temas de interés paraambas partes.

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Reseñas Bibliográficas

Préstamos participativos, participacionesespeciales y títulos participativos, PrimitivoBorjabad Gonzalo, Escuela Universitaria de RelacionesLaborales, Lleida, 2002, 143 págs.

El financiamiento constitu-ye uno de los problemas másdifíciles y complicados quedeben afrontar las coopera-tivas debido a su propia na-turaleza. En efecto, a dife-rencia de las sociedades co-merciales, el principio del ibre ingreso y egreso deasociados que es propio delas cooperativas, provocaque el capital de ellas seaeminentemente variable: in-gresan asociados, aumenta elcapital; egresan, disminuyeel capital. No hay, pues, uncapital fijo; ni siquiera mí-nimo, salvo para algunascooperativas que por su ob-jeto social se hallan sujetasa regímenes específicos, ta-les como los bancos coope-rativos y las cooperativas deseguros.

A la señalada circunstanciadebe agregarse que los aso-ciados no tienen derechossobre las reservas sociales yque en caso de liquidación el

sobrante patrimonial que re-sulta una vez pagadas las deu-das y devuelto el valor nomi-nal de las cuotas socialesdebe destinarse a un fin des-interesado: según la ley ar-gentina, se destina al Fiscopara promoción cooperativa.Por lo tanto, en caso de re-tiro por cualquier motivo ode disolución de la coopera-tiva, los asociados solamen-te tienen derecho al reem-bolso del valor nominal desus cuotas sociales integra-das, deducidas las pérdidasque debieran soportar. Valedecir que en ningún casopueden recibir más que elmencionado valor nominal,cualquiera sea el valor delpatrimonio social.

Adicionalmente, por aplica-ción del principio de la li-mitación del interés, sola-mente puede asignarse a lascuotas sociales un interéslimitado en el reparto de losexcedentes anuales y por

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virtualidad del principio delgobierno democrático (unasociado, un voto) el númerode cuotas sociales con quecuente cada asociado no in-fluye en la cantidad de votosde que dispone. Estas dos ra-zones (no apropiación del re-sultado y falta de gravitaciónen las decisiones socialespor parte del capital) deter-minan que la aportación decapital en las cooperativascarezca de atractivo, lo quese agrava por la invariabilidadde su valor.

Las apuntadas razones deter-minan que los asociados, porlo general, limiten su aportede capital al mínimo que re-sulte obligatorio de confor-midad con el estatuto, con laconsiguiente dificultad de lascooperativas para hacer fren-te a sus necesidades definanciamiento. El lo traecomo consecuencia que de-ban recurrir al endeudamien-to a efectos de suplir los re-cursos que no pueden obte-ner mediante el aumento decapital. Dentro de este cua-dro de situación se ubica ellibro del profesor de la Uni-versidad de Lleida, PrimitivoBorbajad Gonzalo, originadoprecisamente, como señala elprólogo, en un estudio reali-zado con miras a poner en

funcionamiento un sistemade participación de asociadosy terceros en la financiaciónde actividades de una coope-rativa; es decir en una con-creta situación práctica sus-citada en la experiencia coo-perativa.

El libro tiene, pues, un rele-vante enfoque teórico prác-tico toda vez que pone a con-tribución diferentes aspectosteórico jurídicos vinculadoscon el financiamiento coope-rativo para encontrar solu-ción a problemas específicosdel funcionamiento de estasentidades.

La cuestión central que seplantea tiene que ver –comoacertadamente señala el au-tor- con la permanencia y elcosto de los recursos nece-sarios para la financiación delos activos fijos e inmovili-zados, problema que es co-mún a la empresa comercialy la empresa cooperativa.Los préstamos suelen ser unrecurso corriente, pero sucosto fijado de antemano conindependencia del r iesgoempresario y su permanen-cia también determinada, ygeneralmente de plazo redu-cido, los convierten en unrecurso que suele no seradecuado a las necesidades

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de las cooperativas. De allíla importancia de esquemasde financiación que convier-tan al prestamista en asocia-do, desplazando el préstamodel pasivo hacia el patrimo-nio, atribuyéndole un interésvariable en función de los re-sultados o del volumen de losnegocios u otro, que puedeser único o sumarse a un in-terés fijo.

El tratamiento del tema seaborda en tres capítulos. Elprimero está dedicado a es-tudio del entorno de los prés-tamos participativos, partici-paciones especiales y títulosparticipativos, en el cual seanalizan las distintas modali-dades de préstamos y de apor-tes en el ámbito mercantil ycooperativo según la legisla-ción española. Este capítulobrinda el marco de referen-cia para los desarrollos ulte-riores. El siguiente capítuloversa acerca del préstamoparticipativo o subordinado,haciendo una amplia conside-ración de su origen y desa-rrollo en el derecho español.

El capítulo tercero y centraldel libro está referido a las

participaciones especiales ylos títulos participativos en elderecho cooperativo, es de-cir que acomete el estudioparticularizado de los antece-dentes y manifestaciones deestas dos formas de finan-ciamiento de las cooperati-vas en el derecho español y,de manera más específica, enla legislación autonómica deCataluña.

El autor brinda en esta partede la obra un amplio panora-ma del tema y realiza un agu-do análisis de la aplicaciónde estas herramientas finan-cieras en el campo coopera-tivo, ofreciendo valiosos ele-mentos de juicio cuya aplica-ción a otros países resulta deinterés considerar.

En síntesis, el aporte del pro-fesor Borjabad Gonzalo re-sulta útil no solamente paraconocer la problemática es-pañola en esta materia y sussoluciones legislativas sinotambién para despertar inte-resantes sugerencias orienta-das a encarar similares pro-blemas en otras latitudes.

Dante Cracogna

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Este libro constituye una pe-queña enciclopedia de la ban-ca cooperativa europea en losinicios del siglo XXI. Su mé-rito principal consiste en queson las propias organizacionesfinancieras cooperativas lasque presentan su estado actualde situación con un enfoquedescriptivo, aunque no exentode crítica en ciertos casos.

El libro se compone de onceestudios referidos a diez paí-ses (Italia merece dos capítu-los a fin de caracterizar a lasdos ramas existentes: bancospopulares y cajas rurales obancos de crédito cooperati-vo). Entre esos diez países seincluyen dos de los reciente-mente incorporados a la nue-va Europa de los 25: Poloniay Hungría, además de los másrepresentativos del desarrollocooperativo en este campo:Alemania, Francia, Holanda,Italia, Austria y tres de menorimportancia relativa pero conexperiencias igualmente rele-vantes en la materia: España,Portugal y Finlandia.

Si bien el título indica que ellibro trata sobre la banca coo-

perativa “y” la economía so-cial, en rigor el grueso de loscapítulos está dedicado al pri-mer tema, en tanto que el se-gundo sólo se aborda de ma-nera complementaria y, enciertos casos, tangencial.Obviamente, ello no resta mé-rito a la obra; pero no condicecon el título. En realidad, ellibro está dedicado a la bancacooperativa europea, comoseñala la presentación del pre-sidente de la Asociación Eu-ropea de Bancos Cooperativos.Y esos bancos forman parte delsector de la Economía Socialde sus respectivos países.

Cuestión de especial interésque tratan los diferentes ca-pítulos es la relativa a la ban-ca cooperativa en un entornoglobalizado, en donde quedapatentizada la necesidad deadaptación que debieron en-frentar para sobrevivir y desa-rrollarse en un nuevo contex-to pleno de desafíos inéditos.Tales desafíos, aunque de ca-racterísticas comunes, pre-sentan ciertas peculiaridadesen cada país provocando res-puestas que difieren según elrespectivo modelo asumido

Banca cooperativa y economía social en Europa,Autores varios, Unión Nacional del Cooperativas deCrédito -UNACC, Madrid, 2004, 379 págs.

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por la banca cooperativa encada uno de ellos.

Cabe señalar que a partir delos mismos troncos fundacio-nales: modelos de Raiffeiseny Schultze-Delitzsch -para elámbito rural el primero y parael urbano el segundo- la ban-ca cooperativa fue creandonumerosas variantes según loslugares y los sectores en quese desarrolló, dando muestrasde gran capacidad de adapta-ción a los diferentes contex-tos y problemas específicos.De allí que la lectura del li-bro brinde un interesante pa-norama que, cual mosaico,exhibe muy diversas formasde manifestación aunque to-das fundadas en los mismosprincipios liminares.

Dentro de la problemáticapropia de la banca cooperati-va se encuentra la regulaciónlegal a la que se encuentra su-jeta, en la cual suelen confluirlas normas de la legislacióncooperativa y las de orden fi-nanciero, no siempre armoni-zadas y a veces conflictivas.De todas maneras, salvo elcaso de regímenes específi-cos como el de las cooperati-vas de crédito en España, porlo general las entidades coo-perativas de crédito se hallansometidas a las mismas nor-

mas que rigen con caráctergeneral a todas las entidadesfinancieras, con independen-cia de su forma jurídica. Esaquí, entonces, donde surge elconflicto puesto que la bancacooperativa es parte de la eco-nomía social (más allá de lasdiferencias de criterio exis-tentes en los países germanosacerca del significado de laexpresión) y, por lo tanto, sunaturaleza es diferente de laque tiene la banca comerciallucrativa. El tratamiento igualde una y otra conlleva, pues,consecuencias que pueden re-sultar contrarias al sentido pro-pio de la banca cooperativa.

La mención de la participa-ción de la economía socialdentro de la economía de cadauno de los países es un datoilustrativo que permite apre-ciar la importancia relativa delsector dentro de Europa.

Por último, podría decirse quela obra hubiera aumentado suvalor si estuviera completadacon una apreciación globalacerca del papel y de los pro-blemas de la banca cooperati-va en la Unión Europea en ge-neral, pero ello no le restamérito a su valioso contenidoinformativo.

Dante Cracogna

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Tal vez convenga decir, previa-mente y a manera de introduc-ción para enmarcar el análisisdel trabajo de Mirta Vuottopublicado por la EditorialIntercoop, que durante la dé-cada de 1960, en la Argenti-na, existió una gran cantidadde Cajas de Crédito, organi-zadas bajo la forma de coope-rativas. Habían surgido desdeel ámbito local a partir delagrupamiento del pequeñocomerciante o industrial y delpropio consumidor. Eran or-ganizaciones barriales o demedianas ciudades y su radiode acción era lo suficiente-mente pequeño como para quehaya un conocimiento perso-nal entre los asociados. Lle-garon a existir cerca de 1.000Cajas de Crédito en todo elpaís, que no estaban sujetas alcontrol de las entidades finan-cieras por parte del BancoCentral. En el año 1976, du-rante la dictadura militar sedispone que las Cajas de Cré-dito, para que puedan seguiroperando con las cuentas co-rrientes, es decir para que pue-dan recibir depósitos, debe-rían transformarse en bancoscooperativos. Se inicia enton-

ces un proceso de fusión paraque, entre varias Cajas de Cré-dito, logren juntar el capitalmínimo necesario para for-mar un Banco Cooperativo.Con la creación de estos ban-cos cooperativos, de maneraforzada, es decir, sin el con-vencimiento de quienes con-ducían las Cajas de Crédito, seproduce un fenómeno que notendría un final feliz. Surgie-ron muchos bancos coopera-tivos, que llegaron a ser másde 70, de los cuales, con lascrisis financieras atravesadas,existe en la actualidad sólodos. Y sólo uno de ellos tienerelevancia y que si bien poseemuchas sucursales, más de200, la cantidad de depósitosque capta es, al menos, 5 ve-ces inferior a los depósitosque tenían las cajas de Crédi-to Cooperativas (más los po-cos bancos cooperativos queexistían antes de 1976).

Con esta situación se entra ala década de 1990 en la bancacooperativa y Mirta Vuottoanaliza un lapso que tiene ungran impacto no sólo en esesector del cooperativismosino en todo el espectro co-

La banca cooperativa argentina durante ladecada de 1990, Mirta Vuotto, Intercoop EditoraCooperativa Ltda., Buenos Aires, 2004, 149 págs.

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operativo ya que, en muchoscasos se puso en duda la via-bilidad y desarrollo del coo-perativismo y condujo, a ve-ces, al abandono de su natura-leza institucional, como loseñala la autora ya en la intro-ducción de su trabajo.

La década del 90, puede de-cirse que es la última etapadel declive del cooperativis-mo financiero que tuvo supunto inicial y más crítico en1976 con la aplicación de laLey de entidades financieras,mencionada anteriormente.En este sentido el trabajo deMirta Vuotto es muy comple-mentario de otros trabajos quedesarrollan la historia delcooperativismo financiero yde cómo, el declive cuantita-tivo que sufre en la década de1990 va de la mano de su de-clive cualitativo.

En efecto, como lo indica laautora, la década de 1990 co-mienza con 860 sucursalespara los 44 bancos cooperati-vos existentes y finaliza consólo 2 Bancos cooperativos;de los cuales uno de ellos tie-ne poca incidencia ya que seubica en el orden 59 del totalde bancos existentes en Ar-gentina en cuanto al patrimo-nio neto, con lo que la tenden-cia que señala Mirta Vuotto,

se confirma. Si bien el ban-co cooperativo más grande(ubicado en el orden nume-ro 13 en el ranking de ban-cos que operan en Argenti-na) ha mejorado su posicio-namiento notablemente des-de su fundación; él solo nollega a tener la participaciónen el mercado (con más de200 sucursales) que teníatoda banca cooperativa hace20 años atrás, como se se-ñaló anteriormente.

La década del 90 no sólo fa-voreció la concentración ban-caria y la extranjerización(cuando finaliza el siglo labanca extranjera controlaba el53% de los activos, puntuali-za Vuotto), sino que al coo-perativismo le costó imponer(y mantener) su sello y su fór-mula.; máxime cuando variosde los bancos se vieroninvolucrados en conflictosjudiciales, contradictorioscon el concepto, con la doc-trina y con los principios co-operativos. La sociedad, en ladécada del 90, revalorizóculturalmente el concepto delo privado lucrativo y de laempresa extranjera eficientey tuvo su fuerte impacto entodo el cooperativismo y es-pecialmente en el de crédito;el que se vio arrastrado poresos conceptos, perdiendo, a

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veces, su norte doctrinario.Así, dicho de manera un tantoexagerada, los bancos coope-rativos, por un lado no llega-ron a ser “verdaderos Bancos”por la dimensión que tenían ypor la concentración de suriesgo debido a que su accio-nar se reducía a zonas acota-das y a actividades poco dife-renciadas y, por otro, muchosno estuvieron a la altura de ser“verdaderas Cooperativas” yaque en su afán por permane-cer dejaron de lado principiosbásicos. La integración coo-perativa no fue un principioseguido, salvo para el bancocooperativo más grande quequedó operando. Este avasa-llamiento cultural lo sufriótodo el cooperativismo y tuvoun fuerte impacto, como lodemuestra Vuotto, en el sec-tor bancario cooperativo. Laoleada competitiva arrasó a lacooperación y el manteni-miento de los valores coope-rativos resultó más difícil enuna sociedad que asumió, den-tro del campo económico, unaideología diferente.

Sería muy interesante que laautora, que ha hecho un granesfuerzo para analizar a fon-do la década de 1990, puedatomar ese estudio como basey continuarlo, introduciéndo-le las novedades importantespara el sector del cooperati-vismo de crédito como es lasanción de la nueva ley queposibilita la creación de Ca-jas de fórmula cooperativa yque recrearía las posibilidadesdel inicio de este proceso quese remonta a la década de1960 como se decía al iniciode este breve comentario.Esta nueva situación financie-ra donde el prestigio de la ban-ca lucrativa ya no es lo que eraen la década que analiza MirtaVuotto, podría ser una nuevaoportunidad para el coopera-tivismo y la difusión de estasnuevas posibilidades por par-te de especialistas como laautora de este libro, podríaalentar e incentivar la crea-ción de estas Cajas con el ver-dadero molde Cooperativo.

Jorge Bragulat

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Régimen legal de las cooperativas en los países delMercosur, Dante Cracogna (Coordinador); GuilhermeKrueger; Carlos Bogado; Sergio Reyes Lavega; DaniloGutiérrez, INTERCOOP Editora Cooperativa, BuenosAires, 2003, 164 págs.

La presente publ icaciónconstituye el punto de parti-da en el análisis comparativode las legislaciones en mate-ria cooperativa de los paísesintegrantes del Mercosur. Setrata del primer libro publi-cado en la Serie Jurídica pa-trocinada por la Reunión Es-pecializada de Cooperativasdel MERCOSUR (RECM),cuyos prestigiosos autoresnos introducen en los marcoslegislativos actuales de cadapaís sin avanzar sobre las si-militudes y diferencias entrelos mismos, pero dejandoplanteados los elementos quepermiten detectar lasasimetrías existentes en laregulación legal de las coo-perativas dentro de los paísesde la región.

Lo expresado surge clara-mente a partir de la presenta-ción de la Secretaría Técnicade la RECM, órgano que fun-ciona dentro del marco de laintegración regional con par-ticipación de los organismosoficiales de cooperativas y

de las organizaciones repre-sentativas del movimientocooperativo de los paísesmiembros. Vemos, pues, queesta publicación cumple conuno de los principales obje-tivos que tiene planteados laRECM, cual es el de sistema-tizar la legislación coopera-tiva vigente y propender a suarmonización.

Cabe recordar que dentro delproceso de integración re-gional y para lograr su forta-lecimiento, los Estados Par-tes asumieron el compromi-so de armonizar sus legisla-ciones en las áreas pertinen-tes, como expresamente loestablece el art. 1º del Trata-do de Asunción que dio ori-gen al Mercosur.

Tal como advierte el Coordi-nador, armonización no sig-nifica uniformidad. Esto úl-timo implicaría negar la ri-queza que representa la diver-sidad legislativa en cuantomanifestación de tradiciones,valores y aspiraciones de

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cada nación. La armoniza-ción consiste en la afirma-ción de los elementos sus-tanciales que configuran elnúcleo de los diferentes ins-titutos jurídicos a fin de lo-grar entre los países integran-tes un sustrato común que fa-cil i te la integración. Estaobra es el inicio de ese arduoproceso de armonización.Así, cada autor presenta losantecedentes, características,normativa y problemática ac-tual en la materia en sus res-pectivos países, acercándo-nos consideraciones de ordenconceptual orientadas aaquel objetivo.

La estructura del libro com-prende -previa la presenta-ción que realiza la Secreta-ría Técnica de la RECM- unprólogo en el cual el Coor-dinador de la Comisión deLegislación de la RECM ex-plica el sentido y los alcan-ces de la obra; luego se su-ceden cuatro capítulos, dedi-cados cada uno de ellos alanálisis de la legislación coo-perativa de cada Estado inte-grante del MERCOSUR. Ta-les capítulos, elaborados porcalificados expertos de cadapaís, comprenden una pre-sentación doctrinaria de losorígenes, evolución y estadoactual de la materia, y la re-

producción de las leyes es-pecíficas de cooperativas.

El libro permitirá al lectorcomenzar a avanzar en la com-paración entre los ordena-mientos jurídicos en análisis.Así, a modo de ejemplo, sepodrá advertir que, mientrasen Argentina, Brasil y Para-guay existe una única ley decooperativas de carácter ge-neral que regula a todas lasentidades, Uruguay cuentacon una profusa legislaciónen atención a los diferentesobjetos sociales de ellas.

Asimismo, señalaremos quearmonización tampoco im-plica una legislación suprana-cional, dado que este últimocaso sería necesario su dic-tado a través de un órgano le-gislativo comunitario que re-sultaría de aplicación en to-dos los países integrantes delacuerdo regional. Tal situa-ción no resulta posible en elestado actual de la organiza-ción del Mercosur puesto que–a diferencia de lo que suce-de en la Unión Europea- noexisten órganos suprana-cionales. En palabras delCoordinador, en el Mercosurse trata, al menos por ahora,de la armonización legislati-va que, de todas maneras, noes tarea menor.

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Por último, dado que este esel primer capítulo de unaserie jurídica, cabe esperarnuevas publicaciones acer-ca de diferentes aspectosespecíficos vinculados conel régimen legal de las coo-perativas, lo que sin lugar a

dudas será de suma utilidadpara avanzar en el análisis ydiscusión en beneficio de laintegración regional encara-da por los países del Mer-cosur.

Analía Gabriela Bilotto