Revista ALED Volumen 7-2

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Revista Lationamericana de Estudios del Discurso Revista Latinoamericana de Estudos do Discurso EDITORA Adriana Bolívar, Universidad Central de Venezuela EDITORA DE RESEÑAS Luisa Granato, Universidad Nacional de la Plata COMITÉ EDITORIAL Paola Bentivoglio, Universidad Central de Venezuela Francisco José Bolet, Universidad Central de Venezuela Julio Escamilla Morales, Universidad del Atlántico, Colombia Irene Fonte, Universidad Autónoma Metropolitana, México María Laura Pardo, Conicet, Ciafic, Argentina Ingedore Villaça Koch, Universidad de Campinas, Brasil Marianne Peronard, Universidad Católica de Valparaíso, Chile Doris Martínez, Universidad de Puerto Rico, Río Piedras, Puerto Rico ASESORES INVITADOS Carmen Rosa Caldas-Coulthard, Universidade de Florianapolis, Brasil Teun van Dijk, Universidad de Ámsterdam, Holanda y Universidad Pompeu Fabra, España Teresa Espar, Universidad de Los Andes, Venezuela Lars Fant, Universidad de Estocolmo, Suecia Luisa Martín Rojo, Universidad Autónoma de Madrid, España Jacob Mey, Universidad de Odense, Dinamarca Sírio Possenti, Universidade Estadual de Campinas, Brasil Irayda Sánchez, Universidad Pedagógica Experimental Libertador, Venezuela DISEÑO GRÁFICO Cecilia Sanz DIAGRAMACION Odalis C. Vargas B. Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso Associação Latinoamericana de Estudos do Discurso ALED es arbitrada y está indizada en Revencyt y Latindex. Se publica semestralmente bajo los auspicios de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso COMITÉ DIRECTIVO Ana María Harvey PRESIDENTA Neyla Pardo Abril SECRETARIA GENERAL Lesmer Montecino TESORERO Isolda Carranza ARGENTINA Denize Garcia da Silva BRASIL Julia Baquero COLOMBIA Guillermo Soto CHILE Elin Emilsson MÉXICO Irene Madfes URUGUAY Francisco José Bolet VENEZUELA SOCIOS HONORARIOS Teun van Dijk Patrick Charaudeau Lars Fant PRESIDENTA HONORARIA Adriana Bolívar ILUSTRACIÓN DE PORTADA Pedro León Zapata. 1999. Octavio conoce el origen. Óleo sobre tela. 90x70 cms. Fotografía: Helios Zapata Versión electrónica en: http://www.portalaled.com Dirección electrónica: [email protected] Depósito legal: 200102CS1090 ISSN 1317-7389 Volumen 7, nº 2 Tiraje: 800 ejemplares Impresión editorial: Servi-k, C. A. Impreso en Venezuela

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Revista Lationamericana de Estudios del DiscursoRevista Latinoamericana de Estudos do Discurso

EDITORA

Adriana Bolívar, Universidad Central de Venezuela

EDITORA DE RESEÑAS

Luisa Granato, Universidad Nacional de la Plata

COMITÉ EDITORIAL

Paola Bentivoglio, Universidad Central de Venezuela

Francisco José Bolet, Universidad Central de Venezuela

Julio Escamilla Morales, Universidad del Atlántico,Colombia

Irene Fonte, Universidad Autónoma Metropolitana,México

María Laura Pardo, Conicet, Ciafic, Argentina

Ingedore Villaça Koch, Universidad de Campinas,Brasil

Marianne Peronard, Universidad Católica deValparaíso, Chile

Doris Martínez, Universidad de Puerto Rico, RíoPiedras, Puerto Rico

ASESORES INVITADOS

Carmen Rosa Caldas-Coulthard, Universidade deFlorianapolis, Brasil

Teun van Dijk, Universidad de Ámsterdam,Holanda y Universidad Pompeu Fabra, España

Teresa Espar, Universidad de Los Andes, Venezuela

Lars Fant, Universidad de Estocolmo, Suecia

Luisa Martín Rojo, Universidad Autónoma deMadrid, España

Jacob Mey, Universidad de Odense, Dinamarca

Sírio Possenti, Universidade Estadual deCampinas, Brasil

Irayda Sánchez, Universidad PedagógicaExperimental Libertador, Venezuela

DISEÑO GRÁFICO

Cecilia Sanz

DIAGRAMACION

Odalis C. Vargas B.Asociación Latinoamericana de Estudios del DiscursoAssociação Latinoamericana de Estudos do Discurso

ALED es arbitrada y está indizada en Revencyt yLatindex. Se publica semestralmente bajo losauspicios de la Asociación Latinoamericana deEstudios del Discurso

COMITÉ DIRECTIVO

Ana María HarveyPRESIDENTA

Neyla Pardo AbrilSECRETARIA GENERAL

Lesmer MontecinoTESORERO

Isolda CarranzaARGENTINA

Denize Garcia da SilvaBRASIL

Julia BaqueroCOLOMBIA

Guillermo SotoCHILE

Elin EmilssonMÉXICO

Irene MadfesURUGUAY

Francisco José BoletVENEZUELA

SOCIOS HONORARIOS

Teun van DijkPatrick CharaudeauLars Fant

PRESIDENTA HONORARIA

Adriana Bolívar

ILUSTRACIÓN DE PORTADA

Pedro León Zapata. 1999. Octavio conoce elorigen. Óleo sobre tela. 90x70 cms.Fotografía: Helios Zapata

Versión electrónica en: http://www.portalaled.com

Dirección electrónica: [email protected]

Depósito legal: 200102CS1090

ISSN 1317-7389

Volumen 7, nº 2

Tiraje: 800 ejemplares

Impresión editorial:Servi-k, C. A.

Impreso en Venezuela

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Revista Latinoamericanade Estudios del Discurso

VOLUMEN 7 NÚMERO 2 2007

SumarioEDITORIAL

Ya cumplimos siete añosAdriana Bolívar 3

ARTÍCULOS

Leitura de barraco: a semente da leitura, o discurso e osmovimentos do sujeitoAdenilson Alves, Ludmila Ferrarezi, Lucília Maria Sousa Romão 5

El amerindio venezolano en los textos escolares: una representacióndiscursiva desde la Gramática Sistémica FuncionalLuisana de Lourdes Bisbe Bonilla 21

Estrategias de divulgación de la ciencia en Venezuela a fines delsiglo XIX : El Zulia Ilustrado (1889-1896)Francisco José Bolet 49

As Eleições Presidenciais de 2002 nas páginas de “Veja”Ricardo Gualda 73

Política y convicción. Memorias discursivas de la militanciasetentista en el discurso presidencial argentinoAna Soledad Montero 91

RESEÑAS

Cubo de Severino, Liliana (Coord.). (2007). Los textos de la Ciencia.Principales clases del discurso académico-científico (2da. Ed.)Reseñado por Telma Piacente 115

Shiro, Martha (2007). La construcción del punto de vista en los relatosorales de niños en edad escolar. Un análisis discursivo de la modalidad.Reseñado por Guillermina Piatti 119

Vallejos Llobet, Patricia (Coord.) (2007). Los estudios del discurso.Nuevos aportes desde la investigación en la Argentina.Reseñado por María Leticia Móccero 124

Foro 129

Publicaciones y revistas recibidas 133

Índice Acumulado 134

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EDITORIAL

Ya cumplimos siete años

Con este número 7(2) llegamos a los siete años de aparición regular. Pri-mero, desde el año 2001 hasta el 2003, nos comprometimos con publicar unnúmero por año. Después, desde el año 2004 hasta ahora, aceptamos el retode ofrecer dos números cada año. Hemos cumplido de la mejor manera posi-ble, aunque no siempre ha sido fácil y todavía queda mucho por hacer.

La ocasión amerita una breve revisión sobre la participación de los sociosde la ALED en una revista que nació para difundir y fortalecer la investiga-ción en los estudios del discurso en la región. Podemos empezar con un breveanálisis cuantitativo de los artículos y reseñas publicados hasta el momento.Incluyendo este número, la revista ha dado cabida a 56 artículos y a 70 vocesde investigadores, quienes se han hecho más visibles o han logrado visibilidaden los círculos científicos de su país y en otros países del mundo. De los 56artículos, con excepción de cinco, todos han sido escritos por investigadoreslatinoamericanos. Esto significa para nosotros como Asociación un gran lo-gro, y es bueno saberlo y repetirlo, para que no se nos olvide que lo queempezamos en el año 1995 ha dado buenos frutos. La revista también hacumplido su función publicando reseñas. Hasta ahora han sido 33 los librosevaluados. La lectura del índice acumulado muestra que, junto a los nombresde autores europeos, figuran de manera estelar las obras de nuestros propiosinvestigadores, que alcanzan a un 60.6% de todas las reseñas. También en estenivel se ve que estamos logrando las metas que nos propusimos.

Igualmente, podemos fijar nuestra atención en quiénes han sido los auto-res que han publicado en la revista. El recuento de artículos por país nos daunos datos interesantes. Los países que han enviado sus artículos y han sidoaceptados para la publicación han sido hasta la fecha los siguientes en ordendecreciente: Argentina: 13 (23.2%), Brasil 11 (19.6%), México: 10 (17.8%),Venezuela: 10 (17.8%), Chile: 4 (7.1%), Colombia: 3 (5.3%). También he-mos publicado cinco artículos que pertenecen a socios honorarios (2), sociosen España (1) y traducciones del Inglés (2 de autores originalmente de Aus-tria y China). Estos últimos suman en total un 8.9% (1.7% cada uno). Encuanto a las reseñas, encontramos que, de las veinte referidas a autores lati-noamericanos, 6 son de Chile, 4 de Colombia, 3 de Venezuela, 3 de Brasil, 2de México y 2 de Argentina. Es muy interesante constatar que, aunque Chiley Colombia han publicado menos artículos en la revista, aparecen en las rese-ñas más a menudo que los autores de otros países (50% entre los dos).

Además de revelarnos una política editorial que trata de dar cabida demanera equitativa a todos los países miembros de la ALED, este cuadro gene-

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ral puede darnos una idea de cómo funciona la dinámica de la investigación ylas publicaciones en nuestra comunidad científica. Aunque no podemos des-conocer el papel del Comité editorial y de las editoras de reseñas en cuanto ala orientación y selección de trabajos, es indudable que las cifras reflejan laactividad y el interés de cada país. Es cierto que hemos recibido más artículosde Argentina y Brasil que de México y Venezuela, y muchos menos de Chiley Colombia. También es cierto que hemos recibido más reseñas de libros deChile que de otros países. Pero, confiamos que en el futuro lograremos unmayor equilibrio en este sentido.

El análisis de las temáticas cubiertas en los artículos y reseñas requeriría unestudio más detallado. No obstante, podemos adelantar que en ellos se reve-lan las grandes preocupaciones de nuestros investigadores: la construcción delas identidades, el discurso político, el discurso académico y científico, elpapel de los medios en los procesos sociales, los desarrollos teóricos y losproblemas de métodos en nuestra disciplina. En todos ellos se encuentra demanera sistemática un deseo de explicar las realidades que nos toca vivir, y deexplicarlas con el lenguaje mediante el estudio de los lenguajes que las crean yrefuerzan o retan.

Nos queda mucho por hacer. Todavía no hemos recibido o aceptado artí-culos de Puerto Rico o Uruguay, y estamos a la espera de la participación deinvestigadores de países que aún no se han incorporado a la ALED. Invita-mos a los colegas de Chile y Colombia a enviarnos más artículos, y a los deArgentina, Brasil y Venezuela a hacernos llegar sus libros más recientes.

En este séptimo cumpleaños agradezco a todos los autores, reseñadores,árbitros y miembros del comité editorial por sus valiosas y apreciadas contri-buciones a la revista. Muy especialmente, el agradecimiento va para los sociosque han escrito artículos, reseñas y que han participado en el Foro. Mi deseoes que aquellos socios que aun no han publicado insistan en hacerlo porquevale la pena, en lo personal en lo social y en lo cultural.

Reiteramos nuestra invitación a todos para llevar la revista a cumplir mu-chos años más.

A.B.

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5ALED 7 (2), pp. 5-20

ARTÍCULO

Leitura de Barraco: a semente da leitura,o discurso e os movimentos do sujeito

Recibido: 15 de mayo de 2007 • Aceptado: 12 de junio de 2007.

ADENILSON ALVESUniversidade de São Paulo

LUDMILA FERRAREZIUniversidade de São Paulo

LUCÍLIA MARIA SOUSA ROMÃOUniversidade de São Paulo

RESUMEN. En el marco de los estudios acerca de la socialización del conocimiento, labiblioteca y la perspectiva discursiva, que comprende el gesto de leer como construc-ción polisémica de sentido, las cuestiones que se abordan en este artículo se centranen los conceptos de lectura. Por lo tanto, presenta algunas de las maneras posibles designificar el acto de leer, resaltando aquellas implantadas por el discurso pedagógico ylas que son dadas por el análisis del discurso de origen francesa. A través de un análi-sis discursivo de los relatos, recogidos en un campamento del Movimiento de Traba-jadores Rurales Sin- Tierra, donde se desarrolló el proyecto “Lectura de Barraca”,observamos la aparición de otros significados de lectura, marcados por los efectospolisémicos y fértiles acerca de las semillas, tierras y cosechas.

PALABRAS CLAVE: Lectura, discurso, biblioteca, Movimiento de los Trabajadores RuralesSin-Tierra

RESUMO. Inseridas no âmbito dos estudos sobre a socialização do conhecimento, abiblioteca e a perspectiva discursiva, que entende o gesto de ler como construçãopolissêmica de sentidos, as questões abordadas neste artigo têm como foco as conce-pções de leitura. Deste modo, apresenta algumas das maneiras possíveis de significaro gesto de ler, destacando aquelas fixadas pelo discurso pedagógico e as que são dadaspela Análise do Discurso francesa. Através da análise discursiva de depoimentos, col-hidos em um acampamento do Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem-Terra ondefoi desenvolvido o projeto “Leitura de Barraco”, observamos a emergência de outrossignificados para a leitura, marcados por efeitos polissêmicos e fecundos sobre se-mentes, terras e colheitas.

PALAVRAS CHAVE: Leitura, discurso, biblioteca, Movimento dos Trabalhadores Rurais Sem-Terra.

ABSTRACT. Integrated as part of studies on the socialization of knowledge, the libraryand discursive perspective, which considers the gesture of reading as a polysemousconstruction of senses, the issues showed in this article have as focus the concepts ofreading. Therefore, this article shows some of the possible ways of giving meaning tothe reading action, highlighting those fixed by pedagogical discourse and those given

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by the French Discourse Analysis. Through discursive analysis of testimonies, collec-ted in a camp of a Landless Rural Worker Movement, where the project “Reading ofShanty” was developed, it was observed the emergence of other meanings for reading,marked by polysemous and fruitful effects on seeds, land and harvests.

KEY WORDS: Reading, discourse, library, Landless Rural Workers Movement.

Introdução

Nesse trabalho, buscamos refletir sobre alguns modos de significar a leitura,enfatizando especialmente aqueles fixados pelo discurso pedagógico comoaceitos e necessários à formação do seu “hábito” dentro e fora do contextoescolar. Em seguida, iremos apresentar a perspectiva discursiva, que compreendea leitura como gesto(s) de significação e inscrição de sentidos, em que o sujeitoé afetado pela posição imaginária que ocupa no discurso. Algumas consideraçõessobre biblioteca também estão postas em discurso, pois, na sequência, inter-pretamos movimento(s) de leitura de sujeitos sem-terra, que participaram doprojeto de uma biblioteca itinerante intitulada Leitura de Barraco noassentamento rural Mário Lago, em Ribeirão Preto. O nosso corpus lingüísti-co é constituído por recortes de entrevistas e depoimentos orais colhidos ematividades de formação com as sementeiras e em momentos de leitura, bemcomo formulações coletivas inscritas em caixotes de livros e em uma bandeirado projeto feita pelos sem terra. Os dados indiciam um modo bastante singu-lar de atribuir significados ao ato de ler, a saber, marcando-o como lugar deefeitos polissêmicos sobre sementes, terras e colheitas.

1. Semeando sentidos de leitura em um assentamento rural

Lançando mão da Análise do Discurso francesa (AD), apresentamos ummodo de significar a leitura que aponta para a possibilidade do estabelecimentode diversas relações da linguagem com o contexto sócio-histórico, do leitorcom as redes de memória às quais se filia, do dizer lido com tantos outrossentidos já discursivizados em outros lugares. Contrariamos, assim, a percepçãode leitura definida pela atividade fechada (Milanesi, 2002) e limitada apenaspela decodificação de conteúdos que estariam supostamente prontos e unívocosnos textos como se os sentidos estivessem colados às palavras em uma relaçãodireta, objetiva e sem equívocos. Ao distanciarmos desse lugar teórico, con-cordamos com alguns postulados muito caros à teoria discursiva, quais sejam,o de que o sentido se constrói junto com o sujeito-leitor (Orlandi, 1999), o deque a exterioridade constitui o modo de o sujeito atribuir sentidos ao que lê, ode que os gestos de interpretação são determinados pela posição que o sujeitoocupa. Conforme Ferreira (2003, p. 208),

a leitura é um processo de desvelamento e de constituição de sentidos por umsujeito determinado, circunscrito a determinadas condições sócio-históricas.

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Portanto, por sua própria natureza e especificidade constitutiva, a leitura tende aser múltipla, a ser plural, a ser ambígua. Mas não será nunca ‘qualquer uma’.

Marcamos que é o leitor- ocupando determinada posição-sujeito e sendointerpelado em sujeito de suas leituras pela ideologia- quem atribui os senti-dos possíveis para um texto ou uma imagem, é ele “que lê o sentido [...] queconfere a um objeto, lugar ou acontecimento uma certa legibilidade possível,ou que a reconhecer neles” (Manguel, 1997, pp. 19-20). Como nos fala Char-tier (1999, p.11),

A leitura não está, ainda, inscrita no texto, e que não há, portanto, distânciapensável entre o sentido que lhe é imposto (por seu autor, pelo uso, pela crítica,etc.) e a interpretação que pode ser feita por seus leitores; consequentemente, umtexto só existe se houver um leitor para lhe dar significado.

Portanto, os gestos de leitura não podem ser apreendidos da mesma for-ma por diferentes sujeitos, não são homogêneos posto que o sentido nãoadvém do texto, sendo assim, concordamos com a teoria discursiva que des-loca o gesto de ler como decodificação para outro lugar, a saber, gestos deconstrução de sentidos. Nesta perspectiva, consentimos na seguinte afirmaçãode Silva (1986, p. 25): “a leitura não se configura como um processo passivo,longe disso, por exigir descoberta e re-criação, a leitura coloca-se como pro-dução e sempre supõe trabalho do sujeito leitor.” Desse modo, ler é construirmovimentos de atribuição de sentido a partir de uma posição dada.

Concebida como construção, a leitura assume um caráter instável e pro-visório, pelo qual “ler então, não é um processo automático de capturar umtexto como um papel fotossensível captura a luz, mas um processo de recons-trução desconcertante, labiríntico, comum e, contudo, pessoal.” (Manguel,1997, p. 54). Sendo assim, não existe nas palavras um significado prévio quenos caberia apenas decifrar de modo literal e unívoco.

toda leitura mobiliza em maior ou menor intensidade, com maior ou menorevidência, efeitos de ambigüidade que se estendem pelo texto. Pensar a leitura soba ótica de uma concepção da univocidade seria ilusório e ingênuo. Não se podepensá-la nem sob a perspectiva do mito da univocidade absoluta, identificável aosonho simplista da transparência da linguagem, nem sob o mito da plurivocidadeabsoluta, em que nenhuma significação é atribuída de modo seguro e categórico.(Ferreira, 2003, p. 208).

Chegamos, assim, a uma concepção de leitura que consideramos ser maisampla, mais interessante e produtiva para a semeadura de novos campos doconhecimento.

Leitura em uma acepção mais ampla, como compreensão do texto vinculada àbagagem que o sujeito-leitor carrega, sua ideologia, seu contexto sócio-histórico[..] uma leitura dinâmica, entendida como interpretação e como interação do

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leitor com o mundo, possibilitando-lhe agir no mundo e não ser apenas um re-ceptor de sentidos estereotipados. (Romão & Pacífico, 2006, p.10).

Como elemento fundamental no processo de interpretação e compre-ensão dos discursos, temos a memória discursiva, pela qual, “cada livro foigerado por uma longa sucessão de outros livros cujas capas talvez jamais ten-hamos visto e cujos autores talvez jamais conheçamos, mas que ressoa naque-le que temos em mãos” (Manguel, 1997, p. 299). Assim, o livro indicia pala-vras em movimento que já foram colocadas em discurso antes, o que nospermite inferir a existência de uma memória de leitura à qual todo leitorrecorre no momento de construir seus percursos de sentido. Desta maneira,não somos os donos do nosso dizer, enunciamos com palavras já-ditas e, porisso:

lemos [...] como se uma memória tivesse subitamente sido resgatada de um lugarno fundo de nós mesmos – o reconhecimento de algo que nunca soubemos queestava lá, ou de algo que sentimos vagamente, como um bruxuleio ou uma som-bra, cuja forma fantasmagórica ergue-se e instala-se em nós sem que possamos vero que é, deixando-nos mais velhos e sábios. (Manguel, 1997, p. 340).

A memória da qual estamos falando não corresponde à lembrança, me-mória física constituída pelo acúmulo de dados, tampouco à memória oficialsustentadora das instituições, mas àquela que é da ordem do discurso, no-meada como condição do dizível e como saber discursivo, que sustenta cadatomada da palavra. (Orlandi, 2006). Nessa perspectiva, é a memória que sus-tenta a possibilidade de dizer e de significação dos múltiplos sentidos dosdocumentos, garantindo que o sujeito leia alguns sentidos e não perceba outros.

Isso tem relação com o arquivo tal como Pêcheux (1982) o define, asaber, como campo de documentos sobre uma certa questão; se o sujeito temacesso a um campo rico e variado de documentos sobre o significante terra,certamente terá mais condições de construir sentidos sobre o que se mostrana materialidade lingüística, mobilizando todas as redes de filiação de senti-dos a cada palavra que lê, relacionando-a com outras, tomando-as como par-te de um processo de discursos em movimentos. Tudo isso implica considerarque os sentidos são muitos e os gestos de leitura estão alienados à posição queo sujeito ocupa. Sobretudo, faz aliança com o sentido de movimento e dis-curso, ou seja, com o imprevisível artesanato de interpretar.

2. Cultivando livros e sentidos: adentrando nas terras férteis da leitura

Para que o terreno da leitura seja fértil, é necessário que o sujeito-leitor sedesvencilhe das amarras que o prendem a anos de práticas de leitura escolarconteudistas realizadas durante todo o processo de educação formal a que agrande maioria dos sujeitos é submetida. Tais práticas podem perdurar, para

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além do período escolar e inscrevem a relação do sujeito com a leitura comoexercício marcado pelo ranço repetitório, restringindo o ato de ler àdecodificação de conteúdos. Preso na teia dos sentidos dominantes, o sujeitotende a repetir parafrasticamente o conteúdo do que lê como se houvesse umcolamento imaginário entre as palavras, os sentidos e a realidade. Dito isso,julgamos urgente que novas formas de lidar com a leitura sejam construídas.

A concepção de leitura que apresentamos vai de encontro àquela fre-quentemente realizada nas escolas brasileiras e em suas bibliotecas, marcadapelo discurso pedagógico que rege o sistema educacional e a maneira de lidarcom o saber, visto que “principalmente dentro do aparelho escolar, os signifi-cados são pré-estabelecidos ou pré-instituídos, de modo que ocorra a homo-geneização e o enquadramento de consciências.” (Silva, 1986, p.15). O dis-curso pedagógico é uma forma de discurso autoritário que se configura como“algo que se deve saber”, um discurso do poder que é enunciado por sujeitosautorizados a tomar a palavra. (Orlandi, 2003). Sendo assim, algumas leitu-ras são permitidas, determinados sentidos são instaurados, direcionando osujeito-leitor à uma única interpretação, considerada como correta, silencian-do-o, na medida em que ele tem anulada a sua capacidade de produzir outrossentidos, polemizar e discursivizar o diferente e, por fim, refletir criticamen-te. No contexto escolar, esta situação é agravada quando a aprendizagem écentrada no livro didático ou em apostilas, incentivando a chamada “decore-ba”, ou, convidando o aluno a recortar e copiar dados dos textos, escamo-teando o sócio-histórico e a memória, interditando, assim, a multiplicidade,na medida em que instaura uma forma de pseudo-leitura pela qual:

não é dado ao aluno espaço para que ele reflita sobre a leitura, todas as respostassão dadas antes que os alunos respondam. Essas respostas vêm via fala do professor,baseada no livro didático que assume as vestes do discurso científico da verdadeunívoca; e via livro-didático [...] e nos parcos momentos em que os alunos seposicionam sob a forma de comentário, eles são ignorados pelo professor. Hásempre, nas aulas, uma busca pela ‘síntese interpretativa’ que checa o conhecimentoadquirido via repetição mnemônica. (Pfeiffer, 2003, p. 95).

Por meio desta leitura limitada impede-se a ruptura, o deslizamento e odeslocamento para outras regiões de sentido na medida em que não é permi-tido ao sujeito-aluno ocupar a posição de sujeito-leitor nem a função-leitor(Pacífico, 2002). Assim sendo, reproduz-se sentidos já-dados e aceitos, vistoque se retorna sempre aos mesmos espaços do dizer, consolidando-se a pará-frase em detrimento da polissemia que é a emergência do outro. (Orlandi,2003). Realizada desta maneira, a leitura torna-se enfadonha e desestimulan-te, não colaborando para uma enriquecedora aprendizagem, transformando-se, assim, em um hábito, ação mecânica que, muitas vezes, é obrigatória oupunitiva, criando-se um imaginário negativo que se cristaliza e dificulta osfuturos contatos com os livros; neste contexto, são silenciados os efeitos de

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prazer que a leitura poderia e deveria proporcionar aos sujeitos escolares.Observamos que, para se estimular a leitura, é preciso muito mais do que oacesso aos livros e às bibliotecas, conforme explica Romão (2007, p. 26):

Consideramos que o acesso a obras literárias e a acervos gratuitos de boa qualidadeé importante, mas é preciso mais. Cabe lembrar, a professores e bibliotecários, aurgência de garantir que tais obras sejam experimentadas de várias maneiras, emsua espessura plural e sempre outra, com uma prática diferente daquela que regea maioria das atividades escolares de leitura.

Através desta concepção discursiva de leitura, é dado ao sujeito-leitorinterpretar e duvidar da transparência da linguagem, compreender os meca-nismos de luta pelo poder na esfera social e o seu próprio modo de significare discursivizar seu espaço e sua história, levando em conta a memória e ideo-logia na constituição dos sentidos. Desse modo, podemos cultivar em umabiblioteca, em uma sala de leitura, em um espaço de convivência de umacomunidade, o acesso ao discurso polêmico (Orlandi, 2003), à multiplicida-de de sentidos sobre leitura, à pluralidade de vozes inseridas nas obras literá-rias e à singularidade do sujeito-leitor em seus modos de ler. Nessa escuta davoz de sujeitos que dificilmente entram em uma biblioteca, flagramos movi-mentos de semente fazendo aliança com o seu desejo de aprender, dialogar esignificar outros plantios e colheitas.

3. Já é tempo da colheita

Configurando-se como um ambiente propício para a realização da leitura,inferimos que as bibliotecas podem fazer falar o múltiplo, não se limitando aserem o espaço físico que abriga livros, mas assumindo e acolhendo a voz dosujeito-leitor, o que é confirmado por Campello e Caldeira (2005, p. 102): “afinalidade da biblioteca é promover a efetiva utilização de seus materiais e nãoser um mero lugar de custódia” Assim, visa-se construir uma relação profícuae dinâmica entre os leitores, os livros e os movimentos de sentidos sobre leitura;ao adotar esta postura, a biblioteca abre espaço para a concepção proferidapela AD, em que:

a leitura é um ato cultural em seu sentido amplo, que não se esgota na educaçãoformal tal como esta tem sido definida. Deve-se considerar a relação entre o leitor e oconhecimento, assim como a sua reflexão sobre o mundo. (Orlandi, 2003, p. 210).

Temos, assim, uma relação interminável, incompleta, sempre em cons-trução, já que, como vimos, não há apenas uma leitura possível, um únicosentido a ser apreendido. Da mesma forma, os sentidos de aprendizagem e debusca pelo conhecimento ultrapassam a esfera escolar, continuando ao longoda vida, como nos conta Cuevas Cerveró (2007, p. 174): “la idea de unaacción formadora que ha de mantenerse a lo largo de la vida ha sustituido, en

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los últimos años, al concepto tradicional de educación en una etapa concretade la vida”. Nessa direção, a biblioteca tem um papel muito importante naaprendizagem contínua; entretanto, na maioria das vezes, observa-se que esteespaço é afetado pela circularidade do discurso pedagógico (Orlandi, 1996)limitado pela monofonia que norteia a inscrição histórica de sentidos de en-sinar, sentidos autoritários ainda presentes na educação formal e na forma deos sujeitos-professores incentivarem o “hábito” da leitura. Isso interdita a pro-dução de sentidos plurais pelo sujeito-leitor, especificamente o sujeito-aluno,obrigando-o a repetir o dizer autorizado pelo livro didático, pelo suplementode leitura, pela apostila, pela voz de autoridade da professora etc. Cria-se,assim, uma forma estéril e monótona de lidar com o(s) sentido(s) de leitura,desperdiçando-se a oportunidade de construção de uma relação produtiva einteressante entre a biblioteca e os seus sujeitos-leitores.

Considerando que a biblioteca é um lugar que deveria inscrever sentidosde pluralidade, afirmamos que caberia a ela estimular o senso crítico, os sen-tidos polissêmicos, contribuindo para a diminuição do fosso existente entreos sujeitos e a leitura, tentando abrandar os reflexos de um sistema educacio-nal excludente que institui práticas em que “não se cria uma população leito-ra. E nem, é óbvio, cidadãos conscientes e atuantes.” (Fragoso, 1999, p. 1).Sendo assim, para que a biblioteca possa contribuir com a inserção dos sujei-tos na chamada sociedade “da informação e do conhecimento”, é necessárioque ela se assuma como “recurso imprescindível para a formação de leitorescapazes de, além de decifrar o código lingüístico, saber interpretar o que lêem,encontrando significados no texto e desenvolvendo práticas de intertextuali-dade” (Campello, 2002, p. 17). Dito ao modo discursivo, que ela permita otrabalho histórico dos sentidos sobre leitura.

Ainda sobre a biblioteca, consideramos que o cenário nacional deixa muitoa desejar. Grande número de cidades não possui essa unidade de informaçãoaberta à população; outras tantas não conseguem atualizar seus acervos e umnúmero nada pequeno está em condições de funcionamento bem precárias.Por tudo isso, desenvolvemos o projeto Leitura de Barraco, cujo objetivo épromover espaços de leitura no assentamento Mário Lago, do Movimentodos Trabalhadores Rurais Sem Terra (MST) de Ribeirão Preto, possibilitandoa emergência de uma biblioteca itinerante e de encontros de/para leitura(s).

4. A semente do livro na terra da luta: análise discursiva dos dados

Até aqui fizemos um percurso teórico, investigando alguns modos dedefinição da leitura, destacando a forma como o discurso pedagógico associao ato de ler a um “hábito” repetitótio e parafrástico e, por fim, refletindo sobreo papel da biblioteca (em particular aquela que se situa dentro da instituiçãoescolar) que deveria ser o de fomentar o prazer do contato com várias vozes, olugar da multiplicidade de sentidos, da polissemia e da emergência do novo.

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Pensando em como os sentidos de prazer da leitura e de convivência com abiblioteca são repetidos pelo furo que inscrevem, ou seja, são ausentes eimpossíveis para vários sujeitos, criamos o projeto Leitura de Barraco, o qualapresentaremos agora.

A biblioteca Basílio da Gama situa-se no centro de formação sócio-agrícola“Dom Hélder Câmara”, fruto de uma parceira entre a Igreja Católica e o Movi-mento dos Trabalhadores Rurais Sem Terra. Trata-se de uma unidade de infor-mação constituída pela distribuição de livros do Projeto Municipal Ribeirãodas Letras e também por doações espontâneas de livros feitas por professores eintelectuais de diversas instituições. Tal espaço é constituído de, aproximada-mente, oito mil volumes abrangendo as mais diversas áreas do saber, sendo queneste total, destacam-se obras importantes de Ciências Sociais, Educação, Polí-tica, Literatura nacional e estrangeira para adultos e crianças; e foi nele que,durante um ano, trabalhamos1 ordenando todo acervo, criando um sistema deorganização que pudesse ser acessível imaginariamente a qualquer leitor. Alémde limparmos todos os volumes, etiquetamos todos eles por cores, criando umagrande legenda em que o vermelho indica literatura infantil, o verde está coladonos textos de agronomia e assim por diante.

Feito isso, chamou nossa atenção que poucos sujeitos-leitores podiam estarno interior da biblioteca já que o assentamento fica cerca de vinte quilômetrosdessa unidade informacional e que o trabalho com a terra reclamava grandeatenção. O acervo organizado, os leitores ausentes, a biblioteca silenciosa: algoreclamava um sentido outro. Então, idealizamos o projeto Leitura de Barracoem que propúnhamos a criação de uma biblioteca itinerante, que pudesse cir-cular dentro do assentamento rural Mário Lago onde vivem cerca de quatro-centas famílias, com o objetivo de inscrever sentidos de errância, movimento,deslocamento tão significativos para estes sujeitos que agora estavam assentadosem sua terra. Nesse jogo de sentidos dados pela andança dos livros e pela fixaçãodos sujeitos na terra, suspunhamos encontrar sementes e semeaduras novas;para isso, convidados os coordenadores dos dezenove núcleos do assentamento.Fizemos a proposta de estudar, debater e discutir com eles questões ligadas àleitura e ao mundo dos livros em dias de formação e de nomear como sementei-ros e sementeiras aqueles que se dispusessem a lançar os livros na terra doscoletivos. Em dias de estudo, as discussões foram ricas com a emergência devárias vozes: a senhora idosa que gosta de contar histórias para netos, o ex-bóia-fria que aprende as primeiras letras aos cinquenta anos, a jovem estudante quedeseja ler mais, o militante tão afeito ao contato com obras marxistas e queenuncia a sua vontade de conhecer poesia, a trabalhadora rural que quer apren-der com os livros de receitas: certamente não cabem aqui as várias posições-sujeito que nomearam o seus desejos de ler e de contato com os livros.

Criadas estavam as bases para uma prática discursiva diferente da leitura,em que não pesava a repetição da monofonia e da suposta voz de autoridadede apenas um sujeito, mas em que o dialógico movimento do discurso de

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retomadas, deslocamentos, rupturas estava posto. Afetados pelos vários senti-dos de errância que os livros guardam, entendemos que a constituição dosefeitos de ler no assentamento dá-se de maneira plural já que as posições-sujeito inscrevem-se também de maneira heterogênea no discurso, marcadaspela ideologia e pela filiação a redes de memória (Romão & Pacífico, 2006).É no entremeio dessas diversas “vozes” que buscamos flagrar, à luz da Análisedo Discurso de linha francesa, os modos de como os sujeitos esboçam seusgestos de leitura e de interpretação, como produzem sentidos sobre sua po-sição de errância no espaço físico e na significação do lido e, por fim, comoconstroem seus percursos de sentidos, sempre múltiplos.

O corpus lingüístico a ser analisado discursivamente aqui foi constituídopor recortes de escritos e depoimentos individuais dos sementeiros(as), alémde produções coletivas de formulações sobre o projeto, a leitura e os livros,nas quais observamos a repetição dos significantes semente, terra e colheita.Os primeiros dados estão escritos nos caixotes onde os livros são arrumadosantes de serem distribuídos no assentamento.

Fotografias de caixotes de sementeiras

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Os enunciados ressignificam o trabalho com a terra e com o que se esperaimaginariamente do trabalhador rural nos cuidados com a semente, a terra ea colheita. No caso dos sujeitos-assentados, estes dizeres são bastante signifi-cativos já que a conquista do próprio lote faz aliança com os sentidos detrabalho na terra. Interessante que terra e semente não são aqui palavras emestado de dicionário, mas atualizam as redes de filiação histórica dos sentidosdo/sobre o político, sobre a questão agrária e sobre o movimento de deslo-camento do sem-terra para com-lote-de-terra. E o fazem também porque es-tão impressas em caixotes de legumes onde a colheita é posta e onde o alimen-to é transportado, ou seja, os livros estão dentro do instrumento de trabalhodesses sujeitos, trabalho que encerra a própria vida.

Anotamos que, ao longo dos últimos anos, uma forte discussão sobresementes, e especialmente as sementes trangênicas, foi posta em circulaçãopelo MST, constituindo sentidos sobre a necessidade de preservação da bio-diversidade e do “patrimônio natural da humanidade” (slogan de uma cam-panha nacional do movimento na luta contra as sementes transgênicas). To-dos estes sentidos, já postos em funcionamento em outros lugares, retorname marcam um modo de atualização do interdiscurso sustentador dos atos delinguagem. Por isso, a palavra semente faz falar, em diversos recortes, um modode estar na ordem da luta política, instalando, assim, uma marca identitáriado sujeito com o MST, com os seus movimentos de atribuição de sentidos,com o trabalho com a terra e, por fim, com o projeto Leitura de Barraco.Percebemos essa marca também na foto que se segue, quando um coletivo desementeiras criou uma bandeira para o dia de apresentação do Leitura deBarraco no assentamento.

Estandarte do projeto Leitura de Barraco criado por sementeiras

Aqui as sementes são constitutivas do dizer, isto é, são parte do desenhodas letras fazendo falar um modo de apresentar o projeto para os sujeitos sem-

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terra no assentamento, ou seja, com sementes nas letras, as sementeiros (as)assumiram um modo de dizer ao outro, no caso, os seus companheiros deterra repartida. Consideramos importante anotar que a variedade de semen-tes escolhidas e o modo como elas foram arranjadas já inscrevem sentidos,pois cada sementeiro(a) trouxe as sementes de seu lote para, com elas, escreversobre o seu modo de apresentar a leitura, os livros e o projeto da bibliotecaitinerante. Do que foi colheita na terra (na sua própria terra), eles retiraram amatéria-prima com a qual puderam instalar o “nós lemos”, assegurando ummovimento de tomada da palavra em nome de todos. Essa marca pronominal(nós) coloca em movimento um sujeito que se empodera da própria açãopolítica de ler, já que primeiro está escrito “lemos o mundo” para, depois,aparecer o enunciado “lemos o livro”. Um sujeito que se imaginariza no cole-tivo, que se assegura autor de leituras e que cola e colhe sementes na mesmamedida em que as coloca de volta à terra, agora em forma de livros. Observa-mos um movimento de deslocamentos: o Leitura de Barraco, o mundo, olivro e as sementes estão alinhados em uma cadeia, na qual há um discurso demovimento e de inclusão do sujeito como agente político, como capaz deconstruir tanto gestos de leitura quanto de plantio de sementes.

Assim, o grão usado para escrever deixa de ser apenas um, ou um só em simesmo, e passa a se constituir no coletivo, marcando um movimento meto-nímico de significar-se pela parte que encerra o todo, o coletivo, enfim, o nós.Julgamos que o efeito de fecundidade e promessa de vida está manifesto emtodos os enunciados acima, tendo em vista que eles indiciam desejo de plan-tar, de fincar raízes na terra pela qual o sujeito lutou, de assentar-se em umlugar e ser semente de algo novo. O sujeito sem-terra tão afetado pelos deslo-camentos migrantes, pelo trânsito de errâncias, pela luta em acampamentosincertos, agora enuncia(-se) como semente, como plantador de livros tam-bém ditos como semente.

Temos aqui um movimento rico de escuta desse sujeito-assentado já quea leitura, exercício que imaginariamente poderia instalar efeitos de viagempara outras terras e o contato com outras sementes-idéias, faz aliança com oefeito de plantio de sementes, isto é, de fixação na terra, de vinculação com olote e com a estabilidade em um lugar. E tudo isso é bastante significativo serecorrermos às condições de produção desse discurso, considerando a recém-aprovação da propriedade para fins de reforma agrária. Ainda sobre os modosde dizer sobre o projeto Leitura de Barraco, associando-o a sementes e colhei-tas, temos algumas formulações que iremos interpretar a seguir. Em todaselas, observamos a retomada não apenas da palavra semente, mas a consti-tuição de uma discursividade chancelada pelas marcas de semeadura.

Para mim está sendo ótimo, pois estou aprendendo mais. Com o projeto Leiturade Barraco vou poder plantar essa semente e colher muitos frutos.

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Na materialidade lingüística, observamos o gerúndio como marca de quealgo está em curso, em construção, ou seja, de que o sujeito está “aprendendo”sobre a vida como assentado, como plantador, como semeador na própriaterra, e agora chega um “mais”, que inclui lançar à terra do assentamentooutras sementes menos usuais do que aquelas às quais o sujeito já está acostu-mado, isto é, os livros. Vale destacar a sequência “vou poder plantar essa semen-te”, em que o sujeito diz do plantio como uma forma de poder que dialogacom a historicidade da luta política pela reforma agrária em nosso país. Emface desse novo plantio com sementes também novas e diferentes, o sujeitoe(a)nuncia a colheita, ao marcar que vai (poder) “colher muitos frutos”, o queimplica confiar na fecundidade da semente e no trabalho da semeadura. Osefeitos de otimismo em relação aos frutos estão postos em discurso nesserecorte, no qual o sujeito assume para si a representação de um sementeiroconfiante na terra dadivosa.

Eu acho (o projeto Leitura de Barraco) maravilhoso. Principalmente na área in-fantil, pois, estas leituras são muito boas para que nossas crianças voltem a sercrianças, com sonhos e fantasias. Para os adultos também acho ser de extremaimportância. Vai nos ajudar muito no relacionamento com os companheiros denúcleo. O livro é uma semente, que quando lemos, estamos plantando em nossoscorações e depois os frutos sairão de nossas bocas, sendo semeados nos coração denosso próximo.

O projeto é nomeado como “maravilhoso”, com “leituras são muito boas”e de “extrema importância” e, no modo de dizer desse sujeito, tem impacto navida de crianças e adultos. Na primeira, o mérito do projeto estaria ligado àinfância já que “estas leituras são muito boas para que nossas crianças voltem a sercrianças, com sonhos e fantasias”. Podemos ler esse enunciado torcendo-o peloavesso, o que implica considerar o implícito de que, no dizer desse sujeito,muitas crianças deixaram de ser criança, precocemente envelhecidas, desves-tidas de “sonhos e fantasias”. Esse sujeito enuncia da posição de ex-bóia-friapara o qual os muitos anos de trabalho no corte de cana não renderam con-quistas a não ser a espera da próxima safra, do ano seguinte, para trabalhar domesmo modo nos corredores do canavial. Agora está empoderado de umpoder diferente, ser dono do lote de terra e semear em sua própria terra, epode dizer de uma volta (quem sabe a sua?), qual seja, das crianças voltarem aser criança com sonhos e fantasias.

A repetição da metáfora livro-semente está posta em discurso também norecorte acima, mas com um deslizamento já que “depois os frutos sairão denossas bocas” , o que faz falar a semente plantada em outro lugar que não aterra física. A transformação dos sentidos do livro no leitor combina-se comum outro plantio: “estamos plantando em nossos corações e depois os frutos sairãode nossas bocas, sendo semeados nos coração de nosso próximo”. Pontuamos aquio interdiscurso religioso sustentando os sentidos sobre o coração e o relacio-

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namento com “o próximo”, pois a semeadura agora é de outra ordem e estádirigida ao âmbito do coração e dos afetos. Há uma sequência temporal mar-cada na formulação, primeiramente planta-se a semente do livro no própriocoração, depois, os frutos saem pela boa e, só então, são semeados no outro:isso implica acolher o tempo de espera, tão frequente no trabalho dos lavra-dores.

Eu gostei do projeto, pois, é uma forma de aprofundar o assunto “leitura” nocampo. Uma forma em que cada pessoa possa entender a outra . Um projeto quejá está criando raízes que, futuramente, brotarão. Além do desenvolvimento cul-tural nos nossos campos, há também a união do povo, o livro não pode ser toma-do apenas para passar o tempo. Mas para que as pessoas saibam mais sobre a vida,devem ler a vida, o vento , o céu, as nuvens, as pessoas, os animais e o coração decada pessoa.

Chamou nossa atenção a repetição de alguns sentidos já ditos em outrosrecortes: o primeiro deles diz respeito ao tempo de espera da colheita, já queo projeto “já está criando raízes que, futuramente, brotarão”. A associação doprojeto à semente está posta aqui: primeiro semente, depois raízes, depoisbroto. O advérbio “futuramente” faz esse elo na cadeia, inscrevendo o tempode espera com o qual este sujeito lida diariamente em seu lote, tempo muitodiferente daquele dado pela industrialização e urbanização. A palavra “campo(s)”aparece com regularidade e, pelo efeito da polissemia, abre algumas possibili-dades de interpretação: o campo como lugar de viver, o campo de leituraspossíveis, nossos campos de trabalho e de luta: tantos campos abrem espaçopara que o sujeito deixe suas palavras à deriva como vento sem direção certa,daí ser possível dizer que “as pessoas saibam mais sobre a vida, devem ler a vida,o vento , o céu, as nuvens, as pessoas, os animais e o coração de cada pessoa”.

A semente a gente semeia para todos os companheiros para que ela não produzasó para uma pessoa e assim se multiplique como a luz, e não clareie só você, mastambém todos que estiverem ao seu redor.

O dizer sobre semente comparece também nesse recorte, mas também demaneira deslocada como no recorte anterior. Aqui a semente é emblema docoletivo e da solidariedade. É para o outro, dito como “para todos os compan-heiros”, que “a gente semeia”, assim, temos o “a gente” como indício do sujeitoque se vê e fala de si como parte de um todo, como extensão da organizaçãodos companheiros. O jogo pronominal “a gente”, “todos”, “você” reforça esseefeito de uma coletividade em nome da qual valeria a pena semear livros eplantar leituras e promove uma ruptura com o efeito de individualismo tãorepetido como evidente pela ideologia capitalista. Ainda que marcada comrespingos do interdiscurso religioso (“se multiplique como a luz”, “todos queestiverem ao seu redor”), o sujeito assume a posição política do coletivo, queiremos observar também no recorte abaixo.

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Pensamento sobre um poema chamado Semente, de Carlos R. Brandão

‘Fomos semente! Hoje somos o frutoFruto esse que trará outros,Nesse mundo socialista,o entendimento só pode ser uma revolução...de todas as sementes da nova geração.’Os sentidos podem ser vários, entenda como quiser.Isso mesmo somos a semente.

A citação do poema marca o atravessamento explícito da voz do outro nodizer desse sujeito, que se apóia nesses versos para dizer da sua semente, asemente política. A semeadura aqui tem relação com a escolha do modo deprodução já que temos as seguintes pistas na materialidade lingüística: mun-do socialista e revolução. Há um interdiscurso sustentando estas duas pala-vras e, ao dizê-las, o sujeito renegocia o que já foi posto em circulação pelasredes de filiação histórica dos sentidos, fazendo retornar o efeito da luta polí-tica em prol da revolução socialista que propõe o banimento da propriedadeprivada. O jogo entre as formulações “fomos semente/ hoje somos o fruto” esta-biliza os efeitos já ditos em outros recortes sobre o tempo do plantio, docrescimento e da colheita, enfim, sobre o tempo das esperas nesse campotambém, o da luta política.

Em outro momento, temos a formulação “somos a semente”, o que mate-rializa um outro modo de dizer sobre sementes diferente daqueles já interpre-tados ao longo dessas análises, quais seja, livro, leitura, amor, solidariedade,luz. Agora o sujeito faz os sentidos deslizarem para uma forma de auto-no-meação como “a semente”: a mais especial de todas, visto que sem ela todas asanteriores não seriam passíveis de plantio. O sujeito define-se como a únicasemente capaz de produzir frutos, colocando em discurso o efeito de humani-dade, não do pronome eu, mas do nós. “Somos a semente” reinstala os efeitosde coletividade tão recorrentes pelo efeito ideológico de evidência e tão mar-cados discursivamente na gestação da luta política e nos movimentos de lutapela reforma agrária ditos pelo MST, na feitura das semeaduras no(s) campo(s)das lutas pelo poder e, por fim, tão presentes na implantação desse projeto deuma biblioteca itinerante no assentamento rural.

5. Considerações finais

Buscamos, ao longo desse trabalho, refletir sobre a leitura dentro de algunscontextos: inicialmente, tomamos algumas definições teóricas em que ler éexercício aberto, contato com múltiplos sentidos e possibilidade de interpre-tar o diferente; depois adentramos o modo como a leitura está posta no/pelocontexto escolar com a rigidez de práticas disciplinadoras do sentido único,parafrásticas, e seus reducionismos de decodificação.

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Passeamos também por algumas considerações a respeito do valor da bi-lioteca no que ela poderia ser um espaço de emergência de múltiplos sentidosjá que abriga, em seu acervo, uma grande heterogeneidade de obras e vozesem movimento. Não nos furtamos a anotar o quanto a prática de uma biblio-teca aberta às vozes em movimento é ainda, e infelizmente, um sonho distan-te de muitas destas unidades de informação, na maioria das vezes espaçosmarcados pelo abandono, pelo silêncio, pelo fechamento ao novo e pela in-terdição do prazer da leitura. No sentido de marcar uma ruptura com estessentidos de/sobre biblioteca, iniciamos o projeto Leitura de Barraco com acriação de uma biblioteca itinerante em um assentamento rural, ordenadapor um coletivo formado por professores, estudantes e sem-terra. Lançamoslivros em caixas de hortaliças, muitos deles entregues de barraco em barracodentro de carreolas ou carroças puxadas por animais, lançamos livros paraque fossem abertos, tocados e lidos, não os deixando inertes nas prateleiras deuma biblioteca. Lançamos sementes e o desejo de que leitores pudessem ocu-par lugares diferentes e múltiplos de interpretação, não sabíamos o que resul-taria dessa semeadura, tampouco o sabemos plenamente hoje. Dos sentidosde tantas leituras nas formas de dizer desses sujeitos, sabemos apenas que oefeito da semente se fez plantio e colheita.

NOTAS

1 Juntamente com alunos do curso de Ciências da Informação e Documentação daFaculdade de Filosofia, Ciências e Letras de Ribeirão Preto da Universidade deSão Paulo, aos quais agradecemos a colaboração.

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ADENILSON ALVES Aluno do curso de Ciências da Informação e da Documen-tação da Faculdade de Filosofia, Ciências e Letras de Ribeirão Preto da Universidadede São Paulo (FFCLRP/USP). Bolsista Iniciação Científica (PIBIC/ CNPq).

Correo electrónico: [email protected]

LUDMILA FERRAREZI Graduada em Ciências da Informação e da Docu-mentação e aluna do Mestrado em Psicologia da Faculdade de Filosofia, Ciên-cias e Letras de Ribeirão Preto da Universidade de São Paulo (FFCLRP/USP).Bolsista de Mestrado (FAPESP).

Correo electrónico: [email protected]

LUCÍLIA MARIA SOUSA ROMÃO Profa. Dra. do Curso de Ciências da In-formação e da Documentação e da Pós-graduação em Psicologia da Faculdade deFilosofia, Ciências e Letras de Ribeirão Preto da Universidade de São Paulo. Bol-sista do CNPQ. (FFCLRP/USP). Docente da Graduação em Ciências da Infor-mação e da Documentação e da Pós-Graduação em Psicologia da FFCLRP/USPe da Pós-Graduação em Ciência, Tecnologia e Sociedade da UFSCar. Área dotrabalho: Teoria e Análise Lingüísticas; Análise do DiscursoCorreo electrónico: [email protected]

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ARTÍCULO

El amerindio venezolano en los textos escolares:una representación discursiva desde

la Gramática Sistémica Funcional

Recibido: 15 de septiembre de 2007 • Aceptado: 8 de noviembre de 2007.

LUISANA DE LOURDES BISBE BONILLAUniversidad Central de Venezuela

RESUMEN. Este artículo sintetiza los resultados de una investigación que se propusoidentificar la representación discursiva del indígena en los textos escolares venezola-nos dirigidos a la población no indígena en los últimos veinte años y evaluar si haypresencia de racismo en tal representación. La muestra consta de veinte (20) leccio-nes de textos publicados antes del año 1999 y veinte (20) lecciones de textos publica-dos posteriormente. Luego de analizar la muestra según las categorías participantes,procesos y circunstancias de la Gramática Sistémica Funcional de Halliday (1985, 1994),y de contrastar los resultados con las categorías del discurso racista en los textos esco-lares de van Dijk (2004), se encontró que en ambos grupos de la muestra existe unatendencia a la representación estática de los indígenas venezolanos. Este trato colocaa la población amerindia en desventaja frente a los valores de la sociedad criolla vene-zolana.

PALABRAS CLAVE: Textos escolares, amerindios, Gramática Sistémica Funcional, discrimina-ción.

RESUMO. Este artigo sintetiza os resultados de um trabalho que se propôs identificar arepresentação discursiva do indígena nos textos escolares venezuelanos dirigidos àpopulação não-indígena nos últimos vinte anos e avaliar se existe racismo nessa re-presentação. A mostra consta de vinte (20) lições de textos publicados antes de 1999e vinte (20) lições de textos publicados depois desse ano. Depois de analizar o corpussegundo as categorias participantes, processos e circunstâncias da Gramática SistêmicaFuncional de Halliday (1985, 1994) e de contrastar os resultados com as categoriasdo discurso racista nos textos escolares de van Dijk (2004), os resultados mostramque em ambos os grupos da mostra existe una tendencia à representação estática dosindígenas venezuelanos. Este trato coloca a população ameríndia em desvantagemfrente aos valores predominantes da sociedade venezolana.

PALAVRAS-CHAVE: Textos escolares, ameríndios, Gramática Sistêmica Funcional, discrimi-nação.

ABSTRACT. This paper summarizes the results of a major research that aims at identi-fying the discursive representation of the indigenous population in Venezuelan school-books for the general population, in the last 20 years. The ultimate goal is to evaluatewhether there are racist elements in such representation. The sample consists of 20lessons complying texts published before 1999 and 20 published since. After analyzingthe corpus under the categories of participants, processes, and circumstances of Halliday’s(1985, 1994) Systemic Functional Grammar and contrasting the results with the

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categories of racist discourse by van Dijk (2004), the results show that both sectionsof the corpus present a tendency to a static representation of the Venezuelan Amerin-dians. That representation puts the Amerindian population in a disadvantage relativeto the mainstream elements of the Venezuelan society.

KEY WORDS: Text books, Amerindian, Systemic Functional Grammar, discrimination.

Introducción

La población indígena de Venezuela es percibida en líneas generales comouna minoría que no posee una participación relevante en la vida de la Nación,a juzgar por la frecuencia de su aparición en cualquier discurso cotidiano (enlos ámbitos no especializados sobre el tema). La visión del indígena que semaneja en el día a día entre el común de la población que no está especializadaen el estudio de su realidad gravita dentro de un continuum delimitado pordos polos. Uno positivo, que idealiza y valora como bueno todo lo referente al“mundo indígena” (sin mayores análisis críticos) e, incluso, en algunos casosmuy extremos, evoca la imagen dieciochesca del “Buen Salvaje”1. El otro, ne-gativo, enfatiza la atribución de inferioridad racial, cultural e intelectual alindígena, bien sea por ignorancia o por otro tipo de intereses más elaborados.No obstante, esto no niega que también existan personas, entre ellos los inves-tigadores especializados en el área, que sí sientan un verdadero compromiso ypractiquen una militancia explícita hacia el reconocimiento de las nacionesindígenas y el respeto por la diversidad cultural en nuestro país (GonzálezÑáñez, 1980, 1987, 1990, 1996, 1999, 2005; Morales, 1990, 1992, 1993,1996, 2000; Mosonyi, 1975, 1982, 2004; Velásquez, 1987, 1989, 1998, 2003).Lamentablemente, podemos afirmar también que esta última posición no esla predominante en la sociedad venezolana debido a la reproducción de unaserie de discursos y prácticas sociales discriminatorias cuyas evidencias, referi-das a uno de los ámbitos de la educación, examinaremos más adelante.

En un estudio de Montero (1984) acerca de la identidad nacional del vene-zolano, la autora señala varias teorías que nos ayudan a entender por qué la pobla-ción venezolana reniega del indígena como parámetro de referencia en la cons-trucción de su identidad. Esto se debe a que, junto al negro, es origen de lascaracterísticas negativas que se le asignan al “ser venezolano”. Pese a ello, Monta-ñez (1992) afirma que la sociedad venezolana se autodefine como no racista, y ladiscriminación casi nunca adquiere un carácter de segregacionismo abierto.

La explicación sobre esta patente contradicción fundada en la presenciadel racismo en una sociedad que se autodefine como no racista la ofrecenautores como Calzadilla y Salazar (2000) y Briceño-León (2005), quienes leatribuyen a la “ideología del mestizaje” la capacidad de hacer que los venezo-lanos nos autodefinamos genéricamente como mestizos y neguemos la dife-renciación de razas que se presenta en otros países (cf. Calzadilla y Salazar,2000:101-110; Briceño-León, 2005: 19). De manera más reciente, este pro-

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blema ha sido abordado desde una perspectiva multidisciplinaria (Bolívar etal. 2007).

Autores como Wilhelm (1990), Jiménez (1992, 1994), Ramírez (2004) yRamírez, Gaspar, Figueredo y Perales (2005), han elaborado investigacionesacerca de la representación del indígena en los textos escolares como un tipode discurso que legitima y ejemplifica la desigualdad del amerindio venezola-no frente a la población criolla fundada en la “ideología colonial”.

Estamos de acuerdo con los autores en que parte de las formas de rela-ción entre la población indígena y la población no indígena se construye yreproduce en la circulación de textos escritos, muy especialmente en aquellosque cumplen una función social específica reconocida de aculturación. To-mando como base estas observaciones, me propuse como objetivos para estainvestigación: 1) describir la forma en que se ha representado discursivamen-te al indígena en los textos escolares venezolanos producidos para no indíge-nas publicados antes y después de 1999, y 2) evaluar si hay presencia de racis-mo en la representación del indígena en los textos escolares venezolanos diri-gidos a la población no indígena. Tomamos el año 1999 como referenciaporque, a partir de este año, se han discutido en Venezuela una serie de planesdestinados a una reforma educativa que enfatizan el reconocimiento de losderechos de los indígenas y la transmisión de esos valores a la educación for-mal. Sin embargo, a pesar de que se menciona explícitamente en algunaspublicaciones recientes sobre educación que el discurso presentado en lostextos escolares producidos antes de 1999 es discriminatorio, no se especificaqué tipo de prácticas discursivas o de evidencias textuales concretas son lasque materializan la supuesta discriminación.

En vista de lo anterior, nos ha parecido que analizar lingüísticamente lostextos escolares venezolanos posee una enorme pertinencia tanto para la in-vestigación social como para el análisis del discurso, puesto que no se haestudiado este problema bajo la perspectiva del modelo de la Gramática Sisté-mica Funcional (GSF) ni desde la perspectiva del análisis crítico del discursode acuerdo con los rasgos identificados por van Dijk (2004) para el discursoracista en los textos escolares.

1. Marco Teórico

1.1. APROXIMACIONES AL ESTUDIO DEL RACISMO

Para quien revise la perspectiva actual de los estudios sobre racismo, leresultará innegable identificarlo como un fenómeno complejo.

Wieviorka (2003) define el racismo como la naturalización de la diferen-cia cultural en forma perversa, viendo este fenómeno como de surgimientoreciente en las sociedades modernas post-industriales que se cierran sobre símismas ante la variedad cultural (cf. 2003: 23-24).

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Van Dijk (2004), más inclinado hacia la manifestación de la discrimina-ción mediante el uso del lenguaje, lo define en estos términos:

El racismo es un sistema de dominación y desigualdad social que es reproducidode muchas maneras, como es el caso de las prácticas discriminatorias. Una de esasprácticas es el discurso. El discurso es relevante específicamente en la reproduc-ción del racismo porque también es el medio principal de reproducción de losprejuicios y las ideologías racistas (p. 1).2

Y reconoce así la importancia de la manifestación discursiva en la repro-ducción del racismo como práctica e ideología social.

También van Dijk examina cuáles son las estrategias más comunes queevidencian la presencia del discurso discriminatorio en este tipo de textos:

Tales representaciones polarizadas pueden manifestarse en todos los niveles deldiscurso, como ocurre en la selección de los tópicos, la manera en que los partici-pantes del discurso son representados, en los medios sintácticos para enfatizar odesenfatizar la agencialidad y la responsabilidad por las acciones buenas y malas,en las metáforas y en general, en la manera en que nuestras virtudes y sus defectosson resaltados o mitigados (van Dijk, 2004: 4)3.

Este autor identifica una serie de rasgos comunes de los libros de texto encuanto a cómo se representan los inmigrantes y las minorías frente a la socie-dad europea dominante, entre los que se encuentran la exclusión de las mino-rías y los grupos dominados, quienes raras veces aparecen en los textos, elénfasis en la diferencia entre el grupo de pertenencia y los Otros, el exotismocomo contraparte positiva de la diferencia, la estereotipación mediante la asig-nación de las mismas características generales, fijas e inherentes a los mismosgrupos (pobreza, exclusión, atraso), autorrepresentación positiva de nosotros aso-ciados a valores positivos (desarrollo tecnológico, democracia, conocimien-to) y negando la práctica del racismo, representación negativa de ellos asociadosa valores negativos (pobreza, criminalidad…), ausencia de voz de los exclui-dos en los textos y uso de las imágenes para reforzar estos estereotipos (cf. VanDijk, 2004: 5-6).

En el contexto venezolano, también dentro del ámbito específico de lostextos escolares, Ramírez (2004) realizó una investigación sobre las ilustracio-nes en los manuales de la Primera Etapa de Educación Básica en Venezuela.Este autor parte de la suposición de que, dada la diversidad étnica en nuestropaís, debería representarse por igual a todos los grupos según una distribu-ción más o menos equilibrada. Sin embargo, los hallazgos muestran que estono es así, y que en su lugar, más del setenta por ciento (70%) de las imágenesestudiadas presentan a individuos de tez blanca, repartiendo el restante entremestizos, negros e indígenas. De igual manera, también encontró evidenciade discriminación por sexo, ya que el porcentaje de imágenes masculinas su-pera en más del doble a las femeninas (cf. Ramírez, 2004: 88-92).

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En otro estudio, Ramírez et al. (2005), vuelven a retomar el estudio delas imágenes en los textos escolares y la representación del indígena, llegandoa unas conclusiones similares a las de los otros autores citados en cuanto a lamanera de representarlos, ya que en los textos escolares venezolanos (como enlos colombianos), los indígenas son todos iguales en apariencia física y envestimenta (siempre usan guayuco y deben tener algún tocado de plumas enla cabeza; nunca visten con la ropa de los criollos caraqueños, por ejemplo, orara vez aparecen con la manta wayúu (guajira) o sombrero); comen las mis-mas cosas ya que todos viven de la caza, la pesca, la recolección y si acasosiembran maíz (no se indica que algunos puedan ser obreros en la ciudad ocomerciantes con cierto poder económico); su entorno casi siempre es selvá-tico, no pueden vivir en casas o apartamentos o disfrutar de ciertas comodi-dades materiales como un televisor o una nevera entre otros tantos ejemplos.Los rituales y la vida cotidiana son los mismos para todos, transmitiéndoseinformación inexacta, confusa o errada sobre cuáles comunidades o nacionesindígenas practican qué costumbre.

Estos hallazgos demuestran la relevancia que adquiere el abordaje, desdeuna perspectiva crítica, de la aparición de determinados sujetos sociales como“objetos discursivos” dentro del texto escolar para reconocer los efectos detales representaciones en la reproducción de los valores característicos de lasociedad en la que se originan y circulan dichos textos.

1.2. ANÁLISIS CRÍTICO DEL DISCURSO

Van Dijk lleva casi dos décadas desarrollando un enfoque del ACD basa-do en el análisis sociocognitivo del discurso, el cual ha aplicado en sus investi-gaciones acerca de la presencia del racismo en la prensa escrita (van Dijk 1985,1987, 1989, 1991, 1993, 1997,1999, 2004, 2007). El concepto de ideologíaque desarrolla sostiene que ésta constituye para cada grupo social específico sudefinición dentro de la sociedad: ¿quiénes son? ¿qué hacen? ¿qué valores ycaracterísticas comparten? etc., simultáneamente a su posicionamiento conrespecto al poder ¿cuánto tienen? (cf. van Dijk 1996a, 1996b, 1999).

Aunque el autor no habla explícitamente de que estos planteamientossupongan de forma directa una competencia o rivalidad de intereses entre losdiferentes grupos humanos que comparten el espacio social, sí creemos queestá implícito en la polarización entre el “nosotros” y el “ellos”, a la que cons-tantemente se refiere en sus trabajos, en donde la identidad del grupo depertenencia se construye positivamente y, en contraparte, la identidad de losgrupos de “no pertenencia” no se construye “tan positivamente” en el discur-so. Van Dijk sintetizó este planteamiento en su “cuadrado ideológico”, según elcual, el discurso identitario adquiere ciertas características particulares:

“1. Expresar/ enfatizar información positiva sobre Nosotros.2. Expresar/ enfatizar información negativa sobre Ellos.

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7 (2)

3. Suprimir/ des-enfatizar información positiva sobre Ellos.4. Suprimir/ des-enfatizar información negativa sobre Nosotros” (van

Dijk, 1999: 333).

Como corolario de este proceso social que tiene una realización funda-mental en el discurso, las manifestaciones del racismo en los textos orales oescritos forman parte de una construcción de la identidad de los grupos so-ciales dominantes. Van Dijk define al racismo como una ideología cuya fun-ción social es:

mantener a los Otros abajo y, especialmente, afuera [...] Si se acepta alguna formalimitada de admisión, será entonces tan sólo en una posición inferior [...] Sepuede negar que la superioridad sea el valor dominante involucrado, por ejem-plo, debido a los valores democráticos e igualitarios oficiales. Pero la consecuenciaes siempre que Nosotros, Nuestro Grupo, tenemos autoasignada una posiciónmejor o más alta, y que esa posición es merecida y puede, por lo tanto, ser justifi-cada [...] Estos principios ideológicos de superioridad e inferioridad [...] puedencombinarse con otros, tales como aquellos que regulan la competencias por re-cursos escasos, de tal manera, que el racismo característicamente empeora en épo-cas de recesión económica u otras presiones sociales y económicas sobre el propiogrupo (1999: 202-203).

Esta mención sirve también de ilustración, mediante un caso concreto,de cómo funcionan realmente las ideologías como mecanismos para salva-guardar los intereses de grupo en casos de polarización extrema entre Noso-tros y Ellos.

1.3. LA GRAMÁTICA FUNCIONAL SISTÉMICA (GFS)

Halliday (1985, 1994) propuso un modelo de gramática funcional en elque una lengua es interpretada como un sistema de significados antes que deformas (en contraste con otras teorías gramaticales más conocidas). Esta teoríasistémica (denominada así porque la interpretación de cada elemento del sis-tema se produce en el contexto de la totalidad) aborda el significado comoelección, de modo que una lengua es una red de opciones paradigmáticas, esdecir, se enfoca en el conjunto de opciones posibles a escoger y no en la cadenade elecciones hechas (Halliday, 1985: XII-XVIII). Según este esquema, el len-guaje se estructura para expresar tres tipos de significados simultáneos: elideacional (que incluye experiencial y lógico), el interpersonal y el textual.Esta estructuración del lenguaje se denomina metafunción, de modo que exis-te una metafunción textual que se realiza mediante el sistema del Tema y queengloba la organización de los elementos lingüísticos dentro de la cláusula(tema y rema); la metafunción interpersonal se manifiesta en el sistema demodo y gira en torno a la interacción de los participantes según su rol comu-nicativo y lo que intercambian (bienes y servicios o información); la

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metafunción ideacional es cumplida a través del sistema de la transitividad,que ordena el conocimiento que tiene el individuo del mundo externo o inter-no.

El sistema de la transitividad convierte el mundo de la experiencia entipos de procesos, que no son otra cosa que las acciones que ejecutan, losacontecimientos que le ocurren o las características de los participantes oentes que aparecen nombrados en la cláusula (se distinguen varios tipos: ma-terial, mental, relacional, conductual, verbal y existencial) (cf. Bolívar, 1999 yHalliday, 1994). Adicionalmente a los procesos y a las entidades que se lesasocian en las cláusulas (denominadas participantes), las circunstancias cons-tituyen el otro componente de la transitividad y se refieren a las condicionesde lugar, tiempo, espacio, manera, causa, etc., en las que ocurren los procesos(Halliday, 1994, p. 150).

Los procesos MATERIALES4 se refieren a hechos y acontecimientos tangiblesen términos de cambios observables en el mundo externo. El participanteobligatorio que se le asocia es el ACTOR o entidad que efectúa la acción, ypueden aparecer adicionalmente otras entidades afectadas directa o indirecta-mente como la META, el ALCANCE y el BENEFICIARIO/AFECTADO, como se observaen el ejemplo (1):

(1)

EG1(1.3) Los les quitan las tierras a los indios aunque éstosC 7 conquistadores, se defendían

con arcos yflechas hechospor ellos.

Código Actor Proceso Meta Afectado Circunstanciacláusula material de concesión

Los procesos MENTALES se refieren al procesamiento consciente (pensar osentir) que incluye aspectos de percepción, cognición y afecto. Los partici-pantes obligatorios son el SENSOR (entidad que procesa de manera consciente,así que debe ser humano o humanizado) y el FENÓMENO (lo captado, el conte-nido de la sensación), como en el ejemplo 2:

(2)

R1(1) C 24 y conoció a nuestros indígenas.

Código cláusula Proceso mental Fenómeno

Los procesos RELACIONALES son la equivalencia, en términos de la GSF,de lo que se conoce como construcciones copulativas (originalmente cláu-sulas con los verbos ser, estar o parecer), sólo que en este modelo se amplía atodas las formas verbales que establezcan nexo o conexión entre dos ele-mentos. Se establecen dos tipos de relación: atribución e identificación. En

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7 (2)

los procesos de atribución se describe una entidad según sus características(ejemplo 3):(3)

H2(2) C 7 En la actualidad, los indígenas siguen teniendo muchosvenezolanos problemas.

Código Circunstancia de Portador Proceso relacional Atributocláusula locación temporal

y los participantes relacionados son el PORTADOR (entidad que posee la cualidad) yel ATRIBUTO (o la cualidad). En los procesos de identificación (ejemplo 4):

(4)

YE3(1.1) C 44 Los primeros fueron los indígenas.pobladores deVenezuela

Código cláusula Valor Proceso relacional Clave o Cosa

se establece una equivalencia simbólica entre ambas entidades y los partici-pantes involucrados son la CLAVE o SIGNO (lo que está siendo definido) y elVALOR (lo que define).

Los procesos VERBALES incluyen aquellos verbos (o sus formas equivalen-te) que representan la acción de decir (preguntar, ordenar, ofrecer, afirmar…),además de los procesos semióticos que no son esencialmente verbales (mos-trar, indicar…). El participante obligatorio es el HABLANTE (quien ejecuta laacción verbal y puede ser un ente humano, humanizado o simbólico). Opcio-nalmente pueden aparecer, entre otros, el RECEPTOR (participante hacia el quese dirige la interacción verbal) y la VERBALIZACIÓN (es la construcción de lodicho como participante y que puede aparecer como una cláusula completasubordinada al proceso), como en el ejemplo 5:

(5)

YE3(2) Todo cuanto haya en la isla, incluidos los teso- repite el vocero deC 20 ros escondidos, los papagayos, los bosques y los Colón-.

mismos indígenas pertenecerán desde hoy, alRey de España-

Código Verbalización Proceso Hablante cláusula verbal

Existe un tipo intermedio entre los procesos materiales y lo mentales.Son los llamados procesos CONDUCTUALES que expresan acciones referidas a laconducta fisiológica y psicológica que son experimentadas por un ente cons-ciente. El COMPORTANTE es el único participante obligatorio y es similar alsensor de los procesos mentales. Los otros participantes son opcionales: elCOMPORTAMIENTO y el FENÓMENO (2)5 (ejemplo 6):

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(6)

R1(1) C 63 a) Antes de la llegada de Colón, en Venezuela vivían grupos

Código Circunstancia de locación Temporal) + Proceso Comportantecláusula Circunstancia de locación Espacial) conductual

Hay finalmente, un tipo de proceso parecido a los relacionales y queindica una condición de ser, sólo que hay un único participante: el EXISTENTE

(ejemplo 7):

(7)

EG1(1.1) C 24 *Hace muchos años, en Venezuela sólo había tribus de indios.

Código cláusula Circunstancia de locación Proceso ExistenteTemporal+Circunstancia de locación existencialEspacial+Circunstancia de cualidad)

Las CIRCUNSTANCIAS6 son clasificadas en varias categorías principales queluego agrupan otras subcategorías, aunque el esquema propuesto por la GSFes muy semejante a lo que se conoce como complemento circunstancial enotros modelos. Se mencionan así circunstancias de EXTENSIÓN, que indicatamaño medida de algo, y que se subdivide en extensión temporal y extensiónespacial; la LOCALIZACIÓN indica el punto exacto en el tiempo (localizacióntemporal) o en el espacio (localización espacial). Luego existen más tipos cir-cunstanciales que también se subdividen: MODO (medio, cualidad y compara-ción), CAUSA (razón, propósito y beneficio), CONTINGENCIA (condición, con-cesión y omisión), ACOMPAÑAMIENTO (de cometido, aditiva), ROL (apariencia,producto), ASUNTO y ÁNGULO.

2. Marco Metodológico

2.1. CATEGORÍAS DE ANÁLISIS

En el nivel gramatical se recurrió a las categorías PARTICIPANTES y PROCE-SOS7 del sistema de la transitividad para poder elaborar el análisis lingüísticode los textos escolares. Mediante los procesos y los participantes es posiblereconocer qué actividades desempeñan las entidades en el discurso, cómo sedefinen y qué características se les atribuyen. Las CIRCUNSTANCIAS constituyenla tercera categoría de la transitividad e identifican los componentes del con-texto que rodea al evento central mencionado en la cláusula, de modo quepermiten establecer las relaciones de causa-efecto, contigüidad, condición, etc.que caracterizan la presentación del proceso y que son significativas en la in-terpretación.

Luego, para llevar a cabo el análisis crítico interpretativo, en el nivel deldiscurso, seguimos el esquema de los rasgos comunes aplicados a las minorías

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7 (2)

en los textos escolares expresados mediante las estrategias discursivas identifi-cadas por van Dijk (2004).

2.2. UNIDAD DE ANÁLISIS

Se tomó como unidad de análisis la CLÁUSULA en el sentido que la entiendeHalliday (1994), más o menos equivalente a la unidad de información consti-tuida por el contenido conocido y el contenido nuevo (Halliday, 1994: 274).

2.3. CORPUS Y MUESTRA

El corpus está compuesto por 18 textos escolares que contienen 70 leccio-nes del área de ciencias sociales, las cuales tratan acerca del tema del indígena(en la asignatura Historia o Folklore según aparezca alguna de éstas) y estándirigidas a estudiantes de la primera y segunda etapa de educación básica (1ºa 6º grado) (ver Anexo 1).

Todos los textos seleccionados fueron publicados después de 1985 enVenezuela con la aprobación del Ministerio de Educación y comprendían losgrados de escolaridad especificados.

A partir del corpus general, se seleccionó una muestra que consta de las pri-meras 40 lecciones, 20 lecciones de libros publicados antes del año 1999 (GrupoA) y 20 lecciones de libros publicados después del año 1999 (Grupo B).

2.4. PROCEDIMIENTOS

- Se codificó cada lección y se identificaron sus partes constitutivas (títu-lo, contenido, actividades…) para luego segmentarlas en cláusulas yvaciar su contenido en una tabla de formato Excel.

- En las cláusulas se identificaron los procesos, los participantes y lascircunstancias.

- Se realizó el análisis cuantitativo y cualitativo de los tipos de procesosque se asocian a los indígenas y a los españoles/criollos8 y con qué tipode participantes aparecen. Luego se compararon ambas representacio-nes discursivas y así fue posible identificar la existencia de referenciasdiscriminatorias contra los amerindios venezolanos según el esquemade van Dijk (2004) presentado en la sección 1.1.

3. Resultados

3.1. LOS TEXTOS ESCOLARES ANTERIORES A 1999

3.1.1. Análisis gramatical del grupo A de la muestra

En el Cuadro 1 se muestran los resultados generales de la frecuencia deaparición de los amerindios venezolanos frente a los españoles/criollos y otras

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minorías según tipo de proceso en el grupo A de los textos.

Cuadro 1. Tipos de proceso en el grupo A de la muestra.

Grupo social Amerindio Español/criollo Otras minorías

Tipo de proceso F.A. % F.A. % F.A. % Total

Material 261 39,97 336 51,45 56 8,58 653

Mental 41 45,05 45 49,45 5 5,50 91

Relacional 157 44,60 152 43,18 43 12,22 352

Verbal 12 38,70 17 54,83 2 6,45 31

Conductual 49 76,56 13 20,31 2 3,12 64

Existencial 13 46,43 12 42,86 3 10,71 28

Total 533 43,72 575 47,17 111 9,11 1219

Las cifras muestran que los españoles/criollos son el grupo social másrepresentado discursivamente en el tipo de cláusula más frecuente, ya queen los procesos materiales (ver ejemplo 1), son el grupo predominantecon el 51,45% de las apariciones, mientras que los amerindios presentanuna frecuencia más baja con 39,97%. En lo que respecta a las cláusulasmentales, las relacionales y las existenciales (ver ejemplos 2, 3 y 7), losamerindios y españoles criollos se encuentran casi equiparados en fre-cuencia, de modo que el análisis según tipo de proceso no muestra indi-cios de trato desigual hacia alguno de estos grupos sociales. Los procesosverbales (ver ejemplo 5) apuntan a que los españoles/criollos tienden atener un número de apariciones levemente mayor que los amerindios,aunque no obstante, la diferencia entre ambos no llega a ser muy signifi-cativa. En lo referente a los procesos conductuales (ver ejemplo 6), sí hayun predominio marcado de aparición de los amerindios (76,56%) frentea los españoles/criollos, lo que lleva a concluir que los autores prefierenrepresentar discursivamente a este grupo social por las acciones físicasexternas que llevan a cabo.

El grupo social compuesto por las otras minorías, según las cifras delCuadro 1, tuvo siempre la presencia más baja en todos los tipos de proce-so. Su representación entonces puede considerarse la menos visible de lostres grupos sociales.

En el Cuadro 2 se presentan los resultados generales de la frecuenciade aparición de los amerindios venezolanos frente a los españoles/criollosy otras minorías según tipo de participante.

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7 (2)

Cuadro 2. Tipo de participantes en el grupo A de la muestra.

Grupo social Amerindio Español/criollo Otras minorías

Tipo de participante F.A. % F.A. % F.A. % Total

Actor 178 40,83 216 49,54 42 9,63 436

Meta 50 36,23 67 48,55 21 15,21 138

Alcance 40 41,67 52 54,67 4 4,167 96

Beneficiario 29 69,04 12 28,57 1 2,38 42

Sensor 24 39,34 35 57,38 2 3,28 61

Fenómeno 29 59,18 14 28,57 6 12,24 49

Hablante 6 33,33 12 66,67 0 —— 18

Verbalización 10 47,62 9 42,86 2 9,52 21

Receptor 7 63,64 3 27,27 1 9,09 11

Circunstancial9 2 50 1 25 1 25 4

Comportante 41 75,93 12 22,22 1 1,85 54

Comportamiento 3 50 3 50 0 — 6

Fenómeno (2)10 3 60 1 20 1 20 5

Existente 11 50 8 36,36 3 13,64 22

Clave 55 38,19 67 46,53 22 15,28 144

Valor 47 35,88 67 51,14 17 12,98 131

Portador 47 57,32 26 31,70 9 10,98 82

Atributo 18 60 4 13,33 8 26,67 30

Total 600 44,45 609 45,11 141 10,44 1350

En líneas generales, los resultados reflejan la tendencia predominante delos españoles/criollos en los roles activos de los principales tipos de proceso.Como actores están ligeramente por encima de los amerindios con un 49,54%,aunque estos resultados muestran la inclinación a representar a ambos gruposen el rol activo de los procesos materiales (ejemplos 8 Y 9):(8)

R1(1) C 27.2 y estaba poblada por los indígenas.

Código cláusula Proceso material Actor

(9)

YE3(2) C 38.1 Los conquistadores se adueñaron de la tierra invadida

Código cláusula Actor Proceso material Alcance

En el rol de sensores, la aparición de los españoles/criollos con un 57,38%es un indicio de la tendencia a reflejar en los textos los sentimientos, sensacio-nes y percepciones de los conquistadores y del grupo social dominante y aobviar la perspectiva de los pueblos autóctonos y sometidos (ejemplo 10):

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(10)

YE3(3) Los criollos, comprendieron enseguida que VenezuelaC 11 descendientes no era un país

de los españoles, minero.

Código cláusula Sensor Proceso mental Circunstancia Fenómenode cualidad

De igual manera, los peninsulares y sus descendientes son quienes poseenla mayor potestad de hablar en las cláusulas según los resultados de su apari-ción como hablantes (66,67%) (véase el ejemplo 5), cifra que duplica la fre-cuencia de los amerindios en ese mismo rol. Estos resultados reflejan que elprimer grupo es el que posee mayoritariamente “voz” dentro de los textos,rasgo que, junto al predominio de “su” perspectiva del mundo (a través delrol de sensores), los ubica del lado del “nosotros” cultural de los autores,mientras que los amerindios, el grupo con menos “voz” son confirmados ensu identidad de “otros” culturales (cf. van Dijk, 2004).

Complementariamente a lo expuesto, es posible reconocer una inclina-ción en los textos del grupo A de la muestra a representar a los amerindios enlos roles pasivos de los principales procesos aunque con algunas excepciones.Los indígenas predominan como beneficiarios de los procesos materiales conun 69,04% (ver ejemplo 1). Esta representación pasiva de los amerindios esreforzada por su mayor frecuencia como fenómeno (59,18%) (ver ejemplo 2)y como receptores (63,64%) (ejemplo 11):

(11)

YE3(2) Colón los llama indios porque creeC 19 que ha llegado

a la India.

Código Hablante Receptor Proceso verbal Verbalización Circunstanciacláusula de razón

Sin embargo, esta tendencia se altera al observar que en este mismo tipode cláusulas son los españoles/criollos quienes predominan como meta y al-cance (48,55% y 54,67%) (ejemplos 12 y 13):

(12)

EG1(1.1) C 30.1 Simón Bolívar consigue la libertad y la Independenciade nuestro país.

Código cláusula Actor Proceso material Meta

(13)

CB4(2.3)f C 12 alrededor de ésta se edificaban las sedes de los poderes,tanto públicos, militarescomo religiosos.

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7 (2)

Código cláusula Circunstancia de Proceso material Alcancelocación Espacial

Estos resultados contradicen parcialmente la suposición categórica de que larepresentación discriminatoria contra el indígena venezolano debería traducirsesiempre en su presencia dentro de roles pasivos por encima de los otros grupos.Otra excepción la constituye el rol de comportante, en el que los amerindios sonlos más representados con un 75,93% de las apariciones (ejemplo 14):

(14)

YE3(1.2) C 7.2 Los Indígenas viven hoy en la SierraBarí de Perijá.

Código cláusula Comportante Proceso Circunstancia de Circunstancia deconductual loc. Temporal locación Espacial

Amerindios y españoles/criollos comparten la misma frecuencia comoCOMPORTAMIENTO, mientras que como FENÓMENO (2), los primeros predomi-nan sobre los segundos con un 60% de las apariciones (ejemplos 15 y 16):

(15)

CB4(5.1) quedando éste comprometido a cumplir una serie de compromisosC 4.2 como: conquistar tierras, fundar

pueblos y ciudades, repartir tierrasentre los hombres y entregar indiosa los llamados encomenderos.

Código Proceso Comportante Proceso Comportamientocláusula conductual conductual

(16)

YE3(2) C 73.1 para defenderse de los ataques indígenas.

Código cláusula Proceso conductual Fenómeno (2)

Esto es consistente con la observación hecha para el cuadro de tipos deproceso, según la cual los autores se inclinan a construir discursivamente laimagen de los indígenas en los textos mediante cláusulas sobre situaciones dela realidad externa y actividades de carácter físico.

En la distribución del rol de clave (ver ejemplo 4 y ejemplo 17):

(17)

EG1(1.3) C 11.1 Simón Bolívar es el gran héroe de estas guerras

Código cláusula Clave o signo Proceso relacional Valor

amerindios y españoles/criollos tienen frecuencias bastante cercanas (38,19%y 46,53% respectivamente), de modo que es posible observar que ambos gru-pos son similares en aparecer como entidad, aunque esta diferencia se hacemás marcada con la presencia de los amerindios como valor, al presentarse

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solamente 35,88% de las veces en esta posición, mientras que los españoles/criollos predominan con 51,14% (ejemplo 18):

(18)

R1(1) C 36 Venezuela se convirtió en una colonia de España,

Código cláusula Clave o Cosa Proceso relacional Valor

Esto podría ser indicativo de una inclinación a definir mediante los rasgosespañoles/criollos.

La relación PORTADOR-ATRIBUTO muestra unos valores que favorecen a las na-ciones amerindias (57,32% y 60% en cada caso) (ver ejemplo 3 y ejemplo 19):

(19)

H2(1) C 11 La churuata estaba dividida en dos grandes espacios: Annaca y Asa.

Código cláusula Portador Proceso relacional Atributo

mientras que los españoles/criollos sólo poseen el 31,70% y el 13,33% res-pectivamente. De esta manera, hay cabida a la suposición de que se mencio-nan muchas propiedades de los indígenas, quizá por la necesidad de describirmejor su modo de vida por la diferencia cultural frente a la sociedad criolla.

Como existentes, los amerindios ocupan un 50% de las apariciones mien-tras que el 36,36% está representado por los españoles/criollos (ver ejemplo 7).

El análisis según tipo de participante evidencia que la representación delos españoles/criollos frente a los amerindios es mucho más variada, ya queson descritos no sólo por sus actividades físicas y acciones externas en general,sino también por sus procesos de conciencia y uso del lenguaje.

3.1.2. Análisis discursivo del grupo A de la muestra

El estudio sistemático de la muestra permitió identificar una serie depatrones discursivos que conforman lo que denominamos la REPRESENTA-CIÓN ESTÁTICA DEL AMERINDIO VENEZOLANO. Dicho esquema se fundamentaen la falta de movilidad tanto física como simbólica y cultural que se leatribuye al indígena en los textos, en contraste con la movilidad y capacidadde iniciativa e innovación que se le asigna a los españoles/criollos y a lasociedad venezolana en general. Nótese que los principales rasgos por losque se describe a los amerindios venezolanos son: ser pobladores, ocupantes,habitantes, etc., del territorio venezolano antes de la llegada de los españo-les; producir objetos materiales y realizar actividades vinculadas fundamen-talmente a la supervivencia; su frecuencia en los roles pasivos de las cláusu-las aumenta con la llegada de los españoles (pasan a ser beneficiarios, fenó-menos y receptores); poseen una presencia desdibujada luego de la aparicióndel mestizo, si bien hicieron aportes al mestizaje; se les relaciona al pasado ya la tradición pero en términos negativos por su carácter rudimentario y

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7 (2)

poco dado al cambio (principalmente en los procesos materiales yrelacionales). Muy diferentes son los rasgos que se les asignan a los españo-les/criollos, a quienes se observa dentro de una REPRESENTACIÓN DINÁMICA:son viajeros y exploradores vinculados al desplazamiento espacial, transpor-tan y crean la cultura conocida tanto a nivel material como intelectual, im-poniendo la ideología dominante que constituye el sistema de referencia dela sociedad criolla; inician procesos y están muy vinculados a la noción decambio. No obstante, su rol activo genera también dos facetas de represen-tación contradictorias (en las que el indígena es un ente pasivo): losencomenderos que someten al indígena a trabajos forzados y los misionerosque los protegen junto con la aplicación de las Leyes de Indias.

3.2. LOS TEXTOS ESCOLARES POSTERIORES A 1999

3.2.1. Análisis gramatical del grupo B de la muestra

Cuadro 3. Tipos de proceso en el grupo B de la muestra.

Grupo social Amerindio Español/criollo Otras minorías Total

Tipo de proceso F.A. % F.A. % F.A. %

Material 373 40,77 474 51,80 68 7,43 915

Mental 45 56,25 30 37,5 5 6,25 80

Relacional 177 47,70 156 42,04 38 10,24 371

Verbal 10 41,67 14 58,33 0 —— 24

Conductual 42 72,41 14 24,13 2 3,44 58

Existencial 28 54,9 16 31,37 7 13,73 51

Total 675 45,03 704 46,97 120 8 1499

Al combinar los resultados parciales entre el grupo social y el tipo deproceso, nuevamente los españoles/criollos predominan ligeramente sobre losamerindios (51,80% frente a 40,77%) (ejemplo 20):

(20)

E4(5) C 3.1 arribaron los españoles a nuestro territorio,

Código cláusula Proceso material Actor Circunstancia de locación Espacial

Un resultado sorpresivo es que en las cláusulas mentales los amerindiosaparezcan como el grupo dominante (56,25%) frente a los españoles/criollos(37,5%) (ejemplo 21):

(21)

E4(4) C 12.2 todas las comunidades la veneraban.

Código cláusula Sensor Fenómeno Proceso mental

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Esto puede llevar erróneamente a la interpretación de que los indígenas tam-bién son representados a través de sus estados mentales. Al cruzar estos datoscon el cuadro de tipos de participantes veremos que esto no es necesariamen-te así. De forma semejante al grupo A de la muestra, amerindios y españoles/criollos aparecen casi en la misma proporción en los procesos relacionales(47,70% y 42,04% respectivamente) (ejemplo 22):

(22)

EPD2(2) C 7.1a Algunos eran sedentarios,

Código cláusula Portador Proceso relacional Atributo

En los procesos verbales, los peninsulares y sus descendientes nuevamen-te obtienen el mayor porcentaje (58,33%) tal como ocurrió en el grupo A dela muestra (ejemplo 23):

(23)

E4(8) C 2.2a los misioneros convencen a las naciones de la necesidad deindígenas aceptar el nuevo

gobierno.

Código cláusula Hablante Proceso verbal Receptor Circunstancial deasunto

a la par de que son los amerindios quienes vuelven a predominar en las cláusulasexistenciales (54,9%) (ejemplo 24) y conductuales (72,41%) (ejemplo 25):

(24)

EPD2(2) Hoy en día, existen algunas tribus indígenas en diferentesC 42 regiones del país, que todavía conservan

costumbres de sus antepasados, su lenguay sus tradiciones.

Código Circunstancia de Proceso Existente cláusula locación Temporal existencial

(25)

E4(6) C 7.4c1 Durante el Akaatompo, se conversa con los difuntos

Código cláusula Circunstancia de Proceso conductual Circunstancia delocación Temporal cometido

Esto último es un indicativo de que se mantiene la inclinación de los auto-res a representarlos mediante sus acciones físicas.

Las otras minorías volvieron a ser el grupo social menos representadoen las cláusulas del grupo B, siendo los procesos materiales y los relaciona-les los tipos en los que más aparecen, mientras que es significativa su ausen-cia total en las cláusulas verbales para esta sección de la muestra.

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En el Cuadro 4 se presentan los resultados generales de la frecuencia deaparición de los amerindios venezolanos frente a los españoles/criollos yotras minorías según el tipo de participante en el grupo B de la muestra.

Cuadro 4. Tipos de participante en el grupo B de la muestra.

Grupo social Amerindio Español/criollo Otras minorías

Tipo de Totalparticipante F.A. % F.A. % F.A. %

Actor 256 40,83 331 52,79 40 6,38 627

Meta 48 31,58 91 59,87 13 8,55 152

Alcance 43 34,67 71 57,25 10 8,06 124

Beneficiario 26 56,52 18 39,13 2 4,35 46

Sensor 14 51,85 13 48,15 0 — 27

Fenómeno 34 61,82 16 29,09 5 9,09 55

Hablante 2 16,67 10 83,33 0 — 12

Verbalización 3 20 12 80 0 — 15

Receptor 7 77,78 2 22,22 0 — 9

Circunstancial11 2 66,67 1 33,33 0 — 312

Comportante 30 69,76 12 27,90 1 2,33 43

Comportamiento 1 50 1 50 0 — 2

Fenómeno (2) 6 66,67 2 22,22 1 11,11 9

Existente 22 55 11 27,5 7 17,5 40

Clave 75 37,69 102 51,26 22 11,05 199

Valor 55 36,18 79 51,97 18 11,84 152

Portador 58 58,59 31 31,31 10 10,10 99

Atributo 14 70 3 15 3 15 20

Total 696 42,60 806 49,32 132 8,08 1634

En esta sección de la muestra nuevamente los españoles/criollos predo-minaron en su aparición como participantes en los roles activos, aunque tam-bién se presentaron algunos cambios. En el rol de actor, los peninsulares y susdescendientes alcanzaron el 52,79% de las apariciones y los amerindios tuvie-ron un porcentaje aproximado con el 40,83% (ver ejemplo 20). Como ha-blantes, el primer grupo también superó a los habitantes originarios de Vene-zuela con 83,33% de representación en las cláusulas (ver ejemplo 23). Porotra parte, los amerindios son más frecuentemente comportante (69,76%) yexistente (55%) (ejemplo 26 y ver ejemplo 24):

(26)

EPD2(2) C 45 Muchos de sus además de hablar hablan el castellano.integrantes su lengua

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Código cláusula Comportante Circunstancia Proceso Comportamientoaditiva conductual

cifras que indican una inclinación a representar a estas comunidades través desus acciones visibles y su condición física al mencionar su presencia sin pro-fundizar en detalles. Es de notar que, como sensor, amerindios (51,85%) (verejemplo 21) y españoles/criollos (48,15%) están prácticamente equiparados,con el primer grupo ligeramente por encima del segundo en cuanto a fre-cuencia de aparición, como se observa en el ejemplo 27:

(27)

E4(11) C 65,3 c) ¿Por qué los grandes se oponían a la actuación dehacendados, comerciantes la Compañíay pequeños agricultores Güipuzcoana [sic]?

Código cláusula Sensor Proceso mental Fenómeno

Tal tendencia es motivada por una disminución en la presencia de losespañoles/criollos y no por una mejora sustancial en la representación de losamerindios a través de los procesos mentales. De modo más específico, lospeninsulares y sus descendientes ya no aparecen como sensores con tanta fre-cuencia como en el grupo A, debido en gran medida a que las cláusulas men-tales están reportando la opinión de los expertos e investigadores acerca de losamerindios (ejemplo 28):

(28)

E4(5) C 18 se sabe que tras la observación de las formas de vida de losindígenas se han podido conseguir y se siguen con-siguiendo gran cantidad de sustancias y materialesmedicinales que son de gran utilidad en el mundoentero.

Código cláusula Proceso mental Fenómeno

En los procesos relacionales, los españoles/criollos predominan comoparticipantes clave y valor (51,26% y 51,97% respectivamente) (ejemplos 29y 30):

(29)

E4(11) C 51,1 Estos, denominados “grandes cacaos”

Código cláusula Valor Proceso relacional Clave o signo

(30)

E4(10) C 9,1 que llegó a ser un centro de colonización desde donde salieronmuchos exploradores.

Código cláusula Proceso relacional Valor

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7 (2)

por lo que se evidencia que este grupo está más presente en las cláusulas encuanto a la construcción de las relaciones simbólicas. Sin embargo, en losroles de portador y atributo son los amerindios quienes registran los porcen-tajes más altos con 58,59% y 70% en cada caso (ver ejemplo 22). Se repite enesta oportunidad la misma explicación que para el grupo A de la muestra:existe en los autores de los textos la necesidad de describir a los indígenas ymuchos de los aspectos relacionados con su modo de vida por ser los “otros”culturales.

En los roles pasivos, los indígenas venezolanos vuelven a ser el grupopredominante, salvo por la excepción de los roles de meta y alcance de losprocesos materiales, en los que los españoles/criollos poseen la mayoría de lasapariciones con 59,87% y 57,25% para cada caso (ejemplos 31 y 32):

(31)

R6(4) el Ingenio el héroe junto con ofrendaron sus haciéndolo paraC 32.4 de San Ricaurte, un grupo vidas, estallar con evitar

Mateo, de pólvora, queestado patriotas fueraAragua, tomadositio en por losel cual realistas.

Código Circuns- Actor Circuns- Proceso Meta Circuns- Circuns-cláusula tancia de tancia de material tancia de tancia de

locación cometido cualidad propósitoEspacial

(32)

R6(1) C 21.1 pues se produjo la introducción de nuevas actividades económicasy una población con costumbres diferentes.

Código cláusula Proceso material Alcance

En el rol de beneficiario los amerindios alcanzan el 56,52% (ejemplo33), como fenómeno el 61,82% (ejemplo 34), como receptor el 77,78% (verejemplo 23) y como fenómeno (2) el 66,67% (ejemplo 35):

(33)

AIV4(4) a través de la que los indígenas por parte de misionerosC 12.2a enseñanza y el recibieron católicos que se trasladaron

adoctrinamiento a América a transmitir lareligioso fe cristiana.

Código Meta Proceso Beneficiario Actorcláusula material

(34)

R6(1) si comparamos el notaremos antes de que nuestro territorio se encontrabaC 20 ambiente físico, que llegaran los poblado por indígenas dedicados

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la población, españoles, a actividades rudimentarias comolas costumbres, caza, la pesca, la recolección y

algunos a la agricultura.

Código Circunstancia de Proceso Circunstancia Fenómenocláusula condición mental de locación

temporal

(35)

E4(8) C 56.1 respetando sus propias instituciones

Código cláusula Proceso conductual Fenómeno (2)

No obstante, llama la atención en que los españoles/criollos ocupen laposición predominante como verbalización con un 80% de frecuencia (ejem-plo 36):

(36)

E4(8) Documento que de acuerdo con la creación del mundo por DiosC 58.1 explicaba, la cultura española, y la autoridad celestial del Papa.

Código Hablante Proceso Circunstancia Verbalizacióncláusula verbal de ángulo

lo que muestra que el contenido del mensaje en los procesos verbales gira en torno aeste mismo grupo.

Para el grupo B de la muestra se mantuvieron casi las mismas tendenciasdel grupo A sin una variación significativa en la frecuencia de aparición de losamerindios frente a los españoles/criollos, con excepción de los procesos men-tales en donde, contra lo que pudiera esperarse, los amerindios fueron el gru-po predominante frente a los españoles/criollos. Esto se debe a la alta frecuen-cia de casos en los que los procesos mentales se usan como verbos de reportede la voz experta de los investigadores en historia y arqueología, cuyos datospasan con mucha frecuencia a los textos de este grupo.

3.2.2. Análisis discursivo del grupo B de la muestra

En esta sección de la muestra aparecen algunos cambios que aparentanuna mejora en la representación del amerindio venezolano: se les define comopobladores y habitantes del territorio venezolano en el pasado y en la épocaactual (en su posición de actores, comportantes, existentes y portadores); a susactividades de supervivencia se les suman los trabajos en la construcción y laartesanía; hacen aportes a la sociedad criolla actual, especialmente en los cam-pos medicinal y cultural, y esta sociedad reconoce de forma contradictoria losvalores de las naciones indígenas a través de la ley. La contradicción surge delcontraste entre la aceptación de la diversidad frente a la intención de asimilara los indígenas integrándolos a la sociedad criolla. Aunque este reconocimien-to de los derechos constitucionales hacia las sociedades amerindias es un he-

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7 (2)

cho indiscutiblemente positivo, constituye igualmente una fuente de ambi-güedad en la representación en las cláusulas: por una parte, se le presentacomo algo que la sociedad criolla “da” y que los indígenas reciben de formaunidireccional, mientras que por la otra, hay cláusulas en las que sí se mencio-na la dificultad de los primeros en el logro del reconocimiento por las diferen-cias entre el contenido de la ley y la práctica cotidiana de sus relaciones con lasociedad criolla. Aparte de la coexistencia de tales posiciones encontradas, semantienen algunos rasgos de la representación estática del amerindio venezo-lano que ya habían aparecido en el grupo A: la invisibilización del indígenafrente al mestizo, el rol pasivo del amerindio en sus intercambios con los espa-ñoles/criollos y sus características estereotipadas como la tendencia a conser-var las costumbres de los antepasados, el carácter guerrero, el politeísmo y elnomadismo (en algunos casos) enfocados desde una valoración negativa.

Sobre los españoles/criollos es posible afirmar que se mantiene casi igualsu representación dinámica, ya que conservan su identidad de viajeros, explo-radores, conquistadores y colonos por su asociación a procesos de desplaza-miento espacial, a la par de que continúan como artífices de la sociedad colo-nial (por la presencia de una “metáfora estructural” sugerida por su apariciónen procesos como construir, edificar y constituir entre otros), introductores delcambio e iniciadores de ciclos mediante verbos como organizar, instalar, crear,construir e iniciar; además de mantener el rol activo en la interacción conotros grupos sociales. Adicionalmente, hay una evaluación positiva de susacciones por el matiz heroico que les asignan los autores de los textos a loshechos históricos enmarcados en la conquista/colonización e independenciade Venezuela. También se diversifica su representación discursiva al definirloscomo funcionarios coloniales poseedores de los privilegios del grupo socialdominante, pero también como agricultores, ganaderos y comerciantes.

4. Conclusiones

Tanto el análisis cuantitativo como el cualitativo de ambos grupos noslleva a considerar que no hubo cambios significativos entre los textos publica-dos antes y después del año 1999 y que la representación estática y la cosificacióndel indígena venezolano son las estrategias centrales de discriminación contralos pueblos autóctonos. Si bien ha habido pequeñas variaciones que apuntan aun conocimiento más extenso del mundo indígena y a cierta aceptación comoparte de nuestra realidad cultural, éstas no son suficientes para contrarrestar ladesigualdad del amerindio frente a los españoles/criollos dentro de las leccio-nes analizadas.

El rasgo más definitorio identificado en estos textos es la perspectiva es-pañola/criolla del discurso. Esta es la visión del nosotros de los autores y muyprobablemente de la mayoría de sus destinatarios, de modo que es muy difícilque los otros grupos sociales alcancen el mismo nivel de presencia y relevan-

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Luisana Bisbe: El amerindio venezolano en los textos escolares: una representación discursiva ...

cia en el contenido de las lecciones escolares. Es fundamental considerar elimpacto que tiene el uso de la estrategia discursiva de la diferencia entre espa-ñoles/criollos y amerindios, puesto que el efecto más nocivo que se generasobre la representación de este último colectivo es que se le atribuyen unaserie de características que contrastan abiertamente con los valores de nuestrasociedad, mientras que a los españoles/criollos se le adjudican una serie derasgos ideales. Frente al contraste entre la representación de los amerindios ylos valores de la sociedad actual globalizada es muy difícil que las nuevasreferencias a los derechos constitucionales indígenas tengan una incidenciasignificativamente positiva. Por ser diferentes los amerindios quedan exclui-dos de la sociedad venezolana criolla, la cual rara vez acepta las diferencias yresuelve el problema relegándolos a su pasado histórico como producto de unsistema de representaciones sociales que repite esquemas establecidos cultu-ralmente.

NOTAS:

1 Visión acerca de los indígenas americanos que los asocia a la llamada Edad deOro, un mito clásico según el cual hubo en el pasado una época idílica de abun-dancia y riqueza donde los seres humanos no se caracterizaban por la corrupciónmoral de la Europa del momento, producto de una degeneración progresiva. Lasdescripciones de Colón sobre la naturaleza americana unidas a referencias deobras como la Utopía (1516) de Tomás Moro llevaron a esta conclusión (cf.Vilora, 2005, pp. 83-85).

2 “Racism is a system of social domination and inequality that is reproduced inmany ways, for instance by discriminatory practices. One of these practices isdiscourse. Discourse is specifically relevant in the reproduction of racism becau-se it is also the principal means for the reproduction of racist prejudices andideologies” (p. 1).

3 “Such polarized representations can manifest themselves at all levels of discourse,such as the choice of topics, the way discourse participants are represented, in thesyntactic means to emphasize or de-emphasize agency and responsibility for goodand bad actions, in metaphors and in general in the way our good things and theirbad things are being enhanced or mitigated” (van Dijk, 2004, p. 4).

4 Para todos los tipos de procesos, cf. Halliday, 1985; Eggins, 1994; Martin, Ma-tthiessen y Painter, 1997; Thompson, 1996.

5 Se le denomina así en este artículo para distinguirlo de la categoría “fenómeno”de los procesos mentales.

6 Adaptación del esquema original de Martin, Matthiessen y Painter, 1997, p. 104.7 Para el análisis solamente se escogieron estas dos categorías, aunque en la des-

cripción de los datos también fueron incluidas las marcas circunstanciales.8 Es importante aclarar que si bien españoles y criollos son dos grupos sociales rela-

cionados pero con diferencias claramente establecidas, en el análisis que se presenta

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7 (2)

aparecen unificados como un solo grupo la mayoría de las veces (a menos que seseñale explícitamente lo contrario) porque han sido tratados discursivamente comogrupos dominantes y la finalidad del estudio está enfocada en la representacióndiscursiva de los amerindios más que en las diferencias que pudieran existir entrelos españoles y los criollos. Además, hemos dado un sentido de continuidad a losprocesos de conquista, colonización e independencia (en contra de la interpreta-ción histórica mayormente aceptada) debido a que el resultado para los amerindioses similar: fueron discriminados en ambos contextos históricos.

9 De asunto.10 Se refiere a uno de los participantes de los procesos conductuales. Se le ha colo-

cado el número 2 entre paréntesis para distinguirlo del participante homónimode los procesos mentales.

11 De asunto.12 Los datos acerca del CIRCUNSTANCIAL DE ASUNTO no son muy concluyentes debido

a la escasez de casos.

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Mato (coord.) Políticas de Identidades y diferencias sociales, pp. 17-31.Caracas: Faces-UCV.

WILHELM, R. (1990). Análisis de contenido de libros de estudios sociales en las escuelasprimarias de Guatemala [Documento en línea], s/f. Recuperado en septiem-bre 2006 de http://www.iacd.oas.org/La%20Educa%20122/wilhelm.htm

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Luisana Bisbe: El amerindio venezolano en los textos escolares: una representación discursiva ...

ANEXO 1

Datos del corpus de textos escolares

Título del libro Autor Lugar, editorial Nivel Año

Horizontes 2° Grado L. E. Rincón y Caracas: Eneva 2º 1987D. Gómez

Enciclopedia Teduca. Editor Caracas: Técnicas 3° 1987Tercer Grado Educativas C. A.

(TEDUCA)Mi Libro Integral. 2° M. J. Bravo Díaz Caracas: Colegial 2° 1988Grado. Educación Básica BolivarianaEnciclopedia Teduca. Editor Caracas: : Técnicas 5° 1988Quinto Grado. Educativas C. A.Educación Básica (TEDUCA)Nuevas Nociones 5° Editor Caracas: S. A. de 5° 1988

Educación y CulturaReligiosa

Redondel 1. Enciclopedia VVAA Caracas: 1° 1990Básica. Primer GradoEnciclopedia Girasol 1 J. J. Gutiérrez Caracas: Básica 1° 1993Conocimientos Básicos 1 W. Hinds y B. Breijo Caracas: Triángulo 1° s/fConocimientos Básicos 4 B. Breijo y W. Hinds Caracas: Triángulo 4° S/fYo Estudio s/a Caracas: S. A 3° 1993

Educación y CulturaReligiosa

Enciclopedia Popular. R. Rodríguez Caracas: Publicacio- 6° 1993Educación Básica. (coord.) nes Populares6° Grado DEIBAEnciclopedia Popular R. Rodríguez Caracas: Marca 2° 2002DEIBA Grupo EditorNuevo Girasol 5 J. J. Gutiérrez Caracas: Básica 5° 2002

y L. E. RincónNueva Guía Caracol 3 J. E. Pimo y M. Caracas: Santillana 3° 2002

Espinoza (dirs.)Enciclopedia 4 C. Navarro y M. Caracas: Santillana 4° 2004

Rull (coords. y eds.)Enciclopedia 6 C. Navarro y M. Caracas: Santillana 6° 2004

Rull (coords.y eds.)Arco Iris Venezolano. M. Coromoto et al. Caracas: Fundación 4° 2005Libro Integral para 4º Editorial SalesianaGrado de EducaciónBásicaRetos 6. Mi Libro R. S. Pérez et al. Caracas : Excelencia 6° 2005Enciclopédico C. A.

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ANEXO 2

La muestra de lecciones que contienen referencias a los amerindios.

1. R1(1) 5. H2(1) 9. H2(6) 13. YE3(3) 17. CB4(2.3)fGrupo A 2. EG1(1.1) 6. H2(2) 10. YE3(1.1) 14. CB4(5.1) 18. ET5(3)

3. EG1(1.2) 7. H2(3) 11. YE3(1.2) 15. CB4(5.2) 19. EP6(2.1)4. EG1(1.3) 8. H2(4) 12. YE3(2) 16. CB4(2.2)f 20. EP6(2.2)

1. EPD2(2) 5. E4(4) 9. E4(10) 13. AIV4(2) 17. AIVA(7)Grupo B 2. EPD2(3) 6. E4(5) 10. E4(11) 14. AIV4(3) 18. G5(3y4)

3. E4(2) 7. E4(6) 11. E4(12) 15. AIVA(4) 19. R6(4)4. E4(3) 8. E4(8) 12. AIV4(1) 16. AIV4(5) 20. R6(1)

LUISANA DE LOURDES BISBE BONILLA es Antropóloga y Magíster en Estudiosdel Discurso. Trabaja como docente-investigadora del Instituto de Filología“Andrés Bello” de la UCV. Se ha especializado en la lingüística sistémica fun-cional y en los estudios sobre argumentación en el discurso. Su línea de inves-tigación actual se centra en el análisis crítico del discurso de los textos escola-res, específicamente en el racismo anti-indígena. Ha realizado varias ponen-cias sobre este tema y participó como coautora en el capítulo titulado: “Dis-curso y racismo en Venezuela: un país “café con leche”, en la obra Racismo yDiscurso en América Latina (van Dijk (Comp.), Gedisa, 2007). Forma partedel comité editorial del Boletín de Lingüística.

Correos electrónicos: [email protected], [email protected]

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49ALED 7 (2), pp. 49-72

ARTÍCULO

Estrategias de divulgación de la cienciaen Venezuela a fines del siglo XIX:El Zulia Ilustrado (1889-1896)

Recibido: 18 de octubre de 2007 • Aceptado: 20 de noviembre de 2007.

FRANCISCO JOSÉ BOLETInstituto Universitario de Tecnología - FRPUniversidad Central de Venezuela

RESUMEN. En este artículo se analiza la revista venezolana de fines del siglo XIX ElZulia Ilustrado, considerando los siguientes aspectos: a) las prácticas discursivas aso-ciadas al proceso de producción semiótica de los textos; b) las estrategias de reformu-lación del término especializado; y c) las estrategias de recontextualización del discur-so científico, específicamente pronominalizaciones, metáforas, analogías y represen-taciones sociales. Los aspectos teóricos derivan del enfoque de Fairclough (2003, 1995,1994). Se usó un corpus de 23 textos de zoología y botánica publicados entre 1889 y1896. Se observó que el patrón de reformulación terminológica más frecuente con-siste en el uso del lenguaje general seguido de su equivalente en lenguaje especializa-do, lo que implica privilegiar las referencias culturales del lector frente a las de laciencia. Por otra parte, el empleo de fotograbados, así como las pronominalizaciones,metáforas, analogías y representaciones sociales, son estrategias importantes en elproceso de recontextualización de los temas de ciencia, bajo las cuales subyacen signi-ficados de naturaleza ideológica.

PALABRAS CLAVE: divulgación, ciencia, estrategias, reformulación, recontextualización, siglo XIX.

ABSTRACT. In this article, El Zulia Ilustrado, a Venezuelan journal from the end of theXIXth century, is analyzed considering the following aspects: a) the discourse practi-ces associated with the process of semiotic production of texts, b) the strategies ofreformulation of specialized terms, and c) the recontextualization strategies of scien-tific discourse, particularly pronominalizations, metaphors, analogies and social re-presentations. The theoretical aspects derive from Fairclough's approach (2003, 1995,1994). The corpus used consisted of 23 texts on zoology and botany published bet-ween 1889 and 1896. It was observed that the most frequent patterns of terminolo-gical reformulation consisted of the use of general language followed by its equivalentin specialized language, which implies a preference for the cultural references of thereader over the scientific ones. Also, the presence of drawings as well as the use ofpronominalizations, metaphors, analogies and social representations, appear as im-portant strategies in the process of recontextualization of the scientific topics, whichimply meanings of an ideological nature.

KEY WORDS: popularization, science, strategies, reformulation, recontextualization, XIXthcentury.

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RESUMO. Neste artigo, analizamos a revista venezuelana do final do século XIX ElZulia Ilustrado, considerando os seguintes aspectos: a) as práticas discursivas associa-das ao processo de produção semiótica dos textos; b) as estratégias de reformulaçãodo termo especializado; e c) as estratégias de reformulação do discurso científico,especificamente prominalizações, metáforas, analogias e representações sociais. Osaspectos teóricos derivam do enfoque de Fairclough (2003, 1995, 1994). O corpusempregado foi de 23 textos de zoologia e botânica publicados entre 1889 e 1896.Observou-se que o padrão de reformulação terminológica mais frequente consiste nouso de uma linguagem geral seguida de seu equivalente em linguagem especializado,o que implica em privilegiar as referências culturais do leitor frente às da ciência. Poroutro lado, o emprego de fotogravuras, assim como as prominalizações, metáforas,analogias e representações sociais, são estratégias importantes no processo de recon-textualização dos termos da ciência, sob as quais subjazem significados de naturezaideológica.

PALABRAS CLAVE: divulgação, ciencia, estratégias, reformulação, recontextualização, séculoXIX.

Introducción

En la segunda mitad del siglo XIX, particularmente durante el ejerciciopresidencial del general Guzmán Blanco (1870-1883), Venezuela experimen-tó grandes cambios sociales que modificaron las formas de vida y las costum-bres de los venezolanos de esa época (Silva Beauregard, 1993; Díaz Seijas,2005; Polanco Alcántara; 1992). El cambio social suponía el paso de la socie-dad tradicional a la sociedad moderna. En este marco, la apertura al progresomaterial de la época exigía la ampliación, en el imaginario colectivo, de losespacios materiales y simbólicos de representación de la nación y de las prácti-cas sociales de la vida cotidiana, para ajustarse al proceso de reorganización ymodernización del país. Aún cuando los intentos de las élites nacionales porvincular el desarrollo de la ciencia al desarrollo social se venían dando desde lacolonia1, es con Guzmán Blanco cuando ese proyecto logra cristalizar en unprograma de gobierno. De ahí se deriva el reconocido impacto socio-históricoque generó la modernización guzmancista, inédita hasta ese entonces en Vene-zuela, y la importancia que tuvo la ciencia como sustento de un ideal de desa-rrollo socio-político2.

La “vulgarización” de la ciencia, como se acostumbraba a llamarla en laépoca, debió permitir en la población la conformación de una actitud másconsciente y positiva hacia el conocimiento científico y hacia la idea del pro-greso material (Freites, 2002), facilitando así, no sólo el reconocimiento en laelite intelectual de que era urgente conocer el medio físico y sus potencialida-des, sino también el interés de la población en la ciencia y la tecnología comoinstrumentos indispensables para la modernización del país (cf. Bigott, 1995)De esta manera la divulgación contribuyó a impulsar un nuevo imaginariosocial vinculado con la edificación del universo simbólico de la sociedad civil,

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urbana y progresista, que requería el proyecto de construcción del EstadoNacional moderno impulsado por Guzmán Blanco. De aquí que su estudiopuede arrojar luces sobre los procesos semio-discursivos que orientaban susprácticas.

La actividad de divulgación abarcó diversas estrategias, siendo quizás laprensa la más relevante y la de mayor alcance, aunque las sociedades científi-cas a través de las revistas especializadas, exposiciones y museos, hicieron tam-bién importantes contribuciones. La prensa venezolana de la segunda mitadde siglo casi por regla general establecía en sus políticas editoriales la necesi-dad de dedicar en sus páginas espacio a la divulgación de la ciencia. Regular-mente esta exigencia se asociaba a la necesidad de alcanzar el progreso y lacivilización. En el Prospecto3 del Eco Científico de Venezuela de abril de 1857,se señala que el periodismo científico “hasta ahora ha sido casi completamen-te nulo”, por lo que “su establecimiento es una necesidad de la época presen-te”, y enseguida añade: “de hoy más sería una mengua para nuestro país verseprivado de tan útiles como poderosos auxiliares del progreso” (p. 3). En estemismo tono, la publicación semanal Ensayo Literario, en su Prospecto de sep-tiembre de 1872, indicaba que su propósito era “aprovechar la ilustración,industria y talento de otros, ofreciendo varios artículos en los cuales se encon-traran en compendio la historia, la biografía, la astronomía, (…) y todo aque-llo que pueda propender al progreso intelectual de una nación notablementeávida de instrucción”. Este discurso de loas al progreso abrió las puertas paraque la prensa llevara la ciencia al público. Secciones periodísticas identifica-das con títulos sugerentes como “Curiosidades”, “Sección Científica”, “Mis-celánea”, “Estudios científicos”, “Variedades”, “Ciencia Amena”, “Ciencia paraTodos”, “Ciencias”, indican que la ciencia llegaba al público no sólo parainstruir, educar, informar, sino también para divertir y entretener, presentan-do una gran variedad de temas de ciencias naturales, ciencias sociales, salud,medicina.

Sin embargo, a pesar de su importancia, los estudios de la divulgación dela ciencia en Venezuela, desde una perspectiva discursiva, son casi inexisten-tes. Hasta donde hemos podido indagar, sólo los trabajos de Bolet (2002a,2002b) y de Silva & Limongi (2002), analizando textos periodísticos sobre elgenoma humano, el primero, y textos de didáctica universitaria, los segun-dos, se dedican a examinar en sus artículos problemas asociados a los comple-jos procesos comunicativos y de lenguaje surgidos en esos casos particularesde divulgación de la ciencia.

A los fines de este trabajo asumimos el ejercicio de la divulgación de laciencia, en términos generales, aunque no exclusivamente, en su sentido másclásico como “el proceso por el cual se hace llegar a un público no especializa-do y amplio el saber producido por especialistas en una disciplina científica”(Calsamiglia, 1997 documento en línea).

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La recontextualización y la reformulación de la terminología científicasuponen que la divulgación consiste primordialmente en llevar a cabo unproceso de traducción y reformulación del discurso especializado de la cien-cia en otro más ligero y coloquial, capaz de ser comprendido por un públicolego no asimilado al mundo de la ciencia. Desde esta perspectiva, la transfor-mación de “un objeto científico” en “un objeto del mundo”, como bien indi-ca Harvey (1997: 169), se lograría básicamente mediante la reformulación dela terminología especializada. Esta operación considera la existencia de textoso discursos primarios, que son los que contienen la construcción inicial delsaber en el campo de las diferentes disciplinas científicas, y textos o discursossecundarios, basados en los anteriores, y que son los que conforman el discur-so divulgativo (Calsamiglia, 1997; Berruecos, 2002, 1998).

Fundamentados en estas premisas básicas, nos proponemos analizar lostextos de ciencias naturales publicados en Venezuela a fines del siglo XIX enla “Revista mensual” El Zulia Ilustrado, considerando los siguientes aspectos:a) las prácticas discursivas asociadas al proceso de producción semiótica delos textos; b) las estrategias de reformulación del término especializado; y c)las estrategias de recontextualización del discurso científico, específicamentepronominalizaciones, metáforas, analogías y representaciones sociales. De estamanera esperamos obtener información importante sobre la relación entrelos aspectos lingüísticos, las prácticas discursivas y las prácticas sociales en unmomento histórico en el que Venezuela se iniciaba en el desarrollo de la acti-vidad científica, como veremos más adelante.

1. El Zulia Ilustrado

La revista venezolana llamada El Zulia Ilustrado fue fundada por EduardoLópez Rivas en la ciudad de Maracaibo, capital del estado Zulia, ubicado en laregión nor-occidental de Venezuela. Entre sus aportes periodísticos debe con-tarse que fue la primera publicación venezolana que reprodujo en sus páginasimágenes fotográficas y fotograbados, técnica ésta que utilizó ampliamentepara ilustrar sus textos de divulgación de la ciencia. Mantuvo una periodici-dad mensual que abarcó desde el 24 de octubre de 1888 hasta el 30 de sep-tiembre de 1891, lapso de cuatro años en los cuales se publicaron 35 números.Esta “costosa” publicación, como se afirma en el Prospecto de su primer nú-mero, fue concebida, por un lado, como un proyecto personal de su director yeditor, Eduardo López Rivas y, por otro lado, para que “el noble pueblo zuliano,eminentemente espiritual y progresista”, “con patriótico empeño” “anuncie alos demás pueblos, (…) un nuevo triunfo suyo alcanzado en las grandes bata-llas del progreso moderno.” Desde esta perspectiva se establece en la intencióncomunicativa de la publicación una valoración positiva del “progreso moder-no” como un “triunfo” y un atributo del pueblo zuliano que debe ser mostra-do “a los demás pueblos”. Con ello, la divulgación de la ciencia es vista como

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una exigencia del progreso, de modo que su discurso constituía una prácticamodernizadora.

Los intereses relacionados con la ciencia, tal como se indica en el mismoProspecto, incluían “nuestra variada fauna y nuestra bellísima flora” (la delZulia), además de “medios de locomoción; telégrafo, alumbrado eléctrico yteléfono; descubrimientos de cualquier género, minas, noticias científicas, deartes o de industrias; (…); artículos y grabados sobre casos notables de medi-cina y cirugía”. Sobre el alcance de sus pretensiones editoriales, el mismoProspecto señalaba que: “No nos limitaremos a lo estrictamente zuliano: cuan-do un invento o uno de esos acontecimientos de importancia universal seefectúen en cualquier punto de Venezuela o en el extranjero, procuraremosque quede consignado en El Zulia Ilustrado por medio del grabado y delartículo explicativo.”

Esta publicación tuvo, en su momento, un gran impacto social y dejólineamientos que no pasaron desapercibidos en la prensa que se desarrollóposteriormente en el país. Por eso consideramos de gran relevancia profundi-zar en los aspectos discursivos no examinados hasta el momento.

2. El enfoque y el corpus

2.1. EL ENFOQUE

Para llevar a cabo el análisis emplearemos el enfoque propuesto porFairclough en Discourse and social change (1992). Según este enfoque, cual-quier evento discursivo puede ser visto y analizado a la vez como texto, comouna instancia de práctica discursiva y como una instancia de práctica social(Fairclough, 1995). Mediante estos tres niveles se pueden relacionar los even-tos concretos (los textos) con procesos sociales más abstractos.

Una de las ideas centrales de este enfoque es la consideración de que lavida social está hecha de prácticas (Fairclough, 2003), es decir, de formas ha-bituales, vinculadas a tiempos y espacios particulares, en que la gente emplearecursos materiales o simbólicos para actuar en el mundo (Chouliaraki y Fair-clough, 1999; véase también Martín Rojo, 2001). Las prácticas envuelvenelementos específicos de la vida social, como tipos de actividades y relaciones,además de formas particulares de usar el lenguaje y los recursos semióticos(Chouliaraki y Fairclough, 1999). Una práctica particular se constituye endominios especializados, tales como por ejemplo la economía, la política, lacultura, e incluso la vida diaria. Por esta razón la divulgación de la ciencia,como cualquier otro discurso, está también hecha de prácticas.

En este marco me interesa analizar las prácticas discursivas asociadas a losprocesos y formas de producción de los textos de divulgación de la cienciapublicados en Venezuela en El Zulia Ilustrado (1888-1891) a fines del siglo

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XIX, considerando que su naturaleza y características pueden variar de acuer-do con los diferentes tipos de discurso y los factores sociales implicados (Fair-clough, 1994; 1995).

En el nivel texto me propongo analizar las estrategias discursivas, que esdonde adquiere sentido el proceso de selección y organización semio-lingüís-tica del discurso de divulgación, ya que tales elecciones están directamenteasociadas a las representaciones del mundo que finalmente se construyen, asícomo a las relaciones e identidades sociales, y a los valores culturales (Fairclo-ugh, 2001). Para Fairclough, por otra parte, los textos tienen un caráctermultisemiótico, de modo que pueden ser hablados o escritos o combinar ellenguaje escrito con imágenes visuales y o sonido. De esta manera, los textospueden ser analizados considerando las alternativas y las elecciones que loshablantes realizan durante el proceso de producción (Fairclough, 2001).

2.2. EL CORPUS

El corpus se conformó con 23 textos sobre las ciencias naturales extraídosde los 35 números publicados en El Zulia Ilustrado durante los años en quecirculó. Se identificaron y registraron todos los textos sobre ciencia con crite-rios esencialmente temáticos. Luego se clasificaron según su pertenencia alárea científica en las ciencias naturales. Con el fin de facilitar el análisis, todosse digitalizaron, incluyendo los grabados y dibujos. El total de los textos al-canzó 27.476 palabras. Cada uno fue codificado de acuerdo con la rama cien-tífica a la que pertenecía dentro de las ciencias naturales. En adelante, nosreferiremos a los textos del corpus con el título y el año de publicación.

3. El análisis

3.1. LAS PRÁCTICAS DISCURSIVAS

Las prácticas discursivas permiten describir los procesos de producción,distribución e interpretación de textos de acuerdo con ciertas rutinas y con-textos sociales específicos (Fairclough, 1994). Una receta o una consulta mé-dica, un reporte de prensa, un artículo académico, una entrevista a través delos medios, una conversación casual, un decreto oficial, son textos cuyos pro-cesos y rutinas de producción y consumo varían notablemente. En algunoscasos tales procesos son simples, individuales e inmediatos; mientras que enotros, por el contrario, los procesos tienden a ser muy sofisticados y complejos(Fairclough, 1995; 1994).

3.1.1. Las traducciones

En el caso de El Zulia Ilustrado, una de las estrategias de producción delos textos de Ciencias Naturales era mediante traducciones del idioma alemán

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o el francés que, en ocasiones, habían sido expresamente solicitadas. Cuandose trataba de traducciones los textos llevaban bajo el título del artículo inscrip-ciones del siguiente tipo:

1) “Traducido del alemán” (El mundo animal en la cuenca del río Escalante, 1889)

2) “Traducido del francés para El Zulia Ilustrado” (La araña cangrejo, 1889)

En estos casos, los textos eran firmados por el autor original (AdolfoErnst, Antonio Goering o Ed. André), colocándose el título de la obra dedonde se extrajo la información.

3.1.2. Citas textuales extensas

Otra forma de producir los textos implicaba el empleo de citas textua-les extensas de naturalistas clásicos o de la época. En estos casos los textosgeneralmente no eran firmados, pero en ocasiones llevaban al final la identifi-cación de la fuente de información. Estas citas podían estar a veces precedidaspor un muy breve comentario que las anunciaba, como en los siguientes ejem-plos:

3) “Léase, ante todo, lo que de este paquidermo americano sabían, segúnOviedo, los conquistadores” (La Danta, 1889)

4) “Veamos ahora lo que de ella dice la zoología moderna” (La Danta, 1889)

5) “He aquí lo que describe Codazzi” (El Rabo Pelado, 1889)

3.1.3. Los recursos semióticos

Uno de los aspectos más interesantes del proceso de producción de lostextos de ciencia, es el empleo que El Zulia Ilustrado hacía de algunos recursossemióticos a su alcance para la comunicación de temas de ciencia, como porejemplo la organización del texto y el uso de imágenes. El cuerpo de los artícu-los, sin considerar la temática o la relevancia que pudiera eventualmente tener,se distribuía en columnas en el marco de una cuidadosa diagramación quepodía incluir el empleo de figuras decorativas para indicar el final de un texto,inserciones de imágenes de interés científico que no necesariamente podíanformar parte de un texto, o bien diferentes tipos de letras en variados tamañospara marcar, por ejemplo, citas textuales aunque éstas estuviesenentrecomilladas.

Cada artículo de ciencia iba acompañado de un grabado alusivo altema. Estos grabados, pedidos “al extranjero” y generalmente de gran formatoy muy bien elaborados, tal como se muestra en la Figura 1, se colocabanmayormente al centro de la página y llevaban al pie la denominación científi-ca de la figura, ocasionalmente seguida de la forma léxica coloquial.

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Figura 1. Diagramación representativa de un texto de ciencia en El Zulia Ilustrado

Algunas veces se hacía referencia a las imágenes en el texto, de modo queel lector las observara, otras se anunciaba su publicación para números poste-riores, a fin de que el lector las esperara:

6) “Presentamos hoy a nuestros lectores en un solo grabado un insecto y unaplanta, ambos muy abundantes y conocidos en el Zulia” (Un insecto y unaplanta, 1890)

7) “Presentamos hoy a nuestros lectores otro fotograbado ejecutado por elartista zuliano señor Arturo Lares. En este segundo ensayo se nota mayorperfección que en el anterior, publicado en el número 12 de El Zulia Ilus-trado” (La Iguana, 1890)

Estos anuncios sugieren que las ilustraciones y los fotograbados eran degran valor para los editores de la revista. Las figuras, de aspecto realista y quepodían presentar, en el caso de las ciencias naturales, plantas o animales enactividades y ambientes naturales, constituían elementos funcionales dentrodel proceso de comunicación de la ciencia, pues servían como estrategia paraañadirle elementos estéticos al tratamiento de los temas científicos. Así, loshacían más amenos y accesibles y propiciaban la atención y anclaje de la infor-mación, ya que favorecían la comprensión del discurso. De esta manera, losgrabados y las ilustraciones participaban del proceso de recontextualizacióndel conocimiento científico.

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2.2 LOS MACROTEMAS DE LA DIVULGACIÓN

Los macrotemas de ciencia tratados en los textos de divulgación son equi-valentes a las disciplinas que se desarrollan dentro de una determinada áreacientífica. Su identificación fue fundamental porque permitió acercarnos alanálisis del significado representacional (Fairclough, 2003; Halliday y Hasan,1989), es decir, el análisis de aquellos aspectos del mundo que los textos tien-den a privilegiar.

El Cuadro 2 muestra los cuatro grandes macrotemas de las Ciencias Na-turales. Esta diversidad temática podría implicar para El Zulia Ilustrado engeneral, y para las ciencias naturales en particular, una mayor posibilidad decaptación de lectores, así como un mayor potencial para tocar los gustos deun público heterogéneo.

Cuadro 2. Macrotemas de Ciencias Naturales

Área Científica Disciplinas científicasMacrotemas Cantidad % Palabras por

de textos macrotema

Zoología 13 41.94 10.530

Ciencias Botánica 8 25.80 10.325

Naturales Geografía 1 3.23 2.414

Hidrografía 1 3.23 1.601

Al revisar el Cuadro 2, podemos observar que Zoología y Botánica son losmacrotemas, no sólo con mayor cantidad de textos, sino también notoria-mente con mayor cantidad de palabras por disciplina científica. Este predo-minio sugiere que en la revista se privilegiaba la representación semio-discursivadel mundo natural, animal y vegetal, que es concebido como objeto de mayorinterés para el público. Estas disciplinas están a su vez históricamente asocia-das al auge y relevancia que tanto en la academia como en la prensa mantuvie-ron las ciencias naturales a fines del siglo XIX en Venezuela (Freites, 1992:)4.

4. Las estrategias discursivas

Una vez que se examinaron los aspectos semióticos y temáticos procedi-mos a analizar las estrategias discursivas. Se decidió analizar exclusivamentelos textos de Botánica y Zoología, ya que estos cubren un 67.74% del total detextos del corpus y poseen la mayor cantidad porcentual de palabras por áreacientífica, lo cual nos proporciona mayores posibilidades interpretativas anteel resto de los macrotemas identificados. En lo que sigue, examinaremos lasestrategias de reformulación terminológica y de recontextualización.

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4.1. ESTRATEGIAS DE REFORMULACIÓN TERMINOLÓGICA

Las estrategias de reformulación terminológica son prácticas discursivasutilizadas por los divulgadores para hacer accesible al público general el dis-curso y el léxico especializados. Estos procedimientos tienden por esta razón aser emblemáticos de todo proceso divulgativo (Berruecos, 2002, 1998;Ciapuscio, 2005; Cassany, 2002), ya que son ellos los que justamente al redu-cir la densidad léxica propia del discurso especializado, crean un puente co-municativo entre el discurso de la ciencia y el lector quien, supuestamente, nopodría acceder enteramente a la comprensión y evaluación del discurso cientí-fico. Algunas de las funciones comunicativas más comúnmente asociadas aeste conjunto consisten básicamente en clasificar por género, especie o fami-lia; categorizar científicamente y denominar popularmente. Visto así, parececorrecto pensar que estas estrategias se elaboraban con una idea clara de lospropósitos comunicativos que se deseaban obtener en función de las caracte-rísticas sociales y culturales de los lectores y lectoras a quienes iba destinado eltexto divulgativo.

En nuestro análisis pudimos identificar cuatro patrones de estrategias dereformulación de terminología, que dependían de la forma en que era usadoel léxico especializado, en cuanto a la presencia o no de términos en latín y dela posición que ocupaban los términos en una secuencia.

4.1.1. Terminología especializada (TC):

Este patrón se refiere a aquellos casos en los cuales el divulgador empleaen su discurso el término científico sin consignar su equivalente léxico-semántico en el lenguaje general. Se le encontró tanto a pie de imagen comoen el interior de los textos. Sin embargo, no fue la estrategia más favorecida.

8) “Erithroxilum coca peruvianum, Lamark: de la familia de las erutroxilias”(Coca, 1889)

9) “La mayor parte de los naturalistas comprenden en el género Manatus tresespecies solamente, dos de las cuales son americanas. EL Manatus latiros-tris y el Manatus australis; y una africana, el Manatus senigalensis.” (Losmanaties, 1891)

4.1.2. Terminología especializada + Lenguaje general (TC+LG):

Esta fórmula consiste en el uso de la terminología científica seguida desu equivalente en lenguaje general, como en los ejemplos que siguen:

10) “Opossum es el nombre científico con que designan los naturalistas cier-to género de mamíferos del orden de los marsupios, y al mismo tiempouna de las especies de ese género: la que vulgarmente se conoce entrenosotros con el nombre de rabo pelado” (El rabo pelado, 1889)

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11) “Así tenemos en nuestra flora el Sesuviuur portulacastrum (“vidrio hem-bra”)” (Algo sobre plantas suculentas, 1891)

4.1.3. Lenguaje general +Terminología especializada (LG +TC):

En este caso el divulgador opta por emplear en primer lugar la designa-ción popular y luego su equivalencia en la terminología especializada. Estepatrón resultó ser el más común en el corpus y el que mostró mayor variedadde usos. Se encontró en los títulos de los textos cuando se ponía como encabe-zado y en negrillas en lenguaje general el nombre del animal o vegetal sobre elque se desarrollaba el “artículo explicativo”, y debajo del título su designacióncientífica entre paréntesis, en un tamaño más pequeño y en cursivas, a manerade subtítulo. También se empleaba como pie de algunos fotograbados quemostraban al animal o vegetal en su ambiente natural. Era también de usoregular en el interior del discurso. El ejemplo 12) reproduce la relación espa-cial que este tipo de patrón tenía en la manera como se realizaba la diagramacióndel título y el subtítulo de un texto. El ejemplo 13) representa la forma en queregularmente podía darse este patrón a pie de fotograbado; y el ejemplo 14)muestra el uso de este tipo de estrategia al interior del texto.

12) “LA ARAÑA CANGREJO

(Mygale Aricularia. Latreille)” (La araña cangrejo, 1889)”

13) “LOS MANATIES- Manatus australise” (Los manatíes, 1891)

14) “Árboles gigantescos como el jarillo (Hura Crepítans)” (La sombra vene-nosa del manzanillo, 1890)

4.1.4. Lenguaje general (LG):

Esta estrategia ilustra la preferencia del lenguaje general para designar yclasificar un “objeto de ciencia”, sin emplear el léxico científico equivalente,como se observa en 15) y en 16).

15) “La araña cangrejo, como se la designa vulgarmente” (La araña cangrejo,1889)

16) “En cuanto al plátano hay todavía algunos autores que siguiendo la opi-nión de Alejandro de Humboldt…” (Origen de algunas de nuestras plan-tas, 1891)

Estas estrategias de reformulación de la terminología se presentaban,casi en su totalidad, entre el título y el primer o segundo párrafo, lo que lesotorgaba un peso fundamental en la estructura genérica del texto y, en conse-cuencia, en la construcción de los aspectos estratégicos del discurso. Este tipode actos discursivos “ritualizados”, según Fairclough (2003: 72), se deriva delestablecimiento de un orden predecible en los elementos textuales y en sus

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propósitos comunicativos, lo que permite imponer un tipo de categorizaciones“rituales” sobre el mundo. En los textos este esquema que da inicio a lasinteracciones, permite organizar y controlar el vocabulario especializado conel que se identifica, lexicaliza y clasifica el mundo.

2.2. ESTRATEGIAS DE RECONTEXTUALIZACIÓN

Las estrategias de recontextualización del conocimiento científico con-forman otro de los pilares fundamentales sobre los que se levanta el discursodivulgativo. Mientras las estrategias de reformulación, como se vio arriba,buscan establecer equivalencias léxico-semánticas entre los sistemas referencialesde la ciencia y los de la cultura; las de recontextualización tienen básicamenteel propósito de reducir la densidad semántica e informativa del contexto espe-cializado para hacerlo más ligero y accesible al público lego. Ambos tipos tie-nen un gran valor cognitivo, pues con ellas el divulgador intenta explicar,definir, categorizar, ejemplificar, describir o presentar referencias científicas,generalmente encriptadas, en otros ámbitos y contextos más cercanos a la so-ciedad y la cultura general, para hacerlas comprensibles (Calsamiglia, 1997).Los vínculos que se generan con lo familiar y lo cotidiano dinamizan el poten-cial comunicativo del discurso divulgativo y le permiten al gran público inte-grar el conocimiento especializado tanto a sus esquemas de conocimiento comoa sus necesidades de información. Las estrategias de recontextualización reve-lan particularmente el hecho de que a fines del siglo XIX no era posible divul-gar la ciencia, comunicarla o comprenderla a través de los medios de la época,sin tomar en cuenta los aspectos sociales que rodeaban la vida de los ciudada-nos, que es donde ella quizás adquiría sentido para el lector no especializado.

Para poder identificar y analizar conceptualmente las estrategias de recon-textualización fue necesario considerarlas como representaciones de eventossociales o naturales, y a estas representaciones comprenderlas a su vez como elresultado de la asimilación de un evento natural en el contexto de lo social(véase Fairclough, 2003). De esta forma, las representaciones de eventos, acto-res, actividades, roles, relaciones, espacios, tiempos o ámbitos sociales elabo-radas para ilustrar, explicar, describir, ampliar, conocimientos derivados delámbito de la ciencia, fueron consideradas estrategias de recontextualización.Debido a que los procesos de humanización incluyen formas de contextuali-zación, éstas también fueron consideradas como formas de recontextualiza-ción. Por otra parte, se consideraron las figuras retóricas (metáforas y analo-gías), también como mecanismos empleados para elaborar recontextualiza-ciones del discurso especializado. Para realizar el examen de la ideología sub-yacente en estas estrategias se emplearon las categorías de análisis propuestaspor van Leeuwen (1996) y retomadas por Fairclough (2003), a saber, estrate-gias de exclusión, de inclusión o de prominencia de los actores sociales; estra-tegias de representación de actores y eventos en diferentes niveles de concre-

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ción, abstracción o generalización; estrategias de representación y de recon-textualización de procesos semánticos asociados a participantes y circunstan-cias, entre otras.

Se identificaron tres clases de estrategias de recontextualización, que fue-ron organizadas en tres grupos: Pronominalizaciones, que son estrategias debase gramatical; Metáforas y Analogías, que son de naturaleza retórica; y Re-presentaciones, que son de tipo discursivo. Estas últimas a su vez se distribuye-ron en dos sub-tipos: de la Naturaleza y de los Actores Sociales. Es convenien-te aclarar que si bien estas estrategias pudieron ser conceptualmente identifi-cadas de manera satisfactoria, y aunque pudimos realizar su análisis por sepa-rado, los recursos gramaticales, retóricos y discursivos, obviamente no sonexclusivos de cada una. En este sentido es conveniente observar, por ejemplo,que toda metáfora implica una recontextualización y una representación, yque muchas veces éstas contienen humanizaciones; que las pronominaliza-ciones pueden estar presentes en las representaciones; y que estas últimas nopueden elaborarse sino con recursos lingüísticos de las tres categorías. A con-tinuación se analizan los tipos de estrategias identificadas.

4.2.1. Pronominalizaciones

De base gramatical, la pronominalización tiene que ver con los recur-sos lingüísticos, especialmente pronombres, empleados por los hablantes o losproductores de los textos para fijar su presencia física, marcar su control sobreel discurso, emitir juicios de valor, elaborar representaciones, y posicionar sussignificados frente al lector o ante otras voces. En El Zulia Ilustrado este tipode estrategia se deriva, por un lado, de los abundantes fragmentos de relatosde viaje que se citan textualmente en los textos del corpus, lo que da cuenta deltipo de prácticas discursivas de intertextualidad e interdiscursividad (Fairclough,1994; 2003) de las que se valían los divulgadores para componer sus textos y,por otro lado, de la intención de situar al productor del discurso en el planode la interacción comunicativa, como un sujeto participante privilegiado.Véanse los siguientes ejemplos:

17) “Durante mis viajes por la América equinoccial, he podido verlo (el in-secto araña cangrejo) varias veces en su estado natural: y creo hallarmeen capacidad de agregar algunas observaciones personales a las que hanhecho los viajeros que me han precedido” (La araña cangrejo, 1889. Enadelante los subrayados son míos)

18) “El viajero Kerber refiere haber observado en algunas cacteas de la alti-planicie de Méjico, durante la estación seca, un calor interior de 50 a 60ºc. y nosotros mismos hemos visto subir a 55º un termómetro introduci-do en el tronco de un Cercus que crecía en la isla Tortuga, sobre la rocacalcárea absolutamente seca.” (Algo sobre plantas suculentas, 1891)

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Según puede apreciarse, estas pronominalizaciones se presentan preferi-blemente en el marco de secuencias narrativas o descriptivas que contextuali-zan las prácticas de la observación científica de los fenómenos de la naturale-za, a la vez que les proporcionan anclaje en las circunstancias espaciales ytemporales específicas en que los relatos y las descripciones ocurren. Grama-ticalmente, la pronominalización se manifiesta por el empleo de pronombrespersonales y posesivos de primera persona, en singular o plural (yo, nosotros,mi, nuestras), cuya función es atribuir al sujeto enunciador la agencialidad dela actividad empírica de quien observa y registra los eventos naturales.

Estas pronominalizaciones tienen el efecto de acreditar y legitimar la ex-periencia sensorial como vía para construir el conocimiento científico, deacuerdo con las prácticas discursivas empleadas por los naturalistas de lossiglos XVIII y XIX. De esta manera los relatos elaborados por el enunciador,sin mayor mediación que su experiencia sensorial, se incorporan al discursocomo ciencia.

Las construcciones de esta índole constituyen un recurso de control deldiscurso a través del cual se filtran y organizan las representaciones del mun-do físico, a la vez que se controla y limita la incorporación de otras voces de lacomunidad científica, sobre todo de aquellas distintas al sistema de ideas yrelaciones que impera en el discurso. En lo ejemplos 17) y 18) se ilustra estepoder excluyente del discurso. En ellos puede verse cómo a través de las pro-nominalizaciones se concentra en un único hablante la facultad enunciativa,se ejerce control sobre los procesos mentales (“he podido verlo”, “creo hallar-me en condiciones”, “hemos visto”, “examinémoslo”, “veremos”), los proce-sos materiales (“me han precedido”, “recogí”, “hagamos”), propios y ajenos, yse determinan las relaciones semánticas (causa-efecto, condición), que en elmarco de los textos escenifican el proceso de construcción de la lógica cientí-fica. En 18) vemos también cómo la palabra de otro enunciador es primerofiltrada mediante una citación indirecta (“El viajero Kerber refiere”), y luegoes prontamente asimilada al sistema de referencias y experiencias del produc-tor del discurso (“nosotros mismos hemos visto”). Al intervenir en el sistemade representaciones, al lexicalizar y categorizar el mundo, al controlar o impe-dir el acceso de voces con puntos de vista diferentes, y al concentrar el poderenunciativo, la pronominalización tiene el efecto de reducir las diferencias ylas controversias en el mundo representado. De ahí resulta una ilusión deconsenso, y el posicionamiento del discurso del enunciador queda casi comoel único sistema dominante de referencias discursivas y socio-culturales, quefiltra la información a la que tiene acceso el lector cuando lee estos textos.

Otra función de las pronominalizaciones, asociadas esta vez al rol del me-diador lingüístico, consiste en organizar el “espacio de locución” dentro de la“puesta en discurso” (Charaudeau, 2003: 81) del acto de comunicación. Eneste sentido, las pronominalizaciones le permiten al sujeto enunciador mante-ner y controlar una constante y muy cercana interacción con el lector, infor-

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mándole acerca de las prácticas discursivas llevadas a cabo para presentar untexto, sobre la importancia de un texto o sobre la publicación de algún artículoo fotograbado de interés. Los siguientes ejemplos ilustran esta función:

19) “Como lo tenemos ofrecido en el prospecto de esta publicación, princi-piamos hoy a ocuparnos de la fauna del Zulia; y nos parece natural cederel primer puesto a la DANTA, el más corpulento de los cuadrúpedosindígenas de estas comarcas.” (La Danta, 1889)

20) “Veamos ahora lo que de ella dice la zoología moderna” (La Danta, 1889)

21) “Presentamos hoy a nuestros lectores en un solo grabado un insecto yuna planta, ambos muy abundantes y conocidos en el Zulia” (Un insectoy una planta, 1890)

4.2.3. Metáforas y Analogías

Lakoff & Johnson (2001) definen la metáfora como “comprender unacosa en términos de otra”, lo que esencialmente supone una recontextualización,y señalan que ellas forman parte de la vida cotidiana, no sólo del lenguaje, sinotambién del pensamiento y la acción. Para Fox Keller (citada en Ciapuscio,2005), la metáfora tiene una presencia “omnipresente” en el discurso de laciencia, y “entendida en sentido amplio es un procedimiento de produccióndiscursiva especialmente central en la comunicación entre expertos y legos”(Ciapuscio, 2005: 83). En la selección de los textos de botánica y zoología queanalizamos, las metáforas son un recurso retórico de uso regular en la cons-trucción del discurso de divulgación de la ciencia, y en el proceso de construc-ción de puentes comunicativos entre ésta y la sociedad decimonónica venezo-lana. Considérense los siguientes ejemplos:

22) “Fijándonos nuevamente en el río, vense a corta distancia algunos bultosnegros, parecidos a raíces de árboles sobresaliendo del agua, pero quedesaparecen con la mayor rapidez al aproximarse a ellos la embarcaciónque nos lleva; son caimanes, animal tan común en estos ríos.” (El mundoanimal en la cuenca del río Escalante, 1889)

23) “Cada árbol es un mundo animado” (El mundo animal en la cuenca delrío Escalante, 1889)

En estos casos hemos subrayado las referencias metafóricas. Como seobserva, mediante ellas se otorgan atributos (“mundo animado”) a la naturale-za; se designan entidades (“bultos negros” por “caimanes”), entre otros, sinque la relación entre el término metafórico y el objeto sea evidente (Le Guern,1978).

Las analogías, por su parte, construyen identidades por similitud uoposición generalmente con conectores de diversa índole gramatical, comopor ejemplo conjunciones comparativas (“como”, “aunque”), sintagmas ver-

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bales (“semejando a”, “se asemejan más que a”, “se podría tomar por”) queindican relaciones de semejanza. A través de estos y de otros recursos grama-ticales, la relación entre el objeto y la imagen, así como el desplazamiento dela referencia entre los dos ámbitos que se acercan, la imagen se hace másexplícita. A continuación pueden verse los siguientes ejemplos:

24) “La hembra (del paují) pone una vez por año de 4 a 8 huevos blancoscomo los de la gallina común, aunque del tamaño de los del pavo pisco,y de cáscara muy gruesa.” (El Paují, 1890)

25) 12. “Cuando (los Pecaris o Páquiras) se sorprenden o se asustan soplancomo el jabalí; pero cuando se irritan lanzan un grito agudo, más fuertey más estridente que el del marrano” (Pecaris o Páquiros, 1890)

26) “Cuando están pescando tienen la costumbre de formarse en una fila,semejando a distancia un escuadrón formado en orden de batalla.” (LosFlamencos, 1891)

27) “Los manatíes se asemejan más que a las focas a los peces” (Los manatíes,1891)

4.2.4. Representaciones de la naturaleza

Para obtener estos datos identificamos todos aquellos fragmentos en loscuales se elaboraban representaciones del mundo natural con referencias al/delmundo social. Estas representaciones muestran un gran potencial comunicativo eideológico, ya que permiten trasladar y resolver problemas de representación pro-pios del ámbito científico, a distintos contextos del mundo social, más familiaresy cotidianos para el lector masivo. La función cognitiva básica de estas representa-ciones consiste en facilitar, mediante una contextualización de lo natural en elámbito de lo social, la comprensión de procesos y estados de la naturaleza. Alemplearse secuencias narrativas o descriptivas, con metáforas que ilustran escenasde lo cotidiano, se hace posible explicar fenómenos naturales complejos de unaforma más sencilla y familiar, se reduce la densidad léxico-semántica del discursoespecializado y se hace más accesible el discurso de la ciencia. En este sentido, deestas representaciones puede decirse que son prototípicas del repertorio de estrate-gias discursivas de la divulgación de la ciencia halladas en los textos analizados.

Como se puede observar en los ejemplos más abajo, este tipo de construc-ciones puede diferir en los aspectos del mundo natural que se representa, así comoen la selección y en la forma como son representados los distintos elementos de lanaturaleza, pero se asemejan en que en todas ellas se percibe alguna suerte deequivalencia entre lo natural y lo social, que es donde se conforma el núcleo de larepresentación. Lo interesante no es sólo ni tanto su capacidad para ampliar cog-nitivamente el potencial comunicativo de los objetos de la ciencia, sino los conte-nidos representacionales que pueden encubrir efectos y sentidos ideológicos. Véanselos siguientes ejemplos:

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28) “Esta inmensa llanura, que abraza la parte Sur del lago, está algunos piesmás alta que el nivel del mar, y en toda su extensión medran árbolescorpulentísimos; es decir, forma una selva virgen, lozana, y tan llena devida y majestad que excede cuanto la imaginación puede forjarse de másexuberante.” (El mundo animal en la cuenca del río Escalante, 1889)

29) “El flamenco es sumamente tímido y desconfiado: huye de los lugareshabitados y sólo se place en las orillas solitarias, aunque casi siempre ensociedad con sus semejantes. Cuando están pescando tienen la costum-bre de formarse en una fila, semejando a distancia un escuadrón forma-do en orden de batalla.” (Los Flamencos, 1891)

En 28) la representación de la naturaleza se sustenta en una construc-ción metafórica de signo positivo que le asigna a la selva atributos femeninoscomo la virginidad, o la lozanía y vitalidad de la juventud, más allá de laimaginación. En 29), por su parte, la representación está elaborada sobre unaserie de analogías establecidas mediante el sintagma verbal “semejando a”,que vincula en el tropo las costumbres de los flamencos y el mundo militar:“formarse en fila”, “escuadrón”, “formado”, “orden de batalla”. Lo que se tras-lada al mundo natural, mediante la analogía, es una cierta idea de orden tra-dicional y social (“tienen la costumbre”) empleado por el flamenco para rea-lizar la pesca “casi siempre en sociedad con sus semejantes”. El movimientode significación se desplaza del mundo social, que actúa como código, al mun-do natural, que hace las veces de lo encodificado.

4.2.5. Representaciones de Actores Sociales

Sobre este aspecto me interesó explorar las representaciones sociales deaquellos actores identificados en los textos bajo denominaciones genéricas comopor ejemplo “naturales”, “indígenas”, “indios”, “peones”, y otras similares. Estabúsqueda brinda la posibilidad de indagar respecto al tratamiento que recibenestos actores sociales ajenos al ámbito de la ciencia, pero sin duda con unagran relevancia en la contextualización y construcción discursiva de los escena-rios naturales, como en los ejemplos a continuación:

30) “Muchas veces, tendido en mi hamaca, durante las largas veladas de lasnoches equinocciales, he oído a los indios y a los peones agrupados enredor de la fogata que alumbraba nuestro campamento de la selva virgencontarse mutuamente historias o, mejor dicho; fábulas en las que lasserpientes, los vampiros y las arañas gigantescas desempeñaban impor-tantísimo papel. A medida que avanzaba la noche, crecía de punto loextraordinario de las narraciones: de las hecatombes de pájaros devora-dos en sus nidos por la araña cangrejo de largas y peludas patas y deenvenenados colmillos, el orador pasaba a hechos más dramáticos; y másde una vez los últimos resplandores de la hoguera moribunda daban

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fantástica decoración a la referencia en que figuraban niños dejados exan-gües en su cuna por aquellos horribles animales.Aun despojada de estas exageraciones locales tan frecuentes entre los es-píritus débiles o poco cultivados, la historia de la araña cangrejo ofrecegrandísimo interés”. (La araña cangrejo, 1889)

31) “Las preciosas cualidades del paují inspiraron pronto la idea de domesti-carlo, a lo que se presta dócilmente, y sin la apatía e indolencia naturalesde los habitantes de los países en que vive, hace mucho tiempo que sudomesticidad sería completa”. (El Paují, 1890)

32) “Este nombre plátano lo han adoptado, más o menos mutilado y estro-peado, casi todas las tribus indígenas, al posesionarse del cultivo de tanutilísima planta, que pronto se extendió por toda la América tropical,aunque hay todavía algunas hordas en el interior del Brasil que no laconocen”. (Origen de algunas de nuestras plantas cultivadas, 1891)

Como puede observarse en las marcas lingüísticas subrayadas en losejemplos, esta actividad representacional generalmente se presenta cuando senarran o describen fenómenos de la naturaleza, cuando se emiten evaluacio-nes respecto de aquellas culturas o grupos sociales autóctonos, que son étnicao socialmente considerados como el “otro” por el sujeto enunciador. Estasrepresentaciones forman parte del “conocimiento” sobre la naturaleza que seconstruye en el discurso y tienen la función de representar, describir, narrar,explicar estados o eventos del mundo natural en relación con un determinadomundo social. En los ejemplos 30), 31) y 32) no se establecen relaciones deequivalencia o similitud entre lo social y lo natural; más bien, en una actividadrepresentacional de signo negativo, el mundo social descrito tiende a formarparte del mismo mundo natural: “indios”, “peones”, “hordas”, “pueblos salva-jes”, son en general “los hombres que por aquí se ocupan”, los “habitantes delos países en que vive el paují.” De este modo, representar a los “naturales”, alos “indios”, a los “peones”, es también, para el enunciador, representar elmundo natural: ambos espacios atraen el interés (etnocéntrico) del científico,de modo que aquellos, que son vistos como “los otros”, no son ubicados ideo-lógicamente en la misma categoría humana del observador, sino consideradosepistemológicamente como inferiores y como “objetos de ciencia”, lo cualacarrea su deshumanización.

En este marco de relaciones, los actores sociales son nominalizados entérminos genéricos y en plural de acuerdo con su condición racial o social,como “indios”, “peones”, “espíritus”, “habitantes”, “pueblos”, “hordas”, “hom-bres”. Según van Leeuwen (1996), el uso de los nombres genéricos o “nom-bres masa” implica que los actores sociales representados no son consideradoscomo individualidades, lo que les otorgaría una categoría social determinada,sino asimilados a colectividades o grupos de participantes anónimos. La ge-

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neralización y la impersonalización, añade van Leeuwen, son formas ideoló-gicas de representación de la “gente ordinaria”. La falta de individualización yespecificación conduce a que los sujetos no sean “nombrados”, estos es, con-siderados como personas o como individuos, sino “categorizados”, “clasifica-dos” (Fairclough, 2003: 148) desde la misma perspectiva empirista con la quese “clasifica” la naturaleza.

La deshumanización sobre la que descansa la representación, sustenta-da en criterios etnocentristas por parte de quien produce y controla el discur-so, se sostiene también en la selección léxica que se emplea para calificar a losactores en términos de aquello de lo que “carecen”, es decir, de los atributos ycualidades que son estimados como positivos, pero que supuestamente ellosno poseen, puesto que se trata de “espíritus débiles y poco cultivados”, con“apatía e indolencia naturales”, “pueblos salvajes y derramados”, con “falta deactividad e inteligencia de los hombres”. De esta manera, la identidad deestos sujetos se asienta en la negación de atributos humanos socialmente acep-tables.

Resulta de especial interés comentar los procesos que les son atribui-dos a los “naturales”, y la relación que éstos guardan con el mundo natural.En 30), por ejemplo, vemos cómo los procesos verbales de “los indios y lospeones agrupados en redor de la fogata”, en un acto de rectificación episte-mológica por parte de quien controla el discurso, pasan de ser “historias” a ser“fábulas”, que finalmente terminan siendo “exageraciones locales tan frecuen-tes entre los espíritus débiles o poco cultivados”. A estas “exageraciones” se lesatribuye integralmente una agencialidad negativa sobre “la historia de la ara-ña cangrejo”, que a su vez adquiere el rol de afectada. En 31) ocurre un proce-so de descalificación similar con los procesos relacionales atributivos. En estecaso, “las preciosas cualidades del paují” (referidas a “la idea de domesticar-lo”), se ven afectadas por “la apatía e indolencia naturales de los habitantes delos países en que vive”, apatía e indolencia que, de no existir, “hace muchotiempo que su domesticidad sería completa”. En 32) los procesos verbales de“casi todas las tribus indígenas” han “más o menos mutilado y estropeado” elnombre del plátano, fruta a la que en consecuencia se le asigna el rol de afec-tado.

En estas representaciones subyace un patrón ideológico dicotómico:los atributos y los procesos positivos son asignados a la naturaleza; mientrasque los atributos y procesos negativos son asignados a los actores sociales.Esto se evidencia en la selección léxica realizada en cada caso por el sujetoenunciador para calificar a la naturaleza y a los actores sociales, así como en laatribución de roles y procesos semánticos. En este sentido, la naturaleza apa-rece predominantemente representada en el rol de afectada por la agenciali-dad que se le inculpa a los actores sociales, quienes son vistos a su vez comoagentes activos de tales acciones amenazantes. Este aspecto coloca a la natura-leza en el rol de afectada frente al “mundo social”. De modo contrario, cuan-

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do a la naturaleza se le asigna un rol de agente (gramaticalmente) activo, susacciones son positivas para los actores sociales, quienes aparecen entoncescomo beneficiarios pasivos de aquella, hasta el punto de que sus atributos hu-manos les son trasladados a la naturaleza. Bajo este conjunto de estrategiasdiscursivas subyacen estereotipos, creencias y prejuicios racistas (van Dijk,2003) respecto de los indígenas, los peones y los “naturales”.

Conclusiones

El análisis de algunos aspectos referidos a la producción y tratamientoque los textos sobre la ciencia recibían en El Zulia Ilustrado mostró que elempleo de fotograbados de gran formato, técnicamente bien elaborados, conun valor estético apreciable y estratégicamente orientados a realzar el conteni-do y la diagramación de la página, constituía un elemento semiótico esencialque buscaba atraer la atención del lector y hacía visualmente más amenos yaccesibles los temas de ciencia, a la vez que podía facilitar la comprensión deldiscurso. De esta manera, tales elementos participaban del proceso derecontextualización semiótica del conocimiento científico.

Por otra parte pudo observarse que, junto al texto elaborado por la “ins-tancia mediática” (Charaudeau, 2003: 95 y ss) mediante el uso de citas exten-sas de textos de naturalistas clásicos, otra de las estrategias de producción másfrecuentes consistió en la traducción al español de textos originalmente re-dactados en los idiomas alemán o francés. En el primer caso la instancia deproducción es interna a la revista; mientras que en el segundo caso la instan-cia de producción es externa y proviene del ámbito de la ciencia.

El análisis de lo que se publicaba y escribía en ciencias naturales en ElZulia Ilustrado reveló una notoria prominencia de dos disciplinas científicas:zoología y botánica, referidas fundamentalmente a temas sobre fauna y flora,generalmente propios del ámbito regional de la publicación. Estas disciplinasconcentraban la mayor cantidad de textos en ciencias naturales, lo que signi-fica que la instancia mediática orientaba sus esfuerzos y recursos principal-mente hacia la promoción del conocimiento sobre la naturaleza, quizás porser las disciplinas que más aceptación tenían entre los lectores. La mayor fre-cuencia de textos en estas disciplinas implica una mayor exposición del lectora su discurso disciplinar en particular, y al de las ciencias naturales en general.

Desde el punto de vista de las estrategias de reformulación terminológi-ca, al examinar los textos de botánica y zoología, pudo verse que las estrate-gias más empleadas para designar los objetos de la ciencia tenían que ver con,por una parte, la fórmula LG+TC que implica el empleo del lenguaje generalseguido de su equivalente en la terminología científica, y por la otra, con elpatrón LG, que implica el uso del lenguaje general para hacer designacionessin emplear la equivalencia científica. El hecho de que en ambos patrones seprefiera colocar en primer término el lenguaje general sugiere que en el proce-

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so de comunicación de la ciencia se privilegian inicialmente las referenciasepistemológicas del lector común antes que las del contexto especializado.Junto a estos patrones, el uso del término científico (TC) sin equivalencia enla cultura, y el del término científico junto a su equivalente popular (TC+LG),conformaron las técnicas menos empleadas para realizar las reformulacionesterminológicas.

Las pronominalizaciones, como estrategias de recontextualización, supo-nen imponer en el discurso y en la conciencia del lector un sólo sistema derepresentaciones que controla las otras voces y crea el efecto de un falso con-senso. Es importante destacar que esta estrategia se deriva del frecuente em-pleo de citas textuales de autores naturalistas clásicos.

Las representaciones de la naturaleza tienen la función cognitiva básicade propiciar, mediante una contextualización de lo natural en el ámbito de losocial, la comprensión de procesos y estados de la naturaleza. En estas subya-cen contenidos ideológicos que no se han estudiado aún en nuestro medio.Las representaciones de los actores sociales, por su lado, mostraron por partedel sujeto enunciador una perspectiva etnocéntrica de la cultura y la sociedadlocales. La naturaleza aparece ideológicamente favorecida en el discurso, yaque se le atribuyen estados y procesos positivos; mientras que los “habitantes”reciben un tratamiento discursivo negativo que los presenta como carentes deatributos positivos, aun frente a los animales y los vegetales.

Finalmente, el recorrido que hemos hecho con el fin de examinar losprocesos semióticos y discursivos empleados por El Zulia Ilustrado para llevarla ciencia al público, nos muestra que aún con los recursos mediáticos y tec-nológicos de la época la divulgación de los temas científicos era una laboraltamente compleja. Esta evidente complejidad y atención a los detalles vi-suales, discursivos y de diagramación, tratándose de un periódico regional yen un momento en el que Venezuela experimentaba un profundo cambiosocial, parece indicarnos al menos dos cosas: por un lado, que la producción,comunicación y recepción de los textos de ciencia eran actividades costosas,socialmente importantes e ideológicamente significativas (por lo menos parala clase letrada), en relación con el ideal de sociedad progresista que promovíael cambio social, y que la divulgación de la ciencia de algún modo simboliza-ba. Por otro lado, nos indica también que los enfoques clásicos que han in-tentado explicar la divulgación mediante modelos dicotómicos centrados enproblemas terminológicos, no parecen estar en capacidad de explicar esa com-plejidad que manifestaba la divulgación de la ciencia a fines del siglo XIX enVenezuela.

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NOTAS

1 De acuerdo con Lovera (1982), ya desde fines del siglo XVIII, dentro de la mino-ría dominante criolla que hizo intentos por alcanzar su liberación política y cons-truir un estado nacional liberal durante la Colonia, hubo quienes mostraron “unaclara concepción del papel de la ciencia y de la técnica como factores condicionan-tes del desarrollo económico del país” (p. 1-2). Puede verse también Antia (1987:16)

2 Si se revisan los trabajos de algunos investigadores sociales de la ciencia en Vene-zuela, como por ejemplo Freites (2002, 1996, 1993, 1992, 1992a), Roche (1987),Antia (1987), Lovera (1982), se podrá constatar una marcada orientación histori-cista y sociológica cuyos propósitos esenciales tienden a ubicar, deslindar y sopesarhistóricamente el quehacer científico y su divulgación, en relación con los distin-tos procesos sociales, políticos, económicos y culturales que se han dado en Vene-zuela desde la colonia hasta nuestros días.

3 En el siglo XIX era muy común que en la edición de lanzamiento los editorespresentaran sus periódicos mediante una primera página titulada Prospecto que,semejante a un editorial actual, servía para presentar al público el medio de comu-nicación. En estos prospectos los editores hacían una exposición breve de los pro-pósitos que los animaban, sus metas e intereses, así como de las orientacionestemáticas, estilísticas e incluso ideológicas de la publicación. A veces también seincluían análisis u opiniones sobre la situación política o social del momento.

4 En este caso nuestros datos, también en términos generales, coinciden con los deFrydensberg en 1895, quien según Freites (1992: 61-62), al contabilizar el totalde temas publicados en libros y artículos en Ciencias Naturales, las temáticas enBotánica y Zoología aparecen en el tope con 31,1% y 15,1%, respectivamente, loque señala que eran los temas más abundantes.

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FRANCISCO JOSÉ BOLET es Licenciado en Letras por la UniversidadCentral de Venezuela, Magíster en Literatura Latinoamericana Contemporá-nea por la Universidad Simón Bolívar y Magíster en Lectura y Escritura porla UPEL-IPC. Es Doctorando en Estudios del Discurso en la UniversidadCentral de Venezuela. Miembro acreditado del Programa de Promoción delInvestigador (Nivel I) del Ministerio de Ciencia y Tecnología de Venezuela.Es miembro de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso y dela Cátedra UNESCO de Lectura y Escritura, Sub-sede UCV. Actualmente esDelegado Regional de la ALED-Venezuela. Ha publicado en revistas arbitra-das nacionales y extranjeras. Es autor del libro La lengua que hablamos (2000).Actualmente se desempeña como docente en la Categoría de Asociado en elInstituto Universitario de Tecnología-Región Capital, Dr. Federico RiveroPalacio.

Correo-e: [email protected]

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73ALED 7 (2), pp. 73-90

ARTÍCULO

As Eleições Presidenciais de 2002nas páginas de“Veja”

Recibido: 15 de julio de 2007 • Aceptado: 5 de agosto de 2007.

RICARDO GUALDAUniversity of Texas at Austin

RESUMEN. Este trabajo analiza 27 ediciones de la revista semanal brasileña más influ-yente, Veja, del 1er de mayo a 30 de octubre de 2002, aplicando métodos de la teoríasemiótica de tradición francesa. El análisis trata del discurso de la revista, con foco enel tema de las elecciones presidenciales celebradas en aquel año. Los resultados mues-tran que Veja es una revista de opinión, de tendencia conservadora, que cree en laglobalización y en los mercados como fuerza principal en el mundo, alineada con losintereses de las clases altas y del éxito individual en el sistema capitalista. En esecontexto, tuvo una posición antagónica al candidato Lula y de apoyo a José Serra.

PALABRAS-CLAVE: Revista Veja, discurso mediático, discurso político, Lula, Brasil, eleccio-nes, semiótica, análisis del discurso.

ABSTRACT. This paper analyzes 27 issues of the most influential weekly Brazilian ma-gazine, Veja, from May 1st to October 30th, 2002, employing methods of NarrativeSemiotics. The analysis discusses the discourse of the magazine, focusing on the the-me of the presidential elections of that year. The results show that Veja has a conser-vative bias, that believes in globalization and the markets as the fundamental powerthat moves the world, and is aligned with the interests of the upper classes and theidea of individual success in the capitalist system. In that context, it opposed thecandidate Lula and supported José Serra.

KEY WORDS: Veja, media discourse, political discourse, Lula, Brazil, elections, semiotics,discourse analysis.

RESUMO. Este trabalho analisa 27 edições de Veja, de 1º de maio a 30 de outubro de2002, empregando métodos da semiótica de tradição francesa. A análise abarca odiscurso da revista, com foco no tema das eleições presidenciais daquele ano. Osresultados mostram que Veja é uma revista de opinião, de cunho conservador, queacredita na globalização e nos mercados como força principal do mundo, alinhadacom os interesses das classes altas e do sucesso individual no sistema capitalista. Nessecontexto, teve uma atitude de oposição a Lula e apoio a Serra.

PALAVRAS-CHAVE: Veja, discurso midiático, discurso político, Lula, Brasil, eleições, semió-tica, análise do discurso.

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Introdução

Veja é a maior e mais influente revista semanal brasileira, entre as 10 maioresdo mundo em tiragem (aproximadamente 1,1 milhão de exemplares). Está nomercado desde 1968, alcançando 9 milhões de leitores por edição. Porém, nãoé tanto o alcance da revista que a torna tão influente, mas a penetração entre osformadores de opinião e líderes nacionais: 67% dos leitores pertencem às classesA e B. São pessoas de alto nível educacional, urbanos, adultos, igualmentedivididos entre homens e mulheres. A própria Editora Abril estima que Vejachega a cerca de 50% dos empresários, profissionais liberais, políticos e líderesem todos os segmentos da sociedade, como acadêmicos, artistas e jornalistas.1

Assim, Veja tem um papel central no debate nacional no Brasil, e o seudiscurso se destaca como um dos mais influentes entre formadores de opi-nião. Este trabalho discute o discurso da revista no contexto das eleições pre-sidenciais de 20022, o tema central da cobertura de Veja naquele ano, e ummarco político para o país, com a eleição de Luís Ignácio Lula da Silva.

A análise aqui apresentada mostra que o discurso da revista, aliás, comocaracterística inerente a qualquer discurso, traz um conjunto de opções polí-tico-ideológicas, estéticas e valorativas muito claras, manifestadas concreta-mente na seleção de temas, figuras, textos, imagens, diagramação etc., ou seja,em todos elementos da construção do discurso, assim como no conjuntodiscursivo de cada revista e do conjunto de revistas. Poderia ser diferente.Como veículo de mídia, Veja poderia ter um discurso mais fragmentado, menoscoerente e mais mutável ao longo do tempo. Mas, como muitos veículos desucesso da imprensa, a revista mantém uma coerência discursiva que se expre-ssa em cada artigo, no conjunto de cada edição e ao longo das edições.

Mais especificamente, este trabalho analisa os conjuntos discursivos apre-sentados por Veja de 22 de maio (edição 1752) a 30 de outubro de 2002(edição 1775), com o objetivo de discutir os significados veiculados relativosàs eleições presidenciais, cujo foco foi o candidato do PT, Luis Inácio Lula daSilva, que liderou as pesquisas de opinião com folga desde o início, assimcomo, por meio dessa análise, características discursivas gerais da revista.

Veja devotou, ao longo de 2002, 12 capas às eleições e aos candidatos, emuitas mais a tópicos relacionados, como o carisma, a mentira e, principal-mente, às reações do mercado financeiro às eleições presidenciais. Conformeas eleições foram se aproximando, cada vez mais páginas eram dedicadas àscampanhas e a tópicos relacionados, e a edição extra que trazia os resultadosfoi totalmente dedicada ao vencedor, Luís Inácio Lula da Silva.

Como os próprios textos da revista revelam, especialmente nos números1773 (16 de outubro) e 1775 (30 de outubro), logo após os resultados doprimeiro e do segundo turno, respectivamente, as eleições foram não só cen-trais no debate nacional, como um sucesso comemorado em todos os parâ-metros da democracia: participação do eleitorado, 100% de uso de urnas

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eletrônicas, resultados incontestados etc. Historicamente, um grupo políticonovo, o PT (Partido dos Trabalhadores), de esquerda, chegou ao poder. De-zessete anos depois da redemocratização, um presidente eleito passou a faixapela primeira vez a outro. Em 2002, um fato inédito na história do Brasil, umlíder sindical de origem humilde, migrante nordestino, operário sem comple-tar o ensino secundário, chegou à Presidência. Todos esses fatores únicos àeleição de 2002 foram destacados por Veja repetidamente ao longo do ano, ese tornaram referências constantes nos discursos nacionais.

Este trabalho discute como Veja teceu um discurso coerente sobre aseleições, sua estrutura e se a revista revelou algum tipo de preferência a algumcandidato, grupo político ou posições políticas.

Revisão da Literatura

Dada a influência de Veja no debate nacional, a produção acadêmica emtorno da revista é bastante expressiva. Aqui destacam-se apenas as obras maisatuais e mais relacionadas com o tema deste trabalho. Da perspectiva do dis-curso de Veja no próprio debate nacional, Nascimento (2002) contrasta Vejacom Manchete, um veículo de entretenimento, classificando-a como uma re-vista de cunho explicativo: “procura ‘explicar’ as coisas do mundo para seusleitores e, para isso, recorre frequentemente ao ‘conhecimento legitimado’,por meio de vozes consideradas autorizadas”, destacando que essa é uma atitudeprópria de quem se considera detentor de um saber. Hernandes (2003) mostraque, na publicidade comemorativa dos 30 anos da revista, Veja equipara-se emimportância aos próprios fatos: “A revista coloca sua função jornalística nomesmo nível de importância dos fatos mostrados. É um auto-elogio, umaafirmação com objetivo de reforçar os laços existentes entre Veja e seu públi-co”(28). Fora do contexto de Veja, Barros (2003) mostra como se estabelece ainteração e figurativização em anúncios publicitários do Banco do Brasil.

Do ponto de vista da análise da ideologia no gênero revista, destaca-se otrabalho de Verón (2004), que mostra como os textos se diferenciam formal-mente em veículos direcionados a classes sociais diferentes, mesmo quando abor-dando o mesmo fato. Especificamente em Veja, Augusti (2005, 2006) analisavalores gerais da revista relacionados à ideia de comportamento. Vários outrosautores tratam das posturas políticas e das atitudes em relação a movimentossociais, em especial a globalização e o MST (Movimento dos Sem-Terra). Souza(2004) e Carvalho Júnior (2005) mostram no texto da revista a globalizaçãocomo a força motriz do mundo e a ferrenha oposição ao MST, consideradoanárquico e violento. Mendonça (2004) destaca a mudança no discurso deVeja, que inicialmente atribui a causa do movimento a revindicações justas emum quadro de miséria rural em contraposição à corrupção do governo, para,em um segundo momento, destacar as cisões e disputas internas no MST.

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Outros autores destacam a construção de figuras ideais, modelos de su-cesso. Prado (2003, 2005) mostra a valorização de líderes empresariais, milio-nários, ícones do capitalismo globalizado e do consumo, entre outros valores.Por outro lado, apresentam negativamente a pobreza, a violência e a inefi-ciência/corrupção do Estado.

Talvez o trabalho mais completo e abrangente é a tese de mestrado deHernandes (2001), posteriormente publicada como livro. Em um estudo so-bre o discurso de Veja, especialmente enfocado no tema do emprego e daglobalização, mostra que o conteúdo da revista tende a ser extremamentecoerente e mais a ser editorial que meramente informativo. Mostra que arevista considera-se indispensável, fonte discursiva inigualável. Sempre fortedefensora da modernização frente à força incontestável da globalização, do“mercado”, dos EUA como modelo e do governo de Fernando HenriqueCardoso, sob o argumento do “não há alternativa” e recorrendo ao medo dodesemprego.

Fundamentação Teórica

Este trabalho representa uma parte de uma análise muito mais extensa eabrangente, empregando métodos da semiótica francesa, na tradiçãoestabelecida por Algirdas Julien Greimas, sobre o discurso de Veja. No períodoestudado, a revista sistemática e continuamente produziu textos sobre aseleições, construindo um discurso coerente, de acordo com uma ideologiaconsagrada ao longo da sua história.

O princípio fundamental da teoria semiótica é que a origem do significa-do surge a partir da linguagem na forma de narrativas e dentro das fronteirasdos discursos sociais. Como Foucault (2003) define, todo texto é uma tenta-tiva de estabelecer uma verdade. O texto constroi uma narrativa em que seconfigura uma visão de mundo, constrói-se uma realidade, e faz opções, esta-belecendo valores e normas. Isso se dá, segundo Gomes (2000), conforme acomunicação e a cultura reconstroem o mundo por meio do diálogo, ou seja,uma percepção dos fenômenos. Daí que os fatos sociais não existem por sisós, eles são percebidos como tais e em sua especificidade como realidade, e,portanto, como a verdade e a norma.

Por sua vez, Fiorin (2003) aclara o tema, mostrando que cada texto éparticular, mas o discurso em que se insere é social. “O texto é unicamenteum lugar de manipulação consciente, em que o homem organiza, da melhormaneira possível, os elementos de expressão que estão à sua disposição paraveicular seu discurso” (41), ou seja, “o texto é (...) individual, enquanto odiscurso é social”(41).

Essa dimensão social tem uma relação direta com as relações de poder.No debate político e na sua mediação pela imprensa, é importante ressaltarque, como explica Foucault (2003), “O discurso não é simplesmente aquilo

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que traduz as lutas ou os sistemas de dominação, mas aquilo por que, peloque se luta, o poder do qual nos queremos apoderar.”(21)

Nesse sentido, a semiótica trata da análise dos os aspectos essenciais dacomunicação, que abarca tanto a forma como o conteúdo, o discurso e ocontexto social, de acordo com Barros (2001). Assim, Veja, da mesma manei-ra que outros veículos influentes em uma sociedade democrática, não é sim-plesmente um mensageiro que carrega uma verdade neutra, mas a confluên-cia do discurso, o qual os participantes do processo político tentam dominar.A relação íntima entre o poder institucional e a imprensa, por meio de even-tos mediáticos, entrevistas coletivas, porta-vozes etc., são apenas alguns exem-plos.

A semiótica de tradição francesa, baseada nos trabalhos fundadores deGreimas (1970, 1979), e ampliada por vários desenvolvimentos posteriores(Barros 2001, 2002; Discini, 2003; Fiorin, 2002, 2003; Greimas e Courtès,1979, 1986; Tatit, 2002) descreve a estrutura da narrativa, em três níveis:fundamental, narrativo e discursivo. Segundo Barros (2002), no nível funda-mental coloca-se a temática básica que fundamenta o texto, como vida e morte,ou natureza e civilização. No narrativo, há três elementos que se instauramcomo papeis actanciais, o destinador, o sujeito e o objeto (assim como seusopostos, o anti-destinador, o anti-sujeito e o anti-objeto), recobertos por ato-res concretos. Vários atores podem cumprir um papel actancial, assim comoo mesmo ator pode cumprir dois papeis distintos. A narrativa se constroi nonível narrativo por meio do percurso gerativo do sentido. Na sua fase inicial,o destinador propõe um contrato ao sujeito para que este busque o objeto devalor configurado. Na etapa da ação, o destinador fornece os subsídios paraque o sujeito busque o objeto. A ação do destinador é de fornecer ao sujeito osaber-fazer, o querer-fazer, o dever-fazer ou o poder-fazer. E na etapa final, dasanção, o destinador sanciona o sujeito pelo cumprimento do contrato.

Em um nível mais concreto, o discursivo, se dá a materialização da narra-tiva pela linguagem, por meio da enunciação, estabelecendo relações dialógi-cas entre enunciador e enunciatário, narrador e narratário e interlocutor einterlocutário. É nessa dimensão dialógica que se coloca uma ação persuasivae uma ação interpretativa. A sanção, por exemplo, supõe que o sujeito con-vença o destinador do cumprimento do contrato inicial. No enunciado, po-rém, se faz um julgamento da veracidade da sanção. Daí, extraem-se quatropossibilidades de resultado: a verdade (o que parece ser verdadeiro realmenteo é), a mentira (o que parece ser verdadeiro, de fato não o é), a falsidade (oque nem parece ser verdadeiro nem o é) e o segredo (o que não parece serverdadeiro, mas de fato o é). Também no nível discursivo se coloca a aspec-tualização, em que a narrativa estabelece a pessoa (eu-você ou ele), o espaço(aqui ou ali) e o tempo (agora ou então). Por fim, é no nível discursivo que otexto apresenta temas e figuras.

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MetodologiaPara este trabalho, o corpus selecionado foi o de 27 edições de Veja, de 1º

de maio (edição 1749) a 30 de outubro de 2002 (edição 1775), totalizandomais de 3500 páginas. A partir de maio, as candidaturas à Presidência daRepública ficaram mais definidas, o que se refletiu na cobertura da revista. Aomesmo tempo, começaram movimentações no mercado financeiro, revelan-do uma preocupação dos investidores com as consequências econômicas daseleições, como revelam as cotações do dólar, em gráfico abaixo, o que Vejacobriu sistematicamente (como nas reportagens de capa das edições 1752,“Por que Lula assusta o mercado?”, 1756, “O Brasil pode virar uma Argenti-na?”, edição 1759, “É hora de torcer de novo”, além de muitas reportagensem outras edições). Em 30 de outubro, concluído o processo eleitoral e sagra-do o vencedor, Veja lançou uma edição comemorativa especial.

Fonte: Agência EstadoGráfico 1 – Cotação do dólar (US$) em reais (R$).

No trabalho mais abrangente, foram analizados a totalidade das revistasno corpus. Para este trabalho, no entanto, nos atemos os textos da revista,excluindo-se ilustrações e publicidade, de acordo com a semiótica de tradiçãofrancesa, procurando explicitar o percurso gerativo do sentido em suas dife-rentes camadas, focado no percurso narrativo do sujeito (candidato Lula) edos percursos sancionadores, mas também das estratégias discursivas usadas,buscando reconhecer as opções ideológicas da revista e a expressão destas.Mas, sob a hipótese de que o discurso de Veja está fundado em um conjuntomais genérico de opções político-ideológicas, estéticas e valorativas, procura-mos ilustrar como o discurso sobre as eleições fundamenta-se em um discur-so mais abrangente de Veja, com uma concepção clara e coerente de mundo ede sociedade.

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Nesse sentido, as questões de investigação deste artigo são:

1. Como a narrativa de Veja sobre as eleições de 2002 se constroi dentroda perspectiva da semiótica de tradição francesa?

2. Como essa narrativa se relaciona com uma visão de mundo mais amplada revista?

3. A revista, nesse processo, tende a assumir alguma postura em relaçãoao pleito em questão?

Resultados

O diagrama abaixo representa os resultados encontrados:

Diagrama 1 – Representação dos resultados

De acordo com a estrutura da narrativa, conforme delineado pela teoriasemiótica, a primeira categoria essencial é o destinador, a fonte de poder econhecimento que está por trás de todas as ações. Como seria de se esperar,no caso de uma eleição, o destinador principal é o eleitor, e o objeto de valor,o voto. A reportagem de capa da Edição 1772, de 9 de outubro, às vésperasdo primeiro turno, tem como título: “Você decide”, e sub-título: “Está nassuas mãos escolher se haverá segundo turno e com quem Lula concorrerá”.

Mas o papel de destinador não é exclusivo do eleitor. Veja descreve aglobalização como a base do governo e da sociedade inúmeras vezes, e inclu-sive dedica uma capa ao tema. Como uma cosmogenia social da sociedademoderna: “começou no mesmo instante em que o ser humano passou a selocomover em torno do mundo...”; como uma força suprema, “é uma corre-

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deira que libera forças terríveis“; e como uma fonte de conhecimento: “abriuuma avenida de novas oportunidades para algumas nações em desenvolvi-mento que entraram no jogo global” (edição 1753, 29 de maio:97).

A globalização é, no entanto, uma abstração, uma ideia, mesmo que sejapercebida como a força principal por trás das ações sociais. Assim, revela-seem muitos momentos, ainda mais intensamente na sua versão local, os mer-cados financeiros. A conexão entre a globalização e os mercados é o que expli-ca a crise que o país enfrentou durante os seis meses que antecederam aseleições. A justificativa é exatamente que são uma força suprema a ser respei-tada:

A turbulência no Brasil tem suas causas nas incertezas políticas em relação à eleiçãode outubro, disse John Taylor, subsecretário do Tesouro dos Estados Unidos. OFMI manifestou a mesmíssima opinião. Nem um nem outro chegou a apontarclaramente Lula como o fator gerador de incerteza. Esse papel coube aomegainvestidor George Soros, cujo nome e as crises parecem andar juntos. Omercado vai impor José Serra, disse Soros ao jornal Folha de S.Paulo. O que elequis dizer é simples. A eleição de Lula, segundo Soros, estrangularia osinvestimentos externos e levaria o Brasil à moratória antes da posse do novo pre-sidente. (Edição 1756, 19 de junho:38)

O argumento seria repetido incessantemente, e as edições posteriores in-clusive resumem a ideia como: “Luís Inácio Lula da Silva, o atual bicho-papão dos mercados, ficou estável, com 38% das intenções de voto. José Se-rra, que é visto como o candidato da continuidade da atual política monetá-ria, também estacionou em seus 19%”. (edição 1757, 26 de junho:40). Aglobalização e os mercados aparecem como a principal força guiando o mun-do, e Serra como o candidato que entende o fato e age com sensatez. Lula,que liderou as pesquisas eleitorais desde o início com folga, e seu partido, oPT, são classificados como anacrônicos e despreparados: “O sindicalismo foia escola da vida de Lula, que só chegou à 5ª série.” E, mais à frente, “Pelasindicações que dá, Lula não costuma examinar detidamente cada idéia queum presidenciável precisa dominar para aspirar ao cargo” (edição 1755, 17 dejunho:108). Da mesma forma, “para muitos analistas, Lula não é o governan-te ideal para o momento atual da economia brasileira e mundial”. (edição1772, 9 de outubro:68). Muitas fontes do mercado aparecem nos textos, es-pecialmente economistas e empresários, a grande maioria em apoio à tesedescrita acima.

Aí temos que o sujeito é Lula (o vencedor das eleições), e o anti-sujeito,Serra (o perdedor). A capa da edição 1760, de 17 de julho apresenta comoreportagem de capa Serra e Ciro Gomes, perguntando: “Quem será o anti-Lula?”. Também na edição 1772, de 9 de outubro, a revista apresenta umperfil de cada um dos quatro principais candidatos (Lula, Serra, Gomes eGarotinho).

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Ao caracterizar os candidatos (sujeito e anti-sujeito), Veja discorda doeleitorado, que do início ao fim dá larga vantagem a Lula. Como a forçaessencial da sociedade é a globalização e ela repele abertamente Lula, a insis-tência de Veja em concentrar o debate em tópicos relacionados à economia eos mercados financeiros sempre ressalta a posição contrária ao candidato doPT. Com efeito, nos 6 meses que este trabalho cobre, os únicos três temasabordados pela revista foram a economia e os mercados, corrupção e o enga-no, especialmente no discurso político. Outros temas, como relações interna-cionais, saúde e educação, por exemplo, foram ignorados.

Outro critério é a honestidade dos candidatos. Mesmo que Veja inicial-mente reconheça que o histórico de Lula em termos da sua integridade éirrepreensível, a revista logo mostra como a corrupção é inerente a todos ospolíticos, como resultado de um Estado ineficiente, neutralizando uma van-tagem que Lula teria sobre os demais candidatos. As primeiras edições con-tendo artigos sobre o tema da corrupção no corpus cobrem o candidato ofi-cial, José Serra, do PSDB, mas, posteriormente, todos os candidatos e seusassessores sofreriam o escrutínio da revista. Todos os grupos por trás dos can-didatos, mesmo que não os próprios candidatos, seriam acusados de envolvi-mento em atividades suspeitas. Além disso, vários outros políticos aparecemem denúncias de negociações suspeitas, o que neutraliza o tema da corru-pção.

Ainda, dado o enorme sucesso de Lula entre os eleitores, apesar do seujulgamento de que o candidato é inadequado, Veja vê-se na posição de ter deexplicar esse paradoxo. A resposta é o engano. Lula é apresentado como umafigura carismática populista, que faz promessas inconsistentes e contraditó-rias a públicos diferentes, e tem sucesso em seduzir seus ouvintes. Veja inclu-sive dedica uma capa ao tema do carisma e outra, apenas duas semanas antesdas eleições, à mentira: “Ele ouve muita gente e suporta em estado de alerta asreuniões infindáveis. Na hora de decidir, fica com a proposta mais forte, aquelacom mais chance de ser colocada em prática e que congrega em torno delamaior número de pessoas influentes”, (edição 1772, 9 de outubro:56).

Assim, Veja mostra ao leitor as inconsistências no discurso do candidato.Primeiramente, na forma de contradições: “O partido é adepto da disciplinaorçamentária, desde que isso não implique cortar gastos sociais. As duas po-sições são excludentes. Ou é uma ou é a outra” (edição 1752, de 22 de maio:42).Também, ao mostrar mudanças radicais no discurso: “É o caso de perguntaraté onde o PT realmente mudou. E mais: se as mudanças são mesmo since-ras.” Edição 1752 (22 de maio:42). Finalmente, a revista mostra que o dis-curso é premeditado e tem somente um objetivo, o de seduzir o eleitor: “Mu-dou tudo nele: o modo de falar, o jeito. Ficou mais brando, calmo, sorridente”,edição 1752, de 22 de maio:49). Ou seja, no diálogo entre o enunciador Vejae o enunciatário – o leitor –, surge que Lula é o candidato da mentira (parece

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verdadeiro, mas não o é). Ele persuade o eleitor, mas não é o candidato qua-lificado que parece ser.

Esse é um indício de que tanto Veja como seus leitores compartilhamuma visão de mundo comum, um conjunto de valores que faz da revista omaior sucesso no mercado editorial. Esses valores compartilhados também seaplicam às eleições e os candidatos, que é a única explicação plausível para aênfase sistemática nos pontos listados acima, mostrando que Lula é indese-jável. No entanto, conforme mencionado acima, Lula sistematicamente man-tinha uma larga vantagem entre os eleitores, apesar dos discursos contrários àsua candidatura. Veja resolve essa contradição estabelecendo uma distinçãoentre o público geral e seus leitores. E essa diferença está baseada em umcritério, a classe social.

Na edição 1762 (31 de julho), a revista dedica quatro páginas ao perfildos eleitores, mostrando que seus leitores (brasileiros com uma renda supe-rior a R$2.000 mensais) correspondem a apenas 8% do eleitorado. Segundoa reportagem, entre essa classe mais alta, 90% pagam imposto de renda, 20%tem educação universitária, 70% tem diploma secundário e 80% leem jor-nais ou revistas. Assim, considera-se que sejam melhor informados. O artigoprossegue, mostrando que nessa classe social o candidato oficial tem o seumelhor potencial eleitoral, 20% dos eleitores àquela altura, enquanto queLula, com 32%, estava próximo da média entre a população em geral. Aindaassim, 57% dos eleitores de classe alta declararam-se favoráveis ao governo e53% que estavam abertos a mudar seu voto.

Essa matéria saiu apenas três semanas antes do horário eleitoral gratuito,no qual se transmitem na rádio e na televisão duas horas de programas doscandidatos, de acordo com a lei brasileira. Assim, o argumento de Veja é queJosé Serra ganharia apoio dos eleitores de classe alta, alinhados com o governoe abertos a mudar o seu voto e melhor informados, uma vez que tivessemmais informações sobre os candidatos. No entanto, nos segmentos mais baixosda sociedade, todos esses indicadores, educação formal, acesso à mídia e pa-gamento de impostos são muito mais baixos. Quanto mais baixa a classe so-cial do eleitor, maior a popularidade de Lula. Como o voto no Brasil é obri-gatório e a participação do eleitorado é sempre superior aos 70%3, fica claroque os leitores de Veja exercem um papel importante como formadores deopinião, mas têm uma participação secundária na votação. Daí o triunfo pos-terior da mentira (o candidato que parece ser o melhor, mas não o é), para oinconformismo do enunciador Veja e do enunciatário, seu leitor.

Em um círculo vicioso, pobreza e ignorância são a base de apoio de umEstado ineficiente, o qual, por sua vez, não resolve o problema da pobreza eda corrupção. Essa retroalimentação do Estado corrupto e do eleitor ignoran-te surge em vário artigos exatamente sobre a corrupção e a pobreza, especial-mente nas regiões mais pobres do país, sempre em associação com as classesbaixas. As classes altas tendem a aparecer em um contexto de sucesso econô-

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mico e bem-estar comunitário, com base no trabalho e no talento, livres deimoralidade e corrupção, ou melhor, apesar da imoralidade e da corrupçãoque os cercam.

Por causa das classes baixas e sua falta de discernimento, a ênfase crescen-te de Veja na inadequação de Lula como presidente e na sua estratégia enga-nosa conforme a eleição se aproximava não tinha nenhum efeito no eleitora-do. O texto então explora o partido e seus aliados imediatos, sempre desqua-lificando-os, trazendo capas como “O PT está preparado para a presidência?”(edição 1770, 25 de setembro) ou “O que querem os radicais do PT?” (Edição1773, 23 de outubro).

Em todos os textos, a narrativa descrita acima é reforçada ou repetida: a)Lula e o PT são despreparados e não seguem as leis da globalização e dosmercados financeiros; b) eles enganam os eleitores; e c) os eleitores são igno-rantes e se deixam enganar. Dados esses parâmetros da narrativa, os textosapresentam discursivamente um modelo para a presidência. O posto maisalto da República é um cargo que requere um determinado número de carac-terísticas. Nesses termos, Veja descreve o presidente ideal, muito parecido aSerra, o anti-sujeito, e muito diferente de Lula, o sujeito. Daí que como Lulaé o candidato da mentira (tema, aliás da reportagem de capa da edição 1771,2 de outubro, “Mentira!”), Serra é o candidato do segredo (é o melhor candi-dato, mas não parece sê-lo).

A primeira construção do presidente ideal aparece na edição 1755 (12 dejunho), que mostra todos os presidentes brasileiros com imagens de seus re-tratos oficiais, solenes e austeros, listando seu legado e traços pessoais. Todos,de acordo com o texto, têm diploma universitário, a maioria em direito. Sem-pre que Veja menciona o papel histórico da presidência ou temas relaciona-dos, invariavelmente ressalta a formalidade do cargo e seus requisitos rígidos,o que aponta para características da classe alta.

Um exemplo disso é a descrição do candidato oficial, que, apesar de nãoser carismático, é adequado ao cargo de presidente:

Tem um currículo acadêmico respeitável, com dez livros e 46 artigos publicados,alguns em espanhol e inglês. Tem uma carreira pública bem-sucedida. Foi umdeputado altamente produtivo na Constituinte em 1988, recebeu votaçãoconsagradora ao eleger-se ao Senado em 1994 e deixou uma marca de competêncianos quatro anos que passou no Ministério da Saúde. (Edição 1772, 9 deoutubro:88)

A sanção internacional, a carreira acadêmica e uma passagem aprovadacomo administrador público são as características principais de um candida-to desejável em oposição a Lula, que tinha pouca educação formal e umacarreira como sindicalista e líder do PT, apenas uma vez eleito como deputa-do e três vezes derrotado como candidato presidencial.

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Porém, Serra era extremamente impopular, e nunca realmente conseguiuseduzir o público brasileiro. Veja captura este fato, como em artigo da edição1775 (30 de outubro): “Um ponto que une os dois [Serra e Ulysses Guima-rães] é a falta de carisma, aquele atributo que cria empatia com o eleitor eencanta as massas – e cuja ausência é o mesmo que arar no mar”(90). Essa,aliás, é uma crítica benévola, considerando-se a reportagem de capa da edição1771, 2 de outubro, sobre a mentira, com o subtítulo “Por que os políticosexageram seus poderes e fazem promessas que não irão cumprir?”. Ou seja, aincompetência de Serra está em ser um mentiroso incompetente, e assim nãoseduz o público ignorante.

Ainda assim, Veja acredita fortemente no sistema democrático eleitoral, einsiste que as eleições de 2002 foram um sucesso absoluto, reconhecido pelacomunidade internacional, especialmente depois de eleições controvertidasnos Estados Unidos em 2000 (com a disputa indeterminada por meses porfalhas nas cédulas eleitorais entre Bush e Gore) e na França em 2002, onde olíder da extrema esquerda Jean-Marie le Pen disputou o segundo turno com oconservador Jacques Chirac:

“Concluído o primeiro turno, a imprensa e os governos dos países democráticossaudaram o processo eleitoral do Brasil, o amadurecimento de sua democracia,independentemente de quem será o candidato vitorioso, nas palavras do porta-vozdo comissário de relações exteriores da União Européia. Num editorial, o jornalespanhol El País, um dos mais respeitados da Europa, afirma: Numa situação[econômica] tão difícil, a transparência destas eleições é um exemplo para todos porparte da quarta democracia mais povoada do mundo”. (Edição 1773, 16 deoutubro:18)

Assim, enquanto Veja apresenta os eleitores das classes baixas como a basepara o sucesso de Lula, e a ineficiência e corrupção do Estado como a causado seu comportamento eleitoral desinformado e facilmente manipulável, ademocracia recebe uma sanção positiva. Isso revela um desejo, presente narevista em geral, de tomar parte do mundo desenvolvido, de sua prosperidadee hábitos “civilizados”. Mais que isso, de ter o Brasil reconhecido como umpaís desenvolvido.

É interessante notar que Veja normalmente retrata países estrangeiros,mesmo as democracias ocidentais e os países asiáticos de desenvolvimentoacelerado, de maneira negativa. Os textos sempre reforçam estereótipos con-sagrados da tenacidade asiática, de excentricidades de Europeus e Norte-Ame-ricanos e a arrogância do mundo desenvolvido no cenário mundial. Todas asimagens que a revista apresenta refletem excesso, seja como ambição desme-dida, futilidade ou esforço exagerado.

O contrapeso desses excessos são as reportagens sobre o “Brasil que deucerto”, textos sobre setores da sociedade, que, por meio do trabalho e umforte sentido comunitário e ética, prosperam. O cenário e o estilo particular

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são brasileiros, mas o modelo é o da empresa privada competitiva, como naedição 1752 (22 de maio), que celebra os avanços de Santa Catarina, comvários exemplos de pequenas empresas, um povo trabalhador e um governoeficiente, altos índices educacionais e uma maioria de população branca, des-cendente de imigrantes europeus. É uma mistura ideal do Brasil e do ociden-te desenvolvido, que reflete os ideais dos leitores de Veja, fortalecendo os vín-culos entre enunciador e enunciatário:

A história da colonização também criou condições que favorecem Santa Catarina,principalmente na distribuição do espaço e das atividades. A primeira leva deimigrantes, de origem açoriana – comerciantes e pescadores –, ocupou o litoral.Depois, os alemães – conhecedores de ofícios como a tecelagem e a mecânica –ocuparam as regiões de Blumenau e de Joinville. Mais tarde, os italianos chegaramà região de Criciúma, onde acabariam envolvidos na exploração das minas decarvão. Por fim, outros colonos italianos, agricultores, migraram da Serra Gaúchapara o oeste catarinense, cuja principal cidade é Chapecó, e ali se estabeleceramem pequenas propriedades familiares. (Edição 1753, 29 de maio:50)

Essa visão da civilização e do desenvolvimento similares ao das democra-cias ocidentais, mas com um sabor local, é a razão porque Veja nunca questio-na Lula ou Serra como candidatos legítimos. Ambos são reconhecidos comorepresentantes legítimos do espectro político brasileiro, de um sistema bipar-tidário desejado, ainda que as preferências da revista sejam óbvias e tendam aJosé Serra. Veja não reconhece a legitimidade de outros candidatos, tambémno papel de anti-sujeito, como Ciro Gomes e Garotinho, sempre mostradoscom agressividade ou condescendência. A razão para isso é a aspiração a umsistema político bipartidário, típico das democracias ocidentais. Prova disso éa reação negativa às tentativas de Lula, assim como Gomes e Garotinho emformar coalizões com partidos menores conservadores, o que a revista consi-dera inadequado.

Quando desqualifica Gomes, Veja declara que “Ideologicamente, CiroGomes possui um comportamento bastante comum no meio político, que énão levar os partidos muito a sério. Nos últimos vinte anos, já pertenceu aquatro legendas: PDS, PMDB, PSDB e PPS” (edição 1772, 9 de outubro). Ena disputa política pelo apoio do PMDB, considerado território político afi-nado com José Serra, suas iniciativas são reprovadas, enquanto as de Lula sãodenunciadas, como na edição 1754 (5 de junho):

“Como todos os candidatos necessitam de votos, todos vão atrás deles onde querque estejam – e, dado o tamanho do PMDB, ninguém pode desprezá-lo. A diferençaé que Serra tem sido um pouco mais cuidadoso que Lula, evitando associar suaimagem àqueles políticos que, em vez de apoio, podem atrair rejeição.” (95)

Veja mapeia o espectro político como pertencendo à esquerda e à direita,buscando expurgar os dois lados, especialmente a esquerda, de seus elementos

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mais radicais. Ao mesmo tempo atribui ao PT o papel de oposição, e aoPSDB e sua coalizão governista, o papel de situação. Acima de tudo, as regrasdo jogo democrático. A fragmentação da coalizão governista conservadora,que resistiu à liderança de José Serra é duramente criticada e relacionada àineficiência do Estado e corrupção:

“As dificuldades do PMDB são agudas, porém não exclusivas. O PFL, antes tãocelebrado por sua unidade e seu profissionalismo, também virou um mosaico.Está praticamente fechado com Ciro Gomes em dezesseis Estados, mas no restan-te, em que pese a resistência do presidente da legenda, Jorge Bornhausen, deveapoiar Serra. No PL, desdobra-se uma longa negociação para selar uma aliançanacional com o PT, mas existem obstáculos até agora não superados em nadamenos que treze Estados. O próprio PSDB ainda não encontrou unanimidadeem torno da candidatura de Serra – pois os tucanos do Ceará, sob o comando deTasso Jereissati, dão apoio a Ciro Gomes.” (Edição 1754, 5 de junho:49)

A falta de carisma de Serra tem um papel decisivo nas eleições de 2002,assim como nas alianças políticas que ele foi incapaz de manter, mesmo quemuitos dos dissidentes posteriormente acabaram juntando-se à sua campan-ha. O fato relevante é que Veja tem uma visão clara para o Brasil como umademocracia próspera, e um sistema político bipartidário é parte dessa fórmu-la. Assim, apesar das imperfeições do sistema, principalmente por causa dafalta de discernimento e informação do eleitorado, as eleições em si são con-sideradas um sucesso, e mesmo a vitória de Lula é mostrada com esperança,ao menos como resultado de um sistema que permite a rotatividade no po-der:

“José Serra, paulistano, 60 anos, tinha tudo para vencer, só não tinha o principal:o eleitorado brasileiro não queria mais quatro anos de governo tucano após oitoanos de governo tucano” (Edição 1775, 30 de outubro:90)

Porém, justamente no momento em que a rotatividade no poder favore-cia Lula, Veja apresenta outros artigos sobre o mesmo tema, como em: “Oazarão no celeiro petista”, sobre a derrota do partido no seu reduto tradicio-nal do Rio Grande do Sul, onde o partido perdeu a eleição para o governoestadual. E, ao mesmo tempo, um modelo mais adequado surge no estado deMinas Gerais, Aécio Neves, trazendo a esperança de uma futura geração depolíticos próximos do presidente ideal.

Em sua descrição de uma história de sucesso, Veja emprega os mesmoscritérios usados para descrever o secretário da Receita Federal, Everardo Ma-ciel e o presidente do Banco Central do Brasill, Armínio Fraga. Em parte,aqui encontram-se as mesmas características atribuídas a José Serra, em linhacom o presidente ideal:

- origem nas classes altas, pai profissional liberal e mãe dedicada;

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- origem em família estável;- alto nível educacional, preferencialmente com pós-graduação em uni-

versidades de prestígio no exterior;- período de experiência profissional ou acadêmica em países ocidentais

desenvolvidos;- conhecimento de línguas estrangeiras de prestígio;- família constituída estável, esposa, se trabalhando, em temas sociais, e

filhos;- sucesso profissional e estabilidade financeira, mas uma vida austera,

baseada no salário;- ética do trabalho;- personalidade agradável, modesta e discreta, habilidade de negociação

e tolerância;- visão e liderança.

Essa é a descrição do saber-fazer, concedido pela sociedade e pela globa-lização, os destinadores do sujeito. Dadas as características listadas acima, éclaro que o presidente jamais deveria ser um homem do povo, mas sim deve-ria refletir os desejos e ideais dos leitores de Veja, oriundo das classes maisaltas. A Serra faltam os últimos ítens, ligados ao carisma, personalidade agra-dável e tolerância, mas Aécio Neves e Armínio Fraga, assim como o entãogovernador reeleito de São Paulo, José Alckmin, possuíam as característicasacima, e são apresentados como elementos de esperança nas eleições posterio-res.

Por agora, Lula é apresentado como o resultado de eleições democráticas,sancionadas como “prova da maturidade das instituições democráticas brasi-leiras” (edição 1775, 30 de outubro). Ele deveria, portanto, enfrentar as limi-tações impostas por essas instituições, também um sinal de esperança. Poroutro lado, a revista o conclama a conter, ou melhor, expurgar, os radicais doseu partido e governar para “todos os brasileiros”.

Veja também lista seus desafios e como solucioná-los, o que pode serresumido como um programa econômico conservador, promovendo refor-mas. Mais que isso, na edição comemorativa do resultado final das eleições,Veja dá ao presidente sem educação formal recomendações de leitura:

“Um artigo recente escrito pelo economista americano John Williamson traziaum título curto e atemorizante: O Brasil é a bola da vez?. Williamson, que trabalhano Instituto Internacional de Economia, em Washington, gastou 24 páginas pararesponder à pergunta (...) Documentos como o produzido por ele são uma ótimaleitura para o novo presidente. Seu texto enxuto, sem adjetivos nem elucubrações,dá uma idéia muito segura de como funciona a cabeça dos investidores. Sondá-laagora é um imperativo”. (Edição 1775, 30 de outubro:81)

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ConclusõesO emprego da teoria semiótica à análise dos textos de Veja revela uma

preferência clara ao candidato oficial, José Serra, o anti-sujeito, que é re-tratado como próximo ao presidente ideal, alinhado com a globalização eos mercados financeiros, o destinador, ainda que lhe falte carisma e afabi-lidade. Luís Inácio Lula da Silva, o sujeito, e os demais candidatos sãodesqualificados por motivos diferentes, principalmente relacionados aocírculo vicioso de pobreza-desinformação e Estado ineficiente-corrupto.Falta ao eleitor competência interpretativa, e ele elege o candidato damentira, perdendo a oportunidade de sancionar positivamente o candi-dato do segredo, José Serra. Ainda assim, Veja projeta um ideal para oBrasil, que se manifesta em todos os seus textos, no qual está um homembrasileiro ideal e um país nos padrões das democracias ocidentais, branco,com altos níveis educacionais, centrado na família e no trabalho, civiliza-do e democrático.

Dado o seu tom fortemente opinativo, concordamos com vários tra-balhos anteriores que Veja deve ser classificada mais como uma revista deopinião de cunho conservador, do que uma publicação factual, informa-tiva e de cunho conservador. Como enunciador, dialoga com seus leitores(enunciatário), com quem compartilha valores, crenças, uma visão demundo, ou em outras palavras, uma ideologia, como comprova o seu su-cesso editorial. Sua função é mais a de formalizar uma representação domundo prêt-à-porter, uma construção da realidade que reflete a ideologiados seus leitores, servindo como fonte discursiva, fonte de opiniões, demúltiplas manifestações individuais dos leitores, afiliadas às suas próprias.Juntos, esses textos são parte de um discurso conservador predominanteno Brasil.

NOTAS

1 Conforme dados da Marplan, uma empresa de marketing e de pesquisa de veícu-los de imprensa de Abril de 2003.

2 O primeiro turno foi celebrado em 6 de outubro, e o segundo em 27 de outubro.3 Segundo dados do Tribunal Superior Eleitoral.

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so, discurso político, discurso midiático, linguística textual e aquisição deespanhol e português como segunda língua.

Correo e: [email protected]

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ARTÍCULO

Política y convicción. Memorias discursivasde la militancia setentista en eldiscurso presidencial argentino*

Recibido: 12 de julio de 2007 • Aceptado: 5 de agosto de 2007.

ANA SOLEDAD MONTEROUniversidad de Buenos Aires - CONICET

RESUMEN. Es sabido que las “políticas de la memoria” han tenido una gran centrali-dad durante el gobierno del ex presidente argentino Néstor Kirchner (2003-2007).En este trabajo sostenemos que uno de los rasgos distintivos del discurso kirchnerista(DK) es que allí se recupera una tradición política nunca antes evocada desde laenunciación presidencial: se trata de la memoria de los jóvenes militantes peronistasde los años setenta. En ese marco, este trabajo se ocupa específicamente de analizarlos vínculos que el DK (2003- 2006) entabla con los discursos de la militancia pero-nista (1973- 1976), en términos de memorias discursivas (Courtine, 1982; 1994).Nos interesa mostrar que entre el DK y los discursos militantes setentistas existe unespacio ideológico-argumentativo común que se configura en torno a algunos tópicos eideas-fuerza recurrentes. A partir de ese análisis nos proponemos asimismo describirla configuración del ethos discursivo presidencial (Amossy, 1999; Maingueneau, 1999,2002; Ducrot, 1984). Dado que la memoria está profundamente vinculada con lasidentidades políticas e ideológicas, consideramos que el análisis de las memorias dis-cursivas del DK constituye además una clave para comprender el complejo proceso dereelaboración del pasado reciente en el discurso político argentino.

PALABRAS CLAVE: Memoria discursiva, ethos militante, discurso político.

RESUMO. É bem conhecido que as “políticas da memória” tiveram uma grande impor-tância durante o governo do ex–presidente argentino N. Kirchner. Neste trabalhoafirmamos que uma das características emblemáticas do discurso kirchnerista (DK) éque nele se recupera uma tradição política nunca antes evocada desde a enuncia-ciação presidencial: trata-se da memória dos jovens militantes peronistas dos anossetenta. Nesse marco, este trabalho tenta, especificamente, analisar os vínculos que oDK estabelece com os discursos da militânça peronista (1973-1976), nos termos dememórias discursivas. Interessa-nos mostrar que entre o DK e os discursos militantescaracterísticos dos anos setenta existe um espaço discursivo comum que se configura aoredor de algumas idéias e tópicos repisados. Além disso, a partir de essa análise tenta-mos descrever a configuração do ethos discursivo presidencial. Desde que a memóriaestá profundamente vinculada com as identidades políticas e ideológicas, considera-mos que a análise das memórias discursivas oferece uma chave para compreender ocomplexo processo de re-elaboração do passado recente na formação discursiva kir-chnerista.

PALAVRAS-CHAVE: Memória discursiva, ethos, discurso político.

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ABSTRACT. As it has been acknowledged, the so-called “memory policies” have been ofcentral importance during the administration of the Argentinian former PresidentNestor Kirchner (2003-2007). In this article, we argue that one of the distinctivefeatures of Kirchner´s discourse (DK) is the recovery of a political tradition neveralluded before by presidential enunciation in Argentina: the memory of young mili-tants of the Peronist Party in the seventies. Within this framework, this article exami-nes the relationships which may be established between DK (2003-2006) and thediscourses of the Juventud Peronista (1973- 1976), in terms of the construction ofdiscursive memories (Courtine, 1982; 1994). We will attempt to show that in bothdiscursive series (DK and militant discourses from the seventies), there are sometopics which recur, configuring an ideological-argumentative space. As from this analysis,we also describe the configuration of the presidential discursive ethos (Amossy, 1999;Maingueneau, 1999, 2002; Ducrot, 1984). Considering that memory is intimatelyrelated to political and ideological identities, we believe that the analysis of discursivememories is another key to understand the complex process of re-elaboration of therecent past in the configuration of Argentinian political discourse.

KEY WORDS: Discursive memory, militant ethos, political discourse.

Introducción

Puede decirse que la gestión del ex presidente argentino Néstor Kirchner(2003- 2007) se inscribe en el “cambio de rumbo” al que ha asistido el discur-so político e ideológico de algunos países de Latinoamérica en los últimosaños: en efecto, durante su gestión, Néstor Kirchner ha instalado en la agendapolítica determinados temas que habían sido, si no negados, al menos acalla-dos durante las últimas décadas. La cuestión de la memoria es uno de ellos.Las llamadas “políticas de la memoria” han tenido ciertamente una grancentralidad durante el mandato presidencial de Néstor Kirchner: las políticasde derechos humanos y la contundencia simbólica de algunas medidas, comola creación del Museo de la Memoria y la abolición de las leyes de ObedienciaDebida y Punto Final, son sin duda algunas de las señales más destacadas.

Sin embargo, desde nuestro punto de vista, la recuperación de la memo-ria tiene un alcance aún mayor: como sostuvimos en otros trabajos (Montero,en prensa a; en prensa b; en prensa c), el discurso kirchnerista (DK) no sólo seha ocupado de construir e instaurar una nueva lectura sobre el pasado recien-te y de revindicar los derechos de las víctimas de violaciones de derechoshumanos durante la última dictadura militar1. El punto de partida de estetrabajo es que uno de los rasgos más novedosos y distintivos del DK consisteen que allí se recupera una tradición política nunca antes revindicada desde laenunciación presidencial: se trata de la memoria de los jóvenes militantesperonistas de los años setenta, de la evocación de un tiempo y un modo espe-cífico de ejercer la política que reenvía a la militancia setentista2. En efecto,como sostiene el sociólogo Horacio González (2003), el “setentista” es uno de“los tres textos” (tomados como experiencias políticas pasadas), que el (ex)Presidente “lee” e interpreta históricamente en su práctica política.

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Este trabajo espera, en términos generales, comprender los efectos políti-cos y simbólicos que la evocación de los discursos de la militancia setentistaha impreso en la política argentina en los últimos años. Pero nuestro interéses aún más específico: pretendemos abordar nuestro análisis a partir de lasmemorias discursivas: rastreando, en la materialidad del discurso presidencial,las evocaciones, los ecos, los sentidos recuperados y las reminiscencias de unasvoces lejanas pero constitutivas del DK.

Otras dos ideas complementan y guían nuestro recorrido: en primer lu-gar, sostenemos que la memoria de los setenta adquirió, en la voz presiden-cial, un valor refundacional que pretendió imprimir fuertes transformacionesde carácter ideológico en la sociedad argentina, las cuales -en continuidadcon el imaginario militante- se plasman en la centralidad de la voluntad polí-tica y la primacía de las “convicciones” como motor de la acción política. Y,en segundo lugar, que la evocación de los discursos y prácticas de la militan-cia setentista es la piedra de toque para la construcción de un determinadoethos presidencial, que denominamos “ethos militante”. La noción de ethos esuna categoría proveniente de la retórica clásica y reelaborada por teorías argu-mentativas recientes (Amossy, 1999; Maingueneau, 1999, 2002; Ducrot, 1984)que alude a la imagen que el locutor construye de sí mismo en el discursoargumentativo, lo que, desde nuestra perspectiva, constituye una clave paracomprender las características del liderazgo presidencial. Es necesario aclararque el ethos no alude a las características “verdaderas” del orador sino al modoen que éste se representa, se muestra o se inviste de determinados atributos ensu discurso.

Nuestro corpus se compone de fragmentos extraídos de discursos presi-denciales oficiales emitidos entre los años 2003 y 20063, donde identificamosecos discursivos que evocan la discursividad militante: por esa razón compa-ramos nuestra serie de discursos presidenciales con otra serie de discursos,pertenecientes a una de las organizaciones políticas más populares durante losaños setenta: la Juventud Peronista (1972- 1976)4. Así, sobre la base de lanoción de memoria discursiva, estudiamos las continuidades discursivas entorno a los siguientes tópicos: la heroicidad, la “juventud maravillosa”, lapolítica de las “convicciones”, la intransigencia/ no neutralidad, el militantecomo “hombre común”, la política como lucha, la retórica antiliberal, la in-terpretación del pasado reciente5. Finalmente, este estudio nos permitirá exa-minar la configuración del ethos presidencial y reflexionar sobre el alcance, loslímites y los desafíos de esta recuperación de los discursos de la militanciasetentista para la política argentina.

Memoria e interdiscurso

El análisis del discurso, especialmente en su vertiente francesa, se ha ocu-pado de remarcar que la heterogeneidad, la polifonía, el interdiscurso y el

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dialogismo6 son constitutivos de todo discurso. Así, a partir de los aportes deBajtín y del psicoanálisis lacaniano, el análisis del discurso sostiene que eldiscurso está constitutivamente habitado por sus “otros”. La noción de memo-ria discursiva acuñada por Courtine (1981) apunta precisamente a dar cuentade la dimensión interdiscursiva y heterogénea propia de toda formacióndiscursiva. Esa noción remite a los discursos previos en los que una secuenciao serie discursiva se inscribe, en la medida en que todo discurso evoca necesa-riamente discursos-otros, redes de formulaciones y discursos anclados históri-ca e ideológicamente: “Toda producción discursiva que se efectúa en las con-diciones determinadas de una coyuntura, pone en movimiento, hace circular,formulaciones anteriores, ya enunciadas” (Courtine, 1981, p. 53). Las memo-rias discursivas consisten así en un retorno, una evocación de discursos pretéri-tos, y permiten vincular el discurso con la historia y con la memoria social ycolectiva (Courtine, 1994). Estudiar las memorias de una determinadadiscursividad supone entonces analizar las continuidades, recurrencias y alu-siones a otra serie de discursos con las que ésta dialoga permanentemente.

Courtine (1994) señala que las memorias discursivas pueden dar cuentade diversos tipos de relación entre formulaciones (relaciones de oposición,respuesta, rechazo, refutación o acuerdo):

el enunciado se inserta en una serie de formulaciones, algunas de las cuales estándominadas por la misma FD que aquella que domina la secuencia discursiva de laque se lo extrajo (se produce en CP [condiciones de producción] homogéneas),mientras que otras, a las que el enunciado debe oponerse, referirse implícitamen-te, modificar, etc., pueden producirse en CP heterogéneas con respecto a las su-yas, es decir, bajo la dominación de una o varias FD, que mantienen con la primerarelaciones de contradicción (antagonismo, alianzas, apoyo, encubrimiento, etc.)(1994, p. 48).

En el caso que nos ocupa, postulamos que la relación entre el DK y laserie de discursos militantes es de alianza o identificación (Brandão, 1998).En efecto, es posible sostener que los tópicos comunes a las dos series discur-sivas que analizamos (el DK y los discursos militantes) dan cuenta de unposicionamiento político-ideológico compartido, al menos en torno a deter-minados tópicos discursivos. En ese sentido, vale la pena aludir a la noción de“ideologema” acuñada por Angenot (1982): a los fines de analizar discursospertenecientes al género del “panfleto”, Angenot sostiene que, en tanto dis-curso netamente argumentativo y polémico, el panfleto se compone de “luga-res comunes”7. Para este autor los lugares comunes no constituyen simple-mente -como en el esquema aristotélico- formas vacías y universales, sino queconsisten en “verdades antropológicas” y “máximas ideológicas”, de ahí que elautor los denomine “ideologemas”. Caracterizados por su polivalencia fun-cional y su relatividad histórica, los ideologemas son principios subyacentes alos enunciados, “desprovistos de realidad sustancial” (Angenot, 1982, pp. 169-

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180). En tanto discursos pertenecientes a la historia, la tradición y al acervoideológico y cultural de una comunidad, los ideologemas dan cuenta de ladimensión de heterogeneidad constitutiva del discurso, en la medida en queremiten al interdiscurso, al conjunto de voces y capas de sentidos que sonevocadas polifónicamente en el proceso de construcción de sentidos políti-cos8.

En este marco nos proponemos, entonces, poner la mirada en las relacio-nes dialógicas existentes entre el DK y los discursos de la militancia juvenilperonista, para así trazar líneas de continuidad que nos permitan comprendermás acabadamente el sentido político e ideológico del discurso presidencialdesde un punto de vista interdiscursivo, recuperando los ideologemas que allíresuenan.

Las organizaciones políticas en los años setenta

Antes de comenzar con el análisis, conviene referirse brevemente a lasorganizaciones políticas con las que el DK dialoga y se vinculainterdiscursivamente.

Las organizaciones políticas y armadas de inscripción peronista de losaños setenta, cuyos discursos consideraremos en este trabajo, se desarrollaronintensamente durante los meses previos a las elecciones presidenciales en lasque triunfaría el tercer gobierno peronista (1973), y funcionaron activamenteentre noviembre de 1972 y el Golpe Militar de 1976. Luego de un largo ysinuoso proceso de disputas y negociaciones, en mayo de 1973 el peronismo,con la fórmula Cámpora- Solano Lima (presidente transitorio que sería suce-dido por Perón en septiembre del mismo año), resulta consagrado en eleccio-nes libres. Tras dieciocho años de exilio de Perón y de proscripción política, elperonismo volvía a gobernar en una Argentina acosada por conflictos socia-les, políticos y económicos y, al mismo tiempo, animada por un fuerte espíri-tu de lucha y combatividad que había dado lugar a importantes movilizacio-nes populares y al acercamiento de numerosos jóvenes al peronismo, por lavía del catolicismo, el nacionalismo o la izquierda tradicional.

En ese contexto surge un sector juvenil que conformó la llamada “cuartarama” del Movimiento peronista -el dispositivo encargado de la movilizaciónde masas, la propaganda política y las operaciones armadas-, que se agregabaa las tres ramas tradicionales del Movimiento: la rama sindical, la política y lafemenina. La Tendencia Revolucionaria (que Perón denominara la “juventudmaravillosa”) se convirtió así en un gran frente de masas, cuyo programa po-lítico, el “socialismo nacional”, enarbolaba consignas socialistas combinadascon la tradición nacionalista y peronista. La Juventud Peronista (JP) jugó eneste período un rol fundamental en tanto interlocutor de Perón e impulsor dela candidatura de Cámpora. Enmarcada en la Tendencia y cercana a la organi-zación armada Montoneros, la JP se convirtió así en un actor de gran prota-

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gonismo en el nuevo escenario político: en efecto, además de encabezar gran-des movilizaciones populares, durante el interregno (la “primavera”) campo-rista muchos integrantes de esta vasta agrupación participaron de ministeriosy otros espacios gubernamentales, mientras diagramaban el esperado retornodel General Perón a la Argentina. No obstante, el diálogo y armonía entre laJP y el líder, con Cámpora como intermediario legítimo, comienza a erosio-narse en cuanto Perón regresa al país. El corolario y punto más alto de estedistanciamiento hace que, en septiembre de 1974, tras la muerte del líder, losMontoneros retornen a la clandestinidad y decidan focalizarse en la actividadarmada. Esta ruptura da lugar a múltiples luchas ideológicas y simbólicas enel interior del peronismo.

Un espacio ideológico-argumentativo común

A continuación analizaremos, en nuestro corpus de discursos presiden-ciales, algunos tópicos que hacen resonar la discursividad militante en la vozpresidencial. Según creemos, dichos tópicos recurrentes configuran un espacioideológico-argumentativo común. La noción de espacio ideológico-argumentativose inspira en la de “espacio discursivo” propuesta por Maingueneau (1987), lacual remite a las zonas de intersección entre formaciones discursivas: se tratade un conjunto compuesto por, al menos, dos formaciones discursivasinterligadas, que mantienen entre sí relaciones privilegiadas que son “crucialespara la comprensión de los discursos concernidos” (1987, p. 85). Dado queaquí no analizamos formaciones discursivas sino series de discursos (que, cier-tamente, están insertos en formaciones discursivas), preferimos adaptar el con-cepto de Maingueneau a nuestro caso de estudio: así, la noción de espacioideológico-argumentativo nos permite dar cuenta de las zonas de intersecciónentre discursos en términos argumentativos e ideológicos. La dimensiónargumentativa del espacio ideológico-argumentativo se puede abordar tanto desdeel plano de los tópicos argumentativos e ideologemas (tal como proponemosen el presente artículo) como desde el plano de los modos de decir (al que nonos referimos aquí). En este trabajo es nuestro interés dar cuenta de los tópi-cos argumentativos que constituyen esa zona de intersección discursiva, con elfin de mostrar que la identidad político-ideológica del DK se construye, engran medida, en diálogo con los discursos militantes setentistas.

La heroicidad

Uno de los rasgos más característicos de las organizaciones políticas de losaños ´70 es la doctrina que guiaba a los militantes en su práctica política: elascetismo, la disciplina, la subordinación de lo personal a lo político y unestilo de vida sacrificado eran algunos de los valores revindicados por los mi-litantes en todos sus niveles (Gillespie, 1986, p. 148). Longoni (2007) sostie-

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ne que uno de los tópicos que guiaron a los militantes peronistas de izquierdade los años setenta fue la figura mítica del héroe9: “el culto de la valentía, delcoraje, del arrojo, del riesgo, de la hombría”, la “ética del sacrificio extremo”definía a los militantes como sujetos heroicos embarcados en una tarea épica.

(1) “La juventud maravillosa, como la llamó nuestro líder (…) fueron los nuevoshéroes, los hijos de los gloriosos hombres de la Resistencia”10.

(2) “[un rasgo distintivo de la personalidad del fundador de Montoneros, Fer-nando Abal Medina es] su audacia sin límites y su voluntarismo acendrado, quelo llevan a plantearse como posibles, acciones hasta entonces calificadas comoutópicas”11.

(3) “En buena hora, los precursores, los militantes heroicos, dieron preeminenciaal momento práctico, antes que a la caracterización teórica”12.

Esta imagen del militante heroico aparece en el DK bajo dos formas: enalusión a los militantes de la “generación” del Presidente (sobrevivientes,muertos o desaparecidos); y en relación con su propia imagen como persona-je político, es decir: su ethos discursivo. Así, en la construcción discursiva delethos presidencial, varios son los rasgos que aluden a la heroicidad: en primerlugar, la pertenencia del ex Presidente a esa “generación diezmada y castigada”de militantes políticos:

(4) “Formo parte de una generación diezmada, castigada con dolorosas ausencias;me sumé a las luchas políticas creyendo en valores y convicciones a las que nopienso dejar en la puerta de entrada de la Casa Rosada”. (25/05/03)

(5) “estar entre ustedes me lleva a recordar el período de nuestra vida universitariay la de los jóvenes de mi generación que transcurrió en un momento muy par-ticular y difícil de la Argentina republicana. El cercenamiento de las institu-ciones y el estado de derecho en el país nos imponía la obligación del compro-miso y la militancia política a la vez que frecuentábamos las aulas de la univer-sidad, preparándonos para el futuro, soñando con construir un país mejor paratodos”. (03/06/04)

En segundo lugar, su condición de “pingüino” vinculada a su proceden-cia del sur del país -una zona árida, fría y hostil -, también confiere al locutorun carácter heroico.

(6) “Nosotros somos así: medios crudos, sinceros, hoscos por el viento, por el frío, porla soledad que nos ha tocado vivir, y sabemos que cada vez que tenemos quearreglar un problema tenemos que ir al frente y tenemos que buscar muchasveces -en la soledad que nos ha tocado vivir- la solución de nuestra propiaimaginación y nuestra propia creatividad” (27/06/2003).

En la discursividad militante, el “héroe” se caracteriza por haber dadotodo por su causa, por haber sufrido y entregado su vida por un compromisopolítico. Así, tanto en la discursividad militante como en la kirchnerista el

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valor de morir (en la primera) o sufrir por la Patria (en ambas) son tópicosrecurrentes y característicos, que suelen aparecer marcados por subjetivemas,palabras que dan cuenta de la subjetividad del locutor y sus emociones. Elafecto y las emociones constituyen aquí elementos fundamentales para darcuenta del “sufrimiento” y el “martirio” que aquejan tanto a los militantescomo al portavoz del DK.

(7) “Tuvimos muertos y presos pero seguimos yendo para adelante porque pre-feríamos morir por un país libre que vivir en un país esclavo”13

(8) “Concluye uno de los periodos negros de la historia de nuestro país, durantelos cuales los argentinos debimos sufrir proscripciones, el desconocimientode la voluntad de las mayorías, la entrega del patrimonio nacional, la explo-tación de los trabajadores…”14.

(9) “No sólo sufrimos los problemas que tenemos por la deuda por los organis-mos internacionales, responsables también ellos de muchas de las situacio-nes que vivimos los argentinos, sino por culpa de los corruptos, de los quegobernaron la Argentina y los que entregaron este país. (…) para nosotrosser racional es cada día más techo y más trabajo y tratar de dar vuelta estahistoria de dolor, de olvido que nos ha tocado vivir” (17/02/04).

(10) “Les quiero decir que me toca ser Presidente este tiempo de la historia, peroyo soy el que ustedes conocieron siempre, como siempre: un santacruceño quelucha y sufre junto a ustedes”. (17/09/04)

La “juventud maravillosa”

El carácter de “jóvenes” que signó a la generación de militantes de la iz-quierda peronista en los setenta les confiere una “mística” y un sentido especí-ficos: su heroísmo, su rebeldía, su capacidad de “ser transgresires” y su audaciaconstituían el motor de la acción política.

(11) “La Juventud Argentina fue una protagonista principal de los últimos años dela vida política nacional. No fue prescindente. No se dedicó a ver pasar elproceso, metiéndose con todo, impulsivamente, a veces cometiendo errorespero jugándose hasta la vida por esos ideales de querer ver a nuestra Patrialibre…”15.

(12) “Ese es en esencia el proyecto político de Fernando Abal Medina, queobligadamente debemos rescatar. Sus pautas esenciales podemos sintetizar-las en: […] 3- Absoluta intransigencia con el sistema; 4- Incansable voluntad detransformar la realidad”16.

En este sentido, puede decirse que de la generación del setenta el DKrescata un gesto, un modo de ejercer la política que se vincula con la condi-ción de “jóvenes” de los militantes de su generación: la transgresión, la capa-cidad de “pensar diferente” y de ser “rebeldes” contra lo instituido. La con-frontación, y el desafío, asociados además a la informalidad y la falta de apego

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a las convenciones del discurso político en materia de protocolo, configurantambién un ethos marcadamente “juvenil”, desfachatado, prepotente y con-frontativo.

(13) “Nosotros los argentinos tenemos que ser transgresores y decididos y tenemosque demostrarles a todas aquellas escuelas económicas, a todos aquellosdiagnosticadores de la realidad, que con la prepotencia del esfuerzo, del traba-jo y la honestidad vamos a hacer una nueva Argentina, le guste a quien leguste la vamos a poner en marcha” (12/06/03)

Como señalamos en la nota 5, creemos que esta escenificación de unethos juvenil, desafiante y confrontativo no se da sólo en el nivel de lo dichosino también en el de lo mostrado17, y que se despliega en marcas lingüísticascomo la prosodia, los actos de habla de amenaza, las modalidades exclamativae interrogativa (especialmente el empleo de la interrogación retórica), los sub-jetivemas, los coloquialismos, entre otros indicios.

En relación con la recuperación del espíritu “juvenil” setentista en el dis-curso kirchnerista, Lesgart señala que allí el componente generacional se ligacon una “praxis ético-moral animada por la ‘esperanza de cambio’, empapadade ‘fraternidad con el otro’, de lealtad, amistad, y la creencia en que la volun-tad puede ser creadora” (2006, p. 183), y que no se enlaza con la prácticamilitarista “autodestructiva”, sino que reenvía a la vertiente más vital e idea-lista de aquel imaginario.

Las convicciones y los sueños

Se suele decir que con la gestión de Néstor Kirchner se ha introducido enla política argentina una recuperación de la voluntad política, en el doblesentido de acción derivada de principios (convicciones personales y subjeti-vas) y de búsqueda de construcción de un lazo representativo (Cheresky, 2003;Barros, 2006). En oposición a los liderazgos presuntamente “pragmáticos” o“institucionalistas” que lo precedieron, Kirchner se ha mostrado como unlíder político dotado de valores y convicciones que funcionaban como guía desu acción, por sobre otros criterios de tipo pragmático o especulativo.

(14) “Esto es lo que se había dejado de lado en la Argentina: cumplir con la pala-bra empeñada, decir la verdad, trabajar con honestidad, tener principios, tenerconvicciones, tener ideas por las que luchar. Esas son cosas fundamentales quevan a consolidar la transformación y el cambio en este país”. (16/01/06)

Esta dimensión de convicciones y valores remite sin duda al imaginariomilitante de los ´70, en el que -como vimos más arriba, en diversos fragmen-tos- los valores y los “ideales” orientaban la acción política.

En este mismo sentido puede entenderse la preponderancia del lexema“soñar”, muy frecuente tanto en la matriz militante como en la kirchnerista.

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(15) “Convocamos a todos aquellos que pelearon y que pelean, a los que soñarony sueñan con la justicia para el pueblo y a todos aquellos que quieren unapatria Libre, Justa y Soberana”18.

(16) Tenemos convicciones, tenemos esperanzas y tenemos sueños. Los argentinos de-bemos tener convicciones, esperanzas y sueños para inventarnos una realidaddistinta para salir del subsuelo. Soñamos con una patria unida, con una patriacon memoria, con verdad y con justicia. Soñamos una patria con equidad, consolidaridad; soñamos una patria con sustentabilidad interna, sin excluidos. So-ñamos una patria dignamente reconocida en el mundo e integrada a él perocobijados por una bandera celeste y blanca que nos cubra a todos. A esos sueñostenemos que tratar de hacerlos realidad cada día, con trabajo, con esfuerzo,encarando los cambios que necesitamos concretar para que se haga menospesada la crisis a los que más sufrieron las consecuencias nefastas del modelode endeudamiento y exclusión que tenemos que dejar atrás. (13/08/03)

La intransigencia y la no neutralidad

En la misma línea funciona el tópico de “no neutralidad” e “intransigen-cia” desplegados recurrentemente en el DK, que da cuenta de una toma deposición ética y “personal” frente a la situación política argentina y de unethos involucrado personalmente en la lucha política.

(17) En este tiempo de la historia -que quede bien grabado- yo no soy, como dijerespecto de otros temas días pasados, neutral, no vengo a mezclar todo, no meinteresa bajo ningún aspecto; lo dije el día que me tocó asumir como presi-dente de la Nación Argentina: no vengo a dejar los principios en la puerta dela casa de Gobierno. (07/12/2004)

(18) Estoy en una trinchera sola, no tengo un pie acá y otro allá, tengo los piespuestos en el corazón, en el cariño, en el afecto y en la decisión de abrazarmepermanentemente al pueblo argentino, sin distinción de colores o partidos.(14/07/2005)

(19) A veces a uno lo quieren mostrar como intransigente porque, obviamente,tenemos que serlo con los que quebraron el país, con los que llevaron a millonesde argentinos a quedar sin trabajo, con los que nos destruyeron la riqueza nacio-nal. ¡Como no vamos a ser intransigentes con los responsables de estas políticas ycon esas políticas! Tenemos que ser transigentes con los que quieren crear laspolíticas superadoras que están necesitando la Argentina. (02/06/04)

La lucha de los militantes peronistas de los ´70 también era visualizadacomo “intransigente”: en efecto, en el discurso militante la condena a la indi-ferencia era una constante19:

(20) “Sabemos bien quienes somos y qué queremos: una patria libre, justa y sobe-rana con independencia económica, soberanía política y justicia social y sa-bemos que a esos objetivos no se los alcanza sino mediante la lucha masintransigente e irreductible”20.

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(21) “Cuando el Movimiento se juega su destino, no puede haber indiferentes yasea por comodidad, por cobardía o por especulación”21

(22) “No queda espacio político para el color gris en lo que a esta lucha respecta”22

O, como en el fragmento ya citado:

(12) “Ese es en esencia el proyecto político de Fernando Abal Medina, queobligadamente debemos rescatar. Sus pautas esenciales podemos sintetizar-las en: […] 3- Absoluta intransigencia con el sistema; 4- Incansable voluntadde transformar la realidad”23.

Pero la alusión a la intransigencia24, la parcialidad, la no neutralidad y lalealtad a principios y convicciones que funcionan como “mandatos” político-ideológicos no está exenta de complejidades; por el contrario, pone de mani-fiesto una tensión que atraviesa todo el imaginario kirchnerista: la tensiónentre el terreno de las convicciones políticas particulares y el carácter univer-sal del Estado de derecho.

El militante como “hombre común”

Otro atributo con el que el ex Presidente se definía reiteradamente a símismo es el de “hombre” o “ciudadano común” con derecho a “pensar dife-rente” y a ejercer su libertad de opinión.

(22) “Soy un hombre común, con virtudes y con errores. Trato de corregir perma-nentemente lo que me pueda equivocar” (14/07/05).

(23) “Porque también aparte de ser Presidente uno sufre como ser humano, comotodos ustedes. Uno es un hombre común, algunos creían que se sentaban enese sillón y se volvían perfectos. Así nos fue. Uno acierta o se equivoca y tienemejores y peores días como todos los cristianos permanentemente, pero due-le a veces escuchar a algunos que han hecho tanto daño al país y hablan con unasoberbia”. (11/08/04)

De la misma manera, el militante setentista se visualizaba a sí mismocomo perteneciente y surgido del pueblo, y exaltaba las virtudes de la “gentecomún” (Gillespie, 1986, p. 112)25.

(24) “Con orgullo desafiante, elevando altivos nuestras banderas. Con la sober-bia de los que surgen de las entrañas del pueblo, alzando sus puños agresivos”26.

(25) “Somos hijos del pueblo, porque forjamos esta última etapa de lucha, porquevamos a ser los que llevemos el peso de la lucha del futuro”27.

En la escena argumentativa presidencial, su sedicente condición de “ciu-dadano común” que discute y defiende sus ideas “democráticamente” y “ejer-ce su libertad de expresión” suele funcionar como argumento a favor de susintervenciones polémicas:

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(26) “Esto no es atacar la libertad de prensa, por el contrario. Cuando uno dicecosas diferentes a la que puede estar pensando un diario se dice que se atacala libertad de prensa, estoy ejerciendo la libertad de expresión como presidente ocomo ciudadano común”. (17/03/2005)

(27) “… yo no soy ni confrontativo ni ataco a los medios de prensa, dicen de mílas cosas que quieren, pero soy un hombre del sur, un argentino más que defien-de sus ideas, sus convicciones, y si tengo ideas y convicciones y las quiero discutirdemocráticamente lo debo hacer porque eso es bueno para el país. No me vana callar la boca diciendo que soy confrontativo ni me van a callar la bocadiciendo que ataco a la prensa”. (05/08/2005)

Este derecho a “disentir” y a presentar puntos de vista “diferentes” tam-bién era revindicado por los militantes peronistas:

(28) “Los leales pueden disentir. Los obsecuentes siempre traicionan”28.(29) “En el Movimiento Peronista siempre hubo derecho a disentir”29

Vale la pena detenerse un instante en el modo en que el ex Presidente“pide la palabra” en relación con su carácter de “ciudadano” u “hombre co-mún”. El hecho de que el locutor elija deliberadamente citar presuntas críti-cas y acusaciones de sus adversarios puede interpretarse como un modo de“construir” la polémica, la cual requiere de un terreno común de debate. Estaestrategia consiste en crear una “excusa” para mostrarse a la vez como unciudadano común con derecho a “pensar diferente” y como un “militante” desus convicciones, para marcar el alcance del debate y posicionarse como sujuez legítimo. Si la ambigüedad del discurso polémico reside en que éste “es ala vez una búsqueda de la verdad, o al menos de lo opinable […] pero estambién un acto, que supone una presencia fuerte y explícita del enunciadoren el enunciado” (Angenot, 1981. p. 35, traducción propia)30, el derecho a“no callarse la boca” puede ser ejercido por el Presidente en la medida en que,desde una posición enunciativa que afirma su autoridad, pero amparado a lavez en su condición de “hombre común”, construye y delimita la esfera de lapolémica.

La política como lucha, batalla o epopeya

Un tópico de enorme importancia que recurre en las dos series discursivasque aquí abordamos consiste en la postulación de la política como “lucha”,“batalla” o “epopeya”, es decir: la política como motivada y animada por elconflicto31.

(30) “Venir -honestamente se los digo, con absoluta franqueza- para profundizarla Argentina que nos han dejado, bajo ningún aspecto fue mi intención cuandoiniciamos este largo maratón, esta larga lucha y esta larga epopeya por conducirla Argentina” (11/08/03).

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Esta visión de la política como terreno de conflicto puede asociarse conlo que Tcach (2006) ha denominado la “lógica del partisano” que subyace a lapráctica política de los jóvenes militantes setentistas. Esta lógica se caracterizapor la organizar el imaginario político como “un imaginario de guerra, mar-cado por la antítesis amigo-enemigo”: en efecto, para las organizaciones polí-ticas peronistas de los años ´70, la práctica política era visualizada como unalucha, como un “combate” permanente “por la libertad y la democracia” (Tca-ch, 2006, p. 141)32:

(31) “La lucha no declina a partir del 11 de marzo ni llega a su término con latoma del gobierno el 25 de mayo. Recién entonces comienza una nuevaetapa, etapa en la que el pueblo debe pasar a jugar un papel protagónico”.33

(32) “Luego de 18 años de lucha (…) el 25 de mayo comenzó la etapa de laReconstrucción para la Liberación Nacional”.34

(33) “Porque el peronismo es nuestro, porque forjamos esta última etapa de lu-cha, porque vamos a ser los que llevemos el peso de la lucha hacia el futu-ro”35.

En efecto, los años ́ 70, marcados por hitos como el Cordobazo, la movi-lización popular y la radicalización política de amplios sectores de la socie-dad, son años en los que, al decir de Pucciarelli “la concepción del compro-miso político era asumida como conflicto, como lucha imperativa y dramáti-ca para trastocar las estructuras de poder heredadas” (1999, p. 7): se trata deun período de “primacía de la política”. En ese registro, el poder “transforma-dor” de la “voluntad” política constituye un tópico recurrente en ambas seriesdiscursivas.

(34) “todos los que tenemos responsabilidades, todos los que abrazamos la políticacomo una causa transformadora (…) hay que volver a reconstruir las bases dela credibilidad para que la sociedad pueda ver en cada intendente, en cadadiputado, en cada senador, en cada presidente, en cada ministro, la actitudde confianza que lo lleve a apoyarlo para ir construyendo una Argentinaabsolutamente diferente” (14/08/03)

(35) “He querido hablar con el corazón abierto, con una voz que quiere ser ex-presión del anhelo del pueblo que represento, combinación de sueño y realis-mo e inspirada en el sólido recuerdo de nuestra historia en común y en lavisión de un presente y un porvenir que nos exige practicar el diario ejerciciode la voluntad de hacer” (28/08/03)

La primacía de la política y el antiliberalismo

Es sabido que el ideario de los militantes de los años setenta se fundaba enla construcción de la Patria Socialista, cuya consolidación requería de unaprimer etapa “táctica”, la Patria Peronista. Orientadas por la revolución cuba-na y por las corrientes izquierdistas expandidas en la época, las agrupaciones

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políticas se acercaron al Peronismo como un movimiento capaz de expresar yllevar adelante el proyecto de socialismo nacional.

(36) “Sabemos bien quienes somos y qué queremos: una Patria Libre, Justa ySoberana con independencia económica, soberanía política y justicia social”36.

Aunque, como sabemos, este no es el ideario que guía la programáticakirchnerista, sí es posible distinguir en el DK una serie de ideas-fuerza queoperan como memorias discursivas de la matriz discursiva del peronismo deizquierda. Como señala Lesgart, si bien en el registro kirchnerista “no hay unretorno a la idea de que la democracia sería una ‘máscara de dominaciónburguesa’ o un instrumento para lograr fines más elevados, la construcciónsimbólica del poder político evoca la recuperación de ideas-fuerza que sonleídas en sintonía con algunos planteos de distintas izquierdas de décadasanteriores” (2006, p. 173). Entre estas ideas, la “soberanía política”, la “justi-cia”, la “independencia económica”, el “antiimperialismo”, son tópicos recu-rrentes que se enlazan con el ideario setentista. Por su carácter ambiguo ypolisémico, estos tópicos permiten articular en el DK configuraciones políti-cas distintas a las impulsadas por los jóvenes peronistas, pero que en todocaso funcionan como ecos y resonancias de aquella discursividad.

Es en continuidad con esos preceptos propios de la izquierda peronistaque se puede interpretar entonces la persistente prédica kirchnerista contra“la ortodoxia neoliberal”, la oligarquía, los monopolios, o los “nostálgicos”del modelo del pasado. Aunque en otro registro, estos tópicos aparecen reite-rados y reformulados desde una perspectiva (y en un contexto económico)que poco tiene que ver con el “socialismo nacional” de otrora, pero que pos-tulan la centralidad del Estado y, en términos generales, cierto imaginarionacionalista, también en boga por aquellos años.

(37) “Todavía hablan, pero tengan en cuenta, siempre recuerden a esos economistasneoliberales que nos prometieron el cielo y nos dieron el infierno. Tengámoslomuy claro porque buscan volver de cualquier manera, pero que se den cuen-ta que con absoluta amplitud, con absoluta pluralidad, estamos entre todosempezando a tratar de recrear un proyecto, un proyecto nacional del que algunavez los argentinos estuvieron absolutamente convencidos. Y Dios quiera -austedes y a los que nos miran por esa camarita- que podamos volver a decirque somos capaces de reconstruir ese proyecto que nos contenga a todos losargentinos” (11/08/04)

Mas allá de la plausibilidad y las condiciones de posibilidad de la reemer-gencia de los preceptos “antiliberales” en el contexto político y económicoargentino actual (cuyo alcance no podemos evaluar en este trabajo), lo intere-sante de esta recuperación del tono antiliberal se vincula profundamente conel punto que desarrollamos anteriormente: la centralidad y la primacía de lapolítica en la discursividad kirchnerista. En ese sentido, vale la pena recordar

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aquel adagio del teórico político alemán Carl Schmitt, según el cual no existe“ninguna política liberal en sí misma, [sino] tan sólo una crítica liberal de lapolítica” (1987, p. 91). Desde este punto de vista, se comprende por qué laemergencia de un liderazgo militante y dotado de una voluntad política fuer-temente polémica, aparece como un contrapunto y un embate contra el ima-ginario liberal.

En efecto, la perspectiva liberal, basada en argumentos técnico-burocrá-ticos, económicos o morales (Mouffe, 2007) es fuertemente cuestionada yrechazada en las dos series discursivas que analizamos, desde un punto devista que destaca la dimensión antagónica y conflictiva de la política:

(38) “Lo que sucede es que estos marranos de la política suponen que con papeles ysellos pueden alterar al cariño de un pueblo a quienes reconoce como leales,la vocación por luchar contra los patrones, la bronca con la policía brava, eldesprecio a los milicos, el odio al yanqui explotador, las ganas de juntarse (…)guiándonos como una enorme llamarada revolucionaria. (…) Ahí es dondenunca podrán destruirnos, ahí está nuestra fortaleza, lo indestructible denuestra política”37.

(39) “Les puedo asegurar que estamos abriendo todas las puertas del Estado. Porque elEstado somos todos los argentinos, no una simple burocracia política a la que letoca por un determinado tiempo ejercer el poder político de la Nación. Por lotanto, hay que entrar a participar activamente, porque si no de un lado deman-dan los que sufren las injusticias y las inclemencias de un Estado que no fun-ciona y del otro lado están los que siguen viviendo del Estado”. (14/11/03)

En oposición al gobierno “policíaco” de la dictadura y a la “burocracia”representada por la derecha peronista, la juventud peronista postulaba la “lu-cha política”. Por su parte, frente a la uniformidad, el autoritarismo y la “puraadministración de las cosas” representados por el “pensamiento único” neoli-beral (que, como veremos, se vincula con la “uniformidad” militar), en el DKse postula la centralidad del Estado, la convicción y la decisión política.

El pasado reciente: dictadura y neoliberalismo

En cuanto a la lectura del pasado, en el DK es posible visualizar unacontinuidad temporal entre el año 1976 y el año 2003, en que se inicia lagestión de gobierno kirchnerista. Desde nuestra perspectiva, esta operaciónpermite delinear dos visiones del pasado reciente: por un lado, un pasado queremite a los valores y convicciones de la generación de militantes; y por otro,un bloque temporal en el cual la dictadura y el neoliberalismo están profunda-mente vinculados.

Sobre la primera lectura del pasado, que recupera el período de auge de lamilitancia setentista, evocado como un tiempo de utopías, sueños y compro-miso, ya nos hemos referido más arriba. En lo que respecta a la segunda inter-

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pretación del pasado reciente, es destacable que éste aparece presentado comoun bloque temporal en el que la dictadura militar se homologa con el neolibe-ralismo imperante en los años ´90 (que parecería tener su corolario, o sumuestra más cabal, en el estallido social y político del año 2001), bloque en elque se incluye, un tanto vagamente, a todas las gestiones gubernamentalesanteriores y al accionar de otros adversarios como los militares, la Iglesia, laprensa, ciertos partidos opositores, asociados a ese modelo. Pero esta vague-dad, lejos de disipar la figura de los adversarios políticos, los define y los cargade sentido. Si la dictadura aparece como la responsable de la introducción delmodelo económico neoliberal, la década del noventa es caracterizada por suparte como el “epílogo” y la “máxima expresión” del modelo económico ypolítico implementado por el gobierno militar:

(40) “Sólo así [los dictadores] podían imponer un proyecto político y económicoque reemplazara al proceso de industrialización sustitutivo de importacionespor un nuevo modelo de valorización financiera y ajuste estructural con dis-minución del rol del Estado, endeudamiento externo con fuga de capitales y,sobre todo, con un disciplinamiento social que permitiera establecer un or-den que el sistema democrático no les garantizaba.Para el logro de estos objetivos querían terminar para siempre con lo distin-to, con lo plural, con lo que era disfuncional a esas metas. Ese modelo eco-nómico y social que tuvo un cerebro, que tuvo un nombre y que los argenti-nos nunca deberemos borrar de nuestra memoria y que espero que tambiénla memoria, justicia y verdad llegue, se llama José Alfredo Martínez de Hoz.Lamentablemente, este modelo económico y social no terminó con la dicta-dura; se derramó hasta fines de los años ´90, generando la situación socialmás aguda que recuerde la historia argentina”. (24/03/2006)

La represión y el modelo neoliberal aparecen así como una unidad inin-terrumpida en el tiempo y como una matriz ideológica con idénticos princi-pios políticos, ideológicos y económicos.

Pero este modo de leer el pasado dictatorial, en relación con la instaura-ción de de un modelo económico, también reenvía a los discursos de la mili-tancia setentista: en esos discursos (que a su vez evocan la figura de Eva Peróny la histórica polaridad peronismo- antiperonismo) la polarización de la so-ciedad en dos campos, pueblo/ antipueblo, ubicaba a las oligarquías, los mo-nopolios, el imperialismo y los gobiernos militares en el polo del antipueblo.Todos esos sectores aparecían como enemigos del pueblo, como aquellos queestán “del otro lado” del pueblo:

(41) “Del otro lado el imperialismo, las grandes empresas monopólicas y sus aliadosnativos, la oligarquía industrial, financiera, comercial y agropecuaria, expresa-da políticamente en los partidos gorilas (Nueva Fuerza, ezequielismo ymanriquismo), en sus agrupamientos empresariales (UIA, Sociedad Rural,Cámara Argentina de Comercio, Bolsa de Comercio, etc.) y sus expresiones

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militares (la camarilla militar, los asesores yanquis…)”38.

En el mismo sentido, el 26 de mayo de 1973 un comunicado de la JPestablecía como uno de sus diez objetivos fundamentales

(42) “la investigación hasta sus últimas consecuencias de los responsables y ejecutoresde torturas, secuestros, asesinatos y encarcelamiento de los militantes populares.Así también la de los implicados en delitos económicos a todo nivel, y de losejecutores y cómplices de la penetración imperialista que han saqueado y entre-gado nuestra economía”39.

Como puede verse, tanto en el DK como en la serie de discursos militan-tes, imperialismo y represión, militarismo y economía “antipopular” se unenen la figura del enemigo político contra el que se debe luchar para la instaura-ción de un nuevo modelo de soberanía y para la refundación de la nación.También en este tópico, como en tantos otros, la memoria discursiva de losjóvenes militantes peronistas opera como fundamento y a la vez como sopor-te del discurso kirchnerista, tanto en el terreno de los imaginarios evocadoscomo en el de la construcción del ethos discursivo del locutor.

Conclusiones y perspectivas

A partir del análisis precedente es posible extraer algunas conclusionesprovisorias y plantear algunos puntos para la reflexión.

En el plano específicamente discursivo, creemos que esta descripción yenumeración de tópicos argumentativos, que dan cuenta del vínculo existen-te entre el discurso kirchnerista y los discursos de la militancia setentista, nospermite identificar y caracterizar, de manera aún incipiente y en términosgenerales, una tipología discursiva que el análisis del discurso aún no ha estu-diado en profundidad: el discurso militante. Estrechamente ligado a lo queAngenot (1982) denomina discurso panfletario, pero con características pro-pias, el discurso militante reúne una serie de rasgos que nos autorizan a defi-nirlo como una tipología específica caracterizada por una serie de tópicos,por un conjunto de ideas-fuerza, por un cierto “tono discursivo”, por deter-minadas modalidades, pero especialmente por un tipo de ethos, que habla y“se muestra” como un “hombre común”, heroico, idealista, luchador y belige-rante.

En el plano ideológico-político, puede decirse que la recuperación de ladiscursividad militante setentista en la voz presidencial ha (re)abierto en eldebate político argentino una polémica aún no saldada: la cuestión del accio-nar de las organizaciones políticas de los ´70 y sus sentidos de la política(como acción guiada por valores y convicciones pero también como radicali-zación y violencia), en relación con las perspectivas para el proceso de revi-sión y reelaboración del pasado traumático de la dictadura militar.

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Finalmente, en términos de construcción de liderazgo político, las me-morias discursivas de los ´70 que atraviesan, impregnan y dan forma al dis-curso kirchnerista señalan que asistimos a la construcción de un ethos presi-dencial con características novedosas. Svampa (2003) ha denominado “ethosde los setenta” al zeitgeist de aquellos años, cuyo mayor exponente fue la figu-ra del militante político, “definido por una ‘mística’ revolucionaria, […] uncompromiso que se postulaba como permanente y radical”, caracterizado porla desconfianza en las vías reformistas y el desprecio partidocrático (2003, p.28), entre otros rasgos. Aunque con matices y diferencias, esas característicasparecen ajustarse a la imagen que el ex presidente argentino Néstor Kirchnerha construido de sí mismo en tanto líder político: se trata de un ethos “mili-tante”, juvenil, beligerante y rebelde; un ethos “igual a la gente”, con derechoa disentir; un ethos animado por convicciones y valores.

El espacio ideológico-argumentativo común entre el “ethos setentista” alque alude Svampa y el ethos kirchnerista -en el sentido específicamente dis-cursivo y argumentativo en que lo abordamos aquí- está impregnado de unalógica de “cruzada” (Tcach, 2006), donde lo “personal” atraviesa y se fusionacon la política, y donde la recuperación de la tarea y los ideales políticos de lageneración del setenta aparecen como un legado:

(43) “Estamos en una etapa histórica, luchemos por las convicciones que soñaronmuchos de nuestros próceres, muchos de aquellos que tuvieron que sufrir repre-sión, desapariciones por sus ideas; muchos de los que forman parte de los ex-cluidos de este país, que fruto de un modelo perverso los fueron dejandototalmente afuera”. (30/03/06)

(44) “fuimos perseguidos por defender nuestras ideas y hoy estamos compartiendo laconducción de la nueva Argentina con una generación en la que muchos noestán, pero estamos nosotros para llevar la bandera al lugar que corresponde”.(04/02/04)

Max Weber (1988) señala, a propósito del líder carismático, que “el ca-risma puro […] constituye, donde aparece, una vocación en el sentido enfáti-co del término: como ‘misión’ o como ‘tarea’ íntima”. El liderazgo kirchneris-ta y el ethos presidencial se configuran a partir de un juego en el que lasmemorias discursivas operan como ecos de voces del pasado, voces que resue-nan recordando que la voluntad política, las convicciones y la lucha por la“refundación” de la Argentina constituyen, tal como sugiere Weber, una “mi-sión”, un “mandato” o una “tarea íntima”.

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NOTAS

* Este artículo es una versión modificada y ampliada de una ponencia presentadaen las IV Jornadas de Jóvenes Investigadores organizadas por el Instituto de In-vestigaciones Gino Germani, Facultad de Ciencias Sociales, Universidad de Bue-nos Aires, Argentina, en octubre de 2007.

1 En efecto, esa tarea ya había sido iniciada durante la llamada “transición demo-crática” (en la década de 1980) por el ex Presidente Raúl Alfonsín, quien tam-bién se ocupó de la resolución de la cuestión militar y de instaurar cierta lecturadel pasado dictatorial (ver Sábato, 2000; Jelin 2007; Acuña y Smulovitz, 1995;entre otros). Sobre la relación entre el discurso alfonsinista y el kirchnerista, verMontero, en prensa b y en prensa c.

2 Para una descripción de las agrupaciones militantes setentistas, ver la nota 4 y latercera sección de este trabajo.

3 Durante sus casi cinco años de mandato (2003- 2007), el ex Presidente NéstorKirchner realizó alrededor de 830 discursos públicos, disponibles en el sitiowww.presidencia.gov.ar. Los fragmentos seleccionados en este trabajo correspon-den a discursos pronunciados entre los años 2003 y 2006 y su criterio de selec-ción responde a los tópicos y temáticas rastreados en el análisis.

4 En este trabajo tomamos en cuenta la revista El Descamisado, el órgano de pren-sa de la Juventud Peronista. La selección de los materiales de análisis de los añossetenta responde a criterios históricos y políticos: es sabido que entre 1972 y1976 los miembros de la Juventud Peronista tuvieron una participación activa enel gobierno peronista, ya sea como militantes y activistas (campaña por el “Luchey Vuelve” y campaña presidencial, a fines de 1972 y principios de 1973), comointegrantes (durante el interregno camporista), como aliados, o como interlocu-tores. Además, durante esos años esa agrupación propuso activamente “progra-mas políticos” que complementaban la acción armada. A esto se agrega el hechode que en los discursos presidenciales existe una constante alusión y reivindica-ción del mencionado periodo, con el que el locutor manifiesta tener afinidadideológica y en el cual él mismo participó como militante.

5 Una hipótesis más abarcativa que guía nuestra tesis, y en la que no avanzaremosaquí dado que excedería con creces el objetivo de este artículo, es que las memo-rias entre ambas series de discursos no operan solamente en el nivel de lo dicho,sino también en el nivel de lo mostrado. Esto es: no es sólo en el nivel de lostópicos, los temas o los objetos del decir sino en el decir mismo, en las modalida-des argumentativas y enunciativas desplegadas en ambas series donde se poneplenamente de manifiesto esta continuidad entre el discurso militante de los ´70y el DK (sobre la diferencia entre “mostrar” y decir” ver Ducrot, 1986; Maingue-neau, 1999, y también la nota 17 de este trabajo).

6 No es objeto de este artículo indagar en las diferencias y debates teóricos entorno a estas nociones, cercanas y a la vez distintas entre sí. Al respecto, ver lasintervenciones recopiladas en Bres, J. et al (Dirs.) (2005). Actes du Colloque deCerisy: Dialogisme et polyphonie. Approches linguistiques. Bruselas: De Boeck-Duculot.

7 Sobre la acepción retórica de la memoria, ver también Vitale, 2007.

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8 Amossy (1999), por su parte, denomina “estereotipos” o “clichés” a estos térmi-nos cristalizados que condensan significaciones del sentido común y tienen unrol fundamental en el discurso argumentativo. Ver también Amossy y Hersch-berg Pierrot, 1997.

9 Esta figura se complementaba con la del mártir, que evocaba a los “muertos porla causa popular”, encarnada por algunos personajes que conformaban la mito-logía montonera (Svampa, 2003; Longoni, 2007). En las solicitadas se solía fir-mar: “Presentes mártires de Trelew. Presentes mártires anónimos. Presentes to-dos los mártires” (Baschetti, 1996: 93).

10 “Solicitada en homenaje al pueblo peronista y su líder por el triunfo popular del11 de marzo de 1973”, El Descamisado, 05/03/74 (en adelante ED). El subraya-do siempre es nuestro.

11 “El mandato político de Abal Medina”, Revista Militancia, Editorial (Baschetti,1996: 189).

12 Ibídem: 191.13 “7 de septiembre: Día del Montonero”, volante (Baschetti, 1996: 187).14 “Apoyar, defender, controlar”, ED N° 2, 05/73.15 “7 de septiembre: Día del Montonero”, volante (Baschetti, 1996: 187).16 “El mandato político de Abal Medina”, Revista Militancia, Editorial (Baschetti,

1996: 190).17 Esta doble dimensión del discurso procede de la distinción planteada por Ducrot

(1984) entre L (locutor) y » (locutor como ser-en-el-mundo). Para este autor laexclamación, las interjecciones, y todas las marcas de subjetividad en general,“muestran” algo relativo a la enunciación y a la subjetividad del locutor y no sólo“dicen” algo del mundo, y están plenamente a cargo de L, quien no sólo hablasino que también “muestra” la situación como la fuente y origen de su enuncia-ción. Hemos analizado algunas de estas estrategias de emergencia del ethos mili-tante (en tanto L) en Montero, 2007a y 2007b.

18 “Solicitada en homenaje al pueblo peronista y su líder por el triunfo popular del11 de marzo de 1973”, ED, 05/03/74.

19 Ver también el fragmento correspondiente a la nota 16.20 ED, 14/03/7421 ED, 14/03/7422 ED, 19/03/74.23 “El mandato político de Abal Medina”, Revista Militancia, Editorial, en Baschet-

ti (1996), p. 190.24 Para un tratamiento semántico-argumentativo del lexema “intransigente” en el

discurso kirchnerista como motor y condición de la acción política, ver Monte-ro, 2007b.

25 Sobre el carácter “popular” de los miembros de las organizaciones peronistas deizquierda es interesante señalar que muchos de ellos eran jóvenes estudiantesprovenientes de clases medias acomodadas e incluso de clases altas. Según Tortti(1999), cierta “autoculpabilización” por no pertenecer a las clases populares loshabría llevado a abrazar la causa popular y a adoptar una disciplina de ascetismoy renuncia a los beneficios de su clase de origen.

26 ED, 14/03/1974.

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27 ED, 14/03/1974.28 ED, 5/02/74.29 ED, 5/02/74.30 “[Le discours polémique] est à la fois une recherche de la vérité, ou du moins de

l´opinable […], mais il est aussi un acte, qui suppose une présence forte et expli-cite de l´énonciateur dans l´énoncé” (Angenot, 1982: 35).

31 También es posible inscribir esta visión conflictiva de la política en el marco deldiscurso populista, en la medida en que se trata de un tipo de construcción polí-tica basada en el antagonismo y la conformación de fronteras que delimitan equi-valencias y exclusiones. Nos hemos referido al carácter populista del discursokirchnerista en Montero (en prensa b).

32 Tcach (2006) también señala que la lógica del partisano enlaza perfectamentecon el “derecho de resistencia a la opresión”, tan marcado en la discursividadkirchnerista. Sobre esto, ya hemos mencionado brevemente que en numerosasocasiones el Presidente se muestra como un “ciudadano común” con “derecho aexpresar sus opiniones”, y que esto funciona como un argumento a favor de (eincluso una excusa para) propiciar y generar el debate.

33 Volante (Baschetti, 1996: 43).34 Volante (Baschetti, 1996: 74).35 ED, 14/03/7436 ED, 14/03/7437 ED, 14/03/74.38 ED, 12/06/73.39 “Compromiso de la Juventud Peronista con el pueblo de la patria”, comunicado

del 26/05/73 (Baschetti, 1996: 51).

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ANA SOLEDAD MONTERO es Licenciada en Sociología, docente de So-ciología Política e investigadora en la Universidad de Buenos Aires. Actual-mente es becaria de Doctorado del Consejo Nacional de Investigaciones Cien-tíficas y Técnicas (CONICET) y realiza un Doctorado en Filosofía y Letrascon orientación en Lingüística (Facultad de Filosofía y Letras, Universidadde Buenos Aires). Su área de estudio es el análisis del discurso político desdeun enfoque argumentativo y socio-político. Ha publicado varios artículosrelativos a su tema de investigación y ha participado de diversos congresos yencuentros, tanto en el área de las ciencias sociales como en el del análisis deldiscurso.

Correo-e: [email protected]

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RESEÑAS

CUBO DE SEVERINO LILIANA (Coord.) (2007). Los textos de la ciencia.Principales clases del discurso académico-científico (2da. ed.). 384 pp. Argenti-na, Córdoba: Comunicarte. ISBN: 978-987-1151-54-7.

El libro está destinado a describir las características que identifican a dis-tintos tipos de textos académicos: los textos de difusión en ámbitos científicoacadémico, los de resultados de investigación, los de control y/o aval de inves-tigadores, los de estudio de disciplinas. Surge del reconocimiento de las difi-cultades que aparecen en el nivel universitario en la lectura y en la expresiónescrita, conforme a las convenciones de la comunidad de discurso, que tras-cienden los objetivos de comunicación básicos. Esto requiere en opinión de lacoordinadora de la obra de un “proceso de enseñanza-aprendizaje especial”.Está problemática, identificada en distintos países, ha sido objeto de indaga-ciones particulares que han dado como resultado textos destinados a precisarlas características de los textos académicos. Sin embargo, la bibliografía de laque se dispone refiere principalmente a la producción escrita en inglés y, enmenor medida, en francés y alemán. Justamente el trabajo que se presenta estádestinado a brindar conocimientos en idioma español sobre esta temática.

La obra en sus distintos capítulos ha sido abordada por distintos investi-gadores y uno de sus méritos intrínsecos es la unidad de análisis con los quehan sido enfocados, a partir del modelo tipológico de Heinemann y Viehwe-ger (1991). Asimismo, se destaca que la información que se ofrece parte de lainvestigación de un corpus representativo de distintos tipos de discurso escri-tos en español, circunstancia que asegura disponer de datos confiables. Sibien está destinada principalmente a estudiantes universitarios, resulta unrecurso eficaz que a no dudar resultará de utilidad a la misma comunidadacadémica, tanto en la producción como en la transmisión de conocimientos.

El libro está organizado en cuatro partes, cada una de las cuales abordalos diferentes tipos de textos. La primera, se refiere a los textos de difusión enámbitos académicos científicos. Incluye para su consideración el artículo deinvestigación científica (Hilda Elena Puiatti de Gómez), el resumen o abs-tract (Clara Prestinoni de Bellora y Elsa Girotti); la ponencia y el resumen deponencia (Ofelia Duo de Brottier); el póster científico (Ana María Vega); lareseña (Ester Castro de Castillo) y la conferencia académica (Gisela ElinaMüller de Russo). La segunda parte está destinada a los textos de control deresultados de investigación. Incluye a la monografía (Delia Ejaque); la tesinade licenciatura (Diana Tamola de Spiegel) y la Tesis (Ann Borsinger de Mon-

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temayor). La tercera aborda los textos de control y aval de investigación. Con-sidera al proyecto de investigación (Gloria Nelsi Lacon de De Lucía) y elinforme de investigación (Iris Viviana Bosio). Finalmente, la cuarta parteincluye a los textos de estudio de disciplinas, tales como los manuales univer-sitarios (Liliana Cubo de Severino), los manuales de nivel medio (AndreaGazali), la guía de estudio en el nivel superior (Carolina Ana Sacerdote) y eldocumento de cátedra (Adriana Zani).

En cada una de las partes, y de acuerdo al modelo propuesto “multini-vel”, dentro de los lineamientos de la lingüística del texto con enfoque cogni-tivo procedural, se examinan de modo particularizado los textos sometidos aanálisis. En su conjunto y separadamente proporcionan información valiosay precisa acerca de distintos elementos constitutivos de los niveles que se hanconsiderado. De este modo identifican el tipo de función que cumplen, el tipode situación comunicativa en la que se insertan, los tipos de procedimientos quese siguen y los tipos de estructuración a que refieren.

Respecto del tipo de función remiten al “papel de los textos en la interac-ción, su contribución a la realización de metas comunicativas sociales y obje-tivos particulares, así como la consideración de las relaciones sociales” (Cia-puscio, 1994:104). Se especifica, de acuerdo a Heinemann y Viehweger lascuatro funciones textuales elementales: expresar, contactar, comandar e infor-mar, sin desmedro de considerar las posibles relaciones de inclusión y de tran-siciones entre ellas.

En cuanto al tipo de situación, refiere al lugar, tiempo, conocimientossobre ámbitos comunicativos, instituciones y formaciones sociales, confor-mando todos ellos un cuerpo de saberes almacenados por los hablantes en suproceso de socialización. La caracterización propuesta toma en cuenta lostipos de marcos institucionales, la organización social de las actividades, elnúmero de hablantes, los roles sociales de los interactuantes en el acto comu-nicativo y los tipos básicos de la situación contextual.

El tipo de procedimiento informa sobre el “modo de conducirse de los inte-ractuantes para lograr objetivos preestablecidos o que se han planteado a partirde determinadas situaciones” (Ciapuscio, 1994:112). En relación con ello dis-tinguen el proceso de desarrollo textual, destinado a identificar que informa-ción se incluye, su extensión y el modo de desarrollarla; los pasos estratégicos deprocedimientos para transmitir u ordenar la información y los procedimientostácticos particulares para acentuar los anteriores.

El tipo de estructuración, contempla la estructura arquitectónica compo-sicional. Dicho de otro modo, la sucesión organizada de los complejos de laspartes textuales, que incluyen la parte inicial, el núcleo central y la parte ter-minal del escrito.

En cuanto al esquema de formulación prototípico, corresponde al nivel quepermite identificar los rasgos que caracterizan determinados estilos de esque-ma textual. Aquí se distinguen, por un lado, aspectos relacionados con las

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Reseñas

máximas comunicativas específicas de las clases textuales, y por otro, los mo-delos de formulación, tales como los lexemas específicos de cada clase textualo “constituyentes textuales estereotipados” (Cubo de Severino, 2007:20)

La elección de este modelo de análisis no sólo permite a los autores pro-porcionar información específica sobre cada uno de “los textos de la ciencia”,sino además hacerlo con idénticas categorías, de modo tal de facilitar las com-paraciones entre ellos y circunscribir los aspectos que los diferencian.

La coordinadora de la obra, cuenta en su acerbo con una trayectoria deinvestigación sobre el tema, fruto de sus preocupaciones pedagógicas en tor-no a la comprensión y producción textual en la universidad, desarrollada enel Instituto de Lingüística de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universi-dad Nacional de Cuyo (Argentina). El mérito en abordar una obra de estanaturaleza ha consistido no sólo en contribuir a dar respuesta a la insuficien-cia de material bibliográfico en español, sino en hacerlo convocando a ungrupo de expertos en cada uno de los temas propuestos y consensuar con ellosun esquema prototípico de análisis que facilita su comprensión.

No de menor interés es señalar, por un lado, que está escrito de unamanera clara y precisa, teniendo en cuenta las necesidades de los destinata-rios, circunstancia remarcable en un trabajo colectivo de esta naturaleza. Porotro, la selección de cada uno de los textos resulta original en la perspectiva deincluirlos en un mismo trabajo, situación que no es frecuente aún en otrosidiomas y prácticamente inexistente en español. Asimismo, tal como señala laDra. Cubo de Severino en la Introducción de la obra, la adopción del modelode tipología textual de análisis ha demostrado su factibilidad para ser aplica-do a los distintos subgéneros del discurso científico, que ha hecho posibleseñalar no sólo las notas distintivas características de cada uno, sino además laexistencia de elementos comunes entre ellos.

A las bondades intrínsecas de cada una de las partes se adicionan no sólolas referencias bibliográficas pertinentes y actualizadas, que permiten al lectorprofundizar en la temática, sino también las citas del corpus que ha sidoanalizado, que ha posibilitado una abundante ejemplificación a partir de tex-tos reales, referidos a los distintos subgéneros del discurso científico.

El libro aparece en circunstancias en las que se discuten los procesos deenseñanza y aprendizaje en la universidad, particularmente referidos a la inte-racción con textos académicos, tanto en comprensión como en producción.Las dificultades señaladas al respecto en investigaciones nacionales e interna-cionales, más allá de disciplinas particulares, ponen de relieve el interés yoportunidad de la obra por la contribución a la formación e informaciónsobre el tema. Sin duda su lectura habrá de constituir un aporte considerabley de relevancia para los destinatarios originales. Pero es previsible que susalcances se extiendan, además, a toda la comunidad académica.

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REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

CIAPUSCIO, G. (1994). ‘Relaciones semánticas entre lexemas’, en Análisis del Dis-curso (V Jornadas interdisciplinarias de Lingüística, Montevideo 1987), pp.98-112. Uruguay: Universidad de la República, Facultad de Humanida-des y Ciencias de la Educación.

HEINEMANN, W. y VIEHWEGAR, D. (1991). Textlinguistik. Eine einführung. Tü-bingen: Niemeyer.

Telma [email protected]

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Reseñas

SHIRO, MARTHA (2007). La construcción del punto de vista en los relatosorales de niños en edad escolar. Un análisis discursivo de la modalidad. 117 pp.Caracas: Fondo Editorial de Humanidades. Universidad Central de Venezue-la. ISBN: 978-980-00-2473-7

“Narrar implica relatar una serie de eventos desde un punto de vista par-ticular”, señala la autora en el Prefacio. Precisamente, el libro se centra en elanálisis de la construcción del punto de vista, es decir, aquel aspecto evaluativode las narraciones en el cual quedan inscriptos quienes las producen. El estu-dio se concentra en las narraciones elaboradas por niños en edad escolar, locual constituye desde ya un valioso aporte en la investigación de esta área,particularmente en el caso de los hablantes de español. La autora analiza enforma pormenorizada la realización de la modalidad epistémica y relacionasus manifestaciones con variables de sexo, edad y clase social, a partir del aná-lisis de un corpus representativo de narraciones de distinto tipo producidaspor niños de edad escolar.

El libro está organizado en cuatro partes precedidas por una introduc-ción en la cual la autora presenta los objetivos de su trabajo; “analizar cómoseñalan los niños los grados de certeza de sus enunciados, qué recursos lin-güísticos utilizan y determinar cómo se utilizan estos recursos en el marco dela organización discursiva para construir el punto de vista de la narración”.Además, se explica la adopción de un enfoque de carácter funcional que sevale del análisis de nivel gramatical, semántico, pragmático y discursivo.

A continuación se presentan los capítulos del libro denominados “El pro-blema”, “Marco teórico y conceptual”, “Método”, “Análisis e interpretaciónde los datos”, los cuales siguen el modelo de un trabajo de investigación rigu-roso. En la primera parte, “El problema”, la autora delimita su objeto deestudio y se plantea las preguntas que lo orientan, entre las cuales se destacan:¿Cómo contribuyen las expresiones modales a la construcción de la perspec-tiva narrativa? ¿Qué formas lingüísticas usan los niños para expresar la moda-lidad epistémica? ¿Cómo varían esas expresiones con la edad, el nivel socio-económico, el sexo? ¿Cómo varían los usos con el tipo de discurso en el queaparecen? ¿Cómo contribuyen las expresiones modales a la construcción delpunto de vista narrativo? El estudio se propone entonces responder a estosinterrogantes a partir del análisis del corpus y de la interpretación de los datoscorrespondientes.

En el segundo capítulo, “Marco teórico y conceptual”, la autora presentaun amplio panorama de los diferentes investigadores que han abordado estacompleja temática. De este modo, recorre algunos presupuestos teóricos quesubyacen a su estudio tales como las conceptualizaciones de Lyons (1977),Givón (1982) Halliday (1985) Thompson (1996) Stubbs (1986) Palmer(1986) Bybee y Fleishman (1995), entre otros. Particularmente se hace hinca-pié en la propuesta de Chafe (1986), reformulada por Ifantidou (2001), a

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partir de cuyas descripciones se consignan las dos funciones que la evidencia-lidad puede cumplir: indicar la fuente de conocimiento y señalar el grado decerteza. Estas funciones se desglosan a su vez de modo que la fuente de cono-cimiento puede ser producto de la evidencia sensorial, del rumor, de la infe-rencia, de la evocación, en tanto que el grado de certeza queda señalado porconstrucciones parentéticas, adverbiales o por verbos modales.

Por otra parte, la autora sostiene que el estudio de la modalidad en elhabla hispana no ha sido tan significativo como en el caso de otras lenguas.En general, el tema de la modalidad se incluye en las descripciones gramatica-les y muy pocas plantean como objetivo principal explicar el uso de la moda-lidad desde una perspectiva funcional. Más aún, los trabajos sobre la adquisi-ción de las expresiones de modalidad en español resultan inexistentes, de allíla importancia del estudio de Marta Shiro como contribución al desarrollodel área. La autora reseña algunos estudios en otras lenguas realizados porWells (1979) y Papafragou (1998 a y b) quienes sostienen la adquisición tar-día de la modalidad epistémica, lo cual se explicaría por el requerimiento deuna habilidad cognitiva, la teoría de la mente, que debería estar presente paraque se manifieste el sistema de la modalidad epistémica.

Tal como otras investigaciones en el área de la competencia narrativa, laautora toma como punto de partida los trabajos de Labov (1972) sobre lafunción referencial y expresiva de la cláusulas de un relato, pero encaminán-dose hacia una reelaboración de estos conceptos (Shiro 1997), ya que la fun-ción expresiva estaría presente en toda cláusula narrativa y sería “casi imposi-ble encontrar una narración producida espontáneamente sin ninguna evalua-ción” (Shiro 2001). En estudios anteriores (Shiro 2000, 2001, 2002) la auto-ra ha investigado los usos del lenguaje evaluativo en las producciones narrati-vas. En este libro, el interés se centra en analizar las expresiones de modalidadepistémica, dado que marcan la subjetividad del hablante y juegan un roldeterminante en la construcción de la perspectiva narrativa.

En la tercera parte la autora ofrece un informe minucioso de la metodo-logía que se ha seguido en la consecución de este estudio, los procedimientosutilizados, y la selección del corpus: 113 entrevistas a niños de primer y cuar-to grado recopiladas en seis escuelas de Caracas. Por este medio, se obtuvie-ron producciones narrativas de diverso tipo (narraciones personales y de fic-ción, surgidas de tareas estructuradas y abiertas). Asimismo se puntualizan lascategorías de análisis utilizadas pormenorizando los distintos aspectos quecomprende la modalidad epistémica –las fuentes del conocimiento, los mo-dos de conocer, la confiabilidad y la relación- categorías que se verán en for-ma detallada en el análisis del corpus

En la última parte del libro se presentan el análisis y la interpretación delos datos. Para ello, se citan algunos casos en los cuales se ponen de manifiestolos distintos recursos lingüísticos que usan los niños para señalar el tipo decompromiso adoptado con respecto a la información contenida en el enun-

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Reseñas

ciado. De este modo, se observa cómo la proporción de verbos modales esmenor que las opciones léxicas modales, las opciones léxicas aparecen másfrecuentemente que las sintácticas y discursivas. Resulta interesante la rela-ción que la autora establece entre el uso de los recursos lingüísticos y lasvariables de edad y sexo, así como también las diferencias que se presentanentre los niños de distintas clases sociales. El análisis muestra que un sujetopuede producir narraciones con características diferentes según el contextoen que esté inmerso. Al mismo tiempo, se afirma que el desarrollo de lashabilidades narrativas depende muy estrechamente de las características delhablante.

En las conclusiones, se retoman los puntos más salientes del análisis. Seseñala que, entre las expresiones de modalidad epistémica más usadas, se en-cuentran aquellas que indican la evidencia a través de los sentidos. Los resul-tados sugieren además que las habilidades vinculadas al uso de las expresionesmodales estarían en desarrollo en los niños y niñas entre 6 y 11 años de edad,y, si bien las frecuencias de uso aumentan con la edad, el incremento es mayoren los niños de nivel socioeconómico alto.

También el uso de otras voces –el reporte de habla- cumple una funciónimportante en la construcción del punto de vista en el discurso narrativo. Losverbos modales tienen escaso uso en el habla infantil, por lo cual la autorapropone que no deberían servir como punto de partida para el estudio deldesarrollo de la modalidad. Es de destacar que el enfoque funcional adoptadopor la autora permite explicar la relación ente gramática y discurso, y asíentender mejor los procesos de desarrollo lingüístico. Finalmente, se proponecontinuar con la investigación en otros aspectos, como por ejemplo, indagaracerca de la modalidad epistémica en edades más tempranas o más tardías.Asimismo, se podría extender este estudio a la producción de otros géneros.Resulta interesante también considerar las implicaciones que puede tener estainvestigación en el área de la educación. Una vez consideradas las característi-cas del proceso de desarrollo de la modalidad epistémica, las asignaturas vin-culadas con la enseñanza de la lengua materna podrían valerse de estas con-clusiones con el objetivo de desarrollar diferentes tipos de destrezas según elpropósito de la narración.

Se agregan anexos que muestran las normas de transcripción utilizadas,ilustradas además con la inclusión de una entrevista completa. Se adjuntas lasreferencias bibliográficas que han fundamentado este estudio y que podríanresultar de gran utilidad a otros investigadores interesados en la temática de laobra.

En conclusión, el libro de Marta Shiro contribuye por un lado a la espe-cificación de la modalidad epistémica en sus diversas manifestaciones, másallá del uso de verbos modales que han sido el aspecto más estudiado de estatemática. La autora se extiende hacia otras formas tanto o más usadas que losverbos modales para ofrecer de esta manera un estudio más detallado de los

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recursos que intervienen en la construcción del punto de vista en la narra-ción. Por otra parte, el hecho de plantear una relación entre el uso de la mo-dalidad y los procesos evolutivos de los niños desde un enfoque multidimen-sional, que incorpora además las variables de edad, sexo y clase social, resultamuy valioso. Así, la utilización de ciertos recursos lingüísticos podría indicarel grado de desarrollo lingüístico de los niños. Pero no menos valioso resultael hecho de que se sugiera a los docentes la posibilidad de atender al desarro-llo de las destrezas puestas en juego en la competencia narrativa –como es elcaso de la construcción del punto de vista- en aquellos niños que, por cuestio-nes evolutivas o incluso sociales, manifiestan una menor utilización de estosrecursos,

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Reseñas

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Guillermina [email protected]

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VALLEJOS LLOBET, Patricia (Coord.) (2007). Los estudios del discurso. Nuevosaportes desde la investigación en la Argentina. Bahía Blanca: Universidad Na-cional del Sur – Ediuns. 184 pp. ISBN 978-987-1171-64-4.

El libro Los estudios del discurso. Nuevos aportes desde la investigación en laArgentina recoge trabajos que surgieron del III Coloquio Nacional de Estu-dios del Discurso de la Asociación Latinoamericana de Estudios del Discurso,encuentro que tuvo lugar en el año 2005 en la Universidad Nacional del Suren Bahía Blanca. El volumen, que se inicia con el índice, notas biográficas delos autores y una presentación de la compiladora, está dividido en dos seccio-nes: la primera, que consta de cuatro capítulos, presenta trabajos que abordanel estudio de los discursos con propósitos específicos, y también una contribu-ción al análisis aplicado del discurso. En la segunda, conformada por cincocapítulos, se analiza, por un lado, el discurso de sectores marginados, querefleja su estado de discriminación y exclusión social y, por el otro, la influen-cia de las condiciones históricas (con las particulares fuerzas sociales y políti-cas) sobre las formas y las estrategias discursivas.

En el primer capítulo, ‘La construcción de la evidencia’, Isolda Carranzaestudia el género ‘alegato’ con el propósito de determinar su flexibilidad encuanto al grado de subjetividad (la perspectiva del hablante sobre su conoci-miento). Su análisis se basa en un corpus de alegatos recogidos en veintejuicios observados y grabados en el fuero penal de la ciudad de Córdoba,Argentina. Propone, en consonancia con propuestas teóricas anteriores, unapragmática evidencial y postula el concepto de postura epistemológica, defini-da como la construcción subjetiva de la información con respecto a la evalua-ción de su estatuto epistemológico. Comprende distintos tipos de postura,que se ubican en un continuo subjetivo-objetivo: de experiencia personal, infe-rencial, citativa, factual o imaginativa. El análisis realizado por Carranza reve-la que según la postura adoptada por el litigante, los alegatos difieren en cuantoal grado de subjetividad, lo cual incide sobre el modo de presentar la informa-ción y contribuye a lograr un determinado efecto sobre la audiencia. Losdistintos grados de subjetividad observados revelan que en el género en estu-dio se combinan sistemáticamente elementos de la esfera institucional conelementos de la vida cotidiana. La autora también observa que el modo deconstruir la evidencia se relaciona con la identidad social del hablante, lo cualabre la puerta a investigaciones futuras en el campo de las relaciones de jerar-quía y poder entre los participantes de este tipo de encuentro verbal. El traba-jo resulta muy enriquecedor, ya que la autora adopta una mirada socio-prag-mática que pone de relieve la necesidad de complementar la concepción pu-ramente semántica de la evidencialidad para atender a los significados de lalengua en contexto.

En el segundo capítulo, Comentarios y evaluaciones del léxico en el discursodel científico: aspectos estructurales y funcionales, Giomar Ciapuscio analiza los

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Reseñas

procedimientos de comentario y evaluación metadiscursiva (CEM) en confe-rencias de divulgación científica. En este género, existe una marcada asime-tría de competencias entre el especialista y la audiencia, lo cual determina queel experto realice actividades de formulación y reformulación tendientes afavorecer la comprensión de sus receptores. A partir del análisis de los datos,Ciapuscio encuentra necesario realizar una recategorización teórica de los co-mentarios metadiscursivos para incluir elementos que den cuenta de algunosusos que se presentan en el corpus en estudio, que comprende tanto fragmen-tos de textos orales como elementos de apoyo visual .Con respecto a las eva-luaciones metadiscursivas, la autora señala que desempeñan distintas funcio-nes. Por un lado, en el nivel informacional-ilocutivo, marcan el carácter per-turbador de una expresión y la constituyen como enunciado fuente para unareformulación. Por otro, en el nivel interaccional, permiten al especialistadisminuir la distancia con su público al presentarse como alguien que com-parte sus opiniones. La solidaridad que se crea de este modo aumenta la acep-tabilidad por parte de la audiencia. El análisis pormenorizado que realiza laautora y las reflexiones que surgen de este estudio resultan sumamente intere-santes y favorecen el desarrollo de los estudios del discurso en un área de vitalimportancia para la sociedad, como es la divulgación de la ciencia.

En el tercer capítulo, María Marta García Negroni se ocupa del discursocientífico especializado. El detallado análisis de los distintos tipos de nega-ción que realiza en el capítulo Polifonía y polemicidad en el discurso científico-académico. El caso de la negación contribuye a caracterizar al discurso científi-co como polifónico y dialógico. La autora clasifica a las negaciones según sugrado de polemicidad, y estudia sus alcances discursivos en las distintas sec-ciones de dos tipos de texto especializado: el artículo científico y la ponenciapublicada en actas de congresos. Su riguroso análisis pone en evidencia que,en tanto la negación supone la existencia de un diálogo entre puntos de vistao locutores opuestos, puede concluirse que la polifonía y el dialogismo sontambién rasgos constitutivos de los géneros académicos. Por lo tanto, se cues-tiona la concepción de objetividad y monologismo asociada con dicho géne-ro. Por otro lado, la autora considera que la negación cumple un rol impor-tante en el tipo de texto analizado, en cuanto contribuye a posicionar al autoren relación a la tradición científica en la que se inscribe su trabajo, y constitu-ye una herramienta mediante la cual éste puede destacar la importancia de suinvestigación. García Negroni realiza una importante contribución a la ca-racterización del discurso científico, como así también al análisis de la fun-ción de las negaciones en un tipo de discurso particular.

En el último capítulo de la primera sección, Características discursivas dela comunicación en clase de lengua extranjera, Estela Klett, partiendo de laconcepción de la clase de LE como un microcosmos social donde se produce untipo particular de discurso, analiza un corpus de grabaciones de clases defrancés en un curso de adultos que poseen entre veinte y cuarenta horas de

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enseñanza-aprendizaje de la LE. Clasifica los fenómenos discursivos analiza-dos en tres órdenes: los que remiten al aprendiente, los que corresponden aldocente y los compartidos por ambos. El análisis de las interacciones entredocentes y aprendientes pone en evidencia la particularidad de la situacióncomunicativa, en la que la lengua que se utiliza para la comunicación es a lavez objeto de estudio, y donde existe además un propósito didáctico recono-cido tácitamente por los participantes. Esto explica, por un lado, que la aten-ción se focalice alternativamente en el propósito comunicativo o en proble-mas metalingüísticos, y por otro, justifica la selección de las estrategias que seutilizan para lograr un avance en la comunicación, lo cual tiene una inciden-cia directa sobre el proceso de enseñanza-aprendizaje. Este estudio pone enevidencia la complejidad de la situación comunicativa en el aula de lenguaextranjera y contribuye a la descripción y el análisis de este tipo de encuentro,efectuando así valiosos aportes que pueden incitar a la reflexión de los docen-tes del área.

La segunda sección se inicia con el artículo de Elisa Cohen Peculiaridadesy modulaciones en textos escritos por judías sefaradíes, que se enmarca en estu-dios más amplios sobre el habla femenina. La autora trabaja sobre un corpusde recopilaciones recogidas en Argentina y México, las que considera el frutode factores históricos, sociales y generacionales. Su análisis muestra la evolu-ción de las formas de expresión de la mujer sefaradí tradicional -que reflejansu condición de mujer condenada a ocupar un papel secundario en la socie-dad, sometida a la autoridad religiosa y paterna- hacia nuevos modelos dis-cursivos, producidos en una sociedad más independiente. Sugiere que lasmujeres mayores mantienen un estilo que intenta evitar que se pierdan for-mas lingüísticas que representarían la esencia de su acervo cultural. El capítu-lo ofrece interesantes reflexiones que contribuyen a los estudios de género.

En el capítulo Análisis crítico del discurso de la cumbia villera. Consecuen-cias del neoliberalismo y la posmodernidad en la Argentina, enmarcado en tra-bajos más amplios sobre el discurso de la pobreza y la marginalidad, MaríaLaura Pardo presenta un estudio sobre la cumbia villera. Este género abordatemáticas como la criminalidad, la droga, el sexo y la prostitución, y ha tras-cendido las barreras sociales: lo componen e interpretan grupos marginales,pero lo bailan y escuchan todas las clases sociales. La autora presenta un claroy detallado marco sociopolítico que considera indispensable para la com-prensión de su objeto de estudio. Inscribe a la cumbia villera en una largatradición que, en el plano literario, comienza con la gauchesca y pasa por eltango, el chamamé y el rock. Realiza un pormenorizado análisis de recursoslingüísticos utilizados en las letras de diferentes grupos, que revela que losautores describen su situación abordando temáticas fuertes sin ningún tipode eufemismo, pero sin intención de producir cambios, ya que se presentancomo un grupo social que carece de opciones. Las letras tienen un efectocatártico, pero no de rebeldía. En algunos casos, hasta puede observarse una

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Reseñas

aceptación de los cánones establecidos, de los cuales los autores no puedenescapar ya que son el producto de una sociedad desigual e injusta. Esta inves-tigación no solamente constituye un valioso aporte al análisis de los discursosde los sectores marginados y discriminados, sino que crea conciencia de queel fenómeno social analizado es el resultado, por un lado, de las necesidadesdel grupo marginal de salir de la pobreza, y por otro de la intención delgobierno de minimizar el miedo a la inseguridad instalando su cotidianeidadpor medio de la espectacularización .

El trabajo de Alejandro Raiter, Lingüística crítica, ideología y relato histó-rico, se enmarca también en el análisis crítico del discurso, y estudia de quémodo las formas lingüísticas, lo dicho y lo omitido se combinan para proyec-tar una visión del mundo. Analiza cómo a través de las emisiones, de lo que elautor decide mencionar y lo que decide no incluir se construye una represen-tación particular de la sociedad. Siguiendo los principios del ACD, seleccio-na para su análisis textos que presentan la ruptura del orden establecido, undesafío a la autoridad o una coyuntura en particular: analiza notas publicadasen distintos medios periodísticos en diciembre de 2001 –cuando la reacciónpopular hizo que un presidente renunciara a mitad de su mandato- y en di-ciembre de 2003, cuando se festejaron los 20 años de democracia ininterrum-pida. El estudio pone en evidencia que la utilización de diferentes signosideológicos permite proyectar diferentes versiones de los hechos. Por último,el análisis de un texto producido en oportunidad del III Congreso de la Len-gua de 2004 muestra el poder de la voz institucional para limitar el derecho ala expresión de determinados sectores, a la vez que por medio de las estrate-gias legitimadas se realiza una representación parcial de la realidad. El estudiocorrobora la necesidad de efectuar un análisis que exceda lo descriptivo paradar lugar a la explicación y a la crítica, y de esta manera poder dar cuenta delos fenómenos sociales.

Por último, María Alejandra Vitale estudia la dimensión argumentativade las memorias discursivas, constructo que considera relevante para el análi-sis de series discursivas cuyo propósito es crear consenso en la opinión públi-ca. Para analizar los discursos golpistas en la prensa argentina a partir de 1930,particularmente los asociados al golpe militar de 1976, introduce los concep-tos de memoria retórico argumental golpista liberal y memoria retórico argumen-tal golpista nacionalista antiliberal, los que asocia con dos sectores de la dere-cha: la derecha conservadora y la derecha nacionalista. Vitale trabaja con unvasto corpus de editoriales y comentarios periodísticos. A través de un deta-llado análisis de las estrategias utilizadas en los discursos en apoyo de losdiferentes golpes militares en la Argentina, la autora sostiene que debido auna alianza de las derechas, producida por la coyuntura política, los discursosde 1976 presentan una mayor homogeneidad que los que justificaban losgolpes militares anteriores, dada por la utilización de estrategias similares, ydemuestra que la reiteración de lo ya dicho se utiliza para lograr apoyo a

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determinadas posturas políticas. La exposición, sumamente clara y minucio-sa, pone en evidencia la manera en que puede manipularse la informaciónpara conseguir un determinado efecto sobre la opinión pública.

Este volumen reúne a reconocidos académicos argentinos, y presenta in-teresantes y originales investigaciones que constituyen valiosos aportes al de-sarrollo de la disciplina. Su publicación es una muestra del impulso que hanalcanzado en nuestro país -al igual que en toda América Latina- los estudiosdel discurso, impulso que también se refleja en la masiva convocatoria logra-da por los eventos nacionales e internacionales organizados por la Asociación,caracterizados también por su multidisciplinariedad. Es por eso que puederesultar de interés para una vasta audiencia, integrada tanto por estudiososdel lenguaje como por investigadores que estudian el lenguaje como mediopara analizar otro tipo de fenómenos sociales.

María Leticia Mó[email protected]

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FORO

LA IMPORTANCIA DEL ANÁLISIS DEL DISCURSO EN LOS ESTU-DIOS DE MEMORIA

Las referencias del pasado se sostienen en todos los niveles de la experien-cia humana. Ellas desempeñan un papel central en los procesos por los cualeslos individuos, los grupos y las instituciones se definen a si mismos y le asig-nan significado al mundo que los rodea. Lejos de constituirse en una realidadestable, nuestra memoria del pasado está siendo reconfigurada y reelaboradacontinuamente a través de una gran variedad de producciones socioculturales(desde rituales y festividades hasta discursos académicos, novelas, periódicos,monumentos, películas, solo para mencionar algunos pocos). Esta pluralidadde modos de expresión hace imposible que una única disciplina proporcioneuna aproximación adecuada para entender y explicar cómo los humanos re-presentan sus pasados y cómo estas representaciones influyen en sus vidas.

Los estudios de memoria son un campo interdisciplinario de investiga-ción que ha empezado a surgir en los últimos veinte años, no una disciplina.Su objeto de investigación se centra en estudiar las creencias humanas sobre elpasado, el modo en el que son expresadas y el papel que desempeñan a nivelsociocultural en las interacciones entre individuos e instituciones. En cual-quier grupo o sociedad coexisten diferentes discursos del pasado que compi-ten por prevalecer en el presente y transformarse en la única narrativa legíti-ma. Es interesante investigar los modos de construcción de esas diferentesnarrativas y cómo son apropiadas por distintos grupos sociales según sus dife-rentes medios de representación y propósitos. Como estamos frente a un campointerdisciplinario, los estudios de memoria no tienen su propia metodología.Estos están abiertos a aproximaciones desde, por ejemplo, la historia, la filo-sofía, la psicología, la sociología, entre otras, que se encargan de investigar elmodo en el que los seres humanos representamos el pasado. Por ejemplo,desde la historia y la sociología (Connerton 1989, 2007; Jelin, 1995, 2001,2002; Halbwachs, 1992; Levy 1999; Levy & Szaider, 2005, 2006; Misztal.2003; Nora, 1996; Olick 1998, 1999, 2003, 2007; Sarlo, 2005), se ha inves-tigado cómo la diferenciación social y el poder político determinan narrativasdel pasado. Los sociólogos se han interesado por el papel que desempeñan losmedios, los discursos políticos y las manifestaciones culturales (monumen-tos, ceremonias, etc.) en los procesos de legitimación de ciertas memoriascolectivas en detrimento de otras. Por otro lado, las ciencias cognitivas y neu-rociencias (Conway, 2005; Neisser 1982, 1993; Neisser & Firvush 1994;

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Schacter 1995, 1999; Tulving 1972, 1983; 2003) también se han volcado porel estudio de la memoria, pero en la mayoría de los casos a nivel individualdejando de lado la gran importancia que tiene el componente social en suconstrucción.

Sin embargo, desde los últimos diez años se han venido realizando aproxi-maciones verdaderamente multidisciplinarias al concepto de memoria en ge-neral, y de memoria social en particular. Reflejo de este fuerte desarrollo fuela aparición en enero de 2008 de una nueva revista científica multidisciplina-ria dedicada exclusivamente a los estudios de memoria. Memory Studies reúneartículos de diferentes disciplinas que abordan el tema de la memoria socialdesde una perspectiva multidisciplinaria. También, la apertura de centros deinvestigación dedicados a los estudios de memoria, entre los que encontra-mos el Center for Interdisciplinary Memory Research (Essen, Alemania) y elWarwick Centre for Memory Studies (Warwick, Inglaterra) sumado a la emer-gencia de proyectos multidisciplinarios en memoria autobiográfica y memo-ria colectiva en todo el mundo (aunque con mayor énfasis en Europa, Esta-dos Unidos y Australia) nos expone un panorama del alcance del “boom” deestos estudios. Estos centros de investigación y proyectos multidisciplinariosconformados, en la mayoría de los casos por académicos provenientes de lasciencias sociales, las ciencias cognitivas y las neurociencias han venido traba-jando tanto a partir de la recolección de narrativas en contextos ecológicoscomo así tanbien en el laboratorio. No obstante, mas allá de trabajar, en granparte, con discursos, las investigaciones realizadas hasta la fecha muestranuna notoria carencia: la falta de análisis sistemático y detallado de las expre-siones lingüísticas que componen las narrativas tanto individuales como co-lectivas.

Las narrativas del pasado personal y compartido generalmente son repre-sentaciones mentales producidas, reproducidas y transformadas discursiva-mente en las interacciones comunicativas (Edwards & Middleton, 1986;Middleton & Edwards, 1990; Middleton & Brown, 2005; Vázquez, 2001).Dentro de este esquema, también es necesario considerar el papel de los me-dios como lugares de construcción de la memoria colectiva, sobre todo, porla gran disponibilidad de recursos con los que cuentan. Si estas representacio-nes del pasado se sustentan en un acuerdo colectivo (Welzer & Markowitsch2005) que les otorga relevancia en un contexto social especifico y en algúnpunto un valor contingente de verdad, es necesario determinar y explicarcuáles son las categorías que constituyen las representaciones sociales que con-forman aquellas memorias.

Las memorias se propagan a través de la comunidad no por la fuerza delas prácticas y recursos de naturaleza social (los medios, monumentos, ma-nuales de texto, películas, etc.) ni por los esfuerzos cognitivos individuales,sino por la compleja interacción entre estos dos. Aunque los marcos cultura-les de cognición (Fiske, 1986; Hamil & Lodge, 1986; Kovecses 2006; Shore,

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Foro

1996; Sperber & Hirschfeld, 1999; van Dijk, 2002, 2005) determinen en elindividuo qué es necesario recordar y qué es preferible olvidar para crear,mantener y transformar identidades sociales, es preciso analizar cómo funcio-nan las prácticas y recursos sociales en miembros de la comunidad ya que, enalgún punto, siempre son los recuerdos compartidos entre estos los que ac-tualizan constantemente la memoria autobiográfica y colectiva. Creemos quees en y por los discursos que este proceso se lleva a cabo, por esta razón pensa-mos que el análisis lingúístico de las estructuras discursivas que conformanlas narrativas autobiograficas y colectivas puede funcionar como herramientaesclarecedora.

Por último, esperamos que investigadores en estudios del discurso enAmérica Latina se interesen por el campo de los estudios de memoria, prime-ro por las amplias potencialiades que ofrece, y sobre todo, por el marcoconceptual que facilita para entender y explicar el modo en que construimosen el presente nuestras identidades individuales y colectivas como miembrosde sociedades que han atravesado por pasados y presentes conflictivos, mu-chas veces traumáticos.

Lucas Manuel [email protected]

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PUBLICACIONES RECIBIDAS

LIBROS

Eduardo Díaz Amado. Grupo interdisciplinario SUR (2007). Conversación en tornoa Michel Foucault. Clínica, Medicina, Literatura. Bogotá: Universidad Nacio-nal de Colombia.

Rudy Mostacero (2007). Tendencias y derivas de la semántica del siglo XX. Maturín:Universidad Pedagógica Experimental Libertador.

Martha Shiro (2007). La construcción del punto de vista en los relatos orales de niños enedad escolar. Un análisis discursivo de la modalidad. Caracas: Fondo Editorial deHumanidades. Universidad Central de Venezuela.

REVISTAS

TEXTURA. Revista especializada en Lingüística, Pragmática, Análisis de Discurso, Se-miótica y Didáctica de la Lengua. Año 5, número 8, enero-diciembre 2006.(Cetex -Centro de Estudios textuales, UPEL, Venezuela).

INVITACIÓN FORO ALED

Invitamos a los socios y amigos de la Revista ALED a participar en el Foro,nuestro espacio para la discusión y la reflexión. Pueden responder a cualquiera de lostemas ya iniciados por alguno de nosotros o empezar uno nuevo.

Es importante que: a) mencionen en el texto a quién(es) están respondiendo; b)que participen de la manera más interactiva posible, y c) que lo hagan en no más detres páginas escritas a espacio y medio. También se recomienda restringir la cantidadde referencias bibliográficas.

Pueden enviar sus contribuciones a:

María Laura PardoCoordinadora del Foro [email protected]

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Indice acumulado

VOLUMEN 1 (1) 2001

CHARAUDEAU, Patrick, De la competencia social de comunicación a lascompetencias discursivas, 7-22.

MARCUSHI, Luiz Antônio, Aspectos da questão metodológica na análise da interaçaoverbal: o continuum cualitativo-cuantitativo, 23-42.

CARBÓ, Teresa, Tocar el lenguaje con la mano: experiencias de método, 43-67.VAN DIJK, Teun, Algunos principios de la teoría del contexto, 69-81.ESPAR, Teresa, Estrategias enunciativas en el discurso irónico: un artículo de opinión

de José Ignacio Cabrujas, 83-100.

ReseñasTeun van Dijk (comp.), El discurso como estructura y proceso. Estudios del discurso:

Introducción multidisciplinaria, reseñado por Guillermo Soto, 103-125.Giovanni Parodi Sweis (comp.), Relaciones entre lectura y escritura: una perspectiva

cognitiva discursiva. Bases teóricas y antecedentes empíricos, reseñado por RebecaBeke, 127-130.

Helena Calsamiglia Blancaflor y Amparo Tusón Vals, Las cosas del decir. Manual deanálisis del discurso, reseñado por Antonio Núñez, 133-137.

VOLUMEN 2 (1) 2002

VILLAÇA KOCH, Ingedore G., A construçã de objetos-de-discurso, 7-20.CUCATTO, Mariana, Cómo “hacer hacer” cosas con palabras. La construcción

discursiva del estereotipo femenino en la publicidad de los 90. El caso de SlimCenter, 21-49.

WILLIAMSON, Rodney, Situación comunicativa y estructura genérica en la telenovelamexicana, 51-68.

MADRIZ, María Fernánda, La noción de pueblo en el discurso populista, 69-92.RUIZ ÁVILA, Dalia, Discurso autobiográfico e identidad sociocultural, 93-109.

ReseñasBob Hodge y Kam Louis, The politics of Chinese language and culture. The art of

reading dragons, reseñado por Irene Fonte, 111-114.Susan Hunston y Geoff Thompson (eds.), Evaluation in text: Authorial Stance and the

Construction of Discourse, reseñado por Nora Kaplan, 115-121.Ingedore Grunfeld Villaça Koch, Desvendando os segredos do texto, reseñado por Lenita

Vieira, 122-126.

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Indice acumulado

VOLUMEN 3 (1) 2003

CADEMARTORI D. Yanina, La inscripción de las personas en textos de divulgacióncientífica, 9-27.

CHAMORRO MIRANDA, Diana, MIZUNO HAYDAR, Jorge y MOSS, Gillian,Tergiversaciones y correspondencias: la metáfora y sus bemoles, 29-47.

GARCIA DA SILVA, Denise Elena, Discurso y cognición social en la “red” de lasmetáforas, 49-69.

MARTINS FERREIRA, Dina María, La identidad en la posmodernidad: Lula y laconstrucción discursiva del sujeto, 71-81.

VIEIRA, Lenita D., El mundo al revés. Humor en el discurso político, 83-91.

ReseñasLeda Berardi (comp.), Análisis crítico del discurso. Perspectivas latinoamericanas, reseñado

por Luisa Martín Rojo, 93-96.Luisa Martín Rojo (dir.), Ester Alcalá Recuerda, Aitana Gari Pérez, Laura Mijares,

Inmaculada Sierra Rodrigo y Mª Ángeles Rodríguez, ¿Asimilar o integrar?Dilemas ante el multilingüísmo en las aulas, reseñado por Dalia Ruiz Ávila, 97-101.

Analia Brandolín y María Eugenia Rosboch, Transformaciones “al aire”: radio, mediosy poder, reseñado por Pedro Santander Molina, 102-107.

VOLUMEN 4 (1) 2004

ROMANO PACÍFICO, Soraya Maria y SOUSA ROMÃO, Lucília Maria,Intertextualidade e humor: No país do carnaval “Muito riso e pouco siso” é olema nacional, 7-24.

ACOSTA V., Gladys Lucía, El Ser y el Hacer del DIRCOM: un análisis en laperspectiva del discurso, 25-46.

RODRÍGUEZ ALFANO, Lidia y KOIKE, Dale April, La interacción en diálogostransmitidos por la radio en la frontera, 47-72.

KICZKOVSKY, Silvia, Los relatos tradicionales como vehículos de valores éticos,73-88.

HESS ZIMMERMANN, Karina, El desarrollo de la habilidad para manejar tiemposverbales en la narración, 89-102.

ReseñasPatrick Charaudeau. El discurso de la información. La construcción del espejo social,

reseñado por María Jesús Nieto y Otero, 103-104.Dalia Ruiz Ávila. Tejiendo discursos se tejen sombreros. Identidad y práctica discursiva,

reseñado por Irania Malaver, 105-107.Deborah Schiffrin, Deborah Tannen y Heidi E. Hamilton, (comps.) The handbook of

discourse analysis, reseñado por Nora Kaplan, 108-114.

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VOLUMEN 4 (2) 2004

ZULLO, Julia y RAITER, Alejandro, Piquetes y piqueteros. Los actores sociales de lapobreza en la prensa argentina, 7-26.

ESCAMILLA MORALES, Julio y MORALES ESCORCIA, Efraín, Imaginariosculturales subyacentes en la canción vallenata, 27-53.

OSUNA, Zulaima, GALINDO VILLARDÓN, Ma Purificación y MARTÍNVALLEJO, Javier, Análisis estadístico de datos textuales. Aplicación al estudiode las declaraciones del Libertador Simón Bolívar, 55-62.

ALVAREZ, Guadalupe, Estudio sobre la representación del trabajo en el discurso delos indigentes de la Ciudad de Buenos Aires, 63-89.

CHUMACEIRO, Irma, Las metáforas políticas en el discurso de dos líderesvenezolanos: Hugo Chávez y Enrique Mendoza, 91-113.

ReseñasGladys Acosta y Jorge Sánchez, Construcción de Identidad y Función Política en el discurso

del director de comunicaciones, reseñado por Olga Beatriz Muñoz, 115-119.Michel Meyer (Ed.), Perelman. Le renouveau de la rhétorique, reseñado por Frances

D. de Erlich, 120-126.Teun A. van Dijk, Racismo y discurso de las élites, reseñado por Leda Berardi, 127-133.

VOLUMEN 5 (1) 2005

BERTORELLO, Adrián, El estatuto de la subjetividad en la teoría polifónica de laenunciación, 7-25.

RESENDE, Viviane De Melo, Y SEBBA RAMALHO, Viviane C., Análise de discursocrítica: uma reflexão acerca dos desdobramentos recentes da teoria social dodiscurso, 27-50.

MARTINS FERREIRA, Dina Maria, La construcción de la identidad de lo femenino:pragmatismo, imaginario y simbolismo, 51-61.

SHARIM PAZ, Sarah y MUÑOZ ACEVEDO, Daniel, Una propuesta metodológicapara el análisis del diálogo: la Unidad Interaccional, 63-96.

BURDACH, Ana María y ROSS A., Paula, La construcción de la voz del enunciadoren el discurso político de Ricardo Lagos, ex-Presidente de la República, 97-112.

ReseñasMarianne Peronard y Ximena Gómez García (Eds) El hombre y su palabra, reseñado

por Juana Marinkovich, 113-115.Anamaría Harvey (comp.) En torno al discurso. Contribuciones de América Latina,

reseñado por Marianne Peronard Thierry, 121-125.Giovanni Parodi (ed), Discurso especializado e instituciones formadoras, reseñado por

Carmen López Ferrero, 116-120.

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Indice acumulado

VOLUMEN 5 (2) 2005

CONSTANTINO, Gustavo Daniel, Modalidades comunicativo-discursivas de participación encomunidades virtuales de aprendizaje: una propuesta para la evaluación formativa, 7-32.

FLORES TREVIÑO, María Eugenia, La ironía y el humor en El Habla de Monterrey, 33- 47.GALLUCCI, María José, Argumentación y funciones estratégicas en el discurso político

venezolano: el cierre de campaña del referéndum revocatorio presidencial, 49-75.FONTE Irene y WILLIAMSON, Rodney, Marcos temporales y proyectos comunicativos:

el análisis de la temporalidad en la interacción verbal, 77- 94.RODRÍGUEZ ALFANO, Lidia y ELIZONDO REGALADO, Gabriela, Dime a quién

citas y te diré quién eres. La co-construcción de la identidad en el diálogo, 95- 106.SALGADO ANDRADE, Eva, Una nueva tipología para analizar la prensa en México,

107- 125.

ReseñasAlexandra Álvarez Muro. Poética del habla cotidiana, reseñado por Ainoa Larrauri,

127- 133.Jan Renkema. lntroduction to discourse studies, reseñado por María Valentina Noblía,

134- 137.Rodney Williamson y Fernando de Diego. Verbo e Imagen en la Telenovela mexicana,

reseñado por Yoconda Correa Maneiro, 138- 146.

VOLUMEN 6 (1) 2006

OQUENDO, Luís y DOMÍNGUEZ, Mariluz, Género, étnia y actitudes lingüísticas enhablantes bilingües wayuu, 5-20.

SOUSA ROMÃO, Lucília María, RIBEIRO PATTI, Ane y DE MACEDO RIBEIROPATTI, Antônia, Heróis da mídia na voz das crianças: efeitos de sentido sobre/dainfancia, 21-38.

MARCHESE, Mariana Carolina, La construcción del signo “indigente” en el discurso delas instituciones estatales de la Ciudad de Buenos Aires, 39-62.

TRINDADE, Eneus y FABIANO ANNIBAL, Sergio, Os sentidos do espaço naenunciação midiática publicitária, 63-76.

ESTRADA, Andrea, Originalidad vs. claridad en el discurso académico: la comprensióndel evidencial reformulativo ‘en todo caso’, 77-112.

ReseñasLuís Alfonso Ramírez Peña y Gladis Lucía Acosta Valencia (comps.), Estudios del

discurso en Colombia, reseñado por Martha Shiro, 113-119.Viviane de Melo Resende y Viviane Ramalho, Análise de discurso crítica, reseñado por

João Bosco B. Bonfim, 120-123.Denise Elena García Da Silva, Nas instancias do discurso. Uma permeabilidade de

fronteiras, reseñado por Lúcia Gonçalves de Freitas, 124-128.

EntrevistaÓscar Iván Londoño Zapata, El análisis crítico del discurso (ACD), una actitud de

resistencia. Entrevista a Teun A. van Dijk, 129-135.

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VOLUMEN 6 (2) 2006

MASSONE, María Ignacia y BUSCAGLIA, Virginia Luisa, La cumbia villera(en)red(ada) en el discurso. Una introducción al monográfico sobre cumbia villeraen Argentina, 5-20.

MASSONE, Manuel y DE FILIPPIS, Mariano, “Las palmas de todos los negrosarriba…” Origen, influencias y análisis musical de la cumbia villera, 21-44.

MARCHESE, Mariana Carolina, Tango: el lenguaje quebrado del desarraigo, 45-60.SERPA, Cecilia, Estado argentino y cumbia villera, 61-82.PARDO, María Laura, Cumbia villera en Argentina: un análisis crítico del discurso de

la posmodernidad, 83-95.

ReseñasDaniel Cassany, Tras las líneas. Sobre lectura contemporánea, reseñado por Cristina

D’Avolio, 97-103.Norman Fairclough, Language and globalization, reseñado por Viviane de Melo

Resende, 104-111.Teun A. Van Dijk, Dominación étnica y racismo discursivo en España y América Latina,

reseñado por Luisana Bisbe, 112-120.

VOLUMEN 7(1) 2007

GALLEGO MENGOD, Verónica, Metodología para el análisis de las publicacionesperiódicas: los géneros discursivos como señales de cambio (Ensayo Literario 1872-1874), 5-30.

KALTENBACHER, Martín, Perspectivas en el análisis de la multimodalidad: desde losinicios hasta el estado del arte, 31-58.

SANTANDER, Pedro, Análisis Crítico del Discurso y análisis de los medios decomunicación: retos y falencias, 59-78.

XU, Shi, Reconstruyendo los paradigmas orientales de los estudios del discurso, 79-94.VIEIRA, Lenita, Humor en editoriales de TalCual: Texto e imagen en el discurso político,

95-114.

ReseñasBolívar Adriana (comp.), Análisis del discurso ¿Por qué y para qué?, reseñado por

Francisco José Bolet, 115-123.Pardo Abril Neyla, Cómo hacer análisis crítico del discurso. Una perspectiva

latinoamericana, reseñado por Alicia Carrizo, 124-132.Ramírez Peña Luis Alfonso, Comunicación y discurso. La perspectiva polifónica en los

discursos literario, cotidiano y científico, reseñado por Gonzalo Pubiano Bernal,133-140.

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Instrucciones para las reseñas

· La reseña tendrá como encabezado el autor (o editor), el año, el título, el númerode páginas, la casa editorial y el ISBN de la obra reseñada.

· En la introducción se identificará el tema y el problema central.· Se describirá la estructura de la obra (en capítulos, y partes, existencia de glosarios,

apéndices, etc.) y se hará una síntesis completa del contenido. Asimismo, seespecificará quiénes son los lectores potenciales del libro reseñado.

· El texto de la reseña será evaluativo y expresará la posición del autor frente a la obrareseñada.

· El libro reseñado se pondrá en relación con otros trabajos sobre el mismo tema y/o del mismo autor y se situará en el contexto del momento y lugar en que aparecepublicado.

· Se seguirán las convenciones de citas que se indican para el resto de las contribucionesa la revista de la ALED.

· El texto de la reseña tendrá un límite máximo de 3.000 palabras (aproximadamentediez cuartillas).

· Enviar dos copias en papel tamaño carta y una en disquete en formato de documentoWord (o compatible) a: Luisa Granato. E-mail: [email protected]

Instruções para as resenhas

· No encabeçado da resenha devem ser indicados o autor (ou editor), o ano, o título,o número de páginas, a casa editorial e o ISBN da obra resenhada.

· Na introdução serão indicados o tema e o problema central.· Descrição da estrutura da obra (em capítulos, ou partes, a existência de glossários,

apêndices, etc.) e apresentação de uma síntese completa do conteúdo. É importantea informação sobre os leitores potenciais do livro resenhado.

· O texto da resenha será avaliativo e expressará a posição do autor frente à obraresenhada.

· Comentar-se-á a relação entre o livro resenhado e outros trabalhos sobre o mesmotema, alheios ou do autor considerado, e situar-se-á a obra no seu contexto temporale espacial.

· Para as citações, serão seguidas as mesmas convenções que se indicam para o restodas contribuições da revista da ALED.

· O texto da resenha terá um limite máximo de 3.000 palavras (aproximadamentedez páginas).

· Enviar duas cópias em papel tamanho carta e uma em disquete em formatoWord (ou compatível) a: Luisa Granato. E-mail: [email protected]

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Instruções para os autores

· Política Editorial. A Revista Latino-americana de Estudios del Discurso publica trabalhos originaise inéditos dos membros pesquisadores da Associação. Os trabalhos recebidos são submetidos àarbitragem por parte de especialistas de reconhecido prestígio. O Comitê Editorial reserva-se odireito de sugerir aos autores modificações formais aos artículos que forem aceitos, assim comopublicá-los no número que considerar mais conveniente.

· Instruções para os autores: Os pesquisadores interessados em publicar seus trabalhos na Revista Latino-americana de Estudios del Discurso, deverão seguir as seguintes instruções:

1. Enviar seus trabalhos ao seguinte endereço postal:

Adriana BolívarRevista Latinoamericana de Estudios del DiscursoApartado 47075, Los Chaguaramos, Caracas 1041-A, Venezuela.

Os trabalhos também podem ser enviados em attachment às seguintes direções eletrônicas:

[email protected][email protected]

2. Os artículos deverão ser escritos em papel tamanho carta, com espaço duplo, de um só lado e teruma extensão máxima de 10.000 palavras ou 25 laudas, incluindo notas e bibliografia.

3. O texto do artículo deve ser precedido por um resumo em espanhol, português (resumo) einglês (abstract) de não mais de 150 palavras. Incluir-se-ão até seis palavras chave. Os títulosgerais e de seções devem ser breves e explícitos.

4. Todo artículo deve estar acompanhado por uma breve informação biográfica em numa extensãoentre 50 e 100 palavras, onde se indique o nome completo do ou dos autores, instituição ondetrabalha, telefone, fax e correio eletrônico. Do mesmo modo, dever-se-á proporcionar, de formaclara e completa, o endereço postal mais seguro para receber a correspondência.

5. As citações textuais de mais de 40 palavras devem insertar-se no texto com sangria de 1cm decada lado. Sua referência far-se-á segundo o sistema autor-data. Ao final da citação, escreve-se entre parêntese o sobrenome do ou dos autores, o ano de publicação e o número depágina. Exemplo: (Charaudeau, 2003: 25)

6. As notas devem enumerar-se consecutivamente e colocar-se ao final do texto, antes dasReferências Bibliográficas.

7. Todas as referências bibliográficas devem ser ordenadas alfabeticamente depois das notas, ecomo se verá a seguir: Livros: Ruíz Ávila, D. (2003) Tejiendo discursos se tejen sombreros.Identidad y práctica discursiva. México: Fomento Editorial. Capítulo de libro: Wodak, R.(2003) ‘De qué trata el análisis crítico del discurso (ACD). Resumen de su historia, susconceptos fundamentales y sus desarrollos’, en R. Wodak & M. Meyer (eds.) Métodos deAnálisis crítico del discurso, pp.17-43. Barcelona: Gedisa. Artículos: Chumaceiro, I. (2004)‘Las metáforas políticas en el discurso de dos líderes venezolanos’, Revista Latinoamericanade Estudios del Discurso, 4 (2): 91-112. As letras a, b, c, anexadas à data de publicação,podem ser usadas para referenciar trabalhos de um mesmo autor publicados no mesmo ano.

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Revista Lationamericana de Estudios del DiscursoRevista Latinoamericana de Estudos do Discurso

Instrucciones para los autores· Política Editorial. La Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso publica trabajos originales e

inéditos de los investigadores miembros de la Asociación. Los trabajos recibidos serán sometidos aarbitraje por parte de especialistas de reconocido prestigio. Como consecuencia, el Comité Editorial sereserva el derecho de sugerir a los autores modificaciones formales a los artículos que sean aceptados, asícomo publicarlos en el número que considere más conveniente.

· Instrucciones para los autores: Los investigadores interesados en publicar sus trabajos en la RevistaLatinoamericana de Estudios del Discurso, deberán seguir las siguientes instrucciones:

1. Enviar sus trabajos a la siguiente dirección postal:

Revista Latinoamericana de Estudios del DiscursoAdriana BolívarEditora.Apartado 47075, Los Chaguaramos, Caracas 1041-A, Venezuela.

Los trabajos también pueden ser enviados en attachment a las siguientes direcciones electrónicas:

[email protected][email protected]

2. Los artículos deberán ser escritos en papel tamaño carta, a espacio y medio en Times New Roman 12,por una sola cara y tener una extensión máxima de 25 cuartillas, incluyendo notas y bibliografía.Tanto las imágenes, gráficos o tablas deben anexarse en su formato original (jpg, tif, gif, png, excel,power point...)

3. El texto del artículo debe ir precedido por un resumen en español, portugués (resumo) e inglés(abstract) de no más de 150 palabras. Se incluirán hasta seis palabras clave. Los títulos generales y desecciones deben ser breves y explícitos.

4. Todo artículo debe estar acompañado por una breve información biográfica y académica escrita enuna extensión entre 50 y 100 palabras, donde se indique con claridad el nombre completo del o losautores, nombre y dirección de la institución donde labora, teléfono, fax y correo electrónico.Asimismo, aparte se deberá proporcionar de forma clara y completa la dirección postal más segurapara recibir correspondencia.

5. Las citas textuales de más de 40 palabras deben insertarse en el texto con sangría de 1cm acada lado. Su referencia se hará según el sistema autor-fecha: al final de la cita se escribeentre paréntesis el apellido del o los autores, el año de publicación y el número de página.Ejemplo: (Romano y Sousa, 2004: 17), (Charaudeau, 2003:25).

6. Las notas deben numerarse consecutivamente y colocarse al final del texto, antes de las ReferenciasBibliográficas.

7. Todas las referencias bibliográficas deben ser ordenadas alfabéticamente después de las notas, y comose muestra a continuación: Libros: Ruíz Ávila, D. (2003) Tejiendo discursos se tejen sombreros. Identidady práctica discursiva. México: Fomento Editorial; capítulo de libro: Donaire, M. L. (2004) ‘Lapolifonía, una relación binaria’, en E. Arnoux & M.M. García Negroni (Comps.) Homenaje a OswaldDucrot, pp. 117-133. Buenos Aires: Eudeba. Wodak, R. (2003) ‘De qué trata el análisis crítico deldiscurso (ACD). Resumen de su historia, sus conceptos fundamentales y sus desarrollos’, en R.Wodak & M. Meyer (eds.) Métodos de Análisis crítico del discurso, pp.17-43. Barcelona: Gedisa.Artículos: Chumaceiro, I. (2004) ‘Las metáforas políticas en el discurso de dos líderes venezolanos’,Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso, 4 (2): 91-112. Las letras a, b, c, anexadas a la fechade publicación, pueden ser usadas para referenciar trabajos de un mismo autor publicados en elmismo año.

8. Cada autor recibirá 2 ejemplares del número de la revista donde aparece su trabajo.

Adriana BolívarEditora de la Revista Latinoamericana de Estudios del Discurso

Apartado 47075, Los ChaguaramosCaracas 1041-A, Venezuela

Vanessa CourleanderAsistente de edición

Email: [email protected]