Política monetaria en los mercados financieros ... · planteados recientemente en la literatura....
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Política monetaria en los mercados financieros liberalizados:
El caso mexicano
por Santiago Capraro y Carlo Panico1
Abstract
The paper examines the behavior of monetary policy and the institutional organization of the
economic policy in Mexico during the years of financial liberalization and the outgrowth of the
financial industry. It argues that these policies have favored the monetary and financial stability
at the cost of reducing investment and negatively affecting the strength of the productive
structure and international competitiveness of the economy. The paper argues that such negative
results, with the passage of time increase the odds that the current monetary policy will become
unable to pursue monetary and financial stability. Unlike other outstanding critical literature,
the emphasis of our evaluation regarding current policy´s negative consequences is on the
reduction of public investment that the institutional organization of economic policy has
produced, instead of the over-valuation of real exchange rate. As a final point, the paper
discusses how the institutional organization can be reformed to avoid further weakening of the
productive structure and international competitiveness of Mexican economy.
JEL: E58, F31, H54, F56
Key words: monetary policy, exchange rate, foreign reserves, public investment, institutional
organization.
1 Facultad de Economía, Universidad Nacional Autónoma de México, (Faculty of Economics, UNAM) México. Correos electrónicos: [email protected]; [email protected]; [email protected] . Los autores agradecen a Pablo Bortz,
Germán Feldman, Juan Carlos Moreno Brid, Jaime Ros Bosch, Sebastían Rosas Campos, Carlos Tello Macías, Ramón Carlos
Torres Flores, Krista Zafra y dos referencias anónimas para sus comentarios sobre una versión anterior del ensayo. Este
documento recibió apoyo financiero de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM-DGAPA-PAPIIT IA304019)
2
1.- Introducción
En las últimas décadas, las "liberalizaciones financieras" han afectado a varios aspectos de la
vida de las naciones. Utilizamos esta expresión para referirse a los procesos que después de la
década de 1970 condujeron a la liberalización de los movimientos internacionales de capital.
Estos procesos posteriormente generaron cambios progresivos en la regulación financiera, que
la industria financiera impuso debido a su capacidad para afectar a la política y la legislación.
Los cambios en la regulación promovieron, a su vez, una enorme expansión de la industria
financiera y causaron un aumento del riesgo sistémico, que dio lugar a la crisis de 2007-08.23
Este documento examina cómo las liberalizaciones financieras han afectado la conducción de
la política monetaria y la organización institucional de la coordinación de políticas en México,
un país de ingresos medios, que comenzó a liberalizar sus cuentas externas después de la crisis
de 1982, reformó la organización institucional de la política monetaria en la dirección de un
régimen de metas de inflación en 1993-94, y lo adoptó oficialmente en el año 2001. México en
1994-95, fue golpeado por otra crisis financiera, después de lo cual abandonó el "tipo de cambio
nominal dirigido con un régimen de bandas de arrastre" y pasó a un "régimen flotante" que sin
embargo evita los movimientos autónomos del tipo de cambio, es decir, los movimientos en el
tipo de cambio, es decir, los movimientos en diferentes de las seguidas por la mayoría de las
economías latinoamericanas. Las tendencias similares mostradas por la mayoría de las monedas
latinoamericanas pueden considerarse una señal de que las liberalizaciones financieras han
reducido la capacidad de las autoridades nacionales para llevar a cabo la devaluación autónoma
del tipo de cambio (véase Basnet y Sharma, 2015).4
El documento sostiene que las liberalizaciones financieras y el crecimiento de la industria
financiera han dado lugar a cambios en la organización institucional de las políticas económicas.
2 Estos cambios en la regulación financiera han sustituido a un enfoque basado en el respeto de los coeficientes preestablecidos
(por ejemplo, requisitos de capital) basado en el poder discrecional de las autoridades en relación con los gestores de las
empresas financieras (véase White, 2009 y Pánico et al., 2016). 3 La literatura sobre la "financialización" no es homogénea y subraya diferentes aspectos y resultados de estos fenómenos (véase Epstein, 2005; Palley, 2007; Hein, 2010; 2012; Pánico y Pinto, 2017). 4 Algunos primeros signos de la pérdida de autonomía en las políticas nacionales manifestadas durante la crisis financiera de
los años 90, cuando los bancos centrales mostraron un "miedo a flotar" o "devaluar" el tipo de cambio (véase Obstefeld y Rogoff,
1995; Calvo y Reinhart, 2000; Ros, 2015).
3
Estos cambios han limitado la conducción de políticas gubernamentales que generan una
disminución de la inversión pública, lo que ha estado debilitando la estructura productiva y la
competitividad internacional de la economía mexicana. El país, como consecuencia, se enfrenta
a una creciente probabilidad de que la actual conducta de la política monetaria eventualmente
se vuelva insostenible. Esto significa que, con las horas extras, la debilidad de la estructura
productiva y de la competitividad internacional puede impedir que la política monetaria
mantenga la estabilidad financiera. El ensayo concluye entonces que se necesitan algunas
reformas de la organización institucional de la política económica para contrarrestar esos
problemas.
Para hacer frente al deterioro de la competitividad internacional de los países emergentes,
algunas obras críticas (véase Galindo y Ros, 2008; Blecker, 2009; Frenkel y Rapetti, 2009, 2012;
Ros, 2015; Bresser-Pereira, 2016) se ha centrado en la apreciación del tipo de cambio real. La
política monetaria, de Galindo y Ros (2008, p. 16), debería promover un tipo de cambio
competitivo interviniendo siempre que el intercambio se aprecie y permitiéndole flotar
libremente en el caso opuesto (véanse también Frenkel y Rapetti, 2012, pp. 47 y 53-54 y Ros,
2015, págs. 165-66). Para Bresser-Pereira, un país emergente "pasará de una crisis monetaria a
otra si no aplica una política activa de tipo de cambio" que devalúa de forma autónoma el tipo
de cambio (2016, p. 335 y 333).
En este documento presumimos que las devaluaciones autónomas son riesgosas en vista de los
movimientos de capital liberalizados y de una poderosa industria financiera. Además,
argumentamos que la debilidad de la estructura productiva y de la competitividad internacional
puede depender de otros aspectos de la conducta de la política monetaria y de los procesos de
coordinación de políticas, un régimen de metas de inflación. Afirmamos que, al debilitar la
competitividad internacional, esa situación puede llevar a un país emergente de crisis en crisis,
incluso si el tipo de cambio real no está sobrevalorado.
A continuación, el ensayo propone reforzar la estructura productiva y la competitividad
internacional recurriendo a las reformas institucionales nacionales y no a las devaluaciones
4
autónomas del tipo de cambio. Las reformas deben retomar una actitud de cooperación entre las
autoridades que participan en el proceso de coordinación de las políticas económicas. Tienen
que mejorar la reputación de las autoridades fiscales sin afectar la confianza y el consenso que
los mercados financieros atribuyen al banco central. Además, deberían elaborar políticas
gubernamentales más flexibles y eficientes que, mediante la identificación de una estrategia de
desarrollo que fortalezca la estructura productiva, puedan evitar que los aumentos de la demanda
efectiva se deriven en desequilibrios en la balanza de pagos.
Con el fin de argumentar que en México la adopción del régimen de metas de inflación ha
producido efectos negativos en la estructura productiva y la competitividad internacional a
través de su impacto en la política fiscal y la inversión, hemos analizado la era que comienza en
1996, después de que se introdujeron las reformas institucionales de la organización de política
monetaria en 1993-94 y la crisis financiera de 1994-95. Como hemos señalado, el
comportamiento de la política económica muestra cierto grado de homogeneidad durante este
período, especialmente cuando consideramos las relaciones crediticias entre el Gobierno Federal
y el banco central.
El ensayo está organizado de la siguiente manera. La Sección 2 se refiere a la inestabilidad de
los mercados de cambio y la acumulación de reservas internacionales. En la sección 3 se
describe cómo está obligado a funcionar la política monetaria en las economías emergentes a
fin de mantener cierto control sobre las cuestiones monetarias y las tasas de interés en caso de
aumento de las reservas oficiales. La Sección 4 se centra en los cambios de organización
institucional de la política económica introducidos para hacer frente a la expansión de los
mercados financieros, argumentando que estaban debilitando la estructura productiva y la
competitividad internacional de la economía mexicana. Las secciones 5-7 describen las formas
de independencia de las que goza el Banco de México, evaluándolas sobre la base de los debates
planteados recientemente en la literatura. La sección 8 se ocupa de las reformas de la
organización institucional que pueden mejorar el proceso de coordinación entre las
intervenciones fiscales y monetarias y la calidad de la política nacional. La sección 9 concluye.
5
2.- Volatilidad del tipo de cambio y reservas extranjeras en los países en desarrollo
Durante la década de 1970, algunas literaturas (véase McKinnon, 1973; Shaw, 1973) sugirió
liberalizaciones financieras con la promesa de que eliminarían la "represión financiera", que
impedía el flujo de capitales de los países ricos a los pobres y de ingresos medios. Según esas
obras, las liberalizaciones financieras habrían mejorado el crecimiento y la distribución del
ingreso de los países mencionados. Las organizaciones internacionales recomendaron esta
estrategia en la década de 1990 (véase FMI, 1997; Eichengreen y Mussa, 1998).
Las promesas no se cumplieron (véase Eatwell, 1997; Akyz, 2006). Por el contrario, al aumentar
el tamaño de la industria financiera, las liberalizaciones aportaron gradualmente nuevos
fenómenos, que fueron desfavorables para los países pobres y de ingresos medios:
1. la dificultad de las políticas nacionales para depreciar de forma autónoma el tipo de
cambio;
2. la necesidad de acumular una cantidad creciente de reservas internacionales;
3. la necesidad de mantener las tasas de interés en niveles más altos en comparación con
los países ricos.
El abandono de los acuerdos de Bretton Woods ha ampliado gradualmente el tamaño de las
transacciones financieras internacionales. A su vez, esto ha hecho que los mercados de cambio
más especulativos y volátiles. Después de la descomposición de Lehman Brothers, la volatilidad
ha aumentado aún más. La Figura 1 describe la evolución de un indicador de volatilidad, es
decir, el número de días durante el año anterior mostrando una variación diaria del tipo de
cambio entre el peso mexicano y el dólar 5superioral1%.
5 Durante la era "Bretton Woods" las transacciones financieras en los mercados de divisas crecieron aproximadamente al mismo
ritmo que el flujo de exportación de mercancías. Por el contrario, según los cálculos realizados por Pánico y Pinto (2017) y
sobre la base de los datos del Informe Trienal bIS, de 1977 a 2007, el promedio diario del volumen de negocios del mercado de divisas medido a los dólares corrientes aumentó 404,81 veces, mientras que el flujo anual de exportación de mercancías medido
a dólares corrientes aumentó 12,43 Veces. Esto implica que el flujo de exportación de mercancías creció a una tasa media anual
del 8,76 por ciento y que el valor medio diario de las transacciones financieras en los mercados de divisas creció a una tasa
anual del 22,15 por ciento.
6
Figura 1.- Número de días con variaciones del tipo de cambio superiores a +/-1% durante el año anterior
Ave1 pasa del 01/01/1996 al 08/29/2008. Ave2 pasa del 01/09/2008 al 12/31/2018.
El período estudiado en este artículo es de color gris. Fuente: nuestras elaboraciones sobre los datos del Banco de México.
El banco central mexicano, después de la crisis de 1994, decidió abandonar la focalización del
tipo de cambio nominal con un régimen de bandas de arrastre y gestionar un régimen flotante
que, sin embargo, dio a los operadores financieros señales claras de que el banco central estaba
contrarrestando los grandes movimientos del tipo de cambio. Desde entonces, los movimientos
de los tipos de cambio nominales han seguido un camino similar a las monedas de otras
economías emergentes (véase Basnet y Sharma, 2015). El peso mexicano se ha desvaluado
cuando ocurren eventos que aumentan el grado de incertidumbre en los mercados
internacionales y ha mostrado una tendencia a apreciar o mantenerse estable de lo contrario (ver
Figura 2).
7
Figura 2.- Tipo de cambio nominal diario, 1996-2018
(Pesos mexicanos por unidad de dólar estadounidense)
Fuente: nuestras elaboraciones sobre los datos del Banco de México
La Figura 3 describe la evolución del tipo de cambio real multilateral del peso. Muestra que
después de la depreciación de la crisis de 1994, el tipo de cambio real multilateral se apreció
hasta el año 2001 (véase también Galindo y Ross, 2008, pág. 14). De 2001 a 2018, ha mostrado
una tendencia a depreciarse, independientemente de su valor fluctuando en torno a un nivel
estable desde finales del año 2003 y hasta finales de 2014.
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Figura 3.- Tipo de Cambio Real Multilateral (1990-100)
Fuente: nuestras elaboraciones sobre los datos del Banco de México.
Algunos autores han señalado que, en América Latina, México incluido, los regímenes de metas
de inflación se implementan de una manera que se desvía de la estructura estándar:6
Se documentan desviaciones repetidas y grandes del marco estándar de metas de
inflación: las intervenciones del mercado cambiario han sido duraderas y generalizadas;
el tipo de cambio real a menudo se ha convertido en un objetivo de la política, aunque
este objetivo rara vez se hace explícito; una serie de otras herramientas de política no
convencionales, especialmente los cambios en los requisitos de reserva, pero
ocasionalmente impuestos o restricciones a los movimientos internacionales de capitales,
también entraron en uso común (Céspedes et al., 2014, p. 185).
Para esta literatura, las liberalizaciones financieras han hecho del control del tipo de cambio una acción
clave de política monetaria, propicia para defender la economía nacional de la especulación
internacional. Los bancos centrales, se refieren estos autores, a menudo no han explicado que este
objetivo es tan relevante como la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda.7
6 Ver Céspedes et al. (2014), Canales-Kriljenko, 2003; Hüfner, 2004; HASTA 2005; Rosas-Rojas, 2011. Sobre el caso
mexicano, véase Mántey G., 2009; Capraro y Perrotini, 2012. 7 Document Bank of Mexico (2017b), sin embargo, parece reconocer la importancia de mantener la estabilidad del tipo de
cambio para el banco central mexicano.
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La política cambiaria mexicana se implementa a través de variaciones en la tasa de interés, las
intervenciones cambiarias y la acumulación de reservas internacionales. La literatura reciente
se centra cada vez más en los cambios ocurridos en este último elemento, señalando que las
liberalizaciones financieras, en lugar de servir como trampolín para la inversión, como se
prometió, están obligando a los bancos centrales de los países emergentes a acumulación de
reservas para evitar la inestabilidad de los mercados internacionales.8
La Figura 4 señala que las reservas oficiales de América Latina han subido en los últimos años.
En México, la proporción de reservas oficiales - PIB aumentó de 4.8% en 1996 a 11.1% en 2009,
alcanzando 15.2% para 2016. Por el contrario, en los Estados Unidos la relación ha oscilado
entre el 1,2% y el 3,6% desde 1983 (véase la figura 4). En 2016 fue del 2,2%.
Figura 4.- Reservas extranjeras como porcentaje del PIB
LatAm incluye a los países de América Latina que utilizan metas de inflación (Brasil, Chile, Colombia y Perú)
Fuente: Indicadores del Banco Mundial y el Desarrollo Mundial.
8 Véase McKinnon (2002); Aguiar de Medeiros (2008); Calvo et al. (2012); Bussière et al. (2014); Prasad (2014); Calvo (2016);
Banco de México (2017a); Castillo Polanco y Schmidt (2019).
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La Figura 5 retrata los logaritms naturales de los valores nominales de las reservas, medidos en
dólares estadounidenses, en poder del Banco de México. Muestra que la acumulación de
reservas oficiales ha tenido una tendencia de crecimiento a un ritmo positivo desde 1996. Su
tasa de acumulación ha aumentado durante el período de mediados de 2009 hasta finales de
2014. Sin embargo, después de esta fecha, ha mostrado una tendencia a disminuir o permanecer
estable.9
Figura 5 - Reservas Extranjeras del Banco de México, 1996-2018
(logaritmos naturales de los valores nominales en dólares)
Fuente: nuestras elaboraciones sobre los datos del Banco de México.
La Figura 6, que presenta las tasas anuales de las variaciones de las reservas oficiales, confirma
esta conclusión. Las reservas oficiales crecieron a una tasa media anual del 10,9 por ciento desde
1998 hasta finales de 2008. A partir del año 2009 y hasta finales de 2014, crecieron a una tasa
media anual del 14,8%. Después de esa fecha, han crecido a una tasa media anual negativa.
9 Análisis adicionales, considerando también la evolución del Banco de MéxicoLas intervenciones de intercambio, son
necesarias para interpretar las complejas tendencias de acumulación de reservas. Estos análisis van más allá del alcance de este
documento.
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Figura 6 - Reservas extranjeras: Tasa Anual de Crecimiento (%), 1996-2018
Referencias: la evolución de las reservas extranjeras mexicanas se divide en los cuatro períodos A, B, C y D.
Fuente: nuestras elaboraciones sobre los datos del Banco de México.
En cuanto a estas tendencias, la literatura de (Mc Kinnon, 2002) ha puesto de relieve que el
aumento de las reservas implica un aumento de la inversión financiera que fluye de los países
pobres y medianos a los ricos. Por lo tanto, el sistema financiero internacional se comporta de
tal manera que favorece a las economías ricas.La literatura sostiene que las liberalizaciones, así
como el crecimiento de la industria financiera han reforzado las jerarquías entre las monedas.
Ha introducido una distinción entre las monedas de "clase A", que incluyen: el dólar, la libra
esterlina, el euro y un pequeño grupo de monedas de economías adineradas; y las monedas de
la "Clase B", incluido el resto. Cuando la incertidumbre es baja en los mercados financieros, el
capital especulativo fluye de las economías ricas a las emergentes en términos de las tasas más
altas de remuneración que se pagan allí. Sin embargo, cuando aumenta la incertidumbre, los
agentes prefieren las monedas de alta calidad (Clase A) a las de baja calidad (Clase B), debido
a una mayor probabilidad de devaluación de esta última. Como resultado, en tiempos de alta
incertidumbre se producen las principales transacciones de capital que fluyen de los países
pobres y medianos a los ricos, por lo tanto, la razón por la que los bancos centrales necesitan
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acumular reservas internacionales en tiempos de menor incertidumbre.1011Esto implica que, a
pesar de un capital especulativo entrante que busca mayores rendimientos, el aumento de las
reservas internacionales, compuesta en gran medida por bonos gubernamentales de Estados
Unidos y Alemania, genera una salida de capital de los países de ingresos bajos y medianos a
los más ricos.
Según Calvo (2016), los bancos centrales de las economías emergentes, mediante la
acumulación de reservas tratan de construir una defensa contra el riesgo de ataques
especulativos. Para Bussiére et al.(2014), el monto de las reservas que un banco central tiene
que acumular para tal fin depende del déficit de la balanza de pagos - cuenta corriente y de lo
bien que la economía ha tenido en términos de estabilidad financiera en su historia reciente. Este
último elemento pone de relieve la importancia de contar con un banco central que goza de la
confianza y el consenso de la industria financiera.
10 MacKinnon (2002) llama a las monedas de Clase B "dinero temporal" y monedas de Clase A, que tiende a dominar cuando
se descuenta la incertidumbre, "dinero definitivo". 11 Véase Mohanty y Turner (2005; 2006); Grupo de Trabajo del Comité de Relaciones Internacionales (2006); Frenkel (2015).
13
3.- Gestión de reservas extranjeras y de cuestiones monetarias
La necesidad de aumentar la acumulación de reservas ha modificado el comportamiento y la
organización institucional de la política económica. La compra de grandes cantidades de
reservas inunda los mercados con base monetaria y obliga al banco central a implementar
"operaciones de esterilización". La Figura 7 muestra que el Banco de México regula la base
monetaria (MB) compensando el aumento de las reservas, representados por Activos
Extranjeros Netos (NFA), con una reducción del Crédito Interno Neto (NDC), es decir,
recibiendo crédito del sector público y de las instituciones de crédito . La Figura sostiene que
las facultades discrecionales del Banco de México le permiten proporcionar a la base monetaria
un crecimiento regular, así como señalar a los operadores financieros sus controles sobre este
aspecto de la política monetaria.
Figura 7.- Base Monetaria (MB), Activos Extranjeros Netos (NFA) y Crédito Interno Neto (NDC),
1996-2018
Fuente: nuestras elaboraciones sobre los datos del Banco de México.
El crecimiento ordenado de la base monetaria no implica un control "rígido" sobre los agregados
monetarios, es decir, una restricción que los hace crecer a un ritmo constante preestablecido.
Banco de México tiene un control "pragmático" sobre ellos. El Cuadro 1 muestra que crecieron
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Monetary Base (MB) Net Foreign Assets (NFA) Net Domestic Credit (NDC)
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a un ritmo superior al PIB nominal durante todo el período 1996-2017. La persistente diferencia
positiva entre estas tasas indica que el banco central prefiere acomodar la demanda de liquidez
de la economía a los tipos de interés que pide estabilizar en lugar de imponer rígidamente una
tasa de crecimiento constante a la Agregados.
Cuadro 1.- Tasa de variación anual de la base monetaria (MB), M2 y PIB nominal, 1996-2017
año Bm M2 Nombre
Pib año Bm M2
Nombre
Pib año Bm M2
Nombre
Pib
1996 0,26 0,32 0,35 2003 0,16 0,13 0,10 2011 0,10 0,09 0,10
1997 0.30 0,31 0,27 2004 0,14 0,11 0,13 2012 0,14 0,11 0,07
1998 0,24 0,30 0,21 2005 0,12 0,14 0,09 2013 0,06 0,08 0,03
1999 0,27 0,23 0,20 2006 0,17 0,12 0,12 2014 0,14 0,10 0,07
2000 0,26 0,18 0,20 2007 0,13 0,11 0,08 2015 0,20 0,09 0,06
2001 0,12 0,15 0,06 2008 0,13 0,12 0,08 2016 0,16 0,09 0,10
2002 0,16 0,13 0,08 2009 0,16 0,12 -0,02 2017 0,16 0,09 0,10
2003 0,16 0,13 0,10 2010 0,10 0,07 0,10 Promedio 0,16 0,15 0,11
PROMEDIO: El promedio de 1996-2017.
Fuente: nuestras elaboraciones sobre los datos del Banco de México.
El control de las cuestiones monetarias afecta las relaciones crediticias del Banco de México
con el sector gubernamental y las instituciones de crédito. Los dos principales instrumentos para
acordar el crédito entre el sector público y el banco central son:
1. La "Cuenta Corriente del Tesoro del Gobierno Federal Mexicano",
2. Los "Depósitos de Regulación Monetaria en Valores Del Gobierno" en el banco central.
La legislación mexicana estipula que el sector público no puede recibir crédito del banco central
a través de la emisión de bonos. Sólo puede recibirlo a través de la Cuenta Corriente del Tesoro
del Gobierno Federal. La ley prohíbe que este saldo de la cuenta supere el límite del 1,5% de
los forlaconos previstos en el Presupuesto de la Federación. Sin embargo, aunque la legislación
permite un saldo negativo, el gobierno mexicano ha optado por limitarse prestando recursos
financieros al banco central, en lugar de recibirlos para llevar a cabo su política. Como muestra
15
la Figura 8, el saldo de la cuenta ha sido constantemente positivo desde 1996. Con excepción
de 2011 y 2012, superó el 2% del PIB entre 2007 y 2018 y no fue inferior al 3% en 2009, 2010,
2017 y 2018.121314
Figura 8.- Cuenta Corriente del Gobierno Federal mexicano en el Banco de México (% del PIB), 1996-2018
Fuente: nuestras elaboraciones sobre datos del Instituto Nacional de Estadística y del Banco de México.
Los "Depósitos de Regulación Monetaria" se utilizan para llevar a cabo "operaciones de
esterilización". Siempre que el Banco de México lo considere necesario, las entidades de crédito
deben depositar en el banco central la liquidez generada por la compra de reservas oficiales. Se
12 El artículo 9 de la Ley del Banco de México, aprobado en 1993, prohíbe a esta institución comprar valores del gobierno
excepto cuando estas compras sean posiciones tomadas por el propio Banco de México en las subastas de emisión por un monto no superior al de los bonos madurando el día de la subasta. 13 El artículo 12 de la Ley del Banco de México establece: «El saldo que, en su caso, esté en poder del Gobierno Federal, no
excederá de un límite equivalente al 1,5% de los desembolsos previstos por el Gobierno en el Presupuesto de Gastos de la
Federación para el ejercicio en cuestión, no considerar los destinados al pago de la deuda del Gobierno; con la salvedad de que, en circunstancias extraordinarias, la diferencia temporal entre los ingresos públicos y el gasto aumenta considerablemente». El
artículo 24 refuerza esta restricción, permitiendo al Banco de México emitir valores en nombre del Gobierno Federal,
depositando el resultado de estas ventas en un depósito no retirable administrado por el Banco de México a nombre del gobierno. 14 Estudios y pruebas sobre esta decisión de las autoridades políticas faltan y un intento de interpretarlo va más allá del alcance de este ensayo. Por esta razón, nos limitamos a sugerir dos hipótesis, una en términos de comportamiento responsable de las
partes, lo que contradice la opinión dominante de que la baja moralidad caracteriza a estas instituciones, y la segunda en términos
de presiones sobre ellas provenientes de grupos poderosos capaces de afectar los resultados electorales a través de la financiación
de campañas y el control de los medios de comunicación.
0.0%
0.5%
1.0%
1.5%
2.0%
2.5%
3.0%
3.5%
4.0%
Mex
ican
Fed
eral
Go
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men
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urr
ent
Acc
ou
nt
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dM
(%
of
GD
P)
16
pueden configurar como "Depósitos en Valores Del Gobierno" o "Depósitos en Pesos". Además,
para llevar a cabo operaciones de esterilización, el Banco de México también puede emitir sus
propios bonos, por ejemplo, los BREMs(véase el Cuadro 2). Todas las formas referidas de
operaciones esterilizantes imponen una transformación de la base monetaria en activos a largo
plazo (bonos a largo plazo y depósitos en el banco central) en el balance de las entidades de
crédito. A través de esta transformación, el Banco de México garantiza que, a pesar del aumento
de las reservas oficiales, las entidades de crédito se enfrentan a una falta de liquidez y deben
recurrir a las subastas diarias de base monetaria del banco central.
Los "Depósitos de Regulación Monetaria en Valores Públicos" influyen en el tamaño del crédito
neto que el banco central tiene con el sector público. Las entidades de crédito deben comprar
estos valores, que el Banco de México emite en nombre del gobierno, según lo establecido en
el artículo 23 de la"Ley del Banco de México". El resultado de estas ventas se asigna a depósitos no
extraíbles, sin pagar intereses, manejados por el Banco de México en nombre del Gobierno Federal.
Los "Depósitos de Regulación Monetaria en Pesos" representan, en cambio, un préstamo de
entidades de crédito al banco central. Son el principal instrumento utilizado por el Banco de
México para recibir préstamos de estas instituciones. Los procedimientos de política monetaria
prescriben que las entidades de crédito pueden participar en dos tipos de operaciones llevadas a
cabo a iniciativa del banco central: las "diarias" de liquidez a corto plazo y las "estructurales"
para la regulación monetaria a largo plazo. De acuerdo con estos procedimientos, el saldo de las
cuentas corrientes que las entidades de crédito utilizan para depositar la liquidez adquirida en
las subastas diarias del banco central debe ser cero al final de cada día. Por lo tanto, estas cuentas
no representan crédito neto de este sector al banco central. Por el contrario, cada vez que el
Banco de México obliga a las instituciones de crédito a comprar Depósitos de Regulación
Monetaria en Pesos, aumenta el crédito neto de este sector al banco central.
Para las entidades de crédito, los depósitos de regulación monetaria en valores públicos son más
convenientes que los de Pesos, porque los valores que compran las entidades de crédito pueden
ser vendidos y los resultados de tales ventas reinvertidos en actividades que pueden pagar
mayores rendimientos. La elección entre la emisión de Depósitos en Valores Gubernamentales
o en Pesos significa que el Banco de México decide en qué medida los contribuyentes o
instituciones de crédito mexicanos van a cabo con los costos de mantener la política monetaria
17
funcionando; en otras palabras, los costos de control de la emisión monetaria y la tasa de interés.
En este punto, el Banco de México tiene un amplio margen discrecional, porque puede, por su
propia voluntad, cambiar el monto total de los Depósitos de Regulación Monetaria y puede
imponer el mismo control a la emisión monetaria al optar por cambiar las acciones de las
entidades de crédito y de el sector público en Crédito Interno Neto. El cuadro 2 muestra que,
entre los años 2001 y 2009, la proporción de depósitos reguladores monetarios de las entidades
de crédito fue superior a la del sector gubernamental. Por el contrario, después de 2009, el Banco
de México ha optado sistemáticamente por una mayor participación del sector gubernamental.
Cuadro 2.- Pasivos del Reglamento Monetario (porcentaje del PIB nominal; valores de fin de año)
1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003
(A) Depósitos de Regulación Monetaria en
Pesos - - 0.5% 0.8% 0.7% 1.4% 2.0% 2.3%
(B) Depósitos de Regulación Monetaria en
Valores del Estado - 0.9% 0.4% 1.6% 2.1% 0.7% 0.5% 0.0%
(C) Bonos de Regulación Monetaria (BREMs) - - - - 0.3% 2.2% 3.0% 3.0%
(A) +(B)+ (C) 0.0% 0.9% 0.9% 2.4% 3.1% 4.2% 5.5% 5.3%
2004 2005 2006 2007 2008 2009 2010 2011
(A) Depósitos de Regulación Monetaria en Pesos 2.6% 2.9% 2.6% 2.4% 2.3% 2.3% 2.1% 1.9%
(B) Depósitos de Regulación Monetaria en
Valores del Estado 0.0% 0.0% 0.6% 1.5% 2.0% 2.0% 2.7% 4.9%
(C) Bonos de Regulación Monetaria(brems) 2.6% 2.7% 1.1% 0.1% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0%
(A) +(B)+ (C) 5.2% 5.6% 4.3% 4.0% 4.3% 4.3% 4.8% 6.8%
2012 2013 2014 2015 2016 2017 2018
Tener.
1996-
2018
(A) Depósitos de Regulación Monetaria en
Pesos 1.8% 1.7% 1.5% 1.4% 1.1% 1.0% 0.9% 1.6%
(B) Depósitos de Regulación Monetaria en
Valores del Estado 6.2% 7.0% 7.3% 6.3% 4.9% 4.7% 4.1% 2.7%
(C) Bonos de Regulación Monetaria(brems) 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 0.0% 1.4%
(A) +(B)+ (C) 7.9% 8.7% 8.8% 7.7% 5.9% 5.7% 5.0% 5.1%
Fuente: nuestras elaboraciones sobre los datos de los balances del Banco de México
Esta elección no refleja una necesidad técnica. Más bien, es una decisión política para asignar a
quien debe soportar una mayor parte de los "costos de operación esterilizantes". Banco de
México ha optado por ponerse del lado de las instituciones de crédito, a pesar de que en los
últimos años sus ganancias han ido aumentando (ver Figura 9).
18
Figura 9 – Superávit operativo bruto del sector financiero como porcentaje del PIB, 2001-2016
Fuente: Instituto Nacional de Estadística
Los documentos oficiales no aclaran las razones que subyacen a esta decisión.
1.7%
1.8%
2.2%
2.2%
2.3% 2.3%
2.5%
2.2%
2.1%
2.0%
2.4%
2.3%2.3%
2.6%
1.5%
1.7%
1.9%
2.1%
2.3%
2.5%
2.7%
20
03
20
04
20
05
20
06
20
07
20
08
20
09
20
10
20
11
20
12
20
13
20
14
20
15
20
16
19
4.- Organización institucional de la política monetaria y fiscal, mercados financieros y
competitividad internacional
En México, como en otros países emergentes, la acumulación de reservas ha creado una nueva
situación histórica: ha convertido al gobierno en un acreedor neto del banco central. El tamaño
del crédito otorgado por el sector gubernamental es grande. En algunos años, la suma del saldo
de la Cuenta Corriente del Tesoro y de los Depósitos del Reglamento Monetario en Valores
Públicos se ha acercado al 10% del PIB.
Las autoridades políticas han estado aceptando esta nueva condición, acordando restringir la
financiación monetaria de su política por parte del banco central mucho más allá de los límites
establecidos por la legislación. Como se muestra en la Figura 8, las partes que han estado en el
poder desde 1996, han mantenido un alto saldo positivo en la Cuenta Corriente del Tesoro del
Gobierno Federal, incluso si la legislación les permite recibir crédito a través de ella. Además,
en 1993 el Congreso aprobó la "Ley del Banco de México" que atribuye grandes poderes a esta
institución para la gestión de los Depósitos Regulatorios Monetarios. Entre otras tareas, permite
al banco central emitir bonos en nombre del gobierno sin solicitar permiso al Tesoro y asignar
los resultados de dichas ventas a depósitos no extraíbles, sin pagar intereses, controlados por el
banco central en nombre de la Gobierno Federal.Además, en el año 2006, El Congreso mexicano
aprobó una regla fiscal, la "Ley Federal de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria", que
impuso un presupuesto equilibrado a mediano plazo o ajustado cíclicamente. La introducción
de esta ley ha fortalecido la tendencia del gobierno a mantener un saldo positivo en su cuenta
corriente en el banco central. La Figura 8 muestra que después del año 2006, el valor medio del
saldo de la cuenta, medido como porcentaje del PIB, ha sido mayor que antes.
En muchos países, las liberalizaciones financieras han impuesto la introducción de normas
fiscales que han demostrado ser procíclicas y reducir esos gastos públicos (en inversión pública,
educación, etc.), que tienden a generar efectos positivos, tiempo, en la producción potencial de
la economía. La ocurrencia de estos problemas es ampliamente reconocida por la literatura, que
subraya que las razones electorales inducen a las autoridades políticas a preferir la reducción
20
del gasto de capital en lugar de los gastos corrientes. La literatura, al tiempo que enfatiza la fuerza
de esta tendencia, también reconoce que otras fuerzas pueden contrarrestarla en algunos años.15
También en México, la reciente organización institucional del proceso de coordinación entre las
políticas monetarias y fiscales ha ido acompañada de una tendencia de inversión pública al
declive. Esta ha sido una tasa de disminución anual del 4,5% entre 2009 y 2016, hasta alcanzar
un total del 1,8% del PIB en 2017. Este último valor representa un nivel históricamente bajo.
La literatura ha argumentado que una disminución de la inversión pública 16 no ha ido
acompañada de un aumento de la inversión privada. Por el contrario, 17 ha producido una
reducción de la inversión total y efectos negativos en la estructura productiva y la competitividad
internacional de la economía.
La evidencia de la aparición de estos efectos se puede buscar en los datos estadísticos sobre la
cuenta corriente de la balanza de pagos. Los resultados de esta búsqueda pueden ser inciertos
porque diferentes elementos pueden influir en estos datos. A continuación, respetamos el
contenido de la Ley de Thirwall y describimos los déficits medios por cuenta corriente asociados
con la tasa media de crecimiento del PIB durante cuatro períodos en la Figura 10.1819
15 Para una revisión de esta literatura ver Pánico y Vázquez Suá Planta baja (2008). En una entrevista para El mundo de octubre
de 2002, Romano Prodi, que entonces era comisario de la Unión Europea, declaró que las rígidas normas del Pacto Europeo de
Estabilidad y Crecimiento son estúpidas, ya que afectan negativamente al crecimiento potencial de la economía. Para evitar estos problemas Blanchard y Javazzi, A (2004) propuso para reformar el Pacto mediante la introducción de una "regla fiscal de
oro", ya utilizada en el Reino Unido, que excluye los gastos de capital de la restricción impuesta al presupuesto del gobierno.
Para una evaluación de esta propuesta véase Buiter Y Grafe (2004) 16 Sin embargo, antes de 2009, el aumento del precio del petróleo había beneficiado en gran medida los ingresos del sector del gobierno mexicano, favoreciendo un aumento de la inversión pública. 17 Véase Ros, 2015, págs. 160-63 y la literatura allí citada, que sostienen que la reducción de la inversión pública probablemente
suscita una aglomeración en vigor sobre la inversión privada. 18 Véase Thirlwall (1979). 19 El período 1996-2000 se caracteriza por un alto crecimiento después de la crisis de 1994-95. Período 2001-2006 se caracteriza
por una fuerte mejora en las condiciones comerciales. 2007-2012 puede considerarse como años posteriores a la crisis con
condiciones comerciales favorables. 2013-2017 puede considerarse como años posteriores a la crisis con un deterioro de las
condiciones comerciales.
21
Figura 10.- Cuenta corriente de la balanza de pagos y tasa de crecimiento del PIB, 1996-2017
Fuente: nuestras elaboraciones sobre los datos del Banco de México
Los datos del primer y último período considerados en la Figura (1996-2000 y 2013-2017)
revelan la ocurrencia de una disminución en la tasa de crecimiento asociada con un déficit por
cuenta corriente similar. Esta señal puede ser vista como un indicador de que la competitividad
internacional de la economía mexicana se deterioró. El análisis de la Figura también muestra
que al comienzo del nuevo milenio el déficit por cuenta corriente disminuyó. Esta reducción fue
acompañada de una mejora en las condiciones del comercio (véase la Figura 11) debido al
aumento internacional en el precio de los productos básicos como el petróleo, que contribuyó
positivamente a la balanza de pagos mexicana en esos años.
1996-2000
2001-2006.
2007-2012
2013-2017
0.0%
1.0%
2.0%
3.0%
4.0%
5.0%
6.0%
-2.5% -2.0% -1.5% -1.0% -0.5% 0.0%
GD
P_A
vera
ge A
nn
ual
rat
e o
f G
row
th
Average Current Account Balance (% of GDP)
22
Figura 11.-Términos del índice comercial (TTI) 1996-2018 (1980-100)
Fuente: Banco de México
La reducción también fue acompañada de una disminución de la tasa de crecimiento del PIB. El
Cuadro 3, que calcula la tasa de crecimiento que mantendría la cuenta corriente en equilibrio en
cada uno de los períodos considerados, sugiere que la competitividad internacional de la
economía mexicana no se recuperó en esos años, a pesar de las condiciones del comercio.2021
Cuadro 3.- Tasa de crecimiento del PIB(b) que mantendría la cuenta corriente en equilibrio
Período
Tasa de crecimiento
(b)
1996-2000 1.35%
2001-2006 -0.46%
2007-2012 -0.46%
2013-2016 -1.47%
Fuente: nuestras elaboraciones.
20 Al emplear los datos utilizados en la Figura 10 consideramos el par de valores del déficit por cuenta corriente, dt, y de la tasa
de crecimiento, gtDe el período t Considera. Luego dibujamos para cada t una línea decreciente de 45o a la que la pareja dt y gt
Pertenecen. La ecuación correspondiente a estas líneas es dt = - gt + bt. El valor de bt puede interpretarse como la tasa de
crecimiento que habría hecho que el déficit por cuenta corriente de ese año sea igual a cero. Si bt disminuye, la limitación de la balanza de pagos al crecimiento económico se puede ver como Deterioro. Esto puede interpretarse como una disminución de la
competitividad internacional de la economía. Por el contrario, si bt aumentos, la restricción externa al crecimiento se puede ver
como mejorar, un resultado que puede interpretarse como un progreso en la competitividad internacional de la economía. 21 Para una aplicación de este método de análisis a la economía mexicana, véase Moreno Brid y Ros, 2009.
40
45
50
55
60
65
23
Las figuras 12 y 13 exploran otro aspecto del comportamiento de la cuenta corriente de la
balanza de pagos. Muestran la tasa de crecimiento del PIB que mantendría la cuenta corriente
en equilibrio en cada año durante el período 1996-2016 y durante el período que precedió a la
crisis de 1994. Las figuras muestran que hay cierta similitud entre las tendencias de este
indicador en los dos períodos.22
Figura 12.- Deterioro de la capacidad productiva de la economía mexicana, 1996-2016
Referencias: Para el cálculo de la "b", véase la nota 18. Fuente: nuestras elaboraciones sobre los datos del Banco
de México
Figura 13.- Deterioro de la capacidad productiva de la economía mexicana, 1985-1994
Fuente: nuestras elaboraciones sobre los datos del Banco de México
22 Observe la correspondencia entre el aumento del valor de bt durante el período 2001-2006 en la Figura 12 y el aumento de
las condiciones comerciales durante el mismo período en la Figura 11.
-8
-6
-4
-2
0
2
4
19
96
19
97
19
98
19
99
20
00
20
01
20
02
20
03
20
04
20
05
20
06
20
07
20
08
20
09
20
10
20
11
20
12
20
13
20
14
20
15
20
16
b
b1996-2016 Lineal (b1996-2016)
-10
-8
-6
-4
-2
0
2
4
19
85
19
86
19
87
19
88
19
89
19
90
19
91
19
92
19
93
19
94
b
b1985-1994 Lineal (b1985-1994)
24
La similitud sugiere que la conducta actual de las políticas monetarias y la organización
institucional conexa de la política económica pueden resultar insostenibles con el paso del
tiempo. Pueden resultar incapaces de proteger la economía de los ataques especulativos contra
la moneda nacional. Como Bussiére et al. (2014) señala que el deterioro progresivo de la cuenta
corriente de la balanza de pagos aumenta la probabilidad de tales ataques.
Esta conclusión indica que la debilidad de la estructura productiva de las economías emergentes
también puede depender del comportamiento y la organización de la política, lo que puede llevar
al país a "deuna crisis monetaria a otra" aunque la tipo de cambio no está sobrevalorado. Al
introducir reformas nacionales, que pueden mejorar la calidad de la política gubernamental y
fortalecer la estructura productiva y la competitividad internacional, las economías emergentes
pueden reducir su dependencia de la industria financiera internacional y de la política, eventos
económicos y financieros que ocurren fuera del país.
25
5.- Independencia del Banco de México
Las liberalizaciones financieras y el crecimiento de la industria financiera han ido acompañados
de varios cambios en la organización institucional de la política monetaria y en el proceso de
coordinación entre las políticas monetaria y fiscal. Después de eso en Nueva Zelandia en 1989,
se introdujeron un gran número de reformas en diferentes países para modificar la legislación
sobre la independencia de los bancos centrales (véase Cukierman, 1998). El Congreso mexicano
modificó en 1993 el artículo 28 de la Constitución y aprobó la "Ley del Banco de México".
La expresión "independencia del banco central" adquiere diferentes significados basados en las
facultades asignadas al banco central. La idea de atribuir algunas formas de independencia a
esta institución apareció después de la Primera Guerra Mundial, cuando los problemas
complejos relacionados con la dimensión de la deuda pública emitida durante la guerra y la
flotación libre en los mercados internacionales, persuadió a la política autoridades para delegar
su gestión en expertos técnicos (véase Sayers, 1976; Panico y Piccioni, 2016 y 2018).
Desde entonces, se han atribuido tres formas de independencia a los bancos centrales:
"personal", "financiero y administrativo" e independencia "técnica o instrumento". Trataron de
fortalecer la capacidad de los bancos centrales para resistir las presiones de poderosos grupos
económicos y políticos y fortalecer su capacidad de trabajar en beneficio de toda la sociedad.23
Otra forma de independencia concedida a los bancos centrales es en el ámbito de la "emisión
monetaria" y se refiere a su capacidad para controlar la cantidad de dinero en circulación sin la
interferencia de entidades políticas y económicas nacionales o extranjeras. Los documentos del
Banco de México otorgan gran importancia a este tipo de independencia. El texto24"Esquema
23 "Independencia del personal" se refiere a las reglas para la denominación, duración, remoción y remuneración de los
miembros del órgano de gobierno. La legislación mexicana otorga al Banco de México un grado satisfactorio de esta forma de
independencia (véanse los artículos 38-44 y 49-50 de la Ley del Banco de México). "Independencia financiera y administrativa"
se refiere a la capacidad del banco central para financiar su actividad con sus propios recursos, en lugar de depender de transferencias de los sectores públicos u otras entidades que podrían influir en las decisiones tomadas por su organismos, y para
gestionarlos de acuerdo con sus propios criterios. Banco de México obtiene de su actividad suficientes recursos para mantener
la independencia financiera y devolver le devolviendo al Gobierno Federal lo que excede sus necesidades. "Independencia
técnica" se refiere a la capacidad de un banco central para gestionar la política monetaria sobre la base de su evaluación técnica, sin la interferencia de otros organismos políticos o económicos nacionales o internacionales, y considerando lo que es mejor
para la sociedad como entero y no sólo una parte de ella. 24 La forma en que se hace este control ha cambiado con el tiempo, adaptándose a la organización mutable del sistema financiero
internacional (véase Pánico y Rizza, 2004; Pánico Y Palomas, 2016).
26
Histórico"establece que la autonomía implica que el monto de la base monetaria en circulación
dependerá únicamente de las decisiones tomadas por la Junta de Gobierno del Banco de México;
que las leyes que conceden esta autonomía establecen que ninguna autoridad tendrá derecho a
ordenar a la Junta que conceda financiación; y los antecedentes, la edad, la remoción y la
remuneración de los miembros del consejo no afectarán a sus decisiones técnicas. Como se
menciona en la Sección 3, el Banco de México goza de grandes facultades discrecionales que
permiten un control adecuado de la base monetaria.25
Banco de México, a diferencia de otros bancos centrales, goza de otra forma de independencia,
que está ligada a "objetivos y prioridades". Permite al banco central establecer los valores de
algunas variables relevantes (por ejemplo, la tasa de inflación) como los objetivos que la política
monetaria tiene que perseguir y establecer prioridades entre ellas en cualquier momento en que
no se puedan alcanzar simultáneamente. Esta forma de independencia ha sido el centro de
importantes debates. En lo que sigue, evaluamos esta forma de independencia atribuida al Banco
de México en vista de estos debates, considerando la cuestión de identificar los objetivos finales
de la política monetaria, la compatibilidad entre ellos y los procedimientos de democracia y el
papel de la transparencia y la credibilidad.26
25 Disponible en goo.gl/ENSckt. 26 La reforma del Banco de Inglaterra fue aprobada en 1997, mirando hacia la visión del Nuevo Consenso en Macroeconomía. Sin embargo, la sociedad inglesa rechazó la idea de conceder al banco central la independencia de los objetivos y prioridades,
considerando que esto iría en contra de los principios de la democracia representativa. La ley, después de cuatro años de debate,
estipulaba que, aunque el banco central puede hacer propuestas gracias a su experiencia en el tema, los órganos elegidos
democráticamente deben tomar las decisiones formales sobre objetivos y prioridades.
27
6.- Objetivos y prioridades de la política monetaria para debatir
Los documentos del Banco de México subrayan que la Constitución y la "Ley del Banco de
México" estipulan que la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda es el principal objetivo
de la política monetaria y que la legislación ha reforzado la autonomía del banco central en para
perseguir eficazmente este objetivo. Los documentos especifican que el Banco de México puede
aplicar, cuando lo considere necesario, "sus propias medidas diseñadas específicamente para
contrarrestar la reducción de la actividad económica" (Bancode México, "Esquema Histórico",
Sección: Banco: Banco respuesta de México a la crisis financiera de 2008-201027).
Un examen más detenido de esta legislación señala que la estabilidad del poder adquisitivo de
la moneda no puede interpretarse como un objetivo en sí mismo, sino más bien como una
condición para alcanzar los objetivos del desarrollo y la justicia social. También señala que la
estabilidad del poder adquisitivo de la moneda es el principal, pero no el único objetivo de la
política monetaria. Como organismo autónomo especializado en aspectos monetarios de la
política pública, el Banco de México decide cómo manejar otros objetivos políticos para lograr
la aspiración constitucional de la justicia social.28
Por lo tanto, la legislación no prohíbe las intervenciones en la defensa de la economía nacional
de los ataques especulativos de la industria financiera internacional. Deja las decisiones relativas
a tales intervenciones a discreción del banco central. Como vimos en la Sección 2, una gran
parte de la literatura argumenta que el Banco de México ya considera la defensa de la economía
nacional de ataques especulativos tan importantes como la estabilidad del poder adquisitivo de
la moneda. La legislación atribuye la misma discreción al Banco de México en cuanto a la
decisión sobre su participación en actividades encaminadas a fortalecer la estructura productiva
y la competitividad internacional de la economía. Como vimos en la Sección 4, la debilidad de
la competitividad internacional está generando una tendencia en la balanza de pagos, lo que
aumenta el riesgo de ataques especulativos contra la moneda nacional y pide una mejora en este
aspecto de la política económica.
27 Disponible en goo.gl/ENSckt. 28 El nuevo contenido del artículo 28 de la Constitución y la descripción de los motivos detrás de esta reforma y la introducción
de la "Ley del Banco de México" confirmar este punto de vista. Nos recuerda que los objetivos de orden público deben estar en
la misma longitud de onda que los objetivos finales de la Constitución, arraigados en el desarrollo del país, la justicia distributiva
y el respeto de la dignidad del ciudadano.
28
La participación del banco central en actividades de fortalecimiento de la competitividad
internacional de la economía es, por lo tanto, coherente con la legislación mexicana. Además,
está en línea con el comportamiento de la mayoría de los bancos centrales en los países ricos y
emergentes. Literatura reciente, al examinar este comportamiento en diferentes países (ver
Bhattacharyya, 2012; Rosengren, 2013) ha llegado a la conclusión deque, cualesquiera que sean
los objetivos que les asigna la legislación nacional, los bancos centrales tienden a tener una
actitud pragmática similar hacia el logro de diferentes objetivos políticos. Según estos autores,
si la legislación establece que la política monetaria sólo tiene que perseguir una inflación baja
(véase Suecia y Corea del Sur), o tiene una inflación baja como el principal objetivo (aunque,
no único) (véase Reino Unido e India), o tiene un doble mandato para inflación y el nivel de
actividad (véase Estados Unidos), los bancos centrales tienden a cooperar pragmáticamente con
el gobierno y otros organismos públicos para contrarrestar la disminución de la actividad
económica. Al presentar su trabajo a otros colegas de los bancos centrales, Rosengren (2013, p.
11) concluyó que 'tal vez una lección para dibujar ... es que, independientemente de la estructura
formal del banco central, todos nosotros somos bancos de doble mandato «en el corazón».
La independencia relativa a los "objetivos y prioridades" no es una forma tradicionalmente
concedida a los bancos centrales (véase Panico y Rizza, 2004). Comenzó a tenerse en cuenta
después de la publicación de Kydland y Prescott (1977) y Rogoff (1985). Este último inspiró
algunas obras nuevas, conocidas como "literatura de diseño institucional", que analizan los
efectos positivos en el bienestar social de nombrar a un banquero central "conservador", es decir,
una persona más repulsiva a la inflación que el votante mediano. Estas obras, que sirvieron como
piedra clave para el Consenso de Washington y el Nuevo Consenso en Macroeconomía, dieron
paso a discusiones sobre la atribución de este tipo de independencia.
Las reacciones en la literatura y en varios bancos centrales han sido categóricas. Varios autores
han afirmado que la literatura de diseño institucional retrata erróneamente el proceso a través
del cual las instituciones toman decisiones de política económica. Blinder (1997a; 1998) y
Stiglitz (1998) niegan que la Reserva Federal tenga algún sesgo inflacionario y sostienen que
un banco central no pasa por alto el contexto político e institucional contra el que actúa. En una
sociedad democrática, McCallum (1996) argumenta que si un banco central persigue
29
sistemáticamente objetivos diferentes a los del gobierno, aumenta la probabilidad de que la
autoridad política cambie las leyes que regulan las facultades de autoridad monetaria. Tobin
(1994) y Samuelson (1994) sostienen que la postura de Rogoff viola los principios de la
democracia representativa debido al hecho de que, sobre la base de una idea abstracta del
bienestar social, propone una estructura institucional que niega sistemáticamente el valor de los
preferencia, ignorando que la democracia implica respeto a sus procedimientos. Por último,
Greenspan (1996), presidente de la Reserva Federal, afirmó: "Nuestra independencia de la
política monetaria está condicionada a aplicar políticas que sean ampliamente aceptables para
el pueblo estadounidense y sus representantes en el Congreso".2930
La existencia de este debate no ha impedido que el Banco de México asuma la responsabilidad
de decidir los objetivos y prioridades de la política monetaria y establecer la tasa de inflación
que debe perseguir la política monetaria. La legislación mexicana no asigna específicamente
esta prerrogativa al Banco de México,dejándola imprecisa en cuanto a quién debería establecer
objetivos y prioridades de políticamonetaria. Sin embargo, el banco central ha tomado
decisiones, capitalizando esta laguna legal, su propia experiencia en el tema y la ausencia de
debate en la sociedad y en el poder legislativo sobre este aspecto.3132
Desde 1995, el Banco de México ha tomado la tasa estimada en los acuerdos firmados con el
gobierno como su meta de inflación. A partir del año 2001, comenzó a proponer un objetivo de
inflación de forma autónoma. Los documentosdel Banco de México sobre prioridades ponen de
relieve que su compromiso con mantener la inflación estable y baja 'ha llevado a los agentes
económicos a tener expectativas más confiables en cuanto a la trayectoria futura que tomará la
inflación al hacer decisiones sobre consumo, ahorro e inversión' (Banco de México, 2013,p. 52)
y ha contribuido a hacer más eficiente la asignación de recursos. Los documentos deducen que,
al cumplir con la meta de inflación, la economía alcanza su potencial de crecimiento y no
29 Kaldor (1970) también afirmó que las decisiones de política monetaria se ven afectadas por la necesidad de impedir que las
autoridades políticas cambien las competencias de los bancos centrales. 30 Para más referencias sobre este debate, véase Pánico y Rizza (2004). 31 Algo similar sucedió en Inglaterra en las décadas de 1920 y 1930. Keynes (1932) lo comentó en un debate con el Partido
Laborista sobre las formas de independencia concedidas al Banco de Inglaterra (véase Pánico Y Palomas, 2018). 32 La persistencia de la falta de debate sobre quién debe tener esta responsabilidad sugiere que no hay un desacuerdo real en la
política sobre esta solución.
30
profundiza en si la política económica puede mejorar los resultados obtenidos. Por lo tanto, para
ellos, no es necesario establecer prioridades porque los objetivos no son contradictorios entre sí.
31
7.- Independencia y transparencia del Banco Central.
El régimen de metas de inflación también se caracteriza por el uso de procedimientos de
transparencia, que implican tres formas de acciones: presentación de informes, publicación de
las actas de las reuniones del banco central y pruebas habladas a las autoridades políticas. Este
aspecto de la organización institucional tiene como objetivo reforzar la credibilidad del banco
central y la eficacia de su política. La idea de que la independencia y la credibilidad del banco
central mejoran la eficacia de la política monetaria ha prevalecido desde la década de 1920,
aunque estaba motivada de manera diferente a la reciente literatura de metas de inflación.
En varios escritos, entre ellos la Teoría General,Keynes señaló que las políticas en las que un
banco central es capaz dedesarrollar su función técnica sin la interferencia de otras entidades
públicas o privadas son las más propensas a tener éxito. Afirmó que la independencia y el
prestigio del Banco de Inglaterra son valores positivos para la sociedad (véase Keynes, 1932,
pág. 132). La independencia ayuda a asegurar que las decisiones tomadas sean en interés de la
sociedad en su conjunto. El prestigio refleja la confianza en la capacidad del banco central para
interpretar y controlar los acontecimientos económicos y, por lo tanto, su capacidad para guiar
las expectativas de los operadores financieros y del sector privado. Según Keynes (1926, pp.
315 y 318; 1932, p. 131), para reforzar su prestigio el banco central tiene que fomentar la
comunicación con el público y permitir que los expertos discutan críticamente sus juicios y
decisiones.33
Un punto de vista similar al de Keynes prevaleció después de la Segunda Guerra Mundial (véase
Panico y Rizza, 2004). Sin embargo, el análisis de Kydland y Prescott (1977) sobre el problema
de la incoherencia dinámica y las contribuciones de Rogoff (1985) y de la "literatura de diseño
institucional" influyó en el desarrollo del modelo del Nuevo Consenso en Macroeconomía que
representa la trabajos del régimen de metas de inflación y condujeron a la introducción de una
nueva visión sobre las cuestiones de independencia y credibilidad.
33 En Teoría general, Keynes afirmó: 'Una política monetaria que parezca que la opinión pública tiene carácter experimental o fácilmente susceptible de cambio puede fracasar en su objetivo de reducir en gran medida la tasa de interés a largo plazo ... La
misma política, por otra parte, puede resultar fácilmente exitosa si apela a la opinión pública por ser razonable y factible y en
interés público, arraigada en una fuerte convicción y promovida por una autoridad que es poco probable que sea sustituida’.
(Keynes, 1936, p. 202)
32
Esta visión también admite que la independencia mejora la eficacia de la política monetaria, ya
que hace creer a los operadores en sus anuncios y basa sus expectativas en lo que dice el banco
central. Sin embargo, en este caso, el término credibilidad, más que la confianza en la
perspicacia técnica del banco central, está vinculado a la capacidad de estructura institucional
de impedir que la autoridad monetaria haga mal uso de su discreción. Según este punto de vista,
la independencia y la discreción del banco central deben venir con un alto grado de
transparencia, lo que refuerza la creencia de que el banco central está comprometido con sus
objetivos y reduce el riesgo de que la autoridad monetaria se comporte inconsistente a través del
tiempo, favoreciendo a la administración en el poder a través de "efectos sorpresa" que
estimulan el aumento de la inflación.
Varios autores, sobre el mismo tema, han afirmado que la visión propuesta por el Nuevo
Consenso en Macroeconomía tergiversa el trabajo de las instituciones que toman decisiones en
política económica. Blinder (1997a, p. 15) recordando su experiencia en la Reserva Federal,
dice que "nunca vio un solo caso de un banquero central sucumbiendo a la tentación que tanto
preocupaba a Kydland y Prescott". Los bancos centrales, dijo, valoran mucho su reputación
como custodios de la estabilidad monetaria y concluyeron que, en este asunto, el enfoque de
incoherencia dinámica "está ladrando el árbol equivocado" (Blinder, 1998, p. 24).
La misma postura se encuentra en múltiples documentos publicados por la Reserva Federal, que
durante las últimas dos décadas ha participado en una comunicación abierta con el público para
reforzar la confianza de los operadores en su capacidad para interpretar y controlar eventos
económicos (véase Le Heron, 2007). Esta literatura subraya que la política monetaria basada en
la "comunicación y la confianza" -entendida como una estrategia opuesta a la del Nuevo
Consenso basada en la "transparencia y credibilidad"- es para el banco central la forma más
efectiva de ganar seaña de fama como una entidad técnica competente y eficiente.
Esta reputación contribuye a fortalecer la eficacia de la política monetaria, la posición del banco
central en el contexto social y político y el consenso del que goza entre los operadores
financieros. Como señaló Blinder (1997a, p. 15; 2004, págs. 67-68 y 94-95), los bancos centrales
33
deben fortalecer su posición en el contexto social y político y su consenso entre los operadores
financieros. Sin embargo, esta preocupación puede ser una fuente de ambiguedad y problemas
si el banco central, para lograr este resultado, busca la aprobación de los operadores tomando
decisiones que respondan únicamente a sus intereses.34
La estructura de la política monetaria en México, en los últimos años, se ha ido ajustando,
aunque con limitaciones y deficiencias, a las formas de transparencia utilizadas en los países
que siguen un régimen de metas de inflación. El artículo 51 de la "Ley del Banco de México"
establece que el banco central tiene que presentar al Gobierno Federal y al Congreso un Informe
Trimestral de Inflación. Sin embargo, si bien la legislación del Reino Unido especifica en detalle
los asuntos que el Banco de Inglaterra tiene que mencionar en sus Informes, la legislación
mexicana permite al Banco de México identificar los temas que los Informes tienen que tratar.
Banco de México, en lo que respecta a la publicación de las actas de las reuniones de su
35Juntadirectiva, comenzó a publicarlas en el año 2011 y mejoró su contenido en 2018 revelando
la identidad de los electores a favor y en contra de Resoluciones. No obstante, el Banco de
México no publica las actas de su reunión con el Tesoro, al igual que el Banco de Inglaterra. Por
último, el artículo 52 de la "Ley del Banco de México" establece que cualquier miembro del
Congreso puede pedir al Gobernador del Banco de México que proporcione pruebas habladas
sobre cuestiones relacionadas con las actividades del banco central.
Estos procedimientos aumentan la rendición de cuentas del Banco de México, pero no eliminan
el riesgo de que se examine el comportamiento de la política monetaria evadiendo problemas
cruciales. Un ejemplo sería que los procedimientos no han eliminado la opacidad de la elección
del Banco de México para reducir la participación de las instituciones de crédito en los costos
de "operaciones de esterilización". La opacidad deja abierta la posibilidad de interpretar esta
34 Blinder (1997a, p. 15) dice: "Aunque nunca vi un solo caso de un banquero central sucumbiendo a la tentación que tanto
temía Kydland y Prescott, a menudo fui testigo de banqueros centrales tentados a cumplir la política que los mercados esperaban o exigían». En general, esta tentación no conduce a una política monetaria exitosa: "Un banco central que se esfuerza demasiado
por complacer a los comerciantes de divisas y bonos puede terminar adoptando los horizontes temporales efectivos
ridículamente cortos del mercado como propios" (Blinder, 2004, p. 94). 35 El artículo establece que el Informe también debe proporcionar información sobre la evolución de otros indicadores económicos. Además, establece que (1) en enero Banco de México debe presentar un documento que describa las principales
líneas de la política que pretende llevar a cabo en el nuevo año; 2) en abril debe presentar un documento que describa la política
que ha aplicado en el segundo semestre del año anterior; 3) en septiembre tiene que presentar un documento que describa la
política que ha seguido en el primer semestre del año en curso.
34
elección como un intento del banco central de buscar la aprobación de los operadores tomando
decisiones que hablen de sus intereses.
Confianza, prestigio, reputación, credibilidad, confianza son términos complejos. Más allá de
los procedimientos formales, un banco central tiene que construir su reputación demostrando
constantemente que es capaz de interpretar y controlar los eventos y adhiriéndose
persistentemente a los objetivos anunciados. Como muestra la experiencia de la Reserva
Federal, un banco central creíble tiene la capacidad de dar forma a las opiniones de los
operadores financieros al aclarar que sus opciones se basan en análisis de lo que la economía
necesita para mejorar la estabilidad y el crecimiento.
35
8.- Un nuevo tipo de coordinación de políticas para escapar de la trampa del bajo
crecimiento
Documentos del Banco de México (2008, p. 10) afirma que la coordinación de la política
monetaria y fiscal es esencial para la estabilidad y el crecimiento. Sin embargo, a pesar de las
controversias sobre este punto, no aclara cuál es la forma que debe adoptar la coordinación.
La liberalización financiera y el crecimiento de la industria financiera han impuesto una
estructura institucional que coloca la política monetaria al frente y frena el papel de otras
políticas. Esta tendencia ha llevado a problemas en la mayoría de las economías y ha llevado a
algunos autores a proponer reformas que permitirían el uso discrecional de la política fiscal una
vez más.36
Dos puntos de vista alternativos han dominado el debate sobre la coordinación. Por un lado, la
postura ligada al Nuevo Consenso en Macroeconomía confía en la capacidad de las fuerzas
espontáneas del mercado para alcanzar un crecimiento potencial y asume que las políticas
gubernamentales generan ineficiencia en la asignación de recursos. Por otro lado, hay autores
que no confían en las fuerzas espontáneas del mercado para crear resultados óptimos y creen
que es necesaria una combinación adecuada de política fiscal y monetaria para impulsar el
crecimiento y apuntalar la estructura productiva.
Según el punto de vista anterior, la coordinación de las políticas debería organizarse dando una
discreción sustancial a un banco central independiente y "atando las manos" de las autoridades
elegidas democráticamente. Estos autores justifican su conclusión presumiendo que las
decisiones de estas últimas autoridades se basan en un horizonte temporal limitado por el
próximo día de las elecciones. Para ellos, la coordinación debe basarse en normas
"transparentes" y "flexibles". En otras palabras, debería esbozar inequívocamente las normas de
conducta para las autoridades gubernamentales e impedir que la política económica se convierta
en procíclica y reduzca la inversión pública. Blanchard y Giavazzi (2004) dan un ejemplo de
normas flexibles en la introducción de la "regla de oro" de Inglaterra, que excluye la inversión
36 Véase Blinder, 1997b; Eichengreen et al., 1999; Wyplosz, 2005, 2008; y la revisión por Pánico and Vázquez Suárez, 2008.
36
pública de la regla fiscal. Buiter y Grafe (2004) observan que la regla de oro, para ser coherente,
también debe extenderse a cualquier gasto público que suscite efectos positivos sobre el capital
humano (es decir, educación, salud, etc.) y el potencial de crecimiento económico. Sin embargo,
según Buiter y Grafe (2004), este cambio aumenta la flexibilidad a costa de disminuir la
transparencia mediante la introducción de evaluaciones arbitrarias de los cuales los elementos
generan efectos positivos a largo plazo. La dificultad para lograr una combinación satisfactoria
de flexibilidad y transparencia ha llevado recientemente a los partidarios de esta opinión a
proponer la introducción de órganos técnicos independientes que jueguen el papel de "perros
guardianes", es decir, "controladores autoritarios", de disciplina (véanse Debrun y Kumar, 2008;
Debrun37 et al., 2009).
El punto de vista del Nuevo Consenso ha gozado de cierto dominio durante las últimas décadas.
Sin embargo, según von Hagen y Mundschenk (2003), este enfoque de coordinación, que
atribuye a las autoridades monetarias el papel de los líderes y a las demás autoridades el de los
seguidores, es defectuoso. Genera desconfianza y actitudes no cooperativas entre los gobiernos
nacionales y las autoridades monetarias y genera políticas fiscales y monetarias que se llevarán
a cabo como sustitutos estratégicos, en lugar de como complementos.
Otros autores han criticado el enfoque propuesto por el Nuevo Consenso argumentando que la
búsqueda de una combinación apropiada de política fiscal y monetaria es necesaria para
impulsar el crecimiento y apuntalar la estructura productiva. Para ellos, la coordinación debería
organizarse para extender a la política fiscal lo que se aplicó con éxito a la política monetaria
después del experimento monetarista de 1979-82. Esto implica evolucionar de la dirección
basada en reglas rígidas, como la regla de crecimiento del dinero de Friedman, a la dirección
basada en la discreción otorgada a las autoridades independientes. Sobre la base del punto de
vista de que "el juicio es siempre superior a cualquier regla rígida" (véase Wyplosz, 2005), estos
autores dirían que este tipo de estructura mantiene la disciplina fiscal al tiempo que impide que
la política económica se convierta en necesidades estructurales a las que se enfrentan las
economías, como la necesidad de impulsar la competitividad internacional.3839
37 Véase Buti et al., 2003; Blanchard & Javazzi, A, 2004; Beestma & Debrun, 2005; Calmfors, 2005. 38 Véase Blinder (1997b), Eichengreen et al. (1999), Wyplosz (1999; 2005), Pisani-Ferry (2002), von Hagen y Mundschenk
(2003), Fatás Y Mihov (2003, 2010), Fatás et al. (2003), Pánico y Vázquez SuáPlanta baja (2008), Pánico Y Purificado (2013). 39 Véase Fischer, 1995; Blinder, 1997b; Eichengreen et al., 1999; Calmfors, 2003; Wyplosz, 2005, 2008.
37
Además, para Wyplosz (2005) la presencia de autoridades independientes fomenta el diálogo
entre las autoridades fiscales y monetarias y facilita la fijación de acciones prioritarias y el uso
eficiente de los recursos. Para Blinder (1997b, p. 124), mejora el funcionamiento de la
democracia, ya que obliga a las autoridades políticas a una delineación detallada e inequívoca
de los objetivos específicos de sus políticas, una obligación que a menudo tienden a descuidar.
Las autoridades fiscales independientes han estado proliferando en los últimos años (véase
Comisión Europea, 2013, OCDE, 2018) y las organizaciones internacionales también han estado
proponiendo su introducción (véase OCDE, 2014, 2017 y Debrun et al., 2017). Sin embargo, no
siempre especifican si estas autoridades tienen que fomentar la discrecionalidad en el uso de la
política fiscal para aplicar la combinación de políticas más apropiada para la economía o sólo
tienen que desempeñar el papel de "perros guardianes" de la disciplina fiscal, una distinción de
de suma importancia para la futura conducción de la política económica.
En México, la coordinación de políticas ha llegado en diferentes formas a lo largo del tiempo.
Hasta la década de 1980, implicaba una cooperación sinérgica entre las autoridades fiscales y
monetarias con el fin de identificar las necesidades del país y los recursos financieros para su
uso. En años posteriores, la estructura institucional ha otorgado una amplia discrecionalidad a
la autoridad monetaria y ha impuesto restricciones a la autoridad que maneja la política fiscal.
Inicialmente, las autoridades políticas observaron espontáneamente algunas formas de
disciplina acordadas. Luego, en el año 2006, introdujeron la "Ley Federal de Responsabilidad
Presupuestaria y delTesoro", una norma fiscal que, a pesar de la reforma de 2013, no ha logrado
evitar que la política económica sea procíclica y afecte negativamente a esas formas (por
ejemplo, la inversión pública), que generan efectos positivos a largo plazo.
A lo largo de la historia de México, la coordinación de políticas no ha dado lugar a resultados
homogéneos. Aunque no se declaró explícitamente, El Banco de México (2008, p. 17) muestra
que los mejores resultados se lograron durante el período entre 1961-70. En los últimos años, la
coordinación ha favorecido la estabilidad del poder adquisitivo de la moneda, pero ha suscitado
preocupaciones sobre el crecimiento, la desigualdad de ingresos, la fragilidad de la estructura
productiva y la capacidad de competir internacionalmente.
38
En vista de estos problemas, es necesario modificar la organización institucional de la política.
El proceso de coordinación tiene que volver a un enfoque cooperativo que permita a todas las
autoridades, incluido el banco central, participar en la identificación de una serie de reformas
que puedan mejorar la calidad y eficiencia de sus intervenciones, así como detectar y
implementar una estrategia eficaz que pueda fortalecer la estructura productiva y la
competitividad internacional. Estas reformas deben considerar que el Banco de México no
puede perder la confianza y el consenso del que goza entre los operadores financieros. Si esto
ocurriera, la economía mexicana tendrá que enfrentar nuevos aumentos en la relación "reservas
oficiales – PIB" y un mayor deterioro de la estructura productiva y la competitividad
internacional. Siguiendo el ejemplo de la Reserva Federal, el Banco de México puede mejorar
su estrategia de comunicación y aclarar por qué tiene que participar en la identificación de una
estrategia de desarrollo y tiene que apoyar su implementación. El banco central tiene que
explicar que, mediante el fortalecimiento de la estructura productiva y la competitividad
internacional, tales acciones refuerzan la estabilidad financiera.
La participación del banco central en estas actividades tiene como condición previa la
introducción de reformas institucionales encaminadas a promover la calidad de la política.
Deben:
• Reintroducir órganos técnicos que recopilen y procesen conocimientos sobre qué sectores
productivos necesitan fomentar su desarrollo y la forma en que los cambios en la estructura
productiva pueden afectar a la cuenta corriente de la balanza de pagos. La pérdida de esta
información ha sido una consecuencia negativa del dominio en México del régimen de
metas de inflación. En años anteriores, los bancos de desarrollo mexicanos recopilaron y
procesaron esta información. Recientemente, la idea de que la política industrial es
perjudicial ha llevado a la desestimación de esta actividad. Sin embargo, sin información
detallada sobre las necesidades de la estructura productiva y sobre cómo disminuir las
limitaciones de la balanza de pagos, la calidad de la política relativa al refuerzo de la
estructura productiva no puede mejorarse y no se pueden gastar recursos Eficientemente.
• Introducir nuevas instituciones (como organismos fiscales independientes) que, sin pasar
por alto la disciplina fiscal, pueden mejorar la credibilidad atribuida por los operadores
financieros a las autoridades fiscales y fomentar la discrecionalidad en la gestión de la
39
proporción del déficit público- Pib. Estos organismos tienen que cooperar con el banco
central y las autoridades políticas para identificar una estrategia nacional capaz de fortalecer
la estructura productiva y la competitividad internacional del país.40
• Desarrollar nuevas instituciones (organismos especializados) que puedan elaborar,
supervisar y llevar a cabo proyectos que generen los resultados deseados en actividades
como la renovación de fuentes de energía, el progreso agrícola, el desarrollo de
infraestructuras, etc.
Las mejoras en la calidad de las políticas y en la credibilidad de las autoridades pueden facilitar
la participación del banco central en la identificación de una estrategia nacional de desarrollo y
su apoyo. El banco central, como afirmamos en el ensayo, tiene amplias facultades
discrecionales en el control de la emisión monetaria. Por lo tanto, puede favorecer la
financiación de actividades que fortalezcan la estructura productiva y la competitividad
internacional de la economía sin perder el control sobre ella. Banco de México puede imponer
un aumento en las Regulaciones Monetarias Depósitos en Pesos para compensar el uso de
recursos para financiar la estrategia de desarrollo identificada con otras autoridades. De esta
manera, las entidades de crédito que operan en México, que han disfrutado de beneficios cada
vez mayores en los últimos años (ver Figura 9), tendrán que aportar su contribución al progreso
del país.
40 Un informe escrito para el FMI, Debrun et al. (2013, pp. 13 Recuadro 1, 16, 22 y 34) establece que México, en 1999, creó un
Consejo Fiscal. Se refieren a la Oficina Parlamentaria de Presupuestos denominada "Centro de Estudios de Finanzas Públicas"
que proporciona evaluaciones dey 'los costos propuestas de nuevos proyectos de ley o enmiendas procedentes de la propia
legislatura y de sus miembros individuales (Debrun et al., 2013, p. 16, fn. 1). A diferencia del Informe del FMI, Eichengreen et al. (1999, p. 420 y fn. 4) subrayan la diferencia entre Oficinas Presupuestarias Parlamentarias y Agencia Fiscal Independiente.
Sus observaciones advierten contra los riesgos de mezclar los dos tipos de instituciones. Al ser un Consejo Fiscal, el "Centro de
Estudios de Finanzas Públicas" mexicano no puede contribuir a identificar las intervenciones sobre la estructura productiva que
aceleran la recuperación de la balanza de pagos.
40
9.- Conclusiones
Las liberalizaciones financieras y el crecimiento de la industria financiera han impuesto cambios
importantes en la conducción de la política monetaria y en la organización institucional de la política
económica. Ambos se han visto obligados a adaptarse a una nueva situación carquelada por los enormes
poderes de los mercados financieros y el aumento de lainestabilidad, que se ha intensificado aún más
tras la ruptura de Lehman Brothers. Estas condiciones han supuesto una reducción progresiva de la
autonomía en la promulgación de la política nacional.
El documento sostiene que, habida cuenta de las crecientes potencias de los mercados financieros, es
más seguro fortalecer la estructura productiva y la competitividad internacional al basarse en la mejora
de la calidad de la política nacional que en la depreciación autónoma del intercambio.
Para apoyar esta propuesta, el ensayo ha examinado los recientes debates sobre la independencia de los
bancos centrales, la forma en que estas instituciones pueden mejorar la comunicación con el público y la
introducción de reformas institucionales para mejorar la calidad política nacional. Sobre la base de estos
debates, el ensayo ha propuesto la introducción de órganos técnicos que puedan recopilar y procesar
información sobre las necesidades de los sectores productivos, indicar prioridades entre las acciones que
pueden recuperar la balanza de pagos y llevar a cabo proyectos que pueden lograr los resultados
deseados. Estas reformas, hemos argumentado, pueden fomentar la discrecionalidad en el uso de la
política fiscal.
Al recordar que a las autoridades monetarias les resulta más fácil interactuar con los órganos técnicos y
no con las autoridades políticas, el ensayo ha argumentado que estas reformas también pueden promover
la participación del banco central en la identificación de una estrategia nacional que puede mejorar la
estabilidad financiera fortaleciendo la competitividad internacional de la economía.
Por último, el ensayo ha señalado que el Banco de México tiene grandes poderes discrecionales sobre el
control de las cuestiones monetarias. Por lo tanto, puede seguir señalando a los mercados financieros su
dominio con respecto a este aspecto de la política, incluso en presencia de una participación en una
estrategia nacional. Además, al renovar su enfoque de comunicación en la línea establecida por la
Reserva Federal, el Banco de México puede aclarar las razones de esta participación y evitar una pérdida
de confianza y consenso entre los operadores financieros.
41
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