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Actividades y salud en el espacio público: El servicio higiénico, un equipamiento urbano no asumido. El caso del centro de Santiago. And health activities in public space: the toilet, not assumed an urban equipment. The case of downtown Santiago. Revista de Urbanismo N°10 Junio de 2004 34 Actividades y salud en el espacio público: El servicio higiénico, un equipamiento urbano no asumido. El caso del centro de Santiago And health activities in public space: the toilet, not assumed an urban equipment. The case of downtown Santiago. Sonia González D. Filiación Licenciada en Arquitectura, en Ciclo de Titulación de la Carrera de Arquitectura en F.A.U. de la Universidad de Chile. Resumen Un estudio que intenta contribuir a relevar y reposicionar en la agenda del desarrollo espacial urbano el tema de los servicios higiénicos públicos. Se constata que la falta de ellos en la ciudad afecta a una gran cantidad de individuos que de alguna manera ven restringida su libertad de desplazamiento en el espacio público y afectada su salud. Mujeres, ancianos, niños, minusválidos, vagabundos, comerciantes ambulantes, mendigos, son las mayores víctimas de la ausencia de servicios higiénicos públicos. Este servicio no es visto sólo como un equipamiento necesario en el espacio público, sino también como un medio para reforzar la integración social. Palabras claves Servicios higiénicos públicos, necesidades en el espacio público, calidad de vida urbana, Santiago de Chile, salud pública, equipamientos urbanos públicos. Abstract This paper is an attempt to contribute to the revelation and reestablishing the subject of public restrooms in the urban development agenda. The lack of public restrooms has an effect on a large group of people that cannot have the mobility they would like in public spaces and also may affect their health. Women, the elderly, children, handicapped people, homeless, street vendor, beggars are the victims of the lack of public restrooms. This service is a necessary not only us a public equipment also it can be a means to allow social integration. Key words Public restrooms, needs in the public space, urban standard of living, Santiago Chile, public health, public urban equipment. Sumario Introducción 1.-Algunos antecedentes como aporte a la configuración de un marco teórico 1.1.- La significación del "baño" 1.2.- El hombre frente a sus necesidades 1.3.- Los SHP: un problema de la salud pública, entre otros 1.4.- SHP e integración social

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  • Actividades y salud en el espacio pblico:

    El servicio higinico, un equipamiento urbano

    no asumido. El caso del centro de Santiago.

    And health activities in public space: the toilet,

    not assumed an urban equipment. The case of downtown Santiago.

    Revista de Urbanismo N10 Junio de 2004

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    Actividades y salud en el espacio pblico: El servicio higinico, un

    equipamiento urbano no asumido. El caso del centro de Santiago

    And health activities in public space: the toilet, not assumed an urban equipment. The

    case of downtown Santiago.

    Sonia Gonzlez D.

    Filiacin

    Licenciada en Arquitectura, en Ciclo de Titulacin de la Carrera de Arquitectura en

    F.A.U. de la Universidad de Chile.

    Resumen Un estudio que intenta contribuir a relevar y reposicionar en la agenda del desarrollo

    espacial urbano el tema de los servicios higinicos pblicos. Se constata que la falta de

    ellos en la ciudad afecta a una gran cantidad de individuos que de alguna manera ven

    restringida su libertad de desplazamiento en el espacio pblico y afectada su salud.

    Mujeres, ancianos, nios, minusvlidos, vagabundos, comerciantes ambulantes,

    mendigos, son las mayores vctimas de la ausencia de servicios higinicos pblicos.

    Este servicio no es visto slo como un equipamiento necesario en el espacio pblico,

    sino tambin como un medio para reforzar la integracin social.

    Palabras claves

    Servicios higinicos pblicos, necesidades en el espacio pblico, calidad de vida

    urbana, Santiago de Chile, salud pblica, equipamientos urbanos pblicos.

    Abstract

    This paper is an attempt to contribute to the revelation and reestablishing the subject

    of public restrooms in the urban development agenda. The lack of public restrooms has

    an effect on a large group of people that cannot have the mobility they would like in

    public spaces and also may affect their health. Women, the elderly, children,

    handicapped people, homeless, street vendor, beggars are the victims of the lack of

    public restrooms. This service is a necessary not only us a public equipment also it can

    be a means to allow social integration.

    Key words

    Public restrooms, needs in the public space, urban standard of living, Santiago Chile,

    public health, public urban equipment.

    Sumario

    Introduccin

    1.-Algunos antecedentes como aporte a la configuracin de un marco terico

    1.1.- La significacin del "bao"

    1.2.- El hombre frente a sus necesidades

    1.3.- Los SHP: un problema de la salud pblica, entre otros

    1.4.- SHP e integracin social

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    1.5.- Factores que agravan el problema

    2.- El caso de los SHP en la Comuna de Santiago

    2.1.- Servicios higinicos formales en el centro de Santiago, 2001

    2.2.- Indagacin en el caso de la Comuna de Santiago: SHP, una experiencia fallida

    3.- Conclusiones

    4.- Bibliografa

    Zoom Figura 1: Planta Cabina Automtica

    Zoom Figura 2. Elevacin Frontal Cabina Automtica

    Zoom Figura. 3. Corte A-A de Cabina Automtica.

    Zoom Figura 4. Corte B-B transversal de la cabina automtica

    Introduccin

    La necesidad de orinar no se presenta como un asunto convencional ni simple de

    tratar. La aprensin o vergenza en relacin a nuestras necesidades fisiolgicas,

    impide que el tema sea planteado y abordado con seriedad. Nuestra exploracin dio cuenta de una gran cantidad de facetas interesantes para este tema1.

    La inexistencia de Servicios Higinicos Pblicos (en adelante en este escrito: SHP2) es

    una realidad que el habitante chileno no se cuestiona. Tan habitual como es la

    presencia de lo que en Chile llamamos "bao" en el espacio privado, lo es su

    inexistencia en el espacio pblico. Y, an cuando la necesidad de contar con este

    servicio es recurrente en las actividades diarias, ni el habitante lo reclama ni las

    autoridades responsables del espacio pblico lo asumen como parte de sus tareas,

    salvo raras excepciones.

    En la prctica, el individuo entrar a una fuente de soda o algn centro comercial para

    poder satisfacer esta necesidad, o llegar al extremo de reprimirse con consecuencias

    negativas para su salud, o parte de la poblacin -especialmente masculina- no vacilar

    en hacer uso de la va pblica3 para fines de evacuacin si ello fuera necesario, teniendo como excusa la falta de SHP en el espacio urbano.

    1 Este escrito es un extracto del estudio de: GONZLEZ DIAZ, Sonia. Actividades y salud en el espacio pblico. El servicio higinico, un equipamiento urbano no asumido. El caso del centro de Santiago. Santiago de Chile, Departamento de Urbanismo F.A.U. Universidad de Chile, Seminario de Investigacin V Ao Carrera de Arquitectura, Prof. Gua Arqta. Mara Isabel Pavez R., F.A.U. U. de Chile, Dic, 2002, 145 pgs., ilustradas. [Calificacin mxima]. 2 El trmino "Servicios higinicos pblicos", SHP, fue adoptado para efectos de esta investigacin, y representa las diversas expresiones que fueron encontradas en la exploracin realizada, a saber: "bao", sanitario, urinario, mingitorio, excusado, letrina, retrete, evacuatorio, caseta sanitaria, lavabo, WC, toilette

    (tocador de damas, comprendiendo cabina de excusado anexa). 3 Relieve de fachadas, (edificaciones neoclsicas, cuya ornamentacin y lenguaje estilstico genera espacios propicios para ser utilizados como mingitorio pblico); retranqueos de la lnea de edificacin,

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    Esta ltima costumbre afecta directamente al medio ambiente y la calidad de vida

    tanto de los transentes como de los residentes de un barrio, o vecindad, y muchas

    veces de manera dramtica, como es el caso de algunos balnearios populares de Chile en verano.

    Por otra parte, es una evidencia que en la composicin de la poblacin chilena tiende a

    duplicarse en el segmento de la tercera edad, entre quienes el problema de incontinencia y mayor frecuencia de evacuacin es una realidad.

    Si bien la existencia de SHP en el espacio urbano debera constituir un derecho para

    todos los individuos4, en Chile no existe una normativa para exigir su existencia y regular su distribucin y funcionamiento en el espacio de las ciudades.

    Frente a esta situacin nos preguntamos cules han sido los factores determinantes en

    el fracaso de las iniciativas que buscaron dar una solucin a los problemas derivados

    de la ausencia de SHP en el centro de la ciudad de Santiago; a quin o a quines

    corresponde la responsabilidad de instalar y asegurar el correcto funcionamiento a lo

    largo del tiempo de SHP en la capital, y en qu grado afecta la vida de los santiaguinos, y especialmente de los adultos mayores, la ausencia de SHP.

    Frente a estas preguntas sostenemos como hiptesis, que la escasez de servicios

    higinicos en nuestro medio urbano y la falta de iniciativas que tengan como fin la

    implementacin de este servicio, se debe principalmente a que no existe un nivel de

    cultura cvica que promueva una actitud de respeto hacia el equipamiento urbano

    ofrecido por la ciudad. Por otra parte, para asegurar el correcto funcionamiento y

    permanencia en el tiempo de los servicios higinicos en el espacio pblico, sera

    necesario enfrentar el tema de manera interdisciplinaria, desde su diseo. Por ltimo,

    sostenemos que una accin al respecto debe focalizar en prioridad a las personas con

    dificultades en su movilidad y salud, como es el caso de los adultos mayores y los

    minusvlidos. De esta forma se estar contribuyendo a su integracin a la sociedad.

    Intentamos contribuir a relevar y reposicionar en la agenda de los problemas de la ciudad el tema de los SHP.

    escaleras, esquinas, rboles en vas, plazas y parques, etc. Ciertos factores ambientales son agravantes de esta ocupacin espontnea de la calle: en invierno, el fro, y en verano, el efecto diurtico de bebidas y

    helados consumidos. 4 GREED, Clara; " How public toilets became an inconvenience", en: BBC news, agosto 2002, [en lnea] http://news.bbc.co.uk/1/hi/uk/2191727.stm

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    1.- Algunos antecedentes como aporte a la configuracin de un marco terico

    1.1.- La significacin del "bao"

    El concepto del evacuatorio, como recinto propiamente tal, ha tenido diferentes

    connotaciones a lo largo de la historia. Este lugar alberga una de las funciones de

    nuestra condicin humana que, en general, se prefiere ocultar de la vista y olfato y al

    odo de los otros; una funcin natural e inevitable, pero que resulta un tema prosaico.

    El rol de este recinto ha ido evolucionando con la sociedad desde la concepcin pblica

    que tuvo durante la poca romana, hasta una concepcin muy introvertida en la

    actualidad en donde conviven, paralelamente, el progreso y grandes carencias en lo

    que a salubridad pblica se refiere. Por un lado, en algunas sociedades

    contemporneas persisten costumbres que fomentan la contaminacin de las fuentes

    de agua y la propagacin de las enfermedades infecciosas; por otro, se ponen a

    prueba los ms sofisticados sistemas de evacuacin en busca de solucionar el deterioro

    del medio ambiente fsico en las ciudades.

    Los servicios higinicos pblicos o semipblicos ofrecen, por otra parte, el soporte para

    la expresin grfica -graffiti- de frustraciones, tendencias y reclamaciones de grupos

    de individuos de la sociedad, siendo difcil reprimir esta accin por tratarse de actos en intimidad.

    En cuanto al inodoro, a pesar de ser un artefacto sencillo y funcional de uso cotidiano,

    est absolutamente relegado a un recinto especfico. Cuando ha sido sacado de su

    contexto, como hiciera Marcel Duchamp en 1917, presentando un urinario masculino

    como pieza de arte para una exposicin en la Galera Grand Central de Nueva York, ha

    descolocado a la poblacin, la que con dificultad asumir un nuevo significado e

    identidad para ese objeto.

    Pero tambin a travs del artefacto llamado "excusado" se expresan los estndares

    higinicos, agentes ambientales, desarrollo econmico e idiosincrasia de una sociedad5.

    El desarrollo econmico de un pas se refleja en el estado y funcionamiento de sus

    SHP, y, en trminos generales, mientras ms desarrollada sea una nacin, ms

    respetuosos hacia el bien comn sern sus habitantes6. En algunas sociedades que se

    enorgullecen de su pasado, como es el caso de Francia, los contribuyentes pagan de

    buena gana sus impuestos para mantener un ejrcito de limpieza que asegure que sus

    SHP se mantengan limpios7.

    Frecuentemente se hace una distincin cultural entre pases desarrollados y pases en

    vas de desarrollo, no obstante, la complejidad del tema suele pasar por la

    coexistencia, en algunos contextos, de una gran diversidad de etnias y costumbres

    5 TAI WEI, Lim, "toilet as a social space", en: sitio web de Toilet World Organization, [en lnea]

    http://www.wotldtoilet.org/articles/atricles_per_socialspace.htm 6 Ibdem. 7 Ibdem.

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    higinicas, que obligan a dejar de lado las divisiones simples. Esa realidad ha llevado a

    muchas instituciones y locales comerciales y de servicio a las personas, como ocurre

    en Europa y otros lugares, a disponer para todo pblico un inodoro llamado "WC turco".

    En trminos generales los SHP sirven y separan a hombres y mujeres, pero hoy se

    observa una tendencia a reconocer tambin una diversidad en los usuarios:

    minusvlidos (visual, fsica y/o mentalmente); madres con bebs, los que deben ser

    mudados; los ancianos; padres con nios de ambos sexos (lo cual significa tener que

    entrar a un bao con el nio o nia, y que en general es un problema), y tambin en ciertos contextos, grupos con requerimientos de tipo cultural o religioso.

    En Chile, una nueva forma de ofrecer el servicio integra en recintos privados, y

    mediante pago directo, retretes, duchas, mudadores, abastecimiento de paales,

    toallas higinicas, pauelos desechables, y otros como aspirinas, jabn o colonia.

    Pueden ubicarse, por ejemplo, anexos en las bombas de gasolina especialmente en

    rutas. Es el caso de los llamados "Pronto-Copec", diseados por el Arquitecto Juan

    Sabbagh P., Premio Nacional de Arquitectura, Chile, 20028.

    1.2.- El hombre frente a sus necesidades

    La clasificacin de las necesidades del hombre hecha por el Dr. Abraham Maslow

    (1908-1970), U. de Wisconsin, reconoci cinco grupos: fisiolgicas, de seguridad

    (ausencia de), sociales, de estimacin, y de autorrealizacin9. Las necesidades

    fisiolgicas son prioritarias, siendo llamadas necesidades de supervivencia o vitales10

    (reproduccin, alimentacin, respiracin, eliminacin, hidratacin, sueo, entre otras).

    Cabe destacar que slo cuando se satisfacen estas necesidades inmediatas, pueden aparecer necesidades "ms maduras".

    Al enfrentarse el individuo a la carencia del SHP, puede llegar a experimentar gran

    tensin, y por consiguiente, ver alterado el normal desempeo de sus actividades. Esto

    puede ir desde una simple incomodidad, hasta la imposibilidad de practicar una

    actividad en el espacio pblico, enclaustrndose las personas en el espacio privado donde habitan.

    8 Vase: Seccin "Pensamiento y obra", entrevista al Arqto. Juan Sabbagh, en: revista De Arquitectura, N7, 1996, Facultad de Arquitectura y urbanismo de la Universidad de Chile., pp. 24-31. 9 "Necesidades Humanas"; en: Auto cuidado en el ciclo vital, Generalidades, Escuela de Enfermera, PUC, 2002, [en lnea] http://www.puc.cl/sw_edu/enferm/ciclo/html/general/#a1. 10 Una persona adulta sana produce aproximadamente entre 30 a 50 ml/hora de orina, con un ritmo miccional que va de tres a cuatro veces diarias. Por otro lado es sabido que factores ambientales pueden aumentar esta frecuencia, como las bajas temperaturas en invierno y la ingesta de lquidos en los das de

    calor, pudiendo el organismo almacenar hasta dos tazas de orina por un perodo de dos a mximo cinco horas. As resulta evidente la distensin vesical que puede sentir parte de la poblacin en su paso por un espacio pblico sin respuesta a la necesidad.

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    1.3.- Los SHP: un problema de la salud pblica, entre otros

    Por definicin, salud es el "estado en que el ser orgnico ejerce normalmente todas sus

    funciones"11. Esta definicin coincide con la concepcin que tenan la mayora de las

    civilizaciones en la antigedad. Si bien la medicina primitiva asociaba la enfermedad

    con lo mgico y lo misterioso, el concepto salud se traduca en la expresin de un

    equilibrio, sea entre las fuerzas de la naturaleza, o del individuo mismo con su

    entorno. Muchos pueblos asociaban la enfermedad con alguna transgresin tica-moral

    de sus costumbres o reglas. El hombre era considerado un microcosmos en estrecha

    relacin con el equilibrio del Universo, por lo que los descubrimientos en ese campo eran aplicables a los conocimientos patolgicos y teraputicos del ser humano.

    En la actualidad la "salud" es un trmino complejo, dinmico y evolutivo, que est

    determinado por la interaccin de una gran cantidad de factores de ndole social,

    cultural, econmica, biolgica y ecolgica. Tradicionalmente se asocia el concepto

    "salud" con la no-enfermedad, priorizando siempre el enfoque biomdico. Hoy, los

    objetivos de la salud apuntan hacia el "bienestar humano"12, lo que implica dar una

    solucin efectiva a nuevos desafos que necesitan del trabajo multidisciplinario. La responsabilidad no es, as, exclusivamente del sector salud.

    En lo referido a la nocin de Salud Pblica, esta ha ido variando en los ltimos dos

    siglos, reconocindose cuatro fases importantes http://www.fulltono.com/13. En la primera se instaur el trmino Higiene Pblica, fue la "Era Sanitaria de la Salud

    Pblica" (1840-1880); luego, advino la "Era de la Prevencin Personal" (1890-1930),

    con una mayor preocupacin del Estado en favor del bienestar mdico y social

    mediante la creacin de servicios hospitalarios y clnicos. Entre 1930 y 1970 se

    despleg la "Era del Tratamiento", ya que la aparicin de la insulina y otros

    medicamentos permitieron ampliar las posibilidades teraputicas.

    Desde 1974 (Marc Lalonde, 1974, divide al campo de Salud en cuatro amplios

    componentes: biologa humana, medio ambiente, estilo de vida y organizacin de la

    atencin de la salud"14)) hasta hoy, se vive la "Era de la Nueva Salud Pblica", con

    nfasis en la "Idea Ecolgica", aunando lo mejor de las tres etapas anteriores, y con un

    planteamiento medioambiental que busca mejorar la calidad de vida de los seres humanos.

    Podramos decir que surge una tendencia integracionista, bajo una concepcin holstica

    de la salud pblica, la salud, adems de ser un objetivo, es un medio para la vida y

    11 Real academia espaola; definicin de "Salud", en: Diccionario de la Lengua Espaola, vigsima segunda edicin, actualizado en noviembre del 2001, [en lnea] http://buscon.rae.es/diccionario/drae.htm 12 OPS, Organizacin Panamericana de la Salud, Planificacin local participativa: Metodologas para la Promocin de la Salud en Amrica Latina y el Caribe, serie PALTEX para Ejecutivos de Programas de Salud N41, PXE41, Washington, D.C., USA, 1999, p. 12. 13 ASHTON, John; "La Salud y la Ciudad", en: revista Ciudad y Territorio N 89, verano 3/ 1999, Ed.

    Instituto Nacional de Administracin Pblica, Madrid, Espaa, pp.169-173. 14 LALONDE, Marc, "El Concepto de 'Campo de Salud': una perspectiva canadiense", en: Promocin de Salud: una antologa, Publicacin Cientfica N557 Washington, USA, 1996, p. 3.

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    para el desarrollo social de las personas15. La Salud Pblica debe pensar y actuar por el

    hombre y para el hombre, es decir, "prevenir las enfermedades, prolongar la vida y

    promover la salud a travs de actuaciones organizadas de la sociedad"16.

    El medio ambiente -o entorno-, es el elemento que determina a los otros tres componentes definidos por Lalonde:

    "Si el entorno no es adecuado, tampoco lo sern la biologa humana, el estilo de vida y

    la organizacin de la atencin sanitaria; no ser posible mejorar los otros elementos sin cambiar el entorno, puesto que todos ellos estn inseparablemente unidos a l"17.

    Por consiguiente, Salud y Ciudad son trminos ntimamente relacionados, y el espacio

    pblico es el escenario en donde esa interrelacin se materializa. La "Ciudad

    Saludable", que apunta a lograr un mejoramiento continuo del entorno en busca de

    lograr el mximo desarrollo de las capacidades de los individuos, y la "Ciudad

    Sostenible", que incluye la idea de Ciudad Saludable pero buscando asegurar la

    capacidad de que este ambiente siga satisfaciendo esas necesidades en el futuro18.

    En Chile, el Ministerio de Salud -desde el Departamento de Promocin de Salud-

    propone mejorar las condiciones de vida de los individuos siguiendo objetivos que se

    han trazado a nivel mundial (OMS, 1977, "Salud para todos en el ao 2000", entre

    otros). Hoy se mira la salud desde una conceptualizacin distinta, positiva, centrando

    la atencin en la construccin de espacios y ambientes saludables - adecuada

    disposicin de basura, adecuada disposicin de los espacios verdes pblicos,

    recuperacin efectiva por parte de la ciudadana de los espacios pblicos, uso

    adecuado de los espacios para la integracin social, para la convivencia, la recreacin, la cultura, la civilidad- todo lo cual da lugar a estilos de vida saludables.

    El Departamento de Promocin de la Salud del Ministerio de Salud (N. DONOSO,

    2002), reconoce que para lograr estos objetivos es insoslayable la dotacin de SHP, el

    cual debera tener ms presencia para una comunidad que hoy goza de mayor

    movilidad general, y por tanto hace ms uso del espacio pblico que antao, cuando los individuos eran ms cautivos del barrio donde residan.

    Desde el punto de vista de las necesidades de las personas, y habida cuenta de la

    reduccin de los espacios en los nuevos planes habitacionales, la gente sale a ocupar

    los espacios pblicos en forma espontnea. Desde el Departamento de Promocin de

    15 FRANCO, Alvaro; "la Salud Pblica en perspectiva", en: revista electrnica Nuevos Tiempos, vol. 8, No. 1 -2000, [en lnea] http://www.medicina.unal.edu.co/red/documentos/Doc18.htm 16 INFORME SESPAS 2000, La Salud Pblica ante los desafos de un nuevo siglo, editores: Carlos Alvarez Dardet y Salvador Peir, Escuela Andaluza de Salud Pblica, cuarta Edicin, Sociedad Espaola de Salud Pblica y Atencin Sanitaria (SESPAS), Granada, Espaa, 2000, contratapa. 17 BUCK, Carol; "Despus de Lalonde: La creacin de la Salud", en: Promocin de la Salud una Antologa.

    OPS, Publicacin cientfica N 557, Washington, D.C., USA, 1996, p. 6. 18 CUETO, Antonio; CORELLA, Dolores; RODRGUEZ, Alfonso; "Entorno Humano y Salud", Captulo de libro, en: Medicina Preventiva y Salud Pblica, Ed. Masson, S.A., Barcelona, Espaa, 2000, p. 280.

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    Salud, se est reforzando esa ocupacin espontnea de los espacios pblicos para generar hbitos o estilos de vida saludables, con valores agregados en ellos.

    La estrategia de la "animacin urbana", an poco conocida y practicada en Chile, ha

    dado origen al programa "Las plazas Vida-Chile". Se trata de actividades desarrolladas

    en forma permanente para la recreacin (actividad fsica, msica, etc.), donde, en

    conjunto con las municipalidades se contrata monitores de actividad fsica los das domingo para la familia, e individuos sin discriminacin de edad.

    Tambin se contempla kioscos para distribucin de folletos informativos sobre estilos

    de vida saludables. Si la actividad es permanente, dar lugar a una infraestructura que

    facilite las actividades: juegos infantiles y de adultos, instalacin de recolectores de

    basura, escenarios, cuando no teatros al aire libre, para expresiones artsticas. Sin

    embargo, ms all del Municipio de Santiago, no se ha extendido la instalacin de SHP,

    lo cual demuestra que el proceso de recuperacin de los espacios pblicos tiene an

    mucha tarea por delante. Se necesita de una infraestructura de apoyo a fin de que los

    individuos puedan hacer uso de stos espacios con total libertad, y durante las horas

    de permanencia previstas, para que se verifique la rentabilidad social de los proyectos.

    1.4.- SHP e integracin social

    Si bien la falta de SHP en el espacio urbano es una carencia que afecta a todos los

    ciudadanos por igual, existe un porcentaje de la poblacin cuyas necesidades

    contribuyen a agravar la situacin. Por una parte, est la poblacin de menor

    movilidad, como los ancianos, madres con nios y discapacitados, adems de las

    personas marginadas de la sociedad, como los indigentes, vagabundos y mendigos.

    Por otra parte, cabe mencionar a las personas con trabajo informal en la calle:

    vendedores en aceras, vendedores en carros propios, artistas callejeros, guardianes de calles residenciales en casetas.

    Reconocemos en estas personas un segmento vulnerable de la poblacin, que ante la

    carencia de SHP, debe recurrir a la buena voluntad de dueos de locales o fuentes de

    soda cercanas, institutos de educacin superior, museos, o residentes, que les permitan el acceso.

    En Chile, a travs de distintos instrumentos, las autoridades manifiestan su inters por

    lograr la integracin social de estos grupos minoritarios. Iniciativas como la del

    MIDEPLAN, con el diseo de un documento de poltica nacional para la integracin

    social de las personas con discapacidad, o las del MINSAL, que busca validar la

    ocupacin espontnea de los espacio pblicos para generar hbitos o estilos de vida

    saludables, nos demuestran la magnitud del tema. Consideramos que los SHP juegan

    un rol importante dentro de los objetivos de la accin social del Gobierno, ya que la

    presencia de este equipamiento contribuira a garantizar los derechos de todos los ciudadanos en el espacio pblico.

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    Los adultos mayores en el espacio pblico en Chile

    Un factor relevante a considerar en el momento de planificar la dotacin de SHP, tiene

    relacin con los cambios en la composicin de la poblacin chilena. Hace 100 aos, los

    mayores de 60 aos representaban un 6% de la poblacin. Actualmente los adultos

    mayores representan el 10% de ella, es decir, un milln 600 mil chilenos superan los

    60 aos de edad. Esto significa que Chile est en un proceso de transicin demogrfica hacia el envejecimiento19.

    Por otra parte, en la ltima mitad del siglo XX la expectativa de vida al nacer ha

    aumentado significativamente, tanto en pases desarrollados como en pases en va de

    desarrollo20. Segn el Comit Nacional para el Adulto Mayor, en Amrica Latina y el

    Caribe la poblacin mayor de 60 aos asciende a 41 millones de individuos, y se

    proyecta que este nmero aumentar a ms del doble -88 millones- para el ao

    202521. En Chile, segn las proyecciones del INE, en el ao 2010 habr 50 personas de

    60 aos y ms por cada 100 menores de 1522 (22). En otras palabras, en los ltimos 50 aos se duplic el ndice de vejez y la prxima duplicacin ser en slo 20 aos ms23.

    Las consecuencias de esta tendencia debieran repercutir creativamente en la

    conformacin de la ciudad. Los centros de enseanza formativa superior tanto como

    los profesionales en ejercicio, deberan estar alertas para responder oportunamente

    con nueva oferta de espacio pblico y equipamientos, adems de la nueva oferta en espacio privado adecuado que esta realidad representa.

    A nivel mundial el concepto de "vejez activa", busca justamente romper con el

    paradigma que asocia a los ancianos con desvalimiento y pasividad. Si bien existe una

    aparente preocupacin de los Gobiernos por incluir el tema en su agenda poltica,

    muchas naciones - incluyendo la nuestra-, no estn lo suficientemente preparadas

    19 CHILE - INE, "Los Adultos mayores en Chile", Boletn Informativo del INE, en: Enfoques Estadsticos N4, Santiago de Chile, noviembre 1999, p. 1, [en lnea] http://www.ine.cl/documentos/f_documentos_ine.htm 20 GLVEZ, Ramn; Guilln, Jos; Bueno, Aurora; "Desarrollo econmico y social. Desigualdades en salud. Indicadores sanitarios", Captulo de libro, en: Medicina Preventiva y Salud Pblica, Ed. Masson, S.A., 10 Edicin, Barcelona, Espaa, 2000, p.1093. 21 RODRGUEZ, Carmen, "Chile se prepara para un envejecimiento acelerado", en: el Mercurio on line, Santiago de Chile, sbado 01 de diciembre de 2001, [en lnea] http://www.emol.com/diario_elmercurio/Sociedad_a/detalle_diario.asp?idnoticia=0101122001001A0110048 22 CHILE- INE, "Chile y los adultos mayores en la sociedad del 2000", Boletn Informativo del INE, en: Enfoques Estadsticos N8, agosto 2000, [en lnea] http://www.ine.cl/documentos/f_documentos_ine.htm 23 Dentro de los principales sndromes geritricos, la incontinencia urinaria es considerada como uno de los ms frecuentes, afectando al 30% de los adultos mayores. Esta imposibilidad de controlar la vejiga, muchas veces es motivo de aislamiento social de los ancianos, que no pueden circular libremente por el espacio pblico sabiendo que no cuentan con el equipamiento que les permita aliviar sus necesidades en el momento en que lo requieran. En trminos generales, una persona sana visita el bao en promedio 2.500 veces en el ao, y alrededor de 6 a 8 veces en el da. El hecho de aguantar las ganas de orinar debido a la falta o las

    malas condiciones de los baos pblicos, pude acarrear consecuencias en la vejiga o riones. Para evitar tener necesidad de usar lo baos pblicos algunas personas se abstienen de tomar lquidos, lo cual puede resultar perjudicial para el organismo especialmente en los ancianos, ya que puede provocar deshidratacin.

  • Actividades y salud en el espacio pblico:

    El servicio higinico, un equipamiento urbano

    no asumido. El caso del centro de Santiago.

    And health activities in public space: the toilet,

    not assumed an urban equipment. The case of downtown Santiago.

    Revista de Urbanismo N10 Junio de 2004

    43

    para enfrentar esta nueva situacin. El Comit Nacional para el Adulto Mayor se form en Chile recin el ao 1995.

    En nuestro pas, el implementar este concepto considera -adems de mejorar el

    sistema de seguridad social y las pensiones de la vejez- medidas para un diseo

    adecuado del espacio de la ciudad y sus elementos complementarios (mobiliario

    urbano diverso, regulacin de alturas de peldaos, cruces peatonales preferenciales, pasamanos, ascensores, sealtica, ncleos de informacin, etc.).

    Los discapacitados

    En toda estructura social, un nmero importante de individuos (aprox. el 10%) sufre

    de algn grado de discapacidad o de invalidez. Esta condicin, se incrementa en el

    espacio pblico, ya que no slo debe enfrentar el prejuicio social del resto de los

    ciudadanos, sino que tambin un entorno que no est diseado para albergar las limitaciones propias de su realidad.

    Sin embargo, actualmente hay una tendencia a entender la discapacidad como un

    hecho social, no slo abordable desde un punto de vista asistencial y humanitario, o

    como un tema exclusivo del sector salud y educacin, sino como un problema social de

    carcter global, y que puede afectar a todas las personas por igual, sin distincin de sexo, edad o condicin socioeconmica24.

    Consideramos de total urgencia el no slo implementar estrategias que faciliten su

    desplazamiento, sino asegurar la accesibilidad requerida a servicios que debe ofrecer el medio fsico, como es el caso de SHP adecuados.

    Finalmente, desde el punto de vista la voluntad de integracin como objetivo social,

    consideramos que la presencia de SHP en el entorno urbano de nuestra ciudad contribuira a ello.

    Los sin hogar frente a la ciudad

    En la mayora de las ciudades del mundo, existe un porcentaje de individuos que

    pernoctan en el espacio pblico, dando cuenta de una crisis de la sociedad. Ellos

    imponen su presencia y expresan su identidad aduendose de posiciones claves en

    los sitios de mayor congestin dentro de la ciudad. Homeless y vagabundos,

    representan un problema para las autoridades: se les culpa por el maltrato al

    equipamiento urbano, por el mal uso de los espacios pblicos, etc. No son prioridad, ni

    existe inters por parte de los municipios en acondicionar espacios que, ms all del

    espacio pblico -al cual tambin tienen derecho- los acojan diariamente apoyando la

    particular forma de vida de este segmento de la poblacin.

    24 Poltica nacional para la integracin social de las personas con discapacidad, Ministerio de Planificacin y Cooperacin, Divisin social, Santiago, mayo de 1999, [en lnea] http://www.fonadis.cl/index.php?seccion=9metro=26#centro

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    El servicio higinico, un equipamiento urbano

    no asumido. El caso del centro de Santiago.

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    Si aceptamos que el bien comn pasa hoy por el reconocimiento de la diversidad, nos

    parece lgico pensar que el equipamiento ofrecido por la ciudad debera responder a

    las necesidades de todos los grupos de su poblacin. En este sentido, antes de ofrecer

    soluciones, se deberan analizar las caractersticas y necesidades de cada grupo social

    que se busca beneficiar, de modo de poder garantizar un servicio a la mayor cantidad de individuos de la mejor manera posible.

    Las autoridades de Pars han tomado conciencia de lo que implica la existencia de

    personas que duermen en la calle cada noche 10.000 personas antes de la cada del Muro de Berln y han tomado medidas en caso de situaciones extremas. As, por ejemplo, cuando la temperatura desciende a grados bajo cero, el Metro de la ciudad se abre en las noches para que sus andenes sean usados para pernoctar.

    Cabe destacar tambin el ejemplo de la ciudad de Tours, Francia, en donde la

    poblacin excluida de la sociedad se ha transformado en uno de los principales

    motivadores de la accin municipal. As se ha puesto en marcha un programa que

    contempla estructuras de acogida fijas y un sistema de equipamientos mviles que se

    encargan de recoger, controlar, registrar la salud, proporcionar primeros auxilios, y

    entregar alimentos a personas sin domicilio fijo, adems de un bus de toxicomana-

    SIDA destinado a suministrar droga gratuitamente a los individuos dependientes de

    ella, sacndolos de esta manera de la escena pblica, a travs de una asociacin entre

    la "salud" y "la prevencin de la delincuencia". Esta accin cumple una doble funcin,

    ya que a travs de estos buses, -explcitamente marcados- se publicita en el espacio

    urbano la accin emprendida, difundiendo entre la poblacin la afirmacin de que se est haciendo algo por los grupos excluidos de la sociedad.

    El problema del "abuso" del espacio pblico por parte de algunos segmentos de la

    poblacin, tiene un trasfondo mucho ms complejo. En contextos donde est ms

    desarrollada la conciencia respecto de los derechos de los individuos cualesquiera que

    sea su conducta, el tema de los SHP formar permanentemente parte de la agenda de

    problemas a resolver de manera integral.

    Incontinencia y problemas prostticos

    La incontinencia urinaria es la incapacidad de controlar la salida de orina, ya sea de

    forma parcial o total, que responde a causas tanto fisiolgicas como neurolgicas. Esta

    incapacidad de retencin constituye un problema personal, social e higinico y conduce

    al deterioro de las capacidades funcionales, del estado fsico y de la calidad de vida de

    las personas que la padecen. Si bien muchos ancianos son incontinentes, el problema

    no es exclusivo de esta poblacin, registrndose una incidencia global en los adultos de

    alrededor del 10 al 35 % de la poblacin25. Para las personas que sufren este problema contar con un servicio higinico se transforma en algo esencial.

    25 [en lnea] http://www.urologiaaldia.com/fijos/inconturin.html

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    Entre la poblacin masculina, es bastante comn padecer de alguna alteracin a la

    prstata, aumentando el riesgo a medida que aumenta la edad. Las patologas ms

    frecuentes son la hipertrofia prosttica y el cncer a la prstata, siendo la molestia

    ms destacable, un aumento notable de la frecuencia con que el individuo afectado

    siente deseos de orinar. Quien sufra hipertrofia prosttica no debe reprimir nunca sus

    ganas de orinar, hecho que tarde o temprano, altera su estado anmico y modifica su

    conducta social.

    La mujer frente al espacio pblico

    El hecho de que hombre y mujer seamos diferentes anatmicamente se refleja tambin en la manera de enfrentar el espacio pblico al momento de necesitar un SHP.

    Para el hombre esta accin es ms fcil y cmoda que para las mujeres. Los hombres

    gozan de mayores libertades y, de alguna manera, que ellos orinen en la va pblica se

    podra decir que es "aceptado" por la sociedad. No es el caso de las mujeres.

    Observamos el caso una mujer en el Estado de Houston (EEUU) quien fue arrestada

    por aliviar sus necesidades en el bao de los hombres, debido a no poder aguantar ms en la fila para entrar al bao de las mujeres26.

    Cuando en Inglaterra se inauguraron los primeros servicios higinicos pblicos, este

    servicio era slo para caballeros. Se consideraba que la mujer no deba pasar mucho

    tiempo en el espacio pblico, por lo tanto no requera usar estas facilidades. Las damas

    de aquella poca tuvieron que esperar unos aos antes de poder recorrer el centro de la ciudad sin el temor de que la necesidad las encontrara en medio del espacio pblico.

    La falta de servicios higinicos en el entorno urbano de nuestra capital, no est

    considerando integralmente la realidad de la mujer, quien adems de sentir la

    necesidad de orinar con mayor frecuencia que el hombre, tarda ms en hacerlo y

    tambin tiene necesidades referidas a su ciclo menstrual27. La mujer es ms

    escrupulosa en lo referido a la higiene, y por consiguiente, muchas veces aguantar

    hasta llegar a su hogar antes de hacer uso de un SHP. Est comprobado que el retener

    voluntariamente la orina puede llegar a ser muy perjudicial, ya que puede originar

    trastornos en la vejiga, riones, e infecciones urinarias, pudiendo transformarse en

    una situacin especialmente difcil para mujeres en estado de gravidez, ya que

    complicaciones en el tracto gnito-urinario son asociadas con nacimientos de bebs prematuros28.

    26 "Is relief in sight", Options, en: Times Records News, Wichita Falls, Texas, 24 de noviembre 2002, [en lnea] http://www.trnonline.com/archives/2000archives/10072000/editorial/24528.shtml 27 En promedio, el tiempo que demora una mujer en orinar es de 90 segundos. Como es sabido, ellas tardan 2,3 veces el tiempo que un hombre en hacer uso del servicio higinico, por los que los servicios higinicos de mujeres deberan tener ms cabinas habilitadas que los de los hombres. 28 En vista de esta dificultad femenina, se ha diseado un producto dirigido a las mujeres, una especie de

    embudo desechable que asegura la posibilidad de orinar de una manera mucho ms cmoda y segura en baos pblicos y en cualquier situacin desagradable estando fuera del hogar. Por ahora este producto no pasa de ser una mera curiosidad, ya que no se ha difundido su uso en nuestro pas.

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    Los nios y la ciudad

    En la infancia la miccin ocurre espontneamente, ya que todava no se ha logrado una

    perfecta integridad anatmica y fisiolgica en lo referido a la coordinacin de las fases

    de llenado y vaciado de la vejiga. Muchos nios que transitan por el espacio pblico en

    compaa de sus padres estn en proceso de aprendizaje, por lo tanto, si la urgencia

    se presenta en la calle, la madre no dudar en permitirle que evacue en la va pblica;

    de alguna manera somos todos cmplices de esta actividad. El aprendizaje del nio

    debera ser un hecho mediante el uso de SHP.

    Las facilidades sanitarias en estos casos, no slo estn referidas a la evacuacin, sino

    tambin a la limpieza, hidratacin, desinfeccin, del nio, y de sus juguetes y mamaderas los que frecuentemente caen al suelo y se ensucian.

    La ciudad cosmopolita

    En la actualidad los grandes centros urbanos estn presenciando el fenmeno de la

    globalizacin albergando comunidades de diferentes etnias con sus particulares

    costumbres, que transforman las ciudades en zonas multiculturales. En este sentido,

    Canad es un pas con experiencia en lo referido a la implantacin de programas y

    servicios a residentes provenientes de otras partes del mundo, principalmente Toronto, que constituye el principal centro de acogida de inmigrantes de este pas.

    En Santiago este fenmeno puede apreciarse en la ocupacin de la Plaza de Armas por

    parte de la poblacin peruana residente en el pas, o del Barrio Patronato

    monopolizado por la comunidad coreana. Ambos lugares presentan gran atraccin para los transentes, y no cuentan con SHP como infraestructura de apoyo.

    El turismo externo aporta otro grupo humano diverso, que no encuentra la facilidad del

    SHP. Si bien Santiago no se presenta como una ciudad especialmente turstica, esta

    situacin se experimenta en ciudades como Via del Mar, y Valparaso. Esta ltima

    ciudad tendr que poner atencin a estas materias si se quiere permanencia de su

    status de "patrimonio de la humanidad". Las materias fecales, los orines y las basuras

    en las aceras y calzadas son, por el momento, elementos presentes el micro paisaje de sus calles.

    Por ltimo, puede ser grave el caso de la poblacin propia que hace turismo interno en

    las playas del litoral, provocndose problemas de salud individual y colectiva por falta de equipamientos sanitarios de apoyo, como es el caso de Cartagena, entre otros.

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    1.5.- Factores que agravan el problema

    Inexistencia de normativa

    En Chile no existe una norma que defina si el orinar o defecar en la va pblica

    constituye una falta u ofensa a la moral. La clasificacin y/o sancin de estos actos

    queda a criterio de cada Municipalidad, a diferencia de otros pases, donde hay

    estrictas normas referidas a los actos de las personas, y tambin de los animales domsticos que son paseados por sus amos por el espacio pblico.

    En sos lugares, la normativa define de manera detallada la disposicin de cada

    artefacto sanitario y su correcto funcionamiento. En Argentina, por ejemplo, "el orinar

    o defecar fuera de los lugares permitidos" est sancionado por la ley al igual que "el ensuciar o manchar bienes de propiedad pblica o privada"29.

    En Estados Unidos y Canad, la normativa no slo de regula la ocupacin de la va

    pblica, sino que tambin establece los requerimientos mnimos necesarios en la ciudad en lo referido a la dotacin de SHP.

    En la legislacin nacional no solamente hay una carencia en lo que se refiere a la

    disposicin de SHP en la ciudad, sino tambin en lo referido a la responsabilidad de las autoridades frente al problema.

    En Santiago, el Servicio de Salud y Medio Ambiente (SESMA), si bien tiene dentro de

    sus objetivos el promover entornos saludables, no acta frente a los problemas

    ambientales provocados por las deyecciones callejeras. El SESMA regula la dotacin de

    SHP en eventos transitorios y actividades de tipo masivas, acogindose para esto al

    Cdigo Sanitario y al Decreto Supremo N594 del 15/9/1999, modificado por el D.S.

    N 201 del 27/4/2001, que contiene importantes materias destinadas a velar para que

    en los lugares de trabajo existan condiciones de seguridad, sanitarias y ambientales

    que resguarden la salud y el bienestar de los trabajadores.

    En el artculo N21 de este decreto, se establece que "todo lugar de trabajo estar

    provisto de servicios higinicos, de uso individual o colectivo, que dispondr como

    mnimo de excusado y lavatorio30". Este decreto ha jugado un papel clave en la

    dotacin de baos qumicos en construcciones, ferias transitorias, actividades

    recreativas o culturales masivas, etc., ya que el artculo N24 del mismo, estipula

    como obligacin del empleador instalar 1 bao qumico o letrina sanitaria por cada 20

    personas, en las faenas temporales en donde no sea posible instalar servicios

    higinicos conectados a una red de alcantarillado.

    29 [en lnea] http://www.cedom.gov.ar/es/legislacion/institucional/contravenciones/ 30 [en lnea] http://www.colegioabogados.org/normas/reglamentos/Reg_Condiciones_ Sanitarias_Ambientales-594.html

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    Por otro lado, la Ordenanza Municipal de la Comuna de Santiago, considera como una

    infraccin "leve"31 el realizar necesidades biolgicas en la va pblica, aplicndose

    eventualmente, una multa que puede ir desde 0.5 hasta 1 UTM (US$42). Sin embargo,

    esta institucin no se hace cargo del aseo, considerando que es "responsabilidad del

    propietario o arrendatario la limpieza del lugar a primera hora de la maana (...) lavndolo si fuera menester"32.

    Consideramos de suma importancia que el nmero de locales habilitados para el

    servicio higinico est pensado en relacin al nmero de transentes que diariamente

    circulan por el sector, de manera de, junto con satisfacer las necesidades de la

    poblacin, puedan contar las autoridades con la justificacin para prohibir el uso del

    espacio pblico para orinar. Se terminara as, con la idea actual que indica que "el

    nico SHP limpio es el que est clausurado". Recalcamos que es muy difcil controlar la evacuacin en la calle cuando no existen alternativas.

    Vandalismo: un problema creciente

    El aumento en los actos de violencia en el mundo, muestra que incluso en las naciones

    del primer mundo el respeto por el bien comn est desapareciendo. Colegios, malls, y

    centros correccionales son testigos del dao que el aburrimiento, el resentimiento u

    otras motivaciones, pueden causar en los SHP y en otros equipos urbanos de

    importancia. En Pars, segn informaciones de prensa, el 50 % de los telfonos

    pblicos debe ser repuesto cada ao, por la destruccin de que son objeto. Los

    diseadores industriales hacen ingentes esfuerzos de creatividad para obtener

    productos irrompibles, diferenciando incluso los diseos segn el lugar de destino del equipo en la ciudad.

    Es frecuente asociar conductas de vandalismo con consumo de drogas y alcohol. El

    alcoholismo, adems de aumentar notoriamente la produccin de orina en los

    individuos, desencadena una conducta destructiva del entorno. Las quejas de los

    residentes no apuntan directamente al problema general de la extensin del

    alcoholismo juvenil, sino a las molestias concretas generadas por el consumo descontrolado de alcohol.

    Otro gran problema de los servicios higinicos lo constituye el ya mencionado graffiti, o

    latrinalia33, considerado por muchas autoridades como un acto delictual. Si bien

    algunos estudiosos destacan el carcter creativo que pueden incluir estos mensajes,

    muchas veces su contenido tiene connotaciones pornogrficas, a raz de la frustracin

    y ansiedad de algunos individuos. Las paredes de los SHP constituyen tambin as, un soporte de expresin de algunos usuarios.

    31 CHILE - I. MUNICIPALIDAD DE SANTIAGO, Ordenanza Municipal de la Comuna de Santiago, Artculo N 43. 32 Ibdem, Artculo N14. 33 Neologismo acuado en 1966 por el antroplogo Alan Dundes.

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    Carencias en el cuidado y mantenimiento

    Uno de los principales motivos por los que muchas personas prefieren evitar usar los

    SHP son la insuficiente higiene y la inseguridad en ellos, cuando no su carencia total.

    Encuestas revelan que el 30% de la poblacin norteamericana34 es reticente al uso de

    SHP por temor a contraer enfermedades producidas por grmenes. En relacin con quienes utilizan este servicio, el 60% reconoce no sentarse en la taza del WC.

    Junto a la falta de aseo, la falta de mantenimiento de los SHP, condena a estos equipamientos a ser abandonados o clausurados.

    Seguridad y baos pblicos

    En los SHP, el individuo se encuentra fuera del alcance de todo control externo,

    pudiendo tener adems comportamientos indebidos ms all de la forma de utilizacin

    de los artefactos. Los SHP son vistos muchas veces como lugares peligrosos, donde

    pueden darse la prostitucin, el consumo de drogas, y actividades antisociales. En

    noviembre del ao 2000, 17 personas salieron heridas despus de la explosin de una

    bomba en un bao pblico en Pakistn35. En Francia, se clausuraron todos los SHP, luego de los hechos del 11 de septiembre del 200136.

    2.-El caso de los SHP en la Comuna de Santiago

    Santiago, capital de Chile y principal centro financiero y comercial del pas, es tambin

    la ciudad ms poblada de nuestro territorio. Los datos preliminares del censo 2002,

    estiman que la poblacin del rea metropolitana asciende a 6.038.974 habitantes de

    los cuales 4.647.444, viven en la provincia de Santiago. Siendo ms especficos an,

    en la Comuna de Santiago (comuna central, donde tuvo lugar la fundacin de la

    ciudad) residen 206.04437 (37) personas, pero debido a que el rea concentra gran

    cantidad de servicios a nivel urbano, son alrededor de 2 millones los transentes que

    diariamente circulan por ella.

    Por esta razn y motivados por la heterogeneidad, masividad y diversidad social del

    flujo peatonal que transita continuamente por el rea cntrica de la ciudad, nos hemos

    concentrado en la observacin de la situacin en el tringulo delimitado por las calles

    Bandera, avenida Libertador Bernardo O'Higgins, y el parque Forestal. Este rea

    concentra casi la mitad del total de SHP automticos instalados hace poco tiempo, y

    cerca del 70% de los puntos identificados como "urinarios espontneos" dentro de la comuna central.

    34 GUZMN , Ren; "Wary washroom users find solace in the sink", en: San Antonio Express News, sbado 7 de Julio del 2001, [en lnea] http://www.reporternews.com/2001/features/find0707.html 35 [en lnea] http://www.intelcenter.com/wtg-iu/v01n34.html 36 [en lnea] http://www.alumni.caltech.edu/~rbell/France/Pissing.html 37 [en lnea] http://www.censo2002.cl/menu_superior/cuantos_somos/poblacion_comunas.htm

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    Como antecedente general, observamos que en nuestra capital no estn considerados

    los SHP dentro del equipamiento urbano. Esta situacin qued en evidencia al recorrer

    el polgono definido buscando los baos formales -los que se encontraron en cantidad

    de slo dos, y muy distantes uno del otro- . En cuanto a las huellas de deyecciones estas son frecuentes en gran parte de las fachadas de los edificios.

    La carencia de SHP no est dentro de los problemas que la poblacin considera como

    prioridad, lo que queda demostrado en los resultados de las encuestas realizadas

    semestralmente por el Centro de Estudios Pblicos (CEP), en donde observamos que el

    tem correspondiente a infraestructura -dentro de la lista de problemas presentados a

    evaluar por la comunidad- obtiene tan solo el 2,1% del total de votos38. Estos valores

    revelan que el problema derivado de la falta de SHP en la capital, es una realidad no

    asumida inclusive por los mismos ciudadanos. Aparentemente, prevalecera en el

    habitante el rechazo psicolgico al tema, frente a la evidencia del dao a la salud pblica e individual que subyace en la abstencin por carencia del servicio.

    2.1. Servicios higinicos formales en el centro de Santiago, 2001

    Al buscar SHP formales39 en la comuna de Santiago, con la forma de cabinas

    automticas, observamos que nadie saba la ubicacin precisa de las cabinas instaladas

    en 2001, y que, adems, ninguna de ellas se encontraba ya en funcionamiento.

    A continuacin haremos una revisin de los servicios higinicos formales que

    encontramos en un recorrido por el rea de estudio, en donde incluiremos ciertos

    lugares en donde nos parece evidente la necesidad de contar con servicios higinicos para uso de la poblacin.

    Las casetas sanitarias

    La instalacin tanto de ferias comerciales como de faenas temporales de construccin y

    otras en el espacio pblico, deja en evidencia la carencia de este servicio a nivel

    urbano. Constatamos que vendedores y transentes se beneficiaron durante el perodo

    navideo con la instalacin temporal de unidades sanitarias porttiles. En la Plaza de

    Armas de Santiago se coloc transitoriamente un bao qumico para uso exclusivo de

    los obreros que estuvieron trabajando en el lugar. Este servicio higinico permaneci

    clausurado con candado fuera del horario de la obra, negndose su uso a los

    lustrabotas en el entorno. En ambos casos se aprecia la demanda inmediata de un

    usuario otro, lo que muestra la voluntad de utilizar un equipo toda vez que exista.

    38 Estudio nacional de opinin pblica N 15, tercera serie, documento de trabajo N 339, julio 2002, P. 3, [en lnea] http://www.cepchile.cl/ 39 Llamaremos "SHP formal" a todo recinto habilitado como servicio higinico que ofrezca la privacidad e infraestructura requerida (es decir, que provea al usuario de, por lo menos, un lavatorio y un excusado funcionando).

  • Actividades y salud en el espacio pblico:

    El servicio higinico, un equipamiento urbano

    no asumido. El caso del centro de Santiago.

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    El "Mall del Centro"

    Ubicado en Rosas con Puente, ofrece en la actualidad la nica alternativa de servicios

    higinicos a los transentes del centro de Santiago. Generalmente, los centros

    comerciales cuentan con este servicio en forma gratuita. En este caso especfico, la

    gran cantidad de personas que entran al mall slo para hacer uso de los servicios

    higinicos, llev a la instauracin de un cobro ($100 -US $0,14-, incluyendo

    mudadores, WC para nios y para discapacitados, jabn, secadores, etc.), adems de

    una persona supervisando el torniquete de ingreso; traspasado este, prima la ley "de

    la selva", no respetndose al orden de precedencia en recintos que, en general, son estrechos.

    Galera "Paso de las Delicias"

    Otro servicio higinico identificado en nuestro recorrido funciona en la galera

    comercial subterrnea "Paso de las Delicias", ubicada en el cruce de Avda. L. B.

    O'Higgins con Bandera. Si bien se trata de una alternativa menos difundida, est en

    funcionamiento desde hace casi tres dcadas, recibiendo aproximadamente 800

    personas al da; su costo es de $150 (US $0,21), y funciona entre las 8 y las 21 horas.

    Constatamos, sin embargo, que el entorno urbano pblico de esta galera,

    especialmente las calles Nueva York y La Bolsa, muestran la mayor cantidad de

    micciones de todo el polgono analizado. Posiblemente esto se explica porque este

    punto concentra paraderos de gran cantidad de taxis colectivos que se dirigen hacia

    distintos puntos de la ciudad. Esto genera una afluencia constante de pblico que se aprecia durante toda la noche.

    Metro de Santiago

    El Metro va siendo uno de los principales medios de locomocin utilizado por los

    santiaguinos, siendo parte estructurante del sistema de transporte de pasajeros de la

    capital, desde 1975. Metro S.A. (ex Direccin General de Metro, D.G.O.P., M.O.P.) se

    plantea a s misma como una "empresa del Estado" dedicada al transporte masivo de

    pasajeros, destacando dentro de sus objetivos el velar por la calidad de vida de los habitantes de la ciudad de Santiago.

    A pesar de concentrar grandes masas de individuos diariamente, el Metro no cuenta

    con servicios higinicos para uso del pblico en ninguna de las estaciones de su

    recorrido, situacin que la Empresa justifica sealando que "los tramos y tiempos de

    viaje son cortos, y el instalar baos pblicos en las estaciones implica costos

    altsimos"40. Si bien el tramo de una estacin a otra es efectivamente corto, gran parte

    de la poblacin debe recorrer largas distancias antes de llegar a su lugar de destino. Si

    consideramos que muchas personas hacen trasbordo Metro/micro, los tiempos de viaje

    se incrementan bastante. En dicho lapso de tiempo, es perfectamente factible -sobre

    todo en personas que pertenecen a la poblacin de menor movilidad ya descrita- sentir

    40 [en lnea] http://www.metrosantiago.cl/

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    la necesidad de recurrir a algn servicio sanitario, para lo cual, en casos extremos, se

    debe apelar a la buena voluntad del jefe de estacin para utilizar los servicios de los

    funcionarios.

    En la estacin "Plaza de Armas", al consultar por un servicio higinico fuimos derivados

    a "Puente con Rosas", es decir, al ya mencionado "Mall del Centro". Constatamos

    tambin, que la remodelacin de la Plaza de Armas de Santiago no contempl este

    servicio, a pesar de que en el proyecto original, aparecen SHP incluidos en el subsuelo

    junto con la Lnea 2 del Metro.

    La reglamentacin del Metro prohibe "escupir u orinar" en cualquier recinto

    perteneciente a esta institucin. Se podra observar como contradictorio, el que se

    haga del espacio interior de las estaciones rea de exposicin de murales y otras

    expresiones artsticas, lo que va aumentando el tiempo de permanencia de los usuarios

    en ellas.

    Finalmente, observamos que en cada estacin del Metro hay un plano de ubicacin

    para los usuarios, en el que se indica la disposicin de diversos hitos y equipamientos

    cercanos (jardines infantiles, bibliotecas, cines e incluso cajeros automticos). Sera til que tambin en el futuro se sealara la ubicacin de los SHP en el entorno.

    Otras alternativas

    Las alternativas formales de SHP que maneja la ciudadana van desde las que se

    encuentran en Bibliotecas, hasta restaurantes o fuentes de soda, siendo stas ltimas

    no accesibles para la totalidad de la poblacin. Otras instituciones semipblicas, como

    bancos y centros de pago, no cuentan con baos para sus usuarios, o los han cerrado,

    y la alternativa que representaban los cines est desapareciendo, ya que se exige la

    entrada para hacer uso de ste servicio.

    Todos estos locales se reservan el derecho de "admitir" (seleccionar) a su clientela, y

    el hecho de tener que consumir, previo uso de los baos, dificulta an ms la

    accesibilidad de individuos marginados de la sociedad. Por otro lado, para los

    administradores de estos locales resulta un problema el lidiar con las personas que

    solicitan usar el bao sin ser clientes. Para evitar robos y maltrato a los artefactos,

    muchos comercios advierten con letreros la negativa frente a esta peticin, llegando

    inclusive algunos propietarios a declarar el servicio "en reparacin" para evitar malos

    ratos.

    Otros servicios higinicos podran ser los de la Biblioteca Nacional, y de los Museos de

    Bellas Artes, Precolombino, de Historia y algn otro, pero que no son conocidos por la

    mayora de la gente. En cualquier caso hay que pagar la entrada a los museos para

    poder entrar a los baos. En el espacio privado, adems de los grandes malles

    comerciales, tambin los terminales de buses ofrecen el servicio mediante pago directo.

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    Los museos, bibliotecas y, en general, instituciones relacionadas con la cultura -como

    universidades o centros de formacin tcnica- no estn presentes en el mapa mental

    de la masa de la poblacin como posibles alternativas.

    Los SHP automticos

    Finalmente, nos referiremos a la nica iniciativa registrada con la que se intent

    ofrecer de manera permanente a la comunidad los beneficios que trae la dotacin de

    SHP. En la comuna de Santiago existieron 13 SHP automticos de ltima generacin.

    En la actualidad ninguno est ofreciendo sus servicios. A continuacin referiremos esta

    experiencia con ms detalle.

    2.2.- Indagacin en el caso de la Comuna de Santiago: SHP, una experiencia

    fallida

    El I. Municipio de Santiago, en la preocupacin de renovar el mobiliario y otros

    equipamientos en el espacio pblico, llam a concurso en 1999 para licitar el diseo,

    fabricacin, instalacin y mantenimiento de distintos elementos urbanos, entre los que

    se encontraban paneles de publicidad, paraderos de micro, y SHP. La intencin era

    distribuir en la comuna 15 SHP automticos, que cumplieran con las caractersticas

    estipuladas en las bases41, y que finalmente quedaron a cargo de una firma extranjera.

    stos servicios estaban contemplados dentro del "Plan de Renovacin del Mobiliario

    Urbano" implementado por dicha Municipalidad.

    La Direccin de Aseo y Limpieza de Vas Pblicas identific ciertos puntos dentro de la

    comuna como los lugares pblicos utilizados con mayor frecuencia a modo de

    urinario42. En base a esta informacin se elabor un catastro utilizado como gua para

    definir la ubicacin de las cabinas automticas. De los 15 SHP originalmente

    proyectados, -equipos de fabricacin italiana- slo se instalaron 13.

    Nueve de stos SHP automticos fueron dispuestos segn el criterio de las autoridades

    manejando el catastro antes mencionado. El resto -como el que se encuentra a un

    costado de la Posta Central de Santiago-, fueron instalados respondiendo a la peticin

    especial de vecinos o establecimientos que se vean perjudicados por el libre uso del

    entorno por parte de los ciudadanos. Especial atencin en la distribucin de estos

    servicios se le otorg a lugares frecuentados masivamente, como el Parque Forestal -

    en donde se emplazaron 4 de ellos- y el Parque O'Higgins -donde se instalaron dos-.

    Las dems cabinas se colocaron en sectores que acogen gran flujo peatonal, como la

    Quinta Normal, la plaza Vicua Mackenna, la plaza Hermanos Matte, la plazuela Los Libreros en el parque Almagro, y en la esquina de Bandera con Catedral.

    41 En anexo N1 del informe original citado. 42 En anexo N2 del informe original citado.

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    Caractersticas de las cabinas para servicio higinico

    Las cabinas sanitarias instaladas fueron fabricadas en Italia, y son producto de la ms

    alta tecnologa. Son automticas, diseadas para no necesitar supervisin alguna, y

    programadas con un sistema de funcionamiento elctrico que controla los ciclos de

    operacin de los artefactos del equipo, adems de verificar la funcionalidad del

    sistema, lo cual queda registrado. De esta manera, el tcnico de mantenimiento poda

    estar informado de cualquier irregularidad o problema que hubiera en el normal

    desempeo de los equipos.

    Una vez en marcha, el servicio tuvo un costo de $100 (US$0,14) para los usuarios,

    ofrecindoles excelente calidad en cuanto a higiene, funcionamiento y seguridad. Al

    insertar la moneda se abra automticamente la puerta y se dispona de 15 minutos

    para usar el servicio. Al cabo de este tiempo, y previo aviso del equipo, la puerta se

    abra nuevamente para permitir la salida del ocupante.

    Instalada bajo el piso, se encontraba una pesa que admita un mximo de 120 kilos en

    su interior, a fin de evitar el ingreso de dos personas adultas simultneamente. Este

    mecanismo le permita al sistema determinar cundo la cabina se encontraba vaca, momento en el cual se efectuaba su limpieza automtica.

    El interior de la cabina se divide en dos reas: una de uso pblico y otra de control

    tcnico y limpieza automatizada de la taza. En sta, se efectuaran inspecciones

    semanales a los equipos, a fin de asegurar el correcto funcionamiento del sistema.

    Esta revisin debera ser efectuada por la empresa que obtuvo la licitacin del

    mobiliario urbano en la comuna. Debido a la automaticidad del servicio, el

    mantenimiento consistira, en la prctica, en verificar que no faltara el jabn o el papel higinico.

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    Figura 1. Planta Cabina Automtica. Fte.: Proyecto: Mobiliario Urbano para la comuna de Santiago, presentado por Grupo Sarmiento a la Municipalidad de Santiago, Diciembre 2000.

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    Figura 2. Elevacin Lateral Cabina Automtica. Fte.: Proyecto: Mobiliario Urbano para la comuna de Santiago, presentado por Grupo Sarmiento a la Municipalidad de Santiago, Diciembre 2000.

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    Figura 3. Corte A-A de Cabina Automtica. Fte.: Proyecto: Mobiliario Urbano para la comuna de Santiago, presentado por Grupo Sarmiento a la Municipalidad de Santiago, Diciembre 2000.

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    Figura 4. Corte B-B transversal de la cabina automtica. Fte.: Proyecto: Mobiliario Urbano para la comuna de Santiago, presentado por Grupo Sarmiento a la Municipalidad de Santiago, Diciembre 2000.

    La respuesta de la comunidad

    La reaccin de, al menos parte, de los usuarios frente a estos "artefactos" no fue la

    esperada. Estos fueron objeto de toda clase de actos vandlicos desde la primera semana de entrar en funcionamiento.

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    Figura 5. Instrucciones de uso. Se observa la falta de respeto hacia el equipamiento urbano. Bao automtico, Miraflores esquina Av. B. OHiggins, Santiago, Chile, Diciembre 2002.

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    Figura 6. Estado exterior de Cabina automtica, actualmente est clausurada. Miraflores esquina Av. B. OHiggins, Santiago, Chile, Diciembre 2002.

    De las experiencias recopiladas, las ms extremas corresponden a la accin de sujetos

    que de algn modo lograban permanecer dentro de la cabina hasta el momento en que

    se efectuaba la limpieza mediante el giro automtico de la taza hacia un nicho de

    higienizacin. De esta forma, se tena acceso al tablero de control, el que era

    intervenido alcanzndose los comandos del equipo, pudindose robar el dinero recaudado, y destrozar todos los elementos componentes del sistema.

    Otros individuos descubrieron la manera de mantener la puerta permanentemente

    abierta, saltando en el interior del recinto hasta colapsar el mecanismo de peso, de

    manera de permitir el ingreso de ms de una persona a la vez, o su uso continuado sin tener que pagar por el servicio.

    En respuesta a stos actos, el Municipio opt por ofrecer el servicio de manera

    gratuita, buscando, as, eliminar el incentivo a la destruccin que poda representar el

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    dinero acumulado en las cajas. Otra solucin manejada fue la de contratar guardias de

    seguridad que controlaran el flujo de usuarios, pero, aunque se incentiv esta actividad

    a travs del "Plan Pololo"43 de la Municipalidad, no hubo interesados en el puesto, clausurndose paulatinamente los equipos.

    En la reparacin y el mantenimiento de los SHP automticos hubo carencias; las piezas

    daadas nunca fueron debidamente reparadas y los repuestos no fueron encargados a

    Italia, por lo que el deterioro progresivo de los baos era inevitable. El resultado final

    fue una sumatoria de una, tal vez, inadecuada gestin de mantenimiento sumada a la

    respuesta negativa de parte de la poblacin. No se sabe qu respuesta pudo dar el usuario no delincuente o el turista frente a estos artefactos.

    Las evaluaciones registraron numerosos otros detalles que no es del caso referir,

    dando cuenta de la forma de proceder durante la accin de vandalismo.

    Lamentablemente, no hubo un seguimiento ni una evaluacin del nivel de

    funcionamiento en situacin de comportamientos normales en estos equipos

    automticos. A pesar de que en las bases entregadas para la licitacin del mobiliario se

    exiga llevar un registro del nmero de usuarios, pudimos constatar que ste nunca se

    hizo efectivo, debido, aparentemente, a que los tableros de control fueron daados

    desde un principio. Para tener una referencia, diremos que un SHP automtico de

    similares caractersticas instalado en la ciudad de Nueva York, sirve a 750 personas

    semanalmente44.

    Hoy slo se tiene como informacin el estado de los baos automticos registrado con

    fecha 20 de noviembre del 200245, y que nos revela el maltrato o el uso incorrecto que

    se hizo de stos servicios. Como resultado, ambas partes comprometidas en esta

    iniciativa tienen conciencia de lo necesario que es realizar una evaluacin para as

    poder planificar nuevas estrategias en base a la experiencia ya vivida.

    Los servicios automticos instalados en Santiago representan un ejemplo de modelos

    importados sin haber elaborado, junto con el diseo, una estrategia de instalacin, que

    contemplara un plan piloto que evaluara tanto su funcionamiento como la respuesta de

    los usuarios frente a ste servicio. Hay elementos dentro de la psicologa del ambiente

    propio de nuestra realidad que no fueron considerados antes de instalar las cabinas.

    Observemos, por ejemplo, la respuesta de la comunidad frente a los cobradores

    automticos en micros del transporte pblico: hoy coexiste el pago automtico con el

    cobrador "humano". En ambos casos observamos una desconfianza hacia la mquina,

    y pensamos que se deberan contemplar tiempos de ajuste, en los que la poblacin se adapta a este nuevo elemento de su entorno, y lo incorpora a su realidad.

    43 Plan de emergencia, ideado por la Municipalidad de Santiago, en el cual se ofrecen vacantes de empleo para los cesantes de la comuna. 44 WEBBER, Rebeca; "Public toilets", en: Gotham gazzete.com, issue of the week, 15 de julio 2001, [en lnea] http://www.gothamgazette.com/iotw/bathrooms/ 45 En anexo N3 del informe original citado.

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    Constatamos que una intervencin "culta", para efectos de satisfacer las necesidades

    de la poblacin con soluciones que den cuenta de los avances en la materia, no

    siempre se traduce en xito en la realidad, cuando los equipos escogidos no tienen

    relacin con la psicologa, el estado de educacin, civilidad, respeto mutuo y por el

    patrimonio colectivo, de la poblacin. Pero debe mencionarse tambin la necesidad de

    estudiar ms sistemticamente la ubicacin precisa y el espacio fsico mismo donde se

    insertar el equipo y su entorno morfolgico y funcional. Para la experiencia revisada,

    vimos que hubo como referencia slo los puntos donde se orinaba, sin consideracin

    de otros factores psicolgicos, estticos, de identidad, de asociatividad de funciones,

    etc.

    El problema del mantenimiento se ha visto acrecentado por un mal entendimiento

    entre las partes que gestionaron el proyecto, y an hoy en da [Dic. 2002], a meses de

    la clausura de los servicios higinicos, las acciones vandlicas todava provocan

    problemas tanto a la Municipalidad como a la concesionaria, ya que cada semana se

    reportan cabinas que han sido abiertas, bien para ser usadas para pernoctar, bien para

    consumir drogas o llevar a cabo comercio sexual. Los SHP se han transformado, as, en un verdadero problema multifactico, al que urge dar pronto una solucin real.

    A pesar de lo ocurrido, la I. Municipalidad de Santiago persiste en su inters por

    ofrecer una respuesta efectiva a la necesidad de SHP y discute la posibilidad de licitar

    la concesin de servicios higinicos en el subsuelo, inspirados en el xito y

    funcionamiento de los baos en el interior del "Mall del Centro". Ms que una cabina,

    ste sera un recinto de baos, con cmara de seguridad, torniquete y estricto control

    en el acceso, de modo de asegurarles a los usuarios total confianza en el servicio

    ofrecido.

    3.- Conclusiones

    En relacin con nuestra primera hiptesis, en nuestro recorrido por el sector definido,

    pudimos apreciar que, en general, la calle es el gran urinario de la poblacin. El estado

    sanitario de las aceras es deplorable, y el nivel de suciedad verdaderamente

    alarmante; sujetos orinan a plena luz del da, dejando focos de infeccin para el resto

    de las personas que diariamente transitan por el centro de Santiago, adems de dar el "espectculo".

    La mayora de stos espacios pblicos que se ocupan como urinarios tienen ciertas

    caractersticas comunes, como estar algo distanciadas del trnsito peatonal, ofrecer

    cierto grado de intimidad, estar fuera de la vista del pblico, y no estar bien iluminados. Esto ltimo se presta, adems, para comportamientos indebidos.

    En cuanto a los SHP "de ltima generacin" aparentemente no encajan con la idiosincrasia nacional, y prueba de ello son los resultados observados.

    Consideramos que sera til vincular la distribucin de los SHP con las redes de

    transporte (por ejemplo, cerca de puntos de transbordo, paraderos de micro,

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    estaciones de Metro ms concurridas, etc.), lo que adems contribuira a incorporar en

    el imaginario de la poblacin la presencia de stos servicios, sin olvidar la importancia

    de una sealtica apropiada.

    Tambin pudimos comprobar que si bien, no existe mucho respeto de parte de los

    ciudadanos hacia el espacio pblico -lo que pudimos constatar al observar el deterioro

    tanto de la infraestructura urbana como la calle propiamente tal- muchas veces el

    verdadero motivo detrs de la limitada disponibilidad de SHP es el inadecuado manejo

    de las autoridades, y de la sociedad toda, frente a los temas de la vagancia, el

    vandalismo y la falta de seguridad, sin mencionar los problemas vinculados al

    alcoholismo, la drogadiccin, comercio sexual, u otros ms recientes, como la

    inmigracin de trabajadores extranjeros que no tienen otro lugar de reunin que los

    espacios de estancia pblicos.

    Consideramos que no se puede delegar toda la responsabilidad a una de las partes, ya

    que nos parece ingenuo esperar un cambio en la conducta ciudadana sin una

    apropiada campaa de informacin y educacin que apunte al entendimiento del

    respeto que debe tener hacia el entorno urbano, valorando la ciudad como espacio

    fsico en el que se desenvuelve, tanto como su equipamiento, que busca facilitar y

    satisfacer las necesidades del habitante en l. Adems de validar la ocupacin

    espontnea de los espacios pblicos, sera necesario que las autoridades validaran las

    necesidades bsicas de la poblacin en ellos, reconociendo que la implementacin de

    SHP, beneficiara no slo a algunos sectores de la ciudadana, sino a toda la comunidad.

    Es la experiencia internacional la que nos permite demostrar la conveniencia de

    acciones simultneas tanto de la administracin como de la poblacin, con el propsito

    de generar las instancias necesarias para facilitar una vida normal en el espacio

    pblico, sin discriminacin de edad, sexo, condicin fsica o etnia, asumiendo tanto el

    sector pblico como el privado sus responsabilidades en forma coordinada para efectos

    de una ciudad saludable y sustentable.

    En relacin con nuestra segunda hiptesis, hemos observado que el tema referido debe

    ser abordado conjugando distintas perspectivas que contribuiran a enriquecer las

    gestiones al respecto. Es necesaria la accin conjunta del Estado a travs de sus

    Ministerios (Salud, Urbanismo, Obras Pblicas, Educacin), generando estrategias de

    planificacin que puedan ser implementadas por las distintas municipalidades con la

    finalidad de ofrecer soluciones que apunten a integrar efectivamente a todos los sectores de la poblacin.

    En nuestro caso, partimos del tema puntual referido a una necesidad bsica de los

    individuos como lo es orinar, y nos fuimos encontrando con un tema bastante ms

    complejo, que incluye una serie de facetas concernientes a nuestro campo de accin profesional, y que comprende un conjunto significativo de aspectos asociados:

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    - Espacio pblico

    - Espacio semipblico

    - Aseo del espacio pblico

    - Gestin municipal del espacio pblico

    - Seguridad en el espacio pblico (asaltos, atentados, accidentes asociados en el

    mobiliario urbano)

    - Redes urbanas (agua, alcantarillado, puntos nodales en el espacio red, transporte)

    - Mobiliario urbano

    - Diseo de mobiliario urbano/equipamiento urbano

    - Diseo Industrial de mobiliario urbano

    - Administracin del mobiliario/equipamiento urbano

    - Gestin de mantenimiento y evolucin del equipamiento urbano

    - Proveedores del mobiliario urbano

    - Informacin urbana

    - Sealizacin urbana

    - Esttica urbana (imagen urbana)

    - Salud pblica

    - Estndares higinicos

    - Psicologa Ambiental

    - Integracin social

    - Poblacin de menor movilidad (adultos mayores, nios, discapacitados)

    - Etnias (diferentes costumbres culturales, hbitos de higiene y Comportamiento)

    - Comportamientos sociales (control, aprendizaje, civilidad)

    - Drogadiccin

    - Vandalismo

    - Deterioro del espacio pblico

    - Control Social

    - Sicologa social

    - Derechos ciudadanos

    - Normativa y legislacin

    - Turismo urbano

    - Estndares de servicios higinicos por miles de habitantes

    - Nmades urbanos (vagabundos, mendigos, delincuentes, sin casa)

    - Innovaciones tecnolgicas (productos qumicos)

    - Sanciones por transgresin de normas

    - Polica urbana

    - Recurso agua

    - Deberes del Estado

    - Otros

    Concluimos que el tema debe tratarse en complejidad, para efectos de encaminar

    adecuadamente los medios dispuestos para ir solucionando el problema, sin derroche

    de recursos. Con toda seguridad ser necesario establecer un cuerpo terico sobre la

    materia ms adecuado a nuestra realidad. En cuanto a las experiencias que se

    realicen, tal vez sea necesario llevar a cabo experimentos piloto antes de tomar

    decisiones que signifiquen una inversin mayor. Dichas experiencias, tendran que

    estar referidas por otra parte, a los particulares grupos humanos con sus especficas

  • Actividades y salud en el espacio pblico:

    El servicio higinico, un equipamiento urbano

    no asumido. El caso del centro de Santiago.

    And health activities in public space: the toilet,

    not assumed an urban equipment. The case of downtown Santiago.

    Revista de Urbanismo N10 Junio de 2004

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    necesidades que hoy se reconoce en la bsqueda del bien comn. Nos preguntamos,

    por ejemplo, cul habra sido la evaluacin del comportamiento de los adultos mayores

    frente a los baos automticos que se quiso instalar (claustrofobia, nerviosismo frente a lo automtico, pavor de quedarse encerrado, otros?).

    Corroboramos, as, la necesidad de planificar la dotacin de SHP de manera

    interdisciplinaria, acompaando la implementacin del servicio con una campaa de

    informacin y educacin ciudadana, ya que la falta de una gestin eficiente detrs del

    proyecto, da pie para que se produzcan situaciones como las ya descritas, que en lugar

    de beneficiar a la poblacin, generan incomodidad y falta de confianza en soluciones venideras.

    En relacin con nuestra tercera hiptesis, que tuvo su origen de la observacin del

    comportamiento de los adu