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Revista Digital Cuatrimestral

N° 7 - Abril 2020

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Revista Digital Cuatrimestral

ARTETERAPIAProceso Creativo y Transformación

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Editorial• El día que el mundo se detuvo

Haciendo Foco• La subjetividad en arteterapia: convergencias y desencuentros. Victoria Alcala, Ludmila A.

Somma, Guillermina Torres, Roberto Quiñonez y Nayla Addolorato

Recorriendo museos y galerías• Arte por fuera y por dentro, de congresos y muestras. Luis Formaiano

Caleidoscopio de lenguajes • El objeto perdido. Nelly Scarpitto • La Escritura como herramienta de intervención en el campo de la Arteterapia. Mónica Bruder y

Patricia Fagundez• Arteterapia Digital y aplicaciones del Arte Expresiva para el desarrollo cognitivo de los adultos

y mayores diagnosticados con demencia y otros trastornos mentales. Daniela Bernardes Loyola

Encuentros conversados • Entrevista a Guillermo Molina Rus

Experiencias arteterapéuticas • Mesa de arena o bandeja de arena (sandtray) o juegos en la arena (sandplay). Segunda parte.

Graciela Bottini • Arteterapia y autismo: del signo al símbolo. Florencia Garrigos • Experiencia en la presentación del taller “Arteterapia en la Prevención y Promoción de la Salud

Mental”. María Belén Cerfoglio, Pamela Parma y Angie Quintana

En profundidad • Eficácia de programa de Arteterapia com grupo de mulheres com dependência de drogas. Ana

Cláudia Afonso Valladares-Torres y Laíza Thainá Araújo Rodrigues

Te contamos • Curso de verano: “Estrategias en arte para referentes en Prevención comunitaria de consumos

problemáticos con población juvenil”

De libros y autores • Arteterapia. Una introducción

Agenda de congresos, simposios y encuentros

Galería de lenguajes arteterapéuticos

Situaciones arteterapéuticas

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El día que el mundo se detuvoLa pandemia del COVID-19 irrumpió y cambió las coor-denadas de nuestra vida individual y colectiva, nacional y planetaria. La cartografía mundial se detuvo y el paisaje de miles de viajeros en los aeropuertos, deseosos de conocer, vivir o trabajar en otras latitudes, es una imagen que se ale-ja de nuestra experiencia cotidiana para buscar un lugar de reposo en nuestros recuerdos. Socialmente, enfrentamos la paradoja de “vernos desde lejos tan unidos”, como dice la canción que se convirtió en un himno de este tiempo para la población de habla hispana. Estamos hiperconectados a través de las redes y aplicaciones de comunicación y, sin embargo, nos preguntamos si en verdad sabemos cómo se encuentra el otro; vemos el derrotero de la pandemia en otros países y sentimos que estamos tan cercanos solo porque somos tan vulnerables como todos, pero debemos mantenernos alejados. Lo cercano y lo lejano son dos de las categorías espaciales que se encuentran en mutación, al punto que nos preguntamos si estamos más próximos o distantes de nuestros semejantes en este tiempo de ais-lamiento social.

Las diversas profesiones y ocupaciones no han quedado exceptuadas de esta deconstrucción exigida por asalto. Han visto que se modificaba el encuadre de su ejercicio y quehacer laboral, sin saber si quiera por dónde comenzar a reconstruirse, y obligadas a hacerlo con premura. Y el ar-teterapia fue parte de esta exigencia, debiendo repensarse con rapidez, sin poder poner su pensamiento y praxis en cuarentena. Las formaciones de arteterapia que hacen de lo vivencial un eje medular de sus propuestas académicas se hallan definiendo si todos los contenidos pueden ser transmitidos mediante la modalidad de educación virtual. La práctica arteterapéutica también nos ha forzado a pen-sar cuáles son las principales tensiones, límites y virtudes de la atención online de personas que se encuentran en un proceso terapéutico.

Creemos que nuestra profesión estará atravesada por interrogantes antes de mostrar sus nuevos contornos, y consideramos necesario también darnos tiempo para for-mularnos las mejores preguntas. El riesgo es aventurarnos a dar respuestas rápidas a interrogantes mal formulados acerca de nuestra teoría y nuestra praxis.

Este número comenzó a gestarse cuando el escenario pre-sente no podía ser imaginado ni por un avezado escritor de ciencia ficción. En “Haciendo foco”, una sección concebida para plantear los temas más importantes que atraviesan

la disciplina, presentamos una reflexión que, partiendo de la premisa de la subjetividad, explora distintas facetas identitarias en la práctica arteterapéutica, como el valor de la experiencia, la función del sostén, las posibilidades de la mirada, la construcción de los límites y el uso de la imagen en la metáfora.

En esta edición presentamos una sección nueva, “Reco-rriendo museos y galerías”, que fue creada con la inten-ción de que los arteterapeutas nos cuenten sus visitas por estos espacios que los mantienen conectados con el arte, e incluso piensen en la utilización de estos en su práctica profesional. En esta oportunidad, el arteterapeuta argenti-no Luis Formaiano nos cuenta su paso por el Museo Reina Sofía y otras muestras en España. Animamos a los artete-rapeutas del mundo a escribir sus experiencias para esta nueva sección.

Continuamos presentando posibles lenguajes artetera-péuticos que pueden enriquecer su práctica. En esta oca-sión irrumpen los títeres y su magia, y las posibilidades de la escritura o de la bandeja de arena para el trabajo arte-terapéutico. En cuanto a las experiencias arteterapéuticas, diversos profesionales nos cuentan su trabajo con niños autistas, mujeres que se encuentran en dependencia del consumo de drogas o con población en general.

El reportaje central fue destinado a un profesional argen-tino especializado en la danza y el movimiento: Guillermo Molina Rus. En momentos en que el aislamiento nos com-pele a no desplazarnos, a permanecer inmóviles, creemos importante recuperar reflexiones sobre las potencialidades que ofrece el cuerpo en movimiento para el arteterapia.

En la “Galería de lenguajes arteterapéuticos” presentamos el trabajo creador de arteterapeutas que ya se encontra-ban en sus hogares en el contexto de la pandemia y qui-sieron compartir sus obras y reflexiones. Nos parece im-portante que los profesionales no pierdan el contacto con el propio proceso creador y por eso aplaudimos calurosa-mente cuando comparten estos contenidos.

Los invitamos a disfrutar las páginas de esta nueva edición con la conciencia expandida de ser, como expresó Séneca, “olas del mismo mar, hojas del mismo árbol, flores del mis-mo jardín”. ■

Equipo Editorial

Editorial

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Resumen

Partiendo de la subjetividad como premisa, la siguien-te investigación explora y redefine distintas facetas identitarias en la práctica arteterapéutica. Se centra en el valor de la experiencia, la función del sostén, las posibilidades de la mirada, la construcción de los lími-tes y el uso de la imagen en la metáfora. Finalmen-te, demuestra cómo lo singular es la brújula tanto del paciente como del terapeuta, en dirección a la cura, siempre que el vínculo transite por convergencias y desencuentros.

Palabras clave: subjetividad, vínculos, mirada, objeto transicional, metaforización. Introducción

“Cada palabra dice lo que dice y además más y otra cosa”.

Alejandra Pizarnik

Si bien la categoría de “sujeto” ha sido estudiada des-de distintas áreas del conocimiento, nos centraremos en aquellos enfoques que consideramos pertinentes y útiles para el arteterapia, en especial en el víncu-lo paciente-terapeuta. Entendemos la subjetividad como una construcción en movimiento: la convergen-cia dada entre imágenes, la memoria, los afectos y las acciones. A través del proceso de autoconocimiento, descubrimos que hay diversas facetas que se desplie-gan y reorganizan en el entramado subjetivo; algunas pueden estar más desarrolladas que otras o permane-cer bloqueadas durante mucho tiempo. Por este moti-vo, nos preguntamos qué funciones cumple la subjeti-vidad en nuestra disciplina.

Victoria Alcala1

1 Licenciada y Doctoranda en Letras (UCA-CONICET-CILA). Docente en Arteterapia (CEIAC). Instructora en Arteterapia (ISSO-UBA-IASE). Formación en DMT (IASE). Estudiante en PSA (Centro Oro).2 Arteterapeuta (CEIAC). Artista (audiovisual, videoarte, fotografía, artes plásticas, artes visuales). Colaboradora de cátedra (CEIAC). 3 Psicopedagoga (Instituto “Pedro Poveda”). Arteterapeuta y colaboradora de cátedra (CEIAC). Capacitadora docente en Aprendizaje Basado en Proyectos (Red de Escuelas). Arteterapeuta (Hogar “Familias de Esperanza”).4 Arteterapeuta (CEIAC, Fundación “Paso a Paso”). Docente en Arteterapia y colaborador de cátedra (CEIAC). Artista plástico. Estudiante de Psicología (Universidad Argentina John F. Kennedy).5 Arteterapeuta y colaboradora de cátedra (CEIAC). Formación en Danza Movimiento Terapia (María Fux). Profesora en lenguajes artísticos, nivel primario (ICVL).

La subjetividad en arteterapia:convergencias y desencuentros

Ludmila A. Somma2

Guillermina Torres3 Roberto Quiñonez4

Nayla Addolorato5

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foco La presente investigación forma parte de un proyecto de

extensión de la cátedra de Arteterapia, correspondiente a la carrera de Arteterapia del Centro de Estudios Interdis-ciplinarios para el Aprendizaje y la Comunicación (Buenos Aires, Argentina),6 y reúne cinco experiencias pedagógi-cas y clínicas dentro y fuera de dicha institución. En cada apartado, los respectivos autores recortan una dimensión de la subjetividad, siempre en relación con el resto de los subtítulos. Como grupo de estudio, nuestra tarea diaria con cada uno de los pacientes reside en lograr un efecto re-flejo de intermitencias, intersecciones, aperturas, cierres y resignificaciones, con el fin de conocer sus verdades y de-seos. Buscamos enlazar el mundo interno de los pacientes con la creatividad, para estimular la manifestación de una faceta personal y de esta faceta a otra, y luego a otra... y así sucesivamente, para encauzar el camino a la cura.

1. “Two plus one”Por Victoria Alcala

Entrar en un proceso arteterapéutico supone animarse a crear, lo que implica de manera obligada abordar, cues-tionar y/o subvertir las relaciones dadas entre “sostén” y “soltura”, para dar cauce a nuevas formas de expresión. Investigamos tales conceptos con un grupo mixto de alumnos de entre 18 y 40 años. A partir de la experien-cia corporal, trabajamos la figura del garabato en distintos aspectos: el trazo sobre la hoja antes o después de bailar, con ojos abiertos o cerrados, con la mano habitual o con la contraria, etc. El garabato como rebus permitió deconstruir las formas estereotipadas, bucear en un lenguaje prever-bal y desde allí elaborar lo singular en cada uno. Sumamos también un juego con un pañuelo, para bailar con él de dis-tintas formas.

Asociamos las actividades tanto con las teorías del apego como con las del self, en especial con la función de sostén (holding), definidas por Winnicott (2013). Así como el abra-zo, la contención y el cuidado permiten el desarrollo emo-cional seguro del Yo (Bion, citado en Benito, 2006) desde la infancia, un espacio terapéutico para jóvenes y adultos in-vita a un proceso confortable y resguardado. Establecien-do una analogía entre soltar y sostener, es tarea del arte-terapeuta dar rienda suelta a la imaginación del paciente y actuar como testigo-guía. Como contrapartida, es el pa-ciente quien observa y toma conciencia respecto de cómo

es su vínculo con los objetos y con los otros, para ganar en forma paulatina libertad, confianza y autorregulación. Por medio del vínculo, se espera que logre internalizar la tole-rancia a la angustia y a la frustración, entre otros vaivenes emocionales, como modos de fortalecimiento yoico.

Durante las prácticas observé el cambio de actitud grupal y anoté: “Se pueden identificar los itinerarios recurrentes en ser sostén y catalizador, el cambio es evidente cuando se desapegan de un patrón psíquico conocido para apare-cer con otro rostro”. Tal aparecimiento es lo que Winnicott (2013) identifica como verdadero self: solo a través de la creación, el sujeto auténtico puede sentirse/percibirse real. Para el grupo, el significante “soltar” cambió: en un princi-pio había implicado abandonar o evadir, luego significó en-tregarse al azar y/o mantener la incertidumbre. Este ges-to de desatar permitió, paradójicamente, sostener, o sea, “sujetar”, en el sentido de “ser sujeto”. Soltar fue también reconfigurar la especularidad, ya que, gracias a la pulsión creadora el trabajo yo/otro, habilita un tipo de (des)apego diferente a través de nuevas com-binaciones expresivas y vinculares. Lo mismo sucedió con “sostener”, que en el inicio del taller había sido resolver las consignas con rapidez. Luego, fue experimentar y jugar... hasta improvisar durante más de 20 minutos.

Sonaba en clase la canción de Gustavo Santaolalla titula-da “Two plus one” (dos más uno). Allí advertí que más que sostener/soltar como un binarismo irreductible, se trata de la terceridad: “soltar” y “sostener” necesitan de un “tran-sitar”. Sin dudas, un proceso arteterapéutico es, primero, ir hacia adentro, un empuje, un tender-a-la-cura, que es, finalmente, el efecto de un sujeto en constante busca de sí mismo. Segundo, se trata de recuperar o reeducar un ape-go vivido, de forma tal que “sostener” y “soltar” no sean figuras fantasmáticas, sino una auténtica tierra de asilo (Klein, 2006) en la construcción de vínculos más saluda-bles con uno y con los demás.

2. La miradaPor Ludmila Somma7

“¿Qué ves cuando me ves?”, canta con la gran potencia de su voz Ricardo Mollo, líder de la banda referente Divididos, y así planta una semilla para hacernos grandes preguntas:

6 El equipo coordinado por la Licenciada Victoria Alcala está conformado por cuatro arteterapeutas egresados de la misma institución: Ludmila Somma, Guillermina Torres, Roberto Quiñonez y Nayla Addolorato. Como colaboradores de la cátedra, asisten a la institución y articulan su trabajo profesional dentro y fuera de ella, con el fin de aportar a nuevos enfoques para el crecimiento de nuestra disciplina.7 El uso de un lenguaje que no sea sexista ni discriminatorio es una de las preocupaciones de quienes concibieron este material. Sin embargo, y con el fin de evitar la sobrecarga gráfica que supondría utilizar en español “o/a” para marcar la existencia de ambos sexos, hemos optado por usar el masculino genérico clásico, en el entendido de que todas las menciones en tal género representan siempre a varones y mujeres.

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¿Cómo no quedar impregnados exclusivamente por su mirada? ¿Qué pasa con el descubrimiento de los su-puestos frente a la mirada del otro? Retomemos a Pla-tón: el filósofo griego fundamenta su teoría del conoci-miento por medio del mito de la caverna. A la pregunta ¿qué ves cuando me ves?, él respondería que lo único que vemos son sombras, proyecciones, apariencias. Si solo nos quedamos con el reflejo del espejo (las som-bras y/o la mirada del otro), la mentira sería la verdad. Es decir, cuando me reflejo en el otro su mirada me con-diciona, pero solo es una proyección parcial y aparente. Continuando con el mito de Platón, el hombre debe sa-lir al exterior para ver de modo directo, con sus propios ojos, el sí mismo, las cosas y las personas que antes ex-perimentaba como reflejos. En ese momento de descu-brimiento, cuando las apariencias caen (el hombre sale de la caverna), se revela la verdad tal cual es, sin jui-cios, y el sujeto experimenta la conciencia de los datos reales sobre su identidad. En sesión esto se presenta como un darse cuenta, un momento de anagnórisis. El paciente se hace cargo de la multiplicidad de miradas y resignifica la propia, a la vez que el rol de la mirada del terapeuta muta de ser “espejo” a ser una “puerta” hacia nuevas oportunidades. Entonces, la mirada, por último, abre otras posibilidades. Para el proceso subjetivo, fi-nalmente, lo importante es pasar del “¿qué ves cuando me ves?” a un “¿qué veo cuando me veo y cuando soy visto?”.

3. Para nacer he nacido 8Por Guillermina Torres

Si hablamos de la subjetividad como una construcción, inevitablemente tenemos que hablar de movimien-to. ¿Qué es el movimiento sino la propia naturaleza de las cosas, los seres vivos, la materia? En definitiva, es lo que existe con sus vaivenes. Si bien el movimiento es innato, también podemos encontrar topes en todo proceso constructivo. Es decir, una terapia no tiene ga-rantizado un progreso en términos evolutivos; no siem-pre, ni necesariamente, la dirección es hacia adelante y fluida. Frente a cada propuesta se presentan identida-des particulares, con un engranaje de historias, huellas, relatos y experiencias. Por tal motivo yace lo incierto de lo subjetivo, un no control del proceso que cada uno quiera-pueda-sea-capaz de atravesar. Hablamos de una construcción que, en el mejor de los casos, puede darse de manera armoniosa, espiralada y constante. Sin embargo, una pausa es necesaria: la quietud puede sorprender, y un retroceso, frustrar. Hasta los no-movi-mientos toman lugar en este tránsito de cura.

¿cómo me ves? ¿Cómo creo que me ves? ¿Qué ves en mí? ¿Me ves como creo que me ves? Estos interrogantes abren un espacio al cuestionamiento de las creencias del sujeto en relación con la percepción de sí mismo hacia el otro y de un otro respecto de sí mismo.

La frase poética de Mollo plantea la dialéctica con que nos enfrenta a la incertidumbre y pone de manifiesto la importancia de los tipos de miradas con las que convi-vimos a diario. También, las construcciones de aquellas que son internas (con ellas vemos el mundo y creemos ser vistos por los otros). Juicio, crítica, contención, miedo, juego, amor e inseguridad, son algunas de las temáticas que aparecen en sesión a partir de este tema. Por fortu-na, entre todas estas preguntas habita la posibilidad de transitar un soltar, desarmar y desandar esas miradas que priorizan el “ser libremente” y elegir aquellas que nutren y acompañan. Por estas razones, propusimos actividades en dúos, en las cuales uno de los participan-tes funcionaba de manera simbólica como “espejo”, es decir que imitaba los movimientos del otro para poner en evidencia la temática visual. Asimismo, el participan-te que jugaba de “espejo”, en forma inevitable represen-taba al otro (empapado de su propia subjetividad, siendo esta una copia de la realidad, más o menos desvirtuada).

Durante la actividad propusimos el cambio de roles: ser reflejado/reflejar, hasta el punto en que el binomio yo-yo/yo-no yo quedaba diluido en un fluir en sintonía. El juego funcionaba casi como la cinta de Moebius y, en la mayoría de los casos, resultaba placentero. Como ana-logía, pensábamos en que cuando el bebé refleja la son-risa de su madre, contemplada y reparada en su mirada, anida un elemento esencial en este punto de inflexión teórica: la evidencia del investimento libidinal, desde el que lo mira mirarse hacia al júbilo del niño ante el espe-jo. Retomando a Lacan: “La libido es la condición misma de la identificación simbólica” (Lacan, citado en Casas de Pereda, 2001, pág. 7).

Continúa Mollo cantando: “cuando la mentira es la ver-dad”. Entonces, nos preguntamos si la identificación con quien nos mira es tal cual es o se trata de un supuesto.

8 Referencia al libro de Pablo Neruda que lleva ese título.

Gracias a la creación, el sujeto atenúa el displacer primero y convoca al Yo a su

estado anímico actual, evidenciando lo que la represión sepultó de manera incompleta.

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foco ¿Qué pasa entonces cuando en un proceso arteterapéu-

tico aparece un “techo”? ¿Y si en algún momento puntual se detecta un retroceso? Con los estudiantes de primer año de CEIAC experimentamos la posibilidad de pausar la creación y decir “no”. Por ejemplo, recuerdo cuando fren-te a una consigna plástica, una de las alumnas se negó a realizarla porque no salía como esperaba. En otra ocasión, otra participante, frente a una actividad de contacto visual, se preguntó: “¿estoy por morir o nacer?”. Ambas situaciones expresan los momentos de crisis o de transición en un pro-ceso y es allí donde el paciente elabora o se enfrenta con la decisión de qué rumbo tomar. Aquellos que desde la libertad pueden encauzar el sentido, logran construir un nuevo estar. Se trata de atravesar lo misterioso de lo incierto, dar lugar a lo inesperado, incluso si es disruptivo o atemorizante. De esta manera, se abre una oportunidad para volver a nacer.

Encontramos un paralelismo entre las cuatro fases que acompañan la fisiología del trabajo de parto (Cunningham, 2002), con las cuatro fases del proceso creador desarrolla-das por Fiorini (2006). La primera de ellas, “preliminar/de ex-ploraciones”, es aquella en la que hay una falta de respuesta de lo contráctil, es decir, un preaviso de un cambio donde se desarman los objetos dados y se instala un caos creador. La segunda fase, “preparatoria/de transformaciones”, es cuan-do el útero madura, preparando un nuevo canal, así como en el proceso creador se abre la posibilidad de producir nuevas formas. La tercera etapa en donde se da el proceso propio de trabajo de parto, es llamada por Fiorini (2006) “culmina-ción”, como finalización de la etapa de búsqueda. Allí se da a luz: la última fase, que denominamos “de recuperación” o “de separación”, que implica la sana distancia con el nue-vo-ser/obra-producción para la construcción de la propia subjetividad. Finalmente, lo incómodo como resistencia es posibilidad y puerta de una nueva construcción. Así de para-dójica y poderosa es la posibilidad de cura del arteterapia en la transformación de la experiencia.

4. La naturaleza primaria del arteterapia Por Roberto Quiñonez

Para comprender el arteterapia como una disciplina plena de investigación, implementaré varios conceptos, como el de imago y su analogía con la mosca, desde un enfoque psicoanalítico. El aparato psíquico establece dos polos, consciente e inconsciente (ver Cuadro 1), que producen en el sujeto dos movimientos. El primero se establece entre el Yo, lo reprimido, su representación y los afectos que per-manecen desligados en el polo inconsciente. En el segun-do circuito, el Yo liga el afecto flotante con la producción de imágenes que luchan contra su represión, y al lograrlo,

crea la obra de arte. Tanto la representación inconsciente como la producción de una obra resultan ser fundaciona-les. La creación es el resultado de ligar los afectos con lo reprimido y, por ende, puede ser metaforizado.

Debido a que la obra es una simbolización, la llamo ima-go desde una de sus acepciones: como el último estadio del desarrollo de un insecto y el único durante el cual es sexualmente maduro. Desde el banco de una plaza ob-servo los movimientos de una mosca que en su aventura viaja desde la basura hacia donde se repliegan los niños. Surgen así varias cuestiones, que transcribo de mis no-tas: “La mierda en abono. La obra en sí devuelve el afecto de la representación reprimida, materializándolo en nue-vas formas de significado”. Al observar el recorrido de la mosca, que parte desde algún desecho hacia otro punto incierto, establezco una analogía con el proceso subjetivo, en donde el sujeto modifica su estado a partir de un objeto transformado.

Cuadro 1

Se observa en el Cuadro 1 cómo la representación se tradu-ce en imago y a su vez, se ve su origen (lo reprimido). Des-de la metáfora, el Yo tramita la producción “engañando” al inconsciente, que sin saber qué dibuja revela un “eureka” emocional. Gracias a la creación, el sujeto atenúa el displacer primero y convoca al Yo a su estado anímico actual, eviden-ciando lo que la represión sepultó de manera incompleta.

La búsqueda es implacable: se trata de un retorno a la an-gustia original para superarla, transformándola. Allí, el ar-teterapia encuentra,9 y como tal, se despliega a partir de

9 Parafraseo y retomo la frase de Picasso, quien dice “no busco, encuentro”, utilizada luego por Lacan para explicar el método psicoanalítico.

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mirada determina los bordes. Podemos afirmar entonces que la presencia de una otredad permite una dirección cla-ra y un enfoque en las posibilidades. El sentido va y viene de lo individual a lo grupal, del yo- al no-yo, en la construc-ción del sujeto creador. Encontrarse con las propias limita-ciones y límites externos puede ser la desembocadura de un gran río que se abre a nuevos caminos, que se volverán nuevos apoyos.

Breve conclusión

A partir de las experiencias elaboradas coincidimos en aseverar que el proceso creador se da en un espacio inter-subjetivo, cuyo vínculo actúa como brújula para la trans-ferencia. Como afirma Klein (2006), el terapeuta ofrece propuestas para que el paciente vaya haciendo su proceso de transformación dentro de las creaciones y se constru-ya como “el héroe mítico de su propio destino” (pág. 75). Sostén y límites flexibles, transiciones y modos múltiples de ver, retorno y angustia, convergencias y desencuen-tros son algunas de las temáticas relativas a la subjetivi-dad como experiencia. Por último, consideramos que tales aspectos conforman una dirección rizomática de reminis-cencias, en un proceso de autopercepción que el paciente, gracias a la presencia de los otros como diferencia, toma (o no) para hacer su propio recorrido simbólico. ■

su naturaleza primaria. Los arteterapeutas somos obser-vadores de lo reprimido, alentando la metáfora para con-vertirnos en expertos en ella y para ella. No cabe duda de que en nuestra labor debemos contemplar dónde reposa la mosca y hacia dónde se dirige.

5. Los límites en el proceso creador Por Nayla Addolorato

¿Cómo intervienen los límites en el proceso creador? Pro-pongo mirar dicho proceso desde la analogía de un río. Toda creación, así como todo río, tiene un sentido, es decir, la orientación a lo largo de su trayectoria. El arte resulta te-rapéutico porque su sentido es cíclico: su desembocadura (esto es, la culminación de la obra artística) está ligada con el origen del río (o sea, las imágenes, las representaciones primarias, los afectos y deseos). Lo que había quedado obstruido o reprimido inconscientemente, puede darse a conocer dentro de la creación artística y se expresa me-diante representaciones simbólicas. El río puede encontrar su movimiento a través de la corriente, que es la fuerza expresiva de la creación misma. Encuentra su forma por medio del cauce: el canal que determina el espacio que contiene el río, es decir, sus límites.

Por otra parte, el concepto de “límite” proviene del latín e implica “borde” o “extremo” (RAE, 2019). ¿Qué es la for-ma sino los límites que la contienen? Es condición de un borde establecer dos campos: el de adentro y el de afue-ra. El límite determina la forma de vincularnos con otros y con la obra artística. Se trata de saber en qué lugar nos encontramos, saber qué nos separa, dónde terminamos y dónde empieza el otro. Los límites en el hacer artístico son muy importantes porque se transforman en contención para que la expresión no sea meramente catártica, como un río que se desborda, sino que tenga una dirección, un cauce que transforme los límites en los apoyos para seguir creando.

El participante trae sus propias limitaciones; la obra artís-tica también tiene límites: el lenguaje artístico que se uti-liza, sus técnicas y la propia materialidad de los recursos. El arteterapeuta, siendo otro que interviene en el vínculo entre el paciente y la obra, proporciona un encuadre como límite, también.

Siempre que haya creación, habrá caos porque se produce una fusión entre el objeto y el afecto, es decir, entre la obra artística y el mundo interno de la persona que la realiza. Tanto el arteterapeuta como el grupo son un espejo del paciente, su mirada limita y proyecta, a su vez que permite la separación del artista con su obra. Por eso la otredad se transforma en cauce, permitiendo un entrar y salir del mismo, el boleto de ida y vuelta de adentro hacia afuera. La

BIBLIOGRAFÍA Benito, G. (2006). “Teoría del apego y psicología del self: una integración posible”, Re-vista Internacional de Psicoanálisis, N° 22. Recuperado de http://www.aperturas.org/articulo.php?articulo=0000371. Consultado el 23/6/2019.Buchbinder, M. y Matoso, E. (2013). Mapas del cuerpo. Buenos Aires: Editorial Letra Viva.Casas de Pedera, M. (2001), “Entorno al rol del espejo. Winnicott, Lacan, dos perspecti-vas”, X Jornadas Winnicottinas. Santiago de Chile, 26 al 28 de octubre de 2001. Recupe-rado de https://querencia.psico.edu.uy/revista_nro4/myrta_casas.htm. Consultado el 22/6/2019.Carabelli, E. (2013). Entrenamiento en Gestalt. Buenos Aires: Del nuevo extremo.Cunningham, G. et al. (2002). Williams Obstetricia: Editorial Médica.Fiorini, H. (2006). El psiquismo creador. Buenos Aires: Nueva Visión.Klein, J. P. (2006). Arteterapia: una introducción. Barcelona: Octaedro. Lacan, J. (1956). El Seminario 4, La relación de objeto. Texto establecido por Jacques-Alain Miller. Buenos Aires: Paidós.Pizarnik, A. (2019), “La palabra que sana”, Poesía en Español. Recuperado de https://www.poesi.as/apz71013.htm. Consultado el 30/9/2019.Real Academia Española (RAE) (2019). “Límite”, Diccionario de la lengua española. Recu-perado de https://dle.rae.es/?id=NKZgeLY. Consultado el 30/9/2019.Rud, C. (2007). Entre metáforas y caos. Buenos Aires: Nueva generación.Saussure, F. (1945). Curso de lingüística general. Buenos Aires: Losada.Schlemenson, S. (1998). El aprendizaje: un encuentro de Sentidos. Buenos Aires: Ka-pelusz.Winnicott, D. (2013). Realidad y juego. Barcelona: Gedisa.

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s Arte por fuera y arte por dentro, de congresos y muestras

Luis Formaiano1

1 Licenciado en Psicología (UBA), Arteterapeuta (UNA), Miembro fundador de la Asociación Argentina de Arteterapia.

Resumen

En nuestro quehacer como arteterapeutas es indispensable ver arte, y mucho, ya que nues-tra profesión requiere que además de la teoría propia del campo del arteterapia, manejemos conceptos provenientes de la psicología y ten-gamos un buen conocimiento de la Historia del Arte. El pasado mes de noviembre, en Madrid, tuve la suerte de que se diera una maravillo-sa coincidencia entre el Congreso de Aletheia “Arteterapia, Trauma Psíquico y Memoria Emocional” y un par de muestras de Art Brut que oficiaron como telón de fondo del evento.

Palabras clave: Art Brut, Congreso Aletheia, Arteterapia, Outsider Art.

El Ojo Eléctrico (en La Casa Encendida)

Ni bien puse un pie en Madrid me dirigí a La Casa Encendida, un Centro de Exposiciones ubicado a metros del Museo Reina Sofía y en donde se presentaba “El Ojo Eléctrico”, una pequeña selección de Art Brut proveniente del Centro de Arte Olivia de São João da Madeira, Portugal. La muestra reunía no solo a artis-tas de Europa y Estados Unidos, sino también de Asia, África, América Central y Sudamérica. Se podían ver obras de 41 artistas, desde ini-cios del siglo XX hasta la actualidad y, como en toda muestra de Art Brut, estaban presentes las categorías que encontramos en estas pro-ducciones: cosmogonías, visiones, profecías y mensajes encriptados. Con sumo placer pude ver, por primera vez en vivo, obras de Adolf Wolfli (1864-1930), quien era un esquizo-frénico crónico con síntomas paranoicos. No solo nos legó una prolífica producción plásti-ca, sino también una apabullante producción literaria y musical de más de 25.000 páginas, que ha servido de inspiración a músicos van-guardistas.

Me impactó la obra de Madge Gill (1882-1961), una médium británica que realizaba dibujos de pequeño formato en tinta china, pero también imponentes obras de hasta 30 metros. Toda su vida estuvo marcada por avatares trágicos:

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hija de madre soltera, a los 9 años fue entre-gada a un orfanato y de allí enviada a Canadá como mano de obra infantil. A los 18 años vol-vió a Londres, donde se casó con un primo y dio a luz a varios hijos, hasta que el último nació muerto y con malformaciones, ocasionándole una enfermedad a raíz de la cual perdió un ojo. Hacia 1920 comienza su trabajo creativo. Pin-taba bajo la guía de un espíritu al que denominó Myrinerest y su prolífica obra quedó guardada en su desván, ya que no podía desprenderse de ninguna de sus creaciones, que en la actualidad se encuentran en diversos sitios tanto de Ingla-terra como de Austria y Suiza, formando parte de la famosa colección de Art Brut de Lausanne.

Esta muestra también contaba con produccio-nes de creadores contemporáneos calificadas como Art Brut, cuyas obras se exhiben hoy en día junto a las de reconocidos artistas profesio-nales, es decir, formados en arte. Entre ellas me impactaron las de Albino Braz, un campesino de origen italiano con un diagnóstico de esquizo-frenia que se estableció en Brasil. Allí estuvo in-ternado casi dos décadas hasta su muerte, de-jando una prolífica producción.

También Frédéric Bruly Bouabré, nacido en Cos-ta de Marfil, quien tuvo una visión que lo llevó a producir más de mil tarjetas de tamaño pequeño, además de crear un silabario de 448 letras cuyo propósito era transcribir la tradición oral de la tri-bu de la cual él provenía, los Bétés.

Ceija Stojka: esto ha pasado (en el Museo Reina Sofía)

El Museo Reina Sofía exhibía una retrospectiva de Ceija Stojka, una artista resiliente austríaco-ro-maní. La muestra propone un recorrido por la his-toria de infancia de Ceija, quien, junto a su familia gitana, fue deportada a los diez años y sobrevivió a tres campos de concentración. Le llevó cuarenta años poder dar cuenta de esa traumática y ho-rrorosa experiencia a través de escritos, dibujos y pinturas.

La muestra estaba organizada en cuatro seccio-nes temáticas. Mientras viajábamos nos plantea escenas idílicas anteriores a la guerra; allí reali-za coloridos retratos de la naturaleza. La Caza da cuenta del inicio de la pesadilla, su padre es el pri-mero en ser deportado al campo de concentración de Dachau. La familia se refugió en un bosque y esto nos muestra la poderosa obra “Ohne Title” (Sin Título), donde percibimos las miradas aterro-rizadas de quienes se esconden entre la maraña de ramas y hojas para no ser apresados.

La tercera sección, La experiencia en los campos, es la más dura y, en muchos casos, me fue difícil permanecer indiferente ante la imagen. Si vemos una fotografía de estos crímenes, sabemos que el fotógrafo ha captado un instante de la realidad, pero el ojo de la cámara opera como algo que se-para al sujeto de lo que está retratando. En cam-bio, observando las pinturas de Ceija, “vemos” a través de los ojos de una niña de 10 años una

Con sumo placer pude ver, por primera vez en vivo, obras de Adolf Wolfli, quien era un esquizofrénico crónico con síntomas

paranoicos. No solo nos legó una prolífica producción plástica, sino también una

apabullante producción literaria y musical.

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realidad incomprensible, monstruosa, terrorífica. Es así como con Stojak cuenta que en el campo de Bergen-Belsen sobrevivió entre cadáveres co-miendo la savia de ramas y plantas que encontra-ba. Ciertas imágenes cobran relevancia simbólica y aparecen en muchas obras, principalmente el cuervo y el perro. El primero, asociado al mal au-gurio, pero también a la posibilidad de volar más allá del horror. El segundo, representante de la brutalidad de los torturadores.

La última sección, Regreso a la vida, versa sobre la liberación de Ceija y su madre, quienes regre-san a Viena, donde se reencuentran con el resto de los hermanos. Su obra de este período recu-pera algo de lo idílico de la primera sección, y en-tonces aparecen naturalezas muertas, girasoles (conocidos como “la flor del gitano”) y, especial-mente, la apelación a la iconografía cristiana, con una multiplicidad de representaciones de la Virgen María.

Congreso Internacional Aletheia: Arte, Arteterapia, Trauma y Memoria Emocional (Universidad Com-plutense de Madrid)

Las muestras que vi crearon la sintonía perfec-ta para el Congreso Aletheia, donde la variedad y riqueza de las presentaciones estuvo en línea con una excelente organización, de la mano de Marián López Fernández Cao. El Congreso fue intenso, con dos participantes extranjeros que nos invitaron a reflexionar sobre temas comu-nes a todos los arteterapeutas. En primer lugar, Cathy Malchiodi, de Estados Unidos, disertó so-bre “Terapia de Artes Expresivas, Salud y Bien-estar: un modelo de Cuatro Partes para el Com-promiso Centrado en la Curación”. Luego, siguió

Esta muestra también contaba con producciones de creadores

contemporáneos calificadas como Art Brut, cuyas obras se exhiben hoy en día junto a las de reconocidos artistas profesionales,

es decir, formados en arte.

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una videoconferencia a cargo de Bessel van der Kolk, de origen holandés pero radicado en Bos-ton, cuyo tema fue: “El cuerpo lleva la cuenta: Cerebro, Mente y Cuerpo. Una perspectiva del desarrollo”.

Todas las ponencias fueron brillantes, motiva-doras, convocantes, pero me voy a detener un momento en la clase magistral de Nadia Cole-tte: “Componentes traumáticos del sufrimiento en el final de la vida. Una aproximación desde el arteterapia en cuidados paliativos”. Asistimos a una lección de humanidad a través de la exposi-ción de casos clínicos concretos y la delicada in-tervención que, desde el arte, posibilita conectar con vivencias que preludian el fin de la vida y lo que se encuentra más allá de esta: lo transper-sonal, que lleva a lo más profundo y lo que mu-chas veces es tan difícil de aprehender: la propia espiritualidad. Al abordar temas tan sensibles como la enfermedad y la muerte, la presenta-ción de Nadia fue altamente movilizante y enri-quecedora.

El cierre del Congreso nos permitió disfrutar de una creación colectiva de la mano de Vertebra-das Artes Escénicas, con dramaturgia y direc-ción de Laura Suárez. Una performance teatral inclusiva titulada “Diversas Mujeres”.

Se trató de un espectáculo rebosante de arte y emoción, cuyo propósito último es el de “visibi-lizar a la mujer por el simple hecho de serlo”. Con textos de Federico García Lorca y Heiner Müller, un grupo de 13 performers nos sumergió en un mundo de sonidos, movimiento, palabras y sen-saciones que perduraron mucho más allá de la experiencia en sí. Digno final a tres intensas jor-nadas que nos dejó con ganas de más, porque el arte, dentro y fuera del museo, hace que la vida valga la pena ser vivida.■

El Museo Reina Sofía exhibía una retrospectiva de Ceija Stojka, una artista resiliente austríaco-romaní, quien, junto a su familia gitana, fue deportada a los 10 años y sobrevivió a tres campos de

concentración.

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El objeto perdido

Palabras clave: títeres, poética, lenguaje, representa-ción, objeto.

¿Quién soy?

Sucede que cuando me preguntan quién soy, surge des-de el fondo de mi historia, más allá de la conciencia, que soy titiritera. Entonces ocurre que, durante largo rato, me apasiono hablando del lenguaje y la poética de los títeres, cuyo arte profeso desde hace treinta y pico de años, y olvido, casi al borde de la ingenuidad, por qué soy titiritera. Como si el lenguaje del títere y su técnica sir-vieran de cobijo, de escudo. Un refugio donde esconder-se a la hora de desnudar el objeto perdido que todo titi-ritero busca en cada títere que transforma en metáfora.

¿Títere es todo objeto manipulado por el ser humano que participa de una acción dramática?

Si solo basara esta pregunta en la práctica de este len-guaje y en mi formación, si solo tomara al pie de la letra cada acción enunciada en esta pregunta, podría pensar que sí, que uno toma un títere, se sube a un escenario frente a un público y genera, en el mejor de los casos, una acción dramática que concluye con un aplauso o, en el peor de los casos, con un tomatazo. Pero algo más sucede al realizar esa secuencia de acciones. Algo personal, único, profundo y descabellado surge en uno a la hora de disponer las manos, la mente, el cuerpo todo con ese objeto que nos representa por un rato. El objeto perdido es hallado.

El objeto hallado es uno y no es uno. Lo manipulamos y nos expresamos a la vez que lo miramos, lo corregi-mos, lo admiramos o simplemente lo criticamos.

Ese momento mágico, pleno, vuelve a desvanecerse cuando esa acción dramática llega a su fin y abandona-mos el títere para que vuelva a ser un objeto. Y, como un niño que pide que le cuenten de nuevo el mismo cuento, nos reencontramos con ese objeto perdido en la próxima función.

Sucede algo similar a la hora de construir los títeres con la idea previa, con la búsqueda de los materiales adecuados, con los bocetos que intentan develar por dónde comenzar y con las largas horas camino al en-cuentro con el personaje.

Algunos titiriteros construyen sus títeres. Otros con-fían esta tarea a realizadores, en general titiriteros, que tienen el desafío de captar y plasmar la idea de quien dirige el proyecto. Pero tanto unos como otros ven cre-cer y emerger el objeto construido y cómo, entre sus manos, se transforma en títere, vivenciando infinidad de etapas con interrogantes y certezas.

1 Docente, autora, directora y actriz titiritera. Egresada de la Escuela Taller de Titiriteros del Teatro San Martín (Buenos Aires, Argentina) y de la Escuela de Bellas Artes “Manuel Belgrano”. Integra El Nudo Compañía Teatral desde 1997. Es docente en el área de Títeres en la Primera Escuela de Arteterapia de Buenos Aires y coordina el área de talleres artísticos de la Escuela de la Nueva Expresión en la misma ciudad.

Nelly Scarpitto 1

Los títeres son objetos cuyo lenguaje y téc-nica ayudan a constituir un escudo, un refu-gio donde esconderse a la hora de desnudar el objeto perdido que todo titiritero busca en cada títere que transforma en metáfora.

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Caleidoscopio de lenguajes

¿El objeto resignificado se transforma en títere?

Decimos que una escoba se transforma en caballo, una olla puede ser una pileta donde se arrojan dos señoras cucharas al agua, una cartuchera viaja por el espacio conteniendo a sus tripulantes, un grupo de lápices. Y es así como en esa primera infancia, donde lo lógico y co-mún es transformar los objetos cotidianos en títeres, haciéndolos participar de una acción dramática impro-visada, es que volvemos a resignificar los objetos. Pero ahora, cargándolos de un sentido predeterminado, ya con la intención de que participen de esa acción dramá-tica establecida con anterioridad, desde la dramaturgia escrita o desde la historia que intentamos contar en forma improvisada.

Siguiendo con la observación del niño en ese juego so-litario, veremos de modo inevitable cómo frente a sus ojos nace y crece un propio universo, con sus caracte-rísticas, sus reglas, su principio y su final.

Veremos que esos objetos cobran vida, hablan, se mueven, cuentan una historia. Se comunican entre sí o miran y conectan con quien los esté mirando. Y es ahí, como titiritera, a la hora de actuar, cuando descu-bro que con solo dejar que suceda esa conexión con esa sensación primera, un universo surge frente a mis ojos y me invita a desplegar mi propio mundo, como un dios o un demonio mirando su creación.

A medida que transcurre este proceso de transfor-mación de esos objetos en títeres, simplemente trabajando con tres preguntas básicas (quién es, de dónde viene y a dónde va) esos rostros comien-zan a transformarse, a dejar ver una pequeña luz, donde, fuera de lo consciente, aparece el juego, y jugando se muestran y comparten parte de sus propias historias de vida.

Con el ojo entrenado, descubro que logro conocer y entender a estas personas más por lo que expre-san con sus objetos que cuando charlamos mirán-donos a los ojos.

Volviendo a la idea de que títere es uno y no es uno, de manera inevitable, en esas pequeñas historias contadas con esos objetos emergidos de sus carte-ras o mochilas se devela el propio discurso, cuenta su propia historia, explica su dolor más primario.

Si este ejercicio fuera simplemente una represen-tación en un contexto teatral, quizás no sería ne-cesario ahondar más. Pero, dentro de un encuadre de formación en Arteterapia, cobra relevancia y se hace necesario el posterior análisis de lo sucedido, para que lo ocurrido se transforme en conciencia y podamos realizar una posterior lectura de lo viven-ciado.

A la hora de trabajar como arteterapeuta, ¿cómo ele-gir un títere, un objeto? ¿O simplemente se puede comprarlo?

Cuando la herramienta títere es utilizada en artete-rapia y se ha comprendido la base esencial de qué es títere, el profesional debe decidir si construir, reutilizar, comprar o simplemente trabajar con ob-jetos cotidianos.

Frente a esta disyuntiva, y teniendo en cuenta que la herramienta será eficaz si logramos transfor-mar los objetos en títeres, el camino más saludable tanto para el arteterapeuta como para aquellos que son coordinados, es siempre apelar al deseo. Bus-

El objeto hallado es uno y no es uno. Lo manipulamos y nos expresamos a la vez que lo miramos, lo corregimos, lo

admiramos o simplemente lo criticamos.

¿El títere como herramienta de Arteterapia?

Como experiencia en mi tarea docente dentro de la ca-rrera de Arteterapia, en la asignatura Títeres, a la hora de compartir mi conocimiento con los alumnos adul-tos percibo un primer momento de desconcierto fren-te a mi propuesta inicial. Veo en sus rostros descon-fianza y dudas frente a la idea de generar, con objetos que pueden encontrar en sus carteras o mochilas, un propio universo para representar una historia.

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car ese camino de construcción de la herramienta a partir de aquello que nos fluye más.

De nada servirá forzar una construcción de un tí-tere si me siento más cómoda con objetos cotidia-nos. Tampoco servirá comprarlo si lo que más me fluye es construirlo. A mi modo de ver, y a partir de mi experiencia, lo que no nos fluye, lo que no nos da placer, fracasa. Claro que en ese camino uno se encuentra con sorpresas. De pronto descubre que aquello que había descartado se transforma en un deseo. Y bien, sin dudarlo, cambiar de camino se-guramente será lo más saludable.

La herramienta títere no será más eficaz si es más bella, o más grande, o más costosa. La herramien-ta títere será eficaz siempre y cuando sea honesta, propia, única.

Pero claro, no hay que olvidar al otro. Y ahí es donde se pone en juego la habilidad del arteterapeuta de poder empezar la tarea con su propia herramienta, y en el camino, permitir que el otro la transforme en la propia.

¿El arte sana?

El diccionario de la Real Academia Española define al arte (del latín ars) como la “manifestación de la actividad humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásti-cos, lingüísticos o sonoros”.

Y sí, sin necesidad de hacer conciencia, todo artista transforma su dolor a través del hecho artístico, ya sea teatral, plástico, literario o musical. Toda acti-vidad artística nos permite conectar con el propio universo y transformarlo.

El arte nos conmueve, nos impulsa. Algo se trans-forma en nuestro pensar, en la forma de sentir, ge-nera una reflexión que puede cambiarnos.

Ya sea como artistas o como espectadores, el arte nos atraviesa, permitiéndonos colocarnos en otro ángulo desde donde ver la realidad. Nos quita pre-juicios, nos da la posibilidad tanto de comunicar como de entender al otro. O sea, nos relaciona con el mundo.

El arte de los títeres no se queda fuera de esta si-tuación. Es más, creo y compruebo que la práctica teatral, al crear acciones dramáticas a través de los

títeres, nos conecta en forma natural con el propio universo y nos permite hacer una lectura profunda de aquello que deseamos, sentimos y vivenciamos, dándonos la posibilidad de mantenerlo o modifi-carlo.

Detrás del retablo

Alejándonos un momento de la metáfora dramáti-ca y la herramienta sanadora, me gustaría compar-tir otra manera de ver al títere.

El títere muchas veces aparece atrás de una tela. En este caso, entramos atrás de esa tela que lla-mamos “retablo”. Vemos personas, por lo general vestidas de negro, objetos cuidadosamente ubica-dos, pequeñas luces que iluminan el camino, pape-les pegados con anotaciones de puesta.

El sonido se siente apagado por la acción de las te-las, la luz es muy tenue, estas personas revisan los objetos reubicándolos en forma minuciosa. Algu-nos repiten textos, otros realizan ejercicios de rela-

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jación o concentración. Todo está listo. Se escucha el murmullo del público. Comienza la función. Y es ahí, ni antes ni después, en ese instante, cuando colectivamente se genera un universo con sus pro-pias reglas, acciones y lenguajes.

Es ahí cuando un títere se encuentra con otro, y acontece una doble comunicación. Por encima del retablo, dos títeres interaccionan. Por debajo, dos titiriteros se relacionan corporal y mentalmente en el reducido espacio, a la vez que se comunican en-tre sí por medio de sus títeres. La doble comunica-ción se multiplica a la hora de sumar en la escena otros títeres con sus titiriteros.

Este engranaje poético, expresivo y de comunica-ción pone en juego, desde la acción dramática, dis-tintos hilos de conexión. Entre los titiriteros, entre los títeres y, sobre todo, entre todos ellos y el pú-blico.

Sin necesidad de hacer conciencia, todo artista transforma su dolor a través del hecho artístico, ya sea teatral, plástico,

literario o musical.

La muerte del títere o ¿el arte de nacer al amanecer?

Podríamos decir que todo títere muere cuando su manipulador termina su acción dramática, volvién-dolo un objeto, pero prefiero citar al maestro, poeta y titiritero Javier Villafañe, que dijo alguna vez:

El títere nació el primer amanecer, cuando el pri-mer hombre vio por primera vez su propia sombra y descubrió que era él y al mismo tiempo no era él. Por eso el títere, al igual que su sombra, vivirá con él y morirá con él. ■

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s La Escritura como herramienta de intervención en el campo de la Arteterapia

Mónica Bruder 1

1 Doctora (PhD) en Psicología (Universidad de Palermo) Especialista en Cuento Terapéutico y Escritura Terapéutica. Licenciada en Psicopedagogía en Reedu-cación (CAECE). Autora de los libros: El cuento y los afectos: los afectos no son cuento (Galerna, 2000) y Escritura y Cuento terapéutico: enfoque teórico-clínico (Editorial Hormé, 2011). 2 Licenciada en Psicología (UMSA). Diplomada en Terapia Narrativa (PraNas Chile). Formada en Escritura Terapéutica con posgrado en Escritura: creatividad y comu-nicación humanas (FLACSO).

Resumen

Este artículo presenta lineamientos teóricos y prácti-cos acerca de la escritura como una herramienta te-rapéutica y su valor para el trabajo de profesionales vinculados al área de salud mental y, específicamente, de la Arteterapia.

Palabras clave: escritura terapéutica, cuento terapéu-tico, recursos.

“Escribir es intentar comprender, es intentar reproducir lo irreproducible, es sentir hasta el final el sentimiento que de otro modo permanecería apenas vago y sofo-

cante. Escribir es también bendecir una vida que no fue bendecida”.

Clarice Lispector

A diferencia de los animales, que simplemente dejan marcas de sus pasos, el ser humano puede volver so-bre ellas, borrarlas y reescribirlas.

Desde sus primeros tiempos en el planeta, se ha nota-do esa necesidad del ser humano de dejar huellas en los lugares donde habitaba, en cada objeto que creaba. Esas huellas se convierten en escritura en tanto llegan a ser leídas por medio del lenguaje articulado.

El lenguaje distingue a los seres humanos de los ani-males, dándoles una herramienta de transmisión de sus procesos tanto afectivos como cognitivos.

Las personas somos seres de lenguaje: esta posi-bilidad nos otorga el poder de desplegar, entre otras cuestiones, sentimientos y pensamientos, tanto en forma verbal como escrita.

¿Qué es la Escritura Terapéutica?

Según los estudios de James Pennebaker (1997), se

define como escritura terapéutica a aquella en la que se plasman los sentimientos y pensamientos más do-lorosos, más traumáticos, produciéndose una catarsis que beneficia al autor de dicha escritura, no solo a nivel físico sino también emocional.

Cabe destacar que para que esta situación tenga rele-vancia es necesario que se realice desde el anonimato.La escritura terapéutica mejora la calidad de vida, es una herramienta óptima en el aprendizaje del mundo y su afrontamiento, es un disparador para el desarrollo de la creatividad, ayuda a recordar información y cons-tituye una alternativa para sobrellevar un problema, entre otras tantas posibilidades.

A propósito de todo esto, dice Pennebaker (1997): “Una razón por la cual escribir sobre los traumas puede resultar físicamente saludable, es que la propia escri-tura constituye una forma fundamental de expresión de uno mismo” (p. 156).

Desde hace más de tres décadas se llevan a cabo es-tudios acerca de la escritura. Dichas investigaciones científicas avalan el valor de escribir acerca de situa-ciones traumáticas.

Un estudio, entre los tantos, es el que se realizó con pacientes con asma y artritis reumatoide. En este es-

Patricia Fagundez 2

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tudio, se comprobó que el 47% de los pacientes que escribe sobre hechos estresantes obtiene resultados significativamente mejores en los test cuatro meses después comparado al 24% de aquellos que escri-ben sobre temas emocionales neutros. Además, se agrega que los pacientes con asma, a partir de esta propuesta de escritura “anónima”, presentan una mejora más rápida que los pacientes con artritis reu-matoide (Bruder, 2011). El paradigma de la escritura es excepcionalmente poderoso: las pérdidas amoro-sas, las muertes, los abusos sexuales, los accidentes trágicos son temas recurrentes a partir de él. Incluso los artistas descubren su valor casi como un hallaz-go científico. Podemos encontrar innumerables his-torias de vida en la literatura y el arte en general. A continuación, presentamos dos ejemplos en los que la escritura se convirtió en escritura terapéutica: As-tor Piazzola y Jorge Luis Borges.

El músico y compositor argentino Astor Piazzola vi-vía en Nueva York (Estados Unidos), mientras que su padre residía en Mar del Plata (Argentina). Un día recibe una llamada desde Mar del Plata que anuncia la muerte de su padre. Una hora después, encerrado en su lugar de trabajo, compone “Adiós Nonino”, 3 su obra emblemática, como despedida a su padre. En los versos de esta pieza de tango se pueden leer frases contundentes, tales como:

“Cuando me llame, voy a ir a preguntarle, por ese niño que con su muerte lo perdí”.

Y hacia el final:

“Y hoy mi viejo ‘Nonino’ es una planta. Es la luz, es el viento y es el río...Este torrente mío lo suplanta,prolongando en mi ser, su desafío”.

Otro –y tan valioso– es el caso del escritor argenti-no Jorge Luis Borges,4 quien en una entrevista cuen-ta que sufre de insomnio. Una noche, ante el mismo síntoma, se sienta y escribe uno de sus cuentos más destacados: “Funes el memorioso”, cuyo personaje principal representa su padecimiento frente a la me-moria infinita que le impide descansar. Luego de dicha

creación, declara Borges, el insomnio desaparece de su vida.

De la Escritura al Cuento Terapéutico

Se entiende por Cuento Terapéutico (CT) a todo cuento escrito por un sujeto a partir de la situación traumática más dolorosa vivida y cuyo conflicto concluye con final positivo. Es decir que la situación vivida en el pasado se resuelve positivamente en el cuento.

La Escritura Terapéutica5 se realiza desde las situa-ciones más dolorosas vividas y en primera persona. En cambio, Cuento Terapéutico es aquel que se escri-be también desde la situación más dolorosa, pero la propuesta es en tercera persona. Esto permite al autor tomar una distancia óptima ante un hecho doloroso o un conflicto, que se manifiesta por medio del perso-naje que él mismo crea y que lo representa (Bruder, 2011).

Cuento Terapéutico es una intervención científica ba-sada en un experimento cuanti-cualitativo (Bruder, 2004). En dicha investigación se destaca un caso pa-radigmático: María Elena, participante a quien el azar incluye en el grupo experimental que escribe cuentos terapéuticos.

María Elena había perdido a su hermano en forma abrupta, diez años antes de esta propuesta y, si bien realizó en el pasado un abordaje terapéutico tradicio-nal, recién con la escritura de su cuento terapéutico pudo elaborar la muerte de su ser querido.

En su escritura describe en formato de cuento el es-cenario de la situación dolorosa vivida (Bruder, 2011). Su historia sale a la luz cuando, al finalizar la escritura de su cuento, se acerca a quien dirigió el estudio so-licitando una copia: “Necesito reescribirlo, me hizo tan bien…”.

De los resultados del estudio se observa que María Elena mejora de manera notable su bienestar psico-lógico a partir de la escritura de su cuento terapéutico (esta mejora se puede ver a partir de los resultados que se midieron con el BIEPS).6 Mejora su bienestar físico, así como también hay mejoría en sus dolencias (tos, insomnio, dolores de cabeza y estomacales). A

3 “Adiós Nonino” de Astor Piazzolla, del álbum Adiós Nonino, grabado en Buenos Aires en 1960. 4 Entrevistado por María Esther Gilio. Conversaciones, Ediciones Instituto movilizador de fondos cooperativos (1993).5 Según el concepto de James Pennebaker (escritura expresiva emocional).6 Escala para evaluar el bienestar psicológico.

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partir de esta experiencia ella demostró ser una per-sona más saludable, no solo en los datos recogidos en las aplicaciones de los test psicométricos, sino porque decidió hacer pública su historia.

Otros géneros y recursos de Escritura Terapéutica

Dentro de la práctica de Escritura Terapéutica se pue-de apelar a diferentes géneros y recursos que pueden ayudar a las personas a poner su vida por escrito.

Como se mencionó en párrafos anteriores, la escritura puede ser una vía útil para que las personas expresen vivencias dolorosas, como un duelo o una situación traumática, o bien, emociones intensas, como un mie-do profundo.

Este último es el caso de una consultante, Ana, quien llega al espacio de consulta con una verdad indiscuti-ble: “Tengo miedo a volar y en tres meses tengo que subir-me a un avión”.

Con ella se trabajó el sentido del viaje y el sentido de vida. De hecho, el viaje se convirtió en una metáfora y el puntapié para trabajar los diferentes “vuelos que de-bía emprender en la vida”. Se trabajó externalizando7 el miedo y armando una narrativa de este: los efectos en la vida de Ana y con qué otros eventos se relacionaba.

Algunos de los recursos de escritura que acompañaron el proceso fueron:-Invitación a llevar un diario terapéutico.-Escritura de cartas.-Dibujos libres y bajo consigna.-Confección de tarjetas con consignas lúdicas para im-plementar durante el vuelo.

Al finalizar esta etapa de acompañamiento, Ana pudo subirse al avión y realizar su viaje. Superar ese evento la fortaleció en situaciones que aparecieron en el futuro.

Hasta el día de hoy, Ana continúa escribiendo y recuer-da ese miedo a volar como un espaldarazo inicial para emprender otros “vuelos” en su vida.

Otros recursos valiosos de escritura terapéutica son la creación de canciones, poesías, diarios, listas, frases a completar, etc.

Como profesionales de la salud y la ayuda, destacamos la importancia de tener una escucha activa de la histo-ria de la persona antes de invitar a escribir, consideran-do siempre el “para qué”, es decir, teniendo un objetivo claro. Esto ayudará a poder elegir entre la propuesta de un cuento o una poesía, por ejemplo. En los espa-cios terapéuticos, a diferencia de talleres y propuestas literarias, escribir no es el fin, sino un puente para que las personas encuentren alivio y bienestar en sus vidas.

Conclusión

Desde la Arteterapia, la escritura terapéutica y sus di-ferentes manifestaciones (cuentos terapéuticos, cartas o diarios íntimos, entre otras) son un soporte eficaz a la hora de colaborar en el aumento del bienestar físico y emocional de los sujetos.

La Escritura Terapéutica es una herramienta valiosa tan-to para el área de la prevención como para el de la clí-nica, y se puede implementar en modalidad individual y grupal.

Se destaca la importancia y la responsabilidad en los/las profesionales, al incorporar dicha herramienta. La importancia de tener la experiencia personal de escri-tura, así como también la formación adecuada en su uso, y la responsabilidad de saber que la escritura, en este caso, no es el fin, sino un medio para acompañar a las personas en su búsqueda de alivio y bienestar. ■

7 La externalización del problema es un abordaje terapéutico dentro de la Terapia Narrativa que insta a las personas a volver material el problema. Este se convierte en una entidad separada, externa a la persona o a la relación a la que se le atribuía.

BIBLIOGRAFÍA

Bruder, M. (2004). Implicancias del bienestar psicológico y sus correlatos. Tesis docto-ral. Universidad de Palermo, Buenos Aires.— (2011). Escritura y cuento terapéutico: enfoque teórico-clínico. Buenos Aires: Edi-torial Horme.Fagundez, P. (2015). La función de la escritura. Tesis de grado. Universidad del Mu-seo Social Argentino, Buenos Aires.Pennebaker, J. (1997). El arte de confiar en los demás. Buenos Aires: Alianza.

La escritura puede ser una vía útil para que las personas expresen vivencias

dolorosas, como un duelo o una situación traumática, o bien, emociones intensas,

como un miedo profundo.

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Caleidoscopio de lenguajes

Arteterapia Digital y aplicaciones del Arte Expresiva para el desarrollo cognitivo de

los adultos y mayores diagnosticados con demencia y otros trastornos mentales

Daniela Bernardes Loyola 1

1 Arteterapeuta Digital y Facilitadora de Arte Expresiva. Experta en Demencia y Arte por el UCL - London Global University, graduada en Arteterapia e Integración Social en Sevilla (España) y Socionanitarias en Brasil por el Instituto Israelita Albert Einstein. Diez años de experiencia en el área de humanización hospitalaria. Entre las últi-mas actividades que ha llevado a cabo se encuentra Arteterapia Digital y Sala Multisensorial con habilidades terapéuticas en arteterapia para personas diagnosticadas con problemas cognitivos y otros trastornos mentales.

Resumen

El Arte Expresiva se puede definir como una expre-sión natural y espontánea, que ayuda a desarrollar la comunicación personal e interpersonal del individuo. La Arteterapia Digital es una nueva herramienta de intervención creativa para evaluar los sentimientos y las percepciones del mundo interno de la persona, fa-cilitando la comunicación entre ese mundo interno y el externo.

Palabras clave: Arteterapia Digital, Arteterapia, adul-tos mayores, integración social, tecnologías de la in-formación y la comunicación (TIC).

Los inicios

La Arteterapia Digital es un método relativamen-te nuevo y sus materiales son asociados a todas las formas de aparatos basados en tecnología, lo que incluye collage digital, ilustraciones, películas, foto-grafía, música, danza, teatro, realidad virtual, juegos electrónicos y arteterapia online. La finalidad de todos ellos es ser utilizados para ayudar a los participantes a crear arte y a que se expresen a través de activida-des interactivas.

Según estudios recientes, y concretamente en un ar-tículo publicado en el periódico El País, la tecnología puede llegar a ser fundamental para la salud de las personas. Por medio de aparatos tecnológicos hace posible la creación de sesiones de terapia individua-lizadas, fáciles y activas, permitiendo estar conecta-dos de manera global y haciendo que los participantes tengan más oportunidades de socializar.

Por otro lado, podemos afirmar que los talleres de Ar-teterapia Digital son “amigos” del medio ambiente, ya que en sus actividades no hay gastos de materiales ni materias primas, como ocurre en las terapias conven-cionales, ayudando así al planeta de una forma cons-ciente.

Participante en una sesión de Realidad Virtual.

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s Al respecto, en California (Estados Unidos) fue pu-blicado en el periódico The Sun Gazette que la ciudad de Sacramento ha adoptado nuevos estándares de arte para la “economía creativa”, una vez considera-da una idea de último momento en la educación y otras áreas profesionales.

De acuerdo con Malchiodi (2018, p. 23), la Artetera-pia Digital consiste en intervenciones creativas que utilizan teclados, pantallas de ordenadores, tabletas u otros dispositivos tecnológicos para la toma de imágenes en el contexto del tratamiento o edición de algo que puede de alguna forma representar mu-cho para el participante en la terapia.

Tanto aquellos dispositivos que sirven para gene-rar, modificar y/o manipular imágenes y métodos electrónicos, como aquellos de procesamiento elec-trónico (ordenadores, tablets, móviles) destinados a fotocopiar, filmar, fotografiar, hacer grabaciones de sonido y/o video, tienen su utilidad y sentido en el contexto de la terapia digital.

¿En qué consiste la Arteterapia Digital?

La Arteterapia Digital consiste en la utilización de aplicaciones (apps) y softwares de edición de pelícu-las, videos, animación (Stop Motion), realidad virtual aumentada, juegos en las tabletas (touch screen), juegos en PlayStation, pintura y dibujo digital, na-rración de historias y cuentos (Narrative Therapy y Storytelling), light painting, museos virtuales en 3D, terapias online (Live Chat) entre otros, que ayudan a los participantes a comunicar y expresar sus emo-ciones y sentimientos.

La Arteterapia Digital también incluye la interacción con las redes sociales (tele-health), que es en la ac-tualidad una área de cierta importancia para algunas personas, y a menudo es una forma de entenderlas, es decir, a través de técnicas digitales expresivas se desarrolla un diálogo con el/la arteterapeuta y esta comunicación digital se inclina para identificar pro-blemas emocionales y facilita el conocimiento de una práctica artística adecuada por medio de inter-faces interactivas que pueden ayudar a superar los desequilibrios o inquietudes de los participantes.

La disponibilidad de la tecnología digital y los medios de comunicación han ampliado de modo exponen-cial las capacidades de las personas para la expre-sión creativa, la comunicación y la socialización.

Sala Multisensorial con Arteterapia Digital.

El mundo del arte también se ha sumado a esta ten-dencia y está incorporando la tecnología digital como una parte importante de la creación de imágenes y exposiciones virtuales.

Actualmente, los artistas contemporáneos están in-troduciendo la realidad virtual (VR), la robótica, la inte-ligencia artificial y otros métodos de manipulación de imágenes digitales en sus trabajos, integrando tecno-logías que tienen una gran influencia en la sociedad y la cultura.

De esta forma, los terapeutas de varias partes del mundo aplican la Arteterapia Digital para cumplir ob-jetivos terapéuticos, mejorar la autoexpresión y co-municación de los participantes.

¿Qué medios artísticos utilizamos en los tallares de Arteterapia Digital?

Las terapias de Arteterapia Digital tienen enfoque desde el arte digitalizada (Visual Art), musicoterapia virtual, danzaterapia (videodanza), realidad virtual au-mentada, juegos interactivos (Play Therapy), juegos de luces/sombras (Light Painting), fototerapia, narrativa terapéutica (Storytelling), teleterapias vía plataformas virtuales con end-to-end encryption, actividades mul-tisensoriales con fibras ópticas, juguetes en neón y otros dispositivos electrónicos.

A través de los talleres de arte expresiva, con la Ar-teterapia Digital es posible evidenciar que la utiliza-ción de los diferentes campos artísticos por medio de los aparatos digitales que son aplicados en sitios/encuentros terapéuticos, bien sea desarrollando las funciones cognitivas, físicas y/o psiquiátricas y evi-denciando una alternativa positiva en el tratamiento del individuo, potencializando las cualidades indivi-

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Caleidoscopio de lenguajes

duales y beneficiando no solo a quien está participan-do de la terapia, sino también a su entorno en general, creando un diálogo alterno y entramado, con lo que creemos que son espacios solamente científicos.

Taller grupal en una sesión de Light Painting.

Los aparatos electrónicos utilizados son los siguien-tes: juegos electrónicos de danzaterapia y musico-terapia (Wii), dibujo y arte digital (PlayStation), aplica-ciones de collage digital en softwares, apps de efectos en fotos para móvil (Smartphones), gafas de realidad virtual (VR), plataformas de LiveChat, paredes, pisos y mesas interactivos, caja de luz negra para actividades cognitivas y espacios Snoezelen para la estimulación multisensorial con luces tipo led y fibras ópticas, cá-mara digital profesional para las sesiones de creación de narrativas (Storytelling/Stop Motion) y fototerapia, kit de Light Painting (bolígrafos láser) para los partici-pantes que tienen habilidades limitadas y/o diversi-dad funcional.

¿Cómo transitamos las intervenciones terapéuti-cas en Arteterapia Digital?

Mediante las sesiones de Arte Expresiva es posible explorar los usos terapéuticos innovadores de las tec-nologías digitales, utilizando juegos lúdicos interacti-vos online (juegoterapia), mundos virtuales (gafas de realidad virtual), museo virtual en 3D, paredes, pisos y mesas interactivos, arte visual con luces neón y fibras ópticas, dibujos y pinturas digitales, musicoterapia y danzaterapia con sonidos acústicos por videos virtua-les, uso de internet (redes sociales) por tablets u orde-nadores (teleterapias) para la inclusión social de los participantes en la Era Digital.

En los talleres de Arteterapia Digital es posible fo-mentar la estimulación de áreas cognitivas, como la memoria, la imaginación y la creatividad, favorecer la concentración, la autoestima y la autonomía de los individuos. Sin embargo, se ofrece a los participantes una herramienta para facilitar su comunicación y sus habilidades de lenguaje a través del arte digital.

Las intervenciones terapéuticas son de total ayuda para aumentar la autoestima de los participantes por medio de la creatividad, motivándolos y adquiriendo un compromiso en la participación, expresando sus emociones y sentimientos. Además, el Arte Expresi-va facilita la interacción social entre los participantes y ofrece un espacio lleno de posibilidades para hacer amigos y conocer mejor a otros compañeros en la misma situación (enfermedad).

El arte expresiva a través de la Mesa de Luz.

Las aplicaciones del Arte Expresiva por medio de la Arteterapia Digital fomentan el desarrollo cog-nitivo de los adultos y mayores diagnosticados con demencia y otros trastornos mentales, mejorando enormemente su calidad de vida. Cuando reciben un correcto tratamiento para su patología en cada

La disponibilidad de la tecnología digital y los medios de comunicación han ampliado de manera exponencial las capacidades de las personas para la expresión creativa, la

comunicación y la socialización.

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s una de las diferentes áreas multifuncionales, se alcanzan diversos logros: el retraso o ralentización del deterioro de su enfermedad, una disminución de los problemas físicos y un mayor desarrollo de las capacidades intelectuales, así como una mejo-ra en las relaciones con personas de problemática similar, una vez también que las intervenciones creativas han supuesto un importante refuerzo a nivel sociofamiliar, ya que ha incrementado su sa-tisfacción al poder compartir sus experiencias con otras personas de su entorno (familiares, cuidado-res, amigos y vecinos, entre otros).

Del mismo modo, las intervenciones han ofrecido nuevas formas de intercambio comunicativo entre ellos, permitiendo un mayor conocimiento de los compañeros mediante la expresión de sentimien-tos, emociones y vivencias compartidas.

En los talleres de Arteterapia Digital es posible fomentar la estimulación de áreas cognitivas, como la memoria, la imaginación y la creatividad, favorecer

la concentración, la autoestima y la autonomía de los individuos.

BIBLIOGRAFÍA

California adopts new art standards for ‘creative economy’ (2019). The Sun Ga-zette. Recuperado de: https://thesungazette.com/article/news/2019/02/13/california-adopts-new-art-standards-for-creative-economy/Malchiodi, C. (2018). The handbook of Art Therapy and Digital Technology. London, UK/Philadelphia, USA: Jessica Kingsley Publishers. Rueda, I. (17 de abril de 2019). La tecnología es clave para la salud de personas mayores. El País. Recuperado de: https://retina.elpais.com/retina/2019/04/15/tendencias/1555322014_010837.html

Campos y ámbitos de acción

La Arteterapia Digital es aplicada en el tratamiento y prevención de enfermedades corporales, psico-somáticas y psíquicas. Puede ser ofrecida a perso-nas de todas las edades con problemas cognitivos y otros trastornos mentales tanto crónicos como agudos.

El Arte Expresiva a través de la Arteterapia Digital se trabaja, por lo general, en instituciones como hospitales, clínicas geriátricas, asociaciones de in-tegración social y por teleterapia (Arteterapia onli-ne), en forma individual o grupal, siempre como un seguimiento personal. ■

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Encuentros conversados

Te agradecemos este tiempo que queremos iniciar reflexionando sobre tu formación. ¿Cuáles fueron las motivaciones que influyeron en tu decisión de estudiar la carrera de psicología?

Gracias a ustedes por esta hermosa invitación a participar en esta prestigiosa revista. Cuando ter-miné la secundaria (soy maestro mayor de obras, técnico industrial con orientación en construc-ciones), en teoría no tenía muchas opciones. Mis compañeros, si proseguían sus estudios en la uni-versidad, optaban por arquitectura o ingeniería civil, así que, cual oveja de un rebaño, sin pregun-tarme mucho a fondo nada, comencé a estudiar arquitectura con seis compañeros y amigos de la secundaria. A la mitad de cuarto año, en una fuer-te crisis vocacional, me di cuenta claramente que esa carrera y profesión no eran para mí. Literal-mente, “pateé el tablero”. Estaba seguro de que nunca más estudiaría algo que no me invocara pa-sión. Pero quería estudiar, obtener conocimientos que me permitieran formarme en un oficio.

Fue barajar y dar de nuevo. Me tomé unos meses de silencio, de escucha interior hacia mis deseos, y comenzó a bosquejarse en mí un interés espe-cial por la psicología, una actividad que prioriza el cuidado del otro. Formarme como un trabajador del campo de la salud mental fue mi propósito. Con mucho esfuerzo lo logré, me motivó el saber que iba a ejercer una profesión que hace de la con-versación un elogio, donde la empatía del psicólo-go es clave para que se pueda sostener el vínculo terapéutico.

Jacques Lacan postula que el inconsciente está estructurado como el lenguaje y que el sujeto emerge del lenguaje, que es efecto del lenguaje, que está hecho de palabras. Fueron todas estas ideas y conceptos los que me abrieron la cabeza y

me invitaron a investigarlos y también a vivenciar-los en la experiencia de la clínica con los pacientes.

¿Cuándo y cómo fue tu encuentro con la danza y el movimiento corporal?

Me formé en psicoanálisis porque la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires era el reinado de los aportes freudianos, posfreudianos, lacanianos, fundamentales por cierto, pero insufi-cientes para mis necesidades de concebir una tera-pia desde otro lugar.

La danza y el movimiento siempre estuvieron pre-sentes en mi historia, no desde la participación o aprendizaje en clases formales o académicas, sino en el interior de mi casa, a solas. Siendo niño y luego adolescente, escuchaba músicas de esas que usamos los danza movimiento terapeutas (los DMTS), aquellas que generan climas y atmósferas especiales, músicas incidentales, étnicas, clásicas, del mundo (world music), música de bandas sonoras de películas, y bailaba, bailaba, bailaba… podía estar horas bailando, pero en esos tiempos no era toda-vía una actividad compartida.

Amaba danzar, pero en forma consciente no podía pensarlo como un camino, como una posibilidad de trabajo e investigación. Prejuicios sociales que uno, sin querer queriendo, reproduce y se hacen carne en los sujetos, concretamente en mi persona también:-¿De qué vas a vivir?-¡No es una carrera universitaria! (no lo era en todos esos años, los 80 y los 90).-¡Hay que portar condiciones físicas excepcionales para la danza!

Entrevista a Guillermo Molina Rus

Guillermo Molina Rus

“La DMT nos habilita a pensar y a trabajar des-de una forma de concebir a las personas como una unidad, como un enlace indivisible, desde un binomio inseparable, cuerpo-mente, instancias que se espejan una en la otra”.

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s -¿Me van a discriminar? (recomiendo la película Billy Elliot, que da cuenta de cómo un niño va superando parte de estos prejuicios y se abre paso en el mun-do del ballet clásico, donde la gran mayoría de les bailarines son mujeres).

Al estar luego varios años estudiando en la univer-sidad y después comenzar a ejercer como psicólo-go, la danza se durmió en mí. Pero quedó en esta-do de latencia. Y en mi práctica como psicólogo, fui amando esa profesión, pero también sintiendo que algo estaba por pasar.

¿Cuáles fueron las motivaciones para realizar una formación de posgrado en danza movimiento te-rapia (DMT) en la Argentina?

Faltaba algo en la terapia, faltaba el cuerpo de los pacientes, el cuerpo y sus movimientos. No alcan-zaba con sus decires, sus palabras. No alcanzaban sus comunicaciones verbales. La palabra devela pero también oculta, y el movimiento puede expre-sar sensaciones, emociones, allí donde el lenguaje verbal presenta límites.

La DMT podía ser una vía regia para entender e in-cluir, en un abordaje psicoterapéutico novedoso, aquello que el modernismo, desde Descartes, se-paró, disociando el cuerpo de la mente.

La DMT nos habilita a pensar y a trabajar desde una forma de concebir a las personas como una unidad, como un enlace indivisible, desde un binomio inse-parable, cuerpo-mente, instancias que se espejan una en la otra, lo que pasa en una, pasa en la otra y viceversa, de acuerdo con Reca (2005).

Esta autora toma la posición de Sartre (1954): “No hay fenómenos psíquicos que hayan de unirse a un cuerpo; no hay nada detrás del cuerpo, sino que el cuerpo es íntegramente psíquico”.

Y encontré una formación de posgrado en DMT en la Universidad CAECE (con el plus de estar dirigida

por Maralia Reca, pionera de la DMT en Argentina, quien se doctoró en psicología con una tesis basada en su trabajo como DMT con pacientes sobrevivien-tes de tortura durante la dictadura argentina de los años 70), que captó mi atención e interés.

Mary Wingman e Isadora Duncan son dos baila-rinas que iniciaron la ruptura con la formalidad de la danza y persiguieron la libertad del gesto corporal. ¿Considerás que son precursoras de la DMT? Y si es así, ¿en qué sentido?

Sí, claro, la danza moderna con Isadora Duncan (bai-larina norteamericana, nacida en San Francisco) en los primeros años del siglo XX, en Londres, y la dan-za expresionista de la mano de Mary Wigman, en Alemania, propiciaron concepciones de la danza di-ferentes a la dominante. Surgieron como respuesta y oposición a la danza clásica, danza virtuosa que requiere de un estudio y ejercitación intensivos en técnicas de ballets.

La danza de Isadora Duncan era básicamente libre, partía de la improvisación. En sus presentaciones, no planteaba una coreografía estudiada o progra-mada, y nunca estas representaciones eran iguales una a la otra, siempre diferían, siempre eran cam-biantes. Duncan, quien se había radicado en el viejo continente, proponía algo nunca antes visto en los escenarios de Europa. Este nuevo paradigma y for-ma de concebir la danza, que generó una revolución en las artes, alcanzó notable éxito y llegó pues para quedarse.

Wigman en Alemania, a principios de siglo y poco antes de la Primera Guerra Mundial, es pionera del expresionismo en la danza. Este es un movimien-to (el expresionismo alemán) que tiene impacto en artes como la pintura, la escritura, el teatro y el cine. Ella da también preponderancia a la improvi-

La palabra devela pero también oculta, y el movimiento puede expresar

sensaciones, emociones, allí donde el lenguaje verbal presenta límites.

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sación, a un dejarse llevar, a un dejarse inspirar por los estados subjetivos. Para ella la danza no debe interpretar la música, su danza no pretende contar historias, muchas veces estaba desprovista de mú-sica, en sus presentaciones a veces apenas cuenta con un apoyo en alguna percusión.

Los aportes de ambas notables bailarinas preparan un clima en las artes del movimiento que dará lugar al surgimiento del trabajo de las pioneras de la DMT.

¿Por qué creés que la DMT se desarrolló especial-mente en Estados Unidos con los aportes de bai-larinas como Marian Chace y Mary Starks White-house?

En Estados Unidos surge la DMT en la década del 40, años en los que la danza moderna tiene impor-tante auge. Marian Chace, bailarina formada en este nuevo paradigma de la danza, es invitada a trabajar en un hospital federal psiquiátrico de Washington DC, el St. Elizabeth. Algunos de sus pacientes tenían psicosis, otros eran soldados sobrevivientes de la Segunda Guerra Mundial, regresados de Europa con estrés postraumático, entre otras afecciones men-tales. El aporte de Chace es el primer anteceden-te donde elementos específicos de la danza tienen una función terapéutica.

¿Que tenían en común ambas poblaciones de pa-cientes con las que comenzó a trabajar Chace? Di-ficultades para comunicarse. Por eso, su propuesta al principio es llamada “Danza de la Comunicación”, ya que posibilita a estos pacientes/movientes sa-tisfacer una necesidad humana básica, comunicar-se. Poder expresar desde el cuerpo en movimiento aquello que no podía decirse en palabras, expresar sus emociones.

Mary Whitehouse, también bailarina, quien había estudiado danza expresionista con Mary Wigman en Alemania y psicología analítica en el Instituto Jung de Zurich, inicia su actividad en la costa oeste, casi en simultáneo con Chace. Whitehouse trabaja con neuróticos “normales”. Desarrolla gradualmen-te esta aproximación dentro de DMT, como expresa Fleischer, “apoyándose en el reconocimiento de la función imaginativa y simbólica de la psique. Se po-sibilita así la apertura y expresión creativa de con-tenidos del inconsciente a través del movimiento”. No es que los pacientes/movientes van a mover-se, si no que van a ser movidos, justamente desde este diálogo que surge en el interior de la persona.

“El movimiento, para ser experimentado, tiene que ser encontrado en el cuerpo. No puede ser pues-to desde afuera como un vestido o un saco”, decía Whitehouse en 1963. No estaba enseñando danza. Su foco se ubica en el proceso, no en el resultado.

Ambas, Chace y Whitehouse, las pioneras en Esta-dos Unidos y en el mundo, fueron la punta de lanza de estas primeras experiencias que van a ser parte de este cambio de paradigma en el abordaje tera-péutico de las personas, abrevando en la danza mo-derna y también en la danza expresionista, y desde ese contexto de crisis mundial, la Segunda Guerra Mundial.

En 1966 se crea la primera organización de Danza Movimiento Terapia en Estados Unidos, que la de-fine como el uso terapéutico de movimiento como proceso para ayudar a un individuo a encontrar su propia unidad psico-corporal. ¿Creés que el apor-te de DMT está bien definido en estos términos o deberían ser ampliados?

La DMT es una especialidad interdisciplinaria (Reca, 2011), que a través del uso psicoterapéutico del movimiento, dentro de un proceso, promueve la in-tegración cognitiva, física, emocional, social y tam-bién espiritual de las personas. Esta es la definición que nos aporta la asociación norteamericana, la ADTA (American Dance Therapy Association).

En lo personal, y según mi experiencia clínica, esta integración es un ideal, nunca la logramos ni en for-ma total ni en forma permanente. De todas mane-ras, cuando danzamos, cuando nos adentramos en un proceso psicoterapéutico a través del cuerpo en movimiento, en danza espontánea e improvisada, puede darse una experiencia cercana a un senti-

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s miento intenso y profundo de completud y plenitud, que tan solo desde el arte podemos alcanzar.

Nuestra disciplina está conformada por un cuer-po teórico-metodológico-práctico-vivencial que abreva en las artes del movimiento, en aportes de la psicología, de la medicina, de las neurocien-cias, del psicoanálisis, de los sistemas de obser-vación y análisis del movimiento como los de Ru-dolf Laban, Bartenieff y Kestenberg. Todos estos innumerables y sólidos aportes son la base de los conocimientos desde los que la DMT se vie-ne construyendo y, a su vez, están en permanen-te diálogo, retroalimentación e interacción con nuestra práctica clínica.

¿Quiénes son los exponentes de DMT cuyos principios seguís para tu trabajo?

Indudablemente, Maralia Reca, pionera en Argen-tina y Latinoamérica, porque es la primera DMT que se forma en Estados Unidos y da a conocer nuestra disciplina en Argentina en los años 70. Es además la directora del exposgrado en DMT de la Universidad CAECE, donde me formé, y es también mi supervisora desde que me recibí como DMT.

Otra gran DMT, la Doctora Diana Fischman, marcó también mi camino. Ella es la fundadora y direc-tora de la primera formación sistemática de DMT en el mundo hispano. En 1996 crea BRECHA, un centro privado de práctica y formación en DMT. Fui su paciente/moviente en procesos psicotera-péuticos grupales en DMT durante varios años.

Ambas han influido en la construcción de mi perfil profesional como DMT. Les estoy muy agradecido

por sus aportes y porque me han contagiado su pasión y amor por la DMT.

No quiero dejar de mencionar a la gran María Fux, de 98 juveniles años. María es una inmensa, in-eludible y fundamental referente de la danza en Argentina, pionera y creadora, a partir de fines de la década del 50, de un método propio en Danza-terapia que es reconocido y valorado en toda La-tinoamérica y en Europa. Ha sido una Quijote con-tra los molinos de viento, porque luchó por causas imposibles para la época, ya que en sus espacios de danza fueron por primera vez incluidas e in-tegradas personas con sordera, con ceguera, con discapacidades diversas. Una adelantada.

Has trabajado utilizando DMT con diversas po-blaciones y en distintas instituciones. ¿Cuáles son los beneficios que detectaste en esos gru-pos poblacionales?

He trabajado varios años con adultos mayores en hogares geriátricos, con los pacientes más graves, pacientes con Alzheimer, Parkinson y demencia senil. La DMT es la única actividad con la que mu-chos de ellos pueden conectar. Es poder contribuir entonces a que puedan desplegar movimientos, quizás mínimos, tan solo posibles, que implican lazo con la vida. Si hay movimiento, hay vida. Hay respiración. Respirar, inhalar aumentando la caja torácica y luego exhalar y disminuir ese volumen. Eso es danza. Cómo acompañarla, cómo resonar con los movientes, con esos movimientos, cómo sostener, cómo propiciar que eso pueda devenir en otros movimientos. Esta es parte de la bella tarea de un DMT con esta población.

En pacientes con neurosis, no graves, a través de un proceso en DMT que se despliega en un tiem-po y espacio determinados, en consulta privada o en centros de día, he comprobado que todos los pacientes/movientes amplían y enriquecen su espectro, abanico, repertorio de movimientos, lo que genera un importante bienestar en sus vidas. La DMT promueve la prevención en salud y faci-lita el registro de las capacidades, recursos y la caja propia de herramientas con los que cuentan las personas, generando confianza en sí mismas y mejoras en su calidad de vida.

Sos docente en diversas formaciones de arte-terapia y DMT. ¿Cuáles te parecen que son co-nocimientos indispensables sobre la danza y el

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Encuentros conversados

movimiento corporal que debería tener un arte-terapeuta?

Entiendo que es importante que un arteterapeuta pueda lograr una conexión y registro profundo de su cuerpo. Eso es lo que me guía en las clases que brindo en estas formaciones. Reconocerse lo me-nos disociado, escindido posible, lo más integrado que pueda. Esto no se logra de un día para otro, es parte de un proceso de aprendizaje que transitan los alumnos en estas clases y talleres experiencia-les. Experiencias que contribuyen a que los partici-pantes puedan realizar también un proceso psico-terapéutico por añadidura.

Trabajo como docente desde propuestas que pue-dan llevar a cada quien a experimentar un proceso de autoconocimiento. No hay tema teórico que no tenga su apoyatura en la vivencia corporal y de mo-vimiento. Y a la inversa. La enseñanza y el aprendi-zaje no existen sin el estrecho vínculo y diálogo en-tre la teoría y la práctica, no son el uno sin el otro.La vida es danza y si hay movimiento hay vida. Am-bas son ideas centrales que guían mi trabajo, por lo que es una ilusión personal que los alumnos pue-dan experienciar parte de estos conceptos, cada quien a su manera.

¿Recomendarías que un arteterapeuta estudie DMT? ¿Por qué?

Sí, claro. En la primera de las clases que doy en ar-teterapia, siempre pregunto a los alumnos a qué arte son más afines; pocos se inclinan por la dan-za. Y cuando terminan de cursar la materia DMT, en la mayoría de los casos, se sienten más próxi-mos, más familiarizados, tienen más incorporada la danza y el movimiento no solo a su formación en arteterapia, sino a sus vidas.

El cuerpo del arteterapeuta es su primer instru-mento. Son uno, son lo mismo. Por ello es impor-tante que puedan sentirse presentes, fluidos, te-niendo registro de cómo se habitan.

Fuiste vicepresidente de la Asociación Argentina de Danzaterapia. ¿Cómo fue el proceso de consti-tución de esa institución y la acreditación de sa-beres de un profesional formado en danzaterapia?

Desde 2012 hasta 2015 fui vicepresidente y soy vocal titular en estos momentos de la actual Comi-sión Directiva de la AADT (Asociación Argentina de Danzaterapia), por lo que me siento muy honrado de volver a representar, junto a un equipo de labo-riosos y sensibles DMTS, al colectivo de trabajado-res de la DMT.

Esta Asociación se funda en el año 2000 y surge ante la necesidad de juntarnos los danza movimien-to terapeutas y danza terapeutas para dar susten-to a nuestra profesión. Desde este organismo nos proponemos fomentar, difundir, promover nuestra disciplina, propiciar encuentros que faciliten la ac-tualización y formación continua y la supervisión de nuestra tarea. También, a través de un Consejo de Registro de danza movimiento terapeutas, conce-demos estándares profesionales en tres instancias que respaldan la acreditación de saberes y compe-tencias. Establecemos así las incumbencias de cada nivel de registro; ellos son: DMT, DMT R y DMT RA.1

Este último es el tercer nivel, el registro avanzado, que es el habilitado para supervisar a otros colegas.

1 Se establecen tres instancias que respaldan la acreditación del profesional, a saber: 1) Danza/movimiento terapeuta (DMT). Primer registro. Se requiere ser gra-duado de uno de los programas reconocidos por la Asociación y acreditar trabajo personal en DMT en proceso grupal o individual, entre otros requisitos. 2) Registro de danza/movimiento terapeuta (DMT-R). Segundo registro o registro intermedio, que habilita a la práctica clínica. A las condiciones requeridas en el anterior registro se agrega en este acreditar una carrera de grado en una universidad afín y compatible con la DMT, entre otros requisitos. 3) Registro Avanzado de danza/movimiento terapeuta (DMT-RA). Tercer registro, que habilita a la práctica clínica, enseñanza y supervisión de danza/movimiento terapeutas. A las condiciones requeridas en los dos anteriores registros se agrega en este acreditar ser un DMT Registrado, con más de cuatro años de práctica clínica en instituciones, haber efectuado supervisión, 35 horas, y presentación de un estudio de caso, entre otros requisitos. Fuente: Estándares profesionales y Código de Ética de la Asociación Argentina de Danzaterapia.

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s Organizamos también desde la Asociación todos los años un congreso internacional que es el even-to más convocante. Y más allá de todos los aspec-tos de relevancia académica que nos proponemos dispensar desde las diferentes ponencias y talleres teórico-práctico-vivenciales, siempre es una fiesta y una celebración asistir y encontrarnos con toda la comunidad en cada congreso.

Sos miembro del grupo de investigación y experi-mentación en Danza Butôh bajo la coordinación de Magy Ganiko, discípulo de Kazuo Ohno, performer japonés. ¿Cómo es el trabajo en ese grupo? ¿Cuál es la búsqueda?

Es alucinante el trabajo de exploración y entrena-miento que nos propone Magy. Él es un personaje muy particular, bailarín, artista integral, performer, con una mezcla de recorridos e historias muy in-teresantes. Nació en el barrio de La Boca, es hijo de tintoreros japoneses inmigrantes de la isla de Okinawa. Siendo joven partió a Japón tras los pa-sos de Kazuo Ohno, quien junto a Tatsumi Hijikata fue uno de los padres y figura mítica y fundamental del Butôh, para formarse con él. Asistió a sus clases durante los siete años que duró su estadía en la na-ción nipona. Luego se radicó algunos años en Fran-cia, desarrollando parte de su carrera en ese país.

Básicamente entiendo y practico a la danza Butôh como el lado B de la danza. La traducción al caste-llano sería algo así como “la danza de las tinieblas”. Hay en estas búsquedas hallazgos que tienen que ver con que aparezcan, desde los movimientos de las personas que participamos en ese espacio, un elogio de lo monstruoso, de la fealdad, de temas que son parte de la vida pero tantas veces negados, como la muerte, la locura, las enfermedades. Bue-no, allí nos metemos con ellas, desde la invitación de Magy, desde el arte del movimiento, en un en-

cuadre de respeto y cuidado. Y así nos habilitamos a bucear desde la danza, desde esas preguntas e in-certidumbres que siempre hemos tenido por nues-tra condición humana.

Danzar las sombras, el lado B de la danza y de la vida… cuando se pueden expresar, cuando se pue-dan hacer cuerpo y movimiento, cuando podemos llevarlas a la luz y establecer estos diálogos entre las sombras y las luces, todo ello tiene una potencia y una belleza inusitadas.

Magy toma de Kazuo Ohno la siguiente coordena-da: “Dejate mover por eso que no sabés…”, lo piensa y siente con un punto de partida que se puede ex-perimentar como un sostener el vacío, y a partir de allí, dejar que algo advenga…

Percibo muchos puntos de contacto entre la DMT y el Butôh, por eso mi enganche con la propuesta de Magy en forma ininterrumpida desde el año 2009. Creo que es importante que los DMTS podamos ejercer la profesión supervisando nuestro trabajo, realizando formación continua más análisis perso-nal, y también es fundamental la práctica de una danza; la mía es el Butôh.

En el Congreso de la American Dance Therapy As-sociation (ADTA), que se realizó en Nueva York en el año 2010, hiciste una exposición teórico viven-cial sobre el pogo en la Argentina. ¿Cómo fue el descubrimiento del pogo y cuáles son sus poten-cialidades como expresión corporal?

Han pasado más de nueve años, pero marca un an-tes y después en mi carrera. Ese año, al Panel Inter-nacional del Congreso Anual de la ADTA (la asocia-ción estadounidense de DMT), fueron invitados por primera vez todos hombres. El tema propuesto fue: “El Hombre en la DMT”. Éramos once DMTS varones de todo el mundo.

Mi ponencia se centró en el baile del pogo, ese que vemos en tantos recitales, en especial de rock. Es una danza que consiste en saltar y chocarse, en grupos, unos contra otros. Si bien son empujones, es un acto de celebración. A pesar de su aspecto violento (lo que no quiere decir que no pueda de-rivar el pogo en un precipitado irracional de agre-siones, sobre todo en contextos de culturas donde la tramitación de conflictos pueda ser la violencia), este baile que comienza probando, confrontando y midiendo fuerzas, puede generar gestos colectivos

La DMT promueve la prevención en salud y facilita el registro de las capacidades,

recursos y la caja propia de herramientas con los que cuentan las personas,

generando confianza en sí mismas y mejoras en su calidad de vida.

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Encuentros conversados

de camaradería, confianza mutua, unión y refuerzo de los lazos fraternales.

Se comparten en el pogo, con gran alegría, la des-carga de pulsiones de agresividad, tensiones emo-cionales a través del movimiento. Nos conecta en forma directa con las raíces de las danzas ancestra-les. En estas poblaciones originarias, las danzas de las tribus primitivas eran el corazón de su cultura, la parte esencial de esas comunidades.

De acuerdo con Levy, “Los rituales de la danza acompañaban los mayores y más importantes cambios en la vida… y pertenecen a la forma más vieja de medicina y psicoterapia, en la cual la exal-tación y la liberación de las tensiones eran capaces de cambiar (tramitar) el sufrimiento físico y mental a una nueva opción de salud. En el amanecer de la civilización, la danza, la religión, la música y la me-dicina eran inseparables” (Levy, 1988).

¿Cuáles considerás que son las oportunidades y limitaciones que tiene la DMT en la Argentina?

La DMT en Argentina y en el mundo está recién en sus albores, en sus inicios. Somos una profesión que cuenta con 80 años de historia, pero seguimos en pañales; el común de la gente, el ciudadano pro-medio, no sabe de nuestro trabajo. Creo que todos los que ejercemos terapias creativas como el arte-terapia y la DMT somos todavía pioneros y eso tie-ne dos posibles lecturas.

La primera podríamos hacerla desde lo que nos falta. Desde la limitación de que no somos, por el momento, profesiones reconocidas como la musi-coterapia (desde hace unos dos años ella lo es) o la psicología en Argentina (desde hace más de 40 años). Ambas tienen para ello una ley de ejercicio profesional, aprobada en el Congreso de la Nación y un colegio de profesionales (como los que tene-mos los psicólogos, que regulan nuestra actividad desde una matrícula nacional y/o provincial que nos identifica y habilita desde una profesión). Un paso hacia un reconocimiento en este sentido será la creación en un futuro, ojalá que no tan lejano, de una carrera de grado y licenciatura en DMT.

La otra lectura podría darse desde lo que sí tene-mos, la posibilidad sin límites que nos está brin-dando este cambio de paradigma, acelerado ahora por la crisis mundial desatada por la pandemia del

COVID-19. Nos encontramos ante otro mundo, es por ello que estamos obligados a revisar, a recons-truir la manera de vincularnos.

La DMT surge durante la Segunda Guerra Mundial y ahora, de cara a este panorama, catastrófico por cierto, me pregunto si podremos refundar, reparir una nueva etapa, un nuevo porvenir. Creo que la DMT puede aportar –y mucho– en esta nueva era.

Estamos atravesando la pandemia provocada por el COVID-19 y muchos países, el aislamien-to de sus habitantes. ¿Qué preguntas te hacés al respecto?

¡Tantas! Esto va a pasar, es una tragedia, como otras en la historia de la humanidad. Muchos mo-riremos, muchos sobreviviremos. Me preocupa

Esto va a pasar, es una tragedia, como otras en la historia de la humanidad. Me preocupa que no podamos aprehender

de una crisis global de semejante envergadura, que no podamos madurar,

evolucionar, ser mejores, una vez finalizada.

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que no podamos aprehender de una crisis global de semejante envergadura, que no podamos ma-durar, evolucionar, ser mejores, una vez finalizada.

El antropólogo David Le Bretón nos enseña que la condición humana es una condición corporal. ¿Cómo retornaremos a nuestros cuerpos en mo-vimiento luego de esta confinación masiva de ellos? También recuerdo una valiosa contribución del filósofo brasilero Leonardo Boff, quien señala que antes que seres de libertad y creación, los hu-manos somos seres de cuidado. Es central en sus postulados la ética del cuidado, somos hijos de los cuidados de una madre (o de un/a cuidador/a). Y somos también hijos de la madre naturaleza, del planeta Tierra, a quien venimos depredando sin control debido al hiperconsumo y contaminación desmedidos. Él nos recordaba por 2002 que una sociedad que se organiza sin una ética respetuosa de la naturaleza seguirá en el camino de la auto-destrucción. La justicia social, por ende, no lo será sin la ecológica.

Es otro mundo, pero ¿a la vez es el mismo? Se habla de la mutación del virus. ¿Habrá mutación de los vínculos sociales? ¿Mutación en la forma de relacionarnos? ¿En la forma de enseñar, de aprender? ¿De brindar terapias? ¿Ya no seremos los mismos? En la mutación no hay vuelta atrás. ¿Habrá riesgo de caer en un tecno-totalitarismo, concepto que desarrollan los filósofos italianos Giorgio Agamben y Franco “Bifo” Berardi, quie-nes revisitan el panóptico de Michael Foucault en una versión ahora potenciada por el asedio digital (Berardi, 2020)? Tengo pocas certezas y muchos interrogantes ante esta coyuntura planetaria. Mariana Wikinski, psicoanalista argentina, nos ha transmitido que la incertidumbre, en tiempos de pandemia, es un encuadre, por lo cual aceptarla, reafirmarla, es una manera de ordenar nuestro pensamiento… lo que no es poco (Wikinski, 2020). Y una de esas pocas certezas es el amor por lo que

hacemos como DMTS, DTS, arteterapeutas… y eso realmente es mucho.

Nuevamente, gracias a la revista por esta invita-ción a pensar juntos. ■

Paula Gimbatti

He trabajado varios años con adultos mayores en hogares geriátricos, con los

pacientes más graves, pacientes con Alzheimer, Parkinson y demencia senil. La DMT es la única actividad con la que

muchos de ellos pueden conectar.

BIBLIOGRAFÍA SUGERIDA POR EL ENTREVISTADO

Berardi, F. (2020). Conferencia del Colegio de Psicoanalistas, CABA: “El virus como metáfora y como agente social”, 17/04/2020, http://coldepsicoanalistas.com.ar/conferencia-de-bifo-berardi-en-you-tube/Boff, L. (2002). El Cuidado esencial: Ética de lo humano, compasión por la tierra. Madrid: Trotta.Fleischer, K. (2005). Danza Movimiento Terapia, una profesión en desarrollo. Po-nencia del Primer Congreso de Artes del Movimiento, UNA, Universidad Nacional de las Artes.Lacan, J. (1994). El Seminario XI, clase 2. Buenos Aires: Paidós.Le Bretón, D. (2017). El cuerpo herido. Identidades estalladas contemporáneas. Buenos Aires: Topía.Levy, F. (1988). Danza Movimiento Terapia: un arte de sanación. Reston: AAHPER.Reca, M. (2005). Qué es la Danza /movimiento terapia: el cuerpo en danza. Bue-nos Aires: Lumen.— (2011). Tortura y Trauma. Danza/Movimiento Terapia en la reconstrucción del mundo de sobrevivientes de tortura por causas políticas. Buenos Aires: Biblos.Wikinsky, M. (2020). Conferencia de la Asociación Escuela Argentina de Psicote-rapia para Graduados, CABA: “Vida cotidiana y pandemia. Reflexiones psicoanalí-ticas”, 22/04/2020, https://www.youtube.com/watch?v=sPCr0ZJ7dOA, https://aeapg.org.ar/vidacotidianaypandemia/

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Experiencias arteterapéuticas

Mesa de arena o bandeja de arena (sandtray) o juegos en la arena (sandplay)

Segunda parte

Graciela Bottini1

1 Arte Terapeuta registrada por IEATA (International Expressive Arts Therapy Association) y miembro del Board. Co-fundadora de PCETI-Argentina (Person Centered Expressive Arts Therapy Institute-sede Argentina). Docente universitaria en el país y en Guatemala. Miembro del equipo docente del Programa Columbia de Desarrollo de la Conciencia.

Resumen

Este artículo presenta los lineamientos básicos para trabajar mesa de arena desde la perspectiva junguiana y dentro del encuadre del Enfoque Cen-trado en la Persona. Esta tarea es parte del trabajo de capacitación y entrenamiento en terapias expre-sivas.

Palabras clave: mesa de arena, juegos en la arena, terapias a través de las artes expresivas.

Presentación de un caso clínico: Ana

Ana es una mujer inteligente, bonita, bien educada, de clase media alta. Tiene 44 años. Está casada y es ma-dre de dos hijos en edad escolar.

No completa sus estudios universitarios por no tener clara su vocación.

Después de casada comienza a hacer en forma part-time trabajos vinculados a recursos humanos y orga-nización de eventos. Lo hace bien y con éxito.

Personalmente, no se siente satisfecha ni conforme.Había tenido varias experiencias psicoterapéuticas de-bido a su estado de ánimo depresivo que se iba acre-centando. Baja autoestima. Juicios autodestructivos. Sentimientos crecientes de culpa.

En un momento de crisis, se hace cortes en el cuerpo. Abusa de la medicación que le suministra su psiquia-tra. Comienza a incrementar el consumo de alcohol.

Fue hospitalizada por un corto tiempo.

La medicación contuvo su deseo de morir y redujo su ansiedad.

Sufría un trastono narcisista de personalidad severo.

Luego de una segunda internación, cambia de equipo terapéutico y su psiquiatra la deriva a mi consulta.

En la primera entrevista, siento su estado de desvali-miento, abandono, con un fuerte sentimiento de infe-rioridad y ansiedad.

Es hija única. Su madre es una mujer depresiva que tuvo una vida difícil. Su padre, un hombre muy racio-nal, exitoso en su vida profesional, tiene buena rela-ción con Ana, pero no puede entender las causas del estado de su hija. Cree que la voluntad lo puede todo y que trabajar es la solución.

La actitud del marido es muy similar a la del padre. Le cuesta entender que Ana tiene una “herida constante-mente abierta”. “¡Si tenés todo!”.

No empatizaban. Un hombre en esa actitud no empa-tiza.

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icas Ella necesitaba toda su energía para sobrevivir y

sangraba por su herida constantemente abierta hasta “dejarse morir”.

La ausencia de comprensión ante este sufrimiento no es racionalmente comprensible.

Este sufrimiento (que la ubica en ser el dolor, no quien siente el dolor) no es consciente. El sufrimien-to muchas veces ocurre como síntoma ante la im-posibilidad de hacerse cargo de su propia vida de manera positiva, ni de su libertad y propia expresión.

Mantuvimos un par de sesiones verbales antes de comenzar a trabajar en la mesa de arena.

1ra escena: “Pajarito congelado”

Llora en silencio mientras trabaja. Su celular suena todo el tiempo. Le sugiero que lo apague para in-tentar comenzar a construir un espacio y tiempo personal.

Surge en la arena, de modo espontáneo, un man-dala bien centrado, en tres dimensiones. Anclado en las cuatro esquinas, quiere proteger su “cabeza” y su centro. Parece un enorme vientre. Al contem-plarlo, hace un gesto espiralado y coloca un alambre aterciopelado en el centro, con forma de espiral.

Yo sentí que, aunque ella no lo supiera aún, cons-cientemente buscaba un lugar seguro y protegido. Lo tomé como un dato positivo, de pronóstico fa-vorable.

Comenzaba a construir su “casa del alma”. Solo cuando las habitaciones de la nueva casa pudieran habitarse, las viejas podían tirarse abajo. Energía antes de tomar forma.

Energía en acción.

Energía que quiere tomar forma. El espiral: “necesi-to orientarme”, ver desde lo alto de la montaña en 360°.

Hace referencia a los cuatro puntos cardinales.

2da escena

Trabaja en silencio. Hace un sol cuyos rayos ocupan todo el espacio. “El sol trae todas las cosas a la luz”, comenta. Le pone un cuarzo en la frente, en el “ter-cer ojo”. Conscientemente no lo sabe. Sus manos, sí.“Si brillara mucho me enceguecería”.

3ra escena

Hace un cuadrado en el que ubica una niña desvali-da, con los brazos extendidos. A cada lado, dos figu-ras: una femenina, amenazadora, y otra masculina. Están separadas por vallas. Luego rehace la escena. Saca las figuras humanas. Al cuadrado lo rodea de cristales celestes. Coloca una figura con un niño en los brazos.

En el ángulo inferior izquierdo una figura trae una ofrenda. Le pone techo y se lo saca.

Hace el trabajo muy concentrada, sin hablar.

Intuyo que algo fuerte está sucediendo. La “casa del alma” necesita construirse en sólidos basamentos.

El cuadrado es tanto el símbolo de la Tierra como un templo a la Madre Tierra.

Ana relata episodios desoladores de su infancia.Esta escena permite varias sesiones verbales.

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Experiencias arteterapéuticas

4ta escena

Con materiales maleables hace una luna creciente rodeada de agua.

Una figura femenina (no es la Virgen María) cuida, observa, la escena. Misteriosa, comenta: “Es la Rei-na de la Noche”. Le resulta fascinante, no puede de-jar de contemplarla.

“Es como el alma femenina. Su misterio es oscuro. Me asusta”.

5ta escena

En esta escena vemos un círculo central, pero la ac-ción comenzó desde las cuatro esquinas.

Las “anclas van tomando forma”.

En el centro, el sol y la luna se enfrentan. Entre ellas, un cristal.

Hacia abajo, la mujer congelada.

Hacia arriba, un torso de mujer transparente co-mienza a emerger.

Cuatro figuras danzan: dos mujeres mirando ha-cia adentro; dos derviches, danzando, miran ha-cia afuera.

Una hilera de energías femeninas (Kwan Yin, la Dama de la Noche, la Madre Tierra, una princesa con una paloma en la mano) avanza desde el ángulo in-ferior izquierdo.

“Las caracolitas parecen manitos abiertas que espe-ran luz (alimento espiritual)”.

El sol, a la derecha (hemisferio lógico-analítico).

Del ángulo inferior derecho emergen energías mas-culinas representadas por un Buda de jade, un hom-bre sabio, un guerrero armado.

En esta escena vemos con claridad la confrontación de opuestos: sol-luna, naturaleza-cultura, femeni-no-masculino.

Del juego de opuestos algo emerge en el centro: un cristal.

El Self, el tesoro oculto, el tesoro a hallar. El “lapis”, la piedra de los alquimistas.

6ta escena

Unión de los opuestos. El Cristo (Dios hecho hombre) y la Tierra. Los dos aspectos de su mente disociada.

Estas seis primeras escenas muestran los primeros pasos del proceso interior de Ana.

Confrontando, afrontando su sufrimiento interior.

Desde lo más profundo de su inconsciente, Ana per-cibe energías que la habilitarán a comenzar a pensar conscientemente en su sufrimiento. Ella NO es el do-lor, es quien padece un dolor.

A partir de este punto, abrimos un ciclo de nueve me-ses de escenas donde explora los sentimientos ligados al abandono materno. Muestra su dolor y comienza a enhebrar su miedo a la muerte.

De forma repetida expresa sus problemas en la mesa de arena, haciéndolos cada vez más visibles.

Simultáneamente, como la vida busca la vida, energías sanadoras comienzan a actuar.

Lo interesante de la mesa de arena es que el analizando no se da cuenta conscientemente de lo que hace. Las

figuras son como espejos de su mente aún desmantelada.

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Si bien entre una y otra escena teníamos sesiones ver-bales y con temas que le ayudaban a comprender el día a día, poníamos el énfasis en lo que surgía de la mesa de arena.

7ma escena

A partir de la imagen sanadora del Cristo (que ve con su ojo interior), Ana comienza la confrontación de sus opuestos. La luna creciente es visible en la forma de un lago.

Sobre la derecha está la muerte y el demonio; arañas, ratas, bichos que representan sus miedos y temores.Reconoce que siempre está inmersa en su estado de oscuridad. Sobre la izquierda está la “buena tierra”.

En la entrada del templo pone a Kwan Yin como sím-bolo de la compasión y la espiritualidad positiva.

El motivo central, la luna creciente, representa la natu-raleza de los problemas de Ana.

Bajo la cruz está su propia tumba.

Explica que el bebito encarna su alma entre la luz y un ángel oscuro (“los poderes del bien y del mal”). Aquí presenta su tristeza y desesperación, pero también observo que hay elementos de esperanza.

La luna está más brillante.

Hay un pez y un botecito mirando a la izquierda. Los peces son frutos del mar y también un viejo símbolo de fertilidad y una manifestación del alma que apunta hacia la luz.

Cautelosamente digo que en esta configuración hay signos de esperanza, pero Ana aún no puede verlos.

8va escena

La escena está dividida en dos mitades. El mundo lleno de vida está a la derecha.

Ana se debate entre dos demonios: el negro es el odio y el verde, la envidia.

Desde las esquinas izquierdas la amenaza la muerte.

Ella quisiera correr hacia el otro mundo pero está atra-pada, enredada, y el ángel negro de la muerte la hace retroceder. Le dice que no tiene derecho a ser feliz, que es un “desperdicio”, que ella pertenece al mundo de la ansiedad y la muerte.

Le comento que en el mundo amenazante aparecen dos serpientes, que son símbolos de transformación. Ella toma nota del comentario, lo leo en su rostro.

Lo interesante de la mesa de arena es que el analizan-do no se da cuenta conscientemente de lo que hace. Las figuras son como espejos de su mente aún des-mantelada.

9na escena

Otra vez la montaña sin un círculo de protección.

Ana yace en el centro con una herida inmensamente abierta y sangrante (ella hizo la figura en arcilla. Nin-guna de las miniaturas de los estantes le pareció pro-pia). Detrás de ella, una cruz de madera custodiada por Kwan Yin, la diosa de la compasión. Si observamos bien, hay una luna creciente.

En un primer momento la imagen transmite enorme dolor, sufrimiento y compasión. Lo siento en mi cuerpo.

Muestra una profunda herida en lo femenino (¿aborto? ¿Menstruación traumática?), o tal vez una severa heri-da en su psique femenina. Recordemos que en la pri-mera figura aparecía un enorme vientre. Según Jung, quien estudió el tema en profundidad, este vientre re-presenta el inconsciente creativo, no la relación con su propia madre.

Allí reside una profunda herida. Un estado de disolu-ción. Es en el estado de máximo desamparo y deses-peración, cuando emerge una nueva luz en el alma, como un amanecer.

Este es el momento más difícil del proceso para ambos

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Experiencias arteterapéuticas

(analista y analizando). Es el tiempo en que las imáge-nes de muerte aparecen, o el deseo de dejarse morir, y también pueden surgir ideas suicidas. ¡Este momento no debe ser evitado ni mitigado por los propios temores del analista!

La confrontación con la noche oscura, contemplar el estado de muerte y eternidad, son las precondiciones para una verdadera transformación. Jung trabajó mu-cho este punto.

En Ana es un gran progreso “ver” la muerte, su envidia y su odio, su tendencia a lo oscuro.

Esta escena condensa, encarna, todas las experiencias dolorosas de Ana y más aún: es una escena arquetí-pica de la persona que desciende a lo profundo de su propia sombra y experimenta la muerte y el desmem-bramiento. El momento oscuro del alma. Mito de Ina-nna-Mortificatio y Nigredo en alquimia.

El momento más oscuro es el que anuncia la luz. Cuan-do la persona experimenta esta muerte psíquica, un nuevo nivel de conciencia se está formando.

Así es como Ana ve desde su estado consciente su situación. Pero el motivo central dice algo diferente.Simbólicamente, el espiral se relaciona con el labe-rinto. Durante las iniciaciones: muerte y renacimiento acaecen.

El laberinto tiene entrada y salida. Aunque Ana en un nivel consciente tiene fuertes sentimientos de aban-dono por sus padres, la escena muestra en un nivel más profundo energías nutrientes.

Estábamos entonces cumpliendo un año de trata-miento, “atravesando un desierto”, como la caravana. Simbólicamente expresa nuestro trabajo en común, donde como terapeutas debemos perseverar y soste-ner un proceso.

11ra escena

Aparece un mundo verde, alegre, lleno de vida, pero está dividido en dos por una “gran herida”. Así la deno-mina Ana. La herida parece una tumba de piedra don-de una serpiente duerme.

Sabemos de la herida por su historia. Sabemos de su falta de confianza en sí misma y en la vida.

Como mujer se sentía inferior, despreciada e incom-prendida. Solo que ahora la herida se va cerrando, no está abierta y expuesta.

La serpiente –símbolo universal de sanación– ayuda a cicatrizarla.

Casi al final de la sesión, Ana conscientemente pone un puente.

Las próximas escenas se hicieron con un intervalo de 4/5 semanas.

12da escena

Esta escena está dividida en arriba y abajo, represen-

Desde lo más profundo de su inconsciente, Ana percibe energías que la habilitarán a

comenzar a pensar conscientemente en su sufrimiento. Ella NO es el dolor, es quien

padece un dolor.

10ma escena (cuatro semanas después)

Una caravana es guiada por un líder hacia el centro de la espiral diseñada en la arena. En el ángulo izquierdo-abajo yace Ana como un bebito.

Un largo cordón umbilical se extiende hasta el ángulo derecho-abajo, donde se encuentran sus padres ata-dos, enredados. Ambos están separados por una pa-red de vidrio. Allí se corta el cordón umbilical. El niño ya no tiene conexión con sus padres. Queda abandonado y aislado.

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icas tando el mundo exterior e interior de Ana. Trabaja con

la caja en vertical.

Abajo vemos un enorme fuego y arriba, la tierra. Es el fuego de las emociones, que la obliga a yacer en un lugar de sufrimiento y aislamiento del mundo. Dice: “El demonio está deleitado con mi sufrimiento”.

La gente le da la espalda a su atormentado estado. Está sola con ella misma. O sola con su Dios.

Hay una deidad que mira los acontecimientos desde la parte inferior. Es una figura amenazante. La mueve.

Acá está representada claramente la tormenta so-litaria de una mujer contra ella misma en un tiempo de transformación de su personalidad: con expan-sión de su conciencia y en una renovada conexión con su Self.

Fuego, emociones intensas y calor interior. Sufri-miento y dolor.

Ana se va “limpiando” de sus deseos de muerte, de su desesperación y de sus sentimientos de inferio-ridad, sus envidias y su odio.

Esta intensa lucha es sobre quién prevalecer: su Ego débil y cargado negativamente o su fortaleza, su Ego más estable, capaz de establecer nuevas re-laciones de orden, constructivas, ligadas a la vida dentro de su psique.

Este feroz proceso es doloroso tanto para el ana-lista como para el analizando. Como terapeuta, acompaño al extremo, pero Ana debe atravesar el fuego sola.

Dice que el zorrito que aparece arriba-izquierda es nuestra relación. Dice que yo también he estado en el fuego y que pude reconocer y sentir su proceso interior.

El zorro es conocido por su astucia, su olfato y cla-ra visión nocturna. A menudo aparece en sueños y mesa de arena.

Al zorro rojo con frecuencia se lo asocia con el fue-go y el demonio.

En este caso, Ana demuestra que confía en mi ha-bilidad para acompañarla a través de los fuegos de su infierno.

13ra escena

El fuego ha sido el elemento dominante en la mesa anterior.

Fuego de transformación.

Ahora vemos con cierta sorpresa una refrescante escena de campo donde la Tierra es el elemento predominante. Plantas, verde. Tierra fértil.

Recuerden la poderosa imagen de la Madre Tierra (en la mesa 3). Allí consteló el arquetipo de la Ma-dre Tierra y su casa. Este arquetipo estaba lejos de la conciencia, pero ahora cambió.

La “buena tierra” está representada en la vida co-tidiana.

Casa con buenos techos que protegen a los que residen.

Un chiquito en un cochecito paseando con los abuelos. Un hombre contemplando los árboles frutales. Una mujer alimenta a un niño y a una niña. En el corral están juntos un caballo blanco y uno negro. Detrás de la casa hay flores y frutos.

La escena se completa con una pareja que acuna a un niño. Ana la relaciona con el proceso tera-péutico.

Si observamos la escena desde la interpretación simbólica del espacio:

Abajo-derecha:

Relación personal con la madre. La mujer alimenta a dos niños: una niña y un niño por igual. Ambos principios (femenino y masculino) aceptados en totalidad. Con los pies en la tierra hay crecimiento espiritual.

Pájaros que comen lo que necesitan y se van (espi-ritualidad, eros sublimado).

Arriba-derecha:

Flores custodiadas por un dios de la “juventud eterna”. Después de muchas y una larga serie de escenas de sufrimiento (este material es solo una selección), esta mesa tiene especial significado para Ana y también para mí.

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Experiencias arteterapéuticas

El potencial se desarrolla lento, dificultoso, y a veces, por caminos inexplicables.

14ta escena

En el centro y rodeada de flores hay una sirenita que canta. Ana canta mientras trabaja. También ponemos música.

“La sirenita se siente redimida y ya atravesó el duelo del tiempo de sufrimiento”.

Interminables ríos de lágrimas llenan el paisaje de su alma.

Ana quiere disolver viejas estructuras limpiándolas, dejando fluir sus sentimientos.

Esta escena tiene fuerte resonancia en mí. Proceso de purificación interior.

15ta escena

Es simple, solo que también refleja un hecho profundo y significativo.

La figura circular está encuadrada por un cuadrado. Símbolo de la orientación psíquica.

Del centro surge el pez blanco del alma.

En la escena 7 estaba conectado con su tumba. Me-ses después, aparece aquí como símbolo de su mente renacida.

16ta escena

Aparece la colina (escena 1), la del mandala espontá-neo y el sol de la escena 2.

Aquí aparece un mandala bien centrado y modelado conscientemente.

Alrededor, círculos concéntricos como ondas que se expanden.

Ana dice: “El sol representa para mí la luz y el poder de la divina conciencia. Los rayos emanan como manos que tocan al mundo hasta alcanzar a las personas. Las esferas aún no tienen mucha forma, es la energía que fluye libre entre el sol y el mundo”.

“Coincide con la descripción celta (Ana no lo sabe).” El segundo círculo representa la Tierra. Allí los rayos tocan

a las personas. Las caracolas están detrás de las figuras humanas. Son escudos protectores contras las bestias devoradoras del inconsciente (círculo de afuera).

Abajo-izquierda: Hay humanos que crecen despacio contra el reloj, fuera de la tierra, del mundo. Cada individuo transforma la energía divina de una ma-nera personal y la vuelve a su origen. Hay reciproci-dad entre lo individual y lo colectivo. Si no, no sirve.

Las ocho figuras representan los pasos del proceso de individuación, como proceso consciente.

Esto fue trabajado en la segunda etapa (verbal) del proceso terapéutico. En ese momento, Ana estaba en un proceso de confrontación con ella misma, su entorno y su proceso transpersonal.

En poco tiempo dejó el alcohol y se redujo la medi-cación en forma paulatina.

Otro cambio clínico importante es que llevó su aten-ción a su familia y a su vida profesional.

Hasta aquí conceptos, descripciones, reflexiones, interrogantes.

El significado de un diseño en la arena es ambiguo y complejo, tanto como lo es el mundo de la persona que lo crea.

Por último, quisiera agregar algunos conceptos de Carl Jung sobre psicología y alquimia.

El “Nigredo” u oscuridad es el estado inicial desde el comienzo o también producido por la separación de los elementos. Si la condición de separación es asu-mida desde el inicio, como sucede a veces, entonces la unión de femenino/masculino (“Conjunctio”) es

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icas seguida por la muerte de esa unión (“Mortificatio”).

Desde ese punto comienza la limpieza o purificación (“Ablutio”) que conduce a la clarificación (“Albedo”), se transforma la muerte en resurrección. Este es el objetivo principal del alquimista. Es la condición de la Luna (plata) la que debe alcanzarse para llegar a la condición del Sol (oro).

Relacionándolo con el caso de Ana, la condición de “Nigredo” estuvo presente en ella desde el princi-pio del proceso terapéutico. Durante largos meses de depresión se sentía desmembrada y disociada. Luego de comenzar la terapia con mesa de arena, la primera unión de opuestos fue constelada en un nivel arquetípico (escena 5 y 6).

En un proceso de varios meses llega al “Mortifica-tio”: se encuentra con su oscuridad y sufrimiento, con la consecuente muerte y disolución de su “per-sonalidad” previa.

En la más profunda oscuridad aparece el “turning point”.

El ascenso, la sanación y el renacimiento comien-zan a partir de la escena 10.

Como consecuencia, el nuevo Yo de Ana tiene un bautismo de fuego para fortalecerse y echar raíces en tierra fértil, maternal (escenas 12 y 13).

En la escena 14 vemos la limpieza y purificación en el torrente de lágrimas. Aquí los restos del viejo Ego de Ana son “lavados” por un genuino proceso de luto y duelo.

El “Ablutio” en alquimia, a menudo se llama “Bap-tisma”, referido a las aguas del bautismo.

La aparición de la luz, como en el amanecer (“Albe-do”), está simbolizada por el pez blanco del alma (15). Comienza a descubrir el secreto de su alma. La vida busca la vida.

Lo que vemos en la escena 16 es el “Rubedo”, el amanecer concreto del alma. Es el símbolo del nue-vo día para ella. Se hace cargo, esta escena repre-senta un segundo “Conjunctio” (unión de los opues-tos), consciente e inconscientemente, Ego y Self.

Curar la vieja herida, la herida primordial, requiere mucho trabajo de confrontación con ella misma y su entorno (comienzo del trabajo con las “raíces”).

En 1916 Carl Jung escribió un artículo que publicó 40 años más tarde: “La función trascendente”. Hay visiones o modos de abordar problemas, que no son aceptadas por nuestra comunidad profesional. Ser un “hereje” supone actitud y aptitud. No solo valen-tía, sino investigar y dar razones fundamentadas.

Si bien las técnicas en mesa de arena son relativa-mente nuevas, el acto de imaginar (que es la acti-vidad central aquí) no lo es. Es tan antiguo como la humanidad. Los antiguos shamanes lo utilizaban. Ellos visionaban para los ojos de los que no podían visionar.

La visión, a diferencia de un sueño, nos permite conscientemente acceder a enhebrar un mundo simbólico que pudo ser arrasado.

Las imágenes que surgen pueden no ser entendi-das en su totalidad por nuestro intelecto, pero sí pueden ser percibidas por nuestra psique en tota-lidad. ■

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Experiencias arteterapéuticas

Arteterapia y autismo: del signo al símbolo

Florencia Garrigós 1

1 Arteterapeuta (Primera Escuela Argentina de Arteterapia). Artista Visual. Lic. en Comercio Internacional (USAL, Argentina). Actualmente cursa la Licenciatura en Bellas Artes (UNA, Argentina). Se desempeñó como arteterapeuta con personas con Trastorno del Espectro Autista en diversos centros en la Provincia de Buenos Aires durante dos años. En la actualidad realiza talleres arteterapeuticos para niños y mujeres en espacios comunitarios, entre otros, con la Municipalidad de Escobar (Provincia de Buenos Aires). Fundadora de la marca Crear Transforma, que realiza materiales artísticos ecológicos y de fácil utilización para personas con discapacidad. Creadora junto a Javier Rubinstein de “Artistas del Presente”, proyecto de investigación de las artes rituales del mundo y su aplicabilidad en espacios comunitarios y de salud.

Resumen

¿Cómo un movimiento automático puede trans-formarse en un gesto vivo, consciente? En este trabajo de investigación se detalla un abordaje arteterapéutico centrado en los automatismos característicos de las personas con TEA, y se despliega una lectura de estos a través del sig-no, el símbolo y el ritual. Hablar de símbolos en autismo, sin duda, desafía al lector conocedor de este trastorno. De todos modos, el desafío mayor estará en poder ver entre líneas cómo los símbolos cobran vida a lo largo del proceso arte-terapéutico.

Palabras clave: autismo, arteterapia, psicología transpersonal, rituales que sanan.

Hablar sobre autismo hoy resulta clave, no solo para estar en contacto con una patología que se encuentra en auge, sino también para repensar-nos como seres humanos y comprender el esta-do en el que se halla la sociedad.

Las personas con autismo, con sus tiempos y su percepción, dejan en evidencia la vorágine de vida y la falta de registro de lo sutil que subyacen en la actualidad.

En mi experiencia profesional, ellos me han en-señado una forma diferente de habitar el presen-te y a tener una comprensión más sincera de la realidad, en la cual:-El exceso de estímulos, por consecuencia, gene-ra una reacción inmediata en su comportamien-to.-El lenguaje es a través del cuerpo.-La autenticidad de cada uno se ve sin filtros.-Los intereses restringidos (o, mejor dicho, los

claros intereses sobre algo puntual) se manifies-tan libremente y con decisión.

Dentro de una sesión arteterapéutica distingo tres ejes fundamentales en los que basé mi práctica e investigación: estado de presencia, aceptación y re-chazo, e intereses restringidos.

1. Estado de presencia

“Ser humana, antes que terapeuta” es lo que me planteo al iniciar cada sesión, con una escucha activa y despojada de todo conocimiento, arraigada en el saber intuitivo de estar presente como ser humano. Escuchar el entorno, a los participantes y mis propias sensaciones, entrenar ese diálogo interno/externo para conocer el verdadero marco de una sesión, no impuesto desde la mente sino desde la integración con el todo.

Ser y estar, ni antes ni después, una construcción de momento a momento.

2. Aceptación y rechazo

Son muchos los emergentes que van surgiendo en un encuentro, sobre todo con grupos, pero hay algo sensible, propio de la intuición, la creatividad y el jue-

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icas go que tiene que estar vivo en ese momento para

aceptar lo que el otro trae fuera de lo programado y en esa aceptación proponer variaciones que abran camino a la creación.

El rechazo de ellos se da continuamente, ya que sus intereses son muy puntuales y su flexibilidad ante las propuestas suele ser muy acotada.

En mi caso, necesité elaborar este tema y tener una posición profunda y personal con respecto al recha-zo. Al principio, sentía que era algo de esperar y que yo debía aceptarlo, estar por encima de ello.

Con el tiempo, el vínculo con los pacientes era tal que su rechazo comenzaba a lastimarme casi de manera im-perceptible. Fue fundamental tener un espacio de revi-sión personal terapéutica y de supervisión. Poco a poco, fui descubriendo cómo darle lugar a ese sentimiento, cómo darme la posibilidad de observar y rediseñar el ritmo y la forma en que llevaba a cabo mi trabajo.

Como terapeuta es fundamental estar presente en los sentimientos propios, en la forma en la que estos se despliegan en cada vínculo.

Tener salud mental y compromiso con el proceso de los pacientes implica no estar por “encima de”, sino trabajar de forma personal también sobre las cues-tiones que se van presentando. De lo contrario, el acompañamiento se transforma en algo difícil de sostener y poco beneficioso.

3. Intereses restringidos

Sobre la base de este tema realicé un trabajo de in-vestigación arteterapéutico, titulado: “Autismo: del signo al símbolo. Del automatismo al gesto vivo”.

Dentro de un universo de resistencias, “la luz” para entrar y explorar eran sutiles intereses, diferentes entre cada participante.

Se observaban insistencias específicas en cada uno, eran comportamientos repetitivos, también llama-dos “automatismos”, que atravesaban su cotidiano.

¿Qué son los patrones repetitivos y restringidos de comportamiento?

Son acciones que se manifiestan por lo general de las siguientes formas:-Uso de objetos o movimientos motores estereoti-

pados o repetitivos (tales como estereotipias moto-ras simples, ecolalia, uso repetitivo de objetos o fra-ses idiosincrásicas).

-Adhesión excesiva a rutinas, patrones ritualizados de comportamiento verbal o no verbal, o excesiva resistencia de cambio (como rituales motores, in-sistencia en la misma rutina o alimentos, cuestio-namiento repetitivo o angustia extrema ante los pe-queños cambios).

-Intereses fijos muy limitados que son anormales en intensidad y enfoque (tales como fuerte apego o preocupación hacia objetos poco comunes, excesi-vamente circunscriptas o intereses perseverantes).

-Híper o hipo reactividad a estímulos sensoriales o interés inusual en los aspectos del medio ambiente (por ejemplo, aparente indiferencia al dolor, al calor y/o al frío, respuesta adversa a sonidos como textu-ras específicas, oler o tocar objetos en exceso, fasci-nación con las luces o los objetos giratorios).

Se suele atribuir dicho comportamiento a una auto-rregulación física, psíquica y emocional. Sin embar-go, también puede deberse a un insistente mensaje que pulsa por salir ante la necesidad de ser escucha-do, expresado de forma única para cada individuo.

En esta investigación el patrón repetitivo será consi-derado como el signo desde el cual partiremos para el tratamiento arteterapéutico. El proceso creador es el que encauzará este signo, que solo parecía te-ner una razón fisiológica, en un símbolo con un gesto consciente, un gesto vivo, que permite a la persona en dificultad ampliar su rango de acción cotidiano, encontrar nuevos recursos expresivos.

Cabe aclarar que, el objetivo no es eliminar el au-tomatismo sino crear nuevas posibilidades desde el arte, fomentar la iniciativa, construir un vínculo y ampliar las herramientas de comunicación.

A continuación, se presenta una breve reseña de lo que ha sido uno de los casos observados en esta investiga-ción.

-Nombre: Mariano.-Edad al inicio del tratamiento: 16 años.-Diagnóstico: autismo severo.-Patologías asociadas: visión disminuida.-Descripción física: estatura mediana, abdomen in-flamado.

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Experiencias arteterapéuticas

-Otras consideraciones: su tono muscular es bajo, suele estar encorvado y su cuerpo, rígido. Se mueve con poca agilidad y con cuidado. Se traslada sin cho-carse de forma autónoma. No utiliza lentes, suele tener los ojos entrecerrados.

-Lugar de atención: Centro de día.-Tiempo de sesión grupal: una (1) hora por semana y quince (15) minutos de atención individual dentro de la misma.-Descripción del automatismo: introduce en sus bolsillos papeles, por lo general son periódicos o revistas (ha llegado a guardar hasta dos unidades completas dobladas). También suele tener una bol-sa con lápices y lapiceras que guarda en el bolsillo antes de salir de su casa.-Información adicional: su madre tiene una librería escolar.

Teorización del proceso

El trabajo arteterapéutico se centró en un signo (una insistencia automatizada de su comportamiento): guardarse papeles doblados en los bolsillos.

A partir de este signo fuimos decodificando jun-tos, en cada encuentro, lo que intentaba comuni-car desde su inconsciente con el objetivo de au-mentar su rango expresivo.

De acuerdo con Jung: “Solo en un juego mutuo de consciente e inconsciente puede el inconsciente demostrar su valor y quizás hasta mostrar una forma de vencer la melancolía del vacío” (Jung, 1984, p. 252).

Este proceso tuvo una duración de dos años de atención semanal continuada. Al comienzo, Maria-

no no permitía que sacara materiales de mi caja de arte. Se enojaba y comenzaba a golpear la mesa y su abdomen, gritando.

Poco a poco fue permeabilizándose, hasta llegar a sa-car los objetos que llevaba en los bolsillos.

Descripción artística/técnica del proceso

Acciones y variaciones realizadas

El proceso partió de un signo: papeles en el bolsillo.

Sacarlos del bolsillo. Desdoblarlos. Escribirlos y volver a guardarlos. Escribirlos con lapicera y volver a guar-darlos. Escribirlos con fibra y volver a guardarlos. Es-cribirlos con crayón y volver a guardarlos. Pintarlos con pincel y témpera y volver a guardarlos. Trabajar sobre otro soporte (tela, cartón o madera), haciendo tam-bién grafismos. Trozar papeles de revistas y pegarlos sobre otro papel. Observar la pincelada de su propia obra. Sacar un papel del bolsillo, escribirlo y pegarlo en la pared, sin volver a guardarlo. Modelar con arcilla ge-nerando relieves, extraer el material, pintar sobre arci-lla haciendo grafismos. Jugar y explorar telas, envolver su cara con la tela. Hacer grafismos con fibra, lapicera, lápiz y crayón sobre superficie dura y textura de yeso. Trozar el papel del diario que sacamos de sus bolsillos. Recubrir escultura de alambre con técnica papel ma-ché con pequeños pedazos y pegamento. Percibir las formas de la escultura. Pintar escultura.

A mediados del tratamiento, Mariano debió someter-se a una operación de apéndice y se suspendieron los encuentros por un mes.

A su retorno, evidenciando la desconexión existente, fue necesario encontrar una vía más clara de comu-nicación. Afianzamos el concepto de “ritual” de en-cuentro.

Tal como menciona Anselm Grün (2007) en el libro El Goce de Vivir, “los rituales tienen la función de crear comunicación, de situar al individuo en un contex-to mayor y más externo, son una fuerza contraria al aislamiento y la pérdida de sentido” (p. 121). Con los rituales de encuentro y una mirada atenta sobre su contexto familiar y cotidiano, la simbolización del com-portamiento se dio naturalmente.

Los rituales diarios resignifican la rutina, dan un senti-do al hacer, conectan de forma directa con la trascen-dencia, con un sentido más profundo de la existencia.

Las personas con autismo, con sus tiempos y su percepción, dejan en

evidencia la vorágine de vida y la falta de registro de lo sutil que subyacen en la actualidad. En mi experiencia profesional

me han enseñado una forma diferente de habitar el presente y a tener una

comprensión más sincera de la realidad.

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icas Conclusión

La falta de simbolización es una característica del autismo, en el que se dificulta imaginar y compren-der conceptos y expresiones abstractas de los otros.Desde un sentido aún más profundo, en el mundo interno de Mariano existían símbolos que emergían como signos. A través del ritual artístico y la perse-verancia en el proceso, fue capaz de exteriorizar sus símbolos personales y nutrir sus herramientas de comunicación.

Mariano se ha animado a jugar con esa “protección” que presentaba en su cuerpo, desdoblar sus diarios, desdoblarse (observar el desdoblamiento progresivo de sus producciones a lo largo del tiempo en la pri-mera imagen), abrirse en la sesión y observarse en el hacer. Dando un gran paso desde: “tengo a mamá y sus útiles conmigo”, hasta: “puedo hacer y relacio-narme con mi entorno a partir de estos objetos que son conocidos para mí”.

Sentirse acompañado a su tiempo y reconocido por el vínculo terapéutico ha permitido su despliegue ar-tístico y relacional, que a partir de su gesto vivo ha habilitado un Mariano adolescente, curioso de la vida que lo rodea.

Los rituales nos infunden la sensación de que nues-tra vida es valiosa, de que hay personas que se preocupan por nosotros e invierten su tiempo en celebrar conscientemente el hecho de estar con no-sotros, esto es lo único que nos proporciona el senti-miento de ser aceptado, de que se nos toma en serio, de la dignidad y riqueza de la vida humana (Grün, 2007, p. 78).

En conclusión, resulta fundamental una escucha au-téntica, como mencionamos al comienzo, “ser hu-manos” y valorar también la información que nos trae esta patología con respecto al contexto en el que vivimos. ■

BIBLIOGRAFÍAGrün, A. (2007). El Gozo de vivir. Rituales que sanan. Ed. Guadalupe.Jung, C. G. (1984). El hombre y sus Símbolos. Barcelona: Ed. Luis de Caralt.Waisburg, C. (2014). Autismo. Guía para padres y profesionales. Ed. Paidós.

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Experiencias arteterapéuticas

Experiencia en la presentación del taller ”Arteterapia en la Prevención y

Promoción de la Salud Mental”

María Belén Cerfoglio1, Pamela Parma2 y Angie Quintana3

1 Psicóloga. Arteterapeuta plástica. Creadora de Educación Emocional Artística. Trabaja en clínica individual y grupal desde el arteterapia. Facilita talleres y formación de educación emocional para niños y adultos, y seminarios de formación en arteterapia para trabajadores de la salud y la educación. Se reconoce en todas las artes. Forma parte de “Laboratorio de Arteterapia” desde 2017.2 Licenciada en Psicología Especialista en Psicología del Deporte. Arteterapeuta plástica. Coordinadora de “Taller de Cre-Actividad para Adult@s y Adult@s Mayores | C-Mat”. Psicóloga deportiva en “Escuela Interdistrital de Alto Rendimiento en Ajedrez Rosario”. Docente de ajedrez en enseñanza primaria primer y segundo ciclo. Psi-cóloga en clínica individual y facilitadora de talleres de arteterapia (niñxs, adolescentes, adultxs) y seminarios de formación en arteterapia para trabajadores de la salud y la educación. Su impronta es 100% lúdica. Es parte de “Laboratorio de Arteterapia” desde 2014.3 Licenciada en Psicología. Arteterapeuta plástica. Su curiosidad por esta práctica la llevó a ampliar su formación en Metáfora: centro de estudios de arteterapia, en la ciudad de Barcelona (España). Trabaja desde el arteterapia como coordinadora de grupos en centros de día y en clínica individual. Facilita talleres de arteterapia para niños/as, adolescentes y adultos/as, y seminarios de formación en arteterapia para trabajadores de la salud y la educación. La técnica de expresión artística con la cual más se identifica es la fotografía experimental. Forma parte de “Laboratorio de Arteterapia” desde 2014.

Resumen

Dentro del marco del III Encuentro Latinoamerica-no y del Caribe de DDHH y Salud Mental (Rosario, 12, 13 y 14 de septiembre de 2019), coordinamos el taller “Arteterapia en la Prevención y la Promo-ción de la Salud Mental”, y partimos del eje funda-mental del Arteterapia: el proceso creativo. Propusi-mos diferentes enunciados que hacen referencia a las instancias de dicho proceso en conjunto con ac-ciones determinadas que permitieran la experien-cia de la vivencia en los propios cuerpos. El debate colectivo coincidió en la necesidad del arte como un lenguaje instalado y apropiado por toda la comuni-dad, y en pensar al arte como un posible promotor de paz. Se concluyó de manera compartida que el arte es un canal para ser libres.

Palabras clave: arteterapia, prevención, promo-ción, salud, derechos humanos, arte.

El Arteterapia es una disciplina aplicable en la pro-moción de la salud porque utiliza las artes como medio de comunicación, favoreciendo la expresión, tanto individual como colectiva. Además, la gene-ración de espacios que trabajen con herramientas arteterapéuticas promueven la creatividad como disparador de hábitos y dinámicas, enriqueciendo

las subjetividades. El objetivo está centrado en la autoexploración y los hallazgos que cada persona pueda hacer de sí misma para, de esta manera, ad-quirir recursos que sean útiles en la prevención.

Ponemos foco en el proceso creativo más que en el producto final realizado, por eso no es necesario tener conocimientos previos en arte. Al expresarse desde la producción y la acción creativa se pone en juego lo emocional, y es ahí donde el participante inicia el proceso de autoconocimiento y el diálogo con aquello que produce.

La grupalidad también habilita este diálogo por medio de las resonancias grupales y la intersubje-

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icas tividad, es decir, una posibilidad de encuentro con

los otros y otras, de intercambios y aprendizajes mu-tuos.

Entonces, ¿por qué desde Laboratorio de Arteterapia proponemos al arte en sus diversos lenguajes para promover la salud mental integral? Porque conside-ramos al lenguaje artístico como un derecho que nos permite expresarnos, comunicar y transformar la realidad hacia nuevas alternativas posibles, indi-viduales y colectivas de desarrollo integral del ser humano.

Dentro del marco del III Encuentro Latinoamericano y del Caribe de DDHH y Salud Mental, que se rea-lizó en la ciudad de Rosario los días 12,13 y 14 de septiembre de 2019, participamos en calidad de disertantes coordinando el taller “Arteterapia en la Prevención y la Promoción de la Salud Mental”.

Este movimiento, que se originó en Latinoaméri-ca y el Caribe, viene construyendo y fortaleciendo modalidades de resistencia propositivas regionales que buscan desafiar a una sociedad que transforma las diversidades en desigualdades, amparándose en el supuesto de que existe una “única normali-dad”. En esta edición, donde la premisa “La vida no cabe en un diagnóstico” reforzó la bandera des-manicomializadora, la invitación fue la de encon-trarse para compartir y revalorizar estos saberes y conocimientos diversos que existen y resisten, en un intercambio y diálogo desde el cual (re)hacernos colectivamente. Una invitación para construir pre-guntas que luego volverán a aquellos territorios, descolonizando saberes y prácticas y generando procesos de construcción contrahegemónicos.

Como compartimos el propósito y la lucha de esta red, formamos parte de este encuentro masivo e intercultural, llevando nuestra propuesta para que se expanda y visibilice el Arteterapia como una he-rramienta de revolución personal y social.

A partir del disparador “¿Qué hacemos cuando hacemos Arteterapia?”, pensamos en cómo com-partir con otros y otras el trabajo arteterapéutico, atravesando los diferentes lenguajes (música, ex-presión y movimiento corporal, arte plástico y es-critura creativa). Partimos del eje fundamental del Arteterapia: el proceso creativo. Y desde allí pro-pusimos diferentes enunciados que hacen refe-rencia a las instancias de dicho proceso creador en conjunto con acciones determinadas que permitan

vivenciarlo en sus propios cuerpos, abriéndose a la experimentación.

Iniciamos el taller con una relajación preparatoria para las acciones posteriores, a modo de caldea-miento (entiéndase por “caldeamiento” aquellas dinámicas que colaboran con dejar el “afuera afue-ra” y poder ingresar con una mayor predisposición a la dinámica planteada).

A continuación, enumeramos las consignas desarrolladas.

Enunciado 1: “Usamos todo nuestro cuerpo”

Fundamentación/justificación:

-Porque entendemos al cuerpo como nuestra primera herramienta de comunicación y expresión.-Porque allí nos habitamos, el cuerpo también es nues-tra casa y territorio.-Porque “el cuerpo habla”.-Porque gracias al cuerpo somos presencia aquí y ahora.-Porque nos permite hacer, deshacer, mover, desple-gar e infinitas posibilidades más.

Acción 1: Música + movimiento

Fundamentación/justificación:

-Porque el registro de nuestro cuerpo (registro en tan-to sensorial como registro en tanto visual, “poniéndolo afuera”) es fundamental para visibilizarlo y reconocerlo como tal.-Porque necesitamos de la acción colectiva para mo-vernos y crear juntos. -Porque el todo es más que la suma de las partes.-Porque estamos hechos de huellas y marcas además de que también dejamos huellas y marcas.

Enunciado 2: “Creamos a partir de lo dado”

Fundamentación/justificación:

-Porque el proceso arteterapéutico desde la acción lúdica-simbólica nos permite ensayar cómo y de qué manera podríamos modificar la realidad concreta. Des-de adentro hacia afuera y viceversa. Por medio de la creación artística como instrumento de acción y trans-formación.-Porque ensayamos un “como si” dentro de un contex-to cuidado, acompañado y facilitado para desplegar y desarrollar todas las potencialidades que tenemos. -Porque el uso de la creatividad (su entrenamiento y

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Experiencias arteterapéuticas

despliegue) es la base del aprendizaje en el uso de una herramienta segura para la resolución de problemas.

Acción 2: Expresión e intervención desde la plástica

Fundamentación/justificación:

-Porque el tener un espacio concreto de intervención nos permite allí poder plasmar todo lo que necesita-mos decir, de una manera más creativa y con sentido, sin olvidar que también “lo personal es político”. -Porque también este proceso puede asociarse al con-cepto de resiliencia como recurso psíquico a desarrollar.

Enunciado 3: “Resignificamos a partir de lo creado”

Fundamentación/justificación:

-Porque más allá de los contextos que habitamos y transcurrimos, siempre podemos encontrar la posibili-dad de transformación y cambio, tanto a nivel personal como social.-Porque le estamos dando un nuevo sentido a eso que mirábamos de una determinada manera.-Porque nos permite ensayar distintas formas de transformar lo creado.

Acción 3: Creación conjunta

Fundamentación/justificación:

-Porque esta acción nos abre a lo nuevo posible, a la construcción colectiva, a la multiplicidad y multiplica-ción de miradas, al juego del “como si” de transformar realidades.-Porque la creación nos permite visibilizar lo oculto, dar nuevas formas y borrar lo que no queremos más.

Enunciado 4: “Ponemos en palabras nuestros sentires”

Fundamentación/justificación:

-Porque la palabra va a resignificar la autoexploración personal, colectiva y el recorrido compartido.

Acción 4: Escritura

Fundamentación/justificación:

-Porque conectamos y registramos nuestro mundo emocional.-Porque nos permite descubrir otros ángulos de lo dado.-Porque luego nos permite compartirlo con los de-más y reflejarnos en el sentir colectivo.

Descripción del taller

El objetivo del taller fue que los y las participantes pudieran vivenciar estas distintas partes del proce-so creativo y que lograran tener un espacio de ac-ción individual y otro colectivo. El espacio que nos otorgaron para desarrollar el ta-ller fue un aula del segundo piso de la escuela de enfermería de la Universidad Nacional de Rosario. Había ventanales, entraba luz natural y aire. Dispu-simos los bancos hacia los costados para generar un círculo y dejar un espacio libre en el centro. Lue-go entraron los y las participantes, quienes se sen-taron en los bancos.

Les dimos la bienvenida y les invitamos a habitar el espacio libre del medio del salón, a soltar el cuerpo y a jugar sin juzgar lo que aconteciera.

En la primera parte del taller fueron protagonistas la música, el movimiento y la expresión corporal. Si bien se trató de una actividad individual, jugó lo co-lectivo, ya que al circular inevitablemente debían in-teractuar para respetar los espacios propios y aje-nos, no chocarse o intercambiar algunas miradas. La mayoría pudo soltar su cuerpo y entregarse a la actividad. En ese momento llegaron personas nue-vas, por lo cual se encargaron de desempeñar el rol de “observadores no participantes”.

En la segunda parte se llevó a cabo la acción plásti-ca. Esta instancia también fue individual y, como en la anterior, se observó una armonía en el respeto por el espacio del otro, en la manipulación de los mate-riales y en la distribución de las personas en el es-pacio. La mayoría se dispuso sobre el suelo, donde habíamos presentado los materiales, mientras que otros pocos se sentaron en los bancos. Se los veía mayormente disfrutando y fluyendo con la consigna.

Como compartimos el propósito y la lucha de esta red, formamos parte de este encuentro masivo e intercultural,

llevando nuestra propuesta para que se expanda y visibilice el Arteterapia como una herramienta de revolución personal y social.

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Expe

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icas La tercera parte sí tuvo carácter colectivo. Los y las

participantes pudieron crear en conjunto. La consigna fue que se pusieran de acuerdo pero sin hablar. Las miradas fueron clave. Enseguida pasaron a la acción y en unos pocos minutos lograron ponerse de acuerdo.

En un cuarto momento les pedimos que le pusieran un título a su obra conjunta. Y aquí comenzó lo más sorprendente. En otros pocos minutos surgieron pa-labras que se fueron entrecruzando. Brotó el signifi-cado que habían podido elaborar en conjunto a partir de la previa creación individual. Surgían palabras y títulos como estos: “Mundo emocional”, “Caos”, “Ri-zoma”, “Metamorfosis”, “Holístico”, “Diversidad”, “La nuda vida”, “Vida”, “Energía”, “Ruido”, “Lo que se des-prende”, “Lo sanador, “Lo que nos falta”. Acordaron rá-pidamente en titular a la obra “Lo que se desprende”, haciendo alusión a lo que brota del interior y se plas-ma en el hacer artístico.

Por último, escribieron sus resonancias y las com-partieron. Los sentires fueron hermosos. Algunos de ellos: “Sentí el calor de mi tierra, el amor”, “Sol-tar, sanar, llorar sin tener vergüenza”, “El arte nos hace mover la angustia”, “Encontrarnos en la mira-da”, “Estar en casa”, “Fluidez para habilitar lo que se desprende”, “La vida es imperfecta, perfectos son los momentos”, “Del orden al caos, del caos al orden”. También compartieron sus reflexiones de quienes habían estado como “observadores”: “Sen-tir, pensar y hacer estilos personales de pintar y de expresarse. El arte es transformador, conecta con el pasado, presente y futuro. Es un vehículo social e individual y nos permite intercambiar. Una alterna-tiva a la medicalización”, “El arte es como el acom-pañamiento terapéutico, un apoyo”.

Una de las observadoras no participantes nos regaló su registro y reflexión en forma de poema:

“Lo que se desprendedel cuerpo va mutandoel aire todo y contagia.Vibra la mareadel lazoen el otre.La mirada sonorarepica en el almadonde nos encontramos.El arte nos hace mover la angustiay ensayar la sonrisa,nos agrupa

y enraizamos en lo vivo,en la ternura del círculo”.

Natalia, 13/09/19

Luego se abrió el intercambio y trabajamos además sobre los puntos teóricos de importancia del Artete-rapia. Compartimos la lectura de un “Manifiesto” que escribimos especialmente para el encuentro, dando a conocer de qué se trata el Arteterapia y nuestros prin-cipales objetivos.

Conclusiones y reflexiones

Participaron de este taller alrededor de 30 personas de distintos lugares del país (Ciudad de Buenos Aires, Junín de los Andes, Paraná, Neuquén, Rosario y For-mosa, entre otros) y de otros países de Latinoamérica, con diversas profesiones y miradas, lo cual enriqueció y permitió poder compartir e intercambiar distintas miradas y variadas formas de abordaje de la salud, en particular de la salud mental. A partir de esta instancia de reflexión, surgió “el arte como…”:

… Un apoyo a la palabra, un canal de expresión habilita-dor, posibilitante, dotado de vida, que permite ordenar el caos y desordenar el orden: el Arte es transformador.

… Un vehículo que nos permite relacionarnos desde otro lugar y eso nos hace más humanos, en tanto sen-sibles, empáticos.

… Un lenguaje que nos conecta con nuestro pasado, presente y futuro. Nos conecta con nuestra cultura y permite que diferentes culturas se acerquen, que inter-cambien modos de ser y maneras de pensar.

… Una alternativa a la medicalización y, por ende, un acto político.

El debate colectivo coincidió en la necesidad del Arte como un lenguaje instalado y apropiado por toda la comu-nidad. En este sentido, entendemos al Arte como un ca-nal para ser libres. Y cuando hablamos de ser libres, nos referimos a esa libertad que proviene de las infinitas formas de transformar lo dado. Es esto justamente lo que promovemos desde “Laboratorio de Arteterapia” y lo que quisimos compartir en este taller en el marco del Encuentro.

Cabe destacar que las mismas personas que asistieron al taller arribaron desde la vivencia hacia el propósito de este, pudiendo poner en palabras esto de “sentirse li-

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Experiencias arteterapéuticas

bres” a través del arte y manifestando ser conscientes de ello. Se mostraron entusiasmados y entusiasmadas por seguir indagando sobre Arteterapia y con ganas de llevar el arte como medio de expresión al servicio de la salud mental, cada uno/a desde su lugar. Alguno/as como psicólogo/as, otro/as como acompañantes te-rapéutico/as, otro/as como musicoterapeutas, etc. Se abrió un camino, una posibilidad, una alternativa para el trabajo con las personas para las cuales estamos al servicio como agentes de salud.

Otro emergente a señalar fue el desconocimiento del Arteterapia como herramienta de trabajo en este ám-bito, lo cual habla de la necesidad de que se expanda el campo, que se formalice y estructure su transmisión, que se regularice en el marco de la ley, tanto en Argen-tina como en otros países de Latinoamérica.

Consideramos que el hacer artístico es en sí mismo un acto político y que podemos posicionarnos como agentes de la promoción del quehacer artístico para la salud, en tanto ciudadano/as que habilitemos espacios de expresión e intercambio desde el arte. El Arteterapia en relación a ello nos dará el marco terapéutico, el sos-tén de los conocimientos en la materia.

Los y las invitamos, pues, a apropiarse del arte en tan-to lenguaje característico de nuestra cultura, como hu-manidad. A dejarse interpelar con lo que surja y brote desde las profundidades o las superficies de su ser, y que ello los y las lleve a comunicarse de una manera alternativa, atenta a la diversidad, sin juzgar a los/as demás. Promover la salud a través de los lenguajes artísticos es prevenir la desconexión con los/as otro/as, la incomunicación, el aislamiento, la soledad, la dis-criminación, la intolerancia y tantos otros males que la sociedad atraviesa en la actualidad. En este sentido, podríamos arriesgarnos a decir que ubicamos al arte como el promotor de la paz que anhelamos para nuestra humanidad. ■

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ad Eficácia de programa de Arteterapia com grupo de mulheres com

dependência de drogas

Ana Cláudia Afonso Valladares-Torres1

Laíza Thainá Araújo Rodrigues 2

1 Doctora en Enfermería Psiquiátrica por la Escuela de Enfermería de Ribeirão Preto (Universidad de San Paulo). Enfermera y Arteterapeuta, certificada por la Asocia-ción Brasil Central del Arteterapia (Brasil) con orientación junguiana. Docente de la Universidad de Brasília. Coordinadora del Consejo editorial de la Revista Científica de Arteterapia Colores de la Vida.2 Estudiante de Enfermería por la Universidad de Brasília.

Resumo

O estudo avaliou a eficácia de um programa de Artetera-pia grupal voltado para mulheres dependentes de drogas. Foram realizados nove encontros grupais de Arteterapia e aplicou-se um questionário: Qual é o valor de um gru-po de Arteterapia voltado para um grupo exclusivo de mulheres dependentes de drogas? Na análise dos dados, emergiram três categorias, a saber: O grupo de Artetera-pia encoraja a partilha de emoções; estimula a relação de confiança; e favorece o bem-estar geral.

Palabras clave: arteterapia, saúde da mulher, transtor-nos pelo uso de sustancias, saúde mental.

Resumen

El estudio evaluó la efectividad de un programa de Arte-terapia grupal dirigido a mujeres drogodependientes. Se realizaron nueve reuniones grupales de Arteterapia y se aplicó un cuestionario: ¿Cuál es el valor de un grupo de Arteterapia centrado en un grupo exclusivo de mujeres drogodependientes? En el análisis de datos, surgieron tres categorías, a saber: el grupo de Arteterapia fomenta el intercambio de emociones, estimula la relación de con-fianza y favorece el bienestar general.

Palabras-chave: arteterapia, salud de la mujer, trastor-nos por consumo de sustancias, salud mental.

Introdução

Um dos graves problemas de saúde pública no Brasil é a dependência de drogas psicoativas, transtorno que gera vários danos indesejáveis, como crises familiares, violên-cias, acidentes de trânsito, agravos à saúde física e mental,

problemas financeiros e no trabalho, dificuldades educa-cionais, aumento das internações hospitalares entre ou-tros (SNPD, 2017). Além disso, a dependência de drogas é um dos transtornos mentais com maior incidência de comorbidades psiquiátricas, entre os quais se incluem a depressão e a ansiedade (Danieli et al., 2017).

As mulheres possuem maior vulnerabilidade aos efeitos de drogas psicoativas como maior risco de hipertensão, des-nutrição, anemia, doença cardiovascular, doenças hepáti-cas e gástricas, câncer de mama, osteoporose entre ou-tros. Os fatores psicológicos influenciam, no início do uso do álcool, os sentimentos mais comuns: timidez, ansieda-de, preocupação com a imagem corporal, sentimentos de culpa e de medo, esses fatores corroboram para o atraso na busca de tratamento adequado (Fertig et al., 2016).

Vários estudos sobre a prática de Arte em terapia voltada para pessoas em tratamento da dependência de drogas tem sido utilizada como uma ferramenta de cuidado útil em saúde mental, por estimular o autoconhecimento e o relaxamento, aumentar a autoestima ou, ainda, diminuir os sinais de depressão e de ansiedade (Valladares-Torres,

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En profundidad

Um grupo de Arteterapia, além de trabalhar com a comunicação verbal e não verbal, por meio da arte, facilita a expressão das emoções, para além do que um grupo misto. O grupo exclusivo

de mulheres disponibilizou melhor o compartilhar de experiências inclusive

dolorosas com as outras.

2017; Megranahan e Lynskey, 2018). Hanes (2017), em seu artigo sobre os benefícios do uso da Arteterapia vol-tado para mulheres dependentes de drogas, concluiu que o uso do desenho em Arteterapia pode ajudar as mulhe-res a entender melhor o seu caminho de recuperação e ser útil para avaliação, ao oferecer insights sobre o abuso de substâncias e estado psicológico delas. Este estudo apresenta como objetivo avaliar a eficácia de um progra-ma de Arteterapia grupal voltado para mulheres depen-dentes de drogas.

Desenvolvimento

Trata-se de um estudo descritivo, exploratório, com de-lineamento de abordagem qualitativa. Foi desenvolvido em um Centro de Atenção Psicossocial-álcool de outras drogas (CAPS-ad) III de uma região do Distrito Federal, que compõe a rede de atenção à saúde mental. O estudo foi desenvolvido de agosto a dezembro de 2018.

Participaram do estudo 24 mulheres dependentes de drogas que participavam do programa de Arteterapia grupal no período desenvolvido. As mulheres foram sele-cionadas voluntaria e aleatoriamente nos dias e horários programados para realização de um grupo de Artetera-pia voltado para o público feminino. Como critérios de inclusão, foram selecionadas pessoas do sexo feminino, idade acima de dezoito anos, dependentes de drogas, vinculadas ao CAPS-ad III e que aquiesceram em parti-cipar do estudo. Já como critérios de exclusão, mulheres que, no momento da entrevista ou das intervenções de Arteterapia, estivessem com sintomas psicóticos graves, bem como apresentassem deficiência física e/ou motora que as impedisse de participar das intervenções de Ar-teterapia e/ou responder aos questionários. Foram reali-zados nove encontros grupais e semanais de Arteterapia com grupos variáveis de três a treze mulheres depen-dentes de drogas, com duração de, aproximadamente, duas horas cada, coordenados por uma arteterapeuta e

por alunos de Enfermagem auxiliares de pesquisa, am-bos vinculados à Universidade de Brasília. Todas as inter-venções de Arteterapia tinham atividades de aquecimen-to, de desenvolvimento e de fechamento do processo de forma distinta.

Aplicou-se um Roteiro de Entrevista para identificação do perfil sociodemográfico, clínico e psiquiátrico das par-ticipantes, que continha as seguintes variáveis: idade, naturalidade, escolaridade, estado civil, filhos, grupo ét-nico, residência, trabalho e renda, vulnerabilidade social (violência), droga de dependência e tempo de tratamento. Esses dados foram expostos de forma descritiva e explo-ratória e foram agregados ao trabalho, a fim de expor o perfil das mulheres pesquisadas.

Também foi utilizada uma Questão aberta de Saída, ela-borada pelas autoras e aplicado no final das intervenções de Arteterapia. A questão consistia na pergunta: Qual é o valor de um grupo de Arteterapia voltado para um grupo exclusivo de mulheres dependentes de drogas? As res-postas foram transcritas na íntegra. Posteriormente, os dados verbais foram submetidos a uma análise de con-teúdo qualitativa, modelo proposto por Bardin (2011), e foram organizados em três fases: pré-análise, exploração do material e tratamento dos resultados, e depois agru-pados por temas similares e relevantes.

Foram obedecidos todos os preceitos éticos e legais, por se tratar de pesquisa que envolve seres humanos e se

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ad obteve a autorização do Comitê de Ética em Pesquisa da Fundação de Ensino e Pesquisa em Ciências da Saú-de (CEP/FEPECS), sob o CAAE nº 44625915400005553. Todos os Termos de Consentimento Livre e Esclarecido (TCLE) foram assinados pelas participantes. Para asse-gurar o anonimato das participantes, elas escolheram um nome de flor para serem representadas ao longo deste artigo, seguido pelo número da intervenção. Ficou cada participante representado conforme o exemplo: Violeta-1ª.

Participaram do estudo 24 mulheres dependentes de drogas com idade mínima de 29 e máxima de 59 anos e média de idade de 41 anos. Em maioria, eram solteiras ou separadas, tinham filhos, entretanto não viviam com elas e a média de filhos foi de 2,8. Houve prevalência de baixa escolaridade, grupo étnico autodeclarado de ne-gras, viviam com suas famílias e sem vínculo empregatí-cio. A maioria das mulheres participantes era dependente de múltiplas drogas, em especial do álcool e crack e tinha mais de um ano de adesão ao tratamento no CAPS-ad III. Cem por cento das mulheres participantes já haviam so-frido algum tipo de violência e 78% foram cometidas pelo companheiro.

Idade média alta das mulheres, serem separadas, terem filhos que não coabitam com elas, grupo étnico de negras, alcoolistas, alta vulnerabilidade social (risco de violência, desemprego) são aspectos citados entre os autores que avaliam os dados sociodemográficos de pessoas usuá-rias dos serviços de saúde mental (Mastroiani et al., 2016; Danieli et al., 2017).

As participantes mais frequentes no grupo foram em or-dem decrescente: Margarida – participou de sete inter-venções; Girassol – participou de seis; Lírio – de quatro; Azaleia, Camomila, Tulipa e Verbena – participaram de três intervenções cada; já Amor-perfeito, Begônia, Borragem, Capuchinha, Cravo, Gerânio e Hortência – participaram de dois encontros; e, finalmente, as participantes Alfazema, Antúrio, Arruda, Bromélia, Camélia, Confrei, Crisântemo, Hibíscus, Jasmim e Violeta – participaram apenas de um encontro. Na prática clínica, é possível observar a baixa adesão dos usuários nos grupos terapêuticos, é uma ca-racterística comum entre o grupo de drogadictos.Na análise do conteúdo verbal expresso pelas participan-tes no Questionário aberto de Saída, emergiram três ca-tegorias, a saber: (a) o grupo de Arteterapia exclusivo para mulheres dependentes de drogas encoraja a partilha de emoções; (b) o grupo de Arteterapia exclusivo para mul-heres dependentes de drogas estimula a relação de con-fiança; e (c) o grupo de Arteterapia exclusivo para mulhe-res dependentes de drogas favorece o bem-estar geral.

O grupo de Arteterapia exclusivo para mulheres depen-dentes de drogas encoraja a partilha de emoções

Um grupo de Arteterapia, além de trabalhar com a co-municação verbal e não verbal, por meio da arte, facilita a expressão das emoções, para além do que um grupo mis-to. O grupo exclusivo de mulheres disponibilizou melhor o compartilhar de experiências inclusive dolorosas com as outras. Simultaneamente, um grupo de Arteterapia exclusivo para mulheres oferece uma saída diferenciada para as emoções, bem como novos insights e novas re-descobertas. Nas falas a seguir foram registrados os as-pectos apresentados nesta categoria:

Desabafei minha raiva, tanta raiva (P3-1ª). Gostei muito eu acho que desabafa (P4-5ª). Gostei, desabafei (P6-3ª). Foi muito bom, sensação de alívio, um peso que tirou (P9-2ª). É um desenrolar de sentimentos (P9-9ª). Um alí-vio (P21-5ª). Foi uma possibilidade de falar de mim e de meus problemas com pessoas passando por muitas difi-culdades parecidas com a minha (P21-3ª). Foi uma ma-neira de eu expressar a minha intimidade sem perceber (P21-9ª). Consegui me expressar mais facilmente (Lírio-9ª). A arte é mais suave, consegui passar pelas etapas da minha vida sem ficar presa a elas (Margarida-9ª). Com a arte e um grupo só para mulheres fico mais à vontade de falar o que verdadeiramente sinto (Margarida-9ª, Camo-mila-9ª). Ajuda a expressar melhor a minha vida pessoal e íntima – sexual (Girassol-9ª). Me senti verdadeira, pude comunicar o que estava sentindo (Girassol-9ª).

Artigo que validou a eficácia do processo das Arteterapias criativas com uma mulher dependente de múltiplas dro-gas e usuária de um Centro de Atenção Psicossocial ál-cool e outras drogas constatou que, com as intervenções de Arteterapias criativas, houve libertação catártica de temas emocionais, aumento da autopercepção e da au-toestima, e foram favorecidos o relaxamento, a vitalida-de e a autoconfiança, além da melhoria do seu estado de ânimo (Valladares-Torres, 2018a).

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En profundidad

Outro estudo de caso clínico-qualitativo de Arteterapia desenvolvido com doze usuários do sexo masculino de um Centro de Atenção Psicossocial álcool e outras dro-gas (CAPS–ad) III expressou seu mundo inconsciente de forma lúdica, por meio da colagem de do desenho. Com as intervenções de Arteterapia, foi possível compreender o momento de vida que os participantes, dependentes de drogas estavam vivenciando (Valladares-Torres e Lago, 2018a).

Uma pesquisa que avaliou um programa de Arteterapia em um serviço multidisciplinar de saúde mental consta-tou que melhorias na qualidade de vida e enfatizou o seu papel importante da intervenção não verbal, além da ver-bal, especialmente voltado para pessoas com dificuldade de verbalização. Além disso, a autoexpressão criativa foi bastante pontuada positivamente pela equipe de saúde e pelos usuários do serviço como parte do processo de reabilitação psicossocial (Brady, Moss e Kelly, 2017).

Estudo clínico-qualitativo em forma de estudo de caso múltiplo analisou o processo de Arteterapia com o uso das máscaras e a tipologia de Jung em dois alcoolistas usuários de Centro de Atenção Psicossocial – álcool e outras drogas mostrou que as sessões de Arteterapia favoreceram os participantes a expor mais seus senti-mentos, a distrair-se dos problemas e a refletir sobre sua vida. As sessões de Arteterapia podem favorecer a

expressão verbal e a não verbal de alcoolistas, de modo a contribuir para a autorreflexão do processo terapêutico e para a mudança comportamental (Valladares-Torres e Lago, 2018b).

O grupo de Arteterapia exclusivo para mulheres depen-dentes de drogas estimula a relação de confiança

Algumas mulheres participantes apontaram que o tra-balho em grupo auxilia na consciência de si e dos outros, favorece o relacionamento e/ou apoio social, pois partici-par do grupo as fez sentir como se fossem partes de uma comunidade. Aspectos que favoreceram a formação de relações de confiança entre o grupo de pares e, conse-quentemente, de autoconfiança. E foram apontados nos depoimentos de algumas participantes:

Minha vida também tem boas histórias para compar-tilhar com as outras mulheres (P18-1ª). Ver a realidade de outras mulheres vai me ajudar a enfrentar a realida-de e para enfrentar os problemas (P4-8ª, P11-4ª). Fez eu pensar na minha vida, nas coisas boas também que tenho, além do vício do álcool (P12-3ª). Me ajudou a ver quem eu sou, antes ficava com medo de errar e me deu forças para encarrar os problemas (Girassol-9ª). Percebi que todas nós temos problemas na vida e ambas esta-mos enfrentando os problemas de diferentes maneiras (Camomila-9ª). Cada uma com sua experiência diferente ajuda a outra a outra (Girassol-9ª). Ambas estamos bus-cando melhorar e progredir na vida (Margarida-9ª). Eu achava que meu problema era maior do que das outras (Girassol-9ª). Hoje eu consegui falar e não apenas a sorrir (Tulipa-9ª). Vi que sou capaz, fortaleceu minha autocon-fiança (Camomila-9ª). Aprendi muitas coisas novas com as outras mulheres (Lírio-9ª).

Um relato de experiência desenvolvido com mulheres de-pendentes de drogas apenadas reforçou que as técnicas expressivas permitem a percepção de padrões compor-tamentais e de personalidade, que ao fazerem parte da dinâmica de vida do autor. O poder projetar-se pela ati-vidade expressiva permitiu com que o conteúdo expres-sivo emerso pelas participantes pudesse ser discutido e trabalhado. Aspecto que viabilizou o estabelecimento de vínculo de confiança positivo e proporcionou melhor con-dução dos trabalhos aplicados a esta clientela (Guadaim, Wielganczuk e Soares, 2018). Outra pesquisa realizada com 55 toxicômanos de um CAPS–ad, de ambos os se-xos, em que foi proposta a confecção de máscaras em Arteterapia com a utilização de materiais e elementos di-ferentes em cada intervenção apresentou como resulta-do que essas intervenções de Arteterapia estimularam a autopercepção, o autoconhecimento, a interação com os

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outros participantes e a busca pela verdadeira identidade psíquica, visto que as máscaras auxiliaram no aprofunda-mento do autoconhecimento e do processo de transfor-mação pessoal (Valladares-Torres e Costa, 2018).

O grupo de Arteterapia exclusivo para mulheres depen-dentes de drogas favorece o bem-estar geral

Foram citados os aspectos de bem-estar geral relacio-nados às mudanças positiva significativas no humor, aos sentimentos de alívio da tensão e/ou ansiedade iniciais e à redução dos sintomas físicos, como melhoria da cefa-léia, das dores musculares e da dificuldade respiratória. Quanto à melhoria do humor, algumas verbalizações fo-ram citadas a seguir:

Gostei, me deixou mais animada. Porque eu estava des-animada e agora meu ânimo melhorou (P6-5ª). Signifi-cou muito para mim, conversamos, rimos, pois ficar só dá depressão (P14-9ª). Fiquei mais animada (P18-3ª). Me diverti, fiquei mais animada (P14-7ª). Me deu ânimo para voltar para casa e recomeçar (P10-3ª). Fiquei mais revigorada (P17-7ª). Me deu energia (P21-4ª). Eu estava muito triste, mas agora voltei a tomar banho e ter ânimo para sair de casa (Girassol-9ª).

Um ensaio randomizado de Ciasca et al. (2018) sobre a apli-cação da Arteterapia como adjuvante no tratamento da de-pressão em mulheres idosas mostrou que as mulheres que participaram do grupo experimental (n = 31) apresentaram melhoria significativa nos escores de depressão (p = 0,007 e p = 0,025) e de ansiedade (p = 0,032) em comparação com os controles (n = 25). Em relação ao alívio das tensões-ansiedade, do estresse e da ansiedade verbalizadas pelas mulheres participantes foram apresentadas a seguir:

Gostei, fiquei mais relaxada (P1-3ª). A oficina me distraiu a cabeça (P2-5ª, Lírio-9ª). A Arteterapia me ajudou a fi-car mais calma e a me distrair (P4-9ª). A atividade me fez me sentir bem, mais relaxada... (P8-6, P11-3, P17-7ª, P24-6ª). [...] consegui descansar (P12-9ª). Me deixou mais tranquila (P14-3ª, Tulipa-9ª, Camomila-9ª). Me des-tressei (Tulipa-9ª). O grupo aliviou minhas tensões (Mar-garida-9ª, Lírio-9ª).

Outro estudo randomizado de Sezen e Ünsalver (2018) com mulheres que experimentavam medo do parto expôs que, ao final das seis semanas, os esco-res da escala de depressão de Beck e de ansiedade diminuíram significativamente no grupo experimen-tal de Arteterapia em relação ao grupo controle ao final do tratamento. Assim, os achados do estudo indicaram que a Arteterapia é um método eficiente para reduzir o medo do parto, da mesma forma, os níveis de ansiedade e os sintomas depressivos em mulheres grávidas no último trimestre. Um progra-ma de Arteterapia possibilita mudanças no compor-tamento, ajuda as mulheres a enfrentar e expres-sar seus medos por meio da sua arte (desenho) e, posteriormente, ganhar controle sobre seus medos (fazer mandalas, fazer fantoches, tirar fotos e fazer colagens) dentro de uma base segura e um sistema de apoio social contínuo fornecido pela estrutura do grupo de Arteterapia. Sobre a redução dos sintomas físicos apresentadas pelas participantes foram re-gistradas a seguir:

Ajudou a esquecer minhas dores nas pernas (P2-5ª). Foi um alívio para minha dor de cabeça (P11-1ª). A minha falta de ar diminuiu um pouco (P23-3ª).

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En profundidad

A Arteterapia é uma ferramenta que pode gerar um bem-estar aos seus participantes, pois trabalha com o lúdico, a criatividade, o simbólico e a elaboração dos conteúdos expressos (Valladares-Torres, 2018b). Vários trabalhos de Arteterapia com dependentes de drogas têm obtido resultados positivos sobre o bem-estar de usuários de drogas, dados que corroboram com os encontrados nesta pesquisa e apresentados a seguir.

Em relação à melhoria do humor e ao alívio das ten-sões, uma pesquisa de métodos mistos, ao identificar a percepção de 37 toxicômanos sobre um Programa de intervenção com Arteterapia corrobora com os dados encontrados neste estudo. Apresentaram que, após par-ticiparem das intervenções 94,3% dos usuários alegaram maior relaxamento e vitalidade, 91,4% relataram melho-ria do estado de ânimo, 88,6% aumentaram a autoper-cepção e autoestima, 85,7% obtiveram maior confiança em si mesmos, 82,9% deixaram fluir o processo criativo e adquiriram maior autonomia ou sensação de poder (Valladares-Torres et al., 2018). Pesquisa que confirma esses dados foi a de Valladares-Torres e Torres (2018) ao comparar o nível emocional das pessoas 35 dependentes de drogas antes e após as intervenções de “Arteterapia criativas” de um CAPS-ad. Os autores apresentaram que a alegria aumentou a pontuação, enquanto a tristeza re-duziu a pontuação.

Considerações Finais

Em que se considere a importância dos resultados obti-dos, apesar da inclusão de 24 mulheres dependentes de drogas a assiduidade das mulheres nas intervenções de Arteterapia foi baixa. Há de se considerar que a adesão dos dependentes de drogas nos grupos terapêuticos é

frequentemente baixa. Também são necessários mais estudos com mulheres dependentes de drogas de outros serviços de saúde mental e em outros territórios para permitir a generalização dos achados. Este estudo forne-ceu subsídios do significado de um grupo de Arteterapia voltado para um grupo exclusivo de mulheres dependen-tes de drogas, a fim de minimizar as consequências do sofrimento ocasionado pela dependência de drogas com a elaboração de novas estratégias criativas, lúdicas e simbólicas nos cuidados em saúde mental para a melho-ria do atendimento destas mulheres.

O estudo contribuiu para a instrumentalização de pro-fissionais de saúde mental em cuidados específicos para mulheres, que é uma clientela vulnerável e tem suas particularidades peculiares e pouco valorizadas no âmbi-to dos serviços em saúde mental. Esta pesquisa possi-bilitou avaliar a eficácia de um programa de Arteterapia grupal voltado para mulheres dependentes de drogas e, igualmente, possibilitou conhecer o perfil das mulheres participantes. Um grupo de Arteterapia exclusivo para mulheres dependentes de drogas encoraja a partilha de emoções, estimula a relação de confiança, bem como favorece o bem-estar geral. Diante desses resultados, observou-se que a Arteterapia é uma ferramenta precio-sa nos cuidados em saúde mental e existem, atualmente, poucos programas tanto de Arteterapia, quanto relacio-nados ao público feminino nos serviços de saúde men-tal, em especial nos transtornos relacionados ao uso de substâncias psicoativas, no qual o público feminino é mi-noria. Vale ressaltar que criar intervenções de Arteterapia específicas para grupos de mulheres na dependência de drogas e investir nelas é fundamental, pois existe uma la-cuna nos serviços de saúde mental de enfrentamento da dependência voltada para o público feminino. ■

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REFERÊNCIAS

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Te contamos

Curso de verano: ”Estrategias en arte para referentes en Prevención

comunitaria de consumos problemáticos con población juvenil”

En el Centro de Vida Asociación Civil se realizó el curso de verano 2020 “Estrategias en artes para referentes en Prevención comunitaria de consumos problemáticos con población juvenil”, con el apoyo de SEDRONAR. Fue organizado por el área de Preven-ción y Formación de Centro de Vida y tuvo como ex-positora central a la Magíster Estela Garber, Master en Arte Terapia de la Universidad de New York (NYU). También participaron el Licenciado Ramiro Mendoza Aguila y la Licenciada Marcela Calle.

El ciclo constó de seis encuentros que se desarrolla-ron entre enero y marzo, en los cuales se ofrecieron nociones de arteterapia para que, a través del arte, se promueva la prevención y promoción de la salud comunitaria y se fomenten los factores de protec-ción para los jóvenes. Cada encuentro se dividió en

una exposición de conceptos teóricos del Arteterapia a cargo de la Magíster Garber, seguido de un taller vivencial en donde cada participante tomó contacto con distintas técnicas y materiales para producir sus obras. ■

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El texto comienza con una reflexión preliminar sobre las di-ferencias entre una psicoterapia tradicional y el arteterapia. En la psicoterapia clásica, el profesional propone un marco en el que el paciente continúa expresándose en “primera persona, aquí y ahora” y evoca una “primera persona, allí y antes” (la infancia, por ejemplo). Para ello examina los sínto-mas y otras producciones complejas, como los lapsus, actos fallidos y sueños, en tanto vías de conocimiento del incons-ciente. Todo esto se desarrolla en una relación transferen-cial actual entre la persona y el terapeuta.

En arteterapia, el terapeuta propone pasar de un discur-so en primera persona (yo) a una producción en tercera persona (él), por medio de las palabras y de otros lengua-jes, como el plástico, el sonoro y el gestual, entre otros. La configuración transferencial es particular porque las dos personas se comunican a través de un objeto que repre-senta al sujeto y lo concretiza.

En el primer capítulo, Klein se pregunta con qué se hace arteterapia. La respuesta es que se utilizan todas las artes sin excepción, pero analiza en particular los antecedentes y aplicaciones de la escritura, las artes visuales (pintura, escultura, arcilla, fotografía), el teatro, la danza, las ma-rionetas, las máscaras, el maquillaje, el clown y la música.Luego reflexiona sobre las poblaciones con las que se rea-lizan las intervenciones de arteterapia. Sugiere que se pue-de utilizar con adolescentes para una metaforización de su transformación personal, individuos marginados, perso-

nas con capacidades especiales, sujetos que se encuentran transitando un duelo o traumatismos graves y adultos ma-yores que responden a una necesidad de reconstrucción retrospectiva de la vida antes de abandonarla.

En el capítulo siguiente, se interroga respecto de cómo hacer arteterapia, y en este punto acerca precisiones muy importantes para quien trabaja con este encuadre. La pri-mera definición es que el arteterapia no es un cuadro del que se puedan comentar los significados ocultos, sino un proceso del que dar cuenta en el tiempo, y la condición de posibilidad es la “buena distancia” para que un individuo pueda expresarse de manera figurada, separándose lo su-ficiente de sí mismo para no perderse de vista. La evolu-ción de la buena distancia se realiza según lo que el autor denomina “la estrategia del rodeo”, a partir de la cual se evita trabajar en los registros tabú, no se atacan directa-mente los síntomas, se respetan las defensas, se da vuel-ta a las resistencias de la persona y se elige una proposi-ción terapéutica.

Por otra parte, el autor sostiene que en arteterapia no se trata de prescindir de la palabra sino de utilizarla como soporte, y en ese caso, solo puede ser ficción. Asimismo, asevera que la terapia no consiste en que el terapeuta programe de manera previa un contenido, sino en pro-poner un “marco rigurosamente definido dentro del cual, gracias a la buena distancia, el sujeto podrá efectuar un recorrido simbólico terapéutico”.

Arteterapia. Una introducción

El psiquiatra y arteterapeuta francés Jean Pierre Klein es uno de los exponentes más notables del arteterapia contempo-ránea y autor de diversos libros que consolidan el encuadre de la disciplina. Es fundador y director del Instituto Nacional de Expresión, Creación, Arte y Transformación (INECAT) con sede en París, prestigioso centro donde se forman profesio-nales de todas partes del mundo. En esta edición les pre-sentamos un libro introductorio de su autoría, a partir de las preguntas disparadoras que inspiran cada capítulo: artete-rapia ¿con qué?, ¿con quién?, ¿cómo? y ¿para qué?

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De libros y autores

Arteterapia. Una introducción Jean Pierre Klein Barcelona: Editorial OctaedroCantidad de páginas: 123ISBN: 978-84-9921-015-5

Al finalizar este capítulo Klein plantea que el arteterapia es una investigación, y como tal, reposa sobre cuatro cri-terios: la definición clara de la problemática planteada, la ausencia de tautología por la cual el resultado de la in-vestigación no debe estar implícito en la formulación de las hipótesis, la descripción precisa de las condiciones de desarrollo de la investigación y una apertura a investiga-ciones posteriores que se derivan de ella y la prolongan, porque en arteterapia las producciones finales tienen que ver a menudo con las grandes obras y mitos.

Luego se pregunta para qué el arteterapia, y enmarca esta reflexión en la grandeza que aporta la referencia artísti-ca para sanitarios y terapeutas y la pobreza que guía en muchas ocasiones la práctica. La grandeza implica transi-ciones como la de la expresión a la impresión, puesto que cuando una persona expresa se libera de las tensiones, deja de estar unida a la sensación y deja de poder hacer algo con ella. Para Klein, el arteterapia no es una purga o evacuación sino que supone, en primer lugar, “un centra-miento sobre uno mismo, como condición necesaria para una apertura a los demás, después una emancipación, más que expresión, que representa la profundidad sin de-masiada intencionalidad voluntaria”.

Otra transición está vinculada al pasaje de la mediación a la inmediación, concepto del filósofo y musicólogo Vladi-mir Jankélévitch. La inmediación es una relación especial entre sujeto y objeto sin intermediarios, y en este sentido, el arteterapia es una terapia de inmediación artística, que supone trabajar sobre la expresión y prolongarla e instau-rar un proceso que vaya de producción en producción has-ta completar un recorrido simbólico.

En el anexo del libro, Klein propone un recorrido histórico de artistas y profesionales que dan fundamento al artete-rapia, y esto lo lleva a diferentes autores que han jalonado el pasaje de la diversión a la expresión, convirtiendo al arte en algo que conforta, y luego a los que concibieron el arte que descifra. Para finalizar, realiza un pormenorizado aná-lisis de la transición del arte de los locos al Art Brut y sus principales exponentes.

Arteterapia. Una introducción es un libro particularmente recomendado para quienes se inician en el camino del ar-teterapia.

Recursos audiovisuales sugeridos

L’art-thérapie ou le corps comme première instance:https://www.youtube.com/watch?v=lMGMtY6Qd9s

Les voies de la création: https://www.youtube.com/watch?v=-wpWiaPspbE

Le détour de l’art: https://www.youtube.com/watch?v=ONbllFlGNr0

Séminaire à la Halle Saint Pierre:https://www.youtube.com/watch?v=gi2nAqdhCFILa representation en art-therapie - Séminaire INE

CAT 2017: https://www.youtube.com/watch?v=6IqUqES6yJ0 ■

En arteterapia, el terapeuta propone pasar de un discurso en primera persona (yo) a una producción en tercera persona (él), por medio de las palabras y de otros lenguajes, como el plástico, el sonoro y el

gestual, entre otros.

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¿Qué es el Congreso Latinoamericano de Artetera-pia – Encuentro del Mercosur?

Desde el año 2005, cada dos años se ha desarro-llado en Latinoamérica un Congreso de Arteterapia que tiene como finalidad profundizar, socializar y ampliar los beneficios que la práctica del artetera-pia ofrece en nuestros países en contextos de sa-lud, educación y ámbito comunitario. El último Con-greso Latinoamericano de Arteterapia se realizó en Brasil y ahora ha sido el turno de Chile de organizar este nutritivo encuentro. Para su locación escogi-mos una zona privilegiada por clima, entretención y paisaje, como es Viña del Mar.

VII Congreso Latinoamericano de ArteterapiaVIII Encuentro del Mercosur-Viña del Mar 2020

Convention Center Hotel Bosque de Reñaca, sede del evento.

¿Cómo afectó la crisis del Coronavirus la progra-mación inicial?

La Asociación Chilena de Arteterapia, como en-tidad organizadora del evento, ha tenido que acomodarse a varias situaciones contingentes. Por un lado, Latinoamérica en general venía con una situación económica delicada, luego en Chi-le sucedió la crisis social de octubre de 2019 y por último, la pandemia mundial del COVID-19. Esta última situación nos obligó a tener que rea-gendar drásticamente, postergando el Congreso para los días 13, 14 y 15 de noviembre de este año. Esto generó algunos inconvenientes, como por ejemplo que algunas personas que ya esta-ban inscritas debieran cambiar sus reservas, lo cual lamentamos muchísimo. Sin embargo, como organizadores, estamos conscientes de nues-tra responsabilidad de velar por la seguridad de nuestros asistentes.

Parte de ser arteterapeutas es ser flexibles, sa-ber adaptarse y lograr transformar situaciones desafiantes en experiencias enriquecedoras, y precisamente eso es lo que confiamos va a ocu-rrir con este evento tan esperado.

¿Por qué es importante asistir a estos Congre-sos?

Estos encuentros se nutren del intercambio entre personas de diversas terapias artísticas, como también de disciplinas relacionadas den-tro del ámbito de la salud mental, la medicina, la educación y las artes. Todos los y las profesio-nales y estudiantes interesados/as en aprender sobre arteterapia son bienvenidos/as a asistir al Congreso.

Por supuesto, parte fundamental de todo en-cuentro de esta envergadura son los exponentes internacionales e invitados especiales, que hacen que estas jornadas sean no solo un momento importante para compartir, sino también un es-pacio para debatir y aprender. Y en ese aspecto tenemos la fortuna de tener reconfirmados a:

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-Jon Ehinger, Licenciado en Terapias Expresivas, LCAT, ATR-BC (Estados Unidos). Terapeuta de artes creativas con licencia de Nueva York que se especializa en arte y terapia de conversación con niños, adolescentes y adultos. También diri-ge grupos de psicoterapia psicodinámica que se enfocan en habilidades sociales y relaciones para adolescentes y adultos. Especializado en arte terapia a través de nuevos medios y arte digital. Profesor adjunto de arte terapia en la Universidad de Saint Francis, Nueva York.

-Suzanne Garrison, MS, LCAT, BC-DMT (Estados Unidos). Licenciada en Danzaterapia certificada en Nueva York. Ha trabajado en el área de la salud pública y modelos de práctica privada. Experta en el trabajo de atención por trauma, intervención en crisis, desarrollo infantil, integración somáti-ca y terapia grupal. Gran desarrollo profesional en el área de la salud mental con una Maestría en Ciencias (MS) enfocada en Danza/Terapia de Mo-vimiento del Instituto Pratt y capacitación adicio-nal en Movimiento Auténtico.

Suzanne, Jiwon y Jon, extracto video promocional (en Instagram ACAT).

-Eveline Carrano (Brasil). Psicóloga, arte tera-peuta y creadora del “Atelier de Artes & Terapias”. Doctorada en Arteterapia de la USAL (Argentina). Cuenta con Posgrado con especialización en Psi-coterapia Junguiana y el Imaginario (PUC-RJ), Te-rapia de Familia (AVM-RJ) y Arteterapia en la Sa-lud y la Educación (UNIRIO). Curso de maestría en el área de Psicología Social y de la Personalidad (FGV-RJ).

Y por confirmar está:

Janis Timm-Bottos (PhD) (Canadá). Profesora Asociada en la Universidad de Concordia en Ca-nadá en el área de Artes Creativas (Creative Arts

Eveline Carraño, extracto video promocional (en Instagram ACAT).

Therapies). Es mayormente reconocida a nivel mundial por ser creadora y actual directora de la red Art Hives Network (http://www.arthives.org/).

Entonces ¿cuándo y dónde es la cita?

Los días 13, 14 y 15 de noviembre de 2020, en el Convention Center, Hotel Bosque de Reñaca, Viña del Mar, Chile.

Durante esos tres días, los asistentes podrán asistir a tres conferencias internacionales, esco-ger entre cerca de cincuenta interesantes ponen-cias y mesas redondas, y alrededor de quince ta-lleres experienciales, además de presentaciones de pósters. Asimismo, disfrutarán de muestras culturales, exposiciones y mucho más. Todavía quedan algunos cupos disponibles, así es que si quieres más información, visita nuestra web: https://www.arteterapiachile.cl/congreso. ■

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Esta sección está destinada a los arteterapeutas, sus obras y sus procesos creativos. En esta edición compartimos las producciones de Ljuba Bustos Lira y Angélica Shigihara de Lima.

Título: “La caja de los buenos deseos”.Autora: Ljuba Bustos Lira (Las Cruces, Chile).

Técnica: mixta.

La producción está hecha en cajas de fósforos, inspirada en el lenguaje del libro de artista y poe-sía visual. Un espacio mínimo al cual siempre vol-ver y abrir como si fuera una caja de sorpresas, para reencontrarnos siempre con nuestra esencia.

Título: “Restauro minhas pernas no colo materno”. “Restauro mis piernas en abraço maternal”.

Autora: Angélica Shigihara de Lima. Artista plástica, professora e arteterapeuta.Técnica: Kintsugi em escultura de cerâmica.

Galería de lenguajes arteterapéuticos

Acidentes ou circunstâncias inesperadas são quebras que nos convidam a parar, repensar estruturas que antes nos pareciam perfeitas. Circunstâncias que nos permitem um olhar diferente da vida, do que fazemos até agora, do que somos. Com cuidado e contato amo-roso ao restaurar uma peça com a técnica japonesa kintsugi se promove uma mudança que ajuda a olhar esta ferida como um resgate da integridade humana, mas não como se restaura dentro do conceito clássico de restauração, com kintsugi as rachaduras da peça ficam em destaque após coladas com o brilho de ma-teriais nobres como prata o ouro, destacando assim a beleza da mudança, como superação.

Nada mais atual para o momento que vivemos, com a pandemia mundial, onde ficamos sem poder andar, sair. Pernas quebradas. Momento que nos exige mu-dar e repensar o que sempre foi. Num primeiro mo-mento um sentimento de choque, surpresa e logo se gera uma necessidade de restaurar. Primeiro: organi-zar. Logo, limpar, ver as partes e estudar o que aderir primeiro para logo decidir como trabalhar para assim, colar.

“Restauro minhas pernas no colo materno”, uma ima-gem que remite esperança por um mundo melhor.Minha duvida era enviar ou não a imagem desta peça. Realizada anos atrás em chamotte e restaurada com a técnica de kintsugi com materiais disponíveis em

casa. Tinha algo que me cativava. Sobre todo porque foi o último que fiz sobre minha mesa de arte. Amava ela inteira. Refletindo, começo a gostar mais dela as-sim. Carregada de simbolismo e força, e sobre tudo: compaixão. ■

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Los invitamos a construir juntos una ga-lería de lenguajes arteterapéuticos.

Este es un espacio para quienes deseen enviarnos su creación en cualquiera de los lenguajes que se utilizan en un proce-so arteterapéutico.

Pueden escribirnos a: [email protected].

Con la autorización del autor publicare-mos su nombre y apellido, el título de la obra o las palabras que quiera adjuntar. La publicación estará sujeta al espacio disponible. La recepción se realizará has-ta el 10 de septiembre de 2020.

ARTETERAPIAProceso Creativo y Transformación

Situaciones arteterapéuticas

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ARTETERAPIAProceso Creativo y Transformación