Mostacedo et al. 2009 ecol. y silv. de los principales bosqu.pdf
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Información de Contacto
Instituto Boliviano de Investigación
Forestal (IBIF)
El Vallecito - km 9 Carretera a Warnes
Facultad de Ciencias Agrícolas de la
Universidad Autónoma Gabriel René Moreno
Casilla Postal 6204
Teléfono 591-3-341 1171
Fax 591-3-341 1171
www.ibifbolivia.org.bo
Santa Cruz de la Sierra - Bolivia
Ecología y Silviculturade los Principales Bosques
Tropicales de BoliviaAutores:
Bonifacio MostacedoZulma Villegas
Juan Carlos LiconaAlfredo Alarcon
Daniel VillarroelMarielos Peña-ClarosTodd S. Fredericksen
Santa Cruz de la Sierra - Bolivia • 2009
El Instituto Boliviano de Investigación Forestal (IBIF) recibe financiamiento parcial de USAIDy soporte institucional de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno.
Las opiniones expresadas pertenecen únicamente a las personas que elaboraron este documentoy no representan necesariamente la opinión de la Agencia de los Estados Unidos para elDesarrollo Internacional (USAID).
En colaboración con:
Elaborado por:
INSTITUTO BOLIVIANO DEINVESTIGACIÓN FORESTAL
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INSTITUTO BOLIVIANO DEINVESTIGACIÓN FORESTAL
Autores:Bonifacio Mostacedo
Zulma VillegasJuan Carlos Licona
Alfredo AlarconDaniel Villarroel
Marielos Peña-ClarosTodd S. Fredericksen
Santa Cruz de la Sierra - Bolivia • 2009
INSTITUTO BOLIVIANO DEINVESTIGACIÓN FORESTAL
Ecología y Silviculturade los Principales Bosques
Tropicales de Bolivia
Citación sugerida:
Mostacedo, B., Z. Villegas, J. C. Licona, A. Alarcón, D. Villarroel, M. Peña-Claros y T. S. Fredericksen. 2009.
Ecología y Silvicultura de los Principales Bosques Tropicales de Bolivia. Instituto Boliviano de Investigación
Forestal. Santa Cruz, Bolivia.
2009 © Instituto Boliviano de Investigación Forestal (IBIF)
Todos los derechos reservados / All rights reserved.
Instituto Boliviano de Investigación Forestal (IBIF)
Km 9 Carretera a Warnes
Dentro de la Facultad de Ciencias Agícolas, Universidad Autónoma Gabriel René Moreno, “El Vallecito”
Tel/fax: 591-3-3411171
Casilla 6204
[email protected] - www.ibifbolivia.org.bo
ISBN:
Depósito legal:
Edición: Silvia Ruiz ([email protected])
Diseño y diagramado: Omar Ampuero Calderón
Imprenta: Sirena
Dirección Institucional de los Autores
Bonifacio Mostacedo ([email protected])
Zulma Villegas ([email protected])
Juan Carlos Licona ([email protected])
Alfredo Alarcon ([email protected])
Instituto Boliviano de Investigación Forestal, Km 9 Carretera al Norte, Facultad de Ciencias Agrícolas, El
Vallecito, Casilla # 6204, Santa Cruz, Bolivia
Marielos Peña-Claros ([email protected])
Instituto Boliviano de Investigación Forestal, Km 9 Carretera al Norte, Facultad de Ciencias Agrícolas, El
Vallecito, Casilla # 6204, Santa Cruz, Bolivia
Wageningen University and Research Centre, P.O. Box 9101, 6700 HB Wageningen, Holanda
Daniel Villarroel ([email protected])
Museo de Historia Natural Noel Kempff Mercado, Av. Irala # 565, Casilla # 2489, Santa Cruz, Bolivia
Todd S. Fredericksen ([email protected])
Ferrum College, P.O.Box 1000, Ferrum, Virginia 24088, Estados Unidos
Hoja en blanco
Agradecimientos
Este libro es producto del esfuerzo de muchas
personas e instituciones, y resume los
principales resultados obtenidos por el
Programa de Investigación Silvicultural de
Largo Plazo (PISLP) que viene siendo
ejecutado por el Instituto Boliviano de
Investigación Forestal (IBIF) en diferentes
bosques del país. El PISLP es único en el
mundo, no solo por la escala en que es
realizado sino también por su diseño. Este
diseño permite responder tanto preguntas
científicas básicas como preguntas aplicadas
directamente al manejo de nuestros bosques,
y permite responder preguntas actuales
como preguntas relacionadas con el uso
futuro de nuestros bosques. Este último
punto es muy importante puesto que las
parcelas del PISLP también pueden ser usadas
para evaluar el efecto del aprovechamiento
en la provisión de servicios ecosistémicos.
Queremos agradecer a aquellas personas
que tuvieron la iniciativa y la visión de
diseñar el Programa de Investigación
Silvicultural de Largo Plazo (PISLP). A ellos
nuestro sincero agradecimiento (en orden
alfabético): Daniel Zarin, Francis E. Putz,
Geoffrey Blate, Laura Snook, Lincoln
Quevedo, Lourens Poorter, Marielos Peña-
Claros, Todd Fredericksen, William Pariona.
Los datos de campo fueron tomados por un
conjunto de técnicos forestales que tuvieron
el cuidado primero de instalar las parcelas
y después de medir y remedir cada uno de
los árboles y otras variables ecológicas y
silviculturales. Han participado de las
diferentes etapas del PISLP alrededor de 20
técnicos, a los cuales queremos agradecer
por su trabajo y dedicación. Queremos, sin
embargo, resaltar la invaluable labor de
algunos de ellos porque sin ellos el PISLP no
hubiera sido posible: Alfredo Alarcon, Alex
Jiménez, Carla Chávez, Carla Gonzales,
Carlos Toledo, Claudio Leaño, Eduardo
Valencia, Jimmy Sotelo, Joaquín Justiniano,
José Nelson Temo, Juan Carlos Licona, Lidio
López, , Lincoln Quevedo, Marcelo Vargas,
Marlene Soriano, Nicolás Fessy, René
Anzaldo, Oscar Rodriguez, Urbano Choque,
Vilmia Gonzales, William Pariona, Yaneth
Mendieta y Yuri Bustamante.
El trabajo de campo no hubiera sido posible
sin el apoyo de nuestros expertos de campo,
los ¨materos¨. Ellos han jugado un rol
importante en la instalación y remedición
de las parcelas, identificación de los árboles
y en el conocimiento de la ecología y las
potencialidades de uso de las especies. La
lista de materos es extensa pero queremos
resaltar el apoyo de algunos de ellos Alberto
Amutari Mendoza, Alex Crespo, Ángel Méndez
(don Wicho), Aurelio Álvarez, Ciro Queteuari,
Emilio Chao, Eugenio Mercado, Freddy Peña,
Genaro Iraipi, Hilario Rodríguez, Israel
Melgar, José Chuviña, José Iraipi, Juan Carlos
Álvarez, Juan Álvarez, Juan Pessoa,
Marcelino Aguilar, Marcelino Fernandez,
Marco Antonio Crespo, Pablo Mercado,
Ricardo Méndez, Samir Flores, Victor Hugo
Hurtado y Victor Hugo Aguada. Agradecemos
también a nuestros choferes, especialmente
Miguel Ángel Chávez e Israel Ibáñez, que
estuvieron apoyando constantemente
facilitando la llegada a los sitios de estudio,
además de proveernos comida y agua.
La depuración y actualización de datos
fueron otras etapas en las cuales participaron
Marielos Peña Claros, Marisol Toledo, Zulma
Villegas, Juan Carlos Licona y Alfredo
Alarcon. Marisol Toledo y Joaquín Justiniano
fueron los que hicieron colectas de muestras
botánicas y revisaron, junto con Israel
Vargas, los nombres científicos de las
especies. Asimismo queremos también
agradecer a todos aquellos investigadores
que realizaron investigaciones específicas
en los diferentes sitios de estudio del PISLP.
Estos resultados fueron importantes al
momento de escribir el libro, y están
permitiendo posicionar al PISLP en el mundo
científico internacional. Finalmente
agradecer a Lourens Poorter quien estuvo
apoyando constantemente en diferentes
etapas dentro del PISLP.
Julio Balcázar, Juan Carlos Montero y
Bonifacio Mostacedo proveyeron datos e
información de parcelas no permanentes y
muestreos de regeneración natural de la
región amazónica. Parte de los resultados
de escarificación de suelos fue obtenido de
la tesis de Elena Prieto-Rodao, quién
colaboró a través de su tesis de maestría.
Marielos Peña, Marisol Toledo y Todd
Fredericksen hicieron revisiones y dieron
comentarios valiosos para mejorar el
documento.
Queremos agradecer también a las diferentes
instituciones que apoyaron para iniciar y
mantener el PISLP. Primeramente queremos
agradecer a USAID, que a través del Proyecto
BOLFOR I y BOLFOR II, financio la instalación
y remedición de las parcelas dentro del
PISLP, además del soporte institucional
brindado al IBIF. Asimismo, USAID apoyó en
la elaboración de este libro. Nuestros
agradecimientos también a The Nature
Conservancy y CADEFOR por apoyarnos con
esta iniciativa. Si bien las parcelas del Bajo
Paraguá no forman parte de este libro pero
si forman parte del PISLP. Por lo tanto
queremos agradecer a WWF Bolivia por la
instalación y remedición de estas parcelas.
Queremos agradecer a las concesiones y
propiedades privadas que abrieron sus
puertas para hacer posible el PISLP.
Agradecemos a La Chonta, INPA Parket y
SAGUSA por el apoyo logístico brindado
dentro de sus áreas, brindando personal de
apoyo y maquinaria para la apertura de
caminos. La Universidad de Wageningen y
el Proyecto Diversus también han colaborado
con el PISLP, tanto financiera como
técnicamente a través del asesoramiento
en la toma de datos de campo y elaboración
de informes técnicos sobre temas
específicos. Finalmente queremos agradecer
a la Universidad Autónoma Gabriel René
Moreno por el soporte institucional que
provee al IBIF y por la oportunidad de
trabajar en forma conjunta.
Presentación
El Instituto Boliviano de Investigación
Forestal (IBIF) se complace en presentar
esta nueva publicación, para lo cual han
pasado casi 10 años de trabajo arduo y
sostenido en la recolección de datos de los
principales tipos de bosques tropicales de
Bolivia.
Este libro se constituye básicamente en uno
de los primeros en Bolivia que integra la
ecología de los bosques con la silvicultura
con fines de mejorar la capacidad y
producción forestal. Gracias a la iniciativa
de algunos científicos, esta información se
pudo obtener de parcelas permanentes que
fueron implementadas y monitoreadas a una
escala comercial. Las parcelas permanentes
que están dentro del Programa de
Investigación Silvicultural de Largo Plazo
(PISLP), son únicas en el mundo por su
diseño, réplicas y gran tamaño, ideales para
evaluar la ecología, biodiversidad, impactos
de aprovechamiento y respuesta a los
tratamientos silviculturales e intensidades
de aprovechamiento en diferentes bosques.
La magnitud de este esfuerzo se puede ver
también en la cantidad de personas que han
sido involucradas para monitorear estas
parcelas durante los casi 10 años, que llegan
a ser más de 50 personas. Varios
investigadores nacionales e internacionales
han sido involucrados en la generación de
la información que contiene este libro. Los
asistentes de campo, especialmente
“materos”, que normalmente no aparecen
en la lista de autores, han sido los
responsables de guiar a los investigadores
en el campo y en muchos de los casos de
identificar las especies de árboles dentro
de las parcelas. Las instituciones que
apoyaron también fueron diversas, todas
comprometidas con el buen manejo y
conservación de bosques, que sin el apoyo
económico o motivador, nuestro país no
hubiera tenido la cantidad de información
existente hasta ahora y que se constituye
en un patrimonio intelectual que otros países
quisieran tener.
Por la extensa bibliografía que se presenta
en este libro, se puede ver que una gran
parte ha sido producida en Bolivia, lo que
pone de manifiesto el importante aporte
boliviano no sólo en el desarrollo del manejo
forestal, sino en la producción científica
relacionada a la ecología y silvicultura
tropical. Tanto el Proyecto BOLFOR como
el IBIF han sido las instituciones responsables
de mantener las parcelas, que por cierto
seguirán generando más información para
responder a un sin fin de preguntas que
todavía quedan por responder.
Espero que esta publicación pueda ser
utilizada para resolver problemas actuales
que tienen los manejadores de bosque, pero
que también sea de gran utilidad para los
decisores políticos para promover el manejo
forestal bajo consideraciones técnicas.
Finalmente, los estudiantes y profesores de
las diferentes universidades podrán
encontrar información amplia y valiosa para
el proceso enseñanza-aprendizaje, análisis
y crítica constructiva, y que seguramente
servirá como base para nuevas interrogantes
y futuras investigaciones.
Lincoln Quevedo, Ph.D.
Presidente del DirectorioInstituto Boliviano de Investigación Forestal
(IBIF)
Tabla de contenido
Capítulo 1. La Ecología y el Manejo Forestal en Bolivia
Historia del manejo forestal en Bolivia ......................................................5
Potencial y uso forestal en Bolivia.............................................................6
La silvicultura en el manejo de bosques en Bolivia ......................................6
Promoción a la aplicación de tratamientos silviculturales ............................7
¿Se aplican los tratamientos silviculturales en Bolivia? ................................8
¿Qué aspectos ecológicos se deben conocer de las especies para manejar el bosque? .........................................................................9
Metodología establecida para determinar los impactos del aprovechamientoy las respuestas a los tratamientos silviculturales.......................................11
Contenido del libro.................................................................................13
Capítulo 2. Bosque Seco Chiquitano
Introducción ..........................................................................................15
Diversidad de especies............................................................................17
Composición florística e importancia ecológica ...................................................17
Riqueza de especies ...................................................................................20
Curvas especies vs. área ..............................................................................21
Diversidad de especies ................................................................................23
Similitud de especies ..................................................................................23
Especies indicadoras ...................................................................................24
Estructura del bosque .............................................................................24
Densidad .................................................................................................24
Área basal ...............................................................................................25
Estructura horizontal y vertical ......................................................................25
Infestación de bejucos ................................................................................27
Dinámica del bosque..............................................................................27
Fenología ................................................................................................27
Sistemas de reproducción y producción de semillas ..............................................27
Dispersión de semillas .................................................................................29
Germinación de semillas ..............................................................................30
Regeneración natural ..................................................................................30
Crecimiento de Árboles ...............................................................................32
Reclutamiento y mortalidad..........................................................................33
Stock de biomasa.......................................................................................33
Manejo del bosque .................................................................................35
Potencial forestal ......................................................................................35
Oferta maderable de las principales especies .....................................................36
Productos no maderables .............................................................................36
Efectos de la silvicultura..............................................................................37
Daños al bosque por intensidad de aprovechamiento ............................................38
Liberación de bejucos y árboles competidores ....................................................38
Conclusiones..........................................................................................41
Capítulo 3. Bosque Sub-húmedo Transicional
Introducción ..........................................................................................42
Diversidad de especies............................................................................45
Composición florística .................................................................................45
Riqueza y diversidad de especies ....................................................................46
Estructura del bosque .............................................................................49
Densidad de individuos y área basal.................................................................49
Bejucos ..................................................................................................51
Posición de copa........................................................................................53
Dinámica del bosque...............................................................................53
Fenología ................................................................................................53
Dispersión y producción de semillas.................................................................53
Regeneración natural ..................................................................................55
Crecimiento .............................................................................................56
Reclutamiento y mortalidad..........................................................................58
Stock de biomasa.......................................................................................59
Manejo del bosque .................................................................................61
Potencial Forestal ......................................................................................61
Efectos de la silvicultura..............................................................................62
Daños al bosque por el aprovechamiento ..........................................................63
Efecto en la tasa de crecimiento diamétrico de los AFC.........................................65
Efecto de la infestación de bejucos y la iluminación en el crecimiento diamétrico
en los AFC ...............................................................................................67
Efecto de la liberación en el crecimiento de árboles ............................................67
Efecto de la escarificación del suelo en la regeneración natural...............................69
Enriquecimiento con mara (Swietenia macrophylla) en claros de aprovechamiento........75
Conclusiones..........................................................................................79
Capítulo 4. Bosque Amazónico
Introducción ..........................................................................................81
Caracterización de la concesión forestal SAGUSA.................................................82
Diversidad de especies............................................................................84
Diversidad y abundancia de especies...............................................................84
Composición florística .................................................................................85
Abundancia y riqueza en los diferentes tipos de bosque.........................................85
Estructura del bosque .............................................................................87
Dinámica de bosques ..............................................................................91
Producción y dispersión de semillas.................................................................92
Regeneración natural ..................................................................................92
Crecimiento .............................................................................................96
Mortalidad de árboles .................................................................................99
Reclutamiento .........................................................................................101
Stock de biomasa......................................................................................103
Manejo y silvicultura .............................................................................105
Importancia y potencial forestal de los bosques de Pando .....................................105
Experiencias sobre silvicultura ......................................................................106
Respuesta al marcado de árboles de futura cosecha ............................................107
Incremento diamétrico de los AFC en relación a la intensidad del aprovechamiento y
tratamientos silviculturales .........................................................................108
Efecto de la corta de bejucos en el crecimiento diamétrico de AFC .........................108
Respuesta de AFC a la liberación por anillado de árboles supresores ........................112
Respuesta de la regeneración a la escarificación del suelo ...................................112
Efecto de la escarificación en la mortalidad y reclutamiento de plántulas..................114
Respuesta de especies a los tratamientos silviculturales .......................................115
Conclusiones.........................................................................................117
Capítulo 5. Conclusiones y Recomendaciones
Conclusiones.........................................................................................119
Recomendaciones..................................................................................121
Referencias bibliográficas .....................................................123
Glosario...............................................................................139
05
Historia del manejo forestal enBolivia
El manejo forestal en Bolivia tuvo grandes
cambios en la última década. Hasta los años
90's, el aprovechamiento del bosque se hacía
de manera selectiva solo para algunas especies
que eran de alto valor comercial, las cuales
se extraían de manera intensa. La mara, el
morado y posteriormente el cedro y el roble
fueron las especies que mayormente se
extraían. La extracción de estas especies se
realizaba utilizando brigadas denominadas
“busca palos” quienes se encargaban de ubicar
los árboles a cortarse. Una vez ubicados los
árboles, ingresaban los motosierristas y
posteriormente la maquinaria pesada. Con
esta forma de extracción, poco o nada se
planificaba el ingreso de las maquinarias
pesadas al bosque y por lo tanto el impacto
de la actividad forestal al bosque remanente
era alto, tomando en cuenta el volumen que
se extraía. Los “busca palos” sólo buscaban
las especies de interés, por lo que no realizaban
ningún tipo de inventario ni conocían el
potencial real del bosque. De esa manera, no
había forma de proyectar los futuros negocios
a realizarse con la actividad forestal.
La Ley Forestal 1700, que fue implementada
desde el año 1997, promueve el manejo
adecuado de los bosques de producción
forestal, además de fomentar una mayor
equidad en el uso del bosque por distintos
usuarios, desde empresas concesionarias
hasta indígenas. Esta ley impulsa el manejo
sostenible de los bosques y su uso integral a
través de la implementación del Plan General
de Manejo Forestal (PGMF). El PGMF se
constituye en un instrumento de gestión y
un requisito previo para iniciar el proceso
de aprovechamiento de madera. En él se
incluye la planificación del aprovechamiento
forestal, además del uso de especies menos
conocidas con la finalidad de reducir la
presión a aquellas especies que fueron, por
muchos años, el soporte de la actividad
forestal. También promueve la protección
de servidumbres ecológicas y la aplicación
de tratamientos silviculturales con la finalidad
de mejorar la calidad del bosque y su
producción. Por medio de los ciclos de corta,
la intensidad de aprovechamiento, la
aplicación de diámetros mínimos de corta y
la protección de árboles semilleros, impulsa
la cosecha sostenible de árboles.
Finalmente, la Ley Forestal 1700 fomenta el
monitoreo de los bosques a través de las
parcelas permanentes de medición. Este
modelo de manejo forestal desarrollado en
Bolivia ha sido replicado o tomado en cuenta
CAPÍTULO
1La Ecología y el Manejo Forestal en Bolivia
06
en varios países vecinos (tal es el caso de
Perú y Colombia) y considerado también a
nivel mundial.
A pesar de haber tenido éxito el modelo
forestal actual, se considera que todavía se
puede mejorar tomando en cuenta
principalmente las experiencias negativas.
Se cree que después de haber experimentado
por más de 10 años, hay aspectos sociales,
jurídicos y técnicos que se pueden ajustar
sobre la base de lo que se tiene avanzado.
Actualmente, el gobierno está proponiendo
revisar la Ley Forestal y toda su normativa.
Hacer una revisión de la ley vigente permitirá
incorporar resultados de investigación
dirigidos a mejorar el manejo forestal y de
esta manera Bolivia seguirá siendo uno de
los líderes a nivel mundial.
Potencial y uso forestal en Bolivia
Bolivia es considerada uno de los países
netamente forestales. Del total de su
superficie (1098581 km2), aproximadamente
el 50% está cubierto de bosque (549632 km2).
De esta superficie, el 58% (28.8 millones de
ha) contiene bosques de producción forestal.
En otras palabras, una cuarta parte de la
superficie boliviana tiene bosques de
producción (Dauber et al. 2001). En la
Chiquitania existen 6.3 millones de hectáreas,
en Guarayos hay 4.2 millones de hectáreas
y en la Amazonia se llega a 8.8 millones de
hectáreas. Actualmente en Bolivia se tienen
cerca de 8.7 millones de hectáreas bajo
planes de manejo aprobados, de los cuales
la mayoría están siendo manejadas bajo
concesiones forestales. También se tienen
certificadas (bajo el sistema FSC) un poco
más de 2 millones de hectáreas, cifra que
pone al país en el primer lugar en la
certificación de los bosques tropicales.
A partir de la promulgación de la Ley Forestal,
los derechos forestales han sido distribuidos
a diferentes tipos de usuarios. Básicamente
se encuentran las concesiones forestales, las
Tierras Comunitarias de Origen (TCO), las
Asociaciones Sociales de Lugar (ASL) y las
propiedades privadas. Por otra parte, se
encuentran las áreas protegidas y las reservas
forestales (BOLFOR-II 2008) (Figura 1).
En el país existen más de 150 especies
arbóreas maderables (Justiniano et al. 2004;
Mostacedo et al. 2003) que son aprovechadas
para diferentes fines. Además existen otras
especies potenciales de las cuales aún no se
conocen sus características ecológicas y físico-
mecánicas. En los siguientes capítulos se
detallarán las potencialidades maderables y
no maderables de cada una de las
ecorregiones consideradas en este libro.
La silvicultura en el manejo debosques en Bolivia
La silvicultura es una ciencia aplicada para
mejorar los rodales del bosque con el fin de
fomentar la regeneración natural y el
crecimiento de árboles, y la reducción de
impactos al bosque remanente (Fredericksen
et al. 2001; Nyland 1996). La silvicultura
puede ser, por tanto, aplicada en cualquiera
de las fases del ciclo de vida del árbol. Por
ejemplo, en la fase de establecimiento que
va desde la germinación de la semilla hasta
que alcanza el estado de brinzal, se pueden
aplicar tratamientos que promueven la
regeneración. En su fase reproductiva se
puede estimular a los mejores individuos
para que alcancen el dosel o darles mejores
condiciones para una mayor producción de
frutos y semillas.
07
Promoción a la aplicación detratamientos silviculturales
La Ley Forestal 1700, el reglamento de ley
y las normas técnicas establecidas en la
Resolución Ministerial # 248/1998 mencionan
que se deben aplicar tratamientos
silviculturales, aunque no son claros sobre
cuáles tratamientos silviculturales y cómo se
deben implementar. La ley y las normativas
enfatizan que los tratamientos silviculturales
deben ser diseñados y aplicados de manera
adecuada, que deben ser justificados tanto
ecológica como económicamente y que su
finalidad debe ser mantener y mejorar la
calidad y cantidad de la masa boscosa
remanente. También se menciona que la
aplicación de los tratamientos silviculturales
dependerá de las condiciones del bosque y
de su respuesta a las intervenciones del
aprovechamiento.
Figura 1.1 Bosques de producción forestal y derechos forestales en Bolivia. Los puntos en triángulos indican laubicación de las parcelas experimentales en las áreas de estudio incorporados en este libro. Adaptado del DosierForestal (BOLFOR-II 2008).
Asimismo, el año 2006 la Superintendencia
Forestal emitió una directriz técnica en la
cual obliga a todas las operaciones forestales
a aplicar los tratamientos silviculturales con
el fin de asegurar la sostenibilidad del
manejo forestal en Bolivia. En esta directriz
se señalan específicamente los tratamientos
silviculturales a aplicarse como un mandato
que debe ser considerado en los planes de
manejo. Entre los tratamientos silviculturales
que se deben aplicar bajo esta directriz
están: la marcación de árboles de futura
cosecha (AFC) antes de la corta de árboles
y antes de la apertura de caminos y entrada
de “skidders”, la escarificación del suelo,
el estímulo a la regeneración natural y la
liberación de árboles de futura cosecha
donde también se especifica la corta de
bejucos. Como se ha visto, la Ley Forestal
actual promueve la sostenibilidad del manejo
forestal dándole su debida importancia a la
aplicación de los tratamientos silviculturales.
¿Se aplican los tratamientossilviculturales en Bolivia?
La aplicación de tratamientos silviculturales
en Bolivia se está incrementando cada vez
más. Si bien la promoción de estas prácticas
data de hace mucho tiempo, los usuarios
forestales han sido renuentes debido a que
no veían ningún beneficio económico a corto
plazo. Sin embargo, resultados de
investigación han demostrado beneficios en
aspectos como la reducción de los impactos
al bosque, el incremento en las tasas
crecimiento de los árboles y la mejora en
la sanidad de los mismos, que sumados
permitirán tener bosques saludables. De esta
manera la aplicación de tratamientos
silviculturales se ha ido incrementando
paulatinamente.
Actualmente, varias empresas y comunidades
están ensayando con la aplicación de
tratamientos silviculturales. La corta de
bejucos ya es una práctica común que gran
parte de los manejadores de bosques realiza
desde hace varios años. La corta de bejucos
generalmente se la realiza en los árboles
aprovechables y su finalidad es mantener la
seguridad de los motosierristas al momento
de hacer el corte y reducir daños a los árboles
conectados por bejucos. También se cortan
los bejucos para incrementar el crecimiento
de los árboles, ya que de esta manera se
elimina la competencia por luz para el
proceso de fotosíntesis que los bejucos tienen
con los árboles.
Al tener árboles libres de bejucos también
se incrementa la producción de semillas
(Stevens 1987), lo cual contribuye
directamente en la disponibilidad de
propágulos para la regeneración natural. En
las experiencias prácticas que se tienen en
Bolivia, el tratamiento de la corta de bejucos
se realiza en árboles aprovechables pero se
realiza muy poco para los árboles de futura
cosecha. Ese debería ser el próximo paso a
dar por los manejadores de bosques. Proteger
y cuidar los árboles de futura cosecha sería
una gran contribución a la sostenibilidad del
manejo forestal.
Otra de las prácticas que comúnmente se
realiza es la marcación de árboles de futura
cosecha (AFC). La marcación de AFC tiene
dos finalidades: a) la de proteger este grupo
de árboles durante la corta y b) para evitar
daños a los AFC durante la extracción de la
madera con el uso de la maquinaria. Se
considera AFC a aquel individuo con gran
potencial para ser aprovechado en un
siguiente ciclo de corta. Para ser calificado
08
09
como AFC cada individuo debe cumplir ciertas
características básicas: debe ser una especie
comercial o potencialmente comercial y ser
un individuo joven, es decir cuyo DAP está
por debajo del diámetro mínimo de corta
establecido en las normas técnicas vigentes
y por encima de los 10 cm de DAP. Asimismo,
otras características importantes que debe
cumplir cada individuo son: tener buena
calidad del fuste (cilíndrico), ser sano (libre
de pudriciones y/o huecos) y tener buena
copa (redonda) (Krueger 2004).
El marcado de los AFC se realiza generalmente
con pintura de color llamativo (azul o naranja)
antes de iniciar el corte de árboles. La pintura
se aplica en el fuste en forma de anillo
aproximadamente a una altura de 2 m desde
el nivel del suelo, de manera que los
operadores de motosierra y “skidder”
visualicen de lejos estos árboles marcados y
eviten en lo posible ocasionarles daño. Para
reducir costos los árboles también pueden
marcarse con cintas plásticas, que al final
de la cosecha se deberían retirar para no
ensuciar el bosque. Hay dos etapas en las
que se puede efectuar el marcado de AFC en
campo: la primera se realiza durante el censo
comercial y la segunda durante el corte de
los árboles aprovechables. En resumen, el
marcado de AFC está destinado a disminuir
la mortalidad de las especies de valor
comercial pero que estarían listas para ser
aprovechadas en el siguiente ciclo de corta.
El enriquecimiento es otra de las prácticas
que se ha iniciado para mejorar rodales de
bosques aprovechados con especies arbóreas
de alto valor comercial. Esta práctica consiste
en colocar plántulas o semillas en lugares
apropiados para posteriormente hacer un
cuidado de limpieza hasta que los individuos
puedan sobrevivir de manera independiente.
Inicialmente, el enriquecimiento se realizaba
pero sin tomar en cuenta la importancia de
la segunda fase que es la limpieza de la
vegetación competidora. Por lo tanto, varias
iniciativas de empresas fracasaron porque
las plántulas después de algunos meses
llegaban a morir.
Tomando en cuenta estas experiencias, se
han desarrollado varios programas de
enriquecimiento especialmente con la mara
(Swietenia macrophylla), donde la limpieza
es considerada una de las prácticas
adicionales más importantes para eliminar
la competencia. Algunas empresas en las
regiones de Guarayos y el Bajo Paraguá
aplicaron esta práctica y actualmente existen
áreas enriquecidas con más de 5 años con
buenos resultados. También la Comunidad
de Cu ru rú (Gua rayo s ) i n i c i ó e l
enriquecimiento de áreas de barbecho con
plántulas de mara. En la región de la
Chiquitania, algunas empresas han iniciado
el enriquecimiento de áreas de rodeo y pistas
de arrastre con el roble (Amburana
cearensis), otra especie de alto valor
comercial. Hay que considerar que las
prácticas de enriquecimiento tienen costos
más altos comparados con la aplicación de
otros tratamientos silviculturales. Sin
embargo, la aplicación de este tratamiento
es justificable para especies de alto valor
comercial.
¿Qué aspectos ecológicos se debenconocer de las especies paramanejar el bosque?
Antes de aplicar los tratamientos
silviculturales es necesario conocer el
problema que existe o habrá en el bosque a
10
manejarse. Muchas veces los problemas son
naturales pero el manejador de bosque debe
tener la capacidad de diagnosticar y
determinar la solución mediante la aplicación
de tratamientos silviculturales. En otros
casos, el problema puede venir después de
realizado el aprovechamiento del bosque,
para ello se debe tener la capacidad de
predecir cuál o cuáles son los problemas que
se podrían generar por la intervención del
bosque.
Para determinar los problemas existentes
se deben realizar diagnósticos rápidos que
permitan obtener rápidamente la
información. Se debe conocer el estado del
bosque en cuanto a su composición florística
y estructura. Por ejemplo, si se ve que
muchos árboles tienen bejucos, es algo que
debe determinarse cuantitativamente. Los
bejucos tienen un efecto negativo en el
crecimiento, la supervivencia y la producción
de semillas de los árboles. Se puede
determinar de manera rápida el porcentaje
de árboles afectados y el grado de infestación
que estos tienen. Mediante este diagnostico
se puede conocer la severidad del problema
para cada especie, y de esta manera prever
el tratamiento silvicultural a aplicarse
(Fredericksen et al. 2001).
Por otro lado, también se pueden anticipar
problemas que podrían ocurrir por la
intervención humana. Por ejemplo, cuando
se realiza el aprovechamiento de especies
maderables, con seguridad se producirá un
daño al bosque y a las especies existentes.
La aplicación de tratamientos silviculturales
puede reducir de sobremanera los daños,
especialmente a los individuos que son de
importancia ecológica o económica. Prácticas
silviculturales tales como la realización de
caminos planificados pueden reducir daños
a nivel de la funcionalidad del bosque.
Conocer las características ecológicas de las
especies antes de aplicar los tratamientos
silviculturales es un paso necesario. Todas
las etapas del ciclo de vida de los árboles
deben ser conocidas por los manejadores del
bosque: etapa de reproducción, germinación
de semillas, sobrevivencia y crecimiento.
Dentro del ciclo de vida, una de las
características importantes de las especies
es el requerimiento de luz para su
regeneración y crecimiento. Hay especies
netamente demandantes de luz que se
denominan heliófitas y requieren de un alto
grado de perturbación del bosque. Es decir,
la apertura del dosel del bosque por la
extracción forestal puede favorecer en la
regeneración natural y crecimiento. Por otra
parte hay especies que no requieren de
ninguna perturbación, estas especies que
prefieren la sombra son denominadas
esciófitas. Las especies esciófitas germinan
y crecen mejor en condiciones de sombra y
muchas veces al tener altos porcentajes de
luz puede inhibirse su germinación o
crecimiento o pueden sufrir mayor tasa de
mortalidad.
Otro aspecto a considerar es la complejidad
del bosque a manejarse, esta se puede
determinar a través de la diversidad y
composición florística de cada tipo de bosque.
En resumen, mientras mayor información
ecológica se tenga tanto del área de manejo
como de las especies que la componen, mejor
será el diagnóstico a establecerse y mas
acertados serán los t ratamientos
silviculturales a aplicarse. La primera parte
de cada capítulo de este libro describe la
complejidad y dinámica que tiene cada tipo
de bosque.
11
Metodología establecida paradeterminar los impactos delaprovechamiento y las respuestas alos tratamientos silviculturales
La información presentada para determinar
los efectos que tiene el manejo forestal y la
silvicultura se origina en las parcelas
experimentales, que forman parte del
Programa de Investigación Silvicultural a Largo
Plazo (PISLP), que ejecuta el IBIF en los
bosques de producción en Bolivia.
En el año 2000, a iniciativa de un grupo de
investigadores que trabajaban en el Proyecto
BOLFOR I, se comenzó a diseñar un sistema
de parcelas que permitiese evaluar tanto los
impactos que produce el aprovechamiento
forestal como las respuestas a los distintos
tratamientos silviculturales a aplicarse. Se
vio que las parcelas de 1ha no eran suficientes
en tamaño para evaluar el impacto de
aprovechamiento, razón por la cual se optó
por probar tamaños de parcelas más grandes.
Entre el año 2000 y 2003, se instalaron parcelas
experimentales en los principales bosques de
producción forestal: bosque seco chiquitano
(Propiedad privada INPA Parket), bosque de
Guarayos (Concesión Forestal La Chonta), y
bosque amazónico (Concesión Forestal SAGUSA
SRL). Las primeras parcelas experimentales
se instalaron en el bosque de Guarayos,
mientras que las últimas se instalaron en el
bosque amazónico.
Las parcelas experimentales tienen superficies
que varían entre 20 y 26 ha, según la región.
Están agrupadas en bloques de cuatro parcelas.
Cada parcela de cada bloque representa un
tratamiento de intensidad de aprovechamiento
y aplicación de tratamientos silviculturales
(Tabla 1). En el bosque seco se tienen 2
bloques, en el bosque de Guarayos se tienen
3 bloques, mientras que en el bosque
amazónico se tiene solamente un bloque.
Los tratamientos que se aplicaron tuvieron
las siguientes características:
• Tratamiento Testigo.- Las parcelas de este
tratamiento no han sido aprovechadas,
pero se cortaron algunos bejucos en los
árboles aprovechables durante la fase del
censo forestal.
• Tratamiento Normal (Aprovechamiento
Normal).- Este tratamiento recibió
aprovechamiento de acuerdo al sistema
de extracción definida por cada empresa.
El sistema incluyó: (a) planificación de
caminos y aprovechamiento basado en un
censo comercial de árboles aprovechables
y remanentes, (b) aprovechamiento de
árboles que superan el diámetro mínimo
de corta (DMC), en la Chiquitania > a 40
cm de DAP y en Guarayos y Amazonía > a
50 cm, (c) 20% de los árboles comerciales
mayores al límite diamétrico fueron
dejados como semilleros y como factor de
seguridad. (d) corte de bejucos de los
árbo les comerc ia les antes de l
aprovechamiento, y (e) corta dirigida.
• Tratamiento Mejorado (Aprovechamiento
con Baja Silvicultura).- Este tratamiento
ha recibido las operaciones descritas para
el tratamiento normal, y adicionalmente
se aplicaron los siguientes tratamientos:
(a) marcado, antes del aprovechamiento,
de árboles de futura cosecha (AFC) de las
especies que en esa época fueron extraídas
por la empresa (b) corte de todos los
bejucos situados en el fuste o la copa de
los AFC, y (c) liberación de AFC de
competidores no-comerciales mediante
12
anillamiento (Tabla 1.1).
• Tratamiento Intensivo (Aprovechamiento
con Alta Silvicultura).- Este tratamiento
recibió todas las operaciones del
tratamiento mejorado y adicionalmente
se aplicaron los siguientes tratamientos:
(a) marcado adicional de AFC de especies
potencialmente comerciales, (b) corte de
bejucos y liberación de AFC de especies
potencialmente comerciales, (c) doble
intensidad de aprovechamiento, que
incluye la extracción de especies que en
esa época no eran aprovechadas por las
empresas en cada región hasta el inicio
del experimento, pero que eran especies
potenciales, (d) tratamientos de mejora
de bosque naturales, que incluyen el
anillado de individuos de especies arbóreas
no comerciales con DAP mayor a 40 cm,
exceptuando especies importantes para
la fauna, y (e) escarificación mecanizada
del suelo en claros de aprovechamiento
usando “skidder”, en el momento de la
extracción de las troncas (Tabla 1).
Las parcelas experimentales tienen un diseño
anidado para evaluar árboles de diferente
tamaño. Los árboles con el diámetro altura
pecho (DAP) > 40 cm fueron censados en toda
la parcela (A), mientras que los árboles con
DAP entre 20 - 40 cm fueron censados en la
mitad central de la parcela (B) y los árboles
con DAP entre 10 - 20 cm son censados en
cuatro subparcelas, cada cual de 1 ha en el
centro de la parcela. En cada parcela también
se tienen transectos de 2x400-500 m que
sirven para muestrear la regeneración natural
de individuos menores a los 10 cm de DAP.
Las parcelas experimentales cuentan con una
grilla de sendas que facilitan las mediciones
periódicas y mapeo de árboles. En total fueron
monitoreadas en el bosque seco chiquitano
(INPA Parket) 25.910 árboles, en el bosque
de Guarayos (La Chonta) 40.997 árboles, y en
el bosque amazónico (SAGUSA) un total de
16.822 árboles. Otros árboles está siendo
monitoreados en los bosques del Bajo Paraguá,
del cual gran parte de la información ha sido
publicada recientemente (Villegas et al. 2008)
Tabla 1.1. Resumen de los diferentes tratamientos aplicados en las parcelas del PISLP. (£ ) En estos casos eltratamiento silvicultural se aplicó solo a las especies comerciales; en cambio en las parcelas intensivo (*) seaplicó tanto a especies comerciales como a las potenciales. Ver texto para más detalles.
Tratamientos Control Normal Mejorado IntensivoAprovechamiento de impacto reducido No Si Si SiÁrboles semilleros 100% 20% 20% 20%Intensidad de aprovechamiento (#/ha) Nada Normal Normal DobleMarcación árboles de futura cosecha (AFC) No No Si£ Si*Corta de bejucos en AFC No No Si£ Si*Liberación de AFC con anillamiento No No Si SiEscarificación de suelo No No No SiMejora de rodales No No No Si
En el lado sur de cada árbol inventariado
existe una placa a 20 cm de donde se midió
el DAP. Cada árbol fue mapeado mediante
un sistema de coordenadas (x, y). Los
siguientes datos fueron recolectados para
cada árbol: especie, DAP, estimación de la
altura total y altura comercial (altura hasta
la primera rama), posición de copa, forma
de copa (Dawkins 1958), calidad de fuste,
infestación por bejucos (categorías y
porcentajes) y estado sanitario del árbol y
del fuste. La ubicación de la medida del DAP
13
fue marcada con pintura para facilitar la
exactitud y precisión de las remediciones.
Después del aprovechamiento se determinó
el número de árboles aprovechados en cada
tratamiento, para esto se contaron todos los
tocones, a los cuales se les reconoció el DAP
y altura comercial inicial, datos que se
utilizaron para determinar el volumen
aprovechado de cada individuo y especie.
En la fase post-aprovechamiento se evaluaron
todos los árboles muertos o dañados en todas
las categorías diamétricas, por causa del
aprovechamiento. Al mismo tiempo, en todos
los árboles que sufrieron algún tipo de daño
se evaluaron los niveles de deterioro
producidos en las diferentes partes de los
árboles (copa, fuste y raíz).
• El daño a la copa se evaluó en tres
categorías: “sin daño”, copas intactas;
“daño leve”, con 1 a 50% de la copa
dañada; y “daño severo”, con 51 a 100%
de la copa dañada.
• El daño al fuste se evaluó tomando en
cuenta el tamaño de las heridas y se
consideraron las siguientes categorías:
“sin daño”: árboles con fuste sin heridas;
“heridas pequeñas”: con heridas
superficiales y menores a 0.04 m2; “heridas
grandes”: con lesiones mayores a 0.04 m2
en superficie.
• El daño a las raíces se clasificó como: “sin
daño”: árboles que no presentaban
ninguna lesión en la raíz producido por la
maquinaria; “con daños superficiales”:
cuando se dañaron los garrones u otras
raíces por el paso de la maquinaria; “raíces
expuestas”: cuando la mayor parte de las
raíces estaban rotas y expuestas debido
a la caída del árbol (Mostacedo et al.
2006b). En este libro se presenta
solamente información general y
sobresaliente sobre daños producidos a
la masa remanente.
Contenido del libro
Este libro contiene tres capítulos centrales
en los cuales se ha tratado de resumir la
principal información generada en las
principales ecorregiones maderables de
Bolivia. La mayor parte de la información de
estos bosques proviene de los datos de
parcelas permanentes de una hectárea y de
las parcelas experimentales que tienen entre
20 a 26 ha y agrupadas para medir diferentes
variables según grados de intensidad de
aprovechamiento y aplicación de tratamientos
silviculturales. Los principales lugares de
estudio fueron: bosque seco chiquitano: Inpa
Parket; bosque subhúmedo: Concesión
forestal La Chonta, y bosque amazónico:
Concesión forestal SAGUSA SRL (ver detalles
de área de estudio en cada capítulo).
En algunos casos también se utilizaron datos
de sitios aledaños a los principales lugares
de estudio.
Para cada tipo de bosque se detallan los
resultados de la diversidad y riqueza florística
en los sitios de estudio, análisis de curvas
especie vs. área, similitud de especies y
estructura del bosque. Sobre su dinámica se
describen la fenología, los sistemas de
reproducción, la producción de semillas, la
dispersión y germinación de semillas, además
del estado de regeneración natural. También
se describe el crecimiento de los árboles, el
reclutamiento, la mortalidad y el stock de
biomasa disponible.
Acerca del manejo de los bosques se describe
en primer lugar el potencial forestal que
14
tienen estos bosques tanto en lo maderable
como en lo no maderable. En segundo lugar
se analizan los resultados de la aplicación
de t r a tam ien to s s i l v i cu l t u ra l e s ,
principalmente enfocados a los daños
producidos, los efectos de la liberación de
bejucos y árboles competidores. Cada
capítulo ha sido alimentado con una buena
revisión bibliográfica no solo de lo obtenido
en el país, sino también complementado con
las experiencias obtenidas en otros sitios.
Esperamos que este libro no solo sea una
referencia sobre ecología, manejo y
aplicación de silvicultura en bosques
tropicales de nuestro país, sino que sea
también un instrumento para tomar mejores
decisiones relacionadas al manejo forestal.
15
Introducción
Los bosques secos tropicales se encuentran
entre los ecosistemas en mayor riesgo en el
mundo (Hoekstra et al. 2005; Janzen 1986).
La mayoría de los bosques secos remanentes
se encuentra ubicada en México y en Bolivia
(Janzen 1986), con el área más grande en
este último país (Killeen et al. 2006; Parker
et al. 1993), siendo además éste uno de los
bosques biológicamente más diversos en el
mundo (Parker et al. 1993). Hasta los
noventas, el bosque seco tropical de Bolivia
estaba en su mayor parte intacto, pero las
tasas de conversión de estos bosques a cultivos
de soya y producción de ganado se han
incrementado en la última década (Killeen
et al. 2007; Rojas et al. 2003).
Consecuentemente, este tipo de bosque sufre
altas tasas de deforestación (Killeen et al.
2007; Rojas et al. 2003) y ha registrado una
de las mayores incidencias de incendios
forestales en el país (Resnikowski y Wachholtz
2007).
En Bolivia el bosque seco se encuentra ubicado
en el departamento de Santa Cruz,
específicamente en cinco provincias:
Chiquitos, Velasco, Ñuflo de Chávez, Germán
Busch y Ángel Sandóval, mas parte de
Chuquisaca, el norte de La Paz (Parque
Nacional Madidi) y los bosques secos del río
Tuichi (Cayola et al. 2005), cubriendo de
esta manera la mayor parte de la región
conocida como la Chiquitania. Por esta razón
este bosque también es conocido como bosque
seco chiquitano.
El bosque seco chiquitano tiene una ubicación
intermedia entre los bosques de la Amazonia
y del Chaco, y por lo tanto, es un área de
transición florística donde interaccionan
especies comunes de ambas ecorregiones y
especies que son exclusivas de este tipo de
bosque (Killeen et al. 2006). Se caracteriza
por ser semideciduo, estando su deciduidad
ligada fundamentalmente a la cantidad de
meses secos que tiene el área (Justiniano y
Fredericksen 2000a). Existe un gradiente de
precipitación de norte a sur y de este a oeste,
con menos precipitación al sureste y mayor
precipitación en el noroeste. En promedio la
precipitación anual varía entre 950 y 1350
mm/año y la duración de la época seca varía
entre 5 a 6 meses (Figura 2.1). La mayor
parte del bosque seco chiquitano se encuentra
sobre el escudo precámbrico, caracterizado
por una topografía ondulada con una delgada
capa de suelo superficial. Generalmente los
suelos son oxisoles derivados de gneis u otras
rocas graníticas. Su elevación varía entre 400
a 600 m s.n.m.
CAPÍTULO
2Bosque Seco Chiquitano
16
Figura 2.1. Promedios de temperaturas máximas y mínimas, y precipitación pluvial (± error estandar) de laLocalidad de Concepción, Santa Cruz, Bolivia.
El presente estudio reporta información sobre
las características ecológicas principales que
tiene este tipo de bosque, además de algunos
resultados de manejo y silvicultura. Asimismo,
se describe la diversidad, estructura, dinámica
del bosque (fenología, regeneración natural,
crecimiento, mortalidad, reclutamiento y el
stock de biomasa existentes), y las respuestas
de estos parámetros a los tratamientos
silviculturales. Por otro lado se presenta
información sobre el potencial forestal que
tiene esta formación boscosa en términos de
productos maderables y no maderables.
La mayor parte de la información analizada
en este capítulo proviene de las parcelas del
Programa de Investigación Silvicultural de
Largo Plazo (PILSLP) ubicadas en la propiedad
privada de la empresa INPA Parket Ltda.
(INPA de aquí en adelante). INPA cuenta
con 30.000 ha y se encuentra a 30 km al
sudeste de Concepción (Figura 2.2). El ciclo
de corta para el manejo de bosque del INPA
es de 25 años y toda su área ha sido
certificada por el Consejo Mundial de Manejo
Forestal (FSC, por sus siglas en inglés) como
una de las áreas forestales mejor manejadas.
Algunos de los resultados provienen de datos
obtenidos de las parcelas convencionales
(de 1 ha) ubicadas en diferentes áreas bajo
manejo forestal en el bosque seco
chiquitano.
17
Figura 2.2. Mapa de ubicación de la propiedad INPA Parket dentro del departamento de Santa Cruz. La manchaverde claro es toda el área de producción forestal que tiene Santa Cruz.
Diversidad de especies
Composición florística e importanciaecológica
El bosque seco Chiquitano es una de las 14
ecorregiones presentes en Bolivia (Ibisch y
Mérida 2003), con aproximadamente 125.000
km2 de superficie (Killeen et al. 2006), aunque
otros autores mencionan que puede tener
mayor superficie (FCBC 2003). Este bosque
alberga a un conjunto de especies que
resultan interesantes desde el punto de vista
biogeográfico (Navarro y Ferreira 2004;
Navarro y Maldonado 2002), ecológico y
comercial (SF 1999).
Las familias que aportan la mayor cantidad
de especies y que tienen un alto valor de
importancia en estos bosques son
Leguminosae, Rutaceae, Anacardiaceae,
Moraceae, Meliaceae, Bignoniaceae,
P h y t o l a c c a c e a e , N y c t a g i n a c e a e ,
Combretaceae y Ulmaceae (Killeen et al.
1993).
La familia con mayor importancia ecológica
del bosque seco chiquitano es Leguminosae,
misma que presenta un valor del 48% por ser
la más frecuente, abundante y dominante
dentro de la estructura del bosque, seguida
de otras familias como Nyctaginaceae,
Flacourtiaceae, Bombacaceae y Apocynaceae,
que no superan el 5% (Tabla 2.1) . Estas
mismas familias fueron mencionadas por
otros investigadores como las de mayor
importancia ecológica dentro del bosque, ya
sea por su alta abundancia, frecuencia o
dominancia, o como las que más aportan en
la fisonomía, tanto a nivel general como en
otros sectores de la Chiquitania de Santa
Cruz (Claros y Licona 1995a; Ibisch y Mérida
2003; Killeen et al. 1993; Killeen et al. 1998;
Uslar et al. 2004; Uslar 1997)
Familia Frecuencia Abundancia Dominancia Índice de valorrelativa relativa relativa de importancia
Leguminosae 5.80 65.58 73.90 48.42
Bombacaceae 5.80 3.39 5.42 4.87
Apocynaceae 5.80 5.48 3.18 4.82
Nyctaginaceae 5.80 .35 2.34 4.50
Flacourtiaceae 5.80 5.33 1.65 4.26
Bignoniaceae 4.89 1.28 3.50 3.23
Rubiaceae 5.62 1.59 0.65 2.62
Ulmaceae 4.35 1.09 1.19 2.21
Rutaceae 4.71 1.39 0.41 2.17
Anacardiaceae 4.35 0.72 1.43 2.17
Boraginaceae 5.07 0.75 0.27 2.03
Myrtaceae 3.99 1.04 0.80 1.94
Sapindaceae 4.53 0.75 0.37 1.88
Combretaceae 2.72 0.97 1.10 1.60
Annonaceae 3.99 0.52 0.19 1.56
Capparaceae 2.17 1.11 0.77 1.35
Tiliaceae 3.08 0.61 0.33 1.34
Meliaceae 3.08 0.22 0.12 1.14
Celastraceae 2.72 0.17 0.06 0.98
Phytolaccaceae 1.09 0.66 1.00 0.91
Otras Familias 14.67 1.99 1.31 5.99
Total 100.00 100.00 100.00 100.00
18
Tabla 2.1. Indices de valor de importancia de las principales familias de especies arbóreas del bosque secochiquitano
Estudios realizados en bosques secos o
subhúmedos del suroeste y noroeste de Bolivia
coinciden con los resultados obtenidos, ya
que muestran a la familia Leguminosae como
la de mayor peso ecológico (Caballero y
Jørgensen 2005; Cayola et al. 2005; Serrano
2003; Villarroel 2007). Sin embargo, bosques
con características de humedad mayores a
las del bosque seco Chiquitano, muestran a
la Leguminosae como una familia con un
valor de importancia ecológica menor al 10%
(Bascopé y Jorgensen 2005; Cabrera-Condarco
2005; Gil 1997; Quintana 2005; Villegas et
al. 2008a), por lo que sería la que representa
mejor las características más importantes
del bosque seco Chiquitano.
La especie con mayor importancia ecológica
del bosque Chiquitano de penillanura es el
tasaá (Acosmium cardenasii), siendo la más
frecuente, abundante y dominante, con una
acumulación del 24% del valor total (Tabla
2.2). También se puede observar que las seis
primeras especies pertenecen a la familia
Leguminosae, mismas que son las de mayor
importancia ecológica dentro del bosque y
acumulan más del 40% del peso ecológico de
todas las especies que componen el bosque
seco Chiquitano. Aparte de tasaá, se puede
citar a curupaú (Anadenanthera macrocarpa),
momoqui (Caesalpinia pluviosa), tarara
amarilla (Centrolobium microchaete),
moradillo (Machaerium acutifolium) y
19
Piptadenia viridiflora. Otras especies como
picana negra (Cordia alliodora), tajibo morado
(Tabebuia impetiginosa), toborochi (Ceiba
speciosa), cuta (Phyllostylon rhamnoides) y
morado (Machaerium scleroxylon) son parte
de las principales 20 especies de mayor peso
ecológico y son mencionadas también por
Ibisch y Mérida (2003) y Killeen et al. (1993).
Tabla 2.2. Indices de valor de importancia y valores relativos de frecuencia, abundancia y dominancia de lasprincipales 20 especies arbóreas del bosque seco chiquitano
Especie Familia Frecuencia Abundancia Dominancia Indice de valorrelativa relativa relativa de importancia
Acosmium cardenasii Leguminosae 2.95 36.75 33.97 24.56
Anadenanthera macrocarpa Leguminosae 2.95 4.02 8.85 5.27
Caesalpinia pluviosa Leguminosae 2.77 5.20 6.20 4.72
Centrolobium microchaete Leguminosae 2.86 3.77 6.51 4.38
Machaerium acutifolium Leguminosae 2.95 5.00 3.80 3.92
Piptadenia viridiflora Leguminosae 2.95 3.82 4.29 3.69
Ceiba speciosa Bombaceae 2.86 3.07 4.48 3.47
Casearia gossypiosperma Flacourtiaceae 2.95 5.33 1.65 3.31
Neea cf. steimbachii Nyctaginaceae 2.95 4.95 1.38 3.09
Aspidosperma tomentosum Apocynaceae 2.86 2.99 2.06 2.64
Sweetia fruticosa Leguminosae 2.95 2.12 2.24 2.44
Copaifera chodatiana Leguminosae 2.58 0.83 3.59 2.34
Aspidosperma cylindrocarpon Apocynaceae 2.67 2.30 1.05 2.01
Simira rubescens Rubiaceae 2.86 1.54 0.63 1.68
Machaerium scleroxylon Leguminosae 2.21 0.68 2.14 1.68
Tabebuia serratifolia Bignoniaceae 2.12 0.80 2.03 1.65
Acacia sp. Leguminosae 2.49 0.93 0.38 1.27
Galipea ciliata Rutaceae 2.21 1.24 0.34 1.27
Phyllostylon rhamnoides Ulmaceae 1.66 0.96 1.14 1.25
Cordia alliadora Boraginaceae 2.58 0.75 0.27 1.20
Otras Especies 46.58 12.93 13.00 24.17
Total 100.00 100.00 100.00 100.00
Cabe resaltar que ninguno de los autores
anteriormente citados menciona a Acosmium
cardenasii como la especie más importante
y abundante, ni en este estudio ni en un
estudio del diagnóstico del potencial forestal
realizado en la zona de Lomerío (IBIF 2009,
datos no publicados) . Autores como
Mostacedo et al. (2003), Pinard et al. (1999)
y la Superintendencia Forestal (1999), indican
que Anadenanthera macrocarpa y Caesalpinia
pluviosa, son las especies con mayor
abundancia y área basal dentro del bosque
seco chiquitano. Sin embargo, las variaciones
en los valores de abundancia, frecuencia y
dominancia dependen generalmente de las
características abióticas, principalmente de
las edáficas, puesto que por ejemplo, en
zonas con suelos un poco más húmedos se
pueden observar entre otras grandes
poblaciones de ajo ajo (Gallesia integrifolia)
(Jardim et al. 2003; Mostacedo et al. 2003)
y aguaí (Chrysophyllum gonocarpum), o como
20
cuta (Phyllostylon rhamnoides) que es una de
las más abundantes en el Jardín Botánico de
Santa Cruz (Uslar et al. 2004; Uslar 1997) y
los bosques secos de Tuichi en La Paz (Cayola
et al. 2005), teniendo como condiciones
óptimas suelos pesados, ya sean estos neutros
o salinos (Mostacedo et al. 2003).
Riqueza de especies
La determinación de la riqueza arbórea del
bosque seco Chiquitano consistió en la
cuantificación de el número de especies,
géneros y familias encontradas en las parcelas
de PSILP ubicadas en la propiedad privada
de INPA. Asimismo, se realizaron curvas de
área vs. número de especies tanto con los
datos observados como con las estimaciones
realizadas, usando dos métodos de
estimación: Chao 1 (Chao 1984) y Bootstrap
(Palmer 1990).
En las parcelas de INPA se encontraron para
árboles > 10 cm de DAP un total de 104
especies, las cuales se distribuyen en 35
familias y 80 géneros. El promedio de número
de especies por ha es 34 (± 1.04), con un
mínimo de 25 especies y un máximo de 50
especies. Estas fluctuaciones en la riqueza
de especies se deben probablemente a
variaciones edáficas y fisiográficas en las que
el bosque se desarrolla. El número promedio
de especies encontrado en INPA es similar al
promedio encontrado en el bosque seco del
Jardín Botánico de Santa Cruz (Saldías 1991;
Uslar et al. 2004) y Lomerío (Killeen et al.
1998), pero es menor a los valores
encontrados en el bosque Chiquitano de la
parte sub-andina de Santa Cruz (Villarroel
2007), y bosques secos del Parque Madidi
(Cayola et al. 2005). La mayor riqueza de
especies reportada en los dos últimos estudios
podría deberse a la influencia de la
composición florística de los bosques con los
cuales interactúan (tucumano-boliviano y
yungas , re spect i vamente) . Ot ras
investigaciones realizadas en los bosques
tucumano-boliviano del sur de Bolivia
presentan generalmente una riqueza de
especies inferior al de los bosques Chiquitanos
(Gil 1997; Serrano 2003), excepto por los
reportados por Caballero y Jørgensen (2005).
Asimismo, todos estos estudios indican que
los bosques secos del país tienen un menor
número de especies que los bosques húmedos
del norte y noroeste de Bolivia (Bascopé y
Jørgensen 2005; Cabrera-Condarco 2005;
Quintana 2005; Vargas 1996; Vargas et al.
1994) (Tabla 2.3).
La familia con mayor riqueza de especies en
los bosques secos chiquitanos de las
peniplanicies del oriente boliviano fue
Leguminosae, tanto en cantidad de géneros
como en especies, dejando muy por debajo
a las otras familias presentes en estos bosques
(Figura 2.3). Comparando las familias con
mayor riqueza de especies del bosque
chiquitano de las peniplanicies con otros
estudios realizados en la Chiquitania y bosques
secos similares al este de Bolivia (Cayola et
al. 2005; Fuentes et al. 2004; Killeen et al.
1993; Killeen et al. 2006; Killeen et al. 1998;
Saldías 1991; Uslar et al. 2004; Uslar 1997;
Villarroel 2007), los resultados de estos en
cuanto a riqueza son similares a los
determinados en este estudio, excepto para
f a m i l i a s c o m o C o m b r e t a c e a e ,
Phytolaccaceae, Ulmaceae y Bignoniaceae,
las cuales se mencionan como características
de estos bosques (Killeen et al. 1993) pero
que poseen una baja riqueza según los
resultados obtenidos en el bosque estudiado.
Curvas especies vs. área
Lugar Bosque Densidad Nro de Índice de(Ind/ha) Especies Margalef
Perseverancia, Beni1 Bosque Húmedo de Llanura 597 96 14.86
Mamacona, Madidi, La Paz2 Bosque Montano Húmedo 858 101 14.80
Río Chiriuno, Madidi, La Paz3 Bosque Montano Húmedo 692 82 12.39
Río Hondo, Madidi, La Paz4 Bosque Montano Húmedo 505 134 21.37
Parque Amboró, Santa Cruz5 Bosque Montano Húmedo 731 50 7.43
Valle de Tuichi, Madidi, La Paz6 Bosque Seco Subandino Yungueño 694 51 7.64
INPA PARKET, Santa Cruz Bosque Semideciduo Chiquitano 431 34 5.42
Jardín Botánico, Santa Cruz7 Bosque Semideciduo Chiquitano 549 31 4.76
Jardín Botánico, Santa Cruz8 Bosque Semideciduo Chiquitano 503 28 4.34
Las Trancas, TCO Lomerío, Santa Cruz9 Bosque Semideciduo Chiquitano 437 35 5.59
Cerro La Centinela, Santa Cruz10 Bosque Tucumano-Boliviano Húmedo 580 28 4.24
Cerro La Centinela, Santa Cruz10 Bosque Tucumano-Boliviano Húmedo 670 20 2.92
Cerro La Centinela, Santa Cruz10 Bosque Tucumano-Boliviano Húmedo 722 16 2.28
La Peña, Chuquisaca11 Bosque Tucumano-Boliviano Subhúmedo 408 39 6.32
Serranías del Iñao, Chuquisaca12 Bosque Tucumano-Boliviano Subhúmedo 486 17 2.59
Serranías del Iñao, Chuquisaca12 Bosque Tucumano-Boliviano Subhúmedo 498 22 3.38
Serranías del Iñao, Chuquisaca13 Bosque Tucumano-Boliviano Subhúmedo 552 25 3.80
Serranías del Iñao, Chuquisaca13 Bosque Tucumano-Boliviano Subhúmedo 697 24 3.51
Serranías del Iñao, Chuquisaca13 Bosque Tucumano-Boliviano Subhúmedo 458 23 3.59
Yerbabuenal, Chuquisaca11 Bosque Tucumano-Boliviano Subhúmedo 441 42 6.73
Tabla 2.3. Comparación del número de individuos, especies y valores de diversidad de Margalef del bosqueChiquitano y otros bosques de Bolivia.1=Vargas et al. (1994), 2=Cabrera-Condarco (2005), 3=Bascopé y Jorgensen (2005), 4=Quintana (2005), 5=Vargas1996, 6=Cayola et al. 2005, 7=Uslar, 8=Uslar et al. 2004, 9=Killeen et al. 1998, 10=Gil (1997), 11=Caballero y Jorgensen(2005), 12=Serrano (2003).
21
Las curvas de acumulación de número de
especies vs, área indican que las 104 especies
encontradas en las 32 ha muestreadas en
INPA representan entre el 90-91 % de la
riqueza de especies en total estimadas para
el bosque Chiquitano de las peniplanicies.
Los índices de Bootstrap y CHAO1 estiman
el número total de especies para este tipo
de bosque en 114 y 116 especies,
respectivamente (Figura 2.4), a pesar de que
otros autores mencionan que encontraron
hasta 124 especies arbóreas (Killeen et al.
1998).
El número total de especies en este tipo de
bosque será menor si es que no se consideran
especies típicas de otros ecosistemas o
biomas. Estas pueden ser denominadas
oportunistas, y entre ellas se puede
mencionar a: espino blanco (Acacia
albicorticata), almendro de la Chiquitania
(Dipteryx alata), jichituriqui blanco
(Aspidosperma subincanum), pototo
(Astronium fraxinifolium), cacha (Agonandra
bras i l iense ) y mururé (Bros imum
gaudichaudii), que son consideradas como
especies típicas del Cerrado, (Ibisch y Mérida
2003; Killeen et al. 1993; Navarro y Ferreira
2004; Navarro y Maldonado 2002). El Cerrado
es un ecosistema con el cual el bosque seco
22
Chiquitano comparte su distribución espacial
e histórica en Bolivia. Las especies
anteriormente nombradas, si bien pueden
encontrarse dentro del bosque seco
Chiquitano, aportan poco a la estructura
horizontal y vertical del mismo.
Figura 2.3. Número de géneros y especies de las 10 familias con mayor riqueza del bosque seco chiquitano.
Figura 2.4. Curvas de acumulación especies vs. área, y sus estimaciones de riqueza según los estimadores de Chao1 y Bootstrap.
Diversidad de especies
Debido a que la diversidad es el resultado
del complejo del número de especies (riqueza)
y el número de individuos por especie
(abundancia) (Magurran 2003; Moreno 2001;
Mostacedo y Fredericksen 2000), es que se
decidió utilizar los índices de diversidad más
comunes: índice de Shannon e índice de
Margalef.
El índice de Shannon (H') con su índice de
equidad de Pielou (J), está representado por
las siguientes ecuaciones:
H' = - ·pi ln pi
J = H'/ln S
Donde:
pi = Proporción del total de individuos
por especie
ln = Logaritmo natural
S = Número de especies por parcela
También se utilizó el índice de Margalef
(Magurran 2003; Moreno 2001), para poder
comparar la diversidad del bosque seco
Chiquitano con otras zonas de Bolivia. Este
índice tiene la siguiente ecuación:
D= S-1/ln N
Donde:
S = número total de especies
ln = logaritmo natural
N = número total de individuos
El índice de diversidad de Shannon obtenido
para el bosque seco Chiquitano es bajo (2.47
± 0.05) (Tabla 2.4), si se compara con los
valores encontrados para los bosques
amazónicos y bosques del preandino norte
(Villegas et al. 2008a), cuyos valores oscilan
entre los 3.4-3.6 (Bergmans y Vroomans 1995;
Poma 2007).
Según el índice de Margalef, la diversidad
calculada para el bosque seco Chiquitano es
de 5.42 (Tabla 2.4). Este valor es mayor que
el encontrado para el bosque Chiquitano del
jardín botánico de Santa Cruz (Uslar et al.
2004; Uslar 1997) y los bosques tucumano-
boliviano del suroeste de Bolivia (Bascopé y
Jørgensen 2005). Sin embargo, el bosque seco
en INPA tiene un índice de Margalef menor
a los encontrados en los bosques húmedos
del norte y noroeste del país (Bascopé y
Jørgensen 2005; Cabrera-Condarco 2005;
Quintana 2005; Vargas 1996; Vargas et al.
1994, Tabla 2.4.
Similitud de especies
A nivel regional la similitud de especies entre
un lugar a otro es bajo, lo cual indica una
alta diversidad beta. Análisis de colecciones
botánicas realizadas por algunos autores
muestran que la Chiquitania tiene una alta
diversidad beta, ya que su composición varía
de lugar a lugar (Killeen et al. 2006). En la
zona norte de Santa Cruz hay una combinación
con especies del bosque amazónico, mientras
que en la zona sur la combinación se da con
especies del Chaco. Asimismo, subiendo las
montañas la combinación se dá con especies
del bosque nublado. De igual manera, los
bosques secos se encuentran en una serie de
tipos de suelos.
Al comparar la similitud de especies entre
las parcelas PISLP de INPA mediante el índice
de Sorensen, se encontró una gran
homogeneidad en la composición arbórea
23
Tabla 2.4. Valores de diversidad determinados para el bosque Chiquitano de peniplanicies.
Índices Promedio Máximo MínimoShannon (H') 2.47 (± 0.05) 3.05 1.50
Margalef 5.42 (± 0.17) 3.90 7.90
Equidad de Pielou (J) 0.70 (± 0.01) 0.82 0.56
24
cualitativa (similitud de parcelas fue mayor
al 50%). Sólo una parcela (subparcela #15)
presenta un similitud menor al 50 %, esto
debido a la presencia de especies típicas de
bosques más húmedos como: huevo de perro
(Tabernaemontana cymosa), leche leche
(Sapium glandulosun), ambaibo (Cecropia
concolor), yesquero blanco (Cariniana
ianeirensis), mururé (Brosimum gaudichaudii)
y espino blanco (Acacia albicorticata).
Especies indicadoras
Entre las especies que caracterizan al bosque
seco Chiquitano de la peniplanicie se pueden
distinguir a: tasaá (Acosmium cardenasii),
cusé (Casearia gossypiosperma), momoqui
(Caesalpinia pluviosa), moradillo (Machaerium
acutifolium), morado (M. scleroxylon),
curupaú (Anadenathera macrocarpa), cari
cari (Piptadenia viridiflora), tarara amarilla
(Centrolobium microchaete), cuta
(Phyllostylon rhamnoides), toborochi (Ceiba
speciosa), Aspidosperma tomentosum, A.
cylindrocarpon, pacobillo (Capparis
coimbrana), maní (Sweetia fruticosa), cuchi
(Astronium urundeuva), soto (Schinopsis
brasiliensis) y cedro (Cedrela fissilis). Si bien
este conjunto de especies es el que se
encuentra frecuentemente y caracteriza a
estos bosques, no restringe su distribución a
este ecosistema; por el contrario, la mayoría
de especies se encuentra a lo largo de todos
los bosques secos del neotrópico (Navarro y
Maldonado 2002).
En Bolivia varias de las especies nombradas
forman parte de los bosques tucumano-
boliviano del piso inferior (Navarro y Ferreira
2004; Navarro y Maldonado 2002; Serrano
2003; Villarroel 2007), bosque seco sub-
andino yungueño (Cayola et al. 2005; Fuentes
et al. 2004), chaco serrano (Ibisch y Mérida
2003; Killeen et al. 1993) y algunas otras
zonas del chaco (Navarro y Ferreira 2004;
Navarro y Maldonado 2002). Sin embargo, la
importancia de estas especies en términos
de densidad varía entre las comunidades
vegetales nombradas.
Estructura del bosque
Densidad
La densidad de individuos calculado para el
bosque Chiquitano en este estudio fue de
431 (± 11) individuos/ha, con un rango que
osciló entre 529 (valor máximo) y 262
individuos/ha (valor mínimo) para árboles
mayor a 10 cm de DAP, y con un promedio
de 176 (± 5.51) individuos/ha para árboles
mayores ³ a 20 cm, los cuales representan
el 49 % del total de individuos calculados,
con rangos entre 237 y 113 individuos/ha.
El promedio de árboles ³ a 10 cm de DAP
obtenido fue similar al estimado por Killeen
et al. (Killeen et al. 1998), para los bosques
Chiquitanos de Las Trancas (Lomerío), siendo
superior al determinado por Claros y Licona
(1995b) para los bosques de la zona de
Lomerío, pero inferior a la densidad de
árboles reportados para el bosque Chiquitano
del Jardín Botánico de Santa Cruz (Uslar et
al. 2004; Uslar 1997), esto tal vez debido a
que el área donde se levantó la información
en el Jardín Botánico está ubicada en una
zona de transición chiquitano-chaqueño (Uslar
et al. 2004). Comparando la densidad
obtenida para el bosque seco Chiquitano con
otros tipos de bosques del norte, noroeste y
suroeste de Bolivia tales como el bosque
húmedo de llanura, montano y tucumano-
boliviano, estos presentan valores superiores
a los determinados en este estudio (Caballero
y Jorgensen 2005; Cabrera-Condarco 2005;
Cayola et al. 2005; Gil 1997; Quintana 2005;
Soares et al. 2006; Vargas et al. 1994),
excepto por los reportados por Caballero y
Jørgensen (2005) para los bosques
subhúmedos tucumano-boliviano del piso
inferior, los cuales tienen elementos florísticos
similares al de los bosques Chiquitanos y
otros bosques secos de Bolivia.
Área basal
El área basal estimada para el bosque
Chiquitano de las penillanuras del oriente
boliviano es de 19.42 m2/ha (± 0.62; max=
27.00 m2/ha; min= 12.12 m2/ha) para árboles
> a 10 cm de DAP, y de 15.33 m2/ha (± 0.56)
para árboles > a 20 cm de DAP, dato que
representa al 79 % del área basal total
estimado para los árboles del bosque
Chiquitano. Estos resultados indican que, si
bien los árboles < a 20 cm de DAP representan
al 51 % de individuos de todo el bosque, el
área basal que acumulan es sólo del 21 %,
por lo que la mayoría de los árboles serían
de fustes delgados.
Otros sectores del bosque seco chiquitano,
como la zona de Lomerío, presentan valores
superiores al promedio en este estudio, puesto
que Killeen et al. (1998) calculó un total de
27 m2/ha, y el IBIF (2009, datos no publicados)
en un estudio del diagnóstico del potencial
forestal de la misma zona, promedió 15.5
m2/ha para árboles > a 20 cm de DAP, datos
que serían similares a los estimados en este
estudio.
Al comparar estos valores calculados con los
obtenidos en otros bosques de Bolivia, los
bosques secos chiquitanos tendrían un área
basal bajo (Bascopé y Jørgensen 2005;
Caballero y Jørgensen 2005; Cayola et al.
2005; Gil 1997; Quintana 2005; Serrano 2003),
aún cuando las condiciones climáticas
(precipitación y temperatura media) sean
similares y con cierta afinidad florística
(Caballero y Jørgensen 2005; Cayola et al.
2005; Serrano 2003).
Estructura horizontal y vertical
La acumulación de individuos, tanto en la
estructura horizontal como vertical distribuida
en clases o rangos (Figura 2.5), muestra un
patrón de mayor acumulación de árboles en
las clases menores, para luego ir disminuyendo
gradualmente a medida que los rangos de las
clases se incrementan. La distribución llega
a formar una “J” invertida, la cual representa
el equilibrio de las diferentes etapas de
desarrollo del bosque, de esta manera las
comunidades vegetales están preparadas para
los procesos continuos de disturbios,
regeneración, competencias intra e
interespecíficas y mortalidad (Lamprecht
1990) .
25
26
Sin embargo, dentro de las estructuras
horizontales y verticales de cada especie,
algunas están mejor representadas en algunas
clases. Esto se debe principalmente a
características o exigencias que tiene cada
especie. Por ejemplo, Anadenanthera
macrocarpa está representada en las clases
intermedias y altas mientras que otras como
Neea cf. steimbachii limitan su distribución
a las clases más bajas, y Acosmium cardenasii
está bien representada en todas las clases.
Figura 2.5. Distribución diamétrica (A) y altimétrica (B) del bosque seco chiquitano
Infestación de bejucos
Los bejucos son un grupo de plantas que
utiliza otras plantas para sustentarse y
alcanzar el dosel. Los bejucos generalmente
conviven en el bosque con los árboles, pero
cuando son demasiados pueden ser
perjudiciales para el desarrollo normal de
los árboles. Debido a su alta tasa de
crecimiento y producción de hojas, los bejucos
se consideran mejores competidores que los
árboles especialmente en la captación de
radiación solar (Putz 1980). También reducen
la capacidad de producción de frutos de los
árboles infestados (Stevens 1987).
En el bosque seco chiquitano, según estudios
realizados, el 75% de los árboles tiene por lo
menos un bejuco y de este total el 40% tiene
la copa totalmente infestada (Carse et al.
2000). A pesar de tener sus variaciones, este
tipo de bosque tiene una considerable
infestación de bejucos. Cabe destacar que
existe una proporción considerable de ellos
que se encuentran en el sotobosque.
Dinámica del bosque
Fenología
El bosque seco chiquitano se caracteriza por
ser deciduo durante la época seca debido a
que la mayoría de las especies del dosel
pierden sus hojas. Durante esta época el
sotobosque puede recibir hasta el 30-40% de
luz, mientras que en la época de lluvia solo
recibe entre 3-5% de luz (Mostacedo 2007).
El periodo cuando el bosque parece más
abierto por la caída de hojas oscila entre los
meses de julio y agosto (Justiniano y
Fredericksen 2000b). Si bien un porcentaje
alto de especies arbóreas tumba sus hojas
completamente, existe un porcentaje
pequeño que lo hace parcialmente (Tabla
2.5). Inclusive las especies que son siempre
verdes renuevan sus hojas en la época seca
pero de una manera gradual.
La floración y fructificación de especies
arbóreas se inicia en dos fases. Hay un grupo
grande que lo hace a finales de la época seca
(agosto a octubre) y un grupo pequeño que
lo hace en la época de lluvias (enero a
febrero). Los picos de fructificación
generalmente se realizan un mes después de
la floración.
La mayoría de las especies tienen floración
/ fructificación continua (Newstrom et al.
1994), es decir una vez cada año, aunque
hay varias especies que florecen/fructifican
cada 2-3 años (Tabla 2.5). Algunas especies
anuales tienen una floración corta (de dos a
tres semanas, por ejemplo: tajibos y
toborochi), mientras que otras pueden
florecer en un periodo de tiempo más largo.
Los frutos crecen después de 2-6 meses,
dependiendo de la especie (Tabla 2.5).
Sistemas de reproducción y producción desemillas
En esta sección se analizan las diferentes
estrategias de reproducción y producción de
semillas que tienen las especies arbóreas del
bosque seco chiquitano. La mayoría de las
especies (91%) son hermafroditas, es decir
con ambos sexos en la misma flor. Como
ejemplo de especies hermafroditas se tiene
a todas las leguminosas, que representan casi
el 40% de las especies maderables listadas.
El cuchi (Astronium urundeuva) es una de
las pocas especies dioícas existentes en el
bosque seco chiquitano, esto significa que
27
28
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tiene los sexos masculino y femenino en
diferentes árboles.
La producción de semillas puede ser continua,
anual, o supra-anual (Newstrom et al. 1994).
En el bosque chiquitano el 81% de las especies
tiene una frecuencia de producción de
semillas anual. Por ejemplo, el cuchi
(Astronium urundeuva) y el sirari de la
Chiquitania (Copaifera chodatiana) son
especies que pueden encontrarse fructificando
prácticamente todos los años, algunos años
más intensamente que otros. Sin embargo,
existen otras especies (12.5%) que tienen
frecuencias más largas, denominadas supra-
anuales. Por ejemplo, el morado (Machaerium
scleroxylon), el roble (Amburana cearensis)
y el tajibo mono (Zeyheria tuberculosa) son
especies que producen semillas cada 2-3
años. Lo interesante de esto es que cuando
lo hacen, casi el 100% de los árboles produce
semillas y es un evento generalizado, debido
a ello las semillas se encuentran en todas
partes del bosque y en gran cantidad.
En los años donde se tiene producción de
semillas, no todos los árboles de una misma
especie producen al mismo tiempo (Mostacedo
2007), habiendo inclusive mucha variación
entre años. En los períodos con mayor
producción de semillas hay especies como el
curupaú (Anadenanhera macrocarpa), el
momoqui (Caesalpinia pluviosa) y el tasaá
(Acosmium cardenasii) que tienen hasta el
90% de los árboles con semillas, mientras que
otras especies como el jichituriqui
(Aspidosperma spp.), el tajibo (Tabebuia
impetiginosa) y el tarara amarilla
(Centrolobium microchaete) tienen sólo entre
el 20-40% de los árboles con semillas. La
variación anual puede ser también dentro de
una misma especie, en la cual en el primer
año la producción de semillas puede ser alta
en un grupo de individuos, pero en el siguiente
año puede ser baja para este mismo grupo,
y ser alta para el grupo de individuos que
tuvo una producción baja en el primer año.
En relación al tamaño de árboles con
capacidad de reproducirse, una gran mayoría
de las especies empieza a hacerlo cuando se
encuentra entre los 20-40 cm de diámetro
(Añez 2005). La probabilidad de encontrar
árboles en reproducción puede variar según
la especie. Algunas de ellas como el momoqui
y el tasaá pueden empezar a reproducirse
inclusive con tamaños más pequeños. En el
caso del momoqui, cuando llega a los 20 cm
la probabilidad de encontrar árboles
reproductivos es del 99%; sin embargo, a
medida que los árboles aumentan de
diámetro, la probabilidad de ser reproductivo
tiende a bajar. Se ha encontrado que en
árboles de 65 cm de diámetro solo un 45%
de ellos está produciendo semillas. En el
caso del tajibo mono (Zeyheria tuberculosa),
los árboles empiezan a fructificar a los 40
cm de DAP, tamaño en el cual existe la
probabilidad de encontrar el 34% de los
árboles con semillas. A medida que va
aumentando el tamaño de los árboles, la
probabilidad de ser reproductivo también se
incrementa. Por ejemplo, árboles con 80 cm
de diámetro tienen el 100% de probabilidad
de ser reproductivos (Mostacedo 2007).
Dispersión de semillas
Los bosques secos se caracterizan por tener
en su mayoría especies que se dispersan por
el viento (Gentry 1993) (Tabla 2.5). De las
más de 30 especies maderables del bosque
seco consideradas en este análisis, el 76% es
de dispersión anemócora, es decir dispersado
29
30
por vientos; 12% es dispersado por animales
y otro 12% tiene autodispersión.
La dispersión de semillas por el viento tiene
un patrón más predecible que el de las
dispersadas por animales. Generalmente la
cantidad de semillas dispersadas disminuye
a medida que uno se aleja de la copa de los
árboles madre. En cambio, la dispersión por
animales es más aleatoria y depende mucho
del comportamiento de los mismos.
Las especies con semillas anemócoras
generalmente se dispersan en la época seca,
coincidiendo con la existencia de vientos
fuertes. A mitad de la época seca (julio) las
semillas con dispersión autócora son las que
predominan, mientras que las especies
anemócoras predominan a final de la época
seca (septiembre-octubre). El tiempo de
dispersión varía según la especie: sirari de
la Chiquitania (Copaifera chodatiana),
curupaú (Anadenanthera macrocarpa),
momoqui (Caesalpinia pluviosa), picana negra
(Cordia alliodora), morado (Machaerium
scleroxylon) y tasaá (Acosmium cardenasii)
dispersan sus semillas por más de cuatro
meses continuos (Mostacedo et al. 2001).
Germinación de semillas
Una vez que las semillas llegan al suelo
empiezan a germinar, siempre y cuando
encuentren las condiciones adecuadas para
hacerlo. La humedad en el suelo,
especialmente en la época seca, es uno de
los factores limitantes en los bosques secos
para la germinación de semillas. La caída de
semillas se produce justamente en la época
seca (agosto - octubre), cuando no existen
las condiciones adecuadas para su
germinación. Esto hace que se forme un
banco de semillas que permanece de manera
temporal, hasta que se produzcan las primeras
lluvias. Al parecer son pocas las especies
maderables que tienen la capacidad de formar
bancos de semillas por periodos largos.
El porcentaje y la velocidad de germinación
de semillas varían entre las especies. Los
resultados que se describen a continuación
han sido obtenidos en vivero: de las 24
especies incluidas en la prueba, 9 especies
tuvieron más del 50% de viabilidad; en el
caso de sujo (Sterculia striata), aunque su
germinación fue retardada, llegó a un 100%.
Por otro lado, tarara amarilla (Centrolobium
microchaete) tuvo menos del 10% de
viabilidad. En relación a la velocidad de
germinación, paquió (Hymenaea courbaril),
morado (Machaerium scleroxylon), curupaú
(Anadenanthera macrocarpa), jichituriqui
amarillo (Aspidosperma rigidum), cuchi
(Astronium urundeuva ) , momoqui
(Caesalpinia pluviosa), y sirari de la
Chiquitania (Copaifera chodatiana)
germinaron en menos de 10 días. Las especies
que tardaron en germinar más de 30 días
fueron cedro (Cedrela fissilis) y tarara
amarilla (Centrolobium microchaete)
(Mostacedo y Fredericksen 2001).
Regeneración natural
La regeneración natural es una parte
importante de la dinámica del bosque, ya
que este proceso implica el establecimiento
de nuevos individuos y por lo tanto puede
determinar la composición futura del bosque.
Una regeneración adecuada es de gran
importancia para el aprovechamiento
selectivo de especies maderables y a su vez,
con información apropiada acerca de la
regeneración natural, es posible mejorar la
31
Figura 2.6. Origen de plántulas para 16 especies arbóreas, en un bosque seco chiquitano en la Propiedad INPAParket, Santa Cruz, Bolivia.
Las especies arbóreas varían en sus
requerimientos para regeneración (Mostacedo
y Fredericksen 1999). De manera general,
se ha encontrado una mayor densidad de
plántulas en bosques sin aprovechamiento
(Mostacedo 2007; van Andel 2005), Sin
embargo, hay mucha variación a nivel de
especies: por ejemplo, especies tolerantes
a la sombra como Acosmium cardenasii,
Phyllostylon rhamnoides y Gallesia
integrifolia, tienen una mayor abundancia
en áreas no perturbadas (van Andel 2005).
En cambio, especies demandantes de luz
como Cedrela fissilis, Tabebuia impetiginosa,
Centrolobium microchaete y Cordia alliodora,
se regeneran mayormente en sitios abiertos
por aprovechamiento forestal.
sostenibilidad del bosque. Sin embargo, se
ha reportado que el 60% de las especies
aprovechadas y potenciales en Bolivia tiene
problemas de regeneración natural y requiere
cierto tipo de manejo para mejorarla
(Mostacedo y Fredericksen 1999). En la
Chiquitania las limitaciones de regeneración
natural son mayores debido a diversos factores
abióticos y bióticos.
En términos de la disponibilidad de
propágulos, las especies de árboles en la
Chiquitania se regeneran tanto de semillas
como de rebrotes (Mostacedo et al. 2009).
En la Chiquitania central el 50% de las
plántulas proviene de semillas y la otra mitad
de rebrotes de raíces o tallos (Figura 2.6).
También existen casos como el de la tarara
amarilla (Centrolobium microchaete), que
casi en su totalidad se regenera a partir de
rebrotes; y tiene apenas un 10% de
germinación a partir de semillas (Fredericksen
et al. 2000).
32
Se considera que una especie tiene buena
regeneración cuando la distribución de clases
diamétricas es en forma de “J” invertida.
Tomando en cuenta a todas las especies en
su conjunto, se puede decir que el bosque
seco chiquitano tiene esta característica.
Sin embargo, al analizar especies arbóreas
que actualmente se comercializan, se
encuentran diversos patrones: por ejemplo,
Tabebuia impetiginosa, Schinopsis brasiliensis
y Zeyheria tuberculosa normalmente tienen
problemas de regeneración. Asimismo,
Astronium urundeuva tiene muchos individuos
jóvenes (< a 10 cm de DAP), pero hay muy
pocos individuos en las siguientes categorías
de tamaño (> 10 cm de DAP) (Killeen et al.
1998).
Especies como el tajibo amarillo (Tabebuia
serratifolia), el roble (Amburana cearensis)
y el paquió (Hymenaea courbaril) tienen
distribución en forma de “J” invertida pero
su abundancia es muy baja (Villegas et al.
2008a).
Crecimiento de árboles
El crecimiento de los árboles (con DAP > 10
cm) en el bosque seco chiquitano es el más
bajo entre los bosques de producción forestal
del país (Dauber et al. 2003). Los árboles del
bosque seco chiquitano tienen un incremento
diamétrico promedio de 0.19 cm/año (Dauber
et al. 2005). Este valor de incremento
diamétrico se encuentra dentro de los rangos
obtenidos en otros bosques secos (Murphy y
Lugo 1986; Uslar et al. 2004).
A nivel de especies, el crecimiento de árboles
es muy variable (Figura 2.7). Este crecimiento
puede variar de 0.05 a 0.31cm/año (Dauber
et al. 2003). Jichituriqui amarillo
(Aspidosperma sp.; 0.05 cm/año) y tajibo
morado (Tabebuia impetiginosa; 0.09
cm/año) son algunas de las especies que
tienen la menor tasa de crecimiento
diamétrico, mientras que roble (Amburana
cearensis) y tarara amarilla (Centrolobium
microchaete) tienen las tasas de crecimiento
más altas (0.31 cm/año). Asimismo, el
crecimiento varía con la posición de copa
que tiene el árbol y con el grado de
infestación de bejucos: la tasa de crecimiento
aumenta a medida que la cantidad de luz
que recibe la copa aumenta, y a medida que
el grado de infestación de bejucos disminuye.
Los árboles de futura cosecha (AFC) son
árboles de especies comerciales que tienen
un fuste de buena calidad y una buena forma
de copa pero que no tienen todavía el
diámetro necesario para ser cortados en este
ciclo de corta. Si se comparan AFC que crecen
en condiciones óptimas de crecimiento (sin
bejucos y con luz en las copas) con árboles
creciendo en condiciones normales, se
encuentra que los AFC tienen una tasa de
crecimiento mayor (Figura 2.7), llegando a
crecer en promedio 0.26 cm/año, es decir
un 38% más que árboles creciendo en
condiciones normales (Dauber et al. 2005;
Villegas et al. 2008b) (Figura 2.7). Estos
resultados sugieren que puede fomentarse
el incremento diamétrico si se aplican
tratamientos silviculturales que mejoren la
posición de la copa de los árboles y combatan
la infestación de bejucos (Dauber et al. 2005).
Esto ha sido confirmado por otros estudios
que se han enfocado exclusivamente a
determinar el incremento diamétrico en AFC
que han recibido tratamientos silviculturales
de liberación (corte de bejucos y anillamiento
de árboles competidores) (IBIF 2007; Villegas
et al. 2008b)
33
Figura 2.7. Tasa de crecimiento diamétrico promedio de especies arbóreas para dos grupos de árboles: todos yárboles de futura cosecha (AFC).
Reclutamiento y mortalidad
Tanto el reclutamiento como la mortalidad
son parámetros que indican el dinamismo de
un bosque. El reclutamiento se refiere a la
proporción de individuos nuevos que ingresan
a la población y la mortalidad se refiere a la
proporción de individuos que mueren cada
cierto tiempo. Según los análisis realizados
con datos de parcelas permanentes, la tasa
anual de reclutamiento del bosque seco
chiquitano es de 0.64%/año. La tasa de
mortalidad es de 0.83%/año, esto quiere decir
que de cada 100 individuos muere
aproximadamente un individuo cada año.
Comparando la tasa de reclutamiento y la
tasa de mortalidad, se puede ver que hay
más individuos que mueren que los que se
reclutan, probablemente por efecto del
aprovechamiento. De todas maneras, las tasas
de mortalidad obtenidas en la zona son bajas
en comparación a estudios en otros lugares
(Lieberman et al. 1985, Poorter et al. 2001,
Nebel 2001, Uslar et al. 2004; Korning and
Balslev, 1994).
Stock de biomasa
En la actualidad uno de los temas de gran
importancia para el desarrollo de un país con
enfoque forestal es saber la capacidad de
almacenamiento de carbono que tienen sus
bosques y también conocer la dinámica del
mismo en bosques bajo manejo. Este tema
tiene importancia en el contexto internacional
ya que está en discusión un posible mecanismo
de Reducción de Emisiones por Deforestación
y Degradación (REDD) en el marco de la
Convención Marco de las Naciones Unidas
para el Cambio Climático.
34
Usando ecuaciones conservadoras (Brown et
al. 1989) se calculó la biomasa aérea existente
en las parcelas experimentales en INPA y
también se calculó la dinámica de las mismas
e n d i f e r e n t e s i n t e n s i d a d e s d e
aprovechamiento forestal. El cálculo fue
realizado en base a los datos de árboles
mayores a 10 cm de DAP, representando
ésta la mayor proporción de biomasa aérea.
Se utilizó la ecuación de Brown et al. (1989),
que está representada de la siguiente
manera:
Biomasa Aérea =
exp[-2.409+0.952*ln (De*D2*He)]
Donde:
De = densidad específica de la
madera
D = diámetro a la altura del pecho
(1.3 m de altura)
He = altura estimada
La altura estimada (He) fue calculada en
base a la altura máxima asintótica (H') y el
diámetro (D) de cada árbol (Thomas 1996),
según la siguiente ecuación:
Se considera las normas del Panel
Intergubernamental de Cambio Climático
(IPCC en sus siglas en inglés), hay 5 elementos
de la biomasa que deben ser medidos:
biomasa aérea, biomasa subterránea (raíces),
hojarasca, madera muerta y materia orgánica
en suelo. Estudios realizados han demostrado
que aproximadamente el 20% de la biomasa
total se encuentra en las raíces (Mokany et
al. 2006), mientras que otros estudios
señalan que más de la mitad de la biomasa
vegetal se encuentra en los troncos de los
árboles con DAP > 10 cm (Cumming 1998).
Finalmente, de acuerdo a los estándares de
IPCC, la mitad de la biomasa está compuesta
por carbono, por lo que, desarrollando las
ecuaciones para calcular biomasa, se puede
decir que el stock de carbono total es
aproximadamente igual a la biomasa aérea
de individuos de más de 10 cm de DAP.
En estos términos, el promedio de cantidad
de biomasa calculado para INPA en árboles
con > 10 cm de DAP, varía inicialmente
(antes del aprovechamiento) entre 168 y
180 ton/ha (Figura 2.8). El aprovechamiento
con intensidad de aprovechamiento actuales
(promedio 4 árboles/ha), genera una pérdida
aproximada de 14.4 ton/ha, que representa
el 8%. En cambio el aprovechamiento
intensivo (promedio 8 árboles/ha) genera
una pérdida aproximada de 26.2 ton/ha, es
decir un 16% (Figura 2.8). La diferencia entre
ambos se debe a que durante el
aprovechamiento intensivo se ha extraído o
anillado para liberar árboles de especies
comerciales, una mayor cantidad de árboles
que en los otros tratamientos. Cabe resaltar
que los daños causados durante el
aprovechamiento en árboles remanentes no
aumentan paralelamente a la intensidad del
mismo. En otras palabras, una doble
intensidad de aprovechamiento no
necesariamente significa una doble pérdida
de biomasa.
Temporalmente se puede ver que el stock
de biomasa se mantuvo prácticamente en
todos los tratamientos, aunque en el
tratamiento intensivo hubo una tendencia
a aumentar la tasa de recuperación.
Probablemente el mantenimiento del stock
de biomasa se deba al equilibrio existente
entre la tasa de mortalidad y reclutamiento.
baDeHHe −−= 1['
35
Figura 2.8. Variación anual del stock de biomasa después del aprovechamiento bajo diferentes intensidades deaprovechamiento, en el bosque seco chiquitano.
Manejo del bosque
Potencial forestal
La Chiquitania es una región productora de
madera y de productos no maderables
importante a nivel de Bolivia, no sólo en
términos de volúmenes aprovechables sino
también porque provee madera dura de
buena calidad. En términos maderables, la
abundancia promedio de especies
maderables en esta zona es de 24
individuos/ha, con un área basal de 4.48
m2/ha y un volumen promedio de 19.3 m3
/ha, considerando únicamente a los
individuos mayores al diámetro mínimo de
corta (DMC) (Dauber et al. 1999). Cabe
mencionar que actualmente el volumen
aprovechable es seguramente mayor debido
a que en los últimos años se ha incrementado
el número de especies a aprovecharse. Por
ejemplo, se reportan volúmenes mayores
tanto en la Empresa Sutó como en la TCO
Lomerío (Tabla 2.6).
Tabla 2.6. Volumen actual, potencial y total de especies maderables agrupadas en grupos comerciales en laempresa Sutó y en la TCO Lomerío.
Valos comercial Empresa Sutó (m3/ha) TCO Lomerío (m3/ha)
Actual Potencial Total Actual Potencial Total
Especies muy valiosas 4.9 0.8 5.7 2.4 0.5 2.9
Especies valiosas 4.3 1.3 5.6 14.1 12.7 26.8
Especies poco valiosas 12.3 4.8 17.1 7.4 6.5 13.9
Especies sin valors comercial 5.4 1.5 6.9 4.2 4.4 8.6
Total 27.1 8.4 35.4 28.1 24.1 52.2
36
Oferta maderable de las principales especies
En forma general podemos diferenciar dos
grandes grupos de productos maderables de
acuerdo a los tipos de consumidores. Primero
están las especies maderables que sirven
para el consumo local o nacional, tales como
el cuchi (Astronium urundeuva), el jichituriqui
(Aspidosperma spp.), el verdolago
(Calycophyllum multiflorum), el momoqui
(Caesalpinia pluviosa), el cuta (Phyllostylum
rhamnoides), el curupaú (Anadenanthera
macrocarpa), el tajibo morado (Tabebuia
impetiginosa) y el soto (Schinopsis
brasiliensis). Generalmente la madera de
estas especies se utiliza para construir casas
de manera artesanal. También hay otras
especies cuya leña se utiliza como fuente de
energía para la cocina.
En segundo lugar están las especies que se
utilizan para su comercialización en mercados
externos y son las que producen los mayores
volúmenes de madera aprovechable. Entre
estas especies se tiene el roble (Amburana
cearensis), el tajibo morado (Tabebuia
impetiginosa), el sirari de la Chiquitania
(Copaifera chodatiana), el curupaú
(Anadenanthera macrocarpa), el cuta
(Phyllosthylon rhamnoides), el verdolago
(Calycophyllum multiflorum), el momoqui
(Caesalpinia pluviosa) y el soto (Schinopsis
brasiliensis) (Dauber et al. 2001).
Considerando únicamente las principales
especies mayores o iguales al DMC, los mismos
autores estiman un volumen de 14.8 m3/ha,
equivalente al 34 % del volumen total. El
aprovechamiento de estas especies
generalmente es realizado por grandes y
medianos productores como son las empresas
forestales, las asociaciones sociales de lugar
(ASL), propietarios privados e indígenas.
Parte de esta madera es exportada como
materia prima y también como puertas,
parquet, artesanías y otro tipo de productos
elaborados.
En la Chiquitania, la cantidad de especies
aprovechables se ha incrementado en los
últimos años, teniendo actualmente más de
20 especies que se aprovechan en diferente
intens idad. De todas maneras el
aprovechamiento forestal en la región sigue
siendo selectivo hacia algunas especies,
elevando la presión de extracción hacia
algunas de ellas con alto valor comercial, lo
que podría resultar en una reducción de las
poblaciones de las mismas.
Algunas de las especies que son aprovechadas
con una alta intensidad son: el roble, el
cedro, el morado y el tajibo. Estas especies
representan el mayor valor económico de los
bosques en la región. La información generada
en los últimos años sugiere la necesidad de
hacer ajustes a las normas técnicas para
incluir prácticas que promuevan el
mantenimiento de las especies que se
aprovechan con mayor intensidad, así como
la urgencia de contar con mecanismos
efectivos de control del aprovechamiento.
Por otro lado, se deben encarar proyectos
de reforestación y enriquecimiento en áreas
con bosques degradados para intentar
mantener el valor de los mismos.
Productos no maderables
El bosque seco chiquitano cuenta también
con una gran variedad de productos no
maderables que son utilizados para la
alimentación, curación de enfermedades y
construcción de viviendas. Hay poca
37
información sobre el uso tradicional de los
recursos del bosque por los pueblos indígenas
y campesinos. Los chiquitanos son quienes
tienen un mejor conocimiento ancestral de
un sin número de especies. Por ejemplo, para
el uso comestible existen varias especies,
entre ellas: la nuez de la chiquitania (Dipteryx
alata), la piña silvestre (Ananas ananassoides)
y el cayú silvestre (Anacardium humile). La
comercialización y exportación de la nuez
de la chiquitania es una de las actividades
que actualmente se viene promoviendo. La
piña silvestre es una de las fuentes de material
genético que puede ser utilizada para mejorar
variedades comerciables de la piña comestible
(Ananas comosus). El cayú silvestre está
apenas siendo explorado por sus propiedades
vitamínicas.
Asimismo, hay muchas especies medicinales
con propiedades curativas y que son usadas
frecuente por la población local, como
ejemplos se tienen a: copaibo (Copaifera
sp.), paquió (Hymenaea courbaril), pezoé
(Pterodon emarginatus), quina (Simira
rubescens) y alcornoque (Tabebuia aurea).
Entre las plantas ornamentales más
importantes se encuentran las orquídeas, que
son comercialmente importantes en la región,
entre ellas Cattleya sp. y Oncidium sp. En
tiempo de floración, estas especies son
vendidas en la ciudad de Santa Cruz o
exportadas hacia el Brasil a un precio promedio
de 10 bolivianos por planta.
La actividad artesanal está recobrando
importancia en algunas comunidades de la
región, especialmente en comunidades
Ayoreas. Los ayoreos han encontrado una
importante fuente de ingreso económico en
la elaboración de bolsos tejidos con fibras de
garabatá. Las fibras se extraen de dos especies
de garabatá de la región (Pseudananas
sagenarius y Bromelia hieronymii). Las fibras
de Bromelia hieronymii son más fuertes y más
finos aunque la densidad poblacional de esta
especie es más baja comparada con la de
Pseudananas sagenarius. Otras especies
importantes en la actividad artesanal
chiquitana son el toco (Enterolobium
contortisiliquum) y el saó (Trithrynax
schizophylla) que se utilizan para hacer
máscaras y sombreros, respectivamente.
Efectos de la silvicultura
Los bosques tropicales aprovechados de
manera selectiva generalmente requieren
tratamientos silviculturales para mejorar las
tasas de crecimiento de sus especies
comerciales y consecuentemente, promover
la recuperación de una mayor proporción del
volumen aprovechado durante el primer ciclo
de corta. En esta sección se analiza el efecto
del aprovechamiento forestal y la aplicación
de silvicultura adicional (corta de bejucos,
y anillado de árboles competidores) en la
tasa de crecimiento de árboles de futura
cosecha (AFC) de especies actualmente
comerciales y potenciales. El estudio se llevó
a cabo en un bosque seco chiquitano en
Bolivia donde se estableció un conjunto de
8 parcelas de 20 hectáreas, mismas que
fueron monitoreadas por 4 años después de
su aprovechamiento.
Las parcelas recibieron uno de 4 tratamientos
que varían en intensidad de aprovechamiento
y silvicultura adicional: tratamiento con
intensidad normal de aprovechamiento (a
partir de ahora denominado “normal”),
tratamiento con intensidad normal de
aprovechamiento y baja intensidad de
38
silvicultura (denominado “mejorado”),
t r a t am ien to c on i n t en s i d ad de
aprovechamiento alta y con alta intensidad
de silvicultura (denominado “intensivo”), y
parcelas sin aprovechamiento (“control”)1.
Los tratamientos silviculturales aplicados a
los AFC fueron: liberación de bejucos y anillado
de árboles competidores. Los resultados
mostraron que el crecimiento diamétrico de
los fustes se elevó con el incremento en la
disponibilidad de luz, y decrementó con el
aumento en la infestación de bejucos. La tasa
de crecimiento diamétrico fue más alta en el
tratamiento intensivo (22-27%).
Daños al bosque por intensidad deaprovechamiento
Para evaluar el nivel de daño provocado por
la intensidad de aprovechamiento se usaron
las mismas parcelas experimentales ya
descritas. El nivel de aprovechamiento
forestal en INPA fue en promedio de 4
árboles/ha (5 m3/ha) en los tratamientos
normal y mejorado y de 8 árboles/ha (8
m3/ha) en el tratamiento intensivo. Esto
incluyó 10 especies en el normal y mejorado,
y 15 especies en el intensivo (Mostacedo et
al. 2006).
El porcentaje total de área alterada por el
aprovechamiento en el bosque seco fue en
promedio del 2.3% de la superficie
aprovechada, es decir que de cada hectárea
se alteró en promedio una superficie de 230
m2, debido a la apertura de pistas de arrastres
y claros de aprovechamiento,.
El porcentaje de árboles muertos y dañados
fue del 5.2% en el normal, 7.4% en el
mejorado y 10% en el intensivo. Los AFC
fueron dañados o muertos en un 4.4% en el
normal y en un 6.2% en el intensivo. Se ha
visto que el porcentaje de árboles muertos
o dañados se estabiliza a medida que la
intensidad de aprovechamiento aumenta.
Esto indica que si bien la intensidad de
aprovechamiento puede ser alta, el
porcentaje de árboles muertos y dañados no
aumentará en la misma proporción
(Mostacedo et al. 2006).
Liberación de bejucos y árbolescompetidores
En el momento de instalación de las parcelas,
la infestación de bejucos era comparable en
los tratamientos testigo e intensivo y entre
los tratamientos normal y mejorado.
Aproximadamente un año después de la
aplicación de los tratamientos silviculturales
se dio una drástica disminución en la
infestación de bejucos en los tratamientos
intensivo y mejorado, la cual se explica por
la corta de bejucos aplicada. En estos
tratamientos, además de los bejucos que se
cortaron al momento del aprovechamiento
en los árboles aprovechables, también se
cortaron los bejucos en los AFC. El índice de
infestación se mantuvo en el tratamiento
normal y aumentó en el testigo (Figura 2.9).
En los años subsiguientes, el índice de
infestación de bejucos aumentó en los
tratamientos testigo e intensivo y se mantuvo
cerca de los limites iniciales en el normal y
el mejorado (Figura 2.9).
Las parcelas que recibieron algún tratamiento
de aprovechamiento presentaron incrementos
en el índice de luz, siendo la variación más
importante la ocurrida en el tratamiento
1 Para mayor información ver Capítulo 1
39
intensivo. Antes del aprovechamiento la
disponibilidad de luz era parecida en todos
los tratamientos, excepto en el normal que
tenía mayor apertura del dosel desde su
instalación (Figura 2.10). Un año después del
aprovechamiento se pudieron observar dos
resultados notables: primero, se notó un
incremento en la disponibilidad de luz en
todos los tratamientos pero este fue mayor
en el tratamiento intensivo. Segundo, en
todos los tratamientos hubo mayor
disponibilidad de luz que en el testigo y esta
fue consistente con la intensidad de
tratamientos aplicados en las demás parcelas
Figura 2.9. Variaciones temporales en la infestación de bejucos por intensidad de aprovechamiento, en el bosqueseco chiquitano
Figura 2.10. Variaciones anuales de los índices de luz por intensidad de aprovechamiento.
40
Indudablemente la mayor apertura del dosel
tuvo efectos positivos en el crecimiento
general del bosque (Villegas et al. 2008b).
Sin embargo, el efecto a nivel de la comunidad
no fue estadísticamente significativo. El efecto
fue mayor en los AFC que recibieron
directamente los tratamientos de liberación,
ambos resultaron en mayores tasas de
crecimiento. Los AFC que fueron liberados de
bejucos crecieron más que los infestados e
incluso más que los naturalmente libres.
En el estudio realizado en INPA, los árboles
que fueron liberados de competidores que los
suprimían ya sea a través de anillamiento o
del aprovechamiento forestal, crecieron más
que los que quedaron suprimidos y alcanzaron
las tasas de crecimiento de los que estaban
naturalmente libres.
Finalmente, árboles que recibieron al menos
uno de los tratamientos silviculturales
crecieron más que aquellos que estaban
suprimidos o infestados de bejucos. Los AFC
tratados alcanzaron al menos el mismo nivel
de crecimiento que los árboles naturalmente
libres (Figura 2.7).
Según los gremios ecológicos, las especies
parcialmente tolerantes a la sombra crecieron
más que las tolerantes. La respuesta de estos
gremios entre tratamientos de intensidad de
aprovechamiento fue diferente en la medida
en que las especies parcialmente tolerantes
crecieron más en el tratamiento mejorado
que en el intensivo (Figura 2.11). Las especies
pioneras de larga vida respondieron
fuertemente a la silvicultura intensiva (50%
de incremento) seguidas por las tolerantes
a la sombra (24%) y por las parcialmente
tolerantes a la sombra (10%).
Las especies comerciales que mejor respuesta
mostraron a la combinación de tratamientos
tanto de corta de bejucos como de liberación
de árboles competidores fueron: el sirari
(Copaifera chodatiana), el tajibo mono
(Zeyheria tuberculosa), el tarara amarilla
(Centrolobium microchaete), el maní
(Sweetia fruticosa), el morado (Machaerium
scleroxylon), el paquió (Hymenaea courbaril),
el jichituriqui amarillo (Aspidosperma
tomentosum) y el curupaú (Anadenanthera
macrocarpa).
Figura 2.11. Promedio (± error estándar) de la tasa de crecimiento de árboles de futura cosecha (AFC) agrupadospor gremios ecológicos y en diferentes intensidades de aprovechamiento..
41
Conclusiones
Los bosques Chiquitanos de las peniplanicies
de Santa Cruz poseen una gran riqueza y
diversidad de especies similares, con pocas
variaciones a lo largo de su distribución. La
diversidad es baja en comparación con los
bosques húmedos del norte y noroeste de Bolivia
pero mayor en comparación con otros bosques
secos del Chaco. Las afinidades fitogeográficas
del bosque Chiquitano con otras formaciones
muestran una baja originalidad florística, puesto
que la mayoría de sus especies son de amplia
distribución a lo largo de los bosques secos en
el neotrópico y con algunos elementos de los
bosques húmedos. Sin embargo, es interesante
la congregación de todos estos elementos en
un solo lugar formando una comunidad vegetal
diferente al resto de los bosques secos del
neotrópico, por este motivo se considera al
bosque seco chiquitano como endémico a Bolivia.
En cuanto a la dinámica del bosque y sus
especies, este bosque tiene un 90% de árboles
que tumban sus hojas. La mayoría de las especies
tiene floración/fructificación contínua que
coincide con la época seca. La producción de
semillas en la mayoría de las especies es anual
lo que asegura de alguna manera la
disponibilidad de propágulos, que un 50% es
proveniente de semillas y el resto de rebrotes.
Se ha visto que el rebrote es una estrategia de
reproducción importante para las especies del
bosque seco chiquitano. Las semillas son
dispersadas generalmente por el viento y la
germinación es muy variable entre especies.
Eso hace que algunas especies tengan buena
regeneración, aunque en su mayoría tienen
problemas. La tasa de crecimiento es uno de
los más bajos comparado con otros bosques.
En función de los datos reportados, una de las
primeras y más importantes conclusiones es
que en el bosque seco, el efecto del
aprovechamiento y la aplicación de tratamientos
silviculturales tanto en el bosque remanente
total como en los AFC es de trascendencia
durante los primeros años. Asimismo, la apertura
del dosel provocada por el aprovechamiento en
los niveles realizado en el tratamiento normal,
es insuficiente para generar una respuesta
positiva en el crecimiento diamétrico del bosque
remanente. Sin embargo, con la aplicación de
tratamientos silviculturales la situación mejoró
notablemente, demostrando que una mayor
apertura del dosel generada por el
aprovechamiento, la corta de bejucos y el
anillamiento de individuos no deseados, han
sido métodos apropiados para generar mayor
crecimiento del bosque remanente total y de
los AFC.
El “corte de bejucos” a escala operativa es un
tratamiento silvicultural de fácil aplicación y
de bajo costo que tiene un alto efecto positivo
en el incremento diamétrico tanto del bosque
remanente total como en los AFC. Usando este
tratamiento se ha estimulado el crecimiento
de los árboles liberados de bejucos hasta
alcanzar los mismos niveles de crecimiento de
aquellos árboles que se encontraban en mejores
condiciones. Otro tratamiento de bajo costo
que ayudó al crecimiento de los árboles
comerciales es el anillamiento de árboles
supresores para liberar individuos de interés.
En ambos casos, estos tratamientos ayudan a
alcanzar el diámetro mínimo de corta (DMC)
en el tiempo más corto posible, traduciendo
sus beneficios en ganancias potenciales para
el siguiente ciclo de corta. Finalmente, los AFC
que recibieron tratamientos alcanzaron el
umbral máximo de crecimiento, conclusión
muy importante porque menciona de alguna
manera el límite de crecimiento para las
especies comerciales, un dato crucial a la hora
de determinar los ciclos de corta.
42
Introducción
El bosque sub-húmedo transicional entre la
Chiquitania y la Amazonia se encuentra
fundamentalmente en el departamento de
Santa Cruz-Bolivia. Este tipo de bosque, como
su nombre lo indica, tiene características de
ambos tipos de bosque, compartiendo en
gran medida especies de ambos ecosistemas.
El bosque sub-húmedo transicional se
encuentra específicamente en las provincias
Guarayos (donde está la mayor superficie) y
Ñuflo de Chavez, y comprende una superficie
total de alrededor de 2 millones de hectáreas,
aunque para algunos autores este bosque aún
es parte del bosque seco chiquitano (Navarro
y Ferreira 2007) (Figura 3.1).
En términos de precipitación y temperatura,
este bosque es más húmedo y más templado
que el bosque seco. La precipitación anual
promedio se incrementa de sur a norte,
variando entre 1300 mm/año hasta 1900
mm/año. La temporada seca abarca entre 4
y 5 meses por año con precipitaciones
menores a 100 mm/mes, siendo julio el mes
más seco. La temperatura promedio anual
es de 24º C, bajando hasta 8º C durante el
invierno cuando vientos provenientes del sur
llegan hasta el área. Por tanto, el clima se
clasifica como sub-húmedo y húmedo
mesotermal con una pequeña o nula
deficiencia de agua en verano (Navarro y
Maldonado 2002). Dado su gradiente de
precipitación, los bosques ubicados más al
sur son más parecidos al bosque chiquitano
y los bosques que se encuentran más al norte
se asemejan más al bosque amazónico (Figura
3.2).
Fisiográficamente el bosque sub-húmedo
transicional se encuentra sobre el escudo
precámbrico, conteniendo las colinas bajas
e intercalado con valles y algunas serranías.
El hecho de que se encuentre sobre el escudo
precámbrico es la razón principal por la que
algunos autores lo consideran parte del
bosque seco chiquitano (Cordecruz et al.
1995). Las colinas bajas de gneisses, granitos
y esquistos laterizados contienen suelos de
textura entre moderadamente fina a fina y
de profundidad variable sobre una capa
ferruginosa, lo que les da un aspecto café
rojizo. Son suelos que van de moderadamente
bien a imperfectamente drenado con relieve
ondulado y susceptibles a la erosión hídrica.
Se han encontrado en el área suelos oxisoles,
inceptisoles y ultisoles de baja fertilidad
(Cordecruz et al. 1995).
En el bosque sub-húmedo transicional se
realizan varias actividades que van desde el
CAPÍTULO
3Bosque Sub-húmedo Transicional
43
aprovechamiento maderable certificado,
hasta la ganadería y la agricultura intensivas.
Desafortunadamente, el área está sufriendo
un rápido proceso de fragmentación por
deforestación, por incendios y también por
extracción maderera ilegal. Este bosque
contiene una gran diversidad biológica y se
constituye en la fuente de múltiples recursos
para los pueblos que la habitan, además de
cumplir funciones ecosistémicas muy
importantes para el país. No obstante, la
explotación, el uso inadecuado y la
ampliación de la frontera agrícola hacen que
este bosque se encuentre en riesgo. La
provincia Guarayos es una de las áreas con
mayor frecuencia de incendios en la época
de quema.
Los grupos indígenas que han habitado los
bosques de transición desde hace más de
200 años son fundamentalmente los guarayos,
los sirionós y parcialmente chiquitanos. De
hecho la provincia Guarayos, creada en 1990,
debe su nombre al grupo étnico más
importante en la región. Los guarayos ocupan
un área extensa dentro de la provincia, en
la cual además se encuentra la TCO Guarayos.
Las principales poblaciones guarayas actuales
fueron misiones franciscanas, más recientes
que las misiones jesuíticas de la Chiquitania.
Estas poblaciones son: Ascención de
Guarayos, Urubichá, Yaguarú, Yotaú, San
Pablo y Salvatierra. Otros asentamientos
tradicionalmente guarayos más pequeños
son: Cururú y Momené. La lengua hablada
por los guarayos pertenece a la familia
lingüística Tupi Guaraní. (Flores y Maldonado
2007; Museo-Noel-Kempff-Mercado 2006).
La TCO Guarayos no se encuentra consolidada
y aunque han pasado más de 10 años desde
que las tierras fueran solicitadas, solamente
algunos polígonos que tienen poca presencia
han sido titulados. La mayoría de las áreas
cercanas a las poblaciones principales y la
carretera que une Santa Cruz con Trinidad
han sido consolidadas a favor de terceros
(Larson et al. 2008). Los guarayos clasifican
sus bosques en alturas y bajuras, refiriéndose
en el primer caso a espacios con subsuelos
arenoso rocosos con bosque alto y en el
segundo caso a depresiones con llanuras,
ríos y curichis (Martínez 2000).
Indudablemente el área también se encuentra
ocupada por otros grupos socio-culturales.
En ella viven comunidades multiculturales
de origen sirionó, chiquitano, quechua y
aymara, entre ellas están: El Puente,
Surucusí, San Andrés, Santa María, Yotaú,
San Luis, Limoncito, Cachuela y otras más
pequeñas. En años más recientes se ha
intensificado la compra de tierras y
asentamientos por parte de extranjeros de
diversos países, sobre todo por menonitas y
rusos. En los centros poblados principales,
la mezcla de procedencias es aún mayor y
se pueden encontrar, además de los ya
nombrados, descendientes de extranjeros,
cruceños y benianos que no se identifican
con las poblaciones indígenas (Martínez en
prensa).
Los estudios que se reportan en este
documento para el bosque sub-húmedo
transcional fueron realizados en la concesión
forestal de la empresa Agroindustrial Forestal
La Chonta (de aquí en adelante La Chonta).
La Chonta tiene una superficie de 100.000
hectáreas y está situada a 30 km. al este de
Ascensión de Guarayos, Bolivia (15º47'S,
62º55'W) (Peña-Claros et al. 2008a). Este
bosque tropical húmedo semideciduo, como
ya se indicó anteriormente, es una transición
44
Figura 3.1. Derechos forestales en la región de Guarayos.
Figura 3.2.Curvas de precipitación en la región de Guarayos. Los números indican la cantidad de precipitaciónpluvial que cae aproximadamente en los diferentes sitios. Los valores son el resultado de la extrapolación depuntos con estaciones meteorológicas.
45
entre el bosque seco chiquitano y los bosques
húmedos amazónicos. Su precipitación anual
promedio corresponde a 1580 mm por año
de acuerdo a la estación meteorológica
instalada en la concesión. Alrededor de un
30% de los árboles del dosel y muchos bejucos
son estacionalmente deciduos (Peña-Claros
et al. 2008a).
El sitio de estudio está ubicado en el límite
Sur-occidental del Escudo Precámbrico
Brasileño y sus suelos son areno-limosos, con
pH casi neutro y ricos en nutrientes (Paz-
Rivera 2003). El ciclo de corta previsto es de
30 años y la empresa ha obtenido la
certificación forestal voluntaria FSC, la cual
ha sido mantenida desde 1998. Debido a que
los incendios son comunes en el paisaje que
rodea La Chonta, aproximadamente un 30%
de la superficie de la concesión se quemó
tanto en 1995 como en 2004 debido a la
propagación de quemas agrícolas al interior
de la concesión (Blate 2005b).
Los estudios fueron realizados en las doce
parcelas experimentales de 27 ha que forman
parte del Programa de Investigación
Silvicultural de Largo Plazo (PISLP) mismo
que viene siendo monitoreado por el IBIF
desde el año 2000. Estas parcelas
experimentales son las más antiguas. Parte
de los resultados de diversidad ha sido
obtenido en las parcelas de 1 ha ubicadas
dentro de las parcelas experimentales. Para
mayor información sobre el diseño, los
tratamientos y las variables medidas revisar
el Capítulo 1. Aquí se reportan los resultados
sobre la diversidad de especies, estructura
del bosque, su dinámica y pautas para el
manejo adecuado de este tipo de bosque,
además de resultados de la aplicación de
algunos tratamientos silviculturales.
Diversidad de especies
Composición florística
En los bosques de la región de Guarayos,
específicamente en la concesión La Chonta,
se constituye la parte sur de la Amazonia,
donde existen familias y especies netamente
amazónicas, aunque hay una mezcla con
especies del bosque seco chiquitano. De
hecho, las dos familias ecológicamente más
importantes, tanto en su abundancia y
frecuencia, como en su dominancia, son las
Moraceae y Lauraceae. La familia
Leguminosae se encuentra en tercer lugar
en importancia ecológica, junto con las
familias Ulmaceae y Euphorbiaceae (Tabla
3.1). El bosque está completamente dominado
por las Moraceae, que es además una de las
más abundantes.
Entre las especies arbóreas, la de mayor
importancia ecológica es la Pseudolmedia
laevis (Moraceae), junto con Ampelocera
ruizii (Ulmaceae), Ocotea sp. 6 (Lauraceae)
y Terminalia oblonga (Combretaceae). De
estas especies, P. laevis es la más abundante
y dominante. Todas las especies mencionadas
anteriormente han tenido las frecuencias
más altas (Tabla 3.2).
Entre las especies maderables comerciales,
las de mayor índice en valor de importancia
fueron A. ruizii, T. oblonga, Hura crepitans,
Pouteria nemorosa y Cariniana ianeirensis
(Tabla 3.2).
Se hizo un análisis de similitud por el método
de Bray Curtis, por medio del cual se obtuvo
una similitud promedio del 55%. El máximo
porcentaje de similitud que se alcanzó entre
las 48 parcelas de 1 ha fue del 80% y el
46
Tabla 3.1. Abundancia relativa, frecuencia relativa, dominancia relativa e indice de valor de importancia (IVI)de las principales familias de especies arbóreas del bosque sub-húmedo transicional de La Chonta.
Familias Abundancia Relativa Frecuencia Relativa Dominancia Relativa IVI
Moraceae 24.93 2.79 27.94 18.55
Lauraceae 14.18 2.79 10.17 9.05
Leguminosae 4.95 7.67 5.63 6.08
Ulmaceae 5.42 2.79 5.25 4.48
Euphorbiaceae 4.08 2.79 5.88 4.25
Combretaceae 3.63 2.79 5.40 3.94
Sapotaceae 3.65 2.79 3.91 3.45
Urticaceae 4.44 2.79 2.95 3.40
Chrysobalanaceae 4.11 2.73 2.73 3.19
Myrsinaceae 3.01 2.73 1.66 2.46
Lecythidaceae 1.31 2.61 3.30 2.41
Meliaceae 2.40 2.79 1.72 2.30
Cecropiaceae 2.35 2.32 2.09 2.25
Apocynaceae 1.97 2.73 1.98 2.23
Araliaceae 1.83 2.67 2.05 2.19
Sapindaceae 1.78 2.79 1.68 2.08
Palmae 1.68 2.67 1.81 2.05
Rubiaceae 1.83 2.79 1.32 1.98
Nyctaginaceae 1.74 2.67 1.32 1.91
Boraginaceae 0.99 2.61 1.15 1.59
Myrtaceae 0.92 2.44 1.18 1.51
Tiliaceae 1.01 2.03 0.58 1.21
mínimo fue de 26%. Según el análisis de
dendrograma que se realizó en el programa
Primer 5, se demostró que hay por lo menos
5-6 tipos de bosque diferentes en la concesión
La Chonta (Figura 3.3).
Riqueza y diversidad de especies
En 48 parcelas de una hectárea se
encontraron 182 especies arbóreas. La curva
especies vs. área (Figura 3.4) indica que
hubo una superf ic ie de muestreo
considerable, ya que hay una estabilidad en
el incremento de especies nuevas. En
promedio por hectárea se encontró un total
de 62.9 especies, con un máximo de 82 y un
mínimo de 43 especies. A nivel de familia,
las Leguminosae (26 especies, 20 géneros)
y Moraceae (15 especies, 5 géneros) tuvieron
el mayor número de especies y géneros
(Figura 3.5).
La diversidad de especies según el índice de
diversidad de Shannon fue en promedio de
3.22, con un máximo de 3.85 y un mínimo
de 2.35 (Tabla 3.3). En los bosques
amazónicos, los valores del índice de Shannon
oscilan entre 3.4 - 3.6 (Bergmans y Vroomans
1995; Poma 2007), lo cual indica que existen
algunos bosques muy diversos. En la Tabla
también se presentan el índice de Margalef
y el índice de equidad de Pielou.
47
Tabla 3.2. Abundancia relativa, frecuencia relativa, dominancia relativa e indice de valor de importancia (IVI)de las principales especies arbóreas del bosque sub-húmedo de La Chonta.
Nombre científico Familia Abundancia Frecuencia Dominancia IVI
relativa relativa relativa
Pseudolmedia laevis Moraceae 23.17 1.59 23.75 16.17
Ampelocera ruizii Ulmaceae 4.66 1.59 4.83 3.69
Ocotea sp. 6 Lauraceae 5.03 1.56 4.23 3.61
Terminalia oblonga Combretaceae 3.44 1.59 5.18 3.40
Ocotea sp. 1 Lauraceae 4.28 1.59 2.94 2.94
Hirtella triandra Chrysobalanaceae 4.11 1.56 2.73 2.80
Urera sp. Urticaceae 4.03 1.59 2.75 2.79
Hura crepitans Euphorbiaceae 2.37 1.26 4.05 2.56
Stylogyne ambigua Myrsinaceae 3.01 1.56 1.66 2.07
Pouteria macrohylla Sapotaceae 2.37 1.56 2.01 1.98
Licaria triandra Lauraceae 2.62 1.56 1.53 1.90
Dendropanax arboreus Araliaceae 1.76 1.49 1.93 1.73
Pourouma cecropiifolia Cecropiaceae 2.03 0.86 1.89 1.60
Pouteria nemorosa Sapotaceae 1.24 1.52 1.86 1.54
Guarea guidonea Meliaceae 1.64 1.52 1.12 1.43
Aspidosperma rigidum Apocynaceae 1.28 1.52 1.34 1.38
Neea hermaphrodita Nyctaginaceae 1.46 1.52 1.07 1.35
Cariniana ianeirensis Lecythidaceae 0.84 1.26 1.94 1.35
Alibertia verrucosa Rubiaceae 1.46 1.56 0.92 1.31
Sapindus saponaria Sapindaceae 1.08 1.46 1.12 1.22
Jacaratia spinosa Caricaceae 0.90 1.39 1.29 1.19
Acacia bonariensis Leguminosae 0.88 1.42 0.88 1.06
Myrciaria sp. Myrtaceae 0.75 1.32 1.09 1.06
Astrocaryum murumuru Palmae 0.83 1.42 0.77 1.01
Sapium glandulosum Euphorbiaceae 0.78 1.39 0.85 1.01
Sweetia fruticosa Leguminosae 0.66 1.49 0.73 0.96
Ocotea guianensis Lauraceae 0.93 1.26 0.67 0.96
Margaritaria nobilis Euphorbiaceae 0.67 1.36 0.80 0.94
Heliocarpus americanus Tiliaceae 0.98 1.13 0.54 0.88
Trema micrantha Ulmaceae 0.76 1.09 0.42 0.76
48
Figura 3.3. Dendrograma realizado con los resultados de similaridad de Bray-Curtis para agrupar las parcelasde la Chonta según su similitud florística.
Figura 3.4. Curva de acumulación de especies arbóreas según el número de parcelas muestreadas en la Chonta.
Tabla 3.3. Índices de diversidad de Shannon, Margalef y equidad de Pielou para las 48 parcelas evaluadas en laConcesión Forestal La Chonta.
Índices Promedio Máximo Mínimo
Shannon 3.22 3.85 2.35
Margalef 10.27 13.34 6.99
Equidad de Pielou 0.62 0.74 0.45
49
Estructura del bosque
Densidad de individuos y área basal
En el bosque de La Chonta se encontraron
362 árboles/ha, considerando individuos con
DAP > 10 cm. El 92% de los individuos tiene
un diámetro entre 10 y 40 cm; en promedio
se encontraron 30 árboles/ha con diámetro
mayor a 40 cm de DAP y 15 árboles/ha con
diámetro mayor a 50 cm (Figura 3.6). La
estructura en la concesión La Chonta
corresponde a la típica curva de “J invertida”.
En ella se han encontrado individuos de hasta
250 cm de DAP.
En el bosque sub-húmedo transicional hay
más individuos que en la Amazonia y menos
individuos que en la Chiquitania. El promedio
de árboles aprovechables oscila entre 71 a
84 árboles/ha (Blate 2005a). La densidad de
árboles tiende a ser mayor en áreas de
aprovechamiento antiguas, comparada con
los nuevos sitios aprovechados (Toledo et al.
2003).
A nivel de especies, las que tienen mayor
densidad de individuos son: el ojoso colorado
(Pseudolmedia laevis), que puede variar entre
20 a 56 árboles/ha, y el blanquillo con 15 a
20 árboles/ha (Toledo et al. 2003). Terminalia
oblonga y Hura crepitans son especies
maderables aprovechables con alta densidad
de individuos (entre 6 a 8 individuos/ha)
(Tabla 3.4).
Figura 3.5. Familias con mayor número de especies o géneros en La Chonta.
Núm
ero
de e
spec
ies
o gé
nero
s
50
Tabla 3.4. Densidad y área basal de las principales especies arbóreas maderables utilizadas actualmenteo con potencialidad de uso en bosque sub-húmedo transicional de Guarayos.
Nombre científico Nombre común Valor Densidad Área basal
comercial (ind/ha) (m2/ha)
Ampelocera ruizii Blanquillo Potencial 21.52 0.92
Aspidosperma cylindrocarpon Jichituriqui colorado Potencial 2.04 0.10
Aspidosperma sp. Jichituriqui Potencial 0.08 0.00
Batocarpus amazonicus Mururé Potencial 1.67 0.12
Buchenavia punctata - Potencial 0.01 0.00
Caesalpinia pluviosa Momoqui Actual 1.97 0.15
Cariniana domestica Yesquero colorado Actual 0.40 0.14
Cariniana estrellensis Yesquero negro Actual 1.17 0.28
Cariniana ianeirensis Yesquero blanco Actual 3.00 0.57
Cedrela fissilis Cedro Actual 0.45 0.03
Ceiba pentandra Hoja de yuca Actual 0.23 0.09
Centrolobium microchaete Tarara amarilla Actual 1.05 0.09
Cordia alliodora Picana negra Actual 1.86 0.11
Cyclolobium blanchetianum - Potencial 0.63 0.05
Ficus boliviana Bibosi colorado Actual 2.61 1.30
Gallesia integrifolia Ajo ajo Potencial 3.28 0.45
Hura crepitans Ochoó Actual 10.69 1.36
Hymenaea courbaril Paquió Actual 0.29 0.02
Platymiscium ulei Tarara colorada Actual 0.01 0.00
Pouteria nemorosa Coquino Actual 4.88 0.46
Pseudolmedia laevis Ojoso colorado Potencial 97.06 3.69
Pterogyne nitens Ajunao Potencial 0.05 0.00
Spondias mombin Azucaró Potencial 1.20 0.23
Swietenia macrophylla Mara Actual 0.81 0.04
Tabebuia serratifolia Tajibo amarillo Actual 0.49 0.03
Terminalia oblonga Verdolago Actual 14.46 1.32
El área basal promedio por hectárea fue de
19 m2/ha, encontrándose el 36% de dicha
área en individuos de más de 50 cm de DAP.
Esta área también tiene la forma de una “J
invertida”, pero más suave que la que
corresponde a la distribución diamétrica.
La densidad y área basal de las especies más
importantes muestran que la mayoría de
ellas no tenía valor comercial al inicio del
PISLP, sin embargo, varias de las que fueron
consideradas potenciales se han incorporado
paulatinamente al mercado. A nivel de
especies en condiciones no perturbadas,
Pseudolmedia laevis (3.95 m2/ha), Ficus
boliviana (2.88 m2/ha), Hura crepitans (2.07
m2/ha) y Cariniana estrellensis (1.52 m2/ha)
fueron las que tuvieron mayor área basal.
En bosques aprovechados, tanto
Pseudolmedia laevis (1.51-2.45 m2/ha) como
Hura crepitans (0.1-0.86 m2/ha) son todavía
las más dominantes (Toledo et al. 2001)
(Tabla 3.4).
51
Bejucos
Se encontró que el 68% de árboles estaba
infestado por bejucos, sin embargo, solo el
18% se vio afectado en su crecimiento por
los mismos (Figura 3.7B). Un estudio similar
en la misma zona (Alvira et al. 2004) encontró
que el 73% de los árboles tenía por lo menos
un bejuco. Se determinó también que el 50%
de los árboles tenía bejucos ya sea en tronco
y/o en la copa pero que estos no perjudicaban
su crecimiento (Figura 3.7B). Otros estudios
en la misma zona encontraron que el 10%
(Alvira et al. 2004) o el 20% (Toledo et al.
2001) de los árboles estaba completamente
infestado por bejucos. Este tipo de bosque
Figura 3.6. Densidad de individuos (A) y área basal (B) de especies arbóreas según categorías diamétricas en elbosque subhúmedo transicional de la Chonta, Guarayos
52
1 ver Capítulo 2.
tiene mayor grado de infestación por bejucos
que el bosque amazónico y el bosque del
Bajo Paraguá (Licona 2007; Villegas et al.
2008a), aunque el nivel de infestación parece
similar al del bosque seco chiquitano (Carse
et al. 2000)1. Este hecho hace al menos
suponer que el corte de bejucos es un
tratamiento viable y positivo para mejorar
el crecimiento.
Figura 3.7. Porcentaje de arboles > 10 cm de DAP por categorías de posición de copa (A) e infestación debejucos (B).
53
Posición de copa
Los árboles emergentes, es decir que reciben
luz en toda su copa, conforman el 13% de la
población con un promedio de altura de 19
m (Figura 3.7A). Sin embargo, en un estudio
similar en la misma zona en condiciones no
perturbadas, se encontró un 21% de árboles
emergentes, mientras que en bosques
aprovechados, el porcentaje de árboles
emergentes ascendió entre un 24% a un 26%
(Toledo et al. 2001). La especie con mayor
altura es Ficus boliviana, que llega a tener
cerca de 40 m de altura.
En el otro extremo, los árboles suprimidos
constituyen aproximadamente el 16% de la
población con un promedio de altura de 9
m, aunque en otro estudio se encontró un
32% de ellos en áreas no intervenidas y entre
un 19-24% en áreas perturbadas. En La Chonta
se han encontrado árboles emergentes de
más de 40 m de altura, pero en claros más
o menos recientes se pueden encontrar
árboles emergentes más pequeños.
Dinámica del bosque
Fenología
Hay pocos estudios fenológicos en la zona,
por lo tanto la información que se tiene es
limitada. La floración y fructificación de
especies arbóreas varían según la especie;
sin embargo, la mayoría de las especies tiene
eventos de floración y fructificación anual
(Tabla 3.5) (Newstrom et al. 1994). Dentro
de las especies de floración anual, hay algunas
como Tabebuia serratifolia que tiene una
floración corta (2-3 semanas), mientras que
hay otras con mayor amplitud. La época de
fructificación también varía desde aquellas
que tienen una duración corta (ejemplo:
Cordia alliodora), hasta aquellas que tienen
una duración de varios meses (ejemplo:
Cariniana spp., Hymenaea courbaril). Son
pocas las especies que tienen eventos de
floración / fructificación contínua, varias
especies de Moraceae tienen esta
característica.
Dispersión y producción de semillas
En el bosque de La Chonta hay especies
dispersadas por viento, por animales y otras
que tienen autodispersión. De 24 especies
consideradas en este capítulo (Tabla 3.5). La
mayoría (67%) de las especies maderables
tiene semillas que son dispersadas por el
viento. El 25% de las especies maderables es
dispersado por animales y un 8% tiene
autodispersión. De 16 especies dispersadas
por el viento, 9 son dispersadas en forma de
semillas y 7 en forma de fruto. Por ejemplo,
Aspidosperma cylindrocarpon tiene como
unidad de dispersión a las semillas que son
aladas de forma elíptica. Asimismo, Ceiba
pentandra dispersa sus semillas por el viento,
pero en este caso las semillas están envueltas
en una estructura algodonosa que es muy
liviana y hace que las semillas puedan volar
distancias muy lejanas. En el caso de especies
dispersadas por animales por lo general los
frutos son carnosos, esto sucede con
Ampelocera ruizii, Pouteria nemorosa y
Pseudolmedia laevis. Sólo una especie,
Hymenaea courbaril, tiene los frutos en forma
de una vaina dura pero internamente tiene
una capa harinosa, la cual es rica en
carbohidratos y apetecible por muchas
especies de animales, especialmente pequeños
mamíferos (Asquith et al. 1999) (Tabla 3.5).
54
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55
La dispersión de la mayoría de las especies
dispersadas por el viento coincide con el final
de la época seca. El periodo de dispersión
normalmente es entre agosto a octubre,
aunque hay algunas especies que diseminan
sus semillas más temprano. Para las especies
autócoras, la época de dispersión es similar
a la de las especies anemócoras. En el caso
de especies dispersadas por animales,
generalmente esto ocurre al final de la época
de lluvias. Ficus boliviana es una de las pocas
especies que puede dispersar semillas casi
todo el año.
La producción de semillas en general oscila
entre buena a regular, aunque hay años en
los que la producción puede bajar
drásticamente. De las especies arbóreas
consideradas en este estudio, un 67% se
considera con una producción buena, mientras
que el 25% tiene una producción regular y
un 8% tiene producción pobre (Tabla 3.5).
Sin embargo, en algunas especies como
Cariniana ianeirensis y Terminalia oblonga,
la producción es afectada negativamente por
la presencia de bejucos en sus copas (Nabe-
Nielsen et al. 2008).
Regeneración natural
La mayor parte de la información sobre
regeneración natural de especies comerciales
del bosque sub-húmedo proviene de los
transectos de regeneración, que se están
monitoreando en las parcelas experimentales
dentro del PISLP. Los resultados mostrados
en esta sección han sido analizados y
publicados por Peña-Claros et al. (2008b).
También se revisaron las publicaciones de
Park et al. (2005) y Quevedo (2006).
La regeneración natural de especies
comerciales en condiciones naturales de
manera global (incluyendo plántulas, brinzales
y latizales) tuvo una densidad de 3000
individuos/ha (Peña-Claros et al. 2008b). La
densidad de plántulas menor a 30 cm fue
entre 1200 a 2000 individuos/ha, misma que
varió entre diferentes años. En cambio, la
densidad de brinzales (30-150 cm de altura)
oscila entre 750 a 1200 individuos/ha y la
densidad de latizales (>150 cm y menor a 10
cm DAP) fue de 100 individuos/ha. Por otro
lado, la regeneración natural tuvo una
tendencia a aumentar a medida que se
incrementó la intensidad de aprovechamiento.
Por ejemplo, en áreas con aprovechamiento
de bajo impacto y baja intensidad, la densidad
de individuos fue entre 1500-1800
individuos/ha, pero en áreas aprovechadas
con alta intensidad esta subió a 2500
individuos/ha. El incremento de la
regeneración natural según la intensidad de
aprovechamiento fue más notorio en brinzales
y latizales (Peña-Claros et al. 2008b).
Según los gremios ecológicos, el mayor índice
de regeneración fue para especies esciófitas
totales, donde en condiciones naturales sin
perturbación llegó hasta 1800 individuos/ha.
Las especies esciófitas parciales tuvieron en
promedio 700 individuos/ha, no habiendo
diferencias entre áreas con diferente
intensidad de aprovechamiento. Las especies
heliófitas tuvieron alrededor de 400
individuos/ha, habiendo mayor densidad en
áreas con alta intensidad de aprovechamiento
(Peña-Claros et al. 2008b).
A nivel de especies, las que tuvieron mayor
densidad de individuos son Ampelocera ruizii,
56
Pseudolmedia laevis, Pouteria nemorosa y
Swettia fruticosa. Entre las especies pioneras
que no son comerciales pero son abundantes
están: Urera baccifera y Acacia poliphylla,
las cuales se encuentran frecuentemente en
claros recientes de hasta 2 años (Park et al.
2005). Las especies más pobres en
regeneración natural son: Cariniana
domestica, Ceiba pentandra, Tabebuia
serratifolia e Hymenaea courbaril (Peña-
Claros et al. 2008b). Otro estudio encontró
que el aprovechamiento planificado o algunos
tratamientos promueven la regeneración sólo
de algunas especies, tales como Hura
crepitans, pero otras que son raras
permanecen en la misma condición (ejemplos:
Cariniana estrellensis y Ceiba pentandra)
(Quevedo 2006).
En el bosque subhúmedo la regeneración por
rebrotes es poco conocido, sólo existe
información para algunas especies
comerciales. Se conoce por ejemplo que el
100% de latizales de Pseudolmedia laevis es
originado por rebrote. Igualmente, 50% de
latizales de Ficus boliviana y de Cariniana
spp. nace por rebrotes. La regeneración de
Schizolobium amazonicum y Pouteria
nemorosa es originada por rebrotes sólo en
un 15% o menor (Pariona et al. 2003a)
Crecimiento
El crecimiento diamétrico promedio general
encontrado en La Chonta fue de 0.39 cm/año.
Este valor es el resultado de varios años de
monitoreo en las parcelas PISLP. La tasa de
crecimiento en el bosque sub-húmedo
transicional de Guarayos es prácticamente el
doble de la tasa promedio de crecimiento en
el bosque seco chiquitano, pero es menor que
las tasas encontradas en el Bajo Paraguá y el
bosque amazónico (Dauber et al. 2003; Villegas
et al. 2008a). Indudablemente la precipitación
tiene una enorme influencia, sin embargo,
se considera que otra variable de importancia
es la estructura de los suelos.
A nivel de especies, entre las más importantes
desde el punto de vista comercial: picana
negra (Cordia alliodora), blanquillo
(Ampelocera ruizii) y mara (Switenia
macrophylla) tuvieron las tasas de incremento
diamétrico más altas (entre 0.45-0.48
cm/año). Por su parte, según otros autores,
el crecimiento de Schizolobium amazonicum
fue de 1.3 a 1.5 cm/año (Dauber et al. 2003),
aunque en las parcelas experimentales PISLP
no hubo suficiente número de árboles,.
Caesalpinia pluviosa también reportó mayor
tasa de crecimiento diamétrico (1.35 cm/año),
aunque el número de árboles medidos fue
muy bajo (N=4) y el error fue alto muy alto
(0.68 cm/año). Cuando las áreas son
aprovechadas y de manera muy intensa, hay
algunas especies que responden mejor en su
crecimiento. Este es el caso de yesquero
negro (Cariniana estrellensis), coquino
(Pouteria nemorosa), mara (Swietenia
macrophylla), paquió (Hymenaea courbaril)
y yesquero blanco (Cariniana ianeirensis) que
tuvieron tasas de crecimiento diamétrico
entre 0.51 a 0.70 cm/año (Tabla 3.6).
La tasa de crecimiento en individuos jóvenes
es promovida por la intensidad del
aprovechamiento. En individuos menores a
1.5 m la tasa de crecimiento en altura en
condiciones no perturbadas fue de 4 cm/año,
en áreas con aprovechamiento normal fue
de 6 cm/año, mientras que en áreas con alta
intensidad fue de 7.5 cm/año. En individuos
entre 1.5 m de altura y < a 10 cm de DAP, la
tasa de crecimiento fue de 22 cm/año en
57
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áreas no perturbadas, mientras que en áreas
con alta intensidad de aprovechamiento fue
alrededor de 35 cm/año (Peña-Claros et al.
2008b). La tasa de crecimiento de plántulas,
brinzales y latizales es mayor en los claros
de aprovechamiento (18 cm/año) que en
otros micrositios perturbados (Peña-Claros
et al. 2008b).
En árboles mayores a 10 cm, la tasa de
crecimiento diamétrico difiere según las
categorías diamétricas. A medida que
aumenta el tamaño de los árboles la tasa de
crecimiento se eleva, siendo la mayor en los
árboles de 90 a 100 de DAP (0.55 cm/año),
aunque en tamaños de 70 a 80 cm fue un
poco menor (Figura 3.8). También se ha
encontrado que hubo mayor variación en la
tasa de crecimiento entre años en árboles
de mayor tamaño (Figura 3.8). La tasa de
crecimiento en altura es mayor en especies
heliófitas (25 cm/año) comparado con las
especies esciófitas parciales (12 cm/año) o
con las especies esciófitas totales (9 cm/año)
(Peña-Claros et al. 2008b).
Reclutamiento y mortalidad
Para analizar el impacto del aprovechamiento,
las tasas de reclutamiento fueron calculadas
por año y por tratamiento. La tasa de
reclutamiento global fue del 2.5%/año. En
las áreas no intervenidas (testigo) en el primer
año se tuvo la tasa de reclutamiento más
alta (3.95%/año) comparada con los otros
años. En el tratamiento intensivo, en
promedio de todos los años, se obtuvo una
tasa de reclutamiento del 2.84%/año, aunque
en el cuarto año de evaluación llegó hasta
un 5.34%/año. Las tasas de reclutamiento
Figura 3.8. Tasa de crecimiento diamétrico evaluadas en diferentes años y clasificadas según las categorías detamaño de los árboles.
58
59
reportadas en el bosque sub-húmedo
transicional de La Chonta son más altos a los
reportados en el bosque seco chiquitano o
en el bosque amazónico, pero similares a lo
reportado para el bosque de la Isla de Barro
Colorado, Panamá (Condit et al. 1992).
A nivel de especies, las que tuvieron mayor
tasa de reclutamiento por año fueron el
cedro (Cedrela fissilis, 13.4%) y el momoqui
(Caesalpinia pluviosa, 11.7%). Otras especies
como paquió (Hymenaea courbaril) y mara
(Swietenia macrophylla) tuvieron tasas de
reclutamiento anuales entre 4.9 a 6.9%
(Tabla 3.6). En algunas especies la tasa de
reclutamiento se incrementó con la
intensidad de aprovechamiento, como
ejemplos se pueden mencionar a la mara,
la picana negra, el blanquillo y el yesquero
blanco (Tabla 3.7). En el caso del cedro se
pudo ver un efecto negativo de la intensidad
de aprovechamiento, es decir que a mayor
intensidad de aprovechamiento hubo una
menor tasa de reclutamiento.
La tasa de mortalidad global en este bosque
fue del 4.24%/año. En áreas no intervenidas
(testigo), la tasa de mortalidad fue del
3.56%/año, aunque en el cuarto año esta
subió al 3.6%/año, esto fue probablemente
debido a la sequía que afectó ese año; en
el sexto año dicha tasa también fue alta
(3.52%/año) aunque la razón principal fue
el fuego que hubo en la zona. La mayor
mortalidad se produjo en el tratamiento
mejorado (4.85%/año) y en el intensivo
(4.47%/año), sin embargo, en el primer año
la mortalidad fue más alta en el intensivo
(9.69%/año). Las tasas de mortalidad
producidas en condiciones no intervenidas
fueron más altas a las reportadas para otros
bosques en el país o para otros bosques
tropicales (Asquith 2002; Condit et al. 1995;
Nebel et al. 2001). En bosques intervenidos
por aprovechamiento, la mortalidad está
dentro del rango encontrado en otros bosques
(Schulze y Zweede 2006).
A nivel de especies, hay mucha variación en
la mortalidad de árboles. Las especies que
tuvieron mayor tasa anual de mortalidad
fueron momoqui (2..5%) y yesquero colorado
(Cariniana domestica, 6.89%). Una de las
especies maderables de la cual no se
registraron individuos muertos en el lapso
de 6 años de evaluación fue la hoja de yuca
(Ceiba pentandra). En varios casos la tasa
de mortalidad se incrementó con la
intensidad de aprovechamiento. Esto fue
más notorio para la mara, el yesquero
blanco, el coquino (Pouteria nemorosa), el
momoqui, el ocorocillo (Spondias mombin)
y el yequero negro (Tabla 3.7).
Stock de biomasa
La biomasa aérea de árboles con DAP mayor
a 10 cm es una medida aproximada del stock
de carbono total. La literatura menciona
que la cantidad de carbono que fijan los
árboles es equivalente aproximadamente al
50% de su biomasa aérea (Brown y Lugo 1992;
Eggleston et al. 2006; Montagnini y Jordan
2002). Asimismo, se menciona que el 70% se
encuentra en árboles > 10 cm de DAP y para
cada uno de ellos el 70 % se encuentra en
su tronco, ramas y hojas. Por tanto, la
biomasa aérea es una excelente estimación
del stock de carbono total.
La biomasa aérea promedio en las parcelas
de La Chonta fue calculada usando
nuevamente una ecuación que reporta
valores conservadores (Brown et al. 1989)
60
y ecuaciones alométricas desarrolladas en
el IBIF para calcular la altura de los árboles.
Asimismo, se utilizaron los datos de densidad
de la madera colectados en campo por el
equipo del IBIF para el 85% de las especies,
y en algunos casos se complementó con
información proveniente de Chave et al.
(2006b).
La biomasa aérea en las parcelas de la
Chonta antes del aprovechamiento era en
promedio de 173 ton/ha, no encontrándose
diferencias significativas entre tratamientos
(F=0.87, P=0.46). Pese a que hay pocos
estudios que ayuden a comparar la biomasa
aérea entre sitios aprovechados y no
aprovechados, es claro que a mayor
intensidad de aprovechamiento puede haber
una reducción en la biomasa aérea. En La
Chonta, la reducción de biomasa después
del aprovechamiento tuvo una variación
entre 9, 10 y 19% en los tratamientos
m e j o r a d o , n o r m a l e i n t e n s i v o ,
respectivamente (Figura 3.9). Estos
porcentajes de reducción son bajos en
comparación con los efectos del
aprovechamiento forestal reportados en
otros países (Brown et al. 1989). La
mortalidad de los árboles dañados durante
el aprovechamiento se extiende a los años
posteriores y parece tener un efecto en la
reducción de la biomasa aérea (Pinard y
Putz 1996), dado que refuerza el impacto y
por tanto hace más difícil la recuperación
posterior (Figura 3.9).
Figura 3.9. Dinámica de biomasa aérea en diferentes intensidades de aprovechamiento forestal evaluadas através de 6 años, en el bosque sub-húmedo transicional de la Chonta.
61
Se puede notar que a partir del cuarto año
hay un proceso de recuperación de la
biomasa, ya que la mortalidad disminuye y
el crecimiento de árboles remanentes tiende
a ser más alto, e inclusive hay una mejora
en el reclutamiento. Por esto se ve que en
el tratamiento intensivo hay una tasa anual
de captura del 4% de biomasa entre los años
4 y 6. En el tratamiento mejorado la tasa
de captura fue del 5% y en el normal fue del
1% (Figura 3.9).
También se ha encontrado que las parcelas
del tratamiento testigo han mantenido su
biomasa aérea e incluso han aumentado
ligeramente hasta el año 4. Esto puede
significar que, o bien el bosque continúa en
etapa de crecimiento y que aún no han
llegado a su estado clímax, o que hay una
adaptación a mayores concentraciones de
CO2. De todas maneras, otros estudios
muestran que en bosques maduros existen
variaciones anuales en la biomasa que pueden
deberse a factores climáticos, pero que
analizados en el largo plazo son estables
(Chave et al. 2003).
Es importante señalar que en el tratamiento
normal pero fundamentalmente en el
tratamiento testigo hubieron pérdidas de
biomasa ocasionadas por incendios naturales
producidos en la zona. El efecto fue más
grave en el tratamiento testigo ya que el
área que se quemó fue mayor (Pinto, no
publicado). La baja recuperación de biomasa
entre los años 4 y 6 en el tratamiento normal
se explica por la mortalidad ocasionada por
los incendios y la pérdida de biomasa por
fuego en el tratamiento testigo fue del 22%,
es decir, mucho mayor a la ocasionada por
el aprovechamiento incluso siendo este el
doble de lo normal.
Manejo del bosque
Potencial Forestal
El bosque sub-húmedo de Guarayos es una
de las zonas forestales donde se realiza el
mayor movimiento de extracción de madera.
La zona de Guarayos se conoce por la gran
riqueza forestal que tuvo en años pasados
por la cantidad y volumen de la mara
(Swietenia macrophylla), que hasta ahora
se extrae en algunos lugares. Es posible
encontrar todavía la mara en algunos
sectores, más aún si son individuos jóvenes.
Existe en la zona un potencial maderable
de más de 60 especies, las cuales son
frecuentes y representan el 90% de la
abundancia total (70 árboles/ha) (Dauber
et al. 2001). De las 60 especies, 22 se
consideran como las más importantes y
constituyen el 37% de la abundancia. El
volumen potencial de todas las especies
oscila alrededor de 47 m3/ha, dentro del
cual las especies valiosas representan un
24% del volumen total (Dauber et al. 2001).
Son dos las especies consideradas más
abundantes, el ocho (Hura crepitans) y el
verdolago (Terminalia oblonga). Estas
especies están siendo aprovechadas en la
actualidad.
Las especies más importantes desde el punto
de vista comercial, a pesar de que muchas
de ellas no tienen abundancias o volúmenes
significativos, son: bibosi colorado (Ficus
boliviana), coquino (Pouteria nemorosa),
mara (Swietenia macrophylla), ocho (Hura
crepitans), paquió (Hymenaea courbaril),
serebó (Schizolobium amazonicum),
verdolago (Terminalia oblonga) y yesqueros
(Cariniana spp.). Existen otras especies que
62
son de menor importancia o que aún no han
sido aprovechadas, pero que son muy
abundantes y que en el futuro podrían ser
objeto de aprovechamiento. Estas son:
blanquillo (Ampelocera ruizii), ajo ajo
(Gal les ia integr i fo l ia ) , gabet i l l o
(Aspidosperma spp.) y ojoso colorado
(Pseudolmedia laevis) (Dauber et al. 2001).
Entre las especies no maderables, el cusi
(Attalea speciosa) es la que sobresale debido
a la gran abundancia existente en la zona.
Esta es una especie oportunista que crece
en áreas de reciente perturbación y
transformación para fines ganaderos o
agrícolas, y que puede tener densidades
entre 139 a 168 palmeras/ha (Toledo et al.
1999). El cusi es una especie que tiene una
diversidad de usos de sus diferentes partes:
puede ser utilizada como alimento (ya sea
el palmito o parte de las semillas), para
construcción (las hojas), con fines
medicinales (el aceite de las semillas) y como
combustible (el exocarpo y endocarpo de los
frutos, además de las hojas) (Toledo et al.
1999).
Entre otras especies no maderables aunque
de menor importancia, están el copaibo
(Copaifera reticulata) y la tacuara (Guadua
chacoensis (E. Magariños, comunicación
personal). El copaibo es una especie que
tiene exudaciones en el tronco y que tiene
usos med ic ina les sobresa l ientes .
Generalmente se la utiliza como cicatrizante
y para curar las inflamaciones; también es
usada en la perfumería, elaboración de
jabones, cremas y lociones. Por su parte, la
tacuara es una gramínea que crece en algunos
casos de manera abundante y que forma
grandes macollos. Esta especie se utiliza
especialmente para la construcción de casas.
Efectos de la silvicultura
Dentro de los avances en manejo forestal,
la silvicultura de bosques naturales es aún
incipiente y a menudo se restringe sólo al
aprovechamiento selectivo planificado,
regido por diámetros mínimos de corta y un
cierto grado de corta de bejucos previo a la
cosecha (Fredericksen 2000; Fredericksen
et al. 2003).
El aprovechamiento selectivo de especies
maderables está determinado por la demanda
en el mercado. Sin embargo, actualmente
se aprovechan en Bolivia un alto número de
especies en comparación con años anteriores
(Mostacedo et al. 2006b).
Como consecuencia del aumento de especies
aprovechadas también se incrementa la
intensidad del aprovechamiento a nivel del
bosque y esto a su vez resulta en un mayor
impacto al mismo. En numerosos estudios
se ha documentado el daño causado por el
aprovechamiento selectivo en el país
(Gullison y Hardner 1993; Gullison et al.
1996; Mostacedo y Fredericksen 1999). En
otros países con bosques tropicales se ha
investigado el impacto del aprovechamiento
(Bertault y Sist 1997; Uhl y Vieira 1989; van
der Hout 2000), especialmente para ver las
diferencias entre el aprovechamiento
convencional y el aprovechamiento de
impacto reducido (Bertault y Sist 1997).
En este capítulo se mencionan algunas
experiencias sobre el porcentaje de daños,
supervivencia y crecimiento como
consecuencia de la apl icación de
tratamientos s i l v icu l tura les o e l
aprovechamiento bajo diferentes grados de
intensidad. La información fue obtenida en
63
la mayoría de los casos bajo el mismo diseño
y metodología que para el bosque seco
chiquitano, especialmente la información
referida a los daños y los crecimientos
diamétricos en diferente intensidad de
aprovechamiento, además de respuestas a
ciertos tratamientos silviculturales tales
como corta de bejucos y marcación de AFC.
Tratamientos silviculturales adicionales que
se experimentaron sólo en el bosque sub-
húmedo de La Chonta fueron la escarificación
de suelos y el enriquecimiento con mara.
Daños al bosque por el aprovechamiento
En el bosque sub-húmedo de La Chonta se
aprovecharon 21 especies, de las cuales 20
fueron aprovechadas en el tratamiento
intensivo, 12 en el mejorado y 11 en el
normal (Figura 3.10A). Se extrajo un
promedio de 2.8 árboles/ha y un volumen
de 11.4 m3/ha (Figura 3.10B). Comparada
con otros bosques tropicales la intensidad
de aprovechamiento fue baja, ya que esta
normalmente sobrepasa los 10 árboles/ha
(Pinard y Putz 1996; Uhl y Vieira 1989).
El porcentaje de árboles dañados y muertos
tuvo una variación según los tratamientos y
las categorías diamétricas. En promedio el
porcentaje de árboles muertos o dañados
fue del 7.8%; el porcentaje de árboles
muertos y dañados en los diferentes
tratamientos fue similar, aunque en el
tratamiento intensivo hubo la tendencia
hacia un mayor porcentaje de árboles
dañados y muertos (Tabla 3.8). A pesar de
ello, el porcentaje de daños fue bajo ya que
en otros bosques se reporta hasta más del
30% de árboles dañados (Bertault y Sist 1997;
Pinard y Putz 1996).
El porcentaje promedio de árboles de futura
cosecha (AFC) dañados fue del 4.77% y el
porcentaje de AFC muertos fue del 1.5%.
Los daños y muertes producidos en los AFC
fueron similares en todos los tratamientos
de intensidad de aprovechamiento aplicados
(Tabla 3.7). El bajo porcentaje de daño
puede estar explicado por la baja intensidad
de aprovechamiento, pero también por las
prácticas de impacto reducido que fueron
a p l i c a d a s a n t e s y d u r a n t e e l
aprovechamiento.
Es importante resaltar que el mayor
porcentaje de árboles muertos y dañados se
presentó en las clases diamétricas entre 10
a 20 cm de DAP y que a medida que se
incrementa el tamaño, el daño disminuye.
En cuanto al daño a nivel de especies, tanto
en todos los árboles como en los AFC, Hura
crepitans y Terminalia oblonga tuvieron
mayor daño que otras especies comerciales.
También se pudo determinar que a medida
que se va incrementando la superficie de
pistas de arrastre, también se va
incrementando el porcentaje de árboles
dañados o muertos (Mostacedo et al. 2006).
También se hizo un análisis de probabilidad
de daños en relación al tamaño de los AFC
marcados comparando con los AFC no
marcados. Para determinar esta relación se
hizo un análisis de regresión logística. Se
pudo determinar sólo una probabilidad del
10% de daño en todos sus tamaños y esta
probabilidad no tuvo variación comparando
entre aquellos AFC que fueron marcados con
aquellos no marcados. En el mismo sitio,
Krueger (2004) determinó que la marcación
de AFC reduce en un 20% los daños
producidos alrededor de los claros y en un
10% los producidos en pistas de arrastre.
64
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65
Efecto en la tasa de crecimiento diamétricode los AFC
En el estudio realizado en el bosque sub-
húmedo transicional de La Chonta se encontró
que la tasa de crecimiento de los árboles de
futura cosecha (AFC) varía significativamente
de acuerdo con la intensidad de
aprovechamiento. Se determinó menor
crecimiento diamétrico en las áreas no
perturbadas (testigo) y en el tratamiento
normal un promedio de 0.46 cm/año, mientras
que en los otros tratamientos se registraron
incrementos de 0.66 cm/año (intensivo) y
0.69 cm/año (mejorado). Estos resultados
muestran que las tasas de crecimiento de los
árboles se incrementan del 10 al 20% cuando
se aprovecha con mayor intensidad aplicando
el aprovechamiento de impacto reducido y
cuando se aplican algunos tratamientos
silviculturales.
La tasa de crecimiento diamétrico de los
AFC varía según el tratamiento aplicado. Los
tratamientos testigo y normal tuvieron un
crecimiento casi similar y los tratamientos
mejorado e intensivo reportaron incrementos
mayores y similares. En un estudio realizado
en las mismas parcelas Peña-Claros et al.
(2008a) encontraron similar patrón de
crecimiento. Se espera que los AFC tengan
una mayor tasa de crecimiento que los
árboles en general debido a las buenas
características de calidad, fuste y forma de
copa. Dauber et al. (2003) y Peña-Claros et
al. (2008a) encontraron que los árboles
considerados como AFC tuvieron mayor tasa
de crecimiento que los árboles en general.
Los resultados de incremento diamétrico por
especie indican que la tasa de crecimiento
varía entre las especies consideradas. Se
encontró que el serebó (Schizolobium
amazonicum) tuvo el mayor crecimiento
diamétrico, mientras que el verdolago
(Terminalia oblonga) y el maní (Sweetia
fruticosa) tuvieron la menor tasa de
crecimiento diamétrico (Tabla 3.9) (Peña-
Claros et al. 2008a).
Tabla 3.8. Resumen del total de árboles y total de AFC censados, árboles dañados o muertos y AFCdañados o muertos, en un bosque subhúmedo transicional bajo diferentes tratamientos de aprovechamiento.
Normal Mejorado Intensivo
Árboles censados 9918.0 9580.0 9911.0
Árboles dañados o muertos 675.0 600.0 1020.0
% Árboles dañados o muertos 6.8 6.3 10.3
AFC censados 937.0 636.0 1016.0
AFC dañados o muertos 56.0 26.0 79.0
% AFC dañados o muertos 5.9 4.1 7.8
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67
Efecto de la infestación de bejucos y lailuminación en el crecimiento diamétricoen los AFC
En un estudio realizado por Peña-Claros et
al. (2008a) se encontró que los árboles
crecieron más rápido a medida que aumentó
la iluminación de la copa y más lentamente
cuando se incrementó la infestación de
bejucos, además que la respuesta a la mejor
iluminación tuvo variación de acuerdo al
grado de infestación de bejucos; en
comparación con los árboles infestados por
bejucos, la respuesta de crecimiento de los
árboles libres de ellos fue mucho más notoria.
Diversos estudios señalan que la infestación
por bejucos tiene un efecto negativo en el
crecimiento de árboles (Evans et al. 2003;
Putz 1980; Uslar et al. 2004). En los bosques
de la Chonta el grado de infestación de
bejucos que tienen los árboles es alto. Los
resultados iniciales indican que el mayor
crecimiento diamétrico promedio en AFC
libres de bejucos de forma natural fue de
0.77 cm/año), mientras que los árboles
completamente cubiertos de bejucos
presentaron una tasa de crecimiento de 0.3
cm/año, además el crecimiento puede variar
de acuerdo al grado de infestación.
También se hizo un estudio sobre el efecto
de la corta de bejucos en el crecimiento de
los árboles infestados. En AFC, en promedio
habían nueve bejucos por árbol. Las especies
con mayor cantidad de bejucos fueron:
Spondias mombin (19 bejucos/árbol), Ficus
boliviana (18 bejucos/árbol) y Terminalia
oblonga y Cariniana ianeirensis (12
bejucos/árbol). La especie con menor
número de bejucos fue Schizolobium
amazonicum (1.5 bejuco/árbol; Tabla 3.10).
El mayor crecimiento diamétrico promedio
lo tuvieron los árboles libres de bejucos de
forma natural (0.87 cm/año), seguido de
árboles que recibieron la corta de bejucos
(0.67 cm/año), mientras que los árboles con
bejucos tuvieron en promedio una tasa de
crecimiento de 0.37 cm/año.
A nivel de gremios ecológicos, se encontró
que las esciófitas totales presentaron un
crecimiento diamétrico menor, en cambio
las heliófitas durables y las esciófitas
parciales tuvieron un crecimiento diamétrico
mayor, especialmente cuando se realiza un
aprovechamiento intensivo y con aplicación
de tratamientos silviculturales (Peña-Claros
et al. 2008a). Lo mismo sucedió cuando se
hizo la comparación de gremios bajo
diferentes tratamientos de corta de bejucos.
Entre los árboles sin bejucos de forma
natural, las heliófitas crecieron casi el doble
en comparación con las esciófitas (Figura
3.11).
Efecto de la liberación en el crecimientode árboles
El tratamiento de liberación por anillamiento
se aplicó para favorecer a aquellos árboles
de futura cosecha que, siendo prometedores
como productores de madera, se encontraban
en una situación desfavorable en la
competencia por luz. El tratamiento de
liberación por anillamiento consiste en la
eliminación de una porción de la corteza
alrededor del fuste. El corte fue realizado
con motosierra de tal manera que se impidió
el flujo de sustancias elaboradas (azúcares)
a la raíz, lo que produjo la muerte de los
árboles tratados. Además, para aumentar la
probabilidad de que el individuo tratado
muera, se aplicó herbicida en el área sin
Tabla 3.10. Árboles de futura cosecha liberados de bejucos. Se presenta datos sobre la cantidad totalde bejucos cortados, el promedio de bejucos cortados por árbol, y el crecimiento diamétrico promedio(cm/año).
Nombre científico Nombre Número Total de Bejucos Crecimiento
vulgar de árboles bejucos cortados diamétrico
liberados cortados por árbol (cm/año)
Ampelocera ruizii Blanquillo 143 756 5.3 1.0
Aspidosperma cylindrocarpon Jichituriqui 19 82 4.3 0.4
Caesalpinia pluviosa Momoqui 17 77 4.5 0.8
Cariniana domestica Yesquero colorado 4 56 14.0 0.3
Cariniana estrellensis Yesquero negro 58 434 7.5 0.6
Cariniana ianeirensis Yesquero blanco 91 1088 12.0 0.6
Cedrela fissilis Cedro 33 208 6.3 0.4
Centrolobium microchaete Tarara amarilla 50 439 8.8 0.8
Clarisia racemosa Mururé 22 141 6.4 0.4
Cordia alliodora Picana negra 80 309 3.9 0.7
Ficus boliviana Bibosi colorado 46 815 17.7 1.5
Gallesia integrifolia Ajo ajo 22 160 7.3 1.0
Hura crepitans Ochoó 562 6214 11.1 1.0
Hymenaea courbaril Paquió 10 15 1.5 0.4
Pouteria nemorosa Coquino 126 1053 8.4 0.5
Pseudolmedia laevis Ojoso colorado 578 3250 5.6 0.4
Pterogyne nitens Ajunao 1 18 18.0 0.6
Schizolobium amazonicum Serebó 103 179 1.7 2.3
Spondias mombin Ocorocillo 46 898 19.5 0.8
Sweetia fruticosa Maní 30 276 9.2 0.4
Swietenia macrophylla Mara 47 348 7.4 0.9
Tabebuia serratifolia Tajibo amarillo 6 42 7.0 0.1
Terminalia oblonga Verdolago 555 7002 12.6 0.4
Total 2649 23860 9.0 0.7
68
69
corteza. Sin embargo, si bien la eficacia de
eliminar árboles puede ser alto, el uso de
agentes químicos incrementa los costos de
los tratamientos y los r iesgos de
contaminación. En un estudio realizado en
el bosque sub-húmedo transicional (La
Chonta), se encontró que el anillamiento
combinado con la aplicación de herbicida
2.4-D resultó en la muerte del 97.5 % de los
árboles tratados en época seca y del 90 %
en época lluviosa, y el costo osciló entre
0.29 a 1.04 $us/árbol (Ohlson-Kiehn et al.
2006).
Para este estudio de liberación de AFC por
anillamiento, se anillaron 469 árboles, los
cuales beneficiaron a 3215 árboles de 10 a
70 cm Los efectos de la liberación por
anillamiento se compararon con los efectos
de la liberación por aprovechamiento y con
aquellos que estuvieron libres naturalmente.
La efectividad del tratamiento anillado fue
del 72%, que corresponde a 338 árboles
muertos por anillamiento después de 5 años
de la aplicación del tratamiento. La tasa de
crecimiento promedio de árboles liberados
naturalmente fue de 0.78 cm/año, mientras
que para los árboles liberados con
anillamiento o por el aprovechamiento la
tasa osciló entre 0.65 a 0.70 cm/año, siendo
similares estadísticamente. Sin embargo, el
crecimiento de aquellos árboles que
funcionaron como testigos (es decir sin
liberación) alcanzó una tasa de 0.55 cm/año
(Figura 3.7). Esto indica que este tratamiento
puede incrementar el crecimiento en un 20%.
Las especies que mejor respondieron al
tratamiento de liberación por anillamiento
fueron: Gallesia integrifolia, Schizolobium
amazonicum, Cordia alliodora, Swietenia
macrophylla, Hura crepitans, Cariniana
ianeirensis y Caesalpinia pluviosa (Tabla
3.11). Otras que respondieron positivamente
al tratamiento fueron las especies heliofitas
durables y esciófitas parciales en
comparación con las esciofitas totales, este
mismo comportamiento fue encontrado en
un bosque del Bajo Paraguá (Villegas et al.
2008a). Estos resultados sugieren nuevamente
la importancia de conocer la dinámica de
las especies que se quiere manejar para
poder determinar los tratamientos
silviculturales adecuados y de esta forma
incentivar su crecimiento. A veces el
tratamiento no tiene el efecto esperado,
como ocurrió en un estudio realizado en la
Amazonia (Alarcón et al. 2007).
Efecto de la escarificación del suelo en laregeneración natural
Uno de los temas de mayor preocupación es
la baja regeneración natural de especies
comerciales, ya que sin una regeneración
adecuada de las especies aprovechadas es
prácticamente imposible lograr el manejo
forestal sostenible (Fredericksen y Peralta
2001). Se estima que el 78% de las especies
actualmente aprovechadas tiene problemas
de regeneración (Mostacedo y Fredericksen
1999), lo que pone en riesgo de extinción
comercial a muchas especies maderables en
caso de que no se encuentren alternativas
para su mejoría. En vista de esta realidad,
se han comenzado a investigar tratamientos
silviculturales que puedan mejorar la
regeneración natural de las especies
comerciales. Entre estos tratamientos se
encuentran: la escarificación de suelos y el
enriquecimiento, este último es aplicado
como una manera de inducir y de asistir
artificialmente a la regeneración de especies
valiosas.
Figura 3.11. Tasa de crecimiento diamétrico de árboles con diferentes tratamientos de corte de bejucos clasificadossegún gremios ecológicos (A) y según tratamientos de liberación (B). Los datos son promedios y error estándar.
70
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71
72
La escarificación o remoción del suelo se
aplica para favorecer y crear condiciones
óptimas para la regeneración natural de las
especies comerciales. Este tratamiento
silvicultural, además de mejorar la
regeneración de especies comerciales, puede
al mismo tiempo brindar mejores condiciones
favorables para las especies no comerciales.
Generalmente se realiza en los claros de
aprovechamiento forestal (Fredericksen et
al. 2001). Por ejemplo, en un estudio
realizado en La Chonta sobre la remoción
del suelo con “skidder”, éste favoreció en
una regeneración 10 veces superior de
Schizolobium amazonicum, una especie
heliófita comercial (Fredericksen y Pariona
2002).
El objetivo de la escarificación del suelo es
liberar algunos de los obstáculos tales como
basura y desechos de madera, que pueden
obstru i r en la germinac ión y e l
establecimiento de las plantas de semillero
comercial y también eliminar la vegetación
que podría competir con la regeneración de
árboles, como son hierbas y bejucos.
También sirve para remover el suelo y lograr
que las semillas que se encontraban
enterradas queden en la superficie del suelo
y en condiciones para germinar. Este
tratamiento se debe realizar en áreas con
poca pendiente, áreas donde no hay
regeneración avanzada de especies
comerciales y donde haya suficiente número
de árboles semilleros (Prieto-Rodao 2009).
Para este estudio se seleccionaron 180 claros
de aprovechamiento dentro de las parcelas
experimentales del IBIF, de los cuales 90
recibieron escarificación y otros 90
funcionaron como control. Dentro de cada
uno de ellos se instalaron parcelas de 5 x 5
m, que fueron establecidas inmediatamente
después de la corta de árboles y que se
evaluaron durante 6 años (Prieto-Rodao
2009). Dentro de las parcelas de
escarificación se evaluaron sólo las especies
comerciales y se clasificaron en diferentes
gremios ecológicos: dos de ellas son
esciófitas totales, ocho especies son
esciófitas parciales y 15 especies son
heliófitas durables.
En el estudio realizado por Prieto-Rodao
(2009), se muestra que la densidad de las
especies comerciales aumentó a través del
tiempo para los primeros cuatro años en las
parcelas escarificadas y en las parcelas no
escarificadas disminuyó en los dos últimos
años. El total de la densidad varió a través
del tiempo entre los diferentes gremios
ecológicos: la densidad de individuos de
especies comerciales fue significativamente
mayor en el tratamiento con escarificación
durante todo el período de evaluación.
Incluso 6 años después de la aplicación de
tratamiento, hubo un efecto positivo del
tratamiento sobre la densidad de las parcelas
con escarificación, que fue casi el doble
que en las parcelas sin escarificación (Figura
3.12). Un efecto contrario sucedió en las
especies tolerantes a la sombra (esciófitas
totales), que tuvieron un gran aumento en
la densidad de individuos en las parcelas no
escarificadas en comparación con las
escarificadas en los cuatro primeros años
de aplicación de tratamiento. Sin embargo,
después de seis años hubo una disminución
de la densidad en las parcelas no
escarificadas y un aumento considerable en
las parcelas con escarificación (Figura 3.12).
73
Figura 3.12. Cambios en la densidad de individuos por cada 100 m2 (media ± desviación estándar) de las especiescomerciales a lo largo del tiempo: (A) = densidad de todas las especies comerciales, (B) = densidad de especiesheliófitas durables, (C) = densidad de especies esciófitas parciales y (D) = densidad de especies esciófitas totales(Prieto - Rodao. 2009).
A nivel de especies, en parcelas escarificadas
hubo mayor abundancia de Calycophyllum
spruceanum, Gallesia integrifolia y Maclura
tinctoria, mientras que en parcelas no
escarificadas las más abundantes fueron
Ampelocera ru iz i i , Aspidosperma
cylindrocarpon, Hura crepitans, Pouteria
nemorosa y Cariniana spp. (Tabla 3.12).
Después de la escarificación, al inicio
Pseudolmedia laevis tuvo mayor abundancia
en las parcelas no escarificadas, pero después
de seis años se incrementó seis veces en las
parcelas escarificadas (Tabla 3.12).
La tasa de crecimiento promedio en altura
absoluta fue mayor en las parcelas no
escarificadas (20.3 cm/año) que en las
parcelas escarificadas (18.6 cm/año). Entre
cada gremio ecológico, para las especies
heliófitas durables la tasa de crecimiento
fue similar entre áreas escarificadas y no
escarificadas. En las esciófitas parciales o
esciófitas totales hubo un leve incremento
en las parcelas escarificadas en comparación
con las parcelas no escarificadas (Figura
3.13).
74
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2.1
0.7
Pseu
dolm
edia
lae
vis
10.0
0.8
4.6
0.5
5.4
0.7
29.2
5.7
Pter
ogyn
e ni
tens
0.0
0.0
0.0
0.0
0.1
1.0
0.0
0.0
Schi
zolo
bium
am
azon
icum
21.2
6.0
5.7
2.4
3.6
2.9
2.2
1.2
Spon
dias
mom
bin
7.6
8.8
4.2
1.8
5.1
1.0
1.4
1.1
Swee
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a0.
30.
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30.
31.
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0.9
0.5
6.0
0.6
8.4
3.4
6.8
2.4
Tota
l10
02
100
2.6
100
2.1
100
2.5
75
Figura 3.13. Tasa de crecimiento en altura (cm/año) de brinzales y latizales, 6 años después del tratamientode las especies comerciales por gremio ecológico. Los datos son promedios y desviación estándar. Diferenciassignificativas en las tasas de crecimiento entre gremios se muestran con una letra mayúscula.
Enriquecimiento con mara (Swietenia
macrophylla) en claros de aprovechamiento
Para el presente estudio se evaluaron 60
claros de aprovechamiento que fueron
enriquecidos con mara (Swietenia
macrophylla) de dos procedencias; plántulas
y semillas. Del total de estos claros, 40 tenían
aproximadamente 6 meses de antigüedad y
20 eran recientes. Los criterios de selección
de los claros fueron su tamaño (se
descartaron los más pequeños) y que no
hubiese regeneración natural avanzada de
especies comerciales. El enriquecimiento se
realizó en diciembre de 2001 y la recolección
de semillas se hizo en septiembre del mismo
año. Las plántulas estuvieron en el vivero
aproximadamente 3 meses antes de ser
t r a sp l an tada s en l o s c l a ro s de
aprovechamiento. Las semillas de mara se
recolectaron en el mismo sitio donde se hizo
el experimento y se utilizaron para realizar
la siembra directa y para producir los
plantines en vivero.
Posteriormente, los claros fueron evaluados
en marzo de 2002, diciembre de 2002,
diciembre de 2003, junio de 2005 y
finalmente en abril de 2007.
En cada claro se delimitó el área y luego se
marcó una línea principal de sur a norte.
Sobre la línea principal se trazaron líneas
perpendiculares cada dos metros. Sobre cada
perpendicular se sembró y plantó cada dos
metros una semilla y una plántula de mara
alternadamente. Las plántulas trasplantadas
tenían en promedio una altura de 30 cm al
momento del trasplante. A su vez, a cada
claro se le asignó un determinado
tratamiento: testigo (20 claros, sin liberación
y sin limpieza), claros con liberación (20
claros, limpieza de la vegetación de especies
no comerciales con machete), claros con
76
aplicación de herbicida Roundup (10 claros,
eliminación de la vegetación con herbicida)
y claros con aplicación de Roundup más
liberación (10 claros, eliminación de la
vegetación con herbicida y con machete).
En este estudio se determinó la supervivencia
de plántulas, el ataque del insecto Hypsipyla
grandella y el crecimiento de los individuos
en cada tratamiento.
Los resultados muestran una supervivencia
del 74 % de plántulas provenientes de vivero,
a diferencia del porcentaje a partir de
semillas que fue del 46%. Estos porcentajes
se mantuvieron durante casi dos años. A los
4 años de evaluación, el porcentaje de
supervivencia se redujo en casi un 10%
en ambos casos, hasta que a los 5 años de
evaluación el porcentaje bajó a un 36% a
partir de plántulas y a un 24% a partir de
semillas (Figura 3.14A). Hubo una mayor
tasa de supervivencia en aquellos claros
donde se aplicó Roundup, comparado con
aquellos donde se aplicó limpieza con
machete y Roundup o limpieza sólo con
machete (Figura 3.14B). Los resultados que
se encontraron en La Chonta son bajos en
comparación con los encontrados en la región
tropical húmeda de Costa Rica, donde en
plantaciones asociadas con especies de Inga
spp.se obtuvo una supervivencia de entre
65 y 79% (Chanto 1999).
Sobre el ataque del Hypsiphyla grandella en
plántulas procedentes de semillas y plantines,
las más atacadas fueron aquellas plántulas
que recibieron Roundup y Roundup + limpieza
manual, las cuales llegaron a un porcentaje
del 23% y del 28% de individuos atacados. En
cambio, en las áreas sin limpieza o aquellas
con limpieza manual, tuvieron un ataque sólo
del 13% y del 15% respectivamente (Figura
3.15). Algunos autores indican que el ataque
del insecto es menor en bosques secundarios
o en sitios donde existe combinación con
otras especies (Newton et al. 1993).
La tasa de crecimiento en altura en plántulas
que fueron plantadas fue de 50 cm/año,
mientras que para plántulas nacidas a partir
de semillas fue alrededor de 35 cm/año. En
cambio, la tasa de crecimiento diamétrico
fue de 0.40 a 0.70 cm/año en plántulas
plantadas y de 0.20 a 0.50 cm/año en
plántulas a partir de semillas. También
hubieron diferencias significativas en el
crecimiento tanto en altura como en diámetro
según los tratamientos de limpieza aplicados.
En ambos tipos de procedencias (plántulas o
semillas) el crecimiento fue mayor en claros
donde se hizo limpieza manual más la
aplicación del herbicida Roundup.
También se hizo una comparación entre los
individuos afectados por el insecto Hypsiphyla
grandella con aquellos que no fueron
afectados, y se vio que no hubo diferencia
en la tasa de crecimiento debido a este
insecto.
Figura 3.14. Porcentaje de supervivencia de plántulas de mara procedentes de plantínes producidos en viveroo de semillas sembradas directamente en los claros y monitoreados a través de varios años (A) y en cuatrotratamientos de limpieza (B).
77
Por
cent
aje
de s
uper
vive
ncia
Figura 3.15. Promedio (± error estándar) del porcentaje de ataque de Hypsipyla grandella en el establecimientode plántulas de mara procedentes de semilla y plantas en los diferentes tratamientos.
78
79
Conclusiones
El bosque sub-húmedo transicional que posee
Guarayos es uno de los bosques con alto
potencial maderable y alta diversidad de
especies arbóreas. En base a los datos de
parcelas permanentes ubicadas en la
Concesión Forestal La Chonta, se han
obtenido resultados sobre características
ecológicas y silviculturales que ayudarán en
el manejo adecuado de esta región. En ella
se encontraron 182 especies arbóreas, con
un promedio de 63 especies por hectárea.
La familia Leguminosae es una de las que
tiene mayor número de especies. lo cual es
confirmado por otros estudios en la zona.
Tanto la densidad de individuos como su área
basal indican que este bosque tiene una
moderada abundancia y dominancia, ya que
bosques más secos tienden a tener menos
densidad y área basal, mientras que bosques
más húmedos son mayores en estos
parámetros. Por otro lado, este bosque tiene
un nivel de infestación de bejucos leñosos,
ya que un 68% de los árboles tiene por lo
menos un bejuco, mientras que un 10% tiene
las copas totalmente infestada de ellos.
Sobre la dinámica del bosque, hay poca
información sobre aspectos fenológicos, lo
cual no ha permitido desarrollar más esta
sección. Sin embargo, se sabe que la mayoría
de las especies maderables tiene floración
y fructificación anual y son muy pocas las
especies con patrones supra-anuales o
continuos. Asimismo, la mayoría de las
especies maderables tiene una dispersión
por viento, aunque también hay otras
dispersadas por animales o con mecanismos
propios de autodispersión. Acompañando a
la dispersión está la producción de semillas,
que en general es buena para las especies
consideradas en este estudio. Estas
características son favorables para una buena
regeneración de especies, que de hecho
parece ser buena para el bosque en forma
general, aunque hay varias especies que
tienen serios problemas de regeneración. La
p e r t u r b a c i ó n p r o v o c a d a p o r e l
aprovechamiento forestal favorece de alguna
manera en el establecimiento y crecimiento
de individuos jóvenes, ya que aprovechan
los recursos lumínicos disponibles en
micrositios tales como los claros. En este
sentido, parece ser que entre las más
beneficiadas están las especies esciófitas.
Por otro lado, la tasa anual de crecimiento
de árboles fue de 0.39 cm, valor que es
considerado intermedio, siendo que en otros
lugares puede ser mayor o menor. De todas
maneras, la variación de tasas de crecimiento
es grande, aunque por lo general es
promovida por la intens idad del
aprovechamiento. Los datos de mortalidad
y reclutamiento indican que el bosque está
en decaimiento, ya que en todos los registros
obtenidos hay una mayor tasa de mortalidad
que de reclutamiento, a pesar de que a nivel
de especies la relación entre ambos
parámetros puede variar. Por su parte, el
stock de carbono en términos de biomasa
tiende a ser similar al de otros bosques, ya
sean estos secos o más húmedos. La tasa de
secuestración de carbono es lenta y es más
notoria en áreas con aprovechamiento.
También se ha notado que la pérdida de
biomasa por el fuego es muy alta y esto se
pudo determinar gracias a un evento de
fuego que ocurrió en las parcelas testigo.
Es claro que la región de Guarayos tiene un
alto potencial forestal para la extracción de
madera y de algunos productos no
80
maderables. En la actualidad, Guarayos se
considera como uno de los centros más
importantes de provisión de madera. La
potencialidad es elevada, ya que existen
especies que aún no se han aprovechado o
de las cuales no se conocen sus características
f í s ico-mecánicas y peor aún sus
características ecológicas y silviculturales.
La aplicación de tratamientos silviculturales
afecta positivamente en la regeneración y
crecimiento de especies maderables, además
de reducir el impacto producido a la masa
remanente. Áreas con mayor intensidad de
aprovechamiento pueden aumentar más del
30% comparadas con áreas sin aprovechar.
La corta de bejucos, un tratamiento
silvicultural fácil de implementar en
interacción con la posición de la copa de los
árboles, puede aumentar la tasa de
crecimiento diamétrico de manera
significativa. De igual manera, la liberación
de árboles por medio de anillamiento
favorece el crecimiento en un 80%.
Es recomendable realizar tratamientos de
escarificación, ya que tanto la densidad
como la abundancia se incrementan
positivamente. Finalmente, los ensayos de
enriquecimiento de mara (Swietenia
macrophylla) han permitido evaluar
diferentes métodos de siembra y tratamientos
de limpieza que ayudan en la supervivencia
y crecimiento de la especie. Tal como ha
sido experimentado en otro países es posible
regenerar la mara dentro del bosque, gracias
a sus características, aunque la tasa de
crecimiento es variado para individuos de la
misma edad debido al efecto de varios
factores al mismo tiempo.
81
Introducción
El bosque amazónico se encuentra en la parte
norte de Bolivia, área de bosque continuo de
aproximadamente 100.000 km2, que cubre
el departamento de Pando, la provincia Vaca
Diez en el departamento del Beni y una parte
de la provincia Iturralde en el departamento
de La Paz (Jong de 2004), representando
cerca del 10% de la superficie total del país.
La amazonia boliviana no tiene una clara
subdivisión interna pero en los hechos se
reconoce al extremo norte de Bolivia como
la región norte amazónica de Bolivia,
denominada también oficialmente como la
región castañera de Bolivia. El 75% de la
superficie amazónica está cubierto por bosque
alto tropical de tierra firme. La región se
caracteriza especialmente por la presencia
de especies como la castaña (Bertholletia
excelsa) y la siringa (Hevea brasiliensis).
El norte amazónico boliviano no se inserta
en un modelo de apertura de frontera
agropecuaria, uso intensivo y mayor
ampliación de frontera (PNUD 2008), mas
bien se evidencia una tendencia hacia la
agricultura de roza y quema, y ganadería de
pequeña escala. Sin embargo, aunque esta
amenaza está latente para el desarrollo
económico y humano, hoy en día esta región
es una de las que presenta un mejor estado
de conservación en Bolivia (Ibisch y Araujo
2003).
Hace más de 10 años se decía que la superficie
del norte amazónico boliviano estaba
compuesta en un 94% por bosque en su
mayoría intacto, un 3% por barbechos y otro
3% por desmonte para agricultura y ganadería
(PNUD 2008). Ibisch y Mérida (2003)
corroboraron que la región tiene un grado
de conservación bueno a excelente, lo que
podría estar estrechamente ligado a la
extracción de la goma hace un siglo, y de la
castaña actualmente, debido a que ambos
productos requieren del bosque en pie. Al
mismo tiempo, la baja densidad poblacional,
la tardía incorporación del área en la
economía nacional y los altos costos de
transporte han reducido, hasta hace poco,
las presiones antropogénicas sobre estos
recursos forestales (PNUD 2003).
El departamento de Pando tiene un clima
tropical húmedo y cálido (ZONISIG 1997). El
período seco es de 3 meses en el sector oeste
y de 4 meses en el sector este del
departamento, con una precipitación pluvial
de 100 mm/mes, aproximadamente. Se
registran diferencias de precipitación y
temperatura entre las estaciones
CAPÍTULO
4Bosque Amazónico
82
metereológicas de Cobija y Riberalta; en esta
última la precipitación media anual alcanza
a 1774 mm y 26.2 °C, con medias mensuales
de 24.9 °C en junio y 26.7 °C en marzo. La
precipitación en la cuenca del Orthon es de
1700 - 2000 mm/año y la temperatura es de
25 a 26 °C, con los meses más cálidos en
octubre y noviembre que alcanzan a 28 °C
y el más frío en julio, con 10° C (Alarcón et
al. 2007; Solíz 2004; ZONISIG 1997).
En Pando se diferencian dos tipos de suelos:
suelos de las planicies altas y suelos de las
llanuras aluviales. Los suelos de las planicies
altas se caracterizan por tener buena
estructura, drenaje y profundidad, pero son
pobres químicamente, tienen baja fertilidad
y frecuentemente tienen niveles altos de
Aluminio (Toledo et al. 2008b). En las llanuras
aluviales los suelos son más ricos debido al
transporte de sedimentos desde la cordillera
de los Andes. Sin embargo, estos suelos están
condicionados a las inundaciones que se
producen en los alrededores de los ríos
(ZONISIG 1997).
Este capítulo sintetiza los hallazgos
encontrados sobre la ecología y dinámica de
los bosques y las especies arbóreas del bosque
amazónico. Aquí se revisan la diversidad y
abundancia de especies arbóreas, estructura
del bosque y poblaciones, producción y
dispersión de semillas, la regeneración
natural, mortalidad y reclutamiento,
crecimiento de árboles y cantidad de carbono
disponible en esta región. Asimismo, se evalúa
la disponibilidad y potencial de productos
maderables y no maderables que tiene la
región amazónica boliviana, y finalmente se
muestran los resultados de los tratamientos
silviculturales realizados en la concesión
forestal SAGUSA. Cabe destacar que este
trabajo es uno de los pocos que combina el
conocimiento ecológico y su aplicación para
fines de manejo forestal con el fin de
promover la sostenibilidad del bosque
amazónico.
Caracterización de la concesión forestalSAGUSA
En esta sección se presentan las
características biofísicas de la concesión
forestal SAGUSA, lugar donde se tiene
insta lado un bloque de parcelas
experimentales y que ha brindado la mayor
información sobre la dinámica del bosque y
experimentos silviculturales. Según el Plan
de Uso del Suelo del departamento de Pando
(ZONISIG 1997), Sagusa se encuentra dentro
de la categoría de tierras de uso forestal.
Las áreas de tierras forestales se caracterizan
por reunir condiciones para uso forestal bajo
manejo sostenible, para la producción
permanente de madera y otros productos
forestales no maderables y que prestan
servicios ambientales (ZONISIG 1997).
El área de estudio está ubicada en los
paralelos 09º 49'S y 67º 48'W a unos 185 km
NE de la ciudad de Cobija, provincia Nicolás
Suárez, tercera sección del cantón Mercier
del Municipio de Bella Flor, departamento
de Pando (Figura 4.1). La concesión tiene
una superficie de 66087 ha.
En base al inventario forestal realizado, el
área de SAGUSA ha sido dividida en cuatro
tipos: uso forestal o bosque productivo (61252
ha), servidumbres ecológicas no sujetas a la
intervención forestal (4522 ha), área con
otros usos como son los pastizales (150 ha)
y área correspondiente a caminos (162 ha)
(Solíz 2004).
83
De acuerdo al mapa de vegetación de Bolivia,
esta región pertenece a un bosque amazónico
de colinas del noroeste de Pando (Navarro y
Ferreira 2007). La cobertura es densa
perennifolia ombrófila, de baja altura y no
inundable.
La fisonomía de estos bosques se caracteriza
por la presencia de árboles emergentes que
llegan a los 40 m de altura, con registros más
frecuentes de: castaña (Bertholletia excelsa),
bitumbo colorado (Couratari macrosperma),
paquiocillo (Hymenaea parvifolia), paquió
(Hymenaea courbaril), siringa (Hevea
brasiliensis), quecho (Brosimum utile),
verdolago (Terminalia amazonica), yesquero
(Cariniana micrantha), almendrillo chico
(Apuleia leiocarpa), toco colorado (Parkia
pendula), tamarindo (Dialium guianense) y
almendrillo grande (Dipteryx odorata).
El estrato co-dominante e intermedio está
conformado por árboles cuya altura es mayor
a 10 m y menor a 30 m, y las especies más
frecuentes son: Tetragastris altissima, Iriartea
deltoidea, Pseudolmedia laevis, Euterpe
precatoria, Brosimum lactescens, Sclerolobium
cf. rugosum, Iryanthera juruensis, Protium
sp., Oenocarpus bataua y Pouteria sp.
En el estrato inferior las especies
predominantes son: Siparuna sp.,
Phenakospermum guyanense, Tetragastris
altissima, Iriartea deltoidea, Siparuna
cuspidata, Oenocarpus mapora, Rinoreocarpus
ulei, Protium sp. y Brosimum lactescens,
entre otras, que alcanzan alturas inferiores
a los 10 m. Por estas características y por su
relieve se puede decir que pertenecen a un
bosque de tierra firme de peneplanicies y
colinas (Licona 2007).
Figura 4.1. Ubicación geográfica de la concesión forestal SAGUSA S.R.L., uno de los sitios donde se generó granparte de la información mostrada en este capítulo.
Diversidad de especies
Diversidad y abundancia de especies
El estudio de diversidad y abundancia de
especies del bosque amazónico está basado
en dos tipos de muestreo: el primero realizado
en todo el departamento de Pando (30 puntos
de muestreo, cada uno con transectos de 10
x 1000 m (1 ha) (Mostacedo et al. 2006a) y
el segundo realizado en la concesión forestal
SAGUSA, pero con la finalidad de determinar
variaciones de diversidad y abundancia en
diferentes áreas con variaciones de intensidad
de aprovechamiento. Para este segundo caso
se utilizaron parcelas de 1ha con distintas
intensidades de aprovechamiento (4
tratamientos: testigo, normal, mejorado e
intensivo; 4 repeticiones por tratamiento)4.
En el estudio realizado por Mostacedo et al.
(2006a) se determinaron 5 tipos de bosque
en todo el departamento de Pando, los cuales
fueron denominados: bosque alto de tierra
firme (BTF), bosque del escudo precámbrico
(BEP), isla de bosque y chaparral (IBC), bosque
de varzea (BVA) y bosque de igapó (BIG)
(Figura 4.2). Además de estos bosques existen
algunos tipos de vegetación que son
peculiares, tales como el cerrado, las sabanas
inundables y el bosque monodominante
inundado de la palmera Mauritia flexuosa,
que también se encuentra en zonas
inundables. En la parte suroeste de la
amazonia en nuestro país se encuentra
también el bosque amazónico sub-andino y
en la parte sureste, el bosque de transición
chiquitano - amazónico (Ibisch y Mérida 2003).
84
Figura 4.2. Clasificación de tipos de bosque en la amazonia boliviana del departamento de Pando, realizado enbase a un análisis de componentes principales con datos florísticos y de abundancia (Mostacedo et al. 2006a).
4 Ver detalles del diseño en el Capítulo1
85
Composición florística
Las familias con mayor abundancia de
individuos en la mayoría de los tipos de
bosque en Pando fueron las Moraceae y
Palmae, siendo familias típicas en los bosques
amazónicos (Salomao y Lisboa 1988; Smith
y Killeen 1998; Terborgh y Andresen 1998).
Sin embargo, en los bosques altos de tierra
firme y del Escudo Precámbrico, las familias
Burseraceae y Leguminosae-Caesalpinaceae
también tuvieron su importancia. En la isla
de bosque y chaparral la familia Lythraceae
fue otra de las abundantes, mientras que
las familias Lecythidaceae y Melastomataceae
fueron abundantes en los bosques de Igapó,
y Sapotaceae lo fue en los bosques de varzea.
Las especies más abundantes fueron
Pseudolmedia laevis, Tetragastris altissima
y Brosimum lactescens. Las primeras dos
especies fueron también las más abundantes
en el bosque de tierra firme, aunque
Tetragastris lo fue de igual manera en el
bosque del escudo precámbrico. En la isla
de bosque y chaparral, Physocalymna
scaberrimum y Phenakospermum guyanense
fueron las más abundantes mientras que en
el bosque de igapó y varzea la especie más
abundante fue Brosimum lactescens, aunque
en el igapó dos especies de Eschweilera
llegaron a ser importantes también por su
abundancia. Otras especies abundantes en
el bosque de varzea fueron Theobroma cacao
y una especie de Trichilia.
Hay muchas especies raras (es decir, con un
número reducido de individuos) en los
bosques mencionados. En el BTF el 53% de
las especies arbóreas tiene menos del 5% de
abundancia relativa (AR), siendo las más
raras: Abarema sp., Anacardium giganteum
y Aspidosperma vargasii. En el BEP el 25%
de las especies arbóreas fue considerado
raro, como ejemplos se pueden mencionar:
Abuta grandiflora, Attalea maripa y Bixa
arborea. En la isla de bosque y chaparral el
31% de especies arbóreas fue considerado
raro, como ejemplos se pueden mencionar:
Amaioua guianensis, Aspidosperma sp. y
Brosimum guianense. En el bosque de igapó
y varzea el 20% de las especies arbóreas ha
sido considerado raro. Como ejemplos en
BIG se tienen: Aniba sp., Attalea speciosa y
Buchenavia sp., y en BVA se tienen:
Aspidosperma sp., Astronium lecointei y
Attalea maripa.
Abundancia y riqueza en los diferentestipos de bosque
La abundancia promedio para árboles
mayores a 10 cm DAP osciló entre 544 y 627
individuos/ha y no tuvo diferencia según los
tipos de bosque (F=0.26; P=0.89). Estudios
similares dentro del área de estudio
reportaron resultados similares (Boom 1986).
Sin embargo, hubo una tendencia de los
bosques de varzea a presentar mayor número
de individuos, aunque se presentó mayor
variación entre parcelas. La abundancia en
las parcelas de bosque de tierra firme fue
muy similar, mientras que el bosque del
escudo precámbrico y los bosques de varzea
tuvieron mayor variación en número de
individuos.
En total se encontraron 70 familias de árboles
con un número promedio oscilando entre 26
y 45 familias, las que variaron según los tipos
de bosque (F=16.02; P=0.0001). La mayoría
de los tipos de bosque presentaron una
riqueza de familias similar, excepto la del
bosque de igapó que tuvo un menor número
de familias. Las parcelas del bosque de igapó
tuvieron también una mayor variación entre
ellas.
En las 30 hectáreas muestreadas en el
departamento de Pando se encontraron 655
especies. La curva especies vs. área nos
indica que con 30 hectáreas de muestreo en
todo el departamento de Pando se ha
muestreado más del 90% de las especies
arbóreas (Figura 4.3). El número de especies
en cada tipo de bosque en promedio oscila
entre 52 y 122 especies/ha y se registró una
variación significativa entre los tipos de
bosque (F=12.7; P=0.0001). La mayor
variación entre parcelas de un solo tipo de
bosque se notó en el bosque alto de tierra
firme y en el bosque del escudo precámbrico.
Los bosques de tierra firme, los bosques del
escudo precámbrico y la isla de bosque y
chaparral son los que tuvieron mayor riqueza
en comparación con los bosques ribereños.
De los dos tipos de bosques ribereños, el
bosque de varzea presentó mayor número
de especies.
86
Figura 4.3. Curvas especies vs. área basado en 30 transectos de 10x1000 muestreados en los diferentes tipos debosque en todo el departamento de Pando. También se hicieron estimaciones de curva con los estimadores deChao 1 o Bootstrap.
Dentro de las parcelas experimentales en la
concesión Sagusa utilizadas para monitorear
e l e fec to de l a i n ten s i dad de
aprovechamiento, bajo el mismo modelo
explicado en el capítulo 1, se pudo evidenciar
que tanto la riqueza como la diversidad de
especies no tuvieron mucha variación. La
riqueza de especies varió entre 78 a 88
especies/ha (Figura 4.4). Las parcelas en
el tratamiento testigo tuvieron la menor
riqueza de especies en comparación con los
otros tratamientos aplicados, inclusive el
tratamiento intensivo. Los índices de
diversidad de Shannon variaron entre 4 a
4.1, lo cual muestra un grado de similitud
alta en cuanto a la diversidad de especies
87
(Figura 4.4), incluso mayor a lo reportado
en otros bosques tropicales (Bergmans y
Vroomans 1995; Poma 2007).
Estructura del bosque
Para analizar la estructura del bosque se
han tomado en cuenta: la densidad y su
distribución diamétrica, el área basal, la
posición de copa, la forma de copa y el
grado de infestación de bejucos que tiene
el bosque amazónico, tomando en cuenta
la base de datos obtenida en las parcelas
experimentales de la concesión SAGUSA.
La estructura de la población de todas las
especies muestra una distribución negativa
exponencial o un patrón de “J” invertida,
con muchos árboles pequeños en las clases
diamétricas menores y una disminución
continua en frecuencia para las clases
mayores de tamaño (Figura 4.5). En las
categorías de 10-20 cm se encontró una
densidad promedio de 278 individuos/ha,
mientras que en la categoría mayor a 90 cm
se encontró una densidad promedio de
1.25/ha.
A nivel específico, varias especies
comerciales tienen distribución tipo “J”
invertida. Algunos ejemplos a citar de este
caso son: Aniba canelilla, Aspidosperma
macrocarpon, Cedrela odorata, Clarisia
racemosa, Couratari macrosperma, Heisteria
nitida, Hura crepitans, Jacaranda copaia,
Tetragastris altissima, Manilkara bidentata,
Peltogyne paniculata, Sterculia spp.,
Tabebuia spp. y Terminalia amazonica. A
pesar de que estas especies tienen una
distribución de “J” invertida, tienen variación
en las densidades que hay en cada categoría
diamétrica. Sin embargo, existen otras
especies que tienen una distribución
irregular, para este caso se puede citar a:
Amburana cearensis, Couratari guianensis,
Dipteryx spp., Erisma uncinatum, Parkia
pendula, Schizolobium amazonicum y
Swietenia macrophylla. Existe también el
caso donde la distribución diamétrica es
uniforme a lo largo de todas las categorías,
eso sucede con Cedrelinga catenaeformis,
especie que se encuentra en mayor
abundancia en el este de Pando.
Por otro lado, Hymenaea parvifolia tiene
una distribución diamétrica bimodal, donde
los picos más altos de densidad se encuentran
a los 10 y 60-70 cm de DAP. Finalmente, hay
otras especies como Bertholletia excelsa y
Cariniana micrantha con muy pocos
individuos en las categorías juveniles, lo que
indicaría su falta de regeneración.
El área basal promedio fue de 18.8 m2/ha
y tiene el mismo patrón que la distribución
de la población, donde se observó que la
mayor cantidad de área basal se presenta
en las clases diamétricas de 10-20 cm, con
un promedio de 4.52 m2/ha. La clase
diamétrica con árboles mayores a 90 cm de
DAP sólo presenta una área basal promedio
de 1.23 m2/ha (Figura 4.5).
Con respecto a la posición de copa o
exposición lumínica se observó que un
porcentaje considerable de árboles (36%)
recibió cierta luz vertical (categoría 3),
mientras que sólo el 11% de los árboles fue
emergente (categoría 1) o no recibió luz
directa (10%, categoría 5) (Figura 4.6). Si
se agrupan los árboles en aquellas categorías
que indican una menor exposición a la luz
88
Figura 4.4. Promedio de riqueza de especies (± error estándar) e índices de diversidad de Shannon, determinadaspara los diferentes tratamientos de intensidad de aprovechamiento en la Concesión SAGUSA, Pando.
(categoría 3, 4 y 5) se tiene que el 74.1% de
los individuos se encuentra en estas
condiciones de luz, y solo el 26% recibe
completa luz directa vertical y lateral
(categoría 1 y 2).
89
Figura 4.5. Promedio de número de individuos (± error estándar, N=16) y área basal por categorías diamétricaspara todas las especies, en un bosque amazónico en la Concesión SAGUSA de Pando.
90
Figura 4.6. Porcentaje de individuos en relación a su posición de copa, forma de copa e infestación de bejucosdel bosque amazónico de la concesión forestal SAGUSA, Pando. (A) Posición de copa, según clasificación de Dawkins(1958): (1) plena luz vertical y lateral, (2) plena luz vertical, (3) cierta luz vertical, (4) cierta luz lateral y (5)sin luz directa. (B) Forma de copa: (1) perfecta, (2) buena, (3) tolerante, (4) pobre y (5) muy pobre. (C) Infestaciónde bejucos: (1) libre de bejucos, (2) presencia de bejucos en el fuste, (3) presencia leve de bejucos en el fustey copa y (4) presencia completa de bejucos en el fuste y copa
91
En relación a la calidad de los árboles,
aquellos que tienen copas perfectas (categoría
1) representan el 21% de los individuos,
mientras que los árboles con copa buena
(categoría 2) representan el 28%. Árboles
con copas tolerantes (categoría 3) representan
el 38% de la población. El menor porcentaje
lo representan los árboles de copas muy
pobres (categoría 5) (Figura 4.6B). Una gran
cantidad de individuos que presentan copas
tolerantes se encuentra en individuos entre
las clases diamétricas de 10 a 30 cm de DAP.
La presencia de bejucos fue otro parámetro
evaluado, para el cual se consideraron cuatro
grados de infestación. El 47% de la población
está constituido por árboles libres de bejucos
y sólo el 7% de los árboles está totalmente
infestado por bejucos que afectan su
crecimiento de una u otra manera (Figura 4.6).
Estos resultados muestran que el grado de
infestación es bajo en comparación con otros
tipos de bosques. Por ejemplo, en el bosque
de transición chiquitano amazónica, el 86% de
los árboles estaba con bejucos (Pérez-Salicrup
2001), y en el bosque seco semideciduo la
infestación puede ser hasta del 75-77% (Carse
et al. 2000; Uslar et al. 2004). De todas
maneras, el grado de infestación de bejucos
en la amazonia boliviana, por lo menos en la
concesión SAGUSA, parece ser alto comparado
con el de algunos bosques tropicales de
Venezuela (42%)(Putz 1983) o Panamá (32-
50%)(Putz 1984).
Dinámica de bosques
Al estudiar la dinámica de los bosques se
están estudiando los cambios que ocurren
dentro de ellos en diferentes aspectos, tales
como el crecimiento de los árboles,
regeneración natural y recuperación después
de una intervención humana. Los árboles, al
envejecer, se debilitan por el ataque de
enfermedades o la sobrecarga de epífitas y
bejucos, haciéndose más vulnerables a caídas
por acción del viento, rotura de copa o
rajaduras del fuste (Martínez-Ramos 1994).
Cuando un árbol cae naturalmente o cuando
es cortado, se crea una apertura en el dosel
del bosque que influye en la aparición de
grupos de especies que se desarrollan
favorablemente en esta condición ecológica
(Denslow 1987; Svenning 2000). Normalmente
se abre del 1 al 5% de dosel cada año por la
caída de árboles en forma natural
(Fredericksen et al. 2001), y cuando el bosque
es intervenido la apertura puede ser del 10
al 20% (Mostacedo et al. 2006b). Estos
espacios abiertos en el bosque dan lugar al
proceso de renovación mediante la dinámica
de regeneración (Martínez-Ramos 1994). Las
fases de regeneración del bosque constituyen
el estado del ciclo de regeneración o estado
sucesional del micrositio de regeneración,
el cual tiene estrecha relación con la
iluminación que pudiera llegar a dicho
micrositio. La iluminación sobre cada
individuo en particular puede ser muy variada
en un mismo claro o parche de bosque en
reconstrucción dentro de una eco-unidad
(Finegan 1992; Poorter et al. 2001). En los
procesos dinámicos del bosque ocurren etapas
de regeneración que se presentan en tres
fases (Fredericksen et al. 2001):
a) Fase de claros, se refiere a la apertura
del dosel por la caída de los árboles y que
son los que inician el proceso de renovación
b) Fase de reconstrucción, que consiste en
árboles jóvenes en su mayoría, especies
intolerantes a la sombra (heliófitas
efímeras y heliófitas durables
92
c) Fase de madurez, espacio conformado por
un dosel superior intacto de árboles
grandes
Producción y dispersión de semillas
Para analizar la producción de semillas se ha
enfocado la atención en las especies
maderables y no maderables que actualmente
se aprovechan y otras que son potenciales.
Para ello se utilizó la clasificación de Newstron
et al. (1994). De las 45 especies citadas en
la Tabla 4.1, la mayoría tienen producción
anual, es decir que producen semillas todos
los años. Sólo una especie, Amburana
cearensis, ha sido identificada con una
producción supra-anual, y ocho especies
tienen producción continua como las del
género Ficus y de diferentes palmeras.
La producción de semillas varía en relación
al tamaño de los árboles, según las especies.
Los diámetros mínimos de reproducción son
importantes para considerar las características
de los árboles semilleros a dejar para cada
especie en áreas de aprovechamiento, con
el propósito de promover la regeneración
natural. En un estudio realizado en la
Concesión Maderera Verdum (cerca a la ciudad
de Riberalta) se determinó la probabilidad
de reproducción de árboles de varias especies.
Para un 75% de probabilidad de que los árboles
tengan semillas se determinaron los siguientes
diámetros: Heisteria spruceana, 15 cm;
Hymenaea courbaril, 60 cm; Eschweilera
coriacea, 60 cm; Amburana cearensis, 70 cm;
Astronium lecointei, 40 cm; Cedrelinga
catenaeformis, 50 cm; y Tachigali vasquezii,
100 cm (van Rheenen et al. 2003).
De las 45 especies arbóreas y palmeras
analizadas, el 45% es dispersado por animales
y otro 45% es dispersado por el viento. Hay
un 10% que tiene autodispersión, que puede
ser por medio de explosión de frutos o
simplemente porque los frutos caen debajo
de la copa por gravedad (Tabla 4.1).
Temporalmente, las especies dispersadas por
el viento dispersan sus semillas en los meses
secos, entre agosto y octubre. En cambio,
las especies dispersadas por animales
dispersan sus semillas durante parte de la
época seca y mayormente en la época de
lluvias (Figura 4.7). La distancia de dispersión
alrededor de los árboles semilleros es mayor
por el viento que por animales (van Rheenen
et al. 2003). De nueve especies estudiadas
en la parte este de la amazonia en el norte
de Bolivia, Astronium lecointei y Cedrelinga
catenaeformis tuvieron la mayor distancia
de dispersión por el viento, llegando a un
poco más de 30 m (van Rheenen et al. 2003).
Regeneración natural
En esta sección se incorporan resultados de
un estudio realizado en la región noroeste
de Pando en dos sitios: La concesión forestal
Industria Maderera de Pando (IMAPA) (11º 10'
56'' S y 69º 05' 42'' W) y la hacienda La
Honduras (11º 43' 22'' S y 68º 54' 12'' W). Este
estudio fue diseñado para determinar la
respuesta de la regeneración (riqueza y
abundancia) de diferentes micrositios creados
por el aprovechamiento (claros de
aprovechamiento, caminos, pistas de arrastre,
patios de acopio y sitios no perturbados). Se
evaluaron tanto los brinzales (< a 1 m de
altura) como los latizales (1-2 m de altura)
de todas las especies arbóreas.
Para la categoría de brinzales se encontraron
60 especies en Honduras y 69 especies en
93
Figura 4.7. Producción temporal de semillas de las diferentes especies arbóreas en los bosques de Pando.
IMAPA, mientras que entre los latizales
hubieron 69 especies en Honduras y 74
especies en IMAPA. La abundancia de brinzales
fue similar entre Honduras e IMAPA, mientras
que en Honduras hubo mayor abundancia de
latizales. La riqueza de brinzales y latizales
fue mayor en áreas perturbadas en
comparación con áreas no perturbadas,
encontrándose mayor abundancia de brinzales
en los claros de aprovechamiento y mayor
abundancia de latizales en los patios de
acopio.
A nivel de especies, tomando en cuenta los
dos sitios de estudio, se pudo encontrar que
Cedrela odorata fue una de las especies más
abundantes en la categoría de brinzal (26
ind./10 m2). Otras especies maderables con
abundancia alta fueron Couratari spp.,
Tetragastris spp. y Apuleia leiocarpa.
Especies del género Cecropia y algunas
leguminosas fueron también abundantes en
la categoría de brinzales. Entre los latizales,
las más abundantes fueron tres especies del
género Cecropia, pero también lo fueron
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Cedrela odorata, Tetragastris spp. y
Jacaranda copaia. Pocas especies maderables,
entre ellas Cedrela odorata, Apuleia
leiocarpa, Tetragastris spp. y Jacaranda
copaia fueron favorecidas por la creación de
micrositios abiertos.
Crecimiento
Los datos de crecimiento diamétrico fueron
obtenidos de 16 parcelas de 1ha ubicadas
dentro de las parcelas experimentales PISLP
(ver metodología en Capítulo 1).
El crecimiento diamétrico promedio para
todos los árboles en la concesión SAGUSA fue
0.41 cm/año (N = 11418, EE ± 0.01) siendo
esta una de las tasas de crecimiento
diamétrico más altas en comparación con la
de otros bosques amazónicos en Bolivia
(Dauber et al. 2003; Poorter et al. 2001),
aunque es similar a la de otros bosques como
el bosque del Bajo Paraguá (Villegas et al.
2008a). La tasa de crecimiento promedio
varió significativamente con el diámetro de
los árboles y entre los tratamientos aplicados.
La tasa de crecimiento fue mayor en árboles
mayores a 50 cm de diámetro (0.70-0.76
cm/año) y menor en la clase diamétrica más
pequeña de10-20 cm (0.38 cm/año) (Figura
4.8). Sin embargo, se esperaba que las tasas
de incremento diamétrico hubieran sido
mayores en diámetros menores, ya que
generalmente los individuos pequeños tienden
a crecer más rápidamente, aunque es
probable que en altura dichas tasas hayan
sido mayores.
Por otro lado, al comparar los diferentes
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aprovechamiento aplicados, se observó que
el tratamiento testigo mostró la mayor tasa
de crecimiento (0.43 cm/año) en relación
con las áreas que fueron intervenidas.
Inclusive dentro de las parcelas intervenidas
no hubo un patrón que muestre relación entre
la tasa de crecimiento y la intensidad de
aprovechamiento, siendo que la hipótesis
que se planteaba era que las áreas
intensamente intervenidas serían más abiertas
y por lo tanto la posibilidad de crecer sería
mayor (Denslow et al. 1990) (Figura 4.8).
El crecimiento diamétrico a nivel de especies
fue muy variable. Hay especies que tuvieron
tasas de crecimiento altos, tales como
Schizolobium amazonicum (1.29 cm/año),
Enterolobium sp. (0.87 cm/año), Bertholletia
excelsa (0.86 cm/año) y Cedrela spp. (0.77
cm/año) (Tabla 4.2). Hay otras especies de
bajo crecimiento, entre éstas se puede
mencionar a: Mezilaurus sp. (0.10 cm/año),
Hevea brasiliensis (0.21 cm/año), Couratari
guianensis (0.26 cm/año), Dipteryx odorata
(0.26 cm/año) y Aspidosperma vargasii (0.29
cm/año) (Tabla 4.2). La mayoría de las
especies arbóreas responden positivamente
a la intervención por el aprovechamiento
forestal. Sin embargo, no existe una relación
entre la tasa de crecimiento y la intensidad
de aprovechamiento, esto significa que las
áreas con alta intensidad de aprovechamiento
no necesariamente tuvieron una mayor tasa
de crecimiento.
El mayor crecimiento se dio en los árboles
emergentes (0.72 cm/año) y el menor en los
árboles sin luz directa o lateral (0.16 cm/año).
A medida que los árboles están más dispuestos
hacia la luz existe mayor crecimiento (Figura
4.9A). Estudios realizados en bosques similares
reportan una mayor tasa de crecimiento a
un mayor grado de iluminación (Dauber et
al. 2003; Poorter et al. 2001) debido a la
96
Figura 4.8. Tasa de crecimiento diamétrico anual promedio (± error estándar) de los árboles en general y portratamientos por categorías diamétricas en un bosque amazónico de Pando (SAGUSA).
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99
mayor disponibilidad de luz para realizar la
fotosíntesis. En contraposición, la tasa de
crecimiento disminuyó a medida que fue
disminuyendo la calidad de las copas (Figura
4.5B). Los árboles con copas perfectas
tuvieron una tasa de crecimiento promedio
de 0.64 cm/año, mientras que los de copas
muy pobres tuvieron una tasa de crecimiento
diamétrico de 0.1 cm/año.
La presencia de bejucos tuvo un efecto
negativo en el incremento diamétrico de las
especies arbóreas. El crecimiento se va
reduciendo a medida que va aumentando el
grado de infestación de bejucos (Figura 4.9C).
La mayor tasa de crecimiento diamétrico se
dio en árboles libres de bejucos (0.52
cm/año), mientras que la menor se dio en
árboles cubiertos totalmente con bejucos
(0.21 cm/año). Estos resultados son similares
a los encontrados por otros autores tanto en
el mismo bosque amazónico como en otros
de transición amazónico - chiquitano (Dauber
et al. 2003; Evans et al. 2003) y sugieren que
uno de los tratamientos silviculturales más
eficientes para incrementar la tasa de
crecimiento en este tipo de bosque puede
ser el corte de bejucos.
Mortalidad de árboles
La mortalidad natural osciló entre 1.3 a 3.8
%/año para árboles mayores a 10 cm de DAP.
La tasa de mortalidad natural encontrada
en este estudio es similar a las reportadas
por estudios realizados en la misma ecorregión
(Dauber et al. 2003; Fessy 2007; Poorter et
al. 2001; Villegas et al. 2008a) y se encuentra
dentro de los rangos encontrados en otros
bosques húmedos tropicales (Asquith 2002;
Condit et al. 1995; Nebel et al. 2001). En
cambio, la mortalidad producida por el
aprovechamiento fue del 3.2 al 6.5 %/año.
En relación a los tratamientos de intensidad
de aprovechamiento, tanto la mortalidad
natural como por el aprovechamiento fue
mayor en el tratamiento intensivo. En un
bosque de la amazonia este en Brasil se
encontró un resultado similar: mayor
mortalidad de árboles en bosques con
aprovechamiento convencional en
comparación con bosques no aprovechados
(Schulze y Zweede 2006). Algo notable a
destacar es que, dos años después de la
primera evaluación en las parcelas
experimentales, los porcentajes de mortalidad
natural incrementaron de manera leve en
todos los tratamientos de intensidad de
aprovechamiento, pero no fue así en los
porcentajes de mortalidad producida por el
aprovechamiento. Al contrario, la mortalidad
por aprovechamiento fue muy baja después
de dos años (0.06-0.8%/año) (Tabla 4.3).
La mayor tasa de mortalidad natural se
encuentra en la clase diamétrica de 60-70
cm de DAP, mientras que la mayor tasa de
mortalidad causada por el aprovechamiento
se encuentra en las clases diamétricas
menores (Figura 4.10). La mortalidad por
aprovechamiento siempre fue mayor en todas
las categorías diamétricas comparada con la
mortalidad natural (Figura 4.10). Las mayores
diferencias entre la tasa de mortalidad natural
y mortalidad por aprovechamiento se dan en
las clases diamétricas menores, mientras que
a medida que las clases diamétricas van
aumentando, éstas se asemejan más.
Esto significa que la intervención del bosque
por el aprovechamiento afectó más a
individuos jóvenes que a los adultos. Esta
diferencia fue mucho mayor en el tratamiento
intensivo, donde se aplicó el doble de
Figura 4.9. Tasas de crecimiento diamétrico promedio (± error estándar) por posición de copa, forma de copa einfestación de bejucos para todas las especies de un bosque amazónico de Pando (SAGUSA). (A.) Posición de copa,según clasificación de Dawkins (1958): (1) plena luz vertical y lateral, (2) plena luz vertical, (3) cierta luz vertical,(4) cierta luz lateral y (5) sin luz directa. (B.) Forma de copa: (1) perfecta, (2) buena, (3) tolerante, (4) pobrey (5) muy pobre. (C.) Infestación de bejucos: (1) libre de bejucos, (2) presencia de bejucos en el fuste, (3)presencia leve de bejucos en el fuste y copa y (4) presencia completa de bejucos en el fuste y copa. Letrasdiferentes significan diferencias significativas a un nivel de error del 5%.
100
Tabla 4.3. Promedio (± error estándar) de la tasa de mortalidad natural y por aprovechamiento para todas lasespecies arbóreas por tratamiento en dos periodos de evaluación en un bosque amazónico de Pando (SAGUSA).El análisis de “T” de Student pareados fue utilizado para determinar las diferencias entre periodos de evaluación.
Tratamiento Mortalidad natural Mortalidad por aprovechamiento
2003-2004 2004-2005 t P 2003-2004 2004-2005 F P
Testigo 1.71 (0.36) 2.75 (0.83) -1.60 0.207
Normal 1.53 (0.52) 2.64 (0.58) -1.26 0.297 3.24 (1.19) 0.06 (0.06) 2.67 0.0755
Mejorado 1.28 (0.26) 2.84 (0.81) -1.80 0.170 3.91 (0.44) 0 0 8.84 0.0031
Intensivo 1.34 (0.22) 3.77 (0.29) -5.13 0.014 6.48 (1.45) 0.8 (0.49) 3.13 0.0522
101
intensidad de aprovechamiento (2.5
árboles/ha) que en los tratamientos normal
y mejorado (1.35 árboles/ha). Asimismo, cabe
resaltar que en el tratamiento testigo se
registraron las menores tasas de mortalidad
natural (Figura 4.10).
En el segundo periodo de evaluación se
destaca la disminución de la tasa de
mortalidad por aprovechamiento, mientras
la tasa de mortalidad natural aumentó,
principalmente en el tratamiento intensivo
(Tabla 4.3). Este aumento puede ser debido
a que los cambios bruscos en el dosel y en
las condiciones microclimáticas estaban
afectando recientemente.
A nivel de especies la mortalidad varía mucho
dependiendo de las características intrínsecas
de cada especie, de la resistencia a factores
adversos y de la longevidad que éstas tienen.
La mayor mortalidad natural fue para
Couratari guianensis (8.7%/año) e Hymenaea
courbaril (3.6%/año). Sin embargo la mayor
mortalidad natural de estas especies fue
producida en el tratamiento mejorado (35 y
15%/año, respectivamente). Hay varias
especies que no tuvieron mortalidad natural
durante el periodo de la evaluación (2003-
2005); entre éstas se puede citar a: Dipteryx
odorata, Cedrela spp., Manilkara bidentata,
Amburana cearensis y Tabebuia impetiginosa.
La mortalidad por aprovechamiento se produjo
para una variedad de especies, de las cuales
Dipteryx odorata (4.2%/año), Tabebuia spp.
(4.3%/año) y Heisteria nitida (12.7 %/año)
tuvieron la tasa de mortalidad más alta. La
mortalidad por aprovechamiento fue alta sólo
para algunas especies y fue más notoria en
los tratamientos mejorado e intensivo. Entre
las especies con mayor tasa de mortalidad
por aprovechamiento están; Tabebuia spp.
(12.2%/año) en el intensivo, y en el mejorado
Dipteryx odorata (17%/año) y Heisteria nítida
(50%/año).
Reclutamiento
La tasa anual de reclutamiento promedio
general fue de 0.79% para un área sin
intervención forestal (testigo). Esta tasa de
reclutamiento es similar comparada con otros
estudios reportados para la zona (Dauber et
al. 2003; Villegas et al. 2008a), aunque en
otros bosques tropicales, como en la Isla de
Barro Colorado, la tasa anual de reclutamiento
puede llegar hasta el 3.3 % (Condit et al.
1992). La fragmentación del bosque puede
incrementar las tasas de reclutamiento
(Laurance et al. 1998), hecho que está
Figura 4.10. Promedio de tasas de mortalidad por aprovechamiento y natural por clase diamétrica, tanto deforma general como por tratamientos de intensidad de aprovechamiento, en un bosque amazónico en la concesiónSAGUSA, Pando.
102
103
relacionado con la disponibilidad de recursos.
De todas maneras, las tasas de reclutamiento
un año después del aprovechamiento, es decir
después de la aplicación de los tratamientos
de intensidad de aprovechamiento, fueron
mucho más bajas (0.23-0.54 %/año), excepto
para el tratamiento intensivo (1.25%/año).
En el segundo año de evaluación las tasas de
reclutamiento fueron mayores, aunque en el
tratamiento normal esta tasa fue mucho
menor que en el primer periodo de evaluación
(Tabla 4.4). En términos generales, la tasa
anual de reclutamiento fue mayor en el
tratamiento intensivo, ya sea en el primer
año (1.25 %) o en el segundo año (1.98 %).
A nivel de especies, dentro de las especies
valiosas, las que tuvieron mayor tasa anual
de reclutamiento fueron: Aspidosperma
vargasii (1.03 %), Amburana cearensis (0.82%)
y Bertholletia excelsa (0.53%). Varias especies
valiosas como son Dipteryx odorata, Manilkara
bidentata y Hymenaea spp., no tuvieron
reclutamiento durante los dos años de
evaluación. Entre las especies poco valiosas,
la que tuvo una mayor tasa anual de
reclutamiento fue Couratari guianensis (5.1
%). En relación a los tratamientos aplicados,
en el mejorado tuvieron altas tasas de
reclutamiento especies como: Couratari
guianensis (20%), Aspidosperma vargasii (3,1%)
y Clarisia racemosa (3.4 %). En el tratamiento
intensivo, Amburana cearensis fue la única
especie que tuvo una mejor tasa anual de
Tabla 4.4. Tasa de reclutamiento promedio (± error estándar) por tratamiento y para dos periodos de evaluación2004 -2005 en un bosque de la Amazonía (SAGUSA). Se realizó un análisis de “T” de Student pareado y suprobabilidad (P) para determinar diferencias entre periodos de evaluación.
Tratamiento 2003-2004 2004-2005 t P
Testigo 0.23 (0.23) 1.34 (0.53) -1.77 0.175
Normal 0.54 (0.23) 0.25 (0.1) 1.44 0.245
Mejorado 0.3 (0.17) 1.43 (0.34) 2.97 0.059
Intensivo 1.25 (0.7) 1.98 (0.63) -2.18 0.117
Stock de biomasa
Conocer la cantidad de biomasa que contiene
el bosque amazónico es una prioridad hoy en
día para los bonos de carbono a establecerse
dentro del mecanismo REDD (Putz et al.
2008). Para determinar el stock de biomasa
en los bosques de la concesión SAGUSA se
utilizaron 16 parcelas de una hectárea, que
están ubicadas dentro de las parcelas
experimentales donde fueron aplicadas
diferentes intensidades de aprovechamiento
y silvicultura6. Se midió la biomasa aérea
durante cuatro años consecutivos. Para el
cálculo de biomasa se utilizó el modelo
desarrollado por Brown et al. (1989), el cual
está basado en mediciones de altura total,
diámetro del tronco y densidad de la madera7.
La altura total fue estimada en campo y la
densidad fue calculada en base a la
información provista por Chave et al. (2006a).
Es importante mencionar que, a mediados
del año 2005, las parcelas permanentes fueron
afectadas por un incendio forestal.
6 ver detalles de diseño de las parcelas en Capítulo 17 para ver el modelo en mención revisar Capítulo 2
104
La biomasa aérea inicial en los 4 tratamientos
en SAGUSA varió entre 110 y 170 ton/ha,
obteniéndose la mayor biomasa en los
tratamientos normal, mejorado e intensivo
y la menor en el testigo (Figura 4.11). La
pérdida de biomasa por aprovechamiento
forestal varió entre tratamientos de la
siguiente manera: 8 ton/ha en el normal, 11
ton/ha en el mejorado y 19 ton/ha en el
intensivo. Adicionalmente, producto del
incendio forestal que afectó las parcelas, la
pérdida ocasionada fue determinada de la
siguiente manera: 70 ton/ha en el intensivo,
7 ton/ha en el mejorado (quemada en menor
proporción), 42 ton/ha en el normal y 47
ton/ha en el testigo (Figura 4.11).
Figura 4.11. Cantidad de biomasa evaluada desde el año 2003 hasta el 2006 en los distintos tratamientos deintensidad de aprovechamiento.
En principio, la biomasa estimada para las
parcelas de la concesion forestal SAGUSA
fue similar a las encontradas en otros tipos
de bosque, tales como el bosque seco
chiquitano, el bosque subhúmedo transicional
y el bosque del Bajo Paraguá (Mostacedo et
al. 2006c; Villegas et al. 2008a). Sin embargo,
debido a que los árboles son más altos, se
esperaba tener una biomasa mayor.
Por otro lado, es claro que las pérdidas de
biomasa asociadas a incendios forestales son
muy elevadas en comparación con el
aprovechamiento forestal. Algunos autores
mencionan que el daño producido por los
incendios puede ser más intenso en áreas ya
aprovechadas (Holdsworth y Uhl 1997).
Además, el daño ocasionado por los incendios
se extiende a varios años después, ya que
105
los árboles van muriendo gradualmente. El
ecos i s tema estud iado parece ser
extremadamente frágil al fuego pero más
resistente al aprovechamiento forestal de
bajo impacto, no sólo en pérdida y captura
de carbono, sino también en los cambios de
diversidad y estructura.
Manejo y silvicultura
Importancia y potencial forestal de losbosques de Pando
El número de especies maderables y no
maderables en la región amazónica es una
de las más altas en Bolivia esto se debe a
la gran diversidad de especies que posee la
ecorregión (Mostacedo et al. 2006a). En la
actualidad, la actividad más importante en
la región es la recolección de castaña
(Bertholletia excelsa), rubro que en el año
1997 hizo de Bolivia el primer productor de
almendra en el mundo (Terán et al. 2006).
Otra actividad muy importante actualmente
es el aprovechamiento de especies
maderables (hasta hace poco, sólo algunas
especies como la mara, cedro y tumi o roble
eran aprovechadas). En su época, la
extracción de la goma (Hevea brasiliensis)
también fue importante y en la actualidad
está recuperando nuevamente su
importancia.
La región amazónica en Pando se parece
mucho a la región Maya del Petén, porque
tiene muchas especies de importancia
económica, además de que la edad de los
árboles muestra de alguna manera la
presencia de grandes poblaciones indígenas
que la habitaron hace 500 años (Alverson et
al. 2003; Alverson et al. 2000). Entre las
especies maderables más importantes están
la mara (Swietenia macrophylla) y el tumi
(Amburana cearensis), aunque estas dos
especies ya no existen en mucha cantidad.
Una de las especies de cedro (Cedrela
odorata) es la más común y abundante en
Pando, mientras que la otra especie (Cedrela
fissilis) se encuentra en menor proporción,
a pesar de ser abundante en la región más
sur de la amazonia (Toledo et al. 2008a).
Sin embargo, por los estudios realizados
recientemente y por la demanda existente,
hay otras especies que han comenzado a ser
importantes. Hay más de 100 especies
arbóreas con un potencial de 30 m3/ha,
entre especies muy valiosas, valiosas y poco
valiosas, que son potenciales para la
extracción de madera (Dauber et al. 2001).
Las especies más importantes son (en orden
alfabético por su nombre común):
almendrillo (Apuleia leiocarpa), amarillo
(Aspidosperma vargasii), bitumbo (Couratari
macrosperma), itauba amarilla (Mezilaurus
itauba ) , mara macho (Cedrel inga
catenaeformis), morado de la amazonia
(Peltogyne paniculata), mururé (Clarisia
racemosa), pancho (Couratari guianense),
quecho verde (Brosimum guianense) y toco
colorado (Parkia pendula).
Entre los productos no maderables, no hay
duda que la castaña (Bertholletia excelsa,
también conocida comercialmente como
castaña del Brasil) es la especie no
maderable más importante en esta región,
no solo por el beneficio económico que se
obtiene a través de la comercialización de
sus frutos y que ha beneficiado a diferentes
grupos sociales de la región, sino porque ha
detenido la deforestación. Los ingresos por
la extracción de castaña han sido altos y
competitivos en comparación con otras
formas de uso de suelo (Terán et al. 2006).
106
Por otro lado, la extracción de látex para
la producción de la goma de la especie
Hevea brasiliensis, fue también una de las
actividades más importantes en la región,
incluso mucho más que la extracción de la
castaña, pero el mercado cayó debido a la
producción sintética de la goma. A pesar de
ello, en los últimos 5 años, la extracción de
látex ha sido reactivada y muchos siringueros
viejos han retomado esta actividad para
estar ocupados en la época cuando no hay
producción de castaña. De igual manera, la
jatata (Geonoma deversa) es uno de los
productos que se extrae de esta región y
que sirve para la construcción de techos de
casas (Moraes 2004), su demanda es alta
tanto a nivel nacional como internacional.
Además de estas especies, están otras que
tienen diferentes usos; muchas palmeras,
tales como el asaí (Euterpe precatoria),
majo (Oenocarpus bataua) y la palma real
(Mauritia flexuosa) tienen frutos comestibles
que contribuyen en la alimentación y que
generalmente son comercializados en forma
de jugos, helados y mermeladas. Estas
especies son las más preferidas en países
como Brasil y Perú. También hay otras
especies que son usadas con fines
medicinales, como son: Croton draconoides
o Virola sebifera, además de la Uncaria spp.
(uña de gato).
La región amazónica de Bolivia no sólo es
importante por los productos maderables y
no maderables que brinda, sino por los
servicios ambientales y bellezas escénicas
que provee. Por ser parte de la Cuenca
Amazónica, sus ríos caudalosos y su
vegetación exuberante hacen que sus
paisajes sean impresionantes y únicos. La
altura de los árboles en los bosques
amazónicos puede ser de más de 40 m, con
algunas especies emergentes como la
castaña, la hoja de yuca (Ceiba pentandra)
o el almendrillo (Dipteryx micrantha), que
pueden llegar a medir hasta 50 m con sus
fustes rectos y enormes diámetros,
características que le dan un distintivo único
a esta región.
Algunos árboles son espectaculares por el
tamaño y color de sus flores y/o frutos; por
ejemplo, en el mes de julio el toco colorado
(Parkia pendula) presenta flores de más de
80 cm de largo, colgantes y de color rojo
intenso, que se observan en la parte inferior
de su copa plana y extendida. Las flores de
muchas Lecythidaceas (por ejemplo:
castaña, bitumbo y pancho) son muy
llamativas por su color, su forma especial
para ser polinizadas (por insectos específicos)
y sus frutos gigantes que permanecen en la
planta gran parte del año. A pesar del gran
potencial que t iene la Amazonia,
especialmente en Pando, hay poca
información sobre muchas de las especies
que se han tratado en esta sección. Uno de
los desafíos que requiere mucha atención
es la implementación del manejo integral
tanto para los productos maderables como
para los no maderables, además de sus
servicios ambientales, de tal manera que el
manejo de uno no perjudique al otro
(Guariguata et al. 2008; Guariguata et al.
2009). Leyes y normas que promuevan este
uso integral ayudarán a que estos bosques
sigan brindando los recursos y servicios que
tienen.
Experiencias sobre silvicultura
Como se dijo en capítulos anteriores, la
silvicultura puede ayudar a solucionar
muchos problemas mediante el manejo
107
adecuado de los bosques, con mejores
prácticas y planificación, descripción de la
ecología de especies forestales y la aplicación
de ciertos tratamientos silviculturales que
permitan un desarrollo acelerado de los
árboles y la recuperación del bosque. Sin
embargo, las experiencias de prácticas
silviculturales realizadas en otras regiones
son poco conocidas y aplicadas por los
manejadores del bosque del departamento
de Pando. Además, en la región amazónica
de Bolivia es probablemente donde menos
se ha probado o investigado acerca de las
respuestas del bosque o de las especies
forestales a la aplicación de tratamientos
silviculturales.
El estudio que se presenta en esta sección
intenta mostrar los avances que se han
tenido en un s it io específ ico del
departamento de Pando (Concesión SAGUSA,
centro oeste de Pando) y que pueden ser
extrapolados a otros sitios con similares
características. En esta sección se presentan
los resultados más relevantes de un estudio
de investigación en el marcado de árboles
de futura cosecha (AFC), mejoramiento de
las condiciones de luz mediante el
anillamiento de árboles supresores y corte
de bejucos, además de la respuesta de la
regeneración natural a tratamientos de
escarificación o limpieza mecánica del
estrato superior del suelo en claros de
aprovechamiento. Cabe mencionar que estos
tratamientos silviculturales fueron ensayados
en diferentes tipos de bosques en Bolivia y
han demostrado resultados efectivos y
económicos (Krueger 2003; Mostacedo y
Fredericksen 2001b; Panfil et al. 2001;
Pariona et al. 2003b; Peña-Claros et al.
2008a; Villegas et al. 2007).
Respuesta al marcado de árboles de futuracosecha
Para verificar la respuesta de los AFC a la
aplicación de tratamientos silviculturales, se
monitorearon alrededor de 2000 árboles en
total en las cuatro parcelas de 25 hectáreas
(aproximadamente) cada una (Tabla 4.5). El
marcado de AFC disminuye notablemente la
mortalidad producida por el aprovechamiento,
tanto a intensidad normal de aprovechamiento
como a intensidad doble. En el tratamiento
intensivo, la mortalidad de AFC provocada
por la extracción de árboles aprovechables
fue del 3.5%/año. En el tratamiento mejorado
los AFC marcados presentaron una mortalidad
del 2.4%/año. En contraste con lo anterior,
en el tratamiento normal donde no se hizo
el marcado de AFC, la mortalidad fue del
5.1%/año. Cabe mencionar que la intensidad
de aprovechamiento fue la misma tanto en
el tratamiento mejorado como en el normal
(1.4 árboles/ha), mientras que en el
tratamiento intensivo la intensidad de
aprovechamiento fue de casi el doble (2.5
árboles/ha). Comparando porcentajes de
mortalidad de los tratamientos mejorado y
normal se encontró una diferencia del 2.7%.
En otras palabras, hubo un aumento del 2.7%
en el número de árboles a ser aprovechados
en el siguiente ciclo de corta. De la misma
forma, si se comparan los porcentajes de
mortalidad del tratamiento intensivo con el
normal, igualmente se encuentra una
diferencia de 1.6%, lo que sugiere que la
marcación de AFC es todavía efectiva aún si
se aumenta la intensidad de aprovechamiento.
Estudios similares reportaron porcentajes
elevados de mortalidad; por ejemplo, Krueger
(2003) encontró en un bosque de la transición
108
chiquitana amazónica una reducción del daño
en un 20% en claros de aprovechamiento y
en un 10% en pistas de arrastre. Jackson y
Fredericksen (2000) reportaron que las
operaciones de aprovechamiento forestal
eliminan y dañan gravemente a 6 árboles
comerciales y potenciales como promedio,
por cada árbol extraído. Sobre lo mismo,
Mostacedo et al. (2006a) menciona que la
probabilidad de daño entre AFC marcados y
no marcados es cerca del 10% y que los
árboles de menor diámetro no marcados
tienen mayor probabilidad de ser dañados.
En este sentido, los resultados del presente
estudio demuestran que la tarea de marcación
de AFC a escala operativa disminuye la
mortalidad de los mismos, mejorando las
posibilidades de sostenibilidad de las
poblaciones de especies comerciales y
potenciales.
Tabla 4.5. Resumen cuantitativo de árboles de futura cosecha (AFC) de especies comerciales en el bosqueamazónico de SAGUSA, Pando.
Tratamiento Superficie # total de # de AFC % de AFC Densidad #de AFC #de AFCevaluada (ha) árboles de AFC/ha liberados liberados de
censados de bejucos de supresores(ind./ha.) (ind./ha.)
Intensivo 27.4 598 259 43.3 9 4.7 0.5
Mejorado 25.9 531 208 39.2 8 5.1 0.5
Normal 26.4 379 117 30.9 4 0.0 0.1
Testigo 28.4 650 230 35.4 8 0.0 0.0
Incremento diamétrico de los AFC enrelación a la intensidad delaprovechamiento y tratamientossilviculturales
El incremento diamétrico de los árboles es
una respuesta a perturbaciones originadas
por diferentes causas, como la caída natural
de los árboles, los incendios, las actividades
de aprovechamiento forestal, y la intensidad
del aprovechamiento y silvicultura, entre
otros. Dado que estos procesos alteran la
estructura y la composición florística de los
bosques, es importante investigar y entender
la respuesta de la vegetación a estas
alteraciones (Toledo et al. 2003).
El aprovechamiento forestal y la aplicación
de tratamientos silviculturales fueron
aplicados el año 2003. El análisis de la tasa
de crecimiento diamétrico de AFC que fueron
favorecidos directamente con la aplicación
de tratamientos silviculturales varía
significativamente entre tratamientos
(ANAVA, F = 3.783, P=0.01), encontrándose
menor incremento diamétrico promedio (0,30
cm/año) en el tratamiento normal, mientras
que los tratamientos testigo, mejorado e
intensivo presentan incrementos diamétricos
similares (0.40 a 0.42 cm/año) (Figura 4.12).
Efecto de la corta de bejucos en elcrecimiento diamétrico de AFC
La liberación de AFC ya sea por corte de
bejucos o eliminación de árboles supresores,
busca aumentar las tasas de crecimiento
diamétrico de los árboles, de tal manera que
la estructura poblacional de las especies se
recupere, sobre todo en las clases diamétricas
109
afectadas por el aprovechamiento. La corta
de bejucos es un tratamiento silvicultural
que libera a los AFC de la sobrecarga de
estos, que dificultan el crecimiento normal
de los árboles. Para el presente estudio, los
bejucos fueron cortados con machete a partir
de 2 cm de diámetro, incluyendo los
encontrados en árboles vecinos. En promedio
se cortaron siete bejucos por cada AFC. La
mayor cantidad fue cortada en la especie
Hevea brasiliensis, de la cual se liberaron
52 árboles, significando un total de 440
bejucos por árbol (en promedio 8.2
bejucos/árbol). Por otro lado, la otra especie
a la que se tuvo que cortar más bejucos por
árbol fue Dipteryx odorata (13.5
bejucos/árbol) (Tabla 4.6).
El corte de bejucos afectó significativamente
el incremento diamétrico promedio de los
AFC (ANAVA; F= 8.227, P= 0.0001). El mayor
incremento diamétrico promedio fue
observado en los árboles libres de bejucos
de forma natural (0.48 cm/año), seguido del
crecimiento diamétrico de árboles con corte
de bejucos (0.39 cm/año). Al contrario la
tasa de crecimiento diamétrico promedio
más bajo fue observado en árboles con
bejucos (0.31 cm/año) (Figura 4.13). En
términos de porcentaje, los AFC liberados
de bejucos incrementaron un 7% más que
los árboles infestados de bejucos, en cambio
los AFC libres de forma natural incrementaron
un 14.4% adicional. Estudios realizados en
otros tipos de bosque reportaron efectos
Figura 4.12. Crecimiento diamétrico promedio (± error estándar) de AFC por tratamientos. Letras diferentessignifican diferencias significativas entre tratamientos..
110
Tabla 4.6. Resumen de infestación de bejucos para las especies maderables y tasas de crecimiento
diamétrico.
Especies Nº de Nº de Bejucos Crecimiento diamétrico
árboles bejucos cortados (cm/año)
liberados cortados por árbol con bejucos sin bejucos
Apuleia leiocarpa 7 45 6.5 0.30 0.39
Dipteryx odorata 2 27 13.5 0.08 0.36
Aspidosperma vargasii 38 256 6.15 0.19 0.18
Couratari macrosperma 1 3 3 0.22 0.16
Aspidosperma macrocarpon 1 6 6 0.24 0.44
Bertholletia excelsa 19 125 7.4 0.57 0.57
Cedrela odorata 19 200 10.5 0.77 0.96
Astronium lecointei 19 168 7.9 0.18
Ceiba samauma 1 2 2 0.35 0.17
Ceiba pentandra 1 2 2 0.20 0.94
Manilkara bidentata 20 88 4.3 0.05 0.35
Clarisia racemosa 10 60 6 0.35 0.46
Hymenaea courbaril 4 28 6.3 0.21 0.32
Hymenaea parvifolia 19 212 11 0.31 0.44
Amburana cearensis 8 45 5.7 0.37 0.64
Hevea brasiliensis 52 440 8.2 0.34 0.36
Tabebuia sp. 33 265 8.3 0.14 0.21
Enterolobium sp. 5 35 5.1 0.60 0.83
Parkia pendula 1 4 4 0.33 1.26
Terminalia amazonica 2 4 2 0.14 0.17
Totales o Promedios 262 2015 7.0 0.30 0.45
111
positivos de la corta de bejucos (Peña-Claros
et al. 2008a; Villegas et al. 2008a), pero en
SAGUSA los valores fueron mucho más altos.
En conclusión, el corte de bejucos a escala
operativa es una práctica silvicultural sencilla
y de fácil aplicación que tiene efecto en el
incremento diamétrico de los AFC. Al
incrementar el crecimiento de los AFC, la
corta de bejucos podría reducir el periodo
necesario para alcanzar los diámetros mínimos
para el aprovechamiento, lo que también
permitiría que el ciclo de corta sea menor.
Figura 4.13. Crecimiento diamétrico promedio (± error estándar) de AFC en diferentes tratamientos de cortade bejucos (A) y en distintos tratamientos de anillamiento (B). Las letras diferentes indican diferencias significativasentre tratamientos de corta de bejucos o de tratamientos de anillamiento.
a
b
c
ab
bb
a
112
Respuesta de AFC a la liberación poranillado de árboles supresores
Para liberar a los AFC que se encuentran
suprimidos por otros árboles o que están en
situación de competencia desfavorable por
luz, se anillan los árboles supresores. Para
este tratamiento se deben considerar los
siguientes parámetros: los árboles anillados
deben ser abundantes en el bosque, no deben
ser comerciales ni potenciales y tampoco
deben ser importantes para la fauna silvestre.
El anillamiento consistió en cortar con
motosierra una porción de la corteza
alrededor del fuste, para de tal manera
impedir el flujo de sustancias elaboradas
(azúcares), lo que provoca la muerte del
árbol. Además, para aumentar la probabilidad
de que el individuo anillado muera, se aplicó
en el área sin corteza una solución de
herbicida 2,4-D (ácido diclorofenóxico
acético). Sin embargo, hay que tomar en
cuenta que el uso de agentes químicos
incrementa el costo de anillamiento y los
riesgos de contaminación, pero a la vez se
puede tener una alta efectividad en el control
de los árboles supresores (Ohlson et al.
2003).
La liberación por anillamiento benefició a
17 AFC, la mayoría de estos árboles se
encontraba entre las clases diamétricas de
10 a 30 cm de DAP. La efectividad del anillado
fue del 41%, ya que sólo siete árboles
murieron de los 17 que fueron anillados (el
resto seguía vivo después de 3 años de
aplicado el tratamiento). Dado que la mayor
parte de los árboles anillados continuaba
vivo, este tratamiento no cumplió su función
de ayudar al crecimiento de los árboles
liberados. En efecto, estos árboles tuvieron
las menores tasas de incremento diamétrico
comparadas con los incrementos diamétricos
en árboles libres de forma natural y liberados
por el aprovechamiento (Anava; F= 8.377,
P= 0.0001) (Figura 4.13). Los resultados
obtenidos en el presente estudio no permiten
realmente evaluar el efecto del anillamiento
en este tipo de bosque.
Respuesta de la regeneración a laescarificación del suelo
El estudio de las semillas y plántulas es
importante para determinar la capacidad de
regeneración que tienen las especies. Por
un lado, la interacción entre las
características ecológicas de las semillas y
las condiciones existentes en un bosque
determinan la abundancia de plántulas
existentes en determinado lugar. Por otro
lado, la cantidad de plántulas determina la
abundancia futura de árboles maduros
(Mostacedo y Fredericksen 2001b). La
permanencia de una masa boscosa en su
estado natural está basada en su propia
capacidad de auto-perpetuarse; en
consecuencia, para el éxito de cualquier
sistema de manejo forestal sostenible es
fundamental el conocimiento de los aspectos
que rigen la dinámica de la regeneración.
Únicamente conociendo los requerimientos
ecológicos de las diferentes especies de
interés es posible manipular, por medio de
los tratamientos silviculturales, los procesos
de establecimiento y crecimiento de la
regeneración y así lograr el manejo deseado
(Saenz et al. 1999). Ante esta necesidad de
investigación de la regeneración natural se
ha decidido replicar ensayos de escarificación
mecanizada del suelo en claros de
aprovechamiento, para inducir la
regeneración natural de especies
comerciales.
113
Como se mencionó anteriormente, el
tratamiento de escarificación o limpieza
mecánica de la superficie del suelo en claros
de aprovechamiento pretende mejorar la
regeneración natural de especies comerciales
circundantes a estos claros escarificados.
Este tratamiento consiste en remover el suelo
y limpiar la superficie del claro en forma
mecanizada, de esta manera se crean mejores
condiciones en el suelo para optimizar la
regeneración natural. Se dice también que
la escarificación sirve para poner en
condiciones óptimas las semillas que están
latentes en el suelo. Sin embargo, esta
operación crea también condiciones ideales
para el establecimiento de especies no
comerciales (bejucos, gramíneas y especies
pioneras) que en su momento pueden
competir con la regeneración deseada.
El análisis de regeneración en el bosque de
la amazonia se efectuó en claros formados
por la caída de especies como: almendrillo
hoja chica (Apuleia leiocarpa), almendrillo
hoja grande (Dipteryx odorata), cedro
(Cedrela odorata), masaranduba (Manilkara
bidentata), tumi (Amburana cearensis) y
tajibo amarillo (Tabebuia impetiginosa). Los
claros de aprovechamiento en los que se
aplicó la escarificación fueron aquellos
cercanos a árboles productores de semillas.
Cabe mencionar que la escarificación se
realizó exclusivamente en el tratamiento
intensivo, donde se instalaron parcelas de 5
x 5m de superficie. En cambio, en los
tratamientos normal y mejorado no se realizó
escarificación, pero si se establecieron las
parcelas con la finalidad de hacer
comparaciones.
En total se instalaron 19 parcelas
escarificadas y 20 parcelas sin escarificación.
En ambos tipos de parcelas se contaron y
midieron los plantines de especies
comerciales muy valiosas y potenciales, al
primer y segundo año de escarificación. Con
la información recolectada fue posible
analizar diferencias en abundancia,
crecimiento en altura, mortalidad y
reclutamiento. Estos parámetros permitieron
evaluar la validez del tratamiento de
escarificación.
La abundancia promedio general de
regeneración fue similar en áreas
escarificadas como en las no escarificadas
(ANAVA; F=0.006, P=0.94). La densidad
promedio de plántulas en parcelas no
escarificadas (un año después de la
escarificación) fue de 99.4 individuos por
hectárea. En cambio, la densidad promedio
de plántulas en parcelas con escarificación
fue de 102.5 individuos (Tabla 4.7).
Generalmente, las especies más favorecidas
por el tratamiento de escarificación son
aquellas especies que se desarrollan bien
en áreas perturbadas o que son especies
demandantes de luz. Sin embargo, en el
presente estudio las mayores densidades de
plántulas correspondieron a las esciófitas
parciales (especies tolerantes a la sombra
en cierto grado) y heliófitas durables
(especies intolerantes a la sombra que se
establecen en ambientes alterados) y la
menor densidad en las esciófitas totales
(tolerantes a la sombra) (Figura 4.14).
Igualmente, otros investigadores han
observado mayor densidad de plántulas en
esciofitas parciales, seguidas de heliófitas
durables (Fredericksen y Pariona 2002;
Pariona et al. 2003b; Villegas et al. 2008a).
114
Figura 4.14. Promedio (± error estándar) de la densidad de la regeneración natural por grupos ecológicos (en25 m2) en áreas con y sin escarificación. Letras diferentes de cada gremio ecológico indican diferencias significativasentre tratamientos de escarificación con nivel de error de 5%.
Efecto de la escarificación en la mortalidady reclutamiento de plántulas
La mortalidad y el reclutamiento son
parámetros poblacionales que indican, por
un lado, el efecto de factores negativos en
las poblaciones de cada especie, y por otro
lado, el proceso de establecimiento y tasa
con que cada individuo va moviéndose de
un tamaño a otro. Asimismo, la tasa de
mortalidad y reclutamiento permiten decir
s i la población va aumentando o
disminuyendo en el tiempo. En este estudio
se calculó la tasa de mortalidad y
reclutamiento para un periodo de dos años
en parcelas escarificadas y no escarificadas.
En total se evaluaron 22 especies comerciales
valiosas y potenciales, sin embargo los
cálculos se efectuaron a nivel de parcelas.
La mayor tasa de mortalidad ocurrió en
parcelas escarificadas (95%), en cambio, la
mortalidad en parcelas no escarificadas fue
del 37%. Al efectuar el análisis de porcentaje
de mortalidad se encontraron diferencias
significativas entre parcelas escarificadas y
no escarificadas (ANAVA; F=14.85, P=0.0004)
(Tabla 4.7).
Estas elevadas tasas de mortalidad son
consecuencia del incendio que ocurrió en
agosto de 2005 en las parcelas de
escarificación. Asimismo, no se esperaba
que el fuego afecte en mayor porcentaje a
aa
a
a
b b
115
las parcelas escarificadas que a las no
escarificadas, al contrario, se esperaba que
el fuego afecte en la misma proporción a
ambos tipos de parcelas. Es probable que
las parcelas escarificadas hayan soportado
una mayor intensidad de fuego por la mayor
disponibilidad de material combustible, ya
que en el momento de la evaluación se pudo
observar mayor cantidad de restos de ceniza
y carbón. De la misma manera, Villegas et
al. (2008a) han observado que la mayor tasa
de mortalidad ocurrió en parcelas
escarificadas (82%), en comparación con
parcelas no escarificadas (51%) aunque en
este caso no hubo un efecto adicional del
fuego. Estos autores explican que la
mortalidad se debe a la gran competencia
entre plántulas por luz y espacio cuando hay
mayor densidad de individuos (Tabla 4.7).
Tabla 4.7. Tasa de mortalidad y reclutamiento en parcelas escarificadas y no escarificadas en las parcelasexperimentales de la concesión forestal SAGUSA en Pando.
Periodo Tratamiento
sin escarificación con escarificación
2004 - 2006
Población inicial 162 174
Muertos 65 125
Reclutas 45 44
Tasa de reclutamiento % 27.9 48.2
Tasa de mortalidad % 36.9 95.4
En cuanto a la tasa de reclutamiento, se
encontró mayor porcentaje en parcelas
escarificadas (48%). En cambio, en las
parcelas no escarificadas se encontró un
28%, concluyendo de esta manera que las
parcelas escarificadas tuvieron un 20% más
de reclutamiento (Tabla 4.7).
Respuesta de especies a los tratamientossilviculturales
Saber qué especies comerciales responden
mejor a los tratamientos silviculturales y
cómo los árboles cambian en respuesta a los
tratamientos es de vital importancia cuando
se pretende aprovechar un bosque de manera
sostenible. A nivel de especies, las respuestas
a los tratamientos silviculturales han sido
variadas. La mayoría de las especies
comerciales ha incrementado su diámetro
cuando se les cortaron los bejucos. Por
ejemplo, Enterolobium sp. tuvo una mayor
respuesta e incrementó de 0.05 a 0.9 cm/año,
mientras que Tabebuia sp. y Cedrela odorata
respondieron levemente. En cuanto a la
liberación por anillado de árboles supresores,
Cedrela odorata y Tabebuia sp. respondieron
con un 30% en su incremento diamétrico,
pero otras especies como Aspidosperma
vargasii o Hevea brasiliensis tuvieron
incrementos bajos. La liberación producto
del mismo aprovechamiento no tuvo
influencia en el crecimiento en la mayoría
de las especies, esto se debe probablemente
a la baja intensidad con que se aprovechó
el bosque (Tabla 4.8).
116
Tabl
a 4.
8. R
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Heve
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hoja
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nde
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illo
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o
paqu
ió
robl
e
siri
nga
tajib
o am
arill
o
toco
bla
nco
Con
cort
e de
bej
uco
0.36
(±0
.30)
0.32
(±0
.06)
0.88
(±0
.17)
0.42
(±0
.09)
0.61
(±0
.18)
0.38
(±0
.05)
0.17
(±0
.05)
0.91
(±0
.40)
Sin
cort
a de
bej
ucos
0.13
(±0
.18)
0.72
(±0
.36)
0.30
(±0
.28)
0.25
(±0
.10)
0.15
(±0
.20)
0.11
(±0
.15)
0.05
(±0
.14)
Sin
liber
ació
n
0.22
(±0
.10)
0.23
(±0
.05)
0.68
(±0
.11)
0.37
(±0
.06)
0.21
(±0
.04)
0.67
(±0
.17)
Libr
e po
r an
illad
o
0.07
(±0
.09)
1.09
(±0
.30)
0.06
(±0
.11)
0.27
(±0
.05)
Libr
e po
r ap
rove
cham
ient
o
0.90
(±0
.92)
0.29
(±0
.20)
0.21
(±0
.15)
0.42
(±0
.51)
117
Conclusiones
Con este estudio se han clasificado cinco
tipos de bosques amazónicos, de los cuales
el bosque alto de tierra firme tiene mayor
variación en su composición florística y es
el que se encuentra en la mayor parte del
departamento de Pando. Hay que considerar
que no se hicieron muestreos en las
formaciones de Mauritia flexuosa o en el
cerrado, que son dos tipos de vegetación
que también se pueden encontrar en Pando.
Los bosques estudiados tienen una alta
variedad de especies, con una diversidad
alfa de 52 a 122 especies, así como una
composición florística diferente a la de
regiones y países circundantes. También
existe una gran variación entre los sitios
muestreados, llegando a sobrepasar las 600
especies. La diversidad de especies es similar
según las diferentes intensidades de
aprovechamiento exper imentados.
El bosque en general tiene una estructura
que indica buena regeneración y distribución
de individuos en todas sus clases, aunque
hay algunas especies que tienen problemas
de regeneración. Solamente un 28% de los
árboles tiene buena posición de copa y un
50% tiene copas perfectas o buenas, con
poco grado de infestación de bejucos, lo
que indica que sólo algunas especies
requieren algún tratamiento de corta de
bejucos.
La mayoría de las especies analizadas tiene
producción anual, lo que favorece la
disponibilidad de semillas de la mayoría de
las especies todos los años. Se ha
determinado también la probabilidad de
reproducción en relación al tamaño de los
árboles, dato que es útil para ajustar normas
técnicas relacionadas al diámetro mínimo
de corta (DMC). Hay un 45% de arboles
dispersado por animales y otro tanto por el
viento, aunque lo hacen en diferentes
épocas.
El crecimiento diamétrico para todos los
árboles fue 0.41 cm/año, tasa considerada
alta en comparación con otros bosques. Sin
embargo, hay algunas especies que tuvieron
tasas mucho más altas (ejemplo:
Schizolobium amazonicum) y también los
arboles más grandes tuvieron mayores tasas.
Se ha visto también que mientras los árboles
tengan mayor calidad, estos crecerán mucho
mejor. La corta de bejucos o la liberación,
si bien fueron provechosas a nivel de todo
el bosque, para los AFC no tuvieron un efecto
significativo en la tasa de crecimiento, las
respuestas fueron positivas para muchas
especies de interés comercial.
Por su parte, los resultados de tasas de
mortalidad y reclutamiento indican que,
hasta 3 años después del aprovechamiento,
la comunidad en condic iones de
aprovechamiento estaría en decadencia, ya
que todavía hubo una alta mortalidad y las
tasas de reclutamiento son bajas. La
m o r t a l i d a d p r o d u c i d a p o r e l
aprovechamiento es 3 veces mayor que la
mortalidad natural y esta puede todavía
incrementarse en años posteriores al
aprovechamiento. Este bosque no respondió
de manera contundente a los experimentos
de escarificación para promover la
regeneración.
La biomasa aérea varió entre 110 y 170
ton/ha, lo cual indica una similitud con otros
tipos de bosques en el país. Los efectos del
aprovechamiento forestal en el stock de
118
biomasa han sido muy bajos comparados
con los efectos de los incendios forestales.
Los bosques amazónicos, aún poco
fragmentados y diversos, deberían ser
considerados en las decisiones políticas para
conservarlos y manejarlos adecuadamente.
Por el gran potencial maderable y no
maderable que tienen, además de los
servicios ambientales que proveen, estos
bosques tienden a ser de los pocos que
pueden aprovecharse integralmente.
119
Conclusiones
El Programa de Investigación Silvicultural
de Largo Plazo (PISLP) de Bolivia es quizás
el único experimento silvicultural a gran
escala ubicado en los trópicos.
El Programa incluye cerca de 600 ha de
parcelas permanentes, comparando tres
diferentes sistemas silviculturales y uno
como control. Las parcelas fueron
establecidas en tres diferentes regiones del
país con réplicas en bloques en dos de las
tres regiones. Estas parcelas contienen 83729
registros de árboles mayores o iguales a 10
cm de DAP, marcados y medidos por técnicos
investigadores bien entrenados. El bloque
de parcelas más viejo tiene siete años de
monitoreo. Además, existe un bloque de
parcelas bajo el mismo diseño que fue
instalado posteriormente en un bosque del
Bajo Paraguá, información sobre el cual se
publicó recientemente (Villegas et al. 2008a).
Estas parcelas experimentales del PISLP son
también parte de una red de parcelas
permanentes de 1 ha ubicadas dentro de
concesiones, bosques privados y áreas de
comunidades indígenas.
Es difícil subestimar el valor que tienen los
datos del PISLP para los manejadores de
bosque bolivianos. Primero, los datos proveen
una completa información sobre la ecología
y silvicultura de especies arbóreas, los cuales
incluyen: diversidad, distribuciones
diamétricas, tasas de crecimiento,
susceptibilidad a infestación de bejucos,
fenología y patrones espaciales de su
ocurrencia dentro de los bosques. También
proveen importante información para estimar
los ciclos de corta, tales como tasas de
crecimiento por especies, regeneración
avanzada, y tasas de mortalidad y
reclutamiento. Además, las parcelas proveen
una comparación de la respuesta de los
bosques a diferentes intensidades de
aprovechamiento y apl icac ión de
tratamientos silviculturales.
El Instituto Boliviano de Investigación Forestal
(IBIF) ha utilizado también estas parcelas
para evaluar el impacto del aprovechamiento
y tratamientos silviculturales en la estructura
y biodiversidad. Pocos países tropicales
tienen tal cantidad de base de datos e
información con la finalidad de lograr una
dirección acertada hacia el manejo forestal
sostenible, considerado como una forma de
conservar nuestros bosques.
El manejo de bosques en Bolivia ha tenido
grandes avances hacia su sostenibilidad en
CAPÍTULO
5Conclusiones y Recomendaciones
120
la década pasada. La extracción de madera
no controlada ha sido reemplazada por
aprovechamiento controlado utilizando
técnicas de aprovechamiento de impacto
reducido, acorde a planes de manejo
realizados por forestales capacitados. Bolivia
es líder a nivel mundial en certificación
forestal FSC (Consejo de Manejo Forestal)
de bosques tropicales. A pesar de estos
avances, hay varias acciones necesarias para
asegurar que los bosques de Bolivia puedan
continuar proveyendo el flujo de productos
y servicios que tienen sus bosques.
Por ejemplo, estudios recientes han
mostrado que los ciclos de corta son breves
con respecto a la habilidad de los bosques
aprovechados para regenerar y crecer a
tasas que provean niveles de cosechas
similares a las que están siendo obtenidas
actualmente. La reducción en futuras
cosechas es severa, especialmente en
bosques de bajo crecimiento, tal como
sucede en los bosques secos de la
Chiquitania. Las tasas de extracción deben
ser reducidas y/o la regeneración o tasas
de crecimiento deben ser incrementadas si
se aspira a obtener cosechas sostenibles.
Los datos presentados en los capítulos de
este libro muestran que es posible, a través
de la apl icación de tratamientos
silviculturales apropiados, estimular la
regeneración natural de plántulas de
especies valiosas e incrementar las tasas de
crecimiento de árboles de futura cosecha.
Tales tratamientos incluyen la preparación
de sit ios dentro de los claros de
aprovechamiento, utilizando escarificación
de suelos, la liberación de AFC de bejucos
y la competencia de árboles no comerciales.
Un porcentaje significativo de las especies
maderables valiosas en Bolivia están
adaptadas a la perturbación (altos niveles
de luz y a menudo tienen suelo mineral
expuesto para la germinación de semillas y
establecimiento de plántulas). La
escarificación de suelos en claros de
aprovechamiento provee las oportunidades
para la regeneración natural, mientras que
la corta de bejucos y la liberación de AFC
incrementan el acceso a la luz y nutrientes,
permitiendo un mejor crecimiento
diamétrico y un incremento en la producción
de semillas. Se ha demostrado que estos
tratamientos son relativamente baratos y
pueden ser implementados con operaciones
de pre- o post-aprovechamiento.
Las parcelas permanentes continuarán
proveyendo más información a través de
remediciones futuras, algunas de ellas
importantes para la toma de decisiones
sobre manejo y que serán necesarias para
responder preguntas todavía no resueltas.
Por ejemplo: ¿Cuál es el destino del 20% de
árboles aprovechables dejados como
semilleros? ¿Estos árboles semilleros son
necesarios para proveer una adecuada
regeneración y sobrevivirán hasta el
siguiente ciclo de corta? ¿Dejar 20% de
árboles semilleros es poco o mucho? ¿Será
mejor aprovechar algunos de estos o todos
ellos en vez de dejarlos en el bosque? ¿Cuál
será el destino de los AFC que son dañados
durante el aprovechamiento? ¿Serán estos
colonizados por hongos y por lo tanto se
convertirán en no aprovechables? ¿Cuánto
tiempo tienen efecto los tratamientos
silviculturales en la regeneración natural?
¿Será necesario ingresar nuevamente en
áreas aprovechadas para liberar bejucos en
caso que estos vuelvan a ser infectados? Con
la gran inversión real izada en el
121
es tab lec im iento de l a s pa rce la s
permanentes, estas seguirán generando
información valiosa con un costo bajo de
mantenimiento y remedición, y que será
importante para responder estas y otras
preguntas relacionadas al manejo forestal
sostenible.
Los capítulos anteriores también muestran
las varias diferencias existentes entre
respuestas de árboles a los tratamientos a
lo largo de los tres sitios de estudios. Las
condiciones ambientales y la composición
d e e s p e c i e s a r b ó r e a s c a m b i a n
dramáticamente entre áreas incluso situadas
a distancias cortas, como la distancia de 80
km. que hay entre Inpa y La Chonta. La
naturaleza de los sitios específicos de las
comunidades boscosas sugiere que el
aprovechamiento y otros tratamientos
silviculturales pueden variar en aquellos
sitios donde se instalaron parcelas
experimentales del PISLP.
Los manejadores de bosque deberían
empezar a probar como funcionan estos
tratamientos en sus propios sitios,
empezando desde una pequeña escala. La
implementación y monitoreo de diferentes
tratamientos dentro de las áreas anuales de
aprovechamiento les ayudarán a desarrollar
sus propias bases de datos, que permitirán
eventualmente realizar un refinamiento de
un sistema silvicultural que provea la mejor
regeneración y crecimiento de los árboles
en los bosques manejados. Los manejadores
de bosque pueden encontrar la necesidad
de implementar nuevos tratamientos, que
serán adicionales a los aplicados en las
parcelas experimentales del PISLP. No es
necesario tener muchos bloques replicados
como en las parcelas experimentales, pero
podrían ser importantes algunas parcelas
más pequeñas con árboles permanentes
marcados, de tal manera que se puedan
monitorear el crecimiento y las respuestas
a los tratamientos.
La experimentación continua con el
aprovechamiento y otros tratamientos
silviculturales es una condición necesaria
para mejorar la eficiencia de las operaciones,
la reducción de costos, y el crecimiento y
cosecha de los bosques. Esto también
demuestra a las entidades de certificación
que los manejadores de bosques están
comprometidos con el manejo forestal
sostenible. La actual recesión económica y
la incertidumbre con respecto a las políticas
forestales nacionales hace difícil invertir
fuertemente en tratamientos silviculturales,
pero los manejadores deben permanecer
enfocados en mejorar paulatinamente la
sostenibilidad de sus bosques.
Recomendaciones
• Considerando que la red de parcelas
permanentes es única en el mundo y está
en Bolivia, se deben determinar sistemas
de financiamiento nacionales que
permitan continuar monitoreando los
bosques de producción forestal y seguir
generando información valiosa para los
manejadores.
• Los manejadores de bosques deberían
utilizar la información de las parcelas
como base para la implementación de
tratamientos silviculturales. También
deben avanzar en el manejo de bosques
implementando prácticas de impacto
reducido para disminuir daños, y también
para promover la regeneración natural o
122
asistida y el crecimiento de especies
valiosas en los bosques residuales.
• Los tratamientos silviculturales más
prometedores y baratos, los cuales
incluyen: la escarificación de suelos en
claros de aprovechamiento para proveer
la regeneración de especies heliófilas, la
corta de bejucos a AFC y la liberación de
AFC de especies comerciales de las no
comerc i a l e s , t r a t am ien to s de
enriquecimiento y escarificación de claros
de aprovechamiento, pueden ser también
viables para las especies más valiosas.
• Los manejadores de bosque deberían
establecer sus propias parcelas
permanentes (en una pequeña escala a
las parcelas del PISLP, para obtener
crecimiento y datos de cosecha para sitios
específicos, y para determinar la
respuesta de especies arbóreas a
tratamientos silviculturales).
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Glosario
Aforestación: Proceso por el cual se implanta artificialmente un bosque donde nunca hubo
bosque.
Aletones: Son raíces axonomorfas tabulares o laterales que sobresalen del suelo y parecen
formar parte de la base del tronco.
Alfisoles: Son un orden de suelos dentro del sistema Soil Taxonomy. Los Alfisoles se caracterizan
por presentar un horizonte subsuperficial de enriquecimiento secundario de arcillas,
desarrollado en condiciones de acidez o de alcalinidad sódica, y asociado con un horizonte
superficial claro, generalmente pobre en materia orgánica o de poco espesor. Los suelos que
pertenecen a este orden presentan una alta saturación con bases en todo el perfil.
Anemócora: Dispersabilidad por viento, normalmente esta referido a las semillas o frutos
Árbol de Futura Cosecha (AFC): Árbol de especie comercial o potencial, de diámetro mayor
a 10 o 20 cm de DAP y menor al DMC, con características buenas de fuste y copa.
Árboles supresores. Son árboles que no son comerciales ni son importantes para la fauna
que no permiten el desarrollo de individuos deseables.
Área Anual de Aprovechamiento (AAA): Dentro de un area con Plan general de manejo
forestal es cada una de las unidades a ser aprovechadas durante un año determinado.
Asociaciones Sociales del Lugar (ASL). Son agrupaciones de pequeños madereros organizados
en una institución civil
Biodiversidad: Significa el conjunto de especies de flora, fauna y microorganismos que viven
dentro de un área determinada.
Biomasa: Toda la masa viva vegetal en un bosque. Incluye los 5 stocks, es decir, biomasa
aérea, subterránea, materia orgánica en suelos, hojarasca, y madera muerta.
139
Brinzal: árbol en una etapa juvenil que mide entre 30 cm a 1 metro y medio de altura
Caducifolio: Se refiere a individuos que pierden sus hojas anualmente, sobre todo en la
época seca.
Ciclo de corta: Es el tiempo transcurrido entre intervenciones de aprovechamiento de un
mismo lugar. Se define como el periodo mínimo que debe transcurrir después de que un
bosque ha sido aprovechado, hasta que pueda volver a aprovecharse.
DAP: Diámetro a la altura de pecho
Deforestación: Es el proceso de conversión de bosques generalmente en cultivos o praderas
ocasionada por el hombre
Degradación: Se refiere al proceso de reducción de la biomasa en los bosques, debida al
aprovechamiento forestal
Diversidad de especies: Se refiere al número de especies que se encuentran en un determinado
lugar tomando en cuenta la abundancia que tiene cada especie.
DMC: Es el tamaño mínimo que debe tener un árbol (expresado en diámetro) para que pueda
ser aprovechado y que generalmente se encuentra en las normas técnicas de aprovechamiento
forestal.
Dioíca: Se refiere a las plantas cuya reproducción es bisexuada, es decir que existen individuos
que producen flores masculinas y otros que producen flores femeninas.
Dosel: Es el nivel vertical superior en el bosque
Enriquecimiento: Proceso por el cual se implantan individuos de especies valiosas en los
claros de aprovechamiento, sendas y bosques secundarios
Escarificación: Proceso de limpieza de suelo en el bosque que promueve la germinación de
semillas y crecimiento de plántulas libre de competencia.
Entomófila: Polinización realizada por insectos
Epígea: Germinación en la cual los cotiledones de una planta crecen por encima del nivel
de suelo
Escarificación: Proceso de limpieza de claros para promover la regeneración natural
140
Esciófitas: Especies que son tolerantes a la sombra
Especie Comercial: Son aquellas que actualmente tienen mercado ya sea nacional o
internacional.
Especie Potencial: Son aquellas que por su abundancia y calidad sea de madera u otro parte
de la planta podrían ser aprovechadas pero que actualmente no tienen mercado.
Especie rara: Una especie rara es aquella que muy raras veces se la puede ver, por lo tanto
su densidad poblacional es muy baja. En este libro las especies raras son aquellas que tienen
la densidad más baja en relación a las demás especies.
Especie abundante: Una especie abundante es aquella que se la ve frecuentemente y tiene
una densidad poblacional alta.
Heliófitas: Especies que son intolerantes a la sombra y que por el contrario prefieren áreas
con mucha luz para su regeneración
Hermafrodita: Plantas que tienen ambos sexos en una sola flor.
Igapó: Areas temporalmente inundadas por aguas con baja velocidad de caudal o aguas
retenidas, en las cuales hay mucha deposición de materia organica y por lo cual tiene un
color negrusco.
Inceptisoles: Son un orden de suelos dentro del sistema Soil Taxonomy. Son suelos relativamente
de reciente origen, y están caracterizados porque sus horizontes están débilmente desarrollados.
Índice de diversidad: El índice de diversidad es un número que se obtiene por medio de
cálculos matemáticos que indica el grado de diversidad que tiene un determinado lugar.
Índice de valor de importancia: Es un número que indica el peso ecológico que tiene una
determinada especie, tomando en cuenta su abundancia, dominancia y frecuencia.
Inflorescencia: agrupamiento de flores dispuesto en una prolongación especializada del
tallo.
Inselbergs: Enormes rocas o colinas rocosas aisladas en zonas tropicales.
Latencia: Se refiere al tiempo en el cual las semillas se encuentran vivas pero no tienen
condiciones para germinar. A veces pueden ser periodos muy largos.
141
Latizal: Individuos jóvenes de arboles, que se encuentran entre 1.5 m de altura y 10 cm de
DAP.
Monoíca: Existen algunas especies de plantas donde los individuos tienen flores masculinas
y femeninas pero que están ubicadas en diferentes de la planta.
Oxisoles: Suelos tropicales y subtropicales, intensamente meteorizados, con alto contenido
de Hierro y Aluminio.
Peciolo: Es la parte que une la lámina de una hoja a su base foliar o al tallo
Plan general de manejo Forestal (PGMF): Instrumento requerido para ejercer legalmente
las actividades forestales dentro de un area de manejo. El PGMF define de manera general
los objetivos, estrategias y actividades a implementarse dentro de un área de bosque a
aprovecharse.
PISLP: Programa de Investigación Silvicultural de Largo Plazo
Plantín: Individuo muy joven, recién nacido.
Reforestación: Convertir un área que fue deforestada nuevamente en bosque
Regeneración natural.- Renovación de la vegetación natural por medio de semillas, retoños
por la raíz o utilizando estacas (regeneración vegetativa), sin la intervención del hombre.
Resilencia: Capacidad que tienen los bosques de recuperarse de eventos catastróficos o
grandes disturbios
Riqueza de especies: Se refiere al número de especies que se encuentra en un determinado
lugar.
Semilla ortodoxa: Son semillas que pueden ser secadas sin perder su capacidad de germinación.
Semillas recalcitrantes: Son semillas que no pueden ser secadas, ya que al secarse se rompen
sus estructuras internas y por lo tanto pierden su viabilidad.
Sésil: Sin pie o soporte. La hoja sésil no tiene pecíolo; la flor sésil carece de pedicelo.
Silvicultura: La silvicultura es la ciencia que estudia las condiciones que tiene un determinado
bosque intentando buscar soluciones prácticas a problemas que reducen su productividad.
142
Sotobosque: Es un nivel vertical intermedio en el bosque, por debajo del dosel y subdosel,
y por encima de sotobosque y el piso del bosque
Tierra Comunitaria de Origen (TCO): Superficie titulada o solicitada por un pueblo indigena
como su territorio.
Tratamientos silviculturales: Se refieren a las diferentes intervenciones o tratamientos que
se realizan al bosque con el objetivo de mejorar la regeneración, crecimiento y producción
del bosque.
Ultisoles: Suelos de zonas húmedas templadas a tropicales sobre antiguas superficies
intensamente meteorizadas; suelos enriquecidos en arcilla.
Várzea: Áreas temporalmente inundadas con aguas turbias con sedimentos que traen los
ríos desde las partes altas de la cuenca amazónica.
Zoócora: Se dice de la dispersión de semillas o frutos realizada por animales