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La gestacin de la Prehistoria europea: el ejemplo del Paleoltico Superior Inicial en el Sudoeste francs(The beginning of European prehistory: the example of the Early Upper Palaeolithic in the south-west of France) Arrizabalaga, Alvaro*Univ. del Pas Vasco Fac. de Filologa, Geografa e Historia Dpto. de Geografa, Prehistoria y Arqueologa Toms y Valiente, 5 01006 Vitoria-Gasteiz * Eusko IkaskuntzaLa publicacin en 1859 de El origen de las especies de Ch. Darwin abre en toda Europa un debate intenso sobre la antigedad "antediluviana" del ser humano. Junto con la progresin de la Estratigrafa geolgica, la Paleontologa y otras disciplinas del mbito de las Ciencias Naturales, esta circunstancia permite que vaya articulndose una disciplina diferenciada, la Arqueologa aplicada al estudio de la Prehistoria. Por diversos condicionamientos historiogrficos y de registro arqueolgico, este debate se desarrolla de modo ms atenuado en Franc ia. En este p as (sob re tod o en su c uad rante sud oc c id ental) la investig ac in va a d irig irse hac ia la sistematizacin estratigrfica y cronolgica de la ms antigua Prehistoria (el Paleoltico). Palabras Clave: Historiografa. Prehistoria. Paleoltico. Darwinen Espezieen Jatorria liburuaren argitalpenak (1859) gizakiaren uholdeaurreko antzinatasunari buruzko eztabaida zientifikoa zabalduko du Europa osoan. Estratigrafia geologiko, Paleontologia eta Natur Zientzietako alorreko beste disziplina batzuen garapenarekin batera, Arkeologia Prehistorikoaren sorrera izango da honen ondorio zehatza. Errejistro arkeologiko eta historiografiako baldintza berezitu batzuen ondorioz, eztabaida hori era mantsuago batez emango da Frantzian. Estatu honetan (batez ere, bere Hego mendebaldeko inguruan) antzinatasun handieneko Historiaurreko (Paleolitikoa) sistemakuntza estratigrafiko eta kronologikorantz bideratuko da ikerkuntza. Giltz-Hitzak: Historiografia. Historiaurrea. Paleolitikoa. La publication en 1859 de Lorigine des espces de Ch. Darwin ouvre, dans toute lEurope, un dbat intense sur lantiquit antdiluvienne de ltre humain. Conjointement avec la progression de la Stratigraphie gologique, la Palontologie et dautres disciplines du domaine des Sciences Naturelles, cette circonstance permet larticulation dune discipline diffrencie, lArchologie applique ltude de la Prhistoire. Par de divers conditionnements historiographiques et denregistrement archologique, ce dbat se dveloppe dune manire plus attnue en France. Dans ce pays (surtout dans son quadrant sud-occidental) la recherche va se diriger vers la systmatisation stratigraphique et chronologique de la plus ancienne Prhistoire (le Palolithique). Mots Cls: Historiographie. Prhistoire. Palolithique.Antoine dAbbadie 1897-1997. Congrs International. (Hendaye, 1997). - Donostia : Eusko Ikaskuntza ; Bilbao : Euskaltzaindia, 1998. - P. 95-116. - ISBN: 84-89516-71-5

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1. EL HALLAZGO DE AURIGNAC Cerca de la poblacin de Aurignac (Haute Garonne) se eleva la colina de Fajoles, denominada as por los habitantes del pas (en patois, mountagno de las Hajoles, o monte de hayas). En esta pequea colina, en 1852, un cantero llamado Bonnemaison introdujo el brazo en lo que pareca ser una madriguera de conejo, encontrando en su interior un hueso humano. Vencido por la curiosidad, Bonnemaison practic una excavacin en el talud de la montaa, descubriendo una losa de gres de grandes dimensiones, dispuesta verticalmente. La laja clausuraba la entrada de una gruta, excepto por un intersticio, que permita el paso de los conejos. Una vez retirada sta, el improvisado arquelogo vio cmo se abra ante sus ojos una especie de fosa conteniendo los restos de, al menos, diecisiete seres humanos. Inquieto por su hallazgo, lo comunic al alcalde de Aurignac, el doctor Amiel, quien orden que todos los restos fueran trasladados y enterrados en el cementerio local, tras su recuento (Figuier, L., 1870; Le Hon, H., 1872). En septiembre de 1860, douard Lartet acababa de concluir la excavacin en la prxima cavidad de Massat (Arige), donde haba confirmado las observaciones de Alfred Fontan sobre la presencia en un mismo nivel de tiles humanos en hueso y slex, junto a fauna fsil. All tuvo alguna referencia de estos hechos y trasladado a Aurignac en octubre, trat de localizar los restos humanos de Fajoles, pero ni siquiera el sepulturero de la villa supo darle noticia de dnde se haban depositado. Tras contactar con Bonnemaison, ambos se desplazaron hasta la cavidad para reconocer el lugar. Habiendo comprendido rpidamente que los derrubios de ladera habran colmatado el acceso a la sepultura poco despus de su preparacin y que posiblemente el hallazgo poda datarse en algn perodo de la Prehistoria, Lartet plante la excavacin completa del depsito, segn la metodologa comn en la poca. Muchos de los datos procedentes de aquella intervencin fueron publicados en un trabajo conjunto con Charles Lyell poco despus (Lartet, E.; Lyell, Ch., 1961) dando cuenta de lo que en adelante, bajo el nombre de sepultura de Aurignac, se difundira repetidamente por una Europa en vivo debate sobre la verdadera antigedad del tipo humano. Como nos relata Mortillet (Mortillet, G. de, 1896), aunque en 1861 douard Lartet ley ante la Academia de Ciencias su notoria comunicacin sobre la cueva de Aurignac (algunos datos en Lartet, E., 1861), su trabajo debi emigrar a Inglaterra para conocer los honores de la publicidad. De este modo, casi accidental, da comienzo la agitada trayectoria del concepto de Auriaciense (paralelamente al mismo, el del propio Paleoltico Superior inicial). El desarrollo historiogrfico relacionado con este complejo perodo guarda poco parecido con sus equivalentes en otras fases de la Prehistoria, como veremos a continuacin. En cualquier caso, tanto por la metodologa de excavacin y exposicin de resultados empleada, como por el origen de una primera clasificacin interna del Paleoltico y por su propio valor como epnimo generador de una serie de fsiles directores (entre ellos, la azagaya de base hendida o Punta de Aurignac) merece la pena recordar este hito. El desarrollo historiogrfico de la investigacin prehistrica durante el perodo analizado resulta muy atractivo. Las convulsiones ideolgicas y sociales de 1848 hicieron concluir abruptamente el movimiento romntico y un nuevo modelo de pensamiento, el Positivismo, se abre paso junto a la confianza en el valor del mtodo cientfico y el progreso humano. La lgica escolstica pierde terreno ante una naciente comunidad cientfica: el sabio, las Academias y Asociaciones cientficas, las revistas especializadas, los congresos temticos, etc., cobrarn una importancia sin precedentes. La tangibilidad de algunos de los avances tcnicos (en la Medicina, la Fsica, la Biologa, la industria, etc.) en los diferentes mbitos de 96

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la sociedad permite profundizar en estas tendencias. La creacin de una densa red de comunicaciones y el creciente volumen de trnsito de capitales, mercancias y emigrantes tienen repercusiones de orden poltico y social en un mundo cada vez ms intercomunicado. Pocos meses antes del hallazgo de Aurignac, el principe Luis Napolen organiza un golpe de estado que termina con la II Repblica francesa y da inicio a un rgimen imperial, con una poltica fuertemente expansiva. La descripcin histrica de la poca de Napolen III se encuentra desvirtuada por esta poltica exterior. Lejos de la capital y de las distantes colonias, en el Prigord o el piedemonte pirenaico, la pequea burguesa de los ncleos franceses tena un planteamiento filosfico excepcionalmente pragmtico. Junto a los grandes avances tcnicos que permiten una vida ms cmoda y segura van apareciendo filsofos e idelogos que pretenden recuperar los valores laicos y materialistas del pensamiento ilustrado. La oposicin republicana al Segundo Imperio asume y difunde la filosofa materialista y la crtica histrica de origen alemn, que junto con el evolucionismo de Darwin y Spencer se traducirn en Francia en el xito de la Vie de Jesus de Renan (1863) o de la literatura naturalista de Zola o Taine y, sobre todo, en un pujante sentimiento burgus anticlerical. Probablemente, esta mayor sedimentacin de los postulados ilustrados facilita la aceptacin y difusin de la teora evolucionista (bajo el matiz transformista, al estilo de Lamarck o SaintHilaire, como nos describen Puig-Samper, M.A., 1992 o Laurent, G., 1993)entre las lites intelectuales francesas (sobre todo, si tenemos en cuenta la fuerte polmica suscitada por esta cuestin en Gran Bretaa). De hecho, la articulacin de un grupo de presin catlico como condicionante de la poltica exterior francesa (fundamentalmente, hacia el poder temporal del Po IX en los estados pontificios, rodeados por Italia) constituye uno de los fenmenos que polariza a la sociedad e incide en un descrdito del poder poltico e intelectual de la Iglesia. El triunfo de la III Repblica francesa, tras los acontecimientos dramticos de la guerra francoprusiana y la Comuna de Pars (1870), acrecienta de modo notable estos sentimientos. Este es, a grandes rasgos, el paisaje en que se desarrollar la primera organizacin del Paleoltico superior europeo. Las particularidades del perodo que aqu nos interesa, con respecto al Solutrense o al Magdaleniense son, parcialmente, consecuencia de estos condicionantes externos. Tambin debe concederse cierto margen explicativo a ciertos accidentes historiogrficos que conducen a los sucesivos modelos evolutivos hacia callejones sin salida. Una vez articulado un modelo explicativo completo (sistematizacin cultural y material, apoyo estratigrfico, cronologa, etc.), ser preciso acumular un gran nmero de anomalas o casos que no cumplen las previsiones efectuadas, antes de que el modelo haga crisis y deba proponerse una nueva explicacin. Independientemente de las revisiones que es preciso establecer a partir de la crisis del monofiletismo durante los aos 30, tres fueron los accidentes que dificultaron sucesivamente la correcta ubicacin y descripcin del Paleoltico superior inicial europeo, retrasando su aceptacin en los trminos actuales: la adopcin original de una clasificacin cronolgica sustentada en criterios paleontolgicos, la sobrevaloracin de la tecnologa sea como indicador cultural y la visin lineal de toda evolucin cronocultural. Hasta la superacin de estas tres dificultades en la dcada de los 30 de nuestro siglo, no comienza a edificarse realmente el concepto de esta poca tan compleja que viene denominndose como Paleoltico superior inicial. Los tres fenmenos tienen un mismo origen en una lectura excesivamente rgida de los mecanismos de evolucin, aplicndose a las culturas humanas los principios que Darwin y otros propusieran para las especies animales y vegetales. 97

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2. LA PRIMERA SISTEMATIZACION INTERNA DEL PALEOLITICO: LA CLASIFICACION PALEONTOLOGICA (1861-1867) d ouard Lartet (1801-1871) era un ab og ad o q ue ejerc a su p rofesin en el Departamento de Gers (piedemonte de los Pirineos centrales), su regin natal (Laurent, G., 1993). Uno de los campesinos a los que atendi profesionalmente le regal en cierta ocasin un molar de mastodonte, lo que incentiv la curiosidad innata de Lartet hacia la Historia Natural. Adems de recopilar cuantos materiales paleontolgicos pusieron en sus manos los labradores, canteros y anticuarios de la regin, Lartet inicia en la temprana fecha de 1834 la excavacin del yacimiento mioceno de Sansan, con una metodologa de recuperacin de evidencias bastante avanzada (Buffetaut, E., 1993). A partir de los aos 50, su inters cientfico va desplazndose hacia el Pleistoceno y la cuestin tan en boga del origen del hombre fsil. Su contribucin a la clarificacin de la antigedad del ser humano puede considerarse definitiva, sobre todo al demostrar a travs de la coleccin de objetos de arte mueble recopilados en las excavaciones de La Madeleine (1864) y Laugerie-Basse (1865) (Dordogne) la convivencia entre los seres humanos de la Edad de Piedra y especies animales extinguidas, como el mamut. Desde esta ptica, Lartet contribuye definitivamente a descartar las teoras fijistas propuestas por Cuvier, as como a matizar el Transformismo de Lamarck y SaintHilaire en la lnea filiacionista abierta por Blainville. Transformismo y Filiacionismo, como tercera va entre las hiptesis darwinianas y fijistas, permitirn una aceptacin ms rpida y tranquila del evolucionismo en Francia respecto a otros paises occidentales. Tres factores condicionan la primera sistematizacin interna del Paleoltico, realizada por Lartet en 1861 (el proceso queda bien reseado en Delluc, B. y G., 1989): su propia formacin como naturalista, su relacin con Lyell (gelogo) y la obsesin por demostrar como certera la hiptesis del Hombre Antediluviano a partir de la constatacin de que coexiste con representantes de fauna extinta. Sobre la base de una cronologa fundamentada en la sucesin de faunas aceptadas como caractersticas, establece la siguiente secuencia de ms reciente a ms antigua: Edad del Uro. Edad del Reno. Edad del Elefante o el Rinoceronte. Edad del Gran Oso de las Cavernas. El depsito por l excavado en Aurignac est incluido en la fase ms antigua considerada, la del Gran Oso de las Cavernas. Figuier (un temprano divulgador de la Prehistoria) detalla el planteamiento evolucionista de Lartet, con una referencia al diluvio, a modo de trmino de referencia: La spulture dAurignac remonte la plus haute antiquit, cest--dire quelle est antrieure au grand dluge europen. En effet, selon M. Lartet, le grand ours des cavernes serait la plus anciennement disparue des espces teintes; puis se seraient clipss le mammouth et le rhinocros narines cloisonnes; plus tardivement encore, aurait migr, dans les rgions septentrionales et orientales de lEurope, le renne dabord, laurochs ensuite. Or le diluvium, cest--dire le terrain form de cailloux rouls, et qui provient du grand bouleversement par linondation de lpoque quaternaire, ne contient pas traces dossements de lours des cavernes. Il correspond donc une poque de lge de pierre plus rcente que la grotte dAurignac. Ce qui veut dire que cest lpoque du grand ours et du mammouth, qui a prced le cataclysme diluvien, quappartient la grotte funraire qui a fourni la science de lantiquit de lhomme un si grand nombre de renseignements prcieux. (Figuier, L., 1870, pp. 79-80). 98

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El que fuera organizador de la sistemtica superopaleoltica francesa (Breuil) detalla en una recapitulacin pstuma (Breuil, H., 1963) el vicio de origen de este sistema clasificatorio, en el que incurriera tambin, en 1864, Flix Garrigou (quien aadi una fase ms temprana, de los Hipoptamos): aunque esta clasificacin muestra algunos detalles conformes con los datos ofrecidos por la Ciencia actual, la sucesin de faunas no presenta las rupturas netas indispensables para proveer una cronologa satisfactoria. El sistema fue por tanto efmero. Tuvo sin embargo la virtualidad de asentar la certeza sobre la antigedad del ser humano (precisamente en funcin a la coetaneidad entre seres humanos y especies animales extinguidas) y abrir el camino para desterrar la referencia diluviana de los textos arqueolgicos. Junto a Thomsen, Lubbock y Boucher de Perthes, corresponde de este modo a Lartet un papel relevante en la organizacin de una Prehistoria cientfica europea. Entre los fenmenos dignos de mencin de este perodo historiogrfico, cabe sealar tres, todos ellos relacionados con el modo de articulacin de la comunidad cientfica coetnea: la preocupacin de Lartet (como la de Boucher de Perthes) por obtener la aprobacin de las asociaciones cientficas, en especial, la de la Academia de Ciencias; el notable individualismo con que estos primeros arquelogos deban afrontar (en medio de la incomprensin general) sus investigaciones; la financiacin particular de las tareas de campo, bien a costa de los propios ingresos de los acomodados arquelogos, bien a travs de mecenas interesados, ejemplo emblemtico de los cuales podra ser el britnico Christy (financiador de muchos trabajos de Lartet en las reas del Prigord y el Pirineo).

3. SEGUNDA FASE DE LA INVESTIGACION: EL FOSIL DIRECTOR OSEO (1867-1895) El estado de las investigaciones, una vez asentados en sus planteamientos los defensores de la gran antigedad del Ser Humano, permita nuevas aproximaciones al tema. En un momento determinado, Mortillet recapitula: Bien que toutes nouvelles, les tudes prhistoriques ont march pas de gant. Nous sommes loin, bien loin maintenant du temps o il fallait prouver lexistence de lge de la Pierre. Cet ge sest retrouv partout, prcdant toutes les civilisations, mme les plus anciennes. Il a t reconnu en Italie, en Grce, en Palestine, en Assyrie, en Chine, dans lInde, en Egypte. Des recherches faites successivement dans tous ces pays ont montr que les instruments de pierre ont t employs dans chacun deux bien longtemps avant les mtaux. (Mortillet, G. de, 1872, pg. 432). Pocos aos despus de formular Lartet su propuesta de sistematizacin (entre 1867 y 1869), Mortillet realiza una severa crtica de su sustentacin, proponiendo una clasificacin a partir de las evidencias industriales1. Sigue en ello el ejemplo de Lubbock y Worsae. En un 1. Le nombre des cavernes et des stations sous abri ayant fourni des restes de lindustrie humaine augmente tous les jours. On en connat maintenant une centaine parfaitement constates, rien que pour ce qui concerne la priode de la pierre simplement taille par clat. Les personnes qui se sont adonnes ltude des cavernes reconnaissent quelles ne sont pas toutes du mme ge, mais on na pu encore en dresser le tableau chronologique; cela tient ce que lon a uniquement cherch les bases dune classification dans les donnes palontologiques. Pendant la priode quaternaire, qui est celle de la pierre taille par clat, la faune a peu vari, ce qui fait quelle ne fournit pas des donnes assez tranches pour faire des coupes bien claires et nettes. Il nen est point de mme des produits de lindustrie. Ses produits se sont profondment modifis, plusiers reprises et dune manire gnrale: cest donc sur eux que jai essay de fonder une classification chronologique et mthodique des cavernes et stations sous abri. (Mortillet, G. de, 1869, pg. 172).

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segundo acierto histrico, Mortillet propone el recurso al epnimo para denominar cada una de estas etapas2. Con cierta posterioridad a la primera propuesta de Mortillet, en 1867, fueron descubiertos sendos niveles solutrenses en Solutr y Laugerie-Haute que dan carta de identidad a esta nueva cultura. Reformulada la teora de Mortillet en 1869, la eleccin del modelo de sistematizacin a partir de las industrias humanas lleva a Mortillet a incurrir en un error cuando, precisamente, pretende poner en relacin su esquema con el criticado a douard Lartet: Ce qui frappe dabord, cest la grande prpondrance des instruments en silex dans les stations possdant la faune la plus ancinne, et, au contraire, labondance des instruments en os dans les stations les plus rcentes. De l, deux grandes divisions qui peuvent encore se subdiviser chacune en deux. (Mortillet, G. de, 1869, pp.172-173). Sin duda, Mortillet debi opinar que resultaba ms coherente esta hiptesis, segn analogas tipolgicas y un desarrollo cultural supuestamente lineal y progresivo (transfiriendo a la cultura material humana los mecanismos evolutivos supuestos a los seres vivos). De este modo, dentro de la primera unidad (aquella en que predomina el instrumental en slex) incluye sucesivamente a la poca de Moustiers y a la de Solutr. Posteriormente, en paralelo con el aumento del instrumental seo, se desarrollaran las pocas de Aurignac y la Madeleine. Aunque la lista de depsitos a incluir en la poca de Aurignac incluye referencias acertadas para el concepto de Auriaciense disponible hasta los trabajos de Peyrony (adems de Aurignac, Gorge-dEnfer y Cro-Magnon, en la Dordogne; Chatelperron, en Allier; la Grotte de la Chaise, en Charente), resulta evidente que la traslocacin del Auriaciense en la escala cronolgica habra de crear grandes problemas (Camps-Fabrer, H., 1985). Probablemente, el mismo Mortillet fue consciente de que la ubicacin de su poca de Aurignac planteaba incgnitas, de modo que fue diluyendo no slo su personalidad en la poca de Madeleine, sino incluso su propia mencin. Cuando en 1872 presenta una nueva tabla de la evolucin de culturas durante el Paleoltico, al tiempo que propone seguir la nomenclatura geolgica para abreviar las denominaciones de las culturas (as, por ejemplo, de poca de Solutr a Solutrense), la sucesin presentada pasa por el Achelense, Musteriense, Solutrense (con instrumental predominante en piedra) y Magdaleniense (con convivencia de importantes industrias seas). Adems de no hacer mencin de ningn Auriaciense o poca de Aurignac, entre las ilustraciones presentadas se han omitido cuidadosamente la azagaya de base hendida o el esplndido casse-tte (sic) en slex (materiales de Aurignac) que figuraban en su trabajo de 1869 (Mortillet, G. de, 1872). En la misma lnea, Cartailhac obvia cualquier mencin a la poca de Aurignac (Cartailhac, E., 1872). En 1874, Dupond presenta su Teora de las Edades de la Piedra en Blgica en sesin de la Socit Anthropologique de Paris. En el curso de la misma, la segunda cronologa considerada dentro del hbitat rupestre es el Type de Montaigle, cuya descripcin nos evoca el utillaje del Auriaciense clsico3.

2. Daprs le procd employ en gologie, je donne ces subdivisions le nom de la localit la plus connue et la plus typique. (Mortillet, G. de, 1869, pg. 173). 3. ...La faune est la mme qu Hastire; les silex taills prsentent en majorit la forme de ceux de Moustiers, mais quelques formes y sont remplaces par des types qui rappellent plus particulirement ceux de Gorge dEnfer...Une pointe de flche en bois de renne en forme de losange allong avec chancrure pour lemmanchement, est semblable celles dAurignac. (Dupond, E., 1874, pg. 732).

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Sin embargo, el debate en torno a esta comunicacin guarda poca relacin con las fases diferenciadas por Dupond en las cavidades y terrazas belgas, y queda mediatizada por la separacin de modelos evolutivos entre el hbitat en cuevas y al aire libre que establece su autor. Mortillet insiste en el curso de la discusin: ...Donc lpoque gologique et palontologique, dite quaternaire, a trs-bien pu se subdiviser, au point de vue de lindustrie humaine, en quatre poques, parfaitement distinctes et succesives: lacheulen au commencement de la priode quaternaire, le moustirien et la solutren au milieu, et la magdalnien vers la fin. (Mortillet, G. de, en Dupond, E., 1874, pg. 750). El modelo consolidado de la propuesta de Mortillet (Mortillet, G. de, 1876c) contempla, dentro del Paleoltico o Edad de la Piedra Tallada un estadio Achelense (equivalente a la Edad del Mamut), un Musteriense (Edad del Gran Oso de las Cavernas), un Solutrense (Edad del Reno y, en parte, del Mamut) y un Magdaleniense (en su mayor parte de las Cavernas y casi la totalidad de la Edad del Reno). Como quiera que durante las dcadas siguientes el debate se centra en la articulacin de secuencias regionales, adaptando en mayor o menor medida el modelo francs, durante muchos aos Mortillet se limit a hacer valer su peso moral sobre el grupo de Pars, de cuya Escuela de Antropologa fue Presidente hasta su fallecimiento. Cualquier debate sobre la cuestin estratigrfica que pudiera plantear la existencia de niveles intermedios entre el Musteriense y el Solutrense se cortaba drsticamente, como ocurre en el caso de Thorignen-Charnie (Mayenne) (Mortillet, G. de, 1876b; Maillard, A., 1876 y de nuevo Mortillet, G. de, 1876a). Otras opiniones de Arcelin (a partir de la excavacin de Solutr) o Cartailhac son, simplemente, ignoradas. Las grandes cuestiones sujetas a discusin dentro de las dcadas de los aos 80 y 90 sern la de la naturaleza de los eolitos (o el debate sobre la existencia de un Ser Humano habilis durante el Terciario) y, de mano de Adrien de Mortillet y Luigi Pigorini, la articulacin de una secuencia propia para la Prehistoria de la Pennsula Italiana. Con el paso del tiempo, la referencia diluviana va desapareciendo paralelamente a la renovacin generacional. Los debates acostumbran resolverse por la va de una extincin paulatina de la hiptesis que va cayendo en desuso, por lo que sorprende el planteamiento de la Asociacin Francesa para el Progreso de las Ciencias (en septiembre de 1891), con motivo de la propuesta del Presidente de su Seccin de Antropologa, M. Chauvet: Quelle est la valeur des objets dindustrie humaine comme lment de classification des terrains quaternaires et des poques prhistoriques?. Mortillet monta en clera al ver reabrirse un frente que consideraba vencido hace ya dos dcadas: ... Nous navons donc rien changer notre basse de classification. Nous sommes dans le vrai, nous y restons. (Mortillet, G. de, 1891, pg. 48). A pesar de esto, la discusin estaba ms encauzada de lo que Mortillet supona y no se plantearon problemas para marginar definitivamente cualquier vestigio de clasificacin cronolgica de base paleontolgica. Sin embargo, y por lo que al Auriaciense concierne, la autoridad de Mortillet desterr durante ms de treinta aos cualquier referencia a tal unidad. En el que seguramente constituy su ltimo trabajo publicado en vida (Mortillet, G. de, 1897), se insiste an en esta omisin4. En los aos previos a su desaparicin, Gabriel de Mortillet trat de situar a su hijo Adrien en disposicin de mantener su legado cientfico (Pautrat, J.Y., 1993). Sin embargo, a 4. ... lpoque moustrienne a succd lpoque solutrenne, caractrise par un grand perfectionnement qui provient dun procd technique nouveau.

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su fallecimiento en 1898, le sucede al frente de la Escuela de Antropologa de Pars Louis Capitan, junto al cual ir emergiendo la que puede considerarse ms importante figura de la arqueologa francesa de la primera mitad del siglo XX, el abate Henri Breuil. De mano del propio Breuil (Breuil, H., 1906a y 1963) podemos tener noticias de las dos fuentes principales que condujeron al autor a revisar el cuadro general del Paleoltico superior, muy en particular en la parte concerniente a la antigua poca de Aurignac. En su aportacin de 1905 al primer Congrs Prhistorique de France, tras indicar con cierto desdn que Mortillet haba alterado la seriacin propuesta por Lartet intercalando la facies de Aurignac entre las de Laugerie-Haute (Solutrense) y la Madeleine por motivos tericos ajenos a la estratigrafa, destaca los trabajos de E. Piette en el mundo pirenaico, sobre todo en la configuracin de un perodo Eburnense en Brassempouy (Delporte, H., 1989). Por otra parte, en su trabajo de 1963, seala como generador de sus dudas un artculo de Cartailhac de 1896. En todo caso, no cabe extraarse por la reaccin de Adrien de Mortillet al or la comunicacin de Breuil Essai de Stratigraphie des dpts de lge du Renne (segn Capitan, L., 1905, objet al Abate Breuil que tal clasificacin no pareca sin embargo ms que de inters puramente local). De mano de aquel joven clrigo (contaba tan slo con 28 aos de edad) se estaba discutiendo la sistematizacin que su padre consolidara con tanto esfuerzo5, invocando nuevamente la Edad del Reno de Lartet. Parte de este rencor se refleja cuando en 1910 aparece la tercera edicin del libro La Prhistoire (cuyo original corresponde a 1900), con esta somera referencia al Congreso: 1905.- Cration des Congrs Prhistoriques de France, dont les intressantes publications sont dj rares et recherches. (Mortillet, G. y A. de, 1910, pg. IX). Un poco ms adelante localizamos una referencia de mayor inters para comprender qu fue lo que ocurri durante estas tres dcadas con el hallazgo de Aurignac: Pendant le nolithique les morts taient trs frquemment enselevis dans les grottes et par consquent placs bien souvent dans des dpts palolithiques. Cest l une grande cause derreurs. Il faut donc tre trs circonspect dans la dtermination de lge des ossements humains. La grotte dAurignac (Haute-Garonne) en offre un exemple frappant. Cette grotte, si bien tudie par douard Lartet, contenait un repaire danimaux froces, une station magdalnienne et des spultures. Lartet, qui na pu fouiller la grotte que lorsquelle tait dj ouverte et en partie vide, trouvant tout ml, a cru naturellement que tout tait contemporain. Mais la spulture contenait des dbris de poterie.... (Mortillet, G. y A. de, 1910, pg. 311). Aunque no se cuenta con referencias ciertas de la contemporaneidad de los restos antropolgicos localizados en Aurignac con respecto a las industrias descritas, no cabe duda de que la atribucin de stas al Magdaleniense es incorrecta y sesgada. De hecho, da la impresin de que Adrien de Mortillet quiso mantener las directrices de la obra pstuma de

5. ... En qute darguments pouvant lui permettre de combattre la classification tablie par G. de Mortillet, le jeune abb, faisant comme on dit du neuf avec du vieux, a pens avoir trouv son affaire en dclarant hautement que lindustrie dAurignac, aujourdhui gnralement regarde comme intermdiaire entre le Solutren et le Magdalnien, devait tre place un niveau bien infrieur, au-dessous des pointes solutrennes en feuille de laurier, immdiatement aprs le Moustrien. Bien quil napporte aucune preuve lappui de cette fort invraisemblable thse, bien quil ne puisse citer aucun cas de superposition qui lui soit favorable... (Mortillet, A. de, 1907b).

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su padre incluso en cuestiones en revisin, como la de los eolitos. Para esta poca, vena reconocindose ya el escaso valor arqueolgico de estos hallazgos. En definitiva, la obligada fiscalizacin por parte de las asociaciones cientficas, combinada con un planteamiento caudillista del gobierno de las mismas, se convierte en esta fase en un elemento retardatario y permite a Gabriel de Mortillet bloquear durante treinta aos el avance del conocimiento del perodo que nos interesa. Afortunadamente para la sistematizacin del Paleoltico superior inicial, las propuestas de Mortillet haban acumulado suficientes anomalas para que su desaparicin fsica permitiera una renovacin total en la investigacin. Su lectura evolucionista de los primeros estadios del Ser Humano estaba sin embargo lejos de superarse, aunque condujo a errores de bulto, como dar por falsas las primeras representaciones de arte rupestre al estimarse que durante los primeros estadios de la Humanidad no podan elaborarse obras figurativas de tanta calidad. Las tres leyes acerca de la Humanidad prehistrica que propuso e imprimi en maysculas con ocasin de la Gran Exposicin Internacional de Pars (1867)6 continan pesando en las propuestas de Breuil. De este perodo podemos destacar el beneficio de asentar la estratigrafa como el principal trmino de referencia cronolgico para el paleoltico, aunque en opinin de otros (Trigger, B.G., 1992) el enfoque de esta arqueologa paleolitista francesa estaba excesivamente vinculada a mtodos, especialistas y preocupaciones prximos a las Ciencias Naturales, frente a una arqueologa escandinava ms dinmica y volcada hacia la reconstruccin histrica.

4. LA BATALLA AURIACIENSE (1895-1918) A) El origen de la duda: De entre las dos referencias directas empleadas por Breuil para comenzar sus reflexiones sobre la ubicacin cronolgica del Auriaciense, la primera corresponde a Piette: Il y avait donc eu, dans le pass, antrieurement aux temps magdalniens dont les amas recouvraient lassisse faune moustrienne, une poque jusqualors ignore ou imparfaitement connue, pendant laquelle livoire avait t la matire employe par les ouvriers et les sculpteurs. Je la nommai poque burnenne, pour la distinguer de lge suivant, caractrise par lemploi de la ramure du renne. (Piette, E., 1895, pg. 133). Las estatuillas descritas se localizan en el lecho E, estratigrficamente dispuesto entre el F (abundancia de restos de tipo Musteriense) y los C y D (el primero con puntas cran y hojas de laurel; el segundo, artificialmente incluido en el conjunto DEF7). Pero pese a constatarse una irregularidad estratigrfica frente a lo hasta la fecha supuesto, Piette no se atrevi a romper con el modelo vigente y declara:

6. Las ltimas palabras del libro Promenades prhistoriques lExposition Universelle enunciaban las leyes de la nueva Ciencia arqueolgica: LOI DU PROGRES DE LHUMANIT LOI DU DVELOPPEMENT SIMILAIRE HAUTE ANTIQUIT DE LHOMME (en Daniel, G., 1977) 7. ...couches dans lesquelles on remarque de nombreux foyers et des silex appartenant au type du Moustier, de Solutr et de la Madelaine. Ceux qui sont taills la faon de Solutr sont les plus abondants. (op.cit., pg. 137).

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La formation burnenne de Brassempouy ne constitue pas un tage archologique indit. Elle nest quun mode particulier de celui de Solutr. La diffrence de facies entre les deux stations est due celle des climats. (op. cit., pg. 140) Sin embargo, la lectura del artculo de Cartailhac de 1896 constituye una autntica intuicin de que el Auriaciense de Lartet haba sido injustamente relegado. Reproduciremos aqu algunos de los fragmentos ms significativos del mismo: ...M. Darbas a explor encore, non loin de Saint-Martory, une grotte que M. Harl avait dj tudie...Cet abri, dit de Tart, est 2 kilomtres de Salies-du-Salat...En fait dos travaills, eu gard au cube des terres examines et labondance des silex ouvrs, la station est pauvre. Ce sont quelques fragments de pointes simples avec un lger rtrcissement la base destin sans doute faciliter lemmanchement...Les silex sont fort intressants. Quelques lames sont assez bien tailles, souvent avec beaucoup de finesse. Rien cependant ne rappelle nettement Solutr. Il y a les grattoirs de Gourdan, du plus bel ge du Renne, mais avec une tendance plus dpaisseur...Cette forme est connue...sur le plateau de Ressaulier, prs de Brive...aux environs de notre grotte de Reilhac, dans le Trou Milhomme. ...En fait dos ouvrs, des pointes, des spatules! paisses et massives; pas de harpons barbels; en revanche cette pointe base large, fendue avec soin, signale jadis par Lartet Aurignac. Cette forme, dveloppe, longue et bien dfinie sest rencontre abondamment dans ladmirable station de Lortet...De rares exemplaires ont t trouvs ailleurs: un, par exple, Aurensan...En dehors des Pyrnes, dans la Dordogne, elle est galement trs clairseme. Quelle est sa destination spciale? Pourquoi absente ou si rare sauf Lortet? Est-ce encore une explication chronologique laquelle nous devons avoir recours?... (Cartailhac, E., 1896, 316-318).

B) La botadura del barco presolutrense: Siguiendo la expresin del propio Breuil (Breuil, H., 1963), en 1904 y bajo la influencia de Cartailhac, este investigador sinti la necesidad de una reforma de la clasificacin de Mortillet sobre esta cuestin. En 1905, como venimos sealando, en el curso del Ier Congreso Prehistrico de Francia, en Prigueux, Breuil bota el barco presolutrense y presenta una nueva subdivisin del Paleoltico superior (op.cit., pg. 37). Estos hechos darn lugar a lo que viene denominndose como la Batalla Auriaciense (Delporte, H., 1989), en la que se enfrentarn dos concepciones bien distintas de la Prehistoria: aquellos sucesores de Mortillet que se empearon a ultranza, durante una dcada, en mantener un esquema periclitado, frente a los que surgan nuevos prehistoriadores dedicados a poner en relacin los diversos datos estratigrficos de que se dispona en aquella fecha. Breuil se erigi en director de estos ltimos, entre los que tambin haba que contar a Capitan o al propio Cartailhac. El esfuerzo de Breuil en el curso de esta pugna fue recompensado con el reconocimiento general de sus propuestas, desde 1912, y un papel preponderante entre los prehistoriadores de la primera mitad de nuestro siglo. Aunque viene establecindose que la primera revisin general del fenmeno fue establecida por Breuil en el Ier Congreso Prehistrico de Francia, ste se abra el 26 de septiembre de 1905, mientras que la exposicin de los trabajos de Les Cotts (Breuil, H., 1906b) ante el Congreso de la Asociacin Francesa en Cherburgo tuvo lugar en agosto de 1905. En 104

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el curso de la misma, se enumeraban ya, con toda su profundidad, los argumentos en favor del Pre-Solutrense8. Sin embargo, la primera escaramuza de esta batalla auriaciense tuvo lugar, como ya ha sido indicado, en 1905, con ocasin del Congreso de Prigueux. Henri Breuil present diversas comunicaciones, una de las cuales llevaba por ttulo Essai de Stratigraphie des dpts de lge du Renne (Breuil, H., 1906a). Apoyndose en los datos descubiertos por Piette en Brassempouy (que reinterpreta), por Cartailhac en el Departamento de HauteGaronne (as, en Tart), por Peyrony y Capitan en La Ferrassie, por Bardon y Bouyssonie en Brive y por l mismo, a travs del mtodo comparativo, establece que los niveles del tipo Aurignac son nettement plus anciens que les niveaux silex solutrens et que ceux objets propement magdalniens (op.cit., pg. 75). El desarrollo del texto evidencia una gran prudencia: Breuil cita a la mayor parte de los investigadores reconocidos en la Francia del momento para apoyar su argumentacin; repetidamente indica que no pretende establecer una nueva secuencia, sino tan slo profundizar en lo que puede constituir una variante regional u horizontal, sobre todo para el mundo pirenaico; finalmente, la utilizacin consciente del trmino Presolutrense (pour ne pas crer un mot nouveau, et pourtant exprimer une signification dpassant une province dtermine et stendant tout lge du Renne occidental, op.cit., pg. 75) no evita la mencin al tipo o nivel de Aurignac. A pesar de todas las sutilezas empleadas para no molestar a los profesores de la Escuela de Antropologa, el debate haba sido planteado. Breuil haba acertado a diferenciar no slo una, sino hasta tres fases distintas, a localizar entre el Musteriense y el Solutrense. Aunque todava existen algunas incorrecciones en su exposicin, el planteamiento desarrollado involucra mltiples niveles arqueolgicos y a prestigiosos prehistoriadores de la poca, con el fin de asestar un golpe definitivo al caduco sistema ideado por Mortillet. La Edad del Reno presentada por Breuil, con tres fases sucesivas (Antigua o Presolutrense; Media o Solutrense; Superior o Magdaleniense), se hace sinnima del actual Paleoltico Superior, por vez primera. Breuil recibe el apoyo de Cartailhac y otros mientras que Adrien de Mortillet y mile Rivire, conscientes de la amenaza que se cierne sobre el modelo tradicional, se revuelven apenas concluida la exposicin. En sendas comunicaciones a los Congresos de Prehistoria de Francia (Mortillet, A. de, 1907a) y de la Asociacin Francesa para el Progreso de las Ciencias (Mortillet, A. de, 1907b), basndose en los datos ofrecidos por la estacin de Le Placard (excavacin de A. de Maret, entre 1877 y 1888), depsito que carece de niveles entre el Musteriense y el Solutrense, Mortillet ataca virulentamente a Breuil 9. 8. La question du niveau relatif des assisses aux pointes dAurignac base fendue ou non, et de celles silex solutrens, est d onc tranc he. Il y a, entre le moustrien et le solutren, tout un systme d e c ouc hes Prsolutrennes comme je les appellerai dsormais, et ces assises sont antrieures au grand dveloppement artistique de lge du Renne.... (Breuil, H., 1906b, pg. 62). 9. ...Tous les objets industriels qui accompagnent ces quelques formes particulires sont nanmoins si identiquement pareils que leur vue suffit convaincre que labb Breuil a trop htivement pris ses dsirs pour la ralit. De ce qui prcde, on peut ce nous semble hardiment conclure que lAurignacien, loin dtre antrieur au commencement du Solutren, se rattache au contraire lindustrie de la fin de cette poque, dont-il prsent un aspect spcial. (Mortillet, A. de, 1907a, pg. 263). ...la thorie bien fragile de labb Breuil ne semble pas devoir rsister longtemps la discussion...Nous sommes persuad quil reviendra de lerreur laquelle il sest trop complaisamment abandonn, lorsquil aura plus mrement et surtout plus calmement tudi la question. (Mortillet, A. de, 1907b, pg. 642).

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C) El Congreso de Mnaco (1906): Lejos de amedrentarse, en tan slo un ao, Breuil replantea la cuestin y la formula en el Congreso de Mnaco (1906) con gran profundidad. Ante el XIII Congreso de Antropologa y de Arqueologa Prehistricas expone su comunicacin Les gisements Prsolutrens du type dAurignac. Coup doeil sur le plus ancien ge du Renne (Breuil, H., 1907b), firmada ya en su condicin de Profesor agregado de la Facultad de Ciencias de Friburgo (la crnica del Congreso de Prigueux lo despachaba con un somero arquelogo, aadiendo la aclaracin Breuil, H., abb (de Paris) a su comunicacin). La presentacin incluye tres apartados sucesivos: indicaciones estratigrficas, tipos industriales y obras de arte. En el primer apartado se exponen ocho depsitos (Trou-Magrite, Goyet, Spy, Solutr, Brassempouy, Pair-non-Pair, Arcy-sur-Cure y La Ferrassie), muchos de los cuales siguen siendo bsicos para la elaboracin de una sistemtica global del Paleoltico superior inicial. El apartado referido a los tipos industriales presentes se resiente de la mezcla de elementos derivada de no diferenciar lo que en el futuro sern Castelperroniense, Auriaciense y Gravetiense; sin embargo, los principales tipos lticos y seos de estos tres perodos se describen y dibujan con esmero. Cabe destacar que Breuil percibi que las formas musterienses son todava muy frecuentes y, adems, aparecen en proporciones variables. Sin embargo, rechaza de plano la hiptesis de contaminacin: ...Lhypothse dun apport de silex plus anciens ou de remaniement est certainement inadmisible pour le Moustier et pour labri Audit. (Breuil, H., 1907b, pg. 330). En cuanto al punto referido a las obras de arte, es el que hoy da plantea problemas ms severos, motivados por la dificultad de datar los datos disponibles. De todos modos, se constata el nacimiento del sentido artstico en esta poca. La discusin del Congreso se centra en la terminologa ms oportuna para denominar el perodo que se citaba como Edad del Reno antigua o Pre-Solutrense; pero antes de comenzar la discusin, Cartailhac, Rutot y el propio Breuil haban convenido lanzar la propuesta del trmino Auriaciense, si bien el arquelogo belga expresa de antemano sus reservas 10. Los argumentos muestran tal solidez que los cannigos Bardon y Bouyssonie adoptan el trmino Auriaciense para sus sucesivas publicaciones de la Coumb-del-Boutou (Bardon, L.; Bouyssonie, A., 1906 y Bouyssonie, A. y J.; Bardon, L., 1907), apenas cerrado el Congreso. Este trabajo, publicado en 1907, se complementa por otro, casi simultneo, en la Revue Prhistorique (Breuil, H., 1907a). En el mismo se detallan, paso a paso, las diferentes opiniones vertidas desde el hallazgo de Aurignac hasta la fecha, sin ahorrar calificativos a la actitud de los Mortillet (...Cela tait clair, saisissant, et fit autorit, grce linfluence exerce par G. de Mortillet., op.cit., pg. 175). Explicando detalladamente los elementos de duda que fueron acumulando Piette y Cartailhac frente al modelo oficial, y cmo se los trasmitieron, Breuil quiere hacernos ver que la situacin resultaba insostenible desde mucho antes de 1905. D) La vieja escuela responde.- Aunque no hemos encontrado apenas testimonios escritos de la oposicin al esquema propuesto por Breuil, en este artculo (Breuil, H., 1907a) se da cuenta de sus principales detractores, a saber, A. de Mortillet y P. Girod. El primero pre 10. Ce mot ne sonne peut-tre pas aussi bien que des oreilles dlicates pourraient le dsirer, mais tel quil est il me semble acceptable et, personnellement, sil tait propos, je ne mopposerais pas son adoption; il rappellerait la pointe dAurignac qui est, jusquici, linstrument paraissant assurer le meilleur synchronisme entre le Midi de la France et la Blgique. (Rutot, en Breuil, H., 1907b).

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tende reformular la teora clsica, incluyendo al Auriaciense entre las formas del Solutrense superior con puntas cran. En cuanto a Girod, basndose en similitudes tipolgicas entre los tiles foliceos de las culturas transitivas Paleoltico medio/superior de Centroeuropa, idea una invasin de tribus esquimales orientales que terminarn aportando el conocimiento de la industria sea a los paleolticos franceses, ya en el Auriaciense (post-Solutrense). Faltand o la ind ustria sea en el Solutrense, c mo p od a ser anterior al mismo el Auriaciense, que ya la conoca? La respuesta de Breuil a ambos, en particular a Girod, es muy severa, poniendo en evidencia la escasa credibilidad de tal autor y los slidos argumentos estratigrficos de que se dispone para mantener la tesis contraria. Entre estos, Breuil ampla el argumento belga de Trou-Magrite a Spy y Goyet, adems de dar cuenta del apoyo que le haba sido otorgado por Rutot (que, a su vez, haba heredado de Dupond el liderazgo de la Prehistoria belga). La revisin detallada de sitios como Solutr, Brassempouy, Pair-non-Pair, Trilobite, La Ferrassie y Cro-Magnon, en todos los cuales el Auriaciense (sensu Breuil) tambin ocupa una posicin estratigrfica entre el Musteriense y el Solutrense, parece cerrar el tema. La cavidad de Cro-Magnon es incluida como anexo, ante la insistencia de Girod de emplear los trabajos de Massenat en la misma para demostrar la falsedad de la tesis de Breuil. Tambin en 1907, en la revista LHomme Prhistorique, escriba Adrien de Mortillet, defensor del esquema clsico: ...on a tout rcemment cherch embrouiller encore davantage ces questions, dans le but, trs visible, de bouleverser la classification des temps prhistoriques. (Mortillet, A. de, 1907c, pp. 22-23). E) El asentamiento de la nueva propuesta: Sin embargo, el tiempo juega en favor de la nueva sistematizacin. Los argumentos estn muy desequilibrados en pro de la tesis de Breuil, que se sigue afanando en conseguir nuevas pruebas de la existencia de niveles del Paleoltico superior intercalados entre el Musteriense y el Solutrense. En 1909 publica dos nuevos artculos (Breuil, H., 1909a y 1909b). En el primero de ellos inicia una serie de brillantes exposiciones (tres) que, bajo el epgrafe de Estudios de Morfologa Paleoltica, incidirn hasta 1918 en el mismo planteamiento. La primera entrega corresponde a la transicin entre el Musteriense y el Auriaciense (siempre, sensu Breuil) en los depsitos de Abri Audi (en su denominacin definitiva, no Audit como vena citndose) y Le Moustier, en la Dordogne. Les sucedern Chtelperron (Allier) y Trilobite (Arcy-sur-Cure, Yonne). Mucho ms calado presenta el segundo de los trabajos publicados en esta fecha (Breuil, H., 1909b), cuyo subttulo revela precisamente lo que pretende ser, el eplogo de una controversia. Buena parte de este trabajo esta dedicado a contestar los dos artculos de Adrien de Mortillet de 1907, relativos a la secuencia de Le Placard, a partir de dos constataciones: en Le Placard no existe ningn nivel Auriaciense (por lo que el trnsito entre Musteriense y Solutrense est representado, forzosamente, por un hiato en la ocupacin); se detecta industria sea en todas las fases constatadas del Paleoltico Superior, incluido, desde luego, el Solutrense. Adems, la descripcin detallada del desarrollo de los tecnocomplejos seos a travs del Paleoltico superior (como ocurriera con los lticos, en el Congreso de Mnaco) constituye la base de su trabajo clsico de 1912, que asienta las bases de la sistemtica europea occidental hasta las aportaciones de Peyrony de los aos 30. La segunda parte de la exposicin se consagra a concluir el debate sobre la polmica secuencia de Cro-Magnon, desacreditando definitivamente la opinin (ciertamente, poco 107

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documentada) de Girod. Finalmente, se realiza una nueva revisin de los datos obtenidos durante los dos ltimos aos en diversos yacimientos auriacienses presolutrenses: Solutr (Sane-et-Loire), Le Roc de Combe-Capelle (Dordogne), Abri Lacoste II (Corrze), Le Rut (Dordogne), Laussel (Dordogne), Le Roc de Sers (Charente), Sirgenstein (Wrtemberg, Alemania), Ofnet (Baviera, Alemania), y varios yacimientos de la Pennsula Ibrica (Camargo, Hornos de la Pea y Perneras). Salvo los yacimientos peninsulares, todos los dems van acompaados de su correspondiente corte estratigrfico (realizado por el director de la exc avac in) sob re el q ue p ued e c omp rob arse la sup erp osic in d el Solutrense al Auriaciense. Unido a las evidencias belgas, repetidamente descritas, esta distribucin otorga al fenmeno un marco prcticamente europeo-occidental, lo que permite evitar una de las excusas ms frecuentes entre quienes se aferraban al marco clsico (la del fenmeno local). Dos nuevos trabajos de Breuil (1911 y 1918), ya citados, cierran el ciclo de reubicacin del Auriaciense (sensu Breuil) en su marco cronolgico original, entre el Musteriense y el Solutrense. Lo que es ms importante, este ciclo permite evidenciar cules son las secuencias en las que debe rastrearse la transicin morfotcnica, estratigrfica y antropolgica entre el Paleoltico Medio y el Paleoltico Superior. Una vez ordenada la secuencia, Breuil considera llegado el momento de profundizar en su descripcin y sistematizacin, con lo que se abre un nuevo ciclo historiogrfico.

5. LA TERCERA FASE: LA EVOLUCION LINEAL (1918-1933) La aportacin magistral de Henri Breuil a la sistematizacin del Paleoltico superior se concreta en un artculo, objeto de la comunicacin leda ante el Congreso Internacional de Antropologa y de Arqueologa Prehistrica de Ginebra (1912). En el curso de la misma, habra de establecer las lneas elementales de clasificacin de los tecnocomplejos superopaleolticos que, en buena medida, perdura hasta nuestros das (Rigaud, J.P., 1989). Adems de fijar la periodizacin bsica de Solutrense, Magdaleniense y Aziliense, establece un esquema intuitivo del perodo que vena denominando como Auriaciense desde 1906. El trabajo se inicia precisamente con una sntesis historiogrfica sobre el desarrollo de estos temas, en la que ilustra los procedimientos que siguen empleando los sucesores de Mortillet para desacreditar su opinin11. Tras incidir en el carcter convergente de los datos obtenidos en excavaciones arqueolgicas de diversos pases, acierta a establecer dos provincias superopaleolticas, la medite 11. Je tiens, afin dillustrer les procds de discussions de ses successeurs...les faits suivantes: 1 reproduction de la coupe apocryphe et fausse publi par le Dr. P. Girod, du gisement de Cro Magnon, dont le caractre frauduleux est tabli depuis six ans; 2 falsification des stratigraphies de La Ferrassie, Pair-non-Pair, dont laurignacien est transform en magdalnien et le solutren omis, de Brassempouy, dont les statuettes et objets divoire, recueillis la base de laurignacien par tous les fouilleurs de ce gisement, sont attribues la couche suprieur magdalnienne, tandis que les silex solutrens sont dits venir de plus bas et les silex aurignaciens distribus entre le moustrien et le magdalnien; 3 omission pure et simple des stations stratigraphie gnante ou tout au moins de cette dernire: Roc de CombeCapelle, Le Rut, Laussel (confondu avec Capblanc), le Trilobite (travaux de labb Parat); 4 omission de nombreux gisements aurignaciens ou plus souvent leur attribution soit au Magdalnien: Tart, Aurignac, Font Robert, Noailles, Abri Lacoste, Roche au Loup (Yonne), Les Roches (Indre), Les Cotts, La Quina sud, etc. -soit au solutren: Marsoulas infrieur, -soit simultanment au moustrien et au magdalnien: Bouitou, ou ce dernier seulement: Les Haurets (Gironde); 5 la confusion grossire des pointes base fourchue du magdalnien de Gourdan avec celles base fendue de laurignacien; 6 la suppression totale de toute mention des travaux de Cartailhac, Capitan, Breuil et Peyrony. (Breuil, H., 1912, pp. 8 y 9).

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rrnea y la atlntica. Si sta se extiende desde la Cornisa Cantbrica hasta Polonia (comprendiendo la mayor parte de las Europas Central y Occidental), aquella abarcara todo el litoral mediterrneo y las provincias limtrofes con el mismo de la Pennsula Ibrica y Francia. Las cronologas que ms nos afectan en este caso estn tratadas en dos apartados, referidos respectivamente al origen del Paleoltico superior y al Auriaciense. A lo largo de toda la exposicin se constata la obsesin de Breuil por seguir la evolucin de los tipos lticos y seos ms all de la cultura que los genera. Esta idea, reiterada obsesivamente, est en la base de lo que hemos denominado el tercer accidente en la historiografa del Paleoltico superior inicial, el monofiletismo a ultranza. Como rplica al difusionismo exagerado y a diversas ensoaciones romnticas de la escuela de los Mortillet, que vea en Europa Oriental el crisol de todas las innovaciones tecnolgicas que irn sucedindose en la Francia paleoltica, Breuil se empea en rastrear la evolucin lineal y coherente en Francia de diversos tipos a lo largo del Paleoltico Superior 12. Sin embargo, se expone de manera clara el tpico de la invasin auriaciense, que acaba con la cultura musteriense 13. Aunque con cierta retrica, de este artculo puede deducirse que se consideran tres fases en el seno del Paleoltico superior inicial (Auriaciense sensu Breuil). Con un origen localizado en el nivel caractres mixtes, mais nettement postmoustrien, lAbri Audi (Les Eyzies) et en quelques autres points du Prigord, dentro del mismo se diferencian: En el primer tercio del Auriaciense (Auriaciense antiguo), el nivel de Abri Audi, de tendencia todava musteriense, el nivel de Chatelperron, netamente auriaciense pero demasiado prximo al anterior como para separarlos cronolgicamente, mientras el yacimiento de la Ferrassie presenta un tipo intermedio entre ambos. La caracterizacin tipolgica de ambos niveles, y la descripcin de los cuchillos o puntas tipo Abri Audi y Chatelperron corresponde a dos artculos anteriores (Breuil, H., 1909a y 1911). Con posterioridad, el Auriaciense que dar en denominarse Medio, cuando comienzan a abundar los restos lticos con retoque caracterstico (lminas auriacienses y estranguladas), los raspadores carenados y restos seos como las azagayas, de base hendida o no. Conoce una fase ms avanzada en la que crecen los raspadores carenados y los buriles busqus, aparece tmidamente la punta de la Gravette y el utillaje microltico y va decayendo el retoque auriaciense. El Auriaciense superior evidencia una aceleracin en la leptolitizacin de los soportes, un crecimiento de los buriles sobre retoque y de los elementos de dorso y puntas de la Gravette o de otros tipos con retoque abrupto ( cran o soie), todava sin una denominacin definitiva. Breuil establece una serie de consideraciones sobre la universalidad de esta secuencia en el marco conocido, abiertas con una afirmacin general: 12. Notre objectif, dans le travail que nous allons esquisser, est de chercher tablir, tout au moins dune manire provisoire, les lments communs, et les caractres diffrentiels de lvolution palolithique suprieur dans ces diverses provinces, et dessayer de montrer ce qui, dans cette evolution, est d la progression spontane ou des influences rciproques. (op.cit., pg 12). 13. Il ne semble pas quon puisse admettre que le palolithique suprieur soit nulle part dans les rgions indiques driv du moustrien. Il sagit plus vraisemblablement dinvasions de peuples beaucoup plus levs dans lchelle des races et dans celle de la civilisation que leurs prdcesseurs nanderthalodes...On ne peut facilement supputer la voie par laquelle les nouveaux venus sont arrivs: les aurignaciens ont colonis certainement presque toute la priphrie de la Mditerrane, et toute lEurope centrale et occidentale. (op.cit., pp.13-15).

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Telle est lvolution de laurignacien franais, et ce quon sait de celui de Belgique, dAllemagne, de Pologne, dAutriche et des Cantabres, montre des stades analogues. (op.cit., pg. 21). Para ilustrarlo, da noticia de los ms recientes hallazgos al respecto en diversas reas de la provincia mediterrnea (Tnez, Fenicia?-Lbano o la pennsula italiana) y atlntica (Austria o Rusia), que complementan y asientan la evolucin establecida para el marco francs, belga y cantbrico. El grado de detalle que alcanza esta aportacin, derivado del profundo conocimiento que posea Breuil del Paleoltico de Europa Occidental, es muy alto. De hecho, en su propia descripcin de la secuencia calificada de Auriaciense incluye el germen del bifiletismo de Peyrony en la medida que considera las puntas de Chatelperron como el fsil-gua o elemento director a travs del cual puede seguirse el salto del ltimo Musteriense al primer Auriaciense. Este tipo incluye dos elementos novedosos respecto al panorama del Paleoltico medio, a saber, un soporte frecuentemente laminar y un retoque abrupto meticuloso, delineando una morfologa establecida. Aunque ninguno de los dos es indito en el mundo musteriense, acompaados de otras novedades tcnicas y comportamentales apoyan la tesis de Breuil de establecer una clara cesura entre ambos perodos. Sin embargo a pesar de estar una de las figuras del texto intitulada volution de la pointe aurignacienne un tranchant rabattu travers tout laurignacien, Breuil no detecta (salvo dos ejemplos de Chatelperron (Allier), base de lAurignacien moyen) tipos caractersticos que pongan en comunicacin su Auriaciense antiguo (actual Chatelperroniense) con su Auriaciense superior (actual Gravetiense) a travs de su Auriaciense medio (actual Auriaciense, en sentido estricto). As pues, desde una visin actual debe atribuirsele a Breuil el mrito de establecer esta primera periodizacin relativamente acertada del Paleoltico superior inicial, aunque como se vera despus, y siguiendo las propias palabras de Breuil en relacin al Neoltico, ...Partout la ralit est plus complexe quun premier coup doeil ne le faisait croire....(op.cit., pg 78). El modelo monofiltico, de evolucin prcticamente lineal a lo largo del Paleoltico superior, con crisis espordicas originadas por la llegada de otros pobladores, presentaba incertidumbres desde su misma formulacin. Sin embargo, distintos factores van a conjugarse para permitir un perodo de cierta estabilizacin en la dialctica de creacin de nuevas sistemticas cronolgico-culturales. En primer lugar, el modelo establecido por Breuil, pese a sus limitaciones, constitua un salto de gigante respecto a la situacin anterior a 1912. No slo se fijaba la periodizacin general del Paleoltico superior, en trminos estratigrficamente aceptables, sino que, por vez primera, se abordaba tambin seriamente la periodizacin interna de cada una de las culturas resultantes. Adems, el modelo resultaba coherente (quizs demasiado) desde los puntos de vista cronolgico, material y cultural, e inclua numerosas pruebas de su sustentacin. Por otra parte, el marco geogrfico que abarcaba el trabajo resultaba lo suficientemente amplio (de Rusia al litoral mediterrneo espaol y desde el norte de Africa hasta Dinamarca) como para considerarse representativo de la Prehistoria eurocentrista de principios de siglo. Por ltimo, acompaaban a la clasificacin presentada y a la caracterizacin tipolgica de las culturas descritas una sntesis de interpretacin paleoetnogrfica del desarrollo superopaleoltico del SW de Europa, indicando el origen y la cronologa estimada de los principales aportes poblacionales supuestos. Este constituye sin duda el factor principal de la estabilidad historiogrfica de las dos siguientes dcadas, pero no el nico. La formulacin de un modelo tan elaborado confiere a 110

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Breuil una posicin prominente al frente de la Prehistoria francesa, difcilmente contestable por parte de quien no contara con un slido apoyo cientfico. Por otra parte, la complejidad de su propuesta genera expectativas de desarrollo a las secuencias regionales, de modo que el esfuerzo principal de los siguientes aos, tanto por parte de quienes compartan la tesis de Breuil, como de quienes la cuestionaban, consistir en contrastar su propuesta con la evidencia estratigrfica. Hasta los aos 50, la actividad se canaliza hacia las estratigrafas, buscando establecer secuencias de valor regional, aunque siempre supeditadas al marco de referencia establecido por Breuil. Finalmente, ambas Guerras Mundiales (1914-1918 y 1939-1945) y el perodo que media entre ellas comportan grandes convulsiones en el Continente Europeo (en particular, en Francia), que repercuten en un retraimiento general de la investigacin. As, por ejemplo, los Congresos de la A.F.A.S. (Association Franaise pour lAvancement des Sciences) que se venan ejecutando anualmente entre 1872 y 1914, se tornan bianuales entre 1915 y 1918, perdiendo posteriormente su referencia peridica. Tambin los Congresos de la Socit Prhistoriq ue Fran aise (C.P.F. o Cong rs Prhistoriq ue d e Franc e) o la revista LAnthropologie (el tomo 50 comprende los aos 1941 a 1946) conocen un fenmeno paralelo. En suma, un cmulo de factores intervienen para que, entre 1912 y 1933 (ao en que Peyrony lanzar su propuesta perigordiense a la palestra), venga aceptndose, globalmente, la propuesta del Congreso de Ginebra. Debe considerarse el hecho de que el modelo de Breuil acierta a grandes rasgos en la seriacin cronolgica de los elementos, por lo que no genera situaciones anmalas desde el punto de vista estratigrfico que hubieran dado lugar a una corriente revisionista. La propuesta de Peyrony, prescindiendo de las situaciones de coexistencia e interestratificacin de phyla (que pueden afectar sobre todo al Prigord y al vecino Lot) se refiere bsicamente a la reconstruccin paleoetnogrfica del conjunto que Breuil inclua bajo la denominacin de Auriaciense. Dentro de este contexto corriente de adaptacin regional de las propuestas de Breuil debe ubicarse la elaboracin del cuadro de referencia obligado para el establecimiento de secuencias como la de la Pennsula Ibrica, Gran Bretaa o Italia. Por su curiosidad, podemos seguir brevemente el fenmeno en el representativo ejemplo de Italia. Como es sabido, la Italia moderna no existe como realidad institucional hasta la dcada de los aos 1860, cuando se unifican los territorios de la pennsula, manu militari, y a lo largo de un proceso en el que las intervenciones de la diplomacia y el ejrcito francs encierran cierta trascendencia. Desde aproximadamente 1860, hasta el nacimiento de la Italia fascista de los aos 20 de nuestro siglo, todos los sucesos historiogrficos deben examinarse a la luz de una visin particularizante, no exenta a veces de cierta prevencin poltica hacia los grandes estados vecinos (Francia y Austria). En este contexto se produce, hacia 1890, el desembarco de los Mortillet (Gabriel y Adrien) en la Arqueologa prehistrica italiana. Si su primera impresin les llevaba a declarar que la Prehistoria italiana caba sistematizarse de modo mimtico a la francesa, la virulenta reaccin de los prehistoriadores italianos les oblig a rectificar. Estos aseguraban, comandados por Luigi Pigorini, que no exista un Paleoltico superior propio en Italia, y que se pasaba directamente de un Musteriense (prolongado ms all de lo conocido en Francia), a un Neoltico que se anticipaba localmente (y en el que no tenan inconveniente en incluir diversos niveles claramente magdalenienses). Los Mortillet se vieron obligados a rectificar en esta lnea (Mortillet, A. de, 1891). Esta prevencin italiana hacia un Paleoltico superior que se considera especficamente francs perdura a lo largo de todo este perodo, y Rellini (un discpulo de Pigorini) persiste 111

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an en fecha tan reciente como 1914 en considerar el arte magdaleniense como Neoltico (Rellini, F., 1914). La revisin estrictamente arqueolgica de este tema fue iniciada por Colini (Colini, G.A., 1906) que crea reconocer elementos culturales, a un tiempo distintos del Musteriense y el Neoltico, en los niveles superiores de la cueva de Grimaldi. Para verificar su hiptesis, se interesa por excavar de nuevo diversos depsitos en cueva: Termini y Trapani, en Sicilia; Romanelli, en Terra dOtrante. Ante la evidencia estratigrfica de diversos niveles intercalados entre el Musteriense y el Neoltico, Pigorini y sus alumnos (entre otros, Battaglia o el propio Rellini) se repliegan en lo fundamental, reconociendo la existencia de un Paleoltico superior en Italia (Rellini, F., 1920). Sin embargo, rechazan cualquier influjo francs en la caracterizacin o definicin de estas culturas: adoptan el trmino de Grimaldiense para denominarlas y las separan del cuadro europeo mediante dos peculiaridades muy llamativas, sustentadas en falsedades estratigrficas evidentes (ausencia de obras de arte y presencia de cermica). A pesar de la insistencia mostrada en poner de manifiesto la supuesta autonoma del foco italiano, corresponder precisamente a un francs, Vaufrey, la tarea de clarificar las profundas ligazones del Paleoltico superior peninsular con el Continente, y muy en particular, con las distintas fases del Auriaciense establecidas por Breuil en 1912 (Vaufrey, R., 1928). Tras la redefinicin de los complejos leptolticos italianos emprendida, entre otros, por Laplace, Broglio, Palma di Cesnaola, Bietti o Gambassini, en los aos 1960 a 80, la referencia al cuadro general europeo es constante (en especial a los complejos relacionados con el gravetiense y el magdaleniense), aunque existan desde luego particularidades del modelo italiano (en general, comunes al entorno mediterrneo-occidental).

6. LA CRISIS DEL MONOFILETISMO: PEYRONY Y GARROD (1933-1950) El modelo de Breuil supone un avance notable en la organizacin del Paleoltico superior inicial sobre el eje temporal, pero est lastrado por una concepcin evolucionista excesivamente lineal. Se aplican a rajatabla los principios del evolucionismo a los tecnocomplejos, como si de seres vivos se tratara, dando por supuesto que si se da una continuidad en la presencia de las comunidades humanas en el espacio, stas se suceden en el tiempo evolucionando culturalmente segn parmetros casi biolgicos. Durante el perodo de entreguerras, el concepto de cultura arqueolgica propuesto por Gustaf Kossinna y desarrollado con variantes menos racistas por Vere Gordon Childe abre la va para propuestas alternativas que dan una ms satisfactoria explicacin del registro arqueolgico. Tal y como se ha sealado ms arriba, la propuesta de Breuil contena ya el germen de la diferenciacin cultural dentro de las fases iniciales del Paleoltico superior. En el perodo de 1933 a 1950 se someter a crtica el modelo de Breuil sucesivamente por parte de Peyrony y de Garrod, aunque no contena anomalas estratigrficas: el debate se trasladar ahora al campo de los modelos evolutivos y las interpretaciones culturales. En el primero de los casos, se formular una propuesta bifiltica que agrupa los antiguos Auriaciense inferior y superior de Breuil dentro de la cultura Perigordiense, en paralelo a la cual se desarrollara la cultura Auriaciense (Auriaciense medio de Breuil). De modo casi simultneo en el tiempo (aunque se difundira mucho ms tardamente entre la historiografa francesa), Garrod incida en la misma lnea, diferenciando como tres phyla distintos (Castelperroniense, Auriaciense y Gravetiense) las tres fases propuestas por Breuil como subperodos sucesivos dentro del Auriaciense. Desde una perspectiva conceptual, la propuesta de Garrod resulta mucho ms abierta, en la medida que atiende a un registro arqueolgico de mbito euroasitico y obvia la visin de evolucin biolgica lineal de las culturas prehistricas. 112

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A partir de los aos 50 se documentan numerosas matizaciones del modelo de evolucin cronolgica y cultural del Paleoltico superior inicial, as como precisiones regionales del mismo. Nuevos procedimientos de datacin absoluta permitirn precisar los intervalos temporales de presentacin de las distintas culturas. Las aportaciones de Laplace, Sonneville-Bordes, Delporte, Lacorre, Cheynier o Rigaud, entre otros, contribuyen a complicar de un modo extraordinario el seguimiento historiogrfico de una fase de la Prehistoria que lleg a desaparecer durante treinta aos de todos los cuadros cronolgicos del Paleoltico. Sin embargo, las precisiones afectan ms a la propuesta cronolgica o cultural que a la nomenclatura empleada. An hoy se mantienen vivas las denominaciones propuestas en su da por Peyrony o Garrod, en algunos casos de un modo inconsciente y en otros, aceptando tcitamente la inadaptacin del concepto que se quiere expresar con respecto a la denominacin adoptada. El debate sobre la naturaleza y caracterizacin de los primeros dos tercios del Paleoltico superior no est cerrado, ni mucho menos.

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